Libro Luciano Berriatua.Pdf
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A todo los que gozamos o nos consolamos con el cine INTRODUCCIÓN Las amadas sombras de cine de Luciano Berriatúa CAPÍTULO 1 Un cineasta de ficción e imaginación 1.1. De los sesenta a los ochenta Entrevista 1.2. Las pesadillas digitales de Luciano Berriatúa Entrevista CAPÍTULO 2 Las pasiones de un explorador del cine 2.1. La devoción por Murnau Entrevista 2.2. El secreto y alquimia Entrevista 2.3. El gran defensor de Walt Disney Entrevista CAPÍTULO 3 La restauración 3.1. Restauración, documentales y publicaciones Entrevista 3.2. La música de los filmes de Murnau y las zarzuelas Entrevista CAPÍTULO 4 La esencia del cine 4.1. El cine según Luciano Berriatua Entrevista 4.2. La revolución digital Entrevista CLAVES DE LUCIANO BERRIATÚA FILMOGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA ÍNDICE DE PELÍCULAS ÍNDICE DE NOMBRES INTRODUCCIÓN Las amadas sombras de cine de Luciano Berriatúa Luciano Berriatúa (Madrid, 1949) es una de las figuras más re- presentativas del cine independiente español de las últimas dé- cadas. Interesado por la animación desde su infancia, intentó en los años 60 hacer carrera en ese campo, pero vio que no era posible en la España de entonces. Decidió ser un director de ficción y trató de entrar en la Escuela de Cine, pero suspendió en el examen de ingreso. El cine, y particularmente el silente, el nacido en la Alemania de entreguerras, había iluminado con su llama incandescente la inteligencia de Berriatúa y quiso de alguna forma continuar en esos primeros años 70 un cine per- dido y que creía, y cree, el más moderno de cualquier época. La influencia en concreto de Friedrich Wilhelm Murnau en el cine y en la vida de Luciano Berriatúa es algo más que un cariño espe- cial por un cineasta, aunque lo considere el mejor de la historia del séptimo arte. La ideología del artista nacido en Bielefeld el 28 de diciembre de 1888 ha dejado una honda huella en Berriatúa que con el tiempo hizo que se decidiera a recuperar y restaurar las películas del genio olvidado. Un cine creado en las corrientes expresionistas que dominaron Europa y el mundo en las prime- ras décadas del siglo XX, cuyo influjo ha sido permanente en los grandes directores. Los primeros cortos amateurs de Berriatúa (Prisión, 1969; Dulce abandono, 1970) y los rodados en 35 milímetros, El alqui- mista (1971) y Duma el silencioso (1972) están todos impregna- dos por el halo del cineasta alemán, el autor de películas como Nosferatu (1922) o Fausto (1926), la cinta favorita de Luciano Berriatúa. 8 LUCIANO BERRIATÚA, GRAN AVENTURERO Y EXPLORADOR DE CINE El joven director, que no tenía carnet sindical para ser cineasta en esos años franquistas de los primeros 70, rodó dos largos, El ojo de la noche (1974) y El Buscón (1974-1975), basado en la novela de Francisco de Quevedo. Ambos, además de situarse en las sendas marcadas por su maestro Murnau, trataban, desde su convencimiento de recuperar e incluso reescribir la historia es- condida de un país destrozado por la religión y la ignorancia, de hacer un cine audaz y que, remitiéndose al pasado, pretendía ha- blar claro del lúgubre panorama que se vivía en la España del final del franquismo. El Buscón fue de las dos películas la que llegó a las salas comerciales, no teniendo el beneplácito del público, que buscaba quizá productos más explícitos (La prima Angélica, Car- los Saura, 1974; Furtivos¸ José Luis Borau, 1975; Las largas vaca- ciones del 36, Jaime Camino, 1975; La trastienda, Jordi Grau, 1975) que contaran lo que se vivía entonces en esa sociedad cambiante de mitad de los 70. No se desanimó gran cosa Berriatúa —nunca ha creído en el cine comercial— y se dedicó desde 1976 a estudiar los filmes conservados de Murnau. Poco a poco, fue dándose cuenta del desbarajuste y negligencia que había en las copias que circulaban para exhibición y en el material de archivo del cine del autor de Amanecer (Sunrise, 1927). Contribuyó decisivamen- te a poner orden, en primer lugar, en los materiales existentes de Nosferatu, mientras que acudía a las cinematecas de Roma, París o Munich para completar la visión en moviola de los filmes de Murnau. Siempre minucioso, Berriatúa iba anotando datos e impresiones de la planificación de cada uno de las películas. En 1990, se publicaba su libro Apuntes sobre las técnicas de dirección cinematográfica de F.W. Murnau, editado por la Filmoteca Regio- nal de Murcia. José María Prado, el nuevo director entonces de la Filmoteca Española, accedió a publicar en 1992 un lujoso libro en dos volúmenes, Los proverbios chinos de F.W. Murnau, que com- pilaba toda la información sobre el cineasta alemán que había recogido Berriatúa. El estudio más exhaustivo de la planificación de todos sus filmes, las claves esenciales de su cine (la influencia INTRODUCCIÓN 9 de la pintura expresionista, la pasión amorosa, el esoterismo y la alquimia) en una de esas singulares obras que sólo se puede abordar desde el placer más evidente por la calidad de los textos, la sugerente información y la profusión de fotografías, planos, re- producción de cartas, periódicos, carteles de los filmes y de todo lo que concierne a Murnau en un no va más del que Berriatúa, siempre humilde, confiesa que habría que “actualizar”. Perfeccio- nar la perfección. Desde la publicación de Los proverbios chinos de F.W. Murnau tra- bajó para la Filmoteca Española en la recuperación de filmes de Murnau y también de otros autores. Uno de esos filmes recupe- rados fue Fausto, película que ha desvelado, gracias al esfuerzo investigador de Berriatúa, que Murnau y muchos directores del cine silente rodaban más de un negativo de un filme por la posibi- lidad nada remota de que se perdiera en alguno de los viajes para su presentación. En el documental Los 5 Faustos (1995), Berriatúa explica cómo descubrió los distintos negativos de una película que, si antes ocupaba un lugar de honor en la historia del cine, ahora ha consolidado esa señera posición y además ha contri- buido a valorar aún más el esfuerzo de cineastas y restauradores como Berriatúa por recuperar el pasado, que no poner al día, de unos filmes sepultados en el tiempo y el vértigo del desarrollo del séptimo arte. Paralelamente, Luciano Berriatúa ha persistido en llevar adelante proyectos cada vez más independientes y siempre dentro de las coordenadas y de los intereses que ha demostrado. La maldición de Horus (1984-1988-1992) es una película abierta que ha ido in- corporando elementos y variantes narrativas según se ha ido ro- dando en torno a una familia perseguida por una maldición egip- cia. El hombre de palo (1984) es un cortometraje sobre la leyenda de un relojero y arquitecto que vivía en Toledo en la época de Carlos I y el autómata que construyó, y La dama del bosque (1985- 10 LUCIANO BERRIATÚA, GRAN AVENTURERO Y EXPLORADOR DE CINE 1989), proyecto de largo que por la negativa de la administración a conceder una subvención a un filme de “bajo presupuesto” se reconvirtió en corto, es un filme de alquimia y amor que deja esa sensación indefinible de no poder atraparla, una historia decidi- damente romántica. Con el cambio de milenio, Berriatúa saludó efusivamente el ad- venimiento de la era digital. De pronto y extraordinariamente, un filme puede ser grabado en alta calidad con cámaras asequibles y sin pasar por el trance engorroso de los laboratorios de posi- tivado de celuloide. En esta era tecnológica que va más deprisa que nuestro pensamiento, y ante la cual la industria está -digan lo digan— absolutamente desconcertada, Berriatúa ha podido realizar Viajes astrales (2002), un largometraje sobre la trampa de algunas sectas esotéricas que ofrecen un pretendido más allá por cuantiosos bienes del más acá; y ha dado rienda suelta a otra de las grandes pasiones de su vida: la animación. Viejos proyectos de los años 60 y posteriores se han convertido en cortometrajes de una animación primitiva y sabia en Los gatos de Madrid (2005), basado en una obra de Lope de Vega; Calila y Dimna (2006), ani- mando una historia oriental recopilada por Alfonso X El Sabio en La Cántigas; y El método del Doctor Alquitrán y del Profesor Pluma (2008), basado en un relato de Edgar Allan Poe. Además, Berriatúa, se ha rendido un autohomenaje en Una historia sin pies ni cabeza (2007) a aquel niño y adolescente que dibujaba incesantemente personajes y trataba de animarlos rudimentariamente; aquel chaval que se presentó con 15 años en los Estudios Moro1 con una carpeta bajo el brazo llena de personajes dibujados por él mismo, solicitando que le contra- taran como animador; y también al adorador de las películas de Walt Disney, a 101 dálmatas (One Hundred and One Dalmatians, 1961) que considera una obra maestra absoluta y de la que ha 1 Los creadores de los personajes de la Familia Telerín, con su famosa can- ción televisiva que comenzaba “Vamos a la cama, que hay que descansar...”. INTRODUCCIÓN 11 escrito un grueso volumen demostrando la revolución visual que supuso este filme. El trabajo de Berriatúa sigue en marcha. Publicó en 2009 otro libro hermoso sobre Murnau, Nosferatu, un film erótico-ocultista- espiritista-metafísico, en el que, como en el caso de Los proverbios chinos de F.W. Murnau, ha entregado todo lo que sabe sobre un filme fundamental en la historia del cine y, en especial, del cine fantástico y de terror. Un recorrido exhaustivo que desvela las par- ticularidades de una productora misteriosa, las incidencias del rodaje, información sobre los actores, la publicidad y los carteles del filme, las cintas que han venerado y continuado el camino abierto por Nosferatu, los problemas que tuvo que superar para librarse de la destrucción de las copias cuando un juez alemán en 1925, a requerimientos de la viuda de Bram Stoker, condenó al olvido a una película cuyos productores no habían pedido los de- rechos de adaptación de la novela Drácula, en la que libremente se basa.