El monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes. Origen, exención y averiguaciones fiscales1

Rafael SÁNCHEZ DOMINGO Universidad de

I. Orígenes y devenir del monasterio.

II. Dependencia del obispo.

III. El monasterio de Villamayor de los Montes. Alcance de la exención.

IV. Litigios con los clérigos de San Vicente.

V. El Monasterio de Villamayor en las fuentes documentales juris- diccionales y fiscales.

VI. Jurisdicción y diezmos de las ermitas e iglesia de San Vicente.

VII. Informaciones sobre el monasterio de Villamayor en el Catastro del Marqués de Ensenada.

VIII. La villa de Villamayor en el Censo de la Corona de Castilla.

La Clausura femenina en España e Hispanoamérica: Historia y tradición viva San Lorenzo del Escorial 2020, pp. 343-374. ISBN: 978-84-09-25499-6

1 El presente trabajo se realiza en el marco del Proyecto I+D+i Generación de Conocimiento, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades PID2019-106735GB-C21.

I. ORÍGENES Y DEVENIR DEL MONASTERIO

Tal como relata el historiador benedictino Luciano Serrano, existía en Villamayor de los Montes (en la provincia de Burgos, próximo a Lerma) a principios del siglo XIII un monasterio bajo la advocación de San Vicente, bajo el mandato de su abad, Rodrigo González2, sin embargo las noticias más remotas sobre la existencia de un monasterio “familiar” nos las proporcionan otros historiadores, como Luciano Huidobro quien afirma que “supo Fernán González que los enemigos venían avanzando contra él por tierras de Lara, y juntando sus tropas salió contra ellos y los venció en lo que hoy se llama San Quirce, y en sucesivas batallas les echó fuera del valle del , conquistando la fortaleza inexpugnable de Carazo por sorpresa y edificó el monasterio de San Pedro de Arlanza. Siguieron su ejemplo los monjes mozárabes llegados desde Andalucía, y construyeron monasterios en Tordómar, Silos y otras poblaciones de la comarca reconquistada”3 y debido a los afanes repobladores de la reconquista, se había eregido en dicho lugar el monasterio de San Vicente, habitado por canónigos regulares y que pertenecía “in solidum” a varias familias entroncadas con el linaje de los Lara4, de manera que podría sobrevivir “debido al apoyo eonómico que le proporcionaba las propiedades y derecho sobre las tierras de las comarcas de Lerma, Campo de Muño y Burgos, así como de la zona septentrional de Burgos ribereña del Ebro y aun más al Norte, en las Asturias de Santillana”5.

2 MANRIQUE, A., Cisterciensium seu verius acclesiasticorum a condito Cistercio, Lyon 1640. (Anales Cistercienses, IV, p. 254); SERRANO, L., “El mayordomo de doña Berenguela” en B.R.A.H.ª, CIV (1934) 102. 3 HUIDOBRO SERNA, L., “Villamayor de los Montes y su monasterio cisterciense y hospital”, en Boletín Institución Fernán González, (B.I.F.G.), nº 138 (1957) 408. Por su parte, otros historiadores afirman que “en época altomedieval fue una comarca repoblada por parte de comunidades mozárabes”, ANDRÉS ORDAX, S., “El monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes (Burgos)”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, vol. 58 (1992) 283. 4 CERVERA VERA, L., “El monasterio cisterciense de Nuestra Señora de San Vicente de Lerma”, en B.I.F.G., nº 185 (1975), pp. 583 y ss; Cit. ANDRÉS ORDAX, S., “El monasterio cisterciense...”, p. 283. MARTÍNEZ, G., “El linaje de los Villamayor”, en Jornadas culturales con motivo del IX centenario de la fundación del Císter, Burgos 1998, pp. 133-170. 5 HUIDOBRO SERNA, L., “Villamayor de los Montes...”, p. 410; ANDRÉS ORDAX, S., “El monasterio cisterciense...”, p. 284.

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Desde mediados del siglo XII hasta 1203 se desconoce la suerte del monasterio. En 1215 el abad se llamaba Don Bermudo, canónigo en Burgos, que según L. Serrano era hijo de uno de los copropietarios del monasterio6. Resulta que Don Garcí Fernández, que había ocupado el cargo de mayordomo mayor de doña Berenguela en 1217, “pertenecía a una familia descendiente de la real de Castilla, en cuanto traía origen de una sobrina de Fernando I7 […] las íntimas relaciones de Garcí Fernández con la casa de la reina doña Leonor, mujer de Alfonso VIII, sus sevicios a la misma y a doña Berenguela, ejerciendo el oficio de mayordomo de esta magnánima princesa, y el haber sido uno de los caballeros más pudientes qua afianzaron la corona de San Fernando en Castilla, bastan a cambio de los motivos genealógicos, para explicar satisfactoriamente la elección hecha por San Fernando”8. Del linaje sobre Garcí Fernández nos informa el historiador benedictino, L. Serrano9, quien señala que debió quedar viudo entre 1212 y 121610 y en el mes de julio del año 1217 consta documentalmente que proseguía en el cargo de mayordomo mayor de doña Berenguela, fecha de entronización de Fernando III11.

García Feernández pretendía fundar un monasterio de religiosas cistercienses en Villamayor de los Montes. Su padre había formado parte del estado mayor de Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa12 y consiguió que más de una decena de personajes nobles y sus esposas renunciaran de forma altruista en favor del primero para tan loable fundación, que sería filial del monasterio de Las Huelgas Reales de Burgos, donde contaban con religiosas de su familia, provenientes de la casa de Haza13.

6 “Era hijo de doña Jimena, y sobrino de don Gonzalo Armíldez; estaba heredado por sus padres en San Román de Muñó, cerca de Santiuste, donde también poseía bienes la familia de Garcí Fernández” en SERRANO, L., “El mayordomo mayor de doña Berenguela”, en B.R.A.H., nº 104 (1934) 106. 7 SALAZAR, L. de, Historia genealógica de la Casa de Lara, t . I , Madrid 1696, pp. 52 y 304; ALARCÓN, A. de, Marqueses de Trofical, Madrid 1656, p. 277; SALAZAR DE MENDOZA, P. de, Origen de las dignidades seglares de Castilla y León, Madrid 1794, pp. 62-63; SERRANO, L., “El ayo de Alfonso el Sabio, Garcí Fernández de Villamayor”, en Boletín de la Real Academia Española, t. VII (1920) 573. 8 SERRANO, L., “El ayo...”, p. 573. 9 SERRANO, L., “El ayo...”, pp. 571-602. En especial las pp. 572-573, donde el autor razona que Garcí Fernández pertenecía a una familia descendiente del linaje real de Castilla, cuyo origen era una sobrina del monarca Fernando I. 10 SERRANO, L., “El ayo...”, p. 578. 11 ALARCÓN, A. de, Marqueses de Trofical..., p. 147. 12 ALARCÓN, A. de, Marqueses de Trofical..., p. 277. 13 “Un documento de 1223 declara el número de éstos: don Garci Fernández; su antigua mujer, Teresa Muñoz; don Gonzalo Rodríguez o Ruiz, mayordomo mayor de Alfonso VIH, Enrique I y Fernando III, casado con doña Marquesa; don Rodrigo Ruiz, gobernador real que había sido de Bureba y cuñado del susodicho Gonzalo; don Pedro Núñez, magnate de la Casa de Lara, casado

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Los orígenes del monasterio los relata sucintamente Julio González: “Un magnate más allegado al servicio del rey de Castilla, García Fernández de Villamayor y su mujer doña Mayor Arias, fueron preparando la fundación de otro monasterio de monjas cistercienses, el de Santa María de Villamayor de los Montes. En 1223 eran herederos de un monasterio antiguo y pequeño, exento de la jurisdicción episcopal, posible refugio de los hijos de la casa que sintieran vocación”14, y fue ese mismo año cuando García Fernández consiguió que Don Gonzalo y otros condueños que pertenecían a la nobleza le vendieran la parte que disfrutaban en el monasterio de Villamayor de los Montes15. Luciano Huidobro afirma que “En 1223 Don García y su esposa Doña Mayor adquirieron la plena propiedad del antiguo monasterio y de sus bienes, y a instancia sin duda de la señora, deseosa de establecer por prelada de una comunidad a su hermana Marina Arias, monja en Las Huelgas, trataron de fundar nuevo monasterio”16, y transcurrido un quinquenio, el edificio ya se encontraba construido y habitando en él la comunidad de religiosas y el fundador tenía en mente la dotación patrimonial del nuevo cenobio, de manera que el gobierno de esta recayó “en las hijas y nietas de Garcí Fernández, que gobernaron durante un siglo este monasterio como si los miembros de su familia gozaran de un derecho hereditario al cargo abacial y el patrimonio monástico patrocinase a las viudas e hijas célibes de la misma”17.

La inauguración se celebró el 4 de marzo de 1228, constituyéndole el fundador en “monasterio exento”, momento en que se dotó al cenobio por parte de los fundadores “tanto de bienes como de derechos eclesiásticos de San Vicente de Villamayor, amén de de los tributos reales del pueblo, pero no del señorío civil, las villas de Nava, Zurita y Valzalamio, los de , , y Santa Maria de Duranco […] propiedades en Zael y Quintanila del Agua […] posesiones en , San Miguel de Bascones, después con doña Urraca Alonso, hija de Alfonso IX de León; don Guillen Pérez, dignatario de la Corte de Fernando III; don Tello Alonso y sus hermanas Teresa y Mayor Alonso, hijas del noble Alfonso Téllez, dignatario de Alfonso VIII y Fernando III ; don Rodrigo Muñoz, noble originario de Bureba, heredado en las cercanías de Villamayor y acaso hermano de doña Teresa Muñoz, primera mujer de Garci Fernández”, en MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos de España, I. Reino de Castilla, Madrid 1919, doc. nº 224, pp. 294-295; Cit. SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 106-107. 14 GONZÁLEZ, J., El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, t. I, Madrid 1960, p. 540. 15 Archivo del Monasterio de Villamayor de los Montes (En adelante A.M.V.), leg. 4, doc. 11; Cit. MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos..., nº 224, pp. 294-295; SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 106-107; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática del monasterio cisterciense de Santa María la Real. Villamayor de los Montes, Burgos 2000, doc. nº 21, p. 53. 16 HUIDOBRO SERNA, L., “Villamayor de los Montes...”, p. 410. 17 SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 101-102.

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Torrepadierne, , Santa Cecilia del Cerrato, Peral, Quintanilla de Roano y Pinilla, propiedades en , en Polanco, de las Asturias de Santillana...”18. Igualmente el monasterio heredó pertenencias del fundador en Quintanilla de Vallado, que había adquirido en 123119 y al año siguiente, el 18 de agosto de 1232, el monarca Fernando III donaba a García Fernández y su mujer la villa de Manzaneda, en tierras gallegas del río de Limia20.

El mismo año de la fundación monástica el matrimonio formado por Gonzalo Pérez de Padilla y Teresa González, empeñaron en favor del matrimonio fundador del monasterio de Villamayor todas las heredades que poseían en Valdegrajera, que habían heredado de Gonzalo González, por un total de 200 maravedís21 y en 1234, trece coherederos reconocieron la deuda que Roy Pérez había contraído con el fundador, García Fernández y su esposa doña Mayor Arias, renunciando en favor de estos a toda la herencia que habían recibido de aquel difunto con el fin de librarse de toda responsabilidad por las deudas del fallecido22. La abadesa de Villamayor, doña Marina hizo permuta el 1º de julio de 1235 de la villa de Robredo, en el , por una heredad de Torrepadierne que poseía don Diego, concretándose las cláusulas del trueque23.

El monasterio no llegó a vertebrar un amplio dominio monástico, pues se encontraba constreñido, por el oeste por los dominios juridiccionales del monasterio de Arlanza y Bujedo, por el sur con el monasterio cisterciense de Gumiél de Hizán, por el este y norte con el monasterio de Santa María la Real de Huelgas de Burgos, etc., y aunque era propietario del lugar de , pudo recibir imposiciones regias y señoriales -principalmente heredades del matrimonio fundador-. En al menos una treintena de lugares. La fecha del testamento de García Fernández de Villamayor lleva fecha de 20 de octubre

18 SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 119-121 y Apéndice, doc. XII, pp. 178-181. 19 Ibidem, p. 123. 20 A.M.V., leg. 2, doc. 4. Pub. GONZÁLEZ, J., Reinado y diplomas de Fernando III, t, II. Diplomas (1217-1232), Córdoba 1980, doc. nº 479, pp. 552-553; Cit. SERRANO, L., “El Ayo...”, pp. 581 y 596; Idem, “El Mayordomo...”, pp. 185-186; MARTÍNEZ DÍEZ, G. y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 43, pp. 79-81. 21 A.M.V., leg. 4, doc. 12; Cit. MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos..., nº 180, pp. 231-232; SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 122; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 32, pp. 68-69. 22 A.M.V., leg. 4, doc. 20; Cit. MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos..., nº 187, p. 241; SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 122; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 48, p. 86. 23 A.H.N., Secc. Clero, Monasterio de Rioseco, carp. 390, nº 20; Cit. MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos..., nº 188, pp. 242-243; SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 120; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 490, pp. 87-88.

348 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO de 1241 y se otorgó en Villadelmiro. En la disposición testamentaria se ordenaba que su cuerpo reposara en un sepulcro en el coro de la iglesia y dejaba a las religiosas cistercienses el quinto de todo bien mueble tuviera a su muerte: pan, vino, ganado, ropa y utensilios, con excepción de los caballos y lorigas. Igualmente legaba el quinto de su propiedad raíz computando por tal todo lo que le pertenecía por herencia, donación o compra, etc y solicitaba que en la iglesia monasterial se cantara una misa diaria en el altar mayor, destinando setecientos maravedises para la adquisición de una propiedad cuya renta sirviese de dotación a dicha misa. Dejaba bienes igualmente a los freires de la Orden de Calatrava, al Hospital de San Juan de Jerusalén, al monasterio de monjas de Carrizo, al hospital de pregrinos de y su monasterio de Rocamador, a varios caballeros de su mesnada que se encontraban cautivos en tierras de moros y a la reina Doña Berenguela su azor garcero24. El cenobio obtuvo dos bulas de Inocencio IV en 1250 en el sentido de nombrar protectores para la defensa patrimonial de la institución.

El monasterio siempre estuvo en la villa de Villamayor, con excepción de los años 1617-1627, puesto que el cardenal-duque había adquirido el patronato del monasterio de Nuestra Señora de San Vicente y concertado con la abadesa perpetua de las Huelgas, doña Ana de Austria, el tralado de la comunidad, para lo cual el Duque costearía de su propia hacienda la construcción de un nuevo monasterio en la villa ducal, sin necesidad de enajenar bienes ni rentas al monasterio25. Las religiosas se acomodaron en unas casas en Lerma, deno- minándose la casa convento de San Vicente de Lerma, pero debido a este traslado, que al final no prosperó, las religiosas perdieron derechos, como veremos posteriormente y el duque no cumplió su promesa de dotar a la comunidad con seiscientos ducados26.

II. DEPENDENCIA DEL OBISPO

Así como en oros monasterios cistercienses o benedictinos situados en en territorio burgalés y próximos al cenobio que historiamos, como el Real de

24 A.M.V., leg. 7, doc. 13; Archivo de la catedral de Burgos, (A.C.B.,), vol. 51, fol. 413. Copia simple. Catálogo del archivo histórico de la catedral de Burgos, vol. I, Secc. vols. (1) 395-1431, Burgos 1998, doc. nº 628, p. 189; Cit. SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 126- 127; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 50, pp. 88-90. 25 SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 159-160; CERVERA VERA, L., “El monasterio cisterciense...”, p. 589. 26 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 160; CERVERA VERA, L., “El monasterio cisterciense...”, p. 594.

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Huelgas de Burgos27 o el de Santa María la Real de Tórtoles28, la abadesa no estaba sometida inmediatamente al ordinario del lugar, esta situación no se daba en el monasterio de Santa María la Real de Villamayor de los Montes, puesto que de la documentación consultada del siglo XIV extraemos las siguientes noticias que avalan la obediencia y sumisión de las abadesas de Villamayor al Obisapdo de Burgos. Con fecha de 13 de mayo de 1324 se produjo el juramento de obediencia y sumisión de doña Marina Alfonso, abadesa del monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes, prestada al obispo de Burgos, Gonzalo de Hinojosa, con ocasión de su bendición abacial: “...nunc benedicenda subieccionem, reuerentiam, obedientiam a Sanctis Patribus constitutam secundum regulam Beati Benedicti tibi domino Gundissaluo”29. Años después, el 9 de julio de 1332, es doña Teresa Rodríguez, elegida abadesa del monasterio de Villamayor la que, con motivo de su bendición abacial, prestó juramento de sumisión y obediencia al arzobispo de Burgos García de Torres Sotoscueva30. Otro juramento de la abadesa electa María Fernández se produjo el 22 de febrero de 1365, cuando prometió sumisión y obediencia al obispo de Burgos Fernando de Vargas con motivo de su bendición abacial: “Ego donna Maria Ferrandi, abbatisa monasterii Sancte Marie de Uilla Maiori, Ordinis Cistercienssis, Burgenssi diocesis, nunc benedicenda subiecionem, reuerenciam, obediantiam a Sanctis Patribus constitutam secundum regulam Beati Benedicti domino Fernando...”31.

27 Vid. al respecto RODRÍGUEZ, A., El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos y el Hospital del Rey, t. 1, Burgos 1907, pp. 39-51 y ESCRIVÁ DE BALAGUER, J.M., La Abadesa de las Huelgas de Burgos, Madrid 1974. 28 En virtud de breve, otorgado por el papa Inocencio III el 2 de junio de 1199, el monasterio de monjas benedictinas de Tórtoles de Esgueva podía elegir a los obispos del territorio: Osma, Palencia y Segovia que, en calidad de jueces conservadores, podían como delegados especiales de la Santa Sede para defender a la comunidad y su patrimonio contra posibles usurpaciones, ataques e intromisiones de la jurisdicción abacial, señalando el documento pontificio severas penas eclesiásticas y económicas hasta reparar la grave acción causada. Tal como señala L. Serrano: “Ningún prelado o autoridad eclesiástica podrá fulminar contra el Monasterio ni alguno de sus miembros la pena de excomunión ni entredicho, ni exigir diezmo por las heredades, rebaños o industrias que el monasterio cultivase o administrase por sí mismo”, en Luciano SERRANO, “Los Armíldez de Toledo y el monasterio de Tórtoles”, en B.R.A.Hª, 103 (1933) 81. 29 A.C.B., vol. 48, fol. 431. Original pergamino; Cit. Catálogo del archivo..., vol. 1, Secc. vols. (I), nº 1206, p. 337. Reg. MANSILLA, D., 304, nº 1200; Cit. MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 80, p. 134. 30 A.C.B., vol. 48, fol. 434. Original pergamino. Sello desprendido, pero agujeros; Cit. Catálogo del archivo..., vol. 1, Secc., vols. (I), nº 1206, p. 337; Cit. MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 85, pp. 138-139. 31 A.C.B., vol. 48, fol. 431. Original pergamino. Sello desprendido; Cit. Catálogo del archivo..., vol. 1, Secc. vols. (I), nº 1468, p. 403; Cit. MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 92, p. 155.

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III. EL MONASTERIO DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES. ALCANCE DE LA EXENCIÓN

Desde el momento de su fundación el monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes permaneció exento respecto del Obispo de Burgos. En virtud de esta exención las religiosas podían elegir libremente sus capellanes y ser ordenados por un obispo que no fuera el que las correspondiera por jurisdicción diocesana, al igual que se las dispensa de estar sometidas al obispo de su diócesis en casos de excomunión y entredicho. Esta “distinción” de la figura de los monasterios exentos tiene su origen en la protección papal.

Inicialmente, las instituciones monásticas de una diócesis estaban supeditadas al obispo, ahora bien, debido a la rigurosidad en Occidente de algunos obispos, ello condujo a que ciertos monasterios obtuvieran carta de protección, alejados de la influencia de obispos, pontífices o monarcas. Los privilegios papales iniciales datan de los siglos VI y VII, siendo infrecuentes bajo el pontificado de Gregorio V. Sin embargo, durante los siglos XII y XIII se convirtieron en acontecimientos más frecuentes, pues se extendieron a órdenes completas así como a fundaciones colegiatas y catedrales. Ello supuso la debilidad y el descrédito de la autoridad episcopal y los dilatados conflictos entre obispos y personas e instituciones que disfrutaban de esta exención32.

Para incidir en la razón jurídica de estas pretensiones, debemos recordar que en seno del nuevo derecho canónico se van creando o suprimiendo algunas prerrogativas tanto de monasterios como de corporaciones eclesiásticas33. El origen de las controversias se encontraba en la percepción de tercias y para ello se debía determinar qué tipo de iglesias estaban exentas de satisfacer su pago, y cuáles no. Existían iglesias denominadas “propias o particulares” que, una vez consagradas por el obispo diocesano permanecían sometidas a él en lo referente al culto y administración de sacramentos, aunque el sostenimiento del ministro así como los gastos del culto dependían del señor. Paulatinamente aumentaría el número de labriegos que pagaban a su iglesia los derechos de sacramentos (parroquialidad), así como ofrendas y según afirma L. Serrano, “dicha iglesia privada va convirtiéndose en parroquial de los colonos y familia señorial, desglosándose su territorio del parroquial a que antes pertenecía.

32 Con el fin de profundizar en el concepto de “monasterio exento” y contextualizarlo mejor en el presente estudio, vid. el apartado 2º del artículo del SÁNCHEZ DOMINGO, R., “Colisión de las jurisdicciones secular y regular. Corrección al principio de exención episcopal. Los conflictos de ”, en Reflexiones sobre jurisdicciones especiales (M. Fernández Rodríguez-L. Martínez Peñas (Coords.), Valladolid 2016, pp. 257-262. 33 SERRANO, L., El obispado de Burgos y Castilla primitiva. Desde el siglo V al XIII, t. II, Madrid 1935, p. 346.

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Adquiere después bienes propios, que son considerados como dote eclesiástica de la misma, sin que entre tanto deje de pertenecer, como desde su origen, al señor de la granja o propiedad donde está enclavada”34.

De esta manera, el obispo del lugar recibía las tercias, manteniendo la jurisdicción episcopal en dicha iglesia, con la institución de sus clérigos, que eran designados por el propietario o señor de la granja. Por su parte, estos se erigieron en los superiores próximos de los clérigos que atendían la parroquia, por lo que se convirtieron en el ascendente de la institución y se desligó la parroquia de la subordinación natural del obispo de la diócesis, considerándose por tanto, exenta. Y si acaso esta iglesia se transfería a una Orden religiosa, se consideraba propiedad exclusiva de dicha Orden, al igual que la jurisdicción espiritual del abad. Como alunos prelados se entrometían en el régimen de organziación y administración de los bienes de los monasterios, algunos de éstos, a principios el siglo XII consiguieron la carta de protección y libertad de la Santa Sede35, lo que que constituía tanto al monasterio como a sus bienes en propiedad de la Iglesia romana, concretamente de San Pedro, “in ius et proprietatem beati Petri”, de forma que la fórmula jurídica era simple y garantista, pues la propiedad de los bienes de los monasterios era la Santa Sede, mientras que la comunidad era su usufructuaria. Luciano Serrano afirma que “las consecuencias canónicas de la carta pueden compendiarse en las siguientes: siendo de San Pedro los bienes, están exentos de cualquier tributo o gravamen debidos a los poderosos temporales y eclesiásticos, y por la misma razón no pueden enajenarse, ni admiten otro señorío o propietario, por lo que se les asegura la integridad”36. Ahora bien, la carta de protección o libertad no disminuía la jurisdicción espiritual que el derecho común confería a los obispos diocesanos sobre los monasterios, es más, les otorgaba una exención completa en la competencia organizativa y administrativa, aunque no en lo espiritual. En virtud de la normativa canónica romana de la liturgia hispana, en el siglo XI se inician las disputas entre monasterios por diferencias jurisdiccionales, tanto por la interpretación como por la aplicación de nuevos cánones. A esta situación hay que añadir la defensa ejercida por los obispos para conseguir la protección de sus derechos consuetudinarios. El papa Pascual II prohibió tanto a metropolitas como obispos y patriarcas extender su poder sobre los monasterios denominados “exentos de todo obispo”, siempre que estuvieran habitados por religiosos observantes de una Regla de vida consagrada.

Bajo estas premisas sobre el origen de los monasterios exentos, observamos, en virtud de la documentación, que el monasterio de Villamayor de los Montes

34 SERRANO, L., El obispado de Burgos..., p. 349. 35 Ibidem, p. 351. 36 Ibidem, p. 351.

352 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO fue uno de los primeros monasterios femeninos que obtuvieron en siglos iniciales de medievo esta singular calificación. Ello se debe a la voluntad fundacional del matrimonio formado por Garcí Fernández de Villamayor y su esposa doña Mayor, puesto que una vez fundado y dotado el monasterio, el piadoso matrimonio pretendía que el obispo diocesano no se entrometiera a en la administración de los bienes y señorío de las religiosas y mucho menos llegara a disponer de dichos bienes como bienes diocesanos. Según indica L. Serrano, “a excepción de Huelgas y Villamayor de los Montes, no conocemos comunidad de religiosas en la diócesis de Burgos que gozara de tanta exención canónica como la otorgada a Tórtoles por la Sede Apostólica”37. Y es precisamente la condición de “monasterio exento” lo que nos lleva a investigar sobre el origen de este monasterio cisterciense, próximo a la villa de Lerma, puesto que durante los siglos X y XI “había comunidades regulares, en el sentido no estricto de la palabra, seudo monasterios […] había, en efecto, muchas iglesias con nombre de monasterio, que nada tenían de tal, y estaban servidas, o por un clérigo, llamado abad, o por varios, cuyo jefe tomaba este nombre; propiamente eran capellanías familiares, de mayor o menor importancia. Entre ellas recordamos el de Villamayor de los Montes, el de San Martín de Aguilar, ...”38.

Fue el año 1223 cuando García Fernández de Villamayor y su esposa Doña Mayor adquirieron la propiedad del antiguo monasterio de San Vicente, junto con sus bienes. En 1227 la construcción del cenobio estaba prácticamente terminada y el fundador se encontraba la dote patrimonial, entonces obtuvo la concesión a favor del monasterio para pastar sus ganados y cortar leña en los montes de Lerma mediante documento fechado el 15 de enero de 122739. Al día siguiente, el 16 de enero, y mediante privilegio, Garcí Gutiérrez “consiguió que Fernando III renunciase a su favor los tributos (pechos) y derechos pertenecientes a la Corona en dicho pueblo”40. El documento data de 16 de enero de 1227 y se dictó en Santo Domingo de Silos: “Tam presentibus quam futuris notum sit ac manifestum quod ego Ferrandus, Dei Gratia rex Castelle, et cum filiis meis Alfonso, Frederico et Ferrando, ex assensu et beneplacito regine domne Berengarie genitrix mee, facio cartam donacionis, concessionis et confirmationis et stabilitatis vobis domno Garsie Ferrandez

37 SERRANO, L., “Los Armíldez de Toledo y el monasterio de Tórtoles”, en B.R.A.H., t, 103 (1933) 82. 38 SERRANO, L., El Obisapdo de Burgos y Castlla primitiva, t. II, Madrid 1935, p. 284; CASAS CASTELLS, E., “Orígenes, fundación y expansión de la Orden del Císter: el caso del monasterio de Villamayor”, en Jornadas culturales con motivo del IX centeneario de la fundación del Císter, Burgos 1998, pp. 35 y 50 (nota 47). 39 MANRIQUE, A., Anales cisterciensium, t. IV, p. 254; GONZÁLEZ, J., Reinado y diplomas de Fernando III, t, II. Diplomas (1217-1232), Córdoba 1980, doc. nº 221, p. 265; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección dipolmática..., doc. nº 25, p. 58. 40 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 118.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 353 dilecto meo valituram. Pro multis itaque serviciis et magnis que michi diu et fideliter fecistis et facitis cotidie, dono et concedo vobis totum pectum et ius quod habeo et habere debeo in Villa Maior, que est in campo de Munno...”41. Afirma L. Serrano que “el 4 de dicho mes de marzo se hallaba don García en Villamayor, donde, con las formalidades del caso, extendió carta de exención y dotación del Monasterio de aquella villa en el cual había establecido ya una comunidad de monjas cistercienses, dándole por abadesa a su hija doña Mencía, llamada María en algunos documentos, y por priora a doña Mayor, otra de sus hijas”42.

En ese momento, el fundador, Garcí Fernández, que como hemos indicado adqurió la propiedad del mismo en manos de nueve personas de la familia, le declaró “exento del patronato y poderío de su familia, reconociéndole como propias sus antiguas y modernas posesiones, de manera que el patrimonio del monasterio quedaba constituido sobre los derechos y los bienes siguientes: las casas que él había adquirido en el barrio de Santa Agueda en Burgos, la hacienda de Presencio, comprada al arzobispo de Toledo don Rodrigo; los antiguos derechos y posesiones del monasterio de San Miguel de Váscones, Torrepadierne, Nava, Zurita, Valzalamio y otros varios pueblos sitos en la ribera del Arlanza y territorio de Lerma; bienes en Santa Cecilia de Cerrato, en , Quintanilla Roano y Pinilla en territorio de Palenzuela; haciendas en Pampliega, Villageriego, , San Miguel de Valtierra, Polanco, en tierra de Santillana y en otros puntos de las riberas del Ebro”43. La lista de derechos y pueblos que por merced del fundador se le donaron al nuevo monasterio cisterciense prosigue: Velilla, en Valderredible, Villaescusa, próximo a San Martín de Helines, Rebolledo de Rioseco, jurisdicción del Valle de Manzanedo, heredades en Villafuertes y Miñó, un solar contiguo a Santa María de Viejarrúa, en Burgos, etc.44.

Además de declarar el monasterio exento del patronato y propiedad de su familia, con personalidad jurídica propia, “quedaba independiente, por lo mismo,

41 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 118 y Apéndice, doc. XI, pp. 176-178; SERRANO, L., “El ayo de Alfonso el Sabio”, en B.R.A.E., 7. VII (1920) 589 (lo reproduce parcialmente en nota 2); GONZÁLEZ, J., Reinado y diplomas de Fernando III, t, II. Diplomas (1217-1232)..., doc. nº 222, pp. 265-267; VIVANCOS, M.C., Catálogo del archivo del monasterio de Santo Domingo de Silos, Santo Domingo de Silos 2006, Otros Monasterios e Instituciones, Monasterio de Santa Maria de Villamayor de los Montes, nº 18, p. 170. MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 26, pp. 58-60. 42 SERRANO, L., “El ayo de Alfonso “El Sabio”, en B.R.A.E., t. VII (1920) 590; CERVERA VERA, L., “El monasterio cisterciense de Nuestra Señora de San Vicente de Lerma”, en B.I.F.G., nº 185 (1975) 584; CASAS CASTELLS, E., “Orígenes, fundación...”, p. 50, nota 46. 43 SERRANO, L., “El ayo...”, pp. 590-591; SERRANO, L., “El mayordomo...”, pp. 120-121. 44 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 120.

354 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO en cuanto a su existencia, administración y propiedad de su patrimonio, del obispo diocesano y aun del monasterio de Las Huelgas, a cuya obediencia quedaba sometido, al igual que Vileña, Cañas, Perales, San Andrés del Arroyo, Fuencaliente y otros monasterios de monjas cistercienses en Castilla y León”45.

En fundamental señalar que el fundador donaba a las religiosas de la Orden del Císter los tributos reales del pueblo de Villamayor, “pero no el señorío civil, que pertenecía a distintas familias de antiguo radicadas en el pueblo”46, y como se verá más adelante, a tenor de los datos que nos proporciona el Libro Becerro de las Behetrías, era lugar de behetría y tenía a varios personajes por diviseros y en virtud de la Averiguación de la Corona de Castilla, en el siglo XVI, la jurisdicción de la villa de Villamayor de los Montes pertenecía al duque de Medinaceli. Es significativo que el patrimonio inicial del monasterio estaba constituido por los bienes y derechos eclesiásticos de San Vicente de Villamayor, además de los que el propio fundador y sucesores acrecentaran, que no fueron demasiados.

En el momento de la fundación se encontraban presentes varias personalidades y dignidades, como el abad del monasterio cisterciense de Santa María de Bujedo, en la comarca de Juarros, el prior del monasterio de San Pedro, de Gumiel de Hizán, el prior del convento franciscano de San Esteban de los Olmos, próximo a la ciudad de Burgos, y el del monasterio premostratense de San Cristóbal, en , aparte de los hijos del primer matrimonio y nietos del fundador, Domingo de Soria, religioso cisterciense de San Pedro de Gumiel de Hizán, personales de la nobles y concejo de los lugares de Villamayor, Valdecilla, Valzalamio, Zorita, Bascones, Manciles y Santa María de Añueguez47.

IV. LITIGIOS CON LOS CLÉRIGOS DE SAN VICENTE

Desde la fundación del monasterio, en el año 1223, a la abadesa la fue conferida la jurisdicción en la iglesia de San Vicente del lugar de Villamayor “caso tan singular como el de las Huelgas”48 Una de las importantes consecuencias que implicaba la exención del monasterio se traducía en la potestad de la abadesa del monasterio era la de nombrar los curas para que administraran sacramentos en la parroquia de San Vicente, en Villamayor y capellanes del monasterio, prerrogativa que mantuvo la abadesa hasta el año 1801, pero que

45 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 119. 46 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 119. 47 Ibidem, pp. 120-121. 48 GONZÁLEZ, J., El reino de Castilla..., t. I, p. 507.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 355 ocasionaría continuas fricciones entre los clérigos de la parroquia de San Vicente y la abadesa cisterciense de Villamayor.

En 1453 el monasterio pleiteó contra el concejo de la villa debido a que este se oponía a los derechos del monasterio en lo que respecta a cobro de diezmos y prerrogativas de sus capellanes, confesores y sirvientes los cuatro árbitros que dictaminaron dieron razón al monasterio49. En 1512 se vuelve a reactivar el problema y en esta ocasión el pleito lo ganó en primera instancia el concejo y posteriormente ambas partes nombraron como jueces árbitros al alcalde de Burgos y a un canónigo de la catedral, y en la sentencia “reconocieron al monasterio tanto la propiedad de los diezmos como de los derechos parroquiales, la facultad privativa de la abadesa para nombrar dos clérigos destinados al servicio de la iglesia, sin intervención alguna del Obispo de Burgos y amovibles a juicio de a abadesa, estos clérigos serían nauturales de Villamayor y la badesa juzgaría en última instancia y sin lugar a apelación las causas eclesiásticas de los clérigos puestos al servicio de la parroquia”50. También se constata el pleito litigados entre ambas partes a finales del siglo XVI por el cobro de diezmos51.

En el año 1606 fue eregida en Lerma la iglesia colegial, con territorio vere nullius, adscribiéndose la jurisdicción eclesiástica de Vilamayor debido a que pertenecía al Duque de Lerma “y desde entonces, el abad de la Colegiata se convirtió en el prelado ordinario de la feligresía, sustituyendo al obispo de Burgos, sin poder intervenir tampoco en el nombramiento de los confesores. Al abad correspondía examinar a los clérigos presentados por la abadesa para la cura de almas de Villamayor; pero era privativa de ésta el nombramiento e institución de los mismos en su oficio, no observándose en la villa lo establecido en el Concilio de Trento el nombrar vicarios perpetuos en las iglesias sometidas a conventos”52.

Pero durante el siglo XVIII los clérigos de la parroquia “iban independizándose más y más de la autoridad abacial, invadían sus atribuciones en orden a la

49 GONZÁLEZ, H., “Villamayor de los Montes. Datos históricos”, en Cistercium, nº 102 (1966) 129. 50 La sentencia fue confirmada por León X el 4 de abril de 1513; GONZÁLEZ, H., “Villamayor de los Montes...”, p. 130 51 A.C.B., vol. 37, fols. 323-324. Copia simple, Cf. Ibid. fol. 321. Notificación de la sentencia de fecha 1 de febrero de 1519 del pleito que el Cabildo de Covarrubias litigó con el monasterio de Villamayor de los Montes y Villanueva Matamala en relación con el cobro de diezmos. En la sentencia se absuelve a Juan Casado de dicho lugar de Villanueva y al monasterio de Villamayor; Cit. Catálogo del Archivo histórico de la catedral de Burgos, vol. IV, Secc. vols. (1), 1585- 1598, Burgos 1998, nº 7513, p. 164. 52 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 159.

356 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO perecepción de derechos parroquiales, ayudados por el abad de Lerma y también por la tendencia general en los prelados a mermar los privilegios antiguos de las Ordenes religiosas y sus derechos seculares en las iglesia de sus dependencias”53. Un informe jurídico firmado por el licenciado José Varona y previsiblemente posterior a 1715, se intitula “Por la abadesa del monasterio de Santa María la Real de la villa de Villamayor de los montes, orden del Císter, con el abad de la insigne colegial de la villa de Lerma, sobre la institución y destitución libre, a voluntad de la abadesa, de capellanes para el servicio de la iglesia de San Vicente, inclusa en los compases del dicho monasterio y unida a él, sus examenes, reparos de la dicha iglesia y otras cosas”54. En el mismo se informaba de las cartas ejecutoriales de la Rota de 6 de julio de 1545 sobre la unión de la parroquia de San Vicente al monasterio contiguo, que corresponde, como facultad privativa a la abadesa, el derecho de instituir y destituir capellanes “ad natum amoviles”, así como la jurisdicción espiritual de la parroquia, junto al derecho de corregir, punir y castigar, mientras que al abad de la colegiata de Lerma, como ordinario del territorio de la villa, le corresponde la facultad de examinar a los capellanes que nombra la abadesa a su arbitrio, sobre la idoneidad para la cura de almas55. De dicho informe se infiere que no debían confundirse los actos pertenecientes a la dignidad episcopal, del ejercicio del poder jurisdiccional adquirido, como en este caso, por privilegio, concesión, prescripción o cosa juzgada, puesto que se trata de un caso de territorio exento. Ya se produjo pleito sobre este asunto en 1679, y tal como remarca el informe, la abadía presentó ejecutoriales que probaba su posesión y por ello despachaba los títulos a los capellanes con la cláusula de “señora de pleno iure”, habiendo quedado constancia de la mala fe del abad de la colegiata de Lerma, quien “sin título de cosa juzgada en la propiedad, había quebrantado su iglesia, privado de alimentos al monasterio, sacadas con tumulto sus imágenes y alhajas y el Santísimo Sacramento de ella, preso su capellán y atentada y violentada la puerta de su Sagrada clausura”56. De esta manera quedó asentada la autoridad de la abadesa de Villamayor.

Sin embargo, a principios del siglo XIX prácticamente era testimonial la jurisdicción de la abadesa sobre la parroquia de Villamayor de los montes, pues por Real Cédula que obtuvo el abad de la colegiata de Lerma se redujeron al mínimo los escasos derechos que disfrutaba la abadía de religiosas y apenas quedaba nada de sus antiguas prerrogativas57. Incluso el propio monasterio

53 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 161. 54 Archivo Monasterio de Silos, Papeles varios impresos, nº 33. 55 Archivo Monasterio de Silos, Papeles varios impresos, nº 33, fols. 1 y 2. 56 Archivo Monasterio de Silos, Papeles varios impresos, nº 33, fol. 3. 57 “Historia del Real monasterio cisterciense de Santa María la Real de Villamayor de los Montes”,en Cistercium, nº 23 (1952) 183-184.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 357 tuvo que asignar a los clérigos de la parroquia de San Vicente algunas viñas y heredades de su propiedad con intención que las usufructuaran sin pago de renta alguno, “puesto que los clérigos hacía tiempo que se negaban a satisfacer el diezmo debido al monasterio y su intención era alzarse con la propiedad de las fincas”58. Fue en 1801 cuando finalizó la jurisdicción de la abadesa sobre la parroquia y sus clérigos (párroco, sirviente, capellanes y confesor), pues a instancias del abad de la Colegiata de Lerma se expidió Real cédula que disponía la reducción de la intervención de la abadesa al derecho de presentación de clérigos y a la exaccción de los diezmos parroquiales59. Finalmente, en 1874 la comunidad quedaba sometida a la jurisdicción del arzobispo de Burgos.

V. EL MONASTERIO DE VILLAMAYOR EN LAS FUENTES DOCU- MENTALES JURISDICCIONALES Y FISCALES

a) Libro Becerro de las Behetrías

El sistema de organización territorial en merindades indica cierto grado de desarrollo del poder regio que se viene denominando "señorío jurisdiccional regio"60. Respecto a su contenido, este señorío jurisdiccional regio se definirá por la extensión de la capacidad de ejercer un cierto control sobre todo el territorio del reino y será esta competencia la que se concretó en el desarrollo de una fiscalidad regia en base a tributos como el pedido, la moneda, etc. y en una superioridad jurisdiccional que permitía al rey intervenir en las villas sujetas a los dominios señoriales nobiliarios, aunque de una forma progresivamente limitada. La merindad mayor de Castilla estaba subdividida en una serie de merindades menores que se formarían inmediatamente después de que la merindad mayor alcanzara una plena definición territorial. En la Merindad mayor de Castilla se integraban un total de quince merindades, una de ella, la de Muñó.

Pedro I, poco después de iniciar su reinado ordenó que se realizara una pesquisa con una triple finalidad: averiguar el estatuto jurídico de cada uno de los lugares, realengo, solariego, abadengo, behetría y encartación, conocer el contenido de los derechos económicos que correspondían al rey, así como determinar las prestaciones percibidas por sus oficiales, merinos y adelantados y fijar el conjunto de rentas pertenecientes a los señores, fruto de la titularidad dominical del ejercicio jurisdiccional. El Libro Becerro de las Behetrías, que

58 SERRANO, L., “El mayordomo...”, p. 161. 59 SERRANO, L., “El Mayordomo...”, p. 161. 60 Vid. C. ESTEPA, "Formación y consolidación del feudalismo en Castilla Y León", en En torno al feudalismo hispánico. I Congreso de Estudios Medievales, León 1989, pp. 157-256.

358 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO también es llamado Libro de las Merindades de Castilla constituye un registro oficial de todos los lugares de Castilla a mediados del siglo XIV, que como consecuencia de la peste negra y otras causas habían quedado despoblados de las personas que poseían derechos sobre ellas y cuales eran estos derechos. Esta obra nació como consecuencia de las peticiones de los hidalgos en las Cortes de Valladolid de 1351 que van a poner en marcha las correspondientes averiguaciones o pesquisas que permitan conocer el carácter de aquellas tierras divididas en realengos, abadengos, solariegos y de behetría, y por tanto, con su status jurídico singular. Los hidalgos solicitaron al rey que efectuara un registro del estado de aquellas tierras y el rey contestó con el anuncio de una investigación o pesquisa a través de la cual se determinarían los derechos y rentas de todas aquellas villas, lugares y solares. El Cuaderno de Cortes de 1341 enmarca el contexto en el que se efectuó dicha investigación, gracias a la cual se pueden reconstruir quince de las diecinueve Merindades en que se dividió el Adelantamiento Mayor o Merindad de Castilla61.

En el Libro Becerro de las Behetrías constan los siguientes datos sobre Villamayor de los Montes:

“Este logar es behetria e han por deviseros a Lope Rodriguez de Villalobos que tiene el dicho logar e sus hermanos e Diego Perez Sarmiento, e Juan Ruyz de Baeza por su mujer el Alvar Rodrigues Daza e Juan Diaz de Rocafuy e don Beltrán de Guevara. Derechos del rey: dan la martiniega al monesterio de Villamayor por que la levaron siempre cient maravedís. Dan al rey monedas e servicios. Derechos del señor: dan al señor por infurción quatro cargas de cevada e dos cargas de trigo e que ge lo dava todo el conzejo. Et non pagan devisa”62.

En la Merindad de Santo Domingo de Silos, el lugar de Fontioso pertenecía al monasterio cisterciense de Villamayor:

“Este lugar es solariego del monasterio de Villamayor. Derechos del rey: Pagan al rey monedas e serbicios e non pagan fonsadera. Derechos del señor:

61 Cit. SÁNCHEZ DOMINGO, R., Castrojeriz: de alfoz medieval a Ayuntamiento constitucional. (Estudio de su fuero, privilegios y ordeannzas), Diputación Provincial de Burgos, Salamanca 2007, p. 45; Idem, Historia de . De alfoz medieval a Partido constitucional, Dykinson Madrid 2017, pp. 139-140. 62 HERNÁNDEZ, F., Becerro. Libro famoso de las Behetrías, que se custodia en la Real Chancillería de Valladolid. Manuscrito del siglo XIV, Santander 1886. Merindad de Candemuñó, “Villamayor”, p. 175.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 359

Dan al dicho monesterio la renta de toda la heredar e mas de martiniega site maravedis”63.

b) Averiguación de la Corona de Castilla (Siglo XVI)

Fue el emperador Carlos V quien ordenó efectuar la Averiguación de la Corona de Castilla, desarrollada entre los años 1515-1540, “aunque hundía sus raíces en los primeros intentos de control de la fiscalidad castellana efectuados por los Reyes Católicos”64. La averiguación nos refleja noticias sustanciales para conocer la “nueva historia de la fiscalidad: los nuevos espacios fiscales surgidos de la acción política del primer absolutismo, el papel de los poderes intermediarios (oligarquías urbanas, nobleza y alta burocracia), la población pechera y los exentos, los criterios para el control de la riqueza y de la propiedad ante la fiscalidad, las desigualdades contributivas propias de un sistema jurídico basado en la desigualdad estructural de las sociedades del Antiguo Régimen...”65. Los datos estudiados y publicados por Juan María Carretero Zamora se conservan en el Archivo de Simancas, concretamente en el Sumario de la Corona de Castilla elaborado el año 1540, intitulado “Serviçio del reyno. Sumario de los vezinos pecheros que por las Averiguaçiones pareçe que ay en cada provinçia, y a como sale cada uno dellos. El qual se sacó de la Averiguaçión que se hizo para repartir el serviçio del año DXLI que fue de CIIII quentos, que se pagaron el año DXL”66.

En el Sumario de la Corona de Castilla, consta la “Averiguación por Burgos”. Juan María Carretero Zamora, en su magnífico trabajo de investigación, en el capítulo dedicado a las jurisdicciones de la procuraduría de Burgos, afirma que “al voto en Cortes por la ciudad de Burgos quedaron adscritas tres receptorías del servicio, correspondientes a la provincia de Burgos y a los denominados partidos de las tierras del Condestable de Castilla y de las Cuatro Villas de la Costa y merindad de la Trasmiera”67. También existían las receptorías adscritas a los señores laicos, las receptorías sobre jurisdicción de las Huelgas Reales

63 HERNÁNDEZ, F., Becerro. Libro famoso de las Behetrías..., Merindad de Santo Domingo de Silos “Fuente osso”, p. 238. 64 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación de la Corona de Castilla, 1525-1540. Los pecheros y el dinero del reino en la época de Carlos V, vol. I, Valladolid 2008, p. 10. 65 CARRETERO ZAMORA, J.M., La averiguación..., vol. 1, pp. 10-11. 66 A.G.S., Contadurías Generales, leg. Nº 76, fol. 28vº. Estudio y transcripción en CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. III; también en A.G.S., Contadurías Generales, leg. nº 768, fol. 27 r, en Censo de pecheros. Carlos I, 1528, t. 2, INE., Madrid 2008, p. 49. En la portada del legajo consta “Censo de pecheros”, escrito previsiblemente por Tomás González, fechado en 1540. En realidad se trata de un censo usado por primera vez en 1528 y revisado en 1540. 67 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. I, p. 105.

360 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO de Burgos, y otras receptorías adscritas a jurisdicciones eclesiásticas, entre las receptorías adscritas a los señores laicos, dentro de las correspondientes al duque de Medinaceli, se encontraba Villamayor de los Montes, con un toal de 85 vecinos68.

Los datos cuantitativos básicos de cada receptoría del servicio de la provincia de Burgos las conocemos gracias al excelente estudio de Carretero Zamora. Para la villa de Villamayor de los Montes nos indica que es de jurisdicción de Señorío (la jurisdicción era del duque de Medinaceli, con 85 pecheros pagando de servicio un total de 21.610 maravedís. El coeficiente maravedíes/pechero sobre el servicio de 1528 era de 254,2 y el coeficiente maravedíes/pechero propuesto por los averiguadores era del 161,869. Según este autor “en la provincia de Burgos el coeficiente medio de maravedíes por pechero quedó establecido en 135,6 lo que suponía que los burgaleses pagaban un 11,6 por ciento sobre la media de la Corona de Castilla. Pese a que dos grandes realengos como Burgos y (zonas geográficas próximas a Villamayor de los Montes) gozaban de coeficientes muy bajos: 81,3 y 92,3 respectivamente, fueron el conjunto de las receptorías de realengo las que soportaron el coeficiente medio más alto: 147,6 (un 8,8 por ciento sobre la media de la provincia”70, mientras que las jurisdicciones de señorío se encontraban por debajo de la media, en concreto las receptorías dependientes de señores eclesiásticos seculares, que satisfacían 120,8 maravedís por pechero71.

Carrretero Zamora afirma en relación a los señoríos de la Corona de Castilla, para la provincia fiscal de Burgos que, “en la jurisdicción señorial dependiente de la Iglesia primaban los señoríos de naturaleza eclesiástica regular, con un total de 21 titulares, entre los que destacaban por el número de vasallos pecheros los monasterios de Las Huelgas de Burgos, de Nájera, de San Millán de la Cogolla, de San Pedro de Arlanza, de San Pedro de Cardeña, de Valvanera y de Santo Domingo de Silos... la jurisdicción eclesiástica secular era de escasa entidad, limitándose a los señoríos de los obispos de Burgos y Calahorra y del cabildo de la iglesia mayor de Burgos”72. Ahora bien, “el grueso de la población pechera de Burgos residía en jurisdicciones señoriales laicas y la mayoría lo hacía en señoríos dependientes de la nobleza titulada de mayor poder de la Corona de Castilla”73 y entre las seis resalta la de la

68 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. I, p. 111. 69 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. II, pp. 617 y 805. 70 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. II, p. 616. 71 Ibidem, vol. II, p. 616. 72 Ibidem, vol. II, p. 725. 73 Ibidem, vol. II, p. 725.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 361 casa de Medinaceli, titular de 7 receptorías, con un total de 1329 vecinos, que suponía un 3,68 por ciento74.

En la averiguación de la Corona de Castilla para Burgos, Tierras del Condestable de Castilla y Trasmiera y Cuatro Villas de la Costa, correspondiente al año 1527 se contiene el nombre de la localidad, el número de vecinos pecheros, el repartimiento corespondiente al servicio de 1528 y la propuesta de los pesquisidores para futuros repartimientos”75. Las noticias de la Averiguación correspondientes a Villamayor de los Montes, señorío de la Casa de Medinaceli, son las siguientes: Vecinos: 85; Año 1527: 21.610 maravedís y propuesta: 13.750 maravedís76.

VI. JURISDICCIÓN Y DIEZMOS DE LAS ERMITAS E IGLESIA DE SAN VICENTE

En el documento funadacional del monasterio de Villamayor de los Montes consta, como hemos indicado, que los derechos y bienes que logró reunir Don Fernán González, entre otros fueron los antiguos derechos y posesiones del monasterio de Nava, Zurita, Valzalamio y otros varios pueblos sitos en la ribera del Arlanza. En dichos lugares se edificaron tres ermitas.

Los tres lugares se encontraban despoblados, pertenecían al alfoz de Muñó y eran términos de Villamayor de los Montes. San Andrés de Nava “se construyó en torno a un manantial al oeste de la actual ermita de San Andrés; se conocen abundantes edificaciones”77. Zorita era un despoblado situado “en el pago donde se encuentran una tenadas en el camino de la fuente de las Monjas; el pueblo es conocido como San Juan de Zorita. Citado entre los préstamos del Obispado de Burgos en 1515, con el significado de abundante en zoritas o tórtolas”78. San Bartolomé de Balzalamio, “recogido en la tradición orales lugar... Valzalamio o valle de Zalamio recoge un nombre mozárabe personal”79.

En las tres ermitas el monasterio, por mediación de su abadesa nombraba el cura que la atendía, y en virtud de la condición de “monasterio exento”

74 Ibidem, vol. II, p. 725. 75 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. III, p. 955. A.G.S., C.M.C. 2ª época, leg. 347. Averiguación..., fols. 1 y 2. 76 CARRETERO ZAMORA, J. M., La averiguación..., vol. III, p. 963. 77 MARTÍNEZ DÍEZ, G., Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblación, Valladolid 1987, p. 310. 78 MARTÍNEZ DÍEZ, G., Pueblos..., pp. 516-517. 79 Ibidem, p. 311

362 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO nombraba a los sacerdotes de la iglesia de San Vicente de Villamayor, pues era privilegio de la abadesa. En la archivo de la catedral de Burgos encontramos un documento fechado en Palestrina el 28 de agosto de 1538 por el que el papa Pablo III une a la mesa capitular de Burgos el préstamo de la iglesia parroquial de Piedrahita de Muñó y el eremitorio de San Juan de Zorita, así como el eremitorio de San Andrés de Nava, ambos próximos a Villamayor de los Montes pues el número de prebendados y capellanes pasa de cien, «Suscepi cura regimis» y «creditum nobis desuper»80. Posteriormente el 7 de mayo de 1580 el cura del lugar de Villanueva Matamala (lugar del alfoz de Muñó) a través de testimonio afirma que este lugar diezma al monasterio de las Huelgas de Burgos, “lo que no ocurre en la localidad de Villamayor de los Montes”81, confesión que suponemos sería en descargo del propio sacerdote que comparaba su disminución patrimonial en relación a los curas de Villamayor, dependientes de su propia abadesa. Años después el arzobispado de Burgos, a través del procurador de sus provisores, y en nombre del Cabildo, con fecha 20 de julio de 1589 realiza una petición en el sentido que los clérigos y beneficiados de Villanueva Matamala no se lleven a sus casas los diezmos de los frutos de Villamayor de los Montes, sino que los pongan en el acervo común82.

El punto de inflexión en este contencioso soterrado entre el monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes y el Cabildo de la catedral burgense por el cobro de los diezmos de las tres ermitas se produce el 4 de mayo de 1676, cuando el cabildo de la catedral otorga poder a Juan Sanz del Río, cura de Villamayor de los Montes con autorización para que, en su nombre, mande amojonar los términos de las ermitas de San Bartolomé de Balzalamio, San Andrés de Nava y San Juan de Zorita, sitas en el territorio de Villamayor de los Montes, “para así determinar los diezmos que corresponden a dicho Cabildo”83, pues ello es resultado de la anexión a la mesa capitular de Burgos que realizó Paulo III en 1538.

La mayor parte de la documentación sobre el tema de las ermitas de Villamayor data del siglo XVIII, pero igualmente el monastrio tuvo que litigar

80 Archivo Catedral de Burgos (En adelante A.C.B.,), vol. 37, fol. 110. Original pergamino con sello de plomo; vol. 32, fol. 50. Pergamino en sello de plomo pendiente de cuerdas de color y vol. 33, fol. 188, Pergamino con sello de plomo; Cit. Catálogo del archivo histórico de la catedral de Burgos, vol. II, Secc. vols. (1), 1432-1551, Burgos 1998, docs. 3875, p. 429; nº 3877, p. 430; y nº 3878, p. 430. 81 A.C.B., vol. 39, fol. 916v. Original; Cit. Catálogo del archivo..., vol. III, Secc. vols. (1) 1553-1584, nº 6352, p. 454. 82 A.C.B., vol. 47, fol. 69. Original sello de placa; Cit. Catálogo del archivo..., vol. IV, Secc. vols. (1), 1585-1598, nº 7340, p. 124. 83 A.C.B., vol. 37, fols. 287-312 y fols. 288-290. Copia simple; Cit. Catálogo del archivo..., vol. III, Secc. vols. (1), 1661-1683, nº 17462, p. 349.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 363 contra el Duquye de Medinaceli, señor de la villa y contra el concejo por difresencais suscitadas por la competencia de la jurisdición ordianria en la villa, corta de leña en los montes y aprovechamiento de pastos84. Se constata que el Cabildo de la catedral de Burgos el 3 de diciembre de 1749 otorgó poder al canónigo de la colegiata de Lerma Juan Pérez de Miranda, “para que en su nombre trate todos los asuntos relacionados con los diezmos que corrresponden a las ermitas de San Andrés de Nava y San Juan de Zorita, en el término de Villamayor de los Montes”85, pero no menciona la ermita de San Bartolomé de Balzalamio. En el año 1750, a petición del cabildo de la catedral burgense, se realizó apeo en los términos de las ermitas de San Bartolomé de Balzalamio, San Andrés de Nava y San Juan de Zorita86. Con el fin de poder concretar cuantitativamente los diezmos de los préstamos en las ermitas citadas, el 7 de enero de 1750, José Gómez, procurador de la audiencia solicitó en nombre del cabildo se realizara un apeo en las ermitas87. Al mes siguiente y con fecha de 25 de febrero de 1750 la comunidad del monasterio cisterciense de Villamayor nombró dos apeadores, cargos que recayeron en Bernado Arnáiz y Gabriel de Lara, este último apoderado y mayordomo del cenobio88. Al día siguiente correspondió efectuar el nombramiento de apeador a los vecinos del pueblo, cargo que recayó en Francisco Julián, con el fin que “representara a dichos vecinos en el apeo de los términos de las ermitas e iglesias de dicho lugar”89, de lo que se colige que los vecinos de Villamayor tenían intención de conocer si en los términos que se apeaban había alguno con la condición de comunal a efectos de reivindicar la parte proporcional de la operación dezmatoria, puesto que pocos meses después se iniciarían las pesquisas para la formación del Catastro de Ensenada, como veremos. Ese mismo día se nombró a Francisco Miguel, vecino de Villamayor como apeador por parte del Cabildo de la colegiata de Lerma, de la iglesia de San Vicente de Villamayor e igualmente actuaría en nombre de Duque de Medinaceli90. Hemos indicado que según las Informaciones de Carlos V del siglo XVI, la jurisdicción en

84 A.R. Ch. Valladolid, Ejecutoria de 4 de diciembre de 1752, Reg. de ejecutorias, CAJA 3224, 17; y Ejecutoria de 9 de marzo de 1753, Reg. de ejecutorias, CAJA 3225, 49. 85 A.C.B., vol. 37, fols. 256-285 y fols. 257v-259. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 21242, p. 155. 86 A.C.B., vol. 37, fols. 256-285. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 21250, p. 163. 87 A.C.B., vol. 37, fols. 256-285 y fols. 260-261. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 21247, p. 156. 88 A.C.B., vol. 37, fols. 256-258 y fols. 264v-265. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 71248, p. 156. 89 A.C.B., vol. 37, fols 256-258 y fols. 266-267. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 21249, p. 157. 90 A.C.B., vol. 37, fols. 256-285 y fols. 267-270. Copia auténtica. Ante Francisco Arranz, notario; Cit. Catálogo del archivo..., vol. X, Secc. vols. (I), 1726-1853, nº 21250, p. 157.

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Villamayor de los Montes pertenecía al Duque de Medinaceli, por lo que el mayordomo de este reivindicaría su parte proporcional en el cobro de la renta de los terrenos, ya que la percepción de la alcabala era un derecho que tenía asegurado.

Igualmente era patente el interés por parte de los canónigos de la colegial de Lerma para eclipsar el poder jurisdiccional de la abadesa de Villamayor en el nombramiento de beneficiado en la iglesia parroquial de San Vicente de la propia villa, derecho que venía ejerciendo desde la fundación de la abadía. En un documento impreso, posterior a 1715, la abadesa del monasterio se dirige al abad de la colegiata de Lerma recordándole los títulos justificativos sobre la institución libre de la abadesa de nombrar capellanes para el servicio de la iglesia de San Vicente, inclusa en los compases de dicho monasterio y unida a él91.

VII. INFORMACIONES SOBRE EL MONASTERIO DE VILLAMAYOR EN EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE ENSENADA

Fue en 1749 cuando el rey Fernando VI refrendó el Real Decreto que ordenaba la realización de las averiguaciones catastrales. Se estableceiron las bases para la redacción del Proyecto e Única Contribución que el monarca y Ensenada someterían a su consideración. La profesora Concepción Camarero Bullón describe el proceso: “La Junta Consultiva, compuesta por dieciséis miembros, celebró su primera sesión el 1º de abril de 1749, después de haber hecho imprimir el Proyecto para que pudiera ser estudiado previa y detenidamente por cada uno de los convocados. La Junta Consultiva, a través de Ensenada, trasladó su dictamen al monarca el 19 de junio de 1749 y a finales del mes de julio se iniciaría el último intento, centrado en someter de nuevo todo el asunto al criterio de los intendentes de ejército y regente de la Audiencia de Barcelona, al objeto que opinen "sobre la posible o imposible práctica del proyecto"92.

La idea de reducir a una sóla el conjunto de las antiguas rentas establecidas en Castilla así como regular una única contribución se diseñó a mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Fernando VI, y el objetivo era conseguir que cada vasallo contribuyese a las cargas fiscales en proporción a los ingresos que

91 Archivo Monasterio de Silos, Papeles varios impresos, nº 33, s.l., s.a., pero posterior a 1715; Cit. VIVANCOS, M. C., Catálogo del archivo del monasterio de Santo Domingo de Silos, Studia Silensia XXIX, Santo Domingo de Silos 2005, p. 122. 92 CAMARERO BULLÓN, C., Burgos y el Catastro de Ensenada, Caja de Ahorros Municipal de Burgos, Burgos 1989, pp. 32 y 34.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 365 obtenía. Para ello se habría de elaborar un catastro que permitiera saber con cierta fidelidad las fuentes de riqueza que tenía cada contribuyente y, en consecuencia, de la renta que de ella se derivaba. Los trabajos para la consecución de tal empeño se iniciaron en 1749 y concluyeron en 1756. Se trataba de suprimir el entramado de impuestos directos e indirectos que hasta el momento permanecía operativo, y ello dio paso a la puesta en marcha de una serie de trabajos estadísticos a fin de saber la riqueza del país y la de cada uno de los posibles impositores y todo este trabajo es lo que se conoce con el nombre de "Catastro"93. La documentación que sobre el monasterio cisterciense de Santa María la Real de Villamayor de los Montes se extrae del Catastro de Ensenada, aporta datos interesantes para conocer la cotidianidad tanto del monasterio, ya que permite espigar muchos datos de la vida diaria que integran la realidad que caracterizaba uno de estos lugares de Castilla en el siglo XVIII. Las Respuestas Generales contenidas en el Catastro ofrecen, por ejemplo, una visión única acerca de cómo se trabajaba en el monasterio y se obtenían los jornales de los obreros y criadas, como las ermitas y granjas que dependían de aquel, cómo se desarrollaba la vida económica en las ciudades, villas y aldeas de Castilla, profesiones y oficios, así como las tierras y sus medidas en varas, cosechas en fanegas, arrobas o celemines, cosechas y calidades de la tierra, la renta que se satisfacía por cada labor, tierra, casa o animal, así como lo que valía cada especie de grano. El título de la portada interior de este monasterio cisterciense reza lo siguiente: “Partido de Candemuuñó. Villa de Villamayor de los Montes. Respuestas generales y Libros mayores de lo raíz y Personales de ambos estados. Tomo 1º”94. Las operaciones de averiguación catastral de Villamayor de los Montes se comenzaron en , mediante bando de fecha de 12 de agosto de 1751, bajo la presidencia de Felipe Antonio de Salamanca y Moreda, señor de la villa de Sojuela y regidor perpetuo de la ciudad de Burgos, nombrado Juez subdelegado por S.M. para la Averiguación. Una vez nombrados los peritos para proceder al interrogatorio de las Respuestas Generales, estos contestaron a la segunda pregunta que la villa “es de señorío y pertenece al Excmo. Sr. Duque de Medina Zeli quien solo percive las alcavalas que producen anualmente mil seiscientos y quarenta y seis reales de vellón y los demas derechos se pagan a su Mag. (Dios le Gde.) en las reales Arcas de la Ciudad de Burgos en esta forma por razón de sisas y millones dos mil seiscientos treinta y quatro reales y diez y nuebe morabedís […] que todo compone quatro mil ochocientos y treinta y quatro reales vellón”95.

93 CAMARERO BULLÓN C., Burgos y el Catastro..., pp. 30-31. 94 Archivo Diputación Provincial de Burgos. Catastro Ensenada, (En adelante A. Dip. B., C.E.), sig. 2334. Título de la portada del Libro de Respuestas Generales de la villa de Villamayor de los Montes. 95 A. Dip. B., C.E. Partido de Candemuuñó. Villa de Villamayor de los Montes. Respuestas generales y Libros mayores de lo raíz y Personales de ambos estados, sig. 2334, fols. 7 v- 8r.

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En la respuesta a la tercera pregunta indicaron lo siguiente: “ocupa término de esta dicha villa incluyendo tres despoblados que se le han agregado de inmemorial tiempo a esta parte y se llaman San Bartolomé de Bazalamio, San Juan de Zurita y San Andrés de Nava...”96. A la pregunta décimo sexta, los encuestados respondieron:

“que es práctica de diezmar de todos los frutos que dan los términos de esta villa, de cada vez uno, como dezmatorio de corderos, carneros, queso, lana, pollos, cerdos, miel y cera, que llaman menudos, a excepción de la leña que todos los diezmos integros y correspondientes al término propio y privativo de la citada villa que pervive en el monasterio de monjas bernardas que ay en ella sin saber el motibo que tengan para ello, sin mas desquento que dos fanegas de trigo y dos de zenteno, que se dan anualmente por razón de pila al hordinario de la villa de Lerma y asi mismo percive dicho monasterio la mitad de los pertenecientes a los referidos tres despoblados de San Bartholomé de Balzalamio, San Juan de Zurita y San Andrés de Nava”97.

A través de una amplia contestación, resulta que para lo referente al cobro de la otra mitad de los diezmos de los tres lugares despoblados, el reparto es el siguiente: para San Bartolomé de Balzalamio, se divide en tres partes, una para el beneficiado del despoblado José Díez, otra para el Cabildo de la Colegiata de Lerma, por Bula de Su Santidad y de la restante se dividen en otras tres partes, de las cuales dos se destinan el Duque de Medinaceli, por razón de tercias reales y la otra se destina a la fábrica de la ermita de San Bernabé “y solo ai estos diezmos a tercer año por sembrarse así este término, y antes de su división se sacan seis zelemines de trigo y seis de cebada por razón de clavería que percibe el dicho Don José Díez, beneficiado y media de trigo por renta que lleva la Cofradía de San Antón de esta villa como dueña de ellos”98.

Por lo que respecta al cobro de los diezmos de San Andrés de Nava, la división se realiza de igual forma en tres partes, la primera se la lleva el beneficiado Don José Díez, la segunda el Cabildo de la Iglesia catedral de la ciudad de Burgos, por bula de Su Santidad y de la tercera se hacen tres partes, de las cuales dos percibe el Duque de Medinaceli en razón de tercias reales y la otra parte se destina a la fábrica de la mencionada ermita que se localiza en dicho despoblado, “y antes de dividirse dichos diezmos se saca una fanega de pan mediado trigo y zevada que percive dicho beneficiado por dicho derecho

96 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 8r. 97 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fols. 10v-11r. 98 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 11r.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 367 de clavería y fanega y media de trigo por renta de trojes la misma Cofradía de San Sebastián, como dueña de ellas”99. Por lo que respecta a los diezmos del despoblado de San Juan de Zurita, igualmente se dividen en tres partes, llevándose una parte el monasterio de San Bernardo de la ciudad de Burgos, otra el Cabildo de la Santa Iglesia catedral de Burgos y la restante se divide en tres partes iguales, de las que dos se lleva el Duque de Medinaceli, en razón de tercias reales y la otra se destina a la fábrica de la dicha ermita de San Juan del citado despoblado, “pero antes de su división se hacen seis celemines de trigo y seis de zevada que percibe el citado Don José Díez por razón de clavería y cinco fanegas de trigo por renta de trojes a dicha hermita de San Sebastián y no ai estilo de pagar primicias”100.

A la pregunta decimo sexta, respondieron lo que se refiere a continuación:

“el diezmo íntegro que percive el referido Monasterio de Bernardas desta villa asciende en cada año, regulado por un quinquenio, a ciento sesenta y dos fanegas y tres celemines y tres quartillos de trigo; ciento y quarenta y ocho fanegas y dos celemines y tres quartillo y medio de zevada, ciento treinta y quatro fanegas y dos celemines y quartillo y medio de comuña y centeno que los misturan en una troxe y quarenta y ocho fanegas y dos celemines y medio de avena y en especie de vino trescientas y ochenta y cinco cántaras y dos azumbres, y que el balor que hordinariamente se suelen arrendar los menudos es de seiscientos y sesenta y seis reales y veinte y dos mrs. de vellón. Y que todo el diezmo de la ermita de San Bartolomé que no se siembra más que a tercer año, asciende regulado por un quinquenio a cinco fanegas y cinco celemines de trigo, quatro fanegas y seis celemines de zebada, tres fanegas y nueve celemines de zenteno y dos fanegas i ocho celemines de avena. La de San Andrés, dos fanegas y seis celemines de trigo y dos fanegas y un zelemín de zebada, dos fanegas y tres zelemines de zenteno y dos fanegas y un zelemin de avena, y a la de San Juan siete fanegas i ocho zelemines de trigo, seis fanegas y siete zelemines de zevada, cinco fanegas y siete zelemines de zenteno y cinco fanegas de abena. Que es lo que pueden dezir haviendo visto y reconocido los libros de tazmías a que se remiten”101.

99 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fols. 11r y v. 100 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fols. 11v-12r.; A la pregunta 28º respondieron que las alcabalas del pueblo de Villamayor de los Montes las percibe el Duque de Medinaceli, aunque desconocen el título para ello y que su importe anual suma 1.647 reales de vellón y que las tercias reales correspondientes al propio término y privativo de dicha villa “están incluidas en el íntegro diezmo que percibe el Monasterio de monjas Bernardas desta villa”, fol. 20r y v. 101 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 12r y v.

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En la documentación presentada por los propietarios referentes a sus títulos de propiedad, en ocasiones, como es el caso que nos ocupa, consta la transcripción de varios privilegios reales que eran exhibidos con el fin de su comprobación por parte del Juez subdelegado y del escribano de los títulos justificativos del cobro de rentas102 .

Prosiguiendo con las operaciones de averiguación, el Escribano de la Operación, Francisco Arranz, en nombre del Juez Subdelegado, solicitó al mayordomo de las rentas, tercias y alcabalas de dicha Villa, que pertenecían al Duque de Medinaceli, indicando que en el plazo de tres días debía presentar en audiencia los títulos o privilegios en virtud de los cuales percibía dichas rentas, a lo cual el mayordomo respondió que “los privilegios y pertenencias en virtud del que el Excmo Señor es dueño y llevador de dichos derechos obran en el archivo que su Exca. tiene en la villa y Corte de Madrid, por lo qual no puede presentarles en la Audiencia”103. El presbítero beneficiado de las ermitas despobladas de los tres lugares citados reprodujo las cantidades de cereal que percibe por cada ermita y que consta en el libro de tazmías, documento que firmó el 28 de septiembre de 1751104. Sin embargo, la abadesa del monasterio, Dª Joaquina Francisca de Ychaso, junto a Francisca Romo, granjera del cenobio, en fecha de 28 de septiembre de 1751 certificaron que el diezmo que percibía el monasterio por la Iglesia parroquial de San Vicente, como la mitad de los diezmos correspondientes a las tres ermitas despobladas, ascendía anualmente, y regulado en un quinquenio, a 162 fanegas, 3 celemines y 3 cuartillos de trigo; 148 fanegas, 2 celemines y 3,5 cuartillos de cebada; 134 fanegas, 2 celemines y 1,5 cuartillo de comuño y centeno, así como 385 cántaras y dos azumbres de vino. Declararon ambas religiosas que los diezmos menudos se arrendaban normalmente en 66 reales y 22 maravedís de vellón y que “estos datos resultan de los Libros de tazmías que tiene este monasterio y obran en el Archivo a que nos referimos”105.

El monasterio tuvo necesidad de exhibir varios privilegios y sus confir- maciones, que constan reproducidos en el Catastro. A modo de introducción, la abadesa hizo relación de los privilegios: La donación realizada al monasterio de Santa María por Don García Fernández, mayordomo de la reina Berenguela junto a Doña Mayor Arias, su mujer, de la iglesia de San Vicente, con todos

102 Vid. CAMARERO BULLÓN, C., y VIVANCOS, M.C., “Con “letras antiguas y en latín”: La copia de privilegios antiguos en el Catastro de Ensenada”, en MARTÍNEZ MILLÁN, J., CAMARERO BULLÓN, C. y LUZZI TRAFICANTE, M., La Corte de los Borbones: crisis del modelo cortesano, Madrid 2013, ediciones Polifemo, vol. I, pp. 77-119. 103 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 36r y v. 104 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 38r y v. 105 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 37r.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 369 sus derechos y preeminencias que la correspondían, tanto patrimoniales como comprados o adquiridos por cualquier título y la donación lleva fecha de 4 de marzo de 1228106. Previamente, el 9 de enero de 1223, el citado García Fernández y su esposa doña Mayor habían comprado a Don Gonzalo y su mujer doña Marquesa cuanto tenían en el referido monasterio, junto a sus granjas, pertenencias, solares, vasallos, poblados, terrenos por poblar, heredades, montes, fuentes, aguas, molinos, pastos, dehesas, huertos, árboles “y todo el derecho que tenían”107. Y por último, en virtud de una carta de confirmación de los reyes Don Fernando y Doña Beatriz de 16 de enero de 1252, confirmaron a Don García Fernández, “debido a los grandes servicios que había realizado a S.M. todo el pecho y derecho que tenía y debía tener en Villamayor”108.

El primer privilegio reproducido en las operaciones de averiguación se refiere a la venta que un grupo de nobles realizó a García Fernández y su esposa doña Mayor de todos los derechos de que gozaban en el monasterio de Villamayor de los Montes109. El segundo privilegio que fue exhibido por la abadesa del Monasterio y que se transcribe en su totalidad “excepto el primer renglón, por estar cortadas las letras”, lleva fecha de 4 de marzo de 1228 y se refiere a la vinculación que el matrimonio formado por García Fernández y su esposa doña Mayor hicieron a la Orden de Císter y al monasterio de las Huelgas Reales de la ciudad de Burgos, del monasterio de religiosas que habían fundado en Villamayor de los Montes110. El último privilegio presentado por la comunidad cisterciense fue el privilegio otorgado desde Santo Domingo de Silos por Fernando III el 16 de enero de 1227, por el que hacía merced a García Fernández de los pechos y derechos reales en Villamayor de los Montes111.

106 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 50r. 107 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 50r. 108 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 50r. 109 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fol. 51r y v; A.V.M., leg. 4, doc. 11; Publ. SERRRANO, L., “El ayo de Alfonso...”, pp. 586-587; MENÉNDEZ PIDAL, R., Documentos lingüísticos..., doc. nº 224, pp. 294-295; MARTÍNEZ DÍEZ, G. y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 21, p. 53. 110 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fols. 52-65v; A.V.M., leg. 3, doc. 11; Publ. SERRRANO, L., “El mayordomo....”, pp. 178-181; MARTÍNEZ DÍEZ, G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 29, pp. 62-65. 111 A. Dip. B., C.E., Lib. 2334, fols. 57-58v; A.V.M., leg. 3, doc. 11; Publ. SERRRANO, L., “El ayo de Alfonso...”, p. 589 (lo reproduce parcialmente en nota nº 2). Idem, “El mayordomo....”, pp. 118 y Apéndice, doc. XI, pp. 176-178; GONZÁLEZ, J., Reinado y diplomas de Fernando III, t, II. Diplomas (1217-1232)..., doc. nº 222, pp. 265-267; VIVANCOS, M.C., Catálogo del archivo del monasterio de Santo Domingo de Silos..., Otros Monasterios e Instituciones. Monasterio de Santa Maria de Villamayor de los Montes, nº 18, p. 170; MARTÍNEZ DÍEZ G., y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, V., Colección diplomática..., doc. nº 26, pp. 58-60.

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En el Libro personal de eclesiásticos del Catastro de Ensenada, consta la siguiente información respecto al Monasterio cisterciense: “El Conbento de Religiosas Bernardas de Villamayor de los Montes se compone de diez y ocho religiosas profesas quienes mantienen a un padre confesor y un ama para su asistencia, una demandadera y lavandera, dos criados de cozina y dos criados de labranza, todos maiores. Don Faustino de Lara, capellán en la Iglesia de San Vicente, de Villamaior, de edad de veinte y seis años se mantiene en casa de Teresa de Sancha, su madre. Don Josph Diez, capellán de dicha Iglesia de hedad de sesenta y ocho años se mantiene en casa y compañía de Juan Lozaon, su hermano”112. Por lo que respecta a la información que el Catastro de Ensenada nos traslada en el Libro de Memoriales de los eclesiásticos, se constata un amplio informe elaborado por José Arnáiz, mayordomo y apoderado del Monasterio de Villamayor de los Montes, quien en fecha de 29 de septiembre de 1751, certificaba que las monjas reciben los servicios de un padre confesor a quien dan de congrua 1100 reales anuales, y que mantienen a tres capellanees, a dos de ellos por ejercer el oficio de cura se les paga anualmente 235 reales de vellón, 8 fanegas de trigo y otras 8 de cebada y 8 de centeno. Al tercer capellán, por ejercer labores de sacristán mayor, se le da de congrua 175 reales de vellón, además de 8 fanegas de trigo, 8 de cebada y 8 de centeno. Mantienen un sacristán secular que asiste a la iglesia parroquial y monasterial, a quien satisfacen 396 reales de vellón. Una demandadera que recibe anualmente 8 ducados de vellón y 5 fanegas de trigo, más otras 5 de centeno. Otros sirvientes y profesionales a quienes que satisfacían paga y fanegas: una lavandera, un ama para asistir al padre confesor, un mayordomo, médico (de Lerma), botocario (de Lerma), cirujano, dos criadas de cocina, dos criados de labranza, un pastor de ganado lanar y cabrío, herrador (de Lerma), herrero, carretero113. Pagan anualmente al abad de Lerma, por raón de pila, cuatro fanegas de pan mediado, trigo y cebada y a la Mesa Capitular de la Iglesia catedral de Burgos satisfacen anualmente 592 reales y 16 maravedís en concepto del subsidio, más 207 reales y 6 maravedís en razón del excusado114. Aporta un dato fundamental para justificar que a mediados del siglo XVIII la abadesa del monasterio seguía manteniendo la jurisdicción de la iglesia parroquial de la villa: “Mantiene este monasterio la Iglesia Monasterial y Parroquial de San Vicente, unida a dicho Monasterio pleno iure, con todo lo necesario de ornamentos, cera y aceite y otras cosas necesarias que están de su cargo”115. También mantenía el cenobio tres señoras “de piso”, que satisfacía cada una anualmente 20 ducados de vellón116.

112 A. Dip. B., C.E. Libro Personal de eclesiásticos, sig. 2335, fol. 1º r y v. 113 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 8r y v. 114 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 8v. 115 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 8v. 116 Ibidem.

EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE VILLAMAYOR DE LOS MONTES… 371

Además de describir las tierras propiedad del monasterio cisterciense al aire cierzo, solano, ábrego y regañón, qua ayudaban a soportar todos los agostos que tenía el monasterio117. Se declararon las llamadas “tierras de la Lámpara”, la huerta cercada, denominada “el Sabuco”, con árboles frutales y otros huertos, las bodegas y los censos118. Entre lo declarado por el monasterio cisterciense, se encontraban los diezmos que recibía por la iglesia parroquial de San Vicente de la villa, así como la mitad de lo tocante a las ermitas de los tres despoblados de San Bartolomé de Balzalamio, San Andrés de Naba y San Juan de Zurita, que regulado en un quinquenio, sumaba 162 fanegas, 3 celemines y 3 cuartillos de trigo, además de 148 fanegas, 2 celemines y 3 cuartillos y medio de cebada, más 134 fanegas, 2 celemines y cuartillo y medio de comuña y centeno, que se pone junto en una troje y 48 fanegas, 2 celemines y medio de avena, junto a 285 cántaras y 2 azumbres de vino119. A tenor de lo que se encontraba inscrito en el Libro de Difuntos guardado en el monasterio, este cobraba derechos de sepulturas de los difuntos que se enterraban en la iglesia parroquial de San Vicente, y por ello recibía anualmente 129 reales de vellón y 20 maravedís120, y finalmente por lo que respecta al ganado lanar y cabrío, el mayordomo declaró que el monasterio era propietario de 107 ovejas de parir, 48 borras, 46 corderas, 48 corderos, 19 carneros, 37 carneros primales, 43 borros, 28 cabras, 17 reguedas, 15 reguedos, 12 chivas, 15 chivos, 2 machos cabríos de cinco años y 15 machos cabríos de dos a tres años121.

VIII. LA VILLA DE VILLAMAYOR EN EL CENSO DE LA CORONA DE CASTILLA

En el estudio sobre el Censo de Ensenada que realizó Eduardo García España, afirmaba, que “las relaciones contienen básicamente una desequilibrada clasificación de los habitantes con una breve consideración de los seglares y otra muy amplia de los eclesiásticos”122. Más adelante concretaba que “En España se contaba a mediados del siglo XVIII con una larga tradición en la Recopilación de datos personales y que fue aprovechada para obtener los primarios del catastro, usando una técnica similar a la se venía empleando en

117 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fols. 9 r-37v. 118 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 38r. 40v. 119 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 43r y v. Los diezmos menudos se arrendaban ordinariamente en 666 reales de vellón con 22 maravedís, tal como resultaba de los libros de tazmías que el monasterio custodiaba en su archivo. 120 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 43v. 121 A. Dip. B., C.E. Libro Memorial de seglares y eclesiásticos, sig. 2336, fol. 43v. 122 ENSENADA, Censo de Población de la Corona de Castilla, t.1, Año 1752. Partido de Castilla Vieja, Estudio de Eduardo García España, INE, t. 1, (ed. facsimilar), Madrid 1991, p. 11.

372 RAFAEL SÁNCHEZ DOMINGO el Sistema de Apeos en el siglo XVI, sin olvidar las Relaciones de Felipe II que pueden considerarse su antecedente a pesar de que estos eran esencialmente cualitativos y el Catastro cuantitativo”123. En el Censo de población de Ensenada, efectuado en 1752 y correspondiente a Villamayor de los Montes, se aporta una serie de datos que complementa la documentación catastral. La villa aparece incluida en el Partido de Candemuñó y aparecen en el censo, en la categoría de jornaleros, 35 nobles y 13 del estado general, así como cuatro pobres de solemnidad pertenecientes al estado general, así como un total de 3 eclesiásticos seculares. En total se contabilizan 112 vecinos124. En el Nomenclátor, el censo realizado el año 1752 en Villamayor de los Montes en el apartado “Datos básicos” constan como vecinos (familias) 112,5. Hay tres individuos pertenecientes al clero secular y como Profesos (Floridablanca), no consta ningún fraile y sí se computan y 14 monjas, que forman parte de la comunidad cisterciense que habitaba el monasterio de Santa María la Real de Villamayor de los Montes125.

En el Censo del Conde de Aranda publicado el año 1773, no constan datos sobre el Monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes. Por su parte, en el Nomenclátor de Floridablanca efectuado el año 1785, se refiere a Villamayor de los Montes, incluida en la Abadía y Jurisdición de Lerma, del Partido de Can de Muñó, como villa de señorío secular, con “Alcalde ordinario (A.O.) por el Duque de Medinaceli”126. En el Nomenclator publicado en 1789 se lee: “Villa Señorío Secular. Corregimiento de Burgos. Partido de Can de Muñó. Alcalde ordinario”127. Tampoco hay noticias reseñables sobe el monasterio cisterciense femenino en el Diccionario de Pascual Madoz de 1845-1850.

En la actualidad, el monasterio continua habitado por religiosas cistercienses consagradas al Ora et Labora e integradas en la Federación de monjas Cistercieses de la Regular Observancia de San Bernardo de España, denominada comúnmente “Federación de las Huelgas”.

123 ENSENADA, Censo de Población de la Corona de Castilla..., t. I, p. 12. 124 ENSENADA, Censo de Población de la Corona de Castilla..., t. I, p. 69. 125 ENSENADA, Censo de Población de la Corona de Castilla..., t. II, p. 71. 126 FLORIDABLANCA, España dividida en Provincias e Intendencias, t. I, Madrid, Imprenta Real, 1789, p. 54. 127 Nomenclator o Diccionario de las ciudades, villas, lugares, aldeas, granjas, cotos redondos, cortijos y despoblados de España y sus islas adyacentes, Madrid, Imprenta Real 1789, p. 770.

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Discurso legal de la Abadesa de Villamayor sobre institución y libre destitución de capellanes. S. XVIII. Archivo Monasterio de Silos, Papeles Varios Impresos, nº 33.