Estados Contables
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GRUPO CLARIN S.A. Memoria y Estados Financieros Consolidados por el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2012, presentados en forma comparativa. GRUPO CLARÍN S.A. MEMORIA 2012 A los Señores Accionistas de Grupo Clarín S.A. Ponemos a su disposición la Memoria y anexo, el Estado Individual de Situación Financiera, el Estado Individual de Resultado Integral, el Estado Individual de Cambios en el Patrimonio y el Estado Individual de Flujos de Efectivo y Notas de Grupo Clarín S.A. (en adelante “la Sociedad” o “Grupo Clarín”) correspondientes al ejercicio económico N° 14 finalizado al 31 de diciembre de 2012 y los Estados Financieros Consolidados con los de sus empresas controladas al 31 de diciembre de 2012. A continuación mencionamos las principales empresas controladas –directa o indirectamente- por Grupo Clarín S.A.: Arte Gráfico Editorial Argentino S.A. (AGEA), Artes Gráficas Rioplatense S.A.(AGR), Compañía Inversora en Medios de Comunicación S.A. (CIMECO) Cablevisión S.A. (Cablevisión), Primera Red Interactiva de Medios Argentinos (PRIMA) S.A., Contenidos de Medios Digitales S.A.(CMD), Arte Radiotelevisivo Argentino S.A.(ARTEAR), GC Gestión Compartida S.A., Inversora de Eventos S.A.(IESA) y Radio Mitre S.A., entre otras. CONTEXTO MACROECONÓMICO 2012 El dinamismo que lograron sostener las economías emergentes ante el prolongado cuadro de enfriamiento de los países desarrollados fue sin lugar a dudas uno de los escasos hechos positivos a destacar en materia económica del año 2012. La severa crisis social y económica que continuaron registrando varios países de la zona del euro contribuyeron a generar un deterioro significativo en el conjunto de países desarrollados, que no pudo ser compensando por el moderado recupero de los Estados Unidos ni la vuelta al crecimiento del Japón. El conjunto de países emergentes industriales liderado por China y en menor medida India presentó en su gran mayoría cierta resistencia a este deterioro, logrando seguir creciendo en el año bajo análisis a un ritmo superior al promedio y traccionando por ende al resto de emergentes especializados en proveerles materias primas agrícolas y no agrícolas. Sin excepción, cabe mencionar, el mundo emergente observó menores tasas que las registradas en el 2011. De esta manera, el mundo sigue observando un crecimiento a dos velocidades de carácter estructural, fiel reflejo del funcionamiento del nuevo mecanismo de acumulación global con centro de gravedad en las economías emergentes. El magro desempeño de la economía argentina en el 2012 representa la excepción a la regla de la lógica emergente arriba citada, por dos razones. En primer lugar, porque a diferencia del resto de sus pares, el mundo no le representó un lastre. En efecto, si bien es cierto que la desaceleración de la economía brasileña repercutió negativamente sobre sus exportaciones industriales, no menos cierto es que el precio de sus productos agrícolas en general y de la soja en particular promediaron en el 2012 registros superiores a los del año pasado y permanecieron elevados en comparación histórica (compensando en buena medida el menor volumen de la cosecha agrícola). En segundo lugar, porque a diferencia de otros países emergentes y de la región, las políticas económicas instrumentadas en el ámbito local, lejos de amortiguar los efectos de la crisis financiera mundial, los profundizaron. El año 2012 emerge así como un verdadero punto de inflexión en el desempeño de la economía argentina. El cambio en las reglas de juego impulsado a posteriori de las elecciones presidenciales 1 del año pasado terminó dañando significativamente y en forma generalizada el nivel de actividad y enquistándole un preocupante cuadro de estanflación (estancamiento con elevada inflación). Ni siquiera la fuerte aceleración en el ritmo de emisión de moneda, que cierra el año con un alza interanual próxima al 40% a partir del creciente financiamiento del Banco Central al Tesoro, logró revertir bajo este entorno el freno en la actividad. La economía argentina cierra en consecuencia el 2012 con un balance por demás modesto, consecuencia directa de las políticas aplicadas en respuesta a los desequilibrios de arrastre incubados a lo largo de los últimos años. Entre los efectos colaterales negativos de las medidas llevadas a cabo se destacan por sobre el resto la caída en la generación de empleo genuino, el estancamiento del poder adquisitivo de los salarios, la descapitalización del Banco Central, el retroceso de las exportaciones y la pérdida de reservas internacionales. El cuadro de estanflación se suma además a ciertos rasgos preocupantes bajo los cuales se encuentra operando la economía, entre los cuales se destacan su acelerada pérdida de competitividad, su creciente grado de primarización y la escasez de inversiones reproductivas de origen local y extranjero (visible sobre todo en la descapitalización presente en sectores estratégicos claves). En lo que respecta a los equilibrios macroeconómicos fundamentales, vale destacar la leve mejora que presentó en el frente externo la generación genuina de las divisas, alcanzada este año como consecuencia en lo fundamental del cierre abrupto de la economía, situación anómala que resintió varios aspectos de la economía real. Cabe aclarar que el fuerte retroceso de las importaciones en general y las de bienes intermedios y capital en particular, explica este comportamiento. En consecuencia, el superávit externo del año resultó levemente superior al del año pasado y por undécimo año consecutivo permaneció por encima de los US$10,0 mil MM. Dos hechos puntuales tiñen sin embargo de dudas este aparente logro estratégico. El primero de ellos es el ensanchamiento del déficit comercial energético, estimado en torno a los US$3,5 mil MM para este año. Este fenómeno agrava un problema histórico de la economía argentina, ya que de manera de no afectar la posición de reservas, el superávit externo del agro deberá cubrir en los próximos años no sólo el rojo estructural de la industria sino también el correspondiente a este sector. El otro hecho puntual que merece ser puesto en consideración es la evolución de las reservas internacionales del Banco Central. En efecto, la autoridad monetaria volvió a observar una merma en su posición de divisas, de algo más de US$3,0 mil MM; el mayor superávit comercial externo alcanzado y la significativa reducción en la fuga de capitales y giro de utilidades / dividendos del sector privado no fueron suficientes para cubrir el uso de reservas aplicadas al servicio de deuda soberana en moneda extranjera y sobre todo el derrumbe verificado a nivel de ingreso financiero de divisas. La merma comentada, que contrasta con la acumulación de reservas que a lo largo del año alcanzaron la mayoría de sus pares de la región, llevó a que esta variable cierre el 2012 situada en US$43,1 mil MM, su registro más bajo desde octubre del 2007. El persistente deterioro del frente fiscal, en tanto, se profundizó en el 2012. El gasto primario volvió a crecer por encima de los ingresos y de esta manera el déficit primario nacional (sin contabilizar el giro de utilidades del BCRA y la ANSES) superó los $35,0 mil MM, más que duplicando el registro del 2011. En tanto el déficit financiero (es decir tras el pago de los intereses de la deuda) habría trepado en el año a más de $80,0 mil MM. En valores absolutos y también relativos, ambos registros emergen como los de mayor magnitud desde el 2003. 2 Vale mencionar que este deterioro fiscal tuvo lugar a pesar del fenomenal crecimiento de la presión tributaria (que en la actualidad representa un récord histórico) y se encuentra siendo financiado en lo fundamental por la vía de la emisión monetaria, retroalimentando las ya elevadas expectativas inflacionarias. Perspectivas para el año entrante Bajo el arriba mencionado nuevo esquema en el que navega la economía argentina, su desempeño en el corto y mediano plazo depende en lo fundamental de su capacidad para generar divisas, las suficientes para financiar el déficit externo estructural de su industria (y ahora también el de su sector energético) y honrar el servicio de su deuda. Al respecto de esto último, vale la pena mencionar que por sus implicancias, difíciles de evaluar a la fecha de emisión de esta reseña, la resolución final del juicio de los tenedores de deuda soberana que no ingresaron a los canjes oportunamente propuestos representa un foco adicional de preocupación. Sin acceso a los mercados voluntarios de capitales, lo citado está supeditado directamente al crecimiento del precio y/o volumen de sus exportaciones y/o el uso de reservas. El escenario base para el próximo año de la economía argentina se sustenta en tres grandes supuestos de trabajo. En lo que respecta al frente externo, se prevé un incremento en la oferta de dólares, producto en lo fundamental del volumen de la cosecha y por ende de las exportaciones agrícolas. A ello deben sumarse los menores vencimientos de deuda pública en moneda extranjera, explicados en buena medida por el probable no pago del cupón PBI 2012. En el plano regional, en tanto, la mejora prevista en el desempeño de Brasil (que se estima crecería por encima de años anteriores) y su correspondiente impacto positivo sobre las exportaciones argentinas (sobre todo industriales) orientadas a ese mercado, surge como el evento relevante. En lo estrictamente local, finalmente, la presencia de elecciones legislativas traccionaría a favor de un impulso más agresivo en las políticas económicas, aún a riesgo de agravar los desequilibrios de arrastre.