Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-1460/11)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación:

DECLARA:

Su repudio al golpe de estado del 28 de junio de 1966 protagonizado por las Fuerzas Armadas, que derrocara al gobierno constitucional del entonces presidente Arturo Illia.

María J. Bongiorno. FUNDAMENTOS:

Señor presidente:

Arturo Umberto Illia nació el 4 de agosto de 1900 en la ciudad de , Pcia. de . Cumplida la mayoría de edad, se afilio a la Unión Cívica Radical.

En 1918 comenzó sus estudios de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Ese mismo año estalló en Córdoba el movimiento estudiantil conocido como Reforma Universitaria, que sentó los principios de la universidad gratuita, libre y cogobernada y modificó profundamente la concepción y administración de la educación superior en la y en gran parte de América Latina.

En 1929 Arturo Illia decidió radicarse en Cruz del Eje, Pcia. de Córdoba donde desempeñó su actividad de médico hasta 1963, interrumpida por los tres años (1940-1943) en que fue vicegobernador de esa misma provincia. Lo llamaban el Apóstol de los Pobres, por su dedicación a los enfermos sin recursos, viajando a caballo, en sulky, o a pie, para llevar medicamentos que él mismo compraba.

En 1935 fue electo Senador Provincial por el Departamento Cruz del Eje en las elecciones celebradas el 17 de noviembre. En el Senado Provincial participó activamente en la aprobación a la Ley de Reforma Agraria, que fuera aprobada por la Legislatura de Córdoba pero rechazada en el Congreso de la Nación. Presidió la Comisión de Presupuesto y Hacienda e impulsó la construcción de las represas de Nuevo San Roque, La Viña, Cruz del Eje y Los Alazanes. En las elecciones del 10 de marzo de 1940 fue electo Vicegobernador de Córdoba, acompañando al Gobernador Santiago del Castillo, cargo que asumió el 17 de mayo de 1940, hasta que la Provincia fue intervenida el 19 de junio de 1943. El 20 de abril de 1948 asumió como Diputado de la Nación, cargo que desempeña hasta el 30 de abril de 1952.

En un clima de inestabilidad política, resultante del derrocamiento del Presidente Frondizi por el golpe del 29 de marzo de 1962; la anulación de las elecciones del 18 de marzo de 1962; la proscripción del Peronismo y disolución del Congreso, se convoco a nuevas elecciones limitadas y controladas por los militares, del día 7 de julio de 1963 en las que resulto electo como Presidente el Dr. Arturo Umberto Illia.

A los pocos días de asumir, el Presidente Illia elimino toda restricción que pesaba sobre el Peronismo, habilitando la participación del mismo en los comicios legislativos del año 1965. También se levantó la prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se promulgaron penalidades a la discriminación y violencia racial. Estas medidas constituían un intento por revertir la debilidad política con la que había asumido, derivada del hecho de haber sido elegido en elecciones no libres, a causa de la proscripción del peronismo, muchos de los cuales votaron entonces en blanco, obteniendo la segunda minoría. En las elecciones legislativas de 1963 el peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente. Este triunfo agitó la situación interna de las Fuerzas Armadas.

Tal como lo expresara en su plataforma electoral, una de las principales medidas del gobierno de Arturo Illia fue la anulación de los contratos petroleros con las empresas extranjeras, firmados durante el gobierno de A. Frondizi. Esta medida provocó graves problemas de abastecimiento. Fue necesario importar combustible y el país sufrió una considerable pérdida de divisas en concepto de indemnizaciones por la forma indiscriminada en que se llevó a cabo la anulación. Además aumentó la desconfianza internacional por el no cumplimiento de los compromisos asumidos por la Argentina. Así el gobierno sumaba nuevas fuerzas de oposición ahora de carácter económicas e internacional.

El 15 de enero de 1964 el Parlamento consideró el proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de los medicamentos. El mismo establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de propaganda, imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. La reglamentación de la Ley mediante el Decreto 3042/65 fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración jurada un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes. Esto le valió la adversidad de las empresas trasnacionales farmacéuticas.

En términos económicos se vivía una gran recesión; la tasa de desempleo era del 8.8% y el conjunto de la capacidad productiva instalada estaba trabajando al 55%. Todo esto provocó una fuerte caída de los ingresos fiscales porque muchas empresas dejaron de pagar los impuestos y los aportes jubilatorios.

Illia también chocó con organizaciones como la Sociedad Rural y la Unión Industrial que se habían unido en un asociación antiestatal llamada ACIEL (Acción Coordinada de las Institutos Empresarias Libres). Ambos atacaron persistentemente el déficit del Estado, la inclinación del gobierno por los controles de precios y de cambio, su proteccionismo a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener congelados los arrendamientos agrícolas impuestos bajo el gobierno de Ramírez en 1943.

La prensa nacional y extranjera colaboró en la campaña de desprestigio que se inició contra el presidente y los miembros de su gabinete acusados de lentitud e inactividad. Diarios como El Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía a Illia representado como una tortuga.

En este contexto, el 27 de junio por la mañana el comandante en jefe, General Pistarini, se comunicó con el Gral. Alsogaray y con Onganía para anunciarles que había llegado el momento de llevar a cabo el Golpe de Estado. Los representantes de las FFAA intimaron al Presidente a abandonar la Casa de Gobierno antes de las 5 de la mañana del día siguiente. A las 7.25 hs., ante la negativa de Illia de dejar la , el Coronel Perlinger al frente de la guardia de infantería de la Policía Federal armada con lanza-gases desalojó el despacho presidencial.

Los comandantes en jefe asumieron los poderes político y militar de la República, destituyeron a todas las autoridades nacionales, provinciales y municipales, a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y al Procurador General de la Nación. Además disolvieron los partidos políticos y pusieron el vigencia el Estatuto de la Revolución Argentina.

En síntesis los militares tuvieron la tarea de ejecución de una compleja coalición derechista conformada por un grupo de poder, que en su interior contenía núcleos de carácter político - económico, agrupándose varios actores. En lo político, los partidos hacían oposición desmesurada; la enemistad con EE.UU. por discrepancias ideológicas y resentimientos en la política petrolera exasperaban a los castrenses. En lo económico se hallaban empresas nacionales (prensa, medicamentos, etc) y multinacionales petroleras afectadas por la anulación de los contratos millonarios.

Hoy se enfatiza, invocar a Illia por la honestidad. Sin embargo, limitar su legado a una condición inherente que toda persona debe poseer para el desarrollo de la función pública, equivale desconocer las virtudes que verdaderamente caracterizaron a Arturo Umberto Illia como un hombre republicano, independiente, soberano y progresista.

Por los fundamentos expuestos, y reafirmando nuestro compromiso con el orden constitucional, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.

Maria J. Bongiorno. -