Vida Y Obra De José Fernando Ramírez” P
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Ernesto de la Torre Villar “Vida y obra de José Fernando Ramírez” p. 13-94 José Fernando Ramírez Obras históricas Tomo I. Época prehispánica Ernesto de la Torre Villar (edición y advertencia al tomo primero) México Universidad Nacional Autónoma de México Coordinación de Humanidades Instituto de Investigaciones Históricas 2001 414 p. (Nueva Biblioteca Mexicana, 136) ISBN 968-36-7805-X (Obra completa) ISBN 968-36-6952-2 (Tomo I: edición rústica) Formato: PDF Publicado en línea: 4 de mayo de 2017 Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital /libros/obras_historicas/ramirez01.html DR © 2017, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas. Se autoriza la reproducción sin fines lucrativos, siempre y cuando no se mutile o altere; se debe citar la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, se requiere permiso previo por escrito de la institución. Dirección: Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510. Ciudad de México VGIA VGIA wgo '.1G A A ;¡sof ;¡sof oaNVN1:Eid znqww DR© 2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_historicas/ramirez01.html DR© 2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_historicas/ramirez01.html ! PREÁMBULO Revivir el espíritu, intelecto y la acción humana de un ser excepcional es tarea ingrata y difícil, sobre todo cuando ese ser ha sido presa del azar, de los hados que traen consigo los clamores de la tragedia, y que nos hacen errarel camino, movernos entre fuerzas funestas. Delinear el contorno de un hombre común es tarea tal vez agradable y delei tosa; mas tratar de pintar el carácter severo, agitado por el destino, requiere mesurado rigor, serenidad y firmeza en el pulso. Varias veces he tratado de acercarme a ese hombre recio, incansable batallador en la labor académica, en la pública, en la política, y en cada ocasión he descubier to nuevas vetas, como en una mina; nuevas perspectivas, como se ve en lonta nanza el paisaje, y más cuando se trata del paisaje del alma, nada terso y nunca igual. He tenido sorpresas altratar de comprender el carácter duro y soberbio de José Fernando Ramírez, y también sus embelesos ante el hallazgo de un docu mento desconocido e iluminador, de un libro raro preñado de verdades. La entrañable satisfacción de hallar los datos, portadores de ideas de muchos hom bres y a través de ellas entender vida y acción, fue la satisfacción mayor de Ramírez, la enorme fuerza que le compelía, que le motivaba con agitado ritmo. Un hombre pocas veces está sujeto a una sola pasión. Las pasiones y las virtudes siempre van acompañadas y éstas actúan sobre los humanos de manera conjunta. Las pasiones que conformaron la existencia de Ramírez, fueron fun damentalmente dos: la inquietud ante el devenir de la historia, su anhelo que le llevaba de continuo a interrogarel pasado, a preguntar a viejos papeles sobre el ayer de la sociedad en la que nació y vivía; el desentrañar la conducta multívoca de los hombres, los del ayer y sus contemporáneos. Ese irresistible deseo de cono cer que le impulsaba a buscar en los viejos papeles noticias sobre los hombres, era el que explica también su insaciable deseo de encontrar documentos y libros que le abrieran la puerta para satisfacer todas sus inquietudes. El desentrañar la vida humana y hallarle una explicación, fue la fuerza, mejor dicho el torbellino que le empujó en su labor de historiador. Conociendo el pasado y violento desarrollode su pueblo, quiso ya no como actor y testigo comprender ese devenir, sino interveniren él, poder dirigir a la colectividad de la que estaba cerca para mostrarle un sendero, o mejor para DR© 2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_historicas/ramirez01.html ._ 16 ERNESTO DE LA TORRE VILLAR impulsarlo a seguirlo, por estimar con inteligente soberbia, que era el más recto y provechoso. Tuvo Ramírez, como todo hombre de acción, la osadía de sentirse conductor de su comunidad, caudillo que poseía el don de acertar, de poseer la verdad. Como intelectual inteligente se sintió capaz de mostrarun destino, sin caer en la cuenta de que todo hombre y toda sociedad puede tener varios puntos de refe rencia, no sólo uno, y que es difícil acertar cuál es el más correcto, pues las circunstancias que nos rodean, nos inducen a equívocos. No es el ánimo que nos ha movido al reunir parte muy importante de su labor histórica, de su obra como estudioso erudito, el producir un juicio políti co, un aserto justificativo de su conducta integral, pues no somos jueces de la vida y acción de nuestros semejantes. Por otra parte, estimamos como superflua e inútil la absolución o la condena de un acto humano, de un desfallecimiento en la conducta, de un cambio, justificado o no, de la mentalidad habitual, cam bio o variación producido por razones también ideológicas. Podríamos tratar de rastrear lejos y hondamente las rawnesde ese cambio, tratarde psicoanalizar o de llegar, más correctamente dicho, a alcanzar la ultima ratio, de su decisión, mas esto nos saca de la labor ordinaria del historiador, que no es ni juez ni confesor, sino un hombre que descifra y explica el humano proceder. )Nuestra misión, más sencilla y menos angustiosa y difícil, es la de presentar los múltiples intereses emocionales, intelectuales y profundamente humanos que José Fernando Ramírez tuvo y que trató de entender y de enseñar a sus contemporáneos y postreros.¡ En acucioso empeño que�Ínucho nos ha enseñado sobre su labor académica y su actitud humana, hemos dado con infinidad de muestras de su vehemente actividad, las hemos organizado, leído con despierta atención y hoy las ofrece mos a los mexicanos, por quienes tanto se interesó y a quienes quiso mostrarles ideas, hechos, esfuerzos que fortalecieran su identidad, su razón de ser mexica nos, producto de tesonera labor de infinitas generaciones que siguieron su des tino, motivados por muy diversas rawnes y sinrazones, pero al fin y al cabo las fuerzas de las que derivamos. Por conocer esas fuerzas, por desentrañarlas, ese ser septentrional, trabajó afanosamente. Parte de ese esfuerzo es el que mostra mos en estos volúmenes, aclaratorios de una noble actividad e interés. Que el lector acoja y utilice cuanto apetezca de esta generosa cosecha. Para satisfacer ese anhelo trabajó sin fatiga ni reposo José Fernando Ramírez. DR© 2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_historicas/ramirez01.html /' PRÓLOGO Los mexicanos han escrito su historia, al igual que la han hecho, con apasio nado y depurado Ímpetu, que así debe ser toda vida. Desde las remotas centurias la historia fue paranuestros ancestrospreocupa ción constante, como la existencia misma. Era para ellos algo implacable, de lo que no se podía escapar y por eso la temieron y trataron de hacerla, escribirla o consignarla, como querían que hubiera sido y no como fue. Los abuelos aztecas como los españoles, la manejaron según sus necesidades y la aplicaron para justificar sus hechos. En medio de estas conveniencias que se han dado en todas las épocas y en todos los pueblos, la historia ha sido cultivada en México con esmero, con una clara conciencia de su importancia, que no siempre de su verdad. En algunos momentos, principalmente en los más críticos, en los de forjay afirmación de nuestrapersonalidad se trabaja con más ahínco, hondura, consistencia y amplitud. En los años de crisis, de enfrentamiento,la historiografía mexicana ha producido testimonios perdurables como son las crónicas que en la conquista escribieron vencedores y vencidos; las interpretaciones de la rup tura colonial y el surgimiento de la vida nacional tan bien representadas por Mier, Alamán, Mora, Zavala y Bustamante quienes se ocuparon no sólo de la t sociología sino de la psicología de una época como deben hacerlo y lo han hecho los auténticos historiadores, y como lo hicieron en sus admirables li 1 bros, Orozco y Berra, los autores de México a través de los siglos y en magistral síntesis Justo Sierra en obra todavía no superada. 1 No es sino citando esos pocos jalones de nuestra historiografía que hemos querido señalar la importancia que la historia cobra en la conciencia de los mexicanos en los momentos críticos en que precisa una auténtica reflexión. En tiempos mejores, diversas manifestaciones literarias relevantes y significa tivas adquieren un mayor aliento, se desarrollan con mayor amplitud y per t fección. Así, el siglo XVII ofrece el espectáculo que hizo posible la serenidad , de espíritu, la tibia y fecunda maduración de la sensibilidad y de la naciona lidad, la cual se prolongó hasta la segunda mitad del siglo XVIII en la que f historia con Veytia y los jesuitas vuelve a brillar ante una crisis y asentamien ¡ to del espíritu. En esos dos siglos, el XVI y el XVII ninguna voz iguala la de sor Juana y la de Sigüenza y Góngora a quienes por otra parte la labor histórica ¡ no fue extraña. f DR© 2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas ! Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/obras_historicas/ramirez01.html L._ • 18 ERNESTO DE LA TORRE VILLAR El siglo pasado fue rico en logros historiográficos. Centuria de crisis, de revoluciones, golpes de Estado, invasiones extranjerasreveladoras de conmo ciones sociales, ajustes económicos y convulsiones políticas efectuadas tanto internamente como en el exterior, sus testigos conscientes, esto es sus histo riadores, nos legaron vivos testimonios del acaecer general del país, del estado que la república guardaba.