Reticula Anuario
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En la encrucijada Román Gubern Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona EN LA ACTUALIDAD, PROBABLEMENTE MÁS DE LA por lo que ocultan. Y no sólo se ocultaban entonces los mitad de los españoles ha nacido con el televisor insta- escotes de actrices y de cantantes con un “chal del pu- lado en sus casas y somos ya minoría quienes recorda- dor”, presto para su uso en el departamento de guar- mos el día solemne en que aquel electrodoméstico en- darropía. En 1974, los reportajes de la “revolución de los tró en nuestro hogar, rodeado de ansiosa expectación. claveles”, que derrocó a la dictadura en Portugal, fue- En efecto, Televisión Española inició sus emisiones el ron censurados en Televisión Española, pero el presi- 28 de octubre de 1956 desde el Paseo de La Habana de dente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, y seis minis- Madrid, con una modesta estación de 200 vatios. Nació tros suyos, los contemplaron con gran interés e intran- como un organismo gubernamental, dependiente del quilidad en un pase privado de dos horas. ministerio de Gabriel Arias Salgado (un integrista que se creía investido de la función de salvar almas para el cie- lo), y como un regalo para el pueblo español. Lo que sig- nificaba que los telespectadores podían gozar de sus emisiones gratuitamente, sin pagar un canon —como Durante los años de la transición política, era usual, en cambio, en Europa—, ya que el nuevo or- todavía no parecía demasiado claro que detrás ganismo se nutriría de una financiación mixta, proce- de la televisión se escondía una tienda que vendía dente de los presupuestos del Estado y de los ingresos de la publicidad comercial. Este pecado original, que en- espectadores a las agencias de publicidad. tonces no era percibido como tal, pesaría como una lo- sa en el desarrollo posterior del nuevo medio. Con la llegada de la televisión, anunciada antes a través de los altavoces radiofónicos por una cancionci- Todo esto constituye la prehistoria franquista y lla popular y pegadiza —“la televisión/ pronto llega- oscura de nuestra era televisiva, un medio que amal- rá/ y yo te veré/ y tu me verás”— supuso un salto es- gamaba las técnicas precedentes de la radio y del cine, pectacular, aunque relativamente lento, de la era cáli- pero cuya ubicación cada vez más privilegiada en el da de la radio, de la voz que acompaña en el hogar, a la ecosistema mediático suscitaría debates e hipótesis so- intromisión audiovisual en el hogar. Las parpadeantes cioculturales apocalípticas, que no se habían produci- 625 líneas en blanco y negro propusieron algunos es- do, en cambio, ante aquellos dos precursores, a pesar pasmos informativos de grueso calibre, como la boda de que ambos medios también habían sido instrumen- del rey Balduino de Bélgica con la aristócrata española talizados por intereses mercantiles para difundir estí- Fabiola de Mora y de Aragón (diciembre de 1960), acon- mulos sensacionalistas, manipuladores, escapistas o tecimiento que agotó los depósitos de televisores en de pésimo gusto estético. venta, o la llegada del primer hombre a la Luna (julio Durante los años turbulentos de la transición es- de 1969), episodio que relató en directo Jesús Hermida pañola, todavía no parecía demasiado claro que el sis- con la asepsia de quien ignora las implicaciones de la ca- tema televisivo constituye, ante todo, un púlpito que rrera del espacio en la rivalidad militar de la guerra se disfraza de ventana (o una ventana que oculta alevo- fría. Pero la importancia de los medios se mide no só- samente un púlpito) y que esconde además una tienda: lo por lo que muestran, sino también —y sobre todo— una tienda que vende espectadores a las agencias de Ô 370 MEDIOS DE COMUNICACIÓN TENDENCIAS’06 Ô Román Gubern publicidad, con el objeto de que financien su progra- Pero la presión inducida desde la década anterior mación, hasta el punto de que ha podido afirmarse que por el resquebrajado modelo estatal italiano, que ca- la televisión es un emisor de publicidad con relleno de mufló sus nuevas televisiones comerciales con la eu- apoyo de programas de entretenimiento. Estuvo pron- femística etiqueta de “televisiones libres”, acabó por to muy claro para los políticos y los artistas, en cam- exportarse a España. En agosto de 1989, el Gobierno so- bio, que el tiempo de presencia en pantalla —la tele- cialista de Felipe González concedió licencias de emi- presencia— constituye lo que los economistas deno- sión a tres canales privados: Telecinco, Antena 3 y Ca- minan un “bien escaso”. Y de ahí las presiones y las nal +, ésta con señales codificadas. La presión empre- sarial había invocado tenazmente la noble causa del pluralismo informativo para quebrar el monopolio de la televisión pública, pero no tardó en comprobarse El púlpito de la televisión garantizó, por la frecuencia que la apetencia mercantil era mucho más prioritaria de las apariciones, la génesis de un ‘star media- para los empresarios que aquel ideal democrático. Ca- system’ en el nuevo medio, con figuras como José da emisora trató de ofrecer un perfil diferenciado. Así, Telecinco adoptó el modelo de la evasión euforizante, María Íñigo, Mercedes Milá, José Luis Balbín... capitaneado por sus dinámicas mamma ciccio, según la matriz espectacular implantada por el empresario mediático italiano Silvio Berlusconi, que era copropie- tario de la cadena. Y Canal +, del grupo multimedia Pri- escaramuzas de las personalidades públicas para go- sa, apuntaló su programación en el deporte y la cine- zar el mayor tiempo posible de este codiciado bien es- filia. Pero no tardaron en producirse cambios en el caso. Y este púlpito prestigioso garantizó así, por la fre- accionariado y en la dirección de algunas de estas cade- cuencia de sus apariciones, la génesis de un star-me- nas, que afectaron a su programación y a sus estrate- dia-system en el nuevo medio, con figuras como José gias. Con todo, la diversificación de sus perfiles guar- María Íñigo, Rosa María Mateo, Isabel Tenaille, Merce- daba gran parecido con lo que Herbert Schiller desig- des Milá, José Luis Balbín, Kiko Ledgard, Mayra Gómez nó elocuentemente como “una gran variedad de lo Kemp, Mari Cruz Soriano, Concha García Campoy, Án- mismo”. Pero el efecto más pernicioso de esta irrupción geles Caso, Manuel Campo Vidal, Nieves Herrero, Pe- se reveló cuando los canales públicos decidieron com- dro Piqueras, José María Carrascal, Julia Otero, Teresa petir con la nueva oferta por abajo —como ya había Campos… y así hasta llegar a Letizia Ortiz. ocurrido en Italia—, en vez de competir por arriba, en tér- Hoy podemos percibir que el mandato de Pilar Mi- minos de excelencia. El resultado global fue una ten- ró en RTVE constituyó una verdadera edad de oro del dencia hacia la homogeneización degradada de la exi- medio, desde el punto de vista cultural, en un momen- gencia cultural. to en que el ente sólo tenía que competir en algunas comunidades autónomas con los nuevos canales pú- blicos territoriales, liderados desde 1983 por TV3 en Ca- Las mutaciones de la audiencia taluña y por Euskal Telebista en el País Vasco, pero se- guidos luego por otros cuatro canales autonómicos pú- Marshall McLuhan comparó al televisor doméstico con blicos: Canal Sur en Andalucía, Televisión Galega, Canal la antigua chimenea que congregaba antaño a toda la 9 en la Comunidad Valenciana y Telemadrid, que aca- familia, para escuchar los relatos de la abuela. Pero la barían por federarse con los dos más veteranos en la cálida luz del fuego chisporroteante ha sido reempla- FORTA. Se suponía que estos canales públicos aspira- zada por la luz fría de la pantalla y la voz de la abuela ha ban a reforzar la identidad cultural diferenciada de sus sido silenciada por una nueva polifonía que surge del al- respectivos territorios, aunque evidenció cierta incon- tavoz. Durante bastantes años, los psicólogos y los so- gruencia que la defensa de la identidad cultural espe- ciólogos debatieron los efectos de este family show cífica y autóctona que perseguían estos canales autonó- electrónico sobre el núcleo familiar. Para muchos es- micos se hiciera muchas veces mediante telenovelas tudiosos, el televisor congregaba unos microgrupos de- norteamericanas, como Dallas, que proponían estilos finidos por la proximidad física de sus miembros, pe- de vida muy alejados, aunque estuvieran dobladas en ro también por su incomunicación, al estar sometidos catalán, euskera o castellano. Por no mencionar la trai- al flujo televisivo, que o bien censuraba sus conversa- ción al servicio público que supuso la introducción por ciones, o bien las trivializaba con temas parásitos del parte de Canal 9 del programa Tómbola (en conniven- espectáculo contemplado. Por fin, Henri Pigeat pareció cia con Canal Sur y Telemadrid), que se convirtió en el dar en el clavo al señalar que el televisor doméstico ca- huevo de la serpiente cancerígena de una ristra de pro- taliza o acelera las tendencias preexistentes en cada gramas de telebasura inspirada en la mal llamada núcleo familiar; es decir, contribuye a incomunicar a “prensa del corazón”, más propiamente bautizable co- quienes ya estaban mal comunicados y robustece la mo “prensa braguetera”. cohesión de quienes ya estaban unidos. EL AÑO DE LA TELEVISIÓN 371 Ô En la encrucijada Ô Pero esta teoría clásica entró en crisis cuando la ner su televisor encendido hasta ocho horas diarias o “diversificación”, consigna implantada en los años no- más (aunque no siempre lo contemplen), de manera venta, tendió a erosionar el estatuto del antiguo family que quienes no vemos las tres horas y media diarias show unitario y cohesionador. Por una parte, una por- de la estadística somos compensados por el superávit ción de la programación (la llamada de modo simpli- horario de los telespectadores incondicionales (cuyo ficador “telebasura”, sobre la que volveremos) se reve- sector jubilado crece con gran vocación de futuro).