En la oscuridad del anochecer, Quiroga sorprendió a las fuerzas de Paz, que tuvieron muchas dificultades para organizase. El general Paz respaldó a sus hombres con serenidad y luego de haberse dispuesto correctamente, vencieron una vez más, y definitivamente, a los soldados federales.

CONSECUENCIAS Al término de la batalla de La Tablada, los federales habían perdido aproximadamente mil soldados, mientras que cerca de 100 fueron tomados prisioneros y posteriormente, fusilados. Esto último no fue ordenado por el general Paz. A su vez, los unitarios no habían llegado a tener 80 caídos en sus filas. En tanto, a partir de esas fechas, representó un punto inaccesible para los unitarios, debido a que la provincia se había dispuesto bajo el control de Rosas, quien se hizo cargo de la misma luego del fusilamiento del gobernador federal , ejecutado por el general Lavalle. De esa manera el territorio nacional quedó fragmentado en dos sectores claramente delimitados. Por un lado, los federales poseían el domino de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. Mientras tanto, el resto estaba conglomerado en la Liga Unitaria, con base en Córdoba. Asimismo, la importancia del combate de La Tablada radica en que, luego de la misma, los unitarios afianzaron su control sobre Tucumán, Salta y del Estero, esta última por medio de la expulsión del gobernador federal Ibarra.

1- QUEBRACHO HERRADO Oribe derrota a Lavalle

2- BATALLA DE LA TABLADA 22 de junio de 1829

1 2 BATALLADE QUEBRACHO HERRADO – 28 DE NOVIEMBRE DE 1840 ANTECEDENTES En 1840 el general unitario , al frente de cuatro mil soldados, lideró la invasión a la Isla Martín García. La toma de la isla contó con el apoyo de los franceses y los unitarios que habían emigrado hacia Montevideo.

Esta alianza buscaba la destitución de Rosas o, de lo contrario, la fragmentación de las provincias mesopotámicas de la Confederación .

Lavalle se había enfrentado a las huestes del general federal de Entre Ríos, Pascual Echagüe. Esta fuerza era superior en cantidad de hombres, lo que condujo al unitario hacia Buenos Aires en busca de apoyo. No consiguió lo que esperaba y se retiró hacia Santa Fe. En su trayecto tomó la ciudad de Rosario. En ese sitio su permanencia fue conflictiva, sus tropas tuvieron que soportar el constante asedio del gobernador federal de la provincia, Juan Pablo López, hermano de Estanislao.

GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA 356 En tanto, en medio de su camino de Buenos Aires a Rosario, Lavalle había perdido el apoyo y los recursos de los franceses para su campaña, ya que el gobernador de Buenos Aires, y líder indiscutido de la Confederación Argentina, , había logrado un acuerdo diplomático con el barón de Mackau, representante del país europeo.

Los unitarios que gobernaban territorios se habían agrupado en la Coalición del Norte, que poseía un ejército de 2.000 soldados, encabezado por el general Gregorio Aráoz de Lamadrid. Esta unión de provincias estaba conformada por Córdoba, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy y Corrientes y, además, tenía como objetivo primario el derrocamiento de los gobernadores federales de San Juan y Santiago del Estero, Nazario Benavídez y Juan Felipe Ibarra, respectivamente.

Del otro lado, los federales, con Rosas al frente, habían conformado el ejército confederado, que era dirigido por el delegado del bonaerense, el general uruguayo Manuel Oribe. Cuando los unitarios de Lavalle no pudieron sostener su presencia en Rosario, el general realizó un acuerdo con Lamadrid, que se encontraba en Córdoba, con el fin de unir fuerzas para derrotar a los enemigos. Allí, planearon juntarse el 20 de noviembre en la posta de Romero, sitio ubicado en el centro de Santa Fe. Rápidamente, Lavalle llevó sus tropas hacia ese sitio, aunque aún persistía el asedio de los hombres de López y Oribe sobre su delegación. Los federales emprendieron una insólita persecución sobre los enemigos. El militar uruguayo lideró una avanzada que recorrió, en medio del desierto, cerca de 150 km. en solamente dos jornadas. Sin embargo, Lamadrid no recibió noticias de Lavalle a lo largo de varios días y, sin avisarles a sus aliados, el tucumano condujo sus hombres hacia el oeste. Después, Lavalle llegó al sitio pactado, pero tampoco tenía novedades ni rastros de Lamadrid. Por ello, y con los federales a sus espaldas, Lavalle trasladó su ejército hacia la posta de Quebracho Herrado, situada en el extremo este de Córdoba.

BATALLA DE QUEBRACHO HERRADO

GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA 357 BATALLA El 28 de noviembre, en Quebracho Herrado, se dispusieron las formaciones de ambas fuerzas. Por un lado, los unitarios poseían cerca de 4.600 soldados y 4 cañones, con una abrumadora mayoría de la caballería. Por el otro, los federales contaban con 6.500 hombres y 5 piezas de artillería, también había una inmensa cantidad de jinetes en esta fuerza. Al mediodía se iniciaron las hostilidades. En principio, Lavalle decidió atacar con su ala derecha, liderada por el coronel Niceto Vega. Este movimiento llevó a la caballería enemiga, situada en el flaco izquierdo, fuera del campo de batalla. Sin embargo, los hombres del coronel federal Hilario Lagos retornaron a sus puestos poco después. Los planes unitarios de atacar la reserva y la infantería enemiga fueron frustrados. En tanto, el coronel mayor Ángel Pacheco, encargado de la caballería federal, pudo doblegar la resistencia de los jinetes unitarios, situados en el ala izquierda de la formación. Incluso, los hombres de Pacheco llegaron a arremeter contra las reservas enemigas. A su vez, en el centro, el combate era parejo pues las infanterías de ambas fuerzas no se sacaban ventajas. El costado derecho de los unitarios fue desmoralizándose con el correr de la batalla al ver que el resto del ejército estaba en clara desventaja. Pacheco terminó rodeando este flanco, que debió retirarse de la contienda. MANUEL ORIBE Ante la adversidad, Lavalle se puso al frente de la reserva y se lanzó a la lucha. En medio de la Partido Blanco Uruguayo tarde, los jinetes unitarios estaban exhaustos, por lo que se consolidó la victoria federal.

General Manuel Oribe Político y militar uruguayo (Montevideo, 1792 - 1857). Tuvo una destacada actuación en la lucha por la independencia y fue el caudillo y fundador del Partido Blanco (posteriormente llamado Nacional), uno de los dos partidos históricos o tradicionales Fue ministro de Guerra de Fructuoso Rivera y lo sucedió en la presidencia de la República en 1835. Al ser vencido en el Palmar (1838), Oribe se vio forzado a renunciar a la presidencia. Más tarde, y ya en Buenos Aires, denunció la nulidad de esta renuncia y obtuvo el apoyo armado del gobierno de Juan Manuel de Rosas; comenzó así la llamada Guerra Grande, complicada con la participación de fuerzas de Francia e Inglaterra. Al mando de las fuerzas de Rosas persiguió a Lavalle por el interior de la Argentina y lo derrotó en Quebracho Herrado (1840) y Famaillá (1841).

CONSECUENCIAS La batalla de Quebracho Herrado dejó a los unitarios más de 500 muertos entre sus filas; más de mil hombres, entre ellos civiles que se habían unido a la causa, fueron apresados por los enemigos; perdieron toda la artillería y las municiones que poseían. Por su parte, el bando vencedor contó poco más de 30 soldados muertos y cerca de 50 heridos. Luego del combate los unitarios derrotados huyeron a guarecerse en Córdoba, provincia que estaba bajo su influencia. Oribe decidió no emprender la persecución de los mismos, considerando que sus soldados se encontraban extenuados por el hostigamiento que les habían proporcionado en las jornadas anteriores. Días más tarde, Lamadrid se encaminó hacia la posición de Lavalle con el fin de auxiliarlo en la recuperación de las fuerzas unitarias. Sin embargo, ni bien se hallaron cara a cara ambos líderes unitarios comenzaron a reprocharse sus culpas por el desencuentro entre las tropas, lo que derivó en la derrota de Quebracho Herrado. Se produjo una ruptura irreversible entre ambos militares. Luego, los unitarios se retiraron hacia el norte donde encararían la organización del ejército. Los sucesos acontecidos en Quebracho Herrado fueron determinantes para el desenlace de esta guerra. A partir de allí, los unitarios comenzaron una caída libre hacia la derrota, afianzándose el dominio federal a lo largo de territorio.

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