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Rechtsgeschichte

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http://www.rg-rechtsgeschichte.de/rg16 Rg 16 2010 94 – 96 Zitiervorschlag: Rechtsgeschichte Rg 16 (2010) http://dx.doi.org/10.12946/rg16/094-096

Cristina M. Seghesso de López De Charcas al Río de la Plata Cultura jurídica y élites políticas revolucionarias (1809–1810)

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De Charcas al Río de la Plata Cultura jurídica y élites políticas revolucionarias (1809–1810)

Dual escenario de insurgencias Entre la formación jurídica chuquisaqueña, el debate y la sociabilidad La corta existencia del Virreinato Riopla- tense (1776–1810), nacido prioritariamente pa- Desde comienzos del siglo XVI existían en ra cubrir las espaldas del Perú ante la amenaza lo que sería el Virreinato del Río de la Plata dos de apetencias extranjeras, avanzó sobre los ini- prestigiosas universidades de cuño jesuita, una cios del siglo XIX con dos nodos de insurrección con asiento en Córdoba y otra en la denominada que operaron con fuerte singularidad y diferente Charcas, Chuquisaca o La Plata (actual Sucre). resultado. Uno en el Alto Perú, región de múlti- A esta última se le había incorporado la carrera ple importancia y especial polo de poder, y otro de Derecho en 1681, en tanto que en Córdoba se en la periferia del Imperio, en torno a Buenos instalaría una centuria después (1791). Aires como capital y puerto principal. El primero La peculiaridad y peso de la región alto- registró conmocionantes levantamientos indíge- peruana se distingue por un sello institucional, nas sofocados antes de finalizar el siglo XVIII, económico, étnico y demográfico que le otorgó y tuvo un hondo punto de inflexión con los la primacía de una cuasi capital. A fines del siglo estallidos criollos insurgentes de Chuquisaca y XVIII, concentraba aproximadamente el 63% La Paz (1809). En el segundo, el detonante fue de la población virreinal y los más altos índices dado por las invasiones inglesas, que provocaron de porcentaje indígena. Asimismo, en la letrada un serio quiebre de la legalidad colonial por el ciudad de Charcas – la Oxford del Perú como le inusual procedimiento que se aplicó para desti- decían – se emplazaba la tradicional Universi- tuir y reemplazar al virrey,1 seguido del debili- dad, desde 1776, la Academia Carolina de prác- tamiento que en conflictivo desempeño tuvo esta tica forense, la primera Real Audiencia (1561) y autoridad, más la emergencia de aspiraciones el Arzobispado (1602) con diócesis sufragáneas. autonómicas y una orquestada militarización En rigor, los cometidos de estas instituciones de la sociedad local. y las relaciones de mercado generaron allí un En ambos casos se respiraba »criollofo- cosmopolitismo indiano y redes interpersonales, bia«,2 y palmarias rivalidades mixturadas con activadas por el trajinar comercial, trámites ad- escisiones políticas, que sumadas a las afligentes ministrativos, litigios judiciales, y ese alud de noticias de la Península incrementaban la ten- estudiantes que la Abogacía reclutaba desde las sión. En este contexto, la participación de los más alejadas jurisdicciones. letrados en general, y puntualmente de los que La cultura jurídica impartida por esa Alta egresaron de la Universidad de San Francisco Casa de Estudios reflejó la impronta del Dere- Xavier (Charcas), fue un aporte de relevancia cho Común contenido en la currícula de dicha para el pensamiento y la acción de la dirigencia carrera y se mostró permeable a diferentes co- revolucionaria. rrientes ideológicas que le hicieron transitar del pensamiento escolástico a un enciclopedismo

1 Testimonio del suceso en Nuñez, 142–145. 2Cfr.Martiré, 62 ff. Rg16/2010 De Charcas al Río de la Plata 95

ilustrado. Cuantiosas bibliotecas ofrecían obras ración o junta que debe ejercerlo« remarcando al clásicas, escritos religiosos, textos legales ro- final »y no quede duda de que es el pueblo el que manos, de derecho canónico, derecho real e in- confiere la autoridad o mando«. Los restantes diano, y abundante lectura de autores modernos abogados de Chuquisaca se sumaron al voto de con y sin censura.3 Pascual Ruiz Huidobro, y otros al de Nepomu- La siembra universitaria de Charcas se pro- ceno Solá que incluyó la necesidad de llamar a ducía en territorio de nutrida sociabilidad, don- »todos los diputados del Virreinato«.5 Se afir- de sus actores debatían, observaban y se com- maba así la voluntad de sustituir al virrey por un prometían con el discurso de la insurgencia. órgano colegiado – más apto para el control – También la docencia calaba en la conciencia que se espejaba en el juntismo español y america- social, como ocurría con los planteos doctrina- no (la Junta de , la Tuitiva de La Paz, rios y la defensa de los mitayos sostenida por el etc.), y paralelamente se enunciaban presupues- doctor y profesor Victorián de Villava, lo que tos fundantes como la soberanía del pueblo y la explica la inspiración de Moreno para su Diser- representación de las ciudades en un pie de tación sobre el servicio personal de los indios igualdad.Estaideaúltimaretomabalapalabra en 1802, o el Diálogo entre Atahualpa y Fernan- de Villota que había impugnado la sola decisión do VII atribuido a Monteagudo.4 Se infiere que de , y se aplicaría inmediatamente la cátedra y el estudio del Derecho impelían a la con la circular del 27 de mayo invitando a los reflexión socio-política, y no era difícil suponer pueblos a elegir sus diputados mediante el voto que impulsarían además a la acción. del vecindario principal. En cuanto a la Junta Patria impuesta el 25 de Mayo, fue prioritariamente formada por criollos Protagonistas letrados y fórmulas de la que representaban fuerzas vigentes (intelectua- nueva legitimidad política les, comerciantes, militares y un religioso). De Charcas fue entonces el taller experimental sus nueve miembros cuatro eran abogados: tres de los juristas que luego se incorporaron a la provenían de Charcas – Castelli, Paso y Moreno conducción política de 1810. Así el Cabildo – y habían participado en el Cabildo Abierto, y Abierto del 22 de mayo contó con una minoría el cuarto – Manuel Belgrano – era egresado de de letrados criollos cuyo mayor porcentaje pro- Salamanca. venía de Charcas (13), y éstos no titubearon en También hubo abogados de Charcas en los votar el cese del virrey, distribuyendo su adhe- Triunviratos (J. J. Paso y José J. Pérez) y entre los sión entre tres opinantes. El que obtuvo más letrados fue siempre mayoritaria la presencia adherentes fue , quien sostuvo de aquéllos en las primeras convocatorias am- que debía »subrogarse el mando superior que plias, como lo comprueban los iniciales integran- obtenía el Excmo. Sr. Virrey en el Excmo. Ca- tes de: la Junta Grande,6 la Asamblea de 18137 y bildo de esta capital, ínterin se forma la corpo- el Congreso de Tucumán.8

3 Remitimos a Rípodas Ardanaz na respecto a »que el Sr. Síndico Charcas. Éstos últimos represen- (1975) y (1974) y a Llamosas. Procurador general tenga voto taban distintas ciudades y eran: 4 Ver tema y bibliografía en Seghes- decisivo en los negocios«. Al voto A. P. de Elía (por Córdoba), so de López. de N. Solá adhirieron M. Obliga- R. E. de Anchoris (por Entre Ríos), 5 Los abogados criollos de Charcas do, y M. Patrón, cfr. Beverina, B. Monteagudo (por Mendoza), que adhirieron al cese del virrey y 66–67, 72–74, 80–81, 120. T.A. Valle (por San Juan), V. Gó- optaron por el voto de Saavedra 6 Por la circular del 27-V-1810 se mez, V. López y J. J. Pérez (por fueron: J. J. Castelli (con un agre- eligieron 15 diputados, siendo BuenosAires),P.J.Agrelo(por gado que ahondaba lo popular, se- poco más de la mitad letrada y de Salta),J.M.Serrano(porChar- guido sólo por el Dr. M. Irigoyen), éstos el mayor número correspon- cas), P.I. de Rivera (por Mizque), J. Darragueyra, V.A. Echavarría, día a egresados de Charcas (4) y P.F. Pérez (por Montevideo), cfr. A.P.deElía,J.S.GarcíadeCossio, respecto de otras universidades Silva 124–125 y Cutolo. V. López, M. Moreno, y J. F. Seguí; (4), cfr. González; Silva, 26; 8 En 1816 el número de abogados por el de Ruiz Huidobro lo hicie- Cutolo. de Charcas superó el 50% de los ron:F.X.Riglos,también,J.J.Pa- 7 Asamblea de 1813: 34 diputados, firmantes del Acta de Indepen- so, y A. Sáenz quienes además in- el 50% eran doctores (17) y de dencia, cfr. íbidem. cluyeron el agregado de F. Chicla- éstos el 64% (11) graduados de Debatte Cristina M. Seghesso de López 96

La sucesión de estos cuerpos acometió la sentación, aunque no se concretó diputación de constitución del poder y su morfología, e intentó los mismos. En el plano social se suprimió el formular una incipiente separación de poderes tributo (1–IX–1811), como poco antes lo hicie- (22–X–1811), seguida de marchas y retrocesos ran las Cortes, y en 1813 se sancionó su dero- en el ejercicio de un poder constituyente históri- gaciónjuntocontodootroserviciopersonal, co. En este tiempo sufrió un quiebre el concepto más la libertad de los esclavos por nacer. de vecino, y se le abrió la puerta a otro sujeto Adoptar esos principios jurídico-políticos político – el ciudadano – a partir del decreto de de un nuevo derecho, que luego reconoció la Moreno que borró la distinción entre solteros y Constitución y por los que se sigue luchando, fue casados, y eliminó todo signo de jerarquía para corolario de la ruptura con el Antiguo Régimen sufragar (19–VI–1810). Con propósito de cam- y el ingreso a la modernidad, con sus códigos, bio se garantizó la libre expresión (20–IV y 26– representaciones y nuevas prácticas. Para ello los X–1811) acompañada de periódicos que ofre- revolucionarios recorrieron un espinoso itine- cían sus columnas a la opinión, se sancionó la rario de convicciones, conflictos, y esperanzas, seguridad individual (23–XI–1811), y se intro- firmes pese a lo incierto del futuro, y concientes dujo una igualdad legal con la supresión de de que el cruento final de la insurgencia altope- honores (6–XII–1810), que se completó más ruana aquí podía repetirse. tarde con la extinción de los títulos nobiliarios y demás emblemas de desigualdad. Dentro del campo político se buscó incor- porar al indígena otorgándole derecho de repre- Cristina M. Seghesso de López

Bibliografía

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