MAESTRÍA EN PERIODISMO UNIVERSIDAD DEL ROSARIO

DESPUÉS DE 20 AÑOS: ASÍ SE VE LA TV PRIVADA EN

Estudiante: SONIA ISABEL ROJAS DÍAZ

Director: YAMIT PALACIO VILLA

TRABAJO DE GRADO MODALIDAD: Trabajo Escrito

BOGOTÁ, JULIO DE 2018

TABLA DE CONTENIDO

Presentación…………………………………………………………… Página 4 Contexto …………………………………………………………………. Página 6 Editorial …………………………………………………………………. Página 9 Reportaje 1 Después de 20 años: Así se ve la TV privada en Colombia….. Página 12

Reportaje 2 Los espacios informativos de los canales……………………..….. Página 21

Reportaje 3 El fantasma del rating………………………...………………….…..….. Página 25

Capítulo final: Historias de televisión………………..………...….. Página 34

Crónica 1 Su gran amor…………………………………...……………….…..…..….. Página 35

Crónica 2 Si volviera a nacer, volvería a hacer televisión………….……..….. Página 41

Nota final……..…………………………………………………………… Página 46

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A mis papás, a mis hermanos, a mis amigos y a mis compañeros; y en general a todos los que creyeron en mí, me apoyaron y acompañaron durante estos años de estudio. Como diría el director de este trabajo, desde el fondo de mi corazón un inmenso y sincero ‘Dios les pague’. Sonia I. Rojas D.

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PRESENTACIÓN

Como parte del proceso de formación de la Maestría en Periodismo tuve la oportunidad de reencontrarme con los diferentes géneros periodísticos, que a pesar de que no eran ajenos a mi profesión como Comunicadora Social, tenía un poco alejados de mi quehacer diario porque las obligaciones laborales me llevaban por otros caminos. Ese recorrido fugaz por la radio, la televisión y la prensa escrita, que realizamos durante un año y medio en el salón de clases y las prácticas profesionales me ayudaron a recordar porqué había escogido esta profesión.

Tener la oportunidad de contar historias, profundizar en temas y crear documentos que le permitan a otras personas enterarse de algunos detalles desarrollados a través de una noticia o un reportaje, despertaban esa pasión que hace más de 10 años me llevó a tomar la decisión de estudiar Comunicación Social y Periodismo.

Este documento es un primer acercamiento a lo que sería un corte de cuentas de estos 20 años de los canales privados; un ejercicio que hasta el momento no ha realizado ninguno de los grandes medios y que considero es de gran importancia por el momento que vive la industria. Un intento por profundizar en la conversación en torno a temas de gran interés como el rating y los comportamientos de la audiencia desde diferentes puntos de vista de protagonistas de la industria como libretistas, directores, presentadores, actores, camarógrafos y anunciantes.

Este trabajo de grado reúne dos de mis géneros periodísticos favoritos: la crónica y el reportaje; y a través de ellos, busco realizar un recorrido por lo que han sido los 20 años de funcionamiento de RCN y Caracol como canales privados en Colombia. Dos décadas en las que las dos empresas han tenido altas y bajas, pero que sobretodo han estado de alguna manera relacionadas con la realidad de muchas personas que hacen parte de la industria y que con el pasar del tiempo, han tenido la oportunidad de ver cómo la evolución de los medios de comunicación en general y la llegada de diferentes avances tecnológicos han generado algunos cambios importantes.

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Muchas podrían ser las personas que con autoridad podrían hablar del balance de los 20 años de los canales privados de televisión en Colombia. En un primer barrido por esa lista de fuentes, fueron más de 75 los nombres que la conformaban. Sin 5 embargo, era bastante ambicioso pensar que sería fácil encontrar un espacio en las agendas de estas personas. Al final, 16 entrevistas fueron la base para construir este texto que se convierte en un primer acercamiento a lo que podría ser un gran trabajo de investigación y documentación de dos décadas de televisión que quizás no vayan a ser muy parecidas a las que vienen y que, a la vez, puede convertirse en una minuta de recuerdos de lo que algún día fue la televisión y desde el cual se pueden conocer los diferentes puntos de vista de algunos de los protagonistas de la industria. Este es un documento, cuya idea de creación nace en un aula de clase, pero que termina convirtiéndose más que en un ejercicio académico, en un compilado de textos periodísticos a través del cual pretendo mostrar un acercamiento a la realidad de la televisión nacional en un momento en el que las dificultades del mercado, han obligado a los canales privados a tener una tendencia cambiante de los protocolos de funcionamiento, debatiéndose entre el escenario de la industria tradicional y el surgimiento de las nuevas plataformas y los diferentes comportamientos de la audiencia. Unas proyecciones desafiantes si se tiene en cuenta el proceso de migración de las audiencias, que tras el surgimiento de nuevas plataformas han optado por el manejo propio de sus horarios, estableciendo procesos de consumo de televisión que están definidos en gran parte por sus preferencias particulares.

A lo largo del texto se profundiza en uno de los temas que mayor conversación genera en torno a la televisión actual: el rating. Un acercamiento a los procesos de medición de audiencia en Colombia que, a pesar de ser cuestionados, siguen teniendo una gran incidencia en el manejo del mercado. Y, para finalizar, dos crónicas cuyos personajes principales han vivido el proceso de transformación de la televisión y en medio de anécdotas reconstruyen el camino y la evolución que ha tenido la industria desde diferentes aspectos. Un texto que espero logre sembrar en el lector una curiosidad por saber más de nuestra televisión; que le permita conocer más de lo que hay detrás de esa pantalla que seguramente todavía se prende todos los días en su hogar y que lo invite a realizar su propia evaluación de cómo ve la televisión privada en Colombia 20 años después y cuál puede ser el camino a seguir, por lo menos durante los próximos 10 años para los cuales ya se renovó la licencia de funcionamiento, tanto de RCN como de Caracol.

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CONTEXTO

Desde la llegada a Colombia de la televisió n en 1954, bajo el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, la comunicació n que se emitiá a travé s de la pantalla era controlada por completo por el Estado.

Antes de la dé cada de los 90, los canales pú blicos eran conocidos como primera y segunda cadena. Despué s, el Canal Uno y fueron los encargados de llevar a la televisió n colombiana la programació n que mezclaba cultura, informació n, educació n y entretenimiento.

Omar Rincó n, criticó de televisió n y docente universitario, recuerda que “Colombia tuvo un modelo de televisió n ú nico en el mundo, al que se le llamaba mixto, porque habiá un dueño de los canales, que era como ser el dueño de tres edificios y en cada uno habiá algo diferente. Existiań 24 , pero era el Estado el que decidía qué tipo de programació n iba. Ellos decidían a qué hora iba el noticiero, ademá s había un noticiero de cada partido político y era muy manejable todo”.

Para ese entonces, programadoras como RTI, Punch, Coestrellas, Jorge Baró n TV, Cenpro, JES, Televideo, y tambié n RCN y Caracol, produciań los contenidos que se emitiań por los dos canales.

De esa é poca, el programador Jorge Baró n recuerda que en los comienzos de la televisión en Colombia el trabajo en equipo era fundamental para lograr sacar adelante las producciones Foto: Logos Productoras – Tomada de Internet y que tal vez por tratarse de series, noticieros y novelas en vivo, el ambiente de camaradería era mayor entre todos. “Éramos de una misma casita, había mucha amistad. La gente tenía mucha mística por el trabajo porque no

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existiá el teleprompter, ni el apuntador, porque todo se haciá en vivo, todo el mundo era en funció n de su trabajo, todo era al aire, porque no se podiá equivocar”, recuerda.

Para salir al aire era necesario hacer varios ensayos pues el objetivo era lograr salir con la menor cantidad de errores posibles. “Haciamoś un ensayo en seco, repasá bamos las lineas,́ despué s uno con cá maras y luego saliamoś al aire. Era muy emocionante, la adrenalina de hacer un noticiero, un musical, una novela. Todo era en vivo y era realmente una sensación inolvidable”, cuenta.

Tituloś como ‘Dejé monos de vainas’, ‘Sá bados Felices’, ‘La viuda de blanco’, ‘Señora Isabel’, ‘Café , con aroma de mujer’, ‘Animalandia’, ‘Compre la orquesta’, ‘Sabariedades’, ‘Romeo y Buseta’, ‘Don Chinche’, ‘Los ’, ‘Escalona’, comenzaron a posicionar los nombres de grandes estrellas de la televisió n.

Los noticieros, de las 12:30 p.m., 7:00 p.m., y 9:30 p.m., eran los programas estelares en los que se presentaban las imá genes de lo que habiań sido los sucesos del dia.́ Antes del noticiero de las 7:00 p.m., se hizo popular El Minuto de Dios, una reflexió n cató lica diaria que terminaba siempre con la tradicional frase -que aú n hoy en diá se mantiene-: ‘Dios mio,́ en tus manos colocamos este diá que ya pasó y la noche que llega’-, la cual marcaba el paso de la programació n de la tarde a la de la noche.

La variedad de programació n era indiscutible, y tal vez, esto se debiá a que existiá una gran cantidad de empresas privadas, haciendo los productos que se iban a emitir en esos dos canales. Muestra de esto, era que en cada licitació n se presentaban casi siempre, un poco má s de 24 productoras.

Consuelo Cepeda, periodista investigadora y docente de la Universidad Externado de Colombia, considera que en esa é poca los noticieros teniań un enfoque cultural mucho má s marcado e interesante pues se teniá una intenció n de querer mostrar el paiś desde la televisió n.

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“Habiá mucho má s espacio para los documentales y la investigació n. Viajá bamos por todo el paiś buscando historias para contar y no se trataba de un tema de seguridad o inseguridad, era un propó sito de integrar a Colombia y conocer de manera profunda sus valores culturales”, relata la periodista.

Por su parte el critico de television Foto: Archivo/El Tiempo – Omar Rincón ́ ́ y acadé mico Omar Rincó n argumenta que la figura de la licitació n por la que competiá cada una de las productoras le daba al televidente un valor agregado en cuanto a la calidad del programa que se presentaba. “Bá sicamente, si tus productos se van a tener que enfrentar a los de 23 programadoras má s y la calidad y el cará cter diferenciador es el que define si sale al aire o no, eso hace que el esfuerzo por crear algo realmente bueno, sea mayor”.

Fueron 33 años (1954 – 1987) en los que estos canales -que contaban con una importante inyecció n econó mica del Gobierno Nacional- estuvieron encargados de la parrilla de programació n en Colombia. En 1985, tras la aprobació n del decreto 666 en el gobierno de Belisario Betancur, se abre la licitació n para la prestació n del servicio de televisió n por cable, a la cual se presentan quince empresas y es dos años despué s -en 1987- cuando TV Cable inicia su operació n en Colombia con cuatro canales de temá ticas definidas: deportes, latino, familiar y cine.

En 1996 comenzaron a escucharse las primeras noticias sobre la posibilidad abrir la oferta para canales de operació n 100% privada: Pasariań a ser dos canales en manos de empresas que manejariań su parrilla de programació n, regulados en algunos aspectos por una entidad estatal que deberiá garantizar el buen uso de espectro electró nico y el ejercicio de la sana competencia.

La actriz Ana Victoria Beltrá n -quien desde 1993 habiá empezado a ser reconocida por su papel de Daniela Franco en la serie producida por Colombiana de Televisió n ‘Padres e hijos’- recuerda que cuando se empezó a hablar de la posibilidad de privatizar la televisió n la incertidumbre fue una constante entre los integrantes del gremio.

“Lo primero que nos imaginamos era que todos nos ibamoś a quedar sin trabajo porque los canales privados iban a querer trabajar con su propia gente y todo lo que

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existiá se iba a acabar. Sin embargo, ‘Padres e hijos’ siempre tuvo muy buen rating y fue uno de los primeros productos que aseguró su paso a la televisió n privada cuando Caracol decidió seguir transmitié ndolo”, recuerda.

Las 24 productoras que existiań en ese momento comenzaron a analizar la posibilidad de poder aliarse y entrar a competir por las licencias para convertirse en uno de los canales privados, pero solamente RCN y Caracol, con sus respectivos músculos financieros, lograron tener capital suficiente no só lo para adquirir la licencia de funcionamiento, sino para adecuar sus instalaciones y tener una renovació n tecnoló gica con la cual mantener una programació n de 24 horas, los siete diaś de la semana.

“Pero no todo estaba perdido, los canales privados tambié n iban a necesitar producciones en su programació n y el y el Canal A, seguiań existiendo. Lo que nunca pensamos fue que la inversió n publicitaria se fuera a volcar completamente a RCN y Caracol, entonces la inversió n que haciá el Estado para la FOTO: Logo Coestrellas/ Tomada de Internet programació n de sus dos canales fue disminuyendo y fue entonces cuando se dio la tan sonada crisis de las programadoras”, recuerda Carlos Benjumea, fundador y socio de Coestrellas, que en el año 2000 se acogió a la Ley 50 y se declaró́ en bancarrota.

Para ese entonces, los dos concesionarios debieron pagar 95 millones de dó lares por la licencia que les permitiá operar como canales privados de televisió n; un valor que a precio promedio de la é poca seriań uno 136 mil millones de pesos, teniendo en cuenta que el valor promedio de cotizació n del dó lar fue de 1426 pesos colombianos.

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EDITORIAL

UN CUMPLEAÑ OS CON MÁ S PENA QUE GLORIA

El pasado 10 de julio los canales privados de televisió n en Colombia, RCN y Caracol, cumplieron 20 años al aire. Una fecha importante para las dos empresas, principalmente teniendo en cuenta que estos años han servido para fortalecerse como organizaciones del sector y son muchos los logros que tendriań por resaltar.

Sin embargo, los dos canales estuvieron bastante parcos. RCN má s que Caracol, pues en el segundo, aunque tampoco se realizó la pomposa celebració n que se podriá pensar para conmemorar esta fecha, tuvo a travé s de sus espacios un par de menciones del tema en el noticiero de la mañana y del medio dia,́ acompanadas̃ de algunos comentarios de los presentadores del programa matutino Diá a Dia,́ y una que otra publicació n en redes sociales, recordando có mo se veiá el canal hace 20 años. Y al final del dia,́ Blu Radio (emisora que pertenece al mismo holding de Caracol TV) en el programa Vox Populi, promovió el hashtag #DeCaracolTVRecuerdo. En sus instalaciones las directivas hicieron una discreta reunió n para los empleados en la que el invitado principal fue el grupo Siam, que paradó jicamente se dio a conocer como ganador de Factor X, exitoso programa musical del Canal RCN.

Mientras tanto en RCN la situació n fue muy diferente. Las pocas publicaciones en redes sociales llegaban desde otras cuentas en las que se nombraba al canal o a alguno de sus talentos, pero desde sus directivas no se promovió nada de lo que se pudiera interpretar como una ‘celebració n’.

Una situació n que hace pensar que tal vez el momento por el que está pasando la televisió n privada en Colombia, má s allá del rating, es en realidad mucho má s dificiĺ de lo que se percibe desde afuera de cada una de estas empresas.

En el mundo empresarial cumplir una, dos, tres o má s dé cadas de funcionamiento es un motivo de orgullo pues se muestran, ademá s de los logros, el fortalecimiento y crecimiento que se ha tenido como organizació n y lo mejor, se presentan esos proyectos que se esperan poner en marcha para seguir construyendo un camino hacia el é xito.

Entonces, ¿Por qué no celebrar? Si bien es cierto que la televisió n nacional atraviesa por un momento de transició n en el que las especulaciones sobre la

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rentabilidad del negocio está n a la orden del dia,́ aú n es una industria reconocida e influyente.

RCN comenzó el 2018 con cambio de Presidente despué s de que Gabriel Reyes Copello, quien estuvo al frente de la compañiá durante 19 años, fuera nombrado en otro cargo directivo dentro de la Organizació n Ardila Lü lle, propietaria de este canal. Con su relevo llegaron muchos cambios, que seis meses despué s no terminan. En algú n momento se especuló que RCN no renovariá su licencia de funcionamiento y las alarmas se prendieron en la industria pues, contrario a lo que se podría pensar, este sería un duro golpe no sólo para RCN, sino también para su competencia directa, Caracol Televisió n.

Tal vez esa reestructuració n, y la intenció n del nuevo presidente, José Roberto Arango, de ‘poner en orden la casa’ no dieron tiempo de preparar celebraciones. Sin embargo, el haber dejado que esta fecha pasara sin pena ni gloria, da la sensación de que más allá de que no hubo suficiente tiempo para preparar la conmemoración de este aniversario, las directivas no encontraron suficientes argumentos para celebrar.

Y es que la mala hora de la televisió n no só lo golpea a RCN, aunque asi ́ lo hagan parecer las cifras del rating. Mientras que la novela de horario estelar de Caracol marca en promedio 14 y 15 puntos, el programa de RCN se esfuerza por rasguñar, muy de vez en cuando, los seis o siete puntos de rating. A primera vista, podriá parecer una victoria indiscutible. Sin embargo, en los pasillos de Caracol la preocupació n tambié n está presente, pues para ellos que RCN salga del aire, sería el peor de los panoramas ¿Por qué? Porque ser el único competidor en el mercado no les dariá la posibilidad de mantener las tarifas de publicidad que manejan actualmente y pensando en la proyección de mínimo 10 años más de funcionamiento, sería casi imposible sostener el negocio con tarifas que no generen una verdadera ganancia, pues a pesar de los avances y las nuevas tecnologías, hacer televisión sigue siendo muy costoso; más aun cuando se tiene como gran competidor a las nuevas plataformas digitales las cuales han generado una gran migración de la audiencia de televisión tradicional a los dispositivos móviles.

Y a pesar de este notorio cambio en los comportamientos de consumo de televisión por parte de la audiencia, RCN y Caracol, no pueden dejar de ser reconocidos como dos empresas importantes en la industria y en la economía nacional, pues cada una de ellas genera en promedio 1900 empleos directos de los cuales por lo menos el 60% hacen parte de sus nó minas directas. Adicionalmente, segú n cifras del informe de gestió n de Caracol Televisió n en 2017 se exportaron má s de 20 mil horas de

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programació n entre series, , documentales, entretenimiento, series web, infantiles y peliculas,́ las cuales llevaron el talento de la industria colombiana a los cinco continentes y al canal le generaron ganancias por 23 millones de dó lares.

Asi ́ mismo, RCN celebró la llegada de sus contenidos a paiseś como Bolivia, , Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá , Paraguay, , Estados Unidos; ademá s de mercados en Europa, Á frica y Asia, presentando un incremento del 3,5% de las ventas, llegando a los 15 millones de dó lares.

Entonces, ¿Realmente hay algo que celebrar? Yo creo que si,́ aunque la excusa sea que en julio el campeonato mundial de fú tbol teniá acaparada la atenció n y por ello decidieron aplazar la celebració n para los tres ú ltimos meses del año, sigo pensando que el 10 de julio era una fecha má s que significativa para los dos canales, y que seguramente si otra fuera la realidad de la industria, o el futuro fuera un poco má s alentador, sin importar el mundial de fú tbol, o cualquier otro evento, a esta fecha se le hubiera dado una mayor relevancia para compartir con el pú blico colombiano el orgullo de hacer parte de este gran negocio de la televisió n.

Y es que mucho má s allá del momento dificiĺ hay mucho por celebrar. Esperemos a que termine el año y, posiblemente, como ya nos tienen acostumbrados los canales con su ‘programació n espejo’ y su actividad reactiva y poco propositiva, seguramente si uno de los dos, toma la iniciativa de hacer una ‘gran fiesta’ el otro anunciará la suya para una fecha cercana y entonces alli ́ aparecerá n los é xitos y logros, que cada uno de los canales guarda en este momento con un poco de timidez.

Aunque este haya sido un cumpleaños sin pena ni gloria, los canales nacionales seguirán haciendo parte de la realidad de los colombianos, a través de ellos veremos reflejadas nuestra historia y de una u otra manera, estarán en el tema de conversación de almuerzos familiares, reuniones de amigos o encuentros casuales, porque a pesar de que estén atravesando por un momento de transición difícil de asimilar.

Independientemente de que se llamen RCN o Caracol, la industria necesita que estos canales estén encendidos y es por eso que considero que la televisión nos seguirá acompañando por un buen tiempo más y aunque ellos no hayan querido hacer una gran celebración, los textos que se encuentran a continuación son una muestra de que 20 años después, hay mucho por festejar y todavía quedan muchas historias por contar.

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REPORTAJE 1

DESPUÉ S DE 20 AÑ OS: ASÍ SE VE LA TV PRIVADA EN COLOMBIA

Logos: Archivo/RCN Televisión y Caracol Televisión

Tanto Caracol como RCN llegaron en medio de una gran expectativa al mercado de la televisió n privada. Su primer objetivo fue ampliar las fronteras y empezar a vender sus producciones al exterior, pero el intento no resultó como lo esperaban.

“La idea de privatizar se vendió tambié n con la posibilidad de generar mayores contenidos, con la promesa de que no iba a ser má s de lo mismo, pero lamentablemente eso no fue lo que sucedió , Los canales empezaron a hacer unas apuestas en ficció n supuestamente neutrales para conquistar mercados internacionales, y eso al pú blico no le gustó , entonces se volvió a la tradicional”, dice Omar Rincó n.

Por su parte, la periodista y docente Consuelo Cepeda asegura que la llegada de la televisió n privada a Colombia significó una verdadera pé rdida de identidad para el pais.́

“La identidad y el regionalismo no resultó ser un negocio rentable, entonces los programas educativos que haciań Gloria Valencia de Castaño, Rodrigo Castaño, Daniel Samper, Á lvaro Garcia,́ Hé ctor Mora y muchos otros resultaban una mala inversió n para los canales privados y se quedaron limitados a la televisió n pú blica que cada vez fue perdiendo má s terreno y con eso los programas fueron desapareciendo”, señala.

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De todo ello ha sido testigo Mariá del Rosario Iregui, actual vicepresidenta de canales y negocios estraté gicos de RCN Televisió n, y quien ingresó a la industria de la televisió n en 1998 como productora y má s adelante se desempeñó como vicepresidenta de programació n de Caracol Televisió n. Ella asegura que para esa é poca, la entrada en funcionamiento de los canales privados “significó una reducció n en la oferta de opciones para los televidentes. Sin embargo, representó una inyecció n importante de capital para el sector, la cual se vio reflejada en la profesionalizació n de la industria y el comienzo de la realizació n de producciones má s globales que pusieron a Colombia a sonar en el exterior”.

Surgieron entonces apuestas que buscaban ser –desde la ficció n - mucho má s cercanas al televidente reflejando una realidad que conectaba al pú blico con los canales. En 1999, poco tiempo despué s del estreno de Caracol y RCN como canales privados llegó ‘Yo soy Betty, la fea’, que de manera inesperada se convirtió en un fenó meno mundial.

“Es curioso recordar el proceso de Betty porque fue una novela en la que en principio nadie creyó . Yo la habiá presentado en Caracol y en RCN y a los dos les habiá parecido que no iba a pegar, pues a quié n se le podiá ocurrir que una protagonista fea era la que iba a llegar a captar la atenció n de tantas personas. Un diá me llamaron de RCN a preguntarme qué teniá listo y les dije la novela de la fea y no tuvieron otra opció n que aceptar. Fue una producció n que inició con muy bajo presupuesto y con todas las posibilidades de salir del aire al mes por bajo rating”, recuerda Fernando Gaitá n, libretista de esta producció n que en 2010 entró a formar parte del Record Guinness como la novela má s exitosa del mundo.

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Tras los pasos de ‘Yo soy Betty, la fea’, se abrieron camino en la televisión personajes como ‘Pedro, el escamoso’, ‘El man es Germá n’, ‘Pocholo’, entre otros fenó menos parecidos que fueron capturando la atenció n del televidente, tanto de RCN como Caracol.

Carlos Ochoa, periodista y coleccionista de telenovelas, resalta que el é xito de ‘Yo soy Betty, la fea’, rescato el Foto: Archivo/RCN Televisión ́ elemento de la comedia que habiá estado presente en exitosas producciones como ‘Te quiero Pecas’, ‘Dejé monos de vainas’, ‘Vuelo secreto’, entre otros que se convirtieron en referente de la televisió n de la dé cada anterior.

“Eran historias con la tipicá historia de amor en la que hay una pareja de enamorados, pero los obstá culos entre ellos se dibujan de otra manera que va má s allá de los estratos sociales y se mezclan con la belleza, que es algo que no se habiá hecho”, cuenta Ochoa.

Adicionalmente, asegura que se rompieron estigmas en temas como el homosexualismo pero se disminuyó la presencia de contenidos que podriań considerarse eró ticos y que estaban muy presentes en las novelas que se emitiań en los canales pú blicos, pues “la entidad encargada de regular y supervisar las producciones que emiten los canales privados, exige que se tenga un especial cuidado con los contenidos sensibles en horarios familiares y los canales no se pueden exponer a violar esta norma porque las sanciones econó micas son muy altas”, dice.

“Con la llegada de la televisió n privada se empezó a hablar de homosexualismo sin ningú n tipo de tabú . En ‘Yo soy Betty, la fea’ el personaje de Hugo Lombardi se ganó el respeto y admiració n del pú blico sin necesidad de condenar su orientació n sexual.

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Despué s de eso, ‘Casa de reinas’ tuvo como protagonista a un hombre abiertamente homosexual, con una familia conformada y que fue un é xito por el buen manejo que se le dio al tema”, resalta Carlos Ochoa.

Un nuevo ingrediente en la parrilla

En 2001 se estrenó uno de los formatos que llegariá para quedarse y convertirse en uno de los principales ingredientes de la programació n de los canales privados: el reality show.

Mariá del Rosario Iregui resalta que “los realities surgen en Estados Unidos a raiź de una huelga de escritores donde las cadenas no teniań con qué tapar el hueco. Lo intentaron con la realidad televisada y descubrieron que habiá una forma má s econó mica y efectiva de hacer televisió n, que ademá s le gustaba al televidente”.

En Estados Unidos formatos como ‘Gran hermano’, ‘La voz’ y los temas de supervivencia comenzaron a convertirse en una de las opciones favoritas de los canales dentro de su programació n.

A Colombia el formato llegó como una imitació n de una tendencia de la industria internacional con ‘Expedició n Robinson’, una adaptació n de un formato estadounidense que rá pidamente captó la atenció n de la audiencia.

Este era un formato de Foto: Archivo/Caracol Televisión supervivencia, en el que un grupo de participantes se enfrentaba a una serie de pruebas y desafioś en una regió n apartada, pasando necesidades y llevando al limité sus personalidades.

Al respecto, Á lvaro Velandia, docente investigador de la Universidad Sergio Arboleda y director del proyecto de investigació n de narrativas audiovisuales, asegura que aunque en Colombia el reality llegó como una opció n nueva en la parrilla de televisió n, no tomó tanta fuerza como en paiseś como España.

“Un formato como ‘Gran Hermano’ en Colombia murió rá pidamente porque es un tipo de televisió n que premia lo mediocre, los valores no son importantes y realmente no importa lo bajo que se deba caer para resultar siendo un ganador. En

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España todaviá es un programa muy vigente pero especificamenté en Colombia, ese y otro formato como ‘Protagonistas de Novela’, que en sus inicios fue tambié n tan exitoso, está n condenados a morir, porque la gente ya no quiere ver eso”, asegura el docente.

Algo similar considera el criticó Omar Rincó n quien asegura que “el reality empezó como una buena apuesta y se convirtió en una manera de enfrentar al televidente a sus propios comportamientos, pero ya ha ido en una curva decadente, como la que estamos viendo en la versió n 2017 de Protagonistas de Novela, en la que el ú nico talento que tienen sus participantes es exponerse denigrantemente frente a las pantallas. Eso tampoco es hacer televisió n y tampoco es lo que se le debe dar al televidente que, por cierto, ha demostrado que no es eso lo que quiera ver”.

A esto, Mariá del Rosario Iregui añade que “para Colombia fueron innovació n en su momento, a la gente le gustó ver eso de la gente del comú n, eso de encontrar una nueva forma de contar historias, pero hoy por hoy, la gente ya sabe que eso no es tan genuino y que de alguna manera se sigue un libreto. Las reglas del juego son predecibles y siento que han perdido un poco ese grado de atracció n y ya no son tan poderosos. Sin embargo van a seguir siendo parte de la ecuació n porque es una forma diferente de conectar con la audiencia y que genera mucha conversació n”.

Dentro de la variedad de formatos basados en la llamada ‘telerealidad’ existen tambié n los ‘talent shows’ que son programas en los que se compite con un talento en particular y en el que la convivencia y la supervivencia no son importantes para avanzar en el camino a ser ganador

Pero a pesar de que han sido mucho los realities de esta categoriá que han llegado a Colombia, Omar Rincó n asegura que han existido tanto buenos como malos experimentos: “Experiencias buenas como ‘Popstars’, ‘La Voz’, ‘Factor X’, ‘Yo me Foto: Archivo/Caracol Televisión llamo’ y ‘MasterChef’; y otros menos exitosos

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como American Idol y Colombia tiene talento y Grandes Chicos, que llegaron a la televisió n nacional, con muchas expectativas, pero muy poco é xito”.

De esos productos internacionales han surgido tambié n otros nacionales, creados por los canales, para tratar de ofrecer un panorama má s cercano a la realidad de los colombianos.

“’A otro nivel’ y ‘Soldados 1.0’, son ideas que nacieron de los canales. Dos opciones diferentes en cuanto contenido, pero con bases muy parecidas, realities de supervivencia y concursos de mú sica”, señala Omar Rincó n.

Adicionalmente, los canales intentaron realities de temas sociales, como Misió n Impacto que hizo RCN, en los que se invirtieron grandes cantidades de dinero para apoyar iniciativas filantró picas y de emprendimiento, que prá cticamente eran desconocidas para el paiś en general y que a pesar de que en la televisió n tuvieron una vitrina hacia el mundo, los números en audiencia no fueron tan bené volos con ellos y finalmente terminaron saliendo del aire.

“Misió n Impacto llegó en un momento en el que la gente ya estaba acostumbrada a la televisió n fá cil, en la que no hay que pensar y mucho menos conectarse con la realidad de lo que está pasando al otro lado de la pantalla. Este fue un proyecto divino pero las cifras de audiencia fueron fatales y acabaron con la buena intenció n”, recuerda la periodista Consuelo Cepeda, quien desde hace 17 años ocupa el cargo de defensora del televidente en RCN Televisió n.

La ‘programació n espejo’

El docente Á lvaro Velandia resalta que el nivel de producció n de las series y novelas colombianas no tendriá nada que envidiarle a la televisió n que se hace en otros paiseś y eso es algo que se logra gracias a que la producció n está en manos de dos grandes grupos econó micos que son referentes mundiales y que le apostaron a la inversió n en tecnologia.́ Sin embargo, “estamos cayendo en un circuló monotemá tico, del que el televidente tarde o temprano va a terminar por aburrirse, sino es que ya se aburrió ”.

El investigador destaca la ‘producció n espejo’ que de alguna manera “parece haber sido pactada, no sé si de manera directa o tá cita, entre los dos canales pero es evidente que trabajan siempre esperando los resultados del otro”.

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Es por esto que cada vez es má s habitual que si uno de los canales, ya sea RCN o Caracol, presenta en su horario de mayor audiencia un reality show musical, su enfrentado sea un programa del mismo estilo.

Lo mismo sucede con las ‘bionovelas’ o las ‘narcoseries’; formatos e historias que cada vez está n má s presentes en las parrillas de programació n de ambos canales y que cada vez resultan menos innovadoras.

“Eso puede ser un arma muy peligrosa para los dos canales pues no se han dado cuenta de que en este momento de la industria la competencia no son realmente el uno o el otro. La competencia en este momento está fuera de la caja y son las multipantallas y las plataformas digitales que avanzan a pasos agigantados en la creació n de nuevos contenidos que resultan cada vez má s atractivos para las audiencias”, señala Velandia.

Mariá del Rosario Iregui está de acuerdo con que la politicá de la ‘programació n espejo’ es una especie de ‘zona de confort’ que los dos canales decidieron adaptar. “Desde el principio los dos canales fueron concebidos como algo muy parecido. Tanto RCN como Caracol han tenido Mónica Rodríguez, Mauricio Vélez y Catalina Gómez, presentadores de ‘Día a Día’ de Caracol momentos en los que se Televisión Foto: Archivo /Caracol TV arriesgan y traen nuevas propuestas, pero se vuelve a lo mismo. Si a uno le va bien con un formato el otro hace algo similar y esa es la diná mica. El que va de segundo hace lo que ve hacer bien al que va de primero y asi ́ hasta que se ‘voltea la torta’ que durante años fue bastante cambiante. Creo que antes era mucho má s fá cil lograr un resultado de audiencia con un solo producto que le diera la vuelta a todo el Canal. Hoy en diá eso ya no es tan fá cil de hacer porque ya la gente tiene muchas opciones de entretenimiento y un solo producto no te va a solucionar una oferta de programació n de todo el diá ”, destaca Iregui.

En el mismo sentido Omar Rincó n agrega que la ‘promesa’ de diversidad de contenidos que hicieron los canales privados al inicio de su existencia se empezó a

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desdibujar rá pidamente cuando en un acuerdo, aparentemente tá cito, se estableció una predecible programació n.

“Los ‘morning shows’ o los programas de la mañana, son una copia, uno del otro, se rotan los invitados y todo. Un diá está un actor en Caracol, y al otro diá está en el programa de RCN, diciendo exactamente lo mismo que dijo el diá anterior. Los dos hacen juegos, cantan, cocinan, echan chismes, queman el tiempo, y en eso pasa la mañana de los televidentes. Si uno llega a cambiar de un canal a otro, buscando algo diferente, solo va a encontrar má s de lo mismo. Empiezan y se acaban a la misma hora”, dice Rincó n.

El criticó agrega que esa diná mica se repite a lo largo del diá con los horarios de inicio de los noticieros, las novelas extranjeras de la tarde, y la programació n de la noche.

“A veces se vuelve desesperante ver televisión por eso. Porque a las 8:00 p.m., vamos a encontrar reality o concurso; a las 9:00 p.m., bionovela, de preferencia musical para que sea atractiva, a las 10:00 una serie a la que no le creiań mucho, pero que sorprendentemente funciona; a las 11:00 p.m., una en la que creyeron menos, y que a veces es extranjera; y a las 11:30 p.m., vuelve el noticiero. ¿Cuá l es la variedad prometida? Creo que todaviá nos la deben”, enfatiza Omar Rincó n.

A esto, el criticó de televisió n añade que si se hiciera una cuenta de las novelas y series que han hecho los canales privados, se podriá pensar que de 100 producciones, 25 han sido exitosas y las otras 75 han pasado sin pena ni gloria.

“Sin embargo, esto es un buen balance, porque en otros paiseś la relació n es de 8 a 1. Pero lo que realmente creo es que a nosotros nos ha ido muy bien en la ficció n y muy mal en la realidad. Estamos contando muy mal al pais,́ con las narconovelas y con los realities en donde se saca lo peor del ser humano. Eso es un riesgo que no se puede correr porque no podemos permitir que la televisió n siga mandando ese mensaje”, concluye.

¿Qué pasa con la llegada de la tecnología?

Para Wilson Vega, editor de tecnologiá del perió dico El Tiempo, “el tema tecnoló gico ha cambiado la televisió n en el sentido en que transformó los há bitos de consumo de los televidentes. Mientras que generaciones como la miá tuvieron que acostumbrarse a ver la televisió n cuando la pasaban y a tener unos ciertos canales

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y ciertos horarios, las nuevas generaciones no reconocen como vá lido el argumento de que no puedan ver lo que quieren cuando quieren”, dice.

Consuelo Cepeda comparte esta hipó tesis pues considera que en este momento existen dos tipos de televidentes. “Unos somos los ‘jurá sicos’, que somos los televidentes de hoy en dia,́ la mayoriá con má s de 50 años y que estamos acostumbrados a ver el noticiero a la hora que es y llegar a la casa a ver la novela de la noche. Para nosotros la televisió n no se va a acabar y es necesario que siga existiendo como lo hace en este momento. El otro grupo de televidentes son los niños, adolescentes y adultos jó venes que está n en la transició n y adaptació n de nuevas costumbres. Para ellos, si existe o no la televisió n de antes, tiene muy poca importancia”.

Mariá del Rosario Iregui sostiene que si bien la llegada de nuevas tecnologiaś no representa directamente el fin de los canales de televisión privada, si ́ existe una gran necesidad de que se reinventen la forma de hacer sus contenidos y se tengan en cuenta esas exigencias que tiene el pú blico actual, con el fin de poder competir con las nuevas plataformas.

“La televisió n abierta tiene que ser cada vez má s en vivo, y pues obviamente que sus apuestas sean má s 360. Deben venir construidos desde el principio con una expresió n digital, con un desarrollo de conversació n en redes. No reactivo, de que la gente comentó y yo contesto, sino que se tenga planteada cuá l va a ser la expresió n de tu contenido desde muchos aspectos adicionales a la Foto: Tomada de Internet pantalla”, señala Iregui.

Al hablar de estrategias 360 y la conversació n en redes sociales la ejecutiva se refiere a que ya no se puede pensar en un producto que sea emitido ú nicamente en la pantalla, sino que desde su concepció n se debe pensar en una forma de comunicar a travé s de diferentes plataformas sin que el contenido sea el mismo. Es decir realizar un lanzamiento en una plaza pú blica en la que se acerque el talento de cada producció n a su pú blico, acompañado de un concurso a travé s de radio que

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permita la interacció n del televidente con el producto, y a la vez, tener una estrategia digital que promueva una conexió n de los posibles televidentes con el nuevo formato a estrenarse. Esto acompañado de una tá ctica que inicie una comunicació n en redes sociales que no solo se encargue de responder comentarios generados a partir de la emisió n de un capitulo,́ sino que tambié n a travé s de estas plataformas alternas se promueva una discusió n interesante y complementaria de lo que se ve en pantalla.

Del mismo modo lo considera el catedrá tico Á lvaro Velandia quien añade que “los canales privados de televisió n en Colombia tienen que fijarse muy bien en cuá les son las historias que el pú blico quiere que le cuenten, pero tambié n có mo quieren que se las cuenten. Tal vez ya no vale la pena hacer una gran novela con 120 capitulos,́ sino que necesitamos una buena historia, contada en 30 o 20 capitulos,́ con emisiones perió dicas que logren enganchar de alguna manera”, señala.

Es por esto, que Wilson Vega considera que aunque no existe un pronunciamiento oficial de RCN ni de Caracol frente a la manera como los podría afectar la llegada de las nuevas tecnologiaś y los cambios en el consumo de televisió n, no se puede negar que la existencia de esas plataformas alternas se convierte en una amenaza para ellos.

“Ya era bastante problemá tico para un canal de televisió n abierta, competir con la oferta del cable y entonces se escuchaba a RCN y a Caracol decir que ya no competiań con el otro, sino que competiań con el cable, que eran National Geographic, BBC y CNN. Pero ahora no solo compiten con esos y con la televisió n regional, sino que compiten con Netflix, YouTube y con Instagram, que si bien no son televisió n como tal, son bá sicamente contenidos que exigen un tiempo frente a una pantalla consumiendo imá genes en video. En ese sentido, es preocupante que la tendencia de las nuevas generaciones sea ver menos televisió n, de la que llamamos tradicional y má s contenidos por streaming”, sostiene Vega.

Por eso, el periodista considera que, si bien los canales privados de televisió n en Colombia han tratado de reaccionar ante la llegada de las nuevas tecnologias,́ lo han hecho tarde y de mala manera. “Les sucedió muy parecido a lo que le pasó a la prensa escrita que, cuando descubrió́ Internet, asumió que era una repisa en la que podiá poner todo lo que haciá para el perió dico impreso y lo subiań pero con el mismo lenguaje y sin contar con las consideraciones obvias del formato y del espacio y la audiencia digital”, destaca Vega.

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La conclusión general es que existe una inmensa necesidad de reinventarse que cada vez es má s latente. No se trata de que los canales esté n ante una amenaza de desaparecer, pero si ́ tendrá n que enfrentarse a un público más exigente y menos dispuesto a someter sus preferencias e intereses de informació n a una grilla de programació n.

“Creo que estamos ante una tendencia que eventualmente va a terminar por transformar todo el paisaje. Es decir, al igual que con la prensa escrita, yo no creo que sea una cuestió n de si se va a acabar o no, sino cuá ndo se va a acabar. Tarde o temprano, hacer el ejercicio de poner en tinta sobre un papel unos contenidos que son cambiantes, frente unas plataformas que me dan la posibilidad de presentarlas de otra manera, má s rá pido y á gil, va a terminar por ser irrelevante la forma que usé durante má s de 100 años”, dice Vega.

Si bien es cierto que entre la audiencia existen todavía personas interesadas en llegar a encender sus televisores para ver el noticiero o su novela favorita, también es importante mantener puesta la atención en esos cambios generacionales, frente a los que los canales tienen que tener puesta la atención pues sin duda, será con base a esos nuevos televidentes que se deberán producir los nuevos contenidos y se deberá proyectar una industria que pueda consolidarse como un negocio sostenible en el mercado.

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REPORTAJE 2

LOS ESPACIOS INFORMATIVOS DE LOS CANALES

Desde su mirada como periodista, Consuelo Cepeda reconoce con nostalgia la pé rdida de espacios informativos en la parrilla de programació n de los canales privados. “Cada vez son menos los documentales, las investigaciones y el desarrollo a profundidad que se les da a los temas de interé s nacional”, dice. María Lucía Fernández y Jorge Alfredo Vargas. Foto: Archivo/Caracol TV Por su parte, Omar Rincón considera que en un principio, los canales privados nacieron con el propósito de acabar con la participación evidente del Estado en las sobre los contenidos que se emitían a través de la pantalla, sin embargo cuestiona hasta qué punto se ha cumplido realmente con este fin.

“Definitivamente yo creo que no. Pasamos de tener la informació n manipulada por el Estado, a pasar a tenerla manipulada por los dos grupos empresariales má s grandes y poderosos de Colombia, lo que, traducido al idioma de las noticias, podriá resultar exactamente igual”, señala.

Entre tanto, Á lvaro Velandia asegura que los canales al depender de dos grupos econó micos empiezan a pensar tambié n en la producció n de la informació n como un negocio. “Es mucho má s econó mico y sencillo trabajar los temas del dia,́ realizando el registro de los hechos, que invertir grandes cantidades de dinero en investigaciones de largo aliento que pueden tener a un periodista viajando durante varios dias,́ contrastando fuentes y desarrollando un trabajo de alta calidad, pues al final el televidente lo que quiere es la noticia, lo importante, lo que sucede en el momento”.

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Yesid Lancheros, director del Sistema Informativo del , asegura que no só lo es imposible pensar que los medios de comunicació n y especificamenté los noticieros sean completamente autó nomos, sino que cada diá existen má s elementos de juicio y criticá al trabajo que realizan los periodistas, ya sean de RCN o Caracol.

“No es que esté mal tomar partido. En el mundo existen muchos medios de comunicació n que toman partido frente al gobierno que los rige y son honestos con su pú blico. Esa honestidad es la que termina teniendo un mayor valor en el proceso informativo. Pero lo que no se puede aceptar es que en el momento de emitir una noticia se desfigure o se esconda informació n, solo porque se está o no de acuerdo con lo que está sucediendo. Eso es algo completamente diferente”, dice Lancheros.

El director del Sistema Informativo del Canal Capital añade que con el nacimiento de los canales privados lo que se buscaba, ademá s de diversificar la oferta de entretenimiento, era fortalecer el ámbito informativo, que en Colombia sigue siendo muy pobre.

“La oferta noticiosa en el paiś es muy pequeña. Tenemos dos perió dicos nacionales, una revista, dos canales privados y dos cadenas radiales que siguen marcando la pauta en materia de informació n. Eso en comparació n con otros paiseś es muy poco”, dice el comunicador.

Sin embargo, destaca que, en materia de cobertura e inmediatez, la emisió n de noticias ha avanzado de manera positiva, lo que les exige a los periodistas estar constantemente actualizados y a buscar la manera de darle al televidente informació n adicional a la que podriá tener acceso por otros medios como Internet o redes sociales.

“De ahi ́ que nosotros como periodistas estemos en la obligació n de reinventarnos constantemente. Realmente que los medios sean manejados por grupos empresariales no es un problema, porque hoy en dia,́ que uno u otro medio intente tapar un escá ndalo de corrupció n no es impedimento para que salga a la luz pú blica”, asegura Lancheros.

Frente a la criticá y los señalamientos de los cuales son blanco hoy en diá los medios de comunicació n, Yesid Lancheros destaca que eso es algo que siempre ha existido.

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“Recuerdo que hace varios años Roberto Pombo, director de El Tiempo, deciá que habiá personas que pareciań tener por ‘hobbie’ criticar lo que el perió dico haciá porque todos los diaś o por lo menos semanalmente, enviaban una carta quejá ndose de algo. Ahora no necesitan enviar cartas, simplemente escriben en sus redes sociales, y en el mejor de los casos, cumplen con su necesidad de desahogarse pero, en otros casos, se convierten en virales y los periodistas y los medios terminan siendo blanco inclemente de criticaś ”, argumenta.

Lancheros destaca que, con la llegada de los canales privados y con la inversió n que se ha hecho en materia de tecnologiá en sus equipos de transmisió n, principalmente para los noticieros, se ha obtenido una gran ganancia en materia de cubrimiento de informació n en regiones a las que anteriormente era muy dificiĺ llegar.

“Si bien es cierto que existen aú n regiones, en el Pacificó y otras zonas apartadas en las que aú n hay necesidades de gran nivel, antes no era posible ni siquiera pensar en visibilizarlas, porque eso implicaba muchos diaś de traslados y dificultades mayores para la emisió n de la informació n. Ahora los noticieros hacen la tarea de ir hasta allá , poner en la agenda una Colombia de la que muchos a veces nos olvidamos y eso es un gran aporte de la televisió n a la construcció n de paiś ”, dice Lancheros.

Por su parte Omar Rincó n añade que la calidad de la producció n de los noticieros de los canales privados en Colombia es muy alta en comparació n con lo que se hace internacionalmente.

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“Té cnicamente los noticieros son muy buenos, manejan infografias,́ herramientas complementarias muy diná micas, tienen un buen ritmo, son muchisimó mejor que uno de CNN o de Univisió n. Ademá s, hemos logrado Felipe Arias- Noticias RCN. Foto: Archivo/RCN Televisión posicionar grandes talentos en materia de presentación, tenemos a Mabel Lara, Mariá Luciá Ferná ndez, , Jessica De la Peña, Yalena Já come, Iné s Mariá Zabarain,́ Claudia Palacios, Vicky Dá vila, Claudia Gurisatti, Andrea Serna, Claudia Bahamó n, entre otras. Y en hombres, Jorge Alfredo Vargas, Juan Diego Alvira, Felipe Arias, Juan Eduardo Jaramillo, Yamit Palacio; sin contar a los de deportes, que tambié n se han formado en los canales privados y son referentes del periodismo en Colombia, y bien o mal, eso no es tan comú n y es una ventaja para nosotros”, dice Rincó n.

Sin embargo, añade que la verdadera deficiencia podriá estar en los gé neros periodisticoś y el poco espacio que se le da a la investigació n, a los documentales y a las cró nicas que trascienden má s allá de la noticia del diá a dia.́

Una hipó tesis que comparte Consuelo Cepeda, quien asegura que es muy fá cil reconocer los pocos intentos que han tenidos los canales por realizar programas de investigació n, cró nica y documental de alto nivel y que ademá s, puedan tener una respuesta positiva de la audiencia.

“El problema está en que la gente se desacostumbró . Muy pocos son los televidentes que quieren ver ese periodismo de profundidad que se haciá antes”, dice.

Aunque no son muchos los ejemplos que se puedan destacar, la periodista reconoce algunos en cada uno de los canales. “Caracol tiene muy buenos acercamientos a este tipo de formatos como ‘Entre ojos’ que a veces lo hacen ellos y a veces compran las historias; ‘Los informantes’ y ‘Sé ptimo diá ’, que en sus inicios

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fueron buenos referentes pero que tambié n han desdibujado un poco lo que se considera periodismo de investigació n y se dedicaron a hacer persecuciones con cá maras a los acusados”, señala.

Y agrega que “en RCN, en sus inicios ‘La Noche’ fue un programa muy bueno de investigació n, y tambié n han tenido ‘Alguien está mintiendo’, ‘Bajo la mira’ y ‘4Caminos’, aunque definitivamente el broche de oro siempre han sido los especiales de Noticias RCN, que hace Patricia Gómez para los días festivos. Pero realmente la oferta en los canales en cuanto a periodismo de investigació n y profundidad es muy pobre; se han dejado llevar por periodismo de sangre y persecuciones, sin ir má s allá ”, concluye Consuelo Cepeda.

Si bien los contenidos noticiosos y de opinión de los canales privados son considerados como un elemento importante en sus parrillas de programación, se han visto casos como el más reciente de RCN, en el que su noticiero de las 7:00 p.m., se redujo a solo media hora al aire, un recorte que llama la atención, teniendo en cuenta que los jueves los canales nacionales ceden parte de su espacio informativo a los informativos del Congreso de la República y el noticiero de RCN, termina siendo no mayor de 15 minutos.

Adicionalmente en el caso de los programas de opinión se ha visto cómo, varios intentos hechos por los dos canales son emitidos a las 11:30 p.m., o incluso casi la media noche, un horario en el que tienen muy poco impacto en la audiencia y que en la mayoría de los casos pasan completamente desapercibidos.

De esta manera es importante detenerse a analizar realmente qué significan estos espacios informativos en la actualidad de los canales privados y cuál será el papel que tendrán en el proceso de transformación que vive la televisión actual en el que la información llega a la audiencia por diferentes canales de distribución y en el que la inmediatez y cercanía con el público juegan un papel fundamental.

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REPORTAJE 3

EL FANTASMA DEL RATING

Cada vez que sale al aire una nueva producció n en Caracol o RCN la primera pregunta es cuá l fue su rating ¿Pero a qué se refieren cuando hablan del rating?

“El rating es la medida que indica el comportamiento de la audiencia, frente a uno u otro producto, es decir, qué porció n de la població n vio el programa al aire, o por lo menos cuá ntos televisores estuvieron encendidos en un hogar durante la emisió n de ‘X o Y programa”, explica Wilson Vega, editor de tecnologiá del diario El Tiempo.

Sin duda alguna, las cifras de rating que registran hoy en diá los espacios de RCN o Caracol, no tienen nada que ver con lo que marcaban hace 20 años o menos.

De acuerdo con los registros histó ricos de los canales de televisión las 10 producciones de entretenimiento y ficció n (series, novelas y concursos) con mayor rating desde el nacimiento de los canales en 1998 hasta 2016, fueron: A corazón abierto, primera temporada (2010) con 18,9 puntos; Pasió n de gavilanes (2003) con 17,8 puntos; Protagonistas de Nuestra Tele (2010) 17,6 puntos; Yo soy Betty la fea (1999) 17,4 puntos; Yo me llamo, primera temporada (2011) 17,0 puntos; Amor Sincero(2010) 16,7 puntos; La Voz Kids, primera temporada (2014) con 16,6 puntos; A corazó n abierto, segunda temporada (2011) con 16,3 puntos; Chepe Fortuna (2010) con 16,3 puntos; y Escobar, el patró n del mal (2012) con 16 puntos de rating.

Hasta 2016, el record de la cifra má s alta de audiencia lo habiá marcado la transmisió n del Gol Caracol del partido entre Colombia y Brasil en la Copa Amé rica con un promedio de 29,5; sin embargo, ese ré cord se rompió este anõ con la transmisió n del partido de la selecció n Colombia ante Perú , para definir su paso al Mundial de Rusia 2018, en el que el Gol Caracol marcó en promedio 31.2 puntos de rating.

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Pero, ¿de dó nde salen estas cifras? ¿Por qué es tan dificiĺ encontrar una persona que tenga en su hogar un medidor de audiencia? ¿Qué tan confiables son estas mediciones?

Con una trayectoria de má s de 60 años en la medició n de audiencias en paiseś de Amé rica Latina como Brasil (en donde está su base matriz), Uruguay, , Panamá , Ecuador, Guatemala, Costa Rica, Paraguay, entre otros, Kantar Ibope es la empresa privada encargada de medir desde hace 25 anos,̃ los registros de audiencia en Colombia.

Su mé todo de medició n está basado en una muestra de hogares que segú n Carolina Gonzá lez Betancourt, directora comercial de Kantar Ibope en Colombia, se determina segú n las proyecciones del ú ltimo censo poblacional entregado por el Dane.

“Para hacer esta muestra lo que hacemos es con el total de hogares en Colombia (14.153.684) y teniendo en cuenta que el promedio de penetració n de la televisión en el paiś está en un 90% (es decir 12.738.315 hogares tienen televisor), se determina una cifra que está estadísticamente sustentada, de 6.225.655 hogares, que representan un 48% de ese total. De esa cifra se extrae un universo de hogares sobre el que se va a calcular el comportamiento de la audiencia. Este segmento, está conformado por 7.985 hogares (es decir el 0.062% del total) y finalmente se trabaja con una muestra de 1.100 hogares (0.086% del total); es en estos donde se instalan igual número de medidores para registrar diariamente y minuto a minuto lo que se vea a través del televisor”, explica Carolina González.

Una cifra que si bien es bastante pequeña frente al número total de hogares con televisión registrados en Colombia, la funcionaria asegura que Ibope cuenta con los soportes estadísticos con los que se puede demostrar que a través de esos 1.100 hogares es posible determinar cuál es la tendencia de consumo en el país. “Es como una muestra de sangre en el cuerpo humano, no necesitamos analizar toda la sangre de una persona para determinar su estado de salud, en el comportamiento de audiencia sucede algo similar”, agrega.

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Actualmente, esta muestra la integran 1.100 hogares, ubicados en 22 ciudades, que a su vez se encuentran clasificadas en cinco zonas, en las cuales dividen el pais:́ Centro (Bogotá y Soacha), Caribe (Santa Marta, , Soledad y Cartagena), Café (Dosquebradas, Manizales, , Pereira), Pacificó (Palmira, Cali, Yumbo), Antioquia (Bello, Medellin,́ Envigado, Itagü i)́ y Oriente (Cú cuta, Los Patios, Bucaramanga, Giró n, Floridablanca), siendo la zona Centro la que incluye mayor nú mero de hogares con 350.

En estos hogares viven 4.600 personas de diferentes estratos sociales, gé neros y edades, informació n que queda consignada en cada uno de los medidores de audiencia que se instalan en el hogar.

Contrario a lo que algunos suponen, la instalació n de los medidores no se realiza de manera aleatoria y mucho menos es un producto del azar, pues cada familia seleccionada debe cumplir con unos pará metros especificoś que correspondan a las exigencias de la muestra general.

Es por esta razó n que, por ejemplo, si una familia que vive en Bogotá y hace parte de la muestra de medición, quiere trasladarse a Barranquilla, es probable que tenga que ser sacada de los hogares a los que se les hace seguimiento de audiencia. En su lugar, debe ser incluido un hogar que cumpla con las mismas caracteristicaś de quienes se van a trasladar.

“Si en Barranquilla tenemos 200 hogares en medició n, no podriamoś incluir uno má s, solo porque se cambiaron de casa, porque eso dañariá la muestra. Lo que se hace en ese caso, es reemplazar la familia que se va con una de las 7985 que está n previamente elegidos y que cumplan las mismas caracteristicaś ”, explica la Directora Comercial de Kantar Ibope.

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El medidor: un animal mitoló gico

Frente a la informació n que registra el medidor de audiencia, la ejecutiva explica que cada dispositivo almacena la informació n de má ximo ocho integrantes de la familia, mayores de 4 años y registra los programas que se ven en cada televisor, diferenciando cuá l es su señal de origen, es decir, sin importar que sea señal abierta, por antena, por cable o por TDT.

“El medidor es un decodificador con control remoto propio. Al prender el televisor la persona que esté viendo, debe identificarse con un nú mero a travé s del control. De esta manera hay perfiles asignados para cada persona con su informació n bá sica: edad, gé nero y rol familiar. En los casos que se trate de la cabeza de la familia o una ama de casa. Cuando se trata de un visitante se debe especificar que es visitante, e incluir la informació n de esa persona. Los integrantes de la familia reciben una capacitació n sobre có mo hacerlo”, explica la ejecutiva.

Frente a la credibilidad de estas cifras, la Directora Comercial de Kantar Ibope, dice que una de las cosas que se tienen en cuenta para evitar que las familias sean manipuladas en su decisió n sobre ver uno u otro canal, existe un acuerdo de confidencialidad que no les permite revelar que hacen parte de la muestra de comportamiento.

Ademá s, aclaró que la transmisió n de la informació n se realiza minuto a minuto y de la misma manera es emitida a los clientes que compran los derechos de acceder a estos datos por lo cual seriá imposible de manipular.

Los registros y trabajo que realizar Kantar Ibope no solo en Colombia, sino en otros paiseś de Amé rica Latina, está supervisado por una auditoria interna y por una entidad externa llamada ‘Meda Rating Council’ que es la encargada de regular y vigilar la transparencia de las mediciones de audiencia en casi todo el mundo.

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“Es como nuestra Price Waterhouse Cooper. Cada tres años se hace un proceso de certificació n de la calidad de los procesos, ademá s de las certificaciones ISO que tenemos que mantener actualizadas”, explica.

Gracias a estos registros que se hacen por hogares, minuto a minuto, es posible conocer en tiempo real el comportamiento de una producció n, mientras se está emitiendo al aire. La informació n especificá de cada televidente, se presenta al diá siguiente, por ser un procesamiento de datos má s detallado.

Las personas que hacen parte de esta muestra no reciben ningú n tipo de pago y la participació n es voluntaria. Una familia a la que se le propone hacer parte del grupo de medició n tiene la libertad de aceptar o no, y tambié n puede retirarse en el momento que lo considere adecuado. Lo ú nico que reciben estos hogares trimestralmente son incentivos de Ibope como agradecimiento por su colaboració n.

“Casi siempre son cosas para el hogar, pequenos̃ electrodomé sticos o bonos de compra en supermercado, pero son cosas mínimas y siempre son de Ibope. No se permite que ninguno de los canales ofrezca ningú n tipo de recompensa a las familias”, dice Carolina González.

Frente al comportamiento de las audiencias ante la Gráfico: Proceso de medición de audiencia. Fuente: Ibope llegada de nuevas tecnologias,́ la Directora Comercial de Kantar Ibope, reconoce que se deben hacer unas nuevas inclusiones de mecanismos de medició n que permitan identificar el consumo multipantalla, que cada vez toma má s fuerza. Pero no por eso, dice, se le puede restar credibilidad a las cifras de audiencia que arrojan sus estudios.

“Para las cifras de rating siempre habrá adeptos y detractores, porque siempre habrá ganadores y perdedores. Entonces al que gana le parece que la medició n está bien hecha y no le importa que sean solo 1.100 hogares; y el que pierde dirá que son muy pocos hogares y que no alcanzan para determinar las verdaderas preferencias del pú blico. Pero nosotros seguiremos sustentando que esta no es una

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muestra que establecimos porque si.́ Tenemos un respaldo estadisticó que soporta la cantidad de medidores instalados”, concluye la funcionaria de Ibope.

Sin embargo el sinsabor de tener una muestra muy pequeña de la població n, sumado a falta de registros de las visualizaciones del contenido que se realizan desde plataformas digitales, y la falta de medició n de las visualizaciones de las grabaciones a travé s de los decodificadores de televisió n por cable, hace que la credibilidad y la veracidad de las cifras de rating sean constantemente cuestionadas.

Asi ́ lo asegura el actor Santiago Alarcó n, quien recientemente protagonizó en RCN Televisió n la serie sobre la vida de Jaime Garzó n. “Es increiblé ver como la serie nunca pasó los seis o siete puntos de rating segú n Ibope, pero en la calle todo el mundo me hablaba de lo que estaba pasando, cada vez que habiá un momento importante en la historia, é ramos tendencia en redes sociales, la gente conociá y sabiá qué estaba pasando en ‘Garzó n’. Es decir la conversació n en torno a la serie era impresionante y era algo que nunca me habiá pasado ni siquiera con ‘El man es Germá n’, que si ́ fue un é xito segú n las cifras de Ibope”, explica el actor.

Esos seis o siete puntos de rating se contrastan con el nú mero de visualizaciones que registraba cada capituló de la misma serie en youtube, las cuales superaban los 25 mil por capitulo;́ o el nú mero de reproducciones de un mismo episodio en la pá gina web de RCN Televisió n los cuales alcanzaban las 100 mil vistas, es decir 18 veces má s la cifra aproximada de personas que hacen parte de la muestra poblacional de la medición de Ibope (4.600 personas en promedio).

Ante esto Jorge Baró n enfatiza en que la falta de confianza en los mé todos de medició n no es algo nuevo para é l pues, desde siempre, segú n é l no han sido registros verdaderos que puedan reflejar el nivel de preferencia del pú blico frente a los productos que se ven en pantalla.

“Ni hoy, ni nunca. Pé sima. Es lo má s mentiroso que puede existir. Eso es un fiasco. Creo que se deberiá regular e incluso el Gobierno deberiá intervenir en ese aspecto, porque han sido muchos los programas que han desaparecido injustamente a raiź de esas mediciones mentirosas que está n realizando, no ahora, sino desde siempre que se vienen haciendo esas mediciones diarias en la televisió n. Esta gente que hace las mediciones, aplican el mismo sistema que se usaba hace 20 o 30 años y con eso nos dicen que van a medir a un pais,́ eso es imposible que tenga alguna credibilidad”, destacó Baró n.

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Por su parte, el docente Á lvaro Velandia asegura que la medició n del rating no puede considerarse como algo real, porque no existe un factor determinante para decir que si un televidente ve un programa en un momento dado pueda definirse a partir de eso un factor de consumo.

“Simplemente la televisió n se volvió un acompañante. Hoy en diá mientras el televisor está encendido en un canal, la persona está interactuando a travé s de su tablet o su telé fono celular y está realizando otras actividades que no le permiten tener el 100% de su atenció n en el televisor, entonces no podemos hablar de un consumo consciente de los contenidos que se emiten en pantalla”, explica.

A lo que, Mariá del Rosario Iregui agrega que “si bien hemos tenido una pé rdida clara en el nú mero de encendidos para el caso de los dos canales, es claro que tambié n en Colombia tenemos un sistema de medició n que se quedó corto de acuerdo a los comportamientos de la audiencia y hay muchas formas de consumo que no se está n midiendo y que tienen cifras importantes para aportar a esta evaluació n”.

Finalmente, Omar Rincó n señala que “no podemos seguir pensando que el consumo de televisió n sigue siendo el mismo que hace 20 años, porque hoy en dia,́ ya no existe el afá n de llegar a la casa a ver la novela de las 8:00 p.m., porque, o la ven en su celular, o graban la emisió n y la ven despué s o buscan el capituló má s adelante. Entonces claramente los comportamientos de las audiencias han cambiado, y el poder medir todos estos aspectos, es una deuda que tiene la industria con el televidente, para poder ofrecerle lo que está buscando”, concluye.

Má s allá de ganadores y perdedores

Para Sergio André s Chivatá , director de Planificació n e Investigació n de Mercados de RCN Televisió n, la medició n de las audiencias va má s allá de que sean ganadores y perdedores.

“Debemos tener en cuenta que el rating es el principal factor determinante de ingresos para cada uno de los canales. El valor de punto de rating está establecido desde hace mucho por cada canal y los incrementos que se han hecho son con base en el IPC. Sin embargo, el rating es muy importante en el momento de llegar a los anunciantes, porque de acuerdo con ese comportamiento ellos deciden realizar las inversiones en cada canal”, explica Chivatá . En conclusió n, a má s puntos de rating, mayor valor de publicidad en cada uno de los espacios.

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Es de ahi ́ precisamente que nace la necesidad de tener un registro má s cercano a la audiencia a la que se está llegando con cada producto ya que, como lo asegura Sergio Chivatá , es un tema que se ha puesto sobre la mesa de parte de los dos canales, pues si el impacto en la audiencia sigue disminuyendo el sostenimiento de la televisió n, por la viá comercial va a llegar a ser inviable.

“RCN y Caracol hemos hecho muchas veces la solicitud a Ibope para que se replantee la forma de medir las audiencias. De lo contrario, va a llegar un momento en el que un comercial de 30 segundos en un producto del ‘prime time’, que es el horario de mayor audiencia, va a pasar de costar 90 millones de pesos a costar 9, y hacer televisió n de la manera que la hacen los canales privados no es un tema barato”, reconoce el ejecutivo.

Para dar un ejemplo, el costo del punto rating en prime time (7:00 p.m., a 10:00 p.m.), en noviembre de 2017, estaba en 3 millones de pesos. Eso quiere decir que si un anunciante queriá pautar en ‘La luz de mis ojos’, producció n de las 8:00 p.m., en RCN, pagariá por un comercial de 30 segundos, aproximadamente 15 millones de pesos, ya que el rating promedio de la producció n era 5,0 puntos. Por su parte, si el anunciante quisiera hacer su inversió n en ‘A otro nivel’, producció n que emitiá Caracol televisió n a las 8:00 p.m., el costo del comercial de 30 segundos seriá de 33 millones de pesos, teniendo en cuenta que el promedio de rating del programa era de 11 puntos.

“En 2010, cuando estaba al aire ‘Amor Sincero’, la serie marcó en promedio 17 puntos de rating y teniá diaś en los que alcanzaba los 22 puntos. Entonces un comercial de 30 segundos costaba entre 50 y 60 millones. Ahi ́ es donde realmente se ve la diferencia de los ingresos que está dejando de recibir la televisió n y có mo se puede afectar la estabilidad de los canales”, señala Chivatá .

Adriana Gutié rrez, Jefe de Marca de Gloria Colombia, compania de Archivo/ RCN Televisión ̃ ́ alimentos que distribuye en el paiś productos como leche Algarra y jugos California, asegura que la confianza del

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mercado en la pauta en televisió n es muy alta. Sin embargo, el rating es definitivo en el momento de decidir en cuá l de los dos canales se va a invertir porque la cantidad de dinero que se destina para una campanã en televisió n es muy alto comparado con otros medios como la radio, prensa y plataformas digitales.

“La televisió n es el medio por excelencia, porque su alcance es mayor que el de cualquier otro medio. Frente al rating existen diferentes puntos de vista, porque desde las empresas se percibe que no demuestra claramente la realidad, porque hay casos como ‘La ley del corazó n’, que particularmente yo no conoci ́ una sola persona que no se viera la novela, pero en rating no le iba bien. Sin embargo, en el ejercicio prá ctico de la toma de decisió n de una inversió n en pauta publicitaria, lamentablemente el rating de Ibope es lo ú nico que tenemos para sustentar en dó nde se debe invertir el dinero y definitivamente el canal, ya sea RCN o Caracol, que tenga mejor comportamiento es el que se lleva la mayor parte de la inversió n”, explica la empresaria.

Frente a esta situació n, Sergio Chivatá señala que los dos canales lograron identificar que el punto de quiebre, en el que la audiencia tuvo un cambio radical en el consumo de televisió n y se empezó a reflejar en el rating fue en el 2014, con el auge de los videos por demanda en plataformas como Netflix y la masificació n de los decodificadores que permiten grabar los programas hasta por ocho dias.́

“Lo que se está haciendo ahora es aprovechar tanto la multipantalla como la implementació n de campañas de integració n de medios de comunicació n. En el caso especificó de RCN, al cliente ya no solo se le ofrece el comercial de 30 segundos en televisió n, sino la cuña de 15 segundos en radio, el banner en la pá gina web del Canal y presencia en los eventos en los que el Canal RCN tenga participació n. Tenemos que reinventarnos y las posibilidades está n dadas, lo estamos haciendo, mientras esperamos que en Colombia exista un mé todo de medició n de audiencia que nos permita encontrar nuevamente el punto de equilibrio”, concluye Chivatá .

De acuerdo a cifras presentadas por los canales en sus respectivos informes de gestió n de 2017, mientras que RCN recibió ingresos por $328.646 millones, es decir un 14,4% menos que en 2016; Caracol registró ventas en publicidad por $563.719, un 2% menos que en el año anterior.

Una preocupació n que queda evidenciada en el informe presentado en la Asamblea General de Accionistas de RCN realizada en marzo de 2018, en el que se lee que “durante el año 2017 fueron permanente motivo de preocupació n y aná lisis internos

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los resultados arrojados por los estudios de Ibope, toda vez que a pesar de que en innumerables oportunidades se les ha hecho ver la urgente necesidad de ampliar la medició n a canales diferentes de la televisió n abierta, esto no ha sido posible; situació n que indudablemente afectó a RCN, toda vez que estudios internos nos ratifican que a travé s de internet y otras plataformas de distribució n, los contenidos de RCN tuvieron un excelente desempeno,̃ el cual no tuvo oportunidad de ser medido ni sumado a esta medició n”, explica el documento.

Por su parte Caracol Televisió n consigna en su informe de gestió n que “el balance de la economiá colombiana durante el año 2017 no es alentador y corrobora que, sin estar en un periodó de recesió n, nuestra economiá crece a indiceś muy inferiores a los de la dé cada anterior. Por segundo año consecutivo el crecimiento no supera los dos puntos porcentuales, situá ndose en una cifra aproximada al 1.7%, luego de que el gobierno habiá pronosticado un crecimiento entre el 2.5 y el 3%. Al igual que el año anterior, el menor crecimiento econó mico y la inflació n incidieron directamente en la venta de pauta, que, de acuerdo con la informació n divulgada por Asomedios tuvo una variació n negativa de 5.4 puntos porcentuales frente al anõ anterior y de menos 7.3% en la televisió n nacional. El decrecimiento de los ú ltimos dos años sitú a a la inversió n publicitaria a niveles de venta del año 2005, en pesos constantes”.

Cierta o no, la medició n del rating a travé s de la plataforma de Ibope es en este momento el ú nico punto de partida que tienen los anunciantes para definir cuá l es el manejo que le dará n a los rubros destinados para la publicidad a travé s de las pantallas de televisió n, por lo que para los canales es cada vez má s preocupante el retraso evidente de estos sistemas de medición en los que se siguen omitiendo comportamientos importantes de la audiencia como el consumo a través de dispositivos móviles y plataformas digitales, además de la grabación de contenidos que ofrecen los operadores de cable.

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CAPÍTULO FINAL: HISTORIAS DE TELEVISIÓ N

En 20 años de existencia de los canales privados de televisió n en Colombia, muchas historias se han construido detrá s de la pantalla.

Actores, libretistas, presentadores, camaró grafos, periodistas, maquilladores, productores y hasta televidentes, han vivido de manera diferente la transició n a la televisió n privada.

En este capitulo,́ se reunirá n las historias de dos personas que cuentan a su modo, có mo han vivido esta transformació n y qué ha sido para ellos, lo bueno, lo malo y lo feo durante los 20 años de la televisió n privada en Colombia.

Historias que reflejan muchas otras que pueden estar en cada rincó n del pais,́ pero que, con su relato, cargado de sentimiento, logran recrear diferentes escenarios de lo que han sido estas dos dé cadas en la pantalla nacional.

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CRÓ NICA 1

SU GRAN AMOR

A sus 74 años, Carlos ‘El Gordo’ Benjumea siente que todaviá le queda mucho por hacer en la vida. Y no es que haya desperdiciado el paso del tiempo. Por el contrario, son Carlos Benjumea en La Ley del corazón. Foto: Archivo/RCN Televisión tantas las actividades y oficios que ha desempeñado que cada vez se le ocurren nuevas aventuras. Y es que, para é l, la vida nunca será lo suficientemente larga, como para cumplir todos sus sueños.

Como un joven que se enamora por primera vez, a los 16 años descubrió en el teatro la gran pasió n que moveriá sus diaś de por vida: la actuació n.

Sin el consentimiento de sus padres y sin un peso en el bolsillo, Carlos Benjumea se matriculó en la Escuela de Arte Dramá tico, cuyo director era Victoŕ Mallarino (padre) y a quien prometió pagarle al finalizar el año los $30.000 que costaba el proceso de formació n. Con la sonrisa picará que lo caracteriza y la inocencia de un hombre que só lo buscaba comenzar a hacer realidad sus sueños, recuerda que es una deuda que nunca pagó , segú n é l “porque no ha encontrado quié n le preste la plata”.

De esa é poca recuerda haber tenido el privilegio de recibir las enseñanzas de grandes maestros de la actuació n como Diana Moscovici, Luis Fló rez, José Prat, Casimiro Eiger, entre otros extranjeros que llegaban a Colombia adelantando la llegada de la televisió n.

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Para entonces, en Bogotá só lo existiań tres teatros: El Coló n, El Municipal y el Faenza. Por eso, pensar en que su hijo fuera actor era un dolor de cabeza para el padre de Carlos Benjumea pues sabiá que se iba a morir de hambre.

“Por eso nunca me dejé adelgazar, porque no podiá darle la razó n a mi papá . Ellos me veían gordo y por ninguna razón iban a pensar que era un muerto de hambre. Pero en realidad ser actor era muy duro”, cuenta ‘el gordo’ Benjumea, quien anadẽ que en estos diaś no es que sea fá cil, pues a pesar de que hay má s opciones laborales, hay tambié n muchos má s actores.

De los primeros ‘castings’ que tuvo que presentar, recuerda que no habiá tiempo para aprenderse los textos y mucho menos investigar el personaje, pues la televisió n se haciá en vivo y la asignació n de los papeles era 24 horas antes de grabar, por lo que apenas le daba tiempo, para pensar en el vestuario que llevariá ese dia.́

“Uno llegaba al sitio donde sabiá que estaban haciendo televisió n y habiá una fila de 20 personas esperando que alguien que estuviera en la producció n saliera a buscar personajes. Ese ‘alguien’ podiá ser el director, el productor, el camaró grafo, o todos al mismo tiempo, porque en temas de producció n tampoco eran tan grandes los equipos”, recuerda ‘El Gordo’.

En esa fila esperaban pacientemente durante varias horas mirá ndose unos a otros y –disimuladamente- analizaban las que podriań ser las ventajas o desventajas de cada uno a la hora de interpretar cierto personaje.

De repente saliá la persona esperada. La mayoriá de las veces, un hombre bien vestido que en una mano llevaba los libretos y la otra mano la escondiá en el bolsillo del pantaló n, como queriendo generar un poco má s de misterio. Caminaba lentamente, detallando a cada una de las personas que estaban en la fila y mirando fijamente a los ojos a uno y a otro como tratando de adivinar qué tanto talento teniá cada uno. Sin vacilar extendiá la mano con los libretos y se lo entregaba al que seriá el seleccionado. Simplemente le deciá cuá l iba a ser su personaje dentro de la novela. Le daba la hora y el lugar al que se debiá presentar para el ensayo y, sin musitar una sola palabra má s, seguiá examinando la fila, hasta completar el elenco del capituló que se emitiriá al diá siguiente.

“La felicidad de ser elegido puede ser la misma que se siente hoy en dia,́ aunque el proceso sea distinto. Pero cada vez que el tipo estiraba la mano yo sentiá que me dejaba de llegar sangre a la cabeza”, dice entre risas Benjumea.

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Hacer televisió n en vivo era casi má s dificiĺ que el mismo teatro. La improvisació n, las caidas,́ los malos movimientos que terminaban por obstruir una de las dos ú nicas cá maras con las que se grababa estaban siempre a la orden del dia.́

“Podriá pasar el resto de mi vida reconstruyendo cada una de esas ané cdotas, las cuales de hecho estoy escribiendo, y me rió tanto, tal vez porque en ese momento era un error y no nos podiamoś reiŕ pero hoy en diá son só lo instantes graciosos de la vida”, recuerda.

En medio de esos procesos de casting, Carlos Benjumea consiguió actuar en la primera novela colombiana, ‘0597, está ocupado’ y protagonizó la peliculá má s taquillera del momento, ‘El taxista millonario’. Despué s de esto y durante má s de 50 años, ha participado en 10 peliculas,́ 25 telenovelas y má s de 100 obras de teatro.

A pesar de lo duro que fue haber estado en el comienzo de la televisió n y conocer el mundo de la actuació n desde hace má s de 50 años, ‘El Gordo’ Benjumea agradece haber vivido todas esas grandes experiencias que le dejaron grandes amigos.

“Personas como Delfina Guido, Franky Linero, Pepe Sá nchez, Carlos Muñoz, Bernardo Romero Pereiro...en realidad no me gusta mucho hacer la lista porque, ademá s de melancolia,́ me da la impresió n de que le estoy recordando a la muerte que ya disparó cerca y a mi ́ no me ha tocado. Por eso prefiero hacerme el loco y dejarla que siga despistada por otro lado”, asegura Carlos.

Y es que, si bien no le teme a la muerte, es consciente de que esta, significa el fin de sus sueños, de sus proyectos, y para é l “el camino todaviá es largo, y culebrero, si,́ pero hay que recorrerlo”.

Má s allá de la actuació n

La vida artisticá de Carlos Benjumea y su estrecha relació n con la historia de la televisió n en Colombia va mucho má s allá de la actuació n. Carlos ha sido empresario, director, productor, presentador, cantante, animador y libretista. Carlos creó la ‘Casa del Gordo’, sitio que fue durante 25 años uno de los escenarios má s reconocidos para la presentació n de obras de teatro y que impuso bajo la modalidad de ‘café concierto’ una manera diferente de acercarse al arte, tanto para los actores como para el pú blico.

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En 1981, y en medio de la inquieta creatividad que siempre lo acompanaba,̃ Carlos recibió la propuesta de uno de sus amigos para crear una productora que les diera la oportunidad de ofrecer nuevos contenidos a los canales que, por ese entonces, eran controlados por el Gobierno Nacional.

Fue entonces cuando se unió a Jorge Ospina Cantor, quien habiá sido presidente de Colombiana de Televisió n y a Gustavo Cá rdenas, quien fue presidente de Asomedios, para empezar esta nueva aventura, en la que tampoco podiań faltar sus dos grandes amigos: Fernando Gonzá lez Pacheco y Bernardo Romero Pereiro. Junto a ellos creó Coestrellas.

“Necesitá bamos a alguien que escribiera, ahi ́ estaba Bernardo. Necesitá bamos a alguien que presentara, ahi ́ estaba Pacheco; necesitá bamos a alguien que pusiera la plata y la experiencia ahi ́ estaban Jorge y Gustavo; y necesitá bamos a alguien que ‘mamara gallo’... bueno, pues para eso estaba yo”, dice ‘El Gordo’ Benjumea, quien ademá s, reconoce con orgullo que uno de sus principales cargos, y al que espera nunca tener que renunciar, es el de Presidente de ‘Asocolcupro’, que - según él- traduce, Asociación Colombiana de Culiprontos.

Coestrellas se convirtió en una de las productoras má s importantes del pais.́ Dentro de sus creaciones tuvo é xitos como ‘Dejé monos de vainas’, ‘Compre la orquesta’, ‘Sabariedades’, ‘Señora Isabel’, entre otras que permanecen en la memoria de los colombianos.

Sin embargo, en 1998, con la llegada de los canales privados de televisió n al pais,́ la situació n de las programadoras en general comenzó a presentar serios problemas econó micos.

“Cuando supimos que se iba a privatizar la televisió n sabiamoś que la situació n se iba a poner dura. Digamos que supimos que está bamos condenados a morir, pero nos negá bamos a aceptarlo. Fue la llegada de dos de los grupos econó micos del paiś a adueñarse de la televisió n y no era fá cil competir con las grandes chequeras. RCN y Caracol comenzaron a producir sus propios contenidos y a hacer sus noticieros y poco a poco se fue cerrando el espacio para las productoras. Algunas se aliaron, otras liquidaron y casi durante cinco años estuvimos agonizando viendo có mo, de tener 24 productoras, quedaban cuatro o cinco. Punch, JES y entre esas Coestrellas pasaron a hacer parte de la historia de la televisió n”, recuerda con nostalgia Carlos Benjumea.

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Sin embargo, aclara, “yo no puedo ser desagradecido con la industria. La vida está llena de altibajos y posiblemente yo solo no podriá ya con la productora. Lo que haciá Bernardo, lo que haciá Pacheco, lo haciań ellos, nadie má s, entonces es mejor pensar que ese fue el ciclo de vida que en este caso a Coestrellas le tocó vivir”.

Y realmente é l es una persona agradecida con el medio y en general con la vida. Se le nota en su forma de hablar y en su interé s por seguir creando. Entre sus propó sitos está dejarle a cada uno de sus cinco hijos una obra de teatro, escrita por é l, para que algú n diá la lleven a las tablas. Ademá s, tiene una peliculá y una novela, que aunque llevan má s de 10 años de haber sido escritas, no han conseguido quié n las produzca y las ponga al aire.

“Con la peliculá pasó algo muy particular. En ella se cuenta la historia de cuatro viejitos pensionados, que viven experiencias muy divertidas. Yo escribi ́ esa historia pensando en que actuariá Pacheco, Carlos Muñoz, Franky Linero y Pepe Sá nchez. ¡Pero todos se me murieron! Entonces decidi ́ no volver a asignar protagonistas hasta que tenga la plata para hacer la peliculá porque no quiero seguir matando gente con mis ideas”, dice entre risas, pero con un tono nostá lgico.

A la televisió n privada le agradece haberle dado papeles que le han permitido seguir explorando diferentes facetas como actor y que lo inspiran en su tarea diaria de escribir. No en vano, Carlos Benjumea ha hecho parte del elenco de las grandes producciones de los canales privados, como ‘Escobar, el patró n del mal’, de Caracol Televisió n, y para RCN, en novelas como ‘Isabel me la veló ’, ‘Hasta que la plata nos separe’, ‘La madre’, ‘Allá te espero’ y su má s reciente participació n en ‘La ley del corazó n’.

“Dicen que Hernando Cabal, en La ley del corazó n, fue un personaje que Mó nica Agudelo escribió para mi ́ y sin duda ha sido de uno de los regalos má s lindos que me ha dado la vida y la actuació n. Me gusta interpretar esos personajes llenos de sabiduria,́ porque, aunque yo no la tenga, me llevan a descubrirla”, dice.

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Asi ́ como en 2012 interpretó a Nazario Restrepo en ‘Allá te espero’, un personaje que, segú n é l, le permitió ser un galá n con má s de 60 años.

“Hay actores que se trasnochan porque quieren ser galanes de telenovelas y Nazario es el mejor ejemplo de que ese papel, llega, cuando uno mejor está . Yo a mis tiernos 70 añitos fui el galá n de esa novela y no porque no hubiera tipos má s guapos que yo, sino porque Nazario reuniá tantas cualidades y tanto amor, que terminó robá ndose el corazó n de todos”, asegura.

Para Carlos Benjumea hacer un balance de lo que han sido los 20 anos̃ de los canales privados en Colombia, mas que sacar una lista de aciertos y Carlos Benjumea en ‘Allá te espero’. Foto: ́ Archivo/ RCN Televisión desaciertos, es sentarse a recordar imborrables momentos que ha pasado en los pasillos de RCN o de Caracol. Para é l, la televisió n es una má quina incansable de producció n de entretenimiento, informació n, noticias, que merecen toda la dedicació n y carinõ con el que se ha hecho siempre, desde que en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla se encendió el primer televisor en Colombia.

Por eso hoy, en su casa en Girardot, con el sol radiante que acompaña las mañanas de tierra caliente en Cundinamarca, Carlos ‘el gordo’ Benjumea no deja pasar un solo diá sin escribir. “Todos los diaś tengo que escribir algo, asi ́ no sirva para nada, pero tengo que escribir. Eso me obliga a no dejar de soñar, a no dejar de creer y de crear. No sé cuá nto tiempo má s me quede de vida, ojalá pudiera vivir eternamente, pero sin importar si son tres dias,́ tres anos̃ o tres dé cadas, espero vivir intensamente y quizás, como dijo Woody Allen: “El día que llegue la muerte lo único que quiero es no estar ahí́ cuando suceda”.

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CRÓ NICA 2

SI VOLVIERA A NACER, VOLVERÍA A HACER TELEVISIÓ N

“Antes el trabajo en televisió n era má s complicado, pero má s bonito, porque tocaba buscar la manera de hacer las cosas. Hoy en diá con la tecnologiá todo ha cambiado mucho”.

Con esa frase y mirando hacia el horizonte por una ventana que está a su lado, comienza el relato de Luis Fernando Rojas, un camaró grafo de Noticias RCN que desde hace 25 años entró -segú n é l- por cosas del destino, al má gico mundo de la televisió n.

“Yo empecé a trabajar como conductor en 1992, cuando empezó el noticiero QAP. En ese cargo estuve muy poco tiempo y despué s me ascendieron...a mensajero. Allá cada vez que habiá una vacante en un cargo má s alto, buscaban a alguien que ya estuviera trabajando ahi ́ y lo ascendian.́ Entonces yo fui rá pidamente asistente de cá mara”, recuerda Luis Fernando.

Como asistente de cá mara todos los diaś teniá que cargar una maleta de unos 20 kilos, en la que llevaba 10 bateriaś y casetes suficientes para las entrevistas que se iban a realizar, ademá s de por lo menos 20 metros de cable, pues todaviá no existiań los micró fonos inalá mbricos.

“Los casetes pareciań unas enciclopedias, eran muy pesados y só lo grababan 20 minutos, casi lo mismo que duraban las baterias.́ Ademá s, teniamoś que cargar las luces portá tiles, porque casi ninguna cá mara teniá luces incorporadas, y no podiá faltar el papel aluminio, con el que haciamoś lo que hoy requiere un ‘flex’, que es un elemento brillante con el que se hace rebotar la luz de abajo hacia arriba para que no se generen sombras. Con todo eso, ibamoś para arriba y para abajo todos los diaś ”, recuerda Luis Fernando.

Aunque en 1992 QAP fue el primer noticiero en tener antenas microondas que le permitiá enviar la informació n desde casi cualquier punto de la ciudad hasta el estudio de emisió n, esta tecnologiá no permitiá hacer lo mismo con la informació n que se generaba en otras ciudades, por lo que cada vez que la noticia estaba fuera de Bogotá la odisea era mayor.

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“Lo que haciamoś era viajar a la ciudad. Por ejemplo, nos ibamoś para Riohacha, grabá bamos las entrevistas y todo el material en un solo casete y el asistente de cá mara se iba hasta el aeropuerto a buscar a alguna persona que viajará a Bogotá y pudiera hacer el favor de entregarle el casete a un mensajero del noticiero que lo iba a estar esperando. A este mé todo de envió de informació n lo llamá bamos ‘Avionoondas’”, narra Luis Fernando.

A veces, la persona aceptaba de manera inmediata pues les produciá emoció n saber que haciań parte de la cadena de generació n de una noticia. Otras veces, al enterarse del contenido de las entrevistas grabadas que iban a trasladar se negaban, pues no estaban de acuerdo con la informació n que se iba a transmitir.

Ante esta situació n, el asistente de cá mara teniá la labor de insistir hasta encontrar un voluntario. Tan pronto el amable ciudadano aceptaba, Luis Fernando tomaba sus datos personales, el telé fono fijo del sitio en el que se iba a hospedar en Bogotá y corriá a buscar un telé fono pú blico o una sede de Telecom para llamar a sus compañeros en la capital colombiana, para darle las indicaciones.

“El telé fono fijo se lo pediamoś porque varias veces nos pasó , que la persona que saliá de una ciudad de tierra caliente llegaba a Bogotá con una ropa diferente y al mensajero le tocaba preguntarle a uno por uno de los pasajeros, quié n era el que traiá el casete. A veces simplemente no se encontraban y el pasajero seguiá su camino sin entregar el material”, recuerda.

La tarea, que pareciá complicada en un principio, se tornó mucho má s pesada cuando la informació n no se generaba en las ciudades capitales de otros departamentos sino en regiones apartadas. Por ejemplo en aquellas donde se empezaron a dar acercamientos entre el Gobierno Nacional y los grupos subversivos de la é poca.

Entre 1995 y 1996 cuando se dieron las primeras ‘zonas de despeje’, el equipo de QAP Noticias viajó a Florencia (Caquetá ) a cubrir la noticia. Desde antes de partir de , dejaron definida la que seriá la cadena de traslado de casete con la informació n.

“Cuando llegamos a Florencia, recorrimos cinco horas en carro y cuatro má s en lancha para llegar al sitio del despeje. ¡Está bamos casi a 10 horas de Florencia! De solo pensar que eso no podiá ser excusa para que la informació n no llegara, uno empezaba a sentir que la adrenalina subia.́ En esta ocasió n lo hicimos asi:́ Llegamos muy temprano en la mañana al puerto en Remolinos del Caguá n, que era

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el pueblo en el que estábamos, a rogarle al señor de la lancha que llevara el casete hasta Cartagena de Chairá , donde un señor de un campero lo iba a estar esperando, para llevarlo al aeropuerto de Florencia y entregá rselo a la despachadora de Aires, quien a su vez se lo entregaba al piloto del vuelo que iba a Bogotá , y despué s quedaba en manos del mensajero que estaba en El Dorado, para llevar finalmente el material al noticiero. Cada uno de ellos recibiá $5.000 por hacernos ese favor. Eso era de verdad un acto de fe, porque uno le entregaba al de la lancha el casete y la plata para pagarle el favor a cada persona”, relata Luis Fernando.

Asi ́ lo haciań por lo menos tres veces por semana y apartados de la cabecera municipal. La ú nica manera que teniá el equipo de Noticias, de enterarse si el traslado de la informació n habiá sido o no exitoso, era esperando hasta el noticiero de las 9:30 p.m., cuando apareciań las imá genes que ellos habiań grabado 24 horas antes.

“Eso era una celebració n inmensa cuando iba a empezar el noticiero. Buscá bamos desesperados dó nde poder verlo porque si no, uno no dormiá tranquilo. Pensar en todo el esfuerzo y la importancia de lo que estaba sucediendo para que quedara perdido, podiá ser frustrante. Pero gracias a Dios siempre la informació n llegó ”, recuerda Rojas.

En 1997, cuando se conoció la noticia de la adjudicació n de los nuevos canales privados, muchos de los té cnicos que haciań producció n en el Canal Uno y Canal A, empezaron a ser contratados en RCN y Caracol, que se preparaban para empezar a emitir sus señales en 1998. Esta fue la oportunidad para que Luis Fernando ascendiera una vez má s en su carrera dentro de la producció n de televisió n y pasara a ser uno de los camaró grafos de QAP. Alli ́ estuvo hasta diciembre de 1997, cuando QAP se acabó definitivamente y é l terminó siendo parte del equipo de camaró grafos de Noticias RCN en 1998.

Según recuerda Luis Fernando, “la llegada de los canales privados, se rumoraba por los pasillos de Canal Uno y Canal A, iba a dejar mucha gente sin trabajo, pero, lo que sucedió fue que poco a poco fueron migrando de los canales pú blicos a los privados y los nuevos equipos se fueron conformando”.

Las formas de contratació n ofreciań una mayor estabilidad laboral, pues quedaban vinculados directamente con cada una de las empresas. Sin embargo, en materia de ingresos, era diferente pues antes cobraban por el trabajo realizado y ahora - sin importar las horas o las notas realizadas - el pago iba a ser el mismo. Ahi ́ tuvieron que decidir, “unas por otras”.

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Con la llegada de RCN y Caracol se realizó tambié n una fuerte inversió n en tecnologiá y la emisió n de má s espacios informativos aumentó la posibilidad de que má s personas fueran contratadas.

Buenos y malos recuerdos

Como camaró grafo de Noticias RCN Luis Fernando dice haber tenido la oportunidad de conocer paiseś como España, Japó n, Italia, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, , Estados Unidos, Mé xico, Paraguay, ademá s de casi todo el territorio colombiano a donde ha llegado con su cá mara para captar las mejores imá genes que acompañen la noticia.

Uno de los mejores momentos que le ha dejado la televisió n y que considera su mejor regalo de vida, fue el día que mientras cubría en Roma la canonización de la Madre Laura, tuvo la oportunidad de entrar a la Capilla Sixtina.

“De solo acordarme siento que un frió me recorre el cuerpo. Cuando yo entré a ese lugar, senti ́ una energía tan bonita, pero a la vez tan extraña, que no sabiá si rezar, llorar, arrodillarme o qué hacer. Fue una experiencia ú nica. Y no solo me pasó a mi.́ Todo el equipo que iba conmigo me dijo que lo sintió porque debe ser un lugar má gico. Cuando me dijeron que ahi ́ estaban los restos de Juan Pablo II, fue inevitable sentir que esa era la mejor experiencia de mi vida”, recuerda Luis Fernando.

Este hombre que ha estado en cubrimientos de concursos de belleza, diá logos de paz, mundiales de fú tbol, fiestas patronales, cumbres presidenciales, canonizaciones, combates guerrilleros, conciertos y demá s, tiene muy claro tambié n cuá l ha sido el momento má s duro en estos 20 años: el 21 de agosto de 2015. Ese dia,́ Luis Fernando estaba en Bucaramanga con la periodista Blanca Sá nchez cubriendo la visita del presidente Juan Manuel Santos a la capital santandereana. Bajando en un bus del Sena, por la carretera que comunica al municipio de Lebrija -donde se encuentra ubicado el aeropuerto- con Bucaramanga, justo en la reconocida ‘Curva del difunto’, el bus se fue a un abismo de 30 metros.

“Tan pronto senti ́ que el bus se quedó quieto, abri ́ los ojos y busqué a Blanca. Todos está bamos muy asustados, pero la prioridad era ayudar a sacar a los heridos. Yo creo que en eso estuve como tres minutos, hasta que una persona me dijo: ‘usted está herido, dé jese atender’. Pero no me importó ; yo sabiá que no era grave porque má s que dolor, teniá susto, pero apenas vi, que ya a todos los estaban atendiendo, busqué la cá mara y empecé a grabar. Cuando senti ́ que ya teniá material que podiá

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servir para el noticiero, ya habiá llegado má s gente, el corresponsal de Bucaramanga ya estaba ahi,́ yo entregué la cá mara y me dejé atender. No fue grave, pero sin duda es el peor recuerdo que tengo de todos estos años”, cuenta. Y es que esa es una de las principales enseñanzas que le han dejado estos 25 años de trabajo en televisió n a Luis Fernando: “Prenda siempre la cá mara”.

Frente al futuro de su profesió n y de la forma como hoy se hace televisió n, Luis Fernando cree que posiblemente en 20 años, cuando se evalué la forma de hacer un noticiero en el 2017, se reirá n de ver que se usaban cá maras tan grandes y microondas, sin embargo, esa es la diná mica del mercado. Todo parecerá anacró nico

“Tal vez en 20 años ya no existan los camaró grafos, porque todo se hará con celular y tampoco estará n los asistentes, o de pronto, solo habrá uno que otro. Pero el mundo va tan rá pido y tan evolucionado, que cada vez será n má s las tareas que será n realizadas por una má quina”, asegura.

Pese a esto, Luis Fernando tiene muy claro en su vida que si tuviera la oportunidad de devolver el tiempo o volver a nacer la decisió n de estar en el mundo de la televisió n no la cambiariá por nada.

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NOTA FINAL

Los 20 años de los canales privados en Colombia deben servir para hacer un alto en el camino y pensar hacia dó nde va la industria, que a pesar de que parece estar bastante golpeada por una realidad econó mica que poco le favorece, no deja de ser un protagonista importante en la construcción de país través de los medios de comunicació n.

Debe ser un punto de reflexió n el por qué hace 10 años cuando los canales cumpliań su primera dé cada al aire, se hablaba con regocijo de la cantidad de producciones que RCN y Caracol adelantaban y se mostraban con orgullo cifras de la exportació n de contenidos a má s de 100 paiseś de todo el mundo; y có mo a pesar de tener má s de dos mil metros cuadrados de estudios construidos en varios municipios de Cundinamarca, estos no daban abasto frente a la gran demanda de series, telenovelas y concursos que cada canal estaba trabajando en su momento. Mientras que, 10 años despué s el aniversario de estas dos empresas pasó casi que desapercibido en el mercado y con un panorama muy distinto.

Una investigación que valdría la pena seguir adelantando, pues la televisió n no solo es una industria o un negocio. Es, desde diferentes aspectos, un modo de vernos y reconocernos a travé s de las realidades que crea y las relaciones de identidad y educació n que genera por medio de espacios de informació n, entretenimiento y actualidad en torno a los cuales se siguen reuniendo las familias y siguen promoviendo momentos de interacció n.

Mi expectativa es que este documento sea la piedra angular de una investigació n y una reflexió n má s profunda sobre la influencia de nuestra televisió n en el modo de ser de los colombianos, en có mo asumimos las noticias, có mo celebramos los deportes, có mo se ven reflejados las mujeres, los niños, las minoriaś y las regiones; una investigació n que rescate la importancia de la televisió n en la vida de los colombianos y muestre con mayor desarrollo el panorama que vive la industria no solo en Colombia, sino en el mundo entero en donde no son ajenos a los cambios y nuevos retos que impone el mercado, proyectá ndose a lo que será la televisió n en 10 años má s, cuando espero, se puedan celebrar los 30 años de los canales privados con un balance mucho má s alentador.

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