Contennido nº 33. Eneero 20004

4 Editorial

5 Proyecto Arquitectónico de los Nuevos Museos Mateo Bazataquí; Manuel Angel Quevedo

9 Aproximación a la epigrafía en el Museo de Santiago L. Domínguez Llosá

15 Barcas exvotos de bronce de la Cerdeña Nurágica Víctor M. Guerrero 27 Representación y simbolismo de las abejas en la numismática antigua Pilar Fernández Uriel 41 La artillería en las batallas campales en el mundo grecorromano Rubén Sáez Abad 47 Imagen de la mujer en la “Historia” de Heródoto: Astucia y crueldad del universo femenino Jesús D. Cepeda Ruiz

57 El Ala III de los Astures en el Norte de África Narciso Santos Yanguas

67 La simbología de la serpiente en las religiones antiguas: en torno a las posibles causas biológicas que explican su sacralidad e importancia Herbert González Zymla

83 Mateo Bazataquí Soriano: Análisis de su obra Jose Romano 87 Nueva aportación al conocimiento histórico de los primeros momentos de Malila: Las cerámicas a mano altomedievales de las excavaciones de Parque Lobera y Cerro del Cubo (Melilla) I. Juan Bautista Salado Escaño; José Suárez Padilla; Ildefonso Navarro Luengo 97 Huerta de Reyes: un yacimiento del ateriense localizado en Melilla STRATO; ICM 105 Hallazgo, recuperación y restauración de un ancla romana Guillermo Merino; Luis Cardalliaguet

Editorial

De homenaje y presentaciones

Escribir de nuevo unas líneas de presentación para acompañar al ter- cer número de la revista Akros, se va convirtiendo para el equipo que la realiza en algo que provoca buenas sensaciones. El reto con el que comenzábamos va consolidándose y empieza ahora la tarea de mante- ner este proyecto que desde sus comienzos se propuso ser por un lado una puesta al día de la cultura melillense, y por otro, un vínculo con investigadores e ideas provenientes de otros lugares, alcanzando juntos una meta común: la difusión de la historia a través de la investigación. De nuevo tenemos que reconocer que el camino ha sido más fácil de lo que esperábamos y lo ha sido gracias a la acogida recibida, que impulsa de manera más que evidente nuestro trabajo y nues- tro empeño. Teníamos varios objetivos a cumplir, pero uno de los principales, el intercambio de publicaciones con otros museos e instituciones culturales, está sobradamente cum- plido y gracias a ello hoy día podemos ofrecer a nuestros visitantes una digna biblioteca que cubre diferentes ámbitos de la cultura. En este tercer número se abarcan temas muy diversos, pero resaltaremos fundamentalmente una bienvenida y una despedida; por un lado, incorporamos una nueva sección, la de Arte, que se suma a las de Arqueología, Historia y Museología. Esta nueva sección nace con la ilusión de ser la puerta de un proyecto largamente ambicionado y que esperemos nazca en un plazo de tiempo muy corto: la apertura de un Centro de Arte Contemporáneo, muy demandado en nuestra ciudad. Por otro, queremos también desde estas páginas, rendir un homenaje al desaparecido pintor Mateo Bazataquí Soriano, cuya obra nos acompaña desde la portada y cuya trayectoria artística conoceremos mejor a través de una rese- ña que nos acerca de manera técnica y entrañable a su persona.

ROCÍO GUTIÉRREZ

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Museología

Proyecto Arquitectónico MATEO BAZZATAQUÍ MANUEL ANGEL QUEVEDO. Arquitectos de los Nuevos Museos

Previo al encargo del presente proyecto, se realiza por la dos aguas similares a las que hoy tiene la sede de la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla a Asociación de Estudios Melillenses los arquitectos que suscriben, con el objeto de prever la via- Sobre estas naves, aproximadamente en los años sesenta, bilidad de rehabilitación para su futuro uso, del espacio se construyó un edificio de dos plantas, desmochándose arquitectónico y asimismo evaluar aproximadamente, los para ello las cubiertas de dos aguas y a prueba de bombas costos del PROYECTO DE OBRAS DE RESTAURACIÓN Y que coronaban los almacenes. Este edificio no se incluía en REHABILITACIÓN DE LOS ALMACENES DE LA PEÑUELAS, que el proyecto de los museos, actuándose solamente en el inte- se ubican en el Primer Recinto Fortificado de Melilla “La rior de los mismos. Como iniciativa nuestra y tras diversas Vieja”, entre la Plaza de los Aljibes, Callejón del Moro y C/ de reuniones con los organismos competentes en el tema, con- San Juan. seguimos consensuar la idea de llevar a cabo la demolición La rehabilitación de dichos almacenes, está encaminada a del citado edificio. Esta demolición será una demolición de adaptar .los espacios interiores, restaurando muros, bóve- complicada ejecución, teniendo en cuenta que se trata de das, solerías, etc. y dotando de las infraestructuras e instala- demoler un edificio de dos plantas, cuya cimentación se apo- ciones necesarias a dichos espacios, para alojar en ellos los ya sobre los muros que soportan las bóvedas de los futuros Museos de Arqueología e Historia, y los de Artes y museos. Por otro lado la demolición del mencionado edificio Costumbres Populares Sefardí y Beréber. Consiguiéndose va a suponer un cambio radical en la visión del frente de la con esta actuación concentrar el espectro museístico de la marina desde la ciudad moderna, ya que la imagen que que- Ciudad en un solo edificio que a su vez y por si solo, es otro dará, una vez restauradas las cubiertas, será la imagen exis- museo arquitectónico y todo ello enmarcado por la zona tente en el siglo XVII pues el espacio ocupado por el edificio mas noble de la Ciudad Vieja. anteriormente había sido ocupado por la Alta Comisaría del Los almacenes de la Peñuelas, están compuestos por siete Protectorado y anteriormente por el teatro Alcántara. naves en bóveda de cañón, distribuidas en dos plantas, ubicán- Interiormente las naves están construidas a base de muros dose tres bóvedas en la planta baja y cuatro en la planta alta. de carga de mampostería y bóvedas de doble rosca de ladri- Originalmente, de las tres bóvedas existentes en planta llo macizo y con solerías de este mismo material colocado en baja, solamente dos eran naves de almacenaje, siendo la ter- espiga, y a canto en unas zonas y otras con suelos de grandes cera bóveda, de las tres la de menor longitud, un paso baldosas de piedra caliza. cubierto que en su día comunicaba la actual Plaza de los En las naves de la planta superior, hoy día en desuso, exis- Aljibes con el Callejón del Moro. ten algunas divisiones longitudinales de las naves hechas Las naves están dispuestas en su sentido longitudinal, con tabiquerías de ladrillo y en otras zonas existen servicios y paralelas a la C/ de San Juan, (paralelas al Frente de la duchas pertenecientes a los antiguos acuartelamientos que Marina), y originalmente estaban rematadas por cubiertas a no hace muchas fechas allí existían.

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Es en estas naves de las planta supe- co y de gestión de los mismos, además cio su realidad funcional perdida, rior, donde, al estar deshabitadas, de evaluar una solución de conjunto adaptándonos a las imposiciones fun- hemos realizado una serie de catas en que recuperase o mejor dicho que cionales y de uso actuales. Así el anti- paredes y suelos, con el fin de valorar recordase el estado primitivo de las guo pasadizo que se situaba en la el estado de solerías, mamposterías y circulaciones y comunicaciones exte- menor de las tres bóvedas de la planta fábricas originales. Obteniendo resul- riores de los almacenes de Peñuelas y baja y que comunicaba la plaza de la tados muy satisfactorios sobre su esta- su pasadizo respecto al resto de la tra- Maestranza (hoy de los Aljibes) con el do de conservación, en relación a ma urbana. Y hemos adaptado los Callejón del Moro, se recupera no otras zonas del Recinto Histórico accesos exteriores de forma que para este uso, pero si visual y percep- Artístico. absorban en la mayor medida posible tualmente, al abrir un foso de unos Producto de estas catas y de los la eliminación de barreras arquitectó- 3,5m. de profundidad en la boca Sur- estudios realizados sobre documentos nicas, para el acceso al edificio de dis- Este, de dicha bóveda comunicando y planos antiguos, fueron la localiza- capacitados, labor muy complicada, visualmente el Callejón del Moro con ción y descubrimiento de siete aunque esta labor de adaptación que- la Plaza, tal y como ocurría original- “Trujales” ó “Tinajas de almacena- da un poco estéril, al no existir una mente. miento”, pertenecientes al siglo XVIII, adaptación general de los recintos for- La apertura de este foso o patio y que están enterradas en una de estas tificados para el acceso de minusváli- inglés, no solo tiene un sentido restau- naves de la planta superior. dos. rador de la realidad antigua, sino tam- Teniendo en cuenta todas estas bién un sentido funcional, ya que de necesidades y añadiéndole las de esta forma se eliminan las barreras Solución adoptada orden arquitectónico, histórico, estéti- arquitectónicas para el acceso a los co, funcional, económico y arqueoló- museos Sefardí y Beréber, de las perso- Hemos evaluado diversas posibilida- gico, hemos llegado a la siguiente nas discapacitadas, creándose un paso des de localización de los distintos solución adoptada: sin barreras desde la Ciudad moderna museos dentro del edificio, atendien- Objetivo prioritario y fundamental y a través del aparcamiento, que se do a las necesidades del equipo técni- del proyecto ha sido devolver al edifi- construye actualmente en la Plaza del

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Veedor, con salida al Callejón del Moro dos bocas y ocupando la totalidad de Las otras dos naves se comunican hasta los almacenes de las Peñuelas. las mismas, de cerramientos de vidrios entre sí y con la descrita anteriormen- Este patio inglés o foso, queda supera- de seguridad de forma que desde la te, a través de pasos existentes en los do a nivel de rasante de C/ San Juan Plaza de los Aljibes, se pueda ver el muros de carga que separan las naves. por medio de una pasarela liviana de nuevo foso abierto hacia el Callejón Estos pasadizos perforan los muros de madera que comunicará el Museo de del Moro, y viceversa. Esta transparen- carga dividiéndolos en cuatro partes y Arqueología e Historia con el exterior cia visual queda asegurada, ya que proporcionando una comunicación a través de su sala polivalente, siendo todas las divisiones interiores en todas entre las diversas naves, en sentido este acceso también otra entrada, al las naves se realizarán a base de tabi- transversal. Museo principal, para las personas dis- ques de vidrio, para que en todo Esta comunicación transversal, la capacitadas. momento, el visitante a los Museos, aprovechamos para crear una circula- Interiormente se han distribuido los pueda apreciar en toda su dimensión ción en este sentido y de forma rotati- Museos según las necesidades exposi- la magnitud y pureza de las bóvedas va, en torno a la cual se sitúan los tivas de cada uno y de las infraestruc- que los contienen. Museos Sefardí y Beréber. Ocupando turas de espacios vinculados a los mis- Pues bien, esta nave dispone de las salas de exposición la zona central mos. entrada principal a los Museos Sefardí de las naves, y quedando en los extre- Así en planta baja se ubican los y Beréber, que a su vez se compone de mos y separados por tabiques de Museos de Artes y Costumbres control de acceso, tienda y zona de vidrio de la zona de exposición, los Populares Sefardí y Beréber, y en la descanso. Al otro extremo de la nave, espacios destinados a administración, planta superior que dispone de mayor se sitúa la exposición de joyería taller, almacén y aseos. Estos dos últi- superficie se localiza el Museo de Beréber, que fabricaban los artesanos mos a su vez, comunican con el taller y Arqueología e Historia. Sefardíes, que a su vez cierra el reco- el exterior, a través del foso el primero La planta baja consta de tres naves rrido por los dos Museos costumbris- y con la entrada y zona de control, el abovedadas, disponiéndose el acceso tas, al ser esta actividad artesanal vin- segundo. por la más corta ó antiguo pasadizo culo común existente entre las dos Estos espacios situados en los extre- cubierto. Esta nave dispondrá en sus culturas. mos de las naves no podrían ubicarse

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en otro sitio, ya que por su uso necesi- tan iluminación y sobre todo ventila- ción natural. La planta superior está compuesta por cuatro naves abovedadas, tres situadas sobre sus homónimas de la planta inferior, y una cuarta adyacente a ésta y delimitada por el Callejón del Moro, que se asienta sobre el suelo. Es en ésta última nave donde aparecen las siete tinajas ó trujales de almacena- je enterrados, y también es a través de esta nave desde donde se accede al conjunto de las tres restantes. El esquema distributivo, es similar al de la planta baja. El centro de las cuatro naves queda ocupado por la zona de exposición del Museo de Historia; en él aprovechando los pasa- dizos entre naves, se crea al igual que en las anteriores, una circulación transversal al sentido longitudinal de la geometría de las naves. De esta manera, accedemos al Museo desde el exterior a través de la pequeña escalera existente ó por medio de elevador para minusválidos. La entrada consta de control de acceso, tienda, zona de descanso y servicios. Los extremos de la naves, quedan ocupados por los usos complementa- rios al Museo, como son despachos de dirección, biblioteca, sala polivalente y sala de exposiciones temporales. Esta última situada en la zona de las tinajas, las cuales una vez vaciadas y limpias, se iluminarán desde su inte- rior y a través de un suelo de vidrio podrán observarse incorporadas a la sala en su localización original.

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Aproximación a la epigrafía en el Museo SANTIAGO L. DOMÍNGUEZ LLOSÁ Instituto de Cultura Mediterránea. Asociación de Estudios Melillenses de Melilla

Dentro de los cada vez más y mejores estudios históricos obras de D. Francisco Mir Berlanga referidas al Museo de sobre la ciudad de Melilla, existe un hueco en el que no Melilla. encontramos casi referencias, y son los estudios sobre la Precisamente este artículo trata de los elementos epigrá- Epigrafía en la Ciudad. ficos existentes en la Batería Real del Museo de Melilla con el único objetivo de efectuar una aproximación a su data- La Epigrafía es la Ciencia que estudia los Epígrafes ción y catalogación, susceptible de ser ampliado ya que e Inscripciones, sus clases y variedades, desde el pun- muchas de estas obras se encuentran en un estado de dete- to de vista fundamentalmente histórico. rioro que impide saber prácticamente nada de ellas. Dentro de la colección, existen piezas que contienen ins- (Diccionario de términos de arte y elementos de cripciones, unas legibles y otras no, y otras piezas heráldicas Arqueología, Heráldica y Numismática. Fatás, o eminentemente decorativas. Guillermo y Borrás, Gonzalo. Alianza Editorial, Con respecto a su origen, la mayoría proceden de las anti- Madrid. 1990). guas fortificaciones derruidas, bien en guerra, por accidente o por la expansión de la ciudad. Sólo hemos encontrado dos obras en las que se trata, den- tro de un contexto general, temas relacionados con la Heráldica en Melilla la Vieja. Por un lado el libro “MELILLA LA VIEJA EN SU HERÁLDICA. UNA PROPUESTA DIDÁCTICA PARA EL DESCUBRIMIENTO DE LA CIUDAD“, de Bravo Nieto, Antonio, y Martínez Duarte, Miguel. (Ciudad Autónoma de Melilla, 1997), en el que como su título indica, los autores realizan una propuesta a desarrollar por los escolares de Melilla, en la que a través de un recorrido, a modo de jue- go, por Melilla la Vieja y teniendo como nexo la búsqueda de elementos heráldicos, los niños descubren la historia de su Ciudad. La otra obra es “MELILLA LA BIEN GUARDADA”, de Javier Vellés, (Ciudad Autónoma de Melilla, 1997), en la que el autor explica la restauración del Escudo del Emperador Carlos V que antes existía en la plaza de la Avanzadilla. En otras páginas de esta magnífica obra, también se hacen referencias a inscripcio- nes y placas que se encuentran en los elementos arquitectóni- cos restaurados o a restaurar, como la transcripción de la placa que se encuentra encima de la entrada al Túnel de las Beatas, que encontramos en la página 95. Pequeña pieza con cifra, procedente del antiguo Cuartel de la Comisión de Sin embargo, y fuera de estos puntuales estudios, no Límites (Alcazaba). Pudiera tener relación con la existencia en dicho lugar en el encontramos más que, algunas veces vagas, referencias en primer tercio del siglo XX, del cuartel del Regimiento de Infantería nº 68.

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Placas con inscripciones

Dentro de las placas que contienen inscripciones, las que mantienen su texto legible (con mayor o menor dificultad) son las siguientes:

Placa del Fuerte de San Lorenzo

Esta pieza se encuentra partida en dos trozos que en su día debían estar montadas en ángulo recto. La parte izquier- da tiene unas medidas de 41 x 56 cm., y la de la derecha de Placa conmemorativa de la reedificación del Fuerte de San Miguel. Es una de las 41 x 50 cm. mejor conservadas. Procede del antiguo Fuerte de San Lorenzo construido en 1583 como atestigua la placa y que formaba parte de las defensas exteriores de Melilla en el siglo XVI. Esta fortifica- que fue reconstruido en mampostería y al que se dotó de ción se perdió en 1678 en el asedio impuesto a la ciudad por bóvedas a prueba en su interior y cañones en su terraza. el Sultán de Marruecos Muley Ismail. Según Gabriel de El texto de la placa es el siguiente: Morales, en 1862 y con motivo de la construcción del nuevo Fuerte encontraron sus restos, entre los que estaba esta pie- REYNANDO EN ESPAÑA PHe Vº za. SIENDO GOBERNADOR DE ESTA PLAZA EL CORONEL D ANTONIO VILLALBA Y ANGULO E YNGENIERO EL CAPITAN D JUAN MARTIN ZERMEÑO SE FINALIZO ESTA OBRA AÑO DE 1736

Lápida funeraria de D. Francisco Lasaeta

También encontramos una lápida funeraria entre las pie- zas expuestas en la Batería Real, concretamente la de D. Francisco Lasaeta; procedente del antiguo Cementerio de San Carlos, al estar hecha de un material bastante blando, cada vez es más dificultosa su lectura. En ella leemos:

AQUÍ YACE EL VALEROSO Placa del antiguo Fuerte de San Lorenzo. Por la forma en la que están, es posi- CAPITAN DE ARTILLERIA ble que originalmente se encontraran situadas en ángulo recto y con un escu- D FRANº LASAETA do entre ambas. HERIDO DE MUERTE EN SAN LORENZO EL DIA El texto de la misma es: 25 DE MAYO DE 18...

SIENDO ALCAIDE POR LA MAG RE AL DEL REY DON FELIPE SEGUNDO EL ILTE SEÑOR ANTONIO DE TEXEDA SE HIZO ESTA TORRE AÑO 1583

En la inscripción encontramos algunos rasgos curiosos, como la separación de algunas palabras por dos triángulos enfrentados, así como el uso de algunas letras yuxtapuestas, quizás con el fin de ahorrar espacio.

Placa del Fuerte de San Miguel

Procede del antiguo Fuerte de San Miguel, unos de los pilares del Cuarto Recinto de Melilla, demolido en los prime- Estado actual de la lápida funeraria del capitán Lasaeta, procedente del antiguo ros años del siglo XX. La placa hace mención a la reedifica- Cementerio de San Carlos, o del que se encontraba al lado de la Iglesia de la ción del fuerte, que anteriormente era de piedra y barro, Purísima Concepción.

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Extraña placa, partida en tres fragmentos con la leyenda “FRANCISQUETE 1848”, de origen y significado desconocido.

En la lápida, que está rematada en su parte superior por 1849 el Gobernador de la Ciudad era D. Ignacio Chacón y no una cruz de Lorena, faltan los dos dígitos finales del año, existe constancia de que se realizara ninguna obra de impor- pero en el libro “Efemérides y Curiosidades” de D. Gabriel tancia para llevar tan espléndida placa. de Morales leemos: “25 de mayo de 1848. Don Francisco Lasaeta, Lapidas procedente del Peñón de Vélez de la Gomera Capitán de Artillería, fue herido de fuego de fusilería de los moros fronterizos en ocasión de hallarse al pie Hacia los años 50 se trajeron a Melilla algunos elementos del cañón de una de las baterías de la Plaza y murió del Peñón de Vélez de la Gomera, entre ellos un puente al día siguiente”. levadizo que fue adaptado a la Puerta de Santiago y, al menos, dos lápidas. Placa de origen desconocido La mejor conservada de ellas, aunque en el traslado desde el Baluarte de la Concepción a la Batería Real se ha partido, Partida en tres pedazos, encontramos una gran placa de se lee: mármol blanco en la que se lee: EN EL BALUARTE DE S FRANCISQUETE 1849 JULIAN ESTAN LOS SE PULCROS DE LOS QUE Desconocemos absolutamente todo sobre esta placa, que MURIERON EN LA según parece, se encontró al pie de la Muralla de la Cruz. En PESTE EL AÑO DE 1743 SIENDO GOB D JULIAN FERANDEZ BAINA CORTES

En la placa se hace referencia a la epidemia de peste que asoló el Peñón en ese año y que ocasionó la muerte de 50 de sus habitantes de un total de 250 personas. Por razones higiénicas, los fallecidos fueron enterrados en el Baluarte de San Julián en vez de serlo en el Cementerio de la Plaza. Sobre este hecho histórico, los médicos enviados al peñón, D. Thomas Exarch, D. Juan de Figueroa y D. Joseph Serrano, ya que los titulares habían contraído la enfermedad, publicaron un delicioso librito, titulado “EL CONTAGIO DEL PEÑÓN QUE ACREDITA LOS FAMOSOS TROPHEOS DE LA FACULTAD MEDICA: INDIVIDUAL DES- CRIPCION DE LA CONSTITUCION PESTILENTE QUE PADECIO AQUELLA PLAZA EL AÑO DE 1743” dedicado, precisamen- te, al Gobernador del peñón, D. Julián Fernández Baina Cortes, teniente coronel de los reales ejércitos, y que fue Estado actual de la lápida procedente del Peñón de Vélez de la Gomera en la publicado en edición facsímil por el centro Asociado de la que se señala el lugar de enterramiento de los fallecidos en la Peste de 1743. UNED de Melilla en 1991.

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Un ejemplo de la mala destructiva influencia de los elementos atmosféricos y de la incorrecta manipulación de estas piezas en sucesivos traslados, lo tenemos en esta fotografía, obtenida en 1986, y que puede compararse con el estado actual de esta lápida (página anterior), procedente del peñón de Vélez de la Gomera.

Una de las mas extrañas piezas que alberga el Museo de Melilla es esta lápida en la que, según parece se representa al Apóstol Santiago, aunque otros auto- res reclaman para ella distinto origen. Puede observarse las distintas clases de imágenes. Por un lado la presunta representación del Apóstol, y por otra, otros elementos añadidos, como una rueda, una pistola, una bomba y una alabarda. (Fotografía obtenida en 1986).

Escudo de España realizado en mármol blanco, y de procedencia desco- Un extraño elemento heráldico lo encontramos en esta escudo trilobulado, que, nocida. como muchas otras piezas, es de origen desconocido.

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La otra placa procedente del peñón de Vélez de la Gomera está realizada en piedra blanca. La continua expo- sición a los elementos atmosféricos y la mala calidad del material con el que está realizada (posiblemente piedra proveniente del lastre de un barco) hace prácticamente imposible su lectura, pero de lo poco legible se desprende que es una placa conmemorativa de la realización de un arco.

Placas con elementos heráldicos o decorativos

Placa del Fuerte de Santiago

Nos encontramos ante una placa de difícil catalogación al carecer de inscripciones. Según parece se encontró en los restos del antiguo Fuerte de Santiago de la Alcazaba, aunque también hay un documento en el Archivo de D. Rafael Fernández de Castro, en el que se lee que dicha pie- za le fue entregada a él, procedente del Fuerte de San Miguel. En el centro de la pieza se encuentra una figura en alto- rrelieve que parece ser la figura de Santiago Apóstol, vestido al estilo de los Conquistadores, con yelmo coronado con plu- mas y calzas acuchilladas. Sin embargo la figura esta tan deteriorada que impide ver ningún detalle. La figura parece estar puesta de pie encima de otra figura humana en posi- ción horizontal y tiene el brazo derecho como enarbolando una espada. Debajo de la figura aparece un adorno a modo de capitel. Rodeando la figura anterior, y con otra clase de factu- Escudo de la familia Guevara Vasconcellos, procedente de unas obras efectua- ra, mucho más tosca, encontramos otras figuras, estas en das en la Calle San Miguel. Obsérvese que ha sido seccionado para usarlo como bajorrelieve, que podrían haber realizado en fecha pos- escalón. terior. En la esquina superior derecha hay una rueda de 8 radios visibles al estilo de las que llevaban las piezas de artillería. Inmediatamente debajo encontramos el dibujo de una pis- tola de chispa apuntando hacia abajo, y a la altura de la boca de fuego, pero a la izquierda una granada de mano de las de mecha. Por un lado tiene borrada la Corona Real en la parte Al otro lado de la figura se ha dibujado una especie de superior, y le falta la esquina inferior derecha. alabarda con la punta en forma de flor de Lis. En el campo del escudo, encontramos las imágenes de Algún autor ha apuntado la posibilidad de que nos Castilla y León, y las tres flores de Lis en el centro del mismo, encontráramos ante una pieza de origen púnico o incluso sin que estén marcados los distintos cuarteles del mismo. bereber, muy anterior a 1497, pero carecemos de datos en Debajo de la punta del escudo se aprecia el Toisón de Oro. los que fundar esa teoría. Como muchas de las piezas aquí reseñadas, desconoce- mos su ubicación original y la fecha en la que se realizó. Placa trilobulada de origen desconocido Escudo de la familia Guevara Vasconcellos Esta pieza quizás tuvo en su interior algún elemento, bien decorativo, bien epigráfico hoy desaparecido, desconocién- Recientemente aparecido en unas obras realizadas en la dose incluso su procedencia. Calle de San Miguel, se ha incorporado a los fondos del Museo de Melilla un escudo en piedra de la familia Guevara Escudo de España Vasconcellos. El escudo está incompleto, faltándole la esqui- na inferior izquierda, perfectamente cortada en ángulo rec- Esculpido en un gran bloque de mármol blanco, encon- to, según parece para poder ser usado como escalón. Este tramos un escudo de España, incompleto y bastante deterio- escudo es igual al que se encuentra encima del túnel que da rado. acceso al Foso del Hornabeque.

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Otras placas Conclusiones

Junto a las anteriormente citadas, existen otros fragmen- Como se ha señalado al principio de este pequeño artículo, tos de placas y lápidas de muy difícil, por no decir imposible solo se pretende hacer una aproximación a estos elementos lectura, y por tanto catalogación. La dos únicas de las que se heráldicos y epigráficos existentes en el Museo de Melilla. conoce su origen, son una pequeña pieza con la cifra “68”, o Desgraciadamente, todas estas piezas, de indudable valor “89”, procedente de la antigua Comisión de Límites de la histórico y museístico, se encuentran al aire libre con el con- Alcazaba, y los restos de la placa existente en el Fuerte de siguiente deterioro progresivo. Cabrerizas cuyos fragmentos se recogieron después de la Sería deseable que en la próxima reubicación de los espa- horrible explosión que destruyó por completo la citada forti- cios museísticos de Melilla, se preparara una sala específica- ficación. mente dedicada a estas piezas, con el fin de preservarlas en el futuro.

Lápida procedente del peñón de Vélez de la Gomera. Como puede observarse, Pequeño fragmento de placa, de origen y datación desconocido. la degradación de la piedra en la que se realizó impide prácticamente su lectu- ra.

Restos de la Placa que se encontraba en la puerta del Fuerte de Cabrerizas Bajas. Usado como polvorín, estalló accidentalmente en 1928.

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Historia

Barcas exvotos de bronce de la Cerdeña DR. VÍCTOR M. GUERRERO Universidad de las Islas Baleares Nurágica

Introducción

Pretendemos en estas líneas realizar un apunte sobre las Este intervalo cronológico se corresponde, desde un pun- capacidades náuticas de las comunidades que habitaron la to de vista arqueohistórico, con el desarrollo final de la cul- isla de Cerdeña desde fines de la Edad del Bronce a la Edad tura Nurágica (Lilliu 1987; Atzeni et al. 1990) artífice de una del Hierro insular. Establecer los límites cronológicos exac- arquitectura edilicia, ceremonial o de prestigio levantada tos no resulta una tarea fácil y, grosso modo, podemos con técnica ciclópea, que es bien conocida por todos los situar nuestro análisis entre circa 1200 y 600 BC en cronolo- estudiosos de la prehistoria mediterránea. También la cultu- gía calendárica, es decir, con referencias de cronología ra material nurágica es de una entidad y riqueza muy absoluta a partir de la calibración dendocronoló- relevante, incluida una extraordinaria produc- gica de las mediciones radiométricas del isó- ción de esculturas de bronce (Lilliu 1966). topo carbono 14. Obviamente, ninguno de estos aspec- A efectos del presente estudio esta tos será tratado en el presente demarcación cronológica sólo tiene estudio y sólo nos referimos a un valor referencial relativo, pues ellos a los efectos de enmarcar las actividades marineras de los cronoculturalmente el tema indígenas prehistóricos sardos no que nos ocupa. comienzan en el segundo mile- Las fuentes directas, como nio BC, sino desde el mismo las arqueológicas, referidas a momento en que la isla es marinas prehistóricas y pro- poblada por comunidades tohistóricas son realmente humanas. Tampoco hacia el 600 escasas. Para su estudio esta- BC se cierra la historia de la mari- mos condicionados a utilizar la nería sarda, lo que ocurre es que a documentación que nos propor- partir del siglo VI BC la presencia ciona la iconografía, algo más imperialista cartaginesa en la isla impo- abundante, aunque presenta tam- ne unas condiciones culturales diferentes bién limitaciones considerables que y resulta difícil, a partir de estos momentos, ahora no vamos a discutir. En el capítulo de discernir cuáles son elementos náuticos propia- documentación iconográfica merecen referen- mente indígenas y cuáles púnicos, o, al menos, fuertemente cia aparte las representaciones en “bulto redondo”, escul- influidos por la marina cartaginesa (Guerrero 1998; Medas turas, terracotas, miniaturas, etc, pues nos permiten conocer 2000). En última instancia, todas las dataciones bien contras- con mejor detalle aspectos de los modelos náuticos represen- tadas ligadas a las navecillas votivas nos fechan el intervalo tados que con gran frecuencia son difíciles de interpretar a histórico en el que tuvo su apogeo la tradición o el ritual de partir de los grabados y pinturas. ofrendar estos objetos, pero en ningún caso nos delimita en el En este ámbito documental las naves de bronce nurágicas tiempo las actividades marineras nurágicas. representan, por su extraordinaria cantidad, se conocen más

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Historia

de un centenar de individuos, un cor- pus de excepcional valor, aún descon- tando un número indeterminado de falsificaciones (Filigheddu 1996), seguido muy de lejos por las terraco- tas chipriotas (Westerberg 1983), para conocer las capacidades náuticas de algunas marinas indígenas del Mediterráneo protohistórico.

Navecillas de bronce versus exvotos

Antes de entrar en las cuestiones pura- mente náuticas es imprescindible refe- rirse, aunque sea brevemente, a la ver- cas van provistas de falcas pueden apa- dos. En estos casos una simple barra dadera naturaleza y al contexto de recer los mismos elementos de suspen- recta, soldada al lomo de los animales, estas esculturillas metálicas. Todas sión soldados e ellas. En algunos casos y también con anilla central, resolvía la ellas, salvo rara excepción que señala- la anilla no está soldada directamente sujeción para colgar el exvoto. remos en su momento, están concebi- sobre las barras mencionadas, sino que La finalidad y función de estas das para ser suspendidas en lugares de su juntura nace una pértiga vertical esculturillas viene en gran medida sacros, santuarios, grutas y otros luga- (Lilliu 1966: 403-7), rematada en su desentrañada por la generalizada pre- res de culto nurágicos. Algunos investi- extremidad distal también por la inevi- sencia de los elementos de suspensión gadores, como P. Filigheddu (1996), le table anilla desde la que debían de hasta aquí descritos. Algunos ejempla- dan una utilidad, más ligada al hogar, suspenderse estos exvotos. res tienen el fondo externo del casco como lámparas, en las que el casco Varios ejemplares tienen los ele- plano y/o acondicionado con peque- debía actuar como receptáculo del mentos de suspensión independizados ñas protuberancias a modo de pies, de combustible. Ambas funciones no son de las bordas y falcas, apareciendo sol- tal forma que permitiesen mantener en ningún caso excluyentes. Lo que dados en el centro del casco. En estos estable la barca en posición vertical parece claro es que, con función casos se puede conjeturar que la fun- sobre una superficie lisa, como pudo doméstica y/o sacra, fueron objetos ción utilitaria de esta pértiga vertical, ser una mesa, repisa o ara. Sin embar- concebidos en su mayoría para ser col- rematada igualmente por una anilla, go, aún así, estos ejemplares disponen gados y esta característica ha condicio- rememore de alguna manera la pre- también de los mismos elementos de nado en gran medida la presencia de sencia del palo sobre el que, en la rea- suspensión ya descritos para el resto, elementos que nos resultarían funda- lidad, irían articulados los aparejos de por lo que es posible concluir que el mentales para conocer la obra muerta propulsión, como las vergas, mastele- permanecer colgadas era la disposi- de las barcas, especialmente en lo que ros y amantillos, así como las roldanas ción prácticamente generalizada de hace referencia a la arboladura, la vela con sus motones para pasar y laborar y sus accesorios, así, como, lógicamen- la jarcia. te, la jarcia mayor y de labor. En la casi Finalmente se aceptó también otro totalidad de los ejemplares conocidos sistema de suspensión que se presenta estos elementos son inexistentes y han en las barcas sobre cuyas regalas apare- sido sustituidos por los artilugios de cen animales: bóvidos, cánidos o sui- suspensión. Estos sistemas son de distinta índo- le (Lilliu 1966:388-441). Generalmente se trata de cintas metálicas arqueadas que van de babor a estribor, unidas a la regala, en cuyo centro se soldaba igualmente una argolla circular. En algunos ejemplares se ha perdido postdeposicionalmente este sistema de suspensión, pero los restos de sol- dadura y el lugar donde se encuentran delatan que fue uno de los procedi- mientos comunes para colgar estos exvotos. Cuando las bordas de las bar-

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todos estas estatuillas votivas de tema en el sarcófago minoico de Haghia náutico. Triada (Andronicos 1978: 53), datado Una cuestión adicional, que no hacia 1500/1400 aC., en el que una contradice la función descrita, es que serie de personajes llevan en proce- el casco de algunos ejemplares pudo sión ofrendas al difunto heroizado y haber servido como lucerna, o como sedente en un trono, el primero de receptáculo para quemar alguna sus- ellos porta en las manos una barca tancia, tal vez olorosa, como no es votiva miniaturizada. infrecuente en los santuarios. Esto parece ocurrir con más claridad en un ejemplar de casco ovalado y popa Cronología de las navecillas- exvoto hubiese estado presidiendo ya muy apuntada y tal vez en algunos exvotos algún lugar sacro nurágico antes de otros de fondo plano y con muñones partir para la península italiana, tal de apoyo. A pesar del número tan considerable vez llevado allá por un mercante a su La costumbre de exponer o colgar de exvotos conocidos, la documenta- regreso de Cerdeña. Otras naves-exvo- figurillas y distintos tipos de exvotos ción arqueológica de los mismos es tos que igualmente salieron de en los santuarios es una tradición tan muy desigual. La inmensa mayoría Cerdeña para acabar en santuarios o extendida y conocida en las culturas son hallazgos antiguos, en unos casos tumbas continentales (Lo Schiavo mediterráneas, desde el próximo fortuitos y otros procedentes de 2000), como los de Vetulonia, o el apa- Oriente a Portugal que nos exime de saqueos. Sólo en las dos últimas déca- recido en el tesoro de la Falda de relatarla y citar otros casos, lo que das se han producido nuevos descu- Guardiola, en Populonia, pueden haría sumamente prolijo este trabajo, brimientos en excavaciones controla- situarse entre c. 800 y 600 BC . cuya finalidad última son las cuestio- das que nos proporcionan datos En la propia Cerdeña, el depósito nes náuticas. Sin embargo sí es necesa- fiables para poder datar con algún votivo hallado en la gruta de Su Pirosu rio referirse a la tradición de exponer rigor esta tradición. Como más recien- de Santandi, que contenía una de en los santuarios trofeos y elementos te, la cuestión de la cronología de las estas barquichuelas, ha sido datado náuticos como señal de devoción de navecillas sardas, a la luz de los hallaz- (Lo Schiavo 2000) hacia fines de la los marinos y, a la vez, como muestra gos en contexto, ha sido tratada con Edad del Bronce. Un conjunto muy de agradecimiento a empresas culmi- detalle por Fulvia Lo Schiavo (2000) y importante de barquitas de bronce, nadas con éxito, tanto comerciales ello nos ahorrará entrar en detalles, algunas con reparaciones antiguas, es como guerreras. que a los efectos de este estudio son el localizado en el sacellum circular de Algunas fuentes escritas ratifican sólo marginales. la fuente localizada en el sitio nurági- una tradición egea de ofrendar trofeos El magnífico ejemplar aparecido en co conocido como Sa Sedda ‘e Sos náuticos en los santuarios1 y, a la vez, el santuario de Hera Lacinia, en Capo Carros (Oliena, Nuoro). Los elementos la difusión de estas costumbres hacia (Spadea 1996), ha sido data- más antiguos del contexto arqueoló- occidente. Una buena representación do, a partir del rico contexto de aban- gico están representados por cerámica iconográfica de la tradición de ofren- dono, a fines del siglo VII aC. Sin con decoración a pettine, pero el dar barcas como exvotos la tenemos embargo, no sería extraño que el grueso de los materiales se sitúan des-

1 Vencieron los eginetas [a los samios] en una batalla naval y les hicieron esclavos con la ayuda de los creten- ses; los vencedores cortaron los espo- lones de las galeras, hechos en forma de jabalí, y los consagraron en el tem- plo de Atena en Egina... (Herodoto, III, 59). Como atestiguan Poseidonios, Artemidoros y Asklepiádes el Myrleanós... éste dice que en el tem- plo de Athená había suspendidos escudos y espolones de navíos en memoria de los viajes de Odysseus, y que algunos de los que hicieron la expedición de Teúkros vivían entre los Kallaikoí... (Estrabon, III, 4,3).

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de fines de la Edad del Bronce a los griega (Morrison; Williams 1968; Basch inicios del Hiero (Lo Schiavo 2000). Análisis de la arquitectura 1987: 205). Otra barquita con akroteria de próto- naval sugerida Un número no despreciable de mo bovino apareció asociada a un exvotos provistos de bordas muy ele- espejo nurágico en la cabaña de Costa Recordemos que no estamos ante vadas, altos escalamotes y, en algún Nighedda de Oliena, conjunto que ha maquetas o reproducciones fidedig- casos, puente o pasadizo sobre cubier- sido datado en el mismo periodo que nas de naves con el objeto de dar una ta de baos en las bandas de babor y el anterior. información técnica naval. La finali- estribor, deben responder a navíos de Con toda la prudencia que el esta- dad última del broncista fue conse- gran porte que seguramente en nada do de la cuestión aconseja, no parece guir un objeto que tenía por misión tenían que envidiar a los gaulois feni- descabellado atribuir el arranque de principal la representación simbólica cios. En todos estos casos la arboladu- la tradición de representar objetos de un mito o un instrumento ritual ra debía de ser fija sobre carlingas suntuarios y votivos con forma de con trasfondo náutico. Por lo tanto, complejas y el sistema de propulsión a naves en los momentos en que los la reconstrucción de los verdaderos vela, salvo ayuda en maniobras de cor- intercambios entre micénicos y sardos tipos de barcos utilizados por las to recorrido y atraque en las que se se consolidan, hacia c. 1300/1200 aC. comunidades costeras de Cerdeña debían usar remos. Es posible que incluso la propia tradi- durante la Edad del Bronce e inicios El elemento, sin duda, mejor repre- ción haya podido ser inducida por del Hierro debe hacerse con mucha sentado es el casco y podemos supo- gentes egeas, como parecen sugerir cautela, siempre quedarán puntos ner que responde a un sistema de las fuentes literarias (Herodoto, III, 59; oscuros e hipótesis alternativas sobre construcción a base de tracas, que Estrabón, III, 4,3). Tal vez entre algunos aspectos que deberán siem- deberían ir reforzadas mediante cua- 900/800 aC., estas costumbres pudie- ron decaer, aunque muchas naves- exvotos debieron continuar colgadas de algunos lugares sacros, mientras que otras seguramente viajaron como elementos exóticos hacia tierras conti- nentales, donde aún pudieron perdu- rar algún tiempo más en santuarios y tumbas. Y, definitivamente, muchas otras se dejaron de reparar y comen- zaron a nutrir los fondos de chatarra de algunos talleres metalúrgicos.

pre ser contempladas igualmente dernas y algún tipo de quilla, para como probables. aminorar las tensiones del quebranto Iniciemos el análisis recordando las y de arrufo del casco. Aún con la 2 Izamos los mástiles, descogimos las partes de los navíos sobre las que care- cubierta sin cerrar, sería necesaria la blancas velas y nos sentamos en las cemos por completo de documenta- presencia de algunos baos o bancadas naves, que eran conducidas por el ción. No es posible reconocer elemento haciendo el papel de refuerzo trans- viento y los pilotos (Odisea, IX, 65- alguno que reproduzca componentes versal de la estructura. 83). Pusieron el mástil y las velas, lue- de la obra viva ligados a la propulsión, Atendiendo a las proporciones que go aparejaron los remos con correas de cuero, haciéndolo como era debi- ni al gobierno. Salvo algunos ejempla- nos muestran los distintos exvotos es do (Odisea, IV, 818-827). La negra res que seguramente representan posible, como en parte ya se ha dicho, embarcación, echáronla al mar pro- pequeñas barcazas, tal vez propulsadas establecer tres categorías: fundo, pusieron el mástil y el vela- sólo a remos, la eslora y el puntal que men, y ataron los remos con correas puede intuirse del resto de los bronces 1. Barcazas (Odisea, VIII, 49-63). Enderezaron el no parece ofrecer muchas dudas que se mástil sobre la crujía [carlinga] y lo trata de barcos más o menos ligeros, Los exvotos más representativos de sujetaron con cables, tensándolo por pero que debieron estar provistos, esta clase son barcas con cascos de ambos lados. Después desplegaron la como mínimo, de un sistema mixto de muy escaso puntal y sin otros adita- vela, sujetándola al palo, y la hinchó propulsión: remos y vela cuadra arma- mentos, nunca tienen falca, ni apare- un viento ligero. Anudando sobre la da en un palo, tal vez abatible, como cen refuerzos externos como las cin- cubierta los cables fíjamente sobre sus 2 pulidas amarras (Argonautika, I, 550- sabemos por las fuentes escritas y la tas. En cualquier caso, siempre están 600). iconografía, tanto fenicia (Graeve provistos de akroteria, unas veces con 1981: fig. 84; Guerrero 1998), como protomos bovinos y en otros con

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muflones, pero en esta categoría no se Los bronces sardos sólo tienen muy manera, pero que básicamente repro- conocen protomos de ciervo. Tampoco bien cuidada la ejecución de los akro- duce una especie de baranda protec- llevan aves posadas en ningún sitio, terias y del casco, aunque desprovisto tora, tal vez fabricada en la realidad tal vez porque se trata de barcas para de elementos estructurales internos. con varas de mediano grosor, com- navegación costera de corto cabotaje Sin embargo, conocemos por las fuen- puesta por una barra horizontal y un y no tienen problemas de orientación. tes (Guerrero 1993:113-24) que esta entramado en zig-zag o diente de sie- Este tipo de barca nurágica no esta- categoría de embarcación iban provis- rra. Los extremos aparecen casi siem- ría muy lejos de los modelos villano- tas de bancadas y, por lo tanto, sin pre rematados por dos candeleros vianos (Basch 1987: 399-403) utiliza- cubierta ni baos, aunque es muy posi- sobre las que se posan aves. dos en la vecina costa italiana entre c. ble que tuvieran sentina para llevar la Generalmente la falca no ocupa toda 1000 y 750 BC, los cuales están provis- carga en seco, la cual iba principal- la borda, sino sólo un tramo de la par- tos de akroterias con protomos de mente alojada bajo los bancos en este te central dejando libre el trayecto de ánade en la roda, salvo algún que otro tipo de navíos ligeros y de propulsión la misma correspondiente a las amuras ejemplar que repite el mismo motivo alterna: remos y vela. y a las aletas. Sólo en uno de los ejem- en la cabeza del codaste. Ninguna embarcación nurágica, ni plares conocidos este elemento tiene las más pesadas, presenta atisbo de la un recorrido prácticamente completo, 2. Barcos ligeros existencia de tajamar, elemento muy dejando libre un corto tramo de borda empleado en otras naves contemporá- al llegar a la roda y al codaste. La mayoría de naves-exvotos cono- neas, como en la mayoría de las micé- La falca o escalamote es un ele- cidas parecen reproducir un tipo de nicas (Laviosa 1969-70; Wachsmann mento que aparece en la náutica anti- barco muy empleado por distintas 1981) y en muchas de las cretenses gua con relativa frecuencia, sobre todo en los barcos con cubierta, pues de esta manera se protegía a los mari- nos que debían laborar sobre la mis- ma muy próximos a la borda, con peli- gro de caerse en los cabeceos o escoras del navío. Y es mucho menos frecuente en los barcos con propul- sión a remo pues dificulta la coloca- ción de los toletes, chumaceras y el movimiento del propio remo. Tampoco resulta en este tipo de naví- os ligeros tan necesaria la presencia de falca pues los marinos no caminan sobre la cubierta, sino sobre la senti- na, las panas y los palmejares y, por lo tanto, no corren tanto peligro de caer marinas del Mediterráneo a lo largo (Marinatos 1933). En algunas naves- al mar. Por esta razón, nos parece bas- del segundo y primer milenio BC. La exvotos aparece un listón en los costa- tante razonable pensar que algunas iconografía es muy parca en datos dos del casco que seguramente repro- de las barcas provistas de falcas tuvie- referentes a barcas de pequeño a duce la cinta o fila de tablones que sen realmente cubierta y baos, aun- mediano porte, sin embargo, por la recorrían por el exterior la obra muer- que la estatuaria examinada nunca lo información literaria sabemos que ta del casco, de proa a popa, para haya reproducido. existía una amplia gama de embarca- reforzarlo. Es un elemento muy bien La iconografía náutica es también ciones polivalentes que cubrían todas identificado en la iconografía náutica muy extensa en lo que se refiere a la la necesidades náuticas de un flota en griega y romana, sin embargo, en uno presencia de falcas sobre barcos. Sin cuya cúspide aparecían los grandes de los casos que aparece representado ánimos de pretender agotar las refe- gaulois, en el caso de las empresas con mayor claridad es en el modelo de rencias, podemos observarlo tanto en comerciales, y las trirremes en la arma- nave fenicia de la terracota de los barcos cananeos de Kenamon, da. Es en esa escala intermedia de Amathus del Metropolitan Museum of Nebamon y de Abydos (Basch 1987: navíos donde, a nuestro juicio, enca- Art de New York, (Basch 1987:253; 63-5) o en el fenicio de la terracota de jan la mayoría de naves-exvotos nurá- Guerrero 1998). También lo tenemos Amathus, ya citado; así como en los gicas, que las fuentes escritas citan presente en algunas terracotas chi- barcos de los “pueblos del mar” como ákatos, kérkouros y myopáron, priotas (Westerberg 1983:80). (Wachsmann 1981), en los micénicos con funciones muy diversas, tanto en Muchas de las naves representantes (Labiosa 1969/70; Marinatos 1933) y la paz como en la guerra, las cuales de esta categoría tienen realzada la en los griegos, tanto de época han sido muy bien analizadas por S. borda con una falca o esclamote que Geométrica, como clásica (Casson Medas (2000: 164-7). los broncistas resolvieron de diferente 1971; Basch 1987).

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Si tuviéramos que elegir el paralelo tual arquitectura naval de potente qui- (akrostolion), por lo tanto tienen una de embarcación más próxima a esta lla, carlinga, fuertes cuadernas y varen- dirección lanzada, saliendo de la proa categoría de las nave nurágicas, lo gas, así como un palo permanente- del navío. Sin embargo, se conocen encontramos sin duda en la nave mente fijo en esta estructura. De otra unos cuantos exvotos en los que el micénica de Esciros (Melena 1992: forma, difícilmente el casco de estos akroteria se inserta en un vástago 171), aunque es necesario recono- navíos habría podido sortear los peli- horizontal. Esta disposición parece cer que precisamente la nave de gros del arrufo y el quebranto que el coincidir siempre con representacio- Esciros no se corresponde con oleaje somete a los barcos de gran nes de barcazas o navíos de muy esca- las representaciones más tonelaje. so porte. En otros casos, igualmente El exvoto que nos parece más elo- poco numerosos, el akroteria se insta- cuente a este respecto es el aparecido la sobre una plataforma horizontal en el santuario de Hera Lacinia (Spadea (Lilliu 1966: nº 280; Lo Schiavo 2000: 1996). La eslora y el fig. 2) que cubre el casco en torno a la puntal de roda y, poco más o menos, el espacio delimitado por las amuras. Esta cober- tura tal vez pueda identificarse estruc- turalmente, como hace P. Filigheddu (1996), con los pañoles de proa y popa que sirven, en los barcos sin cubierta, para guardar víveres y pertrechos que deben mantenerse en seco, tal vez similares a como los vemos ya en una terracota del Bronce Antiguo chiprio- ta (Westerberg 1983:79); durante el este navío no puede, a segundo milenio tenemos también un nuestro juicio, ser inter- buen ejemplo en otra terracota proce- pretado de otra manera dente de Biblos (Basch 1987: 67), en la que como un gauloi nurágico. que, además, están claramente repre- Sobre las bordas presenta otro ele- sentados la carlinga, los baos y las mento singular que aboga por la mis- cabezas de baos salientes en los costa- ma interpretación. Se trata de lo que dos. Mucho más tarde volvemos a aparenta ser un escalamote sin paran- documentar perfectamente los paño- habituales de barcos micénicos, los gón en otros modelos de naves. Tres les en otra barca de terracota hallada cuales suelen presentar una roda prác- láminas de bronce caladas, a modo de en Feddani el Behina de Túnez (Basch ticamente vertical y tajamar, como ventanucos cuadrados, han sido solda- 1987: 398). podemos observar, por ejemplo, en las das a intervalos regulares en las bordas Pese al número considerable de naves de Gazi, Pylos, Asine de babor y estribor y sobre ellas otra exvotos conocidos, y protomos sueltos (Wachsmann 1981). Hace años, esta lámina horizontal haciendo de techo. que se desprendieron de barquillas similitud dio pie a M. Gras (1985:108) a Sobre el mismo aún se soldaron carros desaparecidas, los temas que repre- considerar esta nave pintada sobre tirados por bueyes. sentan son extraordinariamente limi- una “jarra de estribo” micénica como Este sistema tan complejo de rema- tados: bóvidos, ciervos y en menor un barco sardo; la idea, pese a ser muy tar la borda permite sugerir que el número muflones. Ciervos y bóvidos sugerente, tiene escasa base empírica broncista, tal vez, quiso representar el coronan cualquier categoría de para ser admitida sin más discusión. aspecto externo de un puente cubierto embarcación, sin embargo, los proto- en ambas bandas del navío y no un mos de muflón sólo parecen acompa- 3. Navíos pesados simple escalamote. Resulta significati- ñar a barcas de mediano a pequeño va también la falta de candeleros, porte, siempre de borda baja y des- Un número significativo de exvotos como es el remate normal de los esca- provistas de falca. parecen representar navíos mercantes lamotes que vemos en muchas barcas La razón de esta escasa variedad de gran porte, equivalentes a los gau- ligeras de mediano porte. del bestiario nurágico que se repre- lois fenicios o al strongylos griego. senta en los akroterias seguramente Pese a que no podamos considerarlo hay que relacionarlo con el significado una reproducción a escala de la reali- La cuestión de los Akroterias de este componente de la arquitectu- dad, no cabe duda que el puntal que le ra náutica prehistórica y antigua. Es han proporcionado los broncistas a Un elemento que no falta en nin- decir, todo sugiere que estamos ante estas naves-exvotos no puede corres- guna barca-exvoto es el akroteria. Su blasones identificadores de las comu- ponder más que a navíos de gran por- posición normal es una continuación nidades o clanes armadores de estas te, con cubierta sobre baos y una even- perfecta del desarrollo de la roda barcas y navíos.

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Las fuentes, sin ningún género de consideración que hace Plutarco lidad akroterias de embarcaciones dudas, indican que este elemento (Plutarco, Pericles, 26), sobre la condi- ofrendadas en el mismo. El tamaño de identificaba la comunidad o la etnia ción ancha y de gran vientre de las estas piezas y la disposición de su inte- a la que pertenecía el navío. De esta naves de Samos, casa mal con los naví- rior y parte proximal desde luego abo- forma, es bien conocido que las os que llevaban el verdadero espolón, gan por esta función primigenia. Si se embarcaciones fenicias (tal vez tirias) como eran las galeras birremes o tri- trata de emblemas de barcos mallor- se reconocían por un akroteria en rremes. Otros emblemas igualmente quines o foráneos, tal vez sardos, es forma de cabeza de caballo como nos constatados en las fuentes fueron el algo que probablemente nunca indican los relieves de la puerta de toro5, el león, el centauro o el tritón, podremos aclarar. En cualquier caso Balawat y los del palacio de así como reproducciones antropomor- debe señalarse que el toro es un moti- Khorsabad. Este sistema de identifi- fas, como ocurre con Apolo en el caso vo muy abundante en la iconografía cación de la pertenencia de los navíos de Populonia (Virgilio, Eneida X, 155, prehistórica talayótica, tanto de la continuaron los fenicios occidenta- 165, 181). Mallorca como de Menorca, sin les, como nos informan las fuentes Con extraordinaria perspicacia, embargo, cabezas de tamaño natural, literarias3. hace años Luzón (1988) planteó la y aún mayores como las de Son Corró, Entre los griegos este sistema de posibilidad de que los tres grandes es un caso ciertamente único en las identificación era también muy protomos de toro aparecidos en el Baleares, lo que permite plantear la empleado, aunque con frecuencia santuario mallorquín de Son Corró, hipótesis de su origen no baleárico. decoró el remate del tajamar, justo hoy expuestos en el Museo por encima de la línea de flotación. Es Arqueológico Nacional, fuesen en rea- bien conocido el caso del jabalí como emblema de Samos4. De igual forma la iconografía náutica griega es rica en representaciones de proas con cabeza de jabalí (p.e. Morrison & Williams 1968: lám. 11-20). También la arqueo- logía submarina ha tenido la for- tuna de recuperar en el golfo de Fos (Benoit 1961) uno de estos protomos de jabalí fabricado en bronce. Casi siempre se les define como espolones (émbolon), sin embargo, mejor nos inclinamos a pensar que constituían remates de los tajamares o de algún otro elemento de la roda, como el extremo proel de las cintas, a modo de proémbolon, siempre para ser vistos aproximadamente en la línea de flota- ción, como bien nos muestra la icono- grafía sobre este tema. Igualmente, la

3 ...Tocó en las costas etiópicas... Se sin duda, no fue la única seña de iden- cerdo, ancha y como de gran vientre, encontró la proa de madera de un tidad que usaron los fenicios en sus buena para sostenerse en el mar y navío, en la que estaba tallada una navíos: Esta estatua de Hefesto es muy ligera, y tomó este nombre figura de caballo... Llevó su proa al muy semejante a los «pathecos» de [uopróroi] por que fue en Samos don- puerto comercial [de Alexádreia] y allí fenicia, que los fenicios llevan en la de se vio primero, construida por el supo [Eúdoxos] que era de los gadeirí- proa de sus trirremes ... (Herodoto, III, tirano Polícrates... (Plutarco, Pericles, tai, y que estos, además de los grandes 37). En una moneda de Biblos, del c. 26). navíos [gauloi] que armaban los comer- 340 BC, vemos claramente un proto- 5 Los curetes, jabalíes de Ida, buscando ciantes, usaban otros más pequeños, mo de león sobre una triera (Bartoloni venganza por el ultraje del rapto lle- propios de las gentes pobres, a los que 1988:72) varon cautiva en la nave «ploîon tau- llamaban «híppoi», por el mascarón de 4 Es la samena [samia] una nave cuya ropróros» (de la insignia taurina)... sus proas... (Estrabón, II, 3,4). Aunque, proa tiene la forma de un hocico de (Licofrón, Alexandra, 1290-1300).

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cialmente ilustrativa, pues los ocho os permitía conocer la dirección en la Los animales en la iconografía marineros que se sientan o asoman que se localizaba la costa más cerca- náutica nurágica por la borda parecen, por los gestos, na. La literatura antigua nos ha deja- estar especialmente preocupados por do valiosas muestras de este sistema En muchas de estas barcas de bron- la orientación de la barca: uno cabal- de orientación. De esta forma, el poe- ce aparecen animales en los lugares ga cogido a la roda, otros miran aten- ma de Gilgamesh incluye la epopeya más visibles del exvoto. Aquí no inclui- tamente a distintos puntos del hori- del diluvio (Frazer 1993:68-95) en la mos los protomos que decoran los zonte y, finalmente uno se lleva la que Utanapishtim se salva constru- akroterias que son estudiados como mano a la frente con el típico gesto yendo una nave, hasta que queda pieza, si no básicamente de otear el cielo. Tanto en la regala encallada en la cima del monte estructural del navío, sí muy de babor, como de estribor aparecen Nisir. Para buscar tierra significativa de su configuración posadas sendas aves, como ocurre en Utanapishtim comienza a soltar y, por eso, lo analizamos en muchísimas barcas-exvotos nurágicas. aves: una paloma, que regresa otro lugar. ¿Estarían intentado seguir el rumbo por no haber encontrado No conviene olvidar que, de alguna otra ave soltada poco donde posarse, una golon- salvo los detalles descriptivos antes?, como ciertamente parece drina a la que le ocurre lo de la embarcación, el resto ocurrir en la primera escena de la flo- mismo y, finalmente, un de añadidos tiene necesaria- ta de Kenamon. En la iconografía cuervo que no regresa, bue- mente una lectura de carác- na señal de que encontró ter simbólico. El propio exvo- tierra. El mito se repite casi to, por su finalidad, ya lo es. al pie de la letra en el pasaje Nada debe ser superfluo o exclu- bíblico de Noé (Génesis, 8, 6-11), sivamente decorativo, aunque que primero suelta un cuervo y naturalmente su significado luego la paloma, obteniendo último se nos pueda escapar. los mismos resultados que Uno de los elementos no Utnapishtim. estructurales que aparece en la mayo- También entre los griegos la leyen- ría de estas naves de bronce es un da del diluvio queda reflejada en el número notable de aves posadas en mito de Deucalión y Pirra (Frazer sitios prominentes del navío, unas 1993: 91-3) que igualmente se salvan veces sólo en la regla y otras en el gracias a un arca. Siguiendo el mismo borde del escalamote, así como en lo procedimiento, Deucalión suelta al alto de los candeleros. Sin embargo, final de la aventura una paloma6. El donde nunca faltan es en la argolla mismo sistema emplea Eneas7 para del extremo distal de la barra vertical, náutica griega tampoco nos faltan llegar a las costas de Itaca y pasajes lo que en la barca real podríamos asi- buenos ejemplos (Casson 1971, con similar sentido los encontramos milar al palo y la cofa. fig.30, 66, 74). también en la Argonautica8. La utili- La iconografía náutica nos muestra Sin embargo, es en la documenta- zación de las aves seguramente per- que las aves posadas en los palos, ción literaria donde encontramos la sistió, pues aún en época romana rodas, codastes, tajamares, o volando explicación detallada e incuestiona- sobre la proa es un tema recurrente y ble del uso de las aves por la marine- muy antiguo. Sin ánimo de resultar ría. Los sistemas de orientación más prolijo lo encontramos ya en el neolíti- antiguos utilizados por los marinos 6 La presencia de palomas a bordo de los co egipcio (Bowen 1960) o, uno de los nos remiten reiteradamente al vuelo barcos está igualmente constatada ejemplos más claros, en la primera de las de aves. El tema ha sido trata- entre los navegantes micénicos: ... mitad de IIº milenio BC, con el ave do por distintos investigadores desde Clavo en la arena, a lo lejos, un mástil arrancando el vuelo desde la proa del antiguo (Hornell 1946) e incluso ha de navío después de atar en la punta, navío y observada por uno de los jefes sido objeto de un interesante estudio por el pie y con delgado cordel, una tímida paloma; e invitoles a tirar sae- de la flotilla de cananea de la tumba experimental (Luzón; Coin 1986), tas... (Iliada, XXIII, 850-858). de Kenamon (Guerrero 1993: 104-5). para contrastar en la práctica los 7 ... descendieron dos palomas volando En el Bronce Medio Chipriota se aspectos sugeridos por las fuentes desde el cielo... Entonces el héroe máxi- conocen varias terracotas literarias e iconográficas con el com- mo (Eneas) ... implora ¡Oh! sed mis guí- (Westerberg 1983: 76-7) que repre- portamiento real de las aves durante as, si es que hay algún camino, y a tra- sentan barcos de casco muy redondo, la navegación. vés de las brisas dirigid el vuelo por los con roda y codaste idénticos, los cua- En realidad, más que un sistema de aires... habiendo hablado así, se paró les llevan varios personajes sentados validez universal para orientarse con observando los signos que le dan y el en la regala. Una de estas terracotas, respecto a los puntos cardinales, la rumbo que toman... (Virgilio, Aen., VI, que se conserva completa, es espe- práctica de soltar aves desde los naví- 190-200).

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Plinio el Viejo (NH, VI, 83) nos indica de los cuales se lleva una mano a la sentados en el tortor de las naves. No que los navegantes llevan pájaros a frente en señal de otear el horizonte, hay duda que estaban a bordo duran- bordo, para soltarlos de vez en cuan- mientras que con la otra agarra por la te la travesía, pues aparecen, tanto do y conocer la dirección de tierra.La frente a un cánido, tal vez un lobo. En en las escenas que representan a la universalidad de estas prácticas queda el interior del casco tenemos también flota anclada y con las velas y vergas confirmada en los relatos hindúes otro antropoide a cuatro patas, igual- arriadas mientras cargan mercancías, recogidos en la leyenda Sutta Pitaka mente con una anilla en la espalda como en las que ya navegan, como y en los diálogos de que mira a uno de los que están senta- nos indican las velas desplegadas con Buda con Kevaddha dos en la regala, o tal vez al mismo marcadas balumas y la jarcia de en Nalanda (Hornell lugar del horizonte a donde miraba el labor tensa. 1946; Luzón; Coin 1986). primero. Su utilidad abordo no A nuestro juicio ésta es la No deja de resultar interesante la está en absoluto clara. interpretación más segura estrecha relación de estas representa- Algunos autores han seña- que puede hacerse sobre ciones de monos en temas náuticos de lado que debidamente la presencia de aves en las Cerdeña. Las gentes nurágicas no amaestrados podían subir naves nurágicas. podían estar familiarizadas con estos a las partes más difíciles La fauna representada animales, puesto que no existían en la del navío y recuperar en la estatuaria de bron- isla, salvo aquellos ejemplares, más o cabos u otros objetos, ce nurágica (Lilliu 1966) como parece que ocurre es relativamente variada, en algunas zonas de así podemos reconocer Egipto (Luzón; Coin representaciones de bóvi- 1986). Algunas comunida- dos, cápridos, muflones, cier- des indígenas de Borneo ama- vos, jabalíes, perros, palomas y estran monos para subir a los zooantropomorfos. Sin cocoteros y cosechar los embargo, los monos son frutos. Tal vez podían extremadamente raros y advertir con su instinto la sólo se conocen dos casos, proximidad de una tormenta o ambos ligados a temas náuticos, que avisar de la presencia de otro bajel en aparecen en naves con akroterias en alta mar. forma de protomo bovino. Se trata El resto del bestiario que aparece más bien de monos “humanizados” o en las naves-exvotos nurágicas se sitúa antropoides. En un caso, lo encontra- sistemáticamente de pie o en actitud mos sobre una navecilla de bronce en de caminar sobre la regala. Su relación el centro mismo del casco y con una menos amaestrados, que pudieron ser concreta con la cuestión náutica se nos anilla en la espalda para poder colgar introducidos por marineros que escapa. A nuestro juicio, caben dos la barca. En el segundo la composición hubiesen visitado África. En este pun- explicaciones, que en última instancia es más compleja, sobre la regala to debemos recordar que en el Norte no son contradictorias ni excluyentes. toman asiento dos antropoides, uno Tunecino, se ha documentado tanto Por un lado, pueden interpretarse obsidiana sarda del Monte Orci, como como animales ligados a la mitología la misma cerámica nurágica. Por lo indígena que se superponen y comple- tanto, no es descabellado pensar que mentan el simbolismo del tema náuti- marinos sardos retornasen a la isla con co propiamente dicho. Por otro lado, animales exóticos conseguidos en las pueden rememorar la naturaleza de 8 ... Probad primero como augurio con costas que frecuentaban en sus peri- cargamentos de animales en vivo que, una paloma, soltándola desde la plos comerciales. con más o menos frecuencia, las naves nave por delante de ésta, os lo supli- Debemos preguntarnos qué utili- debían transportar. co. Si pasa a través de las mismas rocas hacia el mar Negro sana y sal- dad podían tener los monos a bordo Los animales a bordo de barcos de va en su vuelo, ya no os apartéis más de los barcos. No es frecuente, aun- carga es una cuestión bien documen- tiempo vosotros tampoco de la que la iconografía náutica nos ha tada por las fuentes, tanto iconográ- ruta...» (Argonáutica, II, 323); dejado muestras inequívocas de la ficas como literarias. En los mismos Entonces avanzó el famosos presencia de monos en los navíos. El relieves, ya citados, de la naves del Eufemo, alzando en su mano la caso más claro lo tenemos en los Punt, aparecen, además de los paloma, para subir a la proa… Soltó relieves egipcios de Deir el-Bahari, monos, bueyes y un felino. En las a la paloma para que saliera impul- que representan la flota egipcia que naves cananeas de Kenamon, ya cita- sada con sus alas, y ellos todos alza- la reina Hatshepsut envió al Punt. En das, vemos de nuevo bueyes como ron sus cabezas prestando atención varios de los barcos pueden verse una de las mercancías descargadas, (Argonáutica, II, 550). unos monos que caminan o están por citar sólo casos bien conocidos de

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transporte de animales en travesías marinas, pues la carga de animales en barcas fluviales tiene una documen- tación aún más numerosa. La docu- mentación literaria9 nos confirma igualmente el trasporte por mar de diversos tipos de reses. La informa- ción arqueológica directa sobre esta cuestión es escasa, sin embargo, la introducción de todas las especies domésticas en los espacios insulares es una prueba indirecta incontestable del transporte marino de reses y aún también de especies no domesticadas como, por ejemplo, el gamo, que es introducido en Chipre (Guilaine et al. 1996) durante el neolítico precerámi- co con fines cinegéticos.

Capacidad náutica de la marina nurágica gresiva expansión de sus cerámicas Lípari y Cartago. La datación que pro- La falta de información sobre otras (Gras 1985: 57-64) por estos confines porcionan algunos de los hallazgos marinas indígenas, mediterráneas del Mediterráneo central entre los tirrénicos (IX-VIII BC) coinciden plena- anteriores a la presencia de fenicios y siglos XVI/XV y XII/XI aC. mente con la propia tradición de griegos, nos impide tener elementos ¿Pudo haber sido traída alguna de ofrendar estos exvotos marinos. de comparación para valorar el papel esta cerámica directamente por barcos jugado por los nurágicos, que muchos nurágicos hasta Cerdeña? historiadores tradicionalmente vie- Seguramente nunca lo sabremos a Discusión nen identificando con los Sardana de ciencia cierta, pero no es de ninguna las fuentes escritas. La ratificación manera descartable que barcos nurá- El centenar largo de barcas de bronce arqueológica de esta cuestión no es ni gicos hayan tenido una presencia des- nurágicas pone de relieve un aspecto mucho menos tarea fácil, pero, de tacable como intermediarios de de la sociedad sarda de fines del haber sido así, algunos de los barcos muchos tráficos comerciales en el Bronce y principios del hierro que la atribuidos a los “pueblos del mar” Mediterráneo central durante el IIº historiografía no parece haber valora- (Wachsmann 1981) deberían conside- milenio y parte del primero BC. La ico- do en su justo término: la vertiente rarse sardos, o al menos deberían nografía náutica que nos dejaron a marinera de sus comunidades coste- haber tenido cierta influencia en la través de estas ofrendas votivas de arquitectura naval nurágica. bronce sugiere que una de las princi- En cualquier caso, como ya se ha pales redes de transacción comercial, dicho, la mayoría de los tipos náuticos el mediterráneo prehistórico, estuvo nurágicos no difieren en esencia de en sus manos. 9 Les mandé que cargaran presto en la los micénicos, salvo en la ausencia de La importancia y capacidad de la nave muchas de aquellas reses de her- tajamar. La similitud de la nave micé- marina nurágica alcanza, si cabe, más moso vellón... (Odisea, IX, 470-494). nica de Esciros, ya citada, con los visos de verosimilitud si examinamos Echamos al agua la negra embarca- ción, izamos el mástil y desplegamos modelos náuticos que representan la la dispersión de sus cerámicas propias el velamen; cargamos luego las mayoría de los exvotos nurágicos de de fines de la Edad del Bronce y princi- reses... asiendo las ovejas, anduvimos bronce es una buena prueba de ello. pios del Hierro desde el Tirreno hasta a lo largo de la corriente del Océano... Por todo lo cual, no podemos dudar la isla de Creta (Kollund 1998). En esta (Odisea, XI, 1-22). Odiseo iba a cobrar de la capacidad de las naves sardas de isla los fragmentos de vasos nurágicos una deuda de todo el pueblo, pues los la Edad del Bronce para organizar hallados en las excavaciones de mesenios se habían llevado de Itaca, empresas que les llevasen con éxito al Kommos pueden datarse entre los en naves de muchos bancos, trescien- mar Egeo, de la misma manera que siglos XIV y XIII BC. La mayor concen- tas ovejas con sus pastores... A su vez, los micénicos navegaron en navíos tración de las cerámicas nurágicas fue- Ifito iba en busca de doce yeguas de similares hasta lo que después será, la ra de Cerdeña se corresponde con las vientre con sus potros, pacientes en el Magna Grecia, Sicilia y la propia costas tirrénicas italianas, aunque trabajo, que antes le habían robado... (Odisea, XXI, 15-25). Cerdeña, como bien nos indica la pro- tampoco falta su presencia en Sicilia,

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ras. En realidad lo difícil de admitir siglo VI aC., a lo largo de las costas del nos sardos y a su capacidad de acceder habría sido lo contrario, es decir, que Golfo de León, de Liguria y Etruria. a mercados externos y no solo a la pre- una sociedad isleña viva de espaldas al No cabe duda que una red comercial sencia de micénicos y chipriotas en sus mar sin aprovechar sus recursos, como de relativa importancia estuvo en el aguas. son la pesca y los intercambios por vía Tirreno controlada por la marina nurá- La posible existencia de grandes marítima. Todo ello en el ámbito de gica, y en buenas condiciones de com- navíos mercantes, sugerida por la un mar que, como el Tirreno, ha sido petir con los micénicos, únicos a los que configuración de algunos exvotos, escenario de muy intensas comunica- la historiografía tradicional parece con- añade alguna cuestión más de refle- ciones por mar desde el Neolítico car- cederles la exclusiva de los tráficos xión. Este tipo de mercantes estaba dial, y seguramente antes. comerciales del segundo milenio BC. concebido para navegación por rutas Aunque los sistemas de propulsión Esta situación pudo mantenerse segura- de altamar, se prestan muy mal y y gobierno no aparecen en esta extra- mente a lo largo del primer milenio BC corren gran peligro en la navegación ordinaria documentación, sí es lo sufi- durante la consolidación de la coloniza- de cabotaje10 y costera. Requieren, cientemente rica y elocuente para ción fenicia, cuya presencia terminará por otro lado, infraestructuras por- poder deducir de ella la existencia de controlando el comercio internacional, tuarias muy complejas: además de unas actividades navales con una flota probablemente incorporando estas muelles de atraque, son necesarios (Guerrero 2003) en la que cabe intuir marinas indígenas a sus intereses hege- almacenes, atarazanas, etc. la existencia de una amplia gama de mónicos, sin que llegasen a desaparecer Este aspecto de la marina nurágica embarcaciones, desde las barcas más por completo. La política imperialista tiene también una vertiente que nece- simples a los navíos pesados más com- de Cartago a partir del siglo VI aC, el sariamente debe mencionarse: es difí- plejos. auge de las ciudades etruscas y las grie- cil que el tipo de relaciones comercia- La capacidad de las naves medianas gas de la Magna Grecia, seguramente les (Alvar 1998) que implica a los para alcanzar la costa de la Liguria, la termina por colapsar las actividades gaulois se produzca en sociedades no Toscana y Sicilia me parece innegable, nurágicas de gran cabotaje y de viajes estatales. Por ello, tal vez debamos incluso para protagonizar periplos ultramarinos, reduciendo sus activida- pensar que estos exvotos nos remiten más complejos, tal vez hasta Túnez y des marineras a las intervenciones en la ya a un momento de la Edad del Creta como sugiere la cerámica nurá- costa propia de Cerdeña. Hierro en el que los colonos fenicios gica encontrada en estos lugares. No Este potencial marino sardo, duran- disponen de asentamientos urbanos hay razón para dudar de esta capaci- te el segundo milenio y principios del en Cerdeña, como o Monte dad de las barcas nurágicas, si las primero BC, nos debería hacer refle- Siria, y las vecinas ciudades de Sicilia. embarcaciones fenicias (tal vez hip- xionar sobre el origen de materiales Es posible, incluso, que el broncista pois), o tartésicas, hundidas en la pla- exógenos en Cerdeña durante este haya reinterpretado las naves colonia- ya de Mazarrón, con unos 8 m. de periodo de su prehistoria, pues tal vez les entre cuyas tripulaciones no cabe eslora (Negueruela et al. 2000), muy gran parte del mismo se deba a la pro- duda que habría marineros indígenas próxima a la que podemos suponer pia actividad e iniciativa de los mari- de Cerdeña. para las barcas medianas nurágicas, llevaban un cargamento gaditano con destino al Levante español o , como mínimo. La documentación arqueológica nos muestra también la existencia de otro tipo de embarcación ligera, tal vez muy pareja a las sardas en cuanto a sus capacidades náuticas, son los barcos cosidos masaliotas (Joncheray 1976; Pomey 1981; 1998), que con una eslora de entre 13 y 15 metros y provistos de cuadernas quilla y carlinga, protagoni- zaron un intenso comercio de vino etrusco, masaliota y jónico, durante el

10 El mar fatigó a sus compañeros, y bien a su pesar hubo de arrimarse a la costa, con el temor de ser víctima del flujo y reflujo. Y ocurrió lo que temía: su barco tocó fondo... (Estrabón II, 3, 4).

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Representación y simbolismo de las abejas

PILAR FERNÁNDEZ URIEL. Titular de Historia Antigua. UNED en la numismática antigua

Introducción

A las monedas aún no se le ha prestado todo el interés que No todas las monedas o por lo menos el “concepto mone- merecen. da” es el mismo. Elijamos, entre otros muchos, dos claros La información que las fuentes numismáticas pueden pro- ejemplos: porcionar al historiador es mucho más de que lo que a pri- En Oriente, prácticamente en todo o Indo-Pacífico, duran- mera vista aparece impreso en sus estampaciones. te milenios, se utilizó como medida de valor de intercambio No acuñaba moneda cualquier estado o cualquier gobier- un objeto natural usado como moneda: una concha da fami- no. Solo aquel que demostraba su autonomía económica y lia de las “Cipreias” (CYPRAEIDAE), apropiadamente desig- política tenía la posibilidad de acuñar su propia moneda. nada por Cypraea moneta Esta condición ya informa de un cierto rango económico y Ni tampoco las monedas de metal fueron siempre de la político del ente emisor. forma que conocemos. La representación que hallamos en cualquier tipo de En torno al 600 a.C. herramientas de bronce, realizadas en moneda es la manifestación final de todo un largo y elabo- tamaño reducido eran usadas en China, como moneda. Este rado proceso de diseño cultural, económico y, por supuesto, tipo de dinero, ya representa una normalización del bronce, ideológico. Si su “anatomía “es debidamente analizada, se que se corresponde en concepto y cronología a la invención puede llegar a obtener una interesante documentación. Una de la moneda metálica en el Mediterráneo. Las monedas chi- moneda contiene la información precisa, ni más ni menos, nas no fueron acuñadas sino fundidas en moldes. trasferida en varios factores: su metrología, (peso, medida y aleación metálica), su leyenda, y su estampación... Sin embargo, no se puede “hacer historia” tan solo con las monedas. Desde que la moneda apareció en la civilización occiden- tal, en el siglo VII a. C., en el reino de Lidia, en la zona occi- dental de Asia Menor, en la actual Turquía, han sido un vehí- culo de primera mano de poder y de propaganda de ese poder. Las primeras “monedas” fueron acuñadas en electro, una aleación de oro y plata. Esta moneda no sería muy diferente de la presentada, del siglo VI a. C. Se trata de una estátera de electrón, del reina- do de Creso (560 - 547 a. C.), famoso por su riqueza. En su anverso presenta una cabeza de león, enfrentada otra cabe- za de toro, y en el reverso, marcas de punzón, en forma de Figura. 1: Estátera de Lidia: Anverso: Cabeza de toro enfrentada a la de un dos cuadrados huecos. León. Reverso: Marcas de punzón

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por la miel, porque recogía Creta, la más fuerte conexión con la todo lo bueno que apare- abeja es el arquetipo femenino.1 cía en la naturaleza, por- Si bien su representación se mani- que era una fuente de fiesta en todo el Mediterráneo, posi- energía fácilmente asimilada por el blemente se perfila con mayor clari- organismo humano, por su origen y dad en la zona Oriental: Asia Menos e fabricación, por su valoración como islas del Egeo. aporte alimenticio.... Ello hizo que Hay dos importantes puntos geo- desde épocas ancestrales derivara gráficos para su estudio: Anatolia y la hacia una admiración y devoción reli- isla de Creta2 giosa no a la miel, sino hacia su pro- CRETA ductora, la abeja a la que se consideró En el contexto de la cultura minoi- como una manifestación de la propia ca, aparece la representación de la Figura 2: A: Monedas chinas, B: Cypraea moneta Naturaleza. abeja tanto en glíptica como en joye- La abeja significó la gran interme- ría. Son obras de extraordinaria per- diaria entre el mundo vegetal y el ani- fección técnica y belleza artística mal, entre la tierra y la vegetación, como la abeja realizada en técnica de entre la Naturaleza y el hombre. granulado que se halla actualmente Estos ejemplos sirven para demos- Desde la Prehistoria es interpretada en el Museo Británico, realizada en trar que la moneda no es solo un ins- como una manifestación divina o oro, la joya originaria de la necrópolis trumento de cambio financiero, sino mágico-religiosa de Krissólakos cercana a Mallía iconográfico y de sincretismo cultural. Son muchas las diferentes represen- (Creta), que tal vez se trate de un pen- La imagen representada en ambas taciones prehistóricas de abejas, agru- diente o un colgante de collar. caras, anverso y reverso, se encuentra padas, revoloteando entre animales y Representa dos abejas confronta- íntimamente relacionada con la ideo- figuras humanas e incluso como repre- das libando el polen, con las alas logía de su lugar de acuñación, tal y sentaciones femeninas antropomorfas extendidas, de las que pende decora- como se quiere trasmitir y difundir. De con carácter religioso, posiblemente ción en círculos. ahí la importancia del tema que nos como signos de fertilidad. Hay otra representación aún más ocupa: la significación de un símbolo María Gimbutas fue la primera que inquietante: el colgante del llamado ancestral, la abeja, manifestado y tra- analizó e interpretó estas representa- Tesoro de Egina, que se conserva en el tado en todo este ámbito que corres- ciones más antiguas, que pertenecen Museo Británico y que procede proba- ponde a la numismática, ante el que a Europa Central, Sumer, Anatolia y blemente de la misma necrópolis de se abre una doble interrogante: las islas del Mediterráneo, Córcega, Krissólakos, ya citada, donde aparece ¿Por qué la abeja? Cerdeña y Creta, y se ciñó a un perio- una representación femenina, identifi- ¿Qué ciudades acuñaban con el do que abarca desde el VIº milenio, al cada como una diosa, con falda corta, símbolo de la abeja y que significación mundo Minoico (Final del Neolítico al o trascendencia tenían? Bronce Antiguo),pero que sin duda tienen una cronología mucho más 1 GIMBUTAS ,M.:The Gods and larga. Goddesses of old Europe 7000-3000 Significación de la abeja en el Consideró que se asociaban a la BC.,Londres, 1974. FERNÁNDEZ Mediterráneo antiguo potencia femenina de la Naturaleza URIEL, P.”Algunas consideraciones en su más pura ginecocracia: La madre sobre la miel y la sal en el extremo del La primera cuestión se encuentra ínti- generadora por excelencia sin ningún Mediterráneo Occidental”Actes du mamente vinculada con los orígenes lazo que le atara a un poder masculi- Colloque sur , Roma, del hombre, que siempre, (tal vez no (El zángano, tras engendrar, es eli- 1992,pp.328 yss ;IBIDEM: “Melilla en el comercio del Mediterráneo: Miel, incluso antes de convertirse en “homo minado) sal y púrpura “Melilla y su entorno en erectus”), sintió una enorme atracción La abeja era identificada como sím- la Antigüedad .Melilla, Aldaba, bolo de esa Gran Madre que se rastrea 30,1998, pp.53 y ss.; Ibidem : “La en las más ancestrales y antiguas cul- evolución mitológica de un símbolo: turas. Esta hipótesis es fundamental y la abeja” Formas de difusión de las decisiva para la comprensión de su sig- religiones antiguas , ARYS, 3, 1993,, nificado y de su trayectoria mitológica pp.133-159 e iconográfica. 2 Un tercer lugar geográfico es Egipto: Aunque la abeja puede aparecer Nesut Bity era uno de los nombres de también como arquetipo asexual y la titulatura real faraónica Traducido procreador, (entonces identificada con como el de la Caña y la Abeja. Es lo dioses y héroes masculinos: Zeus, mismo que decir Rey de las Dos Tierras. Figura 3: Abeja reina (Apes Melliphea) Diónisos, Aristeo o Glauco, príncipe de

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Figura 6: Placa de Kamiros

peinado hathórico y alto tocado. Navega sobre una Figura 4: Pendiente de la abeja: Colgante barca, cuya proa y cuya de Krisólakos popa se ven rematadas por el disco solar sobre el que campea una flor de loto. Sujeta por el cuello a sen- ■ La representación que hallamos en dos ánades y en cada uno de sus flan- cos se extienden dos serpientes (¿Se cualquier tipo de moneda es la trata de una de las más antiguas repre- manifestación final de todo un largo y sentaciones de Dictina, diosa de la cue- elaborado proceso de diseño cultural, va del monte Dicté?), que pudiera identificarse con divinidad femenina económico y, por supuesto, ideológico. venerada en las procesiones marineras Desde que la moneda apareció en la representadas con frecuencia en sellos minoicos, y encontrarse entre sus atri- civilización occidental, en el siglo VII a. C., buciones el de “Señora del mar” han sido un vehículo de primera mano de Desde Creta la representación de la ■ abeja se extiende por las Cícladas y poder y de propaganda de ese poder. península Balcánica, dentro de este contexto del Mediterráneo oriental. Es aún más significativa la relación de una divinidad femenina con la abeja en la placa hallada en Camiros (Rodas), ya publicada a finales del siglo pasado por Salzmann. También puede relacionarse con la figura feme- nina que aparece en el ladrillo estam- pillado de Micenas. Se la representó con alas pérsicas, es decir alas con las puntas vueltas en forma de volutas, y sosteniendo por el cuello a un león y a un ciervo de pequeña talla con respecto a la suya propia

Figura 5. Colgante del llamado Tesoro de Egina, que se conserva en el Museo Británico

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Arqueológico de Florencia), fechado en el siglo VI a.C., modelada hacia el 570 a.C. por el ceramista Ergótimos y decorada por el pintor Klitias, artistas ambos atenienses, donde se represen- ta una deidad alada. – El cofre de cedro, igualmente fechado en el siglo VII a.C. en el que, entre otras figuras de divinidades, se representa una Artemisa con alas, ico- nografía que tanto asombró a Pausanias, como se desprende de su descripción: “Artemisa tiene, no se porqué alas Figura 7 -A: La representación de Diosas aladas pérsicas en la espalda y lleva en el brazo dere- cho una pantera y en el izquierdo un león “PAUSANIAS, 5, 19,5) – La escultura arcaica atribuida a los escultores Mikkiades y a Archemos, vestida con peplos y diadema, tiene alas en la espalda y en los talones (cuatro alas como la abeja). Fue identi- ficada por el iconografista Homolle como Artemisa alada o Artemisa lunar, denominada Artemisa Aggelos, representada con cuatro alas, aunque otros autores la identifican con Nike (que sólo tiene dos alas)

Anatolia Figura 7-B: Representación de una diosa alada (Potnia Theron ) en una pintura vascular beocia Esta representación y simbolismo de la abeja se puede rastrear en la religión Ya el propio Salzmann relacionó divinidades de la fertilidad y vincula- anatólica, ya desde la prehistoria, al dichas representaciones con el gran das con la Naturaleza: la Magna Mater menos como un símbolo divino. repertorio de diosas aladas, vinculadas (la Cibeles frigia), Deméter y la Árte- La abeja en la cultura Hitita era con la “Potnia Theron “o Señora de mis Efesia, Anahitis. ....3 considerada como un ser admirable. los animales y de la Naturaleza, repre- Esta singular e inconfundible ima- Fue elegida entre todos los animales sentada con un animal a cada lado, gen alada de la Señora, (Potnia ) la por la Gran madre de los dioses, la (león, ánade...). diosa de la naturaleza y los animales, diosa Hanna Anna para buscar a Se trata de representaciones carga- se mantiene en época arcaica griega y Telepinu y lograra que con su vuelta, das de simbolismo propias de una dio- aparece en piezas de orfebrería y cerá- la Naturaleza recuperar su fertilidad sa de la naturaleza, de la fertilidad, mica de los repertorios del estilo geo- perdida. La abeja le purificó con su señora de los bosques, de la vegeta- métrico y orientalizante, como ejem- miel y fue premiada con el éxito su ción y de los animales, la gran divini- plos pueden citarse: misión, ocupando un puesto entre las dad femenina en el Mediterráneo de – En las representaciones de la dio- divinidades. raíces neolíticas, o tal vez más anti- sa Artemisa pérsica o Anahitis (Figura Hay algo más, la abeja aparece guas. 7-A) y en el ánfora beocia, de hacia el representada como tal en una antigua Esta diosa se identifica o se trans- 700 a.C., (Museo Nacional de Atenas), ciudad litoral del reino hitita de forma en otras divinidades femeninas en la que la diosa, de rasgos conoci- Arzawa, ciudad ya mencionado en la del Mediterráneo: Siria, (Aserah, dos, está flanqueada por leones, cru- tablilla cuneiforme con el nombre de Isthar, Astarté), Anatolia e Irán como ces gamadas y peces y en una de las Aspasas, o Apasas y datada en el origen o pariente indiscutible de las asas (Figura 7.B) segundo milenio antes de C. ancestrales divinidades anatólicas de También son interesantes represen- Çatal Hüyük y Haçilar, de las que fue- taciones: ron sus principales descendientes, ya – La Crátera funeraria conocida 3 NEUMANN,E, The Great Mother, en tiempos históricos, como poderosas como Vaso François (Museo Pricenton U.P. , 1970 pp. 267

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■ Desde la Prehistoria, la abeja es interpretada como una manifestación divina o mágico–religiosa. Sus representaciones más antiguas se asociaban a la potencia femenina de la Naturaleza en su más pura ginecocracia: La Gran Madre generadora por excelencia sin ningún lazo que le atara a un poder masculino ■

Aspasas es un topónimo que deriva rígido y sólido aspecto a partir de la del término APPI que significa Abeja cintura. en antiquísimas lenguas indoeuropeas Todos los símbolos que revisten el Figura 8: Representación de la diosa Artemisa de Éfe- prelatinas y pregriegas como el luwita, ropaje de Ártemis sólo pueden ser so Ártemis Farnesia (Museo de Nápoles). Siglo II a.C. palaíta y el istanuvio interpretados iconográficamente Autores como Öonen se preguntan siguiendo su propia evolución y atribu- si esta antigua ciudad de Aspasas sería tos religiosos: El disco lunar, detrás de el lugar primitivo de culto a una deidad la cabeza, decorado con prótomos de da metálica y toda su figura se encuen- femenina de la fertilidad simbolizada o grifos, las figuras de victorias, los tres tra plagada de los símbolos de su poder teniendo como animal simbólico la leones situados en sus brazos extendi- en su extraordinario ropaje. Como dio- abeja cuya tradición religiosa se exten- dos. Destacan las cuatro filas de pedún- sa de la fertilidad y ancestral señora de dió por el Mediterráneo Oriental, culos globulares que recubren parte de los animales, Artemisa lleva prótomos y teniendo su principal foco en Éfeso. su pecho, que llegan hasta su cintura, símbolos de toros, leones, carneros, gri- Öonen va más allá con esta interro- que tal vez pudieran ser glándulas fos, ciervos, esfinges, flores, ninfas y gante ¿Podría considerarse Éfeso mamarias, como corresponde al proto- abejas. Bajo su borde inferior se ven los como la antigua ciudad de Aspasas? tipo de la llamada Ártemis polimasta (o pliegues del chitón interno que, según Ya que su ubicación se encontraría en multimammia), es decir la de los senos modelo generalizado, casi cubre los ese mismo entorno geográfico. 4 múltiples, y sobre los que tanto se ha pies. En esta efigie se percibe cómo un analizado y aún no tenemos la última tronco lígneo o un betilo primitivo palabra. Así es definida por P. González sobre el que se superpuso una estructu- Àrtemis de Efeso Serrano: “La parte inferior del cuerpo ra dorada y ricamente labrada para aparece ceñida por una especie de fun- proteger su venerada sacralidad”. 6 PIE: Escultura realizada en bronce, cara y manos de color negro. Dorado para la indumentaria que recubre su cuerpo. El rostro de rasgos fidíacos se 4 ve enmarcado por dos aladares de ÖONEN, Ü.Ephesus, Esmirna , 1985 la Dra. González Serrano, gran cono- rizados cabellos, sobre los que lleva pp.11 y ss.) AKURGAl, E.: Civilisations cedora de esta iconografía, siguiendo et sites antiques de Turquie , del’èpo- la crítica iconográfica actual que una tiara (Polos) en forma de kalathos que prèhistorique jusq’à la fin de supone que son representaciones de decorado con puertas de ciudad l’Empire romain .Estambul, 1986; los testículos de los bóvidos que se arqueadas. 5 GONZALEZ SERRANO, M.P.: sacrificaban en el transcurso de las Su imagen más antigua debió ser “Consideraciones iconográficas fiestas celebradas en su honor. Es un xoanon, efigie tallada en un tron- sobre la Ártemis Efesia “ ,Actas del posible que se colgaran en ganchos, co de árbol y más tarde en piedra, Congreso: El Mediterráneo en la dispuestos bajo el busto de la propia (Pilar), tal vez meteorito como la Antigüedad.Oriente y Occidente “, estatua, como ofrenda, antes de ser famosa de Pesinunte. Estas diosas de Sapanu Publicaciones en Internet consumidos. Recientemente, sin cara y manos negras recuerdan que II(1998), http: // www. laberrm. embargo, hay quienes consideran que en las estatuas originales de las que Folol . C.S.I.C.es ; Es muy posible tales protuberancias serían manojos eran copias tales partes del cuerpo se que las imágenes de las vírgenes de dátiles, ya que la palmera fue el árbol sagrado al que se asió Leto para labraron en piedra oscura, posible- negras sean una reminiscencia de estas representaciones y culto a forzar su alumbramiento y, en conse- mente procedente de un meteorito.5 meteoritos. cuencia, estuvo siempre unido al culto Este fue el caso, también, de las efi- 6 Sobre los posibles y múltiplos pechos de Ártemis, al igual que en Egipto lo gies de Cibeles. Se la calificaba de de la diosa, pudieran tratarse bien de estuvo al de Hathor. GONZALEZ caída del cielo, por lo que, como Testículos como defiende SERRANO, P.op.cit. nota 5 estatua de culto, mantuvo siempre su

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■ Esta La diosa poliada de Éfeso es Àrte- En la religión griega Ártemis tiene mis y Àrtemis es el final del ciclo de numerosos epítetos:( Pitia, Hymnia, antiquísima diosa la Gran Madre mediterránea que ras- Brauronia, Aktaía, Paralia, Limena, madre es treamos. Taúrica, Ortia,7) y vinculaciones con el representada en Su peculiar condición y el culto que mar, la luna, las aguas y la fecundidad; recibía en Asia Menor, tan notablemen- facilitan su identificación y sincretismo una singular e te diferente a la divinidad helénica, indi- con diosas mediterráneas como la inconfundible ca su indudable origen de una divinidad púnica o incluso divinidades más antigua, adorada en esta zona del femeninas locales cuyos nombres y imagen alada .Es Mediterráneo oriental y Anatolia. Árte- atribuciones se perdieron en esta posi- la Señora ,(Potnia) mis efesia es una Gran Madre, diosa tan- ble vinculación. to de la vida como de la muerte La notable rapidez con que esta que se identifica o Dichos caracteres parecen sugerir- divinidad, diosa de la naturaleza y de se transforma en nos el origen de sus apelativos: la fecundidad fue asimilada en la reli- ”MEGALÉ, MEGISTÉ, ANASSA”: es giosidad mediterránea, presupone la otras divinidades decir: La Grande, La Señora, La Gran existencia de una divinidad femenina femeninas del Madre. de caracteres y atribuciones semejan- Mediterráneo de las que fueron sus principales CUADRO: descendientes, ya MONEDAS CON ABEJAS EN EL ÁMBITO MEDITERRÁNEO en tiempos 1: Cronología: Ceca del ámbito de Éfeso: históricos, las Más antigua: Desde el siglo VII a.C Más conocida y extendida: siglo IV a.C. poderosas CECA DE RUSSADIR: Siglo II al I a.C. divinidades de la fertilidad y la 2: Iconografía de esta abeja: abeja reina Naturaleza: 3: Difusión Astarté, la Magna A) Mediterráneo Oriental area económica: Templo de Éfeso Tarra Mater, Deméter, Praesus (la Cibeles frigia) y Creta: Elyrus ■ Lysus Ártemis Efesia Ceos : Iulys Asia Menor: Efeso y Esmirna Tesalia Melita Fenicia: Arados Quersoneso Tracio Etrytrea , Parion : Epoca de Alejandro B) Mediterráneo Occidental: area económica: círculo del Estrecho de Gibraltar Norte de África: Russadir

4: Caracteres de la estampación *ANVERSO Representación de una divinidad: Ártemis, Deméter, Perséfone, Zeus, Dionisos Apolo Aristeo; Heracles-Melqart La abeja como símbolo *REVERSO En relación con el anverso: ABEJA MELISA 7 Término derivado del adjetivo griego CABRA AMALTEA Orthios = Erguido, y como tal ,se trata CIERVA y PALMERA de un epíteto propio de la diosa de los ESTRELLA DE OCHO PUNTAS muertos. DELFÍN

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tes e incluso podría estar simbolizada han descubiertos exvotos que repre- en un animal alado que tomaría la for- sentaban abejas dedicados a la diosa. ma antropomórfica femenina a lo lar- Pausanias y Estrabón aportan impor- go del Mediterráneo. tantes referencias de los cultos efesios La abeja fue el animal sagrado de de carácter orgiástico como banquetes, Ártemis. No hace mucho, la profesora sacrificios místicos y procesiones, cele- Lilian Bodson reconoció en Éfeso una brados por las sacerdotisas Melisas y sus capilla dedicada a la abeja, animal sacerdotes denominados Essenes, y los simbólico y sagrado“ Símbolo del cul- novicios o Mellierari o Melissos. Al fren- to y de la propia naturaleza, animal te de todos ellos estaba el Megabizzos, vinculado con su ancestral origen“. que se elegía cada año entre los La abeja representaba la dulzura, la Essenes como dirigente y tomaba en su pureza, la constante y esmerada acti- elección el nombre metafórico de “Rey vidad, pero, sobre todo: la fecundidad de las abejas“. y el renacer de la vida, algo tan impor- Esta relación se rastrea en otros tante en el culto de la Ártemis Efesia, templos dedicados a Ártemis, como el la gran diosa protectora de la de Artemisa Himmnia en Orcómeno Naturaleza en sus fuerzas vitales, de donde el sacerdote y la sacerdotisa su fecundidad y ciclos de vida, muerte dedicados a su culto debían preservar- y renacer. Por ello era venerada en se puros y su dieta debía basase en ali- lugares sagrados muy determinados y mentos elaborados con miel. estaba vinculada con los trances más Esta vinculación de Àrtemis con su decisivos de la vida del hombre: el animal sagrado, la abeja se perpetuó nacimiento y la muerte.8 en época romana. Una inscripción FIGURA 10 Esquema de la moneda efesia (Abeja y cierva con palmera) Esta vinculación entre Artemisa y la hallada en Apulum, ciudad de la Dacia abeja también se encuentra en carac- fechada en el siglo II d.C., cuya lectura teres de su culto. ofrece la Dra. Jaqueline Carabia de la Las sacerdotisas de la diosa efesia se Universidad de Limoges esta dedicad a denominaban Melisas (Melitas) y se Diana con el apelativo de MELLIFICA: DIANAE /MELLIFICAE / SACRUM / COM. SV/PER Mellifica significa “Que produce miel “...... , como las abejas Comenta Jaqueline Carabia que aunque ciertamente, durante el perio- do de la dinastía Antoniniana, donde está datada esta inscripción, el nom- bre de Melifica, no es un epíteto corriente de la diosa, sirve para demostrar que su relación directa con la miel y con la abeja no se perdió en época imperial romana. Caracteres de la estampación de las monedas que tienen la representación de la abeja, (ver cuadro y figura 9).

8 Es muy importante recordar que Árte- mis desde un remoto pasado, era además , la divinidad patrona del mar y de los marineros con los que navegó de Oriente hacía Occidente, y a los que acompañaba, incluso, en el mun- do del más allá. No olvidemos que el vocablo griego más sentido por el pueblo heleno, THALASSA (la mar), fue un término preindoeuropeo y de género femenino. Figura 9: Diversas Monedas con reverso de abeja (Colocar frente al cuadro)

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En las acuñaciones de Tesalia, se 1. Caracteres iconográficos de encuentra representado en su anverso esta abeja el mismo dios Zeus o Aristeo, héroe local, príncipe cretense vinculado con *.-Se trata siempre de la abeja reina el mito de la miel y la inmortalidad, en *.- La mayoría de estas emisiones su reverso, la abeja. son tetradracmas de plata, siguiendo En la propia Éfeso, también es el patrón ático representada la abeja Melisa, o la *.-Analizando la representación de cierva y la palmera, como símbolo de las abejas en las monedas se pueden la diosa poliada de la ciudad, distinguir hasta tres tipos de diseño: Artemisa. Siempre se encuentra representada vista desde el plano horizontal supe- rior (nunca de perfil) 3. El círculo económico de Éfeso 1.- Tipo de Éfeso. Es una acuñación muy detallada y perfecta. Su dibujo se Figura 11: Representación del “Artemision “de La emisión monetaria con representa- encuentra en tres secciones delimita- Éfeso en una moneda, cuyo nombre aparece en la ción de abeja más importante es sin das, y un eje vertical central, pudién- inscripción del exergo. En el centro la figura de la duda la de ÉFESO: o la órbita de Éfeso, dose apreciar toda su anatomía: diosa Ártemis así la Abeja pasa a ser: Símbolo religio- Cabeza con ojos y antenas, (dos ante- so, pero también económico. nas y dos ojos), abdomen e incluso las Dentro de este círculo se encuen- cuatro alas. tran las ciudades: Este tipo de impresión es propio de 2. Interpretación Tarra, Praesus,Elyrus y Lysus en Creta: Éfeso y de las ciudades de su órbita Iulys en Ceos económica: Esmirna, Creta, Arados, Cuando se trata de monedas grie- Asia Menor: Éfeso y Esmirna Quersoneso Tracio y Tesalia. gas o del tipo efesio, el historiador no Melita en Tesalia Este diseño, tiene una segunda suele encontrar dificultades en su aná- Arados en Fenicia derivación, aunque quizá se trate, sim- lisis e interpretación. Quersoneso Tracio plemente de estampaciones más defi- *ANVERSO Etrytrea, Parion: Época de cientes, siguiendo el mismo tipo de En su Anverso representan la supre- Alejandro representación si bien, la abeja es ma divinidad poliada de la ciudad: dibujada de forma mucho más esque- Artemisa, Deméter y /o su hija Las monedas del círculo de Éfeso mática. Aún así, se aprecia cabeza, Perséfone, Zeus, Dionisos, Apolo o tronco, abdomen y alas (estas en un Aristeo y el símbolo de dichas divinida- Las monedas más antiguas con solo trazo): Dichas monedas pertene- des, incluida la abeja. Así en Éfeso la representación de la abeja son las acu- cen a las cecas de Praesus en Creta abeja se identifica como símbolo de la ñadas en la ceca de Éfeso, datadas Iulys en Ceos, también en algunas acu- divinidad y de la riqueza de la ciudad. desde el siglo VII aunque su acuñación ñaciones de Esmirna. Son muy raras las representaciones más conocida y extendida es del siglo 2) Tipo de Rusaddir: Solo aparece la efigiadas en el anverso que pudieran IV a.C. silueta de la abeja de forma absoluta- identificarse con un gobernante o un EFESO, ciudad Jonia, en el extre- mente esquemática. rey, (como las de Alejandro Magno). mo este del Mediterráneo, se carac- Tal vez esto fuera debido a la situación teriza por el emporio formado en de la autonomía, ( que no indepen- torno a un templo poderosísimo dencia), y cierto poder económico dedicado a una diosa poliada muy gozada por estas ciudades-estado que peculiar: Ártemis efesia, que además emiten moneda. era un centro económico de primera *REVERSO magnitud. La representación del reverso siem- La ciudad mantuvo el estatuto de pre está relacionada con la del anver- “Civitas Libera” bajo el dominio de so: Roma y su templo ARTEMISION fue un En Creta, cuna de Zeus Cretagenes, “Micro Estado” económico y adminis- suelen figurar las representaciones de trativo que actuó como una banca la Cabra Amaltea y la Abeja Melisa privada en el ámbito mediterráneo que alimentaron al dios al nacer, pro- con un enorme poder e influencia, tegiéndole de las iras de su padre templo que conocemos gracias a la Cronos, ayudadas por los Curetes en la representación en el anverso de algu- Figura 12: “Glóbulos “premonetales con intere- 9 santes “marcas” del Artemision de Éfeso Cueva del Monte Ida. nas monedas

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Figura 13: Tetradracma efesio. Anverso: Abeja reina, Reverso: Torso de la Cierva y palmera. Siglo IV a.C.

En los años 50 el numísmata inglés complejos templarios del Próximo ■ En el siglo IV E.S.G. Robinson descubrió en las exca- Oriente. vaciones de Éfeso, un depósito de miles C. Seltman piensa que, tras el incen- a.C., Éfeso emite de objetos de metales preciosos (oro, dio del Artemision por los cimerios en una bellísimas y plata, marfil), ”glóbulos” de plata, el 652 a.C, los efesios recogieron sus monedas de electrón. Además estos ofrendas votivas para conservarla en excelentes series metales y monedas llevaban solo una un lugar sagrado. monetales. La marca distintiva, destinada no a la cir- Pero no se trataba sólo de un lugar imagen culación comercial, sino signo distintivo sagrado, además es un depósito de de su pertenencia al templo10. riquezas dignas de lo que hoy no representada es Había dos tipos de problemas a dudaríamos en calificar como una una perfecta resolver: gran sede bancaria: *El primero era conocer la antigüe- *La segunda cuestión ahonda aún abeja reina, el dad y la finalidad de las marcas mone- más en la relación exacta de estas emblema de la tales, que los eruditos calificaron monedas tan antiguas con el santuario como premonetales, sin descartar que, efesio, intentando conocer la lectura de diosa poliada de además, se tratara del tesoro de fun- estas marcas monetales que pudieran la ciudad, la dación del templo. representar una abeja, símbolo de la Gracias a otros objetos arqueológi- diosa, ya desde época muy temprana. poderosa Ártemis cos como las figurillas encontradas, Si así fuera, estas monedas acuña- Efesia ■ pudo calcularse su datación torno al das ya en el VII pueden ser considera- siglo VII o comienzos del VI a.C. das las que portan la representación Autores como Kraay supusieron más antigua de esta abeja. que tanta cantidad de metales y teso- Lo cierto es que en el siglo IV a.C., ros almacenados significaban algo tras la dominación espartana en el más que un tesoro: estaban ante el Egeo (Caída de la Liga Ático- Délica), hallazgo de un depósito de bienes de Éfeso emite una bellísimas y excelen- 9 ERDEMEGIL, S.: Éfeso ,las ruinas y el gran envergadura, de carácter seme- tes series monetales. Museo, Estambul, 1992; jante a nuestros depósitos o tesoros La imagen representada en la nue- HOGART,D.G. Excavations at Ephesus bancarios. va moneda de Éfeso es una perfecta .The Arcaic Artemis Misia ,Londres, En esta línea, resulta enormemente abeja reina, el emblema de la diosa 1908 ; TRELL, B., L. : The temple of interesante y sugestiva la teoría de poliada de la ciudad Ártemis Efesia, Artemis at Ephesos , Nueva York, 1954 C.Seltman, que considera dicho tesoro acompañada de las letras iniciales del 10 como depósito fundacional y de rique- nombre de la ciudad. En el reverso: la C. SELTMAN :” The date of the Ephesian Foundation Deposit”, JHS, za del templo, comparándolo con los cierva con la palmera, alusión clarísi- 1951, LXXI,pp. 85-93 depósitos económicos de los grandes ma al nacimiento de Artemisa.

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Figura 14: Reverso de la moneda de Russaddir con 4. Círculo económico de el la representación de la abeja y la leyenda de carac- Estrecho de Gibraltar teres neopúnicos

Dos ciudades de origen feno-púnico emiten moneda con representación de abeja: Arados: ciudad de origen fenicio, que en el siglo IV a.C:, adopta el sistema efesio. No ocurre lo mismo con Russaddir en el Norte de África. 11 El concepto del ámbito o “Círculo del Russaddir se encuentra al otro Estrecho de Gibraltar” fue acuñado extremo del Mediterráneo. No se halla por M.Tarradell en su Historia de en el ámbito económico del Egeo don- Marruecos .Marruecos Púnico, de domina Éfeso, sino que es una ciu- Tetuán, 1960, pp. 61, concepto que dad en otro ámbito: La denominada La representación numismática de no solo ha sido aceptado sino que ha Koiné del Circulo de Estrecho de las monedas vinculadas con dicho cobrado una gran consistencia plas- mada en los dos congresos interna- Gibraltar, entre ambas orillas del “Circulo del Estrecho” demuestran la cionales celebrados en en los Mediterráneo cuyas ciudades: supremacía de otra gran divinidad años 1987 (Actas ,1988) y 1990 Belo,, Malaca. -Septem masculina: La del Melqart, con el res- (Actas ,1995) y refrendada en siguien- Fratres; Cartago-Nova-Rusaddir, pectivo papel económico de los tem- tes publicaciones , Lixus.... se encuentran bajo el plos de Gades y de Lixus. CALLEGARIN ,L-ZOHRAEL HARRIF, F: control de Gades. El reverso de estas monedas en tor- “Ateliers et Échanges monétaires Sus relaciones se perciben tanto por no al Estrecho presenta una variedad dans le ”, Los car- la circulación monetaria con el inter- de tipos, principalmente relacionados tagineses y la monetización del cambio de monedas de los distintos con la vida agrícola y marina, y sus Mediterráneo Occidental ,Anejos de talleres, como la anfórica, resaltando símbolos, tal como la espiga de trigo, y AEspA, XXII,2000,pg. .25; CALLEGA- la gran influencia gaditana tanto el racimo de uvas o los famosos atu- RIN, L.: “La Maurétanie de l’Ouest et sobre las ciudades hispanas como las nes, muy difundidos como ha analiza- Rome au I siècle av.J.C. :Approche amphorique “,L’ Africa Romana. XIII, norte africanas11. do Carmen Alfaro. 12 Convengo Internazionale di Studi La misma significación económica Solo una de estas cecas, Rusaddir, ,, 1998-2000; que sucede en el ámbito económico representa en su reverso la abeja. 12 ALFARO ASINS ,C, “La ceca de Gadir egeo, se produce al otro lado del Desde el punto de vista iconográfi- y las acuñaciones Hispano- Mediterráneo. co y numismático hay notables dife- Cartaginesas”, Numismática rencias entre el ámbito de Éfeso y el Hispano –púnica ,estado actual de la del Estrecho de Gibraltar: investigación .VII Jornadas de arque- 1.-DIFERENTE METROLOGÍA: Estas ología fenicio –púnica ,Ibiza, 1992, monedas fenopúnicas son mucho más pp.67; También :TRISTAN, F.-MARÍN pobres y de menor calidad de impre- CEVALLOS, M.C.:” L’influence phé- sión, se acuñan únicamente de bronce nice-punique sur l’iconographie des frappes locales de la Péninsule (no de electrón como las griegas). Ibérique “ Studia , IX, Habitualmente, este numerario de 1992 , 175-179; bronce circula no lejos de su lugar de CHAVES TRISTAN, F.-GARCÍA VARGAS, emisión, no tiene una larga difusión, J.C.:” Reflexiones en torno al área pero si tienen una activa circulación comercial de Gades: Estudio numis- porque son un instrumento adecuado mático y económico” Gerion. para su comercio y conectan con facili- Homenaje al Dr. M.Ponsich , dad entre sí en un espacio conocido y 1991,pp. 139-168; VAZQUEZ delimitado como es el Circulo del HOYS, A. M.:” El templo de Estrecho que invita a la relación y al Heracles-Melqart en Gades y su intercambio, que seguro no se limita- papel económico ,Studis d’historia ba al comercial. económica , 1993, pp 91- 111,RODRÍGUEZ FERRER , A.:” El 2.- DIFERENTES CARACTERES templo de Hércules-Melqart ,un LINGÜISTICOS DE SUS LEYENDAS: Su modelo de explotación económica y leyenda es neopúnica. En el caso de prestigio político “, Actas del I Rusadir, se lee RASDD y RSA Figura 15: Moneda de Russaddir. Representación Congreso Peninsular de Historia 3.- DIFERENTE FACTURA: Su “duc- de Anverso y reverso. Fotografía donada por D. Antigua ,Santiago de Compostela Juan Martínez Ferrol, a quien agradezco profun- tus” denota un trazo mucho más tos- ,II, 1988,pp 101-111 damente su amabilidad co, carece de la perfección y calidad de

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los artífices que elaboraron las mone- Melqart-Heracles es la divinidad Alexandropoulos encuentra simili- das griegas propia del Circulo del Estrecho que tudes estilísticas e iconográficas en 4) ESCASA EMISIÓN de la ceca rusa- puede vincularse con Helios y Océano, estas monedas como la representación ditana: La escasez de estas emisiones, siguiendo a Plinio que cita a Helios real muy estilizada y rudimentaria, y lo que dificulta su estudio y conoci- como hijo del océano y primer sobera- los símbolos que acompañan a estas miento: En la actualidad solo existen no de Occidente (PLINIO, el Viejo, monedas: espiga de trigo, racimo de siete monedas, de las cuales tres se Nat.Hist, VII, 197). uvas, símbolo de la fecundidad. Teoría han encontrado en contexto arqueo- En este entorno, Melqart-Heracles, que es avalada por los estudios de J. P. lógico y se encuentran accesibles a los divinidad del Extremo Occidente, Morel, que confirma que, debido a la investigadores. Un ejemplar que se presenta igualmente características escasa cobertura de las emisiones rea- encuentra en el Instituto valencia de solares. les, ciudades y talleres diversos emitie- Don Juan, ha sido recientemente La iconografía de Melqart-Heracles ron su moneda local, fraccionaria de publicada, otras tres fuera del control de frente o de perfil en su anverso con bronce con la efigie real, pero sin de España: 2 en el Gabinete de la “Leonté” (y la clava) representa un leyenda15. Copenhague, originaria de Cherchel, 1 lenguaje simbólico y alegórico fuerte- Reverso: 1) Podría tratarse de un en Tetuán, y 3 de las actuales excava- mente helenizado, pero la leyenda es mero símbolo vinculado a su produc- ciones arqueológicas 13 púnica y siempre con el nombre de la ción apícola local, fuente de riqueza 5.- DIFERENTE TIPOLOGÍA: La abeja ciudad y su contenido político es evi- para la ciudad. Entonces las espigas y se haya en el Reverso entre dos símbo- dente. el racimo de uvas tendrían una similar los conocidos y frecuentes en estas ciu- *Otra opción sobre la identifica- o la misma interpretación. dades: espiga y el racimo de uvas ción de la efigie masculina que se Considerar simplemente la abeja Anverso: Efigie masculina imberbe representa en el anverso es la hipóte- como símbolo de riqueza y de la pro- (Dos tipos) mirando hacia la izquierda sis presentada por Jacques ducción de miel de la ciudad es una y gráfila de puntos. Alexandropoulos. Este autor conside- opción válida. Desconocemos de quien se trata. Se ra que trata de la efigie de los reyes Es posible que, las cecas se estable- pueden plantear dos opciones mauritanos, Bocchus I, Sosus y cían en “Oppida” o ciudades de diver- *Se trate de una divinidad masculi- Bocchus II ; que reinaron entre los so poder, donde se explotaban recur- na: Las monedas acuñadas en una años 118 /80/ 49 –33), ya que existen sos de índole diversa, en vías o pasos época considerada neopúnica docu- monedas de estos monarcas sin sus importantes que controlaban, en estas mentan el culto a Melqart que ya nombres y titulatura real, Las que monedas marcaban la personalidad aparece coronado de espigas en algu- corresponden a Rusaddir son muy de la ciudad y sus medios con repre- nas monedas púnicas norteafrica- diferentes (ausencia de cuello es típi- sentaciones tipológicas o alegóricas nas.14 ca de la representación del Océano) (como los atunes de Gades ) 2) Símbolo religioso. Sin descartar la primera opción, también podría representar un símbo- lo religioso. ¿De una divinidad feme-

13 nina?¿Se trataría de la paredra del Hasta la aparición de los nuevos des- costa norteafricana “, Jábega, 19, dios que figura en el anverso? ¿Cual es cubrimientos sólo existían cuatro 1977, pp. 19-22; BARRIO, CL. “La su naturaleza y origen? ejemplares que se detallan más ade- Numismática y Melilla “, Melilla y su lante. Estas monedas fueron publica- entorno en la Antigüedad, Melilla, Si en el anverso podría interpretar- das por: MAZARD, J: Corpus 1998, pp. 198-199 se que se representa a Hércules- Nummorum Numidae Mauritaniae, 14 ACQUARO, E.: “Problemática e pros- Melqart, la representación esquemáti- Paris, 1955, Cap. X, pp. 117 y ss.; pettive degli studi di numismática ca de la abeja en su reverso, podría MATEU y LLOPIS, F.: Monedas de la punica “, NAC, 1975, pp. 98-99; tener varias lecturas, pero ninguna Mauritania, Madrid, 1949, pp. 50; MORA SERRANO, B,:” Las fuentes de parece convincente. FITA, F.: “Melilla púnica y romana”, la Iconografía monetal fenicio-púni- a) ¿Local? Bol de la Real Academia de la Historia, ca”, Los cartagineses y la monetización La abeja de Rusaddir puede simbolizar 1994, pg. 67; QUINTERO, P- JIMENEZ del mediterráneo Occidental, Anejos una antigua divinidad local, que tal vez BERNAL, C.: Excavaciones en Tamuda, de EaspA, XXII,2000,pp.157-165; con connotaciones agrícolas y marinas 1942, , 1943, pp. 5. Ver: 15 ALEXANDROPOULUS, J.: Les mon- pues Rusaddir es fundamentalmente un GOZALBES CRAVIOTO, E.: La ciudad naies de l’ Afrique Antique. 400 av. antigua de Rusaddir. Aportaciones a J.C-40 ap. J.C , P.U. du Mirail, puerto del Occidente Mediterráneo. la Historia de Melilla en la 2000,pg . 199-200; MOREL,J.P.: “La Entonces, es posible que se tratara Antigüedad. Melilla, 1991; Economía ceramique à vernis noir du Maroc . de una divinidad local absorbida o de la Mauritania Tingitana,Tesis Une revisión “Actes du colloque sur identificada con una poderosa divini- Doctoral , Granada, 1987 pp. 568- Lixus.Larache 1989, Roma, 1993, pp. dad femenina mediterránea. Tal vez 593;”Malaca y la 217-228 púnica, ateniéndonos a sus orígenes fundacionales.

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b)¿De origen púnico? En el Heracleion gaditano manaban Cabe la posibilidad que Rusaddir dos fuentes de agua según Estrabón, como fundación púnica recibiría des- 3,5 7 y Plinio, II, 19)16. de su génesis las divinidades de estos Estanque para abluciones también fundadores. se constata en el templo de Alcudia, Entonces habría que asociar la según la opinión del profesor J.Mª representación de la abeja en el rever- Blázquez es posible que la diosa allí so monetal al culto de Astarté, como venerada, una divinidad de la fecun- símbolo de la paredra, o pareja sagra- didad podía identificarse con Astarté da del dios Heracles-Melqart o con Deméter, y cita las “Favissas” Aunque no se han hallado santua- encontradas que, como los “Bromoi” rios propiamente dichos, hay indicios de los templos de Chipre, se celebraba directos de la existencia del culto a un ritual con libaciones de hidromiel17 Astarté-Tanit en los distintos asenta- Las excavaciones realizadas en mientos fenicios del extremo occiden- Plaza de Armas, han demostrado que te y de su pervivencia en época roma- pudo existir un culto de fertilidad y de na Gades, , Baria como diosa agua, en el lugar donde hubo un protectora del comercio y los artesa- manantial de agua potable del que se nos como ya señaló Grotanelli. Figura 16: Estela con el símbolo de Tanit proceden- surtía la ciudad y que ya en época Uno de los epítetos de la diosa es te del Museo del Bardo romana y, más concretamente desde el “la de la cueva”, según se ha propues- principado de Augusto se trasformaría to en la lectura de la inscripción de la en un ninfeo. Dicho manantial se Astarté de Hispalis (Sevilla),basado en comunicaba con una cámara subterrá- los versos de Rufo Avieno (Ora mo. También podría estar vinculado nea, (quizá pudiera identificarse con Maritima, 316-17) y menciona el con la fuentes cercana, ya que los feni- una cueva ubicada en dicha “Plaza de “Penetrale cavum “, consagrado a cios eran “muy dados a la abluciones armas”)18. Venus marina, que sería la diosa de agua” como dice Plinio (En general, Tanto la identificación, descripción Astarté que tenía un carácter maríti- todos los pueblos semitas). e iconografía de Tanit no puede ser

16 con las divinidades romanas correspon- Sobre el santuario gaditano: ESTRA- «bronce Carriazo”. Una flor de loto tie- dientes y así las vemos llamadas Juno BON, III, 5,3; Sobre el de Lixus : PLI- ne asimismo en las manos la diosa Regina Caelestis y Júpiter-Saturno. NIO,N.H., V,1, recogidos y analizados representada en uno de los relieves de CUMONT, F. s.v. «Caelestis», cols. por JM. Blázquez: Imagen y Mito, Pozo Moro; una flor de loto sostiene 1247-1250; MÜLLER, I: .Religion und Madrid, 1977,pg. 18; RAMOS,R.: entre las alas Astarté-Tinnit en las terra- Kultus der Römer, München 1902, 312 “Vestigios cultuales en el templo de cotas ibicencas .También es representa- ss; Latte, KRömische Religions-ges- La Alcudia (Elche, ), “ Quad. da entre animales, concretamente, chichte, München 1960, 346 s; HALS- Preh. Arqueol., Cast. “, 18, 1997, pp. caballos. Ver: BLÁZQUEZ,J.M.: «El lega- BERGHE, G.H. «Le culte de Dea 211-227 do fenicio en la formación de la religión Caelestis», ANRW II, 17.4, Berlin & BLAZQUEZ, “El santuario de la ibera», en I Fenici: Ieri, Oggi, Domani. New York 1984, 2203-2223, esp. Alcudia”, Intercambio y Comercio Ricerche, scoperte, progetti (Roma, 3-5 2218; LEGLAY,M. s.v. «Caelestis» en E. Preclásico, Iº Coloquio del CEFYP, marzo 1994) Roma, 1995, pp.: 107- Lipinski, Dictionnaire de la Civilization 2000, pp. 199-201 117. Roma, CNR;CARRIAZO:. Tartesos 17 phénicienne et punique, s/l 1992, 86; Sobre Astarté hay una abundante y El Carambolo. Madrid, Ministerio de S. Bullo en LIMC VIII, s.v. «Virgo bibliografía .Ver entre otros: BONNET, Educación y Ciencia, 1973; AUBET. Caelestis», 269-272. MARIN, CEBA- C. Astarté, Roma, 1996; M.E.: “Cerámicas policromas con moti- LLOS, M.C.”Dea Caelestis en un san- IBIDEM:”Astarté. D’une rive à l’autre de vos figurados de Setefilla (Sevilla)», En tuario ibérico”, El Mundo púnico. la Méditerranée “,El Mundo Homenaje a Conchita Fernández- Historia, sociedad y cultura, Murcia, púnico.Historia ,sociedad y cultura, Chicarro: 213-225. Madrid. Ministerio 1994, pp. 217-225; La flor aparece con Murcia, 1994,pp150; BLÁZQUEZ, J.M.: de Cultura.1982; BLANCO, A.: Historia frecuencia como atributo de divinida- “Astarté, señora de los caballos en la de Sevilla. I (1) La ciudad antigua (De la des femeninas concretamente la flor de religión ibérica “, RSF , 25, 1997 pp 79- Prehistoria a los Visigodos). Sevilla, loto tiene una especial significación en 95;KARAGEORGHIS , V.: “An enthro- Universidad de Sevilla,1979 el mundo semita. flores de loto abiertas ned Astarté on Horseback?”, Report of 18 FERNÁNDEZ URIEL, P: “Espacios y elemen- y cerradas, entrelazadas, adornan el the Department of Antiquities , Cyprus, tos de la arqueología melillense: El posible vestido de la Astarté que figura en la 1997, Nicosia, 1997 pp 195-203 ninfeo de plaza de armas .Su identificación placa de bocado de caballo conocida Ambas divinidades, Ba’al Hammon y “Akros, 1, 2002, pp. 28 - 35 Astarté-Tinnit fueron homologadas como

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más problemática. Algunos autores hasta niegan su existencia. Por eso interesa mucho identificar a la diosa en las monedas púnicas Divinidad púnica, de la naturaleza, de la fertilidad y con alas es Tanit, y sus alas son posiblemente el símbolo primigenio al iniciarse su antropomor- fismo, y sus mejores testimonios están en la mal llamada sacerdotisa del Museo Lavigerie, en realidad una ima- Figura 17: Moneda cartaginesa que representa a Figura 18: Abeja, emblema del Holding de Rumasa gen de la diosa como ya vio Picard, Deméter o Proserpina, cuya iconografía es total- que muestra la fuerte influencia egip- mente deudora de la griega .Adorna su pelo espi- cia de la iconografía fenicia temprana. gas de trigo. Procedente del dragado del puerto En Norte de África Sur Hispano y de Melilla, actualmente depositada en el Museo Levante no faltan ejemplos de divini- de la Ciudad dades aladas que se la ha identificado como Tanit. Astarté alada como las terracotas aladas de Ebussus y de Ilici, donde por R. Ramos ha identificado una escultura como la representación de del s. II d. C.: corona No se pueden dudar las relaciones de Tanit alada, demostrado que reci- mural y alas desplegadas. La escena se norteafricanas con el ámbito griego. bió culto en estos lugares19. repite casi igual en otros ejemplares Estos contactos se establecieron en Contemporánea a esta moneda es también del s. III a.C. en los que Tanit, ámbitos comerciales pero los habría la estela del museo del Bardo, sin pro- derecha, soportando la bóveda celes- también culturales, cuyos nexos de cedencia conocida pero fechada en el te, es además aludida por su símbolo y unión aún no podemos conocer pero tránsito de los siglos III-II a.C. donde las palomas. pudieron tener una intensidad mucho vemos la efigie femenina en busto con Otra notable representación es, sin mayor que los que facilitan las rela- los mismos símbolos que la divinidad duda, la gran terracota de Thinissut ciones puramente mercantiles, como del s. II a.C., es la efigie más importan- lo prueban los nombres griegos alusi- te de la diosa púnica por trascender su vos a la situación geográfica y especí- iconografía al mundo romano como fica de este establecimiento portuario símbolo divino africano, según Mari del norte africano: Estrabón ( Paz Gracía y Bellido. La dedicación que XVII,36), identifica el Cabo Tres Forcas la terracota lleva en la espalda - como Metagonium. Este mismo térmi- 19 R. Ramos considera que la escultura Caelesti Augustae Sacrum- la identifi- no es utilizado por Esteban de antropomorfa de Ilici es la misma dio- ca como un exvoto de la divinidad y la Bizancio para citar a una ciudad de sa de una tapa de un sarcófago de homologa por primera vez con Libia ( Frag, 324), al igual que Polibio. Cartago, que ya analizó M.Eugenia Caelestis. Pero es denominada Melitta en el Aubet. Y Blázquez sugiere su vincula- Pero es cierto que en todas estas periplo de Hannon y en la obra de ción con Astarté 20DOMÍNGUEZ MONEDERO, A: representaciones identificadas con Hecateo, recogido, igualmente, en la “Algunos instrumentos y procedi- Tanit, las alas van plegadas y ceñidas citada la obra de Esteban de Bizancio 21 mientos de intercambio en la Grecia al cuerpo, tratándose en realidad de en el siglo V. Arcaica “, Intercambio y Comercio un atributo de alas de ave. Sin duda el Aunque puede parecer muy aven- preclásico en el Mediterráneo, I origen de las alas de Tanit no es una turado afirmar la relación de la abeja Coloquio del CEFYP, Madrid, 2000, abeja, sino un ave, posiblemente, la con una divinidad griega, es induda- pp. 241-258; AMPOLO C.: Greci de paloma. Es sin duda el helenismo el ble la vinculación de la abeja con un occidente, etruschi, cartaginesi ; cir- que introduce las alas explayadas de la culto genuinamente griego, no semi- culazione di beni e di uomini . divinidad, a la manera griega. ta, y más concretamente con dos divi- Magna Grecia , Etruschi,-Fenici .Atai c)¿ De origen griego? nidades helénicas. del XXXIII Convengo di Studi sulla Las influencias de la cultura griega *ÁRTEMIS: La relación entre Magna Grecia Tarento, 1994, pp, sin duda fueron recibidas en el norte Astarté- Ártemis no es frecuente, sue- 238-239;CABRERA BONET ,P: “Comercio internacional mediterrá- africano Según Domínguez le asimilarse más a Afrodita e incluso a neo en el siglo VIII”, AEA, 67, Monedero, a partir de los siglos VII y Hera/ Juno. Pero autores como Fantar 1994,pp 17 y ss. VI, aparecen una serie de estableci- y Corin Bonet, subrayan que si se 21 Müller, C. Fragmenta Historicorum mientos jonios en su mayoría en todo encuentra alguna conexión es precisa- Graecorum I, FRG. 324, París, 18419. el Mediterráneo occidental, que con- mente aquí, en el norte Africano; firma Ampolo, 20 Ártemis-Tanit en el norte Africano es

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■ Tan sólo dos ciudades de origen feno-púnico emiten moneda con representación de abeja : Arados: ciudad de origen fenicio ,pero en el siglo IV a. C:, adopta el sistema efesio. No ocurre lo mismo con Rusaddir en Norte de África, cuya representación de la abeja es tan diferente como única. ■

llamada la Virgo Caelestis y se identifi- fecundidad y porque la miel es, con la símbolo de fertilidad, enmarcan la ca como una divinidad de la leche, el más puro alimento materno abeja rusaditana22. Naturaleza. Fue Deméter, según Euctronio, En estas representaciones moneta- Según Fidón de Biblos en el siglo II quien enseñó a las abejas a construir les deben apreciarse las influencias d.C, la llama “La hija Virgen de Uranos sus panales en los troncos huecos de los helénicas Esta fueron recibidas, sin “y califica a sus hijas las “Artémidas”. árboles. Sus sacerdotisas se denomina- duda a través del tamiz púnico pero Además, tanto Tanit como Artemisa ban Melisas, tal vez en conexión con la no se puede descartar la posibilidad son Señoras del mar y patronas de los leyenda de la antigua y mítica sacerdo- de contactos directos con población marineros y navegantes. tisa, narrada por Virgilio, y por exten- griega, posiblemente debido a los Pero, sobre todo es Ártemis, diosa sión también se denominaron a las navegantes y comerciantes que arriba- de Éfeso la simbolizada en una abeja mujeres que se iniciaron en los sagra- ron al puerto de Rusaddir. madre, y más concretamente en las dos misterios de la diosa. Recordemos Tal vez el mismo emblema poliado estampaciones monetarias de su ciu- que Rusaddir también es denominada de Rusaddir, una esquemática abeja, dad. Melitta o Melisssa por autores griegos. pudiera considerarse como un símbolo *DEMÉTER: También se pueden Las fiestas de las Tesmoforías eran surgido de la relación entre los extre- establecer paralelismos con Deméter, festivales agrarios dedicados a mos litorales del Mediterráneo. diosa por excelencia de los poderes de Deméter. Eran básicamente ritos de Todo lo expuesto no es más que el la agricultura y de la fecundidad de la fertilidad inicio de una investigación, donde tierra (la abeja se encuentra entre Existen muchas relaciones entre la queda mucho por hacer. espigas y racimos de uvas) Demeter griega y la divinidad poliada Pero el símbolo de la abeja no es Deméter es otra gran divinidad de Cartago, “La Señora” por excelen- propio del pasado y se mantiene en femenina del Panteón clásico grecoro- cia, Tanit, y también encontramos nuestros días. mano relacionado con la abeja. Uno analogías iconográficas que vinculan a Es posible que ya no interesa tanto de sus símbolos es precisamente la Tanit con “Iuno Spicifera “ o “Iuno su significación religiosa y de fertili- abeja reina, por su conexión con la Caelestis”. dad, corren otros tiempos. Según Muller Ceres y Proserpina Curiosamente no es así en el terreno fueron adoptadas por Cartago en tor- económico, la abeja sigue interesando no al 396 a.C., por su laboriosidad y producción per- No faltan antecedentes: Las mone- manente, como el ejemplo que pre- das púnicas tienen representadas una sento para acabar, y es que tan extra- 22 Müller distinguía a la diosa en diversas efigie femenina peinada con espigas ordinario animal, nos sigue efigies y el quiere distinguirlas según de trigo, adornada con collar simple o produciendo la misma admiración que el tipo de peinado: Más matronal, pendientes se propone el tema de las a nuestros antepasados. más joven y con diversas formas de espigas como símbolo de fecundidad y No en vano la abeja es calificada recogerse el cabello. Mientras Ceres alusiva a las diosas que lo patrocinan. como anima “divino” por el inmortal se recoge el peinado a Proserpina se Espigas de trigo y racimos de uvas, Virgilio. le cae en bucles por el cuello .Este teoría es recogida por Aquaro en 1971 ,pero con más prudencia meto- dológica; R.H. Baldus ha mostrado, por su parte estilos desde el más clási- co al más helenístico MÜLLER,L. C. Fragmenta Historicorum Graecorum I ,Frag. 324,París , 1841,,nota 15; H.R.BALDUS, 1988/2, pp 1 a 14)

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La artillería en las

RUBÉN SÁEZ ABAD batallas campales en el Licenciado en Humanidades. Director del Museo Paleontológico de Albarracín. mundo grecorromano

Introducción

Las primeras piezas de artillería fueron puestas en funciona- su enfrentamiento con Filopemen en la batalla de Mantinea miento en torno al año 399 a. C. en la ciudad de Siracusa. del 207 a. C. empleó las máquinas para destrozar las forma- Bajo el patrocinio de Dionisio el Viejo se reunieron un grupo ciones enemigas: de ingenieros de todo el ámbito mediterráneo para diseñar “... además emplazó sus catapultas delante de su propio las primeras máquinas de no – torsión. Será en el estado ejército, a intervalos iguales una de otra. Filopemén le adivi- macedonio con Filipo II con quien se pondrán en funciona- nó la intención: Macánidas pretendía barrer con las catapul- miento las primeras máquinas de torsión dotadas de un tas a sus secciones de soldados de la falange, herirle los hom- mayor poderío y que supondrán, a la postre, el origen de la bres y desordenarle el ejército... “ (POLIBIO, Historias, Libro artillería de asedio. XI, 12, 4). La artillería, en sus inicios, tan sólo funcionaba como ele- En una formación como era la de la falange en la cual el mento de asedio. Aunque por sí misma no era capaz de bloque resultaba clave, tan sólo con desarticular la estructu- tomar ciudades pues el golpe definitivo debía propinarlo la ra del ejército se lograban los fines perseguidos. El ejército infantería, colaboraba de forma muy activa y allanaba el batido por las máquinas y desordenado quedaba en inferio- terreno para el resto de las tropas. Sin embargo muy pronto ridad al chocar una formación abierta con otra intacta. se apreció también el valor de las piezas de artillería en los El efecto moral causado por el empleo de estas máqui- enfrentamientos en campo abierto. nas estaría muy por encima del físico. Sin embargo estas Su objetivo principal en las batallas campales, piezas eran muy vulnerables a causa de su escasa no era tanto causar bajas como mantener movilidad, lo que obligaba a retirar tropas ocupado al enemigo, evitando que pres- del enfrentamiento directo para su pro- tara atención al resto de tropas. tección cuando no se contaba con Gracias a su potencia de tiro estos obstáculos naturales sobre los que ingenios eran capaces de atravesar ubicarlas. los escudos y las protecciones cor- Su funcionamiento estaba muy porales desde una distancia muy limitado pues en caso de que fue- por encima de las armas ofensivas ra necesario intervenir en la de la infantería ligera, causando acción de forma rápida se tarda- un terrible daño moral en el ene- ba un tiempo excesivo en cargar- migo. las y descargarlas, desmontarlas y La artillería en campo abierto cau- volverlas a montar, un tiempo precio- saba bajas al enemigo a larga distancia, so del que a menudo no se disponía en impedía el despliegue de las for- una batalla campal. Así tan sólo maciones enemigas y al mismo podían ejecutar un número limi- tiempo lograba desordenar sus tado de disparos antes de que el filas antes de la confrontación Mecanismo de funcionamiento de una máquina combate se trabara y no pudie- directa. El tirano Macánidas en de torsión. Fuente: Kurt Suleski (en línea). ran alcanzar objetivos claros.

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■ Su objetivo principal en las batallas lizó las catapultas forzándolas hasta su gama máxima. Así eran capaces de campales, no era tanto causar bajas como cubrir una distancia mayor como apo- mantener ocupado al enemigo, evitando yo a la infantería, además de causar que prestara atención al resto de tropas ■ terror psicológico entre los enemigos que no conocían el potencial de estas máquinas. Este terror lo sufrieron los escitas al enfrentarse a Alejandro Magno: Las máquinas se transportaban des- “Cuando Alejandro tuvo ya prepa- montadas en carros o por vía marítima radas las balsas para cruzar el río y sus y sólo se montaban cuando era nece- tropas estuvieron formadas al comple- sario. Las de pequeño tamaño no tení- to con sus armas a la orilla del mismo, an ningún problema porque se podían mandó que se diera la señal para que separar en dos piezas pero las de gran- las catapultas dispararan contra los des dimensiones necesitaban de escitas que cabalgaban por la otra ori- mucho tiempo y trabajo para ser mon- lla, resultando alcanzados algunos por tadas y por tanto resultaban inopera- los proyectiles. A uno le atravesó un tivas si se requería su presencia en el proyectil su escudo y su coraza de par- campo de batalla de forma rápida. te a parte, y cayó derribado de su Catapulta tipo scorpio. Fuente: Kurt Suleski (en El peso de las catapultas de tres pal- caballo. Los escitas, aterrados ante la línea). mos o tipo scorpio oscilaba entre los lluvia de proyectiles lanzados desde 200 y 300 kilos, mientras que el de las tan lejos, y al ver cómo uno de sus más ballistas de grandes dimensiones que bravos hombres moría, retrocedieron alcanzaban lo siete metros de altura un poco, apartándose de la orilla.” superaban ampliamente la tonelada. (ARRIANO, Anábasis de Alejandro Estas dimensiones impedían que las Magno, Libro IV, 4, 4). máquinas resultaran útiles en un com- Sin embargo lo más normal en una bate si no se habían preparado en su batalla campal era utilizar algún obs- ubicación definitiva con anterioridad táculo natural, por ejemplo un río al enfrentamiento. seco, como parapeto natural sobre el que ubicar las máquinas. Se intentaba de esta forma que quedaran inicial- El mundo griego mente fuera del alcance del enemigo, pudiendo infringir un elevado núme- La primera vez que se utilizaron las ro de bajas antes de que las tropas catapultas como artillería de campo alcanzaran la orilla. Esta búsqueda de fue en el enfrentamiento entre protecciones naturales se convirtió en Onomarcos y Filipo II de Macedonia. El una constante. En Pelio, Alejandro primero, para tener éxito, tuvo que Magno ubicó sus catapultas teniendo disponer las catapultas en una zona en cuenta este obstáculo natural. de colinas inaccesible para las tropas “Él mismo, adelantándose, fue el macedónicas. En ningún momento se primero en cruzarlo; pero al ver a los movieron las máquinas de su ubica- enemigos que acosaban a los rezaga- ción original por lo que más que como dos, ordenó montar sobre la ribera las artillería de campo funcionó como máquinas de guerra para disparar con artillería estática. Sin embargo por ellas todo tipo de proyectiles, dándo- medio de su efecto moral contribuyó les el máximo alcance; a su vez, orde- a decantar la batalla del lado de nó a los arqueros, aún en plena trave- Onomarcos. sía, que dispararan sus arcos desde el Tras este fracaso, en Macedonia, medio del río. Las tropas de Glaucias Filipo II creó un programa para impul- no se atrevieron a cruzar esta cortina sar la construcción de maquinaria de proyectiles, por lo que los macedo- bélica. Alejandro Magno sí supo nios terminaron de cruzar el río sin explotar al máximo las ventajas de la mayores daños, hasta el punto de que artillería en este tipo de situaciones, Guerreros celtas muertos por el impacto de sendos nadie murió en la retirada.” (ARRIA- siempre para permitir un avance o proyectiles de catapulta tipo scorpio. NO, Anábasis de Alejandro Magno, cubrir una retirada. En estos casos uti- Fuente: BAATZ (en línea). Libro I, 6, 8).

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Reconstrucción de una catapulta tipo scorpio por parte de la Ermine Street Guard.

■ La artillería en campo abierto causaba bajas al enemigo a larga distancia, impedía el despliegue de las formaciones enemigas y al mismo tiempo lograba desordenar sus filas antes de la confrontación directa ■

A causa de la escasa movilidad de miento empleado en su fabricación las piezas artilleras, se tuvo que man- permitía reemplazar dentro del comba- tener esta táctica típicamente mace- te el módulo estropeado por otro de dónica durante varios siglos. De ahí reserva. que aún estuviera en uso en los tiem- Las catapultas de época tardo – pos de Filipo V y Perseo cuando se republicana eran demasiado pesadas enfrentaron contra el poderoso impe- y embarazosas para ser movidas. De rio romano. ahí que el armazón de madera de las máquinas lanzaflechas de torsión fuera sustituido por un marco metá- El mundo romano lico que aligeraba el conjunto y reducía la máquina a su mínima El uso de la maquinaria bélica se expresión. Lograba así ahorrarse un extendió ampliamente por el mundo peso clave de cara a la nueva funcio- romano, adaptando y mejorando las nalidad que se venía imponiendo piezas de artillería diseñadas varios para la artillería. siglos antes dentro del ámbito griego. Además introducía la novedad Las máquinas se siguieron utilizando de que permitía transpor- de forma destacada en los asedios y tar las máquinas con carácter minoritario en los enfren- montadas tamientos en campo abierto. hasta el Para remediar los problemas de uti- lugar del lización de las máquinas en las batallas combate, campales se desarrolló una nueva pieza pues hasta ese de artillería conocida como quiroballis- momento las máqui- tra. La puesta en marcha de este nuevo nas, por partes eran llevadas en bestias ingenio a finales del siglo I d. C., mucho de carga o vía marítima y solían llegar más versátil y fácil de desmontar, facili- tarde a los enfrentamientos por lo que tó el uso de la artillería en los conflictos se requería mucho tiempo para conse- Reconstrucción de una catapulta tipo scorpio por par- abiertos. El nuevo sistema de funciona- guir que estuvieran operativas. te de la Ermine Street Guard.

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Restos de la catapulta tipo scorpio de Caminreal. Museo de Teruel. Fuente: Vicente (1997).

■ Las catapultas de época tardo – republicana eran demasiado pesadas y embarazosas para ser movidas. De ahí que el armazón de madera de las máquinas lanzaflechas de torsión fuera sustituido por un marco metálico que aligeraba el conjunto y reducía la máquina a su mínima expresión ■

El siguiente paso vino de la utilización de carros para dis- Las máquinas estaban bajo la responsabilidad de un ballis- poner este nuevo ingenio. El resultado fue la máquina cono- tarius que se encargaba de repararlas. La precisión de esta cida como carroballista que no era más que una adaptación artillería llevó a requerir de continuas operaciones de mante- de la quiroballistra sobre un carro móvil. Antes de la puesta nimiento en talleres especializados que raramente podían ser en marcha de la carroballista por las tropas romanas, ningún dispuestos en el campo. De ahí que a cada una de las legiones ejército había dispuesto de artillería móvil de campaña le fuera asignado un contingente de soldados cuya única fun- armada permanentemente. Con esta innovación, por medio del carro que la portaba podía aparecer de repente en cual- quier punto del frente y así apoyar más enérgicamente a la infantería y caballería en las zonas más vulnerables, lo que le otorgaba un carácter de enorme versatilidad. Flavio Vegecio Renato habla de que eran necesarios diez hombres para cada carroballista aunque en las imágenes de la Columna Trajana tan sólo aparecen dos con cada máqui- na. El resto debía ocuparse del mantenimiento de los ani- males y del cuidado de todos los elementos vinculados con el carro. A pesar de todas estas precauciones, la artillería de cam- paña, tan sólo estuvo segura cuando pasó a estar ubicada dentro de pequeños fortines temporales colocados en los flancos de la batalla. Pero, hay que tener en cuenta que en muchos casos, antes de una batalla no se disponía del tiem- po suficiente para poder llevar a cabo estas construcciones sobre las que albergar las máquinas. Sin embargo su uso en batallas campales hasta el período imperial romano debió ser muy limitado pues las máquinas al ser montadas en el campo tenían muchos problemas téc- nicos. Cuando se mojaban se estropeaba la madera y el metal, además de deteriorarse los tendones. Esto llevaba a que las máquinas resultaran inoperativas en la mayor parte Reconstrucción de una ballista por parte de de las ocasiones. la Ermine Street Guard.

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Representación de la carroballista en la Columna Trajana. Fuente: Baatz (en línea).

■ Antes de la puesta en marcha de la carroballista por las tropas romanas, ningún ejército había dispuesto de artillería móvil de campaña armada permanentemente. Con esta innovación, por medio ción era el mantenimiento de las máquinas por lo que su uso del carro que la portaba podía como artillería de campo se generalizó. Cuando no se disponían de fortines, la táctica empleada aparecer de repente en con la introducción de estas máquinas consistía en colocar la cualquier punto del frente ■ artillería móvil en los flancos mientras que la fija se situaba tras la línea principal. Las máquinas de los flancos serían carroballistas, encargadas de arrojar flechas en tiros más o menos directos. Por el contrario, tras las tropas de infantería se hallarían las ballistas para batir al ejército enemigo por medio de pie- todavía seguía en vigor durante el siglo IV d. C. pues Vegecio dras en tiro parabólico. Este tipo de combate fue muy utili- también menciona su uso para esta finalidad: zado a lo largo de los siglos II y III d. C., siendo buenos ejem- “...No sólo sirven para la defensa de los campamentos, plos de ello las batallas de Bedriacum y la campaña de sino que también se ponen en las batallas detrás de los que Arriano contra los alanos. están armados pesadamente, a cuyo impulso no hay, como Durante las Guerras Civiles los partidarios de Galba y de dijimos, coraza de caballero, ni escudo de infante que pueda Vitelio se enfrentaron en la primera batalla de Bedriacum, cer- resistir...” (FLAVIO VEGECIO RENATO, Epitome Rei Militaris, ca de Cremona. Estos últimos en una primera fase del combate Libro II, Capítulo XXV). lograron aplastar a sus enemigos gracias a una enorme ballis- La introducción del onager que era una máquina mucho ta. Pero dos soldados al infiltrase tras las líneas enemigas cor- más simple en su mecanismo facilitó el empleo de la maqui- taron los resortes, lo que inutilizó la máquina. Este hecho naria por las tropas. Las razones para explicar la construcción demuestra la fragilidad de los artilugios de torsión. de esta máquina habría que buscarlas en la escasez de arti- En la segunda batalla de Bedriacum las tropas vitelianas lleros cualificados para fabricar y reparar las máquinas de lograron hacer retroceder a los pretorianos de Antonio Primo torsión de dos brazos, por lo que tuvieron que volver a for- concentrando su artillería en un punto elevado desde el que mas tecnológicas más sencillas. tenían un amplio campo de tiro sobre la línea flaviana. “Cuando éstos entran en combate, rechazan al enemigo y luego son rechazados ellos; pues los vitelianos habían acu- Onager tal y como lo describe mulado su artillería en la calzada de la vía para poder dispa- Amiano Marcelino. Maqueta de la rar sus proyectiles por un espacio libre y abierto, dado que al colección Rubén Sáez. principio los lanzaban dispersos y daban en los arbustos sin hacer daño al enemigo. Una ballista de impresionante tama- ño de la legión XV estaba deshaciendo con sus enormes pie- dras la formación enemiga. Y hubiera provocado un inmen- so desastre si dos soldados, atreviéndose a una hazaña preclara y pasando desapercibidos gracias a unos escudos que cogieron del montón de cadáveres, no hubieran cortado las ataduras y contrapesos del ingenio. “ (TÁCITO, Historias, Libro III, 23). Arriano en su lucha contra los alanos colocó sus piezas de artillería en las alas sobre terreno alto para poder así dispa- rar por encima de la infantería pesada y de los arqueros. Parece ser que el empleo de máquinas en campo abierto

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En el siglo IV d. C. las legiones dejaron de disponer de pie- La posesión de las armas se centró en legiones especiales zas de artillería, pues no podían mantener sus máquinas en de ballistarii, que acudían con sus armas a los lugares en que buen orden de funcionamiento. Las tareas de fabricación se la artillería era requerida de forma puntual por lo que el concentraron en talleres puntuales ubicados en lugares de carácter móvil de la artillería se acentuó de forma notable frontera. El resto de talleres no producía con fines específi- pues las situaciones exigían la mayor rapidez en el desplaza- cos sino que almacenaba el material para cuando fuera miento. necesario.

■ En el siglo IV d. C. la posesión de las armas se centró en legiones especiales de ballistarii, que acudían con sus armas a los lugares en que su armamento era requerido por lo que el carácter móvil de la artillería se acentuó de forma notable ■

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Imagen de la mujer en la “Historia” de Heródoto: Astucia y crueldad del JESÚS D. CEPEDA RUIZ Dpto. Prehistoria e Historia Antigua. UNED. Madrid. universo femenino

La imagen que Heródoto nos ha transmitido de la mujer a lo El estudio de los diferentes grupos de mujeres que apare- largo de su obra, es cuanto menos algo más que cen en la obra, así como de aquellos personajes anecdótico. En primer lugar, porque a diferen- femeninos a los que Heródoto alude de mane- cia de autores como Tucídides que apenas ra individual, se estructurará en función de las menciona en tres o cuatro ocasiones, las características o personalidades que Heródoto lo hace 375 veces1. No se tra- el autor asigna a cada una de las muje- taría por tanto de comprobar que res que van apareciendo a lo largo de autor es el que se encarga de men- la narración. Comenzaremos anali- cionar en mayor número de ocasio- zando de manera muy general, la nes a las mujeres, sino la forma y imagen que se tenía de las mujeres, manera en que aborda su situación, tanto en el ámbito griego, como en sus costumbres, su heroísmo y sus el “bárbaro”, para después abordar debilidades, su astucia y su crueldad, de manera individual las diferentes en ocasiones muy por encima de los “cualidades” de este universo femeni- personajes masculinos a que Heródoto no al que Heródoto nos acerca en su hace referencia2. obra. En todas las ocasiones en que Heródoto se Investigadores como Carolyn Dewald están refiere a la mujer, el autor se hace eco de aquellas firmemente convencidos de que el autor realiza un informaciones que han llegado hasta él, referentes a grupos importante esfuerzo para ofrecernos la mujer tal y como de mujeres que viven en los confines del mundo “conocido”, era, o al menos como Heródoto pensaba que había sido.4 así como de las más próximas al mundo griego. Además, también nos habla de personajes femeninos de forma indivi- dual, cuando quiere hacer referencia a la capacidad que tie- ne una mujer de ser cruel, resaltar su astucia o su aptitud 1 Dewald, C. “Women and culture in Herodotus´ Histories”, en para tomar parte en una batalla. Helen P. Foley (ed.), Reflections of women in Antiquity, New Heródoto utilizará su elocuencia narrativa, para resaltar York, 1981, p. 92. 2 las proezas o debilidades del mundo femenino al que se Fornara, C.W. Herodotus, an interpretative essay. Oxford. 1971; refiere a lo largo de su obra. Según Maxwell-Stuart3: “It has Immerwahr, H.R. Form and thought in Herodotus. Cleveland, 1966; Waters, K. H. “Herodotus and politics”. G&R, 1972, XIX, been pointed out often enough that Herodotus employed pp. 136-150; Gray, V.J. “Herodotus and the rhetoric of other- many of the techniques of poetry to give to his narrative a ness”. AJPh, 1955, 116 (2), pp. 185-211; Konstan D. “The sto- vividness and an immediate emotional appeal which would ries in Herodotus Histories”. Helios, 1983, IX (1), pp. 1-22. catch and hold the imagination of the contemporary 3 Maxwell-Stuart, P. G. “Pain, mutilation, and death in Herodotus”. audience to whom his works were read”. PP XXXI, 1976, p. 356. 4 Dewald, C. 1981, p. 102

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Imagen de la mujer En la misma campaña de Ciro, al llegar la río Ginges7, uno de sus Existe un buen número de ocasiones en las que Heródoto caballos sagrados8, al tratar de nos pone de manifiesto la imagen que se tenía de las muje- atravesarlo, se ahogó en el mis- res en el Mundo Antiguo. En el entorno “bárbaro”, la califi- mo, y el rey muy enfada- cación de “mujer” realizada contra un hombre, era uno de do, amenazó al propio río los peores insultos que podían hacerle: con dejarlo tan mengua- do “que hasta las muje- Al lanzarse en aquellos momentos contra los griegos, los res podrían atravesarlo jinetes atacaron por escuadrones y, con ocasión de sus ata- fácilmente sin mojarse ques, les infligieron importantes daños al tiempo que los til- la rodilla” (I, 189, 2). daban de mujeres.5 (IX, 20, 1) En Egipto el rey Sesostris (II, 102, 4) solía erigir estelas cuando se enfrenta- Las características que configuran la personalidad de la ba a pueblos que luchaban valiente- mujer en la obra de Heródoto, son diametralmente opues- mente por lograr su libertad9, mien- tas a las del hombre, aunque como veremos más adelante, tras que en aquellos que se suelen coincidir en crueldad o ambición. En el libro I, entregaban sin lucha, agregaba a Heródoto nos indica como los libios se rebelan contra Ciro la estela los atributos sexuales de y será Creso el que aconseje a éste (I, 155, 4), que la mejor una mujer, para poner de manifiesto manera de que no vuelvan a sublevarse ni supongan en el su cobardía. futuro un peligro para el rey, es llegar a convertirlos en La terminología empleada en mujeres, apartándoles de las tareas propias de éstos, prohi- este universo femenino, se utiliza biéndoles llevar armas y que vistan túnicas, calcen coturnos en algunos casos para insultar a y enseñen a sus hijos a cantar y a tocar la cítara. En suma, los interlocutores o en otros para que abandonen las actividades masculinas para inmiscuirse significar la cobardía de todo un pueblo o de algún perso- en las propias de mujeres y dejen de ser un peligro para naje. Éste era el caso de Artábano quién aconsejó a Jerjes Ciro6. que permaneciera en territorio persa mientras se llevaba a cabo la campaña contra los griegos, a lo que el rey persa contestará castigando a Artábano con no acompañarle en la campaña, y permanecer en Persia “junto a las mujeres”. (VII, 11, 1) Incluso encontramos un caso en el que es la propia mujer 5 Traducción de Carlos Schrader, Edit. Gredos, Madrid, 2000. quién señala la gran inferioridad de su género frente al 6 El pasaje constituye una anécdota etiológica para explicar la degra- hombre, como es el caso de Artemisia cuando aconseja a dación moral de los lidios hasta llegar al afeminamiento que, tra- Jerjes que aproveche la superioridad del ejército terrestre dicionalmente se les atribuía en época de Heródoto, a partir de persa y no realice una batalla en el mar en dónde los griegos un primer estado viril y aguerrido (I 80,4). “son tan superiores a tus tropas como lo son los hombres a 7 Afluente oriental del Tigris que desaguaba cerca de su desembo- las mujeres” (VIII, 68, 1). Poco después, y ante la obstinación cadura. de Jerjes por entablar una batalla por mar contra los grie- 8 Heródoto hace esta precisión, porque, cuando el ejército persa gos, al ver que era derrotado y comprobar la cobardía mos- entraba en campaña, ocho caballos blancos arrastraban el carro del Sol y otros diez – su color no se precisa – iban desmontados trada por algunas de sus naves frente al valor y astucia (VII 40, 2-4). Aquí se trata de uno de los caballos blancos que demostrados por Artemisia, se pronunció en los siguientes habría sido desuncido para atravesar el río. términos: 9 Los faraones, efectivamente, erigían estelas para conmemorar sus conquistas, pero la representación de atributos sexuales nunca Los hombres se me han vuelto mujeres y las mujeres hom- aparecía en ellas. Heródoto debió de interpretar erróneamente bres. (VIII, 88, 3) los jeroglíficos. 10 La referencia a la igualdad de sexos no debe de responder a un En cuanto a la imagen que nos ofrece el autor sobre las primitivo sistema matriarcal, sino al hecho de que, en civilizacio- mujeres pertenecientes a pueblos en los confines del mundo nes muy poco evolucionadas, mujeres y hombres tenían que conocido, será precisamente en estos casos, en los que la desempeñar por igual todo tipo de labores (Tácito, Germania, mujer se sitúa en un nivel de igualdad con el hombre, de 46). Pueden consultarse sobre este tema las obras de Syme, R. ahí que fueran considerados, entre otros aspectos, como Ten studies in Tacitus . Oxford. 1970; “Tacitus. Some sources of information”. JRS 1982, LXXII, pp. 68-82 ; “Princesses and pueblos “bárbaros” porque para un griego era inconcebible 10 others in Tacitus”. G&R 1981, XXVIII, pp. 40-52. situar a la mujer en un plano de igualdad con el hombre . 11 Al igual que los argipeos (IV, 23, 5), para los griegos, en los países Esta situación según Heródoto se produce entre los isedo- remotos y legendarios reinaban la justicia y la virtud (Homero, nes, quiénes son personas justas11 y “las mujeres tienen los Ilíada, XIII, 5). mismos derechos que los hombres, sin distinción de sexo” (IV, 26, 2).

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Entre este tipo de culturas otra. En este caso, sostiene que la versión de los argivos es ajenas al mundo griego, tam- que una vez que las mujeres se acercaron a la playa para bién se encuentran los escitas, observar los objetos desembarcados por los fenicios, éstos se cuyo rey cuando manda ejecu- abalanzaron sobre ellas, y aunque algunas consiguieron tar a alguien12, lo hace tam- escapar, Ío, hija del rey Ínaco y otras mujeres fueron rapta- bién sobre sus hijos varones, das, y llevadas a Egipto. perdonando a las hijas (IV, La versión fenicia (I, 5, 2) nos informa de que no raptaron 69, 3). a la hija del rey, debido a que ésta mantuvo relaciones con el La mujer por tanto, patrón de la nave y al advertir que quedaba encinta, por aparecerá a lo largo de miedo a la furia de su padre el rey, decidió marcharse en el la obra de Heródoto, a barco de los fenicios. veces como una pieza A partir de éste incidente, Heródoto nos informa de que más del botín en las campa- se sucedieron otros, siempre teniendo a la mujer como pro- ñas militares (IX, 81, 2) o tagonista. Es el caso de un grupo de griegos (posiblemente como grupo encargado de cretenses), quienes se embarcaron rumbo a Tiro para secues- preparar las comidas duran- trar a su vez a la hija del rey, Europa (I, 2, 1). Según te dichas campañas (VII, Heródoto, ahora se encontraban en igualdad de condicio- 187, 1), etc. Solamente nes, y sin embargo, fueron los griegos quienes protagoniza- adquiere un papel más impor- ron un segundo rapto al dirigirse a la Cólquide y raptar a tante cuando el autor Medea, hija del rey del los colcos (I, 2, 2). quiere resaltar en ellas El último incidente que nos narra Heródoto respecto al alguna característica, rapto de mujeres, se trata de uno de los más famosos, ya que bien sea positiva en de él se derivó la Guerra de Troya, y fue cuando Alejandro, cuanto a su heroísmo o astucia, como veremos en el aparta- hijo de Príamo, raptó a Helena, esposa del rey de los do correspondiente o más bien negativa, significando así su Lacedemonios, Menelao (I, 3, 1-2). Reunieron los lacedemo- lado más obscuro como mujer vengativa o cruel. En opinión nios una gran flota y partieron hacia Asia donde destruye- de Dewald, las mujeres en la obra de Heródoto reflejan la ron el poder de Príamo y recuperaron a Helena. cultura de la que forman parte, aunque sostiene que no han La reflexión que en opinión de Heródoto realizan los per- sido ellas las que la formaron; reflejan sus valores y poste- sas acerca de esta serie de raptos, incide aún más en la cul- riormente los transmiten a sus hijos. Como indica el propio pabilidad de la mujer en todos estos sucesos: Dewald: “when we go on to look at groups of women who are not presented in a historical context but as part of a Los persas, en realidad, consideran que raptar mujeres timeless description of the manners and customs of exotic constituye una felonía propia de hombres inicuos, pero pien- peoples, we see this same set of assumptions repeated in san que tener empeño en vengar los raptos es de insensatos, y almost every context.” 13 de hombres juiciosos no concederles la menor importancia, Heródoto incluso llega a preguntarse, como es posible pues, desde luego, es evidente que si ellas, personalmente no que las tres partes en que se divide la tierra14, Europa, Libia lo quisieran, no serían raptadas. (I, 4, 2). y Asia, sean precisamente nombres de mujeres, aunque lo más probable, según el autor “con anterioridad carecería de nombre, como las otras partes del mundo” (IV, 45, 4).

12 Entre los pueblos nómadas del sur de lo que hoy es Rusia y Asia Mujer culpable Central, las mujeres parecen haber gozado de una consideración social superior a la que tenían las mujeres de los pueblos seden- Resulta llamativamente curioso el hecho de que Heródoto tarios. inicie su gran obra, adjudicando al género femenino la cul- 13 Dewald, 1981, p. 99 pabilidad de buena parte de los episodios bélicos que suce- 14 Para la denominación de las partes del mundo Heródoto se atiene dieron en el Mundo Griego. a la interpretación mitológica, la única a la que podía recurrir. En el inicio mismo del Libro I podemos encontrar una Libia era una ninfa, hija o nieta de Io, y madre de Agenor y Belo, detallada sucesión de nombres de mujeres por las cuales los héroes míticos de Fenicia. Según otra tradición, era hija de griegos iniciaron una serie de conflictos que no traerían otra Océano y hermana de Asia, Europa y Tracia. Pese a que las deri- cosa que desgracias y muerte. vaciones etimológicas a este respecto plantean serios problemas, Libia puede proceder del beréber “Leivata”, nombre de una El primer relato que nos narra es el caso de la hija de Ína- zona cercana a Cirene. (Africa procede del latín, a través quizá co, rey de Argos, en el momento en que los fenicios arriban del beréber “Awriga”, nombre con el que se designaba la zona a las costas argivas con el ánimo de realizar una serie de de Cartago). Una actualización de esta interpretación mitológica intercambios comerciales (I, 1, 2-4). Heródoto nos ofrecerá, puede encontrarse en Buxton, R. El imaginario griego, traducido como suele hacer a lo largo de su obra, dos versiones de lo por César Palma. Cambridge. U.P. 2003. sucedido, y deja al lector la decisión de inclinarse por una u

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La culpabilidad de las mujeres en uno u otro contexto, go ante la insistencia del mismo, y al asegurarle que la reina será una máxima que se repite a lo largo de la obra, si bien, no se daría cuenta, Giges accedió y escondido tras una corti- en la mayoría de los casos no está plenamente justificada y na del dormitorio real, pudo ver desnuda a la reina cuando cuando realmente la mujer se convierte en protagonista de ésta se despojaba de sus vestidos. La reina se dio cuenta de alguna acción deplorable, Heródoto nos lo va a narrar con que era observada y a partir de ese momento deseará ven- detallado interés. Sin embargo, no suele hacer lo garse de su marido, pues es consciente de que ha mismo, cuando los culpables de dichas accio- sido utilizada. nes son hombres, como podemos com- En ese momento vamos a obser- probar en el castigo que impone var en la reina el perfil de un Oretes a Polícrates: “Oretes, en auténtico ser vengativo, frío y suma, lo hizo matar de un calculador: modo que, en conciencia, 1. Mantiene la com- no puede ni contarse”.15 postura en el momento (III, 125, 3) en que se da cuenta de que está siendo obser- vada por Giges (I, 11, Mujer vengativa 1) y actúa con total normalidad como si Los relatos que el autor nada estuviese ocu- nos ofrece de la manera rriendo. en que las mujeres llegan 2. La reina propone a a vengarse de las afrentas a Giges que mate al rey por las que han sido sometidas, haberle sometido a dicha tanto ellas como algún ser que- prueba, y obtenga así el rei- rido, van a tener todos ellos una nado de los lidios. De negarse al estructura narrativa muy semejante, asesinato del rey, la reina ordenaría que en opinión de algunos investigadores, matar a Giges por haber observado lo que constituye un aspecto de unidad a lo largo de toda le estaba prohibido. la obra. Después de un análisis cuidadoso de la “Historia” de 3. Las instrucciones de la reina incluyen que el asesinato Heródoto por parte del profesor Flory, llegó a la conclusión debe producirse en el mismo lugar en el que tuvo lugar la de que al igual que la mayoría de los escritores, nuestro afrenta, es decir en el dormitorio real, lugar hasta donde lle- autor describe una serie de acontecimientos de manera muy ga Giges y da muerte al rey. similar. “In Herodotus´ writing we find examples of such Estas características vamos a verlas repetidas en diferen- repetitions which form motifs in his narrative. These motifs tes momentos de la obra de Heródoto, en las que la mujer occur in meaningful patterns and constitute one aspect of se convertirá por uno u otro motivo en culpable de una the unit of the historian´s book”.16 serie de asesinatos, pero todos ellos llevados a cabo de una Este apartado, se inicia al igual que los raptos de mujeres, manera fría y calculadora. Para Heródoto, los asesinatos nada más comenzar el primer Libro de la obra de Heródoto, instigados por mujeres están fuera de la ética griega. Se ofreciéndonos el relato de la mujer del rey Lidio, Candaules realizan sin piedad y en todos ellos con una dosis de cruel- (I, 8-10), de la que el autor no nos proporciona el nombre, dad que el autor decide compartir con nosotros, aspecto aspecto éste curiosamente singular, debido a que nos suele éste realmente curioso, cuando precisamente Heródoto es ofrecer el nombre de la mayoría de las protagonistas feme- muy reacio a detenerse en los aspectos más crueles de los ninas que aparecen en su obra. asesinatos que aparecen en su obra, excepto los llevados a Candaules mandó llamar a su oficial de máxima confian- cabo por el género femenino, como ya hemos comentado za, Giges, a quién propuso poder observar desnuda a la rei- anteriormente. na y comprobar la extremada belleza de la misma. La mujer solo puede mostrarse sin sus vestidos ante su Heródoto nos informa previamente de la enorme afrenta marido, por lo que de hacerlo ante otros, existe una afren- que suponía para los lidios el que pudieran ser observados ta contra su honor y el papel que representa en la socie- desnudos, ya fueran hombres o mujeres, por lo que la pro- dad, por lo que su posterior venganza sobre su marido, puesta de su rey, le pareció a Giges descabellada. Sin embar- desde un punto de vista ético estaría del todo justificada. En opinión de Cairns: “Just as the woman unveils for her husband, so she undresses only for him; in both cases, she sheds the which normally comes between her and the out- side world. Thus, on one level of significance, Gyges´ gno- 15 Probablemente Polícrates fue desollado en vida, según parece deducirse de que el sol le hiciera salir los humores del cuerpo. me may be considered an objetive description of what ine- 16 Flory, S. “Laughter, tears, and wisdom in Herodotus”. AJPh 1978, vitably happens when a woman undresses; if the dress, like p 145 the veil, represents the which is a woman´s normal public attitude, then the removal of the dress or the veil constitu-

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tes the removal of the the removal of the concealing gar- En el libro II correspondiente a Egipto, Heródoto nos ment in itself transforms the woman´s state and her sta- ofrece el testimonio de otra mujer, Nitocris, que trama su tus”. 17 venganza, porque su hermano, rey de Egipto, había sido La presencia de Giges en el dormitorio real, y su visión de asesinado por los mismos súbditos que después de ejecutar- la reina desnuda, traslada la situación de una esfera privada le, le ofrecieron el trono a ella. Nitocris, al igual que la mujer entre marido y esposa, a un plano externo, con lo que que- de Candaules, actuará de manera fría y calculadora y trama- daría anulado a partir de ese momento la relación de honor rá su venganza para dar muerte a los asesinos de su herma- entre marido y esposa por un lado y la de rey y súbdito por no, mandando construir una gran cámara subterránea y con otra, por lo que la actuación de la reina y la aceptación del el pretexto de inaugurarla, invitará a los responsables del asesinato por parte de Giges, estarían plenamente justifica- asesinato de su hermano y una vez allí reunidos, lanzará dos. Para Flory, Candaules comete el gran error de descono- sobre ellos el agua del río por un gran conducto secreto (II, cer el carácter enérgico de su mujer, frente al conocimiento 100, 3). absoluto de su persona por parte de ésta: “Candaules has a En otras ocasiones, la venganza de la mujer no se produce passion for his wife. This passion consists of a peculiar, ase- sobre la misma persona que realiza la afrenta, bien sea por xual self-congratulation merely for the possession of such a su posición social, o porque las circunstancias se lo impiden, beautiful wife. His delight blinds him to the possible conse- pero finalmente la mujer llevará a cabo su vengativo plan quences of insisting Gyges actually behold her naked in sobre una persona u otra. Sin abandonar Egipto, Heródoto order to confirm her beauty”.18 nos narra el desdichado episodio de Micerino, quién enamo- Para poder entender el sentido de la venganza en el mun- rado perdidamente de su propia hija, acabó por forzarla, a do arcaico y clásico al que nos acerca Heródoto, debemos pesar de que ella se resistiera. La joven no pudo soportar tal descartar en su amplitud el sentido actual que tiene para afrenta y acabó por ahorcarse, pero será la madre quién se nosotros dicho término. El propio Demont así nos lo indica encargue de vengarse, no en la persona del culpable, el pro- en su ensayo sobre la venganza en la obra de Heródoto: pio Micerino, sino en unas víctimas más a su alcance, como “Vouloir étudier le rôle de «la vengeance» chez Hérodote en fueron las sirvientas que ayudaron al propio rey a llevar a partant du sens actuel du mot, caractérisé par des connota- cabo tan desdichado plan : tions affectives et lié à un état supposé archaïque de la socié- té, c´est risquer de ne comprendre le mode de pensée ... y que la madre de la muchacha hizo amputar las manos d´Hérodote et de ses contemporains que de ce point de vue, a las sirvientas que la habían entregado a su padre. (II, 131, qu´on peut juger inadéquat étant donné la proximité que 1-2) l´on a observée antre les deux sens principaux «secours» et «vengeance”.19 Sin embargo el propio “delito sexual” se repetirá a lo lar- go de toda la obra, y según Harrison20 :.“Rape is clearly not a topic adressed directly or consciously by Herodotus”. En opinión de éste autor, las mujeres que aparecen en el relato de Heródoto y que no pertenecen al mundo griego suelen tener dignidad y personalidad y en algunas ocasiones pue- den llegar a decidir el curso de la historia. “Is there no romantic ideal implied in the Histories? If love is `rape with meaningful looks´, and romance a tool by which to keep women in sexual slavery, on the evidence of Herodotus at least, it was a tool that the Greeks seem hardly to have thought to bother with”21. En algunas ocasiones, no es la propia mujer la que lleva a cabo su venganza, sino que utiliza a otros personajes, como es el caso de la mujer de Ciro, Casandane, quién se encontra- ba muy molesta porque éste la tenía relegada, mientras tenía como favorita a Nitetis, que había traído desde Egipto. Ante el enfado de Casandane, su hijo mayor, Cambises, le

17 Cairns, D. L. “Off with her ___w_”. CQ 46(1), 1996, p. 81. 18 Flory, 1978, p. 150 19 Demont, P. “Secours et vengeance: note sur _____i_ chez Hérodote”. Ktema 20, 1995, p. 45 20 Harrison, T. «Herodotus and the ancient Greek idea of rape», en Susan Deacy and Karen F. Pierce (ed). Rape in Antiquity. Duckworth. London. 1997. p . 187. 21 Harrison, 1997, p. 197

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tener algunos de los personajes femeninos que aparecen a lo largo de su obra. El aspecto más cruel de una mujer, viene de la mano de personajes de elevado rango como son los de Tomiris, Fronima, Feretima, Amastris, además de la esposa de Sesostris y de algún grupo de mujeres como veremos más adelante. La disposición de la escena del crimen, por par- te de la mujer de Candaules (I, 11,1), en el mismo sitio en que se había producido la afrenta de que Giges la viera desnuda, entraña un matiz de crueldad como ya hemos ana- lizado anteriormente. Tan sólo añadiremos aquí que el asesinato que realiza Giges le inculpa no solo a él, sino a sus descendientes (I, 91,1) como nos refiere el propio Heródoto22. La campaña de Ciro contra los maságe- tas, le hace enfrentarse a la reina Tomiris, quién gobernaba a dicho pue- blo desde la muerte de su marido (I, 205, 1). Después de poner en práctica un astuto plan que había sido diseñado por Creso, prometió vengarse de la afrenta que le hacía su padre, Ciro vence a buena parte del ejército de Tomiris, además de jurando que cuando llegase a ser hombre, sometería todo apresar a su hijo. La reina le amenaza con “saciarle de sangre” Egipto (III, 2, 3-5). También ocurre algo semejante con el ase- si no le devuelve a su hijo y abandona su país, a lo que Ciro sinato de Arcesilao, quién fue estrangulado por su hermano contesta atacando de nuevo al grueso del ejército de los Learco y será Erixo, esposa de Arcesilao, quién se vengue de maságetas y muriendo en plena batalla. Entonces, la reina dicho asesinato, matando a Learcon “valiéndose de una tre- Tomiris buscó entre los cadáveres el de Ciro y al encontrarlo, ta” (IV, 160, 4), aunque Heródoto no nos informa en que mandó llenar un odre con sangre humana para después consistió dicha trama. sumergir en el mismo la cabeza de Ciro: La venganza por parte de una mujer suele venir precedi- da de una afrenta contra ésta, como puede ser el convertirla Aunque estoy viva y te he vencido en combate, tú has en cautiva, como fue el caso de Timo (VI, 134, 2), quién sien- causado mi ruina al capturar a mi hijo mediante una celada; do cautiva en Paros, informó a Milcíades de la mejor manera pero yo, tal y como te prometí, voy a saciarte de sangre. (I, de hacerse con la ciudad. Finalmente, Timo fue castigada por 214, 5). los parios en cuanto se vieron libres del asedio de Milcíades, y enviaron consultores a Delfos, para saber del castigo que Otro personaje femenino que hace gala de su crueldad, debían infligir sobre aquella que les había traicionado (VI, disfrazada de sentido práctico, es el caso de la esposa de 135, 2). Sesostris en Egipto. Los sacerdotes del lugar contaron a Heródoto como Sesostris había confiado el gobierno a su hermano (II, 107, 1-3), cuando marchó a conquistar otros Mujer cruel territorios. Cuando regresaba a Egipto junto a un gran número de prisioneros, fue agasajado con un banquete de En el apartado anterior hemos podido comprobar la capa- bienvenida, por el hermano al que había confiado el trono, cidad vengativa de algunas mujeres, de las que nos ha quién una vez iniciado el banquete, hizo rodear el exterior informado ampliamente Heródoto. Sin embargo, en la de la casa con haces de leña y les prendió fuego. Sesostris al mayoría de las veces no llega a profundizar en los aspectos verse atrapado con toda su familia y a punto de perecer que- más crueles de dichas venganzas. Analizaremos a continua- mados, consultó a su esposa y ella le aconsejó que extendie- ción aquellos casos, en los que el autor nos muestra en ra los cuerpos de dos de sus seis hijos para hacer un puente toda su extensión el carácter cruel que pueden llegar a sobre el fuego y que ellos se pusieran a salvo pasando por encima. Así fue como Sesostris y su familia salvaron la vida, a excepción naturalmente de los dos hijos sacrificados23. La mujer de Intrafrenes (III, 119, 2) nos ofrece otro buen 22 Giges, de acuerdo con la concepción de transmisión de la culpa, ejemplo de crueldad, adornada de nuevo, de una buena una idea muy enraizada en el pensamiento griego arcaico, que dosis de sentido práctico, al encarcelar Darío a su esposo, sus tenía su origen en la venganza personal a nivel de clan. hijos y toda su familia, debido a una afrenta que había reali- 23 Según Breastad, A History of Egypt, p. 498, esta historia podría responder al complot familiar que puso fin al reinado de Ramses zado el propio Intrafernes. Después de acudir diariamente la III (1198 – 1166 a.C.). mujer a las puertas de palacio, gimiendo y llorando, Darío le envió un mensajero para comunicarle que le concedía la gra-

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cia de salvar de entre todos los deteni- dos a uno sólo. La mujer contestó que prefería salvar a su hermano24, a lo que Darío confundido, preguntó por qué no había elegido salvar a su pro- pio marido o a algún hijo suyo:

Majestad, si el destino lo quisiera, yo podría tener otro marido y otros hijos, si pierdo a éstos; pero, como mi padre y mi madre ya no se hallan con vida, es del todo punto imposible que pueda tener otro hermano. (III, 119,6)

La crueldad femenina aparece tam- bién en forma de “madrastra” y en este caso el autor se hace eco de las informaciones que le llegan desde Creta, en donde había una ciudad lla- mada Oaxo, en la que reinaba Etearco, quién después de enviudar contrajo nuevas nupcias. Su hija Frónima sufrió todo tipo de crueldades por parte de su nueva madrastra, quién “la maltra- taba y maquinaba contra ella todo de la muralla; y por otra parte, a sus tipo de perfidias” (IV, 154, 2). mujeres les hizo cortar los pechos y Quizás dos de los relatos más crue- con ellos adornó, asimismo, toda la les que Heródoto nos narra son los extensión del muro. (IV, 202, 1) corr espondientes a Feretima y Amastris. La primera de ella, quería La existencia de tal crueldad sólo es vengar a toda costa el asesinato de su posible justificarla posteriormente, con hijo Arcesilao, por lo que pidió a una muerte atroz para tan violento

Eveltón, rey de Salamina, que le pro- personaje, debido a que Heródoto no 24 porcionase un ejército para regresar a olvida informarnos más adelante que Este argumento de la mujer de Intrafernes aparece también en Cirene y detener a los asesinos de su Feretima terminará sus días con una Sófocles, Antígona 905-912, quién se hijo. Eveltón no estaba dispuesto a muerte terrible, pues cuando estaba inspira en el historiador (aunque no se 25 concedérselo, por lo que le enviaba aún con vida se vió llena de gusanos , descarta la posibilidad de que esos todo tipo de regalos, obteniendo “porque no hay duda de que las ven- versos sean interpolados). siempre la misma respuesta de ganzas demasiado crueles de los hom- 25 La misma suerte que sufrieron Sila Feretima: “el regalo en cuestión es bres resultan odiosas a los dioses” (IV, (Plutarco, Sila, 36) y Herodes Agripa siempre hermoso, pero más hermoso 205, 1). Es evidente que para Heródoto (Hechos, XII 23). Para la muerte de sería que, correspondiendo a mis todo desastre a nivel individual o Sila puede consultarse la obra de demandas, me concedieras un colectivo es un castigo que imponen Pérez Jiménez, A. Ciencia, religión y ejército” (IV, 162, 4), a lo que éste, le las divinidades por una alteración de literatura en el mito de Sila de contestaba que a las mujeres se les las normas ético-sociales. Plutarco. Actitudes literarias en la Grecia romana, pp. 283-294. 1998 y obsequiaba con objetos como aque- El segundo caso en el que un perso- Rabanal Alonso, M.A. “Sila dictador”. llos pero nunca con un ejército. naje femenino se ensaña con su vícti- HAnt 1996, 20, pp. 41-52 . Para la de Feretima no se dio por vencida y ma es el de Amastris, esposa de Jerjes, Herodes Agripa, Schmidt, A. “Das his- convenció finalmente a Ariandes para quién en un arrebato de celos, “hizo torische Datum des Apostelkonzils”. que le enviara un contingente de per- mutilar de una manera horrible a la ZNTW 1990, LXXXI; pp. 122-131; Die sas desde Egipto, y finalmente pudo mujer de Masistes: ordenó que le cor- Untersuchung führt zu folgenden detener en Barca a los culpables del taran los pechos – que mandó arrojar Eckdaten für die Paulinische asesinato de su hijo Arcesilao: a los perros – y que le arrancaran la Chronologie: 27 Tod Jesu, 31 nariz, las orejas, los labios y la lengua, Bekehrung pauli, 33 erster Pues bien, cuando los persas le enviándola luego a su casa terrible- Jerusalembesuch Pauli, 34/44 entregaron a Feretima a los barceos mente mutilada” (IX, 112, 1). Herodianische Verfolgung und Tod más implicados en el asesinato de su Heródoto utiliza una técnica narrativa des Herodes Agrippa, 46 Konzil in Jerusalem. hijo, ésta los hizo empalar alrededor muy peculiar para dotar a sus relatos,

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en especial a los sucesos más infames, de un sentido emocio- nal inmediato que fuese captado por la imaginación de la audiencia que podía leer sus relatos. Este grupo de atrocida- des tendría principalmente dos funciones: por un lado man- tener un tono emocional en el relato para ser utilizado pos- teriormente y por otro aportar dramatismo a uno de sus temas preferidos, como era el intento de una fuerza no helé- nica de conquistar Grecia26. El lado más cruel de la mujer, también se nos ofrece de manera colectiva, como fueron los casos de las mujeres ate- nienses, quienes actuaron en grupo para ensañarse con sus víctimas. En uno de los relatos, los atenienses mantienen una dura campaña contra los eginetas, y tan sólo logra regresar uno de ellos a Atenas. Después de informar de lo sucedido, las mujeres de los atenienses que habían pereci- do se arremolinaron alrededor del superviviente y “comen- zaron a darle punzadas con las fíbulas de sus vestidos, al tiempo que cada una de ellas le preguntaba dónde se encontraba su respectivo marido. Así fue como pereció aquel sujeto” (V, 87, 2). El castigo que decidieron imponer- les fue el que adoptaran el vestido jonio, para que no tuvie- sen que utilizar fíbulas27. En otro momento de la obra, son también las mujeres ate- nienses quienes después de que sus maridos hubiesen lapi- dado a Lícides, deciden intervenir ellas también:

Ante el tumulto que se produjo en Salamina con lo de Lícides, las mujeres de los atenienses se enteraron de lo que ocurría e, instigándose las unas a las otras y solidarizándose entre sí, se dirigieron espontáneamente a la residencia de Lícides y lapidaron tanto a su mujer como a sus hijos. (IX, 5, 3) Mujer y astucia Heródoto nos presenta en este caso concreto, la violencia de la mujer como complemento o reflejo de la del hombre y La astucia es una de las cualidades que Heródoto destaca en nunca como su antítesis, poniendo en evidencia que en el algunos de sus personajes femeninos, en especial los perte- momento en que la violencia alcanza una cultura, tanto los necientes a familias reales o nobles. Esta cualidad es fruto de hombres como las mujeres son partícipes de ella y reflejan un temperamento más reflexivo que el de sus coetáneos mas- su presencia.28 culinos, y en algunos casos muestra a mujeres en unas situa- ciones complicadas e ingeniosas. Es éste el caso de la reina Tomiris, que ya hemos comentado anteriormente, y que aho- ra, propondrá a Ciro, ante la inminencia de un ataque de éste, que suspenda la ardua tarea de pontear el río: “... pasa a nuestro país, que nosotros nos retiraremos a tres jornadas de camino del río, o si prefieres recibirnos en el tuyo, haz tú 26 Maxell-Stuart, 1976, p. 357. otro tanto”. (I, 206, 1-2). El lidio Creso le hará ver a Ciro que 27 Este castigo impuesto por los atenienses a sus mujeres, cambián- doles el tipo de atuendo, para que no necesitaran emplear fíbu- se trata de una hábil estratagema de Tomiris y que no debe las, es la causa anecdótica imaginada para explicar una evolución caer en la trampa que le está tendiendo. real del vestido femenino. Autores como Harrison, T. (1997), p. Las mujeres de los minias, demostraron también ser real- 191, mantienen que esta anécdota es un ejemplo de la conside- mente astutas al conseguir engañar a los espartanos, sacan- ración discriminatoria a nivel legal que se ejercía en Atenas sobre do a sus maridos de la cárcel en donde iban a ser ejecutados las mujeres: “... other stories in the Historie may also suggest the (IV, 146, 3-4). Para ello, una vez que se encontraban dentro belief in women as <> incapable of restraint. de la cárcel, entregaron a sus maridos todos los vestidos que When Athenian women stab to death with their brooches the llevaban y ellas tomaron los de sus maridos. De esta manera bearer of the news of the deaths of their husbands, each asking burlaron los minias la vigilancia de los espartanos y conse- as she does so where her husband was, the Athenian response is guieron escapar hacia el monte Taigeto. Heródoto nos mues- only to change their style of dress from Dorian to Ionian, so that tra incluso el caso de astucia femenina en la figura de una they would no longer wear brooches; they could not be trusted to hold back from similar hysterical outburst.” niña, llamada Gorgo y que era hija de Cleómenes. Gorgo, se 28 Dewald, C. 1981, p. 98 dio cuenta de que Aristágoras pretendía sobornar a su padre:

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Padre, si no te alejas de aquí, el extranjero acabará por Conclusiones sobornarte. (V, 51, 2) Después de analizar los distintos testimonios que sobre la De nuevo Gorgo, ofrece muestras de su astucia al ser mujer podemos encontrar en la “Historia” de Heródoto, capaz de descifrar el mensaje de Demarato desde Persia, podemos concluir que su presencia a lo largo de la obra es debido a que éste, para no ser descubierto, escribió en cera de cierta importancia. El autor además utiliza un registro un mensaje para los espartanos con los planes de invasión de narrativo diferente en función del sexo del protagonista, Jerjes, y una vez escrito volvió a cubrirlo con cera derretida, como hemos podido ir comprobando a lo largo de las distin- para que no se notase. Cuando la tablilla llegó finalmente a tas situaciones que se van desarrollando en la obra. Por un Lacedemonia, los espartanos no podían entender por qué lado, no nos oculta algunos de los aspectos más horrendos recibían un mensaje en blanco, hasta que Gorgo les sugirió de la venganza femenina y por otro, el número de mujeres, que raspasen la cera, para poder leer el mensaje que se ya sea de manera individual o colectiva que tiene una consi- encontraba debajo (VII, 239, 4). deración positiva en el relato es más bien escaso. En ocasiones la astucia femenina se basa en la propia El universo femenino que nos hace ver Heródoto, perte- supervivencia o en la de un ser querido, como en el caso de nece en gran parte a los denominados pueblos “bárbaros”. Labda (V, 92, 1), hija de Anfión, a cuya casa acudieron diez Son personajes femeninos por tanto muy lejos de lo que partidarios de los Baquíadas para acabar con el hijo de podría esperarse de una mujer griega y es precisamente a Eetión y que ahora cuidaba su madre. Labda que no sospe- través de su forma de ver y analizar a las mujeres de otros chaba las intenciones de los diez hombres, les mostró al niño pueblos cuando Heródoto incide en expresar una polaridad en cuanto éstos se lo solicitaron, pero fueron incapaces de que viene determinada por el binomio griegos / bárbaros. En matarlo y se lo fueron pasando de uno a otro. La madre se este mundo de opuestos, que por otra parte, no es más que refugió en la casa mientras los hombres seguían discutiendo una representación del pensamiento griego de la época, el en el patio, y refugió a la criatura dentro de una jarra29, autor utiliza el protagonismo femenino de algunos de sus lugar en donde los hombres nunca sospecharon que podría personajes para reflejar de manera específica el abismo que encontrarse. existe entre el mundo griego y el resto de los pueblos. Como personaje femenino realmente astuto y dotado de Hartog incide en esta idea: “L´universalité pr´tendue de la un sentido estratégico militar, totalmente aislado en el mun- règle est une maniére pour le récit de masquer le procédé do griego en el que Heródoto se desenvuelve, situaríamos el de l´inversion, d´en effacer la marque de fabrique (les Grecs, caso de Artemisia, personaje éste al que dedicaremos tam- nous / l´inverse des Grecs), plus encore qu´une façon de dire bién nuestra atención en un apartado posterior. Artemisia se que tous les autres hommes et les Grecs s´équivalent, ou sont había embarcado en la expedición contra los griegos del deux termes ayant la même extension30”. El comportamien- lado de Jerjes, a pesar de ser una mujer. Sin embargo, sus to femenino no es sino una muestra más de las agudas dife- consejos eran muy bien aceptados por el rey persa, a quién rencias entre los dos mundos que nos hace ver Heródoto, aconsejó no enfrentarse a los griegos en el mar, debido a tanto si analizamos la capacidad de venganza y crueldad de que la superioridad persa era terrestre y no marítima, en una mujer como su astucia y fortaleza. donde los persas serían derrotados con toda certeza (VIII, 68, 1-2). Jerjes valoraba por encima de todo su sinceridad y valentía al expresar opiniones que en ocasiones estaban en contra de los deseos del rey persa, por lo que su admiración por Artemisia fue creciendo a lo largo de la campaña griega.

29 El lugar en que Labda escondió a su hijo ha planteado serios pro- blemas de identificación. Pausanias ( V 17, 5, 19, 1-10) describe minuciosamente un cofre de cedro ricamente decorado que se encontraba en el Hereo de Olimpia, afirmando que fue en tal cofre donde se escondió a Cípselo, nombre del niño que salvó la vida gracias a su madre. 30 Hartog, F. Le miroir d´Hérodote. Essai sur la représentation de láu- tre.E. Gallimard, Paris. 1980, p. 226

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Heródoto fue un testigo excepcional de su tiempo y de su mundo. Viajó mucho más que la mayoría de los griegos y puso a nuestro alcance una serie de relatos, que aunque ado- lezcan de rigor histórico, constituyen un legado importante para situarnos en las distintas sociedades de aquella época. La mujer, como parte integrante de estas sociedades, aparece en los distintos relatos de manera continua y convirtiéndose a veces en verdadera protagonista, capaz de lo mejor y de lo peor, de acciones valerosas y venganzas crueles, pero casi siempre presente a lo largo y ancho de la obra de Heródoto.

La “malicia” de Heródoto no se ciñe exclusivamente a las Bibliografía mujeres, pues a lo largo de su obra, un buen número de personajes masculinos aparecen ridiculizados. Según Las siglas y abreviaturas empleadas en esta bibliogra- Casevitz: “Donc Hérodote se moque dès le début des hom- fía se corresponden siempre con las utilizadas por el mes aussi bien que des femmes, et des Grecs par le truche- Anné Philologique. ment de Barbares. Sa moquerie s´exerce dans le cours de son oeuvre à l´ensemble de l´humanité, Grecs, barbares, Bowen, A.J. (1992). Plutarch: on the Malice of divers personnages”.31 Herodotus. Ed. Aris & Phillips Ltd. Warmisnter. La veracidad de las fuentes que utiliza el autor es cierta- Cairns, D.L. (1996). «Off with her aidws». CQ 46(1), pp. mente escasa en opinión de la mayoría de los investigadores, 78-83 por lo que gran parte de los relatos que hemos analizado, Carlier, J. (1979). «Voyage en Amazonie Grecque». serían fruto de la imaginación de Heródoto o de un cúmulo AantHung 27, pp. 381-405. de despropósitos extraídos de unas fuentes poco fiables, Casevitz, M. (1995). «Sur la malice d´Hérodote». Ktema porque entre otras cosas, tampoco considero que existieran 20, pp. 5-16. mejores fuentes de información que las que utilizaba el pro- Davis – Kimball, J. (1997). «Sauro-Sarmatian Nomadic pio autor. En opinión de Bowen: “Herodotus is an artist, and Women: New Gender Identities». JIES 25(3-4), pp. his tale reads well; there is grace and force and freshness in 327-343. the narrative. He tells his tale like a Homer, not with a good Demont, P. (1995). «Secours et vengeance: note sur understanding, but with delicacy and fluency”. 32 _____i_ chez Hérodote». Ktema 20, pp. 37-45. En la mayoría de los pasajes que hemos analizado, la Dewald, C. (1981). « Women and culture in Herodotus´ mujer interviene de manera activa o pasiva. Dewald sostiene Histories», en Helen P. Foley (ed.), Reflections of que en su aspecto pasivo, la mujer representa el papel de women in Antiquity, New York, pp. 91-126. víctima de una sociedad dominada por los hombres y casti- Fehling, D.(1989). Herodotus and his sources. Citation, gada por los dioses, mientras que cuando tiene una actitud Invention and Narrative Art. Edit. Arca. Leeds. activa en los relatos, es capaz de cambiar el transcurso de los Finley, M.I. (1983). Economy and Society in Ancient acontecimientos, en base a una voluntad, una fortaleza y Greece. Edit. Duckworth. New York. una astucia que apenas se vislumbra en algunos personajes Flory, S. (1978). «Laughter, tears, and wisdom in masculinos: “Moreover, the breath and originality of his lite- Herodotus». AJPh 99, pp. 145-153. rary achievement alone would suggest that the portrait of Harrison, T. (1997). «Herodotus and the ancient Greek women he has given us is not a naive reflection of his cultu- idea of rape», en Susan Deacy and Karen F. Pierce re´s clichés but a distillation that reflects his own passionate (eds.), Rape in Antiquity , London, pp. 185-208 intellectual achievement. On the other hand, Herodotus´ Hartog, F. (1980). Le miroir d´Hérodote. Essai sur la repré- picture of women forms part of the first own sake and on its sentation de láutre. Edit.. Gallimard, Paris, p. 226 own terms. It deserves incorporation into our larger picture Jacquemin, A.(1995). «Une femme sous influence: l´écho of Greek society and the relations of women and men within des discordes delphiques chez Hérodote». Ktema it”.33 20, pp. 29-36. Maxwell - Stuart, P. G. (1976). «Pain, mutilation, and death in Herodotus VII». PP XXXI, pp. 356-362. McNeal, R.A. (1988) «The brides of Babylon. Herodotus I, 196». Historia XXXVII, pp. 54-71. Rosellini, M./ Saïd, S. (1978). «Usages de femmes et 31 Casevitz, M. “Sur la malice d Hérodote”. Ktema 20, 1995, p.8 autres nomoi chez les `sauvages´d´Hérodote: essai 32 Bowen, A.J. Plutarch: on the Malice of Herodotus. Edic. de lecture structurale». ASNP 8, pp. 949 - 1005. Aris&Phillips. Warminster. 1992 Walcot, P. (1978). «Herodotus on rape». Arethusa XI, 33 Dewald, C. 1981, p. 113 pp. 137-147.

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El Ala III de los Astures en el NARCISO SANTOS YANGUAS Titular de Historia Antigua Universidad de Oviedo Norte de África

La presencia de individuos de origen astur en el ejército De esta manera la integración de indígenas hispanos en romano constituye sin duda, junto con la participación como los cuerpos de ejército, unido a su contacto con los elemen- mano de obra no especializada en las actividades mineras tos propios de la organización militar, supondría una asimi- vinculadas a la obtención del oro, uno de los factores princi- lación profunda de la lengua, costumbres, vestido, religión y pales de integración de dichos indígenas en el mundo y las modos de vida romanos8. formas de vida romanas.

1. Los indígenas en el ejército romano

Desde los primeros momentos de presencia romana en el 1 Sobre estas cuestiones remitimos, entre otros, a A.BALIL, «Un territorio peninsular ibérico algunos integrantes de las factor difusor de la romanización: las tropas hispanas al servicio poblaciones indígenas pasarían a formar parte de los ejérci- 1 de Roma (siglos III-I a.C.)», Emerita 24 (1956) 108 y ss.; y tos de ocupación únicamente como elementos mercenarios . N.SANTOS, «Los celtíberos en el ejército romano de época repu- En la etapa inmediatamente posterior estos mismos indi- blicana», Celtiberia 40 (1980) 181 y ss., y «Los lusitanos en los viduos llegarían a enrolarse en las unidades de tropas auxi- ejércitos romanos de la República», Bracara Augusta 34 (1980) liares2. 693 y ss. Este proceso se cerraría con un período final en el que, 2 A.GARCÍA Y BELLIDO, «Los auxiliares hispanos en los ejércitos como consecuencia de la adquisición del derecho de ciuda- romanos de ocupación (200-30 a.C.)», Emerita 31 (1963) 213 y danía, los encontramos ya en el seno de las tropas legiona- ss. rias3. 3 Más detalles, por ejemplo, en L.KEEPIE, The Making of the Con respecto al arco nordoccidental hispano la participa- Roman Army from the Republic to the Empire, Londres 1984. 4 ción de indígenas septentrionales en la maquinaria militar Los primeros elementos auxiliares de poblaciones del Cantábrico parecen documentarse ya en las décadas finales del siglo II a.n.e., romana (con las consecuencias que ello traería consigo sobre siendo igualmente frecuente su participación en los avatares de las estructuras socio-políticas y económicas de dichas comu- las guerras civiles y durante los años de estancia de César en terri- nidades, así como sobre el status jurídico de cada individuo) torio hispano. la etapa de mayor presencia coincide con los años inmedia- 5 N.SANTOS, «Las cohortes de bracaraugustanos en el ejército tos a la pacificación de la región por ellos habitada tras la imperial romano», Bracara Augusta 33 (1979) 367 y ss., y «Las finalización de las guerras astur-cántabras4. cohortes de los lucenses en el ejército romano», Brigantium 1 Con el paso de los años (desde los momentos finales del (1980) 107 y ss. siglo I a.n.e. y los iniciales de la centuria siguiente) va a tener 6 N.SANTOS, El ejército romano y la romanización de los astures, lugar la configuración de destacamentos de tropas auxiliares Oviedo 1981. 7 (alas y cohortes), integradas en el momento de su formación N.SANTOS, «Las tropas mixtas de astures y galaicos en el ejército por elementos exclusivamente galaicos (lucenses, bracaren- romano», BIDEA nº 114 (1985) 173 y ss. 8 En este sentido no podemos olvidar que un gran número de las ses, lemavos, gigurros)5, astures (distintas alas y cohortes)6 y inscripciones latinas de territorio hispano corresponden a los cántabros, a pesar de que en algunos casos asistiremos a la antiguos componentes de las unidades militares romanas. mezcla de ambos (unidades mixtas de astures y galaicos)7.

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El imperio Romano Bajo Adriano

además a un mejor control del suelo provincial incluido en el ámbito de la administración romana17 (esta situación a comienzos del siglo II puede observar- se en los mapas 1 y 2, en los que se reco- ge la relación existente entre las legio- nes romanas y su campo de acción en cada provincia).

En el transcurso de las guerras de 9 H.J.W.BELL, «Tactical Reforms in the 2. El ejército romano y su las Galias, César había ido convirtien- Army», Historia 14 estructura do a la legión en un instrumento (1965) 404 y ss. imprescindible para el combate y la 10 H.C.BOREN, «Rome Republican Para comprender el alcance y signifi- conquista del territorio; al frente de Desintegration, Augustan cado de la participación de los indíge- cada una de ellas, integrada por varios Reintegration. Focus on the Army», nas astures en las tropas auxiliares millares de soldados, se hallaba un Thought 55 (1980) 51 y ss. 11 hemos de partir del hecho de que la legado de rango senatorial, asistido E.GABBA, «Ricerche sull´esercito pro- táctica militar romana experimentaría por 6 tribunos provenientes del fesionale romano da Mario ad Augusto», Athenaeum 29 (1951) 171 una evolución considerable desde las Senado o del orden ecuestre13. 9 y ss. décadas finales de la República . En el marco de esta estructura 12 J.M.ROLDÁN, y el ejército Este hecho resulta mucho más evi- general la táctica básica derivaba de la romano. Contribución a la historia dente en época de Augusto, momento cohorte, caracterizada por su enorme social de la España antigua, en que el ejército se convierte en uno capacidad de maniobra, al tiempo que Salamanca 1974, p.51. de los principales elementos dinami- dispondría de un lugar definido en el 13 En el nivel más bajo de los oficiales zadores de la vida social romana10. seno de los cuerpos legionarios14. legionarios encontramos a los centu- Dichas reformas desembocarán en La mejor forma de hacer frente a la riones, quienes tenían como misión la conformación de un ejército neta- táctica de los indígenas septentriona- hacer cumplir las órdenes y mantener mente profesional, cuyos elementos les (la guerra de guerrillas), consisten- la disciplina y cohesión necesarias de funcionamiento arraigarían en el te en ataques inesperados por grupos para un buen funcionamiento del sis- seno de los cuerpos legionarios desde de soldados en número reducido, tema militar. Ver, como ejemplo, P.LE ROUX, «Recherches sur les centurions la época de Mario hasta la del primer quienes tratarían de producir bajas en 11 de la legio VII Gemina», MCV 8 emperador romano . las unidades militares romanas (1972) 89. 15 De esta manera en los momentos mediante pequeñas escaramuzas , 14 Caes., B.Gall. 5.33.1 y 35.1. finales de la República se desarrollará estaría constituida por la cohorte cesa- 15 A.GARCÍA y BELLIDO, «Bandas y gue- un ejército que, a pesar de sus contra- riana, puesto que, además de contar rrillas en las luchas con Roma», dicciones internas, contendría ya una con varios centenares de soldados de Hispania 5 (1945) 547 y ss. = gran parte de los elementos constitu- infantería, dispondría igualmente de Conflictos y estructuras sociales en la tivos de la posterior organización mili- un grupo de jinetes, destinados a Hispania antigua, Madrid 1977, pp.13 tar romana del Alto Imperio. afrontar los ataques de las comunida- y ss. 16 Uno de los rasgos más significativos des del Norte peninsular en los territo- I.KERTESZ, «The Roman Cohort Tactics. de los nuevos destacamentos estribará rios más intrincados16. Problems of Development», Oikoumene 1 (1976) 89 y ss. en la aceptación, en el marco de sus Es por ello que tanto las alas como, 17 Más detalles en P.A.HOLDER, Studies filas, de individuos procedentes de las de forma especial, las cohortes pasarían in the Auxilia of the Roman Army provincias romanas, quienes pasarían a ocupar un lugar de valor incalculable from Augustus to Trajan, Oxford a formar parte de sus unidades milita- como tropas dependientes de los con- 1980. res como tropas auxiliares12. tingentes legionarios, contribuyendo

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3. Los astures en el ejército romano 5. el destino definitivo de estas tropas auxiliares se vincula con las provincias fronterizas del Imperio, ajenas La participación de astures en las filas militares romanas se a su lugar de reclutamiento, experimentando a lo largo realizaría mediante levas constantes y continuadas, que de su historia toda una serie de dislocaciones o desplaza- posiblemente solo en una primera fase revestirían el carác- mientos28; ter de reclutamientos forzosos, de manera que poco después 6. el reemplazo de los integrantes de dichas unidades, pasarían a ser voluntarias18. licenciados o muertos, tendría lugar entre las poblaciones de Dichos reclutamientos en territorio de los astures estarían las regiones contiguas a sus acuartelamientos: ello supone orientados a engrosar los destacamentos de tropas auxiliares, que estos cuerpos de tropas astures solamente conservarían así como, en ocasiones menos frecuentes, a reemplazar a su denominación de origen, puesto que en los momentos algunos soldados de los cuerpos legionarios, licenciados o más avanzados de su existencia no contarían ya con ningún muertos en servicio19. elemento astur, a excepción tal vez de los descendientes de Al darse por acabada la anexión del suelo septentrional hispano el Estado romano, observando que era una zona que facilitaba el dominio de los pueblos rebeldes, y buscan- do además el objetivo de asegurarse los abundantes ingre- sos que las minas de dicho territorio podían proporcionarle, basará su política en el control y ocupación organizada20. Un conjunto de estos indígenas (los más jóvenes) serían reclutados con vistas a su adiestramiento en el marco de alguna de las legiones que, ya como ejército de ocupación, tendrían su acuartelamiento en territorio astur, a saber la VI Victrix y la X Gemina (ver, como ejemplo, CIL IX.3610 = ILS 18 G.R.WATSON, «Conscription and Volunteering in the Roman 2707)21. Imperial Army», SCI 1 (1974) 90 y ss. Pero, junto a estos soldados (tal vez pocos en número), 19 Para más detalles remitimos, entre otros, a M.SPEIDEL, «The Rise utilizados en la complementación de los destacamentos of Ethnic Units in the Roman Imperial Army», ANRW 2.3 (1975) romanos de ocupación en el Norte peninsular, abundantes 202 y ss. 20 inscripciones se refieren a un elevado número de elementos Tratando de hacer posible la presencia y participación de los indí- genas astures, así como cántabros y galaicos, en su ejército. auxiliares, pertenecientes tanto a alas como a cohortes por- 21 No muy lejos estaría acampada la legión IIII Macedónica. Cf. tadoras de étnicos indígenas (astures, galaicos, astures y C.PÉREZ GONZÁLEZ, «Pisoraca (Herrera de Pisuerga): Urbanismo galaicos, bracaraugustanos...), que en su origen serían reclu- militar y civil de época romana», Los orígenes de la ciudad en el tados íntegramente entre los componentes de dichas comu- Noroeste hispánico, Lugo 1999, pp.535 y ss. nidades22. 22 A este respecto sobresalen los diplomas militares hallados en las Contando con una participación elevada (sobre todo en diferentes provincias del Imperio próximas a la línea fronteriza y tiempos de los emperadores julio-claudios)23 las diferentes que nos permiten calibrar la importancia militar de estos ejérci- unidades militares de étnico astur parecen haber seguido tos. unas pautas similares en cuanto a su reclutamiento, adiestra- 23 De acuerdo con las indicaciones demográficas transmitidas por miento, destino, dislocaciones, prolongación de su existencia PLINIO EL VIEJO, Historia Natural: «Con estos últimos (se refiere a en el tiempo..., que podemos resumir de la forma siguiente: los cántabros) limitan los 22 pueblos de los astures, que se hallan divididos en augustanos y transmontanos, con Asturica, que es 1. su período de formación coincide con la etapa poste- una gran ciudad. rior a la total pacificación del N.O. peninsular (Augusto y pri- Entre estos pueblos se encuentran los gigurros, pésicos, lancienses y mera mitad del siglo I d.n.e.), lo que no impide que algunas zoelas; la población total (del conventus Asturum) alcanza a 24 de ellas pudieran haberse formado en época de los flavios ; 240.000 hombres libres». 2. no resulta fácil concretar la procedencia de cada una de 24 En una primera fase dependiendo de las legiones VI Victrix y X estas alas o cohortes de los astures, es decir desconocemos si Gemina y después solamente de la VII Gemina. Cf. A.MORILLO, las levas se realizaban separadamente entre los astures «Los campamentos romanos en la Meseta norte y el Noroeste transmontanos (de Asturias) y los augustanos (de León y nor- ¿un limes sin fronteras», Los finisterres atlánticos en la te de Zamora) o indistintamente entre una y otra zona del Antigüedad, Gijón 1996, pp.77 y ss. 25 territorio astur25; ESTRABÓN se refiere a este respecto (Geografía 3.4.20) a 2 distri- 3. el enrolamiento de los elementos astures más jovenes tos administrativo-militares claramente definidos en el Norte cubriría el doble objetivo de controlar su rebelión y ofrecer peninsular: el primero de ellos contaría con la presencia de las legiones VI Victrix y X Gemina, mientras que en el segundo esta- posibilidades económicas, sociales y culturales nuevas a 26 ría estacionada la IIII Macedónica. dichos indígenas ; 26 J.M.ROLDÁN, Hispania y el ejército romano, pp. 187 y ss. 4. algunas de dichas unidades, por su propia naturaleza 27 R.W.DAVIES, «Cohortes equitatae», Historia 20 (1971) 751 y ss. de infantería (las cohortes), serían equitatae, es decir dis- 28 Germania, Pannonia, Britannia y Mauritania Tingitana acogerían pondrían de contingentes militares integrados por escuadro- a los principales contingentes de tropas. nes de caballería27;

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los antiguos componentes de dichas unidades afincados en 4.1. Origen, denominación y nomenclatura las proximidades de sus acuartelamientos29; 7. en ese mismo contexto se enmarca la no configuración Esta unidad militar sería reclutada posiblemente en los de unidades auxiliares de étnico astur desde finales del siglo primeros momentos de nuestra era, formando parte de la I, dado que tales cuerpos militares se reclutarían entre las misma elementos astures de procedencia indefinida (trans- poblaciones que habitaban las zonas más conflictivas de las montanos y/o augustanos), que en cualquier caso serían fronteras del Imperio30; adiestrados por parte de la legión VI Victrix (o tal vez en el 8. por último, la existencia de las unidades militares astu- campamento de la X Gemina). res parece prolongarse hasta el siglo III e incluso, en ocasio- Su numeración nos lleva a pensar que se configuraría nes excepcionales, hasta la centuria siguiente31. como un cuerpo de tropas auxiliares astures bien en los años finales del emperador Augusto bien en los iniciales de su sucesor Tiberio34. 4. El ala III de los astures En un principio su denominación no incluiría más que el étnico de los astures, recibiendo en los años posteriores de En este contexto es en el que se comprende la presencia de su historia otros calificativos y apelativos que se irían aña- los indígenas astures como integrantes de las unidades de diendo progresivamente. tropas auxiliares en el Norte de África ya desde los primeros Así, por ejemplo, el título de pía fiel se le asignaría entre momentos de presencia estable del ejército romano en dicha los años 88 y 109, puesto que en el primero de los casos el región inmediatamente después de su anexión en tiempos diploma militar correspondiente no cuenta todavía con de Claudio32. dicha denominación (CIL XVI.159), mientras que en la segun- A este respecto es posible que algunos de dichos cuerpos da de las fechas aducidas esta unidad militar de los astures de tropas auxiliares astures tomaran parte directamente en es conocida con el calificativo de pía fiel además del corres- los combates que conducirían a la conquista del suelo norte- pondiente a civium Romanorum (CIL XVI.161). africano por parte romana en tiempos de dicho emperador, pasando a formar inmediatamente después parte del ejérci- EJEMPLO DE DIPLOMA MILITAR (FRAGMENTADO) to de ocupación en la provincia Mauritania Tingitana duran- DEL NORTE DE ÁFRICA te muchos años33. Ese parece haber sido el caso, entre otros, de la unidad de ...... / ...... / ...... / ...... [equit(ibus) et caballería constituida por el ala III de los astures, a pesar de pedit(ibus) qui milit]averunt) in alis/ [VI et coh(ortibus) que los primeros momentos de su acuartelamiento en la pro- nove)m quae appellantur/ [II Augusta Thracum p(ia) f(idelis) vincia norteafricana mencionada no aparecen reseñados en et Flavia] Gallorum Taurian(a)/ [et III Asturum p(ia) f(idelis) ningún documento escrito. c(ivium) R(omanorum)] et I Hamior(um)/ [saggit(ariorum) et II S]yrorum c(ivium) R(omanorum)] et V Delma/ [tarum et I Astur(um) et Call(aecorum) et III Gallor(um) c(ivium) R(oma- norum) et/ [IIII Gallor(um) c(ivium) R(omanorum) et I Sy]rorum saggitar(iorum) c(ontariorum)/ [et II Hispana c(ivium) R(omanorum) et II Hisp]anorum) c(ivium) R(omano- rum) et I Le/ [mavorum c(ivium) R(omanorum) et I Itur(aeo- rum) c(ivium) R(omanorum) et sunt in] Tin/ [gitana.....].

«...... a los soldados de caballería e infante- ría que han militado en las 6 alas y 9 cohortes que se denomi- 29 N.SANTOS, El ejército romano y la romanización de los astures, nan: II Augusta pía fiel de los tracios, Flavia Tauriana de los pp.250-252. galos, III pía fiel de los ciudadanos romanos astures, I de los 30 Tal vez este hecho se conecta con que, a partir de Adriano, el hamios arqueros, II de los ciudadanos romanos sirios y V de los alistamiento adquiere un carácter local en el marco de las dálmatas, así como I de los astures y galaicos, III de los ciuda- legiones. danos romanos galos, IIII de los ciudadanos romanos galos, I 31 Como parece haber sido el caso de la cohorte III de caballería de de los sirios arqueros, II Hispana de los ciudadanos romanos, III los ciudadanos romanos astures de acuerdo con un papiro de esa de los ciudadanos romanos hispanos, I de los ciudadanos época (PSI 4.300). romanos lemavos y I de los ciudadanos romanos itureos, que 32 Ver, entre otros, E.GOZALBES, «La conquista romana de se encuentran en Mauritania Tingitana....». Mauritania», Studi Magrebini 20 (1988) 1 y ss. 33 Todos estos aspectos han sido analizados perfectamente por E.GOZALBES («El ejército romano de ocupación en mauritania Hallado en Banasa Tingitana en el siglo I», HAnt 20 (1996) 253 y ss.)- 34 Sin ningún calificativo más que añadir a su denominación origi- naria (ala III de los astures).

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Las legiones en tiempo de Trajano

La primera de dichas titulaciones parece haberlas adquiri- hered(itatum) proc(uratori) pro/ leg(ato) prov(inciae) do el ala III de los astures en unas circunstancias excepciona- Mauretaniae Tingitanae doni donato ab/ imp(eratore) les, tal vez similares a las de las unidades militares integradas Traiano Aug(usto) bello Dacico corona murali vallari hastis en el ejército de Germania Inferior en tiempos del empera- pur(is) vexillo argent(eo) exacti exercitus. dor Domiciano. Por lo que se refiere al calificativo de civium Romanorum, «A Publio Besio Betuiniano Cayo Mario Memio Sabino, nuestro cuerpo de tropas porta dicha denominación desde hijo de Publio, de la tribu Quirina, prefecto de la cohorte I el año 109, de la misma manera que sucede con otras de los raetos, tribuno de la legión X Gemina pía fiel, prefec- muchas unidades militares auxiliares estacionadas en el mar- to del ala de los dárdanos, procurador monetario del empe- co geográfico de Mauritania Tingitana. rador César Nerva Trajano Augusto Germánico Dácico, pro- Las noticias provenientes de los diplomas militares de curador de la provincia de Bética, procurador de la vigésima dicha provincia inciden en el hecho de que dicho título lo de las herencias, procurador prolegado de la provincia de recibiría el ala III de los astures entre el 88 (en que no se Mauritania Tingitana, condecorado por el emperador menciona) y el 109, momento a partir del cual su presencia Trajano Augusto durante la guerra contra los dacios con una se regulariza en los mismos35. corona mural de trinchera, con lanzas puras y con una ense- Este último título estaría conectado con alguna recom- ña de plata del ejército escogido». pensa honorífica concedida por haber tomado parte con éxi- to en algún hecho de armas relevante: dicho acontecimiento Este militar debió recibir poderes extraordinarios, que se militar no puede hacerse coincidir con la guerra llevada a hallaban implícitos en el nombramiento de procurador pro- cabo contra los nasamones por Domiciano dado que tendría legado, lo que constituye un indicador de la situación de lugar con anterioridad a dicha fecha (años 85-86), a pesar de inseguridad por la que atravesaría la provincia de que parece tratarse del único suceso militar significativo de Mauritania Tingitana, puesto que un procurador normal no aquella época reseñado por la documentación36. contaba con la posibilidad de mandar tropas legionarias, Ahora bien, un testimonio epigráfico nos permite aclarar, mientras que, a través de este nombramiento excepcional al menos en parte, este problema; en él encontramos rese- recibía este derecho38. ñada la presencia de un procurador de la provincia Mauritania Tingitana investido de prerrogativas especiales en tiempos del emperador Trajano, en concreto en una fecha no anterior al año 10337:

35 P(ublio) Besio P(ubli) f(ilio) Quir(ina tribu) Betuiniano/ P.ROMANELLI, Storia delle province romane dell´Africa, Roma 1959, pp.301 y ss. C(aio) Mario Memmio Sabino/ praef(ecto) co(hortis) I 36 M.RACHET, Rome et les Berbères, Bruselas 1970, pp.153-154. Raetorum trib(uno) leg(ionis) X G(eminae) p(iae) f(idelis)/ 37 CIL VIII.9990 = ILS 1352. praef(ecto) alae Dardanorum procuratori/ imp(eratoris) 38 P.ROMANELLI, Storia delle province romane dell´Africa, pp.329- Caesaris Nervae Traiani Aug(usti) Germ(anici) Dacici/ mone- 330. tae proc(uratori) prov(inciae) Baeticae proc(uratori) XX

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4.2. Historia de la unidad militar

Prácticamente casi todos los avata- res del ala III de los astures, a excep- ción de los primeros momentos de su existencia, transcurriría en el suelo africano de Mauritania Tingitana, donde aparece mencionada como uni- dad de tropas auxiliares que formaba parte del ejército romano de dicha provincia en los diplomas militares correspondientes a los años 88 (CIL XVI.159), 109 (CIL XVI.161), 114-117 (CIL XVI.165), 122 (CIL XVI.170), 156- 157 (CIL XVI.181 y 182) y 151-160 (A.E.1960, nº 103). Tras el período de adiestramiento, Las tropas romanas de ocupación en Mauritania Tingitana (según M. Roxan) que sin duda hemos de conectar con la legión VI Victrix (o bien con la X Gemina), estos militares astures emprenderían muy pronto su marcha hacia territorio norteafricano, donde en Hispania, apareciendo por ejemplo muy posiblemente participarían ya en en el famoso pacto de los zoelas42, en las campañas romanas que en tiempos cuya primera parte (fechada en el año de Claudio (año 40) conducirían a la 27 d.n.e.) se recoge este antropónimo conquista de dicho territorio39. indígena43. En ese contexto temporal previo a Por su parte su filiación («hijo de su traslado al Norte de África hemos Coelón») parece ser idéntica, en cuan- de entender la inscripción funeraria to a su raíz, con la correspondiente a hallada en (en el marco de la la población de los coelernos, integra- 39 Más detalles en D.FISWICK, «The Hispania Citerior Tarraconense), en la da en el marco de los galaicos braca- Annexation of Mauretania», Historia que se menciona a un tal Elaeso, hijo renses44. 20 (1971) 467 y ss. de Coelón, jinete del ala III de los astu- Desde el territorio levantino se des- 40 E.E.VIII.313. res en la turma de Nasón40. plazaría (posiblemente en el mismo 41 N.SANTOS, El ejército y la romaniza- ción de los astures, p.144. Tal vez una explicación adecuada a año 40) al Norte de África, donde 42 CIL II.2633 = ILS 6101. Cf. J.SANTOS, la presencia de este militar en territo- intervendría, en compañía de otras «Zoelas y vadinienses. Aporoximación rio levantino se relacione con el hecho unidades de tropas auxiliares, en la a dos casos de integración de comuni- de que, en una primera fase de su his- conquista del mismo, puesto que cada dades indígenas en la praxis político- toria, la unidad militar a la que perte- vez se afianza más la hipótesis de que administrativa romana», Asimilación y necía tendría su acuartelamiento en la en ese hecho únicamente tomarían resistencia a la romanización en el misma provincia hispana en la que parte cuerpos militares de esta natura- Norte de Hispania, Vitoria 1985, había sido reclutada, siendo traslada- leza y no elementos legionarios45. pp.131 y ss. da solamente algunos años después a Una vez anexionado el territorio 43 Ver igualmente CIL II.2868 y 5034. Cf. territorio norteafricano (desde los mauritano pasaría a formar parte del J.M.ROLDÁN, Hispania y el ejército tiempos de Claudio), donde al parecer ejército de ocupación, al igual que el romano, p.124. 44 estaría estacionada de manera defini- resto de las tropas auxiliares que habí- Plin., N.H. 3.28; Ptol. 2.6.41; y CIL 41 II.2477 = ILS 254; y 5616. tiva durante toda su existencia . an contribuido a la conquista de dicho 45 Para más detalles remitimos, entre Por otro lado parece reforzar dicha territorio y tras la organización admi- otros, a E.GOZALBES, «La conquista hipótesis el hecho de que este docu- nistrativa del mismo en las dos provin- romana de Mauritania», pp.1 y ss. mento epigráfico se feche en una épo- cias de Mauritania (Tingitana y 46 R.REBUFFAT, «Note sur les confins de ca temprana (quizás en época de Cesariense)46. la Maurétanie Tingitane et de la Tiberio), al tiempo que el antropóni- Esta actividad por parte del ala III Maurétanie Césarienne», Studi mo del soldado y su filiación étnica lo de los astures se prolongaría al menos Magrebini 4 (1971) 45 y ss. Cf. señalan como claramente de origen durante todo el siglo II, como nos con- M.EUZENNAT, «Remarques sur la des- hispano (y más en concreto del Norte firman los diversos diplomas militares cription de la Maurétanie Tingitane peninsular). hallados en el suelo de la provincia de dans Pline», Antiquités Africaines 25 A este respecto el nombre Elaeso Mauritania Tingitana en la que estaba (1989) 95 y ss. solamente se encuentra atestiguado estacionado. Puede servirnos de ejem-

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plo el hallado en Banasa y que se fecha el 18 de noviembre del 12247, que, a pesar de su estado fragmentado, es posible 4.3. Lugar de acuartelamiento reconstruir por otro más (CIL XVI.169) correspondiente a ese mismo año: Además de las noticias que acerca de esta unidad de tropas auxiliares aparecen recogidas en los diplomas militares de [Imp(erator) Caesar divi Nervae Trai]an(i) Parthici f(ilius) Mauritania Tingitana disponemos de unos pocos documentos divi/ [Nervae n(epos) Traia]nus Hadrianus Aug(ustus) epigráficos referidos a ella, muy distintos entre sí pero que nos pon(tifex)/ [max(imus) trib(unicia)] potest(ate) VI co(n)s(ul) permiten aclarar algunos aspectos más de su historia. III proco(n)s(ul)/ [equit(ibus) et pedit(ibus) qui milit(averunt) Así, a través de una inscripción funeraria hallada en Aïn in] al(is) V et coh(ortibus) VIIII/ [quae appellantur Augus]t(a) Schkour, correspondiente a un veterano de nombre Gemell(iana) c(ivium) R(omanorum) et Gall/ [orum Tauriana Volsieno, antiguo decurión49, es posible deducir el lugar de et III Asturum p(ia) f(idelis) c(ivium) R(omanorum)] et I acuartelamiento de este cuerpo de tropas, dado que el Hamior(um) Sy(rorum)/ [saggit(ariorum) c(ivium) R(omano- monumento fue hallado en esta localidad ubicada en la cal- rum) et II Sy(rorum) c(ivium) R(omanorum)] et V Delm(ata- zada romana del sur de la provincia, al N.O. de : rum) c(ivium) R(omanorum) et II[II/ Gal(lorum) c(ivium) R(omanorum) et I Lem(avorum)] c(ivium) R(omanorum) et I D(is) M(anibus) s(acrum)/ Vols(ienus)/ vet(eranus) ex de/ Astur(um) et Call(aecorum)/ [et I Syr(orum) saggit(ariorum) c(urione) al(ae) As(turum) vix(it)/ an(nis) XL p(ago) Dalo(?). et III Ast(urum) c(ivium) R(omanorum) et II/ [Hispana c(ivium) R(omanorum) et II Hisp(anorum) et I Itur(aeorum) «Consagrado a los dioses manes, Volsieno, del pagus c(ivium) R(omanorum)] quae sunt in Mau/ [retania Dalo(?), veterano ex-decurión del ala de los astures, vivió Tingitana] sub Caecilio Reddito/ [quinis et vicenis durante 40 años». pluribu]sve stip(endiis) emerit(is) di/ [missis honesta missio- ne] quor(um) nomin(a)/ [subscripta sunt ipsis] liber(is) pos- Y ello a pesar de que, con respecto a este problema del ter(is)q(ue)/ [civitatem dedit et c]onub(ium) cum estacionamiento del ala III de los astures, algunos investiga- uxorib(us)/..... dores50 consideran que no existen datos suficientemente convincentes para concretar su lugar de acantonamiento, si «El emperador César Trajano Adriano Augusto, hijo del exceptuamos la referencia a la presencia de una unidad de divino Nerva Trajano Pártico, nieto del divino Nerva, sacer- astures en . dote supremo, en su sexto poder tribunicio, cónsul 3 veces, Volviendo al posible lugar de acampada de este cuerpo procónsul, a los soldados de infantería y caballería que han auxiliar los partidarios de su acuartelamiento en Aïn militado en las 5 alas y 9 cohortes que se denominan: Schkour51 han apoyado su tesis en los siguientes aspectos: Augusta Gemeliana de ciudadanos romanos, Tauriana de los a. en primer lugar sabemos que dicho emplazamiento galos, III pía fiel de ciudadanos romanos astures, I de ciuda- constituyó un centro militar, como nos confirma una inscrip- danos romanos hamios sirios arqueros y II de ciudadanos ción de la localidad en la que se menciona la construcción romanos sirios, así como V de ciudadanos romanos dálmatas, del pretorio por parte de la cohorte I de astures y galaicos52: IIII de ciudadanos romanos galos, I de ciudadanos romanos lemavos, I de astures y galaicos, I de los sirios arqueros, III de [Ge]nio loci/ [F]l(avius) Neon praef(ectus)/ [c]oh(ortis) ciudadanos romanos astures, II Hispana de ciudadanos Astur(um) et Call(aecorum)/ [p]raetorium per m(a)/ nus romanos, II de los hispanos y I de ciudadanos romanos iture- commil(itonum) a s(o)lo/ composuit et fecit. os, que se hallan (estacionadas) en Mauritania Tingitana bajo el mando de Cecilio Rédito, habiendo cumplido 25 o más años de servicio y cuyos nombres aparecen debajo, a ellos y a sus hijos y descendientes les concedió la ciudadanía y el matrimonio con las mujeres....».48.

Ahora bien, los componentes de esta unidad de étnico astur (así como de la cohorte I de astures y galaicos, y de la 47 CIL XVI.170. cohorte III de ciudadanos romanos astures) no serían en ese 48 momento astures (ni galaicos) sino esencialmente elemen- Para entender el contexto en que se movería el ala III de los astu- res remitimos al mapa 3, en el que se recogen las fuerzas milita- tos indígenas enrolados en las aldeas próximas al lugar de res romanas de ocupación en la provincia de Mauritania acuartelamiento de dichas unidades militares, salvo en Tingitana. algún caso muy excepcional algún descendiente de los pri- 49 A.E. 1953, nº 41. mitivos astures asentados en territorio norteafricano (tal 50 Como, por ejemplo, M.ROXAN en «The Auxilia of Mauretania vez ya ciudadanos, como parece confirmar la propia deno- Tingitana», Latomus 32 (1973) 845. minación de la unidad militar). 51 Ver, entre otros, J.M.ROLDÁN, Hispania y el ejército romano, p.123. 52 CIL VIII.21820 = ILS 9175 = A.E. 1966, nº 605 = ILM nº 43.

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«Al Genio del lugar Flavio Neón, prefecto de la cohorte 4.4. Cargos militares de astures y galaicos, erigió desde sus cimientos y construyó este pretorio por medio de sus compañeros de armas»53. Una inscripción funeraria hallada en Thamusida (provin- cia de Mauritania Tingitana) posiblemente hace alusión, de b. por ello es posible deducir que ambas unidades de tro- acuerdo con la última restitución, a uno de los soldados de pas auxiliares procedentes del Norte de Hispania estuviesen caballería integrantes de esta unidad militar de tropas auxi- acuarteladas juntas, o incluso que el ala III de los astures liares astures56: hubiese estado acampada en la propia ciudad de Volubilis. M(arcus) Sen[tius]/ Victo[r eq(ues) al(ae)]/ Asturum P(iae) c. en cualquier caso la parquedad que nos ofrece la docu- F(idelis)/ Faventia [an(norum)—-]/ stip(endiorum) XVI h(ic) mentación histórica, característica del ejército romano esta- s(itus) [e(st) Iul(ius)?]/ Latturus [f(aciendum) c(uravit)]57. cionado en el Norte de África, en general no nos permite lle- De este documento epigráfico, encontrado en las proxi- gar a otras conclusiones. midades de la costa, concretamente en el curso del río Sbou, Lo que parece evidente es la vinculación existente entre nues- desconocemos las circunstancias de su traslado a dicho lugar, tra unidad y la cohorte I de astures y galaicos hasta el punto de aunque tal vez lo hiciera formando parte dicho soldado de que la primera pudo llegar a depender de ésta (o viceversa, o un destacamento militar58. incluso existiría una interdependencia entre ambas). El soldado muerto en acto de servicio era de origen hispa- A este respecto sabemos que en tiempos de Trajano (ver no, en concreto de la colonia Iulia Faventia Augusta Pia mapa nº 2) en el Norte de África únicamente se hallaba esta- Barcinonensis (actual Barcelona), aun cuando su datación no cionada la legión III Augusta, concretamente en , resulta muy segura (tal vez a finales del siglo I o comienzos es decir en suelo correspondiente a la Mauritania del siguiente). Cesariense54. Muy escasos son los militares de los que tenemos noticias Ahora bien, dado el carácter del ejército romano de con- de que desempeñaran en el marco de nuestra unidad militar quista de dichos territorios en tiempos de Claudio (al pare- funciones superiores a la de miles (simple soldado raso): tan cer integrado exclusivamente por unidades de tropas auxi- solo un prefecto, un par de decuriones y un médico. liares) y dada la distancia existente entre el campamento de El primero de estos personajes, tras haber cumplido el car- la legión mencionada y los correspondientes a Mauritania go de prefecto de la cohorte I de los astures, ocuparía esa Tingitana que el ala III de los astures pudo haber ocupado, misma función en el seno del ala III pía fiel de los ciudadanos resulta lógico pensar que esta unidad militar formaría parte romanos astures de acuerdo con la inscripción honorífica del ejército de ocupación de dicha provincia sin dependen- contenida en una piedra rectangular descubierta en Bosco cia alguna con respecto al cuerpo legionario romano esta- de Belvedere, en las proximidades de Aquileia59: cionado en el Norte de África (en contrapartida se vincula- ría en sus actuaciones militares con la unidad militar de L(ocus) p(ublice)...../ [...... ] C(ai) f(ilius) Pal(atina tribu) tropas auxiliares de astures y galaicos establecida en los mis- Iulius Festus IIvir praef(ectus) coh(ortis) I Asturum mos campamentos)55 (más detalles en el mapa 4). praef(ectus) al(ae) III Asturum/ [p(iae) f(idelis) c(ivium) R(omanorum) subpr]ae(fectus) vig(ilum) advoc(atus) fis(ci) proc(urator) di(v)i Hadriani.

«...... Julio Festo, hijo de Gayo, de la tribu Palatina, duovir quinquenal de los campanos...., prefecto de la cohorte I de los astures, prefecto del ala III pía fiel de ciudadanos roma- nos astures, subprefecto de las vigilias, abogado del fisco, 53 Se trata de una inscripción votiva hallada en Volubilis y fechada procurador del divino Adriano». en el año 57. 54 Más detalles en H.DEVIJJER, «L´armée romaine en Maurétanie Este personaje, posiblemente originario de Capua, parece Césarienne», Latomus 43 (1984) 584 y ss. ser el primer abogado del fisco conocido, función que sería 55 La documentación epigráfica parece corroborar esta hipótesis. creada por el emperador Adriano60. 56 En un primer momento recogida por L.CHATELAIN en Bulletin En el segundo caso encontramos en primer lugar a un Archéologique du Comité des Travaux Historiques 1933, p.XII = A.E. 1934, nº 45: M(arco) Sen[tio]/ Victo[ri....coh(ortis)]/ ex-decurión que, de acuerdo con su lápida funeraria, Astur[um et Callaecorum domo]/ Favent[ia an(norum)....]/ hallaría la muerte a los 40 años: se trata de Volsieno, stip(endiorum) XVI h(ic) s(itus) [e(st) Iul(ius)?]/ Latiurus. quien en el momento de su fallecimiento estaría licencia- 57 R.REBUFFAT en MEFRA 110 (1998) 193 y ss. = A.E. 1998, nº do del ejército, quizás como consecuencia de ser un dam- 1605. nificado de alguna de las actividades militares de su uni- 58 Es posible pensar igualmente en un acuartelamiento temporal de dad de tropas61. nuestra unidad militar en la frontera occidental de la provincia. Por otro lado, hace poco más de una década se descu- 59 A.E. 1975, nº 408. brió en Suiar (Tamuda) una inscripción votiva, pero al 60 G.FORNI en RAL 30 (1975) 51 y ss. mismo tiempo con rasgos monumentales (y honoríficos), 61 A.E. 1953, nº 41 (tal vez un mutilado de guerra). en la que aparece un nuevo decurión del ala III de los 62 A.MASTINO en MEFRA 102 (1990) 247 y ss. astures62:

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Dislocaciones del ala III de los astures

I(ovi) O(ptimo) M(aximo)/ pro salute marco de esta unidad de tropas auxi- Tal vez sus días se prolongasen, con et inculimi/ tate ddd(ominorum) liares: se trata del médico Marco Ulpio la misma denominación originaria nnn(ostrorum trium) [L(uci)] Septimi/ Sporo, seguramente de tiempos del complementada con los títulos reseña- Seve[r]i Pii Pertinacis Aug(usti) (et)/ emperador Trajano65, de acuerdo con dos más arriba, hasta el siglo III, a pesar M(arci) Aurel(ii) Antonini/ Aug(usti) [et lo que nos documenta una inscripción de que en esa centuria sus componen- P(ublii) Septimi/ Getae Aug(usti) et]/ funeraria de Viterbo: tes fuesen ya mayoritariamente indíge- Iuli[ae] matri(s) Au/ gu[ustorum] et nas de la zona o personas radicadas en cas/ trorum totius/ que domus divi/ D(is) M(anibus) M(arco) Ulpio la misma, muchos de los cuales habrían nae procurante/ ———————-/ pro- Cl(audi) f(ilio) Sporo medico alar(um)/ recibido el derecho de ciudadanía (y de cur(atore) eorum/ Val(erius) Ma[—- Indianae et/ tertiae Ast(u)rum/ et sala- ahí su denominación de civium ]tius? decurio/ [al]ae III Asturum prae/ riario/ civitati(s) splendidissimae/ Romanorum en algunos epígrafes), [po]situs castelli Tamu/ [den]sis Ferentiensium/ Ulpius Protog(e)nes/ especialmente desde el momento en c[ul]tum? produx(it?)/ III [idu]s Apriles/ lib(ertus) pat(rono) b(ene) m(erenti) que Caracalla concediera dicho privile- [Fa]ustino et Rufino/ [co(n)s(ulibus)] et f(ecit). gio a todos los habitantes libres del deinceps ob/ [ser]vabimus. Imperio67. «A los dioses manes. A Marco Ulpio El praepositus (comandante) Sporo, hijo de Claudio, médico de las Valerio Ma..tio, que en aquel momen- alas Indiana y III de los astures, y asala- to tal vez se hallaba al frente de un riado de la brillantísima ciudad de los destacamento (vexillatio) de Ferentienses, Ulpio Protógenes, su Brittones en Tamuda63, realiza una liberto, lo dedicó a su patrono que dedicatoria a Júpiter Óptimo Máximo bien lo merecía»66. con motivo del 65º aniversario de Septimio Severo (11 de abril del 210, 4.5. El final de su historia 63 Ver Inscriptions antiques du Maroc 2, siendo cónsules M. Acilio Faustino y nº 56. A.Triario Rufino. Los últimos momentos de la exis- 64 A.E. 1991, nº 1743. En nuestro caso nos interesa el tencia de este cuerpo militar, del que 65 Más detalles en R.W.DAVIES, «The hecho de que también era (o había es probable que dependiera directa o Medici of the Roman Armed Forces», sido) decurión del ala III de los astu- indirectamente la cohorte I de astu- ES 8 (1969) 83 y ss. 66 CIL XI.3007 = ILS 2542. res, así como comandente del caste- res y galaicos, acampada en Aïn 67 La prolongación de su existencia hasta llum (campamento-cuartel) de Schkour, en los alrededores de época tan tardía parece corroborarlo 64 Tamuda . Volubilis de acuerdo con la documen- el decurión de la misma Valerio Finalmente nos encontramos con tación epigráfica (CIL VIII.21820 = ILS Ma..tio en una inscripción fechada en un individuo que desempeñaría un 9175), permanecen todavía en la el 210 (A.E. 1991, nº 1743). cargo de relativa importancia en el penumbra.

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Conclusiones 2. en relación con ello se harían igualmente acreedores al derecho de matrimonio legal (conubium), tal y como apare- De esta manera el ejemplo de la participación de los astures ce reseñado en todos los diplomas militares, bien con la en el ejército de ocupación del Norte de África, así como de mujer que tuviesen en ese momento bien, en el caso de otras unidades militares que portan el mismo étnico en los estar solteros (caelibes) con la que se casasen después con tal diferentes limites del Imperio, nos permite deducir que, de que fuese con una sola. frente a la escasa participación de dichos indígenas (y de 3. A tales privilegios habría que añadir sin duda el dere- otras poblaciones del Norte peninsular en general) en la cho a realizar actividades comerciales (commercium), a pesar organización político-administrativa del Alto Imperio roma- de que no aparezca recogido de forma expresa en el texto no, su presencia sería mucho más significativa en la institu- de ninguno de los diplomas militares. ción militar, lo que no tardaría en convertirse en un elemen- 4. Tampoco se menciona en este tipo de documentos nada to determinante (quizás el de mayor peso) en el contexto de acerca de los otros derechos (ius sufragii y ius migrandi69), la vida social de las regiones próximas al acuartelamiento de que sin duda estarían implícitos igualmente (los latinos lo dichos cuerpos de tropas auxiliares. poseían al parecer desde el siglo IV a.n.e.). Por su parte los soldados del ala III de los astures que En consecuencia los veteranos astures establecidos en el lograban finalizar su honesta missio (cumplimiento del ser- Norte de África pasarían a adquirir un status socio-económi- vicio militar) tras 20 o más años de servicio (hasta 25 en oca- co privilegiado, abandonando su situación anterior de siones de acuerdo con lo que nos documentan los diplomas extranjeros (peregrini) y pasando a convertirse en ciudada- de licenciamiento68), por lo general no regresarían a los nos en el marco de la sociedad imperial. lugares del Norte de la Península de los que serían origina- La nueva situación les abriría la posibilidad de alcanzar la rios (al menos los componentes de los primeros reemplazos) ciudadanía romana plena (ius adipiscendi civitatem sino que se establecerían en alguno de los núcleos de pobla- Romanam per magistratum) tras haber desempeñado algu- ción próximos al campamento de la unidad militar en que na de las magistraturas locales (municipales) del centro de habían cumplido su servicio. población en que pasaban a habitar70. Pero no lo hacían de vacío, sino que en el momento de su En relación con este proceso hemos de considerar igual- licenciamiento obtendrían toda una serie de privilegios, que mente los lugares a que se retiraban estos veteranos del en el caso del Norte de África les facultaba para la participa- ejército para pasar los años finales de su vida: se establecerí- ción en la vida política, económica y social de los centros de an por lo general en el territorio de la provincia romana más habitat en que pasaban a convertirse en residentes. próximo a la línea fronteriza en la que habían desempeñado De esta manera los emeriti (veteranos) alcanzarían privi- sus funciones militares, donde les sería más fácil acceder a la legios de tres tipos: propiedad de ciertas parcelas de tierra71 y en cuyos núcleos 1. ante todo la civitas, es decir el derecho de ciudadanía urbanos más importantes contaban con la posibilidad de latina (antes de Caracalla), del que hacían partícipes a sus desempeñar cargos civiles relacionados con la administra- hijos y descendientes, así como a las compañeras que en el ción municipal, lo que en última instancia contribuiría a ace- momento del licenciamiento estuvieran unidas a ellos (o lerar el proceso de romanización en las regiones más atrasa- bien, en el caso de los solteros, las que posteriormente for- das. masen pareja con éstos, aunque dicho privilegio quedaba Así pues el ejército se convertiría para los astures en un reducido a una sola mujer). medio de promoción social, lo que suponía en el fondo que, a través de su participación en los diferentes cuerpos milita- res, lograban ascender en las diferentes escalas de la vida social romana. Esta promoción social, realizada de forma directa, por 68 Numerosos ejemplos de ello puden observarse en la recopilación medio de la cual se alcanzaba la ciudadanía sin pasar previa- llevada a cabo por M.ROXAN, Roman Military Diplomas (1954- mente por el status que confería el derecho latino de su ciu- 1977), Londres 1978. dad natal, sería diferida durante bastante tiempo, dado que 69 Asconio (in Pis. 3C), Estrabón (Geografía 4.1.12) y Apiano (2.26) se necesitaría de un período de 20 o más años de servicio se refieren con claridad a las características de ambos. para su obtención (lo que supondría que un gran número de 70 E.GARCÍA, El municipio latino, Madrid 2001, p.150. ellos encontraría la muerte en el intento)72. 71 En parte al menos con el dinero procedente de la caja militar don- De esta manera la mezcla de los «nuevos ciudadanos» con de se recogía su soldada anual hasta el momento de su licencia- los indígenas norteafricanos (incluidos algunos matrimonios miento. 72 Más detalles en J.C.MANN, Legionary Recruitment and Veteran mixtos) aportaría un revulsivo perfecto con vistas al proceso Settlement during the Principate, Londres 1983. de conocimiento, asimilación e influencia de las formas de vida romana sobre las comunidades respectivas tanto desde el punto de vista político como económico y social.

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La simbología de la serpiente en las religiones antiguas: en torno a las posibles causas HERBERT GONZZÁLEZ ZYMLA. Colaborador del Departamento de Historia del Arte I (Medieval) y miembro del biológicas que explican su Seminario de Estudios Iconográficos de la Universidad Complutense de Madrid. sacralidad e importancia

Es muy difícil alcanzar un conocimiento global y completo, que permita a los investigadores valorar el auténtico signifi- cado y la sobresaliente trascendencia que ha tenido la icono- grafía de la Serpiente a lo largo de la Historia. La dimensión y magnitud del tema que vamos a abordar, convierten cual- quier trabajo en una simple aproximación. En el artículo que ahora se da a conocer en “Akros, Revista del Museo de Melilla”, se ha optado por agrupar los temas a analizar en función de unos cuantos bloques icono- gráficos concretos, que son especialmente significativos, ordenados según temáticas y símbolos, sin atender a la estructura lógica que pudiera pensarse para un artículo al uso. Al distorsionar la organización clásica empleada para esta clase de trabajos y parcelar su estudio buscando los ele- mentos culturales comunes que más se repiten, realizaremos un viaje desde Oriente a Occidente, desde la Prehistoria has- ta la Modernidad, con una libertad casi absoluta, en torno a la imagen de la serpiente y en torno a las posibles causas biológicas que sirven de apoyo y justifican su condición de animal sagrado1. El objeto final, es señalar aquellos aspectos concretos Arte Prehelénico Cretense, “Diosa domadora de las serpientes”, Estatua que, apareciendo de manera más o menos constante, pue- encontrada en la sala de las ofrendas del Palacio Nuevo de Knosos, Creta. dan ayudarnos a explicar la importancia que la imagen de la 1600 a. de C. Museo de Iráklion. serpiente ha tenido para casi todas las religiones, resaltan- do su riquísima y variada iconografía desde el peculiar pris- ma óptico que ofrece el conocimiento preciso de su compor- tamiento biológico. La perfecta integración de estos dos 1 Algunas nociones sobre este tema, ya las dimos a conocer en una principios, el biológico y el estético, es la razón última que conferencia que se impartió dentro del Seminario de Estudios justifica el hecho cierto de que la serpiente se haya conver- Iconográficos de la Universidad Complutense de Madrid el día 5 de Diciembre del 2001, bajo el título “Tradición clásica en la ser- tido en uno de los más poderosos símbolos religiosos que se piente medieval” y, de manera muy sucinta, en dos artículos de conocen. divulgación científica, que vieron la luz en los números 255 y 260 No es fácil establecer las causas profundas por las que la de “Revista de Arqueología” GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “Viaje serpiente gozó de un más que sobresaliente protagonismo a la naturaleza del hombre. La iconografía de la serpiente.” En religioso a lo largo de la Historia. Independientemente de la Revista de Arqueología. nº 255, Madrid, 2002, p. 44-51 y religión, civilización o período cronológico al que nos este- “Tradición clásica en la serpiente del Medievo.” En Revista de mos refiriendo, se debe reconocer, como cosa cierta, que es Arqueología. nº 260, Madrid, 2003, p. 46-48. un ser vivo que, por su especial condición dentro del reino

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Arte Renacentista Italiano, Miguel Angel Buonarroti, Techo de la Capilla Sixtina, 1508 y 1512, Escena del Arte Renacentista Italliano, Piero di Cósimo, Pecado Original en la que la serpiente está representada con brazos y cuerpo antropomorfo, en el Retrato de Simoneta Vespucci con una serpiente al momento en que entrega a Eva el fruto prohibido. cuello simulando una actitud análoga a la que hubiera adoptado Cleopatra en su suicidio. Museo Condé de Chantillí.

animal, no pasa inadvertido, no pro- del pasado relacionaban con la ima- voca indiferencia y no ha sido ignora- gen de la serpiente son bien distintas do en ninguno de los corpus de creen- a los sentimientos que profesa el hom- cias religiosas de que se tiene noticia. bre actual y enjuiciar su imagen desde No sólo siempre se la ha tenido en esta perspectiva es un error sistemáti- cuenta, sino que se la exalta de mane- camente trasmitido por la historiogra- ra análoga a como se hace con el toro2 fía, que no ha permitido analizar la (a menudo se la representa junto a él), iconografía de la serpiente desde el para, finalmente, convertirse en pro- conocimiento preciso de cada tiempo tagonista de un sinfín de aventuras de histórico. Se tiende a analizar su ima- muy variado significado y simbolismo. gen desde la ofidiofobia característica Tampoco es fácil aislar las razones del ambiente cultural judeo-cristiano, por las que la serpiente llegó a catali- desde un escaso conocimiento de las zar tantos y tan variados contenidos fuentes escritas, y desde la ignorancia semánticos y semióticos (en ocasiones acerca de su extraordinaria biología. contradictorios entre sí). En muchas Quizá, el origen del culto que los publicaciones sobre iconografía y hombres primitivos tributaron a la sobre historia de las religiones se la serpiente pueda encontrarse en el cita como una deidad poderosa o efecto de superioridad biológica que como un símbolo importante para el se establece si comparamos a estos estudio de un determinado periodo, reptiles con el hombre. Al igual que la pero, rara vez se ha intentado abordar mayor parte de los simios, los huma- Arte del Renacimiento, Estampa que representa el el estudio de las verdaderas causas nos sienten hacia los ofidios una aver- Pecado Original e ilustra el “Speculum Humanae que justifican este protagonismo. sión, en cierto modo instintiva e irra- Salutis”, ejecutada en 1583. En ella la serpiente Cuando se analiza la imagen de la ser- cional, que hunde sus más intimas está representada en vertical, como si su cola fue- se su único y verdadero pie. piente se hace desde una perspectiva raíces en la indefensión que sienten moderna y casi exclusivamente for- frente a su sigiloso ataque. Ello les mal. Pocas veces se tienen en cuenta impide prever una estrategia defensi- las creencias y la personalidad propia va que anule sus técnicas de caza. El de los pueblos del pasado que convir- hombre se siente indefenso ante la tieron a la serpiente en un Dios o en el fuerza destructora de las serpientes y, 2 DELGADO LINACERO, Cristina, El toro símbolo parlante que expresaba un sobre todo, ante el poder de su vene- en el Mediterráneo. Madrid, 1996. determinado concepto divino. Las aso- no, y este hecho es el que justifica que ciaciones mentales que los hombres pase a ser un símbolo que cataliza en

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una sola imagen todo cuanto es sus- nuado y constante hasta la vejez. Las por el suelo. La serpiente posee una ceptible de temor. Conceptos como serpientes tienen una columna verte- habilidad especial para desaparecer mal, peligro, veneno, agresividad, bral muy flexible, dotada de potentes repentinamente, para esconderse pecado, perversión, lubricidad, muer- músculos dorsales, que les facilitan un entre las rocas y para pasar inadverti- te, etc. gravitan en nuestra mente, casi desplazamiento rápido. Al mismo da, mimetizada con el terreno. Su de un modo instantáneo, cuando se tiempo, ese movimiento serpentino, extraordinaria agilidad en tierra, presenta su imagen. adopta formas fascinantes, capricho- superada por la que se observa en el Las serpientes3 y los lagartos perte- sas, extraordinariamente variadas y, medio acuático, se debe a una más necen a un orden biológico que los en cierto modo, impredecibles. que sobresaliente capacidad de adap- científicos denominan “Squamata”, Frecuentemente, la agilidad y rapidez tación, que le permite adoptar distin- que, a su vez, es una subdivisión del de sus movimientos es su más eficaz tos tipos de movimiento perfectamen- orden “Reptilia”. Han tenido que arma de ataque. Según sea su tamaño te aclimatados a las dificultades transcurrir más de 150 millones de pueden tener del orden de 180 a 400 cambiantes del entorno geográfico en años para que los reptiles, inmensa- vértebras, que están sólidamente que vive. En la práctica, pueden ir de mente variados antaño en sus formas, reforzadas para soportar la tensión un sitio a otro con el mínimo esfuerzo tamaños y sistemas de vida, se hayan muscular que se produce con cada físico, en el menor tiempo posible y reducido a sólo 6 grupos diferentes. desplazamiento. con el menor consumo energético. Los lagartos (aproximadamente, 3000 De todos es bien sabido que la ser- En las creencias religiosas judeocris- especies), las serpientes (unas 2700 piente es un reptil alargado y ápodo, tianas, la serpiente se cita como uno especies), las tortugas (200 especies), es decir, carente de extremidades. Por más de los animales creados por Dios los galápagos (casi 150 especies), los esta razón, debe arrastrarse y reptar en el quinto día: “Produzca la tierra cocodrilos (23 especies) y el tuátara, vivientes según sus especies: animales que es un reptil muy especial porque domésticos, reptiles y fieras según sus es el único representante vivo de una especies”4. El capítulo III del especie prehistórica que se extin- “Génesis” caracteriza a la ser- guió: los rinocéfalos. piente con cualidades que Las serpientes componen un son propias del ser huma- suborden que los biólogos no, como la astucia, la denominan “Ophidia” o capacidad de mentir “Serpens”, según inspiren para sacar provecho sus clasificaciones en los con ello y la elocuencia conocimientos de la ciencia en el razonamiento: griega del periodo clásico, “La serpiente era el ani- conservada gracias a los mal más astuto de cuan- sabios musulmanes del siglo tos el Señor había crea- VIII y IX, o en los conocimientos do”5. latinos del occidente escolástico, Este texto resulta muy con- transmitidos a través de los tradictorio si se tiene en cuenta Monasterios y las Universidades que, cuando Dios termina la creación medievales. En líneas generales, su del quinto día y contempla lo creado, estudio se organiza en tres grupos: advierte que todo era bueno6 y, no Serpientes primitivas (donde se inclu- percibe en ningún momento la astucia yen pitones, boas, etc.), serpientes cie- de la serpiente cuyo papel es funda- gas (como las culebras, muchas de Arte Manierista Francés. Bernardo de Palissy, mental en los primeros capítulos de la ellas con aspecto de gusano), serpien- Fuente de barro barnizada que representa a una “Historia Sagrada”, por ser una de las tes evolucionadas (como las cobras, las serpiente moviéndose serpentina por la superficie formas hostiles al plan divino. En el serpientes marinas y las víboras). del agua, 1560, Departamento de objetos de Arte, “Génesis” no se evoca una serpiente El hábitat de las serpientes se dis- Museo del Louvré. violenta, poderosa y agresiva, sino un tribuye por los cinco continentes, animal más discreto y temible, que, excepto en las regiones muy frías con con gran sigilo, se desliza de manera nieves perpetuas. La mayoría de los lenta y furtiva hacia sus víctimas para, reptiles experimentan un crecimiento 3 VV. AA. Enciclopedia Visual de los haciendo uso de una inteligencia constante de sus huesos, que no cesa Seres Vivos. Tomo II, Madrid, 1993. superior, suscitar en Eva los deseos de al alcanzar la madurez sexual. 4 Biblia del Peregrino. Bilbao, 2001, tra- obtener un conocimiento superior, Tampoco pierden sus dientes cuando ducción de Luis Alonso Schökel. que luego arrastrará también a Adán envejecen, sino que el proceso de caí- Génesis, I, 24. hacia el pecado de la desobediencia. Es da, renovación y crecimiento de sus 5 Ibidem, III, 1. interesante señalar que la serpiente 6 piezas buco-dentales nuevas es conti- Ibidem, I, 25. citada en el “Génesis” carece de nom-

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nunca expresado por Dios. Es interesan- te señalar que por lo que dice este pasa- je del “Génesis”,que no se puede iden- tificar a la serpiente con el Demonio en sí mismo, a no ser que se sobreentienda una metamorfosis jamás enunciada. Además, ¿Qué haría Lucifer en el jardín de Dios, expulsado del territorio sagra- do? ¿Cómo habría entrado en un lugar que tenía terminantemente vedado, cerrado con muros poderosos y sólidas puertas? Si bien en la “Biblia” la ser- piente es tan sólo el instrumento que utiliza el demonio y no el demonio en sí mismo; en el arte y en la iconografía del pecado original pasaron a ser una mis- ma cosa. La tentadora no siempre tiene cabeza de reptil. Para hacer admisible que está dotada de palabra y tal vez Arte Griego del Periodo Helenístico. Agesandro, Arte del Neoclasicismo. G. Chedanne, como recuerdo de los seres híbridos Polidoro y Athenodoro de Rodas, La muerte de Reconstrucción arqueológica de la supuesta habi- del mundo clásico (sirenas, esfinges, Laocoonte y sus hijos, Antífantes y Timbreo, ate- tación de la Domus Aurea Neronis en que se etc.), los imagineros medievales, la nazados por las serpientes Porce y Caribea. encontraba el grupo escultórico del Laocoonte. representaron como una especie de Mármol de Rodas, siglo I d. de C. Encontrado en 1750-1780. Museo de Bellas Artes de Rouen. lagarto con busto o cabeza de mujer 1506 en las ruinas de la Domus Aurea y de las ter- “in specie virginis”8. Cuando el Padre mas de Trajano. Comprado por Julio II para deco- Eterno descubre que Adán y Eva le rar el Jardín del Belvedere. Museos Vaticanos. han desobedecido, decide condenar al hombre a trabajar, a la mujer a parir con dolor y a la serpiente le quita sus extremidades y la obliga a arrastrarse bre propio, de modo que no puede por el suelo, lo que parece indicar que, simbolizar a un individuo particular- en el primitivo pensamiento judeocris- mente peligroso, sino a una especie tiano, en un periodo anterior al peca- peligrosa por su astucia y por las estra- do original, este animal poseía extre- tegias de ataque que elige. midades superiores que pierde a La tradición bíblica afirma que des- consecuencia de su hostilidad contra pués de crear a Adán y a Eva, Dios los los planes que Dios había diseñado instaló en el Paraíso, prohibiéndoles, so para el hombre: “El señor le dijo a la pena del más duro castigo, consumir los Serpiente: Por haber hecho eso, maldi- frutos de un determinado árbol que ta tú entre todos los animales domés- estaba en el centro del jardín. Sin ticos y salvajes; te arrastrarás sobre el embargo, Dios olvidó, u obvió conscien- vientre y comerás polvo toda tu vida; temente, explicarles la razón por la cual pongo hostilidad entre ti y la mujer, no debían comer los frutos y esa igno- entre tu linaje y el suyo.”9 rancia es la que aprovechará la astuta El mito que relata el castigo de la serpiente7, cuya capacidad persuasiva Serpiente y la pérdida de sus extremi- recibe un tratamiento literario más sóli- dades no es exclusivo del mundo do y eficaz que el del razonamiento judeocristiano, sino que está presente

7 REAU, Louis, Iconografía del arte cristia- no. Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento. Barcelona, 1995, Tomo I, vol. 1, Traducción Daniel Alcoba, p. Arte Griego del Periodo Helenístico. Agesandro, 103-109. Polidoro y Athenodoro de Rodas, detalle de la 8 Ibidem. cabeza de Laocoonte. Mármol de Rodas, siglo I d. 9 Génesis, III, 14 - 15. de C

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en otras muchas culturas de la anti- en la historia del grabado por su güedad y en numerosos pueblos de audacia. África. Es posible que esta tradición De la serpiente fascinan sus ágiles iconográfica la tomaran los judíos del movimientos, tanto cuando se mueve Egipto Faraónico, donde abundan las por la tierra, como cuando viaja por el representaciones de serpientes con agua. Los biólogos clasifican los movi- patas y brazos. Los artistas de la Edad mientos de las serpientes agrupándo- Media y del Renacimiento, cuando los en cuatro grupos diferentes. trataron el tema del pecado original Recientes investigaciones han demos- plasmaron en sus pinturas y esculturas trado que las serpientes emplean Arte Griego del periodo Helenístico. Hagesandro las extremidades de la serpiente. De estas cuatro formas de desplazarse de Polidoro y Athenodoro de Rodas, Grupo escultório este modo, se pueden diferenciar dos forma análoga cuando se mueven que representa el ataque de la monstruosa Scila al barco de Ulises mientras el héroe se agarra al momentos bien distintos que deter- sobre la superficie terrestre y cuando timón. El monstruo marino es una especie de sau- minan dos iconografías diferentes: El nadan. Sus cuerpos, al carecer de rio marino con cabezas de perro que aúllan. primero sucede antes del pecado, extremidades, están mejor adaptados cuando la serpiente puede aparecer para el movimiento acuático. De con cabeza humana y dotada de hecho las especies más agresivas y manos para darle a Eva el fruto del rápidas de que tenemos noticia viven árbol de la ciencia. Tal es el modo en en mares y océanos. Estos cuatro que aparece representada en el techo movimientos son: de la Capilla Sixtina, donde una her- El primer tipo de movimiento es el cúlea Eva, acepta de la mano de una que suele citarse como Serpentino: La serpiente antropomorfa, de extraor- serpiente se desplaza aplicando su dinario vigor y fuerza comunicativa, potencia muscular en los lados del el fruto prohibido. El conjunto de la cuerpo, cuya energía empuja contra Sixtina, como es bien sabido, fue pin- las irregularidades del terreno, facili- tado por Miguel Ángel Buonarroti, tando así un desplazamiento que por encargo de Julio II, entre 1508 y sigue una dirección determinada, El Greco, La muerte de Laocoonte y sus hijos. 10 1512 . El segundo momento sucede lineal y uniformemente acelerada o 1610, Washington, National Gallery. cuando Dios ya ha castigado a la ser- decelerada, según proceda su volun- piente y su cuerpo carece de extremi- tad. Se emplea para avanzar sobre dades superiores, pasando a ser un superficies llanas, sin obstáculos sig- reptil ápodo. En general los artistas nificativos, pero no completamente optaron por enroscar a la serpiente lisas, sino levemente inclinadas. ápoda en las ramas del árbol, como si Describe una trayectoria sinuosa, for- fuera arborescente. En algunas oca- mando “eses”, muy suaves y regula- siones, se ha representado la dificul- res. Este movimiento se ha represen- tad del ofidio para adaptarse a su tado mucho a lo largo de la Historia nueva condición. Ausentes las extre- del Arte y es el más conocido de midades, intenta sostenerse en difícil todos porque es el que siempre retie- equilibrio sobre su cola. Así aparece ne la memoria cuando se habla de representada en una estampa que serpientes. ilustra una edición de 1583 del En una fuente de barro, policroma- “Speculum Humanae Salvationis”. da y barnizada, ejecutada por Adán y Eva, en gestos de vivo y apa- Bernardo de Palissy en 1560, que se sionado movimiento, flanquean el conserva en el departamento de obje- árbol de la ciencia. La serpiente, casti- tos de arte del Museo del Louvré, se gada a perder sus extremidades, no puede ver este tipo de movimiento. Se acepta su nueva condición ápoda, e trata de una obra sobrecogedora, que intenta ponerse en pie sobre su cola evoca un mundo vibrante y plagado de en una extraña postura excepcional vida, cuyos modelos han sido tomados del natural. Bernardo Palissy fue un importante ceramista francés que nació en Saintes (Agen) en 1510 y Arte Egipcio del Imperio Antiguo. Estela del Rey 10 FREEDBERG, S. J. Pintura en Italia en murió en París en 1590. Formado como Uto, más conocida como estela del Faraón 1500-1600. Madrid, 1992, p. 31-50. maestro vidriero, durante dieciséis Serpiente, que representa a la serpiente en un PANOFSKY, Erwin, Estudios sobre ico- años investigó las distintas técnicas movimiento de reptación lateral. Museo del nología. Madrid, 1972. cerámicas y el esmalte que se emplea- Louvré.

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Arte del Manierismo Italiano. Estampa que ilustra Arte Barroco, Bartoli, Estampa que copia una una edición del siglo XVI del libro de los emblemas miniatura del Códice Virgiliano Latino del siglo V de Alciato y representa a dos viboras moviéndose d. de C. de la Biblioteca Vaticana. Finales del siglo con un movimiento rectilíneo muy tranquilo: “El XVII. matrimonio requiere reverencia”

ban en Italia y las exportó a la brillante más apropiado movimiento para cazar corte francesa del siglo XVI. Hombre de es la concertina, aunque pueden utili- ciencia, llegó a publicar un tratado de Arte Romano de época Imperial, Casa de Hipólito, zarse también los otros tres que aquí geología y química11. Llegó a ser nom- Mosaico de los Peces del yacimiento arqueológico citamos. Por razones obvias, dado que brado “ceramista del rey” y trabajó asi- de Alcalá de Henares, S. III d. de C. En él se repre- se trata de tres acciones consecutivas, duamente al servicio de Catalina de senta a una serpiente que se mueve siguiendo una su representación iconográfica com- Médicis, para quien, probablemente, reptación lateral sobre la superficie del agua. pleta ofrece notables dificultades y fabricó esta espectacular bandeja, que ello lo convierte en un movimiento muestra a una brillante serpiente dora- representado pocas veces, aunque en da, representada en movimiento ser- obras muy significativas e importantes pentino en sinuosas “s”. que su presa, incauta, se acerca a ella. para la historia del arte. El segundo tipo de movimiento es la En el momento en que ésta se encuen- Quizá, la más espectacular imagen concertina: La serpiente se mueve con- tra a tiro, la serpiente inicia un movi- que puede proponerse para ilustrar trayendo y estirando sucesivamente miento en concertina que es, tan rápi- este tipo de movimiento es el grupo los músculos. Primero describe una “s” do, que el animal atacado casi nunca escultórico que representa la muerte con curvaturas muy pronunciadas, y tiene tiempo suficiente como para de Laocoonte, un sacerdote del ciclo luego una trayectoria rectilínea, firme reaccionar. Después de inoculado el épico troyano que estaba consagrado y muy veloz. Este movimiento lo veneno, cuya misión es adormecer y al servicio de Apolo y de Poseidón, emplea para moverse sobre superficies narcotizar a la víctima, se enrosca en divinidades ambas que habían cons- irregulares, para salvar obstáculos y torno a ella formando anillos concén- truido las murallas de la sagrada acró- para realizar certeros ataques contra tricos, cuyas espirales de energía cons- polis de Ilión12. El grupo escultórico del presas de sangre caliente que pueden triñen al animal hasta asfixiarlo. La Laocoonte, sobradamente conocido huir o zafarse de la melé de ataque. La diferencia de temperatura entre la para los amantes del arte clásico, está serpiente se coloca en algún lugar sangre caliente del atacado y la sangre labrado en siete piezas de mármol determinado, camuflada o mimetiza- fría del atacante, es la que informa a la blanco de origen Rodio y una pieza (la da con el terreno, allí permanece serpiente del momento en que ha mesa del altar) de mármol de Luni inmóvil para pasar inadvertida hasta muerto su víctima. Inmediatamente (Carrara). Fue esculpido por tres artis- después de ser asfixiada el corazón de tas procedentes de la isla de Rodas, la víctima deja de latir y la serpiente que no firmaron la estatua pero que conoce su muerte gracias a la percep- están citados en un pasaje de la ción del diferencial de temperatura “Historia Natural” de Plinio, en el que 11 PALISSY, Bernard, Discours admirable que relaciona el calor y el frío, que cae se dice que el grupo es obra de “los de l´art de terre de son utilité, des esmaux et du feu. París, 1580. de manera inmediata y precipitada. excelentes artistas de Rodas 13 12 GONZÁLEZ ZYMLA, Herbert, “La ico- Algunas especies tienen un veneno tan Hagesandro, Polidoro y Atenodoro” . nografía del Laocoonte a través de sus potente que puede producir la muerte De ellos se conocen varios pedestales fuentes literarias y poéticas.” En instantánea de su víctima sin necesi- firmados en Rodas, y otros, de no Anales de Historia del Arte de la dad de invertir en la cacería el tremen- menor importancia, en el centro y sur Universidad Complutense de Madrid. do gasto energético que supone enros- de Italia, así como un impresionante Madrid, 1999, nº 9, p. 9-26. carse a ella y constreñirla. El ejercicio conjunto escultórico, de idénticas 13 PLINE L´ANCIEN, Histoire naturelle. de la caza exige siempre movimientos características estéticas, que se encon- Livre XXXVI-33. París, 1981, p. 61. rápidos, bien calculados y concisos. El tró en Sperlonga formando parte de la

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suntuosa decoración de un cenador flotante junto al mar, en una mansión que poseía Tiberio y que cita en Suetonio como el “antro de Tiberio”. El Laocoonte14 se conserva, actualmen- te, en los Museos Vaticanos de Roma. Apareció en el año 1506 en la finca de un labrador que trabajaba sus viñedos y lo adquirió Julio II para decorar con él los Jardines del Belvedere. A juzgar por el sitio en que apareció y por las afirmaciones de Plinio, debió formar parte de las lujosas decoraciones de la Domus Aurea Neronis15. El mito griego, que relata la muer- te de Laocoonte estaba recogido en un poema de época arcaica, titulado “Iliupersis”, que significa “en torno a la destrucción de Troya” y fue com- puesto por Arktinos de Mileto, entre Arte Románico Castellano. Fresco románico del Arte Románico de escuela Siculonormanda, el año 725 y 700 a. de C.16. El texto siglo XII, que representa el Pecado Original de Adán Manto Real bordado para el rey sículonormando original se ha perdido y sólo se cono- y Eva, en el que la serpiente azul pertenece a las Roger II, entre 1133 y 1134 por artesanos musul- cen de él escasos fragmentos, referen- especies arbóreas. Procede de la Iglesia de Santa manes. Kunsthistorisches de Viena. cias indirectas en la obra de otros Cruz de Maderuelo y, desde 1947 se encuentra en autores y resúmenes prosificados de el Museo del Prado. Atribuidas al Primer Maestro de los poemas que datan del periodo Santa María de Taüll. Imperial Romano. Sabemos que Sófocles compuso una tragedia titula- da “Laocoonte”, que desarrollaba en Tímbrico, protector de Troya, a quien escena el mito de este sacerdote y que estaba consagrado, porque contrajo se representó varias veces en Atenas. matrimonio con Antíope, hija de Desgraciadamente, de ella sólo han Príamo y Hécuba, contra la voluntad 14 ALTHAUS, Horst, Laocoon stoff und sobrevivido unos escasos escolia y los del Dios, y procreó libremente dos form. Bern, 1968, p. 46. VERGARA citados resúmenes que confirman su hijos, Antífantes y Timbreo. Al segun- CAFFARELLI, E. “Studio per la res- contenido. dogénito le puso por nombre la epí- taurazione del Laocoonte.” En Revista dell Istituto Nazionale A pesar del carácter fragmentario clesis, o epíteto cultual, que tiene d´Archeologlía e Storia dell arte. de este heterogéneo conjunto de Apolo en la Tróade, es decir Roma, 1954-1955, p. 26-69. referencias, se puede reconstruir el “Timbreo”, que, desde el punto de ONIANS, John, Arte y pensamiento contenido del mito con cierta seguri- vista etimológico, significa “vengati- en la época helenística. Londres, dad y certeza. Parece ser que vo” o “vengador”. Laocoonte debió 1979. LESSING, Gotthold Epharaim, Laocoonte ofendió al Dios Apolo creer que, al poner a uno de sus hijos Laocoonte. Madrid, 1989. POLLINT, el mismo nombre que tenía el Dios, y J. J. Arte Helenístico. Madrid, 1989, al consagrar a sus dos hijos al servicio traducción de Consuelo Luca de de esta divinidad, el Divino Febo no Tena, p. 480-210. tomaría venganza contra él. Sin 15 GARCÍA BELLIDO, Antonio, Arte embargo, cierto día, antes de la caída Romano. Madrid, 1990, p. 303. SEGALA, Elisabetta y SCIORTINO, de Troya, Apolo envió desde la isla de Ida, Domus Aurea. Roma, 1999, p. Ténedos dos serpientes que atacan a 43-45. Laocoonte y a Antífantes, desplegan- 16 BERNABÉ PAJARES, Alberto, Ciclo épi- co. Ciclo tebano. Ciclo Troyano. Madrid, 1979, ed. Gredos, p. 85 y ss. VV. AA. Epicorum graecarum frag- menta. Edición de Malcolm Davies, Göttingen, 1998. VV. AA. Epicorum Arte del Renacimiento en Flandes. Hans Holbein, graecarum fragmenta. Edición estampa que representa el pecado original “Biblia Mallcolm Davies. Göttingen, 1988, Pauperum”. La serpiente tiene cuerpo de ofidio y p. 62. cabeza de mujer para hacer inteligible su capaci- dad de raciocinio y su elocuencia.

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Danaos et Dona Ferentis”, que signifi- ca “Temo a los griegos incluso cuando hacen regalos” 19, dispara su lanza y profana el exvoto, violentándolo con la fuerza opresiva de las armas de guerra. Atenea, deidad protectora de los Aqueos, para que triunfe la estra- tegia diseñada por Ulises, envía dos serpientes, desde la isla de Tenedos, a fin de que maten al sacerdote Laocoonte mientras celebra un sacrifi- cio en honor de Neptuno. En realidad, Laocoonte es el único troyano capaz de hacer entender a sus conciudada- nos el peligro que se cierne sobre la ciudad. Al clavar el hacha sagrada en la cerviz del toro, aparecieron dos ser- pientes. Primero, despedazan a den- Arte Neoclásico Italiano. B. Pinelli, Estampa que representa a Nerón atormentado por las Erinias que le mues- telladas los cuerpos de los dos niños, tran el cadáver de su madre y son la conciencia de su parricidio. que mueren por efecto del veneno. Luego, cuando Laocoonte acude armado en su auxilio, le atenazan y do unos movimientos exagerados y cio de un Dios. El aislar y personalizar asfixian enroscándosele hasta ahogar- violentos que se corresponden con la sus nombres responde a una bien le. Nace una interesante paradoja segunda y tercera fase del movimien- conocida constante en historia de las literaria: el Sacerdote muere inmola- to en serpentina. Gracias a uno de los religiones: el “principio de gemeli- do sobre el altar en el que sacrificaba. citados resúmenes prosificados de dad” y está presente en muchos otros Cumplida la voluntad de Atenea, las época imperial romana sabemos que mitos clásicos. Una de las serpientes, dos serpientes regresan al templo de las serpientes se llamaban Porce y cuya cabeza no ha llegado a nuestros la Diosa y se ocultan bajo su escudo. Caribea. Probablemente, son herma- días, atacaba al sacerdote dirigiéndo- Virgilio manipuló el mito griego para nas e hijas de un mismo padre y se directamente a la cara, de ahí la exaltar a Laocoonte, tío de Eneas y madre. Aunque no consta en las fuen- agitación del pelo y la barba, y su ges- hermano de Anquises, como primer tes literarias quién es, podemos pen- to terrible de dolor físico y moral a un hombre de estado que antepone el sar que se trata de dos de esos mons- mismo tiempo. Ciertamente, bien común de la ciudadanía al bien truos marinos que Anfitrite criaba por Laocoonte contempla impotente la individual y privado, aunque ello le miles17. A diferencia de la serpiente terrible muerte que se le viene enci- cueste su propia vida y la de sus hijos. del paraíso, que simboliza a la especie ma y el no poder hacer nada por sal- En el año 1610, el Greco pintó su peligrosa, estas otras sierpes son sím- var la vida de sus hijos. La otra ser- único cuadro mitológico conocido, bolo del individuo peligroso al servi- piente, hinca sus colmillos en el muslo hoy en la National Gallery de del sacerdote e inocula el veneno que Washington20. En él se representa la le paraliza el músculo, ya agarrotado. muerte de Laocoonte y de sus dos Como ya observara Miguel Ángel, con hijos atenazados por las serpientes, gran acierto y sagacidad, esta es la siguiendo de cerca el texto de causa de su terrible grito, casi sonoro Virgilio, en presencia de dos extrañas 17 AGUIRRE CASTRO, Mercedes, “Los a pesar de ser mármol. Las serpientes figuras que vienen interpretándose monstruos y el mar en el mundo grie- respetan a Timbreo, que contempla la como Apolo y Artemis21. Todo sucede go.” En Revista de Arqueología. muerte de su padre y su hermano al a las puertas de la ciudad de Troya, Madrid, Nº 240, p. 36-41. 18 VIRGILIO, Eneida. Madrid, 1988. tiempo que recupera el don oracular representada con el aspecto que tiene Canto II. de Apolo y predice la caída de Troya Toledo, visto desde la puerta nueva 19 VIRGILIO, Eneida. Canto II, Madrid, en manos de los griegos. de la Bisagra. Las serpientes se mue- 1994. Edición y traducción de Víctor La versión latina del mito, descrita ven siguiendo dos movimientos dis- José Herrero. V. 49. P. 14-15. El discur- por Virgilio en la “Eneida”18, es muy tintos de la ya citada trayectoria en so se desarrolla del verso 40 y ss. distinta. Laocoonte, ante la llegada a concertina. 20 MARÍAS, Fernando, El Greco. Madrid, Troya del caballo de madera, exvoto Laocoonte es un sacerdote impío 1997, p. 269. sagrado dedicado a la Diosa Atenea, que merece un castigo ejemplar. En la 21 COSSIO, Manuel Bartolomé, El Greco. pronunció un discurso contrario a la versión griega del mito ofende a Apolo Madrid, 1944. Reed. 1983, p. 247- introducción del regalo emponzoña- al contraer matrimonio y romper su 250. do de soldados. Al grito de “Timeo celibato sacerdotal. En la versión latina

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profana el exvoto sagrado inspirado playas y dunas, evitando resbalar al por Atenea en la mente de Ulises. En deslizarse por la arena. ambas, la serpiente es mensajera de La mayor parte de pueblos que los Dioses, vengadora de una situación habitan áreas desérticas, han represen- intolerable y eficaz brazo ejecutor de tado a sus serpientes sagradas según se la voluntad divina. Su movimiento, las contempla cuando realizan este puesto que es de ataque, debe ser en movimiento. En la estela del Faraón concertina. Serpiente, que se conserva en el Museo El tercer tipo de movimiento es la del Louvre, se representa este tipo de reptación lateral, o “sidewinding”: movimiento. Gracias a recientes inves- La serpiente repta de lado, dibujando tigaciones sobre urbanismo, se sabe sucesivas ondas en la arena a base de que casi todas las grandes ciudades trazos que se describen en el suelo del antiguo Egipto poseían un palacio como si fueran “barras de pan”. Esta dispuesto como residencia para el forma de movimiento permite que la Faraón, unido a la ciudad y al puerto serpiente se desplace sobre superficies Nilótico con una gran avenida. La pala- inestables, como las arenas finas de bra “faraón” significa, precisamente, “la gran casa”, de modo que los anti- guos egipcios nombraban ambos con- Arte contemporáneo. Ilustración que se publicó en ceptos con un mismo sustantivo por- el dominical de un periódico de tirada nacional en que consideraban inseparablemente un artículo sobre la ofidiofobia. unidos al habitante con el lugar habi- tado22. Estos palacios eran estructuras cuadrangulares, con cuatro grandes patios en su interior, en torno a los cua- les se distribuían las principales depen- dencias. Las fachadas estaban protegi- das por dos torreones y altas puertas. La “Estela del Faraón Serpiente” repre- senta uno de estos palacios, dotado con una monumental fachada, defen- dida por tres torres y dos puertas, en cuyo interior, protegido por el Dios Horus, representado como un Halcón Sagrado, habita el faraón Uto, repre- sentado como si fuera una Serpiente Estampa de la misma serie que la anterior que que se mueve siguiendo una reptación representa la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, lateral, según se corresponde con el llorando, al tiempo que la muerte, representada modo más usual que emplean las ser- como un esqueleto que toca la zanfonia, se con- pientes del desierto. vierte en la condición necesaria para el devenir La reptación lateral es el más eficaz humano. de cuantos movimientos puede hacer Arte Barroco Flamenco. Pedro Pablo Rubens, la serpiente cuando vive en medios Boceto para un cuadro de altar que representa a acuáticos porque le permite aprove- San Ignacio de Loyola exorcizando a una mujer char en su favor la fuerza del oleaje 22 OLAGUER FELIÚ Y ALONSO, Fernando, poseída por el demonio, que abandona su cuerpo del mar o de la corriente de los ríos. Historia del Arte y de la Cultura: metamorfoseado en serpiente azul que abre sus Egipto. Madrid, 1997, Tomo 2, p. 22. Cuando sigue este procedimiento para fauces amenazadoras. SCHULZ, Regine y SEIDEL, Matthías, moverse, parece reptar por encima del Egipto. El mundo de los faraones. agua y, lo que, a los ojos de los hom- Colonia, 1997. bres antiguos, era un símbolo de su 23 PALACIOS GONZALO, Juan Carlos, PÉREZ poder mágico, pues era capaz de des- GALÁN, Julián y PÉREZ MARTÍNEZ, plazarse sobre la superficie del agua Enrique Mario, Alcalá de Henares. Guía sin hundirse en ella. El mosaico roma- histórico artística. Alcalá de Henares, no de tesela cuadrada, comúnmente 1997, p.23-27. RASCÓN MARQUÉS, llamado “mosaico de los peces”, que Sebastián, La ciudad Hispanorromana se encontró en la Casa de Hipólito, en de Complutum. Alcalá de Henares, Alcalá de Henares23, representa a unos 1995. pescadores faenando, que tiran de sus

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en el mar y avanzan a la par hacia la costa; sus pechos erguidos entre las olas y sus crestas de color de sangre sobrepasan las ondas; el resto de su cuerpo en la parte posterior se arras- tra por el piélago y enrosca en espiral sus enormes espinazos. Prodúcese un sonido en el mar espumante; ya toca- ban la tierra e inyectos de sangre y fuego sus ojos ardientes lamían con las lenguas vibrantes sus fauces silvan- tes”24. El cuarto y ultimo tipo de movi- miento es el que se cita como rectilí- neo, caracterizado por su tranquilidad y lentitud. La serpiente se desplaza por el suelo haciendo uso de las gran- des escamas que recubren su vientre, que actúan como puntos de anclaje y proporcionan la tracción necesaria en Arte Gótico Inglés. Dibujo que representa una ale- Arte Prerrománico Mozárabe. Miniatura mozárabe un movimiento uniforme. Cuando las goría de la herejía según está representada en un del Beato de la Catedral de Gerona, obra escrita y manuscrito inglés del siglo XIII. La serpiente está miniada por el Monje Emeterio y la monja Ende, serpientes hacen uso de este movi- dotada de oído externo. Una oreja la tapona con en torno al año 975. Una de sus miniaturas repre- miento están tranquilas y se desplazan su propia cola y la otra la coloca en tierra para no senta a un pavón con exuberante cola, atacando a por superficies lisas y firmes, sin obstá- percibir la verdad doctrinal. una serpiente. culo ninguno. Así aparecen represen- tadas, por ejemplo, en uno de los emblemas de Alciato, que muestra redes en un mar plagado de especies tomadas del Códex Virgiliano Latino, una imagen alegórica del matrimonio acuáticas. Entre ellas debe destacarse de la Biblioteca Vaticana, se represen- en la que dos víboras se buscan, cal- la presencia de un delfín y una serpien- ta la ya citada muerte del sacerdote madamente, para unirse en amoroso te que nada con agilidad y prestancia, Laocoonte siguiendo la tradición míti- abrazo, acompañadas del emblema aprovechando las mareas siguiendo el ca latina en la que mueren el padre “El matrimonio requiere reverencia”. sistema que hemos calificado como asfixiado y los dos hijos envenenados. Dado que en las distintas religiones en reptación lateral. Esta importante villa En la parte superior izquierda de la que la serpiente es protagonista de romana del siglo III d. de C., estaba estampa se representa a las dos ser- historias sagradas y aventuras, se dedicada a un uso pedagógico ya que pientes, Porce y Caribea, reptando muestra una imagen de ella que exal- era una suerte de escuela con un jar- sobre las olas del mar: “He aquí que ta sus aspectos más peligrosos y agre- dín, termas, aulas, etc. El yacimiento desde Tenedos, a través de las profun- sivos, el movimiento rectilíneo, que se fue encontrado al norte del arroyo das y tranquilas aguas (horror me cau- corresponde con una actitud más sose- Camarmilla y debe su nombre a un epí- sa el referirlo), dos serpientes de ani- gada y calmada, apenas se ha repre- grafe que hay en el citado mosaico en llos inmensos se apoyan pesadamente sentado en el arte. el que reza el nombre “Hippolytus”, posible propietario de la domus. En una estampa ejecutada por Bartoli en el siglo XVII, copiando una miniatura paleocristiana del siglo V,

Arte Gótico Inglés. Miniatura del Manuscrito Ashmolean 1511, Folio 80 que representa a un caballero venciendo a la herejía representada como si fuera un áspid.

24 VIRGILIO, Op. Cit. p. 34-36.

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momento en que se tapan el sexo con hojas de higuera. La serpiente, de color azul, se enrosca por las ramas del árbol, sin más apoyo que el que le pro- porcionan sus escamas ventrales y la fuerza muscular que presiona contra la corteza del árbol. Su cola actúa como un contrapeso. Con la boca, la serpiente le ofrece a Eva la fruta del Árbol de la Ciencia que ella coge gus- tosamente. Adán se lleva la mano a la garganta indicando de este modo su Philippe Wolfers, Collar que muestra a dos ser- Arte Gótico Inglés. Miniatura del folio 78 del ausencia de responsabilidad en el acto pientes enroscadas que se disponen a engullir un Bestiario de Oxford. Manuscrito Ashmole, signado de pecar de desobediencia, la manza- huevo rojo cada una. Joya del Museo de Bruselas, con el 1511. Representa el enfrentamiento de la na se le atraganta y no le pasa por la ejecutada en 1898. Serpiente contra el Elefante Cristológico, en el nuez. Los misóginos monjes de la Edad momento en que la serpiente derriba el elefante y Media y los teólogos de las primeras abre sus fauces para engullirlo. universidades, exculpaban a Adán del 1072 y transformaron la Sicilia que pecado original, afirmando que la habían gobernado los Califas Aglabíes auténtica culpable había sido Eva, y Fatimíes en un reino feudal, a la Algunas especies de serpientes pues había sido ella quien había manera en que se organizaron los están bien adaptadas para la vida entrado en tratos con la serpiente, señoríos del Norte de Europa. El arte sobre árboles y arbustos. Tienen colas quien había aceptado el fruto prohibi- sículonormando se desarrolla fuerte- largas que se enroscan alrededor de do y quien se lo proporcionó a su mente influenciado por el ambiente las ramas, para guardar mejor el equi- esposo. Adán desobedeció a Dios para artístico y estético del mundo bizanti- librio, o pliegues en las escamas ven- no separar su destino del de la prime- no de la segunda Edad de Oro. trales que les proporcionan puntos de ra mujer. Probablemente, esta capa fue fabrica- anclaje adicionales para no caerse. El manto real del Rey siculonorman- da por artesanos cautivos, tomados Cuando en el arte cristiano se repre- do Roger II de Sicilia, hoy en la por los normandos durante el saqueo senta la historia de Adán y Eva, y el Kunsthistorisches de Viena, bordado de la ciudad de Tebas, en Egipto. ciclo del “Pecado Original”, la serpien- entre los años 1133 y 1134, muestra un Entre los musulmanes, se cree que te elegida se corresponde, casi siem- árbol de la ciencia representado como la serpiente era la protectora del árbol pre, con una especie arbórea. si fuera un cedro, cargado de ramas de la ciencia, no la secuaz sirviente del En un fresco románico del siglo XII, llenas de frutas, en cuya copa habita demonio, y que fue el ángel rebelde catalogado dentro de la corriente una serpiente que se mueve con como- Iblis, quien tentó a la mujer para que “Italo-bizantina”, que procede de la didad entre las ramas. Bajo el árbol, pecase de desobediencia contra ermita de Santa Cruz de Maderuelo Adán y Eva, vestidos lujosamente, se Dios26. Cierto día, Alá reunió a todos (Segovia) y que fue trasladado al dirigen mutuamente la mirada des- los ángeles del cielo y les dijo: “-Voy a Museo del Prado en 1947, se repre- pués de haber pecado. Su iconogra- hacer un ser humano con arcilla; cuan- senta una serpiente arbores- fía difiere bastante de la que do lo haya formado por completo y le cente. Su autor viene normalmente se usa en el haya insuflado mi espíritu, echáos identificándose con el arte cristiano y ello se ante él y prosternaos.” Primer Maestro de debe a que los arte- La tradición afirma que todos se Santa María de sanos que fabrica- prosternaron menos Iblis, que se mos- Taüll25. En el ron el tejido eran tró altivo. En aquel momento le dijo muro occidental de origen musul- Alá: “-¡Oh, Iblis! ¿Qué es lo que te impi- se representó a mán. Los normandos de prosternarte ante lo que Yo he crea- Adán y Eva, en el conquistaron do con mis manos? ¿Te consideras tú en el año más grande o de rango superior?

25 OLAGUER-FELIÚ Y ALONSO, Fernando, La pintura románica. Barcelona, 1989, p. 28-29. 26 LALOUET, Claire, La sabiduría semítica. Ilustración del Principito de Antoine Saint Exupery, que muestra a una ser- Del antiguo Egipto hasta el Islam. piente que asfixia por constricción a una fiera y abre la boca para tragárselo. Madrid, 2000, p.81-83. Ilustración procedente de una edición del año 1978.

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Ilustración del Principito de Antoine Saint Exupery, que muestra a una serpiente Boa haciendo la digestión de un elefante que ha devorado. Ilustración procedente de una edición del año 1978.

-Yo soy –respondió Iblis- mejor que va y la religión le dijeron: “Dios nos ha La cabeza de las serpientes es la él. Tú me has creado de fuego, y a él le ordenado que no abandonemos a la parte mejor definida de su cuerpo. Se has hecho de arcilla. inteligencia”. Y el hombre se fue así a sitúa siempre en la zona delantera del -¡Fuera de mi vista –le ordenó Dios- la tierra, habiendo recibido esas cuali- cuerpo. A través de ella reciben casi , te maldigo. Y mi maldición te perse- dades necesarias para su nueva vida. El toda la información del mundo exter- guirá hasta el día del Juicio!”27 lamento por la pérdida del Edén pro- no que necesita para sobrevivir. En La rebeldía de Iblis es lo que le moti- vocó la metamorfosis de las lágrimas ella poseen algunas estructuras sensi- va un proyecto de venganza que, en de Adán y Eva en productos valiosos. tivas especializadas, diferentes a las parte tuvo éxito y, en parte quedó Los pensadores musulmanes sostienen de los restantes seres de la naturale- frustrado. Iblis intenta arruinar el plan que esta metamorfosis provechosa es za. Algunas son únicas en el género predeterminado que Dios tiene dise- posible porque Adán y Eva salieron del animal y específicas de ellas como ñado para el hombre, se introduce fur- Paraíso, respectivamente, por la puer- especie, como el “órgano de tivamente en el Jardín del Edén y, ta del arrepentimiento y de la miseri- Jacobson”, que se sitúa en el velo del conocedor de la prohibición que Dios cordia. Las lagrimas de Adán que caye- paladar y en los extremos de las len- les ha hecho a Adán y a Eva, excita la ron en tierra, dieron origen a los guas bífidas. La mayor parte de las curiosidad de Eva por el sabor de sus claveles, que pasaron a ser símbolo de serpientes perciben lo que les rodea frutos. Iblis se presenta ante los dos la pérdida del paraíso. Las lágrimas haciendo un uso de su lengua. primeros hombres como un “buen que cayeron en el mar, se convirtieron A través de los sentidos, las serpien- consejero, y los seduce pérfidamen- en peces. Las lágrimas de Eva que caye- tes pueden detectar cualquier cambio te”28. “Cuando ellos hubieron proba- ron en tierra dieron origen al naci- significativo que se produce en su do del fruto del árbol, se dieron cuenta miento de la planta de la Alheña, medio de vida. La información obteni- de su desnudez y fueron a cubrirse con mientras que las que cayeron al mar, da por ellos es procesada, rápidamen- las hojas del Paraíso” es decir, obtuvie- hicieron nacer las perlas. Esta tradición te, por un sencillísimo cerebro que les ron la conciencia plena y la percepción no tuvo eco alguno en el arte cristiano permite reaccionar adecuadamente del ser en cuanto a su condición de y debe destacarse en ella el papel pro- ante los cambios. Su sistema nervioso, sujeto. El resto de la historia es coinci- filáctico que se atribuye a la serpiente con ser muy rudimentario, garantiza dente con la que se relata en el al hacerla protectora del árbol de la una respuesta inmediata, adecuada y “Génesis”. Iblis encarna la imagen del ciencia. eficaz ante los diversos cambios físicos consejero pérfido. En ningún caso, la El bordado de la capa de Roger de que se producen en el exterior. tentación se identifica con la serpien- Flor representa el momento inmedia- Además de los sentidos comunes a te, sino que se la describe como guar- tamente posterior a la consecución otros vertebrados: olfato, vista y cierta dián del Árbol. El Kayubi29 relata los del pecado, cuando, conscientes de su capacidad auditiva, las serpientes (y hechos acaecidos tras la caída de Adán desnudez y vestidos, Adán y Eva también algunos lagartos), poseen y que forman parte de la tradición deben abandonar el Paraíso. La ser- una lengua bífida sensitiva y unas musulmana. Cuando Adán fue expul- piente no está representada como un células sensoriales especiales encima sado del Edén, el ángel Gabriel le pre- ser maléfico que tienta a los hombres, del paladar, que les permite rastrear sentó tres dones: la inteligencia, la sino como animal protector del Árbol cualquier pieza digna de ser cazada, fuerza de la iniciativa y la religión; y le de la Ciencia y como símbolo del más probar alimentos, comprender su pidió que escogiese aquel que deseaba alto conocimiento. En algunas publi- estado físico y su salubridad, encon- recibir. Adán escogió la inteligencia; caciones en las que se ignoran las tra- trar pareja, etc. En ella reside el cono- pero entonces, el espíritu de la iniciati- diciones islámicas sobre la historia de cido por la ciencia como “órgano de Adán y Eva se interpreta el bordado Jacobson”, que es una concentración como una representación del árbol de de células sensoriales especiales, la vida, cobijando a las dos figuras hipersensibles, que les permiten perci- 27 Corán, XXXIX, 71-78; VII, 10-13; XV, vestidas, hombre y mujer, que suelen bir el calor, el frío, la proximidad y la 28-35; XVII, 63-65. identificarse con el rey Roger II y con lejanía a una determinada distancia. 28 Ibidem, VII, 21-22. su esposa. Por las ramas del árbol, se El “órgano de Jacobson” está situado 29 KALYUBI, Ahmed al-, Le fantastique et enrosca una serpiente arborescente encima del paladar. Algunas serpien- le quotidien. París, 1981, p. 187. de extraordinaria belleza. tes, como la que se conoce como

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“Serpiente Pitón India”, pueden secuencia, las serpientes carecen de en actitud poderosa y amenazadora. detectar presas de sangre caliente, párpado móvil, como el que tienen los Un antiguo dicho castellano dice inclusive, en una oscuridad total, gra- mamíferos, y su mirada es fija y que “Si el topo viera y la víbora oyera, cias, en parte, a unas pequeñas fosetas vidriosa. no habría labrador que al campo salie- sensitivas que poseen a la altura de los Un espléndido boceto de Rubens, ra”. Como tantos otros animales, las labios. ejecutado al óleo sobre lienzo entre serpientes han evolucionado durante En una estampa, ejecutada por B. 1617 y 1618, que se conserva en la millones de años. En algún momento Pinelli, se representa a Nerón, el hoy Kunsthistorisches de Viena, representa de la historia del planeta, atravesaron bien conocido emperador romano, a San Ignacio de Loyola exorcizando a una etapa de vida subterránea que atormentado por haber asesinado a su una mujer poseída. Su audaz composi- debilitó su sentido de la vista y del madre y haberla abierto con un cuchi- ción muestra al Santo, de pie, junto a oído. La serpiente no tiene oído exter- llo para poder ver el vientre en que se un altar, con la mano derecha alzada, no, razón por la cual sólo puede perci- produjo su gestación. Este truculento en el momento en que anatematiza y bir el sonido si las vibraciones que le parricidio, uno de los crímenes más ordena a Satán abandonar el cuerpo llegan son tan fuertes como para espeluznantes de que se tienen noti- de la mujer, que cae inerte y semides- alcanzar la parte interna de los huesos cia en la Antigüedad Clásica, desper- del cráneo, que están soldados tó a las tres Erinias, o espíritus de a la mandíbula inferior. De la venganza justa, que, enfureci- este modo, cuando la serpien- das y en frenético movimiento, te abre la boca para sacar la son la conciencia de Nerón. Los lengua bífida hay más posibi- tres espíritus femeninos están lidades de que perciba tam- representados como si hubiesen bién una mayor cantidad de enloquecido, sosteniendo el sonidos que cuando la man- cuerpo yacente de la madre tiene cerrada. muerta. Una de ellas lleva en En una simpática miniatu- mano una antorcha a la que se ra inglesa del siglo XIII, enroscan dos ofidios amenaza- encontramos una alegoría dores, que simboliza la justicia que representa a la herejía, esclarecida que debe hacerse captada como si fuera un ofi- sobre los hechos ominosos y están dio con dos enormes orejas, de tratadas siguiendo el principio de Arte Primitivo Africano. Panel africano de madera tal forma que, coloca una en el suelo, gemelidad ofídica. Otra Erinia lleva tallada y policromada, procedente de Angola, que se e introduce la punta de su cola en la dos serpientes venenosas en las manos conserva en el Museo Etnológico de la Sociedad otra, para mostrar, por un lado, su y parece dispuesta a arrojárselas al Geográfica de Lisboa. En él se representa a la ser- incapacidad racional para escuchar y Emperador. Las tres tienen el pelo piente incubando sus huevos como símbolo de comprender las enseñanzas teológicas bien surtido de serpientes, como si maternidad. de la Iglesia, y, por otro, su feliz obce- fueran representaciones de la terrible cación en la desviación herética. En el Gorgona30. Todas ellas orientan su folio 80 del Bestiario de Oxford, se amenazador veneno hacia el parrici- nuda en brazos de los hombres que la representa un áspid, que simboliza la da, sacando sus lenguas bífidas y sil- habían conducido ante el santo. El herejía, de un modo análogo al ante- bantes, guiando su ataque gracias al demonio, que había abandonado el riormente comentado. Con dos orejas, citado órgano de Jacobson. Las ser- cuerpo de la mujer saliendo por su una posada en la cima de una monta- pientes amenazadoras se convierten boca, es una serpiente de color azul, ña y la otra tapada con la propia cola aquí en símbolo de la conciencia y la que se enrosca sobre sí misma, levitan- se niega a escuchar la verdadera doc- justicia. do en el aire, mientras gira su amena- trina. El ser infernal es vencido por un A todas las características biológi- zadora cabeza hacia el santo. La com- caballero armado con lanza, escudo y cas que ya hemos citado, hay que aña- posición exalta el enfrentamiento casco. En ambos casos, la imagen ico- dir el poderoso brillo de sus ojos, su antagónico entre las fuerzas del bien y nográfica trasciende la propia reali- fascinadora fuerza y la profundidad del mal. La una ante la otra se perci- dad biológica de la serpiente. inquisitiva de su seductora mirada, ben, se saben necesarias porque la casi hipnótica. La razón biológica que una sin la otra no tienen sentido, se explica este hecho, de extraordinaria enfrentan y triunfa el bien, encarnado singularidad, estriba en que sus dos en el exorcista, pues la serpiente azul, párpados están unidos, de manera después del anatema, se ve obligada a 30 AGUIRRE CASTRO, Mercedes, que forman uno solo y transparente, abandonar el cuerpo de la poseída, “Monstruos y mitos. Las Gorgonas en que cubre la parte anterior del ojo, de gira su cabeza hacia el santo le saca el Mediterráneo occidental.” En tal modo que el animal no necesita una lengua bífida de intenso color Revista de Arqueología. Madrid, Julio de 1998, nº 207, p. 22-31. pestañear para humedecerlo. En con- rojo, como sus ojos hinchados de furia,

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alcanzar por sí misma la temperatura biológico y de la identificación de la necesaria para que se active y desa- serpiente como símbolo del pecado y rrolle el proceso de digestión, podría la muerte, ciertas aves saurófagas, morir. Si la ingesta no se hacen como la cigüeña, pasaron a simboli- correctamente y la serpiente no zar el triunfo de Jesucristo sobre el alcanza el calor necesario, el alimen- pecado y la muerte. to nutricio puede descomponerse en Todas las serpientes son carnívoras. el interior de su estómago y causarla Algunas matan a sus presas inoculán- la muerte. Su condición de animal de dolas un poderoso veneno mortífero y Arte Barroco Italiano. Estampa que ilustra el frontis sangre fría le obliga a hacer una otras, como las boas y las pitones, de una edición del siglo XVII de los “Emblemas” de digestión lenta en un lugar soleado, matan por constricción hasta provocar Alciato. En ella vemos a la serpiente representada con el constante riesgo de que se le su asfixia. Ciertas especies tienen die- como imagen del conocimiento superior que con pueda pudrir la comida en el interior tas especializadas que incluyen hue- su poder engulle al hombre y lo domina. del tubo digestivo. Por tanto, la ser- vos de aves. piente, cuando come, queda en una Las serpientes, ovofagas, al tener situación muy vulnerable. Ello le obli- pocos dientes, tragan los huevos La serpiente es un animal de san- ga a elegir cuidadosamente qué enteros. Ya en su interior, el tubo gre fría que no precisa comer para come y cuándo lo hace. La mayoría de digestivo está provisto de una especie mantener su calor corporal. Recientes las serpientes prefieren la ingestión de espinas duras, semejantes a dien- estudios han demostrado que puede de muchas víctimas de pequeño tes, que sobresalen de la columna llegar a sobrevivir más de tres años tamaño, que facilitan digestiones vertebral hacia el interior del estóma- en condiciones muy adversas o con rápidas, antes que animales de gran go, con las que perforan los huevos a escasos recursos alimenticios. Le bas- tamaño, cuyas digestiones son más medida que bajan por la garganta. ta con recibir una determinada canti- difíciles y largas y las convierten en Antes de hacer la digestión, pueden dad de calor solar diario para garan- animales vulnerables desde el aire. La regurgitar la cáscara. De este modo, tizar su subsistencia. Tiene mayoría de los depredadores que la cáscara del huevo no ocupa espacio respiración pulmonar y mandíbulas atacan a las serpientes son aves que en el interior del estómago inútil- flexibles, con un hueso especial que se alimentan de reptiles, que, desde mente y no desaprovechan la energía los biólogos llaman “en bisagra”, que lo alto del cielo, tienen una situación necesaria para pasarlo al interior del une la mandíbula inferior al cráneo y privilegiada para ver las solanas en tubo digestivo; además, las cáscaras permite extender ambas mandíbulas las que ellas reposan. Cuando las no son nutritivas. Las serpientes ovó- hacia los lados para ingerir el alimen- cazan logran un doble objetivo, ya fagas son representadas pocas veces. to, puesto que las dos mitades de la que se comen al reptil y al animal que El orfebre y joyero belga Philippe mandíbula están unidas, a la altura ha ingerido previamente. Wolfers, en 1898 diseñó un especta- de la barbilla, por un ligamento flexi- En algunos manuscritos medieva- cular collar para mujer que muestra a ble que funciona como un elástico. El les, como el beato mozárabe de la dos serpientes enroscadas que se dis- vientre de los ofidios, al alimentarse, Catedral de Gerona31, obra del ponen a engullir un huevo rojo cada se hincha y es capaz de devorar ani- miniaturista Emeterio y de la una. males de gran tamaño, con el úni- Monja Ende, fechado en el año Inclusive, hay serpientes que se co inconveniente de que 975, se representa el ataque de comen a otras especies de serpientes, deben ser digeridos un ave a una serpiente, a la que como la Serpiente Rey, que vive en al sol, aprovechando le picotea los ojos. A causa California y es temida por las otras ser- su fuente de calor de este comportamiento pientes que, cuando la ven, empren- para garantizar den la huída a toda velocidad. La Rey una correcta diges- puede ingerir serpientes que la supe- tión. De no hacerlo ran hasta en un 75% de su tamaño. así, dado que la Muchos relatos medievales descri- serpiente es un ben el enfrentamiento entre el elefan- animal de sangre te cristológico y la serpiente satánica. fría, que no puede El “fisiólogo”, libro largo tiempo atri- buido a Aristóteles por los hombres de la Edad Media dice: “Existe un animal llamado elefante que carece del deseo 31 OLAGUER FELIÚ Y ALONSO, Fernando, de copular [...]. No existen animales Arte Manierista, Dibujo ejecutado por J. Ligozzi El arte medieval hasta el año mil. mayores. Los Persas e Indios, instalados que representa a dos serpientes copulando bajo el Madrid, 1989, p. 259-269. SILVA Y en torres de madera a lomos de los ele- epígrafe “Ceraste e Ammodite”. Sección de VERASTEGUI, Soledad, Los Beatos. fantes, luchan, a veces, entre sí, con Madrid, 1993. Manuscritos Raros y Preciosos de la Biblioteca Universitaria de Bolonia, siglo XVI. jabalinas, como si lo hicieran desde un

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el folio 78 de un manuscrito gótico del do engulle a un mamífero, este grosor siglo XIII, conservado en la Universidad pasa a ser mucho mayor. En alguna oca- de Oxford34, conocido como manuscri- sión se ha encontrado algún ejemplar to Ashmole 1511, se muestra cómo que había ingerido un ciervo y que, una serpiente abre sus fauces para como no podía tragar los cuernos, esta- engullir un descomunal elefante. El ba haciendo la digestión con la corna- ofidio se enrosca a su cuerpo para menta del animal fuera de la boca y el hacerle caer. La voracidad de los ofi- cuerpo dentro de su vientre, con la difi- dios se ha convertido en un espacio cultad y peligro que esto entraña. A Arte griego del Gran Clasicismo, Relieve votivo cultural común, hasta el punto de ser pesar de estos inconvenientes para procedente del Santuario de Eleusis, ejecutado uno de los hilos argumentales del digerir mamíferos de gran tamaño, la entre el 440 y el 430, en el que se representa a “Principito” de Saint Exupéry 35. serpiente es capaz de hacer la digestión Triptolemo sobre un carro alado tirado por ser- “Cuando yo tenía seis años vi una durante más de tres semanas sin que se pientes. Museo Arqueológico de Eleusis. vez una lámina magnífica en un libro pudra el alimento en su vientre (siem- sobre el Bosque Virgen que se llamaba pre que se encuentre al sol), y, de “Historias Vividas”. Representaba una hecho, suele aplicar su poderosa fuerza castillo”32. El bestiario de “Proprietez” serpiente boa que se tragaba a una fie- muscular contra árboles y rocas para, dice: “Los dos animales más opuestos y ra. He aquí la copia del dibujo. con ayuda de la presión, poder expulsar que más rivalizan entre sí son la ser- El libro decía: “Las serpientes boas fácilmente las partes del cuerpo de su piente y el elefante, que se odian tragan sus presas enteras, sin masticar- víctima que no puede hacer entrar en extraordinariamente uno a otro, más las. Luego no pueden moverse y duer- su estómago y ser digeridas, como cor- que ninguna otra bestia en el mundo, men los seis meses de la digestión.” namentas, colmillos, huesos... y mantienen guerra perpetua. El dra- Reflexioné mucho entonces sobre las gón desea la muerte del elefante, por- aventuras de la selva y, a mi vez, logré que la sangre de éste, que es fría, apa- trazar con un lápiz de color mi primer ga el enorme calor y ardor del veneno dibujo. Mi dibujo número 1 era así: de la serpiente, cuando se la bebe. Así, Mostré mi obra maestra a las perso- la Serpiente se coloca al acecho, en los nas mayores y les pregunté si mi dibu- caminos por donde sabe que pasan los jo les asustaba. elefantes, y enrosca su cola al muslo Me contestaron: “¿Por qué del elefante y lo oprime, con tal fuer- habrá de asustar un sombrero?” za, que lo hace caer a tierra, matándo- Mi dibujo no representaba un le por constricción. Estos grandes dra- sombrero. Representaba una ser- gones nacen en las Indias y en Etiopía piente boa que digería un elefante. entre los grandes ardores del sol, y allí Dibujé entonces el interior de la ser- se encuentran [...] Cuando el dragón piente boa a fin de que las personas ataca al elefante, este lo pisa, aplas- mayores pudiesen comprender. tándolo con su peso. Igualmente, Siempre necesitan explicaciones. Mi Arte Griego del Gran Clasicismo, Kilix ático de cuando el elefante ve al dragón enca- dibujo número 2 era así: figuras rojas pintado por el pintor de Jena, que ramado a un árbol y acechando su Las personas mayores me aconseja- muestra a Triptolemo montado en su carro tirado paso, se va derecho al árbol para ron que dejara a un lado los dibujos por cuadrigas de serpientes. Museo Vaticano matar al dragón; y el dragón salta de serpientes boas abiertas o cerradas Roma. sobre la espalda del elefante, le muer- y que me interesara un poco más en la de entre las ancas, nalgas y narices y le geografía, la historia, el cálculo y la saca a veces los ojos; luego se vuelve a gramática. Así fue como, a la edad de 32 la herida que le ha causado y le chupa seis años, abandoné una magnífica Bestiario manuscrito de la Universidad la sangre hasta que el elefante se debi- carrera de pintor. Estaba desalentado de Cambridgue. 24-28, A través de MALAXECHEVERRÍA, Ignacio, lita tanto, que se deja caer. Y si el dra- por el fracaso de mi dibujo número 1 y Bestiario Medieval. Madrid, 1986, p. gón no es ágil, cuando cae el elefante, de mi dibujo número 2. Las personas 3-5. si no se aparta rápidamente, el elefan- mayores nunca comprenden nada por 33 Bestiario manuscrito de Proprietez. te cae sobre él y lo aplasta con su peso. sí solas y es cansado para los niños 442-444, A través de Así, al morir, mata a su asesino.”33. tener que darles siempre y siempre MALAXECHEVERRÍA, Op. Cit. p. 7-8. Las serpientes constrictoras aplican explicaciones.” 34 PSEUDO ARISTÓTELES, El Fisiólogo. justo la presión necesaria para inte- La “Boa Constrictor” es la serpiente Manuscrito de la Universidad de rrumpir los movimientos respiratorios más gruesa que se conoce, aunque no Oxford, Ashmole, 1511. de sus víctimas, asfixiándolas. Solo des- la más larga. Llega a medir 7 metros de 35 SAINT EXUPÉRY, Antoine de, El pués de haberlas asfixiado, abren sus longitud y su circunferencia alcanza un Principito. Madrid, 1978, traductor mandíbulas e ingieren el alimento. En grosor de hasta 1 metro, aunque cuan- Bonifacio del Carril, p. 11-13.

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Conclusión: Este elenco biológico es el que condicio- na, justifica y determina los distintos sus- A través de este artículo, se ha hecho tratos de sacralidad que se atribuyeron un viaje a la naturaleza de la serpiente a la serpiente. Conscientemente se ha en relación con la del hombre, y se ha obviado el análisis del comportamiento ido de Oriente a Occidente, de la anti- reproductivo de la serpiente y el carác- güedad a la modernidad contemporá- ter curativo de su veneno medicinal, en nea, con total libertad para percibir la espera de poder hacer, en el futuro esencia de la iconografía de la serpien- otros trabajos monográficos sobre estos Arte Prehistórico Australiano, Pintura parietal en te. En él se ha puesto de relieve que la dos aspectos, cuya importancia y signifi- un abrigo rocoso en Mandagarri Site, Kimberly, sacralidad de la serpiente se explica, en cado nos hacen abrigar la esperanza de Australia, Santuario de la Gran Diosa Serpiente buena parte, por el efecto de superiori- poder publicar en breve plazo de tiem- Almui. En la parte superior del abrigo rocoso se la dad que se establece al comparar la bio- po otros artículos en Akros. representa preñada de huevos en el interior de su cuerpo en actitud maternal, calmada y protectora. logía del hombre, débil y vulnerable, Además de señalar los condicionan- con la de la serpiente, fuerte y astuta. Se tes biológicos que explican la importan- ha intentado desentrañar la estrecha cia que los antiguos dieron a la serpien- relación que puede establecerse en te en sus distintos corpus de creencias materia de iconografía entre la imagen religiosas, se han descrito con detalle de la serpiente y la serpiente en sí misma las incoherencias observadas en las que como ser biológico que existe en la biología y simbolismo sagrado no se naturaleza, que causó en la mente del ajustan a ninguna causa justificada sufi- hombre una hipnótica seducción que le cientemente explícita. Todo parece llevó a adorarla o despreciarla, pero que indicar que, sobre un sustrato de reali- nunca le dejó ambiguo o indiferente. La dad biológica verdadera y auténtica, ofidiofilia y la ofidiofobia son, en reali- observada y comprobada, en algún dad, dos caras de una misma naturaleza momento de la historia, la imaginación psíquica: la humana. Verdaderamente, humana sobrepuso un sustrato de fic- se trata de dos caras de una misma ciones inventadas y leyendas con apa- moneda. Centrado nuestro trabajo en riencia de verdad histórica que incre- varios puntos, se ha considerado clave, mentaban sustanciosamente los bajo nuestro punto de vista, que, la poderes mágicos atribuidos a los ofi- sacralidad de la serpiente y los simbolis- dios. Se puede afirmar que existen unas mos que se deducen de una serie de fac- verdades biológicas en torno a la ima- tores biológicos que no se pueden gen estética de la serpiente y un con- Arte del Primer Renacimiento Italiano. Libro de entender si no es a través de un conoci- junto de mentiras iconográficas que Horas de Santa María, Biblioteca Histórica miento preciso y concreto de su compor- idearon para ella una personalidad Nacional de Nápoles. En el folio 74 hay una minia- tamiento en la naturaleza, que era sobrenatural y trascendente. tura que representa el pecado original, en el que la observado con extrañeza, por los hom- Analizar la imagen de las serpiente serpiente recibe un tratamiento análogo al de la bres de la antigüedad. La imposibilidad desde la perspectiva que ofrece su sagrada serpiente fértil del Arco Íris. de dar una explicación racional y cientí- especial comportamiento biológico, fica satisfactoria para sus comporta- dota al investigador de una situación mientos, facilitó su cómoda transforma- privilegiada que posibilita una óptima ción en enviada de los Dioses y, en comprensión de las posibles causas La idea que atribuye una extraordi- ciertos lugares, en una Divinidad en sí profundas por la que ha sido tan naria voracidad a las serpientes, ilustra misma. Estos factores, aislados y enun- importante para la historia de las reli- el frontispicio de algunas ediciones de ciados, son los siguientes: su condición giones. Sin duda, su especial compor- los “Emblemas” de Alciato. Estas de reptil ápodo, frecuentemente vene- tamiento biológico es el auténtico estampas muestran a una serpiente noso, las muy distintas formas que cimiento sobre el que se asienta su que se enrosca sobre sí misma forman- adopta para desplazarse, para atacar a importancia como símbolo religioso. do anillos y devora a un ser humano sus víctimas, para cazar a sus presas, sus maduro empezando por las piernas. El hábitos alimenticios, su voracidad carní- hombre alza los brazos, como si pidiera vora y sus especialísimas capacidades auxilio. Al margen de su posible signifi- sensoriales, únicas en el reino animal. cado culinario y del común simbolismo del peligro y del pecado que ataca a la Serpiente Pitón Morolus del Zoológico de Madrid virtud, la estampa simboliza la existen- en la que se la representa en el momento en que cia de un conocimiento superior, que incuba sus huevos puestos sobre una capa de devora y consume al hombre. estiércol.

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Mateo Bazataquí Soriano: JOSE ROMANO Licenciado en Historia del Arte. Análisis de su obra

En abril de 2003, Melilla perdía a uno de los artistas que tiempo de instalarse sus padres en nuestra ciudad, y siendo durante la última década ha contribuido al desarrollo cultu- alumno del Instituto “Leopoldo Queipo”, se presentará a un ral de la ciudad. Un artista autodidacta, celoso de su arte, certamen de dibujo, donde con una obra de reducido tama- que quiso mantener oculto su bagaje, hasta que su jubila- ño hecha en tinta china negra, y dejando ver su futuro estilo ción y el aliento de su familia y amigos lo animaron a expo- hiperrealista, pinta un coche de época con el que consigue el ner sus obras. Todas ellas influenciadas por su labor profesio- primer premio del certamen. nal y por la luz del Mediterráneo: Edificios modernistas de la Sus dotes en el manejo del lápiz y la herencia adquirida ciudad, rincones típicos, Marruecos y el mar serán referentes de su padre hacen que en 1944 se desplace de nuevo a obligados para él. Si bien durante toda su vida pintó de Badalona para comenzar sus estudios de aparejador; nunca manera callada, en estos últimos años en exposiciones casi terminará los estudios, pero sí tomará lecciones de dibujo y anuales dejó su impronta en muchos hogares melillenses y en muchos de los que visitan la ciudad y quieren llevarse un trozo de nuestra luz plasmado en unas acuarelas de trazo casi fotográfico. Aunque de familia aragonesa, Mateo Bazataquí Soriano, nace el 23 de noviembre de 1926 en la ciudad de Badalona (Barcelona). Pasará su niñez y adolescencia en Cataluña ya que sus padres Mateo y Emilia se desplazan desde Frías de Albarracín hasta Badalona por motivos laborales. Allí su padre trabajará a las órdenes del ingeniero José Ochoa Benjumea. En poco tiempo será su mano derecha y partici- pará en todos sus proyectos. Pronto comienza un peregrinar por diferentes puntos de costa, tanto de la geografía espa- ñola como de la marroquí: Canarias y Tánger, entre otros, para terminar en Melilla donde se están realizando las obras del puerto. Desde muy niño, y animado por su padre, Mateo Bazataquí puso de manifiesto sus dotes artísticas. Al poco Marina. Acuarela. 0,21 x 0,28m.

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Ahora bien, si tuviéramos que des- tacar uno, de entre todos sus proyec- tos para entidades comerciales, sería sin duda el que realiza para la oficina principal del “Banco Bilbao” situada en la calle General Pareja. Este proyec- to irá mas allá de lo que podemos entender por un diseño de decora- ción, pues realizará todo el conjunto de la obra, desde la redistribución del edificio hasta el acabado final. Desde la tabiquería y escaleras hasta los mos- tradores de madera decorados con tallas y las ventanillas de pago. Todo un trabajo integral que mostrará su gran capacidad de creación. Una de sus labores más enriquece- doras y que le proporcionaría más satisfacciones sería la construcción de Vista general de Melilla la Vieja. maquetas de edificios para todos sus proyectos. Durante toda su vida com- pondrá grandes maquetas, en los que fabricaría a mano todos los objetos color. Regresa a los cinco años y Pero si hay que destacar algo de su que la componen. Realizando todos comienza un contrato con la Junta de labor de proyectista serán sus diseños lo detalles, torneando columnas, rea- Obras del Puerto de Melilla. Es tam- privados para establecimientos comer- lizando una labor preciosista con un bién durante este periodo cuando ciales de la ciudad. El interiorismo va a estricto rigor milimétrico de escalas y conocerá a Lolita, su futura mujer. ser algo que siempre le atraiga y desa- proporciones. Esta labor será recono- En 1953, se presenta a las rrolle durante toda su vida. El diseño cida, ya después de su jubilación, en Oposiciones del Cuerpo de de fachadas, escaparates y letreros, el encargo de dos maquetas de gran- Delineantes Proyectistas del Minis- que dibuja y decora hasta en los últi- des dimensiones del plano de Melilla terio de Obras Públicas y obtiene pla- mos detalles, son una muestra de esta que han sido durante años admiradas za con el numero uno. Es destinado afición. Comercios tan emblemáticos y en la ciudad, una de ella es la que se a Jaca, donde trabajará durante un conocidos de la ciudad como realizará para la estación marítima y periodo de pocos meses, tras los cua- “Pagoda”, “Castilla”, “Mónaco”, les elegirá plaza en Melilla, integrán- “Joyas Pastor” o “Rual” y tantos otros dose en el gabinete de delineación y que hoy en día han desaparecido, son proyectos de la Autoridad Portuaria. ejemplos de su trabajo. Este periodo será uno de los más cre- Pero sus proyectos no sólo se van a ativos en su carrera profesional y más ceñir a la fachada, en algunos casos la feliz en su ámbito personal. De su figura de artista brotará para comple- matrimonio, celebrado en febrero de tar sus diseños hasta en los más míni- 1955, nacerán sus tres hijos. mos detalles. Así, trabajará en techos, Comienza así un periodo donde molduras, vitrinas y muebles, deco- compaginará su trabajo de funcionario rándolos con tallas de madera, que él con otro de índole más privado que le mismo realiza, como es el caso del pro- absorberá hasta bien entrada la década yecto de “Joyas Victoria”, o empleará de los setenta. Como delineante traba- grandes paños de cerámicas de pasa- jará en proyectos de edificios de la jes de Melilla de influencia cubista Autoridad Portuaria como el Club como los de la Estación Marítima, o Marítimo de Melilla, realizando el espi- incluso utilizará grandes murales con gón y la zona de trampolines. En técnicas muy novedosas como en la Marruecos realizará para el sede del “Banco Popular” donde reali- Protectorado Español diferentes pro- za por primera, y quizás única, vez yectos de escuelas y edificios públicos obras abstractas, olvidando su tradi- por toda la geografía del norte del país, ción realista, en técnica mixta con are- lo cual hará que despierte ese interés na y óleo, dándole unas texturas muy Entrada de la Avenida. 1994. Acuarela. por sus tipismos, formas y colores. interesantes en los acabados. 0,55 x 0,36 m.

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otra será la encargada dentro de los paseos en bicicleta a primeras horas actos para la celebración del Quinto de la mañana y le ayudan a hacer Centenario de la fundación de la ciu- fotos de bellas estampas de las zonas dad para ser expuesta en el Palacio cercanas, y también en su retiro de fin de Congresos y Exposiciones. Esta de semana a la casa de su hijo en el última llenaría de satisfacción al “campo” cerca de las dunas de Tardit. autor por poder así contribuir y dejar Tampoco podemos olvidar sus viajes al su impronta en una de las efemérides interior de Marruecos: Tetuán, Tánger, más importante para la ciudad que lo Xauen o Fez donde queda absorto por acogió desde joven y en la que viviría los artesanos, y los rostros de los ven- más de cincuenta años. dedores en los zocos. En cuanto a su proceso creativo Desgraciadamente para todos, no como pintor podemos decir que siem- todo lo que pintaba lo conservaba. Su pre, y a lo largo de toda su vida, ha afán perfeccionista que le hacía des- estado presente. Desde ese dibujo a truir todo aquello con lo que él no plumilla ganador de su primer certa- estaba conforme y su altruismo, que le men de dibujo hasta su muerte su lleva a regalar todo lo que terminaba producción ha sido inmensa. Aunque y que era de su agrado, hacen que, ni toca todas las técnicas, será la acuare- siquiera su familia, posea obras del la la que más desarrolle, dada su rapi- pintor en etapas anteriores a su pri- Puerta de La Marina y Torre del Reloj, en Melilla la dez de ejecución, su dificultad y com- mera exposición. Por ello, tras su jubi- Vieja. plicación y el afán de perfeccionismo lación, le animan a comenzar a expo- que posee en sus obras. Sabemos que ner sus obras, lo cual hará a principios realiza pirograbados, óleos y también de la década de los noventa. acrílicos y que se atreve a investigar El 9 de diciembre de 1990, en la sala con nuevas técnicas y soportes, así en de exposiciones del Centro Cultural de los años setenta realiza esgrafiados los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire de monocromos sobre papeles de acaba- Melilla, inaugura su primera muestra do metálico, siempre con una técnica de acuarelas animado por su amigo y depurada y una perfección en el director del Centro Cultural, Julio dibujo. Fernández. Con un total de diecinueve La temática no va a variar mucho a obras, en su mayoría marinas, comien- lo largo de su vida. Dado su interés za su carrera expositiva. Yasmina varada en la Mar Chica. por reflejar la realidad a través de sus Habrá que esperar tres años para cuadros, siempre elegirá temas figura- que realice su segunda exposición, en tivos con una constante realista, casi el mismo lugar que la anterior. La obsesiva, e hiperrealista en muchos mayoría de estos trabajos están fecha- casos. Así los edificios siempre estarán dos entre 1992 y 1993. Esta vez la en su panorama artístico, muy ligado temática es diferente, pues aunque a su oficio. Edificios de elegante factu- mantiene algunas marinas destacan ra muy conocidos para los admirado- los personajes y motivos bereberes, res del modernismo melillense, donde recreándose en las indumentarias, los el trazo perfecto se realza con la luz gestos y la personalidad islámica que del Mediterráneo como otra constan- conoce a la perfección. También plas- te en su obra. También el retrato ma rincones de la ciudad como la pla- Palomita en la Mar Chica con el Monte Atalayón al como máximo exponente de la reali- za Menéndez Pelayo tras la remodela- fondo. dad se intercalará con los paisajes más ción dirigida por Carlos Baeza y un queridos por el pintor. El mar, del que pequeño grupo de retratos. el pintor se declara públicamente un En 1994, esta vez el 16 de noviem- gran enamorado, lo plasmará en mul- bre, y en la sala de exposiciones del titud de sus obras, en grandes mari- centro cultural Federico García Lorca, nas donde barcas de pescadores que- inaugura una nueva exposición de dan encalladas en unas playas de finas acuarelas donde los protagonistas arenas o en dársenas marítimas que vuelven a ser los edificios modernistas plasman como horizonte los edificios de la ciudad. más emblemáticos de la ciudad. Y por Ya en su cuarta exposición indivi- supuesto, los rincones de algunas dual cambia totalmente de registro, Club Marítimo de Melilla. 1994. Acuarela. comarcas del Rif, que recorre en sus tanto en el número de obras, que ele- 0,43 x 0,33 m.

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va a treinta y cinco, como en formato, que reduce, y a la sionales y de amistad. Será en la recién estrenada sala de gama cromática que se vuelve sepia en lo temas arquitectó- exposiciones del Club Marítimo la que acogerá su última nicos, sólo roto por los guiños del azul del cielo. En esta exposición en Melilla. Este lugar donde realizó grandes pro- exposición de 1995, su principal interés será la búsqueda de yectos profesionales, cuando era responsable del gabinete efectos de luces y sombras que lo preocupa, siempre en de delineación y proyectos de la Autoridad Portuaria, y constante desarrollo de ese realismo que refleja sus obras. donde su padre junto con Ochoa Benjumea realizó los pri- Cada vez más sus obras parecen llegar al hiperrealismo meros trazos del recinto, verá colgarse por última vez las fotográfico, en los detalles, en el trazo corto de sus pincela- marinas con las que tanto disfrutó, los paisajes de su ciudad das e incluso en los colores que utiliza para captar el mar, de adopción y todos esos personajes tan típicos que ya se sus brillos y efectos del sol encuentran acomodados en las paredes blancas de en el catálogo del pintor. los edificios en un día de En esta ocasión, también, verano. se recogen paisanajes Una temática netamente marroquíes como las tradi- localista y marinera será la cionales “carreras de la que impregne su quinta pólvora” que había con- exposición individual en templado en la ciudad de 1997, otra treintena de Fez en algunos de sus via- obras colgadas de las pare- jes por el vecino país, sin des de la sala de exposicio- olvidar las estampas meli- nes “Victorio Manchón” llenses, tan reclamadas por donde el pintor recoge sus su público fiel. temas favoritos: Melilla y el No podemos olvidar las mar. Ya en estos momentos dos exposiciones que reali- Mateo Bazataquí se ha zará fuera de la ciudad de afianzado en el mercado Melilla, una en Alicante y artístico, lo cual le hace sen- otra en el Circulo Mercantil tirse más seguro y ve que ha de Sevilla. En ellas recoge consolidado una importante una pequeña muestra de trayectoria artística. toda su carrera como pin- En 1998, participará tor, de acuarelista de trazo como acuarelista en las jor- Campesino de Taxdir. perfecto, donde expone nadas de puertas abiertas las diversas temáticas con que realizará el museo de las que se gana el aprecio la ciudad con motivo del de sus conciudadanos. Día Internacional del Debemos reseñar que Museo. Esta fue sin duda en el catálogo del patrimo- una grata experiencia para nio pictórico de la Ciudad él, ya que además de expo- Autónoma de Melilla, rea- ner una pequeña muestra lizado por Simón de su obra tuvo la oportu- Benguigui aparecen cuatro nidad de enseñar su técni- de sus obras como propie- ca de trabajo a mayores y dad de la ciudad, estando niños. una de ellas, una bella A finales del año siguien- marina, colgada perma- te, y de nuevo en el nentemente en una de las Federico García Lorca, cuel- dependencias mas impor- ga una treintena de cuadros Dársena pesquera y calle General Macías. tantes del museo local. de motivos rifeños y mari- Mateo Bazataquí, un neros. Agranda el formato “catalán de exportación” de los mismos y de nuevo el color inunda sus acuarelas. La como él mismo gustaba definirse, marcó una etapa dentro de perfección de los contornos y el volumen de los ropajes en la pintura local. Siempre queriéndose diferenciar de sus com- los personajes hacen que esta muestra alcance un gran éxi- pañeros de oficio artístico, huyó de la improvisación, de la to. No abandona los motivos melillenses, rincones escondi- mancha, de los temas poco planteados. Muy perfeccionista en dos y a la vez conocidos por el público, se asoman de nuevo su trazo, casi de ilustrador, y utilizando técnicas cercanas a su por la sala. profesión de delineante, supo captar el color de nuestras cos- En mayo de 2001, expondrá por primera, y única vez, en tas, el olor a brea de nuestros barcos y el exotismo de nuestro un lugar muy querido por él, al que le unen afectos profe- mestizaje cultural.

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Arqueología

Nueva aportación al conocimiento histórico de los

JUAN BAUTISTA SALADO ESCAÑO primeros momentos de Malila: (Arqueólogo) JOSÉ SUÁREZ PADILLA Las cerámicas a mano altomedievales (Arqueólogo) ILDEFONSO NAVARRO LUENGO de las excavaciones de Parque Lobera (Director del Área de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayto. de Estepona, Málaga) y Cerro del Cubo (Melilla) I.

Resumen:

Con este trabajo pretendemos adelantar algunas de las con- clusiones extraídas de un trabajo mayor sobre las cerámicas altomedievales de Melilla, procedentes de los resultados de las excavaciones de urgencia llevadas a cabo en Parque Lobera y Cerro del Cubo. Nuestro propósito es dar a conocer un interesantísimo conjunto de materiales elaborados a mano que constituyen una fuente de información histórica de primer orden, dejan- do para una publicación posterior, el estudio global de todo el material cerámico aparecido en distintas excavaciones arqueológicas desarrolladas en la ciudad.

Las excavaciones arqueológicas:

Los materiales que presentamos en este estudio parcial han sido extraídos de dos excavaciones arqueológicas de urgen- cia desarrolladas en el Centro Histórico de la Ciudad Autónoma de Melilla, Cerro del Cubo y Parque Lobera, y la información de la circunstancia de los hallazgos ha sido redactada a partir del informe que nos ha aportado la Dra. Pilar Fernández Uriel, quien nos ha encargado el estudio del conjunto cerámico1. Los días 7 al 11 de abril del año 1997 fueron una fecha 1 Agradecemos desde estas páginas a la Ciudad Autónoma de importante en el estudio de la Arqueología y en la investiga- Melilla su gran hospitalidad e interés en el conocimiento de ción de la historia de la ciudad. su Patrimonio Histórico, especialmente al Museo de la Ciudad El Centro asociado de la UNED patrocinó un coloquio y concretamente a Rocío Gutiérrez, que ha hecho posible el dedicado a sus orígenes y su Historia más antigua, con el estudio de estos materiales depositados en los fondos del título Melilla y su entorno en la Antigüedad, logrando que mismo.

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PLANO 1. Ubicación de los sondeos arqueológicos en Parque Lobera y Cerro del Cubo. (1: Altura del Cubo; 2: Parque; 3: Primer Recinto).

un grupo de investigadores se dieran cita en Aula DIEZ (Varios Autores: 1998). En dicho coloquio se expuso la necesidad de dar a estos estudios una continuidad y cobertura adecuada, poniendo esta labor en manos de un equipo investigador preparado para conseguir que su trabajo tuviera los medios idóneos y fuera apoyado y reconocido por las instituciones oficia- les y por la comunidad científica. Desde el primer momento la Gracias a los trabajos iniciados en romana, donde se instaló una posible Consejería de Cultura de la ciudad diciembre de 1997, que se prolonga- necrópolis, como se puede desprender aceptó este reto con entusiasmo y res- ron hasta enero de 1998, se pudo ver de los materiales localizados. paldó este proyecto, ayuda que ha que estas estructuras se trataban de Se intervino en un único silo exca- mantenido de forma continuada. distintos silos o “matimoras”, para vado en la roca natural, que estaba Así se iniciaron con rigor y continui- almacenar productos sólidos o, incluso colmatado por un estrato con abun- dad las primeras intervenciones líquidos. Morfológicamente, son cavi- dante material, siendo de esta inter- arqueológicas en Melilla la Vieja. Estas dades con forma oval, con una parte vención el mayor porcentaje de mate- investigaciones se canalizaron a través más ancha que oscila entre 15 a 25 m. riales estudiados. del Museo de la Ciudad, que se convir- de diámetro, si bien hay que decir, que El silo tiene 25 m. de diámetro en la tió en el centro de operaciones y base por lo general son bastante irregula- parte más ancha. Es de forma oval y del equipo de arqueología. res. El acceso a las mismas se practica a está intacto. Los estratos consistían Estas excavaciones arqueológicas través de una pequeña abertura en la básicamente en un primer nivel de tie- pioneras se iniciaron tímidamente con parte superior, la cual se tapaba rra de color pardo con bolsadas de tie- una serie de prospecciones dentro del mediante una losa de arenisca, como rra negra y gris con restos de carbo- Segundo Recinto. Sin embargo, su ver- así se pudo ver en uno de los silos, nes. Esta unidad amortizaba un dadero comienzo arrancó con una pri- cuya losa se había caído a su interior estrato formado por cenizas. mera campaña de urgencia al detec- (Foto 1 y 2). La importancia de poder haber tarse restos orgánicos y fragmentos De las cuatro que se investigaron y excavado estas estructuras no sólo cerámicos en la Carretera de la que conservaban los rellenos de amor- reside en haber detectado los prime- Alcazaba con ocasión de la construc- tización y colmatación, sólo una pose- ros indicios de hábitat de época islámi- ción de una urbanización de chales ía abundante material arqueológico. ca, sino que constituyen distintas uni- adosados en la ladera del Cerro del Las otras restantes estaban rellenas de dades cerradas y sin alteraciones, lo Cubo (Plano 1). tierra y escombros modernos, proba- que proporciona una gran fiabilidad Los arquitectos informaron de estos blemente provenientes de la construc- en la datación de los artefactos locali- restos a la Consejería de Cultura, ción de los sistemas defensivos de la zados. poniéndose en contacto con los profe- fortaleza de Victoria Grande. sores Fernando López Pardo, de la La segunda intervención de impor- Universidad Complutense, y Pilar tancia se llevó a cabo en febrero de Marco histórico Fernández Uriel de la UNED, perso- 1999 en el paraje conocido como nándose en el lugar el día 19 de Parque Lobera, concretamente en En el tiempo que transcurre entre que Diciembre de 1997, donde detectaron, toda la zona norte, muy cerca del Melilla pasa de ser conocida como en uno de los cortes realizados por las Auditorio Carvajal, que comprende la Russadir a llamarse Malila, se sitúa máquinas, hasta cinco cavidades de misma zona de hábitat que la del uno de los periodos históricos peor características similares excavadas en Cerro del Cubo. conocidos de la ciudad. la base geológica de la ladera, consis- Esta zona tiene la especificidad de Esta circunstancia del cambio de tente en roca arenisca. que estuvo ocupada en época púnica y nombre, es precisamente una de las

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Foto 1. Vista del interior de un silo localizado en Cerro del Cubo. Foto 2. Interior de un silo excavado en Cerro del Cubo. peculiaridades que llaman la atención existió un asentamiento bizantino, gicamente. En ellos, hay aljibes y gran- en comparación con otras urbes estra- debió presentar ante todo carácter des silos, destinados previsiblemente tégicas del Mediterráneo occidental. militar, cuya guarnición, como vemos al almacén de trigo y cebada. En opinión de E. Gozalbes (1997: 228) en el resto de los asentamientos inves- Junto a esto, también se observa este hecho debe responder a la existen- tigados, como Malaca, está siendo en momentos avanzados de la segun- cia de un momento de abandono de la abastecida por el estado, con lo que la da mitad del siglo IX el inicio de una ciudad, entre los siglos VII y IX d.C. economía local debió estar en claro reactivación económica en las ciuda- La última noticia que tenemos del retroceso (Taller de Investigaciones des costeras de Al Andalus, como epílogo de la Russadir tardoantigua es Arqueológicas 2001: 688). Los anti- Málaga, donde se documenta una a través del documento denominado guos habitantes de Russadir, a partir importante actividad artesanal Thronus Alexandrinus, que menciona del siglo VII, pudieron haberse despla- (Salado, Mayorga, Ramblas, Navarro, la ciudad de Rusadir como la sede de zado hacia el campo una vez que el Arancibia, 2002), en Pechina (Acién, un obispado cristiano a principios del asentamiento perdió su interés como Castillo, Martínez, 1990) y últimamen- siglo VII d.C. (Gozalbes E. 1991: 155). puerto estratégico, integrándose polí- te en Algeciras. Efectivamente, no nos parece extraña ticamente en el ámbito indígena beré- Concretamente los marinos de la existencia de una guarnición bizan- ber dominante. Pechina establecen importantes vín- tina en la ciudad, especialmente en Precisamente, en el siglo VIII, un culos comerciales con el Magreb, función de la constatación arqueoló- árabe de origen yemení, Saleh, se ins- donde incluso llegan a fundar factorí- gica reciente de este tipo de asenta- tala en pleno Rif oriental, y consigue as activas, como Orán (Guichard, mientos en puertos estratégicos del aglutinar políticamente las tribus de la 2002: 81). Mediterráneo occidental, como región (Tahiri 2002: 38). A principios Precisamente, las fuentes en estos Malaca (Taller de Investigaciones del siglo IX, su nieto funda la ciudad momentos avanzados del siglo IX nos Arqueológicas 2001), Septem y Iulia de Nakur, capital de este reino. Su hablan por primera vez de Malila. El Traducta (Navarro Luengo, esplendor la convierte en la medina geógrafo al-Yaquibi ya nos cita la ciu- Torremocha Silva, Salado Escaño, más importante de esta región medi- dad. Los nuevos pobladores deben ser 2000). terránea. En el territorio surgen nue- los indígenas beréberes, de las tribus A lo largo del siglo VIII, y práctica- vas poblaciones, mercados y puertos, que habitan este territorio desde el mente hasta finales de la centuria que establecen relaciones con las siglo VIII, y que serían obligadas a un siguiente, no tenemos noticias de la poblaciones del otro lado del proceso de sedentarización desde la antigua ciudad de Russadir, cuyo terri- Mediterráneo (Tahiri 2002: 44). Pero capital, Nakur, que no estuvo exento torio estaba integrado políticamente entre todas estas nuevas poblaciones y de problemas (Gozalbes, E. 1997: dentro del Islam. Sabemos que una puertos aún no se cita a Melilla. 230). serie de tribus beréberes poblaban la Es a mediados del siglo IX, como De hecho, el topónimo Malila, tie- región desde antiguo (Nefza) (Tahiri indica el profesor Tahiri (2002: 46), ne un origen beréber según este mis- 2002: 37), y fueron poco receptivas al cuando se observa una tendencia a la mo autor, que, deriva de “Mlil” y sig- efecto de la romanización (Gozalbes fortificación generalizada del territo- nifica “juntarse”. La interpretación G. y Gozalbes E. 1994: 769). A éstas se rio. Se construye una importante histórica de este significado, según el unieron posteriormente otras proce- muralla en la capital, Nakur, y surgen investigador, es su potencial carácter dentes del Este (Gozalbes, E. 1997: nuevos asentamientos fortificados en de lugar de mercado o reunión, pro- 228). el entorno de la ciudad. Entre ellos, pio de un espacio con excepcionales Pero, ¿qué pasó con la antigua destacan Tasreft e Igga, que han sido condiciones portuarias y un hinterland población de la ciudad de Russadir? Si recientemente constatados arqueoló- rico en productos agrarios y mineros.

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co del reino de Nakur, y por otro lado estaría justificado en base al interés económico de los puertos de Al- Andalus en el Magreb. En 927 la ciudad es sometida por Abderraman al-Nasir, tal como señala Ibn la Warrac, y recoge Bekri. Es con- quistada en un periodo breve por los fatimíes y reconquistada por los Omeyas, que la dotan de potente amurallamiento (Ibn Hayyan, 1981: 285), para pasar en breve espacio de tiempo a manos de los beréberes loca- les (Gozalbes E. 1997: 231). Los recientes resultados arqueoló- gicos de los trabajos de Plaza de Armas, cerro que está frente al que nos ocupa, evidencian que este lugar estuvo ocupado en momentos de los siglos X-XI, como demuestra el hallaz- go de cerámica verde y manganeso y manganeso sobre melado2, así como parte de una muralla de mampostería que podría corresponder a estos momentos (Villaverde 2003: 23)

Estudio cerámico. Las cerámicas a mano procedentes de Cerro del Cubo y Parque Lobera y su contexto histórico

Para facilitar la comprensión de las descripciones de los ejemplares cerá- micos, hemos agrupado todas las pie- zas en distintas series, en concreto 8, aun sabiendo que hay fragmentos que son difíciles de clasificar, aunque por características morfológicas, Figura 1. Marmitas. hemos visto conveniente añadirlos a A partir de estos momentos tam- determinados grupos. Esto no es óbi- bién contamos con fuentes arqueoló- ce para que en las referencias a gicas para conocer la Malila del siglo determinados casos haya distintas IX d.C. En este sentido, los conjuntos posibilidades de uso, existiendo, de cerámicas localizados en el Cerro pues, ejemplos polifuncionales, tanto del Cubo y Parque Lobera son de un desde un punto de vista material valor histórico extraordinario, ya que como subjetivo. nos permiten constatar como en este Como anteriormente dijimos, el promontorio existió un asentamiento estudio presente se centra únicamen- de esta época. te en las cerámicas elaboradas a 2 El estudio de la cerámica medieval de La existencia de este asentamien- mano, dejando para un trabajo poste- la excavación de Plaza de Armas, to antiguo en el Cerro del Cubo, rior la publicación de las piezas a tor- que se encuentra en vías de finaliza- resulta de gran interés. Sus caracte- no. A pesar de ello, desde un punto de ción, nos ha sido encargado para su rísticas físicas encajan bien en el nue- vista cronológico, la tomaremos como inclusión en la memoria de excava- vo patrón de asentamiento de lugar referentes de datación, ya que la ción por su director Noé Villaverde, posiblemente fortificado y de interés fechación de todo el conjunto puede al que agradecemos su confianza y disposición. estratégico, propio de la segunda ajustarse con mayor fiabilidad con las mitad del siglo IX en el ámbito políti- cerámicas a torno que con las elabora-

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Arqueo logía das a mano, las cuales tienen una per- duración más prolongada. Antes de entrar en las descripciones pormenorizadas de las piezas vemos conveniente hacer referencia a los porcentajes extraídos de todos los ejemplares estudiados, los cuales nos pueden proporcionar interesantes datos. Las cerámicas a mano suponen un 44,93 % de los ejemplares estudiados, frente a un 55,07 % de los elaborados a torno. Este porcentaje se nos antoja muy alto si lo comparamos con otros yacimientos cercanos, como Nakur, donde las proporciones serían de un 29,44 %, paras las cerámicas a mano y un 70,54 % para las cerámicas a torno (Acién Almansa, Cressier, Erbati, Picón, 2003: 623). Si estos porcentajes son relativamente cercanos, las diferencias son aun mayores con otros centros urbanos como al-Basra, donde las cerámicas a mano suponen únicamen- te un 5,4% frente a un 94,6% de cerá- micas a torno (Benco, 1987: 63).

Marmitas

Es la serie con mayor número de ejem- plares, y la que presenta una variedad tipológica más grande. Las pastas son generalmente de color naranja, aunque hay distintos ejemplares en las que podemos ver nervios de cocción, normalmente naranja y negro (figura 1, nº 2), naran- ja y gris (figura 2, nº 5) o marrón y gris (figura 1, nº 4). Otras pastas presentan tonalidades grises (figura 2, nº 6) o beige (figura 2, nº 7). del borde. Figura 2. Marmitas. Debemos destacar que los desgra- Similar a este tipo nos encontramos santes son medianos y abundantes, con piezas con el borde exvasado con subrayando dos piezas que tienen sección triangular (figura 1, nº 4, figu- como mineral principal micas doradas, ra 2, nº 5 y 6) y con decoraciones a en estos casos de grosores pequeños base de líneas incisas onduladas (figu- (figura 2, nº 9 y 11). ra 1, nº 4, figura nº 2, nº 6), líneas pun- En cuanto a morfologías nos encon- teadas, y pequeños círculos o lágrimas tramos con diversos tipos diferencia- incisas (figura 1, nº 4, figura 2, nº 5). dos. En estos casos se documentan mame- Las marmitas más comunes tienen lones digitados (figura 2, nº 5) y asas borde simple, cuerpo troncocónico y de cinta (figura 2, nº 6). bases ligeramente convexas, casi pla- Un tercer grupo lo constituyen dos nas (figura 1, nº 1-3). Los dos primeros piezas con borde exvasado con sección ejemplares tienen mamelones, mien- redondeada, cuerpo casi globular, tras que el número tres tiene un cor- base convexa y mamelones (figura 2, dón aplicado con acanaladuras debajo nº 7-8). La pieza 9 de la figura 2 no

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Figura 3. Cazuelas.

reúne exactamente las características de este grupo, pero sí la podemos incluir en el mismo, ya que la diferen- cia reside en que el borde es más largo que los anteriores, siguiendo en lo demás un esquema similar. El último grupo de marmitas, son dos piezas que tienen cuello casi recto y con bordes exvasados (figura 2, nº 10-11). En el caso del primero el labio tiene una pequeña acanaladura. Indiferentemente a los tipos, hay una característica muy peculiar en el tratamiento de las superficies de las marmitas. De este modo, presencia- mos alisados tanto en el interior como en el exterior (figura 1, nº 1 y 4, figura 2, nº 8) o solo en el interior (figura 1, nº 2), al igual que espatulados en el interior (figura 2, nº 6 y 10) o al exte- rior (figura 2, nº 7). Estas soluciones se practican con el fin de tapar los poros y conseguir, por tanto, cierta imper- meabilidad en las piezas.

Cazuelas

Presentamos 4 ejemplares bien dife- renciados de cazuelas, de las cuales dos están casi completas. Las pastas empleadas para la con- fección de estas piezas tienen desgra- santes medios, menos en el caso del número 12 de la figura 3, los cuales son de grueso calibre. La coloración de dichas pastas son también variables, pasando desde los la cual es convexa. Como elemento sección triangular, algunos exvasados tonos anaranjados (figura 3, nº 12-15), decorativo destacar un cordón ungu- (figura 3, nº 17). Presentan pastas con a los nervios de cocción beige y gris lado bajo el borde que recorre todo su tonos naranjas o grises. No debe des- (figura 3, nº 139) o rojo y gris (figura 3, diámetro. Es el único ejemplar que tie- cartarse que puedan tratarse de atai- nº 14). ne la cara interior alisada al igual que fores a torno lento, aunque nos incli- Desde un punto de vista morfológi- ocurre con ciertas marmitas (figura 3, namos más por la primera posibilidad co los cuatros ejemplares son distintos. nº 13). (figura 3, nº 15-18). El primer tipo tiene cuerpo tronco- El tipo tercero es difícil de clasificar, cónico, con el labio exvasado de sec- aunque nos inclinamos más por la ción circular, asas de cinta y base pla- posibilidad de que sea una cazuela. La Anafres na. Presenta borde lobulado para característica más reseñable que facilitar el escanciado de los líquidos posee es la acanaladura que tiene en Como anafre presentamos, no con contenidos (figura 3, nº 12). el borde, posiblemente para recoger ciertas reservas, una única pieza que El segundo tipo es una cazuela con una tapadera (figura 3, nº 14). tiene una pasta con nervio de coc- forma de cuenco, labio simple y posee Por último, las piezas que constitu- ción de color roja y negra con des- una ligera carena en la parte central yen el cuarto grupo tienen cuerpo grasantes medianos. La catalogación que diferencia el cuerpo con la base, troncocónico invertido con labios con como anafre viene dada por la exis-

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Figura 4. Anafres y Braseros. tencia en su interior de un aplique Las características de estos braseros ños y medianos, nervios de cocción vertical que puede servir de soporte residen en sus grandes dimensiones y naranjas y negros. para marmitas y cazuelas de gran en la existencia de trípodes de gran Tienen forma de cuenco con pare- diámetro. Las paredes son bastante tamaño. En uno de los casos este trí- des gruesas, con ligera carena (figura gruesas y rectas, siendo su labio sim- pode posee en su cara externa un cor- 5, nº 23) y posibles fondos ligeramente ple de sección cuadrangular (figura dón ungulado vertical como ornamen- convexos. Los labios son exvasados y 4, nº 16). to (figura 4, nº 17). de sección triangular (figura 5, nº 23 y Los cuerpos, en comparación con 24), aunque pueden ser también sim- sus diámetros, son relativamente cor- ples (figura 5, nº 25). En ocasiones, las Braseros tos, son rectos y acaban en un borde paredes internas se tratan mediante con acanaladura poca marcada. un espatulado (figura 5, nº 24-25) para Como braseros catalogamos una serie Tienen grandes mamelones, la pieza tapar los poros. de piezas de gran interés, debido a sus estudiada conserva tres, decorados Como decoración singular, docu- grandes dimensiones y a su posible con digitaciones, y las bases son rectas mentamos incisiones triangulares en funcionalidad variable. (figura 4, nº 19). el borde interior (figura 5, nº 24) o El hecho de que tengan señales de Las pastas tienen nervio de cocción incisiones oblicuas a lo largo de todo fuego en el interior es el que nos ha de color rojo y negro (figura 4, nº 17) y el borde (figura 5, nº 25). llevado a decantarnos por tipologarlas pajiza y gris (figura 4, nº 19), con des- como braseros, sin tener que desdeñar grasantes medianos. la posibilidad de que puedan ser usa- Tapaderas das, del mismo modo, como anafres. Esta ambigüedad funcional queda Alcadafes Las dos tapaderas son discoidales, con patente en la pieza 18 de la figura 4, pastas de color naranja con desgrasan- que, debido a las dimensiones tan Dentro de este grupo hemos cataloga- tes gruesos (figura 5, nº 27) o pasta reducidas, no podemos precisar su do un total de tres piezas, denominán- bien depuradas (figura 5, nº 26). funcionalidad. No obstante, la sección dolas alcadafes más por exclusión que Las dos presentan asas de puente, es muy similar al anafre estudiado por inclusión. destacando una pieza que tiene dos anteriormente, tanto en grosor como Los ejemplares presentados tienen asas cruzadas de sección triangular en forma. todas pastas con desgrasantes peque- (figura 5, nº 27).

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Figura 5. Alcadafes y Tapaderas.

Tinajas

En el grupo de grandes contenedores destacamos tres piezas con pastas bei- ge (figura 6, nº 28) o naranjas (figura 6, nº 29 y 30), con desgrasantes media- nos o muy gruesos, como en el caso nº 29 de la figura 6. Destacan por tener los borde vuel- tos y ser de gran grosor. Tienen diver- sos motivos decorativos, siendo el más común los cordones ungulados en los cuerpos (figura 6, nº 28 y 29). Como decoración más especial reseñar un grupo de garabatos incisos en el bor- de (figura 6, nº 30).

Orza

Sin descartar que la pieza nº 30 de la figura 6 pueda ser una marmita, describimos un único ejemplar con cuerpo posiblemente globular y labio redondeado. La pasta es de color naranja y los degradantes son de mediano calibre (figura 6, nº 31).

Conclusiones

El conjunto que presentamos en este estudio está conformado por un inte- resante elenco de cerámicas elabora- das a mano. A pesar de que la perdu- ración de esta técnica es bastante otro lado reforzada por la ausencia (Acién, Cressier, Erbati, Picón, 1999: amplia, si contextualizamos estas pie- total de verde y manganeso y cuerdas pp. 62-67). zas con las manufacturadas a torno secas parciales. Esta propuesta se nos En el caso de Nakur destaca la aparecidas en los mismos niveles estra- presenta reforzada por su compara- ausencia de los braseros o anafres, al tigráficos, debemos fechar todo el ción con producciones cercanas. igual que la de los alcadafes. conjunto en el último cuarto del siglo Los paralelos que nos parecen más Del mismo modo, es importante IX, principios del siglo X, lo que supo- fiables y parecidos, son las cerámicas significar que nuestras piezas tienen ne la constatación arqueológica de la documentadas en las últimas excava- paralelos en al-Andalus, como la mar- Malila anterior a la conquista de ciones en la ciudad salihí de Nakur. El mita nº 6, con piezas de Cabezo del Abderraman III. repertorio documentado es práctica- Moro (Gutiérrez, 1996, figura 84.1), o Esta propuesta cronológica, como mente igual al nuestro, destacando las marmitas del primer tipo, nº 1 y 2 dijimos, viene ajustada por las piezas las marmitas con cordones y decora- con tipos documentados en Bayyana vidriadas, en las que destaca la pre- ciones incisas y punteadas, las cazue- (Acién y otros, 1995, figura 411), o la sencia de ataifores en verde oliva, las, igualmente con cordones y con cazuela nº 12 de la figura 3, que es jarritas incisas bajo vedrío, candiles de forma de cuenco, los grandes conte- igual a una aparecida en las excava- piquera corta y ancha cazoleta, y por nedores y las tapaderas discoidales ciones de la Plaza de la Marina en

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Figura 6. Tinajas y Orza.

aquellas zonas no ocupadas por los bizantinos o con poca influencia de éstos, la cerámica a mano tiene poco que ver con la que nos ocupa, como es el caso de la Marca Media o el levante andalusí (Acién, Cressier, Erbati, Picón, 1999). La vinculación que establecemos entre Melilla y Nakur en este momen- to, a través de las cerámicas, ya no sólo las de mano, sino también las vidriadas, nos hace pensar en una vía importante de comercio, a través del puerto salihí, a las zonas del entorno del centro urbano. Es difícil precisar si las cerámicas a mano son produccio- nes locales, pero todo nos hace pen- sar, por el carácter rural que Melilla posee en estos momentos, de que, al igual que se comercializan las cerámi- cas vidriadas o a torno, también se comercian las cerámicas a mano, al menos ciertos tipos más extendidos, como las marmitas, las cazuelas o las tapaderas, desde distintas rutas comerciales que se difunden a partir del núcleo urbano más importante de la zona, Nakur. El hecho de que los restos más sig- nificativos que aparecen en el Cerro del Cubo o en Parque Lobera, sean silos, demuestra un asentamiento con marcado carácter rural o agrícola, en un espacio con buenas posibilidades portuarias y de cierta estructura urba- Málaga (Acién, Castillo, Fernández, Indudablemente, ese lazo de unión nística. Este hecho sí se hace evidente Martínez, Peral, Vallejo, 1995, figura que nos induce los parecidos existen- a partir de la ocupación de la plaza 515). tes en la cultura material norteafrica- por parte de Abd al-Rahman III, don- Es importante destacar la similitud na con el sur peninsular viene por el de, proponemos, se produce un trasla- de estas piezas con ejemplares a torno sustrato que la ocupación bizantina do del asentamiento al cerro colindan- lento de época tardía excavadas en impregna en ambas regiones entre las te, la actualmente llamada Melilla la todo el sur y sureste de la Península poblaciones indígenas, tradición que Vieja, buscando un lugar con mayores Ibérica. Como muy bien dice el profe- perdura en lo funcional y, en algunos condiciones estratégicas. sor Acién, se infiere una cierta unidad casos, en lo tipológico (Navarro, Esta propuesta se refuerza a partir en los dos lados del Estrecho a partir Fernández, Suárez, 1997). de la ausencia de cerámicas claramen- del siglo VI en cuanto a la cultura Igualmente, es importante destacar el te califales, como el verde manganeso, material confeccionada a mano, algo trasvase de población oriunda de la en los conjuntos localizados en Cerro que no ocurre con el resto de la zona tunecina y argelina durante el del Cubo y Parque Lobera, cerámicas Península en la Alta Edad Media siglo VIII, altamente romanizada, que que sí aparecen de forma importante (Acién, Cressier, Erbati, Picón, 1999: permitiría una cierta continuidad en en las excavaciones desarrolladas en 53). el ajuar cerámico. Curiosamente, Melilla la Vieja.

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Arqueología

Huerta de Reyes: un STRAATO Gabinete de Estudios sobre Patrimonio 1 yacimiento del ateriense Histórico y Arqueológico ICM Instituto de Cultura mediterránea2 localizado en Melilla

Introducción Alteración del yacimiento por las obras de ampliación del aeropuerto y planteamiento de El yacimiento Huerta de Reyes se localiza en la ladera oriental los trabajos arqueológicos de un suave alomamiento que se eleva inmediatamente al sur del Aeropuerto de la Ciudad Autónoma de Melilla. En ese Los aspectos señalados previamente constituyen el estado espacio se observaban en superficie abundantes restos de las investigaciones en el yacimiento Huerta de Reyes has- arqueológicos, representados exclusivamente por materiales ta la realización del proyecto de mejora del Aeropuerto de líticos, que aparecían dispersos por una amplia extensión de la Ciudad Autónoma de Melilla. Dicho estudio contemplaba terreno comprendida entre el cauce artificial del arroyo la ampliación de sus instalaciones en dirección sureste, afec- Mezquita, que bordea el yacimiento por el sur y por el tando a una amplia superficie del yacimiento, circunstancia este, y la carretera que lleva al aeropuerto (ML- que hacía necesaria la realización de una serie de medi- 204), que delimita al enclave por el norte, lle- das correctoras de carácter arqueológico. Esas labo- gando la dispersión de los restos en dirección res fueron encargadas por la empresa consultora oeste hasta la cima de la elevación. INECO, concesionaria de AENA para la realización Este enclave aparece citado por primera de las obras de mejora y ampliación del aeropuer- vez en los años 50 por Carlos Posac, quien to, al gabinete arqueológico STRATO en colabora- menciona en uno de sus artículos el hallaz- ción con el INSTITUTO DE CULTURA MEDITERRÁNEA. go en el lecho del arroyo Mezquita de algu- Según el proyecto de actuación arqueológica se nos fragmentos líticos de aspecto muy antiguo diferenciaban dos zonas atendiendo a su distinto gra- para los que apuntaba una cronología inferopaleo- do de alteración. De esta forma, en el espacio afectado lítica (Posac, 1956: 164). Pero la primera referencia directamente por la ampliación de la pista de rodadura directa no se produce hasta los últimos años del siglo de aviones (Zona A) se contemplaba la recogida sistemática XX, momento en que es recogido en el estudio que J. M. de los materiales líticos en una superficie de 2.000 m2, Tomassetti realiza del cercano yacimiento de Sidi Guariach, debiéndose además realizar varios sondeos estratigráficos señalando una adscripción cultural concreta para las indus- que abarcaran una superficie de 8 m2. trias de Huerta de Reyes (Tomassetti, 1996: 16-17). Sin embargo, no será hasta el año 2000 cuando se realicen los primeros trabajos de documentación sistemática del enclave, 1 Los integrantes del gabinete STRATO y autores de este trabajo son actividades que fueron llevadas a cabo por el Instituto de Roberto Redondo Martínez, Francisco Javier Sanz García, Cultura Mediterránea. Dicha institución emprendió una Gregorio José Marcos Contreras, Jesús Carlos Misiego Tejeda, serie de campañas cuyo objetivo estribaba en la correcta Miguel Ángel Martín Carbajo y Luis Ángel del Caño García. delimitación espacial del enclave así como en su adscripción 2 Los integrantes del Instituto de Cultura Mediterránea y coautores cronológica y cultural. de este trabajo son Juan Bellver Garrido, Antonio Bravo Nieto, Sonia Gámez Gómez, Colela Blanco Franco y Estefanía Romero Sánchez. Figura: Pieza Pedunculada

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Situación objeto de la intervención arqueológica en la ciudad de Melilla.

En cuanto al resto del yacimiento ampliación del Aeropuerto de la Nº de Sector Cuadro (Zona B), localizada al oeste del espa- Ciudad Autónoma de Melilla. Los piezas cio afectado por las obras de mejora resultados obtenidos durante el desa- del aeropuerto, las medidas de correc- rrollo de esas tareas motivaron la I 1 140 ción arqueológica se limitaban al jalo- modificación del planteamiento inicial namiento y balizamiento de todo este de trabajo, que contemplaba la pros- II 2 130 sector del enclave y a la prohibición del pección de 2.000 m2, decidiéndose la tránsito de personal de obra y maqui- ampliación de la zona de actuación a II 3 35 naria, quedando clasificada como zona la totalidad del espacio de afección, 2 excluida. calculado en unos 15.000 m . II 4 29 Esa superficie se estructuró en tres sectores diferenciados atendiendo a II 5 21 La intervención arqueológica las características y orografía del terreno. El primero de ellos y más Los trabajos arqueológicos, desarrolla- occidental (Sector I) se emplazaba en III 6 5 dos a lo largo del mes de febrero de plena ladera de la loma sobre la que 2003, se iniciaron con la reprospección se asienta el yacimiento, abarcando Total 360 del yacimiento, actuación con la que se una superficie de aproximadamente 2 2 pretendía determinar la superficie 2.000 m . El Sector II, de 1.600 m de Tabla 1: Procedencia de los materiales recuperados realmente afectada por las obras de extensión, se localizaba inmediata- durante los trabajos de prospección.

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mente al este del anterior, sobre las normal desarrollo de los trabajos últimas pendientes y el pie del aloma- arqueológicos. miento, siendo el único que se ha sub- En total durante las tareas de pros- dividido, concretamente en cuatro pección se recogieron 5.068 piezas de cuadros de 20 x 20 m. El último, el las que tan sólo 360 se seleccionaron Sector III, comprendía el resto de la para su estudio pormenorizado al pre- zona de afección del yacimiento, sentar un grado de conservación sufi- abarcando más de 11.000 m2, consti- cientemente válido. El resto, represen- tuyendo la zona en peor estado de tado por 4.708 piezas, (1.042 conservación y en la que la abundan- fragmentos de lascas y 3.666 restos te vegetación y las numerosas zanjas y nucleares, chunks y nódulos naturales escombreras existentes impedían el de sílex), fueron revertidos al enclave

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dada la escasa información que pro- porcionaban. El análisis comparativo del número de piezas procedentes de esos cuadros ha permitido comprobar una disminu- ción de los restos tanto en dirección este como norte, permitiendo vislum- brar una concentración de industrias al pie y en la zona más baja de la pen- diente de la elevación sobre la que se emplaza el yacimiento. Esta circuns- tancia indicaría su procedencia de la zona alta del enclave, habiendo llega- do hasta la llanura de inundación del arroyo Mezquita como consecuencia de fenómenos naturales de arrastre, siguiendo la pendiente natural del terreno. Tras la recogida superficial de las industrias líticas se procedió a realizar la excavación arqueológica, la cual según el proyecto original de actua- ción contemplaba la excavación de un total de 8 m2. Sin embargo, dada la amplitud de la superficie afectada del yacimiento se decidió ampliar esa superficie a 10 m2, los cuales se distri- buyeron en 6 sondeos estratigráficos de 1 x 1 m y en uno de 2 x 2 m. Esos cortes se dispusieron en los Sectores I y II, desechándose el Sector III dado los parcos resultados obteni- dos en las tareas de prospección. A la hora de elegir su emplazamiento se tuvo en cuenta, en unos casos, la pre- sencia de zonas de concentración de restos durante las tareas de prospec- ción, mientras que en otros su ubica- ción se realizó con vistas a conseguir una precisa delimitación del yacimien- to. La estratigrafía registrada es simi- lar en todos ellos, aunque presenta ligeras variaciones dependiendo de la zona concreta del enclave en el que se emplazaron los cortes. De esta for- ma, en el Sector I la secuencia se ini- cia con los niveles de cobertera y tie- rra vegetal alterados por las labores agrícolas, apareciendo inmediata- mente por debajo la base geológica, representada por un paquete de arci- llas rojizas. Ese estrato natural tiene su origen en los limos rojizos deposi- tados sobre los niveles de playa durante la regresión preflandriense, identificándose con el típico «couche rouge» al que habitualmente se aso-

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Pedunculado.

Sondeo Localización Nivel Potencia Interpretación Nº de piezas Sector Cuadro (en cm) Inventariadas Desechadas 10 - Superficie - - 11 35 Escombros 3 4 1I 1 12 10 Arcillas geológicas - - 13 - Arcillas geológicas - - 20 - Superficie 3 - 2 II 2 21 30 Tierra vegetal 46 49 22 - Sílex degradado - - 30 - Superficie - - 31 15 Tierra vegetal - - 32 5 Arenas fluviales - - 3II4 33 20 Esquisto - - 34 10 Tierra vegetal 1 - 35 - Gravas - - 40 - Superficie - - 41 50 Escombros - - 4II5 42 70 Tierra vegetal 2 8 44 - Lecho fluvial 6 5 50 - Superficie 9 - 51 30 Tierra vegetal 33 77 5I 1 52 10 Tierra vegetal 4 103 53 - Sílex degradado - - 60 - Superficie 1 - 61 40 Tierra vegetal 80 206 6 II 3 62 10 Tierra vegetal 6 3 63 - Sílex degradado - - 70 - Superficie 2 - 71 40 Tierra vegetal 27 165 7 II 4 72 30 Sílex degradado - - 73 - Roca de sílex - - Total 223 620

Tabla 2: Características de los niveles documentados en los sondeos y los materiales recuperados en los mismos.

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Dimensión Muestra Intervalo Media están elaboradas casi exclusivamente en sílex local (96,5%), si bien se cons- Longitud 213 13-118 34 tata la presencia de 19 elementos en Anchura 211 7-75 29,9 sílex alóctono y otro en cuarcita. Esos Espesor 312 3-34 12 materiales pueden distribuirse en dos grupos atendiendo a su diferente Tabla 3: Dimensiones de las bases positivas (mm.) estado de conservación: - 97 piezas (16%) con las aristas ori- ginadas por la talla relativamente cian los yacimientos aterienses super- antiguos niveles vegetales, los cuales a frescas. ficiales (Balout, 1955: 24-25). su vez cubrían a la base geológica. - 486 piezas (84%) con sus aristas Sin embargo, en el Sondeo 1 por Esta última también difiere del resto, desgastadas, con capas de alteración encima de la base natural sólo apare- estando formada por grandes bolos superficial de intensidad variable. cía un paquete revuelto que envolvía de roca eruptiva que habrían sido Esas huellas de desgaste se deben a diversos materiales contemporáneos arrastrados por las lluvias torrenciales mayoritariamente a procesos de alte- (escombros, cerámicas contemporáne- desde el macizo volcánico del Gurugú. ración mecánica por eolización. as, basuras, etc.). Además, la disposi- Por tanto, en ninguno de esos son- Además, las piezas de sílex presentan ción del nivel geológico indicaba que deos se han documentado niveles una pátina que varía entre un tono la pendiente natural sería descendien- estratigráficos con industrias in situ, amarillento y el rojo teja de algunas te hacia el este y el norte, mientras correspondiendo todos los hallazgos a piezas, llegando a constituir en 56 que en el momento de la intervención piezas en posición secundaria, es decir, casos (9,6%) manchas de intensa deshi- arqueológica el terreno aparecía en desplazadas con posterioridad a su dratación. Sin embargo, a la hora de su esa última dirección allanado artifi- abandono por fenómenos de arrastre estudio técnico y tipológico no se han cialmente, debiéndose esa disposición naturales y por acciones antrópicas tenido en cuenta esas características, a los movimientos de tierra produci- contemporáneas, siendo frecuente la ya que no se aprecian diferencias entre dos durante la construcción de la documentación de piezas en posición uno y otro conjunto, debiéndose tan carretera que conduce al aeropuerto vertical y oblicua. sólo a una diferente exposición a los (ML-204). agentes atmosféricos. En cuanto al Sector II, inmediata- Diferente es el caso de las 423 pie- mente por debajo de los niveles vege- Estudio de la Industria zas que muestran roturas recientes tales aparecían afloramientos de sílex que afectan a una o más de sus dimen- en forma de vetas más o menos degra- Aspectos técnicos siones, observándose además en un dadas. La excepción en este caso la 61% intensas huellas de exposición al constituye el Sondeo 4, el más cercano En total se han recogido 5.911 pie- fuego producidas, muy probablemen- al cauce del arroyo Mezquita, en don- zas líticas de las que se han selecciona- te, como consecuencia de la quema de de la secuencia estratigráfica se inicia- do 583 para su estudio pormenoriza- rastrojos realizadas en las tierras de ba con un paquete de escombros, de do (360 de prospección y 223 de cultivo. Consecuencia de esas numero- casi medio metro de potencia, genera- excavación), revertiéndose el resto al sas fracturas es el escaso número de do durante las obras de encauzamien- yacimiento al no presentar un estado piezas con sus dimensiones completas, to de dicho curso fluvial. Esos escom- de conservación suficientemente váli- tan sólo 185, mostrando el resto diver- bros aparecían superpuestos a los do para su análisis. Esas industrias sas fracturas que afectan a algunas de

Pedunculado. Raedera.

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Categoría Tipo Cortical dominante No cortical dominante Corticalidad Cortical No cortical Nº total sobre cortical sobre cortical Nº de piezas 17 3 10 362 392 Superficie Plataforma Lineal Puntiforme Nº total Nº de piezas 371 13 8 392 Transformación Unifacetado Cortical no facetado Bifacetado Multifacetado Nº total Nº de piezas 207 17 98 74 396 Delineación Rectilíneo Convexo Uniangular Cóncavo Sinuoso Nº total Nº de piezas 185 91 54 6 5 341

Tabla 4: Aspectos técnicos de las plataformas de percusión de las bases positivas. estas variables. Los valores característi- cos de las dimensiones de las lascas Dimensión Muestra Intervalo Media serían los siguientes: (tabla 3). Esa lascas presentan mayoritaria- Longitud 13 28-73 50 mente sus caras dorsales no corticales Anchura 13 29-67 46,6 (74,4%), siendo también numerosas Espesor 13 18-48 33 las semicorticales (un 23%) y limitán- dose los anversos totalmente cortica- Tabla 5: Dimensiones de las bases negativas de primera generación. (mm.) les al 2,6%. Las características de las superficies de percusión, por su parte, se resumen en la tabla 4. dos, muchos de ellos reflejados o con dimensiones están, por tanto, deter- Por otra parte, los accidentes de escama, documentándose tan sólo 57 minadas por este alto grado de explo- talla son bastante frecuentes, recono- piezas con bulbos difusos o no reco- tación, resumiéndose las característi- ciéndose lascas sobrepasadas, refleja- nocibles. cas principales de sus dimensiones en das y varios ejemplares del denomi- En cuanto al estudio de las bases la tabla 5. nado pseudoburil de Siret, dato que negativas de primera generación o El sistema de talla mayoritariamente viene a indicar un uso mayoritario de núcleos, se han recuperado un total empleado es la técnica levallois, obser- percutores líticos en su extracción, de 13 piezas adscribibles a esta cate- vada en siete núcleos, ya sea para la circunstancia que también se encon- goría. La práctica totalidad de los mis- obtención de lascas de contorno deter- traría avalada por la elevada presen- mos se encuentran agotados o muy minado, de láminas o de puntas, cia de conos de percusión acusados. explotados, observándose en ocho empleándose tanto sistemas recurren- De esta forma, del total de 581 piezas casos huellas de su reaprovechamien- tes centrípetos o recurrentes unipola- válidas para el estudio de este aspec- to con un sistema de talla diferente res (Böeda, 1991; 1993). El resto tam- to, 424 presentaban bulbos marca- del inicialmente empleado. Sus bién pertenece a sistemas elaborados

Raspador. Raedera.

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piezas con retoques abruptos y pla- nos, aplicados sobre una pequeña superficie, siendo por tanto mayorita- riamente marginales, aunque en el caso de las escotaduras y alguna rae- dera pueden considerarse profundos. Por otra parte, existe un ligero predo- minio del retoque directo sobre el inverso, siendo alternante y alterno en contadas ocasiones. Un caso particular es el de las piezas pedunculadas, ya que su presencia uni- da a la ausencia de determinados tipos determinan la adscripción cronológica del yacimiento Huerta de Reyes al periodo Ateriense. En el conjunto de piezas recuperadas se han identificado un total de 17 piezas pedunculadas, Láminas. Perforador. aunque debe señalarse que en muchas de ellas el supuesto pedúnculo está formado por tan sólo una escotadura de talla, documentándose núcleos pira- levallois dentro del conjunto, con un clactoniense o simple realizada junto a midales y prismáticos de láminas, aun- total de 79 lascas, láminas y puntas de su base, proporcionando de esta forma que su realización es poco cuidada contorno predeterminado. A estas una silueta asimétrica al utensilio. En como consecuencia de la frecuente pre- industrias podrían añadirse las 35 pie- otro caso, a la escotadura se une la sencia de diaclasas y planos de esquis- zas procedentes de núcleos de talla preparación del anverso, consistente tosidad en los nódulos empleados, discoidal, definidas como puntas pseu- en el adelgazamiento del talón según mayoritariamente de sílex local, aun- dolevallois las cuales en realidad la definición de F. Bernaldo (Bernaldo que en dos casos se han empleado podrían formar parte de la talla de et alii, 1981: 23). nódulos de sílex alóctono. acondicionamiento de núcleos leva- Sin embargo, en varios casos el llois (Böeda et alii, 1990: 61). pedículo aparece claramente realiza- Aspectos tipológicos En cuanto a la naturaleza de los reto- do mediante dos escotaduras simples ques, están fundamentalmente realiza- alternas en ambos laterales del talón o Del total de 583 piezas recuperadas bien mediante finos retoques realiza- se han considerado utensilios 248 ele- dos con percutor elástico. Pero al igual mentos, si bien dentro de los mismos se que sucede con la mayoría de los per- han incluido las lascas y láminas leva- foradores, la gran parte de los pedún- llois o procedentes de núcleos pirami- culos aparecen fracturados por golpe- dales. Sin embargo, las bases positivas os recientes, pudiéndose tan sólo de segunda generación o lascas retoca- intuir su presencia al conservarse res- das se limitan a 146 casos, pudiéndose tos de retoques en los laterales de los incluir dentro de este grupo una pieza talones. nuclear con sus aristas regularizadas mediante retoque. Raspador. Dentro de la colección recuperada Conclusiones el conjunto más representativo es el formado por las piezas pertenecientes En total, en la presente interven- al denominado Grupo del Paleolítico dos con percutor elástico, en numerosas ción arqueológica se han recogido Superior, representado en este caso ocasiones por presión tras el calenta- 5.911 piezas líticas de las que se han concreto de forma mayoritaria por miento del sílex. Sin embargo, ese pro- seleccionado 583 para su estudio por- perforadores y raspadores, no docu- ceso no se refleja en las superficies de menorizado, revertiéndose el resto al mentándose por el contrario buriles. las piezas, ya que las intensas huellas de yacimiento al no presentar un estado Sin embargo, también están presentes rubefacción presentes en muchas de de conservación suficientemente váli- utensilios típicos de momentos ante- ellas, tal como ya se ha comentado do para su análisis. Para su estudio se riores, tales como las raederas, escota- anteriormente, responde a acciones han seguido los presupuestos teóricos duras y denticulados. antrópicas subactuales. definidos por el Sistema Lógico Por otra parte, debe señalarse la El modo más representado es el Analítico, cuyo objeto de estudio se gran importancia que tiene la talla simple, si bien también encontramos centra en los procesos técnicos que

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Arqueo logía definen la Cadena Operativa Lítica general, permitiendo de este modo procedería a la selección de los nódu- (Mora et alii, 1991), ya que las activi- asignar cronologías o similitudes de los de sílex, probablemente desgaja- dades de talla constituyen una parte acuerdo a periodizaciones estableci- dos de los afloramientos naturales esencial de los procesos productivos das. Pero ese planteamiento falla por la acción de los agentes atmosfé- de las comunidades de cazadores- cuando se enfrenta al problema de la ricos, ya que no se han localizado recolectores del Pleistoceno, infor- escala temporal, ya que debe tenerse frentes de extracción en los mismos. mándonos, además, de su capacidad en cuenta que los grupos humanos Esos nódulos o fragmentos angulo- para transformar el medio en el que se del Paleolítico no tienen por qué sos se trabajarían mediante amplios desenvuelven. haber desarrollado una evolución levantamientos con los que se elimi- Sin embargo, debe señalarse que lineal o continua, debiéndose señalar, narían los planos de esquistosidad y el registro arqueológico se ve someti- además, que los progresos en este las superficies corticales y alteradas do a un proceso dinámico, ya sea periodo no son vertiginosos como en por la erosión para, a continuación, natural o antrópico, que modifica su la actualidad, sino que su escala tem- tallar esos protonúcleos siguiendo contexto original. La dinámica natu- poral es muy amplia. sistemas de extracciones de levanta- ral es una variable que rara vez pue- Esta dificultad se acentúa en el caso mientos de contornos predetermina- de controlarse, ya que los procesos se concreto que nos ocupa, ya que la dos, principalmente la técnica leva- han podido paralizar o reactivar ausencia de industrias en niveles estra- llois. Por último, las extracciones numerosas veces, mientras que la tigráficos impide afirmar la contem- obtenidas se someterían a un proce- dinámica antrópica sobre la materia poraneidad de la colección objeto de so de retoque, realizado con percu- se manifiesta en forma de transfor- estudio, pues si bien en su totalidad tores elásticos, proporcionando filos mación, ya sea por su uso, por su par- podrían atribuirse a un mismo episo- cortantes y morfologías específicas a ticipación en un proceso de talla o dio cultural, concretamente a la deno- las piezas para su empleo como uten- por el contexto en el que se encua- minada cultura Ateriense, la amplia silios. dra. La pérdida de masa, la adquisi- duración de la misma (unos 20.000 En líneas generales, las caracterís- ción de una nueva morfología o su años) hacen que las piezas puedan ticas del conjunto estudiado respon- presencia en un contexto específico tener su origen en distintas ocupacio- den a la denominada cultura serán los criterios que determinarán nes distanciadas por amplios periodos Ateriense. Su cronología (+/- 25.000 una serie de categorías conceptuales temporales. B.P.) viene determinada tanto por la que puede tomar un objeto lítico Atendiendo a estos presupuestos presencia de determinados utensilios, (Carbonell et alii, 1983). teóricos hemos de señalar que en el concretamente de las piezas pedun- Esas categorías generadas durante yacimiento Huerta de Reyes se encuen- culadas típicas de dicho episodio cul- el proceso de talla se han venido defi- tra representada la totalidad de la tural, como por la ausencia de tipos niendo en los estudios clásicos basán- Cadena Operativa Lítica, circunstancia específicos de momentos anteriores y dose en criterios funcionales. Esos tra- que reflejaría que este enclave no fun- posteriores. De esta forma, no se han bajos tenían por objetivo ordenar y cionó exclusivamente como cantera o documentado utensilios del grupo cuantificar la información obtenida taller para la extracción o su transfor- bifacial (triedros, bifaces y hendedo- de un determinado conjunto indus- mación primaria de las materias pri- res), adscribibles al Paleolítico trial con fines a transformar los datos mas, sino que en el mismo se desarro- Inferior y Medio africano, así como constatados en una serie de gráficas llarían todas las actividades efectuadas tampoco láminas de dorso, microbu- acumulativas o en frecuencias absolu- por los grupos de cazadores-recolecto- riles o geométricos, utensilios carac- tas que permitieran encuadrar ese res del Pleistoceno. terísticos del Epilaleolítico y momen- conjunto lítico en un marco más De esta forma, en primer lugar, se tos posteriores.

Lascas Pedunculadas. Núcleo prismático.

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Arqueo logía

Las principales características de la industria objeto de estudio localizada en el yacimiento Huerta de Reyes se pueden resumir en los siguientes pun- tos: — Utilización casi exclusiva de sílex de origen local, con escasa presencia de materias primas alóctonas. — Representación de la totalidad de los procesos de la Cadena Operativa Lítica. — Intensas huellas de erosión eóli- ca en la mayoría de las piezas y de des- hidratación en un porcentaje signifi- cativo. — Elevada representación de la técnica levallois. — Alto porcentaje de plataformas de percusión preparadas. — Utilización casi exclusiva de per- cutores líticos en los procesos de talla. Perforador: detalle. — Empleo de percutores elásticos en los retoques, ya sea mediante per- cusión directa, indirecta o por presión. Bibliografía — Importante representación del Grupo del Paleolítico Superior entre Balout, L. (1955): Préhistoire de Carbonell, E., Guilbaud, M. y Mora, los utensilios, con predominio de los l’Afrique du Nord. Essai de R. (1983): “Utilización de la perforadores y raspadores. Chronologie, Gouvernement lógica analítica para el estu- — Ausencia de elementos repre- Général de l’Algérie, Service dio de tecnocomplejos a can- sentativos de otros episodios cultura- des Antiquités, Paris. tos tallados”, Cahier Noir, 1, les, ya sean anteriores o posteriores a Bernaldo DE Quirós, F. et alii pp. 1-64. la denominada cultura Ateriense. (1981): “Proyecto de análisis Mora Torcal, R., Martínez Para concluir, debe incidirse en el técnico para las industrias Moreno, J. y Terradas Battle, carácter parcial de la muestra objeto líticas”, Trabajos de X. (1991): “Un proyecto de de estudio, ya que la misma procede Prehistoria, 38, pp. 9-37. análisis: El Sistema Lógico tan sólo de una parte del yacimiento, Böeda, E. (1991): “Approche de la Analítico (SLA)”, Treballs hecho que impide establecer índices y variabilité des systèmes de d’Arqueologia, I, Tecnología valores absolutos para el conjunto y al production lithique des y Cadenas Operativas Líticas, que se debe sumar el alto grado de industries du Paléolithique Universidad Autónoma de fraccionamiento y el mal estado de Inférieur et Moyen: Barcelona. conservación de las piezas, caracterís- Chronique d’une variabilité Posac Mon, C. (1956): “Prehistoria ticas que han dificultado su estudio y attendue“, Techniques et de las islas Chafarinas”, que han influido, sin duda, en el carác- culture, 17-18, pp. 37-79. Tamuda, Año IV, Semestre II, ter sesgado de la colección analizada. Böeda, E. (1993): “Le débitage dis- Tetuán, pp. 243-256. A ello debe añadirse la ubicación en coïde et le débitage levallois Tomassetti Guerra, J. M. (1996): posición secundaria de la muestra, récurrente centripète“, Sidi Guariach: una cantera- procedente además de la Zona A y no Bulletin de la Société taller de industrias líticas en del área nuclear del enclave, la Zona Préhistorique Française, t. sílex de la Prehistoria recien- B, espacio este último protegido en la 90/6, pp. 392-404. te de Melilla, Servicio de delimitación del Impacto ambiental Böeda, E., Geneste, J.-M., Meignen, Publicaciones de la del proyecto de ampliación del L. (1990): “Identification des Universidad Nacional de Aeropuerto de la Ciudad Autónoma chaînes opératoires lithiques Educación a Distancia, de Melilla. du Paléolithique Ancien et Centro Asociado de Melilla, Moyen“, Paléo, nº 2, pp. 43- nº 14. 80.

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Arqueología

Hallazgo, recuperación

GUILLERMO MERINO, y restauración de un Asociación Melillense de Submarinismo. LUIS CARDALLIAGUET Director de la Casa de Oficios del Patrimonio ancla romana

Cabo Tres Forcas. Pero la claridad del agua era tan buena que Hallazgo y recuperación decidimos, sobre la marcha, cambiar de ubicación y realizar la de un ancla romana inmersión más cerca, en la parte norte de los acantilados de GUILLERMO MERINO “Aguadú”, a pocos minutos del puerto de Melilla, lo que garantizaba una pronta vuelta al puerto. En realidad, al día de hoy aun no sabemos con certeza que fue lo que nos hizo Para los que practicamos el Buceo Autónomo Recreativo en modificar el rumbo, quizás, aquel cambio repentino de pla- Melilla, un acontecimiento como el ocurrido el 19 de marzo nes, iba a ser premonitorio de lo que pasaría... del 2002, nos motiva a seguir actuando con más ilusión aún, Fondeada la embarcación, nos pusimos los equipos de en nuestro deporte favorito. Desde estas páginas no obstan- inmersión. El agua estaba prácticamente inmóvil y con una te, nos gustaría aclarar que nuestra actuación fue como con- claridad excelente que permitía ver con detalle, desde la secuencia de un hallazgo casual y que sabedores de la superficie, las piedras del fondo. Con todos los buceadores importancia del mismo, procedimos al rescate del material y preparados, descendimos por el cabo hasta el lecho marino a la inmediata puesta en conocimiento y depósito de los res- situado a unos quince metros de profundidad, aseguramos tos hallados, en el Museo de la Ciudad. el ancla, trazamos el rumbo y empezamos a disfrutar del Esa mañana había amanecido fantástica para practicar el entorno, no demasiado vistoso, pero siempre interesante, buceo y como viene siendo habitual en estos casos contacta- que conocíamos bastante bien por la cantidad de inmersio- mos telefónicamente entre nosotros y decidimos aprovechar nes ya realizadas en la zona. la ocasión para salir al mar .Sobre las 10” nos encontramos en el Puerto Deportivo para preparar los equipos de inmer- sión, la embarcación y planificar las acciones. Nos llevamos una grata sorpresa, pues siempre es importante llevar un buen barquero que aguarde en la embarcación a que termi- ne la inmersión y que esté atento a cualquier eventualidad que pudiera surgir, y aquel día, Segundo, hermano de uno de nosotros, decidió acompañarnos. Parecía que todas las piezas se iban encajando sin ser nosotros apenas conscientes de ello, pues la ayuda que éste prestó horas después fue determinante. Terminada la planificación de las posibles inmersiones que se podían hacer aquel día preparamos y aseguramos todos los equipos en la embarcación. Realizamos las correspondien- tes comprobaciones de última hora y sin más nos dirigimos a uno de los enclaves de sobra conocido por nosotros y que for- ma parte del conjunto de la maravillosa oferta de buceo que nos ofrece la escarpada y casi deshabitada costa oriental del

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Arqueo logía

Hay una máxima en buceo, que ción nos embargaron y nuestros cora- venidas trazando ángulos de 10º, lo indica que todas las inmersiones son zones parecían salirse del traje de neo- que nos permitió comprobar que no distintas aunque te hayas sumergido, preno. Las sorpresas acababan de existía alrededor de la pieza resto como era el caso, numerosas veces en empezar. alguno que indicara la posibilidad de el mismo lugar. Eso se iba a cumplir Sabedores de que aquel hallazgo presencia de algún naufragio. La sor- con creces esa maravillosa mañana de debía ser tratado con la cautela, pro- presa llegó mas tarde cuando nos marzo. cedimos a elaborar un plan de actua- encontrábamos tomando las foto- Así a los pocos minutos, Francisco ciones sobre la marcha encaminado a grafías y filmando imágenes del Sánchez, unos de nuestros compañe- la correcta recuperación de la pieza y cepo. Francisco, que deambulaba ros habituales de inmersión, amante su consiguiente extracción del medio tras los que realizábamos la opera- del mar y destacado deportista hacía marino. Dos de nuestros compañeros ción, se topó a escasos tres metros indicaciones para que nos detuviéra- subieron a superficie para comunicar del cepo y hacia poniente con lo que mos. Algo parecía haberle sería la segunda pieza llamado la atención. Al ins- metálica, un zuncho, de tante, hacia sonar el avisa- suma importancia en las dor de su chaleco y movía anclas de la época ya que las manos con cierto nervio- unía la caña con las uñas. sismo indicando que nos También de plomo como la acercáramos al lugar donde anterior, lo que motivó, se encontraba: una forma- por su alto nivel contami- ción rocosa de poca altura y nante, que apenas sufriera con una piedra de conside- alteraciones y que práctica- rable tamaño que la corona- mente nada, con el paso de ba. Cuando estábamos ya los siglos, se adhiriera a cerca de él, se posó sobre el ellas. Este segundo hallaz- lecho rocoso y lentamente go fue definitivo para dilu- acarició, consciente de la cidar lo que pudo ocurrir delicadeza de lo que mos- casi dos mil años atrás, traba, algo que resaltaba para que esas piezas se sobre el entorno por sus for- encontraran en aquel mas rectas y casi simétricas, lugar. aparentemente pesado y Trazando una línea recta con poca apariencia de entre las piezas, separadas haber sido afectado por el por escasos tres metros, se paso del tiempo y el efecto podía comprobar que sien- del mar. Nos quedamos do el cepo la parte trasera estupefactos y no dábamos del ancla y la segunda de las crédito a lo que nuestros piezas encontradas la que ojos veían. Pero reacciona- unía las uñas del ancla con mos con prontitud, pues su caña y con su peso la sabíamos que algún día hacía vencer, ese ancla ima- podía ocurrir algo parecido ginaria apuntaba con toda en esas aguas, ya que claridad al poniente. La durante siglos habían sido mitad del cepo se encontra- surcadas por distintos pobladores al barquero lo que abajo había ocu- ba introducido en un agujero de la (fenicios, romanos, cartagineses, etc.) rrido, coger cabos y situar la embar- roca. Los acantilados de la zona son y esa forma nos era muy familiar; cación justo encima del sitio. Hicimos un refugio perfecto para los tempora- enseguida nos vinieron a la mente pasar un cabo por el orificio central les de poniente. Era claro lo que allí imágenes del Museo de Melilla donde del cepo y lanzamos una boya de ocurrió: El barco, de importante eslo- habíamos disfrutado en distintas oca- posición desde el fondo para que ra, por la dimensión del cepo y en siones con cepos de ancla similares al nuestro compañero que se encontra- consecuencia del ancla, se protegió que en ese momento, bajo el agua y ba en el barco, procediera a la mar- de uno de esos temporales en aquel muchos siglos después de que allí fue- cación GPS del lugar exacto donde lugar, todo lo que su calado le permi- ra abandonado, podíamos tocar con había sido descubierto. Como éra- tía y al ir a recuperar el ancla, que sin nuestras manos. Con la particularidad mos cuatro buceadores decidimos duda había garreado, descubrieron de que éste era considerablemente batir la zona hacia los cuatro puntos que algo lo impedía, el cepo se había más grande que los que habíamos vis- cardinales en un radio de aproxima- introducido en la abertura de la roca to en el Museo. Los nervios y la emo- damente cincuenta metros con idas y e impedía cobrar el ancla a bordo.

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Estos buques iban preparados para estos accidentes y podí- Casi no dábamos crédito a lo ocurrido a quince metros an llevar en cubierta hasta cuatro o más anclas. Cortaron el bajo la superficie, pero éramos conscientes de la importancia cabo, la abandonaron y zarparon sin más. de lo que habíamos encontrado y como podréis imaginar, de Procedimos a tomar fotografías y filmaciones de la segun- vuelta al puerto de Melilla el júbilo en el barco fue absoluto. da pieza y la aseguramos junto a la primera para iniciar las Estábamos muy contentos y satisfechos, pues una parte de labores de recuperación y extracción de las mismas. La ope- nuestro patrimonio cultural había sido rescatado del fondo ración fue dura, demasiado dura para todos pues al haber del mar por nosotros y eso, era importante para todos. sido un encuentro fortuito no íbamos equipados con los Ya en tierra firme, conscientes de que la ley obliga a materiales necesarios para labores de éste tipo como globos comunicar este tipo de hallazgos aunque sean realizados de y molinetes. Así la recuperación se hizo a mano, cuidadosa y manera fortuita y dado que teníamos el teléfono de Rocío, lentamente las piezas fueron abandonando el lugar donde Directora Técnica del Museo de la Ciudad Autónoma de habían estado reposando tantos años. Se tardaron unos Melilla, decidimos ponernos en contacto inmediatamente treinta y cinco minutos en superar la columna de quince con ella. La Directora mostró una gran alegría por el descu- metros de agua que separaba el lecho marino de la embar- brimiento y puso a nuestra disposición todos los medios del

cación debido al peso de las piezas y no querer realizar museo para el inmediato depósito de los restos, su conserva- movimientos bruscos que dejaran caer a peso a las mismas. ción y posterior restauración. Fueron muchas las emociones vividas en aquellos Hoy estos restos depositados en el Museo de la ciudad se momentos, pero quizás la mas destacable fue el momento encuentran en fase de restauración y estamos seguros de en el que desde la embarcación vimos asomarse las dos que una vez concluida la misma, podremos observarlos en su pesadas piezas y fueron cobradas a bordo. El silencio se hizo plenitud. dueño de la situación, probablemente por que en cada una Así, aquella inmersión que en un principio se presentaba de nuestras cabezas iban y venían aventuras de viejos bar- como una de tantas realizadas en aquella zona, se convirtió cos cargados de tripulantes de antiguas civilizaciones, mer- por azar en algo que para todos los que participamos en ella caderías, ánforas, armas, cañones, etc. Y uno de ellos dejó será difícil de olvidar y que sin duda alguna, ratifica algo de como único testigo de su paso por esas aguas aquellos res- lo que siempre hemos estado seguros; el mar siempre guar- tos de lo que en su día fue una impresionante ancla de da alguna buena sorpresa para los que sienten algo especial madera. por él y en éste caso, no fue menos.

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Restauracion y recreación del ancla Luis Cardalliaguet

Siempre es emocionante, el enfren- tarse con la recuperación, restaura- ción y sí es posible la recreación de piezas y restos arqueológicos. También es cierto que siempre me causa un sentimiento de responsabili- dad, pues la experiencia me ha ense- ñado que en cualquier momento sur- ge lo imprevisto. En este proyecto he partido de dos piezas ( foto 1y2 ), rescatadas del fon- do marino por submarinistas de nues- tra Ciudad Autónoma de Melilla. Estas piezas retenían gran cantidad de materia orgánica e inorgánica adherida a su superficie, fruto de los cientos de años reposando en el fondo del mediterráneo. Son fácilmente reacciones químicas toxicas, por este Basándome en los dibujos, se pro- identificables como pertenecientes a motivo se han utilizado en mayor cedió a la talla de las diferentes piezas un ancla de tamaño considerable. medida elastómeros y siliconas. de madera que compone su nomen- Este trabajo lo he desarrollado en Por ultimo entramos en la fase mas clatura; estas piezas, después de la Casa de Oficios del Patrimonio A y gratificante de reconstrucción y ensambladas, procedí a darles la pati- C, de nuestra Ciudad, sirviendo de este recreación del ancla: para ello he na y textura que la madera adquiere modo a la formación y prácticas de los contado con toda la documentación con el tiempo, el mar y el uso dentro alumnos de este Centro. tanto histórica como fotográfica que de un barco, pero teniendo especial En una primera fase, se procedió al me proporciono la Directora Técnica interés en respetar la diferenciación estudio de las piezas como formas, del Museo Provincial de nuestra con las piezas arqueológicas. material, peso y estado de las mismas, Ciudad Autónoma de Melilla, así En la recreación final, he puesto los y se realizaron dibujos. como los dibujos a diferentes escalas amarres del ancla con cabos de espar- En una siguiente fase se procedió que levanté en la primera fase del to y pita, reproduciendo los nudos uti- a retirar la materia orgánica causan- proyecto. lizados en la época. te de malos olores en su descomposi- ción, así como el material inorgánico poco adherido o susceptible de des- prenderse de las piezas; este trabajo se llevo a cabo con sumo cuidado de que las piezas no perdieran la pátina que el mar y los siglos han dejado en ellas. Para finalizar esta fase del proceso se procedió a la impregnación, fija- ción, y aislamiento de las piezas en su estado actual de forma que la oxida- ción del ambiente altere lo menos posible sus cualidades cromáticas. En esta fase, se ha tenido en cuenta que las piezas están fabricadas de plo- mo, lo que hubiera podido producir

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