Hélice Reflexiones críticas sobre ficción especulativa Volumen VI, n.º 1 · Primavera-Verano de 2020

MISCELÁNEA Francisco J. Jariego Ian McDonald

REFLEXIONES Laura González Herrero Jonathan Hay Rocío Hernández Arias Jan Levin Propach Pedro Pujante Javier Zapata Clavería

CRÍTICAS Marta Pascua Canelo Mikel Peregrina Castaños RECUPERADOS Raul Brandão Teófilo Braga Édouard Ducoté Luís Delfino Àngel Guimerà Gabriele D’Annunzio Éphraïm Mikhaël George Coșbuc Gian Fontana Pavel Vasici-Ungureanu Teófilo Braga Pompeu Gener Eça de Queirós Ernesto Ragazzoni Guillermo Valencia

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 1  PRIMAVERA-VERANO 2019 Sumario Editorial 3 Miscelánea «¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, 8 la innovación y el futuro en España» Francisco J. Jariego Miscelánea «Las caídas: una historia de Luna» 24 Ian McDonald Reflexiones «A Tenacious Ragdoll among Monsters: Sally’s Identity in Nightmare Before Christmas (1993)» 39 Laura González Herrero Reflexiones «What’s a Little Monotony?: The Mundane Foundation of ’s Stories» 52 Jonathan Hay Reflexiones «Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), 72 de Alfonso Martínez Rizo» Rocío Hernández Arias Reflexiones «“Rick, Can We Not Leave Without My Sister?” — “Urgh. You Have Infinite Sisters, Morty. 93 Not that I Want to Spend the Rest of My Day Looking for Another One.” On the Metaphysical Foundations of Rick and Morty» Jan Levin Propach Reflexiones «Valis: la duda ontológica como subterfugio del yo» 99 Pedro Pujante Reflexiones «Cuerpo, memoria y melancolía: distopía de los afectos en “La mujer de Lot”, de Elia Barceló» 104 Javier Zapata Clavería Crítica «Extrapolación 2029 o la huida hacia el presente» 113 Marta Pascua Canelo Crítica «Cuadros de costumbres de anticipación: otra clave en el desarrollo del género 117 de la ciencia ficción en España» Mikel Peregrina Castaños Recuperados «Tres versiones de un “dios” épico-fantástico» 121 Raul Brandão Recuperados «Celebrando la futura paz mundial: dos utopías ceremoniales» 135 Teófilo Braga, Édouard Ducoté Recuperados «Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica panlatina» 147 Luís Delfino, Àngel Guimerà, Gabriele D’Annunzio, Éphraïm Mikhaël, George Coșbuc, Gian Fontana Recuperados «Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) 171 y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas» Pavel Vasici-Ungureanu, Teófilo Braga, Pompeu Gener Recuperados «La batalla del Caya» 186 Eça de Queirós Recuperados «La tierra que arde» 190 Ernesto Ragazzoni Recuperados «Future» 196 Guillermo Valencia

Portada y contraportada de John Harris. Derechos reservados.

ISSN: 1887-2905 Revista Hélice: Volumen VI, n.º 1: primavera-verano de 2020 Creada originalmente por la Asociación Cultural Xatafi.

Comité de redacción: Sara Martín Alegre, Mariano Martín Rodríguez, Mikel Peregrina Castaños.

Corrección, composición, diseño y maquetación: Paco Arellano. Diseño original de la revista: Alejandro Moia. Webmaster: Ismael Osorio Martín.

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Editorial

al vez a raíz de la grave crisis sanitaria que hoy nos aqueja, se puede observar, por ejemplo en la prensa española, un interés por la ciencia ficción que antes era mucho menor. La existencia de narraciones de Tanticipación que habían descrito una pandemia como la actual antes de que ocurriera ha vuelto a poner en el candelero la cuestión de las capacida- des proféticas de la ciencia ficción. No obstante, no solo los estudiosos de este tipo de historias, sino también la mayoría de los aficionados saben que el acier- to o no en la descripción del futuro es algo muy secundario a la hora de enten- der y apreciar ese género de ficción. Los creadores no son ni videntes ni astro- lógos. De hecho, los autores de las novelas que tan bien han predicho lo que está ocurriendo se han solido basar en los numerosos informes de prospectiva social y política emanados de organizaciones y entidades públicas y privadas sobre la manera de afrontar una pandemia mundial, que todo el mundo con dos dedos de frente (esto es, ningún político salvo honrosas y muy escasas excepcio- nes) se esperaba, ya que las pandemias son recurrentes en la Historia. Su ori- gen está en la naturaleza y obedecen a sus leyes, que afectan a toda la Tierra y al universo entero. Al ser humano no le cabe sino emplear la tecnología para paliar sus efectos. Si las leyes naturales no se pueden contravenir, no ocurre lo mismo con el ordenamiento social existente, y es ahí donde la ciencia ficción tiene mucho que decir, y lo ha dicho. Al aplicar su método proyectivo, contribuye a que salgamos de nuestra estrecha perspectiva cotidiana para observar nuestro mundo desde un hipotético futuro (en el caso de la ficción prospectiva) en el que se han con- sumado determinadas tendencias actuales, de manera que podamos reflexionar mejor sobre ellas. La ciencia ficción es una invitación a pensar de manera dife- rente sobre nuestra realidad, y a disfrutar haciéndolo. Esto es lo principal que explican los tres participantes en un coloquio celebrado en Madrid meses antes de la actual crisis, que Francisco J. Jariego moderó y que ahora podemos leer un su propio resumen en el presente número de Hélice. Allí se reflexionó sobre las razones de la importancia intelectual de la ciencia ficción, sobre la dificultad de su escritura basada en la creación racional de mundos ficticios y sobre la si- tuación de la ciencia ficción en España frente a los prejuicios que aún pesan so- bre su imagen pública. Los mecanismos de funcionamiento de la ciencia ficción en su dimensión prospectiva debatidos en ese coloquio los volvemos a encontrar en las reseñas de la sección de Crítica. La anticipación tecnológica y sus consecuencias socia- les constituyen el tema principal de la mayoría de los cuentos de Francisco J. Jariego recogidos en su volumen Extrapolación 2029, de elocuente título. La re- cuperación de los cuadros de costumbres de anticipación publicados durante el reinado de Isabel II de España en la antología El Madrid futuro demuestra que la literatura prospectiva y su método no es algo reciente, ni siquiera en un país

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de cuyos intelectuales se suele decir, no siempre sin razón, que su interés por la tecnología y sus efectos sería nulo. La Revolución Industrial suscitó también allí reflexiones interesantes expresadas mediante procedimientos de escritura originales en el marco de un género, el cuadro de costumbres, que la crítica tra- dicional había estudiado sobre todo como literatura limitada a la pintura de la realidad local coetánea. Ese libro documenta el inicio de la anticipación litera- ria moderna, que luego ha tenido una historia ininterrumpida hasta hoy, cuan- do la reflexión conjunta sobre la tecnología y la sociedad sigue inspirando a au- tores como Ian McDonald, uno de cuyos relatos Hélice se honra de dar a conocer al público hispanohablante en traducción de Sara Martín, que ha resuelto muy bien las dificultades del original causadas por el deseo de una IA de no ser tra- tada como un ser lingüísticamente sexualizado. Teniendo en cuenta la entidad que así lo desea, cabe pensar que McDonald emplea cierta ironía frente a ma- nías postmodernas que se conforman con intentar cambiar el lenguaje, como si este fuera algo más que una mera superestructura (por ejemplo, la inexistencia de género gramatical en numerosas lenguas del mundo nunca ha impedido la violencia contra las mujeres entre sus hablantes). No obstante, este relato des- taca más bien por su carga emocional abierta y universalista. El realismo como técnica de representación literaria que denotan los cuadros de costumbres de anticipación (y, con otro planteamiento literario, la obra de McDonald) no es, pues, incompatible con la prospectiva, y en ello abundan otros estudios de este número. La detallada presentación por Rocío Martínez Arias de la anticipación 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo, describe los procedimientos utilizados para hacer vero- símil y aparentemente histórica la pintura de una España donde se ha produ- cido una revolución anarquista triunfante, así como el aspecto de la nueva so- ciedad reorganizada según las doctrinas de varios de los pensadores libertarios entonces más influyentes. Así se indica también que la imaginación del futuro puede ser eutópica, al menos en una época en que las alternativas a la sociedad capitalista eran objeto de una práctica política real ampliamente compartida, que tanto contrasta con el planteamiento teórico-lingüístico postmoderno, cuando la distopía se volvió omnipresente en la literatura de anticipación, tal vez como consecuencia de la frustración generada por la percibida impotencia de los intelectuales prorrevolucionarios en la sociedad de consumo, que no sa- bemos en qué forma proseguirá tras la actual pandemia. Este sentimiento de frustración es omnipresente en el relato de Elia Barceló titulado «La mujer de Lot», a través de la focalización en una mujer del pueblo trasplantada a un planeta de naturaleza hostil, en el que la necesidad de so- brevivir ha favorecido la organización de una sociedad planificada tal vez inspi- rada en los primeros kibbutzim israelíes o quizás en el colectivismo comunista. En este marco, los sentimientos de la protagonista y su memoria de la vida

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popular en la vieja Tierra dibujan una especie de distopía de los afectos, tal como señala Javier Zapata Clavería en su artículo. La prisión mental y afectiva en que evoluciona una mujer que acepta y apli- ca los roles tradicionales de fémina responsable de la comodidad y realización emocionales del varón es también objeto de análisis en el estudio de la muñeca animada Sally en la famosa película Nightmare Before Chrismas. Aunque este personaje se rebela contra el patriarcado representado por su padre-creador, no por ello deja de adoptar un papel de madre protectora y amante apasionada que encarna un arraigado ideal masculino. En ambos casos («La mujer de Lot» y es- te filme), el varón aparece como digno moral y emocionalmente de la rendida atención femenina. El amor de pareja feliz justificaría el reparto de roles, que en el cuento de Barceló aparece cuestionado implícitamente en mayor medida que en Nightmare Before Christmas, quizá porque el cine es un producto indus- trial que ha de venderse y, como tal, solo hasta cierto punto puede chocar a la mentalidad dominante. Los demás ensayos de la sección de Reflexiones evitan los posicionamientos políticos e ideológicos al centrarse más bien en un aspecto fundamental de la ficción especulativa, esto es, en la especulación misma, desde diversos ángulos. Algunas de sus posibilidades filosóficas las revela Jan Levin Propach. Su estu- dio de la serie de televisión Rick and Morty en relación con el sistema concretis- ta de David Lewis demuestra que el universo (o multiverso) es un objeto irre- nunciable de la ciencia ficción, cuyo potencial metafísico se ha explotado incluso en obras de entretenimiento, cuya superficialidad es a veces engañosa. Tam- bién lo es la presunta superficialidad de la obra de Isaac Asimov, de cuya obra se ha dicho que tenía kilómetros de superficie y centímetros de profundidad. Si bien es verdad que tampoco se encuentra demasiada profundidad en la inmen- sa mayoría de los escritores canónicos modernos, el desinterés académico por su obra ha podido deberse también a la aparente sencillez de su escritura, así co- mo a su supuesto desinterés por crear personajes creíbles psicológicamente. Ambas acusaciones quedan refutadas por Jonathan Hay, cuyo estudio de la ex- presión de lo cotidiano en las historias robóticas de Asimov pone al descubierto la fina sutileza de este al narrar la confrontación diaria de las personas norma- les con una tecnología que se da por supuesta, pero que influye y explica los comportamientos y sus cambios. Apenas unas alusiones o la narración de actos en apariencia banales consiguen dar idea de una realidad más honda, tal como únicamente los grandes escritores consiguen hacer. Otro gran escritor, Philip K. Dick, tiene más prestigio intelectual que Asi- mov, aunque cabría preguntarse si no es por la razón de que sus procedimien- tos retóricos para cuestionar el mundo y la propia personalidad son muy apa- rentes, de manera que resultan más fáciles de analizar. Esta suposición no impide reconocer el gran valor de algunas de sus obras, sobre todo cuando un

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crítico tan perspicaz como Pedro Pujante les aplica su gran capacidad herme- néutica, tal como hace en su análisis de VALIS, una autoficción muy original de Dick. Tras estos estudios que, en varios casos, se salen de los caminos trillados de las modas académicas actuales, la sección de Recuperados continúa su cometido de dar a conocer las maravillas literarias anteriores a la ciencia ficción y la fan- tasía épica globalizadas de tipo anglo-norteamericano hoy dominantes. Por ejemplo, una fantasía épica con las características más ortodoxas de la High Fantasy apareció tempranamente en el ámbito cultural panlatino, pero sin la censura en la práctica que supuso el moralismo victoriano. Tal vez porque la ambientación en una sociedad de aspecto arcaico y sometida a unos dioses pa- ganos que, en las mitologías patrimoniales, nunca se han caracterizado por la mojigatería facilitó que se aceptaran mejor, en el marco de parábolas exótico- fantásticas, la manifestación de pulsiones primigenias como la violencia y el sexo. Varios escritores no dudaron incluso en presentar la violencia machista de forma exacerbada y atroz, con un ánimo de denuncia que resulta claro, aun- que no se exprese didácticamente. Entre ellos, se cuentan varios autores canó- nicos, de los cuales el más conocido es quizá Gabriele D’Annunzio, cuyo poema narrativo traducido, «Il sangue delle vergini», demuestra que la fantasía épica del mejor estilo no era excepcional en las lenguas románicas, tal y como confir- man las demás miniepopeyas aquí recuperadas. Lo mismo puede decirse del cuento en prosa de Raul Brandão sobre una comunidad pagana sometida a un dios-ídolo sangriento y antierótico, del que se ofrece la traducción de sus tres versiones, y el texto original de la primera de ellas, que había permanecido en- terrado en un viejo periódico bastante difícil de consultar. El interés temático de todas estas ficciones sugiere la originalidad de la fan- tasía épica temprana panlatina, si bien su género discursivo (el cuento o el poema narrativo) no se distinguen formalmente de obras con formas similares de otros temas. No obstante, hubo también autores panlatinos de fantasía épica en sentido lato que experimentaron tempranamente con los moldes genéricos, al adoptar para sus ficciones la retórica de ciencias humanas como la geografía, la historiografía y la mitografía. Así vieron la luz unas curiosas ficciones cientí- ficas si nos atenemos a su discurso, que es el de esas ciencias humanas. La ficción prospectiva no se ha olvidado en esta sección, pues se recuperan, en traducción, ejemplos de tres de sus modalidades históricas. La anticipación utópica se manifiesta en un cuento de Édouard Ducoté y en un poema de Teófi- lo Braga, cuyo raro original portugués se reproduce. Ambos autores eligieron el mismo momento para sugerir el nuevo orden positivo de una futura federación mundial que habría traído la paz, a saber: una ceremonia simbólica de celebra- ción del fin, tal vez definitivo, de las guerras, con lo que se oponían asimismo a las anticipaciones de conflictos bélicos futuros que tan de moda estaban en la

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llamada Belle-Époque, entre el final de la guerra franco-prusiana y el estallido de la Gran Guerra. Pocas de ellas fueron escritas, no obstante, por autores lite- rariamente prestigiosos. Una excepción es la del gran novelista portugués Eça de Queirós, que tenía el proyecto de una novela sobre una futura invasión es- pañola de su país. Aunque no lo llevó a cabo, se conserva una interesante si- nopsis suya que aquí se traduce por el renombre del autor y porque su carácter de resumen resulta literariamente ventajoso frente a la mayoría de las antici- paciones bélicas de aquel período, con sus prolijas y técnicas relaciones de bata- llas. Otra modalidad de anticipación muy popular, entonces y ahora, es la apoca- líptica, de la que se ofrecen dos muestras que se añaden a las dadas a conocer en números anteriores. La modalidad del falso apocalipsis está representada por un texto de Ernesto Ragazzoni en que se funden magistralmente lo lírico y lo sarcástico, mientras que el registro sublime predomina más bien en la mi- niepopeya prospectiva «Futuro», del colombiano Guillermo Valencia. Este últi- mo poema se ha traducido al inglés para darle la mayor difusión que merece y para que nuestros lectores anglófonos tengan también la oportunidad de disfru- tar de una obra importante de la ficción especulativa hispanoamericana en es- tos tiempos de enfermedad, arresto domiciliario y crisis económica, que a mu- chos parecerán, en efecto, apocalípticos. Ojalá este número de Hélice contribuya en algo a sobrellevarlos.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 7  PRIMAVERA-VERANO 2020 ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

Francisco J. Jariego © Francisco J. Jariego, 2020

A mí me parece un robot En mi trabajo veo a menudo fantásticas obras de ficción escritas en Excel (Antonio Schuh)

Los grandes emprendedores de la actualidad En 1954, George Devol registró la patente recurren a menudo a la ciencia ficción para para un «dispositivo de transferencia pro- comunicarnos sus ideas. Jeff Bezos o Elon gramada de artículos». Ya solo tenía que co- Musk lo han hecho al presentar sus grandes mercializarlo. Pero si ahora todos tenemos proyectos empresariales para la colonización una idea muy clara de lo que es un robot in- del espacio (Blue Origin, SpaceX) o la manera dustrial, ¿cómo le explicabas a un hombre de en que piensan que, en un futuro no muy le- negocios de la época lo que era un brazo robó- jano, nuestro cerebro estará permanentemen- tico? Su mujer sugirió bautizar al invento con te conectado a la red (Neuralink). Recurrir a el nombre de Unimate, pero no fue hasta una la ciencia ficción no es algo nuevo. ¿Se trata fiesta en 1956, cuando Joseph Engelberger, al de un astuto truco de mercadeo para conectar conocer la idea de Devol exclamó: «A mí me con una gran audiencia o hay algo más? ¿En parece un robot». Ambos compartían una pro- qué medida la ficción que consumimos contri- funda fascinación por las historias de Isaac buye a formar nuestras ambiciones como per- Asimov. La palabra robot se había acuñado sonas y como sociedad? en 1921, en la obra de teatro de Karel Capek Werner Von Braun, el principal responsa- R.U.R. (1923), y Asimov popularizó el tér- ble del proyecto Saturno V que culminó con mino robótica en 1941 con su relato Liar! éxito el primer viaje tripulado a la Luna, se [Mentiroso]. enamoró de las posibilidades de la exploración El hecho de que las historias sobre el fu- espacial a través de las novelas de Julio Verne turo de la ciencia ficción han modelado el y H. G. Wells. Durante la Segunda Guerra pensamiento y las expectativas de algunas Mundial, colaboró con el ejército alemán en el generaciones ha quedado cómicamente cari- desarrollo de las V2 y, posteriormente, obtuvo caturizado en la frase que más se ha utili- la nacionalidad americana y se unió a la NA- zado como crítica y contrapunto a la fanfa- SA. En 1953 publicó las especificaciones para rria de la innovación durante los veinte un viaje tripulado a Marte1 (Von Braun, 1991) últimos años: ¿Dónde están los coches vola- que había comenzado siendo una novela de dores que nos habían prometido? (Graeber, ciencia ficción2 publicada de manera póstuma. 2012). La pregunta incide sobre un debate Durante su vida colaboró con Walt Disney pa- de calado: hasta qué punto es cierto que el ra divulgar sus ideas futuristas. progreso continúa a la velocidad y tiene el —————————— impacto real que a menudo damos por hecho 1 The MARS project. y que gobiernos y empresas suelen enfati- 2 Project MARS: A Technical Tale (2006). zar.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 8  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA                 ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

En un reciente ensayo sobre ciencia ficción insuflar vida en la ciencia ficción en español y e innovación publicado por la fundación a la innovación en España? NESTA, los autores observan con agudeza el paralelismo entre la literatura de ciencia fic- ción y el mercadeo de las empresas de alta [...] la frase que más se ha tecnología (Bassett, Steinmueller y Voss, 2013: 11). utilizado como crítica y

Para comprender cómo influye la ciencia ficción contrapunto a la fanfarria es preciso reconocer que la CF es diferente de las «discusiones sobre ciencia» en general. Esto de la innovación durante se debe, no solo a que la CF (y la ficción en ge- neral) sea «inexacta», «inventada» u «orientada los veinte últimos años: hacia un futuro inalcanzable»; También lo es la mayor parte del mercadeo de las empresas de ¿Dónde están los coches alta tecnología3. voladores que nos habían Y si la ficción que consumimos, la literatu- ra, el cine o los videojuegos, actúan en alguna prometido? medida como ese sueño inducido que en la pe- lícula Inception [Origen] (2020) de Christo- pher Nolan se utiliza para instalar una idea El pasado 31 de octubre de 2019, con mo- tivo de la celebración de la jornada Tecnofu- nueva en nuestra mente, ¿no deberíamos preocuparnos por quiénes y qué ideas están turos, tuve la oportunidad de coordinar un instalando dentro de nosotros? ¿Quiénes po- debate sobre estos temas con tres participan- tes de lujo: la escritora Rosa Montero, el pro- seen nuestra mente? ¿Los escritores? ¿Las empresas? fesor Fernando Á. Moreno y el directivo An- ¿Y qué papel juega el lenguaje en todo es- tonio Schuh. Con el título de «Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro», la in- to? Porque aunque hoy en día ya nadie cree en un determinismo férreo como el que pro- tención era ofrecer algunas claves sobre la pone esa teoría cuyo nombre parece sacado de ciencia ficción y la innovación en España. La hipótesis de partida, planteada como provoca- una novela de Philip K. Dick, la hipótesis Sa- pir Worf, es evidente que el lenguaje y la cul- ción para los ponentes y para el público que tura se alían para configurar nuestra apeten- asistió al evento era la siguiente: cia por el cambio y la innovación. ¿Hay algo en el español que nos inhabilite para la cien- La ciencia ficción en España no tiene la acepta- cia ficción? Y en ese caso, ¿qué hace falta para ción que en el mercado anglosajón. La innova- ción en España... ¿Qué os voy a contar? Busca- —————————— mos una posible conexión, una pista. 3 To get a grip on how SF is influential requires recogni- tion that SF is different from ‘discussions of science’ in general. This isn’t only because SF (fiction in general) is Rosa, Fernando y Antonio compartieron ‘inaccurate’ or ‘made up’ or ‘orientated towards an un buen puñado de interesantes ideas y al- unachievable future’; so is much of the marketing litera- gunas referencias a obras de ciencia ficción ture of high-tech companies. (Salvo indicación contraria, todas las traducciones son del autor.) que he utilizado como materia prima para es-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 9  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA                 ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

te breve ensayo. He intentado referirme a Á. Moreno, no nos habla sobre el futuro. Lo ellas con la menor distorsión posible. No obs- que nos propone es una mirada diferente so- tante, si bien la selección de temas y buena bre nuestra propia realidad. El contacto con parte de las referencias citadas está basada extraterrestres no es más el contacto con lo en sus intervenciones, el orden de exposición, desconocido o con lo que no entendemos. Y lo el mensaje y la organización del artículo, así que no entendemos, bromea Fernando, pue- como cualquier omisión o error, son de mi de ser «nuestro padre, nuestra novia o aquel completa responsabilidad. El lector interesa- compañero tan raro de la universidad». La do puede consultar el audio completo de las ciencia ficción, recalca Rosa Montero, «es intervenciones. una herramienta metafórica poderosísima para hablar de la realidad». Su cometido, como el de cualquier otra obra de arte, es in- La ciencia ficción como experimento ducir un choque en el lector, un sentimiento conceptual de extrañamiento o desfamiliarización que nos obliga a aferrarnos al texto y a tomar El contacto con el extraterrestre no es más que conciencia de aquello sobre lo que el escritor el contacto con aquello que no entiendo. O sea, ha querido poner el foco. mi padre, o aquella novia que tuve... (Fernando Rosa lo explica con pasión cuando nos Á. Moreno) describe cómo a menudo somos incapaces de ver lo que está ocurriendo a nuestro alrede- Si lo cuentas de otro modo, puedes reconocerlo. dor. Y pone como ejemplo el mundo que ella (Rosa Montero) ha creado para las aventuras de su replican- te Bruna Husky (Serie Bruna Husky), que La ciencia ficción se entiende a menudo como sitúa en el año 2109. En ese «mundo futuro» un ejercicio de extrapolación, una forma de an- los ricos que se lo pueden permitir pagan por ticipar o predecir el futuro. Sin embargo, aun- respirar aire limpio. En realidad, solo hay que muchas obras de ciencia ficción transcu- que comparar la renta per cápita y el aire en rren en un tiempo narrativo posterior al algunas de las grandes ciudades de nuestro momento en que fueron escritas, no siempre es mundo presente para darnos cuenta de que así y, muy a menudo, lo relevante no es ese esto ya está ocurriendo hoy, pero para que tiempo futuro. Si fuera así, haría años que ha- todos podamos verlo «es necesario contarlo bríamos dejado de leer Nineteen Eighty-Four de otra manera». La ciencia ficción es un [1984] (1949), la novela de George Orwell que, ejercicio mental que nos permite superar la sin embargo, volvió a estar presente en todas ceguera (la caverna platónica) en la que nos las listas de libros más vendidos tras la elec- sume la rutina y nos fuerza a poner en duda ción de Donald Trump en 2016. Tampoco ten- la realidad que habitamos como única reali- dríamos ninguna razón para interesarnos por dad posible, a imaginar otras realidades, Blade Runner (1982), cuyo futuro extrapolado otros mundos posibles en los que dar cabida se sitúa justo en el año 2019 que acabamos de a nuevos planteamientos, más valientes, dejar atrás. Pero apuesto a que seguiremos en- más audaces, o simplemente diferentes. contrando buenas razones para volver a ver En el prólogo de The Left Hand of Dark- esa película de Ridley Scott. ness [La mano izquierda de la oscuridad] La ciencia ficción, nos explica Fernando (1969), Ursula K. Le Guin nos dice que la

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predicción es asunto de profetas, clarividen- En definitiva, la ciencia ficción no es útil tes y futurólogos. El negocio del escritor es la por su carácter predictivo. La ciencia es úni- mentira. Las historias de ciencia ficción son camente el pretexto de la ciencia ficción. Cada experimentos que llevamos a cabo con nues- disertación «info-cuántico-nano-bio-ciberas- tra imaginación. La ciencia ficción es un expe- tro-psico-xeno-socio-física genera la ilusión de rimento conceptual. que las historias de ciencia ficción son drama- tizaciones del conocimiento científico»5. En realidad, es solo una forma diferente de pen- La ciencia ficción se sar sobre el mundo (Csicsery-Ronay, 2008: 111) que nos permite observar los problemas entiende a menudo como desde la distancia (James, 1995), y reformu- lar nuestra perspectiva del mundo (Peper, un ejercicio de 2017): extrapolación, una forma Como los viajes internacionales o la medita- ción, nos ofrece espacio para cuestionar nues- de anticipar o predecir el tras suposiciones. Las suposiciones bloquearon las grandes mentes del siglo XIX haciéndoles futuro. creer que las ciudades estaban condenadas a ahogarse en estiércol de caballo. Las suposicio-

nes tumbaron a Kodak a pesar de que sus in- La ciencia ficción juega asimismo un papel genieros construyeron la primera cámara digi- importante en la formación del deseo de cam- tal en 1975. Las suposiciones son un lujo que bio, a favor del progreso, de la novedad, de la los auténticos líderes no pueden permitirse6. sensación de asombro y de descubrimiento. Es- te papel de conformación se juega no solo por Esto es lo que hace de la ciencia ficción lo que ciencia ficción imagina como posible en una herramienta especialmente interesante otro lugar, o en algún momento futuro, sino para reflexionar sobre la relación entre la porque promueve una visión del mundo pre- tecnología, las personas y la sociedad, y con- sente como algo evanescente y contingente, tribuir al debate de ideas que muchos consi- que está sujeto o que requiere un cambio dra- deramos esencial para enfrentarnos a un fu- mático (Bassett, Steinmueller y Voss, 2013) turo que nos ofrece un espectro cada vez más El semanario The Economist, en su visión amplio de oportunidades y riesgos. para el presente año 2020, recomienda a los líderes empresariales la ciencia ficción porque «explorar futuros ficticios libera nuestro pen- —————————— samiento de limitaciones falsas y nos desafía 5 Every quantum-info-nano-bio-cyberastro-psycho-xeno- a replantearnos incluso si las preguntas que socio-physical infodump pumps up the illusion that sf nos estamos haciendo son las correctas»4 (The stories are dramatizations of scientific knowledge. Economist, 2019). 6 Like international travel or meditation, it creates space for us to question our assumptions. Assumptions locked top 19th-century minds into believing that cities —————————— were doomed to drown in horse manure. Assumptions 4 exploring fictional futures “frees our thinking from toppled Kodak despite the fact that its engineers built false constraints” and “challenges us to wonder whether the first digital camera in 1975. Assumptions are a luxu- we’re even asking the right questions. ry true leaders can’t afford.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 11  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA                 ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

La ciencia ficción no es dura. Lo duro es manera que durante una investigación crimi- escribir ciencia ficción nal es necesario hacer que todas las piezas encajen: «El detective ha de encontrar el mo- La creación de mundos es una ambición de todo tivo, la oportunidad y el arma». escritor. Yo quería regalarme un mundo que Rosa Montero destaca que el rigor que se pudiera visitar cuando quisiera y que fuera cre- autoimpone la ciencia ficción es lo que la dife- ciendo. Cuando escribes ciencia ficción eres co- rencia del género fantástico, mucho más fle- mo un niño jugando con un juguete, o como un xible porque no existe este tipo de restricción dios. (Rosa Montero) y en el que, en esencia, cualquier cosa es po- sible. Es esto también lo que, para ella, hace El lector que se acerca por primera vez a atractiva la ciencia ficción, porque como dijo la ciencia ficción puede sentirse intimidado H.G. Wells donde «cualquier cosa puede ocu- por la necesidad de penetrar en un mundo rrir, nada es interesante»7 (Csicsery-Ronay, con reglas desconocidas que tendrá que esfor- 2008: 63). La creación de mundos es una am- zarse en descifrar. Ciertamente, algunas bición de todo escritor, no solo del autor de obras de la denominada ciencia ficción dura ciencia ficción, pero la ciencia ficción resulta pueden responder a este patrón. Pero la cien- singularmente atractiva por las posibilidades cia ficción no tiene por qué ser necesariamen- que ofrece y ha sido la opción de Rosa al crear te dura, por la misma razón que la literatura el mundo de Bruna Husky. Fernando Á. Mo- de calidad no tiene por qué ser necesariamen- reno cita a otra reconocida escritora de cien- te elitista o críptica. La dificultad con que se cia ficción en España, Elia Barceló, quien presentan las ideas y los mundos posibles son afirma que no hay ningún género tan difícil solo una opción y dependen en gran medida, como la ciencia ficción, donde todo es extrapo- como en cualquier otro género, de la intención lable, pero todo tiene que ser coherente. y de la habilidad del escritor para crear una La dificultad para crear mundos alternati- experiencia atractiva y asequible. De hecho, vos posibles y plausibles trasciende los lími- cuando el escritor tiene éxito, no solo conse- tes de la ciencia ficción y puede ser una de las guirá que su obra resulte atractiva, sino tam- razones para sucumbir a la tentación de la bién despertar en el lector el sentido de la distopía o como se refiere a ella Fernando Á. maravilla. Moreno, «la imaginación fea». El atractivo de Es, por consiguiente, el escritor de ciencia los futuros distópicos podría haberse intensi- ficción quien realmente se enfrenta a una du- ficado en las últimas décadas, debido a que ra tarea: la dificultad para construir un mun- una mayoría de la sociedad aún no ha cose- do que incluye algún elemento novedoso (el chado los beneficios prometidos del progreso novum) que, sin embargo, reconocemos como tecnológico. Antonio Shuch cita una irónica una posibilidad cierta dentro de nuestro uni- observación de Stefan Zweig sobre su país de verso sin necesidad de recurrir a elementos adopción que captura esta idea: «Brasil es el sobrenaturales (Moreno, 2015). Una vez for- país del futuro y siempre lo será». mulada su hipótesis de partida, la necesidad John Clute, coeditor de The Encyclopedia de coherencia y verosimilitud encadenan al of Science Fiction, recuerda las palabras de escritor al rigor del discurso racional, exac- tamente igual que en cualquier obra realista —————————— o, como sugiere Antonio Schuh, de la misma 7 Where anything can happen, nothing is interesting.

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Bertrand Russell de 19248: «Me veo obligado defectos o los riesgos asociados al cambio tec- a temer que la ciencia se use para promover nológico y que, de pronto, irrumpe en nuestra el poder de los grupos dominantes, en lugar realidad y trastoca las reglas de juego, que de hacer felices a los hombres». El verdadero imaginar un mundo mejor o, simplemente, un miedo hoy es que el mundo en el que vivimos mundo coherente alternativo. ahora fue diseñado por aquellos que se bene- Nuestra familiaridad con la realidad que fician de él (Gunn, 2014). habitamos y nuestros propios prejuicios ha- cen que nos resulte más asequible reconocer la caricatura que descubrir la belleza alterna- La dificultad para crear tiva. La distopía puede ser más rentable que la utopía. Hay una cierta comodidad en la mundos alternativos distopía, pero posiblemente es la utopía de lo que, en el mundo cambiante y abierto al que posibles y plausibles nos enfrentamos, estamos más necesitados. trasciende los límites de la Lenguajes y medios de la ciencia ficción ciencia ficción y puede ser Lo había intentado varias veces, pero mis es- una de las razones para fuerzos concluían en un modo de mirar dema- siado deliberado: un guedeniano me parecía en- sucumbir a la tentación de tonces primero un hombre, y luego una mujer, y les asignaba así categorías del todo irrelevantes la distopía. para ellos, y para mí fundamentales. (Ursula K. Le Guin, La mano izquierda de la oscuridad)9

La historiadora Jill Lepore (2017) piensa La ciencia ficción sobre el lenguaje nos ha que la distopia solía ser una ficción de resis- dado algunas obras de culto, como Babel 17 tencia, pero que se ha convertido en una fic- (1966) de Samuel R. Delany, The Embedding ción de sumisión: la ficción de un siglo vein- [Empotrados] (1973) de Ian Watson o la mu- tiuno desconfiado, solitario y sombrío, en la cho más reciente Story of Your Life [La histo- que se dan la mano la izquierda y la derecha ria de tu vida] (1998), en la que Ted Chiang porque demanda muy poco en términos de especula con el lenguaje de unos visitantes imaginación literaria, política o moral. alienígenas, los heptápodos, que elimina la Con independencia de los factores históri- direccionalidad temporal del pensamiento y cos y tendencias culturales que pueden influir hacer posible recordar el futuro. Nuestra fas- en la preferencia por el género distópico, cabe cinación por el lenguaje es un reflejo de la re- argumentar que, de la misma manera que, lación de amor odio que mantenemos con él. usualmente, es más fácil identificar proble- El lenguaje es nuestro vehículo de comunica- mas que proponer soluciones, resulta más fá- cil construir una historia que nos muestra los —————————— 9 Ursula K. Le Guin, The Left Hand of Darkness (1969), —————————— traducción de Francisco Abelenda para la edición de Mi- 8 Bertrand Russell, Icarus; or, the Future of Science. EP notauro (1973). Pasaje leído por Fernando A. Moreno du- Dutton, 1924; citado en el artículo de Eileen Gunn. rante el debate.

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ción y, de alguna manera, una parte esencial «en gran medida, cada lenguaje proporciona de nuestro ser consciente. Pero también o, una manera diferente de describir la realidad quizás precisamente por ello, un obstáculo en la que estamos inmersos»11 (Prigogine y que debemos superar. Stengers, 2018: XXXI). «En una novela luchamos contra el lengua- El neologismo es un recurso esencial en la je», nos explica Fernando Á. Moreno, porque a descripción del descubrimiento, ya sea un in- través de lo que está escrito debemos llegar a vento o un mundo ficcional. Las culturas do- descubrir lo que no está escrito: «Las novelas minantes del mundo científico moderno están nunca van de lo que nos dicen sino de lo que dotadas de mecanismos diversos para la lexi- no nos dicen». El lenguaje no es neutro. Las cogénesis. En esto la lengua española no es estructuras lingüísticas con las que nos en- una excepción (Csicsery-Ronay, 2008). No de- frentamos a un mensaje cambian nuestra bería sorprendernos, sin embargo, que el do- percepción, la construcción del relato y la minio tecnológico de los países de habla in- manera en que explicamos las cosas. El hecho glesa se haya extendido de manera natural a de que alguien sea complemento directo en la ciencia ficción a través del lenguaje y los vez de sujeto influye en la manera en que medios de comunicación. El ascenso de la nuestra mente lo percibe y cambia nuestra ciencia ficción durante los años 60 y 70 del si- forma de relacionarnos con él o ella. Rosa glo XX, coincidiendo con la Guerra Fría y la Montero va aún más lejos y nos dice que todo carrera espacial, ha ejercido una profunda in- escritor aspira a «romper el lenguaje» para fluencia cultural que se extiende hasta nues- llegar a hablar con una voz propia y distinti- tros días. va. Y tampoco debe resultarnos sorprendente Esa necesidad de luchar contra el lenguaje que el cine se haya convertido en el medio de y doblegarlo no es exclusiva de la literatura, difusión por excelencia de la ciencia ficción. ni siquiera de la literatura de ciencia ficción. Aunque los autores más reconocidos siguen Forma parte del proceso creativo. El autor in- siendo mayoritariamente escritores, las pelí- tenta ir más allá de los límites establecidos y culas y las series de televisión son el principal desvelar algo que parece estar al alcance de medio de consumo de la ciencia ficción para el la mano, pero que sin embargo se resiste, el gran público. A diferencia de lo que ocurre adyacente posible. Citaré solo dos ejemplos de con la literatura escrita, el cine de ciencia fic- científicos que nos describen su particular ba- ción sí es un fenómeno de masas. Reciente- talla con el lenguaje. En la introducción a su mente, series como Black Mirror (2011-2019) obra Autopoiesis and Cognition [Autopoiesis y o Years and Years (2019) están en boca de to- Cognición], Humberto Maturana, dice: «Uno do el mundo. La mayoría de la gente ve las solo puede decir con un lenguaje dado, lo que películas como un simple entretenimiento, el lenguaje le permite»10 (Maturana y Varela, nos dice Rosa Montero. Creen que las van a 1991: XIII). Por su parte, en Order out of entender, se van a divertir y se van a emocio- Chaos [Order a partir del caos], Ilya Prigogi- nar. En cambio, la novela requiere un esfuer- ne e Isabel Stenger reflexionan sobre la tra- zo muy superior. ducción de su obra al inglés y reconocen que —————————— 11 English is not our native language. We believe that to —————————— some extent every language provides a different way of 10 One can only say with a given language with the lan- describing the common reality in which we are embed- guage permit. ded. (Traducción del autor)

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En el cine estamos expuestos a imágenes cual el mensaje nos infectará. Como curiosi- explícitas y mensajes subliminales mucho dad, el medio que hasta ahora ha eludido casi más intuitivos y contra los que no tenemos la por completo a la ciencia ficción es la música misma necesidad de pelear que cuando nos vocal. Quizás es solo una oportunidad para enfrentamos a una historia escrita, nos expli- nuevas formas de expresión transmedia para ca Fernando Á. Moreno. Y Rosa Montero nos la ciencia ficción. recuerda oportunamente que, a pesar de que La ciencia ficción ha especulado también la alfabetización no ha dejado de extenderse a con la post-alfabetización, sociedades imagi- lo largo de la historia (tendencia que podría narias en las que la tecnología multimedia ha estar a punto de detenerse o, incluso, rever- avanzado hasta un punto en que la capacidad tirse), la lectura ha sido siempre una activi- de leer o escribir deja de ser necesaria y, por dad minoritaria. En España, el 40 % de la po- consiguiente, algo común. El término lo reco- blación nunca lee libros y del 60 % restante, gió ya Marshall McLuhan en The Gutenberg solo el 12 % lee más de cuatro libros al año. Galaxy [La galaxia Gutenberg] (McLuhan, Los lectores de ciencia ficción en español for- 1962) y muchas sociedades de ciencia ficción man parte de ese 12 %, Es un mercado redu- han llegado a este estado, como ocurre en cido que, como veremos a continuación, re- Fahrenheit 451 (1953), de Ray Bradbury. fuerza la preferencia de los editores por las Más allá de la visión distópica de Ray traducciones del mercado de la ciencia ficción Bradbury en Fahrenheit 451 o de la provoca- en inglés (Martín, 2017). ción de Marshall McLuhan, no podemos ob- viar que, mientras el lenguaje oral es con se- guridad consustancial a nuestro desarrollo «En una novela luchamos evolutivo como especie, la escritura tiene a lo sumo unos cinco mil años de antigüedad. A contra el lenguaje», nos pesar de la enorme influencia que ha ejercido en el desarrollo de nuestra civilización y tiene explica Fernando Á. en nuestra sociedad actual, los medios audio- visuales ganan terreno y no podemos asegu- Moreno, porque a través rar que la escritura sea la única forma posible de extender nuestra memoria, ni descartar de lo que está escrito nuevos desarrollos tecnológicos que, even- tualmente, acaben desplazándola. debemos llegar a descubrir Ante la pregunta explícita sobre si los nuevos medios y las nuevas formas de con- lo que no está escrito. sumo de información, mucho más volcadas en la imagen y el vídeo, acarrearán a largo plazo En la actualidad, los videojuegos tienen la desaparición de la escritura y la lectura, una penetración y una influencia cada vez una vuelta a la oralidad, ninguno de los tres mayores y, muy posiblemente tecnologías co- participantes cree que vaya a ser así, por lo mo la realidad virtual, aumentada o mixta menos a corto plazo. Parece que, por el mo- acabarán por incorporarse plenamente y dar mento, seguirán siendo simplemente vehícu- un nuevo giro al medio de expresión que do- los minoritarios. Lo que está claro es que la minará en el futuro, al vector por medio del utilización de la ciencia ficción como medio

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para llevar a la sociedad el debate de ideas y glés) de ciencia ficción y un fandom local apa- estimular la imaginación, el deseo de cambio sionado y erudito. Este mercado ha sido, sin de las futuras generaciones o, al menos, miti- embargo, deliberadamente ignorado por el es- gar la ansiedad que produce la innovación, tablishment cultural. Los escritores y cineas- nos obliga a contemplar la multiplicidad de tas españoles de ciencia ficción se enfrentan a medios de expresión y comunicación (Bould et muchas dificultades para convencer de la al., 2009) y, por supuesto, a tener muy en credibilidad de sus textos a una audiencia cuenta las nuevas y futuras formas de comu- reacia, y los lectores y espectadores locales nicación mayoritaria y su influencia en lo que asumen que las historias de ciencia ficción so- algunos consideran una nueva oralidad (Ong, lo pueden suceder en los Estados Unidos o el 2013). Reino Unido. Al intentar penetrar en las razones detrás de esta situación, Rosa Montero nos describe La ciencia ficción en España, ¿un género una escena que a más de uno le resultará fa- fantasma? miliar:

Soy lector de ciencia ficción y alguna vez me Estoy harta ─y lo repite─, harta de ir a actos han pillado en un bar con un libro de Asimov. públicos con compañeros, escritores famosos, y Dije que era los hermanos Karamazov. (Antonio que, de repente, ante una pregunta alguien Schuh) responda: Bueno, claro, yo no he visto los nú- meros, porque a mí eso de los números (risas) no se me da nada bien. Y que, a continuación, Pocas obras de ciencia ficción en idiomas toda la audiencia se ría de manera cómplice, diferentes del inglés han alcanzado la popula- como si cuanto más analfabeto científicamente ridad entre la audiencia global y el reconoci- se sea, más poeta. miento de la crítica (Csicsery-Ronay, 2008). España tiene una presencia testimonial en el Afirmaciones similares pueden encontrar- panorama internacional de la ciencia ficción. se, por desgracia con cierta frecuencia, en de- Nuestra producción no ha logrado cautivar a claraciones de personalidades y en los medios los lectores extranjeros con un clásico univer- de comunicación. Rosa Montero continúa con salmente aceptado y la mayoría de los escri- una cita de The Spanish Labyrinth [El labe- tores y títulos parecen invisibles, no solo fue- rinto español] (1943), en la que Gerald Bre- ra de España, sino también entre sus pares nan describe como medio siglo después de la de profesión. Sara Martín, coeditora de la re- muerte de Isaac Newton, cuando el mundo vista Hélice, describe a la ciencia ficción es- desarrollado abrazaba la revolución científi- pañola como un «género fantasma» (Martín, ca, en España aún nos aferrábamos al pen- 2017). samiento irracional y mágico (Brenan y Ruiz, Sin embargo, a juzgar por éxito de las pelí- 1994: 513): culas y series de televisión extranjeras, hay que concluir que a los españoles nos encanta En 1773, la Universidad de Salamanca ignora- la ciencia ficción, como al resto del mundo ba aún a Descartes, Gassendi y Newton, y en (Wells, 2013). El interés por la lectura es más sus cursos de teología se debatían cuestiones limitado, pero ciertamente hay un mercado tales como el lenguaje en que hablaban los án- para las traducciones (principalmente del in- geles y si el cielo estaba hecho de metal de

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campanas o de una mezcla de vino y agua (Ba- expertos parecen querer huir también de lo llesteros, tomo VI, p. 288) En la generación an- que, hasta cierto punto, parece un lugar co- terior, la misma universidad se había negado a mún, a saber, que en España no hay dema- establecer una cátedra de matemáticas pro- siado interés por la ciencia y los currículos puesta por Felipe v y uno de sus profesores, el científico-tecnológicos. La razón de la invisibi- jesuita padre Rivera, declaraba que la ciencia lidad o marginalidad del género en España era completamente inútil y que sus libros de- habría que rastrearla, por tanto, hasta otros bían ser mirados como obra del demonio. factores quizás también menos visibles de Y concluye con la casi obligada de Miguel nuestra cultura. de Unamuno que sintetiza esta mentalidad: «que inventen otros» porque a nosotros, los españoles, lo que se nos daría realmente bien España tiene una presencia es la mística. Fernando Á. Moreno tampoco se muerde la testimonial en el panorama lengua con el relato que nos ofrece sobre la aversión de la «Cultura» (con mayúscula) es- internacional de la ciencia pañola por la ciencia ficción. Al igual que Ro- sa Montero, describe un entorno académico ficción. que a menudo se jacta de estar muy por en- cima del bien y del mal: el «yo ya sé, yo ya Durante la segunda mitad del siglo XIX y sé», como forma de atrincherarse ante la du- el primer tercio del siglo XX, numerosos auto- da, en vez de abrazarla como motor de la cu- res de prestigio como Leopoldo Alas “Clarín”, riosidad y el descubrimiento. Y cita a José Pío Baroja. Ángel Ganivet, Azorín, Ramón Maria Merino, el escritor y académico de la Pérez de Ayala, Emilia Pardo Bazán, Miguel Real Academia Española, autor también de de Unamuno o incluso el Nobel de Medicina, ciencia ficción, para quien las dos razones por Santiago Ramón y Cajal, se acercaron con ló- las que el género no triunfó en España son la gica curiosidad y exploraron las oportunida- Iglesia católica y el comunismo. El marxismo des que ofrecía lo que, en aquel momento era cultural se aferra a la realidad y la Iglesia se un género literario emergente. Algunos se li- ha empleado a fondo para conseguir que no mitaron a compartir sus obras dentro de un nos fijásemos en ciertas realidades. círculo muy restringido por considerarlo un Sobre el hecho de que la ciencia ficción es- vehículo demasiado culto o difícil para el gran pañola se haya visto condicionada por la tra- público, pero muchas otras, algunas de nota- yectoria histórica del país en los cien últimos ble calidad y originalidad, se abrieron camino años parece existir un consenso amplio entre hasta el mercado. Mariano Martín Rodríguez las personas que han estudiado el fenómeno y cree que la producción española de ciencia con las que (de manera muy informal) he te- ficción puede «rivalizar sin desdoro con la de nido ocasión de conversar durante la elabora- otras grandes literaturas europeas» (2018: ción de este artículo. La Guerra Civil de 1936 122). Su artículo en la reciente historia de la y la subsiguiente dictadura han ejercido una ciencia ficción en la cultura española editada poderosa influencia, pero quizás no de una por Teresa López-Pellisa documenta una lar- manera diferente a la que han podido tener ga tradición que llega sin interrupción hasta sobre otros ámbitos de la cultura. Nuestros nuestros días, y que tiene manifestaciones

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destacadas, no sólo en la literatura, sino en el científica y tecnológica de los Estados Uni- cine, la televisión, el teatro, el comic e incluso dos, y de la enorme influencia que su cine ha la poesía (López-Pellisa, 2018). tenido como vehículo de difusión cultural. En los años sesenta y setenta, la ciencia fic- ción americana e inglesa fue generosamente Durante la segunda mitad consumida en España por muchos jóvenes que leían traducciones de las obras de Isaac del siglo XIX y el primer Asimov, Arthur C. Clarke o Robert Heinlein. A título personal, puedo dar fe de que así fue tercio del siglo XX, y de que yo entré en contacto con estos auto- res por medio de un buen amigo, algo mayor numerosos autores de que yo, en cuyo círculo se consumía la cien- cia ficción con la misma fruición que el rock prestigio como Leopoldo duro, los comics de superhéroes o el tabaco. El ascenso de los Estados Unidos y la toma Alas “Clarín”, Pío Baroja. de conciencia de la pérdida de relevancia in- ternacional de nuestro país, que coinciden en Ángel Ganivet, Azorín, el tiempo con la consolidación del género de la ciencia ficción, parecen estar de alguna Ramón Pérez de Ayala, manera en el ADN de nuestra herencia cul- tural. Sara Martín piensa que el principal Emilia Pardo Bazán, Miguel problema, a juzgar por las reacciones de sus alumnos, es nuestra muy baja autoestima y de Unamuno o incluso el que España es una nación con serios pro- blemas para imaginar el futuro (Martín, Nobel de Medicina, 2017). En la actualidad, la ciencia ficción en Es- Santiago Ramón y Cajal, se paña enfrenta dos obstáculos principales: la indiferencia del establishment cultural que se acercaron con lógica proyecta a la sociedad a través de publicacio- nes como Babelia, y un mercado de publica- curiosidad y exploraron las ción en rápida disminución, extremo que nos confirma la experiencia de Rosa Montero. oportunidades que ofrecía Hoy hay más escritores de ciencia ficción que nunca en España, pero se enfrentan a las lo que, en aquel momento numerosas barreras del mundo editorial y de la difusión, notablemente la traducción, un era un género literario problema compartido por otras tradiciones lo- cales de ciencia ficción no anglófona. El mun- emergente. do académico se aproxima cada vez más sin complejos a la ciencia ficción, pero el proceso La ciencia ficción anglosajona se acabó de legitimación que permitió el ingreso de la imponiendo como resultado de la hegemonía ciencia ficción escrita en inglés en las aulas

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universitarias estadounidenses y británicas bres y de hábitos de consumo. La ciencia fic- en la década de 1970 aún no ha concluido en ción es un fenómeno mundial (Wells, 2013). España. La innovación tecnológica, venga de donde Mientras tanto la sociedad española se venga, nos hace conscientes de un mundo en sumerge ya en lo que, con toda probabilidad, permanente cambio, y augura un futuro en el será el proceso definitivo de «naturalización» que las fronteras entre lo real y lo posible se del género, por medio de series que, como diluirán cada vez más y la ciencia ficción es- Black Mirror, están ya día a día en boca de tará cada vez más integrada en nuestro pen- todos nosotros. samiento. Por la misma razón, cada vez más, vere- mos su mayor dilución en todo tipo de mani- 6. El futuro de la ciencia ficción festaciones artísticas y culturales. La ciencia ficción ha sido tradicionalmente un género di- El breve panorama sobre la ciencia ficción fícil de encuadrar, para el que no existe una en España descrito puede resultar algo som- definición universalmente aceptada y que es- brío, pero es evidente que la apertura de la tá integrado por multitud de subgéneros. Su España moderna a los mercados internacio- naturaleza escurridiza y promiscua solo puede nales y la inevitable exposición a la globaliza- verse reforzada por la innovación tecnológica y ción, por mucho que pese a los nacionalismos, la presión por un cambio constante. Los nue- hace inevitable la convergencia de costum- vos medios de comunicación y vehículos de

Ilustración: Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro, Tecnofuturos 2019

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expresión atrajeron algunas de las preguntas países como España donde, a falta de tradi- de la audiencia. La conclusión es que el cam- ción, tenemos talento e imaginación. bio que observamos en la oferta de medios de En este sentido, como hemos visto, son comunicación y las preferencias del consumi- numerosas las voces que critican la compla- dor juegan en contra de las barreras del gé- cencia de la distopía y reivindican la necesi- nero y a favor de una difusión creciente del dad de volver a mirar a la utopía sin prejui- pensamiento de la ciencia ficción en cada vez cios. Desde iconos de la tecnología como Tim más historias y narrativas, con la única limi- O’Reilly (2017) hasta iniciativas locales como tación de la necesidad de formación en las la Fundación Asimov y su movimiento Prag- nuevas tecnologías, y la inversión necesaria ma (Despega el «Movimiento Pragma» 2018) para la producción de nuevos contenidos. dicen que ya basta de escudarse en la «imagi- Los asistentes a la jornada se interesaron nación fea» y facilona para no actuar. Ha lle- también por la visión de los ponentes sobre gado el momento de aceptar que el futuro de- la contribución de la ciencia ficción a los pende, por acción u omisión, de la inversión grandes debates de actualidad, como el cam- en imaginación que hagamos en el presente. bio climático o el presunto agotamiento del Y es alentador ver movimientos que miran al modelo de economía capitalista. Con gran diseño, a la narrativa (el storytelling), y a la habilidad, los ponentes reiteraron que la ciencia ficción en particular, como fuente de función de la ciencia ficción con respecto al inspiración para una sociedad donde los bene- futuro no es la de adivinarlo. En realidad, ficios de la innovación lleguen a más personas ninguno de estos temas es nuevo para la y contribuyan a una sociedad más justa y ciencia ficción. Todos tienen ya una larga plural. tradición en el género. Pero sí hubo tres En octubre de 2011, Neal Stephenson es- ideas que flotaban en el ambiente. La prime- cribió un artículo titulado «Innovation Star- ra es que, tras un largo periodo de fe en los vation» (2011) –que me gusta traducir muy mercados y la tecnología que se suponía era libremente como «inanición creativa»–, en lí- el preludio del fin de la historia (Fukuyama, nea con ensayos de fechas próximas como 1989), nos enfrentamos a una época de in- «The Great Stagnation», de Tyler Cowen certidumbre creciente en la que necesitamos (2011), «The End of the Future», de Peter más que nunca nuevas ideas. La segunda es Thiel (2011), o «Is U.S. Growth Economic que la ciencia ficción es un medio accesible Over?», de Robert Gordon (2012). Estos explo- para sensibilizar a la sociedad sobre los de- raban hace diez años la idea de que podría- bates y estimular la participación. Es eso mos haber entrado en un período de estan- que a menudo denominamos de manera un camiento tecnológico. Es una idea poco tópica «la democratización» del diseño controvertida que, en principio, puede parecer de futuros. La tercera es que esta posibilidad absurda en un mundo deslumbrado por la in- no se limita a la literatura escrita porque la novación tecnológica. El artículo hacía una ciencia ficción, mal que le pese a algunos llamada para que vuelva la inspiración a la profesores o cineastas de renombre anclados ciencia ficción contemporánea. Neal fue uno en la tradición, va mucho más allá de los li- de los impulsores del proyecto Hieroglyph, en bros y del cine de culto. De hecho, el cine, los colaboración con el Centro para la Ciencia la medios audiovisuales y los nuevos medios, Imaginación de la Universidad Estatal de suponen, en particular, una oportunidad en Arizona. El nombre del proyecto surge de la

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idea de que ciertos inventos icónicos en las cualquier estudioso puede llegar a procesar. historias de ciencia ficción, como las comuni- El universo del conocimiento también se ex- caciones por satélite de Arthur Clarke, o los pande y nuestra distancia como individuos de Issac Asimov, son los «jeroglíficos» con el conjunto de conocimientos a nuestro al- modernos: símbolos simples y reconocibles en cance es cada vez mayor. Paradójicamente, en cuyo significado todos concordamos, y que la sociedad del conocimiento, de alguna ma- juegan un rol decisivo como narrativa capaz nera, somos cada vez más ignorantes. de coordinar e impulsar la acción colectiva. Este argumento debería ser un acicate pa- ra obligarnos a profundizar en los mecanis- mos, la tecnología que tenemos a nuestra dis- Los asistentes a la jornada posición, para integrar nuestras capacidades individuales de una manera que resulte, al se interesaron también por mismo tiempo, productiva para el conjunto y satisfactoria para la persona. No puedo sino la visión de los ponentes mirar a la narrativa, la ciencia ficción y sus posibles desarrollos como una valiosa herra- sobre la contribución de la mienta para la inteligencia colectiva. Nada me gustaría más que ver surgir en ciencia ficción a los gran- España, mi país, un movimiento similar al proyecto Hieroglyph. Los asistentes al evento des debates de actualidad, Tecnofuturos pueden dar fe de que tenemos personas con la creatividad y el entusiasmo como el cambio climático o necesarios, y el proyecto podría nuclearse en torno a alguna institución académica o corpo- el presunto agotamiento rativa mínimamente transgresora que se re- sista a sucumbir al consenso y la mediocri- del modelo de economía dad. No sé si tal institución existe o habrá que inventarla, pero sirva esta breve conclu- capitalista. sión como llamada a la acción y a la colabora- ción de todos los que miramos al futuro con Por supuesto, no podemos descartar que preocupado optimismo y a la ciencia ficción después de todo, el futuro ya esté inventado como el elixir del héroe. en algún texto de ciencia ficción desconocido, en algún autor aún por descubrir. Porque el hecho de vivir en la sociedad de la informa- Agradecimientos ción no significa ni mucho menos que todas las ideas estén sobre la mesa. Como nos re- Quiero expresar mi agradecimiento a los tres cordó humildemente Fernando Á. Moreno du- participantes en el debate por sus aportacio- rante una de sus intervenciones, a propósito nes y la inspiración para el contenido de este de su condición de experto en teoría de la lite- artículo. A Mariano Martín Rodríguez, como ratura y ciencia ficción, todos los años se pro- instigador del artículo, por sus valiosos co- ducen en cualquier campo del conocimiento mentarios y sugerencias. Y a Isabel F. Peñue- más resultados y más publicaciones de lo que las por la iniciativa, las gestiones y la invita-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 21  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA          ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

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REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 22  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA          ¿Qué puede hacer la ciencia ficción con el futuro?: Reflexiones sobre la ciencia ficción, la innovación y el futuro en España

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Las caídas: una historia de Luna

Iain McDonald © Iain McDonald, 2020

Introducción y traducción de Sara Martín Alegre © 2020, Sara Martín Alegre por la introducción y traducción

Ian McDonald es uno de los diez autores de castellano como Luna nueva, Luna de lobos y ciencia ficción actuales mejor valorados. Na- Luna ascendente. Esta trilogía narra en esen- cido en 1960 en Manchester, hijo de padre es- cia la progresión de la Luna hacia un sistema cocés y madre irlandesa, McDonald reside político independiente de nuestro planeta, desde los cinco años en Belfast, capital de Ir- aunque McDonald se recrea ampliamente en landa del Norte. La compleja situación políti- las complejas relaciones entre su larga y va- ca en esta región británica (agravada por el riadísima lista de personajes. Brexit puesto en marcha en febrero de 2020) McDonald suele asociar sus novelas con ha transformado a este anglo-irlandés en un relatos e incluso novelas breves. Así pues, del convencido antiimperialista. Su ciencia fic- mismo modo que Cyberabad Days amplía el ción destaca por un uso constante de escena- temario de River of Gods, la bilogía compues- rios y personajes alejados de su Reino Unido ta por Chaga (1995) y Kirinya (1997) se com- natal, tanto en la Tierra como en otros plane- plementa con «Toward Kilimanjaro» y «Ten- tas, sean Marte o la Luna en la que transcu- deléo’s Story”. Dos relatos se relacionan con rre el cuento que se presenta aquí. la trilogía sobre la Luna: «The Fifth Dragon», McDonald es autor profesional desde 1987 que acabó integrado en el primer volumen, y y cuenta con una larga lista de publicaciones «The Falls: A Luna Story», el cuento que se que hasta la fecha incluye diecinueve novelas, presenta aquí traducido al castellano. La ver- una novela gráfica y cinco volúmenes de rela- sión original inglesa de «Las caídas» se publi- tos, además de los que ha publicado separa- có en la antología Meeting Infinity, editada damente. Su novela más popular es El río de por Jonathan Strahan (Oxford: Solaris, 2015) los dioses (2006; River of Gods, 2004) — pero se puede leer también online en Clar- narración post-cyberpunk ambientada en la kesworld Magazine (ver India, al igual que la antología que la acom- http://clarkesworldmagazine.com/mcdonald_1 paña, Cyberabad Days (2009)— seguida de 0_18_reprint/). Brasyl (2007, disponible en castellano con el Los Cinco Dragones a los que se alude en mismo título desde 2009). Entre sus otras «Las caídas» son las compañías privadas fun- obras se hallan la trilogía para lectores jóve- dadas por las familias pioneras originarias de nes Everness (Planesrunner (2011), Be My la Tierra que controlan la Luna bajo supervi- Enemy (2012) y Empress of the Sun (2014)), y sión de la Lunar Development Corporation. la trilogía sobre la Luna —Luna: New Moon En la Luna de McDonald no hay legislación, (2015), Luna: Wolf Moon (2017) y Luna: Moon sino que todas las relaciones, incluidas las Rising (2019)— recientemente traducida al personales, se regulan por contrato. Los in-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 24  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA                Las caídas: una historia de Luna

migrantes como Nuur deben decidir en su como Callisto, palabras inventadas que no Moonday (o Día Lunar), dos años a partir de existen en inglés. He usado como equivalen- su llegada, si quieren volver a la Tierra o tes en castellano, «le/les» (artículo definido), quedarse para siempre en la Luna porque pa- «ele/eles» (pronombre personal), «se/ses» sado ese tiempo su cuerpo no puede adaptar- (adjetivo posesivo), y en general la termina- se de nuevo a nuestra gravedad. Los niños y ción «-e» allí donde el castellano distingue niñas nacidos en nuestro satélite, como entre «-o/a», usando además «-er» para al- Shahini, no pueden emigrar a la Tierra por- gunas otras terminaciones que en castellano que su anatomía adaptada al entorno selenita serían «-e». McDonald usa también «amor» no se lo permite. en el sentido de compañero/a sentimental, no sólo amante; he usado «amors» (singular y plural) como equivalente. En cuanto a la McDonald es autor tecnología, los habitantes de la Luna usan impresoras 3-D para generar todo tipo de profesional desde 1987 objetos y tienen un acompañante digital, o «familiar», cuya imagen pueden escoger. Las ycuenta con una larga lista ciudades, como es de esperar, son construc- ciones subterráneas de varios kilómetros de de publicaciones que hasta profundidad. Todo el mundo debe abonar ta- sas por el uso del aire, el agua, el carbono y la fecha incluye diecinueve los datos. Si interesa, se puede ver mi entrevista (en novelas, una novela gráfica inglés con traducción al catalán) con Ian McDonald en la reciente CatCon (noviembre y cinco volúmenes de rela- de 2019) en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=DzDg_Bx tos, además de los que ha JZ1A). «Las caídas» se publica con permiso directo del autor, a quien agradecemos el ges- publicado separadamente. to de todo corazón. Espero que disfrutéis de la lectura y que Ian McDonald usa el pronombre personal os animéis a leer la trilogía sobre la Luna y, «e» y el adjetivo posesivo «er» para los IAs desde luego, River of Gods.

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Iain McDonald Las caídas: una historia de Luna

Mi hija cayó desde la cima del mundo. Trope- que las capas de residuos profesionales lo en- zó, intentó agarrarse, resbaló y cayó. Tres ki- terraran) el primer hallazgo arqueológico de lómetros, a cielo abierto. mi hija. La tecnología es incómoda si pensamos en * * * nuestros patrones: las matrices de micropro- cesadores de silicio son como asteroides al la- Tengo una mesa de despacho. Todo el mundo do de las películas modernas de grafeno en 2- en el proyecto de entrada en la atmósfera lo D; casi hacen reír. Una placa base de proce- encuentra de lo más pintoresco. No lo entien- sador del tamaño de un dedo, sin un propósito den. ¡Fíjate en el espacio que ocupa! Y, ade- conocido. Su origen: allí donde el robot explo- más, atrae todo tipo de trastos. Basura. A rador Yutu, de la República Popular de Chi- montones. Desimprímelos, desimprímela, na, se paró y expiró, unos cuarenta kilóme- quita el polvo, libera espacio. Superficies. No tros al sur de Laplace F. en el Mare Imbrium, necesitas ninguna superficie para trabajar. en la cara visible de la Luna. De hecho, es cierto. Trabajo mediante Ma- rid, mi familiar. Le he elegido la apariencia * * * de su homónimo, un Genio grande y poderoso. Levita sobre mi hombro izquierdo. Mis cole- La aceleración bajo efecto de la gravedad en gas también encuentran esto pintoresco. Paso la superficie de la Luna es de 1’625 metros mis turnos en un pabellón de interlocutores. por segundo al cuadrado. Mi familiar se encuentra con el familiar de mi cliente para transmitir las palabras del uno * * * al otro. Mi cliente es una sonda de exploración es- Me gusta Callisto. pacial. No me gustan (no es necesario que me Soy una psicóloga especializada en simu- gusten) todos mis clientes. Cada IA es dife- lación. rente, aunque hay similitudes: algunes limi- El mobiliario apropiado para un psicólogo tan su arquitectura e ingeniería, otres son fi- es una silla, no una mesa desordenada. Y un losófiques, y otres son producto de la cultura diván. Pero, como digo, el diván es un este- compartida por les IA, que ha ido evolucio- reotipo psicoanalítico, y a ver cómo se estira nando en la Luna junto con la sociedad hu- una sonda pensada para explorar Saturno en mana. Cada IA es un individuo, no una iden- una chaise longue, incluso antes de tratarle la tidad. rabia edípica y la envidia de pene. La mesa se Callisto es liste, entregade, y erudite en la queda. Ya lo sé: ocupa un lugar estúpido en conversación, encantadoramente pedanter, mi despacho; ya lo sé: la he llenado con mon- entusiaste, e inocenter. Ele prevé su misión tones de contenedores vacíos de comida, y ta- con la impaciencia y la emoción de una cria- zas de usar y tirar, y juegos kawaii, y tantas tura que va a una fiesta de Año Nuevo, y esa impresiones que me estoy acercando al límite es la trampa. Pienso en ele como si fuera de mi cuenta de carbono. Pero me gusta: hace Shahini, y entonces cometo errores. Me siento que este cubículo parezca un despacho. Ade- unida, hago suposiciones. Humanizo. más, es donde se exhibe (o se exhibía antes de Esto..., Nuur, ¿has visto lo que has hecho?

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 26  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA          Las caídas: una historia de Luna

—¿Perdona Callisto? Ni necesitamos historia ni nos la podemos Um, has usado una palabra incorrecta. permitir. ¿Dónde está el beneficio? ¿Dónde es- —¿Qué palabra incorrecta? tá la utilidad? ¿Tan rápido, tan fácil, ves? Me Te la puedo recordar... gano la vida charlando. Me vienen las ideas a —Sí, por favor, sentiría mucho haber dicho la cabeza como atraídas por los murmullos y algo inapropiado. las feromonas. Pero las ahuyenté y no expre- Has dicho con respecto a mi aspecto duran- sé ninguna de ellas. te la entrada atmosférica «cuando ella entra». Historia, dijo ella, adivinando las sombras Creo que quieres decir... de todos aquellos argumentos y refutaciones Ele, eles. Los pronombres reconocidos para detrás de mí. Desafiándome a criticarla. Te- la Inteligencia Artificial. Sentí una vergüenza nemos una historia. Todo tiene una historia. intensa. No podía ni hablar. Enrojecí, me sen- La Historia no es algo que se encuentra uno, tía arder. Balbuceé unas disculpas. Me sentía es algo que se hace. desnuda de vergüenza. Shahini es el nombre que elegí para ella. No pasa nada, Nuur, pero debo decir que Quiere decir halcón: un pájaro pequeño, feroz, lo has estado haciendo, hum, toda la sema- hermoso, rápido. Ella nunca ha visto un hal- na... cón, ni ningún otro pájaro, nunca ha visto Cuando une IA hace este tipo de ruiditos y nada con alas que no sea humano, aparte de de objeciones, es señal de un conflicto interno las fuentes de mariposas que AKA hace por entre sus leyes: debe decir la verdad siempre, las fiestas de alta sociedad. Las mariposas só- no puede dañar a ningún humano. Les IA son lo viven un día y atascan las tuberías cuando tan tímides como los humanos y tienen la hacen llover para limpiar el aire de polvo. misma capacidad de autoengaño. De hecho, tampoco yo he visto un halcón. Mi padre criaba palomas en un altillo a la * * * sombra de un panel solar. Nunca me gusta- ron; olían, y eran demasiado ruidosas, y me No me reí cuando ella dijo Historia. No son- aguijoneaban con los picos y me rodeaban reí, no me exclamé, ni objeté, ni rechacé nada, cuando subía al tejado con mi padre para dar- aunque los argumentos en contra revolotea- les de comer. Sus alas repicaban; parecían ban en mi lengua. Esto es la Luna. Nuestra más máquinas que pájaros. Su recuerdo (aho- sociedad sólo tiene cincuenta años, hace poco ra distante, ciudades, países, y mundos) aún más de un siglo que dimos los primeros pasos me estremece. Los halcones son los enemigos aquí. Tenemos cinco ciudades, una universi- de las palomas; mi padre los miraba con in- dad, un hacinamiento de hábitats y bases, y quina cuando los oía pasar raudos por el cielo. un tren-refinería en movimiento perpetuo; Se están trasladando a la ciudad, dijo. somos un millón setecientas mil personas. Anidando en los nuevos rascacielos. Para ¿Cómo podemos tener una historia? ¿Qué hay ellos no son sino peñascos de vidrio. Siempre para tener una historia en lugar de anécdo- veía halcones en cualquier sombra que no le tas? ¿Hay una masa crítica? Somos clientes- gustaba. inquilinos de la Lunar Development Corpora- Shahini nunca ha visto un halcón, nunca tion, empleados o contratados por uno de los ha visto un pájaro, nunca ha visto el cielo. Cinco Dragones; la Historia ha terminado pa- Pero tiene el nombre adecuado. Es tan viva- ra nosotros. Trabajamos, sobrevivimos, pa- racha. Sus pensamientos viran y se escabu- gamos los costes diarios de los Cuatro Ele- llen, ágiles y diestros. Los míos transitan len- mentos Básicos: Aire, Agua, Datos, Carbono. tos en línea recta. Ella corre a expresar

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 27  PRIMAVERA-VERANO 2020 MISCELÁNEA          Las caídas: una historia de Luna

opiniones y posicionamientos como si fortifi- Se agachó para darme un beso y cruzó el cara una colina. Mi tarea es premeditada: la acceso presurizado al tren. identificación y construcción de emociones ar- En la Estación de Farside había ese día tificiales. Ella es feroz. Si defiende una opi- algunos tercera-gen. Se erguían altos por en- nión o una actitud lo hace con una ferocidad cima de Shahini, tal como su generación se que destroza cualquier intento de oponérsele. erguía sobre mí. Niños no humanos. Gana no tanto porque tiene razón sino porque se equivoca con fervor. La temo, cuando nos * * * peleamos, madre e hija. Tanto que prefiero no discutir. La presión media de la atmósfera dentro de La Historia: ¿para qué sirve? los hábitats lunares es de 1060 kilopascales, ¿Entonces? ¿Las cosas sólo pueden ser bastante más alta que la media terrestre. buenas si son útiles?, me contestó enfadada. —Pero ¿de qué trabajarás? ¿Podrás pagar * * * tus Cuatro Elementos Básicos? ¿Así que los estudios no son más que un La controlo demasiado, me dijo Shahini. De- aprendizaje profesional? masiado, desde la otra cara de la Luna. De —No veo qué se puede estudiar. Aquí sólo entrada, una se siente culpable cuando su hi- tenemos contratos. ja se da cuenta de que la has estado espiando; ¿No lo entiendes? Los contratos son la His- en segundo lugar, siento vergüenza por haber toria. sido detectada tan fácilmente, y, acto seguido, Y con un gesto brusco apartaba sus rizos siento indignación por su indignación: es por- largos y brillantes para mostrar su exaspera- que me preocupo, no tendría que preocupar- ción ante el hecho de que yo nunca entendería me, pero no lo puedo evitar. nada, y lo dejaba correr, bajo la lenta grave- La primera vez que fui a Meridian a visi- dad de la Luna. tar a Shahini vi un ángel. He vivido toda mi Rápida, feroz, pero no pequeña. Mis veinte vida en la universidad, en sus claustros aba- años en la Luna me han adelgazado hasta rrotados y sus salas mezquinas, en los asen- hacerme esquelética, tengo el cuerpo dema- tamientos de Farside, pequeños y muy dis- siado grande de cintura para arriba y las persos, entre muchos amors y multiamors. Le piernas torcidas. Soy alta y fina, pero Shahini di la espalda a la Tierra y nunca volví la ca- lo es mucho más. Nació en la Luna, segunda beza para mirar por encima del hombro. En generación. Una criatura de la Luna, esbelta aquellos años lejos de la faz de la Tierra, con y elegante como una gacela. la mirada puesta en el espacio profundo, las Me sentí pequeña y frágil, despidiéndome grandes ciudades se excavaron en un terreno de ella con un abrazo en la estación. profundo y extenso, los nuevos barrios se —¿Tiene que ser Meridian? abrieron y se juntaron en espléndidos abis- No lo pude evitar. mos que dan vértigo y que brillan de noche Vi como los ojos de mi hija se agrandaban con miles de luces. Me dan, pintoresca y fir- un momento antes de girar hacia arriba con memente horizontal como soy, un mareo ago- aquel gesto de cansancio, mientras los labios rafóbico. Me cogí del brazo de Shahini al salir se comprimían. Dio un paso atrás, ya al borde de la Estación de Meridian. Me sentí vieja y de la ferocidad. débil, sin serlo. Shahini me sentó en un banco Es el mejor Coloquio de Historia, además a la sombra de los árboles, bajo hojas que da- siempre he querido ver la Tierra. ban a las luces la apariencia de estrellas me-

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dio-vistas. Me compró un sorbete bien helado, das llegaron. Es más que suficiente para la de un triciclo de AKA, y fue entonces cuando Arqueología. vi al ángel. La gente vuela en la Luna, esto ya —Esto es lo que veo estudiando Historia, lo sabía incluso antes de viajar y establecer- dijo Shahini poniendo su mano sobre la de me allí. Es la única imagen de la vida en la Sergei. Luna que los terrícolas entienden: la de una Intentaba intervenir en nuestra conversa- mujer alada volando. Siempre una mujer. ción con tacto, para evitar desacuerdos, pero Mareada, sentí un movimiento, un rumor, el de hecho yo no tenía nada en contra de Ser- aire que se movía. Miré justo a tiempo de ver gei. Ni en contra ni a favor. Me parecía un jo- unas alas batiendo sobre mí, unas luces mo- ven serio pero soso, amable pero sin soltura. viéndose por delante de las lejanas constela- No entendía qué le veía mi hija. No me sor- ciones. Bajó un poco, tocando la parte alta de prendió ni desilusionó que su relación durara los árboles, sombra, movimiento, chispas vis- poco; creo que a Shahini tampoco. tas a través de las hojas. Alcé la vista, nues- Shahini esperó hasta que estuvimos en el tros rostros se encontraron. Entonces ella ba- andén, con el tren deslizándose tras el muro tió las alas y dejó de planear para iniciar un presurizado de vidrio, para darme el regalo. vuelo helicoide hacia arriba hasta que la per- Era pequeño, del tamaño de mi pulgar, pero dí de vista, cuando sus pequeñas luces se pesado, envuelto en una tela de color azul ín- mezclaban ya con las grandes. digo, con un estampado dashiki, y unos con- —Oh! Has visto... tornos afilados. —Sí madre. —De Laplace F. Pensé en la mujer voladora, en aquel mo- Había conocido a Sergei gracias a peque- mento en que se encontraron los elementos, a ños objetos codiciados, como éste. Aminara, lo largo de los días siguientes a medida que una compañera del Coloquio, había introdu- Shahini me presentaba, uno a uno, a su círcu- cido a Shahini en el campo de las Excavacio- lo. Amigos, colegas, miembros del Coloquio. nes. No se hacía ninguna excavación de ver- Sergei, su amors, alto y educado. Era arqueó- dad. Los arqueólogos, los historiadores, logo. Se sentía aterrado por el simple hecho algunos aficionados a los deportes extremos, de mi existencia. Me preocupaba qué le ha- salían con los trajes de superficie lunar, con- bría explicado Shahini sobre mí. Todos coci- duciendo rovers y motos de polvo por los Ma- naban para mí, era tan especial y emotivo. res buscando antiguo hardware espacial. Los Habían alquilado la cocina, los utensilios, los alunizadores, los rovers, los bots de construc- platos y los palillos chinos. Obviamente, lo ción y los sintetizadores solares de los prime- habían ensayado todo; sus movimientos en la ros días de la colonia. Lo más preciado eran minúscula cocinita del apartamento del Colo- los restos polvorientos y quebrados de los quio (abigarrada incluso para lo que era habi- Apollos. Lo llamaban Arqueología práctica. tual en la Universidad de Farside) estaban Yo encontraba que era un expolio descarado, tan inmaculadamente coreografiados como un pero no se le podía decir a Shahini. Sergei lo ballet. financiaba. Era un Vorontsov menor, uno de —¿Arqueología? los Cinco Dragones. No me dolió cuando Intuí un toque de impaciencia, un gesto de Shahini lo abandonó. irritación antes de que Sergei me contestara. Le di vueltas al pequeño, precioso objeto —Llevamos cincuenta años viviendo aquí. con mis dedos una y otra vez. Hace un siglo que aterrizó el primer humano, —¿Qué es? más de cien años desde que las primeras son- —Historia.

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* * * conocidas) modos y variaciones, desplegándo- se sobre una escala temporal más larga que La velocidad terminal en un hábitat lunar la capacidad humana de prestar atención. Es presurizado es de sesenta kilómetros por ho- magnífico y bello, y seguramente lo más ate- ra. rrador que jamás haya escuchado. Me dejo caer en esta música de ensueño y cuando * * * vuelvo—tambaleándome, sin aliento y des- lumbrada—han pasado horas. Callisto sueña. Intentaba imaginar cómo sería soñar cons- Ele sueña en código, en paquetes prefor- tantemente, tener esta música repicando y mados de electrones, como todos soñamos. brotando al fondo de tu consciencia, como el Todos los sueños están codificados y son códi- agua sobre las rocas. Ahora lo entiendo. Se gos. Los sueños de les IA no son nuestros parecerá a la imaginación. El estado no- sueños. Callisto sueña despierte. Ele nunca consciente pero no soñado de las imágenes, duerme, nunca necesita dormir. Tiene pro- los acontecimientos, los espejismos cuando blemas para entender la necesidad humana perseguimos potenciales, alternativas, todos de dormir, lo que es, que salimos tal como en- estos «y si...». La imaginación nunca baja el tramos; que podemos salir de ese estado. Y telón, nunca se ralentiza. Es la raíz de la hu- Callisto sueña en cada una de ses tres mani- manidad. festaciones separadas: servidor central, son- da, globo dirigible. Me gusta pensar que com- * * * parte los sueños, como hacen las familias sentadas a la mesa, desayunando en un café Salió de Aristarchus con tres minutos de aire cualquiera. sobrantes. Si la inteligencia y emoción de Callisto son Estoy bien, dijo. No pasa nada, no hay na- genuinas (hay quien todavía piensa que no lo da que ver. Fui, igualmente, en el primer ex- son, a pesar de mis esfuerzos para hacerles preso. ver su error) también lo deben ser ses sueños. Tres minutos, trescientos minutos. Marid los traduce a un formato que puedo en- Te podías haber muerto allí. Con cuánta tender. Los sueños de Callisto son primaria- reticencia formé y pronuncié aquella palabra: mente auditivos. Marid reproduce un parloteo morir. contundente de notas y chasquidos, un cres- Se encontraba, como había dicho, bien. cendo de bajo tanto titánico como infra, y un Como dijo también, si no te morías, quedabas alud de puñados de triadas rozando el límite intacto. superior de mi oído. Suena como el caos. Sue- No había tenido noticias de Shahini en na como el latido de los agujeros negros, el tres meses. Cuando digo tener noticias quiero zumbido de las microondas cósmicas, el lento decir en el antiguo sentido terrestre—no la tictac de la entropía hacia la disolución y el había visto ni visitado; ni me había hecho caos. Si escuchas atentamente, sin embargo, ninguna llamada de voz. Sí que leía sus ac- más allá del instinto humano de analizar, de tualizaciones, sus posts, y fotos, y comenta- estructurar, de la necesidad pareidólica de rios. Bordeé su círculo social con latidos len- ver conejos en la Luna, caras en Marte, dioses tos, pero no podía ser parte de éste. Podía en la alineación de las estrellas, entonces se haber llamado, pero no lo hice por principio. aprecia una música titánica. Temas, armo- Debo haber leído que se había alejado de nías (aunque siguiendo leyes armónicas des- los arqueólogos, debo haber visto las fotos con

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sus nuevos amigos, los exploradores, apoya- la información fuera enviada directamente a dos los unos en los otros, haciendo gestos con los ojos. Nada orgánico: incluso en aquel las manos, haciendo muecas con los labios, tiempo los zaballeens de la Lunar Develop- posando para el fotógrafo y riendo. Urbanis- ment Corporation reciclaron todo el carbono mo: conozco la palabra, pero sólo puedo ha- bien a fondo. Rayos de luz dirigidos hacia berla aprendido de los posts de Shahini. Tra- arriba, rebotando en los muros de un antiguo bajaba en un contrato con Taiyang, tubo agrícola, reflejados por el conjunto de desarrollando una interfaz para su nuevo sis- espejos que en el pasado llevaban la luz solar tema de tres IA, para el Whitacre Goddard a las hileras de cultivos aeropónicos. Óvalos Bank; según las leyendas, estos serían les IA de luz superpuestos, sobre la rampa ligera- capaces de predecir el futuro. Los Sun exigían mente inclinada de la salida principal. Lo vi un buen trabajo a cambio de su dinero; re- todo con el corazón en la garganta, las manos cuerdo haber pasado largas horas en la mesa, cubriendo la boca. Detecté mil errores, diez explorando a fondo, construyendo niveles, mil accidentes; cualquiera podría haber obs- destilando emociones a partir de algoritmos truido una válvula, reventar un casco, rasgar como si fueran ingredientes botánicos en una un traje. La Luna tiene mil maneras de ma- ginebra de autor. No hay trabajo más agota- tarte: todas las criaturas lunares aprenden dor que el trabajo emocional. Debo haber leí- esto en el primer momento, cuando el chib se do los posts de Shahini en una nube de ago- conecta con el ojo y se empieza a estar en tamiento, absorbiéndolos a algún nivel por deuda por el aire que respiras, el agua que debajo de la consciencia analítica. Recuerdo bebes, el carbono que consumes, los datos que la excitación. Nuevos amigos, una nueva procesas. Creo que no recobré el aliento hasta identidad de grupo, un nuevo deporte. Por que vi la imagen final: el equipo filmado junto supuesto que era un deporte. La Arqueología al rover; los cascos sin rostro cerca unos de jugaba a ser un mérito intelectual; el Urba- otros; los trajes de superficie ensuciados por nismo era aventura. el oscuro polvo lunar. Las siluetas de los Su primera exploración urbana fue en el cuerpos bajo los trajes ajustados, las etique- antiguo hábitat de Mackenzie Metals en Cri- tas con los nombres sobre el hombro izquierdo sium, abandonado hacía mucho tiempo, desde eran las únicas pistas. Shahini estaba entre que los Mackenzies trasladaron su base de dos jóvenes, con los brazos alrededor de sus operaciones a Crucible, el tren-fundición que hombros. La habría reconocido sin la etique- rodea constantemente la Luna, para así man- ta. La luz solar brillaba reflejada en la visera tener el sol del mediodía siempre encima de de su casco. Sé que sonreía. sus espejos-fundidores. Más tarde, vería todos Su segunda expedición fue a Orientale, sus vídeos. El viaje en tren y luego en rover a donde estudié cuando llegué a la Luna. En Crisium, cómo se pusieron los trajes de super- aquellos túneles trabajé y amé. En una de ficie y bajaron a los túneles abandonados. esas cabinas pasé mi Día Lunar, sola, con las Más tarde vi todos sus videos. Los rayos de la rodillas juntas sobre el tórax, escondiéndome lámpara de casco cortando los pasillos. El de todos los amigos y colegas que querían ha- polvo levantado por las huellas de las botas. cerme salir para bautizarme con vodka y pro- Las lámparas iluminando habitaciones y clamarme hija auténtica de la Luna. Sola y cuartos, y el murmullo del comentario; cree- llorosa me bamboleaba, aterrada por la idea mos que es un comedor; según los mapas, es de que había tomado la decisión equivocada, la antigua sala de juntas. Mesas, muebles, sabiendo que era imposible revocarla. Nunca grafiti. Pantallas, de los tiempos antes de que podría volver a la Tierra. Mis huesos se

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ablandarían y se romperían, mis pulmones se preparados, pero no podían haber previsto el colapsarían, mi corazón temblaría bajo una temblor que hundió el principal túnel de ac- gravedad que mi cuerpo habría olvidado. La ceso. Diez metros de KREEP altamente frag- vi progresar por pasillos vacíos de aire, más mentado entre ellos y la superficie. Usaron su estrechos de lo que recordaba; enfocando la ingenio, sus habilidades, sus cuerpos bien en- linterna hacia cubículos y laboratorios, más trenados. Había un antiguo túnel de servicio pequeños de lo que pensaba. Parecía que ha- que llevaba cables de luz y de comunicación cía solo cinco minutos que vivía allí, pero no de la superficie al hábitat. Eran quinientos me podía creer que jamás alguien hubiera vi- metros de escalada vertical, a través de ca- vido en ese entorno—ni yo ni nadie. No sé qué bleado enredado y de puntales rotos afilados habría hecho si su rayo oscilante hubiera como lanzas, con las cámaras, los puntos iluminado una parte descartada de mi pasa- donde agarrarse, y el mundo temblando por do—unos shorts secados al vacío, un vaso, un las réplicas. Shahini mantuvo la cámara fun- saquito de cosmético. Fantasmas de mí mis- cionando todo el tiempo. Ya sabía lo que ve- ma. Hubiera sido igualmente extraño para ría, pero aun así miré con las manos tapán- Shahini, supongo: la prueba de un tiempo an- dome la boca para no gritar. tes de que ella existiera. No sé si hubiera re- Llegaron al rover aún con aire para tres conocido estos restos como míos. Me alegré minutos—todos ellos. cuando el vídeo pasó a mostrar el abrazo final Tres minutos, trescientos minutos, dijo del equipo. ella. En la tercera expedición, entró en juego el Para menguar mi resistencia, trajo a dos tejado. Imagen inicial: Shahini y sus amigos compañeros Urbanistas a hablar conmigo. en la estación, con el expreso entrando tras Eran altos y lánguidos, y se movían bella- ellos. Llevan camisetas de tirantes con el mente. Me sentí pequeña, me sentí vieja, me mismo eslogan, Urbanismo: Aristarchus. sentí obsoleta. Me sentí aturdida por mi hija. Tren, seguido de tres horas en rover hasta las Parecía de otra especie. ruinas de Aristarchus. Doscientas personas Me envió un mensaje privado en el tren, murieron cuando un profundo terremoto—el de familiar a familiar. Quería dejar el Urba- más singular y el más peligroso de los mu- nismo. Los chicos se lo tenían demasiado chos seísmos que sacuden la Luna—aplastó la creído. La escalada huyendo del hábitat base de mantenimiento de Corta Helio como muerto le había enseñado una cosa: se sabía si fuera una burbuja. Vi eso más tarde, para mover. Su cuerpo era fuerte y preciso. Le gus- poder entenderlo. Quise coger el siguiente taba moverse. Había aprendido a amar su fí- tren a Meridian, sacar mi hija de allí y lle- sico. vármela conmigo, sana y salva. Si hubiera Quería empezar a hacer parkour. visto todo esto en directo, habría gastado has- ta el último bitsie en una nave lunar Vo- * * * rontsov, endeudándome todo un siglo para salvarla. ¿Por qué debería tener emociones una sonda Corta Helio nunca devolvió los cuerpos de espacial? ¿Por qué habría de tenerlas? En los Aristarchus. Demasiado peligroso. inicios de la exploración, las sondas no eran Tenían mapas, les IA para guiarlos, se- más inteligentes que un insecto y a pesar de guimiento por satélite, conocían aquel lugar ello abrieron mundos enteros en el mundo muerto como la palma de su mano; entraron que creíamos conocer. Menos inteligentes y sin riesgos, sabiendo lo que hacían, y bien con menos carga emocional. Rodaban, libres y

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sin corazón, por las colinas de Marte, viraban leza misma de las sondas espaciales, los tre- sin alma y vacías de toda fascinación por los nes expresos, los extractores de helio-3, y de mares de metano de Titán. los sintetizadores solares, los amarres de Mi primera respuesta: ¿y por qué no ha- transferencia orbital que giran alrededor de bría de tener emociones une IA? Esta, sin la cintura de nuestro mundo. Las emociones embargo, no es una respuesta sino un recurso son una propiedad emergente. No puedes retórico. Necesito pues aclarar que, desde los construir une Inteligencia Artificial sin emo- Acuerdos de Bamako de 2076, tode IA tiene ciones, igual que no puedes tener un bebé sin derecho a percibir y disfrutar de estados es- lágrimas o una hija sin curiosidad. ¿Por qué pecíficos internos similares a las emociones debería tener emociones une Inteligencia Ar- en los seres humanos. Y se me puede respon- tificial?, me preguntas. Y yo contesto, como der: esto es la Luna. Nadie tiene ningún de- he dicho, ¿por qué no? Ambas posturas son recho. No hay derechos, ni ley civil, sólo con- incorrectas. No se trata de preguntar por qué tratos entre partes. ni de responder por qué no. Las emociones Mi segunda respuesta es: esta exploración son parte del universo. se financia en parte con las subscripciones a la emisión en directo desde dentro de la at- * * * mósfera de Saturno. Las antiguas adminis- traciones espaciales entendieron que las imá- Trepó por Gagarin Prospekt hacia arriba, con genes de la superficie de Marte eran mejor saltos tan enormes, rápidos, y ágiles que por recibidas cuando se las sazonaba con toques un momento pensé que volaba. Desde el ban- emocionales, aunque hiciera esto un agente co del parque a la tienda de impresiones, del de las redes sociales en la Tierra. Los huma- tejado a la tubería de ventilación. En dos la- nos se pirran por las emociones. Haga sentir tidos ya estaba agachada en la barandilla de algo y entonces lo entendemos todo. Dadnos la calle Oeste Tercera, dedos de pies y manos un mínimo de empatía relacionada con lo que curvados dentro de los guantes, sonriéndome se siente conduciendo en contra del inimagi- una docena de metros por encima de mí. Se nable viento cortante de Hexagon, el vórtice había cortado el pelo por encima los hombros polar del Norte. ¿Cómo es eso de...? La pre- para que no le molestara al correr, pero no es gunta humana básica. tan sencillo controlar unos rizos egipcios. Y tengo mi tercera respuesta a punto an- Caían sobre su rostro, joviales y flotando en tes de tu réplica: ¿qué es la exploración? Es la gravedad lunar. Con un movimiento brusco curiosidad, el deseo de saber qué hay tras hizo otro salto adelante, toda estirada, volan- aquellas nubes, más allá del horizonte. Es co- do, hasta casi tocar una montura para la elec- raje y prudencia, es excitación y miedo; es la tricidad. tensión entre el riesgo y el deseo de nuevos Se estiró, alargando los brazos, se agarró y conocimientos. Una sonda que conoce la emo- se columpió, hizo un molinete para ir a rebo- ción (los análogos de aquellas emociones, por- tar en una balaustrada y de allí a la galería que ¿cómo se puede saber qué hay en la cabe- de un apartamento dos niveles más arriba. Se za de otro, sea de hueso o de plástico?) está detuvo quieta como una pequeña diosa, con mejor capacitada para explorar, para arries- las manos en las caderas. Miró hacia arriba. garse, para ser prudente, para evaluar el Las diez mil luces del Barrio Orión brillaban riesgo; para atreverse. y por encima de todas ellas, la línea solar se Pero es mi última respuesta la que final- desvanecía en la noche. mente cuenta. Las emociones son la natura- Se sujetó a la esquina de un tejado, co-

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rriendo pared arriba, y se lanzó hacia las lu- tremo más alto del Barrio Orión, hasta tocar ces más altas. la línea solar, tres kilómetros hacia la luz. Y sus compañeros de manada, sus traceurs La vi hacer un salto. Mi corazón se paró volaron con ella. Como si fueran líquido, tan mientras ella cruzaba el espacio vacío hasta veloces, gráciles y encantadores que lo encon- la animadísima avenida Gagarin Prospekt. tré casi inhumano. Los seres humanos no ha- Voló lejos, voló bien, hasta sujetarse a un ca- cen estas maravillas. ble en un puente que conectaba con otro ba- rrio y, cien metros sobre el suelo, se columpió * * * hasta alcanzar el paso de cebra. Corrió por la balaustrada, perfectamente equilibrada, La invitación era para el cotillón del Coloquio mientras sus traceurs se columpiaban desde (la fiesta de graduación anual cuando la fami- debajo del puente, dejándose caer a su alre- lia y los amigos de todos los miembros eran dedor como una guardia de honor. Los peato- invitados a una recepción seguida de una ce- nes, los corredores, los paseantes, los traba- na) aunque lo que Shahini quería era que la jadores que hacían cambio de turno los viera correr. Sólo hablaba de ello en el res- miraban asombrados y pensé, estirando el taurante; movimientos y cómo agarrarse, ac- cuello y ordenando a Marid que aumentara la ciones y complementos técnicos, suelas trata- capacidad de mis lentes, «¿no querrías ser tan das para un mejor agarre y si era más sexi y bonita, y tan increíblemente magnífica, genuino correr sin ayuda del familiar. Enten- como tu hija?» Asombro mezclado con un poco día una de cada cinco palabras, pero aprecia- de envidia. ba la energía oscura, la pasión circunscrita, y Arriba voló ella, una nube desdibujada de pensé que nunca la había visto tan joven ni movimiento y de velocidad, con la manada co- tan bonita. rriendo, pero con Shahini siempre un pie, una Por supuesto que fui a la carrera. Ningún mano, un dedo por delante. Marid enfocó, re- otro padre ni madre estaba allí. Para mí estos enfocó, volvió a enfocar de nuevo, más y más jóvenes altos y bellos como ningún otro no cerca a medida que ella subía más y más eran altivos ni prepotentes. Chicos delgados y arriba. La carrera era tan vertical como hori- atléticos, chicas de piel oscura y musculosas, zontal: no era una escalada. Shahini me ha- nerviosos y caminando arriba y abajo, o quie- bía leído la lección a lo largo del banquete. Se tos e inquietantes, centrados con intensidad trataba de hacer parkour, y había que correr en su mundo, su deporte, su reto. Yo era para por cornisas, moverse usando los cables, y ellos invisible como un fantasma, de esos que bailar sobre rejas hasta encontrar la mejor según las leyendas no hay en la Luna. Shahi- ruta al siguiente nivel. Arriba y arriba. Era ni, delgada como un alambre, vestida con leg- un bonito espectáculo. Nunca había estado gins y con la camiseta corta y extragrande de tan asustada, ni tan excitada. moda aquella temporada, con guantes en ma- Marid echó la cámara atrás un momento nos y pies, concentrada en la conversación para mostrarme la escala real de la aventura con sus compañeros traceurs. Me daba cuenta y me quedé sin aliento; los traceurs eran pe- claramente de que la adoraban. Traceur, queños puntos de movimiento sobre los muros aquella palabra, era importante, insistía impresionantes del mundo; breve ausencias Shahini. Un nombre, una identidad, una tri- en el estampado de luz. Mi familiar volvió a bu. Hacía seis meses que corría. enfocar. Se encontraban por encima de los ni- Este era el reto más grande jamás asumi- veles habitados, incluso de las barracas del do por la manada. Llegar arriba hasta el ex- Barrio Alto, donde se refugiaba lo más bajo de

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la sociedad de Meridian: los viejos niveles in- familia de gatitos», dice de les IA. Yo me es- dustriales y de servicio, las primeras excava- pecializo en las inseguridades y los problemas ciones a partir de las cuales Meridian creció de identidad de les IA avanzades: «como ado- tres kilómetros adentro. Este era el terreno lescentes», digo. Observo nuestro refectorio. de juego de los traceurs; un mundo de lugares Una larga bóveda que deja entrever su propó- donde agarrarse, de superficies, y niveles. Un sito inicial como túnel de acceso para el equi- rocódromo gigantesco. La carrera seguía. No pamiento minero con el que se excavó la uni- podía ver la cara de Shahini, tapada por el versidad en Farside. He visto moldes en paso de uno de los chicos, pero adivinaba su bronce hechos para esculturas de colonias de expresión. Había visto esos ojos entornados y termitas terrestres: hélices de túneles y cá- aquellos labios comprimidos, aquella mandí- maras con docenas de metros de altura, y bula tensa, muchas veces a lo largo de su in- más de cien metros de ancho. He vivido toda fancia y adolescencia. mi vida en la Luna (casi toda la vida de Estaban muy cerca de la línea solar. Shahini) escurriéndome por estos túneles re- Entonces Shahini saltó: demasiado pronto, torcidos y claustrofóbicos. Intento no pensar demasiado lejos, demasiado poco. Sus dedos en las termitas, arrugándose y quemándose enguantados no encontraron donde sujetarse. en todo aquel bronce líquido. Pienso en el Y ella cayó. sorbete que tomé bajo los árboles del Barrio Orión en Meridian, en el rostro de la mujer * * * voladora que me miraba, y siento que el re- fectorio, los túneles, la universidad, Farside Callisto sueña de otras maneras además de con me aprietan como tiras de bronce. sonidos. Marid ha captado los millones de A escala planetaria. transmisiones de código que esta máquina La sonda Callisto desplegará se vela solar sueña y las ha etiquetado. Algunas se captan y entrará en órbita alrededor de Saturno. Ele mejor como sonido—la sinfonía oceánica. Otras hará estudios orbitales durante un mes. Des- solo tienen sentido, comienzan a tener senti- pués el vehículo de entrada Callisto se sepa- do... visualmente. Marid las pasa a mis lentes. rará, encenderá los motores y entrará en la Veo colores. Rayas y franjas de suaves co- atmósfera externa de Saturno. Cruzará la lores pastel: hay una lógica interna aquí, sin tropopausa y usará la capa superior de las disarmonías chocantes de rosa contra rojo nubes de amoníaco para desacelerar hasta los contra naranja. Siempre hay una lógica en los 1800 kilómetros por hora. Ciento setenta ki- sueños. Movimiento: tanto yo misma como las lómetros por debajo, en la segunda capa, Ca- franjas de color parecemos estar en movi- llisto Explorer desplegará el escudo calórico y miento, circulando a varias velocidades— comenzará a transmitir en directo mediante aunque yo sólo siento lo inmensas que son es- Callisto Orbiter. En la tercera capa la tempe- tas bandas de color. Más que inmensas. A es- ratura media es de cero grados. Aquí Callisto cala planetaria. Explorer desplegará se globo. Unas palas su- Le comenté esto en el refectorio a Cons- jetarán e inflarán la bolsa, unos láseres ca- tantine, mi compañero en el proyecto Callisto. lentarán el hidrógeno para que flote. Se des- Él está especializado en los estados emociona- plegarán también unas turbinas entubadas les emergentes de las inteligencias de bajo para facilitar las maniobras, aunque Callisto nivel. Es un Joe Rayodeluna (un inmigrante Explorer es una criatura de los vientos. He- reciente), así que todavía piensa en relación a mos diseñado la sonda bien, para que sea los animales y su conducta; «Son como una fuerte y bella. Ses bolsas de flotación se es-

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conden en una carcasa de nanofibra. Callisto Shahini se hizo tan ancha como pudo fren- navegará como un tiburón, sin pararse nun- te al aire. Sus cabellos aleteaban por detrás ca, por las eternas tormentas de Saturno. de la cabeza, su camiseta ondeaba como una Le cuento mi descubrimiento a Constanti- bandera. Su camiseta podría quizás frenarla ne. Ya está acostumbrado a mis intuiciones hasta los cincuenta kilómetros por hora, ha- repentinas. Llevábamos mucho tiempo jun- ciendo la supervivencia posible. Su camiseta tos, como colegas, amors ocasionales, que se de moda podría salvarle la vida. podrían volver a estimar. No podía dejar de mirar de ninguna mane- Aquellas bandas de color, plegándose y ra. La gente corría, los bots médicos conver- brotando, retorciéndose y proyectándose, son gían en el lugar donde chocaría con la calle. las diferentes capas y corrientes y tormentas No me podía mover. de la atmósfera de Saturno. Ele intenta ima- Cuatro minutos es un tiempo muy largo ginar se futuro. Y la música es el viento, el cuando se contempla la muerte. viento que no cesa. Una canción solitaria en- Estaba baja, muy baja, demasiado baja. tre el ruido del viento interminable. Los otros traceurs corrían pared abajo, deján- dose caer para llegar antes que Shahini al * * * suelo pero éste era un reto que ella ganaría con toda seguridad. Vi cómo mi hija caía desde el filo de la línea Cerré los ojos antes del impacto. Arranqué solar. Creo que grité. Todos los rostros en Ga- a correr, empujando a la gente que intentaba garin Prospekt se volvieron hacia mí; enton- ayudar, gritando. ¡Es mi hija, mi hija! Los ces, sus familiares les mostraron lo que ocu- bots médicos llegaron los primeros. Vi entre rría en el cielo. sus resplandecientes cuerpos cerámicos una ¡No, no miréis!, chillé. araña oscura rota en medio de la calle. Vi co- La aceleración bajo efecto de la gravedad mo mi hija hacía un esfuerzo para incorpo- en la superficie de la Luna es de 1’625 metros rarse. Se ponía de pie temblorosa. Y caía des- por segundo al cuadrado. plomada hacia delante, y los bots la recogían. La media de la presión atmosférica dentro de los hábitats lunares es de 1060 kilopasca- * * * les, notablemente más alta que la media de la Tierra. Nuur. La velocidad terminal en un barrio presu- —¿Qué hay, Callisto? rizado es de sesenta kilómetros por hora. Cuando trabajas con une IA, a medida que Se tarda cuatro minutos en caer a lo largo ses emociones se consolidan y se hacen fir- del Barrio Orión. En cuatro minutos una chi- mes, a medida que aprendes sobre ele como ca espabilada puede salvar su vida. puedes aprender sobre un hijo o un amors, Si chocas a sesenta kilómetros tienes un reconoces sutilezas, tonos especiales aprecia- ochenta por ciento de posibilidades de morir. bles incluso en una voz sintética. Mi cliente Si chocas a cincuenta kilómetros tienes un estaba nerviose. ochenta por ciento de posibilidades de sobre- Mi misión... vivir. Callisto ha aprendido el sentido de una Abrió brazos y piernas. pausa significativa, de lo que no se dice. No podía apartar los ojos de ella. Mi cuer- —Tu misión. po y mi mente se habían parado, muertos, Callisto Orbiter permanecerá en órbita congelados al vacío. alimentade por energía nuclear hasta que ses

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sistemas principales se quiebren. Pienso que Una pausa que ya he aprendido a leer co- esto será cuestión de siglos, basándome en la mo un suspiro. interacción de variables tales como la carga ¿Cómo podemos vivir así? de las partículas, el campo magnético de Sa- —Porque no hay ninguna alternativa, Ca- turno, los accidentes debidos a los rayos cós- llisto. micos. En algún punto del siglo XXV, más o menos, Callisto Orbiter morirá. * * * —Sí, Callisto. Callisto Explorer está programade para Se veía tan pequeña en la cama del hospital. una misión de tres años dentro de las nubes Siempre he sido una indecisa, sin saber de Saturno, explorando sus rasgos meteoroló- elegir entre un estado u otro, un mundo y el gicos y químicos. otro. Vine a la Luna porque mi carrera cientí- Mis sistemas ciertamente durarán más que fica, el progreso de mi investigación, lo hacía la misión, pero cuando en el futuro cercano mi inevitable. Grité de dolor en mi Día Lunar integridad estructural falle, perderé la capaci- porque no podía distinguir entre la duda y mi dad de flotar. Caeré. Si no sufro una total de- propia voluntad. sintegración, caeré en la capa de hidrógeno lí- —¿Cómo...? quido bajo una presión cada vez mayor hasta No duele nada. Tienen estos analgésicos ma- que mi cuerpo se estrelle. Nuur, puedo sentir es- ravillosos. Deberían hacer la licencia pública. ta presión. Siento como me exprime, me rompe, Los chicos podrían imprimirlos para ir de fies- siento como todo en mí se hace oscuro y plano ta. Me siento como si volara. Perdón. Una bro- por su culpa. Siento el hidrógeno líquido. ma de mal gusto. Son los analgésicos. Hacen —Es lo que llamamos imaginación, Ca- que las cosas pierdan su rigidez, que las fronte- llisto. ras se disuelvan. No hay nada roto, nada reven- Veo mi muerte, Nuur. tado; sólo un montón de fuertes contusiones. Este es el precio de la imaginación. Pode- Hice sitio entre las máquinas médicas pa- mos anticipar nuestras propias muertes. Ve- ra sentarme a su lado. Por un instante la vi mos la caída final, el último aliento, la última en la cama del centro médico como la vi en vez que cerramos los ojos, cómo se evapora el Gagarin Prospekt, una araña rota, alargada y pensamiento final en la nada, cuando ya no extraña. Nació como cualquier otro bebé en la podemos imaginar. Sin pensamiento no hay historia de la humanidad, como todos los ni- imaginación, y a pesar de saber que tampoco ños de segunda generación. Las diferencias puede haber miedo ni ninguna otra cosa, la sólo se empiezan a notar a medida que cre- nada nos aterroriza. Nos acabamos. Es por ello cen, a lo largo de años de gravedad lunar. por lo que la imaginación nos hace humanos. Creció alta, esbelta, con una musculatura en Tengo miedo. sintonía con su mundo nativo. Ligera como Nos pasa a todos, Callisto. Yo también un deseo. Cuando tenía diez años ya era tan tengo miedo. Todos tenemos miedo. Haríamos alta como yo. A los doce, me pasaba el mismo lo que fuera para que no fuera así, pero es lo número de centímetros. que hay. Todo termina. Te podemos copiar Se estrelló contra la calle y vivió porque es para siempre, pero cada copia es una inteli- una criatura de la Luna. Sabía con total cer- gencia diferente... teza que, si me hubiera pasado a mí, si hubie- Que también muere. ra caído desde la cima del mundo, habría —Lo siento, Callisto. muerto. No, yo lo siento por vosotros. Le cogí la mano. Hizo una mueca.

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Hace un poco de daño. llisto en las sondas, creo que terminé amán- —Por favor, nunca... doler tan profundamente como a un humano. No te lo puedo prometer. Todavía guardamos una copia en el ordena- —Claro. dor principal de la universidad, y siempre la guardaremos. Puedo despertarler en cual- * * * quier momento para charlar, compartir pen- samientos, bromear. No lo haré. Sería como Los láseres de despegue en las instalaciones hablar con los difuntos, o con fantasmas, y ya de VTO, en el punto L2, llevan tres días en- sabemos que la Luna no permite su presen- cendidos. Si me pongo un traje de superficie y cia. salgo a mirar, podría ver la estrella más bri- Shahini cayó tres kilómetros y sobrevivió. llante del cielo, el reflejo de la vela solar de Es famosa, toda una celebridad. Tiene la ca- Callisto. No soy, sin embargo, el tipo de per- beza suficientemente clara como para aprove- sona que se pone un traje de superficie y sale charse mientras dure: disfrutar de las fiestas, corriendo hacia arriba. Mi hija sí hacía esto— dar entrevistas, entrar en los círculos socia- quizás todavía lo hace—sin pensarlo dos ve- les. No durará. Está impaciente por correr de ces. Nunca he sido tan atrevida. Este mundo nuevo. ¿Qué más le puede hacer la Luna? No me da miedo y no tengo otro. puedo evitarlo, pero no iré a observarla. Una Callisto brillará varios meses hasta que madre sólo debería ver cómo cae su hija una VTO cierre los láseres y navegue usando sólo vez en la vida. la luz solar hacia Saturno. Las velas solares Callisto escapa del control de nuestros dos son eficientes pero lentas. Callisto duerme. Y mundos, tan pequeñe dentro del esquema de sueña. En ses sueños, estoy segura, siente el las cosas. Tardará dos años en llegar a Sa- sabor punzante y el pinchazo de la mortali- turno. Los humanos no pueden ir. El universo dad. Todas estas maravillas: se zambullida es duro con nosotros: esos mundos no son estática en las nubes de Saturno, ses aventu- nuestros. Ni Shahini y su generación, ni la ras volando sole y belle a través de las tor- tercera generación que crece alta y extraña mentas eternas, viendo cosas que nunca nin- en nuestras ciudades subterráneas, podrá ir. gún humano ha visto; todo esto pasará una Quien sea que viaje a las estrellas en el futu- sola vez y será infinitamente dulce antes de ro, no seremos nosotros. No podemos ser no- desvanecerse para siempre. Cuando com- sotros, aunque me gusta pensar que he en- prenda que todo es efímero, ¿buscará Callisto viado algo humano ahí fuera. experiencias más fuertes, más intensas, para Brilla con intensidad, pequeña estrella. poder transmitirlas? Creo que sí, a pesar de Esta tarde tomaré el tren a Meridian para ir no ser esta la razón por la que incluí la per- a una fiesta, invitada por Shahini. Seguro cepción de la mortalidad en la matriz emocio- que lo paso mal. Me produce tanta angustia nal de Callisto. Lo hice porque no podía ser como la superficie. Me agarraré a la pared completamente inteligente sin sentirla. con mi bebida sin alcohol y observaré como mi Antes de que el proyecto descargara a Ca- preciosa y extraña hija se mueve en sociedad.

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A Tenacious Ragdoll among Monsters: Sally’s Identity in Nightmare Before Christmas (1993)

Laura González Herrero © Laura González Herrero, 2020

Nightmare Before Christmas is an award- Nightmare narrates in its 76 minutes the winning1 stop-motion animated film2 based misadventures of Jack Skellington, king of on a poem by Tim Burton and directed by Halloween Land, who, tired of frightening Henry Selick. Burton had the idea for Night- people, stumbles one day upon doors that mare while he was filming his short film Vin- connect his with other holidays. When he cent in 1982. The poem Burton wrote followed opens the door shaped as a Christmas tree a the same tone as the stories for children by freezing breeze makes him fall into Christ- Dr. Seuss, though also Edgar Allan Poe’s mas Land. The problems begin when upon re- style, and was based on Clement C. Moore’s turning to Halloween Town, Jack obsesses “The Night Before Christmas”. The story was over Christmas and decides to take over the initially adapted by Michael McDowell even colorful holiday with the help of the other though the screenplay was finally written by habitants of Halloween Town. In his plans to Caroline Thompson. Danny Elfman composed have that year’s Christmas to himself, Jack the musical score for the movie and gave Jack goes as far as kidnapping Santa Claus (mis- Skellington his singing voice, while Chris takenly called Sandy Claws by the Halloween Sarandon became Jack’s non-singing voice; monsters) and nearly having Christmas ru- Catherine O’Hara voiced Sally. Burton only ined with his actions. However, after he real- participated in the movie as a producer but izes his mistake and accepts once again his Nightmare Before Christmas has been usual- identity as the king of Halloween Land, Jack ly credited to him as one of his works be- rescues Santa Claus and the monster ragdoll cause, as Selick explains, “Tim Burton’s name Sally from their jailer Oogie Boogie. Finally, before the title was going to bring in more Santa Claus restores Christmas and brings it people than mine would” (in Felperin, 1994: to Halloween Town while Jack and Sally be- 27). come a couple. In addition, the film also presents a sub- —————————— plot: how Sally tries to emancipate herself 1 The film won the 20/20 Award for Best Original Score from her creator. Sally, a ragdoll resembling (2014), Saturn Award for Best Fantasy Film and Best Music (2009), Annie Awards for Best Individual a Frankenstein creature, was created by Dr. Achievement for Creative Supervision in the Field of An- Finklestein in order to have someone to care imation and Best Individual Achievement for Artistic for him and his home. Sally, however, desires Excellence in the Field of Animation (1994), the DFWFCA Award for Best Animated Film (1994) and the more from life than being his companion and Kid’s Choice Award for Favorite Movie (1994). tries to escape from him at any chance she 2 Stop-motion is an animation technique done by taking gets by using her abilities and skills. Alt- a series of still photographs of an object moved manually from one frame to another. When all frames are played, hough this subplot is about a female charac- this gives an illusion of movement. ter who tries to escape from a patriarchal fig-

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ure, Sally is actually unable to fully free her- them for intended audience and ratings” self from the heteropatriarchal relationships (2015: 7-9). that hold her and changes from being her creator’s companion to the protagonist’s com- panion. Behind Nightmare Before Christmas

Since the movie has been better known as Nightmare narrates in its one of Burton’s works, many scholars have neglected the team that worked behind the 76 minutes the scenes to make the movie possible. Burton did not want to direct the film because “stop- misadventures of Jack motion would be too slow and painful for him” (Selick in Failes, 2018: online) and he was al- Skellington, king of ready committed to Batman Returns. Thus, the role of director was passed on to Henry Halloween Land, who, tired Selick, who already had experience with stop- motion and who lived in San Francisco, of frightening people, where “many of the stop-motion and special- effects artists who were best qualified to tack- stumbles one day upon le this unprecedented production” lived (Thompson, 2002: 12). doors that connect his with The filming began without a screenplay because the songs Elfman composed have other holidays. plenty of storytelling in them. In fact, Ed- ward Scissorhands’ screenwriter Caroline Nightmare Before Christmas was original- Thompson was brought into the project after ly released through Touchstone Pictures (a storyboarding had begun. Her job was to film division for older audiences), as the Walt write a story that would connect all the songs Disney Company did not believe it was suita- together. It needs to be noted that story- ble for children. It was later commercialized boarding is crucial to the production of an an- as Tim Burton’s Nightmare Before Christmas imated film because it helps to visually figure because Disney felt it would help the movie to out how to tell the story. In Nightmare it was be known by a sort of brand name (Salisbury, a very important step as the movie was 2006: 126). Its popularity has increased filmed twice. First it was filmed with all the through the years, once it was seen as anima- storyboards that were “edited to run the same tion suitable for children, and Nightmare is length as the final shot in the film”, and once considered today an iconic children’s Gothic the stop-motion version was done, “the story- horror film. Although horror is normally a board scene was removed and the stop- genre for movies that produce reactions such motion version was inserted” (McMahan, as revulsion or fear, children’s horror, as 2006: 95). Troutman observes, “cannot simply subsume As if it was a living being, the movie all the characteristics of mainstream horror; evolved from its early stages to the final the subgenre adapts the characteristics of product, though not many scholars have con- horror like fear, monster aesthetics, gothic sidered the early stages of the process or how elements and settings and re-appropriates these should be approached when analyzing

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the movie. In fact, the script and the story- which personal appearance provides a way of boards were constantly changing as Thomp- visually displaying outsider status, and the son rewrote the screenplay based on the art- process of self-fashioning through one’s ap- ists’ drawings; subsequently, they would re- pearance is foregrounded at the level of plot” board the story from her latest draft (Thomp- (2013: 51). This is also Sally’s case. son, 2002: 93-96). This shows that the early Everything about Sally alludes to Frank- stages of the film production should be con- enstein’s creature: her creator’s name, Dr. sidered in any analysis, as they reveal plenty Finklestein, is an allusion to Victor Franken- of relevant information about the characters, stein, whereas her body parts are stitched to- their relationships, and the plot. gether by huge sutures, which recalls the monster’s film image. For a character like Sally, who is not flesh and blood, her body Sally’s Evolution and her clothing have the same function as she is actually a ragdoll. In fact, her ability to Before presenting an analysis of Sally, it is stitch her body back together whenever it is necessary to study and analyze how Sally dismantled is essential for the plot both when came up to be because she does not appear in she uses it to try to help Jack and in relation the poem Burton wrote nor in the illustra- to the subplot of her emancipation. As Solaz tions that accompany this text in its pub- explains, her peculiar ability and how she us- lished version. Sally was created for the mov- es it for her own gain, show that Sally is the ie, but it is not known who was the person only character that is conscious of her body’s that decided to include her in it. It is known, exceptionality (2001: 87). however, that it was Burton who first drew One of the most distinctive traits of Sally, her. The first drawing that Selick and his then, is her ability to re-stitch herself; this team saw had a sweetness to her that made was given to her by Michael McDowell when them decide to make Sally unlike the other he adapted the original poem. However, Sally characters appearing in the film: still a mon- is one of the characters that underwent most ster, but not grotesque. changes from the early drafts3 to the final In addition, and regarding her design, Sal- screenplay when Caroline Thompson took on ly needed to have small feet and hands fol- the role of screenwriter. As Mitchell notes: lowing Burton’s request though that became a serious problem: her ankles were so thin Yet in early drafts of the film’s script (1991), that the puppet could not stand on its own. she both has far more dialogue than in the fi- To solve the problem, Selick proposed giving nal version and largely depends on Finkel- her socks so that her legs could be thin, and stein’s stitching skills rather than her own the socks would hide the extra volume that ability to reattach her separated limbs. The of- ficial script of the 1993 film, however, presents the puppet needed. Her patchwork dress, a more silent version of Sally. (2017: 232) made of fabric strips she had found (as a pro- duction sketch informs), is just like her body In fact, in the 1991 script of Nightmare held with many stitches. In her analysis of costumes and self-fashioning in Burton’s —————————— works, Spooner observes that: “In early films 3 It is not known whether the extant 1991 script is a from Beetlejuice (1988) to Ed Wood [1994], version of Michael McDowell’s unfinished adaptation moreover, clothing is linked to narratives of completed by Caroline Thompson, or an original one written by Thompson and inspired by McDowell’s adap- individual development and self-expression in tation.

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Before Christmas Sally is more self-confident and even her skills are what one would tradi- and talkative; her relationship with her crea- tionally expect of a woman: some scenes show tor and her feelings for Jack are more openly Sally cooking or sewing, and her room in Dr. manifested than in the final version. At the Finklestein’s house has a bed, a hearth, a beginning, when Thompson was hired for the sewing machine and a broom. She was creat- project, she was inclined to make Sally “a sort ed to be a caretaker and by the end of the of little match girl, a will-o’-the-wisp” but movie continues to be one, though as Jack’s that Sally “was far too passive” and the lover rather than Finklestein’s slave. Her ac- screenwriter was struggling with her charac- tions to prevent Jack’s plans from succeeding ter (Thompson, 2002: 34). “Sally’s Song” was fail, and even when she tries to help Jack by not yet written and it was the way she was rescuing Santa, the only help she actually animated that inspired the screenwriter to gives Jack that her screams confirm his sus- strengthen the ragdoll’s character. picion that something is going on in Oogie Precisely, it is with “Sally’s Song”4 that Boogie’s lair. In addition, as a female charac- the character finally expresses herself frank- ter she is needed for the happy ending involv- ly. As Mitchell (2017: 232) observes, it is with ing romance that it is typical of Disney. this song that Sally finally breaks her si- lence5 and reveals her loneliness and melan- choly while the development of her voice and The filming began without identity is emphasized, a process that will gain momentum when she decides to help a screenplay because the Jack by rescuing Santa Claus alone. Before the song, it is mainly through her body lan- songs Elfman composed guage and her actions that the viewer knows about her feelings and thoughts. Before her have plenty of storytelling and Santa’s rescue, every time Sally speaks, she is ignored, or interrupted by one of the in them. two main male characters, Dr. Finklestein and Jack. However, although Sally may be a silent In Sally’s character, especially in her ac- character, she is not a passive one. She acts tions, it is possible to see one of the main following her own initiative in different mo- problems feminist film scholars highlight: in ments of the movie, for instance by drugging the filmic discourse women are characterized her creator to escape or by attempting to res- and treated following the most traditional cue Santa Claus. It is true, though, that the stereotypes of femininity. Women are objects ragdoll gets punished for this. She is locked of desire, adoration or violence, passive sub- away by her creator for drugging him and she jects that are punished if they try to have an ends up in danger because of her trying to res- active attitude (Colaizzi, 2001: IX). In Sally’s cue Santa. In fact, we must agree with Trout- case, she is subjected to gender stereotypes man when she states that gender in Night- —————————— mare Before Christmas is “far from 4 Sally sings her song after Jack takes off to the human revolutionary”. Sally shows courage and hero- world to take over Christmas. The song starts at minute ism, and while she uses traditionally feminine 53:30. skills to rebel against expectations, “she ulti- 5 Although she is a major character, before “Sally’s mately waits to be saved and reunited with Song”, Sally only has 28 lines —in total the character has only 35 lines— without the songs. her ‘true love’” (2015: 148).

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The Citizens Singing Together Remain part of the song when they present Jack, Together their king, to the audience. The gender stere- otypes to which Sally is subjected are already Musical scenes in Nightmare Before Christ- present the first time she is seen on screen: mas are important for the story because, as I alone, she brushes her hair, taking care of have mentioned before, the movie took them her appearance for the celebration. Mean- as its departure point and Caroline Thomp- while, the other characters present Hallow- son was hired to write a screenplay that, ba- een and/or who they are, sometimes interact- sically, connected them. As a citizen of Hal- ing with each other. Sally, though, remains loween Land, Sally appears with the rest of alone during the song and after it finishes. her neighbors when the musical numbers Then Dr. Finklestein appears to take her begin. However, she occupies a different posi- back to his lair and she flees, leaving her un- tion, not really mixing with them. stitched arm behind in his hands. The film opens with a voice-over and im- The next time she joins the other habit- mediately “This Is Halloween” starts, “the ants of Halloween Town is the song “Town first and longer song that directly introduces Meeting”, which follows Jack’s telling them Halloween Town’s atmosphere” and its differ- about Christmas Land and his findings. ent habitants, who “join the song when it is Throughout the song Sally only gets a close- time to present themselves” (Solaz, 2001: 45- up twice; the rest of the song shows her as if 6). However, not all characters appear or hiding from the camera. Once again, she does sing. Jack, presented by the others as “Skele- not sing and only the close-ups allow the au- ton Jack”, the “King of the Pumpkin Patch”, dience to know what she thinks about Jack’s and “Pumpkin King” only appears at the end revelations. While the other citizens besides of the song. Dr. Finklestein is missing be- Jack are shown in close-ups looking horrified cause Sally has drugged him, as it is later re- by their first impression of Christmas, Sally vealed. is curious and captivated. Nonetheless, when Sally herself is seen but she does not sing. the citizens are the ones charmed by the fes- Her presence is so unremarkable that in tivity Sally shows a doubtful expression. 6 She Solaz’s analysis of the song, she is not even realizes that the others misunderstand mentioned: Christmas as if it was another Halloween. The other citizens think that the presents El fundido a negro encadena con la imagen de and the Christmas decorations must also be un Payaso montado sobre un monociclo que se frightening for, as Solaz explains, “[n]o quita la cara y desaparece a continuación con encuentran ningún sentido a nada que no una explosión de humo rosado. Se nos muestra sirva para asustar” (2001: 54). Jack also real- la sombra de Oogie Boogie, el encargado de izes the citizens’ confusion about the holiday, llenar nuestros sueños de terror, proyectada but he is too obsessed to mind: sobre la luna llena. (2001: 47)

Well, at least they’re excited, However, in the 1991 script, she interacts with some ghouls. These were replaced in the —————————— final version by the Clown with a tear-away 6 One of the most important characteristics of animation face, the wind that lifts Sally’s hair, and Oo- is that there is nothing in the film that is there by mis- take. Every single detail, expression or shot is calculated gie Boogie. In addition, in the early script she and done on purpose. It is no mistake that her expression sings with the rest of the citizens the last shows how she is the only one who starts wondering where Jack’s fascination will lead him.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 43  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES              A Tenacious Ragdoll among Monsters: Sally’s Identity in Nightmare Before Christmas (1993)

But they don’t understand sult is the same in both versions: Jack does That special kind of feeling not understand her anxiety and believes that In Christmasland Sally is just worried about the Santa Claus Oh, well... outfit he has asked her to make. “Making Christmas” treats Sally in the As a consequence of his obsessing over same way as the other musical scenes. Once Christmas and going to Dr. Finklestein’s again Sally appears in the song but she is left house to borrow some equipment for experi- out alone; she doesn’t sing nor does she inter- ments, Sally visits Jack to bring him some act with her happy, excited fellow citizens. food. Somehow, she has a vision while play- Sally is unable to dismiss her worries, in- ing a thorny version of “He loves me, he loves creased by her sewing Jack’s Sandy Claws me not” with a thistle, which turns into a outfit (the 1991 version of the script shows Christmas tree that ends up on fire. The next her being more expressive regarding her dis- day she wakes up in front of his house, where tress about the situation). It is in “Sally’s the other citizens start singing “Jack’s Obses- Song” when the ragdoll finally expresses her sion”. No one cares about why Sally has slept concerns about the whole situation and why outside the Pumpkin King’s house, they are she cannot join in the other citizens’ happi- far too preoccupied with the king to care for ness about taking over Christmas: the ragdoll. By the end of the song, Jack de- cides to take over Christmas and tells so to What will become of my dear friend? the citizens. However, as Solaz (2001: 59) fur- Where will his actions lead us then? ther maintains, the enthusiasm which the cit- Although I’d like to join the crowd izens show is motivated by their wanting to In their enthusiastic cloud, make the depressed Jack happy than by any Try as I may, it doesn’t last.7 need to adopt a strange and colorful celebra- tion. The last three lines of this stanza apply, in any case, to her situation in all the songs sung by the citizens, though the causes may Musical scenes in vary. In “This is Halloween” it is because of Dr. Finklestein’s interruption, while in “Town Nightmare Before Meeting”, “Jack’s Obsession” and “Making Christmas” this is because of her worry about Christmas are important Jack’s fascination over Santa Claus’s holiday. Sally, thus, is always separated from the for the story because [...] other citizens of Halloween Town but, at the same time, she is the one depicted as the only the movie took them as its —————————— 7 The complete lyrics are as follow: I sense there’s some- departure point [...] thing in the wind / That feels like tragedy’s at hand,/ And though I’d like to stand by him,/ Can’t shake this feeling that I have/ The worst is just around the bend./ And does The only one who has serious reservations he notice my feelings for him?/ And will he see how much about Jack’s plan is Sally because of her he means to me?/ I think it’s not to be./ What will become of my dear friend?/ Where will his actions lead us then? scary vision. This does not appear in the 1991 /Although I’d like to join the crowd/ In their enthusiastic script in which Sally, instead, simply tries to cloud,/ Try as I may, it doesn’t last./ And will we ever end talk some sense into Jack. However, the re- up together?/ No, I think not, It’s never to become/ For I am not the one.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 44  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES              A Tenacious Ragdoll among Monsters: Sally’s Identity in Nightmare Before Christmas (1993)

sensible, rational inhabitant of Halloween According to Hélène Cixous and Catherine Land. This is further proved by Santa Claus, Clément, men have the dream to be “god the who tells Jack that he should listen to Sally mother” to an artificial woman who is before trying anything again. Only she is “[b]eautiful, but passive; hence desirable” worried enough about the consequences of (cited in Mitchell, 2017: 233) believing they Jack’s obsession over Christmas to try to stop will be able to fully control her. However, in him or to rescue Santa Claus before things many stories these artificial women search went awry. Yet, although she could have been for their own path and identity following celebrated as the voice of reason by the other their own desires9 while the creator tries but characters, her thoughts and warnings are fails to dominate them by any means neces- always dismissed. sary. These artificial beings, as García Adánez observes, clash with the humans that created them because their passage from ma- “That Treacherous Sally”: Dr. chine to being human by acquiring language Finklestein’s View skills awakens their capacity to develop an independent conscience, which includes the Regarding the relationship between Sally and ability for artistic creation, the ability to feel, her creator, Dr. Finklestein, the scientist was and often an awareness of the body, time and a character that Thompson included so that death (2010: 224-6). Sally possesses these she had someone hindering her relationship abilities: she can communicate with others with Jack. The idea of the romantic triangle and has her own independent thoughts. Be- was ultimately dismissed but Dr. Finklestein sides cooking and sewing, she feels love, wor- remained as a character. The relationship be- ry, and even fear. Moreover, Sally is con- tween Dr. Finklestein and Sally is always pa- scious of her own body, using it to her ternalistic: that of creator and creature, jailer advantage. Thus, it is only to be expected and prisoner, and, possibly for the scientist, that Sally should rebel against her creator’s that of future husband and wife. control just like other artificial women in As Hernández de la Fuente observes, the other works did before her. trope of the man giving life to a piece of flesh In a version of a storyboard that was transformed into a woman is a classic theme turned down,10 after Jack dismantles Oogie that re-appears in Romantic and Gothic liter- Boogie’s body by pulling the thread that holds ature, including Mary Shelley’s Frankenstein it together, it is revealed that Oogie Boogie (2010: 31). As happens in the myth which was, in fact, Dr. Finklestein. In this story- narrates how Pygmalion created Galatea,8 board’s version of the villain’s final moments, Dr. Finklestein created Sally and fell in love the scientist explains that he just wants is with his creation. However, Finklestein, who someone to appreciate (and, possibly, love) just wanted someone to take care of him and him: appreciate his work, never considers that she could fall in love with another, instead of Yes, it is me! Me! The man who created Sally with him. from bits of flesh and scraps of cloth. She loves —————————— —————————— 8 In the myth, Galatea is a statue that Pygmalion creat- 9 Blade Runner (1982) or Ex Machina (2014) are exam- ed after losing interest in women. He fell in love with his ples of this. own work and prayed to Aphrodite for a wife just like the 10 The storyboard, called “Oogie Boogie’s Alternate statue. The Goddess sent a signal and Pygmalion’s touch Identity”, was included as extra content in the collector’s brought the statue to life. Galatea became then his wife. DVD edition of the film.

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you, Jack! You, oblivious twit! As Oogie Boogie self different from Dr. Finklestein’s enslaved I wanted to teach her a lesson that she’d never creature, as this scene shows. Sally does not forget! I’m through with both of you. I’m going want to be restrained by her creator, who to make myself a new creation. Someone who does not believe she is ready to be outside will appreciate me! and celebrate with the others:

Here, as Thompson originally wanted, Dr. Dr. Finklestein: You are not ready for so much Finklestein hinders Jack and Sally’s romantic excitement! relationship. He intends to teach her a les- Sally: Yes, I am! son,11 namely, that she was far better with Dr. Finklestein: You’re coming with me! him confined in the tower than in the outside Sally, unstitching her arm: No, I’m not! world. In the film, Dr. Finkelstein wants the ragdoll to stay with him at home and obey Sally had drugged her creator to join the him, going as far as locking her in her room, as celebration, a rebellious act already showing if by punishing her —as a father would punish how limited her freedom is. She is here des- his child— she would change her behavior. In perate enough to leave her arm behind to es- other words, Dr, Finklestein is an oppressive cape his grasp. figure to Sally because he is her creator but al- so because of how paternalistic and patriar- chal he is. McMahan notes that in classic [...] the trope of the man Gothic tales, evil is incarnated in a malevolent aristocrat or as an oppressive father figure but giving life to a piece of Burton, instead, uses father figures as “posi- tive role models and sources of love” (2006: flesh transformed into a 68). Dr. Finklestein’s negative characteriza- tion suggests this is not always the case. woman is a classic theme Sally escapes Dr. Finklestein’s grasp little by little every time her body is unpicked and that re-appears in Romantic reconstructed. Spooner rightly claims that “Burton’s self-fashioning patchwork girls”12 and Gothic literature, are his strongest feminist statement: they rewrite the Frankenstein narrative into a including Mary Shelley’s version in which the female creature escapes the patriarchy that created and took control Frankenstein. of her “through the manipulation of body-as- costume” (2013: 53). This is clearly seen in Sally, however, must return to his side Sally’s case. By destroying and rebuilding sooner or later, as he literally holds a part of herself she modifies her identity making her- her. Dr. Finklestein reprimands her for her actions against him and stitches her body —————————— back together, as if she could not do it on her 11 It needs to be noted that Oogie Boogie appears to be a reference to the Boogieman, a mythical figure to frighten own. He tries to make Sally believe that he is children into following the will of the parents and behave needed in her life and that she should be well. Dr. Finklestein takes this form to “teach her a les- grateful to him. However, this scene also son” as if she was a naughty child. shows that he does not listen to Sally, think- 12 Another self-fashioning character is Catwoman in Batman Returns (1992). ing he knows better than her:

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Dr. Finklestein: That’s twice this month you’ve gets caught by Oogie Boogie and, instead, slipped deadly nightshade into my tea and Sally becomes a damsel in distress. After be- run off... ing rescued by Jack and returned to Hallow- Sally: Three times! een Town, Sally is no longer Dr. Finklestein’s Dr. Finklestein: You’re mine, you know! I made creature but her own woman (or ragdoll). He you with my own hands. already has a new creation, a companion and Sally: You can make other creations. I’m rest- caretaker that is literally a female version of less! I can’t help it. Dr. Finklestein: It’s a phase, my dear, it’ll pass. Dr. Finklestein endowed with half of his We need to be patient, that’s all. brain. The problem is that though Sally’s Sally: But I don’t want to be patient. identity is no longer tied to her creator she seems tied to Jack in other ways. The 1991 script shows an even more fa- therly and patriarchal Dr. Finklestein who appears to be psychologically manipulating “My Dearest Friend”: Jack’s View of Sal- Sally into feeling guilty for trying to leave ly him. Dr. Finklestein tells her that even though he grants that she has to leave some- Although Nightmare Before Christmas is a day there is no need to hurry because if she work by different persons collaborating and went away, no one else would be there to take inspiring each other continuously, Jack is the care of him. He stresses that by drugging him character that makes the audience believe to escape other citizens may have got the idea they are watching a Tim Burton film. Selick’s that Sally is unhappy, and that his comforta- team made sure the film looked as if it was ble home is not enough for her. one of Burton’s and this is most perceptible in In a later scene, Sally drugs Finklestein how Jack follows the usual main character again, this time to attend the town meeting. pattern of his films. As Solaz (2001: 102-4) She returns home and he locks her up once explains, the typical Burton character is an more, leaving Sally no option but to jump out outsider, someone who is lonely, depressed of the window to escape her imprisonment. and systematically misunderstood, unable to The scene is quite shocking as she falls from adapt to his surroundings. These male char- a great height and the audience can hear the acters live with anguish until the moment sound of her body crashing against the pave- when they make peace with who they are. ment. This time, she herself re-stitches her Sally is the only character that under- broken body while Dr. Finklestein rants and stands Jack’s dilemma: the desire to be much raves like a father failing to manage an unru- more than the Pumpkin King. Jack is tired of ly daughter. “You can come out now if you being the king of Halloween Town and be- promise to behave”, he offers, which does not lieves that no one will understand his want- quite ring true. Sally stays away having fi- ing to be someone else. Sally understands nally freed herself and Finklestein stops look- him because she herself wants to be more ing for her. Instead, he decides to create an- than just Dr. Finklestein’s creature. She is other creature to replace Sally. also misunderstood by her creator, who can- The last time her body needs stitches is not (and does not want to) see her desire to be the scene in which she dismembers herself to free from her position under his control. For liberate Santa Claus. This time, she does so screenwriter Caroline Thompson, Sally and to help Jack become a hero. However, she Jack are very similar with one important dif- ference: Jack’s dilemma gives the film its

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plot, while Sally’s gives Nightmare Before Jack: Now, don’t be modest, who else is clever Christmas its heart (Thompson, 2002: 35). enough to make my Sandy Claws outfit? On her side, Mitchell affirms that female Sally: But it seems wrong to me. Very wrong. main characters in Tim Burton’s films de- pend on a male counterpart because they Sally tries to warn Jack about the impend- are “doll-like doubles” that “cannot be de- ing disaster yet her prophecy is dismissed by fined as autonomous beings.” That is be- Jack, who is too obsessed with taking over cause their identity is “often fragmented, Christmas. In this scene there is an implicit unstable, and strongly shaped by male in- reference to the Greek myth of Cassandra,13 as fluence.” Sally steadily evolves into Jack’s Sally’s vision of Jack’s Christmas ending up on double, someone “who tracks his move- fire and smoke is not believed. Instead of lis- ments, shares his sentences and mirrors his tening to her warning, Jack thinks she is talk- behavior” (2017: 231). ing about the outfit, worrying that she may not Not only do Sally’s movements or behavior be good enough to make it. Needless to say, mirror Jack’s, but their bodies are quite simi- Jack acts here like Dr. Finklestein towards lar, too. Both can take off different parts from Sally: he dismisses her and her worries, only their body with ease, and still be able to con- needing her to do what he wants from her. trol them. Even their songs are counterparts as “Sally’s Song” does for Sally what “Jack’s Lament” does for Jack: Jack and Sally are The scene is quite shocking able to freely express their feelings and dis- satisfaction through their respective songs. as she falls from a great This further shows that one is the counter- part of the other. However, even though they height and the audience are counterparts and each other’s romantic interest, the pair do not directly interact until can hear the sound of her halfway into the movie. Their first verbal in- teraction occurs in minute 39, after Sally body crashing against the leaves Dr. Finklestein for good, when she tries to warn Jack of her vision: pavement.

Jack: Sally, I need your help more than any- Sally, as noted, is a traditionally gendered one’s. character. She escapes Finklestein but ends Sally: You certainly do, Jack. I had the most up being for Jack the wife and caretaker her terrible vision. maker wanted; Sally even enjoys cooking for Jack: That’s splendid. the king of Halloween Town. Moreover, she Sally: No, it was about your Christmas. There tries to make him understand that he has to was smoke... and fire! accept himself as he is, as the Pumpkin King, Jack: That’s not my Christmas. My Christmas despite missing something else from life. Sal- is filled with laughter and joy and this, my ly knows how it feels to always be reminded Sandy Claws outfit. I want you to make it. Sally: Jack, please! Listen to me. It’s going to —————————— be a disaster! 13 Cassandra was a princess of Troy who was given the Jack: How could it be? Just follow the pattern. gift of prophecy by Apollo but cursed by the same God — This part is red, the trim is white. when she rejects his advances— so that her prophecies would never be believed. She foresaw the fall of Troy, but Sally: It’s a mistake, Jack. no one listened to her.

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of who you are —whether this is an artificial well that they can finish each other’s sen- being made by another or the king of a holi- tences: day— but even when one is more than that, it is impossible to escape who or what you truly Jack: How did you get down here, Sally? are. Nevertheless, he refuses to listen to her Sally: Oh, I was trying to—well, I wanted to, and once again they end up talking at cross- to— purposes: Jack: To help me. Sally: I couldn’t just let you just— Jack: Sally, I can’t believe I never realized, that Sally: But you’re the Pumpkin King! you— Jack: Not anymore. And I feel so much better now. Sally: Jack, I know you think something’s miss- It must be noted that their happy ending ing. But— comes after Jack sees that Dr. Finklestein (Sally pricks Jack’s finger with the needle) has a new, satisfactory creation as if he could Sally: Sorry. only declare his love when Sally is officially Jack: You’re right. Something’s missing but free from her maker. Santa brings a white what? I’ve got the beard, the coat, the Christmas to Halloween Land for the first boots... time and while the citizens discover and en- joy Christmas or play in the snow, Sally Sally takes part in Jack’s plans but only leaves the scene with Jack following her reluctantly. However, since he does not want without her knowing. They meet where to listen to her, she acts again against the “Jack’s Lament” was sung but it is an in- male figure that dismisses her though for his strumental version of “Sally’s Song” playing own good. She returns to her creator’s home in the background signifying Jack and Sally’s to fetch a jar of fog juice. With it, Sally tries union. They have finally achieved what they to sabotage Jack’s taking off in a sleigh by wanted and needed: Jack has made peace creating a fog so thick that the citizens can- with who he is, he does not feel that inner not see him;14 yet, she fails. This is, in any emptiness, and finally has someone who un- case, the first time she is prepared to do derstands him, whereas Sally has conveyed whatever it takes to protect her loved one — her feelings to her one true love. In this new even going against that loved one. The second version “Sally’s Song” becomes a duet ending time happens after Jack is hurt and Sally with Jack and Sally kissing, sealing their tries unsuccessfully to rescue Santa Claus. happy ever after: Oogie Boogie intends to use Sally and Santa Claus as ingredients for his snake and spider Jack, singing: My dearest friend/ if you don’t stew but, as noted, Jack appears in time to mind,/ I’d like to join you by your side/ save both. Sally tries to be a brave hero by where we can gaze into the stars trying to help the hero but the film only has Jack and Sally, singing together: And sit to- room for Jack’s heroics. gether,/ now and forever,/ for it is plain as After Santa leaves, their romantic union anyone can see/ we’re simply meant to be. finally starts. They understand each other so Mitchell argues that “the unification of —————————— their characters” is presented in this last 14 In the 1991 script she does not create the fog, in- moment as if “two halves of a dual silhouette” stead, she laces his tea with a drug that would make finally reunited (2017: 235). Jack fall asleep; the fog suddenly appears, and Sally throws the drink away. Sally, thus, finally emancipates herself

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from Dr. Finklestein. However, she is unable enry-selick-looks-back-on-25-years-of- to completely free herself as she goes from be- nightmare-before-christmas-163558.html ing her creator’s companion and caretaker to (Accessed: 12 December 2019) being Jack’s lover and caretaker. She cooks FELPERIN, Leslie (1994), “Animated Dreams: for Jack, she cares for him, she tries to be the Henry Selick, the Unsung Director of The voice of reason against his madness as she Nightmare Before Christmas,” Sight and tried to be against Dr. Finklestein’s selfish- Sound, 4.12: 26-29. ness and mistreatment. Sally gets rid of a GARCÍA ADÁNEZ, Isabel (2010), “Autómata bad father and of what he wanted her to be centroeuropea busca... Nuevas figuras but not of what she was made to be. Patriar- ante la emancipación de la mujer,” F. chy, in short, rules her relationships with the Broncano & D. Hernández de la Fuente two main characters she interacts with, (eds.), De Galatea a Barbie. Autómatas, though at least Jack Skellington wants to robots y otras figuras de la construcción make her happy. femenina. Madrid: Lengua de Trapo, 197- 230. HERNÁNDEZ DE LA FUENTE, David (2010). Works Cited “Del autómata al robot: raíces clásicas de un tema de ficción,” F. Broncano & D. Primary Sources Hernández de la Fuente (eds.), De Galatea a Barbie. Autómatas, robots y otras figuras Nightmare Before Christmas. Dir. Henry Sel- de la construcción femenina. Madrid: Len- ick. Scr. Caroline Thompson. Perf. Chris gua de Trapo, 15-34. Sarandon, Danny Elfman, and Catherine MCMAHAN, Alison (2006). The Films of Tim O’Hara. Prods. Tim Burton and Denise Di Burton: Animating Live Action in Contem- Novi. Touchstone Pictures, 1993. Collec- porary Hollywood. New York (NY): Con- tor’s DVD edition. tinuum. MCDOWELL, Michael (adapt.) & Caroline MITCHELL, Donna (2017). “Doll Doubles: Fe- THOMPSON (scr.), Early Draft, Pumpkin male Identity in Tim Burton’s Stop-Motion Patch, Films,” A. Barkman & A. Sanna (eds.), A http://www.nightmarebeforechristmas.net/ Critical Companion to Tim Burton. Lon- nightmare/script/2 (Accessed: 15 Decem- don: Lexington Books, 231-240. ber 2019) SALISBURY, Mark (2000, 2006), Burton on Burton. London: Faber & Faber. SOLAZ FRASQUET, Lucía (2001). Guía para ver Secondary Sources y analizar: Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton. Valencia: Nau Llibres. COLAIZZI, Giulia (2001). “El acto cinematográfi- SPOONER, Catherine (2013). “Costuming the co: género y texto fílmico,” Lectora: Revista Outsider in Tim Burton’s Cinema, or, Why de Dones i Textualitat, 7: V-XIII. a Corset is like a Codfish,” J. A. Weinstock https://www.raco.cat/index.php/Lectora/arti (ed.), The Works of Tim Burton: Margins to cle/view/205418 (Acessed: 1 December 2019) Mainstream. Palgrave Macmillan, 47-63. FAILES, Ian (9 April 2018). “Henry Selick THOMPSON, Frank (2002). Tim Burton’s Looks Back On 25 Years Of ‘Nightmare Nightmare Before Christmas: The Film – Before Christmas,” Cartoon Brew. The Art – The Vision. New York (NY): https://www.cartoonbrew.com/interviews/h Disney Editions.

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REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 51  PRIMAVERA-VERANO 2020

What’s a Little Monotony?: The Mundane Foundation of Isaac Asimov’s Robot Stories

Jonathan Hay © Jonathan Hay, 2020

It is instructive to note that the billionaire cies is plainly significant. Fiona Hobden as- Elon Musk’s endeavours to colonise Mars are tutely emphasises that the past of our species heavily influenced by Isaac Asimov’s science is “not a real place we could visit, if only we fiction. Musk lists Asimov’s Foundation trilo- had a time-machine [...] Rather it is the mal- gy as one of the favourite series of his child- leable, increasingly nuanced, and ever- hood (in Vance, 2016: 33), and he chose to changing product of our imaginative engage- send a digital copy of it into heliocentric orbit ment” with the contemporary and surviving along with his Tesla Roadster in 2018 representations of history which comprise the (Gartenberg, 2018: online). The statement only permanent artefact of the past (Hobden, this launch made is apparent; Musk consid- 2009: 149). As she states, via their positions ers himself to be engendering the telos of as popular cultural productions, SF texts set Asimov’s SF writings in our contemporary in the past of our species actively intervene in world by paving the way for the colonisation the recorded histories with which their nar- of the solar system by humanity. As far as ratives are interfaced, and so imaginatively Musk seems to be concerned, Asimov’s SF vi- and substantially alter their viewers’ under- sions are becoming reality, and this perspec- standing of the history of Homo Sapiens. tive draws a productive parallel with Asi- In this article, I argue that the converse is mov’s own reflections on the prognostic true for texts set in the future of our species, qualities of his SF works in his introduction such as Asimov’s robot stories. Specifically, a to The Complete Robot. parallel and analogous process results from Asimov confesses his surprise that Joseph readers’ imaginative engagement with SF Engelberger, the owner of what was then the texts in respect to their perspectival outlook largest robot manufacturer in the world, had upon both our species’ present and future. grown “interested in robots in the 1940s Via their cognitive engagement with futuris- when [...] reading the robot stories of his fel- tic SFnal (or science-fictional) discourses such low Columbian Isaac Asimov” (Asimov, as Asimov’s future history series, readers are 2018a: 3). Although he was unaware of the encouraged to recognise the profound extent influence they would subsequently exert on to which their own contemporary situation speculative currents of thought at the time he within a technologized everyday lifeworld in- wrote them, by writing his robot stories Asi- forms the prospective cognitive frame of ref- mov, as he himself realized, started “a chain erence of our species. Through their conspic- of events that is changing the face of the uously mundane qualities, Asimov’s robot world” (Asimov, 2018a: 4). Certainly, the in- stories dramatise a movement beyond the fluence which popular texts of the SF genre technological present, and contribute towards bear upon the technological future of our spe- a post-humanistic conception of humanity. As

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I shall demonstrate in this article—through the two categories teetering on the brink of the close textual analysis of The Complete “collapsing into a unity” (2005: 199). Robot, The Positronic Man, The Caves of Steel, The Naked Sun, and The Robots of Dawn—the “consciousness-expanding” (Hob- In this article, I argue that den, 2009: 149) or post-humanistic aspects of Asimov’s robot stories are cognitively ground- the converse is true for ed, via those texts’ reinscription of mundane aspects of their readers’ lifeworlds into their texts set in the future of SFnal ones. The sense of wonder evoked by the robots of these texts is not displaced by our species, such as Asimov’s emphasis upon the mundane, ra- ther, he demonstrates that the mundane Asimov’s robot stories. lifeworld forms the essential foundation of their SFnal nova. Since Asimov repeatedly underscores the extent to which robots are a banal aspect of the lifeworlds of many of the characters who The Complete Robot: Everyday Begin- inhabit The Complete Robot, the novel figure nings of the robot necessarily decays in novelty as the collection proceeds. Although Donald M. As Asimov suggests in the introduction to his Hassler proposes that the Three Laws of Ro- extensive short story collection The Complete botics “seem hardly profound or a great in- Robot (1982), the influence of his SFnal sto- vention of the imagination”, and adds that ries contributed towards the eventuation of “[t]hey are neutral” speculative devices, their our present lifeworld, in which algorithmic author certainly gets a huge deal of cognitive technologies are commonplace. Asimov’s be- mileage out of them (1991: 42). Asimov re- nevolent rendering of robots therefore con- works the robotic novum throughout the doz- tributed to their genesis in physical reality. ens of stories in the collection (written be- As Adam Roberts states, whereas “robots had tween 1939 and 1977) by making the robotic previously been, almost exclusively, insensate characters of each specific story distinct from or dangerous embodiments of the threat of those of others, in some manner which be- technology, Asimov imagined artificially con- comes a fundamental component of that sto- structed and intelligent robots as not only ry’s distinct plot. In each story, the Three humane, but in many ways as more humane Laws are either reworked, broken slightly, or than humanity” (2005: 198, original empha- exemplified in a new context.1 sis). This is not, however, to suggest that Asimov’s rendering of robots centres around —————————— 1 an intractable binarism. As Roberts clarifies, The are as follows: First Law; a robot may not injure a human being, or, through inac- Asimov is not interested in theorising that tion, allow a human being to come to harm. Second Law; robots are superior to humans; he is interest- a robot must obey the orders given it by human beings ed in the interstices formed through the het- except where such orders would conflict with the First Law. Third Law; a robot must protect its own existence erogeneous interactions between the two as long as such protection does not conflict with the First supposedly distinct entities, and at times, or Second laws. Neither Asimov nor John W. Campbell, with problematising the ostensible natural- the editor of many of his early stories, wanted to take full credit for the formulation of the Three Laws. As Asimov ness of the robot/human dichotomy, to show comments within In Memory Yet Green, ultimately, per-

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Thus, Asimov demonstrates that the Gloria’s father, meanwhile, is preoccupied Three Laws are not entirely prescriptive, but with ensuring that he has a “good hearty rather, their ostensibly deterministic funda- dinner below the hatches; a nice, soft, dilapi- ment actually gives rise to many different dated couch on which to sprawl; a copy of The behaviours and responses in practice. This Times; slippered feet and shirtless chest” complexity formulates something akin to a (145) every Sunday afternoon. As Joseph F. robot “psychology” (Auger, 2009: 22), whose Patrouch Jr. correctly states, all George Wes- elucidation is drawn out over the course of ton wants “is to be left alone so he can read the robot stories and novels. As the robot his paper” (1978: 38), and he therefore ig- novum inevitably decays throughout these nores his wife’s concerns about Robbie’s ca- stories accumulatively, the rhetorical and pabilities in order to pursue his bourgeois narrative positionality of robots antithetically routine. Despite him living in a technologized becomes more complex. Yet, where the com- society where positronic robots are not only plexity of robots increases in the series, hu- affordable, but advanced enough so as to be man psychology becomes a signifier of the capable of undertaking childcare duties, they banal in parallel, as the cognitive capacities are a technology unworthy of sustained at- of our species become increasingly inferior tention, from his habitually preoccupied comparatively. mindset. Therefore, Gloria’s desire to be reu- In his earliest robot story “Robbie” (1940), nited with her robotic friend seems insignifi- Asimov emphasises the eponymous robot’s cant to him, since he considers robots to be situation within the cultural gestalt of the nothing more than practical contrivances to diegetic world by laying particular emphasis facilitate the smooth performance of menial upon characters’ phenomenological perspec- tasks. When Gloria unexpectedly mentions tives. When Robbie spins his eight-year-old Robbie a month after he has been returned to owner Gloria around in the air, the narrative his manufacturer, George cannot suppress “a notes that “for her the world fell away for a strangled gasp [...] then a bout of choking moment” (141, emphasis mine), highlighting coughs” (153) at the realisation that his that there are two characters with a perspec- daughter continues to expend thought upon a tival outlook on the event, and hence, imply- robot; the banal has turned sour in his ing that hers and Robbie’s phenomenological mouth. positions are dissimilar. For Mrs Weston, Whilst George Weston is content with his whilst Robbie was “a novelty [...] a fashiona- material conditions, and positively fixates ble thing to do” (146) when he was initially upon his quotidian routine, it is Robbie him- bought, the thought that her neighbours self who harbours dreams beyond the mun- might disapprove of her daughter’s close dane, and is capable of imagining life within friendship with a robot when she has to alternative material conditions—to the extent “meet them every day” (148) is a greater de- that he has asked Gloria to read him the terminant of motive. The fashionable novelty speculative tale Cinderella “a million times” that Robbie once personified has faded, from (Asimov, 2018a: 144). Despite his request to her phenomenological perspective, and she hear Cinderella having been repeated ad subsequently convinces her husband to re- nauseam, he still evidently finds the fairytale turn the robot. inexhaustibly novel, and consequently ap- pears far more capable of imagining life be- —————————— yond his present situation than George does. haps ‘both of [them] invented the Laws’ collaboratively (1980: 287). Whereas George desires a repetitive routine

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which functions to maintain known quanti- ity to human behaviour—unlike the condi- ties, Robbie desires repetition which entails tioned rationality possessed by robots— the imagination of otherness. As this sug- Asimov’s robot stories critique the pivotal gests, the everyday activities of George and humanist principle of rationality, the funda- his wife are far more programmed and ma- mental “postulate connecting ancient Greek chinic than Robbie’s utopian striving is. culture together with [contemporary] Euro- pean culture” (Apostolopoulou, 2016: 119). The phenomenological is once more under- Thus, Asimov demonstrates scored in The Complete Robot in “Runaround” (1942). Stunningly, Mike Donovan describes that the Three Laws are his and his partner Gregory Powell’s mission whilst stationed on Mercury—using “ul- not entirely prescriptive, trawave equipment” (222) to produce a report on “the advisability of reopening the Sunside but rather, their ostensibly Mining Station” (223)—as a “purely routine job” (223). There is a huge gulf drawn here deterministic fundament between Donovan and Powell’s phenomeno- logical perspective and that of the presump- actually gives rise to many tive reader. In this same vein, the two con- sider the technological capability of their different behaviours and sophisticated insosuits to “stand a measly eighty[ºC] indefinitely” (229) utterly com- responses in practice. monplace, demonstrating that although the technological texture of their lifeworld is Humans, Asimov implies, are considerably vastly different to the reader’s, the hi-tech el- robotic in their performance of routines, yet ements which comprise it appear just as in contrast, Robbie is a person to the extent bland and unremarkable to them as those in that he can, and does, dream. Although “Rob- the reader’s own do to them. Accordingly, it is bie” is the earliest of all his robot stories, it specifically the carelessness with which Do- evidences Asimov already making patent his novan orders the robot Speedy to collect some project to problematise the ostensibly dichot- selenium which facilitates the impending ca- omous opposition between human and robot. tastrophe—‘death by slow broiling’ (223)— Roberts claims that through the different in- which the two humans barely succeed in terpretations of the Three Laws over the averting. course of his robot stories, Asimov “casts light Precisely because giving Speedy this order on the ethical dilemmas of ordinary human “was pure routine” (232) to Donovan, he only life” (2005: 199). Yet, whilst Roberts inter- makes the Second Law potential implicit in prets this overarching thread as an affirma- his order “rather weak” (233). Because the tion of the Kantian moral imperative, it is Third Law conditions robots to protect their more accurate to read it as a problematisa- own existence, and Donovan has not made tion of purported human rationality, and so, the order to collect the selenium sufficiently as a critique of humanism. Patently, the strong, Speedy fluctuates between the two Three Laws are fundamentally based on hu- competing impulses. His programming pre- man social codes, and so, by demonstrating vents him from being able to get sufficiently that there is no essential underlying rational- close to the dangerous selenium pool to re-

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cover it, so he runs perpetually in circles, ra- mundane principle. DV-5’s fingers typically ther than performing the important task. As perform autonomously of his direct command; is implied by the problematic corollary that the mining operations they are required to strength of command supersedes the hierar- complete are “routine” (Asimov, 2018a: 283), chy of the Three Laws, there is no such entity and so are completed with a high degree of as a pure routine. Although Donovan orders automaticity on behalf of the fingers. As Do- Speedy entirely routinely, the resultant near- novan and Powell eventually discover, how- disaster proves that the repetitive or mun- ever, in the event of emergencies DV-5 is dane always contains the seed of the extraor- forced to take direct control of all six fingers dinary or unique. simultaneously. This scenario, Asimov re- Similarly, in “Catch That Rabbit” (1944) veals, leaves his positronic circuitry overload- Powell and Donovan have subsequently been ed, and causes him to spend “his time twid- stationed on an asteroid, in order to supervise dling his fingers” (283) instead of working. a robotic mining team and identify a glitch in Consequently, both the resolution and the their programming which is stymieing the plot mechanic of the story is unambiguously mining operations. The robot in charge of the premised upon the absent-minded action of mining operation on Mercury—DV-5—is “a twiddling fingers, and the story’s SFnal con- half ton of metal and electricity [...] a mass of tent therefore cannot, in the final instance, be condensers, circuits, relays, and vacuum cells fully understood independently of the read- that can handle practically any psychological er’s knowledge of that banal activity. DV-5 is reaction known to humans”, and is powered just as bored as the roboticists who watch by “a few quintillions of positrons” (264-265). over him are, and so by the story’s conclusion, Although DV-5 is capable of directing six it becomes evident that its SFnal plot has en- subsidiary robots—referred to as fingers— tirely been engineered as a result of the in- and capable of managing the mining opera- terstices of their respective sensations of te- tion on the planet singlehandedly, the pair dium. refer to it by the casual name Dave, as robot- The figure of the humdrum is also evoked icists apparently “never” (Asimov, 2018a: elsewhere in the collection. Although in “Es- 264) refer to robots by their serial numbers. cape” (1945) Powell and Donovan become “the This is a symptom of their consummate ha- first men out of the solar system” (Asimov, bitualisation towards their objects of study; 2018a: 456), and so facilitate the beginnings after years working with robots they no long- of a human Galactic Empire, the story is per- er consider them technological marvels, but vaded by articles of banality. Eager to escape instead something akin to casual acquaint- “the monotony” (442) of theoretical work, the ances. This is further apparent when Do- pair unwittingly become the first passengers novan wearily remarks that nothing “ever onboard the maiden flight of the first ship goes wrong when you watch them” (271). His with a functional Hyperatomic Drive. Never- turn of phrase here evokes the idiom ‘a theless, their first concern upon realising that watched pot never boils’, and therefore im- the ship has entered space in preparation for plies that, in his subjective experience, su- the Jump is horror that they “haven’t even pervising robots is as picayune a task as boil- seen a bathroom in the place” (448). They are ing water on a hob or stove would be. initially thrilled to discover “baked beans” When the rationale behind DV-5 and his and “milk” (450) onboard, but soon begin to subsidiaries’ failure to mine their quota of ore lament the lack of nutritional variety in the is elucidated, it revolves around an equally ship’s pantry.

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Although their successful journey to a Throughout Asimov’s robot stories the co- neighbouring star “means freedom for all constitutive relationship between our species humanity” (Asimov, 2018a: 456), the monu- and technology comprises “a co-evolutionary mental achievement is further banalized by spiral in which what we ma[k]e and what we the first words Powell speaks on their return. bec[o]me” (Hayles, 1999: 164) have become Namely, he requests to be directed to “the intractably intertwined. Furthermore, since nearest shower” (457), since there were none technologies are non-neutral objects, the na- aboard. At the moment of this immensely ture of our species metamorphoses in parallel significant scientific discovery, Asimov with technological developments, as technol- demonstrates that even the most marvellous ogies “are more than bundles of internal or scientific discoveries cannot be dissociated external functions. They are materialized po- from the everyday. The pivotal breakthrough tentialities for generating new functions as in interstellar travel is evoked, not in a spec- well as modifiable strategies for integrating tacular, but rather, in a thoroughly grounded and reintegrating functions” (Roden, 2015: environ. This banalisation of the technology 162). We have reached the point where we at the very moment of its inception satirises cannot do without technologies; they are too then-contemporary depictions of hyperspace firmly embedded in our mundane lives. We technologies in the SF genre—which were al- can therefore no longer be we without they, ready becoming “a stock-in-trade” (Bowler, and hence the figure of the human can be 2017: 139) of the golden age pulps—critiquing seen to have been irreparably ruptured—as the undiscerning ubiquity with which the Asimov’s robot stories exhaustively demon- novum had already begun to be deployed by strate. authors. In this manner, Asimov derides the unbridled utopian social determinism of the “veritable torrent” (Bowler, 2017: 138) of The Positronic Man: The Birth of the space operas which began to appear in the af- Post-human Robot termath of the Second World War. Our lives, he implies, will always be underpinned by Perhaps the apex of Asimov’s project to aspects of mundanity, no matter how rarefied demonstrate the co-constitutive nature of our our technologies become. species and robots—and hence to repudiate the notion that the two categories can be un- derstood in dichotomous terms—is the novel- As is implied by the la “” (1976), which was later reworked into the novel The Positronic problematic corollary that Man (1993) in collaboration with Robert Sil- verberg. By virtue of its extended length, it strength of command proves conducive to analyse the latter of these two versions of the text, rather than the supersedes the hierarchy more succinct version of the story in The Complete Robot, since the two are near iden- of the Three Laws, there is tical otherwise. In The Positronic Man, the robot Andrew Martin endeavours to become no such entity as a pure more and more human by degrees, until he is ‘irrefutably’ the human Andrew Martin. Yet routine. whilst Asimov ostensibly uses the term hu-

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man in this context unproblematically, much archical sociopolitical constructions, then of Andrew’s trouble in effecting the transition new forms of discrimination will emerge, arises from the indeterminacy of the distinc- such as portraying robots as the new ‘oth- tion between robot and human, and hence, it ers’” (2019: 60). becomes patent that each category can only Via the challenge which Andrew’s devel- attain any degree of verity whilst it remains opment poses to the supposedly stable cate- in dichotomous opposition to the other. gories of mind and body, the novella solicits Andrew’s indeterminacy thus draws con- an anti-Cartesian critique of the definite fig- spicuous parallels with the discourse of nu- ure of the human. Accordingly, by the end of merous humanist philosophers. As Michel the novel Andrew can be considered neither Foucault states, the ruptures which create human nor robot, having ruptured the forti- new varieties of phenomena are “always a fied boundaries of both categories. He has discontinuity specified by a number of dis- simply become post-human, by virtue of that tinct transformations, between two particular formulation’s rejection of categorical thought. positivities” (1972: 175). Likewise, as David James E. Gunn asserts that “[r]eaders read Hume asserted centuries earlier in A Treatise the robot stories incorrectly when they begin of Human Nature (1739-1740), when “we to care more about what happens to the ro- gradually follow an object in its successive bots than what happens to the people” (1996: changes, the smooth progress of the thought 53), yet Andrew disproves the binarism which makes us ascribe an identity to the succes- structures Gunn’s thought. Readers are in- sion”, yet when “we compare its situation af- terpellated to care about him precisely be- ter a considerable change the progress of the cause, having become a non-human born per- thought is broken” (1978: 220), and we see it son, he is neither a human nor a robot; he as a distinct object. Andrew’s development exceeds both categories. proves that fallacy of perception which Fou- The mundane aspects of Andrew’s life- cault and Hume describe. world, and the mundane lifeworlds of those As here, Asimov perceptibly uses his robot around him, are thoroughly implicated in the stories to draw upon Cartesian humanist realisation of Asimov’s post-humanistic objec- concerns—such as René Descartes’ seminal tive. When Andrew is manufactured as NDR- proposal that ‘I think, therefore I am’, which 113—in the text’s 2007—robots on Earth are relocated the innate essence of the human “still far from everyday sights” (Asimov & within the ontological categories of mentality Silverberg: 1993: 14), and it is markedly unu- and cognition—in order to revise them into a sual for a robot to be tasked with such a var- new post-humanistic framework of implica- ied “formal household routine” (17) as the tion. As Andrew’s surgeries progress, he gen- Martin family asks him to perform. He ac- erates an ontological quandary, precipitating cordingly begins his servitude as “an item of legal redefinitions of the terms human and household machinery” (27), and is even ini- robot on numerous occasions. This narrative tially required to store himself away after fin- thread resonates strongly with Francesca ishing his “day’s chores” (29). However, once Ferrando’s statement that thinking in plural- it is discovered that he has a prodigious tal- istic terms “is a necessary step in the final ent for woodwork, he is relieved from per- deconstruction of the human” and provides forming his established daily routine. crucial means of post-humanistic thought, By demonstrating an ability to create art since if our societies “do not address the rigid which is deemed aesthetically valuable to form of dualistic mindset that allows for hier- humans, Andrew is to be permitted to per-

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form a new daily routine which is more akin taken-for-granted minutiae of everyday life. to that of his human masters. Soon, Andrew Given his inhuman age by this point, he must wins a legal challenge to have himself de- also necessarily come to terms with seeing clared a free robot, and is told that he may generations of the Martin family “growing up “select [his] own jobs” (83) to perform in the and getting older and older and eventually Martin household—his performance of meni- dying” (144). Although he outlives them all, al labour is then substantially subject to his he does so at the cost of experiencing the re- own volition. Yet paradoxically, his overall cursive procession of life followed by death workload increases, since he makes full use of which the family displays in aggregate. his ability to stay awake indefinitely to “put Still unsatisfied with the remaining robot- in thirty-six or even forty-eight straight hours ic aspects of his corporeal existence, Andrew of” (85) labour into his woodwork at a time. designs and produces the world’s first artifi- cial combustion chambers which mimic the action of the human digestive system, and in As here, Asimov the process of doing so, makes the act of ex- cretion briefly novel, and saleable. As Alvin perceptibly uses his robot Madescu of US robots aptly observes, in his futile and misguided quest to achieve the ev- stories to draw upon er-elusive moniker ‘human’, Andrew is “going downhill” (Asimov & Silverberg: 1993: 166)— Cartesian humanist con- he succeeds only in making his supreme technological body increasingly unreliable cerns—such as René and mundane. In parallel, just as “Andrew, redesigning himself physically, must contin- Descartes’ seminal proposal ually adjust his self-image, so man, trans- forming his body with machines, must accept that ‘I think, therefore a new vision of humanity” (Warrick, 1981: 239) in the contemporary world. In his obses- I am’ [...] sion over obtaining “utterly trivial” (Asimov & Silverberg: 1993: 169) signifiers of humani- Decades later, Andrew uses the amassed ty such as fingernails, and his decisive reso- riches from these innumerable hours of la- lution to become mortal and die, Andrew bour to gain consent for his proves both the fallibility and the unattaina- to be transferred into an android body. In this bility of the moniker ‘human’. new body, he must now work to relearn ac- tions which he was previously able to perform autonomously by “conscious effort” (137). The The Caves of Steel: Forays into the Ha- uncannily infantile process of relearning to bitual walk, turn, sit, speak and so on despite him being more than a century old is “terribly Numerous different technologies inhabit a slow, agonisingly slow” (138), and hence the similarly mundane positionality within the aftermath of the transfer of his consciousness sixth millennium setting of the first novel of is at first a chore rather than an emancipa- Asimov’s robot tetralogy, The Caves of Steel tion. In order to become more human, An- (1954)—which is set almost exclusively with- drew must first become defamiliarised to the in the eponymous underground cities evoked

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poetically by its title. Richard L. McKinney on the expressway in the rush hour, not just argues that there is an intractable otherness from ten to four” and moving higher “up on to the novel’s subterranean New York, given the list-of-choice at the Section kitchens” (10). that the “greatly increased population density His society, it is apparent, maintains social of the city has led to major changes in how order by interpellating its citizens to aspire to people live, the manner in which they inter- achieve fractional improvements to their quo- act, even in the ways they move about” (2011: tidian lives. 69). This observation falls far from the mark, As Baley muses, “What a trifling addition however, even when aided by McKinney’s to the convenience of the apartment an acti- subsequent qualification that despite these vated washbasin was when for thirty years purportedly immense changes, “[n]ew norms previously the trip to Personal had been an and customs have developed” (69) around automatic and unregarded one” (109). Never- these alterations to the lifeworlds of the theless, if he were to be demoted, he strongly City’s citizens. Specifically, McKinney entire- suspects he could not give up the washbasin ly neglects to emphasise the habitual nature without experiencing severe psychological of these new norms and customs to the resi- trauma. As this implies, due to the tightly- dents of the novel’s New York. Furthermore, woven social fabric of City life, behaviour is these purportedly “major changes” are in no strictly policed, the everyday character of life instance so major that the reader is unable to is protracted, and the gravity borne by the draw from them cognitively engaging paral- habitual aspects of life is greatly magnified. lels to their own quotidian life. The vicarious- Accordingly, adverse changes to the smooth imaginative “place of alterity” (68) which operation of an individual’s lifeworld become McKinney claims the novel communicates to categorically pernicious, and there is next to its reader via its depiction of a New York City no chance that individuals will risk ostracisa- of the far future must therefore be seen to be tion by disobeying social conventions. a fundamental oversimplification of Asimov’s For this reason, Baley is categorically cer- objective in his rendering of its thoroughly tain that an Earthman could not have com- habitual mise-en-scène. mitted the murder he is investigating by On the novel’s Earth, robots have become walking “cross country” (Asimov, 2018b: 62) banal enough articles of technology— from New York to reach Spacetown. When his although they remain largely outlawed in robotic partner R. Daneel Olivaw suggests public—to be referred to merely as “R’s” that the murder was committed in this man- (Asimov, 2018b: 10). As a Plainclothesman, ner, Baley exclaims, “Impossible! There isn’t Lije Baley is grateful to be able to work in a man in the City who would do it” (63). The “the nonclerical levels” (44) of the New York notion of walking cross country is so far out- police force, after having been exposed to the side of the boundaries of the cognitive pa- routine mundanity of menial labour as a rameters he uses to negotiate everyday life clerk for years. Baley’s motivation to solve that he cannot conceive the prospect of a fel- the murder case he is presented with in The low citizen having thought of it. His quotidi- Caves of Steel therefore results from his fear an life conditions his thought processes, and of being declassified, replaced by a robot, and this he assumes, would have been the case for forced to return to “the labor pool” (10). Like- the murderer too. He is proven correct— wise, as his New York is fiercely stratified by despite the fact that the exits to the city “are social class, he is acutely aware that gaining unguarded” (65) and entirely unmonitored, it a promotion would entail him getting a “seat transpires that the murderer was much more

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prepared to fire a gun at a humanoid than he with obtaining biological signifiers of the hu- was to walk cross country. man, the societies of The Caves of Steel ac- The ideology of the political sect known as tively obscure the performance of human bio- Medievalists—and by extension, the impetus logical functions under a menagerie of for the murder which precipitates the novel’s sensory phenomena. The routinised banality plot—centres around the assumption that “It of the section kitchens is one, but by no was simpler once. Everything was simpler” means the only, pertinent example of the (18). Hence, the murder central to Asimov’s novel’s saturation with mundane compo- novel has been engendered by a political fac- nents. tion whose prime motive is nothing less than making their everyday lives more straight- forward. Given the unsavoury depiction of On the novel’s Earth, Section kitchens in the novel, the Medieval- ists’ fervour is certainly comprehensible. Ba- robots have become banal ley reflects that in the kitchens, you “have your own seat which you occupy all the time. enough articles of You’re with your family, your friends. Espe- cially when you’re young, mealtimes are the technology—although they bright spot of the day” (134). Aside from those of sufficiently high social status to have remain largely outlawed in gained “private eating privileges” (51)—in which case, they can eat the same limited public—to be referred to menu in the comfort of their own apartment up to ‘three times a week’ (49)—all citizens merely as “R’s”. are expected to eat prescribed foodstuffs in the section kitchens at predetermined times, In order to travel around New York, Baley and must therefore undergo the rigidity of uses strips “with the ease of a lifetime’s prac- the mealtime routine in order to eat. tice” (Asimov, 2018b: 14)—he is so habitual- Furthermore, as the archetype of the Sec- ised towards this SFnal means of transport tion kitchens functions to entirely omit gusta- that he does not “time his steps consciously. tory considerations, the diners’ surroundings If he had, he would probably have missed” seem to have more substance than the food (21) the junction. He is able to ride the strips itself. Accordingly, the activity of nourish- automatically, since a spatio-sensory under- ment becomes reducible to the phenomena of standing has been conditioned into his “cere- “that particular odor [...] the waiting triple bral plasticity” (Hayles, 2010: 129) through line [...] the rumble of humanity [...] the the rote repetition of his usual routes. N. sharper clatter of plastic [...] the gleam of Katherine Hayles uses the term cerebral simulated wood [...] highlights on glass, long plasticity to refer to technological/cognitive tables, the touch of steam in the air” (131). As learning processes in order to emphasise that the pervasive impression of synaesthesia ap- the human brain is—in this sense— parent in Baley’s narration demonstrates, all analogous to a computer whose memory can his senses but his gustatory sense are stimu- literally be programmed and reprogrammed. lated by mealtimes, and the act of eating is Likewise, for Patrouch Jr., “it is difficult to therefore comparatively dissatisfying. believe that we need those extra three thou- Whereas Andrew Martin became obsessed sand years to get to the caves of steel. They’re

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here already” (1978: 161). As this confirms, Personals, in accordance with a “strong cus- the cityscape setting of this diegetic New tom” (45) which is naturalised in his own York barely appeared defamiliarising to mind by the enormous cognitive weight of Western readers, even at the point in time everyday reiteration. Asimov here evokes when the novel was published. what David Andrew Griffiths refers to as the Patricia Kerslake, meanwhile, asserts that urinal choreographies of the contemporary in The Caves of Steel Asimov “posits a mun- Western lifeworld. As Griffiths implies, “the dane Earth, with the average and the com- anxieties that exist in the strangely private- monplace taking a greater role than the rare public space of the public toilet” (2020: 150) and the unusual” (2007: 123). Regarding its are symptomatic of far broader anxieties characters, Kerslake asserts that the “pre- around the speciousness of the periphery be- dictable ordinariness of their lives is interwo- tween the public and the private aspects of ven with staggeringly extraordinary details, life in paternalistic societies. such as the pedestrianised ‘strips’ that every- In the Personals, Baley once more benefits one takes as a matter of course” (123). Yet, from his C-5 rating, since he is granted “a since the technology which facilitates the small projector” (47) upon which he can catch strips is utterly commonplace from Baley’s up on the news whilst showering, shitting, phenomenological perspective, its novelty is and banally, activating another machine barely explicated to the reader. Importantly, which does his laundry for him. Whereas the as David Samuelson states, “we are mainly regular Personals are “Spartan” (47)—and of- limited to the consciousness of [Baley]” (1975: fer no diversion from the biological functions 155) by means of “the thoughts with which performed within them—highly-rated citizens [he] combats his boredom” (131), aside from are amply rewarded for their adherence to small interruptions and clarifications by a social strictures in the form of private stalls third-person narrator. Thus, the novel exhib- which enact an exotic amplification of their its “a definite focus on the action, not a dif- mundane lifeworlds. As most City-dwellers fuse panorama of an unfamiliar world” (155), presumably are, Baley is a de facto connois- and the reader typically only gains compre- seur of Personals. Humorously, he is far more hension of its SFnal environ through the interested in toilets than he is in the SFnal proxy of Baley’s habitualised perspective. nova which surround him. When he is ex- It is thus precisely Baley’s habitualisation posed to the procedures for entering to his lifeworld which distils the novelty of Spacetown, for instance, he is more engaged the novel, and as it were, the novelty of the in observing that their Personal “was small, novel’s nova. Its representation of the phe- but it was well appointed and antiseptic in its nomenological lifeworld is patently a funda- cleanliness” (84) than he is stimulated by the mental aspect of the text’s rhetorical strate- prospect of entering a Spacer society for the gy—the means by which The Caves of Steel first time. generates cognisance of its SFnal aspects, Likewise, it is via a thoroughly mundane and thus gestures towards its SFnal aspects. object that the novel’s SFnal plot is both pre- Furthermore, perhaps no facet of Baley’s cipitated and solved by Baley. Although Asi- lifeworld is delineated in greater detail with- mov makes mention of Julius Enderby’s spec- in the novel than the City’s Personals, or tacles on at least a dozen occasions communal bathrooms, are. Baley takes great throughout the novel, they seem nothing care to instruct Daneel that he must not more than a device of characterisation to the speak “a word, not a glance” (46) whilst in the reader until Baley reveals them to be the de-

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finitive clue which proves that the Commis- blend of organic and prosthetic elements sioner perpetrated the murder in Spacetown. which already comprise the bodily apparat- Patrouch Jr. opines that since the “major clue uses of many contemporary humans. Just as in the story is a mid-twentieth-century clue, Enderby’s spectacles have been hidden in not a clue of the future” (165), The Caves of plain sight throughout The Caves of Steel, the Steel has become dated. Nevertheless, the solutions to the central mysteries of the two unremarkable nature of Enderby’s spectacles subsequent robot novels are also hidden in is manifestly a calculated aspect of the novel. plain sight from both Baley and readers. As It is precisely because Baley is so habitual- with Enderby’s spectacles, the unseen mun- ised to seeing them upon Enderby’s face that dane components of The Naked Sun facilitate he dismisses Daneel’s far earlier interest in the reader’s cognitive grounding apropos its that “queer” (150) aspect of the commission- intensely novel robots. er’s apparel. He therefore misses a crucial opportunity to solve the mystery early, since he cannot comprehend that Enderby’s specta- The Naked Sun: New Worlds, New Rou- cles have anything other than an aesthetic tines function. Although Baley desires only to “take up a natural existence again” and “sleep” (Asimov, Patricia Kerslake, 2018b: 256) following the extraordinary events of The Caves of Steel, his yearning is meanwhile, asserts that in entirely thwarted. In The Naked Sun (1957), he is assigned to work with Daneel “once The Caves of Steel Asimov more” (18) to solve a murder committed on the planet Solaria, of the artist Gladia “posits a mundane Earth, Delmarre’s husband, Rikaine. In order to reach Solaria, he must travel far outside of with the average and the the solar system, and this transit is achieved via a series of interstellar Jumps. In the first commonplace taking a instance, he experiences “a queer momentary sensation of being turned inside out”, but this greater role than the rare feeling only lasts “an instant” (14). Although Asimov capitalises the word Jump, and thus and the unusual” implies that the interstellar technology re- mains a novum, its momentary significance Whereas Patrouch Jr. chastises their piv- here—particularly when contrasted with the otal role in the novel’s resolution, Enderby’s momentous narrative emphasis on an earlier spectacles precisely emblematise the post- form of the same technology in “Escape”— humanistic rhetorical strategy of Asimov’s proves it to be a novum which has decayed in SF; the reader is shown a reflection of their imaginative potency in Asimov’s robot stories, own quotidian lifeworld, which allows them to the extent that it is practically a datum, to cognitively extrapolate the text’s nova from and so is elided thereafter. The multiple sub- that familiar basis. Furthermore, the central- sequent Jumps which Baley’s ship under- ity of Enderby’s spectacles to the schema of takes are narrated within the remit of a sin- the novel can be seen as synecdochic of the gle sentence.

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Similarly, although Baley soon becomes ly transcends the Earth/Spacer dichotomy, the only living human on Earth to have “ever but also invokes the realisation that novel- as much [as] set foot on an Outer World” ty—like mundanity—is both phenomenologi- (Asimov, 2018c: 9), the novelty of his unique cal and contextual. position quickly wears off. He is soon accli- On Solaria, there are “two hundred million matised enough to existence on Solaria to be working positronic robots, [...] ten thousand frustrated that the frequent travel between robots per human” (Asimov, 2018c: 26), and it Solarian time zones which his investigation is precisely this proliferation of robots which necessitates is causing him to miss out on has engendered the radical transformation of “regular meals [and] regular sleep” (168). The Solarian humans’ everyday lifeworlds. Al- Naked Sun also extends the robot novels’ most unconditional proportions of robot la- running motif of Baley’s immense knowledge bour allow Solarians to remain “widely scat- of Personals. Before he leaves for Solaria, he tered” (38) across the planet, and each notes with a sense of exotic admiration that individual subsequently lives on an enormous the Personal he visits in Washington “was estate all of their own. Having lived his life not unduly crowded [...] The stall assigned to until this point exclusively inside the caves of him was in decent order with a laundrette steel, it is profoundly perplexing to Baley that that worked well” (4). Although Baley is glee- Solarians not only have dwellings which are ful following his experience in this Personal, easily large enough for them to be able to the reader understands that he not only had “devote a single room to a single purpose” to provide identification to enter, but once in- (34), but live lives in which they never physi- side, had to carry out his ablutions within the cally come into contact with one other. In- scope of a “water ration” (5). stead, Solarians only ever contact “one an- Once on Solaria however, he undergoes other freely” (47) via trimensional imaging “the unnerving experience of taking a shower technologies, a social mandate which they re- in a stall that actually adjoined the bedroom” fer to in casual parlance as “viewing” (56). (42), an incident which gestures towards the Whilst seeing is outlawed by social custom at newly transformed context of his mundane all times—other than for procreation— lifeworld on the Outer World planet more viewing is so commonplace an occurrence broadly. Although he finds the Solarian Per- that it is totally unremarkable from Gladia’s sonal to be “the height of luxury in a way” perspective for her to view Baley whilst she is (42), its alien configuration sits so far outside wearing no “articles of clothing” (55) whatso- of his sphere of reference in respect of Per- ever. sonals that he is forced to re-evaluate his pri- Asimov palpably remodels humanist mod- or appraisals of toilets in that new context. els—such as the Cartesian cogito—which po- As when he witnesses a novel method of sition the human as a social subject in The shaving—in which an unspecified instrument Naked Sun, where humans have instead be- gives out a “fine spray of particles that swept come antisocial subjects. This move not only over cheek and chin, biting off the hair neatly deconstructs the category ‘human’, but also il- and then disintegrating into impalpable dust” lustrates the extent to which new human so- (100)—Baley’s gradual comprehension of the ciocultural norms constantly develop Solarian alternatives to his own everyday throughout Asimov’s robot stories, in an in- lifestyle practices begins to encourage him to variable process of recombination and meta- cultivate a pluralistic perspective of human morphosis. As a result of these social devel- existence. This pluralistic perspective not on- opments, the Solarian lifeworld is profoundly

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different from the crowded streets of Earth conditioning as the Solarian antipathy to- which Baley is acclimatised to. Although So- wards seeing is—he makes the pivotal deduc- larian robots are ubiquitous and unobtrusive tion in the murder investigation, the solution enough to be merely a background noise “bursting like an inner shout” (211) into the amidst the clamour of human activity on the newly expanded cognitive territory of his planet, their unremitting governance of the mind. By virtue of his newly acquired plural- lives of their masters behind the scenes is ab- istic perspective, he is able to solve the same solutely imperative to the shape of the hu- murder case which Solarian and Terrestrial man everyday lifeworld. Gradually, Baley perspectives alone had proven incapable of gains a pluralistic understanding via his al- fathoming. Yet although the conclusion of the tered lifeworld on Solaria that is characteris- investigation is approaching, he finds that tically post-human, and begins to become the “comfort and familiarity and dearness of cognisant of the extent to which the everyday home” has been perverted, and that there is routines and lifeworlds of other humans are “an estrangement between himself and the distinct from his own. Cities” (213) which keeps him from being ea- Baley therefore correctly infers that he ger to return to his wife and son.2 Having cannot carry out the murder investigation on gained a pluralistic perspective of human life, Solaria which he has been asked to carry out Baley no longer feels any one planet to be his in the same manner that he would on Earth, home, and subsequently becomes preoccupied namely by asking an array of people “a mil- with transforming the societies of Earth in lion different routine questions” (Asimov, order to emancipate them from their impris- 2018c: 58). Instead, he elects to view six onment within the stultifyingly subterranean “piece[s] of fiction dealing with everyday life cognitive horizons that are conditioned by life on contemporary Solaria” (97) as an equally within the steel caves. mundane means of investigation. As this de- cision suggests, Baley understands that the basis upon which he will be able to solve the On Solaria, there are “two murder is inextricably grounded within the Solarian everyday sphere. In his own words, hundred million working he “must understand how Solarians feel about ordinary matters” (117) in order to be positronic robots, [...] ten able to comprehend that extraordinary rup- ture of the impregnability of the everyday thousand robots per sphere which facilitated the murder he is in- vestigating. After immersing himself in So- human” [...] larian culture, he soon finds that he has be- come acclimatised enough to their planet and At the conclusion of The Naked Sun, Baley ways of life to find “himself not minding a explicitly comes out in support of “open[ing] plane flight through open space” (184), de- the gates of salvation” (Asimov, 2018c: 238) spite him having been intensely agoraphobic —————————— at the outset of the novel. 2 Baley’s sense of alienation from his wife and son likely Soon after—by virtue of his cathartic real- also results from his increasing infatuation with Gladia; isation that the “[d]arkness and crowds” he is sleeping in her house during this scene. Symbolical- (Asimov, 2018c: 210) of his home planet are ly, the beginning of their affair literalises a shift in Ba- ley’s cognitive horizons beyond those delimited by his just as much an arbitrary means of social former life on Earth.

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for Earth via a characteristically pluralistic of that robot. The background noise of robots project which will allow the planet’s popula- proves to have been a vital component of the tion to achieve everyday relations in excess of melody of the novel all along. the unremitting “noise and crowds and more noise and people and people and people” (242) to which they have known no alternative. The Robots of Dawn: Robots Hidden in Nevertheless, Gunn’s conclusion that “finally Plain Sight [...] The Naked Sun is about Elijah Baley and his battle against agoraphobia” (1996: 111) is At the outset of The Robots of Dawn— problematically anthropocentric. Although published in 1983, 26 years after The Naked the novel indubitably comprises a rumination Sun— Baley is once more tasked with a mur- on cultural difference, that specific aspect of der investigation—into the deactivation of its ontological scope is constructed through Gladia’s robotic so-called ‘husband’ R. Jander and set against the othered figure of the robot Panell—and this time, must travel to her by Asimov’s concurrent emphasis within the home planet, Aurora, to pursue the case. novel upon the colossal extent to which robots Donald Palumbo observes that each of Asi- supplement and transform the mundane mov’s robot novels follows a remarkably simi- lifeworld of humans. It is thus far more accu- lar murder mystery plot, within which its rate to state that Asimov’s rendering of principal protagonists “must race against adaptability in the novel is mediated by the time to solve an apparently insoluble mystery acknowledgement that humans are engaged [...] are victims of frame-ups or assassination in a co-evolutionary spiral with robots, and attempts while pursuing the case [and final- vice versa. ly] always snatch victory from the jaws of de- Baley becomes a direct witness to three at- feat at the last possible moment” (2002: 95). tempts at murder throughout the novel, all of Palumbo, however, neglects to note that which—in addition to the murder that he is this recursive schema also coheres into a initially tasked with investigating—are facili- thoroughgoing satire on the humanist notion tated by robots at the behest of humans. of individual agency. By casting Baley, or his When Gruer is almost fatally poisoned by a proxies, into situations where they must re- “glass of liquid” (78) handed to him by a peat the analogous sequences of events which household robot, he is almost killed by the comprise the schema of each novel, Asimov subtle manipulation of two separate back- ensures that even at the moment of logical ground aspects of the scene—the water and triumph on behalf of Baley, he merely repeats the robot. Indeed, in the original murder and that same stale victory which he has won be- the two subsequent attempts, the human fore. This trope contributes significantly to perpetrators utilise the assumption that ro- the post-humanistic schema of the robot nov- bots are nothing more than background noise els. Whereas humanist traditions have privi- to occlude the impending danger from the leged rationality as “the primordial corre- perception of humans, and so succeed in sponding order of the human and the world” weaponising the mundane. Finally, when So- (Apostolopoulou, 2016: 121), at the very apex laria’s eminent roboticist Dr Leebig confirms of each robot novel, the notion of human ra- that “Delmarre’s robot had detachable limbs” tionality is subtly undermined by the recur- (229), the murder of Rikaine is revealed to sivity of events. Therefore, the overarching have been made possible as a direct result of schema of Asimov’s robot novels radically his utter habitualisation towards the novelty problematises the notion that Baley possesses

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any semblance of agency, or rationality. Like main robotic character in the novel, Giskard, a robot, he is bound to laws—the laws of the on an “up-helix” (291). Although this moving rigid narrative schema of the robot novels.3 staircase can save its passenger time, “one When Baley once again boards a spaceship must wait for the unwinding” (292) procedure at the beginning of The Robots of Dawn, he to complete if they approach it at an inoppor- knows “exactly what to expect” (Asimov, tune moment, and it may prove quicker for 2018d: 26). The novelty of the interstellar them to take the stairs in such an instance. Jump has been replaced by familiarity for Fastolfe also showcases a “spicer” (75) to Ba- him phenomenologically, and he laments the ley, which must be manipulated in a complex listlessness caused by “the useless time cross- and ornate sequence of motions in order to ing space” (29). He is able to “ignor[e]” the in- produce “a fine sprinkling of salt” (81). terstellar Jump itself, “as though it had been a tiny hiccup inside himself” (48), since he has become acclimatised to it. The Jump has It is thus far more accurate acutely decayed as a novum, not only from Baley’s perspective, but also from the cogni- to state that Asimov’s tive perspective of the presumed reader, and its SFnal fundament is therefore enough of a rendering of adaptability in datum to be implied rather than directly evoked in the text’s narrative. the novel is mediated by Other ostensible nova within The Robots of Dawn are adequately banal to begin with. the acknowledgement that Whilst en-route to Aurora, Baley uses a “pseudo-gravity” (Asimov, 2018d: 44) bed, a humans are engaged in a rarified technology which recreates Terres- trian gravity in order to preserve its user’s co-evolutionary spiral with comfort whilst they sleep. His host, Dr. Fas- tolfe, owns something he calls a “car” which is robots, and vice versa. driven by a built in robot, and which, he hap- pens to casually mention, “is an airfoil, actu- In each instance, these nova produce so ally” (69). Also on Aurora, Baley is woken one little impact on the narrative of the text as to morning by “a faint and unrecognizable odour be nothing more than SFnal window dress- in the air”, which transpires to be a com- ing. Each comprises a pedestrian application pound named antisomnin which “activates of a magnificent technology, and therefore the arousal system” of humans (177). Daneel functions only to underscore the decadence of has elected to wake him up early since he Auroran life. Accordingly, the patrician char- feels that Baley “might want an early start” acter of the Auroran everyday lifeworld is (181), and had decided that the drug was the characteristically alien to Baley at first. Sex most efficient way to wake his master. Upon in particular has become a particularly hum- entering the Auroran Administration Build- drum affair, and as Baley characterises the ing, Baley rides with Daneel and the other situation with only a hint of hyperbole, “offer- ing sex is about on a par with commenting —————————— upon the weather” (160). Social sex, as it has 3 In addition, as Asimov himself states, “I make no se- become known, is regularly offered by one cret of the fact that in my mysteries I use Agatha Chris- tie as my model” (1994: 375). Auroran to another, and offers are typically

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accepted. As a result, many Aurorans find the preoccupation is demonstrably symptomatic act utterly banal and predictable. Dr Vasilia, of his pluralistic objective. Falstolfe’s estranged daughter, for instance, By coming to understand how that most prefers not to subject herself “to some unin- banal, public, and yet nevertheless furtive teresting event that will merely waste [her] aspect of any given human culture is coded time” (216), and chooses to abstain, she sociologically, he can learn important facts claims, out of boredom. about those that do the shitting. Fastolfe’s Another prominent Auroran, Gremionis private Personal is particularly revealing of meanwhile, has “always dreamed” (Asimov, its client’s mentality. Specially designed to 2018d: 263) of entering into a monogamous project a naturalistic and personalised simu- relationship—a supreme novelty in his socie- lation which entirely hides the room itself ty. Contrastingly, the use of robots as sex from view, it gestures towards Fastolfe’s mis- toys is entirely normalised, as Aurorans hold employed opulence, his individualistic that “it’s just masturbation” (272) by means tendencies, and his hubris. Baley finds it of an expensive sex toy. Nevertheless, after “foolish” (101), and is almost unable to uri- Gladia has had vanilla sex with Baley she nate in his state of confusion at its bizarre hears him unconsciously mutter the key arti- and highly novel setup. Vasilia meanwhile, cle of evidence in his sleep, with which he can reveals her obstinacy and guarded nature by solve the latest murder investigation. Specifi- refusing to let Baley use her personal, and di- cally, this information is revealed as Gladia recting him to instead use the “Community watches Baley “snore” (374) in a distinctly Personals” (234). When Fastolfe’s rival, unerotic manner, grounding the scene’s over- Amadiro, disingenuously offers Baley the use tones of erotic transgression within a sub- of his Personal, it becomes apparent to Baley, stratum of bourgeois domesticity. Therefore, Daneel and Giskard that his pleasant de- whilst the decadent character of social sex is meanour is a ploy to either distract them, or emphasised in The Robots of Dawn, it is to covertly gain information from them. It is pointedly the comparably simple act of shar- this act which confirms that Amadiro’s ac- ing a bed together after sex which reveals the tions are villainous in Baley’s mind, and solution to its SFnal intrigue. leads him to firmly (though wrongly) suspect Whilst this article has amply demonstrat- that Amadiro was Jander’s murderer. ed that Asimov’s rhetorical emphasis on the If Personals and sex are banal phenomena consequence of Personals was also explicit in on Aurora, the same is true to an even great- the two preceding robot novels, Hassler is er extent of robots. In this latter instance, right to observe that it “is remarkable how however, Asimov makes it apparent that the much the characters go in and out of toilets treatment of robots as picayune objects is un- in” The Robots of Dawn (1991: 107). Even be- reasonable. Although Daneel makes it appar- fore Baley reaches Aurora, he has made cer- ent that he “can go through the motions of tain to reconnoitre the Personal onboard the eating” (Asimov, 2018d: 38) if it pleases his spaceship—which, he notes, does not contain master, he does not in any physiological the “huge banks of urinals, excretory seats, sense need to do so. Although Daneel is capa- washbasins, and showers” (46) that the com- ble of completing quotidian human actions in munal Personals back on Earth do. Baley has a performative manner, in the act of doing so an almost scatological fixation with detailing he implicitly proves the inferiority of his mas- and making comparisons between the fea- ters, who are intractably necessitated to per- tures of the Personals he visits, and yet, this form such routines that he can entirely do

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without—such vital signifiers of human iden- stored in wall niches, the immensely complex tity are utterly surplus to robots. Likewise, positronic brain of any robot is capable of although Baley notices that Gladia pays “no many superhuman feats, including the vastly particular attention” to her seventy-seven expedited thought processes which save Ba- household robots, it is only because they are ley from injury. so efficient at performing the mundane activ- It is therefore profoundly cathartic that ities around her establishment, and even the novel’s resolution is brought about by the moving out of her line of sight as she ap- profound defamiliarization of one particular proaches, that she does not have to give them robot. Both robots and viewing have by this a second thought, and usually only ever sees point in the robot novels been rendered de- them “out of the corner of the eye” (126). The cidedly banal to readers via overexposure, intense love she had for Jander, it transpires, and appear to have become little more than was out of all proportion to her usual habitu- arbitrary plot devices as a result. Yet, as it alised attitude to her robotic retinue. transpires, Giskard can read and influence minds, and has been ensuring that Baley’s interactions on Aurora have all been benefi- [...] this article has amply cial to his master. Whilst Giskard has been micro-managing the text’s plot, the reader demonstrated that has remained as unaware as Baley of the true worth of his robotic companion. Once again, Asimov’s rhetorical Asimov demonstrates that the solution to an intractable problem was hidden in plain emphasis on the sight—but in this instance—the novel’s dé- nouement also stages a pointed criticism of consequence of Personals the habitual treatment of robots by the hu- mans of the novel. was also explicit in the two preceding robot novels. Conclusion

Baley himself soon notices that he is be- As this article has demonstrated, the charac- coming just as habitualised to the presence of teristic focus within Asimov scholarship ex- an obsequious robotic retinue who “flutter clusively upon the technological aspects of his about him unseen” with the result that robot stories and novels has meant that the “chores appear to do themselves” (131). Alt- importance of their mundane components hough at one point he does not know exactly have been systematically overlooked. By where Daneel and Giskard are, he feels con- shifting critical focus to the mundane aspects tented in the knowledge that, “presumably, of these works, it becomes newly apparent they were guarding the house” (161). At a that Asimov uses a mundane foundation to later point, when Gremionis lunges to attack problematise humanistic constructs of the Baley, the plainclothesman is instantaneous- human. These mundane components com- ly protected by three robots, despite him hav- prise an essential cognitive foundation of ing forgotten that “they were in the room” known phenomena, via which the compre- (273) altogether. Although they may seem or- hension of Asimov’s profoundly novel robots namental—even articles of furniture—when becomes plausible contextually. By readily

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 69  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                     What’s a Little Monotony?: The Mundane Foundation of Isaac Asimov’s Robot Stories

anticipating and demonstrating the phenom- https://www.theverge.com/tldr/2018/2/6/16 enological impact of the everyday positionali- 980538/spacex-falcon-heavy-isaac- ty of technology in the contemporary world, asimovs-foundation-series (Access 20 No- Asimov’s robot stories and novels recode the vember 2020). outdated signifier of the ‘human’ in a post- GRIFFITHS, David Andrew (2020). “Hypo- humanistic paradigm. spadias and the Performative, Psychologi- cal, and Perfect Penis,” Bodie A. Ashton, Amy Bonsall and Jonathan Hay (eds.), Works Cited Talking Bodies, Vol. II: Bodily Languages, Selfhood and Transgression. London: Pal- APOSTOLOPOULOU, Georgia (2016). “From An- grave, 143-166. cient Greek Logos to European Rationali- GUNN, James E. (1996). Isaac Asimov: The ty,” Wisdom, 7.2: 118-130. Foundations of Science Fiction. Lanham: ASIMOV, Isaac (1994). I. Asimov: A Memoir. Scarecrow Press. New York (NY): Doubleday. HASSLER, Donald M. (1991). Isaac Asimov. ASIMOV, Isaac (1980). In Memory Yet Green: Cabin John, MD: Wildside Press. The Autobiography of Isaac Asimov, 1920- HAYLES, N. Katherine (1999). How We Be- 1954. New York, NY: Avon Books. came Posthuman: Virtual Bodies in Cy- ASIMOV, Isaac & (1993). bernetics, Literature, and Informatics. The Positronic Man. London: Pan Macmil- Chicago (IL): The University of Chicago lan. Press. ASIMOV, Isaac (1982, 2018a). The Complete HAYLES, N. Katherine (2010). Electronic Lit- Robot. London: HarperCollins. erature: New Horizons for the Literary. ASIMOV, Isaac (1954, 2018b). The Caves of Notre Dame (IN): University of Notre Steel. London: HarperCollins. Dame Press. ASIMOV, Isaac (1957, 2018c). The Naked Sun. HOBDEN, Fiona (2009). “History Meets Fic- London: HarperCollins. tion in Doctor Who, ‘The Fires of Pompeii’: ASIMOV, Isaac (1983, 2018d). The Robots of A BBC Reception of Ancient Rome on Dawn. London: HarperCollins. Screen and Online,” Greece & Rome, 56.2: AUGER, Emily E. (2009). “Robots and Repre- 147-163. sentation in Asimov’s Detective-Science HUME, David (1740, 1978). A Treatise of Hu- Fiction Novels,” Foundation, 107: 21-38. man Nature, P. H. Nidditch (ed.). Oxford: BOWLER, Peter J. (2017). A History of the Fu- Clarendon Press. ture: Prophets of Progress from H. G. Wells KERSLAKE, Patricia (2007). Science Fiction to Isaac Asimov. Cambridge: Cambridge and Empire. Liverpool: Liverpool Univer- University Press. sity Press. FERRANDO, Francesca (2019). Philosophical MCKINNEY, Richard L. (2011). “Places of Al- Posthumanism. London: Bloomsbury. terity in Science Fiction,” Gary Westfahl, FOUCAULT, Michel (1972). The Archaeology of Wong Kin Yuen and Amy Kit-Sze Chan Knowledge and the Discourse on Lan- (eds.), Science Fiction and the Prediction of guage, A. M. Sheridan Smith (trans.). New the Future: Essays on Foresight and Falla- York (NY): Pantheon Books. cy. London: McFarland, 64-83. GARTENBERG, Chaim, (6 February 2018). “The PALUMBO, Donald E. (2002). Chaos Theory: Falcon Heavy test flight included a copy of Asimov’s Foundations and Robots, and Isaac Asimov’s Foundation novels,” The Verge. Herbert’s Dune: The Fractal Aesthetic of

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 70  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                     What’s a Little Monotony?: The Mundane Foundation of Isaac Asimov’s Robot Stories

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REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 71  PRIMAVERA-VERANO 2020

Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

Rocío Hernández Arías © Rocio Hernández Arias, 2020

Alfonso Martínez Rizo (Cartagena, 1877 – El argumento de la novela nos traslada, Barcelona, 1951) fue un ingeniero militante del desde el primer capítulo, al año 1945, cuando sindicato anarquista Confederación Nacional el narrador, que cabe identificar con el autor, del Trabajo (CNT) y, en su madurez, un produc- se despierta por la mañana trece años des- tivo escritor del movimiento libertario. Colaboró pués de haberse acostado y se encuentra en en un gran número de publicaciones periódicas una Barcelona extremadamente diferente a la y colecciones de folletos en diferentes lugares de que él había conocido. En esa otra Barcelona la geografía española. Además, es autor de dos se acerca la proclamación del régimen comu- libros complementarios que proyectan un futu- nista libertario debido a los desmanes del ca- ro en el que ha triunfado el comunismo liberta- pitalismo. Durante la obra, el autor narra rio, una de las aspiraciones cenetistas que com- cómo se produce esta proclamación y las ba- partía Martínez Rizo. ses del movimiento que lo permiten. Durante Su obra abarca muy diferentes ámbitos, algunos días, Martínez Rizo recorre los alre- desde la divulgación científica, tecnológica y dedores de Barcelona, así como la propia ciu- técnica hasta la narrativa de ficción. En este dad, siendo testigo del cambio y de las modifi- campo encontramos dos obras que pueden ads- caciones que ya han ocurrido en el cribirse al género utópico: 1945. El advenimien- pensamiento de algunos compañeros. Ya casi to del comunismo libertario y El amor dentro de al final del libro, los revolucionarios deciden 200 años. En ellas, da cuenta de todos sus in- marchar sobre Madrid para proclamar, tam- tereses, pues se mencionan los adelantos de la bién allí, el comunismo libertario y extender- técnica y la tecnología, sus ideas naturistas y lo, de este modo, a todo el territorio. Durante sobre el amor libre y la puesta en práctica de su viaje a la capital, el narrador tiene la suer- sus teorías sobre planificación urbana. te de comprobar la organización de las aldeas Martínez Rizo publicó, en la editorial Ma- agrícolas. Pero en Madrid es detenido y con- ñana (Valencia), la «visión novelesca del por- denado a muerte; cuando se encuentra «en venir» titulada 1945. El advenimiento del co- capilla» esperando un indulto, regresa, me- munismo libertario que constituye una diante el sueño, a 1932. premonición del futuro cercano, en el que A lo largo del presente artículo me pro- Martínez Rizo tenía la esperanza de que pongo realizar un análisis de los capítulos del triunfaría la revolución. La obra fue escrita libro de manera independiente y consecutiva, en 1932 y la mayoría de los catálogos que la haciendo hincapié en algunos de los ejemplos poseen la datan en este año, pero el volumen no contiene una fecha de publicación1. —————————— Rizo indica «suponiendo yo que dichos acontecimientos —————————— sucederán en 1945, o sea dentro de trece años» 1 En la «Breve introducción», el mismo Alfonso Martínez (1932a: 5).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 72  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

que reflejan tres niveles de análisis. El pri- mero destinado al estudio de la parte crítica Martínez Rizo publicó, en de la obra, y cuyo carácter binario, junto a la descripción, subyace en toda utopía. En este la editorial Mañana nivel se estudiarán la organización del texto crítico en torno al texto principal, si está in- (Valencia), la «visión serto en este último o si lo enmarca, como ocurría en la Utopia de Thomas More; si se novelesca del porvenir» hacen referencias específicas a la realidad o se trata de una alusión. El segundo nivel está titulada 1945. El enfocado al estudio de las estrategias de vero- similitud de la obra, mediante las cuales la advenimiento del sociedad descrita se vuelve más verídica a ojos del lector. Existen, en este sentido, dos comunismo libertario que tipos de verosimilitud, una interna y otra ex- terna: la primera se refiere a cómo se articula constituye una el texto y cómo los acontecimientos que en él suceden son percibidos como reales, es decir, premonición del futuro cuáles son las explicaciones que se proporcio- nan al hablar de viajes en el tiempo, sueños, cercano, en el que etc. Después, nos encontramos con la verosi- militud externa al relato, que está relaciona- Martínez Rizo tenía la da, en 1945. El advenimiento del comunismo libertario, con la posibilidad de hacer realidad esperanza de que triunfara el comunismo libertario, y en especial, con la parte crítica del texto, pues se refiere direc- la revolución. tamente al contexto real del autor. El último nivel de análisis es el que se refiere a la cons- Ya este breve texto presenta algunas es- trucción de la obra, a sus procedimientos de trategias narrativas de crítica de la sociedad narración, a cómo se construye el espacio, a contemporánea que se refieren tanto al capi- su marco temporal y a su argumento y acción. talismo como a sus propios correligionarios: «los incontables impacientes y esperanzados ilusos» (5) es una expresión que se utiliza pa- De la introducción a la obra ra referirse a aquellos que piensan que la anarquía llegará en un breve período de A la novela precede una «Breve introducción» tiempo. Pocas líneas después, Martínez Rizo en la que se da cuenta de la intención con la indica que si la revolución se produce antes que el autor escribe el libro, «realizar una será porque «la burguesía nos la dará hecha función educativa que permita dar a com- con sus torpezas y que nos veremos obligados prender con un argumento novelesco, la posi- a posesionarnos del poder y encargarnos de la bilidad del régimen comunista libertario y administración sin estar debidamente prepa- cómo se desarrollará en él la vida civilizada rados» (6). Así pues, aunque Martínez Rizo de la humanidad» (Martínez Rizo, 1932a: 5) considera que no es posible que la revolución basada en la tendencia anarcosindicalista. llegue próximamente, existe la posibilidad de que, gracias a la burguesía y a sus constantes

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 73  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

ataques a la clase obrera, esta se acelere, se triunfo de las estrategias de captación y de produzca antes. La afirmación «[d]imos un lucha de los anarquistas en España durante paso decisivo hacia la capacitación al acordar los trece años que van desde el momento en el la organización por industrias» (6) es también que Martínez Rizo escribe la obra hasta el una referencia alusiva al contexto directo de tiempo interno de la novela. «Mi persona en la obra, ya que la CNT acordó la organización 1945» tiene el mismo cometido, en tanto que de los sindicatos de ramo en 1918. La intro- además de referirse a este futuro próximo es- ducción, pues, coloca el texto utópico que apa- tablece a Martínez Rizo como narrador y, a la recerá a continuación en el contexto determi- vez, protagonista. Esto siempre sirve a la ve- nado del año en el que se escribe, también rosimilitud del relato, ya que el lector del aludido directamente en esta parte y que tie- mismo se siente más inclinado a creer que ne, entonces, como función, la de contextuali- una persona cuya existencia en el mundo real zar la sociedad futura que va a describir y está probada, contará hechos reales o, al me- adelantar los pasos que es necesario dar para nos, verosímiles, maniobra del tercer nivel de que se produzca su advenimiento. La inde- análisis que se mantiene a lo largo de toda la pendencia de este texto crítico tiene una fun- obra. La narración en primera persona es una ción clara, la de colocar al lector en el contex- táctica que aparecía ya en Thomas More, pero to en el que se escribe la obra: un momento de solo en la primera parte de la obra, en la crí- ilusión y esperanza que prevé un futuro or- tica, pues la descripción de la isla de Utopía ganizado mediante el comunismo libertario, se realiza a través de un narrador omniscien- un futuro próximo al que incluso se da una te, More, que refiere lo que le ha contado fecha exacta. Además de incluir este acerca- Hythloday. La encontramos, en cambio, en los miento al primer nivel de análisis, podemos relatos de viajes y en las utopías narrativas utilizar las mismas referencias que se han con acción interna, como esta que estudiamos. señalado para adscribirlo al segundo, el de las Los títulos «Un atardecer en las Ramblas» estrategias de verosimilitud externas cons- y «Camino de Madrid» se refieren a lugares truidas por la realidad contextual2 que Mar- reales que los lectores conocen y pueden su- tínez Rizo aplica en la breve introducción. poner, por tanto, estrategias de verosimilitud La utopía literaria de 1945. El adveni- externa total, referidas a la realidad contex- miento del comunismo libertario está dividida tual. Por último, en lo que se refiere a los tí- en veinticinco capítulos cuyos títulos, además tulos habrá que citar «Escribiendo este libro», de dar una idea de la materia que se narrará que de nuevo sirve a la verosimilitud externa dentro de cada texto, sirven a la construcción total, ya que se trata de una obra que existe de la verosimilitud del relato, es decir, sirven realmente y que el lector tiene entre sus ma- a la realización del segundo nivel de análisis: nos. «En el año 1945» alude a un contexto futuro próximo cuya viabilidad está basada en el —————————— De los primeros momentos en 1945 2 Se trata del carácter realista que se pretende en la ciencia ficción y, en concreto, en los cuadros de anticipa- La acción de la novela comienza cuando el ción. Las menciones a la realidad coetánea del autor me- narrador-protagonista se despierta en el año diante lugares, hechos y personajes históricos hacen que el autor tome esta ficción como algo real (esta estrategia 1945 con una extraña sensación, pero recor- de la ficción es común, en realidad, a toda la literatura), dando los sucesos de la noche anterior: «sin- ya que aquí procura Martínez Rizo que ese futuro resulte tiendo aún el sabor del extraño guiso [...] noté más plausible e impactante al lector, al sumir este las alusiones a su realidad cercana e inmediata. con inmensa extrañeza que aquella era otra

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 74  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

habitación distinta. [...] noté con la mayor Ojeé cuanto hasta ahora ha leído el lector y sorpresa que durante la noche me había cre- correspondía a los recuerdos de la noche ante- cido la barba. Repentinamente se hizo en mí rior, y luego me eché a la cara el párrafo si- la luz. La droga había producido su efecto y guiente, que corresponde ya a lo que era en estaba viviendo tiempos futuros» (8). La vero- aquellos momentos un misterio para mí. Sería horroroso —leí— el tropezarme el día similitud que creíamos total se vuelve, enton- de mañana con este libro narrando detallada- ces, parcial, ya que el desplazamiento en el mente y de manera cronológica sucesos de mi tiempo, la llegada a un porvenir conjeturado vida que se han de repetir. Vivir sabiendo a ca- 3 (una «ucronía») , es en realidad una visión da momento lo que tiene que suceder. (8-9). producida por el efecto de una droga. Aunque esto se refiera a la verosimilitud externa, pues si nos fijamos en la interna del relato, La narración en primera podríamos suponer que la droga permite te- ner visiones realistas del tiempo futuro y, por persona es una táctica que tanto, el viaje contaría con una justificación plausible desde el punto de vista de la ficción aparecía ya en Thomas científica. El viaje al futuro es, en 1945. El advenimiento del comunismo libertario un More, pero solo en la viaje en el tiempo a la vez que un sueño, ya que, como veremos en el último capítulo, a su primera parte de la obra, regreso, Martínez Rizo llegará al pasado a la mañana siguiente de haber tomado esta droga. en la crítica, pues la La veracidad de los hechos que Martínez Rizo va a contar viene también determinada descripción de la isla de por el hecho de que encuentre el libro en el que narra este viaje, escrito en 1932: Utopía se realiza a través

Pero lo más maravilloso era que allí, sobre la de un narrador mesa, estaba este libro que ahora estoy escri- biendo, ya escrito y editado trece años atrás... omnisciente

—————————— Convenientemente, la explicación de los 3 La ciencia ficción considera la «ucronía» como reescri- tura de la historia, de manera que solo aquellas proyec- años que han transcurrido la encuentra en ciones futuras en las que se presenta una visión alterna- las «Memorias de [su] vida» que se encuen- tiva de la realidad pasada reciben este nombre. Sin tran en su escritorio. De estas primeras pági- embargo, desde la perspectiva de los estudios utópicos, la ucronía es una fase de desarrollo del género que se rela- nas puede intuirse que Martínez Rizo regre- ciona con el doble significado del prefijo «u-» con el que sará al pasado para escribir el libro con el que Thomas More jugó en 1516: οὐ-τόπος o no lugar y εὖ- se encuentra el lector pero que, además, deja- τόπος o el mejor lugar. Si trasladamos esta doble inter- pretación al término ucronía nos encontramos con que rá para sí mismo la narración de la historia puede ser interpretado como un no tiempo o un tiempo de esos trece años en España, ya que en su mejor. En el siglo XVIII, cuando toda la superficie de la diario se encuentra «un cuadro del estado del Tierra había sido ya explorada no era verosímil situar las sociedades perfectas en un lugar aislado, todavía no mundo en general y de España en particular, conocido y, por ello, comenzaron a proyectarse en el fu- [en] el año 1945, cuando va a ser proclamado turo. En los Estudios Utópicos, por tanto, se considera la de un momento a otro el comunismo liberta- ucronía como la proyección futura de una sociedad per- fecta. rio» (9).

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El segundo capítulo, titulado «Resumen en un instrumento de lucha del capitalismo histórico» y que procede del diario de Martí- contra el comunismo libertario» (12). Y, aun- nez Rizo, encontrado en 1945 pero que co- que la situación es poco halagüeña para el menzó a escribirse en 1932, proporciona el anarcosindicalismo, las referencias a persona- contexto interno de la novela y, además, sirve jes y entidades reales contribuyen a propor- para introducir un discurso crítico con el sis- cionar verosimilitud total al texto: se mencio- tema capitalista, que es aquel del cual proce- nan las ansias independentistas de Cataluña, de el autor. Nos trasladamos, de nuevo, al a la CNT, a Alejandro Lerroux, a Miguel de primer nivel de análisis, a un contexto refe- Unamuno4, José Antonio Primo de Rivera, renciado explícitamente que alude a la situa- etc. De este segundo capítulo podemos ex- ción de Europa en aquel año de 1932. Sin em- traer la conclusión de que, en 1945. El adve- bargo, se encuentran también referencias al nimiento del comunismo libertario y desde el futuro de los lugares de los que se habla, primer nivel de análisis, nos encontramos an- mezclándose así la crítica con la descripción te un texto crítico dentro del texto descriptivo del futuro que llevará al comunismo liberta- donde aparecen referencias contextuales tan- rio: to directas como indirectas.

En todos los países europeos seguía su marcha triunfante la revolución social como reacción Como puede observarse [...] inevitable del derrumbamiento del capitalismo caracterizado por el problema cada día más an- el final de las situaciones de gustioso del paro. El número de parados había ido creciendo la Europa de 1932 es fruto en todas partes año tras año [...] En Rusia se había entablado una lucha trá- de la imaginación de gica entre los labradores y los bolcheviques [...], y en el año 45 parecía casi seguro el triunfo de Martínez Rizo, pero hace los ideales anarquistas que los primeros repre- sentaban. En cambio, en Italia, se había pasado del referencia al contexto real fascismo al comunismo estatal, tras de caer Mussolini víctima de un atentado. de la Rusia bolchevique, de En Alemania imperaba el fascismo hitle- riano con su brutalidad feroz. (10-11). la dictadura de Benito

Como puede observarse, y quizás de ma- Mussolini y del ascenso de nera visionaria, el final de las situaciones de la Europa de 1932 es fruto de la imaginación Adolf Hitler. de Martínez Rizo, pero hace referencia al con- texto real de la Rusia bolchevique, de la dic- En el tercer capítulo, «Mi persona en tadura de Benito Mussolini y del ascenso de 1945», Martínez Rizo nos presenta el espacio Adolf Hitler. Al referirse al contexto español, temporal en que se están desarrollando estas Martínez Rizo no confía en la II República y primeras horas del futuro: «Seguía viviendo señala que «la política, desde antes de dor- —————————— mirse el autor, había perdido todo contenido 4 Del cual se dice, con ironía: «en 1932 había muerto ideológico y se había convertido únicamente Unamuno de una indigestión de intelectualidad» (13).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 76  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

en Barcelona» (15) y, al hacerlo, vuelve a in- en mí mi personalidad de 1945, también con troducir la crítica al sistema del que procede, su consciencia y su memoria propias. [...] sub- pues indica que la ciudad «había alcanzado sistían con simultaneidad» (19). Esta cohabita- los dos millones de habitantes» y que «[l]as ción mental de perspectivas temporales le fuerzas congregantes del capitalismo, el cen- permite proceder, de forma narrativamente tralismo y la política, habían seguido actuan- verosímil, a frecuentes comparaciones entre la do enérgicamente hasta entonces» (15). Re- situación de su realidad externa presente y la cuérdese que los anarquistas, desde Pierre- anticipada. Por ejemplo. el protagonista asiste Joseph Proudhon, abogaban por la unión de a una reunión de «una organización que allá pequeños territorios mediante pactos federa- por el año 1932 tenía [...] nada más que en les y rechazaban la centralización de la eco- proyecto» (19). Esta organización, denominada nomía y el crecimiento sin medida de las ciu- «Exploradores del Porvenir», tenía una única dades. Además, de manera aludida, se función: propagar el anarquismo y perseguir reproduce la contienda entre anarquistas y su consecución. Martínez Rizo explica la orga- socialistas que caracterizaba a la izquierda nización interna de los «Exploradores», algo española de la época: «Examiné el callejero y que quizás tenía en mente cuando escribió la creí volverme loco. [...] El Paseo de Gracia se obra, y que denota el sistema anarquista: «No llamaba entonces Avenida de Carlos Marx. había presidencias y las reuniones eran de Las Ramblas, Avenida de Pablo Iglesias. To- mesa redonda y no se pagaba cuota alguna ni dos los socialistas más o menos conspicuos había distintivos ni carnets» (20), lo que repre- tenían su nombre en las esquinas» (15). Esta senta una forma de agrupación espontánea crítica es más clara en las siguientes líneas, que se dedica a la resolución de problemas de cuando se describe el crecimiento desmesura- su entorno, como perseguían los anarquistas. do de la ciudad: La descripción del funcionamiento de este grupo corresponde, por tanto, al tercer nivel de Trepando a lo más alto [de la montaña de análisis, pues trata de las relaciones entre los Montjuich], contemplé el panorama de la in- seres humanos en una nueva sociedad. mensa urbe que se había extendido escalando Como se puede suponer por el título de es- los montes cercanos, llenándolo todo. [...] te capítulo, existe, en el seno de la sociedad a Me parecía imposible que se hubiese reali- la que Martínez Rizo se ha trasladado en zado tan enorme transformación en tan solo 1945, un problema grave que será el que mo- trece años y consideré el inmenso esfuerzo tive la revolución social, o, al menos, el que desarrollado por la clase trabajadora para crear tanta riqueza en beneficio de la burguesía. Me produzca por fin la chispa revolucionaria. Los indigné ante aquel escandaloso ejemplo de ex- avances de la ciencia habían llegado a tal plotación humana realizado gracias a la com- punto que se alcanzaba «el rejuvenecimiento plicidad de los que se llamaban socialistas. Y mediante el injerto de glándulas genitales abominé, lleno el corazón de rabia, una vez más humanas» (21), que eran compradas por «vie- de la política. (16). jos ricos, en complicidad con médicos infames [...] a los jóvenes fuertes y sanos» (21).. Aun- El inicio del siguiente capítulo, «La última que no se hace la crítica a la sociedad capita- infamia del capitalismo», presenta una afir- lista de la época de Martínez Rizo de manera mación narrativamente interesante: «Al mis- explícita, no por eso deja de ser evidente: el mo tiempo que vivía en mí mi personalidad dinero se había convertido en un elemento de antigua de 1932, con consciencia, memoria y poder y dominación, de acuerdo con los análi- todos los atributos correspondientes [...] vivía sis de los estudiosos anarquistas.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 77  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

De cómo se proclama el comunismo li- proceso social. El comunismo libertario de es- bertario te último autor subyace también en las ideas de Pierre Besnard, el representante del anar- Los capítulos «La conspiración», «La supre- cosindicalismo que señalaba directamente sión del dinero» y «La proclamación» repre- que la revolución debía ser planeada cuidado- sentan la primera fase de la revolución liber- samente para que pudiera triunfar. Martínez taria y la constitución del régimen deseado, el Rizo sigue las ideas de Kropotkin y Besnard, de la utopía. Apreciando este hecho desde el así como de los españoles Joan Peiró y Ángel tercer nivel de análisis es necesario señalar Pestaña, ya que todos ellos pretendían pla- que, al contrario de lo que sucedía en las uto- near el proceso revolucionario. En 1945. El pías de la Edad Moderna escritas como viajes advenimiento del comunismo libertario, se imaginarios, por los que el testigo informante indica: llegaba a la sociedad perfecta ya constituida, en la de Martínez Rizo está todavía por crear. Se conspiraba preparando el golpe definitivo Al narrarse el proceso revolucionario la obra con una minuciosidad extremada, siendo pla- adquiere, desde el segundo nivel de análisis, neado día por día cuanto sería necesario reali- una verosimilitud interna y externa, ya que zar para triunfar y consolidar el triunfo, pero permite al lector comprender la situación que sin fijar fecha determinada [...]. Cuando todo estuviese dispuesto, todo estudiado, recontadas ha llevado a la desrealización del Ideal. con exactitud nuestras fuerzas y extendida por Aquí, además, se produce también una todas partes la consigna, el comité revoluciona- alusión directa al contexto del autor, ya que, rio [...] propondría una fecha inmediata. (24- durante una reunión del Sindicato de Obreros 25). Intelectuales, cuya existencia era real en 1932, en la misma noche en la que llega a 1945, comprueba que «todos eran decididos Los avances de la ciencia anarquistas» y que estaba «lejana la época de la famosa escisión que hizo que se marcharan habían llegado a tal punto de nuestras filas los “bomberos” atraídos en sus veleidades por la sirena de la política y que se alcanzaba «el dejando a la Confederación exclusivamente entre las manos de la FAI» (23). Martínez Ri- rejuvenecimiento mediante zo se refiere a la escisión que, en el mismo año de la redacción de 1945. El avenimiento el injerto de glándulas del comunismo libertario se había producido en el seno de la CNT contra el predominio de genitales humanas» [...] la FAI y que llevó a algunos anarquistas a la defensa de la participación del sindicato en la Es también en este capítulo donde se des- vía política. cribe cómo se organizará la producción en la A continuación, se describe la planificación nueva sociedad, a través de consejos de fábri- exhaustiva que llevará a la proclamación del ca, lo cual vuelve a vincular directamente la comunismo libertario, una revolución, por obra de Martínez Rizo con las teorías anarco- tanto, planeada. Mientras que Mijaíl Ba- sindicalistas. Además, en lo que se refiere al kunin y Errico Malatesta abogaban por revo- análisis narratológico de la obra, encontra- luciones violentas y espontáneas, Piotr Kro- mos en este pasaje la especificación de la potkin señalaba que la revolución era un nueva sociedad, de cómo se organizarán las

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 78  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

relaciones laborales y económicas: será a tra- comunismo libertario no es una utopía total, vés del sindicato. sino parcial, ya que se trata de una fase para «La supresión del dinero» se adscribe tam- llegar al Ideal. En este sentido, las ideas que bién a este tercer nivel de análisis en el que plantea en la obra difieren de las de Kro- se describe el funcionamiento de la sociedad, potkin y Malatesta, que consideraban la pero, además, se incluyen estrategias de ve- anarquía como el sistema que debe llevarse a rosimilitud, pues Martínez Rizo menciona su la práctica de manera directa. obra El comunismo libertario expuesto por un En las últimas páginas se explica la orga- ingeniero español (1932c), una obra que existe nización que tendrá la sociedad de después de efectivamente, y en la que está basada este la Revolución, pero es algo que todavía no ha capítulo. Cabe señalar que estas páginas se sucedido, una esperanza futura, aunque de apartan de la acción novelesca y suponen la ella pueden extraerse algunos de los signos li- introducción de un pasaje de teoría política en terarios que construyen otras utopías, ya que el que se pone de manifiesto la crítica al sis- se refiere a los servicios generales, públicos y tema burgués del dinero y se estudia cómo gratuitos, como lo son la mayoría (alimentos, será sustituido, ya sea mediante bonos de prendas de vestir, vivienda, luz eléctrica y trabajo o por el intercambio, citando a otros gas, transportes y comunicaciones y asisten- autores anarquistas. Aunque es un texto sus- cia a espectáculos). Se indica también que se ceptible de pertenecer al primer nivel de aná- mantendrá la institución del matrimonio y la lisis, en suma constituye más bien un tratado familia, algo que se opone a las teorías anar- teórico. Aquí, Martínez Rizo se aleja de «Bes- quistas que querían abolirlos. Habla también nard [que] propone la emisión de unos bonos del estatus de las mujeres, que «podrán optar cifrados en la unidad monetaria burguesa» por trabajar o no. Si trabajan recibirán cada (29), mientras que él aboga por unos «emiti- lunes su bono [...] y si no lo hacen, su compa- dos por los sindicatos, cifrados en horas de ñero, su padre o quien trabaje en su familia, trabajo, valederos únicamente en la localidad atenderá a que sus necesidades sean cubier- y por la sola duración de una semana» (29). tas con los bonos de distribución que él reci- Se trata, sin embargo, de una fase, pues tam- ba» (34). Vemos, entonces, que la mujer sigue bién deberán suprimirse estos bonos, cuando considerándose, en esta obra de Martínez Ri- la distribución esté organizada adecuada- zo, subordinada al hombre en materia eco- mente y las personas se hayan acostumbrado nómica y laboral, aunque se le ofrece una po- a la nueva forma de organización social. sibilidad de independencia. Todos (los En este capítulo se encuentra, además, varones) estarán obligados a trabajar, exclu- una afirmación muy importante para la obra yéndose aquellos imposibilitados. En este ca- utópica de Martínez Rizo: «yo creo entender pítulo prevalece, pues, el tercer nivel de aná- que en la CNT cuantos nos llamamos anar- lisis, cuyos signos están comprendidos dentro quistas somos, sindicalistas hoy, comunistas de las directrices del sindicalismo, ya que to- libertarios para el futuro próximo, anarquis- dos dependerán de estos. Como ya se ha seña- tas para el futuro más lejano. El comunismo lado, el texto es fundamentalmente descripti- libertario no es la anarquía, sino el camino de vo y produce, en consecuencia, un alto en la la anarquía, pues reconoce una autoridad: la acción narrativa. Esto se relaciona directa- de la colectividad» (31). Esto supone que Mar- mente con la mayoría de las utopías, pues tínez Rizo considera tres fases para el esta- desde Thomas More es común que en la pre- blecimiento de la anarquía y que la sociedad sentación de las costumbres de la sociedad que describe en 1945. El advenimiento del ideal se elimine toda referencia a los persona-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 79  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

jes, acción o narrador para primar la descrip- joyas serán entregadas, y será obligatorio afi- ción. liarse a un sindicato. Los dos capítulos siguientes están destina- dos a describir el ambiente postrevolucionario Habla también del estatus y los cambios que se llevan a cabo con respecto a la sociedad burguesa, a la que no es necesa- de las mujeres, que rio aludir porque el lector la conoce de primera mano. En «Generalidad del movimiento» se da «podrán optar por trabajar cuenta de la extensión que alcanza, al día si- guiente de la proclamación del comunismo li- o no. Si trabajan recibirán bertario, el proceso revolucionario. Las nume- rosas ciudades y regiones que Martínez Rizo cada lunes su bono [...] y si nombra, como Zaragoza, Lérida, Galicia, Va- lencia, Baleares, Canarias o Andalucía son no lo hacen, su compañero, también signos que proporcionan verosimili- tud al relato, en tanto que se trata de lugares su padre o quien trabaje en reales. Según este segundo nivel de análisis, en este capítulo se produce una construcción su familia, atenderá a que de verosimilitud interna total, que se completa con las referencias a la CNT y otras institucio- sus necesidades sean nes. Además, se indica: «Los ramalazos de co- munismo estatal que se habían manifestado cubiertas con los bonos de en numerosas localidades [...] habían sido do- minados por los libertarios sin encontrar grave distribución que él reciba». oposición» (44). Esto constituye una referencia aludida al contexto social del autor, ya que se En «La proclamación» volvemos a encontrar refiere a la polémica que dividió la II Interna- una referencia directa al contexto social del cional y que parte de la oposición de los con- autor: la mención de España y Madrid, pues ceptos de autoridad y libertad, en tanto que el en esta última ciudad no triunfó el comunismo comunismo estatal considera la primera indis- libertario que la CNT proclamó mediante un pensable y dependiente del Estado y la segun- manifiesto. A esta se suma el recuerdo del día da quiere abolirlo. Madrid sigue siendo un de la proclamación de la II República y las con- bastión por conquistar y, en la descripción de tinuas menciones a la CNT. Todo ello subraya lo que allí ocurre encontramos una posibilidad una situación de verosimilitud que hace olvi- de análisis desde varios niveles: dar que Martínez Rizo ha llegado al futuro mediante una visión-sueño provocada por una —Naturalmente —contestó Riquer5—. Los ma- droga. Dado que Martínez Rizo se encuentra drileños, aunque sufran en estos momentos la en Barcelona, se refiere al manifiesto del comi- estúpida tiranía de que los demás hemos sabido té local de la ciudad, pero también señala que emanciparnos, son nuestros hermanos y no esto se estaba produciendo en el resto del país. hemos de consentir que pasen hambre. Estas monstruosas organizaciones ciudadanas, estas Este manifiesto nos devuelve al tercer nivel de grandes urbes, devoran diariamente una in- análisis, pues con la utopía ya realizada, se proporcionan algunos datos sobre su funcio- —————————— namiento: no existe la propiedad privada, las 5 Jordi Joan Riquer (Eivissa, 1905-1989).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 80  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

mensa cantidad de comestibles sin la que el ganización del nuevo orden de cosas en el hambre haría rápidos estragos. (45). Ayuntamiento libre de Barcelona» (49) y que «se reanudaría la vida normal en todos sus Desde el primer nivel de análisis podemos aspectos, siendo expedidos los bonos de dis- señalar la existencia de un contexto aludido y tribución, reanudándose el trabajo en todas referenciado explícitamente que permite la partes y abriendo sus puertas los estableci- introducción de la crítica a las grandes ciuda- mientos de distribución así como los merca- des capitalistas. Del mismo modo, la mención dos de abastos» (49). Estas pocas frases se de un anarquista real, además de incluirse enmarcan en el tercer nivel de análisis, que como parte del texto crítico por tratarse de un da cuenta de la autosuficiencia de la nueva personaje reconocido, permite aportar mayor sociedad. verosimilitud al relato. En las páginas posteriores se produce el El capítulo denominado «La fuerza públi- encuentro que tiene el narrador con un amigo ca» está relacionado con las fuerzas de segu- suyo que, sin embargo, no conoce en el tiempo ridad del antiguo Estado, que se «aislaban de redacción de la obra: «era muy buen amigo herméticamente» (46) ante la emergencia de mío en 1945. [...] Hoy, en 1932, a estas horas, una nueva sociedad sin autoridades. Este ca- estará en la escuela, en la escuela racionalis- pítulo contribuye a identificar los elementos ta que está forjando en él el anarquista de que conforman la nueva sociedad y también mañana que yo encontré dicho día en la calle introduce una nueva crítica al capitalismo, lo Ancha en traje de baño» (50). Estas líneas son que supone que, desde el primer nivel de aná- fundamentales para la verosimilitud del texto lisis, nos encontramos con un texto crítico in- por varios motivos; el primero es que Rizo sertado en el texto descriptivo que realiza vuelve a precisar que está escribiendo la obra alusiones al sistema que se ha derrocado y en 1932, aunque su personaje se encuentre en que se encuentra, ya, en el pasado: «Los jefes el futuro, en 1945. Al aclarar el pasado de su y oficiales del cuerpo de Seguridad, al verse amigo, contribuye a devolver el texto al mo- en nuestro poder, demostraron con sus clau- mento pasado y, al referenciar el espacio en el dicaciones su estúpida ignorancia» (47); lo que se encuentra, la calle Ancha, también nos mismo ocurre con el siguiente fragmento de proporciona unas coordenadas específicas que un diálogo: «—[...] Os vamos a transformar de permiten al lector ubicarse en la realidad. La lo que sois en trabajadores honrados» (47), lo escuela racionalista, además de proporcionar que, además, se vincula con las ideas de todos una referencia contextual a la realidad, sirve los anarquistas sobre las fuerzas de seguri- para especificar el tipo de educación de la dad y su inutilidad en la sociedad ideal. Des- nueva sociedad, basada en las premisas del de el tercer nivel de análisis podemos aludir anarquismo y la educación integral. Otro pe- al espacio en el que transcurre la acción: Bar- queño detalle de las costumbres aparece tam- celona, a la que se refiere Martínez Rizo al bién en este capítulo: «costumbre de que fue- mencionar la Boquería. ran a la playa los elegantes de ambos sexos desde su casa en dicho traje [de baño]» (50). La crítica al militarismo de la sociedad capi- De las características de la nueva socie- talista, que Martínez Rizo zanjará en el si- dad guiente capítulo, se introduce aquí también: «¡Por fin te ves reintegrado a tus estudios y La acción continúa señalando que «fueron libre para siempre del odioso servicio mili- acordados los puntos fundamentales de la or- tar!» (50).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 81  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

Olesa, que es el nombre del amigo de Mar- mismo existe y posee ambas conciencias, la tínez Rizo, se convierte en personaje-guía, del pasado y la del futuro, con lo que el guía pues gracias a él será posible comprender al- es una figura accesoria y no necesaria que, gunas de las nuevas costumbres y fundamen- sin embargo, se mantiene, quizás por afini- tos de la nueva sociedad, como la naturaleza dad al género. del trabajo: «Ya sabes que mi profesión de es- El espacio de la nueva ciudad está planifi- critor no está sujeta a horario ni a jornada de cado totalmente y atiende a los principios de trabajo y dispongo de mis horas libremente» regularidad que suelen impregnar las uto- (51). También proporciona datos sobre la pías, ya desde la época de Platón: «La ciudad construcción del espacio en la nueva sociedad, real [...] se enfrenta a la ciudad proyectada al tiempo que introduce una crítica no ya al como estructura urbana regular y geométri- sistema capitalista, sino a los socialistas: ca» (Aínsa, 1999: 24). Esta regularidad del trazado urbano está complementada, además, —Pues entonces, acompáñame camino del Club por la perspectiva numérica que le infunde por la Barceloneta y podremos entrar en uno de Martínez Rizo, ingeniero, y que tendrá tam- esos bares del Paseo de la Democracia Social. bién una función importante en El amor den- —¿Cuándo cambiaremos esos nombres tan tro de 200 años6 (1932b). feos? La contribución que se inserta al final del —No se da prisa en ello el Comité local y capítulo a través de la boca del guía resulta hace bien. La ridiculez inmensa de la obra so- interesante no solo desde el tercer nivel de cialista pudiera ser repetida por el comunismo libertario y nuestros hijos se reirían de noso- análisis en el que se incluye el lenguaje, sino tros si, por ejemplo, al que antes fue Paseo Na- también porque presenta un ejemplo de texto cional y los socialistas nombraron Paseo de la crítico en texto descriptivo: «—El comunismo Democracia Social le rotulásemos nosotros Pa- libertario —me contestó Olesa— ha de modi- seo del Anarcosindicalismo. [...] ficar el léxico y borrar las palabras que re- —[...] es de desear que estos nombres des- cuerdan la antigua abyección. Servir viene de aparezcan, pero no para ser sustituidos por servidumbre y de siervo» (1932a: 53), algo otros, sino por una sencilla numeración. [...] que se ha abolido con el establecimiento de —[...] División y numeración decimal. Diez demarcaciones cada una con diez distritos y ca- —————————— 6 da distrito con diez barrios y cada barrio con En El amor dentro de 200 años, que también fue publi- cada en 1932, Alfonso Martínez Rizo continúa la figuración diez sectores. Cada sector ha de tener forzosa- de un futuro en el que ha triunfado el comunismo liberta- mente menos de diez calles, puesto que estas rio. Se trata de una obra complementaria, pero de caracte- no llegan a 100 000. Los nombres de las calles rísticas diferentes. Mientras que 1945. El advenimiento del serán números de cinco cifras que nos permiti- comunismo libertario es, fundamentalmente, un texto pro- pagandístico en el que se describe la revolución y la im- rán inmediatamente saber dónde están situa- plementación de una sociedad comunista libertaria en el das por indicar la primera la demarcación, la futuro próximo, El amor dentro de 200 años se construye segunda el distrito, y así sucesivamente (51- según las premisas literarias de la novela de anticipación 52). y, también, de la novela utópica. En ella se observa el uso de técnicas narrativas como la del manuscrito encontrado, pero también el uso del guía arquetípico de la literatura Es necesario indicar, sin embargo, que es- utópica. La acción narrativa, en El amor dentro de 200 te guía no acompaña a Martínez Rizo en todo años, gira en torno a una historia personal, un conflicto in- terno de la sociedad en la que ya no solo se describen los su recorrido y es, por tanto, un ayudante. En cambios que se han operado en el régimen, sino que, ade- cualquier caso, su papel no es demasiado im- más, los personajes cobran protagonismo, contrariamente portante en esta utopía parcial, ya que el au- a lo que suele suceder en las novelas utópicas. Véanse so- bre esta segunda novela los estudios de Martín Rodríguez tor se ha trasladado a un futuro donde él (2011, 2016) y Hernández Arias (2017).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 82  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

una sociedad mejor. En relación al lenguaje, ta cuando, en la acción de la obra, este inten- se proporcionan también sinónimos de servir ta volver a tomar la calle. Se indica, al final con una connotación no peyorativa: propor- del capítulo, describiendo cómo se procede a cionar y distribuir. defender la nueva sociedad que «el comunis- mo libertario no tendrá nunca más soldados que los obreros mismos, dispuestos a pelear El espacio de la nueva siempre que sea preciso» (60). La descripción de la caída del ejército rea- ciudad está planificado lizada por el guía Olesa va seguida del capítu- lo titulado «Dos frigios»7, donde se introduce totalmente y atiende a los un nuevo personaje, que es, más bien, un ar- quetipo de la literatura obrerista, ya que re- principios de regularidad presenta al burgués, en este caso, el antiguo dueño del bar donde se encuentran Martínez que suelen impregnar las Rizo y Olesa. El discurso que pronuncia cons- tituye una crítica directa a la sociedad con- utopías, ya desde la época temporánea del autor y enuncia muchos de los males del capitalismo, pero la llegada de de Platón la nueva sociedad lo ha redimido. Su discurso crítico va seguido de otro descriptivo donde se El título «Cómo licenciamos al ejército» es da cuenta de varias características del espa- un claro ejemplo de discurso crítico en discur- cio nuevo: «Tengo el pan asegurado para toda so descriptivo, ya que en él encontramos, la vida y lo mismo le ocurre a todos los míos. además de la descripción de cómo se abole el Solamente tengo que trabajar ocho horas, ejército, críticas al militarismo capitalista: cuando antes trabajaba siempre. [...] Como más y mejor que antes, visto mejor, descanso, El teniente coronel grosero que siempre tenía paseo, voy al teatro y al cine y hasta me que- los testículos en la boca, permanentemente da tiempo para leer. Y leo a Eliseo Reclus, a ebrio por el placer morboso de la salacidad de Kropotkin, a Proudhon, a Tolstoy, a Pi y su lenguaje, igual que quien disfruta con el olor Margall, a Malatesta» (62-63). de las ventosidades propias. Se explica, también, el significado de la El comandante borrachín que en sus melo- palabra «frigio» en la sociedad futura: «los an- peas se sentía anarquista sin saber de manera tiguos burgueses que ahora defendemos el segura lo que dicha palabra significa. El otro comandante entrampado hasta las nuevo estado de casas y a quienes se ha dado pestañas que le debía hasta a su asistente y en llamar frigios, exageramos nuestro amor vestía del almacén. por el nuevo régimen para hacernos perdo- El pobre teniente lleno de preocupaciones nar» (63), con lo que se informa sobre el len- rancias y pueriles. (56). guaje de la nueva sociedad. Lo mismo sucede en el siguiente capítulo, titulado «Un desnu- Es necesario señalar que, sin embargo, el dista», donde se presenta el aislamiento de ejército no desaparece completamente y que Rizo sigue en este pasaje los preceptos del —————————— sindicalismo, ya que existe una «unidad or- 7 El término «frigio» se utiliza aquí como sinónimo de gánica militar sindicalista» (55) que se encar- «rojo», que se entiende como «comunista». El gorro frigio, de color rojo fue adoptado como símbolo de libertad en la ga de repeler al ejército profesional capitalis- época de las revoluciones europeas.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 83  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

esa nueva sociedad. La revolución, como se- dismo y que está directamente relacionado ñalaba Bakunin, debería producirse en todos con la moral sexual que «no se alarma ante la los territorios a la vez. Martínez Rizo prefiere vista de la carne» (68). evitar la complicación que supondría descri- «Un atardecer en las Ramblas» es un capí- bir el triunfo del comunismo libertario en to- tulo que está más relacionado con el tercer dos los territorios e indica que es necesario nivel de análisis, con la descripción de la so- «que nadie atraviese, hasta nueva orden, la ciedad utópica, pues, aunque también contri- frontera en uno ni en otro sentido, como no buye a la verosimilitud al mencionar las co- sea para ejecutar alguna misión que le sea nocidas Ramblas, la mayor parte del texto especialmente conferida» (66). Unas páginas expone informaciones acerca de la nueva so- más adelante, ya en otro capítulo, indicará ciedad. Sobre el trabajo indica que existe un que «[c]on ser tan grave lo que ocurría en «Comité de migración sindical encargado de Madrid, no nos preocupaba tanto la actitud poner en orden en el cambio de profesión im- del extranjero frente a nuestro movimiento. puesto por la necesidad de descongestionar [...] parecía que no se atreverían a intervenir algunas de ellas y proporcionar obreros a y agredirnos por miedo a que estallase en su otras que escaseaban» (70); también se refiere casa la revolución» (77). Señalaba ya Kro- la organización de las horas de trabajo: «se potkin que la revolución se produciría en di- habían montado en muchas fábricas los tres ferentes momentos y de maneras distintas turnos de ocho horas [...], sin embargo, la ma- según los lugares, y es lo que parece que Mar- sa general trabajadora en el ramo de la pro- tínez Rizo prevé que suceda en su nueva so- ducción tenía el idéntico horario de nuevo a ciedad, pero, siguiendo los dictámenes del gé- una de la mañana y de tres a siete de la tar- nero utópico, prefiere mantener el de» (71), de lo que se deduce que se ha aplica- aislamiento, lo cual hace más verosímil el re- do la jornada laboral de ocho horas, mucho lato. El aislamiento de la sociedad es una ca- más amplia que la que proponen otros utopis- racterística necesaria de la literatura utópica tas. Kropotkin propugnaba la integración del que, si bien cuando se trata de novelas de an- trabajo manual y el intelectual, algo con lo ticipación no es imprescindible, ha prevaleci- que Martínez Rizo parece estar de acuerdo: do en muchos de estos textos. La clausura de «Trabajadores manuales e intelectuales eran la comunidad hace posible que no se haya co- difíciles de diferenciar» (72). La educación, un nocido hasta el momento en el que el autor la tema que preocupa a la utopía y también a presenta y, además, facilita el inmovilismo, las doctrinas anarquistas, en 1945 es obliga- ya que una sociedad aislada, sin influencias toria hasta los dieciséis años. del mundo exterior, no tiene motivos para Los anarquistas concedieron a la prensa, cambiar. como ya se ha visto, un papel muy importante El capítulo «Un desnudista» adquiere, por en la propagación de sus ideas y, por ello, no fin, su sentido cuando se proporcionan datos sería adecuado eliminarla, por el contrario, sobre la vestimenta, un tema de especial en 1945. El advenimiento del comunismo li- preocupación para los utopistas. En la socie- bertario, «[l]a consideran como servicio públi- dad comunista libertaria «la elegancia [del co y la reparten de balde y han permitido que traje] de ahora está caracterizada por la co- continúen publicándose los antiguos periódi- modidad» (68), lo que proporciona, también, cos y les dejen ustedes decir lo que les dé la la ocasión para realizar una de las ideas con gana» (72). las que Martínez Rizo más comulgaba, el nu- Aunque «Ocho días después» contribuye al dismo, en cuya época se denominaba desnu- avance de la acción, ya que en este capítulo se

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 84  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

describe la situación de Madrid y lo que se va tema de si se debía realizar la marcha sobre a hacer al respecto, también encontramos Madrid de todos los militantes armados de otros signos narrativos utópicos que dan España» (77). Esta posibilidad vincula la cuenta de ciertas características de la nueva ideología de Martínez Rizo con la posibilidad sociedad, como, por ejemplo, la abolición de de una revolución violenta que Malatesta de- los empleos sin función social según los pre- fendía. La acción narrativa de esta marcha ceptos del anarquismo, como los empleados sobre Madrid queda, sin embargo, suspendida de bancos, compañías de seguros o la Bolsa. en el siguiente capítulo, ya que el narrador Todo aquello que tiene un carácter financiero vuelve a pasear por Barcelona para dar a co- aparece cerrado en 1945. El advenimiento del nocer al lector los rasgos de la nueva socie- comunismo libertario. El oro, la plata y joyas dad. Gracias a «Libídine» tenemos informa- se habían guardado8 y los billetes, quemado. ción sobre la alimentación: «solo hay que Sobre la religión había habido una discusión, pagar una pequeñez correspondiente a las ya que los burgueses conversos achacaban su horas de trabajo de la dependencia repartidas práctica a la libertad del individuo, pero se entre todos los parroquianos, ya que la carne, trató en una asamblea, que es la forma de go- las verduras, las legumbres, el pan, el aceite, bierno de la sociedad de 1945. El advenimien- la manteca, el carbón, y todos los elementos to del comunismo libertario y «fue prohibida ordinarios de la alimentación, los retiran de la religión» por estar basada en «lo que no se los mercados y de las tiendas sin pagar nada puede demostrar» (75). por ellos» (78). Tras la comida, Martínez Rizo Al nombrar de nuevo Madrid se ponen en decide pasear por los jardines de Montjuich, marcha las estrategias de verosimilitud de devolviéndonos así al espacio interno de la contexto referenciado, pero se inserta, tam- novela al tiempo que proporciona verosimili- bién, un contexto aludido: «De Madrid llega- tud, donde conocerá la nueva moral sexual: ban telefónicamente noticias detalladas de en los jardines las parejas no solo se besan y cuanto ocurría, transmitidas con consenti- abrazan, sino que también practican el sexo y miento del Gobierno que se dio cuenta de que el nudismo, algo que, sin embargo, escandali- era imposible evitar que tales noticias llega- za a un nuevo ayudante del narrador que se sen a nuestro poder» (76). Rizo se refiere al presenta para enseñarle el espectáculo. Gra- gobierno socialista de la república9, que man- cias a esta escena, sabemos que la homose- tiene el poder en la capital, un poder socialis- xualidad es considerada por el autor «repug- ta centralizado al que ya se ha aludido aquí nante» (81), pero hace notar que es necesario (por ejemplo, cuando se nombran las calles «reflexionar en que esos hombres obran im- barcelonesas). pulsados por instintos que son en ellos domi- La continuación de la acción narrativa se nantes» (79). El vínculo entre naturaleza y produce ocho días después, cuando se decidió anarquismo y la importancia que la doctrina «celebrar un Congreso Nacional para tratar el confiere a la libertad del individuo no tiene en —————————— cuenta la repugnancia que pueda sentir el 8 Besnard señala que el oro y las piedras preciosas pue- autor, pues su personaje, a la vez narrador y den utilizarse para comerciar con otros lugares en los protagonista, señala: «Podemos no sentir lo que no impere el comunismo libertario. que ellos sienten, pero lo libertario está más 9 Entre 1931 y 1933 hubo, en la II República española, un gobierno republicano-socialista presidido por Azaña al alto que todo y todo cabe en ello, siempre que que Rizo, en 1945. El advenimiento del comunismo liber- no exista coacción ni tiranía» (81)10. tario, confía la gobernación del Estado español durante mucho más tiempo del que efectivamente ejerció estas —————————— funciones. 10 En El amor dentro de 200 años, cuando ha trascurri-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 85  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

La acción se retoma en «Las fieras sangui- aspectos de la nueva sociedad, aunque la en- narias» para dar cuenta del uso de la violen- contramos mezclada con el discurso crítico: cia, que no solo Malatesta, sino también Ba- sobre los ex-policías se indica que «[t]ienen kunin, Kropotkin y otros pensadores tan aferrado el espíritu esbirrista que les es anarquistas consideran necesaria en ciertas imposible dejar de ser policías. [...] Son la ocasiones. Entre ellas está la de liberar a la más mala peste que existe, porque con sus in- sociedad ya modificada de los elementos que fames intrigas siembran la desconfianza» siguen coaccionándola, de los disidentes, «lo- (85). El autor añade que, a los disidentes a los bos viejos que un Estado bárbaro y cruel ha- que no se ha dado muerte anteriormente, de- bía moldeado y anquilosado en rancios con- berán ser expulsados; el exilio será su único ceptos y en odios salvajes» (84), destino11. Cuando habla del «Hampa» no se caracterización que implica también una crí- aprecia ninguna disidencia con el pensamien- tica del sistema capitalista. Estos disidentes, to libertario, pues este creía que los delin- que se encontraban acuartelados, deciden sa- cuentes lo eran por culpa de la vieja sociedad. lir «repartiendo sablazos con el brazo derecho En cambio, en la nueva, «son los mejores y y disparando sus pistolas con la mano iz- más entusiastas comunistas libertarios» (86). quierda» (84), a lo que los milicianos anar- La crítica de esta afirmación es indirecta, pe- quistas responden con armas de fuego. La ro sigue refiriéndose a los males del Capital. violencia se deshace, así, de la barbarie. De manera bastante abrupta, se pasa a hablar de los desplazamientos en tren, cuyo billete «hay que sacarlo en el Sindicato y con- La ciencia ficción se siste en una autorización para efectuar el via- je señalando las fechas de la ida y de la vuel- entiende a menudo como ta» (86). Como Besnard (1936), Martínez Rizo no permite la libre circulación de personas de un ejercicio de una localidad o municipio a otro, sino que los permisos deben solicitarse al comité central y extrapolación, una forma tener una razón de peso para que sean conce- didos. Además, en 1945 están bastante regu- de anticipar o predecir el lados: «Los días de trabajo únicamente viajan quienes alegan en su sindicato razones pode- futuro. rosas y perentorias, tales como la enfermedad de algún pariente, la necesidad de una con- El capítulo «Siguen pasando los días» es sulta facultativa o de realizar determinada quizás el que más relación guarda con la uto- adquisición o los motivos oficiales» (87) pero pía moderna que se inicia con Thomas More, «los domingos se acostumbra a conceder per- pues está compuesto por diferentes subepí- miso a quien lo solicitase» (87). Se trata, en- grafes que incluyen la descripción de varios tonces, de que los domingos se conviertan en —————————— día libre para todos los trabajadores y de que do ya un tiempo desde la implementación del comunismo libertario, sin embargo, la postura hacia la libertad se- —————————— xual es mucho más coherente con el pensamiento anar- 11 A modo de anécdota, quiero señalar que la utopía so- quista, pues en esta novela no solo existe una plena tole- cialista de Julio O. Dittrich Buenos Aires en 1950 bajo rancia hacia la homosexualidad, sino que, además, régimen socialista envía a los anarquistas al exilio, con- existen unos lugares concretos, los Jardines del Amor, a cretamente a Irlanda, donde presumiblemente fundarán los que todos los seres humanos acuden a satisfacer sus una utopía libertaria que Dittrich nunca llegó a descri- pasiones sexuales y sensitivas. bir.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 86  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

se permita el turismo entre localidades cer- además, especificaciones sobre la vivienda, canas. Sobre los medios de transporte se aña- que está al servicio de un comité especial, lo de la falta de automóviles particulares, pues cual sigue los preceptos del anarcosindica- todos «ha[n] sido provisto[s] de taxímetros y lismo. La vivienda es pública y está bien dedicados al servicio gratuito del público» acondicionada; se mantiene gracias a la mu- (88). nicipalidad y se asigna según las necesida- des. Aunque en 1945. El advenimiento del comunismo libertario no se den muchos de- Martínez Rizo prefiere talles sobre la vivienda, a Martínez Rizo le preocupaba someramente, como se aprecia evitar la complicación que en su ensayo La urbanística del porvenir (1932d), donde describe incluso los materia- supondría describir el les a utilizar para la construcción de vivien- das12. triunfo del comunismo El capítulo siguiente también se dedica a la descripción de la sociedad del porvenir, en libertario en todos los este caso, al crimen, que surge «[d]espués de doce días de comunismo libertario» y que su- territorios e indica que es pone el primero de la nueva era: «Se trataba de un matrimonio mal avenido que ella había necesario «que nadie decidido romper, y el marido, dominado por los celos, la había cosido a puñaladas» (1932a: atraviese, hasta nueva 92). El anarquismo no considera los castigos y tampoco se condena en el texto la actuación orden, la frontera en uno machista de este hombre, sino que se siguen los preceptos anarquistas: «quien hace algo ni en otro sentido». mal hecho [...] ha de recurrir ante el tribunal de la propia conciencia» (93). En el texto su- El lugar de residencia viene determinado giere que probablemente se suicide. El capítu- por el lugar en el que se trabaja, pero es posi- lo sobre este crimen machista se cierra dando ble señalar que debido a que se quieren des- paso, de nuevo, a la acción narrativa de la si- mantelar las grandes ciudades, «se concede tuación de Madrid, proporcionando más datos permiso a quien lo solicita para trasladar su para la verosimilitud a través del contexto re- residencia fuera» (87) de Barcelona. Aunque ferenciado: se habla de un Congreso Nacional en este punto de la narración Martínez Rizo al que acudirán Puig y Montseny, figuras no haga ninguna crítica a las grandes aglo- reales y con peso en la CNT de 1932. Además, meraciones urbanas, podemos señalar que es- se refiere al Liceo de Barcelona, lugar de te rasgo del permiso de residencia constituye reunión del anarquismo catalán. Esto consti- una característica del espacio que la nueva tuye una nueva referencia al espacio real, sociedad quiere promulgar, como señalan las como también lo son las menciones a los so- teorías anarquistas, pero también aparece en viets y Hitler, que se introducen en relación otros tipos de utopías modernas, a raíz de la con las relaciones con el exterior de la nueva aglomeración del espacio urbano como conse- —————————— cuencia de la segunda revolución industrial. 12 Sus teorías urbanistas se han llevado a la práctica en Sobre el lugar de residencia se añaden, la sociedad ideal de El amor dentro de 200 años.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 87  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

sociedad: Rusia, gobernada por los soviets13, reunidos todos en la plaza del pueblo. [...] ha reconocido al comunismo libertario espa- Trabajaban todo el terreno del término mu- ñol; además, «no existían recelos de hostili- nicipal, acordándose en las reuniones las labo- dad por parte de Francia que necesitaba re- res y el reparto equitativo del trabajo, anotando concentrar toda su atención sobre la el maestro de escuela cuidadosamente las ho- ras empleadas por cada uno para poder, en su Alemania hitleriana» (94). día, determinar el valor de la cosecha. En el congreso se decide marchar sobre Cada uno consumía lo que le apetecía, sin Madrid «desde el día siguiente [...] quedando que nadie se lo llevase en cuenta. Si alguno ne- autorizado el Comité Nacional para fijar la cesitaba ir a la ciudad a adquirir algo, podía fecha del ataque que debería ser dado a fondo llevarse unos cuantos pollos, unas docenas de contra las tropas del Estado, en el caso de que huevos lo que le pareciese para realizar el cam- este osase resistir» (94). De nuevo se ponen bio. (99). en marcha estrategias de verosimilitud cuan- do Martínez Rizo indica que «por mi prepara- Esta breve descripción puede leerse como ción debida a mi antigua profesión militar, la utopía dentro de una utopía parcial, pues además de formar parte de nuestros cuadros en ella sí ha llegado a implementarse el sis- orgánicos, era precisamente el presidente de tema comunista libertario al completo. Aun- sus juntas técnicas» (95). Los lectores de que en la pequeña descripción no puedan ha- 1945. El advenimiento del comunismo liber- llarse los elementos semióticos que tario, que en su mayoría serían simpatizantes componen una novela utópica, su intención del movimiento anarquista, debían de conocer es claramente de esta índole y supone un re- al autor y su historia en el ejército, por lo que sumen de las aspiraciones del anarquismo esta contribución conlleva la inclusión de más en materia social. elementos reales en el texto, ya que al refe- Los dos capítulos siguientes prosiguen la rirse a su formación real, los lectores percibi- acción narrativa de la marcha sobre Madrid. rán al autor, que es también narrador prota- En «Mi prisión» se proporcionan más datos gonista, como parte del futuro. contextuales que ayudan a la verosimilitud, Antes de que termine la acción de la nove- pues se habla del puente de Vallecas y la es- la, Martínez Rizo tendrá la oportunidad de tación de Goya, así como del café del Norte. presentar una nueva característica del espa- Cuando Martínez Rizo se encuentra en este cio, pues describe «El comunismo libertario último lugar es detenido por un policía de- en la aldea», una aldea cualquiera que no se fensor del régimen socialista y que procede a nombra y donde al preguntar a un lugareño llevarlo a los calabozos. El protagonista es por la aplicación del comunismo libertario, ya condenado a muerte y conducido a capilla, que allí está implementado de la manera que donde la asaltan las dudas sobre «si después Bakunin describe en su obra: de muerto podría volver a despertar» (105). Finalmente, y teniendo en cuenta la verosi- En aquella comunidad, el comunismo era inte- militud interna del relato, llega a la conclu- gral y todo cuanto había de resolver era resuel- sión de que no le «preocupaba pensar en que to plebiscitariamente en Consejo abierto, [le] fusilarían al día siguiente, mirado el he- —————————— cho por mi personalidad de 1932» (105), ya 13 Recuérdese que los soviets fueron desmantelados por que, si muere en el futuro, no podría regre- los bolcheviques, por lo que en 1945. El advenimiento del sar al pasado para narrar lo que ha visto. comunismo libertario Martínez Rizo proporciona a Rusia una historia alternativa, al parecer más relacionada con el anarquismo.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 88  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

Del regreso a 1932 obstaculizando la marcha hacia la anarquía, al narrar una historia de amor dentro de dos Los dos últimos capítulos de la obra están de- siglos» (109). dicados a concluir el viaje a utopía, a narrar el regreso, que se produce por una vía distin- ta: [...] el narrador-

De manera que, si la otra vez recorrí los trece protagonista regresa a 1932 años que separan 1932 de 1945 sin darme cuenta de ello, ésta, al ser menos profundo el e inmediatamente comienza sueño, no me sucedió así y fui recorriendo al revés todos los días desde 1945 hasta 1932 con a redactar 1945. El vertiginosa rapidez. Este vivir al contrario, viniendo tras la ma- advenimiento del comunismo ñana el hoy y tras de hoy el ayer [...] resultaba un proceso analítico de la vida, en el que pri- libertario, de forma que se mero aparecían los efectos y más tarde las cau- sas generadoras que los motivaban (106). mantiene la verosimilitud El regreso al pasado se realiza por regre- sión; es un viaje físico en el tiempo, aunque interna del relato [...] también podría tratarse de un sueño y, de he- cho, el mismo Martínez Rizo se plantea esta posibilidad. En cualquier caso, fuera sueño, Conclusiones visión o traslación en el tiempo, el narrador- protagonista regresa a 1932 e inmediatamen- El examen de 1945. El advenimiento del co- te comienza a redactar 1945. El advenimiento munismo libertario nos indica que, si bien el del comunismo libertario, de forma que se texto posee muchas de las características de mantiene la verosimilitud interna del relato, la utopía, algunas de ellas han sido subverti- ya que el libro se había escrito y se conserva- das, como, por ejemplo, la importancia de la ba en 1945. Las últimas palabras de la obra figura del guía o el hecho de que se incluya indican que «se trata de una visión fantástica cómo se llega a la sociedad comunista liberta- del porvenir» (109) y, al introducir la palabra ria, algo que, normalmente, no aparece en fantástica, Martínez Rizo desecha todas las otras utopías, que presentan un carácter estrategias de verosimilitud que ha puesto en inamovible. Si una de las características de la marcha hasta el momento, aunque concluya utopía había sido, hasta que las utopías liber- señalando que «se trata de algo que forzosa- tarias hacen su aparición14, el inmovilismo15, mente llegará» (109). Y lo que llegará tras el esta característica se desecha en la expresión triunfo mundial de la revolución es lo narrado anarquista del género. ¿Quiere esto decir, en- en El amor dentro de 200 años, escrita tam- tonces, que las utopías libertarias no son bién en 1932 y en la que pensaba ya Martínez —————————— Rizo al terminar 1945. El advenimiento del 14 Recuérdese que en News from nowhere [Noticias de comunismo libertario, pues finaliza esta úl- ninguna parte] (1890), William Morris también indica tima diciendo: «Quizá otro día me complazca que la sociedad es susceptible de cambio. 15 en contaros algo de dicho régimen [comunista Las sociedades utópicas suelen presentar un inmovi- lismo de su sistema; en ellas no se producen cambios libertario] ya fuerte, tal vez demasiado fuerte, porque ya han alcanzado la perfección.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 89  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

realmente utopías sino solo obras de anticipa- ción personal, pues debe reproducir las ideas ción? No, pues presentan la mayoría de las tomadas de Bakunin, Kropotkin, Malatesta o características que se encuentran en el géne- Besnard. Como estas ideas son conocidas por ro utópico, en sus tres niveles de análisis: en los lectores a los que se dirige primordialmen- la obra aparecen dos tipos de texto, el crítico te el texto, no es necesario que exista un guía: con la sociedad contemporánea del autor y el el narrador-protagonista conoce perfectamen- descriptivo de la sociedad futura, tanto de te cómo va a ser la sociedad del futuro y pue- manera explícita como implícita, y, aunque de moverse por ella libremente, apreciando en este caso no aparezca de manera indepen- sus características, que, en su mayoría, pro- diente como sucede en Utopía, la relación bi- ceden también de estos textos doctrinarios. naria se mantiene. Se puede afirmar, enton- Las anécdotas y especificaciones de algunas ces, que la utopía libertaria, al menos en esta de estas características del tercer nivel de novela, presenta el texto crítico dentro del análisis vienen determinadas por las propias texto descriptivo. creencias del autor, pero resultan secunda- Sobre las estrategias de verosimilitud debe rias para la trama y en ellas, como se ha visto señalarse que el aislamiento no es decisivo en en el caso del encuentro con los homosexua- la utopía libertaria, pero esto no ocurre solo les, por ejemplo, sí aparece un guía-ayudante. con las utopías que proceden de esta doctrina, El espacio futuro perpetúa algunas de las ya que deja de ser necesaria cuando la utopía características del ordenamiento social que se transforma en ucronía (según el sentido de subyace en toda utopía, como la abundancia y los estudios utópicos): lo que está en el futuro la autosuficiencia, pero es necesario señalar no tiene por qué estar oculto para ser posible. que estas están determinadas también por la La verosimilitud externa se consigue median- filosofía política que subyace al texto. Lo te la referencia directa o indirecta al contexto mismo ocurriría si se describiera la ciudad de del autor; la interna, mediante diferentes es- manera pormenorizada, cosa que no ocurre en trategias, como la traslación en el tiempo por esta novela. Sobre el espacio, entonces, es ne- mecanismos físicos o a través del ensueño, así cesario señalar que las aspiraciones del anar- como mediante el uso del narrador en prime- quismo son paralelas a las del género utópico; ra persona. no es que la utopía libertaria se sirva de ellas, El tercer nivel de análisis denota, en 1945. sino que casualmente son las que espera para El advenimiento del comunismo libertario, el futuro. Y es que el anarquismo cree que el que en el siglo XX tiene más peso la acción na- tiempo de la revolución está próximo, y por rrativa conductora de una historia que la que ello se fija una fecha tan cercana para su con- tenía en las utopías de la Edad Moderna, en secución. las que la historia se concentraba en el dis- En lo que se refiere al argumento y a la curso crítico y no se introducían apenas per- acción, esta obra de Martínez Rizo no es dife- sonajes más allá del guía. En esta obra, ade- rente de otras obras del género utópico: narra más, el guía no tiene una importancia tan la traslación al futuro, la llegada a utopía, y grande como la que presentaba en aquellas aborda sus características principales, a sa- utopías. Esto ocurre porque estas trasladan ber: trabajo, relaciones, vivienda, alimenta- al lector a un contexto totalmente desconocido ción, comunicación con el exterior, defensa de y, en ella, la sociedad ideal es producto de la la sociedad ideal, religión, lenguaje, educa- imaginación individual del autor, mientras ción, etc. En suma, casi todos los aspectos que la utopía libertaria está inspirada en una importantes de una sociedad que no varían doctrina político-social que limita la imagina- con el paso de los siglos, pues el ser humano

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 90  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

sigue teniendo las mismas necesidades en el KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1887). «The siglo XVI que en el siglo XX. Una de las excep- Scientific Bases of Anarchy», The Nine- ciones es la tecnología, que en otras utopías teenth Century, XXI: 119, 238-252. de la época aparece de manera idealizada y KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1888). «The en 1945 no se ve por ningún lado. Por último, Industrial Village of the Future», The Ni- el regreso a la sociedad contemporánea del neteenth Century, XXIV: 140, 513-530. autor se desarrolla como en el resto del géne- KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1895). La ro utópico: a su vuelta, el viajero tiene que li- conquista del pan. Buenos Aires: Grupo diar con aquello que ha visto y actuar en con- Juventud Comunista Anárquico. secuencia. La consecuencia en esta obra es la KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1938). Cam- escritura del mismo libro y la promesa de una pos, fábricas y ciudades. Barcelona: Tierra nueva utopía. y Libertad. KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1906). El apoyo mutuo. Un factor de evolución. Va- Bibliografía lencia: Sempere. KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1923) ¿Qué es AINSA, Fernando (1999). La reconstrucción de la anarquía? Sevilla: Renovación Proletaria. la utopía. Buenos Aires: Sol. MALATESTA, Errico (1888). Entre campesinos. BAKUNIN, Mijaíl Aleksandrovic (s.f.). Federa- Buenos Aires: La Expropiación, 1895. lismo y socialismo. Barcelona: Sopena. MALATESTA, Errico (1891). La anarquía. Bue- BAKUNIN, Mijaíl Aleksandrovic (1940). Idea- nos Aires: La Protesta, 1927. rio. Toulouse: Tiempos Nuevos. MALATESTA, Errico (1903). En el café. Buenos BAKUNIN, Mijaíl Aleksandrovic (2004). Esta- Aires: Argonauta, 1926. tismo y anarquía. Madrid: La Piqueta. MALATESTA, Errico (1909). Nuestro programa. BESNARD, Pierre (1936). El mundo nuevo. Su Barcelona: Salud y Fuerza. plan. Su constitución. Su funcionamiento. MALATESTA, Errico (1937). El anarquismo y el Valencia: Estudios. gobierno libertario. Barcelona: Revista Ini- DITTRICH, Julio (1908). Buenos Aires en el ciales. 1950 bajo el régimen socialista. MALATESTA, Errico (1977). Ideario. Madrid: HERNÁNDEZ ARIAS, Rocío (2017). «Técnicas Dogal. narrativas del utopismo hispánico: El MARTÍN RODRÍGUEZ, Mariano (2011). «La ciu- amor dentro de 200 años, de Alfonso Mar- dad libertaria del futuro en la distopía El tínez Rizo y La ciudad anarquista ameri- amor dentro de 200 años (1932), de Alfon- cana, de Pierre Quiroule», Patricia Barre- so Martínez Rizo», Ángulo Recto. Revista ra Velasco, Nerea Fernández de Gobeo et de Estudios sobre la Ciudad como Espacio al. (eds.), Una llama que no cesa: Nuevas Plural, 3.2: 151-169. líneas de investigación en Filología Hispá- MARTÍN RODRÍGUEZ, Mariano (2016). «Spanish nica. Madrid: Sial, 124-131. Anarchism and the Utopian Novel in the ÍÑIGUEZ, Miguel (2008). Enciclopedia his- 1930s: The Libertarian Society of the Future tórica del anarquismo español (3 vol.). Vi- in El amor dentro de 200 años (Love in 200 toria: Asociación Isaac Puente. years) by Alfonso Martínez Rizo», MOSF KROPOTKIN, Piotr Alekséyevich (1895). La Journal of Science Fiction, 1.2: 7-17. anarquía en la evolución socialista. Confe- https://publish.lib.umd.edu/?journal=scifi&p rencia dada en París por P. Kropotkine. age=article&op=view&path%5B%5D=424& Buenos Aires: La Expropiación. path%5B%5D=816

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 91  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES                      Narrar el futuro: 1945. El advenimiento del comunismo libertario (1932), de Alfonso Martínez Rizo

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REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 92  PRIMAVERA-VERANO 2020

“Rick, Can We Not Leave Without my Sister?” “Urgh. You Have Infinite Sisters, Morty. Not that I Want to Spend the Rest of My Day Looking for Another One.” On the Metaphysical Foundations of Rick and Morty

Jan Levin Propach © Jan Levin Propach, 2020

Introduction (see for example Kokoszynski, 2018). But is this statement justified? Is the multiverse of The series Rick and Morty, which so far con- the series really a Lewisian modal-realistic sists of four seasons, is about an extraordi- one? These questions will be explored in the nary couple, the scientist Rick Sanchez (Rick following short paper. C-137) and his grandson Morty, who experi- ence together (sometimes with the other family members Beth (daughter/mother), Lewis’ Concretism and Rick and Morty Jerry (father in law/father) and Summer (granddaughter/elder sister) dozens of ad- First of all, there is indeed some evidence to ventures utilizing a technological Sophisti- support the thesis that there is a conceptual cation: the portal gun.1 With the portal gun, link between the series and Lewis’ concretism, the protagonists repeatedly reach different i.e., modal realism. Charles Chihara charac- parts of the multiverse and meet hundreds terizes David Lewis’ modal realism as follows: of their counterparts. Two different types of “Modal Realism [...] maintains that these oth- portal guns appear in the series: A blue por- er possible worlds are not mere abstractions or tal gun allows the user to travel from place descriptions – they contain things that are just to place in the very same universe, while a real and concrete as thinks like tables, chairs, green portal gun allows the user to travel people, and trees in the actual world.” (Chi- between different universes in the same hara, 1998: 76). Closely related to Lewis’ mod- multiverse.2 In the fandom it is often al realism is his counterpart theory. In On the claimed that the series Rick and Morty is Plurality of Worlds from 1986, Lewis writes: closely related to David Lewis’ concretism “A world is the mereological sum of all possible individuals that are parts of it, and so are —————————— worldmates of one another. [...] [I]f two things 1 In the episode The Ricks Must Be Crazy (2:06) a mi- are spatio-temporally related, then they are croverse in a universe also appears and even a mini- universe in a micro-universe in a universe. These micro- worldmates.” (Lewis, 1986: 69, 71). and mini-universes are also part of the multiverse, but For Lewis, if worlds are characterised by only because they are part of a universe, respectively a the spatio-temporal interrelatedness of their mini-universe in a universe. individuals, individuals never can exist in 2 In Mortynight Run (2:02) the viewer is confronted with a natural wormhole, which also allows ‘traveling’ be- more than one world. They seem to be tween universes similar to the green portal gun and worldbound (cf. Lewis, 1986: 114). Therefore, which has all the characteristics of traveling with the portal gun. This phenomenon will not be discussed fur- Lewis claims in Counterpart and Quantified ther in this article. Modal Logic:

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 93  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES       “Rick, Can We Not Leave Without muy Sister?”…

Where some would say that you are in several observe the lives of their other ‘selves’ in oth- worlds, I n which you have somewhat different er universes from a first-person perspective. properties and somewhat different things hap- This brings Jerry and Beth to the brink of di- pen to you, I prefer to say that you are in the ac- vorce: They see what they could have done tual world and no other, but you have counter- differently and what their lives would have parts in several other worlds. Your counterparts been like had they not married and raised a resemble you closely in content and context in family. The destinies of their counterparts important respects. They resemble you more closely than do the other things in their worlds. are obviously different from their own, and But they are not really you. For each of them is that is precisely where the special charm of in his own world, and only you are here in the using inter-dimensional glasses lies. The oth- actual world. Indeed, we might say, speaking er selves are counterparts that differ from casually, that your counterparts are you in other Jerry and Beth in at least one characteristic, worlds, that they and you are the same; but this namely that Beth’s counterpart is not a veter- sameness is no more a literal identity than the inarian but a medical doctor and Jerry’s sameness between you today and you tomorrow. counterpart enjoys an active sex life stimu- It would be better to say that your counterparts lated by cocaine. are men you would have been, had the world been otherwise. (Lewis, 1983: 28) First of all, there is indeed Especially the episode Rixsty Minutes (1:08) seems to be best suited to be considered some evidence to support as an application of Lewis’ modal realism and his counterpart theory. In this episode, a the thesis that there is an bored Rick is sitting in front of the TV to- gether with Morty and his family. When Rick conceptual link between cannot stand it any longer, he connects a multiverse receiver to the TV, which allows it the series and Lewis’ to access not only boring intraverse but also all the infinite amount of transworld pro- concretism, i.e., modal realism. grams of other parts of the multiverse. When Jerry zaps through the transworld TV pro- The counterpart-theoretical intuition on gramme he discovered one of his counterparts which the series is based is also particularly in a Cloud-Atlas-world. The whole family (ex- evident in all the episodes in which the so- cept Rick and Morty) become obsessed with called Citadel of the Ricks plays a role: Close what their counterparts are doing in other Rick-Counters of the Rick Kind (1:10), The universes. In order to continue enjoying Rickshank Rickdemption (3:01) and Tales transworld TV alone, Rick throws inter- from the Citadel (3:07). It is the epicenter dimensional goggles into the kitchen, where- power within the multiverse and it is home of upon Beth, Summer and Jerry make off.3 The a society of different Ricks (for example Fish inter-dimensional goggles allow the users to Rick, Cowboy Rick, Wasp Rick and Morty —————————— Rick (!)) and Morties (Hammerhead Morty, 3 The inter-dimensional goggles appear for the first time Artist Morty, Fascist Morty and especially in episode Rick Potion #9 (1:06), when Rick and Morty, prominent Evil Morty) of different universes after their original world has been ‘crownberged’ and is within the one multiverse, which was former- therefore uninhabitable, search with inter-dimensional glasses for a new reality worth living in. ly ruled and controlled by the Ricks Council.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 94  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES       “Rick, Can We Not Leave Without muy Sister?”…

Some of the Ricks and Morties live perma- Morty (from C-137) have buried their killed nently in the Citadel, while others stay there counterparts (from the Replacement Dimen- only temporarily. In The Rickshank Rick- sion). demption (3:01), Rick C-137 destroys most of All three scenes clearly show that large the Citadel by teleporting it into a Galactic parts of the story of the series are based on a Federation prison complex, killing hundreds strong counterpart-theoretical intuition. To of Ricks and Mortys, including the Ricks sum up, there are two reasons why some in Council. The citadel can then be repaired and the fandom place the series Rick and Morty transformed into a democracy. However, one in conceptual proximity to Lewis’ concretism: of Morty’s counterparts, Evil Morty, who has already appeared on the sidelines in Close (1) The other universes of the multiverse Rick counters of the Rick Kind (1:10), wins are of the same ontological quality as the elections. Evil Morty’s behavior and hints the ‘initial universe’ C-137. in Tales from the Citadel (3:07) indicate that (2) All protagonists of the series have doz- he will autocratically rule the citadel.4 ens of counterparts in other parts of the Probably the most moving scene with multiverse. The charm of the series lies strong counterpart-theoretical traits can be in the fact that these counterparts re- found in the episode Rixsty Minutes (1:08). peatedly become part of important plot Because Rick and Morty unintentionally lines. caused almost all the inhabitants (except Beth, Jerry and Summer) of their original universe C-137 to have ‘cronenberged’5 in the episode Rick Potion #9 (1:06), leads to Rick Why Rick and Morty are not Orthodox and Morty leaving their universe and taking Lewisians the place of their killed counterparts in a universe which is very similar to their origi- However, the series also contains some ele- nal universe C-137 (called Replacement Di- ments that obviously contradict Lewis’ con- mension). In Rixsty Minutes (1:08), Morty cretism. In On the Plurality of Worlds, for ex- (from C-137) shows his ‘new sister’ (from the ample, Lewis writes: “Worlds are spatio- Replacement Dimension) the place in the gar- temporally and causally isolated from one den of the family’s house where Rick and another; otherwise they would not be whole worlds, but parts of a greater world” (Lewis, —————————— 1986: 84). For Lewis, an infinite number of 4 Evil Morty controls his Rick by means of a neural re- concrete universes which are not ontological- ceiver and turns around the relationship of dependency ly (but epistemically) different from our world on Rick, which is an essential feature of the entire series. exist but all these worlds are causal and spa- In Close Rick-counters of the Rick Kind (1:10) the receiv- er was discovered after death and subsequent autopsy of tio-temporal “islands”. The existence of a por- Evil Morty’s Rick. At the end of the episode, you see tal gun which is essential for the series seems Morty slide his eye patch aside and remove the transmit- to be impossible in an orthodox Lewisian set- ter behind it. He throws it to the ground, crushes it and then disappears into the faceless mass of rickless Mortys ting, because it allows a causal gateway to who are forced to be deported. other universes. In a strict Lewisian setting 5 The series Rick and Morty repeatedly absorbs different the series would lose its special and unique legacies of pop culture. For example, the inhabitants of universe C-137, after Rick distributed a transmissible charm, because interactions between Rick, aphrodisiac there, mutate into beings that bear an aston- Morty and their counterparts would be im- ishing resemblance to the mutants in David Cronen- possible. berg’s movies.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 95  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES       “Rick, Can We Not Leave Without muy Sister?”…

point in time. Rick and Morty travel via the Probably the most moving portal gun from w to v. They are no longer part of w when they have used the portal scene with strong gun, but are part of v. Why does the causal and spatio-temporal counterpart-theoretical isolation of the possible worlds play such a role in David Lewis’ work? The spatio- traits can be found in the temporal and causal relations between indi- viduals give unity to a possible world. Spatio- episode Rixsty Minutes. temporal relatedness is the unifier of a world in Lewis’ metaphysics of modality. If there are obvious and essential differ- Something is a possible world only if its ences between the series and Lewis’ concre- parts are in spatio-temporal relations to tism, we are pushed to look for a modification each other and to nothing else. Hence, if one of Lewis’ concretism, which fits the require- modifies Lewis’ concretism and renounces ments of the series and provides the following the spatio-temporal and causal isolation of features:6 any world, another criterion is needed, which then ‘holds a world together’ and (3) All universes of the same multiverse guarantees its unity: Thus, another demar- must be ontologically egalitarian. cation criterion is required for possible (4) In universes which are part of the worlds. There are modal realists who actual- same multiverse there exist counter- ly do not accept the spatio-temporal and parts of individuals of other universes. causal relations as such demarcation crite- (5) The different worlds must not be caus- ria, such as Phillip Bricker (cf. Bricker, ally isolated. 1996). If it were actually possible to enter other possible universes, it would follow that the different universes would merely be dif- A Modified Concretism ferent spacetime regions in a single multi- verse. Therefore, Lewis writes in the pas- It is obvious that the series does not presup- sage from On the Plurality of Worlds already pose that Rick C-137 and ‘his’ Morty in other quoted above, that “[...] they [different worlds exist transworldly identically. In the worlds, JLP] would be not whole worlds, but series Rick and Morty, the protagonists parts of a greater world” (Lewis, 1986: 84). If travel between the universes of the one mul- one wants to have essential features of Lew- tiverse. Hence, it is not the series’ premise, is’ concretism, such as the concreteness of that an individual occurs ‘simultaneously’ in worlds and counterpart-theoretical intui- different worlds. An individual just exists in tions, but negating the spatio-temporal and a world w up to a certain time, and in an- causal isolation of worlds, what follows is other universe v it occurs from a certain what Lewis already predicted: a collapse of —————————— the formerly distinct worlds into one uni- 6 That neither Lewis' concretism nor various forms of verse with different (possibly very distant) abstractionism can adequately metaphysically underpin spacetime regions. It is therefore conceivable the series Rick and Morty has already been noted by El- that the fundamental difference between the liot Knuths, who also pleads for a modification of concre- blue and green portal gun described above tism, but leaves open how this might look like (cf. Knuths, 2019: chapter 1, section 5). does not actually exist. The blue portal gun

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would only have a smaller range than its What is possible is therefore actual.7 The only green equivalent. The latter would only al- things that exist are actual beings, which are low for long ‘jumps’ into other regions of the all part of the same multiverse. And if only one multiverse, but not for real journeys actual and no possible things exist, every- through different spaciotemporal distinct thing is necessary. The consequence of the universes or dimensions. However, if one modification of orthodox Lewisian concretism wants to have all useful features of Lewis’ leads to necessitarianism which is highly concretism but wants to renounce the causal problematic from a philosophical point of and spatio-temporal isolation of universes view, but seems to be compatible especially there is a price to be paid: One has to accept with Rick’s fatalism and pessimism (cf. Rixty the clash of all worlds into one single multi- Minutes, 1:08). verse which lead

The spatio-temporal and 5. Conclusion In conclusion, the following should be noted: causal relations between For the modal metaphysical foundation of the series the concretism of David Lewis seemed individuals give unity to a to be a suitable candidate at first, but the spatio-temporal and causal isolation of possi- possible world. Spatio- ble worlds has to be negated to make concre- tism compatible with essential features of the temporal relatedness is the series and thus necessitarianism cannot be excluded. In addition, interdimensional travel unifier of a world in Lewis’ by means of the green portal gun is in fact a travel to very distant, but not spatio-temporal metaphysics of modality. and causal isolated spacetime regions of one and the same universe or multiverse.8 Only to necessitarianism, the doctrine that every- such a modification of Lewis’ concretism al- thing which is the case is the case necessari- lows a profound ontological foundation and ly. If all worlds clash into one multiverse then grounding of the essential features if the se- there exist no other possible worlds, which ries: the concreteness of other dimensions could be used for the extensionality of modal and the counterpart-theoretical intuitions, propositions. Lewis claims that the statement but one has to pay a high ontological price: “Barack Obama could have been a famous pi- necessitarianism with its philosophically un- anist” is true, because there exists a counter- pleasant consequences. part of Barack Obama in a spatio-temporally isolated universe which is most similar to our Barack Obama and is also a famous pianist —————————— in his world. By negating spatio-temporal iso- 7 For David Lewis, too, everything is actual, though, be- cause of the indexical analysis of actuality, cf. Lewis, lation no possible things exist in other 1986: 18. worlds, which could make the proposition 8 If traveling with the green portal gun is indeed travel- true. There is no sufficient distinction be- ing to distant but spatio-temporal and causally connected tween what is possible and what is actual. spacetime regions, the series must “allow” traveling at superlight speed in order to avoid unpleasant time travel dilemmas.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 97  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES       “Rick, Can We Not Leave Without muy Sister?”…

Works Cited KNUTHS, Elliot (2019). “Who’d Rick Kill? Or, Who Killed Rick?,” L. Abesamis & Y. BRICKER, Phillip (1996). “Isolation and Unifica- Wayne (eds.), Rick and Morty and Philos- tion: The Realist Analysis of Possible Worlds,” ophy: In the Beginning Was the Squanch. Philosophical Studies, 84.2-3: 225-238. Chicago: Open Court Publishing. CHIHARA, Charles (1998). The Worlds of Pos- LEWIS, David Kellogg (1986). On the Plurality sibility. Modal Realism and the Semantics of Worlds. Oxford: Basil-Blackwell. of Modal Logic. Oxford: Clarendon Press. LEWIS, David Kellogg (1983). “Counterpart KOKOSZYNSKI, Patrick (28 November 2018). Theory and Quantified Modal Logic,” D. “Vaporwave, Cartooned.” https://www.pop- Lewis (ed.), Philosophical Papers, vol. I. matters.com/vaporwave-cartooned-262167 Oxford: Oxford University Press. 5863.html (Access 12 February 2020).

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 98  PRIMAVERA-VERANO 2020

Valis: la duda ontológica como subterfugio del yo

Pedro Pujante © Pedro Pujante, 2020

El autor desdoblado en una realidad que Dick en una de las entradas de su mastodón- no es real tico diario Exegesis comenta: «I saw Valis outside me modulating reality» (Dick, 1995: Philip Kindred Dick es uno de los escritores 330)1. Esta sensación de estar sometido a en lengua inglesa más conocidos de ciencia una realidad-simulacro, en la que el indivi- ficción, el Borges norteamericano, según duo es una marioneta, moldeó toda su obra y afirmó la escritora Ursula K. Le Guin (en ofrece claves valiosas para entender la auto- Bloom, 2005: 506). Escribió más de treinta ficcionalidad de esta que aquí comentamos. novelas además de cuentos en los que de En VALIS K. Dick se desdobla en Horse- forma obsesiva se cuestionaba sobre la iden- lover Fat, Amacaballo Fat en la traducción tidad y la realidad como simulacro. En sus española que manejamos. «Philip» o «Phil- novelas, la mayoría distopías, ucronías o Hippos», significa en griego «el que ama a los space operas (aventuras futuristas que tie- caballos», mientras que «Fat», en inglés, es nen lugar en el espacio), explora las vicisitu- una de las acepciones del alemán Dick, de des de seres alienados o locos, el uso de las manera que Horselover Fat funciona como drogas, la opresión de gobiernos autoritarios hipóstasis ficcional de Philip K. Dick. Resul- o los estados alterados de conciencia. De en- ta interesante, para entender el carácter au- tre su vasta producción queremos destacar toficcional de este relato, cómo el autor ha VALIS (1980), que sin alejarse del universo tratado de construir un doble de sí mismo dicksiano de la ciencia ficción constituye una mediante la analogía nominal. Además de la rara avis, una novela singular en la que el homonimia, otras analogías entre Horselover propio autor interviene como protagonista. Fat y el autor son más que evidentes: se En este sentido, a pesar de su carácter ficti- identifica como escritor de ciencia ficción, su- cio VALIS acrónimo que responde a Vast Ac- fre un agudo cuadro de problemas mentales tive Living Intelligence (Sistema de Vasta y está redactando la Exégesis, compendio de Inteligencia Viva), es su obra más autobio- miles de páginas en las que trató de resumir gráfica. Sería acertado decir que nos encon- su filosofía y cosmovisión del mundo. A pe- tramos ante una autoficción fantástica (Co- sar de que a lo largo de la novela Philip y lonna, 2004), entendido como relato en el Horselover funcionan como dos personajes que el autor se inventa una identidad, un al- claramente diferenciados, al inicio ya se ter ego de sí mismo que al mismo tiempo es constata su unicidad identitaria: «yo soy el narrador de un relato de carácter fantás- Amacaballo Fat y estoy escribiendo esto en tico. VALIS, es, como se desprende de su —————————— nombre, una hiperentidad inteligente, que es 1 «Pude ver a VALIS, fuera de mí, modulando la reali- capaz de suplantar la realidad. El propio K. dad»

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tercera persona con el propósito de alcan- mastodóntica Exégesis, obra póstuma que es zar una muy necesitada objetividad» (Dick, glosada en VALIS hasta la extenuación (se ci- 2017: 14). El solapamiento de ambas identi- ta veintisiete veces). La realidad es aquello dades, por tanto, es más que inevitable tanto que no se puede explicar, o como el propio K. en la ficción como en la mente del lector. Dick sostiene, la realidad es aquello que no se Como en otras de sus novelas se plantean ha ido cuando dejas de creer en ella (1995, aquí dos cuestiones que son fundamentales 2017). También son interrogantes pertinentes para tratar de entender VALIS, así como su que conciernen, y de algún modo afectan, a la propia visión filosófica de la existencia: qué es identidad del sujeto autoficcional, en cuanto la realidad y qué significa ser humano: «The ser que vive en un mundo de ficción (que en two basic topics that fascinate me are ‘What ocasiones percibe como inestable) pero con is reality?’ and ‘What constitutes the authen- vínculos con ese otro mundo, el extratextual, tic human being?’» (Dick, 1995: 260). Interro- problematizando las cuestiones ontológicas gantes que coinciden con la dominante onto- del ser, de la realidad y de la ficción como lógica descrita por McHale para definir las «forma de existencia». obras postmodernistas:

Postmodernist fiction deploys strategies which Philip Kindred Dick es uno engage and foreground questions like the ones Dick Higgins calls “post-cognitive”: “Which de los escritores en lengua world is this? What is to be done in it? Which of my selves is to do it?” Other typical post- inglesa más conocidos de modernist questions bear either on the ontol- ogy of the literary text itself or on the ontology ciencia ficción, el Borges of the world which it projects, for instance: What is a world?; What kinds of world are norteamericano, según there, how are they constituted, and how do they differ?; What happens when different kinds of world are placed in confrontation, or afirmó la escritora Ursula when boundaries between worlds are violat- ed? (McHale, 1987: 10)2. K. Le Guin

Estas cuestiones ontológicas, que mani- Estas dudas, que alcanzan su máximo fiestan el desconcierto ante la existencia y la grado mediante la manifestación de alucina- imposibilidad de definir en qué mundo vivi- ciones visionarias, estados de conciencia alte- mos, articulan la redacción de la ya citada rados y el contacto con identidades superio- —————————— res, provocan en Dick (y también en muchos 2 La ficción posmoderna despliega estrategias que invo- de sus personajes) lo que Johana do Rosario lucran y plantean preguntas que Dick Higgins denomina ha denominado «inseguridad ontológica» «postcognitivas»: ¿Qué mundo es este? ¿Qué se puede ha- (2017: 23), un estado de paranoia que acaba cer en él? ¿Cuál de mis yoes puede hacerlo?. Otras pre- guntas posmodernas típicas tienen que ver con la ontolo- por cuestionarlo todo, incluida la propia gía del texto literario o con la ontología del mundo que realidad. Así la locura le sirve al autor para proyecta. Por ejemplo: ¿Qué es un mundo?; ¿Qué tipos de protegerse de una realidad indescifrable y mundo hay, cómo están constituidos y en qué se diferen- amenazante, además de como cristal de au- cian entre sí?; ¿Qué sucede cuando se confrontan diferen- tes tipos de mundo o cuando se violan los límites entre mento a través del cual indagar en aquello mundos? que le preocupa: el ser y la realidad. Muchos

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de sus personajes, en este sentido, ignoran o ritos chamánicos de iniciación» (do Rosario, dudan de su verdadera naturaleza: humanos 2017: 25). No obstante, lo que parece una per- que se creen irreales, que no saben en el cepción religiosa o mística, también se presta mundo o en el tiempo que habitan, que sospe- a una interpretación metafísica, e incluso chan vivir dentro de una simulación, que no fantástica. Esa entidad, VALIS, puede ser un saben que han muerto o androides que creen ser extraterrestre, pero también una forma ser humanos. No es Dick el único autor que de vida inteligente desconocida que consiste, ha reflexionado sobre la posibilidad de que la como se señala en la primera página del libro, realidad sea una simulación construida por en un suplantador de la realidad. una supercomputadora. Rizwan Virk (2019) El universo que se postula en VALIS está ha teorizado en The Simulation Hipothesis3 compuesto por datos, por información. Horse- sobre la posibilidad de que la realidad en que lover cifra su epifanía en términos metafísi- vivimos tan solo sea una simulación, un vi- cos, y el mensaje que le es revelado es tradu- deojuego creado por entidades superiores y cido a cientos de datos que no es capaz de que nosotros, los humanos, vivamos dentro de procesar con claridad. Sin embargo, duda de ella. Virk se basa en teorías de física cuántica que la realidad (física, espacial y temporal) en y en algunas religiones que contemplan la re- la que vive sea tal cual es percibida. Alberga encarnación o la vida después de la muerte, la certeza de que el tiempo se detuvo en un para tratar de demostrar que vivimos en una momento concreto del pasado y que el inter- realidad virtual construida artificialmente. valo de los días hasta el presente es tan solo Muestra, a lo largo de su ensayo, cómo los pa- un tiempo espurio, una suerte de construc- trones seguidos por informáticos a la hora de ción artificial. Como suele suceder en la obra crear videojuegos coinciden con aspectos de dicksiana, y The Man in the High Castle [El nuestra realidad y de su funcionamiento. La hombre en el castillo] (1963) es el libro que sugerente propuesta de Virk ilustra cómo a mejor ilustra este dato, la realidad es un si- través de la «hipótesis de la simulación» se mulacro, el mundo es una ficción. En Ubik, explican muchos aspectos de nuestra reali- como podría ser el caso de VALIS, el simula- dad: la existencia de patrones fractales en la cro de la realidad es subjetivo. En este mundo naturaleza, la creencia en la reencarnación (la ficción o lo que sucede en la mente de Hor- (como ocurren en un videojuego) o la inde- selover) la intrusión de esa entidad, que a ve- terminación cuántica. ces se asemeja a Dios, realiza un «acto meta- Philip K. Dick es un escritor visionario a léptico» en el que los planos ontológicos quien las anfetaminas, el LSD (ayahuasca violados no son sino diferentes versiones de la chamánica postmoderna) y las epifanías pro- Realidad. vocadas por su desequilibrio mental le permi- ten vislumbrar esa otra «realidad» que está vedada al resto de los mortales. En este sen- El escritor encerrado en su propia obra tido, «el loco es un explorador del espacio in- terior, un visionario comparable a los místi- Philip K. Dick, más que en con ningún héroe cos, y el proceso de la locura es análogo a los de sus obras, se identifica totalmente con Horselover. Los dos personajes de la novela —————————— acaban por confluir, y su duplicidad se sos- 3 El argumento de la simulación, en su forma actual, tiene débilmente. Dick y Fat son el mismo, tiene su origen en la publicación del artículo «Are You uno es la proyección mental del otro, el pro- Living in a Computer Simulation?» (2003), de Nick Bos- trom. ducto imaginario a la vez que el alter ego lite-

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rario con el que objetivar una fantasía deli- ta segmentación identitaria, casi al término rante. Además, en una novela que cuestiona de la novela, se resolverá. Fat, literalmente, constantemente el estatuto de realidad, no es desaparecerá y Philip K. Dick, narrador y de extrañar que el autor decida introyectarse personaje, comprenderá que durante todo el en la trama como personaje duplicado. Recor- tiempo Horselover Fat tan solo era su Dop- demos que la metalepsis funciona como estra- pelgänger. «Me volví para hablarle a Fat... y tegia desestabilizadora de fronteras ontológi- no vi a nadie. [...] Fat había desaparecido. cas. Muchas de sus opiniones coinciden con Nada quedaba de él. Amacaballo Fat se había las vertidas por el autor en diversas ocasio- ido para siempre. Como si no hubiera existido nes. Del mismo modo, la epifanía que Dick nunca» (Dick, 2017: 236-237). Aunque en el experimentó en marzo de 1974 (2-3-74), en la último tramo del relato, Fat se volverá a que un rayo de luz rosa le ciega, es el episodio emancipar, reclamando una vida fictiva e in- central de VALIS. Entre las diversas expe- depentiente, en busca de un sentido que certi- riencias que padeció Dick, se cuenta la xeno- fique sus sospechas: la realidad no existe. glosia, lo que le hizo creer que en él habitaba «Éste es un mundo irreal [...] Nos encontra- otra identidad, un cristiano del siglo II llama- mos en un laberinto vivo y no en un mundo» do Thomas. Incluso llegó a ver imágenes del (234). antiguo imperio romano superpuestas en su California contemporánea, lo que le infundió la sospecha de que seguía viviendo en tiem- Philip K. Dick es un pos de los apóstoles. El cristianismo se mez- cla con el gnosticismo, la psicología, la filoso- escritor visionario a quien fía platónica, la mitología, la ciencia, el budismo, el sufismo, las teorías de Heráclito, las anfetaminas, el LSD Carl Gustav Jung, Mircea Eliade, Baruch Spinoza, Immanuel Kant (la lista no pretende (ayahuasca chamánica ser exhaustiva). Este cóctel ideológico tan he- teróclito, unido a la excéntrica y delirante vi- postmoderna) y las sión del autor, es el revulsivo hermenéutico con el que Dick trata de curar su duda onto- epifanías provocadas por su lógica, lo que en la ficción deviene en una au- toficción fantástica en la que el yo duplicado desequilibrio mental le se proyecta para establecer un monólogo con- sigo mismo. permiten vislumbrar esa La posible locura (en este caso, metamor- foseada en duda ontológica, que no permite otra «realidad» que está dilucidar qué es real y qué no) es instrumen- talizada, como en Aurélia (1855), de Gérard vedada al resto de los de Nerval, para realizar un ejercicio de auto- ficción narrativa que replantea los límites de mortales. la realidad y la identidad. Dick, desdoblado en Fat, entabla un diálogo consigo mismo en Así, con su otro yo materializado en Fat, VALIS, discutiendo el estatuto ontológico de Philip K. Dick da sentido el artefacto fantás- la realidad, desplazándose entre la locura y la tico-ficcional, cumpliendo su objetivo último: cordura, entre la ciencia y la superstición. Es- transformar su identidad en otra nueva, in-

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mortalizarse en un mundo (el de la ficción) de pervivir mientras la realidad (efímero es- que sí que existe porque lo ha creado él mis- pejismo) se desmorona y pierde su consisten- mo. La autoficción fantástica es, como ha di- cia. cho Colonna: «esa forma fabulosa de inven- tarse a sí mismo» (2004: 34). Fat, alter ego de Philip K. Dick (en realidad, su proyección Bibliografía mental), declara abiertamente las inquietu- des (metafísicas, ontológicas, espirituales) del BLOOM, Harold (2002). Genios. Un mosaico de escritor, porque, en el relato fantástico, se ha- cien mentes creativas y ejemplares (Marga- lla liberado de las presiones que la realidad rita Valencia, trad.). Barcelona: Anagra- impone por partida doble: es de ficción y, ma. además, dentro de la ficción concurre como COLONNA, Vincent (2004). Autofiction & au- una manifestación imaginaria del personaje tres mythomanies littéraires. Auch: Tris- que se llama Philip K. Dick. La probabilidad tam. de otra vida ficcional, de una suplantación de DICK, Philip Kindred (2017, 1981). Valis (Ru- la realidad y de la abolición del tiempo real bén Masera, trad.). Barcelona: Minotauro. devienen factores constitutivos en el relato DICK, Philip Kindred (1995). The Shifting dicksiano para reformular una nueva identi- Realities of Philip K. Dick: Selected Lite- dad. La ficción del yo es llevaba a su máxima rary and Philosophical Writings. New expresión, a los límites de lo fantástico o de la York (NY): Vintage. ciencia ficción. Ni lectores ni personajes lle- DO ROSARIO, Johana (2017). «La inseguridad gan a dilucidar qué es real, qué es la realidad ontológica en Philip K. Dick», Revista y por tanto el laberinto es indescifrable, muta Quimera, 404, pp. 22-27. y confunde a quienes lo recorren. VALIS, ese MCHALE, Brian (1987). Posmodernist fiction. artefacto incognoscible que es capaz de crear London: Routledge. y suplantar la realidad es entonces una «in- TODOROV, Tzvetan (1981). Introducción a la trusión brutal del misterio en el marco de la literatura fantástica (Sivia Delpy, trad.). vida real» (Todorov, 1972: 22), que acaba por México D.F.: Premia Editora. subsumirla. El yo imaginario permanece inal- VIRK, Rizwan (2019). The Simulation Hipot- terado en la ficción, reducto en el que habrá hesis: Milwaukee (WI): Bayview Books.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 103  PRIMAVERA-VERANO 2020

Cuerpo, memoria y melancolía: distopía de los afectos en «La mujer de Lot», de Elia Barceló

Javier Zapata Clavería © Javier Zapata Clavería, 2020

Filleta, filleta meua si algun dia no poguera cantar-te esta cançoneta, mare sap que la duries a dintre l’ànima teua. (Canción de cuna tradicional valenciana)

La carrera literaria de Barceló comienza a por mujeres y que aborde cuestiones feminis- principios de los años ochenta, periodo en el tas ha ido ganando progresivamente espacio que escribe diversos relatos que transitan en- en un terreno que, dada su plasticidad, supo- tre la fantasía y la ciencia ficción y que paula- ne el campo de batalla idóneo para la produc- tinamente le colocan como un referente den- ción literaria en torno a cuestiones de género tro del género. No es, sin embargo, hasta y sexualidad. 1989 cuando se publica su primera obra, Sa- En la actualidad, la recuperación de algu- grada; libro que se compone de los mejores re- nos de los textos escritos por Barceló durante latos escritos por la autora valenciana hasta su esa primera etapa, como la reedición de esa fecha. Entre estos se incluyen, por ejem- Sagradas (2019) o la de «La mujer de Lot» en plo, «La dama dragón», relato que en palabras Distópicas (2018), pone de manifiesto el de Miquel Barceló (encargado de la presenta- reavivado interés por rastrear la genealogía ción del libro) «es la única obra de la ciencia del género en lengua castellana y que tiene ficción española de los años ochenta que ha si- en Barceló uno de sus referentes más impor- do ya traducida y conocida en el extranjero pe- tantes en todo el ámbito hispanohablante. se a no haber sido nunca publicada profesio- «La mujer de Lot» nos narra la historia de nalmente en España» (Barceló, 1989: 6). Paula, una mujer que abandona la Tierra para Para cuando se publica Sagrada, la figura seguir a su marido al planeta Idella, donde de Elia Barceló ya era conocida dentro de los comenzarán juntos una nueva vida como colo- círculos especializados del género y del mun- nos. La elección de estos y otros nombres a lo do del fanzine. Pero la tardía publicación en largo del relato es de todo menos arbitrario y, 1989 era un síntoma inequívoco de que el gé- a pesar de no ser un elemento fundamental nero fantástico y de la ciencia ficción no tenía para el análisis que pretendo, me parece opor- por aquel entonces el reconocimiento del que tuno destacar algunos de los significados ya gozaba en el ámbito anglosajón, siendo ade- que encierran en sí mismos pequeñas pistas más un género dominado mayoritariamente que nos ayudan a entender algunas de las por hombres. Sin embargo, en los últimos ideas de la obra. En el caso de la protagonista, años, el renovado interés por la ficción espe- el nombre de Paula proviene del latín paulus y culativa y, especialmente aquella producida significa «la que es menor». Como veremos

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más adelante, el uso de estos nombres tiene una mayor justificación si tenemos en cuenta «La mujer de Lot» nos que el relato traza una línea temporal e íntima con la memoria de las mujeres del pasado. No narra la historia de Paula, es casualidad, de hecho, que la obra esté dedi- cada a la memoria de la abuela de la escritora una mujer que abandona la de quien dice que «ella es mi pasado y yo su fu- turo» (Barceló, 1989: 283). Paula se manifies- Tierra para seguir a su ta, por tanto, como la última en la cadena de toda una generación de mujeres que vieron sa- marido al planeta Idella, crificado su presente y su futuro en aras de cumplir aquello que se esperaba de ellas. donde comenzarán juntos Del mismo modo, la importancia del uso del nombre del planeta Idella no reside tanto una nueva vida como en su significado sino en el hecho de que dicho topónimo ha sido una de las múltiples formas colonos. en las que se nombró en el pasado a la actual localidad de Elda; ciudad de origen de la pro- Por otro lado, las limitaciones afectivas pia escritora. Ambos ejemplos son toda una que veremos a lo largo del relato provienen declaración de intenciones en demostrar que justamente de este distanciamiento físico en- la operación prospectiva se articula desde un tre los miembros de la familia. Jan debe mar- futuro que, sin embargo, se mira en el espejo char durante tres días enteros (desconocemos del pasado. además cuánto dura un día en Idella) por ca- El relato nos traslada al momento en el da jornada laboral debido a que la plantación que Paula, ya madura, rememora su vida queda alejada de la casa mientras que la pro- hasta el momento actual. La protagonista vi- tagonista la marcha forzosa de sus hijos ve en una suerte de hogar-cúpula que protege cuando aún son adolescentes al ser sustraídos de las inclemencias del desierto que la rodea, por parte de unos administradores coloniales pero que al mismo tiempo es el espacio donde llamados sopis. Estos funcionarios, además permanece confinada. El hogar, que en prin- de tener la potestad para desarticular el nú- cipio debería ser la zona en la que se forjan cleo familiar, tienen el poder de asignar a ca- los vínculos más íntimos, se convierte en la da uno de sus nuevos miembros el tipo de propia celda que delimita su capacidad de ac- trabajo y el lugar en el cual deben realizarlo. ción, tanto física como afectiva. Física porque, De los hijos de Paula, únicamente sabe- al contrario que sus hermanos (no sabemos si mos que fueron siete y que dos de ellos se utiliza el plural genérico o hace énfasis en llamaban Pedro y Moira. De nuevo la etimo- que ellos eran varones), ella nunca pudo es- logía de los nombres vuelve a darnos indicios tudiar y, por ello, no le ha sido asignado nin- de cuáles son las verdaderas expectativas gún trabajo cualificado dentro de la colonia. para cada uno de ellos. Pedro, el varón, es la Al contrario, su marido Jan, trabaja fuera del piedra sobre la que se sustentará la nueva hogar en algún tipo de plantación cuya pro- civilización de Idella y, al igual que su padre ducción se utiliza para el abastecimiento del Jan, será parte esencial del desarrollo pro- desértico planeta, el cual, ha perdido todo ductivo del árido planeta. Por otro lado, el contacto con la Tierra y por ello no pueden re- nombre de la hija, Moira, proviene de la le- cibir nada del «viejo hogar» (293). yenda griega de las moiras, entidades que

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representan el destino y el devenir de todos nueva sociedad colonial se aferra para perpe- los seres humanos. tuar estas dinámicas es la constante promesa Victoria Sendón apunta que la Moira pue- de una inm inente mejora de sus condiciones de ser entendida como la entidad que trans- de vida, promesa que, por supuesto, nunca se curre a lo largo del relato histórico, como una cumplirá. fuerza que intenta imponerse a la ley y que Entre ilusiones y esperanzas, Paula re- «[n]o preside jerarquías desgarradas, ni leyes cuerda con nostalgia su pasado en la Tierra: contrarias a la naturaleza. No disocia la men- los bailes cuando era joven, las cálidas con- te del afecto ni custodia el cumplimiento de versaciones con su abuela y el momento en el leyes arbitrariamente impuestas. La Moira es que tomó la decisión de seguir a Jan camino a la representación máxima del orden matriar- Idella y dejar atrás todo aquello. La ensoña- cal» (Sendón, 1988: 43). Este ejercicio de con- ción retrospectiva se vuelve, sin embargo, traposición dialéctica entre un orden que se censurable en una sociedad que aboga por no impone (Pedro) y otro que lo subvierte (Moi- mirar nunca hacia atrás, en no hacer recuen- ra) deja en el relato una puerta abierta a la to de un pasado «que ya no existe» y donde esperanza de un posible cambio en genera- «hay que mirar hacia el futuro y ayudar a ciones futuras. Cambio que no parece ser po- construirlo: tener hijos, trabajar, aprender a sible, de momento, para Paula. amar la nueva vida y la nueva tierra» (294). Esto es debido a que, en la narración, el Las analogías aquí con el presente y la rela- papel de la protagonista en la nueva sociedad ción entre sujeto, producción y consumo son colonial parece reducido únicamente hacia más que evidentes, pero la cuestión de la su- una lógica de la acumulación, donde cada in- presión de la memoria tiene unas implicacio- dividuo debe limitar no solo el consumo de es- nes que van más allá de las meras doctrinas casos recursos materiales, como la energía o del nuevo orden surgido en Idella. La cons- la comida, sino también debe privarse de las trucción de una nueva civilización que quiere redes de solidaridad familiar. Esto se refleja dejar atrás su pasado debido a que en este se en la separación de las familias o en la limi- experimentó «una amalgama de luchas, de tación de la comunicación entre sus miembros odio y de destrucción» (294) parece, a priori, a meros avisos formales sobre nacimientos o un fin loable, pero el sacrificio que demanda a enlaces matrimoniales y despojados de emo- cambio se revela demasiado alto: el olvido de tividad alguna. la memoria y la desarticulación de la capaci- Por tanto, vemos que, a pesar de las espe- dad afectiva del sujeto para crear lazos afec- ranzas en un futuro emancipatorio, el presente tivos entre su pasado y su presente. queda marcado por un fuerte estatismo con el En torno a la cuestión de la memoria, de- que Barceló juega inteligentemente al dotar a bemos recordar que «La mujer de Lot» sale a este de una representación articulada como un la luz en 1989, por aquella época España era panal, donde cada uno «tenía su propia parcela una joven democracia. El país, recién salido que cultivar bajo las cúpulas de otros desier- de la denominada Transición, atravesó un pe- tos, su propio tractor en el que alejarse por las riodo crítico en el cual prevaleció la idea de mañanas, sus propios niños gritones» (Barceló, que la única manera de convertirse en un Es- 1989: 286). Una sociedad estructurada en mó- tado moderno y ponerse a la altura de sus ve- nadas infinitivas e incomunicadas, pero en cu- cinos europeos era sacándolo del relato políti- yo interior se repite como en mise en abyme las co la experiencia nacional de cuarenta años mismas prácticas y dinámicas de género here- de dictadura. Para convertirse en una demo- dadas de la Tierra. La justificación a la que la cracia plena, la sociedad española debía olvi-

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dar su pasado, no hacerse preguntas incómo- ideologías van perdiendo su capacidad de ar- das sobre el origen del nuevo orden institu- ticular discursos hegemónicos a favor de nue- cional y estar dispuesta a «perdonar». Todo vos sistemas de relaciones políticas. aquello culminó con la Ley de Amnistía de Justamente encontramos en «La mujer de 1977, en el que mediante un pacto de silencio Lot» una sugerente relación con las propues- se abría un proceso en el que las fuerzas polí- tas que hace Jon Beasley-Murray en su obra ticas que habían perdido la guerra podían Posthegemony (2010). En una entrevista para volver al tablero político a cambio de no cues- Eldiario.es, este profesor señala que: tionar el nuevo régimen democrático. Debemos pensar la política, no tanto como la misión de educar a los demás y explicarles có- El relato nos traslada al mo son las cosas, sino como el arte de facilitar encuentros y formar hábitos que construyen momento en el que Paula, cuerpos colectivos más potentes (multitudes). De construir otras formas de sincronizar y or- ya madura, rememora su questar cuerpos y ritmos; otras lógicas prácti- cas y encarnadas. No nos conformamos al capi- vida hasta el momento talismo porque nos convenza una trama ideológica súper-coherente y persuasiva, sino por los afectos y los hábitos (como el consumo, actual. etc.). (Fernández-Savater: 2015).

Sin embargo, tras la aprobación de la Ley Para el intelectual británico, el único ca- de Memoria Histórica del 2007 y la aparición mino hacia el cambio social solo puede pasar de nuevas demandas sociales y políticas a por una activación de los afectos, entendidos partir del 15M, el estado español ha venido éstos desde la perspectiva spinozista de la ca- experimentado toda una ola de llamamientos pacidad de los cuerpos de afectar y de ser a favor de la recuperación de la memoria de afectados por otros cuerpos mediante la in- aquellos que fueron víctimas de la represión teracción de estos en encuentros. de la dictadura. Del mismo modo, ha ido cua- En «La mujer de Lot», sin embargo, se po- jando la idea de una revisión del mito de la ne de manifiesto como el sistema colonial su- Transición, poniendo en duda la ejemplaridad prime esta agencia del cuerpo de Paula para del proceso y denunciando como una parte de afectar a lo que la rodea y también ser afec- las estructuras del antiguo Estado habían si- tada por ello. Pero no siempre fue así; mien- do reubicadas en el nuevo régimen democrá- tras escucha música en un tocadiscos rallado tico. Pero ¿cómo recuperar la memoria de (tiempo cíclico que no avanza, al igual que aquellos que no están o de aquellos que deci- sus días), evoca un momento de su juventud dieron no volver a mirar atrás con la espe- cuando bailaba con un joven del que ya no re- ranza de que solo hacia adelante se encontra- cuerda su nombre, pero del que conserva el ba el camino a seguir? recuerdo de su sonrisa, sus ojos brillantes, su Para contestar a esta pregunta me parece gracia y de cómo le hacía sentir «la persona interesante acudir una de las propuestas que más importante del baile» (289). Vemos aquí subyace en lo que algunos intelectuales desde una de las partes fundamentales de los afec- la denominada teoría de la poshegemonía han tos: que dan preeminencia al cómo sobre el venido planteando: que transitamos (o siem- qué. El baile aquí se muestra como una mani- pre lo hicimos) hacía un modelo donde las festación de cuerpos afectivos que se tocan, se

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sienten, se guían y se dejan guiar y, que, a su y activa toda una cascada de nuevos recuer- vez, activan prácticas que dejan en la memo- dos que retrotraen a Paula mucho más atrás, ria improntas más duraderas que las del hasta su infancia, cuando acompañaba a su signo o la palabra (en este caso el nombre del madre de compras. La protagonista entonces joven). En Idella, Paula va perdiendo poco a evoca intensamente los pequeños placeres de poco esa capacidad afectiva y, la única opción los encuentros fortuitos en las calles de la que le queda es la de reproducirlos mediante Tierra: las conversaciones intrascendentes, los recuerdos. Gracias a estos pone en duda los sonidos de la multitud e incluso los piro- las decisiones que ha tomado y, con ello, pos de desconocidos. desarrolla una mirada crítica hacia la nueva sociedad colonial de la que forma parte. La abuela de Paula juega aquí un papel esencial, En «La mujer de Lot» se ya que ancla a la protagonista en la posición de una tercera generación en la familia y, por pone de manifiesto como el tanto, en dos modos opuestos de entender los cambios. La abuela muestra una actitud mu- sistema colonial suprime cho más activa en la decisión de Paula de marcharse a otro planeta mientras que la esta agencia del cuerpo de madre, con unas ideas mucho más estáticas, se siente aterrada con la idea del viaje inter- Paula para afectar a lo que planetario. Como veremos más adelante, este espacio dicotómico forjará el carácter de la la rodea y también ser protagonista y culminará dramáticamente en los últimos compases de la historia. afectada por ello. Pero lo más relevante en esta parte del re- lato es la forma en la que se desarrolla la Vemos por tanto cómo la memoria afectiva conversación mediante la cual Paula decide se produce en Paula a través de la interacción finalmente marchar con Jan. La protagonista sentimental con los diferentes miembros de la la recuerda «con tanta claridad que le parecía familia e independientemente de la actitud estar escuchándola» mientras que muchas que tengan hacia su marcha a la colonia. Si otras conversaciones paralelas en ese mismo los afectos son independientes a la producción momento solo habían quedado en su memoria del sentido que buscan activar, esto hace re- «como una película, de la que se conoce el ar- plantearnos cómo abordar la cuestión afectiva gumento, pero no las palabras» (297). Esta en términos ideológicos. escena representa el nódulo central de la na- A este respecto, Sarah Ahmed en su libro rración y aunque es descrita brevemente, está La política cultural de las emociones nos ad- rebosante de pequeños gestos afectivos como vierte de no entender lo emocional y lo afecti- la sonrisa y los guiños cómplices de su abue- vo como manifestaciones esencialistas ligadas la, las palmadas en los hombros, los brindis a la feminidad y entenderlos como parte de por el inminente viaje y el llanto de su madre. una economía afectiva y pensar que las emo- Toda la secuencia está contenida en pocas lí- ciones «no habitan positivamente a nadie ni a neas, pero llenas de contenido afectivo de los nada, lo que significa que “el sujeto” es sim- que surge, finalmente, la decisión de Paula de plemente un punto nodal en la economía, más poner rumbo a Idella. Sin embargo, este pasa- que su origen y destino» (2015: 82). je repleto de estas sensaciones no acaba aquí Del mismo modo que Ahmed, Jon Beasley

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señala sobre este aspecto que el gran triunfo lización en la Tierra donde «todo habría sido del capitalismo no se basa meramente en su destruido como Sodoma [...] en una intensa fuerza ideológica si no es una capacidad llamarada de fuego blanco» (Barceló, 1989: inagotable de crear efectos casi infinitos a 297). Los afectos heredados a través de los re- través del consumo. Así pues, podemos ver en cuerdos se convierten en hábitos que, si bien el relato de Barceló que Paula, al recordar los pueden activar una conciencia crítica hacia el largos paseos con su madre rememora que: nuevo régimen, se topan con la imposibilidad de ser reproducidos por las imposiciones de El pasado era también la música y los bailes y este al limitar la agencia afectiva de la prota- el teléfono y la televisión y los anuncios. Sí, cla- gonista. Sobre este aspecto, Deleuze siguien- ro, había pobreza y explotación y consumismo, do los postulados spinozistas sobre el cuerpo pero era bonito ver la tele aunque fuera en el señala que: escaparate de una tienda [...]. (295). [...] si se define los cuerpos y los pensamientos En este pasaje, la protagonista actúa como como poderes de afectar y de ser afectados, mu- el flâneur benjaminiano que camina entre las chas cosas deberán cambiar. Se definirá un calles de una sociedad de consumo, la cual re- animal o a un hombre no por su forma ni tam- conoce como tal y de la que rescata aquellas poco como un sujeto, se lo definirá por los afec- prácticas afectivas mediante la simple acción tos de los que es capaz. (Deleuze, 2005: 151) del pasear. Acción que se convierte en una práctica de «protesta inconsciente contra el Si Paula va perdiendo gradualmente esta tempo del proceso productivo» (Benjamin, capacidad, aceptando las tesis Deleuze- 2005: 353) y contra este capitalismo de los Spinoza, también dejaría de ser un sujeto en afectos que había (ha) conseguido convertir sí misma. La configuración del sujeto feme- las emociones y sus prácticas en mera mer- nino recobra en los últimos compases de la cancía. Al mismo tiempo, sin embargo, este novela un significado especial con las referen- tipo de afectividad dirigida puede contener la cias bíblicas que Paula recuerda sobre los he- semilla de una futura resistencia al generar chos ocurridos en Sodoma y Gomorra y de una serie de hábitos heredados que friccionan cómo la mujer de Lot se convirtió en estatua al entrar en disputa con una nueva realidad de sal al quebrantar la prohibición de Dios de (Beasley, 2010: 177). no mirar hacia atrás en su huida. Los afectos no son por tanto contenedores El propio título del relato evidencia como de ningún rasgo positivo o negativo en sí en el texto bíblico existe una omisión delibe- mismos, o, en otras palabras, pueden conte- rada de dar un nombre concreto a la esposa ner en ellos cualquier punto del espectro ideo- de Lot, quien solo es reconocida por su rela- lógico que queramos articular, lo importante ción de parentesco con este. La inexistencia aquí es observar su capacidad de activar de dicho nombre pone de manifiesto la au- prácticas a través de las emociones y cómo és- sencia de uno de los elementos fundamenta- tas crean redes de cuerpos afectivos que in- les que un sujeto puede poseer para la confi- teractúan y se conectan con otros nuevos, ex- guración de su propia identidad. Barceló sí pandiendo en ellos su radio de acción. otorga un nombre a la protagonista, pero al En el relato de Barceló, Paula se convierte igual que la mujer de Lot, esta se siente en depositaria pasiva de los afectos de las ge- atrapada entre la obediencia al sistema neraciones pasadas que sufrieron el trauma (Dios, en el caso bíblico) y a su marido o la de un conflicto nuclear que acabó con la civi- oportunidad de poder mirar hacia atrás y

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observar los rescoldos aún ardientes de su binarias. La Paula que en sus últimos instan- pasado. Sin embargo, realizar esta operación tes de vida decide caminar hacia el futuro pe- resulta con el castigo y la obliteración de la ro que queda petrificada al mirar hacia el pa- identidad del sujeto al desafiar la norma; es sado recuerda poderosamente a la famosa la consecuencia directa de poner en duda el imagen del Angelus Novus de Benjamin y que sistema dominante. al igual que nuestra protagonista

quisiera detenerse, despertar a los muertos y re- El propio título del relato componer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es evidencia como en el texto tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia bíblico existe una omisión el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Es- deliberada de dar un te huracán es lo que nosotros llamamos progre- so. (Benjamin, 24: 2001) nombre concreto a la La razón por la que Paula y el Angelus se detienen a mirar atrás es porque han des- esposa de Lot, quien solo es cubierto las ruinas sobre las que se sedi- menta el supuesto progreso al que han sido reconocida por su relación arrastrados. La protagonista de nuestro re- lato también tiene la tentación de devolver a de parentesco con este. la vida a los muertos de su pasado que aho- ra se le manifiestan como recuerdos perdi- Sea cual sea la opción tomada, el sujeto es- dos. Al mismo tiempo, intenta reconstruir tá condenado a su autodisolución: resistir al su vida anterior a través de estos fragmen- olvido y acabar convertido en estatua de sal o tos de la memoria que son imposibles de aceptar el camino del progreso y, en el trayec- volver a ensamblar al haber sido despojada to hacia este, dejar de lado el pasado y las de su origen y forzada a caminar hacia esa emociones contenidas en él. Al final del texto, utopía, representada por el distante hori- Paula se encuentra ante este dilema y vemos zonte al que Jan se dirige cada día para como bascula desde una posición melancólica construir el futuro de Idella. Sin embargo, de añoranza por su juventud hacia un cambio no existe la certeza de la felicidad en este repentino de aceptación desesperada hacia el horizonte que ha sido privado de toda rela- proyecto colonial y una pasión abnegada por ción afectiva y que solo se articula bajo una el amor de su esposo. serie de promesas enunciadas de forma re- Cuando Jan llega a casa, encuentra el petitiva pero carentes de ser finalmente ma- cuerpo de su mujer, rígido pero sonriente al terializadas. El discurso sobre el progreso y mismo tiempo. Si en sus últimos momentos la modernización se sustenta, por tanto, en Paula decidió abrazar el futuro en Idella, ¿por una serie de enunciados vacíos que demues- qué termina convertida en esa imagen de una tran que, al igual que la ideología en la teo- estatua de sal? Quizás la respuesta no sea si- ría posthegemónica, el lenguaje en «La mu- tuarla en uno de los dos opuestos a los que se jer de Lot» ha perdido parte de su capacidad enfrenta sino en un espacio liminar que le constitutiva y no son capaces de construir permita hacer asociaciones entre posiciones nuevos paradigmas de futuro.

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¡Palabras! ¡Solo palabras! El pasado también bajo el aspecto de ritmos, entonaciones, trans- está hecho de amor y de árboles y de pueblos formaciones léxicas, sintácticas, retóricas» junto al mar donde uno podía salir a pasear por (Kristeva, 1997: 19). En el relato de Barceló las tardes al terminar el trabajo y encontrarse esta ruptura semiótica viene representada con gente y hablar de cosas pequeñas, sin im- por la activación de los recuerdos y la memo- portancia, pero buenas y aromáticas como la ria afectiva de su protagonista. Sin embargo, sal y la canela. (295) esta no es capaz de decantarse finalmente por

ninguna de las dos opciones y termina parali- La añoranza del objeto perdido y la ansie- zada. Esta parálisis es debida a que dicha dad por la imposibilidad de no alcanzar uno melancolía genera un excedente de afecto que nuevo que lo reemplace, desplazan a Paula a un estado de melancolía que, en última ins- [...] no tiene otro medio para manifestarse que tancia, acabará por convertirla en una esta- producir nuevos lenguajes, encadenamientos tua de sal; un ser inerte atrapado entre un extraños, idiolectos, poéticas. Hasta que el peso pasado en ruinas y un futuro que, al igual de la Cosa originaria prevalece y toda traduci- que el horizonte por el que marcha Jan, bilidad se vuelve imposible. La melancolía cul- siempre está allí pero que nunca es posible mina entonces en la asimbolia, la pérdida de alcanzar. sentido: si no soy capaz de traducir o de meta- forizar, me callo y muero. (Kristeva, 1997: 41)

El relato de Barceló nos Paula termina derrotada ante la imposibi- lidad de crear una fórmula capaz de sublimar ayuda a poner de dicho excedente afectivo debido a las limita- ciones impuestas en Idella. Este tipo de pul- manifiesto los peligros de sión no resuelta podría convertirse en una pul- sión destructiva, una fuerza mediante la cual una sociedad ensimismada el individuo «podría entonces ser sometido, ba- jo el efecto de cierta disposición destructiva de en la idea abstracta de un los afectos, a una modificación desubjetivadora o desustancializadora» (Malabou, 2012: 124). progreso que cierra los ojos Atendiendo a este análisis de Malabou sobre Freud podríamos legítimamente afirmar que a la memoria de su pasado el destino de Paula está sellado al caer rendida ante la mutación sufrida por la desaparición Esta melancolía podría ser el resultado de del sujeto original que hace «surgir una perso- lo que Julia Kristeva señala como la imposibi- na nueva, sin memoria, con afectos restringi- lidad del sujeto femenino de inscribirse en el dos y empobrecidos» (124). lenguaje simbólico del padre. Paula se en- Sin embargo, este tipo de pulsión no ter- frenta a la dicotomía que Kristeva plantea en mina desapareciendo, ya que el gran triunfo torno a la cuestión de las posibilidades del su- de esta distopía de los afectos en el que se ha jeto femenino para su constitución: su identi- convertido el planeta es el de conseguir cana- ficación con la ley simbólica o, por el contra- lizar y utilizar dicha energía libidinal para el rio, una ruptura de ésta a través del elemento beneficio de su propia estructura y desarrollo. semiótico, aquel que supone una serie de Siguiendo el rastro de una resolución desde el «fracturas al sistema propiamente simbólico psicoanálisis podríamos encontrar una res-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 111  PRIMAVERA-VERANO 2020 REFLEXIONES          Cuerpo, memoria y melancolía: distopía de los afectos en «La mujer de Lot», de Elia Barceló

puesta para este remanente afectivo que no Nacional Autónoma de México, Programa se destruye, sino que se transforma aten- Universitario de Estudios de Género. diendo a la categoría de energía psíquica pos- BEASLEY-MURRAY, Jon (2010). Posthegemony: tulada por Carl Jung. El psiquiatra suizo, Political Theory and Latin America. Min- afirmaba que, bajo el principio de equivalen- neapolis (MN): University of Minnesota cia, dicha energía surgida de dos opuestos no Press. desaparece cuando uno de ellos prevalece so- BENJAMIN, Walter (2005). Libro de los pasa- bre el otro, sino que su valor es transferido jes, 3. Madrid: Akal. (Jung, 2014 :18). Del mismo modo, la energía BENJAMIN, Walter (2008). Tesis sobre la his- afectiva contenida en los recuerdos de Paula toria y otros fragmentos. No. 901 B4Y. Mé- no se desvanecería, sino que sería integrada xico D.F.: Universidad Autónoma de la por el sistema colonial y redistribuida hacia Ciudad de México. formas de aceptación que se manifiestan en el BARCELÓ, Elia (1989). Sagrada. Barcelona: sometimiento a este o hacia una extrema (y Nova. casi religiosa) devoción hacia su marido. BARCELÓ, Miquel (1989). «Presentación», Elia El relato de Barceló nos ayuda a poner de Barceló, Sagrada. Barcelona: Nova, 5-11. manifiesto los peligros de una sociedad ensi- DELEUZE, Gilles (2003). Spinoza, filosofía mismada en la idea abstracta de un progreso práctica. Barcelona: Tusquets. que cierra los ojos a la memoria de su pasado FERNÁNDEZ-SAVATER, Amador (20.2.2015). y constriñe las relaciones afectivas de sus Jon Beasley-Murray: «La clave del cambio miembros. Lo hace, además, advirtiendo que social no es la ideología, sino los cuerpos, no es algo que debemos replantearnos de los afectos y los hábitos». ElDiario.es forma prospectiva, sino que esos riesgos pue- https://www.eldiario.es/interferencias/Pod den ser ubicados de forma inmediata en nues- emos-hegemonia- tra sociedad actual de consumo, cimentada afectos_6_358774144.html ( Acceso: 29 de sobre el andamiaje de estructuras patriarca- octubre de 2019) les y neoliberales. Si Paula es desposeída de JUNG, Carl Gustav (2015). On the nature of toda agencia no es únicamente porque su ca- the psyche. London: Routledge. pacidad afectiva queda reprimida bajo un modelo que impide su desarrollo sino porque, KRISTEVA, Julia (1997). Sol negro: depresión y además, esta ha sufrido una desterritorializa- melancolía. Caracas: Monte Ávila Editores ción que le impide articular una producción Latinoamericanos. simbólica propia y contestataria. Por eso, la MALABOU, Catherine (2012). Formas de des- única solución que nos queda es seguir explo- trucción Sufrimiento cerebral, sufrimiento rando y tejiendo nuevas redes que se organi- psíquico y plasticidad / Forms of Destruc- cen en torno a los espacios comunes de la tion Cerebral Suffering, Psychic Suffering, memoria y de los afectos y así, quizás, no Plasticity. Santiago de Chile: Liminales. terminemos convertidos en estatuas de sal. ROBLES, Lola, y Teresa LÓPEZ-PELLISA (eds.) (2018). Distópicas. Antología de escritoras españolas de ciencia ficción. Madrid: Li- Obras Citadas bros de la Ballena. SENDÓN DE LEÓN, Victoria (1988). Más allá AHMED, Sara (2015). La política cultural de de Itaca: sobre complicidades y conjuras. las emociones. México D.F.: Universidad Vol. 34. Barcelona: Icaria.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 112  PRIMAVERA-VERANO 2020

Extrapolación 2029 o la huida hacia el presente

Marta Pascua Canelo © Marta Pascua Canelo, 2020

el cuento en el actual impulso de este género constitutivo casi por definición de lo que se ha dado en llamar Trivialliteratur. Libros como Las visiones (2016), de Edmundo Paz Soldán, o Nuestro mundo muerto (2016), de Liliana Co- lanzi (en la literatura hispanoamericana) o Sagrada (2018), de Elia Barceló, y De mecáni- ca y alquimia (2011) de Juan Jacinto Muñoz Rengel (en la española) dan buena cuenta de este ensalzamiento del cuento como un género más que apto para la ciencia ficción. A ello han contribuido seguramente dos cuestiones: por un lado, el triunfo de la narrativa breve tam- bién en el ámbito audiovisual, de la mano de series de televisión que optan por un formato similar, al estilo de Black Mirror (2011), donde cada episodio nos presenta una ficción diferen- te, sin una continuidad o línea argumental en- tre unos y otros; por otro lado, la edición en los últimos años de antologías de relato de ciencia ficción de la talla de Mañana todavía. Doce distopías para el siglo XXI (Fastascy, 2014) o Poshumanas y distópicas. Antología de escrito- ras españolas de ciencia ficción (Eolas Edicio- nes, 2018), que han posicionado al género en primera plana del mercado editorial.

Francisco J. Jariego A esta nómina de colecciones de relatos de Extrapolación 2029 ciencia ficción se puede sumar Extrapolación Indie Research, 2018 2029 (2018), del madrileño Francisco J. Jarie- 251 pp. go. Doctor en Ciencias físicas, Jariego es tam- bién experto en tecnologías de la información y la comunicación, lo que le sitúa en la estela de Que la ciencia ficción vive hoy un renovado importantes nombres de la narrativa española auge en las letras contemporáneas en español actual que, desde su formación en ciencias du- es un hecho consabido, pero quizás no lo es ras, han incursionado en el campo de la litera- tanto el papel predominante que está teniendo tura contemporánea, revolucionándolo. Tal es

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 113  PRIMAVERA-VERANO 2020 CRÍTICA     Extrapolación 2029 o la huida hacia el presente

el caso de autores como Agustín Fernández Gante que acompañan al texto de Jariego no Mallo (La Coruña, 1967), quien trabajara como logren maquillar una edición que de primeras radiofísico antes de volcarse de lleno en la es- no resulta especialmente atractiva; sin embar- critura, y de Javier Moreno (Murcia, 1972), li- go, en esta ocasión no vale más una imagen cenciado tanto en Teoría de la literatura como que mil palabras, por lo que merece la pena en Matemáticas. También el reconocido na- adentrarse en estos relatos. En Extrapolación rrador, ensayista y crítico literario Vicente 2029 lo que se intenta es, como señala el pro- Luis Mora ha participado ampliamente del pio autor en el prólogo, «dibujar un futuro muy diálogo entre literatura y ciencia1, que tiene ya cercano» (y de ahí que sitúe sus relatos pros- sus férreos investigadores en España gracias a pectivos en 2029) pero alejado de la distopía. grupos de investigación como ILICIA «Inscrip- Si la ciencia ficción de los últimos tiempos ciones literarias de la ciencia», de la Universi- apunta en su mayoría hacia la distopía crítica, dad de Salamanca. Francisco J. Jariego nos demuestra que hay disparidad en el género y que no toda la cien- cia ficción es distópica ni se asienta en los pre- [...] el triunfo de la supuestos críticos, aunque bien es verdad que una preocupación de índole ética también se narrativa breve también en encuentra en la base de muchos de sus relatos. Nos indica el autor que los textos que re- el ámbito audiovisual, de la coge el libro conforman «futuros sin filtro en los que la tecnología no es el protagonista, so- mano de series de lo un actor secundario relevante», pero nada más lejos de la realidad, pues la tecnología es televisión que optan por sin duda el principal protagonista de esta fic- ción a la que precisamente por ello llama tec- un formato similar, al estilo nológica, y en la que los avances futuros (o más bien presentes) en esta disciplina con- de Black Mirror (2011), donde forman el hilo conductor de los relatos. Como acabamos de apuntar, Francisco J. Jariego cada episodio nos presenta llama a lo que él hace «ficción tecnológica» y deja bien claro que no pretende hacer crítica una ficción diferente, sin social, de manera que se aleja deliberada- mente de las llamadas distopías críticas que una continuidad o línea triunfan en la ciencia ficción contemporánea. Los dieciséis relatos que componen Extra- argumental entre unos y polación 2029 nos enfrentan a una ciencia fic- ción probablemente más tecnófila que tecnó- otros. foba. Estamos ante un libro consciente de los problemas que genera la tecnología en nues- Autopublicado en Indie Research, puede tra sociedad, pero capaz de focalizarse en los que las cuidadas ilustraciones de Patricia L. aspectos positivos. Así sucede, por ejemplo, en «Éxodo digital», uno de los relatos más in- —————————— teresantes precisamente porque, pese a todas 1 Cabe destacar la impartición del curso «Poesía, ciencia las implicaciones y derivas negativas a las y tecnología. Hacer poesía desde el imaginario científico y el mundo digital» en la Universidad Internacional Me- que la tecnología enfrenta a muchos de sus néndez Pelayo en 2018. estudiosos, la historia presenta en buena me-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 114  PRIMAVERA-VERANO 2020 CRÍTICA     Extrapolación 2029 o la huida hacia el presente

dida un «final feliz». Y es que a través de una Todavía hay grupos que defienden posturas impresionante anagnórisis, la esencia del re- atávicas en bioética, atrincherados en la uto- lato se corresponde justamente con las posibi- pía. Los habrá aún muy posiblemente durante lidades de reencuentro entre un padre y un muchos años todavía. Pero el progreso sigue su hijo gracias a la tecnología que los separó. curso. Hoy, un embarazo que sea el resultado de una relación directa entre un hombre y una El ámbito de la intimidad, de las relacio- mujer, y no tenga en cuenta la posibilidad de nes íntimas que se establecen entre la tecno- detectar y corregir defectos genéticos, es consi- logía y los individuos, constituye el gran nú- derado una irresponsabilidad en cualquier país cleo de este libro. En Extrapolación 2029, desarrollado. (121). como ya anota el autor, «miramos al futuro penetrando sigilosamente en la intimidad», lo que nos extrapola precisamente a la pérdida Nos indica el autor que los del sentido de comunidad que vivimos en las sociedades contemporáneas, que destacan por textos que recoge el libro un acusado individualismo patente en estos relatos y especialmente visible en el caso de conforman «futuros sin «Un golpe de suerte» y «Módulo de amplia- ción», dos cuentos que nos sitúan frente a la filtro en los que la soledad que pueden experimentar los ciborgs y los robots. tecnología no es el El tema de la memoria, tan importante en la ciencia ficción distópica, también resulta re- protagonista, solo un actor levante en Extrapolación 2029. El libro se abre precisamente con «Módulo de ampliación», un secundario relevante»... primer relato en el que la adquisición de la memoria por parte de un robot equivale a la adquisición del autorreconocimiento y, por Por otro lado, resultan especialmente re- tanto, de la libertad. La posibilidad de viajar al señables los microrrelatos que Jariego incor- pasado, que no es en realidad sino la capaci- pora en la antología. Que el microrrelato dad de proyectar el futuro, deriva en el relato también puede ser un formato apto para la «Seis segundos» de un implante tecnológico ciencia ficción no es ningún descubrimiento, que, empleado terapéuticamente y desarrolla- pero sí la soltura y el manejo con que los con- do como ensayo clínico, permite a un paciente juga el autor; se trata de un género en el que mitigar sus instintos violentos y reinsertarse se siente especialmente cómodo, o esa es la en la sociedad, lo que muestra nuevamente el sensación que transmite al menos a los lecto- cariz tecnofílico del libro. Un mayor cuestio- res. Merecen una mención especial, entre los namiento ético se aprecia, por ejemplo, en cinco que incluye, «Recaptchado», «Amor 2.0» «Tratamiento estocástico», un relato que nos y «Niños salvajes», tres microficciones en los enfrenta a las diatribas morales de la clona- que una humanización o una deshumaniza- ción (de nuevo con fines terapéuticos), pero en ción inesperadas destruyen, en el mejor de los el que se establece un acusado sesgo de clase. sentidos, el horizonte de expectativas. «París, sin amor» nos devuelve, sin embargo, a Muy destacables se tornan también el rigor la tecnofilia más descarnada, tratándose de un técnico, la originalidad y la verosimilitud de relato que plantea dificultades para empatizar estas ficciones tecnológicas, cualidades que se con el personaje: perciben de forma más prominente en «Justa ignorancia» y «Voto electrónico», dos relatos

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 115  PRIMAVERA-VERANO 2020 CRÍTICA     Extrapolación 2029 o la huida hacia el presente

que conjugan veracidad y precisión técnica a guaje más agresivo y salvaje se aprecia, por partes iguales; sin embargo, podría echarse en ejemplo, en el primer relato, «Módulo de am- falta un mayor desarrollo emocional. En lo que pliación», pero este estilo arriesgado se va di- respecta a las voces narrativas, alcanzan una luyendo en las sucesivas ficciones. mayor cohesión y verosimilitud los relatos na- De cualquier modo, esta antología de rela- rrados en primera persona que aquellos na- tos se descubre como una propuesta a tener en rrados en tercera, pues se descubren en ellos cuenta en el terreno de la ciencia ficción en es- registros más variados y una mayor profundi- pañol pues, aunque manifiesta un riesgo for- zación psicológica de los personajes. mal reducido en relación con las propuestas narrativas osadas que caracterizan buena par- te de la narrativa de ciencia ficción, muy noto- Que el microrrelato rio resulta, por contrapartida, el interés de los temas que aborda. También cabría esperar, también puede ser un como se ha señalado anteriormente, un mayor posicionamiento ético o político en algunos de formato apto para la los relatos en consonancia con la ciencia ficción del presente que tiene en la base un hondo ciencia ficción no es nin- cuestionamiento ideológico y una fuerte resis- tencia al sistema neoliberal, pero quizás sea gún descubrimiento, pero precisamente esta una de las virtudes del li- bro, la de ofrecer a los lectores de ciencia fic- sí la soltura y el manejo ción un punto de fuga a esta tendencia. En definitiva, podemos afirmar que Extra- con que los conjuga el polación 2029 funge como un discurso deses- tabilizador que encuentra en sus ficciones autor. una vía para mirar hacia aquellos lugares si- tuados en el punto ciego de nuestro día a día, Señala Francisco J. Jariego que Extrapo- y es que, como se afirma en el cuento «Re- lación 2029 es una «ficción tecnológica que quiescat in space»: «La ciencia lleva tiempo [...] se interna en ese terreno incierto que es [pero] la literatura y el arte, a menudo, sirven el futuro sólo para forzarnos a contemplar el para anticipar lo que la ciencia aún no puede presente con algo más de perspectiva», de ahí abordar» (179), aunque en este caso estemos que entendamos el libro como una suerte de probablemente más cerca del presente mismo huida hacia el presente, pero podría echarse que de la anticipación de un futuro. Siguiendo en falta una perspectiva más crítica en algu- al escritor argentino Marcelo Cohen, Ana nas de estas ficciones. En otra dirección, Fraile y Francisca Noguerol han apuntado en también podría resultar conveniente una es- un artículo de 2019, titulado «Critical Dysto- tética más arriesgada, al amparo de las refle- pias in Spanish. Memory as an Act of Resi- xiones del filósofo Arthur C. Danto, quien ya lience», que la ciencia ficción tiene que dejar señaló que la estética es «el modo en que las de ocuparse del espacio exterior y el futuro le- cosas se muestran, junto con las razones para jano y ocuparse del futuro cercano y el espa- preferir una forma de mostrarse a otra». De cio interior; y, puesto que esto es precisamen- este modo, cabría preguntarse por los motivos te lo que hace Jariego en su libro, podría que han conducido a la elección de un modo afirmarse que este merece sin duda un lugar de narrar tradicional y lineal para un libro en nuestras estanterías, ya sean estas virtua- que aborda temas tan innovadores. Un len- les o físicas, de ciencia ficción.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 116  PRIMAVERA-VERANO 2020

Cuadros de costumbres de anticipación: otra clave en el desarrollo del género de la ciencia ficción en España

Mikel Peregrina Castaños © Mikel Peregrina Castaños, 2020

tasía y la especulación no quedaron totalmen- te exentas. Mediante esa tarea, a lo largo de las dos décadas ya cumplidas del siglo XXI se han rescatado distintos textos que reflejan esa permanencia de lo fantástico a lo largo de di- ferentes épocas, como se aprecia perfecta- mente en los monográficos De la maravilla al horror. Los inicios de lo fantástico en la cultu- ra española (1750-1860) (2006), de David Roas, Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015) (2017), coordinado por David Roas, e Historia de la ciencia ficción en la cultura española (2018), coordinado por Teresa López-Pellisa. En estos textos se cita una gran cantidad de autores y obras que se sirvieron de la ficción no mimé- tica como método de superación de los límites Neira de Mosquera, Antonio, J. Rúa Figueroa y An- derivados del reflejo exclusivo de la realidad. tonio Flores Incluso los autores mas representativos de El Madrid futuro según los costumbristas isabelinos ese periodo, como Benito Pérez Galdós, escri- Edición e introducción de Mariano Martín Rodríguez bieron textos fantásticos en los que superar Ediciones 19 esa etapa de predominio realista. Buen ejem- Madrid, 2019 plo de ello es la selección de cuentos fantásti- 158 pp. cos del autor canario realizada para la edito- rial Cátedra por Alan E. Smith (2004). En muchas ocasiones se ha considerado a la En el caso de la ciencia ficción, aunque literatura española como hegemónicamente fuera Hugo Gernsbarck el que ideó este tér- realista, y como auge de esa representación mino a principios del siglo XX, el género venía detallista de la realidad empírica dentro de la conformándose desde épocas anteriores me- obra de ficción se citaba la época del realismo diante distintos autores que se valieron de la y del naturalismo. Sin embargo, en las últi- especulación científica o de la anticipación en mas décadas distintos investigadores han ido sus ficciones para reflexionar sobre su pre- demostrando que incluso en esos periodos de sente. En el caso de las letras españolas, mu- auge de representación de la realidad, la fan- chas de esas primeras ficciones aparecen

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 117  PRIMAVERA-VERANO 2020 CRÍTICA     Cuadros de costumbres de anticipación: otra clave en el desarrollo del género de la ciencia ficción en España

mencionadas en el capítulo de Juan Molina lizando una labor arqueológico-literaria don- Porras, «Los orígenes de la ciencia ficción en de ha recuperado diferentes textos con los que la narrativa española» (2018: 47-69), pertene- ha venido a demostrar la diversidad y riqueza ciente a la monografía de López-Pellisa arriba de la Literatura (con mayúscula), cuestio- mencionada. nando los juicios y las reduccionistas clasifi- caciones tradicionales que se venían haciendo de esta. Buena prueba de ellos son sus edi- [...] el género venía ciones críticas de Agustín de Foxá (La Biblio- teca del Laberinto, 2009), José María Salave- conformándose desde rría (La Biblioteca del Laberinto, 2015), su selección de Fuimos los primeros (La Bibliote- épocas anteriores mediante ca del Laberinto, 2016) con textos pioneros de diversas modalidades de la ciencia ficción, o distintos autores que se la curiosidad de las ficciones de Rafael de Zamora y Pérez de Urría, tercer marqués de valieron de la especulación Valero de Urría, en sus Crímenes literarios (La Biblioteca del Laberinto, 2018). En ellas, científica o de la apoyado en una documentada comparativa con otras literaturas europeas, ha comproba- anticipación en sus do que los orígenes de la ciencia ficción son más amplios de lo que hace varios años se ficciones para reflexionar consideraba, ampliando el panorama sobre cómo esta se gestó en las letras españolas. sobre su presente. En la edición que nos ocupa, este investi- gador sorprende con una recopilación de cinco Aun así, Molina Porras en su exposición a cuadros de costumbres de anticipación. Ini- lo largo del siglo XIX pasa de un periodo ini- cialmente, de este género literario, eminen- cial donde se aglutinan varios viajes fantásti- temente descriptivo, donde muchas veces la cos a nuestro satélite con la idea de presentar narración era un mero marco, tan vinculado en ellas sociedades utópicas o distópicas que al periodismo de la época y con un carácter se contrapusieran a la de sus escritores, a fic- muchas veces conservador y la pretensión ciones científicas y otras anticipaciones, como realista de reflejar costumbres y tipos de épo- las de Nilo María Fabra, de finales de siglo. ca, no cabía pensar un ejercicio de ficción Precisamente, El Madrid futuro según los prospectiva como los que en este volumen en- costumbristas isabelinos vendría a rellenar contramos. Así lo refleja Juan Pro en el pró- parte de ese vacío, puesto que esta serie de logo de la edición cuando destaca que cinco cuadros que presentan distintas visio- «[r]esulta notable esta peculiaridad de que, nes del porvenir centradas en la urbe madri- en el caso español, este género costumbrista, leña, como concluye su editor, Mariano Mar- tenido por exponente máximo del realismo, tín Rodríguez, «ilustran el camino recorrido albergara las primeras muestras de literatu- con bastante rapidez en España desde el ale- ra de anticipación» (16). gorismo heredado del Barroco hasta la antici- Pensando así, estos tres autores pueden pación fictocientífica, tan característica de la parecer un caso llamativo. En un periodo de Modernidad» (65). enorme cambio, de revolución industrial, de Su editor posee una dilatada experiencia desarrollo urbano que estaba modificando la investigadora en la que lleva varios años rea- villa de Madrid, si muchos autores decidieron

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buscar en el presente lo permanente, la esen- rrador-protagonista a un Madrid de 2047 que cia casi castiza, o procuraron registrar con in- no es sino una visión hiperbólica del de 1847, tención historicista lo que imaginaban como tiempo en que fue escrito este cuadro de cos- modas caducas o pasajeras, estos tres escrito- tumbres. Así, Neira de Mosquera parece con- res en concreto optaron por mirar hacia el in- siderar que el futuro no es sino una parodia cierto futuro con el objetivo de reflexionar so- para reflejar los defectos de su época. bre su propio presente y analizar desde otra Por su parte, en el texto de Rúa Figueroa, perspectiva la esencia de la urbe madrileña. «Madrid en el año 2851», no hay explicación Aunque, bien pensado, por un lado, ¿qué alguna del desplazamiento temporal, pero ese es sino la ciencia ficción, y más en concreto la narrador, vinculado al presente del escritor, ficción prospectiva, sino una reflexión sobre sirve como confrontación de los dos periodos la realidad coetánea del escritor a través de temporales, el descrito y el coetáneo. El cua- mundos ficcionales ambientados, muchos de dro se centra en un desfile de profesiones a ellos, en el porvenir? Y, por otro, conviene re- través de la cual se observa una visión satíri- cordar que en la ciencia ficción, en su necesi- co-burlesca de un Madrid organizado en fun- dad de coherencia y de verosimilitud interna, ción del trabajos o condiciones sociales y que el discurso parte, paradójicamente, de los no parece sino un rechazo de un socialismo mismos recursos expresivos que el realismo, utópico. al recrear para sus mundos imaginarios am- Por lo tanto, estos dos primeros escritores, bientes con descripciones detalladas y acumu- como bien se apunta en el estudio introducto- lar acciones que conforman la cotidianidad de rio, «son autores orientados hacia el pasado, los personajes. en el que parecen ver, pese a todos sus defec- Antonio Neira de Mosquera, José Rúa tos, una manera de vivir y de escribir tan Figueroa y, especialmente, Antonio Flores, fundamentalmente ligada al ser humano y la optaron, quizá como un juguete literario, sociedad pintados que no cabe imaginar la quizá por insatisfacción con el presente, o posibilidad de mutaciones sustanciales» (38). por un sueño positivista, por mirar al Ma- Sus visiones, en ese sentido, se caracterizan drid futuro e imaginar qué podría pasar en por una actitud pesimista y desesperanzada él. No lo hicieron en el grueso de su obra, de que el porvenir pueda traer un cambio pro- pero sí en estos cuadros de costumbres aquí fundo. Es más, lo que se desprende de esa mi- recogidos a los cuales la crítica, en los dis- rada es una realidad donde la esencia perma- tintos estudios centrados en estos tres auto- nece inalterable. res, ha preferido ignorar por considerarlos Es por ello por lo que, sin duda, el que al- extrañezas de difícil clasificación para los canza cotas más elevadas, y que otorga prin- parámetros a los que muchas veces los in- cipal peso a esta edición, es el conjunto de las vestigadores de la literatura nos empecina- tres visiones del porvenir de Antonio Flores. mos para encasillar la imaginación y liber- En primer lugar, este periodista opta por una tad creativa y expresiva de los literatos. Y cierta base científica como justificación del en el olvido hubieran seguido si Mariano traslado temporal, sostenida en el espiritis- Martín Rodríguez no los hubiese recuperado mo, tan en boga en aquella época que justifi- para la presente edición. que la mirada al futuro, con lo que se adentra De los tres, el primer de ellos, «Madrid en más profundamente en los recursos ficticios el siglo XXI», de Neira de Mosquera, con con- que caracterizarán la ciencia ficción, aleján- comitancias con Mariano José de Larra, pre- dose así de la omisión completa de Rúa Fi- senta un viaje casi onírico provocado por una gueroa o del recurso casi fantástico del sueño especie de ente sobrenatural que arroja al na- de Neira de Mosquera

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En segundo lugar, Antonio Flores sí sos- tiene su visión futura en un desarrollo tecno- En la edición que nos lógico que ha alterado profundamente las cos- tumbres sociales, donde el capitalismo ha ocupa, este investigador llegado a extremos absurdos, como se aprecia en «El árbol de la publicidad», que abruma sorprende con una con todo tipo de anuncios, tanto públicos co- mo privados, o en el hotel del tercer cuadro, recopilación de cinco que constituye una ciudad en sí misma y toda una parodia de la explotación turística. Se cuadros de costumbres de trata de unas visiones humorísticas, y a veces caricaturescas, donde el autor presenta su anticipación. Ini-cialmente, postura negativa ante lo que ha de llegar. En tercer lugar, como se aclara en el estu- de este género literario, dio introductorio, Antonio Flores se vale de una mayor variedad retórica al recurrir, en el eminentemente descriptivo. segundo de los cuadros, a la fictopublicidad o recreación de un mundo ficticio a través de El volumen constituye, sin duda alguna, la una publicidad imaginaria, o a la topotesia o recopilación de tres autores que configuran descripción de espacios fantásticos como su- otro de los cimientos que sostendría el veni- cede en el tercer cuadro, el del «El Gran Hotel dero género de la ciencia ficción tal y como lo de la Unidad Transatlántica». Ello refleja el entendemos hoy en día. Los tres, con sus dis- manejo de este autor de discursos no conven- tintas pretensiones y diferencia de estilo, me- cionales en la ficción. diante estos cuadros de costumbres abrieron De todo lo expuesto se desprende que este una nueva vía en la literatura de la época: la libro es fundamental para entender el desa- posibilidad de mirar hacia el futuro, jugar con rrollo de la literatura de anticipación en Es- la especulación y reflexionar sobre el propio paña, completando así ese lapso temporal va- presente. Y a ellos les seguirían escritores cío en la exposición de Molina Porras arriba posteriores, como el más conocido y celebrado mencionada. La recuperación de estos cua- Nilo María Fabra. Su lectura no solo sor- dros de costumbres de anticipación contribu- prenderá al lector por lo peculiar de estos es- ye, por tanto, a aclarar un poco más cómo se critos en su contexto literario, sino que ade- originó la ciencia ficción en España, en para- más le permitirá apreciar, especialmente en lelo a cómo se iba desarrollando en otros paí- el caso de Flores, la modernidad que se es- ses europeos. conde en sus visiones del porvenir.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 120  PRIMAVERA-VERANO 2020

Tres versiones de un «dios» épico-fantástico

Raul Brandão

Nota introductoria de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción, 2020 y traducción de Rubén Molina Martínez © Rubén Molina Martínez, por la traducción, 2020

Uno de los rasgos más comunes en la fantasía zada, cuya irracionalidad era capaz de fascinar épica o heroica, y también en el weird lovecraf- y horrorizar a la vez a unos intelectuales que tiano, es la existencia de dioses imaginarios producían sus ideas en una sociedad crecien- que, a la manera de las creencias politeístas, temente libre de su determinación religiosa. intervienen directamente en los destinos de los La propia evolución de las disciplinas huma- miembros de un pueblo que les rinde culto. A nísticas en ese contexto suscitaba nuevos inte- diferencia de la ficción histórica o mitológica, rrogantes y estimulaba la creatividad autóno- que construye sus mundos ficcionales a partir ma respecto a las religiones y su valor social y de un acervo existente y documentado (por ético. Por ejemplo, la arqueología decimonóni- ejemplo, el mundo grecorromano, con sus tes- ca había sacado a la luz pruebas irrefutables timonios historiográficos y mitográficos), en la de la práctica religiosa de los sacrificios hu- fantasía épica son esos pueblos y sus dioses manos, lo que no hacía sino confirmar con nacionales unas creaciones de nueva planta, pruebas materiales lo sabido por los libros de aun cuando puedan inspirarse ocasionalmente la Antigüedad pagana. Además, ¿cómo consi- en historias y naciones reales. Para alcanzar derar la religión como fuente de moral si los esa categoría de fantástico, no hace falta si- dioses antiguos de prácticamente todas las mi- quiera proponer nombres nuevos, a la manera tologías exóticas recientemente estudiadas se de los dioses de Pegāna inventados por Lord comportaban de una manera tan poco ética Dunsany (1878-1957) en 1905. Basta con eli- como, por ejemplo, Zeus o el dios nacional de la minar cualquier alusión a una realidad histó- mitología hebrea? rica concreta y conocida, con la consecuencia Este espectáculo incomprensible y a me- de que las deidades y las religiones a que dan nudo aterrador del culto religioso primitivo, lugar se revisten de un anonimato que las se- aunque persistente hasta la fecha en no pocos para de la historia y las sitúa en un universo lugares, encontró su reflejo en varios textos fantástico o, en cualquier caso, ajeno al real ficcionales sobresalientes en los que se des- del pasado de nuestro mundo. Al mismo tiem- cribe la manera en que los dioses y los hom- po, tal anonimato les confiere automáticamen- bres interactúan, generándose así cuadros te una potencial aplicabilidad universal, as- fantásticos, pero simbólicamente representa- pecto este que no podía sino seducir a aquellos tivos, que van desde el horror absoluto que autores deseosos de poner la fantasía al servi- entraña la imposibilidad de vencer a unas di- cio de una reflexión subyacente, de carácter vinidades terribles al estilo lovecraftiano has- normalmente simbólico incluso en escritores ta una anulación liberadora de la fe en esos no necesariamente simbolistas, sobre los orí- dioses y de los ritos sangrientos que inspiran. genes de la civilización humana y, más exac- Como muestras sobresalientes de ello puede tamente, sobre los inicios de la religión organi- aducirse la serie de tres versiones de una

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misma historia imaginada por el novelista que el resultado sea, de hecho, tan lírico y portugués más importante del período finise- rompedor discursivamente con la novela rea- cular y maestro de la prosa simbolista en su lista como lo había sido la primera. lengua, Raul Brandão (1867-1930). En ambas versiones, una sección se dedica- Este escritor se hizo famoso, y no solo en ba a los escritos atribuidos a K. Maurício, y Portugal, por sus novelas reflexivas entre el que se distinguen de los de Brandão por su ca- lirismo y el ensayo, como A Farsa [La farsa] rácter fantástico y simbólico, así como por (1903) y Húmus [Humus] (1917), en las que adoptar las formas de diversas modalidades personajes humildes sufren toda clase de ca- narrativas puestas de moda otra vez por la rencias económicas y afectivas que dibujan la prosa simbolista internacional, tales como la imagen de una sociedad dominada irremisi- leyenda medieval «Santa Eponina», reescrita blemente por el dolor. Este dolor se describe con hincapié en sus aspectos morbosos, o el como una fuerza social, aunque sobre todo cuento maravilloso o Märchen «O Mistério da metafísica, ya que aparece como el destino de Árvore» [El misterio del árbol], que narra el la existencia humana, con el sufrimiento co- fracaso final de un rey tiránico que ha deste- mo realidad insoslayable y la muerte y la rrado el amor de sus dominios y cuya seque- aniquilación como único horizonte. En este dad de corazón está simbolizada por un árbol cuadro tan negro, tan solo el sueño se presen- muerto que solo vuelve a florecer cuando una ta como una posible alternativa, pero centrar pareja de mendigos se aman a su sombra, co- la vida en la ensoñación despierta y perma- mo revancha simbólica de estos tras ser ajusti- nente acaba siendo un remedio ilusorio, por- ciados por su amoroso delito. Más original que que las necesidades insatisfechas del cuerpo, estos es tal vez otro de los relatos atribuidos a sobre todo alimentarias y sexuales, imponen K. Maurício, que cabe considerar uno de los su ley acuciante. Un artista soñador e in- primeros ejemplos de fantasía épica en Portu- adaptado, cuya frustración sexual y senti- gal. Lo es por alejarse su universo ficcional de mental ni el sueño puede compensar y acaba las convenciones del cuento maravilloso para provocando su suicidio, es K. Maurício, el pro- explorar una sociedad imaginaria, inventada tagonista de História dum Palhaço (A Vida e íntegramente por el escritor, y en la que parti- o Diário de K. Maurício) [Historia de un pa- cipan elementos sobrenaturales como el ídolo yado (Vida y diario de K. Maurício)] (1896). dotado de poderes divinos que es el objeto de Esta novela lírica, que reproduce extensa- un culto sobrecogedor por los habitantes de esa mente el diario del protagonista, es una larga sociedad, cuyo aspecto primitivo, sin tecnología requisitoria contra la vida que precede en ni estratificación social derivada de las diver- muchos años al auge del existencialismo, sas funciones económicas, remite al período aunque su espíritu corresponde perfectamen- protohistórico y legendario de los principios de te al pesimismo finisecular inspirado en la fi- la civilización, a un período mítico en el que losofía de Arthur Schopenhauer, así como en convivían dioses y hombres. la propia tradición portuguesa de la saudade, Este relato épico-fantástico de Brandão re- que aquí se expresa de forma trágica, en vez cibió títulos distintos en las dos versiones de de melancólica. Este planteamiento lo man- la novela, aunque su origen es anterior. Su tuvo en la segunda versión de la novela, titu- primera publicación fue en 1895, en un diario lada A Morte do Palhaço e o Mistério da Árvo- lisboeta, y se llamaba entonces «Deus» re [La muerte del payaso y el misterio del [Dios]1. En este cuento primerizo, narrativa- árbol] (1926), que retoma la misma tragedia —————————— del artista-payaso de una forma narrativa in- 1 Raul Brandão, «Deus», Correio da Manhã, XII, 3.288 tencionalmente algo más convencional, aun- (11.5.1895), p. 1. Como este texto de Brandão no se ha

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mente algo esquemático y retóricamente más gadas por el protagonista. Respecto a «Deus», sobrio que las versiones sucesivas, ya está las diferencias son de carácter formal, ya que creado por completo el mundo especulativo de esta reescritura amplia las descripciones y aspecto simbólico que luego el autor iría am- detalla los sucesos, de forma que el efecto de pliando, dándole mayor espesor sobre todo sublimidad fantástica está mejor sostenido desde el punto de vista de su interpretación por una prosa estilísticamente muy adorna- filosófica de cariz existencialista. La descrip- da, pero en la que cada figura retórica contri- ción del bosque falto de vida donde los sacer- buye a profundizar la fuerza sugestiva del dotes llevan a cabo cada año el sacrificio hu- universo creado, a la vez que su efecto de mano de una pareja elegida al azar para realidad. El pueblo y sus ritos aparecen como propiciar al monstruoso ídolo que adoran ge- verosímiles, al tiempo que los poderes sobre- nera una atmósfera de misterio ominoso. Es- naturales del dios, antes de su derrota, se in- ta intensifica el efecto de terror que provoca dican indirectamente, pero sin que quepa la la presencia de ese dios desconocido, cuya se- menor duda de la categoría genuinamente di- de es la tosca imagen de granito que impera vina del ídolo que lo alberga. sobre el pueblo aterrorizado. Este dios malé- En cambio, la tercera versión, titulada fico oprime a los habitantes, especialmente a «Primavera abortada» [Primavera abortada], los jóvenes, que son los sacrificados y quienes incluida en A Morte do Palhaço e a Morte da solo pueden manifestar y vivir su amor tras Árvore3, es bastante distinta de las anterio- la sangrienta ceremonia colectiva anual que res, aun cuando su estilo y su escritura sean todos aceptan, sin rebelarse, tal vez por la semejantes a las de «A voluptuosidade e o presión de la sociedad y las tradiciones. Por amor», pues la maestría en el uso de la len- fortuna, al final se entrevé la liberación, al gua y de la retórica para crear atmósferas y acabar el ídolo vencido por la vida ese año, suscitar emociones entre sublimes y espanto- cuando la primavera hace florecer el bosque, sas queda igual o mejor acreditada en ella. mientras la represión sexual, simbolizada por Sin embargo, Brandão introduce alguna no- el dios, llega a su fin. La naturaleza se rebela vedad en la estructura. Por ejemplo, el na- así simbólicamente contra la ruptura de sus rrador, cuyos sentimientos y reflexiones ocu- leyes por parte de la religión. El hecho de que pan un espacio considerable, ya no es exterior el cuento lleve a «Dios» en su título, en vez de a ese mundo, sino que asiste como testigo a «Un dios», universaliza el mensaje al no limi- todo lo que ocurre, participando también tarlo a la religión (pagana), sino que se aplica emocionalmente, lo que contribuye a acercar a la idea misma de divinidad, origen de aque- el universo fabuloso y a conferirle indirecta- lla represión y del dolor consiguiente. mente validez en cualquier época. Con todo, La segunda versión, titulada «A voluptuo- el cambio más importante es otro, pues el fi- sidade e o amor» [La voluptuosidad y el nal feliz se torna en desgraciado cuando, en amor], figuró un año después en el sumario vez de vencer al dios, la Primavera queda de História dum Palhaço (A Vida e o Diário «abortada». El ídolo reafirma el poder mortí- de K. Maurício)2, también entre las obras le- fero que simboliza la sangre que lo baña. Su —————————— —————————— reeditado nunca en su lengua y tampoco parece estar di- do Palhaço e a Morte da Árvore, edição de Maria João gitalizado, se reproduce abajo con la ortografía moderni- Reynaud, Lisboa, Relógio d’Água, 2005, pp. 141-144. zada. Ha servido de base a su traducción castellana que 3 La traducción se basa en la misma edición crítica: Raul sigue. Brandão, «Primavera abortada», História dum Palhaço 2 La traducción que figura abajo sigue la edición crítica: (A Vida e o Diário de K. Maurício); A Morte do Palhaço e Raul Brandão, «A voluptuosidade e o amor», História a Morte da Árvore, edição de Maria João Reynaud, dum Palhaço (A Vida e o Diário de K. Maurício); A Morte Lisboa, Relógio d’Água, 2005, pp. 299-304.

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consistencia granítica está tan hincada en la un artículo suyo anterior en el que había evo- tierra que ni la naturaleza podrá acabar con cado los terribles sufrimientos que estaba él, quizá porque su gobierno no se basa ya tan causando la hambruna en la Unión Soviética, solo en unas fuerzas abstractas circunstan- aunque sin pronunciarse políticamente al ciales, a las que se podían oponer otras de la respecto. Para él, lo que contaba y había que misma clase, todas las cuales suelen figurar paliar de alguna forma era aquel sufrimiento en el cuento escritas en mayúsculas a fin de humano, que estaba segando tantísimas vi- que quede subrayada su función alegórica, a das. La tercera versión de su «Dios» fantásti- modo de conceptos metafísicos. En 1926, co amplía su simbolismo hasta abarcar un cuando se publicó esta versión, el totalitaris- mal de ámbito universal que impera tanto en mo soviético estaba demostrando que la reli- la dimensión metafísica y teológica como en gión no era el único ídolo que oprimía a sus la social, un mal que sería imposible de ven- adeptos. cer. La miel del amor acabaría derrotada por El espectáculo de la represión y del sufri- la sangre de la muerte. El dolor era inherente miento de las masas pobres tras la Revolu- a la creación. Esta idea, que había desarro- ción Rusa debió de reafirmar a Brandão en llado en su narración mitográfica «A Dor» [El sus convicciones pesimistas en lo relativo a la dolor] (1902), encontró en «Primavera aborta- negrura de la existencia. Esta interpretación, da» una de sus expresiones literarias quizá que podría parecer sesgada, tiene una base más sobrecogedoras de la fantasía épica mo- documental sólida, pues «Primavera aborta- derna en su modalidad a la vez simbólica y da» reproduce el título y párrafos enteros de simbolista.

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Raul Brandão Dios

En el bosque, los árboles, negros y enormes, noches febriles de los Enfermos, de los Soña- parecían siglos petrificados. Nunca el sol lo dores y de los Poetas; de todo lo que carece de había tocado: es como si la vida se hubiera destino, de las tristezas vagas del crepúsculo, detenido allí súbitamente, estancada y an- de quimeras inconclusas, de crímenes, del gustiosa. El silencio era absoluto. Las raíces Sueño de los grotescos, que allí se había en garra mordían voraces la tierra, y, entre acumulado y petrificado en el Dios solitario e los troncos como torres, el Dios aparecía, vago incompleto, asombroso en su inmovilidad, y dominante, feroz, realización del asombro y entre el bosque paralizado por el terror y si- del espanto. Era de piedra y se encontraba lencioso… allí desde el principio de las cosas, calmo e inmóvil, a la espera. Su cuerpo deforme se El Dios se sustentaba de Amor. De entre los perdía en la noche eterna; su cabeza se hun- novios de cada año se escogían, a suertes, los día en las patas, con la caverna de su boca sacrificados. Sacerdotes, vestidos de túnicas presta a triturar a los hombres y las cosas. blancas, como quien deshoja flores al borde No se sabía ni se describía bien: parte se per- de una fosa, ofrecían al Monstruo la vida de día en las tinieblas, parte era espantosa, in- los enamorados. El final del sacrificio era un definida, modelada con restos de pesadillas, final de siega, la tierra estibada de lirios de trozos de sueño y penas dispersas. Un ala ha- cuerpos mozos, de amapolas de sangre… bía caído por tierra, como un mundo que se En aquel lugar dominado por el terror, to- derrumba: el resto de su cuerpo era la Noche, dos los años, al inicio de la Primavera, se es- con pesadillas, torturas y dudas… A sus pies cogía a los Novios para apaciguar la cólera no se veía más que el horror, pero quien lo del Dios. Nadie se atrevía siquiera a mirarlo: espiaba de lejos se quedaba sorprendido por parecía que sus garras se clavaban en toda la su aspecto de ferocidad y de lascivia. Todo tierra, aplastando la Vida y el Amor… había huido del bosque: los árboles, que en él crecían desde la creación del mundo, habían desfallecido y no daban más sombra ni más Ese año, en Abril, la procesión de los Novios flor; las aves habían caído heladas; el agua se entró en el bosque como un sollozo que lo había secado, y la Primavera y la Vida, al en- atravesara. Era al caer la tarde, al final del contrarse con el Monstruo, se habían conver- día pálido y melancólico. Caminaba la fila tido en la Muerte. El Terror y el Silencio se sumida en una tristeza vaga, incierta, nacida habían petrificado bajo la mano de gigantes del sufrimiento por las aspiraciones y los locos. Estaba hecho de montañas arranca- sueños perdidos. Blancos, todos desnudos, das, misterioso y escalofriante, como todas marchaban enlazados por pares. De entre las cosas cuyo principio se desconoce. Inaca- ellos aún había que escoger a los que iban a bado, esbozado, sus ojos y sus manos, todo su morir; y, mientras se adentraban en el bosque cuerpo, se envolvían en el Sueño, y cada inmóvil y negro, desconocían si caminaban hombre le atribuía aspecto y pormenores a hacia la Muerte o hacia el Amor… su antojo… Detrás venían los sacerdotes, vestidos de Se creía en aquel lugar que se había for- lino y cantando. También ellos, como todos, mado a partir de Sueños y Penas dispersas, solo ese día del año, de sacrificio y de Muerte, de aspiraciones sin cumplir, del ansia, de las veían al Dios…

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Los primeros Novios en llegar se quedaron mecerse de júbilo. Habían crecido espinos a clavados de asombro... su alrededor y el follaje verde aleteaba por los troncos negros. Corría viva el agua, y sobre ¿Qué había sucedido al Dios esa Primavera? sus ojos ardientes de deseo, sobre sus mejillas ¿Qué había ocurrido en el bosque ese año, que babosas, se cortejaban las mariposas… El so- de él salía un murmullo de vida extasiado y brecogedor monstruo se había transformado risueño?... en un viejo Fauno, amoroso y borracho… Enjambres de abejas habían anidado en su Luego, el terror se desvaneció. En torno al boca, y eso había bastado para humanizar al Dios, las parejas de Novios, abrazadas, reían, monstruo. La miel le caía por entre los dien- y no se sabía bien, al caer aquella tarde de tes, y todo él, dorado, estaba cubierto de ba- Abril, si las blancuras que se entreveían eran bas. El viejo granito de su fábrica, de un de cuerpos desnudos o de árboles en flor... hermoso tono de hoja muerta, parecía estre-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 126  PRIMAVERA-VERANO 2020

Raul Brandão La voluptuosidad y el amor

En esta hora angustiosa del crepúsculo, un mundo que se derrumba: el resto de su ¡cuántas criaturas, abatidas por la vida, se cuerpo era la noche, con pesadillas, torturas y ponen a tejer quimeras, sueños huidizos, nu- dudas… A sus pies no se veía más que el ho- bes!... De la tierra empieza a emanar el hálito rror, pero quien lo espiaba de lejos se queda- violeta de su evaporación: en las almas se ba sorprendido por su aspecto de ferocidad y crean tenues figuras de sueño, ilusiones que- de lascivia. Todo había huido del bosque: los ridas. Siento ganas de llorar, y hoy aún no me árboles, que en él crecían desde la creación ha ocurrido ninguna desgracia… Algunos del mundo, habían desfallecido y no daban conforman espectros negros y desesperados, a más sombra ni más flor; las aves habían caído otros acude Ofelia, con sus manos febriles ex- heladas; el agua se había secado, y la Prima- tendidas, para besarlos en la boca. Me dirás, vera y la Vida, al encontrarse con el Mons- querida, que desde pequeño conmigo vives, y truo, se habían convertido en la Muerte. El que nunca exististe en realidad; me dirás con Terror y el Silencio se habían petrificado bajo tu triste sonrisa de dolor: «¡Sueño, todo es la mano de gigantes locos. Estaba hecho de sueño!»… Como si no tuviera la seguridad de montañas arrancadas, misterioso y escalo- que te encontraré en el infinito, puesto que friante, como todas las cosas cuyo principio se nada se pierde sino la vana realidad. Muchas desconoce. Inacabado, esbozado, sus ojos y veces, tantas que llegarían hasta las estre- sus manos, todo su cuerpo, se envolvían en el llas, he meditado en ti, amor; te creé a partir Sueño, y cada hombre le atribuía aspecto y de lágrimas, aspiraciones, todo lo que en mí pormenores a su antojo… mismo es inmortal, y ahora eres tú quien, Se creía en aquel lugar que se había for- aquí a mi lado, me relatas el alma de esta mado a partir de Sueños y Penas dispersas, historia, que yo amalgamo en el lodo de mi de aspiraciones sin realizar, del ansia, de las prosa… noches febriles de los Enfermos, de los Soña- dores y de los Poetas; de todo lo que carece de Era un Bosque enorme y silencioso. Los es- destino, de las tristezas vagas del crepúsculo, queletos negros de los árboles parecían siglos de quimeras inconclusas, de crímenes, del petrificados. Nada se movía: la vida se había Sueño de los grotescos, que allí se había acu- detenido allí súbitamente, estancada y an- mulado y petrificado en el Dios solitario e in- gustiosa. Las raíces en garra mordían la tie- completo, asombroso en su inmovilidad, entre rra, y, entre los troncos, el Dios aparecía va- el bosque paralizado por el terror y silencio- gamente, realización del asombro y del so… espanto. Era de piedra y se encontraba allí desde el principio de las cosas, calmo e inmó- El Dios se sustentaba de Amor. De entre los vil, a la espera. Su cuerpo deforme se perdía novios de cada año se escogían, a suertes, los en la noche eterna; su cabeza se hundía en sacrificados. Sacerdotes, vestidos de túnicas las patas, con la caverna de su boca presta a blancas, como quien deshoja flores al borde de triturar a los hombres y las cosas. No se sabía una fosa, ofrecían al Monstruo la vida de los ni se describía bien: parte se perdía en las ti- enamorados. El final del sacrificio era un fi- nieblas, parte era espantosa, modelada con nal de siega, la tierra estibada de lirios de restos de pesadillas, trozos de sueño y penas cuerpos mozos, de amapolas de sangre… dispersas. Un ala había caído por tierra, como En aquel lugar dominado por el terror, to-

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dos los años, al inicio de la Primavera, se es- nito el Amor infinito, y cada pareja de Novios cogía a los Novios para apaciguar la cólera buscaba con ansiedad en los árboles la prime- del Dios. Nadie se atrevía siquiera a mirarlo: ra floración, y en las estrellas cada noche se parecía que sus garras se clavaban en toda la prendían aspiraciones. Pasaban horas cogidos tierra, aplastando la Vida y el Amor… de la mano, mirando al cielo, sonriendo… Y un gran terror en la Primavera, época de —Entonces, cuando estemos allí, ¿cómo los novios, pesaba en los corazones. ¿Quién seremos?... viviría? ¿Quiénes, de entre los que, las manos —Como la pureza, como la blancura… entrelazadas y la mirada en las estrellas, por las noches hablaban del Amor, escaparían de Cada año, en Abril, la procesión de los Novios la Muerte? Y la incertidumbre se paseaba por entraba en el bosque como un sollozo que lo las almas de los enamorados como un espec- atravesara. Era al caer la tarde, al final del tro negro al acecho. Si cruzaban una mirada, día pálido y melancólico. Caminaba la fila pronto la apartaban con horror, y muchas sumida en una tristeza vaga, incierta, nacida manos se helaban súbitamente entre las ma- del sufrimiento por las aspiraciones y los nos queridas. ¿De dónde procedes tú, mi sueños perdidos. Blancura, todos desnudos, amor? ¿Por ventura existes o no eres más que marchaban enlazados por pares. De entre una imagen que he creado en mi imagina- ellos aún había que escoger a los que iban a ción? Si te beso, supongo a veces que estás morir; y, al adentrarse en el bosque inmóvil y muerta. Habla, no dejes de hablar, aunque negro, desconocían si caminaban hacia la tus palabras estén vacías, para que me con- Muerte o hacia el Amor… venza de que aún existes… Y el Amor se ha- Detrás iban los sacerdotes, vestidos de lino bía transformado. De año en año, en ese lugar y cantando. También ellos, como todos, solo donde reinaba el Dios, las almas se purifica- ese día del año, de sacrificio y de Muerte, ban, pues nadie sabía decir a ciencia cierta si veían al Dios… su noviazgo continuaría en el infinito. Se ha- Los años anteriores habían marchado con blaba bajito, y con cada palabra se arrasaban tristeza. ¡Cuántos besos perdidos si muriesen! los ojos en lágrimas. Por eso, cuando el Poeta ¡Cuántas horas de voluptuosidad perdidas si de cabellos dorados llegó para casarse con la el Dios los escogiese! Mas, ese mes de Abril, Princesa y congregó a su alrededor a todos los iban riendo y cantando a la Muerte, que les Novios de ese año, a ninguno le resultaron permitiría realizar en el infinito el Amor infi- extrañas sus palabras. Estas son tal vez in- nito. comprensibles y metafísicas para ti que me De repente, los primeros Novios en llegar lees, pero no lo fueron para los Novios de se quedaron clavados de asombro. aquel lugar quimérico, donde existía el Dios.

Dijo el Poeta que el Amor era inmortal y que solo se realizaba en el infinito. Dos criaturas ¿Qué había sucedido al Dios esa Primavera? que morían por amor, puras, disfrutarían de ¿Qué había ocurrido en el bosque ese año, que su noviazgo eterno más allá de las estrellas, de él salía un murmullo de vida extasiado y donde las quimeras cobran cuerpo y las aspi- risueño?... raciones se realizan. Enjambres de abejas habían anidado en su Dijo todo aquello que solo la intuición de boca, y eso había bastado para humanizar al los Poetas adivina y los sabios ignoran. Y, da- monstruo. La miel le caía por entre los dien- do que la Primavera se aproximaba, todos tes, y todo él, dorado, estaba cubierto de ba- aceptaron sus palabras y todos quisieron la bas. El viejo granito de su fábrica, de un Muerte. Todos empezaron a desear en el infi- hermoso tono de hoja muerta, parecía estre-

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mecerse de júbilo. Habían crecido espinos a En torno al Dios, las parejas de Novios, su alrededor, y el follaje verde aleteaba por abrazadas, rieron, y no se sabía bien, al caer los troncos negros. Corría viva el agua, y so- aquella tarde de Abril, si las blancuras que se bre sus ojos ardientes de deseo, sobre sus me- entreveían eran de cuerpos desnudos o de ár- jillas babosas, se cortejaban las mariposas… boles en flor...

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Raul Brandão Primavera abortada

Era un Bosque enorme y silencioso. Los es- queletos negros de los árboles parecían siglos El Dios se sustentaba de dolor. De entre los petrificados. Nada se movía: la vida se había novios de cada año se escogían, a suertes, los detenido, estancada y lúgubre. Las raíces en sacrificados para apaciguarlo. Sacerdotes, garra mordían la tierra, y, entre los troncos, vestidos de túnicas blancas, como quien des- un Dios siniestro aparecía, vaga realización hoja flores al borde de una fosa, ofrecían al del espanto. Estaba desde el principio de las monstruo la vida de los enamorados. El final cosas, calmo e inmóvil, a la espera, en el inte- del sacrificio era un final de siega, la tierra rior del bosque. Su cuerpo informe se perdía estibada de cuerpos mozos, de amapolas san- en la noche; su cabeza se hundía en las patas, grientas. con la caverna de su boca presta a triturar a En aquel lugar dominado por el terror, to- los hombres y las cosas. No se sabía ni se des- dos los años, al inicio de la Primavera, se es- cribía bien: parte se perdía en la sombra, par- cogía a los novios para apaciguar la cólera del te estaba modelada con restos de pesadillas, Dios. Nadie se atrevía siquiera a mirarlo: pa- trozos de sueño y penas dispersas. Un ala ha- recía que sus garras se clavaban en toda la bía caído por tierra, como un mundo que se tierra, aplastando la Vida y el Amor… derrumba. Y un gran terror en la Primavera, época de A sus pies no se veía más que el horror, los novios, pesaba en los corazones. ¿Quién pero quien lo espiaba de lejos se quedaba sor- viviría? ¿Quiénes, de entre los que, las manos prendido por su aspecto de ferocidad y de las- entrelazadas y la mirada en las estrellas, por civia. Todo huía del bosque: los árboles, que las noches hablaban del amor, escaparían de en él crecían desde la creación del mundo, la muerte? Y la incertidumbre se paseaba por habían desfallecido y no daban más sombra las almas de los enamorados como un espec- ni más flor; las aves habían caído heladas. tro negro al acecho. Si cruzaban una mirada, Dominaban el terror y el silencio en torno al pronto la apartaban con horror, y muchas Dios, misterioso y sobrecogedor como todas manos se helaban súbitamente entre las ma- las cosas cuyo principio se desconoce. Inaca- nos queridas. ¿De dónde procedes tú, mi bado, esbozado, sus ojos y sus manos, todo su amor? ¿Por ventura existes o no eres más que cuerpo se sumergía en el Sueño, y cada hom- una imagen que he creado en mi imagina- bre le atribuía nuevos aspectos y pormenores ción? Si te beso, supongo a veces que estás a su antojo… muerta. Habla, no dejes de hablar, aunque Se creía en aquel lugar que se había for- tus palabras estén vacías, para que me con- mado a partir de aspiraciones irrealizables, venza de que aún existes… Y de año en año, del ansia, de las noches febriles de los enfer- en aquel lugar en el que reinaba el Dios, las mos, de los soñadores y de los poetas; de todo almas se purificaban, pues nadie sabía decir lo que carece de destino, de las tristezas va- a ciencia cierta si su noviazgo continuaría en gas del crepúsculo, de quimeras inconclusas, el infinito. El amor se había transformado. Ya de crímenes, del sueño de los grotescos, que se hablaba bajito, y los ojos se arrasaban en allí se había petrificado en el Dios solitario e lágrimas: el amor, poco a poco, se había vuel- incompleto, asombroso de inmovilidad, entre to sentimiento religioso. Por eso, cuando el el bosque silencioso, y reclamando siempre Poeta de cabellos dorados llegó para casarse sufrimiento, gritos, lágrimas. con la Princesa y congregó a su alrededor a

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todos los novios de ese año, a ninguno le re- El viento cesó, apareció el sol: oro embebi- sultaron extrañas sus palabras. Estas son tal do en azul —aturdimiento—, y los árboles, vez incomprensibles y metafísicas para ti que traspasados por la luz, se estremecieron y es- me lees, pero no lo fueron para los novios de tallaron luego en flor. Noches sosegadas, ca- aquel lugar quimérico, donde existía el Dios lladas, tibias, y un majestuoso claro de luna. feroz. Dijo el Poeta que el amor era inmortal De noche, tarde, salí. Parecía Verano. y que solo se en el infinito se sublimaba. Las ¡Aún a finales de Invierno y una noche así! criaturas que morían, sacrificándose por los Una noche translúcida, una noche sospechosa demás, disfrutarían de su noviazgo eterno y llena de misterio… Cada noche que pasa se más allá de las estrellas, donde las quimeras me clava en el alma con ansia y terror. Me cobran cuerpo y todas las aspiraciones se rea- aflige y me deja extático. ¡Una más que se es- lizan. Dijo todo aquello que solo la intuición capa! ¡Y otra!... ¿Y cuántas más, para no vol- de los Poetas adivina y los sabios ignoran. Y, ver a verlas, para no volver a sentir este má- dado que la Primavera se aproximaba, todos gico esplendor? Una a una se sumen en el aceptaron sus palabras y todos se sometieron a silencio, en la profundidad de este silencio, la Muerte. Todos deseaban en el infinito el tan grande que lo siento contra mi pecho, y amor infinito, y cada pareja de novios buscaba una a una las recojo y las silencio dentro de con ansiedad en los árboles la primera flora- mí mismo, para llevármelas a la sepultura… ción, y en las estrellas cada noche se prendían Pero esta noche de Verano todavía en In- nuevas aspiraciones. Pasaban horas cogidos de vierno me turba y me sorprende; esta noche la mano, mirando al cielo, sonriendo… así, sosegada, blanca, impasible y callada, me —Entonces, cuando estemos allí, ¿cómo aflige. Me paro. Doy dos pasos más y me de- seremos?... tengo. Espero unos instantes, y, de repente, —Como la pureza, como la blancura… sucede ante mí un drama que no preveía… El viento tibio se calma, la temperatura Cada año, en Abril, la procesión de los novios cambia, y tengo la sensación inmediata de entraba en el bosque como un sollozo que lo que la noche se cristaliza. Entonces, el dolor atravesara. Era al caer la tarde, al final del más extraordinario al que jamás haya asis- día pálido y melancólico. Caminaba la fila tido tiene lugar delante de mis ojos, el dolor sumida en una tristeza nacida de la añoranza que no se oye. Una tragedia en el silencio. por las aspiraciones y los sueños que se esfu- Una tragedia sin gritos, sin rumor, bajo el man con la vida. Blancos, marchaban enlaza- cielo cuajado de estrellas. Una tragedia como dos por pares. De entre ellos se escogería a los no la había leído en libro alguno y que ni si- que iban a morir; y, al adentrarse en el bos- quiera Shakespeare evocó. Ante mí estaban que, desconocían si caminaban hacia la muer- los árboles cargados de flor, los cerezos sil- te o hacia el amor… Sabían que morirían pa- vestres, los endrinos y los sauces, todo el ra apaciguar al Dios y para que hubiese bosque inmenso que me envuelve, rebosante menos dolor en el mundo. de emoción, engañado por aquella Primavera Detrás iban los sacerdotes, vestidos de lino anticipada y ficticia. Flores por todas partes, y cantando. en todas las ramas; flores en los espinos; flo- res en las bardas; flores en los manzanos do- Ahora bien, a principios de Abril de ese año, blados de flor. Y, de repente, un frío súbito y el calor había sido excepcional. Algunos días mortal, un frío que oprime y hiere como fi- de lluvia y viento desabrido, y entonces, de un nas aristas que se clavan en la piel, las coge día para otro, una corriente magnética atra- y las destroza. Las flores heladas cayeron vesó el espacio. por tierra.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 131  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS               Tres versiones de un «dios» épico- fantástico

Me dolió el corazón. Por poco no grité. Y el produjo no sé qué comunicación misteriosa, silencio, cada vez mayor; la angustia, cada qué corriente de sensibilidad, de tronco a vez más pesada… Ni un estremecimiento. So- tronco, de raíz a raíz. Una interrogación en el lo luz de luna a raudales, el mágico claro de aire: —¿Por qué? ¿Pero por qué?... Los árbo- luna y aquel dolor inocente, aquel dolor les, sorprendidos, no entienden por qué su- monstruoso en la inmovilidad congelada. A fren. Nadie sabe por qué sufre. Y el silencio esta misma hora, en el vasto mundo, el dolor glacial, la atmósfera cada vez más contraída pisotea y tritura, sin detenerse con gritos, in- por el frío, a punto de estallar como un cris- saciable como el viejo Dios del bosque hacia el tal, y allá en lo alto, siempre, el inalterable que avanza la fila de novios, blanca y resig- panorama celeste… Todas las flores se mar- nada. ¡Cuántos besos perdidos si muriesen! chitaron. Nadie oye el grito inmenso que en ¡Cuántas horas de voluptuosidad perdidas si este mismo momento sale de tantas bocas el Dios los escogiese! inocentes, de las bocas de los sacrificados, de quienes mueren en la oscuridad por una idea Miré a lo alto. Nunca el cielo había estado o por un sueño, o, sencillamente, de quienes más bello ni las estrellas más hermosas. He ofrecen su vida por otra vida. El Dios mons- aquí la armonía de los mundos… Porque la truoso reclama siempre más víctimas. armonía subsiste. No hay nada que la altere, Solo el dolor existe, solo el dolor ciego y sin pensé. ¿O será aquello allá arriba también do- boca para gritar, que en este mundo extraor- lor que no se oye? ¿Será aquello dorado dolor dinario se retuerce, el dolor ignoto. Es algo tumultuoso, inmenso, frenético, cuyos gritos inmenso, algo ilimitado que va dando tumbos no llegan aquí abajo?... por el universo. Es algo inmenso, cuyos gritos Blancura de claro de luna o blancura de nadie oye. Es el dolor nacido de todos los sa- nieve, es indiferente para el caso. Son mu- crificios, de todo el dolor desconocido y silen- chos. Son inocentes y mueren. Sus ojos, en ciado… Allá arriba Proción y Vega relucen vano, interrogan este mismo cielo, donde las blancas y azuladas; Aldebarán y Arturo, rojas estrellas parecen chispas de mi luz lanzadas como fuego; y la maravillosa Vega titila con al espacio… ¿Será todo dolor? ¿Será todo brillos azules, verdes y escarlata: es otra in- aquello solo dolor? mensa floración de dolor. El frío se hizo más intenso en la noche En la tierra, un charco de sangre; sobre la cóncava y tan blanca como la nieve de las es- sangre, la devastación de las flores; alrede- tepas. Adivino en el silencio un «¡ah!» de es- dor, el bosque inmenso y desnudo, el bosque tupor: los árboles se retorcieron y gritaron de trágico que se contempla en las lagunas pú- aflicción (toda flor murió); mas, como no tie- tridas como en una mirada de muerto. Solo el nen boca para gritar, el grito no se oye. ¿Y Dios, dolor, hecho de viejo granito, el Dios qué importa gritar, si el sonido no llega más inalterable entierra sus monstruosas patas que a cien pasos de distancia? Después se en el humus y sigue exigiendo más víctimas…

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 132  PRIMAVERA-VERANO 2020

Apéndice

Texto original de «Dios»

Raul Brandão Deus

Na floresta as árvores, negras e enormes, pa- Sonhos e de mágoas dispersas, de aspirações reciam séculos petrificados. Nunca lá batera o irrealizadas, da ânsia, das noites de febre dos sol: parece que a vida ali parara súbito, es- Doentes, dos Sonhadores e dos Poetas, de tu- tancada e aflitiva. O silêncio era absoluto. As do o que não tem destino, das tristezas vagas raízes em garra mordiam a terra com sofre- do crepúsculo, de quimeras inacabadas, de guidão, e, entre os troncos como torres, o crimes, do Sonho dos grotescos, que ali se Deus aparecia, vago e dominador, feroz — aglomerara, petrificando no Deus solitário e realização do assombro e do espanto. Era de incompleto, assombroso na sua imobilidade pedra negra e ali estava desde o princípio das entre a floresta estacada de horror e silencio- coisas, quieto e hirto, á espera. O seu corpo sa... disforme perdia-se na noite eterna; a sua ca- beça mergulhava nas patas, a caverna da bo- O Deus sustentava-se de Amor. Nos noivos de ca prestes a triturar os homens e as coisas. cada ano escolhiam-se á sorte os sacrificados. Não se sabia bem, nem se descrevia bem: par- Sacerdotes, vestidos de túnicas brancas, como te perdia-se na treva, parte era espantosa, quem esfolha flores á beira duma cova, ofere- indefinida, construída com restos de pesade- ciam ao Monstro a vida dos amorosos. O fim los, pedaços de sonho e de mágoas dispersas. do sacrifício era um findar de ceifa, era que a Uma asa caíra por terra, como um mundo que terra ficasse estivada de lírios de corpos desaba; o resto do seu corpo era a Noite com moços, de papoulas de sangue... pesadelos, torturas e dúvidas... Ao pé não se No país aterrorizado, todos os anos pelo via senão o horror, mas quem o espreitava de princípio da Primavera para apaziguar a có- longe fica[va] surpreso diante do seu aspeto lera do Deu, se fazia a escolha dos Noivos. de ferocidade e de lascívia. Tudo fugira da Ninguém se atrevia sequer a olhá-lo: parecia floresta: as árvores, que ali cresciam desde a que as suas garras se cravavam em toda a te- criação do mundo, estarreceram e não deram rra, a esmagar a Vida e o Amor... mais sombra nem flor, as aves caíram gela- das, a água secara e a Primavera e a Vida, ao Nesse ano, um abril, a procissão dos noivos depararem com o Monstro, tinham-se conver- entrou na floresta como um soluço que a tido na Morte. O Terror e o Silêncio petrifica- atravessasse. Era no cair da tarde, no fim do ram-se ali sob a mão de giganteus doidos. Era dia pálido e melancólico. Caminhava a fila, feito de montanhas removidas, misterioso e numa tristeza vaga, incerta, feita da pena do assustador, como todas as coisas de que se que se perdeu de aspiração e de sonho. Bran- não sabe o princípio, inacabado, esboçado, os cos, todos nus, iam enlaçados aos pares. Deles seus olhos a as suas mãos, todo o seu corpo se seriam ainda escolhidos os que iam morrer — envolviam no Sonho e cada homem á vontade e entrando na floresta hirta e negra, não sa- lhe dava aspetos e pormenores... biam bem se caminhavam para a Morte, se Supunha-se no país que ele se formara de para o Amor...

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Atrás vinham os sacerdotes vestidos de todo ele se babava, doirado. O velho granito de linho e a cantar. Também eles, como todos, só que fora construído, dum lindo tom de folha nesse dia do ano, de sacrifício e de Morte, é morta, parecia estremecer de júbilo. Espinhei- que viam o Deus... ros haviam crescido en torno e a folhagem ver- Os primeiros Noivos que chegaram estaca- de esvoaçava nos troncos negros. Água corria ram de assombro... viva, e, sobre os seus olhos cúpidos, sobre as suas faces babosas, noivavam borboletas... O O que sucedera ao Deus nessa primavera? O monstro assustador transformara-se num vel- que acontecera á floresta nesse ano, que de ho Fauno amoroso e borracho... lá vinha um murmúrio de vida extasiado e Logo o terror se varreu. Em volta do Deus hílare?... os pares de Noivos enlaçados riam — e não se Enxames de abelhas tinham feito toca na sabia bem ao cair daquela tarde de abril se as sua boca e isso bastara para humanizar o brancuras entrevistas eram de corpos nus, se monstro. O mel caía-lhe por entre os dentes e de árvores em flor...

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 134  PRIMAVERA-VERANO 2020

Celebrando la futura paz mundial: dos utopías ceremoniales

Nota introductoria de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción, 2020

La ficción utópica, especialmente la eutopía, futura no es entonces sustancialmente dife- en la que se presenta un ordenamiento hu- rente a la actual; simplemente, se ha mejora- mano postulado como positivo, suele plantear do esta de acuerdo con unos criterios raciona- un problema literario de no fácil resolución. les. Poco margen queda entonces para el ¿Cómo retener la atención del lector cuando exotismo y la fantasía. Sin embargo, esto no el discurso retórico predominante es el des- tiene por qué condenar a la eutopía de antici- criptivo porque, en virtud de la lógica, la per- pación a ser un didáctico espectáculo de per- fección eutópica no admite alteraciones, que fecciones en las que se suele insistir hasta el la contradirían? Una vez alcanzada la mejor hartazgo. La brevedad puede preservar del organización posible de la sociedad humana, aburrimiento, sobre todo si sabe recurrir a la se supone que cesa también toda transforma- sinécdoque. La descripción de una parte, in- ción. La perfección no es mejorable y, sin cluso pequeña, puede dar idea del todo, cuya cambios, no es posible narración alguna. A di- reconstrucción se confía así a la fantasía es- ferencia de la antiutopía/distopía, en la que la peculativa y racional de los lectores. A falta imperfección social absoluta da pie a una re- de sentido de la maravilla, la obra así pla- belión más o menos amplia que desencadena neada puede ganar en fuerza sugestiva, y una serie de acontecimientos y, por consi- también en poesía. guiente, una historia que se puede contar, en Como buena ilustración de este procedi- la eutopía pura solo cabe levantar acta del es- miento, cabe recordar un texto que es, de he- tado perfecto alcanzado, describiéndolo. ¿Có- cho, poético o, al menos, eso señala su escri- mo evitar entonces el riesgo de monotonía tura versificada. Se trata de un breve poema que acecha a toda descripción extensa, sobre de Teófilo Braga (1843-1924) titulado «Visão todo si el paisaje social descrito solo tiene lu- da Confraternidade» [Visión de la Confrater- ces, sin sombras que introduzcan variedad y nidad], incluido en otro llamado «Graça e contraste? Muchos utopistas, ya desde Tho- amor» [Gracia y amor], que es, a su vez, uno mas Morus, han confiado con éxito en la de los que constituyen, en conjunto, su exten- atracción de lo exótico al pintar sociedades sa epopeya episódica Visão dos tempos [Visión cuyas costumbres y funcionamiento diferían de los tiempos] (1894-1895)1. La estructura de tanto del de su mundo real coetáneo que la la obra completa es semejante a la de La lé- descripción podía explotar el sentido de la maravilla derivado de la otredad imaginada. —————————— Por desgracia, este procedimiento no parece 1 La traducción que figura a continuación se basa en la edición siguiente: Teófilo Braga, «Visão da funcionar demasiado bien si la eutopía descri- Confraternidade», Visão dos tempos, tomo III [Ciclo da lu- ta es el resultado conjetural de la adopción, ta (Régimen católico-feudal)], Porto, Livraria Internacio- en ese mundo real, de una serie de medidas nal de Ernesto Chardron, 1895, pp. 35-36. Como la obra sociales y políticas que se proponen más o no se ha reeditado nunca, ni tampoco se ha puesto en lí- nea, el texto original portugués figura como apéndice, con menos expresamente en el texto. La sociedad la ortografía modernizada.

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gende des siècles [La leyenda de los siglos] paz mundial finalmente conseguida. En un (1859-1877-1883), de Victor Hugo. Braga fue anfiteatro inmenso y abarrotado de ciudada- escribiendo diversos poemas épicos de exten- nos entusiastas, un guerrero rompe su espada sión variable y publicándolos en distintos vo- en un altar y jura, en nombre de la humani- lúmenes hasta conformar en la edición defini- dad, renunciar a la guerra y defender hasta tiva en varios tomos una historia poética de la muerte la libertad y la Confraternidad, que la humanidad escrita a la manera romántica parece ser una nueva organización del plane- victorhuguesca, pero siguiendo a rajatabla un ta, más que un mero concepto, a diferencia de esquema comtiano, desde la Prehistoria («Os la ideal fraternidad revolucionaria. Esta Con- séculos mudos» [Los siglos mudos], poema fraternidad parece ser una especie de federa- publicado por primera vez en Miragens secu- ción humana liberal que respetaría la exis- lares [Espejismos seculares] en 1884, es decir, tencia de comunidades subsidiarias, tales en una fecha muy temprana en la evolución como las naciones. Braga era, como otros po- de ese género de ficción arqueocientífica) has- sitivistas románticos, un nacionalista inte- ta la época contemporánea del autor. Dado grador, esto es, combinaba un patriotismo ex- este planteamiento positivista, y pese a la tremo con un cosmopolitismo constructivo. El presencia de varios poemas de asunto mitoló- fortalecimiento de la propia nación debía ser gico, Braga evita en general los elementos fa- no solo compatible con la solidaridad con las bulosos y especulativos, salvo en algunos demás naciones, sino también dirigirse a su poemas intercalados. Es el caso de «A sub- progresiva composición modular, uniéndolas mersão da Atlântida» [La sumersión de la pero no fundiéndolas en un conjunto homogé- Atlántida], que es la narración del mito co- neo. El pacifismo de Braga parece ser, pues, rrespondiente hecha por unos sacerdotes de tipo federativo y no imperial, tal como su- egipcios a Solón en el marco del poema «A giere el poema sugiere sin necesidad de di- quimera opressiva» [La quimera opresiva], dácticas reiteraciones, al tiempo que las imá- incluido en la versión definitiva de la epope- genes dan a entender diversos rasgos ya. También es el caso de «Visão da Confra- eutópicos de aquella sociedad. Por ejemplo, la ternidade», pues se trata de la visión de un unanimidad que exige toda sociedad supues- porvenir de fraternidad que tiene Pablo de tamente perfecta se expresa metafóricamente Tarso en Roma, la urbe cruel a la que ha lle- mediante las reacciones del público, lo mismo gado en su misión de predicación de la «gra- que la mutación moral que ha posibilitado el cia» y el «amor» cristianos. La visión está se- advenimiento de la Confraternidad: la paz se parada tipográficamente del resto del poema ha alcanzado porque el ser humano ha dejado y tiene su propio título, lo que confirma su de admirar la violencia, tal como indica la plena autonomía, que su contenido confirma. afirmación de que nadie espera ya un espec- No hay apenas nada en él que lo ligue direc- táculo cruel como las luchas de fieras que se tamente ni a la Antigüedad ni a la persona de libraban en los anfiteatros del imperio ro- aquel santo cristiano. Su mundo ficcional está mano. Esta alusión, expresada con una frase situado en un futuro tanto respecto a este cuyo complejo hipérbaton subraya retórica- como al propio Braga, y el tenor de su utopía mente su importancia, liga indirectamente el es íntegramente laico. No es una ciudad de universo del poema al de su marco narrativo Dios, sino de los hombres, aunque coincidan y, al mismo tiempo, da idea del progreso ético en lo que respecta a la universalidad de su registrado. No ya los reos arrojados a los leo- idea irénica. nes, sino hasta el sufrimiento y el combate En el poema utópico de Braga se describe entre animales se han suprimido como méto- el lugar y las ceremonias de celebración de la do sustitutivo de satisfacción del instinto

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humano de violencia, que en el futuro conje- Esta riqueza de pormenores disimula el turado por Braga sería cosa de un pasado con hecho de que, en resumidas cuentas, poco se el que se ha roto, como se ha roto la espada de indica sobre el funcionamiento de la sociedad la guerra en la ceremonia descrita, que cabe eutópicamente pacífica. Diversas explicacio- entender como símbolo del nuevo orden que nes, más bien someras, indican que la paz su- se iniciaría con ella y que la evolución moral cede a un proceso de unificación política y so- de la humanidad hace creer que durará. cial. París es la capital del mundo, y a El optimismo de Braga contrasta con la diferencia de la utopía de Braga, tal unifica- actitud ambigua con que se presenta el ideal ción parece haber facilitado un proceso cre- pacifista en una narración que, sin cuestionar ciente de uniformización de indumentarias, directamente la existencia de la eutopía futu- costumbres e, incluso, idiomas. Es de imagi- ra, sugiere que su consecución es dudosa. nar que tal tendencia a la fusión cultural de Como el propio título indica, «La Fête de la la humanidad proseguirá en el mundo en paz, Paix» [La Fiesta de la Paz], recogida en el vo- pero esta eutopía se nos ofrece en ciernes. La lumen En ce monde ou dans l’autre [En este Fiesta de la Paz marca su inicio con la des- mundo o en el otro] (1903)2, de Édouard Du- trucción de un montón de armas de todas las coté (1870-1929), coincide con el poema de épocas durante la ceremonia, que adquiere Braga en ser básicamente la descripción de así un valor simbólico semejante al de la fies- una grandiosa ceremonia de celebración de la ta de la Confraternidad. En ambas ficciones paz mundial. El texto adopta el discurso his- de anticipación, es la ceremonia la que genera toriográfico, que se caracteriza por la narra- así, como sinécdoque, un universo eutópico ción descriptiva de unos hechos externos que entero que representa la futura realización se ofrecen como sucedidos realmente. Aunque sugerida de los ideales pacifistas de tipo kan- sean claramente ficticios (por ejemplo, la tiano a escala del planeta. Sin embargo, Du- Fiesta de la Paz solo podría tener lugar en un coté los niega implícitamente al describir la hipotético futuro y, por lo tanto, su historia violencia que se desata, por motivos nimios, solo puede ser ficcional), el empleo de ese dis- entre una buena parte de los asistentes, cu- curso postula lúdicamente una historicidad yas peleas se agravan por la percepción de la objetiva, en la que se funda retóricamente la otredad como algo que se debe combatir. Las verosimilitud de lo descrito, que ya no es una diferencias, reales o percibidas, provocan una visión poética, sino algo que se supone que ha diferenciación de las personas en grupos dis- ocurrido ya. «La Fête de la Paix» es, pues, tintos y enfrentados. Es irónico que esto se una fictohistoria, cuyo logrado efecto de reali- produzca en el mismo momento y en el mismo dad se alcanza, entre otras cosas, mediante sitio en que se celebra que la humanidad ha una exposición muy rica en detalles, tanto re- quedado unida por fin. La reyerta popular y lativos a la ambientación como al desarrollo espontánea sugiere que no será demasiado de la ceremonia, sin olvidar informaciones definitiva esa paz cuando aún no se han su- más o menos anecdóticas (por ejemplo, la perado las querencias comunitarias exclusi- identidad de la joven que personifica a la vistas de los individuos. El pesimismo antro- Paz), pero que confieren a la historia la cer- pológico del que hace gala Ducoté cuestiona la canía de lo cotidiano. eutopía desde dentro. Aunque se realice al- —————————— gún día, ¿acabará con los instintos territoria- 2 La traducción se basa en la edición siguiente, que se les y violentamente represores e intolerantes puede leer en línea (por ejemplo, en Gallica): Édouard del ser humano de ambos sexos? En «La Fête Ducoté, «La Fête de la Paix», En ce monde ou dans l’autre, Paris, Bibliothèque Internationale d’Édition, de la Paix» no ha ocurrido así, y el cambio po- 1904, pp. 113-129. lítico parece haber precedido al antropológico,

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al contrario que en «Visão da Confraternida- un proceso político casi idéntico, mientras que de». Por eso, esta es una eutopía plena, mien- su pertenencia a géneros discursivos distin- tras que la de Ducoté es problemática y am- tos, la épica y la (ficto)historia, se superpone bigua, aunque la diferencia entre ellas a la elección por ambos autores de un proce- obedece a un planteamiento en gran medida dimiento de resolución parecido, a través del similar, tanto desde el punto de vista filosófi- símbolo sugerente o irónico, del problema del co como literario. Su reflexión sobre la paz ingenuo didactismo que aqueja a tanta escri- obedece a premisas análogas y se traduce en tura eutópica de anticipación, pacifista o no.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 138  PRIMAVERA-VERANO 2020

Teófilo Braga Visión de la Confraternidad

© Mariano Martín Rodríguez, por la traducción, 2020

Había un campo extenso y plano, rodeado de Cuando esa fila ingente entró en el campo montículos de tierra y excavado en el centro abierto, sonó un concierto triunfante en la como un amplio anfiteatro o una inmensa ba- amplitud; en las laderas hay millones de es- cía. En el medio, se alzaba un gran altar so- pectadores, Grupos, Patrias, Naciones con co- bre escalones. ¡De cierto que no era un Coli- lores distintivos. Una expansión alegre ilu- seo! ¡Mas alcanza las dimensiones de un minaba los rostros de cuantos habían acudido Circo donde cabría Roma! ¿Quién espera ver dispuestos a la Concordia. ¿Qué hazaña allí los leones de África en lucha arrojarse so- grandiosa o alto pensamiento celebra la sin- bre la pantera de la India? ¡Nadie! La multi- gular, enorme asamblea? Es la conmemora- tud compacta se esparce, agitando en el aire ción de la Pascua nacional, que consagra so- la oriflama triunfal; marcha solemnemente lemne la liga fraterna con que fue lanzado a en efusión de paz con las blancas banderas, tierra, por impulso unánime, un Símbolo au- como si saliesen del báratro, rotas las cade- daz del Arbitrio del pasado. nas de la esclavitud. Camina hacia el grande He aquí el momento de la fiesta que se y enorme anfiteatro; lleva entre cánticos a los aclama con júbilo: la oriflama se yergue sobre el ancianos, a los niños; hombres y mujeres Altar cuadrado, y un guerrero, que sube lenta- avanzan bailando festivamente; las clases so- mente los escalones, desenvaina su espada a la ciales, humildes, potentados, obreros fabriles, vista de la gente y la deposita en el Altar, decla- campesinos, militares, siguen en un torrente rando: «Presto juramento a la Fraternidad, de- indomable, denso. Atraviesa los tres vanos de fendiendo con ella la Patria, la libertad; y pro- un Arco imponente, del Arco del Triunfo, en clamo ante el cielo, y a la vista de este pueblo, cuya gigantesca fachada figura grabada la la renuncia a toda empresa de conquista». sublime inscripción: Los himnos marciales atronaron en los aires. ¡Alegría sin fin! Se abrazaban en parejas, con- ¡Los derechos humanos, movidos por una emoción simpática, tan fuerte, siglos llevaban en el olvido! en la ardiente exaltación del increíble entusias- Pero, restaurados, mo, jurando por la vida, por la muerte y por la íntegros los recupere la humanidad. libertad el pacto social de la Confraternidad.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 139  PRIMAVERA-VERANO 2020

Édouard Ducoté La fiesta de la paz

© Ricardo Muñoz Nafría, por la traducción, 2020

Las naciones se habían confederado. Ya no normando seguía siendo diferente del gascón; había sobre la tierra hermanos enemigos: el eslavo, del latino. El reino de la fraternidad ninguna frontera separaba ya a los pueblos; no había ni redondeado el ojo rasgado del se habían mezclado todas las razas. Se había chino ni blanqueado la tez del africano. El proclamado la paz universal. meridional seguía siendo efusivo; el germano, En París, la capital del mundo, se alzaba pesado; el oriental, indolente. El judío era un radiante sol de junio, y ascendía por el cie- inalterable. Y, sin embargo, por la cercanía lo como la diadema de oro que debía coronar fácil y familiar, resultaba comprensible que la ciudad en una apoteosis mágica. Era el día se habían pulido las esquinas y que, a pesar señalado para la celebración de una fiesta de los contrastes, todos estos seres habían re- única en los fastos de la humanidad, y no ha- nunciado a su individualidad propia y se bo- bía aldea perdida, de un polo al otro, cuyos rraban en la humanidad. habitantes no se sumaran, en cierta medida, Las lenguas, sin estar totalmente confun- a estos festejos magníficos. didas en una sola, habían penetrado las unas Para la Fiesta de la Paz, la ciudad se ha- en las otras lo suficiente como para que todo bía despertado bajo guirnaldas y empavesa- el mundo llegara a entenderse en una jeri- dos. En las ventanas ondeaban oriflamas; en gonza variopinta y fluctuante. los balcones pendían colgaduras; sobre las ca- (Es evidente que la evolución estaba toda- lles se extendían toldos; pórticos enmarcaban vía lejos de su término; ¡pero menudo camino las plazas; se erigían mástiles, arcos de triun- se llevaba ya recorrido! Además, evitemos di- fo. No se habían escatimado el terciopelo púr- rigir nuestras miradas hacia la conclusión de pura, las cenefas, el estuco, la chapa y el car- este paseo cuyos hitos celebran, como en este tón pintado. día, los hombres. Otras perspectivas igual- Y ya, a primeras horas de la mañana, el mente desagradables se presentarían ante gentío se esparcía fuera de las casas, abulta- nuestros ojos. En efecto, o bien la evolución se do por la masa popular que no había encon- adelantaría al enfriamiento total de la corte- trado alojamiento en la capital y que, prove- za terrestre y la imposibilidad del proceso niente de todas las provincias, había tenido conllevaría una regresión; o bien se apagaría que pasar la noche en las huertas o en las lo- primero el globo, ¡qué fracaso! Solo el opti- calidades más cercanas. Delegados, manifes- mista quiere esperar que las leyes de la ar- tantes, curiosos, las estaciones los vomitaban monía, introducidas por su espíritu en el uni- en una marea ininterrumpida. Parecía que, verso, necesiten que todo termine lo mejor pronto, París resultaría demasiado angosto posible con una coincidencia maravillosa). para darles cabida y que reventarían sus mu- Esta multitud, venida un poco de todas rallas. partes, ya no adoptaba su carácter del anti- Se reconocía, al codearse, a los tipos mar- guo acervo pintoresco de las costumbres na- cados con el sello secular de los orígenes. A cionales. El uso de vestirse según el terruño pesar de las fusiones ya lejanas, todavía no se propio se había perdido poco a poco, a medida habían eliminado las señales distintivas de que disminuía el espíritu local, y después el las razas y, hasta en el caso de los individuos nacional. Cada uno llevaba la vestimenta de nacidos sobre el mismo suelo y bajo un mismo su condición; en un tiempo en el que todos clima, subsistían los caracteres locales. El aportan una contribución igual a la obra co-

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mún, no resulta lícito a nadie adoptar un rebosaban de espectadores. La multitud mi- atuendo original. raba con un silencio de recogimiento. A pesar de la afluencia inaudita, no había A la cabeza caminaban niños, vestidos de ninguna confusión, ningún bullicio. Cundía blanco y coronados de flores; llevaban, colga- un aire de serenidad benevolente. Cada ciu- da al cuello, una pequeña cesta llena de péta- dadano experimentaba el orgullo de vivir un los de rosa que lanzaban al viento; con su momento semejante. Reinaba una intensa aguda voz cantaban un Himno a la Paz. A alegría ante el porvenir asegurado; se pensa- continuación, venía un grupo de muchachas y ba en las angustias y las lágrimas evitadas. de chicos jóvenes que simbolizaban las distin- La gente se sentía buena y quería parecerlo. tas edades de la adolescencia y, como buenos La cálida luz de esta hermosa mañana doraba estudiantes, sujetaban libros. Después esta- los rostros y los pensamientos. ban los panaderos con el pecho rayado de Y, en buen orden, todos aceptaban el lu- blanco y azul; luego, los albañiles pertrecha- gar que les había sido asignado, a unos for- dos de paletas; seguidamente, los figurantes mar parte del cortejo y a otros presenciarlo. de cada oficio, con ambos sexos avanzando al El pueblo se ofrecía a sí mismo como espec- lado en igualdad. Se veían rudas herreras con táculo. un martillo, carreteras blandiendo un látigo, mineras ennegrecidas, alcantarilleras con bo- La solemnidad consistía en un desfile de gru- tas. Solo las cortesanas y las nodrizas forma- pos elegidos de todos los sectores y en un sa- ban grupos unisexuales. crificio de armas en el altar de la Paz. La se- Avanzaban los hombres de letras, con el gunda mitad del programa ofrecía mayor cabello largo y el cuello empolvado de caspa; interés y novedad que la primera, pero, por el arquitecto portaba una escuadra y el boti- desgracia, resultaba imposible dar a todos la cario, su mortero; los carpinteros iban de ter- posibilidad de asistir, puesto que en París no ciopelo y los molineros, de estopa azul. Los existe ningún espacio lo suficientemente am- carniceros, con el delantal levantado, tenían plio como para dar cabida a sus habitantes. el afilador golpeteando sobre el muslo; los ca- Se pensó un tiempo en celebrar la ceremonia vadores, la pala apoyada en el hombro. El fi- en una planicie de los alrededores, pero ante lósofo llevaba en alto un cetro de bufón y el la insuficiencia de los transportes, la compli- químico, una retorta. Todos los representan- cación, el temor a los accidentes y al cansan- tes de la actividad social se sucedían en filas cio, hubo que renunciar a ello y resignarse a alineadas, componiendo un ejército pacífico privar a una parte de la población del atracti- innumerable. Cada cierto espacio, para sepa- vo principal de la fiesta. La suerte designó a rar las secciones, había músicos tocando ar- los cien mil privilegiados que podrían tomar monías religiosas. asiento en el colosal anfiteatro en medio del Un crítico (siempre hay uno, incluso en las cual se elevaba el altar de la Paz. No hubo, agrupaciones más benevolentes) expresó la sin embargo, nadie descontento, puesto que opinión de que este desfile adoptaba un aire los ciudadanos autolegisladores habían con- carnavalesco de costumbres obsoletas. «Por tribuido, todos en igualdad de condiciones, a mucho que se diga que no hay oficio innoble — esta resolución. añadió—, más valdría que se vistiera a todo el A mediodía se puso en marcha el cortejo. mundo con un mismo uniforme». «¡Y, además, Debía transitar por una parte de los buleva- correspondería al Estado! —replicó un vecino res y, a lo largo de todo el recorrido, había ta- conmovido por esta observación— ¡Por lo me- rimas abarrotadas, en las ventanas se en- nos, así ya no habría sitio para la fantasía!». marcaban apretadas las cabezas, los tejados

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Elegida por su nombre y su amplitud, desem- prender fuego al altar, se consultaron entre barazada de sus estatuas nacionalistas, la sí. El pueblo había decretado que su función plaza de la Concordia era el lugar donde comenzaría una vez que todo el cortejo hubie- desembocaba el cortejo, que llegaba para co- ra llegado, pero, dado que el pueblo cambiaba locarse en torno al altar de la Paz. La habían sus órdenes, ¿por qué le iban a desobedecer rodeado de tribunas de hierro más altas que ellos? Encendieron sus antorchas y las arro- casas, y sobre ellas se apilaban cien mil es- jaron sobre el altar. Brotó una larga llama. Y pectadores. El anfiteatro, al que daban acceso una aclamación formidable respondió a este por cada lado espaciosos vomitorios, se abría fulgor, aclamación que tenía tanto de entu- de par en par a la calle de la Fraternidad, an- siasmo por el símbolo como de satisfacción teriormente denominada Real, por donde se por la conclusión de la espera. El aire se es- precipitaban los manifestantes. Hacia el Se- tremeció como sacudido por un trueno. Avi- na, en el extremo opuesto, un portal monu- sados por este clamor del grandioso momento mental de batientes cerrados dominaba la en- en el que el fuego devoraba las malditas ar- trada del puente. mas, últimos vestigios de la barbarie, todos En la plaza, antes ocupada por el absurdo los habitantes que no habían podido asistir al obelisco (luego utilizado), se elevaba el altar espectáculo se pusieron también a gritar y a de la Paz. Se trataba de un extenso tablado recorrer las calles cantando, improvisando engalanado con equipamiento militar, sopor- aquí y allá piras donde arrojaban los escasos tado por afustes de cañón y rodeado de haces restos guerreros que poseían, sables oxidados, de armas. Una vez que todos los gremios es- carabinas de caza, revólveres y panoplias. tuvieran en posición en el circo, unos figuran- El frenesí poseía a algunos jóvenes, esti- tes encenderían con sus antorchas el altar re- mulados por las llamas y el ruido. Forzaban pleto de fajinas empapadas de petróleo; luego, las tiendas de antigüedades y amontonaban rompiendo los haces, arrojarían las armas al en la acera ballestas, arcabuces, cascos, escu- incendio, en holocausto. dos, y piezas de bronce o de acero que, sin Pero el desfile se hacía interminable, y los embargo, no podía pensarse en reducir a ce- asistentes, que no paraban de ver entrar gen- nizas. También había quienes escapaban de te en la plaza ya abarrotada, empezaban a los museos portando en brazos culebrinas y impacientarse. Habían pasado toda la tarde antiguos obuses, o quienes arrastraban ar- recibiendo el sol en el cráneo, y tenían pocas maduras completamente montadas. ganas de esperar en ayunas durante parte de En verdad, el auto de fe de las armas so- la noche. Para no entorpecer el efecto final de bre el altar de la Paz era puramente emble- la ceremonia, no se habían encendido las fa- mático. Hacía un mes que los cañones habían rolas. La sombra se propagaba y ennegrecía. sido enviados a la fundición y que los equi- Algunos protestatarios audaces dieron la pamientos militares los utilizaban los servi- señal, y pronto, como en el teatro cuando se cios civiles. No se habían conservado más que demora la subida del telón, la gente empezó a algunos cientos de culatas de fusil de madera dar golpes con el pie y a reclamar cadencio- bien seca para alimentar la pira. samente el sacrificio. Las tribunas metálicas De repente, como si hubiera pasado la vibraban y resonaban; se produjo un estrépito muerte súbita, el ruidoso y agitado anfiteatro ensordecedor. Y los propios participantes, fa- se quedó inmóvil en el silencio, y no se oyeron tigados por haber pateado los bulevares y sino los silbidos y las crepitaciones del incen- permanecer parados ahora, sumaban sus vo- dio, que destacaban sobre el rumor confuso de ces a este concierto. la ciudad delirante. La puerta gigantesca se Entonces, los hombres encargados de había abierto, y en un resplandor de proyec-

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ciones luminosas apareció una carroza dorada ¿Cuál fue el percance en sí? Se cree que se arrastrada por un tiro de dieciséis caballos sabe más o menos. Pero hemos de admitir que blancos llevados de la mano. En lo alto de la siempre se desconocerá su causa. Se le dieron carroza, que recordaba a la vez a una torre y luego tantas explicaciones que el historiador a un navío, había una mujer de pie, que alza- no se atreve a asumir la responsabilidad de ba sobre su frente una rama de olivo. elegir entre tal cúmulo. Los primeros culpa- Ante tal aparición mágica, la sorpresa y la bles se han cuidado bien de no confesar y, en emoción embargaban los gaznates; un estre- lo que respecta a los numerosos testigos, nin- mecimiento sagrado sacudía los corazones en guno pudo aportar una versión que coincidie- los pechos. Parecía a los espectadores que la ra, sumidos como estaban en la oscuridad ba- bella criatura, sonriente y desnuda bajo gasas jo las proyecciones, apretados los unos contra transparentes, era realmente la Paz en per- los otros, en medio de un ruido pasmoso. sona bajada del cielo, esta noche, para asistir Había estallado una disputa, según pare- a la fiesta que se ofrecía aquí abajo en su ho- ce, entre un carpintero y un panadero que re- nor. Pero también hubo pasión y deseo en los presentaban ahí a la flor y nata de los arte- ojos clavados en esta belleza viviente. Pronto sanos pacíficos. Si quisiéramos prestar oídos se acordaron de que la paz se llamaba Marie a las malas lenguas, expertas en chismes es- Copain y que, de oficio ordinario, era lavan- candalosos, esta disputa habría nacido de dera de ropa fina. Desde que había salido ele- comentarios más bien atrevidos que habría gida por los comités de barrio, los periódicos realizado el carpintero acerca de la Paz, a la estaban llenos de detalles sobre su persona. que el panadero tenía sus motivos para hacer Sin embargo, la carroza, que en principio respetar como mujer. Sea como fuere, no cabe debía dar una vuelta por la plaza, no podía duda de que se intercambiaron epítetos mal- avanzar. El tropel de peatones, engrosado sin sonantes, después se alzaron los puños; el cesar por los recién llegados, era impenetra- uno empujó al otro, que le devolvió el empu- ble. Los caballos relincharon, cocearon, se en- jón, para disgusto de sus vecinos inmediatos, cabritaron; la carroza se tambaleó y crujió. que, al tomar partido, cada uno a favor de su Algunas mujeres espantadas gritaron. Hubo gremio, se vieron a su vez inmersos en la re- que renunciar a dar un giro más de ruedas. friega. Los hombres de camiseta azul y blanca Así pues, la fiesta había concluido; en el increparon (procuramos deducir las conse- humo del incendio se iban espaciando las cuencias de la hipótesis de la forma más lógi- llamaradas. Pero la gente permanecía como ca posible) a los que iban vestidos de terciope- fascinada por la carroza barrida por proyec- lo. Los niños con flores en la frente, ciones eléctricas. Una vez sosegada la prime- sorprendidos en medio del alboroto, soltaron ra emoción, el público aplaudía, saludaba, agudos alaridos que sembraron el espanto en aclamaba a la Diosa que, muy a gusto, orgu- las filas más alejadas, donde ya se hacía no- llosa de su hermoso cuerpo, se dejaba admi- tar el vaivén de los combatientes. Algunas rar y daba las gracias agitando la rama de personas, prudentes, trataron de escabullirse, olivo. pero suscitaron protestas; resultaba imposi- Los personajes que habían encabezado el ble zafarse, y todo esfuerzo en este sentido se desfile se habían visto empujados al final del topaba con una resistencia contraria. Hubo todo de la plaza; estaban a los pies de la ca- mujeres que se desmayaron. La gente inofen- rroza y, alta la nariz, se felicitaban por su siva acabó golpeada. La trifulca se extendía ventaja inesperada. Y fue entre ellos donde se como una mancha de aceite; quienes recibían produjo un percance, cuyas consecuencias re- pisotones arremetían contra aquellos que les sultarían desastrosas. pisaban, muy a su pesar, y estos, contra otros.

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Ciertos individuos que intervenían para cal- vestimenta, por el aspecto, por el acento, se mar las peleas se veían obligados a luchar por reconocían entre sí; se insultaban por su ofi- su propia cuenta. Había quienes, contagiados, cio, se reprochaban su origen, como si en las propinaban golpes sin saber por qué. diferencias particulares de un individuo a Una vez asentado el pánico, la muche- otro hubiera habido un agravio suficiente pa- dumbre perdía todo raciocinio y se abandona- ra motivar el acto desesperado que iba a se- ba a su instinto furioso. Sentía su vida ame- guirse, fruto del miedo y de la demencia. nazada, la defendía, y no esperaba ni siquiera En las tribunas, por encima de los comba- a tener motivos para defenderla. Los albañi- tientes, se alteraban los espectadores. La ma- les golpeaban con sus paletas; los orfeonistas, yoría de ellos, inquietos, se lanzaban a las sa- con sus instrumentos de cobre. Armados con lidas. Pero los ojos estaban cegados por haber su libro mayor, los contables aplastaban crá- soportado el resplandor de los rayos eléctricos neos. Los carniceros clavaban su afilador en y, en los oscuros vomitorios, nadie encontraba los intestinos. Una abogada, en un arrebato su camino. Allí también hubo empujones, gri- de locura, recitaba el código a voz en grito. Un tos, golpes, una confusión aterrorizada. cirujano arreaba con el bisturí en derredor. —¡Viva la Paz! ¡Viva la Paz! Las palas de los jardineros cercenaban. Bro- La aclamación ininterrumpida tapaba los taba la sangre y, al salpicar caliente en la ca- ruidos de la batalla, todavía localizada en un ra, más de uno fue presa de una embriaguez rincón de la inmensa plaza. Al otro lado del homicida. Quien caía no se levantaba ya, anfiteatro, no se sospechaba nada. Todas las pues era arrollado al momento. Con sus piso- miradas se posaban fascinadas sobre la her- nes, los empedradores machacaban a los tu- mosa joven, que tendía su busto y sus ancas llidos. Se caminaba sobre carne elástica. Los en lo alto de la carroza dorada. Las manos to- gritos de dolor se mezclaban con súplicas, con davía aplaudían. quejidos lastimeros. —¡Viva la Paz! Tanto los hombres como las mujeres, cara Y en el París iluminado, la multitud baila- a cara, con los dientes descubiertos, acompa- ba en torno a las hogueras, y los grupos de ñaban el gesto con la invectiva. Las bocas borrachos pasaban, fraternales, cantando a la desencajadas se escupían amenazas. Por la unión definitiva de la humanidad.

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Apéndice

Texto original de «Visión de la Confraternidad»

Teófilo Braga Visão da Confraternidade

Era num campo extenso e plano, circundado Pelos combros de terra, e ao centro escavado Como amplo anfiteatro, ou imensa bacia; No meio um grande Altar sobre degraus se erguia. Por certo que não era um Coliseu! Eis toma De um Circo as dimensões onde cabia Roma! Da África os leões em luta quem espera Ali vendo atirar-se á indiana pantera? Ninguém! A multidão compacta se derrama, Agitando no ar triunfal oriflama; Em efusão de paz, com as brancas bandeiras Solenemente vão, como se as gargalheiras Rotas da escravidão saíssem do baratro. Caminham para o grande e enorme anfiteatro; Levam entre canções os velhos, as crianças, Homens, mulheres vão numas festivas danças; As classes sociais, humildes, potentados, Operários fabris, camponeses, soldados, Seguem numa torrente indomável, espessa; Três entradas de um Arco imponente atravessa, Do Arco de Triunfo, onde estava gravada A sublime inscrição na gigante fachada:

Os Direitos do Homem Desde séculos já estavam esquecidos! Mas restabelecidos, Pela Humanidade inteiros se retomem.

Quando essa fila ingente entrou no campo aberto, Soou pela amplidão um triunfal concerto; Nas encostas estão milhões de espectadores, Grupos, Pátrias, Nações com distintivas cores. Uma expansão alegre alumiava os rostos De quantos ali vêm á Concórdia dispostos. Quê feito generoso ou alto pensamento Celebra o singular, o enorme ajuntamento? É comemoração da páscoa nacional,

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Consagrando solene a liga fraternal Com que um Símbolo audaz de Arbítrio do passado Por um impulso unânime em terra foi lançado.

Eis da festa o momento em júbilo se aclama; Sobre o quadrado Altar é erguida a oriflama, E um guerreiro subindo os degraus lentamente Desembainha a espada á vista dessa gente, Sobre o Altar a depôs: —Juro a Fraternidade, Defendendo com ela a Pátria, a liberdade; E proclamo ante o céu, e deste povo á vista, A renúncia de toda a empresa de conquista—.

Os hinos marciais atroaram os ares; Alegria sem fim! Abraçavam-se a pares, Tocados de emoção simpática, bem forte, Na ardente exaltação do incrível transporte, Jurando pela vida e morte e liberdade O pacto social da Confraternidade.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 146  PRIMAVERA-VERANO 2020

Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica panlatina

Nota introductoria y traaducción de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción y la traducción, 2020

Si comparamos el castigo jurídico y social que de este género de ficción como Clark Ashton sufrió por su homosexualidad masculina Os- Smith (1893-1961), por ejemplo. En Gran car Wilde (1854-1900) con la absolución del Bretaña, desde William Morris (1834-1896) belga coetáneo Georges Eekhoud (1854-1927) hasta J. R. R. Tolkien (1892-1973), la impre- en el proceso que se incoó contra él por su no- sión de infantilidad que pueden producir in- vela apologética de esa misma homosexuali- cluso sus indiscutibles obras maestras de la dad Escal-Vigor (1899), y por el que recibió high fantasy no escrita expresamente para los un amplio apoyo de los intelectuales francó- niños tiene bastante que ver con la supresión fonos del período, tal vez podamos entender o el ocultamiento de una de las fuerzas más mejor una diferencia fundamental que separa potentes en los seres humanos, la sexualidad. el planteamiento sobre lo erótico y corporal Los personajes angelicales o infantilizados en la práctica totalidad de las literaturas (los hobbits, sin ir más lejos) o las rivalidades panlatinas de la pudibundez dominante en y luchas simbólicas que mueven una acción las literaturas anglófonas de influencia victo- en la que está omitido todo erotismo carnal riana, casi sin excepciones públicamente son algunos de los rasgos inocentones que aceptadas hasta bien entrado el siglo XX. Esta empobrecen la mayoría de las manifestacio- triste realidad histórica y artística se observa nes inglesas de la fantasía épica en su fase también en una clase de ficción, la fantasía temprana2, cuando se sentaron las bases te- épica, cuyo tenor legendario y fabuloso podría máticas y retóricas de esta clase de ficción haber facilitado una reflexión literaria sobre hoy tan popular. las pulsiones humanas, incluido el sexo, con En cambio, si observamos el desarrollo de la libertad que ofrecía su ambientación no la fantasía épica en las principales lenguas realista y su frecuente recurso al símbolo1. románicas en el siglo durante el cual tuvo un Sin embargo, esto no ocurrió durante mucho desarrollo independiente y prácticamente tiempo en la high fantasy en inglés, al menos ajeno a lo que luego se etiquetaría como high hasta la absolución de Jurgen, A Comedy of fantasy, destaca el hecho de que la violencia Justice [Jurgen o la comedia de la justicia] no era ni mucho menos la única pulsión cuya (1919), de James Branch Cabell (1879-1958), manifestación en la ficción se consideraba en los Estados Unidos, y el éxito de las histo- aceptable para menores y adultos. Literal o rias de Conan de Robert E. Howard (1906- metafóricamente, el erotismo protagoniza no 1936), que convivieron, no obstante, con la pocas narraciones épico-fantásticas escritas mayor pacatería de las de otros cultivadores —————————— —————————— 2 Entre las excepciones que se podrían aducir destaca In 1 Sobre la caracterización de esta modalidad en general, the Beginning [Al principio] (1927), de Norman Douglas remito a la nota introductoria de la serie de «Lugares de (1868-1952), pero conviene recordar que el autor se había la fantasía épica» publicada en el número anterior de Hé- expatriado a Capri para escapar al sofocante victoria- lice. nismo de su país. REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 147  PRIMAVERA-VERANO 2020

TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

en esas lenguas, por ejemplo, desde La chute un espacio legendario en el que las grandes d’un ange [La caída de un ángel] (1838), de cuestiones humanas, incluida la sexualidad, Alphonse de Lamartine (1790-1869), hasta podían representarse de manera distanciada, «Daim» (escrita en 1942), de Mihail Sado- desde un ángulo a menudo mítico-simbólico y veanu (1880-1961), y ni siquiera está ausente arquetípico que disimulaba, sin suprimirlo en obras para la infancia. Este erotismo pue- abusivamente a la manera británica, el carác- de estar idealizado al modo de Évenor et Leu- ter nocivo del binomio de sexo y violencia. cippe [Evenor y Leucipa] (1856), los «amores Este binomio se manifiesta a menudo en de la Edad de Oro» objeto de esta completa forma de abusos machistas y patriarcales. creación mitopoética de George Sand (Aurore Existen ciertamente ejemplos de fantasía épi- Dupin, 1804-1876), o ser exaltado a efectos ca panlatina en los que es un ser femenino el sanamente sensuales como en la serie de que abusa y pierde a un varón. En «Laòma- poemas titulada La forêt des nymphes [El che» [Laómaque] (1906-1916/1928), de Luigi bosque de las ninfas] (1911), de Pierre Louÿs Pirandello (1867-1936), las amazonas apare- (1870-1925). Sin embargo, lo que quizá pre- cen como violentas secuestradoras de hom- domina es la exposición de la conjunción de bres jóvenes con fines reproductivos, de sexo y violencia en unas sociedades humanas acuerdo con la leyenda antigua. En «La sire- o sobrehumanas primitivas o antiguas en las na» (El jardín de las hadas, 1918), de Álvaro que el deseo erótico resulta ser una fuente Alcalá Galiano (1873-1936), una de estas se- inagotable de conflictos debido a la eterna di- ductoras marinas atrae a un joven pescador ficultad de armonizar el respeto al otro y, so- de un país imaginario a las profundidades, bre todo, a la otra, con la propia necesidad, donde será devorado. Sin embargo, el orden sobre todo masculina, de aparearse a toda patriarcal pervive en ambos ejemplos, ya que costa. La manera en que el orden social en- uno de los guerreros reafirmará su masculi- cauza o intenta encauzar la sexualidad para nidad venciendo mediante el amor a la ama- que la sociedad no se derrumbe en una orgía zona que da título a aquel poema narrativo de animal de sexo a menudo forzado, pero sin Pirandello, mientras que la actuación de la reprimir enfermizamente el deseo natural, es sirena, enamorada del joven, en la novela cor- lo que se aborda como tema crucial en diver- ta de Alcalá Galiano aparece como el resulta- sas obras de fantastía épica en lenguas ro- do de la coacción de los habitantes sobrenatu- mánicas que conviene recordar para no seguir rales del mar, con el patriarca, el dios creyendo que este género de ficción era siem- Neptuno, a la cabeza. De hecho, aun empode- pre de esa candidez victoriana a la que nos radas, estas féminas naturales o sobrenatura- tenía acostumbrados la high fantasy clásica les acaban siendo también víctimas de su en inglés. Muy al contrario, la violencia rela- propia fragilidad sentimental frente a unos cionada con el sexo aparece retratada con va- varones que, aun dominados, acaban impo- riedad de matices y planteamientos estéticos niéndose, entre otras cosas, porque la fuerza en la región cultural panlatina, generalmente genésica parece ser más determinante y vigo- con una actitud que se adelanta muchos años rosa en ellos que la sentimental, incluso a nuestras concepciones actuales, tal vez por- cuando no cuentan con el apoyo de una co- que unas narraciones escritas y recibidas co- munidad que otorgue a los varones una posi- mo fabulaciones no estaban tan sujetas a las ción inicial de poder. Según esta visión, la exigencias coetáneas de decoro como las na- violencia masculina tiene su origen en el sexo rraciones históricas, costumbristas o psicoló- y su consecuencia es el ejercicio del poder. Es- gicas de tipo realista. La fabulación alejaba la te, una vez adquirido, queda perpetuado por imaginación de lo cotidiano y la transfería a el sexo y la violencia en un proceso sin fin que

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 148  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

la fantasía épica panlatina denuncia a través Sin embargo, como la materia osiánica se pre- de parábolas compuestas en el marco de esté- tendía histórica y tradicional, además de ca- ticas diversas, en prosa o en verso. recer en gran medida de elementos sobrena- Existen ficciones en prosa de este tipo, so- turales, solo pudo metamorfosearse en bre todo las enmarcables en la corriente sim- fantasía épica cuando fue emulada de manera bolista de en torno a 1900, tales como «Hi- más libre, como se hizo en Brasil, quizá por- ranyo e Garbha» [Hiranyo y Garbha] (1895; que en este país las influencias europeas ca- Signos, 1897), de Nestor Vítor (1868-1932), y laron en un medio humano muy distinto y, la serie de «Deus» / «A voluptuosidade e o por ello, varios escritores se consideraron li- amor» / «Primavera abortada», de Raul bres para combinarlas de manera original. Brandão (1867-1930), traducida en el presen- Concretamente, el bardismo de supuesta rai- te número de Hélice. No obstante, parece que gambre céltica y germánica fue alterado allí unas fuerzas tan potentes como el sexo y la desde una perspectiva exótica muy diferente violencia se han considerado sobre todo dig- al nacionalismo nordeuropeo y antilatino im- nas del género discursivo dedicado tradicio- plícito en la explotación literaria de las mito- nalmente a cantar empresas y pasiones exa- logías bárbaras por Morris y Tolkien, entre cerbadas y heroicas, la poesía épica. Esta se otros. El exotismo desde la perspectiva brasi- manifiesta desde el siglo XIX sobre todo en el leña permitía combinar heterodoxa y novedo- epilio o miniepopeya (petite épopée, según Vic- samente los elementos convencionales euro- tor Hugo), que perseguía aunar la tensión na- peos importados para producir una fantasía rrativa, derivada de la relación concisa de épica contemporánea o incluso anterior a los una crisis determinante, y la expresiva, me- primeros experimentos con esta modalidad en diante el empleo de un verso rico en figuras la propia Europa, como indica un poema bár- retóricas y cuidado estilísticamente como ex- dico bastante original en su eclecticismo como presión lingüística acorde a la sublimidad de es «Origem das nuvens» [Origen de las nu- lo narrado. El grado en que esta doble tensión bes], de Luís Delfino (1834-1910). se alcanza en el poema varía no solo según el Este epilio vio la luz en una publicación de dominio de la escritura por los autores, sino Río de Janeiro en 18553, aunque no fue reco- también según las tendencias estilísticas de gido en volumen por los descendientes del au- cada época adoptadas por aquellos de entre tor hasta 1934, en el libro titulado Poesias lí- las diversas a su disposición desde el triunfo ricas [Poesías líricas]. El narrador finge en el del Romanticismo. Entre mediados del siglo XVIII y el siglo —————————— XIX, la expansión y diversificación de la esté- 3 Concretamente, en Diario do Rio de Janeiro, XXXIV, 232 tica romántica coincide con la eclosión de la (23.8.1855), pp. 2-3. Es el texto seguido en la traducción castellana. Existe una reedición moderna de la edición fantasía épica moderna, cuando la nueva exi- del libro: Luís Delfino, «Origem das nuvens», Poesia gencia de originalidad fue haciendo cada vez completa, 2 (Poemas longos), organização e estudo de más necesario no limitarse a reescribir leyen- Lauro Junkes, Florianópolis, Academia Catarinense de Letras, 2001, pp. 98-108. El texto publicado en este vo- das y mitos heredados, sino crearlos en gran lumen, que sigue el de Poesias líricas, difiere mucho del medida, ampliando así las materias de la fic- de la primera edición, lo que hace pensar que pudo ba- ción. El lado heroico y legendario de la fanta- sarse en una versión modificada por el autor que se ha- bría conservado en los archivos familiares, pero parece sía épica tuvo su origen principal en las epo- preferible quedarse con el texto del Diario do Rio de Ja- peyas en prosa atribuidas al falso Ossian en neiro, hecha en vida de Luís Delfino, por ser la versión la empresa de apropiación cultural y fakelore que más interés histórico reviste como muestra muy acometida por James Macpherson, cuya in- temprana de la fantasía épica moderna. Agradezco a Ru- bén Molina Martínez su profunda revisión del texto tra- fluencia en todo Occidente fue incalculable. ducido, que su intervención ha mejorado en gran medida.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 149  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

poema que el mito etiológico del origen de las gumental de la Fábula de Polifemo y Galatea nubes recoge una tradición oral de un indíge- (1612), de Luis de Góngora (1561-1627), pero na americano no localizado, aunque el clima el ambiente, la historia y los personajes del descrito hace pensar en las costas septentrio- poema de Delfino son inventados y generan nales de Norteamérica. De todos modos, no una mitografía original. hay nada amerindio en la leyenda, cuyas Los tres protagonistas del drama amoroso imágenes naturales (nieve, montañas, etc.) y narrado parecen emanaciones de sus paisajes figuras (sobre todo el bardo con su arpa) re- respectivos, y están dotados de una realidad miten más bien a estereotipos osiánicos, lo distinta a la de los hombres, cuya «turba» mismo que el pronunciado pathos sentimen- aparece como espectadora incomprensiva de tal. El indígena narrador parece una simple los hechos fabulosos. Se trata, en efecto, de tentativa de aclimatar a la realidad cultural tres seres fantásticos que simbolizan sus res- brasileña el motivo del origen oral de una in- pectivos reinos, pero que no ejercen sus pode- vención legendaria personal y artística, en un res sobrenaturales, salvo el Genio de los Ai- momento en que poetas como Antônio res, que ha sustituido la contemplación por la Gonçalves Dias (1823-1864) estaban recupe- acción violenta al haber abrazado la condición rando al indio americano como héroe de una de guerrero. En cambio, la Virgen de las materia épica nacional brasileña (su «I-Juca- Aguas se limita a vagar hasta que el Bardo de Pirama» es de 1851) y, en los Estados Unidos, los Montes toma la iniciativa de requerirla Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) es- largamente de amores mediante la música y taba acometiendo una empresa similar en palabra halagadoras, cuya repetición confiere The Song of Hiawatha [El canto de Hiawat- un aire ritual y religioso a la seducción. Esta ha] (1855). Este último tiene en común con tiene por fin éxito y su deseo desesperado de «Origem das nuvens» el planteamiento fabu- unión (sexual también) con la fémina se hace loso y la influencia europea nórdica (la estro- realidad. A este emparejamiento igualitario y fa del poema de Longfellow es una adaptación pacífico se contrapone la tentativa del Genio de la del Kalevala finés), pero tal influencia de ganarse a la Virgen con promesas de for- parece mucho mayor en Delfino. «Origem das tuna y poder. Ante el rechazo de ella y la re- nuvens» adolece de las vaguedades y la falta sistencia del bardo a dejársela arrebatar, se de disciplina formal de un Romanticismo me- entabla una lucha entre ambos varones. Co- nor que todo lo confiaba a la inspiración y que mo resultado, además de la anulación del gustaba de insistir en la expresión directa y agresor, los amantes vencidos quedan trans- escasamente sutil de las emociones de los formados en nubes que flotan sobre montes y personajes, que hoy hacen difícilmente legi- aguas, como sugiriendo la levedad de su esen- bles las imitaciones osiánicas. Longfellow, tal cia. Su metamorfosis mítica no impide, con vez por el mayor peso del acervo mítico- todo, señalar que las nubes son apenas los legendario indígena en su poema, había con- restos dispersos de ambos personajes, cuyo seguido evitar los excesos sentimentalistas de amor ha truncado la violencia masculina. La «Origem das nuvens», que cabe leer, por otro etiología poética original de Delfino es, pues, lado, como una versión romántica de las fábu- profundamente pesimista. En su mundo épi- las mitológicas de transformaciones que, en co-fantástico, el personaje femenino y el mas- emulación de las de Ovidio, habían producido culino, artista y amante emocionalmente fe- numerosos ingenios del Barroco hispánico. minizado, difícilmente podrán sobrevivir al Los amores entre la Virgen de las Aguas y el macho que prefiere usar la violencia para Bardo de los Montes, truncados por el Genio conseguir sus fines, los sexuales en primer de los Aires, parecen seguir el esquema ar- lugar. «Origem das nuvens» puede leerse co-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 150  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

mo una parábola del origen de la imposición sultado de un código cultural específico, sino de un poder patriarcal que domina y reprime que responde a una concepción de la honra no solo a la mujer, sino también a los varones masculina consistente en la posesión y el do- que lo cuestionen adoptando un comporta- minio exclusivos del cuerpo y la sexualidad de miento más delicado y femenino. Esta disi- la mujer. Si esa posesión se ve amenazada, la dencia y su aplastamiento es objeto de un violencia ha de ser la respuesta, porque de poema catalán en el que el etéreo simbolismo ella depende la conservación de ese honor, romántico de textos como el de Delfino queda que a su vez funda la legitimidad del poder sustituido por una mayor materialidad del familiar y político del macho dominante, del universo legendario propuesto, al modo de la rey de Hiriot en este caso. Quien se jacta de narrativa realista que le es contemporánea. haberse acostado con la reina y luego osa En «L’honor real» [El honor real] (1879; amenazar con proclamarlo públicamente ha Poesies [Poesías], 1887)4, de Ángel Guimerà puesto en tela de juicio el poder patriarcal del (1845-1920), lo sobrenatural desaparece, de monarca. El hundimiento del bajel con todos hecho, casi por completo, salvo quizás la rá- dentro, sean culpables o inocentes, ilustra los pida alusión a unas islas misteriosas desde extremos antihumanos a los que llega un sis- donde regresan a su corte el rey de Hiriot y tema de poder basado en un concepto tal del su esposa. Esto no obsta a la clasificación ge- honor masculino. El mínimo desvío es imper- nérica del poema en la fantasía épica, en la donable y requiere reparación sangrienta. Si que no siempre se manifiesta lo maravilloso y hay que matar para apoderarse de la mujer y lo sobrenatural, siempre que la historia luego conservarla para sí, aunque ella no transcurra en un país imaginario de aire le- quiera, se mata a quien se ponga por delante, gendario ajeno a un acervo histórico o mitoló- tal como hacen los machos reinantes tanto en gico heredado. Hiriot es un reino inventado «Origem das nuvens» como en «L’honor real». de aire oriental, pero que no se puede locali- Esta concepción de la masculinidad y el zar en concreto y en el que la religión es poli- honor no aparece condenada expresamente en teísta, lo que impide incluirlo en la amplia se- ambos poemas, pero está claro que los auto- rie de fantasías arabescas derivadas de Les res no la comparten. Aunque la influencia de mille et une nuits [Las mil y una noches] la estética objetiva realista en Guimerà le (1704-1717), de Antoine Galland (1646-1715). aconseja evitar explicaciones didácticas tanto En «L’honor real», la ubicación vaga y, con como la idealización que hace Delfino de los todo, compatible con la precisión de su des- personajes femíneos dotados de todos los ras- cripción indirecta en que se funda su marcado gos positivos, la fuerza en el trazo de la carac- efecto de realidad verosímil, impide conside- terización del rey de Hiriot podría hacer pen- rar propio de una civilización determinada, sar que se trata de un héroe análogo al supuestamente más machista que la occiden- marido de los dramas de honor de la comedia tal (por ejemplo, la musulmana), la violencia nueva barroca hispánica, en la que el carácter ejercida por el rey, el cual hace matar a su modélico del marido defensor de su honra es esposa y a cuantos pudieran saber de su posi- explícito. En cambio, Guimerà deja que su ac- ble adulterio. Este crimen atroz no es el re- to criminal denote por sí mismo la cruel abe- rración de su móvil. Los autores panlatinos —————————— 4 La traducción se basa en el texto de la edición siguien- de fantasía épica considerados no caen en las te: Àngel Guimerà, «L’honor real», Poesia completa, edi- apologías más o menos veladas de la violencia ció de Blanca Llum Vidal, Barcelona, Edicions de 1984, sexual que, en cambio, podríamos ver, si exa- 2010, pp. 214-216. Agradezco a Ricardo Muñoz Nafría su geramos un poco, en los poemas tardodecimo- revisión de la traducción, así como las de los demás tex- tos aquí recuperados, salvo indicación contraria. nónicos protagonizados por sátiros y faunos,

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 151  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

por ejemplo, en la fantasía (sexual) «Monolo- vidar que su autor también fue un destacado gue d’un faune» [Monólogo de un fauno] (es- escritor de novelas y cuentos en prosa, y su crita en 1865), de Stéphane Mallarmé (1842- maestría ya se manifiesta en la estructura- 1898). Es más, un discurso abiertamente al- ción narrativa de su poema. ternativo y expresamente antimachista figu- «Il sangue delle vergini» se abre con un ra, nada menos que en boca y como mandato breve e intenso relato mitográfico, expresado de un dios, en el poema narrativo juvenil de mediante los versos quizá más bellos de la Gabriele D’Annunzio (1863-1938) titulado composición. Un héroe innominado y compa- primero «Il fuoco della pace» [El fuego de la rable a Hércules mata de un flechazo a la hija paz] (1883) y, en su versión definitiva, «Il virginal de un dios. Una gota de la sangre sangue delle vergini» [La sangre de las vírge- femenina, caída sobre su frente y brillante nes] (Intermezzo, 1894)5. Este poema pone de como una joya, es para él un buen augurio de manifiesto el extraordinario dominio que tie- las futuras matanzas que acometerá. Esta es- ne este vate de un lenguaje poético que, par- cena, que tiene lugar en un tiempo anterior a tiendo de la perfección marmórea, aunque la Historia, sirve de preludio mítico al suceso sensual, de la poesía parnasiana francesa, sa- central narrado, que se desarrolla en una ca plena ventaja de la ductilidad del toscano, época legendaria, pero localizable en un pe- una lengua que, durante siglos, lo fue sobre ríodo cronológico más preciso, y concretamen- todo de la literatura, especialmente de la poe- te en la protohistoria de la Edad de los Meta- sía. D’Annunzio aprendió de Dante la explo- les, cuando la organización social se tación de la expresividad del detalle concreto, articulaba en tribus a menudo enfrentadas, al tiempo que adoptaba el colorido ovidiano pero que podían compartir lengua y panteón. de poetas barrocos como Giambattista Ma- Esta localización temporal presenta, no obs- rino. En consecuencia, ya en un poema juve- tante, la ecléctica vaguedad propia de la fan- nil como «Il fuoco della pace», luego perfeccio- tasía épica. El conflicto tribal por las mujeres nado aún más si cabe en su versión titulada recuerda la leyenda romana del rapto de las «Il sangue delle vergini», se aleja del grandi- Sabinas, a la vez que el discurso del dios, que locuente discurso retórico común entre los es una paráfrasis mejorada del discurso de la imitadores de Giosuè Carducci para explorar paz del primer capítulo de The Song of Hia- nuevas vías de enriquecimiento del estilo, en watha, remite a la América precolombina; los una dirección de suntuosidad que alcanzó las nombres de la tribus (cubiri y olmecchi, modi- más altas cotas en su propia obra. Por des- ficación de olmechi, olmecas) también guar- gracia, la lengua de D’Annunzio en este y dan relación con la historia antigua de ambos otros poemas suyos es de tal perfección que continentes. El uso de material histórico, mí- resulta muy difícil de verter a otros idiomas, tico y literario patrimonial es muy típico de la por lo que la traducción que sigue es una pá- poesía de D’Annunzio, a la que se solía acusar lida sombra del original. Por fortuna, es una por ello de plagio en Italia, como ocurrió con poesía que no se limita al juego formalista. el discurso del dios de «Il sangue delle vergi- D’Annunzio cuenta una historia y, como tal, ni». Esta crítica puntillosa y pedante olvidaba «Il sangue delle vergini» puede recibir alto su contribución, el marco de la civilización aprecio también como ficción. No hay que ol- imaginaria de Queresto, que lo convertía en uno de los pioneros de la ficción épico- —————————— fantástica, que aquí se muestra en su comple- 5 La traducción sigue el texto de la edición crítica: Ga- ta madurez, incluso por lo que se refiere a la briele D’Annunzio, Primo vere. Conto novo. Intermezzo, intervención sobrenatural de un dios, imagi- con interpretazione e commento di Enzo Palmieri, Bolog- na, Nicola Zanichelli, 1953, pp. 407-421. nario también. Este poema es, de hecho, una

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 152  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

de las grandes obras de ese género, y su vi- cuencias de la violencia machista y contraria sión de las relaciones entre los sexos es, asi- a las leyes divinas. Se trata de una violencia mismo, de una modernidad muy avanzada, definitiva que justifica narrativamente la sobre todo si se tiene en cuenta el predominio elección épico-fantástica de unas poblaciones entonces de la muy patriarcal mentalidad vic- imaginarias: de ellas no hemos oído, porque toriana en la mayor parte de Occidente. se entremataron tal como cuenta D’Annunzio. Las jóvenes que bajan en grupo a bañarse Así supo conjugar la verosimilitud (pro- en el río que separa los territorios de las dos to)histórica y el simbolismo representativo de tribus hermanas, pero enfrentadas, se descri- su fábula. ben con una sensualidad que insiste, no en la Este valor simbólico que se desprende de femineidad angélica típica del modelo román- una peripecia histórica libre de una localiza- tico de mujer, sino en la fuerza muscular, en ción precisa que la hubiera podido limitar a la potencia inherente de unas amazonas que su circunstancia concreta también parece ser se dedican a la caza y que oponen su vigor a el motivo de la elección de un ámbito vaga- las fuerzas naturales (aquí, a la corriente del mente legendario por Éphraïm Mikhaël río). También se resisten con fuerza al intento (Éphraïm-Georges Michel, 1866-1890) en de rapto que sufren a manos de unos mozos «L’étrangère» [La extranjera] (1888; Œuvres armados de la tribu rival, pero los guerreros [Obras], 1890)6. En una primera versión, con- de su tribu, que intervienen en seguida ma- servada en manuscrito, la acción de este tando a los raptores, no alcanzan a salvarlas. poema se desarrollaba en la época de transi- Raptores y raptadas mueren revueltos en el ción del paganismo al cristianismo en el ám- río, en una escena cuya violencia pone de bito grecorromano. En la versión publicada, manifiesto el carácter indiscriminado y tosco se barrunta esta ambientación, pero la supre- de los comportamientos masculinos, tanto en sión de elementos históricamente específicos la ofensa como en la defensa. Ante la perspec- permite pensar que la sociedad urbana y es- tiva de guerra total a consecuencia del inci- tratificada que se describe, con sus clases so- dente, el dios nacional de Queresto convoca a ciales diversas y el clero como estamento que las tribus y ordena que abandonen la imposi- determina la mentalidad y las costumbres lo- ción de su voluntad a la mujer. La civilización cales, puede corresponder a distintas civiliza- agraria que ha de sustituir a la de la caza, ciones antiguas. Otro elemento que distingue por orden divina, se habrá de caracterizar por «L’étrangère» de la abundante poesía de el respeto a la mujer y a su voluntad con res- asunto arqueológico de moda en su tiempo es pecto a la reproducción como única manera de la sugerencia del carácter semidivino de la que perdure sana su sociedad. Como no podía protagonista, ya que es equiparada con una ser menos, las tribus se muestran dispuestas ninfa y, además, como en el poema de Del- a obedecer al dios y un banquete de fraterni- fino, parece haber conservado su virginidad dad en torno a las hogueras celebra el nuevo pese a entregarse desnuda a los besos de las orden. Pero ni el mandamiento expreso de un ciudades que visita en pos del heroico amante dios puede con las pulsiones masculinas. De digno de ella. Sin embargo, esa categoría se- nuevo, los machos intentan violar a las vírge- midivina no la salvará, como no las salvó nes y la lucha subsiguiente de todos contra tampoco a las féminas de Delfino y todos acaba en arroyos de sangre, de ellas y de ellos. Esta imagen sobrecogedora se expre- —————————— sa concisamente al final del poema, de modo 6 La traducción sigue la edición siguiente: Éphraïm que este gana en fuerza sugestiva al quedar Mikhaël, «L’Etrangère», Œuvres complètes.– Aux origines du symbolisme, vol. I, Lausanne, L’Âge d’Homme, 1995, apenas esbozado el espectáculo de las conse- pp. 100-102.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 153  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

D’Annunzio, de caer bajo los golpes de la vio- tos. En «L’étrangère», esta doctrina se centra lencia patriarcal, si bien esta violencia pre- en el control extremo de la sexualidad tal co- senta un carácter opuesto a la instintiva pre- mo ocurrió en Occidente a raíz del triunfo del sentada en «Il sangue delle vergini». cristianismo, con sus Padres de la Iglesia his- En el poema de bello estilo parnasiano de téricamente misóginos y contrarios a los pla- Mikhaël, no es el deseo animal inmoderado el ceres de la carne, hasta el paroxismo de la origen del crimen, sino su represión inmiseri- moral victoriana contemporánea de Mikhaël, corde cuando una sociedad determinada deci- frente a la cual su poema es una clara protes- de, normalmente a instancias de la religión ta dentro de las coordenadas de la fantasía oficial y de sus sacerdotes, que la sexualidad épica. El hecho de que la linchada sea de sexo libre y consentida constituye un peligro para femenino sugiere que, pese al apoyo de mu- la civilización, que exigiría una reglamenta- chas a la represión del erotismo, la primera ción estricta del erotismo para que la socie- víctima es la mujer, cuyos deseos eróticos (y dad funcionara de manera controlada, sobre amorosos) son el objeto principal de la repre- todo al servicio del varón empoderado en ex- sión. Así se la protege, violentándola, contra clusividad, como era el rey de Hiriot en Gui- el riesgo de que sea violentada por el macho merà. En el poema francés, el totalitarismo descontrolado. De una manera o de otra, la patriarcal de arriba abajo no ha triunfado voluntad femenina autónoma siempre acaba aún. Es un período de transición entre un pa- pisoteada en estas parábolas fantásticas de la ganismo que sacralizaba la sexualidad libre y dialéctica eterna, desde el mito hasta la his- un orden posterior en que la sexualidad mas- toria, entre los sexos, y entre el sexo y la vio- culina no puede ya encontrar cauces igualita- lencia, a cuyo poder ni siquiera las semidio- rios y se ve obligada a satisfacerse recurrien- sas pueden sobreponerse, a juzgar por estos do a la prostitución. En este nuevo orden, las ejemplos, a los que cabe sumar otros más en prostitutas se oponen a la virgen, que se ofre- el marco de una fantasía épica que ya no bebe ce liberalmente, por representar esta una en las fuentes de la Historia, sino en las del competencia desleal en el nuevo sistema. Sin folclore. embargo, no son ellas las únicas que cometen Pese a la identificación corriente entre el crimen, pues el linchamiento lo perpretan fantasía épica y cuento maravilloso, conviene también otras mujeres (campesinas, tejedo- distinguir ambos géneros de ficción, cuyo ori- ras, etc.). El nuevo régimen patriarcal se gen y desarrollo son distintos. El cuento de mantiene porque no solo los varones, sobre hadas es una forma de narración popular que todo los sacerdotes, lo apoyan. No podría sub- se transmite oralmente dentro de una cultura sistir si no lo hubieran hecho propio también y su autoría es anónima, aparentemente co- las mujeres, por el motivo que fuera y que lectiva, esto es, se presenta como una mani- Mikhaël no conjetura. Más importante para festación literaria de carácter folclórico. Por él parece ser el espectáculo terrible que sabe supuesto, ha habido muchos autores de nom- comunicarnos vivamente con una concisión bre conocido que han publicado creaciones no reñida con la belleza de su ornamento re- suyas como si fueran genuinamente popula- tórico. Ese espectáculo es el de la manifesta- res, mediante imitación o reescritura culta de ción violenta del totalitarismo horizontal de tradiciones orales de aspecto mucho más vul- una sociedad que ejecuta en masa el castigo gar en su origen. De hecho, las colecciones de que le merecen los elementos extraños, foras- cuentos populares más logradas literariamen- teros o disidentes, que amenazan la integri- te han sido tradicionalmente aquellas que re- dad totalitaria de una doctrina que dicta los presentan una apropiación culta del acervo comportamientos públicos y privados correc- oral siguiendo procedimientos semejantes a

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 154  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

los del fakelore germinal de los textos osiáni- también como épico-fantásticas, sobre todo cos. Por su parte, los cuentos de hadas ofreci- aquellas que modifican el esquema folclórico dos como obras literarias cultas e invenciones para acercar sus mundos a los de la fantasía de autor, desde los de Charles Perrault (1628- épica, siguiendo procedimientos diversos. Uno 1703), adoptan en la mayoría de los casos las de ellos es la versificación, pues los cuentos estructuras narrativas y los motivos temáti- folclóricos están generalmente en prosa, cos de los cuentos maravillosos folclóricos, de mientras que los escritos en verso utilizando manera que se distinguen de estos sobre todo la materia popular denotan a menudo tenta- por los artificios retóricos e ideológicos añadi- tivas cultas de dotar a las literaturas corres- dos, sin que existan entre ellos diferencias pondientes de una épica genuinamente na- narratológicas, temáticas o discursivas sus- cional, en la medida en que procedería en tanciales. En cambio, la fantasía épica es un última instancia del pueblo. En el área género culto de ficción que se caracteriza por pantlatina, estos intentos se han producido ser el producto de una creación autorial ba- sobre todo en aquellas lenguas que, como el sada en la historia legendaria y en los mitos, rumano y el romanche (con sus distinas va- especialmente en los paganos anteriores a la riantes, sobre todo la surselvana) habían te- desmitificación forzosa realizada con mayor o nido hasta el siglo XIX un escaso desarrollo menor éxito por el cristianismo y el islam en como vehículos nacionales de alta cultura y gran parte del mundo. En el cuento de hadas cuya respetabilidad, según la cosmosivisión occidental, la Historia no existe, pues sus cor- nacionalista romántica, radicaba sobre todo tes de aire feudal son lugares casi abstractos en la calidad percibida de su literatura popu- en los que evolucionan tipos y no personajes, lar. En ambas regiones lingüísticas, la épica y sus seres sobrenaturales han sido desdivi- nacional basada en el acervo maravilloso fol- nizados por la cosmovisión cristiana, de for- clórico produjo varias obras consideradas clá- ma expresa o no, lo que excluye el proceso de sicas en sus literaturas, como «Luceafărul» mitopoiesis que sostiene la fantasía épica, in- [El lucero] (1883; Poesii [Poesías], 1884), de cluso aquella despojada de lo sobrenatural Mihail Eminescu (1850-1889), en Rumanía, y (por ejemplo, en «L’honor real», la mención de la serie de Historias dil munt Sogn Gieri los dioses implica la existencia de un panteón [Historias del monte San Jorge] (1919), de mitológico más o menos nutrido, aunque este Flurin Camathias (1871-1946), en Roman- no se presente como tal en el poema, a dife- chía. En ambas también, la preeminencia de rencia de lo que ocurre en «Il sangue delle la épica maravillosa propició la suficiente va- vergini», con su Numen supremo)7. riedad de esta especie literaria como para No obstante, y como suele ocurrir en prác- permitir manifestaciones híbridas con la fan- ticamente todos los géneros de ficción, existen tasía épica, que en las demás grandes litera- contaminaciones y casos fronterizos de difícil turas románicas donde ese tipo de épica era clasificación. Por ejemplo, hay ficciones que marginal se solía inscribir por entonces en co- se pueden clasificar como maravillosas, pero rrientes tan poco amigas del folclore como la parnasiana. Así aparecieron tanto en rumano —————————— como en romanche (surselvano) poemas épico- 7 Por muchos malabarismos taxonómicos que se hagan, fantásticos de carácter neopopular, incluso la materia artúrica, con sus griales y demás, solo remite al cristianismo, y sus magias merlinescas tan solo obede- por su forma, pues su versificación podía cen a las normas de lo maravilloso cristiano (diabólico, trasvasar al esquema del cuento maravilloso para más señas). Por ello, me parece abusivo clasificarlo los esquemas métricos de la poesía oral, tal en la fantasía épica, cuando estaría mejor estudiado en el como hizo George Coșbuc (1866-1918) en varias marco de la ficción caballeresca, de gloriosa raigambre europea medieval y cristiana. baladas neopopulares en que adaptó, refinándo-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 155  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

las conceptual y literariamente, historias del sado en su propio placer y nunca en la mejor folclore rumano, que los investigadores poste- conveniencia de ella, tal como da a entender riores han ido identificando. Una de ellas no en varias ocasiones la voz narrativa. Esta di- tiene, sin embargo, precedente conocido y ca- fiere de otros mitos de metamorfosis con la be entenderla como el producto de un proceso mujer como víctima (por ejemplo, el de Dafne) de mitopoiesis más bien propio de la fantasía por la adopción de una perspectiva claramen- épica, en la medida en que los personajes ac- te favorable a la mujer. La belleza del arcoíris túan prácticamente como dioses y la cristia- no puede compensar el crimen de su origen. nización común en la producción folclórica Cosanzeana ha ofrecido amor y los varones se europea, incluida la rumana, brilla por su au- han aprovechado de su sentimiento para anu- sencia. En su «Legenda curcubeului» [Leyen- larla. La estrategia masculina de seducción, da del arcoíris] (1887), llamada en su versión que en «Origem das nuvens» es fiel al concep- definitiva «Brâul Cosânzenii» [El ceñidor de to idealizado de amor cortés en forma de su- Cosanzeana] (Balade și idile [Baladas e idi- misión absoluta al buen querer de la dama, se lios], 1897)8, el origen de ese fenómeno atmos- torna aquí en otra forma de abuso machista, férico se atribuye a un actuación criminal del aunque no medie violencia física expresa. Sol, personalizado y divinizado a todos los Un supuesto similar sigue uno de los textos efectos, contra la joven poseedora de una más atroces de entre los que combinan folclore prenda de vestir extraordinaria que la ceñía. y creación épico-fantástica. La crueldad de lo Esta constituía su mayor tesoro y, por lo tan- narrado por Gian Fontana (1897-1935) es tan- to, debía protegerla a toda costa. El Sol se to más sorprendente por cuanto el poema se enamora de la muchacha, pero ella, tal vez presenta como un «canto de muchachas» se- por su carácter más terrenal que divino, lo mióticamente autónomo en el marco de una rechaza, prefiriendo en su lugar aceptar los obra de teatro escrita para la infancia, titulada amores de un mozo de su edad y condición. La en el original surselvano Ad acla [En la maja- muchacha cae en la tentación sexual y, para da] (1925)9. Una niña propone a otra recitar la entregarse a él, ha de quitarse y descuidar el historia de «la diala», esto es, del hada10. El ceñidor, ocasión que el Sol no tarda en apro- poema es muy breve, lo que favorece su con- vechar para arrebatárselo y así vengarse. centración emocional y expresiva gracias a un Desde este acto de violencia facilitado por la estilo cuya sencillez le confiere una marcada seducción masculina, la protagonista, cuyo verosimilitud retórica como supuesto producto nombre es el de una figura común en el cuen- de la poesía popular infantil, pero que se ca- to folclórico rumano, pierde su dimensión so- racteriza asimismo por un alto refinamiento brenatural y queda reducida a una moza co- culto en cuanto al ritmo y las imágenes. Estas mún, de la que luego nunca más se supo. Solo sugieren una discreta y perfecta asimilación queda de ella el recuerdo de las historias y, —————————— sobre todo, el ceñidor robado, convertido en 9 La traducción sigue el texto siguiente: Gian Fontana, arcoíris para eterna burla de la engañada y Affonza, Cuera, Union Romontscha Renana, 1971, pp. 265-266. violentada por dos varones que solo han pen- 10 El concepto de «diala» corresponde al del «hada» en la mitología popular española y de otros países (por ejem- —————————— plo, Francia). Estas «hadas», como las xanas asturianas, 8 La traducción se basa en el texto de la edición crítica son seres sobrenaturales dotados de poderes divinos que siguiente: George Coșbuc, «Brâul Cosânzenii», Opere, I. representan la subsistencia de creencias paganas en el Poezii, text stabilit și cronologie de Gavril Scridon, ediție pueblo. No tienen gran cosa que ver con las hadas del revăzută, note, comentarii, repere critice, bibliografie și cuento maravilloso culto llamado «de hadas», en los que indici de Gheorghe Chivu, studiu introductiv de Dumitru estos seres son mágicos, pero no tienen el aspecto de di- Micu, București, Editura Fundației Naționale pentru vinidades ni constituyen una sociedad sobrenatural Știință și Artă, 2006, pp. 93-96. aparte, tal y como lo es, por ejemplo, la de las dialas.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 156  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

del paisajismo simbolista (por ejemplo, los fe- mayoral disfrazada de pastor, pero un zagal nómenos simbólicamente contados de las tor- descubre su sexo y, aunque ella le promete ri- mentas y la noche). Igual que su estilo es más cos bienes para que se calle, el niño lo procla- complejo de lo que parece, el atentado del corte ma y, a consecuencia de ello, la santa se mar- de los rizos de una hadita ingenua por parte de cha y la tierra se vuelve infértil. Fontana los amigos de un pastor, que la ha atraído des- adopta un esquema similar, pero lo descristia- de su espacio sobrenatural a su cabaña gracias niza, universalizándolo, y lo transfiere a una a los mágicos sones de su trompa alpina, pare- época legendaria en la que los seres humanos cería bien poco grave si el texto no diera a en- y los sobrenaturales convivían, hasta que la tender que se trata más bien de la metáfora de violencia sexual acabó con aquel paraíso fabu- una violación colectiva de una fémina indefen- loso. Los hombres quedaron solos, condenados sa. La hadita no ha podido resistirse a la se- a vivir una existencia de esfuerzo en el seno de ducción de la música y, es de imaginar, a la una naturaleza que había perdido el encanto apostura del pastor artista. Por desgracia, una idílico de los orígenes. Así quedaron los hom- vez traspasado el umbral del espacio humano, bres también en nuestro mundo tras la mar- queda a merced de aquel y sus compañeros, cha de las otras especies que habitaban la Tie- quienes proceden a abusar de ella, tanto si nos rra Media de Tolkien. Con todo, una diferencia limitamos a que la dejen sin pelo como si pen- nada desdeñable entre este espacio mítico y el samos que la poseyeron por la fuerza, cosa de Fontana radica en el tenor del mal destruc- más probable a juzgar por la reacción de las tor de sendos universos. En el poema roman- otras hadas, que asisten impotentes a esa vio- che no hacen falta brujos ni artilugios mágicos, lencia desde su territorio en las cumbres. La ni tampoco guerras cósmicas entre el Bien y el consecuencia es irreparable para todos. No hay Mal. Le basta con mostrar cómo el varón pare- compostura posible y el anterior acuerdo im- ce incapaz de separar sexo y violencia y las plícito entre hombres y hadas, quienes aporta- consecuencias irreparables que de ahí resul- ban fertilidad a las tierras altas, queda roto. tan, unas consecuencias que excluyen la euca- Las hadas se van para no volver y, desde en- tástrofe tan típica y tópica en la high fantasy tonces, las alturas montañosas se han vuelto posterior a la obra maestra de Tolkien. En un páramos improductivos. mundo dominado por el machismo, estos epi- A diferencia de lo que ocurre en el poema lios de fantasía épica panlatina demuestran la de Coșbuc, en el de Fontana se impone al me- imposibilidad de un final feliz, al menos para nos la justicia poética. Este es magro consuelo las féminas. Sumado esto a su tenor escasa- para la víctima, pero puede servir como fábula mente mojigato y a su refinamiento discursivo admonitaria contra el machismo y, por eso, tal y retórico, puede afirmarse que suponen un vez Fontana dio cabida en su obra infantil a público mentalmente adulto y literariamente esta leyenda, que se basa en un tradición muy capaz, incluso cuando se dirigen en principio a popular en Surselva para explicar la razón de los niños. ¿Es esta una de las razones de que la que los prados de altura, que se podían utilizar fantasía épica temprana en las lenguas deri- en el período climático medieval óptimo, pasa- vadas del latín sea mucho menos conocida y ron a ser campos de hielo y piedra al producir- apreciada que aquella escrita por la misma se la pequeña glaciación de la Edad Moderna. época en anglosajón moderno para lectores, al Esta tradición está en la base de la balada parecer, impúberes? Sea la respuesta afirma- surselvana más conocida, la «Canzun da Sont- tiva o no, lo cierto es que ya va siendo hora de ga Margriata» [Canción de Santa Margarita], que se valore un patrimonio literario que mu- que Caspar Decurtins (1855-1916) dio a cono- chos creían inexistente, pero que simplemente cer en 1901. En ella, la santa trabaja para un había quedado oculto.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 157  PRIMAVERA-VERANO 2020

Luis Delfino Origen de las nubes

1 Rodaron luego dos lágrimas por su rostro, y la mirada de la Virgen vino a cernerse sobre De un hijo de las breñas que cantaba sus año- una forma gigantesca, que cubría la tiniebla, ranzas por la aldea de los indígenas, que ha- un monte inclinado hacia las aguas del mar. bía abandonado, la aprendí: ¡Qué hermosa le- yenda! Han pasado muchos años, murió el salvaje, y jamás la he olvidado ... 2

* * * ¿Quién era el gigante del trono de las rocas? ¿Vivía, o meditaba? ¿Quién lo alcanzaría a Resonaba un nombre, rompía un gemido, se saber? Un día, a deshora, cantando descuida- abrían las olas, la dejaban pasar: tan linda, do, descuidado, a deshora, cantando lo oí. tan linda, cubierta de aljófares, calzando con- «—Nací, blanco rocío, de la risa de la auro- chillas, la Virgen del Mar. ra, me crié saltando en un seno de flores, y Traía una lira, que no era plata, que no las flores me amamantaban de perfumes, y era oro, ni marfil; era una concha forrada de las aves me arrullaban con cantos de amor. perlas, encordada en los cielos, de precio in- »Mil bandadas de céfiros, en coros, me ve- calculable. nían a buscar con hombros de seda, y, su- Remanga las ropas, sus piernas diáfanas, biendo las laderas de las altas montañas, me una sobre otra, las posa en una ola del mar, llevaban a jugar a las cumbres. reclina la cabeza en las alas de un céfiro, lle- »De una, allí me dejaron, me dieron una li- ga a la playa, inicia su canto: ra de hierro y marfil; de seda me vestí, de «—Nací en las neblinas de las noches de nieblas me coroné; de pequeños aljófares cal- otoño, me crié en las conchas de las aguas cé borceguí. marinas, las olas me daban su leche de es- »Luego subían los perfumes de la tierra; pumas, en la cuna los vientos venían a me- allá, allá mismo iban a cantar las aves; la voz cerme. de los bosques tentaba epinicios, me cantaba »Llamaba a los pececillos de las grutas cu- idilios la sombra del mar. biertas de algas, acudían en miríadas de allá; »Mi trono se asienta en las rocas de las llamaba a las ondinas y danzando corrían montañas, y las selvas y los montes me acla- hasta mí, a las olas llamaba y cantando ve- man como rey: “¡Feliz —claman todos—, feliz nían a mi encuentro. sea tu reinado!” Miré caviloso hacia las aguas »Los vientos trajeron estas ropas de la lu- y lloré...» na, los vientos trajeron también este velo, tan blanco, tan blanco, de la nieve más blanca, tomada de la nieve que nace en el firmamen- 3 to. »Y las olas, y los vientos, y las castas ondi- Y la turba descreída, que lo veía de lejos en la nas, y los peces que encuentro, oh, todo me roca, que toca en un cielo neblinoso, decía: dice: “¡Princesa!... ¡Princesa!... ¡Dios salve a la «Es una nube que corona el peñasco; los can- Princesa!”. Y yo, siendo Princesa, me siento tos que oímos son causa del viento». infeliz». Y el Bardo de los Montes, en las cumbres,

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 158  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

sobre las rocas meditando vivía. ¡Desdichado! Y la Virgen de las Aguas, tan loca, tan lo- De un arpa de cuerdas de hierro, solo arran- ca, vagaba sin rumbo en las aguas marinas, y caba penas, solo de penas sabía. a veces llegaba a la playa y sonreía, dejaba Y la Virgen de las Aguas boyaba en las escapar unos sollozos, volvía a llorar. playas, y los blancos vestidos se rasgaban al Y los ojos del Bardo, que movían a piedad, viento, y los negros cabellos levantados sobre miraban a lo lejos, a las aguas del imperio sin la frente jugaban con las brisas de un cielo límite, y los dedos tañían las cuerdas de la li- parduzco. ra que le habían entregado los vientos, de Y a su vez reclinada sobre un lecho de nie- hierro y marfil. blas, el rostro rociado por las aguas, los ojos Y la Virgen de las Aguas, tan loca, tan lo- bañados por la luz de las estrellas, tocaba... ca, vagaba sin rumbo por la extensión del eran idilios; cantaba... eran penas. mar, y a veces llegaba a la playa y sonreía, Y la turba descreída, que la veía sentada dejaba escapar unos sollozos, volvía a llorar. sobre un lecho de nieblas, vagando a lo lejos, Y la turba descreída, que pasaba a lo lejos, decía: «Es una nube, que boya en las aguas; los oyendo cantar al Bardo de los Montes, decía: cantos que oímos vienen del agua del mar». «¡Mira qué nube boya en la playa! ¡Mira qué Y el Bardo de los Montes, en pie sobre las olas gimen en la playa del mar!». rocas, cantando, o llorando, meditando vivía; y, meditativa se veía la sombra gigante, en el trono de las olas, peñascos de plata. 5 Y la Virgen de las Aguas, tan loca, tan lo- ca, vagaba sin rumbo en las aguas del mar, y Y un alma de poeta sintió una corriente pene- a veces llegaba a la playa, y sonreía, dejaba trarle las venas al oírlo, y vaciló. Y a las tur- escapar unos sollozos, volvía a llorar. bas descreídas, que entonces se maravillaban, Y la turba descreída cantaba en sus bailes: contó en trova los cánticos del Bardo: «—Quien canta de amores, ensaya sus —Habito en los Montes, ¡oh Virgen de las cánticos en las quejas ardientes del viento de Aguas!; largos años viví sobre las rocas, medi- los montes, en las penas sentidas de la ola de tando, cantando, llorando, muriendo... mu- la playa». riendo... muriendo... muriendo por ti. Y el Bardo la busca, quiere abrazarla, y la Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan loca, 4 tan loca... Huye hacia los mares, corre sin rumbo, cavila y regresa. Y un día —era temprano, el sol no brillaba—, —Vine de las montañas, Princesa de las del trono de los Montes salía el Bardo, do- Aguas, para tenerte, cansado de tanto mirar- blando los troncos de la sombría montaña, y a te. Apiádate, no huyas del Bardo de los Mon- la playa descendía con pasos trémulos. tes; ¡apiádate, Princesa de las Aguas del Mar! Y la Virgen de las Aguas, tan loca, tan lo- Y el Bardo la busca, quiere abrazarla, y la ca, vagaba sin rumbo por la extensión del Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan loca, mar, y a veces llegaba a la playa y sonreía, tan loca... Huye hacia los mares, corre sin dejaba escapar unos sollozos, volvía a llorar. rumbo, cavila y regresa. Se acercó: vacila el Bardo, se tira de rodi- —Princesa, ¡no huyas! ¿No ves? ¡Es tan llas; hirviente, de los ojos le pende pedrisco; el frío el viento de la tarde, tan húmedo el cielo! dolor le había surcado vallados en el rostro, Ten lástima del Bardo; si le niegas la calma, segador, en las rosas sin vida dormía. cúbrelo al menos con las puntas del velo.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 159  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

»No soy un salvaje que duerme en las sel- loca, tan loca... Huye hacia los mares, corre vas. No vivo expuesto al rigor del frío de las sin rumbo, cavila y regresa. heladas. Las flores me amamantan de perfu- —Mi trono asenté en las rocas de los mon- mes en su seno, las aves me arrullan con can- tes, sepulcro de muerte encontré en la playa; tos de amor. sin ti, Princesa, no podría vivir; sin ti, Prince- Y el Bardo la busca, quiere abrazarla, y la sa, moriré. Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan loca, »Los vientos de los montes me irán a bus- tan loca... Huye hacia los mares, corre sin car a las playas, las flores vendrán a las pla- rumbo, cavila y regresa. yas a perfumarme... Las aves confortan el —¿Es la noche que viene? Solo veo, en las sueño de la muerte; llorando, sollozan las olas playas, olas por sábanas, arenas por lecho... del mar. Si al menos pudiera dormir un sueño cálido Y el Bardo de los Montes tiende los brazos, en las fraguas ardientes de tu pecho níveo... y la Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan »No soy un salvaje que duerme en las sel- loca, tan loca... Huye hacia los mares, corre vas. No vivo expuesto al rigor del frío de las sin rumbo, cavila y regresa. heladas. Las flores me amamantan de perfu- —Los vientos buscaban mi lecho en los as- mes en su seno, las aves me arrullan con can- tros, las flores me amamantaban, las aves me tos de amor. arrullaban cantando, y, a pesar de todo, no Y el Bardo la busca, quiere abrazarla, y la pude vivir en mis reinos... Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan loca, »Pensando, cantando, llorando, muriendo, tan loca... Huye hacia los mares, corre sin largos años viví sobre las rocas; en el lecho de rumbo, cavila y regresa. las olas acabo pensando, cantando, llorando, —Adiós, Virgen blanca, más blanca que la muriendo... por ti. nieve, muerto me dejó el lecho de las olas. Y el Bardo de los Montes tiende los brazos, Quería llamarte la Novia del Bardo, pero del exhalando el último suspiro de la vida, luchan- Bardo solo puedo llamarte verdugo. do con las tinieblas en los estertores de la muer- »Los vientos buscaban mi lecho en los as- te, y encuentra el seno de la Virgen del Mar. tros, las flores me amamantaban, las aves me —No mueres, ¡oh Bardo del reino de los arrullaban cantando; dejé mis reinos, vengo a Montes! —exclama la Princesa de las Aguas morir. del Mar—, tu pecho es más firme que las ro- Y el Bardo de los Montes tiende los brazos, cas de las playas; ven, pues, conmigo a reinar y la Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan en mis reinos. loca, tan loca... Huye hacia los mares, corre Y el Bardo de los Montes la aprieta en sus sin rumbo, cavila y regresa. brazos, y sobre lechos de nieblas allá van. —Ven, mira: en mi pecho, ahí dentro, hay Tan locos... Tan locos... Llorando y sonriendo, una vasija; nació una flor en la tierra que lo llorando y sonriendo de pasión loca... llena. ¡Si al menos de la muerte, porque yo Estallido de besos, deseos saciados... Ale- muero, la salvases! ¡Ah, salva una ramita del teos de avecillas por entre la espesura, que la ramo del amor! Virgen de las Aguas salvó unas ramitas e hi- »Los vientos buscaban mi lecho en los as- zo un bosque de alma de ternura inmensa. tros, las flores me amamantaban, las aves me Y el Bardo exclamaba desde el trono de las arrullaban cantando, pero salva una ramita... olas: Puedo morir. —Fue muerte por muerte: al calor del pe- Y el Bardo de los Montes tiende los brazos, cho, no muero helado por el frío del viento, y la Virgen de las Aguas sonríe y llora. Tan muero quemado por el fuego del amor...

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 160  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

6 unas risitas, que aletean como aves portado- ras de malas nuevas. Y al pasar un día el Genio de los Aires, con Conteniéndose, el Genio le replica son- sus ropas de nieves al albur del viento, los riente: ojos dos astros radiantes entre las nubes, las —No receles; ¿qué mal te he hecho? Gentil trenzas ondeando en un cielo parduzco, mon- viajera, ven a darme buenas noticias; mimosa tado en un carro de plata tirado por caballos extranjera, ¿dónde queda tu país? de raza que, invisibles, atravesaban el éter al Y la Virgen de las Aguas se vuelve son- galope llevándolo hacia la casa de las hadas riendo: con el gesto y la sonrisa le quita la que habitan las selvas de las cumbres, depara ilusión. En los labios del Bardo pían también en la Virgen de las Aguas... ¡Tan linda! El unas risitas, que aletean como aves portado- cándido velo le cae por la espalda, viste ropas ras de malas nuevas. de novia más blancas que la nieve: cree ver a —¿Quién eres tú? la princesa de las hadas del cielo. Encarando al Genio de los Aires, el Bardo Refrena los caballos, que espumean rabio- se exalta de ira y vocea: sos; se cierne, convulso, sobre las aguas; cru- —Yo tengo mi trono en las rocas de los za miradas de fuego con el Bardo, arranca de montes; ¿y ella? Su trono está en las olas del su flanco una espada de rayos. mar. —Subí muchas veces más allá de las estre- Y el Genio de los Aires le replica con des- llas, me perdí por caminos de los reinos de precio: allende, fatigué a mis caballos en pos de las —En el trono me sostiene tan solo el Colu- hadas. Miraba... ¡Desiertos! Buscaba... ¡Na- ro; el sol es mi lecho; mi palacio, las estrellas. die! El reino en el que mando no tiene confines. »Grabé con letras de fuego en mis pasos, —Y yo tengo mi trono en las rocas de las que bordan los caminos, incontables: “Gentil sierras, y ella su trono en las olas marinas: peregrina que vienes de otros mundos, recibe ¡esposa y princesa del Bardo de los Montes! albergue, no pases de largo”. —le vuelve este a gritar. »De los muchos esclavos que tenía, no ha- Desbarra entre dientes... titubeante, re- bía ninguno que no me supiese cantar: “¿De primido, mal cae sin causa un «ay» de súbito; dónde viene? Gentil peregrina que vienes de estallan gimiendo las cavernas del pecho, otros mundos, recibe albergue, no pases de renquea una sonrisa siniestra en los labios: largo”. —Desprecio a un cobarde: vete, regresa a »Y subí muchas veces más allá de las es- tus montes. Mi esclavo más vil impera en trellas, me perdí por caminos de los reinos de más reinos. Volvamos a la patria, graciosa ex- allende, fatigué a mis caballos en pos de las tranjera; los cielos nos esperan, gentil pere- hadas. Miraba... ¡Desiertos! Buscaba... ¡Na- grina. die! —Se entreabren las negras cortinas de la »¡Bienvenida! ¡Bienvenida, de más allá de noche, se funde mi lecho en un mar fulgente; esos reinos! ¿Acaso las hadas solo andan ocul- la voz de mi arpa da voz a las tormentas; son tas? Dime, hermosa extranjera, ven a darme bellos, son bellos mis cantos de amor. noticias; gentil peregrina, ¿dónde queda tu —¡Ah, linda Reina, ven! Deja tus Aguas, país? incautas esclavas que sonríen a los huraca- Y la Virgen de las Aguas se vuelve son- nes, ondinas descalzas que, si las plantas de riendo: con el gesto y la sonrisa le quita la plata descuidan en la arena, allí quedan en ilusión. En los labios del Bardo pían también grilletes...

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 161  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

»Más allá de las montañas, que duermen ¡Oh, Bardo de los Montes, oh, Princesa, las en la tierra, se alzan las águilas, se eleva el aguas de Merrha no siempre tienen al lado cóndor. Del cielo, donde reino, solo pasa ex- un Silón! hausto algún pensamiento de Dios y Amor. Y el Bardo de los Montes cruza furioso con »¡Es tarde! Volemos. Las noches invitan; al el Genio de los Aires miradas de fuego; espa- borde del camino, conmigo, mañana, tendrás das de rayos se entrecruzan en las tinieblas... el “Dios te salve” de la Aurora que pasa, sen- Retumban los golpes... Brota la sangre... tada a la puerta de mi Aldebarán. Y la Virgen de las Aguas, tan loca, tan lo- »Al verte, decían las aves de los aires: ca, al lado del Bardo, busca vengarse. No te- “¿Qué haces, Peregrina? Camina, camina”. niendo una espada forjada de rayos, se des- Ahora, si te ven, dirán: “¡Tan linda! Dios sal- maya, solloza, rompe a llorar. ve, Dios salve a la Reina”. Y la turba descreída, que los veía de lejos, »Llorando en el fondo de las aguas, dirán juzgaba truenos el tañer de las espadas, creía las olas despechadas: “¿Quién fue quien la relámpagos las chispas de los ojos; las lágri- mandó? La bella extranjera, por ser muy mas, lluvias; las voces, torbellinos... hermosa, si fue peregrina, ahora reina es”. »Pero brillan mis palacios, arden las lám- paras; ha caído la noche, extranjera. Partamos 7 más allá, no temas los espacios. Es tarde, par- tamos. Yo tiro a tu palafrén de las riendas. Y el sol, al otro día, doraba las montañas; Y la Virgen de las Aguas, mirando a su unos caballos, dispersos, erraban en el aire, y Bardo, gritaba montada en su corcel: los restos de un carro, perdidos en los montes, —Es de noche, partamos, huyamos del y un hombre, tendido en las aguas del mar. Genio; es de noche, huyamos muy lejos. Y las turbas buscaban en los montes la es- »Vamos, Bardo, no pases allá; recorramos pada, desgarrada de los cielos, de enorme los espacios; no luches: eres Bardo, y él es Pa- amplitud. Solo vieron peñas rotas, rodadas, ladín; él tiene una espada forjada de rayos, tú unos troncos quemados, y cenizas en el suelo. tienes una lira de marfil y hierro. Y el Bardo de los Montes y la Virgen de las —Él tiene una espada forjada de rayos; yo Aguas dormían en el cielo en un lecho purpú- tengo una lira de hierro y marfil. ¿No estás a reo, y brillaban dorados los rayos, y las brisas mi lado? ¿Qué importa una lucha? Así libran jugaban con las sábanas del lecho, con las combate las selvas de laurel. puntas del velo. —¿Porfías en llevártela, reyezuelo? Erraban sin rumbo, vencedores, en el cielo —¡Cobarde! sin límites en el reino del aire, en el trono de —Pues toma esta espada si quieres luchar, las rocas sobre los montes, en el trono de las hermana de esta mía, forjada de rayos; ¡pero olas sobre el mar... mira que los bardos solo saben cantar! ¡Acaso murieron de hartas locuras! Y las —Gigante soberbio, rey de altos imperios, nubes, que siempre acostumbran a flotar so- yo soy un reyezuelo, no me temas. Tú tienes bre el monte, y las aguas son restos dispersos tu orgullo y yo, mi vanidad. Así libran comba- del Bardo de los Montes, de la Virgen del te las selvas de laurel. Mar... —¡Vamos, lucha! El tiempo urge... Gentil peregrina, Alción gime allá sobre las aguas... Río de Janeiro, junio de 1854

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 162  PRIMAVERA-VERANO 2020

Àngel Guimerà El honor real

El mar y el cielo hace dos días que rodean al Solo un eunuco de extrañas vestiduras, rey de Hiriot y a su arrogante esposa. Vienen gruesos labios violáceos y nariz aplastada, peregrinos de una isla misteriosa navegando obedeciendo a su señor, se presenta ante él, contra el viento hacia su hogar. balanceando el cuerpo agigantado. Duermen juntos bien solos, sobre pie- —No conzoco yo a quien ha apagado mi as- les de leopardo, en una cámara creada para tro, y lo siento aquí, bajo mis pies... aquí... el gozo, y se oye murmurar el ábrego en la Pero —dijo el Rey— para borrarle el rastro, lejanía y, en el agua, el golpe de los remos a tengo para mí toda el agua de este mar. una. Y a una orden suya avanza el mudo escla- La Reina es blanca, tiene cabellos de mo- vo, cierra las puertas del camarote y luego gi- ra, sus pechos se yerguen como lirios cerra- ra la llave y la arroja al mar, y se queda mi- dos; él, del color del bronce, a su vera, parece rando al Rey con gesto idiota. la sombra gigante de su cuerpo. Una canoa se balancea en el agua. Ya es- Cuando el Rey se desvela al alba, despier- tán ahí los dos a una, sin hablar, y con des- ta asustado a su esposa: en el muro de la cá- trales del bajel rompen la proa, por la que en- mara cincelada le han escrito este rótulo de tra el mar a borbotones. infamia: Cruje el maderamen; se vence; aparece la «Tu esposa, oh Rey, esta noche perjura so- quilla; se oye en su vientre hondo alboroto y, bre mi pecho se ha bañado de amor; mañana mientras tanto, el Rey, tranquilo, vuelto de sabrá mi ventura la Tierra; hoy solo yo lo sé. espaldas, mira al terrible servidor, que re- Salve, señor». ma. Sonriente de gozo, medio dormida, ha El bajel se ha hundido. Ya se ve la costa. abierto los párpados la esposa cuando, al leer- El monarca, tendiendo el brazo, da otra or- lo, chillando palidecida, escapa de los brazos den: el esclavo, pálido, se gira y, por respues- del esposo. ta, se arroja al abismo, ¡demasiado bien lo ha —¡Perdón, perdón!—. Pero, sin volver el entendido! rostro, el señor se aleja con una risa que es- Pero el Rey se estremece, porque hete aquí panta y, con paso tranquilo y aún riendo, pisa un brazo aferrado firmemente a la barca y, sereno la cubierta. con el destral que vuela, lo desmocha con ira, Los naocheros atareados alborotan aquí y y el cuerpo se hunde y, tras él, el brazo. allá; los cómitres juegan a los dados haciendo Es un día resplandeciente de primavera corro; los libres, al mirarlo, inclinan la frente, cuando el viento lleva sobre las olas la canoa y besan los esclavos las alcatifas. a la orilla, y los vasallos gritan: «Oh, Rey, —No conozco yo a aquel a quien me conduce salve». el destino, pero debe morir—, murmura el rey de Hiriot, y a una orden suya, los naocheros y * * * los cómitres entran en el sombrío camarote. Penden los remos en el agua adormecida; El mar callado fue cómplice del Rey, pues no ni retruena el cuerno, ni se oye el gobernalle; le contó a la tierra la afrenta. Murieron todos, la nave se detiene como quien pierde la exis- pero, ¡gloria a los dioses!, se vio salvada la tencia; ya no queda nadie de tanta gente. honra santa del soberano.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 163  PRIMAVERA-VERANO 2020

Gabriele D’Annunzio La sangre de las vírgenes

La sangre de las vírgenes vence en fulgor a las vírgenes. Hondo era el silencio en las ori- todo lo bermejo, vence a la púrpura y a la llas y en el feliz azul donde se alzaba el tem- llama. He aquí que, en la memoria, veo morir plo natural de las rocas infecundas. Resona- a la hija de un dios, alcanzada en una ijada ron las aguas al chocar de aquellos miembros como la corza fugitiva. Su rostro se vuelve un y, una a una, todas las compañeras volaron lirio sobre la tierra. El Arquero arranca del en su salto. Emergieron risueñas de las puro costado el dardo infalible, rojo por la aguas, vírgenes violadas por fierísimos soles; sangre virginal. Luego, grande y feroz como reían, levantando ecos en las cuevas, y los pe- Hércules en el Estínfalo, con gesto potente lo chos firmes formaban vana barrera a la co- lanza contra el cielo azul, donde pasa en si- rriente. Las aguas gorgoteaban gélidas contra lencio un vuelo augural. Y mientras sigue con la cerca humana, sin ira; seguían suaves su mirada aquilina los ambages del vuelo silen- camino en declive y torcían a la tierra de los cioso y en ellos busca presagios, le cae del cie- olmecos guerreros. lo, sobre la frente, una gota de aquella sangre Y como entonces, no lejos, entre los caba- aún tibia, que al sol destella más que el gra- llos que pacían, ociaban en la ribera opuesta nate. Y Él no busca otros presagios. La gema unos jóvenes arqueros (los arcos, yacentes por queda sobre la gran frente heroica; ríe tran- tierra, resplandecían semejantes a los cuer- quila en el corazón el júbilo de las futuras nos de la luna), los bellos arqueros olmecos matanzas. tendieron el oído, alzándose sobre los codos, como fieras que olfatean una presa, y en su ánimo movieron nuevos males a los cubiros. I —¡Oh, flecheros de ciervas distantes — exclamó uno de ellos, poniéndose en pie, con Cuando renació el sol en los altiplanos de una rapaz alegría ardiéndole en los ojos—, Queresto y emergieron primeramente los en- oíd! cinares en la luz rojiza con alegre palpitar, Alto llegaba con el viento el vocerío feme- las doncellas de Cube acudieron en tropel a nil en la paz de la hora. las aguas del río, a su baño acostumbrado. —¡Oíd, oíd! Presa feliz nos manda hoy el Bajaban risueñas por la ladera y cantaban, y padre Río contra los enemigos cubiros. Oíd los el suyo era como un canto de avecillas. Nin- gritos de las doncellas cerca de la orilla. Y son guna vestidura cubría sus formas. Una agili- fortísimas amadoras, de senos firmes, de dad ferina de músculos rompía por aquellos hombros arqueados como la luna. En la pie- esbeltos cuerpos broncíneos de cazadoras. Ba- dra empinada hay un sendero que lleva al jaban cantando en el resplandor creciente. El baño, yo os guiaré. Seguidme. sol, a sus espaldas, hería las lanudas cervices Así dijo, y sacó de la aljaba un solo dardo, y los costados falcados de las bárbaras cuando que despidió un destello de luz en el puño. entre las rocas relució el río, el patrio río, pu- Exultaron los feroces arqueros y se alzaron rísimo, dador de fuerza, al que los cubiros todos de tierra, y todos dejaron el pesado arco ofrecían, como a un dios, sacrificios numero- y tomaron un solo dardo, ya que iban a gue- sos de perros y caballos. rra fácil. Entonces juntó las manos sobre la cabeza Ahora hendía las aguas la natátil fila, se- y arqueó los miembros Quiva, la primera de gura. En derredor, sobresalían los roquedales

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 164  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

inmensos, luminosos en la magnificencia del precipitaban en su socorro, y desaparecieron pleno sol, y temblaban con intensos reflejos las últimas. en el río, inclinados al fondo. Ignorantes de la celada, las muchachas gozaban el deleite sa- lubre, unas venciendo la corriente con la II fuerza de los brazos, otras ofreciendo el inerte pecho al fluir y sacando el vientre a medias, Este fue el inicio de la décima guerra. broncíneas en su fiera belleza. De repente: Y cuando el gran rostro del sol, leonado, —¿No oyes tú un estrépito?—, preguntó abarcaba desde los bosques de Queresto has- Quiva. Se pararon a la escucha, pero la brisa ta las últimas llanuras verdes de Athulva, co- no dio ninguna señal. rrió el clamor por todos los pueblos, a los dos Y hete aquí que, en un abrir y cerrar de lados del río, y acudían a ese clamor los gue- ojos, los arqueros olmecos irrumpieron desde rreros. Pero el Supremo, el Potente, el benéfi- los roquedales de la orilla para raptarlas en co Numen de la Vida, el Feliz, bajó de sus im- las aguas, y nadaron en su veloz persecución perios del aire a la llanura. Y dominando el libidinosa, y alargaron jadeantes las manos a espacio desde el confín rocoso, quedaba con la la presa cercana. Lanzaban gritos las fugiti- enorme figura contra el sol, fúlgido y lleno de vas; se resistían alcanzadas, agarradas por majestad, mientras un estremecimiento reco- los costados, arrastradas a la orilla, y a ti, oh rría el interior de la roca informe. Y a él, que padre Río, suplicaron, si alguna vez habían miraba benigno, bajo el viento, le llegaban los inmolado cien blancos caballos a tu numen, clamores de los pueblos como un fragor le- oh Río padre. Y no le suplicaron en balde, jano. Ahora palpitaban las encinas en oscura pues los cubiros oyeron las grandes voces a lo ondulación, y él, el Señor de la Fuerza, arran- lejos y aparecieron rápidos sobre las crestas có con mano terrible las raíces a miles y a mi- de la roca, como águilas fieras. Grande bullía les las apretó en un haz enorme, y lo incen- la cólera, llamando a la venganza, y resona- dió. Subían las llamas anunciadoras por el ban en sus puños las astas descomunales, los aire suave, y el humo era como un incienso, arcos en los hombros. Pero se quedaron dudo- un pacífico incienso que fluctuaba en espiras sos un momento: los enemigos ceñían la presa lentas, inmaculadas, blandas, como un remo- con manos férreas y luchaban cubiertos por lino de plumas de cisne. Veían los pueblos ella. subir la columna de paz en la mañana ensan- —¡Para ti, oh padre Río, vierto la buena grentada. Aquella era la Señal. Y dijeron los sangre de las vírgenes! —gritó el primero Sa- ancianos apuntando con el dedo: bibli, tendiendo el fuerte arco. Agudo silbó el —Se levanta alto un vapor en las tranqui- dardo y cayó sumergido un enemigo, y al lado las lejanías, y se pierde allá, adonde no al- pilló a otros la muerte, y en la muerte arras- canzan las miradas. Oh, guerreros, ¿veis? Es traban consigo a las profundidades a su presa el benéfico Numen de la Vida, el Bienaventu- viva. Con el corazón encogido, seguían los rado, que desciende a la llanura y, en la ber- armados la matanza. Cinco de los olmecos al- meja mañana, da la gran Señal con las mil canzaron la orilla, pero allí Sabibli les clavó encinas. Ahora dice: «Hoy os llamo yo a todos, veloz cinco alados venablos. Apenas rompían guerreros, a mi consejo»—. Acudieron enton- las aguas dos vírgenes, jadeantes como cier- ces todos los guerreros, todos, sin tardanza, vas heridas, en el terror de la muerte, y te- guiados por la gran Señal, al parlamento di- ñían las aguas de una vena sangrienta. Ten- vino, de los valles de Cube, de los valles de dieron los brazos rígidos a quienes se Athulva, de los altiplanos encinosos de Que-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 165  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

resto, de los prados fluviales donde pacen en La tierra tiene una sagrada virtud prolífica tropel los caballos, y de las riberas de los la- encerrada, como vuestras mujeres, en su gos, y de las lejanas alturas de las rocas, de seno. Dad ahora la simiente a la tierra, hijos, los últimos refugios, de las oscuras cavernas y las nuevas plantas germinarán alzándose donde están el hierro y la plata. felices, alimentadas por el Sol. Los padres Ríos, en las estaciones templadas, desbordan las márgenes, inundando los valles. Traerán III la abundancia los pingües aluviones. Ofreced ahora en sacrificio perros y blancos caballos. Los guerreros esperaban en la inmensa lla- No más odios ya. Que el hombre no vierta la nura. Resplandecían en las frentes los colores sangre de una herida: fluya dulce la sangre de la guerra, los atroces símbolos; manchaban en las venas del hombre, bullendo de las la oscura piel de los semidesnudos. El odio fuentes de la existencia como sube la savia por el que pelean todos los seres, el odio por el roble. Que ría el día a las serenas fati- grande e inmortal que quema la sangre de los gas; que se oiga crecer lenta la vegetación flo- hombres, ponía fuego en su mirada. Y era el reciente en las llanuras cultivadas, y que el odio el terrible mal que los hijos habían here- hombre escuche y se alegre de ello, y dirija la dado de los primeros padres. Ahora el Numen mirada al Sol, pues todas las buenas alegrías feliz de la Vida, el Potente, contempló sin las concede el Sol a los labradores. Cuide desprecio aquella vasta grey humana. Una también el hombre al buey, el tardo mamífero sonrisa de piedad movía lentamente su boca de hendida pezuña, y sea generoso de agua y cuando tendió la pacífica mano desde lo alto pasto a la mansedumbre del buey, que es re- sobre los pueblos, dominando los clamores. cio en su trabajo y cuya carne es saludable. Y Bajaba dulce la paz de aquella sombra y una cuide él también a la oveja, pues con el lanu- sensación gozosa invadía las venas así aride- do vello puede tejer con manos industriosas cidas por los largos ardores del odio. vestidos para su cuerpo, tibia capa para sus Luego, solemne y profundo, el habla del sueños. Numen pareció, en el silencio, un cavernoso »Arriba, hijos, vosotros ribereños y voso- resonar de aludes cuando ondeó sobre las tros lacustres, vosotros los de la árida peña, bandas vencidas. Todavía humeaban los tron- vosotros los de la pradera irrigada y vosotros cos sobre el precipicio, y el Numen se erguía los del mar salino, hijos todos del Gran Padre, apacible, fúlgido y grande. ¡olvidad las venganzas! Que la virgen no sea —Oh, pobres hijos míos ebrios de dolor y ocasión eterna de odio. No le echéis siempre guerra —dijo el Numen, y todos mostraban las zarpas como si fuera una presa salvaje. abstraído el ánimo—, hoy os habla el Padre, Que ella os dé a luz una gran prole. Llevad aquel que dio a vuestra tierra el buey y el ca- generosos presentes a la madre primeriza. ballo, el oro, el hierro y la plata. Él multiplica Que vea yo propagarse las generaciones de su benigno la rica caza en los bosques y muestra vientre inexhausto, en orden ininterrumpido, al cazador el buen rastro. Vosotros, ¿por qué sanas y bellas e innumerables, de manera vivís de rapiñas, haciendo mal uso de la fuer- que se trasvase de vena en vena una sangre za, y dais sin tregua caza al hombre? Los pe- pura y que, en las edades lejanas, la sangre ces llenan los lagos, las charcas y los ríos; las baje cada vez más limpia y de virtud más fe- aves vuelan en el aire en bandadas inmensas; liz. ¡Llevad presentes a la madre y al altar! yacen los metales ocultos en el fondo de las ¿Oísteis? minas, y la tierra tiene una virtud durmiente. »Y ahora lavaos del semblante los colores

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 166  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                         Sexo y violencia en seis epilios de fantasía épica palatina

de la guerra en los arroyos. ¡Y que yo vea bri- cendieron, bailando, los fuegos de la paz en las llar las hogueras de la paz en la tierra común! cumbres. Y bailaron a la luz de las hogueras y de las estrellas, y comieron viandas opíparas, y Y los guerreros, arrojando al suelo aljabas, cantaron cantos fragorosos de alegría. arcos y saetas, se limpiaban el rostro en los Pero, en el gozo, parecieron hermosas las arroyos, que arrastraban al olvido las ven- extranjeras a los extranjeros. Y, antes de que ganzas, y el Numen de la Vida, el Feliz, son- se apagaran en la noche las hogueras sagra- reía desde la montaña a los guerreros, como das de las alianzas, los corazones se hincha- un padre a sus hijos. Luego, ante su estupor, ron de un anhelo ferino. Y, antes de que se volvió a ascender en el intenso incendio del rompiesen los corros de las danzas, los cora- ocaso, entre los vapores bermejos, empren- zones desearon el asalto acostumbrado. Pare- diendo la pendiente de los cielos, hermoso, re- cieron hermosas las extranjeras a los extran- fulgente, inmenso. jeros. El primer grito que lanzó la primera virgen apretada contra el suelo por el arquero violador fue la señal de la matanza. IV Sobre los bosques de Queresto rojecía la nueva aurora y, en la tierra sobre la que el Se marchaban los guerreros, todos; sentían en Padre había extendido la mano, humeaban cada vena como un perfume alegre, y todos las hogueras aún no extinguidas y los arroyos llevaban una antorcha. En la noche serena en- bullentes de la sangre humana.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 167  PRIMAVERA-VERANO 2020

Éphraïm Mikhaël La extranjera

En su capa de plata tejida por las sacerdoti- de aurora. Nos devolverías los viejos sueños sas, la virgen marchaba hacia las jóvenes ur- perversos, soñaríamos por tu causa y vería- bes, y la noche la rozaba con místicas cari- mos otra vez el universo oscurecido por tinie- cias, y el viento le hablaba de largas blas de amor. voluptuosidades. Y las mujeres, abandonando los prados y Pero era en una época en que los reyes la fuente, dejando los claros husos y los vasos acallaban a los tañedores de siringa dispersos de miel, persiguen entre aullidos a la extran- en la primavera; los sabios enseñaban a los jera altiva que mancha el país con un perfu- pueblos de la Tierra el horror de los dioses jó- me celeste. venes y de los lirios resplandecientes. En los valles resuenan clamores de comba- Con todo, mientras que allá se alzaba so- te, estremecimientos trágicos sacuden los bre las ciudades el mal fulgor de los templos bosques y, como en las rojas tardes de las re- abrasados, la virgen andaba en busca, entre friegas antiguas, las muchachas de fuertes las razas abyectas, del fabuloso amante digno brazos corren por las mieses. de sus besos. ¡Victoria! Una prostituta que mira al cielo Blanca y misteriosa, apareció una tarde, el con ojos malignos arrastra ahora el cuerpo mes en que la hoz tumba los trigos espesos, y sagrado de la virgen asesinada; la sangre so- desde muy lejos tendió sus suaves manos como brenatural turba los lirios de los campos. flores de paz hacia la muchedumbre laboriosa. Cae la noche; los cielos florecidos de claras Guardaba en sus cabellos y en sus velos estrellas resplandecen como un prodigioso un largo perfume de gloria y divinidad y, por jardín. Las muchachas de corazón frío han haber dormido bajo las santas estrellas, su sentido crecer su ira bajo el beso de la tarde cuerpo entero clareaba. religiosa. Llega ella y maravillosos murmullos han Su furor se reaviva al olor de las flores despertado ya como antaño a los bosques um- dulces, ante el buen rumor de la llanura y las bríos: llamadas de caprípedos ahítos de raci- aguas. Bravas, mientras sueltan sus cabelle- mos maduros, cerca de las ninfas que ríen en ras bermejas, empujan con el pie a la extran- los ríos felices. jera de los ojos cerrados. Voces han pronunciado los nombres olvi- Gozosas de insultar nieves luminosas, dados de guerreras, inefables siringas suspi- muerden su garganta con ferocidad; se ve bri- ran en los aires, el viento transporta rumores llar en el fondo de las pupilas llenas de odio el antiguos de plegarias, una sombra olímpica orgullo misterioso de mancillar la belleza. llena los cielos desiertos. Y todas, colmando de arena e inmundicia Y la virgen, a la espera de gloriosos efebos, la boca que sabía las palabras melodiosas, se se ofrece espléndida y desnuda a los besos vengan con sus manos impuras, en la divina triunfales. Entonces los jefes y los ancianos muerta, del amor, de los sueños y de los dio- guardianes de las glebas la rechazan con pa- ses. los y hoces. —¡Vete! Tenemos miedo de tus ojos llenos Abril de 1888.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 168  PRIMAVERA-VERANO 2020

George Coșbuc El ceñidor de Cosanzeana

Ileana tenía ojos de sol y pelo amarillo, un los abetos mudos, donde ninguna mirada trigal; tenía un vestido tejido en flor y porta- humana puede penetrar, ni tampoco las flores ba un ceñidor sobre la faja como no ha habido de secreto perfume. otro en el mundo. Así le dice él una y otra vez para calmar Era de oro por todas partes, un rayo en- su cuidado, y su cuidado se deshacía ardiente: cendido sobre su figura. Por la noche alumbra a menudo, los días de verano, se esconden en como el fuego, y en el ceñidor está sujeta la el bosque moza y mozo. suerte de la muchacha como lo está en los ta- Se han escondido tan bien que ni flor ni lismanes. mirada humana los han entrevisto, pero en- Estaba encantado. Si lo perdiera, su suer- tre las ramas adormecedoras, desde el cielo, te se perdería para siempre, las flores ya no un solo rayo de sol ha caído sobre el ceñidor y la acariciarían ni encontraría sombra en el lo ha robado. bosque verde, y los veranos le serían fríos. Entonces Ileana siente que le arde el llan- Pero el santo Sol acecha el día entero el to en los ojos; mira en torno buscando el ceñi- ceñidor: lo robaría, que él hace mucho que se dor y palidece su rostro encendido, porque el ha aficionado a la muchacha, pero ella no ceñidor no se encuentra por ninguna parte. quiere enterarse, y él ahora se vengaría. Y, mientras ella vierte desesperada un Ella pasa con dulce despreocupación por llanto amargo, caliente arroyo, manaba del cie- las vegas floridas y duerme en los valles, y lo clara lluvia y, entre lluvias, brillante, apare- tiene al viento de guardián: su vida entera le ce el hermoso ceñidor, de lluvias rociado. parece un sueño y se burla de los mozos. Y en los cielos, el viajero Sol se reía a car- Pero el Príncipe Azul aparece sonriente y, cajadas repetidas y por los aires flotantes cruzándeselo en su camino, bastante sentía lanzaba flechas vengativas a lo largo del ro- desde entonces la hermosa muchacha que bado ceñidor. nuestra vida no nos es dada por mor de las —¡Ay, ceñidor mío! —gemía la niña—. flores de las vegas. Tanto me lo temía yo, pero el Príncipe Azul ¡De sus ojos azules de chicoria, por su seno me lo ha desceñido. blanco de campanilla fluyen ahora cálidas lá- Y luego lloraba, mayor pena, y después se grimas! Le duele tanto el corazón de amor perdió en las tinieblas. que se muere, pero el Príncipe Azul, ay, ¡cómo Desde entonces, es igual el ser, pero no es! hay muchas de las cosas que hubo. Hoy no es- —¡Tanto amor loco! Yo no lo siento, tú no tá Ileana en ninguna parte; apenas vive en la lo entiendes. ¿Para qué te sirve tu ensueño? memoria de los cuentos de dulce sentido. ¿Quieres que lo soñemos juntos? Entonces, Mientras, el Sol, en los aires llenos de su ¡suéltate tú el ceñidor! sonrisa ardiente de fuego, te ha olvidado, Ella tiembla sonriendo y gime: Ileana, pero el ceñidor, cuando se le ocurre, se —¡Quieres mi suerte entera! burla de ti aún hoy. Ella solo teme por el ceñidor, que los Si has muerto, hermosa muchacha, el ce- enemigos encontrarán entre tanto la ocasión ñidor robado siempre está vivo: cuando llueve de arrebatarle. en verano, a veces aparece un ceñidor de fue- —¿Por qué tienes miedo? Nos escondere- go en el cielo, y lo llamamos arcoíris. mos en la oscuridad del bosque sombrío, bajo

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 169  PRIMAVERA-VERANO 2020

Gian Fontana El hada Canto de las muchachas

Allá arriba, en las grutas y cornisas herbosas collado, la agarra el pastor y se la lleva con vivían las haditas. Sobre sus hombros se agi- grandes hurras abajo, a la cabaña de sus tan como oro viviente sus gráciles rizos. compañeros. Y ellas hacen crecer el pasto en mayo, ha- Estos le cortan los rizos de oro a la pobre cen crecer las flores en las laderas. Las vacas, hadita. Ya no tiene ninguno, la pobre hadita. hermosas y gordas, rumian en su pradal. Las hadas todas se lamentan a voces y Y en el collado está el pastor y toca la abandonan rápidamente las brañas. Se seca trompa a través del valle. Toca y toca en una el pasto en el pradal y atruenan pesadas tor- trompa, despertando a la tierra. mentas. La hadita, temblándole el corazón, escu- A veces, en noches pesadas y oscuras, se cha cómo seduce. Resuena en el aire como un oye a la pequeña engañada. Se lamenta en día de pleno sol, revoloteando con ala ligera. las alturas por sus rizos de oro, y la tristeza Y acude al lindo prado del pastor, en la co- embarga el valle entero. lina. Este ve a la pequeña y toca tan claro que A veces también se oye al pastor, el pobre se inclinan montes y bosques. ingrato. Su corazón está triste, no encuentra Pero cuando se sienta ella a su vera en el paz, y ya no es fértil la braña.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 170  PRIMAVERA-VERANO 2020

Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico- fantásticos: tres ficciones científicas

Nota introductoria y traducción de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción y la traducción, 2020

La expresión «ficción científica», que es la Aunque nuestro objeto, meramente literario, construcción natural en castellano para lo hace innecesario aquí dilucidar qué es la que se suele denominar mediante el calco del ciencia, o qué ciencias son verdaderamente inglés «ciencia ficción», se compone de dos «científicas», tanto las humanas (geografía, fi- elementos, uno sustantivo, que es la «ficción», lología, etc.) como las formales (matemáticas, y otro adjetivo que lo califica, «científica». En lingüística) y las naturales (biología, física, la literatura, la «ficción» está constituida por química, etc.) tienen en común el hecho de cualquier texto escrito (los orales interesan a que su expresión textual obedece a unos pa- la llamada «oratura») que genere un mundo rámetros determinados y crecientemente fijos posible donde se produzcan eventos imagina- al menos desde el siglo XIX, de manera que su rios, y es una construcción de carácter artísti- discurso, esto es, su forma retórica, es fácil- co que no se espera que sea objetivamente mente reconocible para cualquier lector que cierta. Los mundos ficticios literarios se crean consuma este tipo de textos. Aunque la ma- a través del lenguaje, y a menudo a través de nera en que los hallazgos, teorías y hechos se macrodispositivos retóricos preexistentes, es- presentan en libros y revistas dedicados a la to es, géneros discursivos como la novela o el ciencia no es completamente uniforme, un tipo drama, que son sus vehículos principales en de discurso puramente expositivo prevalece la ficción literaria actual. Sin embargo, la fic- ahora en la mayoría de las ciencias formales ción se puede expresar a través de dispositi- y naturales, si bien el discurso argumentati- vos no novelescos e incluso carentes de narra- vo, además de contener un mayor grado de ción alguna. Hay obras ficticias escritas variedad retórica y ornamentación estilística, íntegramente con diversos discursos prescrip- también puede ser importante en las huma- tivos, desde códigos legales hasta instruccio- nas. Con todo, el texto científico se presenta nes, y también otras muchas más en las que el normalmente en todas ellas como desprovisto discurso predominante y característico es el de cualquier subjetividad, así como de cual- descriptivo, como es el caso de aquellos creados quier autorreferencialidad literaria, al ser como paisajes fantásticos puros, de los que se idealmente tan solo un vehículo lingüístico han evacuado los sucesos y, por lo tanto, el transparente al servicio de la exposición fide- tiempo y la consiguiente narratividad. digna de una pura realidad, externa y ante- Otra manera de escribir ficción se relacio- rior. Nada más alejado, pues, de la ficción, na con el adjetivo que la acompañaba arriba. que presenta una realidad que es, por defini-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 171  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

ción, imaginaria y, por lo tanto, interna e fico, pueden darse situaciones de incompren- inexistente fuera de la mente del autor y, sión del carácter ficcional de dicho texto. Un luego, de sus lectores, hasta el momento en ejemplo célebre es la historia de la Atlántida que toma forma por primera vez a través del que Platón expuso empleando el discurso lenguaje (u otros procedimientos no conside- creado por Heródoto para comunicar su saber rados aquí, como las imágenes). Pero la fic- geográfico e histórico (a veces, también míti- ción suele fingir ser real y consignar un esta- co) del mundo real fruto de su «investiga- do o unos sucesos de los que la obra no sería ción», que es lo que significaba primitivamen- sino un reflejo fiel, como en el juego de los ni- te «historia». Una vez consagrado e imitado ños que convienen en creer en la realidad de su discurso historiográfico durante los siglos los actos externos que fingen mediante su posteriores, la aparición del cientifismo posi- imitación. Es el «efecto de realidad» señalado tivista y la separación neta que impuso entre por Roland Barthes y que, por razones histó- el discurso literario y el científico han hecho ricas, solemos identificar en Occidente con la creer a no pocos discapacitados hermenéuti- estética llamada «realista», sin tener en cuen- cos que la fantasía narrada por Platón me- ta que se emplean desde hace milenios otros diante el discurso historiográfico, como si fue- procedimientos de «fingimiento» ficcional qui- ra un pasado verosímil, tenía que ser la zá más eficaces. La adopción del discurso exposición de una historia realmente ocurri- científico para generar ese efecto de realidad da, al menos en sus líneas generales, y por es uno de ellos. eso siguen buscando la Atlántida por todo el La paradoja que entraña la utilización de planeta. En cambio, a nadie en su sano juicio ese discurso para crear entes ontológicamente se le ha ocurrido nunca creer que las aventu- opuestos a su objeto normal, que es la realidad ras de Don Quijote tuvieron lugar realmente, empírica, ha sido una persistente fuente de simplemente porque Cervantes sí utilizó el malentendidos, porque el propio prestigio de la discurso novelístico, aceptado siempre como ciencia hace que creamos como realmente exis- ficcional, pese a que las aventuras de ese hi- tente y no imaginado, todo aquello que se nos dalgo-caballero en la Mancha son probable- presenta mediante la escritura científica, a no mente más verosímiles que las intrigas políti- ser que haya en el texto marcas claras de fic- cas de la Atlántida, que es un lugar de tipo cionalidad de orden semántico o pragmático. épico-fantástico en el que incluso los dioses Una marca pragmática es, por ejemplo, su pu- son personajes. blicación en un libro o periódico de carácter li- El modelo platónico no solo ha inspirado terario, lo que nos avisa metonímicamente de locuras científicas, sino también emulaciones que el discurso científico del texto es volunta- propiamente literarias, a veces también de riamente fingido y que tan solo persigue jugar aspecto igualmente épico-fantástico. En ellas, a convencernos de que no es ficción. Marcas el triple discurso empleado magistralmente semánticas son aquellas que nos indican que por Platón, que combina en su relación de la lo expuesto se opone a las leyes naturales, de Atlántida las tres clases de escritura corres- manera que su existencia solo puede tener lu- pondientes a las tres grandes ciencias huma- gar en un universo ficticio, por ejemplo, cuan- nas de la Antigüedad, cuyos mismos nombres do se nos ofrece una historia pretendidamente indican el carácter central que tiene en ellas, objetiva de sucesos futuros como si ya hubie- precisamente, la escritura (grafía). Se trata ran ocurrido, un procedimiento que a veces se concretamente de la geografía o exposición de utiliza en la literatura de anticipación. lugares y de sus habitantes, incluidas sus Cuando estas marcas de ficcionalidad se costumbres; la historiografía o exposición de disimulan en el texto discursivamente cientí- lo ocurrido en una sociedad humana en los

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 172  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

tiempos en que solo los seres humanos actúan Antes de que se constituyera en saber in- (salvo ocasionales prodigios), y la mitografía o dependiente, la etnografía o descripción de exposición del origen de las cosas (naturales y las costumbres de una comunidad determi- artificiales) en un pasado legendario protago- nada, normalmente exótica, formaba parte de nizado por dioses, héroes semidivinos y otros la geografía, que era a la vez física y humana, entes sobrenaturales. Los discursos de una o por lo que los estudios geográficos abarcaban varias de estas ciencias o, si se prefiere, sabe- asimismo la descripción de las poblaciones res de orden clásico o humanístico (las huma- que ocupaban un espacio determinado, con su nidades de la tradición intelectual de Occi- economía, orden y costumbres, si bien estas dente) han dado origen a nuevas obras de solían describirse de manera más somera que ficción escritas como si no lo fueran. Aunque en los textos etnográficos modernos, incluidos hay ejemplos en la Edad Media (por ejemplo, los ficcionales, como Voyage en Grande Gara- la Historia Regum Britanniae [Historia de los bagne [Viaje a Gran Garabaña] (1936), de reyes de Britania], de Godofredo de Mon- Henri Michaux (1899-1984), que es muy ava- mouth) o Moderna (por ejemplo, el Libro áu- ro en información geográfica. La geografía reo de Marco Aurelio, luego llamado Reloj de humanística heredera de la Antigüedad (por príncipes, de fray Antonio de Guevara, cronis- ejemplo, de Estrabón) ofrecía una visión tota- ta oficial del rey Carlos I de la Monarquía Es- lizante de una sociedad en su medio físico y pañola), este tipo de ficciones se hizo más fre- en un momento dado. La ficcionalización de cuente después de que se consolidaran su la geografía con fines literarios podía reali- categoría científica y el discurso objetivo co- zarse de varias maneras. Una consistía en rrespondiente en el mundo académico, sobre presentar un paisaje humano imaginario y todo del siglo XIX en adelante. De manera describirlo, como ocurre en La città del sole análoga a cómo la filología positivista, que [La ciudad del sol] (principios del siglo XVII), había denunciado el fraude de textos inven- de Tommaso Campanella (1568-1639), entre tados o ampliamente manipulados que ha- otras muchas utopías descriptivas. Otra era bían pretendido ser traducciones o ediciones describir un espacio puramente alegórico, de obras orales o escritas preexistentes, no como el país del sentimiento amoroso de Car- impidió, sino que más bien impulsó a modo de te du royaume d’Amour [Mapa del reino de desafío literario, la aparición de obras de fic- Amor] (1659), texto atribuido a Tristan ción filológicamente tan perfectas como «Ori- l’Hermite (1601-1655). Asimismo, se podía gines du journal: l’Île des Diurnales» [Oríge- describir un espacio realmente existente co- nes del diario: la Isla de los Diariales] (1903), mo si fuera un territorio imaginario, de modo de Loyson-Bridet (seudónimo de Marcel que se sometía el paisaje real y explorable a Schwob, 1867-1905), así también la geografía, un distanciamiento cognitivo no muy deseme- la historiografía y la mitografía positivistas jante al propuesto por Darko Suvin como convivieron con sus equivalentes fictivos, efecto esencial de la ciencia ficción respecto al aunque estos presentaran a menudo unas mundo natural y social empírico. Por ejemplo, marcas de ficcionalidad indiscutibles que entre los papeles del archivo de la población orientaban la lectura lejos de la posible im- surselvana de Sagogn (Grisones, Suiza) se presión de fraude, llevándola hacia los terre- han encontrado varias descripciones de par- nos más aceptables de lo lúdico y lo estético, tes de su término municipal como si fueran como indican los tres ejemplos que se presen- islas nuevamente descubiertas, con sus nom- tan a continuación. Todos ellos funden conte- bres inventados en lugar de los reales, que nido ficticio y discurso científico, tratándose, fueron escritas a principios del siglo XVII si- por ello, de ficciones científicas. guiendo el modelo de las relaciones de viajes

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 173  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

de descubrimientos. El mismo procedimiento cando su localización, su urbanismo y su cli- seguiría, con un compromiso con la literatura ma, además de su ordenamiento: en ese país mayor que en los lúdicos papeles de Sagogn, reina una igualdad absoluta entre sus ciuda- el médico transilvano Pavel Vasici- danos, así como una indiferencia mutua ga- Ungureanu (1806-1881) en su artículo titula- rante de la paz completa, sin que provoque do «Geografia țintirimului» (1840). conflictos la llegada continua de nuevos habi- Esta «geografía del cementerio», como reza tantes. Esta imagen eutópica, al menos por su título, se inscribe en la amplia literatura contraste con las demás sociedades y nacio- sepulcral que tan de moda se había puesto en nes de la tierra, se completa con una alusión el Prerromanticismo europeo, desde Edward a su potencia, pues todos los demás imperios, Young (1683-1765) hasta Vasile Bob-Fabian con todos sus habitantes, son sus vasallos, sin (1795-1836), cuya poesía en verso «Geografia necesidad de ejercer agresivamente ese impe- țintirimului» se publicó en 1839 en la misma rio suyo. Esta constatación, expresada con revista que la prosa correspondiente de Vasi- eficaz sobriedad, cierra este estudio cuyo tono ci-Ungureanu1. Esta no es únicamente una objetivo no hace sino subrayar la sublimidad prosificación de aquella, aunque sigue sus lí- terrible de la realidad simbolizada por el ce- neas generales. Coinciden en ser la descrip- menterio como concepto geográfico. La ausen- ción del cementerio como un territorio al que cia de aspavientos intensifica el efecto emo- llegan continuamente colonos que, una vez cional del espacio descrito, que adquiere un instalados, quedan en sus moradas tan mu- carácter de ficción científica y lírica a la vez dos e indiferentes a lo que pase a su alrede- al hacernos presentes el triste destino de re- dor como los demás habitantes del país des- poso e indiferencia que a todos nos espera en crito. Pero Vasici-Ungureanu se distingue por ese país sin tiempo ni historia, un país que es haber eliminado cualquier vestigio de prime- solo presencia persistente hasta la reanuda- ra persona lírica, que interfería en el discurso ción hipotética de su Historia al mudarse to- geográfico del poema original, y por su mayor dos a un sitio mejor en un futuro ignoto. detallismo y mejor estructuración de su lúgu- Si la permanencia caracteriza idealmente bre materia, a lo que se suma su mayor peri- la geografía como ciencia del espacio, es el cia estilística. Su prosa se caracteriza por su cambio continuo lo que caracteriza el estudio objetividad científica, lo que contribuye a eli- de la Historia. La historiografía, como ciencia minar el riesgo de sentimentalismo en el que y escritura del tiempo humano, da cuenta de cae la inmensa mayoría de la poesía sepulcral las mutaciones que experimentan pueblos y prerromántica, incluida la de Bob-Fabian. sociedades sometidos a una dialéctica inelu- Aunque lo hace lindar implícitamente con el dible de influencias mutuas, pacíficas o vio- espacio teológico de la otra vida, Vasici- lentas. Sobre todo en los orígenes de las civi- Ungureanu sitúa el país del cementerio en un lizaciones, la sucesión de culturas muy espacio de aquí abajo, describiéndolo exclusi- variadas en un mismo espacio, tal como las vamente en términos terrenales y especifi- estaban revelando en el siglo XIX la arqueolo- —————————— gía y la lingüística histórica, dibujaba un pa- 1 Se publicó en Foaie pentru minte, inimă și literatură el norama de inestabilidad étnica, cultural y po- 26 de febrero de 1840, en la página 72. Su traducción al lítica, con personajes colectivos múltiples, que castellano se basa en su reedición moderna en Palatul fermecat: Antologia poemului românesc în proză, no dejaría de inspirar más adelante la fanta- antologie, prefață și note bibliografice de Mihai Zamfir, sía épica, pues bastaba con añadir a los pue- București, Minerva, 1984, pp. 20-22. Agradezco a Ricardo blos conocidos otros inventados, o sustituir Muñoz Nafría su revisión de la traducción, así como las los pueblos descubiertos por otros imagina- de los demás textos aquí recuperados, salvo indicación contraria. rios, cuyos enfrentamientos podían ser el ob-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 174  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

jeto de epopeyas heroicas que rivalizaran con céltica insular o a la germánica nórdica sin in- las antiguas, además de aportar el contexto currir en un fraude filológico quizá impensable seudohistórico en el que podían demostrar su para alguien con arraigadas ideas positivistas valía nuevos héroes fantásticos, como el bár- como era Braga. Un elemento central de esa baro Conan creado por Robert E. Howard materia, y que no es original en gran parte del (1906-1936) en la década de 1930, y para cuyo autor, sería una extensa epopeya (seis mil ver- universo escribió una ficción explicativa de sos, se dice) sobre las migraciones y luchas que forma historiográfica titulada The Hyborean dieron lugar al pueblo lusonio, que un sacerdo- Age [La Edad Hiboria] (1938). Esta sería te lee en unos bastones inscritos con caracteres emulada por otros creadores de universos rúnicos. De esta epopeya solo se ofrece el «ar- épico-fantásticos, hasta el muy reciente Geor- gumento», de modo que este texto intercalado ge R. Martin con su contextualización histo- pertenece, por una parte, al género discursivo riográfica del universo de Juego de Tronos en consistente en el resumen en forma de pura Fire & Blood [Fuego y sangre] (2018). A su narración de una hipotética obra no escrita o vez, a Howard precedieron otros, como Teófilo desconocida mucho más extensa. Por otra, el Braga (1843-1924) con su «Epopeia da Lu- contenido del texto es exclusivamente histo- sónia» [Epopeya de Lusonia], incluida como riográfico, ya que el resumen transcrito por un texto semióticamente autónomo en su «na- Braga contiene exclusivamente sucesos colec- rrativa epo-histórica» en prosa Viriato (1904). tivos, sin personajes individualizados, con toda A primera vista, la recreación de la vida del la objetividad retórica propia de la historiogra- famoso bandido-héroe de Lusitania, que venció fía. La epopeya de Lusonia es una épica que, a los romanos en diversas ocasiones y cuya discursivamente, no se distingue en nada de guerr(ill)a de resistencia solo tuvo fin al ser cualquier compendio de la Historia de un país, asesinado a traición, es, una novela histórica sea este real o imaginario. Es, de hecho, una de tema antiguo, entre muchas otras que se historiografía épica y fantástica en la medida publicaron en su tiempo, cuando las narracio- en que se debe a la imaginación desatada del nes de esa clase estaban muy de moda. Sin autor, cuyo interés por grandiosas catástrofes, embargo, el extremo nacionalismo anacrónico luchas y sustituciones étnicas se parece mucho y retrospectivo de Braga le inspiró una modifi- más al planteamiento de la Edad Hibórea ho- cación de su molde genérico en un sentido me- wardiana que a la historia de la Iberia antigua nos arqueológico y más fantástico al elevar a tal como se estaba investigando entonces. Aun Viriato a una categoría de héroe casi sobre- reconociendo que su planteamiento étnico era humano, que tiene más que ver con el futuro común en un período en que se solían hacer Conan que con cualquier caudillo real de la coincidir lenguas y razas, la etnoarqueología, Hispania prerromana. A ello se añade que la que entonces se consideraba un saber científi- novela pretende también recrear el acervo lite- co, con todos sus arios, turanios, semitas y sus rario y mitológico lusitano (o lusonio, como lo contraposiciones esencialistas entre Oriente y llama Braga como para sugerir que su Lusonia Occidente, que el mismo Braga había tornado no es la Lusitania histórica). A partir de las en miniepopeya en verso en la sección de fuentes clásicas libremente explotadas, se in- epohistoria primitiva titulada «Os séculos mu- tercalan en el libro poemas narrativos canta- dos» [Los siglos mudos] de su gigantesca Visão dos por diversos personajes y basados en los dos tempos [Visión de los tiempos] (1894 en su escasos mitos prerromanos que se conocen versión definitiva), solo es su punto de partida gracias a los testimonios griegos y latinos, ta- en la narración sobre Lusonia. En esta, la his- les como el tartesio de Gárgoris y Habis. Así toria del pasado más lejano de la Península recupera una materia épica comparable a la Ibérica prefigura y prepara, con su ejemplo, la

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 175  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

gran empresa que el autor confía a la nación notable epilio de Luis Valera «Santa», publi- portuguesa, que no es otra que volver a ex- cado por primera vez en 1875), el hinduismo pandirse por el mundo y obrar pacíficamente hizo sentir su influencia religiosa en el con- por la constitución de una Confederación de texto del irracionalismo decadente de la Belle Pueblos que instituya la plena solidaridad en- Époque, cuando proliferaron ocultismos, teo- tre los seres humanos. El nacionalismo se tor- sofías y, en general, las muestras de admira- na así en paradójico universalismo y la histo- ción hacia la espiritualidad hindú, supuesta- ria, en profecía, sin abandonar en ningún mente superior a la occidental. Precisamente momento la grandiosidad deseable en tan alta en los tiempos en que los positivistas habían empresa, y de ahí la perspectiva épica adopta- entablado una batalla sin cuartel para liberar da, que hoy podemos leer como un experimen- la cultura de oscurantismos de raíz religiosa, to literario de fantasy temprana. De hecho, Vi- la India y sus mitos venían a ofrecer una al- riato se ha reeditado por primera vez, y en dos ternativa al erosionado cristianismo que bien ocasiones2, tan solo en nuestro siglo, cuando la podía considerarse tan irracional o más que fantasía épica es una modalidad ficcional de la religión que así se sustituía. Por eso, no es amplia aceptación popular. de extrañar que un positivista notorio como En 1904, el Viriato de Braga, precursor del Pompeu Gener atacara la moda hinduista con Conan de Howard, llegaba tal vez demasiado las siempre eficaces armas de la sátira y el pronto, aunque pudiera entenderse su fasci- humor en un texto que se presenta como la nación por aquellos pueblos de un pasado le- traducción crítica, con notas, de una presunta jano, dada la atracción que ejercían por en- mitografía india de asunto cosmogónico. tonces los descubrimientos arqueológicos y En 1901, la revista Joventut sorprendió a orientalistas que no cesaban de sucederse en sus lectores con la revelación de «Una teogonía aquellos tiempos de desciframientos de escri- índia»3 [Una teogonía india], supuestamente turas y lenguas antiguas distintas a la tríada traducida al catalán por Gener a partir de la clásica de hebreo, griego y latín. Estos desci- versión inglesa de un libro sagrado encontrado framientos habían sacado a la luz nuevas his- en un monasterio por un amigo suyo, funcio- torias, por ejemplo, en Egipto y Mesopotamia, nario y militar amigo destinado en el Raj vic- y también nuevos mitos, que entonces empe- toriano. Las graciosas ilustraciones de Apel·les zaron a estudiarse científicamente y a pre- Mestres que lo acompañaban eran un primer sentarse al público europeo mediante escritos indicio de que el texto, presentado en forma de divulgación o traducciones comentadas de aparentemente ortodoxa desde el punto de vis- las fuentes mitográficas originales. Gracias a ta filológico, era una broma. Esta impresión la ello, parnasianos universalistas como Leconte confirman las notas, preñadas de flagrantes de Lisle pudieron explotar poéticamente mi- anacronismos y de alusiones festivas a reali- tologías recién reveladas como la polinesia, la dades contemporáneas. Además, el texto tra- finesa y, sobre todo, la hindú, cuya inmensa ducido, en cuya versión en versículos abundan riqueza inspiró a numerosos poetas de temas los paralelismos y el polisíndeton, parece esti- mitológicos. Junto a estas versiones literarias lísticamente más hebreo que hindú. En cam- de mitos paganos de la India, algunas de ellas bio, su tenor sí recuerda la India, no solo por hechas también en España (por ejemplo, el los dioses que aparecen, sino también por la —————————— insistencia en lo sagrado de la división en cas- 2 El texto de la traducción se basa en la mejor realizada tas o las elucubraciones seudofilosóficas sobre de ambas: Teófilo Braga, Viriato, prefacio de Adriano el todo y la nada. Sin embargo, un conocimien- Moreira, Lisboa, Clube do Autor, 2019, pp. 236-239. Agradezco a Rubén Molina Martínez su atenta revisión —————————— del texto. 3 Joventut, 47 (3.1.1901), pp. 8-13.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 176  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

to somero del hinduismo impediría aceptar (1839-1908). Gracias a su ambición totalizan- como genuinas la introducción del Buda o la te, la mitografía de Gener puede considerarse confusión entre lamaísmo, hinduismo y jai- un curioso precedente de The Gods of Pegāna nismo en el lugar donde se habrían encontrado [Los dioses de Pegana] (1905), de Lord las presuntas escrituras sagradas. Solo cabe Dunsany (1878-1957), que es la primera mito- interpretar el texto como una parodia. Su em- grafía, escrita también utilizando el estilo bí- pleo del discurso mitográfico es formalmente blico, en que se presenta una mitología imagi- impecable, ya que incluso aparecen los comen- naria completa. No obstante, esta afirmación tarios explicativos que suelen flanquear la no debe entenderse en un sentido valorativo. producción religiosa hindú, en la que es común El texto de Gener no tiene apenas pretensio- que a sus pasajes primitivos de carácter mito- nes literarias y así lo reconoció él mismo im- gráfico, teológico o ritual se superpongan los plícitamente al no esforzarse por escribir una comentarios y los comentarios de los comenta- versión en castellano, a diferencia de lo que rios, y así sucesivamente, sin introducirse una haría con otros textos festivos suyos en Del separación neta entre original e interpreta- presente, del pasado y del futuro (1911). En es- ción, al uso cristiano. En cambio, su tenor es ta colección recogió, como segundos originales, claramente burlesco, como indican los conti- casi todos los textos de ficción aparecidos en nuos juegos de palabras que persiguen la co- los dos volúmenes de Pensant, sentint i rient micidad, así como los anacronismos volunta- [Pensando, sintiendo y riendo] (1910 y 1911), rios que abundan en la supuesta escritura pero no «Una teogonia vishnuita)» [Una teogo- sagrada. Estos anacronismos remiten a preo- nía visnuita], nuevo título de «Una teogonia cupaciones ideológicas y sociales contemporá- índia»4. Como Gener sí reescribió algunos que neas, desde el racialismo de las divisiones de presentaban en el original catalán difíciles los pueblos de la Tierra según el supuesto co- juegos lingüísticos, cabe creer que no fueron lor de su piel hasta la cuestión social, protago- estas dificultades de lengua el único motivo de nizada por la división en castas, cuya justifica- la omisión. Es una pena para la literatura en ción sagrada sirve para denunciar castellano que no la enriqueciera de este modo, indirectamente los abusos de las clases diri- y que ahora tengamos que ofrecer en su lugar gentes, sobre todo del clero y sus piadosas una traducción que apenas pueda hacer justi- añagazas para mantener resignados a los tra- cia a la gracia original de esta parodia mito- bajadores de la casta productiva. gráfica. Valga la tentativa como mero testimo- Pese a la genuina base hindú, estos ana- nio de la compatibilidad de la escritura cronismos, junto con las invenciones añadidas científica y la ficción épico-fantástica desde sus por Gener, convierten el texto en un curioso inicios modernos en la Europa latina, tal como ejercicio de mitografía fictiva o, si se prefiere, demuestran los tres textos que siguen. de mitopoiesis integral, en la medida en que la cosmogonía propuesta y su desarrollo abarcan —————————— todo un mundo mítico coherente, a diferencia 4 La traducción castellana sigue la edición definitiva, no reeditada hasta ahora en catalán, pero que puede leerse de las creaciones mitográficas anteriores, que en línea: Pompeius Gener, «Una teogonia vishnuita», se solían limitar a añadir detalles a una mito- Pensant, sentint y rient: Aplech d’escrits selectes, 2, Bar- logía patrimonial, en serio o con un enfoque celona, Millá, 1911, pp. 117-131. En la página 115, el tí- tulo aparece como «Antich poema del Idostan» [Antiguo paródico afín al de Gener, como es el caso de poema del Indostán]. Las notas del traductor en su ver- «Na Arca: Três capítulos inéditos do Gênesis» sión del supuesto libro sagrado son todas de Gener. Por [En el arca. Tres capítulos inéditos del Géne- su interés y el suplemento de significado que aportan, se sis] (1878; Papéis avulsos [Papeles dispersos], restituyen en la traducción, entre corchetes, los dos pasa- jes principales de la versión de Joventut suprimidos en el 1882), de Joaquim Maria Machado de Assis volumen mencionado.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 177  PRIMAVERA-VERANO 2020

Pavel Vasici-Ungureanu Geografía del cementerio

El cementerio es un país pequeño, pacífico, si- labras demasiado importantes. No se cons- tuado bajo la banda de Medianoche. Al po- truyen allí ciudadelas, sino que cada uno vive niente limita con la tarde de nuestra vida, y en su cabañita, sin prestar atención a su ve- al oriente con un país hermoso y afortunado, cino ni a lo que ocurre a su alrededor. aún desconocido. No tienen dirigentes ni soberanos, por- La cifra de habitantes es considerable y no que son todos iguales. Todo el tiempo que deja de aumentar, porque quien se naturaliza han vivido en este país, lo han hecho sere- ciudadano del país no muere ya. Su suelo es nos y en paz, y residen allí desde hace mu- yermo, frío y húmedo. Posee pequeñas losas cho y parece que seguirán así por mucho en gran número y, aquí y allá, se abre un va- más tiempo. Sin embargo, se dice que algu- lle lo bastante amplio como para recibir a ca- na vez se levantarán todos para buscarse da ciudadano nuevo con su casita. No tiene otro país mejor. ríos, sino que el rocío del cielo y las lágrimas Todos encuentran asiento en el país, salvo de las penas lo riegan. Su aire es gélido y sus los suicidas, que se introducen a viva fuerza, vientos, llamados suspiros, estremecen a o los condenados que llegan enviados por al- quienes entran en él. Una de las plantas que gún juez, porque a estos no se los recibe allá. allí crecen, si lágrimas caen sobre ella, es el Las insignias de este país se limitan a una nomeolvides, pues solo medra en el agua. simple cruz, y su nombre es cementerio. Su El pueblo de este país es muy especial. To- poder es grande, porque todos los imperios y dos son mudos y tan solo de vez en cuando se los principados, con todos sus súbditos, le es- exhalan de sus profundas casitas algunas pa- tán sometidos.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 178  PRIMAVERA-VERANO 2020

Teófilo Braga

Epopeya de Lusonia

Un gran mar glacial cubría Europa, desde el rrestre; el Sol fecundador de la estación esti- polo hasta los Urales, y se extendía sobre los val se representó como el Toro, o el dios Tor territorios hoy ocupados por naciones que eri- de los pueblos germánicos, y el mugido del gieron dólmenes y construyeron murallas y trueno Torana, como el de un toro que brama. ciudades con los bloques erráticos arrastrados Y la navegación, que se hacía entre los lagos, por las nieves, que se deslizaban desde las al- se completaba con ayuda de los triones, que tas montañas. transportaban las barcas en carros de un Las nieves eternas, al bajar de los montes punto a otro. Por ese doble modo de navegar, de Europa occidental, fueron esparciendo en llamaron a ese pueblo aventurero gansos o li- una marcha lenta, que duró siglos, esas mo- guses, los patos de los lagos. Así se hizo céle- rrenas que bordan las orillas de los lagos, las bre en todo el mundo la fuerte raza de los na- costas del océano Atlántico, allí donde se des- vegantes, los liguses o ligures, que formaron prendieron de los glaciares. Todos los grandes ligas o hansas marítimas, protectoras de sus valles habían quedado repletos de hielo, que viajes remotísimos, cuando transportaban por desbordaba por las llanuras. Esos enormes el Atlántico y a través de Europa los bloques glaciares se habían extendido desde los mon- de ámbar amarillo y el estaño de las islas Ca- tes de Europa central, arrastrándose, destru- sitérides. yendo las especies vegetales y ahuyentando Aquellos pueblos de la región septentrio- los animales gigantescos, que se refugiaban nal de Europa, que se llama Escandinavia, en las cavernas o buscaban otros climas. En vivieron durante mucho tiempo a orillas del los claros no cubiertos por el hielo habían mar, y se los conocía por el nombre de Hom- conseguido vivir algunos animales y pequeños bres del Agua, que en sus lenguas se decía grupos humanos, en lucha contra las incle- Soma-lassed, Sabme-lassed. Por el litoral oc- mencias de la naturaleza; aparecen asenta- cidental de Europa fue bajando ese pueblo mientos humanos en las Galias, Britania, Ita- hacia el sur, y ocupó las regiones de Hibernia lia y Germania, y es en esas zonas y Britania, y en Hispania fundó el gran Esta- desbordadas por el hielo donde se fueron do de Lusonia o tierras de Lez, que fueron creando las razas de Europa, que se iban llamadas Anda-Lecia, Cale-Lecia y Lusitania. constituyendo en naciones poderosas, con sus Por su audacia al aventurarse a explorar diversas lenguas y sus diferentes costumbres, el Mar Tenebroso, las otras razas los llama- religiones y sociedades, tales como los hiper- ron los atlantes, de Atl, denominación del bóreos, formados por los protoescitas, los esci- agua; y, a bordo de sus embarcaciones de dos tas, los sármatas, los partos, los germanos, proas, impulsadas por remos, a las que lla- los galos y los bretones. Fueron ellos quienes maban kamares, extendieron sus expedicio- descubrieron la gran constelación austral de nes a las islas perdidas en el medio del Atlán- la Osa e iniciaron las labores de la agricultu- tico, descendieron a lo largo de la costa ra y la navegación. occidental de África, alcanzaron otro conti- Las estrellas de la Osa Mayor, siete en nente o Nuevo Mundo de América, penetra- número, como los bueyes que tiran de los pe- ron en el Mediterráneo hasta Egipto y, su- sados carros llamados triones, recibieron la biendo por el golfo Pérsico, llegaron hasta designación de septentriones. El hombre re- Caldea y la India. presentó en el cielo los actos de su vida te- Esos pueblos ribereños, o de Lez, y pro-

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 179  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

piamente marítimos o atlánticos, llevaron los luchas guerreras y el imperio de las civiliza- conocimientos de la astronomía, fijados en su ciones militares hicieron olvidar la civiliza- zodíaco o «simbolismo zoomorfo de las conste- ción agrícola y las navegaciones de los pue- laciones observadas en el año sideral», a esos blos ligures. Entre el Oriente y el Occidente pueblos de América, Egipto, Caldea y la In- se produjo una separación, y olvidaron que dia. Por esa razón se adora en Egipto el sím- eran solidarios en la Historia. bolo del Toro con el nombre de Ser-Apis, y, en Una tiniebla inmensa cayó sobre el mundo la forma Shor, el becerro de oro, en Palestina; después de la Edad de Hielo; la fuerza bruta con el nombre de Tauro lo designaron los cal- prevaleció sobre la ciencia, la guerra de de- deos, los sirios y los griegos. Por ese símbolo de vastación y de conquista sobre la labor pacífi- la constelación del Toro es por lo que la civili- ca de la agricultura. La misión civilizadora de zación de la raza iniciadora de los ligures se los ligures, iniciada en América, en Egipto, en denominó turana; todos esos pueblos de Orien- Caldea, en la India, ¿quedará interrumpida te adoptaron el zodíaco occidental, sin darse para siempre? cuenta de que, por la evolución milenaria de Ante la extensión y el prestigio de los im- los equinoccios, el signo del Toro había dejado perios militares, parece que la acción de la de coincidir con el inicio del año estival. fuerza bruta es definitiva. Sin embargo, la Contra la raza ligur se ejerció desde razón y la paz han de triunfar un día; Occi- Oriente la presión de otros pueblos. Las gen- dente tiene que restablecer su antigua solida- tes de Irán, que adoraban el fuego espiritual ridad con Oriente. Es esa la misión y el futuro representado por Mitra, reaccionaron contra glorioso de Lusonia. la representación del fuego terrestre o el To- Esta rama, ciertamente la más tenaz del ro, sacrificado por Mitra, o contra el Turán. tronco amputado de la luchadora raza de los En Europa, los celtas y los iberos, los jonios y ligures, al resistir en Hispania contra los los fenicios, los cartagineses y los romanos iberos, contra los celtas, persas, fenicios, car- fueron atacando a su vez a la raza de los ligu- tagineses y romanos, habrá de reorganizarse res y, por las invasiones por tierra y la pirate- un día, a través de todas las crisis, como na- ría en los mares, casi apagaron el nombre y la ción, y su poder derivará del regreso a la civilización de los ligures en Europa. Los ibe- primitiva capacidad de la raza: retomará las ros, que habían llegado desde África cuando grandes navegaciones del Atlántico; reocu- Europa estaba aún unida a ella por un istmo, pará con sus colonias laboriosas América; la expulsaron de la vertiente occidental de los fundará un vasto imperio en la India; domi- Pirineos, donde habían encontrado refugio en nará en África y, antes que ningún otro pue- la Edad de Hielo, dado que sus glaciares se blo, rodeará la Tierra, afirmando otra vez la habían detenido ante esa cordillera; los celtas supremacía pacífica como destino de la civi- rubios y corpulentos la atacaron en la Galia lización occidental. Defender la autonomía transalpina y en la cisalpina; los fenicios se de Lusitania es empujarla a realizar este in- apoderaron de los periplos de sus navegacio- comparable destino, ampliando mediante la nes atlánticas mediante la piratería, y los jo- actividad pacífica la antigua Liga Hanseáti- nios les robaron los poemas en que celebra- ca en una Confederación de los Pueblos, en ban las temerosas aventuras del mar. Las la solidaridad humana.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 180  PRIMAVERA-VERANO 2020

Pompeu Gener Una teogonía visnuita

Un amigo mío, Sir Jorge Shelly, subsecretario le presten atención, dada la importancia de del Gobierno militar de Bombay en la India, esta antigua Teogonía1. tras ser nombrado comandante de un regi- miento de indígenas y haberse tenido que marchar a ejecutar ciertas obras de fortifica- ción en la frontera del país de Cachemira, se LIBRO DEL ORIGEN DE TODAS LAS COSAS dedicaba, en los momentos que tenía libres, a Y DE LOS HOMBRES Y DE ALGUNAS COSAS MÁS visitar los gompas, o sea conventos de la secta Escrito bajo la inspiración reluciente de los jainas, que es muy anterior a la budis- de Brahma por el GRAN CATAPASTAS, ta y que, como esta, es una derivación del cul- con comentarios de Koffis y Mohfis to visnuita. y notas de Fardasa Un día, uno de los lamas, o sea monjes Lema sacro: jainas, viendo la curiosidad de mi amigo por Thodo oro o Todho los libros sagrados de la India, y habiéndolo encontrado sumamente simpático por la bon- dad de su carácter y el respeto en que tenía I las creencias del país, le dijo que, si deseaba instruirse en los libros sagrados de los que Al principio de todo, el TODO, ya era todo. derivaba la religión que ellos profesaban y si ...... quería saber la verdad sobre la Creación y la Y todo estaba dentro del TODO. existencia de los hombres, le presentaría al Y no había nada fuera del TODO. Gran Lama, quien tenía cerrados, bajo siete Ni nada era nada en nada del TODO2. llaves y en un sagrario de oro situado en la Solo era el TODO. espalda de una colosal estatua de Visnú, los Libros Santos de su religión. Efectivamente, se hicieron las presenta- II ciones y, después de mil ceremonias que sería enfadoso relatar aquí, el Gran Lama, tras cu- El TODO estaba casado con la TRANQUILIDAD. brir a Sir Shelly con un velo sagrado y hacer Y como la Inconstancia3 es la ley de TODO, que se descalzara y lavara los pies con aguas el TODO se cansó de la TRANQUILIDAD, a cau- de aromas, lo introdujo en el sagrario y le en- sa de la esterilidad de su unión con ella. señó el primer libro, titulado Del origen de Y empezó a moverse. todas las cosas, libro que debió de dictar la Y del TODO fue saliendo todo. propia voz de Brahma al primero de los jai- nas. —————————— Sir Jorge Shelly, que conoce muy bien el 1 Observaremos que quien anotó el poema sagrado que sánscrito, y además el prácrito, el pali y el ja- traducimos debía de ser un persa o indio moderno, pues lami, pudo leer el libro, y después de habérse- añade alguna nota en italiano e incluso en inglés. En cuanto a los comentaristas, deben de remontarse a una lo fijado en la memoria por un sistema nemo- época poco distante de la de los sofistas de Grecia; como técnico, lo tradujo, una vez en su celda, al mínimo, es evidente que recibieron alguna influencia de inglés, cuya segunda traducción al castellano estos. (Nota del traductor.) 2 ¡Nada, hombre, nada! (Nota de Fardasa.) les ofrecemos a continuación, rogándoles que 3 La costanza è tiranna del cuore! (Ídem.)

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 181  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

COMENTARIO: Pero el Terreno, solo, estaba triste. Koffis. El matrimonio fue estéril. Y, sola el Agua, bramaba de coraje. Mohfis. El divorcio fue fecundo4. Y el TODO, todo compasivo, les envió en seguida el Aire, para que acariciara con suave aliento al Agua y llevara la humedad de esta III al Terreno, como recuerdo de sus pasados amores, refrescándolo porque se estaba abra- Lo primero de todo que salió del TODO fue sando. el Terreno, seco como el desierto5, duro como Y el Terreno pedía más, más y cada vez las rocas, arenoso como la playa. más, pareciéndole sabrosísima. Y, viendo el TODO que estaba solo, creó el Y el Aire cogía el Agua a caballo y la lleva- Agua. ba al Terreno en cuanto la necesitaba. Y el Agua ligera se perdió de amor por el Y volvía a buscarla para descargarla des- Terreno. pués en su inmensa morada del Mar profun- Y, loca de amor, se extendió sobre él. do, tan pronto como el Terreno quedaba satis- Y, ¡cosa extraña!, el Agua quedó fecundada. fecho. Y el Terreno, también. COMENTARIO: Koffis. El aire era lo ordinario del Univer- IV so. Mohfis. ¡Qué ordinario más fino! Y pasó el tiempo6.

COMENTARIO: VI Koffis y Mohfis. ¿Por dónde? ...... Y el Terreno parió las plantas7. Con tales contactos, el Terreno se volvió Y el Agua concibió los peces. aguado. Y el Agua, terrosa. COMENTARIO: Y el Terreno quiso producir seres como el Koffis. Pero no los parió. Agua. Mohfis. Porque todavía los lleva dentro8. Y el Agua, seres como el Terreno. Y el Agua tuvo plantas. Y el Terreno, animales9. V

Entonces, viendo el TODO que ya se habían VII fecundado mutuamente, separó el Agua del Terreno...... Todo esto pasaba todavía a oscuras. —————————— Entonces el TODO, viendo la oscuridad de 4 Como en todo. (Ídem.) 5 Aquí hace referencia el autor al desierto de Sarah todo, creó la Luz con un rayo de su omnipene- Bernhardt. Hacia occidente hay dos Sarahs célebres, Sa- trante mirada. rah Bernhardt y Sarasate. (Ídem.) Y el Aire, herido en lo más íntimo, tuvo ce- 6 Pero no bailó Juana. (Ídem.) 7 Menos las de los pies. (Ídem.) —————————— 8 Y los pescadores hacen de comadronas. (Ídem.) 9 Y en abundancia. (Ídem.)

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 182  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

los de la luz al sentirse todo penetrado e ilu- lió negro como la oscuridad, y de él han salido minado por ella, y la desmenuzó y la dejó todos los negros. suspendida. El tercero lo hizo a la puesta del Sol, todo Y los trozos de la luz desmenuzada son el encendido de una rabieta, y salió del color de Sol, la Luna y las estrellas, que se quedaron la arcilla, todo rojizo, como si sudara almagre, arriba y allí siguen rodando. y es la raza cobriza de Occidente, de por allá, del otro lado de los mares, donde el Sol se po- ne. VIII Y el último, una mañana, con espanto, cuando caía la nieve, y le salió blanco como la Pero el TODO vio que todavía no lo había todo flor de loto, frío como el hielo, y de él se origi- en el Mundo. nó la raza que puebla Europa. Y se propuso hacer un ser que fuera supe- rior a todo. Y lo llamó en singular Hombre. XI Y en plural, Todo el Mundo. Pero todo se opuso a Todo el Mundo. La raza predilecta lo mereció todo del TODO. Y entonces el TODO riñó con todo. Y el TODO le dio todo el país del Saptasin- Y el TODO triunfó sobre todo. du. Y acabó de hacer el Hombre con un poco de todo. COMENTARIO: Por eso Todo el Mundo puede saberlo todo. Koffis. Ahora no se dan países. Y puede hacer de todo. Mohfis. Como no sean de abanico10. Y puede ir por todas partes. Y lo tiene todo, con todas las Virtudes y Y tuvo los cinco ríos. todos los Vicios. Y los setenta y siete animales.

COMENTARIO: IX Koffis. ¿No más? Mohfis. ¡Ahora hay más, más, pero más! Después de todo, el TODO, que siempre se acuerda de todo, acordándose de la Tranqui- Y las trescientas treinta y tres plantas. lidad perdida se la ofreció en don al Hombre Y las nieblas flotantes que forman turban- y la llamó Mujer. tes en las puntas de las montañas. Por eso la mujer es la obra de la perdición, Y el Sol esplendoroso que lo dora todo. y donde ella reina no hay tranquilidad posible. Y la Luna voluptuosa que todo lo platea11. Y la música del viento. Y la de los pájaros. X Y el frescor de la lluvia.

El primer Hombre engendró con la Mujer COMENTARIO: cuatro hijos. Koffis. Ya estuvo bien fresco. Uno, un mediodía de alegría, y le salió del Mohfis. Sobre todo, sin paraguas. color del oro, amarillo como el Sol, y es el pa- —————————— dre de la raza predilecta, la raza amarilla. 10 Y, además, baratos. (Ídem.) El segundo, una noche de mal humor, y sa- 11 Menos las pelas falsas. (Ídem.)

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 183  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

Y la riqueza de las minas, con el Oro, que es ra que salió del TODO y que todo lo puede y el Sol almacenado, y la plata, que es la luz de todo lo representa13. la Luna helada en cuartos, y los brillantes, Esta casta se divide en tres categorías. La topacios y rubíes, que son lágrimas de estre- suprema es la del BISPEMKAPA, el cual condu- llas, y las turquesas, zafiros y esmeraldas, ce a todos los demás y tiene el arriendo del que son salpicaduras del Mar cristalizadas en tinglado del Cielo. el vientre de la Tierra. El segundo grado es de los ANDAPASAKRAS, que son, como si dijéramos, los que han pues- COMENTARIO: to una tienda que ni de Dios14. Koffis. Y nada más. La última categoría es la de los MOCOSIRIS, Mohfis. Y ya tenía bastante12. que son los infelices que se ocupan de limpiar a fondo los templos. Del puñetazo de la mano derecha del TODO XII salió la casta de los RAJAREPOSAS, la casta guerrera que todo lo resuelve a castañazos y Pero en la raza predilecta, el Hombre, multi- tiene el sable como emblema, y con él corta el plicándose, se convirtió en Todo el Mundo. bacalao de los pueblos. Estos van vestidos de Y todo el mundo se puso en contra de Todo piel de demonio sazonada con baba de parri- el Mundo. cida. Hay quienes llevan un escudo en el que Porque Todo el Mundo lo quería todo. están grabadas todas las batallas que ha ha- Y la mujer ayudaba a Todo el Mundo a bido y, debajo, las que habrá. quererlo todo y algo más, y a tener envidia. Y se dividen en MATAMADRAZAS, guerreros Sin que merezca nada. tremendos, tan fantásticos que, cuando hay alguien que de verdad les hace frente, desapa- COMENTARIO: recen y se evaporan. Koffis. Pero nada. Otros son los PAPAPAGAS, los cuales son Mohfis. Nada. muy tranquilos y tienen la mostaza tan solo como un símbolo, con el lema de Tranquili- dad y buenos alimentos. Acostumbran a ser XIII glotones, hasta el punto de que incluso se cuenta de algunos que se comieron la paja de Entonces el TODO, para calmarlo todo, y para mil caballos. que todo se tuviese entre todos, dividió a to- Los hay marítimos y llevan por nombre dos en cuatro castas, encastando a todo el QUEBRANAVAS porque, apenas emprenden un mundo partiéndolo en cuatro partes, de un viaje, es tanto su ardor que revientan la nave rayo de su mirada, de un puñetazo de su en que van embarcados al primer impulso. mano derecha, de una bofetada de su mano izquierda y de un puntapié, tras haberse des- [COMENTARIO: calzado de sus botas hechas de la piel del ra- Koffis. O bien revientan las demás. bo del Dragón del Hayodiya. Mohfis. Pero nunca revientan las de los De su omnividente mirada salió la casta demás.] de los BIRLAMITRAS, que es la casta religiosa que se ocupa de los templos y a la cual todo se debe, pues está sobre todos, por ser la prime- —————————— 13 ¡Comedias! (Ídem.) —————————— 14 Quiere decir de Brahma, o de Visnú, según los casos. 12 Bastante, que ya tenía bastante. (Ídem.) (Ídem.)

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 184  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS                Escrituras del saber humanístico (geografía, historiografía, mitografía) y mundos épico-fantásticos: tres ficciones científicas

De la bofetada que el TODO pegó con su mano TRAS gritan y los RAJAREPOSAS, sirviéndose izquierda, salió la casta de los SUDASASTRAS, de algunos MATAMADRAZAS, los llevan a la casta noble que va vestida espléndidamente, cima de la montaña de los suplicios, y allí noble casta de los condes, aunque luego no se les aplican los trescientos treinta y tres haya quien no les pague; por eso, y por su tormentos que espantan a las aguas del origen, es la que recibe cualquier bofetada mar y hacen tronar y cubrirse de nubes el que se pierda. firmamento, y todo vuelve a quedar como antes]. COMENTARIO: Koffis. Y también hay perdidos. Mohfis. O perdularios, que es lo mismo. XIV

Esta casta tiene dos subcastas. La de los ES- Pero el TODO fue bondadoso y, para la reden- VIRGAMOZAS y la de los MALBARATACIENDAS y, ción y consuelo de los pobres RASCAJASPES, cuando degeneran se vuelven MASAMAN- envió a la Tierra a un hijo suyo salido de un DRAS15. flato cuando digiere el budín, y por eso lo lla- Por último, del puntapié del TODO salió man Buda. toda la casta inmensa de los RASCAJASPES, la Y por eso los RASCAJASPES van los días de de los infelices cándalas, la más descastada fiesta a la bullanga de la Budallera. de todas las castas, que tiene la obligación de Y los BIRLAMITRAS, en nombre de Buda, trabajar para las otras tres sudando y ras- les prometen de todo a los pobres RASCAJAS- cando con sus manos y algunos utensilios los PES. hermosos jaspes de los terrenos, y de rayar los profundos jaspes de las aguas de los ma- COMENTARIO: res y de los ríos con las quillas de los barcos Koffis: Por prometer que no quede. que llegan a puerto llenos de cacao. Mohfis: Por prometer que no quede.

COMENTARIO: Koffis. Para los otros. XV Mohfis. ¡Está claro, madre de Buda! Y el TODO, habiéndolo hecho todo, espera Pero de esta casta salen, cuando se enrabie- tranquilo el fin de todo. tan, otras dos subcastas. La primera es la de los ESTRIPAFAJAS, que Thodo oro o Todho todo lo echan a rodar, fastidiando la tranqui- lidad de la aleluya de las otras tres clases16 * * * cuando están comiendo o roncando más tran- quilas. Así decía, traducido al inglés y transcrito en La otra es la de los PETATRONERAS, sub- romance castellano, el manuscrito primitivo casta terrible que hace temblar la tierra[; del gran LAMA de los gompas, escrito por el pero, en seguida que aparece, los BIRLAMI- GRAN CATAPASTAS.

—————————— 15 Esta degeneración es común en las otras dos castas. En la de los BIRLAMITRAS es el estado normal. (Ídem.) 16 No hay que confundir estas tres clases con las tres cla- ses de pasaje. (Ídem.)

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 185  PRIMAVERA-VERANO 2020

La batalla del Caya

Eça de Queirós

Nota introductoria y traducción de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción y la traducción, 2020

El primer género moderno de ficción de anti- para expresar con sobria emoción el punto de cipación con un éxito masivo fue el consisten- vista de un habitante de Lisboa humillado te en la narración de hipotéticas guerras li- por los invasores de origen desconocido que bradas en un futuro próximo, unas guerras han ocupado militarmente la ciudad. Esta en que se utilizarían las armas más moder- narración derivaba de un proyecto narrativo nas y los distintos Estados-nación e imperios mucho más amplio esbozado por el autor, pe- contemporáneos se enfrentarían para impo- ro del que solo han quedado ese cuento y el ner su voluntad y redibujar las fronteras. propio proyecto en forma de esquema y resu- Tras el entusiasta recibimiento popular y crí- men de la novela futura no escrita. El manus- tico que merecieron las memorias de un sol- crito de este proyecto está prácticamente aca- dado participante en la futura derrota del bado (salvo algunas tachaduras y soluciones ejército inglés ante el invasor alemán en The dobles), de manera que se puede leer como un Battle of Dorking [La batalla de Dorking] buen ejemplo de fictoargumento o compendio (1871), de George Tomkyns Chesney (1830- de una obra narrativa inexistente por haber- 1895), se publicó un enorme número de rela- se perdido, por no haberse escrito finalmente ciones de enfrentamientos bélicos prospecti- o por haberse concebido de forma deliberada vos, por tierra, mar y aire, y con distintos como un experimento literario de microficción contendientes y desenlaces, unas veces felices fractal. De hecho, el manuscrito de Eça de para las armas del propio país para elevar la Queirós, que se ha publicado junto con un confianza y el sentimiento nacionales, y otras buen número de sus fragmentos y proyectos infelices para advertir de lo que podía pasar de obras, luego escritas o no, ofrece todas las si no se tomaban medidas que subsanaran las informaciones necesarias para hacerse una carencias percibidas del país y de sus armas. idea no solo del tenor de la potencial narra- Aunque no falten novelas del tema, estas re- ción extensa, sino también de un universo laciones solían escribirse con el tono sobrio y imaginario completo, desde su principio hasta objetivo de informes historiográficos hetero- su final. El título, «A batalha do Caia» [La ba- diegéticos (como manuales de historia) u ho- talla del Caya]1, anuncia el género de ficción modiegéticos (como memorias), seguramente de que se trata, tal como confirma en seguida para conferirles una mayor seriedad derivada un párrafo introductorio escrito como el de su carácter de supuestos documentos arranque de las memorias de un viejo testigo reales que habría que tomar en serio. de los hechos disconforme con la historiografía De estos dos grandes procedimientos na- —————————— rrativos, sería el fictomemorístico consagrado 1 La traducción que sigue se basa en la edición crítica de por Chesney el seguido por uno de los escasos «A batalha de Caia» publicada por Carlos Reis y Maria do Rosário Milheiro en A construção da narrativa queirosi- escritores canónicos que cultivaron la litera- ana: O espólio de Eça de Queirós, Lisboa, Imprensa Naci- tura de invasión o guerras futuras, José Ma- onal-Casa da Moeda, 1989, pp. 207-208. En caso de exis- ría Eça de Queirós (1845-1900), cuyo cuento tir soluciones dobles en el manuscrito, la traducción há «A catástrofe» [La catástrofe], publicado pós- optado por aquellas que facilitan las lectura. Agradezco a Rubén Molina Martínez y Ricardo Muñoz Nafría su aten- tumo en 1925, adopta el discurso novelístico ta revisión.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 186  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS     La batalla del Caya

oficial. Esta secuencia también ofrece las pistas portugueses a raíz del ultimátum británico de necesarias para fechar el proyecto queirosiano, 1890, que cortó en seco la expansión del país que debió de estar listo después de la corona- en el África meridional y demostró su catego- ción en 1875 de Alfonso XII como rey de Espa- ría subalterna frente a su tradicional aliado ña, el país invasor, y antes de 1881, el año de la (o más bien protector) inglés. En cambio, no invasión contada, por lo que su escritura pros- hubo nunca una invasión española, aunque pectiva es forzosamente anterior a esa fecha. fuera durante muchos años de donde se te- Pese a esta primera secuencia memorísti- mieran los ataques. Estuviera fundado o no ca, el resto adopta se presenta en tercera per- este temor, Eça de Queirós parece hacerse sona, primero con una segunda secuencia que cierto eco en «A batalha do Caia» de un recelo resumen esquemáticamente los antecedentes ante el mayor país vecino que estimuló gran- geopolíticos que facilitaron la invasión de demente el nacionalismo portugués como Portugal, seguida de una tercera en que la reacción al unionismo iberista. Por lo demás, invasión se narra sintética, pero detallada- la imaginada invasión española ni siquiera da mente. Tras la batalla librada en las orillas lugar a esa unión, sino a una mera disminu- del Caya, el río fronterizo entre España y ción del territorio portugués, más acorde con Portugal a la altura de Badajoz y Elvas, la los usos imperialistas coetáneos que con los falta de aliados externos y la propia debilidad ideales de progresiva unificación de los terri- interna causada por la corrupción política y la torios culturalmente afines como etapa hacia educación deficiente del pueblo obligan a los una soñada federación de Europa. La litera- gobernantes portugueses, tanto a la monar- tura de guerras futuras es un producto típico quía reinante como a la junta republicana de la era imperialista de este continente, y el que la sucede, a recurre a medios desespera- texto de Queirós refleja perfectamente aque- dos para defender Portugal, sin éxito debido a lla coyuntura, con la ventaja de que su misma la escasa preparación militar y económica de brevedad intensifica el vigor de la narración y la nación. No nos encontramos, pues, ante de su mensaje, como más adelante ocurriría una ficción bélica nacionalista agresiva que con otro gran fictoargumento (deliberado esta glorifique las victorias propias con tácito des- vez) de anticipación bélica, «Le Napoléon jau- precio de las ajenas. Al contrario, el blanco de ne» [El Napoleón amarillo] (1900), de Jules Eça de Queirós son las carencias de su patria, Claretie (1840-1913). Pero ambos eran escri- que serían las verdaderas responsables de la tores en primer lugar y no propagandistas de catástrofe. Así consiguió anticipar el estado la milicia, y lo que perdía la prospectiva mili- de ánimo que deprimiría a los intelectuales tar lo ganaba con creces la literatura.

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 187  PRIMAVERA-VERANO 2019

Eça de Queirós La batalla del Caya

Puede parecer extraño que yo también quiera otra, una falta absoluta de patriotismo. Como escribir mis recuerdos del año trágico de consecuencia, son pocos los voluntarios que se 1881; yo, pobre viejo que no tengo autoridad alistan tras el llamamiento hecho por el Go- para criticar la política de entonces, ni ciencia bierno, y los que se presentan ya llevan escri- para estudiar la campaña desde el punto de ta, en su débil aspecto, la derrota. Las clases vista militar, ni aptitudes literarias para dar burguesas demuestran un egoísmo, un terror, relieve con mi pluma a los detalles, al lado que es la mejor condena del constitucionalis- dramático de esa época emocionante. Pero, al mo; la aristocracia, por su parte, huye. Los releer lo que se ha publicado sobre la guerra voluntarios que se alcanza reunir no tienen ni de 1881, veo en los mejores libros (la Historia armas ni municiones, ni intendencia ni oficia- de la invasión, del Dr. G. Caneiro; el Fin de les. El ejército de línea sufre la mayor indis- un reino, de Marco Brião) tan singulares ca- ciplina; en cuanto al servicio de transporte, rencias, un recelo oficial... ambulancias, comunicaciones telegráficas e intendencia, nada de eso existe; los volunta- Los orígenes de la conflagración europea: el rios y los regulares son dos moles desorgani- Tratado secreto entre Francia, Alemania y zadas. La derrota del Caya es tremenda. El Rusia para redibujar el mapa de Euro- Estado Mayor da pruebas de una ignorancia pa. Francia recupera las provincias perdidas, torpe, y los generales, de una imbecilidad se- además de Bélgica; Alemania se anexiona los nil. Países Bajos y Dinamarca; Rusia llega a Al llegar la noticia de la derrota, se desata Constantinopla; se contenta a Italia con Tú- el pánico en Lisboa y se produce una crisis fi- nez, y a Austria, con Serbia. Ante este tre- nanciera; quiebran casi todos los bancos, a mendo reparto de los Estados pequeños, In- pesar de haber decretado el Gobierno la sus- glaterra declara la guerra. Es en este pensión de pagos. momento cuando el Gobierno de Alfonso XII, Se hace un llamamiento a la nación, pero para fortalecerse en vista de la coalición de no hay ni arsenales para fabricar armas ni constitucionalistas y republicanos, invade dinero. El país, acordándose como siempre de Portugal. Brasil, le pide fondos; estos llegan, se consi- gue traer armas de América, pero el buque La invasión se realiza por dos puntos, y se que las transporta cae en poder de un acora- pierde una primera batalla junto al Caya. No zado español. es posible recibir asistencia alguna de las po- El Gobierno pierde la cabeza. Los partidos tencias extranjeras. El país ha de confiar en radicales hacen una revolución en Lisboa y sus propios recursos. proclaman la junta provisional. Es la revolu- Sin embargo, ante la invasión, es decir, ba- ción, y el rey huye, de noche, de Cascaes. jo el infortunio, queda patente que Portugal Lisboa cae presa de la anarquía. La escua- había perdido todas las condiciones propias dra española aparece frente a Cascaes, y al- de una nacionalidad. El sistema educativo y gunos buques acuden, por orden de la deses- la corrupción política habían producido dos perada junta, a presentarle batalla. El circunstancias terribles, a saber: por una par- acorazado salta por los aires y los demás bar- te, una gran debilidad física y la incapacidad cos son echados a pique; se desmantelan los de aguantar las fatigas de una campaña; por fuertes, y la escuadra española echa el ancla

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 188  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS     La batalla del Caya

frente a Lisboa. Ante el bombardeo, la junta el fomento de ideas republicanas, España re- pide la paz. Se ceden las regiones de Tras los instala en el trono al príncipe don Carlos, así Montes y el Miño, además del Algarve, y el como un consejo de regencia. El rey lo es de la resto del país queda ocupado hasta el pago de Beira, Estremadura y Alentejo, bajo la tutela una indemnización de guerra. Para impedir de España.

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 189  PRIMAVERA-VERANO 2019

La tierra que arde

Ernesto Ragazzoni

Nota introductoria de Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, por la introducción, 2020 Traducción de Ricardo Muñoz Nafría © Ricardo Muñoz Nafría, por la traducción, 2020

Ernesto Ragazzoni (1870-1920) fue un here- sa manifestación de literatura neoapocalípti- dero de la bohemia italiana de los llamados ca moderna que cabe relacionar con lo que scapigliati o desmelenados. Estos habían denominé «apocalipsis erróneos»2. Estos se- propuesto una literatura inconformista con la rían aquellos en los que el narrador juega con moral y la respetabilidad burguesas de su las expectativas de los lectores al hacer creer, época, así como con el arraigado clasicismo a través del convencimiento de los personajes áulico y académico de Giosuè Carducci (1835- cuya perspectiva adopta la narración, que se 1907) y sus imitadores, que dominaban las le- está produciendo o se va a producir el fin del tras de su país en la segunda mitad del siglo mundo, pero este no ocurre, porque toda la XIX. Los criterios tradicionales de decoro retó- historia es el fruto de un error de percepción rico dejan paso entre los scapigliati a un ex- que queda aclarado al final. En «La terra che perimentalismo radical en cuanto al registro brucia», el rechazo de la verosimilitud realis- lingüístico y las estructuras líricas y narrati- ta que se expresa desde el principio mediante vas. En su ficción, la mayor libertad preside el humor hiperbólico de la descripción de las unos textos en que las historias se presentan lluvias continuas y la personalización de fe- desde una perspectiva subjetiva que parte del nómenos y objetos ofrece pistas sobre el ca- sentimentalismo romántico, pero que anuncia rácter de ensoñación despierta del apocalipsis la Modernidad por la ironía cómica e incluso creado y observado a través del humo de la el sarcasmo que la voz narradora se aplica a pipa de un «Poeta». sí misma y a lo que cuenta. Aunque los scapi- No obstante, la narración misma del final gliati abandonaron pronto la escena de la cul- de la Tierra por la pérdida de su elipse y el tura italiana, a menudo por su precoz falle- acercamiento progresivo al Sol abandona el cimiento, su influencia puede observarse en tono cómico y absurdo, adoptando uno de re- algunos autores de la generación de fin de si- lación objetiva para contar la progresiva glo (entre las centurias XIX y XX) que adopta- desecación del planeta, la desaparición de sus ron su espíritu y lo pusieron al día con un es- habitantes y su destrucción final en una nube píritu entre anarquizante y nihilista, tales de polvo y humo. Esta se identifica finalmen- como Gian Pietro Lucini (1867-1914) y Ernes- te con la humareda de la pipa en este sueño to Ragazzoni. Este último escribió sobre todo apocalíptico que funde la perspectiva univer- ensayos líricos de un género híbrido que en sal y la personal, así como lo objetivo y lo sub- Italia se denomina prosa d’arte, entre los cua- jetivo, para ofrecer una lección de vanidad de les destacan los publicados en 1919 en el dia- rio romano Il Tempo. El del 8 de abril, titula- —————————— do «La terra che brucia. Fantasia in tempo di to Ragazzoni, «La terra che brucia. Fantasia in tempo di marzo mórbido», Le mie invisibili pagine, a cura di Anna marzo morbido» [La tierra que arde. Fantasía Bujatti, Palermo, Sellerio, 1993, pp. 62-72. Se indican en tiempos de un marzo turbio]1 es una curio- con [...] varios pasajes que parecen faltar en el original utilizado. —————————— 2 «Anticiencia ficción: cuatro apocalipsis erróneos», Héli- 1 La traducción que sigue se basa en el texto de la si- ce. Reflexiones Críticas sobre Ficción Especulativa, V, 1 guiente edición antológica de las prosas del autor: Ernes- (2019), pp. 124-130.

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 190  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS       La tierra que arde

las cosas, desde las intrigas políticas de la escritura automática. Todos los términos de época, con sus principios wilsonianos de las la enumeración absurda concurren a sugerir nacionalidades y su bolchevismo, hasta el do- lo absurdo de la sociedad contemporánea y de lor de tripas y los números de lotería, pasan- la humanidad misma frente a la perspectiva do por las frases hechas del lenguaje culto. La ineludible de la muerte individual y colectiva incongruencia de los objetos de la enumera- en un mundo cuyo fin aparece libre de cual- ción puede considerarse un rasgo típicamente quier motivación aceptable teológica o filosó- rompedor, en un momento en que el dadaís- ficamente, y que únicamente el humor puede mo ya había dado que hablar. Sin embargo, ayudar a soportar, igual que solo el humor Ragazzoni evita la arbitrariedad vanguardis- permite aguantar al Poeta la lluvia incesante ta de poner juntas unas palabras con otras al que le ha inspirado esta visión tragicómica buen tuntún y a ver qué sale, al modo de la suya de las postrimerías de nuestro planeta.

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 191  PRIMAVERA-VERANO 2019

Ernesto Ragazzoni La tierra que arde Fantasía en tiempos de un marzo turbio

Marzo había sido ese año (¿o este?, ¡quién se ba ya de beber, por lo que se morían de sed—. acuerda ya!) insólitamente ceñudo y torvo, A causa del agua, se les negaba esta mis- con largos tedios de agua, sacudidas de vien- ma, y se sabe que las regaderas viven del to, nubes que de forma continua arrojaban agua. Tienen la necesidad de beber: tenemos paladas de fango como para enterrar el sol. que compadecerlas. Su fecunda intemperan- Nunca, en memoria de gramático, se había cia resulta indispensable para muchas eras conjugado tanto el verbo llover. Las ranitas que, privadas de ella, se quedarían áridas y de las zanjas eran felices. Sus reyes palo se estériles. Es preciso que alguien se embriague mantenían a flote que era una maravilla. por las condenadas a languidecer higiénica- ¡Cuántas sequías habían tenido que pasar ba- mente de sobriedad. jo los puentes antes de semejante racha hi- Sufrían las regaderas, sufrían los zapatos dráulica! Se alegraban en las antesalas tam- amarillos exiliados en los armarios, sufrían bién los paraguas. los delicados revoloteos femeninos a lo largo «¡Buenos días, mango curvo!» de las calles por la insolencia del barro, que, «¡Oh, queridísima empuñadura de plata!» en forma de salpicaduras superficiales, se «¡Llevábamos ya tiempo sin vernos!» creía transformado en estrellas, sufrían las «¡Cómo no, con aquel invernucho tibio y alcantarillas, obligadas a engullir en dema- seco que hemos tenido!» sía, y sufría también un Poeta que, al fondo «¿Cómo se iba a salir de casa?» de un cuartucho suyo, fumaba una pipa. «¡Por fin nos mojamos!» A través de la lluvia, allende las nubes «¡Vamos de paseo!» ciegas, sobre la ciudad que en reflejos se que- «¿Y qué novedades tenemos?» braba, estremecida y lívida, en los charcos, se «Una seda magnífica. Treinta liras. Se la hacía la ilusión, gracias a un poco de humo recomiendo». indolente, de que llamaba al sol. En los paragüeros, eran diálogos de lo más común: los temas del día. Los pluviómetros Era un poeta extraño, el Poeta; no escribía también —hidrópicos hasta reventar— rebosa- versos (según parece), pero tenía el don de ban de júbilo y de agua, y no ocultaban su sumo desvivirse por vivir continuamente fuera de sí desprecio hacia los termómetros, desdichada- mismo en busca de la poesía, representándo- mente entregados, como es sabido, al alcohol y se, por medio de una imagen armoniosa — en fuerte declive. La hidropesía constituye el cercana, pero siempre inaprensible—, las in- estado supremo de gracia para los pluvióme- finitas diversidades del mundo en su esencia tros. Y el tiempo les parecía estupendo a los única y primordial. A veces experimentaba impermeables, a los chanclos de goma, a las las melancolías de quien da vueltas alrededor pastillas para la tos, a los pañuelos, al moho y a de una iglesia donde querría rezar y la en- todas las demás cosas cuya razón de ser aporta- cuentra cerrada, a veces, la alegría inconten- ban los infortunios atmosféricos y climatéricos. table de un hombre de taberna. Las regaderas, en cambio, padecían por Decía para sí —bien seguro de que no lo ello, y en sus internamientos, al borde de los oía nadie— «¡qué gozo dirigir los ojos al aire, jardines, entre los rastrillos inertes, se seca- dejar que los hombres crean que se mira al ban. Se secaban literalmente —debido a la vacío, y ver tantas cosas que los demás no al- lluvia que chaparreaba afuera y no se les da- canzan a ver!»

REVISTA HÉLICE: Volumen VI, n.º 1 192  PRIMAVERA-VERANO 2020 TEXTOS RECUPERADOS       La tierra que arde

Su alma no estaba nunca en casa, inquili- La humanidad no se había dado cuenta al na de su cuerpo, sino por todas partes. principio. Devenía el viento en las plantas; sobre las Alguien había notado transparencias ex- olas tempestuosas mostraba, en espumas trañas, al fondo del cielo, en el momento en el blancas, el rechinar de dientes del mar; sufría que este debía estar ya completamente apa- el dolor de la roca arrancada de su montaña a gado mediante una puesta de sol regular. Pe- fuerza de minas. Se le preguntaba: «¿qué ha- ro de tanto alternarse horas legales e ilegales, ces este día de hoy?» Sin querer, al momento, astronómicas y ficticias, la mayoría había os habría respondido con un disparate: «Hoy creído que se trataba de algún decreto nuevo nievo». «Acompaño a la luna a mirar dentro que imponía la cartilla al día y a la luz y, por de un canal». «He de provocar una tormenta amor a la patria, a la economía y a la paz, no sobre el alto Apenino». «Creo que tendré que había hecho demasiado caso. Sin embargo, dispersarme en guijarros por las calles para aquella iridiscencia vespertina no solo persis- sentir el peso de todos los tacones que pasan». tía, sino que se acentuaba, se volvía imperti- «¡Echo humo!» Pero respondía todo lo contra- nente. rio. Lo que no pensaba: «Como a las dos». «He Las nubes, si bien seguían empañando el de escribir cartas». «Me tomo una purga». Y horizonte, dejaban resplandores inquietantes parecía así un hombre muy sensato. hasta bien entrada la noche, como vidrios Ahora el Poeta, aprisionado con la pipa esmerilados tras los cuales se obstina una dentro de las telarañas de lluvia del hosco lámpara, y una lámpara que alguien, de for- marzo, había llamado al sol con semejante ma gradual, acostumbra y fuerza a una ma- pasión que tanto el uno como el otro, el sol y yor mecha. él, se habían vuelto un solo ser. Los relojes, fuera de sí, no sabían ya dónde Y a la Tierra, reblandecida por el agua poner las manecillas. hasta el punto de desplazarse con los talones, «Tengo que dar la medianoche», murmu- le habían jugado una pasada tan buena que raba un reloj de péndulo, «y, en conciencia, la habían quemado. ¡Habían quemado la Tie- apenas me arriesgaría, en esta estación, a rra! marcar las cinco de la tarde». Mientras tanto, los paraguas continuaban, «Y yo», repetía un campanario que miraba entre ellos, sus corteses conversaciones en los lejos, «¡yo, que estoy a punto de anunciar el paragüeros, los pluviómetros se exaltaban por alba!, ¡y casi no ha habido noche!» su hidropesía y el fango rociaba de salpicadu- «¡No sabemos ya si estamos a ayer o a ras con la pretensión de convertirse en estre- hoy!», decían desesperadas las hojitas de los lla. almanaques. Entretanto los noctámbulos, prácticamente privados de la noche, no ha- La Tierra había perdido la elipse, algo que cían otra cosa que dormir. puede suceder a los mejores planetas, y esta- Y la luz, que había devorado todas las nu- ba a merced del sol, que poco a poco, sin pri- bes, todas las nieblas, se había vuelto llama, sa, la atraía hacia sí fascinada y la sorbía. se había vuelto hoguera, se había vuelto in- La situación le resultaba tan evidente al cendio y el día ya no cerraba los ojos. La ma- Poeta que, casi a través del humo de su pipa, ñana y la noche se daban la mano. Luego, no sentía el remordimiento de haber provocado hubo más ni mañana ni noche... tamaña catástrofe solo para liberarse del opaco día que moría ahogado en su ventana, Entonces se supo que la Tierra había perdido entre fastidios de toses, y por la impaciencia la elipse y estaba condenada a perecer de sol para con la reacia primavera. y en el [...] desde el observatorio ñam-ñam de

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 193  PRIMAVERA-VERANO 2019 TEXTOS RECUPERADOS       La tierra que arde

Ujiji y desde la universidad esquimal de la murmullo, engullidos al momento por las bahía de Melville (norte de Groenlandia). Los arenas de desiertos excavados. Se descoloraba científicos de los otros países —los países civi- el mundo a fuerza de luz. lizados, como bien ha demostrado la guerra— Los hombres habían vivido. El tormento, estaban tan cerrados resolviendo los enigmas el ardor eran tales que algunos desdichados, sociopolítico-ventriculares del globo terráqueo de los últimos, no habían encontrado nada que habían perdido toda noción del mundo y mejor para albergar la ilusión de reposo y del cielo —cosas que en las reuniones diplo- respiro que encender fuegos en sus cuevas y máticas y financieras no pueden tener ningu- reunirse a su alrededor. ¡Habían quedado re- na relevancia—. ducidos hasta tal punto que solo el fuego —el Por lo demás, dado que el incendio univer- fuego de antes— lograba dar lejanas sensa- sal resultaba inevitable, no merecía la pena ciones de frescor! ocuparse de nada, tanto más sabiendo que las Pero los rayos —afiladas, infinitas, impla- cátedras para disputar habrían ardido y se cables lanzas deslumbrantes— habían desen- habrían quemado y fundido las preciadas ba- covado a los hombres, desollando las paredes ratijas de las condecoraciones. del planeta, también en sus postreros refu- A estas alturas, la pupila del sol ya no gios subterráneos. Los dos últimos vivientes abandonaba la Tierra y la perseguía aproxi- se buscaron, cegados, caminando a tientas y mándose cada vez más. La humanidad, des- enloquecidos, por sed, se bebieron la sangre el lumbrada, quemada, se empleaba en vano en uno del otro. Hasta su instante supremo, la buscar refrigerio en las cavernas. Ciudades humanidad se había mostrado como fue en el de trogloditas intranquilos y exasperados ex- primero. cavaban apresuradamente bajo las antiguas El sol vencía cruelmente triunfal y, cada urbes abandonadas al desmesurado astro, vez más y más cerca, no le quedaba sino de- que casi por completo había arrebatado al cie- rretir el esqueleto de la presa que había suc- lo toda frescura de azul y crecía más y más cionado: la carcasa incandescente de la Tie- volviéndose él mismo [...] y único en el cielo. rra. Los glaciares alpestres habían tenido que Y esta, ya no más que arena, rocas y ceni- tornar en vapores, al punto dispersados, sus zas, se quebraba en estallidos, se desmenuza- milenarios candores y la tierra no estaba ya ba, se volatilizaba silbando... Y, por último, coronada sino de lóbregos riscos desnudos que no hubo más que una inmensa nube de polvo, se exfoliaban. un remolino de moléculas que, evaporándose, Asesinado estaba el verde. En una breve regresaba al caos, y que ni siquiera el sol se hora, los bosques, las selvas, las praderas sal- dignaba ya a recoger, sino que lo dejaba es- taron rojas en un voluble brinco, con el crepi- parcirse y perderse a su alrededor en el uni- tar inmenso de enebros encendidos, y el ful- verso. gor de la llama terrestre casi venció al del sol. Esa había sido la Tierra. ¡Las más lentas en dejarse conquistar por el ¡Y así se desvanecía para siempre, quema- fuego en esta tempestad universal de llamas da, la era que a tantos había hecho feroces! Y —hemos de decirlo en su honor— fueron las todo: los amores y los odios de los hombres, fábricas de fósforos! Después, todo se de- sus glorias, sus guerras, sus paces, sus boste- rrumbó y no hubo ya sombra alguna. zos; y los claros de luna, las fiebres españolas, Muertos estaban los mares, transformados los catorce puntos de Wilson, las fiestas móvi- en abismos. les, los juramentos de los enamorados, las Los últimos arroyuelos destilados del hielo agitaciones de los bolchevismos, los cuartos de los polos goteaban tristemente, sin un de los usureros, las ansias de los candidatos,

REVISTA HÉLICE: Volumen V, n.º 1 194  PRIMAVERA-VERANO 2019 TEXTOS RECUPERADOS       La tierra que arde

las legislaturas de todos los parlamentos, los rias de Pirro», las «recompensas inicuas», las códigos, los delirios de los poetas, los dolores «fatigas de Sísifo», las «escuadras móviles», los de barriga, las voces de los oradores, los es- pasado mañana y los anteayeres... todo, el poe- trépitos, los murmullos, los suspiros, las «ca- ta lo vio esfumarse, aniquilado en esa nube de lendas griegas», los «talones de Aquiles», el ceniza y de humo sin meta en el espacio. requesón, el Káiser, los «sacros bronces», los Y cuando el mundo estuvo tan bien que- «viles metales», las «piedras del escándalo», la mado, desmenuzado y aniquilado, el Poeta «carestía», los números de la lotería, el ecua- encendió de nuevo su pipa, que durante el dor, el papel timbrado, los órdenes del día y sueño se había apagado, se asomó a la venta- los desórdenes de la noche, las «antorchas del na y miró si aún llovía y si la primavera to- progreso», los «faros de la civilización», las davía se demoraba. «lumbreras de la ciencia», las «delicias de Ca- pua», las «espadas de Damocles», las «victo- 8 de abril de 1919

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Future

Guillermo Valencia

Introductory note by Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, introductory note, 2020 and translation by Álvaro Piñero González © Álvaro Piñero González, traducción, 2020

Thanks to the discoveries in geology and as- fictionality. In the same vein, we can see the tronomy, as well as the Theory of Evolution, difference between, for example, the essay in the nineteenth century the idea spread fragment in Le jardin d’Épicure (1894/1921) that neither the Earth nor the Universe were by Anatole France (1844-1924) where he immutable entities whose destruction was on- speculates on the entropic end of the world ly possible through divine agency. As opposed and the cultural degeneration of humankind to a static view of the world and humankind, that would precede it, and the poem original- knowledge had it that everything was bound ly in verse “Futuro” (1899; Ritos, 1914) by to meet an inert destiny due to entropy, the Guillermo Valencia (1873-1943). This Colom- universal law discovered in and studied since bian writer turns that fragment into an imag- the 1850s. Scientists inferred from this law inary world whose fictional existence is high- and other cosmological research the depletion lighted by the plethora of specific details that of the fuel keeping the Sun alight and the are way beyond what could be hypothesised subsequent cooling thereof, which would lead with the help of science alone. This future is inevitably to the absolute disappearance of not presented as speculation, but as a reality. all forms of life in the solar system, Earth in- In Valencia’s poem, reality merges the su- cluded. Such a future was not presented as blime with a poignant sense of loss. The su- something one could believe or not, but ra- blime comes from the vision of a cold and ther as a materially unavoidable reality, even dark universe resulting from the Sun’s cool- if millennia away. It was a secular ending, ing, leading to decline and final disappear- based on science. This can be seen in the at- ance of life. Earth ends up being an inert, tempts of different writers to emulate Lord dismal sphere with no living creature capable Byron’s masterful poem “Darkness” (1816), of remembering it. The sadness of humanity speculating on the demise of terrestrial hu- being lost, now buried and forgotten, is made mankind or their extra-terrestrial counter- noticeable by the implicit comparison be- parts. These poetic speculations were, indeed, tween the cultural greatness of the classical scientific fictions. They are fictions because past and the wretched cave-dwellers of lim- they are not presented as reasoned hypothe- ited intelligence living after the fashion of our ses based on solid science, but as visions of humanoid ancestors, thus bringing to an end imaginary worlds developed with the means the cycle of creation: both Earth and humans available to science’s teachings. Although the have similar beginning and end. Valencia’s elements of these worlds were scientifically apocalyptic vision is a pessimistic kind of plausible, their description served literary, eternal return. Universal death rejects the and not educational, purposes. Nietzschean reveries in this beautifully writ- This could be seen in the fact that these ten poem using the best Parnassian rhetoric. literary apocalypses of a scientific nature This lends intensity to the expressivity of the were usually written in verse, which denotes language, generating a feeling of realism their literariness and, by association, their without neglecting the symbolic dimension.

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Guillermo Valencia Future

By the end of its race, the sun shall refuse its The moaning auras’ echoes shall lull their light to the dark vault in a dying day, and hungry children in the icy dawnless nights. over the surface of its decrepit sphere shall From the rigid dens, their hirsute women, wave its exhausted gleams as if it were a with fear and their eyes fixed on the grey greyed mane. The singers, stiff with cold, vault, shall stare at the white stars hanging with their vivid plumage faded, shall fall on the silent heights at midday and a fateful from the trees, and, within bare forests, the sun that shines not, while the formidable melodies of the river shall no longer celebrate roars of the shaggy bellowing bears fills up wild love’s red idyll. Then the last couples the deaf and immense void... shall shiver by the fire, laden with untamed The final dwellers shall pass, from the art- pain and melancholy eyes, and, on the bleak less caves, without sentience, fed with the hill, the pine tree shall only bow its upright bread of pain, knowing neither our faith nor crown for the kisses of the wet wind from the our science, a trembling flame of intelligence southwest. dwindling away under coarse skulls, their only Silent and huge, resembling a snow- yearning to conquer beast and gather tasteless covered horde of ghosts, floating on the lakes roots or bitter fruit from the ungrateful soil. where Europe sleeps, the wandering ice floes Without hatred, love or witness, a sick be- shall bury, like a tribe of barbarian giants, ing, with flat head, a forest of hair for his coat the defiled grounds of a thousand formerly and eyes betraying the beast inside – pupils swarming cities, where the illusions of love fixed on the hostile ether, seeking the East –, and joy like fireflies in the sky illumined shall lay the sweaty forehead on the earth nights of sleeplessness... and sink silent in the funereal stagnant gulf. Offspring of the foolish creature and the At the gust of an unchained hurricane, the crazy Adam, the last humans, whose brows Earth shall move through the infinite deep sorrow does not darken, shall ramble on a like a bloodied spectre. In the lifeless peace carpet of snow and lichen, their languid fi- and with a muffled scream the sad animals of gures avoiding the withered shade. They our race shall not evoke the pale Crime... As shall defend their lives with their hairy the immortal pieces by Homer, Phidias, Virgil hands as if they were the last veterans of a and Horace, rubble of a chimerical palace, stabbed battalion, or, within lugubrious lairs, sleep under the yellow sandy flats, the world clad in rustling leather, shall collect their shall drift in space as a lost bird in the de- stupefied soul. sert: blackened, forgotten, dead!

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1. Los trabajos enviados deberán estarán es- previa autorización documentada de la publi- critos en español o en inglés. cación o editorial originales, así como del au- tor en su caso. 2. Se aceptarán dos tipos de trabajos:  Miscelánea: textos breves de especial rele- 5. Todos los trabajos deberán ir acompañados vancia para los estudios sobre ciencia fic- de un documento aparte especificando: ción basados en reflexiones personales de  Título. tipo ensayístico no académico.  Nombre del autor(es) o autora(s).  Reflexiones: Artículos académicos origi-  Filiación institucional: universidad o cen- nales con bibliografía, para la sección tro, departamento, ciudad y país, o sim- de «Reflexiones». plemente «investigador(a) independiente».  Crítica: En esta sección se incluyen las  Dirección de correo electrónico. En el caso reseñas de libros recientes o más anti- de artículos de autoría múltiple, se deberá guos. especificar la persona que mantendrá la  Recuperados: traducciones de textos fic- correspondencia con la revista. ticios o ensayísticos relacionados con la ficción especulativa traducidos de cual- 6. El texto de los artículos deberá enviarse quier lengua al inglés o al español (sal- anonimizado, sin citas, agradecimientos, refe- vo del inglés al español). Los textos ori- rencias y demás alusiones que pudieran per- ginales deberán ser obra de autores mitir directa o indirectamente la identifica- fallecidos antes de 1950 y/o serán de ción del autor/a. dominio público. Serán textos comple- tos (cuentos, poemas, ensayos, obras 7. Los artículos de las secciones de «Reflexio- dramáticas breves, etc.). No se admiti- nes» tendrán una extensión máxima de rán fragmentos de textos extensos (por 10 000 palabras, incluyendo las notas y la bi- ejemplo, capítulos o pasajes de novelas, bliografía. Los textos de las secciones Misce- etc.). A la traducción precederá una no- lánea y Crítica tendrán una extensión máxi- ta introductoria sobre el autor y la obra ma de 5 000 palabras. originales, incluida información sobre la fuente de la traducción (fecha, publi- 8. El formato del texto deberá respetar las si- cación, etc.). guientes normas:  Tipo y tamaño de letra: Times New Roman 3. Los trabajos se enviarán en formato Micro- 12, salvo las notas de pie de página, que soft Word (.doc o .docx), mediante envío direc- deberán ir en tamaño 11. to por email a uno de los tres coeditores.  Texto a 1 espacio y medio y justificado, salvo las notas de pie de página y las obras 4. Los trabajos enviados deberán ser inéditos citadas, que deberán ir a 1 espacio. y no se podrán someter a la consideración de  Las notas irán numeradas consecutivamen- otras revistas mientras se encuentren en pro- te al pie de la página correspondiente y no ceso de evaluación en Hélice. Excepcional- al final del texto. Se recomienda reducir su mente, Hélice podría aceptar publicar la tra- uso al máximo y que ese uso sea explicativo ducción al español o al inglés de un texto ya y nunca de citación bibliográfica. publicado en otras lenguas o que se haya pu-  Las llamadas de nota se colocarán antes blicado en un libro agotado o imposible de en- de los signos de puntuación en los trabajos contrar fuera del país de edición, en todos los en español y después de dichos signos en casos con indicación de la fuente original y los trabajos en inglés.

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9. Las citas deberán respetar las siguientes primaria comentados o con texto citado. normas: Estas referencias figurarán en la lista fi-  Las citas aparecerán en el cuerpo del texto nal. y se evitará utilizar notas al pie cuya úni-  El orden será alfabético según el (pri- ca función sea bibliográfica. mer) apellido del autor/a. En caso de va-  Se citará entre paréntesis, incluyendo el rias referencias de un mismo autor/a, se apellido del autor/a, el año y la página o ordenarán cronológicamente según el páginas citadas; por ejemplo, (Ruthven, año, de mán antiguo a más moderno. 1990: 145). Primero se incluirán las referencias del  Cuando en dos obras del mismo autor autor/a en solitario, en segundo lugar las coincida el año se distinguirán con letras obras compiladas por el autor/a, y en minúsculas tras el año; por ejemplo, tercer lugar las del autor/a con otros (Teelock, 2005a: 42). coautores/as. Nota importante: los ensa-  Si los autores son dos, se citarán los dos yos en español deben seguir los ejemplos apellidos unidos por «y» (en español) y «&» que siguen en español, mientras que (en inglés): (Maillard & Pujol, 2007); aquellos escritos en inglés deben seguir cuando los autores sean más de dos, se ci- los ejemplos en inglés, con independen- tará el apellido del primer autor seguido cia de la lengua original del texto inclui- de «et al.» (Sundaram, Vivan et al., 1972), do en la bibliografía. aunque en la referencia de la bibliografía final se indicarán los nombres y apellidos 11. El formato de las referencias respetará de todos los autores. las normas siguientes:  Las citas literales irán entrecomilladas (comillas españolas [«»] en los textos en Libros: apellido(s) del autor/a, nombre(s) del español y comillas inglesas [“”] en los tex- autor/a (no iniciales), año entre paréntesis, tí- tos en esta lengua) y seguidas de la co- tulo en cursiva, lugar de publicación y edito- rrespondiente referencia entre paréntesis, rial, según los ejemplos siguientes: que incluirá obligatoriamente las páginas  CALVO CARILLA, José Luis (2008). El sueño citadas; si sobrepasan las cuatro líneas o sostenible: Estudios sobre la utopía litera- las 50 palabras, se transcribirán separa- ria en España. Madrid: Marcial Pons His- damente del texto principal, sin entreco- toria. (Para los ensayos escritos millar, con mayor sangría a la izquierda (1  DÍEZ, Julián, y Fernando Ángel MORENO cm) y menor tamaño de letra (11). (eds.) (2014). Historia y antología de la  Los títulos de las obras citadas (relatos, li- ciencia ficción española. Madrid: Cátedra. bros, películas, series de television, etc.)  JAMES, Edward & Farah MENDLESOHN siempre se indicarán en la lengua original, (eds.) (2003). The Cambridge Companion seguidos o no de su traducción, excepto en to Science Fiction. Cambridge: Cambridge los casos en que dicho original no esté es- University Press. crito en el alfabeto latino. También se in-  MOYLAN, Tom (1986). Demand the Impos- dicará el año de la publicación original. sible: Science Fiction and the Utopian Im- agination. New York (NY): Methuen. 10. La lista completa de referencias bibliográ- ficas se situará al final del texto, bajo el epí- Capítulos de libros: apellido(s) del autor/a, grafe «Obras Citadas». Las referencias se re- nombre(s) del autor/a (no iniciales), año entre dactarán según las normas siguientes1: paréntesis, título del capítulo o sección entre-  Se incluirán todas las referencias a la bi- comillado («» o “”, según la lengua del trabajo bliografía secundaria que hayan sido cita- presentado), autor/a del libro, título del libro da, así como de los textos de bibliografía en cursiva, lugar de publicación, editorial y —————————— las páginas. Por ejemplo: 1 Nota importante: los ensayos en español deben seguir  GINWAY, M. Elizabeth (2011). “Teaching los ejemplos que siguen en español, mientras que aque- Latin American Science Fiction and Fan- llos escritos en inglés deben seguir los ejemplos en inglés, tasy in English,” A. Sawyer & P. Wright con independencia de la lengua original del texto incluido (eds.), Teaching Science Fiction. en la bibliografía. Ellugar de edición se citará como figu- re en la publicación original. Houndmills: Palgrave Macmillan, 179-201.

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 PEREGRINA, Mikel (2014). «Rasgos de la Aviso de derechos de autor/a novela negra en el ciberpunk a través de La Los autores deben aceptar los términos si- sonrisa del gato, de Rodolfo Martínez», A. guientes: Martín Escribà y J. Sánchez Zapatero (eds.), 1. Los autores conservan los derechos de autor. La (re)invención del género negro. Santiago 2. Los textos publicados en Hélice quedan suje- de Compostela: Andavira, 151-158. tos –si no se indica lo contrario– a una licen- cia Internacional Creative Commons tipo Artículos de revista: apellido del autor/a, Attribution-NonCommercial-NoDerivatives nombre completo del autor/a (no iniciales), 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0), año entre paréntesis, título del artículo entre- https://creativecommons.org/licenses/by-nc- comillado («» o “”, según la lengua del trabajo nd/4.0/. Se puede distribuir o comunicar pú- presentado), título de la revista en cursiva, blicamente al artículo, y se puede citar volumen, número y páginas, según el ejemplo (siempre que reconozca los créditos de las siguiente: obras (autoría, nombre de la revista, institu-  LÓPEZ-PELLISA, Teresa (2017). «Las dra- ción editora) de la manera especificada por maturgas españolas y lo distópico: Teatro los autores o por la revista), pero no se pue- y ciencia ficción en el siglo XXI», Anales de den hacer obras derivadas ni usarlo comer- la Literatura Española Contemporánea, cialmente, derecho que retiene solo el autor. 42.2: 47-79. 3. Los autores pueden establecer acuerdos  YEATES, Robert (Winter 2017). “Urban De- adicionales para la distribución no exclu- cay and Sexual Outlaws in the Blade siva de la versión de la obra publicada en Runner Universe,” Science Fiction Studies, la revista (por ejemplo, situarlo en un re- 44.1: 65-83. positorio institucional o publicarlo en un libro), con un reconocimiento de su publi- Ediciones originales: cuando el año de la cación inicial en Hélice. edición original no coincida con el de la edi- 4. Se permite y se anima a los autores a difun- ción que se está citando, se citarán ambas fe- dir sus trabajos electrónicamente (por ejem- chas en la referencia. Por ejemplo: plo, en repositorios institucionales o en su  BRADBURY, Ray (1953, 2012). Farenheit propio sitio web) antes y durante el proceso 451. New York (NY): Simon & Schuster. de envío, ya que puede dar lugar a inter-  ARAQUISTÁIN, Luis (1923, 2011). El archi- cambios productivos, así como a una citación piélago maravilloso. Colmenar Viejo: La más temprana y mayor de los trabajos pu- biblioteca del laberinto. blicados (Véase The Effect of Open Access).

Los artículos de internet: se cita igual que los artículos en papel, añadiendo la dirección Declaracion de confidencialidad URL y la fecha de acceso. Por ejemplo: Los nombres y direcciones de correo electró-  JAKUBOWSKI, Max (25 March 2011). “Sci- nico publicados en Hélice solo se utilizarán ence Fiction Noir,” Mullholland Books. para los fines expresamente establecidos y no http://www.mulhollandbooks.com/2011/03/ se comunicarán a nadie ni tendrán ningún 25/science-fiction-noir/ (Access 6 August otro uso. 2017).  MARTÍN RODRÍGUEZ, Mariano (2015). «“Un Dirección de envío manuscrit de savi o de boig” y el género de Los trabajos se enviarán por correo electróni- la visión cósmica», Hélice: Reflexiones Críti- co a los editores de la revista, a quienes se cas sobre Ficción Especulativa, II.4: 63-74. podrán hacer asimismo preguntas y consultas http://www.revistahelice.com/revista/Helice al respecto: _4_vol_II.pdf (Acceso: 6 de agosto de 2017). Sara Martín Alegre ([email protected]) Las obras audiovisuales, juegos inclui- Mariano Martín Rodríguez dos, se referenciarán de acuerdo con las ([email protected]) normas de la MLA. Mikel Peregrina ([email protected])

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Hélice: Reflexiones Críticas sobre Ficción Especulativa

www.revistahelice.com

ISSN: 1887-2905

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