La Traición a Diógenes. Lecturas Contemporáneas De La Filosofía Cínica
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2019 44 Adrián Baquero Gotor La traición a Diógenes. Lecturas contemporáneas de la filosofía cínica Departamento Filosofía Director/es ARAGÜES ESTRAGUES, JUAN MANUEL Reconocimiento – NoComercial – SinObraDerivada (by-nc-nd): No se © Universidad de Zaragoza permite un uso comercial de la obra Servicio de Publicaciones original ni la generación de obras derivadas. ISSN 2254-7606 Tesis Doctoral LA TRAICIÓN A DIÓGENES. LECTURAS CONTEMPORÁNEAS DE LA FILOSOFÍA CÍNICA Autor Adrián Baquero Gotor Director/es ARAGÜES ESTRAGUES, JUAN MANUEL UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA Filosofía 2019 Repositorio de la Universidad de Zaragoza – Zaguan http://zaguan.unizar.es Tesis Doctoral LA TRAICIÓN A DIÓGENES Lecturas Contemporáneas de la Filosofía Cínica Autor Adrián Baquero Gotor Director Juan Manuel Aragüés Estragués UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA Facultad de Filosofía y Letras 2019 Índice. Agradecimientos 5 Nota aclaratoria: Sobre la distinción entre cinismo vulgar y Cinismo filosófico. 7 Introducción: ¿Se ha apagado la lámpara de Diógenes? 11 Capítulo 1: El talento filosófico del vagabundo. 21 1.1 Un Sócrates enloquecido. 23 1.2 El mayor filósofo de París. 33 1.3 El vagabundeo filosófico del flâneur. 40 1.4 Diógenes, ¿una bestia o un dios? 49 Capítulo 2: Los problemas de transmisión del Cinismo. 53 2.1 La triple tradición Cínica. 54 2.2 El problema de las fuentes en la filosofía Cínica: Diógenes Laercio. 57 2.3 El origen del legado Cínico: de Grecia a Roma. 65 2.4 El debate Cínico en la Edad Media. 75 2.5 Hermenéutica Cínica para una filosofía incompleta. 81 Capítulo 3: La recuperación del Cinismo en la Edad Moderna. 85 3.1 Un Diógenes aburguesado. 89 3.2 De la Ilustración al siglo XIX: Schopenhauer y Nietzsche. 97 3.3 La Ilustración Cínica en la filosofía contemporánea. 109 !1 Capítulo 4: El quinismo en la filosofía de Peter Sloterdijk. 117 4.1 Una filosofía para tiempos de crisis. 120 4.2 La carcajada quínica contra la sonrisa del cínico. 125 4.3 La amoralidad quínica frente a la inmoralidad cínica. 131 4.4 Insolencia desde abajo. 138 4.5 El encuentro entre Diógenes y Dionisos. 142 4.6 Quinismo para el mundo contemporáneo. 145 Capítulo 5: Parrhesia y Cinismo en el “cuidado de sí” de Michel Foucault. 149 5.1 El estudio de la parrhesia en el último Foucault. 153 5.2 La evolución de la parrhesia en la Antigüedad. 159 5.3 Los cuatro aspectos de la vida Cínica. 168 5.4 La soberanía Cínica. 175 5.5 El proyecto del “cuidado de sí”. 180 Capítulo 6: El Cinismo contemporáneo de Michel Onfray. 185 6.1 El Cinismo filosófico frente al cinismo vulgar. 189 6.2 La inspiración Cínica en el hedonismo ético de Onfray. 197 6.3 La anarquía política, o el proyecto libertario del rebelde. 206 6.4 La revalorización contemporánea de la filosofía antigua. 215 Capítulo 7: Hacia una filosofía neoCínica. 219 7.1 La integración superadora del quinismo en Sloterdijk. 224 7.2 El interés ético de Foucault en los Cínicos. 226 7.3 Filosofar como un perro con Onfray. 229 7.4 Diógenes como prototipo del intelectual ilustrado en Shea. 232 7.5 El perro celestial de Cioran. 234 7.6 Una breve nota sobre el Cinismo de Glucksmann. 235 7.7 ¿Cómo podría la filosofía contemporánea ser Cínica? 237 !2 Capítulo 8: Cinismos contemporáneos. 241 8.1 Cinismo y cosmopolitismo. 242 8.2 Cinismo y política. 252 8.3 Cinismo y subversión. 267 8.4 Cinismo y sexualidad. 280 8.5 Cinismo y feminismo. 290 8.6 Cinismo y arte. 299 8.7 Cinismo y muerte. 307 Conclusión: La traición a Diógenes. 319 Bibliografía. 329 !3 !4 Agradecimientos A sabiendas de los múltiples sacrificios personales que conlleva la redacción de una tesis doctoral, es justo agradecer a todas aquellas personas que, de una manera o de otra, han contribuido a que este trabajo pueda salir adelante. Comenzaré por dar las gracias a mi director Juan Manuel Aragüés Estragués por toda su ayuda en la preparación de esta tesis, y a mi tutor Luis Arenas Llopis por la confianza depositada en mí para las actividades que hemos organizado dentro del Programa Interuniversitario de Doctorado en Filosofía. También me corresponde dar las gracias a mi familia, quienes me han aportado un apoyo incondicional durante estos años de carrera con su absoluta convicción en todos mis proyectos. Incluyo dentro de la familia a todas esas amistades que han sabido tener la paciencia requerida con un doctorando; y en especial a Patricia, futura gran filósofa y constante motivación en la etapa final de esta tesis. Además, quiero dar las gracias a todos los profesores y profesoras que han pasado por mi vida, sobre todo a aquellos que han sabido aportarme mucho más que contenidos conceptuales. Todos ellos han dejado algo en mí, me han convertido en la persona que soy ahora y me han hecho amar esta profesión que he adoptado casi como forma de vida. Entre ellos, debo destacar a Antonio Aramayona Alonso, quien fue mi profesor de Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato para luego pasar a ser mi amigo y mi referente (tanto en la docencia como en la vida). Antonio Aramayona falleció por voluntad propia el 5 de julio de 2016, durante el proceso de redacción de esta tesis que vio iniciar pero no pudo ver terminada. Él fue uno de los impulsores de mi decisión de inscribirme en el Programa de Doctorado y su sombra sigue presente en algunas partes de este trabajo, pues había algo de filósofo Cínico en su forma de asociar pensamiento y vida. Por su ayuda, por su apoyo y por todo lo que le debo, a él le dedico esta tesis. !5 !6 Nota aclaratoria: Sobre la distinción entre cinismo vulgar y Cinismo filosófico. Una de las grandes dificultades que me ha surgido durante la redacción de la presente tesis doctoral ha sido el tener que elegir la terminología adecuada que me permitiera distinguir de forma clara entre el concepto contemporáneo de cinismo y la homónima escuela filosófica de la antigua Grecia. Para esta decisión, he optado entre tres alternativas tomadas de algunos trabajos llevados a cabo por autores contemporáneos que he abordado en mis estudios sobre el tema, y que expongo a continuación. La primera alternativa, la más simple y común, es la que no distingue terminológicamente entre el cinismo como concepto cotidiano y como filosofía, expresado en ambos casos con el término “cinismo” (en minúsculas). Esto lleva al lector a tener que deducir en cada momento, según el contexto, si se está hablando del concepto cotidiano o de la corriente filosófica, creando ciertas dificultades de interpretación en aquellos momentos en los cuales pueden compararse ambos sentidos. En un apéndice del libro Cinismos, en el cual Michel Onfray dedica unas cuantas páginas a analizar el concepto actual de cinismo, el autor esquiva estos problemas forzando la distinción a través de la ampliación del término, refiriéndose al “cinismo vulgar” y al “cinismo filosófico”. Según he podido comprobar en mis trabajos previos, si a lo largo del ensayo va a ser recurrente la contraposición entre estos dos sentidos, adoptar tal distinción dificulta bastante la redacción al tener que especificar continuamente si nos estamos refiriendo al sentido vulgar o al filosófico, haciendo más compleja y repetitiva su lectura. !7 La segunda alternativa que se propone es la que emplea Peter Sloterdijk en su Crítica de la Razón Cínica, una obra en la que se está constantemente comparando entre el sentido filosófico y el sentido vulgar del cinismo. Sloterdijk, siendo consciente de estas dificultades, opta por diferenciar radicalmente empleando dos términos distintos: por un lado emplea el término en alemán de “Zynismus” (traducido al castellano como “cinismo”) para referirse al sentido vulgar del cinismo; mientras que emplea el término “Kynismus” (traducido al castellano como “quinismo”) para referirse a la corriente filosófica. En el sentido etimológico, Sloterdijk considera que el término “quinismo” está más próximo a la raíz original que dio nombre a la escuela filosófica en el griego antiguo. Adoptar esta distinción tiene la ventaja de que no da lugar a dudas ni ambigüedades, pero tiene la desventaja de que nos obliga a incluir una palabra con la que no contamos en la lengua castellana. La tercera alternativa es por la que optan autores como Louisa Shea en The Cynic Enlightenment o R. Bracht Branham en algunos de sus artículos, haciendo referencia al sentido vulgar del cinismo empleando el término en minúscula (“cinismo”), y distinguiéndolo del sentido filosófico haciendo referencia a tal con el término en letra mayúscula inicial (“Cinismo”). Shea es consciente de que la distinción entre lo que ella llama el sentido antiguo y el sentido moderno del cinismo es una problemática reciente, y es una distinción que existe en el sentido pero no en la palabra que usamos en los idiomas contemporáneos. Por ello se decide por el uso de esta alternativa en la línea de Sloterdijk, buscando también una distinción conceptual evidente a través de la terminología, pero evitando el uso de palabras distintas. Tras muchos quebraderos de cabeza, y apoyándome en la experiencia de otros trabajos anteriores, en esta ocasión me he decantado por la tercera alternativa al considerar que es la más clara en la redacción. Por ello, salvo algunas excepciones claramente justificadas, de ahora en adelante se entenderá por “cinismo” el concepto cotidiano que existe hoy en el uso coloquial de la palabra, y aplicaremos el “Cinismo” a toda referencia a la escuela o a la corriente filosófica. Las excepciones antes mencionadas pueden ser dos: en primer lugar las citas bibliográficas, fragmentos de textos citados de otros autores que se transcriben literalmente, siendo bastante habitual encontrar en ellos el concepto “cinismo” (con minúscula) haciendo referencia también al sentido filosófico.