Médicos De Ciencia Y Conciencia”, Sin Considerar Si Estos Profesionales Satisfarían Una “Necesidad Nacional O Regional”
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MÉDICOS DE CIENCIA Y DE CONCIENCIA LA ESCUELA DE MEDICINA DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE: MEDICOS DE CIENCIA Y DE CONCIENCIA LA ESCUELA DE MEDICINA DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE JUAN EDUARDO VARGAS BENEDICTO CHUAQUI IGNACIO DUARTE Con la colaboración de Marcelo López C. PROLOGO 6 INTRODUCCION 8 CAPITULO 1 LOS PRIMEROS INTENTOS, 1888-1929 11 CAPITULO 2 LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE LA CARRERA, 1930-1941 45 CAPITULO 3 HACIA LA AUTONOMIA DOCENTE, 1942-1955 89 CAPITULO 4 ENTRE EL CRECIMIENTO Y LA CRISIS, 1956-1967 163 CAPITULO 5 LA ESCUELA DE MEDICINA Y LA REFORMA, 1968-1974 247 CAPITULO 6 LA ESCUELA REFORMADA Y EL TITULO DE MEDICO CIRUJANO, 1975-1982 325 CAPITULO 7 LOS ESTATUTOS DE LA FACULTAD Y LA AMPLIACION DEL CAMPO CLINICO, 1983-1991 429 CAPITULO 8 LA ESCUELA DE MEDICINA HACIA EL SIGLO XXI 565 PLANO HISTORICO 603 INDICE ONOMASTICO 606 PROLOGO L COMENZAR EL SIGLO XXI, LAS MIRADAS DE LOS HISTORIADORES SE HAN VOLCADO AL DEVENIR DEL SIGLO AXX, el cual, con el fuerte contraste entre el gran progreso cultural y científico y sus tremendas guerras y miserias, comienza a esfumarse en la bruma del tiempo. Para no perder su recuerdo, debiéramos reconstruir las vivencias de esas décadas pasadas escribiendo crónicas de los escenarios en que desarrollamos nuestras actividades. En estos primeros años de un nuevo siglo parece pues oportuno dar testimonio de ellas y trasmitir un legado que pueda ser conservado en la memoria de nuestros herederos. Es natural que esta obra conmemorativa de los más de 70 años de nuestra Escuela de Medicina vaya precedida de unas breves palabras del Decano. Aunque él no sea historiador, está investido con la responsabilidad de mantener viva la tradición que forjaron sus antecesores y por lo mismo es casi obligatorio para él decir una palabra sobre las lecciones del pasado. La obligación se hace grata, porque el impresionante trabajo de prolija investigación, que han llevado a cabo los profesores Vargas, Chuaqui y Duarte, constituye un aporte muy valioso a la historia de la educación médica en Chile, que nos permite situar nuestra propia vida institucional en el cuadro general del Chile del siglo XX. Los autores se han hecho acreedores a la gratitud no sólo de la Universidad, sino de todos aquellos interesados en estudiar la evolución de la Medicina y de la educación médica chilena. La fundación de nuestra Escuela se inscribe bajo los mismos elementos que motivan el movimiento que estuvo orientado a llevar la fe católica a la vida pública. Por eso sus autoridades se esforzaron por preparar un médico que, por su instrucción y formación, fuera una suerte de contrapeso cultural al médico laicista que a la sazón ejercía una gran infl uencia en la sociedad. El 17 de Junio de 1929, el Arzobispo de Santiago dictaba el decreto en que se “declaraba defi nitivamente constituida la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad Católica de Chile”. Este acto fundacional representaba una profunda novedad dentro del ámbito nacional e hispano, donde prevalecía una estrecha relación entre la Universidad y el Estado. La Iglesia, que le había dado su forma a las universidades hispánicas, y que se veían desplazadas por un Estado laico, quería recuperar su derecho a enseñar. Había en ello una profunda intuición: sólo la práctica ilustrada de las más diversas ramas de la vida pública podría llevar al convencimiento de todos el hecho de que la fe cristiana se podía transformar en un poderoso acicate para el progreso espiritual y material de nuestra nación. Así, la Universidad Católica, poniendo a disposición de la sociedad escuelas profesionales, como Medicina, afi anzó la libertad de enseñanza y constituye una de sus más valiosas contribuciones a nuestras instituciones educacionales. 6 Además, la infl uencia progresiva de nuestros profesores y luego de los graduados de nuestra Escuela fue introduciendo de modo insensible un cambio decisivo en la valoración de “lo católico” en la vida intelectual y profesional. Para que no se crea que estoy exagerando, quisiera recordar que cuando se abrió esta Escuela de Medicina en 1930 todavía existían resabios de una valoración negativa del carácter católico inserto en una institución de educación superior. Hasta tal punto se reconocía que, no obstante su carácter católico, la Universidad ofrecía cierta garantía de que se pudieran estudiar en ella carreras científi cas de modo conveniente. En el curso de su historia esta Escuela se ha constituido en un aporte decisivo en la implantación de la investigación científi ca como actividad profesional en el país. Luego, la creación del Hospital Clínico ha permitido alcanzar posiciones de vanguardia en variados campos de la práctica clínica. Una última palabra que me parece importante se refi ere a la vida de la Escuela. En los últimos treinta años ha experimentado cambios muy profundos en su dimensión académica y su expresión asistencial ha afrontado peligros, tensiones, en un clima nacional de profundas divisiones que han marcado la historia de la sociedad chilena. Sin embargo, una mirada de conjunto nos mostrará que en la Escuela de Medicina de la Universidad Católica ha prevalecido siempre un sentido muy hondo de unidad, de respeto a los demás, de voluntad de servir, disposiciones basadas en la conciencia de estar encargada de una misión. La imagen del Sagrado Corazón que preside el frontis de la Universidad, nuestra invocación permanente a nuestro patrono San Lucas, y la dedicación del Hospital al Corazón Misericordioso de Jesús, constituyen el recuerdo constante de lo más medular de nuestra misión: “ser instrumento ministerial del amor de Dios por el hombre sufriente; ser Ministro y colaborador de Dios en la recuperación de la salud del cuerpo enfermo” (SS Juan Pablo II, 1978). Dr. Gonzalo Grebe Barros Decano de la Facultad de Medicina, Pontifi cia Universidad Católica de Chile Santiago, enero del 2005 7 J. E. Vargas, B. Chuaqui, I. Duarte: MEDICOS DE CIENCIA Y DE CONCIENCIA INTRODUCCION ACE TRES AÑOS EL DECANO G ONZALO GREBE, CONTINUANDO UNA IDEA DEL DOCTOR PEDRO ROSSO, DECIDIÓ Hque se confeccionara una Historia de la Escuela de Medicina de la Pontifi cia Universidad Católica de Chile. Quienes comenzamos a trabajar a partir de entonces nos planteamos, como primera pregunta, de qué manera deberíamos enfocar el estudio que se nos encomendaba. A primera vista, era posible emplear diferentes caminos, toda vez que una monografía sobre dicha unidad académica podía enfocarse desde la perspectiva de la Historia Económica, la Historia Social y la Historia de la Medicina, por mencionar algunas. Con el tiempo, percibimos que cualquiera de las opciones anteriores presentaba una seria limitación: dejaba fuera temas que eran fundamentales en la vida de esa unidad académica. Por lo mismo, se buscó comprender a esta última desde el horizonte más amplio posible, encontrando que la Historia de las Instituciones era la mejor posibilidad historiográfi ca para aproximarse a un tema que incluye, entre otros, aspectos de Historia Social, Historia Económica, Historia Política e Historia de la Educación. Por lo demás, así había quedado en evidencia a través del libro de los profesores Ricardo Krebs, María Angélica Muñoz y Patricio Valdivieso sobre la Pontifi cia Universidad Católica, una obra que –debemos reconocer– orientó nuestra investigación y nos permitió comprender el marco dentro del cual se desarrollaba la historia de la Escuela de Medicina. Decidido ese asunto, se estimó conveniente centrar la investigación en lo que podríamos llamar los protagonistas de esta historia. Así, nos pareció que la institución adquiriría su verdadera dimensión, toda vez que los anteriores –autoridades unipersonales y colegiadas, profesores, alumnos y administrativos– fueron sus indiscutibles constructores. Pero nos encontramos con la difi cultad de que las fuentes permitían delinear principalmente la acción de la primera, dejando en la penumbra a los otros actores de esta relación. Esta limitación explica el desequilibrio en el que aparecen unos y otros, si bien los autores están convencidos que el aporte de todos, en sus distintas esferas, resultó de gran valor para la marcha de la Escuela de Medicina. Las fuentes en que se apoya esta investigación proceden principalmente de dos archivos: el correspondiente a la Dirección de Archivos de la Pontifi cia Universidad Católica de Chile y el de la Facultad de Medicina. Los fondos del primero –entre los que se cuentan la correspondencia de los Rectores y las actas del Consejo Superior– permitieron comprender las complejas relaciones entre las autoridades de la Universidad y la Escuela de Medicina. La documentación del segundo, que en parte fue recopilada por el doctor Lorenzo Cubillos, iluminó acerca del funcionamiento de sus organismos colegiados, las materias presupuestarias, la vida de los alumnos y, en general, su marcha académica. 8 INTRODUCCION La información que se obtuvo fue complementada con numerosas entrevistas que se hicieron a profesores, ex alumnos, personal profesional y administrativo. Los testimonios de los anteriores, que fueron entregados con gran generosidad, unidos a la valiosa información que se encuentra en el libro sobre el Cincuentenario de la Escuela de Medicina, fueron de gran importancia para matizar aspectos que no quedaban del todo claros a través del trabajo en los archivos, y para precisar cuestiones sobre las que las fuentes no proporcionaban mayores antecedentes. El abundante material que se recolectó se ordenó en siete capítulos, en los que se trata a los Decanos y Directores, su gobierno