María Luisa Soux (Coordinadora) Verónica Colque Natalia Linares Fabiola Ríos
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GOBIERNO AUTÓNOMO MUNICIPAL DE LA PAZ - UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS PROYECTO DE INVESTIGACIÓN REALIZADO POR LA CARRERA DE HISTORIA – UMSA SITIO DE LA MEMORIA - MUERTOS Y DESAPARECIDOS DURANTE LAS DICTADURAS 1964 – 1982 María Luisa Soux (Coordinadora) Verónica Colque Natalia Linares Fabiola Ríos Ramiro Muchile INTRODUCCIÓN La historia de Bolivia de la segunda mitad del siglo XX ha estado marcada por tres procesos históricos fundamentales: La Revolución Nacional (1952-1964), la etapa de las dictaduras (1964-1982) y la etapa de la recuperación de la democracia (1982 a hoy). Cada una de estas etapas presenta sus propias características políticas, económicas y sociales que las definen, y a pesar de que existen momentos en que la situación se ha modificado, como la existencia de gobiernos constitucionales en medio de gobiernos de facto, las tendencias generales muestran la siguiente situación: Etapa de la Revolución Nacional. Se caracteriza por la existencia de gobiernos populistas y un proyecto nacionalista marcado desde medidas como el Voto Universal, la Nacionalización de las Minas, la Reforma Agraria y la Reforma Educativa. Durante este periodo se sucedieron cuatro gobiernos, todos pertenecientes al partido Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Se sucedieron elecciones nacionales en 1956, 1960 y 1964 y, a pesar de existir fuertes tensiones en la cúpula del partido gobernante y la sospecha constante de fraudes electorales, las elecciones fueron ganadas permanentemente por los miembros del MNR. Desde la perspectiva de los Derechos Humanos, el régimen se caracterizó por la represión y persecución de la oposición, fundamentalmente de los miembros de Falange Socialista Boliviana, quienes fueron recluidos en campos de concentración, fueron deportados, exiliados y, en algunos casos muertos de forma irregular. A pesar de todo ello, no puede considerarse al régimen del MNR como una dictadura, ya que, con excepción del primer periodo, los gobernantes fueron elegidos democráticamente, se siguió una Constitución y se mantuvo una separación de poderes. Etapa de las dictaduras militares. Se inició en noviembre de 1964, cuando el vicepresidente de Víctor Paz Estenssoro, el general René Barrientos Ortuño dirigió un golpe de Estado y asumió la presidencia de facto, iniciándose de esa manera el inicio de gobiernos militares, que, más allá de las distancias ideológicas entre ellas, presentaron determinadas características. En primer lugar, se dio lugar al poder militar, mediante el cual las Fuerzas Armadas empezaron a sobrepasar sus funciones específicas y, asumiendo roles políticos tomaron el poder con la fuerza de las armas. En segundo lugar, se trató casi en su totalidad de gobiernos de facto, con breves excepciones en 1966-1969, 1979 y 1980, cuando se dieron momentos de gobiernos constitucionales. Igualmente breves fueron los gobiernos civiles, todos constitucionales, que se dieron en 1969, 1979 y 1980. En tercer lugar, con las excepciones de los gobiernos militares de Ovando Candia y Juan José Torres, los gobiernos siguieron una ideología anticomunista, dentro del contexto internacional de la Guerra Fría. Su posición terminó aliada a la llamada "Doctrina de Seguridad Nacional", que implicaba una lucha sin cuartel contra la llamada guerra insurgente. La idea de la existencia de un enemigo interno que no era otro que el comunismo, promovió en las Fuerzas Armadas y, por lo tanto, en los gobiernos de turno, una represión contra todos los movimientos de izquierda, fueran estos armados o no. De esta manera se reprimió a las guerrillas urbanas y rurales del Ejército de Liberación Nacional, pero también a los dirigentes sindicales, los obreros y los estudiantes universitarios. Si bien existen profundas diferencias entre estos gobiernos, con proyectos nacionalistas y de izquierda y con un largo y desalentador proceso de retorno a la democracia, los gobiernos más largos fueron precisamente los que pueden considerarse dictaduras, fundamentalmente los dirigidos por René Barrientos Ortuño, Hugo Bánzer Suárez y Luis García Meza. Etapa del retorno a la democracia. Si la resistencia en la década de 1960 estuvo marcada por la lucha armada, a partir de la segunda mitad de la década siguiente, la resistencia se centró en una lucha por recuperar el sistema democrático, ampliándose la misma a una mayor participación de ciudadanos cuyo objetivo era lograr la convocatoria a elecciones. Dentro de este nuevo contexto, se convocaron a elecciones en 1978, 1979 y 1980 y, aunque la primera fue anulada por fraude, la segunda no logró estabilizar el sistema democrático y la tercera fue frustrada por el golpe de Estado de julio de 1980, las mismas mostraron que el objetivo de la resistencia era el retorno a un sistema democrático. Entre 1980 y 1982, en medio de un proceso dictatorial la lucha ciudadana por la democracia se fue fortaleciendo, lográndose en octubre de 1982 la entrega del poder a Hernán Siles Zuazo, ganador de las elecciones de 1980. De esta manera se logró reconquistar la democracia. Asumió el poder el Unidad Democrática y Popular (UDP), sin embargo, no pudo estabilizar la economía boliviana, lo que provocó una crisis general. En 1985, se adelantaron nuevas elecciones nacionales donde fue finalmente elegido Víctor Paz Estenssoro. A partir de ese momento y durante los siguientes años, se sucedieron cuatro gobiernos hasta fin del siglo, todos mantuvieron un sistema democrático y un proyecto económico neoliberal. Si bien se dieron hechos de violencia y represión por parte del Estado, desde la perspectiva de los Derechos Humanos se puede considerar que hubo un mayor respeto a los mismos. A partir del análisis que se presenta más arriba, el equipo de investigación considera que el trabajo debe centrarse en el segundo periodo; esto sin negar la existencia de hechos de violencia en los otros dos periodos de nuestra historia. El argumento principal para asumir esta decisión es que entre 1964 y 1982 el sistema mismo fue de dictadura y que, por lo tanto, se estableció una indefensión por parte de la sociedad frente a la violación de Derechos Humanos que concluyeron con la represión, la tortura, la muerte o desaparición de las personas. El pensamiento de la Doctrina de Seguridad Nacional marcó todo el accionar y existió lo que podemos señalar como un terrorismo de Estado. No se trató, entonces, de actos de violencia que podrían considerarse excesos del régimen, sino que es el mismo régimen el que promueve y ejecuta estos actos, al considerar la lucha contrainsurgente y el enemigo interno como fundamentos de su propia política. PLANTEAMIENTOS PARA LA INVESTIGACIÓN Debido al corto tiempo de trabajo, se ha establecido tres ejes fundamentales para la investigación. Los mismos son: el eje histórico, el eje geográfico y el eje de los actores. El primero se centrará en establecer una línea de tiempo con los principales hechos históricos de estos 18 años; el segundo mostrará de forma cartográfica los principales lugares históricos donde se sucedieron los hechos de violencia; finalmente, el eje de los actores se centrará en la presentación de una lista lo más completa posible de los muertos y desaparecidos de estos años. Somos conscientes de que el número de víctimas es mucho mayor, teniendo en cuenta a los presos, deportados, exiliados, además de las familias de todos ellos; sin embargo, se ha optado por centrarse en los muertos y desaparecidos debido a que, ya sea su muerte comprobada o la presunción de muerte, en el caso de los desaparecidos, presentan el rasgo más extremo de la violencia política de esos años. Eje histórico No se puede entender un sitio de memoria sin establecer el contexto general de la época y los principales hechos que se sucedieron. Entre 1964 y 1982, se pueden establecer de forma interna varias etapas, que coinciden en gran parte con los gobiernos, es decir con la formación de un poder ejecutivo dado. De esta manera se establecen las siguientes etapas: - El gobierno del General René Barrientos Ortuño (1964-1969), subdividido, a su vez en dos sub-etapas: el de su gobierno de facto (1964-66) y el de su gobierno constitucional (1966-1969). En la primera etapa, marcada en gran parte como una prolongación de la Revolución Nacional, se inicia la persecución y represión de los movimientos sindicales, fundamentalmente del movimiento minero, mientras que, por otro lado se establece el Pacto Militar Campesino. Las víctimas de represión son mayormente dirigentes mineros muertos en enfrentamientos con el ejército. Es durante la segunda etapa que se presentan nuevos casos de víctimas, que amplían el universo de víctimas, ya que no se centran únicamente en dirigentes sindicales, sino que se amplía a la lucha armada de la guerrilla de Ñancahuazu y el brazo armado del ELN en las áreas urbana y rural. - Los gobiernos militares nacionalistas (1969-1971), cuando se dieron los gobiernos de Alfredo Ovando y Juan José Torres. Luego de la muerte de René Barrientos y un breve lapso de gobierno de su vicepresidente Luis Adolfo Siles Salinas, en septiembre de 1969 asumió la presidencia de facto el General Alfredo Ovando, con un programa nacionalista de izquierda. A pesar de esta nueva posición ideológica, la represión política oficial y no oficial, mantuvo ciertas características de represión y violencia política. Por un lado, se produjo una serie de atentados, no aclarados hasta hoy, de periodistas como Jaime Otero y Alfredo Alexander y su esposa, que fueron tildados a las fuerzas de seguridad del Estado; por el otro lado, las Fuerzas Armadas sumieron la lucha contra una nueva guerrilla, la de Teoponte, que costó la vida a más de cincuenta jóvenes. La segunda sub-etapa correspondió al gobierno de Juan José Tórres, quien acabó con la lucha contra la guerrilla y se centró en empoderar a los grupos populares, siendo su mayor avance la Asamblea Popular que se inauguró en mayo de 1971. Sus acciones provocaron la reacción del ala de derecha de la Fuerzas Armadas que dieron un nuevo golpe de Estado en agosto de 1971.