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Es posible quedarse en casa y estar en la de Blackie a la vez. Aquí se harán lecturas y monólogos, se compartirán textos, se ofrecerá ánimo, ideas, cariño. Los libros son ahora la única forma válida de viajar, en el tiempo y en el espacio, y de entrar en otras vidas. Bienvenidos, pasad, pasad. Cada uno en su casa y Blackie en la de todos. Instrumental James Rhodes nació en Londres en 1975. Para entender su vida, es tan importante saber que trabajó en un Burger King o como hombre de negocios en la City londinense, como que ahora es uno de los principales renovadores de la (así llamada) música clásica y un prestigioso columnista en The Guardian. Para entender su éxito en España, basta con saber que Ins- trumental, su libro de memorias, lleva vendidos más de 100.000 ejemplares. También ha actuado en festivales tan alejados de su música como Sónar o Primera Persona. Pero, en realidad, el éxito no es tan importante como lo que se hace con él: Rhodes ha dirigido su fama a visibilizar y fomentar el debate alrededor de las violaciones a niños, las enfermedades mentales o el suici- dio, ofreciendo charlas TED y conferencias en actos de Save the Children. En 2016, con Toca el piano, enseñó a sus lectores a in- terpretar un preludio de Bach en tan solo seis semanas. En 2017 publicamos Fugas, en el que repasa una de sus giras más impor- tantes y recoge las vivencias, miedos y derivas mentales de su día a día, siempre rodeado de música. Porque sabe que la música, en el mundo, «es la respuesta a aquello que no la tiene». RH JAMES ODES Instrumental Memorias de música, medicina y locura 63 Traducción de Ismael Attrache Título original: Instrumental. A Memoir of Madness, Medication and Music Diseño de colección: Setanta www.setanta.es © de la ilustración de cubierta: David de las Heras © del texto: James Rhodes, 2014 Publicado según acuerdo con Canongate Books, Ltd © de la traducción: Ismael Attrache, 2015 © de la edición: Blackie Books S.L.U. Calle Església, 4-10 08024 Barcelona www.blackiebooks.org [email protected] Maquetación: David Anglès Impresión: Liberdúplex Impreso en España Primera edición: noviembre de 2015 Decimocuarta edición: mayo de 2019 ISBN: 978-84-16290-43-7 Depósito legal: B 24323-2015 Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación sin el permiso expreso de los titulares del copyright. Para mi hijo «Si atribuimos a los traumas el carácter de un fetiche inco- municable, los supervivientes quedan atrapados, no se les permite sentir que los conocen de verdad... No supone una muestra de respeto decirle a alguien: “No puedo ni imagi- narme por lo que has pasado”. Hay que escuchar la historia de estas personas y tratar de imaginar lo que es vivirla, por difícil o incómodo que resulte.» Phil Klay, veterano del Cuerpo de Marines de Estados Unidos Índice Preludio 7 Tema 1: Bach, Variaciones Goldberg, aria (Glenn Gould, piano) 17 Tema 2: Prokófiev,Concierto para piano n.º 2, final (Evgeny Kissin, piano) 27 Tema 3: Schubert, Trío para piano n.º2 en mi bemol, segundo movimiento (Ashkenazy, Zukerman, Harrell) 37 Tema 4: Bach y Busoni, Chacona ( James Rhodes, piano) 45 Tema 5: Beethoven, Sonata para piano n.º 32, Op. 111, segundo movimiento (Garrick Ohlsson, piano) 61 Tema 6: Scriabin, Concierto para piano, último movimiento (Vladimir Ashkenazy, piano) 73 Tema 7: Ravel, Trío para piano, (Vladimir Ashkenazy, Itzhak Perlman, Lynn Harrell) 89 Tema 8: Shostakóvich, Concierto para piano n.º 2, segundo movimiento (Elisabeth Leonskaja, piano) 95 Tema 9: Bruckner, Sinfonía n.º 7, segundo movimiento (Herbert von Karajan, director) 101 Tema 10: Liszt, Danza macabra (Sergio Tiempo, piano) 119 Tema 11: Brahms, Un réquiem alemán, primer movimiento (Herbert von Karajan, director) 131 Tema 12: Mozart, Sinfonía n.º 41 («Júpiter»), cuarto movimiento (Sir Charles Mackerras, director) 153 Tema 13: Chopin, Estudio en do mayor, Op. 10 n.º 1 (Maurizio Pollini, piano) 169 Tema 14: Chopin, Fantasía en fa menor, Op. 49 (Krystian Zimerman, piano) 179 Tema 15: Ravel, Concierto para piano en sol, segundo movimiento (Krystian Zimerman, piano) 187 Tema 16: Schumann, Variaciones Geister para piano ( Jean-Marc Luisada, piano) 203 Tema 17: Schubert, Sonata n.º 20, D959, segundo movimiento (Alexander Lonquich, piano) 221 Tema 18: Beethoven, Concierto para piano n.º 5 («Emperador»), segundo movimiento (Radu Lupu, piano) 239 Tema 19: Rajmáninov, Rapsodia sobre un tema de Paganini (Zoltán Kocsis, piano) 249 Tema 20: Bach, Variaciones Golberg, aria da capo (Glenn Gould, piano) 257 Epílogo 259 Agradecimientos 261 Apéndice 267 Todas estas piezas musicales se pueden escuchar de forma gratuita en la página web http://bit.do/instrumental Preludio La música clásica me la pone dura. Ya sé que para algunas personas ésta no será una frase muy prometedora. Pero si quitáis la palabra «clásica», a lo mejor ya no está tan mal. Puede incluso que entonces pase a ser com- prensible. Porque entonces, gracias a la palabra «música», ten- dremos algo universal, algo emocionante, algo intangible e in- mortal. Vosotros y yo estamos conectados de forma inmediata a través de la música. Yo la escucho. Vosotros la escucháis. La música ha empapado nuestras vidas y ha influido en ellas tanto como la naturaleza, la literatura, el arte, el deporte, la religión, la filosofía y la televisión. Es la gran unificadora, la droga pre- ferida de los adolescentes de todo el mundo. Brinda consuelo, sabiduría, esperanza y calidez; lleva haciéndolo miles de años. Es medicina para el alma. Hay ochenta y ocho teclas en un piano y, dentro de ellas, un universo entero. Y, sin embargo... Mi trabajo se denomina «concertista de piano», de modo que, inevitablemente, hay mucho sobre música clásica en este libro. No me sorprendería en absoluto que ciertos miembros de la prensa, cuando esto se publique, intenten obviar este hecho con todas sus fuerzas. Lo harán porque la música clásica pura 7 nunca vende, y muchos consideran que es prácticamente irre- levante. Y también porque todo lo relacionado con ella, des- de los propios músicos hasta su presentación como producto, las discográficas, la representación artística (todas las actitudes propias de este sector y los principios éticos vinculados a él), todo eso está prácticamente desprovisto de rasgos positivos. Pero es un hecho irrefutable que la música me ha salvado la vida de una forma muy literal, y creo que también la de un montón de personas más. Ofrece compañía cuando no la hay, comprensión cuando reina el desconcierto, consuelo cuando se siente angustia, y una energía pura y sin contaminar cuando lo que queda es una cáscara vacía de destrucción y agotamiento. Por eso, en todos los sitios y en todos los momentos en que surge esa tentación universal e irracional de poner los ojos en blanco y dejar de prestar atención cuando se oye o se lee la expresión «música clásica», me acuerdo de los tremendos erro- res que he cometido en el pasado al dejarme llevar perezosa- mente por los prejuicios, en vez de ponerme a investigar algo. A aquellos que tengáis esa reacción, os ruego, os suplico, que esperéis un minuto y os hagáis la siguiente pregunta: Si existiera algo que no estuviera producido por el Gobier- no, ni por fábricas en que se explota a los trabajadores, ni por Apple o las grandes empresas farmacéuticas, y que pudiera de forma automática, constante y segura añadir algo más de emo- ción, brillo, profundidad y fuerza a vuestra vida, ¿no os entraría curiosidad por conocerlo? Algo que no tuviera efectos secundarios, para lo que no fue- se necesario adquirir un compromiso, ni tener conocimientos previos ni dinero, solo cierto tiempo y quizá unos auriculares decentes. ¿Os interesaría? Todos tenemos una banda sonora de nuestra vida. Muchos de nosotros nos hemos vuelto insensibles a ella, nos hemos ex- 8 puesto en exceso, nos hemos cansado y nos hemos desilusiona- do. La música nos asalta en el cine, en los programas de tele- visión, en los centros comerciales, en las llamadas de teléfono, en los ascensores y en los anuncios. Hace mucho la cantidad superó a la calidad. Por lo visto, tener más de todo es lo mejor. Y menudo precio estamos pagando por ello. Por cada grupo de rock, banda sonora cinematográfica o compositor contempo- ráneo verdaderamente emocionantes, hay miles de montones de mierda que nos obligan a tragarnos en cuanto nos descuida- mos. La industria del sector nos trata con casi nada de respeto y aún menos confianza. El éxito, más que ganarse, se compra, se paga, se degrada, y se nos obliga a consumirlo de forma ma- nipuladora y tramposa. Entre otras cosas, quiero que este libro proponga solucio- nes a esta degradación descafeinada e interesada de la industria de la música clásica que nos han forzado a aceptar en contra de nuestra voluntad. También espero mostrar en él que los pro- blemas y las posibles soluciones dentro de ese mundo clásico pueden también aplicarse a muchísimos más ámbitos pareci- dos, que afectan a nuestra cultura en general y a las artes en particular. E intercalada en medio de todo esto va a estar la historia de mi vida. Porque es una historia que demuestra que la música es la respuesta a aquello que no la tiene. Estoy convencido de ello porque yo no existiría, menos aún de una forma productiva, sólida (y, de vez en cuando, feliz), sin música. Muchos pensarán que es prontísimo para ponerme a escribir mi autobiografía.