La Academia de Historia y Arte de San Quirce tiene una gran satisfacción al publicar la colección de Guías Especializadas de cuanto encierra en belleza. costum- bre y vida la ciudad y la provincia de .

Con semejante iniciativa, cumple su nohle tarea de proyección cultural bajo el lema de "Segovia al pa- so ... ".

Preténdese así identificarla con su lectura sosegada y expresiva del rigor en la exposición y comentario de los temas propuestos, respecto de los cuales. con espí- ritu alerta y abierto. se aspira a "desocultar" el mis- terio que encierran en el espíritu del vivir comunitario y de solidaridad en esta nuestra tierra segoviana.

A quien se asome a esta Colección de "Segovia al pa- so". y adquiera sus libritos. podemos augurarle su agradable lectura y nuestra gratitud por su asistencia y ayuda en esta iniciativa académica y cultural. que gra- cias a la generosa colaboración de sus autores y pa- trocinada por la Diputación Provincial de Segovia. la Academia de San Quirce emprende en nueva y ventu- rosa andadura al servicio de Segovia.

CARLOS ROMERO DE LECEA De la Real Academia de Historia y Arte de San Quin·e.

A la memoria de Antonio Lucio.

MANUEL GONZÁLEZ HERRERO

LAS COMUNIDADES DE VILLA Y TIERRA EN SEGOVIA SEGOVIA AL PASO, N° 6. - SEGOVIA, 1998-

COLECCIÓN DE GuíAS EDITADAS POR LA

REAL ACADEMIA DE HISTORIA Y ARTE DE SAN QUIRCE,

B AJO EL PATROCINIO DE LA

EXCELENTÍSIMA DIPUTACIÓN PROVINCIAL

DE SEGOVIA.

© Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Manuel González Herrero

Portada: Puerta de San Martín. Segovia. Entrada principal de la ciudad. D.L.: SG-77 / 98 Imprime: Gráficas CEYDE. Segovia. l. Orígenes de Castilla. La Castilla primigenia y la Castilla de las Merindades.

l. Como es bien sabido, Castilla tiene su origen en los angostos valles cantábricos. El anónimo monje de San Pedro de Arlanza que El escribe hacia 1255 el Poema del conde Fer- origen nán González, narrará la difícil vida de las gentes que se habían refugiado en la cordille- ra cantábrica:

Eran en poca tierra muchos ames juntados; de Jambre e de guerra eran muy lacerados; vivieron castellanos gran tiempo mala vida, en tierra muy angosta, de viviendas fallida.

Esta pobreza es la que los castellanos quieren sacudir cuando se deciden a empren- der la gran aventura: salir fuera de las mon- tañas.

7 Hacia el 814 se inicia la empresa. "En la era 852 -rezan los Anales Castellanos- salie- ron los foramontanos de Malacoria y vinie- ron a Castilla". Pronto les encontramos en el alto Ebro, en las tierras del norte de Burgos, por Bricia, Villarcayo, Bárcena, Espinosa de los Monteros, Medina de Pomar, Amaya. En la antigua Bardulia, que ahora se va a llamar Castilla. Bardulies que nunc vocitatur Cas- tellae, es decir "los castillos" -Al Quilá de los cronistas musulmanes-; las fortalezas que han de defender las nuevas tierras que se ocupan y colonizan.

Castilla Esta es la Castilla primigenia, que se lla- Vieja maría Castella Vetula, Castilla Vieja. Lenta y penosamente los cotos de Casti- lla fueron avanzando hacia el sur, hasta al- canzar la línea del Duero. La epopeya caste- llana se despliega en un escenario que es co- mo una flecha tendida de norte a sur: de la cordillera cantábrica a Amaya, a Burgos, a

8 Lara, a la orilla derecha del Duero. Una fle- cha que busca el corazón de lo que ha de ser una tierra nueva y libre, la Extremadura cas- tellana, donde florecerán las Comunidades de Villa y Tierra. Castilla no es "ancha" como se dice, sino larga y vertical. Los albores del siglo X vieron por fin a los castellanos establecidos y fortificados en la ribera norte del río. En el año 912 el conde Nuño Núñez puebla Roa; Gonzalo Téllez, Osma, y Gonzalo Fernández, el padre de Fer- nán González, Clunia y San Esteban de Gor- maz (Castro Moros). Ese mismo año Gonzalo Fernández se decide a pasar el Duero, y una legua al sur Pasar ocupa la atalaya de Aza, un áspero cerro so- el Duero bre la vega del en el que funda un cas- tillo inexpugnable, cuya población habría de integrar la primera de las comunidades de villa y tierra sureñas del Duero.

9 Torreón de Aza

2. La Castilla del norte del Duero es la Las Castilla de las Merindades, las viejas tierras Merindades cristianas repobladas en los siglos IX y X. La colonización de este país hubo de en- frentarse -según la conocida, aunque discuti- ble, tesis de Sánchez Albornoz -con la despo- blación del territorio, que había sido tan in- tensa después de la invasión musulmana que prácticamente desaparecieron todas las ciu- dades romano-visigóticas.

10 "No hallaron en el valle del Duero sino ruinas; ruinas de las antiguas civitates, de los antiguos castra y de las antiguas villae roma- nas y godas; ruinas más o menos gastadas por la acción de los años, según el plazo que tardaron los cristianos en llegar hasta ellas. El corte fue completo; la interrupción de la vida en la meseta, absoluta. Fue preciso restaurar o alzar otra vez ciudades, castillos y villas, poblar el país y colonizar la tierra yerma". Los territorios que se van recuperando pertenecen en propiedad al rey, es decir son de realengo, si bien el monarca para favore- cer los asentamientos de población cede par- tes del realengo a magnates laicos y clerica- les, señores, monasterios e iglesias, que dan lugar a dominios señoriales y abadengos, y también a gran número de pequeñas aldeas, habitadas por una población de hombres li- bres, que prácticamente poseen como dueños las tierras que trabajan.

11 Torre de "La Martina" ()

Las aldeas poseen términos de reducida

Tierra extensión y no se integran en entidades su- de libertad periores, sino que limitan su organización al conventus publicus vicinorun, es decir la

12 asamblea vecinal o concejo, que se ocupa de resolver los asuntos públicos. En todo caso se trata de una sociedad de hombres libres. Como escribió brillantemente el mismo Sánchez Albornoz, la necesidad de atar a las peñas de Castilla masas de hombres capaces de defenderse de las feroces embestidas ene- migas, y la milenaria tradición de libertad de los pueblos que en Castilla se habían congre- gado -cántabros, vascones, celtíberos- deter- minaron probablemente el reconocimiento de la plena propiedad de las tierras de que los labriegos, aislados o agrupados en concejos incipientes, tomaban posesión en los valles que se iban colonizando rumbo al sur. Los condados castellanos fueron el único rincón de Europa donde la casi totalidad de la po- blación fue libre y propietaria. Los diplomas del siglo X nos muestran, en efecto, la exis- tencia de una considerable cantidad de pe-

13 queñas aldeas que poseían sus términos en plena propiedad y que incluso los labraban en régimen semicolectivo de trabajo.

Vista general de Aza. Ribera del Duero

14 11. La Extremadura de Castilla.

l. Al sur del Duero la repoblación del te- rritorio se desarrolla según esquemas origi- nales, radicalmente distintos de los de la Castilla norteña. En realidad se trata de un país diferente de la Castilla de las Merindades. Es la Extre-

Plaza de Ayllón

15 madura de Castilla, la tierra de frontera al Sur del sur del Duero -trans fluvium Dorii- que se Duero extiende en principio desde la orilla izquier- da del río hasta la cordillera carpetana, aun- que después habría de expandirse al sur del sistema orográfico central, por las cuencas del Lozoya y Guadarrama hasta el Tajo y Ja- rama. (Segovia de Transierra o Allende Sie- rra). Tierra de posesión difícil e incierta, que contempla el paso de las mesnadas de sur a norte y de norte a sur durante doscientos años. Extremadura es, pues, el país que está pasado el Duero -transado Duero-, viniendo desde Castilla. Así se expresa en la antigua copla popular que juega irónicamente con la diferencia entre la distancia de catorce leguas que hay de Burgos a Aranda y la inmediatez de Extremadura, que está sencillamente al otro lado del Duero:

16 Anda, niña, anda, de Burgos a Aranda, que de Aranda a Extremadura yo te pasará en mi mula.

2. Desde que se consolida definitivamen- te el territorio extremero a partir de la con- Extremadur quista de Toledo (1085), los límites o fronteras castellana de la Extremadura castellana son los siguien- tes: al norte, Castilla, de la que le separa el Duero; al este, el reino de Aragón; al oeste, el reino de León, y al sur, el reino de Toledo. Este país extremadurano es una región diferenciada, "una entidad distinta y paran- gonable a Castilla, León o Toledo", como ya anotó don Julio González al verificar que en reiterados diplomas medievales se califica sistemáticamente a Extremadura como "rei- no" y cuenta con su propia organización e instituciones diferenciadas.

17 Puerta de la Villa ()

Un notable diploma de 1135, procedente del monasterio de San Pedro de Arlanza-con- firmación por Alfonso VII de los fueros de Lara -al señalar el medianedo de los hombres

18 de este alfoz, nos informa de dos primitivas Extremaduras: de Yuso (de Abajo) y de Suso (de Arriba). "Los hombres de Lara tengan medianedo con los de Extremadura de Abajo en Roa y con los de Extremadura de Arriba en el río Lobos, en la Fuente del Rey" (cerca de Osma). Las tierras de Segovia son esa Extrema- dura de abajo. Soria integra la Extremadura de arriba. Como Castilla alcanzó rápidamente su frontera definitiva por el este (Navarra, Ara- gón), el concepto de Extremadura se despla- zó hacia el sur y el oeste y arraigó básica- mente en las tierras de Sepúlveda y Segovia. Segovia, cabeza de Por la personalidad y el poder de este último Extremadura concejo, y su posición geográficamente cen- tral en el ámbito extremadurano, Segovia quedó constituída entonces, finales del siglo XI y principios del XII, en ca~eza de Extr~- madura.

19 Este título lo había de retener tradicio- nalmente durante todo el proceso de corri- miento del término hacia occidente, que se va operando del siglo XIII al XV y que acabará por transferir definitivamente el nombre de Extremadura, en la península ibérica, a los territorios de las provincias de Cáceres, Badajoz y Lisboa.

Castillo de Pedraza de Extremadura

20 111. La repoblación al sur del Duero.

Aunque, como queda dicho, el año 912 los castellanos habían pasado el Duero en- frente de Roa y se habían fortificado en Aza,

Puerta de la Villa (Coca)

21 la recuperación estable y repoblación defini- tiva del territorio extremadurano no sería po- sible hasta bien avanzada la undécima centu- ria, es decir cien años después. Bien es cierto que en 923 Fernán González

Vicisitudes reconquista Segovia y hacia el 931 llega a Se- de la púlveda y emprende la primera repoblación Extrema dura de la villa. Pero se trata de ocupaciones preca-

Castillo de Sepúlveda

22 rias, que no pueden sostenerse frente al auge político y poderío militar de Abd-al-Rahmán III (califa y emir de los creyentes) y de su hijo Al-Hakam 11, y en particular, a partir del 976, el ímpetu irresistible de Ibn Amir (Almanzor). Consta que en 960 Segovia no es de los castellanos. Muerto Fernán González en 970 le sucede su hijo Garci Fernández. Los avan- ces musulmanes no sólo devastan la tierra extremera sino que alcanzan las orillas del Duero y buscan el corazón de Castilla. Garci Fernández se retira de Sepúlveda, replegán- dose sobre las fortalezas del Duero. En 995 Almanzor cruza ampliamente el río, toma San Esteoan de Gormaz y Clunia y derrota y hace prisionero al conde castellano en la ba- talla que se libra a orillas del río, entre Alcacer y Langa. Garci Fernández muere en Córdoba y Almanzor entrega su cuerpo a los cristianos cordobeses para que sea enterrado en San Pedro de Cardeña.

23 Murallas y castillo de Fuentidueña

Sancho García, su hijo y sucesor consigue librar al condado de las incursiones de Al- manzor, haciéndose tributario del moro. La derrota de Calatañazor acarrea la muerte del caudillo musulmán el año 1002. Su hijo Abd- al-Mali (Muzafar) logra sostener firmemente el califato hasta el 1008. En seguida sobreviene la descomposi- ción del reino cordobés y, a su favor, Sancho

24 Santuario de Nuestra Señora de Hornuez, patrona de Villa y Tierra de Maderuelo

García emprende una rápida recuperación de la frontera y de la Extremadura perdida. Un tratado que hábilmente concierta con los pre- Recupera- tendientes al trono califal (1010) le hace dueño ción de la frontera de doscientas fortalezas arrebatadas al conda- do: Gormaz, San Esteban, Clunia, Osma, Aza, Berlanga, Peñafiel, Maderuelo, Montejo, Se- púlveda; poco después, Segovia.

25 Desde este momento se inicia la recupe- ración definitiva y la repoblación de la Extre- madura Castellana.

Cristo del Corporario. Castiltierra ()

26 IV. Las Comunidades o Universidades de Villa y Tierra.

l. El sistema de esta repoblación es por completo distinto del de la Castilla norteña, la de las Merindades. Aquí el protagonismo viene asumido por las Comunidades de Villa y Tierra (o de Ciu- dad y Tierra; en el caso, único, de Segovia): la Villa y institución de derecho público más típica y Tierra genuina de la Extremadura castellana; el ins- trumento político que llevó a efecto la gran empresa de recuperación, repoblación y colo- nización de las tierras del sur del Duero.

El esquema es el siguiente: Un núcleo de población, amparado por su castillo y murallas; un extenso territorio de realengo (el alfoz) que puede abarcar cen- tenares o millares de kilómetros cuadrados,

27 Montejo de la Vega de la Serrezuela. Puente sobre el Riaza

según los casos; y la potestad foral de organi- zarlo en derecho y repoblarlo. La Comunidad o Concejo comunero vie- ne a ser una confederación de poblaciones y Confedera- ción de aldeas unidas bajo un peculiar régimen de pueblos derecho a la ciudad o villa cabecera (que es mercado, foro, sede de la jurisdicción, plaza fuerte común y santuario).

28 La Comunidad es un estado, con todos los atributos del poder público estatal: pobla- ción importante, territorio extenso, fuero y ju- risdicción propios, gobierno autónomo, ejérci- to comunal. El concejo comunero es libre, in- dependiente de todo señorío, crea su derecho (fuero), regula sus ordenanzas, administra jus- ticia, levanta pueblas, coloniza en su propio nombre y derecho la tierra, e incluso hace la guerra bajo su bandera y con sus milicias con- cejiles. La característica sustancial de la comuni- dad de villa y tierra es la de constituír un sis- tema por el que la población y su alfoz, la vi- lla y las aldeas, se integran en un especial or- den de derecho, en un esquema político-so- cial de autonomía y libertades. Por eso dice acertadamente Esteban Abad, al estudiar la Comunidad de Daroca, que "la Régimen de Comunidad no es un territorio más o menos derecho extenso, ni una población más o menos asen-

29 Fresno de Cantespino. Casa de la Comunidad

tada en él. El territorio y la población son sus elementos físicos, pero la Comunidad es esen- cialmente un régimen, cuyas notas caracterís- ticas son: libertad e ingenuidad de sus habi- tantes, sumisión directa al rey, con exclusión del señorío feudal; fraternidad e igualdad en- tre las aldeas; mancomunidad de intereses y unidad de fuero; propia y exclusiva organiza-

30 ción económica, administrativa, judicial, mili- tar y aun política y social; constituyendo una verdadera provincia exenta, unida a la Corona por el vínculo de una confederación natural y necesaria, sumisa y leal al rey, pero también muy celosa de sus libertades".

2. La provincia de Segovia es un conjun- to de "comunidades de villa y tierra": las de

Pedraza. Puerta de la Villa

31 Segovia, Coca, Iscar, Cuéllar, Fuentidueíi.a, Pedraza, Sepúlveda, Fresno de Cantespino, Aza, Montejo de la Vega de la Serrezuela, Maderuelo y Ayllón. Como consecuencia de la división provin- cial de 1833 parte del territorio de algunas de las Comunidades segovianas se encuentra ahora en la demarcación de otras provincias:

Comuni- así, del de Segovia, en Madrid; de Iscar y Cué- dades llar, en Valladolid; de Aza y Montejo, en Bur- segovianas gos; de Ayllón, en Soria y Guadalajara. Pero to- das esas Comunidades son las integradoras del territorio histórico segoviano. La de Segovia ostenta la denominación "de Ciudad y Tierra"; todas las demás son "de Villa y Tierra". Cada uno de estos concejos comuneros tiene entidad y personalidad propias: territo- rio, fuero, jurisdicción, autogobierno, propie- dad de su alfoz. A todos los efectos, un veci- no es y se siente hombre de su Comunidad: "hombre de Sepúlveda", o de Pedraza, o de

32 Castillo de Iscar

Maderuelo. El Concejo de Segovia no ejerce Igualdad de poder ni hegemonía alguna sobre las otras las Comuni- dades Comunidades. Del concejo, de cada concejo, se asciende directamente al rey, única instan- cia superior de poder, así aceptado en virtud del pacto foral: juramento previo del rey por el que se obliga solemnemente a respetar los fueros, usos, costumbres y libertades del con- cejo comunero.

33 Comunidades de Villa y Tierra, de Segovia.

34 Nuestra Señora de la Fuencisla (Segovia)

Uno de los aspectos en los que se mani- fiesta la individualización cultural -además de la política y jurídica- de cada comunidad Patrona de villa y tierra es el específico y distinto cul- de Villa to religioso bajo cuyo patronazgo se acoge y Tierra cada una, centrado generalmente en distintas

35 Nuestra Señora del Henar (Cuéllar) advocaciones de Santa María, como "patrona de villa y tierra". Así, en Segovia, Nuestra Señora de la Fuencisla; en Coca, Nuestra Señora de Ne- guillán; en Iscar, Santa María de los Mártires; en Cuéllar, Nuestra Señora del Henar; en Pe-

36 Nuestra Señora de la Peña (Sepúlveda) draza, la Virgen de las Vegas; en Sepúlveda, Nuestra Señora de la Peña; en Fresno de Cantespino, Nuestra Señora de la Cerca; en Aza, la Virgen de la Cueva; en Montejo, San- ta María del Val; en Maderuelo, Nuestra Se- ñora del Milagro de Hornuez.

37 En cuanto a las raíces remotas de las co- munidades de villa y tierra, se localizan por algunos -Costa, Jiménez Soler, Carretero; si bien contradicha esta tesis por Sánchez Al- bornoz- en el mundo celtibérico, entendien- Raíces do que vienen a replantear en la geopolítica celtibéricas de la región sureña del Duero las viejas orga- nizaciones tribales de los celtíberos, en las que se muestran los mismos elementos sus- tancialmente integrantes del concejo comu- nero: federación territorial de pueblos unidos bajo un régimen común a una ciudad fortifi- cada, instituciones de gobierno popular y de- mocrático y mancomunidad en la propiedad y disfrute del patrimonio comunal. Somorrostro, seguido por el Marqués de Lozoya, apunta la probable presencia de una de estas antiquísimas organizaciones comar- canas celtíberas en la construcción del Acue- ducto segoviano.

38 Cristo de la Cerca (Fresno de Cantespino)

3. La comunidad de villa y tierra ostenta el dominio y jurisdicción sobre todo el alfoz comprendido dentro de sus términos. Para El alfoz su más adecuada ordenación el alfoz se divi- de en distritos menores, rurales, llamados sexmos, ochavos o cuartos, según las distin-

39 Nuestra Señora de las Vegas (Pedraza) tas comunidades, y que constituyen entida- des territoriales institucionales con su propia representación -síndicos, procuradores, cua- rentales- en el Concejo general. El concejo comunero adjudica solares y tierras -heredamientos- a los pobladores pa-

40 ra construir casas, levantar poblaciones, rotu- rar yermos. Así se van asentando poblados, barrios y aldeas, frecuentemente en el mismo lugar de las antiguas villas y castros abando- nados. Las grandes propiedades comunes -bos- ques, montes, dehesas, praderas, aguas, mi- nas- permanecen indivisas y serán aprove- chadas colectivamente por todos los vecinos de la Comunidad. Esta copropiedad es totalmente ajena al Propiedad condominium romano, con su concepción de comunal cuotas intelectuales; mientras aquí no cabe la posibilidad de división mediante el ejercicio de la actio communi dividundo. Por el contrario, la propiedad comunal presenta factores sustancialmente idénticos a los de la comunidad germánica. Es una pro- piedad en mano común, constituida sobre el allmend (de all manning=cosa de toda la gente), en la cual los partícipes se hallan uni-

41 Nuestra Señora de Neguillán (Coca)

dos por un vínculo personal y, al mismo tiempo, corporativo (vecindad comunera), su Mancomu- número es indeterminado y variable, no exis- nidad indivisible ten cuotas en el sentido romano, las partici- paciones son inalienables e intransmisibles a los herederos, y la mancomunidad es perpe-

42 tua e indivisible, sin que ningún comunero pueda pretender el reparto del allmend (es decir de los comunes). Vínculo que une al conjunto de los po- bladores, concesionarios de solares y tierras y titulares del disfrute de los bienes comuna- les, es la obligación específica de contribuir al levantamiento y reparo de los muros de la Los muros ciudad o villa. Regla del derecho comunero de la villa es, incluso, que los bienes del que muriese sin hijos ni próximos parientes que le hereden, sean destinados a la reparación de las mura- llas. El derecho comunero prohíbe vender to- da heredad situada en la villa o su alfoz a hombres de fuera del término, bajo pena de multa y nulidad de la venta. Este precepto La relación responde a la concepción jurídico-patrimo- de vecindad nial dominante en la Extremadura castellana, de que la vecindad es condición sine qua non del derecho de propiedad inmueble.

43 La Virgen de Hornuez en su enebro

Sólo el vecino, el poblador puede poseer he- redamiento en la villa y su término. En particular, se veda la enajenación de

Vinculación bienes raíces a favor de magnates, clérigos y de la tierra religiosos. "Mando que poblador venda a po- blador y el vecino al vecino, mas non quiero

44 que ninguno de los pobladores vendan here- dades a ningún conde u o me poderoso". En cuanto a los eclesiásticos, los fueros extrema- duranos argumentan incluso la razón de esta prohibición: "Puesto que su regla les prohibe a los religiosos daros o venderos cualquier heredad, así a vosotros os prohibe lo mismo el fuero y la costumbre".

4. La comunidad de villa y tierra es un estado de derecho, una república autónoma que se gobierna democráticamente, en su ini- cio, por la asamblea general de vecinos o con- cejo, que asume todos los poderes de deci- Estado de sión pública en el territorio comunero; y des- derecho pués, por un órgano concejil constituido por procuradores, síndicos y representantes de la villa, de sus estamentos y de los sexmos de la tierra, con modalidades diferentes según las distintas comunidades.

45 El concejo se integra por todos los pobla- dores, hombres y mujeres, ancianos y jóve- El concejo nes, poderosos y humildes, infanzones y vi- llanos, reunidos todos en igualdad de derecho. El concejo vecinal crea popularmente su propio ordenamiento jurídico y las autorida- des y funcionarios a los que encarga de la gestión de los asuntos públicos. Los oficios de justicia y gobierno, el juez y los alcaldes, se nombran por elección popular (confirma- da y otorgada de todo el pueblo, dice el fue- ro de Sepúlveda). Su mandato es valedero por un año, salvo que sean unánimemente votados de nuevo por todo el concejo. El juzgado debe radicar sucesivamente, mediante un turno anual, en las diferentes colaciones (parroquias) de la villa. Es decir que cada año corresponde a una colación, la que estuviere en turno, la elección de juez. El mismo sistema electivo rige para la designa- ción de los alcaldes, si bien se elige a un al-

46 calde por cada colación, mientras que el juez de la población es único. El juez y los alcaldes vienen obligados a ser comunales a los pobres y a los ricos, a los El juez y altos y a los bajos; serán naturales de la villa Jos alcaldes comunera y tendrán casa poblada y caballo desde el año anterior. Hay un claro humanismo en las redaccio- nes de los fueros en que se plasma el derecho de la Extremadura castellana o de las comuni- dades de villa y tierra. El hombre, con su casa poblada -cubierta primero de paja, después de teja-, es persona, sujeto de derecho: Horno, omnis horno, aliquis horno, aliqua mulier. Un hombre, una mujer: he aquí lo importante. Las categorías sociales -infanzones o no- bles, caballeros, simples villanos- están apro- ximadas y asimiladas por la igualdad de fue- ro. La caballería es una clase abierta a todos La caballería villana los vecinos, con la condición de que tengan caballo y las armas de guerra.

47 Esta vía popular de acceso a la condición noble mediante la simple tenencia del caballo y determinadas armas, se origina en el fuero de Castrojeriz, pero alcanza un gran desarro- Caballería popular llo en la Extremadura castellana. Es la caba- llería villana o caballería popular, la clase di- rectiva de la Comunidad, no dependiente de ningún señor.

5. Las particulares condiciones objetivas y las singulares vivencias del país de Extre- madura, de esta tierra de frontera, de pose- sión todavía comprometida e insegura, de- terminaron que en el marco de las comunida- des de villa y tierra se generara ese derecho especial, distinto del derecho de León (Líber iudiciorum, Fuero Juzgo) y del de la Castilla del norte del Duero. Derecho fuertemente privilegiado que favorece los intereses políti- cos y económicos de los colonizadores para

48 atraerlos y asentarlos en las nuevas tierras, yermas y de posesión arriesgada . Por eso requerían un derecho para la li- bertad, para que hombres y mujeres valerosos y decididos pudieran labrarse una vida mejor. "Las gentes abandonaron sus antiguos solares en busca de libertad y de fortuna, pe- En busca ro jugándose la vida en el envite; en los repo- de la bladores de primera hora se unía la inquietud libertad aventurera y la hombría corajuda". Cuando apresuradamente levantaban una cerca que les protegiera, construían sus casas y humil- des iglesias, roturaban los campos yermos, abrían pozos y cavaban huertos, plantaban vi- ñas y colmenares, podía decirse de ellos lo que de los israelitas cuando restauraban las murallas de Jerusalén: Una manu faciebat opus, sed altera tenebat gladium. A su amparo se conformó una sociedad más libre y próspera. Como escribió Sánchez Albornoz las comunidades concejiles contra-

49 Casa de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza

pesaron la potencia económica y política de los magnates y de la clerecía; ningún señorío del reino se les pudo equiparar en población Poder indepen- y en fuerza militar y económica ni logró orga- diente nizar una milicia capaz de acometer las aven- turas heroicas que las comunidades de villa y tierra llevaron a cabo hasta en Andalucía. Esa apretada red de grandes concejos vino a sumar nuevas y poderosas masas de hom-

50 bres libres y propietarios a los que habían sur- gido al norte del Duero a raíz de la primera re- Tierra población de los siglos IX y X. Y así se consti- de hombres libres tuyó una extraña comunidad histórica alzada sobre una amplia base democrática, un islote de hombres libres, un pueblo único en España y en Europa.

6. El esquema originario de las comuni- dades de villa y tierra que hemos dibujado en las páginas anteriores fue progresivamente El régimen señorial desmontado, a partir de la segunda mitad del siglo XIII, por el régimen señorial. Políti- ca de fortalecimiento del poder real que se inicia por Fernando III y se desarrolla me- diante la sistemática incrustación de una no- bleza privilegiada y poderosa frente a las an- tiguas instituciones populares. Los reyes, por actos de soberanía, vienen a derogar el sistema concejil y hacen entrega

51 al señor -es decir al magnate favorecido en cada caso- de todo cuanto pertenecía a la Co- munidad, esto es el dominio del alfoz, la ju- risdicción civil y criminal, el gobierno, la ad- ministración, la fiscalidad, en suma todos los poderes y competencias públicas, con el va- sallaje de la población. El antiguo concejo popular se sustituye por el regimiento, pequeño consejo de regí- La dores perpetuos, designados por el rey, extraí- oligarquía dos en su gran mayoría de la nobleza urbana, nobiliaria es decir de una clase minoritaria que se adue- ña del gobierno de villas y pueblos, suplan- tando por este régimen oligárquico la tradi- cional administración democrática. Los pueblos resistieron, como pudieron, durante siglos, a través de conflictos intermi- nables, litigios e incluso acciones violentas, la expropiación señorial, particularmente en defensa de sus derechos en orden al aprove- chamiento de los bienes comunales y a las

52 exenciones fiscales tradicionales. Ello mantu- vo una prolongada situación conflictiva entre el estado llano, hombres buenos y pecheros, y el señor y sus funcionarios.

7. Por lo que se refiere concretamente a Segovia, el gobierno democrático de la Ciu- dad y Tierra, conforme a la tradición foral de Elección la Extremadura castellana, había durado, mal popular que tal, hasta mediados del siglo XIV. El juez y los alcaldes eran elegidos cada año por el pueblo, concurriendo cuantos querían a los con- cejos o ayuntamientos, dice Colmenares. Oca- sión toda de confusión y discordias, añade sesu- damente. En realidad había una tensión social en- tre la nobleza urbana y el estado llano en tor- no al dominio del Concejo y a la administra- ción de los bienes de la Comunidad. Los no- bles movilizaban toda su influencia para do-

53 minar en beneficio propio la administración y gobierno de la Ciudad y Tierra y, en parti- cular, asegurarse posiciones de ventaja en cuanto a la disposición de los recursos econó- micos del patrimonio comunal; lo que deter- minaba resistencias y fricciones con el esta- mento popular y la concreta producción de desórdenes y revueltas con ocasión de las elecciones para los cargos concejiles. Así las cosas, Alfonso XI, siguiendo su política centralista y de anulación de las au- tonomías locales, por su real provisión dada en Burgos el 5 de mayo de 1345, implanta en

El Segovia el regimiento, es decir un ayunta- regimiento nobiliario miento gubernativo integrado por quince re- gidores vitalicios designados por el rey, diez de ellos pertenecientes a la nobleza, cinco por cada uno de los linajes de Día Sanz y Fernán García; dos, por los hombres buenos peche- ros de la Ciudad y tres por los pueblos de la Tierra.

54 Los quince regidores, con el juez real, los alcaldes, el alguacil y un escribano constitu- yen el poder municipal, equivalente al anti- guo y derogado concejo popular. Este radical cambio institucional no se hizo en Segovia sin la oposición y resistencia Resistencia del estado llano. No se trataba sólo de un del estado llano problema de gobierno, sino, también, de una cuestión económica muy concreta que enco- naba agriamente las tensiones sociales entre los caballeros, de una parte, y el pueblo de otra: la del uso, aprovechamiento y disfrute de los bienes y rentas de la Comunidad. El dominio del Concejo, la dirección de los asuntos públicos, llevaba consigo la ad- ministración y regulación del patrimonio co- munal y de sus rendimientos. El pueblo se quejaba airadamente de que los nobles y hombres de guerra manejaban los bienes co- munes en provecho propio. Los vecinos tri- butarios, los pecheros que levantaban las car-

55 gas fiscales se veían progresivamente despla- zados de los aprovechamientos de bienes de la Comunidad, en beneficio de la minoría pri- vilegiada y como si el goce exclusivo de los comunes fuera una franquicia más de la ca- ballería ciudadana. Los abusos e inmoralidades que se come- tían por la clase dominante, detentadora de los poderes públicos, tenían irritada y revuel- ta a la población pechera. Un autor tan poco

Abusos sospechoso como Colmenares dice que en la de la oligarquía ciudad había por ello continuas desavenen- dominante cias y aun alborotos entre la nobleza y el pue- blo y que considerando que los populares se quejaban justamente de la opresión que su- frían, se acordó que ambos estados conferen- ciasen para tratar de resolver las discordias. Se nombraron dieciséis diputados por la nobleza y diecisiete jurados por parte del común y pueblo. Reunidos en la iglesia de la Trinidad el domingo 5 de octubre de 1375, consiguie-

56 ron establecer una concordia en la que el es- tamento popular pudo alcanzar algunas de sus reivindicaciones: Que los bienes y pro- pios comunes se gastasen en provecho co- Concordia mún; que de los montes y dehesas comunes entre la nobleza y se aprovechasen los tres estados de la Ciudad el pueblo y Tierra, es decir los pecheros de la ciudad, los caballeros y los pueblos de la Tierra; que los escuderos que no tuviesen efectivamente los caballos y armas requeridos en derecho para pertenecer a la caballería urbana, no go- zasen los privilegios de tal condición, por ha- ber en esto muchos engaños.

8. Las Comunidades de Villa y Tierra, co- mo instituciones de derecho público, subsis- Supresión tieron hasta la real orden de 31 de mayo de de las Comunidade1 1937 -siendo Pita ministro de la Gobernación- por la que se resolvió la supresión de estas corporaciones, que se vendieran sus bienes y

57 se repartieran entre los Ayuntamientos que las integraban. El ministro Pita ignoraba por completo la naturaleza de estas instituciones, entendía que se trataba de una especie de ayuntamientos irregulares, anormales, y que por razones constitucionales era conveniente y procedía su supresión. Propiamente la mencionada real orden se refería sólo a la supresión de «las Juntas o Ayuntamientos generales de Universidades de Tierra de San Pedro Manrique, Caracena y cualquiera otra de esa clase que se halle esta- blecida en esa provincia» (Soria ); no obstante lo cual, los diferentes jefes políticos aprove- charon para aplicarla a las otras provincias. Empero, pronto se produjo la reacción de Recuperación algunas comunidades de villa y tierra que re- de la Comunidad clamaron frente a disposición tan arbitraria e de Cuéllar infundada como perjudicial; y en primer lu- gar la de Cuéllar, que por orden de la Regen- cia del reino de 22 de diciembre de 1840, die-

58 tada siendo ministro de la Gobernación el ilustre jurista don Manuel Cortina, consiguió que al menos se respetara su patrimonio y continuaran administrándolo los represen- tantes de los Sexmos de la Comunidad. Varios años hubieron de transcurrir antes de que la Comunidad de Segovia pudiera al- Reconsti- canzar el mismo tratamiento que se había da- tución de la Comunidad do a la de Cuéllar, al menos en cuanto a la ad- de Segovia ministración autónoma de sus bienes comu- nales; lo que se decidió por real orden de 4 de junio de 1857. Debe recordarse el denodado esfuerzo que para conseguir este resultado hubieron de desplegar algunos de los representantes sexmeros de la Comunidad, principalmente don Rafael de Blas, vecino de , don Miguel Calleja, de , y don Ramón Luciáñez, de (nombres dignos de perpetua recordación), que convocaron la junta general de represen-

59 tantes de los pueblos que se celebró en Val- seca el 12 de febrero de 1852 y promovió la recuperación de la Comunidad. Así se la pudo reconstituir, en lo posible, bien que bajo la forma de Junta de investiga- ción y administración de sus bienes, consti- tuida por el Procurador Síndico de Segovia y un representante de cada uno de los diez sex- mos de la Comunidad, bajo la presidencia del Alcalde de Segovia. Las Comunidades de Villa y Tierra sub- sistían, si bien carentes de significación jurí- dico-política y limitadas a la gestión y admi- nistración de sus patrimonios.

60 V. Constitución de las Comunidades de Villa y Tierra de la provincia de Segovia.

1. Comunidad de Ciudad y Tierra de Se- 2 govia (5.569 km ) La Ciudad de Segovia y sus barrios de Pe- rogordo y San Cristóbal.

61 Sexmo de Posaderas. Aldeavieja (Avila).- Blascoeles (Avila).- .- Domingo García.- La Cuesta y sus barrios.- Martín Muñoz de las Posadas.- Muñoveros.- Pelayos.- .- Turégano.

Sexmo de Santa Eulalia. Añe.- Aragoneses.- Armuña.- Balisa.- Ber- nardos.- Carbonero de Ahusín.- .- Migueláñez.- Miguel Ibáñez.- Nieva.- Honta- nares.- Ortigosa de Pestaña.- Pascuales.- Pi- nilla Ambroz.- Tabladillo.- Yanguas de Eres- ma.

Sexmo de San Martín. Cobos de Segovia.- Guijasalbas.- !tuero y Lama.- .- Maello (Avila).- .- Muñopedro.- .- .- Vegas de Ma- tute.- Villacastín.- .

62 Casa de la Tierra (Segovia)

Sexmo de Cabezas. .- ~ernuy de Porreros.- Can- timpalos.- Cabañas de Polendos.- .- .- .- .- Mata de Quinta- nar.- .- Otones.- Parral de Villove-

63 la.- .- Pinillos de Polendos.- Es- cobar de Polendos.- .- Sau- quillo de Cabezas.- .- Val- seca.- Villovela.

Sexmo de San Millán. .- .- Fuentemilanos.- Garci- llán.- .- .- Madro- na.- Martín Miguel.- Navas de Riofrío.- Hon- toria.- Ortigosa del Monte.- .- Revenga.- Torredondo.- Valdepra- dos.- .

Sexmo de Lozoya (Valle de Lozoya) (Madrid). Bustarviejo.- Canencia.- El Oteruelo.- La Alameda.- Lozoya.- Navalafuente.- Pinilla.- Rascafría.

Sexmo de San Lorenzo. Adrada de Pirón.- Agejas.- .- .- .- La Higuera.- Losana de Pi-

64 rón.- Peñasrubias.- Santo Domingo de Pirón.- Sonsoto.- Tabanera del Monte.- Tenzuela.- Tizneros.- .- .- .- .

Sexmo de la Trinidad. .- Etreros.- Hoyuelos.- .- Laguna Rodrigo.- .- Ma- razuela.- Marugán.- Melque.- Ochando.- Pa- radinas.- Sangarcía.- Santovenia.- Villoslada.- Jemenuño.

Sexmo de Casarrubios (Madrid). Peralejos.- Aldea del Fresno.- Chapi- nería.- Escorial de Abajo.- Colmenar del Arroyo.- Fresnedilla.- Navalcarnero.- Nava- lagamella.- Perales de Milla.- Robledo de Chavela.- Santa María de la Alameda.- Sevi- lla la Nueva.- Valdemorillo.- Villamantilla.- Villanueva de la Cañada.- Zarzalejo.

65 Sexmo de . El Espinar.- Peguerinos (Avila).

2. Comunidad de Villa y Tierra de Coca 2 (291 km ). Coca.- Bernuy de Coca.- Ciruelos de Co- ca.- .- Moraleja de Co- ca.- Nava de la Asunción.- de

66 Coca.- Santiuste de San Juan Bautista.- Villa- gonzalo de Coca.- .

3. Comunidad de Villa y Tierra de-Iscar 2 (167 km ). Iscar (Valladolid).- Cogeces de Iscar (Va- lladolid).- Fuente el Olmo de Iscar.- Megeces (Valladolid).- Pedrajas de San Esteban (Va- lladolid).- .- Villaverde de Iscar.

Casa de Villa y Tierra de Iscar

67 4. Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar 2 (1204 km ). Sexmo de Cuéllar (o de la villa). Cuéllar.- Escarabajosa de Cuéllar.- Torre- gutiérrez.

Sexmo de la Mata. Arroyo de Cuéllar.- Chañe.- Fresneda de Cuéllar.- Mata de Cuéllar.- Narros de Cué- llar.- .- .

68 Sexmo de . .- Dehesa.- Dehesa Mayor.- Fru- males.- Fuentes de Cuéllar.- Hontalbilla.- Al- dehuela.- Lastras de Cuéllar.- Lovingos.- Mo- raleja de Cuéllar.- .- .

Nuestra Señora del Henar

69 Sexmo de . Campo de Cuéllar.- Chatún.- Gomezse- rracín.- Navalmanzano.- Navas de Oro de Cuéllar.- Sanchonuño.- San Martín y Mu- drián.- .

Sexmo de Valcorba (en Valladolid). Aldealvar.- Bahabón.- Campaspero.- Co- geces del Monte.- Santibáñez de Valcorba.- Torrescárcela.

Sexmo de Montemayor. Montemayor (Valladolid).- San Cristóbal de Cuéllar.- San Miguel del Arroyo (Vallado- lid).- Santiago del Arroyo (Valladolid).- Vilo- ria (Valladolid).

5. Comunidad de Villa y Tierra de Fuenti- 2 dueña. (458 km ). Fuentidueña.- Aldeasoña.- Calabazas .- Castro de Fuentidueña.- Cobos de Fuenti-

70 dueña.- Cazuelas de Fuentidueña.- Cuevas de Probanco.- Fuente el Olmo de Fuentidue- ña.- Fuentepiñel.- Fuentesaúco de Fuentidue- ña.- .- .- Pe- charromán.- .- San Miguel deBer- nuy.- Tejares.- .- .- Valles de Fuentidueña.- .- Vegafría.- Vivar de Fuentidueña.

71 Puente sobre el Duratón. Fuentidueña

6. Comunidad de Villa y Tierra de Pedra- 2 za. (400 km ) Pedraza (con la Velilla y Rades).- Aldea- lengua de Pedraza (con Ce guilla, Martín Ca- no y Galíndez).- (con Arconcillos, Castillejo, Huerta, La Mata y Colladillo ).- Co- llado Hermoso.- El .- Gallegos.- .- La Salceda.- (con Mata- mala y Cañicosa).- Navafría.- (con

72 Orejanilla, Alameda, El Arenal, La Revilla y Sanchopedro ).- Pajares de Pedraza.- .- Requijada.- (con Cha- vida y La Mata).- (con Valle de San Pedro).- Valdevacas y El Guijar.- (con Berzal y Tejadilla).

73 Iglesia de la Virgen de las Vegas de Pedraza

7. Comunidad de Villa y Tierra de Sepúl- 2 veda (1334 km ).

Ochavo de Sepúlveda. La Villa de Sepúlveda (con su anejo San- ta Cruz).

Ochavo de . .- Aldeonsancho.- El Barrio (San Miguel de Neguera).- .- Can-

74 talejo.- Consuegra.- .- San Pe- dro de Gaíllos (con Aldealafuente, Aldeana- so, Barruelo, Rebollar y Ventosilla).- Valdesi- monte.- Villar de Sobrepeña.

Ochavo de Prádema. Aldealapeña.- .- Cas- troserna de Arriba.- Casla.- Condado de Cas-

75 tilnovo (con Villafranca, Torrecilla, La Nava, Valdesaz).- Cortos y Cabrerizos.- Perorrubio y Tanarro.- .- Prádena.- Pradenilla.- Sigueruelo.- Valleruela de Sepúl- veda.- Ventosilla (con Tejadilla y Casas Altas).

Ochavo de Pedriza y Valdenavares . Burgomillodo.- Carrascal del Río.- Cas- trillo de Sepúlveda.- .- Castro-

Iglesia de El Salvador. Sepúlveda

76 serracín.- Ciruelos de Sepúlveda.- El Olmillo y Covachuelas.- Aldehuelas.- Hinojosas del Cerro.- .- .- Nava- res de las Cuevas.- .- Urueñas.- .- Villaseca.

Ochavo de Castillejo o de la Sierra. Castillejo de Mesleón.- Sotos de Sepúlve- da.- .- .- Du- ratón.- .- Siguero.- (con Ala- meda y Aldehuela).- Fresneda de Sepúlveda.- El Olmo.- Mansilla.- Santo Tomé del Puerto (con la Rades, Ros u ero y Villarejo ).-Vellosilla.

Ochavo de . Aldeanueva del Campanario.- Aldeon- te.- .- Bercimuel.- .- Enci- nas.- .- .- Paja- rejos.- Turrubuelo.

77 8.- Comunidad de Villa y Tierra de Fres- 2 no de Cantespino. (114 km ). Fresno de Cantespino.- Aldeanueva del Monte.- Barahona de Fresno.- Cascajares.- Castiltierra.- Cincovillas.- Gomeznarro.- Paja- res de Fresno.- Riahuelas.- .

78 9. Comunidad de Villa y Tierra de Aza 2 (346 km ). Aza (Burgos).- Adrada de Aza (Burgos).- Aldeanueva de la Serrezuela.- .- Campillo de Aranda (Burgos).- Castrillo de la . Vega (Burgos).- Fuentecén (Burgos).- Fuente- lisendo (Burgos).- Fuentemolinos (Burgos).- Fuentenebro (Burgos).- Hontangas (Burgos).- Hoyales de Roa (Burgos).- Moradillo de Roa

Iglesia y murallas de Aza

79 (Burgos).- Sequera de Aza (Burgos).- Torrega- lindo (Burgos).- Valdezate (Burgos).

10. Comunidad de Villa y Tierra de Mon-

2 tejo de la Vega de la Serrezuela. (189 km ). Montejo.- Fuentelcésped (Burgos).- Hon- rrubia de la Cuesta.-Milagros (Burgos).- Par- dilla (Burgos).- Pradales.- Santa Cruz de la

Ermita de la Virgen del Val. Montejo de la Vega de la Serrezuela

80 Salceda (Burgos).- .- Villalvilla de Montejo.- .

11. Comunidad de Villa y Tierra de Ma- 2 deruelo. (249 km ). Maderuelo.- Aleonada de Maderuelo.- Al- conadilla.- Aldealengua de Santa María.- Cam-

81aderu~lo

81 po de San Pedro.- Carabias.- Cedillo de la To- rre.- Cilleruelo de San Mamés.- Fuentemiza- rra.- Linares del Arroyo.- Moral de Homuez.- Riaguas de San Bartolomé.- Valdevamés.

12. Comunidad de Villa y Tierra de Ay- 2 llón.(824 km ).

¡JlYllóu

82 Ayllón.- Aldealázaro.- Almiruete (Guada- lajara).- Alquité.- Becerril.- Campillo de Ranas (Guadalajara).- Cantalojas (Guadalaja- ra).- Cenegro (Soria).- Corral de Ayllón.- Cue- vas de Ayllón.- El Muyo.- El Negredo.- Fran- cos.- Estebanvela.- Grado del Pico.- Langui-

Puerta de la Villa. Ayllón

83 lla.- Liceras (Soria).- Ligas (Soria).- Madrigue- ra.- Majaelrayo (Guadalajara).- Martín Mu- ñoz.- Mazagatos.- Noviales (Soria).- .- Saldaña de Ayllón.- Santa María de Riaza.- Santibáñez de Ayllón.- Serracín.- Torraño (So- ria).- Torremocha (Soria).- Torresuso (Soria).- Valvieja.- Valdanzo (Soria).- Valdanzuelo (So- ria).- Villacadima (Guadalajara).- Villacorta.

84 Bibliografía

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86 ÍNDICE

1.- Orígenes de Castilla. La Castilla primigenia y la Castilla de las Merindades...... 7

11.- La Extremadura de Castilla...... 15

III.- La repoblación al sur del Duero ...... 21

IV.- Las Comunidades o Universidades de Villa y Tierra...... 27

V.- Constitución de las Comunidades de Villa y Tierra de la provincia de Segovia ...... 61

VII.- Bibliografía ...... 85

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