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Secuencia (1996), 35, mayo-agosto, 7-22 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i35.536

Ignacio Manuel Altamirano y Vicente Riva Palacio: una amistad con fondo de parentesco tixtleco

Nicole Giron INSTITUTO MORA

La amistad de dos hombres celebres sirve para analizar las conexiones de las familias Riva Palacio y Guerrero con el Sur, que aun en nuestros dias salen a flor en asuntos como el de los huesos de Cuauhternoc.

a amistad entre Vicente Riva Pa­ del general , hom­ lacio e Ignacio Manuel Altamira­ bre de extracci6n modesta, cuya fulgu­ Lno forma parte constitutiva de rante carrera politica se debi6 solamen­ uno de los relatos historicos mas fan­ te al valor y la inteligencia, haciendo tasticos · del escritor guerrerense: la de et un ejemplo de la revoluci6n so­ Historia de los diamantes de/ Sur, in­ cial que acompafio la extinci6n del serta a manera de cuento interpolado dominio espafiol sobre Nueva Espana. en las "Revistas de la semana" publica­ Compafiero de armas de Morelos en das los domingos 5 y 12 de junio de todos los combates del Sur, irreductible 1870 en el periodico El siglo XIX.1 guerrillero insurgente, Guerrero supo El asunto, dotado de visos fabulo­ negociar con Iturbide para lograr la sos, se encuentra estrechamente rela­ consumaci6n de la independencia y cionado con las peripecias de la vida alcanz6 a ser maximo dignatario de la masoneria yorkina al ocupar la presi­ 1 Altamirano, Cr6nicas, 1987, vol. vm, t. 2, dencia de la republica en 1829. Su p. 272. ejecucion, en 1831, despues de un jui­

7 Secuencia, nueva epoca num. 35, rnayo-agosto 1996 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales

cio militarsumario logrado a consecuen­ mas reputaba por certera la identifica­ cia de su captura con una traici6n en el cion, de las piedras (halladas en las barco del marinero genoves Picaluga, bolas o "cocos" minerales referidos), fue el fruto de las intrigas del gobierno como diamantes, con base en el peri­ conservador de Anastasio Bustamante, taje de un conocido joyero capitalino, y cimbro la vida politica del pais dejan­ confirmado por el sabio don Andres del do un irredimible saldo de desconfian­ Rio y otros profesores del Colegio de za en las filas liberales. Mineria. Vicente Guerrero era oriundo de A pesar del enigma geologico que Tixtla (hoy situado en el estado de su significaba la ins61ita procedencia de nombre), tamhien pueblo natal de Ig­ estas gemas, el hombre de ciencia no nacio Manuel Altamirano, yera el abue­ daba por imposible el fen6meno y lo materno de Vicente Riva Palacio a mostraba curiosidad por reunir mayo­ quien nunca lleg6 a conocer puesto res informes sobre la Iocalizacion de que falleci6 un afio antes del nacimien­ este "placer" y su entorno mineral. to del nifio. Aquellos tres personajes Es indudable que con tales ingre­ se encuentran por lo tanto unidos por dientes cualquier mediano literato po­ un lazo de parentesco directo, consan­ dia aderezar un cuento capaz de entre­ guineo aunque jamas disfrutado, 0 solo tener al mas exigente lector de cronicas ligado al paisanaje, que justifica la cons­ dominicales, deslumbrandolo con el truccion de un parentesco ideologi­ suefio de los incalculables tesoros que co, republicano e idealizado. parecian estar al alcance de su mano. En la Historia de los diamantes del Sin embargo el verdadero interes Sur, Altamirano, quien ofrece su rela­ de la cr6nica de Altamirano no radica to a los lectores como un antidote con­ en la reutilizaci6n de la historia, ya co­ tra el tedio y los inconvenientes de la nocida, de los diamantes del general temporada de aguas, declara haberse Guerrero, misma que habia sido reci­ visto obligado a revelar secretos hasta bida con cierto escepticismo en la ca­ entonces conservados en silencio, por­ pital, sino en el papel relevante de Vi­ que el periodico conservador La Re­ cente Riva Palacio e Ignacio Manuel vista Universal habia publicado so­ Altamirano en la revitalizaci6n de este bre este tema pocos dias antes2 un mito, conforme en todo punto a esa vi­ articulo dado a luz originalmente en sion idealizada de como una febrero de 1833 porel "acreditado na­ cornucopia desbordante de bienes y turalista" Pablo de la Llave. En aquel riquezas. texto, el cientifico mexicano referia Solo que en su version actualizada su conversaci6n con Vicente Guerre­ el mito servia como testimonio de que ro, quien le habia narrado en persona los favores de la fortuna eran retribu­ las circunstancias de su hallazgo; ade­ cion a heroicos servicios prestados por un esforzado patriota, actor desta­ cado en las recientes luchas contra los 2 Ibid., p. 277. Altamirano contestaba a un articulo publicado en La Reuista Universal el 1 invasores de la patria: el general Vi­ de junio de 1870. cente Riva Palacio. De paso, permitia

8 NICOLE GIRON subrayar el linaje del joven general contacto perdido entre el heroe y su republicano y exaltar el prestigio de gloriosa estirpe, facilitando su encuen­ su persona. tro con los leales guardianes de aque­ En efecto, Vicente Riva Palacio apa­ lla herencia fabulosa. De manera que rece en este relate como una replica el Sur recupera la continuidad de una del famoso insurgente, como el legiti­ tradici6n heroica y gloriosa que una mo heredero no solo de las riquezas fatalidad hostil =entiendase reaccio­ de su abuelo, sino del afecto de los naria­ habia querido arrebatarle. Al surianos, que ven resucitados en et la mismo tiempo halla en la persona de valentia y templanza de su antepasa­ los providenciales montafieses, custo­ do, atributos compartidos democrati­ dios del criadero de diamantes, la ex­ camente con un simple hijo del pue­ presi6n de una poderosa identida

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Ilustraciones de Paola Uribe. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de las imágenes publicadas en este número de la revista Secuencia, 35. Las imágenes fueron contratadas y/o donadas de forma exclusiva para esta publicación. ernblematica que presenta la imagen fermento de nuevas propuestas. Y no idealizada de sus protagonistas, capaz cualquier propuesta; nada menos que de legitimar ­si fuese necesario­ sus la del nieto de Vicente Guerrero, un mas exaltadas ambiciones. Vicente Ri­ republicano intachable con probada va Palacio, obviamente, y en menor capacidad militar que habia dernostra­ grado Ignacio Manuel Altamirano, re­ do sus dotes de administrador en las sultan ser los perpetuadores de Vicen­ penurias de la guerra, un candidato de te Guerrero, el martir republicano y li­ primera magnitud cuyos meritos al­ beral del Sur. canzaban e incluso rebasaban, los del Paralelamente la Historia de los general Arce. Ademas, su reciente re­ diamantes del Sur sirve para contra­ nuncia al cargo de magistrado a la Su­ rrestar la percepci6n negativa de una prema Corte lo dejaba "libre" para region bronca, de recia tradici6n com­ mayores eventualidades, y su vieja bativa, considerada en 1870 como un amistad con el general Vicente Jimenez avispero politico. De modo que Vicen­ le daba excelentes armas para nego­ te Riva Palacio, heredero politico al ciar, sin herir susceptibilidades, el re­ mismo tiempo que genetico de Vicen­ greso del rebelde a la legalidad. Un te Guerrero, y Altamirano ­colocado "articulito" como el presente venia en el papel de fiel escudero­, se trans­ pues muy a prop6sito para recordar, forman en paladines de la causa del tanto en el Sur como a nivel nacional, Sur, precisamente en el momento en las capacidades, los antecedentes, el que el gobernador del estado de Gue­ prestigio y la lealtad republicana del rrero, el general Francisco 0. Arce, general Vicente Riva Palacio. designado por Benito Juarez para res­ De modo que podemos distinguir tablecer el orden en aquella explosiva facilmente, bajo el ropaje de una arne­ entidad, enfrentaba un fuerte conflic­ na lectura de entretenimiento, la in­ to con los habitantes de Tixtla, todavia tenci6n politica del relato, incluido entonces capital del Estado, y veia con sospechosa inocencia narrativa nuevamente puesto en entredicho el en una publicaci6n de cr6nicas dorni­ CXitO de SU politica de pacificaci6n. nicales. En aquellos dias parecia que nadie Por medio de aquella producci6n buscaba un nuevo gobernador para la periodistica, en un genero literario entidad, y el gobierno juarista no mos­ menor e inocuo, el fiscal de la Supre­ traba intenciones de modificar su Ii­ ma Corte de Justicia ­Ignacio Manuel nea de conducta respecto a este espi­ Altamirano­quien en 1868 habia anun­ noso caso, ligado al equilibrio de las ciado con platillos y bombos su firme fuerzas politicas en la lucha desatada prop6sito de alejarse de la politica y su por el control del gobiemo federal decision de consagrarse tan solo al desde la convocatoria de 1867. Pero cultivo de la bella literatura, regresaba precisamente ahi radicaba el interes a las andadas. Se inmiscuia otra vez en de la cronica, aparentemente anecd6­ el juego de la politica nacional aunque tica, de Altamirano: introducir en un de una manera sutil, insinuante, como juego politico que parecia cerrado el convenia a un alto funcionario de la

10 NICOLE GIRON Federaci6n que no debia intervenir di­ el logro de los prop6sitos politicos o rectamente en el manejo de la opinion un consuelo despues de los fracasos­ publica, como la historia les concedi6 la gran­ Es pertinente destacar la ambigue­ deza que hoy se les reconoce en el pa­ dad de esta actitud periodistica por­ norama de las glorias nacionales. De que esta en el meollo de la amistad que ahi que el estudio de estas personalida­ por tantos afios uni6 a Ignacio Manuel des obligue a una navegaci6n incesan­ Altamirano y a Vicente Riva Palacio. te entre los parajes de la literatura y los Ambos usaron su pluma para ponerla de la politica, en una modalidad anfi­ al servicio de la politica, quiza masque bia de la historiografia que debe tomar al servicio de la literatura. 0 mejor prestadas sus armas tanto a la critica dicho, ambos nunca concibieron su literaria como a la historiografica. quehacer literario como ajeno a la co­ Las "revistas" que nos interesan yuntura politica que atravesaban. La constituyen la evocaci6n mas explici­ expresi6n literaria era parte de su com­ ta del entrafiable compafierismo entre b ate para influir sobre el criterio de los Vicente Riva Palacio e Ignacio Manuel lectores, difundiendo directa e indirec­ Altamirano, en 1866. Compafierismo tamente valores, opiniones y juicios. destinado a crecer ya fincar una amis­ Por ello ambos cultivaron el periodis­ tad, como lo comprueban las nurnero­ mo y usaron las revistas o los diartos­ sas menciones que de ella encontra­ como 6rganos de un apostolado social mos en los escritos periodisticos de que integraba la literatura en todas sus Altamirano4 y que nos ayudan a descu­ formas: poesia, novela, drama, histo­ ria, critica literaria, periodismo politi­ 4 Citemos, entre otros, la despedida que for­ co, etc., como instrumento privilegia­ mula en su "Revista de la Semana" del 1 Ode julio do ­principal o secundario segun los de 1870: "Mi amigo el general Riva Palacio ha momentos­ de su participaci6n en la partido antier para Europa. Su partida me ha causado tristeza. Somos amigos desde la juven­ vida pclitica y social del pais, tud, hemos sido compafieros en los dias de Podriamos decir que ambos fueron prueba. iQue tenga un feliz via]e! ique pronto politicos antes que hombres de letras, regrcse! Altamirano, Cr6nicas11987, vol. VIII, t. y hasta cierto punto hombres politi­ 2, p. 338. 0 bien este recuerdo elogioso y Ueno de afecto, mencionado en la evocaci6n del es­ cos frustrados, que no vieron plena­ tudio de Alfredo Bablot que ocupa parte de. la mente colmadas sus aspiraciones, por "Revista de la semana" correspondiente al 25 de cierto bien elevadas. Sin embargo fue septiembre de 1870: "Alguna vez Riva Palacio, por la via de las letras =que ambos con­ en esos alegres ratos que se pasan inter pocula, sideraron una actividad accesoria para ha imitado con mucha gracia semejante estilo (el de mezclar una cita hist6rica, un verso anti­ guo o un dicho celebre a la conversaci6n pa­ rodiando su sentido serio) y era de oirse, c6mo 3 Tanto Vicente Riva Palacio como Altamira­ et y Alfredo Bablot entablaban un dialogo deli­ no colaboraron en un gran numero de periodi­ cioso en lenguaje erudito y erizado de citas, riva­ cos, pero no pueden scpararse sus nombres, lizando ambos en la prontitud y brevedad de las por lo menos de dos publicaciones famosas: La respuestas y del ataque, no menos queen la sutil Orquesta para Riva Palacio, El Renactrniento delicadeza y en la urbanidad (celeritasque et para Altamirano. breuitas et respondandi et accesendi subtili

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brir los hilos paralelos de dos destinos ci6n de su periodo gubernamental, ya hermanados solo por la intensidad de que era imposible efectuar elecciones convicciones ideologicas profunda­ en un pais invadido por fuerzas ex­ mente afines. tranjeras, Gonzalez Ortega manifesto Segun lo aclara Altamirano, Vicente publicamente, desde Estados Unidos, Riva Palacio hizo un viaje al Sur en en donde se hallaba de viaje, su in­ marzo y abril de 1866 con el fin de in­ conformidad con esta resoluci6n y ex­ corporarse a las fllas surlanas> o por lo terno su pretension presidencial. Si menos de obtener de luan Alvarez y de bien es cierto que su posicion encon­ su hijo Don Diego, a la sazon y respec­ tro algunas simpatias, la mayoria de tivamente comandante militar y go­ los mexicanos republicanos optaron bernador del estado de Guerrero, los por sostener a Juarez y avalar su per­ apoyos necesarios para armar a un manencia en la primera magistratura grupo de soldados auxiliares en algu­ de la naci6n. 6 na parte del Estado de Mexico. De he­ En este contexto es donde hay que cho, por aquellas fechas Vicente Riva situar Ia decision de Juarez de atribuir Palacio acababa de ser separado del al general Nicolas de Regules y no a mando de las tropas republicanas de Vicente Riva Palacio el mando militar Michoacan a raiz de una discutible de­ en Michoacan despues de la tragica cision del general Regules, militar ex­ desaparicion del general Arteaga. Tal perimentado, de origen espafiol, a resoluci6n estaba encaminada a impe­ quien el presidente Juarez prefirio dir que un jefe [oven, impulsivo, pres­ entregar la responsabilidad de esas tigioso, Ueno de iniciativa y suscepti­ fuerzas. ble de sirnpatias orteguistas, pudiese En realidad la eleccion de Juarez se ocupar un puesto elevado en el man­ debia en parte al delicado asunto de Ia do military secundar en cualquier mo­ prolongacion de su periodo presiden­ mento las intenciones posiblemente cial en noviembre de 1865. Como es levantiscas de aquel, sabido, el generaljesus Gonzalez Orte­ Riva Palacio, que habia militado des­ ga, quien habia sido electo presidente de la prim era hora y con toda generosi­ de la Suprema Corte de )usticia en dad en las filas republicanas, que habia 1862 y por tanto se encontraba consti­ reorganizado al ejercito del Centro 7 tucionalmente en posicion de susti­ tuir al primer mandatario de la nacion en caso de necesidad, se crey6 con 6 Altamirano apoyo sin reticencias a Juarez derecho a reemplazar a Juarez al termi­ en esta circunstancia: "Ha hecho usted bien, muy bien, a nuestro juicio, en haber decretado no de su mandato. Cuando este anun­ su permanencia en el alto puesto en que ha sa­ ci6 Ia decision de prolongar la dura­ bido defender los derechos de la patria. Estc era el deseo del gran partido republicano. Aqui con ese respeto la opinion es uniforme, sin una sola uenustate atque urbanitate conjunta), como excepcion". Carta de Altamirano a B. Juarez, 12 lo exigia el principe de la elocuencia romana en de rnarzo de 1866, Epistolario, 1992, vol. xxr, t. el libro primero de su Orador", Ibid., p. 459. l,p.151. <; Ibid., p. 283. 7 Ibid.

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despues de la derrota republicana de territorios de su mando, tenia proba­ Tacambaro y la ejecucion del general blemente, en el animo del joven gene­ Arteaga por el sanguinario jefe Im­ ral, visos de regreso a sus origenes, de perialista Mendez, 8 que habia ganado peregrinaci6n sagrada hacia la tierra a pulso la estimacion de sus hombres de sus ancestros. En la adversidad po­ cuyos oficiales lo habian designado litica, el buscaba el apoyo de los Al­ por votacion unanime para ocupar el varez, de don Juan sobre todo, quien mando superior.Pvio menospreciadas habia ofrecido siempre a su familia, sus fundadas aspiraciones a un alto desde las rnontafias del Sur, el refugio puesto a la cabeza del ejercito del Cen­ de su proteccion 11 y habia sido cons­ tro. Sin embargo supo encarar digna­ tante compafiero de armas y amigo en­ mente esta marginaci6n, y acat6 las or­ trafiable de su abuelo. denes superiores sin pestanear, 10 aun Para los Alvarez la visita de Vicente cuando el resabio amargo nacido de Riva Palacio como la de Porfirio Diaz aquella coyuntura marcara para siem­ en octubre de 186512 plante6 un pro­ pre su sensibilidad e intervino segura­ blema delicado. Encargados por Juarez mente como un elemento no despre­ de defender la causa republicana en ciable en su posterior inclinaci6n al el Sur, Ios Alvarez, cuyo territorio per­ porfirismo. maneci6 en gran medida libre

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tica algun dia, o cuya combatividad def endia las principales tesis del go­ pudiese opacar sus propios esfuerzos. bierno republicano, a saber: la iniqui­ De tal suerte que habian optado por dad de la invasion extranjera perpe­ una politica de promesas verbales, ge­ trada contra Mexico cuyo Iegitimo nerosas pero poco efectivas. 13 gobiemo era perseguido en su propio Por entonces Ignacio Manuel Alta­ territorio por sol dados extranjeros y la mirano, investido de una gran autori­ ilegitimidad de los gobiemos proce­ dad moral en su calidad de diputado dentes de ella, haciendo patente con constitucional por Guerrero, gozaba su actividad periodistica fa existencia, de la amistad de los Alvarez y vivia en en la republica invadida, de una "opi­ su hacienda de la Providencia, 14 cen­ nion publica" favorable al gobierno de tro politico del estado, situada en las Juarez, incesantemente desacreditado estribaciones de la Sierra Madre, que por la propaganda francesa e imperial. dominan el litoral de Acapulco. Ejer­ Sin lugar a dudas result6 ser, en el cia cerca de aquellos personajes un entorno de Juan y Diego Alvarez, la papel de consejero politico y de voce­ persona mas idonea para acompafiar ro republicano: pronunciaba discur­ al joven general despechado cuyo sos­ sos parrioticos.P se carteaba con jua­ ten politico podia representar un deli­ rez a quien mantenia informado de los cado problema para los sefiores Alva­ principales acontecimientos militares rez. Altamirano era nativo de Tixtla y y escribia algunos articulos destinados conocia perfectamente los caminos a los diarios de Tixtla, la capital del de la entidad que habia recorrido fre­ estado, donde habia una imprenta, o a cuentemente en los aiios recientes, algunos de los periodicos en idioma desde su pueblo natal a La Providencia espaiiol de San Francisco.16 En ellos y Acapulco ode alli a Iguala y Mexico. Era abogado de formaci6n, como Riva Palacio, y cultivaba las bellas letras 13 Vease la carta de Altamirano a Juarez con fecha 27 de octubre de 1866. Ibid., p. 166. Acer­ como et. Eran casi de la misma edad, ca de la actitud de los Alvarez con Porfirio Diaz pues Vicente era mayor dos aiios, y y Vicente Riva Palacio veanse tambien los articu­ ambos habian ocupado un escafio en los publicados por Altamirano acerca del enfren­ el segundo Congreso Constitucional tamiento entre Diego Alvarez y el general Vicen­ delanaci6nen 1861y1862, endonde te Jimenez en El Correo de Mexico, durante los meses de noviembre y diciembre de 1867, asi habian dado sus primeros pasos en la como el combate verbal que sostuvo con Diego vida parlamentaria y habian figurado Alvarez en 1868 mediante remitidos en El Siglo en las filas oposicionistas, llevados de XIX. Altamirano, Periodismo politico, 1989, la misma admiraci6n por el general vol. XVIII, t. 1, pp. 118, 119­120­121y163. Jesus Gonzalez Ortega, el vencedor de 14 Ibid., vol. XXI, p. 170; Periodismo Politi· co, 1989, t. 1, p. 162. l 5 Tres de estos discursos el 5 de mayo de 1865, 16 de septiernbre del mismo afio y 16 de Epistolario, 1992, vol. XIX, t. 1, p. 171; asi como septiembre de 1866, en Altamirano, Discursos, un brindis pronunciado por Altamirano en 1986, vol. I, pp. 111·150. Acapulco en julio de 1865 y publicado en El 16 Vease la carta de Altamirano al general Vi­ Nueuo Mundo de San Francisco, California. cente Jimenez del 1 de noviembre de 1866, Periodismo Politico, 1989, p. 61.

14 NICOLE GIRON Miramon en Calpulalpan. Sus rubricas Riva Palacio se alist6 para participar aparecieron en la famosa petici6n de en la defensa de Puebla en 1863, ocu­ los 51, mediante la cual un grupo de di­ pando altas responsabilidades en el putados ­"actuando como personas estado mayor del general Gonzalez particulares" ­ habia solicitado al pre­ Ortega ts a quien Iuarez habia encarga­ sidente Juarez que renunciara al car­ do el mando de aquella plaza, Have del go para el cual acababa de ser electo acceso al altiplano y al control de la constitucionalmente, considerandole capital del pais. "inepto" paraejercerlo. Ensumomen­ En cuanto a Altamirano, quien ha­ to la iniciativa habia suscitado un gran bia emprendido la ruta hacia el Sur escandalo, pronto ahogado por la reac­ para formar alla un batallon de fuerzas ci6n de otros 52 diputados quienes re­ auxiliares, solo su reelecci6n como di­ frendaban su adhesion al presidente putado por Guerrero al tercer Congre­ en una carta donde le solicitaban per­ so Constitucional le impidi6 realizar maneciera en el poder. Despues de sus prop6sitos belicos, conduciendo­ este episodio en el que culmin6 la in­ lo a reunirse en San Luis Potosi con el genuidad ­o la mala fe­ de una oposi­ nucleo duro del republicanismo. ci6n dispersa y de todos modos inope­ Mas tarde Riva Palacio, nombrado rante para implantar en Mexico un gobemador y comandante general del parlamentarismo ex6tico, ambos ha­ ler. distrito del Estado de Mexico, se bian regresado a posiciones mas cuer­ habia dirigido a Michoacan donde es­ das pero sin abandonar el vigor de sus tableci6 su cuartel general en las mon­ criticas a un gobiemo que les parecia tafias de Zitacuaro, 19 redactando en demasiado contemporizador. Empe­ plena guerra peri6dicos como El Mo­ ro ambos habian cerrado filas en tomo narca y El Pito Real para fustigar a al equipo gobemante luego de la ame­ los traidores y a la administraci6n im­ naza de intervenci6n extranjera y con perial al tiempo que exaltaba la resis­ encendido patriotismo habian acudi­ tencia republicana. Despues de orga­ do a las armas. I7 nizar de la nada un cuerpo auxiliar del

11 El periodico Le Trait d'Union anunciaba para don Diego Alvarez 30 000 pesos en orde­ el 17 de abril de 1862 que Vicente Riva Palacio nes sobre el Manzanillo." Ibid., p. 113. habia recibido autorizacion para organizar una IS Altamirano, refiriendose a esta epoca, es­ guerrilla destinada a luchar contra las tropas de cribi6 en una carta a Juarez el 12 de marzo de intervenci6n en el distrito de Chalco y contaba 1866: "Yo era ya coronet de la Guardia Nacional, para ello con la cooperaci6n de los hacendados nombramiento que me dio este gobiemo [del de la region. El mismo numero saludaba la pri- Estado de Guerrero] cuando el sitio de Puebla, mera entrega de La Chinaca, un peri6dico "pc· al que yo iba a encerrarme con Pinzon; pero lle­ quefio, escrito unica y exclusivamente para el gue tarde, despues de la toma de San Javier y pueblo, yatacandoalosfranceses". Por otra par­ me quede en el Congreso." Bpistolario, 1992, te, evocando el aiio de 1862, Altamirano escri­ vol. XXI, p. 153. bia: "El ministro Doblado nos envio a nosotros 19 Para esta etapa de la vida de Vicente Riva su comiston para arreglar el contingente del es­ Palacio, vease el testimonio de Eduardo Ruiz, tado [de Guerrero] que debia venir al Ejercito de Historia de la guerra de lntervenci6n en Oriente. Esto fue en 1862. El ministro nos dio Michoacan, 1973, pp. 72­76.

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ejercito republicano del Centro, dura­ tantas experiencias definitorias en tra­ mente golpeado por la traici6n de yectorias paralelas, ambos estaban lis­ algunos de sus jefes adheridos al impe­ tos para transformar un encuentro rio de Maximiliano, Riva Palacio logro casual en elecci6n deliberada. Sus idea­ restablecer la disciplina y la combati­ tes liberates y sus convicciones pa­ vidad en aquellas huestes desalenta­ tri6ticas los hermanaban a pesar del das por las derrotas asi como por la abisrno social que hubiera podido dis­ aprehensi6n y el fusilarttiento de su tanciar al hijo de un relevante hombre rnaximo jefe, el general Arteaga. Mien­ politico mexicano, varias veces minis­ tras tanto Altamirano ocuparia en el tro y gobemador, con el de un humil­ Sur, cerca de los Alvarez, el papel que de artesano pueblerino. hemos evocado. Este compaiierismo se percibe cla­ La reunion de Vicente Riva Palacio ramente en la Historia de los diaman­ e Ignacio Manuel Altamirano durante tes del Sur, y se despliega como un la primavera de 1866, despues de un preludio a la convergencia de destinos prolongado intercambio de correspon­ que iba a acercarlos mas todavia en la dencia que mantenia viva la comuni­ experiencia definitiva del sitio de Que­ caci6n -y la inteligencia­ republica­ retaro, durante la primavera de 1867, na frente a un enemigo poderoso, tuvo y los conduciria por el camino de la un aspecto providencial. Despues de fratemidad de las armas y de la mi­

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litancia politica a distanciarse sin re­ to de su abuelo, nunca habia vivido en medio del grupo juarista. la tierra de sus abuelos ni la habia vi­ De la misma manera que Altamira­ sitado, de suerte que todos los que se no fue el conducto por el cual una consideraban emparentados con su "senora de la costa" se acerc6 a Vicen­ familia quisieron festejar el retomo al te Riva Palacio para propiciar el "con­ pueblo del vastago mayor de SU maxi­ tacto" de este con los montafieses, mo heroe: fieles cuidadores del criadero de dia­ mantes, via posible de un fabuloso La plaza de Tixtla coma la de Chilpan­ enriquecimiento, tambien fue el in­ cingo no ha sido profanada jamas por la troductor de Vicente Riva Palacio al huella de reaccionarios, traidores o im­ mundo de Tixtla, la patria de sus ante­ perialistas. Asi es que en aquel recinto pasados maternos. sagrado donde ha flameado invicto el estandarte de la republica, todo conser­ Alli permanecieron 15 dias con el vaba un aspecto alegre y tranquilo. Los general Vicente Jimenez, la figura mi­ habitantes se entregaban a las placeres litary politica mas relevante del lugar; de sus fiestas como siempre y el estar "pariente de el y rnio", escribira Alta­ cerca el enemigo no era causa bastante mirano en una de sus cartas a Juarez, 20 para turbar su regocijo. explicando: "pues yo soy tambien tix­ Asi, pues, la fiesta del 5 de abril tleco y pertenezco como Riva Palacio (cumpleaiios de Riva Palacio) fue so­ y como Jimenez, a la familia del gene­ lemnizada con gran pompa y en festi­ ral. Guerrero". nes y entusiasmo se pasaron las pocos En una pequeiia ciudad como Tixtla, dias que permanecimos am.21 mas bien un pueblo grande, las rela­ ciones de parentesco son intrincadas De hecho todavia vivian en Tixtla y casi todas las familias estan empa­ diversos sobrinos o sobrinos nietos de rentadas por via consanguinea o poli­ Vicente Guerrero, quienes acogieron tica. Tal era el caso de Vicente Riva a su primo con regocijo, entre ellos el Palacio, de Vicente Jimenez y de Igna­ presbitero Prudencio Catalan, hijo de cio Manuel Altamirano. Maria Dolores Guerrero Saldana, una Vicente Riva Palacio era tixtleco de de las hermanas del pr6cer de la inde­ doble cepa, nieto de Vicente Guerre­ pendencia, qui en se habia seguido car­ ro y de Maria Guadalupe Hernandez, te an do afectuosamente con "La Gene­ rala" y su hija, mucho tiempo despues "La Generala", hijo mayor de la (mica 22 descendiente de ambos: Maria Dolo­ de la muerte de Vicente Guerrero. El res Guerrero Hernandez, por lo cual se encontraba relacionado con mu­ 21 Altamirano, Cr6nicas, vol. vm, t. 2, p. 289. chas familias del lugar. Como el nifio 22 Citemos entre otras cartas la que Prudencio Vicente habia nacido en la ciudad de Catalan mand6 a su tia Guadalupe Hernandez y Mexico, poco despues del fusilamien­ a su sobrina Dolores Guerrero el 21 de septiem­ bre de 1842 anunciandoles el proximo enlace matrimonial de su sobrina Doloritas (Guillen 20 Altamirano, Bpistotario, 1992, vol. XXI, t. Velis) con el juez de Letras Agustin Perez Gavi­ 1, p. 157. Ian, mismo al que asistieron los padres de Mar­

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habia recogido en su casa a su herma­ vo exenta de tristeza, pues a pesar de na Feliciana cuando enviud6 y a una su estoico patriotismo todos notaban sobrina de esta, Dolores Guillen Velis, que Vicente estaba "apesumbrado" misma que se habia convertido en sue­ cuando respondia a cuantos lo interro­ gra de Ignacio Manuel Altamirano cuan­ gaban acerca de su situaci6n: do este cas6 con Margarita Perez Gavi­ Ian en 1859. Otro sobrino del heroe El gobierno sabe lo que hace y si el pre­ independiente, Pedro Gonzalez, se ha­ sidente me hace descender a capitan de bia casado con Maria Gertrudis Bello, una compafiia o a soldado raso, me re­ una tia de la madre de Altamirano, a su signare sin observaci6n porque me toca vez prima hermana de la suegra del obedecer y en estos momentos, el que 23 no tiene abnegacion y obediencia es un general Vicente Jimenez. En una traidor.F' palabra, la extensa red tixtleca de pa­ rentesco y de alianzas habia moviliza­ Al transcribir estas palabras en una do todas .sus ramificaciones para des­ carta dirigida a Benito Juarez desde plegar su tradicional hospitalidad: La Providencia en agosto de 1866, Al­ tamirano se empefiaba, como lo habia Le hicieron grandes honores, no solo hecho en el mes de marzo anterior, en en memoria y honor de su ilustre ascen­ diente, sino a causa de sus altos hechos defender a su amigo. Fingia achacar al y sobre todo de su reciente victoria de general Regules toda la responsabili­ Uruapan, porque fue el y no el senor dad de la "injusta destituci6n" de Riva Regules quien mand6 en [efe en esta Palacio, aun cuando era obvio que la batalla y quien concibi6 el pensarnien­ decision de separar a este del "gobier­ to de ir a darla. 24 no de Mlchoacan y aun del de Mexi­ co"26 no habia podido aplicarse a es­ Sin embargo, segun refiere Altami­ paldas del presidente, y afirmaba rano, la identificaci6n colectiva con el rotundamente para eximir de toda sos­ retofio del heroico Guerrero no estu­ pecha al nieto de Guerrero: a ••• puede Ud. estar seguro de· que es tan adic­ to al gobierno y a la persona de usted garita Perez Gavilan, la futura esposa de Altarni­ rano. Archivo de Mariano Riva Palacio, Austin como el que mas lo sea". University of Texas Library, doc. 1341 (micro­ Esfuerzo generoso pero inutil, ya films en el Instituto Mora). que Juarez conservaria sus prevencio­ 23 El sefior Melchor Garcia Reynoso, nativo nes y acabaria uniendo a ambos Iitera­ de Tixtla, ha realizado acuciosas investigacio­ nes en los registros parroquiales de esta ciudad, tos en un mismo trato de prudente esenciales para desentrafiar algunas relaciones suspicacia, reconociendoles talento in­ de parentesco en Tixtla. Transcribi6 una parte telectual y capacidad de jurisconsultos de sus indagaciones relativas a Altamirano pu­ pero sin conceded es mas hon ores que blicadas en Geneaiogta, 1991. Son sus indica­ los estrictamente ganados en los cam­ clones las que sustentan las afirmaciones aqui vertidas. pos de batalla o en las lides electorates. 24 Carta de Altamirano a B. Juarez del 4 de agosto de 1866, Bpistolario, 1992, vol. XXI, p. 25 Ibid., p. 158. 157. 26 Ibid; p. 160.

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Quiza la ruptura que se haria rnani­ Les toco defender las posiciones de fiesta entre aquellos liberates despues la linea sur del cerco contra las cuales de la convocatoria de 1867 se inici6 se concentraron finalmente las mas cuando Altamirano y Riva Palacio, olvi­ decididas ofensivas de los sitiados, de dando que eran letrados para volverse modo que la brigada de Vicente Ji· verdaderos hombres de armas, asu­ rnenez qued6 diezmada despues de mieron su autonomia de jefes guerri­ combatir repetidas veces con denue­ lleros y se unieron sin esperar perrni­ do y en ocasiones al arma blanca. En sos para acabar con los enemigos de la alguno de esos enfrentamientos el co­ patria y del principe usurpador, resta­ ronel Altamirano se comporto con tal bleciendo por la fuerza la legalidad re· arro]o que su nombre fue citado en la publicana. orden del dia del ejercito republica­ Asi lo hizo Altamirano a finales de no. zs 1866 al lanzarse al asalto de las altas Durante el sitio, tanto Vicente Riva tierras del Distrito Federal despues de Palacio como Ignacio Altamirano y los una ruptura tormentosa con Diego Al­ demas jefes militares reunidos en los varez, todavia a cargo de la gubernatu­ alrededores de la plaza tuvieron tiem­ ra de Guerrero. Jefe militar Improvisa­ po para estrechar la sociabilidad tan do, uso exitosamente, a la cabeza de peculiar de los oficiales de guerra, un cuerpo de caballeria de 400 hom­ siempre en riesgo de perder la vida y bres, el diploma de coronel que le ha­ siempre ansiosos de olvidar semejan­ bia otorgado el presidente Juarez en te evidencia. Segun toda probabilidad, octubre del afio anterior, y despues de vivieron el momento aterrador de los ganarvarios encuentros contra los im­ combates sin dejar de ser letrados y perialistas se unio con sus soldados a poetas, confrontados en la intensidad la brigada del general Vicente Jimenez, emocional de una sensibilidad refina­ la cual se sumo, en Toluca, a las fuer­ da, a las pulsiones mas primitivas del zas de Vicente Riva Palacio. De alli salieron todos en marzo de dante en jefe del ejercito sitiador, su encuentro 1867 para participar en el sitio de con el principe Maximiliano despues de su pri­ Queretaro, donde las tropas al mando sion. Entre otras cosas, Altamirano sefiala que de Riva Palacio, y sefi.aladamente la fue el general Vicente Riva Palacio quien escolt6 a Maximiliano hasta SU prision despues que este brigada surefia del general Vicente Ji· entregara su espada en sefial de rendici6n al ge­ menez, desarrollarian un papel rele­ neral Mariano Escobedo. Alli Maximiliano "rega­ vante entre los miles de soldados repu­ 16 a Riva Palacio el caballo que montaba y le blicanos congregados en este punto suplic6 que conservase a su lado a un asistente jovencito, vestido de azul, que parecia muy afli­ para abatir el imperio. 27 gido con la desgracia de SU sefior". Altamirano, Cr6nicas, 1989, vol. VIII, t. 2, pp. 256­263; 21 Varios textos de Altamirano se refieren al Obras hist6ricas, 1986, vol. 11, pp. 259­281. sitio de Queretaro. En ellos menciona muy sefia­ 28 Parte de operaciones rendido a Ia superio­ Iadamente su relacion de subordinaci6n con el ridad por el general Mariano Escobedo, Jefe del general Vicente Riva Palacio, expone su particl­ Ejercito del Centro, con fecha 3 de mayo de pacion en Ios combates, su pertenencia tempo­ 1867, citado por Vicente Fuentes Diaz, Ignacio, ral al secretariado del general Escobedo, coman­ 1988, p. 145.

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hombre: el miedo, la furia asesina, el estas fuerzas pero tuvo que quedarse horror ante la muerte y la destrucci6n. en Toluca para restablecer su salud. 29 Para ambos, aun cuando hubieran Solo un motivo de esta gravedad lo participado en lastareas mas protegi­ mantuvo alejado de las ultimas accio­ das del estado mayor, Altamirano en el nes militares republicanas, impidlen­ secretariado del general en jefe, y Riva do su regreso al Sur con los restos de la Palacio en todas las reuniones de los brigada de Jimenez. Esta fue la raz6n altos oficiales de estado mayor, la ex­ por la cual se mantuvo hasta cierto periencia de Queretaro fue determi­ punto marginado del severo conflicto nante. Complemento sus vivencias de surgido entre los combatientes del si­ guerrilleros republicanos, entrenados tio de Queretaro y Diego Alvarez, an­ a luchar con ingenio y arrojo en medio sioso por atribuirse una gloria militar de las escaseces de la guerra, con la que no habia cosechado en el sitio de pcictica de una vida militar organiza­ Puebla. da con mayores recursos y profesio­ Restablecido, Altamirano se rein­ nalismo. Ni uno ni otro olvidarian las corporo a la vida civil y se lanz6 como lecciones que les ensefio su participa­ Vicente Riva Palacio a la actividad pe­ ci6n en los ambitos del alto poder riodistica. Ambos disintieron de la con­ militar, don de no se jugaba con el fue­ vocatoria lanzada por Juarez en agosto go de los debates parlamentarios sino de 1867 y militaron ­infructuosamen­ con la vida y la muerte. Quizas en ra­ te­ a favor de la candidatura presiden­ z6n de esta ruda experiencia conser­ cial de Porfirio Diaz. varian para el general Porfirio Diaz En ese mismo afio ambos resulta­ una admiraci6n superior a la que pudo ron electos como magistrados de la jamas merecerles la politica del licen­ Suprema Corte de}usticia de la naci6n ciado Benito Juarez. y, en febrero del afio siguiente, pasa­ Con aquella fraternidad de las ar­ ron a formar parte de la maxima ins­ mas compartidas en el fragor de los tancia del poder judicial. Fue enton­ combates, entre nubes de p6lvora y ces cuando aquellos soldados poetas salpicaduras de sangre, se consolid6 la olvidaron sus disposiciones marciales amistad gestada entre las palmeras del y regresaron de consuno a la frecuen­ Sury los festejos tixtlecos, creando en­ taci6n de las Pandectas y al estudio tre Vicente Riva Palacio e Ignacio Alta­ del derecho constitucional, aunque mirano una convergencia de impre­ sin renunciar ni uno ni otro a la prac­ siones y de apreciaci6n que duraria tica del periodismo politico o cultural, hasta el triunfo del porfirismo en 1876. segun los casos. Vencido el emperador en Quereta­ Ambos propiciarian activamente el ro, Vicente Riva Palacio y sus soldados renacimiento de la vida literaria, ini­ se habian precipitado hacia la capital ciando uno y promoviendo el otro las para reforzar el ejercito de Oriente que, al mando de Porfirio Diaz, sitiaba 29 Vease carta de Ignacio M. Altamirano a Ma­ la ciudad de Mexico. Altamirano, en­ nuel Parra del 5 de [ulio de 1867, en Altamirano, fermo de disenteria, formaba parte de Epistolario, 1992, vol. XXI, t. 1, p. 227.

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famosas Veladas Literarias, destinadas fundir ampliamente los conocimien­ a reanimar la "republica de las letras", tos y de circular las ideas que impul­ dividida por creencias politicas anta­ saban el progreso de las sociedades g6nicas. Ejercieron en el combate de humanas. Ambos defendieron abierta­ las ideas el mismo compaiierismo que mente la libertad de pensamiento, uti­ los habia unido en los campos de bata­ lizando para este fin todos los recursos lla, secundandose el uno al otro en la de la sociabilidad mas6nica. creacion de revistas literarias como El Mientras Altamirano permanecia en Renacimientor' ode asociaciones cul­ Mexico y era nuevamente electo ma­ turales, cientificas o civicas.>! Desde gistrado de la Suprema Corte de justi­ los territorios de la novela, de la croni­ cia para el periodo 1870­1873, Vicen­ ca, 32 de la critica literaria, de la poesia, te Riva Palacio saldria del pais para ambos se esforzaron a lo largo de los efectuar un largo viaje ­dos afios­ por afios por revivir y hacer prosperar en Europa. Mexico el cultivo de las bellas letras A su regreso, su compromiso per­ y del periodismo pues creian que en sonal con Porfirio Diaz fue creciendo, ello descansaba la posibilidad de di­ al grado de tomarse enemigo declara­ do del presidente Sebastian Lerdo de so El nombre de Vicente Riva Palacio figura Tejada. Llego al extremo de devolver en la lista de colaboradores que encabeza los su despacho de general el 1 de marzo dos tomos de El Renacimiento pero ninguna de 1875 para "poder expresar libre­ obra de Cl viola luz ahi, aunque cuanta obra suya mente sus opiniones", yen abril de se publicara durante el tiempo de vida de la este mismo afio elev6 una acusaci6n revista fue resefiada en sus cr6nicas por Altarni­ rano. contra este personaje ante el Gran Ju­ 3 t En el libro colectivo Ensayos literarios de rado de la Nacion porviolaci6n expre­ la Sociedad Netzahualcoyotl (Imp. de Ignacio sa de algunos articulos constituciona­ Escalante, Mexico, 1869), Altamirano public6 les. 33 Despues del triunfo del Plan de algunas de sus poesias junto con otros mlern­ bros de la Sociedad: Manuel Acuna, Agustin Tuxtepec y del golpe de Esta

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ra como diputado al Congreso de la la gracias a su vasta cultura, a su exqui­ Nacion. A pesar de haber participado sita cortesia, al carisma desenfadado activamente en la campafia electoral de su independencia intelectual. Alcan­ del general Gonzalez a la presidencia, z6 en tierra extrafia el reconocimiento se distanciaria cada vez mas de este, y los honores que tan parcamente le acabando por ser encarcelado como habia concedido la suya propia, quiza su opositor en 1883. En prisi6n redac­ porque la sombra poderosa y tragica taria su parte de la magna obra de de su abuelo el general Guerrero agi­ historia cuyo proyecto habia propues­ gant6 siempre ante los ojos de sus ri­ to y coordinado: Mexico a traces de vales politicos el "peligro" que podia los Siglos. constituir su talento y la orgullosa in­ Cuando el general Porfirio Diaz re· dependencia de su criterio. greso al pod er en 1884, prefiri6 alejar a Vicente Riva Palacio del pais y lo nombr6 ministro plenipotenciario en BIBLIOGRAFiA Espafia y Portugal. Cinco afios mas tar­ de, en 1889, Ignacio Manuel Altamira­ ­Archivo de Vicente Riva Palacio, en Austin, University of Texas Library. · no tarnbien seria destlnado a Espana ­Altamirano, Ignacio M. et al., Ensayos con un cargo dlplomatico ­el de con­ literarios de la SociedadNetzahualcoyotl; sul general de los Estados Unidos Mexi­ Imprenta de Ignacio Escalante, Mexico, canos. Pero para entonces la amtstad 1869. entre los dos hombres se habia diluido ­Altamirano, Ignacio Manuel, Obras com­ y apenas intercambiaron unas cartas pletas. Cr6nicas, tomos 1y2, SEP, Mexico, de felicitaci6n para afio nuevo, a pesar 1987, vols. vn y vnr. de la cercania de sus cargos que les hu­ ___ , Obras completas. Discursos, biera brindado en otros tiempos un SEP, Mexico, 1986, vol. 1. ___ , Obras completas. Bpistota­ excelente pretexto para Intercarnbiar rio, t. I (1850·1899), CNCA, Mexico, 1992, correspondencia o visitas. vols. XIX y XXI. Sin embargo, el paralelismo en la ___ , Obras comp/etas. Obras his­ trayectoria de aquellos hombres se toricas, SEP, Mexico, 1986, vol. 11. mantuvo hasta la muerte, pues ambos ___ , Obras comptetas. Pertodis­ fallecieron lejos de la patria por cuya mopolitico, CNCA, Mexico, 1989, vol. XVIII, libertad y progreso tanto habian com· t. I. batido. Altamirano muri6 primero, en ­Fuentes Diaz, Vicente, Ignacio M. Al­ febrero de 1893, en San Remo, Italia, tamirano, triunfo y viacrucis de un escri­ donde se habia refugiado para mitigar tor liberal, Gobierno de Guerrero, Mexi­ el asedio de los inviernos europeos so· co, 1988. ­Garcia Reynoso, Melchor, Genealogia bre su friolenta complexion de surefio, del maestroIgancio Manuel Altamirano, Vicente Riva Palacio lo hizo tres afios Instituto Guerrerense de la Cultura, Tixtla despues, en Madrid, despues de alcan­ de Guerrero, 1991. zar los mayores exitos diplornaticos, ­Ruiz, Eduardo, Historia de la guerra Ocupaba una posicion de alta relevan­ de Interoencion en Michoacdn, Balsa), cia en la vida social de la capital espafio­ Morelia, 1973.

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