El Correo Del Valle
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Ll, (República el e Colombia) OTClEl\IBRE 19 DE 1007.- N, 0 314 - ID ~@~~ .. ~~ ~J~U lf.JjU(l@! <lg95 \.,L.~ •l¡;i"' ,~viodioo tunado, 1ndu~t~ial y ~ott~io~o Otreotor, RL ' g g, 80·\IlPEI'l'A 1 1 Sefaot·n Uulando de Unilllpcr Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3428 EL CORREO DEL VALLE ALMA FEMENINA Son ya cabellos grises los que pei ventana un hombre á requerirme de no apenas amanece. Son cabellos amor. Tenía rostro de pesadumbre que hablan de melancolía y de fuga y me habló con palabras temerosas de ilusiones ; cabellos que acusan el y humildes. Fue el único de entre to paso de la vejez por encima de mi dos que no tenía galano decir, ni pi cabeza; que me dicen todos los días caresco mirar ; y fue el único á quien cómo ha muerto mijuventud ... Hoy no escuchó mi oído ni amó mi cora- que amanece claro el sol, heme sen zón ...... Y se fue ..... tado al pie de mi ventana y heme Pero tornó muchas veces por mi puesto á recordar loquefue. ventana y me habló muchas yece 1i ventana tenía antes, adorno de su amor ; y fue el único que no de flores y dos pequeños canarios de probó mis besos ni supocómo ona muy dulce cantar. Regaba yo con ban mis palabras de cariño. Lamen esmero mis flores, y cuidaba yo con tira es muy bella; tiene encanto de cariño los, canarios, que trinaban al sonrisa y dulzura de panal; y yo, verme. Por esta ventana han desfi lo mejor de mi vida la he vivido ado lado muchos hombres que me han rándola. He sacrificado mi belleza contado muy lindos cuentos de en aras de esa diosa, y he pasado .... amor ; y mis oídos han escuchado * * las bellas frases de esos lindos cuen * tos con arrobo infinito. Eran hom Ayer tuve un doloroso despertar; bres de muy galano decir, y tenían porque ayer, apenas peiné mis cabe ojos de mirar dulce y picaresco como llos grises, diéronme la noticia de sus decires. Y yo amé á estos hom que se había casado aquel hombre bres, y fuí de. estos hombres la ale que me requirió de amor con pala gre novia que poco á poco fueron ol- bras temerosas y humildes. Luégo vidando ..... le ví pasar con una mujer, y us ojo * posáronse con tristeza en mi venta * * Aquellos galanes de decir y de mi- na sin flores. Después ya no ví más ... * * rar dulce y picaresco como sus deci * res, .e~an muy lindos hombres y muy Mi ventana está abierta. Toda- habthdosos galanes para seducir mi vía asomo por ella mi rostro; pero corazón. Sabían decirme las cosas mi ventana yá no e altar, ni yo oy de muy blanda manera, sabían po ídolo. Mi culto se fue con mi juven ner venda en mis ojos para que no tud y los hombrespasan tan áprisa viera la mentira que fulguraba en como despacio lo hicieron antes. Pa los suyos, y así robaron beso á mi san sin volver el rostro hacia el al bo.::a y así pensaron también robar tar donde yo fingiera de ,-irgen y la pureza de mi cuerpo de virgen. Y \·uelven la esquina y se pierden co se fueron ...... mo girones de un sueño. Fue en aquella época de enamo rados pasajeros cuando llegó á mi M. Loz.\NO CASADO. 1\.itmGs breves CREPÚSC'lTI,OS EN LA ALDEA La niebl~¡~, ha flotado triste En la torre can:omicla l·stn. ta,rcle en la montaña bajo las nubes ele pl:a tn 1 y ha bajarlo silenciosa cstn tarde gris y nieve hasta un rincón de mi alma. hau llornclo las cnmpanas, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELCORREODELVALLE 3429 Han llorado una canción Sus palabras que cayeron en que hay promesas y lágrimas, una á una entre la calma una canción clolorosn rle la tarde ...... v sus mnnos como de amor ... sin palabras ..... á mis 'm:=tnos ei1lazadas ..... Y la niebla y el dolor En la torn· carcomida de In esquila atormentarla se han dormido las campHnas ... han ngitado en mi espíritu Luégo ha c.1íclo la noche un:=t memoria lejann. sobre la l'lldea solitnria. Un:1 mujer ...... un ensueño ..... unas manos :=tdorada ..... ALBERTOCARVAJAL. un rumor lejano y dulce, el rumor ele sus palabras. Diciembre: 1907. TRAGEDIA DE CELOS -No me casé para vivir espiada. El matrimonio tuvo sinembargo -Ni yo para vivir ultrajado. unos mese ele silencio. El silencio -La ultrajada soy yo, porquetus lúgubre de los que callan por temor sospecha ofenden mi decoro. ele decirsemu ch~; pazsorcla, treg':a -Defiendo el mío para que no lo armada impue La por el cansancw ofendas. de la lucha permanente. No reñían, -Esta situación es insostenible. porque tomaron el partido de no ha Si me crees buena, déjame en paz. Si blar e, visto que siempre que habla me crees culpable, acabemos de una ban reñían. vez. Y así vegetaba esta pareja, cuyo -Todo llegará. Vas á ser causa amor empezó en epitalamio tierno de mi perdición. como todos, y acabó en tragedia -Y tú de la mía, si me precipitas. espa,:. !.osa como ninguna. -Véte ó no respondo demí! ¡Mal- Alberto y Ct·isti.na ttwieron un hi dita la hora en que te conocí : jo, cuando Garridos ocho años de -¡ Maldita ! matrimonio estéril, no esperaban ya Estos y semejantes requiebros se sil'lo h soledad egoísta de los casa dirigían diariamente Cri tina y Al dos que no fundan casa. herto, el iez año después de unirse en -Cuando nos separemos, que eso el llamndo dulce lazo conyugal. ha de lleo-a r pronto-había dicho al Ella estaba en la plenitud de su g~na ve; Alberto-te lleva~ás á tu vida y de sus ext ravíos; él en la hiJO, porque es tuyo, ¿ entiendes ? plenitud rle us celo . tUl'O . Ella, alegre de cascos ; él, de con .::.....Te lo llevarás tú, porque el pa fiado; ella, descuiclada; él vigilan clre educa mejor á los Yarone . Si te; un pretendiente porfiado, una fuese hembra, yá sería otra cosa. ocasión propicia, y el diablo pronto -si fuese hembra, no tela dejaría, á soplar sobre el fuego, compusíeron precisamente porque no la educaras. las co as de suerte que se llegó á la Y efectivamente, llegó el trance infi.clellclad, después al descubrimien pre~' ísto, inevitable en aquel matri to, y ya no había ni podía haber en monio ya <livorciadoespiritualmen tre aquellos cónyuges la paz que vi te. Las alma , e¡ u e tiran ele los cuer ve por el amor mutuo, ó por la ig pos para unirlos, tiran también de norancia del engaño, 6 la ele ver ellos para separarlo . 1 güenza correlativa de la mujer que Alberto pasaba en su casa sola se connaturaliza con el pe ·aclo y clel mente poca hora del día y de la marido que se acomoda con su eles noche : como suelen los que encuen ventura. tran más espinas que rosa en el ho- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3430 EL CORREO DEL VALLE gar. Cierta tarde regre ó á él má cano de la señora, abandonó tam temprano de lo que aco tumbraha: bién la casa desha hitada, tanto iba á ve tir e para asistir á una co porque allí no se comería al clía si mida. guiente, cuanto por aprovechar pa El demonio de la infidelidad e ha ra sus recreos aquella huelga ge llahp. á la azón pose ionado de la neral. casa. obrevinieron los gritos, los * * * denuestos, el escándalo. Cristina no volvió á acordarse de Todo allí fue arrebato de ira en el Alberto sino para odiarlo ele. de el ultrajado, despecho del miedo en la hondo del corazón, con ese odio in ofensora, cólera en ambos. Sólo hu justo que todo criminal siente, má• bo dolor sincero y lágrimas verda que contra u delito, contra quien deras para lo único inocente : para lo descubre. el pobre hijo. Juo-aba por lo cuarto interiores; o era yá, ni podía ser, la espo. a acudtó al ruido, vió ásu padreamc ele Alberto, pero era siempre madre nazando; á su madre amenazada; \' á los cinco día ele la separación tembló, y asustado de hallar fm·o comenzó (t de,·ornrla el hambre m a re donde otra veces cariño , huyó tema 1. Nece, itaba noticias del hijo á encerrarse en un apo ento retira Como no se atrevía á httscarlas di do y obscuro, porque la ob curiclad rectnmente ele Alberto, le telegrafió tan temida de los niños, aun le pa por conducto de un pariente cerca reció más tranquilizadora y buena no. La conte tnción fue rápida · que aquella clariclacl pn ' ' Oro a. "El niiio e. Uí con . u mnclre; ella es Alberto era el tipo medio de los la que me debe noticia. de él " . maridos desgraciado. : Ei de los que Al recibir este telegrama, Cri tina matan, ni de lo que sufren. se aterró sin . aber por qué. \' en el Cristina era otro tipo medio ele acto dirigió á Alberto otro telegra las mujere pecadora ; ni de las que ma : "El niño está contigo. ~in du suplican perdón, ni de las que arro - ela quiere ocultarlo para que no lo tran cín Íl amente las iras, provocan vea más, o te lo r clamaré; pero do la catá trofe. clime, á lo menos, cúmo cstft ".