Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia1. An example of the microrregional study: the evolution of the settlemen in the surroundings in the mouht of the Navia river

Minerva Méndez Díaz. Arqueóloga

RESUMEN Este trabajo se ocupa de la dinámica evolutiva del poblamiento y de las formaciones sociales respon- sables de dicha evolución en el ámbito zonal que comprende la desembocadura del río Navia, duran- te un arco temporal que abarca desde los inicios de Figura 1: Área de estudio la Cultura Castreña hasta los albores del Medievo. El estudio será realizado desde la perspectiva que las comunidades humanas que habitaron el ofrece la Arqueología del Paisaje. espacio que hoy comprende el actual concejo Palabras clave de Coaña y la parte más occidental del concejo Arqueología del Paisaje, Cultura Castreña, castro, de Navia, ambos localizados en el occidente Romanización, aldea medieval. de , y situados en la desembocadura del río Navia. ABSTRACT This study refers to the dynamic evolution of the El marco temporal comprende desde los siglos settlemen and the social formation in that area X-VIII a. C. en los que se produce la aparición which includes the mouth of the Navia River du- de los primeros castros del Noroeste, hasta los ring period of time that goes from the beginnings inicios del Medievo, en las postrimerías del si- of the Hilfort Culture to the early Middle Ages. The glo VIII d.C., momento en el cual los rasgos study will be made from the perspective that the definitorios básicos del poblamiento actual Landscape Archaeology offers. quedan establecidos. Es importante tener en Keywords cuenta que el encuadre crono - espacial es una Landscape Archaeology, Hilfort Culture, hilfort, herramienta destinada a hacer operativa la in- Romanisation, medieval village. vestigación y su aplicación debe ser cautelosa ya que, en primer lugar, la cronología es un INTRODUCCIÓN rasgo adjetivo al tiempo secuencial, pues este Los objetivos que persigue este trabajo1 se no está dividido en compartimentos estancos; centran, en primer lugar, en el estudio tanto de en segundo lugar, si bien el empleo de una es- la organización y evolución del poblamiento cala reducida local o comarcal es sumamente como de las estructuras socioeconómicas de ventajosa ya que posibilita un acercamiento pormenorizado a las comunidades que ha- 1 Este artículo se trata de una breve adaptación de la bitaron ese espacio, los resultados obtenidos tesina de licenciatura: “Coaña, de la época prerromana a nunca se deben hacer universales, primero hay la transición a la Edad Media”, presentada en Septiem- bre del 2008 y dirigida por José Avelino Gutiérrez Gon- que ponerlos en relación con otos estudios de zález, Profesor Titular de Arqueología del Departamen- escalas similares. Por otro lado, aplicar una to de Historia de la Universidad de Oviedo. entidad administrativa como es el concejo,

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 151 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

completamente ajena al marco territorial de vias se realizó una doble diferenciación entre las comunidades que vamos a analizar puede yacimientos prerromanos y aquellos otros ro- llevarnos a conclusiones erróneas. manos, tanto los construidos ex-novo como los que continuaron habitados en época romana. A En segundo término, se pretende establecer continuación se sometió a cada conjunto a un una serie de modelos genéricos para cada épo- análisis espacial sincrónico, que consistirá en ca de dichas estructuras de poblamiento y so- la aplicación a cada yacimiento de forma indi- cioeconómicas, susceptibles de ser aplicadas a vidualizada de una serie de variables de carác- otros ámbitos geográficos del Noroeste. ter espacial, con la posterior cuantificación de Toda esta labor será abordada desde un punto los resultados obtenidos por cada parámetro de vista espacial fundamentado en las pro- aplicado, a través de una serie de porcentajes. puestas de la Arqueología del Paisaje. La Ar- Las variables o parámetros aplicados son de queología del Paisaje concibe el espacio como dos tipos. El primero hace referencia a al em- un elemento cultural, la síntesis misma de plazamiento, es decir, se valora al yacimiento esa sociedad. El paisaje es el espacio huma- como conjunto de rasgos formales; el segundo nizado (CARBALLO, 1996: 107), resultado tipo de variables hace referencia a la posición, de la interacción de medio ambiente natural o relaciones que posee el yacimiento con el y los diferentes niveles de relaciones huma- espacio que le rodea (CARBALLO, 1990). nas a lo largo del tiempo. El fin primordial que Para poner en práctica la mayor parte de estas persigue la Arqueología del Paisaje es el estu- variables se empleó la referencia básica de un dio de los diferentes elementos que componen kilómetro partiendo del centro del yacimiento. una sociedad a través del estudio de su espa- Los parámetros referentes al emplazamiento cialidad, desde una perspectiva diacrónica; son: diacronía no considerada de un modo lineal o yuxtapuesto, ya que el paisaje está en continua - Emplazamiento topográfico. transformación y en el conviven diferentes rit- - Altitud. Tanto la absoluta como la relativa o mos temporales (OREJAS, 1991). La Arqueo- grado de resalte que el yacimiento tiene so- logía del Paisaje valida como método, como bre su entorno. herramienta de trabajo, el análisis espacial, siempre y cuando no se convierta en un fin en - Orientación. Tanto la general como la parti- si mismo si no en un medio a cotejar con otros cular. tipos de información y realizar conclusiones - Superficie. Se valora la superficie habitable generales sobre los aspectos que conforman la del yacimiento sin contar con los elementos sociedad. y/o defensivos. - Elementos morfológicos. Elementos deli- METODOLOGÍA DE TRABAJO mitadores y/o defensivos. En el caso de los La metodología de trabajo empleada consta- castros excavados, haremos referencia a las rá de tres fases. Se comenzó por la recogida construcciones interiores de forma escueta. de datos, primero en gabinete con la consulta de bibliografía referente a la zona de estudio, Los parámetros relacionados con la posición cartas arqueológicas, examen de foto aérea y son: consulta de cartografía temática; y, en segun- - Visibilidad. Se comprobó la distribución del do lugar, en el campo con el trabajo de pros- campo visual observable desde e l pección. Toda esa información fue sometida a centro del yacimiento y las condiciones de una fase analítica: análisis espacial sincrónico visibilidad desde cada uno de los puntos car- y análisis espacial diacrónico, para el pobla- dinales. miento romano y prerromano; en el caso de la transición de la Antigüedad a la Edad Media - Recursos naturales. Fueron analizados desde el estudio de la organización del poblamiento el punto de vista de su potencialidad, es decir se realizó de forma aproximativa, sin llevar a de su disponibilidad a la hora de ser explo- cabo el análisis espacial aplicado a los yaci- tados, independientemente de si contamos o mientos de las épocas precedentes. En primer no con pruebas fehacientes de utilización. lugar, basándonos en estudios e hipótesis pre- Valoramos la capacidad productiva del sue-

152 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

lo, y una serie de recursos geológicos (el oro, Noroeste pero aún queda mucho camino por hierro, el estaño y la roca). recorrer para sistematizarlo. Creemos que ese camino debe partir del estudio combinado de - Vías de comunicación. Se tuvieron en cuenta la cultura material, el patrón de explotación las rutas con las que cuenta el yacimiento del territorio y la utilización de una escala de tanto marítimas, terrestres o fluviales, si son estudio local o comarcal, y en segundo lugar, visibles desde el yacimiento y que accesibi- de la contrastación de la información con otros lidad presentan. ámbitos de la investigación del mundo castreño - Distancia con el asentamiento más próximo. El poblamiento castreño tiene al castro como Comprobamos si existe respeto espacial en- la única forma de asentamiento conocida pero tre los asentamientos en el ámbito inmediato es errónea la consideración del castro como de un kilómetro como en el ámbito medio factor definitorio de la Cultura Castreña sobre correspondiente a los 2-4 kilómetros. la base exclusiva de sus elementos morfológi- En el análisis diacrónico se dotó de un mar- cos, puesto que tal afirmación dotaba a esta co cronológico a las primeras agrupaciones de de una vigencia muy prolongada en el tiempo. yacimientos obtenidas, intentando ver a que La Cultura Castreña se enmarca cronológica- momento corresponden, y si convivieron en mente dentro la Edad del Hierro. El esquema determinadas secuencias temporales. de periodizaciòn que seguiremos en este estu- La última fase consistió en la interpretación de dio comprende dos etapas principales que vie- toda la fase analítica previa contrastándose los nen determinadas por dos formas distintas de resultados obtenidos con estudios similares ocupar y explotar el espacio: llevados a cabo por otros investigadores con la - Primera Edad del Hierro o Hierro I (X/VIII- finalidad de llegar a una serie de conclusiones V/IV a.C.) Fase de formación de la Cultura acerca de las realidades socioeconómicas de Castreña las etapas históricas propuestas. En este traba- jo, aunque conscientes de una gran carencia, - Segunda Edad del Hierro o Hierro II (V/IV no nos ocuparemos del mundo simbólico o finales del I a.C.) Fase de desarrollo dela percepción que las comunidades humanas tie- Cultura Castreña. nen del espacio que les rodea. Análisis del poblamiento EL POBLAMIENTO PRERROMANO En la Edad del Hierro (siglos X/VIII - I a.C.), Consideraciones previas. Cultura Castreña, momento en que los grupos humanos se se- Castro, Edad del Hierro. dentarizan, el castro se constituye como la unidad básica de organización del espacio y el La Cultura Castreña es un hecho prerromano eje vertebrador del poblamiento. Las comuni- con un desarrollo eminentemente endógeno, dades que habitan en el castro conciben a este independientemente de contactos o influencias como un poblado autónomo e independiente exteriores, resultado de transformaciones en la con respeto a los demás, con un territorio pro- estructura de la sociedad, que hunde sus raíces pio que alberga una gran variedad de recursos en el Bronce Atlántico de tradición local. El naturales. Esta independencia se manifiesta en fin de la Cultura Castreña vendrá determinado la inexistencia de jerarquía en el poblamiento por una fuerza externa: la Conquista Romana porque no se dan relaciones de dependencia que trunca el desarrollo autóctono de las co- entre los castros de una misma agrupación. munidades castreñas. Las agrupaciones de castros formando micro- La Cultura Castreña tiene un carácter heterogé- rregiones no se traducen en una organización neo (REY, 1993:166) puesto que se conforma política superior; esto obedece a una estrategia a partir de distintos ámbitos de creación, por de crecimiento sostenido, de manera que cuan- tanto, considerar que la Cultura Castreña tiene do en un castro se llega al tope de población su origen en un centro que se corresponde a y los recursos naturales no son suficientes, se grandes rasgos con y el Norte de Por- produce una segmentación del poblamiento tugal (CALO, 1993: 44) es falso. Existe algún fundándose otro castro; es decir que, entre nexo entre todas esas “Culturas Castreñas”del cada poblado, media una distancia suficiente

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 153 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

para que los recursos de los que dispone en su el modelo de ocupación del espacio de la Pri- territorio mantengan a la comunidad que vive mera Edad del Hierro (X/VIII – V/ IV a.C.) los en el. En nuestra zona de estudio contamos castros se levantan en posiciones altas, promi- con cinco castros que responden al modelo al nentes y con un alto grado de inaccesibilidad que nos acabamos de referir, los cuales pre- proporcionado por las acusadas pendientes sentan una distribución lineal a lo largo de las de los emplazamientos, como son las termi- tierras adyacentes al último tramo del río Na- naciones de sierras o espolones montañosos; via, prácticamente en su desembocadura. De gracias al emplazamiento, estos castros alcan- Norte a Sur son: el castro de Mohías (Mohías, zan un gran dominio visual a larga distancia parroquia de San Agustín, concejo de Coaña) y, al mismo tiempo, son divisados desde muy el castro de Talarén (Talarén, parroquia de San lejos; la morfología que presentan estos cas- Antolín de Villanueva, concejo de Navia); el tros es muy sencilla, generalmente son inferi- castro de Coaña (El Castrillón, parroquia de ores a una hectárea y poseen un solo recinto; San Cosme y San Damián de , estos castros suelen están rodeados de suelos concejo de Coaña); el castro de Pumarìn (Pu- ligeros, bien drenados y poco productivos marìn, parroquia de San Juan de , con- desde el punto de vista de la agricultura actual cejo de Coaña) y el castro de Vivedro (Vive- pues aún no se dio el salto a una fuerte intensi- dro, parroquia de San Juan de Trelles, concejo ficación agrícola (PARCERO, 2000:86). de Coaña) 2. En la Segunda Edad del Hierro aparece una nueva forma de ocupar y explotar el espacio: el castro se integra plenamente en el valle. Los emplazamientos siguen ocupando posi- ciones prominentes pero de menor altitud y topografía menos accidentada. El castro dest- aca en su entorno más inmediato, motivo por el que hay un predominio visual pero a corta distancia. Además, este resalte viene derivado también de sus elementos constructivos, ya que la arquitectura se complica apareciendo castros de grandes dimensiones con más de un recinto, murallas de aspecto monumental, etc. Figura 2: Vista del emplazamiento castro de Vivedro De otro lado, esta nueva ubicación proporcio- (izquierda) y del castro de Pumarìn (derecha) desde el na al castro unas tierras ricas en suelos profun- Noreste. dos, adecuados para una explotación agrícola intensiva (PARCERO, 2000: 87-88). Pero el patrón que sigue el poblamiento no es exactamente igual a lo largo de toda la Edad Si estamos hablando de dos modos de ocupar del Hierro. Consecuencia de la sedentarización el espacio, ¿nos encontramos, por tanto, ante se produce la intensificación de la explotación dos sociedades radicalmente distintas, ante del espacio con el consiguiente aumento de dos momentos culturales diferentes? Creemos la producción, posiblemente propiciado por que no. Prueba de ello es que algunos cas- la introducción de herramientas fabricadas tros pertenecientes a la primera etapa siguen en hierro. Esto dará como resultado un incre- ocupándose después del siglo V a.C. al presen- mento demográfico que favorecerá la - con tar una serie de características mixtas tanto en strucción de un mayor número de castros, lo su emplazamiento como en su relación con en- cual provocará un progresivo incremento de torno que los hace potencialmente habitables la competencia por el espacio y un, cada vez en ambas etapas. más evidente, sentido de la territorialidad. En El conjunto de rasgos que describíamos para el patrón de explotación del territorio de la 2 Cuatro de estos castros se encuentran catalogados: el castro de Talarén (DIAZ NOSTY, SIERRA PIEDRA; Primera Edad del Hierro se ven reflejados en 1991) el castro de Mohías, el castro de Coaña y el castro el castro de Vivedro , el cual muestra unas re- de Pumarìn (VILLA VALDÉS, 2000). El castro de Vi- laciones con el espacio que lo rodea que di- vedro, es el único no se encuentra inventariado. fieren notablemente del resto de castros del

154 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia. estudio. El yacimiento está emplazado en un El sentido de la territorialidad se hace más evi- espolón colgado literalmente sobre el río Na- dente en Coaña y Pumarìn al encontrarse su via, con una altura absoluta muy elevada, lo emplazamiento constreñido por alturas may- que hace que el castro controle un amplísimo ores que en Mohías y Talarén ya que estos campo visual sobre la desembocadura del río se localizan en la zona más interna de la rasa Navia, en dirección Norte-Noreste y, al mismo costera. tiempo, sea divisado desde puntos de la costa. Esto puede estar indicando una voluntad de hacerse destacar en el paisaje y además una concepción territorial aún poco acusada. Sus estructuras edilicias visibles son muy sencil- las con grandes afloramientos de pizarra form- ando parte de su fisonomía: no presenta foso y se aprecia un cinturón pétreo, que no adquiere la categoría de muralla, y que ciñe a un recinto de reducidas dimensiones llamado en Vivedro “el horta dos mouros”3. Además, la cercanía de suelos ligeros, con poco desarrollo edáfico parece estar indicando la práctica de una agri- cultura de rozas. El resto de los castros, Mohías, Talarén, Coaña y Pumarìn, presentan una serie de característi- cas en su relación con el territorio circundante que los hace adscribibles a la Segunda Edad del Hierro: grandes dimensiones comprendi- das entre la hectárea y la hectárea y media; estructuras y/o defensivas monumentales; lo- calizaciones en zonas más bajas con suelos Figura 3: Área de visibilidad relevante en el Castro de más profundos adecuados para una agricultura Talarén en la que se introdujo el arado y la tracción animal; sentido da territorialidad más acusa- La preponderancia de los espacios llanos en do manifestado en el resalte y control visual esta área geográfica, no posibilita emplaza- del poblado sobre el entorno inmediato. Esto mientos destacados, que permitan un control se ve ratificado por las nuevas dataciones ra- visual más acotado de las tierras de alrededor diocarbónicas del castro de Coaña hechas con y, de otro lado, esta inexistencia de barreras motivo de la reexcavación y posterior con- topográficas facilita que los castros estén des- solidación de los edificios de las saunas, entre protegidos de as inclemencias del tiempo. Nos finales del ano 2007 y principios del 2008 y preguntamos, por tanto, si debido al proceso que dieron como fecha más antigua, el siglo de crecimiento demográfico que se dio en la IV a.C. De otro lado, contamos también con a Segunda Edad del Hierro, otras áreas como la fecha del 100 a.C. procedente de una muestra rasa fueron pobladas y, por tanto, Mohías y de carbón de una de las casas del castro de Talarén, se traten de castros fundados en un Mohías (MAYA, 1988:49). momento más tardío de la Edad del Hierro que Coaña y Pumarìn. Este patrón que acabamos de exponer guarda 3 Otros microtópónimos relacionados con el lugar son: paralelismos con otros ámbitos del Noroeste as Penas del Castro y as Paredùas. Otra evidencia de la y es muy similar al estudiado para otras zonas existencia del castro con la que contamos, es el testimo- del área galaica como por ejemplo: la zona del nio de los vecinos de Vivedro, quienes recordaban ver Deza (CARBALLO, 1986) y del Ulla (CAR- restos de estructuras circulares cuando el lugar se encon- traba sin vegetación. Los vecinos también nos comuni- BALLO, 1990) en el Noroeste de la provincia caron la leyenda según la cual existe una grade de oro de Pontevedra; la tierra de Viana do Bolo (RO- enterrada bajo “el horta dos Mouros”. DRÍGUEZ, 1993) en la provincia de Ourense;

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 155 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

ó la zona de Campo Lameiro en el Norte de rial y no está gobernada por jefaturas en sen- la provincia de Pontevedra; Friol, en el centro tido estricto puesto que el poder aún no se ha de la provincia de Lugo y el área circundan- concentrado, aún no se ha institucionalizado te de la Coruña (PARCERO, 2000). También en una persona única. La jerarquía y el poder se asemeja al que se registró para la Segunda no se traducen en riqueza personal ya que esta Edad del Hierro en la zona situada al Noroc- puede ser comunitaria (CAMINO, 2005: 101) cidente del Duero (SÁNCHEZ PALENCIA et y estar basada en el rango adquirido, por edad alii, 2000; OREJAS, 1996). o dignidad mediante servicios prestados a la comunidad, tal y como nos informan los pasa- jes estrabonianos. Pero es posible que, aunque no exista jerarquía se den ciertas formas de desigualdad. Podemos hablar, pues, de “des- igualdad no jerarquizada” (SASTRE, 2001: 38). Es la comunidad en si como fuerza de poder la que frena los desequilibrios, las si- tuaciones de fricción a través de mecanismos tales como la cooperación o la solidaridad en- tre las familias; así mismo, es muy probable que también sea esa misma comunidad castre- ña la responsable de regular o administrar el acceso a la tierra por cada una de las familias Figura 4: Vista del emplazamiento castro de Coaña des- de el Norte. (SÁNCHEZ PALENCIA y FERNÁNDEZ - POSSE, 1998; FERNÁNDEZ POSSE, 2002). Pero este modelo es tan sólo orientativo, pues- No es descartable en absoluto que existiesen to que en la parte oriental de Asturias se pro- rencillas entre poblados vecinos, pero creemos duce un proceso contrario, con la tendencia de que hay una gran diferencia con el hecho de los castros a buscar emplazamientos de altura que la sociedad castreña sea, realmente, una más destacada y peor accesibilidad a medida sociedad guerrera. Una sociedad guerrera lle- que avanza la Edad del Hierro; además de va implícito la existencia de una jerarquía en esto, en el oriente asturiano, a lo largo de toda el sentido convencional del término, es decir, la etapa castreña se registra, en comparación la existencia de aristocracias institucionaliza- con el occidente astur, una bajísima densidad das dedicadas al oficio de la guerra. Este tipo de castros que quizás se complemente con la de cuestiones no son rastreables en el registro presencia de otro tipo de hábitat coetáneo sin arqueológico castreño (FERNÁNDEZ - POS- fortificar localizado en las zonas de llanura SE, 2002: 88-90). Creemos, por consiguiente, (CAMINO y VINIEGRA, 2002: 30-32) el que, antes de la llegada de Roma entre estas cual, no es descartable para el occidente astur. comunidades que habitaban los castros, se ha- Por otro lado, en el Sur de Galicia y Norte de bía iniciado un proceso que habría llegado, de Portugal, comienza, ya en el siglo II a.C., el forma natural, a la formación de aristocracias proceso de jerarquización de la sociedad, re- y jerarquías como de hecho ya había ocurrido flejándose esto en el poblamiento con la cons- en del Suroeste de Galicia y Norte de Portugal. trucción de grandes castros o citanias (San Ci- El grado de interacción de estas comunidades brán de Lás, Santa Tegra, Briteiros, Sanfins, fuera del castro es escaso y se reduce a relacio- etc.) que funcionan como lugares centrales de nes de vecindad, o relaciones matrimoniales. un determinado territorio con otros castros de- No se definen esferas de funcionamiento so- pendiendo de ellos (SASTRE, 2001). cial por encima del poblado, ni se trasciende hacia formas políticas superiores al estilo de La estructura socioeconómica castreña las organizaciones pseudoestatales. Cierta- Por tanto, ¿qué tipo de sociedad es la respon- mente, existen agrupaciones de castros en por- sable de la configuración del poblamiento cas- ciones de valle, pero creemos que este hecho treño? La sociedad castreña es una sociedad responde a fenómenos de fisión provocados agraria con un carácter marcadamente territo- por el incremento demográfico, es decir, cuan-

156 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia. do se agota el terreno y los recursos, se funda castros estudiados y los terrenos aptos para el otro castro. En este sentido, creemos que el desarrollo de la agricultura en el sentido ac- territorio que abarca nuestra área de estudio tual del término, con la única excepción del se corresponde con el territorio histórico de castro de Vivedro. La sedentarización defini- los , primero de los populi que Plinio tiva de las comunidades en un territorio a lo enumera al Oeste del río Navia, seguidos de largo de toda la Edad del Hierro obliga a una los , cuyo eje organizador natural sería mayor dependencia, y a una mayor intensidad el río Porcía y, a continuación, de los Egiva- en la explotación de los recursos naturales, en rri, localizados a orillas del Eo. Estamos total- especial, de los agropecuarios. Este proceso mente de acuerdo con J. M. González (GON- paulatino de domesticación del medio, como ZÁLEZ, 1954: 81-96) en que el territorio de indica la tendencia a la deforestación demos- los históricos Albiones se extendía por sendas trado por los análisis realizados en Coaña y riberas del río Navia; concretamente hacia el Mohías (CARROCERA, 1992:131-134) está Este, hasta el límite natural que imponía la Sie- muy vinculado al dominio de la tecnología del rra de Panondres, frontera natural actual entre hierro, y la utilización creciente de instrumen- los concejos de Navia y Valdés. J.M. González tal fabricado en el nuevo metal, hechos detec- justifica esta hipótesis con la correspondencia tables, sobre todo, a partir del siglo IV a.C. No de las variables dialectales de la zona. No- en vano, el análisis espacial nos ha revelado sotros queremos reforzar esta teoría con otro que los castros de Coaña y Mohías parecen hecho que compete más a este estudio. Existe detentar la producción de veneros de hierro. un vacío en el poblamiento que abarca, hacia el Este, del ya mencionado castro de Talarén hasta la sierra de Panondres; si exceptuamos EL POBLAMIENTO ROMANO los castros marítimos de la costa naviega, los La Romanización es el proceso de integra- cuales es muy probable que tengan todos una ción mediante el cual las poblaciones indíge- cronología romana, este vacío solo se ve inte- nas del Noroeste transforman sus estructuras rrumpido por el castro de los Castiellos de Pi- sociales obligadas por Roma, dando lugar a ñera, en el curso del río Frexulfe y de probable una realidad nueva. La Romanización en el adscripción prerromana. Hacia el Oeste, no Noroeste no tuvo un carácter epidérmico, ya existe ningún yacimiento castreño hasta llegar que fue tan efectiva como en otros territorios al castro de San Juan de Prendonés, en el con- más meridionales de la Península Ibérica. El cejo del Franco. Hacia el Sur, ascendiendo por proceso romanizador en el Noroeste no se el curso del Navia, creemos que se pueden in- fundamenta en el modelo mediterraneizan- cluir, debido a su proximidad, dos castros más: te, (ARIAS VILAS, 1992; OCHOA y MO- el de Serandias y el de Pendía, ambos en el RILLO CERDÁN, 2002; PEREIRA, 1984), concejo de . crea realidades nuevas pero estas parten de la reestructuración y la readaptación a sus inte- La Estrategia económica castreña responde a reses de la realidad indígena previa que tiene lo que Mª Carmen Fernández Posse denomina un carácter marcadamente rural (SASTRE, modelo de racionalidad campesina en el cual 2001). Las razones de la Conquista residie- no existe el concepto de rentabilidad o ganan- ron en reorganizar un territorio articulado en cia, y se da un equilibrio entre trabajo y con- poblados autónomos además de poner en ex- sumo (FERNÁNDEZ POSSE, 2000: 103). En plotación los yacimientos principalmente de efecto, se produce un excedente, pero este se destina al autoconsumo, como reserva en épo- oro. La estrategia de ocupación del territorio cas de carestía. supera ahora el ámbito local pasando a tener un carácter global y se estructura a partir de Es una economía de subsistencia de base au- la entidad administrativa de carácter territo- tárquica cuyo fundamento reside en la explo- rial más básica: la civitas. Las civitates son tación diversificada de los recursos naturales englobadas por los conventus y estos, al mis- que cada castro tiene a disposición en su terri- mo tiempo, por las provincias. Nuestra zona torio, en especial la agricultura. Hemos com- de estudio se enmarca dentro de la provincia probado a través del análisis espacial que hay de , en el Conventus Lucensis con una relación de proximidad directa entre los capitalidad en Lucus Augusti.

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 157 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

Análisis del poblamiento castro de Talarén y el de Pumarìn suponemos La organización del poblamiento experimenta, una ocupación en la época altoimperial dado a partir de ahora, un triple proceso de trans- su cercanía a explotaciones mineras realizadas formación provocando la desaparición del con técnica extractiva romana. castro como la directriz fundamental en la or- denación del espacio y sede de una comunidad autónoma. En primer lugar, el poblamiento se dispersa ocupándose zonas prácticamente des- habitadas en época prerromana y, en segundo lugar, el poblamento se diversifica y se jerar- quiza. Algunos castros sufren abandonos ya en el siglo I d. C., pero otros muchos siguen ha- bitándose y creciendo e incluso llegan a cons- truirse poblados ex - novo de morfología cas- treña. Esto último puede ser indicativo de que la mano obra es indígena, pero muestran unas relaciones con el medio que los rodea que su- ponen una ruptura con respecto a aquellas que caracterizaban el patrón prerromano. La cons- trucción de estos castros responde a la nueva tendencia económica en la que se impone la especialización de la producción, por esto, la Figura 4: Área de visibilidad relevante en el Castro de concepción de los mismos esté orientada a Llugar novo. cumplir una determinada función o funciones. Por ello, restan importancia a los condicionan- Los otros tres: el castro de Llugarnovo (Llo- tes físicos localizándose, as veces, en posicio- za, parroquia de Santa Maria de ), el nes extremas, como laderas pronunciadas o castro de Medal (Medal, parroquia de San al borde de los acantilados; la visibilidad se Martín de Mohías) y el castro de Armental centra en una dirección concreta controlando, (Armental, parroquia de San Antolín de Villa- 4 de esta forma, zonas específicas donde exis- nueva) se adscriben a la tipología de castros ten vías de comunicación importantes, explo- marítimos. Los castros emplazados en cabos o taciones de yacimientos minerales, etc. Otro promontorios marinos no son morfologías ex- dato de especial relevancia es que el emplaza- clusivamente romanas, a tenor de los niveles miento de estos poblados interfiere, en muchas prerromanos que se están sacando a luz en el ocasiones, en los territorios de otros castros castro de Cabo Blanco, en (Conce- dándose casos de distancias inferiores a un ki- jo del Franco) (VILLA, 2007:36-37) pero la lómetro, de manera que se rompe el respeto mayor difusión que se hizo de estos castros espacial que existía entre los castros prerro- fue en la época altoimperial, poblando la parte manos. más extrema de la rasa costera, en el borde de los acantilados y son especialmente abundan- En nuestra zona de estudio la distribución del tes en la zona occidental asturiana y la costa poblamiento en la etapa altoimperial, rebasa la anterior distribución de castros a lo largo del valle del Navia para extenderse a toda la 4 De estos tres se encuentran inventariados el castro de Medal (VILLA VALDÉS, 2000) y el de Armental franja costera. Contamos con cuatro castros (DIAZ NOSTY, SIERRA PIEDRA; 1991). El castro de los cuales continuaron habitados en la época Llugarnovo, aún sin catalogar, solamente conserva como romana: Mohías, Talarén, Coaña y Pumarìn. testimonios de su existencia, en la caída occidental, un La ocupación en los dos primeros se ratifica rebaje en la roca a partir del cual parece desarrollarse por los niveles obtenidos en las excavaciones un aterrazamiento; por otro lado, el topónimo que de- signa toda la zona donde se emplazaría el yacimiento se arqueológicas, así como los resultados de las denomina el Castrón; en último término, contamos con dataciones radiocarbónicas que dieron como el testimonio de un vecino del lugar, que recordaba que resultado el 80 d.C. para el castro de Mohías en el solar que hoy en día ocuparía el castro se obtuvo (MAYA, 1988:49) y mediados del siglo II mucha piedra para la construcción, así como que “había d.C. para el castro de Coaña. En el caso del casas redondas como fornos”.

158 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia. lucense. Este hecho quizás esté relacionado y ser realizadas para valorar el potencial mi- con las explotaciones mineras de oro (CAMI- neral de la zona. Así tenemos, la Mina del Pi- NO, 1995: 219). Muchos de ellos son castros vidal de Silvarronda y la mina de Ca’ Mano- pequeños que cumplirían una funcionalidad lón, en relación con el castro de Llugarnovo; aún sin determinar del todo. Si bien es inne- las desaparecidas Mina del Pividal de Medal gable su relación con el ambiente marino (ex- y la Mina da Pasada en relación con el castro plotación y comercialización de los productos de Medal y el castro de Mohías; una corta de marinos, cobertura, resguardo y señalización la que parte una zanja sin ningún sistema hi- de la costa cantábrica de la navegación de pe- dráulico asociado (DÍAZ NOSTY Y SIERRA queño cabotaje) también pudieron desempe- PIEDRA, 1991) a poco más de un kilómetro ñar la labor de estaciones viarias relacionadas del castro de Talarén; os Caborcos, el Fornel , con la vía secundaria de Brigantium a Oias- a Fombúa, y las minas de Nadóu en las cerca- sum atravesando el corredor de la rasa coste- nías del castro de Coaña; por último, el Cabru- ra quizás citadas por el Anónimo de Rávenna cal de Trelles en las proximidades del castro (CAMINO, 1995). El campo visual que se di- de Pumarìn. visa desde estos castros marítimos es reducido y se concentra en zonas muy determinadas; el castro de Llugarnovo controlaría a ensenada de Torbas, el de Medal la pequeña playa da Figueira y desde el de Armental se visualiza todo del fondo de saco de la ría de Navia. La jerarquía en el poblamiento se observa en, primer lugar, en los casos del castro de Mohías en relación al de Medal; si bien no existe inter- visibilidad entre ellos, pueden darse relaciones de dependencia debido a la cercanía inferior a un kilómetro entre ambos castros. Esta re- lación es mucho más acusada en el caso del Figura 5:Vista del emplazamiento del castro de Medal castro de Armental y Talarén donde los terri- desde el Oeste. torios de ambos castros se superponen casi en su integridad. Esto nos hace plantear la posibi- En el caso del castro de Armental estas ex- lidad de que la jerarquía en el poblamiento se plotaciones forman parte de su fisonomía ya manifiesta en la existencia de grandes castros que se llevó a cabo una explotación minera de que funcionarían de lugares centrales o cen- carácter secundario o de alubión que utilizó tros rectores (Mohías, Talarén, Coaña y Pu- al sistema extractivo de las zanjas –canal las marìn) sin que ninguno de ellos detente la ca- cuales aprovecharon el hueco de los dos fosos pitalidad, de los cuales dependerían una serie para su discurrir; de esta manera, la acción del de castros satélites de superficie más pequeña agua provocó, la reexcavación y redimensio- (Llugarnovo, Medal y Armental) que cumpli- namiento del tamaño original das defensas. El rían unas funciones determinadas, y donde se castro de Castreda relacionado con las explo- establecería un contingente pequeño de gente, taciones auríferas de los Lagos de Silva (Sala- formado por trabajadores especializados in- ve) (CAMINO, 1995: 64), presenta un sistema dígenas, posiblemente procedentes de estos defensivo con una fisonomía análoga. otros castros más grandes. Por último, también asistimos a la implanta- Indicativo del nuevo orden socioeconómico ción de otro tipo de asentamiento típicamente tendente a la especialización es el hecho de romano que recibe el calificativo genérico de que todos los castros tienen asociadas, por su villa, el cual, se generaliza en el Bajo Impe- proximidad, una o más explotaciones mineras rio, pero cada vez hay más ejemplos de villas tanto de carácter secundario, como primario altoimperiales. Su tipología abarca desde lujo- posiblemente dedicadas tanto al oro como al sas mansiones hasta pequeñas granjas o casa- hierro. Son todas de pequeño tamaño, razón les de dimensiones más modestas y más difí- por la cual, pueden tener carácter prospectivo cilmente detectables en superficie. En nuestra

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 159 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

zona de estudio, contamos con una serie de indicios que nos hacen plantear la hipótesis de la existencia de un modesto asentamiento agropecuario romano en las proximidades de Xarrio (parroquia de Santiago de Folgueiras, Coaña), en una zona denominada A Curota,

S N

FigFigura.8. Emplazamiento 8: Emplazamiento del posible yacimiento del romano posible de A Curotayacimiento desde el Oeste. roma- no de A Curota desde el Oeste. En último lugar, decir también que existe la le- Figura 6:Sección del castro de Armental. yenda entre las gentes de Xarrio, según la cual en la Curota hay enterrados unos bolos de oro. El castro de Mohías se encuentra al Noroeste, a una distancia de esta zona, sufi ciente como para que los territorios de ambos no lleguen a confl uir; por tanto, proponemos que la crono- logía de este hipotético asentamiento o, al me- nos, su fundación sea altoimperial, y tuviese

una existencia paralela al resto de los castros queFig.9 se.Vista habitaron de la ubicación de laen casa esta del Castello época, con respecto en albase castro de a la propuesta Pumarìn desde según el Noreste. la cual las villas romanas de cronología más temprana guardan respeto es- pacial con los antiguos castros, mientras que las más tardías se construyen dentro del terri- Figura 7: Vista de la explotación minera de carácter se- cundario de os Caborcos. torio de estos últimos (MARTINS, 1990: 23). El modelo socioeconómico de la época roma- localizada en la zona más interior de la rasa na altoimperial en los territorios del Noroeste. costera, en el inicio del desnivel que supone la vertiente occidental de la ría de Navia. Las La ocupación y explotación del territorio de evidencias materiales al respecto son parcas y época romana responde a una economía plani- se reducen a un molino giratorio de mano y fi cada en función de los intereses del Imperio fragmentos de otros similares, todos ellos rea- que tiene como base la extracción de tributos, lizados en granito, y hallados por un vecino para ello, requiere una creciente especializa- de la zona mientras trabajaba las tierras de lo ción que se enmarca dentro de una explotación alrededores. Sin embargo, el entorno de A Cu- integral del territorio y que imbuye a las comu- rota responde a los requisitos exigidos por los nidades indígenas en los circuitos comerciales tratadistas romanos a la hora de fundar una imperiales. El objetivo prioritario de Roma en villa: proximidad a vías de comunicación im- el Noroeste fue la explotación de las minas portantes (cercanía a zona de desembocadura principalmente de oro pero también otros me- de la ría de Navia, así como de la ruta costera tales como el hierro. En el Noroeste no exis- romana de Brigantium, a Oiassum, retomada ten los distritos mineros; en general la minería en la Edad Media por el Camino de Santiago tiene carácter extensivo y su explotación fue de la costa); la zona está ligeramente elevada estacional, formando parte del trabajo tributa- sobre la llanura de la rasa costera lo cual le rio impuesto a las comunidades indígenas, a permite mantener, tanto el control del territo- pesar de que el suelo de las explotaciones es rio circundante, como una buena ventilación y, ager publicus, es decir, propiedad directa del por tanto, buenas condiciones de salubridad; Estado romano (SASTRE, 2001:97-113). todo el lugar está rodeado de suelos fértiles, Aunque la fi nalidad de Roma en el Noroeste aún hoy en día dedicados a zonas de senra. fue el trabajo en las minas, hay que tener en

160 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia. cuenta que en esta época resulta impensable produce un cambio de mentalidad cuyo motor una especialización funcional absoluta pues de arranque lo constituye esta incipiente aris- las economías antiguas son esencialmente tocracia rural para luego extenderse al resto de agropecuarias. De lo que si se puede hablar es la masa campesina. Este cambio fue rápido, si de tendencias funcionales, dependiendo de las bien tiene un alto componente indígena pues zonas. En época romana la agricultura recibe todo es una imitación “provinciana” del estilo un impulso debido a la adopción de nuevos de vida romano tal y como lo demuestra el me- métodos de explotación de la tierra, y nuevas dio de expresión de la aristocracia y genuina- especies, además de la mejora de los antiguos mente romano: la epigrafía. Con la concesión instrumentos agrícolas e introducción de otros del derecho de ciudadanía por Vespasiano, nuevos. El cambio más importante en el sector entre los años 73-74 d.C. se acentúan más las agropecuario es la privatización creciente de diferencias entre campesinos y aristócratas. la propiedad de las tierras y su concentración Según I. Sastre (SASTRE, 1998: 205-227) en manos de unos pocos. esto se produce debido a que la ciudadanía tan solo fue otorgada a las clases aristocráticas, Por otro lado, la estructura de poblamiento y el mientras que el campesinado sigue portando patrón de explotación del territorio responden su condición de peregrinii. a una estructura social jerárquica que gira en torno a las civitas y posee un carácter marca- El sistema de explotación a través del cual se damente rural, pero no por ello menos romano extrae el excedente del campesinado se realiza Hay que tener en cuenta, que una vez estable- en el Noroeste a través de un mecanismo de re- cidas las demarcaciones que administran el laciones clientelares a modo de la gens roma- territorio, Roma necesita unos intermediarios na que se extiende por toda la civitas, desde que se ocupen del gobierno de las civitates ya la aristocracia indígena hasta llegar al empe- que no cuenta, más que en las tres capitales rador; este sistema de parentela ficticia viene conventuales, con todo el armazón que consti- definido de forma subyacente en las formas de tuye el funcionariado urbano. Es el momento designar el origo personal, las unidades orga- en que, en algunos lugares del Noroeste, surge nizativas indígenas: gens, gentílitas, castella y/o se consolida un tipo de sociedad jerárqui- (SATRE, 1998,2001). Es muy probable que ca. Por un lado, tenemos a las aristocracias lo- las relaciones de parentesco sanguíneo existie- cales las cuales organizan el funcionamiento sen en época prerromana, y que efectivamente de las civitates, ocupándose de la gestión y ad- se expresasen a través de estos términos, pero ministración de las tierras otorgadas en bloque Roma las readaptó y reinterpretó conforme a por el Estado romano, así como de la extrac- sus intereses. Por tanto, las unidades organi- ción del excedente del campesinado. Por otro, zativas en esta época son realidades romanas el campesino que nace ahora como tal, pues cuyo contenido se expresa en un soporte, la está obligado a dar a Roma un tributo o stipen- epigrafía y una lengua, el latín, típicamente dium tanto en prestaciones de trabajo como en romanos productos ya que en el Noroeste no existe la La adscripción del origo de los individuos en esclavitud, al no llevarse a cabo el modelo ur- la Gallaecia y parte del conventus Asturum bano de romanización. hasta el río Narcea se hacía por su pertenen- ¿Cómo se constituyó o consolidó la aristo- cia territorial a un castro y aparece expresada cracia indígena en el Noroeste? Es un proce- en la epigrafía con una C invertida: ⊃ , inter- so complicado de explicar pero es muy pro- pretada como Castellum. Castellum puede bable que aquellos individuos, posiblemente identificarse, ciertamente, con un castro que representantes de comunidades concretas que ostente la capitalidad de una civitas como ha colaboraron con Roma de una u otra forma, propuesto A. Villa (VILLA, 2005:48) para el fueran favorecidos por esta5. A raíz de esto, se Castro del Chao San Martín; pero también,

5 Sabemos de la existencia de uno de estos aristócratas a LXXV / hic s(itus) est. (Nicer, hijo de Clutoso, natural través de una estela funeraria hallada en La Corredoira, del castro de Cauriaca, príncipe de los Albiones, de 75 Piantón, concejo de Vegadeo: Nicer / Clutosi (filius) / C años de edad. Aquí se halla enterrado), (SANTOS YAN- (castro) Cauri/ aca / prici /pis Al / bionv / m an(orm) / GUAS, 2002:283).

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 161 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

como ha sugerido J. Camino, puede corres- res marginales como antiguas villas romanas ponderse con un pequeño grupo de castros abandonadas (GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, adquiriendo un significado similar al de gen- 2002 y 2006). De otro lado, la aristocracia ru- tilitates (CAMINO, 2005: 131). Esta segunda ral cuyo origen debe remontarse a los grandes acepción creemos que es la que se ajusta a terratenientes tardorromanos, (GUTIÉRREZ nuestra zona de estudio donde la jerarquía en GONZALEZ ,1998, 2001, 2006) que emergen el poblamiento no se manifiesta en un único aunque con poderes reducidos, apropiándose castro que ostente ya sea la capitalidad de seguramente de tierras y atribuciones que an- una civitas, o bien funcione como un único tes pertenecían a la fiscalidad pública. “lugar central” dentro del territorio de una ci- Las células de hábitat en torno a las cuales se vitas determinada. Cada agrupación de cas- articula el poblamiento en el Bajo Imperio y tros podría estar bajo el mando de una familia la Antigüedad Tardía en el cuadrante Noroes- aristócrata indígena. Así, cada civitas estaría te han sufrido desde los siglos altoimperia- constituida por varias familias aristocráticas les un paulatino proceso de complejización emparentadas de las cuales existía un repre- y diversificación, además de una tendencia sentante, posiblemente designado por Roma. a la dispersión y ruralización cada vez más Es importante tener en cuenta que la civitas evidente, si bien esta última característica ya en el Noroeste no adquiere el significado o la había sido la nota predominante en el pobla- dimensión territorial clásica, de Urbs+ terri- miento altoimperial. torium sino el de territorio de una comunidad o populus, correspondiente, en la medida de Nace la villa como aldea que se convertirá lo posible, con una unidad étnica anterior progresivamente en el eje de la organización (PEREZ LOSADA, 1996) dependiendo de su del poblamiento rural. A la hora de establecer tamaño. En este sentido, se desconoce hasta una secuencia cronológica para la formación que punto Roma llevó a cabo la concentra- de las primeras aldeas de esta época, la eti- ción de las comunidades castreñas tomando mología de los nombres de los pueblos puede la denominación de algunas de ellas para de- ser un instrumento de gran ayuda. De estos, signar otras mayores (CAMINO, 2005: 130) serán los antropónimos, es decir, aquellos for- como ocurrió con los (CARROCE- mados a partir de un nombre propio los que RA Y CAMINO, 1996) o los Galaicos (PE- aporten más información a cerca de esto pues REIRA, 1984). remiten al fundador o possesor de la villa. El proceso de formación de los antropónimos la- tinos en genitivo se generaliza a partir de la LA TRANSICIÓN DE LA ANTIGUËDAD época bajoimperial substituyendo a la forma A LA EDAD MEDIA. UNA APROXIMA- característica de los siglos altoimperiales de CIÓN A LA ORGANIZACIÓN DEL PO- añadir al nombre propio la terminación -ana y BLAMIENTO se mantiene, aproximadamente hasta el siglo Durante el periodo debilitamiento del Estado X. Mientras que la antroponimia germánica que se produce a la llegada de los germanos y, se difunde del siglo VIII hasta el X aproxima- sobre todo, con el vacío de poder que se gene- damente. La germanización de la onomástica ra desde la derrota por los árabes de la última personal es un fenómeno que no se remon- representación del Estado romano, el reino vi- ta a época sueva o visigoda ni se vincula a sigodo de Toledo a comienzos del siglo VIII, una etnia germánica (PIEL, 1989: 155). Los hasta el momento en que se consolida la mo- antropónimos germánicos son formas románi- narquía asturiana en la figura del rey Alfonso cas con nombres románicos ya sean de etimo- II a fines de la misma centuria, propicia que la logía latina o germánica; deben datarse entre organización y creación del poblamiento surja los siglos VIII y X (QUIROGA, 2000: 33) y de la iniciativa privada y se aleje progresiva- están relacionados con el avance de la monar- mente del poblamiento romano oficial. Esta quía astur y sus aspiraciones de relación de acción parte de dos grupos sociales bien dife- ascendencia con la desaparecida monarquía renciados; por un lado, la iniciativa campesina visigoda. Así, la onomástica germánica pudo autónoma que además de instalarse en luga- hacerse popular entre aquellos delegados o res antes deshabitados fundando aldeas, tam- partidarios de los nuevos monarcas y puede bién lo hace en antiguos castros u otros luga-

162 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia. ser indicativo, en el caso de existir un possesor existan dos topónimos de raíz etimológica tan primigenio de una villa, de un cambio en la similar: Castro de Pumarìn y Castello. propiedad de la misma. Por otro lado, el hecho Existe la leyenda en Savaríz de que en El de que muchos de los pueblos de la actualidad Castello existía una capilla y un cementerio y ya aparezcan mencionados en los primeros que era la sede parroquial de las actuales pa- documentos altomedievales entre los siglos X rroquias de Villacondide, a la cual pertenece y XII, también es indicativo de la antigüedad Savaríz y de Trelles. de los mismos, pues la génesis de estas aldeas es anterior, obviamente, a la fecha de emisión Conserva en la ladera Sur-Sureste una serie del documento; lo que ocurre es que en estos de aterrazamientos de aspecto antrópico. Ade- momentos, el feudalismo se consolida como más, según los vecinos del lugar, antes de la modo socioeconómico dominante, y estas al- edifi cación de las actuales dependencias del deas ya han caído en manos de un poderoso e ganado podía verse una elevación en el terre- interesa registrarlas para tenerlas bajo control. no también de origen antrópico.

En nuestra zona de estudio las evidencias de - Contamos con una serie de villas de posible hábitat durante esta época son endebles. Se fundación anterior al siglo X de las cuales remiten a: algunas ya aparecen en la documentación medieval referente a dos monasterios que - Reocupaciones marginales de castros evi- existían en nuestra zona de estudio : el mo- denciables a partir de un registro arqueoló- nasterio de de Santa María de Cartavio, fun- gico muy pobre. Contamos en primer tér- dado en el siglo X, cuya documentación está mino, con las dataciones llevadas a cabo a recogida en el Libro de los Testamentos de la comienzos de los años 70 en el castro de Catedral de Oviedo (VALDÉS GALLEGO, Mohías ratifi cadas más tarde por X. Caballo 2000: 527); en segundo lugar, los documen- y R. Fàbregas (CARBALLO y FÁBREGAS, tos del Monasterio de Santa María de 1991) que dieron como resultado una cali- también fundado en el siglo X contenidos en bración del siglo VI d.C. al siglo VIII o IX d. el Libro Registro del monasterio de Corias. C. En segundo lugar, con respecto al castro Fig.8. Emplazamiento del posible yacimiento romano de A Curota desde el Oeste. de Coaña contamos con un cuenco de Terra Sigillata paleocristiana adscribible al siglo V y perteneciente tipológicamente a la forma 6 de Rigoir (GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, 2002: 305). - Existencia de un microtopónimo que de- signa a un caserío en el la parte central del actual pueblo de Savaríz, ubicado a orillas del río Navia: El Castello. La hipótesis que mantenemos es que se trate de un pequeño establecimiento rural de características aún indeterminadas que podría incluir una ermita Fig.9.Vista de la ubicación de la casa del Castello con respecto al castro de o lugar de culto encuadrable en los últimos Figura 9: Vista de la ubicación de la casa del Castello con respecto al castro de Pumarìn desde el Noreste. siglos bajoimperiales o en la Tardoantigüe- Pumarìn desde el Noreste. dad. Las evidencias que permiten respaldar Cartavio tenía bajo su dominio una serie de esta argumentación son las siguientes: villas de las cuales tres son antropónimos: Se encuentra ubicado en pequeño espolón a Garrio (Xarrio); Pindolis (Veiga de Pindolas); menos de un kilómetro de distancia del ci- uilla Leocadij; dos fi totopónimos, Silua Ro- tado castro de Pumarìn, con el que mantiene donda (Silvarronda) y Felgueras (Folgueiras) relaciones visuales, lo cual se explicaría por y otro, Cartauio (Cartavio), hace referencia a la tendencia sobre todo en el Bajo Imperio a vías de comunicación; además también hay re- construir las villas dentro del territorio hipoté- ferencia a los casares de Modias (Mohías) y tico de los castros (MARTINS, 1990). Además Metale (Medal). Miudes contó con dos propie- es muy sugerente que en tan escasa distancia dades localizadas en nuestra área de estudio:

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 163 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

Uilla Condit (Villacondide), cuya denomina- CARBALLO ARCEO, X.L. (1986): Po- ción deriva de un antropónimo y Sancta Ma- voamento castrexo e romano da terra de Tras- ria de Uiuedro, (Vivedro). Además, en el Li- deza. Santiago, bro Registro del Monasterio de Corias se hace (1990): “Los castros de la cuenca media del mención a la donación a finales del siglo XI río Ulla y sus relaciones con el medio físico”. del monasterio de Sancto Antonino de Uilla- Trabajos de Prehistoria, 47, pp. 161-199. noua (San Antolín de Villanueva), a diversas propiedades de Talareo (Talarén) (ambas en el (1996): “Os castros galegos: espacio y arqui- concejo de Navia) y a la donación, a comien- tectura”.Gallaecia 14-15, pp.309-357. zos del XII de Quanlia (Coaña). CARBALLO ARCEO, X.L. y FÁBREGAS Otro conjunto de estas villas no aparecen refle- VALCARCE, R. (1991): “Dataciones de Car- jadas en la documentación pero gracias a que bono 14 para castros del Noroeste peninsular”. su denominación deriva de un antropónimo Archivo español de Arqueología, 64, pp.244- podemos también asignarles una cronología 264. anterior al siglo X. Así, tenemos antropónimos CARROCERA FERNÁNDEZ, E. (1992): en genitivo de etimología latina: Armental, “Excavaciones arqueológicas en el Occidente Astás, , Meixide, Orbaelle, Pumarìn, de Asturias (Campañas de 1987-1990)”.Exca- Trelles, Valentín, Villardá; y germánica: Ansi- vaciones arqueológicas en Asturias 1987-90. lán, Arnunde, Savaríz, Xarrio, Serriou. Oviedo, pp. 129-136. Un último aspecto que queremos destacar es la CARROCERA FERNÁNDEZ, E. y CAMI- distribución a lo largo de toda la rasa costera NO MAYOR, J. (1996): “La Edad del Hierro y valle del Navia de estas villas, precisamen- en el territorio histórico de los astures o la rea- te donde se había establecido el poblamiento lidad de un espacio administrativo romano”. prerromano y romano y la ubicación de algu- Los Finisterres Atlánticos en la Antigüedad. nas de ellas al pie de castros como es el caso Gijón, pp.57-60 de Serriou para el castro de Coaña; Villalocay para el castro Llugarnovo, y Pumarìn para el FERNÁNDEZ, D.:“El castro de Coaña fue castro del mismo nombre. una de las capitales prerromanas de Asturias” http://elcomerciodigital.com. BIBLIOGRAFÍA FERNÁNDEZ OCHOA, C y MORILLO ARIAS VILAS, F. (1992): A romanización de CERDÁN, A. (2002): “Romanización y asi- Galicia. Vigo. milación cultural en el Norte Peninsular. Al- gunas reflexiones sobre un topos historiográ- DÍAZ NOSTY, B. y SIERRA PIEDRA, G. fico desde una perspectiva arqueológica”. Los (1991): Carta Arqueológica del concejo de poblados fortificados del Noroeste de la- Pe Navia. Oviedo. nínsula Ibérica: Formación y desarrollo de la CALO LOURIDO, F.(1993): A Cultura Cas- Cultura Castreña. Coloquios de Arqueología trexa. Vigo, pp.44. en la cuenca del Navia. Navia, pp.261-277. CAMINO MAYOR, J. (1995): Los castros FERNÁNDEZ-POSSE, M.D. (2000):”La marítimos de Asturias. Real Instituto de Estu- organización territorial de los castros prerro- dios Asturianos .Oviedo. manos”. Las comunidades castreñas astures en época prerromana .Las Médulas (León). (2005): Prehistoria e Historia Antigua. Histo- Un paisaje cultural en la Asturia Augustana. ria de Asturias (Coord: A. Fernández Pérez y (Sánchez -Palencia editor). León, pp.92-108. F. Friera Suárez), Oviedo, pp.13-148. (2002): “Tiempos y espacios en la Cultura CAMINO MAYOR, J. y VINIEGRA PA- Castreña”. Los poblados fortificados del No- CHECO, Y. (2002): “Los castros de la fastera roeste de la Península Ibérica: Formación y oriental d´Asturies”.Asturies. Memoria ence- desarrollo de la Cultura Castreña. Coloquios sa d`un país, 14. de Arqueología en la cuenca del Navia. Navia, pp: 81-95.

164 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

FERNÁNDEZ- POSSE, M.D. y SÁNCHEZ Duero”. Archivo Español de Arqueología, PALENCIA, F.J. (1998): anejo XV. Madrid, “Las comunidades campesinas en la Cultura PEREIRA MENAUT, G. (1984), “La forma- Castreña”.Trabajos de de Prehistoria 55, 2, ción histórica de los pueblos del Norte Penin- pp. 127-150. sular. El caso de Gallaecia como paradigma”. Veleia I, pp.271-287. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ-VALLÉS, J.M. (1954): El litoral asturiano en época romana. PÉREZ LOSADA, F. (1996): “O campo Ga- Oviedo, pp.40-80. laicorromano e os seus contactos cos núcleos urbanos: Algunhas reflexións sobre a relación GUTIÈRREZ GONZÁLEZ, J. A. (1998): cidade-campo na Gallaecia”.A Guerra en Ga- “Sobre los orígenes de la sociedad Asturleo- licia. O rural e o urbano na Historia de Galicia. nesa: Aportaciones desde la Arqueología del III y IV Semanas Galegas de Historia.Santia- Territorio”. Studia Histórica. Historia Medie- go de Compostela, pp. 249-265. val, 16,pp. 173-197. PIEL, J. M. (1989): “Respiga de antropo-topo- (2001): “Dominio político y territorio en la nimia galega de origen latina”.Verba, 9, 1982, formación del feudalismo en el Norte penin- pp.125-151.Estudos de lingüística histórica sular. Propuestas y reflexiones”. V CAME, galego-portuguesa. Estudos gerais. Lisboa. Valladolid, 629-655. REY CASTIÑEIRAS, J. (1993):”Cuestiones (2002): “Del Castrum al Castellum. Los cas- de tipo territorial en la Cultura Castreña”. tros entre la Antigüedad y la Edad Media”. Los XXII Congreso Nacional de Arqueología, vol. poblados fortificados del Noroeste de la- Pe II, Vigo, pp.165-169. nínsula Ibérica: Formación y desarrollo de la Cultura Castreña. Coloquios de Arqueología ROMERO MASIÁ, A. M. (1980).:“Asenta- en la cuenca del Navia. Navia, pp.301-316. mentos castrexos no Norde de Galicia”.Ga- llaecia, 6,pp. 61-80. (2006) “Sobre la transición del sistema anti- guo al feudal: una revisión arqueológica del SÁNCHEZ-PALENCIA, F.J et alii. (2000): Altomedievo hispano”. Territorio, Sociedad y Las Médulas (León).Un paisaje cultural en Poder, 1, pp.53-78. la Asturia Augustana. (Sánchez -Palencia edi- tor). León. LÓPEZ QUIROGA, J. (2000): “ ”Celtas” y “Suevos” en la historia de la antigua Gallaecia SÁNCHEZ - PALENCIA, F.J. y SUÁREZ, V. :¿un problema histórico o historiográfico?”. (1985): “La minería antigua del oro en Astu- Iberoamericana, 24, Jahrgang Nr. 4 (80), rias”. El Libro de la Mina. Gijón, pp. 221-241. pp.20-41. SANTOS YANGUAS, N.(2002): “La inscrip- MARTINS, M. (1990): O povoamento proto- ción de Nicer hallada en la Corredoira (Vega- histórico e a romanização da bacia do curso deo) y los Albiones (Galaicos) del Occidente médio do Cávado. Braga. de Asturias”. En torno al Bimilenario del Eo. Foro cultural del Noroeste. Oviedo, pp. 279- MAYA GONZÁLEZ, J.L. (1988): La cultura 298. material de los castros asturianos. Barcelona, pp: 49 SASTRE PRATS, I. (1998): Formas de de- pendencia social en el noroeste peninsular. PARCERO OUBIÑA, C (2000): “Tres para Ponferrada, pp. 205-227. dos. Las formas de poblamiento en la Edad del Hierro del Noroeste Ibérico”.Trabajos de (2001): Las formaciones rurales de la Asturia Prehistoria, 57(1), pp.75-95. romana. Madrid. OREJAS SACO DEL VALLE, A. (1991): VALDÉS GALLEGO, J. A (2000): EL Liber “Arqueología del Paisaje: Historia, problemas Testamentorum Ovetensis. Estudio filológico y perspectivas”.AEspA, 64, pp.191-230. y Edición. Oviedo. (1996): “Estructura social y territorio. El im- VILLA VALDÉS, A. (2000): Carta Arqueoló- pacto romano en la cuenca Noroccidental del gica del concejo de Navia. Oviedo.

29: 151-166. 2010, ISSN: 0211-8653 | 165 Un ejemplo de estudio microrregional: la evolución del poblamiento en las tierras de la desembocadura del Navia.

(2005): El castro del Chao San Martín .Guía AGRADECIMIENTOS. para su interpretación y visita. Grandas de Sa- Este trabajo se ha llevado a cabo gracias a la lime. inestimable ayuda de mi profesor tutor, José Avelino Gutiérrez González, mi familia en es- (2007) “Mil años de poblados fortificados en pecial a Maria José Díaz Arias, mis amigos y Asturias (siglos IXa.c. a II d.C.) Astures y ro- a todos los vecinos de Coaña que colaboraron manos: nuevas perspectivas. Oviedo.pp. 36- conmigo en las labores de prospección. 37 XUSTO RODRÍGUEZ, M. (1993):“Territo- rialidade castrexa e galaico-romana na Galicia Suroriental: A Terra de Viana do Bolo”.Boletín Auriense, anexo 18.Orense.

166 | REVISTA DE ARQUEOLOXÍA E ANTIGÜIDADE