El Baile De La Victoria
ANTONIO SKÁRMETA EL BAILE DE LA VICTORIA A Jorge Manrique, Nicanor Parra y Erasmo de Rotterdam, mi trío de ases Mientras más profundo es el azul, más convoca a los hombres hacia lo infinito, más despierta en ellos el ansia hacia la pureza y lo intangible. WASSILY K.ANDINSKY Premio Planeta 2003 Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados C Antonio Skármeta, 2003 (D Editorial Planeta, S. A., 2003 Diagonal, 662—664, 08034 Barcelona (España) Primera edición: octubre de 2003 Depósito Legal: M. 43.838—2003 ISBN 84—08—05004~4 Antonio Skármeta El baile de la Victoria Composición: Foto Informática, S. A. Impresión y encuadernación: Mateu Cromo Artes Gráficas, S. A. Printed in Spain — Impreso en España 2 Antonio Skármeta El baile de la Victoria UNO El día de San Antonio de Padua, 13 de junio, el presidente decretó una amnistía para los presos comunes. Antes de soltar al joven Ángel Santiago, el alcaide pidió que se lo trajeran. Vino con el desgaire y la belleza brutal de sus veinte años, la nariz altiva, un mechón de pelo caído sobre la mejilla izquierda, y se mantuvo de pie desafiando a la autoridad con la mirada. Los granizos del temporal golpeaban contra los vidrios tras las rejas y deshacían la gruesa capa de polvo acumulado. Tras estudiarlo de una pestañeada, el alcaide bajó la vista sobre un juego interrumpido de ajedrez y se acarició largamente la barbilla, pensando cuál sería a esta altura la mejor movida.
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