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Sección especial Los japoneses que se quedaron en México en el siglo XVII. Acerca de un samurai en Guadalajara1 Eikichi Hayashiya* DOI: 10.32870/mycp.v6i18.183 aponeses en Guadalajara Vizcaíno por una suma de cien pesos, haciendo de padrino”. J Hace cerca de 20 años, cuando por segunda ocasión me encontraba en servicio Sigue un tercer documento, de mayo de diplomático en España, leí en un número de la 1634, o “carta de compañía”, que firma un Revista de Indias un artículo titulado mercader activo de Guadalajara con “Luis de “Japoneses en Guadalajara: ‘blancos de honor’ Encío, de nación Japón, estante de esta durante el seiscientos mexicano”, escrito por ciudad”. La carta la firman ambos contratantes, el señor Thomas Calvo, del Instituto de y el señor Encío, al lado de su firma en letras Estudios Mexicanos en Perpignan. romanas, la pone además en caracteres japoneses. Fue realmente sorprendente y emocionante saber, por este artículo, que entre Otro documento, de 1641, menciona a 1624 y 1642 había en Guadalajara unos cuatro Juan de Páez, de Japón, como uno de los o cinco japoneses que no sólo dejaron huellas acreedores del señor don Nicolás de Castrejón. de su existencia sino que también, por lo menos Por último, hay una partida de defunción de dos de ellos, desarrollaron intensas actividades un tal Agustín López de Cruz “de nación empresariales que destacaron en la sociedad Japón”, fechada el 29 de mayo de 1642, muerto tapatía (uno de ellos hasta fue sepultado en la en el hospital del Señor Santo Miguel en catedral). Éste es, sin duda, un caso singular Guadalajara. El albacea de su testamento fue de la historia de los japoneses en el extranjero. el ya mencionado Luis de Encío. Según este interesante estudio del Así pues, los citados cuatro nombres profesor Calvo, hay varios documentos en hispánicos llevan la anotación de “nación distintos archivos de Guadalajara (el Archivo Japón” o de origen japonés, y por ello podemos de Instrumentos Públicos, el Archivo saber su procedencia; de no ser así, no nos Municipal, el Archivo del Sagrario llamaría la atención. El profesor Calvo, Metropolitano, etcétera), que señalan la haciendo uso de los documentos que encontró, presencia de un grupo de japoneses en el relata en casi doce páginas los pasos que mencionado período. siguieron estos japoneses llegados a Guadalajara, y aclara la interesante vida El primer documento en que aparece un llevada en particular por Luis de Encío y su japonés en Nueva Galicia data de febrero de yerno Juan de Páez. Calvo llega a la conclusión 1624, y dice textualmente: “un Japón que de que estos japoneses formaban un grupo o estaba y está en el dicho pueblo2 que abrá pequeña colonia, cuyo núcleo era Luis de cuatro años que se bautizó [...]”. El segundo Encío. documento, siguiendo el orden cronológico, de noviembre de 1631, menciona a una persona Entre estas personas, la que me despertó nombrada Juan Antón, “de nación Japón, que particularmente el interés fue el señor Luis compró la libertad de un negrillo de don Juan de Encío, considerado el núcleo del grupo, quien al lado de su firma escribió en caracteres fonéticos japoneses hiragana “ruisudeincio” y, como si esto no bastara, añadió los caracteres * Ex Embajador de Japón en España. MÉXICO Y LA CUENCA DEL PACÍFICO 10 vol. 6, núm. 18 / enero – abril de 2003 Los japoneses que se quedaron en México en el siglo XVII. Acerca de un samurai en Guadalajara ideográficos kanji correspondientes al apellido en un japonés de la región norte, que suele japonés, que puede leerse como Fukuchi para decir “In...” cuando el común de los japoneses Encío y el nombre de Soemon, Teramon o dice “En...”, según un dialectólogo, por causa Uemon [la primera letra es un poco difícil de climatológica. Esto me ofreció algo así como la leer, para Luis (de)]. De suerte que pudimos punta de un hilo para empezar a buscar a este saber su nombre y apellido originales del Encío en los papeles relativos a las relaciones Japón. Luis de Encío era, pues, japonés con entre México y Japón del siglo XVII y en las toda seguridad, y acaso pudiéramos saber más crónicas relacionadas con la parte norteña del de él investigando en dicho país. Japón. ¿Quién fue Luis de Encío? ¿Habrán llegado a la Nueva España estos japoneses merced al naufragio de algún barco En el otoño de 1984 regresé a Japón con japonés, como insinúa el profesor Calvo? aquella firma, aquellos caracteres y aquella ¿Naufragados? foto que acompañaban a ese artículo que había leído, firmemente grabados en mi memoria. Efectivamente, en el Pacífico hay una Me jubilé del servicio diplomático, y “Luis de corriente llamada kuroshio, que sale del norte Encío” me seguía dando de las Islas Filipinas, sube vueltas en la cabeza. por las costas de las islas japonesas y alrededor de los Me di a pensar que Manila, desde la 40 grados de latitud norte se reúne con otra corriente, aquel señor Encío ya llegada de los llevaría algún tiempo oyashio, que viene del norte establecido en Guadalajara, españoles, fue y se dirige al nordeste. que a lo mejor tendría cobrando Precisamente, el nostalgia por su patria, que descubrimiento de esta importancia y pronto corriente hizo posible el no podría contenerse y que se convirtió en un deseaba identificarse no tornaviaje de los galeones de solo como japonés de origen centro de Manila. Por lo tanto, podría sino también como concentración de darse la posibilidad de que individuo de cierta posición personas y productos algunos japoneses, sin social en Japón. quererlo y por casualidad, del Oriente. A esa hubieran naufragado y En realidad, el hecho villa, desde la llegado a la costa de Baja de llevar apellido propio, segunda mitad del California antes que los españoles. Desde luego, esta colocaba a Encío fuera de la siglo XVI, o sea, antes capa de simples plebeyos, o posibilidad no puede en una familia distinguida del arribo de descartarse totalmente. de su pueblo, ya que Legazpi, ya entraban entonces la clase plebeya no algunos barcos Sin embargo, todos los casos de naufragio solía llevar apellido. La japoneses, como terminación emon en su registrados por la historia se nombre (Soemon) es un Legazpi informa a hallan en el siglo XIX; apelativo muy usual de los Felipe II en 1567 además, los náufragos son samuráis, o de las personas salvados por otros barcos en de cierta categoría. alta mar, lo cual significa que no era probable llegar Noté, asimismo, que Encío transcribió su por causa de naufragio y por apellido español en hiragana no como encío (con las propias fuerzas a la costa de Baja California. e) sino como incío (con i), fenómeno fonético Si esto era así en el siglo XIX, más lo sería en los siglos XVI y XVII. MÉXICO Y LA CUENCA DEL PACÍFICO vol. 6, núm. 18 / enero – abril de 2003 11 Sección especial En aquellos tiempos, en el Mar del Norte, ¿Podría ser que algunos de ellos hubieran con barcos pequeños, sin suficiente abordado los galeones? Puede ser. Además, en preparación y sin prevención del viento y la 1586, en el galeón Santa Ana, que fue tomado marea, era difícil continuar sano y salvo el viaje por el pirata Cavindish, había dos japoneses a durante meses. quienes pusieron los nombres de Cristóbal y Cosmo. Al principio no era permitido llevar Dejaremos a un lado esta posibilidad y pasajeros extranjeros en estos galeones. buscaremos otra fuente. Quizás embarcaron clandestinamente, lo cual un samurai no hubiera hecho. Vamos a buscar ¿Galeones de Manila? otro camino. Entonces, ¿habría la posibilidad de que estos Dos misiones japonesas japoneses hubieran viajado en los galeones de Manila? Tenemos que recordar que la historia registra los viajes oceánicos de dos misiones japonesas Como se sabe, desde 1565 hubo ya una en buques construidos en Japón que zarparon línea naviera, llamada galeones de Manila o en las primeras décadas del siglo XVII. naos de China, de servicio regular entre Efectivamente, en 1610 el primer grupo de México y el Oriente. Esta línea cruzaba el japoneses arribó a la Nueva España Pacífico, concretamente, hacía la travesía entre aprovechando el viaje de retorno a México de Manila y Acapulco hasta 1810, en varios viajes don Rodrigo de Vivero, gobernador interino de al principio o, por lo menos, en uno (más tarde las Islas Filipinas. Vivero había naufragado en cada año), desempeñando un papel muy costa japonesa, y el Shogun Ieyasu le ofreció, importante entre México y el Oriente. para que continuara su viaje de regreso, un buque construido en Japón. Este Ieyasu, Estos galeones no tocaban puertos deseoso de establecer contacto con las japoneses, aunque se dieron contados casos de autoridades de la Nueva España, tuvo varias arribo a costas japonesas a causa de naufragios. entrevistas con los misioneros españoles, y solicitó concretamente a Rodrigo de Vivero el Manila, desde la llegada de los españoles, envío de técnicos mineros. Se sabe que unos fue cobrando importancia y pronto se convirtió 23 japoneses encabezados por Tanaka Shosuke en un centro de concentración de personas y embarcaron con Vivero. productos del Oriente. A esa villa, desde la segunda mitad del siglo XVI, o sea, antes del Contados documentos quedan en Japón arribo de Legazpi, ya entraban algunos barcos sobre este viaje de Tanaka Shosuke, del cual japoneses, como Legazpi informa a Felipe II se sabe muy poco. Según últimos estudios, en 1567. Y según el informe de Martín Goiti parece que Tanaka fue un pudiente mercader (1570), residían allí unos veinte japoneses antes de metales establecido en Kioto. Fue a la de que los españoles constituyeran Nueva España con el consentimiento o, más formalmente la ciudad.