El esparto en

Ma Elisa Sánchez Sanz

Preámbulo planta es delicada. resintiéndose de El esparto puede teñirse de varios los fríos excesivos y de las heladas co lores. Los más frecuentes son el Nuestro tra bajo de campo gi ró en así como de las sole ras. Requiere, no azul, rojo, negro, morado y amarillo. torno a cuatro loc alid ades de la pro­ obstante. de climas soleados porque Las sustancias empleadas van desde vincia: Fuensanta, Hellín, Isso y La la planta se desarrolla mal en lugares el añil molido, el alumbre, el campe­ Roda, en las que, o nos informaron del a la sombra. Aguanta un clima duro che, y el alazor. hasta el azafrán y va­ cultivo, proceso y tr ansf or m ación, o en el que se den inviernos fr íos -no rios cuartillos de agua. hirviendo en vimos trabajar el esparto así como de mucha intensidad- y veranos ar­ ellos (cada mezcla da un color) el es­ muchas de las piezas que con él se dientes -no sofocantes- oVive en los parto durante 15 ó 20 minutos (1). realizan . Y pese a que en ot ras pro­ suelos esteparios, sin mantillo pero vincias exist en im portantes nú cleos con qran proporción de cal y de sales b) Recolección .- Aunque tradicio­ de vecinos dedi cad os al esparto, en magnésicas. sólidas y potásicas. con nalmente se puede recoger esparto la de Al bacete hemos denotado un presencia con stante de cloruro sód i­ desde septiembre hasta enero en las alto porcentaj e de pastores y mu je­ co y humedad escasa. La proxim idad zonas próx imas al mar y de ago sto a res que saben hacer la pleita pero a la costa favorece su cal idad que di ciembre en las zonas interiores, sin que sólo tejen para las necesidades hace el esparto más flex ib le y resis­ embargo, todos nue stros infor man­ de la casa. Por el co nt rario, algún ten te. tes albaceteños han coincidido en cent ro convoca la casi totalidad del que la mejor época es la que va de pueb lo que se emplea en el menest er a) Cultivo.- El esparto puede cria r­ juli o a octubre y preferentemente ha­ del esparto. se o por siem bra o por plantación. Si cia el 15 de agosto. Para este mo ­ es por siemb ra se ha de preparar la mento el esparto «está curao» y aun­ ELESPA RTO t ierra arando a po ca profundidad el que desde enero tienen sav ia se ha te rreno. esperando las lluvias de oto­ de esperar a que se produzca la «mo­ Gé nero: tenacissim a L. (Hoy ño para sembrar a voleo. cubriéndo­ vida» que ocurre en el mes de abri l, se emplea mejor la deno mi nac ión se la semilla o por medio de rastras o porque es cuando el esparto «co­ tenacissima [L] Kunth). bien int roduciendo el ganado para. m ienza a echar la vareta y después Especies: Comprende 100 de los que pise la ti erra. Si se hace po r sube la esp iga », de modo que para el t róp icos y zonas tem pladas (estepas. ación hay que arrancar una ato­ verano «ya esté granao». sabanas y peñ as) ch a entera que se divide en cuatro. La St ipa pennata es el espolín. seis o más trozos ((golpes» o «pe­ A recolect ar el esparto iban cuadri­ El spart um L. es el albar­ llas» en Mu rcia ) y se int roducen en llas de 1O, 12 y hasta 20 hombres, din o esparto basto . hoyos, prev iamente prepa rados, de aunque las mu jeres , en el caso de ser La Stipa tenacissima es el esparto 0,20 m. de profundidad y formando primogénitas, también salían a arran ­ o atocha. cuad ros de 0,20 crn., espaciándose car. Para ello hab ía una indumentaria estos cuad rados de 0,50 a 0,60 m. especial: los hombres las «antirnpa­ Origen: Franj a mediterránea de Es­ Se hace en oto ño, con la tierra hú­ ras» de lona, las mu jeres doble saya pañ a, Portugal y Norte de Afr ica. meda, empleándose para cubrir la (por los alrededores de Fuensanta). Multiplicación: Sem illa, planta­ tier ra la m isma que se hab ía extraído ción de brotes y regeneración po r de hace r los hoy os. Otro método es La herramienta empleada es la fuego. prender fueg o a las atochas una vez «cogedera» (también llamada en Característ icas: La planta de est e que el esparto ha sido arrancado, de otras partes «arrancadera»,«collaza», vegetal es la at ocha y las hojas reci­ forma que las cepas vuelvan a reto­ «talisa», «rnani l», «palico», etc.), es­ ben el nombre de espa rto. Son linea­ ñar. pecie de clavo de acero o pedazo de les y planas. Se abren cuando están madera (de en cina o de carrasca) de verdes y se arrollan sobre sí mi smas Ent re los po cos cuidados que re­ unos 20 a 30 cms. de longi tud por 2 cuando se secan. quiere el esp arto está el de la esca r­ a 3 de diámetro. «En el extremo más da (cqultar los viejos») que no es sino grueso, lleva un taladro por el cual El esparto comienza a ser aprove ­ lim piar a la planta de raigones anti­ pasa una soga de que pende, y que el chab le a los doce o quin ce años. Du­ gu os así co mo de las hojas que no se ope rario coloca en el hombro dere­ rant e los tre s primeros de vida la arra ncar on en la fech a apropiada . cho a ma nera de tahalí, quedando la

12 partos (< el esparto algunos esparteros golpeen con una vara «cabeza» y «cola».

En la zona que hemos estudiado llaman «manojos» al conju nto de es­ partos que caben entre el índice y "el pulgar. Con 4 manojos se forma una «maña», con 12 «mañas» un haz y con 3 haces una «carga». Y aunque el esparto verde pesa más, sin em­ bargo se paga más barato .

«Los montes, en su mayor ía. son explotados en régimenes de coto, tanto los de propiedad privad a co mo los comunales; el patrono compra el esparto al propietario en dos modali­ dades de piso o de espalda del es­ partero. En el primer caso al esparte­ ro le paga el patrono o contratista y en el segundo, el dueño del monte» (4 ).

c) Proceso de elabora ción.- Se­ gún el empleo que se vaya a dar al esparto puede utilizarse ensegu ida de haber sido arran cado , siempre y cuando haya estado durante unos venticinco días oreándose al sol. El esparto, así, pierd e peso pero adqu ie­ re su co lor dorado característ ico . Este tipo recibe el nombre de «crudo o en rama ». Con él se hacen pleitas, trenzados continuos y ramales de ar­ madura.

Sin embargo, hay otro método más de manipular el esparto cuya operación se llama «cocido o enria­ do » que para el caso de Albacete he­ J osé González Simarro haciendo pleita. mos visto de dos maneras dist int as:

- En Fuentesanta y, teniendo en cogedera al lado izquierdo. Otras ve­ profesionales «suelen trabajar a des­ cuenta que se trataba de econo mías ces la soga se ata a la cintura o a la tajo para alma cenes que reúne n, tr a­ humi ldes, el esparto en «manojos» muñeca de la mano izquierda, de que bajan y distribuyen lo recolectado. En sujetos con cuerdas que sus mism os tanto en uno como en ot ro caso se el monte, a los que llegan en cuadri­ habitantes hacían se introducía du­ hace uso para manejarla. Al mismo lla, se les separa en grupos de dos o rante 21 días en agua «para que se tiempo que la coge dera, agarran por tres y emp iezan el trabajo de la reco ­ cocie se». En esta loc alidad lo lleva­ las puntas al esparto que se va a lección de las ramblas y vallejos, ban al río Júcar que pasa por sus in­ arrancar y lo arrollan al palo con una desde donde van subiendo hacia las mediac iones, donde había prepara­ vuelta; después cogen tam bién la alturas de los cerros, cubriendo cada das unas esta cas de un metro de al­ arrancadera con la mano derecha hombre una fran ja o «lucha» de la la­ tura a las que se ataban los man ojos para pode r hacer más fuerza y con dera. Con movimientos rápidos y rít­ para que no se los llevase el agua. mayor comodidad y tirando hacia micos van arrancando el esparto que «Es necesario que el esparto siempre arriba, pero no según la verti cal sino atan en manadas (manoj os) con unas tenga la misma altura de agua y la en una dirección inclinada en sentido heb ras del m ismo esparto y dejan en misma temperatura y eso sólo se lo del arrancador, arrancan el esparto el lugar. A l llegar a lo alto, retroceden perm itía el agua corri ente del río» que queda colocado en la mano iz­ para empezar a recogerlas. Cuando nos decía José Gonz ález Simarro. quierda juntamente con la cogedera» han reunido 12 -18 manadas, las ca­ También era necesa rio colocar el es­ (2) . san para formar un haz: con un em­ parto de tal manera que no llegase «a puje seco unen las manadas por la pegar con el fondo del río porq ue se En algunos casos , como es el de parte de sus cabezas formadas por la toma (se pone negro) y se pudre ». Jo sé González Simarro, uno de nues­ uña (base de la hoja ), dejando libres y como casi todas las veces se llena ­ tros informantes, pastor, sólo se las col as (puntas). Enganchadas de ba de cieno y tierrecilla o «tas quín» arranca el esparto necesario «para el esta forma, las manadas no se sepa­ que lo ensu ciaba era preciso lavarlo gasto de casa», pero los esparteros ran» (3). No obstante, casar los es- una vez que ya habían pasado los 2 1

13 días de rigor. Así que, cuando ya es­ o «picaba» por las mañanas e indis­ y siempre se ha dicho po r tierras de taba fuera del río, lo llevaban hasta tintamente lo hacía el hom bre o la Fuensanta que (das burras de los unas grandes piedras o losas próxi• mujer. El método consistía en que pasto res son las que van más ador­ mas al Júcar que habían sido prepa­ sobre unas grandes piedras o «rna­ nadas». radas para tal efecto y en ellas se cha caeras» se co locaba un manojo golpeaba el esparto y se volvía a me­ de esp arto (que para que no se esca­ No son mu chas las herramientas ter en el agua, se volvía a golpear, pase al machacarlo, se le sujetaba que emp lean: las «cogederas» para luego al agua, etc. hasta que se lim­ con una cuerda - at ada a un hierro arrancar el esparto; las «mazas» para piase por completo la suciedad o cie­ clavado en el suelo-, que pasaba por picarlo; los punzones o leznas (( al­ no que se había acumulado en la par­ enc ima del espa rto y de la piedra y rnar á» por ti erras de ) y las te inferior de los manojos. Esta era la se enganchaba en el pie de la perso­ agujas (varias en el caso de «bas­ única forma de que quedase blanco y na que iba a «picarlo» con una maza tear» serones). La pleita se hace con preparado para secarse. de mad era de chaparro o de encin a) las man os, trenzando espart o al que y se golpeaba vari as veces dand o se le van añadiendo ramales. Pero - En Isso y en Hellín, con siderando vueltas al manojo «hasta que se lo­ por razones obvias de espacio no va­ que se trata de grandes cantidades grase destruir la adherencia entre las mos a describir est e pro ceso del de esparto para vender con posterio­ fibra s y perder las hoja s las materi as trenzado. ridad a las yuteras y a las fábricas de incrustantes (liqnocelulosa)» (5), a fin hilados para hacer cordeles, no se de que al tranajarro no cortase las LOS CENTROS cuece en el río sino en grandes bal­ manos y estuviese suave. Cada per­ sas de cemento donde se mete el es­ sona tiene una forma de hacerl o, «a Existen en la provincia de A lbacete parto en «mañas» durante 40 días derechas» o «a izquierdas», por eso dos foc os important es en lo que a la para que se macere y se disuelvan cada cual «se hacía el asiento en la producció n de espa rto se refiere: las sustancias leñosas, cérea s y go­ maza ». El esparto mach acado que se mosas de lo que es la fibra y el es­ iba a empl ear para hacer cordeles era - uno, al norte del río Júcar, cuyos parto aunque así pierda peso, tome important e «que estu viese muy bien pueblos aprovec han su ribera para fuerza . El agua de la balsa queda es­ «picao» y «blandico» pero «que no se hacer el «cocido». En él se han desta­ tancada durante todo ese tiempo, lo esfilachase» y si se iba a em plear cado, entre otras, las siguientes loca­ que produce un olor agob iente y pu­ para hacer asas entonces «con que lidades: , , Albo­ trefacto. estuviese a medi o picar valía por que rea, , , Fuensanta si no se arrozaba de tantas pasadas». y La Roda (algo más desplazada al El siguiente proceso al que se so­ Cuando se cuece en balsa s, en cam­ sur) y mete el esparto es el del «tendía» bio, lo más común es llevarlo a una - otro, en torno a las cuencas de que durará distinto tiempo de acuer­ fábrica donde se pica con unas má­ los ríos Mundo y Segura, dest acán­ do con que el cocido se haya hecho quinas machacadoras y se selecci o­ dose , Ayná , Molin icos, Elche en el río o en la balsa . Cuando el co­ na. de la Sierra, Socavas, Isso y Hellín. cido ha ten ido lugar en el río las gen­ tes de Fuensanta abr ían los manojos EL OFICIO Punto s intermedios, pero tamb ién y una vez abiertos los dejaban al sol importantes, son Chinch illa, Leruza durante tres días para que escurriera Generalmente, se transmitía por (que comparte el esparto con el mim ­ el agua a fin de que el esparto no se vía familiar. Los niños se introducían bre), Peñas de San Pedro, Veste, Ta­ hinchase. Inmediatamente se llevaba en el oficio y lo aprendían trenzando barra, y El Rob ledo... a la era para «tenderlo» durante 15 hebras para coser. Las mujere s se días y conseguir, así, que se secase. encargaban del cocido y del tend ido, El esparto producido en varias de Era muy importante que. mie ntras se del «picao» y, además, trenzaban estas localidades se manda ba a Tole ­ secaba. «cuan do estaba de media cu­ pleita. Los hombres arrancan el es­ do o a Málaga, vendiéndose en rue­ ración», no lloviese, porque entonces parto , también lo cuecen y lo tien­ das de 20 o de 24 varas (1 vara = llega ba a pudrirse. Del mismo modo, den, a veces lo pican , hacen y cosen 0,84 m .). «no podía pasarse de seco» porqu e pleita y se encargan de almacenar, perd ía el color. Por eso, cada dos o limpiar, embalar y distribuirlo . Por fin , USOS DEL ESPARTO tres días. en la era, se les iba dando los viejos, como los niños, preparan vuelt as a los man ojos . Cuando el co­ hebras para coser. Los chicos, a par-, En Albacete se han confeccionad o, dido ha ten ido lugar en balsas el tir de los siete años empezaban a indistintamente, piezas tanto de es­ «tendía» se hace en la ladera de al­ ayudar a los pad res y a los doce ya parto crudo como machacado y su gún monte próx imo y necesitan trabajaban sol os haciendo sus prime­ aprovechamiento es múltiple. Vea­ otros 40 días, dándosele la vuelta ras piezas. mos varios ejemplos. cada 15, evitando también el que se pudra o el que pierda el color. Los Se suele trab ajar en el patio de las Hasta principios de este siglo, el obreros encargados de hacerlo to­ casas, o en la calle, adoptando una esparto se ha estado em pleando man cada «maña», con un «gancho», postura característica, sentados o de para hacer el «embojo» en el cultivo por el «ani llo» que sujeta todos los pie, pero sujetando un man ojo de es­ de la seda, o lo que es lo mismo «co­ espartos, y bajan el anillo hacia las parto debajo del brazo izquierdo (Fig. locación sobre los zarzos, de las ma­ «cabezas» y girando al mismo tiem­ 1) y las mujeres, ademá s, con vari as nadas de atochas u otras planta s, po muy rápidamente el manojo, hebras entre los dientes tomando las que sirven para que los gusanos tre­ abren las «colas» de modo que el necesarias cada vez que han de au­ pen a ellas e hicen sus capull os» (6). agua pueda irse evaporizando por mentar la pleita. En la mayoría de los igual. casos el manojo se cubre con un Otra aplicación conocida ha sido el paño húmedo para que el esparto no formar «ato chadas», est o es «filas El último proceso antes de conver­ pierda flexibilidad. de atochas que a modo de fajinas se tir el esparto en ciertas piezas es el utilizan en la contención de los ban­ «machacado o picado». Una vez que En la prov incia de Albacete, el pas­ cales que se construyen para aprove­ el esparto está sec o, cargado a la es­ tor, ha sido una figura fundamental a char mejor la humedad y evitar sean palda o en caballerías se acarreaba la hora de tejer el esparto, lo que ha­ destruidos o arrastrados por las hasta casa donde se guardaba en los cía mientras llevaba a pastar a sus aguas » (7). desvanes y no solía machacarse has­ ovejas y ganados. Solían hacer pie­ ta que no se necesitaba para traba­ zas de pequeñas dimensiones, lo que También se han aprovechado los 3 r10. Genera lmente, se «machacaba» era necesario «para el gasto de casa» residuos de esparto para confeccio-

14 nar estopa con la que rellenar col­ Alcalá Gómez,«el Quinto», los ha Pero además de trigos, Albace te chones o mueb les de tap ice ría. elaborado de esparto, así como los cuen ta con una zona azafranera don­ Hermanos A lvarez Rodríguez los han de se necesitan cestos de coger la y dado que del esparto no se des­ hecho en . «rosa » consistentes en «un ruedo de perdicia nada también nos han infor­ Por otra parte, la fabricación de al­ esparto que se dob la para que. for­ mado de que en muchas localidades pargatas. en sus distintas moda lida­ mada una cavidad y unidos sus dos de la provincia de A lbacete se ha he­ des, ha sido una de las actividades bo rdes po r un asa, pueda emplearse cho estropajo de lía para fregar la más ant iguas en esta provincia y to­ como recipient e en las faenas de la vaji llería en el río, los suelos, las tar i­ davía se hace eco de ello Madoz, en rosa...)(9). En los mas y que incluso se ha empleado en el sig lo XIX, sob re todo al hablar de ha hec ho A lfredo García y Anto nio la higiene persona l para lavarse con Hellín, Jorquera, etc . No obstante, es­ Bernabé Ma rtínez en Peñas de San jabón (el frotamiento con estropajo tas alpargatas pueden ser tanto de Pedro. produce una mejor circulación san­ suela de cáñamo como de esparto . guínea). Precisamente, una de las primeras Para vendimiar se han utilizado muestras de cestería con que conta­ cuévanos de esparto crudo, de 0,55 Ahora sin pretender, ni mucho me­ mos en la Península se trata de 18 m. de altura y una boca con un diá­ nos, hacer una tipología de las piezas sandal ias de esparto que aparecieron metro de 0,60 m. En Jorquera desta­ de esparto confeccionadas y usadas en la Cueva de los Murciélagos, en có Narciso Valiente, pero dado que en la prov incia podemos presenta r, Albuñol (Granada). Por lo que a A lba­ las cabezas de espa rto pinchan las según fun ciones y usos, las sigu ien­ cete respecta, el trabajo suele hacer­ uvas y provocan que se derrame su tes: se en régimen familiar. Hay una fo r­ preciado líquido, los agri cultores van ma característica, la «alborga» o cal­ sust ituyendo los cuévanos por es­ zado con suela, puntera y talón de MOBILIARIO puertas de goma . En los carros se lle­ Por lo que a él se refiere se han he­ esparto que, a veces, se ha empleado van hasta los lagares para ser estru­ cho de esparto piezas indispensables para pisar la uva. En algunas localida­ jadas y en las pro xim idades de La des eran los pastores quienes las ha­ para el descanso. Roda se ha empleado un ruedo de As í las cunas, capazos de forma cían y en Bogarra ha sido famoso esparto o «cimbel» util izado precisa­ Marcelino Pineda , Francisco Jiménez ovoidal, con tiras de pleita cosida en mente en el prensado de la uva. espiral, dotadas de dos asas, que por en Fuensanta, etc . Las «esparteñas», medio de unas cuerdas se colgaban a su vez, se han fabricado en Soca ­ del techo y permitían que las madres vas y en Veste . Las famosas alparga­ Para que la duración de una botella acunasen y adormeciesen a los niños tas de huertano hechas en Hellín y o de un garrafó n de crista l sea la con un simple balanceo. en Tabarra, tienen, no obstante, sue­ mayor posible, suele fo rrárseles con Los asi entos, que reciben var ios la de cáñamo. un armazón de caña, mim bre o es­ nombres tales como «posetes», «po­ parto.«Marraja» de esparto es el sones» o «posaderos». Generalmente ACTIVIDADES AGRO-PECUARIAS apelat ivo que recibe y se especi aliza­ los hacían los pastores con pleita de ron Angel Mu rcia en Alborea, Jacinto esparto crudo, con forma cilíndrica y La agricultura.-Muchas de las fae­ Pérez en Boqarra. Bonifacio Mo rales los rellenaban con paja y se cubrían nas del campo se realizan med iante en Cenizante, Juan Antoni o Mañas con una piel de oveja . Otro tipo de sogas , maromas y cuerdas, con las en Chinchilla, José González Simarro asiento es la silla que se «enquitaba» que el hombre puede sujeta r los ces­ en Fuensanta , Valentín Sánchez en El con esparto. Habría que destacar, al tos a las caballerías, los cang ilones a Robledo y Pascual Martínez en Villa­ respecto, los trabajos hechos por la noria o subir cargas con garru chas malea, ent re otros. José del Val García, en Chinch illa. y sacar agua del pozo. En esparto se También trabajo de pastores y han hecho var ios tipos de cuerdas. Para coger olivas, José González confeccionados para ellos mismos como por ejemplo, el «vencejo» (de Sima rro ha hecho los «cenachos» son los «quitarruidos» que tenían t res ramales) emp leado para atar ha­ con sistentes en un recipie nte se­ dos final idades : serv ir de mesa para ces, sacos o talegas; el «cordelillo» miesférico de espart o del que nacen comer y emp learse como cucharate­ (dos ramales); la soga (tres ramales); dos tiras, una para pasarla por el cue­ ro. Con forma bitroncocónica y for­ el «collazo» (cinco ramal es); la «aca­ llo y otra para cruzarla por la cintura, mado con pleitas cosidas en espiral, rreadera » o soga usada para sujeta r de manera que no tuviera que suje­ éste era el recipiente sobre el que los las mieses cuando se llevan desde el tar se con las manos que debían esta r pastores ponían la cazuela y senta­ rastrojo a la era; la soga de cinco en libres para la recog ida de la aceit una. dos en los «posetes» tomaban la co­ tres para atar la carga... mida . En la parte supe rior lleva unos anillos o asas que sirven para dejar Los jornaleros que pasan el día en El acarreo del trigo, del agua o de colgadas las cucharas de palo des­ el campo llevan una cesta de espa r­ las hortalizas desde el río, el campo o pués de haber com ido. So lía tene r to, la «barja» colgada al hombro, con la era, hasta las casas se ha hecho o medio metro y no recuerdan que en la com ida dentro. Se emp lean para con carros a los que se les ponía un alguna ocas ión se les volcase la llevar la m erienda. Por su parte, los «álabe» o estera latera l para que no fuente de barro. A veces, esta mesa pastores han llevado al campo una se cay era el contenido, o con agua­ se improvisaba con una medida de pieza de pleita con fo rma de carpeta deras o con las «aguaeras de hortela­ trigo, el celemín, sobre el que se co­ o «tortero» y en él se guardaba la no» hec has con paja de centeno arrolladas pero cosidas con hebras locaba el plato. torta de gazpachos después de que se cocía: «la sacan de la lumbre, sa­ de esparto: se las forr aba con hierba y dentro se transportaban las horta li­ INDUMENTARIA cud iéndola muy bien las cenizas y brasas , la abren y guardan en el tor­ zas. La «agüerilla» tenía tap a y den­ Los fuertes calores manchegos tero abrigándolo muy bien con una tro se ponía la bot ija que se llevaba obligan al uso del sombrero para piel para que no se enfríe» (8). al campo y que iba colg ada de la apac iguar un sol de justi cia sob re «garrotera» del carro. El esparto de todo en la época de la siega y de la Cuando el labrador sale a sem­ que estaba hecha la agüerilla se mo­ reco lección . Los hombres lo dejan brar la simiente del cereal suele lle­ jaba de vez en cuando para que el suelto sobre la cabeza, pero las mu­ var colgada en el hombro la «sern­ agua se conservas e fresca. jeres lo llevan encima de un pañuelo braera », pieza sem iesférica donde se que les recoge el sudo r. Generalmen­ introduce la mano y se saca un puña­ El carbón vegetal se transpo rta ba te, se han hecho de paja de cente no do de simiente para «echar a vo leo» dentro de unas grandes piezas de es­ trenzada pero en Fuentea lbilla, Juan la sem illa por los surcos. part o, llamadas «alleqaerasr que a

15 los carboneros les se rvían, adem ás «escri ño» para la masa y la «panera» empleado para hace r las piezas arte ­ de medida de peso . para guardar el pan dura nte los oc ho sanales, se vende a las hi ladoras días que solía durar hasta que tenía para fabricar cordeles y también se La ganadería.- Ent rando en el lugar la próxima hornada. emplea para hacer injertos y atar las mun do an imal podemos señalar las bo lsas de papel fuerte para que no caracoleras de esparto, de fo rma Del m ismo modo, la mu jer bordaba entre ni la lluvi a ni las moscas en las globular, ya semejantes a las murcia­ o remendaba las mudas cada sema­ uvas du lces t al como nos decía do n nas , que se emplean para coger, na, de modo que el novio, también Manuel García López. La fábrica de la guardar, purgar y llevar a vender los como pieza de ajuar, le regalaba la Trenzadora de Tabarra, incluso, dejó carac ol es. Ju an M artínez las ha he­ «esport eja» o cost urero , decorada de producir hace catorce años. No se cho en Recu eja. con una peineta y adornos de co lo­ han ensa yado los métodos recomen­ res. dados en el siglo XIX po r lo que el La im port anci a de l ganado y como Por fin, las últimas piezas que ma­ aprovecham iento del espa rto se em ­ ta l de l pasto r ha sido mu y im port an­ nifestaban el g rado de higiene en una pobrece y se anquilosa . Se subest i­ te en A lbacete y ellos m ismos les familia eran las esteras y los baleos. ma, po r ot ra parte, cuand o se impor­ han hecho las «sarri et as» para llevar­ Las esteras se po nían en los pisos ta material sintético que se paga a les la paja: o los «baleill os» para los de las habitaciones du rante el invi er­ precios altos, quedándose sin exp lo­ mardanos, especie de mandilillo de no ya que el esparto no per mite pa­ tar montes con crec im iento espontá­ esparto que im pedía que los machos sar ni el fr ío ni la hum edad del suelo. neo de esparto. cubriesen a las hembras. Para ester­ Por otra parte, la enorme ventaja de Pese a todo, aún escuchamos esta col ar el terreno al m ismo tiempo que este vegetal es que en él no se alojan copla: impedía la huida de las ovejas, los insectos, lo que ha pro ducido que ¡Oh! V irgen de los Remedios , past ores les hacían redes de torzal desde antig uo se emplease n en los que no se seq ue el espart o, co n las qu e fo rman unos rediles cua­ do rm itorios po rque además , no eran que podamos hacer pleita drados donde pernoctan durante va­ peligrosos en caso de incendio. Ha para pagar el «repart o» (im puesto) rias noches para conseguir abonar el sido una costumbre muy generaliza­ terreno. Además, les han hecho bo­ da el poner entre las baldosas del NOTAS zales a sus perros y «jáquirnas» a sus sue lo y la estera fl ore s de espliego caball erías . casi siempre de esparto que al pisar po r en ci ma se iban tritu­ (1) M.' Elisa SANCHEZ SANZ.«Cestería m ach acado para impedi r que les ras­ rando y perfumaban la estan cia. En tradicional española». (Madrid: Edito­ pase la piel. alg unos casos, cuentan los mayo res ra Nacional-Colección Artes del Es­ que para hacer la estera más suave pacio y del Tiempo. 5. 1982). págs. Los propios pastores, encargados se co locaba alguna piel de cabrit o, 47-49 . (2) Eduardo PARDO MORENO.«Apuntes de ordeñar, era frecuente que se de­ pero también recuerdan muchos vie­ sobre el esparto. localidades donde jaran ver con un «capazo» para jos cómo con la aspereza de la pleita se cría: métodos de beneficio y culti­ tran sportar las botellas de leche. Se todas las no ches antes de acos tarse vo: usos generales a que se destinan han encargado también de hacer el se rascaban los saba ño nes de los y en particular su aplicación a la in­ queso m edi ante la «quesera» o pleita pies. Las este ras igualm ente se po­ dustria del papel». (Madrid: Impr. de de esparto crudo, de 19 ram ales que nen en las entra das a las casas, a El Clamor. 18651, pág. 16. impiden se derrame la masa y el sue ­ modo de felpudo, para no manchar el (3) Bignia KUONI. «Cestería Tradicional ro y soporta las placas de madera interior con el barro de las calles Ibérica» (Barcelona: Ediciones del cuando llueve. El baleo, qumta pieza Serval , 19811, pág. 154. que sobre la pleita , se ponen hasta (4) Bignia KUONI. Ob. cit. pág. 154. consegui r que se apelmace. V imos del ajuar de la novia, tiene forma cir­ (51 A. ROSO DE PINA. «El esparto y su comenzar una «quesera» a José Gon­ cular y sirve para tener los pies ca­ utilización industrial». Surco. 75. zález Sima rro en Fuensa nta. lientes mien tras se está cerca del (Madrid: Boletín del Consejo Superior fuego o bien se llevaba al río para de Cámaras Oficiales Agrícolas. Cuando se hace la matanza hay apo yar las rod illas cuando se iba a la­ mayo, 19481, pág. 7. familias que chamu scan la piel de l var la ropa, siendo muy famosos los (6) Eduardo PARDO MORENO. Ob. cit . cerdo con un manojo de esparto o que se han hecho en Casas de Láza­ pág. 45. «albarceo». ro. (71 Fernando 8ARO y ZORRILLA. «El esparto y su explot aci ón». Catecis­ No podemos f ina lizar sin men cio ­ mos del Agricultor y del ganadero, y en el apartado de la caza, hay nar a do n A tilano Cano García, en 9 - Serie VIII. 19231, pág. 16. qu ienes la practica n furtivam ente Prado de lss o. qu ien hace m ini aturas (8) Carmina USEROS. «Cocina de Alba­ mediante un hurón que t ransportan y filigranas de esparto para co lgarlas cete». 1971. en la «taibola» o huronera de esparto. como adornos, siendo caracte ríst icos (9) Teudiselo CHACON BERRUGA. «El los pendientes, las pulseras y las ca­ habla de la Roda». (Albacete: ACTIV IDADES DOMEST ICAS denas de reloj de bolsillo. C.5.1.C., 1981 ), pág. 188.

Recaen direc tamente sobre la mu­ CO NSIDERACIO N ES FINALES jer a quien de siempre le ha estado Pero tenemos que acabar estas en comendado tanto la preparaci ón notas sobre el esparto en A lbacete de l fuego como la elaboración del diciendo que el oficio se ext ingue pan. En el primer caso. el so plillo de con los últimos pastores y con los Bibliografía consultada esparto jugó un papel fundamental y más viejos . Quienes man ipulan el es­ - Enrique Garcia Solana. «En memoria siem pre se veía uno. circular, colgado parto en grandes cantidades coinci­ de...los baleos». (Albecete: La voz de Al­ próx im o a la co cina económica de den en que ya la lim pieza de los bacete, 31 mayo 19721. pp.8 y 10. carbón de enci na. Po r lo que a la ela­ montes no es rentable. Por otra par­ - José de la Serna. «Así habla La Man­ boración del pan se refiere ha sido te, las fáb ricas a las que se les pr o­ cha». (Albacete: 1974) costu m br e por la zon a de Fuensa nta po rcionaba la materia prim a van sus­ - Carmina Useros y Manuel Belmonte. que tres de las ci nco piezas que con ­ t ituyendo el yu te, el cáñamo y el es­ «En busca de la Artesanía de Albacete». form aban el ajua r de la novia estuv ie­ parto po r ot ros productos sin téticos, (Albacete: Artes Gráficas Fuente, 1973 ). sen relaci onadas con la faena de que incluso, se im port an del extranje­ Nuestro aoradec irniento a D. José Gonzá­ amasar la harina. El novio, que era ro. lez 5imarro (Fuensanta) y a D. Manuel qu ien se lo regalaba, hab ía de encar­ Pese a las recomend acio nes que García L6pez (lsso y Hellín], informantes garlas o de hacérselas él m ismo. ya se escr ibieron a final es de l siglo en nuestro trabajo de campo. Ellos nos Co ns istían estas piezas en un «escri­ pasado, vemos que no se tuvieron en mostraron su trabajo, las balsas de fer­ ñe te» (Fig. 2 ) para llevar la harina , un cue nta y que hoy, el esp art o, sa lvo el mentación y el «tendío».

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