LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA: POR EL CAMÍN DE LOS VAQUEROS, ENTRE EL PUEBLU Y EL PUERTU

XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ

Separata de CUADERNOS DEL RIDEA La voz inmemorial de los pueblos. El paisaje asturiano en el tiempo

Nº 1

AÑO I OVIEDO 2016 Equipo editorial: Xulio Concepción Suárez Celso García Díaz-Peyroux Servando Fernández Méndez Adolfo García Martínez Luis Aurelio González Prieto José Martínez González

Correspondencia postal: Pza. de Porlier, n.º 9 - 1.ª planta. 33003 Oviedo

Correspondencia digital: ridea@.org

© Para la presente edición, Real Instituto de Estudios Asturianos® ISSN: 2530-8289 Depósito Legal: AS 01934-2017 Imprime: I. Gofer. Oviedo LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA: POR EL CAMÍN DE LOS VAQUEROS, ENTRE EL PUEBLU Y EL PUERTU

XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ

Mañana voy pal puertu un ejemplo de allerán de pura cepa, con cinco vaques y un perru, estudiante y estudioso desde el pue- con la montera picona y un pelu pintéu d’acebu blu hasta el laboratorio, la clínica y el despacho. Desde que risca l’alba hasta Anotación previa que la arretsuma la tsuna percima los cordales. Desde la cuna hasta las En la inolvidable compañía de canas, siendo mocecu, muzu o güilu. Juaquín Fernández por algunas bra- Desde las caleyas de Escobio hasta la ñas alleranas, tuve la oportunidad de inmensidad de la ciencia, mucho más conocer de primera voz algunos allá de los riscos de las montañas, las nombres de su infancia pateaba con regiones, las ideologías y las lenguas. so güilu por los cordales de La Fon- En fin, Juaquín sonreía con las fría, Canietsa o Vegará. Entusiasta etimologías de las palabras, desde las amigo de las palabras, y de la filolo- sabrosas voces lugareñas de la infan- gía en concreto, Juaquín siempre ca- cia, hasta las precisas y preciosas ter- vilaba sobre sus etimologías, sus minologías profesionales más componentes significativos, su conte- específicas, en las que suenan tan so- nido humano, su simbolismo etno- noras las raíces griegas y latinas; y gráfico. Un allerán muy agraecíu con sentía esas melosas melodías de las la so tsingua asturiana: aquella lengua palabras como si de las esquilas y que aprendió pe las caleyas del tsugar, y campanillos se tratara, al mor de la que siempre mantuvo al lado de las cabana, y al murmullo de las aguas terminologías científicas y técnicas en el manantial de la Fonfría al silen- más específicas de su lenguaje en el cio de la medianoche. campo de la Hematología y la Medi- Por todo ello, se me ocurre, una cina en su conjunto. vez más, colocar (siquiera a un llau, y Juaquín, Xuacu –como me pres- entre paréntesis) algunas etimologías taba llamarle cuando compartíamos que tantas parrafás nos llevaban en la tsingua más tsariega entre ayeranos plena calle, ca vez que nos encontrába- y tsinizos (los vecinos de Tsena)–, fue mos nalgún actu; o pel teléfono, hasta que 70 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ echaban chispa los cables, o el resto de los desde tiempo inmemorial: topónimos que esperaban linia empezaban a apurar. prerromanos, de romanización, me- dievales... El lenguaje toponímico allerano: la herencia proindivisa de los güelos Cabanaquinta (Cabañaquinta, ahora y las güelas por caleyas y cabanas para la mayoría), todo un símbolo de las alturas conservado en los valles El paisaje allerano actual, docu- mentado en la memoria de quienes Incluso si nos dejamos llevar fueron (y, algunos, siguen siendo) va- por las palabras, tal vez sea Cabana- queros y vaqueras en los puertos, su- quinta (Cabañaquinta, hoy para los pone una larga historia trashumante más) uno de esos pueblos que mejor entre el fondo del valle y los altos de simbolizan aquella organización in- los cordales. Entre la primavera y la memorial de unos valles programa- seruenda (el otoño); entre la infancia y dos en torno al ganado desde la la vejez. Los güelos, con su sabiduría primavera al otoño, y desde el otoño milenaria del entorno, yeran el alma de a la primavera otra vez. La lectura de las brañas. Y, en buena parte del año, los nombres del terreno, el léxico va- los únicos maestros de los nietos, por quero, el uso de las plantas (la etnobo- ejemplo, señalando con ilusión el tánica), las formas precarias para nombre asturiano de cada planta: l’a- curarse lejos de casa (fitoterapia), la bidul, el tixu,laxistra, la xanzaina... O gastronomía de las cabañas, las co- acompañando a cada paraje que pi- plas, los dichos populares..., nos lo re- saban con el nombre adecuado: La cuerdan en una serie de aspectos Paraya, Carbayalín, La Funfría... Va- todavía. Autores como Juaquín o San- loraban cada porción de terreno en el tos Nicolás tienen varias páginas de- monte o en el poblado. dicadas a los vaqueros alleranos. Gracias a aquellos güelos y güe- La posición estratégica de Ca- las de ayer, disfrutamos hoy de todo banaquinta en concreto parece la un lenguaje del suelo (el saber topo- elección de un paraje en el límite in- nímico asturiano), que nos va descri- ferior posible de unos valles que se- biendo ese mosaico de lugares palmo guían pensando en las alturas todo a palmo: todo un diccionario oral en el año: en el tiempo de volver a las su mayoría, y sin alfabetizar en mu- cumbres veraniegas. Una remota ca- chos casos. Y gracias a aquellos nie- bana prerromana. Porque las nieves tos, ya con canas ahora, escuchamos de los altos en Braña o en Vegará la función que desempeñaron esos lu- obligaban a descender hasta las gares del suelo en el uso que tenían vegas posibles más fonderas, al lí- para los lugareños varias décadas mite justo donde vaqueros y gana- atrás. Y así seguimos pisando sendas dos pudieran pasar el invierno con y mayadas sobre este gran dicciona- cierta holgura: buenos pastos junto a rio del paisaje organizado a su modo las vegas del río (como bien recuerda LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 71

Vega), casas al abrigo de los vientos distancias (el lenguaje del suelo es en los recodos de los valles, güertos y ajeno a las lindes, a las tsindes, regio- güertas soleyeras para recoger frutos nales). La Cuesta Cantabria es un to- tempranos en primavera. pónimo desapercibido en los libros y O al cobijo de las peñas, como en los mapas asturianos, pero del señala el nombre Escoyo (lat. scopu- mayor interés lingüístico y etnográ- lum, ‘peñasco’): un poblamiento al fico allerano. abrigo en la ladera muy propicio para Se trata de un conjunto de pas- el invierno; en allerano, escuyu: ‘paso tizales carbizos y de peñas sobre El entre peñas’. Distinto por tanto a Vatse Orria (como Orria, en Lena). Se L’Escuyu de Piñeres –nos previenen suele interpretar el topónimo a partir en el poblado–. En un caso, sin meta- de la raíz prerromana *kant- (‘roca, fonía: sin cierre de la vocal tónica; en piedra, montaña’), más raíz sufija - el segundo caso, con ella. Tal vez para briga (‘altura, fortaleza’). El compo- que no se confundieran los nombres nente Cantabria describiría, en de poblado tan vecinos. principio, ‘la fortaleza, la defensa na- El mismo poblamiento antiguo tural en la altura rocosa, por la sim- de Cabanaquinta está situado, no por ple aspereza del terreno’. No por casualidad, sobre el cauce empozado casualidad el topónimo se encuentra de un arroyo (como en La Vatsina), sobre Orria, voz igualmente prerro- or-r-, *ur-r- con los güertos y las güertas en las ri- mana: * (‘altura, monte, montaña’). beras bien orientadas al sol; más fon- deras quedan las vegas ya más O El Castiitsu, de resonancias expuestas a las xelás del río Blencu (el prerromanas también río Aller), que desciende de los altos por los valles de y Fele- Y como los topónimos nunca chosa. El núcleo antiguo de Cabana- están solos, sino que forman todo un quinta parece, pues, estratégicamente lenguaje ensamblado del suelo, tras elegido para el poblamiento invernal. La Cuesta Cantabria está El Picu’l Se diría que la palabra también des- Castiitsu (picacho sobre Carbayalín y ciende de las cumbres. La Fonría): lugar que domina todo el valle de aquellas brañas y caseríos La vida que comenzaba en los sobre Rubayer. De forma paralela, entre los mismos valles alleranos está altos: La Cuesta Cantabria, Orria... Castietso y Los Castietsones (en los Y puestos a afilvanar el palabreru altos de Casomera). allerán colgado de los cordales cime- O Los Castietsos (en Felechosa ros, muy representativa resulta en la y Polavieya). Más abajo, La Pena Cas- toponimia La Cuesta Cantabria, a tan- tro (sobre Petsuno); El Castietso tos kilómetros de la región santande- (sobre Entrepenes). Otra forma de po- rina, y tal vez con el mismo origen: lo blamiento en los altos, en aquel pro- que son las paradojas, y a pesar de las ceso escalonado de descenso a los 72 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ valles durante los meses invernales. el resto del conceyu allerán: Curriet- La poesía popular allerana, recogida sos, Las Vegas de la Reina, y seme- por Juaquín, alude a la vida nativa, jantes... Y con lo que ocurre en el resto en tiempos bastante más próximos. asturiano: Castiellu, Castrillón, El Castión, Castropol, Castro, El Castro, Paso la vida nel monte, Ricastro, El Questru, O Castelo... ente las penas y las fayas. La mio alegría ye’l viento Y así lo vienen a atestiguar y la cencerra las cabras. unos cuantos topónimos asturianos más. Sirva de ejemplo el caso del Alto La misma voz Castiitsu (Casti- la Cobertoria (en uno de los pasos del chu, castiellu...), tan frecuente en la to- Aramo desde Lena hacia Quirós); y la ponimia asturiana, se suele atribuir Cobertoria del valle (justo bajo santa sin más a la voz latina castellum: ‘re- Cristina). Al lado de los dólmenes, tú- fugio, poblado de montaña, campo mulos y menhires de la zona y de los fortificado’, aplicada al terreno en cordales de enfrente, da la impresión forma real o figurada, según los de que el poblamiento primitivo del casos. Ahora bien, para Edward Ro- alto en torno a los castros de Tsago y berts (Diccionario etimológico...), la Brañavalera fue descendiendo poco a base léxica se remonta bastante más poco hasta controlar completamente allá de los romanos: se trataría de la el valle, justo en la encrucijada de Fel- raíz indoeuropea *kas-, *kes-, con el gueras, río Lena, altos del Güerna... sentido de ‘cortar, separar’, que re- El nombre latino sustituyó al de los sultó castrum en latín, una vez incre- megalitos. Y los poblados del valle a mentada la base con el sufijo -tr- los corros y castros del alto. (‘lugar de’). Serían, en definitiva, las vivien- Cabanaquinta: Cabana, para das aisladas en lugares salientes, cor- muchos todavía hoy tados naturalmente alrededor, Como se apuntó más arriba, la separados para su protección y vigi- misma voz cabana, se supone de raíz lancia en las alturas. De ahí, hasta la celta, *kap-p- (‘capa’), más sufijo -nn-, misma Castilla: tierra de castillos latinizada luego en capanna (‘con (Castietsa, en el uso de los vaqueros forma de capa‘). Se trataría de un pri- por todo el cordal limítrofe). mer poblamiento rústico más fon- En resumen, los altos alleranos dero, en aquel movimiento estacional sobre Rubayer están tejidos de voces de los altos a los valles, según los rit- prerromanas latinizadas con el mos marcados por los ganados y los tiempo, algunas muy transformadas pastos. con la interpretación popular. Pero El segundo componente está este lenguaje del suelo atestigua un menos claro. A parte del recurso fácil conjunto de poblamientos indígenas al antropónimo supuesto (lat. Quin- en las cumbres de estos cordales, que tus), se suele citar la voz latina quinta se corresponden con lo que ocurre en en su acepción de ‘villa, casería’. O el LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 73 adjetivo quinta como ‘quinta parte de Val más una morena, los frutos de la tierra que pagaban los criada en Cabañaquinta, que toes les moces xuntes arrendatarios al señor’, al lado de los desde aquí a la marina. diezmos, primicias..., al resto de las instituciones. Sería ‘la cabaña de la El diseño toponímico de villa, la casería grande’, en sus co- Cabanaquinta: el casco urbano mienzos. Tal vez, esa vida pensada Como se viene señalando, el es- desde los poblamientos cimeros late pacio ocupado hoy por los distintos en los dichos actuales: barrios, güertos, güertas, caserías..., del ¡So!, Casomera, pueblo capital (cabecera) del conceyu rincha Cotsanzo: allerán, lleva nombres descriptivos Cabanaquinta de las funciones que desempeñaron ta más abaxo. antaño. Es el caso de La Casona: tal Finalmente, una quinta también vez una primera casa señorial, un poco mayor y más organizada tras las era una medida en millas sobre los ca- cabanas, como ocurre en tantos pue- minos romanos: como en Les Tercies, blos asturianos; la más soleyera, El Michu... El francés S. Gendron in- donde primero da el sol y tarda más terpreta topónimos del tipo La Carte, en quitarse; en el centro del pobla- La Quinte en relación con las millas miento, en un espacio más llano, romanas medidas en leguas desde un cerca del agua... punto concreto, la frontera en algu- De ahí también lo de casa sola- nos casos. La ‘cuarta, la quinta’... riega en el léxico común: con el privi- legua. Más difícil de justificar en el legio del sol, tan esquivo para las caso allerano. casas de los menos hacendados, de En todo caso, la voz cabana hace los más pobres, de los menos dóciles referencia a esa edificación rústica, al señor terrateniente, de los que ha- con techumbre de tsábanas (losas), bían de levantar su cabana en los peo- hoy todavía relativamente bien con- res tambascales, al aveseo (a la servadas en muchas brañas alleranas umbría)... En definitiva, la villa en el más o menos altas: Brañafoz, El sentido romano de casi dos mil años Cople, Tsacía, La Fresnosa... Esas ca- atrás: lat. villam (‘finca rústica, casería banas podían estar exentas o pegadas señorial completa’). a los veyares, cuerrias, primaliegas..., para el ganado menor sobre todo. Esa conciencia indigenista y Cimavitsa, La Foyaca, La Vatsina... rural del pueblo, como lugar relati- Y así, en el lenguaje toponímico vamente alto de más raigambre que de un poblado como Cabanaquinta, el resto del conceyu, y de los demás van cuadrando los nombres en el mo- conceyos asturianos más fonderos, saico. Por ejemplo, Cimavitsa: barrio pudiera latir en la copla recogida cimero sobre la plaza y las casonas por Juaquín: solariegas; empozado sobre el arroyo, 74 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ al cobijo del viento Norte: muy sole- miento. O EL Garrapetal: zona de ma- yeru también buena parte del año. En- lezas, solo aprovechable para las cima de la villa: sobre La Casona. O La leñas menudas en tiempo de las coci- Foyaca: casería empozada (lat. fo- nas del tsar del suilu (el llar, la lumbre veam), como tantos Fuexos y Fueyos, del hogar). muy gratos tiempo atrás, cuando Los Arrebotsaos: zonas de rebot- hasta las vaguadas y las pozas del te- sos, muy útiles antes para la rama del rreno eran imprescindibles para cobi- ganado y las leñas. L’Argumusu: jarse (hombres y ganados) de los abundante en érgumas, muy rebusca- vientos, de los fríos invernales... No das para roxar los fornos del pan y por casualidad junto a La Vatsina (lat. otros usos domésticos. vallem): un valle agradable también, O La Rozá (casería actual en la con agua... Y en forma diminutiva margen izquierda del río, frente a Ca- por ser buena y abundante. banaquinta): otra zona que se fue Todo lo contrario de lugares aprovechando para los sembrados, como Frieres: allá en los altos de Ca- con la roza previa (ruptura, rotura- banaquinta, bien expuestos a los ri- ción del suelo, roza de la maleza). Lo gores del viento y las nevadas a mismo que El Monte la Rozá, sobre destiempo en otoño y primavera Conforcos, ya en un terreno bastante sobre todo. peor, pero muy aprovechado antes El Barreru: zona más barrizosa, para las leñas, estru, mullidos diver- recia, húmeda..., para los sembrados. sos para el ganado. No había desper- Sopedraño: barrio en la margen dere- dicios ni malezas tiempo atrás: casi cha del río, bajo una ladera pedre- imposibles las quemas del monte. gosa, y sobre la piedra suelta de los Sería también el caso de Zarameo: tserones. En definitiva, entre la piedra, zona carbiza y de pastizales sobre Ca- bajo o sobre la zona pedregosa. El Bo- banaquinta. leru: para xugar a los bolos en las Muy apreciados eran los llero- horas muertas de las tardes y festivos. nes, los tserones: voz prerromana gla- Benteveo: paraje alto y vistoso sobre el rea (‘piedra suelta’), para señalar esos casco urbano. espacios sobre las mismas aguas del río, frecuentemente inundadas con las primeras lluvias torrenciales del La explotación del suelo otoño y del invierno, pero que pro- O El Campal: fincas más propi- ducían en primavera tardía y verano cias a los pastos en las riberas del río. unos pastos tan verdes como privile- Como : la vega siempre húmeda, giados para el ganado: se pastiaban, se retirada y verde de las aguas, a poco segaban luego, y daban toñada para la que se esfumaran de las riberas las vuelta de los puertos. Un privilegio xelás invernales. Todo lo contrario de de los más pudientes, hoy con dema- L’Esprón: el terreno más áspero, de siada frecuencia inundados, no solo peor calidad, ya fuera del pobla- por las aguas, sino por el matorral LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 75 creciente otra vez. Queda El Tserón, La antroponimia: la colonización Los Tserones para atestiguarlo: vegas del espacio allerano llanas bajo las casas de Cabanaquinta, Poco a poco fueron protagonis- en parte edificadas hoy, con diversos tas del suelo los propietarios. Valmar: tipos de construcciones. el valle de Mario (lat. Marii), hasta la No faltan en torno al pobla- Pena Valmar (que preside la vaguada, miento de Cabanaquinta los usos co- en el límite de las casas de Cabana- munales sellados en sus topónimos. quinta). Un valle antes cultivado, por Por ejemplo, La Prindá: el lugar donde muy pendiente, montaraz y sombrío se bajaban los ganados tomados en que parezca hoy. Y como límite de las prenda por los cordales, al haberse posesiones privadas o del pueblo, pasado la raya de unos puertos o pas- queda El Purtietsu: una zona hoy car- tos a otros. Una vez pagado el em- biza sobre Valmar y el pueblo; antes, peño provisional (la prindá), se la salida a los pastos comunales del devolvían al dueño. monte. O Abule, zona hoy de fincas Como no faltaban las pequeñas de Sopedraño: antropónimo posesor industrias rurales para el consumo latino Abuli (documentado por Abas- del pueblo, con los materiales de la cal Palazón). Es el caso de L’Ayón, zona. La Teyera: un paraje sobre Ca- sobre Cabanaquinta también: antro- banaquinta en el que se recuerda una pónimo latino posesor Alionus, que teyera; zona húmeda, con suelo ba- cita el mismo autor. rrizoso. O La Molina: para el molino. Forno: tal vez de cal, un caliru, para Etnobotánica, etnoterapia allerana encalar las tierras, pintar, desinfectar las cuadras... Hasta los topónimos en apa- riencia más insignificantes llegaron a nuestros días cargados de sentido. Es Las formas, naturaleza del terreno el caso de El Merandonal (El Marando- La Tsongar: conjunto de fincas nal, El Marandal, según informantes): que se estiran sobre el río Aller, muy una zona soleyera y de suelo recio apreciadas también por estar verdes sobre El Barrio y el poblado de Caba- buena parte del año; muy propias naquinta, muy propicia a los meruén- para los pastos otoñales y del in- danos, miruéndanos, viruéganos..., esas vierno. La tierra alargada: lat. longam, fresas silvestres tan rebuscadas por *longarem. los mozacos y mozacas tiempo atrás pa En otras ocasiones había que merendar, tantos años antes de los fos- aprovechar los materiales que ofre- kitos, el chocolate y la nocilla (tam- ciera el suelo. Como Arnino, sobre bién de nueces antes, ¡quién lo diría!). Cabanaquinta: es decir, lugar are- Justo frente al Ayuntamiento de nizo, lo mismo que L’Arenal, sobre Cabanaquinta, en aquel espacio más Rubayer. Era la única arena al al- privilegiado del reducido poblado cance de todos. antiguo, bajo La Casona, queda El 76 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ

Pumarín: tal vez, un pumar pequeño, altos se fueron uniendo a los más una pumarada menor o muy buena fonderos a medida que los indígenas (también el nombre podría haber lle- fueron descendiendo progresiva- gado por un antropónimo, aunque mente a los valles, en busca del refu- con el mismo origen). gio invernal: el alimento tras el otoño, los frutos secos conservados El lenguaje de los caminos laderas abajo, libres de las nevadas por unos meses invernizos. O Otros nombres de la rica toponi- cuando ya se pudieron colonizar las mia allerana en una zona de tanto tra- riberas más boscosas y enmarañadas siego como la encrucijada de de los ríos (Sotiello: ‘el bosque pe- Cabanaquinta, recobran sentido queño’). Es el mismo sistema ecoló- cuando leemos el suelo con los paisa- gico que nos recuerdan hoy corzos, nos del pueblu. Es el caso de El Preu robezos, xabalinos..., que descienden Vieyu, en el camino por el valle de hasta el límite con los pueblos, una Beyo, que por supuesto nada ha de tener que ver con vieyu de pipa algún. vez que las nieves altas y la escasez Como en tantos casos de vieya, se re- de alimentos les obligan rebuscar los fieren a caminos viejos, antiguos, prin- castañeros sobre las mismas riberas cipales por el valle o por los altos. De de los ríos mayores y más fondos. ahí el género femenino (Vieya): vía, Así el nombre de Morea (Mo- calzada vieja. Valle abajo, en Piñeres, reda, una vez castellanizado) parece queda La Venta: una posada, mesón, tal el ejemplo de un poblamiento relati- vez casa de postas, junto al camino, vamente más reciente, que alude a un tiempo atrás. lugar abundante en moras, primero Fueron primero vías pecuarias (ca- levantado discretamente sobre el río minos de los rebaños en el invierno o (Morea Riba); y finalmente sobre los en el verano, respectivamente). Luego mismos tserones con frecuencia inun- vías romanas, o caminos reales, cami- dados por las aguas del río Blencu. nos carrales... En todo caso, caminos Pero el poblamiento más arraigado antiguos (lat. veculum), estratégicos: por del valle seguiría afincado en Caba- zonas relativamente seguras, a una dis- naquinta: así lo consideraron los alle- tancia prudente sobre las inundaciones ranos hasta el punto que allí sigue la de los ríos, lejos de los argayos, los administración de todo el conceyu. aines... El Yanón de Preu Vieyu está tam- bién sobre Cabanaquinta: un rellano en Valle arriba, La Pola’l Pino: La Pola el camino a los altos del cordal. Vieya Bastante más arriba, queda hoy Y valle abajo, hasta Morea: la zona la puebla medieval del conceyu: La de las zarzamoras Pola Vieya, La Pola’l Pino (bajo Fele- De esta forma, por el lenguaje chosa), que incluso llegó a asentarse del suelo, se diría que los parajes como el resto de las pueblas asturia- LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 77 nas, en capital del conceyu: Pola como suele creerse) se mantienen en Tsena, Pola Llaviana, Pola Somiedo, el rico lenguaje allerano también. Pre- Pola Allande... La Pola’l Pino, con las cisamente explica Juaquín la diferen- excelentes condiciones geográficas en cia que mantienen los vaqueros en una lo mejor del valle, tiene el mismo ori- división léxica que parece igualmente gen de puebla (lat. *popula), que tuvie- pensada desde los altos. Así, se con- ron tantas otras, todas ellas también sideran vaqueros auténticos (por de- en los espacios ribereños más abier- recho propio) los que viven de tos y productivos de sus ríos respec- Felechosa, o de Casomera, hacia tivos (Lena, Nalón, Pigüeña...). Por arriba: en realidad, con una continui- esto, Polavieya fue capital del con- dad ininterrumpida entre el poblado ceyu desde el siglo XIV al XV, con y las brañas. Es decir, los verdaderos carta puebla de 1318, antes que Ca- pobladores del Alto Aller: los que banaquinta, y que Cotsanzo, como re- aguantan reciamente las inclemencias cuerda la copla recogida por Juan del tiempo en los días más duros del Uría Ríu: invierno. A los vaqueros auténticos Collanzo es la capital, alude la copla: donde está el Ayuntamiento, para castigar a los malos Na Pola son curiosos, y traerlos a derecho. que insiertan los castañeros; nel Pino son hortelanos, El caso de La Pola’l Pino añade y en Felechosa, vaqueros. un dato más. Posee un valor docu- Por el contrario, llaman mar- mental doble, a la hora de justificar niegos, a los lugareños de los pue- ese género dimensional que late en blos más fonderos (bajo Cotsanzo), el topónimo (la palabra femenina, los que venían de los pueblos más popula siempre mayor, * , en este lejanos del valle, los que ya no viven caso), puesto que valle abajo, sobre exclusivamente de las vacas, pero Piñeres, está el recogido poblado del que también quieren aprovechar los Puiblu (lat. populum), pero en mascu- pastos de los puertos altos con los lino: el pueblo pequeño, por marcar mismos derechos; tal vez, invernie- bien la distinción de funciones con el gos (lat. hivernum), los que inverna- de la cabecera del valle, ya bajo Fe- ban abajo. En Lena alterna el lechosa. La Pola, por excelencia, era topónimo La Marniega y La Inver- el pueblo grande. niega (popular y de los escritos, uso vulgar y culto, respectivamente). Y otros límites en el ascenso y el Los marniegos eran considerados por descenso de las brañas altas: los vaqueros como usurpadores de vaqueros, marigüelos y marniegos los puertos. Suben en primavera, Esos límites del poblamiento, aprovechan los pastos, bajan los progresivamente descendentes desde productos al poblado cada semana, los altos a los valles (no al revés, y descienden a pasar el invierno al 78 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ fondo del valle, mucho menos rigu- camino del Rasón y La Piornosa. roso que en la parte cabecera. Brañafoz, sobre Rubayer y Orria: Finalmente, llaman marigüelos a sobre la foz, el estrechamiento entre los lugareños de los pueblos interme- las peñas. Brañadios: tal vez, divini- dios, entre Felechosa, o Casomera, y zada por aquel sentido de culto a los Cotsanzo (, La Pola, Tsa- dioses para que ahuyentaran los mas...), parecidos a los marniegos, que rayos (no cabe aquí, deorsum, por no no vivían solo del ganao. Eran algo ser braña fondera, sino todo lo con- mejor vistos por los vaqueros, pues trario, la cimera). Brañietsa, bajo La estaban más próximos, y aguantaban Tsaguna: braña pequeña y buena en parte los rigores invernales de los (sufijo apreciativo). La Braña, amplia altos, aunque ya más benignos con y conservada: sobre Yananzanes, ca- ellos, por estar un poco más fondos. mino a los altos de Piedrafita. Bra- El apelativo no está del todo claro. Tal ñaloso, que suele interpretarse en vez, en relación con ese adjetivo deri- relación con el paso de los osos, aun- vado de María (sufijos valorativos -ic-, que puede tener otras explicaciones. -uel-), en el diminutivo que recoge la Quedan todas las otras brañas copla allerana: con diferentes nombres descriptivos de otras funciones del paraje. El Gu- Perico fo pa la siega, Marica quedó tsorando. mial: tal vez de la raíz prerromana ¡Ay! mio Perico del alma, *komb-, *kumb-, variante de *kam-b- ónde tarás cabruñando. (‘curvo, valle pequeño’), una vez so- norizada la consonante inicial; un De Marica (algo así, como Ma- valle entre altos, muy adecuada la riina, de otros conceyos), con ese sen- voz a un puerto tan escondido entre tido diminutivo y femenino al tiempo, las cumbres de L’Alba y Xexa. Ca- saldría el término *maricuelos, por ser nietsa: tal vez del lat. cannam (‘caña’), intermedios entre los vaqueros autén- a través del diminutivo posible *can- ticos y los más despreciados valle nellam. Se trataría de una designación abajo. La evolución fónica hizo lo metafórica, aplicada a todo este demás: de *maricuelos, a marigüelos, por puerto sobre Rubayer; voz adecuada la sonorización de consonante intervo- también a la vaguada alta y a los ca- cálica (-k- > -g-), como en el resto de la nalizos que descienden al Fondil. lengua asturiana en muchos casos. No habría que descartar una re- ferencia a la peña blanca del paraje Dir pal puerto: dir pa la braña (prerromano, *kan-, roca’). Palmián: Varios nombres llevan nombre rellano muy vistoso en alto, al cobijo de braña en estos valles altos allera- de la peña, y en contraste con las pen- nos. Braña: bajo Rioseco; Braña- dientes rocosas colaterales. Tal vez diusu: lat. *veranea deorsum, es decir, derivado del lat. palma (‘palma, ‘braña de abajo’, lo mismo que El mano‘), aplicada en forma figurada al Desayusu, en los altos de Santibanes, terreno; sufijo derivativo apocopado. LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 79

El camín del puerto: el camín de los en el valle y en la ladera tiempo vaqueros atrás. Por eso la piedra (la roca) po- Allá por abril arriba, con los dría haber dado nombre a la zona, primeros gritsos primaverales, los antes del asentamiento del poblado vaqueros comenzaban a arrimar el en el fondo del valle sobre el río. De ganado a los cordales y caserías altas paso por el paraje, uno se inclina a camino de los puertos. Poco a poco, pensar en la raíz prerromana, ya los iban distribuyendo cada uno en celta o precelta, *lab- (‘piedra lisa’), torno a sus cabañas, al ritmo que de origen posible del amplio campo de las fayas iban brotando las fueyas al las tsábanas y tsabaneras, tan fre- borde de los altos. Era señal de que cuente en la geografía asturiana de el ganado ya no se moriría de ham- montaña, y en aquellas laderas de bre. Y, en último caso, para eso es- Tsevinco en concreto. Sufijo -nk-, taba el ramaje aún incipiente y más considerado ya indoeuropeo con el tierno del arbolado: los pastores de sentido despectivo, valorativo... Los Picos siguen echando hoy las Tal vez se trate de la misma jueyas de las jayas al ganado en pri- raíz indoeuropea *slab- (‘liso, resba- mavera, cuando aún escasea el pasto ladizo’), que Rivas Quintas asocia a sobre los jayeos. Era una época de voces europeas del tipo lavinca, en alegría para toda la familia, como re- referencias parecidas. En definitiva, cuerda la copla que cita Juaquín Fer- Tsevinco vendría a significar ‘lugar nández: “Mañana voy pal puerto...” de roca’, con algunos matices (es- (cita inicial). carpada, pendiente...), aplicado al Desde Cabanaquinta el camín paisaje de la pendiente sobre el de los vaqueros se había de bifurcar valle, antes del poblamiento más en Cotsanzo: uno hacia La Fonfría y fondero, en esos tiempos sin duda Vegará; el otro, hacia San Isidro y bastante más inundado por las Braña. Salía por Vega: voz ya prerro- aguas del río Aller. mana, *(i)baika (‘terreno llano a orillas del agua’). Seguía por Tsevinco, voz Pe La Bárcena: tan paicía nel nombre bastante más dudosa. En principio, a la mesma Barcelona como solución más fácil podría pen- sarse en el antropónimo Labincus ci- Poco más arriba, el camino se- tado por Albertos Firmat, y que, a su guía por La Bárzana, aquí con más vez, podría remontarse a otra raíz más seguridad referido a las zonas hú- antigua, y más acorde con la geología medas y al agua. Como para otros de la zona. casos asturianos, o para el mismo Ciertamente, Tsevinco (Levinco Barcelona catalán (lo que son las hoy para la mayoría) es zona rocosa coincidencias) se supone la raíz pre- por toda la vertiente de Petsuno (Pe- rromana *bar- (‘vega, agua, orilla’), lúgano, ahora), lo que supondría que dio la base *bar-ka- > *barga…, una seria dificultad para los caminos por referencia a ‘lugares fértiles con 80 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ agua’. Y de ahí, *bar-k-ena: ‘lo perte- (‘cabeza’). Segundo componente, raíz neciente a la orilla del agua’. O la prerromana *ant-i- (‘alto’), como se- misma *bar-k-en-ona, Barcelona y La rían los parajes belmonteses; que Barcelona (preu en Fierros): una ‘bár- otros interpretan con referencia hi- cena grande’ o ‘sobre el agua’. dronímica también. Sería el caso de Tras los pasos del ganao, se- Collanzo en Aller y en el barrio de guían los vaqueros por Entrepeñes, Santa Cruz de Mieres: ambos sobre el de nombre evidente, y sin duda con río y en el comienzo de las pendien- algunas dificultades para cruzar tes, o entre pendientes. Para otros entre aquellas peñas muchos siglos casos, como Vimianzo (galego), Vega antes que las mazas y las máquinas de Anzo..., no habría que descartar ensancharan suficientemente el paso una forma *Antius a partir de Antus, sobre las aguas del río en estos luga- Anthus, documentados en la antropo- res más llanos. Poco más arriba, Val- nimia latina. Topónimo complejo, en devenero: un valle con referencia a definitiva. vetas diferentes (minerales, aguas, En Cotsanzo seguían los va- coloración del suelo); voz latina queros de La Fonfría, Brañafoz o Va- venam (‘vena, veta, corte, filón’); su- gará, por la derecha del confurcu fijo -arium (‘abundante en’). allerán (la bifurcación). Pasaban por Cuérigo: tal vez, de la voz prerro- Y en Cotsanzo, tomar pa Casomera mana, hispano-latina, corrugum (‘ba- rranco’), luego ‘cauce’ sin más. La Y daban así los vaqueros en Barraca: de la raíz prerromana *bar- Cotsanzo, Collanzo para la mayoría r- (‘agua’), *barra (‘palo, pértiga’), hoy. Muchas interpretaciones tam- con sufijo considerado prelatino bién. Está arraigada en el pueblo la también, -ak-. teoría de los collacinos, a partir de la Muchos barrios con este nom- inscripción en piedra, de la vecina bre se interpretan como lugares de iglesia de : Arronidaeci y primitivas chozas de madera para es- Coiacini. Se dice que se trata de una tancias temporales en ciertas estacio- referencia a supuestas tribus ástures nes del año: tal vez, poblamientos prerromanas. No obstante, el pro- primitivos de paso o de estancia ceso también podría ser el inverso: corta, en el invierno, antes de subir a que los nativos debían el nombre al los altos más tarde. Suelen estar junto topónimo ya asentado previamente al agua, de forma que se superponen en el paraje. las dos referencias: el agua produce Pero, el hecho de que exista abundantes palos para las construc- Cotsancios (lugares altos) en Belmonte ciones, tan usados tiempo atrás (ba- obliga a buscar una base de coinci- rretas, verdiones, pertegones, várganos, dencias más amplia. Podría tratarse varales...). Serían las barracas y barra- de un compuesto del latín collem (‘co- cones posteriores, con otros sentidos lina’), o collum (‘cuello’); o de caput derivados. LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 81

Ya per Carpienzo, Tsamas, los estudiosos de estos temas, fue- El Romañón..., arriba ron dando al nombre. Ahora bien, el Pasaban por Carpienzo. Y re- hecho de que exista Casomero en cordamos el adjetivo pienzu (‘torcido, Lena, justo sobre las casas del pue- desigual’), presente en El Monte blo de Carabanzo, hace pensar en Pienzu, que preside las pendientes Casomera como un derivado más de del Sueve. Podría ser adjetivo apli- casa (‘cabaña’, antes), más summam, cado tal vez al monte como ‘pen- summariam (‘la más alta’). Un diente’ que contrasta con las vegas tiempo atrás, Casomera sería el po- bastante más sosegadas del río. Para blamiento relativamente más alto de el primer componente, Corominas re- aquel valle. Por unas u otras condi- laciona con el italiano scarpa, que ciones del pueblo alto, quedó tal vez llegó a significar ‘base de un muro de la copla: fortificación’; supone para ello la raíz Si pasas per Casomera prerromana (tal vez ilirio-ligur), karp- y tsevas caballería, , ya en las lenguas indoeuropeas. De nun digas nin so nin arre, ahí luego, escarpado: en pendiente que igual te quitan la vida. oblicua. Carpienzo describiría una En el pueblo nos cuentan otras pendiente muy marcada, escarpada. interpretaciones posibles, según la El camín seguía por Tsamas: voz oral; y en ocasiones leemos algu- un paraje húmedo que motivó la nas muy fantaseadas. Dada la condi- voz prerromana lama: ‘ciénaga, te- ción soleada del pueblo, no parece rreno pantanoso’; más tarde, ‘prade- muy adecuada la voz latina casa más ría húmeda’, raíz estudiada con *umbreram (‘sombría’), evolucionada detalle por R. Menéndez Pidal. Y la palabra romance después: casa solo Romañón, de referencia menos sombría en el invierno, no es pueblo clara. Por ser casería recordada por especialmente a lo aveseo. los alleranos en producción, y por Poco más arriba, siguiendo el estar en la ladera, por encima del cauce del río, descansaban (alendaban) valle, parece un compuesto de vaqueros y ganados en La Paraya. agrum (campo) más posesor, tipo la- Nos lo recuerda el nombre: el partici- tino Mannius citado por Dauzat para pio latino citado paratam, *paraculam la toponimia francesa. De *Mannio- (‘dispuesta, preparada’), aplicado a nen, saldría el topónimo Romañón: una tierra ‘adecuada, propicia’, para el campo cultivado de Manius. el asentamiento animal o humano; o para hacer un alto en la andadura, en De Casomera parriba, ya casi se este caso, antes de las cuestas más divisaba el mayéu... pindias hacia los puertos. Una parada Ya en Casomera, seguimos ca- pequeña, con el matiz que lleva el su- vilando con las diversas interpreta- fijo diminutivo, -cul- muy adecuado ciones que los propios alleranos o al paraje. 82 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ

Pente Las Foces de varios siglos imaginamos las dificultades para el atrás: no las de la carretera, claro paso a pie varias décadas atrás, con El camino sigue por la margen los hinchentes del río en primavera y izquierda del río, hoy directo a Les otoño. Por ello había otros caminos Foces. Pero, siglos atrás, incluso van alternativos más altos, aunque rodea- solo algunos años, es evidente que las ran más los valles. De hecho el lugar foces eran intransitables en épocas de de L’Arenal describe la zona arenosa lluvias sobre todo. El camino en la que habría de formarse en los des- peña ni se podía tallar ni mantener bordamientos del río. con las herramientas de antaño. To- davía recuerdan hoy los vecinos de Pel camín más eltu de Posaorio a Rubayer que, en épocas de lluvias, Ruayer nieves, desprendimientos de piedras, Como se dijo, en La Paraya se neveros..., había una senda alterna- desviaba un camino alternativo para tiva, más alta, por Otambo y Posado- los peores días en Les Foces. Ascen- rio: sobre las peñas altas de la margen día por Bustietso (lat. bustum, pasti- izquierda del río. zal ‘quemado’) al Posaorio, conjunto Así, el camino subía de La Pa- de pequeñas fincas sobre las peñas, raya por L’Arpinín: ladera izquierda que bien explican el nombre: un lugar del río, muy pendiente. Tal vez una donde se posaban los pesos tras la antigua voz prerromana tipo arpa, va- pendiente (lat. pausam); o por el que riante de alpa, alpe, alba (‘pasto de se pasaba (lat. passum). Ambas refe- montaña’), que cita el francés Éric rencias son muy adecuadas al paraje Vial. O un derivado antroponímico encaramado tras las rocas, con algu- infrecuente, lat. Arpinum, tomado de nas fincas todavía. El camino se nota la ciudad del Lacio Arpino, a través de bien en algunos tramos, cada año un un nombre personal en genitivo poco más ente la maleza. Arpin(i) > Arpín. Sería el caso de Pe- Y descendía por Otambo: tal narpín, en los altos quirosanos, igual- vez un derivado más de altum, como mente pindio, escarpado, sobre el río L’Utitu, Otero, y tantos otros. O como también. Junto al camino queda tam- el mismo Montó (‘monte alto’), justo bién la Fuentona: de nombre evi- frente a Otambo. Este tramo del ca- dente. En los comienzos, tal vez con mino se conserva bien visible hoy el mismo origen. unos metros por encima de Les Foces, El camino más reciente (bajo la donde enlaza con el que venía sobre carretera actual) se adentraba entre el cauce del río (carretera actual). Les Foces de Rubayer: los estrecha- mientos entre las peñas, descritos en Y Ruayer: Rubayer pa la mayoría forma figurada (metafórica) con la hoy voz latina fauces (‘gargantas’, ‘pasos de montaña’). Hoy el camino serpen- Llegaban, por fin, a Rubayer, tea firme entre las calizas. Pero nos por La Puente, una acepción de la pa- LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 83 labra en femenino (lat. pontem), con de Braña y del río Alba. No por ca- esa diferencia genérica, tan abun- sualidad toponímica, son las cabece- dante en asturiano: lo femenino, ras altas de los afluentes más largos siempre mayor que el masculino co- del río allerano. rrespondiente (casta / cestu, cancietsa / cancitsu...). En este caso, las puentes, La Casa’l Monte siempre más seguras, mayores, más duraderas, de piedra o grandes ma- Pasadas las primeras pedreras deros...; frente a los puentes, que con más pindias entre las casas del po- demasiada frecuencia se los llevaban blado, llegamos a L’Arenal: un re- esas crecidas de los ríos en torrentera. manso del río en El Vao, que debe el Dice el refrán: “Setiembre seca nombre a la arena que dejan los hin- las fuentes, o lleva los puentes” (pero chentes (inundaciones), muy aprove- no las puentes). Solo se lleva los puen- chada antes para las construcciones tes: los del género masculino. No por de la zona. Todavía hoy se aprecia en casualidad allí está L’Intrueyu: la en- aquel rellano junto al puente una trada segura (lat. intraticum), como arena fina, más bien negruzca, tipo L’Entrego, Entralgo... La entrada pe- pizarra, sin duda erosionada en las queña en este caso, tal vez por el es- canteras con este tipo de piedra por trechamiento del valle sobre el río en el cauce del arroyo arriba. este punto. El mismo Vao viene a designar Cruzaba las caleyas de Ruayer, una situación parecida: del lat. Rubayer, para los más arraigados. vadum; a su vez, celta *bad-, *bed-, Río Aller, para los castellanizados. ‘arroyo, zanja’, aplicado a lugares de Quizá por ser el poblamiento cimero paso difícil, por la zona más vadeable del río que nace en los altos de Vegará del río o de la vaguada. Los vados y Las Vegas de la Reina. En La Re- eran imprescindibles tiempo atrás, guera Luz. Tal vez el origen del topó- cuando los precarios pontones de nimo Aller, como el de la región maera se iban también río abajo con francesa de Alier: se supone la raíz las espumosas aguas turbulentas de preindoeuropea *al-i-, *al-l- (‘blanco’), las torrenteras invernales. En este aplicada a los cursos de agua, que re- punto se bifurca el camino, bien con- sultó en latín al-bus, y al-nus (‘álamo’, servado todavía: por la izquierda del por su corteza ‘blanca’). Ver J. M. arroyo, hacia los altos de Canietsa; González, “Algunos ríos...”, p. 277). por la derecha, a La Fonfría. En definitiva, el nombre y el Y sobre El Vao, damos en La conceyu allerán pudieran remontarse Casa’l Monte: un par de caserías so- a una lejana raíz prelatina *al-, *el-, leyeras con buenas tsábanas en los te- con el sentido hidronímico de ‘fluir’, yaos de las cuadras y cabanas, no por que parece presente en los altos alle- casualidad sobre La Casa Baxo: otro ranos de Ayones, Eyu…, justo al otro conjunto de cuadras con fincas, antes lado de Rubayer y Vegará, en los altos de llegar al Vao, que se recuerdan 84 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ sembradas de pan, patatas, arveyos... del topónimo. No obstante pensando Con este par de casas ya en el monte, en Talavero de Onís (a la falda del recordamos el sentido antiguo más Monte Ibéu), convendría la raíz pre- rústico de casa, frente al domicilio ac- rromana *tala como ‘tierra pedre- tual: lat. casam (‘choza, cabaña’), gosa’, que cita Menéndez Pidal. Tal frente a domum, la ‘morada, el domi- vez, una variante de la otra raíz pre- cilio’ que llegó a nosotros. rromana *tul- (‘altura’), tan frecuente Topónimos como La Casa’l en toponimia. Para el segundo com- Monte atestiguan esa doble vivienda ponente, convendría también un de- de los vaqueros dentro y fuera del po- rivado de *bar-, *bard-, variante de blado, una buena parte del año. In- *barg- (‘altura, pendiente’), de donde cluso su primera vivienda tiempo el mismo asturiano bardiu, bardal. atrás, cuando, salvo los días más cru- Sería la pequeña altura sobre la dos del invierno, pasan su tiempo en cuesta que desciende empinada al las caserías de los cordales más o río, muy adecuado al paraje. menos altos. El camino se empina ladera arriba, de donde el nombre del Ateyu: Tsegando ya a Pedromolín, un atajo evidente para evitar las curvas Talabarda... del camino que zigzaguea entre fincas y matas; lat. taleam, taleleare,*taleum Un poco más arriba el camín (‘corte, cortar’), aplicada a un camino del puerto pasa junto a Pedro Molín: secundario y más estrecho, aunque sea una buena finca sobre el río, con ca- más difícil. El camino se usaba para el sería conservada; tal vez el nombre paso a pie, y era el uso normal del ga- del propietario de un molino tiempo nado en primavera, por el deseo ar- atrás (Pedro el del Molín), reducida la diente de llegar pronto a los frescos expresión en asturiano. Y un poco pastos de las cabanas; en el otoño, ya más arriba, Talabarda: otro conjunto de regreso, con las prisas de bajar a las de buenas caserías entre frondosos toñadas (el toneyu) más suculentas en fresnos que presiden la campera, las fincas más fonderas. antes tan útiles por sus ramas para el ganao (foyaos, fexes) en otoño y prima- Columbrando, por fin, vaqueros y vera. Se sitúan en un pequeño alto- ganados, la camperina más zano con rellano superior. Destaca apacible del Carbayalín una gruesa, sana y alta peral silves- tre, peruyal, con sabrosas frutas en Finalmente, estaba la entrada del otoño: aún está cargada este año, puerto: El Carbayalín. Todavía hoy aunque demasiado altas para la abundan en el paraje los carbayos, los mano. No se perdería una sola peruya robles asturianos, tan valorados en los días de la braña. tiempo atrás en los pueblos: maderas Ni en el silencio de campera tan resistentes, rama para el ganado en bucólica aflora más claro el sentido primavera, a falta de yerbas más tem- LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 85 pranas. Se supone la raíz prerromana estira casi horizontal entre las fincas *kar-b-, en principio, ‘roca, planta y el monte, con buenos pareones en dura’, más tarde referida al ‘roble’, tal piedra igualmente conservada y uni- vez a través del posible *carbaculum; forme. Un vistoso homenaje a los güe- sufijo diminutivo o apreciativo en este los alleranos que con tanto arte, caso, tanto por la posición retirada del frayones en los deos y moyaúras, los en- paraje en aquel rellano a media ladera, samblaron décadas atrás. Y a las güe- como por el aprecio que le tienen los las de la braña que, con no menos alleranos como lugar topaeru buena cuidados y peripecias, les llevaban el parte del año: agua abundante, pastos, pote de castañas al mediudía, o de fa- arbolados, retirado de los altos... Poco rinas con mantega, cocinadas al mor más arriba, no por casualidad tam- del fuibu y de las fayas en la cabana. poco, está Yana Carbeyu: una campa Con cuatro rustiones de tocino, nel meyor entre arbolado diverso, antes sin duda de los casos, seguían el güilu y el niitu carbayos en abundancia. muriando hasta la nueche. Con la vista sosegada sobre El Puerto La Fonfría: La Funfría, muros tan centenarios, en ocasiones para alguno todavía rematados con chatas de acebos para defenderlos del ganado, la vista se re- Y llegaban ganaderos y gana- mansa en una más que cuidada presa dos a La Fonfría, el puerto más repre- que fluye generosa y plateada camino sentativo del valle: pastizales del riego hacia las fincas: se sumerge abundantes, fincas para la yerba de de cuando en cuando por los aguato- segar, cabañas... El lugar de ‘la fuente chos (aguañales) bajo los gruesos fría’. Hoy solo asociamos al nombre muros, y alimenta las paciones se- las aguas refrescantes en plena ca- dientas en pleno agosto. Bien las lisma agostiega, pero tiempo atrás, agradecerán los ganados. una fuente fría era una verdadera ne- vera en pleno verano, que aseguraba Con un par de tragos, ya queda claro toda una industria de la leche, las el nombre de la braña mantegas, las cuayás... Con agua fría se mantenían los productos de toda la En charla amena con los vaque- semana para bajarlos al mercao el sá- ros el sentido del nombre fluye como bado. Todo dependía de la capacidad las aguas. Así nos recomiendan re- de tan naturales neveras. La fuente frescar el mediodía en la fuente de la los odres, la otsera..., de otras brañas. mayada: un manantial abundante Ya a la entrada de las primeras sobre la senda, con varios espacios se- cabanas, el camino (por fin) se con- parados por piedras que suponemos serva limpio, con una verde pradera recipientes (otseras) donde se enfria- en la caja principal, a modo de las ban los odres con la leche y las mante- mejores calzadas romanas: la senda gas tan solo unas décadas atrás. Ya a amplia (metro y pico de anchura) se los primeros tragos no seguimos ca- 86 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ vilando sobre el topónimo. Tampoco junto a la cabaña donde se encerra- lo permiten los labios. ban durante el día y la noche, para or- Y todavía nos advierten los va- deñar antes, y dejarles el resto, las queros que hay alguna fuente en el esmuciúras en ocasiones. De ahí la ex- valle aún más fría: ni tres sorbos se- presión “meter los xatos nel zapicu”: guidos resisten los dientes –nos ase- quitarles la leche, hasta arruinarlos. guran–, por muchu secañu que traiga De ahí, el Boscón, a lo fondero el caminante. Una es La Fuente les de La Fonfría: pudiera ser un deri- Vegues de la Reina (bajo las cabañas vado la voz latina vescam, con el sen- cimeras en Vegará); y la otra La tido de ‘espesa’, aplicado al matorral Fuente la Xuncareta: en los altos del tupido de arbustos, o arbolados di- Regueru Fonfría. Más arriba queda versos, pues con las rozas del mato- La Fuente’l Tsegu, sobre la finca del rral, a veces en el suelo peor, se harían mismo nombre. los vescones, con ese sufijo peyorativo Como se dijo más arriba, todas en consecuencia. El mismo origen ha estas fuentes eran muy apreciadas en de tener La Visqueta (viesca pequeña): la braña para enfriar la leche y las zona de matorrales en el camino a mantegas en los odres que se bajaban Canietsa. a los mercados de Cabanaquinta cada El trabajo diario y las estrate- semana: cada xueves, con 4 horas a ca- gias con el ganado para sacar el ballo en la andadura, bajaban los va- mayor rendimiento a los productos queros a los poblados, con tiempo en el puerto quedan recogidos en las suficiente para preparar los productos coplas que recoge Juaquín también: que llevaban el viernes al mercao, nor- Por el valle de Valverde malmente, las muyeres. Las otseras, las vi baxar un allerano, fuentes de los odres, habían de estar de madreñas y chapinos, cerca de las cabanas, de forma que pu- en el rigor del verano; que venía de las vacas, dieran estar vigiladas, habida cuenta que venía del ganao; de la escasez de productos y de abun- y día derecho al corral, dancia de bocas que fartucar en tantas para enderezar los xatos. cabanas. Lo recuerda la copla recogida por Juaquín Fernández: La Vega Baxo, La Brañuela...

Tseváronme del esteblu Tal vez por contraste con la el zurrón y la guiyá, braña mayor de La Fonfría, los va- la zapica y la salera, queros llamarían La Brañuela a una y el odre con la mazá. más pequeña, igualmente apropiada para la estancia prolongada en el ve- Hasta había que “meter los xatos en rano: expresión del latín vulgar vera- zapicu” en demasiadas ocasiones num tempus, (‘en principio, tiempo Para asegurar la leche, y que no primaveral’), aplicado al ‘final de la la agotaran los tarrales (los terneros), primavera’ (finales de mayo-junio); estaban los bescones: pequeñas fincas frente al estío (‘segunda parte del ve- LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 87 rano’), más propicio a los calores esti- peñas, topaera y vistosa: divisa todo vales. Y del veranum se hubo de for- el valle entre Vegará y algunas case- mar *veranea, para designar esa parte rías de Rubayer. Del lat. *veranea, más del verano (ya sin nieves ni inverna- sufijo diminutivo, por esa circunstan- das), cuando el tiempo permite la su- cia de apreciada y buena, sobre todo bida definitiva de los vaqueros a los en contraste con los pastos por en- puertos con los ganados: el tiempo de cima hacia la cumbre. la braña. Con el diminutivo -ol- (-uel-), quedó el aprecio de los lugareños en Las Vegas de la Reina, Vegará... la braña y en la palabra al tiempo. Y columbramos, por fin, la En aquel recogido y reposado cima del puerto por Las Vegas de La rellano en las riberas de Reguera Luz Reina. Muchas interpretaciones del se recogen las fincas y cabanas de La topónimo se fueron tejiendo entre los Vega Baxo, sin duda en precisión co- vaqueros y vaqueras al mor del fuibu rrelativa de La Brañuela, unos metros en las cabanas durante tantos años. más arriba en la ladera de Vegará Lo mismo ocurre con El Mirador de (margen derecha del arroyo), consi- la Reina (sobre Covadonga), Fuente derada la vega de arriba. La parte la Reina (en Brañitsín de Lena)... O La más fondera de La Vega Baxo lleva el Vega’l Rey, Vega de Rey, El Camín del nombre del Tsegu. Y como no vemos Rey, El Camín de la Reina, El Río Rei- lago alguno en pleno agosto, nos ex- nazu..., de otros parajes asturianos. plica Fito el nombre: se inunda con Para lo de Reina en Vegará las torrenteras de la seronda, y con sigue muy arraigada entre los vaque- los deshielos de la primavera. Por eso ros la interpretación popular: que el sigue verde en las mayores sequías nombre se debe a la reina Urraca, con estivales. residencia en Petsuno. Ella era la De La Vega Baxo xubimos por dueña de todas aquellas fincas, luego L’Ateyu: el atajo, camino pendiente y en posesión de La Casona de Vega. estrecho; del latín taleam, taleare Finalmente las fueron comprando (‘corte, cortar’); y culumbramos en La otros vaqueros, que las siguieron de- Brañuela, sin duda tiempo atrás ma- jando en herencia a los propietarios yada principal de la braña, donde se de hoy. Pero que en el origen está la reconstruyó recientemente una capi- reina Urraca. lla en piedra destruida con la guerra Tal vez, sean así las cosas en (quemada con saña, nos cuentan los este caso concreto. No obstante, en vaqueros). Según la voz oral, en La otros topónimos con Rey / Reina, Capilla, que también sirvió de alber- solo se trata de una interpretación po- gue, se hacía una boda anual el día la pular llevados por la palabra. Son fiesta, en la que tenían prioridad los simples parajes con riegos (valles pe- novios del Pino. queños), vaguadas con agua o sin En todo caso, una campa orien- ella, pero siempre canales destacados tada al suroeste, al cobijo de las en el contorno. La palabra se inter- 88 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ pretan desde una raíz prerromana ridad, resplandor’), pero no hay tra- *rek- (‘riego, curso de agua’), trans- dición arraigada sobre el posible pro- formada bajo el influjo del homó- tagonismo de algún vaquero o nimo regi, regina (‘reina’), lat. regem vaquera en la reguera, que le hubiera ‘rey’. La voz solo se refiere al cauce dado el nombre. del arroyo: la transformación popular Por esto, habría que pensar en vino después, en aquel sano deseo de una referencia directa a la claridad de buscar orígenes ilustres a los nombres la altura (la luz de la altura), en esta lugareños. O tal vez proceda directa- zona ya limítrofe con la vecina leo- mente del prerromano *rein- (‘río’), en nesa (más soleada y orientada al sur). el origen de los ríos europeos Rhin, La referencia directa podía estar en Reins, Reno... La Campa Luz: una reducida y muy En el caso de Vegará, la pe- soleada campera orientada al sa- queña vaguada de Las Vegas de la liente, en la margen izquierda del Reina era la vida del puerto tiempo arroyo, casi al salir a la cumbre, en atrás: cerca de las cabañas, zona hú- contraste con el regueru, más oscuro meda, segada en verano, abundante (tsobiniegu, visiegu) que fluye a su en pastos otoñales, con tupidos ca- lado por el hayedo. fresnos..., una buena finca de valor in- Una vez más pensamos en el calculable para la vida en unos altos género dimensional: lo femenino, la siempre más expuestos a los fríos y a reguera, mejor en este caso como pasto la maleza de las carbas. De ahí las in- y refugio del ganado; lo masculino, el terpretaciones y las leyendas, siem- regueru, inservible aquí: un enmara- pre en busca de un origen digno, de ñado matorral boscoso, si acaso refu- una posesión real, de unos privilegios gio de alguna alimaña extraviada en de las vegas por su excelente calidad, aquellos altos. Cabrían otras interpre- de una posesión prestigiada en defi- taciones, ciertamente. García Martí- nitiva... Un valle bueno en un puerto nez interpreta el topónimo Lucillo en alto: que no era poco en tiempos bas- relación con la base prerromana lucus tante más precarios. (‘bosque, bosque sagrado’); o con el La Campa Luz, La Reguera Luz prerromano *luk- (‘altura’); adecuadas al paraje en parte. Nos dicen los vaqueros que el río Aller nace en La Reguera Luz, a su Noales, sin los *Nogales que se vez alimentada con las aguas que re- inventaron algunos mapas zuman abundantes de las lamas y xuncares de Les Vegues de la Reina. Y Por las camperas de aquellos cavilamos sobre el topónimo, tan pa- altos, refrescamos la vista por los ma- recido al Arroyo de la Luz, afluente yaos de L’Utiru: un verdadero alto del Guadiana en Cáceres. Existe, cier- (lat. altarium, que luego daría el altar), tamente, el nombre personal Luz, del es decir, un otero desde el que se di- lat. Lucius, a su vez de lucem (‘luz, cla- visa buena parte de aquellos valles en LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 89 una y otra vertiente. O xubimos hasta agotados los espacios más cercanos a Noales para columbrar los puertos los poblados. Es el caso de Novales, contiguos del Gumial y Braña. No Los Novales, La Noval, El Novalín, está tan clara la voz. Las diversas va- Ñovales. Podrían ser los pastizales riantes entre los propios alleranos altos, ya más escasos de la braña, y, (Noales, Moales...); y, sobre todo, las en consecuencia, menos utilizados; manipulaciones contaminadas de al- solo cuando no había otro remedio. gunos mapas y guías de rutas, muy Recoge Santos Nicolás la va- poco respetuosos con el entorno lin- riante Moales, que podría referirse a güístico y natural, complicaron aún la los abundantes arroyuelos menores interpretación. Hasta El Picu Nogales nacidos poco más abajo, lo mismo se lee en ocasiones. hacia la vertiente asturiana que hacia Por supuesto que imposibles la leonesa de Redipuertas. Pudieran los ‘nogales’ a estos casi 2000 m en al- recordar la raíz prerromana *mei-, tura. Bajo El Picu Noales nacen varios *moi-, con el sentido de ‘fluir’, ‘curso arroyos, como se dijo. En principio, de agua’, más sufijo abundancial tí- para aquellas carbas escarpadas de pico del oriente asturiano. Sería el caso piedra blanquecina tan escasa para el de Moal: en Cangas del Narcea. Poco pasto, cabría el latín naucum, con el clara la voz con tanta variante fónica. sentido de ‘cosa de poco valor’: sue- los de cuarcita, escasos en pastizales. Por el senderu del nombre, desde Como sería adecuado a los valles bajo Xexa hasta Xixón el picacho un posible *nauca, deri- vado del indoeuropeo *naw-a- (‘valle, Con la vista colgada de Xexa hondonada del terreno’). (picacho al lado de Noales) sobre el Se trataría de una aplicación valle del Gumial, pensamos en el as- de la voz a los profundos valles que turiano occidental: xeixu (‘piedra descienden por la fastera allerana blanquecina muy dura’). Tal vez, latín hacia Cuevas y Felechosa: tierras saxum (‘piedra grande, peñasco, *naucales, *noucales (‘de valles, con roca’), en plural, por ser un conjunto arroyos’), con sonorización posterior estirado de peñascos junto a Noales. de la velar hasta desaparecer. Mor- Irregularidad fónica de la primera fología del suelo semejante por la vocal átona, por disimilación posible vertiente de León. con la segunda. Pero no está claro el topónimo. Pudiera ser también el origen Por la misma pobreza de aquellos de Xixón (lo que son las paradojas). Y suelos pedregosos, no habría que des- de Jijona: el pueblo del turrón bajo cartar un derivado de novum, a través aquella peña grande y alomada, bas- de novales: adjetivo que se aplicó en la tante mayor que la asturiana: el gé- toponimia asturiana a numerosas tie- nero femenino dimensional una vez rras rozadas o roturadas (nuevas) en más. Xexa es, ciertamente toda una el monte para otros cultivos, una vez zona alomada de morrillos que se 90 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ prolonga entre los valles del Gumial celta: *bet-, *bed-, *bid-u (‘abedul, bos- y La Varera, y preside todo el paisaje que’); muy utilizados en las cabañas que desciende a Cuevas. para hacer madreñas, gaxapos, man- gos... O La Varera: por las varas flexi- Las plantas, los animales: la vida de bles para los cestos, cebatos, paxos... la braña tallada en los topónimos (simples lugares húmedos a veces). Los abedules, por su madera noble y De vuelta del alto Vegará, con ligera, dejaron topónimos en otros la nublina ciega en los talones, des- valles, como el de Braña, donde toda- cendemos saboreando topónimos a vía hoy abundan aún entre las peñas. uno y otro lado de braña tan dignifi- Lo dice la copla: cada por los vaqueros y vaqueras que hoy mismo habitan las cabanas. Se Las vaquinas de mio padre caminan ya pa Beldoso, diría que, tiempo atrás, toda la vida sestian na Foz del Alba organizada del verano quedó colgada y nel Baitasero l’Oso. en el lenguaje toponímico del suelo. La Xuncareta: buena finca alta con Imprescindibles serían los abla- fuente sobre el arroyo, en referencia a nos y las ablanas en el puerto por el los xuncos (los juncos), tan utilizados otoño arriba, apañados del camino antes para los utensilios en las caba- para los bolsilos o en al zurrón, y así ñas (cordeles, cestos, cibietsas...). frañirlos reposadamente en la cabana. Como La Fuente’l Carrescu, en Ve- Más duros, los primeros; mejor de fra- gará: de los carrascos (los acebos que ñir, con los dientes incluso, las abla- pinchan, nos advierten los vaqueros). nas. Ni de unos ni de otras se perdería O L’Acebal, más abajo, en el camino un carripoche entel barro desde la casa a Canietsa: la zona de los acebos, los a la cabana, por toda la seruenda. De que no pinchan. ahí quedaron nombres como El Yenu Camino de Canietsa, queda la los Ablanos, hoy ya a discreción de Texera, con los texos todavía incrus- los animales del boscaje. trados en la peña para contarlo. Lo mismo que Cuitu Texón, un poco Los bustios, las morteras..., el uso más arriba (lat. taxum, Taxus baccata). comunal del monte Unos árboles muy apreciados en la Los pastizales carbizos de Bus- braña por su madera tan dura, que turil (Bisturil, para otros) atestiguan sirve para casi todo y para varios si- otra costumbre arraigada en las bra- glos por delante: barcales para las ñas: la de quemar la maleza de forma fuentes, tablones, mayuelos, escudiet- controlada, de manera que los peor- sas, tazas, platos... nales improductivos se pudieran con- Otros nombres recuerdan los vertir en pastos frescos. Son los abidules: L’Abidurial (lat. latín vulgar abundantes Bustio, Bustietso, Bus- tipo *betulus, a partir del clásico betu- telo, Bustillo..., por la diversa toponi- lla, a su vez, considerado de origen mia de esta y de otras regiones: lat. LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 91 bustum (‘quemado’). Nada que ver Formas del suelo, colores, tienen aquellas quemas racionadas sensaciones, leyendas, los límites con la combustión de tantos incen- de las brañas... dios irracionales hoy (con motivos Inagotable el lenguaje toponí- muy diferentes, por supuesto). Ya lo mico de las brañas alleranas. En refe- advierte la frasecita: “El fuego es el rencias semejantes, o por la simple peor depredador de la naturaleza forma empozada del suelo, queda Ya- después del hombre”. nacaorna: tal vez de planam (‘llana’), Poco claro, a pesar de su abun- más cavum (‘cóncavo, hueco’), apli- dancia asturiana, contemplamos el cado luego a las cavornas huecas de nombre de Morteres de Baxo y Mor- los árboles gruesos y ya viejos, o que- teres de Riba: un conjunto de pasti- mados; o a los rellanos cóncavos, en zales que tal vez deba el sentido al pando, del terreno. Espacios muy uso consuetudinario de los morado- propicios al ganado, caserías altas, re- res (lat. morari) de cada pueblo, por tiradas... Otras veces señalaban la aquel derecho de morada (vivir en pendiente lisa, como Les Tieses, La él 365 días más uno). Hay otras in- Campa les Tieses: del lat. tensas (‘ten- terpretaciones, como la pertenencia didas, tirantes, tiesas), como La Tiese, de estos pastos (o sembrados sobre La Tesa, de otros parajes). los pueblos) a las famosas manos Otros espacios eran señalados muertas medievales (iglesia, monas- por los colores, o las coloraciones terios, señoríos, nobleza...); terras aproximadas, que tuvieran una fun- mortarias, en este caso. En las morte- ción indicativa para los lugareños. ras, los vecinos tenían siempre unos Pena Blanca: conjunto de calizas altas derechos, pero el aprovechamiento sobre Morteres, muy observadas por de los productos siempre era comu- su brillo especial en días de lluvias. O nal; las propiedades y las xebes vi- porque son las que antes se cubren nieron después. con las nieves en las primeras farras- Hasta los más mocetones y de- pás, y anuncian la hora de arrancar con cididos columbraban los cordales el ganao. más altos con el gaeñu encurniéu y los Menos clara aparece La Mayá fierros colgaos del hombru, dispuestos a los Rubios, El Quentu los Rubios: tal soportar los calores estivales segando vez, por los suelos amarillentos, roji- yerba en los tupidos yerbazales caste- zos (lat. rubeos’), donde suelen caer llanos. Lo recuerda el topónimo La rayos, como nos dicen los vaqueros. O Senda los Segaores entre El Puerto por ser simples zonas pedregosas (lat. Valverde y Piedrafita. Como lo dice la rupeos, ‘rocosos’). Evidente homofonía copla recogida por Juaquín: difícil de identificar, sobre todo cuando se dan las dos circunstancias: Fuiste, galán, pa la siega, suelos con vetas rojizas en las rocas. nun me trixiste gordones: en viniendo las mayucas, Otros parajes están más a la vista: maldita que una me comes. Cotsá Verde (casi siempre verdoso). 92 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ

En otras ocasiones las palabras liente rocoso, monte’), aplicada a lu- advertían de las cualidades del te- gares geográficos prominentes: picos, rreno, como El Freyu: lugar donde se montículos vistosos, peñascos desta- sume el agua misteriosamente (del cados sobre el entorno. En algunos lat. frangere, ‘romper, fragmentar’). casos, se trata simplemente de ‘luga- Aquellos desprendimientos en forma res oscuros’, ‘mouros’, que dicen más de argaxos suponían verdaderos pro- al occidente asturiano (lat. maurum): blemas para el ganado y para los ca- peñas negras, suelos pizarrosos, de minos de la braña sobre todo. vegetación oscura, orientados al Su pequeña historia tiene La norte, valles cerrados, sombríos... Las Fuente l’Argoyana: manantial sobre leyendas vendrían después. En este El Tsegu. Dicen los vaqueros que se caso se trata de lugares altos, bosco- debe a una vaquera de Los Argüellos sos, sombríos en parte, ciertamente. leoneses, que allí se despeño en un Los nativos prevenían también mal paso con día de niebla en sala los terrenos malos con palabras. Es ciega sobre el valle. En todo caso, el caso de La Maea y El Maeón: existe en asturiano la palabra argüe- malos terrenos y regueros en los llos, argüeichos, argoyos: la planta del altos de la braña. Se interpretan a arfueyu: el muérdago; tal vez, el Vis- partir del romance moheda, (‘monte cum album L. Estos parásitos sueltan alto con maleza’), en relación con el una resina muy pegajosa que se árabe moeda, ‘monte con jarales’ usaba antes como cola, pegamento, (Asín Palacios, Contribución…). Ca- para cazar pájaros. Se supone un de- bría también la voz árabe magida, ‘es- rivado de aquifolias: ‘hojas agudas’. pesura, lugar de maleza’.

El Camín de los Moros, bien El Picu Faro, desde el que xugaban marcado al filo de la ladera alta los vaqueros a ver quién podía divisar faro alguno en la distancia Visible sigue hoy el camino por los altos de Busturil y El Cas- Más dudoso resulta El Picu titsu, El Camín de los Moros: una Faro, que preside los valles altos de senda que cruza de Vegará a la la- estas brañas, pues nos aseguran los dera de Brañafoz, y que pudiera ser vaqueros que nin con nublina ni sin ella la vía principal de comunicación de había manera de columbrar El Faro estos puertos con la vertiente leo- de Xixón. Podía estar motivado por nesa por los altos, tal vez usado para algún otro faro de la costa, desapare- otras muchas funciones después cido con el tiempo. O, tal vez, deba el (guerras, fugaos, estraperlo...). nombre a otras costumbres de los va- En realidad, la palabra Moros es queros con aquellas señales en los muy abundante en diversas toponi- montes (y entre los montes) para co- mias regionales, pero casi siempre municarse tiempo atrás. O, simple- con el sentido de la *mor- (roca, sa- mente, por la supuesta percepción LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 93 ansiosa de un faro en la costa desde fuerzo en estas ocasiones). Y en los los altos de una braña. Era uno de los altos ya más cimeros, La Tsaguna: entretenimientos vespertinos (apues- una peña con pequeña ‘laguna’ a la tas, xuegos...) en los días más largos falda, que mantiene agua incluso del verano por los altos de los puer- hasta el verano arriba. tos: a ver quién podía contemplar un O Morgao, monte sobre Bra- faro sobre el mar en una noche clara. ñafoz: teniendo en cuenta la voz ro- Hay otras interpretaciones menos mance antigua morgao (conservada probables aquí. en salmantino por los pastores, con Finalmente, los ganados tenían el sentido de ‘mayor, heredero’); o unos límites para no caer en las prin- morgado, morazgo, mayorazu de otras dás: las tomas en prenda por los veci- regiones (siempre, ‘el mayor’), ha- nos de la otra ladera en la vecina bría que pensar en el lat. *maiorati- región leonesa, hasta que se pagara cum (‘el mayor’), derivada de la multa impuesta por cabeza de maiorem, como adjetivo aplicado al ganao y día. En Vegará lo marca La monte más alto en este caso. El Picu Raya, como en el caso de Braña por Morgao sería el mayor, tal vez por Sanisidro: en principio, solo una extensión, entre aquellos altos. Más franja divisoria de aguas vertientes dudoso sería aquí un derivado del por toda la cima de los cordales entre lat. amurca (borra, maleza), aplicado una región y otra; o entre una parro- a la vegetación del suelo. quia y otra. En algunos casos, había pareones, xebes... Muchos litigios se El descenso de la braña recuerdan por estos límites, simboli- zados por topónimos asturianos Ya por el otoño arriba, los gana- como El Cantu la Riña y semejantes dos sabían cuándo era el tiempo de re- (Puertu Cuera, entre Peñamellera, gresar a los pueblos. Y los vaqueros Cabrales y Llanes). tenían unas marcas en el terreno. Por ejemplo, suelen mantener como refe- rencia algún peñasco que, una vez cu- Con otras muchas brañas, ya hacia bierto con las primeras nieves, anuncia Morgao y La Tsaguna que la invernada va en serio, por lo La actividad brañera en los que ya es preciso arrancar con el ganao – altos de Rubayer se continúa por Ca- en expresión de los vaqueros. brerizo (pastos más propicios al Tal vez sea la función de L’Es- ganao cabrío); El Goxal: tal vez por cubiu Marniegu: una zona pedregosa los abundantes codoxos, del latín cu- muy pendiente sobre La Reguera tisum (griego, cytium): ‘codeso’, Luz, en una línea situada a una altura planta del tipo peornos, con muchos por encima de La Brañuela, a poco de usos rurales, tiempo atrás. De *Codo- descender a La Vega Baxo, por tanto. xal, saldría Goxal, con la sonorización Sería el peñasco inverniego: lat. sco- asturiana inicial de otros casos (re- pulum *hibernaecum (el que marca el 94 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ tiempo invernizo). De hecho, por el Un poco más arriba, las buenas valle de Sanisidro queda la copla vegas de Felechosa, como La Fel- para recordarlo: guera, Felgueras, y semejantes, hacen referencia a otro componente del pai- Cuando l’abidul rincha, y el río Los Fueyos brama, saje imprescindible tiempo atrás por vaqueirinos y marniegos sus cualidades (¡quién lo diría hoy!): ya podéis baxar de Braña. el felechu. Los felechos se segaban en Función parecida debían tener los montes para hacer abono en los Las Marmeguina y La Marmegona establos o en los barrizales de los ca- por encima de La Brañuela también: minos. Eran también un buen conser- las zonas donde bajaban a retirarse vante para la fruta, el transporte del los ganados con las primeras inver- pescado... Tierra de felechos. nadas del otoño. Por algo lo de Braña Ya en Cuevas, más que en las Baxo, claro. concavidades de las rocas, hemos de pensar en las concavidades del suelo: Y el otru camín del Puerto a Braña el terreno encuevao: muy propicio en y a Sanisidro el otoño a la bajada del ganado de los puertos (Braña, El Gumial...), por ser Volviendo de nuevo atrás, zona abierta, soleada, productiva, hemos de recordar el otro puerto de resguardada entre las peñas por los vaqueros de Cabanaquinta. Desde ambos lados del valle; allí podían Cotsanzo también, el camín de los va- aguantar los ganados hasta la llegada queros se desviaba a Braña por La Po- la’l Pino, La Pola Vieya. Como se dijo, del invierno. Lat. vg. *cova, a partir una de tantas pueblas asturianas (y del lat. cava (‘hueca’), aplicada al te- de otras regiones, en formas varia- rreno en forma figurada. das), que fueron levantando los di- versos reyes medievales con el Rioseco, Riofrío..., según las objetivo de formar poblamientos ad- inclemencias del año ministrativos mayores (lat. *popula) Por contraste, un poco más para organizar los conceyos disper- arriba, Rioseco recuerda otra buena sos en los pueblos más pequeños de montaña. zona de pastizales a la falda de los De ahí lo de La Pola Vieya: po- puertos, pero que en los otoños más blamiento mayor antiguo: O pobla- secos, parte del río se sumerge en los miento mayor al lado de la calzada abundantes pedregales del valle; no antigua que entraba desde León por es que seque del todo, pero no aflora Sanisidro. Todo hace suponer que el el agua en el cauce, aunque fluye más asentamiento allerano mayor en esas fonda. Ello suponía una seria dificul- remotas fechas estaba aún por encima tad para los ganados que aprovecha- de Cabanaquinta. Tal vez demasiado ban el toneyu (la otoñada) toda la arriba para ser capital del conceyu. seruenda arriba. LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 95

Por La Rebotsada (ladera sin les sobre el arroyo que nunca llega a duda antes con bastantes más rebotsos secarse del todo por el verano, bajo que hoy), los vaqueros serpenteaban El Mayéu Torres; vierte hacia La hacia Riofrío: un paso sobre el río, tan Raya, por la vertiente leonesa de San abundante en aguas como expuesto a Isidro; limítrofe, por tanto, de los las corrientes del norte. Siempre muy pastos alleranos y leoneses. Podría fresco, para detenerse poco, lo mismo tratarse de la misma raíz indoeuro- en la subida que en la bajada. pea *sal- (‘corriente de agua’), a tra- Por fin, placentero resultaría el vés de *salia (estudiado por Martín paisaje a vaqueros y ganados al filo Sevilla). Sufijo abundancial -ent-, fre- de divisar El Filato, justo a la entrada cuente en la hidronimia europea del Puerto Braña: el pequeño edificio para formar adjetivos a partir de sus- en el paso de regiones vecinas, en el tantivos, que luego se nominaliza- que había que pagar fielmente los im- rían ellos también. En definitiva, el puestos por consumos, al trasiego de lugar asegurado del agua. las mercancías en carretas por cami- La Vega Salgareo: mayaos con nos y carreteras. De ahí el nombre: cabanas en la margen izquierda del voz latina filum: ‘hilo’, aplicado pri- río, frente a Los Cotsaínos. Tal vez, de mero al ‘fiel de la balanza’, y luego al la planta salicaria, la salgar, espigada pago obligado de los impuestos por y alta, de flores azuladas, propia de ‘pesos’ declarados en el transporte. lugares húmedos (Lythrum salicaria L.), como es el caso de la vega. Los Braña Sapera, La Salencia, Las pastores cabraliegos llaman salgares a Comuñas... unas plantas más bien bajas, muy verdes y de hojas alargadas, más an- Esparcidos los ganados por chas en la base, con unas pintas casi aquellas bucólicas camperas, resuena blancas, que come el ganado cuando especialmente el nombre de Las Co- salen en primavera. Salgareo parece muñas: vaguada actual de fincas siem- un derivado más de salicem (‘sauce o pre verdes a la derecha del valle junto mimbre’); o de una voz prerromana al río. Es decir, las praderas aprove- hidronímica tipo *salico-, *salica, *sa- chadas en forma de vacás (derechos rica. Por ser zona lamiza, también ca- por número de vacas), y en uso comu- bría la raíz indoeuropea *sal- (‘agua’), nitario, en comuña: cada vaquero tiene una vez latinizada la raíz. sus vacás en proporción directa a la cantidad de pradera cercada que La Yana’l Fitu, La Raya... posea en el puerto. Tal vez del adjetivo plural neutro, communia (aplicado a Ascienden los pastos de la prata, los praos comunales). braña hasta La Yana’l Fitu, justo al Interesante resulta el lugar de filo de La Raya, de donde el nombre: La Salencia (tan semejante al some- en asturiano, un fitu es un ‘mojón’; dano Saliencia): conjunto de pastiza- parecido al jitu en el oriente asturiano 96 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ es un ‘palo’; y entre los montañeros, Las otsas, las otseras, los odres... un jitu es ‘cada montoncito cónico de Una sucesión indefinida de cos- piedras que señala la senda en los tumbres vaqueras se esparcen por las altos’. En caso allerano, la voz ha de campas y las carbas del Puerto Braña. aplicarse a diversos tipos de límites, Como La Fuente los Odres: pequeño antes muy rigurosos por los altos manantial justo bajo Los Cotsaínos, en entre vertientes opuestas, parroquias, la senda que cruza el río hacia las ca- pastos… Cabeza Quilis relaciona al- bañas de La Vega Salgareo y altos del gunos de estos topónimos con las pie- Eyu. Era la otsera de la braña, como se dras plantadas, a pedra chantada, caso dijo: el lugar de la mayá donde se po- de topónimos tipo Piedrafita. En al- nían a enfriar los odres (recipientes de gunos casos, hubo túmulos, dólmenes, piel de cabra, o de oveya) con leche, ciertamente: Los Fitos, abundantes en mantega, cuayá…, para conservarlo la toponimia asturiana. fresco mucho tiempo. Para La Yana’l Fitu habría que Cada mayá tenía sus fuentes pensar más bien en los límites de la adecuadas para sus odres o sus otsas braña: del lat. fictum (‘clavado, fijo’), (ollas de barro): eran manantiales aplicada la voz a esas circunstancias fríos cercados con piedra, o tallados a limítrofes señaladas antes con pie- modo de duernos en madera de tixu, dras, muñones tallados que se con- como el que se conserva en El Gu- servan en muchos casos, que mial, al otro lado de Brañarreonda y motivaban las prindás (la toma en Cotséu Bildusu. Se cubrían por en- prenda del ganado que traspasaba los cima con un tablón o tsábana (losa), de límites en uno u otro sentido regio- modo que los perros o cualquier ani- nal). Algo parecido ocurriría en La Fi- mal no pudiera acceder a ellos y acor- tina y la Fitona, por La Braña La dar con los inestimables productos de Fonfría arriba, en el valle de Ruayer. toda una semana. O en Piedrafita: verdadera cresta ro- cosa en los altos de San Pedro y Bus- Maruxina, ponte’n puyu, tempruno, divisoria de aguas y del puyu, tsama a Xuan, que venga a mazar ya l’odre: vertientes con los pastizales leoneses que los faricos ya tán. de Cármenes. Hay algunas otras eti- mologías para casos concretos. En definitiva, el lenguaje topo- En fin, tan importantes fueron nímico en boca de vaqueros supone los límites por los altos en aquella toda una organización del suelo con precaria economía pastoril lo mismo el pensamiento familiar de muchos para hombres que para ganados, siglos atrás, cuando cada palmo de como recuerda la copla: terreno significaba algo para la vida a campo abierto. Sabrosos al paladar Del Visu a La Pena l’Alba, resultan nombres como El Vatse’l se avista Cotsá Vegón; se dieron cerribles palos: Pletu (en recuerdo del platu): pe- Diego mató a Pericón. queña vaguada alta sobre El Mayéu LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 97

La Capilla, por el camino que as- valles, hace pensar en un lugar ade- ciende a los altos del Picu Torres. cuado para la estancia prolongada y Tiene agua. O El Vatse l’Ascudietsa segura tiempo atrás, entre las peñas (por la forma de escudilla): justo al escarpadas a la falda del Retriñón. lado. El primero, más llano, un poco Un poco más a la derecha de en pando; el segundo, más cóncavo. estos altos, sobre Conforcos, colum- Como las platos y las escudietsas de brando ya el valle de Santivanes, po- la cabana, que mal se quitarían de la dríamos seguir cavilando sobre las mente pe las sendas de los puertos, en etimologías de La Fresnosa y El Fres- épocas de tan precarios alimentos de neal (por los abundantes fresnos); Bus- los veranos, lejos de las mesas y ma- troso (lat. bustum, luego busto, ‘pastizal seras del poblado. quemado’); La Texera (por los texos, los Más dudosos resultan topóni- tejos, de tan dura madera); Tsacía: del mos como L’Eyu, El Monte l’Eyu, El adjetivo latino flaccidam (‘suave, floja’); Mayéu l’Eyu... Nos dicen los vaqueros o de glaciem (‘hielo, agua helada’), en que ciertamente hay ajos silvestres por una ladera orientada al oeste como algunos de aquellos cantizales. Pero el aquella, con largos inviernos hasta la hecho de que exista La Cotsá Ayones primavera arriba. bajo el mismo alto, y que ambos para- jes sean puntos cimeros en uno de los La despedida del puerto afluentes más altos y largos del río La bajada del puerto era a un Ayer, hacen pensar en una base pre- tiempo ilusionada y triste, por las rromana hidronímica, interpretada muchas y diversas experiencias del popularmente por los alleranos. verano. Con ese detalle incluido del amor por las palabras de la braña, los Y otras muchas brañas alleranas topónimos que va citando uno a uno sobre Cabanaquinta el vaqueru al despedise de la cabana. Lo recuerda la copla recogida por La Vega la Valencia (sobre Fele- Juaquín: chosa, ya limítrofe con Sobrescobiu y Casu), con las buenas cualidades que Adiós, Vega’l Carrizal, lleva el nombre, como tantas otras Va- Mayaín de Valsemana. lencia en las diversas geografía regio- Adiós Fuente la Fumiosa, adiós, reguerín del Alba. nales: tal vez del participio adjetival latino valens, -entis (‘fuerte, vigo- roso’), a través del sustantivo valentia Conclusiones (‘poder, capacidad’), como señala J. La toponimia de las brañas alle- M.ª Albaigès (Enciclopedia..., pp. 625 y ranas, de Cabanaquinta parriba en este ss.); siempre lugares estratégicos y caso, resulta hoy un patrimonio lin- productivos al tiempo. En el caso alle- güístico imprescindible a la hora de rano, la situación retirada y escon- rastrear con los cinco sentidos la vida dida de esta fértil braña sobre los de los pueblos en ese ininterrumpido 98 –CUADERNOS DEL RIDEA XULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ movimiento estacional entre los altos tro largas estaciones, a veces dema- y los valles; entre los pastos fonderos siado duras en los pueblos altos. y los cimeros; entre la primavera y el Lugares como Cabanaquinta, invierno otra vez. Carbayalín, L’Acebal, La Fuente los Ese lenguaje allerano del suelo, Odres, La Funfría..., serían poco menos aprendido por los nietos de los güelos que sagrados tiempo atrás, cuando tras sus pasos infantiles por los cami- había que cambiar de cabana en pri- nos del valle y de los altos, nos re- mavera; enfriar la leche para las bue- monta a lejanos tiempos prerromanos nas mantegas bajo los calores del donde unas mismas culturas de paso verano; aprovechar hasta la última be- por estas montañas escarpadas fue- llota de los carbayos (los robles) en el ron tejiendo un difuso diccionario otoño; o espiar con cuidado los anima- oral coincidente con otras regiones y les que acudían a las bayas rojas de los otras lenguas (La Cuesta Cantabria, acebos por el invierno (corzos, robezos, Orria, El Castiitsu, Castrillón, Caste- xabalinos, palombos, glayos...). Había llón, Castilla...). muchas bocas que alimentar cada ma- Ese mismo lenguaje toponí- ñana. Pero quedaron los nombres para mico se vuelve casi universal a poco contarlo. Y la memoria de los paisanos que crucemos La Vega la Valencia y paisanas para seguir proyectando y (sobre Felechosa), y recordemos reconstruyendo el tiempo. sobre el mapa de un viaje cualquiera Gracias, Juaquín, Xuacu, por tu otras muchas regiones con la misma trabayu en tantas estayas, fasteras, ande- base lingüística: Valencia de Don chas y facenderas; gracias asgaya per Juan, Valencia de Alcántara (Cáce- tantas otras sendas, cuendias, pedreras y res), Valencia del Mombuey (Bada- vereas, que nos fuiste dejando abier- joz), València d’Àneu (en Lleida), tas más allá de la braña, el mayéu y la Valencia (en La Coruña, Orense, Sa- cabana. Gracias por tu imperecedera lamanca…), Valence (en Francia), aportación a la etnografía, a la etno- Valença do Minho (en Portugal)... Lo medicina, a la etnolingüística, y a la que son las paradojas y el sentido in- lliteratura asturiana. terregional de las palabras. Con ese diccionario oral alle- Fuentes orales rano transmitido por los vaqueros, vamos descubriendo, apreciando, va- Imprescindibles resultaron para lorando, aquel aprovechamiento de el trabajo las propias informaciones los recursos naturales que los lugare- de Juaquín en varias andaduras vera- ños, de los pueblos altos en este caso, niegas por las sendas de aquellas bra- practicaban en el verdadero sentido ñas: hasta hicimos a pie el camín de ecológico de la palabra: estudiaban el los vaqueros, al completo entre Caso- medio en cada época del año, para mera y los altos de Vegará. Cientos de poder comer en la casa, en la casa’l nombres fue sacando de su memoria monte y en la braña durante las cua- prodigiosa el que fuera zagal en la LA TOPONIMIA DE CABANAQUINTA – 99 braña con su güelu, siendo muy Antonio el Roxu, Eloína, María, Car- rapaz. Como imprescindibles fueron mina y Dionisio Escalona: en el los vaqueros de aquellas brañas en el Puerto Vegará; Elvira y Dioni, pasto- valle paralelo a Sanisidro, sobre el res de Redipuertas y El Curueño. mismo nacimiento del río Aller (por Fito, Jose, Pedro el de Yanos, Sergio, algo llamado el vatse Ruayer). Lolo Caleyín, Xuacu, Flora, Sila, en el Antonio y Ovidio, en Vitsar. Mi- Puerto Funfría, La Vega Baxo y Les guel y José, en Piñeres. José el de San- Vegues de la Reina; José Antonio, tos, en Petsuno. David, Chuso, Marcelo, Eva, Manolo, en Canietsa. Duardo, Jaime, en los cordales de Ca- Gracias a todos ellos y a ellas banaquinta y de Tsevinco. Toni, Juan, por tantas informaciones y detalles a Juaquín, Fito, Jose, en Escoyo. Cán- la hora de reconstruir el camino anti- dido, Jesús y Esteban, en los altos de guo por el que los vaqueros y vaque- Conforcos y puertos de La Carbazosa. ras xubían y baxaban con el ganados J. Manuel Erminio y Tonín: en Braña y los productos de la braña una buena Foz (sobre Rubayer); Javier, Francisco, Leandro González, Dolfo, Amable, parte del año. Y gracias por los deta- Reme y José Luis: en Rubayer; Arturo, lles a la hora de buscar la explicación en La Casa’l Monte. José y Juan: en Fe- más adecuada para los topónimos con lechosa; Santiago, en La Varera. más dudas: aquellos de los que ya no Erminio, Marcelo, Cecilia y Ma- quedan referencias a la vera del ca- nuel: en La Pola’l Pino. Marina y Fer- mino, reducidos con el tiempo a la pa- nando: en Santibanes de ; labra asturiana tan transformada en la Adolfo Menéndez, y Miguel Rodrí- entrañable variedad allerana de estos guez: en Piñeres; Aladino, Enrique y valles (la más cerrá, como dicen ellos Manuel: en Vitsar de Piñeres. Maruja, mismos con sorna).

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA

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