VOL XXIV — N9 119 — Managua, D. N., Nic. — Agosto, 1970

SEGUNDA EPOCA DIRECTOR JOAQUIN ZAVALA URTECHO SUMARIO Asesor DR. FRANCISCO PEREZ ESTRADA

Página Gerente Administrativo MARCO A. OROZCO 1 10 años de Existencia. 2 Gama de la Historia. Ventas JOSE S. RAMIREZ 4 Despedida

6 Por encima de Divisiones Partidaristas COLABORADORES 7 Yo fui Casi Presidente. DE ESTE NUMERO 14 Fernando Córdoba, Mira a Moncada. Enrique Guzmán Horacio Guzmán 17 Carlos Cuadra Pasos, Mira a Moncada. Carlos A. Bravo 18 Emilio Alvarez Lejarza, Mira a Moncada. Fernando Córdoba Carlos Cuadra Pasos 19 Antonio Barquero, Mira a Moncada. Emilio Alvarez Lejarza 19 Carlos Morales, Mira a Moncada. Carlos Morales Anastasio Somoza 21 Anastasio Somoza, Mira a Moncada. Henry L. Stinson M. Moncada 21 Estados Unidos, Mira a Moncada. José Thomas Dodd 21 Moncada, Mira a Opera Bufa. Otto Friedrich Bollnow Gerhard Masur 22 Opera Bufa, Mira a Moncada. Vernon E. Megee 25 Estados Unidos y en 1928. 29 El Diálogo. Créditos Fotográficos Archivo 30 Discurso sobre el Diálogo. de 32 La Educación para el Diálogo. Revista Conservadora 36 Simón Bolívar y el Nuevo Nacionalismo en América Latina. 43 Contra Las Guerrillas de Sandino en Nicaragua. Prohibida la Reproducción to- tal o parcial ,sin autorización del Director.

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EDITORIAL

10 Años de Existencia

Nuestra revista está cumpliendo diez años de existencia en este mes de agosto.

Ha subsistido con infalible regularidad un mes tras otro, venciendo día a día las incontables dificultades que necesariamente surgen en un ambiente no acostumbrado aún al nivel de exigencia de una publicación como la nuestra. Una de tantas estriba en nuestro propio empeño de conser- var el nombre mismo de la revista, siendo que su razón de ser es la de ser "conservadora" del Pensamiento Centroamericano estando por encima de divisiones partidaristas. Esto se ha venido sosteniendo y demostrando en cada número.

Huba una época en que el haberla llamado únicamente Revista Conservadora no dejó de prestarse a toda suerte de malentendidos que preocuparon a los políticos de oficio al extremo de creerse en el deber partidarista de fundar otra que fuese contraparte liberal. Gracias a la am- plitud que reveló la nuestra, se comprendió que no tenía objeto aquella otra. Si se pretendía exponer y discutir civilizadamente, ya esta revista estaba conservando el pensamiento centroame- ricanos con respeto para todos los criterios.

Sin haber pretendido sentar cátedra sus páginas, al ir acumulándose, llegaron a constituir un monumento a la cultura de los centroamerica nos y a la perpetuidad de sus ideas. Revista Con- servadora del Pensamiento Centroamericano ha llegado a ser la mejor realidad historiográfica y bi- bliográfica de Centroamérica en general y de Nicaragua en particular; coleccionada desde por más de cien universidades norteamericanas y por muchas europeas, como también por importantes bi- bliotecas, sin ella ya no se puede escribir la historia de nuestros países. Significa, pues, un acer- bo de incalculable valor que aún en las universidades extranjeras sirve como texto de consulta a profesores y estudiantes.

Instituciones del Estado y de la Iniciativa privada están tributándole su patrocinio cultural Comprendiendo documentos extraordinarios y publicaciones de obras históricas y científicas sobre nuestros países, cada ejemplar ofrece un libro de esa categoría, traducido por primera vez al es pañol, o inéditos, o agotados.

Esas instituciones que nos honran queriendo hacer algo culturalmente efectivo y útil han dado en adquirir colecciones del tesoro que significa esta revista, obsequiándolas lo más comple- tas entre los 119 números hasta aouí publicados en los diez primeros años que se están cumplien- do en este mes.

Gracias, por el patrocinio de esas ilustres Instituciones. Gracias, por la colaboración de los distinguidos intelectuales, y técnicos que representan las distintas tendencias del pensamiento cen- troamericano. Gracias, también, por el apoyo de nuestros gentiles anunciantes.

A ellos se debe el que Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano haya cum- plido, al menos —si no otra cosa— la importante tarea, incumplida hasta ahora, de reunir y "con- servar" ese pensamiento para que no se disperse y se lo lleve el viento. GAMA DE LA HISTORIA ENRIQUE GUZMAN

DON ENRIQUE GUZMAN, EL MAS CHISPIANTE DE NUESTROS ANTIGUOS ESCRITORES, PUBLICO ESTE ARTICULO HACE AÑOS EN "LA ESTRELLA DE NICARAGUA". LO REPRODUCIMOS EN ESTE MES POR SER EL DEL PATRONO DE NUESTRA CAPITAL. ES CURIOSO OBSERVAR COMO SE MANTUVO EN BOGA EN EL PASADO ENCENDER LA PASION POLITICA AUN A GUISA DE JOLGORIOS POPULARES MAS QUE DE DEVOCIONES RELIGIOSAS. NUES- TRO SANTO VARON VENIA COMO DE MOLDE CADA AÑO Y HASTA HACE POCO LOS PERIODICOS CO- MECURAS SE ABURRIERON TRATANDO DE REBAJAR LA OBRA DE MEJORAMIENTO QUE LOS REVE- RENDOS FRAILES DOMINICOS QUE ESTABAN EMPEÑADOS EN LLEVAR A CABO EN NUESTRA CATOLI- CA CAPITAL.

Todos los años por este tiempo, no bien comienzan NARRAVENTOT MIHI en la capital las ruidosas y alegres fiestas de Santo Do- INQUI FABULATIONES mingo, embisten todos los periódicos liberales y progre- SALMO CXVIII sistas de Nicaragua contra el ilustre arcediano de Osma, fundador de la orden de Predicadores. La Historia les cierra el paso a nuestros diarios avanzados; pero ellos nunca actos de inquisidor; no quemó ni degolló a nadie, se ríen de la Historia con la que nunca han tenido amis- ni le hizo mal en su vida a persona alguna. Su cari- tad; pasan sobre la pobre Clío sin respeto ninguno, y dad y abnegación eran tan grandes, que "habiéndole presentan luego a la turba ignorante, que traga menti- manifestado una mujer albigense que si se apartaba ras gordas como tragar buñuelos, un Domingo de Guz- ella de sus correligionarios abjurando sus errores no ten- mán intolerante, sombrío y feroz que en nada se parece dría con qui vivir, resolvió el santo apóstol, para po- al celoso y dulce apóstol del Langüedoc, modelo de cari- dcrla mantener, venderse como esclavo". (V. Cantú, dad cristiana de quien dice un gran historiador que "su- Historia Universal, t. 49 lib. XXII, cap. V.) fría todas las afrentas no sólo con tranquilidad, sino con placer". Pero voy a dar otra noticia mis sensacional toda, VÍA a los incrédulos de boca abierta que comulgan con Cerca de siete siglos han pasado, y todavía se le la inconmensurables guayabas de nuestra prensa racio- está denostando: no por eso resplandece menos su au- nalista. reola de bienaventurado. Oiganla.... y santígüense —iba yo a decir—olvidado 'de que los hombres "de ideas levantadas" le tienen ho- Uno de los periódicos a que me refiero acaba de rror a la señal de la cruz. regalar a sus lectores con este rosario de disparatados embustes: Oiganla, señores batuecos, y díganme si los escri- tores que ustedes admiran se pararán alguna vez en Desde ayer comenzó el juego de toros en la plaza barras ni anacronismos. de Santo Domingo, en la cual se encuentra. la iglesia de este famoso inquisidor, que en 1216, en unión del no La noticia es esta: —Cuando el Santo Oficio se esta- menos célebre conde de Monforte, tomó por asalto la bleció, como tribunal encargado de juzgar a los herejes, ciudad de Beziers, en Francia, degollando a todos sus hacía 12 años que Santo Domingo había muerto. habitantes y quemando en varios puntos a mis de 100,000 personas. Dónde aprenderían la Historia nuestros periodistas? En los Institutos nacionales que hoy se llaman Colegios Algunos católicos que no están al tanto de estos an- idem? Allí ha de haber sido seguramente, según se des- tecedentes que se relacionan con la conducta observada cubre por lo muy bien que la saben. en este valle de lágrimas por el patrón de la Sierra de Managua, creen que es inadecuado eso de celebrar su La invención tonta y absurda que ha he.cho de Santo día onomástico con carreras de caballo y corridas de to- Domigo de Guzmán "una especie de Moloch, ávido de ros; pero si nos fijamos en esas cien mil víctimas man- carne quemada", cuenta mis de un siglo de fecha y ha dadas por él a las hogueras del Santo Oficio, no hay na- circulado por todos o casi todos los países cristianes. da que extrañar, y si más bien se quedan cortos los ma- naguas en ofrendarle a tan santo varón, solamente los Forja estas patrañas la malicia del espíritu sectario, golpes y porrazos que saben aplicar los animales bra- y luego las propaga la ignorancia. La leyenda mentiro- víos de la raza taurina. sa echa raíces, y viene o, ser la "gama de la Historia", que dice Michelet. Todos los pobres batuecos, mis queridos paisanos, se han tragado tan enormes gazapas y han de ser mu- El año pasado, cuando yo redactaba El Cronista, chos—van a quedarse con la boca abierta o a tenerme que murió repentinamente, escribí acerca de este asunto por loco cuando lean esto: --Santo Domingo no ejerció una gacetilla que no llegó a publicarse. Me dí enton-

2 ces a buscar noticias acerca de Santo Domingo, y en nin- Oficio", fundóla el Papa Gregorio IX, por la Ille humani gún historiador serlo hallé una frase siquiera que auto- generis, el 24 de abril de 1233: Santo Domingo, el su- rizase la novela ridícula de los cien mil achicharrados puesto quemador de herejes, murió en Bolonia (Italia) por el fundador de la orden de Predicadores, de la que el 6 de agosto de 1221. hacen caudal nuestros atrasados libre pensadores. ¿Saldría de su tumba el buen arcediano de Osma Vayan ustedes oyendo. para presidir los autos de té?

El profesor Dentier, que no es ortodoxo ni pretende ¿Qué culpa tuvo Santo Dominog de que Simón de serlo, dice en sus Lecciones de Historia: Monforte haya hecho degollar a los moradores de Beziers? ¿Era por ventura su consejero? Viendo los progresos que los albigenses habían he- cho en Langüedoc, dirigióse Domingo a Italia a fin de Adviértase que por aquellas calendas se hacía siem- obtener del Papa licencia de predicar contra ellos. Nom- pre la guerra a sangre y fuego; que los alhigenses ha- bróle Inocencio III jefe de misión, y fuese Domingo a bían cometido los más odiosos excecos, y que el vizcon- recorrer el mediodía de Francia, donde combatió con la de Raimundo Rugiere), defensor de Beziers, así como palabra a los mismos contra quienes Simón de Mon- su tío Raimundo VI conde Telosa, eran mil veces más forte debía emplear después armas mucho más terribles. crueles que Simón de Monforte y dos buenas alhajas a En aquella cruzada contra los albigenses, Domingo no quienes no halló nunca el diablo por donde desechar. representó el papel sangriento que algunos erradamente Por otra parte, no está probado, ni mucho menos, le atribuyen Para atacar la herejía sólo empleó el po- que Santo Domingo se encontrase en el asalto de Beziers, der de su elocuencia y trató siempre de imitar la dulzu- el cual se verificó no en 1216, como afirma un corres- ra, el celo y la pobreza de los apóstoles. ponsal de El Diarito, sino el 22 de julio de 1209.

Lanfrey, enemigo declarado de la Iglesia, refiere Los cien mil quemados vivos de que nos habla el con abundancia de pormenores, en el capítulo XI de su citado corresponsal y todos los que como en él escriben, Historia política de los Papas, la cruzada contra los al- son, según la Historia, cuatrocientos; y no quemados por bigenses, y no trata de ocultar las simpatías que éstos el Santo Oficio, que aun estaba por establecerse, sino le inspiran. Pues bien, ni siquiera. menciona Lanfrey a por los caudillos militares, hombres durísimos que des- Santo Domingo. preciaban la muerte a cada paso y miraban, con supre- En el capítulo V del libro XXII de la Historia Uni- mo desdén la vida del prójimo, sobre todo si el pró- versal de César Cantú se titula Inquisición--Cruzada con- jimo era un enemigo en política y religión. tra los albigenses, y empieza de esta manera: Cuando veo la facilidad con que arraigan y prospe- Al escribir este nombre, que excita en la imagina- ran ciertas odiosas patrañas que van contra la buena ción el recuerdo de una grande iniquidad, que se quiso fama de los santos y de los grandes, recuerdo este pa- presentar como padrón de ignominia para la Iglesia, apre- saje de una composición de Cano y Masas: surémonos a declarar que ninguna parte tuvo en ella —Pero eso es una mentira. Santo Domingo. —Pero eso se creerá; Bajo el párrafo que acabo de trascribir hay una no- Y aunque algunos no lo crean, ta del autor, a mi juicio importantísima, que dice así: Todos lo asegurarán.

Las Cortes de España de 1812, en el dictamen so- El odio cierto que sienten o aparentan sentir ciertos bre el proyecto de abolición de la Inquisición, declararon compatriotas míos, que se precian de liberales, contra que Santo Domingo "no opuso a la herejía otras armas Santo Domingo y los frailes dominicos paréceme tanto que las oraciones, la paciencia y la instrucción". Tam- menos justificable cuanto que a la orden de Predicado- poco tuvo parte en la desgraciada guerra albigense, y res deben los naturales del continente de Colón benefi- tanto es así, que Hunter pudo describirla con toda minu- cios sin número. ciosidad sin que aparezca en ella el nombre de Santo Fraile dominicano fue aquel apóstol incomparable, Domingo. Angel protector de los indios, la más bella figura de la No conozco el libro de Hefele, institulado Origen de la conquista de América, Bartolomé de Las Casa. Inquisición, que se publicó en 1850; pero sé de cierto que No me sorprenderá que un día de estos cualquier en varios pasajes se ocupa Hefele en demostrar que San- gacetillero de esos que "saben todas las cosas y otras to Domingo no tuvo nada que ver con el Santo Oficio. muchas más", salga por ahí contándonos que cuando Pe- Y esto es claro como la luz del día: basta una com- drarias Dávila mandó celebrar en León, el año de 1528, paración de fechas para probarlo. su famoso auto de justicia, acompañábale el Obispo de Chiapas, el cual entregó a los colmillos de los perros bra- Aunque el origen de la Inquisición se remonta al vos doscientos mil nagrandanos. Concilio de Verona celebrado el año de 1184, no quedó definitivamente establecida, como tribunal encargado de ¿Y por qué no? juzgar a los culpados del delito de herejía, hasta me- Así forja historias la perversidad audaz, historias dio siglo después. que la ignorancia se traga sin examen y que los ruines La Inquisición temida y temible, la que enviaba he- y los mentecatos van propagando por toda la redondez rejes a la hoguera, la que en España se llamó "Santo de la tierra. 3

DESPEDIDA HORACIO GUZMAN.

Cuando el régimen liberal del Gral. Zelaya había imperado por tres años en Nicaragua vino al país el doctor Horacio Guzmán, y fundó El Correo de Granada, diario independiente, a fines de 1896.

En ese periódico expuso el doctor Guzmán lo que eran los verdaderos principios liberales, que él sustentó hasta la hora de su muerte; pero, como era natural en un hombre de sus ideas y sentimien- tos, no pudo ver con indiferencia que se diera el nombre del partido liberal al que entonces cometía desde el poder toda suerte de desafueros contra los hombres; y al salir de Nicaragua para los Estado; Unidos, dió a la publicidad en las mismas columnas de El Correo de Granada la "Despedida" que se leerá a continuación y constituye, una profecía de todas las calamidades que después vinieron bajo el régimen de Zelaya.

Este documento, está escrito sin pasión, por un liberal que amaba de veras la libertad y tenia idea completa de los grandes principios que le sirven de base.

Debemos advertir que el doctor Horacio Gu; mán se embarcó en Corinto el mismo día que se pu- blicaba su "Despedida"; que viendo Zelaya que en ese puerto no podía mandar a capturarlo. dio orde- nes a San Juan del Sur, para que allá le sacasen del vapor; que don Horacio se libró de caer en ga- rras del liberalismo, porque el vapor no hizo escala en San Juan del Sur; y que el golpe sólo pudo caer sobre el periódico, aplicándole una multa de doscientos pesos.

DESPEDIDA contrar aplausos por donde quiera que pasa, a con- tar de antemano con la aprobación de todos sus ac- No esperaba verme en el caso de tener que de- tos, mira como un desacato a su autoridad que se jar tan pronto las tareas periodísticas a que di prin- le avise sin embajes ni rodeos que es negro lo que cipio hace apenas cuatro meses; pero obligado a sa- él se imaginaba que era blanco. lir del país por algún tiempo, me despido con ver- dadero sentimiento de los lectores de El Correo, y Mentira parece que la razón humana pueda ofus- les envío mis más sinceras gracias por la benévola carse hasta el grado de creer bueno lo malo y vice- acogida que han dado a esta publicación. versa; yero si se toma en cuenta la in-fluencia que ejerce sobre nosotros el medio ambiente en que vi- Creo haber cumplido con lo que prometí en el vimos, se llega a la conclusión de que los hombres programa que publiqué al fundar este diario; y si en a quienes la fortuna ha colocado en elevados puestos el curso de mis labores he visto desconocidos mis son a menudo más dignos de lástima que de odio. propósitos y he sido víctima de ataques injuriosos, de los cuales nunca está a salvo un periodista que Con frecuencia hacen mal a sus semejantes, pe- se propone hablar la verdad, también es cierto. y lo ro creyendo que están obrando bien. Sus propios digo con placer, que mis humildes escritos han me- extravíos les parece el último grado de la sabiduria recido la aprobación de personas cuyo criterio res- humana y ejecutan de buena fe actos esencialmen- peto y cuya estimación me enorgullece. te punibles. Son entes peligrosos que pueden ser al mismo tiempo espiritus honrados. Caminan descri- En la América Central la prensa independiente biendo curvas y se figuran que van constantemente no marcha por anchuroso camino sembrado de ro- por la línea recta. sas, sino por estrecha vereda erizada de abrojos. Tiene que desafiar desde luego las iras del poder, Deber del periodista que respeta la dignidad de que, acostumbrado al incensario de los palaciegos, prensa es ayudar con sus indicaciones a los que go- vive respirando una atmósfera de humo que le int- biernan; pero esto casi siempre se traduce como opo- pide ver la realidad de las cosas en toda su desnu- tición sistemática a la política que domina, y las dez. plumas abyectas vendidas al poder son las primeras en denigrar al que tiene el valor y entereza bas- Y al juzgar los actos de los que mandan debe tantes para censurar las equivocaciones en que in. tomarse esto en consideración como circunstancia curren los que mandan. atenuante. Aquel que no oye nunca la verdad, difí- cilmente podría distinguirla del error, y de ahí que Al partir para el extranjero, siento dejar a mi se subleve contra toda tentativa de hacer llegar aqué- país en la triste condición en que lo dejo. Política- lla a sus oídos. El mandatario acostumbrado a en- mente Nicaragua ha retrogradado en los últimos años

4 de un modo lastimoso. La libertad de que gozaba en llidar ahora cachurequismo, siempre combatí por la épocas anteriores y que la hacía sobresalir entre sus prensa muchas de sus ideas y principios, amparado hermanas de la América Central, ha desaparecido en mi libertad de ciudadano por el respetuoso aca- sin dejar el menor vestigio de lo que fue, y en su lu- tamiento a la ley, que los 30 años fueron tan celo- gar se ha establecido como régimen normal el esta- sos en practicar y que hizo de nuestra prensa una do de sitio con todas sus arbitrariedades. garantía para los derechos del pueblo y una palan- ca para el progreso nacional. Cuando se piensa en los hombres del pasado y se compara aquella situación que ellos crearon con Pero por mucho que difiera de los conservado- la que vemos ahora, apenas parece creíble que en res en cuanto a lo que refuto un buen sistema ad- tan corto lapso se haya operado tamaña transforma- ministrativo, soy el primero en reconocer que fuera ción. de ese antiguo partido no existe, ni existirá por lar- go tiempo en nuestro país, otra organización políti- Qué podría reconocer en la Nicaragua de hace ca respetable, en cuyas manos puedan confiarse con veinte años? Se atrista el alma y desmaya el patrio- seguridad los destinos del pueblo nicaragüense. tismo al considerar lo que todavía puede guardar- nos en reserva el porvenir. El liberalismo es entre nosotros una palabra que todavía no debe aplicarse a nada de lo que existe, La intranquilidad y zozobra en que vive hoy por y ni esta generación ni la venidera quizá llegarán hoy el pueblo nicaragüense dirías. un castigo de sus nunca a ver puestos en práctica los genuinos prin- faltas; pero tengamos fe y esperemos que tras las cipios liberales, bajo los cuales alcanzan las socie- amarguras de la hora presente vendrán días mejo- dades humanas el más alto grado de perfecciona- res y que este pobre país tan maltratado por el des- miento y bienestar. tino toca ya al término de sus sufrimientos. Hubo un tiempo en que yo creía con firmeza en Para mí, y hablo con la conciencia de que es- la existencia de un partido liberal en Nicaragua. toy en lo cierto, Nicaragua encontrará su salvación Hoy he perdido hasta la última ilusión a ese respec- en el partido conservador y no en otra parte. A es- to, y miro en el conservatismo, sean cuales fueren te modo de pensar me ha llevado la apreciación im- sus errores, el único elemento capaz de devolver a parcial de lo que ha venido sucediendo durante los nuestra patria todo lo que ha perdido. últimos años, y nadie que napa observado el curso de los acontecimientos políticos que por rápida pen- Al hablar con la sinceridad con que lo hago, no diente nos han hecho descender al bajo nivel en que es mi propósito lanzar cargos contra nadie, ni abdi- nos encontramos, puede honradamente disentir de car de mis principios que conservo tan vivos como esta opinión. antes y que morirán conmigo, sino simplemente ma- nifestar con toda franqueza a aquellos de mis con- Cuantos me conocen saben que jamás he estado ciudadanos que se dignen escuchar mis palabras, a afiliado al partido conservador y que miro en el qué conclusiones me ha traído el recuerdo de lo que credo del verdadero liberalismo la mejor forma de fuimos y el pensamiento de lo que somos. gobierno que puede adoptar una nación culta. Mien- tras imperó en Nicaragua lo que es de moda ape- Corinto, 27 de abril de 1897.

5 Por Encima de Divisiones Partidaristas ENRIQUE GUZMAN, Conservador Ex-Liberal NO TODO DEPENDE DEL COLOR Mira a la Prensa Liberal DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA HORACIO GUZMAN, Ex-Diplomático Liberal Mira al Régimen Liberal de Zelaya

MONCADA, Mira a Moncada

CARLOS A. BRAVO, Ex-Secretario Privado de Moncada MONCADA, Mira a Moncada MIRA A MONCADA CARLOS CUADRA PASOS, AUTORRETRATO MENTAL Ex-Canciller Conservador Mira a Moncada Su virtud predilecta? La Voluntad. FERNANDO CORDOBA, La cualidad más estimable en el hombre? El Honor. Ministro de Moncada Mira a Moncada La cualidad que prefiere en la mujer? Biografía La sencillez. Su ocupación favorita? EMILIO ALVAREZ LEJARZA, Pensar siempre. Ex-Ministro Conservador Su concepto de la felicidad? Mira a Moncada El verdadero amor. Su concepto de la desdicha? ANTONIO BARQUERO, No poder sobrellevar las penas de la vida. Magistrado Liberal Dónde prefiere vivir? Mira a Moncada En las cercanías del mar. Su prosista predilecto? CARLOS MORALES, Cicerón. Su poeta predilecto? Ex-Magistrado Liberal Mira a Moncada Byron. Su libro de cabecera? El Quijote. ANASTASIO SOMOZA, El músico y pintor que mis admira? Ex-Presidente Liberal No entiendo. Mira a Moncada El héroe de la vida real que más le interesa? El que sabe sobreponerse al dolor. "OPERA BUFA", Su heroína predilecta? Mira a Moncada Rafaela Herrera. Su adversión particular? MONCADA, La mentira. en "El Liberal" El invento industrial o científico que más admira? Mira a "Opera Bufa" El inalámbrico. El que más detesta? ESTADOS UNIDOS, Ninguno. Mira a Moncada Su lema preferido? Perseverar en toda obta emprendida. MONCADA, J. M. MONCADA. Mira a Estados Unidos— (De "La Noticia")

6 YO FUI CASI PRESIDENTE CARLOS A. BRAVO Secretario Privado del Presidente Moncada

Oficina de la Secretaría Privada de la Casa Presidencial (Casa Cabrera) Managua) (Miércoles 11:20 A.M. — Septiembre 9, 1937)

CARLOS A. BRAVO meroso y discreto. Con el pensamiento llegan el temor Escritor Nicaragüense y la reflexión. Ex-Secretario Privado del Presidente José M. Moncada Es curiosa la forma cómo el tiempo va haciendo transformaciones en el hombre, casi sin darse cuenta él. Todos los días vengo posponiendo la relación de lo Con la mujer no sucede nada de esto. que frecuento en tiempos pasados. De lo que vi y oi hace mucho tiempo. Cosas interesantes y curiosas que Ella está a merced del hombre; desconoce lo que se relacionan tal vez con la Historia de Nicaragua, con son las ambiciones y tiene mayor y mejor resistencia pa- la que no está escrita, que es la que vale. ra sufrir, o para ser feliz.

Por ejemplo los 4 años de la presidencia del Gene- Cuando yo fui a la Secretaría del Presidente, nadie ral José María Moncada que yo los viví cerca de él. creía que mi permanencia duraría. Qué va a tolerar Identificado. un hombre de tal reciedumbre, de una vida seca y fuer- te tan trajinada; a un hombre que hace de la vida un Mi vida fue tranquila y grata; antes decía lo que me juego diario, que no sabe para qué sirve la seriedad, y daba la gana sin restricciones de ninguna clase. No es que no tiene ideales, que habla, ríe, chancea hasta de lo cierto que sólo la independencia económica hace libre al que merece mucha atención. Es un desordenado: bati- hombre. La pobreza, cuando uno no tiene nada que per- burrillos que son un retrato exacto suyo, fiel reflejo de der, y no tiene temor. Entonces se vive feliz y libre. su alma loca. Yo lo sabía; los chismes y las verdades. Todos se equivocaron, hasta hombree que tenían gran ex- Las cosas de la vida, los intereses, lo que se va ad- periencia de la vida. Ya está muerto uno que llegó es- quiriendo hasta la mujer y el hijo vuelven al hombre te- pecialmente a aconsejarme; llegaba todos los días. Fue

7 Ministro todopoderoso y sabía mucha experiencia. Pero Nunca lo perdí de vista. No era espionaje el mío: era otra clase de experiencia. observación nada mis. Me propuse estudiarlo, conocer- lo. Lo tenía en mis manos para eso, y yo mismo apre- Mientras, yo dejó de reír y me propuse estudiar, ciaba cómo operaba con tanta discreción. Me di cuenta conocer, leer en su expresión diaria, a aquel hombre que que él era un ególatra, de un narcisismo intelectual men- no contestaba los buenos días. Comencé por no dejar de tal, a toda hora. saludarlo aunque no contestara nunca. "Yo no lo salu- do", me dijo el edecán. "Yo sí", le contesté. Era una Hablaba bajo como oyéndose, andaba rápido como tarea diaria, constante. El hablaba con cierto menos- Napoleón en las películas, siempre admirándose a sí mis- precio. Yo servía con seriedad. Se levantaba muy tem- mo. Sin embargo nunca se refería a sí mismo y le re- prano: Yo, ya estaba en mi oficina. Llegaba, sacaba un pugnaban los militares. Decía que eran perniciosos. Una libro de un estante mío y se ponía a leer. A veces él vez las damas de Granada le obsequiaron con una espa- solo comentaba lo que leía. Sabía yo que él no buscaba da de oro. Pasó el tiempo y me llamó, y enseñándomela conversación, y me estaba callado. me preguntó: "La quiere? Es de cobre. No es de oro". Sonrió forzadamente. Leía la, correspondencia, y hacia un extracto, y cuan- do se lo enseñaba solamente escribía al margen: "No, no Recién pasada la catástrofe, llegó un día la más se puede" o, "que venga mañana". gentil de las hijas a prestarle el único camión que había.

A veces lo intrigaba yo, y él contestaba: "Que le di- "No es mío —le dijo él— no puedo". ga lo que quiere a Usted". Jamás rió a carcajadas ni to- leró un cuento inmoral. Se levantaba. Una vez hizo qui- "Lo se", contestó ella, "pero es para llevar mis mue- tar del dormitorio un Cristo Crucificado. Lo creyeron im- bles. No lo voy a dilatar. Dos días". El Presidente me piedad, pero él medio serio medio sonriente: "Sólo Don dijo: "présteselo, lo devuelve pronto". Carlos sabe la verdad". Yo veía salir a una mujer muy bonita de su aposento. Está viva y vieja y fea. A los cuatro días me preguntó si había devuelto el camión. Iba pasando el tiempo y estaba muy avanzado en mi estudio, en mi observación. Era tarea pesada. aquella —No, le conteste. y tenía que ser sin descanso porque todo hombre es dis- —Vea, pídalo. Aquí no más en este teléfono repita tinto cada día, a, cada hora varía todo: bueno, malo, se- lo que voy a decir. rio, hipócrita, santo; oscuro. Y este hecho que tenía, en- tre mis manos estaba hecho de una tierra heterogénea. Me dieron conumicación y llegó la señora, por cier- Mezcla de todo. to muy culta y bonita. No sé cómo estará ahora. La mu- Malo nunca fue. Meto mis dos manos al fuego por jer se deshace con facilidad. El tiempo es cruel, y des- él. Vano, orgulloso, eso sí; pero esas son pasiones de barata con facilidad a la mujer, la estruja, la desfigura. hombre de verdad. Creía que sólo lo que él hacía, ser- El hombre es nula resistente. Muere con la cara intoca- vía. Y era ostentoso; mucha mujer en su vida. Mentiras da, a veces mejor. Yo he visto muertos simpáticos. Di- que se embriagaba. Bebía como bebo yo: Coñac supe- ce el Presidente: "Señora por qué no ha devuelto el ca- rior, a veces Champagne. Un día lo vi pasarse. Recibió mión? las credenciales del ministro inglés. Y se quedaron be- biendo: coñac y coñac sin saciarse. Eran cinco. Los pue- Yo: --Señora por qué no ha devuelto el camión? do mentar, pero están muertos. Hombres magníficos. El. —No es de su padre. Es del Estado. Yo: —No es de su padre. Es del Estado. Lo que se robaba Sandino, lo vendían en Danlí a El: —Es un abuso retenerlo como si fuera suyo. un primo del Presidente de Honduras. No quiero mentar nombres. Ya ven que soy discreto. Recibí un cifrado de La señora, colgó con gran estrépito el teléfono. Yo un espía nuestro: oro y mulas. suavemente.

El coñac hizo su efecto. Es sabroso y agradable, pe- A las pocas horas llegó como una tempestad y en- ro traidor. El Presidente iracundo me ordena declarar tró al despacho. La oi gritar, llorar, acusar. Decía: "abu- la guerra a, Honduras: gritan todos, protestan. Llevo el sivo, malcriado, soberbio; cree que él es el Presidente". radiograma, lo firma y bajo a ponerlo. El General Moncada me llama y socarronamente, me cuenta la queja estrepitosa de la señora. Yo no abro la —Te imaginas cómo va a amanecer esto? me pre- boca. guntan. Ella: "vulgar, malcriado, échelo de aquí". El hom- Al día siguiente me dicen que el Presidente me lla- bre frunce el ceño y dice: nta urgentemente. "Oye: basta. La malcriada eres tú. Don Carlos de- Entro al aposento; se incorpora y me pregunta: "Y cía en ese teléfono lo que yo le dictaba. Dale explicacio- el radio?" ; ¡"aquí está"!, sacándolo todo arrugado de la nes por tus insultos". Yo di la vuelta, y me fui a mi bolsa. Se acostó tranquilo y creo que siguíó durmiendo, oficina. Ella pasó y en la cara que era muy hermosa porque se levantó tarde. vi el arrepentimiento y la vergüenza.

8 Doña Teresa Luna era la mejor y mis buscada mo- nuó diciendo que Sandino era un criminal que deseaba dista de Granada. Vestía a las mis exigentes. Era por la desgracia de Nicaragua. El Presidente me hizo llamar Masatepina. Muy amiga del General Moneado-, y llegó a y me dijo: "Este es el Dr. Lara". Entendí lo que que- arreglar la casa. En el aposento colgó un bello Jesús ría: fui a mi oficina y volví con la carta del Dr. Lara Crucificado. Yo no sé dónde lo hallaría pero, qué dolor para Sandino. Se la alargó, la leyó de mentiras, porque y qué expresión de sacrificio. ¡El de Velásquez! Apenas no estaba para leer. Cuando se la iba a echar al bolsi- si se le ve el rostro! Cuando terminó dijo al Gral. Monta- llo, Monada le dijo: da: "Lo primero que vas a hacer es el nombramiento de José Manita como Cónsul en Nueva York". El me —No Doctor, esta carta es del archivo. Ya envió co- volvió a ver. Yo sé lo que quiso decir con los ojos. Los pia al Ministro Americano. El Ministro Americano era ojos son más expresivos que la boca. Sobre todo en las Mr. Mathew Hanna que hablaba muy bien español. De mujeres, y él tenía un no sé qué femenino en su ser, repente fingía no saberlo. pero era muy hombre! El Gral. Monada me tenía ordenado que cuando Cuando se fue la señora él, con delicadeza y des- Hanna llegara en visita estuviera en el despacho con pués de admirar el dolor callado del Santo Cristo, me di- cualquier pretexto; que oyera la conversación y ensegui- jo: "guárdelo, guárdelo bien". da la escribiera. ¡Lo que oil Formé un libro, lo empas- taren y se lo entregué. Una mañana fue larga y ruda Creyeron que era ateísmo, o irreligiosidad. Cuando la conversación. El Presidente tenía pruebas de que los más bien era un respecto profundo a la imagen de Cris- americanos mantenían, pertrechaban y proporcionaban to- to. El mundano, el mujeriego, el sátiro reconoce a su do a Sandino. Sandino era hechura de la brutal interven- Dios en forma reverencia). El impuro rindiendo culto a ción que estaba acabando con Nicaragua. Moncada estu- la pureza misma. Al Gral. Moncada le gustaban las mu- vo magnífico de ira, de horror, de una verdad que man- jeres feas, viejas, bonitas, jóvenes, todas, y no iba a tenía atontado a Hanna. Citaba días, horas, fechas, luga- estar Cristo desde la cruz viendo todo aquello. Cuando res de la complicidad yanqui, papeles. ya estaba el Presidente en funciones llegó Doña Teresa y yo le dije lo de siempre: El Presidente está en una Rojo por la verdad que salía a borbotones por la bo- reunión. Vaya y dígale que yo estoy aquí. ca. Hasta me parecía que hubiera querido agarrar por el cuello al yanqui entrometido, pero en lo personal eran —No señora, está con los Ministros, me ordenó. muy finos amigos. Después le leí el suceso que había visto y oído. Se le ocurrió algo de pronto. Volvió otro día. Igual: Está en una reunión. Se fue y no volvió más. Un día fui yo, un sábado, a la Laguna —Publique eso como una declaración oficial en for- a informarle, y encontró a Doña Teresa. ma de batiburrillo. La escribí y la mandé al periódico. Fue un escándalo Hombres de confianza llegaron muy de Desde que me vio, dijo al Presidente... —Pues, Jo- mañana hirviendo. el Dr. Federico Sacasa: "¡Cómo se sé María, no he podido verte en Managua porque en la le escapó eso. Es comprometedor!" Toño Flores: "¡Yo Casa Presidencial hay un perro negro y no me deja en- te hacía más vivo. Qué bárbaro!" y otros, y otros. Pon- trar. —Señora—, dijo herido el Presidente—, Ud. es in- deraban al Presidente la forma burlona, ligera, chance- justa y grosera, yo he dado orden que no la dejen en- ra y a veces grosera con que me refería a la interven- trar. Tengo mis razones, Don Carlos no es perro ni es ción americana. negro.

¡Me vio blanco el hombre que se sentía maltratado, El Presidente era hombre de una estudiada sereni- cuando advertía la injusticia! Era campeón de la ver- dad. Oía a cada uno. Me llamó y me dijo: "Tráigame dad y la expresaba sin distingo y sin miedo. ¡Siempre el periódico". Lo llevó. —Léame la declaración oficial fue así! que hizo. La leí calmoso, despacho. Yo sé leer. Y ca- da vez que relampagueaba un párrafo decían loe oyen- Estaban en su mayor fuerza los Sandinistas, destru- tes: "Qué bárbaro, qué grave eso! El Departamento de yéndolo todo. Un espía muy valiente asaltó y mató a Estado va a reclamar! Van a pedir la destitución de es- un hombre que llevaba una carta del Dr. Escolástico te! A Ud, al Presidente, le van a exigir una rectifica- Lara, un médico ilustre, un hombre sobresaliente, vallen- ción!". Cuando terminé, el Presidente como queriendo y bueno. ¡Los americanos crearon, armaron y mantu- sonreír me dijo: "Ese es ea género, interpretó no lo que vieron a Sandino! ¡Yo sé por -qué lo digo! yo dije sino lo que quería, lo que pienso, lo que debe pensar todo nicaragüense patriota y honrado!". Después, Fue una mañana el Dr. Lara con un compañero cuando se fueron me dijo uno por uno. Ilustre donde el Presidente. Yo no sé qué le pasaba al Dr. Lara que llegó a sincerarse eon el Presidente. El Dr. Carlos Morales: " ¡qué vivo, me hubieras he- cho una señita!". Lo de siempre: él, ni conocía a Sandino; y habló y habló. Moncada sabía oír, que es tan difícil. Me acuer- Dr. Taño Flores: "Lo sospeché. No tenés pelo de do que jugaba con un lápiz rojo entre las manos. tonto!".

—¡Y Ud. Doctor?— preguntó al otro, que era hom- Dr. Federico Sacasa: "Viveza granadina!", golpeán- bre íntegro, sabio y muy simpático. El Dr. Lara conti- dome con cariño la espalda.

9 Otro: "Felonía granadina!". Una vez sucedió un caso insólito. Pidió a los go- bernantes de América la oficina Panamericana un men- Un día se le pidieron a Tacho, que era Sub-secreta- saje que no pasará de cien palabras. El se fue a la Quin- rio de Relaciones, unos informes que los conocía. Pasa- ta y se entregó a escribir. Dilató cuatro días. Le costa- ron días y no contestaba "vaya Ud., me dijo, a ver qué ba escribir. Era un pensador al de verdad, pero le cos- pasa". Fui. Tacho era hombre de carácter muy grato. taba mucho escribir. Se trataba del centenario de la muer- Se hacía. querer, irradiaba simpatía. Era de amabalidad te del Libertador. Tenía hermosas y grandes ideas el pegadiza. Después. Los hombres no resisten la poderosa Gral. Moncada, pero trabajaba mucho para expresadas, fuerza del poder. Llegué y le dije de lo que se trataba. para ordenarlas en el papel; me parece que tenía ances- "Negró, me dijo sentate.y escribí qué es lo que realmen- tro extranjero. Hay muchos casos. te quiere". Lo escribí. Al día sigiuente llegó la Ministe- rial y se la llevé al Presidente. La leyó, y voltiéndome Terminó y lo leyó a varios amigos. Lo de siempre: a ver me dijo: "El machote es suyo". "admirable! qué dicción! Léame ese párrafo"!. El no re- conocía a los incondicionales. Ofusca el elogio exagera- Estábamos en lo que se llamó la Casa Gris, yo no do. Desconfía él de los que están elogiando siempre. Yo sé por qué, ni era. gris; una casota horrible. La presi- no estuve de acuerdo en su comparación de Washington dencia se componía del Presidente, yo y Carlos Solís To- con el Libertador, pero no lo dije. Además, nadie me lo rres que era el mecanógrafo. Muchacho muy competen- preguntó. En la tarde me lo ofreció para que lo leyera. te y muy bueno. Vivía allí también ROM Niño que fue Cualquier cosa. Conté las palabras y resultaron 108. Se compañero del Gral. Moncada en la campaña y que go- lo dije y me autorizó para que lo arreglara. Era fácil, zaba de mucha confianza con él. Lo trataba de voz. Sa- muchas palabras innecesarias, comunes, sobrantes. El lía todas las noches el Presidente con sus amigos; yo Libertador no se parece a nadie. Es único. Washington también y Rosa Niño como que enamoraba a una niña es un hombre grande y puro. El Libertador un hombre de enfrente. Una noche llegó el Presidente a la casa y grande e impuro. Vive en la conciencia de América. El no encontró a nadie: sólo al centinela que iba y volvía. que quiere verlo lo ve. Washington es una reliquia. El En la mañana sigiuente llamó a Rosa Niño y le dijo: otro anda, habla, dirije, sueña, piensa. Es el alma. de "hombre ustedes dejan solo aquí; vengo y no hay nadie; América. de repente me van a asesinar". Rosa Niño le repuso: "Andás de aquí para allá con putas ¿ y aquí Don Carlos Al Presidente Moncada nadie lo vio como lo vi yo: y yo te vamos a asesinar? y dio la vuelta". El Presi- con sus virtudes, con sus defectos, con lo que él creía. dente no dijo nada!". de la vida., con lo que pensaba de los hombres y hasta de las mujeres. En sus alegrías, en sus tristezas y más que todo en sus dudas. Eso es todo el hombre. Lo en- "Vio? —me dijo el Rosa Niño: —Va y viene con sin-. contré: varia veces decaído, deshecho, metido todo en laa ganas desde Casa Colorada, beben, comen y aquí lo es- dudas. Y sin poder preguntarle nada. Una vez estaba peramos nosotros para asesinarlo. iQue baboso!". Yo, contento, satisfecho, alegre, pero moderadamente alegre. como siempre mudo. Dejaba ver lo que estaba pasando. Me senté en el escri- torio suyo y leí, débilmente visible en el secante, estas Venía de Masatepe un día, se descompone el Lin- palabras: "A LAS DIEZ, POR LA OTRA PUERTA". Yo coln y se pasa al Yip de la, escolta presidencial. Llegó sabía cuál era. la mano linda que escribió esta promesa. enfermo, quejándose de las asperezas y brincos del Yip. El amor es MAS fuerte que la muerte En la pro- Rosa Niño comenta en su presencia: "caminábamos a. pla Secretaría Privada, por la noche escribía los recaer- pie en los zuampos, en los llanos, en las lomas empina- dos del día. Tenía tres libretitas con todo lo que pasaba das, y aquí te has vuelto como señorita. ¿ Te acordás cerca de mí. Me distraía releyéndolas. Siempre me ha cuando te dormiste en el suelo con una piedra por al- encantado leer, y cómo repasar lo que he visto u oído, mohada? Y ahora no puede andar en un carro viejo. sin corregir o agregar nada. Fielmente escrito todo; di- ¡ Oué niño tan delicado!". Y yo como siempre mudo, mu- cho con la sencillez o con la violencia sucedida. Estaba do! como en la escuela de San Carlos o de ciudad Rama, cuando era muchacho descalzo. Me enseñaron los maes- Pudiera contar más escenas iguales a estas. El que- tros a ser leal conmigo mismo, desde temprano: el pri- ría. mucho a Rosa Niño, le oía y ni siquiera sonreía por- mero fue mi padre y el de ciudad Rama mi hermano que no sabía sonreír. Tenía virtudes extrañas que no mayor Salvador, un hombre encantador: sabía poco, pe- he visto nunca en ningún otro hombre. Sufría con el mal ro enseriaba la manera de vivir la vida. Hay ahora co- ajeno. Jamás cometió una injusticia. Era muy honrado. sas complicadas con maestros, —profesores los llaman—, No sé en lo que creía, porque nunca le oi la menor pa- que saben mucho y no enseñan nada. Ellos mismos no labra que se refiriere a Dios. saben cómo se vive. Los tiempos han cambiado mucho.

Hablaba poco. No sabía decir discursos. Hablando Traje mis cosas cuando Moncada se bajó de la Pre- se hacía pesado, parco, palabra por palabra, como deján- sidencia; entregó la banda que se cruzan de derecha iz- dolas caer, sin ninguna inspiración. Y que era hombre de quierda y me dejó a mi para que entregara lo demás. mucha lectura. Lo que sí sabía era reflexionar. Nunca SI no había gran cosa: papeles de todo tamaño. El Dr. violentó Una resolución. Jamás se disparaba contra na- Sacasa era muy amable, me habló de lo mucho que me die. Conmigo hablaba. Yo sólo lo oia. Esa era mi ta- debía la Patria, de mi abnegación y de mi lealtad. En rea. Me la impuse yo. parte es verdad eso, menos lo que me debe la Patria. A

1 0 Dios bendigo por haberme dado esta tierra, por haber- Y me acuerdo de su entierro cuando murió: fuimos me hecho polvo de esta tierra, agua de esta agua. pocos; nadie quiso hablar en la Casa del Partido. Don Ramón Sevilla, a quien yo quería mucho, desde que me Estuve como 15 años fuera de mi casa. Sirviendo vio dijo: —¡Ud. Dn. Carlos! Digo unas palabritas. No re- para nada, en esto y en aquello, mal pagado y mal co- cuerdo ni lo que dije. Me tenía avergonzado que sobre mido. Volví, porque me echaron el día menos pensado. el ataúd, en lugar de aquella Patria que defendió con- Feliz en ml casa, jugando con mis hijos, hablando día tra el poder más grande del mundo, quien no durmió y noche con mi mujer porque ella habla mucho y de pensando él en ella, y que no tuvo paz los cuatro años todo. de su gobierno, le pusieron un pedazo de colorado. Si él era solamente el más ilustre de los hijos de Nicaragua. Volví afligido, pensando en la vida, pero mi mujer Y el más atormentado. Yo siento orgullo de haber sido ella es un encanto y se fue a buscarme trabajo, a visi- el único que vio, oyó y conoció los cuatro años de an- tar a los grandes, a los poderosos, y les decía que yo gustia a que estuvo sometido por la Patria. Se trataba hablaba en Radio Mundial, que era la más poderosa es- de la sucesión y todos querían ser candidatos a la Pre- tación del país; que tenía escritos 42 libros con mis con- sidencia. El hombre jamás abrió la boca. Me pregunta- ferencias, que eran muy lindas y que yo era el hombre ban a mí. Yo era mudo. Una mañana llegó el Presiden- más grande del mundo. Ud. nunca lo ha oído? pregun- te a mi oficina, sacó un libro. "El diario de Bucaraman- taba. Solicitaba un anuncio para mis Charlas. Me pare- ga, del Libertador". Mucho quería al Libertador, no por ce que debe haber sido grato y perdonable oír a una lo que hizo, sino por lo que pensó. mujer hablando así de su marido. Se hizo querer y la atendían con mucha generosidad. A él le repugnaban los militares y nunca usó uni- forme, ni se puso medalla, ni nada que lo distinguiera. Me acuerdo de mi amigo Gonzalo Meneses Ocón. Era sencillo y orgulloso. Qué raro. Disputaban los pre- El la vio, la oyó sonriendo y la sirvió. Lástima? pensa- tendientes, y él. Eso sí, era hiriente, burlón incisivo: cor- ba yo. No es lástima lo que se tiene por una mujer que taba, hería, sangraba, de todo usaba. Hablando de ellos. habla así y anda sudada, a pie, cansada, por el mari- ¿Quiere saber Ud. quién es el candidato del Presidente do desocupado. Yo nunca he servido para pedir, ni sé Montada? Lo volví a ver. Nunca hablaba. Y él despa- cómo se hace eso. Es simpatía lo que inspira? Ya no cio, palabra por palabra como se reza una oración, me tuve necesidades. El Angel de mi Guarda, andaba con dijo: "El candidato del Presidente Montada es el Gral. mt mujer, cansado, a pie y sudado como ella. No lo vi Moncada"! Y continuó leyendo el "DIARIO DE BUCA- yo pero lo supe. Cuando ya me dediqué a arreglar ,tran- RAMANGA". Yo puse seña después en la página que leía quilamente mis libros, éstos alegres me saludaban con cuando me dijo eso—. Un día hablaban, disputaban los cariño. pretendientes, y él firmó la carta que le llevaba. Alzó la vista, me quedó viendo y yo entendí lo que quería Los libros hablan, sufren, sienten. Son Criaturas vi- decir con los ojos y con la boca cerrada. vas de Dios, ¡15 años de abandono, de separación. Ya no estaré apartado de ustedes. Ya estoy aquí para cui- "Quieren ver —les dijo— al único que sabe quién darlos, para acariciarlos, para releerlos, y para contar es mi candidato? Y ellos esperaron. Dirigiéndose a mí: a mis hijos lo que me dicen de nuevo. Y los resobaba, "Don Carlos: sabe Ud. quién es mi candidato?". "Sí", y sonreían al volverme a ver, y saber que yo no los de- dije suave como novia pudorosa cuando el cura le inte- jaría más. rroga: "Acepta Ud. por esposo a fulano de tal?". No se le oye, dijo el Dr. Carlos Morales. Alcé yo la cara y Los tres libritos en que apunté mi vida y la vida del viéndolos a los dos dije fuerte: "Sí, si sé", y me fui con Presidente Moncada, los comejenes, ejércitos de comeje- la carta firmada que era para don José Zepeda Alanís. nes, los carcomieron, los deshicieron: hojas con hoyos, Después me preguntaba Don Toño y me preguntaba el ilegibles. Y tantas cosas interesantes que desaparecie- Dr. Morales. Yo recobré mi constante mudez. No sé na- ron. Cuatro años de la verdadera Histeria de Nicaragua, da amigo: Son cosas de él. "No hombre", me decía el que no está escrita. La lucha de Montada con la rapaz Dr. Morales: "vos lo conocía bien". y cruel intervención americana. El, solo contra todos. Ninguno me sacó ni una seña siquiera. Hasta aho- R. A dice. Las cosas tienen un ser vital, tienen ra- ra lo digo. Los 3 están muertos. En la tumba no hay ros aspectos, miradas misteriosas. Toda forma es un ges- más polvo ya. Pero ellos, que eran tan buenos, deben to, una cifra, un enigma; en cada átomo existe un in- de estar en el Cielo. Dios es misericordioso y ellos ni cógnito enigma de día, de tarde, de noche, a toda hora se acordarán que se morían los 2 por ser Presidentes y lo más duro que los liberales conspiran con los ame- de Nicaragua y el otro por reelegirse para seguir su- ricanos para echarlos lo calumniaban y andaban en con- friendo, porque no mandó nunca. en una zona, Sandino liábulos para que otro liberal viniera a prestarse para con los bandoleros; y en la otra, la intervención ame- lo que aquel hombre de hierro decía siempre. No. Eso ricana cruel, sangrienta, la muerte, el incendio y el pi- nunca! llaje, diezmando a los nicaragüenses, corrompiendo a las mujeres, echándonos a pelear como gallos ennavajados Qué bien hicieron los comejenes en comerse los libri- a los unos y los otros. tos famosos en los que contaba minuciosamente esos cua- tro años dolorosos sin tregua, sin descanso, triste, del A mí me es difícil olvidar, no al Gral. Moncada Gral. Moncada porque no se hacía querer, sí al hombre que a la Pa- 11 tria amó y estaba dando la vida por ella minuto a mi- Hace pocos días fui a J inotepe para decir estas cosas nuto, lentamente; todos los días un pedazo de su alma, que se dicen cada año. Hablé en la Escuela Normal y con el corazón estrujado. Así... dije parte de lo mucho que sé de la Patria, de su na- cimiento, de los Próceres. Me consta! licenciado del Valle. De Barrundia. Pudiera seguir contando lo que vi, lo que oi, to- Del Licenciado Larreynaga. do lo de los 4 años que estuvo el Gral. Moncada, en un puesto que llaman Presidencia y que no presidió nun- De todos. Oiga, Larreynaga nació en León. Murieron ca. Pero son detalles muy tristes, hechos muy dolorosos. sus padres y lo recogió un tío que era joyero en Teli- Es mejor olvidar. El olvido sirve para eso: para no su- ea. Y el muchachito cuando iba a vender bisutería, jo- frir con los recuerdos del pasado. yas, sortijas se quedaba espantado viendo la erupción de 3 volcanes: Momotombo, el Orota o Rota y el Cosigüi- na. Un espectáculo maravilloso. RESUMEN Oyeron los normalistas encantados. Me llevaron por ca- El Gral. Moncada: minos que no conocía. Maravillado de tanta hermosura, Era sencillo, pero soberbio. árboles como nunca los había visto. Iba deslumbrado. Hablaba poco. Qué tierra ésta. Por donde quiera la belleza, hasta la No sabía hacer discursos. piedra del camino, y de pronto un ceibo gigantesco con Le repugnaban los versos. la copa tupida de un ramaje verde oscuro. Yo creo que Le gustaban las mujeres, las peores. Dios pinta, dibuja, esculpe. Esta montaña, es obra de Jamás dijo una mala palabra. sus manos generosas. Nunca mintió. Nunca juró. Pasamos por Masatepe y vi sólo y triste, la estatua del Era cristiano. (Entendía por eso amar a Gral. Moncada, en medio sol, cubierto del polvo del ca- Cristo). mino. Siempre con la pena y la soledad. Las estatuas No supo lo que era la amistad. son para, halagar la vanidad de los vivientes. No se hacía querer. Qué pierden ellas con nosotros? Nunca odió a nadie. No creía en la buena fe de los partidos. Recuerdo cuando se inauguró me trajeron para que ha- Ni liberal ni conservador. blara. Ideay, no había o no quería nadie hacerlo. Vine No digo lo que me dijo de los americanos. y dije los lugares comunes que se dicen en estos casos. La Patria sin patriotas le oi decir una vez. Para qué me iba. a poner a decir la verdad, lo que yo Era sincero. había visto, lo que sabía? No confundió nunca el sí con el no. No habló alto. Ni a él, ni a nadie le hubiera gustado oír el pasado tris- Comía mal y poco. te de la vida de este grande hombre. Fue siempre aisla- Irónico, hasta grosero. do por el destino. ¡Ah, una mano generosa que hubiera Devolvía los regalos como novio enojado. hecho un cerquito a la estatura y sembrado rosas! El No es cierto que abusaba del licor. gustaba de las flores y en estos lugares las hay tan lin- Solamente dos veces lo vi hablando disparates. das! Hasta que fue Presidente usó zapatillas caras. Reía bajo como para que no le oyeran. Deben de estar cansados de oírme, las damas aburridas. No entendía de hacer chistes. Pero tienen que saber ellas también todo lo que se refie- No intimó con nadie. re a Nicaragua, y contarlo como un cuento a sus hijos. Le gustaba estar solo. Comenzar como si fuera un cuento de Andersen. Leía. Admiraba al Iibertador. Hubo hace muchos años en esta tierra un hombre que Callado oía cuando le hablaban mal de alguien. luchó, sufrió y lloró por la Patria". Intrigaron para sacarme, y me iba, pero él intrigó para que me quedara. a cualquiera de los héroes de la Independencia, tal Yo no estaba puesto por él. Ni lo conocía. Me llevó, Dios vez más significativo porque le tocó estar solo contra para que fuera testigo de los 4 años de la tragedia con- todos", etc. Pongan el resto ustedes que tienen tan a flor tinua. El mismo Gral. Moncada, se engañó. El soñaba de labio el corazón. Shakespeare dijo de Uds. con días felices, con el honor y la gloria. La alegría dia- ria, el ruedo de amigo, la sonrisa de los incondicionales, Fragility: thy name es woman. las regalías, el poderlo todo, el Himno, el estruendo de Fragilidad: tu nombre es mujer. los rifles a su paso. Y nada de eso hubo. Pero yo traduzco a mi capricho: Gentileza: tu nombre es mujer. Eramos sólo 3 los que estábamos. El Presidente de la República, cabizbajo y triste, yo Secretario, y el meca- Cuando el Gral. Moncada era Presidente electo se anun- nógrafo que se llamaba Carlos Solís Torres. y la Pa- ció la visita a Nicaragua el también Presidente electo de tria sintiendo en su alma el dolor constante. los Estados Unidos. Mr. Hoover.

12 Hubo consultas, preguntas respecto al traje, color y for- La vida es drama, comedia, tragedia, mojiganga, ma que debía llevar el Gran. Moncada a Corinto. cartel. El Gral. Moncada, tuvo drama primero y luego tragedia, pero tragedia griega, del tremendo siglo V9. Pantalón verdusco, camisa blanca, corbata de color te- nue, zapatillas negras, leva negra larga bastón. Es más. El comenzó siendo un agricultor. Compra. ba café en grano de futuro, sembraba. Buen hombre. Tu- El quiso que yo fuera, pero yo no me puse más que el vo un trillo y le puso un nombre peligroso, prometedor traje blanco que uso siempre, y no iba en la comitiva si- de lucha. El destino le sugirió ese nombre que es como no aparte, como un curioso cualquiera: ver, era mi con- el programa de su vida nueva y desoladora. El no quiso signa, impuesta por mí: ver y algunas veces oír; hablar verlo así. Dios no consulta con nadie, pero un detalle. bajo y adivinar lo que el Gral. Moncada pensaba y de- una seña, un nombre y PRO basta. Al hombre le toca adi- cía porque él nunca habló fuerte: entre dientes, me ol- vinar y cumplir su destino. Al Trillo se llama TRILLO vidaba decir que nunca le llamó con otro nombre que BOLIVAR. el de Gral. Moncada. Jamás le dije señor Presidente. Dejó su vida tranquila del campo. El campo y el árbol es más noble amigo que el hombre mismo. Y se Llegó el barco. La guardia hizo valla ; limpias las ar- fue a la lucha. mas, vestidos de gala. Creyó estaba triunfante cuando llegó a la presiden- El Gral. Moncada y su comitiva, de leva seria, todos se cia de la República. Era otro hombre, feliz, pero de men- adelantaron buscando al Presidente de los Estados Uni- tiras: preso de sus pasiones. Lo agarró la tragedia y lo dos. purificó en el dolor, hizo de él otro hombre. Nuevo pero con el sufrimiento como compañero inseparable. Lo arrui- De pronto apareció un yancote alto, con el saco en el nó el nombre; un nombre puede acabar con todo: Para brazo, zapatos blancos, medio desaliñado y golpeando con qué escogió el nombre de Bolívar sino para transformar- la mano el hombro del General Moncada le dijo con voz se en un luchador, en un perseguido por la ingratitud, estentórea: Halló, Mr. Presidente! y el de Nicaragua en una alma carcomida por la desgracia. El lo sabía asustado dio la bienvenida, corto, suave, serio mientras porque leyó conmigo el Diario de Bucaramanga. Murió el otro reía sonoramente. Yo apunté in memoria: sin que nadie lo viera. Lo asesinó la muerte por detrás. sólo como continúa estando en el mármol en que lo vi "La fuerza hecha hombre; el uno —añadí— la fuer- en una tarde polvosa en las orillas de Masatepe, sufrien- za es madre del abuso, y continué pensando. El alto, fuer- do el fuego ardoroso del verano, a la' lluvia cruel del in- te, confiado, seguro de que lo puede todo. Tomillos de vierno, muerto en el mármol, como continuará callado, gente al respaldo, él mismo un hombrazo. Y el otro un independiente, tragándose la tragedia interminable de su hombre corto, quiero decir pequeño, limpio alargando una vida! mano pequeña también temblona, un saludo que no se oía para contestar a la mano fuerte que cayó sobre su Debiera de tener piedad la gente con los muertos, hombro con el: Hallo, Mr. President! y no perennizar el sufrimiento haciéndolos vivir en már- mol, más bien para exhibir la loca vanidad humana, que Continué con mi resolución de curioso: "Me parece cono homenaje a los méritos del muerta. que en todas las cosas de la vida hay un simbolismo muy grande que el hombre tiene que tomar en cuenta si quie- Es locura mía pero creo que así en el abandono de re vivir a sabienda del significado de todo, consciente una calle desierta, sólo el pobre hombre, sin quien lo vea del lugar que le ha sido señalado por Dios. y lo admire y lo recuerde debe ser triste. Fue y es y seguirá siendo un solitario. Algo tiene el sólo nombre del No saqué conclusiones. En la Historia de Nicaragua, Libertador que satura de grandeza, pero contagia de está el significado de la escena de que fui testigo curio- aquel su desengaño y su dolor. Lo está probando la vi- so, y el resultado de todo. Como si el hombre alto y fuer- da, la lucha, la muerte y luego la perennidad en már- te fuera un presagio de lo que sucedería más tarde. mol de este hombre superior, que sufre el castigo trá- gico de pasar como un desconocido en la cercanía de una Hay que olvidar todas estas cosas que he dicho. Me carretera. Lo que hizo lo que sufrió y porque se ofre- mantenían calenturiento, desasogado, inquieto, y me exi- ció generosamente a sobrellevarlo todo por la Patria me- gía no sé qué fuerzas misteriosas que deshiciera de lo recen la admiración y la promesa de imitarle. Cuando que me traía inconforme y hasta enfermo. Y me resol- él decía "La Patria sin patriotas" quería decir que él ví a contar cuentos. Puedo escribir un libro con lo que daba todos los días pedazo a pedazo su vida, con calla- todavía recuerdo en lo íntimo de mi alma. Creo mucho do ofrecimiento, sin pensar en nada que no fuera la Pa- en la fuerza imperativa que hay en el ser interior de tria. Yo no sé si le ha correspondido. cada uno y me parece que en las mujeres no existe por- que no están ellas hechas para las más fuertes pasio- Yo continuó con la promesa que hice desde el pri- nes, para los encontronazos de la vida, para la lucha mer día que llegué: mudo! Un curioso, un hombre lige- diaria y dura. En el hogar es otra forma de pela la suya. ro, un observador cualquiera y cuando lo vi en el már- Hay que olvidar. El olvido es para eso: para evitar mol adiviné y vi lo que él está callando todavía. Se ve el sufrimiento que es lo que mata. Hay tantas cosas en perfectamente lo que está pensando. Yo como cumplo lo la vida que tienen, que deben ser olvidadas. que ofrecí, no lo digo!

13 FERNANDO CORDOBA, rodeándole con su resguardo, huyó más de tres mil varas con el caballo que montaba herido, hasta que Ministro de Moncada el animal cayó. Pocos meses después fue capturado Mira a Mancada y llevado al cuartel principal de la Capital, de don- de se fugó a principios del año de 1898, rompiendo El General José María Moncada NACIO EL 8 las paredes de la cárcel, se dirigió de incógnito a DE DICIEMBRE DE 1870, en el pueblo de San Ra- Honduras. en donde también ejerció el periodismo fael del Sur, departamento de Managua. Fu', hijo atacando la dictadura de Zelaya, en el periódico "Pa- de don Nemesio Moncada y de doña Zoila Tapia, tria" que él dirigía. que residieron siempre en Masatepe y que temporal- mente se encontraban en el citado pueblo, en la fe- Como paréntesis de su vida politica, cabe rela- cha del nacimiento. tar, que durante toda su vida fue un valiente, tuvo un duelo durante su permanencia en Honduras, con Los padres del General Moncada fueron duran- el periodista nicaragüense Alejandro Miranda; am- te su vida demasiado pobres, de sangre española por bos revólver en mano y a escasos pasos de distancia, sus antepasados, y don Nemesio, además, era des- dispararon sus armas saliendo herido el General, cendiente de don Concepción Moncada, hondureño los dos contendientes fueron apresados. Moncada es- y ayudante del General Morazán, que residió en el tando en la cárcel escribió su obra "Lo Porvenir". Ocotal. poco tiempo después fueron absueltos por el Jurado.

Hizo sus primeros estudios de primaria en Ma- El año de 1899 partió a El Salvador, en donde satepe, en el Colegio "San Carlos"; y de secundaria, permaneció parte del año siguiente, teninedo que re- en el Instituto Nacional de Granada, en tiempos del gresar a Nicaragua por la muerte de su padre, don señor Izaguirre, bachillerándose en el año de 1888. Nemesio Moncada, ocurrida en Masatepe. Cayó pri- a los 18 arios de edad. sionero en Corinto y trasladado a la Penitenciaría de Managua, por orden de Zelaya. En 1889 se trasladó a Managua como profesor de la escuela que dirigía don Marcos Mairena, ha- En 1900 y 1901 residió en Masatepe y en 1902 biendo escrito ese año un proyecto de Historia Patria salió del país por las continuas persecuciones. diri- que sometió al conocimiento del Ministerio de Ins- giéndose de nuevo a Honduras, donde desempeñó la trucción Pública. En 1892 fue nombrado Inspector Dirección General de Instrucción Pública durante del Instituto Nacional de Oriente, en Granada, pues- los años de 1903 y 1904; escribió su obra didáctica to que dejó para ascender a Sub-Director en el mis- "Educación, Trabajo y Ciencia" y "El Gran Ideal". mo colegio, y por haberse retirado de hecho el Di- Durante los años de 1905 a 1906, desempeñó la Sub- rector don Miguel Ramírez Goyena, el General Mon- Secretaría de Gobernación, siendo Presidente el Ge- cada lo sustituyó en el puesto, hasta fines de ese neral Manuel Bonilla, y en 1907 con los emigrados ario para dedicarse al periodismo, fundado en Gra- nicaragüenses que se encontraban aquel país, tomó neda su primer periódico llamado "El Centinela", parte en la guerra contra Zelaya. Después de la gue- editado en los talleres tipográficos de "El Centro- rra. en 1908, se trasladó de Honduras a El Salvador, americano", de don Anselmo H. Rivas. en donde siguió escribiendo contra Zelaya. Después pasó a Guatemala colaborando en "La República". La vida política del General Moncada, principió de García Salas y el diario de "Centro América" desde la fundación de "El Centinela" en 1892, has- redactado por don Ricardo Contreras, que residió ta el 23 de Febrero de 1945, es decir, 52 años y seis en Nicaragua; también tomó parte en el concurso de meses. la revista "Electa" sobre la biografía de Pepe Ba- tres Montúfar, escribió su novela de costumbres in- Al primer Presidente que conoció fue al doctor dígenas "Anacaoma". Su libro "El Ideal Ciudadano" , con quien tuvo un ligero choque por fue destinado a la enseñanza pública de esa Repú- asuntos de periodismo. En 1893 estuvo al lado del blica y cuando acaeció el complot de los cadetes con- movimiento que encabezaba el General José Santos tra Estrada Cabrera, estuvo preso, habiendo obteni- Zelaya, tomando parte en La Barranca. Con el triun- do su libertad al día siguiente que Estrada Cabrera fo de este Presidente liberal, Moncada se trasladó revisó la lista de los prisioneros. a la capital, dirigiendo siempre "El Centinela", que reapareció editado en distinto taller, hasta 1894, que En 1909 salió para Belice, regresando poco tiem- fue suspendido. po después a Guatemala, donde concluyó su libro "Cosas de Centro América", sin desatender su tarea En 1895 se trasladó a Masatepe donde perma- periodística en los diarios. A principios de 1910, lle- neció todo el año de 1896, apartado de la política gó a Bluefields en un vapor noruego que conducía del Presidente Zelaya. Simpatizador del movimien- provisiones procedentes de Guatemala y Belice, en- to en León que encabezaban Baca, Madriz, Monte- viadas por Estrada Cabrera a la revolución encabe- negro y demás liberales de Occidente. En 1897 tomó zada por el General Juan J. Estrada. Durante esa parte en la pequeña revolución que contra Zelaya guerra se le designó como segundo Jefe de las fuer- se planeaba en las alturas del Mombacho. Su vida zas del General en Jefe , después aue el estuvo en peligro en el pueblo de La Concepción y General Emiliano Chamorro dejó la jefatura del ejér- al intentar el Jefe de la Policía hacerlo prisionero, cito por el desastre de Tisma. Moncada ocupó la

14 vanguardia del ejército, habiendo derrotado en va- En 1926 de Costa Rica pasó a la Costa Atlánti- rios combates a las fuerzas escalonadas de los Go- ca y herido en el Río Escondido en un combate de biernos de Zelaya y Madriz, y entró triunfante con esa región, regresó a Costa Rica y en Octubre de ese su ejército a la Capital. Fue electo Diputado a la año, continuó en su empeño de establecer la consti- Constituyente que se reunió en esa época, ocupó la tucionalidad en Nicaragua. Se dirigió a Guatemala, Sub-Secretaría de la Guerra y nombrado Ministro en donde se encontraba el doctor Juan Bautista Sa- de Gobernación en el año siguiente de 1911, durante casa, Presidente Constitucional, que nombró a Mon- el Gobierno del General Estrada. El 9 de Mayo, fe- cada representante personal en la Costa Atlántica de cha en que renunció el citado Presidente, cayó pri- Nicaragua. De Puerto México se dirigió con armas sionero y obligado a salir del país. En esa écoca pu- a Puerto Cabezas. blicaba "El Centinela", relatando las memorias de la revolución de la Costa; fue combatido de manera Durante la guerra constitucionalista, fue figura fuerte en los periódicos conservadores. Firmó el De- central de la política nacional en Nicaragua, en lo creto de Estrada disolviendo el Congreso llamado militar, en la política nacional e internacional y aún chamorrista y un día antes de su caída, ordenó la en los problemas de la paz. Desde Puerto Cabezas prisión del Ministro de la Guerra, General Luis Me- hasta el Espino Negro, el 5 de Mayo de 1927 tuvo na de acuerdo con Estrada. esa responsabilidad, incluyendo la de la supervigi- lancia electoral. En Estados Unidos permaneció durante los años En los años de 1927 y 1928 visitó los Estados de 1912 y 1913 escribiendo en algunos periódicos de Unidos y a su regreso nominado Candidato liberal esa gran nación, especialmente en el "Heraldo Ame- en las elecciones para Presidente supervigiladas por ricano", fundado y editado por él, presentó quejas los marinos norteamericanos, elección en la que ob- documentadas ante el Departamento de Estado en tuvo una abrumadora mayoría de votos sobre su igual sentido, pidiendo una revisión de la política contrincante conservador. internacional con Nicaragua y aun de la América Latina. Escribió en esta época los libros: "La Escue- El General Moncada tomó posesión de la Presi- la de lo Porvenir" y "El Mundo Social", de profun- dencia de la República el 19 de Enero de 1929. En da filosofía y política de los Estados Unidos, con ob- su Mensaje dirigido al Congreso Nacional invoca a servaciones de diferentes géneros, que hoy son de la Divina Providencia, llamando a la concordia de actualidad. los nicaragüenses como suprema aspiración de la Patria. Los primeros actos de su Gobierno fueron En New York sufrió un grave accidente auto- exhortaciones a los periodistas liberales para tratar movilístico; fue herido en la frente y en el índice los asuntos del Estado con el menor apasionamiento de la mano derecha que por la cortada de unos ten- posible. La religión católica durante su Gobierno, dones. en su curación, le quedó corto y difícil para fue respetada y ayudada en la mejor forma. Varias escribir. son las obras de progreso que se llevaron a cabo, descollando entre ellas las construcciones de 103 ki- Después de la guerra llamada del General Luis lómetros de línea férrea, de la Casa Presidencial, Mena, el destino llegó a juntar en New York a este Instituto de Higiene, la terminación de los palacios político conservador y al General Moncada, quienes Nacional y de Comunicaciones, destruidos por el te- ccmervaron buena amistad hasta la muerte del pri- rremoto, la pavimentación de ocho avenidas de la mero. Capital, la aguadora de Managua, el Muelle de Co- rinto y otras tantas mis. Su administración fue bas- En 1914, Moncada, de regreso de Estados Uni- tante abatida por las inclemencias de la época. tales dos. redactaba en Managua "El Nacionalista", lo mis- como el bandolerismo al mando de Sandino que diez- mo que en los años siguientes haciendo franca cam- maba los Departamentos del Norte. El terremoto del paña a favor del liberalismo, reorganizado en esa 31 de Marzo de 1931 que destruyó la Capital; pero época y al terminar el período conservador de Adol- a pesar de Iodo ésto hizo una administración hones- fo Díaz, intentó con varios correligionarios que lo ta. La política internacional de Moncada, como Pre- nominaran candidato liberal a la Presidencia de la sidente y como escritor, es extensamente conocida República, sin conseguirlo por la abstención del par- por lo que hace a los Estados Unidos; partidario de tido liberal. la política de "Buen Vecino" y franco opositor a la política del dólar, en Nicaragua. Durante su Gobier- De 1916 a 1920 emprendió fuerte campaña con- no un Gerente extranjero en el Banco se retiró de tra el Gobierno conservador, tomando parte en la la Gerencia, y la Directiva residente en New York propaganda de don José Esteban González, cuyo cambió por orden del Gobierno a los Banqueros y triunfo fué burlado por falta de libertad. En 1921 a la Compañía que administraba el Ferrocarril. Los visitó Costa Rica, regresando en el siguiente año. En minorías tuvieron representación y fue creado el 1923 y 1924 apoyó la política de transacción con la Distrito Nacional. fórmula Solórzano-Sacasa y fue electo Senador Su- plente por el Departamento de Masaya. El 25 de En el tercer año de su Gobierno se celebró el Agosto de 1925 fue capturado con varios liberales tratado Stimson-Moncada para la desocupación del en el Club Internacional y obligado a abandonar el ejército norteamericano que permanecía en el país país por el lomazo de Chamorro. desde el tiempo de los conservadores, asi como los

15 arreglos para el nombramiento de un nicaragüense En 1938 fue partidario de la Reforma de la para Jefe de la Guardia Nacional, una vez efectua- Constitución, habiendo firmado la que actualmente da la desocupación de los marinos el año siguiente. rige en Nicaragua.

De 1929 a 1932 hubo libertad de prensa, con En 1939 las sesiones del Senado absorvieron la ligeras interrupciones y el Presidente de la Repúbli- mayor parte de su tiempo. ca soportó en sus cuatro años el ataque diario y sis- temático de sus opositores. En 1940 fue nombrado miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua y el 5 de ese año leyó su correspondiente discurso que fue contestado, en Durante el tercer año de su Gobierno se agitó la sesión pertinente, por su Señoría Ilustrísima, Mon- fuertemente la opinión liberal por la escogencia del señor Lezcano y Ortega. candidato presidencial. Moncada fue combatido por la prensa y aún personalmente en distintas reuniones En 1941 dió a luz pública su libro "El Hemis- que se celebraron en 1932 por prominentes libera- ferio de la Libertad". les. Después de una intensa lucha, se inclinó prime- ro por la candidatura presidencial del Doctor Leo- En 1942 Apareció su libro "Estados Unidos en nardo Argüello y debido a que fue desconocida la Nicaragua" que contiene relatos sobre la Guerra Convención que nominó a éste, por el Consejo Na- Constitucionalista, de política liberal internacional. cional de Elecciones que fungía bajo la Presidencia del Almirante Wooward, Moncada apoyó la candida- En 1943 y 1944, al agitarse la Reforma de la tura del Doctor Juan Bastista Sacasa, su ex-Ministro Constitución en el Congreso Nacional, no estuvo de en Washington, a quien ayuó decididamente como acuerdo con las reformas proyectadas, que no cre- liberal. yó en tiempo, ni pertinente un nuevo período a fa- vor del General Somoza: sin embargo, durante los En los años de 1933 a 1943 del Gobierno del días de agitación pública, en Julio de ese mismo Doctor Sacasa, estuvo políticamente caído, intentó año, consultaba su opinión en las sesiones celebradas ser nominado por sus amigos candidato a Senador en la Casa del Partido Liberal, el General Moncada por el Departamento de Rivas, y no lo consiguió a manifestó a los liberales llamados independientes, pesar de su popularidad, debido a la fuerte oposi- que el partido debía de apoyar el período del Gral. ción del Gobierno de Sacasa, que con el control elec- Somoza hasta su terminación por haber sido electo toral, negó la inscripción de la fórmula. En los cita- con el voto de todos los liberales, ideas que le cau- dos años Moncada residió en Masatepe, aislado del saron opiniones contra su personalidad política. Nom- Gobierno y su vida expuesta a las contingencias, que brado Ministro de Gobernación por el Gobierno del en esa época ocasionaba el descenso del poder y la General Somoza, permaneció varios meses sin tomar proponderancia de que estaba investido el General posesión y por motivos de salud hizo un viaje a los Sandino, su más fuerte opositor armado, de parte Estados Unidos, habiendo regresado en Diciembre. del Gobierno del Doctor Sacasa, en virtud de los De tránsito para Los Angeles, visitó México en don- pactos celebrados el 2 de Febrero de 1934, época en de fue entrevistado por la prensa de aquel país so- que quiso abandonar el país por falta de garantías. bre política nicaragüense. En pocas palabras mani- festó que en los sucesos de Julio no se había derra- En 1935 estuvo al lado del General Somoza, Je- mado sangre en las manifestaciones de la oposición. fe Director de la Guardia Nacional en los sucesos del 31 de Mayo que culminaron con la renuncia del En los meses de Enero y Febrero de 1945, ya Doctor Juan B. Sacasa, Presidente de la República en posesión del Ministerio de Gobernación, tuvo una en ese entonces, quien en esa época aparecía cele- polémica con el Señor Presidente, abierta y franca, brando pláticas de entendimiento con el conserva- como era costumbre entre ellos, al discutir los pro- tismo. blemas nacionales, polémica que fue publicada en los diarios de Managua. Cabe reproducir el último En 1936 fue nombrado Delegado a las Confe- párrafo escrito por el General Moncada, el 15 de rencias de Buenos Aires en el Gobierno del Doctor Diciembre de 1944, 39 días antes de morir y que Carlos Brenes Jarquin, actuación diplomática que fué con el que cerró su vida de periodista al decir: dió ocasión al General Moncada a presentar su po- "Ud. me conoce mucho Señor Presidente. Soy leal- nencia, durante las sesiones de aquella Gran Asam- mente amigo suyo. Fuera de este mal de humorista, blea, oponiéndose a la presentada por Chile y San- que no lo cura ni la penicilina, yo aparecería me- to Domingo, que solicitaban el desarme del Conti- jor ante Ud. y mis conciudadanos. Con el mayor res- nente Americano, es decir, la limitación de arma- peto de Ud., amigo sincero, J. M. MONCADA". mentos. Las crónicas de estas conferencias aparecen relatadas y publicadas por el General Moncada. En Al amanecer del día 23 de Febrero de 1945, el este año escribió su folleto "Historia de Ayer". General Moncada saltó de su lecho con el fin de to- mar el baño acostumbrado y en el momento preci- En 1937, electo Senador por el Departamento de so que se vestía, su cuerpo se desplomó en posición Masaya, continuó su lucha periodística como en años vertical, herido por la muerte, lanzó apenas un la- anteriores y en el Congreso fue destacada su actua- mento al recibir el golpe mortal. Segundos después, ción por la independencia de sus ideas. faltó su respiración.

16 En su muerte, no necesitó de lucha, su agonía Le traté de cerca por los años de este siglo. De fué de segundos; muere a los 75 años, entre ellos 53 cerca, marchando con él por el mismo camino; de de dura lucha política. A los 59 años de edad fue cerca, yendo los dos por sendas encontradas. Algu- Presidente de la República, colmando así una de las nas veces tratando con intención de cooperar en aspiraciones de su vida. Periodista de nota, irónico igual obra; otras tratando en franca contradicción. en sus frases, castizo en su lenguaje. Su pluma fué En uno y otro caso despertó en mi inteligencia gran tenida como una de las más combativas, tuvo el mis- curiosidad hacia los trabajos de su agigantada men- mo valor para escribir sus ideas, como para recibir te. los insultos. Fuerte, inflexible en la posición y com- Quiero trazar aquí un capítulo breve y somero parativamente débil en el poder, de ideas generosas, de esas averiguaciones mías sobre este espíritu in- reconocidas, aún entre sus opositores, y en fin, el quieto. En la persona del General Moncada pelea- fuerte de su vida huí la publicidad de sus ideas en ron las letras y las armas por posesionarse de su hombre mis combatido en Nicaragua. La pasión más ánimo y decidir la dirección de su vida; tal cual han libros, folletos, periódicos, conferencias públicas y peleado esas mismas actividades humanas en la his- parlamentarias. Su obra en este sentido necesita mu- toria de Nicaragua, también por saber cuál de las chos años para ser conocida totalmente. Como mili- dos ha de marcar el destino de su pueblo. El Gene- tar, victorioso en muchos combates, hay que sumar ral Moncada nació, a juzgar por las actitudes que a su valor, su condición de estratega, sin ser de es- Dios le diera, para seguir la carrera de las letras. calafón, vistiendo siempre de civil. Para ejercer influencia en la sociedad por obra y gracia del pensamiento, escrito o hablado, después En los primeros años de su vida de adolescente de prepararse por el estudio. Pero el General Mon- ejerció el Magisterio, no habiendo podido obtener cada desoyó su vocación y siguió la carrera de las ningún título académico por falta de medios econó- armas, que ejerce sus influencias en nuestra socie- micos. dad por la vía de los hechos.

Excesivamente cuidadoso en su persona, pulcro En su juventud creyó que en el periodismo y en en el vestir, aún en las circunstancias más críticas el libro residían los instrumentos de sus justas am- de su vida, calígrafo, sus editoriales fueron escritos biciones. Fué periodista y editó más de una obra. con la fluidez de su talento innato y trasladados al Pero un día guardó la phuna y tomó la espada. Es- papel con su puño y letra y luego entregados origi- cuchó quizás la viril palabra del caballero Don Qui- nalmente a las cajas de sus diarios, no se sabe que jote de la Mancha, pronunciada con la arrogancia el General Moncada alguna vez haya dictado sus de que tanto gustaba Moncada: ideas a otra persona, siempre pensó y escribió. "Quítenseme de delante los que dijeron que las Su temperamento variaba, quizás porque su ce- letras hacen ventaja a las armas, que les diré, y rebro era un hervidero de ideas, serio y fuerte en sean quien se fueren, que no saben lo que dicen". sus resoluciones, jovial pocas veces, de contestacio- nes rápidas, de continuo usaba la ironía, su pluma El General José María Moncada fué brioso cau- al dictado de su cerebro escribía cuartillas tras cuar- dillo en nuestras revoluciones. Capitán experto y tillas, generalmente por las noches. valeroso que supo abrirse camino por la espada, pa- ra sus aspiraciones y para las aspiraciones de sus El suscrito solo pretende ser un narrador de los soldados. Pero se le notaba desde lejos, que sufría principales actos de su vida, con datos de sus libros por la inconformidad de su alma en esas cruentas y memorias. faenas. Escuchaba el llamado de las letras, en don- de estaba el signo invariable de su primera voca- FERNANDO CORDOBA. ción. Las armas y las letras, Muy pocas veces se des- envuelven esas dos actividades en una sola perso- nalidad. Las armas reclaman audacia, ligereza físi- CARLOS CUADRA PASOS, ca y mental, prontitud y aún arrebato. Las letras sólo brotan bellamente concertadas y expresivas de Ex-Canciller Conservador la reflexión, del estudio, de la meditación serena so- Mira a Moncada bre las cosas, sobre los hombres v sobre los suce- sos. Pero serian en realidad las letras vocación de El General José María Moncada fue un persona- individuo tan inquieto? No estaría en las armas la je que exteriorizó en actos de su vida pública una plaza natural de los movimientos de sus inquietu. psicología complicada, tentadora para escribir su bio- des? grafía. Su carácter complejo, rebasando la copa de las existencias normales, se derramó sobre diferen- En los días revolucionarios de 1910 se relataba tes cauces de las actividades nacionales que también en las tertulias de Bluefields esta anécdota: "El Ge- se exhiben complicadas por muchedumbre de contin- neral Luis Mena, militar por los cuatro costados, le gencia. El General Moncada, con sus cualidadas, al- decía entre bromas y veras al periodista José María gunas de ellas eminentes, y con sus defectos, algu- Moncada, intelectual de la guerra, a quien profesa- nos de ellos graves, fue un verdadero nicaragüense. ba admiración: "Si quieres ser Presidente, hazte Ge- En su espíritu y en su carne libró y sufrió las lu- neral. Eres valiente, tienes talento; pero si no llegas chas interiores y exteriores del alma nicaragüenses a General te quedarás a la mitad del camino".

17 El intelectual escuchó el consejo del soldado, y EMILIO ALVAREZ LEJARZA, llegó a General. Aún más, obtuvo por fin el último Ex-Ministro Conservador ascenso a que aspiran los militares centroamerica- Mira a Moncada nos, y se sentó en la Presidencia de la República. Sinembargo en todo ese recorrido, de soldado, de General y de Presidente, no perdió el humor inte- El General Moncada lectual; se le salía la punta de la pluma por el bor- HALLABASE en Honduras—como emigrado po- de del bolsillo derecho, y la volvía a coger a la pri- lítico--el General José María Moncada, cuando dic- mera tentación. Otras veces soltaba una frase de tó su Laudo S. M. Alfonso XIII. contenido literario y aguda intención satírica, dando al traste con la seriedad de su posición. Ya sea por lealtad o reconocimiento al Gobier- no en que figuraba como Subsecretario en el ramo Como he dicho. las letras y las armas han esta- de Gobernación; o, porque no había ahondado el es- do en discordia de figuración oficial en Nicaragua. tudio de la controversia, es el caso que el General Las armas no han consentido a las letras sino como Moncada sostuvo entonces, por escrito, con la ener- subordinadas, que sirven a la hora de la necesidad gía propia de su carácter, que su patria debía some- de comunicarse por palabra con la Nación. Las le- terse al Laudo Real. tras han sido al cabo pobres sirvientas de las armas. algunas veces insurrectas, las más sumisas. Sólo el Persistió ol Estadista nicaragüense en esta mis- General José María Moncada logró manejar las dos. ma opinión cuando, en ejercicio de la Secretaria de Una en cada mano. Es fama que escribía con la iz- Estado en el Despacho de la Gobernación, dirige un quierda, y la razón puede ser porque con la dere- mensaje al Gobierno de Honduras, en el cual ofrece cha disparaba. que Nicaragua dará cumplimiento a la decisión de Alfonso XIII. El estudio psicológico estaría en averiguar cuál de las dos fue en realidad la vocación íntima del No le detiene la idea de que con ese Laudo se personaje. Cuando gozaba más su inteligencia; cuán- perjudican los intereses de su patria y se aferra en do lograba expresar acertadamente un pensamiento su misma idea. profundo, o cuando obtenía sonada victoria sobre el Es muy complicado eso de ahondar el espíritu campo de batalla? Cuando ordenaba frases expresi- de Moncada: para la generalidad de las gentes lo vas, o cuando ordenaba ejércitos? A mi me parece que se llama SENTIR UNANIME, OPINION PUBLI- que el escape natural de su espíritu tendía a las le- CA, INTERÉS DE LA PATRIA, son cosas que hacen tras. Si alcanzaba la expresión de una frase feliz, se variar el criterio o por lo menos se oculta el verda- le veía el rostro iluminado por una satisfacción, dero pensamiento por temor. que no tuvo ni aún el día en que alcanzó el ápice de su carrera militar, la Presidencia de la Repúbli- Pero el General Moncada no procedió así. Se ca. enfrentaba ufano y soberbio, sin pisca de temor.

Pero aquí salta la reflexión. Si el General hu- Así era él y no es extraña su actitud desafian- biera seguido su prístina vocación de las letras. si se te, ya en ejercicio del poder supremo, cuando más hubiera dedicado al estudio constante, para la ma- tacto requería para no malquistarse con sus gober- yor ilustración de su claro talento; si se hubiera de- nados. tenido a filosofar sobre la humanidad, siquiera sobre Y le vimos empeñado, desde las alturas del po- las cosas, y los sucesos de la Patria; cabe pregun- der, con tesón y sinceridad en su mismo plan d3 tar, hubiera llegado en su carrera, por tales filoso- que Nicaragua aceptase el Laudo Real. fíes y primores, a donde llegó por las armas? En ese entonces presentó sus credenciales en re- Este es el problema que plantea este capítulo cepción solemne un enviado de Honduras y en su de la psicología del General Moncada, personaje discurso habló con énfasis y cuasi arrogancia del de- complicado, eminente e interesante de la Historia de ber de Nicaragua de aceptar el Laudo. Nicaragua. Fué indudablemente un hombre ilustre. Lo fue principalmente por las armas; pero pudo ha- Es sabido que, con el derecho en la mano, el berlo sido por las letras. Prefirió por romántico la Jefe de Estado de Nicaragua pudo obligar al Envia- cerrera más arriesgada? La prefirió como positivis- do a que se concretará a las frases rutinarias de ta al comprender que se adaptaba mejor al ambien- protocolo y aun a exigirle que no tocase asunto tan te en que tenía que luchar? El General José María delicado en recepción tan ajena a disenciones de tal Moncada fue un triunfador. A mí sinembargo, me naturaleza. parecía entrever cuando conversaba con él sobre es- Pero Moncada no lo hizo por que su corazón tas cosas, que algo de la verdadera satisfacción le abundaba de los mismos sentimientos e ideas del faltaba en el gozo de su triunfo. Talvez su meta es- Enviado Doctor Angel Zúniga Huata, quien rubricó, taba en otra parte, que tuvo que dejar atrás en la en su discurso de presentación de credenciales, con fragorosa carrera de su ascenso.. . . gestos de hombre fuerte, la impaciencia de Hondu- ras. Pero en fin, es un hecho innegable de la Histo- ria que el sombre llegó a la altura por su propio y Y es que, cuando Moncada estaba convencido arrogante esfuerzo. de una idea, desafiaba impertérrito y digno adelan- CARLOS CUADRA PASOS. te, hasta rubricar—como Presidente de Nicaragua

18 el Protocolo Irias-Ulloa, que ha de ser considerado "Así como sostuve mi opinión contra viento y como el triunfo de la diplomacia hondureña; pero marea por treinta años, y a veces en circunstancias las Cámaras Colegisladores de Nicaragoa rechaza- complicadísimas como Presidente de Nicaragua. hoy ron el Protocolo Irías-Ulloa, y alejándose del sentir que me he convencido de mi error, rectifico, pero del Presidente Moncada, declararon nulo e ineficaz no en el silencio de mi casa—lo cual sería cobardía el Laudo de Alfonso XIII. moral--sino en la forma de publicidad y energía. cual corresponde a un ex-Jefe de Estado". El General Moncada se sintió derrotado, aun- que él había usado en la exposición a las Cámaras Así fue Moncada: firme, decidido, constante y ciertos eufemismos ajenos a su férreo carácter, con tenaz, pero si rectificaba, lo hacía con la misma fir- el objeto de que el Protocolo fuese ratificado. meza, con la misma sinceridad y con la misma en- tereza. Habla suavemente de que Nicaragua ha de pa- EMILIO ALVAREZ L. sar por sacrificios en aras de la paz, dice que las horas son de prueba, invoca la confraternidad con ANTONIO BARQUERO, Honduras, siempre con el propósito de salirse con su plan de que nos debíamos de someter a la deci- Magistrado Liberal sión de Alfonso XIII. Mira a Moncada

El rechazo del Protocolo Irías-Ulloa nos trajo José María Moncada la ventaja del IMPASE por seis años. Volvió la controversia de fronteras entre las dos Una de las más bellas virtudes de Moncada es Cancillerías y la prensa de uno y otro país se aco- que supo decir "si" y "no" y mantener la afirma- metió con fiereza. ción y la negativa con la entereza de los hombres que hablan, ritmando sus palabras con el sentir de En ese entonces el General Moncada estaba ale- su corazón y la vos de su pensamiento. Cuando no jado de la cosa pública, y hasta su retiro llegan las procedió así se escondió tras la ironía prefiriendo hojas periódicas que ahondan y divulgan la cues- ser víctima del mal pensar ajeno, antes que misti- tión. ficar su opinión respecto a los hombres y a los El dilecto espíritu del General Moncada estudia acontecimientos. con serena tranquilidad de e spiritu, apartado de rui- dos, el derecho que invoca Nicaragua. Relee sus es- Los días que pasan, como las olas por los pe- critos de 1907, su mensaje telegráfico de 1910; me- ñascos, labrarán su personalidad inconfundible y dita acerca de su actuación. como Jefe de Estado. grandiosa. Y ellos dirán que Moncada fue un ciu- en 1931. dadano integérrimo, un político sincero en nuestro ambiente, y un nicaragüense que amó a Nicaragua El General Moncada era un verdadero hombre estimándola como ara, y no como pedestal—que di- de ciencias. De criterio ilustrado, su mente, despier- ría el cubano. ta a la justicia. ávida de conocer la verdad. se ahon- ANTONIO BARQUERO. da en el estudio de la controversia, y al final, cae la venda de sus ojos, y con el mismo valor q ue an- CARLOS MORALES, tes tuvo para enfrentarse a la opinión pública de Ex-Magistrado Liberal sus propios gobernados, rectifica ahora en su folle- Mira a Moncada to: "NICARAGUA Y HONDURAS. —SU ANTIGUA CUESTION DE LIMITES.-1937. —TALLERES GRA- Se publicó en Washington un libro de Franklin FICOS PEREZ". Delano Roosevelt, intitulado "Por qué nos desarma- mos" en el que se acumulan razones por las cuales En uno de los párrafos de este estudio jurídico, los Estados Unidos se arman para defender a nues- dice así: tro Hemisferio de cualquier tentativa para derrocar "La parte legal ha sido presentada por LA las instituciones democráticas o menoscabar la inde- PRENSA, de Managua en este año de 1937, con una pendencia de cualquiera de nuestras naciones. brevedad y una lógica dignas de mención, contes- Por asociación de ideas hemos recordado la pre- tando a EL CRONISTA, diario semioficial de Tegu- gunta "Por qué nos desarmamos?" que hiciera el De- cigalpa". legado de Nicaragua, General José María Moncada Se refiere el General Moncada al editorial de en 1936, cuando en la Conferencia Interamericana LA PRENSA del 4 de Septiembre de 1937, de la de Buenos Aires, la Delegación Chilena, en el seno pluma del que estas líneas escribe, y como es natu- de la Tercera Comisión, propuso la limitación de los ral y lógico suponer, el cambio de frente en perso- armamentos, como base segura de la consolidación naje tan eminente, produjo en nuestro espíritu la de la paz en el Continente. más viva y honda satisfacción. El General Moncada, con la agilidad propia de Buscamos como hacernos el encontradizo con su pensamiento de estadista experimentado, compren- el General Moncada para tratar con mas hondura diendo la gravedad de la proposición. pidió la pala- la cuestión—ya que él era un hombre a quien se pu- bra, y la hizo vibrar, señalando el peligro continen- diese fácilmente tomársela por el fiador; le habla- tal, con una visión profética, digna del mejor re- mos del asunto, y nos repuso en una forma que re- cuerdo y del mayor reconocimiento: "Nosotros en fleja su complicado y dilecto espirito: América estamos trabajando por la paz: nosotros con

19 toda buena voluntad y corazón, nos empeñamos en "En las relaciones internacionales, ocurre como esta tarea nobilísima. Pero nosotros no estamos so- en las relaciones privadas: cuando se desarman los los en el mundo: hay otros continentes que cada buenos, los malos se aprovechan". , . día se arman más. Nosotros podemos llegar en cier- tos momentos difíciles para nuestra historia, a una Pasarán miles de años, pero siempre los malos lucha frente a Europa y Asia. Podríamos nosotros estarán contra los buenos: y vienen muy a propósi- como amigos de la paz, entusiastas de corazón, por- to los versos del Romancero Español: que no necesitamos de la guerra en este Continen- "Vinieron los sarraienos te, podríamos decir a Estos Unidos de Norteaméri- y nos molieron a palos, ca: limite sus armamentos?" Que Dios proteje a los malos Su palabra sencilla, concisa y tajante se perdía cuando son más que los buenos". en el vacío. Había estallado contra ella, la conspi- Moncada, por fin se ha dejado oír. Su sólido ración del silencio. Con la tenacidad del hombre que sentido práctico, dejaba en los anales de la conferen- sabe lo que debe hacer en un momento determinado, cia, el vivo testimonio de su pensamiento. volvió a la carga, martillando en el yunque de la indiferencia: "La idea es hermosísima, pero la cues- *** tión me parece que va a trascender talves a la con- ciencia de América, que no podemos hablar de li- Días después de la conferencia, Arturo Brisba- mitación de armamentos en los momentos en que ne, uno de los mejores periodistas americanos, co- el antiguo Continente está armado hasta los dien- mentaba la actitud del General Moncada, escribía en tes. . . el "San Francisco Examiner", el 12 de Enero de 1937, un editorial, cuyos párrafos principales son los Moncada, acorralado por el silencio, no se deja siguientes: vencer. Argulle extremando el desinterés, para ha- cer resaltar la necesidad de la defensa. Se muestra "En los últimos tiempos ninguna sugerencia ha epicúreo por el principio ecuménico de la libertad: sido hecha, tan peligrosa para los americanos, y par- ticularmente los Estados Unidos, que la que debiéra- "Los nicaragüenses no estamos por armarnos: mos decretar nuestro desarme en el sentido crítico Constituimos una República muy débil y las demás de los asuntos públicos en Europa y Asia. repúblicas de Centro América están muy bien con sus armamentos. Me refiero a les necesidades pri- Esta propuesta fue hecha, sin embargo, por la mordiales del Continente, a saber, si éste es sufi- delegación chilena en la Conferencia Interamerica- cientemente poderoso para luchar contra Europa el na en Buenos Aires. día que ésta se una para la conquista, como se están De Nicaragua llegó, en la persona del General uniendo algunos países de Europa". Montada, esta respuesta, la que merece ser estudia Luego, frente a la amenaza de la conquista de Ale- da y meditada por todos y cada uno de los -habitan- mania. del llamado espacio vital, de "Mein Kampf", tes de los Estados Unidos, como una muestra de buen dice así: sentido práctico de la América Latina". "Acabo de leer en uno de los periódicos de Bue- Brisbane después de citar las palabras del Ge- nos Aires, "La Nación", un radiograma de Alema- neral Moncada en la Conferencia, se expresó así: nia, en el cual uno de los líderes de Hitler dice que "El General Moncada no aboga aquí por le agre- ya Alemania está como botella de cerveza: ya no sión o por la guerra, sino por la obvia necesidad de cabe más. De manera que cuando salte ese tapón, la defensa contra un mundo guerrero. No hay país puede regar también a los americanos". que desee desarmarse tanto como Estados Unidos, con tal de que el mundo demuestre que en verdad Las palabras se las lleva el viento. Moncada no desea la paz. Ningún país tiene menos que ganar que retrocede. Recurre al espíritu del ambiente, al pa- este país en cualquier clase de guerra. . . namericanismo, a la solidaridad continental, a la de- fensa de los intereses comunes. Su palabra fluye con Ningún pais desee la paz más cordial, más sin- mayor confianza: cera, más profundamente que la única gran nación prepotente entre los grandes poderes de la historia "Concretemos el caso, si algunas naciones de universal, los Estados Unidos América. Europa se unieran para exigir tierras en América, de para conquistar tierras americanas, indudablemente Mas seria ilógico y aún una locura para cual- nuestros grandes hermanos los Estados Unidos, Bra- quier nación deducir de esto que no estamos prepa- sil, Argentina, México, tendrían necesidad de arma- rados a la defensa de nuestras instituciones, nuestro mentos para ayudar a los otros países a defenderse, suelo y nuestra riqueza contra cualquier poder eu- porque el día en que una guerra de esas se pose de ropeo o asiático que pudiese interpretar nuestra ac- nuevo en América, ese mismo día nosotros tendre- titud "pacifica" como debilidad. mos que armarnos e ir a la guerra". Y es justamente esto lo que el General Monca- Moncada, estratega y sociólogo profundo, gol- da vio y defendió. El, hombre modesto por excelen- pea de nuevo cambiando de táctica. Usa de las mo- cia, se puso de pie e improvisó una razonada defen- dalidades de la técnica objetiva y hiere el punto sa de "HAY QUE ESTAR LISTOS Y PREPARA- neurálgico de la cuestión: DOS" por causa de América, y particularmente pa-

20 ra el guardián del mundo occidental, los Estados ESTADOS UNIDOS Unidos". *** MIRA A MONCADA El fue un gran patriota quien mereció todo de Hoy ya van corriendo cinco años. La tempes- su patria a la cual rindió i nteligentes, valientes y tad se ha desatado. La visión de Moncada, panorá- efectivos servicios. Yo siempre estimaré en muy al- mica del futuro, se ha realizado. Los Estados Unidos, to grado el recuerdo de mi cooperación con él en el a la medida de su poderío, con una celeridad fan- restablecimiento de la paz de Nicaragua en 1927. tástica, se arman para la defensa del Hemisferio. HENRY L. STIMSON. Qué peligros correría la libertad si los Estados MONCADA, Unidos se hubieran desarznado? en "El Liberal" CARLOS A. MORALES. Mira a "Opera Bufa"

("Elite"—Junio de 1945.) Son dos gemelos en figura y alma. Zavala Ur- techo es el doble de Coronel Urtecho y viceversa. ANASTASIO SOMOZA, En La Opera Bufa se diluyen armónicamente, como dos gotas de agua. Se comprenden, se complemen- Ex-Presidente Liberal tan, se achican, se agrandan al unísono. La revista Mira a Moncada aparece más ilustrada cuando cada artículo se escri- be en colaboración. Algo así como los hermanos José María Moncada Quintero. Mientras uno hace la spiquis de una víc- tima, el otro hace la caricatura, el lado flaco. Si Los nombres que evocan la noción cabal del puede, lo dibuja flaquísimo. Este se enamora del patriotismo, son los más dignos de la devoción na- cuerpo y sus miserias, aquél del alma, a la cual so- cional. Por ejemplo: José María Moncada. lo miserias suele también encontrarle. Podría de- En la historia de Nicaragua, el General Mon- cirse que el psicólogo hace la caricatura del espíri- cada tiene un lugar de honor. Está encendido como tu. Terminada la visita, hecha la disección de la una llama indicando derroteros de justicia. víctima, los disectores salen a la calle con la son- risa irónica en los labios, y luego la Opera se con- A mi juicio el verdadero carácter del General vierte en Bufa, en los talleres de La Nueva Pren- Moncada no está en el detalle humorístico, en la se. Gabry ríe igualmente, y los lectores. La risa se anécdota picaresca que se refiere en los círculos so- multiplica bajo la égida de José Frixione, otro psi- ciales y políticos con deleite y escozor, oor más que cólogo en ciernes, a lo Mussolini. en la brevedad de un gesto o de una frase se encie- rra a veces el corazón del hombre. En lo que Zavala Urtecho y Coronel Urtecho comulgan más que en viernes santo, es en sus ideas Y es que en Moncada la ironía—brusca o su- reaccionarias. Suspiran por la monarquía, no creen til—era la corteza de un espíritu hondamente huma- en el sufragio universal y consiguientemente, en la no y fraternal, inclinado siempre a las buenas cau- democracia. Nacieron de y para familias privilegia- sas y su amargura una especie de "cortina de hu- das, para el gobierno de unos pocos, es decir, oli- mo" de su bondad, que pretendía esconder, como garquía, de la clase conocida en Granada y León. si fuera una falla. En esto de producir oligarquías (entre paréntesis) Lo cierto, lo que tiene valor histórico, lo que las dos ciudadades rivales nacieron del mismo Con- lo define con perfiles vigorosos dentro y fuera de quistador. Sea Sacasa, Chamorro o Cuadra Pasos, las fronteras nicaragüenses es que en su doble con- las oligarquías reverdecen a cada cuatro años. Ig- dición de pensador y militar fue defensor auténtico noro por qué —para ser más granadinos quizás-- y valiente de las libertades ciudadanas. los dos jóvenes de La Opera, no aman, no aceptan la actual dinastía leonesa, que se parece a las otras, Manejó la palabra con gracia, persuación y fue- como una gota de agua a otra gota. Perdone el lec- go, ya en las tonalidades directoras del maestro o tor este pueril abuso de la comparación. Es el símil en las empresas agitadas de la Política. Sus libros, universal. folletos, artículos y discursos, son constancias vivas. Parecen descendientes, nuestros dos intelectua- Manejó la espada con valor y arrogancia mag- les, por lo menos quieren serlo, de Felipe II o de níficos. La causa de la Constitución y de la liber- Felipe el Hermoso quizás de Juana la Loca, porque tad conoce el paso heroico de sus botas de General teles son los tiempos cuya resurrección anhelan, en de Bluefields a Tipitapa. bien de Nicaragua. Pero se llaman a orgullo cuando Como Presidente de la República, fue progre- proclaman la reacción no para adelante, sino para sista, fue ecuánime, fue recto, porque en el análi- atrás. He visto dirigir sus ojos al cielo en extrema sis de fondo y honrado no han de contarse los de- unción, cuando en tales fechorías piensan. Quisie- fectos y errores que en ocasiones sirven para resal- ran la resurrección de los muertos, por adelantado, tar las virtudes en la comparación serena. no iluminados, sino envueltos en las tinieblas de la edad media. A. SOMOZA. JOSE MARIA MONCADA.

21 Visto por la primera vez el General Moncada BUFA parece yankee. Pero al fijarse en él más detenida- OPERA mente se comprende que ningún yankee puede tener esa expresión en el rostro. Esos pliegues recios, Mira a Moncada movibles y amargos de la piel pertenecen a tejidos cuyas células han estado luchando por milenios con- tra algo. Esas arrugas, esa expresión, solo se en- cuentran en algunos caballeros castellanos de los EL EX-PRESIDENTE cuadros del Greco. Moncada es uno de los poquísi- mos nicaragüenses actuales que conservan en el fí- sico algo de los conquistadores españoles. Pero es MONCADA un conquistador renegado, convertido en fanático dis- cípulo de Fray Bartolomé de las Casas y de todos los curas violentos que en América sostuvieron la A QUIEN ENTREVISTAMOS causa de la libertad a punta de sermones políticos y de motines eclesiásticos. Más que Presidente de EN la República, debió haber sido Arzobispo de Nicara- 1936 gua. Pero desgraciadamente es un cura laico, que se imagina que la sotana es una cárcel. Ignora que la sotana es una bandera.

Con lo que tiene de resuelto, de sutil y de in- transigente —de hombre de acción, de letrado y de eclesiástico— este hombre parece una mezcla de Hernando de Contreras, del Licenciado Castañeda y del Obispo Valdivieso.

La juventud está dividida respecto a Moncada. Los jóvenes de Occidente tienen de él una idea le- gendaria semejante a la idea que tiene el propio Moncada sobre Pedrarias Dávila. Lo odian porque lo admiran demasiado y no es ni quiere ser Occi- dental. No le perdonan que haya subido al poder para hacer posible la subida de los leoneses y que haya bajado del poder para hacer posible la bajada de los leoneses. Piensan que si no fuera por Mon- cada continuarían para siempre en el mando. Los Camisas Azules son moncadistas violentos que se ig- noran. En un tiempo entronizaron a Moncada como el único enemigo digno de ellos. Decretaron san- ciones contra él porque lo creían el único viejo su- ficientemente caracterizado para dar importancia a su campaña contra los viejos. Escribieron sobre él artículos de alabanza, disfrazadas de injurias. Los Camisas Azules fusilarían a Moncada con devoción y entusiasmo con una salva de fusilaría. Y luego rendirían a su memoria un culto secreto como el que rinden los japoneses a las divinades infernales que Secundan la tierra negra y las raíces de los ár- boles.

Los jóvenes proletarios a quienes Manolo Cua- dra enseña la poesía viviente y el lujo de la pobre- za, han hecho de Moncada el modelo acabado del maquiavelismo capatalista y lo maldicen a cada paso con jaculatorias secretas compuesta por la Comisaria Literaria del P. T. N., que nunca conoceremos los hijos de burgueses.

Nosotros hemos tenido siempre viva curiosidad y extraña simpatía por Moncada. Nos atrae su tem- peramento, su espíritu anti-parlamentario. Pero lo creemos un hombre demasiado orgulloso para con-

22 fesar que la experiencia le grita que todos los prin- mos. Unicamente quisiéramos conocer su aprecia- cipios filosóficos, sociales y políticos de que está lle- ción general del momento político. na su cabeza no valen nada. Tal vez lo sabe en el fondo y su talento penetrante le ha hecho compren- Enseguida se ve que el Gral. Moncada está de der por dónde va la verdad en cuestiones de Estado, un humor plácido, complaciente, dispuesto a exami- pero le tiene miedo al pueblo como viejo demócra- nar las cosas con seriedad y elevación. —No se pa- ta y prefiere decirle una cosa y hacer otra. Noso- rece mucho ahora a las otras imágenes de Moncada tros sabíamos los esfuerzos que hizo para quedarse que uno lleva consigo, ni al Monead& barroco y pin- en el poder. Comprendimos que tenía el sentido de toresco de que hablabamos al principio, ni al atarea- la duración y que creía, con Macauley, que el pri- do banderillero verbal que nos pensábamos encon- mer deber de un gobierno es durar. Pero un día trar. publicó cartas y documentos para mostrar al pueblo que nunca tuvo intenciones de quedarse un día más Con un poquito menos del desdén habitual, con- en el poder. génito talvez, quizás involuntario, que hay en su aire, en su expresión, en la posición ligeramente ladeada Ahora, no nos extraña ver a Moncada sincera y de su cabeza, lo encontraríamos sencillo y campecha- abiertamente al lado del Gral. Somoza. Creemos no como todo hijo de vecino. que el ex-presidente y antiguo combatiente desea de veras y está dispuesto a hacer todo lo que está de Hasta encontraríamos sinceras sus palabras — su parte para que llegue a la presidencia Este he- claras llanas y bien pensadas-- si no fuera porque cho, nos ha puesto en contacto con el hombre y nues- las dice con cierto tono reposado y dogmatiste de tra curiosidad por él ha renacido. viejo fraile que explica a los novicios de su orden algún tratado de Santo Tomás de Aquino. Hábito Nos parece un hombre raro y pintoresco. Di- que seguramente le ha quedado desde los tiempos en ríamos interesante, si su amarga ironía y su actitud que fue maestro de escuela y que adquirió más ele- continuamente desdeñosa no lo hicieran difícil de ganc:a y presunción cuando fue maestro de políticos abordar. en la Cátedra Presidencial.

Ayer, lo visitamos en su casa particular. a me- — Para que puedan —nos dice como citando un dia cuadra del Campo de Marte. Fuimos a interro- texto de los Santos Padres-- para que puedan arre- garle sobre el momento político, seguros de que nos glarse las cosas pacíficamente, es necesario que el hablaría únicamente en el terreno de los principios, Congreso convoque a una Asamblea Constituyente. proponiendo y resolviendo los problemas a la sola La Asamblea podrá elegir al futuro Presidente. Pa- luz de la razón sin entrar en los misterios psicológi- ra esto es necesario, sin embargo, que el pueblo al cos de la política práctica. De todos modos siem- elegir a la Asamblea Constituyente, le dé expresa- pre es muy útil conocer la argumentación de Mon- mente la facultad do elegir al Presidente porque es- cada porque sus radocinios tienen gran fuerza lógica ta facultad incumbe al pueblo soberano. y claridad .

— He escrito constantemente que desde el trata- El gusto de trasmitirlos al público, pensábamos, do Bryan-Chamorro que vulnera nuestra soberanía, bien vale unas cuantas ironías a costa nuestra. In- la Constitución quedó reformada, y que se puede fluidos por la idea que todos más o menos tenemos convocar la Asamblea Constituyente. Sostengo ade- del Gral. Moncada, esperábamos ser abundantemen- más que el decreto del Congreso de facto del año te obsequiados de epigramas, de frases Anidas y pun- veintisiete es valedero y que por lo tanto también zantes y salidas ingeniosas y agridulces. Pero no se puede, fundándose en él, disolver el Congreso y fue así. convocar la Asamblea Constituyente.

Cuando llegamos acompañados de Dn. José Fri- —Si se quiere —agrega, después de una ligera xione, el Gral. Moncada nos recibe con amabilidad. pausa-- conocer realmente la voluntad del pueblo y fundarse en la soberanía popular no queda más re- —Los señores de "Opera Bufa". curso que la constituyente. Solo así el pueblo que- dará satisfecho porque podrá elegir sus autoridades. — Si, general, venimos a solicitarle una entreví*. ta. — Tal es, General —le decimos nosotros—. la si- tuación vista a la luz de los principios democráticos. — Me hubiera gustado que me sometieran un Eso es lo que debería hacerse conforme a la doctrina cuestionario para responderlo sin apresuramiento — oficial de la política de la República pero ¿cuál es nos dice como seguro del valor de sus palabras y la situación prácticamente considerada? temeroso de no reconocerlas-- Uds. son amigos de profundizar demasiado en las cosas. —Por un lado —nos contesta, tenemos al poder ejecutivo y al señor Presidente de la República que —Si Ud. no lo desea, general, no profundizare- persiguen ciertos intereses políticos. Por otro lado

23 el ejército y su jefe el General Somoza, candidato a — Nunca puede haber acuerdo entre políticos la Presidencia que persigue otros intereses políticos. que representan tendencias diferentes. Tampoco Este conflicto no puede resolverse de una manera sa- puede haber un acuerdo privado porque el pueblo es tisfactoria si no es consultando la voluntad popular. el llamado a decidir. Debe consultarse al pueblo so- bre este conflicto. Creo además que el General So- — Entonces, por qué no se consulta al pueblo por moza perdería sus prestigios si tratara de cederlos a medio de un plebiscito?, le preguntamos. un candidato escogido por una minoría.

— Parece, nos dice, que los sostenedores de la — Pero, le preguntamos— tal como van las co- política del ejecutivo temen que la popularidad del sas ahora ¿creé usted que vayan en camino de solu- General Sarnosa, gane cualquier plebiscito y posible- ción pacífica? mente quieren sacar a algún otro candidato a quien quizá el pueblo no conoce. A propósito de ésto, de- —Sí— contesta con una sonrisa llena de mali- bo decir, que las nominaciones candidaturales de- cia— a Dios rogando y con el mazo dando! ben ser hechas según la ley electoral en los prime- ros días del mes de Agosto. Ahora bien, no hay El fotógrafo ha tomado una foto de los presen- hasta ahora candidato liberal ni candidato conserva- tes. Al general lo espera la visita de don Rafael dor quo esté en posición de lanzarse con garantía a Iglesias, hijo del ex presidente Iglesias de Costa Ri- su propaganda. Cuando sean nominados los candi- ca. Nos despedimos pensando que el general Mon- datos ya será muy tarde para hacer una propagan- cada esconde en la curiosa protuberancia que ador- da que alcance realmente a toda la masa de los vo- na su cabeza, pensamientos más prácticos y más pre- tantes. Siempre se hará pues una imposición al pue- cisos que los que se ha dignado comunicarnos. Esa blo porque le cogerán por sorpresa. curiosa protuberancia debe intrigar bastante a los frenólogos políticos. Nosotros nos conformamos con — Decía usted general, que hay un conflicto de decir que se parece mucho a la protuberancia occi- tendencias políticas ente los seguidores del ejecutivo pital que Vena en la cabeza Daladier, el más inquie- y los del General Somoza. ¿No podría resolverse to, el más temido y el más nefasto de los políticos este conflicto por un acuerdo privado entre el Gene- franceses. !Pero la frenología es una ciencia que ral Somoza y el Presidente? produce sorpresas y decepciones.

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24 ESTADOS UNIDOS Y NICARAGUA EN 1928

ELECCIONES PRESIDENCIALES SUPERVIGILADAS Y OTRA BASE PARA INTERESES ESTRATEGICOS

Thomas Dodd Profesor de Historia Latino- americana, Escuela de Servi- cio Exterior, Universidad de Georgetown, Washington, D.C.

La segunda intervención militar estadounidense en MONCADA SALIENDO DE INSCRIBIRSE. la República de Nicaragua a principios de 1927, ocurrió, básicamente, por la misma razón que la primera (le 1912: Para preservar la estabilidad política. en esta controversia Libero-Conservadora es nuestro pres- En 1925, un golpe de estado organizado por el cau- tigio. Si permitimos que se resuelva contra nosotros, per- dillo conservador, ex-Presidente de la República (1917- mitiremos que por algún tiempo pasemos como poder de 1921), General Emiliano Chamorro, dio al traste con el segunda clase en cuanto a influencia en Centro Améri- decididamente frágil gobierno de coalición encabezado ea se refiere". (1) por el Presidente Don Carlos Solórzano y el Vice Presi- Decididamente, esta segunda ocupación se llevó a dente Doctor . Normalmente, esta cabo para asegurar la estabilidad política. Esta vez, sin clase de lucha por el poder hubiera pasado inadvertida, embargo, se dio un paso más para proveer por más tiem- ya, que las cortas administraciones presidenciales eran po una paz doméstica duradera. Se llevarían a cabo en harto frecuentes en Nicaragua desde la Independencia. 1928 elecciones supervigiladas bajo los auspicios del Ejér- Golpes y contragolpes ha sido por largo tiempo parte del cito y los Marinos de los Estados Unidos. Se esperaba proceso político en éste, el mks grande de los Estados que este proyecto sería el comienzo de un proceso por Centroamericanos. el cual los Nicaragüenses aprenderían el arte de la "po- Sin embargo, esta vez, hubo aspectos más serios en lítica de las urnas". el golpe de estado de Chamorro. México, política y lo- Un ejército nacional apolítico, en parte comandado gísticamente, respaldó al ex-Vice Presidente liberal, Doc- y entrenado por Marinos norteamericanos, sería un sig- tor Sacasa, en sus reclamos por la silla presidencial. In- nificativo subproducto de esta segunda intervención. dudablemente, motivos ideológicos fueron los factores de- Realmente, las posibilidades de una ordenada y pa- trás de la proclamada lealtad para con el liberal Saca- cífica elección parecían muy escasas en 1928. En las sa, claramente hubo un factor estratégico también. montañas norteñas de la República, Augusto C. Sandi- Robert Olds, Asistente Secretario de Estado, con- no, un ex-jefe liberal, ahora vuelto guerrillero, juró in- sideró las actividades de México como una deliberada terruntpir las elecciones presidenciales si eran supervigi- intrusión en lo que él aludía como el exclusivo dominio ladas por los Estados Unidos. El vagaba por la campi- de los Estados Unidos. En opinión de este funcionario ña con pequeños grupos asaltando y aterrorizando nume- de los Estados Unidos, el gobierno de Sacasa, respalda- rosos villorios. Su meta primordial era forzar la remo- do por México, pondría en peligro al recientemente ins- ción de los Marinos. Su objetivo secundario era dar pu- talado gobierno Conservador del Presidente Don Adolfo blicidad a la presencia del poder militar de los Estados Díaz, respaldado por los Estados Unidos. Olds observa- Unidos y su papel en la supervigilancia de las eleccio- ba además que "el asunto principal que está en juego nes Nicaragüenses.

25 El movimiento de Sandino recibió un gran empuje del Poder Legislativo para estudiar la ruta de Nicara- en Febrero de 1928, cuando una serie de entrevistas con gua. el guerrillero fue publicada en The New Nation. Lo po- Presumiblemente, la construcción de una base mi- co de ideología que había en la campaña guerrillera na- litar en Nicaragua daría adicional protección al Canal de cionalista fue explicado con efectividad en esta revista Panamá, apoyo logístico a la posible ruta de tránsito por de amplia circulación en los Estados Unidos. Se logró Nicaragua y por último, y muy significativo, reenforza- un objetivo principal: La campaña guerrillera de Sandi- ría las defensas estadounidenses en las naciones sureñas no fue caracterizada mundialmente como un movimien- del Mar Caribe. to puramente autóctono que buscaba cómo libertar a Ni- El proyecto secreto de estudiar y seleccionar una caragua del invasor yankee. Uno de los lugartenientes de base militar adquirió mayor importancia cuando los ayu- Sandino, Pedro Altamirano, recibió el encargo de inte- dantes del General McCoy, asignados a la región nor- rrumpir las elecciones. Pedrón, como se le llamaba, hi- oriental de la República informaron los alarmantes avan- zo un bien organizado esfuerzo, acosando a los campe- ces del jefe rebelde Augusto C. Sandino. El caos se pre- sinos a y atacando cantones electorales durante las vo- cipitó por las tácticas esporádicas de "hit and run" de taciones de 1928. este jefe guerrillero, las que causaron daños considera- La meta principal de la segunda intervención de los bles a la Standard Fruit and Steamship Company en el Estados Unidos fue, por lo tanto, retada bajo la égida Departamento oriental de Bluefields en 1928. (2). Nu- de un movimiento popular nacionalista nicaragüense. Es- merosos ciudadanos norteamericanos en aquella área tam- te inusitado aspecto del compromiso yankee por medio bién informaron que las minas La Luz y Bonanza-Nep- de la supervigilancia iría derecho al desastre si las elec- tuno, de operadores y dueños norteamericanos, también ciones eran interrumpidas. Logísticamente, los Marinos habían sufrido severas pérdidas y daños. se asignaron la tarea de dirigir las tácticas antiguerrille- A mediados de 1928, el General McCoy se dio cuen- ras. Por primera vez se usaron aviones para reconoci- ta de que una considerable porción de la Costa Atlánti- mientos aéreos y bombardeos. Sin embargo, estas opera- ca iba cayendo rápidamente en el caos y la confusión, ciones sólo brevemente lograron que el movimiento re- quizás aún en la anarquía. Las tan deseadas elecciones belde nicaragüense se volviera un movimiento secreto de ordenadas parecían tener una dudosa posibilidad. resistencia. A medida que se aproximaba la elección presiden- Mientras tanto, continuaban las preparaciones para cial de Noviembre, 1928, el General McCoy despacha- la supervigilancia de las elecciones de 1928. Junto con ba a sus asistentes de la Junta Electoral, —junto con las metas inmediatas de impedir las actividades de San- las debidamente asignadas unidades de Marinos para su dino y asegurar la instalación de un Presidente elegido protección—, a las distintas partes de la República. Se popularmente, se consideraba un objetivo la instalación esperaba que se realizaran las elecciones con la debida de un Presidente elegido popularmente, se consideraba seguridad. Con todo, anticipándose, McCoy ponderaba el un objetivo a largo plazo para impedir futuros desórde- logro a largo alcance de llevar a cabo una elección si nes. Una amplia posición establecida en el Caribe. prevalecía la anarquía política, Qué guardaba el futuro El Brigadier General Frank Ross McCoy, del Ejér- para un desamparado Noreste plagado de guerrillas? Allí cito de los Estados Unidos, fue escogido para encabezar donde el derecho de los votantes podría ser embaraza- la Junta Nacional de Elecciones. Este oficial desde ha- do o aún impedido totalmente. cía algún tiempo había probado su temple en los me- En un despacho confidencial al Departamento de Es- dios políticos latinos como buen administrador en Cuba tado, McCoy urgía a su gobierno aprobar el proyecto de y en las Filipinas bajo el General Leonard Wood. El Se- estudio que habría de "ampliar la monografía Nicara- cretario de Estado, Frank Kellogg dio instrucciones a Mc güense". Se esperaba que esta investigación selecciona- Coy para organizar la debida maquinaria electoral y su- ría el mejor sitio para una base militar a lo largo de pervigilar las elecciones de 1928. Las instrucciones a las costas Este u Oeste. (3) McCoy y su personal fueron explícitas e inequívocas. Lo McCoy recibió pronta aprobación para su proyecto que no ha sido dado a conocer antes es que el Proyecto secreto en el Otoño de 1928. Personalmente designó a de Misión Electoral tenía un amplio campo de operacio- su leal confidente, el Capitán Mathew B. Ridway, para nes que el de simplemente supervigilar una elección. llevar a cabo la comisión. Este joven oficial estaba ideal- Se tenía, la esperanza de que McCoy y su gente se- mente capacitado para la tarea. Primero que todo, Mc rían el instrumento para atraer a Nicaragua, logística- Coy confiaba en él, casi ciegamente. (4). Había servido mente, a una esfera más cercana de intereses estratégi- bajo el General en San Antonio, Texas, de 1926 a 1927. cos a los Estados Unidos. Los miembros norteamerica- Ridway ya estaba en el personal de la Junta Electoral nos de la Junta Electoral no sólo se empeñaron en or- y hablaba español confluencia. Era, por lo tanto, bas- ganizar los cantones electorales y el procedimiento de tante capa: de llevar a cabo sus tareas, solo, sin llamar votación en toda la República, sino que le dieron muy mucho la atención y sin necesidad de intérpretes. Y por seria consideración a un plan para establecer una ba- último, y tal vez lo más importante, podría proceder se militar permanente en Nicaragua. En privado, McCoy con su trabajo en la capacidad de supervisor electoral, expresaba que "planes eventuales a largo plazo" debe- y no como un extraño en una nueva tarea ajena a la rían ser preparados por su personal, los que habrían de tarea pública de las elecciones. respaldar los objetivos estratégicos generales de los Es- Específicamente, el Capitán Ridway habría de ex- tados Unidos en Meso América. Simultáneamente, pero plorar las diversas regiones costeras de Nicaragua y pre- en distinta forma, miembros del Congreso de los Esta- sentar sugestiones para la construcción de las futuras dos Unidos públicamente expresaban su renovado inte- instalaciones militares. Este joven oficial salió quieta- rés en un segundo Canal Istmico. Se obtuvo autorización mente de Managua en Septiembre, 1928. Después de unos

26 cuatro días de reconocimientos aéreos y de observacio- Claramente, el agente de McCoy veía que el ante- nes del terreno, el confiable personero de McCoy some- rior desarrollo de Puerto Cabezas por la Standard Fruit tió un breve y bien organizado informe confidencial, el and Steamship Company en 1923 facilitaría la amplia- que agregó a la deseada "Monografía sobre Nicaragua" ción del proyecto de construcción de los Estados Uni- de McCoy. dos. Esta compañía, era conocida localmente como la Primero y sobre todo, el documento afirmaba que Bragman's Bluff Lumber Company. En cinco aloa ha- Nicaragua era, estratégicamente, el área más importan- bía instalado un buen aserrío, un ferrocarril de vía es- te en el Caribe para la actual seguridad de los intereses tandar de 88 kilómetros de largo hacia el interior, va- y objetivos estadounidenses. Ridway señalaba que la pre- rios centenares de casas de madera y una planta eléc- sencia por tan largo tiempo de tropas norteamericanas trica. (7). en Nicaragua había creado una "especie singular de re- La proximidad de Puerto Cabezas a las principales laciones entre loa dos Estados". Por lo tanto, a pesar áreas del aCribe fue una de las mayores consideraciones de los planes para el retiro "político" de Nicaragua des- en la selección final de Ridway. Repetidamente hacía hin- pués de 1928, la República aún ocuparía "una posición capié en que el puerto estaba solamente a tres o cuatro especial" con respecto a la República del Norte. Ridway días de servicio marítimo de Nueva Orleans y a uno o creía, que las deterioradas relaciones con México y el dos de Panamá. Consecuentemente, el sitio estaba estra- terreno relativamente pobre de los otros estados centro- tégicamente centrado, como lo señaló en el diagrama del americanos, dejaban la región costera oriental de Puer- mapa que le presentó al General McCoy. to Cabezas en Nicaragua como el sitio mis indicado pa- El joven Capitán del Ejército era especialmente sen- ra una nueva base militar. sible al peligro potencial de llamar la atención hacia es- Ridway observaba en su informe que si Puerto Ca- ta ciudad costera oriental. Seguramente no olvidaba que bezas habría de volverse una instalación fortificada, po- su superior, General McCoy, estaba preparando el apa- dría dominar la región inferior del Caribe. El confiden- rato para una importante elección presidencial en un Es- te de McCoy, también afirmaba más adelante que: tado donde la guerra civil entre Liberales y Conserva- La costa occidental de Nicaragua, especialmente en dores era harto frecuento. Además, tratar de asuntos ni- vista de nuestro posible uso del Golfo de Fonseca, caragüenses con el propósito de aumentar las fuerzas es- asegurado para nosotros por el tratado anterior con tadounidenses en el país, no le haría ningún bien al pro- Honduras, sería de gran importancia estratégica en yecto electoral de su superior. Por lo tanto, Ridway su- las operaciones de una potencia enemiga contra gería que su propuesta de obtener mayores datos sobre nuestra costa occidental, el Canal de Panamá o cual- Puerto Cabezas se hiciera en forma tal como que "se quier otro canal que pudiera ser abierto a través tomen precauciones especiales para impedir que el pro- del Istmo Centroamericano. (5) pósito fuese divulgado". (8). El documento confidencial de Ridway señalaba dos La elección presidencial nicaragüense, indudablemen- posibles instalaciones militares, una en cada costa orien- te, ofreció la mejor oportunidad para recoger Informa- tal y occidental de la República, cada una de las cua- ción sobre Puerto Cabezas. El General McCoy y el nu- les debería asegurar los intereses estratégicos de 1014 Es. meroso personal norteamericano localizado por todas par- tados Unidos sobre todo el área Meso Americana. tes de la República como presidentes de las mesas elec- El asistente de McCoy concluía desde un punto de torales, pudieron, por lo tanto, suplir el Departamento de vista logístico, Puerto Cabezas era el mejor sitio para Estado la necesaria información con respecto a futuras la construcción de una gran base militar, porque no te- instalaciones militares en Nicaragua. El Capitan Ridway nía las bajas costas cenagosas como en el Norte ni el se refirió a esta ocasión oportuna para recolección de terreno montañoso del Sur. Idealmente, el sitio tenía la datos en su informe e hizo hincapié en la necesidad de suave pendiente de la costa arenosa de arcilla rojiza, no llamar la atención sobre el asunto.. y los terrenos llanos y ondulados del interior. (6) El General McCoy estuvo gratamente impresionado Ridyay no escatimaba palabras al describir las ob- al recibir este informe confidencial. Logró mucho de lo vias ventajas de Puerto Cabezas. Ofrecía los siguientes que esperaba hacer en 1928, esto es, completar la "Mo- detalles pura substanciar su selección: Primero, el "puer- nografía Nicaragüense durante la elección presidencial". to" actual tiene una Area de 1500 millas cuadradas con Parece que el informe secreto de Ridway contribuyó en 45 kilómetros de vía férrea. la que podría proveer es- cierta forma a la decisión final para la supervigilancia pacio para por lo menos 10 divisiones de combate en de otras elecciones. Esta vez, en 1930, la votación era pie de guerra. Segundo, el comparativamente suave cli- para Congremaies. ma de la costa oriental no tiene las fiebres y. enferme- El Informe Ridway fue mantenido en secreto por dades tropicales que ordinariamente serían un detrimen- la Junta 'Nacional de Elecciones en 1928. Mientras se da- to para las acampadas tropas norteamericanas. ban los pasos para supervigilar dos mis elecciones ge- Ridway estaba, además, convencido que la presen- nerales en ésta, la mayor de las Repúblicas de Centro cia de un enorme volumen de agua de los diversos sis- América, los prospectos de crecientes actividades mili- temas orográficos era, también, un factor importante en tares de los Estados Unidos se destacaban en el hori- camo que Puerto Cabezas llegara albergar un elevado nú- zonte, y Puerto Cabezas era la generalmente aceptada mero de hombres. Por último, y desde un punto de vis- posibilidad para el aumento del papel estratégico de los tu logístico, observaba que los grandes pinares de la re- Estados Unidos en Centro América. gión, proveerían la madera necesaria para la construc- La Junta Nacional de Elecciones, formada con ofi- ción de cuarteles para las tropas y las otras facilida- ciales norteamericanos, logró completar la "Monografía des, tales como, hospitales y centros de recreación. Nicaragüense". Igualmente significativas fueron las su-

27 cesivas elecciones supervigiladas de 1930 y 1932, las NOTAS: que necesitaron de la absoluta seguridad de la política doméstica de Nicaragua y, por lo tanto, de los intereses 1) Robert Olds, Memorándum sobre la situación nicara- regionales norteamericanos. güense, Enero, 1927, Archivos Nacionales, Grupo de Documentos 43, 817.00/5854. La maquinaria electoral nicaragüense, formada y 2) Informe sobre el Departamento de Bluefields, 1928, operada por supervigilantes electorales norteamericanos, Archivos Nacionales, Grupo de Documentos 43, D-1-A. produjo algunos resultados significativos. Eligió un Pre- 3) General Frank Ross McCoy al Ministerio de la Gue- sidente en 1928 y comenzó un proceso lento para las rra, Agosto 28, 1928, Archivos Nacionales, Grupo de sucesivas elecciones generales de 1930, 1931 y 1932. De- Documentos 43, D-5-d. finitivamente, el movimiento de Sandio() no se había apa- 4) Ridway "era, probablemente, el más prometedor ofi- ciguado hacia 1931. En muchos aspectos, sin embargo, cial de mi conocimiento". El General Mc Coy al Ayu- su atractivo popular había disminuido, mientras más ni- dante General, Agosto 28, 1928. Archivos Nacionales, caragüenses gozaban del lujo singular de votar en unas Grupo de Documentos 43, Caja 1261. elecciones con poca o ninguna intimidación. Por debajo 5) Capitán Matthew B. Ridway al General Frank R. Mc del caos que había surgido en 1925 y el proceso orde- Coy, SUFICIENCIA MILITAR DEL AREA DE PUER- nado para la supervigilancia de las elecciones, los Esta- TO CABEZAS, Archivos Nacionales, Grupo de Docu- dos Unidos prepararon sus planes a largo plazo para man- mentos 43, D-1, p. 1. tener las posiciones estratégicas por lo menos en el "La- 6 y 7) Ibid. p. 2. go Caribeño". Pero todo en secreto. 8) Ibid. p. 3.

Panama Mail Steamship Company

Mapa usado por el Capitán Ridgway para mostrar la importancia de Puerto Cabezas para los intereses estra- tégicos de los Estados Unidos en Centro América. Ridg- way a McCoy, Septiembre 25, 1928. Archivos Naciona- les, Grupo de Documentos 43, D-1.

28 EL DIALOGO

En este mes, con motivo del conflic- to y solución habidas en la Universidad Centroamericana se estuvo hablando mu- cho de El Diálogo y del valor ético del lenguaje y de la educación por la pala- bra.

El origen y la finalización de este conflicto ha venido a aportar más prue- bas de que la palabra hecha realidad, el lenguaje del verdadero diálogo es la úni- ca, esencial e irreversible manera con que los hombres pueden entenderse y poner- se de acuerdo. Una escala para medir el poder del diálogo es la intransigencia con que se le considera sospechoso y se le per- sigue en los regímenes totalitarios.

Situándonos en el terreno que nos es propio como, el de nuestra responsabili- dad de publicistas, aprovechamos la oca- sión de escoger para reproducir en este número entre las varias veces centenaria suma de discursos pronunciados por el Dr. Carlos Cuadra Pasos, su famoso dis- curso sobre el Diálogo, pronunciado al re- cibir las insignias de la Orden de Ruben Darío el año de 1961. Fuá uno de sus úl- timos discursos pero expresa hermosamen- te una de las actitudes y de los pensa- mientos fundamentales de la vida públi- ca del ilustre político desaparecido.

Asimismo publicamos enseguida el ex- traordinario ensayo "La Educación para el Diálogo" del ilustre profesor Alemán Otto Friedrich Bolnow.

29 Al contemplar ese cuadro en esta noche vie- ne a mi recuerdo un ensayo que leí el año pasa- Discurso Sobre do en la revista española Estudios Politicos. El ensayo se titula "Derecho y Diálogo" y demues- tra que sólo en el cruce de afirmaciones y con- tradicciones de los hombres que dialogan ha si- el Diálogo do posible ordenar las cifras de los derechos hu- manos y cita los diálogos de Antigona, la obra trascendental de Sófocles en la plenitud del tea- A los Doctores Mariano Argüello Vargas y tro griego. Luis Manuel Debayle y a mí, se nos ha hecho En esa pieza inmortal se plantea el eterno hoy grande honra por haber sido dignamente conflicto entre lo que modernamente se llama Cancilleres de la República, es decir palabra y espíritu revolucionario, que atropella lo existen- gesto de nuestro Estado hacia el exterior. He- te para progresar, y el reaccionario que desea mos recibido un baño de agua lustral en la co- descansar sobre la estabilidad de las esencias rriente azul de Rubén Darío, cuya fuente está sociales. Se produce, en una de las escenas más en la región celestial de la poesía. No podemos emotivas, un diálogo entre el déspota Creonte y menos los tres que agradeder sinceramente tal la bella Antígona, hija de Edipo, y marcada con beneficio, mientras nuestros corazones se ufa- el ello de la desgracia de su familia. Creonte nan bajo la estampa de Rubén, proclamado uni- sostiene la ineludible seguridad de las leyes que versalmente personaje máximo de nuestra histo- dicta el Estado; Antígona le opone el principio ria, cifra exponente de Nicaragua entre las Na- de que sólo son leyes ineludibles las que ema- ciones. nan de los dioses. La acción dramática culmina No puedo sin embargo, dejar de estremecer- en otro diálogo aún más intenso entre Creonte y me modestamente por la duda de si yo merezco su propio hijo a quien adora y que es el novio semejante distinción por haber cumplido con enamorado de Antígona condenada a muerte. mis deberes de funcionario. Ante la afirmación de su padre, de que su voz es orden a la cual no debe replicar la ciudad, es Viene a mi memoria lo que me decía un decir, la autoridad expresada en monólogo, r e- viejo amigo cuando yo era joven y me trastor- plica el hijo que donde falte el diálogo se pro- naban las aspiraciones: "No te afanes mucha- duce un vacío entre gobernantes y gobernados. chos, que en Nicaragua nada acredita ni desa- credita a los hombres públicos". Era el viejo Aquí comenta el autor del ensayo, que con de esta referencia hombre bien educado de lar- estas palabras quedó consagrado el diálogo co- ga experiencia; de elevada posición, pero había mo la estructura fundamental de la convivencia sufrido mucho en las contradicciones vehemen- humana. tes de nuestra política. Conmovía mi criterio tamaño pesimismo, porque era el tiempo feliz Si nos fuera dado en esta noche seguir el en que inflaba la vela de mi nave el viento de maravilloso desenvolvimiento de la filosofía po- la ilusión y gustaba de dormir la siesta en el lítica de Grecia, madre de nuestra cultura, ve- castillo que fabricaba en el aire de mi fantasía. ríamos que el diálogo ha sido el motor suave y Plantea el problema de tal pesimismo res- armónico que impulsó sus movimientos hacia la pecto a las reputaciones de los hombres públi- libertad. Bastaría leer los diálogos de Platón y cos, el Señor Presidente de la República cuan- seguir las conversaciones de Sócrates que exa- do nos dice a los doctores Arguello Vargas y De- mina las cuestiones por sus afirmaciones y por bayle y a mí: "Que hemos sabido honrar a Ni- sus contradicciones, que mide el más y el me- caragua destacando nuestras personalidades con nos de las cosas, y siempre encuentra su dia- caracteres nacionales por encima de las diferen- léctica la cifra intermedia, la solución concilia- cias políticas que suelen entorpecer o limitar el dora. Así se consolidó la idea griega de liber- campo de nuestras apreciaciones'. tad, florecida en el siglo V antes de Jesucristo y que, espiritualizada por el ideal cristiano, es En nuestra historia se nota que obra perma- hoy el fundamento de la llamada Civilización nentemente algo que dificulta la convivencia de Occidental. los nicaragüenses.. Por razones o sin razones de nuestro exaltado temperamento, por circunstan- Reflexionando sobre estos conceptos y en lo cias geográficas que determinaron el localismo que he visto prácticamente en mi larga vida, se en ejercicio de la democracia, el pueblo de Ni- ha formado mi convicción de que los cerrados caragua se partió en dos tantos en virtud de monólogos partidaristas, no llegan al goce de la una línea severa, profundizada más y más por verdad política, porque son ropas que envuelve nuestras guerras civiles. Los dos partidos his- el egoísmo; en cambio, el diálogo, en el cruce de tóricos caminan cada uno por su acera sin pa- ideales que parecen contradictorios, en el roce rarse a conversar en las esquinas, y dejan a la de un concepto afirmativo con un negativo, en Patria en la media calle expuesta a los rigores el examen inicialmente apasionado de los acon- del sol y de la lluvia. tecimientos y suavizado en el curso por la lima

30 de la buena palabra, se dislumbra la verdad en que manejaban las asuntos legitimistas , en Ma- la relativa porción que le es concedida al pen- tagalpa y en Chontales. Venciendo intransigen- samiento humano. cias se logró que los patriotas generales Tomás Martínez y Fernando Guzmán fueran a León a Ese diálogo sedante de la convivencia ha fal- celebrar una entrevista con los jefes democrá- tado por desgracia en Nicaragua. Los partidos ticos. El diálogo fué abierto entre Máximo Je- se dan la espalda, los hombres públicos no dis- rez y el canónigo Apolonio Orozco, por el lado cuten pero disputan. Quisiéramos hacer en esta democrático y Martínez y Guzmán por el legi- noche, con la autoridad que pueda prestarnos la timista, asistidos estos últimos por el consejo de envoltura azul de Darío, una breve historia del los conciliadores Sacasa y Cardenal. fracaso del diálogo en Nicaragua, de las funes- tas consecuencias de ese mutismo, y del prodi- El verbo del patriotismo pulió las aristas y gio, en cambio, de su práctica para restablecer salvó contradicciones y se llegó por último a el nacionalismo en el alma del ciudadano y sal- suscribir el convenio de doce de Septiembre que var las esencias de la nación. Me fijaré en un debiera de estar grabado en mármol por su va- episodio, lección severa en el destino de nues- lor histórico y su trascendencia política. El do- tra patria. ce de Septiembre es fecha valiosa como las otras dos hermanas en el mes de la Libertad. A mediades del siglo pasado, estaban ya for- mados y en actividad los dos partidos históricos, Los condecorados nos atrevemos a insinuar en cada uno de los cuales militaba un hombre que no se diga: "Días de la Patria", sino que con cualidades para imponerse y dirigir a las se proclame a Septiembre el "Mes del Patriotis- multitudes. Eran ellos, y Má- mo". En fecha 15 de Septiembre fué bautiza- ximo Jerez. Electo presidente el primero, el da nuestra soberanía con una independencia fá- otro se fué a la rebelión. Las dos ciudades rec- cil obtenida pacíficamente; el 14 de Septiembre toras, León y Granada, se inscribieron en causas se confirmó con sangre. Pero esto fué posible diferentes y entre ellas se declaró una funesta por el diálogo del 12 de Septiembre que había guerra civil. Jerez con sus huestes puso sitio a estructurado la unidad de los nicaragüenses sin Granada, y ocupó el templo de Jalteva, su ba- la cual carece de firmeza la soberanía. rrio más consistente. Se luchaba en las calles y fe emponzoñaban los corazones. Se llamaban En mi larga y agitada vida pública he visto los contendientes Legitimistas y Democráticos. tantas veces repetirse peligros de la patria por Estas últimos desistieron de su empeño de apo- la falta de diálogo entre los partidos, que ha derarse de Granada. Al tocar ellos retirada, mu- surgido en mi ánimo una devoción al procedi- rió el caudillo Fruto Chamorro de enfermedad miento del trato previo entra los hombres de natural. El Gobierno democrático quiso entrar una y otra divisa, cuando se trata de resolver en pláticas de arreglo y los legitimistas se. ne- asuntos trascendentales, y me afirma en ese ideal garon al parlamento. Los democráticos ante la el convencimiento de que unos y otros aunque posible venganza de los legitimistas trajeron au- distanciados, coinciden en el amor entrañable a xiliares extranjeros, tropas mercenarias, que eran Nicaragua. usadas para luchar por paga. El jefe William Ya transito en las postrimerías de mi exis- Walker, de los filibusteros que vinieron, tenía miras superiores. Estaba vinculado con la cau- tencia. Estoy próximo a comparecer ante el Creador para rendir cuenta estricta de mis actos sa esclavista que operaba en los Estados Unidos. de hombre público que he side.. Insisto en el re- cuerdo del pesimismo del filósofo de marras y William Walker en una nueva estrategia to- siento oscilar en mi conciencia la balanza en que mó Granada y pasando por varias faces que da tristeza recordar, explotando las victorias inte- han de ser pesados mis méritos y mis desm. ritos, pero me alienta poder afirmar con energía riores, se atrevió a eiegirse Presidente de Nica- ragua. No lo reconocieron los democráticos de que entre los deméritos a mi cargo, no estará, por gracia de Dios, el odia, porque nunca he León y con furia lo cobatían los legitimistas, pero permanecían siempre aislados los unos de emponzoñado mi corazón contra ningún persona- los otros. je ni contra ninguna colectividad nicaragüense, ni aún en las horas amargas y feroces d.?. pelea. León y Granada se. daban las espaldas ha- ciéndose impotentes de esa manera para vencer Ahora, en esta noche, alentado por Darío, al bien armado intruso. frente a las altas autoridades civiles y militares, pido a los de una y otra divisa, a los de una y Entonces principiaron a sentir la necesidad de otra acera, una plegaria para que. Dios nos de entenderse. Des hombres de León fueron los ilumine a todos en el futuro, en nuestros anhe- iniciadores del proyecto de provocar un diálogo. los de patriotismo.

Eran ellos. Juan Bautista Sacasa y Pedro Excelentísime. Señor Presidente de la Repú- Cardenal. Hablaban a don Patricio Rivas y blica, he dicho, desde la tribuna vacilante de mi a sus colaboradores en León y escribían a los ancianidad!

31 puede llegar el hombre, y por esto también el he- cho de inducir al diálogo es un tarea pedagógica de una importancia incalculable. La Educación para Aquí podemos decir, naturalmente, que esto es tal vez verdad, pero que un diálogo así sólo es po- sible entre amigos. Yo estoy dispuesto a admitirlo, pero dando la vuelta a la frase, y entonces aparece el Diálogo ésta con toda su significación: en cuanto los hom- bres entablan el diálogo, se convierten en amigos. Eduquemos, pues, al hombre para el diálogo, es de- OTTO FRIEDRICH BOLLNOW cir para que esté dispuesto al diálogo y sea capaz Profesor alemán de sostenerlo, y entonces habremos dado un paso de- cisivo hacia la reconciliación de los hombres impli- El lenguaje sólo es efectivo en el diálogo. Cla- cados en querellas. ro que esto se dice fácilmente y casi parece indis- Antes de proseguir, volvamos otra vez la vista cutible. Pero, en realidad, no es tan sencillo como hacia las formas del pensamiento monológico. El in- parece. Si entendemos por diálogo la a!ternancia de dividuo es capaz de desarrollar un pensamiento. Es- hablar y escuchar, el mero hecho de hablar no es ta es la obra progresiva y constructiva de que se sir- siempre un diálogo. Así pues, será conveniente ha- ve para explicarlo, fundamentarlo y demostrarlo al cer una distinción y preguntar: ¿Cuál es la forma interlocutor (el pensamiento monológico se dirige de expresión que puede llamarse diálogo en su sen- también a un oyente), (lo que ya ha señalado Lipps) tido absoluto? Lo mejor será partir de la distinción que estas formas no son las propias de un pensa- que puede establecerse provisionalmente entre el pen- miento fecundo, porque se refieren a situaciones bien samiento y el dialogo, según que uno monológico definidas: para cimentar mi punto de vista aduciré de los interlocutores hable sin interrupción o que argumentos que hablan en su favor. Sin embargo, la ambos se cedan la palabra alternativamente. presentación de argumentos siempre es una cosa tar- Para aclarar esta idea empezaremos tomando día, con la cual pretendo convencer a otros de una como un ejemplo un diálogo. Nos limitaremos al diá- interpretación, de la que de todos modos yo estoy logo en el verdadero sentido del vocablo, es decir seguro. Y la demostración llega todavía con más re- un diálogo que no sea una sin importan- palabreria traso. La demostración ha de ser "concluyente" pa- cia, sino una conversación en que se trate de cues- ra impedir que el otro se esquive. Sentimos la esfe- tiones profundas, que es preciso extraer trabajosa- ra en que esta forma de lenguaje es apropiada: la mente de la zona del silencio. A guisa de prepara- esfera donde se confirma la autoridad. En la demos- ción. he hablado antes del proceso que obliga a ir tración pretendo imponer mi autoridad al otro indi- arrancando con esfuerzo las frases al silencio. Pero viduo. Por esta razón, el que habla no debe dejarse este proceso es imposible si cae en el vacío y depen- interrumpir con objeciones durante la demostración de sobre todo de que las frases sean escuchadas y sino exigir que se respete su derecho de hablar has- comprendidas por otra persona. En cierto modo, es- ta el fin, hasta que la demostración esté terminada ta persona es la que desata la lengua, y según sea y ya sea imposible la contradicción. Aquí las obje- su comportamiento, espontáneamente afirmativo, só- ciones no tienen más función que la de suscitar acla- lo vacilante o incluso contradictorio, me sentiré segu- raciones suplementarias. La demostración es, pues, ro de lo que digo. Pero cuando hablo para mí solo. una forma de polémica combativa que está indicada nunca sé con certeza si me he extraviado siguiendo en la esfera judicial, desde la cual se ha traslada- cuando una idea exagerada o absurda. Unicamente do a la de las matemáticas. el otro me aprueba sé que he acertado a encontrar algo auténtico. Mas si el otro pone reparos, estoy Las formas monológicas, como la demostración, obligado a modificar mi criterio; y con estas dificul- la argumentación e incluso la teoría de una confe- tades inesperadas, con estas "fricciones" del pensa- rencia con ellas relacionadas, no pierden su valor miento brota la chispa del movimiento creador. El por ello. Son imprescindibles (y esto hay que decir- pensamiento solitario sólo puede avanzar en su con- lo para combatir a los fanáticos del diálogo didác- tinuidad rectilínea. se hace fecundo hablando con el tico); pero deben entenderse en su función decisiva, interlocutor y alcanza la perfección cuando éste no las que se relacionan con la vida de la comunidad. La se limita a oponer argumentos criticos o me anima a reacción concluyente, es decir el pecado original, se continuar, sino que trata de intervenir, y con este produce allí donde se prohibe el diálogo y el pensa- intercambio de ideas se desarrollo plenamente el miento monológico se impone corno la única forma diálogo. posible. De este modo se interrumpe la comunidad Nietzsche no exagera cuando afirma: "Siernpre que nos une con el otro individuo. Este ya no es re- hay uno que no tiene razón: pero la verdad empie- conocido como hombre, sino sólo como objeto para za cuando son dos". En un sentido más riguroso es- el emp!eo de la autoridad. El lenguaje mismo pier- to puede interpretarse diciendo que la verdad no se de su verdadero sentido humano y se convierte en encuentra en ninguna de las dos partes, sino que un medio para imponer la autoridad. El lenguaje está presente en el diálogo, sin que pueda conside- monológico se convierte aquí en un lenguaje auto- rarse como una consecuencia de él. Por esta razón, ritario. Y esto puede entenderse también en un sen- el diálogo representa la suprema perfección a que tido político absoluto.

32 El sistema político autoritario se caracteriza pre- tras palabras son recusadas o controvertidas. El que cisamente por el hecho de no admitir el diálogo. El habla se expone, por lo menos, a desacreditarse, si sigue hablando, pero de una manera bien definida, no es a descubrirse; pero, además, cuando se trata con la que se pervierte la facultad de hablar propia de un interlocutor malintencionado, esto representa del hombre. Este sistema sólo reconoce el lenguaje darle armas que puede emplear contra nosotros. como medio de dominación: en relación con sus par- Siempre es más prudente y "hábil" callarse, guare- tidarios, en forma de orden y de precepto, y en re- cerse detrás de un silencio que no comprometa. O lación con sus adversarios, en forma de propaganda si ya se ha empezado a hablar y se advierte que el para ganarlos a su causa. Y así es como, de los pro- otro no sigue, recoger la frase empezada, dándole un blemas que plantea la voluntad de imponerse, na- sentido vago y hacer como si no se hubiera querido ce la técnica de la propaganda, que analizaremos de- decir lo que ya se había iniciado. Lo mismo sucede talladamente. cuando se nos dirige una pregunta inopinadamente y nos negamos a dar una respuesta franca y decisiva, Con esto hemos llegado a la idea decisiva: el y así se malogra su intento de entablar el diálogo. lenguaje y el pensamiento monológicos como tales Es posible que esta situación nos recuerde con ver- son sólo formas de comportamiento sublingüísticas güenza ciertas circunstancias de los tiempos de la e infrahumanas. Están justificados y son necesarios dominación nacionalsocialista, en que no se acepta- como funciones parciales (como muchas funciones ba un diálogo sincero propuesto con titubeos, por- infrahumanas integradas al conjunto de la naturale- que se desconfiaba del interlocutor, se temía que za humana). Pero cuando se imponen con carácter fuese un espía, y así se abandonaba por cobardía la absoluto se convierten en la expresión de lo inhuma- posibilidad de un coloquio que tal vez hubiera sido no. El lenguaje y el pensamiento monológicos, como fértil para ambas partes. forma de vida dominante, constituyen un comporta- miento inhumano. Y casi me atrevería a decir que Esta es la razón de que el hecho de hablar re- son sobre todo la quintaesencia de lo inhumano. quiera siempre cierto valor para renunciar a las se- guridades "naturales" y presentarse ante el interlo- Y con esto me encuentro de nuevo ante la te- cutor a pecho descubierto. Ahora bien, el verdade- sis decisiva. En la lucha por la conservación de la ro coloquio y, por ende la revelación del carácter hu- raza humana y por su realización en nuestra época, mano del individuo, sólo es posible cuando éste lo- en la lucha contra lo inhumano, si queremos preser- gra liberarse del afán natural de seguridad, es de- var a la humanidad de las mayores catástrofes, lo cir, cuando consigue elevarse por encima del miedo importante es inducir a los hombres a entablar el de la criatura, de la nitidez y de la vergüenza cual- diálogo y a desarrollar en ellos la disposición y la quiera que sea el nombre dado a estas inhibiciones. capacidad de sostenerlo. Esto nos impone una tarea Requiere cierta audacia por parte del orador. Y la pedagógica concreta, en la que el educador está lla- educación para el diálogo puede tal vez realizarse mado a aceptar su responsabilidad humana.. Pero enseñando a comprender esta situación. se trata de una tarea imponente. Si miramos a nues- tro alrededor, veremos cuán pocos son los hombres Por lo que se refiere a la aptitud de escuchar, que han logrado hasta ahora iniciar el verdadero aparecen dificultades semejantes, porque para ello diálogo. Y habremos de preguntarnos en primer lu- también hace falta vencer la propia inhibición na- gar: ¿A qué se debe esto? ¿Por qué se sustraen los tural. Supone abandonar la inocente seguridad en la hombres a la posibilidad del diálogo? propia opinión y aceptar francamente la explicación, admitiendo la posibilidad de que la razón esté de —Para esto hemos de intervenir de nuevo y parte del contradictor. Es la relativación de la segu- preguntar cuáles son las condiciones previas del diá- ridad "natural" del hombre en sí mismo o, dicho de logo, a fin de comprender las dificultades que se otro modo, la renuncia a la posición autoritaria. En oponen a su realización. Al principio, estas condicio- realidad, esto es contrario a la "naturaleza" del hom- nes previas pueden explicarse fácilmente. Se hallan bre, si llamamos "naturaleza" el egocentrismo. Si en la noble aptitud del hombre para hablar y escu- queremos entablar un verdadero diálogo, hemos de char. Pero si las analizamos con más detenimiento, prescindir de todas estas cosas. La renuncia puede no tardaremos en ver que, tomadas debidamente en resultar muy fácil cuando nos encontramos en el am- serio, son dos actividades muy difíciles; ya que am- biente íntimo de un grupo de amigos que, en lo esen- bas exigen del hombre un esfuerzo particular para cial, piensan como nosotros. Pero esta exigencia va vencer su retraimiento natural. Así pues, será nece- más lejos, porque significa también iniciar el diálo- sario considerar con más atención ambas funciones go, estar dispuesto para el diálogo, cuando tropeza- desde este punto de vista. mos con opiniones que, a primera vista, nos parecen totalmente descaminadas y reprobables y, de una Empezaremos estudiando las dificultades que se manera general, suponer que no hay contradicción encuentran al hablar. El que dice algo se lanza a humana alguna que no pueda resolverse en último una aventura precisamente cuando se trata de una término, en un diálogo razonable. Esta es, en efec- palabra arrancada a fuerza de tanteos a lo inexpre- to, nuestra convicción. Y defender esta convicción es sado. El que habla se entrega en manos de su inter- siempre una empresa arriesgada, porque no se rea- locutor, porque ignora como éste interpretará sus liza naturalmente sobre la base de la correspondien- frases. El solo hecho de ser mal comprendido crea te comprensión recíproca, sino teniendo en frente a una situación incómoda, no digamos ya cuando nues- un adversario que a su vez elude el diálogo.

33 Así pues, no exageramos al decir que la forma playarse cuando el educador domina estas circuns- humana de la convivencia, la forma humana de la tancias y con una prontitud vigilante, reconoce y vida en general sólo puede lograrse al nivel del diá- aprovecha las oportunidades. Y esto requiere, el per- logo. fecto dominio de sí' mismo, tan necesario para el diálogo, y la capacidad de renunciar espontáneamen- Tampoco consideramos que todas las cuestiones te a su autoridad. Así pues, cuando el hombre ha humanas hayan de desarrollarse forzosamente en for- pasado por esta aventura, el diálogo es lo más fe- ma de diálogo, sino que para lo decisivo, se entabla el cundo que pueda darse en la vida. diálogo antes de que los antagonismos degeneren en lucha. Desde el punto de vista pedagógico, debería —Este diálogo no es una cosa que se ha reali- ser desarrollar en el hombre la predisposición, es de. zado en el mundo de los adultos, en nuestra socie- cir, las citadas condiciones previas necesarias para dad actual, para que nos baste con introducir a los el diálogo, y aprovechar y cultivar cuidadosamente niños en este mundo, como se les enseñan general- la posibilidad que apunta en esta dirección. Pero lo mente las técnicas llamadas de la civilización. Nues- más importante es la sincera disposición al diálogo tro mundo adulto adolece sobre todo del desconoci- por parte del educador; pues ésta es la que crea la miento del diálogo, o más exactamente: en nuestro situación que permite al otro, al niño y al adulto, mundo, el diálogo está confinado al ambiente parti- desarrolar la disposición correspondiente. cular del grupo de amigos íntimos y en la vida pú- blica predomina el pensamiento monológico con su utilitarismo y su afán exclusivo de poder. Todas las Lo que tiene una importancia decisiva es que el desgracias del mundo se deben a que los hombres propio educador se sienta predispuesto al diálogo. no están dispuestos a resolver sus contradicciones al Mas para ello es necesario que intervenga con toda nivel de la palabra, sino que desdeñan esta posibili- su energía y renuncie a toda autoridad protectora. dad y tratan de imponer sus pretensiones por la fuer- En realidad, esta intervención, tiene una significa- za. Los peligros que esto entraña son tanto mayo- ción enorme y representa, en cierto modo, tomar la res, cuanto que los hombres se presentan cada vez delantera. Repito que es renunciar a la autoridad y más corno los portavoces de las grandes institucio- disponerse sin reservas a ser objeto de discusión, sin nes, en las relaciones de los partidos, de las clases, que por ello haya que estar discutiendo constante- de los Estados, etc. Y al final de este forcejeo se en- mente. Un diálogo de esta clase sigue siendo un he- cuentra la guerra con bombas atómicas, cuyo resul- cho muy raro y para que no degenere en palabre- tado será el exterminio de todo el género humano. ría, es indispensable que el hombre se consagre a él Sobre este fondo hemos de ver el problema que re- en cuerpo y alma. La enseñanza coherente y la ins- presenta el abandono de las posibilidades de diálogo trucción objetiva, la conversación fácil y los largos por parte del hombre. Y sobre este fondo aparece silencios ocuparán una gran parte de su tiempo. Pe- también la responsabilidad que corresponde a cada ro esto significa que, siempre que su posición o su individuo, en este caso no sólo como educador, sino manera de pensar resulten dudosas. el educador ha como garante de nuestro mundo. de estar dispuesto a hablar y a contestar francamen- te a las preguntas que se le dirijan seriamente. La En todas partes lo que interesa en primer tér- apostilla "que se le dirijan seriamente" tiene mucha mino es que los hombres aprendan a escucharse y a importancia, pues es muy fácil que en este caso la hablar entre sí, porque, dicho sin rodeos, allí don- conversación pierda consistencia. La seriedad debe. de los hombres conversan no lanzan bombas atómi- rá demostrarse con el hecho de que el propio pre- cas ni tratan de sojuzgarse mutuamente con otros guntante está dispuesto también a ser discutido. Y procedimientos. Si en los últimos tiempos ha habido todavía debería hacerse otra restricción: el verdade- un vislumbre de esperanza, ha sido en el momento ro diálogo presupone que ambos interlocutores son en que Kennedy y Chrustchov se pusieron de acuer- mayores de edad, y esto sólo es posible en la medi. do para establecer una línea telefónica directa entre da en que es efectiva la mayoria del educando. Por sus respectivos despachos, pues esto significaba que consiguiente, el diálogo no debe presentarse como querían hablar antes de llegar al último extremo. Y un postulado abstracto, sino que ha de adaptarse al de todos modos, la razón humana, a diferencia de la grado de mayoridad que el alumno haya alcanzado. pasión ciega y violenta, es la disposición de los hom- bres a hablar entre sí y a escuchar al adversario. Pero basándose en la propia disposición al colo- quio, es también indispensable que el pedagogo in- Claro está que este cambio de impresiones no duzca al interlocutor a hablar, le impulse a dialogar. puede llamarse todavía diálogo en la acepción que le ayude con paciencia renovada a superar sus difi- le hemos dado antes, ni es aún la conversación en cultades. Hay que ofrecerle la oportunidad de enta- el sentido absoluto. En general, nos veremos obliga- blar el diálogo y permitirle que haga la experiencia dos a preguntar cuáles son las formas corrientes de bienhechora de que el coloquio, una vez establecido, lo que provisionalmente hemos llamado conversación exalta su existencia. en el ámbito privado. Aquí es necesario establecer entre ellas una distinción, que nos es imposible ana- Vista así, la aotitud para el diálogo no es una lizar ahora en todos sus detalles. cosa que pueda "hacerse" con una preparación sis- temática construirse, como quien dice, pero tampo- Tanto en el ambiente político, como en el eco- co se desarrolla por sí sola. Unicamente puede ex- nómico la negociación es lo que debe mencionarse

34 en primer lugar. La negociación es la manera por se considera do antemano al interlocutor como un la cual dos partes tratan de llegar a un acuerdo so- adversario, que se pinta de negro, mientras nosotros bre una cuestión litigiosa, valiéndose del discurso y nos vemos blancos, sino que le respetamos como hom- de la réplica. Este programa establece la distinción bre y estamos dispuestos en el fondo a escuchar sus entre la negociación y la discusión. Esta última si- razones y permitir que se discutan las nuestras. En- gue siendo una forma de lucha, si bien practicada tonces ya no se trata sólo de una cuestión que afec- con armas intelectuales y, por lo regular, dentro del ta a los representantes de cada posición, sino tam- dominio científico a raíz de los discursos. En la dis- bién, y tal vez más todavía, a cada uno de los miem- cusión tratamos de poner en manifiesto nuestros pro- bros de los dos campos. A este respecto, es indispen- pios puntos de vista, argumentamos, queremos de- sable que en la universidad se establezca el diálogo mostrar las propias tesis, etc. En el fondo se man- con los portavoces de los grupos de estudiantes ex- tienen las formas típicas del pensamiento monológi- tremistas. co que, en este caso, se aplican recíprocamente. La razón de esto es que la argumentación parte de una Así es como la cuestión del lenguaje interviene posición firme y que estas posiciones se enfrentan. en el acontecer político del momento presente. Y Si su tensión es menor, se debe solamente al hecho nosotros, en nuestra calidad de educadores, tenemos de que no es necesario defenderlas hasta el último además la misión de crear, orientando a los niños extremo. Pueden abandonarse, si parecen insosteni- hacia esta disposición al diálogo, las condiciones ne- bles, sin por ello sentirse humillado. El valor de la cesarias para reducir el peligro de explosión y con- discusión consiste en que podemos oponer nuestras seguir una paz duradera. La educación para el diá- ideas a la crítica del adversario. De este modo se logo es directamente la educación para la paz. aclaran y consolidan, pero en realidad no se siguen analizando en una forma constructiva, y por esto —Pero también es necesario tener en cuenta las también una vez que los puntos de vista de las dos fronteras que encuentran aquí la voluntad de enta- partes aparecen bien definidos, se interrumpen a me- blar el diálogo pacífico: la disposición para el diá- nudo las discusiones, sin haber obtenido un resulta- logo ha de ser recíproca e inspirar en igual medida do positivo. a ambos interlocutores. El diálogo fracasa o no lle- ga siquiera a iniciarse, si la otra parte se niega a in- tentarlo. Y esto puede producirse asimismo de dos En esto se distingue la discusión de la negocia- maneras. Primero, porque la otra parte rehusa ab- ción (y sólo para señalar esta distinción nos hemos solutamente el diálogo o lo interrumpe bruscamen- referido aquí a la discusión). La negociación perde- te con un pretexto cualquiera cuando ya está inicia- ría su sentido, si no se llegara a un resultado. Y es- do. Pero también puede producirse porque el inter- to es lo que condiciona también la manera de ha- locutor se niega a dialogar con la franqueza necesa- blar. Cada parte trata, naturalmente, de obtener las ria y transforma la conversación en un acto de pro- mayores ventajas posibles, sin retroceder ante la as- paganda disimulada bajo forma de "discusión", en tucia y la baladronada; pero no es posible pasar da la que sólo pretende imponer su propia opinión, in- ciertos limites. El que se muestra demasiado intran- cluso cuando ésta es ajena a la discusión, pero exi- sigente en sus pretensiones pone en peligro el obje- giendo que la otra parte le preste atención, sin mos- tivo de la negociación y entonces se produce la rup- trarse dispuesto a escuchar sus razones. tura, sin haber obtenido resultado alguno. Para evi- tar esta situación, uno de los contrincantes ha de Aquí aparece también el problema fundamental "hacer concesiones" al otro. Como se dice al tratar de la tolerancia, que se opone a la intolerancia. Allí de la facultad de dialogar, ha de "saber escuchar". donde se hace un abuso evidente de la discusión, só- Y entonces puede conseguirse una conciliación razo- lo queda la posibilidad de cortar el diálogo que ha nable con la cual se pone fin a un estado de tensión perdido toda su razón de ser. En rigor, la discusión existente y, en determinadas circunstancias, a un es- sólo es posible cuando ambas partes se aprestan a tado de guerra. Cuando se llega a la negociación, escuchar y ninguna pretende estar en posesión de la triunfa la razón sobre el deseo absurdo de emplear única verdad. la fuerza; y gracias al lenguaje, se impone una ac- titud específicamente humana. Y no obstante, el hecho de retirarse y de renun- ciar al diálogo no debe tener un carácter definitivo. Pero la negociación no es todavía un verdadero A pesar de todos los fracasos, lo importante es ha- diálogo, y el hecho de que los hombres negocien no cer lo posible por reanudar el coloquio tantas veces basta para que se realice lo verdadero humano. En como sea necesario, es decir, intentar de nuevo res- el curso de la negociación, los hombres pueden per- tablecer el contacto, a partir de posiciones firmes, manecer distantes y hasta considerarse como enemi- mantener el diálogo auténtico y presentarse a pecho gos, y sólo la voz de la razón reflexiva les permite descubierto al interlocutor. Por tanto, no sólo con- seguir negociando, en vez de combatirse. De ahí el viene mostrarnos dispuestos a entablar el debate li- carácter problemático de la transacción, cuando se bres de prejuicios, sino también incitar al "adversa- llega a ella. En todo momento puede volver a rom- rio" a que acepte el diálogo, para ver hasta qué pun- perse el acuerdo. Precisamente por esto, en las cues- to es posible llegar a una inteligencia. Esto es apli- tiones políticas, importa, no sólo discutir, sino enta- cable a todos los niveles en que el coloquio es posi- blar realmente el diálogo auténtico, el diálogo en el ble, y necesario, desde el ámbito privado más ínti- sentido que acabamos de exponer, en el que no sólo mo hasta al dominio público más amplio.

35 SIMON BOLIVAR Y EL NUEVO NACIONALISMO EN AMERICA LATINA

GERHARD MASUR ordinario bienestar. Pero sabemos también que los Crítico y ensayista alemán frutos de este bienestar eran recogidos por el estra- to superior de la sociedad, por los llamados criollos, LA MAYOR PARTE de los observadores de La- y que éstos creyeron llegado el momento de liberar- tinoamérica están de acuerdo en que el nacionalismo se de la tutela económica de la metrópoli y comple- es el fenómeno más importante en la historia del si- tar su privilegiada posición social por medio de la glo XX. Desde la revolución mexicana de 1910, ca- conquista del poder político. Hasta qué punto esta- da una de las repúblicas americanas, una tras otra, ban maduros estos deseos de poder político es cosa ha sido inundada por esta ola, que en la mayoría diflícil de calcular. de los países ha desencadenado efectos de profundo Personajes aislados, como Miranda, pueden ha- alcance. Inevitablemente, tal fenómeno ha influido ber esperado seguir el ejemplo de la revolución nor- también de modo retroactivo la interpretación de la teamericana y de la francesa, pero la gran mayo- historia latinoamericana; ciertas tendencias y co- ría de los criollos se hubiera conformado, ciertamen- rrientes del siglo XIX las vemos hoy bajo una luz te, con menos. Lo que ellos querían era más bien diversa. una forma de autonomía política, una mayor parti- Se ha planteado la pregunta de cuándo surge cipación en los altos cargos del Estado y la Iglesia por vez primera el nacionalismo en la historia de y que se tuvieran más en cuenta sus aspiraciones de Latinoamérica, y ha habido respuestas contradicto- orden económico. Puede decirse por ello que la re- rias. Algunos historiadores encuentran ya en el mo- volución, desencadenada en último término por la vimiento de independencia gérmenes del nacionalis- ocupación napoleónica de España, se realizó en pri- mo contemporáneo, mientras otros rechazan esta in- mer lugar por una sola clase social y que, también terpretación. Naturalmente, también las grandes fi- en primer lugar, había de servir a esa clase; los crio- guras que capitanearon el movimiento de indepen- llos. Un historiador norteamericano, J. J. Johnson, dencia fueron interrogadas acerca de su comporta- llama a este fenómeno CRIOLLISMO y ve en él la miento ante el problema del nacionalismo y tampo- raíz social del movimiento de independencia. ¿Cómo co aquí es inequívoco el resultado. En particular in- se comporta la figura de Bolívar ante ese movimien- teresante y fructífero es, en este aspecto, el análisis to? Bolívar mismo era miembro de la aristocracia del genio del movimiento de independencia latinoa- criolla. Nacido en Venezuela, pertenece a dicha cla- mericano, Simón Bolívar. se por ascendencia y por la hacienda heredada. Pe- En la mayor parte de los libros que han sido ro, pese a que a lo largo de su vida fue un gran se- dedicados al Libertador se califica a Bolívar de in- ñor y vivió como un aristócrata, su existencia y su ternacionalista. Junto con Francisco de Miranda y obra no pueden abarcarse en la palabra criollismo. José de San Martín, se le atribuye la visionaria pre- Bolívar sobrepasó las' aspiraciones y los prejuicios visión de haber laborado por la unidad del Conti- clasistas, fue uno de los primeros en dar la libertad nente y no por su desmembración y "balcanización". a sus esclavos, invirtió, por no decir derrochó, su Incluso si nos adherimos sin reservas a este crite- gran riqueza en el servicio de la idea de la indepen- rio, queda aún sin resolver el problema de cuál fue dencia latinoamericana. Es, pues, enteramente natu- la actitud del propio Bolívar ante la cuestión del na- ral que también sus metas politicas rebasaran las de cionalismo, y en qué medida influyó dicha cuestión los criollos. sus ideas y planes. Se trata de uno de los problemas Los fines de la clase superior criolla no eran ine- de más peso en la historia del Libertador, pues con- quívocas al comienzo de la revolución latinoamerica- tribuyó más que ningún otro al trágico final de su na. Prescindiendo por entero de aquellos que querían vida. permanecer unidos a la metrópoli o que preconiza- Al estallar el año 1808 la revolución latinoame- ban una reconciliación con España, la mayor parte ricana, apenas si se puede hablar de nacionalismo. eran patriotas, deseaban libertad politica dentro del Las causas de la revolución han sido analizadas con territorio del imperio colonial español, en el que se mayor profundidad en los dos últimos decenios, y habían criado y que les era conocido. Era la época hoy día conocemos el clima ideológico de Latinoamé- de la patria chica o de la patria boba, un patriotis- rica alrededor del 1800 notablemente mejor que ha- mo regional con horizontes de campanario. Es cier- ce veinte años. Sabemos que el reinado de los Bor- to que al propio tiempo se alzan otras voces, y ello bones contribuyó en su medida a modernizar el im- también desde el principio, voces que propugnan la perio español y a abrirlo a las ideas de la Ilustra- libertad de todo el mundo iberoamericano. Miranda ción. Sabemos que los grandes portavoces del racio- tenía siempre ante su mirada el Continente entero, nalismo eran leídos en Latinoamérica, que sus nom- cuando en París y Londres hacía propaganda y cons- bres y sus doctrinas tuvieron entrada en las univer- piraba por la independencia de los latinoamerica- sidades. Sabemos igualmente que florecía el comer- nos. Los chilenos Juan Martínez de Rozas y Juan cio con España, que muchos puertos estaban abier- Egaña elaboraron un plan que abarcaba a toda Amé- tos al intercambio y que, hablando en general, las rica. En la propia Venezuela, los paladines del mo- colonias latinoamericanas disfrutaban de un extra- vimiento de independencia se habían dirigido ya en

36 1810 a los demás pueblos del mundo hispanoameri- brea. "Pienso que los americanos, ansiosos de pas, cano convocándolos "a contribuir a la grande obra ciencias, artes, comercio y agricultura, preferirían de confederación americano-española". las repúblicas a los reinos". Se declara además que Bolívar era venezolano y conservó siempre el las diferencias psicológicas, geográficas y económi- amor por su patria. Sus cartas están llenas de sen- cas, las diversas circunstancias climáticas y la falta timientos de cariño por la tierra nativa. La llama de comunicaciones hacían imposible la creación de "ídolo de su corazón"; allí se había criado, allí que- UNA nación suramericana. Y sigue luego aquel fa- ría vivir y morir cuando quedara cumplida su gran moso párrafo de la carta de Jamaica, en el que por misión. Pero sería un error interpretar estas pala- ves primera se aborda la idea de una federación la- bras como nacionalistas. A medida que iba avanzan- tinoamericana: "Es una idea grandiosa pretender for- do su vida, cuanto más alto le levantaba el genio, mar de todo el Nuevo Mundo una sola nación. . . tanto más se elevaba sobre la patria chica, de tal Ya que tiene un origen, una lengua, unas costum- modo que, en la cima de sus triunfos pudo decir: Ya bres y una religión, debería, por consiguiente, tener no pertenezco a la familia de los Bolívar o a Cara- un solo gobierno. . mas no es posible. .. Qué bello cas, pertenezco a toda la nación; lo cual comprendía sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros él a la sazón como el mundo de los pueblos latinoa- lo que el de Corinto para los griegos. Ojalá que al- mericanos. gún día tengamos la fortuna de instalar allí un au- Los primeros testimonios de su visión continen- gusto congreso de los representantes de las repúbli- tal los hallamos en el año 1813, cuando, al desha- cas, reinos o imperios a tratar y discutir sobre los cerse la primera república venezolana, huye a Nue- altos intereses de la paz y de la guerra, con las na- va Granada, la actual Colombia, para continuar des- ciones de las otras tres partes del mundo". Aquí te- de allí la guerra contra España. En el manifiesto nemos IN NUCE la visión bolivariana del interna- de Cartagena se dirige a los americanos. Habla de cionalismo latinoamericano. Repúblicas libres que de- la identidad de la lucha de Venezuela con la de Amé- liberan en un congreso de los pueblos, entre sí y rica, llama a los venezolanos "los más ilustres már- con el mundo, sobre los grandes problemas de la tires de la libertad de la América". Cuando pocas guerra y la paz. Es una clara manifestación en pro semanas después se decidió a liberar la tierra pa- de la idea internacional, de una federación de pue- tria, habló con estas palabras a su pequeño ejército: blos y de la cooperación supranacional. "La América entera espera su libertad y salvación Se ha expuesto recientemente la tesis de que el de vosotros". La idea de la libertad americana atra- internacionalismo de Bolívar no fue una negación viesa como un toque de trompeta por todas sus alo- del nacionalismo, sino la confirmación de éste. El cuciones políticas de estos años; 'hasta en la famosa interrogante que el Libertador se propuso no fue el declaración de la "guerra a muerte", esa idea cons- de si las colonias españolas se convertirían en Esta- tituye el criterio decisivo por el que se separan en- dos nacionales, sino cuántos de dichos Estados na- tre sí europeos y americanos. "Españoles y canarios, cionales habrían de surgir del antiguo imperio es- contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no pañol. No puedo adherirme a este criterio. Bolívar obráis activamente en obsequio de la libertad de la pretendía, más allá de los Estados nacionales y por América. Americanos, contad con la vida aun cuan- encima de ellos, una confederación con claro dere- do seáis culpables". cho en el orden jurídico internacional. De ello ten- En estos años de incesante lucha, su americanis- dremos ocasión de hablar más adelante. Pero ya en mo estuvo condicionado, ante todo y sobre todo, por el año 1815 dijo el Libertador: "Esta especie de cor- necesidades de carácter militar; Bolívar quería "una poración podrá tener lugar en alguna época dichosa sola nación americana", "un coloso de poder" que de nuestra regeneración". Con otras palabras: en pudiera imponerse frente a la hegemonía europea. tanto no se ganara la guerra, la cooperación latinoa- Así, puede decirse que el internacionalismo de Bo- mericana quedaba en una visión, en un ideal que lívar, al comienzo de su trayectoria, se halla orien- sólo podía realizarse en otra época más feliz. tado militarmente. "Para nosotros, dice en 1814, la A medida que se proseguía la lucha, Bolívar se patria es América", el hemisferio de Colón. convencía más y más de que sin la mutua ayuda de Pero es bien conocido que las más elocuentes de las naciones hermanas de Latinoamérica apenas si sus proclamas no alcanzaron a crear un frente uni- cabía contar con la victoria. En 1816, el Presidente tario, que Bolívar sucumbió al ataque combinado de de Haití, Petión, le prometió su apoyo si Bolívar españoles, realistas y reaccionarios, y en 1815 hubo daba la libertad a los esclavos negros del Continen- de abandonar el Continente y buscar refugio en Ja- te. En 1818 recibió en Angostura un mensaje del Di- maica. Aquí se vio forzado a meditar de modo rea- rector de las Provincias Unidas del Plata, Pueyrre- lista en el futuro de Suramérica y hubo de confesar- dón, en que éste se declaraba partidario de la soli- se que una unidad política de las primitivas colo- daridad de los pueblos americanos. La respuesta de nias españolas, aunque no era cosa imposible, se ha- Bolívar fue terminante: "Una sola debe ser la pa- llaba todavía muy lejos. En la célebre carta desde tria de todos los americanos, ya que en todo hemos Jamaica fue pasando revista a todos los países del tenido una perfecta unidad". Cuando los combatien- mundo hispanoamericano. ¿Cuál sería el destino de tes de la libertad hubieran alcanzado la victoria so- éstos al final de la guerra de independencia? ¿Se bre España, sería concertado un tratado de toda consolidarían como una unidad quizás con un mo- América que presentaría al Nuevo Mundo con ma- narca a la cabeza, o cristalizarían diecisiete Estados jestad y grandeza, ante las naciones de otros conti- independientes? Bolívar creía, y la Historia le dio nentes, como la reina de las repúblicas. "Nuestra di- la razón, que se formarían diecisiete repúblicas li- visa sea unidad en la América Meridional". Fácil-

37 mente se podrían desacreditar estas palabras como En los años siguientes, Bolívar llevó adelante su retórica latinoamericana, pero los actos de Bolívar gran plan y solicitó el apoyo de Santander y de en el decenio siguiente demuestran la seriedad con otros estadistas. Pero el magno proyecto tenía tam- que procedía. Ya en 1819, con la batalla de Boyaca, bién sus dificultades, que Bolívar, en el primer en- se produce el hecho militar decisivo en favor del tusiasmo, no había estimado quizás en todo su va- movimiento de independencia. lor. ¿Debia requerirse a todos los Estados america- nos a participar en el Congreso, y también a aque- El mismo ario se constituye la República Colom- llas naciones europeas que tenían aún posesiones te- biana, que había de abarcar Venezuela, Nueva Gra- rritoriales en el Nuevo Mundo? ¿Cuál era el caso nada y el territorio del Ecuador. Las batallas de Ca- del Brasil, que constituía un imperio, y cuál el de rabobo y Pichincha sellan el destino de España en Paraguay, regido por un dictador, el célebre Dr. el Norte de Suramérica. Bolívar asume la presiden- Francia? ¿Qué pensaba Bolívar acerca de Haití, con cia de la nueva Gran Colombia y ya en 1821 se di- su población negra y cómo había de procederse con rige al Perú con el proyecto de un "pacto de fede- Cuba. todavía no liberada? Eran, en fin, estos pro- ración". También en México son emprendidas pare- blemas los que habrían de poner en grandes dificul- cidas gestiones diplomáticas. Este pacto de federa- tades internacionales al Congreso. Tampoco debemos ción debe ir mucho más allá de los tradicionales tra- olvidar que Bolívar, al convocar el priraer congre- tados de alianza de la época; ha de constituir el fun- so panamericano, perseguía determinados fines de damento de una "sociedad de las naciones herma- política exterior. Quería presentar América a Euro- nas". El pensamiento de Bolívar parte del propósi- pa como un continente unido. "Yo creo que noso- to de incorporar a este pacto de federación a todos tros debemos imitar a la Santa Alianza en todo lo los países latinoamericanos; escribe a San Martín, que es relativo a seguridad política. La diferencia que era ya el protector del Perú, escribe a O'Hig- no debe ser otra que la de los principios. En Euro- gins, que tenía en sus manos el destino de Chile, di- pa todo se hace por la tiranía: acá es por la liber- ciendo ha llegado la hora de poner la primera pie- tad". Las cartas de Bolívar escritas en estos años es- dra para un tratado "que debe formar de este Mun- tán llenas de avisos y conminaciones a no dejar pa- do una nación de repúblicas". sar la hora de integrar a América en una federa- ción de pueblos. Pero en las cartas se encuentran Ya en julio de 1822 firman los diplomáticos del ciertas manifestaciones que señalan el hecho de que Perú y Colombia tratados de unión, liga y confede- Bolívar consideraba también otras posibilidades. ración perpetua. En estos tratados se habla ya del "Nuestra federación americana --escribía el 28 de futuro Congreso de Panamá, en el que se reunirán junio de 1825-- no puede subsistir si no la toma los representantes de las naciones latinoamericanas bajo su protección Inglaterra". Esta idea parece ra- para deliberar sobre su futura confederación de pue- ra y contradictoria. ¿Cómo iba a convertirse en rea- blos. La quinta etapa de la guerra de independen- lidad una alianza libre de las repúblicas america- cia llevó a Bolívar a Perú, donde coronó la obra nas en calidad de protectorado de la Gran Breta- que había comenzado Ean Martín. Las batallas de fia? De hecho, la idea de un protectorado apunta ya Junín y Ayacucho dan a las armas colombianas la hacia la siguiente etapa del pensamiento bolivaria- victoria definitiva sobre las tropas españolas. Antes no, de la que será preciso hablar. de la batalla de Junin expresa Bolívar nuevamente, de modo insuperable, su fe en la misión americana, cuando grita a sus soldados: "La libertad de Améri- El Congreso se reunió por fin en Panamá el 22 ca es la esperanza del universo". Palabras de un vi- de junio de 1826. Su composición apenas si corres- sionario y de un político realista que ayudó a abrir- pondió a las esperanzas que Bolívar había puesto en se paso a su avizora concepción de la historia uni- esta asamblea. En ella sólo estaban representados versal. La batalla de Ayacucho tuvo lugar el 5 de México, los Estados de Centroamérica, Colombia y diciembre de 1824. El 7 de diciembre dirigió Boli- Perú. Inglaterra envió un observador. Brasil y los var su escrito circular a los gobiernos de las repú- Estados Unidos habían prometido su comparecencia. blicas americanas. pero al final no estuvieron presentes en el Congre- so. Bolivia no era todavía nación soberana, y Chile "Después de quince años de sacrificios consa- y la Argentina habían preferido no incorporarse a grados a la libertad de América. . . es tiempo ya de las deliberaciones. que los intereses y relaciones que unen entre si a las repúblicas americanas. . tengan una base fun- El 15 de julio de 1826 se firmó un tratado que damental que eternice, si es posible, la duración de tomaba en cuenta las ideas de Bolívar en el orden estos gobiernos. . . Tan respetable autoridad no pue- internacional. Se acordó una alianza eterna para el de existir sino en una Asamblea de plenipotencia- mantenimiento y defensa de las repúblicas, una asam- rios nombrados por cada una de nuestras repúbli- blea de representantes de las naciones había de reu- cas". Tal asamblea habría de actuar como organismo nirse cada dos años (en caso de guerra, cada año) deliberador en el caso de producirse grandes con- para tratar de las relaciones internacionales de los flictos, como mediador entre los Estados de Améri- Estados latinoamericanos: Estos se prometieron mu- ca y como intérprete de los tratados. "El día que tua ayuda en caso de un ataque y se declararon dis- nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus po- puestos a someter al consejo de la liga las diferen- deres se fijará en la historia diplomática de la Amé- cias entre las distintas repúblicas. El tratado de alian- rica una época inmortal". za eterna previa aún otras obligaciones: la supre-

38 sión de la esclavitud y de la piratería y la creación Bolívar y San Martín estaban harto convencidos de un ejército y una flota federales para la protec- de los obstáculos que encontraría el pacífico desa- ción de los miembros de la liga. rrollo de las repúblicas latinoamericanas y, cada uno a su modo, habían intentado eliminar ese dilema. Pero este tratado se adelantó, a su tiempo en San Martín renunció a la esperanza antes que Bo- muchos decenios y sólo fue ratificado por Colombia. lívar y se retiró al exilio. Bolívar se lanzó, como le Incluso las repúblicas que habían tomado parte en fue posible, contra la oleada de la disolución y la el Congreso no estaban interesadas en hacer reali- destrucción. Pronto hubo de convencerse de que la dad los grandiosos planes de Bolívar. Como es natu- federación andina era una utopía en cuya realiza- ral, el Libertador quedó profundamente decepciona- ción nadie estaba interesado. En lugar de ello, se do del fracaso de su gran idea. Llegó hasta negar propuso evitar la disolución de la Gran Colombia o, que hubiera creído alguna vez en la posibilidad de por lo menos, hacerle frente, pero también esto mos- realizar dicha idea, comparándose a sí mismo con tró ser imposible. Ante sus ojos comenzó a produ- aquel insensato griego que afirmaba poder dirigir cirse la disolución de la Gran Colombia. No nece- desde una roca el rumbo de las naves en alta mar. sitamos ocuparnos aquí de cada una de las fases de Posteriormente, fue aún más lejos en su menospre- este proceso. Dichas fases fueron sobre todo de ín- cio del Congreso de Panamá. El año 1828 dijo que dole económica y social y constituyeron las conse- lo había convocado para atraer la atención e intro- cuencias inevitables de la disolución del imperio mun- ducir en el mundo el nombre de Colombia. Pero es- dial español, que había vivido tan largamente tras tas manifestaciones proceden de los últimos años de las protectoras murallas del mercantilismo y que aho- su vida, en los que trató en vano de detener la des- ra se hallaba expuesto al embate del movimiento trucción de su obra; tales asertos no deben ser to- del libre comercio y de la competencia de la indus- mados, por tanto, muy al pie de la letra. tria europea occidental. A esto se agregaron dificul- tades financieras. La mayoría de los jóvenes Esta-

En efecto, en esta época de su vida afrontó una dos echaron sobre sí la carga de grandes deudas . vez más la empresa de evitar lo inevitable; entonces que hicieron gravitar sobre su futuro económico una fue cuando pretendió impedir la desmembración de pesada hipoteca, convirtiendo a todo el continente Latinoamérica, y ello con un magnífico proyecto: la en deudor del capitalismo occidental. El propio Bo- alianza de las repúblicas andinas. Después del fra- lívar vendió las minas de Bolivia a un trust extran- caso. pues así hay que calificarlo, del Congreso de jero. Su visión económica era limitada, como la de Panamá, Bolívar hizo planes para una federación de la mayor parte de los estadistas a principios del si- los Estados de los Andes, o sea una alianza entre glo XIX, y quizá hubiera declarado incluso como co- Bolivia, Perú y Colombia. Alianza no es quizá ex- sa necesaria la dependencia respecto de los paises presión suficientemente exacta para caracterizar el capitalistas de Europa occidental. Hablando en tér- modelo que Bolívar tenía ante su vista, pues se tra- minos generales, puede decirse que en la idiosincra- taba más bien de un federación - de Estados, con un sia de Bolívar no estaba el ocuparse de los espino- presidente y un vicepresidente, con un ejército, una sos problemas de la reconstrucción social. Su mira- bandera y una constitución, la constitución boliva- da tenía agudeza al desmenuzar la realidad política riana que él mismo había elaborado en 1825 para la y social de América, pero só'o de cuando en cuan- joven república de Bolivia y que consideraba insu- do vemos aparecer planes de superar el pluralismo perable. Nadie le secundaba en su opinión, pues no étnico de Latinoamérica los profundamente enriza- existía quien quisiera tener nada que ver con esta dos males de la producción agrícola o del propósi- fantasía política. Podemos tener por cierto que en to económico". El mismo lo sabía al decir que "lo tal idea de la federación andina se introdujeron mo- único bueno que había logrado era la independen- tivos de ambición personal. Bolívar daba por des- cia". contado que se le elegiría como presidente de la Pero bien se anticipó en la visión de que su alianza. querida América había de caer en las manos de ti- La idea no era precisamente feliz y se oponía ranos y caudillos, y así concluyó su vida con la trá- a lo que el propio Bolívar había expresado en 1815 gica confesión de que América no era gobernable: en su carta desde Jamaica, en la que argumentara "Hemos arado en el mar". contra una unión política de los pueblos latinoame- ricanos. El motivo más importante de que la fede- Y ¿quién sabe si la mayoría de los observado- ración de los Andes hallara entre las naciones libe- res le hubieran dado la razón? Sin embargo, el le- radas tan escasa acogida como la unión de pueblos gado que Simón Bolívar dejó a Latinoamérica no so latinoamericanos era otro y de mayor profundidad. limitó a la conquista de la independencia: su inter- Ese motivo estaba en el incipiente nacionalismo de nacionalismo siguió viviendo, y todavía hoy consti- los pueblos que se oponían a los planes de Bolívar. tuye un fermento en el desarrollo ideológico, polí- Dichos pueblos eran enemigos de un protectorado tico y social del continente. Para fundamentar esta británico que Bolívar preveía también para la alian- tesis debemos echar una rápida ojeada a la evolu- za andina no se les daba un ardite de la llamada ción de Latinoamérica desde la muerte de Bolívar. Constitución bolivariana. Querían la independencia de España y no otra cosa, y no reconocían los peli- En la mayor parte de las historias de Latinoa- gros de la anarquía y la halcanización que habían mérica, el período que se inicia en 1830 es llamado de seguir a la guerra de independencia. el período nacional. ¿Pero puede hablarse ya real-

39 mente de naciones? Tiende a parecerme que de lo voluciones, a mi entender, constituyen el más desta- que aquí se trata es de un proceso de formación de cado fenómeno de Latinoamérica en el siglo XX. Se naciones; éstas llegarían a existir, por fin, en el si- distinguen de los levantamientos y pronunciamien- glo XX. Sólo si se tiene conciencia de tales esfuer- tos del siglo XIX en que no sólo preconizan un cam- zos en busca de una identidad nacional pueden com- bio de las personas, la substitución de un partido prenderse las luchas que tienen lugar en primer pla- por otro o la de un dictador por otro dictador, sino no y que aparentemente llenan la historia de Lati- que tienen una finalidad social y económica. Su ob- noamérica. La discordia entre liberales y conserva- jetivo es llevar adelante, si no llevarlo a culmina- dores, la lucha entre centralistas y federalistas la ción, el proceso de la formación de las naciones, in- pugna entre Estado e Iglesia, todo esto constituía, tegrar en el cuerpo del país la masa de la población considerado en el fondo, no más que una serie de de color, ya se trate de indios, negros o mestizos, hechos encaminados a hacer de la sociedad colonial hacerlos ciudadanos y despertar su propia iniciati- diecisiete Estados nacionales. Hasta qué punto se lo- va. En diferente magnitud, y condicionado todo ello gró esto, es cosa que constituye otra cuestión, la por las circunstancias históricas y la tradición, es- cual no tenemos que dilucidar aquí. El proceso de tos esenciales rasgos comunes pueden hallarse en to- la formación de naciones se complicó además en el das las revoluciones latinoamericanas. Estas se ca- enfrentamiento con el capitalismo europeo y norte- racterizan por un socialismo nacional o un naciona- americano. Pero en este enfrentamiento despertó lismo social: es de escasa importancia dónde y cómo también en Latinoamérica una conciencia histórica se quieran colocar los acentos. propia, y con esa conciencia el internacionalismo de Bolívar volvió a revivir en otra esfera. Alrededor Como ya hemos anotado, el proceso comienza de 1900 ese internacionalismo de Bolívar halla eco en México en 1910 y luego se va apoderando de un en los escritos del uruguayo Rodó. Este, en un bri- país tras otro: Uruguay, Colombia. Brasil, Venezue- llante trabajo, ha descrito la grandeza y miseria bo- la. Argentina, Bolivia Perú y, finalmente, Cuba, pa- livariana. Mas no en dicho ensayo, sino en su famo- ra citar sólo los más importantes. Era inevitable que so ARIEL, encontramos un renacimiento de las ideas estas revoluciones fueran influidas por los grandes de Bolívar. acontecimientos registrados en el mundo fuera de Latinoamérica: la revolución rusa, la gran depresión, ARIEL se escribió en un momento en que los el fascismo italiano y el nacional-socialismo aleman. Estados Unidos trataban de penetrar por los lados Frecuentemente los modelos europeos han servido de más diversos en el mundo latinoamericano. Rodó ve muestra a las medidas revolucionarias introducidas. en la civilización anglosajona la encarnación de Ca- Pero ello no es lo decisivo en estos fenómenos. libán, en tanto que en la cultura iberoamericana encuentra la presencia de Ariel, el espíritu de la Importante es, en cambio, que Latinoamérica, luz y la verdad. Rodó conminó a los suramericanos de punta a punta, se ha abierto a nuevas ideas pa- a no rendirse al influjo de un mundo materialista y ra resolver sus problemas, problemas profundamen- a conservar, en cambio, los valores iberoamericanos te enraizados. El que desee comprender la Latino- obtenidos como herencia. Las ideas del uruguayo américa contemporánea debe tratar de entender en ejercieron profunda influencia y pudieron interpre- su carácter peculiar cada una de aquellas revolucio- tarse como llamada a la creación de un nacionalis- nes. La revolución mexicana, que hoy puede consi- mo latinoamericano: pero era un nacionalismo diri- derarse concluida, es ciertamente la que ha logrado gido a muchos pueblos, un nacionalismo continental mayor éxito. De modo ecléctico, ha enlazado la tra- de tinte latinoamericano, un nacionalismo interna- dición nacional del pueblo mexicano con experimen- cional. Es cosa bien conocida que los Estados Uni- tos sociales en el problema agrícola y en el de la in- dos hicieron a la vez el intento de utilizar la doctri- dustrialización, convirtiendo así a México en guía de na Monroe como lema ideológico de su propio im- todo el Continente. Pensadores como Vasconcelos y perialismo y que propugnaron un panamericanismo Leopoldo Zea han creado la doctrina de la "raza que habría de ser dirigido desde Washington. Pero cósmica", que intenta responder a la diversidad ¿d. el eco de este propósito fue escaso. La mayoría de nica de Latinoamérica. El arte mexicano, más que los latinoamericanos vieron en el panamericanismo ningún otro de Latinoamérica, se ha convertido en un instrumento de la política imperialista, y al edifi- expresión de la conciencia nacional de nuevo des- cio de la "Pan American Union!' le llamaron "El pierta. Ministerio Colonial americano". Muchos sintieron al unísono con Rubén Darío, el cual se expresó contra La revolución nacional del Brasil comenzó con Theodore Roosevelt y habló de América como pais Vargas y ha seguido un rumbo en zigzag, que a me- de Cristóbal Colón, de Moctezuma y de la Iglesia nudo parece inducir a confusión, pero su meta es se- católica apostólica romana, rechazando el imperia- mejante a la de la revolución mexicana; hay que es- lismo sin Dios. perar para ver cuándo y cómo alcanza estabilidad institucional. Este nuevo internacionalismo, que, no obstante, podría considerarse como un nacionalismo cultural En la Argentina Perón intento imitir a Hitler y de Latinoamérica, se ha convertido desde principios Mussolini después de que éstos, al acabar la segun- de siglo en un firme componente de la ideología la- da guerra mundial, cayeron víctimas de su insensa- tinoamericana. Se le encuentra en todas las revolu- tez. El dictador argentino no tuvo más éxito que ciones que han bullido sobre el continente. Estas re- aquellos que le sirvieron de dechado, pero sí logró

40 mayor fortuna al poder salvar su vida y su dinero grandes potencias se peleasen sin que ninguna lo- del derrumbamiento del peronismo. La revolución grara alcanzar la victoria. Frecuentemente se expre- argentina está tan inconclusa como la del Brasil. só la idea de que Latinoamérica, en tal caso, se hu- biera encontrado desempeñando el papel de un alia- Fidel Castro pretendió en Cuba seguir el mode- do solicitadísimo al que acudirían todas las poten- lo ruso del socialismo estatal y, por un breve tiem- cias. La historia decidió de otro modo. po, fue foco de crisis internacionales; pero, en la medida que se puede juzgar desde fuera, ha supera- En los años de posguerra algunos Estados han do ya su momento de auge. De él apenas puede es- coqueteado con la idea de pasarse al lado de las na- perarse una nueva influencia ideológica sobre el Con- ciones neutrales como la India, Yugoslavia y Egip- tinente. to, pero tampoco en esto se ha llegado a nada; el declive económico y el cultural han hecho a los ibe- Al lado de lo expuesto encontramos aún los in- roamericanos retornar siempre a una política de afi- tentos, no mucho menos importantes, de algunas po- nidad con las potencias occidentales. La Cuba de Fi- líticos cristiano-demócratas en el sentido de impul- del Castro constituye la gran excepción, pero, como sar la revolución por la vía de la pacífica legisla- ya queda anotado, su hora llegó y pasó sin operar ción y evitar así el caos y el tumulto de los levan- profundamente en el destino de Latinoamérica. Si tamientos revolucionarios. Costa Rica, Venezuela y todo no induce a engaño, Iberoamérica se contará Chile son los ejemplos más significativos. También todavía por largo tiempo al lado de los Estados oc- en estos casos es necesario aguardar a los resultados cidentales. Dentro de esta agrupación, por supues- finales. Pero esto es bien cierto, el mundo de Latino- to, los Estados latinoamericanos tratan de hacer va- américa no se puede concebir sin las revoluciones ler sus propias voces como miembros independientes del nacionalismo social, lo mismo que no será posi- en el ámbito del mundo iberoamericano. Pretenden ble borrar sus resultados. Incluso cuando, como en además unirse más fuertemente entre sí y obtener el caso de Bolivia, un dictador suceda al movimien- una mayor independencia económica. to revolucionario, ese dictador se verá obligado a continuar, y hasta a ampliarlas, las medidas toma- Los Estados centroamericanos han fundado un das por la revolución. mercado común según el modelo europeo, y se han elevado considerablemente la producción y el con- ¿Cuál hubiera sido la actitud de Bolívar ante sumo. Junto a esto, existe una zona de libre comer- estas revoluciones social-nacoinalistas? Puede decir- cio a la que actualmente pertenecen la mayor par- se quizás que hubiera afirmado sus fines y conde- te de los pueblos latinoamericanos. Pero la evolu- nado sus medios. En su historia se hallan muchas ción se emprenderá, sin duda, mucho más lentamen- resoluciones y leyes con las que en Venezuela, Pe- te que en Europa, toda vez que los presupuestos rú y Bolivia trató de mejorar la suerte de los opri- geográficos, económicos y psicológicos están plantea- midos. Pero, naturalmente, era hijo del siglo XIX dos de modo tan diferente. Tal vez, a este respecto, y se vio restringido a las perspectivas económicas puede citarse también el intento de hacer de Lati- del mismo. Si un historiador puede, en suma, pen- noamérica una zona libre de energía atómica. Ello sar a nivel de tales categorías, yo me atrevería a muestra una vez más que esos pueblos desean seguir suponer que Bolívar, en fin de cuentas, hubiera en- sus propios caminos, los caminos del nacionalismo tendido esas revoluciones como pasos inevitables den- continental, que es. en verdad, la vida del interna- tro del proceso de formación de las naciones. cionalismo tal como lo esbozara Bolívar hace siglo y medio. Sólo aparentemente contradicen tales revolucio- nes el ideal internacionalista del Libertador. En efec- Si al final nos preguntamos otra vez cómo se to, el nuevo nacionalismo de Latinoamérica única- comportan recíprocamente el nuevo nacionalismo y mente en pocos casos ha irrumpido en el terreno de Bolívar, puede decirse que los pueblos de Latinoa- la política internacional. Perón y Castro son excep- mérica, en los siglos XIX y XX, han atravesado y ciones. Contemplados en conjunto y en general, los todavía atraviesan la fase del nacionalismo, la cual países iberoamericanos son partidarios de la com- constituye un inevitable estadio en el proceso de des- prensión entre los pueblos y de la cooperación in- arrollo de las naciones jóvenes. El que Bolívar qui- ternacional. Todos ellos pertenecen desde el princi- siera sallar por encima de esta fase resultó funesto pio a las Naciones Unidas, y además, dentro de és- para sus planes políticos y para él mismo en defi- tas, poseen su organización propia, la O.A.S. Pero la nitiva. Pero los pueblos que liberó, o en cuya libe- cooperación internacional entre los pueblos latinoa- ración tomó parte, han retornado al final de su ideal mericanos no se reduce a esas estructuras institucio- del internacionalismo latinoamericano. Si fuera per- nales. Los mantiene unidos un sentido de solidaridad misible hablar sobre el futuro del Continente, po- y parentesco, que se manifiesta a menudo y de for- dría decirse que nacionalismo e internacionalismo ma espontánea. llegarán a equilibrarse entre sí, en el espíritu de la dialéctica hegeliana. Finalidad de ambos fue, en úl- Durante la segunda guerra mundial la mayor tima instancia, tratar de consumar en el mundo ibe- parte de los Estados latinoamericanos pertenecieron roamericano la libertad y dignidad del hombre; y lo al bloque de las naciones aliadas. No todos respon- intentaron por medios diferentes y, a menudo, con- dieron voluntariamente al requerimiento de Washig- tradictorios. Pero los objetivos en sí no son inconci- ton, y algunos hubieran incluso preferido que las liables y, así lo creemos, acabarán por imponerse.

41 CONTRA LAS GUERRILLAS DE SANDINO EN NICARAGUA NACIO UN CONJUNTO AEREO TERRESTRE DEL CUERPO DE MARINOS DE LOS ESTADOS UNIDOS

NI AUN LA DURA EXPERIENCIA OBTENIDA EN LA LARGA Y RENCOROSA CAMPAÑA DE HAITI PODRIA PRE- PARAR AL CUERPO DE MARINOS DE LOS ESTADOS UNIDOS PARA LA SEGUNDA CAMPAÑA QUINQUENAL NI- CARAGUENSE PORQUE NICARAGUA ES CINCO VECES MAS GRANDE QUE HAITI. UNA NUEVA ARMA TENIA QUE ENCONTRARSE, Y ASI FUE QUE NACIO EL CONJUNTO AEREO-TERRESTRE DEL CUERPO DE MARINOS.

por el General Vernon E. Magee, USMC, Ret.

42 El General Vernon E. Megee se alistó en el Cuerpo de Marinos en 1919 y fue comisionado en 1922. Su servicio expedicionario en la Las noticias de las actuales dificultades en la pro- década de 1920 incluyó: Haití visión de un efectivo e inmnediato apoyo aéreo para, las (1923-1925), China (1926-1929), y fuerzas vietnamesas empeñadas en operaciones de gue- Nicaragua (1929-1931). Durante rrillas contra las infiltraciones de unidades del Viet Cong, la Segunda Guerra Mundial, sirvió como Jefe del Estado traen a la memoria de los viejos oficiales las condicio- Mayor, Tercera Ala Aérea, y como Comandante de las nes similares de servicio en las abruptas montañas de Unidades de Control del Apoyo Aéreo Marino. Coman- Nicaragua desde 1927 a 1932. Para aquellos oficiales dó la, primera Ala Aérea en Corea durante 1953. Fue jóvenes, ahora real o potencialmente inquietos por las Sub Comandante de la Flota de Fuerzas Marinas en el llamadas actividades contra-insurgentes, una revisión del Pacífico, y posteriormente, de la FFM en el Atlántico, primitivo desarrollo de las técnicas de apoyo aéreo con- antes de ser Comandante Asistente y Jefe del Estado tra las esquivas fuerzas irregulares puede, posiblemen- Mayor, Cuartel General del Cuerpo de Marinos desde te, llegar a tener más que un pasajero Interim histó- Enero, 1956 a Noviembre, 1957. Al momento de su re- rico. tiro en Noviembre, 1959, comandaba La FFM, Pacífico. Autor de numerosos artículos, el General Megee es co- El altaznente efectivo sistema de apoyo aéreo in- autor del MANUAL DE GUERRILIAS y del MANUAL mediato desarrollado por la Marina y el Cuerpo de Ma- PARA OPERACIONES DE DESEMBARQUE del Cuer- rinos durante la Segunda Guerra Mundial y más tarde no de Marinos de los Estados Unidos. perfeccionado en Corea, tuvo su génesis en las operado- nes de guerrillas de los Marinos contra el "General" Sandino en Nicaragua. En el proceso de esta evolu- ción, sin embargo, tanto el equipo como las técnicas se han hecho menos adaptables a la guerra de guerri- llas de lo que fueron al principio. Es hora, quizás, de revisar los requisitos con el ánimo hacia la simplifica- ción de los medios. Alguna reorientación a la luz de la perspectiva histórica pueda servir como preludio a recomendaciones definitivas. Las lecciones aprendidas durante la Segunda Campaña Nicaragüense bien pueden resultar válidas para Viet Nam.

A principios de 1927, la guerra civil que entonces ardía en Nicaragua amenazaba extenderse mis allá de sus límites. Los Marinos y los Chaquetas Azules de los anticuados cruceros del Escuadrón de Servicio Especial que habían estado observando la situación por algunos meses, no eran ya adecuados para la tarea. El Coman- dante del escuadrón, Contra Almirante Latimer, solici- tó ayuda substancial. Los Marinos respondieron llaman- do a los guarda correos para reorganizar el Quinto Re- gimiento, el que fue despachado poco a poco al puerto de Corinto. Los últimos elementos, incluyendo al re- cientemente nombrado Comandante de Brigada y su per- sonal, llegaron en Marzo 7. Como elemento de apoyo, el Primer Escuadrón Marino de Observación había sido también ordenado de San Diego para proveer misiones de "reconocimiento y comunicación" para la brigada ex- pedicionaria.

El primer contingente de aviación que fue enviado, bajo el contando del entonces Mayor Ross E. (Rusty) Ro- well, llegó al puerto de Corinto el 26 de Febrero y des- cargó los aviones que venían en sus embalajes, del bar- co a los carros pelones, para ser transportados a Mana- gua. Eran seis biplanos DA-4, dotados de motores Li- berty con enfriamiento de agua, recuerdos de la Guerra Mundial I, armados de dos ametralladoras calibre .30 y adrales para 10 bombas de fragmentación de 17 libras cada una. La máxima velocidad de estos aparatos no sobrepasaba en mucho las 100 millas por hora, pero su

43 velocidad de aterrizaje era correspondientemente baja. virtualmente destruyó la ciudad y causó la muerte de Los otros aviones complementarios del escuadrón eran centenares de nicaragüenses, la mayoría de ellos no com- OL-6, el modelo primitivo de los anfibios Loening, dota- batientes incluyendo mujeres y niños, Brooks y Mason dos de un sólo motor con enfriamiento de agua, el Pack- participaron en ella al extremo de volar sobre el área ard V-12 invertido. El autor no recuerda que estos avio- y dejar caer unas cuantas bombas de dinamita hechas nes llevaran algún otro armamento que no fuera las ame- a mano, las que, supuestamente, encendían con la bra- tralladoras Scarit-Lewis en la cabina del observador. sa de los puros habanos que fumaban, a pesar de la Se incluyeron en el complemento del escuadrón con la cortedad de las mechas. Aunque estos proyectiles eran esperanza de que serían útiles en un país subdesarro- más aterradores que letales, lograron hacer huir a los llado de muchos lagos y ríos. Y cómo fueron de útiles! soldados Liberales y darle la victoria a los Conserva- dores, quienes hasta entonces habían llevado la peor par- La única semblanza de aeropuerto que podía obte- te. Los desconcertados jefes Liberales inmediatamente nerse en Managua era un potrero inculto, entonces en acusaron a los "aviadores americanos" de conducta in- uso por la Fuerza Aérea Nicaragüense, —una orga- humana en la guerra y de masacre de inocentes. Aun- nizacióq cuasi-militar que sólo consistía de dos biplanos que parezca muy improbable, considerando lo inadecua- Laird-Swallow dotados de motores Curtiss OX5, y dos do de su equipo, que esos aviadores mercenarios real- pilotos norteamericanos, Brooks y Mason. Puesto que a mente hayan causado muchas bajas, el efecto sicológico ellos deben acreditarse los primeros esfuerzos de apoyo en los soldados rebeldes y los aterrorizados ciudadanos, aéreo en la campaña nicaragüense, estos dos caracteres fue, sin duda, considerable. El consiguiente alboroto en tomados de las páginas de una novela de Richard Hard- la prensa resultó, también, embarazoso para el Minis- ing Davis, merecen al menos una breve mención. tro americano. Los señores Brooks y Mason fueron po- co después retirados quietamente de la escena, dejando, Durante la batalla de Chinandega, librada a princi- empero, a los aviadores Marinos que les sucedieron, una pios de Febrero entre las fuerzas Liberales (insurgentes) desagradable herencia polémica y dos decrépitos bipla- y las Conservadoras (gobiernistas), encuentro salvaje que nos Laird-Swallow.

NICARAGUA

44 El Mayor Rowell se apropió del aeropuerto ni- manos de los militares. Una vez mis el Cuerpo de Ma- caragüense y ensambló sus aparatos tun pronto como rinos de los Estados Unidos (USMC) se encontraba em- pudo. Aunque esta, tarea no requiere sino unos cuantos peñado en una guerra de guerrillas tropical, la que, en días, debe señalarse que los aparatos expedicionarios escala., duración y ferocidad había de poner a dura prue- deben llegar a la escena en condiciones de vuelo. La ba su valor y su capacidad. técnica de guerrillas moderna, corrientemente, no per- mitiría tal holgura en obtener facultades combativas. La chispa que provocó el incendio fue un encuen- tro nocturno en la villa de La Paz Centro entre unos 300 insurgentes armados bajo el General Cabulla y tin La primera. misión de combate del recién llegado destacamento de Marinos bajo el Capitán R. B. Bu- escuadrón que consta en los archivos, fue en Marzo 18, chanan. En la confusa lucha callejera que siguió, el cuando dos de los DH-4 informaron el progreso de la Capitán Buchanan y otro Marino fueron muertos, dos batalla de Muy Muy, manteniéndose escrupulosamente a mis heridos. Catorce insurgentes muertos fueron deja- distancia, no así los amnipresentes Brooks y Mason, quie- dos en las calles y un indeterminado número de heri- nes volaban su última misión al servicio del Gobierno dos escapó. Los Marinos conservaron la villa contra de Nicaragua. En su colorida reseña de la acción, — una pesada superioridad numérica gracias a su mejor para THE NEW YORK TIMES--, se quejaban de que disciplina y puntería. Esto se logró, por supuesto, sin sus aparatos, resollando con dificultad, apenas si podían apoyo aéreo. Los aviadores Marinos de esa época no sobrevolar las colinas del paso de Boaco, de mil metros estaban aptos para, vuelos nocturnos, ni existían los apa- de altura; que sus bombas de dinamita y amoníaco de- ratos de comunicación para tal apoyo. Nunca se le hu- jaron de explotar y que sufrieron severos daños en sus biera ocurrido al Capitán Buchanan, o a cualquier co- aparatos a causa de los disparos de pequeñas armas de mandante terrestre contemporáneo, esperar asistencia fuego. En realidad, ellos apenas pudieron papalotear aérea en tales circunstancias. de regreso a una pista de emergencia después de varios aterrizajes forzosos. Parece que los insurgentes habían En las semanas siguientes, los Marinos se desple- aprendido mucho después de Chinandega y pudieron arro- garon en el montañoso interior del norte de Nicaragua, jar a los Conservadores del terreno a pegar del apoyo acicateados a esta acción agresiva por las depredacio- aéreo. nes del General Sandino, el jefe insurgente que ha- bía rehusado someterse al pacto de Tipitapa, y subse- En Marzo 28, en León sobre el ferrocarril de Ma- cuentemente, había "cogido la breña" con unos 200 se- nagua a Corinto, Marinos y nicaragüenses chocaron bre- guidores armados. Los aviadores Marinos habían inten- vemente en un inofensivo intercambio de tiros, y uno tado cubrir sus movimientos sin éxito notable. Las ve- de los aviones de observación Marino fue alcanzado por redas montañosas a menudo resguardaban sus secretos disparos de armas de fuego mientras pasaba sobre Ciu- de los observadores aéreos. dad Darío. Al siguiente día un DH-4 armado, patrullan- do la línea ferroviaria cerca de León fue alcanzado 12 Los aviadores, sin embargo, mantuvieron contacto veces, —probablemente por una ráfaga de ametrallado- con las pequeñas patrullas de Marinos y guarniciones de ra—. El piloto, Capitán H. D. (Spud) Campbell, a pe- villorios alejados por medio de vuelos de reconocimien- sar del daño a su aparato, inmediatamente picó sobre to y de enlace. Los Marinos en tierra cooperaban lim- sus asaltantes y los dispersó con fuego de ametrallado- piando pistas de emergencia cerca de las guarniciones ra. Estas dos acciones breves marcaron el final de la principales, apreciando en su aislamiento este periódico fase de observación neutral y el comienzo de la verda- contacto aéreo con Managua. dera participación estadounidense en la guerra civil de Nicaragua. Puesto que los aparatos de 1927 no tenían equipo de radio y que las fuerzas terrestres sólo tenían equi- pos de señales engorrosos e inconfiables, el problema Luego siguió una calma en las hostilidades mien- de la comunicación aero-terrestre se Volvia agudo. Los tras la Comisión Stimson buscaba una tregua entre las experimentos hacia la solución incluían, piezas de telas facciones en lucha. Como resultado de las conferen- extendidas sobre el suelo en posiciones claves que ha- cias en Tipitapa, los jefes insurgentes, menos uno, acor- bían de ser contestadas por los aviadores con señales daron entregar sus armas... a un precio. Mr. Henry de alas y motores. Un ingenioso método de recoger L. Stimson, quizás un poco prematuramente, informó mensajes fue perfeccionado, por el cual el piloto con un a Washington que la guerra civil en Nicaragua había garfio al extremo de una cuerda procuraba garfear una definitivamente terminado y que el derramamiento de bolsa suspendida de un poste alto. Los aviadores po- sangre había cesado. Los escépticos Marinos se asen- dían, también, comunicarse dejando caer una vara con taron en una vigilante espera. Los aviadores continua- mensajes. Ninguno de estos métodos, por supuesto. era ron patrullando esporádicamente. muy efectivo en una áspera zona montañosa. Todos re- querían que los aparatos se mantuvieran en excesiva FA mensaje del señor Stimson apenas había sido proximidad a la unidad terrestre en contacto, lo que descifrado en el Departamento de Estado cuando el Mi- tendía a indicar su presencia y su avance al enemigo. nisterio de la Marina recibía, noticias de mis siniestro significado. No todo estaba bien en Nicaragua. Sangre Por esta razón habían muchos jefes de patrullas norteamericana había sido derramada de nuevo. El én- que deliberadamente evitaban establecer contacto con fasis pasaba ahora del campo de la diplomacia a las aparatos de reconocimiento. Por otra parte,. habían

45 Seis 1)11.4 biplanos (arriba izquierda),, los primeros aparatos Marinos asignados a la Campaña Nicaragüense, fueron

enviados en jabas a Managua, donde fueron operados en un potrero inculto (foto centro). Otros aviones empleados

fueron los OL-8 anfibios para dos pasajeros (arriba derecha), los OC-ls (abajo, izquierda), los que llegaron en 1929,

y los 02Us (abajo, derecha), los que reemplazaron a los DH-4s.

46 otros que invariablemente ponían señales para recoger te Boyden aterrizó en una pista adyacente mientras Wo- mensajes, bajo cualquier pretexto, ya fuese que sus ne- darcyzk lo cubría desde el aire. Los excitados nativos cesidades tuviesen o no validez militar. Por ejemplo, le dieron a Boyden algún indicio de la verdadera situa- allí estaba el Mayor de la vieja escuela, con una sed ción y él inmediatamente levantó vuelo sobre disparos perenne, que pedía y recibía, su ración diaria de hielo. desperdigados de riflería. Se juntó a su compañero y Otro jefe de patrulla exigía un aterrizaje de emergencia ambos gastaron sus municiones ametrallando las posi- en una pista marginal con el único objeto de familiari- ciones de los guerrilleros antes de regresar a toda má- zar al aviador, demasiado indiferente, con la frecuente quina a Managua a dar la voz de alarma. Hasta ese falta de papel higiénico en su campamento. momento, el Capitán Hatfield había estado incapacitado de comunicarse con los cuarteles de la brigada. Los A pesar de éstas, a menudo divertidas, frustracio- aviadores regresaron a su base a las 12:15. nes y malentendidos en cuanto al verdadero papel del apoyo aéreo, este corto período de despliegue fortale- En menos de una hora, los cinco DH-4 asequibles ció los lazos entre el aire y el suelo, resultando al me- habían sido armados con bombas livianas de fragmen- nos una apreciación parcial de los problemas mutuos. tación y fajas completas de municiones para ametralla- La utilidad de la aviación en reconocimiento, enlace y doras. El Mayor Rowell, comandante del escuadrón, para transporte de emergencia había sido demostrada encabezó el despegue sobre el césped de la pista de y aceptada. Pocos comandantes terrestres, sin embar- 400 yardas de longitud, sobre el Lago de Managua y go, estaban decididos a admitir que la fuerza aérea era sobre la cadena de montañas de 5,000 pies de altura capaz de efectivo apoyo militar. No obstante el empleo hacia Ocotal, no pequeña hazaña en sí durante cual- previo de las unidades aéreas de los Marinos en la ocu- quier tarde de la temporada de lluvias nicaragüense. pación de Haití y Santo Domingo, no había habido opor- Hacia las 15:00 la flotilla estaba sobre Ocotal, dando tunidad, —salvo en unas pocas ocasiones—, de demos- vueltas sobre la ciudad a los 1,500 pies de altura y re- trar la capacidad de ataque terrestre. cibiendo disparos de armas de fuego livianas. El Ma- yor Rowell informó más tarde: Este prevaleciente escepticismo había de ser dra- máticamente rebatido el 16 de Julio en Ocotal, una ciu- Yo inicié el ataque y salí de la columna en picada dad de montaña en el Río Coco superior. El Capitán desde los 1,500 pies saliendo cerca de los 600. Lue- Gilbert D. Hatfield, con una fuerza mixta compuesta de go terminamos descendiendo de los 1,000 pies y sa- 37 Marinos y 47 Guardias nicaragüenses, había estable- liendo a los 300. Puesto que el enemigo no había cido recientemente una guarnición dentro de la ciudad. sido sometido a ninguna forma de bombardeo aéreo Se sabía que Sandino estaba en la vecindad pero se creía que no fuera las cargas de dinamita arrojadas des- que tenía sólo unos cuantos seguidores. Nadie lo to- de los Laird-Swallows por la Fuerza Aérea Nicara- maba como una amenaza seria, y menos que todos, el güense, no nos temía. Se exponían de tal manera Capitán Hatfield, quien en realidad se había divertido que pudimos ocasionarle daños que estaban fuera intercambiando insultos por medio de mensajes con el de proporción a los que pudieran haber sufrido si jefe guerrillero. Sandino, así provocado, desafió a los se hubieran puesto bajo cubierta. Marinos a que llegaran a agarrarlo; luego, pensándo- lo bien, decidió ir él a agarrar a los Marinos. Con El Jefe Político de Ocotal, que fue un testigo ocu- una fuerza que después se estimó consistía de 500 a 600 lar del ataque aéreo, también contribuyó a la historia hombres, Sandino se movió rápidamente tras su último con su versión: mensaje retador y durante las primeras horas de la no- che del 15 de Julio logró acercarse cautelosamente a A las 10:00 A.M. se ven dos aviones volando ba- Ocotal. Aunque el Capitán Hatfield no esperaba un ata- jo... disparan sobre las fuerzas de Sandino, y se que, no fue —en el sentido militar de la palabra—, sor- van... A las 3 :00 P.M. cinco aviones aparecen ea prendido; un centinela alerta detectó la aproximación formación de batalla, forman línea y abren fuego de hombres armados y disparó avisando, lo que puso con sus diez ametralladoras... Dejan caer bombas sobre las armas a la guarnición dormida. Protegidos sobre el ejército de Sandino, que ahora comienza por las gruesas paredes de mampostería de sus cuar- a retirarse... 5:00 P.M., todo quieto. teles separados, los Marinos y los Guardias pudieron re- chazar a los atacantes hasta por la mañana. Sandi- Esta acción aérea, generalmente reconocida como no, entonces, suspendió el ataque mientras reagrupaba el primer bombardeo en picada organizado y el primer sus fuerzas y exigía la rendición de Hatfield. La con- ataque aéreo a baja altitud hechos en apoyo de tropas testación entregada a los portadores de la bandera de terrestres, fue decisivo. Sandino y los sobrevivientes de tregua, puede haber sido un tanto deficiente en términos sus fuerzas, huyeron, dejando atrás de 40 a 80 muer- corteses acosumbrados en el Viejo Mundo, pero no de- tos y probablemente el doble número de heridos. La jaban duda alguna en la mente de Sandino en cuanto a lucha en Ocotal duró, por todo, más de 16 horas, y si las intenciones de Hatfield. La batalla se reanudó. no hubiera sido por las paredes gruesas de las casas, los Marinos y la Guardia apenas hubieran podido sobrevivir A las 10:00 apareció sobre la ciudad una patrulla aquella noche. Aunque el total de sus bajas fue peque- de dos aviones de reconocimiento piloteados por el Te- ño, ellos estaban en realidad en una situación desespe- niente Hayne Boyden y el Artillero "Mike" Wodarcyzk, rada con muy pocas municiones de sobra cuando llegó un formidable y pintoresco par de aviadores. Sospe- la flotilla de Rowell, quien ha sido plenamente justifica- chando de algún modo que había dificultad, el Tenien- do al informar que la aviación de los Marinos "había

47 librado a la guarnición de una gran pérdida de vidas y A prInciplos de Octubre, Sandino tuvo la oportuni- de una casi segura destrucción". Los aviones atacantes dad de devolver el golpe a los aviones Marinos que ha- fueron alcanzados repetidamente por armas de fuego bían sido su Némesis en Ocotal. Aun cuando los avia- livianas. El Mayor Rowell deacubrió 44 perforaciones dores no habían, hasta entonces, sufrido bajas por ra- dc balas en su aparato, mas afortunadamente todos es- zón de fuego enemigo, tan frecuentemente recibido, su caparon serios daños y pudieron regresar a Managua. buena suerte, de pronto, cambió. El 8 de Octubre, una Esta demostrada resistencia a las averías dio a los avia- patrulla de dos aviones descubrió y atacó a una con- dores mayor confianza en sus aparatos, y esto, induda- centración de guerrilleros de unos 200 hombres cerca blemente, los animó a mayores temeridades en los en- de la serranía del Sapotillal, matando a "muchos" y cuentros subsiguientes. dispersando al resto. Poco después, uno de los aviones, aparentemente alcanzado, fue observado haciendo un ate- La batalla de Ocotal estableció a la aviación de rrizaje forzoso en la falda de una, colina cubierta de los Marinos como un atizonado participante en lo que malezas. El piloto, Teniente E. A. Thomas, y su obser- más tarde habría de cobrar tanta fama como el con- vador, Sargento Dowdell, fueron vistos correr fuera del junto aero-terrestre de los Marinos. El sorprendente destrozado aparato poco antes de que se incendiaria. éxito de la pequeña flotilla de Rowell fue particular- Nunca fueron vistos vivos de nuevo, y su desgracia ini- mente extraordinario en que se logró por medio de tapa- ció una serie de encuentros sanguinarios, pues las fuer- ratos obsoletos con inadecuados armamentos. zas terrestres de los Marinos hacían heroicos esfuerzos para rescatar a sus hermanos del aire. La aviac!ón Enseguida del encuentro de Ocotal, el cuartel gene- de los Marinos, por esa época, no podía darse el lujo de ral de la brigada despachó al Mayor Oliver Floyd con un servicio de rescate aéreo, —los helicópteros estaban un contingente de 100 Marinos y Guardias en activa aún a alguna distancia en el futuro. persecución de las fuerzas remanentes de Sandino que huyeron en desbandada. El Mayor Floyd fue apoyado Una patrulla mixta de 40 Marinos y Guardias, ba- por uelos de reconocimiento, los que repetidamente in- jo el Teniente George O'Shea, salió de Jícaro en Octu- formaban concentraciones de guerrilleros en Chipote, cer- bre 9 en búsqueda de los desaparecidos aviadores. Unas ca de Quilaií, en la vecindad de Telpaneca, Jícaro y otros horas después, mientras se acercaban a la vecindad del sitios al sureste de Ocotal. No obstante esta,s adverten- accidente, sufrieron una emboscada por una fuerza nu- cias, que fueron arrojadas desde el aire a la patrulla merosa de guerrilleros bien armados. Después de una de Floyd, pequeños grupos de Sandinistas atacaron des- desesperada lucha que duró mis de dos horas, la patru- de unas emboscadas a la columna de Marinos en dos lla logró desembarazarse bajo la oscuridad de la no- ccasiones, pero fueron rechazados sin mucha dificultad. che y regresar con dificultad a Jícaro. La misión no El Mayor Floyd completó su patrullaje sin encontrar hubiera podido tener éxito en todo caso. Thomas y Dow- grandes grupos armados, lo que le animó a informar dell fueron muertos dinamitados en una cueva y sus ca- que "la región se encuentra desierta, los habitantes pro- dáveres despedazados con machetes. bablemente escondidos". Este informe puramente nega- tivo estaba en contradicción con la información aérea en Un segundo intento de rescate tuvo un desgraciado los archivos del Cuartel General, pero sin embargo, fue fin similar en Octubre 27, seis millas al sureste de Jí- aceptado en Nianagua como indicio de la derrota comple- caro. El Teniente C. J. Chappell y su patrulla de 35 ta de Sandino, —una conclusión de lo mis desafortu- hembres fueron atacados desde una emboscada por una nada. fuerza de unos 250 Sandinistas, los que, afortunadamen- te, no fueron tan valientes como los que habían estado A principios de Agosto, aquellos en el mando se ha- en el encuentro de O'Shea. El Teniente Chappell fue llaban convencidos de que la rebelión de Sandino habita apoyado por una patrulla aérea, --la que atacó las po- sido subyugada. La fuerza expedicionaria de los Mari- siciones guerrilleras dirigida por señales terrestres--, y nos fue reducida a unos 1,300 hombres y las guarnicio- fue reforzado, en el momento crítico, por el Teniente nes fueron redistribuidas en conformidad. Apenas sufi- Moses Gould y su destacamento de Marinos montados. cientes hombres fueron dejados en el área norte para Los atacantes fueron rechazados después de 35 minutos resguardar las ciudades principales y patrullar sus lí- de intensa lucha, sólo para volver más tarde en el día neas de abastecimiento; ulteriores acciones ofensivas eran para un segundo rechazo. consideradas impracticables. Los valientes esfuerzos de rescate por estas patru- Mientras tanto, Sandino se había ganado una le- llas terrestres, aunque sin éxito, cancelaban la deuda gión de simpatizantes y había podido organizar una con los aviadores Marinos por el apoyo en Ocotal, y ci- fuerza bien armada de posiblemente, 1,000 hombres. mentaron el comienzo de esa coordinación aero-terres- Ahora podría echar números superiores contra las re- tre, que habría de desarrollarse en la combinación le- ducidas guarniciones de Marinos en cualquier punto que tal contra loa Japoneses, y más tarde, contra los Nor- escogiera. A fines de Agosto y en Septiembre, ocurrie- coreanos. ren numerosos ataques contra los puestos de Marinos y emboscadas de hostigamiento contra las debilitadas pa- Los aviadores Marinos, mientras tanto, habían con- trullas y los trenes de abastecimiento. El apoyo aireo tinuado su agresivo patrullaje de las áreas infectadas de estas unidades fue drasticamente restringido debido de guerrilleros y habían confirmado los informes del ser- a las inclementes condiciones atmosféricas durante la vicio de inteligencia sobre que la fuerza principal de temporada de lluvias. Sandino, consistente de varios centenares de hombres, se

48 estaban concentrando en un cerro reciamente fortifica- niente Christian F. (Frank) Schilt se ofreció voluntaria- do al oriente de Nueva Segovia Se planeó una intensa mente para la misión de evacuación. Volando un re- ofensiva de bombardeo. Los viajeros fueron advertidos cién llegado biplano Vought O2U Corsair, equipado con a mantenerse fuera- del área. Antes de que algún ata- un gran tren de aterrizaje pero sin breques, el Tenien- que aéreo efectivo pudiera ser ejecutado, sin embargo, te Schilt hizo repetidos vuelos a Quilalí durante el 6 al las reducidas fuerzas terrestres sufrieron ulteriores de- 8 de Enero, 1928, todos sobre fuego enemigo. Su ca- sastres. rrera de aterrizaje tenía que ser detenida por Marinos que se cogían de las alas; sus despegues eran "cata- El 19 de Diciembre, el Capitán Richard Livingston pultados" por Marinos que sostenían el avión en posi- salió de Jinotega para Nueva Segovia con un destaca- ción hasta que el motor desarrollara toda su potencia. mento de 115 Marinos de reemplazo, acompañado de Que todos los vuelos se realizaron con felicidad, puede un tren de mulas de más de 200 animales con sus co- considerarse nada menos que milagroso. Por esta ha- rrespondientes muleros. La ruta seguida llevaba a tra- zaña de "destreza casi sobrehumana", al Teniente Schilt vés de una región áspera y selvática en la que Livings- le fue concedida la Medalla de Honor del Congreso por ton o sus subordinados no estaban familiarizados. Un valor "más allá del cumplimiento de su deber". Los segundo destacamento de unos 60 Marinos y Guardias, Marinos en servicio, tanto aéreo como terrestre, estu- bajo el Teniente M. A. Richal, salió hasta el Este de vieron de acuerdo en que nunca una condecoración fue Pueblo Nuevo con órdenes de reunirse con Livingston en más dignamente merecida. Quilalí. Un ataque combinado aero-terrestre contra el cam- Diez días después de su salida de Jinotega, mien- pamento fortificado de Sandino en el Cerro del Chipote, tras se acercaba a Quilalí por un angosto desfiladero, la se planeó entonces para el 14 de Enero. En el ata- desgarbada columna de Livingston cayó en una embos- que, la unidad terrestre, bajo el mando del Mayor A. cada tendida por un numeroso grupo de guerrilleros. En Young, dio contra una fuerte posición de avanzada, y la consiguiente lucha, cinco Marinos y un Guardia fue- perdió considerable tiempo. Los aviadores siguieron ade- ron muertos, 25 resultaron heridos, incluyendo a Livings- lante con sus planes de bombardeo y de ametrallamien- ton y Gould, y la recua de mulas huyó en estampida to, ocasionando considerables daños a las fortificaciones llevándose consigo los abastos y las municiones de re- y reportando serias bajas a los guerrilleros. El progre- serva. El Teniente Gould logró sacar la columna del so del Mayor Young sobre el terreno fue retardado aún desfiladero y desplegarla para la batalla en campo más más por su metódica insistencia en bloquear todas las abierto. Los guerrilleros fueron finalmente rechazados rutas de escape antes de dar el golpe final. Cuando con la ayuda de una patrulla aérea que fortuitamente por fin llegó, el 26 de Enero, 12 días después del ata- apareció en la escena, pero los Marinos estaban en su que aéreo, el pájaro había volado. El evasivo Sandi- mayoría paralizados y en ninguna posición para recla- no había triunfado otra vez. mar victoria. Más tarde del mismo día, —Diciembre 30— la columna de Richal cayó también en una embos- Esta falta aprente de coordinación entre las unida- cada mientras se hallaba todavía a varias millas al Oes- des terrestres y aéreas, puede ser atribuida en gran par- te de Quilalí. El asalto inicial fue rechazado con sólo te, aunque no completamente, a defectuosas comunica- un Marino herido, pero los guerrilleros continuaron los ciones. Los aviones estaban todavía sin radios, y por ataques esporádicos al vivac durante la noche. Al si- días estaban incapacitados de hacer contacto con las guiente día, el Teniente Richal fue de nuevo embosca- patrullas terrestres en las veredas de las espesas sel- do por una fuerza de 400 guerrilleros. La lucha que vas. Sin embargo, existe la sospecha de que los avia- ciguió duró más de una hora antes de que los guerri- dores estaban demasiado impacientes por realizar el di- lleros se retiraran dejando 30 muertos en el campo. ferido ataque al Chipote y de que nadie en el comando También dejaban atrás una bastante estropeada patrulla de la brigada se sentía suficientemente informado para con el Teniente Richal gravemente herido, Bruce —el insistir en un ataque coordinado. comandante de la Guardia— muerto, y otros tres Ma- rinos seriamente heridos. El Sargento de Artillería A finales de Enero, se concedía de que Sandino Brown asumió el comendo, avanzó a lo largo de una se- había organizado una fuerza de cerca de 1,500 hombres rranía y esperó ayuda. Al siguiente día, una colum- armados operando en el Norte de Nicaragua. El Un- na de auxilio, apoyada por una patrulla aérea, logró sa- décimo Regimiento de Marinos fue ordenado entonces car la columna de Richal y regresar con ella a Quila- al Area del Norte. El movimiento del regimiento y su lí. Así se efectuó la planeada reunión de las colum- abastecimiento por medio de carretas y mulas, con la nas de Livingston y de Richal, pero de manera muy poca asistencia de dos aviones de transporte Fokker, re- diferente a los planes. cientemente llegados, se llevó más de un mes. La aviación de combate cubrió el movimiento con patrullas FA problema inmediato era la evacuación de los 30 diarias de reconocimiento. hombres heridos, entre los que estaban incluidos los dos comandantes y el oficial médico. La evacuación aérea Un escuadrón adicional, incluyendo tres aparatos era la única posibilidad, pero no había pista de aterri- más de transporte, fue agregado entonces a la briga- zaje en Quilalí. Los Marinos sobrevivientes improvisa- da; las pistas de aterrizaje se mejoraron por toda el ron una pista marginal de 250 yardas de largo, demo- área. Los obsoletos aeroplanos DH-4 fueron reempla- tiendo todas las construcciones endebles a uno de los zados por O2Us y los nuevos aparatos de ataque Curtiss lados de la desierta calle principal de Quilalí. El Te- Falcon. Los nuevos aviones venían equipados de mo-

49 lores con enfriamiento de aire, de mayor potencia y los de rutina establecidos entre Managua y Ocotal, loa confiabilidad, y eran capaces de llevar mayor cargamen- que grandemente facilitaron los movimientos de perso- to de bombas. Las bombas originales de 17 libras die- nal a y de las zonas de combate, evacuación de los ron paso a las de 30 libras y a las de 50, y más lar. heridos, y el abastecimiento de artículos indispensables de hasta a las de 100 libras. Sin embargo, todavía ha- a las tropas. cían falta los medios efectivos de comunicación aero-te- rrestre; los nuevos aviones no tenían equipo de radio. El año de 1929 fue un año quieto en Nicaragua, La organización original del escuadrón se convirtió aho- un período de transición entre el control de los Mari- ra de hecho en un grupo aéreo, y mientras tanto se ha- nos al control de la Guardia. La aviación de los Ma- bía pasado a un mis amplio y mejor equipado aero- rinos continuó el apoyo rutinario de ambas fuerzas, con puerto. La pista principal de césped tenía ahora unos muy pequeñas variantes en la forma de los contactos 2,000 pies de largo con amplios accesos, suficiente dis- hostiles. Las tropas en el campo eran ahora corrien- tancia para aún los trimotores Fokkers. Se construye- temente pagadas por medio de valijas de dinero arro- ron talleres y hangares, barracas repusieron a las tien- jadas desde el aire, —ninguna de las cuales se per- das de campaña y la base aérea de los Marinos gradual- dió. Un departamento de carga aérea regular se or- mente asumió un aire de semipermanencia. Faltaban, ganizó en Managua, donde se preparaban esta clase de por supuesto, los medios de asistencia a la navegación, entrega a las más remotas guarniciones, entregas que o luces para vuelos nocturnos. Todo vuelo se efectua- variaban desde paquetes de periódicos a órdenes espe- ba por navegación de punto a punto, usando los ma- ciales de zapatos de tamaño extraordinario. Los obser- pas inexactos que existían. El piloto fortulo que re- vadores pronto adquirieron inequívoca puntería con es- gresara al caer la noche tenía que aterrizar por medio tas entregas, errando muy pocas veces con el blanco. de parpadeantes candiles, a veces usando como punto Hubo una vez, sin embargo, que un Marino fue gol- de referencia el caballo blanco que habitualmente pas- peado con un saco de frijoles y que un toro sucumbió taba en el campo de aterrizaje. cuando le cayó encima un paquete de THE NEW YORK TIMES. Hubo numerosos encuentros con los guerrilleros du- rante el resto de 1928. El brazo aéreo continuaba apo- En Junio de 1930, los aviadores tuvieron su última yando estas acciones terrestres donde era posible, emba- oportunidad contra Sandino, entrampado en la Monta- razado todavía por la falta de adecuadas comunicacio- ña de Saraguasca en una de sus correrías hacia el dis- nes. El 19 de Marzo, los aviadores encontraron y dis- trito cafetero de Jinotega. Como en Ocotal, el primer persaron una numerosa fuerza de Sandino, cogida por contacto fue hecho por una patrulla de dos aviones que primera vez a campo raso, proporcionándole severas pasaba de regreso, la que respondió a las señales de bajas durante repetidos ataques. Un observador aéreo, ayuda de un pelotón de la Guardia. Los Tenientes Byron el Capitán F. E. Pierce, fue herido en un pie; una ba- Johnson y Jesse Young fueron los pilotos que acometie- la se alojó en el paracaídas de su piloto; y otros avio- ron el ataque aéreo inicial, el que sorprendió a los gue- nes en vuelo fueron alcanzados. Todos regresaron sal- rrilleros en campo abierto encima de la montaña y el vos a Managua. Después de ese incidente, una plancha que les hizo considerable daño mientras duraron las mu- de blindaje fue colocada debajo los asientos de todos niciones. El ataque siguiente, llevado a cabo por la los aparatos. tarde de ese mismo día, consistió de cinco aviones diri- gidos por el Mayor Ralph Mitchell el entonces coman- A principio de Mayo, un destacamento de anfi- dante del grupo aéreo. Por este tiempo, sin embargo, bios fue establecido en Puerto Cabezas, en la costa los guerrilleros se habían puesto bajo cubierta, dejando oriental de Nicaragua, para apoyar mejor las operacio- solamente un área para blanco de los aviadores, la que nes en esa área. Aquellos eran OL-8s, armados, con fue debidamente bombardeada y ametrallada con resul- espacio suficiente en la amplia quilla para dos pasaje- tados desconocidos. Sandino, herido en una pierna por ros más o su equivalente en carga aérea. No existía un fragmento de bomba, se escapó de las patrullas de mejor aparato para ese propósito, una combinación ideal la Guardia que lo rodeaban, bajo las sombras de la no- para la observación, el ataque y el transporte, nunca in- che y desapareció en la espesura de las selvas de Nue- deciso para encontrar un sitio donde aterrizar. Los "pa- va Segovia. Los aviadores creían que la Guardia debe- tos", como fueron inevitablemente apodados, resultaron ría haberse movido con mayor rapidez, pero de nue- de gran valor, a Merritt A. "Red Mike" Edson durante vo la falta de comunicación impidió la coordinación aero- su famosa patrulla del Río Coco, así como a los otros terrestre. comandantes de patrullas operando en el Area Oriental. A ellos debe dársela el crédito por su asistencia en ha- A principios de 1931, los Marinos fueron retirados ber detenido los avances de Sandino en esa área. de los distritos lejanos y reconcentrados en Managua, Matagalpa y Ocotal, donde continuaron actuando como A finales de 1928, la coordinación entre las uni- reserva de las unidades de la Guardia, las que habían dades terrestres y aéreas había mejorado grandemen- tomado a su cargo el patrullaje terrestre activo. Hubo te con la práctica. Los nuevos tipos de aviones habían muy poca acción por parte de las fuerzas terrestres de aminorado las dificultades de los vuelos sobre las sel- los Marinos, pendientes de su total retiro a finales de vas, y los aviadores fueron extendiendo sus patrullas 1932. Por otra parte, los elementos de la brigada de hasta los más remotos confines de Nicaragua. Parti- aviación de los Marinos continuaron el apoyo decidido cularmente notable fue el empleo de los transportes de las actividades de la Guardia hasta el fin de la ocu- Fokker, —más tarde reemplazados por Fords— en vue- pación. Hay constancia de numerosos contactos duran-

50 te este último período, y un avión se perdió debido al Puede decirse que la aviación de los Marinos llegó fuego hostil que lo alcanzó durante un ataque a los gue- a la mayoría de edad durante la campaña nicaragüen- rrilleros en Siclin, en el Area Oriental, en Julio 23, 1931. se. Las lecciones aprendidas fueron incorporadas a los El piloto realizó un aterrizaje forzoso, incendió el avión, manuales de entrenamiento preparados mis tarde para y con su observador logró escapar después de una odi- guía de las nuevas generaciones; los oficiales y alis- sea de 40 millas cenagosas y varios días de tiempo tados que volaron en Nicaragua estaban destinados a transcurrido, siendo éste, probablemente, el ejemplo pio- ser los líderes en la gran guerra del Pacífico; la doc- nero de escape y evasión. trina del íntimo apoyo aéreo fue refinada a una ciencia exacta por medio de una instantánea y confiable comu- Es digno de hacerse notar que solamente dos apa- nicación radial; nuevos y mucho más efectivos apara- ratos fueron realmente bajados por fuego terrestre du- tos fueron logrados bajo el ímpetu de una guerra to- rante los cinco años de operaciones de guerrillas en tal, para así enfrentarse mejor a las condiciones de ma- Nicaragua, aunque algunos de ellos regresaron a su ba- yores operaciones anfibias. Todo esto se vertió, por su- se literalmente pasconeados. Sólo dos aviadores fueron puesto, en las subsiguientes hostilidades Coreanas. muertos y uno herido en acción directa del enemigo; ac- cidentes operacionales debido al mal tiempo y a otras Desde entonces, sin embargo, los nuevos tipos de causas hicieron los mayores daños. aparatos, se han hecho crecientemente menos adapta- bles a las condiciones de actividades guerrilleras en pe- queña escala, exigiendo extensas pistas pavimentadas En resumen, los logros de nuestra coadyuvante pe- y excesivo espacio aéreo para sus maniobras a alta ve- queña fuerza aérea en Nicaragua contribuyó eficazmen- locidad. El actual sistema de aterrizaje controlado y te a los esfuerzos de la brigada de Marinos. Hay al- aceelrados despegues requiere equipo elaborado, el que gunos que piensan que los Marinos no hubieran podido no se puede, quizás, obtener u operar en regiones mon- restaurar el orden y la ley en la turbulenta Nicaragua, tañosas. El helicóptero es muy vulnerable al fuego ni hubieran podido mantener considerables fuerzas te- terrestre. Tal vez el nuevo VTOL, tipo convertible de rrestres en las montañas abruptas de Nueva Segovia aparatos, sea , la respuesta. En todo caso, el aparato sin la ayuda del brazo aéreo. Sandino gozaba de su- ideal para el apoyo inmediato de las tropas en opera- perior movilidad en su propio terreno; podía concentrar ciones de guerrillas, será un tipo especializado, liviano, fuerzas superiores en los puntos de contacto. Solamen- durable, altamente manejable, con la velocidad como con- te las patrullas aéreas podía embarazar sus movimien- sideración secundaria, operable sobre pistas de tierra, tos, forzándolo a viajar de noche o durante la estación con un armamento versátil. Tal aparato, no necesita de las lluvias. Solamente el reconocimiento aéreo po- ser particularmente útil para algún otro fin. Sin duda día descubrir la presencia de grandes concentraciones alguna nuestra industria aérea puede enfrentarse a es- de guerrilleros en tal aérea —aún la fuerza aérea, en te reto. ocasiones, era incapaz de mantener la vigilancia sobre el astuto enemigo, el que después del incidente de Oco- Los escuadrones de aviación, especialmente equi- tal aprendió el arte de ocultarse y el del camuflaje. So- pados y entrenados contra insurgencia guerrillera, deben lamente la fuerza aérea podía concentrar armamento pe- bastarse a sí mismos y ser capaces de acciones indepen- sado sobre un objetivo determinado; los Marinos care- dientes en el campo. No lo son bajo la actual organi- cían de artillería. Y finalmente, fue el transporte aéreo zación, estando amarrados a los delantales del grupo el que ligó los puestos lejanos con Managua, y dio a las madre. Su equipo terrestre debería ser diseñado so- aisladas guarniciones y patrullas, la flexibilidad de ope- bre bases más austeras, capaz de operar en regiones por raciones que hubiera sido imposible por medio de ca- lo general sin caminos. Las fuerzas terrestres apoyadas rretas y de mulas. Y había también el factor moral, deberán proveer la seguridad local y el abastecimiento definitivamente presente aunque difícil de evaluar, el de de artículos corrientes. Contra operaciones aéreas y la saber que la fuerza aérea amiga nunca estaba muy le- defensa aérea del área debería ser proveída por otras jos. La aviación de los Marinos desempeñó sus diver- unidades aéreas, equipadas adecuadamente, preferible- sas misiones con una verdadera economía de fuerza. mente por escuadrones Marinos y navales de los porta- Solamente en tres ocasiones, Ocotal, Chipote y Saraguas- aviones. Los escuadrones especializados de apoyo te- ca, podríamos alardear de una concentrac:ón de hasta rrestre, para ser efectivos, deben olvidarse del encanto cinco aparatos de combate en cada uno de esos días ese del azul infinito; mientras vuelen más bajo en sus mi- número representaba la actual lista en servicio. La siones de apoyo en regiones montañosas, vivirán por total fuerza aérea del grupo rara vez excedió de 20 apa- más tiempo. ratos, incluyendo transportes y anfibios. Las patrullas diarias y de reconocimiento consistían de dos aparatos Lo que necesitamos en materia de un aparato pa- consignados a cada zona de combate; el cuadro de ser- ra apoyo inmediato, es una versión moderna de lo que vicio de transporte variaba de acuerdo al cúmulo de so- nos sirvió tan bien en Nicaragua. Un utensilio que pro- licitudes por atender. Los problemas —mayores y me- bó sernos útil hace 35 años, no dejaría, necesariamen- nores— de mantenimiento de los comparativamente sim- te, de sernos menos útil ahora. Creemos en el progre- ples y recios motores y estructuras, estaban siempre so de la aeronáutica, pero, en este caso, nuestros dise- dentro de la capacidad de los hábiles técnicos que ha- ñadores y técnicos harían bien si acuden a la historia bían en el aeropuerto central. El rol del personal del en busca de inspiración. grupo tenía menos nombres de los que podrían encon- trarse en un moderno escuadrón operando bajo control Derechos reservados (c) 1965 United States Naval de grupo. Institute Proceedings.

51 N LIBRO DEL MES

ESTADOS UNIDOS EN NICARAGUA

Por

J. M. MONCADA Ex-Presidente de Nicaragua

PROLOGO laciones con los países de América y muy particular- mente con los Estados Unidos.

Este libro es nuestra historia de ayer. Refleja en • sus páginas la acción de un pensador cuyo credo per- • • sonal es la libertad; la férrea voluntad de un hombre, que ajeno a los problemas de la guerra, resuelve co- Liberales y conservadores en 1926, cruzaron sus mo estratega las acciones militares, y la inequívoca aceros en los campos de batalla; los primeros para actitud de un diplomático, que frente a la desviada defender las instituciones republicanas y los otros pa- interpretación de ciertos convenios internacionales, ra mantenerse indebidamente en el poder, cavando adopta resoluciones adecuadas con profunda calma y ambos con sus propias manos abismos en cuyos fon- serena inteligencia. dos se ha despeñado el crédito de la Nación.

Fue escrito hace mucho tiempo, al ritmo histó- La lucha se enciende vivamente. El espectro múl- rico de una época en que el estrépito de la violencia tiple de la guerra, con su signo de fatalidad y de des- de la guerra civil y de la intervención americana, de- gracia, recorre todos los ámbitos del país. jaron profunda huella en el espíritu nicaragüense. Ha movido al autor al escribir este libro, según El movimiento inicial de Bluefields, fracasa bre- mi juicio, el propósito sustantivo de crear un nuevo vemente. El desaliento del fracaso no priva a los ambiente en nuestra vida interna y el de afianzar los berales de las fuerzas que la fortuna deja. Por el con- sentimientos de respeto y fraternidad en nuestras re- trario, vuelven a la carga, enardecidos, con más ím- petu, con mayor coraje. Forman dos ejércitos: el uno Poderes Públicos y cada vez más indispensable para para el Pacífico y el otro para el Atlántico. El pri- mantener la paz, el orden y el prestigio de la Repú- mero es abatido en Cosigüina y el segundo constitu- blica. ye el alma combatiente del Partido. En la Asamblea Constituyente de 1939, el Libe- La victoria favorece nuestras armas. Los Estados ralismo Nicaragüense suelta sus amarras con el pasa- Unidos, garantes de los Pactos de Washington, se in- do y hace un viraje hacia el Socialismo idealista, im- clinan al Partido Conservador, no obstante que éste, buido de Cristianismo, como un medio sabio y salu- por medio de su Jefe el General Emiliano Chamorro, dable, para no descentrarse del espíritu, en medio de había roto la Constitución y lanzado al país a la gue- esta enorme crisis moral que agobia al mundo. rra. De manera que los convenios de Tipitapa son el Vienen cosas durísimas y terribles. Zonas neu- precio de la Libertad Electoral en Nicaragua y la trales, armisticios forzados, bloqueo de los aprovisio- fuente fecunda de la vida nueva de la República. namientos, comiso de armas y municiones, hambre, miseria, limitaciones y padecimientos inenarrables. El General Moncada autor de este libro es el pa- dre de esa gran victoria democrática. Todo movimiento del Ejército provoca un con- flicto con el Interventor. El militar tiene que cam- biarse rápidamente la guerrera por la casaca del di- plomático y en el choque debe triunfar con la pru- * * dencia, bija del valor y la experiencia. Muchos pensarán que este libro se publica fuera Sangre noble y generosa se derrama por todas de tiempo, por el cambio sustancial operado en la partes. Los sacrificios se suman a los sacrificios y la política de los Estados Unidos con el advenimiento de rebeldía ciudadana, como una bandera al viento, de- Roosevelt al poder, quien, rectificando los errores del safía cara a cara a la muerte. pasado, ha hecho posible el entendimiento sincero de los pueblos de América, en términos de mutuo respe- Y pasan a través de la óptica funesta de la tra- to y de solidaria cooperación. Pero nosotros pensa- gedia, con gestas épicas de grandeza, Laguna de Per- mos que no obstante la realidad de esos hechos, el li- las, Río Grande, Matiguás, Muy Muy, Palo Alto, Las bro debe publicarse, para que no se vuelva a usar de Mercedes y por último Tipitapa, en el antemuro de la violencia sobre pueblos que ostentan la cifra he- la Capital, en el Centro del país. ráldica del señorío que da la autonomía; pues si es verdad, que los problemas mecánicos de la interven- En este lugar, parlamentan dos ¡pueblos: el uno ción pasan como estados de fuerza, ellos dislocan el grande y fuerte, el otro pequeño y débil. El uno con ambiente del espíritu y quiebran el júbilo de la vi- el lenguaje de su poderío, el otro con el del vigor de da, en forma tan honda, que los hombres de pensa- su derecho. Brilla en la escena, como un relámpago, miento se preocupan en estudiarlos, marcándolos con la amenaza, y fulge como una estrella, la inteligen- énfasis y analizándolos en sus detalles y repercusio- cia--E1 Ejército Liberal triunfante, debe desarmarse. nes, a fin de evitar que no se repitan jamás.

Moncada, con la fe en la libertad, con el hon o Fuera de esto, quién nos garantiza, a pesar de sentido de la responsabilidad --que son fuerzas indo- nuestro optimismo sincero, que la política del Buen mables que limpian el camino de la victoria—se alla- Vecino sustentada por Roosevelt, Hull y Welles, no na al desarme a base de elecciones libres, con la ga- va a ser modificada en su estructura en el devenir rantía de la palabra del honor del Presidente de los político? Estados Unidos. Quién nos asegura que esa política genial y pro- Esta es la historia. videncial que ha favorecido la defensa del Continen- te va a permanecer inmutable, si Roosevelt, por la democrática renovación de los poderes del Estado, abandona la Presidencia de la República?

Iguales consideraciones hicieron los Delegados de En Tipitapa se liquida la política antigua y em- América en las Conferencias de Lima, frente a la in- pieza una nueva era para Nicaragua al amparo del certidumbre de esa política, en el dinamismo eterno Gobierno Americano que hace posible el recuento me- del tiempo. cánico de los votos ciudadanos, como expresión ge- nuina de la voluntad de la mayoría del pueblo, pie- De ahí el interés palpitante de este libro, lleno dra primogénita de la Democracia. de enseñanzas de nuestra historia y de sugerencias de gran valía, dignas de ser recogidas por su duro rea- En los comicios de 1928, el Partido Liberal asien- lismo y su gran fondo de bondad y de justicia. ta su fuerza en el país por medio del ejercicio libre del sufragio, tan necesario en la renovación de los CARLOS A. MORALES

2 INTRODUCCION

Las últimas páginas de este libro se escribieron mocracia se unen de nuevo y con ellas México, Cen- en 1936. Tradújolo al inglés el Ingeniero José Andrés tro América y toda la América del Sur. Urtecho, muy conocido por varios distinguidos norte- Conocedor de la historia antigua y moderna, que americanos, entre ellos el General Frank R. Mc Coy, se repite a décadas y a siglos, el autor escribió en Jefe de la Misión Electoral de 1928, convenida en Ti- New York, el año de 1913, en una revista por él fun- pitapa con Henry L. Stimson, representante personal dada, en español e inglés, intitulada EL HERALDO del presidente Coolidge. No se dió la obra a la publi- AMERICANO, lo que el lector leerá a continuación. cidad en aquel año, ni en los siguientes, porque ya se A pesar de los reveses y contrariedades, sus ideas no enrojecía el horizonte con la imagen del espantoso cambian, las mantiene y las exalta con sincera fe. drama que en 1939 había de extremecer al mundo. Su autor, convencido partidario desde 1911 de la ne- DOCTRINA DE MONROE cesidad de que la Doctrina de Monroe se extendiera al Nuevo Mundo en forma multilateral para su pro- "Algunos espíritus pocos observadores y otros de- pia defensa y de que la debían aceptar sin recelo to- masiado prácticos podrían decir que estas ideas son das las repúblicas americanas, tuvo el temor de dar utópicas y que no es cosa hacedera el señalar un des- a conocer las circunstancias históricas de la interven- tino común a las naciones de América, ni menos ar- ción armada de Estados Unidos de América, en Nica- monizarlas bajo la Doctrina de Monroe. Es muy fá- ragua, en los momentos precisos y psicológicos de con- cil, sin embargo, demostrar que los tales carecen de sagrarse la solidaridad continental por las Asambleas razón. de Buenos Aires, Lima, Habana, Panamá y Río de "La Doctrina de Monroe ha sido de hecho desde Janeiro. antes de su promulgación, es decir, desde que se ha- La intervención armada de que habla el autor llaba en gestación la carta constutitiva del Continen- terminó en Enero de 1933, año del nacimiento escla- te de Colón y el fundamento de las actuales naciona- recido de la nueva doctrina de Roosevelt, la cual con- lidades americanas, No nació esa célebre Doctrina en virtió por manera total la expresada Doctrina de la soledad de un escritorio, ni por el sólo esfuerzo ge- Monroe en amparo y guía, no solamente de Estados nial de su fundador, sino de una suprema necesidad Unidos de América, sino del Hemisferio Occidental de existencia colectiva, obedeciendo a razones lega- entero. les y a la vez sociológicas. Una pequeña ampliación sobre este desiderátum "Bien sabido es que Estados Unidos se cons- de las Américas no molestará al lector. La Doctrina tituyó primero que las repúblicas de Centro y Sur de Monroe nació, se sabe, en 1823; pero su gestación América, y que éstas consiguieron su Independencia se vislumbró en 1815. cuando en el Viejo Mundo, a el año de 1821, mejor dicho, en el siglo pasado. No iniciativa del Zar Alejandro de Rusia, firmóse el tra- tienen un siglo todavía de existencia nacional. Mas, tado de la Santa Alianza, en el cual tomaron parte no por el esfuerzo heroico de Simón Bolívar, solamen- todas las naciones esclavistas de Europa, con excep- te y de los próceres de la independencia suramerica- ción de Inglaterra que no reconocía santidad alguna na, ni tampoco por el esfuerzo de Hidalgo y los pa- en semejante pacto. triotas mexicanos exclusivamente, México, y el Cen- Estados Unidos de América estaba vigilante, de tro y Sur de América consiguieron la independencia, 1815 a 1823. No quería, aborrecía el sistema esclavis- sino también por la quebrantada situación de España, ta de Europa. Era sentimiento, alma y vida del pue- a la cual derruía su propia grandeza, suscitándole los blo norteamericano y así quería que fuera para las celos de Inglaterra y el resto de Europa. Pesaba ya tres Américas. Por fortuna consiguió el apoyo intere- mucho en Europa el poderío de aquella orgullosa na- sado de Inglaterra, tierra en donde ya germinaban ción en cuyos dominios solía brillar el sol noche y también la libertad y la democracia. día. La piedra de toque, la voz de alarma, dióla el tratado secreto de 1822 firmado por Austria, Francia, "Inglaterra principalmente favoreció en mucho a Prusia y Rusia. Como contrario al sistema monárqui- los patriotas americanos. Pero después de la indepen- co, declararon al republicano representativo de la so- dencia sur—americana y mexicana, las potencias del beranía popular, verdadera base, principio y fin de Viejo Mundo volvieron en mucho a su política y am- las repúblicas de América. Restituyeron en su trono biciones. La Casa de Austria fraguó la conquista de a Fernando VII, por medio de Francia. México, y España quiso reconquistar sus ricas colo- Amenazaba de nuevo la conquista al Continente nias de América. Por fortuna las naciones se rigen de Colón. por acciones y reacciones, como los planetas, e In- glaterra se puso celosa y Estados Unidos de América Inglaterra y Estados Unidos, desde entonces has- vió el terrible peligro para lo porvenir. ta hoy, han salvado al Continente de Colón. "Defendiéndose a sí misma, trabajó esta Repú- Como la amenaza del sistema esclavista recomen- blica, la hermana mayor de las Repúblicas America- zara con Guillermo de Prusia en 1914, y en 1933 con nas, ya crecida y poderosa, en favor de México, y de Adolfo Hitler, las dos naciones de la libertad y la de- resultas, Juárez y los patriotas mexicanos desterra-

3 ron al conquistador de la tierra de Moctezuma. La intervención, la no-agresión y la colaboración Casa Blanca de Washington fue factor principal en internacional. Con creciente insistencia, predi- aquella contienda. camos los principios de un amplio y constructi- "Así tomó forma la Doctrina de Monroe. Para vo orden mundial en las relaciones políticas, salvar a Estados Unidos de semejantes peligros en lo económicas, sociales, morales e intelectuales de futuro y al mismo tiempo al resto de América, el las naciones --principios que deben constituir las Presidente Monroe envió al Congreso Americano el bases de todo satisfactorio orden mundial del célebre Mensaje con la no menos célebre doctrina re- futuro. Pusimos en práctica estos principios en ferida. Nunca se ha pensado ni mantenido con más nuestra Política del Buen Vecino, válida en el fe por nación alguna un principio tan hermoso y me- mundo entero, y que tratamos de aplicar no só- jor fundado en derecho internacional! Conociéndolo, lo en el Hemisferio Occidental, sino también en el Libertador Simón Bolívar acogió al punto la idea la región del Pacífico, en Europa y en todas par- y propuso la reunión de un Congreso en Panamá. tes " "Siempre hemos creido "Algunos jurisconsultos van a sonreir al leer es- —y creemos aún—que todo pueblo, sin distin- te calificativo de principio de derecho internacional ción de raza, color o religión, que esté prepara- aplicado a la Doctrina de Monroe. Es fácil, igualmen- do y deseoso de aceptar la responsabilidad, tie- te, convencerles de su yerro. Las naciones bien cons- ne derecho a ella. Siempre hemos tratado—y lo tituidas, por ejemplo Estados Unidos de América, Ar- haremos hoy—de alentar y ayudar a todos aque- gentina, Brasil, Chile, no tienen acaso derecho de llos que aspiran a la libertad de establecer su existencia? propio derecho a la misma, preparándose a acep- "Este es principio reconocido en derecho inter- tar sus obligaciones. Siempre nos hemos empe- nacional. ñado en dar cabal satisfacción a nuestra respon- "Pasando, pues, de la unidad al conjunto, se con- sabilidad en ese sentido, en Cuba, en las Filipi- cluye lógicamente que igual derecho de existencia nas, y donde quiera que nos ha tocado hacerlo. tiene la colectividad llamada Continente y el princi- Ha sido nuestro propósito en el pasado—y con- pio fundamental que une a todas sus nacionalidades, tinuará siéndolo en el futuro—utilizar toda y este principio es sin duda alguna la Doctrina de nuestra influencia para facilitar el alcance de Monroe. la libertad de todos los pueblos que, por sus ac- "Resulta de esa verdad que también se eleva a tos, se hayan mostrado dignos de ella y prepa- la categoría de derecho perfecto una doctrina similar rados a disfrutarla. para los Estados de Europa, y andando los años, pa- "Nosotros, que hemos heredado de las genera- ra Asia, al constituirse, y andando los siglos para ciones que nos precedieron los inestimables fru- Africa, cuando por esfuerzo de la civilización, sus na- tos de la milenaria lucha por la libertad, con cionalidades se hayan constituido. placer aceptamos hoy los sacrificios que sean "Desde que existe, pues, la Doctrina de Monroe, necesarios para legar a nuestros hijos un patri- existe la independencia del Continente de Colón. Gra- monio aún más grande". cias a ella han conservado su soberanía las Repúbli- Y del Sub-secretario Welles se sabe: cas hispano-americanas y en consecuencia existen de- "Según demuestra su historia, Summer Welles beres y obligaciones recíprocas entre todas las nacio- se opuso constantemente, y en actitud belicosa, nalidades de América, y la Doctrina que las une de- a la concepción de la "diplomacia del dólar" y be ser amada y consagrada por igual desde el Cana- en 1925 salió del Departamento de Estado. Pero dá hasta la Tierra del Fuego. Ella ha sido de hecho desde fuera del gobierno continuó laborando la Constitución Política del Continente, y en resumen por la Unificación y la Colaboración America- tiene la fuerza vital necesaria para servir de guía y nas, y cuando Franklin Delano Roosevelt llegó derecho de existencia de una veintena de Repúblicas a la Presidencia en 1933, él y el Secretario Hull y de ser reconocida como tal por las Naciones de Eu- trajeron a Washington de nuevo a Mr. Welles ropa". (Enero de 1913)". como Secretario de Estado". De esa manera piensa hoy día de la gran mayo- ría de los Estados Unidos de América, la prensa toda Con esta nueva Gran Guerra que la tiranía del y los miembros del Poder Legislativo. En el año de Reich ha desatado sobre todos los confines de la ci- 1932, cuando el retiro de los marinos, el mismo Hen- vilización, el Presidente Roosevelt y los hombres de ry L. Stimson, Secretario de la Guerra del Gobierno Estado que le rodean, la política del dólar que antes de Roosevelt, en una carta dirigida al autor de este maldecíamos, se ha convertido en la del Buen Veci- libro, entonces Presidente de Nicaragua, decía que ya no, en fraternidad continental. no era posible continuar en la política de interven- No solamente el Presidente de Estados Unidos de ción porque el pueblo estadounidense se había pro- América habla en sus discursos y mensajes de la nunciado contra ella. Al descender del poder el Par- unión indisoluble de las Américas. El Secretario Cor tido Republicano, que trajo la intervención armada a dell Hull decía el 22 de Julio de este año, 1942: varios paises de América, obedeció a la opinión pú- "Desde que aparecieron en el horizonte los pri- blica de la tierra de Washington. Honor para todos, meros signos de la amenaza a la paz del mundo, honor que debiera ser envidiado por los gobernado- el Gobierno de los Estados Unidos luchó más res de pueblos. tesoneramente que nunca por fomentar la paz sobre la sólida base de la ley, la justicia, la no- J. M. MONCADA

4 CAPITULO I Almirante nos invitaba a conferenciar con él, ponien- do a nuestras órdenes sus vapores de guerra. Habría ESTADOS UNIDOS NO PUEDE podido, pues, dirigir una corta carta, en vez de una COMETER ERROR orden militar. Nos pareció demasiado militar el pro- cedimiento. Los españoles solemos decir que se ca- Nos preparábamos en Boaquito, a dos jornadas zan más moscas con miel que con hiel. de Managua, para el avance, con el ejército y el tren de guerra, el 1° de Mayo de 1927, cuando recibimos Empeñóse el Mayor en llevar en persona al au- de parte del Almirante Julián L. Latimer, Comandan- tor a Tipitapa, que no a un representante. te de la Escuadra de Marinos del Pacífico, la visita de tres oficiales americanos. Su jefe, el Mayor Hum- Difícil parecía dar una contestación categórica. phrey, nos mostró la siguiente esquela: "En unión del Obligada, lógica y necesaria parecía la consulta con Teniente H. J. Morán, U. S. Navy, Teniente Frisbie, los otros jefes. Todos desconfiaban, recordando la in- del Cuerpo de Marinos y Mr. J. Willey, intérprete, tervención de 1912 y el viaje forzado del General procederá Ud. de la mas expedita y practicable manera Luis Mena a Ancón. Hubo acalorada discusión, pero a buscar el lugar en que se encuentra el General .1. M. vino el convencimiento de que se trataba de un re- Moncada y entregará a él personalmente la adjunta presentante personal del Presidente Coolidge y que carta de los representantes del Dr. Sacasa. Ud. dará lo cortés no quita lo valiente. informe al General Moncada que el General Stimson, representante personal del Presidente Coolidge, ten- Emprendimos la marcha en unos autos de Wi- dría mucho gusto en conferenciar con él y que Ud. Iley. Al pasar por los retenes, uno de nuestros gene- tiene un salvo conducto para él y cuatro compañeros, rales quiso detenernos, y sonaron disparos; pero le del Presidente de Nicaragua, para llevar a cabo la convencimos de la imperiosa necesidad de la confe- conferencia entre el General Stimson y los referidos rencia, para conocer en todas sus proporciones la vo- representantes; y además, se servirá Ud. acompañar luntad del gobierno americano, y no dar coces contra a él o a su representante, al lugar que pueda conve- el aguijón. nir en la vecindad de Tipitapa, notificándome, tan pronto como sea posible, el sitio designado. Una es- Cruzamos Teustepe en medio de fuerzas enemi- colta o una compañía acompañará a Ud.—(f) J. L. gas, vendados, por precaución militar del jefe de la LATIMER". plaza. No pareció conveniente al adversario que co- nociéramos sus posiciones, cosa innecesaria, porque Parecía persona de nosotros conocida el Mayor siguiendo nuestra táctica. habiamos resuelto el paso Humphrey, no sabemos a ciencia cierta si en aguas del Rio Tipitapa sin pelear, cruzando entre Masaya y de Bluefields, o en otra parte y a Willey le conoci- Managua, hacia las Sierras. A poco cayó un torren- mos tiempo hace. Le vimos en Muy Muy, cuando con cial aguacero, los camiones se atollaron en la ciéna- el Ejército Constitucional salíamos de la montaña y ga y hubimos de marchar a pie. Por fortuna, tal ha- los junglares. El acompañaba a otros dos oficiales bía sido el camino recorrido desde Río Grande a Ma- americanos y dos periodistas para hacernos proposi- tiguás. En Las Banderas, Mr. Willey tenia otros ca- ciones de paz. Sabíamos de él con certeza que era rros y de esta manera pudimos llegar a Tipitapa, hoy conservador y muy amigo especialmente de Chamo- Villa Stimson, fuimos recibidos, el cuatro de Mayo, rro y Díaz. No se le quería bien en el país, por decir- en el llamado Espino Negro, el autor y los cuatro se públicamente que en una fiesta, en Matagalpa, ha- compañeros que llevaba, por el General Stimson, el bía dado de puntapiés a nuestra bandera nacional. señor Ministro Eberhardth y el Almirante Latimer, con muy corteses maneras, como a las ocho de la ma- Dijimos por ese motivo al Mayor que nos causa- ñana. ba desagrado la presencia de Willey en la comisión, refiriéndole el por qué. Los marinos que acompañaban al Almirante ha- bían arreglado una estancia pintoresca con algunos El Mayor dió excusas, asegurando que el Almi- asientos, a la sombra de unos grandes árboles, que en rante Latimer no tenía conocimiento de este asunto. Nicaragua se llaman Espino Negro, a la vera del lago de Managua. A primera vista comprendimos, por el tono de la citación, que no solamente deseo había, sino la vo- El señor Stimson mostróme deseos de hablar a luntad determinada de Stimson de llegar a la paz, solas. La conversación comenzó con la insinuación de por bien o por fuerza, Hubo vacilación en aceptar se- que estábamos en el deber de hacer la paz, rendir las mejante requerimiento, especie de invitación sin cor- armas y reconocer al Presidente Díaz. Dijo que por tesía, porque el Almirante Latimer había cambiado el Almirante Latimer sabía de mí que era hombre ca- muy amable correspondencia epistolar con nosotros paz de cumplir con el deber y muy fácil para un en- en aguas del Atlántico. Solía decirnos allá con cari- tendimiento favorable a mi Patria, tan devastada por ñosa frase que el Jefe del Ejército Constitucionalista la guerra civil. —el autor de este libro—era el hispano americano que había batido el récord por sus viajes en destro- —Pero el Presidente Constitucional de Nicara- yers americanos, dada la frecuencia con que el señor gua es el Dr. Sacasa, respondí. Don Adolfo usurpa el

5 Poder. Reconocer a Díaz equivale a decir que hemos Y luego proseguí con énfasis: derramado sangre por ambiciones egoístas y no por la legitimidad. —Pero no las rendiremos, sino a condición de elecciones libres, presididas por marinos y de tratar Stimson. —Mi Gobierno ha reconocido al Presi- con el Gobierno Americano, y no con el de Díaz, que dente Díaz y Estados Unidos de América no puede no cumpliría con su palabra. cometer error. Stimson. —(Poniéndose de pie y con solemnidad). Moncada. —Lo ha cometido y esto hará perder En nombre del Presidente Coolidge doy mi palabra gran crédito al Gobierno Americano en la opinión de honor. pública de Hispano América. Concluyó la entrevista proponiendo Stimson que Stimson. —Es imperiosa la paz. Tengo instruccio- se firmara un convenio. No creo en papeles escritos, nes de conseguirla por bien o por la fuerza. le repuse, entre una República poderosa y una débil. Confio mejor en la palabra de honor del Presidente Perdió un poco la paciencia el fiel narrador de Coolidge, dada por Ud. los hechos, pero cobrando ánimo y templanza repuso:

—Me es imposible tratar con Ud. Yo soy el Jefe del Ejército. Mi honor se halla de por medio. Ud. de- be llamar a los representantes del Dr. Sacasa y repe- tirles lo que acaba de decir. Los tres delegados del Dr. Sacasa, dijeron: Stimson. —Lo haré con mucho gusto. —Nosotros no aceptamos esa responsabilidad. Te- El cuadro adjunto representa a lo vivo la escena. nemos instrucciones del Presidente de dejar esto a la Hago constar que fue tomado por un fotógrafo que resolución del Jefe del Ejército. la misión del Presidente Coolidge llevaba. Me fue ob- sequiado después por los americanos mismos. —Pues yo la acepto, respondí.

Sentados todos, el señor Stimson repitió su con- Luego entré en detalles con el señor Stimson, que minación. Los representantes de Sacasa se demuda- él mismo explica en las cartas que aquí se copian: ron, y con algunas palabras fuertes respondían nega- tivamente. "Tipitapa, 4 de Mayo de 1927. —Señor General Moncada. —Estimado General Moncada. —Confirman- Después de recobrar un poco el ánimo y diri- do nuestra conversación de esta mañana, tengo el ho- giéndome al Almirante Latimer, repuse: nor de comunicarle que estoy autorizado para decla- rar que el Presidente de Estados Unidos tiene la de- —A bordo del "Rochester", señor Almirante, en terminación de acceder a la solicitud del Gobierno aguas de Bluefields, cuando Ud. me mostraba un ra- nicaragüense para supervigilar la elección de 1928; diograma, el cual decía del reconocimiento de Díaz que la permanencia en el Poder del Presidente Díaz por parte de Washington, ¿no pregunté a Ud. que si su durante el resto de su mandato se considera como in- Gobierno estaba dispuesto a apoyar esa resolución dispensable para dicho plan y se insistirá en ello; que con las armas, yo diría al Ejército Constitucionalis- el desarme general del país es también necesario pa- ta que se rindiera, y Ud. dijo que eso no sucedería, ra el buen éxito de esta elección, y que las fuerzas de el auxilio a Díaz? Estados Unidos serán autorizadas para hacer la cus- todia de las armas de aquellos que quieran entregar- las, incluyendo las del Gobierno, y para desarmar por Latimer. —Es verdad. la fuerza a aquellos que se nieguen a hacerlo. Con todo respeto. —Henry L. Stimson". Stimson. —(Muy serio). No lo sabía. La última parte de esta carta es clara y conmi- Moncada. —Solamente siento, por mi patria, se- natoria: para desarmar por la fuerza a aquellos que ñores, que durante ocho meses se haya derramado no quieran entregarlas. Se comprende que había 1a tanta sangre, para ser detenidos los que defendemos resolución completa de hacerlo, y en efecto, mientras la ley y la libertad, cuando victoriosos estamos a las bajo la fronda del Espino Negro se discutía el desar- puertas de la Capital. Pero todavía, señor Stimson, me y la continuación de Díaz en el Poder, ya circu- estoy dispuesto a rendirlas, porque sería inhumano laba entre los nicaragüenses y los marinos una pro- aceptar una guerra con una nación de ciento veinte clama del Almirante Latimer, en la cual se exigía a millones de habitantes, teniendo apenas Nicaragua ambos ejércitos, del llamado Gobierno de Díaz y el ochocientos mil. No quisiera ver marinos ni nicara- de Sacasa, la entrega de sus armas, ofreciendo diez güenses muertos en desigual combate. No seria hu- córdobas, por cada rifle, a quien quisiera entregarlo, mano. v veinte por cada ametralladora.

6 Fué una de las bases exigidas por Stimson bajo Argüello, Espinosa y Cordero Reyes, como el subs- el mencionado árbol. crito, declararon de manera enfática y terminante que las fuerzas de los Estados Unidos, expresión inequí- Como se dijo, los representantes de Sacasa estu- voca de ciento veinte millones de habitantes, son su- vieron de acuerdo en rechazar todo lo que significa- ficientes para hacer de nuestra pequeña Patria, que ra la continuación de Díaz en el Poder. tiene a lo sumo ochocientos mil, lo que a bien ten- gan, y que no es humano el oponerse ni obligar al Ellos se expresaron así, el 5 de Mayo en la si- pueblo nicaragüense a derramar su sangre generosa guiente carta: "Managua, 5 de Mayo de 1927. Señor en estéril y triste sacrificio. Que el honor del ejérci- General Dn. José María Moncada.— Nuestro estima- to y el nuestro, en lo personal y en lo colectivo, por do amigo.—Tenemos el gusto de acompañarle una co- las declaraciones hechas al mundo y la sangre derra- pia firmada por los subscritos, de la carta que hoy mada en los campos de batalla, por la defensa de la hemos dirigido como representantes del Excmo. Señor Constitución y de las leyes, vulneradas por Emiliano Presidente Constitucional de la República, Doctor Chamorro y su sucesor Adolfo Díaz, nos obligaban a Juan B. Sacasa, al Honorable Señor General Henry rechazar lo propuesto; que podíamos inclinarnos an- L. Stimson, representante personal del Excmo. Señor te la fuerza y rendir quizá las armas, pero no la dig- Presidente Coolidge, en la que reiteramos nuestra nidad y el decoro. protesta, formulada en la reunión que tuvimos ayer en Tipitapa, por el nuevo e injustificable atentado "El señor Stimson contestó que también el ho- que se intenta cometer contra el honor de nuestro Go- nor nacional de Estados Unidos estaba comprometido bierno y la dignidad de la República. Ayer nos diri- con la permanencia del señor Díaz, porque al recono- gimos por Radio al Excmo. Señor Presidente Sacasa cerle, el Gobierno Americano había obrado de buena y también a nuestros representantes en el exterior, fe, a conciencia clara de que la Presidencia del señor poniendo en su conocimiento lo sucedido. Por lo que Díaz era constitucional. Agregó que con profunda pueda convenirle, repetimos a Ud. en la presente que tristeza cumplía el deber que su Presidente, el señor estamos plenamente autorizados y tenemos instruc- Coolidge, le había impuesto, al hacer semejante de- ciones del Presidente Sacasa, de no aceptar ninguna claración. solución que tenga por base la continuación del Se- ñor Díaz en el Poder.—Muy atentamente saludan a "Jamás he tenido en la vida momentos y horas Ud. sus afmos. amigos.—Rod. Espinosa.—Leonardo de más angustiosa meditación. Una pesadilla horrible Argüello.—M. Cordero Reyes". pesa sobre mi alma de patriota, y no tengo valor ni me considero con derecho para resolver por mi solo No se si sea justo decir que la frase, por lo que lo que el ejército y país entero deben hacer en este pueda convenirle, indica que los compañeros desa- día de luto y de zozobra. probaban mi conducta. "Me dirijo a mis conciudadanos por medio de es- Ciertamente no me encontraba en un lecho de tas líneas, y preguntaré su opinión al ejército victo- rosas. En mi alma había una profunda rebelión, y lo rioso en los campos de Teustepe, victorioso en todos demuestra el manifiesto publicado entonces, que aquí los campos, pues ni un solo combate importante ga- se reproduce en parte: nó el ejército de Chamorro y Díaz, no obstante la protección manifiesta de los marinos americanos, que "A mis Conciudadanos. le proporcionaron la posibilidad de arrojar todas las tropas de que podían disponer, contra nosotros, en Al Ejército Constitucionalista. Palo Alto, Muy Muy y Las Mercedes, donde el poder conservador resultó como siempre irrisorio. "Después de nueve meses de patriótica, pero san- grienta lucha, las armas victoriosas del Presidente Sa- ••Recomiendo a mis conciudadanos la mayor cal- casa se hallan en las cercanías de la Capital, en Teus- ma, aunque esto sea más fácil decirlo que hacerlo, tepe y Boaquito. pues yo mismo tengo en el pecho el mayor tormento de mi vida. "Ya no ignoran los nicaragüenses todos que des- de Laguna de Perlas hasta La Cruz de Teustepe, en "Hemos cumplido con nuestro deber. De gloria cerca de veinte combates, el Liberalismo ha demos- se han cubierto los liberales en los campos de bata- trado su energía y su poder derrotando en todas las lla. Su honor resplandece mejor ahora ante el mun formas a su antagonista, el Partido Conservador. do. Puede ser que la justicia llegue. a triunfar alguna vez "Mas todas estas victorias y este grandioso es- fuerzo de la libertad y el honor, ha sido a última ho- Y el Dr. Juan B. Sacasa: ra anulado por mandato del Gobierno de Estados Uni- dos y de su ejército, uno de los más grandes de Is "Puerto Cabezas, Mayo 7 de 1927.—Señores Doc. tierra. Rodolfo Espinosa y Manuel tores Leonardo Arguello, Cordero Reyes.—Managua.—Con la aprobación uná- "Los delegados del Presidente Sacasa, doctores nime de mi Gabinete, contesto al radiograma que

7 Uds. me mandaron por medio del señor Almirante J. luego estaremos en Managua, pues me ha invitado el L. Latimer el que fue recibido antes de anochecer. señor Stimson a acompañarle esta tarde y he acepta- La digna actitud de Uds. merece mi completa apro- do. Y, además, Tipitapa es la puerta de Managua, por bación, la que está completamente de acuerdo con su el lado del Atlántico. deber de patriotas. Yo estoy completamente de acuer- do con la protesta que Uds. presentaron por la inti- Y proseguí:— No creo que me reciban bien. No mación hecha ,por el Representante del Presidente es lo mismo entrar a la ciudad victorioso, como Ud. Coolidge, Mr. Henry L. Stimson, cuya intimación fue sabe que realmente venía, que con la noticia de ha- confirmada por escrito al General Moncada, amena- ber prometido convencer a mi ejército de consentir zándolo con desarmar al Ejército Constitucionalista en el desarme. Me siento humillado, pero no tengo, por la fuerza en caso nosotros no aceptáramos a Díaz; en lo humano, fuerzas para resistir. Probablemente semejante acto que humilla al pueblo nicaragüense y me alejaré de Nicaragua. que significa la imposición de un Gobierno contra el deseo de la opinión pública, me hace ponerme com- Latimer —LY para dónde quiere Ud. dirigirse? pletamente de acuerdo con la opinión expresada por Uds.; pero en las presentes circunstancias, el General —Moncada —Para Costa Rica. Moncada está en mejor posición para resolver el pro- blema concerniente al Ejército. En el mensaje qua —Yo le ofrezco un vapor de guerra. Uds. me mandaron no encuentro claramente expresa- da la opinión del General Moncada. Yo sinceramen- Moncada —Quizás se lo acepte. te deploro que el Gobierno de los Estados Unidos, apartando el principio de justicia y olvidando los in- Continué hablando de la difícil situación en que treses de la gran nación americana, persista en nuli- la suerte me colocaba. Creía que el ejército constitu- ficar los derechos de una nación débil, únicamente cionalista se negaría a rendir las armas y que me por mantener un régimen nacido de un golpe de Es- obligaría a acompañarle en el sacrificio (recordando tado, el que no sólo violó y deshizo la Constitución mentalmente el 1912). de la República, sino también el Tratado Centroame- ricano firmado en Washington, D. C. En consecuen- Repitió el Almirante que él me consideraba ca- cia, es enteramente imposible para nosotros aceptar paz de convencer al Ejército y que así lo esperaba. dicho régimen, fuera del respeto que nos merece nues- tro propio honor y nuestra dignidad nacional. —(f) Durante estas pláticas hubo momento en que de Juan B. Sacasa". acuerdo con Stimson y antes de que él solemnemen- te comunicara la solución inquebrantable del Presi- CAPITULO II dente de Estados Unidos pasé a conversar con los De- legados de Sacasa para referirles lo que pasaba. NOS VEREMOS EN MANAGUA Ellos dijeron que no aceptarían, pero que traían Stimson y Latimer, unas veces juntos y otras por autorización del Presidente de proponer a Stimson mi separado, y el autor, siguieron conversando sobre los nombre para la continuación del período de Solórza- arreglos de paz, hasta convenir en lo que al día si- no, pues a Díaz no lo consideraban sino como usur- guiente se hizo, dejando constancia escrita en la Le- pador. Que yo era Senador de la República, como lo gación Americana. era Díaz cuando el Congreso lo eligió, y que además ellos creían en la posibilidad de que Stimson me acep- A Latimer le recordé otras palabras mías verti- tara por tratarse de persona amiga de la influencia das a bordo del Rochester, en las mismas aguas de americana en Nicaragua. Bluefields y en la misma circunstancia, atrás referi- da, del reconocimiento de Díaz. —Yo les prohibo hablar de eso, amigos míos, re- puse. Los mismos liberales me atacarían de traidor, —Además dije a Ud. que no tenía la intención y con justicia. de resistir la fuerza de Estados Unidos; que cuando su Gobierno resolviera apoyar a Diaz con armas ame- Ellos me lo prometieron. ricanas o marinos, se sirviese comunicármelo, y cuan- do Ud. contestó que no lo creía, tne despedí diciendo: En verdad, habría dudado todo el mundo de la rectitud de mi proceder. —Nos veremos, pues, en Managua. Después del lunch, con que nos obsequiara Stim- —Me pareció ver que Ud. guiñaba un ojo a su son, salimos para Managua. En un automóvil me lle- Ayudante Clarn. varon, sentado entre el Almirante Latimer y el Mi- nistro Eberhardt. Desde medio camino conocí que Ma- —Probablemente se equivocó, repuso el señor nagua casi entero se agolpaba en la carretera para Almirante. encontrarnos, vivando al vencedor. Detenían el auto, me abrazaban, las mujeres se enternecían, algunas —De todas maneras, señor, ya estamos aqui, y lloraban de alegría. Era una apoteosis. Pero mi cora-

8 zón no estaba por saborear semejante popularidad. Al Insistieron diciendo que lo hiciera simplemente contrario, sentía en mi alma la profunda ironía de las para confirmar un hecho histórico, y así lo hice. cosas. En silencio maldecía. Nunca en mi larga y en- contrada vida había sentido la opresión de mi pecho, CAPITULO III de tan intensa manera. EL REGRESO AL EJERCITO Y así lo expresé al llegar a Managua desde los balcones del Hotel ante una inmensa muchedu,bre. En las mismas pláticas y discusiones habidas a Llegué al punto de exclamar en mi discurso, al ha- la som'bra del Espino Negro, Stimson y Latimer me blar de Díaz: Presidente infeliz y cobarde que no ha- daban aliento para el desarme. Repetían que tenían biendo podido vencer en el campo de batalla, ha pe- ellos confianza en mi voluntad y esfuerzo para cum- dido el auxilio de los marinos americanos. plir con la palabra empeñada. Esto es algo singular de la política americana. Obedeciendo a la fuerza di Una tropa de marinos guardaban el frente del la promesa de esforzarme en convencer al Ejército, Hotel. Soldados de Díaz asomaban en las esquinas la- pero constituía una obligación sagrada para mí el terales, y detenían y golpeaban a la muchedumbre. convencerlo. Entonces, empinándome, sobre el balcón, grité a los marinos que guardaban el orden: No paré mientes en ello y pedí ocho días para ir a Boaco y persuadir a los jefes y las tropas de la im- posibilidad de continuar la guerra. Hice salvedad res- "¡Confiado en la palabra de honor de los repre- pecto de uno de los jefes, de Sandino. "Creo que él sentantes de vuestro país he venido a Managua, y ob- se alzará con las armas, dije, pues tiene ideas muy servo con tristeza que los soldados del usurpador es- diferentes de los demás y de las mías. Después de la tán atropellando al pueblo!" batalla de Laguna de Perlas, descendiendo del mine- ral de San Albino, este jefe llegó a Puerto Cabezas Y Los marinos retiraron a los soldados del gobier- pidió armas al Presidente Sacasa. De ese puerto pasó no, y pude continuar. a Prinzapolka, en busca mía. Le recibí, habló bien de iní. Dijo que en Nicaragua no se acordaban de Sa- Al día siguiente hubo conferencia en la Legación casa sino de Moncada. Presentóme un memorial. Lo Americana entre Stimson, Eberhardt, Latimer y si leí delante de él. Hablaba de la necesidad de la gue- mal no recuerdo Feland y yo. rra de los trabajadores contra los ricos, de que éstos detentaban la propiedad y de otras cosas que son el Se convinieron las siguientes bases principales. lenguaje del comunismo.

I. Retiro de las fuerzas de Díaz de Boaco y Teus- Razones tuve, consiguientemente, para negarle tepe, extendiendo el armisticio hasta medio día del las armas; por desgracia, él encontró algunas en Puer- lunes, mientras se efectuaba la retirada. to Cabezas de las que abandonaban nuestros soldados cuando los marinos ocuparon la Costa Atlántica con II. Las fuerzas de Moncada conservarán sus ac- las zonas neutrales, y con ellas hizo la marcha para tuales posiciones y no avanzarán hacia la Capital. Jinotega. Al salir el ejército al interior, envié varios correos a Sandino para que se incorporara al grueso III. Libertad de Moncada para explicar los suce- de las tropas, y se negó siempre, dedicándose a exac- sos al pueblo nicaragüense. ciones. El General Parajón le obligó a obedecer, y de esta manera ambos se juntaron conmigo en Las Mer- IV. Las fuerzas americanas ocuparán Tipitapa y cedes. el Río (El Río Tipitapa es una estrecha garganta, di- fícil de cruzar si un pequeño ejército defiende el pa- Volví a Teustepe, y luego a Boaco, encontrando so). esta ciudad saqueada por mis propia.s tropas. Sentí pena y vergiienza, por el compromiso de que hablé V. Nombramiento de seis Jefes Políticos libera- atrás. Había exigido, para el desarme, la desocupa- les. ción de Teustepe y Boaco por las fuerzas de Díaz y así se hizo. Solamente puedo alegar en mi defensa VI. Moncada garantizaría la tranquilidad de Boa- que el saqueo se efectuó durante mi ausencia y que co hasta la llegada de las fuerzas de Estados Unidos. hice todo esfuerzo por rescatar lo robado, entregán- dolo a sus dueños. VH. Moncada volvería a su ejército para tratar del desarme en tanto cuanto le fuera posible, dando avi- Después reuní el ejército en la plaza y desde lo so al Almirante Latimer para recibir las armas y mu- alto de una casa hablé de los sucesos y leí la carta de niciones. Stimson, de la determinación de desarmar por la fuerza a los que resistieran. Nosotros somos tres mil Hecho el convenio, los altos personajes america- hombres, dije, con escasas municiones y ametrallado- nos me propusieron que firmara con ellos y contesté ras. Ellos son por ahora cinco mil, armados a la ma- que no, exabrupto. nera moderna. No dudo del éxito en el primer mo-

9 mento. Sé que sois denadados, pero yo no tengo va- C. Sandoval Irías.—S. Cerda G.—Carlos Pasos.—Ale- lor para llevaros al sacrificio, por que detrás de cin- jandro Plata.—José Ramón Téllez.—Aug. J. Calde- co mil marinos vendrán millares más, como en 1912. ra.-- H. Castellón.—Heberto Correa.—Salvador Sobal- A la victoria segura os llevaría, como siempre lo hi- barro. —Daniel Mena.—Juan Escamilla. —C. Castro ce, pero a la muerte segura, por ninguna manera. W." . Mas, como Jefe, estoy en la obligación de consultar a las tropas. A esto he venido. Si queréis pelear, no Las autoridades del Partido prestaron también os abandonaré, iré con vosotros al sacrificio. su aprobación a los arreglos de paz atrás referidos y numerosos plebiscitos de toda la República.

El Ejército entristecido me vitoreó, contestando

que rendiría las armas. El 9 de Mayo, después de haber participado al señor Stimson la buena voluntad del Ejército, recibí En la reunión de Jefes, Sandino aparentó con- de él, un telegrama que decía: sentir en el desarme; pero al reunirse con los suyos dirigióme una carta en la cual me autorizaba para el "General José María Moncada. —Boaco. —Auto- arreglo, diciendo que volvería con sus tropas a Jino- móviles con escolta saldrán de Managua, mañana mar-

tega y que allá se desarmaría. tes diez de Mayo, por la mañana a traer a Uds. a Ti- pitapa, en donde nos encontraremos. Se impone ma-

Bien comprendí la estratagema, pero no podía yor urgencia para concluir este asunto dentro de los evitarla. Más todavía, en la conferencia con los je- ocho días convenidos por Ud. El armisticio se ha he-

fes, comprendí su falsía y cruzó por mi mente la idea cho general y se ha prolongado por el tiempo que du- de ponerlo en prisión; pero un sentimiento de huma- ren las conferencias". nidad y de honor me detuvo. Bien o mal, él había compartido con todos la fatiga de la guerra. Yo tam- No era la tarea tan fácil, como Stimson creía. Los

bién creía que los representantes de Coolidge hacían soldados llorando rompían los rifes. Ciento sesenta

mal en desarmarnos; que ellos bien hubieran podido hombres dejaron sus armas en el cuartel de Boaco,

guardar Managua y las otras ciudades, para defender sin esperar el pago de los diez pesos ofrecidos. Se los intereses extranjeros y entregarlas después al ven- oían entre los Jefes voces de rebeldía. El Dr. Carlos cedor. De modo que entre Sandino y yo había la di- A. Morales, Magistrado de la Corte Suprema, había

ferencia de sus instintos y de su desconocimiento del encontrado en las puertas de Boaco al General Luis poder de Estados Unidos, de sus exaltaciones y fana- Beltrán Sandoval, el segundo en el mando del Ejér- cito, en camino para Granada con ametralladoras y tismo, mientras que en mí debía obrar la voluntad, soldados. Le convenció de que volviera a los cuarte- la conciencia de mi responsabilidad. Que obré como les. patriota, lo demostraré en el decurso de esta verídica

historia. El señor Almirante Latimer había enviado a Boa- co un camión con tres oficiales americanos, de quie- Los Jefes del Ejército dieron su aprobación en nes recuerdo solamente al Teniente Challacombe, con el acta siguiente: algunos marinos, los cuales acompañaban al expresa-

do Dr. Morales y a don Ramón Solís, para hacer el

"En la ciudad de Boaco, a las 10 de la mañana pago de los soldados, según lo convenido. del día nueve de Mayo de mil novecientos veinte y

siete: reunidos los subscritos Jefes y Oficiales del Challacombe pretendía que me hiciera cargo del

Ejército Constitucionalista para deliberar sobre la dinero, treinta mil córdobas más o menos, y que yo aceptación o no de las bases que en oficio de cuatro efectuase el pago. No estuve en ello de acuerdo y con-

de los corrientes eneregó personalmente el señor Ge- testé que hicieran ellos la distribución. El primero en neral Henry L. Stimson, representante personal del presentarse fue el guardalmacén del cuartel exigien-

Presidente de los Estados Unidos, Mr. Calvin Coo- do el pago de mil seiscientos córdobas por los ciento

lidge, al señor General don José María Moncada, De- sesenta rifles que los soldados habían dejado, según

legado del Ejecutivo Constitucionalista, a cargo del referí anteriormente. La comisión americana estaba

Dr. Juan Bautista Sacasa. Con tal fin, por unanimi- inclinada a pagar. Fuí consultado y dije que "por dad resolvemos: Primero—Dar amplias e irrestrictas ninguna manera, porque eran rifles de otros solda- facultades al señor General José María Moncada pa- dos; que el reclamante podía ser pagado en diez pe-

ra que dentro de los términos de los dos proyectos sos, valor de un rifle". presentados al Consejo de Jefes y Oficiales, arregle

con el representante personal del Presidente Coolid- Del seis al nueve de Mayo pude salir bastante

ge o el señor Almirante Latimer, o el señor Ministro bien en Boaco. Faltaba Teustepe. Marchaba para este

Americano los términos definitivos' del desarme ge- lugar el mismo nueve, en donde habían por desarmar

neral. Segundo—Los arreglos que celebre el señor trescientos hombres con rifles y ametralladoras. No

General Moncada serán ad—referendum con relación quise aprovechar el ofrecimiento de Stimson, atrás

a la aprobación de las autoridades de nuestro parti- referido. Preferí marchar a caballo al ciudado de las

do y del pueblo libera, en forma de plebiscito o de tropas, por haber comprendido que se hallaban al

reuniones políticas. Leída esta acta, la firmamos.— borde de la insurrección, lo cual se podía evitar con

Luis B. Sandoval.—J. F. Baltodano.—F. Parajón.— mi presencia y abnegación.

1 0 Los comisionados dieron comienzo al recibo de Cruzó por mi mente una sospecha. Me creí arres- rifles y ametralladoras, después de haber mandado tado, prisionero. ¿Temieron los Jefes americanos que formar en la plaza una parte de la fuerza. no cumpliera con mi palabra? Y si no hubiera cum- plido, ¿qué habria sucedido? No lo quiero saber. Vi- De pronto sonaron tiros de ametralladoras y de no la sospecha rápida, insistente por unos instantes. riflería. Salí al corredor y ví a la fuerza en rebelión Y luego dormí, si mal no recuerdo, profundamente, completa. Unos disparaban al aire y otros en direc- confiado en el honor americano, en la palabra del ción del camión que conducía a los Americanos. Sa- Presidente Coolidge. cando fuerzas de flaqueza, desde la pequeña altura en que me hallaba colocado, grité con toda la ener- CAPITULO IV gía de mis pulmones: EL EJERCITO ENTRA VICTORIOSO "Soldados: Vosotros que habéis desafiado la muer- A MANAGUA te tanta veces, triunfando en todos los encuentros, El día 11 del mismo mes de Mayo, llegaron a Ti- con ardimiento y heroísmo, ¿por qué quereis deshon- pitapa el señor $timson, Mr. Eberhardt, el Almiran- raros, en un momento de locura, disparando al aire te Latimer y el General Feland; y continuamos las y contra unos cuantos extranjeros? -Deponed las ar- interrumpidas conferencias. mas y confiad en que la promesa de Estados Unidos será cumplida". Una de mis condiciones para deponer las armas Los bravos muchachos se serenaron y con tris- consistía en el restablecimiento de las autoridades teza que yo compartía, entregaron sus armas. existentes antes del golpe de Estado de Chamorro. El señor Stimson había dado su asentimiento y el 11 Al día siguiente, diez de mayo, emprendí la mar- mismo me entregó la carta siguiente: cha para Tipitapa, a caballo, con algunos ayudantes, ya entrada la tarde. En el camino pasaba por entre "Tipitapa, Nicaragua, Mayo 11, 1927. —General las fuerzas de Boaco que habían salido temprano. Ca- José María Moncada: Complacido he tenido conoci- minaba sin descanso. En la senda, veía a los soldados miento de la autorización que se ha puesto en las ma- rendidos, dormir en el prado, sobre la húmeda hier- nos de Ud. para efectuar el desarme general. Tam- ba. bién me complace el declarar a Ud. y a su Ejército Meditaba en sl suceso de Teustepe. Pensaba en la actitud del Presidente de Estados Unidos sobre es- el grave peligro de aquellos americanos, en escaso te asunto. Al buscar la manera de terminar la gue- número comprometidos. Pensaba en los míos, en mí rra, el Presidente Coolidge procede solamente por el mismo. Todos tenían razón. Las armas eran nuestras. bien del pueblo nicaragüense y para asegurarle una La tierra que pisábamos nuestra. La Patria nuestra. libre, honesta e imparcial elección. El cree que so- lamente por medio de tales honestas y libres eleccio- Pero en mi presencia no se podía cometer asesi- nes puede establecerse en Nicaragua una paz perma- nato. Había dado mi palabra y tragaba el acíbar con nente. Para conseguir esto en 1928, él ha consentido voluntad y resignación. en la requisitoria de que representantes americanos escogidos por él deben supervigilar la elección. Ha A las seis de la mañana cruzaba por el puente consentido también en designar oficiales americanos de Tipitapa, a las orillas del Espino Negro. Desde las para educar y comandar una Guardia Nacional no diez del día, de Boaco a caballo, marchando sin des- partidarista, para Nicaragua, la cual tendrá el deber canso para cumplir lo prometido y satisfacer a Stim- de asegurar esta libre y honesta elección, previnien- son en lo que atrás se ha transcrito: "Se impone ma- do cualquier fraude o intimidación para los votantes. yor urgencia para concluir este asunto, dentro de los Tiene también la voluntad de dejar en Nicaragua, ocho días convenidos por Ud. . ." hasta después de la elección, una fuerza suficiente de marinos para apoyar la obra de la Guardia y asegu- Eran órdenes siempre conminatorias. Pero cum- rar paz y libertad en la elección. plí con el deber. Al descender del alba, el 11 de Ma- yo de 1927, entraba a Tipitapa. "Como posterior evidencia de la buena fe del Go- bierno Americano en este asunto, tengo el placer de No nos encontramos, como él ofreciera. Fuí re- decir a Ud. lo que ya se ha hecho. Es una contesta- cibido por el Coronel Gulick y llevado a su cuartel ción a los puntos contenidos en la carta de sus solda- con algunos otros oficiales americanos. Cuando pasa- dos, que Ud. me mostró. Amnistía general ha sido de- ba por la plaza de Tipitapa, ví a una señora que se clarada por el Presidente de Nicaragua. He recomen- lanzaba sobre mí, la madre de Pasos Díaz, que en un dado al Presidente Díaz que la Corte Suprema sea encuentro había muerto allá en las aguas del Río Es- reconstruida con la eliminación de los jueces ilega- condido. Yo no tenía culpa, sino la guerra misma, la les colocados en ella por Chamorro. El Presidente abominable contienda entre hermanos. Díaz ha llamado desde luego a estos jueces para en- viar su dimisión y yo creo que esto se conseguirá. Por la noche ví al Coronel Gulick, dando cier- También he aconsejado que el Congreso se reconsti- tas órdenes, para que se arreglara mi cama con la tuya por medio de elecciones especiales en aquellos de algunos oficiales al rededor. distritos liberales, en los cuales no tuvieron efecto en

11 1926, en condiciones que aseguren que los votantes "El General Moncada y nosotros protestamos de liberales serán protegidos en sus derechos. Igualmen- este nuevo e injustificable atentado contra un pue- te le he recomendado que los miembros del Congre- blo débil, lamentando que nos hiciera semejante no- so de manera ilegal expulsados por Chamorro, cuyos tificación ya cuando nuestro ejército estaba triunfan- términos no hayan expirado, sean reinstalados. Se me te a las puertas de Managua y después del copioso ha ofrecido que esto se hará. derramamiento de sangre, de la ruina de la propie- dad y de tanto sufrimiento acumulado por el pueblo "He recomendado que jefes políticos liberales nicaragüense, que quizás habría podido evitarse si el sean nombrados en los seis departamentos liberales Gobierno Americano hubiese declarado con anterio- de Bluefields, Jinotega, Estelí, Chinandega y León. ridad su propósito de mantener nuevamente, con la También se ha ofrecido cumplir con ello. fuerza de las armas, al señor Díaz en el Poder. Ma- nifestamos, además, que el Gobierno que preside el "En resumen, he recomendado que se tomen las Excmo. Señor Sacasa y el Partido Liberal, que tan medidas necesarias, en lo posible, para restablecer grandes sacrificios han hecho por la libertad de Ni- las condiciones políticas existentes en Nicaragua an- caragua, no podrán aceptar lo propuesto, por lo que tes del golpe de Estado de Chamorro y yo creo que tal aceptación lesionaría intensamente su honor y la esto se hará. libertad de la República...." (Cubren las firmas de Leonardo Argüello, Espinosa R. y Cordero Reyes). "Espero que estas medidas asegurarán a Ud. y a su ejército de la fidelidad del Gobierno de Estados Yo participaba y participo en muchas de esas Unidos en sus deseos de restablecer la paz, la justi- ideas; pero al pactar en Tipitapa el Jefe del Ejército cia y la libertad en Nicaragua, sin deshonestidad o no tenía la determinación necesaria y humana para favoritismo hacia ningún partido, en completa equi- tratar de potencia a potencia. Cuando un represen- dad para liberales y conservadores. Muy respetuosa- tante de Estados Unidos de América decía el 4 de Ma- mente suyo.—Henry L. Stimson". yo en Tipitapa, en nombre del Presidente Coolidge, que el ejército de Estados Unidos desarmaría por la fuerza a todos aquellos que no quisieran hacerlo; y Igualmente, dice el señor Stimson en esta carta, el señor Almirante Latimer ya conminaba con el de- le he recomendado que los miembros del Congreso, sa:me a los beligerantes, el mismo 4 de Mayo, el Je- de manera ilegal expulsados por Chamorro, cuyos fe del Ejército tenía una verdadera responsabilidad términos no hayan expirado, sean reinstalados. Se me ante la historia, rindiéndose, y otra más grande aún ha ofrecido que esto se hará. si exponía a su país a la muerte, con la seguridad completa del fracaso de la libertad y la independen- Debe de haber comprendido el enviado del Pre- cia. sidente Coolidge, que representantes ilegales habían completado el quórum para la elección de Díaz y que Creo que hay un deber más alto y excepcional el Departamento de Estado había padecido engaño al en la vida. El de persistir, el de no sucumbir por he- reconocerle como Presidente Constitucional. ¿Por qué roísmo o locura, para encontrar más tarde la liber- no confesar el error? tad y defenderla siempre. Los muertos solamente tie- nen el sepulcro y la nada. No pueden hablar en la Tomé por verdaderas estas declaraciones y con- tumba. fié en que se cumplirían en lo posible. Los hechos lo han comprobado. La misma opi- nión americana ha reaccionado de manera profun- Al llegar desarmado el ejército a Tipitapa, el se- da, y Nicaragua tiene hoy día una bella perspectiva ñor Stimson le dirigió una corta y expresiva alocu- de nación independiente, si sabe conservar la paz. ción, felicitándole por su buena fe en el cumplimien- to del deber. Dijo con entusiasmo que las elecciones Cuando en Tipitapa conversábamos Stimson y yo libres eran la esperanza de Nicaragua, para poner del desarme, exigí que aún desarmado el Ejército en- fin a las guerras civiles, que la paz de Tipitapa de- trara a Managua como victorioso. Sólo de esta ma- bía considerarse como el comienzo de una nueva era nera, le dije, puedo convencer a los míos de que los para nuestra patria. arregles aseguran nuestra libertad, porque el hombre gusta de la gloria, y para esos pobres soldados será Se ha dicho por el mismo Dr. Sacasa y sus re- un acontecimiento de su ida. presentantes en Tipitapa y algunos escritores nortea- mericanos, que no hice bien en la rendición de las Stimson accedió, y en cumplimiento de esto hi- armas y aún se ha querido acarrear sobre mí la res- cimos una marcha verdaderamente triunfal. Encar- ponsabilidad de la intervención en las elecciones, a gué al General Escamilla la dirección del Ejército y lo cual accedí, se dice, por interés personal. con el clarín de órdenes, sobre briosos corceles, si- guieron la senda, hacia Managua, con vítores atrona- Además de la carta que el 5 de Mayo los Dele- dores. gados referidos me dirigieron de Managua, copio de la dirigida a Stimson, firmada por ellos mismos, uno A propósito, como en Estados Unidos se decía o dos párrafos principales: que de México había llegado a ayudarnos algún mi-

12 llar de comunistas, en Tipitapa el 11 de Mayo, al en- a la ciudad, sin dejarla calentar el nido, según nues- trar las fuerzas desarmadas, dije a uno de los repre- tra costumbre. sentantes de Estados Unidos: En efecto, sólo una noche pudo dormir en la —Quiere Ud. conocer el ejército mexicano que ciudad. En la madrugada estaba deshecha y a las ocho traigo a mis órdenes? de la mañana ya corría desbandada por los campos de Matagalpa, con su jefe herido. —Con mucho gusto, contestó. Comprendimos que aquella fuerza era la poca Llamé entonces al General Escamilla, y agregué, que Díaz había podido reunir en el primer momen- presentándole: to, y que era posible marchar sin estropiezo, tal vez hasta Managua. Matagalpa había quedado abandona- —Este es el único ejército mexicano, el General da, y el General Escamilla quería continuar y pedía Escamilla. permiso. El americano sonrió, y después celebraba con Pero todo el tren de guerra estaba en la montaña. gusto la ocurrencia. Díaz tenía en Boaco fuerzas. Con alguna inteligen- cia de su parte, podía cortarnos en Matiguás. Conser- vamos por eso nuestro centro y alas, reforzándolos CAPITULO V cada día más con los contingentes que llegaban.

MUY MUY Pocos días después, nuevas tropas al mando de los mejores jefes contrarios se dirigían de nuevo a Observará el lector que esta historia, con toda Muy Muy. Preferían la ruta de Matagalpa porque fidelidad referida, no va desenvolviéndose en la for- allí tenían a sus órdenes los camiones de Willey, el ma y método que la gran mayoría de los historiado- americano que acompañó a los tres oficiales de La- res usa, por el relato de los acontecimientos desde Boaquito. sus comienzos, con la narración sucesiva de los he- timer a chos. Aquí, al contrario, la relación principia desde Como siempre, nuestro ejército presentó la bata- el suceso culminante, Tipitapa, y luego sigue el ca- lla en el camino, ruda y porfiada, y las fuerzas de mino recorrido, desandando lo andado, para mejor Díaz fueron completamente derrotadas en El Chom- conocimiento del lector. pipe, a una legua de Muy Muy. Porque la historia de esta guerra civil de Nica- ragua y de la intervención americana-, durante este Algunos jefes impacientes, y correos y gente ami- lapso, tiene tres puntos culminantes: la Costa Atlán- ga que llegaba, quería el avance —pero como se di- tica, en donde dió principio; Matiguás y Muy Muy, jo antes, no habían llegado todas las fuerzas. El jefe en donde aparece ya en el interior; y Tipitapa, en que había quedado en Laguna de Perlas, de divisa donde la detienen en su marcha y en sus victorias conservadora, no quería obedecer a los correos que las fuerzas de Estados Unidos de América. se le enviaban.

Hemos conocido los sucesos de Tipitapa, falta el Resolvimos esperar. Se comprendía que el Go- conocer cómo llegamos a Boaquito, allá donde los bierno de Managua quería desbaratar las fuerzas oficiales de Latimer nos encontraron. constitucionalistas en la boca de la montaña.

De la Costa Atlántica, en fragorosa marcha, cru- Pocos días después recibimos aviso de Matiguás zando sobre montes, ríos, suampos, desfiladeros y de que llegaba a Muy Muy una comisión de paz, con juncales, llegamos a Matiguás, pequeña aldea situada dos oficiales americanos que la acompañaban y el en la boca de la montaña y al entrar de los llanos de consabido Willey de quien varias veces hemos ha- Chontales y Matagalpa. Se dividió el ejército en tres blado. Llegaban también los Magistrados Carlos A. columnas, en forma de triángulo, haciendo centro en Morales y Antonio Medrano, un joven Ramírez Aba- el lugar mencionado y colocando una ala en Tierra unza y un señor Argüello Cervantes. Además dos Azul y Cerro del Caballo, y la otra en Muy Muy. Así periodistas americanos, uno llamado Winston Will y debíamos hacerlo forzosamente, porque el tren de el otro Alexander. guerra había de tardar como un mes en cruzar la montaña. Se ordenó que retiraran alguna fuerza de Muy Muy y que después de eso se diera entrada a la co- Apenas habíamos tomado posiciones, se recibió misión. El jefe del Ejército iría a Muy Muy. No per- aviso de que a Muy Muy llegaba una fuerza adver- mitiría el arribo de extraños a Matiguás. Se desea- saria con trescientos hombres. Nosotros teníamos dos- ba que la comisión no conociera nuestras verdaderas cientos a lo sumo. posiciones ni el número de nuestras tropas. Se ordenó la reconcentración del pequeño desta- Llegamos a Muy Muy. Los primeros en recibir- camento, para batir a las fuerzas de Díaz al entrar nos fueron los corresponsales armados de Kodaks.

1 3 Tomaron las fotografías que quisieron, pescando al Magistrado Morales en Managua, hubo las dos si- Jefe del Ejército caballero en una mula. guientes rápidas frases:

Saludamos primero. A los conocidos, Morales y Moncada—¿Y Mr. Eberhardt qué dijo de mi con- Medrano, abrazos; a los menos conocidos un apretón testación de Muy Muy? de manos; a Willey, con indiferencia. Presentación de los dos traviesos corresponsales enseguida. Morales—Alzándose Eberhardt sobre su escrito- rio y dando un puñetazo, dijo: Objeto de la comisión, la paz. Esta vez iba apa- drinada por el señor Ministro Eberhardt, quien había No se dará al General Moncada el honor de tra- hablado en Managua en su despacho, con bastante tar con mi Gobierno. Debe tratar con el Presidente claridad al Dr. Morales, ofreciendo todo. Dinero pa- Díaz. ra las tropas, para los jefes y el reconocimiento de Díaz. Mucha Sangre derramada! Los intereses de la Pasando sobre esta digresión, continuemos el hi- Patria!, todo lo que en estos casos se usa... para con- lo de nuestra historia. vencer. Seguimos acopiando elementos, haciendo prodi- Contestamos que también estábamos ansiosos de gios para transportar todo el tren por la cruda mon- llegar a la paz, no a cambio de dinero, sino de elec- taña. Causóme un día tristeza ver llegar un buey con ciones libres, pero garantizadas por el Gobierno Ame- la cureña de un cañón sobre su lomo, la lengua fue- ricano. ra. Los arrieros le aliviaron de la carga, luego del aparejo, e inmediatamente cayó fulminado, muerto. Enseguida se dirigieron los corresponsales al au- Tenía casi partida la columna vertebral. tor de este libro, casi al asalto. Pedían declaraciones, cada uno para sus periódicos. Era un héroe, que valía tanto como el soldado desconocido, o los cruzados que morían en el cami- De pronto Winston Will, dijo: no de Jerusalem. A éstos, sus compañeros consagra- ban una cruz. El autor consagró al pobre buey una —¿Qué tal le parece un Gobernador Americano plegaria, allá en lo más hondo de su alma. para Nicaragua? ;Así eran, héroes, todos aquellos ínclitos solda- El autor estuvo a punto decirle: me sabe a re- dos que cruzaban a pie una de las montañas más es- jalgar: pero se dominó y repuso algo que debe andar cabrosas del mundo, en demanda de libertad y de ho- publicado por allí en los periódicos americanos: que nor! se había de consultar ,con el pueblo, su libre deter- minación, como aconsejó para estas cosas en Europa Dejando Matiguás con poca fuerza, el Estado el Presidente Wilson en sus catorce puntos. Mayor pasó a Tierra Azul. Ya las columnas del ene- migo se movían hacia Cerro del Caballo y Muy Muy; Luego la despedida. Muchos deseos de prosperi- y el Ejército constitucionalista, a lo sumo de mil dos- dad y éxito. cientos hombres, quince ametralladoras y dos caño- nes se reconcentraba al mismo Cerro, guardando un En el camino, de regreso a Matiguás, los com- pie en Muy Muy y otro en Palo Alto, ambos lugares pañeros decían: situados a corta distancia del centro y comunicados por medio del telégrafo. —Esto demuestra que Díaz está débil. Una fuerza enemiga se colocó en alturas vecinas —Sí, repuse, pero también demuestra que aho- hacia el Occidente, compuesta más o menos de tres ra vienen otras zonas neutrales, para proteger los mil hombres. Su Jefe principal, General Víquez acam- intereses americanos: en Chinandega, León, Mana- paba en Boaco. gua, Masaya, Granada y toda la línea férrea; desta- camentos de marinos en todos estos lugares—y lue- Otra columna de Díaz, de más o menos tres mil go todas las fuerzas de Díaz, en número más o me- hombres al mando de dos jefes se aproximaba a nos de seis mil hombres sobre nosotros. La refriega Muy Muy. va a ser terrible y es preciso velar de sol a sol y ba- jo las estrellas y la obscuridad de la noche. El General Sandoval mismo, de nuestro ejército, se ofreció para la defensa de Muy Muy. Se le dieron En verdad, los marinos norteamericanos nos apa- seiscientos hombres, mientras el Jefe del Ejército se recían en la tierra, en el mar, en los puertos, ciuda- quedaba con otro tanto distribuidos entre Cerro del des, en los ríos y montañas y en el cielo con sus aero- Caballo y Palo Alto. planos, rifles, ametralladoras y cañones, y conmina- ciones y proposiciones de paz al mismo tiempo. Mien- Para el día de la batalla, el mando en Jefe de- tras tanto Díaz se rehacía. terminó reconcentrar sigilosamente sus seiscientos hombres a Palo Alto, abandonando las posiciones del Después de Tipitapa, platicando el autor con el referido cerro.

14 Por la tarde, el General Sandoval daba seriales pleó tres días en llegar al vértice para encontrar el de inquietud, de temor de una derrota. Se le ordenó nido vacío. Su enemigo iba ya camino de Las Mer la reconcentración inmediata y el envío de Escami- cedes, en dirección de Boaco y de Managua. lla con cien hombres a proteger las últimas noventa cargas del tren de guerra que debían entrar por Ma- Por la noche, a las seis de la tarde, comenzó la tiguás, y de otros cien al mando de otro Jefe hacia marcha. A poco, una densa obscuridad cubrió los cie- Cumaica, en camino de Boaco para amenazar la re- los, la angosta senda se perdía a las veces sinuosa en taguardia enemiga. el monte, espesa y enmarañada. Nuestras cabalgadu- ras vacilaban, los soldados animosos rompían las bre- En Palo Alto, no bien organizadas las fuerzas ñas. Mortecinas luces, lámparas de gas, iluminaban atacó el contrario a las seis de la mañana, tomando de repente el sendero en las aberturas de la montaña. ciertas posiciones a mayor altura, que las nuestras. La noche en vela, de filo a filo, de crepúsculo a cre- Hubo confusión entre nosotros. Las ametralladoras púsculo. A las 7 de la mañana tomábamos café en ametrallaban de verdad nuestras posiciones. Hom- una hospitalaria casa amiga; y proseguimos la mar- bres y animales caían heridos. Algunos jefes se escon- cha hacia Cumaica, en donde nos esperaba una sor- dieron. El asistente del mando en Jefe ensilló las bes- presa. tias y dijo a su jefe: Subimos a lo alto como a las diez de la mañana. —Están las cabalgaduras listas. Alguna hora de reorganización, tropa de avanzada centro y retaguardia. Una inmensa hondonada o cuen- El jefe ordenó que todo el mundo fuera a las ca separaba una altura de otra. Más allá estaba la trincheras. De aquí nadie se va, gritó. rica hacienda "Las Mercedes", del otro lado las ri- cas tierras de "Italia" al decir de Bonaparte. Des- Ayudantes, capitanes y coroneles corrieron a las cendimos, con la vista alerta, el ojo escrutador. En alturas, emplazaron las ametralladoras y a las ocho la cuesta opuesta sonaron disparos. Habría batalla. de la mañana el enemigo corría a la desbandada, de- La aceptamos, tomando posiciones rápidamente. En jando muchos muertos y heridos y a nosotros dueños una hora el enemigo estaba derrotado, esto llamaban del campo de batalla. los muchachos la batalla de Cumaica, peligrosa, en verdad, pero con poco esfuerzo se convirtió en vic- En el bolsillo de uno de los muertos encontra- toria. mos un papel que decía: El día siguiente, después de fatigosa marcha, lle- "Depositado en Casa Presidencial a las 4:30 del gamos a Las Mercedes, rica hacienda de ganado. 7 de Febrero. —Recibido en Boaco a las 4-35 del 7 de Allí recobramos fuerzas con abundante leche, queso, Febrero. —Isidoro Sandoval—Enemigo está con una carne y tortilla, algunos frijoles encontrados en los pequeña fuerza entre Río Blanco y Matiguás. —Procu- alrededores. Aquello era Capua para nosotros, pero re ejecutar el plan ordenado. Deséole buen éxito. eI enemigo no nos dejó gozar mucho. Se comprende Ofrecemos por la captura de Moncada diez mil cór- que era cruel, que no daba punto de reposo a sus dobas. Comuníquelo a los demás jefes. —Afmo. —J. hermanos, quienes diferían solamente en opiniones. Solórzano Díaz". Era Abril, Semana Santa. No hubo temor a la Pasión de Cristo, no obstante que los conservadores Tal incentivo llevaba el desaparecido. Cayó muer- de Nicaragua son tenidos por mis católicos que los to a doscientos metros de la casa que ocupaba el liberales. mando en Jefe. El 7 de Febrero de que habla el telegrama, el Martes Santo, Miércoles, Jueves, Viernes Santo, autor se encontraba ciertamente, en el lugar mencio- cuatro batallas, palmo a palmo, todas ganadas, gra- nado. La palabra ofrecemos salía pues de la Casa Pre- cias a Dios, por nosotros. El Sábado Santo resolvimos sidencial de Managua y puede deducirse con toda ló- cantar gloria en Teustepe sin molestar a Boaco, por gica que los altos empleados del Gobierno de Díaz la razón de humanidad. Porque paseando entre los re- conocieron. Tal vez algunos otros extranjeros. . . tenes escuchó el autor a un.os soldados que decían: El viejo no quiere entrar a Boaco. Qué lástima! Allí Allí nos fué muy útil el cañón que a Matiguás nos remendaríamos! condujo el manso y tardo, pero heroico buey, fulmi- nado al quitarle el aparejo. Durante todo el día dis- El autor en verdad no participaba de la misma paró doscientas granadas aquella histórica cureña con- opinión, no sabía de remiendos. tra la tropa enemiga que se hallaba a/ frente. A na- die hizo daño, pero infundía temor y demostraba que Siguiendo nuestra táctica, de dejar siempre al nuestro ejército se hallaba fuerte. enemigo atrás, ordenamos la marcha. Las noventa cargas de Escamilla habían llegado, después de peli- La fuerza enemiga que asediaba a Cerro del Ca- grosa cruzada. Nada había que temer. ballo, marchaba a tientas hacia su cima, de montícu- lo en montículo, risco en risco, y peña en peña. Em- En los preparativos y disposiciones de la mar-

15 cha estábamos, cuando se oyeron tiros en el campo xico a buscar auxilios del Presidente de esta Repú- contrario. Creímos en el primer momento que el ene- blica. migo se convertía en liberal, por unas banderas ro- jas tremoladas. En Julio y Agosto del mismo año Sacasa se ha- llaba en Guatemala, para donde se dirigió el autor Pero no. Eran Parajón y Sandino que llegaban de esta obra, residente entonces en San José de Cos- con más o menos seiscientos hombres. Entraron al ta Rica. Allá recibió instrucciones y algún dinero campamento. Fraternizamos. Nuevos arreglos y la para trasladarse a Puerto México con la siguiente marcha para el día siguiente. Proveímos de rifles, carta poder: ametralladoras y municiones a los recién llegados. "Guatemala, 6 de Agosto de 1926.—Señor Gene- Se ordenó luego que Sandino, tenido por valien- ral Don José María Moncada. —Ciudad.—Estimado te y arrojado llevara su caballería a la vanguardia y correligionario y amigo: —Teniendo confianza en su fuera el primero en salir, por la tarde, para pasar decisión por el restablecimiento del orden constitu- en una vereda de Boaco, sin ser visto. Cuando orde- cional en Nicaragua así como en su patriotismo y ap- naba Sandino su caballería, el autor vió una bande- titudes, —aunque en carácter privado por ahora— ra roja, con una cinta negra en el centro y en esta le confiero a Ud. mi representación personal en la una cruz y una calavera entrelazadas. El guerrille- Zona Atlántica de Nicaragua para llenar la misión ro fue llamado y se le ordenó que destruyera esa de Director de la campaña armada que el ejército bandera. Balbuceando dijo que era su insignia, la constitucionalista emprenderá en aquel territorio.— bandera roja y negra, en la cual creía como símbolo Sírvase aceptar las expresiones de aprecio con que de las ideas que profesaba. Una lágrima corrió por tengo el gusto de subscribirme de Ud. muy atento su mejilla. servidor y afmo. amigo, (f) Juan B. Sacasa". Pero la orden fue cumplida. Por la frase, un poco tímida, —aunque en ca- Por la noche, en la marcha, estuvimos a punto rácter privado por ahora— comprenderá el lector que de romper fuego contra una caballería que avanzaba la carta poder no daba al autor plena, autoridad, pues hacia nosotros. Fue requerida y reconocida. no podía mostrarla a sus segundos, ni asumir la Di- rección de la campaña, sino de hecho, como lo hizo Sandino se volvía, porque al pasar frente a Boa- después de ganar la batalla de Laguna de Perlas. co había visto luces. No le gustaba la luz ni los cam- pos claros y llanos. El prefería la emboscada. Las armas se recibirían en Puerto México, para embarcarlas en el vaporcito Foam, comprado en New Se le ordenó que marchara a retaguardia, y lo York a personas de no muy reconocida ocupación. hizo. La marcha a Puerto México fue corta y agra- dable. Allí encontramos a Beltrán Sandoval a quien El 25 de Abril estábamos en Boaquito con posi- el Dr. Sacasa había nombrado General en Jefe del ciones tomadas, listos para el combate, habiendo de- Ejército. Le acompañaba un agente del Gobierno de jado atrás al enemigo. Escamilla se había batido con México, con mil quinientos rifles y municiones sufi- los de Teustepe y nosotros en tres combates diferen- cientes, y seis mil pesos plata mexicana, según decía. tes vencimos a los de Boaco, quienes con los restos de Palo Alto y Las Mercedes habían cobrado ánimo y nos perseguían. Estuvimos a dos fuegos. El levantamiento general se había arreglado en Nicaragua para el 17 de Agosto, por la noche. Fue Lo demás de esta jornada ya se sabe. El ejército causa de zozobra para nosotros el saber en Puerto victorioso fue derrotado por Stimson y Latimer en México que el Foam se hallaba retrasado y que no Tipitapa, por la voluntad todopoderosa de Estados llegaría sino el 12 o 13 de ese mes. Caminaba el va- Unidos de América. porcito a lo sumo diez millas por hora. Para hacer el viaje a Bluefields se necesitaban siete u ocho días. CAPITULO VI Llegaríamos tarde indudablemente. Dirigimos enton- ces un radiograma a México al Dr. Cordero Reyes, DE PUERTO MEXICO A NICARAGUA representante allá del Vice Presidente Sacasa, previ- niéndole del grave peligro a que se verían expues- El Vicepresidente, Dr. Juan B. Sacasa, legítimo tos nuestros amigos del interior, pues el otro vapor, sucesor de don Carlos Solórzano, permaneció por mu- el Tropical, que maniobraría por el Pacífico, no ha- cho tiempo en Washington empeñado en recordar al bía llegado todavía a Salina Cruz. Se pedía que pos- Departamento de Estado los tratados de Washington pusiéramos el movimiento para la siguiente semana, y su deber de apoyarle en la reconquista del Poder. dándole aviso oportuno a nuestros amigos del inte- rior. Con motivo de la revuelta del 2 de Mayo de 1926 en Bluefields, el Vicepresidente se movió de la Por contestación llegó la orden de marchar in- Capital de Estados Unidos y poco después pasó a Mé- mediatamente.

16 Notoria en la tripulación del barco era la insu- tiene sus establecimientos y bananales la Cuyamel bordinación. Parecía gente reclutada en alguna con- Fruit Co. Fue tomada La Barra sin dificultad, y al trabandista nave. día siguiente La Cruz, y cuatro o cinco días después estaban los rifles empuñados. Conservamos la siguiente carta original del Ca- pitán del Foam: Vacilábamos en la idea de avanzar primero ha- cia El Bluff, o tomar Puerto Cabezas en donde había "August 27th. 1926. —Dear General: The second alguna gente enemiga y dos ametralladores. La idea assistant engineer is leader of revolting our crew. de la zona neutral de Bluefields, siempre declarada Please take care of him for a few in jail while the por el Gobierno Americano, a la hora de nuestras ship is in port. —Respectfuly yours, Genj Jsopki.— luchas intestinas, nos obligaba a meditar. Por otra Captain of Foam". parte, teníamos confianza en el éxito o por lo menos en que una gran cantidad de fuerza perdería Cha- Así se procedió. Este documento auténtico des- morro hacia el Pacífico, con motivo de la otra expe- califica en mucho el reclamo introducido a la Comi- dición. Nuestras municiones eran pocas para mante- sión de Reclamaciones de Managua por el dicho Ca- ner un sitio a la fortaleza de El Bluff, que es una de pitán y su tripulación, fundado en que a la fuerza las buenas de Centroamérica y se dice que del mun- fueron llevados a las costas de Nicaragua, pues el do. propio Capitán se entendió voluntariamente con los jefes de Sacasa. Preferimos tomar Puerto Cabezas para abrir un lugar seguro al Presidente Sacasa. Lo tomamos y se Desde el primer momento se negaron los del Foam lo participamos inmediatamente. Desde nuestra sali- a descargar el vapor. En lugar de mil quinientos da de Guatemala le habíamos dicho: "No es solamen- rifles disponibles solamente setecientos cincuenta cu- te el triunfo militar el que nos llevará al éxito, sino pieron y la mitad de municiones de las tres armas, su inmediata llegada a tierra nicaragüense y la or- rifles, ametralladoras y cañones. Uno de estos, de ti- ganización de su gobierno". ro indirecto, sin mira, ni aparato para calcular las distancias; de tal manera, que cuando en presencia La batalla de Puerto Cabezas no fue de impor- de los marinos del Rochester, andando los días, el ar- tancia, pero duró algunas horas, debido a la imperi- tillero disparaba contra El Bluff, las granadas esta- cia del jefe nuestro. El oficial chamorrista de la pla- llaban en la Laguna de Bluefields, zona neutral, y za se defendió bravamente, cayendo por fin prisio- no por dicha en el vapor insignia americano. nero.

La expedición del Pacífico iba mejor dotada, El Foam tenía un aparato inalámbrico. Duran- pues había de caer muy cerca de Managua, en el cen- te el combate tomamos un radiograma que decía más tro mismo del gobierno conservador. o menos:

La navegación no fue mala, mas desde el primer "Puerto cabezas.—Almirante Escuadrón del Pa- día dieron muestras los jefes del barco de resisten- cífico.—Desde esta mañana estamos sometidos a un cia a una marcha regular. Unas cuantas millas ha- fuerte bombardeo. Ruégole auxilio (relieve me) - (f) bríamos navegado cuando al jefe ingeniero se le ocu- Scott". rrió decir que le faltaría carbón para llegar a Cabo de Gracias y que debíamos conseguirlo en Progreso. Era el Gerente de la Bragman Bluff Co., perso- Se detuvo el barco allí por más de treinta horas y no na muy apreciable y apreciada, que nos recibió en hubo carbón. Resolvimos decir al Ingeniero que ha- Puerto Cabeza.s con delicada cortesía, después de la blara con franqueza, que nos bastaría llegar a Puer- batalla. to Cabezas o Río Grande en donde encontraríamos el combustible. Hizo sus cálculos o aparentó hacer- los y nos dijo que había suficiente. Parece que el Almirante Latimer contestó In a hurry.

Queríamos entrar en aguas nicaragüenses por la El autor vió entonces venir sobre él las zonas noche, y seguir la costa del Cabo Gracias a Dios. El neutrales con todos sus marinos. Capitán dirigió la nave con suma habilidad, a pesar de que jamás había pasado por aquellos difíciles arre- Resolvimos el avance, a principios de Septiem- cifes y escollos. Cruzamos temprano de la mañana, bre hacia El Bluff, tomando primero Laguna de Per- frente a Puerto Cabezas y en la madrugada del 21 las. Se nos anunció, por medio de amigos residen- anclamos en la bahía de Prinzapolka. A diferencia tes en Costa Rica, la llegada de un barco de Chamo- de la expedición del Pacífico, que se proponía tomar rro a San Juan del Norte. Supimos que Chamorro pe- Corinto, si era posible, nosotros pensábamos hacer sin día permiso para usar el Río Colorado, transportar ruido y sin combate el desembarco, y así fué hecho, gente y elementos, y de Laguna de Perlas enviamos enviando de Prinzapolka una pequeña expedición pa- al Foam a vigilar San Juan del Norte mientras con ra La Cruz, en Río Grande, y dirigiéndonos nosotros pequeños barcos desembarcábamos gente y víveres con todo, el mismo día, para La Barra, en la cual en el Falso Bluff. En la noche siguiente la alarma

17 cundió entre nosotros. El Foam había encallado a En esta ocasión del registro del vapor Senador, doscientos o trescientos metros del Falso Bluff. No el Almirante nos invitó a pasar a su barco de gue- se había obedecido la orden de marchar a San Juan rra, el Rochester. Allí nos dijo un ayudante del Al- del Norte. El Capitán y el jefe expedicionario había mirante que el Dr. Dana Munro les había hablado resuelto volverse de El Bluff, y al cruzar por Falso de los sentimientos amistosos que siempre hemos Bluff vieron una pequeña embarcación junto a la pla- abrigado con respecto de Estados Unidos de América ya y resolvieron tomarla, dirigiendo hacia ella el y su influencia en los destinos republicanos del Con- Foam. Allí terminaron las habilidades del Capitán tinente de Colón. del Barco. Tenía carta geográfica perfectamente de- tallada, y precisamente en donde mayores peligros se La entrevista con el Almirante fue cordial. Des- marcaban echó el vapor con toda la fuerza, sepul- de aquel momento quedamos en constante comunica- tándolo para siempre entre unos cayos. c_ón. Las embarcaciiones nuestras estaban a poca dis- tancia, frente a la difícil entrada del Tortuguero, con Esta historia del Foam es interesante, pero huel- nuestras tropas en la angosta playa del mar Atlánti- ga el referirla aquí. co que por ese lado existe, y del otro lado de la en- senada del suampo fatal. Quedamos sin nave de guerra, solamente con los vapores de Río tomados a la Cuyamel. Por fortuna Un dia llamó el altor del Almirante para decirle el tiempo era espléndido y pudimos transportar todo que se quería arreglar un armisticio entre el jefe de frente a El Bluff. las fuerzas chamorristas, General Gustavo Argüello y el jefe del Ejército constitucionalista. Entonces se Es El Bluff un peñón bastante alto, unido a la dirigió a Guatemala el siguiente radiograma: tierra por una garganta estrecha y pantanosa llama- da el Tortuguero. Doctor Juan Bautista Sacasa. —Guatemala. "Por medio legación americana en Managua y Por el lado del mar, hacia el canal que penetra Almirante Latimer he recibido de Chamorro propo- en la bahía y da paso a vapores de regular tamaño, siciones de armisticio como sigue: tiene en frente la isla del Venado y a la otra parte, hacia la ciudad de Bluefields, la extensa laguna de PRIMERO—Depósito de Chamorro en un desig- este nombre, por la cual transitan libremente embar- nado electo por el Congreso, pero de filiación conser- caciones menores. En ella desembocan o de allí sa- vadora. len angostos canales, en dirección de Laguna de Per- las y el Río Escondido, ancho y profundo, por el cual "SEGUNDO—Este Presidente procederá a dar pasan las embarcaciones bananeras sesenta millas organización constitucional al país. —Después convo- adentro, hacia El Rama. cará a elecciones libres para presidente y represen- tantes.

Lógico parecía desarrollar para la toma de El "TERCERO—Participación al liberalismo en ese Bluff un plan militar que aprovechara las ventajas Gobierno. del terreno, cortar al enemigo hacia el lado de El Rama; pero no podíamos cortarlo hacia Bluefields, "CUARTO—Ofrecimiento de dinero para jefes, por la amenaza de la fuerza americana de repeler oficiales y soldados del Ejército liberal. cualquiera intentona de violar la zona neutral. De Blnefields le llegaba todo a la fuerza enemiga de El Mi contestación, como sigue: "Yo reconozco co- Bluff y por mar también; pues habiendo tenido noso- mo Gobernante constitucional de Nicaragua al Dr. tros noticias de que el vapor Senador, procedente de Sacasa y él es el llamado a dar organización consti- New Orleans, llevaba para El Bluff elementos de tuciónal al país. —Respecto del armisticio cumpliré guerra, lo detuvimos a la entrada, y el señor Almi- con el deber de consultar con el Presidente Sacasa". rante Latimer nos impidió el registro del detenido vapor, si no se hacía con la presencia de oficiales Preguntado por mi opinión personal, dije:— americanos. Lo hicimos así y encontramos buena can- "Considero poco serias las proposiciones del señor tidad de dinamita y bombas para aeroplanos, y gran Chamorro. —El no tiene Congreso Constitucional, él porción de víveres para el Gobierno de Chamorro, detenta el Poder, sin embargo, aparenta desconocer que el señor Almirante nos prohibió tocar. las resoluciones tomadas por el Gobierno de los Es- tados Unidos y las declaraciones del Encargado de Era pues harto difícil tomar El Bluff. Temíamos Negocios Denis. avanzar en el Río Escondido con nuestras fuerzas, hacia El Rama, pues la zona neutral nos podía cerrar "Considero, además, ofensiva para la dignidad de un momento a otro el tránsito de provisiones y de del Ejército libertador la cláusula de pagar con di- elementos de guerra, de todo lo cual carecíamos. nero sus anhelos de libertad, constitución y derechos Mandamos un jefe expedicionario a tomar la dicha políticos. Por la fuerza ha tomado el señor Chamo- población de El Rama y no lo supo hacer, retirán- rro lo que tiene y no puede ofrecer lo que no posee dose casi sin combate. legalmente".

18 Resolvimos hacer el ataque a El Bluff y tomar- cometieron ciertos abusos, contra los soldados y je- lo. El asalto debía comenzar a las dos de la mañana fes chamorristas y aún dieron muerte a unos prisio- del 20 de septiembre para capturar la fortaleza por neros de guerra, mas en ninguna ocasión se fusiló sorpresa; pero nuestros planes no contaban con la de orden del autor ningún soldado u oficial enemi- huéspeda, como se dice en español. El Rochester, el go. En la batalla de Puerto Cabezas, el Coronel Mar- vapor insignia del Almirante, abrió sus potenetes fo- celo Gómez, chamorrista, dio orden de voltear sus cos de luz hacia El Bluff en el momento en que un ametralladoras contra cuarenta liberales prisioneros, vapor nuestro con varios hombres y armas pretendía de los cuales fueron sacrificados varios, entre ellos el desembarco, amparado por la obscuridad. Enton- un apreciable joven, cuya muerte la misma colonia ces los de la fortaleza rompieron sus fuegos contra americana lamentó. Nuestros soldados querían fusi- el barco asaltante. lar al prisionero y el autor de estas líneas le salvó ordenando que fuera conducido a la Barra de Río Empeñada, sin embargo, la batalla, ella quedó Grande y de allí a uno de los barcos de la Cuyamel indecisa. en el cual el autor se hallaba, y cuando hubo canje de prisioneros fue entregado a los suyos, con otros El Almirante Latimer urgió con más esfuerzo el muchos, por medio del Almirante Latimer. armisticio, al mismo tiempo que de Guatemala reci- bíamos aviso de haber sido aceptado por el Dr. Sa- En los momentos de la muerte del General Hum- casa. berto Pasos Díaz, requerido el autor por el mismo Almirante para que dejara pasar el cadáver por las CAPITULO VII aguas de San Juan del Norte y Río San Juan, acce- dió gustoso mandando hacer honores de General de EL ARMISTICIO División al jefe chamorrista muerto, no obstante que el ejército y el país entero aborrecían a Pasos Díaz, El armisticio lo propuso pues, Chamorro. Sola- por las crueldades que en León cometió cuando la mente le interesaba en la Costa Atlántica porque es- persecución de Chamorro contra Sacasa. taba con menores atenciones en el Pacífico. La ex- pedición encomendada por el Dr. Sacasa a los Drs. A veces algunos jefes y oficiales de nuestro ejér- Julián Irías y Crisanto Sacasa había tenido mala suer- cito cometieron crueldades, pero nunca con nuestra te. Su marcha fue conocida, no pudo tomar Corinto, aprobación. En Puerto Cabezas gente del pueblo y hizo desembarco en Cosigüina, y no tuvo gente, sino soldados recién incorporados asesinaron a tres o cua- una poca para empuñar las armas, deshecha fácilmen- tro chamorristas, arrojándolos al mar, y se mandó te por las fuerzas de Chamorro, superiores en núme- seguir el proceso correspondiente. ro, no sin perder éste como trescientos hombres entre muertos y heridos. El ejército más o menos disciplinado, valiente, sufrido, disimulaba su hambre, su desnudez y las Como se había previsto, nuestros amigos del in- crueles necesidades que por las zonas neutrales pa- terior se movieron por todas partes el 17 de Agos- decía y no recibió sueldo sino un día, durante los to y la expedición del Pacífico no llegó sino basta nueve meses de la guerra. el 23 a playas nicaragüenses. Como se decía, Chamorro necesitaba más que Agentes de Chamorro cometieron con estos po- nosotros el armisticio. Las fuerzas de El Bluff esta- bres hijos del pueblo numerosas crueldades. El jo- ban por rendirse. El suplicaba que esperaran. Pero ven Luis M. Rivas fue colgado de las manos en las también nosotros habíamos quedado sin municiones, vigas de una casa de El Cardón. Era robusto, pesaba después del combate de El Bluff, y no hubiéramos más de doscientas libras. Le bajaron exhausto, y le podido avanzar, ni lo permitían los Americanos y no fusilaron luego en la playa del mar Pacífico. El Dr. teníamos embarcaciones para cruzar el Río Escondi- Sotomayor, Magistrado de la Corte de Apelaciones de do. Pensamos entonces que obligando a Chamorro a Occidente, cayó prisionero en la Penitenciaría de Ma- retirarse a Rama y declarando zona neutral también nagua, habiendo sido colgado también de las manos, El Bluff, a él y a su ejército les llegaría el desastre, hasta descoyuntarle los brazos. dadas las dificultades del terreno. Y así fue, en efec- to, según se sabrá más adelante. Lo dejaron casi exámine. Creían que poseía se- cretos del movimiento constitucionalista y quisieron Concluido el armisticio de quince días días, pro- obligarle a revelarlos. puso una prórroga el Almirante Latimer para tratar de paz en Corinto. Por la causa de la paz, siempre Sería tarea ingrata el relatar las barbaridades noble y generosa, nosotros sentíamos grandes anhe- cometidas. los, pero exigiendo siempre el reconocimiento del Gobierno de Sacasa. Se ha dicho que ambas fracciones cometieron crueldades. Es posible; pero por la parte que el au- Por la especie de camisa de fuerza que el ejér- tor corresponde cabe protestar porque la verdad de- cito constitucionalista sufría con la neutralidad de El be decirse siempre. Sin duda alguna sus subalternos Bluff y de Bluefields, la batalla contra la fortaleza

19 parecía imposible, y así lo dijo el Delegado de Saca- bres, sin más restricciones que las ordinarias, en es- sa en la siguiente carta: ta Costa Atlinitca.

"Río Grande, 20 de Octubre 4e 1926". "4°—Que en ambas regiones, cada fracción be- ligerante tenga el derecho de disponer para el pago "Señor Almirante Latimer. —Estimado Almiran- de empleados, de las partidas que el Presupuesto Ge- te: —En conversaciones diferentes, habidas con Ud., neral designa. le he dicho que la declaratoria de zonas neutrales en Nicaragua, hecha por parte del Gobierno de Washing- "Desde ahora aseguro a Ud., Señor Almirante, ton, dificulta y a veces hace imposible los movimien- que toda modificación, ampliación o detalle en estas tos militares de ambos contendientes. proposiciones, que se halle de acuerdo con los debe- res de la humanidad y la civilización y que la otra "En el movimiento revolucionario de Mayo an- parte, o el Señor Ministro Denis, quieran hacer, se- terior las fuerzas norteamericanas solamente decla- rán aceptados por el suscrito". raron neutral la ciudad de Bluefields, y al comenzar este otro movimiento constitucionalista, bajo mi man- El Señor Almirante contestó así: do, el Gobierno Americano siguió el precedente. To- mar El Bluff por la fuerza, sin tener base en Blue- "U. S. S. Rochester Flagship, 21 de Octubre de fields y en las islas vecinas; tomar El Rama sin em- 1926. —Mi estimado General. Tengo el honor de ami. barcaciones estando Bluefields y el Río Escondido sar recibo de su carta, de 19 de Octubre de 1926, en neutrales; bombardear El Bluff, requeriendo a los la cual Ud. propone al Encargado de Negocios de Es- artilleros que no dañen intereses americanos, colocar tados Unidos ciertos términos para la neutralización fuerzas unas contra otras, y medir la distancia con de la Costa Atlántica de Nicaragua. Será un placer toda precaución para que las balas no alcancen la para mí el enviar al Encargado, como Ud. lo desea, zona neutral, en un radio tan estrecho; dar una ba- los términos propuestos. —Cordialmente suyo. —(f.) talla en fin, sin libertad para los movimientos mili- J. L. LATIMER. —Real Almiral U. S. Navy Coman- tares, Ud. comprende, Señor Almirante, que es ab- de'. Special Service Squadron". solutamente imposible. El autor no supo nada del Señor Denis a este "El anhelo del Departamento de Estado, del cual respecto. Solamente averiguó que en aquellos días se yo participo también, es el de que los intereses ame- hallaba muy fatigado en la buena obra de hacer Pre- ricanos no padezcan; que el embarque de frutas de sidente de Nicaragua a don Adolfo Díaz. Para reali- las Compañías americanas se haga libremente; que zar este alto interés se había solicitado el armisticio no se tomen sus vapores, ni se dañen sus edificios ni y se hacían las conferencias de Corinto. sus propiedades, ni se les solicite contribución algu- Aprovechando el armisticio enviamos al Gene- na, ni se acuerden nuevos impuestos. Estoy de acuer- ral Beltrán Sandoval a Guatemala a requerir al Dr. do con todo esto. Ud. sabe bien que durante las plá- Juan Bautista Sacasa, nuestro Presidente Constitucio- ticas de armisticio Chamorro pidió que se pagara a nal, para su regreso a Nicaragua, temeroso el autor sus autoridades el presupuesto correspondiente, yo en de que un día a otro, el Encargado de Negocios De- cambio no pedí nada. Nuestras fuerzas, por anhelo nis, consiguiera en Managua el retiro de Chamorro, de ser libres, se conforman con las provisiones, y al- la elevación de Díaz al Poder de Nicaragua y el re- guna ropa. Pasan la campaña sin sueldo. Ha habido conocimiento de Washington. errores o faltas, sin duda; pero en el fondo, en todos los terrenos la conducta del enemigo, su mala con- Llegando Sacasa a Puerto Cabezas, antes de la ducta mejor dicho, tiene mayor peso en la balanza. elección de don Adolfo, las dificultades del tratado de las cinco repúblicas centroamericanas se habrían "Parece favorecer, pues, los intereses america- multiplicado para el Departamento de Estado. nos, y para que el Gobierno de Washington conceda al pueblo nicaragüense el derecho de pelear por li- Con Sandoval se envió un vaporcito a Sacasa, bertad y honor, yo propongo por medio de Ud. al para su viaje y el siguiente memorándum: Señor Encargado de Negocios Denis, lo siguiente:

"1°—Que la Costa Atlántica sea declarada neu- Memorándum para Sacasa tral, que no haya más peitos en este mar ni en este litoral mientras se restablece el orden constitucional. "El armisticio, firmado entre el Representante de Chamorro, General Gustavo Argüello y el Dele- "2°—Que cada parte contendiente domine y ejer- gado de Sacasa, General Moncada, es puramente lo- za el gobierno civil y político y administrativo en las cal y sólo compromete a las partes concernientes a la respectivas jurisdicciones que actualmente tiene, du- Costa Atlántica. En ninguna manera restringe ni se rante la presente guerra. opone a los derechos del Presidente legítimo ni a la causa constitucionalista. Solamente provee la mane- "3°—Que todo comercio, navegación, industria, ra de respetar los intereses extranjeros, a la neutra- de nacionales o extranjeros, sean absolutamente li- lización de El Bluff, al igual de Bluefield.s y al em- 20 bargo de elementos de guerra que transiten por la na de Perlas a otra parte conveniente fuera de la zona neutral. Zona. "Tampoco interviene en los asuntos de la Costa "(6)—No habrá refuerzos en las posiciones ac- del Pacífico ni en lo que otros caudillos liberales tuales de Moncada en la Costa, ni para el Gobierno puedan hacer y ejecutar. Al contrario, el Almirante en El Rama, excepto para seiscientos hombres, no Latimer, testigo del convenio, cree que el Presidente más, que llegarán allí en pocos días. Sacasa puede llegar a cualquier punto del Atlántico o del Pacífico y especialmente a las zonas declaradas `(7)—La navegación del Río Escondido libre pa- neutrales en uno y otro océano. Ha dicho que proba- ra embarcaciones americanas en legítimo comercio. blemente se, á declarado neutral el puerto de Corinto para las conferencias y que en todo caso el Señor "(8) —Libertad de los prisioneros será propues- Chamorro dejará el Poder. ta, pero pueden ser canjeados con Moncada. "La opinión nuestra es sencilla. El Presidente "(9)—Para cualquier disputa el Almirante Lati- Sacasa debe llegar a Nicaragua a cualquier punto mer u oficiales designados por él, servirán de árbi- de la República a organizar su Gobierno, para comu- tros. nicarlo luego a las Repúblicas firmantes del Tratado de Washington y las demás naciones amigas. Con es- "El armisticio debe comenzar el 23.—(f.) De- to sabrá defender su derecho a la Presidencia y cum- nis.—U. S. S. Rochester, off Bluefields, Nicaragua, plir con la Constitución cuyos preceptos juró defen- Sept. 23, 1926. der. Durante el armisticio puede llegar a Bragman, Bluff o Puerto Cabezas, lugar completamente segu- Luego las firmas del Jefe Político de Bluefields, ro, porque conforme a los convenios, nosotros esta- General Gustavo Argüello y José María Moncada, mos en posesión completa de la Costa Atlántica, me- Jefe del Ejército Constitucionalista, el Almirante La- nos Bluefields y El Bluff. timer y C. Guebranson Teniente Comandante de U. S. Navy". "El pueblo nicaragüense del interior y el de esta Costa reclama y exige la presencia del Presidente Cuando el Señor Almirante presentó al autor es- Constitucional". te documento con la firma de Denis, hubo de parte de aquél alguna vacilación al leer el punto 6 relati- CAPITULO VIII vo a los seiscientos hombres que marchaban hacia El Rama. Se comprendía su temor de que ésto no fue- TERMINOS DEL ARMISTICIO se aceptado.

Como hemos hablado de los términos del armis- Dijo entonces el autor que no tuviera cuidado el ticio, conviene reproducirlos. Señor Almirante, pues bien podía decir al General Chamorro que enviara a la Costa no solamente ese "De la Legación de Estados Unidos en Managua número, sino lo que le pluguiera. En nuestra mente al U. S. S. Rochester.-1121—El Gobierno puede acep- se alimentaba el plan de la batalla de Laguna de Per- tar el siguiente armisticio: las, atrayendo al adversario hacia los suampos.

"(1)—Armisticio por quince días sujeto a pró- Había colocado el Señor Almirante al General rroga por mutuo consentimiento si se necesitase ma- Arguello en el cuarto del Capitán del Rochester y al yor tiempo para las conferencias. Jefe Constitucionalista en el suyo propio. "(2)—Suspensión de hostilidades durante el ar- misticio. De uno a otro cuarto se cambiaban las impresio- nes. Ya reunidos, poco después Argüello y el autor, "(3)—La zona neutral que ahora comprende a se presentó la lista de los prisioneros que el gobier- Bluefields, se extenderá a Bluff, (1) bahía, islas y ca- no de facto tenía en El Rama, y se mostró también ños, dejando esta zona bajo el control militar de ma- la que nosotros teníamos para el canje. Era mayor el rinos americanos; administración civil por el gobier- número de aquéllos y fué preciso escoger entre to- no de facto; rentas de aduana en depósito del Colec- dos. Había nombres conocidos y otros no. Al leer el tor Ham, para gastarse en el presupuesto de Blue- autor, pensativo, quería adivinar quiénes no. En el fields; como también los Bonos de 1909, no sujetos a aire el lápiz, leyó un nombre conocido. No quiso mar- uso militar. Prohibido el tránsito de materiales de carlo. Repasaba la lista. Volvía al consabido nombre guerra en la zona. y el lápiz se resistía a caer sobre el papel. Por fin, no hallando más nombres conocidos fue marcado a ins- (1)—Este era el principal punto pedido por nos- tancias del General Gustavo Argüello, el temido per- otros, incluir El Bluff en la zona neutral. sonaje. "(4) —Las fuerzas del Gobierno se trasladarán Este dudoso prisionero fue causa más tarde de de El Bluff a El Rama sin molestia. desazones y molestias en el ejército. "(5)—Tropas de Monada se retirarán de Lagu- El Almirante tuvo la atención de entregar los

21 prisioneros al bajar del Rochester al Jefe Constitu- capacidad para censurar tal sistema, solamente podre- cionalista. mos decir que de los altos oficiales americanos rara vez podrá conseguirse aquella útil libertad de acción No había más que esperar el resultado de las con- que puede hacer prodigios en momentos dados o co. ferencias, los quince días y los otros quince días de rregir 1st mala actuación o las injusticias por otros la prórroga. cometidas.

Preguntado el autor sobre su opinión respecto de El Almirante, según se colige, obraba por indi- la paz, el propio Señor Almirante tuvo la bondad de caciones de Denis y lo prueba el documento del ar- traducir, entre varios puntos, estos dos principales: misticio en este capítulo publicado.

"I —La Presidencia debe pasar al Doctor Sacasa, Interesante es su lectura porque con poco estu- por la legitimidad de su elección. dio se comprende que en todo favorecía a Chamorro, quien después de la batalla de El Bluff, había queda- "II—Si esto no fuere posible, que se convoque do con sus tropas en situación precaria, sin municio- una Asamblea Constituyente, para reorganizar el país nes y sin ánimo. eligiendo los representantes balo la supervigilancia de los marinos". Como la expedición constitucionalista del Pací- fico había sido deshecha, la intervención maniobra- La misma idea, más o menos, aceptada el 4 de ba para colocar a Díaz en lugar de Chamorro, cre- Mayo de 1927 en Tipitapa. yendo al mismo tiempo muy fácil el concluir con el movimiento de la Costa Atlántica. La determinación Dichas propuestas no fueron tomadas entonces del Departamento de Estado parecía clara y evidente en cuenta. y así solía el autor declararlo a los amigos que le ro- deaban. Los treinta días de espera se pasaron en organi- zación de nuestras fuerzas y en la llegada, por fin, No quería el Departamento de Estado a Chamo- del Señor Presidente Sacasa a Puerto Cabezas, en rro, pero no deseaba que fuese vencido por la revo- donde por aquellos días organizó su gobierno, nom- lución, para salir airoso en la contienda y la presi- brando al autor Ministro de la Guerra. Hasta ese mo- dencia de Díaz. mento se hizo en verdad el nombramiento de Dele- gado del Ejecutivo. Entre los sucesos divertidos del armisticio hay uno que se relaciona con el Señor Almirante Latí- "Puerto Cabezas, 19 de Diciembre de 1926. Se- mer, el Jefe Político de Bluefields y el Autor. Dijo ñor Ministro de la Guerra y Marina, General Don el segundo al primero que en La Cruz de Río Gran- José María Moncada. —Río Grande. —Para su conoci- de, bajo la jurisdicción del tercero, vivía la esposa miento y demás efectos, tengo el gusto de trascribir- de don Julio Leal, uno de los prisioneros conserva- le el acuerdo que dice: "El Presidente de la Repú- dores canjeados. Que ella se desvivia por reunirse con blica, en uso de sus facultades, Acuerda: Unico —El su dueño y señor. El Señor Almirante, condolido, in- Señor Secretario de Estado en el Despacho de Gue- terpuso su buena amistad con el Jefe Constituciona- rra y Marina, General Don José María Moncada, con- lista para que permitiera la salida de la señora Leal tinuará desempeñando las funciones de Delegado del y le diese pasaporte. El Jefe accedió, y aprovechan- Ejecutivo que se le confirieron antes de su nombra- do la oportunidad de un viaje a La Cruz, pasó a vi- miento de Ministro. —Comuníquese. —Dado en la Ca- sitarla, le dijo lo que sus amigos deseaban y el Se- sa de Gobierno. Puerto Cabezas, 19 de Diciembre de ñor Almirante especialmente. Ella contestó que sal- 1926.— SACASA.—E1 Ministro de Gobernación.— dría al día siguiente y el Jefe le ofreció pasaje en la Argüello". —(L) Leonardo Argüello". gasolina que a él conduciría.

Así llegó a tener el autor el mando del Ejército Por la mañana el Jefe envió a un ayudante para sin discusión ni protesta y pudo operar bajo su pro- preguntar a la señora si aprovecharía la embarca- pia responsabilidad, como Dios le ayudara a pensar ción, y si estaba lista. Ella contestó que no quería y ejecutar. salir para Bluefields.

Recordamos con gusto en esta obra las pláticas Por medio del radio de la Cuyamel, en la Ba- y conferencias que hubimos con el Señor Almirante, rra de Río Grande, el autor envió el siguiente tele- unas serias y otras jocosas, pero dignas de referen- grama al Señor Almirante: cia. "Siento decir a Ud. que la señora de Leal ya es Hombre sagas y culto, el Almirante no se hacía desleal y que no quiere ir a Bluefields". sentir, no obstante la fuerza que representaba. No te- nía mis facultades que las que le trasmitía la Lega- Una de las contradiciones más notables de aque- ción de Managua, como acontece con el régimen ame- llas célebres jornadas saltó a la vista el día en que ricano y de otras grandes potencias de la tierra. Es las fuerzas constitucionalistas tomaron los fondos de el Departamento de Estado el que opera, por medio la Aduana de Cabo Gracias. Mr. W. J. Crampton, en de sus representantes en cada país. Sin derecho ni El Bluff entonces, montó en cólera y protestó de

22 acuerdo con el Recaudador General Mr. Ham, ante el Sr. Almirante Latimer. Este fue servido de apoyar CAPITULO IX a los recaudadores. DECLARACIONES DE DENIS Todos éstos se mostraban muy partidarios de EN MANAGUA Chamorro y Díaz ' se convirtieron en corresponsales de la Prensa Asociada, unos desde El Bluff y otro El Almirante a Moncada, Octubre 24 de 1926.— de Managua, contribuyendo a desfigurar los hechos Conferencia en Corinto cerrada hoy sin arreglo. Por en la opinión de Estados Unidos. No obstante, el he- consiguiente el armisticio terminará en la media no- cho claro es éste. El Departamento de Estado había che del 27.—(f.) Latimer. declarado de facto el Gobierno de Chamorro y si no se podía considerar legítima la revolución, porque el Una vez concluido el armisticio en las conferen- Dr. Sacasa, el Presidente, no pisaba tierra nicara- cias de Corinto, el Encargado de Negocios Denis vol- güense, por lo menos podía equipararse al Gobierno vió a Managua e hizo a una Junta de Conservadores de Chamorro, como de facto también. las declaraciones que aquí se copian en la parte prin- cipal: Se lee en las condiciones del armisticio que "las "Como representante diplomático de mi Gobier- rentas debían depositarse a la orden del Alto Comi- no, tengo grandes responsabilidades en todo cuanto sionado Ham, para emplearse en el gasto del presu- diga, declare e insinúe. No entraré en discusión sobre puesto en el Departamento de Bluefields". estas materias, precisamente porque la naturaleza de ellas no me lo permite. Sí, es bueno que se sepa, que La ciudades de Bluefields y El Rama se halla- el Gobierno Americano reconoce la libertad, sobera- ban bajo la jurisdicción de Chamorro y el resto de nía e independencia de los países de la América La- la Costa Atlántica con la revolución constitucionalis- tina; y como una acción amistosa, he llamado a los ta. Si en la ciudad mencionada Mr. Ham podía desti- prominentes hombres del Partido Conservador nica- nar las rentas para el pago del presupuesto, justo y ragüense para que oigan la opinión de mi Gobierno, lógico nos pareció que la revolución tomara para el una opinión que doy ahora en nombre del Gobierno mismo objetivo de los fondos colectados en las Adua- Americano sobre el punto a que me he referido; de- nas del Cabo, de Puerto Cabezas y los impuestos que beré hablar directamente a los hombres influyentes por pie de madera exportada en Río Grande y en La- de Nicaragua, a los jefes políticos de la agrupación guna de Perlas se cobraban. conservadora. Declaro que no es mi intención criti- car la Administración del Gral. Chamorro; que no- Esto fue causa de largas discusiones. Hombro sotros los Estados Unidos, somos enemigos de la re- con hombro marchaban el Almirante, el Alto Comi- volución y amigos decididos y consagrados de la paz. sionado y el Encargado de Negocios, Denis, pues de Uds. saben que existen unos pactos subscritos por los éste fue la redacción del armisticio y el ordenador gobiernos de Centro América, incluso Nicaragua, que de varias otras injusticias cometidas. El señor Almi- nosotros somos garantes de tales pactos y que tene- rante impidió que la revolución viviera a la manera mos, por ende, obligación de velar por el honor y la que Chamorro vivía, usando los fondos de sus respec- santidad de tales pactos. Ustedes conocen sobre todo, tivas jurisdicciones. dos artículos de esos pactos, conocen ustedes Igual- mente la actitud del Gobierno Americano cuando el Salta más a la mente el desaguisado cuanto más General Chamorro dio a entender que tomaría pose- se recuerda el cómo Mr. Denis aconsejaba la guerra sión del Poder público de Nicaragua. Me permitirán en Managua a los constitucionalistas, diciendo que el leer el párrafo de la copia de una comunicación que gobierno de Chamorro no se podía tolerar. la Legación Americana pasó en aquel entonces y que declara que las consecuencias quedarían a cargo de Hablando otra vez del Señor Almirante Latimer, ellos. Esta fue la primera declaración del Depar- repetiremos que no le juzgamos culpable de las sin- tamento de Estado en relación con los acon- razones referidas, desde luego que la armada y el tecimientos de que vengo ocupándome. Como aquí se Ejérctio de Estados Unidos obedecen fielmente las ha dicho que hay una opinión favorable a la situa- instrucciones del Departamento de Estado. ción que encabeza el General Chamorro, opinión que culminaría con el reconocimiento cercano, en fuer- Otro de los hechos dignos de memoria es el de za de una buena administración en el Gobierno, yo la opinión de algunos comisionados del Dr. Sacasa en he sido instruido por el Departamento de Estado pa- las Conferencias de Corinto, que deseaban entender- ra declarar con exactitud y en su nombre, todo cuan- se con Díaz y le enviaban mensajeros con este obje- to se relaciona con sus puntos de vista ya enuncia- tivo. dos en la carta de Mr. Kellog para el Dr. Castrillo. Tengo la pena de decirle que el Departamento de Es- ;Cuánatas cosas habrían sucedido sin la tenaci- tado no reconocerá al General Chamorro, como ya dad aragonesa de aquel pobre ejército constituciona- se ha dicho a éste. Ahora al salir de Nicaragua Mr. lista, desnudo y sin zapatos, que en la Costa tenía Eberhardt, hace pocas semanas, me dijo que aquí en por techo el cielo y las estrellas de la noche y por Nicaragua se creía que en el Departamento de Esta- cama la ciénaga y las ondas del mar y de los ríos! do, había opinión favorable a un reconocimiento del General Chamorro; pero es bueno advertir como un Da tristeza pensarlo. deber mío que eso no es exacto en cuanto a la opi- 23 nión del Departamento de Estado. El Gobierno Ame- to en parte, llamando a muchos de los depuestos, pe- ricano no amenaza, y si ha tomado medidas de fuer- ro conservando algunos de los irregulares. Este nue- za armada, lo hace para defender los intereses ame- vo Congreso, así vestido, de regulares e irregulares, ricanos y mediando una provocación. El hecho del no eligió Presidente a un señor Uriza, Senador, y luego reconocimiento es perjudicial por causas que a Uds. definitivamente a don Adolfo Díaz. no se ocultarán; pero aquí es también oportuno vol- ver a declarar que el Gobierno Americano no quiere CAPITIJLO usar medidas de fuerza, en consonancia con su polí- tica esencial. Repito: en ciertas ocasiones hemos to- LAGUNA DE PERLAS mado medidas de hecho, pero eso en fuerza de defen- der los intereses americanos. La opinión del Departa- El 26 de Noviembre de 1927 decía el autor á su mento de Estado es la opinión de todo el mundo en amigo el General Carlos Pasos lo siguiente: consonancia con un principio invariable de política, es que el actual orden de cosas no debe existir. El "Entiendo que leíste el telegrama relativo a arre- principio invariable de política americana está estre- glos de paz y que ahora leerás la contestación de Sa- chamente vinculado con los principios del derecho casa. Dice que debemos estar juntos y yo compren- moderno. Ahora, insisto en advertir que el mío es un do que esto es lo mejor. Si el Dr. Sacasa viene, él consejo, una opinión amistosa del Departamento de tomará la dirección de esas conferencias, y si no lle- Estado. Téngase por sabido que no queremos emplear ga, estamos obligados a resolver el problema. Si que- presión contra la situación actual de Nicaragua, por- dara allí algún Jefe dirigente, me gustaría que vinie- que eso sería un ejemplo indigno. Esperamos sí, que ras, sobre todo con hombres y elementos de guerra. la constitucionalidad acabará por triunfar en Nicara- Tú sabes que no me ciego, que no estoy dispuesto a gua y declaro que la actitud del Departamento de derramar inútilmente la sangre de mil quinientos ami- Estado terminantemente declarada antes, cambiará. gos por culpa de pasiones y malos instintos; pero sí quiero caer con ellos honrosa y dignamente. Creo que los americanos no están con nosotros, por celos del apoyo de México y que quisieran que nosotros cedié- "Yo no indico ninguna solución del problema ramos el campo al enemigo, mas no han tenido va- que los nicaragüenses tienen entre manos. Cuando lor de darme declaración escrita sobre el reconoci- Uds. arreglen sus asuntos, cuando hayan llegado a miento de Adolfo Díaz. Se la pedí al Almirante y se una conclusión definitiva y justa, yo estaré dispues- negó a dármela y sólo pudo escribir la nota que ya to y listo para coadyuvar con Uds. en el arreglo ho- conoces, sobre términos de paz. Yo le dije que pocos norable de estas cuestiones; yo, entonces, comunicaré años de vida me faltaban y que jamás podría consen- a mi Gobierno el final de este arreglo de Uds. y les tir en deshonrar mis canas, y asi te pido como amigo ayudaré a seguir el camino que deben seguir. Repito de mi mayor intimidad que me mandes por cualquier y declaro que yo no tengo candidato. Mi candidato medio doscientos hombres de infantería con cien ti- es neutral. Declaro que el Gobierno Americano no ros cada uno, guardando allí ametralladoras para úl- fomentará ninguna revolución y que procuro y pro- timo extremo, pues yo estoy obligado a jugar la úl- curare el bien general de Uds. Tenemos sí, que de- tima partida en bien de la causa que defendemos. cir al mundo que velamos por un compromiso inter- nacional, serio y solemne; y que procuramos que im- "En San Juan del Norte, el enemigo ha sido ven- pere la Constitucionalidad en Nicaragua. El Departa- cido, y espero que lo será también en Tasbapowney, mento de Estado tiene una actitud ya definida, que si los amigos me ayudan con algún esfuerzo. De to- mantendrá firme e invariable; actitud que no modi- das maneras tengo confianza completa en que, en ficará en el porvenir. Repito que estoy a las órdenes cualquier momento, se podrá firmar un tratado de de Uds. para aclarar si pueden aclararse estas decla- paz que garantice la vida y la propiedad de los cons- raciones que esta Legación hizo anteriormente. Las titucionalistas. consecuencias serían serias al negarse. Repito que el Decartamento de Estado no variara su actitud. La si- "En todo momento be querido esperar la llegada tuación actual de Nicaragua no es la que debe con- del Dr. Sacase para tener siquiera ese orgullo. Quie- tinuar". ro entregarle el ejército intacto y no derrotado. To- da nuestra paciencia se debe a eso, a la espera del Dr. Así cayó Chamorro. Su sentencia fue pronuncia- Sacasa. Si hubiera venido a tiempo ya no pasaríamos da por Denla en la Legación Americana y en la Ca- dificultades; mas siempre que se le pregunta sobre pital de Nicaragua. su venida ofrece llegar, y por esto no podríamos aban- donar la Costa a pesar de mi convicción de que sola- El Congreso estaba compuesto de muchos sena- mente en el interior está el triunfo. Te he tomado la dores y diputados legítimos y otros de facto. Cuan- palabra de acompañarme en esto, por eso te ruego do el 25 de Octubre de 1925 Chamorro dió el Golpe me mandes la gente inmediatamente". de Estado, depuso a varios representantes del régi- men pasado, reemplazándolos con los candidatos con- Los marinos del Señor Almirante Latimer su- servadores que habían sido vencidos en los comicios pervigilaban la Costa Atlántica, especialmente Blue- del año anterior. fields, Río Escondido y Rama; Barra de Río Grande, Puerto Cabezas y Cabo Gracias a Dios, antes, duran- Bajo la influencia de Denis se pudo arreglar es- te y después del armisticio, pero no pusieron aten-

24 ción en los hechos siguientes, de los cuales, hablé en en un vaporcito haciendo reconocimiento. Al llegar carta del mes de Octubre, durante el armisticio. a Fruta de Pan, en donde se hallaba el General Hog- "Los chamorristas han inspeccionado las posicio- son, nuestro, de raza criolla, el jefe diísta dirigió sus nes de Loma de Mico, en el Río Escondido, aguas anteojos hacia la emboscada, y una bala certera le abajo del Río Escondido". hirió fatalmente en la frente. "No cumplieron pues con lo estipulado en el ar- Hubo consternación en Managua, abordo del Ro- misticio de no avanzar de El Rama hacia Bluefields. chester y entre nosotros también por la importancia del jefe conservador. El señor Almirante solicitó del "Han llevado dos mil hombres al Rama, en lu- jefe constitucionalista el permiso, en nombre del Pre- gar de seiscientos que se le permitieron en el armis- sidente Díaz, de que el cadáver pasase por San Juan ticio y mil más a Guadalupe, aguas abajo también del Norte que ya estaba en nuestro poder. Se acce- de El Rama". dió con gusto, ordenando los honores militares debi- dos, pero la familia del infortunado militar prefirió "Han abierto un camino para Laguna de Perlas, llevarlo por Costa Rica, en aguas del Río Colorado. aprovechando el armisticio, para llevar sus tropas contra ella en cuanto el armisticio expire". No ,hicimos nosotros tales honores. No quiso la suerte, para no permitirnos ese rasgo de pundonor e En cambio, el Jefe Constitucionalista no quiso hidalguía. permitir que las armas de México llegaran a sus ma- nos durante el armisticio". . Decía el Almirante: "U. S. S. Rochester, Diciem- bre 7 de 1926.—General Moncada.—Río Grande—Se El Señor Almirante no contestó la referida carta. ha recibido insinuación de la Legación Americana en Managua para arreglar el paso del General Humber- Eran los jefes de aquellas fuerzas contrarias: to Pasos Díaz y escolta a través de las líneas libera- les, de San Juan del Norte al Castillo. Mucho apre- General Humberto Pasos Díaz, Delegado; Gene- ciaría el permiso de Ud.—(f.) Almirante Latimer". ral en Jefe, Carlos Rivers Delgadillo; Coronel Mora- ga y otros. De Fruta de Pan, las pequeñas columnas nuestras Desde New York, siempre dentro del llamado ar- retrocedieron hacia el Silico y Laguna de Perlas; y misticio, recibió Chamorro abundante cantidad de ri- el adversario avanzaba y avanzaba, seguro de su su- fles, municiones y ametralladoras. De estas captura- perioridad en número, elementos de guerra y de su mos algunas en Palo Alto y habían pertenecido al victoria final. Ejército americano. Al General Johnson se le ordenó luego la reti- Requerido de palabras el señor Almirante, abor- rada de Laguna de Perlas. do del Rochester, contestó que estando él en Corin- to no lo habría permitido. Los criollos de la Costa Atlántica tienen un amor extremo por sus tierras. Laguna de Perlas era la Ca- Por estas razones, no hemos tenido inconvenien- pital del Rey Mosco, aquel que Inglaterra hizo coro- te en asegurar que si el armisticio no se había pedi- nar, celebrando él su monarquía encaramado sobre do para ayudar a Chamorro o a Díaz, las apariencias un árbol. El General Johnson participaba de esta he- todas condenaban al Encargado de Negocios, Denis. rencia singular y obedeció con tristeza. Hizo obser- vaciones, pero el Comando ordenó por segunda vez, Fuera de esto, después de reconocido Díaz, las lacónicamente, la retirada a Tasbapowney. zonas neutrales le seguían a donde él lo solicitaba. Así se declararon zonas neutrales Corinto, Managua y San Juan del Sur y más tarde otras. Mientras el plan maduraba, Puerto Cabezas du- daba, pues un día arribó a las márgenes de Río Gran- Por nuestra parte, llevando la defensiva, al fina- de una comisión con papeles que decían: "Puerto Ca- lizar el armisticio, armamos y equipamos bien cerca bezas, Diciembre 9 de 1926....A última hora he re- de mil hombres y nos redujimos a las posiciones más suelto enviar también, formando parte de la comi- centrales y de fácil e inmediata comunicación. Lagu- sión que se dirijo a esa, a nuestro amigo el Dr. Cor- na de Perlas y sus márgenes hacia el Río Escondido, dero Reyes. Ya Ud. conoce la absoluta confianza que Tasbapowney y Barra de Río Grande; y como reta- me merece el Dr. Cordero Reyes; y le ruego hablar guardia hacia Matagalpa, La Cruz en el extremo na- íntimamente con él sobre todos nuestros asuntos.—(f) vegable del Río Grande. Con una ojeada al croquis Sacasa". aquí publicado, el lector comprenderá fácilmente nues- tras posiciones. La comisión se componía de los Ministros Mo- desto Armijo y Arturo Baca. Llegado el momento decisivo fuimos retrocedien- do palmo a palmo, de emboscada en emboscada. En La comisión dudaba del éxito en Laguna de Per- la primera, cerca de la mencionada Loma de Mico las. Se puso ante sus ojos el plano de la batalla para cayó muerto el Delegado Don Humberto Pasos Díaz, llevarlo al Presidente Sacasa, asegurándole el triun- sobrino del Gobierno de Managua, quien marchaba fo. Que después de alcanzado, se sirviera aceptar la

25 renuncia de Ministro de la Guerra y Delegado del de Hallower, el cual, como la ciudad estaba fuerte- Ejecutivo. mente atrincherado, con muros formados de arena y tablas, de un metro de espesor y otro de alto. Por ellos mismos se supo que otro Ministro del Gobierno Constitucionalista desconfiaba del autor por "Todos los contornos de la ciudad, desde la pun- su vieja amistad con Don Adolfo Díaz, y deseaba que ta que mira a Raitipura, hasta la que se acerca a Ha- una parte del Ejército se confiara a otro jefe. llower, se hallaban completamente defendidos, para resistir un dilatado sitio. El Jefe Constitucionalista se opuso, pero invitó cortésmente a los comisionados para que le acompa. "Por el lado de Bluefields y el Río Escondido, fiaran a Laguna de Perlas, a presenciar la batalla. la ciudad de Laguna de Perlas tiene dos entradas, Tuvo el pesar de ver que la comisión declinara el ho- verdaderamente llaves de la llanura y la población. nor de acompañarle en lo que para nuestras armas Viene la una entrada de Loma de Mico en las már- debía ser gloriosa jornada. genes del hermoso Escondido pasa por el caserío de Cucra, un puente mal construido sobre el arroyuelo Agregaba el Señor Presidente: "El Dr. Baca, co- de Esicreek, el cual tiene su boca o desaguadero en mo Subsecretario de la Guerra, hablará más íntima- la laguna y su nacimiento en la llanura Sur de la mente con Ud." ciudad hacia el punto llamado la Laguna. Se comprendía que cada uno llevaba diferente "La Bodega, es la otra entrada para la ciudad. comisión. Ha tiempos que se usa el caño de Sílico para comu- nicación entre Bluefields y la ciudad de Laguna. Cru- Más o menos sucedía esto el 15 de Diciembre. zan por el caño pequeños vapores de gasolina, Ian. Ya era tiempo. El General Johnson había dejado una chas y botes de escaso calado desembarcan sus pro- pequeña embarcación y había ata presenciado la lle- visiones y mercaderías, y elementos de guerra, en ca- gada del contrario a la ciudad, sus posiciones, sus so necesario, en La Bodega y de allí por tierra se trincheras. trasladan a la ciudad, pasando por Hallower Boiton y luego Hallower. Durante las Conferencias de Corinto, la fuerza constitucionalista permanecía en la Barra de Río "Estaba La Bodega defendida como un castillo, Grande, Costa Atlántica de Nicaragua; pero una vez por cien hombres y dos ametralladoras, al mando de concluido el armisticio, y poseedores de Laguna de un General Méndez, en peligrosa posición para fuer- Perlas los lugartenientes de Díaz, el Mando en Jefe, zas asaltantes, pues los contornos son pura llanura. el autor de este libro, comprendió la hora del ataque comenzando por trasladarse con embarcaciones y to- "En todos estos lugares se alojaban en buenas do a Tasbapowney, una pequeña lengua de tierra s:- pos:ciones de combate, formando un semicírculo muy tuada entre Laguna de Perlas y el mar, única entra- abierto, desde Raitipura, nombre que significa "del da que nos quedaba para la de Laguna de Perlas, a otro lado del Cementerio", hasta La Bodega, tenien- presentar batalla a nuestros adversarios. Por un pe- do además, fuerzas regulares en la Barra de Laguna, queño caño o creek trasladamos pequeñas gasolinas, o sea la entrada del mar, en el sitio denominado Bar lanchas y canoas, sobre las cuales pasaron novecien- Point, contra el cual nuestra cañonera "Carmelita" tos hombres, artillería, cañones y parque. había peleado cuatro días antes de la batalla, para llevar al enemigo la impresión de que deseábamos Pintoresca travesía, a la luz de una espléndida efectuar un desembarco por mar. luna, con animación, pero en discreto silencio, miran- do todo, animando a los desalentados, conteniendo a "Pero nuestro plan era distinto. Todo el ejército los temerarios, llenos de fe en el triunfo y en la jus- constitucionalista se movería en una escuadrilla de ticia de nuestros derechos, en la busca de la ciudad, botes y pequeñas gasolinas por las aguas de Laguna para atacarla por la espalda presentando un ala de de Perlas, desde Tasbapowney, al Norte, hasta el ca. la tropa al adversario que por el Rama, el Escondido bo de Creek, primero por agua, y bajando después a y el Sílico llegaba. Nuestros soldados Ileva'ban sus ri- tierra, a pie, desde Bronws Bank hasta el menciona- fles y mochilas en alto, hundido el cuerpo en el su- do caño. De aquí, aprovechando una montañita que ampo y la vista alerta hacia la centinela enemiga. corre a la margen del riachuelo, pasaríamos a dor- mir, la noche del veintidós de Diciembre, junto a los El propio autor describió la batalla de Laguna vivacs del enemigo. Lo que logramos sin ser vistos. de Perlas el 30 de Diciembre de 1926. "Por agua mandamos colocar la misma noche en "Es la ciudad de Laguna de Perlas una pequeña la isla de Hog Cay, Isla del Cerdo, un cañón y una población recostada en la margen de la laguna del ametralladora para atacar de frente y por el Norte mismo nombre. Tiene hacia al Norte, y el Este y en de la ciudad. También blindamos una lancha de ga- parte al Oeste solamente agua que la circunda y pa- solina, poniendo en ella un cañón de cinco, y en otra, ra el Sur, una llanura, la cual fue el verdadero fren- la llamada Leoncito, una ametralladora. te de batalla. "El ejército, compuesto de mil hombres mis o "Hacia el Sur, a una milla, se hallaba el caserío menos, tenía instrucciones fijas de tomar en primer

26 término el Puente de Esick Creek, Raitipura y La batalla, como cien mil cartuchos de todas armas, cua- Bodega. De la primera parte se encargaría el Gene- trovientos rifles. ral Daniel Mena, con los Coroneles Abel Gutiérrez y Gilberto Morris, y de la toma de La Bodega, el Ge- "Dejando en Laguna de Perlas al General Bel- neral Escamilla y Ios Coroneles Alejandro Plata y trán Sandoval, volvimos a Tasbapowney el 25 de Di- Nieman Connor. ciembre para saber algo exacto de lo sucedido con las nuevas zonas neutrales creadas por el Gobierno Ame- "Con exacta precisión se ejecutó el movimiento, ricano, y de allí dirigimos al señor Almirante Latí- a las cinco de la mañana del veintitrés, dando co- mer, la oferta de entregar por su medio todos los he- mienzo el cañón de la Isla del Cerdo. ridos conservadores a las autoridades de Bluefields, sin más obligación que la de llegar a Laguna de Per- "Cayó Raitipura después de un cuarto de hora las a recogerlos, lo mismo que a un norteamericano de combate; el Puente, al cabo de media hora, y La que sin recibir ofensa alguna de nicaragüenses, pelea- Bodega, tras de reñido y denodado fuego de asalto ba en Laguna contra nosotros. dirigido por el Coronel Plata, quien entró en duelo personal, tiro a tiro de pistola, con el Jefe chamorris- "Hicimos eso no sólo por natural sentimiento ta, el dicho General Méndez, muriéndose éste y que- humanitario, sino para demostrar de la parte liberal dan3o nuestro valiente jefe ileso. Hubo rico botín de el reverso de la medalla en cuanto a educación de provisiones, de dos ametralladoras, la guarnición pri- unos y otros en Nicaragua. Todos saben en Centro sionera, con excepción de tres individuos de tropa América que nuestros heridos de El Bluff fueron en- que escaparon, muchos muertos y heridos del con- viados a Bluefields y de allí el enemigo, al curarse trario y varias bajas de los nuestros. A larga distan- ellos, los hizo prisioneros. cia de la ciudad se encuentra La Bodega, y por esto el combate, como el del Puente, no fueron oídos por "Con la lectura de esta sencilla crónica se com- el enemigo. El General Escamilla y el Coronel Pla- prenderá la causa de haber dejado nosotros Laguna ta, después de colocar una fuerte columna en La de Perlas al contrario. Cayó en el lazo y fue deshe- Bodega, para rechazar cualquier facción usurpadora, cho el gran ejército usurpador de casi tres mil hom- que por el Falso Bluff viniera, pudieron juntarse al bres, diez y seis ametralladoras y un cañón que nos General Mena, como a las cuatro de la tarde, en las amenazaba en la costa, en una sola, completa, deci- posiciones que el adjunto croquis señala, en los mo- siva y memorable batalla, algo parecida a la del Re- mentos en que de Hallower atacaban a Mena. Reñi- creo en la guerra de 1909, contra Zelaya, librada el do el combate, irresistible el ímpetu de nuestros, de- mismo mes de Diciembre y en las mismas fechas, al rrota consiguiente de los chamorristas, luego persecu- cabo de diez y siete años, más funestos que los de Ze- sión contra sus propias trincheras de Hallower, ter- laya, más ruinosos para nuestra pobre patria. minando con la toma de este fuerte, rico botín de ar- mas, provisiones, prisioneros, parque y todo. CAPITULO XI "Entre seis y siete de la tarde, con la toma de LAS TEMEROSAS ZONAS NEUTRALES Hallower, la batalla estaba virtualmente ganada, y reducido el enemigo al recinto de la ciudad, pues el En Laguna de Perlas recibimos aviso de que ha- mismo día veintitrés, a las dos de la tarde, los nues- bían declarado zonas neutrales la Barra de Río Gran- tros, en el Puente, habían derrotado y puesto en pre- de y Puerto Cabezas; y en Tasbapowney hallamos las cipitada fuga una tropa auxiliar contraria que del siguientes notas del señor Almirante Latimer. lado de Cucra venía, dejando armas y ropas. "Man of War Cay, Nicaragua, 23 de Diciembre "El día siguiente, el General Juan Moraga, her- de 1926. mano del caudillo Emiliano Chamorro, quiso reco- brar Hallower, a la cabeza de trescientos hombres y Mi estimado General: Tengo el honor de dar in- ametralladoras, con tan mala suerte que nuestras ar- forme a Ud. de que he establecido una zona neutral mas todas cruzaron sus fuegos contra la columna ata- en Barra de Río Grande para la protección de las vi- cante, deshaciéndola completamente, con el desastre das y propiedades de ciudadanos de Estados Unidos de más de doscientas bajas, entre muertos y heridos. y extranjeros en ese puerto. "Desde este momento no dió señales de vida el "La zona comprende el área situada al alcance adversario. Se cuenta del General Rivers Delgadillo, de un tiro de rifle de la arriba_ mencionada propie- que la noche del veinticuatro enfermó por la derro- dad. ta de sus armas. Aprovechando la noche huyó en unos botes por la ciénega, hacia el Falso Bluff, con "Las naves armadas o fuerzas no podrán pene- alguna tropa y otros jefes. Abandonó sus muertos y trar en esta zona.—Respetuosamente suyo, (f.) J. L. heridos. Latimer.—Contra Almirante, etc." "Pero habían dejado en el campo cerca de qui- Y el mismo 23 de Diciembre, otra nota igual con nientos hombres dispersos, trescientos prisioneros, relación a Puerto Cabezas. otras tantas bajas efectivas, heridos municiones, un cañón, cinco ametralladoras, otras deshechas en la Es decir, que se cerraban por completo los ver-

27 daderos centros del movimiento constitucionalista, pertenecientes al Ejército Constitucionalista. En las Río Grande y Puerto Cabezas, puesto que con Blue- notas que he recibido de Ud. no se hace mención si- fields no se contaba; ya era neutral desde Agosto de no de prohibir el tránsito de embarcaciones o de hom- 1926. bres armados. Se me da informe también de que nuestras municiones y elementos de guerra han sido Con una simple ojeada del mapa de Nicaragua confiscados. Supongo que esto es un error del Co- se comprende que el ejército constitucionalista, ven- mandante de las fuerzas de desembarco, y confío en cedor en Laguna de Perlas, teniendo cerrada la sa- que se aclarará para mí el motivo. . . lida hacia el mar y Bluefields; cortada también esta vía hacia el interior; se comprende que solamente le quedaba abierta la montaña, casi infranqueable, para Matagalpa y Chontales. Las noventa millas quizás na- "Las tropas de Díaz derrotadas en Laguna de vegables del Río Grande, para embarcaciones de pe- Perlas huyeron hacia el Falso Bluff y Bluefields, de queño calado, quedaban cortadas igualmente en la acuerdo con el último arreglo firmado a bordo de uno barra por la zona neutral. Embotellado, pues, el Ejér- de los destroyers. Después de declarar Ud. que era cito Con.stitucionalista, vencedor en Laguna de Per- justo, el árbitro se halla obligado a desarmar esas las, sin más horizonte que aquella.s tinieblas de los tropas tan pronto como penetren en la zona neutral... junglares, la selva virgen, pero adusta, enmarañada, con profundos suampos y peligrosos desfiladeros, ríos intransitables, es decir, por horizonte único las hor- cas caudinas, la tumba, o la retirada de los diez mil "Estas tropas han abandonado sus muertos y he- de Jenofonte. ridos. POr razones de humanidad, ruego a Ud. dar aviso al Jefe Político de Bluefields de que puede en- Pero sacando fuerzas de flaquezas y orgullo re- viar por ellos a Laguna de Perlas sin otra obligación solvimos el avance de los mil y más héroes de Lagu- que la de usar una bandera blanca y hombres sin ar- na de Perlas hacia Matiguás, en los linderos de Chon- mas con cualquiera de los jefes de la Cruz Roja con- tales y Matagalpa. servadora o americana. i,Pensaría bien el señor Almirante Latlmer, en "Uno de los americanos que han peleado contra lo que valían el honor y la vida de mil quinientos nosotros fue hecho prisionero. Lo pongo a la orden hombres? ¿El Almirante o el Departamento de Esta- de Ud. con la condición de que no debe pelear más do? contra las fuerzas constitucionalistas, que nunca le han ofendido. —(f.) J. M. Moncada". ,¿O nunca conocieron, sino desde las nubes, en aeroplanos, la tenebrosa montaña de aquellos luga- El señor Almirante contestó así el 30 de Diciem- res, precicipios llenos de vívoras y malaria? bre, en aguas de Río Grande: "Mi estimado Gral.: En contestación a su cortés ofrecimiento de que desea No nos dejemos llevar por la recriminación y co- poner a mi disposición un americano que ha hecho piemos las notas dirigidas por el Comando en Jefe prisionero, con tal de que no pelee más, doy a Ud.. al señor Almirante Latimer: informe de que con mucho gusto me haré cargo del americano de que me habla y de que garantizo que "Almirante Latimer. no peleará más contra las fuerzas que Ud. comanda.

U. S. S. Rochester. "SI Ud. tiene la bondad de decirme en dónde puedo encontrar a este hombre, con gusto enviaré "Ud. sabe que yo había pedido a Ud. mismo la por él. Muy respetuosamente, (f) J. I... Latimer". zona neutral que acaba de declarar; pero me quejo de que no se haya dado tiempo suficiente a mi gente El hombre se hallaba en Laguna de Perlas y allá de Río Grande para sacar las provisiones y las muni- fue entregado. Sabíamos que él y otros americanos ciones de guerra. En esta costa el único medio de co- habían dado consejo al Jefe Chamorrista para los municación es el de barcos y no teníamos ninguno en atrincheramientos de la ciudad. Se dijo que eran ma- la referida fecha.—(f.) Moncada.—Diciembre, 24 de rinos, pero no nos consta la verdad de la especie. Enero 1926". Además de tan rudo golpe, debemos agregar que Tasbapowney, Diciembre 26 de 1926. el Comandante de las fuerzas de intervención en Río Grande, mandó hundir en las aguas mil y más ri- Almirante Latimer.—U. S. S.—Rochester. fles, Springfield, un millón y ochocientos mil tiros de esta arma, y millares de granadas y otros proyec- "Su mensaje sobre neutralidad de la Barra de tiles de cañón y ametralladoras. Río Grande y Puerto Cabezas llegó tarde a mis ma- nos, durante la batalla de Laguna de Perlas. Después Se mostraban tan ofendidos los marinos con de derrotar completamente a los adversarios de la nuestros rifles que en las riberas del mar rompían Constitución y las leyes de Nicaragua, he regresado esas armas contra los árboles. a estas aguas para encontrarlas completamente cerra- das, aún para las provisiones y tiendas de campaña Nunca supo el autor si del mismo modo se eno-

28 jaron en la zona neutral de Bluefields contra las ar- den salir de la zona neutral a las 4 pm. del 24 de Di- mas de Adolfo Díaz, ni si fueron a éste entregadas, ciembre de 1926, por agua, con sus armas si así lo en virtud de ser el Gobernante reconocido. Es de su- desean. De lo contrario, deben desarmarse y entregar poner que sí porque según el modo de hablar de Mr. tales armas al Comandante de las fuerzas de desem- Denis, "tal era la opinión, no solamente de su Go- barco del Cleveland. La estación del radio puede tras- bierno, sino del mundo entero.. . Este principio in- mitir mensajes claros y estos mensajes no deben te variable está estrechamente vinculado con el dere- ner sabor a hostilidad y persecución.—(f.) Spencer cho moderno" decía él en Managua. S. Lewis L.— Comander, etc."

El orden de cosas que existía en Nicaragua, cuan- "La consecuencia de la ocupación fue el desar- do tales declaraciones, era el de Chamorro en el in- me de mi guardia, retención de elementos de guerra, terior y el de los constitucionalistas en la Costa Atlán- que todavía lo están antes de la expiración del tér- tica. Este era el caso. mino señalado. Todos mis movimientos prohibidos, y el de mis botes y el uso de mis claves. Este mismo Pero cuando don Adolfo fue electo en Managua mensaje ha sufrido la censura. Estoy aislado y rele- y subió al Poder, la luz se hizo, la Constitución re- gado a indefinida inacción. Intereses extranjeros no nació y las armas podían y debían ser entregadas a están ni han estado nunca en peligro, por lo cual en- nuestro redentor. tiendo que la declaración de zona neutral para la pro- tección al Gobierno de facto de Adolfo Díaz, quien Comprenderá el lector la terrible situación de cuenta con efectiva influencia entre los banqueros de nuestro ejército. Aún la gasolina estaba prohibida pa- Wall Street. Al mismo tiempo, igual procedimiento ra nosotros, de orden de los marinos. Las compañías ha ocurrido en la Barra de Río Grande, principal de- no debían vendernos una gota. pósito de nuestro material de guerra. En 1912, Díaz solicitó también, como ahora lo hace, el apoyo del ¡Qué abismo de pensamientos y dudas para el Gobierno Americano para mantenerse en el Poder por autor sobre la justicia y la libertad humana y el de- tal apoyo..." recho!

Todas las ideas juntas se agolpaban a nuestra En efecto, el 24 de Diciembre, de Managua se mente. Ora montábamos en cólera, como en los cua- envió a la Prensa Asociada el siguiente radiograma: tro caballos del Apocalipsis; ora clamábamos al cie- lo; ora caíamos en angustia profunda y desaliento, pensando en abandonar la jornada, en economizar una "Las fuerzas rebeldes de Sacasa han sido victo- tragedia siquiera para Nicaragua. riosas en tres días de combate en La costa Este y es- tán ahora persiguiendo a las fuerzas de Díaz hacia ¡Pero el orgullo, el honor... ! el interior, Díaz pide socorro, dice que no puede man- tenerse contra los liberales rebeldes apoyados por Era un sonámbulo en esos días el autor de este México". libro. Bajo fiebre semejante resolvió la marcha a Prin- zapolka, no hecha zona neutral todavía. No estaba Díaz satisfecho con toda la .voluntad de Estados Unidos en su favor. La concordancia de El mismo Dr. Sacasa, que en su vida ha pronun- las fechas es fatal para Díaz y la intervención: bata- ciado una interjección, ni buena ni mala, salió de sus lla de Laguna de Perlas el 23 de Diciembre y zonas casillas dando informe desde Puerto Cabezas a la neutrales el mismo 23. prensa mundial de lo que pasaba: También el autor envió sus quejas a la prensa "Puerto Cabezas, Diciembre 28 de 1926.— Pren- del exterior y al Comité de Relaciones de Washing- sa Asociada. ton, en más o menos iguales términos:

"Refiriéndome a su radiograma. Ciertamente, sin "De Managua y de extranjeros enemigos, salen un solo récord de abuso contra intereses extranjeros, noticias para falsear la opinión pública en EE. UU., los vapores de guerra DENVER y CLEVELAND, de- México y Centro América. La batalla de Laguna fue sembarcaron fuerzas violentamente, ametralladoras, decisiva en la Costa Atlántica. Restos del usurpador cañones y con belicosa actitud mi pequeña guardia marchan en retirada hacia el interior. Nuestras fuer- presidencial y mi residencia privada fueron rodea- zas detrás. No hay mexicanos en el ejército, sino das. Enseguida recibí la siguiente comunicación: seis; ocho centroamericanos; el resto nicaragüenses. Nunca hubo en la Costa mayor garantía para la vida "Memorándum para el Dr. Sacasa. —Confirman- y propiedad de nacionales y extranjeros. Bolseviquis- do la conversación de esta tarde, se declara desde mo no lo conocemos. ahora zona neutral el siguiente territorio: Puerto Ca- bezas y Bilway incluyendo los suburbios, a una dis- "La neutralidad de la Costa la pedí desde Sep- tancia de dos millas. No habrá tránsito de armas, mu- tiembre pasado, para proteger intereses americanos y niciones, cuchillas, etc. en la zona neutral, ni reclu- extranjeros. No nos daña. Solamente protesto contra tamiento ni alguna otra actividad que parezca perse- la teoría del Departamento de Estado de que en Ni- cución u hostilidad. El Dr. Sacasa y sus fuerzas pue- caragua los liberales son malos y los conservadores

29 buenos. Esto es apasionamiento impropio de los repre- car la Cruz de Río Grande, el nuevo punto de recon- sentantes de una nación tan poderosa como Estados centración. Con amigos conseguimos la gasolina ne- Unidos de América. Si México es muy fuerte contra cesaria, para el transporte de elementos de guerra de Nicaragua, Estados Unidos es capaz de luchar contra Laguna de Perlas. El Ejército marchaba sin vacila- todos. Por qué engaitar al mundo con literatura?— ciones. (f.) Moncada". Habíamos requerido al señor Almirante Latimer Al Comité de Relaciones exteriores de Washing- por las provisiones, municiones y rifles de Río Gran- ton, entre otras declaraciones: de, y en Prinzapolka recibimos la siguiente contesta- ción, el 3 de Enero de 1927: "No hay memoria en Nicaragua de un cuerpo de ejército que mejor haya cumplido con los deberes in- "Mi estimado General: —Tengo el honor de acu- ternacionales como el que se haya bajo mi mando. sar a Ud. recibo de su carta de esta fecha, por me- Respeto grande nos merecen extranjeros y naciona- dio de la lancha ANNIE, requiriéndome para dar ór- les. A aquéllos hemos dado completa protección y denes que permitan remover las provisiones y muni- garantía, en la exportación de frutas y maderas, co- ciones de las fuerzas que Ud. comanda en las zonas mo ellos mismos pueden declararlo, en unión del pro- neutrales de Puerto Cabezas y la Barra de Río Gran- pio Almirante Latimer y el Cónsul Americano en de; y doy a Ud. informe que di consejo al Capitán Bluefields. del ANNIE, antes de que saliera de aquí (aguas afue- ra del Río Grande) que vapor no armado, con hom- "Nuestra mayor justificación consiste en el alien- bres desarmados únicamente, puede entrar en la Ba- to que para la guerra constitucionalista, el Departa- rra en cualquier momento del día para sacar las pro- mento de Estado nos dio con el no reconocimiento visiones que allí haya. del usurpador Chamorro.—(f.) Moncada". "Las armas y municiones de Puerto Cabezas y CAPITULO XII Río Grande pueden de igual manera removerse por sus representantes debidamente autorizados, con bo- POR LOS RIOS KURINGWAS tes y hombres desarmados. Estos botes deben entrar a Y PRINZAPOLKA Puerto Cabezas y Río Grande durante el día, única- mente. No conozco de provisiones de Ud. en Puerto (HACIA MANAGUA) Cabezas, pero si las hubiere pueden ser transporta,- das. Respetuosamente.—(f.) —. L. Latimer. —Contra De Tasbapowney dimos órdenes a Laguna de Per- Almirante, etc." las para que el Ejército se trasladase a la Cruz de Río Grande aprovechando las embarcaciones que nos Trascribiendo esta carta al Comandante K. B. quedaban. Iban a recorrer cien millas de la propia Chapell, del Cuerpo de Marinos, en la Barra referi- Laguna y el Río 'bastante caudaloso del Kuringwas. da, dimos la debida autorizada comisión al General En un desembarcadero de éste recibieron la carga Carlos Pasos, quien al penetrar en Río Grande sola- bueyes y mulas, que ya recogía en aquellas comar- mente encontró a unos buzos a quienes el Oficial cas y bananales el General Carlos Pasos, quien en Chapell pagaba para extraer del fondo del río el mi- toda la guerra fue el brazo derecho del autor, por su llar de rifles de que hemos hecho mención, y el mi- energía y actividad. llón ochocientos mil cartucros. La tarea resultó im- posible. LA CARMELITA, nuestra hombre de guerra, co- mo dicen los ingleses, no estaba en el mar, sino en ¿Conocería estos hechos el señor Almirante cuan- Laguna, a donde había penetrado después de la ba- do dictó la contestación que hemos leído? Tal vez no, talla. pues no le juzgamos entonces capaz de tan cruel iro- nía. Le conocíamos caballero y militar pundonoroso. Nos dirigimos a Prinzapolka. Frente a sus aguas encontramos una embarcación amiga que penetraba Por nuestra obsesión respecto de las zonas neu- en la barra. Un amigo de abordo, nos dio informe de trales, resolvimos la marcha inmediata a La Cruz, no lo que pasaba en Puerto Cabezas, lo mismo que en obstante la fiebre y una tos pertinaz y violenta. Por Río Grande: decomisadas las armas y municiones. To- fortuna, a Prinzapolka había llegado el Dr. Hilde- do allá era confusión. brando A. Castellón, médico distinguido, con un cuer- po de Cruz Roja y con él hicimos la travesía hasta Eu autor había pensado en ir a Puerto Cabezas, Matiguis. para cambiar ideas con el Dr. Sacasa. Desistió por de pronto, pues no quería caer en las zonas neutrales, y Salimos de Prinzapolka el 7 de Enero de 1927, se resolvió a obrar con independencia, continuar su en una pequeña nave, subiendo el río que da su nom- camino como se ha dicho, a lo sonámbulo. bre a la ciudad.

Bien recibido por los amigos en Prinzapolka; pe- Teníamos prisa de salir. La zona neutral nos pi- ro no por el tiempo, pues contragimos en la travesía saba los talones. del mar una fuerte influenza de 39 a 40 grados de fiebre. Así habíamos de marchar, por el Río, a bus- En efecto, el día 9, un oficial de nuestro ejérci-

30 to nos decía lo siguiente, en una carta de la misma El 23 de Enero salimos de La Cruz sobre las fecha: aguas del Río Grande y nos dirigimos a Palpunta, el extremo navegable del mencionado río. "Hónrome en comunicarle que hoy, a las 9.35 am. desembarcaron cincuenta marinos americanos al El 26 por la mañana, el Estado Mayor todo a lo- mando del Capitán de Navío Haymann, para neutra- mo de mula sobre el suampo y la montaña abrupta. lizar este puerto. De acuerdo con nuestra política y Rodábamos en los principios con cabalgaduras y to- con las instrucciones superiores recibidas, no se opu- do. En lo hondo de una grandísima pendiente llama- so resistencia, pero a salvo el parque, el cañón y los da Aymamá, vimos demudarse al Dr. Castellón, no rifles sin empuñar, que existían en la plaza. Dos ho- acostumbrado a tales marchas, ciudadano que había ras me concedieron, para desocupar la plaza con las vivido solamente en las clínicas y en los parlamentos, fuerzas estacionadas aquí". pues ha sido político nunca arrepentido y siempre deseoso de ascender. Otra vez las patas de su cabal- gadura, un machón desenfrenado, se enredaron entre Le llevábamos, pues, dos días de delantera al unas grandes raíces. La bestia pateaba y el autor, an- señor Almirante. Desde entonces solamente de las gustiado, ordenaba a un ayudante que cortara la raíz. nubes pudo vigilarnos. Se recordará que en Octubre de 1926 propusimos al Encargado de Negocios, Denis, la Neutralización total de la Costa Atlántica, que Rodando, levantando, cogidos de la maleza, cru- nuestro constante afán se concretaba a marchar al in- zando los ríos a nado, o a pie, con la pertinaz calen- terior en busca de nuestros adversarios. Se habría tura, llegamos a San Pedro el 28, sin encontrar sino evitado así las molestias y desazones que padecieron las huellas de la pequeña columna enemiga que Díaz los marinos y también el Departamento de Estado, a había enviado por Chontales, para poner en jaque quien acusaba de imperialismo y de conquista la opi- nuestra ala de La Cruz. nión del mundo, y de provocación a Hispano Améri- ca. Se habría ahorrado el volcán de odios que dio vi- En San Pedro permanecimos varios días reci- da y aplausos, meses después, al bandolerismo de biendo los rifles, ametralladoras y cañones, que en Sandino, terrible y destructor. botes empujaba Carlos Pasos desde La Cruz para Ma- tiguás. Pero Mr. Denis se hallaba empecinado en sacar al frente a Don Adolfo Diaz, y prefirió los caminos Salimos el 4, siempre a lomo de mula y sobre la largos y tortuosos, las conferencias, el Congreso y el montaña cenagosa y cruel. La misma marcha, monó- cansancio de Chamorro y de nosotros. tona, sombría, arreglando cargas y aparejos a cada momento, cortando ramas y obstáculos, por modo te- naz, perseverante, como si una grande obra, digna El autor iba despertando de su sueño poco a po- del aplauso humano, había de realizarse, con fe ina- co. Se curaba del sonambulismo, recordando que es- cabable, con denuedo a las veces, teniendo siempre to precisamente, —la marcha al interior—, era su en la cabeza la figura alta y risueña del señor Almi- ardiente deseo, no realizado por causa de los armis- rante, abordo del Rochester, con los destroyers de ticios y conferencias de Corinto y la tardanza del Dr. veinte y dos nudos, y las tremebundas, terribles, odio- Sacasa en poner el pie en cualquier peñón de Nica- sísimas zonas neutrales. ragua, para inaugurar su Gobierno. En su despertar, el autor agradecía al señor Almirante sus zonas neu- trales, sin precaver que, una vez en el interior, las Era un espectro que nos perseguía y nos obse- malditas zonas asomarían su fatídica cabeza en aguas sionaba, poniéndonos acicates. y ciudades del mar Pacífico. El 10 de Febrero, por la mañana, el autor caía No sentíamos la fiebre. Inyecciones del Dr. Cas- en una mísera choza, con el pulso alterado, algo de- tellón, una tras otra, y quinina, y aspirina, y adelante. salentado el cuerpo, pero no el espíritu. Una tisana del doctor, una aspirina, otra inyección y a Matiguás. El río tranquilo, el tiempo lluvioso, húmedo en Por la tarde en tierra firme, en los llanos de Mata- extremo, la montaña abrupta con las grandes ramas galpa y de Chontales, después de treinta y tres días de los árboles y enmarañadas lianas, colgando a las de marcha fatigosa, indescriptible. veces sobre la cubierta de la pequeña nave. Y luego los combates de que hemos hablado en la primera parte. Dormimos sobre el río. Llegamos el 8 a Bisbila, sobre la ciénaga. El 9 en marcha a La Cruz, cruzan- Batalla en Muy Muy el 13 de Febrero, en Marzo do el río Macantaca y el 10 en La Cruz, junto a las 4, conferencia de Muy Muy; Marzo 14, batalla otra plantaciones y bananales de la Cuyamel. vez y triunfo en Muy Muy y El Chompipe; Abril 5, derrota de Beltrán Sandoval; el 6, Palo Alto y triun- En esta ciudad nos confortamos, sacamos fuerza fo completo; hazaña de Escamilla y Diego López con- de flaquezas y empujamos el ejército que victorioso tra el tren de guerra. de Laguna salía. Monturas, aparejos, bueyes, mulas y botes, todo listo con el auxilio generoso y decidido Batalla peligrosa de Cumaica; cuatro más en Las de Carlos Pasos. Mercedes, los días 15, 16, 17 y 18.

31 Y luego Boaquito. y Stimson... y . madre quizás se reprima en contestar, o disimule di- y saludos nuevos al señor Almirante, quien con una ciendo que el otro niño; pero en su fuero interno sa- tenacidad inhumana y terrible, en aguas del mar océa be y comulga con las cualidades y adornos morales no, ya había cruzado el Canal y nos asediaba de nue- y físicos de su adorado hijo. vo con sus zonas neutrales en el Pacífico, en el inte- rior de Nicaragua. Había salvado felizmente las te- Preguntad a una persona si no ha pensado en midas sirtes del océano con los adelantos modernos, que sus bienes sean dejados en herencia a la comu- cinco mil marinos a sus órdenes y naves de guerra, y nidad, para escuelas, industrias, instituciones que be- el apoyo total de ciento veinte millones de habitan- neficien al mayor número y siembren la simiente del tes de Estados Unidos de América; y nosotros, a la progreso. intemperie y al sol, en la jornada mis cruel y fatigo- sa que en muchos siglos se verá. Contestará que no. El dejará sus bienes todos a su familia, aún a sabiendas de que después de su La América Latina se quejaba, unida en el alma muerte sus funerales serán sangrientos, como los de y el corazón con Nicaragua, pero sin naves de gue- Alejandro de Macedonia. rra, ni nada. Nos quejábamos al cielo, y el cielo tam- poco escuchaba. Recordad las disputas de ciudad a ciudad, los viejos rencores de Roma y Cartago, de aquélla y CAPITULO XIII Constantinopla; de las modernas naciones. Cada una cree tener la perfección y no le concede nada a su LA LEY DE JESUCRISTO rival. El verdadero concepto de la imparcialidad y la ¿Y no es lógico que el animal acaricie más a justicia no se ha descubierto en el mundo todavía. sus cachorros que a los ajenos; que quiera la misma sangre de éstos para sustento de los suyos? Juzgamos aún al prójimo no por comparación de nuestro interior, de las cualidades o defectos de nues- tra alma, habida cuenta de los delitos o faltas que Es verdad que la educación influye por mucho hayamos cometido, sino solamente por las faltas y de- en modelar al hombre o en corregir sus instintos; pe- litos de aquél. ro como hasta hoy, el rombre y las naciones, después de tantos siglos de educación, se han corregido bien Si amamos, no queremos que el otro ame como poco, lo probable para lo porvenir es el fracaso com- nosotros hemos amado. pleto de la ley de Cristo, tan celebrada por lo sublime y hermosa. Si aborrecemos, intensamente deseamos y quere- mos al mismo tiempo, no ser correspondidos de mo- Habrá necesidad de recordar en este punto, la do idéntico. El mal para nuestro semejante, cuanto Gran Guerra de Europa y de mirarnos en el proce- sea posible, el bien para nosotros, de persona a per- loso espejo del mundo actual? sona, de familia a familia, de sociedad a sociedad y de nación a nación. Nos inclinamos por estas razones a creer que no es buena política de los pueblos poderosos la de pro- Si envidiamos el haber ajeno, no quisiéramos teger y seguir con la bandera a sus súbditos, buenos que los otros padecieran la tristeza del bien nuestro. o males, donde quiera que se encuentren, y se ob- serva que los protegen más cuando emigran a nacio- Solemos adquirir el hábito funesto de esperarlo nes débiles, sea Nicaragua, el Transvaal o Marruecos, todo los demás y de pedir favores, aún de manos que que cuando se trata de Inglaterra, Alemania o el Ja- quisiéramos ver ardidas, pero miramos con recelo y pón. como dignos de acre censura a todos aquellos que padecen el mismo hábito funesto. En esto se reconoce mayormente que tal prece- Si alguno o algunos reciben dádivas, eso es ma- dente es malo porque no puede practicarse con igual- lo; si nosotros recibimos, bueno. dad en todas las circunstancias; y por consiguiente no debe entrar en los cánones del Derecho Interna- Siempre nos creemos superiores al resto de la cional. humanidad, de raza a raza, de civilización a civiliza- ción, de inteligencia a inteligencia, de hermosura a Por idénticas razones, mala es la práctica de zo- hermosura. Nunca, dice el proverbio español, vemos nas neutrales y el desembarco de fuerzas, para ayu- la paja en nuestro propio ojo, solamente en el ajeno. dar a los connacionales, puesto que esto es fácil de hacer en Puerto Cabezas, Río Grande o Corinto, pe- Estas reflexiones conducen a la imposibilidad de ro no en Liverpool, Hamburgo o el Havre. que en este mundo reine la ley de Cristo: amáos los unos a los otros. Se dirá que en esta última existe la civilización, pero es hacedero el contestar, después de la terrible Si hay distribución de golosinas o de premios a los guerra europea: ¿dónde existe la civilización? Len niños, preguntad a una madre si no quiere para su qué rincón del planeta los hombres son iguales ante hijo lo mejor. ¿Qué cuál supera en inteligencia? La la ley, el connacional y el extranjero?

32 Hemos de pensar siempre, por una larga y co- existía por su país, el fanatismo supremo de la pa- piosa experiencia de los siglos, que el poderío per- tria. El mundo nunca ha mirado mal esta exaltación vierte el corazón humano y que se envilece más el del crudadano, este amor que excluye todos los otros ciudadano y más duro tiene su pecho contra otros amores de la tierra. Pero la humanidad misma no ha hombres y otros pueblos, cuando se siente apoyado comprendido que este egoísmo nacionalista es la cau- por la tremenda fuerza de escuadras de guerra y aco- sa suprema de las guerras. Que al colmar Estados razados. Igual cosa acontece con nuestros hijos, cuan- Unidos de América su poderío hasta el punto de no do llegamos a tener la debilidad de querer más a uno cometer error, se enajena el cariño del resto del mun- que no al otro y de obligar a éste al servicio de aquél, do lo cual es gran peligro para su propia existencia. a la obediencia ciega. De allí el fracaso de la ley de Cristo aquí en la Así acontece con la mayoría de ciudadanos de tierra, porque quien se ama tanto a sí mismo, o a su países poderosos, cuando emigran a lejanas tierras. propia tierra, no puede amar a otras porciones del Negocios y dinero buscan, a las veces por medio de planeta, al resto de la humanidad. concesiones odiosas y monopolios onerosos. El país que les da albergue queda doblemente castigado, en Por eso nosotros, que hemos visto y estudiado a el caso de una reclamación, porque se le explota o se Estados Unidos en Nicaragua, comprendemos ahora detentan sus haberes, y luego será preciso sumar con claridad, que los americanos del Norte, es decir, aquel mal menor con el mayor de la reclamación, co- los marinos y los civiles, no han amado a Nicaragua mo sucedió en Nicaragua cuando el reclamo Emery. en lo general, porque le han causado muchos dolores y tristezas, a causa de creer siempre, de manera in- Tal vez sería más generosa y de suprema igual- tensa, que ellos piensan mejor que nosotros, y que dad, fácil de penetrar en los cánones del Derecho In- no pueden equivocarse en los medios empleados pa- ternacional, la teoría de que: el ciudadano, una vez ra la intervención y para la defensa de sus intereses fuera de su patria, se ha de arreglar y comportar co- en el Continente. mo a bien tenga, en la nueva tierra adoptada por su propio y libre albedrío, obediente a sus leyes en sus Caminamos todos de esta manera en el mundo, haberes, sin derecho a reclamaciones diplomáticas.. perdido el rumbo e inconscientes del escollo. El amor humano, el justo medio, el respeto de lo ajeno, la Tal doctrina aliviaría de manera trascendental igualdad social, el supremo y divino alcance del Evan- las ansiedades del mundo y las guerras de unos pue- gelio, caen destrozados, y viene la tristeza de la irre- blos contra otros. dención, la silueta desnuda y sepulcral del Calvario, padecido por el Hijo del Hombre en Galilea. Rena- Es ley comprobada por la historia que más jus- ce, resucita Jesucristo, macilento siempre y con la to y ecuánime es el hombre cuando sabe forjarse por Cruz a cuestas por una eternidad, no solamente el sí mismo y menos suele pensar en el daño de los de- tercero día. Este es el supremo martirio del hombre. más y en la protección ajena, aún de sus padres o de su patria. El Departamento de Estado, en Washington, co- mo en Londres, Berlín, París y Tokio, piensa que don- La expresión de Stimson en Tipitapa de que Es- dequiera que se encuentra un connacional, merece tados Unidos de América no podía cometer error, nos respeto y protección, de parte de su patria, y ésta, reveló en toda su fuerza, el alcance de la palabra por la fuerza, ha de obligar a la otra a padecer en nacionalismo. La Nación es todo; y al pensar y creer igual forma por el bienestar del extranjero, más que fanáticamente que no yerra, se establece un círculo por sus propios hijos. de acción que se roza en un punto con cada otra na- ción vecina. La que se halla en la tangente, en el a si el representante es injusto? ¿Por qué pen- lindero, ha de pensar lo mismo; México, por ejem- sar que ese emigrante, buzo de concesiones y privi- plo, o el Canadá, o en nombre de éste Inglaterra; y legios, no puede equivocarse y que una vez equivo- mirando en lontananza, el Asia, a través del grande cado expone a su país a error e injusticia y abuso de oceáno Pacífico, el Japón tiene derecho a pensar de la fuerza imperialista que Dios le ha dado? idéntica manera; y acaba de pensarlo y ejecutarlo, penetrando por fuerza en Manchuria y en el viejo so- Y el representante diplomático de ésta o aquélla lar de la raza amarilla, China. poderosa nación ¿no se halla, acaso, expuesto a error, por ser humano? ¿No podrá cegarle el interés y el Inglaterra no comete error, generalizando la ex- amor de sus connacionales? Porque el juicio se per- presión de Stimson, en mantener un pie en la India vierte cuando el interés propio se apodera de la con- y en sus otras posesiones. De igual manera, Francia ciencia. y España, no han cometido error en Marruecos. Pue- den tomarlo para su propio beneficio, aunque a las ¿No sería posible aquí en la tierra reparar todo veces sucede que el beneficio se convierte en male- error, una vez cometido? ficio. Para nosotros el Derecho, sea Privado, Público Se comprende que en Tipitapa, el hombre que o Internacional, debe descansar en la igualdad. Si el más tarde fue Secretario de Estado, Stimson, exaló Almirante Latimer a nombre de su Gobierno, hundía de su alma, del fondo de su ser, todo el amor que en aguas de Río Grande las armas y municiones del

33 Ejército Constitucionalista, de Idéntica manera debió gencia de los medios. El problema es claro, en cuan- hundir en aguas de Corinto las armas y municiones to a que Estados Unidos de América tiene una misión que a Chamorro y a Díaz llegaban. Habría ahorrado que cumplir, como todas las naciones, por su propia a su patria el odio del resto de América y habría he- existencia y por el bien de todas las otras naciones de cho un gesto de nobleza y de hidalguía, como lo ha- América, si le fuere posible, ya que ha sido la pri- cían los Cruzados y caballeros de la Edad Media. meza República bien constituida en el mundo moder- no. En Estados Unidos, para entrar los campeones de boxeo al ring, se pesan en una balanza. Algunas Los medios podrían ser diferentes. Como en to- libras más de peso puede tener uno de los contendiera do, los intereses han vuelto el seso tal vez al Depar- tes, pero más o menos se busca igualdad. Esto es en tamento de Estado, procediendo con violencia o au- Estados Unidos una costumbre justa, ¿por qué no lo tocracia; pero de todas maneras el porvenir del Con- ha de ser en Nicaragua? Si Washington ha tenido al- tinente se vería amenazado si descuida las posicio- gún empeño—que no lo creemos—en que nosotros los nes militares y estratégicas que el destino le ha se- nicaragüenses nos matemos los unos a los otros, se ñalado. nos debía dar a los contendientes iguales armas, a se- mejanza de Ios caballeros de la Edad Media. Y si no No hay equilibrio, ni en el sistema solar sino tenía ese interés, habría acortado su camino de Tipi- por contrapeso, con el fiel de la balanza en la mano tapa, desarmando de antemano a ambos contendien- para no perecer. Por desgracia, solamente una mano tes obligándoles con la sola presencia de sus escua- poderosa puede y debe mantener ese fiel de la balan- dras a la paz. za y ese ha sido el destino de Estados Unidos en el Continente de Colón. Defender estas tierras y prever Cuando nos hemos referido al señor Almirante las consecuencias de otra invasión europea o asiática. Latimer, comprendemos en la expresión al Departa- mento de Estado, porque en las grandes potencias no ¿Ha previsto sabiamente? mandan, sino que ejecutan los militares las órdenes de sus respectivas cancillerías. Son máquinas, y aun- No queremos saberlo. La evolución humana es que no lo sean, las leyes militares obligan a no pen- tardía y la experiencia necesita de siglos para alum- sar, a perder el dón sublime de la inteligencia que brar el camino. Ha vacilado, ha cometido errores; pe- Dios nos dió y el generoso impulso de la conciencia. ro con firmeza y obstinación en el propósito. La his- toria de Nicaragua lo demuestra, en este último cuar- to de siglo. CAPITULO XIV EL TERMINO MEDIO No sabemos qué presunciones tenía el Secretarlo de Estado, Philander C. Knox contra el Dictador Ze- Empero, no nos ceguemos. No argumentemos pen- laya, en 1909. Lo cierto es que aquél apoyó la revo- sando en lo que la humanidad debiera ser, según la lución contra éste, alegando su sistema de gobierno. ley de Cristo, sino en lo que es. Una nación podero- Ciertamente, era tenebroso el sistema, mas por idén- sa, de la clase y calidad de Estados Unidos de Amé- ticas razones puede ayudar a cualquiera rebelión en rica, no puede cruzarse de brazos ante el destino. Tie- Turquía. Pero allá en Stambul no le intersaba el apa- ne que forjarlo ella misma. Su historia es de ayer. recer como salvador de las instituciones republicanas. Es arteria desprendida de Inglaterra. En más de cien En la pequeña nación que da albergue al Río San años de existencia ha crecido lo que nadie habrá po- Juan y al Gran Lago, es decir, al probable canal que dido prever, por la influencia de los inmigrantes de podría rivalizar con el de Panamá, le convenía la in- Europa, que buscan tierra y trabajo. Se ha llenado tervención, con el pretexto de la república. tanto de población, que al cabo se ve obligada a ex- tender su esfera de acción, como lo han hecho siem- Mr. Knox no tuvo el dón de pensar en otro sis- pre las naciones de Europa y Asia. tema que el empleado por Teodoro Roosevelt en el Darién: tomar Panamá. El Secretario Knox quiso, Por las premisas sentadas en esta obra, el autor pues, partir a Nicaragua y se refiere que ya había debe pensar de Estados Unidos de igual manera que hecho una raya roja en el mapa de nuestra patria, respecto de otras naciones poderosas. Tiene necesida- que cercenaba nuestra costa Atlántica. des, ideal de grandeza que realizar en el mundo, aun- que sea a costa de Nicaragua, aún a costa de otras Estando el autor en Estados Unidos, en el año naciones del Caribe, del Asia y de Europa igualmen- 1911, después de la guerra de Bluefields, temeroso te. del mal que se pretendía hacer a su patria, escribió una carta a Mr. Thomas C. Dawson, el de los Pactos Nicaragua, por suerte o por desgracia, nadie sa- Dawson con el Gobierno revolucionario de Estrada y be los designios del universo, se encuentra en plano Díaz. En la carta se hablaba, mejor dicho, se suplica- equidistante de Estados Unidos, Europa y Asia. Su ba al Departamento de Estado que se nos tratara co- geografía no la hizo Colón, ni los indios, ni nosotros mo a hermanos, que no se nos mutilara; que bien po- sus descendientes. Nació del Creador, con el río San dría Nicaragua ceder a perpetuidad, a Estados Uni- Juan y el Gran Lago, es decir, el probable canal. Su dos, el derecho de construir el canal, para evitar todo situación conviene a la defensa de Estados Unidos y recelo, y las estaciones navales necesarias a la defen- del Continente entero. Error puede haber en la esco- sa del Continente.

34 Mr. Dawson contestó de manera expresiva: "He "Era muy joven y se me ocurrió casarme. Siem- leído y releído su interesante carta". pre sucede que el recién casado quiere mucho a los de casa de su mujer. Esto es en la luna de miel, Y más tarde se firmó el tratado Bryan-Chamo- después ya no. rro, no muy de nuestro agrado, pero bastante para quitarnos del pecho el incierto porvenir, el nublado "Propuse un negocio a uno de mis cuñados. For- de la secesión de nuestra Costa Atlántica. maríamos un gallinero. Yo sería el socio capitalista. El, el industrial. Yo conseguiría el dinero necesario. Tal es el término medio de que hemos hablado. Las naciones pueden comprenderse sin destruirse. El "Lo conseguí en Managua. Volví a la tierruca poderoso puede hacer el bien. El dario es siempre in- con la plata y lo participé al cuñado. grato. No pagó Estados Unidos en lo que vale la op- "—Y cuánto trajiste?, repuso éste. ción al canal, con tres millones de pesos; pues se es- tima cien veces más nuestra costa Atlántica y mil "—Seiscientos pesos plata, le conteste. veces más el honor. "—Pues de eso, José María, trescientos son míos. Tales son nuestras objeciones. El Departamento de Estado debiera velar mejor por nosotros. Lo que "—Pero hermano, repuse amoscado, si no han le hemos dado, la opción del Canal, no solamente va- puesto las gallinas todavía. le la cantidad referida. Vale la tranquilidad de Esta- dos Unidos por doscientos años, y ante el Derecho In- El, colérico: —a qué se entiende, pues, por so- ternacional mucho más que los tratados Clayton— ciedad? Bulwer y Hay —Pauncefote, celebrados entre nacio- nes que ningún derecho tenían en el referido Canal. "—La unión de dos o más, repuse, que se dedi- Nicaragua con la opción abandona una grata esperan- can a cierta empresa, y de los productos se reparten za, porque Estados Unidos no construirá el Canal por iguales partes; pero de los productos y no del ca- nuestro, sino cuando algún cataclismo destruya el de pital, que yo traigo, el cual debo pagar muy pronto Panamá. Tenemos, pues, bastante tiempo los nicara- con el uno por ciento de interés mensual". giienses, para trabajar a la sombra de nuestras tris- tezas, y no para llorar bajo los sauces de Babilonia. Y no hubo sociedad. El socio había enseriado muy a tiempo las orejas. Estos recuerdos obligaron al autor, hallándose de Presidente de Nicaragua, a decir al señor Minis- "El término medio, pues, para llegar a una inte- tro Americano Eberhardt, al Recaudador General, ligencia verdadera entre Nicaragua y Estados Unidos, Lindberg y^ a otros interesados en estos asuntos, ha- estaría en no llegar a los extremos apuntados. Que blando con ellos: no tengan los norteamericanos la mejor parte en la sociedad y nosotros nada. "Los Banqueros han hecho con nosotros lo que un hermano mío refiere que le aconteció con un com- Se debiera tratar por parte de Washington a Ni- padre. caragua como a hermana preferida. Que no vengan "Tenía mi hermano una pava sola, y el compa- acorazados a nuestras playas, ni Almirantes con ma- dre un pavo. Se propuso hacer una com,pañía para la rinos. Si llegan, que lleguen desarmados. crianza de pavos, y el bueno del compadre aceptó. Nosotros tenemos abundantes y ricos frutos para "Andando los días, si mal no recuerdo a mi re- la exportación. Que se nos rebaje en Estados Unidos greso de Estados Unidos, en 1913, mi hermano quiso los aranceles de importación. Que haya vínculos in- obsequiarme con una cena en Noche Buena, y me telectuales e intereses comunes. Que el Departamen- convidó a acompañarle, a casa del compadre, para to de Estado sea mediador y no mandador. llevar algún pavito y guisarlo. "Una vez allá, mi hermano vió una parvada de CAPITULO XV pavitos que en el patio piaban y dijo: "Compadre LA INTERVENCION ARMADA DE 1912 ;cuántos pavos tiene! "Por única contestación, el hombre repuso: "¡Ay! Desde el tratado Clayton—Bulwer de 1850 y el compadre, su pava no pone". Hay—Pauncefote, que abrogó aquél, celebrados en- tre Estados Unidos de América e Inglaterra, el Go- "Devuélvala, pues, dijo mi herinano, para comer- bierno de Washington se halla en Nicaragua y es el mela con José María esta noche". árbitro de los destinos de Centro América, especial- Y la comimos. Pero no se parece un indio cam- mente de nuestra patria. Pero esta historia no es bien pesino de estos a los Banqueros de Wall Street. Cos- conocida. taría mucho a Nicaragua el conseguir que le devol- vieran la pava, y todavía le cuesta. Nicaragua ha sido la manzana de discordia, sin haber tenido la oportunidad de ser oída, que como El autor refirió otra anécdota a los circunstan- dueña del territorio que el canal cruzará, es lo justo tes, un poco serio. en derecho, al decir de los jurisconsultos.

35 Es innecesario referir los trabajos, proyectos y barcarían también el autor de este libro, llamado por esfuerzos del Departamento de Estado, durante lar- el Dictador guatemalteco para encargarle de la con- gos años, para asegurar de manera permanente cier- ducción de estos auxilios y de un cheque de quince tos derechos en la construcción del canal nicaragüen- mil pesos oro, destinado al General Manuel Bonilla se, o para evitar que otra nación poderosa ponga el de Honduras residente en Belice, para que comprara pie en nuestra vida nacional, llevando a cabo la obra. elementos de guerra en New Orleans y los enviara a Bluefields. Durante el Gobierno de Teodoro Roosevelt, hu- bo la compra del canal de Panamá a la Compañía Al regreso de Belice a Puerto Barrios, el autor francesa de Lesseps, y después de Gobernante, el encontró un vapor noruego listo para zarpar, y allí empeño del Departamento de Estado se delineó de ma- embarcó. nera clara y perseverante, con respecto de Nicara- gua. Alegremente fue recibido en Bluefields con víto- res a las armas que llegaban. Entraron al vapor Es- Encontraba resistencia en los Gobernantes nica- trada, Chamorro y Díaz preguntando por los rifles, ragüenses, no en los conservadores llamados de los ametralladoras y cañones. treinta años, sino en el General José Santos Zelaya a quien en Diciembre de 1909, el Secretario Knox le —¿Dónde están, José Maria, dijo Chamorro. declaró fuera de toda ley internacional. El autor contestó que en las bodegas. Así lo su- Habiendo querido tratar con el Dictador, un Mi- ponía; pero al registrar el cargamento sólo encontra- nistro Americano llegó a Managua a proponer los con- mos harina, galletas y otros comestibles. El desencan- venios consiguientes, y fue desoído, con alguna des- to fue grande. En verdad, las armas habían sido em- cortesía. De igual manera o peor se recibió al Minis- barcadas en Puerto Barrios, pero durante el viaje tro Coolidge, negándole un día el agua, el pan y el del autor a Belice, se supo de la derrota de San Juan servicio en la Legación. del Norte, y el Presidente Cabrera mandó sacarlas del vapor, dejando solo las galletas, para alimento de Los adversarios conservadores del Dictador apro- los derrotados. Obraba con su prudencia habitual, vecharon este incidente, pero no como generalmente pues si tras la derrota Bluefields caía en poder de se cree, iniciando ellos en Bluefields la revolución de Zelaya, aquellos elementos de guerra se habrían per- 1909, sino apoyando el levantamiento del General dido. El autor sintió pena profunda, más había hecho Juan J. Estrada, Intendente de la Costa Atlántica, buena amistad con un enviado confidencial del Pre- llevado a cabo con liberales y con Don Adolfo Díaz y sidente guatemalteco y se consiguió el envío de las Luis Mena, únicos conservadores, en los principios de armas, las cuales llegaron poco antes de la mencio- la revuelta. Díaz envió informe al General Emiliano nada batalla de El Recreo. Chamorro, quien se hallaba en Guatemala, protegido por el Dictador Estrada Cabrera, émulo de Zelaya. El Gobierno provisional de Estrada había envia- Chamorro llegó de incógnito a Bluefields, en los do a New Orleans a comprar elementos, después de días más o menos del levantamiento. El y el Gene- que el Secretario Knox abrió las puertas de Estados ral Luis Mena ocupaban segundo lugar en el ejérci- Unidos, declarando de facto a ambos gobiernos, al to. El jefe, bastante fuerte de temperamento y de ca- de Managua y el de Bluefields, un agente revolucio- rácter, General Pedro Fornos Días, atrajo a Zelaya o nario. a sus fuerzas a la montaña, hacia el suampo y le pre- sentó batalla en El Recreo, venciendo de manera san- Llegaron también por esta parte mil rifles y al- grienta y reñida y capturando los restos del Ejército gunas ametralladoras. El agente comprador recordó zelayista. en New Orleans al General Manuel Bonilla, de los quince mil, pidiéndole solamente seis mil. Los otros nueve pasaron a otras manos sin beneficio para la re- Los vapores de guerra americanos ocuparon El volución. Bluff y ofrecieron dar alimento y algún albergue al ejército prisionero. Alegrísimos los revolucionarios corrieron a la Intendencia a empuñar las armas, mas un soldado cu- En los Consejos del Presidente Provisional Es- rioso quiso probar el cartucho y el cartucho no en- trada, tomaba participación el Cónsul Americano Mo- tró en la recámara. ffat, quien daba continuo informe al Departamento de Estado sobre la marcha, éxitos o descalabros de la "—Vea, General, gritó, no entra!", mostrando el revolución. Había ésta, en verdad, sufrido en San cartucho y el rifle. Juan del Norte, en donde un jefe de Zelaya, el Ge- neral Salvador Toledo, derrotó al General Emiliano Era verdad. El agente compró rifles de un cali- Chamorro. bre y cartuchos de otro. Estrada Cabrera auxiliaba con víveres y elemen- Con todas estas peripecias, como el 22 de Diciem- tos de guerra a la revolución; pero al conocer la de- bre de 1909 vino la dicha batalla de El Recreo y por rrota de Chamorro detuvo las armas que ya tenía a suerte hubo victoria, porque el plan de ataque fue bordo de un vapor en Puerto Barrios, en donde em- malamente concebido.

36 Con la victoria, Zelaya entregó el Poder a Ma- "—Necesitamos que salgas inmediatamente para driz y éste propuso a Estrada la paz. El Provisional Bluefields para que hables al General Estrada de pro- se inclinaba a los arreglos y todos los liberales, es- clanaar la independencia de la Costa Atlántica de Ni- pecialmente el General Fornos Díaz, quien pidió au- caragua y solicitar el reconocimiento de la nueva Re- torización y poderes para ir a Managua. pública". Embarcó de noche en Bluefields. El tiempo era El autor se mantuvo sereno, dominándose y com- tenebroso, la mar terrible. Por esto, doña Salvadora prendiendo que era conveniente ir a Bluefields a de Estrada dijo al atrevido viajero: "No salga esta marcha forzada, no para pedir a Estrada semejante noche, General. Espere buen tiempo". afrenta, sino para prevenirle y rogarle que no lo hi- ciera. "Yo venceré a los elementos", contestó el gue- rrero. Lo encontró patriota. Contestó que jamás lo ha- ría. Un dia, ya de regreso al Rama, medio organiza- Pero los elementos desencadenados lo vencieron das las tropas, peleando en Bluefields y El Rama con- en San Juan del Norte; y la guerra cambió de jefes, tra fuerzas numerosas de Madriz, visitó a Mena Don tornándose de liberal a conservadora. Esta fracción Adolfo Díaz y le refirió que el Cónsul Moffat había no quería la paz: se hizo dueña de la situación. Los presentado a Estrada el borrador de un radiograma liberales se retiraron, excepto el Presidente Provi- dirigido al Secretario Knox, que contenía la declara- sional Estrada y el autor. Tomó el mando en jefe, el ción de Independencia de nuestra Costa Atlántica y General Chamorro, quien con un ejército de más de su Reconocimiento como República. Pedía consejo a mil hombres, bien equipado, con cañones y ametra- Mena y al autor. Este sabía la opinión de Mena, fa- lladoras y buenos soldados, hizo su marcha al inte- vorable al proyecto. Si mal no recuerda, también a rior, sobre el río Escondido y el Siquia. Concibió el Díaz había exhortado para que no apoyara tan pe- plan de desconcert,ar a las fuerzas de Madriz, diri- nosa resolución. El General Mena guardó silencio. El giéndose hacia el Norte, a Matagalpa, de volver rá- autor se indignó y protestó. pidamente a Managua y presentar batalla decisiva en Tisma, en donde fue completamente derrotado, per- Más tarde se supieron bien los hechos. No sola- diendo todo el ejército. mente el borrador referido le presentó Mr. Moffat a Estrada, sino que los principales conservadores le lle- Tisma es un pequeño lugar, situado hacia el río varon una acta, para que la firmara, con la misma Tipitapa, a cuatro o cinco millas de Managua, muy petición, dirigida al Departamento de Estado. fácil para ser arrollado por las fuerzas del Gobierno de Managua. Es conveniente referir en este punto, porque ello viene a colación en cuanto al Departamento de Esta- Se dijo que Chamorro había adoptado este plan do, que Madriz, el sucesor de Zelaya, había cobrado para tomar Managua y adueñarse del Poder, en lu- energía después de la batalla de Tisma, y que dirigió gar de Estrada. Sólo él y Dios lo saben. dos ejércitos a Bluefields, al mando de los Generales Godoy y Chavarría, por tierra, y una expedición por Al juntarse con nosotros en Acoyapa, Chamorro mar, en un vapor comprado en New Orlean.s llamado dirigió a Estrada el siguiente telegrama: "He perdido Fénix, bajo el mando del General Julián Irias. el ejército. Vengo a que me juzgue". Llegaba sola- mente con cuatro ayudantes. La situación revolucionaria se vió seriamente comprometida. El General Godoy se hallaba a las Apenas conocieron la derrota la.s fuerzas victo- puertas de Bluefields; Chavarría amagaba a Mena en riosas, se desbandaron, reduciéndose a noventa hom- El Rama, e Irías había llevado a cabo felizmente su bres y un pequeño número de ametralladoras. expedición tomando El Bluff. El autor, en los días de la batalla de Tisma, ha- Aquí echó sus restos el Departamento de Estado bía dado informe por radio de Bluefields al Presi- en la balanza, declarando zona neutral la ciudad de dente Estrada Cabrera de las victorias de San Vicen- Bluefields y prohibiendo el combate a tiro de rifle, te y Tisma, y como ésta no era cierta, recibió la si- como se dice, y permitiendo la creación, por parte de guiente dura contestación: los revolucionarios, de un nuevo puerto, con lo cual se le ahogó la victoria al General Irías y por conse- "La guerra no se hace con palabras. Chamorro cuencias al Gobierno de Madriz. ha sido derrotado en Tisma". Añádase a esto que Moffat se oponía, después de El autor guardó en su pecho por muchos días el las victorias de Bluefields y Rama, a nuestra' marcha amargo de la frase, pero él no era militar. Redacta- al interior. Así le habló al General Conrad de New ba en lenguaje revolucionario un Boletín de la Re- Orleans, que peleaba a nuestro lado. Que el proble- volución y en la expedición al interior acompañaba ma debía resolverse en Bluefields. Nada para el in- al General Mena en su Estado Mayor y le servía de terior. secretario y consejero cuando él así lo requería. El lector se imaginará lo que esto significaba Durante la retirada, los generales Chamorro y para un hijo de Nicaragua, enamorado de su pa- Mena, una noche, llamaron al autor y le dijeron: tria y de su integridad. Ya el autor había padecido

37 el acicate del radiograma de Estrada Cabrera. La gue- comprometido el honor de Estados Unidos en su cum- rra no se hace con palabras. .. Y ahora caía la mon- plimiento. Esta fue la culminación de los trabajos de taña, el diluvio, la secesión de la Costa Atlántica, la Washington para obtener derechos en la vida domés- tierra que orgullosamente Zelaya había recobrado. tica de Nicaragua y el verdadero principio de la in- tervención armada en nuestra patria. Dame armas, dijo el General Luis Mena, quiero pelear. En virtud de los referidos convenios, el Gobier- no Provisional de Estrada y Díaz fue reconocido. Y de igual manera que de Prinzapolka a Mati- guás en 1927, así entonces, como sonámbulo, con cua- En este Gobierno solamente dos liberales queda- renta hombres que Mena le diera, comenzó la marcha ron: el Presidente Estrada y el autor, quien fue lla- al interior, cortando al ejército de Madriz en el Mue- mado a la Secretaría de la Gobernación. Todo lo de- lle de los Bueyes, en Acoyapa, en el río Tipitapa y más, el ejército mismo, pertenecía al Partido Conser- entrando a Managua .A esta ciudad llegaron el Pre- vador. En Hispano América, tal vez en Estados Uni- sidente Provisional, Estrada. Don Adolfo Díaz, el Cón- dos también, se sabe lo que esto significa, lo que los sul Moffat; y tras ellos, procedente de Washington, españoles definimos diciendo: perros y gatos en un un Delegado del Departamento de Estado, Thomas C. saco. Y el autor ha visto, a pesar de todo, que perros Dawson, y con su mediación se firmaron los llama- y gatos, poco a poco, aprenden a jugar juntos, mien- dos Pactos Dawson, de 1910, que por los trascenden- tras que los partidos no, sino para engañarse mutua- tales para Nicaragua merecen copiarse aquí, más o mente. menos: La lucha comenzó muy sorda. Chamorro quería 19 Convocatoria de una Asamblea Constituyente. desposeer a Estrada, y por rivalidad Mena apoyaba a éste, para librarse de Chamorro, el más poderoso en 29 Elección del General Juan José Estrada para el Partido Conservador, por ser jefe muy querido en- Presidente Provisional por dos años, y Don Adolfo tre ellos. Díaz para Vice. Hubo la Constituyente. Pugnaba en ella Chamo- 39 Compromiso de los firmantes para escoger un rro por no elegir a Estrada y Díaz. El día de la elec- candidato, dos años después, y trabajar con la elec- ción, Mena subió a Tiscapa y se preparó con cañones ción de tal candidato. para apoyar a Estrada; mas no hubo necesidad de ello. Chamorro estaba con menos amigos en la Asam- 49 Obligación de solicitar los buenos oficios del blea, y Estrada fue electo por aclamación. Departamento de Estado, para conseguir un emprés- tito en Estados Unidos de quince millones de pesos Los conservadores continuaron en su empeño y oro. propusieron una ley, la cual establecía una especie de gobierno parlamentario, el derecho de llamar a Firmaban estos Pactos cinco dirigentes de la Re- censura a los Secretarios de Estado cuando la Legis- volución, cuatro conservadores y un liberal. Este era lativa lo quisiere. El Gobierno de Estrada entonces, el Provisional, Juan J. Estrada y los otros, Díaz, Cha- apoyado por Mena y el autor, emitió el decreto de morro, (Emiliano), Mena y Solórzano (Fernando). disolución de la Constituyente, el 5 de Abril de 1911. Garantizador de los Pactos, el Delegado Dawson. Al firmar el decreto, Estrada y sus cinco Ministros, Mena, el de la Guerra, decía, dirigiéndose a Estrada: ¿Había cambiado de táctica el Departamento de Si quiere mando preparar un tren para Chamorro, Estado? No provenía de Washington el pensamiento que salga del país. El de Fomento, Don Salvador Cal- de secesión de la Costa Atlántica? ¿Eran ideas éstas derón, agregaba: estos me deben un freno. El autor de Moffat y los conservadores solamente? callaba; siempre ha gustado del silencio.

E lector juzgará por los hechos y la relación de En el decreto se convocaba una Asamblea Cons- ellos, imparcial y lógica. Por de pronto se ha de po- tituyente, en la cual, ni Estrada ni Díaz tuvieron par- ner en atención, en el parecido que existe en el pro- tidarios, solamente el Ministro de la Guerra, Mena. cedimiento del Departamento d Estado, con relación a No poseía éste grandes cualidades de inteligencia, pe- los Pactos Centroamericanos de 1923, en los cuales ro sí de astucia. Ya no tenía a nadie en frente. Cha- Washington solamente aparece como garantizador, pe- morro había emigrado voluntariamente para Hondu- ro con la mano fuerte para que se cumplan. Ese pro- ras y sólo quedaban, Estrada, Díaz, y Calderón Ra- ceder se siguió con los Pactos Dawson. Se habrían mírez, todos de carácter apático, muy ajenos a la dia- de cumplir por la razón o la fuerza y la intervención ria batalla. El autor era amigo de Mena. armada se cernía en el horizonte, ya con un derecho o cuasi derecho. Igual procedimiento se había usado Dueño de las armas y del Congreso, Mena pensó por Teodoro Rosevelt en Panamá, que produjo la en sí mismo. desmembración de Colombia y una nueva República Independiente. El día en que Chamorro salió para Honduras, Mena recibió una comisión de políticos granadinos, Siendo garantizador de los Convenios o Pactos la cual le ofrecía hacerle Jefe del Partido Conserva- Dawson el mismo Departamento de Estado, quedaba dor, en vez de Chamorro.

38 Mena tuvo confianza para hablar sobre ésto con Cárdenas se oponía con palabras dignas de un hon- el autor, y la contestación fue la siguiente: rado ciudadano". Don Adolfo Díaz hizo las mismas referencias, diciendo que de acuerdo con Estrada se "Te engañas, o te engañan, Mena. Los Pactos había opuesto a la negociación y que así debía con- Dawson no te permitirán ocurrir a la fuerza. No es testarse al señor Ministro de Nicaragua en Washing- de cañas huecas la lucha (así llamaba Mena los fu- ton. siles) sino de cumplimiento de los Pactos Dawson". Y así se hizo. Mena no respondió. Comenzó a desconfiar de su amigo más íntimo, porque no le apoyaba en su deseo Causó sorpresa en Managua la llegada inmedia- de arrojar a Estrada del Poder. ta, del mismo día, del autor de la referida carta, a rogar a Estrada, a Mena y al autor que le salvaran Entre paréntesis. Mena gozaba de todo. Distri- de la deshonra, declarando a Washington que la emi- buía los dineros de la Tesorería Nacional a su anto- sión había sido ordenada por el Gobierno revolucio- jo. Era dueño del ejército. El Presidente Estrada le nario. quería, confiaba en él, y este amigo del lector tam- bién. Y luego se supo toda la verdad. Seecret había fraguado el plan de falsificación en casa de un pa- Don Adolfo Díaz, Vicepresidente y a la vez Mi- riente político del Cónsul inglés Martin, en Mana- nistro de Hacienda, descuidaba la oficina, dejándola gua. Se proponía doscientos cincuenta mil, pero See- en manos del Subsecretario José Rosa Sandino, he- cret iría a Chicago para contratar la emisión, apro- chura de Mena. vechando para ellos, el sobrante de cuatro millones y setecientos cincuenta mil. El Tesoro Nacional tenía solamente papel mone- da. De una emisión del Gobierno de los revoluciona- rios todavía encontramos siete millones de pesos, los El de la carta no daba tregua a sus ruegos. En cuales se distribuyeron rápidamente en Granada por la casa del mismo suegro político del referido Cón- exacciones y no exacciones de guerra. sul inglés Martin, en donde vivía Mena, el autor vió que aquél se le arrodillaba llorando y rogando que El Gobierno de Estrada resolvió editar quince le salvara de la deshonra. millones más, y lo hizo en efecto con las formalida- des legales. Y siguiendo el ejemplo del Gobierno, por Hubo allí discusión. La oposición del autor con- su propia responsabilidad los Ministros de la Guerra, tinuaba más fuerte y se notaba contrariedad en Me- General Mena, y el de Hacienda, Sandino, ordenaron na. la emisión de otros diez millones, sin las formalida- des legales. Fueron hechas todas en Chicago, como Como en esos días se tratara del nombramiento también la llamada falsificación de Seecret, porque de un Agente Financiero, para la emisión de los quin- un día, en medio del estupor del Gabinete, se recibió ce millones de pesos del reciente decreto del Gobier- del Ministro en Washington, Salvador Castrillo, un no de Estrada, atrás referido, el señor Ministro de la cablegrama que más o menos decía: Guerra, visitó a su colega de la Gobernación y le dijo: "Hagamos el nombramiento" de Agente Finan- "Departamento de Estado desea saber si es ver- ciero para el Dr (el cóm- dad que un americano de apellido Seecret, quien se plice de la falsificación). halla prisionero en Chicago, por falsificación de cin- co millones, moneda de Nicaragua, ha obrado de Se leyó con calma el borrador acuerdo con importantes personajes de la revolución Hubo alguna pausa; y después, sin preámbulos, el de Bluefields". autor dijo:

Hubo Consejo de Ministros, a consecuencia de "¡No sabes, Mena, que los cinco millones de See- este mensaje. cret, de que habla en su cablegrama el Ministro de Nicaragua en Washington, falsificados, vendrán a Ni- Mena, el de la Guerra, guardó silencio, Don To- caragua en unos almohadones de una lancha de ga- más Martínez, de Relaciones, protestó diciendo que solina, por el Gran Lago, importada por la casa Sel- el Gobierno debía rehuir toda responsabilidad en es- va & Sandino? Este último es el Subsecretario de te asunto; don Adolfo Díaz, el de Hacienda, se opu- Hacienda, de la firma mencionada, y al enviar de so igualmente a la declaración de que los revolucio- Agente Financiero a la persona indicada, el Gobier- narios de Octubre tuviesen parte en el negocio. El no en que tú tienes parte, resultaría seriamente com- autor, Ministro de la Gobernación, apoyando esta te- prometido". sis, agregó: "Recuerdo que a Bluefields llegó una carta del Dr. Adán Cárdenas ex-presidente, quien re- Y luego el autor hizo pedazos el borrador agre- sidía en Costa Rica, carta en la cual incluía otra pro- gando: Yo no he peleado por estas cosas, sino por el cedente de Granada que aconsejaba para el servicio honor de Nicaragua. de la revolución, la emisión de doscientos cincuenta mil pesos billete nacional (habia un ejemplar de un El General Mena frunció el entrecejo. Era un billete de cinco pesos de la emisión Madriz). El Dr. golpe más a la amistad que de antaño cultivábamos.

39 Previno el autor al Presidente Estrada suplicán- Por otro lado estaban los actores norteamerica- dole que no diera su aprobación, y Estrada prome- nos: Mr. Elliot Northcott y su Secretario Gunther, tió negarse. representantes de Estados Unidos de América, en la casa llamada Sarracena; un representante financiero Andando los días, expatriado, después el 9 de de apellido Wands, presentado por el Ministro North- Mayo de 1911, en el Hotel Imperial de New York, cott en su mismo discurso de recepción. Este hacen- Estrada y el autor, recibieron visita del Cónsul Mo- dista solamente se ocupaba en estudiar la manera y ffat y de un Agente de los Banqueros Brown Bro- forma de hacer llegar a Nicaragua los prometidos thers y Seligman de New York. Ellos decían: "Hay quince millones de los Pactos Dawson. una nueva emisión de diez millones autorizada en Nicaragua por el Subsecretario de Hacienda, Sandi- En una humilde casa de Managua vivían tam- no; y radiogramas de Estrada, el señor Presidente, y bién el Cónsul Americano en Bluefields, Thomas P. del Ministro de la Guerra, Mena, en los cuales decla- Moffat y un alemán llamado Ricardo Sussman, cono- ran que la emisión de Seecret fue hecha con la auto- cido de los nicaragüenses desde los tiempos de Ze- rización del Gobierno revolucionario". laya.

La sorpresa fué intensa. El autor dirigiéndose a De una a otra casa iban y venían, se visitaban Estrada dijo: y se agitaban los protagonistas, y afuera, el país, pal- pitante, ansioso de saber si sobrevendría la paz o el —¿Hizo Ud. eso? diluvio.

—¿Y cómo no lo había de hacer, si el falsifica- Al General Luis Mena lo azuzaban muchos, di- dor se me arrodilló llorando? ciéndole: ¿qué hace ?, tome eso! Ud. es hombre fuer- te y popular! —Es la eterna historia de la Magdalena, contes- tó el autor. Quien se arrodilla es perdonado. Y efectivamente, gracias a los cuarenta y tan- tos millones de la emisión, el de la Guerra repartía Mientras tanto los cinco millones falsificados, dinero y más dinero. Nos llevaba en ésto con mucha ya habían entrado a Nicaragua, en los consabidos al- superioridad la delantera. mohadones de la gasolina. El Comisionado Wand se preocupaba por los mi- Resultaron así quince millones legales de Estra- llones prometidos, la tierra de Canaan. Estrada y el da, diez millones de Mena y Sandino y cinco de See- autor le dijeron que no necesitaba Nicaragua de tan- cret. En total treinta millones de pesos billete nacio- to dinero; que cinco millones de pesos oro bastarían nal. Y del Gobierno de Madriz otros quince millo- para fundar un Banco Nacional con ese respaldo, va- nes, con los cuales se suman cuarenta y cinco millo- lorizar los millones circulantes de papel moneda, re- nes, es decir, la ruina de Nicaragua, de la cual toda- duciendo paulatinamente la circulación, por medio vía estamos padeciendo. de incineraciones sucesivas.

CAPITULO XVI Parece que esta opinión no fue del agrado del sabio financiero, quien a poco resolvió regresar a DEL CAPITOLIO A LA ROCA Estados Unidos de América, a la consulta con los pe- ritos que allá abundan. Estrada había sido electo por la Asamblea Cons- tituyente, en cumplimiento de los Pactos Dawson, el Si un escritor pudiera juzgar a los Ministros de 19 de Enero de 1911. De este mes a Mayo sucedieron Estados Unidos, sin cometer error, el autor diría que los acontecimientos que últimamente se narran. Pa- Mr. Elliot Northcott no era digno protagonista, en recía un drama, en escenas y episodios de un inerés aquel drama. Se pasaba de sencillo y crédulo. No ha- real y emocionante. Los actores, vivían: El Presiden- bía conseja y cuento que no acogiera, sobre todo si te Estrada en el Campo de Marte; don Adolfo Díaz se trataba de liberales. Para él solamente los conser- en casa de su hermana Amelia; Don Luis Mena en la vadores eran buenos. referida casa del padre político del Cónsul Martin, quien vive hoy de sus riquezas en la nebulosa ciu- El Secretario Gunther no peinaba canas, y ya se dad de Londres; el autor, en una casa alquilada, de sabe que solamente con los años se adquiere el saber. la propiedad del Dr. Salvador Castrillo, Ministro en- tonces en Washington; y Don Salvador Calderón Ra- Si estos dos hombres o ciudadanos llegaban en mírez, actual Ministro en la bella ciudad de México, auxilio del nuevo Gobierno, los funerales de éste, sin en su casa solariega, con sus hermanas. El General duda, habrían de ser sangrientos, como los de Ale- Emiliano Chamorro había desaparecido temporalmen- jandro de Macedonia. te de la escena, muy contra su voluntad; pero en la política pocos saben el bien que hace el abandonar Viéndose Mena poderoso, con todas las autori- la lucha y descansar, siquiera por unas semanas, pa- dades del país de su hechura y semejanza: la Cons- ra prever los acontecimientos y salirles al paso y en- tituyente, el Ejército, Jefes Políticos y Directores de cauzarlos. No es agradable que se atraviesen en el Policía, pensó resueltamente en deshacerse de sus camino y nos arrollen. amigos, Estrada, Díaz y Moncada. Su táctica comen-

40 zó contra éste, diciendo a Estrada que le enviase de La entrevista fué corta. Mena acostado queján- Ministro a Guatemala y le diese veinte y cinco mil dose de reumatismo. Una botella de coñac y un vaso pesos billete para el viaje. Como había tanto papel grande en una mesa. moneda no tuvo temor de que el caudal concluyera, y sobre todo, que podían hacerse mis y más emisio- "jQué tal, José María?, dijo. Tomemos un tra- nes. Parece que a los Banqueros de New York les go". gustaba este camino, según se ha dicho que lo decla- raron ante una comisión investigadora americana del Toma tú. Congreso de EE. UU. Mena llenó el vaso y lo apuró. Mena con sus consejeros montaba un cochecito. De su casa salía a las seis de la tarde a visitar a Mo. ---"He venido, dijo el autor, para conocer de tus ffat y a Sussman, quienes vivían cerca del Parque propios labios la verdad de lo que me han dicho: que Central de Managua. Lo que se combinaba, lo sabía ya no estás satisfecho de mí, que ya no eres mi ami- el Presidente Estrada en memorandums que Moffat go y que quieres que salga del país". o Sussman le llevaban, el siguiente día de las pláti- cas. Al principio ignoró el autor el contenido de ellos, —"Es verdad, contestó. Mis amigos, los conser- pero después le llevaron copias. vadores, me aflijen diciendo que debes retirarte del Gobierno, pero yo siempre seré tu amigo. Te vas pa- El Cónsul Moffat y Sussman estaban esperando ra Guatemala y te daré todo lo que quieras". vapor que llegara a Corinto en dirección de Estados Unidos. Cruzarían Costa Rica y embarcarían en Puer- (Se comprende que el caudal emitido no se ago- to Limón. taba).

El General Mena les dió cartas dirigidas al Mi- —Antes de la emigración de Chamorro no ha- nistro Castrillo para que le apoyara en Washington, blabas así, repuso el autor. Yo era necesario a tu la- en el momento de dar el golpe. do y callabas a quien hablare mal de mí. Confiába- mos mutuamente, parecíamos unidos de manera in- En la víspera de su salida de Managua para Co- disoluble para salvar al país de las manos de la casa rinto, Sussman visitó en su despacho al Secretario Gobernadora (los Chamorros). Por manera que tanta de la Gobernación y le mostró u.n resumen del plan, sangre derramada desde la Costa hasta aquí, se ha agregando: "El señor Cónsul Moffat y yo saldremos derramado por el egoísmo de dos hombres, el tuyo y mañana. El me recomienda decir a Ud. que Mena da- el de Chamorro. Tú sabes, sin embargo, que además rá el golpe el día catorce de este mes. Nosotros que- de haberme unido a tí, también lo estoy con Estra- remos que Ud. apoye a Estrada". da y Díaz, que debo, pues, consultar con ellos. Si ellos quieren, me iré. SI no lucharéa la par de ellos". El Ministro escuchaba con repugnancia. Sabía que aquel hombre había recibido dinero de Mena, y Y mientras el nuevo Dictador apuraba sonrien- que se le ofrecía como amigo de Castrillo, el Minis- do otra copa, el autor se retiró a la casa solitaria en tro en Washington, su compadre. que habitaba.

"Mena mismo me ha dado dinero para ayudarle, Era el 7 de mayo de 1911. Por la noche Don pero yo trabajo por Estrada", terminó Sussman. Adolfo Díaz llegó a esa solitaria casa y desenvolvien- do un papel, dijo: El autor contestó con sequedad: —"Lea". Cumpliré con mi deber. El papel decía: "Ya te dije que Moncada debe Ni Moffat, ni Sussman, al parecer, querían a salir el 14 para Guatemala. Si no lo hace yo lo obli- Mena. Solamente le alentaban. Deseaban una confla- garé". —(f.) Luis Mena. gración cualquiera que fuese. De su puño y letra. Era el de la Guerra aytmo Otros nicaragüenses, al tanto de la conspiración, de letras, pero se expresaba con mucha concisión y en cuenta un Secretario de Estado, llevababan y claridad, aunque sin ortografía. traían a Mena y a Moncada los datos necesarios. Mirando con fijeza a Díaz, el autor, dijo: Un día de cuantos el Presidente Estrada y don eierto embarazo, Adolfo Díaz, dijeron al autor con --.¿Y Ud. qué piensa? que Mena quería enviarle de Ministro a Guatemala, para retirarle del Ministerio de la Gobernación y del —Que no debe irse usted, puesto que detrás de país. usted, saldremos nosotros. Mañana se irá el Cónsul El autor resolvió dejar las ramas y dirigirse al Moffat para Corinto, en donde embarcará para Esta- tronco, como se dice en español, y del mismo Cam- dos Unidos. Luis Mena, Cuadra Pasos y yo iremos a po de Marte, en un coche de alquiler, salió a visitar despedirle al Puerto. Hable Ud. con Estrada y si él a su antiguo amigo y compañero. acepta el dar golpe a Mena, le ponen prisionero apro-

41 vechando su paso por León, en su regreso de Corin- "¡Todos salen de aquí, inmediatamente. Que no to". quede ninguno!"

—Así lo haré, contestó el autor. Y añadiendo la acción a la palabra ordenó al ar- tillero fiel que disparara si no obedecían. Y en verdad a las seis de la mañana del 8 de Mayo el autor hizo una visita al Presidente Estrada Pero obedecieron. y le refirió lo que pasaba. Se hallaba él acostado. Le- vantóse nervioso y dijo: Se comprende la reacción de este hombre, la in- dignación que le causaba el ver que unos valían tan- —"Ordenemos, pues, la prisión de Mena, pero to como los otros, y que prefería quedarse con sus déjeme hablar con mi hermano Aurelio Estrada pa- compañeros de la guerra, ser leal a la causa de la Re- ra que prepare algunos amigos. Quiero enviar a León volución de Bluefields, contra Zelaya y sus allega- al Ingeniero Portocarrero para preparar gente en dos. León, que nos ayude". El autor caminaba de Scila a Caribdis, de peli- Asintió el autor, dando comienzo por su parte a gro en peligro. No teniendo la confianza de los con- otros preparativos. servadores, ni de los liberales, su papel se reducía a ver y vigilar los acontecimientos, encauzándolos ha- Debía obrarse a las ocho de la noche de ese mis- cia la legalidad, representada por los Primeros Ma- mo día 8 de Mayo, limpiando de menistas la Loma gistrados, el Presidente Estrada y el Vicepresidente de Tiscapa y los otros cuarteles. Díaz.

Por la mañana hizo el autor esta curiosa pre- En su opinión, el peligro era Mena, llamado por gunta al señor Presidente: "¿Cree Ud. que el ejérci- los suyos el Dictador Verde, en contraposición de Ze- to le pertenece, que obedecerá, que no daremos gol- laya, llamado el Rojo. pe en falso? Poco después el autor llamó a León por teléfo- —Es mío el ejército, contestó. no, para hablar con el Director de Policía, de aque- lla ciudad. —Y a propósito, repuso aquél. ¿Qué hizo Ud. de los veinte mil pesos, que en previsión de estos acon- —¿Qué va a hacer?, preguntó el Presidente. tecimientos, le dije distribuyera a las tropas, para comenzar a ganar su voluntad?" —"A ordenar la captura de Mena a su paso por León". —Los tengo en la caja, repuso el Presidente. —"Yo lo haré después, contestó Estrada". —Aunque ya es tarde, vaya, repártalos. Puede ser que lo agradezca el Ejército. El autor no insistió, ni podía. El era subalterno A las ocho de la noche el Presidente y su Minis- simplemente. tro de la Gobernación dieron comienzo al movimien- to. Don Aurelio Estrada llegó a caballo con un cen- Hacia las diez de la noche sonó el teléfono. Ha, tenar de liberales. Se les dijo que tomaran posesión blaban de la Central del Ferrocarril, el Gerente: de la Mayoría, situada en la parte oriental del Cam- po de Marte. Hubo rumores allí de rebelión. Fuimos "Ya viene el tren de Mena por Nagarote". allá el Presidente y el autor. La tropa se mostró su- misa, pero el Presidente, en lugar de imponerse, di- —"j,Y no me dijo, señor Presidente, que orde- jo: "Ustedes son mis compañeros, son mis amigos. naría la prisión Ud?" Yo estoy con ustedes". —"No lo hice porque temí que lo asesinaran en Se comprendía que el Presidente vacilaba, que León". no tenía la determinación necesaria y que el polpe había fracasado. —"El no temerá mañana que nos asesinen a no- sotros". Mientras tanto, en el Campo de Marte, un libe- ral importante, decía: "Ahora no quedan ni Estrada Y saliendo del Campo fue el autor a la Policía ni Moncada aquí". Y ordenó a un liberal que tomara para ordenar a un jefe leal la prisión de Mena a su una ametralladora. llegada a la Central del Ferrocarril en Managua.

El artillero, fiel a Estrada, se opuso y contó a Y así fui hecho fielmente, dejando libres a Díaz éste lo que pasaba. y Cuadra Pasos. El Presidente se levantó a la altura de su poder, Don Adolfo Díaz salió de Managua sin dejar a con indignación creciente, y gritó a los liberales que su hermano, Don Enrique, Jefe Político de Managua, habían llegado con el otro General Estrada: al corriente de lo que se preparaba, ni recomendar-

42 le el hablar con el General Bartolomé Víquez, Jefe CAPITULO XVIII del Campo de Marte. Vacilaban aquél y éste, creyen- do que se trataba de arrojar también a Díaz del Go- EL MINISTRO AMERICANO APARECE bierno. A las nueve de la mañana del mismo día 9 de Un movimiento en que no había unidad de ac- Mayo, el señor Ministro Americano pidió audiencia, ción, estaba llamado al fracaso. la cual le fue concedida en el mismo momento. Lle- gó luego, acompañado de su Secretario Gunther. Como a las doce de la noche, apareció el Vice- presidente en el Campo de Marte. En el primer mo- El autor conversaba en el salón con el Señor mento habló así: Presidente y Doña Salvadora, su esposa. Al entrar el señor Ministro Northcott, este fiel amigo del lec- —Bueno. ¿Ud. hizo prisionero a Mena? tor quiso retirarse.

—Sí, señor, por el convenio con Ud. y Estrada. —"No, señor, dijo el Ministro. Al contrario, quie- ro que lea Ud. esta carta, le interesa". —Pero yo no creía que Ud. lo hieciera, repuso Don Adolfo. Y extendió un papel traducido al español. La carta era anónima, fechada en Masaya. Decía que el —Señor Díaz, contestó el autor. Yo no entiendo Ministro de la Gobernación de Estrada, es decir, el de comedias. Procedí creyendo que hablaba Ud. en autor, ofrecía veinte mil pesos billete nacional, equi- serio. valente a doce por cada dólar, para aquel que qui- siera asesinar al señor Northcott. Parecía éste un tanto pálido, pero confesó con honradez que el anó- —Así hablaba, dijo, y acabo de decir a mi her- nimo no había sido escrito por un verdadero ameri- mano Enrique que debemos apoyar a Estrada. cano.

Los sucesos se normalizaron de esa manera. La —¿Y Ud. cree en esa denuncia?, preguntó el fuerza conservadora, viendo a Díaz de por medio es- autor al Ministro. peró más tranquila, concentrando sus fuegos contra los dos liberales: el Presidente Estrada y su Ministro —"Pues yo no sé... ", contestó. de la Gobernación. Pidió permiso el autor para retirarse y se dedi- Pasamos la noche de centinelas. Por la mañana có enseguida a otros quehaceres. La tormenta arre- del 9 de Mayo, a las 5, el autor buscó a Estrada pa- ciaba. Por el portón oriental del Campo, en la Mayo- ra consultarle. Encontró a su esposa, Doña Salvado- ría, entraban gentes conservadoras exaltadas, que to- ra, y hubo entre ambos el diálogo siguiente: maban elementos de guerra, y estrechaban la Casa Presidencial con ametralladoras. El odio se desenca- denaba contra el autor. —¿Dónde están el Presidente y el Vice? Este no vió la despedida del Ministro. Solamen- te observó que el Presidente Estrada, en cuanto salió —Salieron a una conferencia con Don Fernan- el representante de Estados Unidos, daba órdenes de do Solórzano y Don Tomás Martínez, Ministro de Re- enganchar los caballos y preparar el coche presiden- laciones, para saber si querían ellos hacerse cargo de cial. la situación. —Qué le pasa Señor Presidente, le preguntó su Ministro de la Gobernación. —Y la legalidad en qué queda? —"Qué el señor Ministro Americano ha pedido —Pues no sé. . . la libertad de Mena, y yo la he ofrecido. Pero venga usted, General, conmigo a traer a Mena al Campo. Otra sorpresa. A las seis de la mañana, por me- Que nos deba a nosotros esa libertad, y no a la in- dio del Director de Policía, el General Mena pedía tervención extranjera". desde su prisión: "que le permitieran un tren para embarcar en Corinto ese día en el mismo vapor que —Yo no participaré, Señor Presidente, en esa conducía a Mr. Moffat, a Estados Unidos". debilidad. Lo que comprendo es que Ud. no puede continuar en el Poder, pero Mena no es sucesor le- Se ordenó preparar el tren para las diez a.m. y gal. El legítimo lo es el Vicepresidente Díaz. Lo que la salida de Mena. cabe es depositar la Presidencia en él, que él dé la libertad a Mena y que nosotros salgamos del país, si fuere posible. Ahora viene el Ministro Americano Northcott, y aparece también el Cónsul Inglés Martín, repetida- El Presidente accedió, y su Ministro, como a las mente mencionado. once a.m. del mismo día, redactó el decreto de depó-

43 sito y ordenó su lectura ante la tropa sublevada, con Suéltenlo. Yo soy el Presidente! lo cual se apaciguaron los ánimos, puesto que los conservadores deseaban el Poder, y para esto eran La escolta obedeció. El Presidente pidió un co- iguales Díaz, Mena, o Chamorro, como se comprobó che y condujo a su casa al Ministro caído, con ma- entonces y en los años sucesivos. neras de hidalguía que siempre valdrían para su ho- nor y dignidad. A la 1 p.m., Díaz ordenó la libertad de Mena. Había influido mucho en el ánimo de Northcott la A las 7 de la noche salían Estrada y el autor actitud decidida del Cónsul Inglés Martín, en favor para Corinto. de Mena. Cuando éste se halló libre, en la casa del Cónsul se refugió. Todavía no se creía seguro. En esa Son hechos singulares y auténticos. Caballeros misma, casa Díaz y Mena celebraron un convenio, el hay siempre en el mundo y Don Adolfo, a quien por cual más o menos decía: pasarse de patriota el autor llegó a atacar un día, en la paz y en la guerra, en aquella hora correspondió "Díaz continuará el período de dos años para a la no desmentida amistad que en aquel entonces y que ha sido electo con Estrada, y Mena se comprome- después se han profesado. te a apoyarle en su Gobierno, como Ministro de la Guerra. Mientras estuvo con Estrada el autor en Corin- to, a éste le permitió el General Mena esperar vapor "Díaz por su parte se compromete a hacer can- en el Hotel Lupone y su compañero padeció prisión didato a la Presidencia, para el próximo período, al en el Cardón, para mientras pasaba algún vapor que General Luis Mena". lo condujese a Guatemala. El Presidente Díaz mostró el convenio al Autor Poco a poco volvió del susto el General Mena, y éste insinuó que solamente cambiara en el segun- y por teléfono del Hotel Lupone decía al Comandan- do párrafo la frase, se compromete a hacer por la te de Corinto, una vez dueño del Campo: Estrada pa- de, se compromete a trabajar por la candidatura del ra el Sur. Moncada para el Norte. General Luis Mena". Pero el destino nos juntó de nuevo en New York. Díaz buscó de nuevo a Mena, en la misma casa El General Mena no conoció los itinerarios de los del Cónsul, y le encontró accesible. Había aceptado vapores, sino cuando las marinos norteamericanos le la enmienda. llevaron a Ancón, el año siguiente, el 1912.

Agregó el Presidente a su regreso, con cierta Cruzando por Panamá el autor leyó publicado sonrisa: Mena está asustado. Todavía siente el golpe un reportaje dado por él en Corinto. Nada había di- en la cabeza. cho. No respondió a ninguna pregunta. —"Lástima que el golpeador está solo. Si no, se Pero así es ahora la prensa, muy moderna, de- habría evitado la guerra que viene, y algo más", con- masiado. Apenas recuerda de un amigo que con él se testó el autor. cruzó en el camino. Hubo pregunta y respuesta: El resto de la tarde lo emplearon Estrada y el —¿Qué pasa, José María? autor en los preparativos de viaje. Las cosas que lla- man del destino causan a las veces hilaridad. Los —Algo del destino. Un cambio de Gobierno. Va- veinte y cinco mil pesos billete nacional que Mena mos Estrada y yo destarrados. había ordenado para el viaje a Guatemala, y el tren que en la mañana del mismo 9 de Mayo se ordenó En la llegada a Ner York, un pariente del Pre- alistar para Mena, sirvieron al autor para salir ex- sidente Díaz fue al muelle a recibir al proscrito: el patriado de su tierra natal, pasando todavía algunos Cónsul José Solórzano Díaz, quien más tarde, en sustos. Podría decirse que hay algo del destino en 1927, había de cruzar sus armas, contra las del au- esto, pero bajo la dirección de Estados Unidos, pues tor en los campos de Muy Muy y de Palo Alto. Pero a este gran país representaba Mr. Elliott Northcott y en 1911 habiendo quedado Díaz en el poder, él y to- éste, auxiliado del inglés, cambiaron la suerte del dos los Díaz querían a Moncada, el amigo del lector. General Mena y produjeron la caída de Estrada. Cuando el autor salía del Campo de Marte, sin Ha de decirse, porque es verdad, que el Presi- resguardo, fue hecho prisionero por una escolta y dente Díaz estimaba de veras al que esto escribe y amarrado de los brazos. Parece que se le quería fu- que se le correspondía. Artículos y folletos se publi- silar. caron en su defensa en Estados Unidos, de la propia pluma del autor. En la gran ciudad, no obstante sus —"Venga a ver cómo me tienen, señor Presi- millones de luces, el proscrito estaba a obscuras, por- dente, Díaz, gritó el prisionero. que no sabía el inglés. Ahondaba la mirada en las columnas de los grandes diarios y no podía leer, pe- El Presidente Díaz oyó las voces y bajando rá- ro cuando en alguna parte leía el nombre de Nicara- pidamente se enfrentó a la escolta, con el gesto de gua, allí buscaba un diccionario, y con su auxilio verdadero Mandatario, y dijo: traducía. Así dió comienzo al estudio de este idioma.

44 Ya se ha hecho referencia en esta obra de cómo Ellos llegaron rápidamente. Corría el año de iba desenvolviéndose en la mente del autor lo que 1912, más o menos el mes de Mayo. Venía de Nicara- el Gobierno Americano quería con respecto a Nica- gua a reemplazar al Ministro Castrillo en Washing- ragua. Tanto el Presidente Taft, como el Secretario ton Don Salvador Calderón Ramírez. Se hospedaba en Knox, salían a conferencias por ciudades y Universi- casa particular. Nos visitaba. Habló de sus papeles, de dades diciendo que Washington no podía salir del Mar las autógrafas que había de presentar en Washington, Caribe, que allí estaba su defensa nacional y que con pero los tenía en el fondo de un baúl. No había lle- la diplomacia del dollar y los marinos se lograría es- gado la oportunidad de llamar a la puerta de la Casa te supremo destino de Estados Unidos de América. Blanca. Iba a Washington, a conversar con el Capitán Hoppkin y con Castrillo. Fue el centro nuestro, de Estrada y su ex-Minis- tro, el Hotel Imperial, de la calle Broadway, que tal En New York él conversaba con el Dr. Lazo vez ya no existe porque New York cambia vertigino- Arriaga, abogado de una firma muy conocida. Con- samente. Allá llegaban varios personajes en busca de versaba también con Malet Prevost, abogado de cier- Estrada, el ex-Cónsul Moffat, instalado en Brooklyn tos Banqueros, que era o había sido Consejero del De- y en continuo contacto con el Departamento, según partamento de Estado. su propio decir; un señor Lawder, que más tarde fué Gerente del Banco Nacional, un Capitán Hoppkin, de Un día, el 28 de Julio de 1912, llegó Calderón Wasnington, alto, espigado, que parecía muy capaz de Ramírez al Imperial y nos dijo: descubrir el Polo Norte, según hablaba. Quien no lle- gaba nunca a visitar a Estrada, todavía Presidente de —"Mi amigo me ha autorizado para decir a Díaz Nicaragua, era su Ministro en Washington. Estrada que proceda". era para éste el rey caído. Quién sería el amigo? Pasaron tantos casos ante los ojos atónitos del autor! Una sospecha terrible también contra la inter- Solamente Dios, Calderón Ramírez y el otro lo vención, mas con sospechas no se escribe la historia. saben. Es preferible callar. Tal vez se ha mencionado en alguno de los refe- Moffat decía a Estrada que debía volver a Blue- ridos. fields a reclamar su Poder; Lawder le ofrecía armas y municiones y un vapor para conducirlo; aquél, que Lo que la historia de Nicaragua dice de verdad, los buques de guerra americanos irían a devolverle es que el día siguiente, 29 de Julio de 1912, estalló el Poder, de conformidad con los Pactos Dawson. uno de las más sangrientas guerras que han desolado ¿Vendría otra vez la raya en el mapa de Nicaragua, nuestras campiñas. la secesión de la Costa? Mena fue arrojado del Campo de Marte. Todos los visitantes se mostraban algo huraños con el autor. Se habían aliado Díaz y Chamorro.

Un día llamó de Washington al Presidente Es- Pero habiéndose declarado impotente el Gobier- trada su Ministro Castrillo. Así se entendían, por pa- no de Díaz, por medio de su Ministro de Relaciones, peles, porque parecía que en Managua cobrarían ce- , los marinos americanos de- los si se veía a los dos personajes en mayor intimidad. sembarcaron en Corinto y corrieron a Managua a de- fender los intereses americanos y extranjeros a la El Presidente a su regreso refirió en el Imperial vez. lo que pasaba. Había paseado en el Potomac con Mr. Dawson y el Ministro Castrillo, a bordo del Mayflo- Luego Mena para Ancón. wer, según decía. Se le hablaba de volver a Nicara- gua... . Luego la elección de Díaz, hecha por medio del Mayor, hoy General, Butler. Las propuestas de Moffat y Lawder apremia- ban. .. Había de tomarse una resolución.. . CAPITULO XVIII El Presidente habló de ello a su Secretario. La LA DIPLOMACIA DEL DOLLAR contestación fue inmediata. El autor no comprendía la diplomacia del dollar. —No vaya Ud., General. Guarde Ud. su nombre Escuchaba las prédicas de Mr. Knox sobre tan pon- limpio. Si la intervención armada ha de llegar a nues- derada panacea universal, pero no caía en la cuenta tra desgraciada patria, que sea llamada por otros hom- de lo que realmente significaba, sino cuando un pro- bres. motor de empresas mineras de Filadelfia se acercó al Hotel Imperial, para hablar con el Presidente Estra- Estrada asintió. da y proponerle un negocio sobre la mina de oro, que éste poseía o posee en las márgenes del Río Siquia, Esperamos los acontecimientos. Costa Atlántica de Nicaragua, llamada La Kisilala.

45 Hubo los arreglos necesarios; y por fin, Estrada El Presidente Díaz, en previsión del levanta- dio al promotor de negocios una opción para venderle miento del General Mena, cedió a los Banqueros la mina por un cuarto de millón de pesos, y en cam- Brown Brothers & Seligman la administración de las bio Estrada recibiría algún centenar de acciones y aduanas y del Ferrocarril Nacional de Nicaragua, que emitiría con su socio una cantidad en bonos por va- buenas gananciales siempre han producido. Se crea- lor de cinco millones de pesos. ron de esta manera intereses americanos y extranje- ros en Nicaragua. Se preparó el derecho para la en- El actor escuchaba silencioso el contrato viendo trada de Marinos a Managua. las firmas; y cuando se despidiera el filadelfiano se levantó para dar a su amigo un efusivo apretón de Los Banqueros de New York se entendieron con manos, felicitándole por la riqueza tan fácilmente con- el Consejo de Tenedores de Bonos de la Ethelburga, seguida. en Londres. Para la nebulosa Albión hizo un viaje el referido Capitán Hoppkin. Conocieron del viaje Es- Obsérvese que el promotor no gastaba mucho di- trada y el autor en el consabido Hotel Imperial. nero, que iría a especular con los bonos y las accio- nes; pero no tan malamente, puesto que se compro- A la realización de esta inteligencia contribuía metió a enviar un ingeniero a Bluefields para el exa- en gran manera el demérito del papel moneda de Ni- men del mineral. Resultó éste de una producción co- caragua, aumentando en la cantidad de cuarenta y mo del seis por ciento, y el hombre de Filadelfia cinco millones, como ya se ha referido. Los bonos de abandonó la empresa. Londres habían bajado un 75%. Pero ¿cuántos habrá en Estados Unidos y Europa que abandonen tales empresas por tan poca cosa? La Ethelburga consistió en los arreglos, con la garantía del Departamento de Estado y a condición El origen de una deuda de Honduras de treinta de que se encargara la Recaudación General de Adua- o más millones de pesos, contraída en Londres, es ese. nas de Nicaragua, a un perito norteamericano, pro- Los interesados siguieron y siguen en la demanda y puesto por el Departamento de Estado y nombrado Honduras todavía debe sin haber recibido ningún di- por el Presidente de Nicaragua. Los tenedores de bo- nero. Ocurrieron una vez al Parlamento de Inglate- nos ingleses entregarían por este convenio los dos mi- rra los Tenedores de Bonos, habiéndose comproba- llones de pesos oro que conservaban en depósito. do que Honduras había sido burlada, el Parlamento declaró que no era lícito el proteger por la Corona Los Banqueros y sus agentes han dado cuenta esa clase de negocios. anualmente, por medio de la Recaudación General de Aduanas, al Gobierno de Nicaragua y al Departamen- Esta deuda de Honduras estuvo en las manos del to de Estado de Washington sobre la inversión de esos Departamento de Estado, a fines de 1911 y el año de dos millones de pesos oro. Parece que los gastos as- 1912, y también la de Nicaragua, llamada de la Ethel- cienden a dos terceras partes de la deuda, desde los burga. contratos de la Ethelburga hasta nuestros días. El ex-Presidente Zelaya había contraído una deu- da de seis millones oro en Inglaterra, los cuales se Por manera que Nicaragua se quedó siempre con destinaron para la construcción de un ferrocarril, que la deuda, sin el ferrocarril y sin dinero, y las adua- se construiría en la Costa Atlántica, desde Monky nas comprometidas. Point, en el mar hasta San Miguelito en el Gran La- go de Nicaragua. Era una gran esperanza para el país. No se sabe cuántos tenedores de bonos vendie- ron en Inglaterra sus bonos con el 75 % de pérdida El préstamo se hizo en buenas condiciones Los y cuántos de éstos pasaron a tenedores norteamerica- tenedores de bonos ingleses conservarían el dinero en nos; pero el Consejo de Tenedores de Bonos siempre Londres y se gastaría a medida que la obra fuese quedó en Londres. Nicaragua ha seguido pagando pa- construyéndose. cientemente esta deuda; no obstante sus desastres, y sus bonos tienen alto precio en Estados Unidos, en el Cuando la guerra de Bluefields, (1909) estalló, mercado actual. había ya construidas de Monky Point tierra adentro, más de veinte millas con locomotoras que daban vi- Con tan eruditos profesores seguía instruyéndo- goroso impulso al trabajo; y todavía estaban en depó- se el autor en diplomacia del dollar; y nuestro Mi- sito, en un Banco de Londres, cuatrocientas mil li- nistro de entonces, en Washington, se instruía mucho bras esterlinas, equivalentes a dos millones oro. más, pues una vez en el Consulado de Nicaragua, Para redimir estas deudas, de Hondcra.s y Nica- New York, Beaver Street, sostuvo con aquél lo si- Knox—Castrillo y Knox— guiente interesante conversación. Se hablaba de los ragua, hubo los convenios millones que a Nicaragua irían con el convenio Knox- Paredes, varia.s veces presentados al Senado de Esta- dos Unidos y varias veces declarados deshonestos por Castrilo. aquel alto cuerpo, como respecto de la de Honduras había resuelto el Parlamento inglés. El Ministro, tocándose suavemente la barbilla, dijo: De esos millones me corresponde a mí el 5 % El Departamento de Estado fracasó en cuanto al de comisión. Convenio Knox—Paredes; pero pudo obrar en Nica- ragua durante la guerra de 1912. Y el autor: —¿Y cómo ha de ser que haya ganan-

46 cia para el Representante de Nicaragua en Washing- bernantes malos. Y así los diplomáticos. El material ton? Este debe trabajar por su patria. de que se hacen, se llama, hombre. Como todo en lo humano. El Ministro quiso replicar, pero su interlocutor tomó el sombrero, se fue y no hubo más. Ya habla el autor de asuntos conocidos cuando su regreso a Nicaragua. Se fue pensando en los peligros que entraña, pa- Díaz había sido electo en el mismo 1912, casi du- ra la ética, la llamada diplomacia del dollar.. . y en rante la guerra, apenas embarcado el Dictador Luis si serán justos y dignos de la aprobación de las Pa Mena para Ancón. tencias, aquellos negocios que los banqueros u otros suelen hacer, gastando un poco de dinero, y a las ve- Era Ministro Americano en Nicaragua, Mr. Weit- ces sin gastar, pero volviéndose riquísimos de la no- zel, un diplomático que ha escrito mucho de estos che a la mañana. asuntos. El recurrió a los cuatro restantes de los Pac- tos Dawson para cumplirlos. De éstos, Estrada nom- Es verdad que este sistema se había conocido en bró representante a Carlos Cuadra Pasos. Los otros, Nicaragua, que en todas partes cocemos habas, cuan- Díaz, Solórzano (Fernando) y Chamorro, estaban pre- do, tranquilo todavía eI Gobierno de Estrada, le pro- sentes. pusieron de Granada un préstamo de cinco millones moneda de Nicaragua; pero en dinero solamente da- Presidía la sesión el Ministro Americano. Cha- rían los granadinos el 10 por ciento y en documentos morro votaba por sí mismo; Solórzano, por Chamo- del tiempo de Zelaya, el resto. rro. Suman dos. Díaz, votaba por sí mismo; Cuadra Pasos, por Díaz. Suman también dos. Había empate. No pudo acceder el Gobernante, mas con esta ¿Cómo hacer? Votó el garantizador, Weitzel, es de- referencia se comprende que la diplomacia del dollar cir, el Departamento de Estado, para cumplir con los no es propia solamente de las grandes potencias, si- Pactos Dawson. Fue nominado Díaz, y Chamorro nom- no de las débiles y que es tan antigua como los he- brado Ministro en Washington. breos. Cambiaban los partidos en Estados Unidos. Lle- Otro de los negocios de los banqueros en Nicara- gaba Wilson, demócrata, en lugar de Taft. Resultó gua consistió primero en la Administración del Fe- Bryan en la Secertaría de Estado, y nuevos Ministros rrocarril Nacional de Nicaragua y después en la com- de Washington entre otras partes del mundo, pra del 51 por ciento de sus acciones, dejando al Go- bierno de Managua el 49 por ciento, como la del Ban- Durante la permanencia de Chamorro en Was- co Nacional de Nicaragua. Con la Administración de hington se firmó el tratado Bryan—Chamorro, ga- estas empresas los Banqueros han tenido el propio nando éste la estimación de aquél. dinero de la Nación nicaragüenses para dárselo pres- tado y para muchas otras cosas que sería prolijo enu- Sucedían los años uno tras otro. Díaz terminaba merar. el 1917, el 31 de Diciembre. Habría nueva elección. Ya era Ministro Americano Jefferson, de quien Empero, es justo decir que el atacar por todo al se habla en este Capítulo. Se hallaba inspirado en la Departamento de Estado, callando lo que le hace ho- idea de devolver a los nicaragüenses la libertad elec- nor, no sería propio de un escritor imparcial. Esa ne- toral, por el único medio posible: presidiendo los ma- gociación de compra del Ferrocarril por los Banque- rinos la elección, y consiguiendo que ambos partidos ros se hizo en tiempos del Secretario Bryan. Era Mi- fueran a los comicios. nistro de Washington en Nicaragua Benjamín L. Jef- ferson. Este recibió instrucciones del Departamento Como buen americano, pensó en que los candi- de Estado de hablar con el Presidente de Nicaragua datos de uno y otro partido fuesen escogidos entre- para decirle que no le parecía buena la negociación. amigos de la influencia americana. No se le podía exigir lo contrario. Aun entre potencias el cariño es El Presidente contestó que el Estado necesitaba humano. Uno quiere a quien le quiere, y no quiere dinero y que no tenía otro medio de conseguirlo. a quien no le corresponde con simpatía. Para cam- biar este modo de pensar sería preciso que fuere crea- Otra vez, el autor presentó al mismo Jefferson do de otro modo el hombre, que Jesucristo volviera las cuentas pagadas, muy excesivas, de una comisión a encarnar en Galilea. Mejor sería en otra parte, por- de peritos hacendistas que había llegado a Nicaragua. que los tiempos han cambiado. Hoy nadie quiere a los hebreos. El Ministro leía, palidecía un poco, y se levantó luego con arrogancia, diciendo: El Partido Liberal tenía representantes en Was- hington, el General Julián Irías y otros. Este Jefe —Esto no pasa en mi país. Es el Gobierno de Ni- decía a su partido que habría elecciones libres y que caragua el llamado a impedirlo. cualquier liberal podía ser candidato. Los liberales se entusiasmaron, la tierra prometida estaba próxima. Y a fe que tenía razón. Porque no son las leyes No pensaron en que podía interponerse el desierto, y las prácticas diplomáticas las malas, sino los Go- como a Moisés.

47 Volvía Jefferson de vacaciones. Llegó un día el ragua. Consiguieron, se sabe, una entrevista con el autor a visitarle. Secretario Colby. Este preguntó:

No bien comenzada la conversación un ujier —¿De qué manera quieren que el Departamen- anunció al General Chamorro. El autor pidió permi- to de Estado les ayude, con la intervención, o con los so para retirarse. buenos oficios de Washington ante el Gobierno de Managua? El Ministro Jefferson se levantó, y dijo: —"Francamente, contestaron los comisionados, —"No se retire, quiero resolver este problema". con los buenos oficios, con una ley justa, pues no que- remos echar sobre nosotros la responsabilidad de la El autor no sabía cual problema y obedeció ma- intervención". quinalmente. Colby interpuso entonces sus buenos oficios. Vi- Después de los saludos, el Ministro Americano se no a Nicaragua el Comisionado Miller con un largo levantó con aire solemne, expresándose de esta ma- cartapacio y luego el Perito electoral Dodd. nera, en lenguaje inglés—español señalando a cada uno de los presentes con el índice: La ley vino en inglés. Se tradujo y fue aprobada por el Congreso, en español inglés, es decir, incom- —Usted General Chamorro, candidato conserva- prensible. dor. Usted, General Moncada, Candidato liberal.— Espero la aceptación de Uds. Hubo la elección. A ojos vistas fue ganada por el candidato de la Coalición, José Esteban González; Allí conoció el autor la gran diferencia que exis- pero como el Congreso en total era conservador, los te entre un conservador y un liberal. votos del triunfador sirvieron para Don Diego Ma- nuel, quien ganó la Presidencia con lujosa mayoría. Chamorro contestó inmediatamente: "Yo acepto Se le sumaron los votos de González. porque tengo disciplinado a mi partido". El autor vacilaba, pero lo despertó Jefferson di- Muy justo el premio. El había pedido, el 1912, ciendo: como Ministro de Relaciones, el desembarco de los marinos. —¿Y Ud. General Moncada?" CAPITULO XIX —Yo no tengo disciplinado el mío. He de consul- tarlo primero. CAMBIO DE ESCENA La gran diferencia: el conservador cogía la man- zana, el liberal dudaba. UN ANTIAMERICANISTA EN EL CAPITOLIO DE MANAGUA ¿Sería que él, Chamorro, ya sabía a qué atener- se? El señor Chamorro, Don Diego, tomó la Presiden- cia el 19 de Enero de 1921. De cualquier manera que sea, él salió a dar ór- denes, secundado por el grito expontáneo de su par- Dos años después, mis o menos, moría repenti- tidarios; el autor a consultar con la Directiva Libe- namente. ral, la cual contestó diciendo que su Jefe, el Gene- ral Irías, llegaba en esos días a Corinto y que des- Sucedióle, don Bartolomé Martínez, el Vicepre- pués resolvería. sidente, oriundo de Matagalpa, de notoria filiación conservadora. El General Irías, quien ya era candidato, con- testó que no, lanzando luego la Junta Liberal un ma- Hizo buena política. Atrajo en cierta manera a nifiesto de abstención y entró Chamorro por la puer- los liberales para utilizarlos en las próximas eleccio- ta abierta y sin oposición a la Presidencia de la Re- nes presidenciales. pública. Durante ellas, Chamorro, Emiliano, volvió de Era, además, una justa recompensa. Había fir- Washington, a lanzar su candidatura; pero Don Bar- mado el tratado Bryan—Chamorro. tolomé aspiraba a continuar en el Poder los cuatro años siguientes. Acaeció la otra elección; el 1920. Don Diego Ma- nuel Chamorro era el Ministro de Nicaragua en Was- Los dos jefes rompieron por esta causa. hington. Todavía estaba Jefferson en Managua. El liberalismo proclamaba al Dr. Juan B. Saca- Hubo un partido de la Coalición el cual envió a sa, actual Presidente de Nicaragua. Fue nominado. Washington a Calderón Ramírez y al Dr. Juan B. Sa- casa, para pedir justicia y elecciones libres en NiCa- Pero el Presidente Martínez se empeñó contra

48 Chamorro y propuso a los liberales la candidatura de —;Cobarde, tire de frente! Don Carlos Solórzano, rico propietario de Managua, sin antecedentes políticos. Todos los prisioneros dimos en la Loma de Tis- capa, refugio de la tiranía, madriguera de tantos crí- Aceptado por el Liberalismo, vino la nominación menes como se han cometido en Nicaragua, no obs- de éste para Presidente y Don Juan B. Sacasa, para tante hallarse bellamente situada, en un magnífico Vice. escenario de la Naturaleza. Debiera inspirar a todos los nicaragüenses, sin excepción, el más puro amor a Hubo de parte de Washington insinuaciones re- la patria y a la libertad. lativas a elecciones supervigiladas, pero el Presiden- te Martínez resistió con todo esfuerzo. La noche en la Loma la pasamos velando. Ha- bía orgía en la casa del Comandante y los artilleros Chamorro fue vencido con veinte mil votos de ebrios amenazaban a los prisioneros con sus ametra- mayoría, más o menos: los veinte mil de mayoría, lladoras. del Partido Liberal, comprobada más tarde, en 1928 Por fin, el día siguiente 29 de Agosto, vimos la y 1932. Se comprende que poco pusieron de su par- luz del sol y de la libertad, gracias a la Influencia te los conservadores de Don Bartolomé. generosa y humanitaria del señor Ministro America- no, Mr. Eberhardt. Empero, Solórzano temía a los liberales. Disgus- taba de su compañia, porque ocupaban puestos en el Por estos días se habían retirado de Nicaragua Gabinete y en seis Jefaturas Políticas e igual núme- los marinos americanos que hacían guarda a la Le- ro de Directores de Policía, en los Departamentos. gación en Managua. Los perros y gatos, otra vez, de que hablan los Los sucesos que se narran acaecieron casi exac- españoles, estaban dentro del costal. El 28 de Agos- tamente treinta días después de haber embarcado to de 1925, el propio año de la exaltación del senor aquéllos en Corinto. Solórzano, la Loma de Tiscapa, que solamente tenía Un nicaragüense distinguido, de buena posición, fuerza conservadora, se reveló contra el Ministro Li- antiamericanista, se hallaba en el puerto en pláticas beral, Dr. Albino Román y Reyes, pidiendo su sepa- con un corresponsal de la prensa americana. Nuestro ración del Gobierno y capturándolo en una fiesta del compatriota se mostró entusiasmado, y propuso a su Club Internacional en el más desaforado y estupendo interlocutor un brindis por la salida de los marinos. allanamiento del hogar que se haya visto en Nicara- gua, y en otros países. El nicaragüense, levantando la copa, dijo: —;Brindo por ser éste un día de gloria para mi Como a las doce de la noche sonó un clarín que Patria! tocaba atención en el Parque Central. El Presidente estaba en la fiesta. Se celebraba en honor del Minis- El americano chocó su vaso con el otro y no tro de Instrucción Pública, doctor Leonardo Argüe- dijo nada. llo, quien cumplía años. La noche del asalto al Club Internacional, el mis- El Presidente se retiró al toque de atención. No mo americano se hallaba entre los curiosos, viendo la había dado la vuelta por el Parque, cuando irrumpie- fiesta y el drama, desde los balcones de un Hotel. ron en el salón de baile y las mesas destinadas a la cena muchos soldados mal vestidos. El Jefe en man- El día siguiente, el Corresponsal invitó al nica- gas de camisa, revólver a la diestra, disparaba en al- ragüense mencionado, para tomar una copa. to y alguna que otra vez contra las personas. Al tomarla, el americano se levantó, y dijo: Las señoras lloraban, llamaban a sus hijas, a sus —;Brindo porque este ha sido otro día de gloria maridos. Las señoritas, horrorizadas, pedían socorro. para su patria! Saltaban unas tras otras despavoridas por las Ventanas. Le tocó el turno del silencio a nuestro compa- Algunos caballeros pedían auxilio al Ministro Ame- triota. ricano Eberhardt, que allí se encontraba, pero él na- da podía hacer. No tenía el poder magnético del Pa- Continuando la narración, se dirá que el Coman- pa de Roma para detener a los bárbaros con sólo la dante de la Fortaleza pertenecía a la familia del Pre- magestad religiosa. sidente Solórzano. Entre lágrimas y suspiros y abra- zos se arreglaron pocos días después. Cayeron prisioneros el Ministro Román y Re- yes, el senador Hildebrando A. Castellón, el periodis- El Club Internacional expulsó entonces a dos ta Juan Ramón Avilés y el autor, a quien el Jefe de socios por hallarse entre los asaltantes. Dos grandes la soldadesca había disparado un tiro por la espalda personajes los presentaron a otro Club, el de Mana- pero sin herirle. gua. Este amigo del lector no tuvo tiempo sino para Pero quedó el germen en la Loma. La política decirle: incubaba en ella otros polluelos, pues nuevos Jefes,

49 más adictos al régimen conservador tomaron el man- conferencias. Este pobre mortal lo supo al día si- do de la fortaleza. guiente, al publicarse los arreglos. A las cinco de la tarde cayeron muertos dos Un sobrino del ex-Presidente Díaz ocupó en la guardianes en el portón de la Casa Presidencial, y referida Loma el puesto más delicado, y la Coman- otro herido. A la misma hora pasaban tiros de cañón dancia un amigo y antiguo mandador de la Casa So- y de ametralladora sobre el edificio. La familia gri- lórzano. taba consternada.

Dos meses después de lo que llaman el primer Sonaron tiros de rifle en otro lado de la Casa. lomazo los nicaragüenses, el 25 de Octubre del mismo Parecía una fuerza atacante que llegaba por la calle año, a la madrugada los curiosos decían por las ca- llamada de San Sebastián. lles de Managua:

;Chamorro está en la Loma! Vió entonces el autor al Presidente que compun- gido llamaba nerviosamente a la Loma, por medio Y en verdad el mencionado sobrino del ex-Presi- del teléfono. dente Díaz, había pedido permiso para ir a Chonta- les en aquellos días, dejando la Loma en poder de su El Presidente. — ¿Hablo con el General Chamo- Comandante. rro? Quiero hablar con el General Chamorro....

Y esta vez, otro sobrino el ex .Presidente Díaz, Hubo una pausa: —Con él habla, ¿qué desea? el 24 por la noche, se posesionó de la Fortaleza, y Cha- morro entró por la ancha puerta abierta, sin disparo —Oiga, General, en estos momentos están ata- de un cartucho. cando mi casa, por la parte en que se halla mi fami- lia. Mande Ud. contener ese fuego. Ya dije que acce- Aquel día 25 de Octubre de 1925 es digno de me- deré a todo. moria. El autor, con dificultad, acompañado de otro amigo, el Dr. Ca.stellón, fue a la Presidencial y ofre- —Ya doy mis órdenes, contestó el vencedor. ció sus servicios. Estuvo el día entero observándolo todo. Y no estaban atacando las fuerzas de Chamorro, sino que se acercaba por el lado de Mateare una tro- Entraba de pronto el ex Presidente Díaz y en pa fiel, la cual llegaba en auxilio del Gobierno cons- una habitación retirada celebraba conferencias con tituido. La guardia presidencial requirió a los intru- el Presidente Solórzano, en presencia de Mr. Eber- sos, preparando sus ametralladoras. Aquéllos contes- hardt, el Ministro Americano en Nicaragua. taron con tiros.

Salía Don Adolfo, montaba en un cochecito de Pero el error resolvió el conflicto. alquiler, con una banderita blanca, subía a la Loma y regresaba. Siguieron así la.s pláticas hasta las tres Todavía estaba en la Casa el Ministro Eberhardt. o cuatro de la tarde. Había querido ayudar al Presidente. Parece que ofre- ció marinos para poner fin al conflicto. Hubo Conse- Nosotros apremiábamos al Presidente para que jo de Ministros y se resolvió desechar el auxilio ex- nos permitiera luchar. Pero de nada servía el apre- tranjero. mio. El señor Presidente Solórzano tenía el comején en la camisa. Toda su familia pintaba a los liberales A las seis o las siete de la noche, el autor dijo como lobos y a Chamorro como amigo y leal com- a su amigo, el Dr. Castellón: pañero. —Aquí no hay nada que hacer. Vámonos. Salve- El Mayor Carter, americano, Jefe de la Guardia mos el número uno. Nacional, urgía desde el campo de Marte al Presiden- te que le permitiera tomar la Fortaleza al asalto. No Y fuimos a golpear la casa de un amigo que nos era fácil, pero posible. Además, el sitio a la Fortale- diera hospitalidad. Este nos llevó a la del vecino. za habría permitido una reorganización, e impedido Allí nos confortaron con una copa de fino cogñac, pe- la salida de los asaltantes a merodear y asesinar en ro nos negaron la hospitalidad. la ciudad. —¡Vamos a mi casa! Allá tenrán olojamiento, Caían algunos parciales heridos en las calles, co- —dijo el amigo que nos acompañaba. rría el licor, y resonaba el grito partidarista por to- das partes. De repente, la Capital presentaba el aspec- El día siguiente, el señor Ministro Eberhardt a to de sepulcro, el entierro de algún elevado militar. quien ocurrimos, nos envió aviso de que podíamos volver a nuestras casas. A juzgar por lo que a las cinco de la tarde su- cedió, debe creerse que Solórzano se negaba a las de- La del autor se hallaba en frente de la Lega- mandas de Chamorro. Solamente, Dios, Eberhardt, ción. Era en cierto modo una garantía el vivir allí, Solórzano, Díaz y Emiliano saben lo que pasó en las a la sombra lejana de la bandera americana.

50 El Presidente Solórzano quedó virtualmente prisio- Marcha azarosa, entre montes y precipicios a sa- nero en la Casa Presidencial. Chamorro tomó el man- cudir el polvo de los zapatos y de la tiranía en la do, cambiando Ministros, Magistrados, todo. frontera de Costa Rica. Tercera vez de la vida que el autor lo hacía. Primero contra Zelaya; después con- Fueron los días precursores a la gran lucha cons- tra Mena, ahora contra Chamorro. Mucho teme el no titucionalista que en la primera parte de esta obra poder llegar a la cuarta ocasión de ocurrir en defen- se refiere, la que selló en Tipitapa el representante sa de las libertades públicas, pero quisiera, porque el de Coolidge, Mr. Stimson. mal echará nuevas raíces.

El autor visitaba al señor Eberhardt. Parecía él NOTA...... disgustado de Chamorro. A las veces decía, dirigién- un alto militar nicaragüense pi- dose al autor, con una mirada significativa y hablan- dió prestado el libro inédito al au- do de Adolfo Díaz: tor de estas líneas y ese mismo se- ñor se lo permitió a otro amigo. — Yo sé que Uds. dos han sido muy amigos. Se tiene noticia fidedigna de que la copia en inglés fué vendida a — SI, es verdad, contestaba el interrogado. un autor americano, quien la ha publicado en Estados Unidos sin Un día el autor se preparó para salir de Nica- cambiarle el títclo ragua, para huir, mejor dicho. Despidióse, como a la seis de la tarde del señor Ministro, su vecino, dicién- "ESTADOS UNIDOS dole con franqueza: EN NICARAGUA"

— "No es posible tolerar la Dictadura. Salgo para Por este motivo se publica aho- la guerra, de cualquier modo que sea". ra en la tierra del autor para que la historia la conozcan, suscinta y Y nos dimos un sincero apretón de manos. Pare- serena, sus conciudadanos y les sir- cía que estábamos de acuerdo; y que en su fuero in- va para apreciar y respetar la di- terno acariciaba la idea, el señor Ministro America- ferencia que existe entre aquella no, de que Adolfo, el de Nicaragua, recogiera los fru- Política del Dólar y la del Buen tos del lomazo de Emiliano, no por cierto el Scipión Vecino. del Presidente Roosevelt. romano, como en verdad acaeció. ¿ES USTED UN MODERNO ANUNCIANTE? ENTONCES NECESITA DEL MO- DERNO EQUIPO ROTATIVO OFF-SET FAIRCHILD NITIDEZ Y ECONOMIA CONSULTE A SU AGENTE PUBLICITARIO O LLAME A:

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