I -8­ I CAPITULO PRIMERO LA FORMACION SEVILLANA DE UN DOMINICO REFORMADO I l. La reforma religiosa y educativa en el reinado de los Reyes Católicos I Durante el reinado de los Reyes Cat61icos se consolidó la auto­ ridad real en Castilla. Al doblegar a la aristocracia, al instalar a I sus propios funcionarios en las ciudades y al transformar el sistema judicial, Fernando e Isabel afianzaron el poder de la Corona en Cas­ I tilla. Pero hasta que no hubiesen colocado bajo el dominio real a la ~oderosa Iglesia española no podr1an considerarse dueños de sus reinos I y consumar su programa de gobierno. A lo largo del último cuarto del siglo XV la Corona incrementó el control de una Iglesia inmensamente I rica, con numerosos privilegios y plagada de corruptelas. (1)., ~n este programa de control eclesiástico por los Reyes Católicos I cabe destacar la tarea reformadora que emprendieron en el seno de la Iglesia española.(2). Para elevar el nivel moral e intelectual del clero se adoptaron medidas disciplinarias y se acometi6 una profunda I reforma educativa. Bsta mejora en la formación del clero se inscribe en el proceso de renovación educativa llevado a cabo en la Castilla I de la é~oca de los Reyes Cat61icos y del reinado de Carlos V que elevó notablemente el nivel cultural de la poblaci6n castellana (3). Un I clero más culto y reformado fomentó el interés por aprender el arte de las letras. ~e difundieron así las escuelas ~e gramática como ins­ I trumentos populares de educación latina, creándose muchas de ellas en los años siguientes al reinado de los Reyes Católicos, de manera que casi todas las ciudades de 500 vecinos o más poselan su propia I escuela de latinidad, las cuales favorecian la movilidad social ascen­ dente de los conocedores de la lengua latina. Este desarrollo del I sistema educatiro iniciado en La época de los Reyes Católicos se res­ quebraj~ a mediados del siglo XVI, afectado por la inflación que empo­ I breció a la sociedad casteliana, y por la reacci6n aristocrática ante los letrados (4). I I I I I I ...... _0.­ I -9­ I Reforma católica y renacimiento cultural y espiritual son los logros del principal protagonista de la reforma de la Iglesia promo­ I cionada por los Reyes Católicos, es decir del franciscano fray Fran­ cisco Ximenez de Cisneros (5). Bl renacimiento cultural y espiritual fue estimulado por la I creación de una serie de centros destinados a mejorar la enseñanza superior de los cl~rigos, y a elevar el nivel intelectual en Castilla. I Bs as! como el cardenal González de Mendoza, gran mecenas favorecedor de la expansión del humanismo en Castilla y sustituto de Carrillo en I 1482 en la sede toledana, fundó en 1484 en Valladolid el Colegio de Santa Cruz, que sentó un precedente para las fundaciones posteriores destinadas a elevar el nivel intelectual y producir un clero más culto I (6). Cisneros, por su parte, dio vida a dos grandes realizaciones que I posibilitaron el desarrollo del humanismo en Castilla: en 1508 fund6 la Universidad Complutense en Alcalá de Henares para la promoci6n de I los estudios teológicos y promovió la publicación de la gran Biblia poliglota Complutense, en la que los textos griego, hebreo, latino I y caldeo estaban impresos en columnas paralelas (7). Estas realizaciones acentuaron una de las caracteristicas más importantes del movimiento de reforma religiosa isabelino: su decisión I de adaptarse a las necesidades contemporáneas. Aunque Cisneros no era propiamente un humanista com~rendió la urgente necesidad de poner I los nuevos estudios humanlsticos -teo~ógicos y lingüisticos- al ser­ vicio de la religión. Dirigidos por el, los reformadores, en vez de I rechazar el humanismo, lo utilizaron para proseguir su tarea de re­ forma (8). I lJa Reforma, promovida desde la Corona y ejecutada por Cisneros, contó con el apoyo activo de los reformistas del clero regular. Mientr que el clero secular fue más renuente a la Reforma que atacaba su I relajación moral y su absentismo, en las órdenes religiosas, espe­ cialmente en las mendicantes, la colaboración fue más notoria. Es I asi como a la muerte de Cisneros en 1517 no quedaba en España ni una sola com:lAnidad franciscana "conventual": en todos los conventos los I rigoristas observantes sustituyeron a los conventuales. (5): fray Francisco Ximenez de Oisneros fue confesor de la reina rSabE desde 1492, provincial de los franciscanos de Castilla, arzobispo de I Toledo y primado de España desde 1495, inquisidor general desde 1507 J dos veces regente del reino. (6): Ver Bartolome Bennassar, (1983), Valladolid en el Siglo de Oro, I p. 471 (7): Ver :1arcel Bataillon, (1979), Erasmo y España, pp. 1-43 I (8): Ver Elliot,(1976),op.cit. p. 108 I I -10­

I 10s dominicos, por su cuenta, sin el aliento de Cisneros, empren­ dieron su propio programa reformador basado en una más estricta obser­ I vancia de las reglas de la orden, junto con una restauración de la formaci6n teológica. Para lograr estos fines abrieron el Colegio de I San Gregorio en Valladolid en 1496 y la Universidad de Avila en 1504.(~)). El Colegio de San Gregorio, según subraya Bennassar, fue un foco I de cultura bastante notable en Valladolid (10). Uno de los objetivos de su fundación fue servir al estudio y difusión de la doctrina tomis­ I ta, convirtiéndose para Bataillon en una verdadera facultad de teolo­ gía (11), Y otro "servir a la cultura de 1<~spaña todavía semibárbaral' I (12). Reagrupando a la aristocracia intelectual de la orden dominica el Colegio exigía a quienes opositaban a una de las colegiaturas que fueran buenos teólogos, buenos gramáticos, Que hubieran hecho ya un I año de lógica y que demostraran verdaderas aptitudes científicas (13). Los estatutos, que fijaban siete años de estudios, hacían obligatorias I las clases de filosofía, lógica, teología, Sagradas Escrituras, pero también hacían posibles las especializaciones y la asistencia a los I cursos de la Universidad cuando estos eran impartidos por eminentes maestros. I En este Colegio junto a dominicos Que desempeñaron altas funciones en la sociedad castellana de la época como fray Garcia de Loaysa, que llegó a ser Presidente del Consejo de Indias y luego arzobispo de Se­ I villa e Inquisidor General; fray Alberto de las Casas, futuro general de los dominicos; fray Bartolomé de Carranza y Miranda, que entró de I colegial el 19 de agosto de 1525, llamado en Valladolid durante la carestia de 1540 "el padre de los pobres", arzobispo de Toledo, y que I conoció las prisiones de la InQuisición cuando se desencadenó por Felipe 11 una política intolerante y ortodoxa, a fines de los años 1550, que dio como resultado una tibetización de la cultura española I y produjo el cortocircuito de la modernidad en la 1'10narquía hispana; (9): ~obre la reforma dominicana ver Vicerite Eeltrán de Heredia, O.P. I (1939), Historia de la reforma de la Provincia de España,1450-1550 y (1941), Las corrientes de espiritualidad entre los Dominicos de Casti­ lla durante la primera mitad del siglo XVI. I lO): E.Benn~ssar (1983),0~.c~t.,p.470 11): M.Eatalllon (1979),o~.Clt.,p. 7 ¡12): Fr. Gonzalo de Arriaga O.P., (1928-1940), Historia del Colegio de San Gregorio de valladolid. vol. 1: 63 I (13):Primeramente sus 20 internos eran escogidos entre los jóvenes monj es de San Pablo de \ralladolid, San Esteban de Salamanca (dos por cada uno de estos conventos) y de los conventos de Burgos, , I Peñafiel, 11edina, Avila, León, degovia, Toro, Toledo, Zamora, Córdoba, Sevilla, , Santa Maria de Mena. AHN. Madrid. Clero. Códex 909 b. I A partir de 1504 se admitieron 30 internos, y a partir de 1525, 35, lo I I -11­ fray Luis de Granada, uno de los grandes escritores de su época, se I formaron fr. Vicente de Valverde, primer obispo del Cuzco y fr. Jer6­ nimo de Loaysa, primer arzobispo de Lima y fundador de su Universidad. I Entre 1519 y 1525 en este centro educativo la reforma dominica diri­ gida por el ultrarreformista Juan Hurtado de Mendoza, prior del con­ vento de San Esteban de Salamanca, (14), encontró un notable aliento, I favorecida por la vida de trabajo y de estudio que en él se hacia, y I por la misma selección del personal. Cabe considerar a este Colegio de San Gregorio de Valladolid como la institución precedente del Colegio de Santo Tom~s de Sevilla en el I que se forma fray Domingo de Santo Tomás. Conviene resaltar cómo el establecimiento de estos Colegios de I dominicos se inscribe en un amplio movimiento de fundaci6n de centros educativos para mejorar la formaci6n po11tica y moral, "tanto en doc­ I trina como en virtud" del clero regular y secular. Con la fundaci6n de estos Colegios se aplicaban las reglas del monacato cat61ico a los I estudios universitarios: se exigía a sus integrantes vida retirada y austera, una serie de pr~cticas religiosas, comunidad de mesa, clausura, I participaci6n en la elección de superiores. En ellos se formaban elites: el número reducido de becarios -unos 20 como promedio- hacía posible una educación selecta. La finalidad de estos Colegios no estri­ I baba solo en enseñar a sus alumnos sino también en formarlos políti­ camente y moralmente para habilitarlos para la conducción de 10s I negocios de la-Monarquía. Se reg1an estos Colegios en su organización interna por unas constituciones en las que se valorizaba la camare­ I dería y la democracia y se exaltaba la sobriedad de costumbres. En ellos se realizaban estudios de Gramática, preparatorios de los de Artes, y de Artes como preparatorios de los de Teología. Tanto los I Colegios de dominicos como los creados en el reinado de los Reyes Católicos -el estudio de San Ildefonso de Alcal~, el Colegio de San I Bartolomé de Salamanca, etc.- estaban nivelados por un mismo patr6n y unas mismas directrices, habiendo semejanzas entre sus Constituciones, I coincidencia de fines y criterios, comunes a casi todos sus fundadores. (15). Económicamente dependían estos Colegios en su mayor parte de

I (13 cont.) que permitió que otros conventos -como Jerez de la Frontera, Jaén, Ecija, Portacoeli de Sevilla, Benavente, Oviedo, Vitoria,etc., pudiesen estar representados. ARM. I1adrid. Glero. C6dex 1153 b, citado I por B. Bennassar (1983), op. cit. p.471 n.55 (14) sobre las actitudes reformistas de este dominico ver V. Beltrán de Heredia, OP., (1941),op. cit. pp. 17-30 (15) Yer' ?ranei sco dartin Herñlindez, La formación c.leri cal en les Cole­ I gios Universitarios espaftoles (1371-1563), Vitoria, 1961 I I I -12­

I cuantiosas rentas procedentes de bienes inmuebles propiedad muchas veces de sus fundadores como es el caso del Colegio de Santo Tomás I de Sevilla (16). Los colegiales podían disfrutar de sus becas vita­ liciamente o por un período de diez años: según esta modalidad de I vinculación al Colegio se dividían los colegiales, en el caso del Colegio de Santo Tomás, en perpetuos o decenales.

I 2. La vinculación de Domingo de Medina con el Colegio de Santo I Tomás de Sevilla En el contexto de la reforma dominicana y del interés de los I religiosos reformados por los asuntos indianos se inscribe la funda­ ción del Colegio de Santo Tomás en Sevilla en 1517 en el que se formó fray Domingo de Santo Tomás. Es el arzobispo de Sevilla fray Diego I de Deza, que fue profesor de Teología en la Universidad de Salamanca, impulsor de la empresa colombina y protector de Las Casas ante Cisne­ I ros (17) el artífice de esta fundación para religiosos profesos de la Orden de Predicadores. I Tras haberse constituido la provincia de Andalucía de los domi­ nicos en 1515 (18) fray Diego de Deza, uno de los eclesiá8ticos pro­ I minentes de aquella sociedad castellana imbuido del ideario refor­ mista triunfante en el clero regular decide crear un Colegio en Sevilla, a imitación de los otros Colegios que se hab1an creado en la España de I los Reyes Católicos, para reforzar la formación de los miembros de su orden. En este centro de estudios una elite de dominicos de la pro­ I vincia de Andalucía podrían graduarse en Artes y Teología y ser pre­ parados para coadyuvar a la conquista espiritual del Nuevo Mundo me­ I diante una sólida preparación teológica y lingüistica. 31 ideario reformista cristiano del fundador y de los integrantes I del Colegio se manifestó en sus estatutos o constituciones (19). (16): Ver a este respecto, Diego Ignacio de Góngora (1890), Historia del Colegio Mayor de Santo Tomás, vol. I, Segunda Parte. Cap1tulos I IV, V, VII, X Y XII. En AHN Madrid. Clero. Sevilla. Legajo 6677 se encuentra documentación sobre propiecrades del Colegio. Entre esta masa documental se halla el pleito iniciado en 1535 entre el Colegio de I Santo Tomás y el concejo de la villa del Puerto de Santa Maria acerca de las tierras de sembrar, viñedos y fuentes del Cortijo de PQzo ~o­ zano cuya posesión había adquirido el Colegio en 1523. I (17): Datos biográficos de este eclesiástico en Diego Ignacio de Gón­ gora (1890), op. cit. vol. I, Primera Parte, pp. 9-80 Y en la obra de Armando Cotarelo y Valledor (1905), fray Diego de Deza. (18): Sobre esta provincia de los dominicos ver Paulino .~uir6s, UP. I (1915), AQuntes y documentos para la historia de la provincia dominicané de Andalucla (19): ver Diego Ignacio de Góngora (1890), vol. I, op. cit•• capa. XIII I y XI~. pp. 128-152 I I -13­ I :3egún constaba en la escritura pública de donaci6n y dotación de bienes para proveer las becas de los colegiales hecha en Sevilla el 28 de noviembre de 1517 los primeros colegiales nombrados fueron I los siguientes frailes: Juan de Victoria, Fernando de Santillana, Ful­ gencio de la Torre, Bernardo de Santo Domingo, Diego de Alcánt'ara, I Domingo de Murcia, Lucas de Medina, Gaspar de Victoria, Antonio Romero, ~ebastián de Vargas, Reginaldo Montesinos, Alonso f10ntúfar, Tomas I Baptista, Alonso Gallego y Domingo de los Rlos (20). Se eligió como rector a fr. Fernando de Santillana y como consiliarios para regir, I gobernar y administrar el Colegio a los Maestros fr. Juan de Victoria, fr. Domingo de Murcia y fr. Fulgencio de la Torre (21). La mayor parte de estos colegiales tenia más de 40 anos, y el de menor edad pasaba I de los 20. Ese mismo dia de 28 de noviembre de 1517 según se sefialaba en I el libro de las entradas de los familiares constaba que fr. Diego de Deza habia nombrado como familiares para el Colegio, es decir como I auxiliares de los colegiales a: Juan Núñez, clérigo de Menores, natu­ ral de Zalarnea la Real, de 19 anos, Domingo de Medina, (el futuro fray I Domingo de Santo Tomás), natural de Sevilla, de 18 años, que lleg6 a ser religioso y colegial del Colegio y muri6 siendo obispo de Chuquisaca y Rodrigo Alvarez, natural de Cantillana, de 21 años, que I fue cura de la iglesia parroquial de Cantillana.(22). Es yues el cronista del Colegio de Santo Tomás, Diego Ignacio de I G6ngora, el que nos proporciona en su manuscrito del siglo XVIII edi­ tado a fines del siglo pasado los primeros datos biográficos de Domin­ I go de Medina, quien como dominico adoptarla el nombre de Domingo de Santo Tomás. Según este cronista, único historiador que ha dispuesto de la documentaci6n interna del Colegio (23) naci6 Domingo de Medina I en Sevilla en 1499. Era hijo de 1ucas de Medina, "honrado sevillano, a quien el señor fundador -es decir fr. Diego de Deza- trat6, conoci6 I y ocup6 en algunas cosas ll (24). Dos de los hijos de este Lucas de de Medina, quizás criado del arzobispo de Sevilla, fueron llevados I por este al Colegio de Santo Tomás desde el mismo dla de su fundación. (20): Diego Ignacio de G6ngora (1890), vol.I, 0E. cit., pág. 94 (21): ibid. p. 104 I (22): ibid. p. 101 (23): 3e supone que esta documentación se perdió en la desamortización de los bienes eclesiásticos que llevaron a cabo los liberales españoles I en el siglo pasado pero no tenemos completa certeza de ello. \24): Diego Ignacio de G6ngora (1890), vol.II, 0E. cit. pág. 75 I I I I -14­

I Bn efecto, en el día que nombró los primeros colegiale~de8ignó por uno de ellos al P. Fr. Lucas de Medina, religioso del convento domi­ I nico de San Pablo de Sevilla, y uno de los tres primeros familiares que nombr6 fue Domingo de Medina, hermano de fr. Lucas de Medina, I y único de tales familiares que llegó a ser colegial ,posteriormente, lo que quizás sería indicativo de sus cualidades intelectuales. Así I informa Di ego Ignacio de Góngora que Domingo de T1edina era "muy reco­ gido, humilde y estudioso", y antes de entrar en el Colegio servía en una parroquia una capellanía para mantener a su padre (25). I Ingresado en el Colegio Domingo de T1edina estudi6 los primeros cursos de Artes, vale decir Lógica, Física y Metafísica, que se impar­ I tieron desde el 1 de diciembre de 1517 hasta el 23 de junio de 1520 (26, En este período de tiempo los profesores y el plan de estudios I de este curso de Artes fue el siguiente: -en el curso 1517-1518 impartió Súmulas, es decir los principios elementales de la Lógica, el colegial perpetuo fr. Bernardo de Santo I Domingo -en el curso 1518-1519 ley6 Súmulas el Padre consiliario fr. Ful­ I gencio de la Torre y la cátedra de L6gica estuvo a cargo del P. ~r. Bernardo de Santo Domingo I -en el curso 1519-1520 impartieron clases de Filosofía el P. Fr. Bernardo de Santo Domingo, de L6gica ~agna el P. Fr. Fulgencio de la I Torre y de Súmulas el P. fr. Lucas de Medina (27). Estas tres lecciones que siguió Domingo de Medina entre 1517 y 1520 formaban el plan de estudios del curso de Artes. I oimultáneamente para los colegiales que ya habían estudiado Artes se daban clases de Teología, impartiéndose la lección del I Maestro de las Sentencias por las mañanas y la de la Biblia por las tardes. En setiembre de 1518 se cre6 la cátedra de Teología Moral. I A tales lecciones y cátedras asistían estudiantes seglares, clérigos; como los capellanes del arzobispo Deza,y algunos curas de las iglesias I parroquiales de Sevilla. Cada día lectivo los colegiales tenían dos 8C'nclusiones bien"eil la librería del Coiegio o en la casa del I grzobisro Deza, quien supervis6 el funcionamiento del Colegio ha~ta (25): Diego Ignacio de Góngora (1890), vol.II, p.75. Lamentablemente no conocemos más datos de este joven Domingo de Medina ante$ de in­ I gresar en el Colegio de Santo Tomás. Sobre las parroquias existentes en la Sevilla del siglo XVI'y su evolución demográfica ver Ruth Pike, (1978), Aristócratas y comerciantes, pp. 13-31, especialmente el cuadre I l. Poblaci6n sevillana en 1534 en cada una de las 28 parroquias. (26): ~i~go Ignacio de Góngora (1890), vol. 11, op.cit. p.76 I (27): J.bJ.d., vol. 1, p.105 I I ~15-

I su muerte en 1523. Una era de Teología a medio día, y la otra de Artes a la tarde. En los primeros tiempos de funcionamiento del I Colegio al no haber Regente se turnaban unos y otros en la moderación de tales debates (28). I I Desde que se fund6 el Colegio de Santo Tomás su orientación in­ diana fue evidente. No solo algunos de sus primeros colegiales tenían una larga experiencia evangelizadora en las Antillas como fr. Bernardo I de Santo Domingo sino que en este centro se formarán dominicos que desarrollarán imyortantes tareas en la conformaci6n de la iglesia in­ I diana y en la defensa de los derechos de los indios como fiarán Hegi­ naldo f10ntesinos en Cuba y Panamá (29) y Domingo de Santo Tomás en I Perú. ¿ntre las tareas adjudicadas a los dominicos de este centro estaban las de asesoramiento moral a los poderosos mercaderes sevillano ~ue monopolizaban el tráfico con las Indias desde la Casa de Contra­ I tación.'De estas prácticas de predicación y confesión con los prota­ gonistas de una economía mercantil muy dinámica derivarían los cono­ I cimientos econ6micos que muestran en sus escritos fr. Tomás de San ~·.'lartín y fray Domingo de Santo Tomás, y los tratados de economía que I redactarán algunos dominicos como fray Tomás de Mercado, autor de la celebre Suma.· de tratos y contratos. (30). Para comprender esta orien­ I tación indiana hay que tener asimismo en cuenta que hasta 1528, año en el que se forma la Provincia de Santa Cruz en las Indias los domi­ nicos que evangelizaban las Antillas y la Tierra Firme dependían I orgánicamente de la Provincia de Andalucía. Esta orientación indiana tiene una concreción política pues desde I este centro se apoya al primer movimiento lascasiano. Es así como al fundar fr. Diego de Deza el Colegio atrae junto a sí a dominicos I reformados que han destacado bien en las Antillas o en la Península I en las luchas antiencomenderase indigenistas que emprendieron los (;":8): ibid., vol. 1, pp. 104-105 (29): en 1523 fr. Reginaldo ~ontesinos pasó a la Espafiola, siendo I Comisario de los dominicos en Cuba y protector de los indios en 2anarná en 1532. 1er Manuel Gimenez Fernández, (l953), Bartolomé de las Casas, vol. I, p. 150 n.44l (30): en AGI. Indiferente General, 2956, t~pedientes eclesiásticos I 1580 a 1589 se encuentra un Interrogatorio de 1582 sobre el Colegio ¡"layor de Santo Tomás de Aquino de Sevilla en el que las autoridades del Colegio solicitaban mercedes presentando como testigos a diversas I personas que acreditaron que tales dominicos predicaban en la Casa de la Contratación y eran consultados por los mercaderes sobre la mora­ lidad de sus negocios. Consulte este legajo por indicación del profesol I Carlos Sempat Assadourian a quien le agradezco su gentileza. La Suma I I -16­ religiosos reformistas de las Ordenes mendicantes en defensa de los I derechos de los naturales de las Indias. Como ya subrayara Giménez Fern'ndez existe una estrecha conexi6n entre reformismo e indigenismo I en el seno de las Ordenes mendicantes que trabajaron en el Nuevo :1undo y se preocuparon por las cuestiones relativas al buen gobierno cris­ I tiano de las Indias (31). Dos de los primeros colegiales del Colegio de Santo Tomás, fray Bernardo de Santo Domingo, maestro de Domingo de ~edina de 1517 a 1520, I y fr. Reginaldo Montesinos, fueron muy importantes en el desarrollo del primer movimiento indigenista lascasiano. I Fray Bernardo de Santo Domingo,de una de las principales familias de Sevilla (32), fue uno de los primeros dominicos, reformados, ~ue I entraron en la Española en 1510 junto a fray Pedro de C6rdoba, fray Diego de Mendoza y fray Antonio Montesinos. De todos ellos era el I más preparado intelectualmente y el que tenia una más s6lida formación teo16gica (33). Como es bien conocido nada más llegar a la Española estos dominicos se enfrentan contra los abusos de los españoles sobre I los naturales, fundamentando sus tesis ind6filas en una concepción filosófica cristiana tomista sobre la naturaleza humana del indio, I defendiendo su condición de pr6jimo y su derecho a la libertad (34). Son célebres las denuncias que realizan expresadas en el sermón de I fray Pedro de C6rdoba en La Concepción ante la corte virreinal del Almirante Diego Colón en noviembre de 1510 y en los sermones de fray Antón de Montesinos ante diversos encomenderos en octubre de 1511(35). I Fray Bernardo de Santo Domingo junto con fray Gutierre de Ampudia, fray Pedro de San Martín y fray Diego de Alberca fue uno de los pri­ I meros misioneros dominicos enviados a Cuba a principios de 1515. A~ui junto con Gutierre de Ampudia debate con el clérigo-encomendero Las I Casas en la hacienda de este en Arimao entre el 22 y el 27 de marzo de 1515 convenciéndole de la injusticia fundamental del régimen colo­ I nialista implantado en Indias, y de su incompatibilidad con la con­ ciencia del cristiano y los deberes del sacerdote. Los dos dominicos (30 cant.): de tratos y contratos fue redactada por el dominico sevi­ I llano fr. Tom~s de Mercado como gu1a moral para dilucidar las cuestione de concien8ia ~ue la actividad comercial suscitaba. Editada en 1563 fue dedicado al ~onsulado de ~ercade~e~ de Sevi~la ~ s~ convir~i~ ~n_~n.. I best-seller. Jer el estudIo prelImInar de NIcolas ~áncne~-AIDoInu¿ a La edict6n realL~ada en :iIadrid en l,n7 por el Inntituto de l'..:studjos Eis~;al (31)::·1anuel Gimenez J!'ernández, (1960), :L.as Casas, voLII,p.67',n.2271 (32):ver Diego Ignacio de G6ngora (1890), vol.II, pp.4~-44 I (Y5): Giménez Fernández, (1953), .Las Casa.:J!. vol. 1, .p.~18 ~J...~76 (34):ver Lewis Hanke, (1967), La lucha espanola por la Justlcla en la COn~UiGta de América, 2 ed. I (55 : Gim~nez Fern'ndez, (1960),Las Casas, vol.II, pp.527-528 I I I -17­

I convierten a Las Casas a sus tesis acerca de la obligaci6n moral de restituir los bienes a los indios injustamente extorsionados de su I re~artimiento (36). ~as teais indófilas de Bernardo de Santo Domingo son expresadas entre otros documentos en la larga carta que escribió en latín y ~ue I suscribieron conjuntamente los dominicos reformados y los franciscanos ¡¡icaI'dos reformados el 27 de mayo de 1516 y que Las Casas lleva a I Espafia cuando embarca el 3 de junio de 1517 (37) y en el parecer que dio el 18 de abril de 1517 inserto en la Información que abrieron I los Comisarios Jeróni~os (38), enviados por Cisneros a la Espanola sobre la capacidad de los indios y que fue notablemente censurado ¡¡al' I ~uien lo copió el secretario redro de Ledesma, encomendero y escla­ vista ()9). ~n esta Información los dominicos reformados, en un dic-

I (36): Giménez Fernández, (1960), ay. cit. pp. 528, 661 (37): Gimenez Fernández, (1953), op. cit. pp. 335 ss (58): Seí1ala Gi ménez Fer'nández, (195:5), p. 308, n. 858: 11 El llamado .tJOI I Han~~e Interrogatori o J eronimiano es íJro bablemente el te:'3ti moni o enviado a 0isneros el 4 de mayo de 1517. Se encuentra en AGI. Indiferente General, 1624, formando el Hamo 1 de un legajo titulado "tXpe;dientes I relativos a la perpetuidad de las encomiendas, afias de 1517 a 1621" .. De su simple lectura se ir~iere lo precipitado de su tramitación com­ ~rendida entre el 2 y el 18 de abril de 1517, probablemente para impe­ dir que iJudiera reclamar intervención en el mismo el Juez de Hesidencia I Ledo. Alonso de Zuazo, recien llegado el 6 de junio de 1517, como lo demuestra que el interrogatorio se formula después de comparecido ei yrimer testigo Antonio de Vi11asante. Se comyone de la declaraci6n de I 13 teutigos y de dos informes, yresentados por sus autores, el Juez Licenciado Lucas Vázquez de Ayllón y el dominico fray Bernardo de Santo Domingo, ~ue se copian y re~roducen en el expediente y que por su indudable interés, pues representan las dos opiniones m&s divergen­ I tes se re~roducen en su lugar correspondiente dentro del orden crono­ lógico del apéndice documental". (39): Gim~nez Fern~ndez 1953, p~. 307-519 Y 591-596. Sobre la cen­ I sura de lJe esma eta1la Gimenez Fernández (1'353), Plj.595-596 : ":21 Parecer escrito pOI' Bernardo de Santo Domingo fue copiado por el enco­ mendero y esclavista secretario Pedro de Ledesma con un descuido que lo hace ininteligible y contrasta con la fidelidad del traslado de~ I Parecer de su superior el Juez Ayllón, ~ue en no pocos yasaje~) invo­ cativos parece tomado de viva voz. Ademas el parecer del dominico ha sido mutilado de toda la primordial argumentación filOSófico-jurídica I ~ue afortunadamente nos ha sido conservada por Las ~asa3 en el Dibro 111, Capítulo XCIV de su Historia de las Indias. M~xico. FCB. ed. Milla l'e~3 Ham~e 1951, tomo 111, págs. 148-152, as! como de la ex~osición I histórica del proceso de disminución de los indios, que de 46.000 en el ano 1510, habían bajado a 16.000 en 1514 cuando se hacia el repar­ timiento de Albur~uerque, no quedando sino 10.000 en 1517. Lógicamente, el de~labazado e infielrnenté 'coyiado catálogo de remedios para los I indios que se aportó a la información, sin hacer relación a las ~rG­ F.:;untas del interrogatorio sucintamente contestadas al final, 8G, no el manifiesto del critici smo humanif5ta sino su caricatura de~;di bujada I por las malas artes de sus enemigos. I I I -18­

I tamen razonado que en tres dlas redactó quien fue catequista de Las Casas y serla maestro de Domingo de Medina. es decir de fray Domingo I de Santo Tomás. Fr. Bernardo de Janto Domingo. maestro en Teología, fOI' orden del I'rior fr. Tomás de Berlanga (39), no sólo afirmaron ro­ tundamente que los indios, como personas libres que eran. tenian dere­ I cho inalienable a vivir as!, sino que tras demostrar que los indios de 46.000 en 1510 habian quedado reducidos a 10.000. proclamó que, por I haberles defraudado los encomenderos, mineros y estancieros. Rey y Almirante incluidos, esto~ estaban obligados a la restitución de lo I injustamente percibido. hallándose en pecado mortal en tanto no repa­ raran el dafto, e igualmente los confesores que sin cumplir esa previa I exigencia osaran absolverlos (40). Veamos a continuación algunas de las relaciones que se establecen I en la Península entre Las Casas y determinados colegiales del Colegio de Janto Tomás como fr. Reginaldo Montesinos en los primeros a~os en los que estudia en este centro educativo sevillano Domingo de Medina I que demuestran cómo este centro f.orma tivo de domini cos se vj. ncul~i desde su fundación estr~cnamente con el movimiento indigenista em~ren­ I dido en las Indias por los religiosos reformados. y en particular con los lJrimeros proyectoa del clérigo Lau Casas de reforma de la:3 I Indias. Js conocido que poco después de sus co1oquiou con los dominicos GutieI'l'e de Ampudia, Bernardo de Santo Domingo y Pedro de San l':9.rtin I habidos del 21 al 27 de marzo de 1515, y de reflexionar largamente sobre diversos textos del Eclesiastés (41), Las Casas renuncia a sus I repartimientos ante el Gobernador Vel&zquez y abandona Cuba. Tan pron­ to como llegó a Santo Domingo en agosto de 1515 contacta con fray I redro de Córdoba. Convencidos ambos de ia inutilidad de sus esfuerzos a favor de .l05 indios esclavizados en tanto no variase el régimen

I (39 bis): Según datos at'ortados por Giméne:::; Pernández (1955) p.318,n.87' Fr. Tomás de Berlanga habla profesado el 10 de marzo de 1508 en San Este· ban de Salamanca y debió ~asar a la Española en la segunda expedición I ~ue llevó fr.Pedro de Córdoba en 1513. Des~ués de ser subprior en Santo Domingo en 1517 y ~rovincial ~ue dio el hábito a Las Casas en 1522 fue a gestionar en junio de l526.sin lograrlo.la incorporación del convento de México a la provincia de Santa Cruz de las Antillas acompanado de I varios religiosos entre ellos Las Casas. Regresó a Espana en l526,con­ trató en febrero de 1527 a Francisco D1az de Vadillo para que durante tres anos enseñase gramática a los dominicos de Santo Domingo de la I BsparlOla, informó al Cons ej o en 1529; Y el 7 de septiembre de 1531 el mismo Consejo lo propuso a Carlos V para Obispo y Gobernador de Panamá, }iasando con ~as Casas a .Panamá en 1534 y luego sin él al I'erú, d~3de I donde informó largamente al Consejo de Indias. regresando a EElpana en 1543. (40):Giménez Fernández,(1953),Las Casas,vol.I,p.318 I (41):Las Casas cuenta en su Historia de las Indias, ed. de FCE (1951) I I -19­

I pólítico de las Indias, decidieron plantear directamente el problema ante la conciencia del Rey. Fray Pedro dio entonces a Las Casas como I su aCOID;¡aÍ1ante a fray Antonio de Montesinos y cartas de recomendación para el arzobispo dominico de Sevilla fray Diego de Deza cuya gran influencia sobre el ánimo del rey-Fernando '[ era genera:imente cono­ I cida. Pero al morir este, Las Casas ha de movilizarse ante Cisnaros, nombrado Regente. Durante seis meses, de abri~ a octubre de 1516, I se riroduce una im~ortante colaboración entre ambos discutiendcf3e un ambicioso plan de deforma de las Indias (42). Cuando llegó el momento I de elegir a los ejecutores del plan en las Antillas ~as Casas ~Gnsó en fray Reginaldo Montesinos O.P. hermano de fray Antonio, letrado, I ,¡Jredicador, prudente, experimentado y hábil según el mismo Las Casas (43), a quien debió quizás conocer en Sevilla en octubre de 1515 cuando Las Casas llegó procedente de la Bspafiola en compafila del hermano de I aquel fr. Antonio Montesinos (44). En estos meses de 1516 vemos a fr. Reginaldo Nontesinos erigiéndose en portavoz de reivindicaciones I de sus compañeros de orden que en las costas de las Perlas de Cumaná estaban siendo boicoteados por los españoles en sus intentos de con­ I versión pacifica de los naturales. En efecto, una cédula fechada en Se.il1a el 16 de octubre de 1516 sobre las misiones en Cumaná fue I dada por cuidado de fr. Reginaldo 110ntesinos quien era a la sazón ti procurador del monasterio de Santo Domingo de Zafra en nombre y voz del 1'10neuterio e frailea de Santo Domingo queo en las Indias y Tierra I Firme", es decir del convento de Santa Fe de Chichiribicni ee .La costa de Cumaná (45). Fray Reginaldo Montesinos, uno de los primeros I colegiales del Colegio de Santo Tomás, no fue presentado finalmente por Las Casas a Cisneros como ejecutor de la Reforma indiana, pero I a ~artir de entonces se inicia una importante colaboración intelectual y politica entre ambos. I vol. II1, p.79 que su conversión a la causa de los indios se produjo tras ~a lectura del capitulo 34 del Eclesiastés.~ (42): analizado por Giménez Fernández, 1953 ,PP.97 Y ss. 43): ~as Casas, (1951 , Historia de las Indias, lib.lIT, cap. 86 I 44): Giménez FernándeZ,~!9g3~, voi.i' pp.I50-151 ¡45): Gimenez Fernández,9 O, vo • I, p.682, n. 2301 I I I I I

I -20­ I ~n Valladolid conviven ambos de agosto de 1517 a enero de 1518 naciendo diversas gestiones en la Corte del rey Carlos reci~n llegado I a JastiJ.la. 1<'ray Reginaldo había sido comisionado !Jor el I'ro'/incial dominico de Andalucía para presentar al nuevo Rey un memorial sobre I laG nece:3idades de las fundaciones dominicas en Indias (46). Las Casas a su vez quer1a exponer a Carlos I la desastrosa situación de I los indios y la claudicación de los Jerónimos en la Espanola ante las presiones de los colonos y encomenderos es~afioles para lo que estaba dispuesto inclusive a ir a Flandes a su encuentro. (47). I Entra en contacto entonces Las Casas con los maestros juristas y teólogos del convento dominico de Jan Pablo y del Colegio de San I Gregario de Valladolid entre los que figuraban fr. Jerónimo de Pena­ fiel, fr. Alonso de Medina y fr. Alonso Bustillos, muy importantes como I veremos más adelante en el desarrollo de la guerra de las Comunidades. Unido a ellos estudia ~s Casas el dictamen firmado por trece de los I m~s doctos Maestros .de Salamanca, presididos por el ultrareformista fr. Juan Hurtado de Mendoza. Este dictamen lo había solicitado fr. Re­ ginaldo Montesinos a raiz de su discusión con un Consejero de Indias, I ~robablemente el licenciado Luis Zapata (48), quien habia sostenido que los indios eran incapaces de fe pues eran seres no racionales, lo I cual justificaba su esclavitud. La tesis fue calificada de herética I en el dictamen remitido por el Prior de San Esteban de Salamanca (49). (46): Según Giménez Ferná~dez, (1960), p.57 n.169 resulta esto del mismo r1emorialque ha llegado hasta nosotros gracias a una copia lite­ ral del mismo que Mufioz incluy6 en su colecci6n (tomo 75, folio 396 v). I En ~l se da cuenta detallada de la muerte de dos misioneros dominicos en Chiribichi como represalia por el ra~to de la familia del cacique Alonso su antiguo favorecedor por un tratante de esclavos llamado Bibe­ I ra aml)arado por los jueces de la Audiencia, y termina suplicando se siga vagando la limosna que Fernando V daba ~ara construir el convento de Santo Domingo. 8omo en un inciso final dice que lleva cinco meses en Valladolid adonde llegó a principios de agosto con Las Casas. Parece I ~ue este Memorial no fechado, debi6 ser escrito y presentado a ~rin­ ci~ios de enero de enero de 1518, cuando Montesinos viendo a ,Casas seg~n este nos dice (Historia de las Indias, (1951), Libro 111, cap.O, I tomo 111, ,iJ.168) r'y'ue iba bien de negocios", "rueDe él su I¡ro;¡i.ncia y casa, que creo que a la saz6n moraba en Sancta Cruz de Granada o en otro convento de Andalucía". Según se deduce de otras notas de ~·íujioz I consecutivas a la anterior (f. 397) I{lontesinos acompañó a este ;/lemoria..t otro pidi endo, por parecer unánime de Jos dominicos de Indias, que Ese entregase al 11 Almirante de las Indias su provisi6n y la Contratación de aquellas partes do están (Chiribichi) por ser persona que tiene I bondad y caridad mientras todos los demls harán mil daflos por sus interesse: y una minuta de Cédula Real dirigida al Juez Zuazo, ~ara castigar a los raptores de indios, lo que fue origen de las fechadas I en 14 de enero de 1518. (47): Gim~nez Fernández, (1960), Las Casas, vol.II, p.84 (48): ibid. pp. 396-397 I (43): ibid. p;>. 84-87 I I -21­

I En esos meses de convivencia entre Las Casas y fr.Reginaldo Monte­ sinos en el Valladolid de 1517-1518 perfilaron ambos los planes de I reforma de las Indias que deseaban presentar al nuevo Rey por mandato de los religiosos reformados que trabajaban en Indias. Al conocer que se proyectaba la celebración de una sesión plenaria del Consejo de I Indias se apresuraron a redactarlos para Que fray Reginaldo pudiera leerlos en aquella reunión planteando así pública y oficialmente de I nuevo la batalla indigenista (50). Elaboran entonces una "Ynstrucción J:lara el remedio de los indios e población de aquellas tierras" (51). I En la solemne sesión del Consejo de Indias al Que asistió el mismo Hey celebrada el 11 de diciembre de 1517 leyó fray Reginaldo (IIlontesinos I con título de Procurador de los Indios este Memorial redactado conjun­ tamente con Las Casas, el cual, obviamente, provocó una airada contes­ tación por escrito de los encomenderos residentes en la Corte dirigida I al Canciller Sauvage. La base económica del Memoria~ radicaba sobre el principio del deber de restitución por los explotadores de indios(52) I Fr. Reginaldo Montesinos, como hemos sehalado anteriormente (53), antes de partir para Andalucía, presentó a. las autoridadec! en materia:' I indianas en Valladoiid en enero de 1518 una Relación del Provincial dominico de las Indias en la que se deunciaban los abusos cometidos I por los eS1?aiíoles en la Costa Firme de las }Jerlas (54). Por e,sas fe­ chas Las Casas consulta con fr. Reginaldo Montesinos los remedios para socorrer las misiones de la costa de las Perlas dominica de Chichiri­ I bichi y franciscana de cumaná(55). Tras separarse, los contactos entre ~as Casas y fr. Reginaldo I J1üntesinos continuaron estando ya este último en el Colegio de Santo Tomás. Un texto de Las Casas es revelador del ~apel desempeñado por I el Colegio de Santo Tomás como centro coordinador del movimiento indi­ genista que estaba liderando Las Casas al iniciarse el reinado de Carlos V entre los religiosos ~eformados que trabajaban en las :ndias I y los que residían en ~ªstilla: ":2n esta jornada (a las tierras de Comogre y Pocorosa) iba con el alcalde (Lic. Gaspar de Espinosa) y esta gente un religioso I de Sant Francisco llamado fray Francisco de Sant Reman: este

(50): s~bI'e las i>eculiaridades de sU,¡reda:~ión(, contenido y resultados I ver Gimenez Fernández, (1960), cap. vII, pp. 335~447. (51): ~e conserva en AGI patronat~ 170 ~~mo 22. Publlcado ~~n l~~ 10{ erratas y omisiones comunes a la ~olecclon en C.~.I. Tom~,X~~:,~~'l~v~ I a 123, y por Serrano Sanz (1~18),?rlgenes ~e ~a GOb~~~~cIon ~apaDO;~ en América f'Iladrid, N.B.A.:r~. Tomo XXii como Apendlce XLíJIJ.I con m~yor .l.lde­ lidad. ~obre la importancia dada por la historiografía.lascasla~aa estl documento ver Giménez Fern~ndez, (1960), pp. 56-58, Y 90, especIalmente I notas 168 y 282 (5¿): ver Giménez Fernández, (1960), pp. 408 Y ss. (53): ver nota 46 I ~54): ver Gimenez Fern~nde~,(lJ6c), ~~. 684-689 I I -22­

I éscribió una carta al ~adre fray Pedro de Córdoba (55) ••. que ~or amor de Dios hablase e hiciese consciencia a los religiosos de Jant Hierónimo, que habían venido a esta isla entonces (diciembre de 1516) a reformar estas partes, sobre I que ~roveyesen de remedio para aquella Tierra Firme que la destruian aquellos tiranos; y esta carta me dio a mi ei dicho ~adre, var6n sancto (fr. Pedro de Córdoba), y la llev~ a I Car3tilla para a quien conviniel.;e mostral1a (56)1l ••• 1I~1 aiio de I5l8 (fr. Francisco de Sant Rom~n) salió de la Tierra Firme y fue a Zspaña; y 11e ado a 3evi~la afirmó en el cole io de Sancto Tom~s de la ür en e Sancto Domin '0, que ha la visto I por sus ojos, me er a espada y echar a perros bravos en este viaje de Espinosa, sobre 40.000 animas. Y estando .la cor~e en Zaragoza el afio 18, me lo escribieron a mi por esta mi~ma I manera los dichos colegiales, y llev~ la carta a mostrar al gran 0nanciller (8auvage) y el me encargó jue de su parte iisitase al obispo de Burgos, que a la sa~on estaba enfermo I y le mostrase la dicha cartall (57). I Tomás

I Despu~8 de e3tudiar los cursos de Artes como familiar del 801egio de Santo Tom&s, un centro reformista dominico en estrecno contacto I con los dominicos de las Antillas y de Tierra Firme -recuérdese que entre 1518 y 1528 los dominicos de ~as Indias occidentales entuvieron I bajo la jurisdicción de la ~rovincia B~tica o de Andalucla (58)- y con ~as ~rimeras campafias indigenistas del cl~rigo Las Casas, el joven Domingo de Medina profesa como dominico en el convento de San Pablo I donde prosiguió sus estudios de Artes y :reología (5'3).

(55): sobre las actividades indianas de este dominico ve~se R.Boria I D.P., Fray Pedro de Córdoba,O.P.(148l-l521).~adrede los dominicos J del Nuevo j'·'lundo.I'laestro de fr. 3artolome de laB Casas O.l • .I:'rimcr i ndj­ genista de America, ArgeÚtina,1982 y ¡'I.A.Medina, Una comunidad al éser­ I vicio deL indio. ::"a obra de fr.I'edro de Córdoba,O.P. (1482-1521) , Jiíadl'id , 1':383 (56): sobre la ubicación crono16gica de estos hechos ve~se Gim~nez B'ern9.nde~, (1960), La:) Casas, 11 ,i!'685, notas 2313 y 2314 I (57): 1as Casas, Historia de las Indias,(lJ51),Libro III,Ca~.LXX!I, tcmo 3, ~.7j (58): ~l Ca~ltulo General de la Orden de 1518, celebrado en Roma, re­ I conoci6 como convento formal, con todos los derechos constitucionales, al de Santo Domingo de La Espafiola,y puso a todos los conventos, casas y frailes actuales y futuros de las Indias Occidentales bajo la ~uris­ I dicción de la Provincia de B~tica, que nabía sido fundada, 3e~arandose de la de Espafia, en el Ca~itulo General de Nipoles de 1515, seg6n CODst en Monumenta Crdinis Fratum Praedicatorum Historica, IX (Roma 1901) 141 citado por rtamon Hernández, "Primeros dominicos del convento de San I -ósteban en Am~ricall en Ciencia Tomista. Tomo 113. t'layo-Agosto 1

Cuando vacó uHa ~rebenda de colegiatura en el 001e8io de Janto I I To~~s y su hermano dejó el 001egio en 15¿4 al ser nombrado lector de Teologla en el real convento de Santo Domingo de Jerez de ia Frontera I (60;- los estatutoé ~rohiblan que dos hermanos ~udiesen disfrutar de sendas becas en el colegio-, fray Domingo de Santo Tom~s De opuso I a la beca vacante. La ganó y fue nombrado colegial decenio. ~l 28 de junio de 1526 jur6 los estatutos del Colegio y fue reCIDlao en su I seno come fray Domingo de Santo Tom's, apellido que eecogió cuando ~rofeB6 como dominico. El 26 de noviembre de 1528 fue recjbido corno coleGial perpetuo. I Durante su permanencia en el Colegio de Janto Tom~s durante estos atas de la d~cada 1520-15)0 coincide fray Domingo de Santo I Tomás con fray Tomás de Jan J1lartin, con quien colaborarf:l .posterior­ mente en eL ~el~ de 1540 en adelante (61). En efecto, este dominic: I cordob~s fue electo colegial decenio el lO de enero de 1525 jurando los estatutos el 25 de abril de ese mismo ario. Colegial per?etuo fue I electo el 24 de octubre de 1527, gradu~ndose de Maestro en Artes y Teolügia el afio de 1528 (62). Parece ser que fray Domingo de Santo 1'omás dej ó el Colegio de I 3anto Tom's el 25 de noviembre de 1529, aunque como tantas otras cues­ tiones de su etafB sevillana desconocemos la precisión de esta feona I ni !lacia donde se dirigió al abandonar el Colegio (~?1) el que se formó junto a un selecto grupo de dominicos reformados preocupados por los I ~roblemas políticos y morales que suscitó la conquista de las Indias. (59 cont.):siones. Entre otras se copian las firmas de fr.Tomás Ortiz, fr. Vicente reraza, fr. Garcia de Padilla, fr.Reginaldo Montesinos~La I mayor- parte de ellos procedentes de familias de y de artesanol.: según R. Pike (1978), pp.74 Y 135 n.79. Los otros documentos son: un indice de libros de la librería del convento (f.76), un memorial de I D.Hernando Colón a S.;II. sobre que conviene formar una libreria ~erlJetua de letras (f.78), una nota de esc~itura otorgada en 1544 por D.· !1arla de Toledo para depositar la librería de D.Fernando Colón en el Real Convento de San Pablc,en 3evilla.(f.79 v),una nota sobre las Instruccio­ I nes de Gobierno de la Inquisición hechas en San Pablo en 1484,1488 y 150C; (f.80) y una nota sobre personas ~ue salieron en el Auto de Fe celebrado por la In~uisición de Sevilla en 22 de diciembre de 1560(f.81\ I (60): ver Hipólito Sancho de Sopranis,n~l Colegio de Jerez~ en Archivo IberO-Americano, 1943 (61): ver ca;ltulos 2 y 3 de este trabajo I (62,: ver Diego I~nacio de GÓngora,(1890),vol.II,p.65. Según este autor Tomas l"Iartln nacio el 7 de marzo de 1482 en Cordoba, hijo de r'1artín .sánchez Mexla, secretario de un corregidor de Córdoba, f de Ana de I ContrerasJy nieto de Martín S'nche2, contador del marques de rriego,y Juaüa tfJ:exla, nacidos en j'lontilla, y de Diego de Contreras, Sargento mayor de Infantería y Ana H.uiz, nacidos en las villas de Cabra y lJuque resl:J8ctivamente. ~-::mpe¿;ó a estudiar Artes con otros estudiantes en el I real convento de San Pablo a los doce años. Tomó el hábito dominico a los quince anos demostrando dotes para la filosofía. Se llamó fr. Tomás de San Martln, reteniendo tal nombre en la profesión que hizo el dla I 24 de marzo de 1498. Cursó posteriormente la Teología,y sjendo diácono I I -24­ I 3. 10s enigmas de la eta~a sevillana de fray Domingo de Santo Tomás Ubicado Domingo de Medina, es decir fray Domingo de Santo Tom&s I a partir de su profesi6n como dominico, en el Colegio de Santo Tom&s y en el convento de San Pablo de Sevilla en las años que median entre I 1517 y 1529, diversos interrogantes se nos abren sobre la etapa sevi­ llana de la trayectoria vital de este dominico lascasiano concernientes a sus orígenes familiares y sociales, al ambiente cultural de la Sevillé I en la que se form6 intelectualmente, y a determinar lo ~ue fue de su vida entre 1529, última fecha verosímil que tenemos de su presencia I en el Colegio de Santo Tomás, y 1540, año en el que embarcó rumbo al Perú. I Los orígenes familiares y el medio social en el que se desarrolla­ ron los primeros años de la vida de este dominico est~n en la penum­ I bra (63). En una feroz acusación que le hizo el cabildo catedralicio de la ciudad de La Plata en :úos Charcas el 2 de octubre de 1566, cuando ya fray Domingo era obispo de Charcas, se ofrecen una serie de datos I sobre su extracción social humilde y su pertenencia a grupos iociales marginales de la sociedad castellana (64). Según estos enemigos de I fray Domingo el obispo"no tenía honra ni le importaba nada que dijesen que era hijo de una ollera~ 10s cabildantes revelaban asim.ís'1lo que I algunos dominicos y otras muchas personas habían dicho públicamente que no podía ser obispo :porque era hijo de un fulano de ~'Jolina, sastre I remend6n, judío de señal, y de María de Albarracín, morisca, (y ollera, según hablan manifestado anteriormente) que vivían en Moguer en un cantillo, y que la probanza que había presentado en el Consejo era I falsa,lo cual había manifestado el mismo fray Domingo en el retno del Perú a mucnas personas. E insinuaban que el a~ellido Navarre~e que se I af,adi b a su nombre el día que aceptó el obi spado no era .:,uyo. (65,\.

(62 cont.):fue electo lector de Artes, y posteriormente lector de I Teología. Su discípulo fr. Agustín de Sbarroya le instó a entrar en el Colegio de Santo Tomás donde ingresó en 1525 cuando se opuso con otros trece coopositores a una plaza vacante. Ver Diego Ignacio de I Gón:ora 1890 vol.II pp.64-65. 3 : sobre la fecha de nacimiento tampoco tenemos ~os datos claros. Al dato a~ortado por Diego Ignacio de Góngora acerca de que Domingo de ¡"'ledina nació en 1499 -veáse nota 24 de este capítulo - cabe contra­ I poner el testimonio del mismo fray Domingo quien en su declaración hecha en la ~robanza a D.Diego Hilaquita y D.Fraacisco Ninancuru,hijos del Inca Atallualpa en Lima el 5 de octubre de 1555 manifestaba que I tenia una edad en aquel entonces de 45 años ~oco más ° menos. ¿Hay un error del escribano, de la memoria de fray Domingo o un engalloso dato de Diego Ignacio de Góngora? Me inclino en pensar en la primera posi­ bilidad. Sobre esta declara'ción de fray Domingo en la probanza mencj.o­ I nada ver AGI Patronato 188 documento 6 y capítulo 3 de este trabajo. (64) ver AGI Charcas 140 (65) ver este documento completo en ap~ndice documental. Sobre ~l ~ol­ I veremos en el capitulo 5 de este trabajo. I I -25­ Ciertamente estas acusaciones efectuadas a los enemigos políticos I e ideológicos de ser hijos de conversos y moriscas, una mezcla explo­ siva en la mentalidad de los cristianos viejos, empezaron a hacerse I usuales en la Zspaña de la Contrarreforma en la segunda mitad del si­ glo XVI como se deduce de la lectura de documentos de la época, pero I lo que sí parece incontestable es la oscuridad del linaje de fray Domin­ go de Santo Tomás tanto por la humildad de su extracción social como por el hecho de no pertenecer a la casta de cristianos viejos. As! se I explica como el cronista Diego Ignacio de Góngora, ~nico historiador que ha dispuesto de las genealogías de los colegiales del Colegio de I Santo Tomás, cuando redactó en el siglo XVIII la historia del Colegio, no haga constar datos acerca de sus orígenes familiares, a diferencia I de lo que lmce con la mayoría de los otros colegiaLes como fr.Bernardo de Santo Domingo y fray Tomás de ~3an r'1artín de los que Dí ofrece abun­ I dante información genealógica como veíamos páginas atrás. Cabe re~altar asimismo las falsedades en las que han incurrido ciertos eruditos sevi­ llano~ que han elaborado burdas hagiografías y sin comprobarlo documen­ I talmente afirman que fray Domingo de Santo Tomás pertenecía a la ilustre familia de los Medina (66) de Sevilla, siendo su padre Lucas de Medina, I un nombre de la máxima confianza del arzobispo D.Diego de Deza (67). ~;s muy ¡üausible por otra parte el orig-en de .fray Domingo I de Santo Tomás y su no pertenencia a la casta de cristianos viejos. Par~ ciera ~ue el Colegio de Santo Tomás, a pesar de exigirse en sus eGta­ tutos la exigencia de la limpieza de sangre, era un centro en el que I los descendientes de conversos tenían nutrida representación. El mismo fundador, fr. Diego de Deza, era de linaje de conversos (68). [fray Do­ I mingo de Baltanás (69), uno de los más renombrados colegiales del

(66): sobre esta familia de los Hedina de Sevilla, conversos, y activos I integrantes de la comunidad comercial de la ciudad, ver Ruth Pike (1978) pp. 124,127 (67): 3sta es la opinión de Justino Matute Gaviria, Hijos de Sevilla, I senalados en santidad,letras,armas, ar es o 19n1 a , omo , b~ p. 203. Este es lo que anade este autor so bre Lucas de i1edina: " •• el arzobispo D.Diego Deza le hacIa tal confianza, que siempre le elegía para evacuar los muchos asuntos delicados que se le ofrecían, era tocan­ I tes a los negocios generales del Heino, ora a los particulares de Se­ villa y su InQuisición, cuyos buenos servicios premió, nombrando a uno de sus hijos, religioso de San Pablo, en una de las ~rimeras 001egia­ I turas de su nuevo Colegio de Santo Tomás y a Domingo, su hermano menor, admiti~ndole de familiar en el mismo Colegio, en el que permaneció hast~ que tomó el"hábito en el Convento de San Pablo y profesó en 8 de diciem· I bre de 1520. (68): ver Ruth Pike (1978) ~~. 55, 61-62 Y Gim~nez Fernández (1360),2941 (69): Al constituirse la ~rovincia dominica de Andalucla este fraile reali;¿,ó numerosas fundaciones: una de ellas fue el convento de Regina, I hos~icio de religiosos dominicos ~ue iban y venían de las Indias. Ver Diego Ignacio de GÓngora,(1890),vo~.I, pp.117-119. Seg~n este mismo autor este dominico hizo muchos observantes y santos religiosos, es I decir contribuyó decisivamente a la difusión de los ideales reformista: Jer ibid. vo~.II ~.59 I I -26­ I ~olegio de 3anto Tom&s, quien al morir Deza se convirti6 en el int6r­ prete de los estatutos del centro, se opuso a la pr~ctica del esta­ tuto de .t-'ureza de Dangre que se hacIa en el Colegio upor .L l.evartior I o~ini6n ser contra las leyes evang~lica y can6nica, como manifiesta en la Apologia de los Linages " • Bn esta obra, es decir en la A~olo~ia I sobre ciertas materias morales en Que hay opini6n, defendi6 notable­ mente a los cristianos nuevos destacando la importante contribución I a la historia espaftola de los descendientes de judlos y conver~06 (70). De 0er ciertas estas consideraciones se confirmaria para el caso de fray Domingo de Santo Tom~s la hipótesis de Am~rico Castro de Que los I defensores de las culturas indlgenas americanas procedian en su mayor parte de las etnias minoritarias de Castilla (71). I A la formación dominica recibida orlar fray Domingo en el colegio de Janto 10más y en el convento de San Pablo entre 1517 y 1528 solo I cabe realizar una aproximación indirecta, a falta de un conocimiento más directo de los materiales, con los 1ue se educó e ilustr6 fray I Domingo (72). Paralelamente al hecho de convertirse muy poco despu~s de la I invasión del Nuevo ~undo en emporio de las Indias, cuando se empez6 a centralizar a ~artir de 1503 en la Casa de~a Contrataci6n el tra­ bajo administrati70, técnico y burocrático relacionado con Los negocios I indianos (73), Sevilla se transformó en una ciudad de una gran eferves­ cencia intelectual, muy receptiva a las grandes corrientes de ~ensa­ I mie~to y a las inquietudes ~oliticas e intelectuales ~ue Burgian en la Europa del Renacimiento. En esta metrópoli del comercio de las I Indias occidentales diferentes modalidades del humanismo cristiano echaron ~rofundas raices. No solo es en Sevilla donde se traduce a I 2rasmo ~or vez ~rimera en lengua española en 1516 (74), sino que al mismo tiempo en ~ue CisnBros fundaba el Colegio de San Ildefonfo en Alcal& de ¡{enares, un dignatario del cabildo catedralicio sevillano, I (70): Ver Diego Ifnacio de G6n~ora,(189ü)'V01.I'~P.117-1l9;vOl.II'PP.53 57,59; Bataillon _1979) p~. )4 nota 45 y 700 nota 2 da interesante información sobre este dominico. Acerca de la cuestión del estatuto de I lim~ieza de sangre ver los trabajos de Jerónimo López de Ayala y Alva­ rez de Toledo, conde de Cedillo, Toledo en el si lo XVI des'u~s del vencimiento de las Comunidades. D~scurso e recepclon en la Aca emla de I la Historia, Madrid,1901, pp.47-50 y 133-135 donde se indican muchas fuentes, sobre todo manuscritas, y muy especialmente Albert Sicrotf, L~s ~on~::-overses ~es S~<;tuts de "purete de sang" en BSi-Jagne du XV~a\l XvII sl~cle, ParlS, l~bO. I (71) Ver Am~rico Castro,La realidad ~istórica de Es aña, 2 ed.,M~xico (1962); idea retomada orlor John Murra, 9 ,FormacIones económicas y fOllticas del mundo andino, Lima, p.300 I 72):En la obra de iranclsco Escudero y Perosso,(1894),Anales biblio­ gr~ficos, Sevilla, donde se señalan los libros impresos en Sevilla cada ano, aparecen diversas obras editadas por los dominicos sevillanos I en la é~oca en la ~ue estugió fray Domingo en la mencionada ciudad. ~ntre ellos hay Misales(nOS2l6,299 de la Relación),Confesonarioa (nOS I

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I el protonotario Rodrigo de Santaella creó con intenci6n an~loga entre 1503 y 1505 su colegio-universidad de Santa Maria de Jes6s, que ini­ I cialmente era una facultad de artes liberales, teología y derecho can6­ nico. (75). I 'rras la muerte de ¡Ilaeae .Rodrigo, el cabildo catedralicio sevillano mantuvo esta tradición de potenciación de la cultura y de mecenazgo I 4.ue encarnara el fundador del Colegio de Santa 11ar1a de Jes6s. De esta selecta minoría eclesiástica de Sevilla a la g,ue debió conocer fray Domingo de Santo Tomás destaca Bataillon a Diego López de Cortegana, I traductor de Erasmo y del Asno de oro de A~uleyo, y vigilante en 1520 por orden del arzobispo Deza, de la impresión del Misal de la diócesis I (76) ~ 8abe suponer que en este efervescente ambiente cultural sevillano I coincidente con la etapa de dinamismo cultural y renovaci6n intelectual y religiosa que caracterizó a la sociedad castellana en el primer ter­ cio del siglo XCiI, fi"ay Domingo dispusiera de una sólida formación I teo16gica, disciplina esta de la teologia omnicomprensiva, que abarcaba el conocimiento de diversas ramas del saber (77), y lingüistica, enca­ I minada a la activa predicación de los infieles, exi stente~1 no solo en Indias, sino en amplias zonas de Castilla y especialmente en Andalucía. I f~~sta Andaluc1a en la que nace y se forma fray Domingo de Santo Tomás era una comunidad étnica y lingüistica plural. Recordemos las I acusaciones hechas por el cabildo catedralicio de La ~lata en ~566 de ~ue fray Domingo era hijo de un judío y de una morisca (78). Los reli­ giosos reformados se esforzaron en evangelizar a los musulmanes grana­ I dinos, a pesar de que la capitu~aci6n de 1491 habia garanti~ado a los

(72 \~ont.): 253 y 258, Y obras morales como el Memorial de ~ecados y I avisos de la vida cristiana de fray Pedro de Covarrubias, maestro en Santa Teología de la Orden de Predicadores, editado en 1521. (7á): ver Ramón Carande, Carlos V t sus banqueros, (1983), Barcelona, I 2 ed. abreviada, vol.T, pp.252-2 O (74): Bataillon, (1979), p.86 nota 27 (75): ver Batail10n,(I~79),pp.84-85y Ruth Pike (1978),pp.65-66. Sobre I la interesante vida de este eclesi~stico sevillano humanista ver J. Ha­ zahas y la Rúa, 1'/laese Rodri o (1444-1509 , Sevilla,1909. Bataillon dic e de ~l que fue un esplriru a ler o generosamente a todo. Se interesó ~or las novedades con que el descubrimiento de Colón había enriquecido el I conocimiento de la naturaleza y del hombre; tradujo al castellano el libro de ;1arco Polo. Formado en la escuela del humanismo italiano, primE ramente en el famoso Colegio de 30lonia, y después en su peregrinaci6n I siciliana fue uno de los primeros que en España supieron griego. (76): Bataillon,(1979), p.86 (77): 2s as! como la portada del Colegio dominico de San Gregario de I Valladolid es una exaltación de la Teología como saber unitario. La 'reología está re~resentada tanto como fuente de la vida,cuyo fruto es la juventud, simbolizada por los niños, como árbol de la sabiduría, cuye fruto son las granadas, al dar unidad a las demás ciencias. I (78): ver nota 64 de este capitulo. 'I'~ngaf~e en cuenta como el oficio de I

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I vencidos el respeto de sus costumbres y de su religión. , primer arzobispo de Granada, planeó la conversión de los I vencidos por métodos pacíficos a través de la palabra, los hechos y el libro. El mismo dio el ejemplo de la predicación. A~rendió algunos I rudimentos de 'rabe, a pesar de su avanzada edad (79). Quiso que su clero a?rendiese el 'rabeo El Arte y el vocabulario arábigo de fray Pedro de Alcalá son, para la posteridad, un testimonio de ese esfuerzo I de evangelización pacífica. Pero las lenguas no solo se estudiaban con fines prácticos de I conversión de las otras etnias infieles existentes en la Pením;ula y en Ultramar sino también para mejor conocer la Biblia, uno de los I objetivos fundamentales del movimiento reformista cristiano cioneriano. En el marco de tales preocupacioneo se edita la Biblia po11g1o~a I en Alcalá de Henares entre 1514 y 1517, coronamiento de un esfuerzo colectivo de gran aliento que Cianeros estimuló y dirigió desde sus orígenes, y desarrolla su gran obra filológica el humanista Nebrija, I iniciada en 1492 al publicar el diccionario latino-espariol y la Gramática de la lengua castellana. Ciertamente se suscita entonces I una pugna entre teólogos y humanistas o.,gramáticos, que explicaría la confiscación de papeles de Nebrija por Deza, cuando este era Inquisidor I general, hacia 1504 (80), ya que los teólogos reivindicaban con res­ pecto a la Biblia una especie de monopolio. Los esfuerzos sistémicos I lingilisticos de estos gramáticos, y particularmente de Nebrija, faci­ litaron posteriormente la elaboración de las primeras gramáticas y diccionarios de las ·,tLen*uas americanas como fue el caso de la elabo­ I raci6n por parte de fray Domingo de Santo Tomás de la Gramática o arte de la lengua general de los indios de los reinos del Perú como del I ~exicon o vocabulario de la lengua general de los indios de 100 reinos del Per~, editadas ambas obras en Valladolid en 1560. El modelo de I Nebrija lo tenia bien presente fray Domingo al desarrollar su trabajo lingilistico como se deduce de sus propias palabras:

I (78 cont.): sastre, que según el Cabildo catedralicio de Charcas era el del padre de fray Domingo, era pro~io de judíos y conversos en la Sevilla de la época. Ver Ruth Pike,(1978),pp.154-155 I (79): ver Bataillon (1979), p.58 quien manifiesta que Hernando de Talvera:"decía que darla de buena voluntad un ojo por saber la dicha lengua para enseriar (la doctrina cristiana) a la dicha gente, e que I también darla una mano, si non por non dejar de celebrar". (80): ver Bataillon (1979), p.¿j. La bibliograf1a sobre Nebrija 80 muy abundante. Por ejemplo numerosos textos sobre su vida y obra ~e encuentran en la revista Miscel~nea Nebrija, cuyo ~rimer vclu~en ~O I editó el CSIJ en 1946. De los trabajos reciente¿ cabe deutacar la obra de };'raücisco Hico (1978), Nebrija frente a .:LaG bárbarüa.Ll canO;1 de gram~ticos nefastos en las ¿olhmicas del humanismo. ~dicione~ de la I Uni/ersidad de Salamanca; y el estudio y la edícHm ele 18 Grarn¿lticq. de La lengua castellana de ~ebrija efectuado:~ ~or Antonío Juíli~ en 1~80. I I -29­

I ":Bien tengo entendido (ctlristiano ~ectol') yue G;;te ",rte no yra tan acabada, "1.ue no se le iJu'3dan alJadir, o ::;.uitar muonas cosas: ~ero ni ~or esto me tacnara, el ~ue conside­ rare, ~ue no ha auido Arte de los inuentados nas~a el dia I de oy, que fueGse al princi~io tan exacto, y acabado (aun­ ':iue fuesse ílecho l:Jor perso1J.ar:: de altos j gral::des ente',di­ mientas) Que no aya auido que emendar en el. Unar, ',,,re3(;:; I IIui tEtrJdo ca sa~3 sU,tlerfluas, otras aÍJad i ende faltas, aL'~.:)j ¡,or los mLó[TJos que los hi:¿ierOtl, como ijar otros. Porque C()iÍíÜ el :~ntonio de ¡JebrL:sa, varOli eruditi:4si:no, y de gran jni.:,cnio, I dL:;''; f::n td ..';rologo deL suyo, 'iue lal.engua la.tina nizo, (;nm~n­ dat,dolo la tercera vez" (81). .~n la :38villa en la ~ue estudió fray Domingo de :,Janto Tomás fue I redro N0rlez Delgado ~uien continuó las ensenanzas filo16gicas de l\ebrija al neredar .La cátedra de ¡1umanidades 'duO duran'ce ,=tl.gu:!o~? I :ü;o::~ n::ibia detentado su maectro Antonio de Nebrija (82). ;,e'::J~ecto a la formación teológica {ue :::J,d¡:j,uirió fray ~crninc;u (;~.tJ>? I 1.0[3 dor.ünicoG de :)evj.lL8. c8.be ,;u.t,oner que en ella 1a infLuenci e1 de lon escritos de Javonarola J ~3yetanü debieron 2er considerables. I Del cardenal dominico Tom~s de 1io Caietano, general de L¿ üTd en, el.tre otraB cu est i one[:~ ¡.:.lanteadas en i:US '.)omentari 03 a ,:,8.'" t:: rrumá:3, laG dominicos sevL.lanos debían es'tar G'luy al tanto de cl):no I nabía a~ljcado a Indias la doctrina mora~ de la Hestitución dp 108 biene.,; injustamente adquiridos (8:5), enseilam;a,s .tue i13.rí3. suyas el I movi~iento lascasiano Jeruano como se deduce de los ercritos de fra~l TO'TJÉls de ,jan >lartin, fray Domingo de ,Santo ¡romús y del mi"l]() -..:asas (1..54). I , ,::;.n cuanto a ~3avonarol8. cabe se11a1ar como sus escritos influyeron I notablemente en :La el.3 yiritualidad de los dominicos reformado.,; (ó5) •1're:­

(81): Jade [!:aria 'largas, edi tar, (.l::147), Jja t,;rimera gramática UUJCnUcl I escritaJor fra- Domingo de ~anto Tom~s,C.~., ~ublicada en V3Ll~do­ LId en ljbO, ~ui o, ~.lJ (82): Bataillon (~~7~),~~.¿7,8~_ . (83): ver Gim~nez Fernandez (1~6C)fvol.II,~~.5¿6-5¿7 n.176l). ~as te­ I Gis sobre la resti tución -considerada como 1'1 debida (;orre~ciótl de .las transt:~:re~üone3 incurridas- son eX}Uei3tas en. las obras del. card SIl?. ~ayetaGo: ~ommentarium in 3ummam tneologicam J. Thomae ~~uinatiq y 1J? I ca~71bii8, obras muy usadas yor fray 'l'omás de.'lercado, v.. uien dedica G-'. ~j bro sex'to de EOU aDra Suma de tratos .f ccntratos a orientar sut)re el }Jroblema de Ll re;~tituci6n a los mercaderes.~;n la edición de la l)br:3. ded77 (ver nota )()) abarca esta cuestiól. las l)3.gina:3 5;)5-'7'16 (lt"~~ I I.~. ·.;olumen (d4): ver ~or ejemyio la carta de fray DODingo de ~anto Tc~hs diri­ gida él. ",.,',. fechada en ...;illia el 1 de enero de .l~5~; / 8';' dictanC:ll sobr,.:: I La n·;;c,titución de i'ray To:nás de ~;an ;itartín de ~L55., textos ~luC :0", ~ULiLi23.d,8 en e.l Ca.t-iitulo j de er.:te trabaJ~). (G5): V0r ~or eJem}lo Vicente Beltrán de rleredia (L~41), ~3.8 corrieG­ I te~., de 8;:;¡;iritua~idad entre .Lo;:: aO'1lÍnicD;3 de ,.;af,tjlla dUrdtÜ:; jJl. .>1'1­ rik:ra :Lit¿id cie.L ~2j¡~.~O "'~v'l, ;):::t~amanca, céll..itULú 1 Il¡ca ii¡V;l~jiL,', . aVu'l~1.­ I 1: ü 1 j :_lll:.llf J:"l). b - .1 7 I

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I ro sute dominico toscano, im~ulsor de la renovaci6n e~piritual del cristianismo, adem&s de mistico fue politico. Sostuvo en sus escritos I que la cristiandad renovada interiormente, convcrtir1a a turcos y a paganos sin ayuda de la eS..i.Jada (86) y dio a les florentinos una nue'/a I ~onstituci6n en la que 103 principios pollticos derivaban de un impe­ rativo es~iritual (87). No solo estas visiones universalistas mesi~nicas debieron quiz&s I influir en los dominicos reformados castellanos que lucharon en Indias por llevar a cabo una evangelizaci6n ~acífica, sino que el interven­ I cionismo politico savonaroliano debi6 estimular asimismo su rol Lribu­ nicio (88), su capacidad de ex~resar las demandas sociale3 en los mo­ I mentos de"crisis ~ülítica de la sociedad caste.Llana e indiana. No es de extrahar yor tanto que durante los ahos en los que 28 forma fray Domingo de ::Janto Tomás en Sevill.a diversos dominicos refor­ I mados no solo protagonizasen los primeros movimientos de denuncia de la situaci6n en Indias, sino que se implicasen tambi~n en el movimienta I o~ositor que desencadenaron diversas ciudades castellanas contra la politica imperial de Carlos I que culminaría con la guerra de las I Comunidades entre 1520-1521 (8~).·En este conflicto politico y b&lico la burguesía urbana castellana, sectores vopulares y religiosos refor­ I mados (')0) eXj,;resaron su rechazo a la 1Jolítica social y económica de la camarilla de flamencos con los que arrib6 Carlos I a Castil~a en I 1517, coa,ligados cOü la aristocracia castellana (91). Resulta significativo ~ue dos de los ~rincipaleG dominicos comu­ neros fr. Alonso de 3uatillc y fr. Alonso de ~edina, firmantes ambos I junto a otros religiosos de la carta fechada en Salamanca el 24 de febrero de 15¿O que se convirti6 en el primer programa de la revoluci6n I comunera, y ~ue sirvi6 de base a las reivindicaciones de la Junta Santa de Tordesillas, plana mayor del movimiento rebelde (92), se nubiasen 8 : Ba afIlan 9 9 ,y~ a I (En): Jean Touchard, 197~), 6 reimp., Historia de las ideas polÍticBE':, ¡,¡adrid, 1) .177 (88): El rol tribunicio consiste, seg~n Georges Lavau, en organizar y I defender las categorías sociales plebeyas ror parte del clero. Ver Guy .r~l ll@rmet, (1974), 11 catolicismo en los reglmenes autori tarios tr, Si stema j n 4, Madrid, p.27 (89): De la amplísima bibliografía existente sobre este prob~ema üist6­ I rico cabe destacar entre otras las siguientes obras: Juan Ignacio Gutierrez Nieto (1973), ~as comunidades como movimiento antisenorial. La formaci6n del bando realista en la uerra civil castellana de 1520­ I 1521, Barcelona, 3 4 ~p. Y ~osep erez 9 , La revolucion de las Comunidades de Castilla (1520-1521), Madrid, 719 pp. Un buen balance nistoriografico en Gutierrez Nieto, (1973), pp.21-122 I (90): sobre la ~articipación de los religiosos reformados afirma Gutie­ rrez Nieto (1973) p. 342 "Tal vez sea temeraria la tesis, pero nos atre­ vemos a afirmar, en t~rrninos generales, que aquel sector del clero part: I dario de reforma en la organizaci6n de la Iglesia veria con buenos ojos I

I -31­ I TIlN3 trado sensi bIes a las denuncias indianas de IJas Casas y le 11U bi 8sen I asesorado en la Corte entre 1517 y 1519. Las Casas, en efecto, en 1517, estando en Valladolid se asesor6 con fray Alonso de Bustillo, que era catedrático en el Colegio de San Gregorio (93). Con fray I Jilonso de ~edina, predicador nabitual de la Junta de 80munidades(J4), contacta en Barcelona en 1519 (~5), con7irti~ndole a sus tesis nasta I el ~untü de que realiza una serie de propuestas ante la Gorte tendentes a lograr la liberaci6n de todos los indios (96). Posteriormente influy6 I en laG medidas de ~ol1tica indianalue preconiz6 la Junta Santa de Tordesillas (~7). I (jO c'ont.): el programa comunero, mi entras Ciue los jerarca:::;, monacl.,eri OE' frailes y clero en general, ~ue tem!an tal reforma, serIan decididos realistas". Por los datos que tenemos creo que esta tesis no es teme­ I raria. Sobre la participación de los franciscanos reformados en el movimiento de las Comunidades y c6mo afect6 el fracaso de la revoluci6n a los suenos apocali~ticos de la reforma de la Iglesia y del Estado de I tales religiosos ver el trabajo de Jos~ Sala Catal' y Jaime Vilchis Reyes, tlApocaliptica española y empresa misional en los PEimeros fran­ ciscanos de M~xico", Revista de Indias, 1985, vol. X1V, n 176,PP.421­ 447. Jeg6n estos autores I'las consecuencias de la derrota (de la revo­ I luci6n) debieron de producir en la apocal!ptica española de la epoca una modificaci6n profunda: el abandono de la creencia de que el "pueblo llano" de Oastilla fuese el sujeto de la transformaci6n histórica del I milenio. Por un lado, las tendencias apocalipticas interiores sobre­ vivirán a costa de aceytar la creencia en el papel providencial de la 8orona; por otro, la apocalíptica misionera intentará que sean otros I l-iueblos los protagonL">tas, como va a ocurrir en ¡Ilexi co y Perú" p. 4'36 •. ~sta tesis, a mi modo de ver, es muy sugerente para entender los carac­ teres del primer empuje misional en M~xico y Per6. (91): Ss as! como esta revolución ha sido considerada tanto una revo­ I lución de signo moderno, prematura, defensora de concepciones l)roto­ nacionalistas y un movimiento antiseñorial y limitador del poder real (92): Ver Gim~nez Fernández,(1960),vol.II, p. 312 Y Joseph P~rez (1977), I pp. 142 Y 483 ~.)3): Ver Gim~nez Fernández,(1960), vol.II, pp. 87:y 546 n.1815 94): ibid. p.900 ! 95): IOId. ~p. 315 y 866 I (96): ibid. p.716 (97): ibid. pp. 922, 1718. Entre otras cuestiones los comuneros }lan­ tearon: ",~ue no se hagan ni puedan hacer iJerpetuamente mercedeF algunas I a ninguna persona de cual~uier calidad que sea de indios algunos para que caven e saquen oro ni para otra cosa alguna e que revoquen ~as mer­ cedes de el~os fechas nasta aqui. Porque en se haber fecho merced de los dicnos indios se ha seguido antes daño que ~rovecho al patrimonio I real de sus rnagestad es por' el mucllo oro que se pudi era naver de eLLo; demás de que, siendo como son cristianos, son tratados como infiele~) y ei3clavos". ~¡er Jaime Delgado, (1')58), "31 .J.Jrob.lema del indio americano I en ti empos de Carlos V'I, - Cuadernos H1 slJanoameri Cai"iQS , nOs le7-lU8, ei­ tado por JoseJh r~rez,(1977), p.549, n.132. Considera este autor llevad lJÜr su 'tesis de que fue la rebelión de las Comunidades ante todo una I revolución defensora de conce,l)cíonez protonacionali::;tas que los comu­ neros se opusieron al sistema de encomienda menos por ra~30nes. humani­ tarias que e~ virtud de consideraciones econ6micas. ~a enbomienda I ~rovocaba una ~~rdida de rendimiento en el trabajo y, ~or tanto, una I

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I Sn 3evilla la sublevaci6n comunera fue m~s d~bil que en Casti­ !la (98), ~ero se observa asimismo corno los dominicos de San Pablo I a~oyaron el 16 de setiembre de 1520 a los rebeldes encabezados por D.Juan de Figueroa (99). Esta vinculaci6n entre movimiento rebelde comunero y movimiento I lascasiano apenas ha sido entrevista por la historiografía, y sin embargo merecería ser investigada. Los comuneros fueron derrotados en I Villalar el 23 de abril de 1521 pero sus propuestas políticas ind6filas parece ser que pervivieron durante largo tiempo~9~gtS~e eX.J:)reEm Cieza, I el rríncipe de los Cronistas, muy sensible al pensamiento politico de los comuneros (lOO) al comentar hechos acaecidos más de veinte ariOS I despu~s cuando Blasco Nu~ez Vela fue enviado al Per~ a ejecutar las Nuevas Leye3 de Indias promulgadas tras una larga batalla de Lar3 Casas: I los o ulares holg~banse de las l-e-y-e-s-'-J.-u-e-v-e-n"'lr-a-n-,-y-I'-e-s-e.....a'""r--a-n-q-ooiu-e...... or-o-s-q;...;..u e en I.ud i as vi vi an fuesen yor ellas gobernados; los caballeros e hombres de I ser, como entendiesen qu~ cosa es virtud, decían que si los hombres de Indias en todo cum}llían las ordenanzas, QW3 f~erian para siempre reyrochados de insipientes, e que los riijos que I de ellos naciesen vivirían con dolor por el descuido de sus .,tJadreD" (101). I (Y7 cont.): disminuci6n de los ingresGs del Estado, por lo ~ue solo al.gunos indi'.ljduos se beneficiaban eE;oistamente del sif:tema.¡o OLi:'­ tanta a reng16n seguido aflade que en el texto de la Junta de las I Comunidades quedaron tambi~n reflejadas las pol~micas que enfrentaron -antes y despu~s del conflicto de las:-;omunidades- a los .t)artidario~: de ~as Casas con los responsables de la política colonial como Fonseca, I Cobüs,etc. Ver JoseTh P~rez 1977, pp. 549-550. De los ylanteamientos de este autor cabr a considerar que reGpecto'al programa indiano de las ~;omunidades se ;;roduce una alianza entre la burguesia c<'3.stel1ana, I q~e desea llevar a cabo una ex~iotaci6n racional y nacional -de ahl ~ue S8 oyusiesen a un eventual traslado de la Casa de Contrataci6n de Sevilla a los Paises Bajos- de los recursos de las Indias y los reli~iosos reformados que por motivos evang~licos y humanitarios se I oponlan a que 108 ind.ios fuesen tratados como esclavos y explotado:] inmisericordemente (98): Gutierrez Nieto (1973), pp. 105-106 Y Joseph P~rez (1977), p.4G3 I ex~onen las razones de este fracaso. Arguyen para explicar el fracaso de las comunidades en Andaluc1a que las condiciones sociales y ~olí­ ticas de las ciudades andaluzas eran a la altura de 1520 distjntas a las castellanas: carecían de un proletariado industrial, carecían de I un clero renovador tan numeroso y las clases medias, en auge, no nab1an sufrido la crisis econ6mica que se arrastraba desde 1507 COD tanta intensidad como las ciudades castellanas. I (99): Giménez Fern~lldez 1960), pp. '354-':)55 (~1'3 bi s): ~os efectos e -a revoluci6n de las Comunidades tuv i eran un'l larga duraci6n en la Castilla del siglo X'iI. Ad. por ejempJ.o en 10'3.:, I Cortes de 1538-1539 todavía se evocaba la campaba de los monjas refor­ mistas de Salamanca de 15~O. Ver JOS8Vh P~re2,(l917), pp.142-144 n.116 (lOG): jsta cuesti6n merece una detenida inv82tigaci6n. ~e ne a~roxi­ I mado al -"Jroblema en "La }'rimera rarte de '::"a (;roni-.:a de~í. .lJ':::ru de I'edro I

I -33­

I Jcüalemos finalmente c6mo exi ste una g:r'an laguna en nuef3tros incipientes conocimientos sobre fray Domingo de Janto Tom~s. No I sabemos llasta cuando reside en Sevilla. Parece ser que abandon6 el Colegio de Santo Tom~s el 25 de noviembre de 1529 (102), pero no sabemos con de:3tino a donde. Diego Ignacio de Góngora considera ,_.. us I saie del ~olegio en esa feclla junto con fray Tomás de San ¡f¡artíll rumbo al Per6 (103). 3n esta ocasi6n e~ cronista del Colegio comete I el error de seguir al pie de la letra las informaciones falsas que suministró el cronista ~eruano de la orden dominica fr. Juan I Bautista Mel~ndez, el cual no se sabe por qu~ asever6 que los primeros dominicos que se embarcaron al per6 el 19 de enero de 15~J I fueron fr. Tomás de San ¡·1artin, fr. TvTicente de ~!alverde, fr. [/.ard.n de ~~quivel, fr. ~edro de Ulloa, fr. Alonso de Montengro y fray ])omint~o de Santo '.romás (lC4), error manifieGto, ya que no es ha~3t::.. I 1,4:: cuando fray Do mi ngo -llega al 1) erú en una eXjjedi e i ón de d o ce I religiosos dirigida por fray Francisco Toscano (105). (l'J',' cunt.): -':;ie;;;a de ;jeón en la tradición de.l Genero nL:torio[;ráfi-';(J de las niatorias naturales y morales", texto ~resentado al seminario dirigido pOI' germln del ~ino sobre 3iGtoria de la etnologia esva~üla I en Am~rica: ~a Historia natural y moral de las Indias que tuvo lugar en el De¡Jartamento de íli staria de América del :..Jentra de :~studj os Ei f',­ t6ricoG del ~JIC en el curso académico 1985-1386. Sabemos que notorias I con~uiGtadores ~eruanos fueron comuneros como jor ejemplo el padre de Garcilaao de la Vega. Ver Jose~h Perez (l~77) ~.67). Pero la a~or­ taci6n de los derrotados en ia revolucibn de la~ Comunidades caGte­ I lLanas en la constru~ción de la sociedad )cruana c~lonjal e~t~ a0n JO 1 e ,~ tud i ar • Zlul): ~edro Jieza de Lebn (~~85), Coras com~letas, edici6n de , ' l , '.... • • 1 l' " . . .' ~arme.lO ~a8nz ae ~an~amarla, VOL. , ~a~ guerras CJV1~~S ~~rUdna8, I ilddriJ., ~STC, IntOtituto ttGcn~alc Fernández de «dedo ll J.j.2d7 (lG~ : Bi~~O :gnacio de G6ngora (1890), ~o~.Il, ~.76 ,1',.. ,) : 161. I (LU4 : fray Juan :1~eléndez,L,.I'. (1681), ',re:'oro" vc:tdadero[~ de l.a:.' Indias en ~a historia de la gran provincia de Jan Juan Bautista del .Perú t de el orden ..

I -34­ I Diversas consideraciones' cabe efectuar ~obre la eta~a formativa

de fray :I)omingo de ::JaLt.o 'I:omás a modo de recatJitlúación mientra:c; G[,':-'';­ I ramos cubrir lOG ¡acio informativo~ que tenemos sobre la d6cada

I ,;ou~o tantou otros eclesiásti cos de aquella 2a~jtij.la del :3Íglo XVI, fray Dornin[o, de extracci6n social humilde y procedente de etnias I no cris~ianas viejas, 8S promovido social y culturalmente gracias a ~us a~üyos de un mecenas como es el caso de fray Diego de Deza, ~uien I Le lleva junto a sí en 1517 al fundar el ::olegio de Santo rromás come centro da formaci6n teo16gica y misional de dominicos reformados.

Sn este centro de estudios de predicadores, Domingo de ~edina, I '-lue al profesar como dominico adopta el nombre de fray Domingo de Santo Tomás con el que ahora le conocemos, debi6 adquirir una s61ida I forrnaci6n teo16gica y lingUistica, e inquietude2 etnogrhricas en contacto con dominicos \iue habían vivido en lai:1 Antillas como .fray I Bernqrdo de Santo Domingo. :~as en::.;erlanzas impartidas en este':::olegio debiAron beneficiarse I de La exce~cional tensi6n intelectual que atraves6 a la sociedad castellana en la ~rimera mitad del siglo X71, y de los estimulas sur¿idüs en una ciudad como Sevilla, ubicada en la vanguardia rena­ I centista, 4ue vivía en el ~rimer tercio del siglo XlI un yarti~ular momen~o de esvlendor econ6mico y cu~tural. Por tal raz&n todos Los I lJrüblcmas debatidos )01' las corrie,~t8G dominicas del nu:na::isn:ü

./ ,r T cristiano tan ..t'loreciel:te er: .la ...:;uro~::l de J.Jrin,::::ilÚO~-3 del ::tillo .i\. '/ L I debieron :.ólH conocidos¡,.ocr los d01TJinicos del \~olegio de ,janto '.!.'O'E2.S J deL. COllVl3Gto ele ;";,él.C l:'abJo ciencie iJrofesó fray l)oJüngo de :jantu Tü'ná.:.;. I ~ ~ :_;e;. 8gi o de ~~a', te 'Eo más des empeiJa un importante papel en el Glo·.¡irüe:~to lascasiano: uno de ~3US 1,rimeros colegia1.ei:;, fr. 13ernaI'dü de ..:ia(~to üü'ningo e:3 (~uien co,:vierte a,.Jas Casas en :'::uba, otrol3 coiJ~­

I giales come fr. l.~eginaldo l/lontesinos, le aj)cyac en sus p:r-i mer,:u·] ca¡;-;­

'J'.,~1-6-:517, J" \~c)·l· e·i.~..l~O ~O'TI(' +,·_',',1.. ,~0tU':_' 1.:a112,8 an t lenCOlI¡811'" d eras úe1 ./ _ ' e.J·. J t: ,. ,v'e -- ..... '­ I cOlno ce~trü coordinador en 1518-1519 de las demandas de Los religiosos indigenistas ~ue act6an en las Indias y de las reivindicaciones de I ~os que ~resionan a favor de los derechos de los indios en el seno de la sociedad castellana. I I I I

I -35­

I Los dominico2 reformados, a los que estaban adscritos .Los 801e­

cialcs del I~olet;io de .:3anto 'i:omás, irH{uietcif.3 cultural.mGLte y 8[3,:..11­ I r i. t ua 1il,en ~ e .3 e \1 i eron Q:'] t mi s ,.10 compremeti do 3 en :w.::;/i e 1,:.; 5. tud C~; ~011ti~a3 de la Castilla y de las I~dias de su ti2mpo. Dada ld [unci~~ I tribunicia que se autoatribuyen 28 erigen ~or una ~ort8 en La con­ ciencia critica del ~ey cen2ur~ndolo cuando adopta medidas de gabierno no acordes con la fo11tica que na de Llevar a caba un gobcrna~ta I cli3~iano, y Jor otro lado ante s~bditos levantiscos que cuc3tio~an la legitimidad de la autoridad real y desean impLantar una tiranía I se autopresentarl como garantes de 108 deI'eoilüs de .la -';O::'OI;~i justiL'i­ cal.etC ef3te: rol e.ltre otras cuestionef3 .lior .1a tredictón .tlroccd~=;Htc I de los ~iew~os medievales de ser ellos laG defensores de lüs monarcas como cayellanes y confesores que hab1an sido y eran de los reyes I cristianos castellanos.

__Jlet:~a, pues, fray .Jc~ningo de Janto lI'omás, 8. mI modo de '.'er, I con una s~lida formacibn intelectual dentro de los o~nones 2ulturales de LOf3 dominicos J con una gran i,ireocuj}ación l)or contribuir aL', I conver';;i6n l.Jacifíca de los naturales de ..Las Tndias según la tradi.ción misional r83~etuosa COl1 ciertos derecnos de los indigenas ~ue ..LOS I mae~3trcs de:: f':cay :Jomingo flabian desarrollado en las Anti..i Lé"':. I I I I I I I I I