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María A. Semilla Durán editora HASTA EL HUESO NUEVOS ASEDIOS A LA LITERATURA DE ALICIA KOZAMEH HASTA EL HUESO: NUEVOS ASEDIOS A LA LITERATURA DE ALICIA KOZAMEH © María A. Semilla Durán, 2019 I.S.B.N. 978-1-941373-07-1 www.alternativas.osu.edu Edición y diseño: Abril Trigo Ilustración de portada de Alicia Kozameh 2019 ÍNDICE Introducción María A. Semilla Durán 1 Las voces y los ecos en Eni Furtado no ha dejado de correr 17 Norah Dei Cas Giraldi: Eni Furtado no ha dejado de correr: las heridas que la literatura revela 18 Ana Forcinito: Narración y escucha: Eni Furtado no ha dejado de correr 56 Erna Pfeiffer: “Vos, o yo, o las dos”: formas de comunicación y estrategias informativas en Eni Furtado no ha dejado de correr 72 Laura Scarabelli: La palabra vertical. Restos autobiográficos e insuficiencias escópicas en Eni Furtado no ha dejado de correr de Alicia Kozameh 105 Continuidades 124 Silvana Mandolessi: La “corriente de conciencia” como alternativa al paradigma del trauma: Bruno regresa descalzo, de Alicia Kozameh 125 Marie Rosier: De Pasos bajo el agua (1987) a Bruno regresa descalzo (2016): Alicia Kozameh, una escritura de la memoria en constante movimiento 149 Ana Del Sarto: Idas y venidas: performances de la memoria, secuelas del trauma en tres textos de Alicia Kozameh 163 Variaciones poéticas 208 Fiona J. Mackintosh: Witnessing the Hand in Flight: On Reading Alicia Kozameh’s Mano en vuelo (2009) 209 Enrique Foffani: El confín de lo humano. Algunas reflexiones sobre Mano en vuelo de Alicia Kozameh 242 María A. Semilla Durán: Poética de la intensidad: Sal de sangres en guerra, de Alicia Kozameh 264 Lista de colaboradores 299 Hasta el hueso. Nuevos asedios a la literatura de Alicia Kozameh 1 Maria A. Semilla Duran Université Lyon 2 INTRODUCCIÓN HASTA EL HUESO. NUEVOS ASEDIOS A LA LITERATURA DE ALICIA KOZAMEH La obra de Alicia Kozameh alcanza ya una dimensión y una calidad que la sitúan de pleno derecho en un lugar preferencial de la literatura argentina. Más allá de su toma de distancia geográfica —vive en Los Ángeles desde hace muchos años, desde su opción definitiva por el exilio— el país y su historia siguen constituyendo el núcleo duro de su trabajo, atravesado por ciertas obsesiones recurrentes, pero al mismo tiempo capaz de abrir nuevos modos discursivos y nuevos horizontes temáticos en cada una de sus novelas. Paradójicamente, su estilo es inmediatamente reconocible —lo que implica que ha creado, sin duda, una lengua propia— pero cada uno de sus textos difiere de los precedentes en enfoques, miradas, procedimientos y perspectivas. La primera parte de su obra, que podríamos definir como literatura de la prisión y el exilio, se concentra en torno a la figura de la reclusión, que corresponde en parte a su experiencia como prisionera política en la década de los 70, pero visibiliza también otras formas de encierro posibles, que si bien son en apariencia menos traumáticas y menos inmediatamente políticas que las ejercidas por la represión dictatorial, no dejan de ser Hasta el hueso. Nuevos asedios a la literatura de Alicia Kozameh 2 constantes y reconocen sus fundamentos ideológicos en el funcionamiento de un sistema autoritario y patriarcal, sea cual sea el ámbito en el que se manifieste. Si Pasos bajo el agua (1987), su primera novela y una de las más abordadas por la crítica, o los relatos de Ofrenda de propia piel (2004) transitan una y otra vez los espacios del trauma para recrearlo, interpretarlo y perpetuar su memoria; si 259 saltos y uno inmortal (2001) trabaja obstinadamente la vivencia del exilio y sus pérdidas; obras como Patas de avestruz (2003) o Basse danse (2007) toman distancia de esa experiencia precisa, para remontar hacia los territorios de la infancia en la primera o para abrirse hacia ficciones simbólicas que se apartan de la connotación autobiográfica en la segunda. Un texto experimental, multifacético y complejo, Natatio aeterna, (2011) podría ser considerado como la culminación de esta primera etapa y la apertura hacia la segunda, puesto que la novela se construye en base a una alucinada multiplicación de ejes, registros, voces e historias que van declinando formas diversas de encarnar las mismas aspiraciones a la autonomía y a la identidad, formas que hallarán ecos específicos en la continuidad de su producción. Este conjunto de textos ha sido ya —y sigue siendo— abundantemente indagado por la crítica.1 Es por eso que nos ha parecido oportuno dedicar un volumen a la segunda etapa de la producción, que vendría a estar constituida en nuestra hipótesis de trabajo fundamentalmente por dos novelas: Eni Furtado no ha dejado de correr (2013) y Bruno regresa descalzo (2016). Pero además, y a riesgo de incurrir en incoherencias cronológicas, hemos decidido incorporar también a nuestro corpus el espléndido poema Mano en vuelo (2009), coronación y corte, así como el primer volumen de la serie 1 Señalamos especialmente dos referencias ineludibles: Dimmo, Edith, compiladora: Escribir una generación: la palabra de Alicia Kozameh, Alción Editora, 2005; y Pfeiffer, Erna, ed., Alicia Kozameh: Ética, Estética y las acrobacias de la palabra escrita, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Universidad de Pittsburg, 2013. Hasta el hueso. Nuevos asedios a la literatura de Alicia Kozameh 3 inaugurada con la publicación, en 2017, de Sal de sangres en guerra, tentativa, genéricamente inédita en su trabajo, de poesía en prosa y meditación reflexiva.2 En cuanto al espléndido texto Dagas, publicado en 2013 en un volumen que lleva el mismo título, organizado en torno a Los cuadernos de la cárcel, merecería sin duda una atención más sostenida de la crítica. Podemos advertir que en tales textos no sólo se amplían y proliferan los horizontes de la reflexión, en la medida en que se incorporan innúmeras declinaciones de las obsesiones fundadoras, sino también, y muy particularmente, los procedimientos de mise en texte, las innovaciones discursivas y las perspectivas narrativas, dando lugar a obras fragmentarias, complejas, sustentadas en capas sucesivas de historias, narradores, temporalidades y retóricas. Justamente el propósito de este volumen sería ahondar en el análisis de esa renovada invención de las estructuras, superpuestas o alternativas, así como en la profundización y las ramificaciones de los sistemas simbólicos dominantes y en la polifacética calidad de los lenguajes y las voces: múltiples, polémicas, inagotables. Voces empeñadas en la ardua tarea de comprender, de decir lo silenciado, de rascar hasta el hueso las apariencias de los hechos, hasta dejarlos desnudos, a veces obscenos, siempre inapelables. Indudablemente, la obra de Alicia Kozameh ha desbordado con amplitud el ámbito de la literatura carcelaria, aunque aquella experiencia siga siendo esencial. Y son esos otros territorios los que nos convocan hoy, sus descubrimientos y sus reformulaciones. Paralelamente, nos parece indispensable seguir la huella de las reinterpretaciones de los acontecimientos del pasado, sus nuevas modalidades de manifestación, la toma de distancia crítica o irónica, pero también, y fundamentalmente, el enlace entre todos los materiales amasados, con sus contradicciones y sus lealtades inamovibles, para 2 Al que podemos sumar el segundo, Sal de sangres en declive, publicado en 2019 y que todavía no existía sino en proyecto cuando decidimos la realización de este volumen. Hasta el hueso. Nuevos asedios a la literatura de Alicia Kozameh 4 engendrar una nueva propuesta de futuro. Para, con un mismo gesto, preservar, superar y recuperar las historias de resistencia, los combates por cada verdad, las sanas rebeliones, la lucidez impávida. A esta serie de objetivos ha respondido un grupo de investigadores asiduo de la obra de Alicia Kozameh, a quienes agradecemos particularmente su participación y la pertinencia de sus análisis. La novela Eni Furtado no deja de correr ha concitado particular atención, ya que es objeto de cuatro estudios que la enfocan desde perspectivas diferentes y sin embargo armoniosamente articulables, lo que da lugar a la primera sección del libro que hoy les proponemos: “Las voces y sus ecos en Eni Furtado no ha dejado de correr”. El primero de los asedios es el de Norah Giraldi dei Cas, quien en “Eni Furtado no ha dejado de correr. Las heridas que la literatura revela”, indaga meticulosamente la multiplicidad de voces y de puntos de vista implementados en la novela, cuyas disidencias permiten problematizar la función testimonial. Tal tensión da cuenta así de la amplia gama de omisiones, contradicciones o vacilaciones que tanto el lenguaje como la conciencia producen o combaten cuando se trata, finalmente, de decir, de nombrar, de revivir: Las historias que relata Alicia Kozameh revelan, dicen algo de la oscuridad que nos habita, difícil de discernir. El verbo revelar, con su abanico de significados, nos ayuda a resumir formas y contenidos de su narrativa: dejar ver, correr (la/s cortina/s), quitar la máscara, irse de la lengua hasta vaciarse y vaciarla, esparcirse en el texto con sentidos que van de lo más elemental a lo más oculto, complejo y difícil de decir. Revelar lo que se vivió como oprobio, lo que no se termina de comprender y se busca explicar, ya sea en lo más profundo del ser, como en Eni Furtado no ha dejado de correr; ya sea a nivel de la Historia argentina y Hasta el hueso. Nuevos asedios a la literatura de Alicia Kozameh 5 latinoamericana, con respecto a las barbaridades cometidas por regímenes políticos asentados en la represión y el no respeto de los derechos humanos. En ese entramado barroco de hilos y subjetividades se exploran los formatos sociales de la conciencia, los mandatos y las interdicciones; pero también los pliegues oscuros del inconsciente, cuyas emergencias, a veces anacrónicas desde el punto de vista de la construcción, contribuyen a complejizar el universo representado. En palabras de Giraldi dei Cas: “Las frases tienen la fuerza de una ola que remueve la lengua y se realimenta constantemente en ella, para concretar nuevas formulaciones que hacen estallar lo que no se ha podido decir y lo que se esconde en los huecos de una memoria traumática”.