Mujeres con historia

Susana Peiró

Colección Historia

CRÉDITOS TÉCNICOS Y LEGALES

Dirección General: Marcelo Perazolo Diseño de cubierta: Daniela Ferrán Diagramación de interiores: Juleita L. Mariatti Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmisión de cualquier forma o de cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, registro u otros métodos, sin el permiso previo escrito de los titulares del Copyright. Primera edición en español en versión digital © LibrosEnRed, 2011 Una marca registrada de Amertown International S.A. Para encargar más copias de este libro o conocer otros libros de esta colección visite www.librosenred.com

A Dolores Herrera de Peiró. A los hombres de mi vida, Alexis y Alexis Jr.con amor.

“La historia de todos los tiempos, y la de hoy especialmente, nos enseña que…las mujeres serán olvidadas si ellas se olvidan de pensar sobre sí mismas”, escribía Louise Otto-Peters en 1849. Así lo entendieron las feministas parisinas que, en 1970, llegaron ante el Arco de Triunfo para depositar una ofrenda floral “a la Mujer del Soldado Desconocido” y las universitarias, que sin ser historiadoras, comenzaron a indagar sobre el pasado de las féminas y producir nuevos estudios e investigaciones en los que las mujeres no solo eran sujetos, sino también agentes de la historia. A partir de entonces, esa “historia rara… irreal, desnivelada” que veía Virginia Woolf comenzó lentamente a inclinarse hacia “el otro lado”. Atrás quedaban siglos de una casi total ausencia de mujeres en las páginas de los libros de historia y comenzaba un cambio irrevocable en nuestra visión del pasado. Sin embargo muchas de nuestras mayores aún siguen silenciosas, desconocidas, desdibujadas, esperando que la Historia les devuelva su legítimo lugar y que nosotros no olvidemos. Por esa razón y con el espíritu de sumar otro canal de divulgación, hace algunos años, comenzamos publicando una columna semanal sobre mujeres con historia, en la página web “La cueva de Susana”. Artículos breves, miradas, versiones acerca de excepcionales damas que habían logrado sobresalir y ser incluidas en las historia tradicional, y también las que más nos agradan, esas “otras” que quedaron en el limbo, las desdeñadas y menospreciadas que trastornaron la jerarquía de los valores. Conocidas y no reconocidas, juntas. Heroínas, muñecas bravas, temerarias espías, escritoras avant la lettre, pioneras, científicas, deportistas, aventureras, mártires, asesinas, guerreras, santas, alegres concubinas y todas insubordinadas, rebeldes y polémicas, fueron reunidas en un ejercicio de memoria íntimo y por momentos emotivo junto a los lectores. Personajes como Margarita Konenkova, Victoria Woodhull, Louise Labé, Krystyna Skarbek, Louise Weber, Murasaki Shikibu, Gerda Taro, Elizabeth Jane Digby, Hildegard von Bingen, Mathilde Carré, Gudrid Þorbjarnardóttir, Alice Guy Blaché, Alla Nazimova, Thérèse Humbert, África de Las Heras Gavilán, Shih Shih Yang, María Bochkareva, Annemarie Schwarzenbach, Adèle Hugo, Geraldyn M. Cobb, Gertrude Bell, Mathilde Carré, Nancy Astor y más…integran esta selección de artículos Mujeres con historia, tan asimétrica… como la misma feminidad.

DIE HEIMLICHE FAHRT DER BERTHA BENZ

Ejem… el primer viaje largo en un auto con motor fue una proeza femenina.LA PRIMERA MUJER AL VOLANTE

El 29 de enero de 1886 Karl Benz solicitó al gobierno alemán la patente Nº 37.435 para su extraño invento: un carruaje de tres ruedas, con chasis de acero y un motor integrado: el Motorwagen. El único problema es que nadie necesitaba ese extravagante adefesio ¿para qué? No tenía ningún propósito práctico. La gente se desplazaba a pie, a caballo, en carros tirados por caballos o bicicletas y la red ferroviaria seguía creciendo. [1]Luego de dos años, los pedidos brillaban por su ausencia y Karl se consolaba probando el vehículo en el patio de la fábrica y alrededor de su propiedad. Fue entonces cuando su esposa Bertha, ama de casa y madre de cinco hijos, decidió que era hora de intervenir en el asunto.En la primavera de 1888 –y mientras Karl dormía el sueño de los justos– la intrépida Berta y dos de sus hijos[2] sacaron el prototipo del cobertizo, lo empujaron una cuadra antes de poner el ruidoso motor en marcha y emprendieron la aventura: viajar 194 kilómetros (120 millas ida y vuelta) desde Mannheim- Heidelberg a Pforzheim, ciudad donde vivía la abuela. Bertha estaba convencida de que una mujer al volante de esa maravilla, despertaría la atención de la gente y no se equivocó. Die Geister![3] gritaban los agricultores, las gallinas corrían, los caballos y perros se espantaban y muchas mujeres no dudaron en espetarle Hexe! [4]acompañado de una lluvia de piedras. Pero la dama no se inmutó, segura de conseguir su propósito. Sin embargo, el histórico viaje no fue sencillo. El Motorwagen tenía motor de un cilindro y su potencia de 0,88 caballos de vapor le permitía alcanzar los 16 km por hora en terreno llano, pero el camino era montañoso y en los ascensos, había que empujar el armatoste. Por supuesto, tampoco había estaciones de servicio, talleres o repuestos y había que improvisar. Farmacéuticos boquiabiertos proporcionaron agua y le vendieron bencina para el extrañísimo vehículo, varios zapateros suministraron el cuero de repuesto para los frenos. Y los problemas técnicos fueron resueltos a la manera femenina: una liga de Bertha reparó la ignición y el pin de su sombrero –horquilla larga y recta–, desatascó la tubería de combustible obstruida. Bertha Benz llegó a destino al anochecer, en el carro sin luces y por caminos sin alumbrado público, pero llegó, con sus hijos sanos y salvos. Desde Pforzheim envió un telegrama al marido informándole de su hazaña. ¿Karl? Lejos de enojarse con su esposa, sonrió satisfecho. Esa mujer era la única persona en el mundo, aparte de él, en creer ciegamente en su invento. Bertha, bueno, marcó tres antecedentes para la historia: fue la primera mujer en subirse a un automóvil, la primera en hacer un viaje de larga distancia en ese vehículo…y también la primera en cometer una infracción de tránsito, las pruebas sólo se permitían en fábrica. Notas: La Bertha Benz Memorial Route es un camino turístico en Baden-Wurtemberg, Alemania, y miembro de la Ruta Europea del Patrimonio Industrial (ERIH). Desde su inauguración en 2008 todo el mundo puede seguir las pistas del Primer Gran Trayecto del Mundo en Automóvil realizado en 1888.

El road test de Bertha permitió a su marido –padre del automóvil- trabajar en las mejoras y posteriores modificaciones de su invento.

El combustible que usaba este primer automóvil era la ligroina, que se compraba en pequeñas cantidades en las farmacias. Esta sustancia se conoció por su nombre en alemán –Benzin– que pese al aparente parentesco no fue un homenaje a Karl Benz. El término derivaba del puerto africano de Bizerta (Benzert en alemán), donde la resina básica empezaba su viaje a Europa para transformarse luego en benceno. (Fuente: Coches Míticos)

LA DAME QUI BOITE

En 1942, la Wehrmacht tomaba control directo sobre todo el territorio francés y la ficción conocida como Francia de Vichy llegaba a un abrupto final. Una de las primeras tareas de Klaus Barbie, el flamante jefe de la Gestapo local, fue lanzar una campaña por todo el país para “cazar” a una espía: “La mujer que cojea es uno de los agentes aliados más peligrosos en Francia”. “Tenemos que encontrarla y destruirla” proclamaban los volantes de la Gestapo. Pero Virginia Hall era maestra en el arte de la evasión: Cruzó los nevados Pirineos a pie con su pierna ortopédica y logró escapar de las garras del Carnicero de Lyon.Las desventajas físicas pueden ser muy relativas y la espectacular vida de Virginia Hall es otro ejemplo. Nacida en Baltimore, Maryland, se había preparado con ahínco para la carrera diplomática[5], pero luego de un accidente, cuando le amputaron su pierna izquierda, perdió toda oportunidad en el US Foreign Service [6] y tuvo que renunciar a sus sueños. Ese “1939” la encontró en París. Se unió al Services Sanitaires de l’Armee, aprendió primeros auxilios y condujo ambulancias. Mientras sonaban los Sie kommen! del invasor en Francia, esta mujer sin pensarlo demasiado, puso sus dos pies, el bueno y el otro, en la historia. Gracias a su pasaporte de Estados Unidos viajó a Londres, fue reclutada por el SOE y entrenada como agente. Bajo la fachada de reportera franco-estadounidense del New York Post, se convirtió en un personaje vital para organizar, financiar, abastecer y armar a la Resistencia Francesa. Fue operadora de radio, trazó mapas, rescató aliados y facilitó su vuelta segura a Inglaterra; supervisó el salto de los paracaidistas del SOE en la zona ocupada y sobre todo, organizó inteligentes actos de sabotaje contra los nazis y una delicada “ingeniería” para rescatar prisioneros de guerra de las cárceles y campos de concentración. Tan bueno fue su trabajo que La Dame qui boite, como la apodaron sus compañeros, pasó al top en la lista de los más buscados por la Gestapo. Después de la cinematográfica huída en los Pirineos, aún con la Geheime Staatspolizei en sus talones y a pesar de la reticencia de sus jefes, Virginia volvió a Francia. En 1944, disfrazada de anciana informaba por radio los movimientos de las tropas alemanas y para el 6 de junio, ella y sus hombres estaban listos. Mientras los aliados desembarcaban en Normandía, Hall saboteaba las líneas de suministros y atacaba las tropas alemanas, causando el caos tras las líneas enemigas. En los últimos días de la ocupación alemana de Francia, su equipo destruyó cuatro puentes, descarriló varios trenes de carga rumbo a Alemania, causó la caída de las principales líneas telefónicas y tomó más de 500 prisioneros. La indómita Virginia Hall recibió en 1945 la Cruz al Servicio Distinguido (DSC) único otorgado a una mujer civil en la II Guerra Mundial –segunda condecoración militar más importante para un miembro del Ejército de los Estados Unidos– y fue honrada con el MBE (Miembro de la Orden del Imperio Británico) por su extrema valentía La espía con su pierna de palo, que ella había bautizado cariñosamente con el nombre Cuthbert, terminó apaciblemente su vida a los 76 años en una colina llena de gladiolos en la Maryland natal. Dicen que leía muchas novelas… de espionaje, por supuesto.

LA FIERA

“Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones de palomos, de buitres, de corzos o leones”, rugía la uruguaya Delmira Agustini, y estremecía con su poesía erótica a toda la burguesa sociedad rioplatense de 1900. Muy lejos de cualquier estereotipo, La Fiera venía en el envase de una joven rubia, de ojos claros, menuda y suave “como un ángel encarnado, lleno de encanto e inocencia” según los dichos de sus contemporáneos. Era la hija mimada de Santiago Agustini y María Murtfeldt, una acomodada familia de Montevideo que se enorgullecía de esa niña buena y obediente, sencilla, recatada y dulce. Superdotada en lírica, Delmira comenzó a componer versos a los diez años y recibió de sus padres la instrucción básica y clases privadas de francés, pintura y música, en un ambiente de cariño e idolatría hacia sus condiciones naturales. Exteriormente era la perfecta señorita consentida de principios de siglo. Pero fue en su interior erótico y trágico, donde Agustini encontró su “Safo”, rompió con la clausura del pudor impuesto a la voz femenina, y se convirtió en la poetisa más destacada del Modernismo. “De todas las mujeres que hoy escriben en verso, ninguna ha impresionado mi ánimo como Delmira Agustini...es la primera vez que en lengua castellana aparece un alma femenina en el orgullo de su inocencia y de su amor”.Rubén Darío

Por las noches Delmira era una verdadera sacerdotisa de Eros. Escribía en un estado de hiperestesia, poemas de la más apasionada sensualidad y sexualidad, como ninguna mujer del mundo hispano antes que ella. Sus contemporáneos desde luego no ocultaron el asombro y la perplejidad ante las escandalosas letras y lo más inquietante era que la poetisa llevaba adelante su tarea literaria con la aprobación materna y la inestimable ayuda del padre, quien se encargaba de pasar en limpio y ordenar la poesía de su hija con letra impecable y caligráfica. “Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos, y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden, porque la castidad es un deber femenino y el deseo, como la razón, un privilegio masculino…”.Eduardo Galeano

Pero a pesar de su extremado erotismo, esta Fiera no había conocido el verdadero amor. Y cuando Enrique Job Reyes, un noble negociante de ganado caballar llegó a su vida, Delmira, lo elevó hasta la cúspide de sus fantasías. Se casaron un 14 de agosto de 1913 y antes de cumplir un mes y medio de la boda, la mujer abandonó al flamante marido y se refugió en la casa paterna alegando que estaba “huyendo de tanta vulgaridad”. Algunos aseguraban que se había enamorado del escritor argentino Manuel Ugarte, con quien se escribía y solía ver en Montevideo. Pero lo cierto es que apenas entabló la demanda de divorcio, Delmira comenzó a frecuentar a su marido como amante, en distintos hoteles de la periferia. Era la clase de amor clandestino y voluptuoso que la Fiera había soñado para sí misma y lo celebró una y otra vez con sus gritos encendidos de bacante. En la tarde del 6 de julio de 1914, Delmira acudió a una última cita de amor con su ex-marido en una habitación alquilada. “Para mi vida hambrienta, eres la presa única” había escrito, pero nunca sabremos si Reyes fue o no su presa. En esa cita el hombre asesinó a La Fiera con dos balazos y luego se suicidó. “Yo muero extrañamente...No me mata la Vida, No me mata la Muerte, no me mata el Amor; Muero de un pensamiento mudo como una herida”.Delmira Agustini.

1886-1914

LA SAMURAI

En el Heike Monogatari, poema épico clásico de la literatura japonesa, se relata la aparición de la clase guerrera de los samuráis y la lucha sin cuartel de dos clanes: los Genji o Minamoto y los Heike o Taira. Entre los personajes de ese convulsionado y violento Japón medieval azotado por las Guerras Genpei, se recorta la extraordinaria figura de Tomoe Gozen, la Samurai.“…Tomoe era especialmente hermosa, con la piel blanca, largos cabellos, y formas encantadoras. También era una fuerte arquera, y como espadachina era un guerrero que valía por mil, preparada para enfrentarse a un demonio o a un dios, montada o a pie. Dominaba a los caballos desbocados con una gran habilidad; cabalgó ilesa por peligrosos descensos. Cada vez que una batalla era inminente, Yoshinaka la enviaba como su primer capitán, equipada con armadura pesada, una enorme espada, y un poderoso arco; y realizó más actos de valor que ninguno de sus otros guerreros”.Heike Monogatari

A diferencia de las kunoichi , mujeres ninja que fueron utilizadas como espías y asesinas, Tomoe Gozen fue una guerrera consumada y samurái de alto rango, muy temida por sus enemigos. Como todas las mujeres de la casta samurái, recibió entrenamiento en el uso de armas, sobre todo la naginata y el arco, con el fin de proteger a su familia y tierras durante la ausencia de los maridos. Su posición como esposa del importante guerrero Minamoto Yoshinaka, la obligó a tomar partido en la guerra por el poder imperial, donde fue temeraria capitana de ejércitos. Una anécdota cuenta que después de aniquilar a decenas de adversarios, el líder de las fuerzas enemigas intentó capturar él mismo a Tomoe durante una escaramuza, tirando de una manga para bajarla del caballo. La falta de respeto y descortesía enfureció tanto a la samurái, que giró sobre su adversario…y le cortó la cabeza, trofeo que más tarde presentó a su esposo. La última acción de esta mujer habría sido durante una feroz contienda, donde Minamoto estaba a punto de ser derrotado. Tomoe decidió adentrarse en el campo de batalla para darle tiempo suficiente a Yoshinaka para que pudiera morir honrosamente cometiendo seppuku. Y aquí las historias difieren, algunos dicen que ella falleció junto al marido y otros cronistas aseguran que fue vista huyendo con la cabeza de un enemigo samurái en las manos, y tiempo después habría abandonado la espada para ser religiosa budista. Como fuere, Tomoe Gozen, se convirtió en la guerrera samurai más famosa de la historia y en un mito fascinante para los japoneses hasta la actualidad. LAS PRECIOSAS... ¿RIDÍCULAS?

Jean-Baptiste Poquelin, más conocido como Molière, escribió la primera de sus grandes comedias Les précieuses ridicules (1659) con dureza y una ironía demoledora. Si bien conquistó el éxito y el voluble favor de Luis XIV, el padre de la Comédie Française no dimensionó en su obra el Preciosismo, ese complejo fenómeno mezcla de un modelo de comportamiento, corriente literaria, ideas que preceden al clasicismo francés y sobre todo, un movimiento que bien puede ser considerado como el antecesor del feminismo.Madeleine de Scudéry

Hacia 1650 la muy coqueta y literata Madeleine de Scudéry [7] lanzó la moda del Preciosismo y situó a la mujer como protagonista de su tiempo. Las chicas de la sociedad barroca se reunían en salones (cabinet, réduit, ruelle, alcôve) para educarse, refinar el gusto y producir literatura destinada a consagrarlas como heroínas. Con esa afectación que les criticara Molière pero también con una rígida disciplina propia, las Preciosas aconsejaban “actuar siempre siguiendo la razón que debía prevalecer sobre el corazón y dominar las pasiones”. Para ellas el amor era concebido como una recompensa que la mujer concedía al hombre sólo después de mucha paciencia, dones y cortejos en la mejor tradición neocaballeresca. Pero no todo eran “reglas” aut delectare aut prodesse est [8] de comportamiento social, juegos amorosos, atildamientos y remilgos. Estas mujeres se atrevieron a “alterar el orden social”. Algo sueltas de las ligaduras tradicionales, algunas propusieron el divorcio, otras un régimen de matrimonio de prueba renovable por contrato anual consensual (¿qué tal?) o un matrimonio limitado al nacimiento del primer hijo y hubo quienes predicaron incluso el amor libre. Varias de estas mujeres resultaron ser maltusianas ante litteram y recomendaron la limitación voluntaria de los nacimientos. Las Preciosas también justificaban la traición conyugal como derecho a la venganza contra los matrimonios infelices; expresaron desprecio por la cocina y las tareas domésticas (que las encarcelaba en una jaula y las aislaba de demasiados aspectos de la vida) rechazaron el amor físico como crítica a una vida conyugal junto a maridos no elegidos y a menudo brutales. Gracias a estas “provocaciones”, muchas mujeres, o al menos una élite, conquistaron el derecho de ciudadanía en la sociedad mundana y en la vida intelectual y fueron durante un tiempo personalidades de la vida literaria, soberanas en los salones y diosas aduladas por los galanes. Uno de los indiscutibles triunfos de las Preciosas, y gran ganador de este movimiento fue el lenguaje. Estas mujeres purificaron, refinaron la manera de expresarse para distinguirla del lenguaje masculino (considerado vulgar y de opresores) y tan aplicadas fueron, que inspiraron la compilación del Diccionario de la Academia Francesa, bueno, la Academia Francesa también en sus comienzos fue un salón más…formado en la mayoría, por preciosos. Vacilando entre el significado positivo y el peyorativo, que las reduce al refinamiento amanerado, las Preciosas –y Preciosos– realizaron su aporte a la cultura hasta finales del siglo XVII. Vanitas vanitatum et omnia vanitas? Non semper ea sunt quae videntur, Molière, non semper ! E = LA AMANTE DE EINSTEIN²

“La mitad superior del cuerpo piensa y hace planes, pero la mitad inferiordetermina nuestro destino”Albert Einstein - 1946

En 1998, nueve cartas de amor escritas por Albert Einstein revelaron que el padre de la física moderna mantuvo una relación amorosa con una supuesta espía rusa durante la Segunda Guerra Mundial. De Margarita Konenkova se conoce poco y nada, es un enigma. Algunos autores mencionan que esta artista, poeta y modelo rusa llegó por primera vez a los Estados Unidos en 1923 con su esposo, el famoso escultor Sergey Konenkov. Según las memorias del espía ruso Pavel Sudoplatov, Margarita era agente soviética y había sido comisionada por los servicios secretos rusos para obtener información confidencial de Albert Einstein y de Robert Oppenheimer, uno de los “padres” de la bomba atómica. El hombre de la melena blanca que reinventó la forma de mirar el universo y su espacio-tiempo, y la espía, se conocieron en 1935, en la Universidad norteamericana de Princeton, donde el Nobel de Física daba clases mientras Konenkov marido, esculpía el busto de Einstein que aún preside el claustro. Y para el FBI, dirigido entonces por el todopoderoso, antisemita y anticomunista John Edgar Hoover, la ecuación era simple: Konenkova había seducido al autor de la Teoría de la Relatividad Especial (E=mc²) para conseguir información sobre el proyecto atómico de Washington. Aunque parece cierto que Margarita le presentó a Einstein el vicecónsul soviético en Nueva York, Pavel Mijailov, hoy los expertos creen que es muy poco probable que el físico ayudara a Moscú a construir una bomba atómica, como tampoco tuvo que ver con los planes nucleares norteamericanos. Nunca se probó concluyentemente si Konenkova fue o no espía soviética, y las cartas de Einstein para ella, sólo hablan de amor. Es interesante imaginar al contraespionaje norteamericano buscando claves de comunicación y secretos nucleares en “La cabeza me zumba como un montón de abejas”. O a los espías soviéticos tratando de obtener una receta para la fabricación de ingenios atómicos en “Creo que Dios hizo al hombre para la mujer”… “Que el amor nos sea benevolente” La amante rusa de Einstein, por su parte, se habría perdido entre los pliegos de la historia “Cuando un hombre se sienta con una chica bonita durante una hora, parece que fuese un minuto. Pero déjalo que se siente en una estufa caliente durante un minuto y le parecerá más de una hora. Eso es relatividad”.Einstein

LA HIJA, LA ESPOSA Y LA NUERA

“Hoc tumulo dormit Lucretia nomine, sed reThais, Alexandri filia, sponsa, nurus.”(“En esta tumba yace Lucrecia, a quien mejor sentaría el nombre de Thais, ya que fue la hija, la esposa y la nuera de Alejandro VI”) Este terrible epitafio fue redactado por el humanista Sannazzaro, dando por cierta la acusación de incesto que pesaba sobre la hija del Papa.Lucrecia Borgia nació un 18 de abril de 1480 y era hija de Rodrigo Borgia, el poderosísimo renacentista valenciano, más tarde Alejandro VI, y de Vanozza Cattanei, la más amada de sus amantes. Y por supuesto, también era hermana de El Príncipe César Borgia. El papá la casó a los trece años con Giovanni Sforza y cuatro años más tarde, disolvió el matrimonio por la supuesta impotencia del marido. Por ese tiempo y mientras esperaba la conclusión de su divorcio detrás de los muros del Convento de San Sisto, la bella Lucrecia se enamoró perdidamente de un joven camarero español apodado Perotto. Lejos del poder y a salvo de miradas indiscretas, los jóvenes se dedicaron en cuerpo y alma a su romance. Con los jardines floridos y los aposentos de honor del convento a su disposición, ambos olvidaron que Lucrecia era hija del Papa, y en consecuencia, rehén mantenido en reserva y destinado a servir a los intereses de la familia. Lucrecia quedó embarazada un mes antes de la anulación de su matrimonio. El 15 de marzo de 1498 un anónimo hizo eco en todo el mundo: “Se asegura que la hija del Papa ha dado a luz”. Inmediatamente los Borgia, sumarios y expeditivos, estrecharon filas, rodearon a la parturienta y se cerraron a cualquier comentario sobre el acontecimiento. Tampoco Perotto alcanzó a decir una palabra, su cuerpo sin vida flotó en el Tíber pocos días después. El siguiente paso familiar, para resolver adecuadamente el desliz de Lucrecia, era reconocer el “niño romano”, como llamaban los libelos al pequeño sin nombre y sin padre, y otorgarle una renta. Pero legitimar un bastardo de la hija del Papa era imposible y cuando Alejandro VI y César intentaron disfrazar con retorcidos argumentos el vínculo filial, todo el asunto resultó una catástrofe. Sobre todo para la madre, a quien le cayó una lapidaria acusación. Los dos tigres apenas sumaron unas manchas más. Para esquivar las leyes canónicas –y la ambición desmedida de su hijo César– el Papa recurrió a una peligrosa estrategia: “reconocer” que el niño “era hijo de César y una “mujer no casada”, y así figuró en la primera bula, la única que se hizo pública. Pero esta solución tenía una desventaja, no aseguraba al pequeño Juan el disfrute del Ducado de Nepi, que Alejandro VI le había regalado. El Papa entonces expidió una segunda bula, destinada a permanecer en secreto, y en la que decía que el niño…era “hijo del Papa”. De esta forma el Ducado se convertía en una propiedad tan indiscutible como las que beneficiaban por donación pontificia a César y a la propia Lucrecia. Negocios eran negocios y a ningún Borgia se le ocurrió la maldicenza que ocasionaría ocultar el origen del niño. Cuando se conocieron las dos bulas se extrajeron varias conclusiones, porque de acuerdo a estos documentos el “niño romano,” o bien era hijo de Lucrecia y César, ó bien, hijo de Lucrecia y el Papa, ¡aunque en ninguna parte figuraba el nombre de la madre! A partir de ese momento, la acusación de incesto adquirió inusitado vigor gracias a los poetas románticos y a los cronistas del Renacimiento hostiles a los Borgia. Aún en el siglo XX el escritor Giovanni Portigliotti llegó a suponer que Lucrecia había exigido que se establecieran dos bulas, porque ignoraba de quién de sus dos amantes, padre o hermano, era hijo su niño… En el Vaticano, y luego en el palacio de Santa Maria en Porticu, la desdichada Lucrecia se aisló por un tiempo junto al pequeño Juan. ¿Lloró, gritó, maldijo, se rebeló? No sabemos, pero estuvo lista cuando la llamaron nuevamente a cumplir su deber. La vida le deparó aún más calumnias, intrigas, sangre, otros matrimonios y venenos a la mujer que, al menos en esta ocasión, fue una víctima de la historia.

LAS BRUJAS DE LA NOCHE: NACHTHEXEN

“Nosotros no podíamos entender que los pilotos soviéticos que nos causaban los mayores problemas eran mujeres. Estas mujeres no temían a nada. Ellas venían cada noche en sus lentos biplanos y durante ese tiempo no nos dejaban descansar”Si acaso Iósif Stalin no hubiera estado atormentado por la invasión germánica Operación Barbarroja, seguramente jamás hubiera dado autorización para formar tres regimientos aéreos exclusivamente femeninos a fines del verano de 1941. En aquel momento, la mayoría de los aviones soviéticos habían sido destruidos por la aviación alemana y apenas quedaban pilotos para combatir. Fue entonces que unas mil jóvenes –la mayoría no superaba los 17 años y carecía de experiencia en vuelo– se enfrentaron al desprecio de sus compañeros varones; redujeron las enormes tallas de los uniformes y tuvieron que acondicionar los asientos para alcanzar los pedales de los aviones, antes de comenzar un breve entrenamiento en Stalingrado. “Las cosas van mal, pero no estamos tan desesperados como para enviar a una chica a la guerra. Vaya a su casa y ayude a su madre”.Bruce Myles “Brujas de la Noche”

Sin embargo, este grupo de voluntariosas mujeres, arriba de unos obsoletos y destartalados Polikarpov Po-2 (biplanos baratos de entrenamiento modelo 1927) se convirtieron en la pesadilla de los alemanes y en la unidad más condecorada de la fuerza aérea rusa. Los soldados germanos les temían más que a los hombres, y las bautizaron Nachthexen (Brujas de la Noche) porque sus pequeños aviones ¿escobas? salían de la nada, bombardeaban, hostilizaban sus posiciones y huían en la oscuridad nocturna sin que los poderosos cazas nazis pudieran impedirlo. Las Brujas tenían una táctica simple pero efectiva: volaban a baja altura y una vez cerca del blanco, ascendían, apagaban el motor y descendían planeando; dejaban caer cuatro pequeñas bombas y partían rápidamente a buscar una nueva carga. Otra estrategia era volar en grupos de tres y en círculo para distraer la atención mientras un cuarto avión disparaba por sorpresa. ¡Siempre les jugaban una nueva treta a los Messerschmitt alemanes! Y claro, finalmente sus pequeñas bombas no causaban grandes estragos pero el hostigamiento, acoso y estrés que provocaban eran femeninamente efectivos. (Ejem…) En pocos meses, estas silenciosas escuadrillas rusas realizaron 23.672 incursiones, lanzaron 3000 toneladas de bombas y sembraron el pánico en los puestos de guardia, abastecimiento, aeródromos y convoyes de la retaguardia alemana. Una de esas valientes brujas fue Lily Litvak, quien se convertiría en la legendaria “Rosa Blanca de Stalingrado”. Bellísima rubia, con ojos muy azules y frágil apariencia. Nadie hubiera creído que ella solita, había derribado 12 aviones. ¡Tan temida era por los alemanes, que se necesitó una misión especial y ocho Messerschmitt para tenderle una emboscada y abatirla! Tenía 22 años cuando murió. Las Brujas de la Noche hoy han desaparecido o viven humildemente con pequeñas pensiones y sueñan con aquellos viejos tiempos, en los que bastaba un precario avión y mucho, pero mucho coraje, para combatir a las fuerzas más poderosas del mundo.

MUJER… A LOS GOLPES

A fines del siglo XIX, una mujer argentina se abría camino a martillazos limpios y precisos sobre el duro mármol. Y mientras Europa aplaudía su obra, Buenos Aires la vituperaba y escribía ofensivas diatribas contra ella.Lola Mora, “la tucumanita”, escultora profesional que vivía de su trabajo, amiga de artistas, independiente, radicada en Italia y habitualmente rodeada de hombres, era una suerte de prostituta para el conservadurismo rioplatense. En su tiempo, mujer y escultora, eran términos excluyentes. Se dijo que fue protegida de Bartolomé Mitre, amante de Julio A. Roca, también que fue bisexual, que se casó con un hombre veinte años más joven para apagar los rumores sobre su persona y también, que después de su muerte, las sobrinas quemaron las cartas probatorias de todo lo anterior. Pero lo indiscutible es que la contestataria primera escultora argentina, no se dobló y se dio el lujo de erigir y emplazar la única gran obra que nadie le encargó, su famosa “Fuente de las Nereidas”. “Lamento que la impureza y el sensualismo hayan primado sobre el placer estético de contemplar un desnudo humano, la más maravillosa arquitectura que haya podido crear Dios”.Lola Mora

La obra fue considerada “licenciosa” y “libidinosa” por las figuras que muestran alegremente y sin recatos, cuerpos desnudos emergiendo triunfalmente de las aguas. Las ligas moralistas no se quedaron cruzadas de brazos: sus ataques abarcaron tanto la escultura, como la escultora alocada y presumida, que tenía el tupé de trabajar vestida con pantalones y boina en su taller. Lola Mora había ganado en Italia concursos para los monumentos a la reina Victoria en Melbourne (Australia) y para el zar Alejandro I en San Petersburgo (Rusia) pero rechazó ambos encargos porque le exigían adoptar las ciudadanías británica y rusa, algo inaceptable para esta mujer que amaba su Argentina. Siguió trabajando en nuevas obras de temas patrióticos y cada vez que podía escapar a la censura oficial, producía las alegorías semidesnudas que acompañan los monumentos de muchos próceres. Shakespeare dejó escrito que “no hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida”. Lola fue golpeada por desplantes, incomprensión, críticas morales, hostilidad, descalificación por ser mujer y también por la helada indiferencia. Y devolvió los golpes, uno por uno sobre el mármol y en cada curva sensual de sus obras. “Cada uno ve en una obra de arte lo que de antemano está en su espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mirada del hombre”.Lola Mora

LA DISCÍPULA

A principios de ese siglo veinte “cambalache problemático y febril”, las pugnas por el poder entre Francia, Gran Bretaña, el Imperio Alemán, el Imperio Austro-Húngaro y la Rusia zarista se acentuaban notablemente y arreciaba la carrera armamentista.[9]Hannah Arendt nació en una Alemania turbulenta que se encaminaba hacia la monstruosidad de la Gran Guerra, luego a la República de Weimar para finalmente desembocar en su antítesis: el totalitarismo nazi. A los 14 años había leído y discutido la Crítica de la razón pura, de Kant, Psicología de las concepciones del mundo, de Jaspers y la obra de Søren Kierkegaard. Hacia 1924, Hannah era una brillante estudiante de 18 años con un irresistible magnetismo. Y cuando llegó a la universidad Philipps de Marburg conoció al hombre que signó su vida, Martin Heidegger y se convirtió en su discípula y amante. La historia entre la alumna judía y el filósofo que terminó comprometiéndose intelectualmente con el nazismo, es una rara mezcla de seducción, amor e inteligencia. Heidegger tenía 35 años, estaba casado con una mujer que no ocultaba su antisemitismo y escribía por entonces su obra fundamental, Ser y tiempo. “Todo lo grande está en medio de la tempestad”.M. Heidegger

En medio del amor clandestino con el egregio maestro, Hannah se doctoró bajo la tutela de Jaspers y comenzó a elaborar sus propias teorías a partir de la realidad que le había tocado vivir. Ya no era la discípula de Jaspers (aunque mantuvo su amistad hasta la muerte del filósofo) ni de Heidegger o su pensamiento era el de Hermann Broch, Walter Benjamín o Husserl. Era una mujer con ideas propias y una judía que veía con horror a una parte de sus amigos adherir al nazismo…y a la otra parte, ser perseguidos y muertos. Ella misma sería detenida por la Gestapo, partiría hacia el exilio y el nacionalsocialismo le retiraría la nacionalidad convirtiéndola en apátrida. Se refugió primero en Francia y luego, con el inicio de la II Guerra Mundial huyó a los Estados Unidos. Fueron años de persecución y profundo dolor, no obstante Hannah Arendt no dejó de preguntarse profunda y honestamente en sus escritos, los porqués. En su Orígenes del totalitarismo (1951), en las clases que dictó en las universidades de Berkeley, Princeton, Chicago, sus temas giraban sobre la suerte de los judíos en Alemania y Europa, sobre el sionismo, sobre el mal y la mentira en la política. En La condición humana (1958), Sobre la revolución (1963) y sobre todo en el muy polémico Eichmann en Jerusalén (1963) no cesó de plantear y analizar el “infierno ideológico” que le había tocado vivir. Hannah rechazaba profundamente los rótulos y encasillamientos y éste fue un pecado grande en aquellos tiempos polarizados. No se definía comunista, socialista, liberal, conservadora, fascista, nazi y tampoco sionista. Por ende, era algo mucho peor, una sospechosa. Hizo mucho ruido con “la banalidad del mal” después del juicio de Eichmann; inquietó los espíritus estadounidenses cuando no condenó a los comunistas en plena “caza de brujas” y trató la discriminación de los negros o cuando censuró la Guerra de Vietnam. Para completar las perplejidades, testimonió a favor de su antiguo y admirado amante Heidegger en la audiencia de desnazificación en Alemania y lo reivindicó públicamente. Es de rigor mencionar que Martin Heidegger aparentemente y de acuerdo a los testimonios epistolares que se conservan, nunca trató a su “discípula” como una igual. Podemos inferir que el filósofo necesitaba más la admiración de Arendt que su juicio. Para muchos Hannah Arendt fue “una de las pensadoras más significativas e influyentes del siglo XX”, para otros “atrevida irredenta, reaccionaria torcida”, ella sencillamente se describió como una teórica de la política. Lo innegable: la discípula fue una mujer con voz propia. “Los hombres, aunque han de morir, no nacieron para morir, sino para innovar”.H. Arendt

LA POETESSA E MERETRICE

“E se ben meretrice mi chiamate,o volete inferir ch´io non vi sono,o che ve n´èn tra tali di lodate.Quanto le meretrici hanno di buono,quanto di grazioso e di gentile,esprime in me del parlar vostro il suono.”V. Franco

En la Venecia del Renacimiento, sinónimo de arte y emporio de artistas, mecenas, obras artísticas y museos, nace en 1546 Verónica Franco, la “cortigiane oneste”. Su padre, Francesco Franco pertenecía a los “cittadini originari” (clase social a mitad de camino entre aristocracia y plebe) y la madre, Paola Fracassa, era una célebre cortesana que enseñó a su hija los secretos de la profesión. Por aquellos tiempos Venecia reconocía dos clases de cortesanas: la “cortigiane oneste”, o sea la intelectual, y la “cortigiane di lume” más próximas a las actuales prostitutas, que solían ejercer cerca del puente de Rialto. En 1565 y a la edad de 20 años Verónica Franco y su madre, aparecen nombradas en el clandestino “Catalogo de tutte le principal et piú onorate cortigiane di Venetia” donde se indicaban nombres, dirección y tarifas: “Veronica Franco, a Santa Maria Formosa, pieza so mare, scudi 2” y “Paula Franco, a Santa Maria Formosa, pieza lei medema, scudi 2”. Y aunque el valor por sus servicios es muy mediocre, tan solo un año después, la joven estaba en boca de toda la ciudad. Verónica más que bella era atractiva y sobre todo, muy culta. Se convirtió en una verdadera experta en temas amorosos, como lo prueban sus libros de poemas. Su honradez y decoro le abrieron las puertas de la alta sociedad y en 1574, cuando el futuro rey Enrique III de Francia pasó por Venecia, las autoridades no dudaron en ofrecerle a Verónica como el mejor presente para su Majestad. La casa de la oneste cortigiane se convirtió por entonces en un punto de encuentro de músicos, pintores y nobles donde se alternaban debates de filosofía, lectura de poesía y conciertos musicales. Verónica no dejaba de estudiar y discutir asuntos de estado con los hombres que gobernaban la República y por lo general, elegía sus amantes en base a su clase social, dinero, educación, y sobre todo por su cultura, de la que ella se aprovechaba cuanto podía. Su amante preferido, y el amigo más importante de la poetessa, fue el famoso petrarquista Doménico Venier, que ayudó a Verónica con la publicación de sus dos libros de poemas y contribuyó decididamente a su fama literaria. Pero a la vez, fue un sobrino de este benefactor, Maffio Venier, el más encarnizado enemigo de la mujer. Maffio, quien había sido rechazado por la célebre cortigiane, estaba ciego de envidia y celos literarios. Verónica había publicado recientemente “Rime di diversi eccellentissimi auttori nela morte dell´llustre Sign. Estor Martinengo, Conte di Malpaga” y el escritor arremetió con furia y vulgares acusaciones. Disparó contra ella dos capítulos y un soneto caudato “Verónica, ver unica puttana”. La elegante respuesta de la poetessa no se hizo esperar y los venecianos pudieron complacerse con “D´ardito cavalier non è prodezza”. En el epistolario de la cortesana, que ha llegado hasta nuestros días, se advierte que la poetessa era consciente de hacer suyo un género casi exclusivamente masculino para ganarse un espacio de emancipación y aspirar a convertirse en un modelo de mujer que no quiere ni puede renunciar a los valores de la cultura. Y como no podía ser de otra forma, al poco tiempo, Verónica Franco, fue acusada de brujería, entre otros absurdos cargos y entregada a la Inquisición. Se cuenta que en el tribunal, ella se defendió con inteligencia y dignidad, docenas de hombres se pusieron de pie y atestiguaron acerca de la honestidad de esta “pecadora” y aseguraron haber disfrutado “sin hechizos” de las relaciones carnales. La iglesia fue silenciada y Verónica absuelta. Cuando el Humanismo rescataba los ideales griegos del hombre como centro y medida de todas las cosas, y dejaba atrás el fanatismo oscurantista de la Edad Media -en el que la mujer estuvo condenada a la ignorancia y el silencio- nació por primera vez en la historia, un debate serio sobre la capacidad intelectual femenina. Muchas “Verónicas” renunciaron a la vida de esposas para acceder a la cultura, aunque sea en una forma tan poco ortodoxa como la de convertirse en cortesana, oneste, por supuesto.

THE BEWITCHING BROKERS OF WALL STREET

En 1652, los holandeses que habían fundado Nueva Amsterdam, llamada definitivamente Nueva York en 1674, levantaron un muro de lodo y madera para defenderse de los ataques de indios, británicos y sobre todo, para evitar que escaparan los esclavos negros de la colonia. La calle que se encontraba a lo largo del muro era conocida como Calle del Muro o Wall Street.Hacia finales del siglo XVIII, los primeros brokers realizaban sus operaciones informales bajo la sombra de un plátano buttonwood cerca del número 68 de Wall Street. Y la prosperidad del negocio los llevó a organizarse, fijar las reglas y condiciones para un mercado de valores estable y firmar el histórico acuerdo Buttonwood. De esta forma en 1792 nacía la Bolsa de Nueva York. Desde sus inicios la correduría había sido una actividad exclusiva para varones, pero en 1870 un curioso affaire marcaría la entrada a la Bolsa, de dos alegres chicas: The Bewitching Brokers of Wall Street o las Hechiceras Corredoras.Victoria Woodhull y su hermana Tennesse habían hecho de todo para sobrevivir a la miseria, incluyendo prostitución y sesiones de espiritismo, hasta el día en que conocieron a Cornelius Vanderbilt, también llamado The Commodore, sujeto que cambiaría sus vidas y las convertiría en sus protégées. Cornelius era por entonces el hombre más rico de Estados Unidos y a los 74 años sus únicos intereses eran las mujeres hermosas y las experiencias psíquicas que le pudieran ayudar a recuperar sus menguadas capacidades. Y mientras Tennesse complacía las fantasías sexuales del viejo empresario, Victoria complementaba el servicio con “sesiones espiritistas”. Fue precisamente en una de estas sesiones cuando a la joven se le apareció el espectro de Demóstenes, uno de los oradores más relevantes de la historia y político griego, quien le habría “ordenado” trasladarse a la casa 17 de la calle Great Jones de Nueva York, porque ahí alcanzaría la fortuna. Victoria le propuso entonces a Cornelius abrir un puesto en la Bolsa de Valores de Wall Street, y con la bendición de Vanderbilt -y su asesoramiento- en 1870 el influyente periódico New York Herald anunciaba la entrada oficial de las jóvenes al negocio. Se convirtieron rápidamente en millonarias y sus colegas comenzaron a llamarlas Bewitching Brokers. Pero a la bella e inteligente Victoria Woodhull, saltar de la miseria hasta la más lujosa mansión estadounidense no le fue suficiente. Abrazó con toda su pasión el feminismo, publicó una proclama sobre la “Igualdad entre los hombres y las mujeres” y para el asombro de los New Yorkers, en el mismo documento… ¡anunció su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos! Cuando se aseguró que la Senadora Hillary Clinton era la primera mujer que aspiraría a la presidencia de su país, muchos periodistas, editorialistas, comentaristas etc. olvidaron –con o sin intención– la historia de quien que supo ser espiritista, prostituta, periodista, feminista, la primer fémina, junto a su hermana en Wall Street y también, la primera candidata a presidente de los estadounidenses en 1872…cuando las mujeres ni siquiera tenían derecho al voto.

LA MALDITA

Thomas Mann –después de observar cuidadosamente a Annemarie Schwarzenbach– dijo: “Es curioso: si usted fuera un muchacho, se diría que es de una belleza extraordinaria”.La suiza Annemarie Schwarzenbach padeció desde siempre du Mal de Vivre, depresión, acedia, melancolía crónica, inquietante espectro que persiguió a Shakespeare, Dostoievski, Samuel Beckett y Baudelaire entre muchos otros. Doctora en filosofía, novelista, arqueóloga, periodista, viajera, fotógrafa, morfinómana, alcohólica, lesbiana, suicida en potencia, amiga íntima de los hermanos Mann y escritora atormentada. Mientras luchaba contra sus propios demonios, viajó por Persia, Afganistán, el Congo Belga, Rusia, Inglaterra, Holanda, Francia, España y Estados Unidos. Escribió crónicas y obras de ficción muy peculiares: los ojos de Annemarie no sólo veían paisajes y personas, también “miraban”, a través del prisma de su dolor, el espíritu de una época marcada por la guerra, y las angustias y anhelos de una generación. Corrían los años 30 en Berlín, capital de la homosexualidad europea de la época, cuando Annemarie conoció a los “niños terribles del mundo intelectual alemán” Klaus y Erika Mann. En Klaus encontró un socio para la morfina y el desasosiego. La hermosa Erika le asestaría un coup de foudre, aunque el amor no fue correspondido. Y con ambos hermanos, descubriría el profundo compromiso antifascista y la lucha acérrima contra el nazismo ascendiente. La aristocrática y rica familia Schwarzenbach –emparentada con los Von Bismarck y simpatizante de Hitler– nunca comprendió a su hija, ni el rechazo de Annemarie a un espléndido futuro de lujos. Su madre, tan severa que la apodaban “La Generala” fue otro fantasma que la escritora maldita combatió desde la literatura temprana, y con cada psiquiatra (incluyendo Jung) y en cada viaje-fuga a un país lejano. La muerte, que jamás rechaza un coqueteo, atendió finalmente a Annemarie, con ironía. En 1942, la escritora de 34 años, limpia de drogas, eligió cambiar su acostumbrado automóvil por una bicicleta y cayó golpeándose la cabeza contra una piedra. Permaneció algunos meses sin poder hablar, mirar o caminar hasta que falleció. La Generala entonces quemó todas sus cartas, diarios y varios manuscritos. Los trabajos que se salvaron estuvieron ocultos hasta 1987, cuando un estudioso de Ginebra los sacó del olvido. Annemarie Schwarzenbach –como Baudelaire– vivió como murió, en elegante oscuridad. Trágica, sumergida en la profundidad de sus miedos y miserias, sin ser entendida y al final se quedó sin voz, igual que el Poeta Maldito.[10] Recién en 1995 se conoció “Muerte en Persia”, un libro de viajes distinto, de belleza sombría, en el que la compleja e inasible escritora proyecta su propia desolación ante el mundo y mezcla retazos de su biografía. Quizás alguien ¿algún Sartre contemporáneo? la reclame para el malditismo literario. “Infime est la frontière entre l’inhumain et le surhumain, et ce qui est surhumain, c’est la grandeur désespérée de l’Asie”.Annemarie Schwarzenbach

LA MISERABLE

“No olvidéis esto; cada una de nuestras pasiones,aún el amor, tiene un estómago que es menester no rellenar demasiado”.Los miserables

Víctor Hugo

El 23 de abril de 1915, The New York Times publicaba el fallecimiento en París de Adèle Hugo, aunque la noticia pasó prácticamente inadvertida en el escenario de la Primera Guerra Mundial. Unas cuatro décadas antes, la hija del autor de Les Misérables, había sido encontrada vagando por las calles, con la razón perdida y el corazón roto.Su historia de amor, locura y desesperación vio la luz pública por unos misteriosos diarios íntimos encontrados a fines del siglo XIX y publicados por Frances V. Guille en 1968 Le Journal d’Adele (base para la película La historia de Adèle H, de François Truffaut en 1975) y más recientemente por el libro Adèle Hugo, la Miserable, de Leslie Smith Dow (1993). Si Adèle no hubiese existido, habría sido necesario inventarla. Bella, educada, virtuosa, con el drama rondando en cada esquina de su vida; padeció la muerte de sus cuatro hermanos, las infidelidades y amantes de sus padres, el espiritismo, la política de oposición a Napoleón III, y ese amor truncado que le robó la cordura. Tenía todos los atributos de un personaje romántico literario. Se dice que hacia 1852, cuando conoció al oscuro teniente del ejército inglés Alfred Pinson, Adèle vivía junto a su padre el exilio en Guernesey e intentaba ser reconocida como compositora y pianista. También escribía compulsivamente y sin parar, un libro que nunca se editó, incluso algunos manuscritos recientemente descubiertos y atribuidos a Víctor Hugo pudieron ser suyos. La relación con Pinson cambió todo, Adèle se enamoró como una loca del mujeriego, malhumorado e impenitente jugador y olvidó todo lo demás. El amor no correspondido se convirtió en obsesión y cuando el hombre partió a Halifax junto al ejército inglés, ella abandonó su familia y corrió detrás de él. Luego de atravesar el océano, Adèle llegó a la helada Nueva Escocia, se registró bajo un nombre falso en una habitación cercana a los cuarteles del ejército, y comenzó a rondar, vigilar, acechar a su hombre, mirándolo a través de las ventanas. Durante años se vistió de negro, con harapos, se disfrazó, soñando el momento en que el inglés la descubriera y correspondiera a su amor. Algunas versiones dicen que Pinson hizo contacto con ella y a pesar de los ofrecimientos, ruegos y humillantes súplicas, la rechazó una y otra vez. “Soy la hija de Víctor Hugo” dijo Adèle cuando la encontraron, y fueron las últimas palabras que pronunció antes de pasar el resto de su vida recluida como enferma mental. En 1862 y mientras Francia se conmovía con la terrible y solitaria infancia de Cossette, la evolución moral de Jan Valjean y el grito social de la novela quizás más importante del siglo; la última hija viva de Víctor Hugo, obsesionada por la pasión, abandonada por su amante e ignorada por sus padres [11] sucumbía a la locura y se convertía, en una silenciosa miserable.

LAS MERCURY 13

“For some…the sky is not the limit”Cuando la NASA inauguró la carrera espacial, Geraldyn (“Jerrie”) M. Cobb (28) tenía uno de los mejores historiales de la fuerza aérea, llevaba 7000 horas de vuelo y había conquistado tres récords mundiales de aviación. Si acaso hace cuarenta años realmente el hombre llegó a la luna, el primer pequeño paso bien pudo ser de una mujer.El 22 de diciembre de 1958 apareció en todos los periódicos de Estados Unidos una convocatoria para candidatos a astronautas, que excluía rotundamente a cualquier fémina. No obstante, el prestigioso director del área científica, a cargo de diseñar la misión del Mercury 7, William Randolph Lovelace, decidió hacer algunas excepciones. Lovelace había descubierto a Geraldyn Cobb y también estaba persuadido de que la complexión femenina se adecuaba perfectamente a los requerimientos de la nave. Y lo animaba el hecho de que las mujeres consumen menos oxígeno que los hombres, un dato crucial y enorme ventaja en una misión donde cada gramo de oxígeno costaba fortunas. Fue así que comenzó a trabajar un grupo paralelo y femenino que en el tiempo fue llamado Mercury 13. Sin ningún tipo de diferencias (ni piedad) Lovelace aplicó a las trece chicas las mismas pruebas físicas y psicológicas que a los hombres y el resultado confirmó lo que había previsto: mujeres y hombres poseen las mismas capacidades para ser astronautas, pero con un plus ultra: las féminas soportan más y mejor las presiones psicológicas y la angustia de la soledad espacial. Convencido de que la tripulación del Mercury 7 debía ser mixta y que Geraldyn Cobb era la astronauta más capaz que tenía la NASA y debía encabezar el proyecto, Lovelace decidió enviar sus resultados al director de misiones espaciales. La respuesta fue un categórico NO de la junta directiva. Y aunque las mujeres escribieron al presidente John Kennedy y visitaron al mismo Lyndon Johnson, nada cambió el masculino parecer de la Agencia Estadounidense del Espacio y la Aeronáutica, el sexismo y los prejuicios habían triunfado. El 16 de junio de 1963, cuando Geraldyn Cobb ya había colgado su traje de astronauta y también sus compañeras, el Vostok 6 despegó desde la base espacial de Baikonur llevando como tripulante a la “gaviota” Valentina Vladímirovna Tereshkova. La rusa se convirtió en la primera mujer en viajar al espacio. Las chicas del Mercury 13 no lograron su sueño y jamás orbitaron la tierra, incluso la decisión de no incluir femeninas en el programa espacial se mantuvo hasta 1983, cuando la californiana Sally Ride se subió al Challenger, dejando atrás más de veinte años de atraso. Probablemente el hombre pisó la Luna en 1969. Pero si atendemos los rumores de “fraude” en ese complejo escenario de la Guerra Fría, quizás no. Y puede que la Luna aún espere ese primer paso en la superficie selenita… ¿el de una mujer?

LA DIOSA DE LA LOCURA

Hasta el siglo XVI los poetas neoplatónicos y petrarquistas franceses se habían adueñado del cuerpo femenino proyectando sobre él, su exaltada imaginación y los más ardientes deseos. “Parcellisé, approprié par le désir et le regard masculins, un corps «voyeurisé» si l’on peut dire”, decía Charpentier y las bellas criaturas agasajadas, callaban. Pero el Renacimiento, con sus nuevos aires llegados de Italia, permitiría que algunas mujeres tomaran la pluma para devolver la mirada indiscreta que durante tanto tiempo, se había posado sin pudor sobre su cuerpo. Una de esas atrevidas escritoras fue Louise Labé.Más conocida como La Belle Cordière, por ser hija de un rico cordelero, Louise habría nacido en 1525 en Lyon, segunda capital de Francia por aquellos tiempos. La chiquilla de largos cabellos rojizos tuvo una esmerada educación en ciencia, literatura, latín, italiano y música. Y por si esto fuera poco, aprendió a montar y manipular armas, algo absolutamente trasgresor para la época. No se libró sin embargo de casarse con el rico, maduro, y también cordelero, hombre que su familia eligió para ella. Sin conocer la maternidad, Louise consagró todo su tiempo a cultivar la lectura y la escritura y su casa se convirtió en un salón literario que recibiría los más notables poetas del momento. Era una Diosa. Bella, rebelde, inteligente y dueña de una retórica exquisita y pulcra. Su destino era pasar a la historia como autora de los más originales textos dramáticos del Renacimiento. Y a pesar de la excepcional condición de mujer letrada, su obra fue muy escasa en cantidad. Escribió tres elegías, veinticuatro sonetos y el célebre Debate entre la Locura y el Amor. Con evidente influencia de Erasmo de Rótterdam, Louise Labé observa y reflexiona en forma magistral sobre la locura y el amor y los expone por separado, caracterizando Amor con sexo masculino y Locura con el femenino, simbolizando las ancestrales diferencias entre los sexos. La poetisa, al igual que Erasmo, unge a Locura como una diosa, pero invierte las características negativas para mostrarla como una “rebelde hacia los convencionalismos”. Para hacerse oír, tras padecer las humillaciones de Amor, Locura hace caer a este en una trampa y le venda los ojos para siempre. Con este gesto, Locura favorece a los indignos de Cupido: deformes, contrahechos, tontos, malvados, feos y feas, ancianos y ancianas. Las flechas ciegas de Amor se disparan a todos, contribuyen al delicioso desorden del mundo y equilibran la injusta naturaleza. En esta obra Locura es tan positiva como Amor, es quien impulsa al amante y al genio para ejecutar las más increíbles hazañas. “Baise m´encore, rebaise moi et baise:Donne m´en un de tes plus savoureux,Donne m´en un de tes plus amoureux:Je t´en rendrai quatre plus chauds que braise.Las, te plains-tu? Ça que ce mal j´apaiseEn t´en donnant dix autres doucereux,Ainsi mêlant nos baisers tant heureuxJouissons-nous l´un de l´autre à notre aise.Lors double vie à chacun en suivra,Chacun en soi et son ami vivra.Permets m´amour penser quelque folie:Toujours suis mal, vivant discrètement,Et ne me puis donner contentementSi, hors de moi, ne fais quelque saillie.”Alrededor de los 30 años, en 1555, Louise publica una de sus obras con el consentimiento de Francisco I, y a pesar de alcanzar hasta tres ediciones, la poetisa fue acusada de cortesana disipada. En realidad –más que sus letras revolucionarias en algunos aspectos estilísticos– molestaba esa “declaración de independencia, física, moral e intelectual que representaba la publicación de un libro escrito por una mujer”, para colmo, hermosa. Y por supuesto, no faltaron los varones envidiosos y pretendientes despechados, como el poeta Oliver de Magny, quiénes se encargaron de enlodar la reputación moral de la Belle Cordière. Louise Labé caballero, Louise Labé lesbiana, Louise Labé prostituta, La Safo Lionesa fueron algunos de los epítetos que reemplazaron las alabanzas y requiebros que había recibido toda su vida. Tres años después de publicado su libro y al poco tiempo de la muerte de su esposo, la autora, agobiada por los chismes y habladurías, se retiró a una propiedad campestre, donde falleció el 25 de abril de 1566. La Poetisa no volvió a escribir. Quizás Cordura, envidiosa de la brillante Diosa de la Locura, hizo caso de las calumnias y canceló para siempre la vocación de una de las escritoras más brillantes del Renacimiento Francés. Nota: HUCHON HYPOTHESIS: Mireille Huchon, Profesor de la Sorbona, publicó en 2006 un libro donde presume que en realidad Louise Labé fue “invención” de varios poetas de Lyon y un editor. La teoría es que estos pícaros aprovecharon la enorme fascinación de ese tiempo por la poesía de Safo y Petrarca. La polémica está abierta.

UN ÁNGEL CAÍDO DEL CELLO

Genio y leyenda de la música clásica del siglo XX. Ungida con un talento excepcional, apasionada, hermosa, sensual y capaz de provocar terremotos en los corazones. Fue considerada la mejor violoncellista de su generación y una de las mejores de todos los tiempos, sólo comparable a Rastropovich y a Casals. Un rayo llamado esclerosis múltiple cayó sobre este ángel y terminó rápidamente con su carrera y su vida. Si la música es como dicen “el sonido de las puertas del paraíso al abrirse”[12], es probable que Jacqueline du Pré no muriera, y sólo regresara al lugar de donde vino.1945, 1987. Esas dos fechas delimitan la vida de Jacqueline du Pré. En el medio, la mágica, legendaria y trágica historia de una virtuosa musical. Nació en Oxford y era hija de una excelente pianista. Se dice que antes de cumplir los cinco años, escuchó por primera vez en la radio, el sonido de un cello y ese instrumento de cuerdas, el más parecido a la voz humana, se adueñó del corazón de la niña prodigio. A partir de ese momento, comenzaron las clases en la London School Cello; luego con William Pleeth su querido profesor de la Guildhall School of Music and Drama en Londres, con Paul Tortelier en París, con Rostropovich en Rusia y con Casals en Suiza. Esas largas horas encadenada a la servidumbre del instrumento, la llevaron a ganar el Premio internacional Cello Suggia a los diez años y medalla de oro al completar sus estudios. En la década de los sesenta el ángel desplegó sus alas. Interpretó como nadie el bellísimo concierto para violoncello de Elgar, con Sir John Barbirolli y la Orquesta Sinfónica de Londres y en 1965, al comando de un Stradivarius [13] debutó en el Carnegie Hall en Estados Unidos Con garra y maestría, esa muchacha de apenas veinte años, dejó a la crítica boquiabierta y se lanzó al estrellato mundial. Durante toda su adolescencia, la música y el extraordinario talento, habían aislado a Jacqueline del mundo. Pero en 1966 conoció al argentino Daniel Barenboim, otro niño prodigio y joven virtuoso del piano. Un año después, du Pré se convirtió al judaísmo y se casó con él en una bella ceremonia en la que Zubin Metha ofició de testigo. Esta pareja fue, al decir de la revista Times «el comienzo de una de las más memorables relaciones, tanto en lo personal como en lo profesional que la música ha conocido, desde los días de Clara y Robert Schumann» Jacqueline du Pré dio su último concierto en 1972, junto a Pinchas Zukerman. Casi no logró abrir el estuche del instrumento, ya no sentía sus dedos y tocó a Brahms sin tacto, desde el corazón. La esclerosis múltiple siguió avanzando y la mujer nunca más pudo volver a acariciar y arrancarle a su cello enmudecido, ni siquiera un triste lamento. Siguió dando clases a sus alumnos, intentando transmitir a otros, su pasión por la música… hasta que un silencio atronador y ¿el batir de alas? indicaron que había dejado este mundo. Tenía 42 años.

LA HIJA DEL DESIERTO

En 1921 Winston Churchill, recién asumido secretario de Colonias, convocó sus mejores especialistas en Medio Oriente a una conferencia en El Cairo para decidir el futuro de la Mesopotamia. El distinguido grupo estaba conformado por 39 hombres y una dama que fue considerada “la mujer más poderosa del Imperio Británico después de la Primera Guerra Mundial”: Gertrude Bell. Con un humor inglés no exento de profecía el futuro Primer Ministro los denominó “los 40 ladrones”[14]A Gertrude podemos verla en muchas de las viejas fotografías, posando con uno de sus inconfundibles sombreros con plumas y envuelta en sedas y encajes frente a la esfinge de Gizeh, al lado de su amigo Lawrence de Arabia y del mismo Churchill, que luchaba por mantener su robusta humanidad sobre un camello. O en una improvisada mesa en medio del desierto, bebiendo té en un elegante servicio de porcelana y plata. Pero detrás de ese refinamiento, a prueba de geografías, estaba la primera mujer que se doctoró en historia contemporánea en Oxford, una lingüista excepcional, la arqueóloga apasionada, una orientalista emérita, la cartógrafa, alpinista consagrada, fotógrafa y según dicen, también exitosa espía. Había nacido en 1868 en el seno de la burguesía británica. Disfrutó como pocas de sus contemporáneas la libertad de estudiar y viajar y desde muy pequeña trató en igualdad de condiciones a los personajes poderosos. Su corrección y seriedad la llevaron a tener amigos en todos los sectores sociales y en los más distintos escenarios geopolíticos, un jardinero iraquí, el virrey de la India, un periodista del Times, un guerrero tribal, un jeque, un derviche, un funcionario turco o un aristócrata inglés. A los 53 años era la mayor especialista en la compleja política de la región Mesopotámica y muchos no dudaron en llamarla “Lawrence de Arabia femenina” o “el cerebro oculto de Lawrence”. Lo cierto es que de la mano de su amigo, conocería al rey Faisal [15]y luego de terminada la Primera Guerra Mundial, Gertrude recibiría la orden de establecer las fronteras del nuevo Irak. Se cuenta que estuvo encerrada por muchos días en su despacho lleno de mapas y documentos para realizar esta tarea, que dejó huellas en el desierto y en la historia. “A veces me siento como el Creador a mediados de semana. Sin duda se preguntaría cómo deberían ser las cosas, igual que hago yo”.G. Bell

Gertrude vivió rodeada de hombres. Fue una hermosa muchacha solitaria en el mundo musulmán, la famosa autora que escribió sobre los árabes con autoridad, la que recorrió más de 30.000 km en camello, a caballo, en coche y a pie los territorios entre Turquía, Siria, Líbano, Irak, Egipto e Israel y se internó en los lugares más peligrosos de Arabia. Los árabes la llamaron cariñosamente “Hija del Desierto” y ella, en la Conferencia de El Cairo en 1921, planteó la necesidad de unificar las tres provincias otomanas: Basora, Mosul y Bagdad. Y consiguió constituir el moderno Estado de Irak. Pero las intrigas políticas y conflictos terminaron por desgastar física y emocionalmente a la otrora infatigable trabajadora. En 1926, la bella pelirroja que nunca tuvo tiempo para el amor se suicidó. Tenía 58 años. “Existen dos clases de hombres: aquellos que duermen y sueñan de noche y aquellos que sueñan despiertos y de día... esos son peligrosos, porque no cederán hasta ver sus sueños convertidos en realidad”.Thomas E.Lawrence

(…también las mujeres, Lawrence)

Nota: Entre 1899 y 1918, Gertrude Bell viajó por Oriente Próximo, Oriente Medio y la India. Realizó miles de fotografías en territorios bajo control otomano, donde se pueden ver antigüedades clásicas, paleocristianas, bizantinas, sasánidas, islámicas, etc. Incluso algunos de los monumentos que aparecen ya no existen en la actualidad. Este sitio contiene aproximadamente unas 6000 fotos: GERTRUDE BELL ARCHIVE – Newcastle University Library

TINA, UNA DONNA APPASIONATA

“Soy una fotógrafa y nada más” decía Tina Modotti… ¿Nada más?La italiana Assunta Adelaide Luigia Modotti era el tipo de mujer que Puccini hubiera llamado “pasión desesperada”[16] Su vida, como la de una heroína de ópera, transcurrió entre duras realidades sociales, desarraigos, política, un amor condenado y la muerte.El fuego de Tinissima [17] se encendió temprano. Quizás cuando la miseria la expulsó de su Udine natal, probablemente en 1921 cuando el famoso Edward Weston le enseñó a usar una cámara fotográfica ¿en México, junto a Frida, Diego Rivera y Siqueiros? ¿O en 1927 cuando se hizo miembro del Partido Comunista? Es difícil saber. Pero la combustión alcanzó su punto más alto en 1928, cuando conoció al dirigente estudiantil cubano Julio Antonio Mella, su gran amor y hombre que fue asesinado mientras paseaba de su brazo. ¿Fuego? Seguramente las llamas ardieron en Tina cuando, en el medio del dolor, fue difamada por la prensa amarilla, satanizada políticamente y por último, deportada del país azteca acusada injustamente de conspirar contra el presidente. Luego de pasar por Alemania y la Unión Soviética, Modotti recaló en la Guerra Civil española, cocinando y atendiendo heridos, mientras se relacionaba con Robert Capa, Gerda Taro, Ernest Hemingway, Malraux, Rafael Alberti y Antonio Machado quien la llamó “ángel de mi casa”. Tina manejó cámara y militancia de la misma forma que su vida, sin sutilezas y con la libertad tatuada en el corazón. Su lente capturó campesinos, obreros, niños de la calle, madres amamantando, imágenes de un realismo conmovedor, testimonios irrefutables de la tristeza y la lucha de los pobres. “…si mis fotografías se diferencian de otras obras que se producen en este campo es justamente porque busco producir no precisamente arte, sino fotografías honestas, sin trucos ni manipulaciones…”Tina Modotti

En 1939, mientras ascendía el fascismo y caía el mundo que soñó, Tina regresó a México. Había envejecido prematuramente. Ya no era la hermosísima mujer que Weston fotografió desnuda en la azotea, o la que Diego Rivera vistió con camisa roja y falda negra en uno de sus famosos murales. La donna appasionata falleció en 1942 y según la historia oficial, sufrió un ataque cardíaco a bordo de un taxi. Entre sus pertenencias se encontró la pequeña foto de Julio Antonio Mella que la había acompañado a todas partes. Para algunos, allí se extinguió el fuego de Tina Modotti. Otros, como el poeta chileno Pablo Neruda [18] opinaron distinto: “Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes.Descansa dulcemente, hermana.(...)Son los tuyos, hermana: los que hoy dicen tu nombre,los que de todas partes , del agua y de la tierra,con tu nombre otros nombres callamos y decimos.Porque el fuego no muere”. LA VIAJERA

“El verdadero lugar del nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente.”Memorias de Adriano

Seguramente cuando l’Éminence rouge, el impopular Cardenal Richelieu, fundó la Academia Francesa de Letras en 1634, ni siquiera sospechó que una mujer sería admitida como miembro. Pero en 1980 Marguerite Yourcenar, por primera vez, destruye el mito de la escritura singularizada por el género y ocupa la silla 3 en la honorable institución. Y se lo había ganado, con sus “Memorias de Adriano”. Tanto el personaje, pocos héroes como Adriano viajaron tanto, como la autora, no sólo emprendieron un viaje visible y geográfico, sino en simultáneo, un viaje al interior del alma humana. “Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre”.Flaubert

(Yourcenar declaró que estas letras inspiraron sus Memorias de Adriano)

La vida y la vasta obra de Marguerite Yourcenar están marcadas por el motivo del viaje; la Roma Imperial de Adriano, esa Italia de Mussolini en Denario del sueño, el Flandes del siglo XVI de El Alquimista, la Grecia Antigua de Fuegos, el encantador Oriente de los Cuentos orientales, el paisaje austro-húngaro de Alexis, los Países Bálticos de El tiro de Gracia. El hilo conductor que une toda su obra es la recuperación de la memoria colectiva y la sustancia del hombre y su pasado. La “Historiadora-poeta y novelista” –como se definía ella misma– Marguerite Yourcenar, seudónimo anagramático de Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine de Crayencour, había nacido un 8 de junio de 1903 en Bruselas. Su madre, belga, murió poco después de dada a luz, y su padre, un noble francés, fue su tutor, confidente, amigo y la inició en los idiomas clásicos y la literatura. A los ocho años Marguerite ya leía libros de filosofía, a los 10 aprendió latín y a los 12 griego. Nunca fue a la escuela, y con sólo 16 años publicó su primera obra El jardín de las Quimeras. El poder, lo racional versus lo irracional, homosexualidad, androginia, el duelo entre “Eros” y “Tánatos”, la búsqueda de la verdad universal, fueron temas esenciales y recurrentes en sus obras y tratados con exquisito refinamiento y delicada maestría. “Un hombre que lee, o que piensa, o que calcula, pertenece a la especie y no al sexo; en sus mejores momentos, escapa incluso a lo humano”. M. Yourcenar

Para 1986 La Viajera detuvo unos instantes su “vuelo” en Ginebra. Allí se encontraba un hombre, el “poeta ciego” que ella tanto admiraba. Él le habló acerca del laberinto de la vida, sacó una llave de su bolsillo, le pidió que fuera a su departamento y que volviera para describírselo con todo detalle. Yourcenar cumplió con el pedido, sólo que, al contarle, omitió decir que al abrir la puerta del lugar, un enorme espejo amenazaba con su reflejo al visitante. Delicadamente, evitó a Jorge Luis Borges la posibilidad de una última pesadilla. Y él encontró la salida al laberinto, seis días después. Marguerite Yourcenar seguiría viajando, saciando su “necesidad de emigrar, de sentirse en otra parte” hasta el 17 de diciembre de 1987, donde seguramente y como Adriano, procuró “entrar en la muerte con los ojos abiertos”.

LOS BATALLONES FEMENINOS DE LA MUERTE

Era 1917. Tras la Revolución de Febrero, Nicolás II abdicaba, el pueblo ruso continuaba azotado por la hambruna y las huelgas, Lenin y los bolcheviques demandaban abandonar la Primera Guerra y el ejército se descomponía con las deserciones de sus soldados. El gobierno provisional de Kérenski, había decidido continuar la guerra contra Alemania, como fuere, aún con voluntarios. Y una mujer, María Bochkareva, brava campesina que había luchado casi tres años en el frente y heroína nacional, levantó el guante y propuso formar unidades de choque exclusivamente femeninas: los batallones de la muerte.María Bochkareva (1889-1920) era una leyenda viviente y se había ganado un lugar en la historia como la “Juana de Arco rusa”. Se dice que en 1914, esta humilde mujic que sólo sabía agachar la espalda para trabajar, desde los ocho años, sintió un profundo sentimiento patriótico y el irresistible llamado a luchar al lado de sus compatriotas en la Gran Guerra. Cuando el ejército ruso, que no incluía mujeres en ese tiempo y mucho menos una insignificante campesina, le cerró las puertas, acudió al mismísimo zar y finalmente logró ser aceptada. Aún con las burlas e incluso, el acoso sexual de los soldados, María demostró una bravura sin igual. Luchaba cuerpo a cuerpo con los alemanes, arremetía en primera línea cargando con bayoneta contra las trincheras enemigas y más de una vez rescató a sus compañeros bajo el fuego. “Yashka”[19] no justificaba ni entendía que las tropas masculinas abandonaran la lucha contra el enemigo de su amada Rusia. Y cuando Kérenski llamó a los voluntarios a pelear, ella no sólo se ofreció, subió la apuesta y con la aprobación del gobierno, hizo una emocionada convocatoria a todas las mujeres de su país. Miles de rusas de toda condición y edad respondieron el llamado y se enlistaron en Los Batallones Femeninos de la Muerte. Todas sabían lo que significaba: luchar hasta las últimas consecuencias y sin dar un paso atrás. Y cada una se aseguraba llevar una pastilla de cianuro para terminar con su vida, en caso de ser capturadas por los alemanes. Después de un corto aunque intensivo entrenamiento, Bochkareva y su unidad fueron enviadas al frente occidental. 2500 a 3000 mujeres entre los 15 y 40 años pretendieron dar ejemplo a los soldados masculinos desmoralizados. Pero la actuación de las chicas fue discreta. No les faltaba valor, pero carecían de experiencia en combate y cuando su líder cayó herida, un buen número arrojó las armas y se fue a casa. La Revolución de Octubre encontró un batallón de estas mujeres custodiando (junto a soldados inválidos y mutilados) el Palacio de Invierno, y aunque muchas tuvieron el coraje de quedarse en sus puestos hasta el final, los bolcheviques las dominaron y posteriormente el nuevo gobierno ordenó la completa disolución de estos Batallones Femeninos de la Muerte. La legendaria Yashka, rehusó una y otra vez la invitación de Lenin y Trotsky para unirse a los bolcheviques. Finalmente en 1919 fue detenida por orden de la Checa y acusada de ser enemigo del pueblo. Un pelotón la fusiló en 1920, tenía 30 años. Nota: Maria Bochkareva recibió varias condecoraciones, entre ellas, fue nombrada “Caballero de San Jorge”, máxima distinción para un soldado ruso por su valor en combate.

EL CRIMEN DE HENRIETTE CAILLAUX

–¿Qué quiere esta mujer? – preguntó el director de Le Figaro al ver la tarjeta de su visitante. No sospechó que serían sus últimas palabras. Un instante después, la hermosa y elegantísima esposa del ministro de Finanzas de Francia, entró a su despacho, lo saludó brevemente con la cabeza y sin pestañear, disparó seis balas en el pecho del hombre, con un pequeño revólver. Luego, Mme.Caillaux se inclinó sobre el cuerpo, le escupió el rostro y se sentó tranquilamente a observar su escarmiento.Cuando la parisina y burguesa Henriette Raynouard, contrajo matrimonio con Joseph Caillaux, se sintió bendecida y feliz. Atrás y sepultado quedaba su pasado como amante, y el pisito pequeño y discreto, donde el casado político la visitó tres veces por semana durante una década. Finalmente el hombre se había divorciado y ella era la legítima segunda esposa del ex 75º Primer Ministro Francés. Muy pronto el paraíso de Henriette y Joseph comenzó a sufrir embates de los enemigos políticos de este hombre pacifista y de ideas avanzadas. Los belicistas, entre ellos el Tigre Clemenceau y Barthou, habían comenzado una feroz campaña de desprestigio y Calmette, el sensacionalista editor de Le Fígaro, escribía columnas cada vez más virulentas, cuestionando el patriotismo y la honradez del Ministro. El malheur de malheur llegó cuando Calmette publicó unas cartas entre Joseph y Henriette; letras de amantes, escritas diez años antes que la mujer se convirtiera en esposa. Allí estaban ambos, infieles, desnudos ante la opinión pública y heridos por los comentarios mordaces y despiadados del periodista. Joseph se resignó. Le Figaro había roto una regla de caballerosidad no escrita, pero esa intromisión en la vida privada no estaba penada por la ley. Para Henriette en cambio, fue el colmo de la humillación y escarnio público, alguien debía parar esos atropellos contra la carrera de su marido y el honor de ambos. El 16 de marzo de 1914, la guapa señora se vistió formal y discreta, como para una cita de negocios; tomó un auto de alquiler y se dirigió a las oficinas del periódico. Luego de silenciar para siempre a Calmette, se dejó aprehender sin resistencia. Eso sí, cuando los trabajadores del diario intentaron tomarla del brazo, Caillaux dijo: “No me toque, Je suis une dame!”. El ruidoso juicio duró una semana y dividió a los franceses. Unos apoyaban la pena de muerte por decapitación para la asesina, otros opinaban que había sido un gesto de amor y venganza, y pedían absolución. Finalmente el abogado de Henriette, famoso por haber representado a Émile Zola y Dreyfus, apeló al argumento romántico e idealizado de que las mujeres eran gobernadas por sus emociones: “Ella fue víctima de la desenfrenada pasión femenina” dijo el defensor. El jurado, compuesto por hombres, le creyó. El 29 de julio de 1914, Henriette Caillaux fue absuelta de culpa y cargo, un mes antes que los cañonazos de agosto anunciaran el fin de la brillante Belle Époque y el comienzo de la I Guerra Mundial. Por cierto, la mujer jamás se arrepintió. Nota: Marcel Proust le dedicó al fallecido Calmette el primer tomo de En busca del tiempo perdido.

LA EGOÍSTA

Para Alissa Zinovievna Rosenbaum, mejor conocida como Ayn Rand, el egoísmo es “la preocupación por el interés personal”, y “todo ataque contra el “egoísmo” es un ataque contra la autoestima del hombre”. Y así, desplegando con fervor sus banderas del egoísmo racional, el individualismo y el capitalismo laissez-faire, esta mujer se convirtió en una de las filósofas y escritoras más famosas de los Estados Unidos.Ayn Rand (1905-1982)

En 1943, cuando el mundo aún transitaba la oscuridad de la II Guerra Mundial y el capitalismo titubeaba en la opinión pública estadounidense, salió a la luz una poderosa novela sobre arquitectura e integridad escrita por Ayn Rand The Fountainhead (El Manantial)[20], y el libro encontró sus lectores: cientos de miles lo leyeron en la década del cuarenta y millones eventualmente.[21] Pero la obra cumbre de Rand se publicaría en la década siguiente bajo el título de Atlas Shrugged (La rebelión del Atlas). En este libro se bosquejarían los principios de su escuela filosófica: el Objetivismo. La Rebelión del Atlas fue, según una encuesta realizada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la obra que más impacto produjo después de la Biblia en ese país. Y el efecto se sintió no sólo entre los hombres de negocios, sino en la formación ideológica del norteamericano medio. Para los críticos, la obra de Rand alienta el capitalismo salvaje y la falta de solidaridad. Para los defensores, es el pináculo contra los abusos del colectivismo y una encendida defensa de la libertad del individuo ante cualquier totalitarismo. “Ni Dios, ni amo, ni impuestos”. Popular, controversial, atea, aristotélica, individualista apasionada y egoísta por definición propia, Ayn Rand ha ejercido una tremenda influencia sobre intelectuales, políticos y artistas de todo el mundo. Fue venerada por Ronald Reagan, admirada enfáticamente por Alan Greenspan y su heredero actualmente es el filósofo Leonard Peikoff, fundador del Ayn Rand Institute. “Cuando advierta que para producir usted necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces usted podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.Ayn Rand

MURASAKI SHIKIBU Y EL GENJI MONOGATARI

Seis siglos antes de Shakespeare y Cervantes la escritora japonesa Murasaki Shikibu escribió la primera gran novela de la literatura universal: Genji Monogatari o Historia de Genji [22]. Borges la situó cerca del Quijote [23], Marguerite Yourcenar aseguró: “No se ha escrito nada mejor en ninguna literatura”; los Premios Nobel de Literatura Yeats [24] Yasunari Kawabata [25] y Octavio Paz [26] la refieren como uno de los grandes clásicos del mundo; Harold Bloom dijo que tras leer a Murasaki “ya nunca se siente igual el amor ni el enamoramiento”[27].Murasaki Shikibu, hija de un erudito y bisnieta del gran poeta Kanesuki, ingresó a la elegante corte de la Emperatriz Akiko en un momento ideal. Japón transitaba el apacible período Heian, época prolífica para la cultura y las artes. En esa armónica e imperturbable atmósfera aristocrática, la menina escribió una historia dirigida sobre todo, a las mujeres de la corte, seres invisibles, ocultos a la mirada masculina [28]. Su “Historia de Genji” o “Cuento de Genji” es un retrato minucioso de toda esa sociedad y abrió una ventana al mundo para sus congéneres. Genji (“el príncipe brillante”) de su invención es un encantador casanova que cautiva mujeres nobles con poemas escritos en papel perfumado y un hombre que anheló entender la fuerza misteriosa del amor. La historia del seductor abarca su vida amorosa, la pérdida y recuperación del poder imperial y la vida de sus hijos. Murasaki combina el relato amoroso (y erótico) la saga familiar, una minuciosa crónica de las costumbres sociales y algo más: su tema central es la meditación del tiempo, el juego de los recuerdos conjugados con el presente y proyectados al futuro. Quizás por esa razón se ha comparado el Genji Monogatari con la obra inmortal de Proust En busca del tiempo perdido. Probablemente sin saberlo, Murasaki Shikibu había escrito la primera novela psicológica del mundo. Vasta en sus 54 rollos o capítulos, pero absolutamente fascinante. Un libro que apasionó a grandes personajes de la literatura y donde Borges [29] nos rescata especialmente las pasiones humanas, el punto de sutileza y un instante maravilloso: “Una mujer, detrás de una cortina, ve entrar a un hombre. Escribe Murasaki: “instintivamente, aunque ella sabía bien que él no podía verla, se alisó el pelo con la mano”

LAS PIRATAS

Mujeres en un barco, era de mal agüero. Sin embargo, la quimera pirata no pudo evitar que entre proscritos, hombres de mar de todos los colores y nacionalidades, rufianes de corazón atrapado por la niebla y chicos malos, feroces y legendarios… también se deslizara “l’odeur de la femme”.En la Irlanda del siglo XVI fue muy famosa la reina pirata y rebelde Grace O´Malley, una hermosa pelirroja que cortó su largo cabello, que podía enredarse en los cabos y cuerdas del barco, para irse a la mar. Grace pirateó y comerció con sus botines durante más de 50 años y fue un terrible dolor de cabeza para Elizabeth I y los militares ingleses que intentaron contener su poder y rebeliones. Pero antes de la capitana O´Malley, ya habían existido piratas como la legendaria Reina Dido de Cartago o la dama Jeanne Louise de Belleville, “Lioness of Brittany” también apodada “la llama” por su costumbre de asaltar y quemar tanto aldeas normandas como las barcas del rey de Francia. Fue hacia fines del siglo XVII, muy conocido por los ataques piratas en el Caribe y en el océano Atlántico contra la armada española, inglesa o francesa, cuando nacieron dos mujeres que serían las piratas más famosas de la historia: Anne Bonny y Mary Read. Anne, también conocida por el diminutivo “Boon”, era hija ilegítima de un importante abogado irlandés. Bella, violenta y de pocas pulgas. Despotricó contra la vida tranquila y acomodada que le tocó en suerte hasta que logró el permiso para casarse, según se cuenta, después de asesinar a una criada inglesa en la plantación familiar. Su flamante marido era un pirata de poca monta llamado James Bonny, hombre que cumplió con la promesa de llevarla lejos, a nuevas tierras y aventuras. Pero apenas los recién casados pusieron un pie en las Bahamas, Anne se habría encandilado con un personaje muy a su medida: el extravagante y carismático pirata “Calicó Jack” Rackham, famoso por su osadía a la hora de pelear y también por vestir extrañas y coloridas prendas. Calicó y Anne se enamoraron a primera vista, y luego de algunos coqueteos, escaparon juntos para vivir su apasionado romance en alta mar, mientras practicaban el pillaje. Anne se convirtió por entonces en una experta en el manejo de las pistolas y el machete, y llegaron a considerarla tan peligrosa como el resto de la tripulación de la “Revenge”. Fue en una de las habituales correrías de la pareja, cuando capturaron un barco alemán donde un joven guapo y extremadamente delicado, llamó la atención de Anne. Poco tardó en descubrir que el joven era en realidad otra mujer: Mary Read. Mary “Mark” Read era una inglesa muy especial. Toda una vida disfrazada de hombre le había restado coquetería femenina y a veces, hasta ella misma olvidaba su verdadero sexo. El asunto de travestirse se remontaba a la niñez, cuando su madre, urgida por el cobro de una herencia, la vistiera como un muchachito para engañar a la ley. Muy joven y también con identidad masculina, Mary se enroló en un buque mercante y poco tiempo después se alistó en la armada, donde conoció los secretos del combate y se enamoró de un compañero. Se casaron y fue la primera vez en su vida que Mary vivió como una mujer, pero su hombre murió al poco tiempo. Viuda y sola, no dudó en regalar esos complicados vestidos, adornos y sombreros y se embarcó hacia las Indias Orientales, vestida nuevamente como un varón. Durante ese viaje, Mary tenía alrededor de 25 años, el barco fue atacado y capturado por la dupla pirata Calicó-Anne Bonny. Al parecer, Anne y Mary no solo se convirtieron en las mejores amigas, también habrían compartido un curioso triángulo amoroso con Calicó y juntos ¡fueron dinamita! La fortuna sonrió a los entusiastas piratas por un buen tiempo hasta que en 1720 el gobernador de Jamaica envió un barco armado para capturar la nave de Calicó. Tomados por sorpresa, solamente Anne y Mary lucharon en cubierta, mientras los demás piratas se emborrachaban en sus camarotes. Fue la última batalla de estas mujeres. Luego de ser capturadas y a diferencia del resto de la tripulación, no fueron directamente a la horca, ambas estaban embarazadas de unos seis meses. Mary murió en la cárcel de una fiebre y se cuenta que Anne fue salvada por su influyente padre. Pero lejos de ser las últimas piratas femeninas, en el otro lado del mundo, la viuda Ching (1775-1844) mandaba sobre seis enormes escuadras, de quinientos barcos con veinticinco cañones por banda y sembraba el terror en el mar de la China.

AL SERVICIO SECRETO DE SU MAJESTAD

En la primavera y verano de 1940 terminaba la drôle de guerre y el mundo cambiaba para siempre. La Alemania nazi lanzaba su famosa blitzkrieg, los planes Aliados eran desbaratados, Francia, Bélgica y Holanda eran conquistadas en una de las victorias militares más pasmosas de la historia y Gran Bretaña, sin recursos económicos, se enfrentaba a la posibilidad de una derrota. La respuesta inmediata del recién nombrado primer ministro Winston Churchill fue crear la SOE, unidad secreta del ejército británico. Y uno de los mejores agentes secretos en los territorios invadidos, fue mujer, una muy especial.

Tan hermosa como valiente, la condesa polaca Krystyna Skarbek (1915-1952) fue uno de los personajes más exquisitamente románticos y excepcionales de la II Guerra Mundial. Su nom de guerre era Christine Granville y cuando Polonia fue invadida, la SOE no dudó en reclutarla para organizar acciones de subversión y sabotaje contra la imparable ofensiva alemana. Christine no conocía el miedo, saltaba sin temor en paracaídas, atravesó los montes Tatra esquiando para infiltrarse en Polonia, combatió codo a codo con la Resistencia Francesa, sobornó militares, lideró equipos de sabotaje y fugas…y burló como nadie a la temible Gestapo. Una de sus audacias tuvo lugar cuando la policía secreta oficial de la Alemania nazi la atrapó en 1941 y logró que la dejaran libre después de provocarse una hemorragia mordiéndose la lengua para hacerles creer a sus captores que tenía tuberculosis. O cuando se auto-adjudicó la misión de libertar a tres espías (dos de Scotland Yard y un norteamericano) que habían sido capturados por los alemanes en 1944 y serían fusilados a las pocas horas, sin tiempo para que La Resístanse montara un operativo de rescate. Fue entonces que se presentó una guapísima morena que dijo ser sobrina del mariscal Bernard Montgomery. Sin ningún tipo de apoyo Christine Granville, fría como el hielo mientras le apuntaban con un arma en la cabeza, exigió la liberación de los detenidos, insistió ante la negativa, y negoció por once horas hasta que, por supuesto, liberó a los prisioneros. También actuó en Italia, donde una vez tropezó con una patrulla alemana y cuando le ordenaron levantar las manos, la bella espía obedeció…pero lo hizo sosteniendo una granada. Y ella y su compañero lograron sobrevivir gracias a la improvisación de la mujer. Pero tras la guerra, Gran Bretaña mostró su ingratitud, quizás también Polonia, país al que ella no pudo volver. Y una de las mujeres más valientes y audaces, la misma que hablaba diez idiomas, la aristócrata aventurera y una de las piezas más valiosas de los Servicios Especiales, terminó trabajando como camarera en bares y hoteles para sobrevivir. Allí conoció a su asesino. Un tal Muldowney, camarero y marinero obsesionado con Christine, logró con su cuchillo lo que no pudieron los gerifaltes nazis. Comenzó a acosarla y fastidiado por las continuas negativas, una trágica noche la mató brutalmente. Un final poco romántico para la mujer, y nada glorioso para esta intrépida agente al Servicio Secreto de su Majestad.

LA GOULUE

A principios del siglo XX, Montmartre era el corazón de la vanguardia parisina. El costado canalla de la Belle Époque se mostraba en esas noches regadas de absenta y animadas por alegres bailarinas de can-can, y en las calles, donde se confundían prostitutas, mendigos, intelectuales, lavanderas, obreros y artistas, con los abrazos y besos furtivos de los amantes.Su nombre oficial fue Louise Weber, pero nadie –ni siquiera sus padres, a los que no conoció– la llamó por su nombre. Tampoco se sabe dónde nació, quizás a la côté de la ville. También se ignora su fecha de nacimiento, pero se dijo que en la época de su cenit, cuando Tolouse Lautrec comenzó a dibujarla y pintarla obsesivamente, tendría unos veinticinco años. Esta mujer tuvo dos grandes pasiones en su vida: bailar, la principal, y devorar bombones de menta empujados con champagne. A la primera pasión y a Lautrec, Louise Weber le debe su insólita inmortalidad. A la segunda pasión, el alias, el nom de guerre con que la bautizaron sus admiradores: La Goulue. La Goulue fue más que una habitante de Montmartre, fue parte misma de esa leyenda. Muchacha de pueblo, infinitamente alegre y enérgica, se convirtió la principal atracción del Moulin Rouge, bailó hasta el delirio propio y ajeno, destiló una brutal sensualidad, alcanzó el cielo de la danza y el genial pintor la capturó para siempre. Su éxito fugaz y arrasador como bailarina, le dio una pequeña gloria, y la droga, el alcohol y los dulces la volvieron a la pobreza de donde había salido. No se le conoció ningún gran amor y dicen “que fue de todos y de nadie en especial”. “Yo me acuesto con los hombres que no me importan, bailo con los que quiero y converso con los inteligentes”.Louise Weber

Una extraña amistad la unió a Louis Ferdinand Céline, el grande y maldito escritor y los posters más difundidos de Lautrec muestran aún a La Goulue, en pleno frenesí, danzando para sí misma, ajena a los bon vivants que la adoraban y a la boheme de la Belle Époque.

FUERA DE FOCO

Los amantes de la fotografía saben de Robert Capa, el corresponsal gráfico de guerra más famoso del siglo XX. Londres bajo los bombardeos, el desembarco de Normandía en Omaha Beach, la Guerra Civil Española, ese mito que fue la controversial fotografía “Muerte de un miliciano”. Pero Robert Capa eran dos: Un hombre que consiguió colocar su propia foto en la historia y una mujer fuera de foco: la hermosa, valiente, inteligente Gerda Taro, primera reportera gráfica que trabajó desde el frente, y la primera fotoperiodista fallecida mientras cubría una guerra.Gerda conoció al joven, húngaro, exiliado y muy pobre Andre Friedmann en el París de 1934. Él enseñó fotografía a la joven alemana, y ella le propuso crear un personaje ficticio: el supuestamente famoso fotógrafo norteamericano Robert Capa. Gracias a este ardid, lograron vender las fotos de ambos por ¡el triple de su valor! firmadas con ese seudónimo. A partir de entonces les llovieron ofertas de las mejores revistas, dejaron atrás la miseria y nació una complicada y triste historia de amor. “Los Capa”, Gerda y André, eran bellos, seductores y talentosos. Tenían ese halo fascinante y aventurero de los corresponsales de guerra, pero Gerda tenía algo más, una fuerte convicción política. Con los republicanos en el corazón, la fotógrafa puso varias veces en riesgo su vida para “contar” al mundo lo que sucedía en España, país donde se quedó para siempre. De trinchera en trinchera, entre el fuego de las metrallas, en medio del contraataque de las tropas franquistas y los salvajes bombardeos donde murieron miles de republicanos, Gerda Taro sacó foto tras foto, desafiando el peligro. Y precisamente en Brunete (Madrid) acompañando al ejército republicano en la retirada, una feroz acometida de la aviación sembró el pánico en el convoy y un tanque aplastó accidentalmente a la fotógrafa. La muerte llegó unas horas después. Era el 26 de Julio de 1937. Poco tiempo antes Gerda Taro había dicho: “Tengo 25 años y sé que esta guerra es el fin de una parte de mi vida, el fin tal vez de mi juventud. A veces me parece que con ella terminará también la juventud del mundo. La guerra de España nos ha hecho algo a todos. Ya no somos los mismos: el tiempo en el que vivimos está tan lleno de cambios que es difícil reconocerse en cómo éramos todos nosotros hace apenas dos años. No me puedo ni imaginar lo que queda por venir”.Gerda Taro

André siguió usando el famoso sobrenombre Robert Capa, y también enamorando a mujeres como Ingrid Bergman, pero nunca se recuperó de la muerte de Gerda, su gran amor. Una mina lo mató mientras cubría un reportaje en la guerra de Indochina en 1954. Gerda fue la coautora de la extraordinaria obra fotográfica que mostró la guerra como nunca antes, pero quedó fuera de foco y fue imperdonablemente olvidada por varios decenios. Notas:

En 1878, en Frankfurt, es nombrada Profesora Principal de Piano en el Hoch Conservatorium de Frankfurt am Main.

En Alemania, la efigie de Clara Schumann ilustró el billete de 100 marcos antes de la implantación del euro.

En el lecho de muerte, el nieto de Clara, Ferdinand, interpretó para ella una obra de Schumann, la última música que escuchó.

“CHIARINA”

Fue la mejor pianista del siglo XIX y considerada tan buena como Franz Liszt o Sigismund Thalberg, causó la admiración de Goethe, Chopin, Mendelssohn y Paganini, se casó con Robert Schumann y su vida, donde se entrelazan la música, la pasión y el dolor, estuvo plena de contrastes: Clara Wieck Schumann.Friedrich Wieck, el reconocido maestro de piano, comenzó a enseñarle música cuando Clara tenía cinco años y todos sospechaban que era sorda. A los nueve años tocaba en público, daba su primer recital en la Gewandhaus y asombraba en los elegantes salones de su Leipzig natal, con un talento precoz y fuera de lo común[30], interpretando entre otros, los últimos trabajos de Chopin. Hacia 1830 Robert Schumann, alumno de Wieck, conoció a la joven concertista cuando ella tenía once años y él veinte. Se enamoraron y con el tiempo fueron apasionados amantes. El rígido padre de Clara se opuso radicalmente a una boda entre los dos jóvenes y la pareja tuvo que llevar su caso a la Corte de Apelaciones y esperar a los 21 años de la novia para casarse. “Chiarina”[31], como la llamaba cariñosamente Schumann, supo entonces multiplicarse como mujer. Dio conciertos y compuso mientras nacían sus ocho hijos y no sólo demostró que era una de las mejores pianistas de todos los tiempos, también logró que las composiciones de su marido fueran conocidas por toda Europa[32]. Sin dudas, ella fue la voz de del genial Schumann. Las depresiones, intentos de suicidio y enfermedad de Robert, y el fallecimiento prematuro de dos de sus hijos pusieron a prueba el temple de esta mujer, que mantuvo en todo momento su familia a flote, moral y económicamente. En 1853 Clara y Robert se relacionaron con Johannes Brahms, a quien el maravilloso y desdichadísimo Schumann llamó “el músico del siglo”. Este hombre fue un amigo inestimable para Clara sobre todo en 1856, cuando la muerte se llevó el gran amor de la pianista. La talentosa mujer que llegó a dudar de su propia capacidad para componer (en realidad lo que no tuvo fue tiempo); la hermosa dama de ojos claros y dulce mirada que nunca reconoció su belleza; la que soportó estoicamente una dura vida como artista y sus muchas tragedias personales; la madre abnegada; la esposa dedicada; la trabajadora, falleció el 20 de mayo de 1896. Brahms (enamorado perdidamente de ella) no soportó el dolor de su partida y falleció once meses después. Clara es popularmente conocida como “la esposa de Schumann”, una pianista que compuso poco [33]y editó las obras de su esposo. Pero curiosamente, en vida del matrimonio, el rótulo era distinto: Robert Schumann era “el esposo de Clara Wieck”. El genio de ella no trascendió, tampoco sus otras virtudes. Aún no existen los pedestales para aquellos talentos que se sacrifican, por amor.

LAS MUÑECAS DE JACQUELINE SUSANN

“Jacqueline Susann parece un camionero travestido, con todos mis respetos hacia los camioneros”.Truman Capote

Corrían los Sixties en Estados Unidos y la novela El Valle de las Muñecas se convertía en un éxito pocas veces visto en el mundo editorial: 30 millones de ejemplares vendidos. Para muchos, este roman á clef no había sido escrito, sino “perpetrado” por Jacqueline Susann.La llamaron “Harold Robbins femenina”, cutre y vulgar. Decían que tipeaba sus novelas en una caja registradora y que su vocabulario enrojecía hasta a los marineros. A Jacqueline no le importaba, escribía a su manera y recreaba las más sicalípticas fantasías (o realidades) de Broadway y Hollywood y el mundillo de drogas, prostitución y orgías que recorrían todas las aspirantes al mundo del espectáculo. A su manera, irreverente y polémica, la escritora enfocó las “muñecas”, que no eran precisamente las tres chicas protagonistas de su novela, sino las famosas pastillas (barbitúricos) para evadirse y ser feliz en ese camino hacia la fama, donde el sexo vendido y los intereses superaban todo sentimiento. La escandalosa Jacqueline Susann, a quien se le adjudicó affaires con Coco Chanel y Ethel Merman, escribió sobre lo que más y mejor conocía: las drogas y el sexo. Había sido columnista antes de dedicarse a las novelas, antes una mediocre actriz y antes, una chica bonita y fiestera. ¿Un mérito indiscutible? La autora creía religiosamente en esa novela que había sido rechazada por tantas editoriales. Fue la verdadera forjadora de la venta de los treinta millones de ejemplares: ciudad por ciudad, visitó miles de librerías, en donde se presentaba al dueño como autora, mostraba su libro y convencía para venderlo. Firmaba cada ejemplar en las presentaciones, recababa los datos del lector y posteriormente escribía a cada uno, su carta personal de agradecimiento. “El Valle de las Muñecas” arrasó y Jackie inauguró una nueva manera de vender libros, mezcla de desvergonzados cotilleos de Hollywood, “muñecas”, sexo más sexo y mercadotecnia. Le siguieron “La máquina del Amor” y “Una Vez no basta” [34].Todos fueron best sellers con posteriores adaptaciones cinematográficas. Susann nunca tuvo dudas respecto de su talento como escritora “los números –decía– no admiten discusión”. Tampoco fue excesivamente ambiciosa, se conformó con el episodio de éxito y fama que había conseguido, pero disfrutó poco tiempo. Falleció a los 56 años de cáncer y sus restos fueron incinerados y dispuestos en una urna, con forma de libro. “A good writer is one who produces books that people read –who communicates. So if I’m selling millions, I’m good. If you think critics have vilified me, you should see what they did to Zola. They called him a yellow journalist. And Dickens... oh, they murdered him in his time. It’s like chocolate ice cream. You’re not supposed to like it because it’s common”.Jacqueline Susann

LA LEONA Y EL BEDUINO

–¡Oh Dulce-Amiga! ¡Eres más hermosa que el oro fundido, tu cabellera más abundante que la de una leona del desierto y tus pechos más frescos y más suaves que el musgo de los arroyos!”Capítulo 60 de Las mil y una noches

Y cuando llegó la noche…

En el verano de 1881 los Mezrab de la tribu de los Anazeh, daban el último adiós con todos los honores a Elizabeth Jane Digby, una británica que había vivido entre ellos los últimos veinticinco años de su vida como una verdadera beduina, y se había ganado el respeto y cariño de los habitantes de Damasco.Antes de habitar un jaima, teñir su rubio cabello de negro, pintarse los ojos con kohl, ordeñar camellas, preparar la comida de su esposo y lavarle los pies, el Mezrab Elizabeth Jane Digby, había sido la aristocrática Lady Jane Digby. Todas las cualidades parecían confluir en ella: era una de las mujeres más hermosas de su tiempo, estaba dotada de inteligencia poco común, dominaba nueve idiomas [35] y era salvajemente seductora. Tanto es así que, para la historia de Inglaterra, el sobriquet Lady Jane fue sinónimo de vida escandalosa y promiscua. Desde que fue presentada en sociedad a los 16 años, Lady Jane se acostumbró a deslumbrar. Entre sus amantes más célebres estuvieron Honoré de Balzac (la adoró e inmortalizó en el personaje Lady Arabelly Dudley), Luis I de Baviera (incluyó una pintura de Jane en su famosa galería de beldades) el rey Otto de Grecia (hijo de Luis I) muchos nobles y un caudillo griego. Por supuesto entre-amantes también tuvo tres maridos: Lord Ellenborough (veinte años mayor) el Barón Venningen (dignatario de la corte bávara) y un conde griego de apellido Theotokis. A los 46 años la aún espléndida Jenny, cautivada como el resto de los dieciochescos por los relatos de Schehrazada, sintió la llamada de Oriente y partió hacia el mundo mágico y misterioso de las Mil y Una Noches. El destino le deparaba un cuarto y último marido más joven que ella: Abdul Medjuel el-Mezrab, culto y refinado jefe árabe de la tribu de los Mezrab. La Leona británica se enamoró for ever and a day[36] del oscuro Beduino. Desde entonces Damasco, los restos de la majestuosa Palmira de Zenobia y ese desierto donde el sol se raspa contra los bordes agrestes de las dunas, fueron escenario de uno de los amores más ardientes y románticos que se recuerdan. Un amor digno de otro cuento en ese libro circular e infinito. [37] “En este momento Schehrazada vio aparecer la mañana y, discreta como siempre, dejó la continuación del relato para el otro día.” LA CAMPEONA

“Todo lo que un hombre puede hacer, también Violette lo puede hacer” sentenciaba la Campeona. Mientras lo decía, triunfaba como atleta en lanzamiento de bala, disco, jabalina, y levantamiento de pesas; cosechaba trofeos en carreras de autos, motos, bicicletas y caballos; piloteaba aviones, se destacaba como futbolista, jugaba para el seleccionado de waterpolo; apretujaba sin piedad a sus adversarios en la lucha greco romana y le pintaba la cara hasta el K.O. a los valientes varones que la enfrentaban en el boxeo. Lesbiana por vocación, heroína feminista, pionera del atletismo femenino, aristócrata y “hiena de la Gestapo”. Violette MorrisViolette Paule Émilie Marie nació el 18 de abril de 1893 en París. La hija menor del barón Pierre Jackes Morris fue recibida con un bostezo, era la sexta niña y las esperanzas de un varón se desvanecieron con ella. A los diez años fue enviada al convento l’Assomption de Huy para que se convirtiera en una señorita y fue en ese mismo lugar, donde descubrió su amor por los deportes y las mujeres. Hacia 1914, atendiendo el pedido de su familia, se casó con un rico hombre llamado Gouraud, de quien se dice, adquirió las ideas de extrema derecha. Y cuando el marido partió a la Gran Guerra, Violette condujo ambulancias, llevó mensajes entre balas y granadas y en los ratos libres, se divirtió aplastando las narices de sus compañeros de la Cruz Roja en el ring. Terminada la Guerra, la fornida Violette se dedicó por completo a los deportes y devino en una verdadera Campeona. Le provocaba ganar, pero sobre todo, derrotar a los hombres en su territorio. Su presencia los intimidaba, vestía ropas masculinas, fumaba puros, llevaba siempre un enorme cuchillo y flâneureaba con sus novias por las calles parisinas. Violette no dejaba de acumular títulos, medallas, campeonatos nacionales e internacionales. Era un tanque. Y tan temeraria, que para competir en igualdad de condiciones con los otros pilotos del automovilismo, se practicó una doble mastectomía y así consiguió volantear con más desenvoltura. Hacia 1935, aproximadamente, Violette Morris fue reclutada por SD de la Francia ocupada y en 1936, cuando fue invitada de honor en las Olimpíadas de Berlín, habría sellado su compromiso como espía de los nazis. Al parecer, facilitó a los alemanes planos de la línea Maginot, organizó una red de informadores y trabajó para desarticular el SOE. Se convirtió en una “gestapiste”. Uno de sus biógrafos acusó a Violette de dirigir sádicos interrogatorios y la apodó “La Hiena de la Gestapo”. El 26 de abril de 1944, el Citroën 15 CV de Violette, fue emboscado por el Maquis y una ráfaga de metralletas terminó con la vida de la Campeona y sus acompañantes. Un triste game over para la talentosa deportista en su recta final.

LA ZORRA

“Era una mujer sarmentosa, de ojos dormidos y sonrisa cariada. El pelo renegrido y aceitado tenía más resplandor que los ojos”.“La viuda Ching, pirata”,

en Historia universal de la infamia, de J. L. Borges

Aunque sus orígenes son un misterio para los historiadores, se cree que Shih Shih Yang o Shiang Gu nació en 1785 en algún lugar de China. Hacia 1801 era la chica más bonita de un famoso prostíbulo flotante en Cantón, y precisamente allí conoció al señor Ching, que desde 1797 dirigía el consorcio de piratas. El hombre se enamoró perdidamente de la alta y bella prostituta, única entre sus compañeras que no llevaba los pies vendados, y se casó con ella. El Almirante Ching murió en confusas circunstancias (1) y su Viuda quedó al mando de seis enormes escuadras, con 500 barcos dotados de 25 cañones por bandas y 70.000 marinos. “A sus tranquilas órdenes las naves se lanzaron al peligro y al alto mar” (*)Madame Ching no se deprimió por el fallecimiento del marido, había un negocio familiar que atender y sus comandantes –Pájaro y Sílex, Castigo de Agua de la Mañana, Sol Alto, etc.- esperaban de ella el comportamiento digno de una brava pirata y ella ejerció un liderazgo sin discusión. “El reglamento, redactado por la viuda Ching en persona, es de una inapelable severidad…”(*)Con una metodología que hubiera despertado envidias a los actuales business management, esta mujer organizó la empresa heredada, con mano de hierro. Su reglamento consignaba con meridiana claridad, por ejemplo “si un hombre va a tierra por su cuenta, o si comete el acto llamado ‘franquear las barreras’, se le horadarán las orejas en presencia de toda la flota; en caso de reincidencia, se le dará muerte”. Prohibió “tomar a título privado la menor cosa del botín procedente del robo y el pillaje. Todo será registrado, y el pirata recibirá, de las diez partes, dos para él; las otras ocho corresponderán al almacén denominado fondo general. Tomar lo que quiera que fuere del fondo general traerá consigo la muerte”. Sumaria y eficaz como ningún pirata antes que ella, Madame Ching comprendió inmediatamente la eficacia del “naming” y erradicó la palabra “botín” de su empresa; así, las mercancías fruto de sus pillajes, pasaron a llamarse “productos trasbordados”. Mientras soplaban vientos de bonanza, se multiplicaban las aldeas arrasadas y el terror que sembraba a su paso esta reina pirata, dueña absoluta de los mares. El joven Emperador, intentó vencerla en una serie de batallas en 1808, pero no lo consiguió. La Viuda Ching una y otra vez conseguía rearmarse, fortalecer las escuadras y seguir con sus metódicas fechorías. El Emperador-Dragón decidió entonces utilizar todo el peso de su autoridad y envió a Ting Kvei y los más terribles guerreros con la orden de destruir a la Zorra. La Viuda Ching se preparó para la batalla como una fiera…”la sabía difícil, muy difícil, casi desesperada…”(*) El almirante irrumpió en el mar con una enorme flota “terrible en estandartes, en marineros, en soldados, en pertrechos de guerra, en provisiones, en augures y astrólogos.”(*). Pero “la batalla nunca empezaba”.“la viuda se afligía y pensaba. Cuando la luna se llenó en el cielo y en el agua rojiza, la historia pareció tocar a su fin. Nadie podía predecir si un ilimitado perdón o si un ilimitado castigo se abatirían sobre la zorra, pero el inevitable fin se acercaba. La viuda comprendió. Arrojó sus dos espadas al río, se arrodilló en un bote y ordenó que la condujeran hasta la nave del comando imperial. Era el atardecer; el cielo estaba lleno de dragones, esta vez amarillos. La viuda murmuraba unas frases: ‘La zorra busca el ala del dragón’, dijo al subir a bordo”(*)La Zorra Madame Ching Shih se rindió. Antes, fue la Pirata más exitosa de la historia y después, la única que conservó su fortuna intacta luego del perdón imperial. Algunos cronistas aseguran que se casó con un gobernador, otros, que dedicó “su lenta vejez al contrabando de opio” y dejó de ser la Viuda Ching para asumir el nombre de “Brillo de la Verdadera Instrucción”. Nota: Las crónicas son contradictorias: algunas dicen que Ching desairó los honores imperiales y el título de jefe de los establos imperiales y continuó arrasando las costas de la China Imperial y los barcos mercantes hasta que sus víctimas la mataron en una escaramuza. Otras versiones aseguran que Ching aceptó el “soborno” del joven emperador y sus colegas del Consorcio Pirata la envenenaron con un plato de orugas venenosas servidas con arroz. Como fuere, lo más probable es que no tuvo una muerte natural.

(*) Los párrafos fueron extractados de “La viuda Ching, pirata”, en Historia universal de la infamia, de J. L. Borges

LA HIJA DE GALILEO

“No nos preguntamos qué propósito útil hay en el canto de los pájaros, cantar es su deseo desde que fueron creados para cantar.Del mismo modo no debemos preguntarnos por qué la mente humana se preocupa por penetrar los secretos de los cielos...”Johannes Kepler. Misterium Cosmographicum.

La bóveda celeste, plagada de recuerdos del antiguo y salvaje reinado de los dioses del Olimpo, también recuerda en la actualidad a Galileo Galilei. Satélites galileanos (Io, Europa, Ganímides y Calisto) un cráter en la Luna y otro en Marte llevan su nombre y el satélite 697 se denomina Galilea. En Venus –planeta del Amor– un astroblema (cráter) de 96,6 km de diámetro lleva el nombre “María Celeste”, cariñoso reconocimiento de la astronomía moderna a la Hija del primer científico de la historia.Cuando Galileo no se casó con la veneciana Marina Gamba, su compañera por varios años, condenó a la ilegitimidad a sus tres hijos. La situación fue particularmente grave para las dos niñas de 12 y 13 años que, sin dote ni posibilidades de matrimonio, fueron encerradas en el convento San Mateo de Arcetri. Virginia, la hija mayor, tomó el velo en 1616 y escogió en esos momentos llamarse Sor “María Celeste”, nombre en el que juntó su devoción a la Virgen, con “Celeste”, color que celebraba el descubrimiento de las primeras fisuras en el cielo para ver las estrellas, de su padre. A la muerte del astrónomo, filósofo, matemático y físico Galileo Galilei, fueron encontradas 124 cartas escritas por Virginia, desde 1623 a 1634. Esta correspondencia, cuidadosamente conservada, ayudó a conocer íntimamente al hombre que el Santo Oficio condenó por herejía; también es el único recuerdo de una Hija excepcional. Desde su claustro, Sor María Celeste compartió los descubrimientos y publicaciones de su padre, la visión de esos ojos que miraban al cielo a través de telescopios, la primera ley del movimiento, el determinado apoyo del hombre al copernicanismo, el rechazo a las ideas aristotélicas. ¿Qué opinaba esta religiosa, atrapada en un convento y entre las ideas de sus dos amores, la iglesia y su padre? ¿Qué sintió cuando la Inquisición juzgó y castigó a Galilei por defender la teoría heliocéntrica y fue obligado a reconocer públicamente un error que no era un error? “Yo, Galileo Galilei, he abjurado con lo antedicho de mi propio puño”.Sentencia: “Decimos, proclamamos, sentenciamos y declaramos que vos, Galileo, en razón de las cuestiones que ha sido expuestas en el juicio y vos habéis confesado, según el veredicto de este Santo Oficio, sois declarado altamente sospechoso de herejía principalmente por haber sostenido y creído en la doctrina, que es falsa y contraria a las Sagradas Escrituras, de que el Sol es el centro del mundo…”El ángel guardián de Galileo se cuidó bien de expresar su propio conflicto interior en esas cartas, verdaderas joyas de la literatura según los expertos. Con habilidad quirúrgica y profunda determinación, sostuvo con sus letras al anciano abatido y enfermo, que luchaba contra la ceguera y la tristeza en su reclusión. Incluso tomó sobre ella la obligación impuesta a su padre, de rezar los siete salmos penitenciales, pero cargó todo el peso de la duda en su alma. Sor María Celeste estaba acorralada entre la Fe a su Iglesia, albacea de la Verdad, depositaria de Dios y vínculo de la humanidad con Jesucristo y la Ciencia. La mujer “de exquisita mente y singular bondad” según escribió Galileo, sólo se permitió un momento, antes de morir en abril de 1634, para suplicar por sí misma: “¡He dudado y por esa duda Dios podrá castigarme!”. La hija de Galileo murió creyéndose hereje, dudando de la inmovilidad de la Tierra y de que todos los astros giraban a su alrededor. En oposición a la soberbia de su tiempo, María Celeste no renegó de su Fe, pero tampoco de los hechos de la ciencia. Con humildad, sensatez e infinito amor concilió ambos, en un gesto de Paz para el descanso de su padre y los tiempos venideros. Nota 1: El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979, pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, repitió una vez más la tesis que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. Fuente: Wikipedia.

Nota 2: Las cartas que escribió Galileo Galilei a su hija –única posesión terrenal de María Celeste– fueron aparentemente incineradas por la abadesa del convento por temor a represalias de la iglesia. El diálogo entre padre e hija pasó a la historia como un monólogo.

Nota 3: Las cartas de Sor Celeste se encuentran encuadernadas en un solo volumen y residen entre los “Manuscritos raros” en la Biblioteca de Florencia. Aún se pueden leer con claridad.

LAS RIVALES

Había una vez…dos mujeres que conquistaron el mundo, su propio mundo. Sin dinero, pero con mucha ambición, Elizabeth Arden y Helena Rubinstein construyeron imperios multimillonarios en una época en que maquillarse, era más que lujurioso. Ambas hicieron de la belleza una necesidad primaria. Nacieron en la misma época y se parecían, en las miradas desafiantes, en la vitalidad y en la capacidad de trabajo extraordinaria. Durante seis décadas combatieron como verdaderas gladiadoras, aunque nunca se conocieron. Rivales en temperamento y en cremas, sólo se vieron una vez y desde lejos, pero el odio entre ellas, era a muerte.Elizabeth y Helena llegaron a New York en la primera década del siglo XX y venían, según Lindy Woodhead [38] de ambientes donde “un baño era un lujo del sábado por la noche para ir a la iglesia el domingo” y el cabello se lavaba, con suerte, una vez al mes. De la polaca Helena Rubinstein se dice que era mentirosa, mandona, tiránica, avara y obsesiva. Y Elizabeth Arden, la canadiense, fue tratada de hipocondríaca, paranoica, cleptómana y violenta con los empleados. Lo indudable es que las Rivales consiguieron el poder en una época en que las mujeres no eran respetadas y construyeron sus negocios globales en el seno de una sociedad machista. Nunca maquillaron su animadversión y mientras sus salones se extendían por el mundo –París, Londres, Milán, Toronto– también crecía la obsesión por derrotar a la rival y hasta se robaban los mejores empleados. Ambas inventaron todo, aún hoy no existe producto en el mercado sin relación con alguna de las dos, como los maquillajes a prueba de agua o los productos con protección solar. Arden y Rubinstein se casaron y divorciaron dos veces, pero ningún hombre fue tan importante para ellas como el trabajo. Las rivales dejaron a sus respectivas sobrinas, 500 y 100 millones de dólares. Y las amadas empresas, que manejaron hasta el último día de sus vidas. Por su parte y a la tumba, se llevaron una profunda soledad, esa que encontraron en la cima del mundo.

ELLA…EL CINE

El Cine, “ese invento del demonio” según Machado, tuvo su première un 28 de diciembre de 1895 en París con la proyección de La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir de los hermanos Auguste y Louis Lumière. La recién nacida Historia de la Cinematografía daba sus primeros pasos, pero con el tiempo olvidaría a su Madre: Alice Guy Blaché, la Primera Mujer Cineasta.Cuando Alice conoció la versión 60 mm de la cámara de los Lumière, tuvo un flash forward [39]. Se le ocurrió que podía escribir algunas historias y producirlas con el extraño invento. “Como tú quieras, no es más que un juguete para niños” le dijo el legendario Léon Gaumont a su Secretaria. El hombre estaba tan poco convencido del nuevo aparato, como los legendarios hermanos que lo inventaron.[40] Y así, jugando, esta Alice creó su propio Wonderland. En 1896, cuando los espectadores miraban aburridos las proyecciones breves, documentales sin actores, montaje ni argumento, Guy Blaché realizó la Primera Película Narrativa en la historia del cine: La fée aux choux o “El Hada del coliflor”, un éxito. Fue una de las pioneras en películas con colores, la primera en usar el sonido en conjunción con las imágenes, ayudada por un fonógrafo, ¡implementó los efectos especiales! Cámara lenta y rápida y el movimiento hacia atrás ¿Algo más? Claro que sí! La doble exposición del negativo y las técnicas de retoque [41]. Realizó los primeros videos musicales y fue (y sigue siendo) la única mujer que dirigió su propio estudio cinematográfico. Se estima que Alice Guy Blaché produjo y supervisó unas 2000 películas de variados géneros fílmicos, con personajes de todos los rangos sociales, muchas de ellas con fuerte protagonismo femenino como en el caso de “La llamada de la Rosa”[42]. ¿Acaso esta mujer fue la primera en considerar el cine como un Arte? Muy probablemente, y también quien pensaba que “Las mujeres son una autoridad en el campo de las emociones” y en consecuencia, las más indicadas para hacer películas. A pesar de su vasta tarea, la primera mujer cineasta pasó la mitad de su vida batallando por la autoría de sus films, y rastreando en archivos de cine y filmotecas, los trabajos que sus colaboradores masculinos le habían robado y exhibido bajo otros nombres. Las cambiantes formas de la memoria, que está hecha de olvido [43] dejaron atrás a Alice, una hacedora de ilusiones que marcó el curso de la historia del cine…un cine que aún le debe su propia película.

LA NOVICIA REBELDE

“La mujer es semejante a la Casa de la Sabiduría”.Hildegard de Bingen, Liber vite meritorum, I, 82

En pleno siglo XII y cuando el oscurantismo medieval estaba en su apogeo, una mujer dedicó casi los ochenta años de su vida a contrariar con gran astucia y disimulo los mandatos opresivos de la época. La “novicia rebelde” Hildegard von Bingen se considera la primera bióloga alemana, primera médica y quizás, primera feminista. 300 años antes que Copérnico propuso un universo heliocéntrico. 500 años antes que Newton escribió sobre la gravitación universal. Difundió el herbalismo y compuso música de avanzada, que aún se escucha. Se carteó y polemizó con Papas, reyes, nobles y científicos, y fundó en Rupertsberg una abadía a su manera.La Abadía de Hildegard era una suerte de reducto femenino en donde las monjas podían y debían dar rienda suelta a sus talentos; aprendían a cantar, copiaban e ilustraban manuscritos, hacían gimnasia y bebían cerveza. La doctrina que practicaban era escándalo y novedad: promovía la igualdad de géneros, negaba que el placer sexual fuera fruto del pecado, consideraba que Eva no era culpable del pecado de Adán y sostenía que la sangre femenina no era impura ni manchaba, al contrario de la derramada en las guerras. Desde luego, la relación de Hildegard von Bingen con la Iglesia, no fue siempre cordial. Ella atacó seriamente las costumbres del clero, realizó denuncias por corrupción y por no seguir realmente los preceptos de compasión. ¡Desafió el dogma, describiendo a Dios con atributos femeninos! Convirtió las debilidades atribuidas a las mujeres en fortalezas y luchó por la equiparación de los sexos en cuanto al castigo por los pecados. Pero ¿cómo logró Hildegard que el Vaticano fuera complaciente con sus rebeldías? Ciertamente esas “visiones con el mundo divino” que ella declaró tener desde la niñez y su fama de mística y profetiza, ayudaron. Tal fue su reconocimiento, que llegó a ser conocida como la “Sibila del Rhin” y la gente la buscaba para escuchar sus palabras de sabiduría, para curarse o para que la guiara. Varias veces intentaron canonizar, sin éxito, a esta patrona de los lingüistas y de las novicias. El Papa Juan Pablo II se refirió a ella como una “mujer santa”.

LAS FLAPPERS

Estados Unidos, 1920. La Gran Guerra había quedado atrás y el sueño americano parecía cumplirse con una American Way of Life al alcance de todos. A ese próspero escenario y con ritmo de jazz, llegaron pisando fuerte con sus tacones de aguja, ¡las flappers! Desafiantes, con sus cabelleras platinadas o negras, cortadas a la Garçonne, escandalosas faldas cortas y ¡sin corsé! estas chicas imponían una nueva moda y también un nuevo estilo de vida.Se pintaban como puertas, bebían como marineros, fumaban cigarrillos con largas boquillas, conducían potentes automóviles y por las noches iban solas a clubs y descosían ese estilo de baile mezcla del Charleston, Shimmy, Bunny Hug y Black Bottom. Dueñas y Señoras de todas las miradas, las flappers sacaron carnet habilitante para seducir los pocos hombres que habían quedado tras la guerra prometiendo un cóctel explosivo: belleza, sexo e inteligencia. No había forma de ignorarlas y como suele suceder, fueron los escritores y artistas como F. Scott Fitzgerald, John Held Jr. y Anita Loos quienes dotaron a las flappers del aura de mujeres independientes y revolucionarias. Aunque la sociedad las tenía entre ojos, o precisamente por esa razón, la imagen flapper se convirtió en el eje del mundo de la moda. Gracias al avance de la industria textil, mujeres de todas las edades y clases sociales comenzaron a usar vestidos a la rodilla que imitaban el estilo cabaret, hombros anchos, pantalones, larguísimos collares de cuentas, y el famoso sombrero Cloché de Coco Chanel. ¿Acaso algo más glamoroso y “necesario” que parecerse a Joan Crawford, Dorothy Mackaill, Alice White o la sex simbol Joséphine Baker? Por supuesto que no. Las flappers fueron crack players en los roaring twenties hasta que un Crack con mayúsculas, protagonizado por otros jugadores, las desterró de la escena para siempre: la Crisis de 1929. Esa vida hedonista y sin preocupaciones propuesta por las divertidas chicas se evaneció en una triste realidad llamada Gran Depresión…pero ¿quién les quita lo bailado?

LA GATA

“Lo que yo más quería era una buena comida, un hombre, y una vez más, Mozart’s Requiem”.La Chatte

El 8 de enero de 1949, en París, un aviso publicado en los tableros de información oficial, anunciaba que Mathilde Carré había sido condenada a muerte por el XIV Tribunal de lo Penal. La Chatte (La Gata), nom de guerre de una de las mejores espías de la Resistencia había sido encontrada culpable de traición a Francia.Se sabe que hacia 1939, Mathilde vivía en un pueblito del sur de Argelia, trabajaba como institutriz y estaba recientemente casada con un oficial del ejército francés. Apenas estalló la II Guerra Mundial, el marido partió hacia el frente donde murió al poco tiempo, y la joven decidió irse a vivir a Paris para convertirse en enfermera. En 1940 y con la llegada de los nazis, Mathilde se trasladó a un centro de socorros y heridos en Tolouse donde conoció a un oficial del Estado Mayor Polaco agregado a los servicios de enlace del Ejército francés llamado Roman Czerniawski. Ella no podía pronunciar su nombre y optó por llamarle Armand y él correspondió la gentileza apodándola “La Gata”, por su belleza felina, y quizás también por su astucia. Se convirtieron en amantes y el polaco ingresó a Mathilde en la red de espionaje de la Resistencia Francesa. La Gata usaba diestramente su belleza e inteligencia para obtener información de los oficiales alemanes y gracias a ella, le red alcanzó éxitos extraordinarios. Pero los agentes nazis ya estaban sobre su rastro y el 18 de noviembre de 1941, la nouvelle espía, fue capturada por el enemigo y llevada a una prisión militar. Convencida de que sería torturada hasta morir, La Gata esperaba su triste final mientras a lo lejos se escuchaban las notas de Mozart’s Requiem. De pronto, un sargento alemán guapo, educado y correcto entró a su celda, y en perfecto francés le dijo: “Esto es poco confortable ¿Prefiere que vayamos a otro lugar?”. Efectivamente, se fueron, solos, a una mansión fuera de la ciudad. Los acontecimientos de esa noche y las que siguieron, son un misterio y páginas en blanco en el diario que la espía llevaba minuciosamente. Pero Hugo Bleicher, el sargento nazi, conseguiría mediante la persuasión, aquello que ningún torturador hubiera logrado con otros métodos. “Nada podía ser más atemorizador: el hombre que entró en mi celda era “humano”Diario de Mathilde Carré

En ese tiempo Mathilde Carré se convirtió de la noche a la mañana, en una doble espía. Bajo las órdenes de Hugo cumplió varias misiones y delató a cientos de compañeros aliados hasta que el MI5 británico descubrió el juego de la joven francesa y en julio de 1942, fue detenida en Gran Bretaña y allí permaneció hasta el final de la guerra. Cuando los fuegos del conflicto armado más sangriento de la historia, comenzaban a apagarse, La Gata fue deportada a su Francia para enfrentar cargos de traición. Pero aquel amante que alguna vez la bautizó, no se había equivocado acerca de los rasgos felinos de Mathilde. A pesar de haber sido condenada a muerte, fue defendida hasta por su propio y antiguo supervisor y finalmente la pena se conmutó por cadena perpetua y en 1954 fue liberada. Ese mismo año publicó sus memorias con el título:”J’ai été la Chatte” Yo fui la Gata. Nunca se supieron con certeza los motivos que llevaron a la admirable luchadora por la libertad a cambiar sus lealtades, aunque se tejieron tupidas tramas de incógnitas y misterios a su alrededor. Tampoco se supo nada de ella hasta su muerte, en 1970.

VIOLETAS PARA NAZIMOVA

Alla Nazimova, pupila del genial Konstantín Stanislavski y una de las más grandes actrices de la historia, aprendió a irradiar fascinación desde adentro hacia fuera. Sus poderosos ojos violetas se encendían y como una majestuosa cobra, serpenteaba en armonía coreográfica aprehendiendo, embrujando al espectador desde el escenario.“...arqueaba el cuello, ondulaba mi espalda como una S, llevaba un vestido colgante, alzaba las cejas y me agarraba las caderas hasta alcanzar el suelo”En el cenit de su carrera, nadie hubiera creído que esta deslumbrante mujer, había tenido rasgos varoniles y kilos de más durante toda la niñez y adolescencia. ¿De dónde sacó Nazimova la memorable Hedda Gabler de Ibsen? ¿O las hermanas de Chéjov? ¿Y Lady Macbeth? ¿Y esa Nora inmortal de Casa de Muñecas? ¿Es Nora o Alla Nazimova quien analiza la moral y el rol del hombre y la mujer en la sociedad? Lo indudable es que Nazimova, buscó en su interior y encontró inspiración. En su poco agraciado aspecto anterior, en sus orígenes judíos, en la familia desastrosa que le tocó en suerte, en el padre brutal y golpeador, en el hermano adoptivo que la violó cuando era casi una niña, en las humillaciones de la madrastra y hasta en esas calles de Moscú donde se prostituyó para pagar sus clases con el Maestro Stanislavski. La carrera teatral de Nazimova floreció pronto. En 1903 era una estrella en Moscú y San Petersburgo; viajó por Europa; sedujo a la créme de la créme británica y arribó a los Estados Unidos para su éxito definitivo. Más de una década antes de que se construyera Hollywood, esta rusa, abiertamente lesbiana fundó la escena estadounidense. Pero corrían tiempos peligrosos para los homosexuales. Ligas de Decencia y Ligas de Escándalo Público se encargaban de mantener las “depravaciones” lejos de la sociedad. Y muchos, incluyendo Alla, tuvieron que optar por el casamiento con algún buen amigo en las mismas condiciones. No obstante, esta mujer no se privó del amor, como lo testimonian sus famosos romances con la escritora Mercedes de Acosta, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Isadora Duncan, Eleanora Duse, Natacha Rambova y una larga lista de actrices. Alla Nazimova conoció, de primera mano, los oscuros intersticios del alma humana, fue un mito de grandeza actoral y se dio el lujo de escribir, financiar, producir, dirigir y protagonizar su gran tributo a Oscar Wilde con la adaptación de Salomé, la gran obra vanguardista donde dio rienda suelta a su creatividad y exceso. Se necesitaron varias décadas para entender esta obra maestra y en su momento sólo los menos, apenas un happy few la disfrutó. NOTICIA DEL FALLECIMIENTO DE ALLA NAZIMOVA:

“El 13 de julio de 1945 llegó el final. Una trombosis arterial se llevó para siempre a Alla Nazimova. Fue enterrada en el cementerio de Forest Lawn, y en la lápida sólo pone NAZIMOVA. Nunca faltan violetas en su tumba, porque durante décadas esas flores fueron el símbolo que Safo y sus chicas llevaron a la isla de Lesbos y la actriz rusa las adoró porque tenían el color de sus ojos.” FRAU MAGDA GOEBBELS

El 1 de Mayo de 1945, Adolfo Hitler se acercó a la esposa de Joseph Goebbels; desenganchó su insignia de oro del partido y la abrochó en el vestido de la mujer, mientras le expresaba toda su admiración por el coraje, la inquebrantable lealtad y esa irreversible decisión de dar muerte a sus hijos, antes de suicidarse. Era la antesala del drama para todos en el Führerbunker, y el momento culminante en la carrera de la Primera Dama del III Reich.Johanna Maria Magdalena, hija de una criada berlinesa soltera, asomó al mundo en 1901. Un par de casamientos de su madre; primero con el ingeniero Oscar Ristchel y luego con el restaurador judío Friedländer; situaron a ambas mujeres en la alta sociedad alemana. Magda recibió esmerada educación en prestigiosos colegios, hablaba francés con fluidez, era guapa, refinada y muy segura de sí misma. Cuando el maduro Günther Quandt, uno de los hombres más ricos de Alemania, coincidió con ella en el compartimento de un tren, en 1920, quedó fascinado y le propuso casamiento. Con apenas veinte años, Magda dio a luz a su primer hijo, Harald Quandt [44]. Por entonces la vida social en los elegantes círculos burgueses del Berlín de entreguerras, había comenzado a aburrirla, también su marido. Günther trabajaba mucho y veía poco a su esposa; y si bien ambos fueron infieles, la aventura de Frau Quandt con un joven y guapo judío, precipitó el final del matrimonio en 1928. Fue durante un mitin del NSDAP [45] en 1930, cuando Magda conoció al orador principal: Joseph Goebbels. Completamente seducida por el nazismo, la berlinesa no sólo se afilió al partido, también conquistó al gerifalte y se casó con él un año después. Los rumores de la época decían no obstante, que la divorciada se había enamorado perdidamente, no de su nuevo esposo, sino de Adolfo Hitler. La mansión de los Goebbels en Reichskanzlerplatz se convirtió entonces en un hogar para la cúpula del partido, donde la anfitriona deslumbraba a los futuros dueños de Alemania. La República de Weimar agonizaba entre los brindis y la buena comida de Magda, una perfecta ama de casa nacionalsocialista. En 1933, Hitler fue nombrado Canciller y el matrimonio Goebbels subió a la cima del Imperio. Mientras Joseph[46] se convertía en el Ministro de Información y Propaganda, Magda paría sin descanso un hijo tras otro hasta el número de seis. [47]Y fue recompensada: Hitler no dudó en otorgarle la Cruz Honorífica de la Madre Alemana. Magda Goebbels era por entonces, el paradigma femenino del nazismo y un ejemplo de la nueva era: rubia, elegante y distinguida, madre abnegada de la familia aria ideal y esposa ejemplar. Ubicua en todas las fiestas, celebraciones y sobre todo, en la publicidad oficial. En abril de 1945 los Goebbels, fríos y distantes aunque juntos, ya sabían que el imperio invencible de los mil años caía en pedazos y se reunieron junto a su líder en el búnker. Lo que sigue es el horror. “Nuestra espléndida idea se hunde, y con ella todo lo que de hermoso, admirable, noble y bueno he conocido en mi vida. El mundo que vendrá detrás del Führer y el nacionalsocialismo no merece la pena ser vivido, y por eso he traído a los niños”.Magda Goebbels

Frau Magda Goebbels no titubeó a la hora de dar muerte a sus seis hijos. Posteriormente, lúcida y segura, la más fanática seguidora de Hitler procedió a suicidarse y tomar su lugar en la página negra de la historia. Nota: Aunque en el tiempo Eva Braun ocupó su lugar al lado del Führer, Magda Goebbels conservó el título de Primera Dama del nazismo, aunque nunca se casó con Hitler.

GUDRID, LA VIKINGA

Quinientos años antes de Colón, Gudrid Þorbjarnardóttir exploró y vivió tres años en el Nuevo Mundo. Dio luz a su hijo Snorri, el primer europeo nacido en América y fue una de las más grandes viajeras de la época. Sus aventuras se mencionan tanto en Grœnlendinga saga (Saga de los groenlandeses) como en la Eiríks saga rauða (Saga de Erik el Rojo). Por muchos siglos fue un personaje mitológico como Helena de Troya, hasta que recientes descubrimientos arqueológicos demostraron su existencia real. Navegó ocho veces el helado Atlántico Norte desde Islandia y Groenlandia, hasta Terranova y Noruega, sobrevivió a tres maridos –incluyendo Thorstein Eiriksson, hijo de Erik el Rojo– y muy viejita, peregrinó a Roma, le contó al Papa Benedicto VIII sobre las “nuevas tierras” y vivió como anacoreta en Islandia hasta alrededor del 1050, donde falleció y fue enterrada con su caballo, a la manera vikinga.Gudrid, la hija de Hallveig Einarsdottir y del terrateniente Thorbjörn Vifilsson habría nacido alrededor del 980 en una Islandia que instalaba el Cristianismo como la religión oficial. A los 19 años se casó con el comerciante Thorfinn Karlsefni, y la nueva pareja partió en su knörr rumbo a esas tierras maravillosas que el intrépido Erik el Rojo llamaba Groenlandia (Tierra Verde) y sobre todo a la mítica Vinland (Tierra del Vino). Naufragaron frente a las costas de la gran isla y Gudrid perdió un marido por primera vez. En Groenlandia nuevamente la mujer de extraordinaria belleza según se cuenta, volvió a contraer matrimonio y el elegido fue Thorstein Eiriksson, el hijo más joven de Erik el Rojo. Ambos tenían el sueño de llegar a Vinland y tan pronto como pudieron, se hicieron a la mar. Después de un terrible verano a merced del viento y las tormentas, Gudrid, su marido y el resto de los acompañantes acabaron en Lysufjord, otra colonia de Groenlandia, donde una terrible epidemia mató a casi todos, incluyendo a Thorstein… y nuestra Vikinga volvió a enviudar por segunda vez. Luego de su regreso al asentamiento original, Gudrid pasó un tiempo en la granja familiar Brattahlíð, donde conoció a un mercader islandés recién llegado de Noruega: Thorfinn Karlsefni, hombre decidido como ella y dispuesto a todo para llegar a Vinland. Alrededor del 1010, la nueva pareja, tres embarcaciones y 60 colonos llegaron al continente americano, siguieron la costa hacia el sur, y la naturaleza les indicó que habían llegado a su destino. Maravillosas playas y montañas, ríos rebosantes de salmones, bosques frondosos con árboles muy altos, praderas verdes e interminables y las uvas silvestres que honraban el nombre del lugar: Tierra del Vino, conocido actualmente como L’Anse aux Meadows. Allí encontraron las cabañas que años antes había construido el otro hijo de Erik el Rojo, Leif Eriksson (el afortunado) y también allí Gudrid dio luz a Snorri Thorfinnsson, el primer europeo nacido en América. Pero los vikingos tropezaron con los temibles “Skrælings” y luego de tres años de pelea incesante con estos indígenas, abandonaron el asentamiento, volvieron a Groenlandia y posteriormente a Noruega donde vendieron su carga de mercancías exóticas. La historia cuenta que Gudrid regresó a Islandia, tuvo un segundo niño y cuando Karlsefni murió unos años más tarde, se hizo cargo de la granja, prosperó, crió sola a sus hijos y peregrinó a Roma con su mensaje para el Papa. Probablemente nunca sabremos qué pensaba esta mujer, cuáles eran sus gustos y si acaso alguna vez en esos mares helados y desconocidos, tuvo miedo y se rindió. Pero podemos imaginar una anciana en el umbral de su última casa, contemplando el mar y sonriendo. Quizás sabía que su historia sería heredada, repetida y pulida por generaciones de narradores Nota: En el nórdico antiguo la palabra “vikingar” fue de uso exclusivamente masculino. Estrictamente hablando las mujeres no fueron vikingas. En el tiempo, el adjetivo incluyó a toda persona perteneciente al pueblo escandinavo de guerreros y navegantes.

“SHE HAD A DREAM…”

“Freedom is not free”El 1 de diciembre de 1955, una humilde costurera de Alabama se negó a ceder su asiento en la sección white people del autobús, cuando un blanco se lo exigió. Por este delito, Rosa Parks fue presa, debió pagar la sideral multa de 14 dólares…y se convirtió en uno de los símbolos más emblemáticos de la historia de los derechos civiles: su gesto impulsó el movimiento para terminar con la segregación racial en Estados Unidos.Las leyes de Jim Crow eran muy claras: Las primeras cuatro filas de los buses estaban reservadas para los blancos (debían permanecer vacías aunque no viajara ninguno) y las últimas, eran para los negros. Los asientos del medio sólo podían usarse si un blanco no los necesitaba y en ese caso, la fila entera debía levantarse. Los pasajeros afroamericanos y no blancos, estaban obligados a pagar en la parte delantera del autobús y luego debían salir y volver a entrar por la puerta trasera, para evitar todo contacto con el sector prohibido. Estas leyes –promulgadas entre 1876 y 1965– eran estatales, locales y claramente segregacionistas y abarcaban todas las instalaciones públicas: escuelas, restaurantes, baños y también se aplicaban en el ejército. La política de “Separados, pero iguales”, por supuesto, no era la única infamia que Rosa conocía de primera mano. Había llegado a este mundo en 1913, una época en que el KKK [48] imponía con violencia la homofobia, el racismo, la xenofobia y una larga lista de “anti”. Aún con los linchamientos y persecuciones a la orden del día, esta mujer logró graduarse en el instituto cuando sólo el 7% de los afroamericanos lo lograban. ¿Cuántas veces fue atropellada su dignidad, antes del episodio del autobús? Imposible saberlo. Lo cierto es que cuando Rosa Parks dijo “No me levanto”, también dijo “basta” y se desató un boicot al transporte público que duró 381 días. ¿Quién lideró esta campaña? Un entonces desconocido pastor de la Iglesia Bautista llamado Martin Luther King. Claramente the freedom is not free, cientos de trabajadores negros fueron despedidos y arrestados, incluyendo a Rosa, quien se quedó sin trabajo y cansada de las amenazas de muerte, se mudó a Detroit en 1957. El ¿sencillo? gesto de Parks terminó, casi diez años después, con el Acuerdo de los Derechos Civiles de 1964 que prohibió la discriminación racial en Estados Unidos. La llamada “madre de los derechos civiles” compartió el sueño de su admirado Martin Luther King –a quien conoció y colaboró con sus acciones– y también se relacionó con célebre y discutido Malcolm X. Trabajó el resto de su vida en distintos programas para batallar contra el racismo. En 1998 la viejecita, muy senil, recibió la Medalla de Honor que le otorgó el Congreso –principal condecoración que el Legislativo de EEUU concede a civiles. Un 24 de Octubre del 2005 la Soñadora que desafió a la América blanca falleció a los 92 años. Sus restos fueron honrados en el Capitolio de Washington –mismo lugar donde se despidió a Lincoln, JFK, Eisenhower y L. Johnson. Fue la primera mujer y segunda persona afroamericana en ser homenajeada en ese lugar.

LA GRAN THÉRÈSE HUMBERT, ESTAFADORA DEL SIGLO

Thérèse no había nacido entre cojines y sedas. Pero en su infancia campesina y miserable; en el pequeño Aussone, supo imaginar cómo sería esa grande vie donde las niñas no tenían que mendigar y engañar para comer. Y se soñó una vida de riqueza.El primer capítulo de su novelesca peripecia vital ocurrió cuando era lavandera en la casa de Humbert, alcalde de Tolouse. Allí conoció a Frédéric. El hijo del político francés era poeta. Escuchó fascinado las historias que la criada Thérèse le contaba sobre su origen noble y un castillo heredado. Se casó con ella. Pero Au contraire de lo que se pueda suponer, Frédéric no fue víctima de la célebre estafadora, sino su cómplice. Los recién casados Humbert se trasladaron a París y Thérèse comenzó a paladear la douceur de vivre por primera vez. Los jóvenes vivían más allá de sus medios, cenaban en lujosos restaurants, tenían los mejores asientos en el teatro y compraron una fabulosa propiedad en la Avenue de la Grande Armée. El sueño de la pobre campesina y su castillo propio, comenzaba a ser real, tanto como las grandes deudas y préstamos contraídos con ingeniosas mentiras. Su estatus social también crecía gracias al nuevo cargo del patriarca familiar Gustave Humbert, su suegro y flamante Ministro de Justicia Francés. La insigne fabuladora aún no había realizado su chef-d’œuvre. Muchos fraudes pequeños apenas mostraban su talento, y ella iba por todo lo que la vida puede ofrecer. Y cuando los acreedores comenzaron a impacientarse, elaboró con todo detalle el más famoso de sus embustes: la herencia Crawford.[49] Nuestra estafadora guardó el supuesto “testamento” en una caja fuerte a prueba de fuego. Con gran publicidad, un magistrado actuó como notario, declaró legal el procedimiento y selló con cera caliente el armazón. La puesta en escena fue un éxito y la actuación de Humbert impecable. Sus viejas deudas se desvanecieron y comenzó a gastar a cuenta de la imaginaria herencia. Aparecieron yates, mansiones en el campo, empresas fantasmas y miles de esos sombreros horribles con frutas y plumas que la mujer adoraba. Los banqueros, modistos y joyeros se disputaban el privilegio de “hacer negocios” con Mme. Humbert y las damas de sociedad mataban por su amistad. La historia por supuesto, terminó en un impresionante drama. Los acreedores sacaron cuentas y notaron que la supuesta herencia no alcanzaría a cubrir todos los préstamos. Thérèse huyó junto a su familia a Madrid, la pescaron y fue juzgada y sentenciada a cinco años de trabajos forzados. El juicio fue muy publicitado y hubo de todo, funcionarios de gobierno implicados en el escándalo, muchos suicidios, varios asesinatos, distinguidos hombres y mujeres perdieron toda su fortuna y miles de pequeños acreedores e inversores se arruinaron. ¿Y la caja fuerte? Finalmente fue abierta y en su interior se encontró un ladrillo y medio penique inglés. Gran parte de la vida de Thérèse Humbert parece salida de la Naná, de Émile Zola (si podemos imaginar una Naná sin el sexo). Aunque la llamada “Estafadora del siglo” desafió el cliché literario: no tuvo belleza pero le sobró imaginación. “Teresa, una pobre diablesa, una espesa portera convertida en reina de París por la influencia del dinero. Es la Nuestra Señora del Capital. Callados, avergonzados, cuando no traidores, están los que ayer, periodistas, banqueros, políticos, nobles, la adulaban. Hoy se ocultan, no la quieren reconocer, los que recibían los favores de sus cheques o se sentaban a su mesa, o jugaban al lawn- con sus dos vírgenes familiares”.“¿Y el esposo, Frédéric? “Federico es el poeta, es decir, no sirve para nada. ... Pobre Federico, no tiene cerebro; es Polichinela. Tiene cerebro nada más que para rimar y soñar, inútilmente” Rubén Darío, “Artículos de París”, 1903Cuando Thérèse salió de la prisión, emigró a los Estados Unidos y murió en Chicago, en 1918. El destino de su esposo es un misterio.

WITCH!

En 1486, dos monjes dominicos, Henry Kramer y Jacques Sprenger [50] publican en Estrasburgo el Malleus Maleficarum conocido como “El Martillo de las Brujas”. El práctico manual de pequeño formato, fue un best seller, se reeditó frecuentemente y resultó indispensable para todos los inquisidores y magistrados comprometidos en la lucha contra la brujería.Cuando el Papa Inocencio VIII promulgó en 1484 su famosa bula Summis desiderantes affectibus, relativa a las personas asociadas con los demonios, se inició en toda Europa la persecución, tortura y ejecución sistemática de incontables “brujas”. Los inquisidores tuvieron poder absoluto para perseguir a estas herejes y el Malleus Maleficarum les proporcionó todos los fundamentos teóricos y procedimientos prácticos para atender adecuadamente a las agentes de Satanás. En la Parte I, los autores (sobre todo Henry, el más comprometido con la obra) demostraron que la brujería era una realidad y un fenómeno casi exclusivamente femenino. En la parte II, echando mano a toda la artillería académica disponible en el siglo XV –con permanentes citas de las Escrituras y de eruditos antiguos y modernos– y sumando su propia experiencia como inquisidores, describieron detalladamente las formas de brujería. “El diablo –afirmaban– aprovecha la debilidad, intelecto inferior y tendencia a la lujuria de las mujeres para lograr sus objetivos. Uniéndose carnalmente con ellas las convierte en sus criaturas. La lascivia fundamental de las mujeres, detectada por todos los teólogos desde los primeros tiempos de la Iglesia, es la causa de todo”. Y en la parte III –eminentemente fáctica– detallan minuciosamente los métodos para detectar, torturar, enjuiciar, sentenciar y destruir brujas. Sin derechos ni oportunidades, legiones de Mujeres de todas las edades [51] fueron quemadas en la hoguera y sometidas a las más horrendas torturas para liberar los demonios de su cuerpo y obtener más confesiones. Los números de denuncias crecieron exponencialmente porque el Malleus era claro, si una mujer es acusada de brujería, es bruja. El Malleus Maleficarum cumplió eficazmente su misión a lo largo de los siglos XVI y XVII, encendió hogueras y sembró calamidades, aunque estamos seguras, no terminó con todas las brujas…algunas estamos chamuscadas pero intactas.

ÁFRICA DE LA KGB

Richard Sorge, el legendario espía alemán que sirvió a Stalin, aseguraba: “Las mujeres son absolutamente ineptas para el espionaje. No comprenden nada de alta política ni de cuestiones militares. Son demasiado emotivas, sentimentales e inestables”. Por supuesto no sólo la historia lo contradice, también su camarada, África de Las Heras Gavilán.La hija del alcalde de Ceuta, ciudad autónoma de España situada a orillas del Mediterráneo, dejó atrás su vida burguesa para militar como agente del Partido Comunista español hacia 1930 y convertirse en una de las espías más importantes del siglo XX. Participó en la Revolución de octubre de 1934 en Asturias, integró las JSU catalanas y en 1937 fue reclutada y entrenada en Moscú por la NKVD, antecesora de la famosa agencia de inteligencia KGB rusa. África habría espiado el entorno de León Trotsky en México y se cree que proporcionó a su amigo y compatriota Ramón Mercader, la información necesaria para el asesinato del líder político, ordenado por Stalin. Fue una eficaz radiotelegrafista tras las líneas alemanas durante la II Guerra Mundial, aunque su consagración como espía le llegó por sus misiones en Paris y Uruguay durante la Guerra Fría. En Montevideo se casó con el famoso pianista y escritor Felisberto Hernández, conocido por su anticomunismo. El hombre pensaba que su dulce esposa era una modista española de alta costura, nunca supo que en realidad, dormía con un coronel de la KGB [52] África se divorció del marido uruguayo y volvió a casarse, siempre bajo las órdenes de la URSS y en continuas misiones y enlaces entre los diferentes agentes. “Juré que no me rendiría viva al enemigo y que antes de morir destruiría la emisora y los códigos. Me dieron dos granadas, una pistola y un cuchillo. Desde entonces siempre los llevé conmigo”África de Las Heras Gavilán

Esta espía jamás fue descubierta. Trabajó en solitario, sobrevivió a las purgas estalinistas y a las redes del espionaje estadounidense. En 1967 regresó a Moscú donde se dedicó a formar otros espías y se le otorgó la Orden de Lenin, medalla que la convertiría en héroe de la Unión Soviética. Las andanzas de la inteligente y muy discreta África recién comenzaron a ser conocidas a partir de su muerte, en 1988, pero mucha información sobre sus actividades aún sigue celosamente guardada en los archivos vetados de la KGB. ¿Cuántas mujeres puede ser una mujer? La ceutí África de Las Heras Gavilán fue “Patria”, “La Pequeña Pasionaria”, “María Luisa de las Heras de Darbat”, “María de la Sierra”, “Patricia”, “Ivonne”, “María de las Heras”, “Znoi”, “María Pavlovna” y seguramente muchas más. También vivió otras tantas vidas, aunque quizás nunca la propia.

LA TRAIDORA

Había una vez, en el lejano reino de Coatzacoalcos, una noble niña que fue separada de su familia y cedida a los vencedores de la guerra, como era la tradición. Cuando los caciques de Tabasco se enteraron que hablaba náhuatl con fluidez, y aprendía rápidamente la lengua maya, reservaron a su esclava para una ocasión especial…El 15 de marzo de 1519, Malintzin o Malinche, formó parte del tributo cedido a un Gran Ganador: Don Hernán Cortés. El español, recién llegado al Valle de México, había vencido a los tabasqueños en la llamada “Batalla de Centla” (victoria lograda gracias al espanto que produjeron los caballos, desconocidos por esas tierras) y recibió a Malinche junto con otras 19 mujeres, algunas piezas de oro y un juego de mantas. Como buen católico, Cortés inmediatamente bautizó a su esclava, le impuso el nombre de Marina y en un arranque de generosidad, se la regaló a uno de sus capitanes, Alonso Hernández Portocarrero, aunque tiempo después se arrepintió y la trajo de nuevo con él. Doña Marina –como fue apodada por los conquistadores– volvió a dar muestras de sus habilidades lingüísticas y aprendió velozmente el español. Ese talento la condenaría para siempre. Cortés tuvo entonces no sólo una querida de lujo, también una de las más poderosas herramientas de la conquista de la Nueva España: su intérprete [53] Malintzin-Malinche-Marina facilitó la comunicación entre su amo y muchos de los líderes indígenas y asesoró sobre las costumbres sociales y militares de los nativos. Estaba convencida de que el diálogo evitaría la masacre. Y por supuesto, fue gran protagonista en el encuentro inicial entre Cortés y Moctezuma, el huey tlatoani, el Emperador Azteca. La Malinche pasó a la historia como La Traidora por antonomasia ¿Tuvo alternativas? Si descartamos la traición, muy peligrosa, es de suponer que no. Como tampoco pudo negarse a ser usada por todos y cada uno de sus dueños. De hecho, tuvo un hijo de Hernán Cortés al que éste llamó Martín.[54] Muchas leyendas han trascendido acerca de esta mujer, que sólo conoció la esclavitud a lo largo de su vida. Algunos autores hablan de una supuesta historia de amor con Cortés, algo muy poco probable porque el mismo hombre la había regalado a su capitán y cuando terminó la conquista y a modo de profundo reconocimiento, casó a Doña Marina con otro de sus capitanes, Juan Jaramillo. Las relaciones humanas en el siglo XVI, sobre todo en esas tierras “lejos del mundo civilizado” y con los nativos, eran distintas, por decirlo suavemente. La Malinche fue culpada de vender a su patria y a su raza, y de traicionar a los suyos, los mismos que en el juego de la guerra la convirtieran en botín del ganador de turno. Nota: Algunos historiadores y escritores en general, consideran que Malinche creyó que Hernán Cortés pondría fin a los “terribles sacrificios humanos de la religión azteca” y esa sería la razón por la que colaboró con la causa española. Es necesario destacar que los mexicas eran profundamente religiosos y no cuestionaban a sus dioses ni su crueldad, por lo que esta suposición es bastante improbable.

LA SECRETARIA

Olive Ann Beech nació en un pueblito perdido de Kansas en 1904, apenas un año después del primer vuelo propulsado de los hermanos Wright. Desde pequeña fue rapidísima con los números, a los siete años tuvo su propia cuenta bancaria y a los once llevaba la contabilidad familiar. El primer empleo de secretaria lo consiguió a los 18 años por 18 dólares semanales y el segundo, un poco mejor remunerado, fue en una pequeña constructora de aviones que cambió su vida para siempre. Sus jefes serían los legendarios e intrépidos aviadores de la I Guerra Mundial: Clyde Cessna, Lloyd Stearman y el guapo Walter H. Beech, que le ofreció tocar el cielo con las manos y matrimonio. Olive y Walter fundaron la Beech Aircraft Company soñando convertirla en la más famosa constructora de aviones de Estados Unidos. Él murió joven, Ella, la Secretaria de los 18 dólares lo logró y llegó a ser considerada Primera Dama de la Aviación.La pecosa y eficiente Olive Ann y Walter Herschel Beech se casaron y fusionaron sus habilidades. El pionero aviador puso su genio constructor y la “secretaria”, el ingenio práctico. Él fue quien diseñó el “Beechcraft 18”, el modelo más vendido en la II Guerra Mundial. Olive aprendió rápidamente todo lo posible acerca de las complejidades del diseño de aeronaves, el mercado potencial y las finanzas; consiguió los préstamos, negoció los contratos de venta y manejó las cuentas de la pequeña empresa como una leona. No había otro lugar dónde ir sino hacia arriba, pero en pleno conflicto bélico y con la compañía creciendo a pesar de las no pocas dificultades, el marido enfermó de una encefalitis y falleció cinco años después. Era 1950 y la cofundadora de la Beech Aircraft Company y madre de dos hijos, no se detuvo. Con nervios de acero, según sus colaboradores, dirigió la empresa y la hizo crecer cada vez más. En la década de los sesenta no sólo fabricaba piezas para los más grandes aviones, también participaba en el programa espacial, la misión no tripulada del Gemini 1 y el módulo lunar Apolo. “Me gusta tener a mi alrededor personas que encuentran alguna forma de hacer las cosas; no me gusta que me digan por qué no se puede hacer”Olive Ann Beech llevó su empresa a la posición de Rolls-Royce entre los constructores de aviones privados y comerciales, recibió numerosos premios y honores y fue la primera mujer en recibir el Trofeo Memorial de los Hermanos Wright. En 1943 el New York Times la nombró una de las 12 mujeres más distinguidas de Estados Unidos y en 1970 fue reconocida como una de las 10 empresarias más prominentes de su país. De aspecto frágil, sencilla, con sonrisa serena y gentil, esta eficiente Secretaria dejó más de 700 millones de dólares al morir en 1993, y un guiño para todas las “manos derechas” del mundo.

THE FEM “MP”

Era 1919 y los MPs, miembros parlamentarios de la Honorable Cámara de los Comunes del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, estaban flemáticamente consternados. Una mujer, norteamericana y divorciada, colocaba su femenina humanidad en la banca del Parlamento en Westminster, por primera vez en la historia.

Nancy Astor (née Witcher Langhorne) hija de un acaudalado hombre de negocios sureño, abrió sus ojos al mundo en Virginia, Estados Unidos, en 1879. Se casó a los 18 años, tuvo un matrimonio desastroso, se divorció y partió hacia las tierras británicas con un hijo a cuestas. Allí conoció a Waldorf Astor, también nacido en USA, político, hombre de negocios y miembro de la distinguidísima y rica Familia Astor. Misma edad, fuego y temperamento apasionado, unieron a los expatriados, ¡y se formó la pareja! Tuvieron una boda encantadora y el papá del novio, preocupado por el “techo propio” de los recién casados, les obsequió Cliveden. la mansión señorial que antes había sido el hogar de un Conde, dos Duques y un Príncipe de Gales. Nancy y Waldorf eran felices, comían perdices, redecoraban su casa nueva y hacían vida social y política por partes iguales. Pero la vida de la pareja cambió cuando el ilustre 1º Vizconde William Waldorf Astor falleció. Hasta ese momento, Waldorf Astor hijo había sido representante (MP) del distrito Sutton, de Plymouth en la Cámara de los Comunes y la muerte de su progenitor lo elevó automáticamente a 2º Vizconde Astor y miembro de la Cámara de los Lores. La vida también varió para la chica norteamericana de Virginia. Con su nueva dignidad de Milady y el apoyo familiar, ese mismo año se candidateó y ganó el escaño de MP dejado vacante por su esposo. Si los masculinos habitantes del templo inglés de la democracia imaginaron que esa mujercita menuda, bonita y vestida con un sencillo traje negro, estaría quieta y callada hasta aprender cuestiones políticas, rápidamente salieron de su ingenuidad. Desde el primer día Nancy Astor fue un molesto moscardón que despertó amores y odios…y una extraordinaria atracción en monstruos políticos como Churchill: Lady Nancy Astor: “Winston, if you were my husband I would flavour your coffee with poison”

Sir Winston Churchill: “Madam, if I were your husband, I should drink it”

(Nancy Astor: Si Usted fuera mi esposo, le daría gusto a su café…con veneno.

Churchill: Señora, si yo fuera su marido, lo bebería)

Los amistosos diálogos entre el Primer Ministro y la Primera Mujer en el Parlamento británico, por supuesto siguieron. Tanto, que en una ocasión el Conservador hombre quiso ponerla en evidencia en plena sesión parlamentaria preguntándole cuántos dedos tenían las patas del cerdo. “Descálcese” –le dijo ella– “y cuénteselos usted mismo”. Ingeniosa, contradictoria, dueña de una asombrosa capacidad para improvisar y desconcertar, Nancy Astor era lo que hoy llamaríamos una verdadera heckler. Sin embargo tuvo varios logros, como aumentar la edad legal para beber alcohol, más mujeres en la administración pública, reformas de la educación, defensas de los derechos de los niños, y se arregló para sobrevivir 26 años en ese mundo dominado por los hombres de la política.

LA MADAMA

En aquellos locos “dorados años 20”, Berlín, la capital de Alemania, se había convertido en el lugar ideal para relajarse, olvidar los horrores de la guerra, y disfrutar de licenciosos placeres. Cabarets como el Residenz, el Tingel-Tangel o el Komiker se atestaban de personalidades financieras y políticas, alemanas e internacionales y los diplomáticos y corresponsales extranjeros se mezclaban alegremente con chicas muy guapas y artistas de todo tipo. En ese ambiente prosperó la “casa privada” de Kitty Schmidt, donde berlinesas jóvenes, hermosas y educadas ejercían el oficio más antiguo del mundo en un ambiente señorial y distinguido.En 1939, después de varios años de bonanza y con una discreta fortuna, Kitty Schmidt decidió que era buen momento para retirarse y cerrar su famoso burdel. Dispuesta a alejarse del clima de guerra, tomó un tren a Londres para comenzar una nueva vida, pero en la frontera holandesa fue interceptada por los oficiales del SD (inteligencia de las SS). La mujer fue traída de vuelta con pocas explicaciones y una orden: abrir su salón nuevamente, al servicio de la patria. Desde luego no había nada para discutir, Kitty cooperaba o era enviada a un campo de concentración. Así fue que la Madama, con los dientes apretados, aunque para nada dispuesta a la heroicidad, vio como los SD reformaban totalmente su propiedad en la 11 Giesebrechtstrasse y colocaban múltiples micrófonos en las paredes dobles. Por otra parte, veinte bellísimas prostitutas recibieron durante siete semanas un riguroso entrenamiento y aprendieron a discernir asuntos de estado, insignias y vocabulario militar para recopilar información. Con todo listo, en marzo de 1940, nació el “Primer burdel regenteado por el estado”. Tenía la encomiable misión de controlar los hombres del poder, propios y ajenos y detectar traidores al régimen nazi. La puerta tenía una sencilla placa que decía “Pensión Schmidt”, y quien la traspasaba, era atrapado por el glamour, el champagne frío, el lujo, los sonidos del fox, un grupo de Venus voluntariosas y la sonrisa amistosa de Kitty. Entre copas y vahídos de amor, políticos, diplomáticos y militares revelaron sus más íntimos secretos, que fueron escuchados y grabados prolijamente por la SS. Todo ese material sirvió para que Reinhard Heydrich, jefe de la SD obtuviera las pruebas para destituir por “depravación” a militares que no eran del partido nazi; los argumentos para “desaparecer” políticos y empresarios y evidencias en contra de diplomáticos, como el elocuente conde Galeazzo Ciano, Ministro de Relaciones Exteriores de Italia que expresó entre mimos y arrumacos... su aversión al Führer. Las chicas eran sumamente hábiles para el interrogatorio sutil y generalmente los “clientes” revelaban todo antes y después de llegar al clímax sexual. Aunque algunos eran más “gauchitos” que otros, como lo demostró el comandante de la SS, Sepp Dietrich. Fueron varias las oportunidades en que requirió los servicios de las 20 diosas de Kitty juntas, pero jamás le sacaron una palabra. En 1942 una bomba alcanzó el edificio del burdel, y aunque la troupe se trasladó al sótano para seguir brindando sus fieles servicios, el SD fue abandonando el proyecto hasta entregarlo de nuevo a Kitty Schmidt, con la amenaza de que guardara silencio o se enfrentaría a graves represalias. La Madama nunca habló. Se retiró muy rica y tranquila y murió en 1954, sin que nadie dudara de su honorabilidad.

JUST… JANIS

“No entiendo cómo te fuiste...Y no entiendo porque la mitad del mundo aún está llorando, cuando la otra mitad también sigue llorando. No lo puedo entender. Yo digo, si tuvieras un gato por un día, de verdad lo quisieras tener por 365 días ¿no? Pero no puedes, y lo tienes sólo un día. Pues yo te digo que más vale que ese único día sea toda tu vida. Porque, oh bueno, puedes llorar por los otros 364 días, pero vas a perder ese único día, y eso es todo lo que tienes. Tienes que llamar a esto Amor. Eso es lo que es. Y si lo tienes hoy, ya no lo quieres mañana, porque ya no lo necesitas, porque, a decir verdad y como descubrimos a lo largo de la vida, el mañana nunca sucede. Siempre es el mismo puto día...”Janis Joplin “Ball and Chain”

Janis fue mucha Janis. Tanta, que se convirtió en un símbolo de la contracultura de los 60 y la primera mujer blanca considerada una gran estrella del Rock and Roll. Joven, contestataria y salvaje, esta diosa de la generación del flower power creó un nuevo lenguaje, luchó por ganar espacio en un escenario dominado fundamentalmente por hombres y abrió un nuevo horizonte para la expresión musical femenina. Dicen que Janis Joplin no cantaba, sangraba. Dejaba jirones de piel y alma en cada canción. Intensa y cautivadoramente loca, tenía una inimitable forma de entregarse, sentir la música e interpretarla con esa inolvidable, rasgada y potente voz. La personalidad jamás lineal o previsible y a veces desbordada de emociones de Janis, la llevó, como muchos otros artistas de aquel tiempo, a creer aquello de “vive a tope, muere joven y deja un hermoso cadáver” y el exceso fue parte inseparable de la artista. El alcohol y las drogas acompañaron su corta carrera musical, y al igual que el genial Jimi Hendrix, Jim Morrison y Brian Jones, murió en extrañas circunstancias y posiblemente por sobredosis de heroína. Era 1970 y tenía 27 años. Janis vivió al límite, experimentó todo, fue una fiera en el escenario y una chica ruda del rock, pero también fue mujer sensible y tierna (no hay más que leer sus letras) incluso ingenua y por momentos frágil, muy frágil. ¿Se puede ser todo eso a la vez? Claro que sí. No quiso ser un ejemplo de vida en lo humano o lo social: “Prefiero tener diez años de “superhypermost” que cumplir 70 y estar sentada en un maldito sillón delante del televisor. Se vive ahora. ¿Cómo vamos a esperar? Eso sí, nos legó canciones inmortales.

GINEVRA DEGLI ALMIERI, FANTASMA DI FIRENZE

“Oh!, le dije yo, entonces ¿ya estás muerto?Y él a mí: Cómo esté mi cuerpoen el mundo arriba, lo ignoro”.Canto XXXIII. El Infierno. Dante

En la Baja Edad Media, un tema dominó sin discusión la literatura europea: La Muerte. Dante ya había descendido y recreaba con su dolce stil nuovo [55] una muerte con vida propia a través del Infierno, Purgatorio y Paraíso de la Divina Comedia; Boccaccio la convocaba en el Decamerón; se bailaba la Danza de la Muerte [56] al compás de la Peste Negra y las gentes medievales manifestaban la presencia de este temido “fantasma” a través de las leyendas populares.Una de estas leggendas transmitida di bocca in bocca involucra a una gentildonna fiorentina llamada Ginevra degli Almieri y su curiosa historia de amor y muerte.Hacia el 1396 vivía en Firenze –ciudad que había condenado a Dante al exilio– una ragazza de incomparable belleza, dulce espíritu y noble virtud, a quien los versos de la época homenajeaban: “Di Firenze in una strada amena/ Lì dimorava il bellissimo viso/ Che veramente sembrava una Sirena/ Anzi parea creata da Narciso/Corpo aureo avea e di beltà amena/Sento eh’ell’era bella e costumata/Che degli Dei pareva fosse nata”. Su padre, el ilustre y acaudalado Bernardo degli Almieri había decidido casar a Ginevra con Francesco Agolanti, rico comerciante y miembro de una antigua familia florentina. El feliz acuerdo de negocios se celebró sin preguntar desde luego, la opinión de la novia. Cuando la hermosa Ginevra se enteró de la noticia, casi muere por primera vez. Hacía mucho tiempo que estaba innamorata de un joven bello y modesto, que correspondía apasionadamente su amor: Antonio Rondinelli. En vano intentó esta Julieta convencer a su padre con llantos y súplicas, su destino estaba sellado y firmado por ley paterna. Y los amantes con el corazón destrozado por la adversidad, se despidieron para siempre. Ginevra se casó entonces con el maduro Francesco y en las semanas que siguieron a la boda se fue sumiendo más y más en la tristeza y la melancolía. Aislada y con su marido ocupado en los negocios, nadie advirtió el largo ayuno de la joven hasta que fue demasiado tarde. Una mañana la encontraron tirada en la cama, con sus hermosos ojos cerrados y el rostro sereno y sin vida. Su esposo y familia entendieron que la repentina muerte había sido ocasionada por la temible Peste Negra. El cuerpo de Ginevra, vestido con un primoroso sudario blanco fue depositado en una tabla de madera adornada con flores, de acuerdo a las costumbres de la época, y luego de los funerales, fue enterrado en el sepulcro de los Almieri, en el Cementerio cercano al Campanario di Giotto. Era la noche del primer martes del mes y de repente, Ginevra abrió los ojos y despertó rodeada de esqueletos. “Yo retorné de la santísima ondaasí rehecho como plantas nuevasrenovadas con nueva fronda,puro y dispuesto a subir a las estrellas”Canto XXXIII .El Purgatorio. Dante

Con más desesperación que horror, la debilitada joven luchó con una pesada losa por donde asomaba un tenue hilo de luz y desgarrando sus manos, logró salir de la tumba. Aterrorizada, corriendo y arrastrándose, Ginevra llegó al palacio de su marido y golpeó la puerta. Francesco, despertado de su sueño abrió una ventana y cuando vio esa mujer vestida de blanco “tan parecida” a su esposa, hizo la señal de la cruz, cerró violentamente y ordenó a sus criados no abrir la puerta. En el límite de sus fuerzas, Ginevra acudió entonces a la casa de sus padres, quienes tampoco reconocieron a su hija en la pálida y demacrada muchacha, y pensando que era una broma de sus enemigos, la echaron sin miramientos. Completamente agotada, Ginevra se sentó en la Iglesia de San Bartolomé y allí decidió recurrir a la única persona que no necesitaría de los ojos para distinguirla: Antonio. Así fue, apenas apareció en el umbral de la humilde vivienda, Antonio rodeó inmediatamente con sus brazos a Ginevra. No preguntó, no quería saber si esa mujer era o no el fantasma de su amada. ¿Qué más daba? Él también estaba muerto en vida desde que ella lo dejara. Con los cuidados y atención de la familia Rondinelli, Ginevra se recuperó y los amantes volvieron a soñar con una vida juntos. Pero la mujer no era libre y cuando Francesco se enteró de que su esposa estaba viva, corrió indignado a denunciarla ante el tribunal eclesiástico para que volviera a su lado. El Obispo Vicario au contraire de lo esperado, escrutó el cielo y entendió que nadie debía separar aquello que la Muerte había unido. Imprevistamente dio por terminado el anterior casamiento y bendijo la boda de Ginevra y Antonio…que vivieron felices por siempre, hasta ¿la morte? Dicen que en la noche del primer martes de cada mes, el fantasma de Ginevra degli Almieri camina por la Piazza del Giglio, en Florencia… es cuestión de confirmarlo. “En tu vientre se reencendió el amor,a cuyo calor en la eterna pazha germinado así esta flor.”Canto XXXIII El Paraíso.

Dante

LAS FRANCOTIRADORAS

Solitarias, silenciosas, camufladas y agazapadas largas jornadas en escondites increíbles. Un pequeño movimiento, el más ligero temblor en sus manos era la diferencia entre la vida y la muerte. Fijaban el blanco, disparaban y desaparecían sin dejar huella. Las temibles Francotiradoras Rusas fueron la pesadilla de los alemanes en la WWII.Antes de enfrentar a Alemania, Iósif Stalin y sus arrogantes comandantes aprendieron varias lecciones en la Guerra de Invierno (1939-1940) y la más importante, fue que la superioridad numérica no garantizaba el triunfo. [57] Francotiradores como el pequeño finés Simo Häyhä apodado “La Muerte Blanca” [58] habían causado terror en las filas soviéticas. Aparecieron entonces en la escena rusa el célebre Vasily Zaitsev [59] Iván Sidorenko y muchas mujeres fueron enlistadas en puestos especiales del ejército ruso. La más mortífera francotiradora solitaria fue Lyudmila Pavlichenko, una brillante estudiante de historia, menuda, de aspecto frágil y angelical. El total confirmado de alemanes abatidos por la rubia Teniente fue 309.[60] Otras, como las amigas Natalia Kovshova y Maria Polivanova [61] gustaban salir en pareja, y mientras una informaba de las variables ambientales y climáticas, y el mejor lugar para disparar, la otra calculaba y ejecutaba el tiro. Esta dupla se convirtió en una leyenda cuando pasaron al otro mundo a cinco francotiradores de élite del ejército alemán que estaban tras ellas, más 20 oficiales de rango y 10 oficiales de alto rango del Tercer Reich y sumaron la friolera de 300 bajas enemigas. Las más hermosas y jóvenes, aunque tan letales como sus camaradas, fueron sin dudas Roza Shanina y Nina Lobkovskaya. Si acaso el destino o lo que fuere, no las hubiera colocado en el teatro de operaciones, bien pudieron ser modelos pin ups. Roza llevó a la tumba 59 alemanes y Nina, 95. Las Francotiradoras provocaron depresión en el ejército alemán. Se disfrazaban de campesinas o pastoras y llevaban sus rifles desarmados en las canastas de sus bicicletas, o lo disimulaban en el pelaje de las ovejas y conseguían posiciones imposibles para sus colegas masculinos, detrás de las líneas enemigas. ¿Quién podía imaginar que detrás de esos encantadores y bucólicos rostros eslavos, había precisas, minuciosas y certeras máquinas de matar? Impredictibilidad, en la guerra y en la paz. “Un tiro,una muerte”Vasily Zaitsev

“Entre el llanto y el fusil, hay un mundo de posibilidades”Dominique Saillard

Mi especial agradecimiento a todos los lectores y amigos de La cueva de Susana por enriquecer con sus comentarios y participación permanente el espacio de las Mujeres con historia.

INTERNET

20 minutos: La ceutí África de las Heras fue una espía muy importante a nivel internacional: http://www.20minutos.es/noticia/380366/l/ Academy of Achievement, Rosa Parks Biography, Pioneer of Civil Rights: http://www.achievement.org/autodoc/page/par0bio-1 Archive Newcastle University Library: Gertrude Bell: http://www.gerty.ncl.ac.uk/ Aynd Rand Institute: A brief Biography of Aynd Rand: http://www.aynrand.org/site/PageServer?pagename=about_ayn_rand_aynr and_biography BBC, Devon History, First lady of politics: http://www.bbc.co.uk/devon/content/articles/2008/01/29/nancy_astor_feature.shtm l Blog de Ceuta, Africa de Las Heras: http://blogceutahistorico.blogspot.com/2009/04/africa-de-las-heras.html Coches Míticos.com: Mercedes-Benz, historia: http://cochesmiticos.com/mercedes-benz-historia/ Der zweite Weltkrieg, Foro Segunda Guerra Mundial: http://web.archive.org/web/20080413134517/http://www.zweiterweltkrieg.org/php BB2/viewtopic.php?t=1559 El País.com, El primer hombre en la luna pudo ser mujer: http://www.elpais.com/articulo/portada/primer/hombre/Luna/pudo/ser/mujer/elpe pusoceps/20080629elpepspor_8/Tes El País.com: La teoría (relativa) de la seducción de Einstein: http://www.elpais.com/articulo/reportajes/teoria/relativa/seduccion/Einstein/elpdo mrpj/20060716elpdmgrep_8/Tes Galileo’s Daughter, Site Official: http://www.galileosdaughter.com/ Gertrude Bell on BBC, Women´s Hour; http://www.bbc.co.uk/radio4/womanshour/2004_46_fri_02.shtml Guy Blaché, Alice: Lost Visionary of the Cinema: http://www.aliceguyblache.com/lost-visionary/home Instituto Cultural Chileno-Japonés: El Genji Monogatari: cuatro mil páginas de romance e historia. http://www.japones.cl/?q=genji_monogatari.html Jewis Virtual Library, Women of the Third Reich: http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Holocaust/women.html Kansas Historical Society: Olive Ann Mellor Beech: http://www.kshs.org/kansapedia/olive-ann-mellor-beech/11978 Life: 7 de julio de 1952, Her best weapon was nerve, Krystyna Skarbek Mercury 13, Página Oficial: http://www.uwosh.edu/mercury13/index.php Poesías de Delmira Agustini: http://www.poesiaspoemas.com/delmira-agustini Portal Informativo de Salta: Lola Mora http://www.portaldesalta.gov.ar/lolamora.htm Rosa Parks, página oficial: http://www.rosaparks.org/ Soberanía.org: ¿Por qué Hannah Arendt importa? http://www.soberania.org/Articulos/articulo_2613.htm Soviet-Russia.es: La Juana de Arco del Siglo XX: http://sovietrussia.es/la-juana-de-arco-del-siglo-xx/ Susann, Jacqueline, Página official: http://www.jacquelinesusann.com/ Swiss Institute, Contemporary Art: Annemarie Schwarzenbach: A Life http://www.swissinstitute.net/2001-2006/Exhibitions/2002_Lounge_Specials/2002_ Annemarie_Schwarzenbach/SchwarzenbachBIO.htm The Complete Sagas of Icelander: http://www.sagas.is/gudrid.htm The incredible story of “the night witches”: http://www.flyandrive.com/nightwitches2.htm The Nachthexen http://mysite.pratt.edu/~rsilva/witches.htm The viking world wiki: Brynhild, Gudrid, or Gudrun: Women of the Viking Age: https://thevikingworld.pbworks.com/w/page/4863983/Brynhild,-Gudrid,-or-Gudru n:-Women-of-the-Viking-Age

NOTAS AL PIE

[1] Para ese tiempo ya existían unos 40 000 km de vías. [2] Eugen y Richard (quince y catorce años) [3] ¡Los Fanstamas! [4] ¡Bruja! [5] Se graduó en Roland Park Country Day School en Baltimore y en Radcliffe (Harvard University’s college for women), antes de pasar a Barnard (Columbia University’s college for women) cursó sus estudios de posgrado en la American University de Washington DC, Ecole des Sciences Politiques in Paris, el Konsularakademie en Viena y completó su instrucción en las universidades de Estrasburgo, Grenoble y Tolouse. Hablaba varios idiomas y dominaba el francés, alemán e italiano. [6] El Departamento de Estado tenía una disposición que prohibía “el empleo de personas con amputaciones en los miembros”. Otra de sus desventajas era ser mujer cuando solamente 6 de los 1500 encargados exteriores de Estados Unidos en esos momentos eran femeninas. [7] Mlle. Madeleine de Scudéry fue conocida como la Primera Mujer Literata de Francia y del mundo. [8] Frase del poeta clásico Horacio “para agradar y educar”. [9] Entre 1910 y 1914 Alemania y el Imperio Austro-Húngaro duplicaron sus gastos para el fortalecimiento de sus ejércitos. A su vez, las marinas de guerra de Gran Bretaña y Alemania se triplicaron. [10] Charles Baudelaire sufrió una apoplejía que lo dejó sin habla [11] Víctor Hugo vio morir a cuatro de sus cinco hijos, pero cuando falleció Léopoldine en 1843, el célebre escritor quedó abatido anímicamente, tanto, que fue muy poca la atención que prestó a su pequeña Adèle. [12] Frase del poeta persa Hazrat Maulaná Rumí (m.1273) [13] El Stradivarius Davidov de 1712 le fue obsequiado por su madrina y admiradora Ismena Holland. Actualmente se encuentra en las manos del famoso Yo-Yo Ma. [14] “Winston´s folly” Christopher Catherwood (2004) [15] Los británicos impusieron la figura de Faisal bin al-Hussein bin Ali al-Hashemi (Faisal I).Gran Bretaña aspiraba a crear un país oficialmente autónomo, pero políticamente alineado a sus intereses. [16] El célebre Puccini dijo alguna vez a propósito de una ópera “M. lo siente en francés, con polvos y minués; yo lo siento en italiano, con una pasión desesperada” (G.Puccini,Carner 1974) [17] Julio Antonio Mella, en sus cartas de amor la llamaba “Mia cara Tinissima”. La escritora Elena Poniatowska escribió una biografía novelada intitulada “Tinissima” [18] El día que falleció Tina Modotti, Pablo Neruda escribió este poema que posteriormente fue esculpido en la lápida de su tumba en el Panteón de Dolores (México DF) Apodo que recibió Bochkareva de sus compañeros. [20] El Manantial fue llevado al cine y protagonizado por Gary Cooper y Patricia Neal. [21] Cada año se venden 800 000 ejemplares de las obras de Rand y lleva hasta el presente más de 22 millones de ejemplares. [22] Algunos autores consideran que fue La Primera Novela, La Primera Novela Moderna, La Primera Novela Psicológica y el Primer Clásico de la Literatura. [23] “No es que la vasta novela de Murasaki sea mejor o más memorable o intensa que la obra de Cervantes, pero sí más compleja y que la civilización que denota es más delicada”, Jorge Luis Borges. [24] “La novela de Genji es uno de los grandes clásicos del mundo”, W.B Yeats, Premio Nobel de Literatura 1923 [25] “La novela de Genji es la cima de la literatura japonesa. Hasta nuestros días no ha aparecido una obra de ficción que se le acerque”, Yasunari Kawabata, Premio Nobel de Literatura 1968. [26] “Una de las novelas más antiguas del mundo comparable a los grandes clásicos occidentales como Cervantes o Balzac”, Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990. [27] “Tras leer a Murasaki, ya nunca se siente igual el amor ni el enamoramiento. Ella es el genio del deseo, y nosotros sus aprendices, incluso antes de leerla por vez primera”, Harold Bloom. [28] A diferencia del resto de sus congéneres, las mujeres de la aristocracia rara vez eran vistas por los hombres. Permanecían gran parte de su vida adulta en habitaciones oscuras o escondidas detrás de pantallas, persianas o de la cortina ceremonial (kichô) que las protegía de las miradas curiosas. [29] Borges, Libro de los libros (I). [30] Clara Schumann fue la primera artista –por encima de sus homólogos masculinos– en interpretar todo un recital pianístico de memoria. [31] En el Carnaval Op. 9 de Schumann hay una pieza llamada “Chiarina” [32] Robert Schumann sufrió un accidente que le paralizó dos dedos de la mano derecha y no pudo cumplir su sueño de ser concertista. Clara se encargó de que la obra genial del compositor llegara a nuestros días. [33]La producción musical de Clara Schumann, pese a todos los impedimentos, llegó a 66 piezas. [34] Simon & Schuster había publicado la anterior novela de Jacqueline Susann La Máquina del Amor. Cuando recibieron el ejemplar de Una vez no basta, su respuesta a la autora fue un telegrama que decía: “Para nosotros, una vez fue suficiente”. [35] Luego sumó el árabe y otros varios dialectos. [36] “La idea de infinito es consustancial con Las mil y una noches: “Creo que reside en el hecho de que para nosotros la palabra “mil” sea casi sinónima de “infinito”. Decir mil noches es decir infinitas noches, las muchas noches, las innumerables noches. Decir “mil y una noches” es agregar una al infinito. Recordemos una curiosa expresión inglesa. A veces, en vez de decir “para siempre”, for ever, se dice for ever and a day, “para siempre y un día”. Se agrega un día a la palabra “siempre”. Lo cual recuerda el epigrama de Heine a una mujer: “Te amaré eternamente y aún después”. Siete noches, Jorge Luis Borges [37] “Las mil y una noches es un libro vertiginoso como pocos, libro de muñecas rusas que tanto fascinó a Borges. Y como no tiene final, su final es feliz”, Adolfo Castañón. [38] Autora de la biografía “War Paint [39] Flash forward se usa en cinematografía para decir de “un salto al futuro”, intuición, premonición. [40] Los Lumière aseguraban “el cine es una invención sin futuro” [41] Estas técnicas o trucos fueron atribuidos por mucho tiempo a Georges Méliès. [42] “La llamada de la Rosa” es la historia de una cantante de ópera que se casa con un minero [43] Del poema “Lo Nuestro”, Jorge Luis Borges [44] Harald Quandt fue adoptado por Joseph Goebbels y vivió con su padre adoptivo hasta pasar su examen de educación secundaria en 1940. Sirvió como teniente en la durante la II Guerra Mundial, fue herido y capturado por las tropas aliadas en Italia en 1944. En reclusión recibió las cartas de suicidio de su madre y Goebbels, y la noticia de la muerte de sus hermanos. Heredó la mitad de la compañía y fortuna de su padre Günther Quandt. Se convirtió en uno de los hombres más ricos de Alemania Occidental. Fue el único hijo de Magda Goebbels que sobrevivió. [45] Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei – Partido Nazi. [46] Por ese entonces Joseph Goebbels, al parecer, ya acumulaba romances con otras mujeres. El más escandaloso fue con una actriz checa y cuando pidió permiso a Hitler para divorciarse, no sólo no obtuvo la autorización, se le ordenó volver inmediatamente a su hogar y junto a su esposa. [47] Los nombres de todos los niños comenzaban con la letra “H” en honor al Führer. [48] Una de las organizaciones Ku Klux Klan fue formal, con membresía registrada y con una estructura estatal y nacional. El número de miembros llegó a ser de 5 millones en 1920. [49] El Cuento de la Herencia Crawford: Hacia 1879 Thérèse viajaba en un tren y escuchó gemidos en el compartimiento siguiente. Alarmada, la mujer acudió prontamente a socorrer a un hombre que estaba teniendo un ataque al corazón, y lo salvó…con sus sales. Se trataba del millonario estadounidense Robert Henry Crawford. Agradecido como pocos, Crawford había nombrado a Thérèse única beneficiaria de su herencia (cien millones de francos) y se murió dos años después. El Testamento tenía sí, una condición: la hermanita menor de Thérèse debía casarse –a su mayoría de edad- con un sobrino de este millonario. Hasta entonces no se podía disponer del dinero. [50] Iacobus Sprenger y Henrici Institoris [51] Nadie sabe cuántas mujeres fueron ejecutadas, se calcula que millones. [52] El grado de coronel de la KGB era una dignidad extraordinaria en una mujer y extranjera. Según el escritor Javier Juárez, autor de “Patria, una española en la KGB”, sólo hubo dos españoles que llegaron a esa distinción, una fue África y el otro, Ramón Mercader, el asesino de Trotsky. [53] Hernán Cortés también tuvo otro intérprete: el diácono Jerónimo de Aguilar. [54] Martín Cortés es considerado el primer mestizo de relevancia histórica. Y debido a que el niño era primogénito ilegítimo, aunque bautizado, el padre le daría el mismo nombre a su otro hijo, el legítimo, fruto de su unión con Juana de Zúñiga. [55] La expresión toscana proviene de la Divina Comedia de Dante, concretamente de Purgatorio, XXIV, v. 57, (“Qual dolce stil nuovo”) [56] La Danza de la Muerte se representaba en Semana Santa [57] Finlandia con un pequeño ejército, tácticas de guerrilla, hábiles esquiadores y la bomba Molotov provocó la baja de más de 270.000 soldados soviéticos contra las 25.000 pérdidas fineses. [58] Häyhä abatió 542 soldados rusos en 115 días. La historia de Zaitsev fue recreada en la película Enemy at the gates [60] Pavlichenko fue la primera ciudadana soviética en ser recibida por un Presidente de los Estados Unidos. Franklin D. Roosevelt y su esposa la agasajaron como una heroína en la Casa Blanca. [61] Amigas hasta después de la muerte: fueron sepultadas juntas en 1942.

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Acerca de la autora

Susana Peiró E-mail: [email protected] Es comunicadora social. Tiene el blog La cueva de Susana. Mujeres con historia (http://lacuevadesusana.blogspot.com/).

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