Tu Mirada Está En Estos Poemas Dayanis Prado Abel López Camarillo
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Tu mirada está en estos poemas Dayanis Prado Abel López Camarillo Poemas de Abel López Camarillo Inspirándome en ti Inspirándose en tu cuerpo la nube esbelta de la primavera acosa al mundo. Eres toda palabra florecida, belleza elaborada por la bondad y la ternura. Pero te quiero hecha también de mí, construida de mi boca, de mi sed, de mi agonía. Contempla tú misma el delirio, el tormento que es también amarte. Quiero nombrarte para que vengas, para que estés conmigo, para que hagas conmigo una transfusión de palabras, de intenciones, de recuerdos. Y pueda yo sobrevivir a la dolorosa lejanía de tu boca. Inspirándome en ti, en mi corazón he sembrado ya...tu risa. Deseo amarte Anhelo recorrer tu sueño más leve, soñar sobre bosques y mares de eternidad, buscar tu lejanía, encontrar el beso que extraviaste en el invierno. Mientras escucho el rumor del consuelo, deseo amarte, vivir de nosotros, morir de nosotros. Me siento de ti. Soy más tuyo que de la vida. A veces un deseo también nos limita. Pero me siento de ti. Quiero vivir en tu boca y en la verdad palpitante de tu silencio. Deseo recorrer tu sueño más vivo, caminar sobre la orilla del recuerdo y del olvido. Seremos nuestros Como quisiera otro destino para empezar a quererte, y que el dolor, aquel dolor, aquella angustia se extraviará. Pero el corazón no se sale del pecho nunca, su proceder es extender cualquier paisaje, colocando en los ojos la vida. Vamos a extender aquí tu amor y mi amor, mirando por primera vez los sueños, elegiremos las flores y las cortinas y de una vez el consuelo y el dolor. Ojalá que vengas de la ternura y tengas un romance con mi boca, en donde he sembrado besos y palabras que necesitan tu atención. Mi bienvenida no tendrá silencios, tus labios serán mi futuro, yo pintare las ventanas, tú regaras los árboles, y el destino será nuestro bufón. Dulcemente Dulcemente estas en cada una de mis añoranzas, en cada día. Todo mi amor lo admite. Llegas con una extraña serenidad. Yo sólo tengo ternura y ansiedad, y sólo al consuelo aspiro. Amo lo estrictamente necesario. Extraño lo humanamente posible. Un latido de la tarde nos está buscando juntos. No se lo digas a nadie, pero tu mirada y la mía (desde hace poco) se andan besando quedito. Ah, tu agradable dulce despertar en mi boca… después de tanta quietud. Todo está frágil todavía, pero te extraño dulcemente y te amo, te amo incansablemente. Debajo de la tarde estamos solos, y cada uno de nosotros lleva entre los labios su pedacito de vida. Te siento mía Te siento mía en mí a cada momento, eres una soledad indescifrable como la muerte en mi ausencia. Distante te puse en mis brazos en un desorden total, pero tu extraviada sensibilidad destruyó la esperanza y te has perdido en tus sueños, buscando sobre mi dolor algo parecido a la cordura. Ya no esperes el olvido, estoy sembrando un poema y un suicidio. No te veo llegar No veo tu frescura entre mis brazos deshacer la blanda impaciencia del tiempo de tus ojos a la noche abierta, y sé que mi boca requiere de ti el inexpresable anhelo de hurgar en el sueño perdido de mi alma que inicia en el silencio. Ven y aprisiona mi amor en tu boca y encuentra entre mis manos el origen del consuelo. Los ojos ansiosos de la noche te buscan a ti en el campo de tus claras ilusiones, como un río revuelto busca sus senderos. Ven a dónde está mi soledad, confundida en el silencio de perderse en tu tristeza de tarde, bajo la desolada ausencia de tu voz. No veo tu apacible ternura ampararme y contenerme, porque tú eres el amor, la vida, la tierra donde he sembrado todos mis sueños. Solo tú para unir en tus brazos el día intranquilo de mi alma, para así poder mirar al fin como tú sola habitas mi cuerpo. Es posible Entre a buscar tu ausencia, dividida en la noche que oculta tu nombre, y entre tu quieto corazón no he dejado de llorar. Tu ausencia es el principio de mi soledad. Hoy amaneció el corazón mío, buscándote a ti en este amanecer, en esta mañana que me ignora, en esta vida que me ignora a mí también. Mi vida sólo amanece en el corazón tuyo. Escuché tu voz en el eco de la noche y vi que eras intensa y suave. Tus palabras tiritaban junto con las estrellas y la tristeza se fue a dormir temprano. Tu voz llenó a mi alma de su esencia. Hoy sé que te amo. El corazón mío, el que piensa en ti, se la pasa soñando en las posibilidades que vio en tus ojos. Hoy sé que me amas, y que el futuro, (ese desesperado) está lleno de esperanzas. Volver así Vuelvo a la tristeza... inválido vuelvo a mis escombros. Retorno a la soledad... quebrantado retorno a mis ruinas. Regreso a la nostalgia... habitada por mi falsa vida. Avanzo a la melancolía, poblada por mi rabia suicida. Vuelvo con la memoria maltratada por culpa del olvido. Vuelvo con el corazón vencido otra vez por el amor. Único amor Entraña mía, mi único amor. Tiene tu boca claro amanecer de flor, tú me enciendes vida, alma y corazón. Clarísima ternura, tu amor se me arraigo en el corazón. Es el interior de tu nombre el que palpita en mi pecho. Eres algo así, como la serenidad de un beso, como el frágil inicio de la flor. Siempre me despierto con el beso tuyo aquí en el corazón. Toda mi vida se llena de ti, todo mi amor necesita el abrigo de tus besos. Ahora, corazón mío, entraña mía, desbarata la razón del mundo que intentan separarnos y abraza la alegría de esta morosa inquietud. Y vayamos juntos al lugar donde el amor nos espera, amante mía, mi único amor. Arrayán fresco En tus ojos encontré el destello y la ternura de lo que yo llamo amor. Me gustaría estar allí en donde está tu boca. Gozoso arrayán, fresco de ilusiones y promesas! La serenidad de tus ojos enamoró la inquietud de mi alma. Mis tristezas anduvieron bajo tu sombra, así se quedaron juntas y al fin permanecieron quietas. La tempestad del tiempo no ha podido derribar tu nombre y yo que te amo no podré acariciarte siempre, siempre. Es frágil el lugar donde te amo, sólo tiene tiernas palabras con las que fundé mi soledad. Pero tú lo fortaleces con el fruto de tus manos, con la quietud de tus ojos, con la sombra de tus cabellos. ¿Cuándo vendrás a ocultar tu boca en mi pecho? Cuando seré yo el que diga...ven, ya es tarde, pero no para los besos? Arrayán fresco, deja las cenizas y quédate en el polvo que es mi cuerpo. La desconocida Pequeña niña, dulce criatura, pasaste enfrente de mi corazón con la mirada tierna, de las jovencitas que apenas piensan en el amor. Eras mi corazón demasiado frágil caminando por la plaza. En la boca llevabas un beso sellado todavía por el tiempo. Pequeña mía, tu mirada de niña sacrificada para el amor, enamoró mis ojos y pudo enamorar mi corazón. Tu boca se instaló en mis ilusiones y no dejó florecer ningún dolor. Fue un instante eterno tu presencia y pudo ser eterno este pequeño amor. Inocente ternura, murmullo frágil, susurro de amor, retoño de luna, voy a amarte por un sólo instante, porque tú apenas llegas y yo ya me voy. Entre sueños Entre mis sueños deja despierta la boca tuya. Que ella alcance el infinito de mis besos. Reside tú en mis ternuras, insiste en el débil aroma de mis tristezas. Tal vez queden extinguidas todas, por causa de tu inmortal belleza. De noche tu beso es distinto, abarca todo mi espíritu y se establece en el amor de la casa. Tus ojos juegan con mis palabras y tu boca es a veces, un rincón de la luna en la cama. Yo te amo cuando cierras los ojos sobre la almohada y te quedas con el vestido fresco de mi alma. Un te quiero, te busca en el sueño tuyo y como tú eres tan linda, lo diriges al infinito de tus anhelos de dama. Entre tus sueños deja despierta la boca mía. Ella encontrará al fin, el corazón de tus besos. Tribulación En la medida de lo posible y por característica propia, me declaro incompetente para emitir alguna opinión clara y concisa sobre los hechos suscitados en mi susceptible corazón. Lo cual me lleva a una pregunta razonable... estaré capacitado para soñar? Son muchas las dudas propias, quiero aclarar, sin embargo, aunque soy un declarado inconforme de la realidad, por esta vez depongo el debate acontecido en la línea de mi corazón y mi alma. Apelo a Dios, para un juicio más imparcial ante tal cuestión. Por ahora, me rindo ante el hecho de mis carentes aptitudes mentales, y sugiero la probabilidad tangible de la incapacidad de mis años muertos. Tengo razones para sostener lo antes dicho, pero me reservo tales conjeturas. Estoy, como se dice comúnmente, en las manos de Dios. Ante esto sólo me queda decir, que sea lo que Dios quiera. Así será siempre Tu amor está en mí, hay todavía indicios de tu boca en mi tristeza. Atardeció sin ti... Pálidos árboles me rodean. La noche como siempre, es un ritual desencantado, matiza la soledad e ilumina el desánimo. Necesito decirlo, decírtelo, que tú lo sepas... nadie como tú para descubrir el alma de mis anhelos.