Cuaderno Lab. Xeolóxico de Laxe Coruña. 1991. Vol. 16, pp. 179-191

Evolución de los depósitos continentales del prote­ rozoico superior en «La Serena», (Zona Centro Ibérica)

Evolution ofthe upper proterozoic continental de­ posits from «La Serena», (Southern Central Iberian Zone) Badajoz,

PIEREN PIDAL, A. P., HERRAN ARAUJO, P., GARCIA GIL, S.

Se describen por primera vez afloramientos, recientemente descubiertos, del Al­ cudiense Superior, en «La Serena», Badajoz. Se demuestra el carácter continental de la parte basal de varias secuencias, y se esboza un esquema paleogeográfico, que implica una línea de,costa hacia el Oeste, y la diferenciación de tres ciclos se­ dimentarios. Palabras clave: Macizo Hespérico, Zona Centro-Ibérica, Badajoz, Proterozoico Superior, Precámbrico, Depósitos Continentales, Paleogeografía.

Sorne recently discovered Upper Alcudian outcrops, from «La Serena» region in Badajoz province, are described in this paper for the first time. The basal pan of most ofthe studied logs shows continental characteristics here depicted; a paleo­ geographical scheme is also submitted. This latter implies moving the suggested coast line westward for the first cycle. Three local sedimentary cycles are here pro­ posed and correlated with those from well known areas. Key words:Hesperian Massif, Central Iberian Zone, Badajoz, Spain, Upper Pro­ terozoic, Precambrian, Continental Deposits, Paleogeography.

PIEREN PIDAL, A. P., GARCIA GIL, S. (Departamento de Estratigrafía, Fac. Ciencias Geológicas, Univ. Com­ plutense, 28040 Madrid). HERRANZ ARAUJO, P. (Instituto de Geología Económica, C.S.I.C-U.C.M., Fac. Ciencias Geológicas, Universidad Complutense, 28040 Madrid). 180 Pieren Pida!, A. P. et al. eVAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991)

INTRODUCCION y ANTECEDENTES ajenos, han puesto de manifiesto reiterada­ mente que el citado Complejo está repre­ Geográficamente, «La Serena» constitu­ sentado fundamentalmente por dos ma­ ye una comarca de la parte E-NE de la Pro­ crounidades de edad proterozoica superior, vincia de Badajoz, ocupada por una llanura separadas por una neta discordancia de ca­ degradada que se eleva entre 360 y 400 m rácter regional. Existen antecedentes locales sobre el nivel del mar. Geológicamente, se directamente vinculados a este problema: engloba dentro del sector suroccidental de LORENZO RUEDA (1977) distingue depó• la Zona Centro Ibérica, en un gran aflora­ sitos que considera «Precámbrico Superior miento braquiantiforme del «Complejo Es­ superior» en y La Sierra quisto-Grauváquico», que llamamos colo­ de La Zarzuela. PIEREN (1985) cartografía quialmente «Ovalo Centro-Extremeño», cu­ y describe secuencias que atribuye al Alcu­ ya mitad Sur incluye la mayor parte de «La diense Superior de Extremeña. Serena» y «La Siberia Extremeña». La zona Por el contrario ORTEGA el al. (1988) ca­ de referencia de este estudio está limitada racterizan a esta zona por la ausencia del en su mitad oriental por las sierras ordovíci-' Grupo Ibor (equivalente de la parte inferior cas de los sinclinales de , del Alcudiense Superior), que sí reconocen Almadén y Guadalmez, y al Oeste, por el más al norte y este. Granito de y del La existencia de una discordancia pre-or­ (Fig. 1). dovícica en la región suroriental de la Zona Estudios precedentes previos, propios y Centroibérica, o Luso-Oriental Alcúdica

Fig. 1. Situación de la zona estudiada. Esquema Geológico de La Serena y La Siberia Extremeña, precisando los grupos de afloramientos estudiados en este trabajo (letras minúsculas en árculos). eDAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 181

(LOTZE, 1945), es conocida desde hace longación hacia el Oeste del Alcudiense Su­ tiempo tras los trabajos de REDLIN (1955), perior (hasta el meridiano de Villanueva de BOUYX (1970), y CRESPO YREY (1971) La Serena), ha aportado entre otras noveda­ entre otros. Algunos autores, aunque reco­ des, el carácter continental de buena parte nocían dicha discordancia, no la considera­ de las sucesiones de La Serena y la presencia ban intra-proterozolca, al suponer los mate­ de alguna de éstas en el mismo meridiano riales suprayacentes cámbricos por su conte­ mencionado. La presencia de estos materia­ nido en calizas, ya que éstas eran cámbricas, les continentales ya la preveíamos en algu­ en los modelos de LOTZE (1961). nos de los estudios antecitados, centrados Recientemente, se ha confumado por en zonas más orientales, puesto que se pre­ distintos equipos el carácter regional e in­ sumía en el área considerada en este trabajo tra-proterozoico de esta discordancia, que el borde de la cuenca. además, separa dos macrounidades con ran­ go de grupo o superior, denominadas regio­ nalmente Alcudiense Inferior y Alcudiense DESCRIPCION DE AFLORAMIENTOS Y Superior (SANJOSE, 1984, PELAEZ el al. , MATERIALES 1986, ORTEGA y GONZALEZ LODEIRO, 1986). Aún posteriormente (PIEREN el al. , Hemos identificado en La Serena varios 1987, NOZAL el al" 1988, ALVAREZ-NA­ grupos de afloramientos inconexos, clara­ VA el al" 1988, PIEREN y HERRANZ, mente diferenciables del sustrato alcudiense 1988), se ha reiterado la evidencia de la dis­ inferior, y separados del mismo por una dis­ cordancia en todas las estructuras del sur de cordancia. Suelen incluir una sucesión, ha­ la Zona Centroibérica en que aflora la base bitualmente incompleta, constituida por del Alcudiense Superior. conglomerados, pizarras, cuarcitas y dos ni­ El Alcudiense Inferior es estratigráfica­ veles particulares de calizas, bien diferencia­ mente confuso, debido a su gran espesor, das entre sí. Las secuencias estudiadas sola­ monotonía litológica y complejidad estruc­ mente presentan Planoliles, que por su am­ tural, aunque permite individualizar gran­ plio rango de distribución cronoestratigráfi­ des unidades y macroestructura en aquellas ca (que incluye tanto Vendiense como Cám­ zonas dónde existen niveles guías; su grado brico) no permiten precisión sobre la edad metamórfico generalizado corresponde a de las unidades. Por correlación con secuen­ anquizona media o superior. cias más orientales ya bien conocidas, las El Alcudiense Superior y su relación con atribuimos al Alcudiense Superior, de edad el Inferior son mucho mejor conocidos. Esa Vendiense Medio-Superior (SAN JOSE el relación, y más panicularmente la subdivi­ al" 1990). sión en ciclos sedimentarios del Alcudiense Son estos afloramientos escasos, disper­ Superior, han sido propuestas en VILAS el sos, residuales y de pequeña extensión, con­ al, (1987) y detalladas en SANJOSE el al, centrándose mayoritariamente en una ban­ (1990). Estos dos últimos trabajos, de los da próxima a una supuesta prolongación que somos copartícipes, se han centrado en hacia el NO del sinclinorio de Almadén anticlinales más orientales y septentrionales (Figs. 1 y 2). (Alcudia, Abenójar, Valdemanco, Navalpi­ El subyacente «Alcudiense Inferior» está no, Ibor, Valdelacasa). En ellos se han esta­ formado por alternancias de metalimolitas y blecido estratigrafia y paleogeografía, dedu­ grauvacas en facies turbidíticas, con poten­ ciéndose cinco ciclos sedimentarios, y la tes intercalaciones de pizarras negras. En la existencia de un área emergida hacia el SO zona de los embalses de Orellana y del Zú­ de la actual Zona Centro Ibérica. jar, abundan niveles de paraconglomera­ El estudio en curso sobre la posible pro- dos, «pebbly sanstones» y «pebbly mudsto- 182 Pieren Pidal, A. P. et al. eUAD. LAB. XEüL. LAXE 16 (1991)

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Fig. 2. Columnas estratigráficas locales (a, b, c, d, e, f y g) y su distribución. Se indica en ellas la parte corres­ pondiente a los ciclos sedimentarios locales (1 a 3). Abreviaturas de poblaciones: lID Herrera del Du­ que, A Almadén, PA Puebla de , CB Cabeza de Buey, VS , C .

nes», e incluso conglomerados canalizados Las lineaciones subverticales en estos mate­ que han permitido diferenciar unidades y riales están generalmente relacionados con observar un orden de superposición de las zonas de cizalla, y corresponden por lo tan­ mismas (Hoja MAGNA N. o 779 Villanueva to a esquistosidades de fractura, teniendo de La Serena I.T.G.E. in litt.). Estos mate­ pues un sentido distinto. riales pueden estar intensamente deforma­ Como los materiales alcudienses supe­ dos, presentando hasta cuatro fases de de­ riores de nuestra zona de estudio, en buena formación. Muy venicalizados, suelen pre­ parte presentan litofacies y aspecto sUnilares sentar lineaciones de intersección también a los de depósitos paleozoicos inmediata~ subvenicales. . mente previos a la Cuarcita Armoricana o Por el contrario, los materiales supraya­ incluso a la base de la misma, y además sue­ centes antes citados, presentan generalmen­ len aparecer a su abrigo erosivo y sin fuerte te buzamientos inferiores a 60 0 aunque oca­ discordancia. No es pues de extrañar que sionalmente lleguen a ser verticales. Se ob­ hayan sido frecuentemente considerados y serva el hecho paradójico (que hemos anali­ canografiados como paleozoicos. Por el con­ zado) de que estos materiales del Alcudien­ trario, en aquellos afloramientos en los que se Superior, presentan estadísticamente bu­ abundan pelitas y limolitas, la ausencia de zamientos menores que los del Paleozoico un relieve diferencial positivo asociado ha de las sierras vecinas. En todo caso presen­ hecho que se consideraran tradicionalmente tan una esquistosidad poco penetrativa o in­ como un tramo peculiar del Alcudiense In­ cipiente, que incluso puede faltar. Cuando ferior. se presentan lineaciones de intersección Nuestro estudio regional de La Serena y Sol SI son horizontales o subhorizontales. la Siberia Extremeña, ha puesto de mani- eDAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 183 fiesto que las sucesiones del Alcudiense Su­ por la Cuarcita Armoricana del sinclinal de perior, a pesar de ser fragmentarias, respon­ Guadalmez. Ocupa tan sólo 2 Km2. Se pre­ den a varios patrones que sugieren diversos senta como una sucesión monoclinal que medios sedimentarios. Nos centraremos buza 40-45 ° al Norte, limitada por fracturas aquí en las columnas más suroccidentales de dirección aproximada E-O, que también que, como era previsible, corresponden a afectan al Ordovícico. Estos depósitos alcu­ los medios más someros y continentales. El dienses superiores se hallan confinados en análisis secuencial de estas columnas mues­ un pequeño graben. tra que es su parte basal la que tiene carácter En esta localidad el sustrato Alcudiense o influencia continental, apareciendo los Inferior tienen análogo buzamiento, pero depósitos marinos o intermareales en las se­ dirección N 110° frente a N 120°-125'0 del cuencias más altas de las columnas. Superior. Está constituido por una irregular De SSO a NNE aparecen los siguientes alternancia de grauvacas, micrograuvacas y grupos aislados de afloramientos, que des­ limolitas, con multialteración que da tona­ cribimos sucintamente en un orden que va lidades ocres, pardas o asalmonadas. hipotética -y aproximadamente- de pro­ La potencia visible del Alcudiense Supe­ ximal a distal (Figs. 2 Y 3). rior local es de 75 m, sobre una total conser­ a) Ladera Sur de El Nevazo, (NE de vada que se estima próxima a 100 m. En el Cabeza de Buey): Más de 70 m de areniscas cuarto inferior alternan a panes iguales púrpuras con abundantes canales (micro­ cuarzovacas o areniscas con lentejones con­ conglomeráticos cuarcíticos) en el tramo ba­ glomeráticos de espesor métrico como máxi­ sal, y paquetes lutíticos a techo. mo. El resto es una compleja alternancia de Este afloramiento tiene forma triangular tramos areniscosos de grano medio y grueso y constituye un suave contrafuene hacia el (lenticulares y con cantos dispersos), con li­ Oeste de la Sierra de las Cabras, formada molitas y micrograuvacas apizarradas.

Fig. 3. Esquema de Correlación de columnas, por unidades y ciclos. Nomenclatura idéntica a la figura 2. La simbología litológica es la habitual (véanse descripciones someras en el texto). 184 Pieren Pidal, A. P. et al. CUAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991)

Como estructuras sedimentarias apare­ ción no es controlable, debido a los poten­ cen cicatrices internas con rubefacción aso­ tes recubrimientos terciarios que aparecen ciada y abundantes canales de sección lenti­ en las zonas bajas más las terrazas de los ríos cular, de base erosiva, techo plano y direc­ Zújar y Guadiana. Localmente, el Alcu­ ciones confusas. No hemos encontrado cali­ diense Inferior, presenta facies paraconglo­ zas en esta zona, aunque existen amplias meráticas, muy bien expuestas al Este del zonas cubiertas. El conjunto presenta varia­ pueblo Entrerríos, que se hacen muy abun­ ble rubefacción, lo cual justifica la cartogra­ dantes hacia el Este y Sureste. En el Cerro fía por LOZAC'H y VIDAL (1976) como Lie Tamborrío, sobre el que se encuentran los de Vin, con la consideración para estos ma­ depósitos de agua de Villanueva de La Sere­ teriales de una edad ordovícica. na, los conglomerados basales del Alcudien­ se Superior, con pequeños granos de cuarzo b) El Peñón-Cabezuela-Los Castillejos (5-10 mm), matriz arenosa muy rojiza, silí• (NE de Cabeza de Buey): Más de 40 m de ceos y muy compactos, marcan un cambio conglomerados masivos, con algún canal di­ de pendiente, y se apoyan directamente so­ fuso. Cantos heterogénicos (Cuarzo y meta­ bre los paraconglomerados del Alcudiense cuarcita, liditas, grauvacas, pizarras) y ma­ Inferior, con cantos de cuarzo, lidita, rocas triz arenosa. Centil 25 cm en cuarzo y 18 cm ígneas, y grauvacas, de 2 a 4 cm, matriz pe­ en lidita. En el Peñón, aparece a techo un lítica verdosa, y deleznables. microconglomerado cuarcítico, fuertemente En la-zona de Barca, la serie está altera­ recristalizado, en grandes bancos sin estruc­ da fundamentalmente como sustrato de la turas internas visibles. terciaria «» presentando to­ Los afloramientos aparecen como cerros nos rojizos-purpúreos. No se deben confun­ testigos aislados, muy masivos, en los que se dir éstos afloramientos con ciertos conglo­ adivinan algunas formas canalizadas. No se merados, más silíceos, que aparecen en la observan niveles arenosos o pizarrosos. base de lós afloramientos ordovícicos pre­ c) Barca-Tambo"ío, (Norte de Villa­ sentes al Norte en la margen derecha del nueva de La Serena): 200 m visibles. Base Guadiana, pocos metros (50-70) bajo la conglomerática (20 m) masiva, alterada, Cuarcita Armoricana. con cantos de cuarzo dominantes de menos . La parte alta de la serie se encuentra de 5 an y matriz grauváquica. Siguen 25 m bien representada en la carretera de Villa­ de grauvacas y pizarras con niveles conglo­ nueva de La Serena a Guadalupe, y' en las meráticos, 50 m de pizarras y grauvacas trincheras del FF.CC. abandonado de Villa'­ bandeadas, y sobre un nuevo tramo conglo­ nueva a Talavera de la Reina. merático (10 m) más de 100 m visibles de cuarzovacas y pizarras azuladas. d) Sinclinales de Orellanita-Cogollu­ En las areniscas aparecen numerosas es­ dos. (Entre Embalse de Orellana y Sierra de tructuras sedimentarias, trough estratifica­ Pela): 120-170 m conservados, sobre base ción cruzada de surco y planar, y megarri­ erosiva con paleorrelieve. Los 60-70 m infe­ pIes. riores, de areniscas finas y limolitas bandea­ Los afloramientos se extienden longitu­ das, con canales conglomeráticos dispersos dinalmente a lo largo de varios kilómetros al (de 2-12 m de espesor); siguen 5 m de are­ Sur del Guadiaila, formando unos relieves niscas arcósicas rojizas, con laminación para­ positivos claramente diferenciables de la lla­ lela, y finalmente, 50-100 m de pizarras, nura, y de traza paralela a las pequeñas sie­ areniscas finas y calcoesquistos con lentejo­ rras ordovícicas que se extienden al norte; nes dolomíticos de hasta 1 m de espesor. quedan los cerros de ambas alineaciones ais­ En el sinclinal de Orellanita-Casa de Co­ lados por el juego de fracturas, cuya direc- golludos, aparece una sucesión que local- eVAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 185 mente recuerda a la del Nevazo. Los conglo­ esta última las potencias son mucho mayo­ merados son muy discontinuos, frecuentes res, y la serie más completa, preservada en lentejones aislados de 2 a 4 metros de espe­ una cubeta de pocos kilómetros de dimen­ sor y 5 a 15 metros de longitud, perq que al­ sión, comprende areniscas que en una serie canzan en zonas concretas 12 metros de po­ granocreciente pasan a ortoconglomerados y tencia (con fuene respuesta en la morfolo­ finalmente a ortoconglomerados muy po­ gía) y hasta 400 m de longitud. En Cogollu­ tentes (120 m) sustituidos verticalmente y dos, la serie presenta areniscas y limolitas en forma muy rápida por limolitas. Siguen con canales conglomeráticos efímeros dis­ dos niveles bien diferenciados y con ciclos persos, seguidas por limolitas ocres-rojizas, repetitivos de calizas oolíticas, mallas de al­ con laminación paralela muy característica, gas y dolomías con estructuras de corriente. y finalmente, limolitas y pizarras con pre­ Estas calizas se correlacionan con las de Ore­ sencia de pequeños niveles de caliza en la llanita y las de Casa de La Calera (g), com­ proximidad del eje sinclinal. pletando un primer ciclo sedimentario lo­ Los c~mbios laterales en el paquete con­ cal. glomerático basal son muy notables. Los La sedimentación prosigue con depósi• conglomerados de grano muy fino, muy si­ tos submareales arenosos, formados por li­ líceos, y de matriz samítica rojiza aparecen tarcosas y subgrauvacas, en los que aparecen bien representados en dos paquetes, con estructuras hem'ng bone, estratificación cru­ gran desarrollo en el aljibe de Orellana de zada de surco y hummocky. Su base corres­ La Sierra, donde se aprecia netamente la ponde a una marcada interrupción sedi­ discordancia basal, acompañada de una im­ mentaria y localmente (al oeste del Guadia­ portante alteración, y en el punto en que na) llegan a estar directamente apoyados so­ son cruzados por la carretera de Orellana a bre el sustrato Alcudiense Inferior. Estos ni­ Navalvillar de Pela. En contrapartida mues­ veles arenosos suman 3 a 5 m, estando cu­ tran un desarrollo mínimo en un pequeño biertos por 20-30 m de limolitas y pizarras valle, 200 m al Oeste de la Casa de Cogollu­ con mal afloramiento, y fmalmente, 10-15 m do, dónde son reemplazados por areniscas de protocuarcitas muy recristalizadas en las rojizas muy finas con laminación paralela. que aparecen pocas estructuras sedimenta­ Los conglomerados se ven relegados a pe­ rias. En estas cuarcitas puede aparecer algún queños canales aislados. nivel microconglomerático, y sobre ellas ya­ cen 15 m de pizarras con planolites, y 20 m e) Sierras de la Zarzuela y del Integral, de dolomías cavernosas superficialmente Loma de la Calera, Collado de la Liebre y karstificadas, de color azulado con aspecto y Casa de la Cucaña (NO de Puebla de AJco­ génesis completamente distintas de las an­ cer): 175-225 m conservados. Tramo basal teriores. Sobre estas calizas tan sólo apare­ de 30-120 m areniscoso y conglomerático, cen unos metros de calcoesquistos que for­ grano -y estrato- creciente, con cicatrices man el techo de la sucesión local. erosivas, estratificación cruzada de surco, y lentejones conglomeráticos con techo pla­ f) Vertiente Norte de la Sierra del Cas­ no. Siguen limolitas, litarenitas, con he­ ttllo (): 160 m (base ocul­ rring bone, calizas oolíticas y de algas y do­ ta). Los 40 m más bajos visibles, de areniscas lomías con estructuras de corriente; sobre feldespáticas con abundantes hiladas de discontinuidad, pro~ocuarcitas, limolitas y cantos de cuarzo menudos, alternando con hasta 20 m de dolomías karstificadas. conglomerados finos que presentan estrati­ La secuencia litológica del sinclinal de ficación cruzada planar y de surco, y cicatri­ Orellanita-Cogolludos se repite en el área ces internas. Resto, 120 m, secuencia grano­ de la Sierra de La Zarzuela; sin embargo en -decreciente que pasa de areniscas cuarcíti- 186 Pieren Pida/, A. P. et al. CUAD. LAB. XEüL. LAXE 16 (1991) cas finas a alternancias de las mismas con li­ de un sistema fluvial. Panicularmente, los molitas, y finalmente limolitas. ." depósitos representados en b) corresponden Los mejores afloramientos aparecen ais­ a los depósitos de mayor energía dentro de lados en los laterales de las calles del mismo un sistema de abanicos aluviales. pueblo, y en el basurero, curiosamente si­ En a) y d) estaría representada la parte tuado e? la parte más alta de aquel. L~ par­ distal de los abanicos, sin descartar posibles te term1nal de la sucesión desaparece bajo llanuras aluviales con canales efímeros. En los coluviones de la Sierra dominada por la d) parece observarse el tránsito entre los ló• Cuarcita Armoricana. bulos de dos abanicos distintos; en la zona g) Calera-La Cañamera (NO de Tala­ intermedia encontramos depósitos de baja rrubias).· 55-60 m conservados. 40 m basa­ energía y lateralmente se identifican zonas les, sobre sustrato paleoalterado, constitui­ de canales principales. do por una compleja alternancia de limoli­ La sucesión de e) es la más completa, y tas, micrograuvacas y grauvacas, con hasta 6 al mismo tiempo en la Sierra de la Zarzuela paquetes de distinto predominio. Sigue una también presenta la mayor potencia de la barra grauváquica de 3 m cortada puntual­ unidad conglomerática basal. Comienza mente, por algún canal microconglomeráti­ por una secuencia arenoso conglomerática co-cuarcítico muy característico y exótico; estrato -y grano- creciente, cuya potencia después, 3-4 m de pizarras, 4 m de calizas varía localmente por fosilizar un notable pa­ grises oolíticas, y calcarenitas con niveles es­ leorrelieve; en la zona de máximos espeso­ tromatolíticos ankeritizados. Finalmente, res, donde además la tendencia estrato -y 4 m visibles de areniscas feldespáticas con grano- creciente es bastante más marcada, estratificación cruzada planar, ripples de estaría la progradación de la desembocadura oleaje y megaripples. Techo erosionado. de un sistema fluvial. La compleja secuencia Los afloramientos de la Cañamera, se in­ superior (lutitas y areniscas) con hemng bo­ cluyen a grandes rasgos en una cubeta tectó• ne, calizas oolíticas y/o con mallas de al­ nica. La sucesión muestra buzamientos des­ gas, ...) significaría un cambio con el esta­ 0 blecimiento en repetidas ocasiones de me­ de 45 o -60 en la base, a otros próximos a la horizontalidad en la parte más alta de la se­ dios inter- y submareales. rie donde se encuentran las caleras. Sin ero­ En g), todos los depósitos (micrograuva­ bargo las trazas cartográficas «serpentean­ cas, limolitas bandeadas, calizas, etc.) refle­ tes» son una buena muestra de la compleji­ jan un medio sub- e intermareal. Pocos me­ dad de la interferencia de plegamientos. tros por debajo del nivel de calizas, un sin­ Estas columnas sintéticas locales, a pesar gular nivel con canales conglomeráticos po­ de su escasa potencia, muestran un acusado dría significar un efímero episodio correlati­ diacronismo en la correlación de sus ele­ vo con el momento de máxima energía del mentos, y fuerte heterogeneidad en la dis­ sistema fluvial representado en e). Por enci­ tribución de facies y ciclos aún estando rela­ ma, las calizas permiten una óptima correla­ tivamente próximas (Fig. 3). ción con la sucesión presente en e). En f) hay depósitos fluviales de baja si­ nuosidad y de canales efímeros. La carga en INTERPRETACION DE MEDIOS SEDI­ transporte por estos sistemas sería elevada. MENTARIOS Las areniscas son las más maduras de todas las descritas. Corresponden a un nuevo epi­ Los depósitos de b) Yc) podrían corres­ sodio fluvial, genéticamente independiente ponder a zonas apicales de abanicos aluvia­ de los anteriores. Estos afloramientos de f) les o, con menor probabilidad, a conjuntos están totalmente aislados de los materiales, de canales principales en el sector proximal próximos, descritos en e). eDAD. LAB. XEüL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 187

EVOLUCION GENERAL siliciclástica (Fig. 6), y posteriormente car­ bonática al colmatarse la cuenca. Esta se­ gunda plataforma carbonática, localmente Regionalmente, los depósitos continen­ mucho más persistente que la anterior, co­ tales más bajos del Proterozoico Superior de rresponde al momento de máxima trans­ La Serena que aquí se muestran como pri­ gresión dentro del Alcudiense Superior micia podrían representar, junto con las fa­ (Fig. 7); Esta plataforma carbonática tiene cies marinas asociadas, un sistema de jan gran extensión, encontrándose representada deltas progradante hacia el N y NE sobre en Abenójar, Alcudia, Valdemanco, Naval­ sustrato alcudiense inferior, o incluso sobre pino, Ibor, y Valdelacasa, etc. depósitos marinos penicontemporáneos Finalmente, concluido el hiperciclo (ci­ (Fig. 4). clos 1 y 2 locales, 1, 2, Y3 regionales), y tras Posteriormente, se desarrolla y afianza una reestructuración de la cuenca acompa­ un proceso transgresivo, que incluye sucesi­ ñada de cambios sustanciales en el área ma­ vamente un retrabajado de los depósitos dre, aparecen, excepcionalmente, depósitos fluviales previos, e incipientes episodios car­ continentales (grupo f Puebla de Alcocer) bonáticos al remitir el aporte de detríticos que representan medios progresivamente (Fig. 5). distales de un sistema braided. Hemos reco­ Un segundo impulso transgresivo, más nocido depósitos análogos y probablemente acentuado, se registra en los tramos más al­ contemporáneos en Valdemanco, erosio­ tos conservados (de los grupos e y c), donde nando las calizas mencionadas en el párrafo se desarrolla precozmente una plataforma anterior (Fig. 8).

1~ CICLO (PARTE MEDIA)

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Fig. 4. &quema paleogeográfiro para la parte media del primer ciclo local. (para abreviaturas véase figura 2). 188 Pieren Pidal, A. P. et al. eDAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) 1EM CICLO (TECHO) ~

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Fig. 5. Esquema paleogeográfico para el final del primer ciclo.

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:....~ ••••-•• : Marino slllclclóstlco Fig. 6. Esquema paleogeográfico para la base del segundo ciclo local. eVAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 189

2Q CICLO (PARTE MEDIA-TECHO) ~.::.:.... :-:...:..... :. -r.::: __---., I~'-'":,,. A,,::,,~~~:....'...... -::~-~..... <"--;J _---- e ....::D-~_._.::: :. ~;.'.::.: ~'<~~"'" - ¿--"\, ) Ij;=-:/:.. ~":.L" c:.....,,...... :.:..' ,, \ "~:""\ --··V· ----L . \. ='., I \r' ..,~:~: ~""" '(, -"," .. '~, \ '~...... ::;/ e "'__ ,..-J " ... "". '.' : ....\, /' " - ~ C.B. """" " ... ",:,'.:'. ,) ,'-1"---- ...... ~~ " '<. :: '~ .(\~ f '"b ? ---"', " ,:,~ ~ " .' ? "- e " : , e " . '. ... ? ~ H.D. \ :'__g P.A. \': :'. // C. "'. \., •.. ~__ ...J..: J •• ': :.' /' ~'. \. . .---_~ I / ~' C"'- .' '.::., . e --...... -_...... f ~ ',\, -'l' .:.:' .'. .'. ·-r .:::: ... ::.' .,...... :\ ~~Ó" " t ··:-.. ::····S--""'" :.: .. : '. :: '" ~~-L..,...... """------:...:.....", .' .....:: '. '. \ =t.,. :. ( 'r:',- .' ...... r ...... ,:.· J \ .. : ,,) ) \:".. t' '. \ ..,--- , C'__...... :.~~. ~ t:::ll

Litoral '.'" '\J v.s...... ,' ..... Marino slllcicldstico

Carbonatos

Fig. 7. Esquema paleogeográfico para la parte media y alta del segundo ciclo local.

3el CICLO

~ Fluvial

Fig. 8. Esquema paleogeográfico para la parte basal de tercer ciclo local. 190 Pieren Pida/, A. P. et al. eUAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991)

COMPARACION y CORRELACION en el sector de La Serena, que ha resultado acorde con las anteriores investigaciones del El proceso evolutivo descrito se puede propio equipo, en áreas más nororientales, sintetizar en un hiperciclo sedimentario lo­ confirmando los resultados generales de és­ cal con dos ciclos, y otro ciclo superior ape­ tas e incluso aportando nuevos detalles. nas representado (Fig. 3): La citada reconstrucción aporta como hecho más sobresaliente la abundancia de 1.er ciclo: Desde la base, hasta el muro de la protocuarcita suprayacente a los pri­ depósitos fluviales incluidos en tres ciclos, meros carbonatos. con predominio de abanicos en el inferior, y depósitos de sistema braided en el superior. 2. o ciclo: Sucesión que incluye los se­ El ciclo intermedio corresponde a un máxi­ gundos carbonatos ubicuos, cuya base co­ mo transgresivo con depósitos de platafor­ rresponde al inicio de una marcada trans­ ma interna. gresión. Se añade el hallazgo, identificación e in­ 3. o ciclo: Depósitos fluviales de Puebla terpretación de nuevos afloramientos, los de Alcocer. más suroccidentales por ahora, localizados Nuestros 1. er y 2. o ciclos locales corres­ al Norte de Villanueva de La Serena. Con ponden con los homónimos de Villas el al. ello, se modifica la situación de la pretendi­ (1987) y SanJosé el al" 1990. El 3er ciclo lo­ da línea de costa de la base Alcudiense Su­ cal correspondería al 4. o ciclo de los citados perior, postulada en trabajos anteriores, autores, con características similares en la re­ trasladándola con similar orientación hacia gión de Abenójar. el SO, sin que por ahora se pueda precisar su nueva ubicación y la situación exacta de1 relieve activo de donde proceden los depósi• tos continentales. Sin embargo los esque­ CONCLUSION mas paleogeográficos propuestos, confor­ mes con las paleocorrientes medidas, mar­ Con el análisis de las sucesiones más can la existencia del relieve activo al S o SO suroccidentales hasta ahora conocidas del de , durante una edad Alcudiense Superior, se propone por prime­ equivalente a nuestro primer ciclo, dentro ra vez una reconstrucción paleogeográfica del Vendiense Superior. eDAD. LAB. XEOL. LAXE 16 (1991) Evolución de «La Serena» 191

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Recibido, 13-3-91 Aceptado, 20-5-91