VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO (S-0528/08) Buenos Aires 6 De Marzo De
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Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección Publicaciones VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO (S-0528/08) Buenos Aires 6 de Marzo de 2008. Señor Presidente H. Senado de la Nación D. Julio C. Cobos Su Despacho Me dirijo a Usted a fin de solicitarle la reproducción del proyecto de Ley sobre Indígenas, ingresado con el Nº1876/06.- Ramón Saadi.- PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... Artículo 1º: Declárese días no laborables para todos los habitantes de la Nación Argentina que pertenezcan a comunidades indígenas: a) En el mes de Junio, en la noche del 20 al 21, el Inti Raymi o fiesta del Sol, de los Pueblos Andinos, y el Wiñou Tripantu o Regreso del Sol, del Pueblo Mapuche; b) El día primero de Agosto de cada año, la Corpachada o ceremonia de agradecimientos a la “Madre Tierra”, la Pachamama; c) El 21 de Diciembre, el Kapaj Raymi, celebración que recuerda la llegada del momento de las cosechas. Artículo 2º: Deróganse todas las medidas que se opongan a esta Ley. Artículo 3º: Comuníquese al Poder Ejecutivo. Ramón Saadi. FUNDAMENTOS Señor Presidente: El presente Proyecto de Ley viene a suplir un vacío legal, ya que no hay ninguna norma que se ocupe de garantizar a aquellos habitantes de la Nación Argentina que pertenezcan a comunidades indígenas, que gozarán de días no laborables debido a la participación en celebraciones religiosas, como sí está regulado para aquellos que profesan la religión Católica, al no ser laborables los días Jueves y Viernes de Semana Santa, 8 de Diciembre (Día de la Inmaculada Concepción) y 25 de Diciembre (Día de nacimiento de Jesús); también están contemplados bajo la Ley Nº 24.571 días no laborables para aquellos que profesen la religión Judía los días de Año Nuevo Judío (Rosh Hashana), dos (2) días y el Día del Perdón (Iom Kipur), un (1) día; y la Ley Nº 24.757 declara día no laborables para todos aquellos que profesen la religión islámica, el día del “Año Nuevo Musulmán” (Hégira), el día posterior a la culminación del ayuno (Id Ai-Fitr), y el día de la Fiesta del Sacrificio (Id Al-Adha). El Artículo 75 inc. 17 de la Constitución Nacional, establece que le corresponde al Congreso: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y la propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones. A su vez el inciso 19 del artículo 75, atribuye al Congreso: “(…) Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural”. Otro fundamento que pongo a consideración es el artículo 16 de la Constitución Nacional: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: No hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”. Actualmente al no haber una Ley que les garantice este derecho, todos aquellos que pertenezcan a comunidades indígenas se verían obligados a concurrir a sus lugares de trabajo, dependiendo de su empleador si les otorga el permiso o no para poder celebrar aquello que generación tras generación vienen celebrando sus antepasados con fuertes convicciones religiosas. Cada 24 de junio el pueblo Mapuche y las culturas andinas celebran el comienzo de un nuevo ciclo, prospero en energías. La fiesta conocida como el Wiñou Tripantu es el año nuevo mapuche, coincidente con el Inti Raymi (de la tradición Inca) donde se elevan ruegos y agradecimientos a un mismo elemento: el sol, fuente de sabiduría y renovación. Las ceremonias se dedicaban a la adoración del Sol porque era él quien hacía que los campos fuesen fértiles. Era una fiesta dedicada a la creación del fuego nuevo, con sacrificios de animales incluidos (en concreto, llamas). La efigie de Inti, la deidad solar principal de los incas bajo la forma de un disco de oro con rasgos humanos, era colocada en los templos frente a una puerta que se orientaba hacia el Levante para que reflejase los albores del amanecer. Justo en el momento de la salida del astro rey, el Inca elevaba los brazos al sol y exclamaba. !Oh, mi sol! !Oh, mi sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. !Oh, mi sol! En medio de la expectación general, mientras el sol iluminaba las cimas de las montañas, la multitud entonaba a coro sus cantos de alabanza. De rodillas, con los brazos en alto, miles de voces se fundían en un excelso cántico acompañado con los acordes de cientos de instrumentos musicales. No sólo la tierra cambia. Los animales mudan su pelaje, las semillas se preparan para comenzar a crecer. Los pueblos quechua, aymara, kolla y mapuche, que tienen una economía agraria, celebran el año nuevo indicado por el solsticio de invierno, como una época de renovación y purificación. El solsticio de invierno es el punto en el cual el sol más aleja de la tierra, siendo el día más corto del año, y la noche más larga. Este fenómeno natural marca la finalización del período de cosecha y el principio de una nueva época de siembra. Este año se celebrará entre el 20 y 25 de junio, dependiendo de cada cultura originaria, a excepción de los pueblos kawésqar y yagán, en quienes esta tradición no está incorporada en sus costumbres. Junio es el mes de descanso de la cosecha, el 21 se produce el Solsticio y aprovechando esta situación el inca realiza la fiesta al sol mediante ceremonias, ritos y sacrificios. Esta fiesta es exclusiva del inca, los sacerdotes y amautas. Es un rito de purificación y rendición de cuentas. Los dos festivales primordiales del mundo incaico dentro de su calendario sacerdotal era el Capac-Raymi (o Año Nuevo), que tenía lugar en diciembre, y el Inti Raymi. Este gran festival (que antaño duraba tres días) se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno con un claro tufillo turístico. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba (más o menos) durante el apogeo del Tahuantisuyo. Para algunos, el inicio del invierno, para otros, los pueblos del Sol y de la tierra, nada más y nada menos que el año nuevo donde llega el momento en que un ciclo se cierra para dar comienzo a uno nuevo: el fortalecimiento del lazo vital entre la tierra y los hombres. Y dentro del mismo movimiento de unión, el fortalecimiento entre el lazo de los hombres entre los hombres. Estas culturas, aseguran que desde el 21 al 25 de junio la naturaleza modifica todos sus elementos, cambios profundos que involucra a todos los seres vivos. Partiendo de una concepción cíclica de los procesos vitales, las fiestas se enmarcan como momentos rituales en donde los pueblos agradecen la fecundidad de la tierra traducida en las cosechas que hacen posible su subsistencia. En este ámbito, estas fiestas son como la despedida y a la vez la bienvenida -regreso- al astro que hace posible este desarrollo: Antu (sol) para los mapuches, Inti para las culturas andinas. Para los mapuches, este es el único día en que las aguas de los ríos cambian su temperatura, lo cual los torna un poco menos fríos y permite el baño en la madrugada para recibir el nuevo (we) año (xipa) y purificar el cuerpo y llenarse de nuevas energías. Para los Mapuches, de todas las celebraciones el We Tripantu es quizá la más conocida. Este ceremonial estaba perdido y desde algún tiempo ha comenzado a despertar. Grupos conscientes de la identidad y del rescate mapuche han iniciado un proceso de revitalización e investigación de este rito. Habitualmente se realiza durante la noche del 23 de junio, y se espera hasta el amanecer la llegada del "nuevo sol que regresa". La ceremonia comienza antes de que el sol se oculte en el horizonte, entonces se realiza el yeyipun con la presencia de los invitados. En este ritual se invoca a los mely chi laku, los antepasados "los cuatro abuelos", y es dirigida por una machi o por el lonko del lugar. El ritual culmina con el ocultamiento del sol en el oeste. Al observar una determinada posición de un grupo de estrellas llamadas pürapa nao (siete cabritos), kapura y wünelfe (lucero del amanecer), los sabios mapuches saben cuál es el momento preciso antes del amanecer. Antiguamente, se bañaban en un río, que según dicen es tibio sólo esa mágica noche. En algunas comunidades aún se conserva esta tradición. La Pachamama: Para los Quichuas, Madre tierra, deidad máxima de los cerros peruanos, bolivianos, y del nordeste Argentino. Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que Mama es madre. La Pacha Mama, es un dios femenino, que produce, que engendra. El primero de agosto es el día de la PACHAMAMA. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, yisca, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda.