PUBLICACIONES DE LA INSTITUCIÓN TELLO TÉLLEZ DE MENESES [PITTM]

PALENCIA 2015 NÚMERO 86 La revista Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses (PITTM) es el órgano de expresión de la Academia, en la que se publican estudios de investigación sobre diversos aspectos de la historia y la cultura palentinas, realizados por los académicos, y aquellos otros que juzgue oportuno su Consejo de Redacción. Fue creada simultáneamente con la propia Institución, en el año 1949, viendo la luz su primer número ese mismo año. Actualmente su periodicidad es anual.

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Sumario 86/2015

7 José Antonio Abásolo Álvarez.- Los últimos días de La Olmeda. Dis- curso de apertura del curso académico 2014/2015. 21 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro.- Los paisajes vegetales en Palencia. Discurso de toma de posesión como Académico Numera- rio. ESTUDIOS 87 César González Mínguez.- Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312). 103 Julio Estrada Nérida.- Datos biográficos de Manuel Díaz Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la corbeta María Pita en la expe- dición filantrópica de la vacuna de la viruela.. 139 Didio Quijada Sánchez: El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII. 167 Marcelino García Velasco.- Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968). BIBLIOGRAFÍA 187 Antonio Cabeza Rodríguez (coord.).- De camino a la Corte. Mariana de San José y la fundación en Palencia de las Agustinas Recoletas. Manuel Revuelta González. 191 Segundo Fernández Morate.- De las Escuelas Anejas de Magisterio al CEIP Tello Téllez de Meneses (1861-2014). Manuel Revuelta Gon- zález. 195 Miguel Ángel Alcalde Arenzana.- El Colegio de Jesuitas y la Iglesia de San Lorenzo, llamada de la Compañía (Ntra. Sra. de la Calle) de Palencia. Manuel Revuelta González. 6

VIDA ACADÉMICA 199 Necrológica de D. Santiago Francia Lorenzo.- Faustino Narganes Quijano 203 Memoria del curso académico 2014-2015.- Rafael Martínez. Secretario General. PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA OLMEDA* José Antonio Abásolo Álvarez Académico Numerario de la Institución Tello Téllez de Meneses

RESUMEN: Una de las cuestiones más debatidas en la cronología de las villas romanas es saber cuándo acon- tece la desaparición definitiva de estas importantes mansiones de la Tardo Antigüedad. No menos interesan- te es determinar la manera en que se produce su final. En el caso de la villa romana La Olmeda se pueden advertir a la luz de los datos arqueológicos varios momentos correspondientes a su época de esplendor defi- nidos por sucesivas modificaciones reconocibles en la pars urbana, vivienda y baños. Por lo que respecta a la fase de abandono hay que olvidarse de la teoría de una destrucción causada por los pueblos bárbaros y, en cambio, comprobar un deterioro progresivo evidente gracias a la observación de actuaciones radicales en el complejo principal por okupas de baja condición social.. PALABRAS CLAVE: Olmeda, Villae, Antigüedad tardía.

THE LAST DAYS OF LA OLMEDA ABSTRACT: One of the most debated issues on the chronology of Roman villas is to know when the definiti- ve disappearance of these important Late Antiquity mansions happened. No less interesting is to determine the manner in which its end took place. In the case of the Roman villa La Olmeda, several archeological periods may be identified during its magnificent moment, which are defined by successive recognizable chan- ges in the pars urbana, different rooms and bathrooms. By the time the villa was abandoned, we should for- get the theory of destruction caused by the Barbarians and instead, we should see a progressive damage due to the radical action in the main important rooms, generated by the action of squatters from low social status. KEY WORDS: Olmeda, Late Roman Empir.

La elección del título “Los últimos días de los datos arqueológicos. Por supuesto, hic de La Olmeda”, de leve –e intencionado– et nunc, tiene que hacerse un especial énfasis regusto cinéfilo, no es sino una breve apro- en aquellos lugares que han supuesto una ximación a uno de los aspectos más contro- notable contribución para el conocimiento vertidos en las provincias de Occidente histórico de la época: las villas palentinas, durante la Tardorromanidad, umbral de tran- nuestros yacimientos más emblemáticos y sición entre la Edad Antigua y la Edad admirados por la práctica totalidad de visi- Media: intuir, en concreto, cómo fue el final tantes, aficionados y profesionales; en parti- del proceso constituido por la transforma- cular y, de modo muy especial, la villa o ción que se produjo en aquellos ambientes palatium de La Olmeda (lám. I). rurales del Bajo Imperio donde se erigieron, Por más que en las culturas de la Anti- en Hispania sobre todo, algunas de las man- güedad se suela dar por sentado –en líneas siones más admirables de entonces conoci- generales– cuanto aconteciera en tiempo y das; y descubrirlo, preferentemente, a la luz

* Discurso de apertura del Curso Académico 2014/2015 de la ITTM. 8 José Antonio Abásolo Álvarez Lám. I.- Planta de la villa romana La Olmeda h. 400.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 Los últimos días de La Olmeda 9 lugar durante su apogeo, es decir la época de hábitat en los que se desenvuelve el objeto florecimiento y auge, no es menos cierto preferente de nuestra atención, La Olmeda), que asaltan fundadas dudas en la vasta habría que hacer una especie de zoom con el extensión del Imperio romano acerca de fin de tratar de comprender algunos aspec- cómo y cuándo ocurrió la radical transfor- tos de su desarrollo. Dejando al margen las mación que supuso la desaparición en vegas bien distintas de época republicana, en el y campiñas de las antaño elegantes mansio- devenir de las villas romanas, auténticas o nes nobles y palaciegas y, como corolario, presuntas, se pueden establecer tres princi- cuándo entraron de manera definitiva en el pales períodos: el primero correspondería a olvido. Modernas actuaciones arqueológi- una fase altoimperial en la que queda atesti- cas y, al rebufo de ellas, las revisiones de las guada, dentro del marco representado por el fuentes escritas, con sus consiguientes y territorium de las ciudades, la existencia, ya oportunas interpretaciones por parte de en el siglo I, de grandes fincas dirigidas recientes generaciones de investigadores, sobre todo a la explotación de la tierra por pueden –y logran– modificar antiguas perio- parte de la clase gobernante y también por dizaciones; o bien son nuevos hallazgos los nuevos personajes, verdaderos homines que arrojan alguna luz a meras conjeturas. noui, enriquecidos sobre todo gracias a las Pero todavía queda mucho por hacer. En sucesivas conquistas de Roma. referencia a nuestra provincia, lo vimos en Avanzada la segunda mitad del siglo III Dueñas en las excavaciones, allá por 1991, se producen cambios más que evidentes; donde se precisó notablemente el marco precisamente entonces es cuando algunos temporal –por más que solamente se intervi- especialistas sitúan el inicio de la Antigüe- niera en el recinto termal– establecido ante- dad Tardía y, aunque con alguna que otra riormente para la Villa Possidica. Bastantes reserva, sí que es cierto que nos hallamos en dudas plantea Quintanilla de la Cueza; no un momento bien diferente. En términos digamos aquellas otras que han sido excava- generales tal periodo comprende preferente- das sólo parcialmente. mente el siglo IV de nuestra era, una etapa Precisamente estas dudas y cierta indefi- para la que se puede afirmar que, frente a la nición cronológica han llevado reciente- antigua imagen de desmembramiento total mente a sustituir, para la historia postrera del Imperio, existió cierto renacimiento, del mundo romano, la común referencia del cuando menos en lo tocante a la arquitectu- Bajo Imperio (limitada a la más estricta dia- ra rural residencial1. Algunas villas levanta- cronía) al empleo del término Antigüedad das en los siglos I-II d.C. fueron parcial o tardía que, de modo más abierto, incluiría la totalmente reedificadas con formas de cultura material de nuevos protagonistas, los arquitectura monumental bien distintas de pueblos bárbaros europeos, así como aque- las primitivas, ahora transformadas y acom- lla resultante de las inevitables y profusas pañadas de lujosas ornamentaciones, como mixturas surgidas de sus relaciones con la ocurre en Hispania; muchas otras nacerán a sociedad romana. lo largo de la centuria. Para acercarnos al mundo rural hispano- La calidad de las edificaciones y su rica rromano de la Antigüedad Tardía, sobre decoración están estrechamente ligadas al todo el de las villas (época y carácter del rango social y a la dignitas de nuevos pro-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 10 José Antonio Abásolo Álvarez

Lám. II.- Otium y negotium en relieve del Museo de Trier pietarios, con marcada preocupación por la Los llamados potentes multiplican los exhibición de su status social. Fuera o no espacios de prestigio y representación. Es consecuencia de la reorganización burocrá- entonces cuando se acusa en las uillae una tica surgida del régimen tetrárquico promo- diferencia entre los espacios públicos (nego- vido por Diocleciano o se debiera al incre- tium) y privados (otium), fruto del interés mento de miembros de la aristocracia duran- por compaginar tanto las necesidades vincu- te el reinado de Constantino, cierto es que ladas a la vida profesional como las aficio- tanto senadores como nuevas categorías de nes lúdicas de mayor reputación para la funcionarios emergentes, los honorati, deri- nobleza romana. El carácter de semejantes varon en la acumulación de grandes propie- explotaciones fundarias quedaría bien defi- dades, las cuales se convertirían, incluso, en nido en un conocido relieve funerario de dos centros de ejercicio de poder. Así pues, en la paños expuesto en el Museo de Trier (Tré- pars occidentis esta convergencia de cir- veris) donde el difunto aparece representado cunstancias políticas y económicas tan favo- en sus dos ocupaciones habituales: por un rables para una parte de las élites locales, lado consulta un libro delante de uno de sus junto con el aumento de la concentración de colonos ante la vigilante presencia de su la riqueza en las manos de algunos privile- administrador –y probablemente tesorero– giados, explicarían la aparente explosión de mientras que en el panel superior aparece las villas, cuyo lujo sería fiel reflejo de los montado a caballo al regreso de una cacería. moradores y serviría de blasón para estas Ambas actividades definen el sentir de los familias que explotan, y a la par gobiernan, potentados de entonces, el disfrute de un grandes fincas, los fundi. mundo de relax y buen vivir, lejano de las

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 Los últimos días de La Olmeda 11 imágenes de ruina y desolación con que se niente. Estuvo asistida y atendida por sier- ha querido dibujar en ocasiones este periodo vos y criados –hasta ahí lo esperado– con del imperio romano (lám. II). nombres de resonancias helénicas que cono- Algo más que otium. Confirmación del cemos gracias a los grafitos “de propiedad” nivel cultural de los domini son los progra- escritos en su vajilla: Apollonio, Atelacta, mas ornamentales seleccionados para sus Euticintius, Eudemos… Su explotación, casas con criterios nada casuales, como estimada casi de modo exclusivo como de sugieren las esculturas halladas en las uillae, naturaleza agrícola, al amparo de la feraz El Ruedo, Els Munts, Valdetorres del Jara- vega del Carrión, río muy cercano, no exclu- ma o Milreu2, o bien la exhibición de los ye otros usos, ya que por estudios de paleo- pavimentos musivos, caso del más reciente ambiente realizados en provincias próximas descubrimiento producido en la villa con- se sabe que una gran parte de la superficie quense de Noheda. de su territorio (ager, prata, silva según los romanos) lo constituiría el bosque, que en la La tercera y postrera fase en la historia actualidad puede reconocerse en otras zonas de las uillae, de modo especial en lo tocante no muy apartadas, como en la comarca de la a las de Hispania, tiene lugar en la segunda Cueza. Y del hallazgo de cencerros de gana- mitad del siglo V, al albur de diversos acon- do ovino y bovino –se expone una muestra tecimientos acaecidos sobre todo en las en el Museo de Saldaña de los que, en can- regiones del interior de la Península Ibérica, tidades enormes, se guardan en sus almace- los cuales se tradujeron en la desintegración nes– se deducen, igualmente, abundantes de las lujosas áreas residenciales que pasarí- espacios dedicados a la cabaña ganadera. an a estar ocupadas por cementerios o rudi- mentarias formas de hábitat. Los edificios, Ciertamente la “Olmeda altoimperial” cuando no chozas, son peores, y se convier- desaparece o se desvanece en un momento ten a veces en lugares de culto cristianos. difícil de precisar, y llegamos al siglo IV sin Será norma común por entonces el abando- que podamos, fuera de lo meramente topo- no y decadencia de las uillae, que culmina- gráfico, establecer una hilazón entre ambos rán con la desaparición de la inmensa mayo- asentamientos. Su presunta monumentali- ría de ellas bajo campos de cultivo3. dad quedaría sepultada por la reutilización de sus espacios de habitación como área Y tal periodización –o el desarrollo y cementerial durante la Edad Media, parcial- evolución de la historia de las uillae– pode- mente amortizada, primero durante la época mos seguirla con algunas particularidades visigoda y, de modo más intenso, a lo largo (se puede afirmar que no hay dos yacimien- de las centurias siguientes. Cabría decir que tos iguales) en La Olmeda, cuya secuencia existe, por tanto, una especie de “pausa dila- ha servido para aceptar o matizar teorías tada” hasta que se vuelva a percibir una gran propuestas con anterioridad. actividad en tierras de la finca La Olmeda. La Olmeda entra en la historia de la His- Hay que dar, así pues, un importante pania romana a finales del siglo I de nuestra salto en el tiempo y tan solo trescientos era como un asentamiento rural de quien pasos aproximadamente en el terreno para suponemos –no hay que ser un Sherlock acercarnos a los años del Bajo Imperio, unas Holmes para el dictamen– un rico terrate- fechas en las que la villa alcanza su apogeo

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 12 José Antonio Abásolo Álvarez y cuya naturaleza es sobradamente conocida. conocidos (más de un centenar) recogidos en Es lo propio de una época en la que los terri- el elenco de la aristocracia senatorial hispá- toria del Imperio romano –antes definidos nica a través de las fuentes literarias contem- por las ciudades que ahora arrastran una poráneas4. En fin, de igual forma que se tiene fuerte decadencia– pasan a estar articulados noticia de aristócratas en la Bética, se ha en torno a estas grandes explotaciones o dicho que cerca de la zona donde nos encon- fundi, donde sus dueños conjugan las tareas tramos estarían los predios de personalida- inherentes a la explotación agrícola y la des del círculo de Teodosio, como Maternus satisfacción producida por la cultura del Cynegius (puede asegurase que distinto del buen vivir, por no entrar en el debate de que homónimo de Carranque) o Nummius Aemi- tuvieran –o no– asignada una función fiscal lianus Dexter. Otros apellidos de propieta- –e incluso militar– acaso encomendadas por rios rurales de la segunda mitad del siglo IV los gobernadores provinciales. Su perma- que nos han llegado gracias a la correspon- mencia no queda establecida de modo preci- dencia entre Quintus Aurelius Symmachus y so, pero podemos determinar que esta nueva Helpidius Marinianus entrarían en las opcio- ocupación del espacio se reanuda a media- nes. Ejemplos todos ellos que son, más bien, dos del siglo IV, tiene su apogeo a lo largo simples suposiciones. En La Olmeda las del último tercio de esta misma centuria e dimensiones de la nueva mansión llevan a inicios de la quinta, para desvanecerse bien pensar, otra vez y con mayor motivo que en entrado el siglo V, cuando comience la etapa, los siglos anteriores, en un personaje distin- la tercera, de su paupérrima reocupación, guido hasta el extremo de que incluso se ha previa a la ruina y abandono definitivos. creido reconocer para La Olmeda nada La “Olmeda tardoimperial” ocupa un menos que a Flavius Sallustius, uicarius de vasto espacio y ofrece, en cuanto atañe a la Hispania, cónsul en 363, honrado con una vivienda principal que actualmente se visita, estatua erigida en Roma la cual le fue dedi- 5 un programa decorativo espectacular –reco- cada en 382 por las provincias hispanas . nocido de manera substancial en los pavi- Pero, insistimos, lamentablemente aquí mentos de las habitaciones– que define a un y en otras uillae poco podemos decir de su nuevo opulento terrateniente. nombre, casi nada de su identidad. Como ¿Quién pudo haber sido este noble per- paradigma del destacado –y descarado– pro- sonaje? Atractivo, pero peliagudo aún, es tagonismo de los possesores de entonces poner nombres y apellidos a los individuos quedémonos con los medallones del oecus y “VIP” propietarios de las villas hispanas, por la exhibición de sus retratos, con algo de la más que se hayan intentado rastrear pistas a apariencia física de los dueños de este fun- partir de la evidencia epigráfica. En otras dus, solemnemente enmarcados por ovala- villas las inscripciones en mosaico mencio- dos clípeos-medallones sostenidos por ána- nan a distintos personajes: en Carranque des con cola de delfín, donde hay precisos (Toledo) a Maternus; en Fraga se cita a For- atisbos fisionómicos en el adusto varón tunatus; en Tossa de Mar, a Vitalis; a Cardi- cetrino, y en la imagen –menos arisca– de la lius y Avita en Torres Novas; en Ramalete a madura señora que comparte protagonismo Dulcitius. Para los casos de carencias epigrá- en uno de los lados largos –lado norte- de la ficas se podría recurrir a diversos nombres cenefa que enmarca el cuadro principal de la

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Lám. III.- Medallones con los presumibles retratos del dominus de La Olmeda y su esposa. estancia; o sus familiares: la mujer de mira- que hubo varias fases de monumentaliza- da perdida, el joven rubicundo –presumimos ción, mayor o menor, entre la segunda mitad que apuesto–, el infantil personaje de uno de del siglo IV y las primeras décadas del siglo los lados cortos, la malhumorada y querida V. Obvio es que cualquier casa, cortijo, “gitana”, etc. (lám. III). palacete o mansión, tiene, sufre, experimen- La Olmeda es un importante núcleo ta, a lo largo de su historia, modificaciones habitado que gobierna un fundus, no cual- de diverso carácter. Y hubo reformas debi- quier residencia en medio del campo. No das, por un lado, a cambios del gusto artísti- menos relevante es el hecho de que, junto a co –o, si se quiere, moda– por parte de los la pars urbana, hubiera espacios reservados propietarios, o bien, en otro orden, por para la vivienda del capataz o conductor, los imperiosa necesidad, como se aprecia en serui y coloni así como la pars fructuaria o diferentes pormenores que reconocemos en almacenes; y espacios industriales que aquí, la vivienda. a diferencia de otras estimaciones hechas en En el primer caso –nuevos gustos– Hispania, se encontraban cerca de la man- puede advertirse una evolución a partir de sión7 como han demostrado las prospeccio- los distintos estilos percibidos en los mosai- nes aéreas y geomagnéticas. cos, correspondientes a dos momentos de la Las excavaciones de La Olmeda han vida de la villa: la época de las composicio- aportado una secuencia cronológica detalla- nes más elaboradas, complejas, de mejor da de la villa durante su etapa de esplendor, calidad tanto en diseño como factura, la de lo que constituye una de sus peculiaridades. unos elaborados y bien proyectados reperto- En la Olmeda tardoimperial hay que señalar rios ornamentales, geométricos o figurados

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Lám.IV.- Mosaicos de dos estilos en la uilla La Olmeda. que corresponden a la planificación inicial, naturaleza de los suelos (permeables en frente a otros mosaicos bien confeccionados grado sumo) supusieron una fuente de pro- pero con repetitivas formas geométricas, blemas para el disfrute de un buen vivir que, más sencillas y de colorido menos variado; fácilmente, cualquier huésped o invitado algunos, incluso, con “parches” de ejecu- esperaría compartir nada más divisar el ción un tanto torpe (lám IV). monumental pórtico de fachada flanqueado Para el segundo caso, la necesidad de efectuar por pareadas y airosas torres. modificaciones en las estancias, contamos con el Esta sub-periodización marcada por la dato de la alteración parcial de la planta en algunas alteración de la planta de algunas estancias de las bien trazadas habitaciones que caracteriza- y por los estilos artísticos de los mosaicos ban el primer período de arquitectura rigurosa- está refrendada por la cronología paralela mente simétrica de la villa, siempre dentro de la percibida en dos de los cementerios que misma “fase de esplendor” del palacio. Es una hubo en las inmediaciones de la villa, gra- forma de estratigrafía horizontal. No hay más que cias a la documentación ofrecida ante todo fijarse en una de sus alas, la occidental, para poder por la cultura material de las ofrendas fúne- observar algunas de las reformas ejecutadas con el bres, en cantidades asombrosas si la compa- resultado de ampliaciones o reconversiones que ramos con la de otros yacimientos de la afectaron al proyecto inicial. Ambos argumentos mitad norte peninsular. Si bien una y otra (estilo y alteración de la planta inicial) coinciden necrópolis se corresponden con la “época en habitaciones como la del triclinio suroccidental, noble” de La Olmeda, se desarrollaron en donde se observa el añadido de una zona calefac- momentos distintos, que se explican por tada ajena a la planta inicial. emplazamiento, disposición de las tumbas y La interpretación de tan drásticas medi- los aludidos ajuares. La necrópolis norte de das hay que buscarla en el hecho de que, La Olmeda (111 tumbas de inhumación) se durante esta fase de la vida de La Olmeda, el data, gracias al análisis de los depósitos clima de la comarca (rigores del frío) y la funerarios, en el tercio final del siglo IV.

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Cuatrocientos metros al Sur de la uilla un elevar el suelo anegado de las cámaras infe- segundo cementerio, constituido por 526 riores de los baños, por donde iba el calor de sepulturas de tipología y organización dis- la combustión de la leña, mediante nuevos tintas, como también lo son sus piezas suelos levantados sobre un relleno de –ofrendas y ajuares evolucionados–, se escombros, en cuyas cimentaciones (habita- ocupó frisando el siglo V. Dejamos para otra ción trilobulada) hubo restos de construc- ocasión la circunstancia constituida por ción procedentes de la arquitectura monu- determinados hallazgos de prestigio (hebi- mental de una fase previa. Hasta tal punto llas y broches de cinturón), siempre dentro era prioritario el disfrute o, cuando menos, del mismo horizonte, correspondientes a la utilidad del baño que, inundado o simple- fechas aún más avanzadas. mente encharcado el suelo de mosaico del Tratando de afinar algo más las cronolo- apodyterium o vestuario, se recurrió a la gías cabría hablar no de dos sino de hasta expeditiva solución no ya –como se había tres fases de reparaciones llevadas a cabo hecho previamente– de cambiar un mosaico por los nunca satisfechos domini. Modifica- de gran calidad por otro más sencillo, sino ciones que, como ejemplo de esta incansa- de sellarlo con cemento (signinum) en la ble actividad, se han dejado a la vista –a segunda de las reformas (lám. V). decir verdad algo no muy frecuente en las Hasta aquí los orígenes y el floruit villas musealizadas– en el sector de los ¿Cuándo aconteció el final? ¿Cómo desapa- baños, concretamente en el apodyterium y recieron las uillae de Hispania y, más con- en el tepidarium. Las citadas humedades, cretamente, qué pasó con la vivienda y que aún hoy sufrimos en el mantenimiento dependencias del señor de La Olmeda? diario de la villa La Olmeda, obligaron a

Lám. V.- Tres fases en los suelos del apodyterium.

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Aparte del hecho de que tanto decaden- continuos conflictos, como las revueltas de cia como crisis son términos relativos, en bagaudae o bandas de siervos, campesinos principio no es fácil saber cuándo acontece y colonos desarraigados, así como de incur- el abandono y cuándo tienen lugar, diacróni- siones bárbaras a lo largo del siglo V. Influi- camente, las últimas transformaciones de las dos por estas informaciones algunos arque- uillae monumentales. No hay duda de que ólogos han relacionado los niveles de des- nos movemos en fechas de inestabilidad trucción identificados en las estratigrafías política, máxime en aquellas regiones donde con distintas irrupciones de invasores, hubo actividad militar, lo mismo en ciuda- pudiendo haber ocurrido, empero, que esta des que en espacios rurales, como da cuenta presencia de pueblos centroeuropeos preci- la referencia a los campi pallantini asolados pitara otra clase de procesos, como que por el ejército de Gerontius, comandante de algunos propietarios hubieran optado por las tropas del usurpador Constantino III, tras escoger el refugio de centros fortificados: en la provisional derrota del emperador Hono- nuestro entorno, Amaya, o los vecinos rius a comienzos de la quinta centuria. Ordejones de la misma provincia burgalesa, ¿Debacle o no? Por de pronto las inva- podrían haber ofrecido tal amparo, a juzgar siones de los siglos III al V, que se interpre- por los hallazgos de cerámicas y piezas de taron tradicionalmente como las desencade- finales del siglo IV. Ítem más: la sensación nantes de la ruina total de este sistema de de inseguridad pudo ser asimismo, como se organización romana, no supusieron la desa- ha dicho, el origen de concentración de pro- parición del “roman way of life”8. piedades, agrupándose colonos y campesi- nos en torno a los más poderosos, aquellos Hasta los años 90 en España se seguía la potentes capaces de organizar algún género visión de Gibbon que relacionaba todos los de defensa y que estaban, incluso, en condi- cambios habidos a partir del siglo III con las ciones de negociar con los invasores, según consecuencias dramáticas de las invasiones lo expone el propio Hidacio10. bárbaras: abandono de las ciudades y amplia destrucción de las villas. En suma, general y Pocas huellas, en suma, a la luz de las empobrecida ruralización de la sociedad del evidencias arqueológicas. Repetiremos que Bajo Imperio. Tales invasiones (se tratara de hay que ser cautos respecto a establecer cro- socorridas razzias o desplazamientos de nologías precisas sobre el abandono o las pueblos) bárbaras y la irrupción de los visi- transformaciones congruentes con niveles godos habrían sido, por tanto, las causas de de destrucción, si tenemos en cuenta las la destrucción de las villas. Semejante punto limitaciones impuestas por las excavaciones de vista catastrofista ha sido una teoría man- de emergencia o con métodos arcaicos, el tenida durante mucho tiempo en algunos desconocimiento de la cultura material del ámbitos universitarios: un panorama de siglo V, o la cuestión de que algunos mate- generalizada destrucción de mansiones, riales que se habían relacionado con la iden- urbanas y rurales, durante el siglo V9. tidad de estos pueblos no tienen por qué quedar restringidos a los pueblos bárbaros, Para Hispania su apoyo eran las Cróni- ya que se encuentran en amplias áreas del cas de Orosio y del obispo de Chaves, Hida- Imperio. Poco se puede rastrear de los sue- cio, donde, cierto es, ambos informan de vos en Galicia, ya que lo que hay en el occi-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 Los últimos días de La Olmeda 17 dente galaico parece ser una continuidad de se trate de sepulturas aisladas o de conjuntos lo habido durante los siglos V-VI, aparte de más extensos (Montcaret, San Pedro del ciertas manifestaciones, por otro lado comu- Arroyo, Ahrweiler). Estas necrópolis se han nes en momentos de peligro, como el recur- vinculado también con la presencia en las so del hábitat en lugares elevados, acaso los uillae de un edificio de culto cristiano (La castella de Hidacio. En otras partes de His- Cocosa en Badajoz), por mucho que bastan- pania, de los alanos, lo mínimo y, en cuanto tes de estos cementerios carezcan de rela- a los asentamientos visigodos en las uillae, ción con edificios de naturaleza religiosa. bien poco; los característicos broches de Por lo que toca a la pagana Olmeda, úni- cinturón liriformes o las fíbulas de arco y camente tenemos pruebas de que el cristia- charnela brillan por su ausencia fuera de nismo, ya en auge por estas fechas, hubo de algunas ciudades, como se verá –y será bas- restringirse a ambientes domésticos: una tante más tarde– en necrópolis como la de ollita con la leyenda Marciane vivas multis Pisoraca, Herrera de Pisuerga. Sin afirmar annis in Domini. No nos engañemos: esta que los visigodos fueran casi invisibles en muestra de culto cristiano tuvo que convivir suelo hispano, parece aceptarse como mejor con creencias claramente antagónicas, leja- explicación el que, gracias a los múltiples nas asimismo del panteón oficial; nos referi- acuerdos con Roma, buena parte de la cultu- mos al chatón de anillo con símbolos gnós- ra material visigoda se diferenciaría bien ticos, dificilmente relacionables con un 11 poco de la romana . movimiento de carácter priscilianista, y, Los cambios que ahora reconocemos más bien, emparentados con creencias de gracias a la Arqueología se manifestarán en procedencia oriental. las nuevas funciones que adquieren las áreas En tercer lugar, reutilización como espa- de habitación, antaño residenciales y lujo- cio habitacional empobrecido, una vez se sas: primero, conversión de las uillae en hubo producido el abandono sin más por nuevos espacios productivos. Este fenóme- parte de los possesores. Es decir, un cambio no se observa en el este y sur peninsular y radical en la función original dada a los edi- afectó principalmente a la organización y a ficios, con la instalación de otras estructuras la función de las uillae. Elementos caracte- de carácter habitacional. Las uillae no desa- rísticos del antaño aristocrático modo de parecieron de buenas a primeras. El aparen- vida de los domini, como habitaciones con te abandono de una uilla no fue otra cosa mosaicos y baños, son destruidos y reem- que su reocupación como hábitat temporal plazados por la instalación de estructuras precario14. agrícolas e industriales. No es algo habitual Tal afirmación se confirma con otras en el interior peninsular y en La Olmeda, revisiones arqueológicas de las uillae del hasta hoy, no hay constancia12. interior de la península, como La Torreci- En segundo lugar las residencias –o bien lla15. Es algo perfectamente documentado en los anteriores ámbitos productivos– se con- La Olmeda, ya que esta degradación del vierten en espacios funerarios. La utiliza- hábitat ha sido corroborada por una batería ción de las estructuras arquitectónicas de de datos arqueológicos de carácter primario, una uilla como espacio funerario durante la como lo fue el descubrimiento con motivo antigüedad tardía es bastante frecuente13, ya

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 18 José Antonio Abásolo Álvarez de las obras del nuevo edificio de las zanjas obstante los tiempos estaban cambiando. A de desagüe, trazadas –pudiera decirse– finales del siglo IV, época ahora definida “caiga lo que caiga”, al interior y exterior de por la figura de Teodosio y las de sus fami- la pars urbana. Además, habitaciones y liares y consejeros, la inestabilidad general pasillos fueron “troceados", convertidos en alcanza a la Península Ibérica más intensa- mini-apartamentos (oecus, pasillo norte) mente que en otras ocasiones y los pasos para dar cobijo a presuntas familias de baja naturales de Hispania con la Gallia a través condición social, algo así como lo aconteci- del corredor de Pancorbo convierten estas do en las casas nobiliarias venidas a menos regiones en zonas inseguras y peligrosas. en épocas modernas. Todo ello se relaciona, Bien es verdad que esto acontecería dos pues, con una amortización por parte de o tres generaciones después ¿Por qué desa- campesinos sin tierras, quienes mantendrían parece la familia del personaje cetrino retra- una economía de mera subsistencia y que tado en los medallones La Olmeda? No tuvo aprovecharían las residencias en su benefi- que ver mucho el cristianismo, como en tér- cio, ajenos a la función y destino de los minos generales opinaba Gibbon, ya que las espacios ahora compartidos. evidencias son pocas. Por el contrario, las Como resumen, en la circunstancia de tierras concedidas a los bárbaros, la inesta- La Olmeda, la saga familiar que la ocupa y bilidad social, la situación económica catás- explota se desenvuelve con autoridad y trófica (una repetición de lo acontecido en la prestigio en los agitados años de la dinastía segunda mitad del siglo III), por no citar la constantiniana, un período en el que los degeneración de las clases dirigentes, como hijos de Constantino I, el Grande –o el con- recoge el Savonarola del siglo V, Salviano verso de conveniencia, hijo del tetrarca de Marsella, quien presenta un panorama Constancio, según se mire–, se disputan la descorazonador para la Gallia, anticipo de herencia del trono de la homónima Constan- lo que piensa va a ocurrir en Hispania (“las tinopolis. Son momentos harto difíciles para llamas que arden en el burdel de la Gallia Roma: en Occidente, los movimientos de arderán en Hispania”) desembocan en la pueblos centroeuropeos; en el más próspero “evaporación” de estas familias de honestio- Oriente, las luchas contra los reinos herede- res del agro hispano. ros del Gran Imperio persa. Hispania, sin Desde luego en La Olmeda parece claro: ser ajena del todo, acusa en menor medida poco a poco fue saqueada. Se rompen –y que las provincias del Este los efectos de la pierden– las estatuas, las monedas de valor crisis y el señor de La Olmeda, a mediados (de plata hay una quebrada siliqua), los del siglo IV, podría –suponemos– disfrutar, hallazgos de calidad (por todo resto de la cuando no andaba de reformas, con sus deu- cubertería de plata nos han dejado parte de dos y allegados de su erudición acerca de la la cabeza cóncava de una cuchara, eso sí con naturaleza y ¿por qué no? de la interpreta- inscripción), se trocean las piezas de bron- ción, liviana o profunda, de la escena princi- ce...., o qué decir de las torres de provisio- pal del oecus, o de la procesión dionisíaca nes adaptadas como corralitos o marraneras. del segundo piso, conservada muy fragmen- Suponemos que distintas familias de humi- tariamente, o, simplemente, del relax com- liores, "okupas" o "squatters" se debieron partido en los unctoria del balneum. No repartir la gran mansión y prueba de ello

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Lám.VI.- Marraneras de la torre noroeste y pozos en la pars surbana. serían los pozos que perforaron con saña los intervención en el Senado de Roma dijo vistosos mosaicos que todavía se conserva- aquella repetida frase Verba volant, scripta ban dentro de la villa (lám. VI). manent, "las palabras son fugaces, lo escri- Así pues, si bien no podemos establecer to, escrito queda". Yo modificaría levemen- con precisión cronométrica cuándo acontece te la cita, pensando en esta tríada irreempla- el ocaso definitivo, hay que dejar a un lado zable, Verba volant, memoria magistrorum la presunta destrucción originada por las manet “Las palabras las lleva el viento, el invasiones para constatar, en cambio, que recuerdo de los grandes maestros siempre las transformaciones, evidentes y radicales, permanecerá en nuestra memoria”. de carácter decadente, hubieron de tener lugar avanzado el siglo V, quién sabe si tras un período de aparente abandono. Por últi- NOTAS mo, en La Olmeda, las endémicas inunda- 1 Alejandra CHAVARRÍA, “Interpreting the transfor- ciones y la inclemencia del frío de la Mese- mation of late roman villas: the case of Hispania”, en ta castellana harían el resto. N. CHRISTIE, Landscapes of Change, Ashgate Scholar, 2004, p. 67. ------2 Alejandra CHAVARRÍA, El final de las 'villae' en No puedo cerrar este resumen sin tribu- 'Hispania' (siglos IV-VII D.C.), Bibliothèque de tar un sentido recuerdo a compañeros acadé- l'Antiquité Tardive (BAT 7) , 2007, pp. 110-112. micos arqueólogos sin los que, cuanto de 3 A propósito de esta observación sería oportuno aprovechable haya tenido este apurado e hacer el inciso de que no todo hallazgo rural merece la consideración de “villa”, por más que haya existi- impuesto breve resumen, no hubiera sido en do una tendencia por parte de los arqueólogos a eti- modo alguno posible: Maria Valentina quetar como uillae bastantes estructuras descubiertas Calleja siempre será recordada por mí con en contextos no urbanos; había, junto a las espléndi- admiración; otro tanto la dulce profesora de das residencias rurales, lugares más modestos: statio- nes y mansiones; casae, tuguria; por no hablar de prácticas de Arqueología Clásica, Mari Car- que, ya durante el reino visigodo, se citan otros luga- men Trapote, y Javier Cortes, desinteresado res “secundarios” denominados uici, castra y caste- mecenas de La Olmeda. Cayo Tito en una lla: Alejandra CHAVARRÍA, “Villas in Hispania during

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 20 José Antonio Abásolo Álvarez the fourth and fith centuries” en K. BOWES, M. Antiquity. Current Perspectives donde K. BOWES y KULIKOWSKI, Hispania in Late Antiquity. Current M. KULIKOWSKI comentan la controversia habida Perspectives, Brill, 2005 p.526). Cf. además Enrique entre lo que dicen las fuentes acerca de aconteci- CERRILLO, “Reflexiones sobre las villae romanas en mientos como las incursiones suévicas y visigodas, Hispania”, en José M. NOGUERA, Poblamiento rural presunto motivo de la destrucción de las villas del romano en el sureste de Hispania (Actas de las Jor- Duero, Extremadura y Alemtejo, por una parte, y los nadas celebradas en Jumilla del 8 al 11 de noviem- hallazgos arqueológicos, por otra. bre de 1993), Universidad de Murcia, 1995, p. 18. 9 Alejandra CHAVARRÍA, “Villas in Hispania during 4 Enrique ARIÑO, Pablo C. DÍAZ, “El campo: pro- the fourth and fith centuries”, cit., p. 544. piedad y explotación de la tierra”, en R. TEJA, La 10 Enrique ARIÑO, Pablo C. DÍAZ, “El campo: pro- Hispania del siglo IV. Administración, economía, piedad y explotación de la tierra”, cit., p.91. sociedad, cristianización, Bari, 2002, p. 80. 11 Alejandra CHAVARRÍA, El final de las 'villae' en 5 Janine LANCHA, “Le rinceau aux medaillons de 'Hispania' (siglos IV-VII D.C.), cit., p. 73. la mosaïque d’Achille (Pedrosa de la Vega): essai 12 HAVARRÍA d’interpretation”, Mosaicos romanos, Actas de la I Alejandra C ., El final de las 'villae' en Mesa Redonda hispano-francesa sobre Mosaicos 'Hispania' (siglos IV-VII D.C.), cit., pp. 125 ss.; IPOLL RCE Romanos (Madrid 1985), Madrid 1989, p. 174. Gisella R , Javier A , “Transformación y final de las villae en occidente (siglos IV-VIII): pro- 6 A donde no llegamos los arqueólogos sí alcanzan blemas y perspectivas”; AyTM (Arqueología y Terri- los escritores de novelas históricas. En dos libros torio medieval), 8, 2001, pp. 26-27. recientes sendos autores convierten la villa La 13 HAVARRÍA Olmeda en residencia del propio Teodosio y de sus Alejandra C , “Villae y necrópolis en familiares (La profecía de Jerusalén, Edhasa, 2010, Hispania durante la Antigüedad tardía”, Bulletin de de Margarita TORRES) o bien en la corte del parien- l’Association pour l’Antiquité tardive, 10, 2001, p. 44. te de Teodosio Dídimo, luego mansión del usurpador 14 Gisella RIPOLL, Javier ARCE, “Transformación Máximo (Tesela, Castilla ediciones, 2013, de Asier y final de las villae en occidente (siglos IV-VIII): APARICIO). problemas y perspectivas”, cit., pp. 36-37. 7 Para el caso de La Olmeda la arqueóloga Cha- 15 Mª R. LUCAS, Mª C. BLASCO, “Reconstrucción varría los ubica en el poblado (castrum) de La Mor- temporal y económica de La Torrecilla”, en Mª C. terona en Saldaña, a unos 7 km de distancia): Ale- BLASCO, Mª R. LUCAS, El yacimiento romano de La jandra CHAVARRÍA, El final de las 'villae' en 'Hispa- Torrecilla: de villa a tugurium, UAM, 2000, pp.364- nia' (siglos IV-VII D.C.), cit., p. 61. 383. 8 Un resumen de estos puntos de vista lo tenemos en la introducción del libro de 2005 Hispania in Late

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 7-20, ISSN 0210-7317 PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317

LOS PAISAJES VEGETALES DE PALENCIA* Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

RESUMEN: Se estudian los distintos paisajes vegetales de la provincia de Palencia (Comunidad autónoma de Castilla y León, España). Para ello se hace un recorrido por las comarcas (Tierra de Campos, El Cerrato, Pára- mos y Montaña). Se analizan las distintas agrupaciones de bosques, matorrales, pastizales, zonas húmedas, etc, destacando las comunidades de plantas existentes y explicando su origen y mantenimiento. Se resalta la importancia de las culturas tradicionales agroganaderas y forestales para la conservación de los distintos pai- sajes. PALABRAS CLAVE: Paisaje, Flora, Bosques, Pastizales, Palencia, Conservación, Usos tradicionales, Gestión forestal.

THE LANDSCAPES IN PALENCIA SUMMARY: Different landscapes in Palencia province (Castilla y León Autonomous Community, Spain) were studied including four regions (Tierra de Campos, El Cerrato, Páramos (Highlands) and Montaña (Mountain). Plant communities from forests, shrublands, grasslands, wetlands, etc, were highlighted and the factors influencing in their origin and conservation. Historical factors affecting the evolution and conservation of natural and seminatural landscapes were also studied. The work also remarks the role played by traditional agroforestry culture in the conservation of different landscapes. KEYWORDS: Landscape, Flora, Forests, Grasslands, Palencia, Conservation, Traditional uses, forest manage- ment.

ILMO. SR. DIRECTOR an la impresión de artificiosas y nada since- SRAS. Y SRES. ACADÉMICOS ras. Cuenten al menos con mi sincera grati- SEÑORAS Y SEÑORES tud y el firme deseo de corresponder de forma útil a la destacada entidad que tama- ño honor me dispensa, colaborando en las tareas con la mayor de las . Creo Sería un error e ingratitud solemne fren- que nada en la vida carece de sentido ni te a la notable honra que me otorgan asig- debido al azar. Agradezco a la Providencia nándome un puesto entre ustedes, no este y otros muchos regalos, incluyendo el habiendo osado pretender tal honor, ahora lo haber tenido un hijo recientemente, hace intente justificar. Las protestas de humildad unos meses, que, nuevo palentino y tercero frente al regalo que me han concedido sue- de mis hijos, ha traído bajo el brazo este más len ser manidas en esta clase de actos y darí- que honroso pan.

* Discurso de ingreso como Académico Numerario, leído el día 26 de mayo de 2015. 22 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

Quiero comenzar recalcando el agrade- razón. El hecho de ser alargada y de dispo- cimiento a varias personas. En primer lugar, sición Norte Sur la permite alcanzar varia- a mis padres y antepasados, a los cuales ciones ecológicas múltiples, ayudado por el debo todo lo que soy. En particular, a mi hecho de la disparidad de altitudes y orien- bisabuelo Julián Salgueiro, Ingeniero de taciones. Nuestra provincia incluye no sola- Minas por la Escuela Politécnica de París en mente áreas de transición climática entre la 1875 y que realizó el tramo leonés y palen- España septentrional y la mediterránea, sino tino del ferrocarril Bilbao la Robla. Fue con- también y en diversos grados la transición temporáneo y conocido del jurisconsulto y entre la España silícea y la caliza, con fre- escritor palentino Matías Barrio y Mier. cuencia en distancias reducidísimas. Solo en También destaco aquí el agradecimiento a Peña Redonda, a modo de ejemplo, en la mi padre José María (matemático e historia- comarca de la Peña, hay una variedad de dor) y a mi madre Margarita, que estudió plantas asombrosa en apenas cien metros, Filosofía y Letras en los años 40 del siglo algo nunca observado por nosotros en otras XX, y sin cuya formación y aficiones natu- provincias españolas. Incluye plantas del ralistas, literarias y poéticas nada sería de lo ártico como Scutellaria alpina, no lejos de que pueda ser. No querría dejar de citar al especies vegetales propias de los desiertos profesor Juan Ruiz de la Torre, catedrático secos irano-turanianos, como Teucrium de Botánica y maestro de Ingenieros de polium capitatum, o de bosques caducifolios Montes, verdadero puntal de mi formación y y mediterráneos. que ha fallecido hace unos meses. Palencia contiene numerosas zonas de Agradezco además sinceramente a Don transición entre la región mediterránea y Fernando Franco Jubete, Académico de esta eurosiberiana contribuyendo al caleidosco- honrosa institución y profesor también en la pio de paisajes los grandes ríos con marca- Escuela Técnica Superior de Ingenierías da orientación norte sur, como son el Agrarias de nuestro Campus Palentino, un Carrión y el Pisuerga. En Palencia observa- sinfín de enseñanzas y apoyos a lo largo de mos que numerosas plantas mediterraneas y los 25 años que llevo impartiendo clase en esteparias presentes en las llanuras y coli- las aulas universitarias de Palencia, así nas de zonas inferiores, como es el caso de como de antemano sus benévolas palabras la siempreverde encina, escalan la montaña en su discurso de contestación. Es un pro- en su vertiente meridional aprovechando la fundo conocedor de los campos, paisajes, insolación y los vientos secos de las sola- alimentos y gentes de Palencia y tendrá que nas, como se advierte en la vecindad de perdonar los errores y omisiones de este Cervera de Pisuerga, Velilla de Carrión y humilde servidor. zona de la Peña. Por el contrario, plantas El paisaje vegetal de Palencia resulta un típicamente montanas y eurosiberianas mosaico sumamente variado, gracias a un como el álamo temblón descienden a la lla- conjunto de factores climáticos, fisiográfi- nura hasta las cercanías de la capital pro- cos, edáficos e históricos propios de nuestra vincial, aprovechando las riberas fluviales provincia. Ya en el diccionario de Madoz se del río Carrión. Este flujo en diversas direc- indica que Palencia es una demarcación ciones concede a nuestra provincia un geográfica poco concéntrica y no le falta

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 23 excepcional valor de diversidad de escena- agrupaciones vegetales y su composición se rios paisajísticos y botánicos. desea un acercamiento a la realidad de su La provincia de Palencia posee unos naturaleza y, por tanto, a su conservación. valores naturales que no desmerecen de los La flora, como también la fauna y el paisaje artísticos o culturales de otra índole. La sor- de nuestra tierra, constituyen parte del patri- prendente diversidad de sus comarcas, lleva monio común, no solamente natural, sino pareja una riqueza espectacular en cuanto a también cultural e íntimo de todos. ecosistemas naturales y paisajes. Aunque Por un lado, se ofrece un seguimiento hay personas que identifican la provincia de de los ecosistemas más característicos y Palencia con las planicies y campiñas de emblemáticos de las comarcas de la provin- Tierra de Campos, lo cierto es que la varia- cia, indicando sus formaciones vegetales ción de ambientes y de paisajes naturales con las especies propias de los mismos. Por resulta realmente sorprendente, y así se otro, se considera el importante papel del puede pasar en pocos kilómetros, solamente hombre en la génesis y mantenimiento de en la comarca del Cerrato, del coscojar o las muchos de sus paisajes. Un aspecto impor- llanuras áridas donde, en barbechos y culti- tante a destacar es que he intentado utilizar vos, habitan las bandadas de avutardas y en la medida de lo posible las denominacio- otras valiosas aves esteparias, a los robleda- nes vernáculas de las plantas de Palencia y les albarejos frondosos; o si nos dirigimos de Castilla, patrimonio de nuestro pueblo y hacia el norte de la provincia, a los frescos y valiosa muestra de la riqueza y vivacidad frondosos hayedos y robledales de la monta- del lenguaje. En la actualidad la despobla- ña palentina, a sus salvajes picachos y ele- ción, la cultura urbana dominante y la glo- vadas alturas, donde osos pardos, lobos y balización han debilitado la conexión de la rebecos habitan todavía estos silvestres cultura tradicional con las generaciones parajes, en permanente ebullición por su jóvenes, aunque existe un movimiento de paisaje, su flora y fauna únicas. A esto recuperación de la misma que debemos habría que añadir las riberas y sotos de los apoyar. ríos, algunos de espectacular belleza e inte- rés, el Canal de Castilla y su entorno, las LA ACCIÓN DEL HOMBRE EN EL zonas húmedas y lagunas, etc.; zonas de PAISAJE importancia internacional por sus ecosiste- Los paisajes naturales, aunque condicio- mas, como el histórico Mar de Campos de la nados por los factores climáticos, geológi- recuperada Laguna de la Nava, los alisales y cos, edáficos y orográficos, se explican tam- sotos del Carrión, etc. bién por los históricos y antrópicos. La pre- Este escrito tiene el propósito de anali- sencia del hombre desde muy antiguo ha zar el paisaje vegetal de la provincia de tenido un peso más que notable en la con- Palencia recorriendo los diversos escenarios servación de numerosos hábitats ligados a la en relación con su cubierta vegetal. Es des- explotación ganadera, agrícola y forestal tacable la referencia a las comarcas de la tradicional. Muchos de los paisajes modela- provincia, así como el papel del hombre en dos por el hombre incluyen distintos tipos su origen y conservación a lo largo de los de bosque conservados para la producción siglos. También al estudiar las diversas de recursos naturales a través de antiguas

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 24 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro ordenanzas que aseguraban la producción animales ligadas a zonas abiertas, tales permenente de recursos y beneficios en como praderas, pastizales, dehesas arbola- equilibrio con la conservación. das, etc. A esto contribuye la proximidad Ciertas escuelas de estudiosos de la casi constante de las ancestrales vías pecua- vegetación y la ecología han considerado la rias ligadas a la trashumancia y a los movi- acción humana como un perjuicio y de efec- mientos migratorios de los herbívoros sil- to estrictamente negativo en la misma. Se vestres, con un papel extraordinario desde idealiza un paisaje teórico e imposible en el un punto de vista biológico. Antes de la que no actúa ni el hombre, ni el ganado, ni domesticación del ganado, grandes rebaños la fauna y en el que el clima es siempre el de bóvidos y équidos silvestres ocupaban mismo. Esas condiciones ideales y fantásti- nuestros territorios y realizaban anuales cas no han tenido lugar jamás en la realidad, movimientos migratorios, que el hombre pero sirven a menudo de excusas para justi- después continuó manteniendo. Estos herbí- ficar el subjetivo bosque climax o ideal que voros mantenían paisajes aclarados en nues- se propone para los distintos escenarios tros montes, mucho antes de que la acción naturales. El hombre y los herbívoros actua- del hacha y el arado contribuyese a ello. rían desbaratando la armonía y el equilibrio Este factor es de un enorme valor para la original del bosque antiguo y virginal. comprensión de muchos de nuestros paisa- jes y de sus especies vegetales asociadas. Este punto de vista romántico que acu- saba al hombre de todos los males sobre el De hecho, la despoblación y abandono paisaje tiene su explicación y motivos hisó- rural, que conlleva la desaparición de la ricos. Surge en el siglo XIX y continúa en el ganadería extensiva o el abandono de prade- XX cuando los intelectuales ven horroriza- ras y pastizales, va ligado sorprendentemen- dos como se destruyen los bosques que te a una grave pérdida de biodiversidad en durante milenios se habían conservado con estos momentos en buena parte de Europa. unas ordenanzas harto cuidadosas y defen- La despoblación humana de nuestras locali- didos por las poblaciones rurales por su uti- dades rurales, si bien ha tenido unas conse- lidad para la alimentación del ganado, pro- cuencias de aumento de la superficie forers- visión de combustible y muchos materiales. tal, tiene también que ver con la disminu- Tras la desamortización de los montes de ción de la biodiversidad de plantas, anima- monasterios y municipios, millones de gran- les y hongos silvestres en nuestros campos, des árboles fueron derribados para pagar el dehesas y montes. Esto no quiere decir que precio de las fincas, suministrando las tra- toda acción del hombre resulte positiva, viesas para los miles de kilómetros de las pues la devastación de los bosques o el nuevas vías férreas o carbón vegatal para las empleo excesivo de sustancias químicas, industrias de todo tipo que surgían. amenaza a nivel mundial nuestra naturaleza Estos teóricos de la vegetación, si bien buenistas en sus planteamientos, desprecian LOS PAISAJES PALENTINOS e ignoran que la acción ancestral del hombre La provincia de Palencia, con una exten- ha resultado imprescindible para la conser- sión total de unos 800 kilómetros cuadrados, vación de numerosas especies vegetales y presenta una variedad geográfica y paisajísti-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 25 ca sorprendente, según las distintas comarcas. piñas y matorrales, y de conejos y palomas Podemos pasar en poco tiempo, de las suaves torcaces en las zonas no labradas y montes. llanuras de Tierra de Campos a las accidenta- En los últimos 60 años se realizaron en las das montañas cantábricas. Las comarcas natu- cuestas numerosas plantaciones de pinos rales de impronta más característica, se (Pinus halepensis, Pinus pinea y Pinus elda- corresponden con áreas de paisaje natural rica) y de cipreses (Cupressus arizonica diferencial y con peculiares usos humanos: glabra), que, aunque a veces despreciados, agrícolas, ganaderos, etc. En Palencia, son las aportan una gran diversidad y productividad cuatro conocidas y de raigambre histórica: de hongos silvestres, bastantes de ellos Cerrato, Tierra de Campos, Páramos palenti- comestibles y otros de excepcional valor nos y Montaña Palentina. científico y de conservación. El Cerrato palentino se localiza en la La comarca de Tierra de Campos pre- esquina suroriental de la provincia, en estre- senta una acentuada homogeneidad fisiográ- cha relación con las comarcas vecinas de fica, con predominio de llanuras de suaves Valladolid y Burgos, constituyendo la histó- pendientes, completamente desarboladas y rica Merindad del Cerrato. La comarca con apariencia esteparia, aunque originaria- cerrateña, viene caracterizada por la presen- mente se encontrase cubierta de bosques cia constante de altiplanicies: los páramos mediterráneos, principalmente encinares. calizos muy llanos con una altitud casi cons- Ocupa toda la zona central y parte de la tante de 880 m. Sus bordes aparecen sajados meridional, siendo la capital de la provincia, por cuestas y barcos de rápidas pendientes históricamente su población emblemática. abarrancadas, formadas por margas y yesos, Los romanos denominaron a la comarca que alternan con vegas a unos 700 m de alti- Campi Palatini. tud y donde se localizan los pueblos. Las Las amplias superficies de Tierra de mayores altitudes se encuentran en torno a Campos estuvieron originariamente cubier- los 930 m. Abundan los cultivos cerealistas tas de bosques mediterráneos. Existen zonas de secano, que se han implantado a base de húmedas enclavadas en la comarca, entre las roturaciones de la vegetación natural origi- que destaca la Laguna de la Nava, junto a nal, consistente en bosques de especies de otras de las cercanías del Carrión y Pisuer- los géneros Quercus y Juniperus. Este bos- ga. Hay que destacar también por su valor que en la actualidad se encuentra muy mer- hidrológico, ecológico, paisajístico e histó- mado en extensión. Abundan más los mato- rico, el Canal de Castilla, que atraviesa rrales heliófilos, como tomillares, jalviares, buena parte de la provincia. Muchas plantas olagares y esplegares, que indican terrenos de zonas húmedas y septentrionales se calizos, secos y clima extremado. En las encuentran en su vecindad, aportando un riberas de los arroyos, aparecen álamos, valor biológico más que notable. sauces y olmos. La economía tradicional se La comarca de Páramos y Valles palen- basa en cultivos de secano, ganadería ovina tinos se encuentra por encima de la Tierra de y aprovechamientos de leñas con tratamien- Campos, a partir de la línea que une Saha- tos en monte bajo de encinares y robledales gún y Carrión, y se caracteriza por la pre- albarejos. También es propia la caza menor sencia de altiplanicies (páramos), que alter- de perdices, codornices y liebres en las cam-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 26 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro nan con las terrazas fluviales (vegas) de los tarius deliciosus y otras muchas especies ríos Carrión, Boedo, Valdavia y Burejo, micológicas. principalmente. Las altitudes varían entre La Montaña palentina, de orografía los 800 y 1.100 m aproximadamente. Estos muy accidentada, de clima lluvioso y páramos constituyen lo que se denominan vegetación norteña, presenta unas caracte- “rañas”, extensiones casi llanas, de muy rísticas muy diferentes de las demás escasa pendiente (0,3 a 3 %), formadas por comarcas. Engloba, asimismo, otras sub- materiales detríticos, tales como gravas, are- comarcas, que se incluyen en el alto niscas y conglomerados. Carrión y Pisuerga. Ocupa el 20% de la La vegetación natural de los páramos extensión provincial y llega aproximada- está constituida principalmente por robleda- mente a coincidir con el partido judicial les y rebollares de roble malojo (Quercus de Cervera de Pisuerga. En la Montaña pyrenaica) y, en menor medida, por encinas destacan las grandes alturas provinciales: y roble albarejos (Quercus faginea) en los Peña Prieta (2.536 m), Curavacas (2.520 terrenos más secos y de reacción básica. En m), Espigüete (2.451 m) y Peña Labra las vegas, el bosque originario sería una (2.006 m), que descienden bruscamente a extensa aliseda con bosques mixtos de cho- los valles, a unos 1.000 m. Hay gran pos, salces o sotas, abedules, olmos o negri- riqueza y diversidad de rocas (calizas, llos, fresnos, nogales, etc. pizarras y esquistos, cuarcitas, etc.) en Las poblaciones más destacadas de la pendientes y orientaciones múltiples, lo comarca son Saldaña y Osorno. Los usos que origina una variación en la flora y la tradicionales locales se basan en cultivos de vegetación natural sumamente elevada centeno en los páramos y de regadío en las (existen más de 1.600 especies vegetales vegas, que en tiempos recientes han prolife- sólamente en esta comarca). Los usos tra- rado en plantaciones de chopo híbrido. En dicionales han sido sobre todo ganaderos, cuanto a usos ganaderos, ha sido clásico el destacando la cría de ganado vacuno de vacuno, en las vegas, y el ovino y caprino, razas autóctonas, como la tudanca, hoy en los páramos. Las leñas se obtienen tradi- día desplazadas por la pardo alpina, sobre cionalmente de los rebollares o montes todo. Prados de siega y pastizales de dien- bajos del roble malojo (Quercus pyrenaica). te alternan con extensos bosques de robles y hayas. En la Montaña palentina la diver- En los años 40 y 50 del siglo XX se rea- sidad vegetal es notable, pudiéndose lizaron extensas repoblaciones forestales en encontrar desde encinares, matorrales los páramos detríticos de la raña, sobre todo secos y tomillares hasta bosques caducifo- de pinos albares (Pinus sylvestris), pinos lios húmedos, praderas de siega, pinares e pudios (Pinus nigra) y, en menor medida, incluso céspedes alpinos. negrales (Pinus pinaster), que se han adap- tado bien a las condiciones locales y produ- cen en otoño una nueva fuente de recursos Algunos aspectos geológicos y edáficos económicos: los hongos silvestres comesti- importantes bles típicos de pinares, principalmente Bole- La mayor parte de la provincia de Palen- tus pinicola, Tricholoma portentosum, Lac- cia forma parte de la cuenca del Duero, caracterizada por la dominancia de terrenos

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 27 sedimentarios del Terciario (Mioceno) y del carrasqueño (Quercus faginea) de los terre- Cuaternario. Solamente en la Montaña nos mejor conservados y en las áreas más Palentina aparecen terrenos de otros perio- altas y frescas, como en Antigüedad, Cevi- dos geológicos (del Silúrico y Carbonífero co Navero o Vertavillo, se encuentran sue- al Cretácico, en general). En todas las los pardos calizos, los más evolucionados comarcas aparecen sedimentos modernos, de la zona. del Cuaternario principalmente, que consti- En la Tierra de Campos, dominan los tuyen terrazas fluviales (vegas). sedimentos miocénicos en forma de arcillas En el Cerrato se hallan abundantemente rojizo amarillentas características, algo are- distribuidas las arcillas y margas miocéni- nosas. Los suelos más extendidos son rego- cas, con frecuencia yesíferas, en las cuestas soles, sobre materiales poco consolidados. pendientes. Por encima de ellas aparece una El laboreo continuado y profundo en todas espesa capa de calizas del Pontiense de gran las zonas de campiña, hace que se considere dureza y que constituyen el sustrato de los un suelo humanizado. En la zona de la pedregosos páramos cerrateños. Tanto las Laguna de la Nava aparecen terrenos sali- margas como las calizas se formaron en un nos, con acumulación de sales solubles, medio lacustre de poca profundidad. Se tra- denominados «solonchaks», causa de que taba de lagunas interiores, endorreicas y sin algunos taludes se encuentren permanente- corriente apreciable, bajo condiciones cli- mente desprovistos de vegetales. máticas de aridez. Se han encontrado fósiles En los Páramos palentinos de la comar- de mamíferos de esta época en la comarca: ca de Saldaña, se extienden depósitos de équidos (Hipparion primigenius), jirafas, conglomerados y fangos miocénicos, así tortugas, además de lagomorfos y pequeños como formaciones de tipo raña que datan roedores entre los que destacan, sorprenden- del Plioceno y Pleistoceno. temente, diversos lirones de los géneros Los roquedos y canchales son consus- Eliomys y Glirullus. tanciales a la Montaña palentina y constitu- Los suelos de las cuestas cerrateñas, de yen un singular refugio para multitud de acusadas pendientes, sometidas a visibles especies botánicas. Los suelos más repre- procesos de erosión y sobre materiales poco sentativos en los marojales o bosques de consolidados, están compuestos por «rego- Quercus pyrenaica son las denominadas soles» llamados popularmente blanqueros. «tierras pardas». Sobre sustratos algo más consistentes, En la Montaña palentina, aparecen rocas como margas calizas o yeso, aparecen las muy diversas, principalmente paleozoicas. denominadas «xerorenzinas». En los terre- Las más antiguas pertenecen al Silúrico y nos con roca caliza compacta al descubier- consisten en pizarras y areniscas. También to, tan frecuentes en los páramos del Cerra- se encuentran esquistos, areniscas y calizas to, se distribuyen los «litosoles» (literal- del Devónico. Destacan por las grandes mente "suelos de roca"). Cuando la vegeta- moles de rocas, las calizas de montaña, per- ción contribuye a mejorar las características tenecientes al Carbonífero. Asimismo, edáficas, aumenta la profundidad de los encontramos rocas del Triásico y Jurásico. suelos y se pasa a «rendzinas» con perfil Sobre roquedos, los suelos más ampliamen- A/C. En los bosques de roble albarejo o

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 28 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro te distribuidos son los «litosoles». En terre- Como se observa, las precipitaciones nos silíceos, pedregosos y pendientes, con tanto invernales como estivales en la Mon- brezales y escobonales, aparecen suelos tipo taña contrastan con las del resto de las «ranker», que pasan a tierras pardas, más comarcas. La zona de los Páramos, pese a evolucionadas, en los bosques de robles y superar la barrera clásica de 600 mm, consi- hayas. Sobre sustratos calizos secos y pedre- derada como de límite entre la España seca gosos encontramos, asimismo, «rendzinas». y la húmeda, obtiene una precipitación esti- Los bosques climácicos de robles y hayas se val similar a la de Palencia. asientan sobre suelos pardos calizos foresta- En cuanto a las temperaturas (cuadro 2) les, los más evolucionados. hay que señalar que en los bordes de la Montaña palentina, en la vertiente meridio- Climatología nal, se alcanzan temperaturas altas en vera- En la provincia de Palencia la variación no, especialmente en las solanas calizas, climática es muy acusada al desplazarnos a donde se refugia un tipo de vegetación xeró- la región septentrional. Mientras que las fila importante, como es el caso de los sabi- comarcas centrales y meridionales presen- nares de Peña Lampa y Valdehaya, donde tan unas características climáticas netamen- aparecen especies más termófilas que en te mediterráneas, de precipitaciones escasas zonas del Páramo de Saldaña o de Osorno, y altas temperaturas estivales, los valles sep- situados más abajo. tentrionales gozan de un clima de tipo atlán- En cuanto a los pisos bioclimáticos, las tico, con abundantes lluvias y nieves. Los comarcas del Cerrato y Tierra de Campos y datos de precipitación media anual, separa- el Páramo se incluyen en el piso supramedi- dos en estival (de junio a septiembre) e terráneo dentro de la región mediterránea. invernal (de diciembre a marzo), son indica- La Montaña se encuentra en la España atlán- tivos según las comarcas. (cuadro 1) tica, en la región eurosiberiana, con los pisos montano (bosques, matorrales y pasti- zales desde los 1.100 m hasta los 1.700 m), Cuadro 1

Estación Precipitación anual Invernal Estival

Palencia 450 165 128

Saldaña 650 230 130

Carrión 550 185 125

Requejada (embalse) 1.020 322,6 164

Velilla del Río Carrión 1.260 437,9 175,8

Datos en milímetros

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 29

Cuadro 2 que es fácil pensar que ya el bosque se encontraba muy reducido en extensión. Media de las Media de las Los vacceos, antiguos pobladores célti- máximas del mínimas del cos de estas tierras, se dedicaron principal- Estación mes más cálido mes más frío mente al cultivo de cereales de secano y fue- ron los pioneros en la expansión y prolifera- Palencia 26,5 -2,3 ción de grandes superficies labradas, en las que las comunidades de plantas se encuen- tran dominadas principalmente por especies Saldaña 22,9 -2,3 anuales, que cumplen su ciclo en el mismo año en que nacen. Carrión 26,9 -1,5 El paisaje ofrece amplias perspectivas, Requejada no carentes de belleza, en la que destaca el (embalse) 26,6 -3,5 cambio de las estaciones. En primavera, los Velilla del campos verdes de cereal, cuajados de flores Río Carrión 25,4 -2,7 en ribazos y barbechos, contrastan con los Datos en grados centígrados de la época estival y otoñal, cuando domi- nan los tonos dorados y pardos. Aún así, en subalpino (matorrales de altura y pastizales pleno verano, varias especies de plantas flo- desde los 1.700 m hasta los 2.200 m de alti- recen y dan un toque de color a los agosta- tud) y alpino (en las grandes alturas de la dos barbechos y márgenes. Es el caso del provincia, desde los 2.200 m de altitud en abundante hinojo o anisete (Foeniculum adelante). vulgare), de las achicorias (Cichorium inty- bus), las tagarnas o cardillos (Scolymus his- TIERRA DE CAMPOS panicus), las hierbas verrugueras o heliotro- La histórica Tierra de Campos es una de pios (Heliotropium europaeum), etc. Tam- las comarcas emblemáticas de la provincia bién se mantienen verdes los campos de de Palencia, hasta el punto de que muchas mielga (alfalfares) de secano, constituidos personas la identifican con la misma provin- por una variedad típica de esta comarca, con cia. Originariamente, todas estas amplias sus flores azules o blancas en plena canícu- superficies estuvieron cubiertas de bosques la estival, por lo que sirve de fresco refugio mediterráneos, sobre todo de dilatados enci- y descanso a codornices, avutardas y otros nares y robledales albarejos; pero la defo- muchos animales. restación, muy antigua, los ha reducido a En estas extensiones esteparias y desar- pequeñas reliquias, por ejemplo en Villa- boladas hay una curiosa serie de plantas que nueva del Rebollar (rebollar de Quercus presentan una dispersión de las semillas faginea), Paredes de Nava, Perales, Santa muy característica, porque es la planta ente- María de las Tiendas o en Ampudia, es ra la que se traslada rodando por la fuerza decir, en los bordes de la comarca. Hace del viento muy fuerte, una vez que los frutos más de 2.000 años, en tiempos de Escipión, han madurado. Son las llamadas especies las campiñas palentinas producían grandes estepicursoras (literalmente significa corre- cantidades de trigo y ganado lanar, por lo

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 30 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro dores de estepas»), que presentan una forma lluvioso, encontramos comunidades rudera- general del vegetal, redondeada o globosa, les claramente distintas. como el cardillo o cardo corredor (Eryn- En general, la mayor parte de las plantas gium campestre), los toisos o barrillas (Sal- de las campiñas tienen tendencias nitrófilas, sola kali) o el correvientos (Phlomis herba- es decir, requieren mayor contenido de venti), que cruzan, rodando, las carreteras nitrógeno en el suelo, principalmente produ- ante la sorpresa del conductor o el viandan- cido por las deyecciones del ganado. Dentro te. Suelen finalizar su viaje, detenidas en de las comunidades de plantas herbáceas de vallas, muros o fondos de algunos barran- las campiñas hay que tener en cuenta dos cos; pero durante todo el largo trayecto han grandes grupos: el primero, el de las «rude- estado esparciendo sus semillas por la zona rales» o especies propias de bordes de cami- recorrida. nos y cercanías de poblaciones, corrales, Si bien la actividad agrícola ha supuesto etc.; el segundo es el formado por las plan- la transformación del paisaje forestal primi- tas «arvenses» o típicas de los campos de genio en otro constituido por dilatadas cultivo. Pasamos a estudiarlos separada- zonas desarboladas, la importancia ecológi- mente. ca de toda esta amplia superficie es excep- cional, hasta el punto de que el valor de las Comunidades ruderales (bordes de ca- comunidades faunísticas esteparias, entre minos y cercanías de poblaciones) las que destacan las caracterizadas por las El paisaje amplio y ondulado de las aves: avutardas, sisones, alcaravanes, halco- campiñas, aparece surcado por redes de nes peregrinos, aguiluchos cenizos, etc., las caminos, en cuyos márgenes se desarrollan hace acreedoras del título de Zona de Espe- comunidades características, adaptadas al cial Protección. En cuanto al valor florísti- pisoteo y al aporte de abonos orgánicos del co, hay que destacar que, aunque la mayor ganado. El hombre y el ganado contribuyen parte de las especies son herbáceas anuales, a la dispersión de las mismas por amplias las comunidades vegetales son originales y regiones. El emblemático Camino de San- variadas, según que el terreno se haya culti- tiago, que atraviesa nuestra provincia por vado hace uno o más años, y condicionadas Frómista y Carrión, da nombre a alguna de también por la distinta humedad y fertilidad. las especies que pueden observarse en sus Asimismo influye el mayor o menor grado linderos, como es el caso de la hierba de de pastoreo. Santiago (Senecio jacobea), con floración En otras comarcas de la provincia de veraniega de color oro brillante, que con- Palencia, como las del Cerrato y Páramo, trasta con el azul de la achicoria (Cychorium también abundan las campiñas o áreas intybus). Si bien es en mayo y junio cuando extensas de cultivos agrícolas de secano. se advierte el máximo de la floración gene- Las comunidades vegetales que se estudian ralizada de gran número de especies, hay en este capítulo también incluyen dichas también otras que la mantienen en agosto o superficies cultivadas, bordes de caminos, septiembre. pistas, barbechos y campos de cultivo y Dentro de las comunidades viarias o de eriales abandonados. Solamente cuando nos plantas ruderales hay que distinguir varios adentramos en la Montaña, ya en clima más

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 31 grupos: las de terrenos claramente secos, las sete silvestre, antaño recogido en muchos de zonas con algo más de humedad y los pueblos de la región como verdura comesti- cardales, estos últimos dominados por espe- ble y también en la actualidad como condi- cies espinosas inconfundibles. mentaria y medicinal (carminativa y digesti- Las comunidades de plantas ruderales va eficaz). A éstas hay que añadir un sinnú- de terrenos secos conforman la típica vege- mero de especies, como las artemisias o tación de bordes de carreteras, caminos, pis- escobas pedorreras (Artemisia campestris, tas y eriales cercanos a los pueblos. Aunque A. absinthium y A. herba-alba) y otras, la lista puede resultar interminable, destaca- como el abundante raspasayo (Picris echioi- remos entre las especies que las conforman des), las salvias ruderales (Salvia verbenaca las viboreras (Echium vulgare, de flor azul, y Salvia aethiopis), la zanahoria silvestre y Echium asperrimum, de corola de color (Daucus carota), Scabiosa columbaria, etc. carne); las génivas o rabanillos (Raphanus Las lechugas silvestres resultan muy abun- raphanistrum, Sisymbrium austriacum, S. dantes en las cercanías de pueblos, en riba- irio, S. contortum, S. orientale, S. crassifo- zos y en eriales. Las especies más frecuen- lium, S. runcinatum, Descurainia sophia, tes son: la lechuga escarola (Lactuca serrio- etc.); los blancos capellanes (Cardaria la), la lechuga silvestre (Lactuca virosa) y la draba); las útiles y abundantes malvas lechuga de burro (Lactuca viminea), todas (Malva sylvestris); los curiosos pepinos del ellas hierbas altas de floración estival. La diablo (Ecballium elaterium), que gustan selección, por parte del hombre, de las también de las escombreras y que presentan variedades comestibles fue eliminando el un curioso fruto, en forma de pepinillo, amargor natural a estas plantas hasta con- capaz de expulsar con fuerza las semillas a vertirse en las antecesoras de las lechugas y modo de cañón. También es destacable la escarolas cultivadas en los huertos. Antigua- vistosa hierba pastel (Isatis tinctoria), los mente empleado como hipnótico y alucinó- mastuerzos (Lepidium ruderale, L. sativum, geno, abunda en la comarca el conocido y L. hirtum y L. campestre) o los alfilercillos venenoso beleño (Hyoscyamus niger). Su (Erodium ciconium), de frutos alargados y consumo produce sensación de gran ligere- puntiagudos, el manrrubio (Marrubium vul- za e ingravidez, hasta el punto de que uno gare) y las gualdas (Reseda phyteuma y piensa que realmente está volando. Era uti- Reseda lanceolata). lizado por las brujas. En terrenos fuertemen- te pisoteados hay plantas especialmente Una especie muy abundante por toda la adaptadas y resistentes. Es el caso de la Tierra de Campos y que florece en pleno grama (Cynodon dactylon), la verdolaga verano es la escoba aujera (Chondrilla jun- (Portulaca oleracea), planta cosmopolita cea), de tallos alargados y similares a un que se utilizaba como verdura, la achicoria junco (aujera procede del latín acutaria), con (Chichorium intybus), la cebadilla ratonera médula blanca y esponjosa en su interior y (Hordeum murinum), la centinodia o hierba flores amarillas. Esta compuesta, hasta hace de los cien nudos (Polygonum aviculare), poco, era muy utilizada para elaborar esco- hierba totalmente rastrera, capaz de crecer y bas con las que se barrían las eras durante la resistir en pistas y parajes transitados por trilla. A menudo aparece junto al hinojo coches y camiones. También resultan muy (Foeniculum vulgare), llamado también ani-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 32 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro comunes los relojes o alfileres de pastor lus, Carduncellus monspeliensis, Cartha- (Erodium ciconium y Erodium cicutarium) y mus lanatus o el vistoso cardo mariano los Llantenes (Plantago coronopus, P. ser- (Silybum marianum), de grandes capítulos pentina, P. lanceolata, P. sempervirens, etc). morados y con largas espinas. Destacan En los eriales de los bordes de caminos, también las altas cardenchas (Dipsacus también abundan los pastizales de especies fullonum), utilizadas antiguamente con pro- anuales. Es el caso de las abundantísimas fusión para cardar la lana empleada para ela- cebadillas de ratón (Hordeum murinum, H. borar mantas, y las tobas o grandes cardos marinum y H. hystrix) o de los rompesacos borriqueros (Onopordum nervosum, O. (Aegilops triuncialis, A. ovata, A. strigosus, corymbosum y O. illyricum), que llegan a etc.), espiguillas de burro (Bromus rubens, alcanzar los 3 m de altura. Entre los cardos B. hordeaceus, B. madritensis y Brachypo- más resistentes, capaces de vivir en cuadras dium distachyon) y bálago azul (Elymus y corrales con mucho ganado, está la muy glaucus), entre otras. Entre las agrupaciones espinosa cachurrera (Xanthium spinosum), de compuestas, destacan por su gran abun- antaño verdadero tormento para los segado- dancia: Anacyclus clavatus, Anthemis res, que lo llamaban «azotacristos». Tam- arvensis y Crepis capillaris. bién hay alguna umbelífera espinosa, como el conocido y abundante cardillo (Eryngium Los cardales son agrupaciones de gran- campestre), en cuya base prosperan las codi- des herbáceas, robustas y de gran altura, ciadas setas de cardo. dominados por especies con espinescencia generalizada, pertenecientes casi en su tota- Las comunidades de plantas ruderales lidad a las compuestas. Se encuentran muy de terrenos frescos aparecen en bordes de ligados a lugares de tránsito frecuente de caminos, pero donde el suelo presenta algo ganado. Las espinas suponen una eficaz más de humedad, así como en parajes algo estrategia frente al ataque de los herbívoros. sombríos y frescos donde medran las comu- Estos no los comen, por lo que si la acción nidades de plantas nitrófilas vivaces con del ganado es excesiva los pastizales termi- algunas anuales. Es el caso de los yezgos nan convirtiéndose en cardales. En otoño e (Sambucus ebulus), artemisias (Artemisia invierno los cardales permanecen secos. Es vulgaris), de las bardanas o lampazos (Arc- entonces cuando las bandadas de jilgueros tium lappa) o las ortigas (Urtica dioica y U. (Carduelis carduelis), se posan sobre ellos urens). Asimismo abunda el manrrubio falso para alimentarse de sus nutritivas semillas (Ballota foetida), los perejilones o cicuta (el latín Carduelis hace referencia expresa a mayor (Conium maculatum), la oreja de lie- ello). Entre las especies, destacan por su bre (Stachys germanica) o las pinchudas gran abundancia: la tagarna o cardillo cachurreras (Xanthium strumarium). Cerca (Scolymus hispanicus) de flores amarillas, de eriales frescos se encuentra la abundante cuyas hojas jóvenes y tiernas son apreciadas picagallina (Stellaria media) o hierba pone- como verdura comestible y los cardos, de dora, que goza de la fama de ser muy buen diversas especies: Carlina corymbosa, Cir- alimento para las aves de corral y los cana- sium arvense, C. vulgare, C. pyrenaicum, rios, el ballico (Lolium perenne) y las hier- Cirsium acarna, Centaurea calcitrapa, bas gateras (Nepeta nepetella y Nepeta tube- Galactites tomentosa, Carduus pycnocepha- rosa), que resultan de enorme atracción para

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 33 los gatos, tanto domésticos como monteses, las ovejas o a la ropa de las personas, dis- que se revuelcan sobre ellas con gran afi- persando sus semillas y esquejes. La rubia ción. También podemos incluir las especies fue muy apreciada en la industria de tintes, que constituyen las comunidades de huertos, para teñir tejidos de rojo. En algunos muros como los zapatines de la Virgen (Lamium con yeso, sobre todo en iglesias, llegan a amplexicaule), el zurrón de pastor (Capsella vivir plantas gipsófilas como Lepidium bursa-pastoris), y otras como la hierba ajera subulatum, Ononis tridentata o Moricandia (Alijaria petiolata), Veronica persica, Vero- moricandioides. nica hederifolia, Cardamine hirsuta, Sene- En los tejados antiguos de la comarca, cio vulgaris, etc. como por ejemplo, en Amusco, Frómista, En las grietas de paredes y muros viarios Villarramiel, Palencia, etc., sobre las mismas ya desgastados por el tiempo, tanto en tejas, aparece la uña de gato (Sedum album), poblaciones como en lindes de cultivos y llamada también en nuestra provincia, pan fincas, aparecen varias especies de plantas de pájaro o pampajarito, de hojas jugosas y herbáceas típicas. Es el caso de la hierba de flores blancas, que en algunos pueblos se las paredes (Parietaria judaica); la bonita consumía en ensalada o encurtido. hierba de San Jorge (Centranthus ruber), de numerosas flores rosas, que llega a cultivar- Cultivos y vegetación arvense se en jardines; los ornamentales alhelíes Las comunidades de plantas arvenses se (Erysimum cheiri) y del vasillo u ombligo encuentran completamente ligadas a la acti- de Venus (Umbilicus rupestris). En paredes vidad agrícola. Tras la iniciación de la agri- más sombrías o con algo de humedad debi- cultura durante el Neolítico en Oriente da a filtraciones, medran hierbas del campa- Medio, muchas de estas especies se espar- nario (Cymbalaria muralis), cirigüeñas o cieron por Europa, aumentando su área, a celidonias (Chelidonium majus) y el conoci- medida que se extendían los cultivos. Es el do perejil (Petroselinum crispum). Son caso destacado de las conocidas amapolas, especies nitrófilas que se ven favorecidas cuya área natural de origen se encuentra en por el aporte de los animales urbanos. Ori- Irán (Mesopotamia) y que, al extenderse el ginariamente vivían en grietas de roquedos cultivo de cereales, se ha expandido por casi o taludes donde crían animales, tales como toda la Tierra, hasta el punto de convertirse aviones, pardales chillones, colirrojos tizo- en cosmopolita. Si en un campo de amapo- nes, buitres, etc., que fertilizan el lugar con las el agricultor deja de labrar cada año, sus excrementos. También hay que citar la estas papaveráceas con el tiempo desapare- rubia de tintes (Rubia tinctorum), corrientí- cerán. Muchas de las especies arvenses son sima formando marañas junto a los muros invasoras y pioneras: ocupan los terrenos derruidos de adobes en todos los pueblos de recientemente labrados gracias a la produc- la Tierra de Campos y en eriales de bordes ción astronómica de semillas de pequeño de los pueblos (Villada, Ampudia, Villarra- tamaño y fácilmente dispersables, por lo que miel, Villatoquite, Abastas, Amusco, etc.) y compiten ventajosamente con las plantas también del Cerrato, como Herrera de Val- cultivadas por el hombre. Son lo que cono- decañas. Los tallos de esta planta poseen cemos como malas hierbas, algunas de con- ganchos con los que se adhieren a la lana de

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 34 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro trol muy difícil. Muchas de ellas, como es el éstas han desaparecido, mientras se siem- caso de la avena loca (Avena fatua y Avena bran leguminosas y compuestas en eriales sterilis) o la cizaña (Lolium temulentum), no labrados ex profeso, para conservación maduran y dispersan sus semillas varias del paisaje rural y alimentación de la caza semanas antes que las de la cebada o el menor y las aves silvestres. trigo, con lo que aseguran que al año El ciclo anual de las plantas en las cam- siguiente han de volver a medrar grandes piñas empieza en otoño con las primeras llu- cantidades de plantas de su especie. La vias; tras éstas germinan algunas crucíferas avena loca (Avena sterilis y Avena fatua), como Diplotaxis erucoides, Sinapis alba, que alcanza gran altura y destaca sobre los Thlaspi arvense o Arabidopsis thaliana. cereales, es una de las malas hierbas más Estas especies son capaces de florecer en persistentes y difíciles de erradicar. Antigua- octubre y noviembre y soportar heladas. mente se escardaban a comienzos de prima- Después de los hielos invernales comienzan vera con azadillas especiales, como también a medrar diversas especies, como las calén- se hacía con las gramas (Lolium rigidum) y dulas (Calendula arvensis), la hierba cana cizañas (Lolium temulentum). (Senecio vulgaris), las pamplinas (Hype- La roturación permanente de eriales, que coum imberbe) y los nazarenos (Muscari antes se dejaban descansar cierto tiempo y, comosum y racemosum). En abril, los cam- sobre todo, el uso masivo de herbicidas para pos de cereales se cubren con el amarillo controlar las malas hierbas, si bien ha pro- vivo de las génivas, mostazas o rabanillos, ducido aumentos en las cosechas, ha hecho pertenecientes a la familia de las crucíferas casi desaparecer en algunas comarcas cier- (Brassica nigra, B. barrelieri, Diplotaxis tas especies de flores, antaño muy abundan- muralis, Neslia paniculata, Sinapis arvensis tes. Actualmente la mayor parte de la Tierra y Raphanus raphanistrum) y los anteojos de de Campos se considera como área sensible Santa Lucía (Biscutella auriculata), en con- para la protección de estepas y se subven- traste con los rosas y rojizos de los zapatitos ciona el cultivo agrícola sin fitocidas y de la Virgen (Lamium amplexicaule y L. venenos que tanto atacan a la caza menor purpureum) o de los conejitos (Platycapnos (perdices, codornices y liebres). Confiamos spicata y Fumaria officinalis). Posterior- en que las ayudas a los agricultores sean efi- mente irrumpe la vistosa floración de las caces, beneficien su economía y bienestar y amapolas (Papaver rhoeas, P hybridum, sigamos, asimismo, disfrutando de los pai- Roemeria hybrida, etc.), lechetreznas (Eup- sajes floridos y con pujante vida silvestre en horbia serrata) y las conocidas vezas (Vicia la Tierra de Campos durante muchos años. sativa). La agricultura moderna y el uso En algunos países, como en Inglaterra, generalizado de herbicidas hace más difícil Suiza o Alemania, los herbicidas diezmaron el poder contemplar los rojos campos de de tal manera las comunidades de plantas amapolas de antaño pero podemos todavía arvenses que, en la actualidad, se protege a admirarlos en bordes y perdidos. ciertas especies, subvencionando tareas Otras especies comunes son las corre- agrícolas sin veneno e incluso se llega a güelas o campanillas (Convolvulus arven- sembrar, de nuevo, acianos, amapolas y sis), (Reseda lanceolata y R. phyteuma), génivas en los terrenos de cultivo, donde arañuelas (Nigella arvensis), centaura real

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(Anagallis linifolia), salsifí (Tragopogon Asimismo resultan muy frecuentes Cheno- castellanus y Scorzonera laciniata), arga- podium botrys, Chenopodium vulvaria, mula (Anchusa azurea), negrillas (Agros- Chenopodium murale, Amaranthus retrofle- temma githago), violetas (Viola arvensis), xus y Amaranthus deflexus. También abunda botones de oro (Ranunculus arvensis) y la barrilla espinosa (Salsola kali), planta diversos geranios silvestres (Geranium estepicursora que, en periodos de vientos pusillum y G. rotundifolium). fuertes en otoño va rodando y de esa curio- Los azulejos (Centaurea cyanus y Cen- sa manera dispersa sus semillas. Además, en taurea cephalariifolia) destacan por su color los huertos y márgenes, crecen las conoci- azul o púrpura en los bordes de los cultivos, das cerrajas (Sonchus asper y Sonchus ole- sobre todo cuando los cereales han madura- raceus), antaño consumidas en ensalada en do y adquirido ya los tonos pardos, cerca ya numerosas localidades de la región y emple- de la recolección. Asimismo, en verano, se adas como forrajeras en la actualidad. En la encuentran floreciendo con profusión otras Tierra de Campos se denominan «azapuer- compuestas como Mantisalca salmantica, cos» y se daban a los conejos y cerdos. Tam- Scolymus hispanicus, Cirsium acarna, Cart- bién medran con profusión algunas gramí- hamus lanatus, Carlina corymbosa, etc. Las neas, como es el caso del garrachuelo (Digi- conocidas corregüelas o campanillas (Con- taria sanguinalis), Setaria viridis, Sorghum volvulus arvensis), de flores blancas en halepense, Panicum miliaceum, Eragrostis forma acampanada, resultan características neomexicana, E pilosa y E. cilianensis. y abundantísimas en los campos de secano, Entre las purgantes lechetreznas resultan especialmente en rastrojos y también en comunes en estos medios Euphorbia helios- bordes de caminos. Una solanácea curiosa copia, E peplus y E. serrata. es el alucinógeno y venenoso estramonio (Datura stramonium). Esta planta alcanza Arboledas y orlas de arbustos 1,5 m de altura y presenta flores de corola Pese a que en Tierra de Campos es noto- blanca y tubular, de 7 a 10 cm. El fruto es ria la gran escasez de arbolado, quedan globoso, de 4 a 7 cm, cubierto de espinas. algunos montes relícticos de encina y roble Crece en márgenes de cultivos, floreciendo albarejo, como ya hemos indicado con ante- y fructificando en verano y otoño. rioridad, en la zona de Paredes de Nava, Como malas hierbas, dentro de los culti- Perales, Terradillos, etc. Un ejemplo es vos de regadío de remolacha, maíz, etc., Villanueva del Rebollar, con un monte bajo destacan las distintas especies de cenizos o relíctico de roble albarejo (que da nombre al ceñiglos, pertenecientes a las quenopodiáce- pueblo) y encina. En el borde sur de la as y amarantáceas, que tantos quebraderos comarca aparece el páramo de Ampudia, de cabeza producen a los agricultores, ya con plantaciones de pino carrasco (Pinus que son cundidoras y muy difíciles de erra- halepensis) y pino de Afganistán (Pinus dicar. Florecen en pleno verano. La especie eldarica), junto a unas notables repoblacio- más frecuente en todo tipo de cultivos y nes de altos eucaliptos (Eucalyptus gunnii) también en bordes de caminos es Chenopo- sobre margas y arenas en zonas de monte de dium album, que llega a alcanzar más de 1,5 roble albarejo, en parte similares a los terre- m de altura, ramificado y de color grisáceo. nos existentes en la comarca del Cerrato. En

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 36 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro las riberas de los arroyos y ríos se encuen- rece asilvestrado en ribazos y cercanías de tran, asimismo, bosques de galería, con cho- corrales y poblaciones. Sus frutos atraen a pos y sauces, y en las cercanías de las pobla- muchos pájaros (gorriones, llamados por ciones y en bordes de fincas podemos aquí «pardales», así como estorninos y mir- encontrar olmedas, a las que nos referimos los), por lo que algunos agricultores arrancan en el capítulo de riberas y zonas húmedas. estas arboledas, pensando que luego las aves También nos encontramos parajes plantados diezman el grano de sus campos. de árboles, como es el caso de frutales: Las áreas de pastizal, cultivos y bordes higueras (Ficus carica), perales (Pyrus com- de arboledas tienen un morador común: el munis), almendros (Prunus dulcis), nogales topillo campesino (Microtus arvalis), capaz (Juglans regia), ciruelos (Prunus domesti- de eliminar el tapiz vegetal de las plantas ca), morales (Morus nigra) y guindos (Pru- citadas, cuando abunda, por lo que ocasiona nus cerasus). De forma espontánea, en las los conocidos estragos. Se puede reproducir inmediaciones de pueblos y caminos, resul- a los 13 días de vida y las hembras pueden tan frecuentes los saúcos (Sambucus nigra), quedar preñadas aún lactantes. Los topillos así como los espinos majoletos (Crataegus son perseguidos por lechuzas, comadrejas y monogyna), escaramujos (Rosa canina, R. armiños; estos últimos frecuentes en Tierra pouzinii y R. agrestis), andrinos (Prunus de Campos, lo cual resulta sorprendente spinosa) y lebrelas (Dorycnium pentaphy- aquí en Europa, ya que son típicos de regio- llum). En numerosos pueblos y ribazos de la nes boreales. Tierra de Campos se halla un vistoso arbus- to, como asilvestrado o cimarrón: es la EL CERRATO gayomba (Spartium junceum), llamada por aquí con los sonoros nombres de turra, reta- El Cerrato es una comarca natural ma y sebe, leguminosa de flores doradas, incluida en la región mediterránea. Su clima que llega a los 4 m de altura y que se emplea luminoso permite la existencia de una flora como combustible en Villada, zona de rica y diversa, con dilatadas poblaciones de Terradillos de Templarios y la Cueza. plantas aromáticas y medicinales. Durante todo el año podemos disfrutar de los efectos Por su tipismo merecen especial men- saludables de su vegetación natural y ción los guindales o antiguas plantaciones de doméstica a través de multitud de hierbas, guindos que, aunque muchas veces en la matas, arbustos y árboles. En la actualidad actualidad se encuentran abandonados, se se da importancia cada vez mayor a la aro- mantienen en otros lugares como cimarrones materapia, donde los aromas de las plantas o asilvestrados. El guindo es un arbolillo de se aprovechan por sus benéficos efectos 3 a 6 m de alto, bastante más bajo que el sobre la salud. Esto se hace notar especial- cerezo y cultivado por sus frutos, las conoci- mente en nuestra comarca. El simple paseo das guindas, empleadas en aguardientes y por el Cerrato, respirando el intenso aroma confituras, sobradamente utilizadas en la de tomillos, ajedreas, salvia, espliego, rome- región. Antiguamente se plantaba mucho ro, té del páramo, enebro, esquena, escara- este árbol, dentro de cercados de adobe o mujo, espino albar, etc, es de resultados piedra, en la Tierra de Campos y en el Cerra- vitales plenamente positivos. to, ya que tolera la sequedad y el calor. Apa-

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Por otro lado, también podemos encon- Los diversos montes del Cerrato trar numerosas especies de setas comestibles La mayor parte del territorio natural de en los diversos montes, sotos, prados y baldí- la comarca originariamente perteneció al os. La recogida de hongos comestibles es un dominio de los encinares, montes de enci- pasatiempo que cada vez tiene más partida- na, mata o carrasca (Quercus ilex ssp. rios, sabiendo además que podemos recoger ballota). Entre los encinares cerrateños des- numerosas especies de gran calidad gastronó- tacados, podemos citar el Monte de Astudi- mica, siempre que busquemos en los lugares llo y los de Villamediana, Valdeolmillos, adecuados y en las épocas propias de cada Quintana del Puente, Dueñas, Valdecañas de especie. En cada rincón del Cerrato podemos Cerrato, Vertavillo y Cevico Navero. El disfrutar con la recogida y degustación de las encinar ocupa aquí, en general, terrenos más especies de setas más variadas, así como tam- pedregosos y secos que el roble carrasque- bién observar y recoger diversas plantas ño, especialmente en los llanos páramos medicinales y aromáticas. calizos, típicos de la comarca. En el Cerrato, la vegetación natural con- En el encinar, de forma dispersa, alter- siste en montes mediterráneos (esclerófilos, nan otros árboles como el adaptable roble como los encinares y enebrales, y caducifo- albarejo o carrasqueño (Quercus faginea) y lios, como los robledales carrasqueños) y el enebro de incienso (Juniperus thurifera), matorrales heliófilos amantes de los espa- de hojas escamosas. Frecuentemente encon- cios abiertos, tanto calcícolas (sobre las cali- tramos la esquena (Juniperus communis), zas compactas de los páramos) como gipsó- arbusto de 1 a 2 m de altura, de hojas recias filos (sobre las cuestas con yesos). Además, y espinosas. Forma los esquenares, frecuen- se conservan los sotos y riberas cercanos a tes en las laderas frescas. Más raramente los arroyos y fuentes, así como las plantas encontramos jerbos o jerbales (Sorbus propias de eriales, barbechos y cultivos. domestica), de frutos comestibles cuando Por su valor medicinal e interés botáni- están maduros. Su madera es apreciadísima, co peculiar, destaca la flora propia de las siendo un árbol muy útil. Junto a las enci- laderas de margas yesíferas, así como los nas, diversos arbustos crecen esparcidos for- bosques mediterráneos relícticos. Como mando parte del subpiso o sotobosque. Pre- anexo a este documento puede consultarse dominan las madreselvas (Lonicera etrus- una relación de algunas de las plantas medi- ca), de vistosa y fragante floración en junio, cinales más características del Cerrato. En malandrinos (Rhamnus saxatilis), jazmines las riberas de los ríos y arroyos aparecen (Jasminum fruticans), andrinos (Prunus spi- bosques de galería con los álamos del Cerra- nosa), majuelos o espinos albares (Cratae- to (Populus cerratensis), álamos blancos gus monogyna) y en menor medida las huse- (Populus alba), chopos del país (Populus ras (Euonymus europaeus) y zarzamoras nigra), etc. La mayor parte de la comarca se (Rubus ulmifolius). En algunos montes el encuentra roturada y cultivada de cereales y terreno se tapiza de gayuba (Arctostaphylos en menor medida de leguminosas, que con- uva-ursi), planta medicinal muy apreciada, forman la mayor parte de los paisajes. sobre todo como diurética y desinfectante de las vías urinarias. En el encinar podemos encontrar diversas gramíneas que empradi-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 38 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro zan el suelo, como el bálago (Brachypodium matas leñosas calcícolas. Entre los matorra- phoenicoides), el bálago de las boticas (Ely- les típicos destacan los aromáticos, forma- mus repens), los cerrillos (Festuca hystrix) y dos por la apreciada ajedrea (Satureja mon- otras como Avenula bromoides, Dactylis tana), tan utilizada como condimento. Tam- hispanica, etc. bién tomillos (Thymus zygis y T. mastigop- En los montes aclarados se extienden horus), salvia (Salvia lavandulifolia) y los matorrales, formados por las conocidas y espliego (Lavandula latifolia), alternando espinosas olagas (Genista scorpius), la con rosaledas silvestres y con los caracterís- abundante escoba o lebrela (Dorycnium ticos manchones de la rastrera gayuba. En pentaphyllum), la estepa (Cistus laurifo- todo el Cerrato encontramos parajes que se lius), la mata pincel (Staehelina dubia) y denominan “Enebral”, en los que hubo bos- otras plantas leñosas y aromáticas, muchas ques de esta especie, algunos eliminados por de ellas medicinales, como la salvia o jalvia roturación para cultivo agrícola. Sin embar- (Salvia lavandulifolia), espliego (Lavandula go, en los últimos 10 años esta frugal coní- latifolia), tomillos (Thymus zygis , T. masti- fera se está recuperando vigorosamente en china y T. mastigophorus), zamarrillas varios de los montes cerrateños donde había (Helianthemum hirtum, Teucrium capita- sido exterminada. Puede verse esto en diver- tum, Fumana thymifolia, etc), candileras sos términos de Soto de Cerrato, Astudillo, (Phlomis lychnitis), etc. Cobos de Cerrato, Cevico Navero, Villaji- mena, etc, donde crecen con pujanza miles Una gramínea vivaz que destaca por su de plantas jóvenes. Esto se debe a que belleza y abundancia en los encinares cerra- numerosos animales, (entre los que destacan teños es Stipa ibérica (“Pelos de la Virgen”), los zorzales charlos y el ganado churro) con- junto a flores como las blancas Cephalaria sumen con fruición durante el invierno los leucantha y Bellardia trixago, las púrpuras gálbulos o “bayas” de esta cupresácea, dis- Coris monspeliensis y Saponaria ocymoides persando sus semillas a largas distancias. El o las azules del junquillo (Aphyllantes enebro se ha utilizado como medicinal. Su monspeliensis), que nos indican ambientes aromática resina se aplicaba contra los her- secos y luminosos. pes, mientras que sus gálbulos y ramillas se El enebro de incienso (Juniperus thuri- emplean contra el catarro y como vermífu- fera) es un árbol recio y corpulento que gos. Sus ramas se quemaban para purificar alcanza los 15 m de altura, de copa densa, las habitaciones de los enfermos. Las lágri- persistente y oscura, capaz de soportar con- mas de resina se han empleado como incien- diciones muy difíciles de clima continental so, quemadas sobre brasas en el incensario, extremado en suelo calizo y muy pedrego- tras ser pulverizadas. La esquena (Juniperus so, superficial y seco. Esta cupresácea arbó- hemisphaerica) se emplea como estomacal, rea medra a placer en el Cerrato, en los tér- diurética sudorífica y purgante. En el Cerra- minos de Cevico Navero, Antigüedad, Espi- to también se encuentran muchos montes nosa, Tabanera, Cobos, Astudillo, Villajime- llamados “El Esquenar” o “Esquenares”, na, Soto de Cerrato y cercanías de Palencia. aludiendo a la pasada abundancia de esta Forma bosques claros, denominados en útil especie, cuyos gálbulos además se nuestra región enebrales, alternando con emplean para la elaboración de la ginebra.

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El roble albarejo (Quercus faginea), lla- En el robledal espeso del Cerrato, apare- mado chaparro, tallar o rebollo cuando es ce el suelo encespedado densamente con joven, se encuentra mejor adaptado que la diversas gramíneas perennes y verdes en encina a terrenos margoso-calizos, con pleno verano, tales como Bromus erectus, mayor capacidad de retención de agua en el Brachypodium phoenicoides, Briza media, suelo. Propio de un clima de tipo submedi- Arrhenatherum bulbosum y Dactylis glome- terráneo, forma un bosque caducifolio con rata, con varias especies de orquídeas que características xerófilas. En el Cerrato podemos encontrar en los bosques mejor abundan los montes que se llaman Valderro- conservados, tales como Cephalanthera bledo, Rebollar, Robredal, etc, aludiendo a rubra, C. damasonium, C. longifolia, esta especie. En el robledal del Cerrato, apa- Ophrys scolopax, Anacamptis pyramidalis, rece el suelo encespedado densamente con Dactylorhiza elata, Epipactis helleborine y diversas gramíneas perennes y verdes en E. atrorubens. Otras especies indicadoras de pleno verano, con varias especies de flores «buena salud» de este bosque son las visto- vistosas, como la rosa de lobo (Paeonia offi- sas peonías (Paeonia officinalis), sellos de cinalis), así como diversas orquídeas pro- Salomón (Polygonatum odoratum), el geo pias de bosques bien conservados. del bosque (Geum sylvaticum) y, en los cla- Otras especies indicadoras de este bos- ros, (Spiraea hypericifolia), madreselvas que son los sellos de Salomón (Polygonatum (Lonicera xylosteum, L. etrusca y L. pericly- odoratum), botoncillo de oro (Geum sylvati- menum), aligustres (Ligustrum vulgare) y cum) y en los claros, la cuernicabrilla (Spi- boneteros (Euonymus europaeus). En los raea hypericifolia), madreselvas (L. etrus- bordes alternan rosales silvestres (Rosa ca), aligustres (Ligustrum vulgare) y huseras canina, R. micrantha y R. agrestis) con artos (Euonymus europaeus). En los bordes alter- (Rhamnus saxatilis), majuetos (Crataegus nan las zarzas escalambrujeras (Rosa cani- monogyna), andrinos (Prunus spinosa) e na) con malandrinos (Rhamnus saxatilis), incluso el espantalobos (Colutea arbores- majuelos (Crataegus monogyna), andrinos cens). (Prunus spinosa) e incluso en algunos para- El suelo de estos bosques, sobre todo en jes, con el espantalobos (Colutea arbores- los aclarados, se encuentra con frecuencia cens). El suelo de estos montes se encuentra tapizado de gayuba (Arctostaphylos uva- con frecuencia tapizado de gayuba (Arctos- ursi) alternando con esquenas o enebros taphylos uva-ursi), alternando con esquenas comunes (Juniperus communis). Si el bos- (Juniperus haemisphaerica). que continúa degradándose, aparece el En la comarca del Cerrato se extendían abundante matorral de aulaga (Genista scor- hasta hace pocos decenios, robledales albare- pius), mata pincel (Staehelina dubia) o jos de miles de hectáreas de extensión. Des- lebrela (Dorychnium pentaphyllum). Más tacaba Monte Mayor, comunal de Palenzuela adelante, en claros mayores, prosperarán y otros pueblos, con más de 3.000 ha, en el salvias, espliegos, tomillos, etc. cual, cuentan los ancianos, se veían muchos En Antigüedad y Cevico Navero pode- ciervos. Actualmente sólo quedan de él vesti- mos encontrar algunos restos del extenso gios en bordes de campos de cultivo. Robledal del Cerrato, antaño perteneciente a la antigua abadía de San Pelayo de Cerrato,

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 40 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro gracias a lo cual se mantuvo acotado duran- Festuca hystrix y Avenula bromoides, con te siglos y libre de la devastación, hasta la áreas dispersas de Linum suffruticosum, Desamortización del siglo XIX. Se pueden Linum strictum, Polygala monspeliaca, Hie- visitar yendo desde Baltanás a Antigüedad a racium pilosella,Cephalaria leucantha, ambos lados de la carretera en las zonas Inula montana e I. helenioides. Entre las pendientes. Antes de llegar a Antigüedad coscojas crecen Helianthemum ledifolium, hay un antiguo molino a la derecha donde Micropus erectus y Plantago albicans. podemos iniciar la visita, aunque hay diver- Antiguamente, se rozaban algunas matas sas posibilidades. Otra es desde Antigüedad. en el monte de coscoja para elaborar carbón Si cogemos allí la carretera a Cevico Nave- vegetal; posteriormente rebrotaban con ro, a unos 3 km, podemos recorrer el queji- vigor, lo que evitaba que se quedaran punti- gar de Carra Hornillos. Aparecen robledales secas, como ocurre hoy en determinados albarejos bien conservados también en la parajes. La regeneración actual de la especie Dehesa de San Pedro de la Hiedra, finca pri- es buena, con gran cantidad de pies muy vada, que se encuentra en el mismo valle del jóvenes; pero lo reducido de tales enclaves Enebral del Cerrato, en Cevico Navero. la hace merecedora de cierta protección para En el Cerrato existe una agrupación evitar que, por ejemplo, se roture. En sus vegetal de tipo termófilo o meridional pro- cercanías aparecen montes bajos de encina y pia de climas más cálidos, consistente en el de roble con algunas plantaciones de pino coscojar. Aparece en lugares abrigados de carrasco (Pinus halepensis) y pino piñonero Baltanás, Hontoria de Cerrato, Cevico de la (Pinus pinea). Existe también un romeral de Torre, Tariego de Cerrato y Esguevillas de pequeña extensión en la solana, el único de Esgueva. La coscoja (Quercus coccifera) es la provincia claramente espontáneo, mezcla- muy rara en el valle del Duero, localizada do con retama loca (Osyris alba). Entre las sobre terrenos margosos secos y al abrigo de especies animales que pueden observarse en los fríos, de ahí la importancia botánica y las zonas más arboladas destacan: ratoneros, ecológica de estos enclaves. Aquí Q. cocci- azores, abubillas, cucos y palomas torcaces. fera alcanza más de 2,5 m de altura, lo cual En las zonas desarboladas se encuentran: resulta también sorprendente, ya que se trata cernícalos, alimoches, aguiluchos cenizos, de una planta arbustiva. Entre las coscojas mochuelos, grajillas y un abundante conjun- alternan otras especies xerófilas y calcíco- to de aves esteparias, tales como alondras, las, tales como Genista scorpius, Hyssopus calandrias, tarabilla común, collalba gris, officinalis, Sideritis hirsuta, Salvia lavandu- alondra de Dupont, etc. lifolia, Thymus mastigophorus, Thymus Para llegar a los coscojares hay varias zygis, Phlomis lychnitis, Helianthemum hir- posibilidades; la mejor es dirigirse a Tariego tum, Helianthemum cinereum, junto a la vis- y desde allí coger la carretera que va a Hon- tosa hierba plumera o pelos de la Virgen toria de Cerrato. A continuación se dirige (Stipa iberica), la triguerilla (Melica ciliata) uno hacia Valle de Cerrato; y a unos 4 km de y junquillo azul (Aphyllantes monspelien- Hontoria sale una pista de concentración sis), indicadores de clima caluroso, seco y parcelaria, a la izquierda, que nos conduce luminoso. Entremezclados, aparecen los hacia un valle arbolado en cuya solana se magros pastizales de Koeleria vallesiana, encuentra el mayor coscojar. Manchas de

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 41 coscoja se encuentran por todo el valle de que se puede deslizar en superficie. Origina- Hontoria y en áreas próximas de Tariego y riamente debieron de cubrirse de un bosque Cevico de la Torre, en las zonas que han claro de Juniperus thurifera, Quercus ilex, quedado libres de la roturación para el culti- Quercus faginea y Quercus coccifera, como vo agrícola. puede verse todavía en algunas cuestas de En la comarca del Cerrato podemos Tariego, Soto de Cerrato o Reinoso; pero encontrar abundantes pinares de repobla- por roturación y pastoreo domina en la ción. Los pinos presentes en la comarca son actualidad un matorral bajo o estepa leñosa. el pino carrasco, el pino piñonero o doncel Entre las matas leñosas destaca el esco- y, en menor medida, el pino pudio. Hace bo o escoba de blanquero (Ephedra distach- unos 4000 años extensos pinares de pino ya), que con sus extendidos rizomas coloni- pudio cubrían buena parte del Cerrato. Tam- za los terrenos más pendientes y pobres, bién los pinos son plantas medicinales. Sus junto al chucarro blanco (Lepidium subula- yemas son anticatarrales, diuréticas y béqui- tum), mata densa y de flores menudas y cas (contra la tos). Con ellas se preparan blancas, con el vistoso chucarro (Ononis tri- infusiones. Para ello, en pleno invierno, se dentata), que llega a colorear de rosa, en pri- recogen en los extremos de los ramillos, mavera, estas agrestes cuestas. Diversas empleándose después en infusión. aromáticas crecen mezcladas, como tomi- llos rastreros (Thymus mastigophorus), tom- Los yesares y las aromáticas cuestas del bos (Santolina chamaecyparissus), linos Cerrato blancos (Linum suffruticosum), lino azul En las cuestas de acusada pendiente que (Linum narbonense), té de aljezar (Sideritis descienden bruscamente de los páramos del linearifolia), zamarrillas (Helianthemum Cerrato se encuentran unas agrupaciones croceum, H. marifolium, H. cinereum, etc.) vegetales propias de yesares (comunidades y otras tales como Coronilla mínima, Hip- gipsófilas o gipsícolas, exclusivas de yesos), pocrepis commutata y Phlomis lychnitis, de gran interés botánico y ecológico. Aun- con flores amarillas. Otras especies fre- que estos parajes aparecen desolados, some- cuentes son: Hedysarum boveanum palenti- tidos a condiciones climáticas adversas y a num, Scorzonera graminifolia, Plantago una acentuada erosión, debida en parte a la subulata, Koeleria vallesiana, Bellardia tri- escasa consistencia y elevada fragilidad del xago, Linum strictum, Achillea ageratum y terreno, mantienen sin embargo una riqueza Achillea odorata. En algunos lugares apare- y diversidad florística harto considerable, ce el raro Onosma hispanicum, boraginácea con abundantes endemismos y plantas endémica de flor amarilla. exclusivas de estos medios. El escobo (Ephedra distachya) posee el En estas laderas, parcialmente desnudas alcaloide efedrina, antecesor de la anfetami- de vegetación, la época de floración se con- na. Se emplea contra la tos y el asma, pero centra sobre todo entre finales de mayo y no debe ser consumida por parte de personas principios de julio, resultando intransitables sensibles o con problemas del corazón, pues y hasta peligrosas en épocas de lluvias fre- produce taquicardia y otros trastornos. Otras cuentes, cuando se forma una capa de barro especies medicinales frecuentes son la milenrama menor (Achillea ageratum) y la

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 42 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro olorosa (Achillea odorata), apreciadas como pennata iberica) frecuentemente recogida digestivas, en infusión, y contra las hemo- como ornamental de jarrones en casa. Inter- rroides de forma externa. La manzanilla de calada entre estas altas gramíneas o “cerros” monte (Helichrysum stoechas) se recoge en se observa el cerrillo (Festuca hystryx). gran cantidad en el Cerrato como digestiva y En las zonas donde pace el ganado chu- para tratar heridas y golpes. Se emplean las rro con frecuencia, abundan las especies cabezuelas de las inflorescencias en infu- más nitrófilas, como la escoba pedorrera o sión. En primavera, los linos blancos (Linum boja blanca (Artemisia herba-alba), el suffruticossum), con su inmaculada blancu- correcaminos (Phlomis herba-venti), el ra, adornan las laderas cerrateñas. Por eso se cardo corredor (Eryngium campestre), les llama popularmente “pañales del Niño Kochia prostrata y la matarrocín (Peganum Jesús” y “manto de Nuestra Señora”. En harmala) e incluso Camphorosma monspe- algunos lugares aparece la rara Onosma his- liaca, rara quenopodiácea originaria de las panicum, boraginácea endémica de flor ama- estepas de Irán y Asia central y que pode- rilla, así como la hierba gatera de Beltrán mos ver abundantemente en las laderas del (Nepeta beltranii), endemismo del centro de Cristo del Otero, Monzón de Campos, etc. España que en el Cerrato tiene una de las En las áreas abrigadas, sobre los blanqueros poblaciones más destacadas. Estas plantas impermeables de las cuestas cerrateñas, se escasas deben ser respetadas pues se conservan comunidades de plantas estepa- encuentran en peligro de extinción. rias como el matacán (Salsola vermiculata), En las porciones superiores de las ver- mata leñosa que además de estas zonas del tientes soleadas y pindias de las ásperas y interior peninsular podemos observar en los desabrigadas cuestas cerrateñas resultan desiertos del Sahara y Asia Central. En muy frecuentes las comunidades de altas y diversas áreas de yesos se han realizado esbeltas gramíneas. Están constituidas por plantaciones de pino albarejo (Pinus hale- varias especies del género Stipa que llegan pensis), pino piñonero (Pinus pinea) y ari- localmente a dominar el paisaje. Son plantas zónicas (Cupressus glabra subespecie ari- esteparias adaptadas a los peores terrenos y zonica). de un origen antiguo de climas continentales Aunque sometidas a condiciones climáti- y esteparios del final del Mioceno. La ele- cas adversas y a una acentuada erosión, las gante saeta, cerro albardero o hierba de cuestas yesíferas mantienen abundantes albarda (Stipa offneri y Stipa lagascae) endemismos. Sin embargo, es preciso seña- forma herbazales altos y duros que en pri- lar que la desaparición de la ganadería exten- mavera semejan trigales. Era planta muy útil siva y de la trashumancia, así como de otras y se aprovechaba en la comarca para fabri- actividades rurales tradicionales, supone una car albardas, escriños y colchones bastos. Se seria amenaza a la conservación de la flora y trataba de un verdadero sustituto del esparto la diversidad vegetal de estos parajes. en nuestras tierras, empleado para techados de establos y casas en las comarcas castella- LA MONTAÑA PALENTINA nas calizas desde la remota antigüedad. Aparece otra especie muy bella, llamada En la Montaña palentina la diversidad pelos de la Virgen o cabello de ángel (Stipa vegetal es notable, ya que se encuentran

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 43 desde encinares, matorrales secos y tomilla- plantas rupícolas que, en Palencia, presen- res hasta bosques caducifolios húmedos, tan una riqueza y diversidad más que nota- praderas de siega, pinares e incluso pastiza- ble, con especies y subespecies endémicas. les de tipo alpino, según varíe la altitud y la En parajes encharcados o muy húmedos, se exposición. Originariamente, la mayor parte desarrollan agrupaciones vegetales muy del territorio de la comarca se encontraba especializadas: turberas, cervunales, sauce- cubierto de bosques, salvo los grandes das y comunidades de plantas acuáticas. roquedales o las partes más altas, por enci- A continuación, pasamos a comentar ma de los 1800 m de altitud. Posteriormente separadamente las principales formaciones el hombre, mediante el uso continuado del vegetales presentes en la montaña palentina. fuego y de las talas, ha reducido el bosque en muchos casos a matorrales, praderas y Robledales pastizales. Entre los bosques, localizados entre los 1000 y 1700 m de altitud, destacan El bosque más representativo de la los robledales y hayedos junto a otros, de Montaña palentina es el robledal o cajigue- menor extensión pero de singular valor, ra, en especial de roble albar (Quercus como son los pinares de pino albar, enebra- petraea). También viven otras especies del les y encinares de montaña, tejedas, acebe- género: roble común (Quercus robur), roble das, avellanedas, mostellares, abedulares y rosado (Quercus x rosacea); malojo, roble tremoledas, que se analizarán separadamen- malojo o rebollo (Quercus pyrenaica) y te. En los bordes de los bosques aparecen las roble albarejo (Quercus faginea); pero, o orlas arbustivas con majuelos, rosales, bien escasean o son característicos de otras andrinos, espinos pudios, agracejos, etc. zonas. El roble albar, de gran longevidad, Existen además diversos tipos de matorra- llega a vivir 800 años y alcanza gran enver- les. Los escobonales de Genista florida, G. gadura en las localidades apropiadas, como obtusiramea, Cytisus scoparius y C. canta- en San Salvador de Cantamuda, Vañes, bricus aparecen alrededor de los bosques Carracedo, etc. Crece con frecuencia acom- sobre sustratos silíceos, mientras que en los pañado de otros árboles, en especial: hayas, calizos prosperan los aulagares de Genista cerezos silvestres, álamos temblones, ace- hispanica. A mayores altitudes, o en locali- bos, acerones (Acer campestre y Acer pseu- dades muy venteadas donde no puede darse doplatanus), manzanos silvestres o maellos ya el bosque, se extienden los piornales de (Malus sylvestris), mostajos o mostellares Cytisus purgans con enebros corveños y (Sorbus aria) y avellanos silvestres o nochi- esquenas. Cuando la acción del fuego se ha zos (Corylus avellana). De hecho, actual- repetido con insistencia, proliferan los bre- mente el robledal albar se encuentra en zales. Las arandaneras o raspanedos, pro- regresión, frente a la pujante expansión del ductores de los apreciados frutos, medran haya. Este robledal no es sombrío en exceso tanto en bosques como en brezales. Entre las y facilita la llegada de luz al suelo, por lo áreas de pastos pueden citarse las conocidas que resultan frecuentes los arbustos, matas y praderas de siega o los prados de diente, herbáceas en el sotobosque. Entre los pri- pastizales de altura, etc. En los roquedos, meros se cuentan: los cornejos (Cornus san- peñas y pedregales crecen las originales guinea), zarzamoras (Rubus ulmifolius, R.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 44 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro discolor y R. caesius), frambuesos (Rubus rea, etc. y en terrenos calizos por aulagas idaeus), boneteros (Euonymus europaeus), (Genista hispanica) con biércol (Erica majuelos (Crataegus monogyna), madresel- vagans). Los robles producen considerables vas (Lonicera xylosteum y L. peryclyme- cantidades de bellotas que hasta hace unos num), rosales silvestres (Rosa arvensis, R. 80 años alimentaban a numerosos cerdos. El canina, R. pendulina, R. pimpinellifolia, robledal se conservaba antaño, incluso por etc.), morrioneras (Viburnum lantana) y hie- medio de podas, plantaciones, control del dras (Hedera helix). En terrenos francamen- haya, etc., para mantener y acrecentar la te silíceos, donde afloran cuarcitas y esquis- cantidad de fruto. Los ruidosos arrendajos o tos, el suelo del robledal se encuentra habi- gayos (Garrulus glandarius) esconden tualmente tapizado de arándano o ráspano miles de bellotas en otoño y colaboran en la (Vaccinium myrtillus) con escobonales de regeneración del bosque. Los osos pardos Genista florida, Cytisus scoparius y Genista palentinos consumen con avidez el fruto de obtusiramea en los claros. este roble, en competencia con los prolíficos Entre las herbáceas se observan en pri- jabalíes. Los picos medianos (Dendrocopos mavera las vistosas prímulas (Primula veris medius) y otras valiosas aves, sobreviven en y Primula vulgaris), llamadas “pan de pecú” los añosos bosques. El robledal albar produ- o “peculilla” en nuestra región (pecú es el ce numerosos hongos forestales, en especial nombre local del cuco: Cuculus canorus) y rebozuelos (Cantharellus cibarius) y los entre las más comunes: Helleborus viridis, apreciados boletos (Boletus edulis y B. Anemone nemorosa, los vistosos martago- aereus en otoño y B. reticulatus en verano). nes (Lilium martagon) que en julio adornan El valor ecológico y paisajístico de estos estos montes, Astrantia major, Brunella bosques palentinos es excepcional, de ahí la grandiflora, Campanula rapunculus, Lysi- necesidad de la cabal conservación y apro- machia nemorum, Melampyrum pratense, vechamiento racional de los mismos. Linaria triornithophora, etc. Entre los otros tipos de robledal en la Los helechos comunes (Pteridium aqui- Montaña abundan las masas, más o menos linum) tapizan el robledal en muchos mon- degradadas, de malojo (Quercus pyrenaica), tes, como también los lastones de bosque, siempre sobre sustratos ácidos, a menudo grandes herbáceas vivaces: Brachypodium invadidas de brezal y raramente bien con- sylvaticum, Brachypodium pinnatum, Carex servadas. Destaca como característica la vis- sylvatica, Luzula sylvatica y Briza media. tosa Linaria triornithophora, además de las En general hay dos tipos de robledal: acidó- otras especies acidófilas comentadas en filo y basófilo. En el acidófilo, sobre terre- líneas anteriores. nos silíceos abunda Luzula sylvatica mien- Durante siglos se favorecieron los roble- tras que en el basófilo, sobre sustratos cali- dales en la Montaña, de tal manera que se zos, prolifera Carex sylvatica. obligaba a todos los vecinos en las ordenan- Cuando el robledal se deteriora por el zas municipales, a plantar un cierto número fuego aparecen matorrales de sustitución, en las dehesas y montes. Debiera retomarse constituidos en terrenos silíceos por breza- esta prudente y hermosa tradición para vol- les de Erica australis, E. arborea, E. cine- ver a la edad de oro de nuestros bosques emblemáticos.

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Los hayales o hayedos cantabricus. Si estos se degradan insisten- El haya (Fagus sylvatica) en Palencia temente por el fuego aparecerán brezales forma unos densos y umbrosos bosques con arándano. caducifolios en las vertientes septentriona- En los hayedos basófilos conviven: Carex les de la Montaña, sobre todo, en Piedras sylvatica, Hepatica nobilis, Helleborus occi- Luengas, Lores, Los Redondos, San Salva- dentalis y también: Scilla lilio-hyacinthus, dor de Cantamuda, Velilla de Carrión, Daphne laureola, Galium odoratum, Pimpi- Tosande, Cervera de Pisuerga, etc., desde nella siifolia, Sanicula europaea, Crepis los 1100 hasta 1700 m de altitud. Esta fron- lampsanoides, Poa nemoralis, Mercurialis dosa es especie dominante capaz de expul- perennis, Euphorbia amygdaloides, Hiera- sar a todo tipo de árboles y arbustos, por lo cium sabaudum, etc. En los claros y lindes se que suele carecer casi completamente de forman rosaledas: Rosa pendulina, R. rubigi- especies acompañantes. Sólo los tejos y ace- nosa, R. tomentosa y R. pimpinellifolia. bos parecen aguantar la sombra densa; pero Los llamados hayales xerófilos son los con los años, incluso estos languidecen. que sobreviven en las localidades con Todo ello hace que, cuando las condiciones menor humedad ambiental, principalmente de humedad atmosférica elevada son ideales en las cercanías de Velilla de Carrión y Cer- para el haya, los bosques mixtos se transfor- vera de Pisuerga. Allí las hayas se encuen- men en hayedos. El haya se encuentra en tran en dificultades debido a la mayor seque- clara expansión e invade los robledales, dad del aire, por lo que crecen más despacio pinares, etc. Bastantes robledales albares de y alcanzan una altura menor, abundando la montaña palentina se han convertido en ciertos arbustos como: espinos pudios hayedos con robles añosos esparcidos. Den- (Rhamnus alpinus), andrinos (Prunus spino- tro de los tipos de hayedo se consideran en sa), guillomos (Amelanchier ovalis), majue- la provincia los tres siguientes: acidófilos, los (C. monogyna), morrioneras (Viburnum basófilos y los llamados xerófilos. lantana), madreselvas (Lonicera xylosteum), En los hayedos acidófilos aparecen agracejos (Berberis vulgaris), cerezos de abundantes arándanos y varias especies de Santa Lucía (Prunus mahaleb) e incluso las helechos: Blechnum spicant, Dryopteris espinosas aulagas (Genista hispanica). Entre affinis, D. dilatatta, D. filix-mas y Polypo- las herbáceas que proliferan se cuentan: dium vulgare. Numerosas herbáceas son de Laserpitium nestleri, Monotropa hypopitys, floración precoz a final de invierno y Primula veris, Tanacetum corymbosum, etc. comienzos de primavera, antes de que las Crecen asímismo numerosas orquídeas: hayas broten: Anemone nemorosa, Viola Cephalanthera rubra, Cephalanthera longi- riviniana, Euphorbia dulcis, Euphorbia folia, Cephalanthera damasonium, Epipac- hyberna, Luzula sylvatica y, más adelante, tis atrorubens, Epipactis helleborine, etc. y Deschampsia flexuosa. En los claros del diversos lastones, como Brachypodium pin- bosque son frecuentes los acebos y los ser- natum. En algunos parajes cercanos a Velilla bales de cazadores. Cuando el hayedo se pueden verse mezclados con las hayas, nada degrada por las talas, se desarrollan pujantes menos que Quercus ilex y Juniperus thurife- los escobonales de Genista florida, Genista ra, lo que indica la situación límite de estos obtusiramea, Cytisus scoparius y Cytisus sorprendentes bosques.

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Los montes trasmochos Por el lado contrario, ciertos naturalistas Un paisaje forestal histórico de nuestra enemigos de toda gestión abogan por dejar provincia y más que destacado es el consti- morir a los árboles trasmochos, algo que tuido por los árboles trasmochos, frecuente- ocurrirá muy pronto si no se conservan las mente conocidos en Palencia como mochas. medidas gestoras que los mantienen, supo- Nos quedan ejemplos de robledales y haye- niendo que la biodiversidad que albergan dos en la Montaña pero también en las lla- permanecerá por sí sola. Muchas especies nuras y riberas, aunque cada vez resultan de animales, plantas y hongos dependen de más escasos. La importancia de los árboles las podas periódicas para seguir existiendo, trasmochos destaca por su vertiente ecológi- pues requieren como hábitat distintos esta- ca y de biodiversidad, valor cultural, paisa- dios de descomposición de la madera, agu- jístico e histórico e interés en el aprovecha- jeros donde esconderse y criar, obtener ali- miento de los recursos naturales renovables. mento, etc. Un abigarrado conjunto de En los últimos años se ha observado que enclaves y circunstancias que convergen en estos árboles constituyen verdaderos tesoros los árboles trasmochos. en cuanto a la gran cantidad de especies de Los árboles trasmochos son verdaderos animales y vegetales que viven y se refugian reservorios de vida. Su conservación y recu- en ellos. Por otro lado, el paisaje de trasmo- peración es muy importante para promover chos constituye una singularidad desde el la biodiversidad asociada a ellos. De ahí que punto de vista cultural e histórico que ha lle- resulte esencial el conocimiento de los mis- gado hasta nuestros días. Por ello, desde mos, de su importancia biológica y cultural, vertientes muy diferentes de la conservación así como de las técnicas empleadas para su se está apoyando la recuperación de estos conservación y aprovechamiento. La recu- sistemas tradicionales de aprovechamiento peración de los montes de árboles trasmo- forestal, con vistas a maximizar la recupera- chos de ancestral uso ganadero y forestal en ción de especies de animales y plantas, a la Europa resulta muy necesaria e incluso vez de mantener la riqueza cultural de nues- urgente mediante una política activa de tra tierra. Hace muchos años, ciertas perso- manejo de los hábitats para la conservación. nas que no comprendían estos múltiples El desmochado es una técnica antiquísima, valores acusaron injustamente a nuestros propia de los paisajes rurales tradicionales antepasados al podar los árboles en lugar de europeos de base neolítica y digno de con- dejarlos sin tocar. No entendían ni aprecia- servarse por su utilidad, no solamente en ban el papel de estos árboles en la economía jardinería, sino también en paisajismo histó- rural, la múltiple cantidad de recursos natu- rico y ecología del paisaje cultural y natural. rales de estos montes o las ventajas variadas El valor de un árbol trasmocho, gracias a su de estas prácticas. Por estos infundados múltiple diversidad de productos y funcio- motivos, los selvicultores más productivis- nes, supera con creces al del mismo árbol tas han perseguido e incluso acabado con sin desmochar. los árboles trasmochos y monumentales en El desmoche es la corta de las ramas de muchas comarcas castellanas y en numero- la copa de una frondosa dejando el tronco sos países europeos, destruyendo una rique- desprovisto de ramaje. El desmochado za natural y cultural difícil de recuperar. supone una poda de rejuvenecimiento en las

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 47 especies con capacidad de rebrote. Permite do entonces periodo de acotamiento en su alargar considerablemente la edad del árbol regeneración. La altura del desmoche es viejo. Árboles que de ordinario no superan variable. A veces es muy pequeña (1 a 2 m). los 200 años pueden alcanzar los 700 años Corrientemente es de unos 2 a 4 m de alto y gracias al desmoche periódico. También en ocasiones de hasta 6 m. permite la creación de copas muy espesas y El desmoche, al rejuvenecer la copa, recogidas. El desmochado también evita la hace que se evite durante varios años la for- caída de ramas con ocasió de vendavales, mación de flores y frutos que podrían ser nevadas y percances de origen meteorológi- desagradables. Es el caso de las molestas co. Este hecho se agrava en ciertos árboles pelusas, tan abundantes, producidas por los cuyos fustes son de madera poco resistente a clones femeninos de los chopos canadienses la rotura, como el chopo canadiense. (Populus x canadensis), usualmente emplea- El desmochado favorece la formación dos en las choperas industriales de produc- de cavidades en los troncos. Estas cavidades ción intensiva para tableros. son muy utilizadas por la fauna (aves insec- tívoras, rapaces nocturnas, quirópteros, Los pinares relictos micharros o lirones, etc.) para refugiarse y Como reliquia de los pinares que cubrie- nidificar. También para gatos monteses, gar- ron antaño buena parte de la vertiente meri- duñas y martas e incluso para los linces ibé- dional de la Montaña palentina, subsiste el ricos. Frecuente es el caso de los nidos de pinar de la umbría de Peña Mayor, en las cigüeñas blancas. Incluso, a veces, las águi- cercanías de Velilla de Carrión. Los datos las reales nidifican sobre grandes árboles polínicos de las turberas indican que tan trasmochos. El árbol con huecos ocupados sólo hace 3000 años extensos pinares de por la fauna aprovecha los nutrientes mien- pino albar (Pinus sylvestris) cubrían lo que tras, además, recupera todos los minerales son ahora brezales y matorrales subalpinos. que se habían acumulado durante cientos de El haya todavía no había aparecido en la años en el interior de su tronco, auxiliado comarca. Al irrumpir la cultura céltica y por numerosos hongos descomponedores extenderse el incendio, insistentemente que realmente ayudan al árbol. Los hongos repetido en los montes, los pinares quedaron descomponedores de la madera han sido recluidos en zonas rocosas y el resto fue eli- vistos por algunos ojos miopes como maldi- minado. Contribuye a reforzar esta informa- ciones que no hacían sino amenazar grave- ción, la existencia de varios valles y lugares mente al arbolado. Sin embargo, además de de la Montaña palentina que ostentan el suministrar multitud de sustancias medici- topónimo Pineda, que expresa inequívoca- nales (anticancerígenos y potentes antileu- mente la abundancia pretérita de pinos. Con cémicos) parece que cumplen complejas y la eliminación de los pinares, la fauna típica valiosísimas funciones en el ecosistema de los bosques de coníferas tuvo que adap- forestal. tarse a los otros tipos de bosque, como ocu- El desmochado permite la extracción de rrió con el urogallo cantábrico en las acebe- maderas, leñas, mimbres, etc., sin que la das, aunque todavía encuentra refugio en fauna silvestre y doméstica (ungulados fitó- algunos pinares cantábricos relícticos, su fagos) afecte al rebrote joven, no necesitan- hábitat original.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 48 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

El pinar de Velilla se asienta sobre una nías de Velilla de Carrión y Peña Mayor, umbría de elevada pendiente y pedregosi- hasta Tosande e inmediaciones de Cervera dad, con ásperos roquedales calizos, donde de Pisuerga. En estas laderas soleadas apa- el suelo se cubre de gayuba (Arctostaphylos recen numerosas especies que podemos uva-ursi) o de alfombras mullidas de mus- encontrar con frecuencia en la Comarca del gos (Rhytidiadelphus triquetrus e Hyloco- Cerrato, pese a que nos encontramos por mium splendens) como en los pinares pire- encima de los 1100 m de altitud. Es el caso naicos, o con diversos lastones, como notable, por ejemplo, del tomillo rastrero Brachypodium pinnatum y B. sylvaticum. (Thymus mastigophorus). Éstas se mezclan Otros árboles y arbustos que se observan con otras propias de zonas más lluviosas de son: Fagus sylvatica, Sorbus aria, Junipe- la Cornisa Cantábrica y con numerosas rus sabina, Juniperus communis, Juniperus plantas rupícolas, al abundar los peñascos y thurifera, Ilex aquifolium, Salix caprea y pedregales. Todo ello origina una riqueza y Viburnum lantana. Plantas de las más comu- diversidad de plantas harto elevada. nes son: Daphne laureola, Lithodora diffu- En las estribaciones de Peña Mayor, sa, Clinopodium vulgare, Mercurialis aparecen esparcidos pinos albares (Pinus perennis, Fragaria vesca, Helleborus foeti- sylvestris), en recuperación por todos los dus, Melampyrum pratense, Campanula terrenos pedregosos circundantes. Entre los glomerata, Hepatica nobilis, Cephalanthera arbustos se cuentan, entre los más comunes: rubra, Epipactis atrorubens, Epipactis enebros corveños (Juniperus sabina) y helleborine, Teucrium scorodonia, Briza esquenas o enebros rastreros (Juniperus media, Stachys officinalis, etc. communis alpina), mareles (Prunus maha- Este pinar goza de un valor paisajístico leb), guillomos (Amelanchier ovalis), andri- y botánico más que notable, encontrándose nos (Prunus spinosa), agavanzos (Rosa en recuperación. En los brezales de las tomentosa y R. canina), espinos pudios inmediaciones, que han dejado de quemarse (Rhamnus alpinus), groselleros (Ribes alpi- hace unos años, los pinos jóvenes medran num), griñoleras (Cotoneaster integerrimus) con profusión y ocupan, de forma natural, y morrioneras (Viburnum lantana). Es espe- las áreas desarboladas. En otras zonas de la cialmente destacable la existencia de efe- Montaña se han realizado densas repobla- dras (Ephedra nebrodensis) en algunos ciones forestales de pino albar y algunas de roquedales soleados y protegidos de los pino negro (Pinus uncinata). vientos. Abundan asímismo las gayubas (Arctostaphylos uva-ursi) que tapizan el Los enebrales y encinares de montaña suelo, las aulagas (Genista scorpius y G. hispanica) y otras como: Daphne laureola, En las laderas rocosas y calizas de las Lithodora diffusa, Helianthemum croceum y estribaciones de la Montaña palentina con H. canun, Thymus mastigophorus, Thymus orientación meridional sobreviven de forma mastichina, Teucrium chamaedrys y Teu- relíctica comunidades de tipo mediterráneo crium polium. Entre las herbáceas conviven y xerófilo, como son las masas de Juniperus lastones (Brachypodium pinnatum) y otras thurifera, Quercus ilex y Quercus faginea gramíneas resistentes: Festuca hystrix, Fes- localizados desde Peña Lampa, en las cerca- tuca burnatii, Poa ligulata y Avenula iberi-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 49 ca. Aparecen orquídeas (Cephalanthera do un gran contraste entre la vegetación de damasonium, Epipactis helleborine y Epi- las secas solanas, con abundantes montes pactis atrorubens), eléboros (Helleborus bajos de encina, y la de las umbrías cubier- foetidus) y otras como Pimpinella tragium, tas de bosques de hayas con robles. En la Ligusticum lucidum, Arenaria grandiflora o tejeda de Tosande sorprende la densidad y las valiosas Arenaria aggregata var. canta- número de los tejos de talla descomunal. brica y Saxifraga conifera. Muchos superan un metro de diámetro y alguno incluso 1,5 m. En los rodales, el tejo Las mágicas tejedas domina la vegetación, si bien aparecen fre- cuentemente hayas (Fagus sylvatica), algu- No por su frecuencia sino por su gran nos robles albares (Quercus petraea), el originalidad destacan entre los bosques ibé- mostajo o mostellar (Sorbus aria), avellanos ricos, las tejedas o bosques de tejo (Taxus (Corylus avellana) y espinos pudios o amar- baccata), consideradas como reliquias de gosos (Rhamnus alpinus), así como algunos gran rareza de los bosques de coníferas de la saúcos (Sambucus nigra), zaranguénganos era Terciaria. Estos prosperaron en condi- (Ribes alpinum) y adelfillas (Daphne laure- ciones de humedad abundante y temperatu- ola cantabrica). La hiedra (Hedera helix), ras suaves en compañía de otras especies, trepa por árboles y arbustos. Abundan los tales como de los géneros Sequoia y Metase- tejos jóvenes, pero, en su mayor parte, muy quoia. El tejo, exigente en humedad ambien- recomidos por los abundantes ciervos de la tal y frescura, se encuentra salpicado en los zona. Entre las herbáceas acompañantes bosques de robles, hayas y mixtos, roquedos, prosperan las más adaptadas a las condicio- etc. Tolera la sombra intensa, gracias a lo nes de sombra y humedad atmosférica, que cual puede vivir bajo el espeso dosel de estos también podemos encontrar bajo las densas árboles, creciendo lentamente y alcanzando acebedas y hayedos: Mercurialis perennis, una longevidad considerable. Prefiere orien- Anemone nemorosa, Helleborus viridis ssp taciones septentrionales y sustratos rocosos, occidentalis, Corydalis cava, Polygonatum especialmernte calizos. Cuando el tejo es verticillatum, Euphorbia hyberna, Stellaria muy abundante, llega a formar bosques casi holostea, Arenaria montana, Sanicula euro- monoespecíficos, notablemente sombríos y paea, Melica uniflora, Teucrium scorodo- oscuros, debido a que sus perennes acículas nia, Melampyrum pratense, Poa nemoralis, llegan a permanecer verdes en las ramas Erythronium dens-canis. Se acompañan hasta 15 años. Bajo esta espesa cubierta, además de los helechos Polypodium vulgare escasean los arbustos y herbáceas, principal- y Dryopteris dilatatta. Casi todas estas plan- mente recluidos en los claros provocados por tas son de floración primaveral, antes de que la caída de algún pie decrépito o en los lin- las hayas broten y sombreen demasiado el deros de la masa forestal. suelo. En zonas cercanas, con suelo acidifi- En la Montaña palentina, cerca de Cer- cado, aparecen: serbales de cazadores o vera de Pisuerga, en el Valle de Tosande, argamones (Sorbus aucuparia), brezales de existe una de las tejedas más destacadas de cierta extensión (Erica australis y E. arbo- la Península Ibérica. En esta zona afloran las rea), álamos temblones (Populus tremula) y compactas calizas del Carbonífero, existien- abedules (Betula alba), con orlas retamoide-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 50 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro as de Genista florida y Cytisus scoparius. de acebos en los siguientes lugares: Carra- En verano en los claros aparecen flores vis- cedo, San Salvador de Cantamuda, Peraper- tosas como Lilium martagon y Digitalis tú, Los Redondos, Piedras Luengas, Braño- purpurea. sera y Salcedillo. Son masas relícticas, La rareza de este enclave obliga a consi- representantes de lo que fueron los antiguos derar su problemática. En primer lugar la y extensos acebales que el hombre favoreció regeneración se encuentra comprometida desde la antigüedad, por su utilidad para el por el excesivo ramoneo o mordisqueo de ganado y la fauna cinegética. En el Libro de los jóvenes tejos por los cérvidos, muy fre- la Monteria de Alfonso XI el Justiciero, cuentes en la zona. El tejo resulta tóxico escrito en el siglo XIV, ya se comentan los para los herbívoros, pero éstos pueden irse montes: “Azebeda de Salcediello “(Salcedi- acostumbrando con una adaptación progre- llo, cerca de Barruelo) y “El Azebal” de San siva y terminan comiéndolo con fruición Salvador de Cantamuda. El ganado vacuno, hipotecando el futuro de este bosque. Por especialmente las vacas tudancas de la otro lado, el auge y expansión actual del Montaña, se refugia en las acebedas y se ali- haya hace que numerosas hayas jóvenes menta de sus hojas, existiendo una estrecha compitan con los tejos. La tejeda, aunque correlación y mutualismo entre estos herví- protegida iniciamente por el dosel de nuevas boros y el espinoso acebo. hayas, llega a verse acorralada por el denso Las acebedas son bosques tan sombríos plantel de frondosas. Los tejos, entonces, que apenas permiten que la luz llegue al reducen la cantidad de flores y semillas y suelo, encontrándose éste cubierto de la terminan por languidecer, por lo que su copa hojarasca seca del acebo que tarda en des- se aclara. componerse. Sólo algunas especies son El Valle de Tosande se encuentra entre capaces de tolerar esta densa y permanente Cervera de Pisuerga y Guardo. Cerca de la cubierta, en general parecidas a las que pue- población de Dehesa de Montejo sale el den crecer en las tejedas, como Sanicula ramal que se dirige a la Montaña. La Tejeda europea, Corydalis cava, Blechnum spicant se encuentra en la muy pendiente umbría. Es o Melica uniflora. En algunos lugares se más fácilmente localizable en otoño e encuentran las densas matas de acebo dentro invierno, ya que se encuentra medio escon- de pastizales de diente en los que aparecen: dida en el hayedo. Lolium perenne, Cynosurus cristatus, Festu- ca rubra, Plantago major, Briza media, etc. Los acebales Numerosos animales silvestres, desde corzos, ciervos y liebres, hasta el urogallo El acebo se encuentra con frecuencia en cantábrico, zorzales y pequeñas aves, se la Montaña palentina, esparcido por los bos- refugian en invierno en los montes donde ques caducifolios de robles y hayas. A veces abunda el acebo, alimentándose con sus abunda de tal manera que llega a constituir hojas y frutos, por lo que llega a depender masas monoespecíficas: las acebedas o ace- su supervivencia del pinchudo arbolillo, bales. Este tipo de bosque aparece de forma especialmente durante las grandes nevadas dispersa y se encuentra actualmente en y ventiscas. Los animales dispersan las regresión. Se pueden destacar agrupaciones semillas junto a las de otras especies ornitó-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 51 coras, como los majuelos, andrinos, aligus- bios de mineral, el abedul es capaz de colo- tres, rosales silvestres, serbales de cazado- nizar los taludes, a menudo acompañado de res, mostajos, manzanos silvestres, saúcos, la escoba negra (Cytisus scoparius) y de etc., por lo que en las acebedas prosperan algunas gramíneas, como Agrostis truncatu- también dichos arbustos. la y Dactylis glomerata, por lo que pueden emplearse con éxito en los proyectos de res- Abedulares y tremoledas tauración ambiental, para evitar que la ero- sión arrastre minerales contaminantes de los El abedul (Betula alba) y el álamo tem- cursos de agua y embalses. blón (Populus tremula) son árboles caduci- folios pioneros, es decir, que ocupan terre- nos desnudos tras los incendios, cortas o El enebral de alta montaña vendavales que derriban hayas, pinos y Por encima de los 1600 m de altitud, el robles. Aparecen en suelos silíceos y fres- bosque pasa a convertirse en matorral de cos, con frecuencia embebidos en agua, enebros corveños y rastreros en mezcla con desde los 1100 a 1700 m. de altitud. Pun- ciertas leguminosas como el piorno (Cytisus tualmente bajan a altitudes mucho más bajas purgans). El enebro rastrero o esquena siguiendo los cursos de los grandes ríos de (Juniperus communis alpina) y el enebro la provincia, como ocurre con el abedul en corveño (Juniperus sabina) se encuentran la zona del Carrión por Saldaña o el álamo adaptados a condiciones extremas de frío y temblón en las Tuerces o Ribas de Campos. viento, no toleradas por las hayas y robles. Crecen rápidamente, pero su longevidad es En estos terrenos subalpinos, hasta cerca de reducida en comparación con otros árboles los 2000 m de altitud, si la roca es silícea, forestales, no superando en general los 120 como en el alto Carrión, aparecen además años. En varias localidades forman agrupa- las brecinas (Calluna vulgaris), los ráspanos ciones permanentes, que no son sustituidas o arándanos (Vaccinium myrtillus y V. uligi- por otros árboles. nosum) y los rosales alpinos o agavanzos En el abedular aparecen especies acidó- serranos (Rosa pendulina). Entre las herbá- filas, en especial los arándanos. También ceas, resultan comunes las conocidas Des- abundan: Poa nemoralis, Melica uniflora, champsia flexuosa, Solidago virgaurea, Melampyrum pratense, Adenostyles allia- Jasione montana, Hypericum richeri, Plan- riae, etc. Las tremoledas o bosquetes de tago alpina, Conopodium majus, Campanu- álamo temblón gozan de elevada estabilidad la hispanica, Campanula scheuchzeri y gracias a la profusión de brotes de raíz de Sempervivum vicentei cantabricum. Cuando este árbol. Numerosas tremoledas han sido la roca es caliza, se extienden los mancho- sustituidas por productivos prados de siega. nes rastreros de Juniperus sabina, Arctos- Frecuentemente aparece un sauce acompa- taphylos uva-ursi, los matorrales espinosos ñante, de color blanquecino o plateado: es el y almohadillados de Astragalus sempervi- endémico salce serrano (Salix cantabrica), a rens y los de Daphne laureola cantabrica menudo acompañado del cerezo de racimos con herbáceas como Festuca burnattii, o lilo montisco (Prunus padus). En las Anthyllis vulneraria y Agrostis rupestris. minas de carbón abandonadas, en los derru-

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En roquedos y pedregales, las agrupacio- de madera muy dura y densa, con grano fino nes de sabinar y enebral rastrero proliferan y homogéneo. extensamente, incluso apenas a 1200 m de Las densas formaciones de avellanos sil- altitud, como ocurre en la zona de la Peña, vestres o nochizos aparecen en terrenos desde Velilla de Carrión hasta la Sierra del frescos, profundos y ricos, en las lindes de Brezo y Valle de Tosande. En los enebrales y praderas y fincas, al pie de cantiles, etc. piornales de altitud, viven las liebres del También se vieron favorecidas y aumenta- piornal (Lepus castroviejoi) y las perdices das por el hombre, para el aprovechamiento pardillas (Perdix perdix hispaniensis). de sus frutos y de los troncos y ramas, utili- zadas en la elaboración de cestos y cuéva- Otras arboledas de la Montaña nos. Son muy visitadas por los osos pardos. En la Montaña palentina existen unos En algunos lugares, siempre sobre sus- bosquetes que destacan por el color blan- tratos silíceos, se pueden encontrar bosque- quecino de sus copas: son los rodales de tes de serbal de cazadores (Sorbus aucupa- mostellar o mostajo (Sorbus aria), especial- ria), llamado localmente amargoso o capu- mente en el alto Pisuerga. Este árbol crece rrio, capaces de establecerse como pioneros esparcido por la Montaña, aunque localmen- en los brezales, como ocurre en Salcedillo, te forma estas agrupaciones singulares, con Brañosera o alto Carrión. ejemplares de gran desarrollo. Aparecen dentro de robledales y hayedos, a menudo Praderas y pastos mezclados con otras especies de fruto En la Montaña palentina existen amplios comestible y dispersión zoócora, como pastizales y herbazales que, o bien son el manzanos y perales silvestres, majuelos, resultado de la destrucción del bosque origi- avellanos, etc. Entre las herbáceas aparecen: nario (praderas de siega y algunos pastiza- Primula veris, Helleborus viridis, Oxalis les), o bien aparecen cuando, por condicio- acetosella, Anemone nemorosa, Hepatica nes de frío, vientos constantes y altura ele- triloba, etc. También se desarrolla en terre- vada (más de 1600 m de latitud), no se desa- nos rocosos, principalmente calizos, así rrolla el arbolado. En las praderas de siega, como en zonas de canchales, mezclado con situadas en terrenos profundos, fértiles y guillomos (Amelanchier ovalis) y agracejos frescos, se desarrolla un herbazal muy (Berberis vulgaris). Gozan de un destacado característico, objeto de tradicional cuidado valor para la fauna cinegética y protegida y aprovechamiento, en donde aparecen (osos, jabalíes, ciervos, lirones grises, gar- diversas gramíneas: Arrhenatherum bulbo- duñas, etc.), debido a la maduración otoñal sum, Festuca pratensis, Poa pratensis, Ant- e invernal de sus alimenticios frutos. En hoxanthum odoratum, Dactylis glomerata, siglos anteriores se protegieron y favorecie- Holcus lanatus, Alopecurus arundinaceus, ron por medio de las antiguas ordenanzas, Cynosurus cristatus, Agrostis capillaris, ya que suministraban alimentos a los cerdos Trisetum flavescens. Acompañan a éstas: que se mantenían en el monte. Además, el Malva moschata, Rhinanthus minor, Brune- mostellar era empleado singularmente para lla grandiflora, Plantago media, Centaurea la fabricación de mangos de hacha, por ser nigra, Cardamine pratensis, etc.

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En las zonas con más humedad aparecen Jasione crispa, Gymnadenia conopsea, etc. las grandes y espectaculares concentracio- En terrenos más pobres y secos prospera nes de lirones (Narcissus pseudonarcissus) Agrostis truncatula, e incluso Sedum angli- que tan vistosos resultan en primavera (la cum y Deschampsia flexuosa. En los parajes denominación de lirón procede del latín más frecuentados por el ganado, en sestea- lilionem, relativo a “lirio”). En los bordes y deros y bordes de sendas, se desarrollan barrancos prosperan los herbazales de comunidades nitrófilas y ruderales con megaforbios (grandes hierbas vivaces, con abundancia de: Carduus nutans, Echium frecuencia umbelíferas) donde destacan: vulgare, Cirsium eriophorum, Cirsium fla- Heracleum sphondylium, Pimpinella major, vispina, Cirsium vulgare, Cirsium palustre, Angelica major, Peucedanum lancifolium y Urtica dioica, Arctium minus, Nepeta latifo- en zonas sombrías: Adenostyles alliariae. lia, Nepeta tueberosa, Plantago major, Estos herbazales de megaforbios presentan Chenopodium bonus-henricus, etc. una utilidad destacada: suministran en pri- Al finalizar el verano aparecen los típi- mavera cantidades considerables de alimen- cos quitameriendas o echapastores (Meren- to a los osos, ávidos consumidores de sus dera montana), que llegan a colorear de rosa tallos tiernos, que disputan a los jabalíes de los pastizales, no sólo de la montaña sino estas montañas. Estos últimos hozan y tambien del Páramo y de las cañadas en las devastan las praderas de siega, herbazales y cercanías de Palencia, como también la cultivos de forma generalizada (debido a su pequeña y abundantísima Scilla autumnalis. excesiva abundancia). En las zonas de mayor altitud, los pasti- En el entorno de prados de siega del zales varían en su composición según la natu- collado del mismo nombre, se encuentra la raleza del terreno. En los silíceos tapizan el viborera azul de Piedras Luengas (Echium suelo: Festuca indigesta, Festuca eskia, cantabricum), notable endemismo de la Agrostis rupestris, Deschampsia flexuosa, Montaña palentina, de hojas de gran desa- Juncus trifidus, Jasione crispa, Armeria can- rrollo y gruesa espiga floral. Se encuentra en tabrica, etc. En terrenos pedregosos de natu- grave peligro de extinción debido a su área raleza caliza, desde los 1600 y hasta más de relíctica, aunque depende del apacentamien- 2100 m de altitud, se encuentran las comuni- to del ganado y usos rurales tradicionales dades de Armeria cantabrica con: Anemone para su desarrollo. Sin embargo, otros cam- pavoniana, Pedicularis fallax, Sedum atra- bios recientes como la construcción de tum y Jasione crispa. carreteras, etc, afectan muy desfavorable- mente a ésta y otras especies de este valioso Los roquedos y canchales enclave palentino. Los roquedos y peñascales son consus- Los pastizales de diente, lugar de pasto- tanciales a la Montaña palentina y constitu- reo del ganado, contienen numerosas herbá- yen uno de los paisajes emblemáticos de ceas resistentes al pisoteo. Proliferan: Trifo- esta comarca, donde se refugian multitud de lium pratense, Trifolium repens, Agrostis especies botánicas. Al acercarse por el Pára- capillaris, Lotus corniculatus, Festuca mo a la Montaña palentina, destaca un gran rubra, Festuca ovina, Cynosurus cristatus, murallón de elevaciones calizas, conocido Centaurea lagascana, Jasione montana,

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 54 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro con el nombre de La Peña, dominado por cuentan: Allium palentinum, Campanula Peña Redonda, y en el que se incluyen desde arbatica, Campanula hispanica, Erinus alpi- Peña Lampa y Peña Mayor, en las cercanías nus, Petrocoptis glaucifolia, Saxifraga cana- de Velilla de Carrión, hasta Cervera de liculata, Globularia repens, Rhamnus pumi- Pisuerga. En las estribaciones de la Monta- la, Pimpinella siifolia, Asperula hirta, Anthi- ña, cerca de Alar del Rey, se encuentran Las rrinum braun-blanquetii, Crepis albida, Tuerces. Hieracium mixtum bombycinum,Hieracium En la Montaña palentina los roquedos y murorum, Hypericum nummularium, Arabis peñascos albergan numerosas especies des- cantabrica, Myosotis alpestris, Thymus pra- tacables por su originalidad y belleza. For- ecox, Galium saxatile, Sempervivum tecto- man las comunidades de plantas rupícolas, rum, Sempervivum cantabricum, Sempervi- desde las Tuerces y Velilla de Carrión, vum giuseppii, etc. En los canchales y pedre- donde todavía las encinas ocupan los ras se cuentan las valiosas comunidades de barrancos y laderas, hasta las altas cumbres especies de tipo alpino: Linaria saxatilis, de la provincia, en donde buscan refugio las Linaria alpina filicaulis, Euphorbia chama- raras especies alpinas. Destacaremos por su ebuxus, Crepis pygmaea, Rumex suffrutico- mayor valor las áreas peñascosas de tres sus, Mucizonia sedoides, etc. enclaves de la Montaña: Peña Labra y área En roquedos silíceos de altitud en el Alto de Piedras Luengas, Peña Redonda y Alto Carrión se encuentran: Murbeckiella boryi, Carrión (Curavacas a Fuentes Carrionas). Spergula viscosa, Saxifraga willkommiana y En los peñascos de Las Tuerces, por Hieracium pallidum. En los canchales silí- Villaescusa y Gama, aparecen numerosas ceos de altitud se cuentan: Ranunculus par- especies encaramadas en los riscos y pare- nassifolius cabrerensis, Linaria filicaulis, des rocosas: Rhamnus pumilus, Prunus Cryptogramma crispa, Poa cenisia fonque- mahaleb, Amelanchier ovalis y Corylus ave- ri, Sedum brevifolium, Sempervivum canta- llana, destacando además la flora refugiada bricum, Spergula viscosa y Festuca eskia, en el fondo de las “callejas” de roca, donde que escalan hasta los 2500 m de altitud. aparecen especies umbrófilas como Melica La mayor parte de las especies son rupí- uniflora, Lampsana communis, Hepatica colas y se localizan con frecuencia en terre- triloba, etc. Entre las herbáceas más desta- nos inaccesibles, lo que supone su mayor cadas: Anthirrinum braun-blanqueti, Asple- protección. Sin embargo, hay alguna de las nium trichomanes, Asplenium rutamuraria, especies que aparecen en pastizales y prade- Campanula hispanica, Campanula rotundi- ras donde pasta el ganado vacuno y que pre- folia, Saxifraga cuneata, Saxifraga conife- sentan cierta nitrofilia, como es el caso de la ra, Teucrium pyrenaicum, Chaenorhinum rara viborera de Piedras Luengas (Echium origanifolium, etc. cantabricum) y de Geranium subargenteum. En las zonas elevadas de la montaña En este caso, el mantenimiento de los usos palentina, en roquedos y cantiles calizos tradicionales en su justa medida, sin permi- desde 1400 hasta más de 2000 m, se encuen- tir el abandono ni la sobrexplotación, sería tran comunidades rupícolas de gran diversi- la medida más eficaz, además de intentar la dad y riqueza de especies, entre las que se multiplicación en alguna zona próxima, a modo de jardín botánico, para aumentar las

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 55 poblaciones demasiado exiguas. La creación Malojales y rebollares: bosques y matorra- de una reserva integral donde se prohibiese les de Quercus pyrenaica el acceso al ganado podría resultar contra- El malojal es el robledal maduro de producente. Por otro lado, debemos destacar roble malojo Quercus pyrenaica, roble de que para numerosas especies raras el mayor hoja tomentosa y grisácea adaptado a vera- peligro estriba en la recolección abusiva por nos secos e inviernos largos y fríos, como parte de aficionados y estudiosos, que a corresponde a buena parte de Castilla y veces reducen gravemente estas poblaciones León, entre 700 y 1800 m de altitud. Es un al herborizarlas o estudiarlas y de algunos roble silicícola estricto, prefiriendo granitos, “artistas”muy poco escrupulosos que se areniscas, cuarcitas y esquistos, y rehuyen- dedican a confeccionar, a cierta escala y sin do la caliza. En el Páramo crece sobre con- control, cuadros de flores alpinas secas. glomerados algo arenosos, gravas y arcillas. Por otro lado, en suelos muy superficia- LOS PÁRAMOS SEPTENTRIONALES les y en vertientes meridionales, donde llega (LA VALDAVIA, LA OJEDA, BOEDO...) a vivir con apenas 550 mm de precipitación En la comarca de Páramos y Valles anual, la mayor aridez estival permite el palentinos, la vegetación potencial domi- mantenimiento del monte bajo pero no así nante consistiría en extensos marojales del bosque alto y maduro, incapaz de resis- (robledales de roble malojo o marojo, Quer- tir tales condiciones, salvo en los suelos más cus pyrenaica), que, degradados por talas profundos y frescos. En la actualidad, tras continuadas, incendios repetidos y exceso varios ciclos de años especialmente secos, de ganado, han cedido su puesto a los se observa el puntisecado general de los rebollares (montes bajos densos de la misma árboles en numerosos montes de la región, especie), o a brezales y pastizales si se rea- sobre todo en las peores localizaciones. El lizaron roturaciones del monte para uso roble malojo soporta bien las heladas de agrícola. El suelo muy pobre y el clima Mayo gracias a su brotar tardío, que a veces extremado, permiten sólamente magras alcanza el mes de junio, y a lo aterciopelado cosechas de centeno, y tras el abandono del de sus ramillos y hojas jóvenes. cultivo, el terreno se puebla de paupérrimos Este roble frugal y áspero resiste con pastizales de terófitos pioneros. vigor toda suerte de dificultades provocadas Aunque predominan con gran diferencia por el hombre, gracias a la capacidad de los terrenos silíceos, en mucha menor medi- brotar de raíz con gran pujanza, originando da y de forma localizada, existen algunos montes bajos muy densos, capaces de sopor- terrenos neutros o calizos en el Páramo, tar, en buena medida, fuegos, cortas, mutila- ocupados por relícticas encinas y, más rara- ciones, etc., gozando por tanto sus masas de mente, robles albarejos. En esta comarca se gran estabilidad y homogeneidad. En estas han realizado extensas repoblaciones de agrupaciones, son raras otras especies de pinos, sobre todo de Pinus sylvestris y Pinus árboles aparte de Q. pyrenaica. De forma nigra, que han modificado el paisaje de dispersa, aparecen salpicados manzanos y amplias áreas desarboladas. perales silvestres (Malus sylvestris, Pyrus pyraster y Pyrus cordata) con cerezos sil- vestres (Prunus avium), como puede verse

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 56 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro en Osorno y Fresno del Río, o álamos tem- del bosque originario, pero alternando con blones (Populus tremula) y algún castaño matorrales y pastizales de múltiples espe- (Castanea sativa), como en el robledal de cies. Los pastos de esta zona abundan prin- Villaires, a pocos kilómetros de Saldaña. cipalmente en Avenula sulcata, Agrostis Esparcidos entre la masa, crecen también, truncatula, A. castellana, Dactylis glomera- aligustres (Ligustrum vulgare), algunos ta, Festuca arundinacea, Festuca ampla, acebos (Ilex aquifolium), mostajos (Sorbus Prunella hyssopifolia y Prunella laciniata. torminalis y Sorbus aria) y lianas trepado- Se extienden diseminados los brezales y ras como hiedras (Hedera helix) y madre- jarales, con mosaicos de gamones (Aspho- selvas (Lonicera periclymenum). delus albus y A. aestivus) y superficies más En los bordes del bosque, se localiza la o menos dilatadas de gayuba (Arctostaphy- orla retamoidea, formada por leguminosas los uva-ursi). arbustivas, como codesos (Adenocarpus En los rebollares claros del Páramo, complicatus) y escoba negra (Cytisus scopa- abundan los hongos comestibles heliófilos y rius). En la orla espinosa, destacan los silicícolas, como Boletus aestivalis y Cant- andrinos (Prunus spinosa), majuelos (Cra- harellus cibarius en verano y Boletus aereus taegus monogyna), rosales silvestres o aga- y B. regius en otoño. También llegan a abun- vanzos (Rosa canina) e incluso los groselle- dar localmente Amanita rubescens y la bus- ros (Ribes alpinum y R. uvacrispa), llama- cada amanita de los césares (Amanita caesa- dos zarangüénganos por estas tierras. Entre rea), esta última en rebollares muy estrope- las herbáceas, aparecen los densos corros de ados y claros, nunca densos, alternando con Melampyrum pratense y Melampyrum cris- brezales y gayubares. tatum, la salvia de bosque (Teucrium scoro- Entre los bosque y matorrales de Quer- donia), las vistosas peonías o rosas albarde- cus pyrenaica del Páramo, destacan los ras (Paeonia broteroi), localmente muy montes de Saldaña, Guardo y Osorno. Para abundantes, y las gramíneas Brachypodium acercarse, lo mejor es ir de Saldaña a Guar- pinnatum y Briza media, que tapizan el do. En las inmediaciones de Saldaña empie- suelo del bosque, a veces con la presencia zan los robledales de Q. pyrenaica, alter- de Melica uniflora en parajes sombríos. nando con repoblaciones de pinos. Hay Alternan por todas partes: Geum sylvaticum, varias entradas en el monte de Villaires, Val- Clinopodium vulgare, Stachys officinalis, cabadillo, Celadilla del Río, Fresno del Río, Campanula rapunculus, Hyacinthoides his- hasta el mismo Guardo y Mantinos. En la panica, Arenaria montana, Stellaria holos- zona de Osorno (yendo de Osorno hacia tea, Prunella grandiflora, Geranium rober- Alar del Rey, por la carretera de Santander), tianum, etc., extendiéndose localmente los se atraviesan los rebollares en varios luga- helechales de Pteridium aquilinum en las res, que, aunque estropeados, ofrecen nume- vaguadas y laderas más húmedas. rosas plantas típicas del bosque del Páramo. Cuando el bosque o marojal se estropea Los brezales aparece el rebollar, de la misma especie pero Tras los incendios, los brezos o urces de inferior talla, generalmente menor de 12 invaden los bosques y matorrales en el Pára- m, pero con gran densidad y dificultoso mo y la Montaña. Poseen una estrategia pio- tránsito, que conserva varias de las plantas

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 57 nera, favorecidos por la astronómica pro- teniendo así la estabilidad del brezal. Tras el ducción de semillas (a veces cientos de incendio, los brezos rebrotan con fuerza de miles por metro cuadrado) y por su adapta- las cepas y producen también un forraje tier- ción a condiciones de pobreza de nutrientes no, más apreciado por el ganado. del suelo, unido todo ello a la puesta en luz Cuando se imponen condiciones de tras la eliminación o aclarado del arbolado. mayor sequedad y calor, abundan más las Otra razón de la elevada estabilidad de los cistáceas, como chaguazos o jaguarzos brezales se debe al hecho de que la mayor (Halimium alyssoides, H. viscosum, Hali- parte de las especies del género Erica pro- mium ocymoides, Tuberaria vulgaris) y, en duce sustancias alelopáticas, que inhiben la menor medida, estepas (Cistus laurifolius). germinación y desarrollo de plántulas de Localmente pueden verse manchones de gramíneas y otras herbáceas, por lo que el cantueso (Lavandula stoechas ssp. pedun- suelo aparece parcialmente desnudo, acele- culata) e incluso de tomillo blanco (Thymus rándose los procesos erosivos, sobre todo zygis). Cuando el brezal se quema reiterada- cuando se encuentran en laderas pendientes mente aparece finalmente el pastizal claro Cuando los rebollares se estropean hasta de terófitos (anuales), tempranamente agos- el punto de que apenas queda ni rastro del tante, con predominio de Tuberaria guttata, árbol originario, los brezales dominan el Brachypodium distachyon, Cynosurus echi- matorral de degradación. Los suelos son natus, Logfia gallica, Micropyrum tenellum, silíceos, sueltos y pobres, y las precipitacio- Vulpia myuros, Vulpia bromoides, etc. nes de más de 600 mm, por lo que permiten Los brezales del Páramo se encuentran el desarrollo del brezal mixto, con numero- actualmente en regresión debido a su con- sas ericáceas: Erica australis, E. umbellata, versión reciente y gradual a bosque, tanto E. cinerea, Calluna vulgaris, Daboecia can- por repoblaciones de coníferas como por la tabrica, Erica vagans y Arctostaphylos uva- recuperación de los rebollares. Si no se que- ursi con la timeleácea Thymelaea ruizii. man los montes, se rompe el círculo vicioso Alternan en los parajes menos estropeados que mantiene estos matorrales. Entonces los algunas leguminosas como Genistella tri- brezos sucumben bajo la sombra de la vege- dentata, Genistella sagitale, Genista tación superior y se secan. Las grandes can- micrantha, Genista tinctorea e incluso Ulex tidades de semillas producidas durante años, europaeus. Esta agrupación vegetal leñosa esperan pacientes en el suelo durante largos se denomina también landa y es de caracte- periodos de tiempo la posibilidad de germi- rísticas netamente atlánticas. Todas las espe- nar tras el incendio forestal. cies de la landa rebrotan vigorosamente tras los fuegos, desarrollando cepas muy grue- Los pinares de repoblación sas. Algunas, como en el caso de Erica aus- tralis, alcanzan los 60 cm de grosor y sopor- En los años 50 del siglo XX se comenzó tan temperaturas elevadísimas sin morir, un ambicioso programa de repoblaciones grado que no alcanzan los rebollos. Los forestales con pinos en el Páramo palentino incendios repetidos impiden que las legumi- y leonés. Las especies más empleadas fue- nosas edificantes, sobre todo Cytisus scopa- ron Pinus sylvestris y Pinus nigra austria- rius y Genista florida, ocupen el lugar, man- ca y en menor medida Pinus pinaster. Fruto

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 58 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro de esta labor hay pinares de unos 45 años, sorprendente en cuanto a la riqueza de espe- con unos 9 a 12 m de altura, y otros más cies de hongos, casi todos simbiontes y jóvenes, en torno a los 25 o 30 años, que micorrícicos de los pinos. Hemos anotado alcanzan de 6 a 10 m. Las repoblaciones del más de 200 especies de hongos en estos Patrimonio forestal del estado supusieron la pinares. Este hecho ha dado lugar a una creación de unas extensiones arboladas muy nueva fuente de riqueza en la comarca, des- destacadas y un cambio de la fisonomía del tacando la zona de Osorno y la Valdavia, paisaje clara, especialmente en los páramos Saldaña, Ledigos, etc., que en los años apro- de la Valdavia, la Ojeda y boedao, así como piados obtienen cuantiosos beneficios de los zonas de la Montaña. hongos comestibles, principalmente Lacta- Para evitar la proliferación de brezos se rius deliciosus (níscalos o nícalos), aunque realizaron las plantaciones con gran densi- prosperan también otras especies valiosas, dad, quedando el matorral recluido en los como Tricholoma equestre, Tricholoma por- claros, bordes externos y pinares abiertos. tentosum, Hygrophorus marzuolus, Boletus Las especies de matorral que se observan edulis, Boletus pinicola, etc., todas ellas con con más frecuencia son: Calluna vulgaris, interesante futuro en cuanto a su aprovecha- Erica cinerea, Erica vagans, Arctostaphylos miento racional y sostenible. uva-ursi, etc. y, de vez en cuando, brotes de En cuanto a la fauna, en los pinos eleva- Quercus pyrenaica, generalmente poco dos crían ratoneros, azores, palomas torca- vigorosos, debido a que el pinar denso ape- ces, además de carboneros garrapinos, here- nas permite su desarrollo y a veces al resul- rillos capuchinos, etc. Los corzos, ciervos y tado de rozas incesantes del roble bajo el jabalíes encuentran aceptables refugios en dosel de las coníferas. Otra especie abun- estos montes. Una especie de ave, destaca- dante es Monotropa hypopytis (hypopytis ble en la sucesión ecológica y vegetal de significa “debajo de pinos”). En los últimos estos montes y de gran valor forestal, es el años se están comenzando las claras en arrendajo (también llamado gayo en Palen- estas plantaciones, que permitirán hacer cia), que esconde, durante el otoño, miles de “más naturales” a estos montes. bellotas de roble en los pinares y matorrales, Las repoblaciones jóvenes han supuesto favoreciendo claramente la restauración un refugio harto beneficioso para jabalíes, posterior del marojal o robledal originario. corzos y lobos, ya que las plantaciones jóve- Es preciso señalar que los pinos no nes, generalmente cerradas y acotadas, resultan un árbol ajeno a nuestra provincia suponen verdaderas reservas intocables. en épocas pretéritas. Los estudios paleobo- Animales como el aguilucho pálido también tánicos han constatado la existencia de pina- se ven favorecidos en los primeros años de res de Pinus nigra y Pinus sylvestris en la la repoblación, así como ciertos roedores, comarca de Aguilar de Campoo y Montaña como el ratón de campo, que llega a abundar palentina durante el Holoceno, hace unos extraordinariamente. Cuando el pinar denso 5000 años antes de Cristo. Localmente, han va creciendo, se secan las ramas inferiores pervivido pinares de Pinus nigra en las de los pinos (poda natural) y esto permite el vegas de los valles del Cerrato castellano, paso bajo el dosel arbolado. Escasea tam- no solo en el Holoceno sino hasta tiempos bién el matorral, pero se nota un aumento históricos.

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En el pasado los pinares tuvieron una nos permanentemente encharcados, desar- gran importancia en el territorio que hoy bolados y desprovistos de helófitos, como corresponde a nuestra provincia, especial- es el caso de las turberas de la alta Montaña mente en el Cerrato y la Montaña. Numero- palentina. Hay que destacar también aquí las sos restos de polen, maderas y piñas que se turberas fósiles existentes en el Cerrato, es han encontrado avalan que hasta la edad decir, turberas que se originaron hace unos Media, al menos, perduraban pinares exten- 4000 a 14 000 años, en la época inmediata- sos. Numerosos topónimos como Pineda, mente posterior a las glaciaciones, cuando Valdepineda, Pinedo o Pinedillo avalan ade- imperaban unas condiciones climáticas dife- más este hecho. Los pinares en las culturas rentes a las actuales y que han permanecido ganaderas no tenían un aprecio alto por intocadas hasta el momento actual. Estas parte del hombre. Al contrario, las frondo- turberas suministran una preciosa informa- sas, productoras de fruto y hojarasca para la ción sobre la vegetación y los cambios cli- cama del ganado, se consideraban estratégi- máticos que han tenido lugar en los últimos cas y mucho más valiosas frente a los pinos. miles de años. Además, los pinos, tras el uso del fuego, Las zonas húmedas, tanto lagunas y tur- sufren mucho frente a las frondosas. Tanto beras como riberas de ríos, arroyos y cana- es así que la acción del hombre tuvo mucho les, poseen un valor ecológico más que con- que ver con la reducción de estos paisajes de siderable, ya que además de ser áreas muy coníferas. reducidas, proporcionalmente a la totalidad del territorio, presentan unas comunidades LAS ZONAS HÚMEDAS Y RIBERAS de plantas y animales características, gene- Cuando el terreno goza de un aporte ralmente frágiles (fácilmente degradables). suplementario de agua exterior, aparte de la Asímismo, las riberas de los ríos constitu- lluvia, aparecen comunidades vegetales yen corredores ecológicos de importancia características. Pueden ser bosques de ribe- excepcional, pues conectan los distintos ra, donde aparecen árboles ávidos de agua, ecosistemas naturales, impidiendo la frag- formándose entonces alisedas, choperas, mentación de los mismos en poblaciones fresnedas, saucedas, olmedas, etc., según la aisladas y separadas entre sí. De ahí la especie dominante, o bien bosques mixtos importancia de su conservación. Asímismo, con numerosas especies mezcladas. la vegetación acuática filtra eficazmente Cuando domina la vegetación palustre aguas contaminadas con residuos orgánicos herbácea, en áreas permanentemente inun- e incluso tóxicos, actuando como un filtro dadas, se forman extensas comunidades de verde. helófitos, plantas altas con su parte inferior Hemos clasificado todas las zonas sumergida, como los carrizos y espadañas, húmedas de la provincia de la manera tan frecuentes en los bordes de ríos, canales siguiente: y lagunas de la provincia. Si la inundación -Bosques de ribera y parajes ribereños del lugar no es permanente, sino estacional, en ríos y arroyos. Pertenecen a las aparecen otras comunidades, como las pra- cuencas hidrográficas del Carrión y deras juncales, formadas sobre todo por jun- Pisuerga. cáceas y ciperáceas. También existen terre-

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-Lagunas y canales. Destacan las zonas completamente secos, no sobreviviendo de La Nava, del Canal de Castilla y más que los jóvenes. áreas próximas. - Turberas. Se incluyen tanto las turbe- El alisal ras de formación actual como las anti- Los bosques de alisos de la provincia de guas o fósiles. Palencia se ecuentran ligados claramente al río Carrión y sus afluentes. El aliso (llama- Los sotos o bosques de ribera do corrientemente en nuestra provincia Los bosques de ribera en Palencia apare- alisa, nombre muy relacionado con el vasco cen sobre todo en las cuencas de los grandes altza o el siberiano else) es propio de suelos ríos, Carrión y Pisuerga. La mayor parte de neutros, evitando los carbonatados y las estos bosques han sido destruidos, no que- cuencas de los ríos cuya cabecera sea emi- dando más que algunos vestigios del bosque nentemente caliza. ribereño originario. Sí que abundan, en Siempre con el suelo embebido en agua, cambio, manifestaciones más o menos estos bosques resultan muy frescos y som- degradadas, siendo más frecuentes las plan- bríos, y suelen quedar buena parte del año taciones de chopos y áreas de pastizales y inundados. En ellos dominan claramente los juncales. alisos, apareciendo otros árboles y arbustos Entre los bosques de ribera vamos a rea- en los claros o lindes. Así, podemos ver abe- lizar la siguiente tipificación: dules (Betula celtiberica), fresnos (Fraxinus angustifolia y F. excelsior), sauces (Salix a) Alisales o alisedas, concentradas en purpurea, Salix cantabrica, Salix atrocine- los tramos medios del Carrión. El aliso esca- rea, Salix elaeagnos, etc.), mundillos sea en el Pisuerga. (Viburnum opulus), arraclanes (Frangula b) Alamedas de Populus tremula en los alnus), cerezos de racimo (Prunus padus) y tramos medios y altos, concentradas sobre groselleros (Ribes rubrum y R. nigrum), así todo en la Montaña Palentina. como zarzales, rosaledas, majuelos y andri- c) Bosques mixtos de ribera de Populus nos, e incluso algunos robles melojos y alba, Salix alba, Populus nigra y diversos nogales asilvestrados. Abundan también las sauces en los tramos medios y bajos de los enredaderas, como el lúpulo (Humulus lupu- ríos principales. lus), madreselvas (Lonicera periclymenum d) Fresnedas de Fraxinus angustifolia. hispanica), hiedras (Hedera helix), etc. Ligadas sobre todo a áreas ganaderas, donde Entre las herbáceas destacan Stachys sylva- alternan con prados de siega o pastizales de tica, Equisetum fluviatile, Lithrum salica- diente. Se localizan en parajes con humedad ria, Carex paniculata, Digitalis parviflora, edáfica suficiente. Euphorbia amygdaloides, Senecio nemoren- sis, Scutellaria galericulata, Poa pratensis, e) Olmedas. Generalmente muy cerca- Poa trivialis, Epipactis palustris y Aceras nas a las poblaciones. En claro declive por antropophorum. la enfermedad de la grafiosis. En muchas olmedas, los árboles mayores se encuentran Es de enorme valor ecológico y belleza el Alisal de Valcavado y Villaires, situado en

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Los paisajes vegetales de Palencia 61 las inmediaciones del río Carrión en el tér- montes cercanos tienen encinares o quejiga- mino municipal de Saldaña, con entidad res, o en los alrededores de Saldaña, sino suficiente para constituir un monumento que también prospera en el Carrión entre natural o paisaje protegido, ya que formó Villoldo y la ciudad de Palencia, en plena parte del terreno boscoso del famoso Monas- Tierra de Campos, en los bordes de lagunas terio mozárabe de Valcavado, donde fue y áreas pantanosas. No debe confundirse escrito el brillante Beato del mismo nombre, con el álano cano (Populus canescens), de libro emblemático e histórico palentino. Allí características intermedias entre P. alba y P. los bosques de ribera originarios se mantie- tremula, que aparece en distintos lugares de nen bastante bien conservados en su flora y la mitad meridional de la provincia. fauna peculiares, protegiendo además la gran Los tremolares o tremoledas, es decir, los riqueza piscícola del Carrión, ya que los ria- bosques de P. tremula, en las zonas de la chuelos que allí abundan son verdaderos montaña aparecen desde los 900 a 1700 m de criaderos de truchas. El hecho de encontrar- altitud, cercanos a riachuelos y, con frecuen- nos abedules (Betula celtiberica) en llanura, cia, bordeando los prados de siega. También lejos de la Montaña palentina, supone ade- aparece mezclado con otros árboles caduci- más una gran singularidad botánica. folios de exigencias similares, como abedu- También aparecen frecuentemente los les (Betula celtiberica), robles (Quercus alisos desde Saldaña a la ciudad de Palencia, petraea), olmos de montaña (Ulmus glabra), muy ligados a las orillas del Carrión, prote- hayas (Fagus sylvatica), etc. giendo sus márgenes. Destacan, entre otras, Este árbol emite gran número de brotes La Verdera (sotos entre Saldaña y Lobera), o renuevos de raíz, por lo que da lugar a bos- así como en Renedo de la Vega y otros. quetes de ejemplares idénticos, del mismo Pocos kilómetros aguas arriba de Palencia, sexo, ya que este género es dioico. Encon- en el Carrión existió el Alisal de Husillos, de tramos en ellos sobre todo herbáceas exi- la abadía del mismo nombre, del cual sóla- gentes en humedad, como Arrhenatherum mente quedan retazos. bulbosum, Holcus lanatus, Rhinanthus minor, Carex paniculata, Pedicularis mixta, Tembledas o alamedas de temblón (Popu- Malva moschata, etc. Suelen mezclarse con lus tremula) el temblón sauces, como Salix caprea, Salix El álamo temblón (Populus tremula), es cantabrica, Salix atrocinerea y otras leño- una especie de tendencia orófila en España. sas higrófilas, tales como Frangula alnus, Aunque en el norte de Europa o en Siberia Prunus padus, Erica tetralix, etc. se encuentra en zonas bajas, en nuestras lati- En las tremoledas relictas de Tierra de tudes se refugia en áreas montañosas. En Campos, en el entorno del Carrión, los tem- Palencia, el álamo temblón ocupa sobre blones se encuentran bordeando lagunas y todo las partes altas de las cuencas de los pantanos, donde abundan plantas acuáticas, ríos Carrión y Pisuerga, en torno a arroyos y entre las que destacan Carex flacca, Carex zonas húmedas. Sin embargo, desciende por paniculata, Deschampsia caespitosa, Agros- las riberas hacia la meseta, apareciendo no tis castellana, Iris pseudacorus, Alisma solamente en áreas inferiores, como en las plantago-aquatica, Sparganium erectum y Tuerces, cerca de Alar del Rey, donde ya los

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Scutellaria galericulata. También aparecen (Mentha longifolia y Mentha suaveolens), al especies de bosque, como fresas (Fragaria lado de Potentilla anserina, de vistosas hojas vesca) o Arenaria montana y algunos arbus- plateadas, colas de caballo (Equisetum ramo- tos propios de zonas más lluviosas (en este sissimum, Equisetum arvense y E. fluviatile), lugar apenas se alcanzan los 400 mm, de ahí Epipactis palustris, Dactylorhiza elata, Pru- su enorme singularidad) como Rhamnus cat- nella vulgaris, Plantago major, Teucrium harticus, Cornus sanguinea, Corylus avella- scordium, etc. na, Ligustrum vulgare o Euonymus europa- Existen también en el entorno de los eus. Al ser relícticas y bordear zonas húme- sotos, riberas y cañadas, áreas de pastizal, das de grán valor ecológico, donde crían gar- denominadas praderas juncales, que consis- zas imperiales, aguiluchos laguneros, rasco- ten en agrupaciones de herbáceas que se nes, etc., estos parajes deberían ser conser- mantienen verdes buena parte del verano vados y protegidos. debido a la humedad del suelo y que se aprovechan por los rebaños de ovejas. En Los bosques mixtos de ribera del Carrión y ellas pueden verse juncos (Juncus gerardii, Pisuerga Juncus inflexus, Scirpus holoschoenus, etc.) En las zonas bajas de los ríos Carrión y y diversas gramíneas, como Lolium peren- Pisuerga, así como en los márgenes del ne, Cynosurus cristatus y Holcus lanatus, Canal de Castilla, se pueden observar nume- mezclados con mentas (Mentha suaveo- rosas plantas propias de zonas húmedas y lens), Prunella vulgaris, Cirsium pyrenai- riberas. Entre los árboles, destacan los ali- cum, etc. En las cercanas cañadas abunda el sos, ya apuntada su mayor abundancia en el cardo corredor (Eryngium campestre), muy Carrión, en mezcla con álamos blancos conocido debido a que en su base, cuando se (Populus alba), chopos (Populus nigra), seca, aparecen las setas de cardo (Pleurotus sauce blanco (Salix alba), mimbreras (Salix eryngii), tan buscadas por los palentinos en fragilis y Salix neotricha), olmos (Ulmus primavera y otoño. minor) y fresnos (Fraxinus angustifolia). Además del Carrión y Pisuerga, son des- Entre los arbustos, aparecen numerosas tacables los ríos Valdavia y Ucieza, que aun- especies de sauces de menor talla, llamadas que maltratados por encauzamientos exage- localmente salgueras, bardagueras o mim- rados y cambios artificiales de sus cursos brajos, como Salix atrocinerea, S. purpurea, naturales, conservan su valor ecológico con S. salvifolia, S. elaeagnos y Salix triandra. bosquetes y vegetación acuatica. Entre las herbáceas, abundan acuáticas diver- sas, como el junco grande (Scirpus lacustris), Otros sotos que alcanza los 2 e incluso los 3 metros de altura, junto a carrizos, espadañas y otras pro- Las olmedas, constituidas por densas pias de lagunas y bordes de agua, como las poblaciones de olmo o negrillo, también lla- conocidas Lithrum salicaria, Epilobium hir- mado en nuestra región negrillo, ocupan sutum, Epilobium angustifolium, Lycopus suelos frescos de naturaleza arcillosa, ricos europaeus, Lysimachia vulgaris, Althaea en nutrientes. Bajo la sombría cubierta arbó- officinalis, etc. Más alejadas del agua se rea de los olmos crecen algunas herbáceas, extienden otras especies, tales como mentas entre las que destacan Arum italicum,

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Brachypodium sylvaticum y Ranunculus (Butomus umbellatus) y, de forma dispersa, ficaria. En los bordes abundan los setos Alisma plantago-aquatica, A. lanceolatum, espinosos de zarzas (Rubus ulmifolius), Oenanthe silaifolia, Veronica anagallis- andrinos (Prunus spinosa), rosales (Rosa aquatica, etc. canina y Rosa agrestis), majuelos (Cratae- La especie que cubre mayores extensio- gus monogyna), etc. Fueron agrupaciones nes de la Nava es el junquillo (Carex divi- favorecidas por el hombre debido a su utili- sa), adaptado a los cambios estacionales del dad en agricultura y ganadería. Este bosque nivel del agua. En los bordes secos sorpren- está en trance de desaparición por los nefas- de la abundancia de nitrófilas y ruderales: tos efectos de la grafiosis. Cirsium vulgare, Cirsium arvense, Cirsium Las fresnedas de Fraxinus angustifolia pyrenaicum, Picris echioides, Hordeum hys- se encuentran ampliamente distribuidas por trix, Hordeum marinum, Sonchus asper, la provincia, pero muy reducidas en exten- etc., debido a la abundancia de ganado en la sión en los últimos años, debido en parte a zona y a que para la recuperación de la lagu- las extensas plantaciónes de chopos híbridos na se han tenido que realizar canales para en riberas y a la disminución de la impor- suministrar agua, con la consiguiente remo- tancia de la ganadería en muchos de nues- ción de terrenos. tros pueblos. Para acceder, hay que tener en cuenta que se trata de un espacio natural sensible, Lagunas de Tierra de Campos (La Nava y con áreas de nidificación de aves, que no zona del Canal de Castilla) deben ser visitadas (se encuentran señaliza- Una de las zonas naturales más emble- das). Hay amplios recorridos permitidos mática de Palencia es la Laguna de la Nava, donde pueden observarse tanto las plantas enclavada en plena Tierra de Campos y citadas como numerosas aves, entre las que actualmente en recuperación como reserva destacan, ánades reales, cigüeñuelas, ave- natural. Se encuentra situada en las cercaní- frías, garzas reales, aguiluchos laguneros, as de Fuentes de Nava y se compone de etc. y que pueden visitarse sin ocasionar amplias extensiones de vegetación acuática molestias. Para acceder a las mismas, se va inundada estacionalmente durante el otoño e de Palencia hasta Villamartín de Campos, y invierno, desecándose prácticamente en a continuación se coge el desvío de Fuentes verano. Sin embargo, la extensión actual es de Nava. A unos 5 kilómetros se divisa ya la una reducida reliquia comparándola con la extensa zona natural. extensión original. En las inmediaciones del Carrión y En las zonas con agua permanente se Canal de Castilla se encuentran abundantes extienden los espadañares de Typha latifolia zonas húmedas con características de lagu- y Typha domingensis, alternando con carrizo nas, con las mismas especies botánicas cita- (Phragmites australis) y diversos juncos: das anteriormente. Scirpus lacustris, S. maritimus, Juncus inflexus, Juncus gerardii, Eleocharis palus- Las turberas y llameras tris y Eleocharis uniglumis. En algunos Se trata en este caso de agrupaciones canales aparece el vistoso junco florido vegetales propias de terrenos inundados per-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 64 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro manentemente, constituidas por herbáceas encontrarse algunas áreas turbosas en el ali- o musgos, cuyos restos van formando la sal del Carrión, en las proximidades de Sal- turba al descomponerse en unas condiciones daña. donde falta el oxígeno. Hay turberas propias de terrenos silíceos, llamadas turberas oligo- trofas o ácidas, y otras de terrenos calizos, BIBLIOGRAFÍA llamadas turberas básicas o eutrofas. En nuestra provincia existen áreas de turberas - ALCALDE CRESPO, G., La Montaña palentina. ácidas en la Montaña palentina, rodeadas de Merino Ed. Tomo I a IV. Palencia, 1992. pastizales húmedos de altura, denominados - ALCALDE CRESPO, G., El Cerrato palentino. corrientemente cervunales. Dentro de las Cálamo. Palencia, 1997. turberas fósiles, destacaremos las del Cerra- - ALCALDE CRESPO, G., La Tierra de Campos to, asimilables a turberas básicas o eutrofas. palentina. Cálamo. Palencia, 1998. Las turberas ácidas aparecen en zonas - ALCALDE CRESPO, G., Boedo-Ojeda, Aguilar y Barruelo. Ediciones Cálamo. Palencia. 2000. encharcadas de clima frío y suelos silíceos, - ALCALDE, C.; GARCÍA-AMORENA, I.; donde el drenaje es deficiente. Se forman las GÓMEZ MANZANEQUE, F.; MALDONADO, típicas turberas con abundancia de musgos J.; MORLA, C.; POSTIGO, J. M., “ Estudio de los del género Sphagnum y herbáceas diversas, macrorrestos vegetales del yacimiento de Lomilla entre las que destacan, en los bordes, el vis- (Aguilar de Campoo, Palencia, España), en Anales del Real Jardín Botánico de Madrid, CSIC 59 (1): toso algodón de pantano (Eriophorum angus- pp. 101-112, 2001. tifolium y E. latifolium). También medran las - BELLOT, F. (1978). El tapiz vegetal de la Penín- atrapamoscas (Drossera rotundifolia) y las sula Ibérica. Blume. Barcelona, 1978, 421 pp. grasillas (Pinguicula vulgaris y Pinguicula - BURGAZ MORENO, A.R., Flora y Vegetación grandiflora), plantas carnívoras con viscosi- gipsófila de la provincia de Valladolid y sureste de dad en la superficie de sus hojas, que hace la de Palencia. Institución Cultural Simancas. que los insectos queden pegados. Así obtie- Valladolid, 1983, 200 pp. nen estos llamativos vegetales las proteínas - CEBALLOS, L., Los matorrales españoles y su significación. Escuela Especial de Ingenieros de en un medio que carece prácticamente de Montes. Sección de Publicaciones. Madrid, 1945, ellas. Otras especies presentes son Carex 73 pp. nigra, Carex echinata, Viola palustris, Pedi- - CEBALLOS, L., Mapa Forestal de España. Minis- cularis mixta, Pedicularis verticillata y Nar- terio de Agricultura. Dirección General de Montes, dus stricta. En los bordes de la turbera son Caza y Pesca Fluvial. Madrid, 1966. frecuentes algunas leñosas adaptadas a estos - FONT QUER, P., “La Vegetación”, en Geografía de España y Portugal. Tomo II. Edit. Montaner y medios, como Erica tetralix, Genista anglica Simón. Barcelona, 1954, pp. 143-271. y, en algunos lugares, el arándano de monta- - FRANCO JUBETE, F., Cultura vitivinícola del ña (Vaccinium uliginosum). Cerrato castellano. Itagra-Caja España. Palencia, En Palencia, podemos encontrar turbe- 2005. ras acidófilas en diversos puntos de la zona - FRANCO JUBETE, F., “Agricultura y despobla- ción rural en Palencia”, PITTM, 78 (2007), 90 pp. alta de la Montaña palentina, como en la - FRANCO MÚGICA, F., GARCÍA, M., MALDO- umbría de Peña Labra o en el Valle de NADO, J., MORLA, C., SAINZ, H., “The Holoce- Vidrieros y Pineda, localizadas en vaguadas, ne history of Pinus forests in the Spanish nothern cerca de arroyos o fuentes. También pueden meseta”, en Holocene 11 (3), 343–358, 2001.

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Talud en terreno con yeso en el Puerto de Soto de Cerrato, donde la arvejana roja (Hedysarum boveanum palentinum), estirpe endémica del Cerrato, prolifera con sus vistosas flores. Esta planta palentina, que nece- sita terrenos removidos, es muy útil como forrajera y melífera.

Arvejana roja del Cerrato (Hedysarum boveanum palentinum), valiosa planta aprovechada tradicionalmente por el ganado ovino y caprino. Estas plantas ligadas al entorno de cañadas ganaderas, se enrarecen hasta desaparecer cuando se suprime el ganado extensivo y la trashumancia.

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Cuestas y páramos del Cerrato palentino. Las repoblaciones de pino carrasco (Pinus halepensis) sirven de sustrato preferente para los nidos de numerosas aves amenazadas, como diversas rapaces (águila culebrera, real, calzada, azor, etc.) Además, poseen una sorprendente diversidad y riqueza micológica.

Soto de Cerrato. Microrreserrva de Flora. Monte de roble albarejo (Quercus faginea). Este roble es el más extendido en la provincia, desde el Cerrato hasta las estribaciones de la Montaña, donde ocupa las solanas meridionales.

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Encina multisecular en el Monte el Viejo de Palencia. Los encinares han sido las formaciones naturales más extendidas por la provincia, incluso en las estribaciones de las montañas cantábricas en la comarca de la Peña. Se cuidaban y respetaban los ejemplares monumentales, que servían de imprescindible sombra para el ganado y las personas, así como de suministro de bellotas para el ganado porcino.

Pastos de tipo majadal en Castrillo de Onielo, que se mantienen tradicionalmente con ganadería ovina chu- rra. Son comunidades vegetales de alta diversidad botánica y micológica.

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Turma (Terfezia claveryi), especie de trufa asociada a la hierba turmera (Helianthemum salicifolium), pequeña herbácea anual esteparia, propia de majadales que se conservan por el ganado extensivo.

Rama de bellemo blanco o membrilluco (Cotoneaster tomentosus), extendido por los montes del Cerrato, aunque muy escaso. En la Montaña aparece una especie similar, Cotoneaster integerrimus.

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Pino pudio (Pinus nigra) en el monte de Valle de Cerrato. Este pino abundaba en las vegas de nuestras comarcas, tanto en el Cerrato como en la zona norte (Comarca de Aguilar de Campoo) hace 2000 años. Su extinción tuvo que ver con la dificultad de regeneración ante la presión agrícola y ganadera.

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Repoblación forestal de Pinus halepensis realizada por el Patrimonio Forestal del Estado en el Cerrato palentino en 1956. En uno de los árboles aparece un nido de azor.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 72 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

Pinar de pino negral (Pinus pinaster) en los páramos de la Valdavia, con un claro con brezal y regeneración de roble. Realizada la repoblación por el Patrimonio Forestal del Estado hacia 1952.

Hojas de roble malojo o tocio (Quercus pyrenaica), el roble más frecuente en los terrenos silíceos de los páramos y montañas de la mitad septentrional de la provincia.

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Monte robledal de Tablares con abundancia de Quercus pyrenaica y presencia de Quercus petraea, donde la Diputación de Palencia realiza una gestión forestal para favorecer la biodiversidad y la producción micológica.

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Plantación de pino albar (Pinus sylvestris) de Valdepoza realizada por el Patrimonio Forestal del Estado.

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Tejeda de Tosande, una de las agrupaciones de tejos más destacadas de España.

Detalle del roble carbajizo (Quercus orocantabrica), especie de porte arbustivo o rastrero y frecuente en la alta montaña palentina, donde sirve de alimento a los rebecos y osos pardos.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 76 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

Monte Corcos de Guardo, robledal de Quercus petraea y Q. pyrenaica resultado de la trasformación de un monte trasmocho en masa regular de monte alto.

Hayedo palentino aclarado para favorecer la regeneración del tejo, mostajos y otros árboles.

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Boletus pinophilus en el mes de mayo en el Monte de Valdepoza (Saldaña), monte de alta diversidad y productividad micológica.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 78 Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro

Planta micorrizada de Pinus nigra salzmannii en la repoblación forestal de Villanuño de la Valdavia, donde se realizan investigaciones sobre montes que han sufrido incendios.

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Lagunas asociadas al Canal de Castilla, zona de excepcional valor de flora y fauna de Palencia.

Riberas del Canal de Castilla en invierno.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 CONTESTACIÓN AL DISCURSO DE D. JUAN ANDRÉS ORIA DE RUEDA SALGUEIRO Fernando Franco Jubete Académico Numerario

ILMO. SR. DIRECTOR rino destinada a impartir la asignatura de SRAS. Y SRES. ACADÉMICOS Botánica Forestal, en la recién creada titula- ción de Ingeniero Técnico Forestal. Llegaba SEÑORAS Y SEÑORES precedido por comentarios muy favorables sobre sus conocimientos y su dominio de la materia, que nos sorprendieron a los profe- La Institución Tello Téllez de Meneses, sores que formábamos parte de la Junta vinculada al Centro Superior de Investiga- Directiva de la Escuela, porque era un inge- ciones Científicas a través de la Confedera- niero de montes recién egresado. Me lo con- ción Española de Centros de Estudios Loca- firmó unos meses después Antonio Notario, les, acoge en su seno a todas aquellas perso- director de la Escuela de Montes de Madrid, nas que se distinguen por su actividad, dedi- alabándome el gran fichaje que habíamos cación y estudio en beneficio de la provincia hecho y su impotencia institucional y la del de Palencia. En su Reglamento se indica que catedrático de Botánica Juan Ruiz de la la propuesta de nuevos Académicos sea rea- Torre, por no haberlo podido impedir, por lizada al Pleno de la Institución por tres de haber dejado escapar de su Escuela a un sus miembros y que, una vez aprobada dicha joven profesional tan capacitado y con tan propuesta, uno de ellos se encargue de darle gran porvenir en el mundo de la docencia y la bienvenida y de contestar a su discurso de de la investigación. “Ya comprobareis lo ingreso. Mis compañeros en la propuesta de que te estoy adelantando, porque la Botáni- Juan Andrés Oria de Rueda como Académi- ca y Juan Andrés van a tener un activo pro- co, Doña Juliana Luisa González Hurtado y tagonismo en vuestra Escuela en los próxi- Don Pablo García Colmenares, han cedido mos años”, concluyó categóricamente el amablemente a mi ofrecimiento de actuar de Director de la Escuela de Montes. anfitrión del nuevo académico y, al mismo Han pasado veintiséis años desde aquél tiempo, justificar la decisión de dicha pro- vaticinio que, por su singularidad y firmeza, puesta, hoy aquí ante todos Ustedes. yo no he olvidado, y muy pronto pude com- Conocí a Juan Andrés cuando se incor- probar que comenzaba a cumplirse. No he poró en 1989 a la entonces denominada contado nunca esta anécdota, ni al propio Escuela Universitaria Politécnica Agraria, Juan Andrés, quizá porque estaba esperando tras ganar una plaza de profesor titular inte- un momento tan solemne como este, no sólo

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Contestación al discurso de D. Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro 81 para explicarles a Ustedes los comienzos de nierías Agrarias, y de reconocimiento y la excepcional trayectoria profesional de aproximación de la Institución Tello Téllez Juan Andrés en la Escuela, sino también hacia la labor que desempeñamos todos los para rendir un pequeño homenaje a nuestra universitarios que trabajamos en la Escuela, profesión de docentes en la figura de dos así como de respeto hacia sus propios oríge- catedráticos firmes defensores de su profe- nes. No se olviden que esta Institución se sión y de su Escuela. denomina Tello Téllez de Meneses en La Institución Tello Téllez de Meneses recuerdo del célebre obispo que, a princi- acaba de iniciar, con la lectura del discurso pios del siglo XIII, transformó las Escuelas de Juan Andrés Oria de Rueda, una nueva Catedralicias en el primer Estudio General etapa en su trayectoria histórica. Permítan- de España, en la primera Universidad de me que yo, al menos, lo piense así. Y lo España, de cuya herencia nació, así quiero pienso y afirmo, no sólo porque es el primer creerlo yo, la Universidad de Valladolid. académico que se incorpora a la Tello tras Como he expresado, la trayectoria constituirse como nueva Institución, con docente e investigadora de Juan Andrés en personalidad jurídica propia, reformar sus la Escuela ya era predecible antes de incor- estatutos y adaptarse a la nueva legislación porarse, pero su integración en la vida vigente, sino porque es un académico atípi- palentina, su rápido dominio de la geografía co que va a incorporar sus conocimientos palentina y del medio natural palentino y su científicos y sus grandes virtudes humanís- transformación en un auténtico experto en ticas a la Academia. las costumbres y tradiciones rurales y arte- Juan Andrés es el tercer ingeniero que se sanas palentinas, relacionadas con los apro- incorpora a la Institución, hecho hasta ahora vechamientos de los bosques, fue realmente lógicamente infrecuente, considerando que sorprendente. Hoy ya no sorprende a nadie los ingenieros no solemos ser duchos en his- después de la reciente concesión del Premio toria, letras y bellas artes. A Juan Andrés y a Castilla y León de Protección del Medio mí nos precedió y abrió camino, en la Insti- Ambiente, entre otras razones “por la con- tución y en la Escuela de Ingenierías Agra- fluencia en su persona de la excelencia aca- rias, don Pablo Lalanda Carrobles, al que démica, el arraigo en Castilla y León, la hoy quiero recordar, como lo hice el día en trascendencia divulgativa y científica de su que leí mi discurso, no sólo porque fue el obra, en la que se ha alcanzado un conoci- auténtico creador ejecutivo de la Escuela miento exhaustivo del territorio castellano y Universitaria de Ingeniería Técnica Agríco- leonés, y por el impacto social y económico la, sino por haber puesto una pica ingenieril de su trabajo”. Unos méritos que ha alcan- en el Flandes de la historia, las letras y las zado por su decidida e inmediata voluntad bellas artes de la exclusiva denominación de de demostrar la adopción de un palentinis- la Academia. Son dos razones por las que, mo militante a través de su enamoramiento probablemente, sin él hoy no estaríamos del territorio palentino, no sólo por medio aquí ni Juan Andrés ni yo. Pero también es de la Botánica, sino particularmente de la una demostración de madurez, de poso his- Etnobotánica, preocupándose de conocer y tórico y de absoluta vinculación con Palen- asumir como propias las relaciones de las cia, de la Escuela Técnica Superior de Inge- gentes palentinas con las plantas y las setas

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 82 Fernando Franco Jubete y hongos. Los conocimientos científicos y ros e incluso en la repoblación con pinos, ecológicos siempre han ido, en Juan Andrés, está incidiendo muy negativamente en la unidos a los culturales, costumbristas, eco- conservación del medio natural. Sólo la ren- nómicos, gastronómicos y turísticos, porque tabilidad racional del medio natural puede siempre resalta las virtudes simbolizadas permitir su conservación eficaz. por las plantas: las ideas de renovación, de Una clara y valiente expresión de su vida multiplicada y abundante, de familiari- defensa integral del medio natural y rural, dad e interdependencia con los seres huma- siempre indisolublemente unidos en la men- nos de cada territorio. talidad científica, ingenieril y auténticamen- Para Juan Andrés la provincia de Palen- te práctica del nuevo académico. Y permí- cia posee unos valores naturales que no des- tanme que se lo demuestre con un ejemplo merecen de los artísticos o culturales de otra tomado de su propio discurso, que adquiere índole. La sorprendente diversidad de sus una total actualidad en relación con la con- comarcas, lleva pareja una riqueza especta- servación de los viejos chopos, álamos y cular en cuanto a ecosistemas naturales y sauces de las riberas del río Carrión, que paisajes. Aunque hay personas que identifi- defienden los ecologistas urbanitas, tan pre- can la provincia de Palencia con las inhóspi- sentes siempre en los medios de comunica- tas estepas de Tierra de Campos y los áridos ción, a pesar de los riesgos de accidentes y páramos del Cerrato, Juan Andrés se empeña las incómodas pelusas que su floración nos en demostrar y resaltar la sorprendente provocan. Juan Andrés defiende los árboles variación de ambientes y de paisajes natura- trasmochos, el desmochado como “una téc- les de la provincia de Palencia. Y lo ha nica antiquísima, propia de los paisajes rura- defendido, no sólo en sus innumerables artí- les tradicionales europeos de base neolítica culos científicos y divulgativos, sino, sobre y digna de conservarse por su utilidad, no todo, a través de sus libros que han alcanza- solamente en jardinería, sino también en do una gran popularidad y difusión. En ellos paisajismo histórico y ecología del paisaje expresa que la diversidad de los ecosistemas cultural y natural”. y la multiforme riqueza del paisaje palentino Les remito a la lectura de la parte del es un auténtico mosaico creado por la acción discurso que Juan Andrés dedica a dichos antrópica a través de los usos tradicionales y árboles, que en Palencia denominamos tienen una estrecha relación con la cultura y mochas, y su crítica a los naturalistas que el patrimonio lingüístico. criminalizaron a nuestros antepasados y a La defensa de los usos, costumbres y quienes defienden la recuperación del des- tradiciones rurales, en relación con las plan- mochado, “un sistema tradicional de apro- tas y los bosques, son para Juan Andrés una vechamiento forestal renovable, que poten- prioridad. Expresa y justifica que el abando- cia la biodiversidad maximizando la recu- no de muchas costumbres en los aprovecha- peración de especies de animales y plantas y mientos tradicionales de frutos comestibles, crea un paisaje singular, característico de leñas, pastos, resinas, aceites esenciales, nuestra tierra”. Un paisaje que ha desapare- hongos, plantas medicinales, apícolas, orna- cido de Palencia capital y de buena parte de mentales, aromáticas y condimenticias, en nuestra provincia. Recuerden ustedes la los usos cinegéticos, recreativos y ganade- carretera del Monte El Viejo, las riberas de

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 Contestación al discurso de D. Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro 83 la mayor parte de los arroyos del Cerrato y vegetales con su denominación científica y numerosos sotos, vaguadas y linderos situa- vernácula, hasta dominar y diversificar dos en múltiples localizaciones de todas las nuestro patrimonio lingüístico. comarcas palentinas. Podemos empezar a Afortunadamente la “creciente preocu- recuperarlo en las riberas urbanas del río pación por el Medio Ambiente y su conser- Carrión. vación ha hecho aumentar, de forma genera- Del mismo modo, en todos sus libros y lizada y espectacular, el interés por el cono- artículos, Juan Andrés defiende y utiliza cimiento de la Naturaleza en amplios secto- siempre las denominaciones vernáculas, el res de la población, hasta el punto de que excepcional patrimonio lingüístico de nues- ciencias como la Botánica, consideradas tro pueblo, acumulado a lo largo de nuestra hasta hace poco parcelas de dominio exclu- historia, en relación con los montes, la flora sivo de estudiosos especialistas como Juan y la naturaleza, que es una valiosa muestra Andrés, han pasado a ser motivo de esparci- de la riqueza y vivacidad del lenguaje. Por miento, conversación popular e incluso de ello, expresa la necesidad de conservar, al viajes ecoturísticos”. Una creciente dedica- igual que las plantas y animales escasos y ción del tiempo libre al disfrute y consumo amenazados, las palabras, los localismos que del patrimonio ecológico que no es ajena a designan a las plantas y sus distintos estadios la gran labor divulgadora que realiza, cons- y fases de crecimiento, ante la simplificación tantemente Juan Andrés en Palencia y Casti- lingüística propia de los tiempos que corren. lla y León, a través de su actividad docente A lo largo de su discurso han podido magistral y de sus libros y guías sobre los Ustedes comprobar, en palabras del nuevo bosques, los árboles y arbustos y los hongos académico, la gran riqueza florística de la y setas de nuestra tierra. provincia de Palencia generada por su dis- Juan Andrés nació en Madrid y vino a posición geográfica norte-sur vertical y alar- Palencia por razones laborales, pero hoy es gada y cuyos factores climáticos, fisiográfi- tan palentino como el río Carrión que, como cos, edáficos e históricos originan un mosai- afirmó Francisco Vighi, otro gran ingeniero co ecológico. Han recorrido Ustedes la gran palentino y poeta, también nacido en diversidad de escenarios creados por sus Madrid, en su poema “Romance de la vida y comunidades vegetales: las mágicas tejedas, muerte del río Carrión”: los pinares relictos, los umbrosos abedulares y tremoledas, los acebales recónditos; los Por no ir a Valladolid cerrados hayedos; los más próximos y fre- -cosas del nacionalismo-, cuentes encinares, robledales, malojales, se suicida junto a Dueñas coscojares y matorrales; las laderas yesífe- arrojándose en el río ras aromáticas del Cerrato y la importancia Pisuerga, labrador manso, ecológica e histórica de los árboles trasmo- chos. Espero que, con su lectura reposada, competidor y enemigo. aprendamos todos a conocer mucho mejor Nace y muere en la provincia; nuestros paisajes, a visitarlos, vivirlos y no hay otro más palentino acercarnos a la realidad de su naturaleza; Recen por él un responso que aprendamos a reconocer sus especies los frailes de San Isidro.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 21-84, ISSN 0210-7317 84 Fernando Franco Jubete

Y afirmo su palentinismo porque, como En nombre de todos los compañeros de expresa el aforismo, uno es de allí donde la Institución Tello Téllez de Meneses te vive, pace y nacen sus hijos y Juan Andrés brindo nuestra cordial bienvenida. A quienes vive en Palencia capital, pace y disfruta en te conocemos de antiguo nos resulta fácil los ecosistemas palentinos, tiene tres hijos vaticinar que te encontrarás muy a gusto en de sangre nacidos en Palencia y cientos de esta casa y que, en múltiples ocasiones, nos hijos, que todos los años crecen en número, felicitaremos por poder contar contigo, por- y nacen como botánicos, micólogos e inge- que seguirás enriqueciéndonos con nuevos nieros forestales en las aulas de la Escuela, estudios, artículos y trabajos que divulgarán tras vivir el entusiasmo y apasionamiento las excelencias de nuestra tierra palentina. con los que Juan Andrés comunica sus Y a todos Ustedes, muchas gracias por conocimientos. Con los que también trasmi- su atención. te su singular y excepcional personalidad, su bondad, su disponibilidad siempre amable y solícita y su buen humor a flor de piel siem- pre dispuesto a ofrecerlo, a diario o culmi- nando cualquier evento, a través de sus poe- mas sencillos y divertidos.

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ITINERARIO PALENTINO DE FERNANDO IV DE CASTILLA (1295-1312)* César González Mínguez Universidad del País Vasco. Vitoria

RESUMEN: Los itinerarios reales no han sido un tema muy estudiado por la historiografía a pesar de su inte- rés, en la medida que permiten la reconstrucción exacta de las coordenadas espacio-temporales de cualquier reinado. El objetivo del presente trabajo, tras una pinceladas de carácter metodológico, es reconstruir la pre- sencia de Fernando IV por tierras palentinas, al tiempo que significar la importancia estratégica de este terri- torio en los años de transición del siglo XIII al XIV. PALABRAS CLAVE: Edad Media, Corona de Castilla, Palencia, Fernando IV, itinerario real.

FERDINAND IV OF CASTILES’S ITINERARY IN THE TERRITORY OF PALENCIA (1295-1312). ABSTRACT: Royal itineraries have not been widely studied by historians despite their interest, as they allow accurate reconstruction of the space-time coordinates of any reign. The aim of the present work, after a few touches of methodological character, is to reconstruct the presence of Ferdinand IV in the territory of Palen- cia, while demonstrating the strategic importance of this region in the years between the thirteenth and four- teenth centuries. KEY WORDS: Middle Ages, Kingdom of Castile, Palencia, Ferdinand IV, royal itinerary.

IN MEMORIAM breve semblanza de mi biografía y fruto de Permítanme que comience esta confe- su enorme saber añadió a lo dicho por mí rencia haciendo alusión a un hecho ya muy algunos nuevos datos sobre los tejedores lejano pero de enorme significado para mí. palentinos extraídos de las Actas Capitula- El día 29 de mayo de 1992 pronuncié en el res del siglo XV. No olvido las palabras que Salón de Actos de la Diputación Provincial entonces pronunciara don Santiago Francia mi discurso de ingreso como Académico en a propósito de ciertos objetivos irrenuncia- la Institución «Tello Téllez de Meneses», bles, presentados como un auténtico deside- con una disertación titulada «Los tejedores rátum: «para que desde la atalaya de la Ins- de Palencia durante la Edad Media». Tuve titución el saber histórico y la luz de nues- el honor de que fuera contestado por un ilus- tro pasado siga iluminando la andadura de tre Académico, don Santiago Francia Loren- este pueblo, porción entrañable de la recia zo, que con inmensa generosidad hizo una y fecunda Castilla, por los caminos de su

* Texto de la sesión científica celebrada el día 9 de octubre de 2014. 88 César González Mínguez identidad hacia metas de prosperidad y En la historiografía actual, en ocasiones grandeza». Y es cierto que desde entonces excesivamente ideologizada, combativa y mucho se ha hecho en ese sentido, pues la reivindicativa, no es tarea fácil hacer un historia de Palencia no ha dejado de hueco, por pequeño que sea, a una temática ampliarse y enriquecerse con las más varia- que ha estado tradicionalmente abandonada, das perspectivas de análisis. como son los itinerarios reales, aunque pare- Hace tres semanas don Santiago Fran- ce indiscutible la importancia que su ade- cia, con cuya amistad me he honrado desde cuada reconstrucción tiene para el conoci- 1971, nos dejó para siempre. Concluyó su miento de la historia de un reinado. Tampo- vida terrena para iniciar la eterna pero, co tuvo ese hueco en épocas pasadas, cuan- siguiendo la inspiración de los rotundos ver- do la historiografía de corte positivista, bien sos manriqueños, no podemos olvidar el centrada en los estudios biográficos o de legado de su fama como deán de la Catedral historia política, podía haber sumado puntos de Palencia, archivero de la misma y fecun- a un empeño que, en lo fundamental, es de do historiador, y lo que acaso sean más simple acumulación de datos aunque de importante, también como excelente perso- indudable valor y utilidad, en la medida que na que siempre acogió con entusiasmo a supone un aporte de materiales susceptible todos los que pretendieron su ayuda y a de posteriores aprovechamientos desde las 1 nadie negó su amistad. Descanse en paz. más variadas perspectivas . En sintonía con esa característica gene- A PROPÓSITO DE LOS ITINERARIOS ral, el paisaje que nos presenta el estudio de REALES. los desplazamientos reales en los reinos La historia, como disciplina científica, medievales hispanos contiene, ciertamente, comparte dos objetivos irrenunciables, el de numerosas lagunas. A decir verdad, la pro- la reconstrucción lo más fiel posible del ducción bibliográfica sobre itinerarios pasado y el de la interpretación de ese pasa- regios en las últimas décadas, tanto en Espa- ña como en el resto de Europa, no ha sido do. Lo primero puede llevarnos hacia una 2 concepción positivista de la historia, que muy abundante . En el ámbito concreto de ahora parece haber recobrado cierto brío, y los monarcas castellano-leoneses son pocos que empuja al historiador a la reconstruc- los que cuentan con estudios referentes a los ción minuciosa de lo que en realidad suce- reiterados itinerarios reales a lo largo y dió en toda su complejidad. La interpreta- ancho de un reino bien extenso. En esa ción de la realidad histórica reconstruida nómina merece la pena destacar los referi- dos a los reinados de Alfonso VIII3, Alfonso nos conduce, a través de la utilización de los 4 5 6 recursos técnicos y metodológicos adecua- X , Alfonso XI , el primer Alfonso XII , Pedro I7, Enrique III8, Juan II9, Enrique IV10 dos, a una valoración personal de lo sucedi- 11 do en la que la expresión subjetiva tiene una o los Reyes Católicos . gran importancia y puede llevar a graves La reconstrucción de los itinerarios de problemas cuando responde a intereses los reyes castellano-leoneses constituye una manipuladores ajenos a los que rigen la ver- tarea enormemente laboriosa, por la extraor- dadera ciencia histórica. dinaria dispersión de la documentación, ya sea inédita o publicada, y la ausencia de los

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 89 registros de la Cancillería real, tan sólo con- monarca, al igual que otros muchos archivos servados a partir de los Reyes Católicos. catedralicios, parroquiales, monásticos o Tales circunstancias hacen que cualquier particulares, así como los grandes archivos estudio, por muy exhaustivo que se nos nacionales. La tarea recopiladora se ha sal- ofrezca, nunca será del todo definitivo por la dado con la localización de más de un millar posibilidad cierta de que aparezcan poste- y medio de documentos de Fernando IV, lo riormente nuevos documentos relativos al que multiplica por tres, aproximadamente, reinado. No resulta ocioso sin embargo tra- los reunidos por Antonio BENAVIDES, que tar de resaltar la utilidad de estos estudios12, han servido de base a la redacción del itine- no ya por la neta aportación documental que rario completo del monarca castellano. suponen y la facilidad de acceso a la misma, El estudio del itinerario de Fernando IV al proporcionar las pistas para su localiza- permite la aproximación a ciertos temas de ción en archivos y publicaciones, sino tam- interés, a los que aludo brevemente: bién por las posibilidades intrínsecas de a) Las capitales o centros de actividad análisis que abren, especialmente si se com- política más importantes, es decir, aquellos plementan con las aportaciones que pueden en los que más tiempo estuvo presente la suministrar las crónicas y otras obras narra- corte, en atención a su situación estratégica, tivas. actividad militar, equipamiento, condiciones naturales, facilidad de aprovisionamiento, EL ITINERARIO DE FERNANDO IV etc. Es muy claro en este sentido el protago- (1295-1312). nismo de Valladolid, que se verá más refor- Desde hace varios años vengo trabajan- zado en el futuro, aunque hubo también en do en la reconstrucción del itinerario de Fer- estos años otras ciudades con clara vocación nando IV de Castilla. Los resultados de esta capitalina, como puede ser el caso de León, investigación verán próximamente la luz en Palencia, Burgos o Medina del Campo. Con un libro, del que anticipo ahora algunos frecuencia la localización del rey en muchos resultados relativos a Palencia. Para su ela- lugares, que podríamos llamar de paso, res- boración he partido de la aportación funda- ponde a que se trata de simples finales de mental de Antonio BENAVIDES, que publicó etapa de un largo itinerario. en 1860 la crónica del reinado y una exten- b) Los principales ejes o espacios de 13 sa colección diplomática . A partir de ahí he vertebración del territorio: por ejemplo, ido recopilando toda la documentación fer- podemos comprobar que el territorio palen- nandina que me ha sido posible, que no es tino fue verdadera bisagra de articulación de una tarea fácil. En efecto, la Cancillería de Castilla y de León y escenario de aconteci- Fernando IV fue bastante activa y, en conse- mientos relevantes, tanto desde el punto de cuencia, la documentación emanada de la vista político como militar. Por otra parte, es misma fue muy abundante, en consonancia perceptible que el entorno del eje que une también con el creciente despliegue buro- las ciudades de Burgos y Toledo centró en crático y administrativo de la monarquía. buena medida la actividad política durante No es exagerado afirmar que gran parte de el reinado de Fernando IV, sin olvidar que el los archivos municipales de la Corona de mismo constituye la parte central del gran Castilla conservan algún diploma de este

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 90 César González Mínguez eje económico que se va configurando en la diseño de los principales ejes que la hacían Corona de Castilla desde mediados del siglo posible. XIII y que unirá los puertos del Cantábrico i) La composición de los séquitos que oriental con los de la Andalucía atlántica. acompañan a los monarcas así como los c) Los escenarios más destacados de la palacios, castillos o residencias del más actividad militar, permitiendo aproximacio- variado tipo que les dieron acogida junto nes muy exactas sobre el desarrollo y la con sus numerosas comitivas. duración de las campañas, ya tuvieran por A través de la documentación utilizada escenario el propio territorio o se dirigieran comprobamos que el monarca estuvo en contra el reino de Granada. noventa lugares diferentes de todo el reino, d) El alcance de los viajes sirve para y no en todos ellos la duración de la estan- establecer los límites en los que se centra la cia fue la misma. Con los datos disponibles presencia regia y el grueso de la actividad hasta este momento se puede afirmar que política, destacando en este sentido el prota- con la excepción de Galicia y la cornisa can- gonismo del interior meseteño de la Corona tábrica el resto del amplio territorio de la de Castilla. Corona de Castilla fue recorrido personal- e) Las relaciones interurbanas, en el sen- mente por Fernando IV. El lugar más sep- tido de visualizar la existencia de uno o de tentrional visitado por el monarca es la villa varios sistemas urbanos. burgalesa de Medina de Pomar, situada al norte del río Ebro. En conjunto, los lugares f) La actividad económica y los centros más frecuentados están situados al norte de de mayor actividad económica y mercantil, Toledo, pero no fueron descuidadas las tie- como es bien manifiesto en el caso de Bur- rras de Extremadura y las de Andalucía, gos, con su proyección comercial y finan- especialmente visitadas estas últimas en ciera. 1309, 1310 y 1312 por el desarrollo de algu- g) Los principales caminos y rutas de nas campañas militares relacionadas con comunicación: características de la infraes- proyectos reconquistadores. tructura viaria, velocidad de los desplaza- mientos, ritmos de los viajes, medios de ITINERARIO DE FERNANDO IV POR transporte, rutas alternativas, etc. TIERRAS PALENTINAS. h) La tipología de los viajes según su Para esta ocasión, no obstante, voy a finalidad: campañas militares, peregrinacio- referirme exclusivamente a la presencia de nes, de ocio, familiares, de repoblación, etc. Fernando IV en el territorio palentino. Entre Es conveniente preguntarse si los viajes los lugares palentinos en los que se registra reales obedecen a un planteamiento político la presencia del monarca están los siguien- previo, tienen una motivación coyuntural o tes: Ampudia, Monzón de Campos, Becerril son, simplemente, fruto del capricho del de Campos, Ribas de Campos, Palenzuela, monarca. En cualquier caso hay que desta- Dueñas, Paredes de Nava, Frómista, Carrión car que los movimientos de los monarcas, de los Condes, Grijota y Palencia. A desta- como elementos visualizadores y simbóli- car que la capital palentina es uno de los cos del poder regio, contribuyeron de algu- lugares donde más veces se registra la pre- na manera a la vertebración del reino y al

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 91 sencia de Fernando IV (15 veces), aunque simples lugares de paso o sirven para estan- un poco por detrás de Burgos (19 veces) y cias muy breves. sobre todo de Valladolid (39 veces). Fernando IV, como la mayor parte de los El mayor número de citas de Valladolid monarcas medievales, fue un monarca viaje- parece indicarnos una preeminencia políti- ro. Viajar era la mejor forma de hacer pre- ca indiscutible, que le otorga una cierta con- sente en cada rincón del reino el poder sobe- dición capitalina, al igual que a Burgos, inti- rano, de que el mismo fuera visualizado de tulada Cabeza de Castilla, y que tiene ya un manera adecuada, y también de conocer de indiscutible despegue comercial14, pero que primera mano los problemas reales de la también Palencia puede presumir de esa población y de dar respuesta adecuada a los condición. En cuanto a la ciudad del Carrión mismos. El carácter itinerante de la corte conviene recordar que el territorio palentino está, por consiguiente, plenamente justifica- constituyó una verdadera bisagra que permi- do, aunque siempre hubo algunos lugares en tió la definitiva soldadura de los viejos rei- los que la corte residió con mayor frecuen- nos de Castilla y de León. Durante la mayor cia o en periodos de tiempo más largos. parte del reinado de Fernando IV, el territo- Veamos, de acuerdo con este segundo rio palentino mantuvo un indiscutible prota- criterio, cuáles fueron los lugares donde el gonismo político y militar. Muchos de los monarca residió durante más tiempo de acontecimientos bélicos más significativos forma continuada. El lugar donde más tiem- de la guerra civil de la primera mitad del rei- po estuvo Fernando IV sin interrupciones nado tuvieron como escenario Palencia, fue Sevilla, donde residió desde principios Palenzuela, Paredes de Nava, Dueñas, de febrero a mediados de septiembre de Tariego, Astudillo, Ampudia y algunas otras 1310, es decir, poco más de siete meses. En localidades palentinas, y en otras se produ- la capital sevillana había estado con anterio- jeron importantes negociaciones políticas ridad en dos ocasiones, en junio y julio de entre el monarca y la insumisa nobleza, 1303 y en julio de 1309. Siete meses justos como es el caso de Grijota, Villamuriel de seguidos estuvo Fernando IV en Valladolid, 15 Cerrato o la misma Palencia . del 10 de marzo al 10 de octubre de 1296. Resulta evidente que los lugares más Pero es más importante destacar, en este frecuentados por el monarca constituyen segundo caso, que prácticamente todos los centros políticos de mayor relevancia, más años, a excepción de 1309 y 1310, se regis- grandes, con mejores infraestructuras, y que tra la presencia de Fernando IV en Vallado- suelen estar situados en los principales ejes lid, generalmente con estancias prolonga- de comunicación del territorio. Dicho de das, circunstancia que acredita la vocación otra forma, reunían las mejores condiciones capitalina de la ciudad del Pisuerga. En Bur- para el aposentamiento de la corte y séquito gos la estancia más larga tuvo lugar entre el reales. Son precisamente estos lugares, 29 de octubre de 1300 y el 28 de marzo de donde las estancias suelen ser además más 1301. Otras estancias menores en la capital prolongadas, desde donde se ejerce princi- burgalesa se produjeron durante los años palmente la acción de gobierno. El contras- 1299, 1302, 1304, 1305, 1306, 1307, 1308 y te lo ofrecen aquellos otros lugares, escasa- 1311. La presencia de Fernando IV en mente citados, que se nos presentan como Palencia se registra durante los años 1298,

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 92 César González Mínguez

1299, 1302, 1304, 1306, 1307, 1308 y 1311. sus propósitos. Algunos de los cómplices Durante este último año la capital palentina lograron escapar, pero otros fueron conde- adquirió un indudable protagonismo políti- nados a muerte por orden de Fernando IV de co y fue escenario de importantes negocia- acuerdo con la investigación efectuada por ciones políticas entre el rey y la nobleza. el alguacil real Tel Gutiérrez y los alcaldes Antes de continuar conviene hacer una reales Gutier Pérez de Castrojeriz, Pedro observación necesaria. Los testimonios López de Fontecha y Esteban Domingo de 17 documentales y cronísticos no registran Ávila . puntualmente el paso por Palencia o por Concluidas las Cortes vallisoletanas de otros lugares correspondientes a la actual 1299, los reyes se trasladaron a Burgos. provincia durante todos los años del reinado Camino de la capital burgalesa los reyes de Fernando IV, lo cual no quiere decir que están en Palencia el 3 de mayo18. Ahora se el monarca y su séquito no pasaran forzosa- ejecutará la sentencia condenatoria contra mente por los mismos, dada su estratégica quienes unos meses antes había tratado de posición en el conjunto de la Corona de Cas- entregar la ciudad a Alfonso de la Cerda. tilla. Posteriormente, en su paso por tierras palen- Veamos con algún detalle los aconteci- tinas, Fernando IV se apoderó de los casti- mientos más destacados de la presencia de llos de Monzón, Becerril y Ribas, en la 19 Fernando IV en Palencia, que de alguna comarca de Tierra de Campos . forma sirven para apuntalar esa vocación Finalizadas las Cortes burgalesas de capitalina que tuvo la ciudad, y que ya fue 1302, Fernando IV vino a Palencia. El viaje destacada hace muchos años por el alavés tuvo lugar en los primeros días de agosto y Ricardo Becerro de Bengoa. En efecto, uno el primer documento expedido en la capital de los capítulos de «El Libro de Palencia» palentina corresponde al 16 de agosto20 y del que es autor lleva el significativo título aquí se encontraba el 29 de dicho mes21. «Palencia corte de Castilla», y en el mismo Desde Palencia Fernando IV se trasladaría a alude a cinco reinados en los que Palencia Valladolid en los primeros días de septiem- destacó por su brillo cortesano, en referen- bre, y posteriormente estaría presente en cia a los de Alfonso VIII, Alfonso X, Sancho Ávila, Toledo, Segovia y de nuevo regresa- IV y Fernando IV y a los años de minoría de ría a Valladolid, donde permaneció hasta Alfonso XI, hasta 132516. finales de noviembre en que decidió acudir En la segunda quincena de octubre de a tierras leonesas para practicar la caza. Al 22 23 1298 Fernando IV y su madre María de menos entre los días 5 y 8 de diciembre, Molina estuvieron en Palencia, que poco Fernando IV estuvo en Palencia, camino de antes había estado a punto de caer en manos León, donde pasará la Navidad y concluirá de Alfonso de la Cerda, pretendiente al el año 1302. trono castellano, gracias a la complicidad de Fernando IV inició el año 1304 en León, algunos vecinos de la familia de los Corra- desde donde vino a Carrión de los Condes, les. El aviso oportuno efectuado por el vigía villa en la que permanecerá la corte por de la torre de San Miguel puso en pie a la espacio de varias semanas, al menos hasta el ciudad y el pretendiente tuvo que desistir de 6 de febrero24. Durante este tiempo el

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 93 monarca hizo grandes esfuerzos, aunque Fernando IV comenzó el año 1307 en infructuosos, por acabar con las diferencias León, donde permaneció al menos hasta el 5 que enfrentaban al infante don Juan con don de febrero35. Luego vino a Valladolid donde Diego López de Haro por la titularidad del iban a reunirse las Cortes y donde permane- señorío de Vizcaya, que reclamaba el prime- ció hasta los primeros días de julio36. Con- ro pero que ostentaba el segundo25. Desde cluidas las sesiones de las Cortes, Fernando Carrión de los Condes Fernando IV vino a IV pasaría por Palencia, donde está docu- Palencia, donde se encontraba ya el 20 de mentada su presencia entre el 2037 y el 22 de febrero26. Ese mismo día otorgó poderes al julio38, camino de Burgos, donde la cancille- infante don Juan para ajustar paces, treguas ría emite documentos a partir del 27 de o cualquier otro trato con Jaime II de Ara- julio39. La estancia en Burgos se prolongaría gón, tanto en lo referente a los intereses de hasta avanzado el mes de octubre40, mien- éste como a los de los infantes de la Cerda27. tras se hacían los preparativos para una cam- La estancia en Palencia fue de corta dura- paña contra el noble rebelde don Juan ción, pues el 28 de febrero Fernando IV Núñez de Lara, atrincherado en Tordehu- estaba ya en Burgos28. mos. A finales de octubre Fernando IV ini- El año 1304 fue de intensa actividad ció el asedio de la villa. En el camino desde diplomática, que culminaría el 8 de agosto Burgos el itinerario seguido por el monarca con la sentencia arbitral de Torrellas, por la transcurrió por Carrión de los Condes, 41 que Castilla llegó a un acuerdo de paz con Palencia y Medina de Rioseco . Aragón, se estableció la frontera común en A finales de enero de 1308 Fernando IV el reino de Murcia y se resolvieron las pre- tuvo que levantar el sitio de Tordehumos, tensiones de Alfonso de la Cerda al trono sin haber conseguido derrotar al noble castellano mediante una crecida compensa- rebelde con el que no tuvo más remedio que ción económica29. En diciembre de 1304 negociar, pues las huestes de los nobles que Fernando IV volvió a Palencia, donde según acompañaban al monarca abandonaron el el cronista Fernán Sánchez de Valladolid ejército real42. El 20 de marzo está docu- estaría un mes, aunque lo más probable es mentada la presencia de Fernando IV en que antes de que terminara el año se dirigie- Palencia43. Las tierras palentinas fueron ra a tierras de Arévalo para practicar la caza, ahora escenario de un grave enfrentamiento aunque las excesivas lluvias no le permitie- entre Fernando IV y la nobleza que, encabe- ran cumplir plenamente dicho objetivo30. zada por el infante don Juan y por don Juan A comienzos de la primavera de 1306 Núñez de Lara, planteará al monarca una estaba Fernando IV en Valladolid31, desde serie de reivindicaciones, entre otras la des- donde hizo un viaje relámpago a Palencia titución de todos los oficiales y privados para entrevistarse con don Diego López de reales que serían sustituidos por los candi- Haro, regresando inmediatamente a Valla- datos presentados por los propios nobles. dolid32. En 1306 la documentación registra Grijota, localidad cercana a Palencia, fue el la presencia de Fernando IV en Carrión de escenario de la dura negociación en la que los Condes el 26 de julio33 y en Frómista en Fernando IV, a pesar de la intervención la segunda quincena de noviembre34. mediadora de la reina María de Molina, no tuvo más remedio que ceder, máxime

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 94 César González Mínguez teniendo en cuenta que los nobles se habían var la vida gracias a la oportuna interven- presentado en el escenario nada menos que ción de María de Molina y que permitió la con 1.500 hombres bien armados, lo que huída del infante hasta encontrar refugio en contrasta con el reducido séquito del monar- la villa de Saldaña, «que era lugar muy fuer- ca44. te»54. Después de las negociaciones llevadas a El intento de Fernando IV de descabezar cabo en Grijota, los reyes pasaron de nuevo a la nobleza matando al infante don Juan por Palencia camino de Valladolid, donde ya fracasó por completo. Es más, no mucho estaban el 1 de abril45. Entre mediados de tiempo después y utilizando los buenos ser- agosto46 y principios de septiembre Fernan- vicios de María de Molina, que se entrevis- do IV estuvo en León, y luego se trasladó tó con el infante en la iglesia de Santa María hasta Burgos siguiendo el camino de Santia- de Villamuriel de Cerrato, el monarca pudo go. El 13 de septiembre pasaba por Saha- reconciliarse con él. Las negociaciones fue- gún47 y el 18 lo hacía por Carrión de los ron largas pues se prolongaron durante quin- Condes48. A partir del 3 de octubre la canci- ce días en el mes de marzo y en las mismas llería fernandina despacha documentación intervinieron, junto a la reina, el arzobispo desde Burgos49. de Santiago, los obispos de Lugo y Mondo- Durante la segunda mitad de 1309 y ñedo, los tres de nombre Rodrigo, don hasta enero de 1310 Fernando IV estuvo por Giraldo, obispo de Palencia, y don Gonzalo 55 Andalucía, luchando contra el reino moro de Osorio, que lo era de León . Granada. Una larga y costosa campaña, A partir del 15 de marzo56 se registra la compartida con Jaime II de Aragón, que presencia de Fernando IV en la capital tuvo como único saldo positivo la conquista palentina, donde recibiría información pun- de Gibraltar, el 12 de septiembre de 130950. tual de los obispos de Palencia y de Mondo- A principios de febrero de 1310 Fernando ñedo sobre los contenidos de la concordia IV estaba ya en Sevilla51, donde residirá conseguida con el infante don Juan. Inme- hasta mediados de septiembre52. Nunca per- diatamente Fernando IV se entrevistó en maneció el monarca tanto tiempo seguido Grijota con el infante y fueron ratificados en un mismo lugar, lo que pone de relieve su los términos de la concordia. Desde Becerril simpatía hacia la ciudad de la Giralda pues de Campos, lugar muy próximo a Grijota, el no hay que olvidar que había nacido allí. día 25 de marzo el infante don Juan Manuel, Fernando IV debió celebrar la Navidad que se titula mayordomo mayor de Castilla, de 1310 en Toledo y posteriormente, una escribía a Jaime II de Aragón comunicándo- vez superadas unas fiebres cuartanas, le que ya estaban avenidos Fernando IV y el 57 emprendió viaje a Burgos, donde lo encon- infante don Juan . tramos ya el 20 de enero de 131153. La capi- Tras la entrevista de Grijota, Fernando tal burgalesa fue escenario de la boda de la IV regresó a Palencia. Aquí cenó en abun- infanta doña Isabel, hermana de Fernando dancia y al tiempo de irse a dormir «tomole IV, con don Juan, duque de Bretaña. Pero una calentura tan fuerte, que le hizo perder también lo fue del intento de Fernando IV el entendimiento, e que non acordaba a nin- de matar al infante don Juan, que pudo sal- guna cosa que le dijesen, en guisa que cui-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 95 daron que era muerto»58. Fernando IV era Desde Valladolid vino Fernando IV a hijo de padre tuberculoso, tenía una consti- Toro, donde se registra actividad diplomáti- tución débil y cuidaba poco de su salud. ca a partir del 25 de julio67. Fue en Toro Después de la cabalgada desde Grijota a donde el monarca recibió la noticia de que el Palencia con un tiempo frío comió y bebió viernes 13 de agosto de 1311 en Salamanca en exceso, lo que le produjo una infección la reina doña Constanza había dado a luz a del aparato respiratorio que se manifestó en un niño, heredero del trono castellano, al una fiebre muy alta acompañada de delirios que se impuso el nombre de Alfonso68. El por lo que permaneció en estado grave más nacimiento del futuro Alfonso XI dio moti- de dos semanas59. vo a nuevas discordias entre los nobles, Durante su estancia en Palencia estuvo algunos de los cuales ni siquiera quisieron alojado en el convento de San Francisco y jurar al heredero, mientras el monarca pare- luego fue trasladado a las casas de Ruy cía desentenderse del gobierno del reino y, a Pérez de Sasamón, que había sido nombra- pesar de su escasa salud, seguía practicando 69 do notario de Castilla60. La estancia en la caza . Palencia se prolongó al menos hasta el 5 de La presencia de Fernando IV en Toro mayo61 y sin estar plenamente restablecido está registrada hasta el día 26 de agosto70. fue trasladado a Valladolid62, primero a las Luego vendría a Salamanca a conocer a su casas que allí tenía María de Molina y pos- hijo y heredero. El primer documento emiti- teriormente a las de don Nuño Pérez de do en Salamanca lleva la fecha del 7 de sep- Monroy, abad de Santander, donde se recu- tiembre71 y el último corresponde al día 20 peró bastante de sus dolencias, pero sin lle- del mismo mes . Desde Salamanca Fernan- gar a la curación total63. El 17 de junio el do IV se desplazó a Burgos, donde estaba ya infante don Juan escribió desde la localidad el 26 de septiembre73, y a los pocos días vino palentina de Dueñas a Jaime II de Aragón y a Palencia. Los primeros documentos fecha- refiriéndose a la salud del monarca le decía dos en la capital palentina corresponden al que «anda e cabalga pero dizen los físicos 10 de octubre74. 64 que aún está en peligro» . El 28 de octubre de1311Fernando IV La estancia en Valladolid se prolongó firmó en Palencia un solemne compromiso hasta mediados de julio65, pero estuvo inte- con los principales nobles liderados una vez rrumpida brevemente por un corto desplaza- más por el infante don Juan para que mejor miento a la cercana Cigales, donde Fernan- fuera guardado el reino, mantenida la justi- do IV y María de Molina trataron establecer cia y respetados los fueros y privilegios de unas buenas relaciones entre el infante don la población. Eso al menos se desprende de Pedro, hermano del monarca, el infante don la lectura del documento75, que incluso para Juan y don Juan Núñez de Lara. Pero nada darle mayor solemnidad fue confirmado se consiguió, a pesar del empeño puesto por unos meses más tarde en las Cortes de Valla- Fernando IV que entendía que el acuerdo dolid de 131276. Verdaderamente Fernando con la nobleza le era imprescindible pues IV necesitaba el entendimiento con los «así podría ir mejor a la frontera a servicio nobles y pacificar el reino para poder hacer de Dios llevándolos consigo a todos asose- con ciertas garantías la guerra contra los gados»66. moros. Pero el acuerdo de Palencia estuvo

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 96 César González Mínguez precedido de arduas negociaciones, que entrega a Jaime II de la infanta doña Leonor, habían tenido lugar en Burgos, de las que primogénita de Fernando IV y que contaba Domingo García de Echauri, arcediano de tres años de edad, para que la criara hasta Tarazona, informó el 25 de septiembre a que tuviera la edad oportuna para casarse Jaime II de Aragón, precisando que el infan- con el infante don Jaime, primogénito y te don Juan y los nobles que le seguían habí- heredero del monarca aragonés. En medio an acordado «demandar al Rey que echasse de los festejos que suelen acompañar a las los privados de si e algunos que matase por bodas entre infantes hubo tiempo para tratar grandes males que ellos auían fecho e des- otros asuntos, pues ambos reyes «pusieron trago de la tierra e que tomasse por priva- pleito de facer guerra a los moros cada uno dos y consejeros obispos e ricos homnes de su parte»83, cuestión en la que el monar- cavalleyros e homnes de villyas aquellyos ca castellano había manifestado un gran que ellos le dirían e que tenía que esto era interés. el mayor seguramiento que él podía aver de En los primeros días de enero de 1312 77 su cabeça» . Las concesiones que en este Fernando IV emprendió desde Calatayud momento Fernando IV tuvo que hacer a los viaje a Castilla, con el objetivo de llegar a adalides de la nobleza son el testimonio más Valladolid. El primer documento expedido 78 claro de su debilidad frente a la misma . en Valladolid está fechado el 23 de febrero84 La Crónica nada dice del viaje que Fer- y una de las primeras decisiones tomadas al nando IV debió realizar desde Palencia a tie- llegar fue convocar a «todos los de los sus rras de León, seguramente para cazar y dis- reinos que viniesen y a las cortes»85. La frutar de unas jornadas de descanso que, sin estancia en Valladolid se prolongó hasta el duda, vendrían bien a su delicada salud des- 27 de abril86 y durante este tiempo la activi- pués de los esfuerzos realizados para llegar dad de la cancillería real fue muy intensa. a un acuerdo con los nobles. Poco después Las Cortes vallisoletanas de la primave- de suscrito el mismo, el monarca saldría de ra de 1312, verdadero testamento político de Palencia y el 4 de noviembre pasaba por Fernando IV, constituyen el mayor esfuerzo 79 Mayorga , camino de León. La documenta- por reorganizar la administración de la justi- ción registra la presencia del monarca en la cia desde las Cortes que Alfonso X reuniera 80 capital leonesa entre el 8 y el 19 de en Zamora en 1274. A través de esa reorga- 81 noviembre . Hay también un registro del nización Fernando IV pretendía la recons- 82 día 20 de noviembre en Palencia , por trucción de la autoridad real y del prestigio donde pasaría Fernando IV camino de Cala- de la monarquía, a cuyo deterioro tanto tayud, lugar donde tenía previsto entrevis- habían contribuido las disputas y enfrenta- tarse con Jaime II de Aragón. mientos protagonizados por la nobleza. La llegada a Calatayud tendría lugar Importa destacar, en lo que afectaba a los avanzado el mes de diciembre y la iglesia viajes reales, que Fernando IV tuvo ahora mayor de Santa María fue escenario, proba- buen cuidado en asegurar los lugares donde blemente el día de Navidad, de la boda entre él estuviera personalmente. Cualquiera que el infante don Pedro, hermano de Fernando matara, hiriera o deshonrara en el lugar IV, con la infanta doña María, hija del donde estuviera la corte del rey o en un monarca aragonés. También se procedió a la espacio de cinco leguas a la redonda, lo que

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 97 se denomina «rastro del rey», sería conde- Alfonso de BENAVIDES, cuando salía de las nado a muerte y perdería todos sus bienes, casas de Ruy Pérez de Sasamón donde esta- sin que pudiera acogerse a iglesia, monaste- ba alojado el monarca y con quien acababa rio o casa de infante o rico-hombre. de conversar pues era privado suyo y servi- Concluidas las Cortes, Fernando IV dor leal, como había demostrado en los ase- salió de Valladolid a finales de abril en dios de Tordehumos (1307) y de Algeciras 93 dirección a la frontera con el reino de Gra- (1309) . nada, aunque siguiendo un itinerario bastan- Los hermanos Carvajales, caballeros de te serpenteante, que le llevará a Toledo el 13 la mesnada real, acudieron a Martos, donde de julio87. Desde Toledo Fernando IV vino a se encontraba el rey, para responder de un Jaén y a Martos88, continuando seguidamen- riepto presentado por la justicia o por los te hasta Alcaudete89, lugar que tenía cercado parientes de Juan Alfonso de Benavides. desde hacía dos meses su hermano el infan- Fueron condenados a muerte y ejecutados. te don Pedro, y donde está fechado el 28 de Fernando IV, en este caso, no hizo sino apli- agosto el último documento encabezado por car la justicia de la época, que condenaba a el monarca90. Estando en el sitio de Alcau- la pena capital a todo aquel que matara o dete se le volvió a reproducir la enfermedad hiriera a alguien en el lugar donde se encon- que había tenido el año anterior en Palencia, trara el rey y hasta cinco leguas alrededor con tal gravedad que se vio obligado a aban- del mismo, como se reconoció en las Cortes donar el lugar y volver de nuevo a Jaén91. A de Burgos de 1308 y se confirmó en las de poco de llegar recibió la noticia de que la Valladolid de 1312. Los dos hermanos rei- plaza se había rendido el 4 de septiembre. vindicaron su inocencia, aunque no llegaron Inmediatamente después, el día 7, el infan- a demostrarla cumplidamente, y ante la pena te don Pedro se presentó en Jaén para tratar capital que el monarca les impuso le empla- con el rey sobre la continuación de la guerra zaron a comparecer ante el tribunal de Dios contra los moros. Ese mismo día, poco des- a los treinta días siguientes de ejecutada la pués de las doce de la mañana, Fernando IV sentencia. El plazo se cumplió el 7 de sep- era encontrado muerto en su aposento sin tiembre de 1312, día en que efectivamente que nadie le viera morir, cuando todavía no murió Fernando IV, y el hecho dio lugar a la había cumplido los veintisiete años92. leyenda del emplazamiento del monarca. A Fernando IV se le conoce con el epí- Ya en 1860 Antonio Benavides demos- teto de «el Emplazado», que guarda cierta tró con suficiente solvencia la falsedad de la relación precisamente con hechos acaecidos leyenda del emplazamiento y la rectitud de en Palencia en la primavera de 1311. Fernán la justicia empleada por Fernando IV, y Sánchez de Valladolid en su Crónica del rei- apuntó la posibilidad de que el texto cronís- nado nos narra la trágica muerte de Juan tico en el que aparece la noticia del empla- Carvajal y Pedro Alonso de Carvajal, cono- zamiento fuera una interpolación introduci- cidos en la historiografía como «los herma- da por algún copista con posterioridad a nos Carvajales», despeñados en Martos por mediados del siglo XIV. El famoso literato y orden del rey el 9 de agosto de 1312 como sagaz político don Juan Manuel para nada se justo castigo por su responsabilidad en la hizo eco del emplazamiento del monarca en muerte de un caballero salmantino, Juan su lacónico Cronicón, y un cronista musul-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 98 César González Mínguez mán, Ibn- Alhathib, que escribió sobre el más completa sobre el itinerario de este monarca es asunto en 1362, no dudó en calificarlo de la de M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ y M. A. CARMONA RUIZ, 94 Documentación e itinerario de Alfonso X el Sabio, «fábula singular» . Leyendas sobre empla- Sevilla, 2012. zamientos similares afectaron también a 5 F. de P. CAÑAS GÁLVEZ, Itinerario de Alfonso XI otros personajes importantes de la época, de Castilla. Espacio, poder y corte (1325-1350), como el rey Felipe IV de Francia o el papa Madrid, 2014. Clemente V. 6 J. TORRES FONTES, El Príncipe don Alfonso y su itinerario. La contratación de Guisando (1465- Las breves pinceladas expuestas, a las 1468), Murcia, 1985, 2ª ed. que podrían añadirse otras más referentes a 7 L. V. DÍAZ MARTÍN, Itinerario de Pedro I de Cas- los privilegios concedidos a Palencia por tilla: estudio y regesta, Valladolid, 1975. Fernando IV tratando de impulsar su desa- 8 F. de A. VEAS ARTESEROS, Itinerario de Enrique rrollo económico, me gustaría que sirvieran III, Murcia, 2003. para acreditar con nuevos datos, una vez 9 F. de P. CAÑAS GÁLVEZ, El itinerario de la corte más, la importancia estratégica de la capital de Juan II de Castilla... y territorio palentinos durante los apasio- 10 J. TORRES FONTES, Itinerario de Enrique IV de nantes y complejos años de la transición del Castilla, Madrid, 1953. 11 siglo XIII al XIV95. A. ROMEU DE ARMAS, Itinerario de los Reyes Católicos. 1474-1516, Madrid, 1974. 12 Los estudios sobre los itinerarios reales consti- tuyen la «columna vertebral del pasado y sólido apoyo al discurrir de los acontecimientos». A. ROMEU DE ARMAS, Itinerario de los Reyes Católi- cos…, p. 13. NOTAS 13 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de 1 El estudio de los itinerarios de los reyes medie- Castilla, 2 Vols., Madrid, 1860. vales constituye una «tarea algo devaluada y hasta 14 T. F. RUIZ, “Burgos y el comercio castellano en menospreciada en recientes enfoques historiográfi- la Baja Edad Media”, La ciudad de Burgos. Actas cos, por sus antecedentes –en este caso muy honro- del Congreso de Historia de Burgos, León, 1985, pp. sos– de tinte positivista, erudición pura y cruda, 37-55. pero también y, sobre todo, por el esfuerzo que exi- 15 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, “Palencia, centro de gen tanto el acopio ordenado de documentación, poder en la Edad Media”, PITTM, 74 (2003), pp. como el análisis crítico y la explicación inteligible 141-148. ARTÍN UQUE de los materiales reunidos». A. J. M D , 16 “Monarcas y cortes itinerantes en el reino de Nava- R. BECERRO DE BENGOA, El Libro de Palencia, rra”, en Viajeros, peregrinos, mercaderes en el Occi- Palencia, 1969, 2ª ed., pp. 87-95. dente Medieval. XVIII Semana de Estudios Medie- 17 «E luego a pocos de días que don Diego López vales. Estella 91, Pamplona, 1992, p. 245. de Haro, que era en Castilla, sopo commo el rey de 2 Un detallado estado de la cuestión en F. de P. Portogal era ido dende, vínose de camino para Toro CAÑAS GÁLVEZ, El itinerario de la corte de Juan II do eran el Rey e la Reina, e desque y llegó, acorda- de Castilla (1418-1454), Madrid, 2007, pp. 32-38. ron él y don Enrique con la Reina que se fuese el Rey 3 para Valladolid, e ellos llegando a Castro Nuño, lle- J. MATEU IBARS, “Notas para el estudio del itine- goles mandado de commo don Alfonso, que se lla- rario de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214)”, La maba rey de Castilla, e don Juan Núñez ovieran formación de Álava: 650 aniversario del Pacto de tomado la la cibdad de Palencia por consejo de Arriaga (1332-1982). Comunicaciones. II. Congreso algunos de los que dicíen del linaje de los Corrales, de Estudios Históricos, Vitoria, 1985, pp. 655-754. que traíen fabla con ellos para gela dar; mas quíso- 4 A. BALLESTEROS BERETTA, El itinerario de Alfon- lo Dios así guisar, que fue guardada por un ome que so X el Sabio (1252-1259), Madrid, 1935. La obra velaba en la torre de la iglesia de Sant Miguel, que

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317 Itinerario palentino de Fernando IV de Castilla (1295-1312) 99 los vio venir de noche allende del río, bien una legua 28 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, “Privilegios fiscales de de la villa con candelas, porque facía noche escura, Vitoria en la Edad Media: la fonsadera”, Hispania, que era en el mes de Noviembre, e repicó las cam- 130 (1975), doc. VII, pp. 477-478. panas de la dicha iglesia, en tal manera que hizo 29 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, Fernando IV de Casti- levantar a todos los de la villa, e pusieron recabdo lla (1295-1312)…, pp. 173-201. en su villa en guisa que por este ome fue guardada. 30 E aquellos que fueron en el consejo por donde se «E dende, fuese el Rey a Palencia, e moró y bien oviera de perder la villa, fuyeron luego dende, e un mes, e dende fuese al campo de Arévalo e non algunos ovo y que se non fueron e fincaron e tenien- pudo y fincar por razón de las aguas, que eran muy do que non lo sabía ninguno, e que después mató grandes, que llovía mucho». «Crónica de Fernando este rey don Fernando con justicia por esta IV», p. 136. razón…». «Crónica de Fernando IV», Crónicas de 31 C. M. VIGIL, Colección histórico-diplomática los Reyes de Castilla, Madrid, 1953, p. 113. del Ayuntamiento de Oviedo, Oviedo, 1989, p. 124. 32 18 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de La referencia a este breve viaje a Palencia sólo Castilla, vol. II, doc. CXXXV, pp. 188-189. la recoge la edición de la Crónica publicada por A. ENAVIDES 19 «E luego que las Cortes fueron partidas, fuese B , Memorias de D. Fernando IV de Casti- ende don Enrique para la frontera, e la Reina ovo su lla, vol. I, p. 155. acuerdo con don Diego e con los otros ricos omes 33 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de que y eran, e ordenaron que llevasen al Rey fasta Castilla, vol. I, p. 169 (nota 65). Burgos; e salieron de Valladolid e fueron fasta cerca 34 «Crónica de Fernando IV», p. 148. de Dueñas, do estava don Alonso, fijo del infante don 35 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Fernando, que se llamaba rey de Castilla, e fuéronse Castilla, vol. I, p. 175 (nota 86). para Palencia; e luego que y llegaron, fallaron fecha 36 la pesquisa de los que fueron en consejo de dar la A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de villa de Palencia a don Alfonso; e teníanlos presos e Castilla, vol. II, doc. CCCXC, pp. 577-578. fueron juzgados luego e matáronlos luego por justi- 37 J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, La judería de la ciu- cia. E de allí tomaron algunos castillos que estaban dad de León, León, 1969, doc. 80, pp. 207-209. por don Alfonso, que se llamaba rey de Castilla, e 38 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de por don Juan, que se llamaba rey de León, e fueron Castilla, vol. I, p. 183 (nota 27). éstos el castillo de Monzón e Bezerril e la casa de 39 Ribas; e por esta razón se ovieron allí a detener ocho A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de días». «Crónica de Fernando IV», p. 115. Castilla, vol. I, p. 183 (nota 28). 40 20 Archivo Catedral de Orense, Documentos mona- E. DURO PEÑA, “Catálogo de los documentos cales, núm. 6211. Confirmación de Alfonso XI, dada reales del Archivo de la catedral de Orense (844- en Zamora, el 14 de febrero de 1330. 1520)”, Miscelánea de textos medievales I, Barcelo- na, 1972, doc. 360, p. 107. 21 ENAVIDES A. B , Memorias de D. Fernando IV de 41 Castilla, vol. II, doc. CCXX, p. 331. «Crónica de Fernando IV», pp. 151-152. 42 ONZÁLEZ ÍNGUEZ 22 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de C. G M , Fernando IV de Casti- Castilla, vol. I, p. 108. lla (1295-1312)…, pp. 245-254. 43 23 R.A.H., Col. Salazar, doc. 58.600, M-142, hojas A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de 115-117. Castilla, vol. I, p. 199 (nota 92). 44 24 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de «Crónica de Fernando IV», pp. 157-159. Castilla, vol. II, doc. CCLIV, pp. 387-388. 45 L. SÁNCHEZ BELDA, Documentos reales de la 25 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, Fernando IV de Casti- Edad Media referentes a Galicia. Catálogo de los lla (1295-1312). La guerra civil y el predominio de conservados en la Sección de Clero del Archivo His- la nobleza, Vitoria, 1976, pp. 167-172. tórico Nacional, Madrid, 1953, doc. 962, p. 409. 46 IGIL 26 L. SERRANO, Cartulario del Infantado de Cova- C. M. V , Colección histórico-diplomática rrubias, Valladolid, 1907, doc. 112, pp. 148-149. del Ayuntamiento de Oviedo, pp. 134-136. 27 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Castilla, vol. II, doc. CCLV, pp. 388-389.

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47 E. BENITO RUANO, Colección diplomática del mandaban gela dar, e la Reina defendió que gela non Archivo del Excmo. Ayuntamiento de Avilés (Siglos diesen, e guardó que la non comiese fasta pasados XII-XV), Avilés 1992, doc. 62, pp. 95-96. los qatorse días; e a los qatorse días ovo mejoría e 48 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de diéronle carne, commo quier que nunca le dejó la fie- Castilla, vol. I, p. 209 (nota 15). bre. E porque non podía esforzar commo él quería, fízose llevar a las casas de Rui Pérez de Sasamón, 49 SCAGEDO ALMÓN M. E S , Documentos en perga- que eran dentro de la villa, e estando en estas casas mino que hubo en la Real excolegiata de Santillana, ovo tantos accidentes, que llegó muchas veces a Santoña, 1927, pp. 198-199. punto de muerte…». «Crónica de Fernando IV», pp. 50 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, “Fernando IV de Casti- 167-168. lla y la guerra contra los moros: la conquista de 59 F. SIMÓN Y NIETO, Una página del reinado de Gibraltar (1309)”, Medievalismo, 19 (2009), pp. Fernando IV, pp. 65-69. 171-197. 60 «Crónica de Fernando IV», p. 159. 51 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de 61 Castilla, vol. II, doc. CDXCVI, p. 711. A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Castilla, vol. I, p. 236 (nota 2). 52 D. ORTIZ DE ZÚÑIGA, Anales eclesiásticos y 62 seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevi- J. L. MARTÍN MARTÍN, Documentación medieval lla, metrópoli de la Andalucía, Sevilla, 1677, libro de la iglesia catedral de Coria, Salamanca, 1989, IV, p. 171. pp. 109-112. 63 53 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de «Crónica de Fernando IV», p. 168. Castilla, vol. I, p. 229 (nota 11). 64 A. GIMÉNEZ SOLER, Don Juan Manuel…, doc. 54 «Crónica de Fernando IV», p. 166. CCXXVI, p. 393. 65 55 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, Fernando IV de Casti- J. A. MARTÍN FUERTES, Colección documental del lla (1295-1312)…, pp. 307-308. Archivo de la Catedral de León. XI (1301-1350), León, 1995, doc. 2838, pp. 185-186. 56 E. GONZÁLEZ CRESPO, Colección documental de 66 Alfonso XI. Diplomas reales conservados en el «Crónica de Fernando IV», p. 168. Archivo Histórico Nacional. Sección de Clero. Per- 67 A. LÓPEZ FERREIRO, Historia de la Santa A. M. gaminos, Madrid, 1985, doc. 154, pp. 281-282. Iglesia de Santiago de Compostela, Santiago de 57 A. GIMÉNEZ SOLER, Don Juan Manuel Biogra- Compostela, 1898-1909, vol. V, Apéndice LII, pp. fía y estudio crítico, Zaragoza, 1932, doc. CCXXI, 146-149. pp. 389-390. 68 «Crónica de Fernando IV», p. 168. 58 El cronista es muy explícito a la hora de descri- 69 «… puesto era entre el infante don Johan et el bir la enfermedad de Fernando IV y los cuidados infante don Pedro que partiesen los regnos ante que prodigados por su madre: «…e el Rey tóvolo por naciesse el fijo del Rey e aún después no lo an que- bien e fuese a ver con el infante don Juan a Grijota, rido jurar al fijo maguer dende fuesen requeridos. e ese día después de la vista comió con ellos don Et segunt dize otrosy el Freyre el Rey es todo sallido Alfonso su tío, hermano de la Reina, que posaba en de manera por aquesta malautia que paresce se seya Grijota, e vino a la noche a la villa e cenó mucho, e todo abaldonado como ombre que no cura de nada desque ovo cenado e se echó a domir, tomole una e no lexa de caçar e trebella como que no fuese nin- calentura tan fuerte, que le hizo perder el entendi- guna cosa los aferes en que está». A. GIMÉNEZ miento, e que no acordaba a ninguna cosa que le SOLER, Don Juan Manuel…, doc. CCXXIV, p. 393. dijesen, en guisa que cuidaron que era muerto; e des- 70 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de pués otro día que lo supo la Reina su madre, fuese Castilla, vol. II, doc. DLVI, pp. 818-819. para San Francisco do él posaba, e cuando lo falló 71 UTIÉRREZ DEL RROYO así tan mal, fízolo guardar, e llamó todos los físicos C. G A , C., Privilegios rea- que eran y, e fizo pensar del, e a cabo de tres días les de la Orden de Santiago en la Edad Media, recudiole muy grand postema con grand dolor del Madrid, 1946, doc. 617, p. 264. costado e oviéronlo de sangrar. E porque era mance- 72 S. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, Colección documental bo e se guardaba muy mal, demandaba todo el día del monasterio de Santa María de Carbajal (1093- que le diesen a comer carne, e algunos de los físicos 1461), León, 2000, doc. 210, pp. 316-317.

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73 T. GONZÁLEZ, Colección de cédulas, cartas- nica da fe de la presencia de Fernando IV en Palen- patentes, provisiones, reales órdenes y otros docu- cia. «Crónica de Fernando IV», p. 168. mentos concernientes a las Provincias Vascongadas, 83 «Crónica de Fernando IV», p. 169. copiados por orden de S.M. de los registros, minutas 84 ENAVIDES y escrituras existentes en el Real Archivo de Siman- A. B , Memorias de D. Fernando IV de cas, y en los de la Secretaría de Estado y del Despa- Castilla, vol. II, doc. DLXVIII, p. 829. cho y otras oficinas de la Corte, Madrid, 1829-1833, 85 «Crónica de Fernando IV», p. 169. vol. VI, doc. CCLXXV, pp. 210-212. 86 J. JIMÉNEZ HERREROS, Catálogo documental de 74 F. J. PEREDA LLANERA, Documentación de la Miranda de Ebro y su tierra (1099-1500), Burgos, Catedral de Burgos (1294-1316), Burgos, 1984, doc. 2000, doc. 130, p. 78. 457, pp. 299-300. 87 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de 75 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Castilla, vol. II, doc. DLXXXI, pp. 860-861. Castilla, vol. II, doc. DLX, pp. 822-823. 88 «Crónica de Fernando IV», p. 169. 76 Cortes de los antiguos reinos de León y de Cas- 89 G. ARGOTE DE MOLINA, Nobleza del Andaluzía, tilla, Madrid, 1861, vol. I, pp. 201-208. Sevilla, 1588, fols. 183v-184r. 77 A. GIMÉNEZ SOLER, Don Juan Manuel…, doc. 90 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de CCXXXII, p. 399. Castilla, vol. I, p. 242 (nota 4). 78 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, Fernando IV de Casti- 91 «E el Rey estando en esta cerca de Alcaudete, lla (1295-1312)…, pp. 313-314. tomole una dolencia muy grande e afincole en tal 79 A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de manera que non pudo y estar, e vínose para Jahén Castilla, vol. I, p. 238 (nota 6). con la dolencia, e non se quiso guardar, e comía 80 cada día carne e bebía vino». «Crónica de Fernando A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Castilla, vol. II, doc. DLXI, pp. 823-824. IV», p. 169. 92 81 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, Fernando IV de Casti- J. TORRES FONTES, J., Colección de documentos para la historia del reino de Murcia. V. Documentos lla (1295-1312)…, pp. 324-325. de Fernando IV, Murcia, 1980, doc. CIII, pp. 110- 93 «E estando en Martos, mandó matar dos caba- 111. lleros que andavan en su casa, que vinieran a riep- 82 Archivo General de Simancas, Registro General to que les facían por muerte de un cabaallero que del Sello, leg. junio 1494, núm. 2. Confirmación de decían que mataran cuando el rey era en Palencia, los Reyes Católicos dada en Medina del Campo, el saliendo de casa del Rey una noche, que decían ENAVIDES 12 de junio de 1494. En la confirmación de los Juan Alfonso de B . E estos caballeros, Reyes Católicos pone claramente como fecha del cuando el Rey los mandó matar, veyendo que los documento el 20 de noviembre de 1312, pero se trata mataban con tuerto, dijeron que emplazaban al Rey de un error pues para entonces Fernando IV había que paresciese ante Dios con ellos a juicio sobre muerto ya. Tampoco puede ser anterior a 1309, pues esta muerte que el les mandaba dar con tuerto, de entre los confirmantes figura don Giraldo, obispo de aquel día que ellos morían a treinta días». «Crónica de Fernando IV», p. 169. Palencia, que como acredita P. FERNÁNDEZ DEL PUL- 94 GAR, Historia secular y eclesiástica de Palencia, A. BENAVIDES, Memorias de D. Fernando IV de Madrid, 1679-1680, vol. II, libro II, p. 406, «fue Castilla, vol. I, pp. 686-696. promovido para la [diócesis] de Palencia el año 95 C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, “Poder real, poder nobi- 1309». Por otra parte, en noviembre de 1309 el rey liar y poder concejil en la Corona de Castilla en estaba en Algeciras y en igual mes de 1310 se encon- torno al año 1300”, PITTM, 71 (1999), pp. 5-36, y traba en Córdoba, por lo que he atribuido el docu- “Palencia, centro de poder en la Edad Media”, pp. mento al año 1311, pues a fines de dicho año la Cró- 141-148.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 87-101, ISSN 0210-7317

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317

DATOS BIOGRÁFICOS DE MANUEL DÍEZ TAVANERA, NATURAL DE VILLAVIUDAS, ARMADOR DE LA CORBE- TA MARÍA PITA EN LA EXPEDICIÓN FILANTRÓPICA DE LA VACUNA DE LA VIRUELA Julio Estrada Nérida Farmacéutico y Especialista Universitario en Archivística

RESUMEN: Este trabajo tiene dos partes diferenciadas. En la primera se hace una recopilación de datos fami- liares y biográficos del comerciante y armador de buques Manuel Díez Tavanera, residente en La Coruña, natural de Villaviudas (Palencia), y en la segunda las vicisitudes y viaje de la corbeta María Pita, de su pro- piedad, contratada por la Real Hacienda para la Expedición filantrópica de la vacuna de la viruela. PALABRAS CLAVE: Tavanera, Durango, corbeta María Pita, Expedición filantrópica, vacuna, viruela.

BIOGRAPHICAL FACTS ABOUT MANUEL DÍEZ TAVANERA, BORN IN VILLAVIU- DAS AND OWNER OF THE MARÍA PITA CORVETTE ON THE PHILANTROPIC EXPEDITION OF THE SMALLPOX VACCINE. ABSTRACT: This essay is divided into two parts. The first one includes a compilation of biographical and family facts about the tradesman and shipowner Manuel Díez Tavanera, who came from Villaviudas (Palen- cia) and lived in La Coruña. The second one narrates the vicissitudes of the voyage of the María Pita corvet- te, which he owned and which was hired by the Real Hacienda (the Royal Tax Office) for the philanthropic expedition of the smallpox vaccine. KEY WORDS: Tavanera, Durango, María Pita corvette, Philanthropic expedition, vaccine, smallpox.

El presente trabajo tiene su origen en no cuyo papel ha pasado prácticamente una conferencia pronunciada en el Colegio desapercibido por los historiadores, apenas Oficial de Farmacéuticos de Palencia con merece una ligera cita por su condición de motivo de las fiestas patronales del año armador de la corbeta donde transcurrió la 2014. Su título era “La Expedición filantró- primera parte de la Expedición hasta su lle- pica de la vacuna de la viruela. El armador gada a Veracruz. Con los datos que encontré de la corbeta María Pita, Manuel Díez en diversa bibliografía, y mis investigacio- Tavanera, un palentino de Villaviudas”. En nes en varios archivos, he recopilado una ella, tras un repaso por lo que fue la enfer- serie de datos, bastantes más de los aquí medad de la viruela, sus medios de comba- expuestos, con los que he redactado el pre- tirla, el descubrimiento y la práctica de la sente trabajo. En ellos primeramente identi- vacunación y un somero relato de lo que fue fico a su familia, la de los Tavanera, y la vin- y significó la Expedición filantrópica de la culo con la de los Durango, conocidos en vacuna, hice un bosquejo biográfico de la Palencia como comerciantes y harineros1. figura de Manuel Díez Tavanera, un palenti- Son parte de una bastante numerosa canti- 104 Julio Estrada Nérida dad de emigrantes de la zona de Villaviudas ella de segundo matrimonio (anterior con y Baltanás que en estos años marchan a tie- Santiago Balbás). rras gallegas y otras partes practicando el El padre y sus hermanos: comercio, con vista a las particulares cir- Alejandro Díez Tavanera, nacido el 6 de cunstancias que se daban entonces al abrirse noviembre de 1723 y bautizado el 14 del el comercio con América desde el puerto de mismo2. La Coruña. Tras hacer una biografía, que comenzamos con su tío, Santiago Díez Manuel Díez Tavanera, nacido el 18 de Tavanera, y la narración de diversas vicisi- diciembre de 1725, bautizado el 1º de enero 3 tudes por las que tuvieron que pasar, dedico de 1726 . una segunda parte a narrar el proceso de Clara Díez Tavanera, bautizada el 21 de contratación de la corbeta para la Expedi- agosto de 17284. ción, obviando la narración del resto de los Santiago Díez Tavanera, nacido el 6 de hechos, que, sobre todo a partir de la cele- enero de 1730 y bautizado el 20 del mismo5. bración del bicentenario son más conocidos, Rosa Díez Tavanera, nacida el 28 de febre- ya que la conmemoración ha dado lugar a la ro de 1734 y bautizada el 7 de marzo6. aparición de diversos trabajos y a la publi- cación de nueva y variada documentación. Francisco Díez Tavanera, nacido el 10 de noviembre de 1736 y bautizado el 25 del Creo necesaria hacer alguna advertencia mismo7. inicial: la primera es que aunque Manuel Díez Tavanera escribe el nombre con uve, se Águeda Díez Tavanera, nacida el 8 de octu- 8 encuentra, incluso entre miembros allega- bre de 1739 y bautizada el 31 del mismo . dos escrito con be, por ello, aquí aparece de Los abuelos maternos: Andrés Ibáñez y una u otra forma. Los cuadros que adjunto María Calvo, naturales de Villaviudas. de las familias dejan ver que los verdaderos La madre y sus hermanos: apellidos de Manuel serían Díez Ibáñez, María Ibáñez Calvo, nacida el 12 de febre- pero él mismo firma de diversas formas, ro de 1723 y bautizada el 20 de febrero del aunque el más frecuente es Díez Tavanera, mismo9. como su tío, o Tavanera y sobrino, nombre Francisco Ibáñez Calvo, nacido el día de la comercial, y en algún caso especial, como Cruz 14 de septiembre de 1725 y bautizado en su testamento, utiliza el más completo de el 29 del mismo10. Díez Ibáñez Tavanera. Para hacer un poco de luz e intentar no confundir una genera- Teresa Ibáñez Calvo, bautizada el 30 de 11 ción con otra, he hecho las genealogías noviembre de 1726 . correspondientes, con algunas fechas orien- Francisco y Manuel Ibáñez Calvo, melli- tativas. zos, nacidos el 14 de agosto de 1729 y bau- tizados el 24 del mismo12. LA FAMILIA DE MANUEL DÍEZ [IBÁ- Catalina Ibáñez Calvo, nacida el 1 de ÑEZ] TAVANERA noviembre de 1731 y bautizada el 25 del Los abuelos paternos: Alejandro Díez, mismo13. natural de Baltanás, casado con Águeda Tavanera Casero, natural de Villaviudas,

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Andrés Ibáñez Calvo, nacido el 15 de enero LA FAMILIA DE ÁNGELA DURANGO de 1733 y bautizado el 8 de febrero14. IGLESIAS (SU MUJER) Los padres: Los abuelos paternos: Francisco Durango Manuel Díez Tavanera y Teresa Ibáñez Gil, casado en Villaviudas el 2 de mayo de 27 Calvo. Contrajeron matrimonio el 27 de 1725 en 1º matrimonio con Ana Tabanera 28 enero de 174815. Él falleció el 20 de mayo de Casero y en 2º el 22 de agosto de 1751 con 179416 y ella el 9 de noviembre de 180317. Ángela Rodríguez. Enterrado el 30 de diciembre de 177429. Él y sus hermanos, todos nacidos en Villa- viudas: sus apellidos serían Díez Ibáñez: El padre y sus hermanos: Alejandro Díez Tavanera, nacido el 17 de María Durango Tabanera, bautizada el 18 30 octubre de 1748, y por estar bautizado de nece- de agosto de 1726 , casada con Agustín sidad, el 27 de octubre solo se le administraron Núñez. los santos óleos y crisma18. Padrinos Francisco Catalina Durango Tabanera, bautizada el 3 Durango Tabanera y Catalina Tavanera. de mayo de 172931, casada 1º con Rosendo Águeda Díez Tavanera, nacida el 27 de sep- Montoya y 2º con Fernando Baranda. tiembre de 1752 y bautizada el 7 de octubre Francisco Manuel Durango Tabanera, del mismo19. Fueron padrinos Francisco Ibá- nacido el 8 de diciembre de 1731 y bautiza- ñez y Ángela Arias. do el 29 del mismo32, casado con Mª Cruz de Toribio Díez Tavanera, nacido el 16 de abril Ortúzar y Vélez (vº de Valladolid). de 1755 y bautizado el 27 del mismo20. Rafael Durango Tabanera, nacido el 16 de Padrinos Francisco Durango Tabanera y octubre de 1734 y bautizado el 24 del Teresa Montoya. mismo33 (vº de Dueñas). Mateo Díez Tavanera, nacido el 20 de agos- Juan Antonio Durango Tabanera, nacido to de 1757 y bautizado el 2 de octubre del el 13 de junio de 1737 y bautizado el 24 del mismo21. Padrinos Francisco Durango y mismo34, casado con Ana Iglesias Sarrico- Ángela Rodríguez. Casado con Cecilia Sanz lea (vº de Palencia). 22 en 1784 , enterrado el 13 de diciembre de Ana Durango Tabanera, nacida el 21 de 23 1828 en la iglesia parroquial . abril de 1740 y bautizada el 30 del mismo35, Manuel Díez Tavanera, nacido el 17 de casada con Pedro García Giraldo. marzo de 1760 y bautizado el 25 del Teresa Durango Tabanera, nacida el 26 de mismo24. Fueron padrinos Francisco Ibáñez septiembre de 1742 y bautizada el 3 de octu- Peña y Clara Díez. bre del mismo36. Clara Díez Tavanera, nacida el 22 de agos- Cipriano Durango Tabanera, nacido el 15 to de 1762 y bautizada el 5 de septiembre de septiembre de 1745 y bautizado el 4 de del mismo25. Fueron padrinos Santiago Díez octubre del mismo37. Tabanera y Teresa Díez. Los abuelos maternos: Miguel de Iglesias María Josepha Díez Tavanera, nacida el 11 de Toro y Teresa de Sarricolea y Cabañas. de marzo de 1765 y bautizada el 23 del mismo26. Fueron padrinos Francisco Ibáñez Peña y Clara Díez.

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La madre y sus hermanos: Petra Durango Iglesias, nacida 13 de abril 49 Ana de Iglesias Sarricolea de 1780 y bautizada el 17 del mismo . Teresa de Iglesias Sarricolea Rafael Durango Iglesias, nacido el 24 de octubre de 1781 y bautizado el 27 del Josefa Iglesias Sarricolea mismo50. Francisca Xaviera Iglesias Sarricolea Los padres: SANTIAGO DÍEZ TABANERA Juan Antonio Durango Tabanera (vº de Casado el 6 de junio de 175351 con Tere- Palencia), casado con Ana Iglesias Sarrico- sa Cuesta Carazo, hija de Manuel Cuesta y 38 lea. Él falleció el 14 marzo de 1802 . Catalina Carazo, todos vecinos de Villaviu- Ella y sus hermanos: das. Murió en Villaviudas, enterrado el 2 de Ángela Durango Iglesias, nacida el 2 de octubre de 1803. marzo de 1761 y bautizada de necesidad; oleo y crisma el 7 del mismo39. Los inicios de Santiago Díez Tabanera en Santiago Paula Durango Iglesias, nacida el 30 de junio de l762 y bautizada el 4 de julio40. Los inicios de Santiago Díez Tavanera en el comercio debieron producirse, como Eleuterio Durango Iglesias, nacido 18 de era normal entonces, trabajando para otro; abril de 1764 y bautizado el 2241. Presbítero. con el tiempo se formaba una compañía de Juan Pío Durango Iglesias, nacido el 11 de comercio y finalmente se establecía por su 42 julio de 1766 y bautizado el 14 . cuenta, dependiendo de la actividad, del Miguel Durango Iglesias, nacido el 23 de negocio y de la capacidad de cada uno. Los septiembre de 1768 y bautizado el 25 del inicios no debieron ser muy buenos. 43 mismo . En 1766, Francisco Durango Tavanera, Romualda Vicenta Durango Iglesias, naci- su pariente, se había avecindado en Vallado- da el 7 de febrero de 1770 y bautizada el 12 lid, y tenía en Santiago un comercio que del mismo44. Casada con José Pérez Ordó- atendía por medio de un mancebo52. El 5 de ñez. junio de 1767, Santiago Díez Tavanera y Ana Durango Iglesias, nacida el 23 de sep- Teresa Cuesta su mujer, vecinos de Villaviu- tiembre de 1771 y bautizada el 27 del das, y tratantes en varios géneros, hacen un mismo45. poder a Francisco Durango, sobre quiebra y deudas53: Saturnina Durango Iglesias, nacida el 11 de febrero de 1773 y bautizada el 17 del … decimos que habiendo venido de algún 46 tiempo a esta parte en quiebra y disminu- mismo . Casada con José Calderón. ción de nuestros bienes y caudal por varios Catalina Durango Iglesias, nacida el 30 de fracasos que nos han acaecido, tratamos con abril de 1774 y bautizada el 3 de mayo del nuestros acreedores por medio de avisos y 47 razón verídica que les hemos enviado tanto mismo . a los que residen en la villa de Baiona de Aniceto Durango Iglesias, nacido el 17 de Francia como en otros pueblos de dicho abril de 1777, y bautizado el 19 del mismo48. reino nos diesen espera por el tiempo que les pareciese y perdonasen la cantidad que gustasen allanándonos a pagar el resto que

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quedase con amistosa composición y pare- A raíz de este fracaso, parece que San- ce que la mayor parte en personas y canti- tiago Díez Tabanera y Francisco Durango dades han condescendido a dichas esperas y forman compañía en 1768 para trabajar en y remesa, habiendo dado y otorgado su poder especial a D. Miguel Durrutchi uno de desde Galicia, instalándose en Santiago, dichos acreedores que les ha sustituido en posiblemente con vistas a comerciar con D. Francisco Durango vecino y mercader América, compañía que liquidarán en 1784 en la ciudad de Valladolid para cuanto con- al incorporarse su sobrino Manuel Díez Ibá- tiene; por tanto y que tenga efecto dichas ñez Tavanera al negocio, para lo cual forma- esperas y convenio, yo la expresada Teresa Cuesta bajo de la expresada licencia y man- rá con él nueva compañía, como veremos. comunidad referida otorgo que doy todo mi La primera noticia que conocemos de su poder … al dicho Santiago Díez Tavanera presencia en Galicia es del año 1769 en que mi marido especial para que en mi nombre aparece Santiago Díez Tavanera como y representación de mi persona y bienes arrendatario de las rentas de Manuel Baeza, trate con dicho D. Francisco Durango como 54 tal apoderado de la mayor parte de los refe- de Ponferrada el 9 de diciembre de 1769 . ridos mis acreedores bajo del estado que le En 1771 entró en sociedad con José de está remitido el perdón y remesa que me Andrés García fundando una casa comercial han de hacer de los escritos que contra mí tienen y esperas que me deben dar para la en Montevideo y Buenos Aires, para traer a paga y satisfacción de los restos que queda- España una serie de productos, especial- sen líquidos, obligándome como me obligo mente cueros, para lo que éste entregó a su entera satisfacción a los plazos y forma 496.578 reales, posiblemente en varias que tratare, se ajustare y conviniere con el remesas. Fue nombrado gerente de esta dicho D. Francisco Durango a nombre de sus partes, otorgando en este particular y nueva empresa Alejandro Díez Tavanera, cuanto en su razón ocurra, la escritura de sobrino de Santiago, que parece es el prime- obligación ajuste y convenio con la asina- ro de los sobrinos que trabajan con él, y que ción de pagas, plazos, obligaciones, condi- residente en Ferrol, por Juan Antonio ciones, requisitos, fuerzas, y firmezas que le Durango y compañía, vecino y comerciante pareciere y convengan para su entera vali- 55 dación, la que así ejecutada la apruebo, rati- en Palencia, se da un poder , en esta ciudad fico y quiero la tenga tanto como si por mí el 24 de noviembre de 1772 para entrega de fuese otorgada como lo es este poder para géneros y representación, por regresar a su dicho fin doy al citado mi marido sin nin- patria Francisco Diago, natural de Baltanás, guna limitación y con libre, franca y gene- entonces residente en Buenos Aires, y que ral administración y relevación en forma y con obligación que hago y haga de todos representaba sus intereses. mis bienes muebles, raíces, dote, arras y En La Coruña en fecha 14 de diciembre demás que meto y me puedan pertenecer de 1772 Santiago Díez Tabanera y compa- con renunciación de las leyes de mi fuero ñía, del comercio de Santiago, hizo también competentes... a favor de las mujeres… las 56 renuncio y renuncié… porque la hago de mi escritura de compañía con Alejandro Díez espontanea voluntad… en cuyo testimonio Tavanera, su sobrino, por tiempo de seis marido y mujer otorgamos así ante el pre- años, capitulando en ella que éste debía de sente escribano y testigos en la ciudad de pasar inmediatamente a las ciudades de Valladolid, digo en la ciudad de Villaviudas Montevideo y Buenos Aires y más donde a 5 de junio de 1767 siéndolo Francisco González Ibáñez y Francisco Díez, vecinos. fuese necesario y encargarse del caudal y géneros que en aquel paraje tenía la compa-

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ñía en poder de Francisco Diago, de aquella pués de las mandas obligadas y voluntarias, vecindad, dándole de lo que le entregase le da instrucciones sobre cómo hacer con la recibo con individual razón de los géneros parte que a ella corresponde: recogidos y de los que le fueran remitidos por el otorgante y su compañía, así como de … y resultando como me persuado y jui- los 64.165 reales, importe de los géneros ciosamente lo contemplo que lo ansí entre- que en la ciudad de La Coruña había embar- gado a dichos mis padres y hermanos, cado y transportado a Buenos Aires, y por su asciende a más de lo que con arreglo a lo trabajo había de llevar la mitad de las utili- que dejo dispuesto les pertenece de mi herencia, igualmente quiero y es mi volun- dades obtenidas, conforme con las capitula- tad restituyan todo el exceso a dicho mi ciones que estaban hechas, y entre ellas la marido por no ser razonable que habiendo tercera era que anualmente había de hacer sido el único que lo agenció con mucho avanze de todos esos géneros para la mejor afán y trabajo, después de haber experi- claridad, régimen y gobierno de la compa- mentado muchas quiebras y vaivenes de fortuna hasta llegar al extremo de verse en ñía, y la cuarta que durante el tiempo que una suma pobreza como consta muy bien a corriese con esta manipulación y comercio los citados mis padres y parientes y es había de tener el mayor cuidado y actividad público en este reyno, se quiera abusar por de no hacer empréstitos algunos, y cuando aquéllos de la franqueza y liberalidad a fuese preciso ejecutarlo no había de exceder que su propensa bondad y el amor paternal le ha conducido hasta aquí... el todo de dos mil pesos, y haciéndolo fuese responsable de su cobro, de cuyo instrumen- to había dado fe Domingo Basazo, escriba- De la actividad de Alejandro en Buenos no de La Coruña57. Con estas instrucciones Aires y Montevideo, poco más se sabe; en 59 el citado Alejandro partió hacia Buenos 1776 envía 200.000 libras de cuero al pelo , Aires con los géneros que así le entregó el y en 6 de octubre de 1780 dio un poder otorgante, donde recogió de Francisco general sin limitación alguna, ante Juan Diago los que tenía existentes, de que remi- Eugenio Rodríguez escribano de Real tió razones en 28 de marzo de 1773 y en 8 Hacienda, Minas y Registros de aquella de noviembre de 1775, así como del primer ciudad a Santiago Díez Tabanera, que se avanze, sin que con posterioridad lo hiciese copia en otro especial de poder que le da, de ningún otro, pretextando que a su vuelta para que en su nombre se presentase en ape- así lo cumpliría, en cuya buena fe se le lación ante el tribunal de la Real Hacienda siguieron haciendo diferentes remesas de de la ciudad de Buenos Aires, que tenía más géneros y otras cosas, manejando todo interpuesto pleito sobre la cobranza del a su arbitrio y voluntad. ramo de guerra, que había declarado debería contribuir por los cueros que tenía acopia- En Baltanás el 11 de octubre de 1774 dos y almacenados en Montevideo. Santiago Teresa Cuesta Carazo da un poder ante Enri- Díez Tavanera, sustituye el poder el 16 de que Caballero para testar a favor de su mari- febrero de 1781 en varios procuradores y do, Santiago Díez Tavanera, y éste, el 9 de agentes en los Reales y Supremos Consejos mayo de 1775, en Santiago, estando ella en la villa de Madrid para seguir la apela- presente y enferma, hace el testamento58. En ción hasta su absolución60. él le nombra por su único heredero, y des-

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La muerte de Alejandro Díez provocó podrían salir. Por su parte, José de Andrés una perturbación en los planes de la compa- García envía a su sobrino Julián del Molino ñía. Alejandro falleció, no conocemos la a América en 1782, y el 28 de enero de 1784 causa, el 11 de junio de 1781 en Montevideo disolvían en buena armonía la compañía63. (sic), del que se tiene conocimiento en El 30 de noviembre de 1781 el padre de Palencia el 12 de noviembre, y por los fami- Alejandro, Manuel Díez Tavanera, en Villa- 61 liares se redacta un poder a Francisco viudas, pidió en la parroquia se le señalase Medina y a falta de éste a Manuel Basabil- sepultura para poner sobre ella una ofrenda baso, vecinos de Buenos Aires, para que y cantar un responso por espacio de un año; recogieran todo lo a él perteneciente y lo se admitió la petición, y se asignó la sepul- pusieran en comunicación de Santiago Díez tura donde estaba enterrado Alejandro Díez, Tavanera, su tío, vecino de la ciudad de San- su abuelo64. tiago en el Reino de Galicia, como ya hemos En 1780 Santiago Díez Tabanera se hace visto. Éste, según el mismo nos relata en el cargo por traspaso de una casa sita en la poder62 que dio el 21 de noviembre de 1781, calle de la Azabachería65. El día 1º de julio, cuando esperaba su regreso con bien, se Josef Naveira, presbítero, cofrade de ganan- halla con la impensada novedad de haberse cia de la ilustre cofradía de Nuestra Señora fallecido en dicha ciudad de Buenos Aires. de la Concepción, sita en la iglesia de San- Y siendo normal que todos los enseres y tiago, hace escritura en la cual dice que por más efectos de la compañía, y la de otros otra de 29 de octubre de 1765 había adquiri- interesados se hubiera inventariado y puesto do de los consiliarios y más cofrades de la a cubierto evitando su extravío y perjuicio cofradía, por título de subforo a su favor, el de terceros, por ello y otros justos motivos útil de dicha casa en renta anual de 59 duca- da y otorga también todo su poder a Fran- dos por tiempo y voces del foro principal, cisco Medina y por su falta a Manuel Basa- otorgado por D. José de España como suce- bilbaso vecinos de la ciudad de Buenos sor del vínculo intitulado de los España a Aires para que en su nombre acudieran ante favor de D. Domingo López de la Iglesia, el juez de difuntos, u otro que pudiera cono- mercader, y doña María Mosquera, su cer de dicho inventario, practicando las dili- mujer, con la obligación de cumplir todas gencias conducentes para recoger de la per- las condiciones estipuladas en el foro y que sona o personas en que se hubieran deposi- dentro de los tres años, el otorgante había de tados todos los enseres y efectos de la com- hacer los reparos necesarios, y no lo ejecu- pañía que estaban al cargo de su sobrino, tando fuese nulo el subforo, pero no pudien- como también las deudas que fueran en su do reedificar la casa, que amenazaba ruina favor, dando recibo y carta de pago en bas- por su antigua construcción, y siendo nece- tante forma, y si hubiera que liquidar alguna sario crecida suma de reales, por carecer de cuenta lo pudieran hacer con arreglo a los medios buscó a persona que aceptase la libros de caja, avanzes, cartas y más asien- cesión, lo que hizo Santiago Díez Tavanera, tos que en el particular hubiera, dando aviso y se convinieron en que el otorgante cedía y de lo que fuera ocurriendo para en su vista traspasaba a favor del segundo la casa, con remitirles las instrucciones y más adverten- la contribución anual de 59 ducados, a pagar cias que fuera conveniente de las que no se en dos plazos, y que con toda brevedad

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 110 Julio Estrada Nérida debía de reedificarla, para que no se acaba- Francisco Ibáñez, tenía dotado a la dicha se de inutilizar, y de la cual le dio la pose- conforme a su estado, cuya cantidad se depo- sión. sitaría hasta que tuviera efecto el matrimo- Santiago Díez Tabanera vuelve a Villa- nio, que había de celebrar su padre en su viudas hacia 1784, tras formar compañía nombre. Ese mismo día Santiago Díez Taba- 71 con su sobrino Manuel Díez Tavanera, a nera, da su poder a su cuñado, y tío de quien deja a cargo del negocio, aunque sin Manuel, Francisco Ibáñez, vecino de Villa- abandonarlo, haciendo frecuentes viajes a viudas, para que en su nombre pasase a tra- Galicia, e incluso participa como regidor en tar y conferenciar con la referida Ángela y la vida de su pueblo, aunque no deje por ello sus padres la dote que le había de dar con de atender sus intereses. respecto a su estado y circunstancias, y una vez concertado, había de entregar y poner En 1789 envía a otro sobrino, Toribio dicha cantidad donde correspondiera, reco- Díez Tabanera, a Pontevedra, prestándole giendo recibo. El 21 de junio de 1783, 82.000 reales el 5 de febrero para montar Manuel Díez en virtud de los poderes ante- una empresa66. riores, una vez conseguida la dispensa, y la Santiago Díez Tabanera hace testamento asignación de dote de 5.500 reales, que le cerrado en La Coruña el 18 de marzo de adelantó su tío Santiago Díez Tabanera por 67 1801 ante el escribano Jacinto Pereira y un mano de Francisco Ibáñez, confiere nuevo codicilo en Villaviudas el 29 de septiembre poder72 a su padre para que en su nombre 68 de 1803 . Murió el 1 de octubre sin descen- verifique que todo está cumplido. dencia, siendo enterrado el día 2 de octubre Se celebran las capitulaciones matrimo- siguiente69. niales entre Santiago Díez Tavanera, y el padre de la novia, Juan Antonio Durango MANUEL DÍEZ [IBÁÑEZ] TAVANERA Tavanera, en Palencia el 7 de julio de 178373 EN SANTIAGO por las cuales Juan Antonio Durango le da Tras el fallecimiento de Alejandro, San- 15.000 reales por cuenta de las legítimas tiago Díez Tabanera recurre a otro de sus paterna y materna de su hija, y Santiago sobrinos, que seguramente ya estaba traba- Díez Tavanera aporta 11.000 reales. Contra- jando con él. El 11 de mayo de 1782, Manuel en matrimonio por poderes el mismo día 7 Díez Tavanera, residiendo en Santiago, de julio de 1783 en la catedral de Palencia74, teniendo el propósito de casarse con Ángela sustituyendo al novio su padre. En 5 de Durango Iglesias, vecina de la ciudad de agosto de 1783, Manuel Díez Tavanera, que Palencia, hija de Juan Francisco Durango tenía la dotación en depósito con mandato Tavanera y de Ana Iglesias Sarricolea, prima del provisor de la diócesis de Palencia, no del otorgante en tercer grado de consangui- pudiendo pasar en persona a recogerla, da nidad (las abuelas paternas de ambos eran un poder75 a su suegro Juan Antonio Duran- hermanas), con licencia de su padre, Manuel go para que en su nombre perciba los 5.500 70 Díez Tavanera, le da poder para que en su reales adelantados de la dote de donde estu- nombre acuda donde competa para practicar viesen depositados. las diligencias necesarias hasta conseguir la En 10 de febrero de 1784 le hace su tío dispensa, en atención a que, por medio de un poder general76 por tener que ausentarse

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 111 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela de Santiago para Villaviudas, aunque en rea- A todo ello dio conformidad Manuel Díez lidad a lo que iba era a disolver la Compañía Tavanera que estaba presente. de Valladolid. El 13 de marzo, Manuel Díez Debió de integrarse bien en Santiago, Tavanera, dice que su tío tenía hecha com- pues en las elecciones que se celebran en su pañía con Francisco Durango, comerciante ayuntamiento para el año 1786, Manuel y vecino de Valladolid y habiendo delibera- Tavanera, que así se le nombra en la docu- do recíprocamente disolverla, y para este mentación de referencia, resultó elegido efecto ajustar y liquidar sus cuentas, y el que como diputado del común, pero alegó para resultase alcanzado, para su reintegro, eximirse el ser menor de 25 años y haberse habrían de tratar y capitular lo que tuviesen casado recientemente, algo que en la legis- por conveniente, y para el caso de serlo su lación no se contemplaba. Sin embargo, tío a favor de Francisco Durango, para estas circunstancias fueron tenidas en cuen- mayor seguridad de éste en lo que escritura- ta y aunque había tenido el mayor número 77 sen, el otorgante da su poder al referido de votos, consiguió eximirse y que se nom- Santiago Díez Tabanera para que en su nom- brara al segundo más votado79. bre pueda obligar la persona y todos sus bie- Su mujer, Ángela Durango Iglesias, nes que por cualquier razón le toquen y per- actúa como testigo en el matrimonio cele- tenezcan, para el mayor seguro, estabilidad brado en Palencia el 29 de marzo de 178980 y firmeza de lo que así capitulasen, así como entre su hermana Romualda Durango y José para que intervenga en su nombre en el ins- Pérez Ordoñez, tristemente famoso por trumento que en dicha razón se otorgase. haber sido asesinado a raíz de los aconteci- Una vez resuelto, en 22 de septiembre, mientos que tuvieron lugar en Palencia a se hace la escritura de compañía mediante la partir de mayo de 180881. cual Manuel Díez Tavanera la toma a su En 1795 vende en Santiago una casa cargo78, bajo el nombre de Tavanera y Sobri- situada en la Vía Sacra nº 4 por 80.000 reales no, valorada en 365.070 rs y 7 mrs en efec- al también comerciante Manuel de la Riva82. tos y deudas de las tres clases según por menor resultaba de los libros, avanze hecho en febrero y cuenta finiquita, transigida en MANUEL DÍEZ TAVANERA EN LA el mes de abril con su antiguo compañero CORUÑA. REAL CONSULADO Francisco Durango, deducidos los créditos y Ya casado, y con plenos poderes para depósitos contra él, y que debería ir satisfa- regir la compañía formada con su tío, ciendo a sus vencimientos, y le asigna por Manuel Díez Tavanera traslada su domicilio 83 razón de trabajo y agencia al fin de la com- desde Santiago a La Coruña donde conti- pañía, que ha de seguir hasta últimos días de núa con su actividad mercantil, y parece que febrero de 1790, la mitad íntegra de las uti- con cierto prestigio y buenas ganancias, lidades que se produjeran, quedando a favor pues el 29 de octubre de 1794 es admitido del otorgante la casa de Santiago donde se en la matrícula del Real Consulado Maríti- hallaba colocado dicho comercio según mo y Terrestre en la clase de Comerciantes, constaba del instrumento de cesión que le junto con otros destacados mercaderes, y en hizo Francisco Durango, su anterior socio. la Junta General de matrícula en 20 de diciembre, solo dos meses después de su

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 112 Julio Estrada Nérida admisión, se convocan elecciones para como comerciante de géneros al por mayor, cubrir los cargos directivos de cada clase pues compraba productos varios en Francia, (mercaderes, comerciantes y fabricantes) y zona de Burdeos, y otros lugares, que des- sale elegido para Prior con 12 de los 16 pués vendía a otros comerciantes, no solo de votos84 para el bienio 1795-1796 y repite en España, sino de América. Según nos dicen 1799-180085, 1805-1806, a partir de 181486, las guías comerciales del momento, en La y bienio 1817-18. Al ser elegido en 1799, Coruña, “el tráfico de los comerciantes al manifestó su deseo de no aceptar el cargo mayor de esta plaza es igual, a corta dife- por razones de carácter personal, pero la rencia, en todos los ramos de comercio, así intervención directa del Rey le hizo cambiar nacionales como extranjeros, y los más tra- de opinión. Se le concedió una gratificación tan en cacao, azúcar, aceite, jabón, harinas, para compensarle “del giro de sus negocios paños, bayetas, palo campeche, arroz, cue- que tiene que abandonar en alguna medi- ros al pelo, canela, lencerías así nacionales da.” En ese mismo mandato, el Rey le dis- como extranjeras, bacalao, y todos los pensó del cargo de Prior, por desempeñar el demás géneros y efectos comerciables.” En de Director de la Casa de Reducción de los protocolos de escribanos queda reflejada Moneda (Vales Reales) de La Coruña87. En esta actividad comercial, por encontrarse el Kalendario Manual y Guía de forasteros documentos de poder para reclamar el en Madrid para el año de 1801, p. 120, apa- importe de letras impagadas y para su cobro rece como uno de los directores de la caja vía judicial. subalterna en La Coruña de la Real Caxa de Por una Real orden fechada en Aranjuez descuentos, cuyo presidente era el Capitán el 21 de junio de 1800, se aprueba su pro- General de Galicia. puesta de embarcar 6.000 resmas de papel Precisamente durante uno de sus manda- con destino a Montevideo89. También cons- tos, en 1806, se inauguró en el Consulado ta la exportación de harinas a América y una importante biblioteca, que todavía exis- ventas en toda Galicia a comerciantes por te, en la que pronunció un pequeño discurso menor. Es de suponer que no faltarían por el que es más conocido en La Coruña al medias y otros productos de fabricación ser uno de los primeros impresos realizados palentina. en la ciudad en la época moderna: Discurso Se puede rastrear su huella en diversos que compuso y leyó el prior del Real Consu- almanaques mercantiles y guías, así en el lado de La Coruña Don Manuel Díez Tava- Almanaque mercantil, ó Guía de comercian- nera el día 15 de agosto de 1806 en la Sala tes, para el año de 1797, pp. 416 y 412, se de la Biblioteca... establecida por... Pedro le cita como consiliario y accionista de la Antonio Sánchez, canónigo de la... iglesia de Compañía de Seguros Marítimos de la Santiago. Impreso en La Coruña, Imprenta Coruña, y en la lista de comerciantes, con 88 de la Viuda e hijas de Riesgo, 1806 . expresión del nombre comercial Tavanera y sobrino, lo que también se indica en las Actividad comercial guías de los años 1800 y 1808. Su actividad comercial en Galicia en También aparece en el Almanach du unos primeros momentos pudiera definirse commerce de Paris, des départemens de la

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PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 114 Julio Estrada Nérida

France et des principales villes du Monde El 12 de agosto de 1800 hace escritura de los años 1805, p. 636, y 1809, p. 804, al de poder y fianza a favor de la Real Hacien- referenciar entre las Principales places du da para armar una fragata nombrada Anto- commerce d’Europe, a Corogne (La), y a neta92. Dijo tener armada en corso y mer- sus comerciantes. cancía dicha fragata, su capitán Josef Anto- nio de Velasco, para hacer viaje a Veracruz Armador de barcos con pliegos del Real Servicio y cargo por la Real Hacienda, y que necesitando para su Su actividad como armador de barcos la total armamento varios pertrechos y muni- constatamos desde 1800, aunque puede ser ciones de guerra, había hecho la correspon- anterior, pues ya en 1797 aparece como con- diente solicitud al señor comandante general siliario y accionista de la Compañía de de las armas, a fin de que se le concediesen Seguros marítimos de La Coruña90. A partir de los almacenes de la Real Hacienda con del momento en que se convierte en arma- arreglo a lo prevenido por S.M. en la real dor y propietario de barcos, aprovecha via- ordenanza de corso, y se le mandan entregar jes de ida y vuelta para llevar y traer géne- los utensilios siguientes: doce pies de cabra, ros, y así incrementar sus beneficios. Vea- doce chifles de aire, doce planchas de plomo mos algunos de esos barcos. para cañón, doce guarda cartuchos de a cua- En 23 de junio de 1800 hace escritura de tro, doce botafuegos con regatón, treinta obligación y fianza a favor de la Real espeques, dos juegos de alcufas (?), doce Hacienda para armar una fragata nombrada atacadores con sus lanadas de a cuatro, dos 91 Unión . Dice tiene pronta para dar a la vela rascadores de idem, cuatro cucharas con sus desde ese puerto al de Montevideo dicha sacatrapos, doscientas balas rasas de a cua- fragata, su capitán Tomás de Llano, armada tro, doscientas piedras de fusil, ciento cin- en guerra con 22 cañones y mercancía; y cuenta de pistolas, doscientos estopines con para su total armamento necesitaba varios carrizo, cuatro sacatrapos para fusil, cien utensilios y municiones, para lo que había cartuchos de lanilla de a cuatro, un barril de hecho la correspondiente solicitud al mil doscientos cartuchos para fusil, diez comandante general de las armas a fin de quintales de pólvora de cañón empacada y que se le franqueasen de los almacenes de la dos quintales de fina, todo lo que se manda Real Hacienda; se le manda entregar con verificar con intervención del contador pro- intervención del contador provincial de vincial de Artillería. Artillería los utensilios siguientes: cien car- En 30 de junio de 1802 compra al con- tuchos de lanilla de a ocho, cincuenta espa- signatario en La Coruña de los señores Jese, das de las antiguas con guarniciones de fie- Roberto y Guillermo Waln, residentes y rro, cincuenta fusiles completos con cinco vecinos de Filadelfia, la fragata Willian- cajones, cuatrocientas piedras de fusil, tres- penn, su capitán Benjamín Ros, con bande- cientas para pistola, once quintales de pól- ra americana que se hallaba en el puerto, de vora de cañón, un quintal de fusil, un cajón 320 toneladas en precio de 6.000 pesos fuer- con mil doscientos cartuchos de fusil y tres- tes (unos 120.000 reales), pago que efectúa cientos sesenta estopines de a ocho con en metálico93. carrizo.

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En 17 de julio de este año 1802, como impidan por ningún pretexto ni motivo que propietario de la fragata Carmela, de 330 los sujetos que dejaren nombrado en su tes- toneladas, tripulada con 24 hombres, su tamento, hagan por si, el inventario cuentas capitán Tomás de Llano, que estaba para y particiones de los bienes y herencia que zarpar rumbo a La Habana con cargamento quedasen al tiempo de su fallecimiento, de harina y otros efectos, solicita la patente amistosa y extrajudicialmente para evitar necesaria a las autoridades portuarias94. Esta los gastos y perjuicios que de lo contrario se fragata ya estaba de vuelta en abril de 1803, originarían.” Por resolución del Consejo de en que está presta a salir rumbo a Veracruz Castilla, hecho en Madrid a 28 de julio de y la Habana con mercancías varias al mando 1807, y provisión de 31 de agosto99, “Se del alférez de navío Manuel de Zulueta95. El concede a esta parte la facultad que solicita 24 de marzo de 1804 salió para Montevideo entendiéndose que verificado el fallecimien- con varios efectos, y regresó con cueros, to de D. Manuel Díez Tabanera el inventa- dinero y otros. Inició el regreso el 1 de rio extrajudicial que se formare se ha de diciembre y el 9 de febrero de 1805 fue concluir dentro del término de cuatro detenida y apresada por una fragata de gue- meses, protocolizándose después en oficio rra inglesa y dirigida al puerto de Ply- de escribano público”. Entendemos, por mouth96. tanto, que en estas fechas se hizo o preten- El 14 de agosto de 1802, compra una dió hacer por parte de Manuel Díez Tavane- corbeta, también americana, nombrada ra testamento referido a sus bienes. Pathy, surta en La Coruña, que había llega- do procedente de Boston, de 226 toneladas En la Guerra de la Independencia 97 por precio de 90.000 reales . El Real Consulado, en los prolegómenos En el año 1803 la Real Hacienda contra- de la invasión francesa le nombra su repre- ta su corbeta María Pita de 200 toneladas, sentante en la Diputación General del clero, para transportar la Real Expedición Filan- nobleza y Estado que se había de celebrar en trópica de la Vacuna, y en 1809 compra un Bayona (Francia) el día 19 de junio de 1808, barco, no sabemos de que clase, para mar- convocada por Napoleón para tratar la situa- char a Inglaterra con su familia, como vere- ción política de España100, pero a la que no mos más adelante. asistió a la vista de los acontecimientos ocu- El día 14 de julio de 1807 Manuel Díez rridos. Pero Manuel Díez Tavanera no fue Tavanera otorga en La Coruña un poder98 ajeno durante este tiempo a los aconteci- ante el escribano Manuel Baltasar de Pazos, mientos que se vivieron en Galicia y en escribano del Real Consulado, a D. Félix España. Formó parte de la Junta provisional Álvarez de Álvarez, vecino de la Villa y instalada en La Coruña el 30 de mayo de Corte de Madrid para que en su nombre 1808, y después, de la Junta de Hacienda acuda al Real y Supremo Consejo de Casti- formada en el seno de la Junta del Reino de lla, solicitando Real Provisión, con expre- Galicia, constituida el 14 de junio, cuyos sión de la Real Cédula de 4 de noviembre de miembros se nombran el 15, siendo Manuel 1791, “para que las justicias de estos reinos Díez Tavanera uno de los nombrados; pre- a quien corresponda, u otra persona, no tende renunciar al nombramiento, pero se le dice que “en las actuales circunstancias

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 116 Julio Estrada Nérida nadie debe escusarse de hacer lo que se le mente a los tribunales y juzgados donde mande”101. Su actuación dura hasta el 4 de competa con producción de toda clase de octubre de 1808 en que la Junta del Reino demandas, pidiendo informaciones, otor- acepta la dimisión de sus cargos que hicie- gando toda clase de convenios, transaccio- ron varios miembros de la Junta de Hacien- nes, cartas de pago, y finalmente los cita- dos apoderados o cada uno de por sí y sus da debido a disconformidades con su mane- respectivos sustitutos hagan y practiquen ra de actuar (parece que no hacía mucho 102 todas las diligencias y gestiones que el caso de los informes que emitían) . A pesar mismo otorgante haría si se hallase presen- de ello protesta la Junta la dimisión, recor- te, pues para toda y cuantas incidencias dando “que los servicios de los que renun- ocurran confiere este poder general espe- cian son dignos de la mayor consideración cial y sin limitación con todas las cláusulas del Reino”. de derecho y las de aprobación obligación relevación poderío, sumisión y renuncia- ción de leyes en forma. Regidor del Ayuntamiento En el Ayuntamiento coruñés fue diputa- No conforme con la presencia francesa do de abastos en los años 1802, 1803 y en la Coruña, y temeroso sin duda de las 103 1808 . En 1804 toma parte activa en los represalias por haber formado parte de la acuerdos adoptados para paliar la hambru- Junta del Reino de Galicia, marcha a Ingla- 104 ma que padeció la ciudad . En los momen- terra con su familia y con las cosas que pudo tos previos a la invasión de La Coruña por llevarse. Recogemos este testimonio de un las tropas francesas en el mes de enero de proceso que se abre en el Almirantazgo 1809, su ideología liberal y contraria a la inglés, pues salió del puerto de La Coruña invasión, le aconsejó abandonar la ciudad, el 17 de enero de 1809 en un barco inglés, según escrito que dirige a sus compañeros de nombre Victoria y también Alfred the 105 de Junta Directiva del Consulado . Se great, que había comprado a la Junta de encuentra todavía en La Coruña el 16 de Galicia, barco que había sido requisado pri- enero de 1809, día en que forma parte del mero por los franceses a los ingleses, y que Ayuntamiento en calidad de regidor bie- posteriormente (a finales de 1803) embarga- 106 nal . Ese mismo día 16 de enero da un ron los españoles a los franceses, y que, tras 107 poder a Julián Cordón Villadiego, del ser retenido en Pontevedra, se encontraba en comercio de la ciudad de Santiago y a Mar- el puerto de La Coruña y estaba pendiente cial Francisco del Adalid y Manuel de de vender con los bienes incautados por la Llano, del de La Coruña, para que a su nom- Junta, de lo que se encargó José Calderón, bre y de su sociedad Tavanera y sobrino su cuñado. En Inglaterra, desembarcó en el puerto de Weymouth, y se le reclama la pro- ...… en representación de todos sus dere- piedad del barco, pues dada la premura de la chos y obligaciones liquiden, ajusten, tran- salida, la operación se había hecho sin la sijan y finalicen todos los asuntos pertene- documentación necesaria, pero al final del cientes al comercio del otorgante que giran proceso se le reconoce la propiedad, dadas en este Reino, sus bienes y rentas, pidien- las circunstancias y situación de guerra108. do execuciones, expidiendo y aceptando letras, acudiendo judicial y extrajudicial-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 117 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela

Tras la expulsión de los franceses de el caso de una nueva invasión por las tropas Galicia regresa a La Coruña, aunque su francesas. El 22 de enero queda instalada familia se queda en Londres; el día 6 de una Junta bajo el nombre de Junta Superior noviembre de 1809, comunica por escrito a provincial de Armamento, Defensa y Subsi- la Junta directiva del Consulado que se dios del Reino de Galicia. A esta reunión encuentra de vuelta en la ciudad y se nom- concurre Manuel Díez Tavanera como bra una comisión para que acuda a su domi- representante por el comercio111. Su actua- cilio a solicitarle la reincorporación al cargo ción se prolonga hasta octubre, y él es uno de Prior, dado el reconocido prestigio de que de los fijos, es decir uno de los que concurre Manuel Díez Tavanera disfrutaba entre la con más frecuencia a las reuniones, siendo clase comercial coruñesa y las razones por una de las primeras decisiones la de propo- las que había abandonado el cargo. La rein- ner un medio pronto y arreglado de conse- corporación fue inmediata109. guir 25 millones de reales para poner en En las diligencias efectuadas por una marcha un ejército de 20.000 hombres con 112 protesta de letra110 que se presenta el 8 de sus dotaciones y armamento . Para mejor febrero para su tramitación en el Consulado alcanzar sus objetivos la Junta se divide en de La Coruña contra Tavanera y sobrino, cinco comisiones: Guerra, Hacienda, expedida en Porto el 7 de enero de 1809, por Gobernación, Gracia y Justicia y Estado. De Enrique de Roger, por un importe de 3.600 la de Hacienda, como ya había sucedido en reales de vellón, a pagar en oro y plata y no 1808, formó parte Manuel Díez Tavanera. en vales reales, que no se había podido El 27 de enero de 1810 se encarga por la cobrar, informa el escribano que “además de Junta Superior a esta Junta de Hacienda la constarme como público hallarse ausentes búsqueda de un crédito contra alguna casa de esta ciudad los sobredichos Tavanera y de comercio de Londres por cuatro millones sobrino, sin haber dejado dependiente algu- de reales para comprar fusiles y sables. Los no en su casa de comercio”, había hecho cuatro encargados de buscar crédito facilitan algunas preguntas a comerciantes “que dije- a la Junta Superior el suyo personal, según ron ignoran su paradero”, de lo cual entera- contrato que firman el 14 de febrero sobre la do el también comerciate Juan Francisco casa García’s & Lewis, de Londres por Barrié “manifestó estaba pronto a satisfacer 70.000 libras esterlinas. Tavanera es uno de 113 su importe por honor de la firma de los ellos . También el 1º de febrero, a Tavane- libradores y bajo las protestas hechas”, ra y otro les piden que adelanten 6.000 como así lo hizo, de que se otorgó el corres- pesos fuertes (120.000 reales) para aprovi- pondiente recibo. Ello es una prueba del sionar la Efigenia, un barco que debía ir a prestigio que gozaba en la ciudad. Londres, y 494 reales para pagar al impre- sor114. Estos adelantos se realizan sin condi- El 16 de enero de 1810 concurre a la ciones, para reintegrar “en la primera oca- asamblea preparatoria que bajo la dirección sión”. del capitán general, y formada por represen- tantes de todas las clases de la población, (él No podemos olvidar tampoco el emprés- lo hizo como representante del comercio), tito de 60.000 reales que Manuel Díez Tava- tendría por objeto deliberar sobre la defensa nera ofreció, en 16 de agosto de 1810, cuan- del Reino, así como la posible actuación en do los Diputados del Reino de Galicia, pró-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 118 Julio Estrada Nérida ximos a salir para incorporarse a las Cortes comercio. El 8 de junio de 1810, en La reunidas en Cádiz, pedían anticipos de dietas Coruña, se hace escritura privada entre para el viaje115. Pero, la existencia de esta Manuel Díez Tavanera y Eusebio de Zalbi- Junta Superior fue corta; el 14 de septiembre dea, del comercio de La Coruña, por la cual de 1810 se recibió en La Coruña la R.O. de le ofreció y prometió entregar la cantidad de 17 de junio disponiendo que las Juntas Supe- 200.000 reales vellón en concepto de dote riores y Provinciales se redujesen en núme- una vez efectuado el matrimonio con su hija ro, y tras varias reuniones, en sesión solem- Antonia Díez Durango, que entonces se ne el 4 de octubre, se produce la adecuación, encontraba en Londres. Eusebio de Zalbi- con notable disgusto por parte de todos, dea, de origen vasco, había nacido en La entre otras cosas por el cese de personas, Coruña el 21 de junio de 1786118, de familia como Manuel Díez Tavanera, que habían de comerciantes (su padre Gerónimo de Zal- actuado hasta entonces con soberanas atribu- videa, y su madre Ana María del Valle), que ciones y una reconocida competencia. además aparece a partir de 1819, y durante Existe un testimonio, recogido en el muchos años, formando parte de la corpora- Diario de las discusiones y actas de las Cor- ción municipal como regidor. Esta es la tes de Cádiz, en cuya sesión del día 4 de escritura privada: agosto de 1811 se mandó pasar á las comi- siones respectivas una memoria dirigida a Digo yo D. Manuel Díez Tavanera, vecino las Cortes por Manuel Díez Tavanera, y del comercio de esta ciudad que por mí y fechada en Londres el 10 de julio de 1811, mi mujer Dª Ángela de Durango como padres de nuestra hija Antonia, residentes que comprende varias reflexiones, muy inte- 116 éstas en Londres, que en consequencia de resantes sobre la situación en España . Por convenio hecho con D. Eusebio de Zalbi- fortuna, se conserva este interesante docu- dea de contraer matrimonio con éste, luego mento en el Archivo del Congreso de la que llegue a Londres para donde va a salir; Diputados, y es digna de que se publique que para soportar las cargas del matrimo- nio, le he prometido y me obligo entregar- algún día117. Está dividida en cuatro partes, le por razón de dotal de mi hija la cantidad de las cuales la primera trata del Gobierno, de doscientos mil reales de vellón siempre la segunda del Estado, la tercera de Hacien- y cuando que los quiera; y además consti- da y la cuarta de Guerra. La Mesa de Esta- tuyo la obligación de mantenerlos y tener- do, en Cádiz el día 5 de agosto de 1811, los en nuestra compañía en tiempo de cua- tro años. Que si el dicho Zalbidea luego manda que se dirija a las otras comisiones, que contraiga matrimonio no hiciese uso pero hasta el día 13 de septiembre de 1813, de la citada cantidad y que por motivos es decir dos años después, no se resuelve el imprevistos, yo el Tavanera no me hallase expediente, en el sentido de “No despacha- en disposición de dársela cuando me los do por la comisión por no ser ya tiempo”. pida, le señalo por hipotecas especiales para su seguridad, la casa que habito y me pertenece en la calle Real señalada con el Últimas noticias. Testamento, muerte y nº 9, los ranchos y huertas que tengo junto sucesión a los molinos en santo Thomás, las rentas que gozo y cobro en la parroquia de Oza, y Son pocas las noticias que poseemos a en la de Peybas, obispado de Lugo, de que partir de este momento, sin duda dedicado a desde luego y sin necesidad de más instru- su familia, sus negocios y atender su casa de mento podría hacerse cargo; y entretanto

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que no se verifica el contratado matrimo- Peybas que posteriormente se han vendi- nio y que mi familia no regrese a España, do; y dijeron también que sin embargo de doy este resguardo al citado Zalbidea, y haberse concluido los quatro años por que quiero que tenga el mismo valor y firmeza hicieron obligación de mantener en su que si fuera una escritura pública, a cuya compañía a los hijos y que éstos se han clase se elevará al regreso de […..] el Zal- separado trasladándose a su casa por el videa no usase de la partida citada y el aumento de su familia, los otorgantes se [….] la acepta recibe y se conforma fir- constituyen a continuar manteniéndolos mando este convenio y llevándosele a su suministrándoles lo necesario para su poder. Coruña junio ocho de mil ochocien- decente subsistencia. Y mediante que el tos y diez. citado Zalbidea no ha sacado ni saca los Acepto doscientos mil reales ofrecidos por no debilitar el giro de la casa, y que por los Manuel Díez Tavanera ® Eusebio de Zalbidea® sucesos que puedan ocurrir quiere tener una garantía suficiente, o que se eleve a El matrimonio se celebró en Londres en escritura pública el papel de obligación hecho por el Tavanera, desde luego los 10 de agosto del año 1810, y la familia en citados D. Manuel y Dª Ángela convienen pleno, pasados unos años, regresó a La y son gustosos en ello en la mejor forma, Coruña, donde se pasa a escritura pública la vía y manera que más firme y válida sea en particular que se había hecho previa a la derecho revalidan por medio de esta escri- celebración del matrimonio. En efecto, en tura pública la indicada oferta dotal, obli- gándose como se obligan con sus personas La Coruña, el 5 de enero de 1815 se hace y bienes muebles y raíces, presentes y por Manuel Díez Tavanera y su mujer Ánge- futuros por sí y sus herederos a cumplir y la Durango Iglesias, un “instrumento de que cumplirán con todo lo pactado y a que dote” en que se recogen los datos de la escri- cada y cuando el D. Eusebio su mujer y sus tura anterior, y se anexa la privada hecha hijos o herederos quieran usar de la indica- 119 da cantidad de los doscientos mil reales o con anterioridad . parte de ellos se les entregarán en dinero metálico de plata u oro, y no otra especie Y habiéndose verificado el matrimonio de que el D. Eusebio, su mujer o herede- propuesto del D. Eusebio con la Dª Anto- ros, otorgarán recibo y carta de pago de la nia en Londres el día dos de agosto del cantidad que recojan. Presente dicho D. mismo año de diez quedó en toda su fuer- Eusebio que aceptando como lo tiene za y vigor el citado papel de obligación, aceptado y nuevamente siendo necesario reducido en sustancia a la oferta dotal de acepta se obliga igualmente en debida los doscientos mil reales y quatro años de forma a tener y conservar la referida canti- manutención señalando a Zalbidea por dad de los doscientos mil reales por dote y hipotecas especiales si no recibía aquella capital de su citada mujer Dª Antonia cantidad y Tabanera no se hallaba en dis- Tabanera y Durango (sic); y todas partes posición de entregárselas, la casa nº nueve para que mejor lo cumplan se sujetan a que habitan los otorgantes en esta calle pagar todas las costas y demás perjuicios real, los ranchos y huertas de los molinos que en cualquiera omisión o contravención de santo Tomás y rentas que cobran de la se originen con sumisión a los señores jue- parroquia de Oza y de Peibas en el obispa- ces y justicias de S.M. su fuero y domici- do de Lugo, cuyo papel y obligación reco- lio, a fin de que así se lo hagan pagar guar- nocen subsistente el D. Manuel y su espo- dar y haber por firme, como si fuese en vir- sa Dª Ángela y quieren tenga todo efecto, tud de sentencia definitiva de juez compe- exceptuándose solamente los bienes de tente pasada en cosa juzgada….

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En 1815, se le propone por el Consula- este Consulado excitar y promover cuales- do de la ciudad, formar parte de la comisión quiera objetos relativos a aquellos particu- que debería elaborar un informe en relación lares y todo cuanto contemple a su defen- 120 sa derechos y regalías presentándose ante con el proyecto de Código de Comercio , el Rey nuestro señor (que Dios guarde) pero que rechazó alegando su mal estado de Supremos Consejos y demás tribunales salud. En 1816 recibe un encargo de parte donde se requiera produciendo cuantas del Consulado para ir a Madrid, con el obje- instancias contemple oportunas por hallar- to que se expresa en el poder que para ello se bien enterado de todos los asuntos que 121 debe promover en los bienios en que ha le dieron el 19 de marzo : sido Prior; y siendo preciso para ello o parte sustituir este poder lo podrá hacer en los procuradores o agentes que por bien Poder de los señores Prior y cónsules de tuviere… poder amplio, general, especial este Real Consulado a favor del exPrior D. y sin limitación alguna… Manuel Díez Tavanera. En la sala de audiencia consular de la ciu- dad de La Coruña a 14 de marzo de 1816 Para encargarse durante su ausencia del estando en ella D. Ramón Antonio García negocio, el 14 de marzo de 1816 hace escri- de Caunedo, Prior, y los cónsules D. Sal- tura por la cual da a Eusebio de Zalbidea, su vador Fullos y Juan Francisco Barrié, dije- ron: Que consecuente con lo prevenido por yerno, un poder general, sin limitación algu- 122 S.M. en real orden de 6 de febrero ha nom- na : brado la Junta de Gobierno de este propio Consulado en la celebrada en 12 del corriente mes al señor exPrior D. Manuel Que en consideración a hallarse próximo a Díez Tavanera para que en calidad de hacer ausencia de este pueblo, conoce que diputado de este cuerpo pase a la villa y da y confiere todo su poder cumplido… a corte de Madrid a efecto de que con otros su hijo político D. Eusebio de Zalbidea, dos de la Comisión de reemplazos de también del comercio de esta ciudad para Cádiz y uno de cada Consulado de la que en su nombre y representando su per- península, traten y arreglen lo conducente sona acción y derecho, así particular como a presencia del Excmo. Sr. Secretario de de la citada sociedad pueda girar y admi- Estado y del despacho universal de nistrar… Hacienda, sobre el arreglo de los 30 millo- nes pedidos al comercio por una real orden Tal como había hecho su tío, en la madu- de 6 de diciembre del año próximo pasado; rez de su vida regresa a su villa natal para y que además propongan a S.M. todo cuanto contemplen conducente para aten- vivir aquí con mayor asistencia sus últimos der al fomento de la Agricultura, Artes, años y acaso también morir aquí, pues a par- Industria y Comercio Nacional. En cuya tir de este momento él también regresa y fre- consecuencia los tres señores otorgantes cuenta su presencia en Villaviudas y en por su derecho y en representación del Palencia, pero antes, en La Coruña el 23 de comercio de esta ciudad y su partido, dan y confieren todo su poder cumplido quan- junio de 1820 da un poder general, especial, to tienen y se requiera más pueda y deba sin limitación alguna a su yerno Eusebio de valer al citado exPrior D. Manuel Díez Zalbidea: Tavanera, tanto para lo que va referido, que pueda debidamente ejercer sus funcio- nes, que le sirva de credencial, como para Que mediante tiene que ausentarse a su que pueda al mismo tiempo a nombre de país y otras partes y ser necesario dejar

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persona de su confianza que continúe en el Palencia, hijo legítimo y de legítimo matri- giro de esta su casa y comercio que sigue monio de Manuel Díez Tavanera y Teresa bajo el nombre social de Tabanera y sobri- Ibáñez Calbo, difuntos, naturales y veci- no: conoce que da y confiere todo su nos que fueron de esta dicha villa, estando poder123 cumplido…, a su hijo político D. sano… Eusebio de Zalbidea con todas las faculta- Tiene dos hermanos que lo son Mateo des correspondientes para que en represen- Díez Ibáñez, casado con Cecilia Sanz, tación del otorgante siga como hasta aquí vecino de esta villa sin que tenga sucesión, manejando a su arbitrio la citada casa de y Teresa Díez Ibáñez, vecina de la misma, comercio, haciendo cuantas negociaciones viuda de Joaquín González, a quien man- le parezca… y finalmente disponga y haga tiene su hijo D. Manuel González del de esta casa de comercio lo mismo que comercio de la Coruña, con todo lo nece- hiciera el otorgante si fuese presente, usan- sario para su subsistencia, que tiene otras do de la misma firma de Tabanera y sobri- dos hijas Gertrudis y Francisca casadas no en su correspondencia… poder general con Marcelino García y Agustín Carazo, especial y sin limitación alguna… vecinos de esta villa, y dos hijos D. Manuel y D. Víctor González, vecinos de La Coruña. Y el año 1821 le encontramos en Palen- Heredero de su tío Santiago Díez Tavane- cia, viudo (la muerte de Ángela Durango ra con varias obligaciones y legatos que ocurrió entre 1815 y antes del 31 de julio de resultan de su testamento que otorgó en 18 1818), con su hija casada en La Coruña, y de marzo de 1801 en la ciudad de La Coru- ña ante el escribano de S.M. y del número preocupándose de velar y administrar sus de ella Jacinto Pereira, y del cobdicilo que propiedades en Villaviudas, que no había hizo en testimonio del infrascrito escriba- dejado de incrementar durante este tiempo no Miguel Antonio Sanz Martínez con y, por otro lado, cumplir con sus familiares, fecha en esta villa 29 de septiembre de dando cuenta de las mandas que había toma- 1803 y bajo de cuyas disposiciones falle- ció en dicho año, y que durante el tiempo do a su cargo al ser nombrado heredero de de su testamento a el de su muerte hubo su tío Santiago, muerto en 1803, que por su pérdidas y desgracias muy considerables, testamento otorgado en La Coruña en 1801 de que no quise dar noticia al dicho mi tío le había declarado heredero universal124. D. Santiago, por manera que si hubiera También en Villaviudas redacta el 26 de tenido alguna de ellas hubiera reformado o anulado todas sus disposiciones, pero sin septiembre de 1821 su propio testamento125, embargo queriendo yo conformar mis en el que, curiosamente, no habla nada de ideas benéficas a favor de toda la familia sus negocios, y sí se ocupa de dejar bien he procurado cumplir todas las dichas dis- arreglados sus asuntos familiares, dejando posiciones. por heredera universal a su hija Antonia Y para cumplir y pagar todo lo por mí dis- puesto en cuanto a lo piadoso, dejo y nom- Díez Durango. De este testamento entresa- bro por mis testamentarios albaceas, si camos los siguientes datos: falleciese en La Coruña a dicho mi yerno D. Eusebio Zalbidea y a D. José Calderón; si fuese en Palencia, a D. Eleuterio Duran- Testamento de D. Manuel Díez Ibáñez go y D. José Ojero de la Vega, y si en esta Tavanera del comercio de la ciudad de La villa a Mateo Díez, a mi sobrino D. José Coruña, y residente actualmente en la de Esteban Díez y al presente escribano con- Palencia, natural de la villa de Villaviudas, firiéndoles el poder necesario para que viudo que soy y quedé de Dª Ángela reclamen a mi heredero su importe, con Durango, natural que fue de la dicha de todas las facultades que sobre este particu-

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lar son correspondientes. Y cumplido y causas y circunstancias que dieron lugar a la pagado, en el remanente que quedare de Expedición Filantrópica de la vacuna de la todos mis bienes, derechos y acciones, ins- viruela127, en este capítulo vamos a incidir tituyo por mi heredera universal a mi hija única Dª Antonia Díez Durango, mujer sobre el barco en que se inició la expedi- legítima del dicho D. Eusebio Zalbidea, y ción, desde su contratación hasta su regreso habida en mi matrimonio con Dª Ángela a La Coruña. Para ello vamos a utilizar, Durango, para que les haya y herede con la aparte de la bibliografía tradicional y la que bendición de Dios y la mía. surgió tras la conmemoración del segundo centenario en 2003128, la documentación La última noticia que de él encontramos recogida en el archivo de protocolos de La nos hace suponer que ya había fallecido. Es Coruña, ya que, aunque ha sido utilizada por una escritura de arrendamiento126 otorgada Parrilla Hermida129, lo ha sido de un modo en Villaviudas el 19 de febrero de 1830, de parcial y con evidentes errores. Por ello diferentes propiedades, por ocho años y hacemos la transcripción completa de los 1.100 reales de renta unificada, cuyo primer documentos de la contrata con el armador y plazo sería el día último de octubre del de éste con capitán y tripulación, y añadimos mismo año, otorgada por Marcelino García los restantes, entre ellos la contrata hecha y Agustín Carazo a favor de D. Eusebio de con el capitán de la corbeta Pedro del Barco. Zalbidea, marido de Dª Antonia Díez, veci- Es de destacar que en ningún documento de no y del comercio de la ciudad de La Coru- los consultados y aquí reproducidos aparece ña. el nombre de Pedro Blanco Casariego, que De momento no conocemos donde en el trabajo citado se atribuye al capitán de murió, ni la trayectoria de sus descendien- la corbeta como perteneciente a la tripula- tes, ni si continuó la vinculación a Villaviu- ción de la corbeta María Pita. das y Palencia. Son muchos los datos que En la elección de transporte para la todavía desconocemos, pero como conclu- Expedición primó la rapidez y la economía sión decir que sacamos a la luz un palentino, sobre la comodidad, por lo que en un primer de Villaviudas, hasta ahora desconocido en momento se pensó que la solución era el uso su tierra, pero digno de serlo en el lugar que de los Buques Correo de la Real Armada. le vio nacer, que tuvo que salir fuera, como Los Correos Marítimos se crearon por una también ocurre ahora, en búsqueda de un Real Cédula de 6 de agosto de 1764 por el futuro más halagüeño, y que nunca dejó de rey Carlos III, y poco después, el 24 de agos- seguir ligado a ella, orgulloso de sus raíces. to se estableció su reglamento130. Su propósi- to era llevar y traer de manera regular la MANUEL DÍEZ TAVANERA Y LA correspondencia generada en España y Amé- CORBETA MARÍA PITA DE LA EXPE- rica, con especial atención a la de carácter DICIÓN FILANTRÓPICA diplomático y militar, por medio de unos Punto de partida y contratación del barco barcos que saldrían mensualmente desde el para el viaje puerto de La Coruña hasta el de La Habana, Obviando hacer una relación de lo que con escalas previas en Puerto Rico y Santo fue la viruela, los medios de combatirla, Domingo. Desde La Habana, se enviaban variolización y vacunación, así como las barcos menores que recogían la correspon-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 123 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela dencia en Veracruz, Tierra Firme y Perú. por Manuel Díez Tavanera, armador y También transportaban viajeros y mercancí- dueño de la corbeta María Pita, formando as, tanto a la ida como a la vuelta. Desde el cada uno su plan de condiciones; el Juez de 5 de diciembre de 1767, se estableció una Arribadas las envía al rey el 10 de agosto segunda línea, con salidas desde La Coruña para su decisión, sugiriendo la segunda por cada tres meses, con destino a Montevideo y más velera, más barata y más acorde con las Buenos Aires, cubriendo el Sur americano. A necesidades, y por real orden de 30 del partir de 1771 se incrementó el número de mismo, se le avisa por el ministro José Anto- viajes a uno cada dos meses. nio Caballero, de que habían parecido exor- Además, en 1785 se había fundado en bitantes las condiciones propuestas por los La Coruña el Real Consulado Marítimo y dos armadores, devolviéndolas para que se Terrestre con el fin de fomentar la agricultu- buscase otro que las hiciese más moderadas, ra y la industria en la región y extender la teniendo en consideración que la demora en navegación en Ultramar131. La Coruña llegó cada una de las dos escalas podría ser de así a convertirse en uno de los principales quince días, y al regreso podía cargar el puertos de conexión con América, motivo buque de su cuenta, e incluso parcialmente a por el que debió escogerse para la salida de la ida, reportando ganancias considerables; la expedición y contratación del buque, aun- no se creía justo que la Real Hacienda paga- que en el momento en que se organiza, se se por entero el viaje, dado que solo el flete había producido un declive por la apertura excedía al valor de los buques; y teniendo en de otros puertos a este tráfico. cuenta que las dimensiones de la corbeta eran suficientes, se pide al Juez de Arribadas que se convenga con el mismo armador, o con Propuestas de barcos. La corbeta María Pita otro de un buque de igual porte, unas condi- ciones regulares y equitativas, procediendo si El viaje en los Correos Marítimos hubie- fuera necesario el acuerdo con peritos. ra exigido muchos facultativos para incor- porarse a las distintas rutas, por lo que se Pero tras la llegada de Francisco Xavier decide contratar un barco mercante exclusi- Balmis, el 1 de octubre, manifiesta que de vo para la Expedición, que pudiera perma- todos los barcos disponibles el mejor, por necer en cada puerto el tiempo necesario más económico, era la fragata San José, pro- para la vacunación de la zona. Las gestiones piedad de Manuel de Goycoechea, con el para conseguir el buque comienzan con una único inconveniente de que, por estar pen- Real Orden de 27 de julio de 1803 dirigida diente de unas reparaciones, no se encontra- al Juez de Arribadas de Indias del puerto de ba en puerto, aunque el armador se compro- La Coruña encargándole que busque «un metía a tenerla en La Coruña el día 8 de buque mercante, bien acondicionado, de octubre. En consecuencia, admitió las nue- buen andar, con gente experta, y de unas vas propuestas hechas por los armadores, 250 toneladas poco más o menos». Se anun- que se examinaron escrupulosamente con ció a los armadores y dueños de buques ayuda de los dos peritos navieros del puerto, mercantes del puerto, para que hiciesen sus Martín Badía y Juan Bauptista Larragoyti, propuestas; en principio se presentaron por como asimismo de otras personas facultati- José Becerra, dueño de la fragata Silph, y

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 124 Julio Estrada Nérida vas, y oyendo también el parecer y dictamen Coruña que practicase una investigación, de Francisco Xavier Balmis. cuyas conclusiones no conocemos. Publica- Se presentaron las siguientes propues- mos un documento de poder de Manuel tas: La de Manuel Díez Tavanera, que como Díez Tavanera para defenderse de las acusa- veremos, fue la admitida. La del armador ciones, ya que dice que se ha oído su peti- Manuel de Goycoechea que propone la fra- ción para proceder a su defensa, pues “se ha gata San José, que aunque no era mejor que mancillado el honor o integridad del otor- los barcos propuestos por el Juez de Arriba- gante” (documento 6). Posiblemente el pro- das, pedía un flete de 2.000 reales menos, y ceso se vio en el tribunal de la Intendencia. rebajaba 400 reales por la manutención de Llegado el día del plazo acordado, 8 de cada persona de primera clase y 200 por los octubre, se cierra el contrato por el coman- de segunda, y además no exigía el pago dante de Marina, en nombre de la Real hasta el día de la partida. Pero a Balmis no Hacienda, con Manuel Díez Tavanera, le satisface del todo esta fragata porque no armador de la corbeta María Pita, que había estaba en ese momento en el puerto y no rebajado 400 pesos en el flete y 40 pesos de pudo verla, y además, obligaría a demorar el mesa por mes, quedando el importe en 1400 inicio de la Expedición en ocho días. El día pesos mensuales. La María Pita era una cor- 8, Balmis comprueba que la fragata San beta de unas 200 toneladas, con tres palos de José no se encontraba en el puerto, con lo gran altura y velas cuadradas. La escritura que esta propuesta fue desestimada en vir- se hace en presencia de Francisco Xavier tud de que el barco no había llegado en la Balmis y de Pedro del Barco, teniente de fecha acordada. Esto motivó que el Juez de navío, su capitán (documento 1). El 22 de Arribadas contratase la corbeta María Pita octubre envió el Juez de Arribadas el con- que, después de la fragata San José, era la trato firmado, que se aprueba por el Rey y el que presentaba mayores ventajas. Sin 21 de noviembre se le remite orden para que embargo, desconocida en Madrid esta cir- acelere la partida de la Expedición, así como cunstancia, es aprobada por el Rey el 11 de al Ministro de Hacienda para que hiciese octubre la propuesta de la San José por 1300 entrega de la anticipación estipulada al pesos el mes; se envían al Juez de Arribadas armador, y al de Estado para que expidiese los documentos originales para formalizar la el salvoconducto de las potencias beligeran- contrata una vez llegada a La Coruña y com- tes, que se estaban enfrentando en el Atlán- probadas sus dimensiones. José Becerra el tico en aquel momento. Como protección mismo día 8 de octubre ofrece a Balmis el internacional, la Expedición debería contar bergantín La Valentina de 220 toneladas, lo con un salvoconducto autorizado por los que se considera fuera de plazo, por lo que gobiernos inglés y francés, pero salió sin él. los armadores Francisco Barrié y José Bece- Por Real Orden de 23 de octubre es rra, el 12 de octubre, presentaron protestas nombrado para el mando de la corbeta el ante el Rey contra el Juez de Arribadas por Teniente de Fragata de la Real Armada la forma en que se había hecho la tramita- Pedro del Barco y España, natural de Somo- ción del contrato con la María Pita, lo que rrostro, Vizcaya, destinado en la Comandan- dio lugar a que el 12 de diciembre el rey cia de Matrículas de La Coruña, y el 20 de ordenase al intendente de ejército de La noviembre se hace el contrato entre él y el

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 125 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela armador Manuel Díez Tavanera (documento Regreso a La Coruña de la corbeta María 2), donde éste le da un poder general sin Pita limitaciones para cuanto necesitara durante El viaje de la corbeta hasta Veracruz, el viaje. Este documento se publica ahora donde queda desligada de la expedición, por primera vez. duró 8 meses y algunos días, saliendo de La El 29 de noviembre, día anterior a la sali- Coruña el 30 de noviembre de 1803 y regre- da, se firma el contrato entre el armador y la sando desde Veracruz el 8 de agosto de 1804 133 tripulación, compuesta del capitán y primer según López y Pedrido , y el día 10 según 134 piloto y 26 personas más (documento 5). Ramírez , realizando una escala en La Habana. En este puerto permaneció durante mes y medio para intentar aliviar el empeo- Trayecto realizado por la corbeta María Pita ramiento del mayordomo enfermo, y muy posiblemente para cargar mercancía, y par- El 30 de noviembre de 1803 la corbeta tió el 23 de octubre, según confirma el María Pita zarpa del puerto de La Coruña, armador, Manuel Díez Tavanera, en la carta con la tripulación, 10 expedicionarios y 22 en que solicita la admisión a “libre plática y niños132. No voy a narrar lo ocurrido en las comercio” de la María Pita en el muelle diversas rutas. Voy a seguir a la corbeta coruñés. Con un cargamento de azúcar y María Pita desde su salida hasta en su regre- palo de tinte, la corbeta arribó al puerto de so a La Coruña. Llega al puerto de Santa La Coruña, el día 6 de enero de 1805, “a las Cruz de Tenerife el 9 de diciembre de 1803 doce del día como resulta de documento y el 6 de enero de 1804 abandona Canarias fehaciente”135, tras una larga y penosa trave- rumbo a Puerto Rico, donde llega el 9 febre- sía de 76 días, durante la cual la embarca- ro y se despide el 12 de marzo, rumbo a ción fue abordada por un buque corsario Venezuela: llega el 20 de marzo a Puerto inglés y estuvo apresada y tripulada algún Cabello y sale de La Guayra el 8 de mayo tiempo por un guardiamarina y diez marine- para La Habana donde llega el 26 de mayo. ros ingleses. A los cinco días del regreso, Aunque el contrato se firmó hasta el 27 de fallecía por enfermedad José Mosquera, enero de 1804, para entonces la corbeta no mayordomo de la corbeta. Ante el temor de había llegado a La Habana, por lo que se que pudiera haberse contagiado por los tri- decide prorrogarlo en las mismas condicio- pulantes del corsario, se le hace una inspec- nes. El 16 de junio de 1804 se hace el con- ción por médicos en La Coruña para deducir trato para la travesía de la Habana a Vera- el carácter de la enfermedad, pues se teme cruz con escala en el puerto de Campeche, que los corsarios ingleses hubiesen recalado por el capitán Pedro del Barco, como apo- antes en Gibraltar, puerto en estado de pes- derado del armador. Desde La Habana con- tilencia en aquel momento. De las pesquisas tinúa viaje el 18 de junio; llega el 25 de realizadas se concluye, como causa más junio a Puerto de Sisal-Mérida en la penín- verosímil de la muerte, la complicación pro- sula de Yucatán, de donde sale el 19 de julio ducida por un cólico que había sufrido en hacia Veracruz donde llega el 24 de julio. Veracruz. Manuel Díez Tavanera utiliza la prolongada duración del viaje de regreso “en estación tan cruda de invierno” y la no

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 126 Julio Estrada Nérida existencia de algún “mal contagioso” en La En la ciudad de La Coruña, a ocho días del Habana como argumentos para apartar cual- mes de octubre año de mil ochocientos y tres: quier recelo sobre la salud de la embarca- El señor D. Ignacio María de Alcíbar, Capitán de Navío de la Real Armada Comandante mili- ción y sus tripulantes, por “si estas razones tar de Marina de esta Provincia, Juez de Arri- y la del mal estado del buque por lo que ha vadas de Indias en ella, a presencia de mí sufrido en los temporales y mar mereciesen escribano de su Juzgado y testigos dijo: Que alguna consideración e indulgencia”. Publi- deseando el Rey propagar a sus dominios de camos también un documento de poder de Indias al precioso descubrimiento de la Bacu- na, ha mandado formar una expedición com- Manuel Díez Tavanera sobre la nulidad de puesta de varios facultativos instruidos en el un seguro para la corbeta, aunque el mal método de inocularla al cuidado del Director estado del documento nos ha impedido su D. Francisco Xavier de Balmis su médico lectura completa (documento 7). honorario de Cámara, que debría pasar con ellos a este puerto y embarcarse para la Haba- na con escala precisa y alguna mansión en la Reconocimiento al capitán. Isla de Tenerife, una de las Canarias, y en Puerto Rico, llevando a su bordo un butiquín, El capitán de la corbeta Pedro del Barco varios utensilios precisos, de doce a quince vio su trabajo recompensado. A su vuelta personas poco más o menos entre facultativos, recibió el ascenso merecido. Se le nombró enfermeros y criados, y de veinte a veinte y Teniente de Navío el día 8 de diciembre de cinco niños de ocho a diez años, con sus equi- 1804, y se le concedió una pensión vitalicia pajes moderados, para que durante la navega- ción se vayan inoculando subcesivamente con de 300 pesos, en marzo de 1805. Publica- el objeto de que llegando fresco el pus bacuno mos un documento en que da poder para su pueda hacerse la primera operación de brazo a cobro en Buenos Aires pues su importe brazo en aquellos naturales, a este fin quiso debía salir de las vacantes mayores y meno- S.M. que dicho señor Juez de Arrivadas de res del obispado de esa ciudad (documento Indias de este puerto, buscase y ajustase en él un buque mercante, bien acondicionado, de 8). Finalmente, por decreto de Carlos III de buen andar, con gente experta, y de unas dos- fecha 17 de abril de 1815 se aprueba el nom- cientas cinquenta toneladas poco más o bramiento de caballero supernumerario de menos, que se considera necesario para que la orden de Carlos III136. navegue con comodidad la expedición referi- da a los destinos expresados, en el supuesto de que el capitán o dueño debría franquear a sus individuos todo lo principal del buque, estar a APÉNDICE DOCUMENTAL las órdenes del Director para la salida de este puerto, y de las dos escalas, darles mesa y lo demás necesario según costumbre, y que en su Documento 1. Contrata que otorgó el señor virtud procediese dicho señor desde luego a Comandante de Marina de esta Provincia a celebrar la contrata de quenta de la Real nombre de la Real Hacienda con D. Manuel Hacienda, con las condiciones más ventajosas, Díez Tabanera armador de la corbeta María y la de que se pagase en la Habana el precio Pita para conducir a la América al Director de del fletamiento excepto aquella cantidad que el la Comisión de la Bacuna. La Coruña, 8 de capitán o dueño pidiese anticipada para su octubre de 1803. habilitación, la que facilitaría el gobierno con AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y su aviso, según que en los propios términos se Lourido, sign. 8050, 1803, fol. 155-158. expresa en la Real Orden de veinte y siete de Julio último que se le ha comunicado directa- mente por el Excmo. señor D. Josef Antonio

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Caballero; y en su debido cumplimiento el por menor lo expresa dicha Real orden; en su señor Juez de Arrivadas lo anunció a los arma- consecuencia procurando cumplimentarla con dores y dueños de buques mercantes de este el mayor acierto, y en quanto le fue posible al puerto que podían tener las calidades necesa- menor perjuicio de la Real Hacienda, admitió rias para hacer el viaje prevenido, para que, el las propuestas que le han hecho diferentes que de ellos se manifestase más ventajoso a la armadores de esta Plaza; hizo D. Manuel Díez Real Hacienda, acordase la contrata que debía Tabanera nuevamente las suyas, que unas y formalizarse en este caso; en su virtud se hicie- otras se han examinado escrupulosamente, no ron propuestas por D. Josef Becerra, y D. solo por sí, sino por medio de los dos peritos Manuel Díez Tabanera y Sobrino, comercian- navieros de este puerto D. Martín Badía y D. tes de esta Plaza, y dueños de las fragatas mer- Juan Bauptista Larragoyti, sujetos expertos y cantes Silph y María Pita, formando cada uno de pericia, como así mismo de otras personas de ellos su plan de condiciones, sobre las cua- facultativas, oyendo también el parecer y dic- les estribaba el orden de contrata que cada uno tamen del Director don Francisco Xabier de se proponía; y no habiéndose deliberado dicho Balmis, con quien procedió acorde, para evitar señor Juez de Arrivadas a aceptarlas las ha en lo posible todo perjuicio a la Real Hacien- consultado originales a S.M. por oficio de diez da, y al mismo tiempo, proporcionar buque de de agosto último, para que acordara lo que las calidades necesarias para el viaje; y por fin, fuese de su Real agrado, y por real orden de después de oídos unos y otros armadores par- treinta del mismo agosto, se le avisa por el ticularmente, y tomado los conocimientos Excmo. señor D. Antonio Caballero de que necesarios, acordó dicho señor Juez de Arriva- han parecido exorbitantes las condiciones pro- das admitir el plan de condiciones que última- puestas por dichos dos armadores de la fragata mente formó Don Manuel Tavanera y Sobrino, Silph y corbeta María Pita, devolviéndolas de cuyo contenido de ellas son a saber: Real Orden para que se buscase otro armador Se fletará por el D. Manuel Tabanera y Sobri- que las hiciese moderadas, teniendo en consi- no en todo el resto de este mes la corbeta deración que la demora en cada una de las dos María Pita, porte doscientas toneladas poco escalas podría ser de quince días, y al regreso más o menos, matriculada por este puerto, y podía cargar el buque de su quenta, y mucha estará corriente para el día primero de noviem- parte de él a la ida, reportando ganancias con- bre próximo, de capitán, oficiales de mar y tri- siderables, pues los equipajes eran muy cortos, pulación en suficiente número y gente experta las personas mayores serían de diez a once y y matriculada, sano, seco y estanco el buque los niños no pasarían de diez y ocho a veinte; de quilla y costado, bien carenado y pertrecha- por lo mismo no era justo que la Real Hacien- do en disposición de dar la vela, y a disposi- da pagase por entero el viaje redondo y con ción desde aquel mismo día del Director D. tanta exorbitancia, que solo el fletamiento Francisco Xavier de Balmis sin la menor omi- excedía al valor de ambos buques; y en esta sión hasta la Habana, haciendo escalas en inteligencia, y la de que las dimensiones de la Canarias y Puerto Rico, con la calidad de que corbeta bastaban para el objeto, arreglase como el Director pueda recibir órdenes, o dicho señor Juez de Arrivadas con el armador, hallarse con ellas distintas de las con que pro- o se conviniese con otro que lo fuese de buque cede el señor Juez de Arribadas, para variar o de igual porte poco más o menos las condicio- aumentar puntos de escala, se obliga el arma- nes regulares y equitativas en tales casos, dor D. Manuel Tabanera, a hacer que el capi- valiéndose de sus propios conocimientos, pro- tán que fuese de la corbeta siga sus órdenes de cediendo si fuese necesario de acuerdo con destino. otros peritos en la materia, y llevando el obje- to de no gravar excesivamente el Erario, ni aun Que el buque empezará a devengar su flete con las crecidas anticipaciones en este puerto, desde el día en que el armador avise de estar encargando de orden del Rey que se evacuase pronto a dar la vela de este puerto, que debrá este asunto con la inteligencia, actividad y celo hacerlo en el señalado si no pudiese antes. que tenía acreditado en su Real servicio, según

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Que la suministración de víveres o comida disposición del gobierno, comisionado u otra para la familia que ha de embarcarse se conta- causa no esperada que no penda del armador rá en todas partes desde que se verifique el motivo o resolución de suspensión de esta consumo, cesando éstas en los puntos de arri- expedición o variación de buque, se abonará al badas hasta el embarque. armador por falso flete el importe de dos meses Quarta condición, que el fletamiento del buque y uno de rancho, y si esta novedad acaeciese en ha de ser y correr por meses hasta su último Canarias o Puerto Rico, se tendrá por conclui- destino, abonando la Real Hacienda por cada do y ganado el viaje de quatro meses por fleta- uno a mil quatrocientos pesos fuertes, con miento y tres de rancho que se les satisfará en advertencia que verificada la salida han de qualquiera de ellos o la Habana. contarse empleados y ganados quatro meses. Novena condición, que si durante el viaje y Quinta condición, que para la manutención se estancia en los puertos a que se destine se decla- abonarán por cada individuo de primera mesa, rasen hostilidades y no tiene la Comisión salvo- a cien pesos fuertes, que llegarán a cinco per- conducto, abonará la Real Hacienda al armador sonas; los de segunda mesa, que serán otros el importe del premio de seguro, mediante siete, a noventa pesos cada uno, y los de terce- documentos fehacientes que presentará. ra, que serán de veinte a veinte y quatro niños, Décima condición, que si la Guayra o Cumañá según en este acto lo asegura el señor Balmis fuese uno de los puntos de la Comisión en la que está presente a cinquenta pesos fuertes misma corbeta, se le satisfará allí al armador cada uno, unos y otros mensuales, y a todos se todo lo que tuviese devengado, así de fletes les dará almuerzos, refrescos y cenas corres- como de rancho, si para ello hubiese posibili- pondientes a sus clases; la comida de primera dad por parte de la Real Hacienda. mesa será una olla, dos o tres principios, y tres Cuyas condiciones, según van expresadas se postres, con vino y pan fresco; lo mismo los de examinaron con todas las demás que se pre- segunda, a excepción de un principio y postre sentaron y atendidas con preferencia así por su menos que los de primera; y a los de tercera contenido como por la calidad y circunstancias mesa, un buen cocido y alguna cosa más a del buque, se adaptaron y eligieron entre todas ciertos niños enfermos u algún extraordinario, las más con intervención del D. Francisco a todos en determinado día de la semana. Xavier de Balmis, que está presente y al mejor Sexta condición, que si las arrivadas en la beneficio de la Real Hacienda y seguridad del América fuesen más de dos, o que el consumo viaje. Por lo que dicho señor D. Ignacio María de víveres exceda del plazo de tres meses, se de Alcíbar, Juez de Arrivada de Indias de este abonará al D. Manuel Tabanera y Sobrino por puerto, en debido obedecimiento de las sobe- diferencia o mayor valor de todas cosas en ranas resoluciones con que se halla, y usando América una tercera parte más de lo que va de la facultad que por ellas se le permite: había señalado por persona. y hubo desde ahora mismo, y en nombre de la Sétima condición, de que al armador Tavanera Real Hacienda a quien representa por admiti- se le anticipará en esta plaza por razón de ran- das y acetadas dichas condiciones, las que cho el importe de tres meses, según lo que serán todas ellas cumplidas según el tenor de alcancen; el resto, si excediese lo recibirá en la cada una, y en este concepto estando también Habana, o Bera Cruz con el importe del fleta- presente el D. Manuel Tabanera, por sí y Com- miento sin la menor demora, y siempre en pañía dijo: Que se obligaba y obligó con su monedas físicas, pero si el viaje fuere más dila- persona, sus bienes y los de la propia Compa- tado, o hubiese alguna ocurrencia extraordina- ñía, a que dichas condiciones en quanto está de ria que obligue al capitán a pedir dinero en su parte el cumplimiento, se lo dará en todo y qualquier punto dispondrá el señor Director por todo y a cada una de ellas sin faltar a la que se le entregue a buena quenta. menor cosa ni lo hará el capitán que fuese de la corbeta durante el viaje, sobre que presta y Octava condición, que si preparado ya el buque formaliza la obligación que sea más válida y y hecho acopio de las provisiones, hubiese por sin reserva más de lo que en sí comprende cada

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 129 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela una de dichas diez condiciones en cuyo caso se litaciones del buque, ranchos, carga, desem- sujeta a los tribunales de Indias, Marina y vía bolsos y percibos, ventas y compras, toda clase reservada de S.M. para que así se le haga cum- de negociaciones, ajustes, o nuevas contratas, plir, como si fuera sentencia definitiva dada sea necesario persona que represente al que por juez competente, pasada en autoridad de habla, conoce que por la presente escritura y cosa juzgada, cerca de lo cual renunció a todas en la vía y forma que más cabida tenga y haya leyes, fueros y derechos de su favor, con la lugar en derecho, da y otorga todo su poder general que las prohíbe en forma: en cuyo tes- cumplido el que se requiere más forma y váli- timonio así lo dijeron, otorgaron y firmaron, do sea, al referido D. Pedro del Barco, capitán de que son testigos el teniente de navío Don y maestre de la insignuada corbeta, para que Pedro del Barco, el mismo D. Francisco durante la expresada comisión y viaje que está Xavier de Balmis y D. Eduardo del Casal, resi- próximo a emprender en qualquiera puerto o dentes en esta plaza, y el Balmis de la villa y paraje donde llegue, o arribe, represente la per- corte de Madrid, de todo lo cual, y que dicho sona, acción y derecho del otorgante, tanto señor Juez de Arribadas previno a mí escriba- para qualesquiera provisiones, habilitaciones, no sacase una copia de esta escritura para con- pagas, percibos, ventas, compras, ajustes y sultar a S.M. y que conozco a los señores otor- nuevas contratas, cuanto como para otras qua- gantes doy fee. lesquiera negociaciones que se ofrezcan y pre- Francisco María de Alcíbar ® Manuel Díez Tavanera senten: que el poder general especial, amplio y sin limitación de cosa alguna, que para ello se y Sobrino ® requiera el mismo le da, y confiere con todas Fui testigo presente las facultades que se necesiten, libre, franca y Pedro del Barco ® general como si por sí mismo lo ejecutara, y se obliga de estar y pasar por ello a todo tiempo, a cuyo fin se somete a las justicias de Su Documento 2. Poder que otorgó D. Manuel Magestad, su fuero, jurisdicción y domicilio, Díez Tavanera a D. Pedro del Barco para lo para que se lo hagan cumplir y haber por firme que expresa. La Coruña, 20 de noviembre de como si fuere sentencia definitiva dada por 1803. Juez competente pasada en autoridad de cosa AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y juzgada consentida y no apelada, cerca de lo Lourido, sign. 8050, 1803, fol. 182. cual renunció a todas leyes, fueros y derechos de su favor y la general que las prohíbe en forma. En testimonio de lo cual así lo dijo, En la ciudad de La Coruña a veinte días del otorgó y firma de que fueron testigos D. mes de noviembre año de mil ochocientos y Manuel Quintela, D. Andrés Morandeira y D. tres: ante mí escribano de Marina y testigos Juan de Castro, vecinos de esta ciudad, de todo pareció presente D. Manuel Díez Tavanera, lo cual y conocimiento del otorgante yo escri- vecino y del comercio de esta ciudad, dueño bano doy fee. propietario y armador de la corbeta española nombrada María Pita de la matrícula de este Manuel Díez Tavanera ® puerto, de que es comandante y maestre D. Pedro del Barco theniente de fragata de la Real Documento 3. Poder de D. Pedro del Barco Armada y dijo: Tiene fletado dicho buque con antes del viaje. La Coruña, 28 de noviembre de la Real Hacienda bajo la correspondiente con- 1803. trata, para hacer viaje al puerto de la Havana, y otros varios de América, a conducir y trans- AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, portar al Director y más individuos de la sign. 6766, 1803, fol. 172. Comisión de la Bacuna, siendo de cuenta del otorgante la manutención de dichos indivi- Pedro del Barco, teniente de fragata de la Real duos; y como para este objeto, y otros quales- Armada del Departamento del Ferrol, da su quiera que puedan ofrecerse así para las habi-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 130 Julio Estrada Nérida poder a D. Manuel Hernández, también tenien- Contaduría de Marina de esta Provincia, u otro te de fragata para que en su nombre y en sus pareje (sic), a cuyo fin si fuere necesario ocurra ausencias pueda cobrar, percibir y recaudar al Departamento y solicite se le entreguen res- todas y cualesquiera cantidades que le sean pidan (¿) sus ajustes entablando para ello y debidas, dando y otorgando de ellas los recibos todo lo más que ocurra las competentes instan- y cartas de pago… cias, y de lo que cobre y perciba dé los condu- Documento 4. Poder que otorgó el marinero centes resguardos, recibos y cartas de pago, y matriculado Josef Cortés a su madre. La Coru- finalmente practique todas quantas agencias, ña, 28 de noviembre de 1803. diligencias y solicitudes fueren precisas hasta conseguir el total reintegro que el que habla AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y desde ahora mismo y para quando la referida su Lourido, sign. 8050, 1803, fol. 191. madre hiciere y obrare qualquiera de los parti- culares referidos todo lo aprueba, confirma y En la ciudad de la Coruña a veinte y ocho días ratifica como si por él propio otorgante fuera del mes de noviembre año de mil ochocientos y hecho, y se obliga de estar y pasar por ello sin tres: ante mí escribano de Marina y testigos contravención alguna como si fuera sentencia pareció presente Josef Cortés, matriculado y definitiva de juez competente pasada en juzga- vecino de esta ciudad y dijo: que como tal do a cuyo fin se somete y da poder a los jueces matriculado y en clase de marinero hizo una y justicias de Su Magestad, fuero y domicilio campaña por espacio de diez años sirviendo a para que se le hagan cumplir y haber por firme S.M. en el navío nombrado San Vicente y otros cerca de lo qual renuncia todas Leyes, fueros y buques del Rey que pasaron a la Trinidad de derechos de su favor y la general en forma: en Barlovento y más destinos que se le han dado, testimonio de la qual así lo dijo, otorgó y no cuios sueldos y asignación a que por este res- firma por no saber según así lo asertó, hácelo a pecto es acreedor se le está debiendo: y su ruego un testigo de los presentes, que en mediante tiene entendido se va a hacer el paga- todo ello lo fueron D. Domingo Álbaro, D. mento de dicha asignación a todos los indivi- Manuel Quintela y D. Juan de Castro, vecinos duos que la devengaron en la citada campaña, de esta ciudad, de todo lo qual y conocimiento atento el que expone tiene que ausentarse de del otorgante yo escribano doy fee. esta población a la América con plaza de gru- Como testigo y a ruego mete en la corbeta nombrada María Pita, que Juan Benito de Castro ® está próxima a emprender viaje desde este puerto al de la Havana a conducir el director y más individuos de que se compone la Expedi- Documento 5. Contrata de Manuel Díez ción de la Vacuna, a fin de que haiga persona Tavanera armador de la corbeta María Pita con que durante su ausencia le represente su perso- el capitán y tripulación de la misma para viaje. na, derecho y acción, cobre, perciba y recaude La Coruña, 29 de noviembre de 1803. la expresada asignación y haber que le corres- AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y ponda como tal grumete en cuia clase ha servi- Lourido, sign. 8050, 1803, fol. 196-7. do la citada campaña según resultará de los ajustes que al efecto se le expidan, conoce que por el presente faculta, da y otorga todo su En la ciudad de La Coruña a veinte y nueve poder cumplido el que tiene y por derecho se días del mes de noviembre año de mil ocho- requiera más firme y válido sea, a su madre cientos y tres ante mí escribano de Marina Juana de Quintián, también vecina de esta ciu- pareció presente D. Manuel Díez Tavanera dad, mujer de Manuel Cortés, padre del otor- vecino del comercio de esta plaza armador y gante, ausente en la América, para que en su propietario de la corbeta española María Pita, nombre, cobre y perciba qualesquiera intereses, de esta matrícula, capitán D. Pedro del Barco sueldos, haberes y asignación que al otorgante que va con destino a Canarias y otros puertos se le adeuden, sean debidos y paguen en la de América a conducir la Bacuna de quenta de

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 131 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela la Real Hacienda, y con arreglo a lo preveni- Que ninguno ha de poder tomar travesía ni do por ordenanza y reales ordenes contrató las ausentarse pena de perder sus haberes e incu- resultas del viaje ida y vuelta con el capitán y rrir en deserción como los individuos de la tripulación en esta forma: armada castigados según éstos. Capitán y primer piloto D. Pedro del Barco Que todos han de obedecer a su capitán y ofi- gana en cada mes cinquenta y tres pesos fuertes ciales y guardar la debida subordinación sien- Segundo piloto: D. Pedro Martín de la Llana do árbitro el capitán a perseguirlos y tratarlos hijo de Josef veinte y dos pesos, que estos dos como a desobedientes en buques del Rey. con el contramaestre D. Josef Pozo queda sin Que si alguno muriese será obligación del efecto los sueldos y se remiten a la contrata capitán traer documento que acredite la causa particular que tienen hecho con el armador de su muerte y buena quenta para darla de Guardián Josef Alburo gana veinte pesos fuertes quanto le fincase. Carpintero Vicente Aldao gana quince Que aun cuando las arribadas y los puntos de la navegación sean muchos no se ha de dar por Cocinero Gregorio García gana veinte finalizado el viaje sino en este puerto, y el Segundo cocinero Francisco del Barco esclavo mismo capitán va obligado a conducir toda la del capitán gana ocho pesos fuertes gente, darla buen trato, y el armador a provis- Mayordomo Josef Mosquera gana treinta tar en toda la navegación el buque de sufi- pesos fuertes ciente número de rancho y de buena calidad, Marineros Andrés Pozo, Antonio Ortega, Josef sin obligación de dar vino; Lorenzo, Josef Chousiño, Rosendo Anido, Con lo qual se ha por formalizada esta contra- Álbaro Pozo, Francisco Lerena cada uno a diez ta y todos se obligaron a estar y pasar por ella pesos fuertes al mes con sumisión a los Jueces de Arribadas de Matrículas Josef Fontán, Manuel Castiñeira, Indias y tribunales competentes para que les Josef Nogerol y Josef Cortés de marineros a hagan estar por ello como sentencia definitiva diez pesos fuertes al mes pasada en cosa juzgada, renunciaron a todas leyes de su favor lo otorgaron, y firmaron los Andrés Dóriga, Francisco Villaverde, Francis- que saben, de que son testigos D. Eduardo del co Varón, Antonio Vellón, Andrés Andrade, a Casal, D. Juan de Castro y Josef Tarrago, veci- diez pesos fuertes cada uno nos de esta ciudad de lo qual, y que avise al Los pajes Josef Morás y Fernando Fariña e Ildi- teniente de fragata D. Pedro del Barco capitán fonso Pozo a seis pesos fuertes cada uno al mes del buque para esta expedición solicita copia Que todos confiesan tienen percibido anticipa- de esta escritura y la presente al señor coman- damente dos mesadas, y por dichos sueldos dante militar de Marina de esta provincia para van obligados a seguir viaje a todos los puer- su visto bueno. tos de la comisión y volver a este puerto como Manuel Díez Tavanera ® Por mí y todos mis de su matrícula, y queda obligado el armador a individuos socorrer a las mujeres y familias de cada indi- viduo con la mitad de asignación del mes Pedro del Barco® exceptuando los dos primeros que quedan pagados. Documento 6. Poder que otorgó D. Manuel Que a la vuelta del viaje cumpliendo todos Díez Tavanera a procuradores para pleitos. La bien y exactamente con su obligación serán Coruña, 8 de mayo de 1804. pagados de sus haberes y por separado un mes AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y de gratificación a voluntad del armador. Lourido, sign. 8051, 1804, fol. 56. Que a todos se les pagará hospital, y en el ínte- rin correrá su sueldo con tal que la enferme- dad no sea por gustos y pasatiempos volunta- En la ciudad de la Coruña a ocho días del mes de rios, o . mayo, año de mil ochocientos y quatro: Por ante

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 132 Julio Estrada Nérida mí escribano de S.M. y testigos D. Manuel Díez Documento 7. Poder de Manuel Díez Tava- Tavanera, vecino y del comercio de esta plaza, a nera sobre reclamación de nulidad de seguro. quien doy fe conozco, y sigue bajo el nombre La Coruña, 25 de enero de 1805. social de Tavanera y sobrino, y propietario y armador de la corbeta nombrada María Pita, que AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, se halla en viaje para América, al mando de D. sign. 6768, 1805, f. 12. Pedro del Barco, Teniente de Fragata de la Real Armada, conduciendo la Comisión de la Vacu- Poder que otorgó Manuel Díez Tavanera a D. na, bajo la dirección de D. Francisco Xavier de Joaquín Ferreira Sanpayo, vecino de Oporto y Balmis, dijo, que con motivo de dicha expedi- D. Josef Calderón, residente en ella para recla- ción se han hecho a S.M. (que Dios guarde) mar en Lisboa sobre la nulidad de seguros varias representaciones por sujetos de ésta, en hechos en aquella plaza por cuenta de la casa las que haciendo subpuestos falsos, se ha man- del que otorga, según se dice, o supone, el cillado el honor o integridad del otorgante, por catorce del corriente sobre buque, fletes y car- lo qual y el haberse remitido por la Subperiori- gamento de la corbeta española nombrada dad dichas representaciones al Señor Intenden- María Pita, su capitán D. Pedro del Barco, te de este ejército para que se les oyese en justi- veniente de la Habana, y que arribó a este puer- cia, acudió también a S.M. suplicándole que a to el día seis del citado mes a las doce del día fin de vindicar su conducta se dignase mandar como resulta de documento fehaciente que asi- se le tuviese por parte en esta causa y habiendo mismo les dirige, y mediante a que dicho segu- obtenido esta Real gracia por notificación que ro es notoriamente nulo, así por la colisión y se le ha hecho, y a fin de exponer y deducir ante dolo que se advierte en la correspondencia con- dicho Señor Intendente lo que le convenga con tradictoria del comisionado en Lisboa, como arreglo a derecho, otorga y confiere todo su porque desde la arribada de dicho buque hasta poder cumplido y quanto se requiere a D. Josef el instante de hacer el seguro, intermediaron Jacinto de Mira, D. Andrés López de Couto, D. más de doscientas horas para 93 leguas que hay Vitorio Suárez Blanco y D. Benito Pulleiro, de distancia desde aquí a Lisboa, cuya circuns- Procuradores de los Juzgados de esta misma tancia hace nulo cualquier riesgo perdido o ciudad, a todos y a cada uno insolidum, con ganado por la probabilidad de poderse saber en cláusula expresa de que lo puedan jurar y subs- el parage [……..] precisamente en este caso el tituir las veces y en quien le parezca, a fin de que […mal estado..…] se supo en Lisboa por que a nombre del otorgante representando su expresos [……….] para Portugal piden se res- persona acción y derecho, le defiendan en la cinda [……] dicho contrato lisa y llanamente e expuesta causa, en los Tribunales, donde com- sin estipendio ni premio de extorno en conside- peta produciendo […. Varias líneas en mal esta- ración a haberse efectuado o supuesto hecho do …] para donde y con derecho puedan y con noticia positiva de la llegada del buque; en deban, siguiendo éstos y los demás recursos cuyo caso reclamen también las multas y penas hasta obtener éxito favorable; y finalmente aplicadas a los contraventores de la buena fe practiquen quantas gestiones judiciales y extra- que debe observarse en semejantes contratos judiciales sean conducentes, las mismas que el con todo lo más que tengan por conveniente otorgante haría si se hallare presente pues para ….. hasta obtener éxito favorable. todo y quantas incidencias obcurran, confiere este poder general, especial, sin limitación, con Manuel Díez Tavanera ® todas las cláusulas de derecho, y las de aproba- ción, a cuanto en su virtud se hiciere y obrare, Documento 8. Poder que otorgó D. Pedro del … En cuyo testimonio así lo dijo otorga y firma Barco a D. Antonio de las Cagigas y D. Julián siendo testigos D. Josef Calderón, …. de la Cendeja para lo que expresa. La Coruña, Manuel Díez Tavanera ® 19 de julio de 1805. AHPC. Protocolos. Andrés Antonio de Leyes y Lourido, sign. 8052, 1805, fol. 56.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 133 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela

3 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- En la ciudad de La Coruña a diez y nueve días ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 77. del mes de julio año de mil ochocientos y 4 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- cinco ante mí escribano de Marina y testigos ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 103v. pareció D. Pedro del Barco, teniente de navío 5 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- de la Real Armada y vecino desta propia ciu- ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 132v. dad e dijo que por el tenor de la presente 6 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- escriptura y en la mejor forma que haya lugar ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 163v. otorga que da y confiere todo su poder cumpli- 7 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- do, llano, general y especial quanto tiene en ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 181. derecho se requiera, más firme y válido sea en 8 primer lugar a D. Antonio de las Cagigas, y en ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- segundo a D. Julián de la Cendeja, ambos ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 209v. vecinos y del comercio de la ciudad de Buenos 9 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- Aires, a cada uno y qualquiera de los dos que ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 58v. primero lo acepte, con cláusula expresa de 10 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- juramento y substitución, para que en su nom- ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 74v. bre y representando a su propia persona pueda 11 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- cobrar, percibir y recaudar la pensión vitalicia ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 86v. de trescientos pesos anuales que disfruta y le 12 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- ha concedido S.M. sobre las vacantes mayores ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 114. y menores del obispado de Buenos Aires, 13 dando y otorgando de lo que así cobrasen los ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- conducentes recibos y cartas de pago con las ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 140v. solemnidades y requisitos precisos para su 14 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- validación, lo que como sean celebrados por ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 154v. los sobredichos, o qualquiera de ellos, el que 15 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- habla lo aprueba desde ahora mismo para ción. Libro 4º de matrimonio (1656-1751), fol. 158v. siempre jamás, confirma y ratifica como si él 16 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- lo efectuara, ….. ción. Libro 5º de difuntos (1764-97), fol. 173v. Pedro del Barco ® 17 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- ción. Libro 6º de difuntos (1797-1834), fol. 32v. 18 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 281. 19 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- NOTAS ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 11. 20 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 1 Sobre los Durango ver: Javier MORENO LÁZARO, ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 39v. “La fábrica de Monzón de Campos (1786-1805): la 21 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- primera harinera de España”, en Investigaciones his- ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 85. tóricas: Época moderna y contemporánea, Nº 11, 22 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 1991, pp. 109-130; Los empresarios harineros cas- ción. Libro 5º de matrimonios (1751-1834), fol. 140. tellanos (1765-1913). Madrid, Fundación Empresa 23 Pública, 1999, p.14 y La industria harinera en Cas- ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- tilla la Vieja y León, 1778-1913. Tesis doctoral. ción. Libro 6º de difuntos (1797-1834), fol. 153. UVA, 1998, pp. 79 y ss y 108. 24 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 2 Archivo Diocesano de Palencia (en adelante ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 112. ADP). Villaviudas. Nuestra Señora de la Asunción. 25 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 63v. ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 139v.

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26 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 48 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 18 de bau- ción. Libro 6º de bautizados (1752-74), fol. 166. tizos (1777-82), fol. 11. 27 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 49 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 18 de bau- ción. Libro 4º de matrimonios (1656-1751, fol. tizos (1777-82), fol. 98v. 103v. 50 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 18 de bau- 28 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- tizos (1777-82), fol. 146v. ción. Libro 4º de matrimonios (1656-1751), fol. 169. 51 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 29 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- ción. Libro 5º de matrimonios (1751-1834), fol. 11. ción. Libro 5º de difuntos (1764-97), fol. 44. 52 Xosé Ramón BARREIRO FERNÁNDEZ, “A burgue- 30 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- sía compostelá (1780-1808). Una base de datos” en ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 83v. Semata, 12, 2000, p. 61. 31 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 53 Archivo Histórico Provincial de Palencia (en ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 111v. adelante AHPP). Protocolos. Antonio Joseph Rojo, 32 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- sign. 11874, 1767, f. 48. ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 142. 54 Archivo Histórico Universitario de Santiago (en 33 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- adelante AHUS). Protocolos, leg. 7.153 (ant.). Ref: ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 169v. Xosé Ramón BARREIRO FERNÁNDEZ, “A burguesía 34 compostelá (1780-1808). Una base de datos” en ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- Semata, 12, 2000, p. 43. ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 187. 55 35 AHPP. Protocolos, Josef Antigüedad, leg. 6155, ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 1772, fol. 266. ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 216v. 56 36 Inserto en escritura posterior. AHUS. Protoco- ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- los. Andrés Guerra de Andrade, 5124 (1781), f. 109. ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 231. 57 37 No hemos encontrado el protocolo de este escri- ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- bano en el Archivo Histórico de Protocolos de La ción. Libro 5º de bautizados (1713-52), fol. 251. Coruña (en adelante AHPC). 38 Archivo de la Catedral de Palencia (en adelante 58 AHUS. Protocolos. José Antonio de Sanín, ACP). Parroquia de la catedral. Libro 2º de difuntos 5892 (1775), f. 72-74. (1789-1820), fol. 168v. 59 AHUS. Protocolos, 6.653, escritura del 29-VII- 39 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 15 de bau- 1776. Ref.: Xosé Ramón BARREIRO FERNÁNDEZ, “La tizos (1755-1761), fol. 289v. burguesía compostelana: la familia de Andrés Gar- 40 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 16 de bau- cía”. (1760-1815), en Semata, 1, 1988, p. 278. tizos (1761-68), fol. 32. 60 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, 41 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 16 de bau- 5124, 1781, fol. 18. tizos (1761-68), fol. 103. 61 AHPP. Protocolos. Faustino Joseph de la Serna. 42 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 16 de bau- Sign. 10603, s. fol. tizos (1761-68), fol. 189v. 62 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, 43 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 17 de bau- 5124 (1781), f. 104. tizos (1768-76), fol. 2v. 63 AHUS. Protocolos, 7.421 (ant.). Xosé Ramón 44 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 17 de bau- BARREIRO FERNÁNDEZ, “La burguesía compostelana: tizos (1768-76), fol. 51v. la familia de Andrés García”. (1760-1815), en Sema- 45 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 17 de bau- ta, 1, 1988, p. 278. tizos (1768-76), fol. 130v. 64 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- 46 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 17 de bau- ción. Libro 5º de difuntos, (1764-1797), fol. 99. tizos (1768-76), fol. 183. 65 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, 47 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 17 de bau- 5123 (1780), f. 42. tizos (1768-76), fol. 218v.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 135 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela

66 AHUS. Protocolos, 6.694. Ref. Xosé Ramón 83 Archivo Municipal de La Coruña (en adelante BARREIRO FERNÁNDEZ, “A burguesía compostelá AMC). Matrícula de los vecinos y personas existen- (1780-1808). Una base de datos” en Semata, 12, tes en la parroquia de San Nicolás en el año de 1795. 2000, p. 61. Aparecen en la Rúa Nueva nº 22 un total de 9 perso- 67 AHPC. Protocolos. Jacinto Pereira, 6298 nas, sin especificar. A pesar de las pesquisas realiza- (1803), ff. 146-168. Testamento nuncupatorio de D. das no conseguí consultar el padrón de 1803. AMC. Santiago Díez Tabanera con los autos de su solemni- Caja 1057. zación fecha 18 de marzo de 1801. Falleció el 1º de 84 Enrique MARTÍNEZ BARREIRO, La Coruña y el octubre, y se hace copia protocolizada el 12 de octu- comercio gallego en el siglo XVIII. Edición do Cas- bre de 1803 a petición de Manuel Díez Tavanera. tro. Sada (A Coruña), p. 92 68 AHPP. Protocolos. Miguel Antonio Sanz Martí- 85 Acta del Real Consulado de 2 de enero de 1799. nez, sign. 11888, 1803, f. 134. Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del comercio 69 ADP. Villaviudas. Nuestra Señora de la Asun- en La Coruña. Fundación Caixa Galicia, Lex Nova, ción. Libro 6º de difuntos (1797-1834), fol. 30. Valladolid, 2008, p. 231-233. 86 70 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del 5125 (1782), f. 24. comercio en La Coruña. Fundación Caixa Galicia, Lex Nova, Valladolid, 2008, p. 231-233. 71 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, 87 5125 (1782), f. 25. Acta del Real Consulado de 2 de enero de 1800. ARCÍA ÓPEZ 72 Alfonso G L , Los pioneros del comercio AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, en La Coruña. Fundación Caixa Galicia, Lex Nova, 5125 (1782), f. 35. Valladolid, 2008, p. 231-233. Según el Mercurio de 73 AHPP. Protocolos. Faustino Joseph de la Serna. España de junio de 1799, p. 221, el rey había apro- Sign. 10.604 (1783), s. fol. bado el nombramiento que la junta de electores del 74 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 7º de casa- Consulado de La Coruña había hecho para su prior dos (1764-1791), fol. 185v. en D. Fabián López Sagastizábal, accediendo al desistimiento que hizo de dicho empleo D. Manuel 75 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, Díez Tavanera. 5126 (1783), f. 53. 88 Digitalizado, puede consultarse por internet. 76 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, 89 5127 (1784), f. 30. Archivo Documental Español, publicado por la Real Academia de la Historia. Tomo XXIX. Catálo- 77 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, go de la Colección Mata Linares. Vol. IV. Remedios 5127 (1784), f. 38. CONTRERAS y Carmen CORTÉS. Madrid, MXMLX- 78 AHUS. Protocolos. Andrés Guerra de Andrade, XII, p. 513, (Tomo CXX, f. 110, nº 10115). 5127 (1784), f. 79. 90 Almanaque mercantil, ó Guía de comerciantes, 79 Eduardo CEBREIROS ÁLVAREZ, El municipio de para el año de 1797, p. 416. Santiago de Compostela a finales del antiguo régi- 91 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, men (1759-1812). Tesis doctoral. Universidad de La 6763 (1800), f. 79 y 87. Coruña. 1997, p. 233, nota 658. 92 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, 80 ACP. Parroquia de la catedral. Libro 7º de casa- 6763 (1800), f. 109. dos (1764-1791), fol. 237. 93 AHPC. Protocolos. Andrés de Leyes y Lourido, 81 Sobre este trágico suceso ver: Soledad ARRIBAS 8049 (1802), f. 109. GONZÁLEZ, “Monzón durante la Guerra de la Inde- 94 pendencia”, en Actas del I Congreso de Historia de AHPC. Protocolos. Andrés de Leyes y Lourido, Palencia, Vol.3, 1987, pp. 551-568. 8049 (1802), f. 114. 95 82 Xosé R. BARREIRO FERNÁNDEZ, “Un modelo de AHPC. Protocolos. Andrés de Leyes y Lourido, protoburguesía compostelá. Manuel de la Riva 8050 (1803), f. 65 1780.1831”, en Empresarios de Galicia. Vol 1, Fun- 96 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, dación CaixaGalicia, Santiago de Compostela, 2006, 6768 (1805), fols. 32 y 106. pp. 66-85. 97 AHPC. Protocolos. Andrés de Leyes y Lourido, 8049 (1802), f. 118.

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98 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, 113 Fernando MARTÍNEZ MORÁS, La Junta Supe- 6770 (1807), f. 53. rior de Subsidios Armamento y Defensa del Reino de 99 Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN). Galicia. La Coruña, 1955, p. 89 y 114. Consejos 27498, exp. 21. Resolución de la Cámara 114 Fernando MARTÍNEZ MORÁS, La Junta Supe- de Castilla sobre inventario extrajudicial. rior de Subsidios Armamento y Defensa del Reino de 100 Acta del Real Consulado 24 mayo 1808. Ref.: Galicia. La Coruña, 1955, p. 115. Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del comercio 115 Fernando MARTÍNEZ MORÁS, La Junta Supe- en La Coruña. Fundación Caixa Galicia. Lex Nova, rior de Subsidios Armamento y Defensa del Reino de Valladolid, 2008, p. 233. Galicia. La Coruña, 1955, p. 157. 101 AHN. Estado. Leg. 76-A, Conferencia del 116 Diario de las discusiones y actas de las Cortes. Reino del día 15 de junio de 1808, fol. 50. Tomo Séptimo. Sesión 4 de agosto 1811. Cádiz: En 102 AHN. Estado. Leg. 76-A, Conferencia del la Imprenta Real 1811, p. 306. Reino del día 4 de octubre de 1808, fol. 15v. 117 Archivo del Congreso de los Diputados. Lega- 103 Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del jo 20, número 44. Digitalizado, puede consultarse comercio en La Coruña. Fundación Caixa Galicia. por internet. Lex Nova, Valladolid, 2008, p. 233. 118 Archivo Histórico Diocesano de Santiago (en 104 Antonio LÓPEZ, y Joaquín PEDRIDO, “200 años adelante AHDS). San Nicolás (La Coruña). Libro de de la expedición Balmis. El regreso rocambolesco bautizados 1766-1788, f. 362. El 21 de junio de 1786 de la nave ‘María Pita’”. en El Domingo (dominical nació y fue bautizado, hijo legítimo de D. Gerónimo de La Opinión de A Coruña), año VII, nº 303, 10 de Salbidea y de su mujer Dª Ana Mª del Balle, se le septiembre 2006, p. 7. puso por nombre Eusebio Ángel. Fue su padrino Nicolás Arias, todos vecinos de la parroquia. 105 Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del 119 comercio en La Coruña. Fundación Caixa Galicia. AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, Lex Nova, Valladolid, 2008, p. 232. 6778 (1815), f. 12. 120 106 AMC. Libro de actas. Sesión de 16 de enero de Acta del Consulado 13 abril 1815. Ref.: Alfon- 1809. Ref.: César VAAMONDE LORES, Colección de so GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del comercio en La documentos del Boletín de la Real Academia Galle- Coruña. Fundación Caixa Galicia. Lex Nova, Valla- ga, tomo III, nº XLI, pp. 125-6. dolid, 2008, p. 233. 121 107 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, 6772 (1809), f. 3. 6779 (1816), f. 43. 122 108 AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, 6772 (1809), f. 6. 6779 (1816), f. 42. 123 109 Reports of cases argued and determined in the AHPC. Protocolos. Manuel Baltasar de Pazos, high court of Admiralty; commencing with the judg- 6782 (1819), f. 53 ments of the right hon. Sir William Scott, easter term 124 AHPC. Protocolos. Jacinto Pereira, 6298 1808. By Thomas Edwards, L.L.D. Advocate. Lon- (1803), ff. 146-168. Testamento nuncupatorio de D. don, 1810, pp. 97-102. Santiago Díez Tabanera con los autos de su solemni- 110 Acta del Real Consulado de 6 de noviembre de zación fecha 18 de marzo de 1801. Falleció el 1º de 1809. Ref.: Alfonso GARCÍA LÓPEZ, Los pioneros del octubre, y se hace copia protocolizada el 12 de octu- comercio en La Coruña. Fundación Caixa Galicia. bre de 1803 a petición de Manuel Díez Tavanera. Lex Nova, Valladolid, 2008, p. 232. 125 AHPP. Protocolos. Miguel Antonio Sanz Mar- 111 Fernando MARTÍNEZ MORÁS, La Junta Superior tínez, sign. 11892, 1821, f. 634. de Subsidios Armamento y Defensa del Reino de 126 AHPP. Protocolos. Miguel Antonio Sanz Mar- Galicia. La Coruña, 1955, p. 47. tínez, sign. 11894, 1830, f. 29. 112 Fernando MARTÍNEZ MORÁS, La Junta Supe- 127 Existe abundante bibliografía. Es fundamental rior de Subsidios Armamento y Defensa del Reino de Susana María RAMÍREZ MARTÍN, La Real expedición Galicia. La Coruña, 1955, p. 52. filantrópica de la vacuna en la Real Audiencia de Quito. Tesis doctoral. UCM. Madrid, 1998. Como últimas contribuciones José Luis DURO TORRIJOS,

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 Datos biográficos de Manuel Díez Tavanera, natural de Villaviudas, armador de la 137 corbeta María Pita en la Expedición filántropica de la vacuna de la viruela

Los inicios de la lucha contra la viruela en España. la Ilustración (1785-1833). Ediciós do Castro. A Técnica e ideología durante la transición de la ino- Coruña, 1992. culación a la vacuna (1750-1808). Tesis doctoral. 132 Destacamos las importantes aportaciones reali- Universidad de Alicante, 2014 y José TUELL y José zadas por Antonio López y Joaquín Pedrido sobre Luis DURO-TORRIJOS, “El viaje de la vacuna contra los niños vacuníferos y la identidad de la rectora de la viruela: una expedición, dos océanos, tres conti- la Casa de Expósitos Isabel Zendal Gómez. Antonio nentes y miles de niños”, en Gaceta Médica de LÓPEZ y Joaquín PEDRIDO, “Los héroes vuelven a México, 151 (2015), pp. 416-425. casa. 17 niños que cambiaron el mundo” en El 128 La documentación relativa a la contratación y Domingo (dominical de La Opinión de A Coruña), regreso de la corbeta María Pita se encuentra en el año VII, nº 302, 3 de septiembre 2006, pp.2-6. Anto- Archivo General de Indias, Indiferente General, leg. nio LÓPEZ, “La rectora Isabel, al descubierto”, en El 1558-A, de la que se han publicado índices parcia- Domingo (dominical de La Opinión de A Coruña), les, y en el Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. año XIII, nº 629, 28 de abril de 2013, pp. 1-4. 3215 nº 241, cuyo índice fue publicado por Pilar 133 Antonio LÓPEZ y Joaquín PEDRIDO, “200 años LEÓN TELLO, Un siglo de Fomento español, (años de la expedición Balmis. El regreso rocambolesco 1725-1825). Expedientes conservados en el AHN. de la nave ‘María Pita’”. en El Domingo (dominical Ministerio de Cultura. Madrid, 1980, pp. 85-88, pero de La Opinión de A Coruña), año VII, nº 303, 10 de es fundamental la que se encuentra en el Archivo septiembre 2006, pp. 5, a quien seguimos en esta municipal de La Coruña, utilizada por Antonio parte de la historia. López, y la que se encuentra en el Archivo Histórico 134 AMÍREZ ARTÍN de Protocolos de La Coruña, donde hemos revisado Susana María R M , La Real expe- la utilizada por Parrilla y encontrado alguna más que dición filantrópica de la vacuna en la Real Audien- publicamos ahora. cia de Quito. Tesis doctoral. UCM. Madrid, 1998, p. 277, según documento firmado por Pedro del Barco 129 Miguel PARRILLA HERMIDA, “La Expedición en La Coruña el 12 de enero de 1805. AMC. Junta de Filantrópica de la Vacuna antivariólica a América en Sanidad. Carpeta 2, 1803-04. 1803. El contrato de fletamiento de la Corbeta María 135 Pita”, en Revista del Instituto «José Cornide» de Ver documento 7. Estudios Coruñeses, 1974-75, nº 10-11, pp. 203-209. 136 AHN. Estado. Carlos III. Exp. 1456-4. Vicente 130 de CADENAS Y VICENT, Extracto de los expedientes Francisco GARAY UNIBASO, Correos marítimos españoles, III, Indias Occidentales (de 1514 a de la Orden de Carlos 3º, tomo II, exp. 1456. 1827). Bilbao, Mensajero, 1987. Madrid, Hidalguía, 1981, p. 35. 131 Mª del Carmen SÁNCHEZ RODRÍGUEZ DE CAS- TRO, El Real Consulado de La Coruña: impulsor de

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Firmas de Manuel Díez Tavanera

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 103-138, ISSN 0210-7317 PITTM, 84, Palencia, 2013, pp. 139-166, ISSN 0210-7317

EL PRECIO DE LA MUERTE EN PALENCIA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII Didio Quijada Sánchez UNED

RESUMEN: Son abundantes los trabajos hasta hoy realizados sobre diversos aspectos de la muerte en el siglo XVIII a través del análisis de los protocolos notariales, donde la religión impregnaba todos los actos de mayor transcendencia social. Este artículo analiza los datos económicos de la población de la ciudad de Palencia en la segunda mitad de la centuria ilustrada, poniendo de manifiesto las cantidades de dinero que se destinaban a costear los múltiples y diversos gastos que supone la muerte en el Antiguo Régimen. PALABRAS CLAVE: Muerte, gastos, testamentos, Palencia, siglo XVIII.

THE COST OF DEATH IN PALENCIA IN THE 2END HALF OF THE EIGHTEENTH CENTURY ABSTRACT: To date, many studies have been carried out on different aspects of death in the 18th. Century by analysing protocols certified by a notary, in which religion pervaded all of the most significant social acts. This article analyses the economic data of the population of the city of Palencia in the second half of the enlightenment, clearly showing the sums of money allocated to pay for the numerous and diverse expenses related to death in the Ancien Régime. KEY WORDS: Death, expenses, testaments, Palencia, XVIII century.

Bajo este título nos proponemos abordar Cuentas de Partición o de Testamentaría. En como objetivo cuantificar lo que podía cos- estas últimas aparecen los valores no solo tar morirse, el precio de la muerte en el que del cuerpo de hacienda, las deudas, etc. sino incurrían los hombres y mujeres cuando lle- también de los gastos del funeral, fuente gaba ese momento. Para lo cual vamos a cir- básica que vertebra este estudio. cunscribirlo en un marco espacial de una Los testamentos contienen una menor ciudad castellana, como es el caso de Palen- información sobre aspectos económicos cia y a una coordenada temporal, la segun- relacionados con los desembolsos que con- da mitad del siglo XVIII. lleva la muerte. Los inventarios constituyen Para llevar a cabo este trabajo partimos una fuente excepcional en cuanto a la enu- del estudio de los Protocolos Notariales, que meración, pues relatan los bienes poseídos se encuentran depositados en el Archivo con gran meticulosidad, apareciendo inclu- Histórico Provincial de Palencia (AHPP.), a so los recibos o los justificantes de los pagos través del análisis de los testamentos e realizados cosidos en los documentos nota- inventarios y, fundamentalmente, de las riales. Pero son las cuentas de testamentaría 140 Didio Quijada Sánchez las que mejor recogen los datos que se adap- cristiano. Así, el trabajo va a unir un hecho tan a la finalidad perseguida en este artícu- tan conocido y familiar como es la muerte lo, sobre todo en lo referente a gastos del con la religión como nexo común o hilo entierro, no sin advertir antes que la mayor conductor y el dinero que se va a destinar a dificultad proviene de las propias fuentes, es este fin. La vida es única y exclusivamente decir, la escasez de estos documentos, pues un paso hacia el más allá y la defunción, la la realización de cuentas de partición se lle- necesaria purificación. El óbito como conse- vaban a cabo cuando existían problemas con cuencia de la finitud de la vida y su insigni- el reparto de la herencia, conociendo que el ficancia ante la eternidad era una constante porcentaje de población que hace testamen- declaración de la Iglesia.” La vida del cris- to es bajo1, y así las cuentas de testamenta- tiano ha de ser un largo martirio que se ria e inventarios son aún más escasos2. acaba con la muerte”4. Hemos revisado un total de 73 cajas de Existe una fuerte creencia en una vida protocolos notariales acerca de los 40 nota- futura, un temor a morir en pecado y acabar rios que ejercieron en esta mitad de la cen- así en el fuego eterno, por lo que obtener la turia; de una forma aleatoria sobre las 225 salvación se convierte en casi una total cajas numeradas que componen la base obsesión para estar dispuesto para el día del documental de este periodo. “Juicio Final”, prepararse para una “buena Para ello, partimos del análisis de 218 muerte” va a formar parte del día a día de la documentos3, donde se reflejan, bien los sociedad palentina de este momento. “El inventarios o el total de bienes; 103 textos tema de la muerte, es aquel del que acaso el que expresan numéricamente los importes cristiano ha sacado más motivo para pensar 5 ocasionados en el entierro, si bien existen que cualquier otro hombre religioso” . documentos notariales que enumeran bienes No podemos estudiar los gastos que o gastos, pero no los cuantifican en dinero. supone un entierro en esta época sin referir- Solo tendremos en cuenta aquellos docu- nos a lo que significa la figura del Purgato- mentos que aportan el dato numérico del rio como lugar de expiación temporal, idea cuerpo total de desembolsos. Con los prime- que proviene de la Edad Media6, siendo ros podemos comprender mejor cuál era el ampliada su importancia y fomentada por grado de riqueza que poseían las gentes de los tratadistas de la muerte y por los postu- esta época. Con los segundos, podemos lados emanados del Concilio de Trento. Ese comparar la proporción que suponía, dentro espacio físico que supone el Purgatorio es lo de los bienes totales, los costes llevados a que va a suponer que se destinen bienes eco- cabo con motivo del funeral. nómicos para que las ánimas, que aún no Intentaremos comprobar lo que se va a gozan de la presencia de Dios, permanezcan gastar en el entierro, pero sin perder de vista allí el mínimo tiempo posible a través de los que ese desembolso, grande o pequeño, va recursos que pone la Iglesia al servicio de destinado a asegurar la salvación eterna. las almas, cambiando bienes económicos para conseguir el objetivo último que es la La concepción del mundo que tiene la salvación. La idea del Purgatorio da la posi- sociedad española y, por ende, la palentina bilidad para que los muertos confíen en los del siglo XVIII, está inscrita en el marco sufragios de los vivos, para que sus pecados

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 141 puedan ser purgados en el mínimo tiempo en unos casos por pérdida o extravío de jus- posible, antes del juicio final, acortando el tificantes, recibos firmados que iban cosidos tiempo de sufrimiento del alma de los difun- en los legajos y en otros casos no aparecen tos. En palabras de Lorenzo Pinar, “las reflejadas en algunas cuentas de partición, penalidades del Purgatorio necesitaban partidas que se consideraban de carácter contraprestaciones que mitigasen los temo- obligatorio, como las séptimas acostumbra- res de los fieles”7. das, etc. Así como, por cuestión práctica, Pues bien, si no se puede olvidar que ese realizar la conversión del maravedí y utili- precio que vamos a pagar por la muerte zar solamente los reales como medida. tiene un fin determinado, que es la salvación Una última puntualización de carácter del alma, nuestra labor consiste en analizar metodológico es la que afecta a la inclusión ese tránsito hacia la otra vida desde una ver- como gastos en lo que en muchas relaciones tiente económica. aparecen reflejados como legados, e incluso El reparto del patrimonio de la persona todos aquellos pagos ocasionados como fallecida se regía en el derecho castellano consecuencia de hacer el propio inventario y por las Leyes de Toro de 1505, así pues, la que con cierta frecuencia aparecen en la lista herencia en Castilla se dividía en cinco par- como coste del funeral y que suponen, en 8 tes; cuatro de las cuales debían forzosamen- muchos casos, un aporte económico muy te transmitirse a los descendientes y la quin- importante y que nosotros no vamos a tener ta parte era de libre disposición del testador. en cuenta. Estas cuatro quintas partes suponían la legí- Por ello, para este trabajo solo hemos tima a repartir entre los herederos en partes computado los relativos a las ofrendas, iguales, aunque existía la posibilidad de que aquellas calificadas así, como las compras el testador “mejorase” en el tercio restante de cera y pan, formando una extensión del de una manera voluntaria. Es en el quinto propio entierro que abarca unos días señala- donde se colocaban todas las mandas y, dos, durante los festivos y en un plazo deter- sobre todo, los costes destinados al entierro. minado, generalmente uno o dos años, así Llegados a este punto, es importante como las mandas de carácter religioso tener en cuenta una serie de precisiones pre- (pagos a diferentes conventos, unas veces en vias. Una afecta a la representatividad, dinero y otras en especie) y no hemos refle- como es la defensa de la muestra examinada jado los gastos que ocasionaban los escriba- aún siendo conscientes de que existe una nos, tasadores, etc. es decir, aquellos que no cierta exclusión con los más desfavorecidos estaban íntimamente ligados con el entierro de la sociedad en cuanto al paso por el escri- propiamente dicho, aunque en muchas oca- bano (pues los estratos de la sociedad más siones aparecen en la relación final de pobres no acuden a él ni para hacer el testa- desembolsos. mento), aunque no la estimamos suficiente- mente importante como para viciar en exce- 1.- TIPOS DE GASTOS. ENUMERA- so los resultados de dicha muestra. CIÓN. Y por otro lado, en lo concerniente a las Lo primero que debemos plasmar, des- relaciones de gastos pueden faltar algunos, pués de la consulta de los documentos, es la

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 142 Didio Quijada Sánchez relación que hemos encontrado en cuanto a No podemos analizar la distribución de qué hechos o cosas se hacen referencia en esos costes sin hacer antes mención, a las los legajos, con respecto a los propios cos- personas a quiénes corresponden. Del aná- tes, es decir, donde van destinados dichos lisis de los documentos, no siempre se obtie- pagos. Así, de los datos que se aportan en las nen datos sobre las profesiones u ocupacio- cuentas de partición y en los diversos reci- nes de los titulares de los testamentos o de bos o justificantes, podemos confeccionar los inventarios, que nos permitan interpretar una lista de cuarenta y un conceptos dife- mejor esas cifras económicas para contrapo- rentes como destinatarios de dichos gastos. nerlas desde un punto de vista social; es Para su estudio podemos dividirlos en decir, ver qué parte de la población palenti- tres grandes apartados, según el tipo de con- na de esta época puede disponer de recursos sumo ocasionado: económicos para destinarlos a la salvación eterna, y cuantificar ese gasto. 1º) Profesionales del entierro, es decir, aquellos costes generados con motivo de la Solo nos encontramos con algo más de participación de personas que por su profe- un tercio de documentos que manifiestan su sión ocupan un lugar destacado en todo lo profesión, concretamente treinta y cinco, y relativo al coste final del funeral9. para su clasificación podemos agruparlos en: artesanos con un total de diez13; labrado- 2º) Gastos religiosos propiamente res14, en número de seis; nos hallamos con dichos10. Este apartado incluye entre otros y nueve casos que podemos llamarlos gremia- especialmente los derivados de la asistencia les15; como funcionarios16, clasificamos a de diversas cofradías o de las comunidades ocho; y por último, los Religiosos que de diferentes parroquias, así como una figu- hemos localizado son dos17. Del desglose de ra característica de las honras fúnebres estos datos, podemos señalar que sumando palentinas, como es la asistencia de los los maestros y los artesanos suponen más de capellanes del número 40 y que no han sido la mitad de los casos estudiados, dato que no constatados en estudios de otras regiones11. debemos desligar a la potente industria vin- 3º) Otros gastos. En este epígrafe vamos culada a los paños que poseía la ciudad de a incluir todos aquellos que suponen un Palencia. Así no nos pueden extrañar las mayor coste del entierro, y que de alguna palabras que utiliza, Eugenio Larruga en sus manera no eran necesarios para llevar a cabo conocidas “Memorias”18, cuando al refierse dicho entierro, pero que realzaban el hecho a Palencia, en la misma época en la que se socializador y diferenciador del funeral, encuadra nuestro trabajo, escribe: “……no 12 según la capacidad económica del difunto . se puede negar que Palencia debe reputarse por la provincia más industriosa de Casti- 2.- LOS GASTOS FUNERARIOS. SU lla, pues sus texidos de estameña, mantas, DISTRIBUCIÓN. cobertores y algún otro artículo de lana, El siguiente paso, una vez acotada, de llega hasta nuestras Américas……”. una manera pormenorizada cuáles eran los Sobre los 103 casos objeto de estudio costes, es aquel que nos lleva al análisis de que manifiestan el desembolso total que dichos pagos y su distribución. ocasionó ese entierro, tenemos un balance total de un gasto de 107.419 reales, lo que

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nes son capaces de gastar más de 4000 rea- Gastos Entierro Número Porcentaje les solo son 3, de ahí que la media hallada Hasta 500 reales 38 36,89% debemos encuadrarla en sus justos términos, pues los años que reflejan los importes más De 500 a 1.000 reales 28 27,18% grandes pueden distorsionar los resultados obtenidos. A pesar de ello los datos son De 1.000 a 2.000 reales 23 22,33% correctos y el promedio no altera como para De 2.000 a 4.000 reales 11 10,67% invalidar la muestra. En la tabla y el gráfico siguientes se pueden apreciar con mayor Más de 4.000 reales 3 2,91% claridad los datos antes mencionados. Otro factor que debemos tener presente, a la Tabla 1.- Nº de testadores y porcentaje en función del hora de analizar cuestiones económicas, es el gasto del funeral. (Elaboración propia) Fuente AHPP. temporal, es decir, el marco cronológico en el

Gráfico 1.- Importes agrupados de los gastos del entierro en reales. Fuente AHPP. (E.P). equivale a un promedio por funeral de 1.042 que se producen las cifras objeto de análisis. reales. Sobre estos datos totalizadores debe- El presente trabajo abarca desde el 1748 hasta mos tener en cuenta las precisiones antes el año 1799. Este medio siglo desglosado en mencionadas, en cuanto al apartado de no decenios nos aporta la siguiente información: incluir en este total los legados y todos aquellos emolumentos que no sean propios Periodo Total gastos Promedio Nº casos del funeral y que con frecuencia aparecen en (Años) (reales) gastos la relación de precios del funeral19. Es preci- so matizar esta media de gasto, pues no hay 1747/1759 35.230 33 1.067 que olvidar que el porcentaje más grande 1760/1769 22.799 23 991 (38 ejemplos) es aquel que no llega a 500 reales, mientras que 28 suponen una inver- 1771/1779 7.619 7 1.088 sión menor de 1000 reales. Así pues, estos dos grupos aúnan más de la mitad (64,07%) 1780/1789 22.272 22 1.012 y no superan el precio por funeral los 1000 1791/1799 19.499 18 1.083 reales; 23 testadores invierten más de 1000 reales y menos de 2000; los que emplean en Tabla 2.- Gasto total del entierro y porcentaje por su funeral hasta 4000 reales son 11 y quie- fechas. Fuente AHPP. (E. P.)

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A continuación podemos ver la evolu- desataría conflictos por el aumento del pre- ción del dinero destinado a los pagos del cio del trigo para confeccionar el pan. entierro en función de los años ya estableci- No obstante, en la ciudad de Palencia dos. Así, en el periodo entre 1747 y 1759, esta situación, no comportó grandes crisis nos encontramos con 33 casos y un coste que afectan al colectivo de personas que for- total de 35.230 reales, arrojando un prome- man el objeto de este trabajo, pues como ya dio de 1.067 reales de inversión por entierro. se ha señalado, los colectivos más desfavo- La década de 1760, cuenta con un número recidos apenas manifiestan su voluntad de de 23 casos y 22.799 reales gastados, la testamento y, mucho menos, de inventarios época de menor desembolso de media, con y cuentas de partición. Un hecho que sí tuvo 991 reales por funeral. Será entre el año cierta relevancia en la ciudad del Carrión 1771 y 1779, con 7 supuestos estudiados y fue el aumento de la renta de las tierras, que un presupuesto de 7.619 reales el que arroje provocó conflictos entre propietarios y una proporción más grande de coste con arrendatarios, fundamentalmente entre los 1.088 reales de media. La década de los años hortelanos y el cabildo catedralicio, pues 80 con un total de pago de 22.272 reales y 22 esa subida de alquileres, llevaba aparejada casos, lo que nos da un cociente de 1.012 una menor capacidad de liquidez y unos reales. Y en la última década de la centuria recursos más mermados, pudiéndose tradu- estudiada, con 18 casos y un importe total de cir en una menor aportación a los gastos 19.499 reales abonados, lo que supone una destinados al funeral. inversión media de 1.083 reales en sufragar Existe una cierta unanimidad al afirmar el entierro. que, conforme avanza el siglo XVIII, se Analizar un periodo corto de tiempo, invierten menos cantidades de recursos eco- nos permite ver mucho mejor los momentos nómicos en la salvación del alma, interpre- en los que se producen estos desembolsos y tándose este hecho como una menor comprobar, si en un año concreto existen influencia de la religión sobre las gentes de épocas de crisis o por el contrario de abun- esta centuria. Sin embargo, a la vista de dancia, que pudiera repercutir en el gasto nuestra tabla, podemos decir que apenas funerario. existen diferencias reseñables en la media En Palencia en esta época se puede decir centuria estudiada, pues la evolución del que apenas tuvo incidencias reseñables en gasto entre los distintos años, es tan escaso cuanto a las rentas obtenidas por sus ciuda- que, no podemos concluir que la población danos20, si exceptuamos los problemas de en esta época estaba perdiendo la fe, o que los años 60. La población se recuperó con la religión tenía menos peso, o bien, que los respecto al siglo XVII y ese crecimiento comportamientos de los hombres y mujeres demográfico fue uno de los factores deter- de esta época se estaban haciendo más lai- minantes de la expansión agraria. Se rotura- cistas, en lo que al desembolso de la muerte ron más tierras, ya que ese aumento de se refiere. población provocaba un aumento de la De un dato concreto como es el docu- demanda de productos agrarios, y con todo mento de cuenta de partición del matrimo- ello una subida de los precios, situación que nio formado por Sinforosa Poncelis y su

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 145 esposo Pedro Iglesias (del trato de la lana)21, arroja un saldo de 51,69% hombres y nos encontramos que ella destina a su entie- 48,30% mujeres25. En Murcia, en 1775, nos rro 2.010 reales y 8 maravedís mientras que encontramos con 52,38% para los hombres el funeral del marido se salda con 867 reales y un 47,61% para las mujeres26. En Málaga invertidos. Sobre un caudal de 23.855 reales 55,5% son varones frente a un 44,5% de supone designar de sus bienes un 3,6% para mujeres27. Es decir, diferencias muy peque- él y para ella el 8,4%. Este curioso dato de ñas por sexos en cuanto a la solicitud de tes- la menor inversión del marido con respecto tamentos que resulta excesiva si la compara- a su mujer hizo que nos decidiéramos a rea- mos con las personas que realizan escritura lizar esta división por géneros, sin querer de partición de herencia. Para explicar esta obtener ninguna conclusión de tipo sexista, disparidad podemos señalar dos posibles sino más bien comprobar si en cuanto a los hipótesis. La primera tiene su razón de ser gastos del funeral existían diferencias entre en la pobreza de las gentes de Palencia en mujeres y hombres a la hora de invertir en esta época, pues no existían personas real- la salvación del alma. mente con gran poder económico y la mayo- De las 103 muestras analizadas que ría no poseían bienes por excesivos valores. revelan la cuantía total del entierro, nos Y no poseer demasiados bienes daba lugar encontramos con un balance de 74 docu- a escasos pleitos por la herencia que hicie- mentos de hombres y 29 de mujeres. Exa- sen necesarios dichos inventarios. Si a esto minados todas estas partidas comprobamos, añadimos otros gastos, deudas, etc. al final que los varones invierten un total de 72.174 nos encontramos la casi nula existencia de reales, mientras que las féminas destinan a bienes que inventariar. La segunda, alude al sus funerales la cantidad de 35.245 reales. testamento en sí mismo cuyo importante componente de tipo religioso llevaba a estas De esta aproximación, lo primero que gentes hasta el notario y que por el contrario llama la atención es la diferencia entre hom- la partición de bienes no tenía. bres y mujeres en cuanto al número, pues el porcentaje del 71,84% de hombres supera El segundo aspecto diferenciador es el ampliamente al 28,15% que representa a las monto de la inversión, ya que las mujeres mujeres. Estas cifras resultan extrañas si destinan proporcionalmente mayores canti- tenemos en cuenta que el número de otorga- dades de reales que los hombres, en una pro- mientos de testamentos, estudiados por porción exagerada, pues 35.245 reales de otros historiadores en diferentes lugares a ellas, supone casi la mitad de los gastos tota- lo largo del siglo XVIII arrojan una muy les. Esto equivale a una media de 1.215 rea- escasa diferencia entre el número de testa- les por funeral en el caso de las mujeres, dores varones y mujeres. Así, para Oviedo, mientras que los hombres alcanzan una la proporción es de 59,2% de hombres fren- media de 975. Al extraer el dato del monto te al 40,8% de mujeres22. Para Valladolid en del funeral de las cuentas de partición exa- esta época el porcentaje es de 51,3% hom- minadas contabilizamos un total de 29 bres y de 48,7% de mujeresxxiii. En Alman- mujeres, de las que 10 sitúan su gasto en sa, 51,36% hombres por el 40,45% de muje- menos de 500 reales, 8 destinan entre 500 y res (con un 8,18% de matrimonios)24.Para 1.000, 5 fluctúan entre 1.000 y 2.000 reales, Palencia, la primera mitad del siglo XVIII 4 invierten de 2.000 a 4.000, tan solo 2 de

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Gráfico 2.- Gasto de cada mujer en su entierro en reales. Fuente AHPP. (E.P.) ellas financian su funeral con más de 4000. el promedio, este sería de 1.626 reales). Para Obteniendo el coste mayor destinado a un el decenio de 1760, el desembolso fue de entierro en la cantidad de 4.707 reales28. 8.719 reales, que entre 9 mujeres, consi- Del análisis de este gráfico se desprende guiendo una media de 968 reales. En los 70 que el tramo de hasta 1000 reales alberga el se gastaron 5.436 reales, que entre 2 muje- mayor número de mujeres, aunque la mayor res, hace una media de 2.718 reales (en este concentración está cifrada en el gasto infe- decenio sí eliminamos el ejemplo por exce- rior a 500 reales. Un dato significativo reve- sivo de 4.520 reales obtendremos un prome- la que el 20,68% de ellas sobrepasaron los dio de 916 reales). Los diez años de los 80, 2.000 reales en los costes de su funeral, cifra con 1.996 reales repartidos entre 5 mujeres nada despreciable si tenemos en cuenta los arrojan una media de 399 reales, la de un importes de los bienes inventariados, como menor presupuesto para funerales. Para veremos más adelante. finalizar, el periodo de los 90 reportó un coste de 6.254 reales que dividido entre 7 La cuantificación del gasto en función mujeres supone una media de 893 reales. del año del entierro nos puede aportar un De estos datos podemos extraer como con- aspecto temporal, como es la evolución de clusión principal que en las tres primeras dicha inversión y comprobar si existieron décadas se mantienen los promedios de momentos en los que se invertía más dinero gasto sin grandes variaciones, mientras que en la salvación, o si por el contrario, se man- disminuye ostensiblemente en la década de tenían más o menos similares en estos años los 80, para situarse en el decenio de los 90 seriados. en cifras similares a las del primer tercio de Especificando los años en los que se ha la segunda mitad del siglo XVIII aunque tomado la muestra, vamos a agrupar estos con una cierta tendencia a la baja, en cuanto datos de diez en diez años. Así podemos a los gastos destinados al funeral y enterra- entresacar que en la década de los años 50 miento. de la centuria dieciochesca se gastaron un Respecto a los hombres, sobre el análisis total de 12.840 reales, que dividido entre 6 de 74 documentos, aportan en conjunto un mujeres, arroja una media individual de coste de 72.174 reales, lo que equivale a un 2.140 reales (sí se elimina el funeral de promedio de 975 reales en cuanto al coste mayor coste 4.707 reales, que puede desviar

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 147 del entierro se refiere. Como podemos apre- reales. Para la década de los 60, la inversión ciar este porcentaje es muy inferior al de las fue de 14.080 reales, distribuidos entre 14 mujeres. En cuanto al desarrollo de dichos hombres, cuya media resultante fue de gastos, se producen de la siguiente manera: 1.005 reales. En los 70, 5 varones invirtie- 28 son los hombres que destinan menos de ron 2.183 reales, tocando una media de 436 500 reales al funeral. Entre 500 y 1.000 rea- reales. Los años 80 supusieron un coste de les nos encontramos a 20. Son 18 los que 20.276 reales para 17 casos, lo que equivale están entre los 1000 y 2000 reales, mientras a una media de 1.192 reales (si excluimos en que 7 invierten entre 2.000 y 4.000 reales, este caso el de mayor coste con 4.478 reales siendo é1 quien financia su funeral con una la media se situaría en 987 reales). Es la suma superior a los 4.000 reales, llegando a década de los 90, con un total de 13.245 rea- alcanzar los 4.478 reales, es decir, la cifra les repartidos entre 11 hombres la que arro- más alta pagada por un varón. ja el mayor presupuesto para funerales. Estos datos no confirman las tesis sobre el

Gráfico 3.- Gasto por hombre en el entierro, en reales. Fuente AHPP. (E.P.)

Estas cifras muestran un porcentaje del menor gasto destinado al entierro conforme 64,86% de hombres que destinan menos de avanza el siglo, por la menor religiosidad de 1000 reales a su funeral, proporción similar las gentes del final de la centuria. al de las mujeres, pues solo un 10,81% Al confeccionarse el inventario de bie- invierten más de 2000 reales en sus exe- nes, además de enumerarlos, se solían tasar, quias, dato, como vemos, que se aleja al de con lo que al final nos encontramos, una vez las mujeres. sumados todos esos bienes, con el volumen Una vez conocida la inversión total es total traducido en dinero de la hacienda necesario especificar los años de la muestra, objeto de tasación, eso conformaría el Cuer- y al igual que hicimos con las mujeres, po de Hacienda. A continuación se bajaban vamos a agrupar dichos datos en decenios. las deudas quedando un líquido, que en algunos casos se sacaba lo que había aporta- Entre los años 1750 y 1759, tenemos 27 do la viuda (quedaban así los gananciales), casos por un importe total de 23.390 reales, luego se repartían entre los dos cónyuges lo que supone un promedio de gasto de 866

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 148 Didio Quijada Sánchez para quedar el quinto del alma y el resto lo Hemos de decir que, en todos estos que correspondía a cada heredero29. documentos, nos encontramos con los gas- Partiendo de la información que nos tos del funeral, así como el cuerpo total de suministran estas cuentas de partición, en bienes de hacienda o en otro término el cau- cuanto al cuerpo de Hacienda y conociendo dal de bienes. Con estos datos vamos a el dato de lo gastado en el funeral, se puede reflejar el número de reales invertidos que extraer el porcentaje que supone sobre los aparecen en dichos entierros y la proporción bienes de un determinado difunto, en rela- que dicho gasto suponía en los bienes tota- ción con el caudal total que poseía, es decir, les. Tenemos las partidas totales de 19 ejem- del total de dinero del que disponía y cuán- plos de mujeres de los que conocemos el to realmente se invertía en su funeral. caudal total de bienes, así como los gastos pagados por su entierro, con el fin de obte- Una cuestión metodológica en este apar- ner el promedio que destinan de sus bienes tado que vamos a estudiar, consiste en acep- al funeral. Estos datos arrojan un total de tar o no el importe del total de los bienes sin caudal de bienes, de todas ellas, por impor- descontar las deudas para calcular el por- te de 374.328 reales y unos gastos de entie- centaje que se gastaba en el entierro o, por el rro totales de 20.113 reales, lo que nos da un contrario, utilizar el concepto de bienes porcentaje medio del 5,37% y un coste líquidos como señalan otros autores30, es medio por entierro de 1.058 reales. Sirva a decir, restando las deudas, las dotes de las modo de ilustración, que la mujer que pose- mujeres casadas, etc. En nuestro caso nos ía el menor caudal de bienes (2.205 reales), hemos decantado por tener en cuenta el destina a financiar su entierro 275 reales, lo importe de los bienes totales y no los líqui- que supone un porcentaje del 12,74%. dos, por dos motivos. El primero es que nos Mientras que, por el contrario, la fémina hemos encontrado que en muchos documen- más acaudalada, con un patrimonio de tos los desembolsos del funeral supera con 48.881 reales, solo invierte 1.837 o lo que es creces el “quinto”. Y el segundo se debe a la lo mismo, un 3,75%31. existencia de “partijas”, que una vez des- contadas las deudas y otros gastos, no que- Sobre el estudio de estas 19 mujeres se dan bienes suficientes ni para sufragar el pueden obtener dos conclusiones. Primera- entierro, siendo los herederos o los testa- mente, que entre el caudal y lo destinado a mentarios quienes deban correr con los cos- gastos de entierro, la media en porcentaje es tes de dichos actos de última voluntad. del 5,37%. En segundo lugar, observamos que a mayor pobreza32, mayor es el gasto Si conocido es que el testamento y destinado al entierro, es decir, se detraían muchas de las disposiciones que en él se más bienes para este fin, cuanto menos dine- encuentran estaban relacionados directa- ro se poseía y por el contrario las más mente con la salvación del alma, dado que pudientes33, aunque invierten numéricamen- sabemos el importe total de los bienes con te cantidades mayores, no suponen por ello, que contaba el testador, debemos averiguar un porcentaje más elevado entre lo gastado cuál era el porcentaje de bienes destinados a en el funeral y el valor del conjunto de bie- salvaguardar el paso hacia la otra vida, par- nes totales. tiendo de las cantidades gastadas.

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Para el estudio sobre los hombres conta- (20%) por encima del gasto de 2.000 reales mos con 63 documentos34, en los que cono- con respecto a los hombres (11%). En Cádiz cemos el valor de los gastos destinados al el precio de las exequias, en un entierro de entierro y a su vez el monto total del valor de cruz alta, costaba 300 reales; y uno de cruz sus bienes, que conforman su hacienda. El baja unos 150 reales38. En Huelva en el siglo total del caudal de los bienes alcanza un XVII el promedio que se invierte en gastos valor de 1.970.075 reales, y el importe de los mortuorios se encontraba en 1.057 reales39. desembolsos totales del entierro suponen Finalmente para analizar mejor los datos 62.251, arrojando un porcentaje medio de de este apartado conviene agruparlos por 3,15 % y un coste medio por entierro de 988 décadas. Así, en los años 50 nos encontra- reales. El hombre que menos invierte en su mos con que 19 hombres invirtieron 21.145 entierro destina 35 reales a ese fin, teniendo reales en sus honras fúnebres, lo que hace en cuenta que el total de sus bienes era de un gasto promedio por cada uno de 1.112 438 reales, supone un 7,90%, mientras que el reales. En el decenio de 1760 sobre un que más invierte en su funeral aporta 4.478 monto total de 11.231 reales dividido entre reales sobre unos bienes totales de 151.987 13, encontramos un pago medio de 863 rea- reales, lo que resulta un 3%. El promedio de les por persona. La década de los 70 tiene un gasto de los hombres es del 5,96% (el por- desembolso total de 7160 reales que dividi- centaje es similar al de las mujeres, 6,57%) dos entre 8, ofrece un promedio de 863 por sobre su total de bienes de hacienda aunque, cada entierro. El periodo de 1780 muestra si atendemos a los datos analizados, pode- unos gastos de 11.660 reales repartidos mos comprobar que lo habitual, es destinar entre 14, con una media de 832 reales. Así, menos del 5%, pues la mitad de los testado- llegamos a los últimos diez años de la cen- res no invirtieron más de ese porcentaje de turia con un coste de 892 reales sobre dos 35 sus bienes al entierro , teniendo en cuenta hombres y un promedio de 446 reales. De que hemos tomado como referencia los valo- estos datos, podemos extraer una conclusión res patrimoniales totales y no los líquidos fundamental, mucho más clara que en el (descontados deudas, etc.). Estos datos son, caso de las mujeres, pues vemos que según sin embargo, similares a los que aportan avanzan los años disminuye la cantidad de otros autores en zonas próximas a Palencia, dinero destinada a sufragar los emolumen- 36 como es el 3% para el caso de Valladolid , o tos del funeral. el 4,9% para Sahagún (León) 37. Estos datos constatan que la mayor parte 3.- LOS GASTOS FÚNEBRES: SU DES- de la población palentina en esta época, TINO. teniendo presente el número de testadores y, Gracias a las cuentas de partición e sobre todo, los documentos de cuentas de inventarios que obran en los protocolos testamentaría, no destinaban más de 500 notariales podemos pormenorizar e incluso reales en el funeral. Solo unos pocos se hacer un seguimiento de dichos desembol- podían permitir invertir recursos más gene- sos en relación a la manera de asignación. rosos en el entierro. Existe un dato objetivo, Este apartado tiene como objeto desmenu- en lo que respecta al gasto de las mujeres el zar dichos gastos y confrontarlos para poder que refleja el mayor porcentaje de ellas obtener una clasificación y comprobar el

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 150 Didio Quijada Sánchez destino de esos importes y establecer la can- virtiéndoles y redondeándoles a reales45, tidad de dinero que al final recaía en cada para que así resultase un cálculo más senci- concepto. llo y a la vez menos enmarañado sin deci- Estos datos aparecen tan sumamente males y que dentro de los porcentajes que detallados que podemos elaborar una espe- estamos manejando no alteran los resultados cie de “índice de precios” o incluso una de los datos finales. “lista de precios” en cuanto a gastos de entierro se refiere. Para ello, analizamos una Conceptos Gasto Total en reales muestra de 57 cuentas de partición (18 mujeres y 39 hombres) haciendo un desglo- Mujeres Hombres se por conceptos e importes y, para que resulte más ilustrativo, elaboraremos un Andas 13 37 porcentaje sobre las sumas totales del entie- Asistencia46 2..606 6.699 rro que corresponden a cada partida. No obstante, haremos algunas precisiones pre- Bula 8 vias relativas a precios casi fijos en el tiem- Capellanes Nº 40 361 1.375 po, entre otros los de las misas, 2 reales por lo general40, similares a otras regiones espa- Cera 1.910 4.627 41 ñolas , aunque algunos documentos reco- Cofradías 167 659 gen otros precios como 3 ó 4 reales. El hábi- 47 to solía pagarse a 44 reales y el más deman- Derechos 1.539 2.783 dado era el de San Francisco, situación pare- Hábito 692 1.248 cida a otras zonasxlii. 2 reales se pagaban 48 por las séptimas y redención de cautivos. La Limosna 157 550 asistencia de comunidades se cotizaba a 100 Lutos 215 reales (fundamentalmente franciscanos y dominicos, e incluía no solo la asistencia, Misas 4.486 11.266 sino también misa y vigilia), por este mismo Niños de la Doctrina 160 347 concepto se pagaba en Huelva entre 30y 80 49 reales43. La asistencia de los Niños de la Oficios Varios 644 1.235 Doctrina (Doctrinos) se acostumbraba Ofrenda 3.004 2.661 remunerar con 8 reales, sin embargo apenas 50 existe su presencia en las zonas del Sur de la Ornamento 8 88 44 Península, Sevilla, Cádiz ni en Huelva . Por Otros51 58 41 último, los derechos de sepultura que eran Pan 106 502 más desiguales y dependían del lugar de la Iglesia elegido para el enterramiento. Por lo Séptimas acostumbradas 43 38 que respecta a las limosnas, cera, cofradías Sepultura 229 615 y otros oficios (campanero, sepulturero, etc.) las cantidades son dispares. Para facili- Total ...... 18.505 34.994 tar la consulta de estos datos numéricos Tabla 3.- Gastos totales por conceptos (orden alfabé- hemos prescindido de los maravedíes, con- tico). Fuente AHPP. (E.P.)

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Continuando con la división inicial, Cádiz la cifra alcanza el 91%57. En cifras entre hombres y mujeres, vamos a analizar dadas por otros historiadores para otras la distribución de los gastos del entierro, por zonas y recogidos por Manuel José de Lara conceptos, a través de la suma de los gastos Ródenas58, la media de este sufragio alcan- efectuados por cada uno de los que aparecen za los siguientes valores, para La Bañeza en los inventarios. supone un número de 106,90 por testamen- De las tablas anteriores, analizados los to; en Huelva 75,10 es la media de peticio- 57 casos (18 de mujeres y 39 de hombres), nes; en Sevilla alcanzaría la cifra de 497,10; sabemos que el gasto total arroja una cifra en Oviedo se sitúa en 110 la media de misas de 53.499 reales (18.505 reales gastados por solicitadas. En el País Vasco el promedio de las mujeres y 34.994 por los hombres) que misas solicitadas a mediados del siglo era de representa una media de inversión por entie- 80 y a finales era de unas 40; mientras que rro de 938 reales, siendo de media para las el descenso del número de testadores que mujeres 1.028 reales, mientras que para los solicitan este sufragio fue muy acusado, hombres la cifra por entierro desciende a pues si en la primera mitad del siglo el por- 897. En otros trabajos no se aprecian dife- centaje se situaba en el 99%, en la segunda 59 rencias por sexo en cuanto a los gastos en lo mitad se queda en el 52% .En cuanto a las que respecta a la distribución monetaria52. misas debemos precisar que los datos de los inventarios no siempre señalan su número Comprobando las partidas podemos ana- total, pues en los gastos de parroquia (cuarta lizar (tabla 3) los datos de los gastos obteni- funeral, derechos, etc.) o en el capítulo de dos en nuestro trabajo según su destino. asistencias (comunidades de franciscanos, dominicos, etc.) también se incluían misas; 3.1.- Las Misas así como las que pudieron solicitar los fami- Estos sufragios suponen los mayores liares del difunto y otras peticiones realiza- gastos en todos los casos que hemos anali- das directamente ante la imposibilidad de la zado, pues se destinaron un total de 15.752 presencia del escribano, etc. por lo que esta reales, lo que supone el 29,44 % (4.486 rea- cifra hay que considerarla como de mínimos, les, el 26,40% de las mujeres y 11.266 rea- pues a buen seguro que era más elevada. les, el 32,19% de los hombres), y acarrea un 53 desembolso de 276 reales de media . Lle- 3.2.- Asistencias. gando a utilizar algunos historiadores, el El segundo concepto en cuanto al gasto número de peticiones, para hacer una clasi- se encuentra compartido entre, las ofrendas ficación de los testantes, como personajes y las asistencias, y a ambos se destinaban de la nobleza o de grupos populares54. La cantidades importantes, pues esta última importancia de este sufragio nos la da el solía costar no menos de 100 reales y a esto análisis de los diferentes datos aportados se añadían otros gastos como las misas ya por otros estudios, así en Jaén la media de mencionadas, el hábito, etc. En este punto, estas solicitudes se cifraba en 9155; en Huel- tenemos que incluir un elemento diferencia- va el número de testadores que solicitan dor característico de esta ciudad, como es la misas es del 89,60% en la primera mitad del solicitud de la presencia de los capellanes siglo y el 96,90% en la segunda mitad56; en del número 40. Todas estas asistencias, en

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 152 Didio Quijada Sánchez nuestro caso, suponen un gasto de 11.041 3.4.- El hábito. reales, el 20,63%, repartidos de la siguiente También denominado como mortaja, el manera 2.606 reales de las mujeres, 6.699 hábito era un elemento casi imprescindible de los hombres; y 1.736 reales supone la en todo entierro (más del 80% de los falleci- presencia de los capellanes del nº 40, lo que dos lo solicitaban)68. Este elemento que significa que la solicitud de que asistan dife- forma parte de la simbología del ritual fune- rentes personajes a los entierros, va a supo- rario, debe entenderse como merecedor de ner un coste medio de 193 reales. Capítulo múltiples indulgencias, especialmente el de importante en cuanto al desembolso de San Francisco y por ello el más solicitado. dinero, pues esta petición fue bastante Si bien, debemos precisar dos notas. La pri- demandada, aunque existen diferencias en mera guarda relación con los gastos pues su 60 algunos territorios . En Zamora los recur- precio oscilaba entre los 33 y los 44 reales, sos destinados al acompañamiento suponen no obstante, podemos encontrarnos con cos- 61 el 15,30% de los gastos del funeral , de los tes superiores debido, fundamentalmente, a hombres y el 16,70% de las mujeres. En el aquellos que solicitaban ser enterrados con siglo XVII un clérigo secular cobraba en más de uno. La segunda se refiere a la Huelva entre 1,5 y 3,5 reales por acompañar mayoritaria utilización de esta prenda, ya un entierro, y si acudía toda la clerecía que en nuestro estudio existen 41 documen- 62 parroquial unos 57 reales . tos donde se refleja el importe pagado por el hábito, lo que supone un porcentaje del 3.3.- La Ofrenda. 71%, cifra que habría que elevar en la rela- Respecto a la ofrenda63, (ofertas o el ción de gastos, debido a la existencia de par- añal) los sujetos de nuestra muestra van a tidas de pagos en conjunto bajo el epígrafe consumir un total de 5.665 reales, el 10,58% de asistencia, normalmente a las órdenes de (mujeres 3.004 reales; hombres 2.661) lo franciscanos y de dominicos, porque en que representa algo más de 99 reales de dichas facturas iba incluido también el pre- media64. En Zamora la ofrenda supone algo cio que se pagaba por el hábito y al no estar más del 5% de lo gastado en el pago del separado no lo hemos recogido como tal funeral65. En Valladolid este concepto supo- gasto individualizado, datos en porcentaje ne un 9% de testadores que solicitan ofren- similares a los otros lugares estudiados ya das66. Asimismo, esta ofrenda incluye la citados. Como prueba de la importancia de cera, el pan, la limosna por llevarla todos los este apartado, nos encontramos con que la días festivos, normalmente durante un año. cantidad desembolsada es de 1.940 reales, La ofrenda constituye, ante todo, una peti- es decir, un 3,62% del total de los gastos, lo ción de oración, misa, y sobre todo “luz que significa un coste medio de 34 reales sobre mí tumba” para encomendar al alma. (mujeres, 692 reales y hombres, 1.248 rea- 69 Destacar el importante papel que van a tener les) . las mujeres en las ofrendas, como receptoras Como venimos exponiendo, estos com- y encargadas del cumplimiento de las man- portamientos del ritual funerario-religioso das de este ceremonial67. están sujetos a la disponibilidad económica, y así en este apartado la solicitud de morta- ja en estamentos más pobres es mucho más

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 153 baja, sólo el 3,10% solicitan enterrarse con siguiente orden, 79,81% en la iglesia parro- hábito entre los testamentarios del Hospital quial, 11,34% monasterios; 3,71% la cate- sevillano de las Cinco Llagas, estudiado por dral; 0,85% capillas y hospitales; 1,92% David González Cruz y Manuel José de ermitas y el resto en cementerios o no men- Lara Rodenas70. cionan lugar77. Este siglo XVIII va a supo- ner el triunfo del interior de las iglesias 3.5.- Derechos. como lugar mayoritario de enterramiento. Dar sepultura en el interior de los templos La cantidad destinada para los derechos supone pagar los derechos correspondien- parroquiales se puede cifrar en 4.342 reales, tes, cada parroquia mantenía unos aranceles lo que significa un 8,11% y un promedio de propios, según el lugar así sería el precio a 76,15 reales por entierro71. En ellos se pagar78. En nuestro trabajo 844 reales es la encuadraba la misa, vigilia, etc. así como la cantidad destinada a este fin, un promedio asistencia de curas y, sobretodo, la cuarta de 14,80 reales por persona79. Los campo- funeral, que el concilio de Trento consolidó santos quedaban para aquellos que no podí- como derecho a la cuarta parte de lo que el an pagarse un lugar dentro de los templos, a difunto ordenaba distribuir a favor de su pesar de las disposiciones reales, donde se alma, correspondía al cura donde el falleci- expresaba la prohibición de enterrar en las do había sido feligrés cuando éste deseaba iglesias80. La orden gubernamental de ente- sepultarse en otra parroquia. rrarse en los cementerios no caló entre la población durante este siglo XVIII, similar a 3.6.- Sepultura. otras zonas españolas81. Sin embargo, en En cuanto a la sepultura o lugar de ente- Francia82, desde principios del siglo XVIII, rramiento nadie opta por los cementerios ya se aprecia un descenso del uso de las como lugares para el descanso eterno, según sepulturas en el interior de los templos. el profesor Máximo García Fernández, los muertos sepultados en las parroquias repre- 3.7.- Oficios Varios. sentaría el 70,40%72, añadiendo nosotros Existen un número de empleos o cargos, que sólo los pobres73, o mejor dicho, los que y que nosotros hemos denominado oficios, no hacen testamento irían a los cementerios. que giran en torno al enterramiento, que Pues en nuestro trabajo, los testantes deter- suponen un gasto añadido a los ya expues- minan a las iglesias74, o los conventos75, tos. Este conjunto de personajes, tales como como los lugares elegidos en todos los casos los llamadores, receptores, sacristanes, cam- estudiados, exceptuando unos pocos enfer- paneros, porteros, sepultureros, entre otros, mos del Hospital de San Antolín que mani- van a intentar que la “función” se lleve a fiestan ser sepultados en el Santo Pradillo, cabo de la manera más satisfactoria posible. lugar anexo al Hospital, sobre todo en esta Cabe destacar que en los documentos por segunda mitad del siglo XVIII76. Similares nosotros utilizados no aparecen gastos para características presenta el estudio de la cen- la amortajadora, como si son citados en turia anterior, según Juan C. Bermejo de la otros trabajos83. Alcanzan un total de 1.859 Cruz, del total de los testantes de Ávila eli- reales los contabilizados en este apartado gen sepultura el 98,30%, siguiendo el como coste, lo que supone un promedio por

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 154 Didio Quijada Sánchez entierro de 32,61 reales entre todos estos en el siglo XVIII; en Cádiz sería el 0,5%.. personajes de los oficios. Para poder apre- En este mismo sentido cabe mencionar las ciar la importancia de este apartado, Fran- conclusiones del profesor Máximo García cisco Javier Lorenzo Pinar cifra en el 9% el Fernández, cuando cita que de los amplios porcentaje de gasto del funeral englobado porcentajes del siglo XVII, los pobres prác- bajo el epígrafe de Varios84. Tampoco hemos ticamente desaparecieron de la mayoría de podido constatar gastos en el cortejo fúne- los funerales hasta 183089. Nuestros datos bre, por las “posas” o paradas fúnebres, no coinciden con estos estudios citados habitual en la Huelva del siglo XVIII, según anteriormente y si están más próximos con González Cruz85. Podemos destacar de entre los aportados por Rivas Álvarez en Sevilla todos ellos, al campanero, porque la música, cifrando estos porcentajes hasta el 14,71% el tañido de las campanas, son expresiones en 1701, el 10% en 1750 y el 8,80% en recurrentes dentro de las peticiones de los 179990. Teófanes Egido destaca la importan- testamentos y su solicitud es muy demanda- cia de estos sistemas de seguros mediante da. Las campanas constituyen el medio de obras pías a la hora de la muerte y el papel comunicación de masas más importante en fundamental que jugaba el dinero para la sociedad tradicional86, de ahí la trascen- sufragarlas91. En nuestro estudio, 707 reales dencia que tiene el lenguaje de estos instru- representan el total destinado a esta manda mentos como vía de conexión y relación de limosna, lo que supone un promedio de entre los miembros de una comunidad pro- 12,40 reales. En intrínseca unión con este pia de una sociedad sacralizada de Antiguo apartado podemos considerar el gasto de Régimen87. pan, pues con motivo de las encomiendas de los testadores expresan dar comida a los 3.8.- La limosna. más desventurados, y esta dádiva consiste fundamentalmente, en el pan, como recurso Va a suponer un medio más de obtener la alimenticio básico que era para las gentes de salvación, teniendo en cuenta que servía, esta época92, en forma de pan la limosna por ejemplo, para pagar la asistencia de los adquiere un mayor sentido simbólico reli- pobres en los entierros, sobre todo, como gioso93. El pan, a fin de cuentas, era el ele- porteadores del cuerpo. La presencia de los mento principal de la dieta del hombre en la más desfavorecidos debemos encuadrarla Edad Moderna. Las cifras que manejamos dentro de las enseñanzas evangélicas por la para este apartado alcanzan los 608 reales, consideración que tienen como personajes es decir, un promedio de gasto por entierro cercanos a Dios, y su participación activa de 10,66 reales. servía para redimir las penas de los difuntos. La limosna dada en favor de los más necesi- tados se erigía como uno de los pilares bási- 3.9.- Los Doctrinos. cos dentro de este sistema de sufragios. La Aparecen también citados en la docu- presencia de los pobres que formaban parte mentación como “asistencia del colegio de de la comitiva no era muy numerosa, entre los Niños de la Doctrina de esta ciudad”. cuatro y doce88. El 1,3% de los testadores de Eran los encargados de portar el pan y la Huelva del siglo XVII solicitan la presencia cera correspondiente y su presencia era bas- de pobres en el acompañamiento y el 0,6% tante usual94, porque representan una conti-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 155 nuidad del ceremonial “barroco”, donde pri- 3.11.- Cofradías. maba más la teatralidad y la vistosidad de lo Precisar primeramente, que en el aparta- externo que, quizás, el propio sentir religio- do ya estudiado de Asistencias, no hemos so. No obstante, como ya citamos páginas incluido a las cofradías, pues en las fuentes atrás, su presencia en las zonas del Sur de la utilizadas por nosotros hemos detectado península es escasa, así como en Zamora. La dicha separación; por un lado los frailes, cifra más habitual que se pagaba por este curas, capellanes, etc. y de otro los cofrades. servicio era de 8 reales dependiendo del La presencia de las cofradías debemos cir- número solicitado de asistentes. Así, de los cunscribirla en un doble aspecto. Por un datos analizados, nos encontramos con un lado, la pertenencia del difunto a alguna de gasto total de 507 reales (de ellos los hom- las muchas existentes, en ocasiones más de bres consumían 347, mientras que las muje- una, que le aseguraba la compañía de los res destinaban 160 reales), lo que supone un hermanos cofrades que compartían momen- promedio de 8,89 reales. tos de apoyo moral96 y, por otro, su asisten- cia con los estandartes y pendones propor- 3.10.- Las Séptimas. cionaba cierta vistosidad, no exenta de vani- Si existe una partida de gastos reconoci- dad, de ahí que entendamos que la presencia da y además reiterada, aunque más propia de las cofradías tenga una connotación de de los testamentos que del mismo entierro, ostentación más que de fervor religioso. es la de las mandas obligatorias, las sépti- Unido a la gran socialización de la muerte, mas acostumbradas, que incluían el perdón, cuando se habla de una comitiva abundante rescate y redención de cautivos junto con el con la asistencia de vecinos, familiares y mantenimiento de los Santos Lugares de conocidos que acudían al entierro, dando Jerusalén. Desde la Edad Media la reden- una cierta notoriedad pública que acarrea, ción de cautivos por los árabes en España, sobre todo y por encima de todo, el no morir constituía una obligación moral para los solo. El gasto total del papel desempeñado “príncipes cristianos”, tal como se indica en por las cofradías es de 826 reales, esto es el título 29 de la Segunda Partida de Alfon- una media de 14,49 reales. No obstante, este so X. Existía, no obstante, en la época de dato se encuentra muy distorsionado res- nuestro estudio, cierto recelo, sobre todo por pecto a otros estudios, pues si en las ciuda- parte de los curas de las parroquias, contra des su presencia es más abundante, en nues- los colectores encargados de recaudar esta tros documentos, sin embargo, la muestra manda (Religiosos Trinitarios Descalzos), apenas es representativa, si la comparamos con el argumento de que las paces y treguas con el ámbito rural leonés, como es el caso 97 mantenidas con los musulmanes no hacían de Sahagún , cuyo gasto medio es de 43,1 necesaria esta cuestación. Por este motivo el reales. rey Carlos III dictará una Real Orden de 13 de abril de 1789, repetida en 25 de enero de 3.12.- La cera. 95 1797 , por la que seguía obligando a dicho Finalmente, analizamos uno de los gas- pago. Dos reales era su precio, inalterable en tos que más ha llamado poderosamente el estudio de este medio siglo, que suponen nuestra atención, no sólo por los elevados 116 reales en total.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 156 Didio Quijada Sánchez importes que su uso conlleva, sino también calidades100. El gasto de cera en Zamora por sus propias características. Se trata de la suponía el 36,20% del total de los gastos del cera. Nuestras 18 mujeres gastaron nada funeral101, dato que avala la extraordinaria menos que 1.910 reales en este preciado ele- importancia que tenía la cera en el coste mento (un 10,32% del gasto total), mientras total que suponían las honras fúnebres. que los 37 hombres emplearon en ella la cantidad de 4.627. En total se invirtieron 3.13.- Otros gastos. 6.537 reales, es decir, un 12,21% del gasto Los 2.755 reales restantes que faltan de final, o lo que es lo mismo, una media de justificar en la relación desglosada anterior- 81,17 reales por entierro98, sin tener en mente engloban todos aquellos aspectos cuenta las cantidades pagadas por el añal u relacionados con las cuentas de partición y ofrendas que siempre incluía la cera y que creemos que no son tan relevantes, ni por su elevaba considerablemente dicha cifra. Este cuantía, ni por su continuidad, pues son dato ha de ser interpretado como un referen- escasos los sujetos que los mencionan. Entre te a la religión, pues los mensajes de la Igle- los cuales podemos citar los referentes al sia son claros y no dan lugar a ninguna ornamento (andas, tocados, etc.), aceite, car- duda, al establecer la luz como símbolo de bón, almoneda para refrescos, etc. la Resurrección. Las hachas encendidas y las velas denotan la luz de la fe y los cirios El profesor Lorenzo Pinar, cifra el por- que acompañan el cortejo funerario simboli- centaje de gasto en el caso de Zamora en el zan la vida (más allá de la muerte) y tienen 1,3% del desembolso total del funeral, en el 102 un carácter propiciatorio99, de ahí este uso concepto de Aditamentos . tan generalizado. Como ejemplo podemos Este cúmulo de datos analizados ante- citar el precio que tenía en Huelva, una vela riormente, hace que puedan impedir, en de seis en libra que costaba 1 real o real y cierto modo, la claridad del desglose, por lo medio y en esta misma ciudad la libra de que en el siguiente gráfico mostramos de cera costaba de 8 reales de promedio de manera más efectiva las diversas partidas de gasto por entierro, dependiendo del color y gastos por conceptos:

Gráfico 4.- Gasto en reales por conceptos (Fuente AHPP. 57 casos) (E.P.)

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4.- BENEFICIARIOS DE LOS GASTOS sito para redimir sus faltas antes de ir al DESTINADOS AL ENTIERRO cielo. El alma del difunto iba al purgatorio, Si exceptuamos aquellos gastos –prácti- para exonerar sus penas y la estancia en este camente imposibles de cuantificar– destina- lugar de expiación era más breve si desde la dos a la ostentación, a marcar diferencias tierra, y por parte de los que estaban en ella, sociales, en definitiva, a enaltecer la vani- celebraban ofrendas o actos en nombre del dad humana el grueso de los mismos solo finado que le permitieran en el menor tiem- tienen un destinatario, el alma del difunto, y po posible abandonar ese lugar y poder una sola meta, conseguir la “buena muerte”, encontrar la salvación. Para ello, nada mejor a fin de cuentas, la salvación eterna. Aunque que contar con la ayuda externa que la Igle- esas cantidades de recursos, convertidas en sia proporcionaba con toda una gama de ofi- dinero, van a parar a diferentes colectivos, cios mortuorios. En resumen, puede que quienes son, en último término, los que van muy pocos habitantes de estas tierras y en a canalizar esos dineros y posibilitar su lle- esta época entendieran qué era el Purgato- gada al destino propuesto. La mentalidad de rio, pero una cosa tenían clara, para poder esta época está inmersa en un objetivo pre- salir de allí, era necesaria la intermediación ciso, la salvación del alma. Se trata de una de la Iglesia. sociedad sacralizada, donde la capacidad de A pesar de haber mencionado que el influencia de la Iglesia es muy amplia por- principal beneficiario de los gastos del que interviene en todos los ámbitos de la entierro es el alma del difunto, no podemos vida diaria y, más aún, en los asuntos del olvidarnos de quiénes realmente constituían “más allá”. Conceptos teológicos tan inac- el núcleo de beneficiarios en la vida terrena. cesibles como cielo, infierno, resurrección, Para ello, proponemos una clasificación en o purgatorio, significaban para las gentes de cuatro grupos, como fórmula metodológica, esta época, seguir las directrices emanadas que a buen seguro podrían ser más. Por desde el púlpito y utilizar los signos que ende, el reparto de los 53.499 reales conta- acercaban estos términos a la población bilizados en nuestro trabajo, queda de la escasamente letrada y mucho menos en teo- siguiente forma establecida: logía. Quizá podamos explicar esta idea a tra- 4.1.- La Iglesia: vés del análisis del término Purgatorio, al Como institución es la mayor beneficia- que nos hemos referido líneas arriba, enten- ria real de cada fallecimiento. En este con- dido como estancia o lugar de paso para cepto general podemos englobar a la cate- alcanzar la “gloria”, tarea nada fácil de con- dral, las parroquias, los conventos y todas seguir directamente. A pesar de que la fe en aquellas asociaciones próximas a ella, el Purgatorio pasaba por un momento de cri- incluidas las cofradías y los Niños de la sis en el siglo XVIII, según María José de la 103 Doctrina. En el capítulo de gastos nos Pascua Sánchez , la Iglesia católica argu- encontramos con las misas104, los derechos mentaba que el pecado era algo intrínseco al de sepultura –su precio variaba según el hombre, pues había difundido la idea de que lugar elegido–, la asistencia de curas, párro- la mayor parte de las personas tenían que cos (con sus capas y cetros), comunidades pasar por el purgatorio como lugar de trán-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 158 Didio Quijada Sánchez de franciscanos y dominicos (el apartado del 4.3.- El Comercio: hábito se incluye aquí), los capellanes del Tenemos constancia de la utilización, en número 40 y los derechos parroquiales –que no pocos entierros, de diversos artículos, incluían el entierro, la cuarta funeral–. En tales como paños, almohadas, tocas, velos, este apartado debemos encuadrar también aceite, carbón, productos comestibles, etc., las ofrendas, añal u ofertas (de estas, los úni- cuyo consumo redundaba en beneficio de cos gastos que no iban a parar a la Iglesia los comerciantes dedicados al suministro de son los que se suelen dejar por llevar dicha los mismos. Aunque estos representan una ofrenda que se destinan para pagar a perso- escasa cuantía en relación a la magnitud del nas del entorno del difunto, familiares por lo gasto total además de una difícil cuantifica- general). Así mismo, incluir en esta sección ción, queremos destacar la existencia de dos los fondos obtenidos por el pago de las sép- áreas del comercio que tienen una mayor timas acostumbradas, redención de cautivos incidencia en los gastos funerarios. Nos y mantenimiento de los Santos Lugares de referimos al gremio de los panaderos y los Jerusalén cuyos encargados de recaudarlo cereros ya que el pan y la cera son dos ele- eran los religiosos trinitarios descalzos. Del mentos intrínsecamente unidos a la muerte, total de 41.033 reales que arroja este suma- como hemos analizado anteriormente. La torio se desprende un dato significativo: el cifra nada desdeñable de 7.145 reales que 76,69% de todo lo gastado en el entierro iba arroja esta partida, (el 13,35% del gasto a parar de una manera u otra a manos del total), permite que los funerales supongan 105 estamento eclesiástico . Así casi un 40% para estas economías una inversión de gran de los ingresos totales de la iglesia provie- trascendencia. nen de los entierros106. En el convento fran- ciscano de Arantzazu, la cantidad recauda- 4.4.- Los Pobres108: da por los frailes en misas en el año 1648, fue de 8000 ducados, es decir, 88.235 rea- Ante todo este apartado requiere una les107. explicación, pues cuesta entender que uno de los colectivos beneficiados de los gastos de los entierros pudieran ser los pobres pero 4.2.- Los Oficios: tras consultar los documentos que nos per- Con esta denominación queremos aglu- mitieron realizar este trabajo, tenemos la tinar a todos aquellos profesionales y cono- certeza de que así ha sido. Esto se explica, cedores de diversos trabajos relacionados fundamentalmente, en dos sentidos uno a con estos actos fúnebres que resultan indis- través de las limosnas, y otro, basado en los pensables, ya que, en muchos casos, su gastos alimentarios.. La asistencia de especialización les permitía sobrevivir o por pobres a los entierros se puede enfocar en un lo menos complementar sus ingresos. Entre sentido religioso, porque las personas ellos podemos citar a los sepultureros, por- enmarcadas en este ámbito eran considera- teros y llamadores. Los 1.859 reales conta- das, según las enseñanzas evangélicas, bilizados para este fin, representan el 3,47% como figuras cercanas a Dios. Éstos eran del total de gastos. escogidos para llevar el cuerpo del difunto y eran retribuidos por ello109, si bien, es cierto,

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 El precio de la muerte en Palencia en la segunda mitad del siglo XVIII 159 que su presencia no era muy numerosa, en Mientras que en la petición de testamen- nuestro trabajo (entre 4 y 6 individuos) tos existen escasas diferencias entre hom- cuando paradójicamente existían bastantes bres y mujeres en cuanto a su número, en la más pobres110. Sin embargo, a pesar de esta redacción de inventarios de bienes, existe influencia religiosa, en muy escasas ocasio- una desproporción exagerada, entre los nes eran nombrados herederos111. Por lo que hombres, y las mujeres (71,28% frente al respecta a los gastos alimentarios, tenemos 25,74% respectivamente). constancia, a través de los testamentos, de la Apenas encontramos diferencias entre disposición de invitar a comida a dichos las cantidades destinadas por los varones pobres, generalmente a las puertas de la casa con respecto a las mujeres, en cuanto a los del finado. Poner una cifra en reales desti- gastos destinados a sufragar las exequias nada a este menester no resulta tarea senci- funerarias, con respecto a los bienes totales, lla, pues solo encontramos en los inventa- medias de 5,78% ellos por el 6,57% de ellas. rios las cantidades referentes a limosnas en Sin embargo, en nuestro trabajo hemos su importe total, sin hacer mención si se tra- comprobado que las mujeres destinan, de taba de dádivas para los pobres o de otros media, una cantidad mayor que los hombres conceptos. Asimismo, en estos pagos, se para sufragar los funerales (1.028 reales incluyen los que hemos señalado anterior- frente a 897). mente para pan. Por todo ello, reflejar una Aunque la mayor parte de los casos estu- cifra más o menos ajustada a la realidad diados se encuentran por debajo del 5%, que entraña una cierta complejidad y de ahí que sería el porcentaje más habitual de gasto por no vamos a darla. Con esto solo pretende- entierro sobre el cuerpo total de bienes del mos hacer constar que este colectivo de difunto. necesitados era uno más de los beneficiarios de los gastos realizados en un entierro. Sin embargo, se aprecian diferencias de manera concluyente en cuanto mayores son los recursos económicos, menor es la canti- 5.- CONCLUSIONES dad destinada a sufragar los gastos de entie- Muy poco de todo lo expuesto en estas rro y, por el contrario, los que menos cuerpo páginas tendría cabida, sino fuera por la pre- de hacienda tienen, más destinan proporcio- sencia de la figura del Purgatorio, pues nalmente a este fin. podemos afirmar que la mayor partida sobre Debemos destacar la gran influencia de la totalidad de los gastos destinados a la la Religión en cuanto a los pagos derivados aplicación de los funerales, recae sobre la de la muerte de una persona, como objetivo idea de que a través de los sufragios de los último por lograr la salvación, pues sin esta vivos, los muertos puedan ver sus pecados premisa no se invierten, ni mucho menos, purgados, antes del juicio final. las cantidades de dinero que se destinaban a El 25% es el porcentaje de testadores en este fin. Aunque el abanico del gasto es muy el que aparecen inventarios de bienes. Esta amplio (desde 35 reales. el más modesto, escasez de documentos, va a suponer la hasta más de 4.000) la media desembolsada mayor dificultad, para elaborar los datos por entierro se sitúa en torno a los 938 rea- definitivos de este artículo. les. No se observa un cambio en la tenden-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 160 Didio Quijada Sánchez cia del gasto según avanza el siglo, traduci- testaban 1/3 de los que fallecían, según Antonio do en un descenso en el número de reales VIÑAO FRAGO, “La Historia de la alfabetización a través de las fuentes notariales. Aportaciones provi- invertidos. sionales sobre el proceso de alfabetización en Mur- La gran beneficiada espiritualmente cia (1760-1860)” en Antonio EIRAS ROEL (Coord.) hablando es el alma, pero la auténtica bene- Aproximación a la investigación histórica a través de la documentación notarial. Murcia, 1985, p. 43. ficiaria material de todos los gastos funera- El número de testadores no sobrepasaba en Vallado- rios, es la Iglesia, en sus más variadas for- lid el 50% de los fallecidos, Máximo GARCÍA FER- mas. NÁNDEZ, “Herencia y patrimonio familiar en la Cas- tilla del Antiguo Régimen (1650-1834)”, Historia y Y si existe un perdedor, estos son los Sociedad nº 43, Valladolid, 1995, p.19. herederos. Hemos comprobado cómo la 2 Ibid., p. 21, sería un 25% el porcentaje de testa- herencia se ve, en muchos casos, reducida dores en el que aparecen inventarios de bienes. hasta límites exagerados, pues se destinan 3 Para poder hacernos una mejor idea sobre los mayor número de recursos al pago del entie- datos que manejamos, decir que con la misma can- rro, que lo que realmente se puede permitir tidad de cajas, nos encontramos con un número aproximado de testamentos cercano a los 800, lo que el difunto, todo ello en detrimento del cau- nos indica la escasez de cuentas de testamentaría (en dal hereditario. Por lo tanto, serán estos nuestro caso representan un 27%). herederos en definitiva, los auténticos per- 4 Alejo VENEGAS, Agonía del tránsito de la muer- judicados en muchos casos, debido a las te, con los avisos y consuelos que acerca de ella son cláusulas mortuorias. provechosos, p. 112. 5 Julio CARO BAROJA, Las formas complejas de la Por último, el promedio en reales entre vida religiosa, Madrid, 1985, p. 156. el gasto y los bienes totales alcanza el valor 6 Jacques LE GOFF, El nacimiento del Purgatorio, del 17,20% de su hacienda superando, en Madrid, 1981. muchas ocasiones, el “quinto”, capitales que 7 F. Javier LORENZO PINAR, “El comercio de la iban a parar a la salvación de los difuntos y muerte en la Edad Moderna. El caso de Zamora”, en no a sus herederos incluso estos ven com- Muerte, Religiosidad y cultura popular siglos XIII- ERRANO ARTÍN prometidas algunas partidas, no solo de su XVIII, Eliseo S M (ed.) Fernando el Católico, Zaragoza, 1994, p. 435. herencia, sino también de su propio patri- 8 No menos de 20 reales eran necesarios en Huel- monio, para poder sufragar las peticiones va para redactar un testamento, entre gastos del nota- realizadas por los testadores, cuando no hay rio, el papel sellado y otros derechos, según David bienes suficientes, o estos no alcanzaban GONZÁLEZ CRUZ, “Mentalidad religiosa y status para poder satisfacer todos los pagos que socioeconómico en Andalucía occidental: Las desi- gualdades ante la muerte en Huelva del siglo suponía el entierro. XVIII”, en Muerte, Religiosidad y cultura popular siglos XIII-XVIII, Eliseo SERRANO MARTÍN (ed.) Fer- nando el Católico, Zaragoza, 1994, p.376. En cuan- NOTAS to al coste medio en reales de los inventarios post- morten oscilan entre los 421 reales para caudales 1 En Oviedo en el siglo XVIII un 21,50% de los hasta 1.000 reales y los 2.104,20 reales para cauda- que morían hacían testamento: Roberto J. LÓPEZ les mayores de 50.000 reales, p. 379. LÓPEZ, Oviedo, muerte y religiosidad en el siglo 9 Tales como campaneros, lavandera, llamador, XVIII (un estudio de las mentalidades colectivas). mayordomo, porteros de la catedral, receptor, sacris- Oviedo, 1985, p. 33. Para Mª José DE LA PASCUA tán, sepulturero, síndico, boticario, médico. SÁNCHEZ, Actitudes ante la muerte en el Cádiz de la 10 primera mitad del siglo XVIII. Cádiz, 1984, p. 20, Bula de difuntos; derechos entierro, honras y en Cádiz lo hacían el 32%. Sobre el año 1800 solo cabo de año; fundaciones; hábito; misas; ofrenda

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(en ocasiones incluía las cuotas por llevarla, ponerla sa a principios del siglo XVIII” Cuadernos de Histo- o cuidar dicha ofrenda); parroquia; sepultura. ria de España, V. 83, Buenos Aires, 2009, p. 254. 11 Para conocer más sobre esta interesante institu- 25 Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, “Testa- ción veáse, Santiago FRANCIA LORENZO y Pilar mentos, inventarios y cuentas de testamentaria: un ALCALDE, “Documentación problemática de una acercamiento al status socioeconómico y al estilo de serie del Archivo Diocesano. Los capellanes del nº vida de la población palentina de la primera mitad 40: Génesis y desarrollo”. Actas del II Congreso de del siglo XVIII”, Actas II Congreso de Historia de Historia de Palencia, Palencia, 1990. Arturo POLAN- Palencia, T.3, V. 1, Palencia, 1990, p. 471. CO PÉREZ, Los capellanes del nº 40. Orígenes e Ins- 26 Anastasio ALEMÁN ILLÁN, “La muerte en la titucionalización, Palencia, 2003. sociedad murciana a finales del Antiguo Régimen: 12 Aceite para alumbrar, almoneda para refrescar, Un estudio cuantitativo de testamentos”, Contrastes andas (en el mayor número de casos se debe a los Revista de Historia Moderna, V. 3-4, Murcia 1987- gastos por llevar el cuerpo, en manos principalmen- 88, p. 83. te de pobres y cofrades), cera, limosna, lutos, orna- 27 Marion REDER GADOW, Morir en Málaga. Tes- mento con el que se enterró, pan, pobres (solían ser tamentos malagueños del siglo XVIII, Málaga, 1986, del Hospicio y eran los encargados de llevar las p. 143. “achas” de luz), tapices (y colgantes que se solían 28 colocar en el patio para poner el cadáver). AHPP. Notario Ángel Gómez Ordóñez leg. 6835. 13 Sobre todo los ligados al trato de la lana, inclu- 29 yendo en este grupo un tendero, un fabricante y un Veamos el inventario de Alonso Méndez, Archi- mercader. vo Histórico Provincial Palencia (en adelante AHPP.) leg. 6508, Notario Juan Carrascal, año 14 Incluyendo agricultores y hortelanos 1760. 15 Maestro herrero, platero, albañil, cabestrero, Cuerpo de Hacienda == 2.100 reales curtidor, panadero. Deudas == 324 reales 16 En este epígrafe incluimos Procurador, Escriba- Quedan == 1.775 reales no, Corregidor, dos médicos, dos boticarios y un Sacase lo que aportó la viuda (la dote) == 437 reales militar. Quedan == 1.338 reales 17 Un canónigo y un racionero de la catedral. Repartidos entre dos toca == 669 reales 18 Eugenio LARRUGA, Memorias Políticas y Eco- Toca al 5º del alma == 133 reales y 28 maravedí- nómicas, en la edición de la Caja de Ahorros y es Monte de Piedad de Palencia, 1987, p. 286. Toca a cada uno de los 6 herederos == 89 reales 30 19 Tales como los propios del testamento, escriba- Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, “Entre la no, etc. y otros pagos a profesionales para los inven- tierra y el cielo: El precio de la salvación eterna para las tarios, tasadores, etc. familias campesinas de Sahagún en el siglo XVIII”, Estudios Humanísticos nº 2, León, 2003, p. 63. 20 Cuando se refiere a que “…existe en toda la 31 provincia un equilibrio entre población y recur- Analizando los datos, estos reflejan siete sos…, obteniendo unos índices de renta “per capita” supuestos de mujeres que invierten menos del 5% de muy semejantes….” Alberto MARCOS MARTÍN, Eco- todos sus bienes en el gasto del entierro; mientras nomía, Sociedad y Pobreza en Castilla: Palencia, que 10 de ellas se encuentran entre el 5 y el 10% de 1500-1814, Palencia, 1985, p. 97. gastos de entierro sobre el valor total de su Hacien- da; y solamente 2 mujeres destinan cantidades supe- 21 AHPP. Notario Francisco Ortega Fraile, leg. riores al 10% en su funeral sobre sus bienes totales. 7519, año 1795. 32 Para una mejor comprensión, analicemos el caso 22 Roberto J. LÓPEZ LÓPEZ, op. cit, p. 27. de Bernarda de Diego Prieto, que en el año 1764 se 23 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Los castellanos y le valora su patrimonio a través de un inventario, en la muerte: religiosidad y comportamientos colecti- 2.205 reales y 9 maravedíes. Con unas deudas valo- vos en el Antiguo Régimen, Valladolid 1995, p. 242. radas en 927 reales y 27 maravedíes (lo que supone 24 Ramón CÓZAR GUTIÉRREZ, y Francisco de Borja un 42,05% del total de los bienes). Con una liquida- CAPARRÓS RUIPÉREZ, “La muerte ante la batalla. Acti- ción del lecho en 187 reales. Al final, toca al quinto tudes religiosas y mentalidades colectivas en Alman- un total de 310 reales. Pues bien, los gastos del entie-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 162 Didio Quijada Sánchez rro ascendieron a 275 reales y 19 maravedíes, repar- 39 Manuel José de LARA RÓDENAS, La muerte tidos de la siguiente manera: 46 reales parroquia de barroca: ceremonia y sociabilidad funeral en Huel- San Lázaro (asistencia y misas); 150 reales a San va durante el siglo XVII, Huelva, 1999. Citando Francisco (por misas, asistencia y hábito); 2 reales a ejemplos sobre el coste de las honras fúnebres en las séptimas acostumbradas; 31 reales por la cera 155 reales las de Martín Alonso Cordero; y 181 rea- gastada; 6 reales a las ánimas pobres; 9 reales por las les los gastos de D. Alonso Manuel Pérez de Guz- andillas y asistencia pobres; 4 reales por 4 panes; 17 mán, en p. 320. reales derechos de sepultura; y 11 reales al sepulture- 40 Este dato inalterable en este medio siglo nos ro. A todo ello habría que añadir la ofrenda añal que hace reflexionar sobre la escasa incidencia que tení- supuso otros 165 reales con 5 maravedíes (en pan 79 an estos gastos en un sentido inflacionista. reales; en cera 83 reales y 22 maravedíes; más la bula 41 ÓNZALEZ RUZ ARA de difuntos, 2 reales y medio). Gastos que de por sí David G C y Manuel José de L ÓDENAS solos ya superarían el quinto. Y no obstante, supon- R , “Actitudes ante la muerte en los hospita- dría contando los desembolsos del entierro un les sevillanos. El Hospital de las Cinco Llagas (1700- 12,47% sobre los bienes totales; pero que si suma- 1725)”. En “La Religiosidad Popular. II Vida y LVAREZ mos a esto el añal, el porcentaje del gasto de entierro Muerte: La imaginación religiosa”. Carlos Á ANTALÓ UXÓ I EY ODRÍ sobre los bienes, estaría cercano al 20%. AHPP. S , María Jesús B R , Salvador R - GUEZ ECERRA Notario Santiago González Morante, leg. 6921. B (coords.) Barcelona, 1989. p. 293. 42 ORENZO INAR 33 El documento que hemos encontrado de la Francisco Javier L P , op. cit p.438. mujer con mayor caudal, es el de Rosa Ceano??, 43 José Manuel DE LARA RÓDENAS, op. cit, p.156. mujer de Bernardo de Soto, que en 1747 tenía una 44 Ibid. p.174. Hacienda valorada en 48.881 reales y al quinto 45 1 real, al cambio venía a valer unos 35 marave- correspondían 5.551 reales. Y que destina al entierro díes; pues en los propios documentos así lo manifies- y funeral la cantidad de 1.837 reales; lo que supone tan, como son los casos del testamento de Francisco como coste un 3,75% del valor de todos sus bienes. Prieto Alcalde y el testamento de Ramón López, AHPP. Notario Andrés Martín, leg. 7328. AHPP. notario Juan Rodríguez Bocos leg. 7870, cuan- Y si tomamos como ejemplo a la mujer de mayor do dicen que se pague por las séptimas acostumbradas gasto Inés Ruíz Doyague, en el año 1750 con un cuer- la cifra de 70 maravedíes, o dos reales. po de Hacienda de 46.485 reales y unos desembolsos 46 Las comunidades, fundamentalmente, de fran- de entierro de 2.286 reales (casi el 5%) y si incluimos ciscos y dominicos. todas las mandas incurriría en unos gastos totales de 47 3.640 reales, lo que supondría un porcentaje del Parroquia o fábrica de la catedral. 7,83% de gastos sobre los bienes totales. AHPP. Nota- 48 Pobres y otras. rio José Rebollar Pérez, leg. 7812, p. 869. 49 En este epígrafe incluimos, entre otros, llamadores, 34 La muestra estudiada es de 64 casos de hom- receptor, campanero, sacristanes, portero, sepulturero. bres, pero no hemos tenido en cuenta a uno de ellos, 50 Paños, almohadas, alpargatas, tocas, velos, etc. pues era poseedor de casi dos millones de reales, y 51 este ejemplo supondría una distorsión muy acusada Aceite, carbón, almoneda para refrescos. en este estudio. 52 Francisco Javier LORENZO PINAR, Muerte y 35 De los 63 documentos analizados 38 de ellos Ritual en la Edad Moderna: El caso de Zamora destinan menos del 5% del total de sus bienes a (1500-1800), Salamanca, p. 147. sufragar el entierro. Siendo 13 los casos en el que el 53 En Sahagún, el gasto en misas estaba en 183 porcentaje de gasto sobre los bienes totales se sitúa reales de media. Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLO- entre el 5 y el 10%. Quedando solo 9 hombres que MÉ, Entre la tierra y el cielo… op. cit, p. 65. Dato destinan a sufragar su funeral más del 10% del total casi coincidente con el aportado por Máximo GAR- de sus bienes. CÍA FERNÁNDEZ, Los castellanos y la muert.... op. cit, 36 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Herencia y patri- p. 266, cuando cifra ese gasto en 278 reales. Mien- monio... op. cit, p. 118. tras que para Valladolid este mismo autor, fija el 37 desembolso en 421 reales por otorgante, “Vida y Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, Entre la Muerte en Valladolid. Un estudio de religiosidad tierra y el cielo... op. cit, p. 64. popular y mentalidad colectiva”, en La Religiosidad 38 María José de la PASCUA SÁNCHEZ, op.cit., p. 164. Popular, p. 232 y en la segunda mitad del siglo

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XVIII en las parroquias de Valladolid centra el gasto 65 Francisco Javier LORENZO PINAR, op. cit. p. 144. en misas en la cantidad de 350 reales de media, “La 66 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, op. cit, p. 240. demanda testamentaria de misas y su significación 67 ARCÍA ERNÁNDEZ económica para el clero parroquial”, Cuadernos de Máximo G F , Los castellanos... Investigación Histórica, nº 15, 1994, p. 91. op. cit, p. 291. 68 54 Ibidem, el 90% de los testadores castellanos Veáse, Mª José DE LA PASCUA SÁNCHEZ para el solicitaban el hábito o mortaja, pg. 156. Para María caso de Cádiz y de Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, DE LA ASCUA ÁNCHEZ Los castellanos y la muerte… op. cit p. 266, donde José P S , en Cádiz el 70% men- fija los datos para los grupos populares en 128 misas cionaban la elección del hábito, y otro 22% deja la por testador, mientras que eleva el número a 755 elección del hábito en manos de otros. Actitudes ante misas para la nobleza. la muerte... op. cit, p. 111. En Zamora más del 80% hace mención a la mortaja, Francisco Javier LOREN- 55 Juan DEL ARCO MOYA, “Religiosidad popular en ZO PINAR, Muerte y ritual… op.cit, p. 158. En Jaén en Jaén durante el siglo XVIII. Actitud ante la muerte”, esta época el 68,50% de los testadores solicitaban en La Religiosidad Popular. II Vida y Muerte: La esta prenda. Juan DEL ARCO MOYA, Religiosidad imaginación religiosa. Carlos ÁLVAREZ SANTALÓ, popular en Jaén... op. cit, p. 314. En el caso de Ávila, María Jesús BUXÓ I REY, Salvador RODRÍGUEZ BECE- la gran mayoría de testadores disponen la presencia RRA (coords.) Barcelona, 1989, p. 321. del séquito fúnebre, en concreto el 88,36%, Juan C. 56 David GONZÁLEZ CRUZ, Religiosidad y ritual de BERMEJO DE LA CRUZ, Actitudes ante la muerte en el la muerte en la Huelva del siglo de la Ilustración, Ávila del siglo XVII. Ávila, 2008, p. 175. Huelva, 1993, p. 322. 69 43,2 reales es la media por este concepto en 57 Mª José DE LA PASCUA SÁNCHEZ, Vivir la muerte Sahagún, Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, op. en el Cádiz del setecientos (1675-1801), Cádiz, p. 205. cit, p. 66. 58 La Muerte barroca... op. cit, p. 348. 70 Actitudes ante la muerte en los hospitales sevi- 59 Juan MADARIAGA ORBEA, Historia Social de la llanos… op. cit, p. 288. muerte en Euskal Herria, Tafalla, 2007, p. 42. 71 Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, op. cit 60 Para Juan DEL ARCO MOYA, el 73% de los testa- 62 reales de media para Sahagún, p. 66. dores no designaban para que asistiesen a su entierro 72 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, op. cit, p. 45. congregaciones religiosas o de otro tipo, op. cit p. 73 Un 21,90% son los pobres en Oviedo que no 317. Mientras que para Mª José GARCÍA GASCÓN, el hacen testamento, porcentaje similar a los castella- 57% de los que solicitan últimas voluntades, en Ali- nos, según expresa Roberto J. LÓPEZ LOPÉZ, op. cit, cante, piden la presencia de las comunidades en su 1985. funeral. “El ritual funerario a fines de la Edad 74 Un 58% solicitan ser enterrados en iglesias en Moderna: una manifestación de la religiosidad popu- Zamora, Francisco Javier LORENZO PINAR, op. cit p. 107. lar”. En La Religiosidad Popular. II Vida y Muerte: 75 La imaginación religiosa, Álvarez Santaló, C, María Ibid. El 42% elijen los conventos como lugar de Jesús Buxó y S. Rodríguez Becerra (coords.) Barce- reposo eterno. lona, 1989, p. 338. 76 En Cádiz, se entierran en las iglesias el 36% y 61 Francisco Javier LORENZO PINAR, op. cit p. 144. en los conventos el 64%, porcentajes que no se Los sacerdotes solían cobrar por el acompañamiento daban en los siglos anteriores, según Mª José DE LA de un adulto entre 36 y 44 reales, p. 145. PASCUA SÁNCHEZ, op. cit, p. 175, y que difieren de los datos aportados para otras zonas. Según el profe- 62 DE ARA ÓDENAS José Mauel L R , op. cit, p. 143. sor Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, el 83,70% solicitan 63 El origen de esta costumbre, citando a Fernan- ser enterrados en las iglesias, mientras que el do MARTÍNEZ GIL, Muerte y sociedad en la España 16,30% restante elijen los conventos para ser ente- de los Austrias, Cuenca, 2000, p. 431 se remonta al rrados, Los castellanos y la muerte... op. cit. p. 217. libro de Tobías el cual había exhortado a su hijo a 77 Juan C. BERMEJO DE LA CRUZ, op. cit, p. 200. que ofrendase con pan y vino la tumba del justo. 78 64 A través de los siguientes ejemplos, comproba- Algo inferior a las cifras dadas para Sahagún de mos precios en diferentes lugares estudiados, así en 133,5 reales Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, el caso de Zamora, se invierten en este capítulo de op. cit, p. 65. gastos de sepultura un 8,80% sobre el gasto total del

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 139-166, ISSN 0210-7317 164 Didio Quijada Sánchez funeral, Francisco Javier LORENZO PINAR, Muerte y 90 Citado por Manuel José DE LARA RÓDENAS, La ritual... op. cit, p. 144; y en la iglesia de San Salva- muerte barroca... op. cit, p. 66. dor los precios oscilarían entre los 88 reales en la 91 Teófanes EGIDO, op. cit, p. 159. grada del altar mayor, hasta los 12 reales en el cuer- 92 po de la iglesia; en la de San Pedro y San Ildelfonso, Como el caso de Manuel Sanz Bermejo, presbí- donde estaban los restos de los patronos de la ciudad, tero de Quintanilla Valle de Trigueros, que dejó la sepultura Ad Santos valía 159 reales y 13 reales en escrito el que se diera a los pobres de Quintanilla, el séptimo y último cuerpo. ”El comercio de la muer- tres días una fanega de pan cocido. AHPP. leg. 6961, te en la Edad moderna…” op. cit, p. 439. En la Igle- Notario Mateo Guerra. sia de San Pedro en Ávila, 30 reales costaba la sepul- 93 Manuel José DE LARA RÓDENAS, La muerte tura en el cuerpo de la iglesia; en el coro 6 ducados y barroca... op. cit, al precio de 1 real por pobre de frente al altar se paga 250 reales, según Juan C. BER- limosna, a lo que habría que incluir otros gastos MEJO DE LA CRUZ, op. cit, p. 202. En Huelva en esta como ropa, comida, etc. pp. 170-172. época se pagaban 25 reales por sepultarse en la igle- 94 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Los castellanos... sia, Manuel José de LARA RÓDENAS, La muerte op. cit, p. 198, manifiesta la importancia de la pre- barroca... op. cit, p. 250. Nuestro estimado profesor sencia de los Niños Doctrinos en el cortejo fúnebre. Teófanes EGIDO en su obra “La religiosidad colectiva 95 Novissima Recopilación Título XXIX, Ley IV de los vallisoletanos”, Valladolid en el siglo XVIII. y Ley V. Historia de Valladolid Tomo V, ha elaborado los dife- 96 rentes precios de las sepulturas, desde los 11 reales de Antonio RUMEU DE ARMAS, Historia de la pre- la sepultura cercana al cancel de entrada, hasta los visión social en España. Cofradías, gremios, her- 800 reales por enterrarse junto al presbiterio, de la mandades, montepíos, Barcelona, 1981, p.126. iglesia vallisoletana de San Miguel. p. 229. 97 Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, Entre la 79 Juan Manuel BARTOLOMÉ BARTOLOMÉ, Entre la tierra y... op. cit, p. 66. tierra y... op. cit, p. 67, donde cifra 15,7 reales de 98 Ibid. p. 66, la cera supone en Sahagún una media. media de 56,5 reales 80 Ordenanzas Reales de 6-X-1751, donde se soli- 99 Jacques CHIFFOLEAU, La comptabilité de l’au- citaba que los enterramientos salieran de las iglesias. delá. Les hommes, la mort et la religión dans la Será el monarca Carlos III, cuando dispone las ins- región d’Avignon á la fin du Moyen Âge, Roma, trucciones sobre la construcción de los cementerios 1980. fuera, no solo de las iglesias, sino fuera de las ciu- 100 Manuel José DE LARA RÓDENAS, La muerte dades, por la Real Cédula dada en 1787. barroca... op. cit, p. 146. 81 ORENZO INAR Francisco Javier L P , Muerte y 101 Francisco Javier LORENZO PINAR, Muerte y ritual... op. cit, p. 210. ritual... op. cit, p. 144. 82 Michel VOVELLE, Mourir autrefois. Attitudes 102 Ibid. collectives devant la mort aux XVIIe et XVIIIe siè- 103 cles, Paris, 1974, p. 201. Mª José DE LA PASCUA SÁNCHEZ, Actitudes ante la muerte... op. cit, p.79. 83 ARCÍA ERNÁNDEZ Máximo G F , Los castellanos 104 y la muerte... op. cit, p. 154. La eucaristía era el sufragio más valorado y el 84 que mejor se aplicaba para la salvación de las almas. Francisco Javier LORENZO PINAR, Muerte y Piérre Chaunu, La mort á Paris (XVIe,XVIIe y ritual... op. cit, p. 144. XVIIIe siècles), Paris, 1978, p. 357. 85 David GONZÁLEZ CRUZ, Religiosidad y ritual... 105 Aunque existen diferencias y el clero secular op. cit, p. 231. obtuvo mayores beneficios, véase Máximo GARCÍA 86 Fernando MARTÍNEZ GIL, op. cit, p. 414. FERNÁNDEZ, Los castellanos... op. cit, pp. 276-283. 87 Teófanes EGIDO, La Religiosidad colectiva de 106 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, La demanda tes- los vallisoletanos, Valladolid, 1984, pp. 169-172. tamentaria de misas y su significación económica 88 Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Los castellanos... para el clero parroquial. Cuadernos de Investigación op. cit, p. 197. Histórica, nº 15, 1994, p. 88. 107 89 Ibid p. 202. Juan MADARIAGA ORBEA, op. cit, p. 41.

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108 Véase el apartado estudiado páginas atrás, bajo - BERMEJO DE LA CRUZ, J. C., Actitudes ante la el título de la limosna. muerte en el Ávila del siglo XVII, Ávila, 2008. 109 Julián Pinedo que pide que su cuerpo sea lle- - CAMARERO BULLÓN, C., “El vecindario de la vado por 6 hermanos de las ánimas pobres a 1 real. provincia de Palencia realizado en 1759 con datos AHPP. leg. 7870 Notario Juan Rodríguez Bocos. O del Catastro de Ensenada”. Actas II Congreso de el ejemplo de Margarita Merino, que pide que 4 Historia de Palencia. Tomo III, Diputación de pobres del hospicio lleven su cuerpo a 6 reales de Palencia, 1990. limosna. AHPP. leg. 6541, Notario Manuel Casado - CARO BAROJA, J., Las formas complejas de la Plaza. vida religiosa (siglos XVI-XVII). Madrid, Sarpe, 110 Según las respuestas del catastro de Ensenada, 1985. en Palencia había 60 pecheros pobres (240 en total - CÓZAR GUTIÉRREZ, R., y DE BORJA sin incluir viudas que solían estar también en un CAPARRÓS RUIPÉREZ, F., “La muerte ante la estado de bastante pobreza), Concepción CAMARERO batalla. Actitudes religiosas y mentalidades colec- BULLÓN, El vecindario de la provincia de Palencia tivas en Almansa a principios del siglo XVIII”. realizado en 1759 con los datos del catastro de Ense- Cuadernos de Historia de España, V. 83, Buenos nada, Actas II Congreso de Historia de Palencia, T. Aires, 2009. III, Palencia, 1990, p. 243. - CHIFFOLEAU, J., La comptabilité de l’au-delá. 111 D. Andrés Javier Vaquero, capellán, el 1 de Les hommes, la mort et la religion dans la region agosto de 1766, manifiesta que sus bienes se dividan d’Avignon à la fin du Moyen Age, L’École françai- en tres partes; una parte para misas y las obligacio- se de Rome, Roma, 1980. nes de su alma; la otra parte se reparta entre pobres, viudas, imposibilitados para el trabajo y enfermos; y - CHAUNU, P., “La mort à Paris (XVIe, XVIIe et la restante se entregue a sus hermanas que son .mon- XVIIIe siècles)”. Fayard, Paris, 1978. jas en Calabazanos. AHPP. Leg. 6640, Notario Pedro - EGIDO, T., “La Religiosidad colectiva de los valli- Cossio Mier. soletanos”, en A.A.V.V. Valladolid en el siglo XVIII, vol. V; Valladolid en el siglo XVIII, Valla- dolid, 1984. 169/172. - FRANCIA LORENZO, S., y ALCALDE, P. BIBLIOGRAFIA “Documentación problemática de una serie del - ALEMÁN ILLÁN, A, “La muerte en la sociedad Archivo Diocesano. Los capellanes del nº 40: murciana a finales del Antiguo Régimen: Un estu- Génesis y desarrollo”. Actas del II Congreso de dio cuantitativo de testamentos”. Contrastes Revis- Historia de Palencia. Diputación Provincial de ta de Historia Moderna. Universidad de Murcia, Palencia, 1990. Vol. 3-4, 1987-88. - GARCÍA FERNÁNDEZ, M., “Herencia y patri- - ARCO MOYA, J. del, “Religiosidad Popular en monio familiar en la Castilla del Antiguo Régimen Jaén durante el siglo XVIII. Actitudes ante la muer- (1650-1834)”, Historia y Sociedad nº 43, Universi- te”, en La Religiosidad popular. II Vida y Muerte: dad de Valladolid, 1995. La imaginación religiosa. Carlos Álvarez Santaló, - - Los castellanos y la muerte: religiosidad y com- UXO I EY ODRÍGUEZ ECE Mª Jesús B R y Salvador R B - portamientos colectivos en el Antiguo Régimen. RRA (Coords.) Barcelona, 1989, pp. 309-327. Junta de Castilla y León. Valladolid, 1996. - BARTALOMÉ BARTOLOMÉ, J.M., “Testamen- - “Vida y Muerte en Valladolid. Un estudio de reli- tos, inventarios y cuentas de testamentaría: un giosidad popular y mentalidad colectiva: Los testa- acercamiento al status socioeconómico y al estilo mentos”, en La Religiosidad popular. II Vida y de vida de la población palentina de la primera Muerte: La imaginación religiosa. ÁLVAREZ mitad del siglo XVIII”. Actas II Congreso de His- SANTALÓ, C., BUXO I REY, M. J., y RODRÍ- toria de Palencia, T. 3, V.1, Diputación Provincial GUEZ BECERRA, S., (Coords.) Barcelona, 1989. de Palencia, 1991. pp. 224-243. - - “Entre la tierra y el cielo: El precio de la salva- - - “La demanda testamentaria de misas y su signifi- ción eterna para las familias campesinas de Saha- cación económica para el clero parroquial”. Cua- gún en el siglo XVIII”. Estudios Humanísticos nº dernos de Investigación Histórica, Nº 15, 1994. 2, Universidad de León, 2003.

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ROCAMADOR: REVISTA DE POESÍA Y CRÍTICA (1955-1968) Marcelino García Velasco Académico Numerario

RESUMEN: Artículo escrito para fijar la vida, trayectoria literaria y avatares de la revista de poesía y crítica Rocamador, nacida en 1955 y desaparecida en 1968 y que en sus 45 números acogió poesía de muchos de los más altos poetas de su época. Estuvo dirigida por José María Fernández Nieto y Marcelino García Velasco. PALABRAS CLAVE: Eclecticismo, independencia, poesía testimonio.

ROCAMADOR: JOURNAL OF POETRY AND CRITICISM. 1955-1968 ABSTRACT: Article writing for fixing life, literary career and downs of the poetry magazine and critical Roca- mador, born in 1955 and missing in 1968 and in its 45 numbers, hosted poetry of many of the highest poets of his time. It was led by José María Fernández Nieto and Marcelino García Velasco. KEY WORDS: Eclecticism, independence, poetry, testimony.

Han transcurrido 60 años desde la salida revista, y al quedar escrito cualquier estu- del primer número de Rocamador –revista- dioso interesado podía acudir a conocerla. de poesía y crítica– la cual, por el paso des- Cierto es que tanto José María como yo piadado del tiempo, sólo estará en el recuer- habíamos hecho declaraciones a quienes nos do de quienes ayudaron a hacerla caminar, habían pedido detalles de su historia, y la mayoría, ya, por desgracia y ley de vida, andaban escritas por ahí, pero aquél, siem- desaparecidos. pre en su pensamiento, creía que era mejor Seguramente por eso, y porque de los que esa historia la contase yo por haber sido responsables principales solo quedo vivo protagonista en su vida y haber estado siem- yo, el poeta Julián Alonso me sugirió que pre a su lado, y, desde un segundo plano, debería dejar memoria escrita de los entresi- había trabajado por que la revista se convir- jos de la vida y andadura de Rocamador, ya tiera en su desarrollo como una de las mejo- que al no haberlo hecho José María Fernán- res de España pues podía ofrecer la obra de dez Nieto, que fue su director y creador de los más altos poeta españoles junto a los que la misma, era yo el que más sabía de la luchaban por llegar a ser poetas y darse a 168 Marcelino García Velasco conocer desde el papel impreso de una nuestra de posguerra, entonces su valor revista con nombre y prestigio. se acrecienta. De alguna manera las Y todo porque llegando a cierta edad, revistas poéticas fueron reflejo inmedia- uno puede desaparecer en cualquier to y convulso de la realidad en la que se momento inesperado llevándose datos e his- desarrollaron. Fueron también la voz de toria al silencio eterno. toda una generación y como ha señalado Leopoldo de Luis “una sucesiva con- Por eso, seguramente, me he puesto a quista de parcelas de libertad.” escribir cuanto de interés recuerde sobre la revista que echamos a andar en 1955. En 1955 salió el primer número de la Empiezo este ejercicio de recuerdo a una revista de poesía Rocamador. Cincuenta revista de poesía, más tarde de poesía y crí- años más tarde la Excma. Diputación de tica, que durante trece años abrió sus pági- Palencia, y por iniciativa y amparo de la Ins- nas a todos los autores de lengua castellana titución Tello Téllez de Meneses, acuerda que se llegaran a ella con sus versos o con recoger en una edición digital, los 45 núme- sus libros –45 números lo atestiguan– y que ros que aparecieron y así recordar y perpe- llevó el nombre de Palencia por lugares tuar aquel, para la provincia, acontecimien- españoles y extranjeros ya que no se limitó to literario. Su andar acaba en 1968, año en a ser una revista provinciana, aunque nació el que lanzó al mundo poético español ese y vivió en una pequeña capital de provincia. número 45 sin sospechar los que hacíamos Estoy hablando de la mayor aventura poéti- la revista que iba a ser el último. ca de Castilla y León después de la desapa- recida Espadaña. Rocamador nació cuando un Goberna- dor Civil de Palencia, Jesús López Cancio, Pongo unas palabras de Mario Paz Gon- recogió los deseos y el proyecto que habían zález quien, cuando las escribió en la revis- imaginado durante muchos días José María ta Lectura y Signo, núm. 4, León, 2009, pgs. Fernández Nieto y Marcelino García Velas- 189–90, era profesor en el IES “Los valles” co en la vieja y cariñosa rebotica de la far- de Camarzana de Tera (Zamora) y hoy en la macia del primero, corriendo con los gastos Universidad de León, que pueden aplicarse de impresión y distribución el Círculo Cul- íntegramente a la revista Rocamador duran- tural del Movimiento, pero sin que se viese, te su vida de 1955–1968, larga para una o se creyera –manifestación de dicho publicación de su género sin contar con ayu- Gobernador– que era una publicación ideo- das económicas más que en sus inicios, lógica de una doctrina política, por lo que la números 1–13, y que duró 32 más hasta revista sería libre en proponer y manifestar cumplir los 45. su criterio, siempre, claro está, “que no “La presencia de revistas de conteni- fuera en contra de los principios doctrinales do cultural o poesía en una determinada del régimen”. comunidad es reveladora de la intensa Por nombre llevaría el de Rocamador, curiosidad que embarga a los que la por su eufonía y relación con la ciudad a tra- constituyen. Cuando esa curiosidad se vés de una ermita existente entonces, ahora produce en época de penuria económica, derruida, y que recordaba a la que se alzó cultural o de libertades, como fue la

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968) 169 frente al parque de El Salón, y venida al que al principio fue desechada, nos pedía suelo cuando se derribó la muralla, entre más espacio sin quitárselo a la poesía. cuyas piedras tuvo su primer asentamiento, Quienes no conocían a fondo la cocina y que un poeta catalán, Jaime Ferrán, en una de Rocamador hablaron desde un principio conversación previa a un recital de su poesía del grupo Rocamador, como dando a enten- que dio en Palencia, nos propuso cuando le der un núcleo amplio de poetas implicado comentamos que andábamos a vueltas con en la formación de la revista.. En todo caso el nombre que habría de tener la revista de fuimos un grupito formado por tres poetas: poesía que íbamos a sacar y que ninguno de José María Fernández Nieto, Carlos Urueña los propuestos nos satisfacía para andar por y el que esto escribe. los caminos poéticos de España. José María Moro Benito en su tesis doc- Por anagrama, el pintor Rafael Oliva, toral publicada por la Diputación de Palen- encargado del diseño de la portada, imaginó cia en 1980 señala los perfiles de sus miem- poner el escudo de Palencia, redondo, como bros fijándose y señalando la importancia de un botón, cruzado por una pluma de ave, Marcelino García Velasco en la vida de símbolo de las Letras, y festonado por las Rocamador desde su nacimiento: “En estre- puntas de ocho flechas en su principio y fin, cha colaboración con Fernández Nieto creó que hacían parecer sus resaltes, casi, a una y mantuvo la llama viva de la poesía desde rueda dentada, con lo que quedaban disimu- la atalaya poética de la revista Rocamador ladas, por número y longitud, las enteras prestándole la fuerza y el impulso de su cinco flechas del oficial Círculo Cultural. juventud inquieta.” Rafael Oliva no quiso hacer ilustraciones En un principio las decisiones en la pues el Movimiento había fusilado a su selección de textos y las críticas de los libros padre, médico en Perales, y no quería cola- las tomábamos José María y yo, pues Car- borar con ellos aunque sí trazó la portada los, por aquel entonces, era demasiado clasi- por su amistad con José María Fernández cista y nosotros queríamos atraer a los poe- Nieto. Las ilustraciones las realizó Carmen tas más atrevidos, aunque no se declara en Saldaña. los editoriales, pero ya en el número 2, bajo Y así, muy ilusionados y convencidos de el concepto de eclecticismo –no se olvide que si había suerte, no iba a ser la nuestra que veníamos subvencionados por un orga- una revista más entre el casi centenar de nismo oficial– se quiere amparar la poesía ellas que por aquellos años se esparcían por de éstos. España, mecanografiadas como Alcaraván, Los dos nos encargábamos de escribir a a ciclostil, como Gévora, o a imprenta como poetas, pedir poemas y elegir y rechazar casi todas, confiábamos en hacernos un sitio entre los que nos llegaban, los cuales a entre las mejores. medida que Rocamador se consolidaba, Su formato fue el de tamaño folio y su cada vez eran más. Por eso, a partir del primer número contó con 16 págs. Que se número 6 aparezco ya como subdirector de ampliarían a 24 a partir del segundo reser- la revista hasta el fin vando dos para el editorial, y llegando a 28 En 1957 Palencia ve cómo su goberna- pues la añadida sección de crítica de libros, dor se va a Madrid a ocupar un cargo nacio-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 170 Marcelino García Velasco nal, y llega otro, nuevo, de nombre Víctor Puestos a sacarle punta a los aconteci- Fragoso del Toro. mientos y sus circunstancias, y pensando de Al poco tiempo, los tres nos presenta- una manera aviesa y perversa, llego a la mos a él, le enseñamos la revista y le habla- conclusión de que aparte de su ideología mos de nuestros proyectos y de nuestra falangista, influyó el hecho de que en la pre- pequeña, corta historia, con la intención de sentación que hicimos los tres, pesó el que continuase sufragando su coste. Accede, hecho de verse reconocido en un acto viejo, pero –venía de Valladolid y conocía la liber- realizado, de aquellos que aspiraban a dejar tad de Rocamador– reduce el presupuesto su vida “junto a los luceros” porque a la pre- pues entiende que la cantidad destinada a gunta de Carlos Urueña de “si no había mantener los cuatro números anuales de la reclutado mozos para el frente del Alto del misma “se salía de madre por demasiado León por Villagarcia, Medina y Villabrági- lujosa.” ma” contestó que sí muy orgulloso para cambiar la conversación en cuanto su inter- El “lujo” no era tal: unas cubiertas de locutor confesó: “ Yo fui uno de los jóvenes cartulina, un papel sin pretensiones y una que llevó desde Villagarcía a las cumbres serie de ilustraciones interiores sin más madrileñas”. Es que, nos comentó al salir gasto que el del cliché de reproducirlas. Se cuando le preguntamos por qué había hecho pasa entonces –número 9– al tamaño de esa pregunta, que a las claras no le gustó, cuarto prolongado, se prescinde de ilustra- contestó: “para que recordase que con los ciones interiores y dejamos la imprenta que primeros tiros que se oyeron nos dejaron componía mediante linotipia para trabajar sobre el camión que nos había llevado y con otra que lo hacía a caja y que –curiosa- desaparecieron de allí.” mente– era más barata. También tuvimos que cambiar el papel por otro de menor pre- Y fue, precisamente, en esa época de las cio y calidad. flechas en el culo cuando Rocamador apare- ció rebelde y fue castigada. La rebelión En realidad ocurría que el señor del Toro –miren ustedes qué pecado– la centraban en era falangista, poco poeta y menos político un homenaje a Juan Ramón Jiménez, pre- que su antecesor aunque estuviera en la polí- mio Nobel en el exilio y no bien visto desde tica desde hacía más de 20 años. las esferas del poder, el elogio crítico de un López Cancio nos propuso que los sím- libro de Pedro Laín Entralgo, Las cuerdas bolos, ineludibles, pasasen desapercibidos; de la lira, que había sido apartado de la cir- el señor del Toro exigió que los símbolos culación hasta el silencio por los altos orga- fueran en su máxima dimensión: las cinco nismos de la censura, y un poema mío, flechas, claras, en la contraportada y cierre “Poema para el gallo que no pudo cantar”, de cubierta. Desde el número 10, y hasta el en el que denunciaba la situación de una 13, Rocamador llevará por esos mundos de generación frustrada, condenada al silencio, Dios el símbolo falangista. Pero algún pre- al carecer de libertad de expresión como un cio había que pagar para seguir adelante gallo sin canto, que señalaba a la nacida en con aquella aventura empezada tres años los años alrededor de la guerra incivil –en el atrás. decir de Cres Sanz Ruipérez– .

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Este primer fuerte achaque que sufrió po, llevaron a la pérdida de toda subvención Rocamador en su vida, aunque no fue mor- para seguir editando la revista”. tal, se produce, ya he dicho, en 1958 con la Estas confesiones, clara una, y críptica salida del número 13. José María lo cuenta otra, se deben a los tiempos en las que fue- así en Poesía española: “Hubo un momento ron hechas La primera en 1964, la segunda en que peligró desaparecer Rocamador. Fue en 1985. Es decir, bajo libertad y bajo dicta- cuando la ayuda, por circunstancias que no dura. son al caso, desapareció”. En 1968 le vendrá la muerte, ya sí, tam- No quiso, o no se atrevió, a ser claro y lo bién desde rincones oscuros y oficiales dejó en esa nebulosa de “circunstancias que como se explicará en su momento. no son al caso”. Años más tarde –casi siempre uno se Fernando Presa sí se atreve y las explica queda en lo superficial, por fácil– estos en el trabajo “José María Fernández Nieto: números de flechas en el culo –cuatro entre medio siglo de poesía”, PITTM, 62”, y lo 45– harían mucho daño a Rocamador pues hace de una manera casi exacta a la que he desde ciertas esferas capitalinas se trató de expuesto, seguramente porque cuando lo identificarla como una revista al servicio de preparaba habló conmigo y fue fruto de un régimen político –concreta y curiosa- nuestra conversación de entonces. Fernando mente el mismo que intentó acabar con ella– Presa era hijo de una maestra de Valderas al que ni sirvió ni siguió sus consignas, y si (León), muy amiga mía por haber sido la aceptó su dinero fue porque no había otra primera compañera de oficio, maestro de manera de sacar al aire la voz de los poetas escuela, en la del Pombo, Valeriana Gonzá- de casa y la de los de fuera. Todos, sin mirar lez: “A pesar del intento de vincular la revis- a quien. Actitud que no fue correspondida ta con la ideología que significaba el nuevo en idéntica medida pues si bien Rocamador escudo impreso en ella, los artífices de aceptó a todos los poetas –véase la nómina Rocamador mantienen su postura ecléctica de ellos– algunos –pocos– que no quisieron y netamente poética. Así, en el número 8 nada con Rocamador por acordarse de esa rindieron homenaje al premio Nobel de etapa de flechas y su leyenda, más bien lec- Literatura Juan Ramón Jiménez. En el once tura, que en torpes cenáculos literarios, no realizan una elogiosa crítica del libro Las siempre progresistas aunque pregonaran cuerdas de la lira de Pedro Laín Entralgo, serlo, identificando valor y precio, sencilla- libro que había sido secuestrado y del que mente, nos confundieron. no podía hablarse públicamente por consi- Desde la perspectiva que dan 60 años, derarlo contrario al régimen. En el 12, apa- cuando esto escribo, si alguien tiene el entu- rece publicado el “Poema para el gallo que siasmo de seguir los 45 números de Roca- no pudo cantar” de Marcelino García Velas- mador –hay un dvd para facilitar la tarea– co, en que se veía la denuncia del poeta de descubrirá cuán lejos estuvo ésta del some- una generación que no podía expresarse timiento a nadie. libremente, simbolizada en ese gallo mudo. Estas circunstancias, unidas a la prevención Ocurre, sin embargo, que no se ha queri- con que desde los despachos oficiales se do separar bien, o estudiar en profundidad, veía a Rocamador desde hacía algún tiem- los editoriales de la revista del quehacer e

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 172 Marcelino García Velasco intención de la misma. Habría que haber editoriales de la revista. Presidida por un tenido en cuenta que el editorial es la opi- sincero afecto por lo que entendía como nión o manifestación de una persona, el “auténtico”, no tuvo miedo de “propagande- director, Fernández Nieto, o la de los encar- ar” a quienes –pese a sus opiniones discor- gados ocasionales, Manuel Carrión, bastan- dantes– eran los poetas más representativos tes, y yo, dos. Uno fue el titulado “Fuente- de la década de los sesenta.” aleixandre”, por más que González Presa en En su día –puesto que su libro era una el estudio citado se lo atribuye a Carrión, tesis doctoral– debió informarse mejor o leer pero está, también, publicado en “El diario con ojos más limpios, pero a veces las lega- palentino” con mi nombre, y otro en el ñas ideológicas o rencorosas no dejar ver homenaje a Rafael Melero a su muerte, que con claridad lo que hay detrás de un hecho y tienen unas convicciones determinadas y las hace que se caiga, en la ascensión persegui- manifiestan en ellos, y el espíritu de la revis- da, en aquello de que se acusa. Mal encaja la ta que admite y ensaya la discusión a la hora última afirmación de este párrafo entre las elegir los poemas que serán publicados en la primeras. ¿Buscaba disculpas? Más inteli- que el criterio dominante es el poético de gentes fueron los responsables provinciales unas personas que escriben versos y no la del régimen acusado por ella al comprobar tendencia individual de sus ideas políticas, que no seguíamos sus consignas políticas y por eso, editorial y revista, disuenan y se por lo tanto no tenían por qué sufragar los contradicen. Esta contradicción expresa y gastos de la revista. Pero de cuando Roca- prueba el eclecticismo del que siempre hizo mador pasa a ser una entidad personal, quie- gala y bandera Rocamador. ro decir, sufragada por el bolsillo de una per- Uno de los juicios más adversos , y a la sona, Fanny Rubio no dice nada. vez más injustos, sobre Rocamador llegó de Vuelvo a repetir que Rocamador no la pluma de Fanny Rubio en su libro Las constituyó un grupo, sino en ese tiempo, la revistas poéticas españolas de la postgue- reunión de tres personas y cada una con su rra. 1939–1975, Ed. Turner, Madrid 1976, criterio a la hora de juzgar, que los editoria- en el que escribe: “La revista Rocamador les no señalaban la trayectoria que seguía la cuyas contradicciones vemos a través de sus revista y que si a algún postulado se ajustó editoriales y colaboraciones, queda, contra fue al del eclecticismo y al de ser albergue lo que opinaban sus responsables, como una de poetas, sin más. revista con insignia en la solapa y escarape- No sé si Fanny Rubio estaba por aque- la en la boina, es decir, una revista doctrina- llas tertulias madrileñas en las que se afir- ria, confesional, bien definida, aunque no maba que Rocamador la hacían en Palencia excluyente. Sus editoriales rezuman el len- un farmacéutico falangista y un canónigo, guaje estereotipado y oficializado, recordan- pero si está en esa línea. do a veces el vocabulario de la primera Estafeta Literaria en el primer lustro de A esta acusación yo he respondido siem- postguerra. Sin embargo –y de ahí el interés pre que la revista la hicimos, fundamental- de la misma– no se convirtió en reducto de mente, entre dos durante mucho tiempo, y si grupo, abriendo sus páginas a quienes podí- bien Fernández Nieto era farmacéutico, an contravenir las máximas teóricas de los también es verdad que no era falangista, y

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968) 173 que yo, el otro, no formaba parte de la cle- La segunda va del 14 al 32 y la sufraga recía sino del magisterio nacional, y que José María Fernández Nieto con el dinero cuando en la tercera época, entró Manuel que obtiene de los premios poéticos que Carrión –antes sólo fue un colaborador recibía. más– tampoco llegó a canónigo, porque se La tercera, del 33 al 45, continúa siendo lo impidió un obispo, sino a cura que anda- José María el que la mantiene con alguna ba entre libros en la dirección de la Biblio- subvención más simbólica que real. teca Nacional. Estas subvenciones las recoge Pedro Siempre he creído que estas palabras de Miguel Barreda en el libro Crónicas para Fanny Rubio, resentidas, fueron motivadas un Cincuentenario, Institución Tello Téllez por la crítica que J.F. Rollán Ortíz, recién de Meneses, Palencia 2000, en el que seña- incorporado al consejo de redacción de la que en 1952, año en el que dicha Institu- Rocamador, que reseñaba en el número 43, ción consigue que la Diputación confeccio- enero de 1967, el libro Primeros poemas ne en su imprenta los ejemplares de Roca- que ella, como poeta, publicó en 1966 y que mador. Cuando se llevó el original a la transcribo a continuación: “Libro primerizo, misma del número correspondiente, el de atisbo y balbucir poético de esta jovencí- encargado nos dijo que no había fecha fija sima poetisa, que quiere serlo, como ella para su salida y que 4 números al año, tri- misma confiesa desde los versos iniciales. mestrales, estacionales, era una tarea impo- Estos son los poemas –“que regala el sible dadas las circunstancias de maquinaria AMOR a la impaciencia de mis 16 años”– y labores: diariamente el Boletín Provincial, temática amorosa, de sentimentalismo faci- la revista, cuando tocase, de la ITTM, las lón, forma inmadura, que apenas sí toca la publicaciones de Diputación y los impresos trabazón poética. Fanny Rubio ha querido propios de sus oficinas. A lo sumo, y con saberse poeta a toda costa y no ha podido dificultades, saldría un número al año. Ante esperar su justo punto. Por ello se queda en esta situación Rocamador rechazó la ayuda. un aparecer de tópico manido y expresión En 1965 vuelve la ITTM a intentar ayu- endeble.” dar a la publicación de Rocamador y acuer- Verdaderamente si alguien tenía que da una dotación de 60 pesetas por número a perdonar lo dicho a los 16 años, era ella, cambio de 150 ejemplares para que Diputa- pero lo dio a conocer antes de la publicación ción los reparta entre ayuntamientos, biblio- de su tesis doctoral, y una vez al aire de los tecas y diputados, que al tirar 500 ejempla- demás, la crítica no tiene que perdonar sino res suponían 30.000 pesetas. No sé si José objetivizar y juzgar. María aceptó este dinero porque la entrega a En los dichos 45 números se distingui- cambio de 150 números suponía casi un ter- rán tres etapas, tres épocas, decíamos noso- cio de la tirada, y, en todo caso, tal ayuda se tros. daría solamente ese año ya que en el resu- La primera se acaba en el número 13 al men detallado de la vida de la ITTM que negarnos la subvención. Fina manera de decir: relata Barreda no vuelve a hacerse mención te quedaste sin pan, pero yo no te lo quité, de la misma ni de otras. solamente que no te di para que lo compraras.

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Rocamador fue concebida como una Arroyo, entonces novia mía, hizo conmigo revista exclusivamente poética, pero pronto las fajas con las direcciones de los destina- nos dimos cuenta de que sería la crítica la tarios. Desde la dificultad que esto represen- que nos podría situar entre las mejores. Y la taba, a partir del número 33 se encargó de iniciamos, tímidamente, en el tercer número hacer el reparto Carlos Urueña, y José María para ir creciendo en cada salida. Segura- le nombró secretario, formándose, además, mente sea en la crítica donde aparece más un consejo de redacción con los integrantes viva la independencia de Rocamador hasta que componíamos la revista, o trabajábamos llegar al final. Y su muerte, como veremos para que fuera cada día más deseada, aun- más adelante, se debió a no haberse querido que estos no vivieran en Palencia, como doblegar nunca al poder y haber sido cohe- Manuel Carrión, Juan José Cuadros, Fer- rente con su verdad. Lo que no sospechaba nando Zamora y José Albi. En realidad, lo Rocamador –lo comprobó en su último que hacían era recabar poemas en las ciuda- viaje– es que el poder se cobra los desaires. des donde vivían. Rafael Oliva comenzó a La confección, o el formato de la revista hacer viñetas para cada ejemplar. fue distinta en cada época. La primera tiene A partir del número 33 la sección crítica 8 números de tamaño folio y 5 en cuarto se empezó bajo el título, tomado de Jorge mayor adaptándose el cuerpo de la poesía al Manrique, “Ni miento ni me arrepiento”, se de la crítica por ser fijo el número de pági- añadieron, intercaladas, en las 24 páginas, nas, 24 hasta el número 9, y 28 hasta el 15, en numeración romana, las secciones “La por haber aceptado la crítica de los libros solana”, en la que normalmente José María, que recibíamos –cada vez eran más los que Carrión y yo criticábamos en conversación nos llegaban– y vuelven a 24 hasta el núme- el libro más destacado entre los que nos ro 23 por aquello de la falta de ayuda eco- habían llegado, “Esta es Castiella” donde nómica, aunque en éste se incluyó un pliego incluíamos un poema clásico cuyo tema era de 4 páginas en papel de distinto color para la tierra o su historia, y “Que quede vida en completar el número de libros que habían de la muerte”, tema que saqué del escudo de ser juzgados. Y así se continúa en números Marcos Gutiérrez en Aguilar de Campoo, siguientes, pero crecen las páginas en color que recogía un poema de poeta ya muerto añadidas al cuaderno para la crítica por lo altamente valorado. El libro elegido para dicho anteriormente. En el número 26 se “La solana” fue Las piedras, de Félix Gran- une Juan José Cuadros a la labor crítica y en de y los poemas para las otras secciones el 30 Manuel Carrión. Esta segunda época correspondieron respectivamente a Antonio llega hasta el número 32 y son variables las Machado y Don Sem Tob. páginas de color y las de poesía, en algunos Se hicieron números-homenaje a se quedan en 20, y desaparezco yo como crí- Machado, Unamuno, Victorio Macho, Alei- tico porque al desplazarme a Perazancas, xandre, a la poesía argentina y antes hubo donde ocupo la plaza de maestro en la otro al poeta Rafael Melero, amigo de Roca- escuela de niños, me es difícil bajar a Palen- mador y muerto joven. cia por libros y repartir las revistas, aunque En el número 44 desaparece “La sola- algún número se distribuyó desde este pue- na” y ocupa su sitio, bajo un verso de Que- blo y en el de Becerril porque aquí Carmen

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968) 175 vedo, “Con pocos pero doctos libros jun- Florencio Martínez Ruiz, Gabriel Celaya, tos”, en el que se señala la crítica de los Dictino del Castillo–Elejabeytia, Francisco libros más importantes recibidos, ya no uno Chavarría Crespo, Teresa Barbero, Deme- solo, y de la que se encargan J.J. Cuadros, trio Castro Villacañas, Concha Lagos, José María, Carrión y García Velasco. En la Manuel Mantero, Susana March, Rafael sección de crítica, que cada día es más Millán, Mahfúd Massís, Carlos Murciano, extensa, a veces, nos ayudan Joaquín Galán Manuel Pacheco, Arcadio Pardo, Mariano y Federico Rollán Ortiz. Roldán, Carmen Conde, Generoso Medina, Durante la primera época toda la labor Leopoldo de Luis, Ramón de Garciasol, crítica fue ejercida por José María Fernán- José Luis Martín Descalzo, Gloria Fuertes, dez Nieto y por mí, salvo en el primer Matilde Lloria, Pino Ojeda, Manuel Alcán- número en que apareció, el 3, donde tam- tara, Fernando Quiñones, Jesús Delgado bién reseñó dos libros una persona ajena a la Valhondo, Angelina Gatell, Jacques Prevert, revista, pero no se repitió este camino por Antonio Fernández Molina, José Albi, peligroso al tratarse de persona ajena a Amparo Gastón, Luis Álvarez Lencero, Fer- Rocamador. Con el tiempo se nos acusó de nando Pessoa, Amancio César, Gyula Illés, dureza en los juicios. No se daban cuenta de Julio Arístides, Pierre Emmanuel, Dora Ise- que criticábamos todos los libros que nos lla Russel, José María Valverde, Kypros llegaban, sin selección previa, para evitar Chrysanthis, Ramón González Alegre, Moi- así omitir libros malos. A lo peor nuestro sés Gaspar Gómez, Rogelio Barufaldi, criterio estaba equivocado, pero preferíamos Manuel García Viñó, José Antonio Laborde- el varapalo al silencio. ta, Jesús Tomé, Antonio Murciano, Julio Alfredo Egea, Theodore Roenis. Y con ellos De la independencia de Rocamador, y los palentinos: Isaac Oliva, Carmelo García su aceptación por parte de los poetas, da una del Valle, Eusterio Buey Alario, Félix Bui- idea clara la relación de los que dejaron sus sán, Manuel Carrión, Antonio Álamo, Car- versos en ella, sin que el tinte político de los Urueña, José María Fernández Nieto y cada uno fuera motivo de aceptación ni de Marcelino García Velasco. Algunos de rechazo. Rocamador había nacido para estos, tanto palentinos como foráneos, ibe- todos los poetas, pero en la práctica, era de roamericanos o europeos, una o dos veces o difícil cumplimiento tal caso, pues, en reali- con frecuencia. dad, todos los poetas íbamos a todas las revistas, voluntariamente o por citación de En aquellos años, 1956–58, muchos de éstas. estos poetas se encontraban entre los más prestigiosos del momento o preparaban ya De la primera época los poetas más des- el salto para dejar su nombre en los manua- tacados fueron: les. Gabino–Alejandro Carriedo, Trina Mer- La segunda época, que va del número 14 cader, Manuel Arce, Pablo Neruda, Manuel al 32, es ya no solo de independencia plena, Pinillos, Rafael Laffón, María Beneyto, sino de libertad total, dentro de lo que cabía. Manuel María, Rafael Alberti, Joaquín de Es, sin embargo, la etapa de traje más pobre, Entrambasaguas, Ángel Crespo, Joaquín confeccionados por la misma imprenta de Fernández, Rafael Melero, Juan Ruiz Peña, cajistas y con el papel más barato. Pero lo

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 176 Marcelino García Velasco importante era estar en la calle, alzar la voz, gado, mejora de la portada y del papel y de dejarse oír, atraer a los poetas. Y la época de la estructura de la misma. admitir a otra gente para trabajar con los Fueron los poetas más “sonoros” que fundadores y en la que aparecen nuevos crí- colaboraron en esta época: ticos y también nuevos poetas. La siembra Rafael Laffón, Matilde Lloria, Ramón de Rocamador había dado fruto. de Garciasol, Gabino–Alejandro Carriedo, Y los poetas que se acercaron a sus José Luis Tejada, José Batlló, Julio Alfredo números fueron: Egea, Rafael Guillén, Manuel Pacheco, Vic- Vicente Aleixandre, Gabriel Celaya, torio Macho, Antonio Murciano, José Albi, Ángel Crespo, Manuel Pinillos, Susana Félix Grande, Pura Vázquez, Lázaro Santa- March, José Gerardo Manrique de Lara, na, Jesús Delgado Valhondo, Elena Andrés, Concha Lagos, Gloria Fuertes, José Agustín Pere Gimferrer, Gaspar Moisés Gómez, Goytisolo, Dora Isella Russell, Hugo Emilio Cristina Lacasa, Francisco Pino, Enrique Pedemonte, Arcadio Pardo, José Crusset, Molina Campos, María Beneyto, Carlos Rafael Melero, Kypros Chrysanthis, Teresa Bousoño, Diego Jesús Jiménez, Juan Ruiz Barbero, Joaquín Fernández, Solimán Peña, José Miguel Ullán, Vicente Aleixan- Salom, Meliano Peraile, Victoriano Crémer, dre, José Gerardo Manrique de Lara, Carlos Juan Ruiz Peña, Julio Arístides, Rogelio Murciano, Emilio Miró, Marcos Ricardo Barufaldi, Manuel Pacheco, Ángela Figuera Barnatán, Jacinto Herrero Esteban, Alfonso Aymerich, Jesús Tomé, Julio Mariscal Mon- Canales, Eduardo de la Rica, Antonio Her- tes, José Albi, Manuel Alcántara, Jesús Del- nández, José María Álvarez, Gerardo Diego, gado Valhondo, Gabino-Alejandro Carrie- Antonio Pereira, José García Nieto, Manuel do, Carlos Vélez, Manuel García Viñó, Ríos Ruiz, Luis Jiménez Martos, Leopoldo Jacinto López Gorgé, Mariano Roldán, de Luis, Aurora de Albornoz, Joaquín Caro Ramón de Garciasol, Rafael Millán, Luis Romero, Jesús Hilario Tundidor, Manuel Cernuda, Carlos Oroza, Victorio Macho, Pinillos y Manuel Mantero. José María Pemán, Rafael Laffón, Salvatore En esta tercera etapa lo más significati- Quasimodo, Félix Grande, Joaquín Buxó vo fue que a los veteranos rocamadoreños Montesinos, Joaquín Caro Romero, José se unían las voces nuevas de Fernando Miguel Ullán, José María Álvarez, Manuel Zamora, Jesús López Santamaría, Andrés Padorno, Antonio Hernández, Matilde Llo- Quintanilla, Mario Hernández, Juan Martí- ria, Juan Van–Halen, Salustiano Massó, nez Pastor, la afirmación de Juan José Cua- Antonio Pereira, José Batlló, Fernando Qui- dros y Manuel Carrión. Se habrá visto que ñones, más los poetas palentinos del princi- muchos de los poetas coinciden en las tres pio a los que se unen Manuel Carrión, Juan etapas de la revista. José Cuadros y Laurentino María Herrán. ¿Cómo se consiguió la colaboración de Como se ve hay poetas fieles de la primera tantos poetas notables? Siguiendo el proce- andadura. dimiento de todas las revistas: solicitación La tercera y última época, números 33 de originales a los grandes y pura selección, al 45, trae cambio de imprenta, no de for- por su calidad, entre los que espontánea- mato, que sigue siendo el de cuarto prolon- mente llegaban a Rocamador. Y en la terce-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968) 177 ra época, aquéllos que Juan José Cuadros éstos quise darlo a conocer se me había ade- arrancaba de sus amigos de Madrid. lantado el atrevido Jambrina y sólo en la Se echarán en falta ciertos nombres. revista claudiana Aventura pudo salir a los Algunos de ellos porque nunca supimos su ojos de los lectores, con las correcciones dirección para así enviarles la revista y caligráficas del autor incluidas, pero sin la pedirles poemas, otros, porque renunciaban condición de inédito que yo creía que con- a publicar cosas sueltas en revistas a no ser servaba. que les unieran a ellas lazos fuertes de amis- En honor a la verdad hay que reconocer tad, y, también, algunos, pocos, porque se que muchos de los juicios negativos que quedaron con la copla de las flechas en el soportó Rocamador fueron debidos a sus culo del final de la primera época. Y uno de editoriales. Fue el no estar de acuerdo con los más grandes, Claudio Rodríguez, por ellos, y no su contenido poético o crítico, lo respetar su deseo, dada su querencia a no que animó a cierta animadversión desde publicar poemas sueltos en revistas de sus algunos sectores, y que venía motivado libros en preparación porque, según su cos- desde los 4 números de las grandes flechas. tumbre, él no ponía a la luz un poema hasta Pocos, pero sí algunos, han visto que la doc- que lo consideraba perfecto y a los que daba trina editorial –vamos a llamarla así– no fue muchas vueltas. Me explicaré. Desde Ingla- asumida por la revista ni por sus miembros. terra, en su etapa de lector, me mandó un Los editoriales respondieron siempre al cri- poema y me dijo en su carta: “no lo publi- terio de quien los hacía, y aunque algunos ques de momento pues no es definitivo. Te miembros no estábamos de acuerdo con lo avisaré.” El original, en dos folios, traía que expresaban, siguiendo nuestra consigna sobre el mecanografiado correcciones de su de eclecticismo, no podíamos oponernos a puño y letra. A la espera del definitivo, su publicación. como Claudio apenas escribía cartas a Rocamador, como revista, no pretendió nadie, aunque algunas más que Francisco dar mensaje alguno, sino estar ante los poe- Brines, en frase de Vicente Aleixandre, el tas para que los poetas estuvieran con ella. poema apareció en Alianza y Condena. Pero Fue escrito en el primer número. Y en el algún día lo pensaba dar a conocer, primero, segundo se abogaba por el eclecticismo, que porque es un buen poema, segundo, porque, significa la cabida de todo tipo de poesía y aun con la condición de espera, me lo dio de poetas, siendo su tarjeta de presentación. Claudio Rodríguez para Rocamador, y ter- A lo mejor no nos expresamos bien hasta cero, porque el aparecido en Alianza y Con- el número 35, ya en 1964, en el se declaró dena sólo conserva cuatro versos del que yo ser una revista abierta a todos los poetas, tengo, aunque uno de ellos es, casi, como el absolutamente a todos, prescindiendo de que comienza el poema. Y, sobre todo, por- estilos y de ideologías. Y dispuesta a aguan- que es absolutamente diferente al de este tar el chaparrón que le pueda llover por la libro. Tal era mi deseo. crítica acerba. A lo peor, en el editorial del Pero no me fue posible hacerlo por número 2 no pudimos ser tan claros porque haber respetado con tesón –a pesar de habér- lo importante, recién salidos, para lograr melo pedido Colinas y Brines– el deseo del continuidad había que mantener la subven- poeta zamorano y cuando, convencido por

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 178 Marcelino García Velasco ción y hacer creer al patrón que la pagaba tres de poesía que a mí me gustan más: ella, que empleábamos correctamente su dinero. Ágora y Caracola, muy distintas, norte, A partir del año 58 se le recorta la sub- centro y sur, son las más representativas. Y vención porque “estábamos dando sitio a Rocamador la más briosa y juvenil.” poetas de la izquierda”. Ya en tiempos de 21–10–64. “Rocamador está hecha una López Cancio, y eso que era flexible y persona mayor en busto y estatura. Me pare- abierto, se nos había advertido de que nos ce, además, movida, vital y se ve que tenéis estábamos pasando de la raya con la inclu- reservas y energía para mucho tiempo. Ya he sión de poetas “rojos” y eso no era bueno visto que hacéis crítica de montones de para nadie. Todavía no se la retiraron total- libros. Buena carga os habéis echado enci- mente porque pudimos presentar una lista ma. Esa sección “La solana” va a ser atrac- paralela de poetas de ideas opuestas. Pero tiva con enfoques diferentes.” era ya un aviso. Esa fue la causa del cambio 18–9–65. “Veo que Rocamador sigue de tamaño, de imprenta y de la desaparición alerta y ejerciendo su verdad. ¡Que viva de las ilustraciones. Pero la independencia, mucho tiempo!” a pesar de todo, no quedó resentida aunque 17–2–68. “El poema iba a mandarlo a en el número 10 tuvimos que incluir cinco ÁLAMO pero te interpones tú y va para ti. enormes flechas en dos lugares de la revista. Que Rocamador tenga larga vida nueva.” Muchos fueron los apoyos que recibió 6–3–69. “Siento que Rocamador se inte- Rocamador a lo largo de su vida y que nos rrumpa. No digo se acabe porque no creo en ayudaron a llevarla hacia donde nosotros ese término. ¿Cuántos años lleva en el queríamos desde un principio. Muchos de mundo?” ellos quedan de manifiesto en las colabora- ciones –nuestra mejor cartelera histórica–. 23–11–69. “Ya veo que Rocamador por Otros en las cartas que recibíamos. Copio fin no reapareció, como tú temías. Mirando párrafos de cartas de Vicente Aleixandre, su historia ve uno que la revista tuvo un amigo desde el primer número hasta el últi- noble papel y que sostuvo su climax, y dio a mo, y que descubren, además de su apoyo y conocer a un grupo de poetas. Todo ello es su amistad, avatares por los que pasó la su perfil y la justifica, en la perspectiva. revista. Pocas como ella sostuvieron esa presencia.” 26–10–1958.”Me llega la magnífica Sentimientos de pesar los tenemos en continuación de Rocamador. La creía muer- escritos personales de Camilo José Cela, ta. Es una agradable sorpresa. Cuenta con Ángel Crespo y Ramón de Garciasol, como mi poema para el primer número. Me alegro figuras principales, y de otros poetas y escri- mucho de la independencia de Rocamador, tores. sin adornos, como tú dices”. (Se refiere a No me resisto a incluir la carta desde cuando se eliminan las cinco flechas al ini- Palma de Mallorca del que fuera Premio ciar la segunda época.) Nobel de Literatura, Camilo José Cela, 30–4–1960. “Tu Rocamador sigue expresando su acompañamiento en la muer- vigente y esta vez ya has metido en impren- te de “Rocamador” y su profunda rabia. ta un nuevo número. Tu revista es una de las Dice así:

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“Sr. D. Marcelino García Velasco reducto de disidencias, se convirtió en Palencia dialogante, espacioso lugar de encuentro Mi querido amigo: de buscadores de nuevas pautas de sen- No lamente la muerte, la noble muerte sibilidad. de “Rocamador”. Más vale morir con Abierta, vigorosa, batalladora, la revis- honra, como “Rocamador”, que vivir ta Rocamador tuvo el tiempo suficiente con vilipendio, como tantos. El poeta y justo para dejar marca de su indudable Marcial tiene un bello verso que dice valía, de su sentido de la flexibilidad sin que más triste que la muerte es la maera claudicaciones estéticas, de una calidad de morir. “Rocamador” murió a manos media ciertamente infrecuente.” de la peor España, aquella que se pudre Y añade: “Es claro que si algún canon hospedando al verde y turbio gusano de estético pudo presidir la casi docena de la envidia en su corazón. Ante su muer- páginas de pequeñas críticas era la más exi- te, vaya mi inútil grito de solidaridad: gente sinceridad en unos años en que otras ¡viva “Rocamador”!. firmas estaban viciadas por empalagosos Gracias por las palabras de su campesi- comentarios o por favoritismo.” na cosecha que me envía, algunas son Uno puede traer reseñas y artículos de muy bellas. Carmen Conde o de Ramón de Garciasol, Un abrazo de su compañero y amigo, tan poco servidores de la doctrina oficial, o Camilo José Cela” comentarios de Poesía española o Estafeta literaria, oficiales –y no es ésta última la de Ya me dirán si no animaban y serenaban la época a que se refería Fanny Rubio y que las palabras de quienes lo eran todo en la nosotros, por edad, no habíamos llegado a poesía y prosa españolas y que iban cami- conocer–, pero haríamos esta manifestación nando hacia el reconocimiento universal de lista interminable. con la llegada del premio Nobel. De todos modos mucha luz pueden Algunos las dejaron por escrito en artí- aportar a los estudiosos los trabajos de Jesús culos y publicaciones de todo tipo. Muy cer- Castañón y Ángeles Rodríguez Arango, tero es el juicio, por más neutral y mejor “Movimientos literarios en Palencia: conocedor de Rocamador y su independen- 1945–1975” PITTM, núm. 43, Joaquín cia, que dejó Joaquín Galán en el número 44 Galán, “Un caso insólito en nuestras letras: de PITTM. El movimiento literario Rocamador llega a “Y fue en el altiplano de Palencia donde centenario”. PITTM, núm. 62, o José María tuvo lugar uno de los movimientos lite- Moro Benito, “Poesía palentina de posgue- rarios más interesantes de la inmediata rra”, Palencia 1980. posguerra. En aquellas calendas gran De la creación o nacimiento de la revis- parte de la labor de los intelectuales se ta Rocamador recojo la opinión de Fernan- cifraban ya en el vergonzoso oficio de do Presa González en su estudio de referen- turiferarios del sistema, ya en la impo- cia, en el que se señala nacimiento, vida y tencia revanchista desde inaudibles pan- avatares de la revista. fletos. Estéril dilema. Por el contrario, Rocamador, no aspiró a ser larvado

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 180 Marcelino García Velasco

“Si en 1945 la rebotica de la farmacia de se había producido una muy notable José María Fernández Nieto sirvió de evolución. Los contactos entre ambos, escenario para el primer contacto entre ya amigos, se suceden y el entusiasmo éste y Gabino-Alejandro Carriedo, del juvenil de García Velasco contagia al cual nace, como vimos, la Peña “Nubis” maduro farmacéutico. Y entre conversa- y todas sus posteriores actividades, a ción y versos, como añoranza de aque- finales del año 1954, de nuevo esta rebo- llos tiempos felices de Nubis, tiene José tica va a ser el lugar donde tienen los María Fernández Nieto la idea de crear primeros contactos Fernández Nieto y el una nueva revista de poesía. A su expe- entonces jovencísimo Marcelino García riencia en estas lides se añadía la juven- Velasco, de los cuales iba a surgir la tud y el tiempo disponible de García nueva revista Rocamador. A finales de Velasco, dos cosas que podían ayudar a 1954 acude a esta farmacia Antonio que la idea se hiciera realidad. La pro- García, empleado de otra botica palenti- puesta de Fernández Nieto a García na y amigo, por afinidad de profesiones, Velasco fue acogida gustosa y entusias- de Fernández Nieto. El señor García tamente por éste. Un tercer nombre se cuenta al boticario que tiene un hijo con añade al grupo fundacional invitado por aficiones literarias, que escribe poemas, Fernández Nieto: y que le gustaría que tuviese una charla Carlos Urueña, amigo del boticario con él. Accede gustosamente José María desde los tiempos de Nubis. Los tres, y a los pocos días se presenta en la far- únicamente estos tres poetas, son los macia el joven poeta, Marcelino García auténticos fundadores del grupo y revis- Velasco, con un puñado de versos bajo ta Rocamador. Y señalo que sólo ellos el brazo. Hablan durante algunos minu- porque muchas son las especulaciones tos y Fernández Nieto se queda con que se han hecho al intentar exhibir la estos poemas para leerlos y darle su nómina del grupo Rocamador, añadien- impresión. Lógicamente, se encontró do una larga lista de nombres que nunca con unos trabajos de escasa calidad y de fueron integrantes del grupo, sino cola- claro adolescente. Fernández Nieto, sin boradores asiduos en la revista. Más embargo, le anima en su siguiente adelante se incorporarán, como colabo- encuentro a leer algunos libros de poesía radores de Rocamador, otros escritores en los que alimente su inquietud lírica y que en su momento se dirán, pero cuan- nutra las posibles bases de un futuro do ya la revista tiene a sus espaldas bas- poeta. César Vallejo, Federico García tantes números de existencia y un nom- Lorca y otros nombres importantes fue- bre y prestigio reconocidos.” ron estudiados por García Velasco, quien al cabo de un par de meses visita Es importante recoger palabras de José por tercera vez a Fernández Nieto, con María Fernández Nieto para saber de la un nuevo manojo de versos de su crea- importancia de Marcelino García Velasco en ción. Éste se da cuenta de que las lectu- la vida de Rocamador y que él mismo deja ras recomendadas habían abierto un en Rocamador. Segunda época. Poesía nuevo mundo en el alma del poeta y que española núms. 140–141. Madrid, 1964.

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Pág. 47, “Tuvo que venir, pues, el elemento algún número no debió de haber salido por vivificador, el empuje juvenil de Marcelino no alcanzar la altura media que ya tenía la García Velasco, la inquietud pictórica de revista, pero Rocamador era, también, una Rafael Oliva, y posteriormente, la sabiduría revista de crítica y no podía amontonar poética de Manuel Carrión para que mis libros para el silencio. El compromiso de inquietudes resucitaran sintiéndose regene- aparecer puntualmente dio lugar a ciertas radas por la nueva savia.” claudicaciones cualitativas, mas tampoco El tiempo libre que Presa presume en fueron tantas. Marcelino García Velasco es aquel que se Rocamador durante sus 45 números saca un joven de no sé dónde porque yo, que estuvo acompañada por más de un centenar había aprobado el curso preuniversitario y de revistas de poesía que crecían desde cual- no tenía posibles para ir a la Universidad a quier punto de España. Alunas nacían y estudiar Letras, cursaba Magisterio y traba- morían al poco tiempo. Rocamador quiso jaba en la Biblioteca Pública que tenía espa- ser duradera, y lo intentó, y eso sólo era cio en la Diputación Provincial. posible desde la independencia y la calidad. El primer achaque que sufrió Rocama- Sólo Caracola, Ágora, Verbo, Poesía espa- dor en su vida, aunque no fue mortal, se pro- ñola, Álamo, y Rocamador lo consiguieron. dujo en 1958 con la salida del número 13. Por tener difusión nacional, dio a cono- José María lo cuenta así en Poesía españo- cer a dos grandes poetas. Uno, que venía la: “Hubo un momento en que peligró desa- siéndolo desde el silencio y el desconoci- parecer Rocamador. Fue cuando la ayuda, miento como un niño perdido del 27, Fran- por circunstancias que no son al caso, desa- cisco Pino. Y otro, que irrumpiría fuerte pareció” desde sus primeros poemas en ella. Cercano Todos los números de la revista se prepa- el primero, de Valladolid, lejano el segundo, raron en el despacho de la casa-chalet de de Barcelona. José María Fernández Nieto, sólo a partir del Junto a ellos la relación de poetas consa- número 33 los poetas Manuel Carrión y Juan grados, o por consagrar en el futuro, es lo José Cuadros, desde Madrid, intervinieron suficientemente extensa como para afirmar en la formación y, en cierta medida, en el cri- la importancia y estima de la revista. Y, a su terio de selección de poemas mandando los manera, los palentinos y tantos poetas meno- que conseguían allí de calidad, pero los últi- res que siempre sirvieron para engrandecer a mos cuidados salían siempre de las dos per- los más grandes, valga la redundancia. sonas que hasta este número preparaban la Rocamador murió, precisamente, en el revistas: el director y el subdirector. momento en que era más pujante su presen- Rocamador fue una revista seria, com- cia y más necesaria, no por cansancio, ni por prometida solamente con la poesía. Tuvo a incomprensión, sino como consecuencia de gala estar siempre en la cita del tiempo una muy tramada venganza gestada a raíz sacando su número en cada trimestre, salvo del fallo del II Premio Rocamador de Poe- en el período entre la 1ª y la 2ª épocas por sía, para el que se había conseguido una causas ajenas a su voluntad y que ya se han subvención de alguna secretaría de Ministe- explicado. A lo mejor –visto desde hoy– rio de Información y Turismo. En corres-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 182 Marcelino García Velasco pondencia formarían parte del jurado: Fede- menos patrimonio y libros de cuentas adu- rico Muelas, poeta y funcionario del Minis- ciendo ser una revista con muy pocos sus- terio, y el jefe de la secretaría, señor Robles criptores, que prácticamente se regalaba y Piquer, político y cuñado del ministro, señor que era sufragada por un señor particular, Fraga Iribarne. Ambos dispuestos, qué lo José María Fernández Nieto, sin ánimo de vamos a hacer, a convencer a los provincia- lucro y por vocación de divulgación poética. nitos de que el gran libro participante era el No valieron nuestros argumentos pues, que ellos habían escogido. Vista la inten- aunque se tomaban en cuenta, deberíamos ción, y no compartida por los otros miem- inscribir el nombre Rocamador en el regis- bros del jurado, que eran de la revista, el tro del Ministerio de Industria, señalándo- premio recayó en el de otro poeta, porque nos –clara amenaza– que hasta que no con- tampoco ganó el que nosotros habíamos ele- tásemos con la aprobación del mismo la gido, alzándose con el galardón un tercero aparición de la revista sería considerada en discordia, Tierra de conejos, de Jacinto como publicación clandestina, con sanción Herrero Esteban. –no recuerdo si desde o hasta– 250.000 Allí acabó la continuidad del premio pesetas y cárcel a su director. pues ya no se consiguió subvención cuando Iniciamos los trámites de inscripción y se quiso preparar el tercero. Y el haber cumplimos con el primer requisito: exposi- seguido adelante con los faroles, significaba ción del nombre Rocamador en el tablero de cargar más peso económico en el sacrificio solicitudes por si alguna empresa o persona que soportaba José María Fernández Nieto. con titulación registrada se oponía al nues- Esto ocurría en 1965. Pero el encontro- tro por las razones que expondría al caso. El nazo final tuvo lugar después, como conse- tiempo de exposición era de tres meses. cuencias de un congreso literario celebrado Acabado el plazo se nos comunicó que en San Sebastián donde José María Fernán- nuestro nombre había sido impugnado por dez Nieto defendió en una ponencia unos el laboratorio Rocador, por parecido fónico. criterios sobre subvenciones y apoyos a la Solicitamos de dicho laboratorio el levanta- labor creativa y divulgadora no sólo ajenos miento de la impugnación informando de lo al sentir oficial, sino totalmente opuestos. que había detrás de nuestro nombre: una Al poco tiempo, desde el Ministerio de revista de poesía, una ermita y una virgen. Información y Turismo, se pidieron a Roca- Aceptó, previa firma de una declaración mador los requisitos legales que se exigían a jurada por nosotros en la que Rocamador se las revistas profesionales y vendibles, como comprometía a no vender nunca el nombre a por entonces, eran Hola, Gaceta ilustrada o una empresa farmacéutica, ni convertirse en Triunfo, por ejemplo: inscripción en el una publicación farmacéutica o industria de registro de publicaciones, autorización de tal signo. Aquella declaración jurada la salida, profesionalidad periodística del firmé yo como subdirector de la revista pues director responsable a efectos de salida, José María era farmacéutico y si tal condi- libros de cuentas, patrimonio y no sé cuán- ción se descubría a lo peor no era aceptada. tos papeles más. Se respondió afirmativa- Recibido el placet, es decir, la retirada de mente con lo que se tenía, que era todo la impugnación por parte del laboratorio, y

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 167-183, ISSN 0210-7317 Rocamador: Revista de poesía y crítica (1955-1968) 183 enviado al Ministerio de Industria a su regis- Turismo y su corte, y la entrada de uno tro de nombres y marcas, y al Ministerio de nuevo –no sé si León Herrera o Sánchez Información y Turismo, la contestación de Bella, cito de memoria– un buen día se reci- éste incluía el llevar de nuevo el nombre be en Rocamador autorización para salir a la Rocamador al tablero de impugnaciones por calle. otros tres meses. Nunca entendimos el por- Habían pasado casi tres años, el silencio qué de esta decisión ministerial pues si nos había sido absoluto, Rocamador, como había impugnado una sola empresa y luego revista de poesía y crítica había sido olvida- había levantado la impugnación, ¿a qué, otra da, las imprentas se habían encarecido de tal vez, figurar en dicho tablero? Así se lo hici- manera que era imposible mantener la mos saber al Ministerio. publicación a costa de un bolsillo particular Y a partir de ahí, sólo el silencio admi- y, por otra parte, se nos habían quitado las nistrativo fue la respuesta por lo que al care- ganas y habíamos dado por muerta, sin cer de nombre registrado y mantenerse por esquela de defunción, la revista en el núme- tanto la consideración de publicación clan- ro 45. destina, la salida de la revista Rocamador Era el año 1968. Bromas aparte, sigo estaba negada. preguntándome si aquellos políticos de ¿Por qué no se exigió el registro de nom- entonces, clarividentes siempre y en todo, bre a la colección Rocamador de libros de ¿no pensarían que Rocamador podría con- poesía, si el nombre y el director eran los vertirse por su peligrosidad, en un trampolín mismos que los de la revista? ¿Fue un des- desde el que continuar el europeo mayo del piste o negligencia? ¿Por qué ninguna de las 68 que, “gracias a Dios”, no había entrado revistas de poesía que salían en aquellos en España, siempre centinela de Occidente? momentos fue sometida a cumplir tales Pero nunca los versos levantaron ado- requisitos? quines y, además, en Palencia todos habían Todo quedó claro para nosotros cuando, sido tapados o sustituidos por asfalto. a la caída del ministro de Información y

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BIBLIOGRAFÍA

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cultades de distinto jaez, como el materialis- ANTONIO CABEZA RODRÍGUEZ mo y el escepticismo. (Coord.), De camino a la Corte. Mariana de Antonio Cabeza Rodríguez, coordinador San José y la fundación en Palencia de las del libro, dedica un trabajo magistral a la Agustinas Recoletas. Institución Tello Té- historia de la fundación: Mariana de San llez de Meneses y Diputación de Palencia, José y la fundación de las Agustinas Reco- Palencia, 2013, 173 p.+ 37 láminas. letas de Palencia (pp. 13-103). El profesor Cabeza conoce como nadie la historia reli- giosa de Palencia en la edad moderna, como Un convento de clausura es una institu- lo demuestran su monografía Clérigos y ción de gran importancia en la historia de las Señores y su colaboración en la Historia de viejas ciudades, pues en él confluyen las las Diócesis españolas. La historia fundacio- clases sociales, el mundo femenino, la espi- nal que escribe en estas páginas es un traba- ritualidad, el arte y la economía. El conven- jo modélico. Sobre una documentación de to de las Agustinas Recoletas de Palencia ha primera mano, finamente analizada, cons- cumplido en 2010 su cuarto centenario, que truye con buen etilo un relato minucioso de se ha celebrado con la restauración del edi- los sucesos, perfectamente encajados en el ficio y la publicación del libro que presenta- entramado religioso de la ciudad. Las foto- mos, en el que han colaborado cuatro auto- grafías en blanco y negro ayudan a entender res. Es una obra de calidad, que ilumina la el contenido del artículo. historia de Palencia en el siglo XVII. La historia de los hechos tiene, lógica- El libro comienza con un artículo intro- mente, unos actores. Los orígenes del con- ductorio de la priora del convento, Sor vento tienen dos protagonistas dotados de Honorina Presa Ordóñez: Mariana de San gran personalidad: la fundadora, Mariana de José en Palencia, una luz en el siglo de hie- San José, y el fundador, don Pedro de Rei- rro (pp. 5-11). La priora presenta a los tres noso, señor de Autillo. Don Pedro es una autores que, desde su especialidad, se ocu- figura singular. Fue un noble renacentista pan de la historia fundacional, la espirituali- que, al enviudar, se hizo sacerdote. Don dad de Mariana y el arte del convento. El Pedro no aparece en solitario, sino vincula- libro no hace la historia continuada de los do al clan de los Reinoso: su tío don Fran- cuatrocientos años del convento, sino que se cisco, Abad de Husillos y obispo de Córdo- centra en los años fundacionales, cuyo espí- ba, su primo don Jerónimo, canónigo carita- ritu se ha prolongado hasta hoy. Fueron años tivo y reformador, y sus hijas, María y Anto- difíciles los de la primera década del siglo nia, monjas bernardas en Valladolid. El XVII, en los que la fundadora, Mariana de autor explica muy bien las relaciones de San José, tuvo que superar muchas dificul- estos personajes con el convento de las tades por la pobreza de los tiempos y las agustinas. Don Francisco es el pre-fundador, reticencias de un grupo dominante. Sor pues deja a Pedro la gran casa que compró Honorina califica los tiempos fundacionales al cabildo en 1574 con 8.000 ducados para como “años de hierro” y los compara con que los aplicara a una obra pía. Don Jeróni- los actuales, en los que hay que superar difi- mo habitó en aquella casa y la amplió y reformó pensando en un posible convento. 188 Bibliografía

Las hijas bernardas de don Pedro, que al fundación del convento de las agustinas se principio no parecían encontrarse a gusto en retrasaran cuatro años, desde 1604 (bula Valladolid, suscitaron en su padre el deseo aprobatoria del papa Paulo V) hasta el 8 de de fundar un convento en Palencia, que al septiembre de 1610 (llegada de las religio- fin no fue de bernardas sino de agustinas. A sas). Entre tanto se van obteniendo los pri- estos protagonistas de la familia Reinoso meros permisos del ayuntamiento, cabildo y habría que añadir el obispo Felipe de Tassis. obispo (septiembre de 1608) y la segunda La fundación del convento tuvo también escritura de donación (13 de enero de 1609). sus antagonistas, si queremos llamar así a Surgen después las dificultades del cabildo los opositores. En este caso se trata de un antes aludidas. Entonces la Madre Mariana grupo social muy poderoso en la ciudad: el actúa con gran inteligencia buscando media- cabildo catedralicio, párroco universal sin dores influyentes. Solicita y obtiene licencia cuya aprobación no podía progresar ninguna del Consejo Real (28 de agosto de 1609) y fundación religiosa. La pobreza de la ciu- recibe autorización del obispo de Palencia dad, en tiempos de carestía y malas cose- para tomar posesión de los bienes donados chas, fue una dificultad secundaria, compa- por don Pedro (16 de diciembre de 1609). El rada con las reticencias del cabildo, que se apoyo que recibió de personas influyentes resistía a conceder el permiso, y, una vez como Rodrigo Calderón y el duque de dado, imponía nuevas exigencias. El autor Lerma, la estima de la reina Margarita y la explica la oposición de los capitulares en influencia de otras amistades hicieron que, razones de prestigio. Era una cuestión de al fin, el cabildo aceptara la fundación del honra: “evitar otros protagonismos” del convento (acuerdo de 28 de agosto y capitu- ayuntamiento o el obispo. A lo que se añadía laciones de 3 de septiembre de 1610). Desde la resistencia a aceptar las reformas del clero entonces el cabildo cambió de actitud y aco- aconsejadas por el Concilio de Trento y gió con agrado a las agustinas. fomentadas por los Reinoso. Les parecía La llegada de las agustinas a Palencia que un convento próximo a la catedral y a “en plena concordia”, es narrada con todo sus viviendas no era deseable ni honroso: detalle en la Autobiografía de Mariana. En “pesaba también en el ánimo de los canóni- el libro se añaden nuevos datos de este viaje gos la ‘desautoridad’ que suponía para la glorioso, de dos jornadas, desde Valladolid, Catedral tener un convento tan próximo, en pasando por iglesias y santuarios marianos una parte de la ciudad, tradicionalmente (Cigales, Ampudia, Alconada, Allende el identificada con el Cabildo por el gran Río). El 8 de septiembre por la tarde la número de edificios que llevaban su escu- comitiva entró en la catedral atestada de do” (p. 48). Esta última razón es la que gente y al anochecer las monjas llegaron a la había impedido que Santa Teresa se instala- casa preparada en la calle del Cuervo. ra en la casa que le ofreció don Francisco de El autor completa el relato fundacional Reinoso en 1580, y la que había obligado a haciendo la historia de la casa transformada los monjes basilios a trasladar su convento a en convento, con las obras de adaptación a otro lugar en 1595. su nuevo destino. Los inicios de la vida con- Las dificultades surgidas de este equili- ventual no fueron fáciles. Las monjas se brio de poderes explican que los planes de sentían muy aisladas y muy necesitadas de

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 Bibliografía 189 bienes materiales, que Mariana pedía a las Mariana tuvo rasgos comunes con Teresa, agustinas de Valladolid, que respondían pues fue fundadora de conventos, agraciada generosamente, mientras recibían buenos con dones místicos y escritora de su propia consejos de la Madre. La estancia de Maria- vida y de otras obras espirituales. La funda- na en Palencia duró solo cuatro meses. El 6 ción de las carmelitas en Palencia por Tere- de enero de 1611 marchó a Valladolid, para sa en 1580 tiene puntos de contacto con la continuar desde allí su viaje a Madrid, fundación de las agustinas por Mariana donde la reina la llamaba para dirigir el con- treinta años más tarde. Lo más llamativo es vento de Santa Isabel y la fundación poste- que don Francisco de Reinoso ofreció a rior del convento recoleto de la Encarna- Teresa la casa que más tarde será convento ción. La breve estancia de Mariana en de agustinas. Lo que no consiguió Santa Palencia justifica el título del libro: De Teresa (por la cercanía de la catedral) lo camino a la Corte. logró Mariana. Las dos fundadoras estuvie- El último capítulo nos habla de la pre- ron en Palencia poco tiempo, el necesario sencia de la Madre ausente: “consolidación para fundar (si bien Teresa volvió a Palencia de la comunidad bajo el espíritu de la fun- en otras dos ocasiones). Las dos encontraron dadora”. Basado en los datos de la Memoria apoyo en los Reinoso y fueron bien recibi- de las religiosas que han muerto en este das por el pueblo palentino. Una y otra con- convento, el autor nos ofrece la semblanza taron el relato de la fundación en Palencia: de las monjas fundadoras, personas sencillas Teresa en el Libro de las Fundaciones, y y virtuosas, entre las que se destaca la her- Mariana en la Autobiografía. mana Petronila de San Lorenzo, natural de Hubo también algunas diferencias. Tere- Osorno, que murió con fama de santidad. sa llegó a Palencia con disimulo y de tapa- Entre las muchas las aportaciones del dillo. Mariana entró en procesión rodeada profesor Cabeza en este trabajo hay que des- de multitudes. Mariana se instaló en Palen- tacar el mejor conocimiento de la personali- cia con la casa puesta, que permanece como dad de Mariana de San José y los nuevos convento hasta hoy. Teresa tuvo que buscar datos sobre la lucha de influencias de las éli- y regatear para encontrar una casa junto a la tes palentinas con el protagonismo del cabil- ermita de la Virgen de la Calle, casa que no do catedralicio. En relación con ello el autor perduró como convento carmelitano, pues plantea interesantes referencias a Santa se trasladó a otro lugar diez años más tarde. Teresa, que nos permiten establecer algunas La ciudad conservó el recuerdo de Santa comparaciones. Teresa, correspondiendo a los grandes elo- gios que ésta le prodigó. De la Madre Mariana de San José era muy devota de Mariana no quedó tanto recuerdo popular. Santa Teresa, a la que conoció en Alba de Por eso es un acto de justicia la publicación Tormes, siendo niña de cuatro años. Precisa- de este libro, que la rescata del olvido. mente se encomendó a ella (antes de que fuera beatificada) para que le ayudara en la El retrato interior de la Madre Mariana fundación de Palencia, y atribuyó a su inter- se nos ofrece en la colaboración de Fr. Enri- cesión la segunda aprobación de los canó- que A. Eguiarte Bendímez OAR, Esbozo nigos del 28 de agosto de 1610 (p. 49). espiritual de la Madre Mariana de San José, fundadora de las Agustinas Recoletas (pp.

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105-150). El autor comienza realzando la los autores del XIX (Quadrado y Becerro) y importancia de Mariana como reformadora en el catálogo de monumentos de 1946. En y escritora mística. Después de hacer una los últimos años del siglo XX las referencias breve semblanza de su vida el autor concen- son parciales, pues no mencionan las obras tra su artículo exclusivamente en los rasgos situadas dentro de la clausura. Rafael Martí- de oración de la fundadora, tal como se nez recorre en esta ocasión el patrimonio manifiestan en su Autobiografía. El P. artístico del convento en su totalidad. Es un Eguiarte destaca los siguientes rasgos en la elenco exhaustivo, que abarca toda clase de oración de la Madre Mariana. El tema pre- cuadros, imágenes y objetos que se encuen- ferente de su oración se centraba en la tran en las paredes, pasillo y estancias del pasión de Cristo. La oración consistía para convento. Las obras de arte se describen con Mariana en sentir la presencia de Dios y sobria precisión, con los tecnicismos propios acompañar a Cristo. Las experiencias extra- de los historiadores. Las obras más preciosas ordinarias de la oración y contemplación, tal se reproducen con nitidez en las láminas en como ella nos relata en su vida, la llenaban color al final del libro, obtenidas por el autor de paz y alegría y la impulsaban a la caridad del texto. Es una delicia completar la des- fraterna. Encontraba en la Virgen María una cripción de los altares, imágenes y platería maestra de oración. La imagen que más uti- con la vista de las láminas. lizaba para hablar de la oración era la de la El recorrido tiene tres partes: la iglesia, barca sin remos, que se deja llevar abando- la clausura y las piezas de orfebrería. Se nándose en el amor de Dios. Las considera- empieza por la iglesia. La traza del templo ciones del autor sobre estos temas se confir- actual, que sustituyó al anterior, se debe a man con citas textuales de la Autobiografía, Andrés de la Sierra y Felipe Berrojo. La pri- que descubren sus dones místicos, visiones mera piedra se colocó en 1693. La obra duró y locuciones divinas, y nos ayudan a com- tres años. Se nos dan los nombres de los prender la ardiente espiritualidad de la canteros y de los que trabajaron las yeserías, época. vidrieras, hierros, rejas y embaldosados. El El último capítulo del libro es obra de autor describe con todo detalle el altar Rafael Martínez: El patrimonio artístico del mayor, identifica las imágenes y designa las Convento de Agustinas Recoletas de Palen- fechas y autores. Sigue con los altares late- cia (pp. 151-173, con 37 láminas a todo rales. Se detiene en los retratos orantes de color). Ha sido un acierto coronar el libro Francisco de Reinoso y San Pío V. El reco- con la reseña las obras de arte custodiadas rrido continúa por el coro alto con su órga- en el convento, analizadas por el mejor no barroco; y por el coro bajo, donde hay especialista en la materia. obras de arte importantes, como el Cristo Entre los méritos de su trabajo podemos vestido de sacerdote según la visión de destacar su novedad, exhaustividad, tecnicis- Marina Escobar. En la sacristía hay también mo y visualización. En primer lugar, la nove- bastantes cuadros, algunos de mérito. dad. La mayor parte de las obras de arte rese- Las obras de arte del interior de la clau- ñadas son un verdadero descubrimiento, pues sura se reparten en sucesivas estancias. En eran poco y mal conocidas. El convento de la planta baja están la sala del De profundis, agustinas recoletas apenas es mencionado en la sala capitular y el refectorio. En el piso

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 Bibliografía 191 superior se recorren los pasillos de los dos SEGUNDO FERNÁNDEZ MORATE, De patios. El recorrido concluye con el novicia- las Escuelas Anejas de Magisterio al CEIP do, la biblioteca y el archivo. Entre los Tello Téllez de Meneses (1861-2014). Edu- numerosas obras de arte reseñadas, el autor cando desde 1861. En el 50 aniversario de destaca las más importantes bajo el punto de las Escuelas Anejas del barrio de San Anto- vista artístico, como el Cristo yacente de nio-“La Carcavilla”. 1963-1964/2013-2014. Alejo de Vahía, las que tienen significado Edita CEIP Tello Téllez de Meneses, Palen- devocional como las imágenes de vestir del cia 2014. Niño Jesús, las que despiertan interés icono- gráfico, como los anagramas de Jesús y de Se juntan en este libro una serie de his- María, o las que son testimonios históricos, torias articuladas de manera concéntrica y como el retrato de la Madre Mariana en el piramidal. Es una historia concéntrica, por- refectorio y una imagen de la Virgen de la que tiene su núcleo en unos centros educati- Calle en su camarín, tal como se veneraba vos que no quedan aislados, pues en torno a en el siglo XVIII. ellos se hace la historia de un barrio palenti- La colección de plata del convento es no, que se amplía con referencias históricas notable por su cantidad y calidad. Desde el a Palencia y a España. siglo XVI hasta 1850 hay ejemplares de Sobre esta base se edifica la historia de todo tipo: jarras, fuentes, crucifijos, custo- varios centros educativos. En la punta de esa dias, incensarios, navetas, portaviáticos, historia permanece hoy el CEIP (Colegio de cálices, copones, vinajeras, acetres, campa- Educación Infantil y Primaria) Tello Téllez nillas, aguamaniles, bandejas, etc. Cada de Meneses. Este centro estuvo relacionado pieza se describe con indicación de sus pun- anteriormente con otras instituciones, como zones, marcas y dimensiones. Las más inte- la Escuela Normal (que se convertirá con el resantes son las donaciones fundacionales, tiempo en Escuela Universitaria de Profeso- entre las que destacan la jarra y salvilla del res) y la escuela femenina aneja a la Nor- obispo Reinoso, pues llevan su escudo. La mal, que durante unos años se denominará conservación de este legado artístico, con María de Molina. Para entender el adelgaza- fines litúrgicos y devocionales, durante 400 miento de la pirámide es preciso desandar años es un testimonio de fidelidad a los ide- esta historia, tomando como puntos de refe- ales religiosos de las agustinas recoletas. rencia las fechas claves de 1861, 1963, 1975 y 1988. Manuel Revuelta González En 1861se funda la Escuela Normal de Palencia, que recibe como Anejas (para las prácticas de los alumnos de Magisterio) a dos escuelas, una de niños y otra de niñas. Por esa razón se denominan Escuela Prácti- ca Graduada de la Normal (para maestros y para maestras). La Escuela Normal estaba ubicada en el Instituto Viejo (calle Salvino Sierra, junto a Puentecillas). De 1930 a

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1963 la escuela aneja de niños formó el consiste en el uso de la documentación obte- Grupo Escolar Alonso Berruguete, junto a nida en el archivo del CEIP y en el archivo los Jardinillos de la Estación. Entre tanto, municipal. El archivo del colegio guarda funcionaba con total independencia la documentos muy importantes de los centros Escuela Aneja Femenina. escolares que le precedieron desde media- En 1963 tanto la Normal como las Ane- dos del XIX. Los registros de las órdenes jas se trasladaron a nuevos edificios cons- recibidas del ministerio o de la dirección truidos en el barrio de la Carcavilla o de San provincial, las memorias de los cursos esco- Antonio. Esta fecha es, por tanto, la que lares, los libros de actas de las escuelas y de marca el cincuentenario que acaba de cele- las juntas de sus maestros y maestras han brarse. proporcionado al autor multitud de datos que recrean perfectamente los problemas, En 1975 las dos escuelas, que funciona- planes e iniciativas en el campo de la ense- ban de manera autónoma, solicitaron el ñanza elemental. Ha utilizado también siete cambio de nombre, que les fue concedido. revistas escolares, algunas ciclostiladas, en Desde entonces la escuela aneja de niñas las que se refleja la vida de las escuelas. Hay recibe el nombre de María de Molina, y la que añadir, entre los méritos del autor, su de niños, el de Tello Téllez de Meneses. vocación educativa manifiesta, su cercanía Desde 1988 los dos colegios públicos se al barrio de San Antonio y su sentido profe- funden en un solo centro, bajo el nombre sional y colectivo. Los protagonistas de esta único de Tello Téllez de Meneses. La Escue- historia son los maestros y maestras, cuyos la Universitaria se había trasladado ese nombres se citan con cariño y respeto, y de curso a otro emplazamiento, de modo que el los que se nos ofrece al final el listado com- edificio quedó para uso exclusivo de prees- pleto de sus nombres y del personal laboral colar y enseñanza primaria. En 1996, el cen- (pp. 247-253). tro se denomina Colegio de Educación El argumento del libro gira en torno dos Infantil y Primaria, que persiste hasta hoy. ejes: la formación de los maestros en la Este libro nos ofrece la historia escolar Escuela Normal o en la Escuela Universita- de los centros educativos mencionados; ria de Palencia, y la enseñanza elemental o pero añade la historia de su entorno en la primaria desarrollada en las escuelas anejas. ciudad y en el barrio. El autor del libro, don No podemos dar cuenta de los pormenores Segundo Fernández Morate, es director del de esta doble historia, que se enfoca, con CEIP desde el año 2011; conoce, por tanto, acierto, desde dos planos: el nacional y el de manera directa, el funcionamiento del local. El marco nacional es imprescindible, centro escolar en todos sus detalles. Es, ade- pues condiciona todas las actividades pro- más, un experto en la historia de la educa- vinciales y locales. En el libro se van expli- ción y en la legislación escolar. No ha pre- cando las sucesivas normativas legales que tendido escribir un libro con los requisitos condicionan los cambios administrativos y científicos convencionales (no utiliza, por pedagógicos de los centros de enseñanza. La ejemplo, notas a pie de página), pero cono- ley Moyano fue el soporte básico durante ce la bibliografía adecuada para explicar el más de un siglo. Tuvieron también especial contexto de los sucesos. El mayor mérito importancia la ley de libertad de enseñanza

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 Bibliografía 193 de la revolución de 1868, las reformas edu- nius). También se alude con frecuencia a cativas de la segunda República (que desa- otros centros escolares públicos y privados rrolla las colonias infantiles y las misiones de Palencia. pedagógicas), la larga postguerra y su nacio- No faltan comentarios de carácter socio- nalcatolicismo con el plan de bachillerato de lógico. Los maestros del siglo XIX solían Sáinz Rodríguez de 1938 y la ley de ense- cobrar poco, tarde y mal. Y la situación de las ñanza primaria de 1945, y el nuevo plan de escuelas era calamitosa. Tres años antes de estudios del Magisterio de 1967. La Ley construir el grupo escolar de La Puebla en General de Educación de 1970 impuso 1897, el arquitecto Agapito Revilla escribía novedades transcendentales, pues afectó a que “no pueden ser peores los locales desti- todos los grados de enseñanza. El artículo nados a la enseñanza pública: en un espacio 27 de la Constitución de 1978, aseguró el reducido y de poca altura, con luces mal derecho a la educación y confirmó la EGB situadas y peor ventilación, se amontonan los obligatoria y gratuita. A partir de entonces niños que respiran sus propias emanaciones, se han sucedido las diversas leyes educati- y salen de tales recintos sofocados y nervio- vas, a tono con los partidos en el poder: sos a causa de la atmósfera viciada en que se LOECE (1980), LODE (1985), LOGSE ha movido y torturado su inteligencia” (p. (1990, con límite de alumnos por aula y for- 27). Cuando se comparan los colegios actua- mación de consejos escolares), LOPEGCE les con aquellas escuelas, se constata, afortu- (1995), LOCE (2002), LOE de Zapatero nadamente, que no es verdad que “cualquiera (2006), LOEMCE (diciembre de 2013). tiempo pasado fue mejor”. Al socaire de estas normas legales apa- El trasfondo político se percibe también recen los cambios y novedades que el libro en el transcurso del relato. Acaso lo más puntualiza con todo detalle tanto en la Nor- impactante en este aspecto es la dureza de la mal como en las escuelas. Se nos dan las represión, al principio de la guerra civil, cifras del alumnado, el número de profeso- contra los maestros republicanos. En la pro- res, los presupuestos y los gastos. Se men- vincia fueron asesinados 18 docentes, entre cionan los equipos dirigentes, las delibera- ellos el director de la Escuela Normal, ciones de las juntas, los cambios de ubica- Daniel González Linacero. Este tema ha ción de los centros escolares, la construc- sido estudiado a fondo en el bien documen- ción de los nuevos edificios y sus sucesivas tado libro de Eufemio Lorenzo Sanz, Repre- reformas, el equipamiento del material esco- sión y depuración de los maestros de la Pro- lar, desde las pizarras y tizas hasta los orde- vincia de Palencia en la guerra civil. De los nadores y otros materiales informáticos. Se anhelos republicanos a la resignación en el atiende también a las actividades recreati- franquismo. Institución Tello Téllez de vas, deportivas y culturales, a las relaciones Meneses (Palencia), Instituto de Investiga- con los padres de familia, la asociación de ción Antropológica de Castilla y León vecinos, las autoridades y la parroquia. En (Valladolid), 2014. La omisión de esta obra los últimos años el CEIP adopta el programa en la bibliografía del libro que comentamos bilingüe (Proyecto British), establece la jor- se debe, seguramente, a que apareció con nada contínua y cultiva intercambios con posterioridad. centros internacionales (Sócrates, Come-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 194 Bibliografía

Un valor añadido al libro de don Segun- El viejo cementerio se convierte en parque. do es, como dijimos, la historia del entorno Las viejas fábricas se trasladan a la nueva de las escuelas. Ya hemos indicado que es zona industrial. En los solares se construyen una historia educativa en el contexto de la bloques de pisos para familias jóvenes que historia española y palentina. Pero lo más renuevan el barrio. La antigua parroquia se singular, lo que presta originalidad y encanto rehace con un nuevo edificio en 1993. El a este libro es la descripción del barrio de San barrio se beneficia con nuevos servicios Antonio (La Carcavilla) en el que se asenta- como la estación de autobuses y con el ron la Normal y las Escuelas desde 1963. Es pabellón deportivo municipal y su piscina una delicia leer la historia de este barrio tan climatizada, donde los niños del colegio palentino. El libro dedica un capítulo a las desarrollan actividades programadas. singularidades del barrio (páginas 69-80); Otro gran acierto del libro son las abun- pero las alusiones al mismo son constantes en dantes fotografías, bien escogidas y explica- el resto de la obra. El barrio, en el noroeste de das. Las fotos de maestros y maestras for- la ciudad, surgió en las eras de Santa Marina, man una galería honrosa. Aparecen muchas junto al río, donde había basuras y molede- estampas de la vieja ciudad y de los grupos ros. Era el barrio del cementerio, inaugurado escolares, que ayudan a comprender la evo- en 1835. Un barrio de confluencia de cami- lución de trajes, costumbres y formas de nos y ferrocarriles, incluido el “tren burra” vida, así como los cambios en las maneras de (los Tres Pasos). Un barrio industrial con la enseñar y aprender. Basta comparar la Aneja consiguiente concentración de trabajadores. Femenina de 1930 (p. 38) con las fotos de las La primera industria metálico-mecánica promociones de los últimos diez años, que se (Talleres Palencia) se incrementó después de nos muestran al final del libro, para ver que la guerra con la Electrólisis del Cobre y el los años no han pasado en balde. Parque Móvil, a los que se añadieron otros Este libro comienza con una dedicatoria talleres y fábricas. El barrio cambia de nom- del autor a las maestras y maestros y perso- bre desde que, en 1953, se construye la parro- nal escolar que han contribuido a la educa- quia de San Antonio, separada de Santa Mari- ción de generaciones de niños y niñas palen- na. Por último es un barrio deportivo. En tinos, y con unas palabras de gratitud del 1904 se jugó el primer partido de fútbol en Delegado Territorial de Castilla y León, las eras de Monedero, que años más tarde se Luis Domingo González Núñez: “las escue- convertirá en Stadium. Allí jugaba el Club las son el mejor monumento que podemos Deportivo Palencia, fundado en 1929, que se hacer a la libertad, al desarrollo y al progre- fusionó con la Fábrica de Armas en 1941 y so de un territorio. La educación es lo que cosechó buenos triunfos en tercera división. queda cuando todo se ha olvidado”. Estas En 1943 se inauguró el campo de La Balaste- palabras demuestran que este libro está ple- ra, que vio jugar a Zarra y correr a Mariano namente justificado. Es, además, un libro de Haro, y fue testigo de los ascensos y des- muy palentino: “miel sobre hojuelas”. censos del equipo palentino, hasta que en 2006 se construyó la nueva Balastera. El barrio fue cambiando de aspecto poco Manuel Revuelta González a poco, especialmente en los años ochenta.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 Bibliografía 195

MIGUEL ÁNGEL ALCALDE ARENZA- dez del Pulgar en su Historia secular y ecle- NA, El Colegio de Jesuitas y la Iglesia de siástica de la ciudad de Palencia, libro III, San Lorenzo, llamada de la Compañía pp. 216-234. Las noticias que da Fernández (Ntra. Sra. De la Calle) Palencia. Ed. Aso- del Pulgar en este documento habían sido ciación cultural de la Virgen (Palencia aprovechadas anteriormente por otros histo- 2015), 79 p. riadores jesuitas como Antonio Astráin y Evaristo Rivera. Con estos datos el autor nos ofrece importantes noticias sobre la funda- Una de las iglesias más famosas de ción del colegio en 1559, y sobre los apoyos Palencia tiene dos nombres: La Compañía y que recibió de muchos palentinos. Entre Nuestra Señora de la Calle. El primer nom- ellos se destaca don Francisco Reinoso que, bre recuerda que perteneció a la Compañía sin el título de fundador, lo ejerció de hecho de Jesús hasta que los jesuitas fueron expul- por sus generosas limosnas. sados de España por Carlos III en 1767. Al año siguiente el rey ordenó trasladar a esa En el libro se recuerdan las actividades iglesia la imagen de Nuestra Señora de la pastorales y benéficas de los antiguos jesui- Calle, que hasta entonces se veneraba en su tas, que predicaron fervorosas misiones en ermita, contigua al monasterio de las ber- la comarca y fundaron una asociación de nardas. Este libro trata del período jesuítico caridad o Cofradía de la Misericordia. Tam- en la iglesia de la Compañía (entonces dedi- bién se alude a la labor educativa de los cada a San Lorenzo) y en su colegio conti- jesuitas, que enseñaron Filosofía, Teología y guo. La hermosa iglesia permanece. El cole- Humanidades no solo a los estudiantes gio ha desaparecido, pues en su lugar se jesuitas, sino a todos los alumnos que acudí- construyó el seminario en el siglo XIX. El an de la ciudad. En 1577, por ejemplo, asis- autor enfoca su obra desde dos perspectivas: tían a las clases 600 alumnos externos gra- la histórica y la artística. Primero estudia la tuitos. En el libro se intercalan algunas noti- historia “vital y docente”, como él dice, es cias de sabor costumbrista, que reflejan bien decir, la labor educativa y pastoral de los el espíritu festivo y religioso del momento, antiguos jesuitas. Después se ocupa del arte con motivo de la llegada de reliquias (San que todavía puede admirarse en la iglesia. Serviliano) o de las fiestas de beatificación y canonización de San Ignacio y San Fran- El estudio histórico es una breve síntesis cisco de Borja. de la presencia de la antigua Compañía en la ciudad, mediante la divulgación de noticias Las noticias del documento de Fernán- ya publicadas en otros autores. No es, por dez del Pulgar acaban en 1680. Los antiguos tanto, una obra de investigación sobre una jesuitas permanecieron en la ciudad todavía documentación exhaustiva, que todavía está casi un siglo. Para llenar este espacio el autor por hacer en este caso. se ha valido de los antiguos catálogos de la antigua Provincia de Castilla, de los que ha El autor de este libro ha utilizado una extraído el nombre de los superiores (que fuente impresa muy importante: “Fundación solían cambiar cada tres años) y la estadísti- del Colegio de la Compañía de Jesús, sacada ca de la comunidad, dividida en sacerdotes, de la historia manuscrita que está en dicho escolares y hermanos coadjutores. Los esco- colegio”, publicada por don Pedro Fernán- lares estudiaban, sucesivamente, lógica, físi-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 196 Bibliografía ca y metafísica. Era una comunidad numero- sias de la Compañía. En Palencia no existe sa. El año de la expulsión eran, en total, 55 actualmente la capilla-relicario, pero sí que- (29 sacerdotes de los que 7 eran profesores, dan arquetas que contienen los restos de San 17 escolares y 9 coadjutores). Serviliano y las reliquias mezcladas de otros El autor dedica un apartado a la bibliote- santos. Se conservan también una serie de ca del antiguo colegio, de la que se conservan bustos-relicarios con teca en el pecho. De dos índices en la Real Academia de la Histo- ellas se nos ofrecen nueve fotografías. ria, en los que se consigna el número nada Tras la expulsión de Carlos III en 1767 y despreciable de 1.991 ejemplares. Nos hubie- la supresión del papa Clemente XIV en ra gustado un estudio más detenido de estos 1773, la Compañía fue restablecida por Pío fondos bibliográficos, así como noticias más VII en 1814. Pero esta fecha (cuyo bicente- detalladas de la expulsión de los jesuitas en nario acaba de celebrarse) no coincide con 1767 y del paso de los novicios de Villagar- el retorno efectivo de la Compañía, en las cía por la ciudad en esa circunstancia. distintas naciones o ciudades. Los jesuitas La segunda parte del libro se ocupa del de la Compañía restaurada se establecieron arte de la iglesia de la Compañía. El tema por primera vez en tierras palentinas en había sido abordado anteriormente por Juan 1854, en Carrión de los Condes, donde fun- José Martín González. Miguel Ángel Alcal- daron un colegio que alcanzó mucha fama. de, cuya tesis doctoral versó sobre el arte de En la ciudad de Palencia comenzaron a resi- los jesuitas, ofrece una síntesis muy valiosa, dir después de 1a revolución de 1868, como en la que resalta los detalles más genuinos sacerdotes dispersos. El obispo don Juan del arte jesuítico que quedan en la iglesia Lozano nombró al P. José Antonio Delgado palentina. Merece destacarse la identifica- ecónomo de la parroquia de la Catedral (la ción que se hace de los santos de la Compa- iglesia de Nuestra Señora de la Calle), en la ñía, la ubicación de los antiguos retablos con que trabajó con un pequeño grupo. Unos sus modificaciones posteriores, y el redescu- años más tarde, en 1878, el mismo obispo brimiento de los frescos de las paredes con cedió a la Compañía la iglesia de San Fran- temas jesuíticos. Afortunadamente se han cisco. Los jesuitas no son dueños hoy de la mantenido esos frescos, en contraste con el iglesia de La Compañía, pero sí de la que antiguo JHS que había en el escudo de la perteneció a los franciscanos. fachada, que se ha suprimido en la reciente restauración de 2002. De especial interés es Manuel Revuelta González el seguimiento que se hace del antiguo reli- cario. Esta pieza no faltaba nunca en las igle-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 187-196, ISSN 0210-7317 VIDA ACADÉMICA

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 199-202, ISSN 0210-7317

SANTIAGO FRANCIA LORENZO (15-I-1934 / 23-IX-2014)

El 23 de septiembre de 2014, abandona- 300 archivos parroquiales y otros conven- do por la flaqueza de su fuerza física y con el tuales. A todo ello se sumaría una nutrida deber sobradamente cumplido, fallecía en lista de exhaustivas publicaciones. Palencia el sacerdote e historiador palentino Así, en sus “Notas de archivo” fue aca- Santiago Francia Lorenzo, don Santiago. parando unos pequeños textos sobre docu- Había nacido, hijo de maestro nacional, en el mentos antiguos que conservan el archivo humilde pueblo palentino de Villasila de Val- catedralicio y el diocesano de modo especial davia el 15 de enero de 1934. Fue ordenado en la sección de archivos parroquiales, sacerdote el 7 de octubre de 1956 y se nos ha datando el primer libro en 1985, subtitulado ido cuando ya era Canónigo emérito de la S. “Anecdotario para la pequeña historia de I. Catedral, dejando una marcada huella en la un pueblo” y editado por la Caja de Ahorros vida religiosa y cultural palentina. de Palencia, convertida en 1990 en Caja Aquel niño de mirada inquisitiva sintió España donde divulgaba entre los palentinos la vocación religiosa y estudió en el Semi- tanto la gran historia ciudadana como la nario de León, terminando la carrera con pequeña y entrañable realidad eclesial de las veintidós años, dos cursos antes de lo que parroquias, ermitas y cofradías. permitía el Derecho Canónico para ser orde- Sucesivamente en 1987 la misma entidad nado sacerdote; más adelante, en un intento de ahorros editó “Gentes de estas tierras” por respirar aires más universales, se licen- para acogerlo la Diputación palentina en ció en Teología en Roma y realizó el docto- 1991 con un tercer tomo “Por tierras palen- rado en la Universidad de Navarra; de 1971 tinas”; en 2011 se cerraba esta serie históri- a 1975 ejerció de profesor de Historia ca con un cuarto libro titulado “Cofradías y Medieval en la Universidad de Valladolid al hermandades”, que, según el propio autor, propio tiempo que preparaba la oposición a buscaban tres objetivos fundamentales: el Canónigo Magistral de la catedral palentina culto, la fraternidad y las obras benéfico- que ejerció con brillantez hasta su jubilación sociales. Las cofradías, en palabras de Fran- como emérito. A partir de 1976 ejerció cia Lorenzo «Edificaron emitas, costearon como director del Archivo Diocesano y imágenes, retablos y vasos sagrados. Diri- desde 1983 como archivero bibliotecario de gieron teatros, escuelas, hospitales, alber- la catedral donde realizaría un ingente traba- gues de peregrinos. Mantuvieron pósitos de jo tanto en el campo de la documentación granos, arcas de misericordia y casas de como en el de la catalogación histórica; su expósitos. Crearon folclore, costumbres y actividad siempre estuvo marcada por el tradiciones». “carpe diem”; amén de otras actividades, inventarió junto a sus colaboradores, más de 200 Faustino Narganes Quijano

Pero la producción bibliográfica de este afirmaba, algún titibilio me encauzara al canónigo magistral palentino ha sido mucho estudio del abnegado trabajo de mis paisa- más amplia, aunque en un afán de síntesis, nos y amigos que han venido arrancando su no renunciamos a destacar sus contribucio- vida y la de los suyos a las negras entrañas nes históricas como “Palencia en América” de la tierra. (1989), “Aportación palentina a la gesta Pero en don Santiago han brillado otras indiana” (1992), “Apuntes para el estudio múltiples facetas además de la del sacerdo- de la vida cotidiana en Palencia” (1996), o cio, de la que Dios le juzgará, la del histo- bien “Delincuentes. El derecho de asilo en riador, la del profesor y la del archivero o Palencia” (2001). En cuanto a investigación bibliotecario va a permanecer con nosotros y catalogación documental sobresalen los para siempre. dos tomos que publicara en 1987 bajo el Más allá de toda convicción que pudiera título “Catálogo de las Actas Capitulares ser interpretada hoy en día en moldes de lo del siglo XV”. políticamente correcto, sin duda, un fraude a Asimismo, junto al jesuita y catedrático la verdad humana, y una vez fallecido este de Historia del Derecho en diversas univer- insigne palentino, permítanme destacar de sidades, el añorado maestro y amigo Gonza- Francia Lorenzo que fue ante todo un histo- lo Martínez Díez, publicó en 1994 un libro riador enterizo, de una sola pieza, nunca con sobre la ruta jacobea a su paso por Palencia: dobleces en su palabra, respetuoso en la “De Itero de la Vega a San Nicolás del Real forma y en el fondo, sin cesión a la impos- Camino: piedra y vida”. A todo ello es obli- tura; crítico consigo mismo, sin licencia a la gado añadir sus contribuciones en diversos vanidad ni al aplauso o al galardón oficial. congresos y revistas especializadas. La honradez y la verdad, en la investigación, Colaboró muy activamente con diversos sobre todo: “amicus Plato sed magis amica periódicos como El Correo de Zamora, La veritas” Una persona sencilla de gran forta- Hora leonesa o La Región de Oviedo sobre leza de ánimo. Tal fue su escenario de vida todo en la década de los pasados años seten- presidido por el valor de las cosas llanas que ta, y en especial con Diario Palentino, siem- enaltecen la condición humana. pre con notas históricas sacadas de distintos Dispusimos de un modelo de intelectual archivos. honrado que no buscó nunca el atajo ni la Este polifacético historiador fue Acadé- componenda, siempre fue sincero consigo mico Numerario de la Institución Tello mismo; sinceridad que trasmitió a los demás Téllez de Meneses desde el 26 de mayo de por muy dura y cruda que ésta pudiera resul- 1988. tar. Su obra científica está volcada a com- Precisamente don Santiago fue quien en partir con todas aquellas gentes anónimas 1997 contestó a mi discurso de ingreso en la que acudían a escucharle o leerle; todo lo citada Institución, lo que me honra, que entendía como servicio a sus semejantes y versó sobre “Mineros y minas de antracita como deuda a su pueblo. No conoció hora- en la provincia de Palencia”, aunque más le rio, estorbo físico ni desánimo. Siempre la hubiera apetecido lo hiciera sobre la historia palabra medida, razonada, el juicio lúcido y de la Abadía de Lebanza, si bien, como él fundamentado; con el timbre de lo suave y

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. , ISSN 0210-7317 Necrológica de don Santiago Francia Lorenzo 201

D. Santiago Francia Lorenzo.

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. , ISSN 0210-7317 202 Faustino Narganes Quijano penetrante y, sobre todo, con la voluntad de nidad sobre el valor de la amistad (De ami- continuar y avanzar en el conocimiento his- citia), pues yo tampoco creo como él que tórico. nuestro Dios nos otorgara mejor don, al Con este breve epílogo reincido sobre la margen de la sabiduría, que la amistad, por- persona y su quehacer trabado en el silencio que tú querido Santiago reunías no sólo el que golpea y llama a la historia de las biblio- saber sino el afecto benevolente a tu próji- tecas y archivos sin otra compañía que sus mo. (“… qua quidem haud scio an excepta documentos y legajos. Esta es la semblanza sapientia nihil melius homini sit deis inmo- que hoy rememoro de un sacerdote e histo- tabilibus datum…”). riador amigo con carácter, riguroso y exi- En fin, aunque ya no podemos estrechar gente, sin simulación en la palabra entrega- tu mano, seguimos conversando contigo. do a su tarea sacerdotal y estudio. Fue, en Adiós Maestro y Amigo. “Euge serve bone fin, todo un ora et laborat. Es por ello, y et fidelis…” como colofón a lo que suscribo, que no encuentro mejor refugio que acogerme al Faustino Narganes Quijano testimonio de ese tratado ejemplar que Marco Tulio Cicerón nos legara a la huma-

PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. , ISSN 0210-7317 PITTM, 86, Palencia, 2015, pp. 203-205, ISSN 0210-7317

MEMORIA DEL CURSO ACADÉMICO 2014-2015

El curso académico 2014/2015 se inauguró La Junta de Gobierno se reunió los días el el día 21 de octubre, en la que el Acadé- 18 de diciembre de 2014, el 11 de febre- mico D. José Antonio Abásolo Álvarez ro, el 16 de abril y el 14 de mayo de impartió la lección inaugural con el título 2015. “Los últimos días de La Olmeda”. Asimismo, según lo dispuesto en los nuevos Al finalizar el verano, antes de comenzar el Estatutos, el Consejo Pleno se reunió en curso, el 23 de septiembre de 2014, la sesiones científicas académicas los Academia tuvo que lamentar el falleci- siguientes días: miento del que durante muchos años fue 9 de octubre en el Salón de Actos del Centro miembro de su Junta de Gobierno, el Cultural Provincial de Palencia en la que Académico D. Santiago Francia Loren- intervino el Académico y Vicedirector de zo, que había sido Deán y Archivero de la Academia D. César González Mín- la S.I. Catedral de Palencia. El Director guez, con el tema “Itinerario palentino de de la Academia, acompañado de miem- Fernando IV de Castilla (1295-1312)”. bros de la Junta de Gobierno y otros aca- 11 de diciembre en el Salón de Actos del démicos asistió a las solemnes exequias Centro Cultural Provincial de Palencia en que se celebraron en la S.I. Catedral de la que intervino el Académico y Tesorero Palencia. de la Academia D. Gonzalo Alcalde Cres- El 26 de mayo de 2015 en el Salón de Actos po, con el tema “Las ermitas-cueva de de la Diputación Provincial tomó pose- Santa María del Otero y San Juanillo”. sión el nuevo Académico Numerario D. 19 de febrero en el Salón de Actos del Cen- Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro, tro Cultural Provincial de Palencia en la impartiendo su discurso de ingreso con el que intervino el Académico D. Angel título “Los paisajes vegetales de Palen- Sancho Campo, con el tema “Museo Dio- cia”. cesano. Fundación, desarrollo y estado El Consejo Pleno celebró sus sesiones ordi- actual”. narias los días 21 de octubre de 2014 y 15 16 de abril en el Salón de Actos del Centro de enero y 14 de mayo de 2015. Cultural Provincial de Palencia en la que intervino el Académico D. Gonzalo Orte- 204

ga Aragón, con el tema “Palabras y Molino de la Julia y la el mantenimiento dichos y palabras”. de los mismos, para así conservar la 18 de junio en el Salón de Actos del Centro memoria del elemento que en la ribera Cultural Provincial de Palencia en la que del río Carrión dio nombre a un paseo, intervino el Académico D. Manuel hoy tan transitado. Revuelta González, con el tema “Las tres Igualmente se dirigió a la Junta de Castilla y estancias de Santa Teresa en Palencia”. León para solicitar que se incoe expe- diente de Declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, El 14 de enero de 2015 la Academia, al en aplicación de lo dispuesto en el art. amparo del art. 33 de sus Estatutos, sus- 9º.1) de la Ley 12/2002, de 11 de julio de cribió un convenio de colaboración con Patrimonio Cultural de Castilla y León a la Fundación Grupo Siro por el que la favor del Palacio de la Diputación Pro- Academia se compromete a asesorar y vincial, obra del Arquitecto Jerónimo colaborar con dicha Fundación en lo que Arroyo, y edificio señero de la arquitec- tenga que ver con sus fines y actividades, tura civil de la provincia, que acaba de y por su parte ésta corre con los gastos de cumplir 100 años. edición de la revista Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, Asimismo en dicho Consejo Pleno se apro- órgano de expresión de la Academia, en baron las adhesiones de la Academia a la la que se publican tanto los estudios de propuesta de Declaración de Bien de los Sres. Académicos, como los de otros Interés Cultural a favor de las Danzas de autores, previa la aceptación por su Con- Danzantes, que promueve la Diputación sejo de Redacción. La firma del convenio de Palencia, y a la propuesta de Declara- se realizó por el Director de la Academia, ción de Fiesta de Interés Turístico D. Marcelino García Velasco y Dª Lucía Regional a favor de la representación del Urbán López, Vicepresidenta de la Fun- Auto del Nacimiento de Nuestro Señor, dación, en la sede social de dicha Funda- obra de Gómez Manrique, cuyo expe- ción en el Monasterio de San Pelayo, en diente promueve el Ayuntamiento de Cevico Navero. Villamuriel de Cerrato. La Academia, por acuerdo del Consejo En nombre de la Academia ha participado Pleno de 15 de enero de 2015, se dirigió en el Jurado del Certamen de Relatos al Ayuntamiento de Palencia solicitando breves “Cristina Tejedor”, organizado que sanee y cierre la Cueva de San Jua- por la Diputación de Palencia, el Acadé- nillo, sita en el cerro del mismo nombre, mico D. Gonzalo Alcalde Crespo. junto al del Otero, en las afueras de la En cuanto a la labor editorial, la Institución ciudad, para la mejor conservación de ha publicado en este año los siguientes este elemento del patrimonio histórico libros: de la ciudad, y asimismo para que reali- ce las gestiones o en su caso ponga los - Anuario 2015 de la Institución Tello Téllez medios necesarios para la adecuación de de Meneses. Academia Palentina de Histo- los entornos de los restos del llamado ria, Letras y Bellas Artes. 205

- Nº 84 de la Revista Publicaciones de la civil”, de Eufemio Lorenzo Sanz, en cola- Institución Tello Téllez de Meneses, boración con el Instituto de Investigacio- correspondiente al curso académico 2013/ nes Antropológicas de Castilla y León, de 2014. la Facultad de Sociología de la Universi- - Los panteones de los Herrera en Palenzue- dad de Salamanca. la, de Mª Luisa Martín Ansón y Concep- ción Abad Castro. Las publicaciones de los Sres. Corada Alon- - La poesía de José María Fernández Nieto, so y Largo Muñoyerro fueron presenta- de Carmen Casado Linarejos. das en la Feria del Libro de Palencia el - Un beaterio en la Castilla del siglo XVIII. pasado mes de septiembre. Vida y muerte en San Lázaro de Aguilar de Campoo, de Alberto Corada Alonso Estas han sido las principales actividades de - El territorio de Saldaña y Carrión (siglos la Institución durante el curso 2014-2015 X-XIII): De la Administración condal al de las que yo, como Secretario General, sistema de tenencias”, de José Antonio doy fe. Largo Muñoyerro - “Represión y depuración de los maestros de la provincia de Palencia en la guerra LISTA DE ACADÉMICOS (a 1 de septiembre de 2015)

JUNTA DE GOBIERNO DIRECTOR Ilmo. Sr. D. Marcelino García Velasco VICEDIRECTOR Ilmo. Sr. D. César González Mínguez SECRETARIO GENERAL Ilmo. Sr. D. Rafael Martínez González TESORERO Ilmo. Sr. D. Gonzalo Alcalde Crespo VOCAL Ilmo. Sr. D. José Antonio Abásolo Álvarez

ACADÉMICOS NUMERARIOS Ilmo. Sr. D. Manuel Carrión Gútiez (17-IV-61) Ilmo. Sr. D. Ángel Sancho Campo (10-III-75) Ilma. Sra. D.ª Juliana-Luisa González Hurtado (28-XI-75) Ilmo. Sr. D. Santiago Francia Lorenzo (26-V-1988) Ilmo. Sr. D. Manuel Revuelta González (4-V-92) Ilmo. Sr. D. César González Mínguez (29-V-92) Ilmo. Sr. D. Rafael A. Martínez González (20-I-94) Ilmo. Sr. D. Pedro M. Barreda Marcos (3-III-94) Ilmo. Sr. D. Gonzalo Alcalde Crespo (12-XII-95) Ilmo. Sr. D. Marcelino García Velasco (30-V-96) Ilmo. Sr. D. Gonzalo Ortega Aragón (24-I-97) Ilmo. Sr. D. Faustino Narganes Quijano (11-IV-97) Ilmo. Sr. D. Eloy Ybáñez Bueno (29-V-99) Tfno: Ilmo. Sr. D. José María Pérez González (3-III-00) Ilmo. Sr. D. Alberto Marcos Martín (30-V-03) Ilmo. Sr. D. Rafael del Valle Curieses (31-X-03) Ilmo. Sr. D. José Antonio Abásolo Álvarez (4-VI-04) Ilmo. Sr. D. Pablo García Colmenares (3-VI-05) Ilmo. Sr. D. Fernando Franco Jubete (9-II-07) Ilmo. Sr. D. Antonio Cabeza Rodríguez (5-VI-2009) Ilmo. Sr. D. Miguel de Santiago Rodríguez (14-1XII-2010) Ilmo. Sr. D. Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro (26-V-2015) NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES

La lengua de la Revista es el español. Los trabajos se enviarán, acompañados de los datos de identificación de su autor, a la redacción de la Revista Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses (Centro Cultural Provincial, Pl. de Abilio Cal- derón s/n. 34001 Palencia); correo electrónico: [email protected]) Deberán ser originales e inéditos y redactados de forma definitiva. Irán precedidos de un breve resumen (de 450 caracteres, incluidos espacios, como máximo), en espa- ñol e inglés, seguidos de las correspondientes palabras clave. Los originales se presentarán en soporte informático estándar y en papel (UNE A4), impresos por una sola cara (tanto el texto como las notas), numerados y con las notas al final del texto. El tamaño de la letra del texto será 12, y 10 para las notas, tipo Times New Roman. Los trabajos no excederán de 60.000 caracteres (espacios incluidos), con la posibilidad de incluir 3 páginas más para ilustraciones, que podrán aumentarse según criterio del Consejo de Redacción. Las ilustraciones, numeradas, y con sus respectivos pies en relación aparte, deberán presentarse en fotografía o soporte informático con máxima resolución en formato JPG/TIFF, recomendándose la mejor calidad posi- ble. En el texto, las llamadas de las notas se indicarán con números volados y sin parénte- sis. Las citas bibliográficas en las notas se ajustarán a las siguientes normas: 1) Libros: nombre completo o abreviado del autor en minúscula y apellidos en versa- les, título de la obra en cursiva, lugar y año de edición y el número de la p/pp. 2) Artículos: nombre completo o abreviado del autor en minúsculas y apellidos en ver- sales, título entrecomillado, nombre de la revista en cursiva, tomo, año y pp. Esta última norma es también aplicable a las actas de congresos, misceláneas, obras colectivas, volúmenes de homenajes y diccionarios o enciclopedias. Cuando el título de una revista se repita con frecuencia, sólo se pondrá completo la pri- mera vez: Revista Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses (en ade- lante PITTM). Los indicadores de fondos archivísticos se pondrán completos la pri- mera vez: Archivo Histórico Provincial de Palencia (en adelante AHPP). Los originales, una vez analizados por el Consejo de Redacción, se someterán al dicta- men de dos académicos numerarios, especialistas en la materia, tras el cual el Con- sejo decidirá si procede o no su publicación. Superado el trámite, los artículos entra- rán en lista de espera para su publicación, según orden de llegada a la revista y cri- terio del Consejo de Redacción. Los autores deberán corregir pruebas en un plazo máximo de quince días desde la entre- ga de las mismas. Durante la corrección de las pruebas no se admitirán variaciones significativas ni adiciones al texto. Los originales que no se adapten a estas normas serán devueltos a sus autores.