En La Fiesta De Nuestro Santo Patrón
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Año XXXV Pamplona 6 de julio de 1929 Núm. 823 - O RGANO — ADMINISTRACIÓN, ESLAVA, 3 DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO-PROPAGANDISTA" DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA, 23, 2/ EN LA FIESTA DE NUESTRO SANTO PATRÓN NA vez más celebramos hoy la formar, derramando por España su sangre generosa en fiesta del Santo Patrono de nues- cuantas ocasiones memorables lo reclamó la independen- tra amadísima Navarra, y sírve- cia, el interés y la dignidad augusta de la Patria. nos la conmemoración de esta Sea depositario el glorioso San Fermín de esta reno- fecha para agradecer a Dios la vación de votos que en su día formula LA AVALANCHA, merced de un año más de vida, y que su excelsa protección, jamás negada a Navarra y de que disfrutamos nosotros y a'sus hijos, vele por todos nosotros, nos auxilie y sosten- disfruta nuestra revista, medio de ga en la lucha contra el error, nos guíe y nos oriente pa- expresión de nuestros sentimien- ra que el noble propósito que anima a esta publicación tos y de difusión de las doctrinas tenga la náxima eficacia en el espíritu de nuestros cote- que profesamos, y elemento mo- rráneos, que en estos días de sana alegría y de lícita ex- desto, pero resueltamente utiliza- pansión y bullicioso regocijo abren un paréntesis en la do en la defensa ardorosa de constante y diaria labor, para gozar de un descanso bien cuanto discernimos consubstancial con la tierra en que ganado. nos fue dado nacer: la fe católica, el amor a España y a Nada revela tanto la tranquilidad de la conciencia co- las gloriosas tradiciones del reino de Navarra, que tiene mo la espiritual alegría: el ser taciturnos y tristes, condi- por especial protector y mediador ante la omnipotencia ción es de desasosiego espiritual o de enfermedad física divina al excelso San Fermín. o lesión material, lo mismo en el individuo que en los A fuer de caiólícos y a fuer de navarros, sírvenos la pueblos. Los moralmente amargados, o los que son pre- fecha tradicional, la fiesta del santo Obispo bajo cuyo pa- sa de alteración patológica, están privados por su desgra- tronato estamos, para hacer una renovación de votos y cia de las expansiones ruidosas, que tanto tienen de in- pedir a Dios que ilumine nuestras inteligencias, manten- fantil por lo que tienen de salud tanto en el espíritu co- ga el fuego de nuestro corazón y guíe nuestras plumas mo en el cuerpo. para el mejor servicio de sus derechos y los derechos de Y así son típicas y gozan de general fama nuestras fies- su Iglesia en la sociedad española, para el mejor acierto tas, porque son las fiestas de un pueblo absolutamente en la defensa de los intereses morales y de los lícitos in- sano en lo moral y en lo material; fruto esta salud colec- tereses materiales de nuestra, querida región, y para ser tiva de su nobleza racial, de su elevación de pensamien- en cuanto de nosotros y de nuestras fuerzas dependa, ba- tos, de sus costumbres, que ojalá jamás se contaminen luarte contra las asechanzas del enemigo, que por serlo de la relajación y podredumbre modernas, así como de de la Fe y de la Iglesia, lo es también del pueblo navarro, su amor al trabajo que imprime a la vida de Navarra un que tiene como su mejor timbre de gloria la fe hereda- ritmo seguro y normal en su espléndido desarrollo. da, las heredadas costumbres de sus mayores y el arrai- Nuestras fiestas no despiertan atracción en nadie por gado e indestructible amor a lo propio, que en nada amen- los festejos profanos. Estos festejos en todas partes son gua el amor firmísimo a la nacionalidad que contribuyó a análogos, y nuestros paisanos ausentes, en cualquier lu- 194 LA AVALANCHA gar en que se hallen los pueden encontrar. La atracción 1 logia inconfundible entre los rasgos característicos de sus de nuestras fiestas, la añoranza que conmueve el corazón | moradores y los que en la población, en sus edificios, en navarro en esta fecha, el deseo que anida en el alma de i sus calles, en sus monumentos han ido acumulando los siglos, fruto de la labor tenaz y continuada de sus hom- los hijos de nuestra tierra ausentes de ella, nace de otros bres, para darle fisonomía. dulcísimos recuerdos. Y en la fiesta de San Fermín, el Recia y firme como el temperamento navarro es la ar- anhelo por Navarra, la pesadumbre por no poder hallar- quitectura de sus grandes edificios, en los que la fortale- se en Pamplona se traduce y expresa en la oración que za no excluye las más bellas y minuciosas manifestacio- todo buen navarro eleva al cielo ante Ea imagen del ex- nes del arte. La Plaza del Castillo de Pamplona es algo gigantesco celso Patrono, que nunca falta en el hogar de los ausen- que hace pensar en cíclopes. En pocas capitales de Es- tes por larga que sea la distancia, que no existe para el paña existe alguna que se asemeje en grandiosidad. Pero pensamiento ni para el corazón, porque allí donde unos cuando se observa la constitución fisiológica del navarro, ¡abios recen ante la imagen del santo Obispo mártir, allí cuyo cuerpo ampuloso necesita respirar a plenos pulmo- late el alma navarra con toda la fuerza arrolladura de nes, no sorprenden las proporciones de aquella plaza. El tórax, que amplificó en la niñez y en la mocedad el jue- nuestra raza. \ . .\ . go de pelota, favorito de la región, justifica sobradamente Ese amor, esa devoción, esa confianza, esa comunica- la necesidad de aquellos grandes espacios libres en la ción con nuestro Patrono constituye para nosotros santo urbe, como parece guardar una perfecta armonía la con- y seña de nuestra comunión regional, y la común agru- textura recia de aquellos hombres con la hermosura agreste del paisaje que circunda la población. pación bajo el báculo protector de San Fermín es la que Y lo mismo ha de ser en las expansiones, en las fies- crea y afirma la hermandad en las creencias y en los sen- tas. El hombre duro para el trabajo, por imposición de timientos, que es la que caracteriza y define nuestra per- su recio temple ha de manifestarse dispuesto al ejercicio sonalidad inconfundible. "•.].'•'„" rudo para las diversiones, fuerte e incansable. Ha de Que en esta fecha todos los ojos de los navarros se buscar algo de emoción, de violencia, aun de peligro, pa- ra satisfacer su necesidad de esparcimiento. vuelvan hacia el santo Patrono de nuestra tierra amadí- Si no lo demostrasen así los caracteres de sus varias sima; que en todos los hogares navarros sea él quien distracciones, bastaría para probarlo de modo indudable presida la vida familiar, como mediador en nuestras ne- esa añeja costumbre del encierro de los toros para las cesidades espirituales, corporales y temporales para con famosas corridas que constituyen el principal airactivode Dios, dispensador de todo bien. Y que todos seamos dig- sus fiestas tradicionales. Más que por el cuidado que en nos de merecer esa protección, siendo fieles a la ley di- la confección de sus programas viene poniendo ¡a repre- sentación de la ciudad desde tiempos inmemoriales para vina y a los deberes que la ley divina impone en todos que sus corridas no puedan ser superadas por las que se los órdenes. ofrecen en población alguna con tan fausto motivo, hanse Luis. hecho célebres por esa costumbre característica del en- cierro, en la que la mocería pamplonesa precede a los toros que han de lidiarse en todas las corridas, desde el campo en que fueron encerrados, a la plaza en que han de enchiquerarse cada día de fiestas. Es algo que no tiene semejanza; por el rasgo de valor LAS FIESTAS DE SAN FERMÍN pintoresco que supone ver aquel típico encierro, en el que la manada temible recorre su trayecto llevando ante sí y en su torno la compacta muchachería, que entra en A hermosa capital de Navarra, desde los más el red >ndel seguida del ganado; que ya en el coso, libre remotos tiempos, tiene todos los años un día de! cabestraje que la contuvo y de los vaqueros que la solemne: el de su santo Patrón San Fermín, guiaban, acomete y persigue fiera y aturdida a aquellos a cuya conmemoración se consagran los bultos innumerables que tan al alcance de sus cuernos nabarros todos con un singular fervor e in- encuentra, no siendo raro que rueden por el suelo o se comparable entusiasmo. vean lanzados por el aire algunos de los valientes ence- De este entusiasmo y este fervor se derivan la impor- rradores, como no lo es tampoco que en la lidia popular tancia y la popularidad de las fiestas con que Pamplona a que se entregan los jóvenes pamploneses pague alguno celebra todos los años durante una semana su día grande, su temeridad quedando tendido en tierra, a veces para que si lo es para todos los pueblos de la Península el de no levantarse nunca. su Santo tutelar, ha de parecer aún de mayor brillo y de Y esta juventud brava, que tan sin objeto desafía el pe- más extendida fama en aquellos en que el carácter de ligro, es la que en el trabajo se muestra tan tenaz y per- sus moradores, por más vehemente, se manifiesta con severante, en los ejercicios vigorosos tan entusiasta, en más efusiva exaltación. el querer tan firme y tan ardientemente fervorosa en su Asi ocurre en Navarra. Al fervor con que los pueblos adoración a San Fermín, el Santo protector de la recia adoran sus santos patronos se une esa alegría vigorosa Navarra.—E.