I -8­ I CAPITULO PRIMERO LA FORMACION SEVILLANA DE UN DOMINICO REFORMADO I l. La reforma religiosa y educativa en el reinado de los Reyes Católicos I Durante el reinado de los Reyes Cat61icos se consolidó la auto­ ridad real en Castilla. Al doblegar a la aristocracia, al instalar a I sus propios funcionarios en las ciudades y al transformar el sistema judicial, Fernando e Isabel afianzaron el poder de la Corona en Cas­ I tilla. Pero hasta que no hubiesen colocado bajo el dominio real a la ~oderosa Iglesia española no podr1an considerarse dueños de sus reinos I y consumar su programa de gobierno. A lo largo del último cuarto del siglo XV la Corona incrementó el control de una Iglesia inmensamente I rica, con numerosos privilegios y plagada de corruptelas. (1)., ~n este programa de control eclesiástico por los Reyes Católicos I cabe destacar la tarea reformadora que emprendieron en el seno de la Iglesia española.(2). Para elevar el nivel moral e intelectual del clero se adoptaron medidas disciplinarias y se acometi6 una profunda I reforma educativa. Bsta mejora en la formación del clero se inscribe en el proceso de renovación educativa llevado a cabo en la Castilla I de la é~oca de los Reyes Cat61icos y del reinado de Carlos V que elevó notablemente el nivel cultural de la poblaci6n castellana (3). Un I clero más culto y reformado fomentó el interés por aprender el arte de las letras. ~e difundieron así las escuelas ~e gramática como ins­ I trumentos populares de educación latina, creándose muchas de ellas en los años siguientes al reinado de los Reyes Católicos, de manera que casi todas las ciudades de 500 vecinos o más poselan su propia I escuela de latinidad, las cuales favorecian la movilidad social ascen­ dente de los conocedores de la lengua latina. Este desarrollo del I sistema educatiro iniciado en La época de los Reyes Católicos se res­ quebraj~ a mediados del siglo XVI, afectado por la inflación que empo­ I breció a la sociedad casteliana, y por la reacci6n aristocrática ante los letrados (4). I I I I I I ...... .. _0.­ I -9­ I Reforma católica y renacimiento cultural y espiritual son los logros del principal protagonista de la reforma de la Iglesia promo­ I cionada por los Reyes Católicos, es decir del franciscano fray Fran­ cisco Ximenez de Cisneros (5). Bl renacimiento cultural y espiritual fue estimulado por la I creación de una serie de centros destinados a mejorar la enseñanza superior de los cl~rigos, y a elevar el nivel intelectual en Castilla. I Bs as! como el cardenal González de Mendoza, gran mecenas favorecedor de la expansión del humanismo en Castilla y sustituto de Carrillo en I 1482 en la sede toledana, fundó en 1484 en Valladolid el Colegio de Santa Cruz, que sentó un precedente para las fundaciones posteriores destinadas a elevar el nivel intelectual y producir un clero más culto I (6). Cisneros, por su parte, dio vida a dos grandes realizaciones que I posibilitaron el desarrollo del humanismo en Castilla: en 1508 fund6 la Universidad Complutense en Alcalá de Henares para la promoci6n de I los estudios teológicos y promovió la publicación de la gran Biblia poliglota Complutense, en la que los textos griego, hebreo, latino I y caldeo estaban impresos en columnas paralelas (7). Estas realizaciones acentuaron una de las caracteristicas más importantes del movimiento de reforma religiosa isabelino: su decisión I de adaptarse a las necesidades contemporáneas. Aunque Cisneros no era propiamente un humanista com~rendió la urgente necesidad de poner I los nuevos estudios humanlsticos -teo~ógicos y lingüisticos- al ser­ vicio de la religión. Dirigidos por el, los reformadores, en vez de I rechazar el humanismo, lo utilizaron para proseguir su tarea de re­ forma (8). I lJa Reforma, promovida desde la Corona y ejecutada por Cisneros, contó con el apoyo activo de los reformistas del clero regular. Mientr que el clero secular fue más renuente a la Reforma que atacaba su I relajación moral y su absentismo, en las órdenes religiosas, espe­ cialmente en las mendicantes, la colaboración fue más notoria. Es I asi como a la muerte de Cisneros en 1517 no quedaba en España ni una sola com:lAnidad franciscana "conventual": en todos los conventos los I rigoristas observantes sustituyeron a los conventuales. (5): fray Francisco Ximenez de Oisneros fue confesor de la reina rSabE desde 1492, provincial de los franciscanos de Castilla, arzobispo de I Toledo y primado de España desde 1495, inquisidor general desde 1507 J dos veces regente del reino. (6): Ver Bartolome Bennassar, (1983), Valladolid en el Siglo de Oro, I p. 471 (7): Ver :1arcel Bataillon, (1979), Erasmo y España, pp. 1-43 I (8): Ver Elliot,(1976),op.cit. p. 108 I I -10­ I 10s dominicos, por su cuenta, sin el aliento de Cisneros, empren­ dieron su propio programa reformador basado en una más estricta obser­ I vancia de las reglas de la orden, junto con una restauración de la formaci6n teológica. Para lograr estos fines abrieron el Colegio de I San Gregorio en Valladolid en 1496 y la Universidad de Avila en 1504.(~)). El Colegio de San Gregorio, según subraya Bennassar, fue un foco I de cultura bastante notable en Valladolid (10). Uno de los objetivos de su fundación fue servir al estudio y difusión de la doctrina tomis­ I ta, convirtiéndose para Bataillon en una verdadera facultad de teolo­ gía (11), Y otro "servir a la cultura de 1<~spaña todavía semibárbaral' I (12). Reagrupando a la aristocracia intelectual de la orden dominica el Colegio exigía a quienes opositaban a una de las colegiaturas que fueran buenos teólogos, buenos gramáticos, Que hubieran hecho ya un I año de lógica y que demostraran verdaderas aptitudes científicas (13). Los estatutos, que fijaban siete años de estudios, hacían obligatorias I las clases de filosofía, lógica, teología, Sagradas Escrituras, pero también hacían posibles las especializaciones y la asistencia a los I cursos de la Universidad cuando estos eran impartidos por eminentes maestros. I En este Colegio junto a dominicos Que desempeñaron altas funciones en la sociedad castellana de la época como fray Garcia de Loaysa, que llegó a ser Presidente del Consejo de Indias y luego arzobispo de Se­ I villa e Inquisidor General; fray Alberto de las Casas, futuro general de los dominicos; fray Bartolomé de Carranza y Miranda, que entró de I colegial el 19 de agosto de 1525, llamado en Valladolid durante la carestia de 1540 "el padre de los pobres", arzobispo de Toledo, y que I conoció las prisiones de la InQuisición cuando se desencadenó por Felipe 11 una política intolerante y ortodoxa, a fines de los años 1550, que dio como resultado una tibetización de la cultura española I y produjo el cortocircuito de la modernidad en la 1'10narquía hispana; (9): ~obre la reforma dominicana ver Vicerite Eeltrán de Heredia, O.P. I (1939), Historia de la reforma de la Provincia de España,1450-1550 y (1941), Las corrientes de espiritualidad entre los Dominicos de Casti­ lla durante la primera mitad del siglo XVI. I lO): E.Benn~ssar (1983),0~.c~t.,p.470 11): M.Eatalllon (1979),o~.Clt.,p. 7 ¡12): Fr. Gonzalo de Arriaga O.P., (1928-1940), Historia del Colegio de San Gregorio de valladolid. vol. 1: 63 I (13):Primeramente sus 20 internos eran escogidos entre los jóvenes monj es de San Pablo de \ralladolid, San Esteban de Salamanca (dos por cada uno de estos conventos) y de los conventos de Burgos, Palencia, I Peñafiel, 11edina, Avila, León, degovia, Toro, Toledo, Zamora, Córdoba, Sevilla, Granada, Santa Maria de Mena. AHN. Madrid. Clero. Códex 909 b. I A partir de 1504 se admitieron 30 internos, y a partir de 1525, 35, lo I I -11­ fray Luis de Granada, uno de los grandes escritores de su época, se I formaron fr. Vicente de Valverde, primer obispo del Cuzco y fr. Jer6­ nimo de Loaysa, primer arzobispo de Lima y fundador de su Universidad. I Entre 1519 y 1525 en este centro educativo la reforma dominica diri­ gida por el ultrarreformista Juan Hurtado de Mendoza, prior del con­ vento de San Esteban de Salamanca, (14), encontró un notable aliento, I favorecida por la vida de trabajo y de estudio que en él se hacia, y I por la misma selección del personal. Cabe considerar a este Colegio de San Gregorio de Valladolid como la institución precedente del Colegio de Santo Tom~s de Sevilla en el I que se forma fray Domingo de Santo Tomás. Conviene resaltar cómo el establecimiento de estos Colegios de I dominicos se inscribe en un amplio movimiento de fundaci6n de centros educativos para mejorar la formaci6n po11tica y moral, "tanto en doc­ I trina como en virtud" del clero regular y secular. Con la fundaci6n de estos Colegios se aplicaban las reglas del monacato cat61ico a los I estudios universitarios: se exigía a sus integrantes vida retirada y austera, una serie de pr~cticas religiosas, comunidad de mesa, clausura, I participaci6n en la elección de superiores. En ellos se formaban elites: el número reducido de becarios -unos 20 como promedio- hacía posible una educación selecta. La finalidad de estos Colegios no estri­ I baba solo en enseñar a sus alumnos sino también en formarlos políti­ camente y moralmente para habilitarlos para la conducción de 10s I negocios de la-Monarquía. Se reg1an estos Colegios en su organización interna por unas constituciones en las que se valorizaba la camare­ I dería y la democracia y se exaltaba la sobriedad de costumbres. En ellos se realizaban estudios de Gramática, preparatorios de los de Artes, y de Artes como preparatorios de los de Teología.
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