Caravaggio Y Caravaggismo En El Museo Thyssen-Bornemisza
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afondo: afondo: CARAVAGGISMO en el Museo Thyssen-Bornemisza encuentros encuentros lasante obras lasante obras Caravaggio y caravaggismo 1 en el Museo Thyssen-Bornemisza JOSÉ MANUEL CRUZ VALDOVINOS afondo: CARAVAGGISMO No cabe duda de que una de las obras más importantes en el Museo Thyssen-Bornemisza del Museo Thyssen-Bornemisza desde el punto de vista histórico pero también por su calidad y atractivo para el encuentros lasante obras espectador es la Santa Catalina de Caravaggio, pintada a finales del siglo XVI. La pintura fue adquirida en 1934; poco antes, en 1930, el barón Heinrich Thyssen-Bornemisza había comprado una obra que fue atribuida de inmediato al francés Valentin y que mostraba una fuerte influencia del maestro lombardo. Caravaggio y caravaggismo La representación en la Colección de la tendencia caravag- gista -que repercutió en pintores de toda Europa occidental 3 en el Museo Thyssen-Bornemisza directamente, a través de la estancia en Roma o Nápoles, o por el conocimiento de copias del maestro o de las obras de sus seguidores al regresar a sus centros de origen o por al enviarlas fuera de su ámbito de trabajo- permaneció anclada en las dos obras citadas durante más de cuarenta JOSÉ MANUEL CRUZ VALDOVINOS años debido a variadas circunstancias entre las que basta citar la II Guerra Mundial y sus consecuencias y también la ausencia de obras significativas en el mercado. Pero desde 1976 hasta 1986 la colección se enriqueció con piezas representativas del influjo de Caravaggio, datables en el primer tercio del siglo XVII y pintadas por el romano Salini, por el toscano Gentileschi, los ultrayectinos Van Baburen, Honthorst, Van Bijlert, Ter Brugghen y Stom, el valenciano Ribera y el calabrés Preti. De esta forma cabe contemplar en el Museo Thyssen-Bornemisza un conjunto suficiente para conocer las características del lenguaje artís- tico de Caravaggio y su difusión con distintos matices y en diferentes territorios. afondo: Según hemos indicado, la pintura de Caravaggio es la prin- Hacia 1594 debió de pintar la Zíngara o Buenaventura (Museos cipal en este grupo no sólo por la categoría de su autor Capitolinos, Roma) y el Gioco o Tramposos (Museo Kimbell, sino por ella misma como obra maestra. Por este motivo Fort Worth) que Valentino, corredor o marchante, presentó encuentros lasante obras iniciaremos por ahí estas páginas. al cardenal Francesco Maria Del Monte. Las pinturas, que muestran articulación espacial, juego de luces y sombras y Michelangelo Merisi nació en septiembre de 1571 probable- mayor tamaño que las precedentes, convencieron al cardenal. mente en Milán, si bien no cabe descartar por completo que Desde entonces hasta finales de 1600 Caravaggio gozó de lo hiciera en Caravaggio, de donde recibió el nombre por su mecenazgo viviendo en su palacio Madama; actuaba Del el que fue conocido y que era población lombarda a la que Monte como embajador del gran duque de Toscana y fue su familia estuvo ligada, incluyendo propiedad de tierras. protector de la Academia de San Luca. En abril de 1584 se firmó en Milán el contrato por el que se colocaba como aprendiz del pintor bergamasco Simone Por encargo del cardenal pintó Una música y Tañedor de 3 Peterzano que había trabajado en Venecia. A través de su laúd (Metropolitan Museum of Art, Nueva York), proba- maestro conoció la pintura de Tiziano, pero también hubo blemente la Estigmatización de san Francisco (Wadsworth de fijarse en la obra de Campi, Moroni, Savoldo o Moretto Atheneum, Hartford), el techo del camerino (ahora Casino e incluso Arcimboldo. Se le documenta en Caravaggio entre Boncompagni Ludovisi, Roma) con Júpiter, Neptuno y 1589 y 1591 y de nuevo en Milán en julio de 1592. Plutón y la expulsión de los Titanes (1597), la Cabeza de Medusa y Baco (ambos en la Galleria degli Uffizi, Florencia) Poco después se trasladó a Roma, pero hasta julio de 1599 para el gran duque de Toscana y Santa Catalina, que es el sólo tenemos noticias indirectas. En los primeros años cuadro que nos ocupa. Seguramente en estos mismos años anduvo a la búsqueda de un mecenas, pero hubo de confor- hay que datar la otra versión de la Buenaventura (Musée du marse con formar compañía con algunos pintores de su Louvre, París) que pintó para Pietro Vittrice y la segunda edad como Antiveduto o Giuseppe Cesari, que alcanzó el del Tañedor (Museo del Hermitage, San Petersburgo) para éxito, o recibir una leve y poco duradera acogida por parte el marqués Vincenzo Giustiniani, el Retrato de Maffeo de algún personaje de no especial relevancia. Las obras que Barberini, luego Urbano VIII, que puede ser el de la Galleria conocemos datables entre 1592 y 1594 son de modestas Corsini de Roma (para otros autores es copia del original), dimensiones, con una sola media figura de un joven y fondo el Cesto de frutas (Pinacoteca Brera, Milán) para el cardenal plano, en los que destaca el realismo y la claridad de luces Federico Borromeo, huésped de Del Monte en los años y colores; dos de ellas fueron incautadas en 1607 a Cesari, finales del siglo y el Descanso en la huída a Egipto (Galleria ya Caballero d’Arpino, y pasaron a propiedad del cardenal Doria Pamphili, Roma) quizá para el cardenal Aldobrandini. Scipione Borghese: Baco enfermo y Muchacho con cesto de En cambio no recibió encargo alguno de Clemente VIII frutas (ambas en la Galleria Borghese, Roma). (papa 1592-1605). afondo: Santa Catalina, pintada al óleo sobre lienzo entelado, mide 173 x 133 cm (aproximadamente 8 x 6 palmos). La inscripción F.12 en el ángulo inferior derecho indica fideicomiso y el encuentros lasante obras número del inventario Barberini de 1817. La preparación del lienzo se hizo con albayalde y tierras, por lo que resulta de tono pardo; los pigmentos no presentan singularidad reseñable ni el aglutinante de aceite de lino. Está pintado con el lienzo sobre el bastidor y sin dibujo previo. Tanto sobre la preparación como sobre la capa pictórica hay inci- siones hechas posiblemente con la punta del mango del pincel como sucede en otras obras del pintor, pero en este ejemplar no se refieren a la composición, a no ser algunas 4 que sirven para fijar los pliegues del vestido, por lo que se ignora su finalidad. Según es usual en el pintor existen modificaciones que no son de fácil explicación; se refieren a la posición del hombro izquierdo, a las manos y a los dedos como el índice izquierdo que estaba sobre el escote antes de doblarlo sobre la empuñadura de la espada. Fue Bellori en sus Vite en 1672, quien citó la obra por vez primera: “Dipinse per questo signore [Del Monte] una musica de giovini ritratti del naturale en mezze figure, una donna in camicia che suona el liuto con le note avanti e Santa Caterina ginocchione appogiata alla rota: li due sono ancora nelle medesime camere, ma riescono d’un colorito più tinto, cominciando già Michele ad ingagliardire gli oscure”. Al morir el cardenal Del Monte en 1626 y su sobrino heredero Caravaggio el mismo año, pasó a otro familiar que vendió pinturas en 1627 Santa Catalina, c. 1598 Museo Thyssen-Bornemisza, y 1628; la obra fue adquirida por Antonio Barberini, sobrino Madrid del papa Urbano VIII, y en su colección se inventaría en 1644 y en 1671; allí la vio Bellori. Permaneció en la familia hasta la adquisición en 1934 por Heinrich Thyssen-Bornemisza. afondo: Sin embargo de la atribución de Bellori, hasta la rotunda De la narración proceden los atributos iconográficos más propuesta de Voss en 1923 no fue aceptada la autoría de utilizados. En la obra de Caravaggio aparecen el vestido rico Caravaggio, que desde entonces ha sido unánime. La que corresponde a una princesa, la rueda con las afiladas púas encuentros lasante obras divergencia se ha planteado respecto a la datación. Hasta y la espada ensangrentada, instrumentos de su martirio, y mediados del siglo XX hubo preferencia por fechar el cuadro como señal de su triunfo, la palma y la fina aureola de santa; en los primeros años de relación con Del Monte e incluso en cambio no hay libros, ni corona, ni el anillo de los despo- antes. Luego ha sido común considerar la obra de finales del sorios, ni, desde luego, ángel alguno. siglo XVI, siempre antes de las pinturas de la capilla Contarelli (San Luis de los Franceses, Roma) que son de 1599-1600. No consta cuál fue el motivo por el que el cardenal Del Estamos de acuerdo con quienes fechan la pieza en cuestión Monte escogió a santa Catalina como protagonista del en 1597 ó 1598. Sus características formales y la comparación cuadro de Caravaggio. Pero puede ser suficiente el hecho con otras obras de la época así lo testimonian. de que entre sus pinturas aparecen hasta cuatro ejemplares 5 más con la figura de la santa para explicar que fue el gran La representacion de Santa Catalina de Alejandría procede fervor por ella lo que originó el encargo. En su testamento principalmente de la Legenda aurea de Jacopo da Varazze Del Monte se refiere a esa devoción y señala a la santa (1265). Hija del rey Costo, de gran belleza y conocedora de como intercesora. las artes liberales, se enfrentó con valiosos argumentos al emperador Majencio (306-312) o Maximino (308-313) en El asunto se relaciona con el modelo utilizado, pues la Alejandría. Este hizo llamar a cincuenta gramáticos y retó- realidad de la mujer obliga a pensar en un retrato. Hay ricos, los más sabios del Imperio, que no encontraron cómo conformidad en ver el mismo rostro en la Conversión de oponerse a los argumentos de la virgen sobre el verda- María Magdalena (Institute of Arts, Detroit) de 1598 ó 1599 dero Dios; el emperador los condenó al fuego y recibieron y en Judit degollando a Holofernes (Palazzo Barberini, Roma) el bautismo de sangre.