Redalyc.MOVIMIENTOS SOCIALES Y NUEVAS PRÁCTICAS POLÍTICAS
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Nómadas (Col) ISSN: 0121-7550 [email protected] Universidad Central Colombia Svampa, Maristella MOVIMIENTOS SOCIALES Y NUEVAS PRÁCTICAS POLÍTICAS EN ARGENTINA. LAS ORGANIZACIONES PIQUETERAS Nómadas (Col), núm. 20, 2004, pp. 112-126 Universidad Central Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105117734011 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto MOVIMIENTOS SOCIALES Y NUEVAS PRÁCTICAS POLÍTICAS EN ARGENTINA. LAS ORGANIZACIONES PIQUETERAS* Maristella Svampa** En la Argentina de la última década emergieron nuevas In the last decade, new forms of political organization formas de organización política y acción colectiva cuyas and colective action have emerged in Argentina. The most marcas mayores son la acción directa, la auto-organiza- important of them are direct action, auto-organization and ción y una importante dinámica asamblearia. Tres tipos de an important dynamics based on meetings. These new experiencias ilustran de manera diferente estas nuevas prác- practices are shown by three types of experiencies: picket ticas: las agrupaciones piqueteras (desocupados), las asam- organizations, neighborhood meetings, and taking of factories bleas barriales y las fábricas recuperadas por sus by its workers. This article is an approaching to some novel trabajadores. Este artículo abordará algunos de los aspec- aspects of one of these movements, the most disrupting one tos novedosos que presenta uno de estos movimientos, el in the 1990s: the ‘piquetero’ movement. que sin duda constituye, por encima de su diversidad ideoló- gica, el fenómeno más disruptivo de los años 90: el movi- Palabras clave: Movimiento social, movimiento pique- miento piquetero. tero, organización política, organización social. * Este artículo retomó partes del libro, Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organiza- ciones piqueteras, 2003, escrito por la autora, junto con Sebastián Pereyra. ** Doctora en Sociología de la Escuela de Altos Estudios Sociales de París. Profesora de la Universidad Nacional de General Sarmiento e investigadora del Conicet, Argentina. E- mail: [email protected] 112 NÓMADAS Introducción Para ello, dividiremos el artículo I. Breve genealogía en dos partes. En la primera abor- y características En la Argentina de la última daremos la evolución y rasgos gene- del movimiento década emergieron nuevas formas rales del movimiento piquetero, piquetero de organización política y acción mientras que en la segunda, nos cen- colectiva, cuyas marcas mayores traremos en la presentación de los a) Orígenes y corrientes del son la acción directa, la auto-or- aspectos políticos novedosos. Sin movimiento piquetero ganización y una importante diná- embargo, nuestra presentación no mica asamblearia. Tres tipos de será lineal, sino que incluirá otras Para comprender el origen de los experiencias ilustran de manera cuestiones, esenciales para entender nuevos procesos de organización y de diferente estas nuevas prácticas: los alcances y las dimensiones de la movilización es necesario tener pre- las agrupaciones piqueteras (des- experiencia piquetera: entre ellas, un sente el contexto de transformación ocupados), las asambleas barriales abordaje aunque sea inicial acerca económica, social y política de la y las fábricas recuperadas por sus de las características del proceso de Argentina de los últimos treinta trabajadores. Este artículo aborda- descolectivización, del alcance de la años. Estas transformaciones –ocu- rá algunos de los aspectos nove- heterogeneidad ideológica en el es- rridas como corolario de la aplica- dosos que presenta uno de estos pacio piquetero, de la conflictiva re- ción de políticas neoliberales–, movimientos, el que sin duda cons- lación con el Estado, en fin, las terminaron por reconfigurar comple- tituye, por encima de su diversi- diferentes concepciones acerca del tamente las bases de la sociedad ar- dad ideológica, el fenómeno más sujeto político y la cuestión –siempre gentina. El proceso, marcado por el disruptivo de los noventa: el mo- espinosa– de la persistencia de la empobrecimiento, la vulnerabilidad vimiento piquetero. cultura peronista . y la exclusión social comenzó en los ” s e r o i r e t n I “ e i r e s a l e d a í f a r g o t o f , ) 5 4 9 1 a i b m o l o C ( , o c n a r F l l e n r e F NÓMADAS 113 años setenta, con la última dictadu- composición social, nuevas formas Ahora bien, aclaremos que des- ra militar; tuvo su punto de inflexión de organización y de movilización de sus orígenes mismos el movimien- entre 1989 y 1991, con la asunción fueron emergiendo. En efecto, a to piquetero nunca tuvo unidad ni de Carlos Menem al gobierno –mo- partir de 1996-1997, una parte de fue homogéneo, sino que desde siem- mento en que se profundizan las po- aquella Argentina sacrificada por pre estuvo atravesado por diferen- líticas de apertura comercial y de el modelo neo-liberal e ignorada tes tradiciones organizativas y reestructuración del Estado– y en- por los medios de comunicación corrientes político-ideológicas. En cuentra, por último, una aceleración hizo su irrupción en las rutas, impi- rigor, el proceso de conformación del mayor luego de 1995, con la acen- diendo la libre circulación de per- movimiento piquetero reconoce dos tuación de la recesión económica y sonas y mercancías, en demanda de afluentes fundamentales: uno, reen- un aumento desmesurado de la des- fuentes de trabajo. Estos primeros vía a las acciones disruptivas, ocupación1 . cortes de ruta se iniciaron en el in- evanescentes y por momentos unifi- terior del país, en las localidades cadoras, de los cortes de ruta y le- Durante este período de gran- petroleras (provincias de Neuquén vantamientos populares registrados des mutaciones, la sociedad argen- y Salta), y tuvieron como protago- en el interior del país a partir de tina no contaba con redes de nistas a los pobladores de comuni- 1996, resultado de una nueva expe- contención ni con centros de forma- dades enteras. Es allí que surge el riencia social comunitaria que apa- ción o reconversión laboral, al tiem- nombre “piquetero” –aquél que or- rece vinculada al colapso de las po que era notable la ausencia de ganiza los piquetes, los cortes en las economías regionales y a la priva- políticas estatales en la materia, to- rutas–; el que, además de atraer la tización acelerada de las empresas dos ellos mecanismos necesarios para atención –de los medios y del sis- del Estado realizada en los años no- compensar los efectos de las progre- tema político– por su fuerza expre- venta; el otro, remite a la acción te- sivas medidas de flexibilización la- siva, representó una alternativa rritorial y organizativa gestada en el boral o los despidos masivos que para todos aquellos para los cuales Conurbano bonaerense, y ligada a acompañaron los procesos de privati- una definición como la de desocu- las lentas y profundas transformacio- zación y la modernización de empre- pados, resultaba intolerable. Espe- nes del mundo popular, producto de sas en el nuevo contexto de apertura cialmente para quienes habían sido un proceso de desindustrialización comercial. –y aún se consideraban– trabajado- y empobrecimiento creciente de la res, la posibilidad de nombrarse sociedad argentina que arrancó en Por otro lado, recordemos que los “piqueteros” tuvo un poder desetig- los años setenta. grandes sindicatos nucleados en la matizador que facilitó la inclusión Confederación General del Trabajo de esos sectores en las organizacio- En otros términos, no es posible (CGT), de filiación peronista –igual nes. Un nuevo motivo de dignidad comprender la génesis ni el poste- que el gobierno de Carlos Menem– –que reemplazaba entonces la per- rior desarrollo del movimiento pi- no se opusieron a las reformas, que dida dignidad del trabajo– podía quetero si no establecemos esta virtualmente minaban sus bases de comenzar a buscarse explorando y doble filiación. Así, los conflictos afiliación, sino que negociaron con explotando la categoría “piquete- generados en el interior del país el gobierno su supervivencia mate- ro” y enterrando aquella de “deso- representaron el punto inicial en rial y política y optaron por reade- cupado”. donde una nueva identidad –los cuarse al nuevo contexto económico piqueteros–, un nuevo formato de y social2 . Es así que comienza la historia de protesta –el corte de ruta–, una pequeñas organizaciones locales de nueva modalidad organizativa –la Así, al compás de estos cambios, desocupados, definidas por fuera y en asamblea–, y un nuevo tipo de de- nuevas problemáticas se instalaron confrontación con las estructuras tra- manda –los planes sociales– queda- en la sociedad argentina, como el dicionales del Partido Justicialista y ron asociados, originando una aumento de las desigualdades so- de los sindicatos oficialistas, que más importante transformación en los ciales, la precariedad y, prontamen- tarde pasaron a integrar en la mayo- repertorios de movilización de la so- te, la desocupación masiva. Sin ría de las veces, “federaciones” de ciedad argentina. En fin, la acción embargo, desde el fondo de la des- escala nacional. colectiva que tuvo por epicentro al- 114 NÓMADAS gunas regiones del Conurbano bo- La heterogeneidad y la variedad plemente por la presencia de referen- naerense contribuyó de manera de- de corrientes