UNIP y ESAY. (Sao Paulo).

México. Corazón musical de Latinoamérica (UNIP 2108) de Luis Omar Montoya Arias.

Luis Omar Montoya Arias.

Cita: Luis Omar Montoya Arias (2018). México. Corazón musical de Latinoamérica (UNIP 2108) de Luis Omar Montoya Arias. Sao Paulo: UNIP y ESAY..

Dirección estable: https://www.aacademica.org/luis.omar.montoya.arias/5

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es.

Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: https://www.aacademica.org. MÉXICO Corazón Musical de Latinoamérica coordinadores Luis Omar Montoya Arias Saulo Sandro Alves Dias Heloísa de A. Duarte Valente Marco Aurelio Díaz Güemez Libro dictaminado por académicos especialistas en músicas

MÉXICO Corazón Musical de Latinoamérica coordinadores Luis Omar Montoya Arias Saulo Sandro Alves Dias Heloísa de A. Duarte Valente Marco Aurelio Díaz Güemez

Libro dictaminado por académicos especialistas en músicas Un análisis cultural sobre la influencia y trascendencia de la música mexicana en Latinoamérica desde diversos ángulos disciplinarios.

–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Montoya Arias, Luis Omar; Alves Dias, Saulo Sandro; Duarte Valente, Heloísa de A.; Díaz Güemez, Marco Aurelio (coordinadores). México. Corazón Musical de Latinoamérica, 1a ed. Mérida, México: Escuela Superior de Artes de Yucatán / Universidade Paulista, (2018). 628 p.; 16 x 23 cm.

I.- Estudios culturales. II.- Latinoamérica. III.- México. IV.- Música. ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

Primera edición 2018.

D.R. © Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY). Calle 55 No. 435 por 46 y 48, Centro. C.P. 97000, Mérida, Yucatán. Teléfono: +52 (999) 930 1490. www.esay.edu.mx

D.R. © Setor de Pesquisa e Produção Intelectual Campus Indianópolis Universidade Paulista – UNIP. (11) 5586-4072. www.unip.br

Reservados todos los derechos. | México. Corazón Musical de Latinoamérica está protegido por la Ley, ninguna parte del contenido puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, ya sea para uso personal o de lucro, sin la previa autorización por escrito del editor. | El contenido de cada artículo de este libro es responsabilidad directa y exclusiva de su respectivo autor(a), así como de cualquier implicación que derive de ello.

ISBN: 978-607-9216-14-6 [ELECTRÓNICO]

Hecho en México Made in Mexico

Contenido

Presentación 9

I. Prolegómenos y argumentos I.1. ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? 12 Luis Omar Montoya Arias I.2. Segmento sertanejo 28 Saulo Sandro Alves Días I.3 Os “Amantes da Rancheira” 64 Heloísa de A. Duarte Valente Aparecido Donizeti Rodrigues I.4. El imperio visual de la música de la música norteña mexicana 94 Marco Aurelio Díaz Güemez

II. Miradas desde Brasil II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina 122 Allan de Paula Oliveira II.2. A persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural 152 Danilo Cymrot II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil 193 Gustavo Alonso II.4. O “inimigo” que vem do México? 223 Adelcio Camilo Machado II.5. México sertanejo-brasileño 244 Gustavo Alonso II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: 262 Danilo Cymrot II.7. Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero 311 Heloísa de A. Duarte Valente Juliana Marília Coli

III. Miradas desde el Pacífico Sur III.1. Perú canta 342 Rolando Álvarez III.2. La ranchera mexicana en Chile 353 Patricia Díaz Inostroza III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile 371 Luis Omar Montoya Arias IV. Orígenes y construcciones identitarias IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez 384 Juan Frajoza IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) 426 Juan Frajoza IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) 469 Juan Frajoza IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Bajo Quinto en Paracho, Michoacán 489 Víctor Hernández Vaca

V. Repensar los géneros V.1. El estudio del corrido en los albores del siglo XXI 510 Guillermo E. Hernández V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en la música culta 531 Diana Brenscheidt Genannt Jost

VI. Consideraciones y proposiciones VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia 558 Lorena Jiménez Quiñones VI.2. Diplomacia y cultura mexicana 571 Luis Omar Montoya Arias VI.3. Estética de la violencia mexicana 587 Pedro Pacheco López

VII. Testimonios y leyendas VII.1. Juan Charrasqueado 612 Guillermo E. Hernández VII.2. ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido? 619 Guillermo E. Hernández VII.3. Julián Garza Arredondo 625 Luis Omar Montoya Arias Presentación México Corazón Latinoamérica musical de México Este libro es, antes que todo, una feliz coincidencia. Por un lado, desde 9 el norte de México, los esfuerzos de buscar en la llamada música nor- teña mexicana una continuidad del nacionalismo cultural mexicano; por el otro, desde Brasil, los esfuerzos por entender la identificación de su sociedad con diversas músicas mexicanas desde mediados del siglo XX; Presentación y por último, desde el sureste de México, los esfuerzos por retomar el concepto de nación como punto de partida para llevar la investigación cultural más allá de las fronteras políticas de este país. La feliz coinciden- cia es entender que en México, gracias a la Revolución Mexicana, pudo construirse una industria cultural que fue receptiva a todos los gustos e influencias de Latinoamérica y viceversa. En este libro, los autores y au- toras participantes siguen pues las huellas culturales de este hecho. En tal sentido es que entendemos pues el concepto de “corazón musical”. Tradicionalmente se ha creído que la lengua española ha sido el vehículo de identificación entre las músicas mexicanas y los pueblos his- panoamericanos. Nada más lejos de la verdad que eso. Brasil, como se observa en el libro, también se identificó con estas influencias. Ello de- muestra que la idea de Latinoamérica no fue un simple invento ocurrido en el París del siglo XIX, sino que es una realidad cultural en donde el idioma es lo de menos. Todo los países latinoamericanos tienen pue- blos originarios que mantienen sus lenguas y a pesar de ello también han sido consumidores de la producción musical de la industria cultural mexicana desde el siglo XX. En este libro, la música es el punto de partida y en el enmarcado teórico se ubica entre las ciencias sociales y las artes. Hemos agrupado los artículos compilados en siete partes. La primera parte “Prolegóme- nos y argumentos” presenta los argumentos centrales planteados por los coordinadores y que reflejan aquello de las coincidencias que habla- mos al principio. La segunda parte “Miradas desde Brasil” ofrece, en es- pecial para los lectores mexicanos, una perspectiva de la llegada y per- manencia de músicas mexicanas en el llamado gigante sudamericano. La tercera parte “Miradas desde el Pacífico Sur” da un panorama suge- rente del uso político que llegó a tener la influencia cultural mexicana. En la cuarta parte “Orígenes y construcciones identitarias” se revi- san el origen más ancestral de diversos aspectos que distinguen a las músicas mexicanas del siglo XX. En cambio, en la quinta parte “Repensar los géneros” se estudia el ir y venir de los géneros musicales más conoci- dos y sus grados de vigencia en el presente siglo. En la sexta parte “Con- sideraciones y proposiciones” se ofrece visiones de temas que afectan el desarrollo y la transmisión de la música como la política, la diploma-

Los coordinadores Los cia y el impacto de la violencia. Finalmente, en la séptima y última parte, 10 “Testimonios y leyendas”, cerramos con referencias a importantes perso- najes, de leyenda o de veras, que han figurado en la música mexicana. Queremos dejar constancia con este libro de las posibilidades de la integración latinoamericana a través del ejercicio de la ciencia. Los in- vestigadores de la región estamos llamados, al menos desde las ciencias sociales y las artes, a construir redes de conocimiento y colaboración que nos permitan construir alternativas a la homologación económica del mundo. Hoy nos queda claro que cultura es aquello con lo que se piensa.

Los coordinadores Apartado I México Corazón Latinoamérica musical de México Prolegómenos y argumentos 11 I.1. ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad?

Luis Omar Montoya Arias Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1 División de Derecho, Política y Gobierno – Maestría en Sociedad y Patrimonio Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis 12 Estados Unidos Como lo han demostrado Manuel Peña y Cathy Ragland,1 en sus inves- tigaciones, por la actualidad y vigencia del fenómeno, es necesario re- currir a la consulta de fuentes orales si tenemos por objetivo, escribir la historia de la norteña mexicana. Una música perteneciente a la clase trabajadora, señala Peña, necesita de la oralidad para ser rescatada. La obra de Manuel Heriberto Peña, es la primera investigación académica en registrar la historia de la música norteña. Si bien, Peña se refiere, en su manuscrito, a la música de conjunto, generada en la frontera de Texas, Nuevo León y Tamaulipas, y no a la música norteña, es claro que al na- rrar la historia de músicos como Narciso Martínez, Paulino Bernal y Los Relámpagos del Norte, está rescatando parte de las raíces de la norteña mexicana. 24 años después, Ragland hablará de música norteña, cons- ciente de las transformaciones sociales que ha sufrido el conjunto te- jano. Peña y Ragland, son los investigadores estadounidenses más im- portantes sobre la música norteña y el conjunto tejano. Sus trabajos fue- ron concebidos en el seno de la Academia norteamericana y cualquier aventura científica que se emprenda sobre la música norteña mexicana, debe considerarlos como plataforma de lanzamiento. La propuesta de Peña fue divulgada en la década de 1980. El trabajo de Peña ofrece una I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? descripción histórica (narración de historias de vida), un análisis social del conjunto tejano y sus nexos con la gente trabajadora. Ragland se traslada a California, donde ubica a Los Tigres del Norte, símbolos de la transnacionalización de la música norteña, en la diáspora de la clase

1) El texto de Peña se editó en 1985 y el de Ragland en 2009. trabajadora mexicana a los Estados Unidos. Ragland retoma elementos del trabajo de Peña y los suma a su propuesta (la música norteña como símbolo identitario de la clase trabajadora mexicana en Norteamérica). Ragland concluye que existe un segundo México, al interior de los Esta- dos Unidos. La historiografía producida por Peña, involucra a la música norteña mexicana. Sugiere que una de las claves históricas para comprender al conjunto tejano, está en la década de 1930, por ubicar en ella, a los pri- meros ensambles vocales con trascendencia mediática. Peña fue el pri- mer investigador en estudiar la influencia de las orquestas típicas porfi- rianas en la música norteña mexicana, tema que discute con amplitud en su libro: Mexican American Orquesta.2 En 1999, Peña publicó: Música tejana: The cultural economy of ar-

tistic transformation. El trabajo registró la existencia del movimiento chi- Corazón Latinoamérica musical de México cano en Estados Unidos, a través de agrupaciones como Little Joe and 13 Sunny Ozuna. También presenta datos biográficos del Grupo Mazz, La Mafia, Selena y Emilio Navaira (música grupera). El trabajo de Peña es un puente historiográfico entre el conjunto tejano, la norteña y la música grupera. Intérpretes como Selena, La Mafia, Mazz y Emilio Navaira, goza- ron de popularidad, a principios de 1990.3 Ragland ha publicado, además de Música Norteña. Mexican mi- grants creating a nation between nations, dos capítulos en obras colec- tivas editadas en Estados Unidos (From pistol-packing pelado to border crossing mojado: El piporro and making of a Mexican norder space y Tejano and proud: Regional accordion traditions of South Texas and the Border Región).4 Estudia la figura de Eulalio González Piporro, a quien Apartado I. Prolegómenos y argumentos considera el estereotipo norteño por excelencia. Piporro fue responsa- ble de introducir, promover y difundir, en la pantalla grande, a la música norteña mexicana (se valió de Los Broncos de Reynosa, Los Donneños y Los Braveros del Norte). En el segundo promueve una visión purista del conjunto tejano. Habla de “elementos que parecen amenazar la propia

2) Los Montañeses del Álamo, agrupación clave para la historia de la música norteña mexicana, es una variante regional de la orquesta típica mexicana de finales del XIX. 3) Así lo demuestran notas publicadas por El Porvenir. “Lupe Esparza, José Luis, Ramiro y Choche lograron hacer galopar a unas 80 mil personas durante el baile masivo en la noche del sábado en la Explanada del Parque Fundidora. Además se presentaron La Sombra de Chicago, el Grupo Mazz de Texas, Emilio Navaira y su Grupo Río, Man- dingo y los venezolanos de moda, Los Fantasmas del Caribe”. “¡Que broncos!”, en El Porvenir, Monterrey, lunes 27 de septiembre, 1993. 4) El primero se editó en 2011 y el segundo en 2012. noción de tradición que el conjunto tejano mantiene”.5 Se refiere al acor- deonista Santiago Jiménez como el inventor del “sonido San Antonio” (técnica superior en la ejecución del acordeón). Cumple con un análisis de los carteles usados desde la década de 1980, en la promoción del Festival del Conjunto Tejano. De acuerdo con Ragland, el conjunto tejano es una tradición in- corruptible, pues usa acordeones Hohner de tres hileras, característica que le brinda “el auténtico sonido”.6 Los intérpretes de la música nor- teña mexicana han mercantilizado la tradición, al incorporar acordeones de tecnología italiana como los Gabbanelli, Beltrami y Baffetti.7 Según Ragland, los acordeonistas de San Antonio son “ejecutantes expresivos e innovadores” que se apegan a las raíces alemanas.8 De acuerdo con Ragland, el conjunto tejano está contra la integración de ritmos caribe-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis ños como la cumbia, salsa y vallenato, a diferencia de la música norteña. 14 Para Ragland, el conjunto tejano es superior a la música norteña mexicana porque ésta cultiva el corrido, mientras que los acordeonis- tas de San Antonio, promueven el virtuosismo y las acrobacias solistas.9 El alejamiento de los ejecutantes texanos respecto al corrido, tiene que ver con el conocimiento profundo del español que exige la interpre- tación de este género. Según Ragland, el único acordeonista norteño respetado por los texanos es Ramón Ayala (fue invitado a participar del Festival del Conjunto Texano, edición 1999). La música norteña mexi- cana, como una encarnación moderna del conjunto tejano, está destru- yendo la tradición musical del noreste de México y sur de Estados Uni- dos. A diferencia del conjunto tejano que no ha podido trascender más allá de sus fronteras geográfico-políticas, la música norteña es comple- tamente transnacional. Esta realidad puede explicarse en la constante y numerosa migración de mexicanos a los Estados Unidos de Norteamé- rica, desde el siglo XIX.10 Otros investigadores que han trabajado a la música norteña, al in- terior de la Academia estadounidense, son Helena Simonett y Alejandro L. Madrid. Simonett editó, en 2004, su libro, En Sinaloa nací. Historia de

5) Ragland, Cathy, “Tejano and proud: Regional accordion traditions of South Texas and the Border Region”, en The accordion in the Américas, edited by Helena Simonett, Ur-

I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? bana, University of Illinois Press, 2012, p.90. 6) Ibid, p.95. 7) Ibid, p.100. 8) Ibid, p.102. 9) Ibid, p.107. 10) Ibid, p.105. la música de banda, mismo que se convirtió en referente para los intere- sados en el estudio de la música norteña. Es cierto que Simonett no se ocupa directamente de la música de acordeón y bajo sexto, pero enten- diendo la importancia que las bandas de viento sinaloenses tienen para la música norteña contemporánea, el texto de la suiza cobra relevancia. Martha Chew es otra investigadora de la Academia estadounidense que ha trabajado de manera sobresaliente, el tema de la música norteña. De raíces mexicanas y chinas, Chew es una investigadora amena y pro- funda, que cuenta con publicaciones de importancia. Alejandro L. Madrid es autor del libro: Nortec Rifa. Electronic dance music from Tijuana to the world, editado en 2008 por Oxford University Press (Estados Unidos). Madrid cuenta el proceso de experimentación del Colectivo Nortec con elementos de la banda de viento sinaloense

y la música norteña mexicana. La investigación de Madrid aborda un Corazón Latinoamérica musical de México fenómeno que podríamos considerar lo más cosmopolita de la música 15 norteña. Colectivo Nortec es una propuesta electrónica que encontró en las raíces de la banda sinaloense, el acordeón y bajo sexto, su abre- vadero. Igual de importantes son las publicaciones Postnational musical identities y Transnational encounters,11 en donde se incluyen capítulos sobre el mismo Colectivo Nortec, la banda de viento sinaloense, el nar- cocorrido, la cumbia en Monterrey, el mariachi y Piporro.

México En México, ha destacado José Juan Olvera con Música, frontera e iden- tidad en el Noreste, editado en 2008 por la Revista Trayectorias de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Música e identidad en migran- Apartado I. Prolegómenos y argumentos tes queretanos, capítulo que se incluye en el libro Músicas Migrantes de Miguel Olmos Aguilera (2012) y La radio en la construcción social de la música norteña mexicana, capítulo incluido en el tomo II del libro ¡Arriba el Norte! del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (2013). En el primero de sus trabajos, Olvera Gudiño aborda el problema de la construcción de identidades, alrededor de las músicas hechas en el noreste mexicano y sur de Texas. En la segunda de sus co- laboraciones, analiza el papel de la migración a Estados Unidos y la tarea de emisoras regiomontanas en la configuración de los gustos musicales de Cadereyta de Montes, Querétaro. En su tercera publicación, estudia el papel de la radio, en la difusión de la música norteña mexicana. Las aportaciones de Olvera Gudiño han girado sobre migración, identida- des y medios masivos de comunicación.

11) Editados en 2008 y 2011, respectivamente. Francisco Ramos Aguirre escribió Los Alegres de Terán, editado por Conaculta en 2003 y De punta y talón. La música norteña en Tamaulipas (2013). La primera de sus obras es una revisión biográfica del dueto con- formado por Eugenio Ábrego y Tomás Ortiz, junto a Los Donneños y Los Broncos de Reynosa, fundamental para la historia de la música norteña mexicana. Su segunda contribución, ofrece un recorrido por géneros característicos de la música norteña mexicana (redowa, chotis, vals, ma- zurka, huapango, corrido y cumbia). En 1989, instancias culturales del noreste mexicano, editaron las memorias de un encuentro sobre música norteña. El trabajo se publicó con el nombre de Música en la frontera norte. Colaboraron: Julio Es- trada, Ramiro Luis Guerra, Gustavo Garza Guajardo, Jesús Osorio, Carlos Gómez Flores, Luis Martín Garza, Eduardo Llerenas, Arturo Chamorro,

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis Mario Kuri Aldana, Gustavo López Castro e Irene Vázquez Valle. En Fol- 16 clore clásico musical exclusivo de Nuevo León, Ramiro Luis Guerra habló sobre aspectos de composición formal en la polka, redowa y huapango. Se aproximó al bajo sexto y narró la influencia de Los Montañeses del Álamo y Los Sembradores del Naranjo. El escrito de Gustavo Garza Gua- jardo, Música y músicos en la historia de Sabinas Hidalgo, Nuevo León, insinúo la importancia histórica de las bandas de viento, en la definición de la música norteña mexicana. En Monterrey se publicaron dos trabajos sobre música norteña que deben ser referenciados: Desde el cerro de la silla. Origen y consoli- dación del conjunto norteño en Monterrey (2000) de Alfonso Ayala Du- arte y Raíces de la música regional de Nuevo León (2006) de Luis Martín Garza Gutiérrez. El primero fue puesto en circulación gracias al respaldo económico de Herca Monterrey, el segundo gozó de la venia institucio- nal (Conarte). Garza Gutiérrez problematizó la importancia de las migra- ciones en la historia de la música norteña y sugirió que las bandas de viento austriacas y belgas, adoptadas en Monterrey durante el siglo XIX con la Intervención francesa, cumplieron un papel destacado en la con- strucción social de la música norteña mexicana. El brindar información proveniente de los repositorios del Archivo General de Nuevo León, fue uno de los mayores aciertos de Garza. Ayala Duarte retomó el problema de los estereotipos nacionales. I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? En 1927, durante la Feria y Concurso de la Canción Mexicana, celebrada en el Teatro Lírico de México, la presencia del mariachi como símbolo nacional era irrelevante. “El tema ganador fue Nunca del compositor yu- cateco, Guty Cárdenas”.12

12) Ayala Duarte, Alfonso, Desde el Cerro de la Silla. Origen y consolidación del conjunto norteño en Monterrey, Herca, Monterrey, 2000, p.11. En 1956, en el marco de las Fiestas de la Cerveza, el comité or- ganizador, presidido por el gobernador Raúl Rangel Frías, encargó a Valdioserra el diseño del traje regional de Nuevo León. Para lograrlo, el artista recorrió Nuevo León. La creación del traje representativo de Nuevo León, fue contemporáneo a la consolidación urbana del gusto por la música norteña.13 Igual que Ramos Aguirre, Ayala Du- arte dedicó páginas al estudio de la polka, el chotis y la redowa. Posicionándose en San Antonio, Texas y Monterrey, Nuevo León, re- flexionó sobre el disco y la radio en la difusión de la música norteña mexicana. En mayo del 2014, en el marco del Primer Coloquio Internacional sobre la Música Norteña Mexicana, celebrado en Tacámbaro, Michoacán, México, se presentó el libro ¡Arriba el Norte! Música de acordeón y bajo

sexto. El documento consta de dos tomos: en el primero se problema- Corazón Latinoamérica musical de México tiza a la música norteña desde sus orígenes, en el segundo se aborda la 17 presencia de la música norteña en Estados Unidos, Chile, Colombia, Bra- sil, Venezuela y Holanda. ¡Arriba el Norte! problematiza aspectos teóricos como la improvi- sación musical, la etnolaudería, la estética y los intercambios culturales entre músicas mexicanas (la norteña y el mariachi, por ejemplo). Nos re- cuerda que al hablar de música no debemos olvidar los principios for- males de ésta, aunque los estilos en cuestión sean catalogados popu- lares. Pensar que las músicas populares dejan de ser música por estar asociadas a las masas, es un equívoco. Existen dos trabajos recientes que abordan a la música norteña en Chile. Ambos fueron producidos en la Academia estadounidense. Apartado I. Prolegómenos y argumentos El primero es la tesis doctoral: Entre guachos no hay fronteras. Tradi- tional music and the post-frontier in Chile an Patagonia, de Gregory Rob- inson, Universidad de Pennsylvania, 2008. Mexicano or Chilean. Mexican ranchera music and nationalism in Chile, de Jedrek Putta Mularski, es un artículo publicado por Studies in Latin American Culture (volumen 30, año 2012), revista de la Universidad de Texas. Robinson plantea que la cumbia colombiana y el mariachi, están presentes desde 1940, en Chile.14 El autor delimita su investigación a la región Aisén, sur de Chile. Estudió a las músicas mexicanas y a la cumbia colombiana en función de la tradición. Concluye que “a pesar de que tanto las músicas mexicanas y la cumbia se excluyen de la tradición re-

13) Ibid, p.62. El baile regional se hizo oficial en 1930. 14) Robinson, Gregory, Entre gauchos no hay fronteras. Traditional music and the post- frontier in Chile and Patagonia, tesis doctoral en filosofía, Universidad de Pennsylvania, 2008, p.108. gional, los habitantes del Aisén consideran a las músicas mexicanas cer- canas a sus tradiciones”.15 Robinson percibe una estética rural compartida por la región del Aisén y las músicas mexicanas. Existe una asociación entre la ruralidad chilena y las canciones mexicanas.16 La década de 1970, marcó el auge de la música norteña mexicana en Chile. Con el nacimiento de Los Her- manos Bustos en 1965, la música norteña se chilenizó. La radio y el disco fueron importantes para que las músicas mexicanas y la cumbia colom- biana, llegaran al sur de Chile.17 Mularski afirma que la música ranchera ha sido uno de los estilos más populares en el centro y sur de Chile, desde la primera mitad del si- glo XX.18 Discute la relación entre la popularidad de la música ranchera y la identidad chilena. Concluye que la ranchera fue incorporada a los sen-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis timientos nacionalistas chilenos. La presencia de las músicas mexicanas 18 en Chile, se explica en las relaciones políticas y comerciales que se han tejido entre ambas naciones, desde la época colonial. Hay similitudes entre las ruralidades chilena y mexicana. Mularski y Robinson piensan que la música norteña se chilenizó en 1965, con Los Hermanos Bustos de Curacaví. Jedrek Putta Mularski opina que la vigencia de las músicas mexicanas en Chile, puede me- dirse en el éxito de María José Quintanilla. En el 2003, México Lindo y Querido de Quintanilla, se convirtió en el álbum chileno más vendido de la historia, junto a Ofrenda de Guadalupe del Carmen, que en 1954 saldó 175,000 copias. Para posicionarse, Quintanilla aprovechó el cariño que millones de chilenos sienten por México.19 En septiembre del 2015, tuvo lugar el Segundo Coloquio In- ternacional sobre la Música Norteña Mexicana, en la Universidad de St. Lawrence, Canton, Nueva York, Estados Unidos. El evento fue coordinado por Martha Chew, Luis Omar Montoya Arias y Da- vid Henderson. Se abordó el papel de la Cervecería Cuauhtémoc- Moctezuma (FEMSA), en la difusión de la música norteña mexicana; se analizó la estructura de videoclips gruperos y se profundizó en el bajo sexto, elemento organológico fundacional de la música norteña mexicana. I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? 15) Ibid, p.109. 16) Ibid, p.114. 17) Ibid, p.124. 18) Mularski, Jedrek Putta, “Mexicano or Chilean. Mexican ranchera music and nationalism in Chile”, en Studies in Latin American Culture, vol. 30, 2012, p.54. 19) Ibid, p.54. En noviembre del 2014, tuvo lugar la defensa pública de mi te- sis doctoral: La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musi- cal cosmopolita en las periferias. El trabajo pudo concluirse, gracias al respaldo financiero del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt) y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), sede peninsular. Es la primera investig- ación que estudia la presencia de la música norteña mexicana en Chile, Colombia y Bolivia. El manuscrito se construyó a partir de trabajo de campo, entrevistas a profundidad, referencias cinematográficas y análi- sis musical. En mayo del 2016, tuvo lugar el coloquio: Músicas mexicanas en Latinoamérica. Éste se inscribe en el marco de una estancia posdoctoral financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México

(Conacyt). Un servidor se desempeña como coordinador del mismo. Corazón Latinoamérica musical de México Del coloquio participaron investigadores brasileños (Gustavo Alonso y 19 Saulo Alves), coleccionistas chilenos de músicas mexicanas (Nibaldo Va- lenzuela) e investigadores mexicanos que pertenecen a universidades nacionales y estadounidenses. El objetivo fue discutir el expansionismo cultural mexicano en América Latina. Y en febrero de 2017, se llevó a cabo la tercera edición de este coloquio con el título de “Tercer Coloquio Internacional de la Música Norteña Mexicana: imagen y visualidad de la música norteña”, con el Dr. Marco Aurelio Díaz Güemez como responsable de la edición. En este tu- vimos la oportunidad de discutir la visualidad que esta música tiene o le ha acompañado. Con todo esto, desde luego, queda claro que la música norteña mexicana forma parte de ese patrimonio musical que la nación Apartado I. Prolegómenos y argumentos azteca heredó al continente americano.

De lo transnacional de la música norteña: dos casos singulares

Los Pingüinos del Norte Aunque no se comparan en proyección mediática con Los Tigres del Norte, el dueto formado por Rubén Castillo Juárez, ejemplifica la “cul- tura de frontera México-Estados Unidos”, a la que se refieren Ignacio Co- rona y Alejandro L. Madrid.20 Utilizado como tema central por El Infierno (cutícula mexicana, estrenada en 2010), el corrido México-Americano (interpretado por Los Pingüinos del Norte), retrata el origen binacional de la música norteña mexicana.

20) Corona, Ignacio, and Madrid, Alejandro, “Introduction”, in Postnational musical identi- ties, edited by Ignacio Corona and Alejandro L. Madrid, New York, Lexington Books, 2008, pp.3-19. Rubén Castillo Juárez nació en 1936, en Monterrey, Nuevo León, frente a la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, empresa que a partir de 1950, cumplió con un papel destacado en la difusión de la música norteña mexicana. Quedó huérfano de padre (era policía federal), a los nueve años de edad. Castillo Juárez dejó la primaria y comenzó a traba- jar como vendedor de periódicos en las calles de Nuevo Laredo, Tamau- lipas. En esta ciudad fue bautizado como “el pingüino”. En 1960 fundó a Los Pingüinos del Norte, con Hilario Gaytán Moreno. Rubén Castillo Juárez fundó, junto a Hilario Gaytán Moreno, a Los Pingüinos del Norte, el 15 de septiembre de 1960. Antes, en 1951, Casti- llo Juárez y sus hermanos, grabaron un disco con el nombre de Los Cas- tillo, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. En 1944 (Castillo Juárez tenía ocho años de edad), la maestra Francisca Pacheco le compró un traje para

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis que participara de los festejos del 16 de septiembre, organizados por 20 la Secretaría de Cultura del Municipio de Nuevo Laredo, Tamaulipas. El atuendo consistió en una camisa blanca, un chaleco negro, un moño negro, unos botines y un sombrero de mariachi. Ese día, Rubén Casti- llo Juárez ganó 55 pesos mexicanos de la época. Ocho días después, el gobierno municipal, a través de fiscalización, le otorgó un permiso para trabajar como músico. Antes de que Los Pingüinos del Norte se convirtieran en el primer dueto de música norteña mexicana, en grabar un disco en desde una cantina, Rubén Castillo Juárez fue obrero en Chicago. El 7 de mayo de 1970, Chris Strachwitz dispuso que la cantina El Patio de Piedras Ne- gras, Coahuila, fuera el escenario que albergara la grabación en vivo de Los Pingüinos del Norte. Esta primera grabación hecha en una cantina, incluyó los temas: El contrabando del Paso, Jacinto Treviño, El gallito (huapango), Dos hermanos, México-Americano, El desesperado, Grego- rio Cortez, Benjamín Argumedo y Carga blanca.21 En 1976, Chris Strachwitz llegó a Piedras Negras (en compañía de Les Blank). El objetivo era localizar a Los Pingüinos del Norte. Los suma- rían a Chulas Fronteras, documental sobre la historia de la música nor- teña mexicana (conjunto tejano). “En la película no hubo estrellas, los actores fueron trabajadores del campo”.22 Del documental participaron Lydia Mendoza, Los Alegres de Terán, Narciso Martínez, El Flaco Jimé- I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad?

21) Castillo, Rubén [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 22) “Retrato de la franja. Chulas Fronteras. Un homenaje a la sangre chicana”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, domingo 19 de septiembre, 2010. Brazos Film, con sede en El Cerrito, California, fue la productora responsable del ro- daje. nez, Santiago Jiménez padre, Rumel Fuentes (compositor de Eagle Pass, Texas) y Los Pingüinos del Norte. Chulas Fronteras se filmó en agosto de 1976, en Eagle Pass, Texas (frontera con Piedras Negras, Coahuila). Chris Strachwitz y Les Blank buscaban “establecer la simbiosis que hay entre la música norteña y el espíritu de la gente en ambos lados de la frontera”.23 Chulas Fronteras es “un homenaje a los chicanos, un relato del racismo que sufren, de su vida y de las condiciones de miseria a la que son some- tidos los mexicanos en Estados Unidos de Norteamérica”.24 La primera quincena de mayo del 2005, Los Pingüinos del Norte viajaron a Toyota, Japón. Luego de concursar contra Los Bravos del Norte y Los Invasores de Nuevo León, el dueto liderado por Rubén Cas- tillo Juárez fue seleccionado por las Secretarías de Cultura de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, para representar a la música norteña mexi-

cana, en el marco del Primer Programa de Eventos Culturales de México Corazón Latinoamérica musical de México en la Exposición Universal Aichi 2005. En una ceremonia encabezada 21 por Claudio Bres Garza, Presidente Municipal de Piedras Negras, Rubén Castillo Juárez (acordeón), Aurelio de la Cruz Ramírez (bajo sexto) y José Morales (tololoche), fueron abanderados antes de cumplir con su misión cultural en Japón.25 En 1997, grabaron un disco para DMY, propiedad de la familia Ca- ballero (Los Plebeyos). Los Pingüinos del Norte han editado más de 100 temas, resaltando: A mí no me olvide Dios y María Elva. En el 2007, ac- tuaron en No es país para viejos, cutícula protagonizada por Tommy Lee Jones y Javier Bardem.26 En 1982, por petición de Jesús Soltero, uno de los locutores de música norteña mexicana más importantes, Castillo Juá- rez compuso la identificación para XEG La Ranchera de Monterrey. La Apartado I. Prolegómenos y argumentos grabación dura nueve segundos y fue premiada por la Sociedad de Au- tores y Compositores de México (SACM), en 1983.27 Duetos como Los Pingüinos del Norte y agrupaciones como Los Tigres del Norte, ejemplifican la naturaleza transnacional de la música norteña mexicana. Más allá de los datos biográficos, que también son importantes, en los párrafos descritos con anterioridad, traté de mostrar

23) Ídem. 24) Ídem. 25) “Entrega SRE pasaporte número 35,000”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, jueves 14 de abril, 2005. 26) “Prueban para extras de cine”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, jueves 27 de julio, 2006. 27) Castillo, Rubén [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. cómo un dueto de bajo perfil nacido en la frontera México-Estados Uni- dos, fue capaz de trascender demarcaciones políticas al llevar su arte a sitios lejanos y distantes, culturalmente, como Japón. Su incursión en el documental Chulas Fronteras de 1976, sirvió para delinear un perfil mu- sical México-Americano. Siguen vigentes en México y Estados Unidos, sus corridos alimentan bandas sonoras de películas con trascendencia mediática como El Infierno.

Los Tigres del Norte Los Tigres del Norte encarnan el transnacionalismo de la música norteña mexicana. Aprendieron a tocar guitarra con un peruano, a comienzos de la década de 1960, en su natal Rosamorada, Sinaloa, México.28 En la misma época, Ascencio Angulo, abuelo materno de los hermanos Her-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis nández, brindó las primeras lecciones de acordeón a Jorge, el mayor. 22 Originarios de Rosamorada, municipio de Mocorito, Sinaloa, emigraron a Los Mochis, en 1966. Trabajaron en cantinas. En 1968, llegaron a Cali- fornia, donde conocieron a Arthur Walker, empresario inglés dueño de un sello discográfico independiente. Gracias a él, Los Tigres del Norte dieron su primer concierto en Sanger, California (1968) y grabaron sus primeros elepés.29 Aunque en 1968, grabaron Juanita la traicionera, su primer senci- llo, fue hasta 1974 que trascendieron mediáticamente. Contrabando y traición (1974) y La banda del carro rojo (1975), fueron los pilares de su éxito global. A finales de la década de 1970, recorrieron su natal México, impulsados por los acetatos referidos.30 En 1983, posicionaron La jaula de oro en la lista Billboard. En 1988, obtuvieron el Grammy, gracias al disco: América sin fronteras.31 Los Tigres del Norte globalizaron a la música norteña mexicana. Han ofrecido conciertos en España, Rusia, Argentina, Ucrania, Noruega, Chile, Bolivia, Brasil, Japón, Alemania y China, entre 1994 y 2014. Con más de 100 millones de discos vendidos, encarnan el transnacionalismo

28) Hernández, Hernán [entrevista], 2005, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de

I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 29) Ídem. 30) Ídem. 31) Hernández, Jorge [entrevista], 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las perife- rias. de la música norteña mexicana.32 Actuaron en el Festival Internacional Cervantino (Guanajuato 2002), en el Foro Universal de las Culturas (Bar- celona 2004), en los American Music Awards y los Grammy Latino. El 17 de junio es el Día de Los Tigres del Norte.33 Cuando Los Tigres del Norte comenzaron en la música, no existía la maquinaria de promoción actual que globaliza en segundos una can- ción o una noticia.34 Recorriendo pueblos y rancherías de México, Los Tigres del Norte construyeron su emporio. Luego se presentaron en ciu- dades periféricas de Latinoamérica como Santa Cruz de la Sierra (Bo- livia), Villavicencio (Colombia), San Pedro Sula (Honduras) y Corrientes (Argentina). Ni siquiera los integrantes de la banda norteña, se aventu- ran a asegurar cuál es su disco más importante ¿Jefe de jefes (1997), La reina del sur (2002), La banda del carro rojo (1975), Contrabando y trai- 35

ción (1974)? Corazón Latinoamérica musical de México Teniendo como marco a la guerra contra el narcotráfico de Felipe 23 Calderón, en mayo del 2011, Los Tigres del Norte presentaron su álbum: MTV Unplugged: Los Tigres del Norte and Friends. De él participaron ar- tistas latinoamericanos como Andrés Calamaro y Diego Torres, el colom- biano Juanes, la mexicana Paulina Rubio, Calle 13 y Zac de la Rocha. Este disco posicionó a Los Tigres del Norte en espacios iberoamericanos en donde eran desconocidos. MTV Unplugged: Los Tigres del Norte and Friends, es más un pro- ducto de world music y menos un trabajo de música norteña, puesto que los arreglos presentan elementos de tango rioplatense y el acompa- ñamiento de una sinfónica. Uno de los objetivos del material discográ- fico fue demostrar que aquellos músicos sinaloenses que llegaron como Apartado I. Prolegómenos y argumentos braceros a los Estados Unidos, a principios de la década de 1960, hoy son capaces de trabajar en los más refinados escenarios del mundo, al lado de intérpretes que gozan de popularidad mundial. La música nor- teña mexicana es la más beneficiada con la existencia delMTV Unplu- gged: Los Tigres del Norte and Friends. Gracias a este disco, argentinos y españoles escrudiñan su historia. La capacidad que Los Tigres del Norte tienen para globalizar su mú- sica es de siempre. En el 2002, presentaron La Reina del Sur, un álbum que guarda conexión con la obra literaria homónima del escritor español, Arturo Pérez Reverte. No pasaron ni dos años para que los nacidos en Ro-

32) Ídem. 33) Ídem. 34) Ídem. 35) Ídem. samorada, Sinaloa, ofrecieran una suma de conciertos en España. Los Ti- gres del Norte encontraron en la literatura, una posibilidad de expansión global. Radicar en California desde finales de 1960, fue trascendental para que Los Tigres del Norte posicionaran su obra creativa. Sabemos qué re- presenta California para la industria del entretenimiento global. En la parte creativa, Los Tigres del Norte también encarnan transnacio- nalismo. Desde el 2012 han grabado música de Pablo Castro, compositor chileno. Directo al corazón, Mi curiosidad y Minita de oro, fueron llevadas al disco compacto en 2005 y 2009, respectivamente.36 Los Tigres del Norte in- cluyeron en La banda del carro rojo (1975), a Lino Quintana, narcotraficante uruguayo radicado en la sierra de Durango, en la década de 1960.37 Si revisamos la historia musical de Los Tigres del Norte, nos daremos cuenta que siempre han manejado su carrera desde perspectivas transna-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis cionales. Nacieron en la década de 1970, caracterizada por movimientos 24 artísticos independientes en Occidente.38 Juan Carlos Ramírez Pimienta, investigador México-Americano, opina sobre Los Tigres del Norte:

Los Tigres del Norte son la historia del México que emigró al norte del Norte. Los Tigres del Norte podrán vivir en Estados Unidos, pero sus com- posiciones viven en ambos lados de la línea fronteriza; ellos mismos pasan muchos días del año haciendo giras por los dos Méxicos. Sus giras inclu- yen lugares pequeños que otros grupos ignoran. Más que un simple grupo musical, cumplen una función de agentes sociales, de creadores y modi- ficadores de percepción pública. El público los ha adoptado como repre- sentantes de la diáspora masiva de mexicanos que buscan lograr sus sue- ños en Estados Unidos. Estudiar a Los Tigres del Norte es importante para entender el México de dentro, así como el México de fuera, el que se tras- ladó a los Estados Unidos y que está resignificando la cultura mexicana en pleno siglo XXI.39

El cine fue importante en su posicionamiento global.40 Los Tigres del Norte encontraron un escaparate que los proyectó como artistas ver-

36) Ídem.

I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? 37) Vargas, Paulino [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 38) Ídem. 39) Ramírez Pimienta, Cantar a los narcos. Voces y versos del narcocorrido, México, Pla- neta, 2011, p.119. 40) Contrabando y traición (1975), La banda del carro rojo (1976), Ni parientes somos (1990) y La misma luna (2008), son películas en las que participan. sátiles. Sus filmes se desencadenaron de melodías que, previamente, hi- cieron famosas desde la difusión radiofónica. Las películas forman parte de una estrategia promocional que globalizó su obra. El espacio que dejaron, es ocupado por Los Tucanes de Tijuana, sus principales com- petidores, quienes han figurado en El Infierno (2010), Salvando al sol- dado Pérez (2011) y Hecho en México (2012). Los liderados por Mario Quintero Lara, también han participado en las telenovelas: El amor no es como lo pintan (2000) y Como en el cine (2001), ambas de TV Azteca.41 Los Tigres del Norte ejemplifican “la corridización de la música nor- teña mexicana”. Su historia sirve para problematizar la vigencia social del corrido mexicano. Cuando escuchamos “corrido”, pensamos en la revo- lución mexicana de 1910. No cuestionamos si surgió o definió su impor- tancia social, en este periodo de la historia de México. ¿Los corridos que

se escribieron y cantaron después de la revolución mexicana no sirven? Corazón Latinoamérica musical de México ¿No valen porque fueron concebidos para ser comercializados a través 25 del disco, la radio, el cine y la televisión?42 Andrés Contreras, corridista mexicano, se volvió famoso por apare- cer en Narcocorrido. Un viaje al mundo de las drogas, armas y guerrille- ros, de Elijah Wald (2002). El 3 de mayo del 2012, lo entrevisté en el Zó- calo de la Ciudad de México.

Se pone de pretexto que el narcocorrido provoca que exista el narco y la violencia. Aunque no existiera la música, habría narco violencia. El narcoco- rrido narra de manera musicalizada lo cotidiano, la presencia y desarrollo de la violencia. El sistema odia toda música que refleje el sentir del pueblo porque brinda mensajes no domesticados de acontecimientos sociales. El Apartado I. Prolegómenos y argumentos corrido, sin hacer onerosos gastos como la construcción de una imagen política, difunde historias, críticas y sucesos, que de otra manera, nadie sa- bría. Si la historia de México se narrara en corridos, sería más fácil recor- darla. El único político que no traiciona es el que murió siendo bueno; ya muerto no puede cambiar lo que hizo, así cualquier corridista le puede componer sin peligro de quemarse. Los candidatos suelen alejarse de los corridistas y los verdaderos corridistas se alejan de ellos. Aunque durante

41) Elizalde, Luis Fernando [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 42) Son preguntas que pueden ser respondidas, parcialmente, estudiando a Los Tigres del Norte. Son claves porque nacieron en 1970, década caracterizada por la visualiza- ción del narcotráfico sinaloense en el escenario mexicano. 1970 representa la perdida de virtuosismo al interior de la música norteña y el refugio del corrido mexicano en la música de acordeón y bajo sexto. En 1970, corrido, narcotráfico y música norteña, se volvieron un ente. una campaña política se compusieran buenos corridos, se venderían en- tre seguidores y tendrían vigencia mientras durara el proceso electoral. El corrido se convertiría en música publicitaria de falso contenido. Buscan convertir al corrido en folklor. Quieren dirigirlo de acuerdo a los intereses de las élites que gobiernan México. Lo prohíben porque quieren domesti- carlo, pero no lo van a lograr, estoy completamente seguro.43

La norteña en Latinoamérica, tiene que ver con la historia de la mú- sica grabada. El devenir de la música norteña guarda estrecha relación con la industria discográfica y con la circulación global de la música-mer- cancía. La norteña es una música de la diáspora, si evocamos a Stokes. De acuerdo con este teórico, lo más normal es que los centros se co- necten con las periferias, rara vez las periferias dialogan entre sí. Para el

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis caso de la música norteña mexicana, existe un flujo en ambos sentidos: 26 a veces la periferia es centro y en otros momentos el centro se vuelve periferia. Claro que la migración ida y vuelta que experimenta la música norteña mexicana, se ha visto beneficiada por los avances tecnológicos. Hoy “músicas percibidas como extrañas resultan familiares a la luz de paisajes sonoroso globales”.44

Fuentes consultadas 1. Ayala Duarte, Alfonso, Desde el Cerro de la Silla. Origen y consolidación del conjunto norteño en Monterrey, Herca, Monterrey, 2000. 2. Mularski, Jedrek Putta, “Mexicano or Chilean. Mexican ranchera music and nationalism in Chile”, en Studies in Latin American Culture, vol. 30, 2012. 3. Ragland, Cathy, “Tejano and proud: Regional accordion traditions of South Texas and the Border Region”, en The accordion in the Américas, edited by Helena Simonett, Urbana, University of Illinois Press, 2012- 4. Robinson, Gregory, Entre gauchos no hay fronteras. Traditional music and the post-frontier in Chile and Patagonia, tesis doctoral en filosofía, Universidad de Pennsylvania, 2008. 5. “¡Que broncos!”, en El Porvenir, Monterrey, lunes 27 de septiembre, I.1 . ¿Qué se ha escrito sobre la música norteña mexicana y su transnacionalidad? 1993.

43) Contreras, Andrés, [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las perife- rias. 44) Stokes, Martín, “On musical cosmopolitanism”, en (Internet: http://digitalcommons. macalester.edu/intlrdtable; acceso: 5 de noviembre del 2014). Bibliografía 1. Ramírez Pimienta, Cantar a los narcos. Voces y versos del narcocorrido, México, Planeta, 2011. 2. Corona, Ignacio, and Madrid, Alejandro, “Introduction”, in Postnational musical identities, edited by Ignacio Corona and Alejandro L. Madrid, New York, Lexington Books, 2008.

Hemerografía 1. “Entrega SRE pasaporte número 35,000”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, jueves 14 de abril, 2005. 2. “Prueban para extras de cine”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, jueves 27 de julio, 2006. 3. “Retrato de la franja. Chulas Fronteras. Un homenaje a la sangre

chicana”, en Periódico Zócalo, Piedras Negras, Coahuila, domingo Corazón Latinoamérica musical de México 19 de septiembre, 2010. 27

Entrevistas 1. Castillo, Rubén [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 2. Contreras, Andrés, [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 3. Elizalde, Luis Fernando [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. Apartado I. Prolegómenos y argumentos 4. Hernández, Hernán [entrevista], 2005, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 5. Hernández, Jorge [entrevista], 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. 6. Vargas, Paulino [entrevista], 2014, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias.

Internet 1. Stokes, Martín, “On musical cosmopolitanism”, en (Internet: http://digitalcommons.macalester.edu/intlrdtable; acceso: 5 de noviembre del 2014). I.2. Segmento sertanejo

Saulo Sandro Alves Días Universidad de Campinas-Brasil Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro 28 Los primeros fonogramas lanzados por el segmento sertanejo surgie- ron a partir de 1929 y comprendían músicas de matriz cultural campe- sina, pertenecientes al universo rural de la región centro-sur de Brasil. Los ritmos que predominaban en esta primera fase de grabaciones gira- ban en torno a la moda de viola, el cururu y el cateretê, con énfasis en el primero. En todos estos se percibe la presencia de la viola caipira1, cuya sonoridad es fundamental para adentrarse en el lenguaje musical del I.2 . Segmento sertanejo cancionero sertanejo. Además de percibir los cambios estéticos provo- cados por las relaciones inter-culturales con la música latinoamericana en las décadas subsiguientes. Sería engañoso pensar que en la primera fase de grabaciones había solamente ritmos “movidos a viola”. Aún cuando en esa década (1930) el mercado fonográfico fuese incipiente, concomitantemente a su crecimiento, ese cancionero fue sufriendo diversas influencias. La cir- cularidad cultural, impulsada por la dinámica del mercado fonográfico, obviamente no podría ser contenida. El tránsito musical en el interior de ese segmento puede ser observado en la pluralidad del repertorio, por ejemplo, de la dupla Raúl Torres y Florêncio. Las principales mudanzas que afectarían al mercado sertanejo se derivaron de un largo, constante y fecundo guiño con la música latinoa- mericana, sobretodo las de origen paraguayo, mexicana y argentina. In- comparablemente, las inter-relaciones socioculturales con esas vertien- tes se distinguen de cualquier otra manifestación artística en el ámbito brasileño. Hasta mediados de la década de 1950, en síntesis, la esté- tica del artista sertanejo mantenía paradigmas heredados de la tradición

1) La viola o viola caipira es un cordofone de diez cuerdas utilizado por las duplas caipi- ras, principal formación musical del segmento, juntamente con la guitarra clásica. oral campesina, pero se servía de lo que era diseminado en lengua es- pañola por la industria fonográfica. En la medida en que el mercado fonográfico sertanejo fue cre- ciendo, acompañado por el surgimiento de nuevas grabadoras, se nota gradualmente la segmentación en favor de las duplas que señalizaban para las diversidades estéticas traídas de fuera, y que iba siendo incor- porada junto al repertorio de los músicos. El sector de la industria fono- gráfica brasileña que más acogió la diversidad de la “música mexicana” fue el segmento sertanejo2, aunque que el bolero también se hizo bas- tante presente en el repertorio de diversos cantores de -canción hasta el surgimiento del bossa-nova. La diversidad de géneros asimila- dos por las duplas sertanejas - rancheras, corridos, huapangos y boleros -- son más expresivos que en cualquier segmento de la música popular

brasileira. Corazón Latinoamérica musical de México Desde el punto de vista estético es posible afirmar que su impacto 29 fue determinante para reordenar la producción del mercado musical sertanejo. Todavía es preciso ponderar algunas cuestiones acerca del status adquirido por la “música mexicana”, una vez que sus resonan- cias abarcan toda América Latina, según observó Juan Pablo González (2005). En el ámbito sertanejo, específicamente, hay un amplio proceso histórico de inter-relaciones culturales del cancionero latinoamericano con los géneros de matriz rural. Ese proceso tuvo inicio con la introduc- ción de la música paraguaya a mediados de la década de 1930, un poco antes de los primeros corridos lanzados en la década siguiente. Por abrigar tantas vertientes distintas, al mismo tiempo, es impres- cindible enfatizar que el aspecto más rico y sui-generis del segmento Apartado I. Prolegómenos y argumentos sertanejo tal vez esté en su fecundidad estética delante de la música del “extranjero” 3. Por esto su gran pluralidad de ritmos. Frente a cualquier paradigma o formalidad, cabe observar que hay un tipo de permisividad sin reglas entre los músicos que se apropian de la música de ese “otro”. Y después, valiéndose de la malicia, (re)crean los ritmos promovidos me- diáticamente de un país a otro, teniendo como base el lenguaje musical ya incorporado. Antes de figurar por primera vez en el sello de la grabadora Co-

2) Según Martha Ulhôa (2004), la música sertaneja fue comúnmente denominada caipira, exactamente en referencia a la cultura rural de donde provienen los géneros que ca- racterizan ese cancionero, tales como la moda de viola, el cateretê y el cururu. Vale de- cir que aún hoy ambos términos, dependiendo del lugar y posición, designan la mú- sica proveniente del campo. 3) A mediados de la década de 1960, la música sertaneja también sufriría fuerte influen- cia del pop/rock. lumbia la música caipira, que sirvió de base para constituir el segmento sertanejo, era performatizada estrictamente en el campo, limitada a ex- presiones lúdico-religiosas. Una vez que se tornó mercadería se volvería un negocio lucrativo para los que la comercializarían. En poco tiempo, después de los primeros discos lanzados, el segmento sertanejo sigue adquiriendo una forma compleja por abrigar repertorios y actores muy diversos, pero intrínsecamente imbricados, en razón de la propia diná- mica de la industria cultural. Muchos de estos artistas, junto con otros igualmente sertanejos, ni tan ligados a la cultura caipira, apuntaron hacia caminos no siempre diri- gidos a las tradiciones del medio rural como imaginan algunos incautos violeiros. Como observó Ulhôa (2004), a pesar de la contumaz referencia a lo rural, la música sertaneja siempre fue producida en la ciudad. Con

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro base en eso, se puede acrecentar que una vez inserta en la industria fo- 30 nográfica, se crea otra interface sociocultural con el mundo urbano. La migración del campo a la ciudad acompañaría el nacimiento y el creci- miento de la producción musical sertaneja. Una actitud menos oblicua para comprender los significados de lo que representa la música serta- neja sería observarla como una materia sonora híbrida y dinámica, que estéticamente siempre estuvo a merced de los contornos de la industria cultural. I.2 . Segmento sertanejo

A partir dessa sua apropriação pela indústria fonográfica, a música serta- neja sofrerá um crescente desenraizamento, autonomizando-se, perdendo muitas de suas características originais e passando a responder, de modo cada vez mais intenso, às solicitações do mercado” (VICENTE, 2002, p.109).

Delante de un discurso de una moda de viola, por ejemplo, no se debe proyectar una imagen gratuita e inmaculada de las duplas caipiras que tematizan el modus vivendi en el campo. Es necesario considerar que, después de décadas siendo grabada, la música sertaneja ocupa- ría un lugar insólito, que sería menos “pura” - lo que de hecho nunca fue – y cada vez más mixturada, hasta caminar hacia las bocas de los oyen- tes de radio o ser reproducida domésticamente en equipos sonoros. En efecto, la música mexicana contribuyó para que se implementasen mu- danzas estéticas en el segmento sertanejo, juntamente con otras ten- dencias oriundas de países vecinos como Paraguay y Argentina. Después de algunos apuntes sobre el segmento sertanejo y sus in- ter-relaciones musicales, se abordarán aspectos de cómo la música mexi- cana empieza a ser grabada en el segmento sertanejo. Por lo tanto, este análisis incluye sus principales actores, sin excluir aquellos de la indus- tria fonográfica, que ayudaron a tornar las rancheras, corridos y boleros un emprendimiento musical factible y lucrativo para las duplas caipiras y las grabadoras. Desde esta perspectiva, también se toman en cuenta al- gunos hechos musicales desarrollados por la música paraguaya.

La industria discográfica sertaneja Según Braz Biaggio Baccarin (2013),4 la primera empresa en invertir en el mercado de la música sertaneja, formando un elenco, fue la graba- dora Continental. Hasta tornarse independiente y dedicarse a este ni- cho, esta grabadora de Alberto Jackson Byington Jr. fue inicialmente re- presentante de la Columbia norte americana, cuya distribución perduró en su catálogo desde 19285, año en que se instaló en el país, hasta 1943. Para que esto ocurriese, paralelamente a la distribución de los dos dis-

cos de Columbia, su propietario empezó a formar su propio catálogo, Corazón Latinoamérica musical de México enfocado en la música brasileña. Desde ahí la razón de que su graba- 31 dora se tornara pionera y la principal en el segmento sertanejo, después de la compra de la Chantecler en 1972. Cuando el mercado sertanejo era incipiente, Baccarin (2013) ex- plica que la RCA Victor llegó incluso a lanzar algunas duplas, formando la “Turma Caipira Victor”, después de percibir la repercusión de la “Turma Caipira de Cornelio Pires”, en Columbia. Ellas mantenían, dos, tres artis- tas sertanejos (caipiras) para tener un producto en catálogo, pero nunca fue el fuerte de los negocios. Lo mismo se puede decir en relación a la Odeón, la tercera del parque industrial fonográfico brasileño, que tam- bién escaló algunas duplas, dentro de estas una de las pioneras, Mandy y Sorocabinha. Apartado I. Prolegómenos y argumentos Un interesante registro de la década de 1950, divulgado en una de las pocas revistas de la época, la Long Playing, fue el momento en que la dupla Zé Fortuna y Pitangueira, pionera en grabar la canción ranchera6, están firmando el contrato con la Odeón, en 1959. Llama la atención, to- davía, es la nota debajo de la imagen que dice: “Criando un novo de- partamento na Odeon: o departamento para a produção de discos ser- tanejos”. La lectura de este anuncio va al encuentro de lo que Baccarin re- portaba sobre el nicho de mercado de las transnacionales, volcadas a la

4) Ex director artístico de la Chantecler y gerente del sector sertanejo en la Continental. 5) Recordando que el marco de origen del segmento sertanejo es el año 1929, cuando son realizadas las primeras grabaciones exactamente en la grabadora Columbia, atri- buidas al periodista, folclorista y productor musical independiente, Cornélio Pires. 6) Con contrato con la Mocambo, en 1957, esta dupla grabó “Pecado Sublime”, de auto- ría de los propios músicos. Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro 32

Figura: Zé Fortuna y Pitangueira firmando contrato en la Odeón Fuente: Revista Long Playing (1959, n.17, p. 88) I.2 . Segmento sertanejo

música extranjera. Esto da a entender que la Odeón estaba buscando (re)armar su elenco sertanejo, después de darse cuenta del crecimiento y segmentación del mercado fonográfico. Atendiendo, sobretodo, a la venta de discos de las grabadoras nacionales, como la Continental y Chantecler, que estaban “estourando”, que significa vendiendo mucho7. Tener un catálogo de artistas sertanejos no siempre fue una op- ción para las grabadoras nacionales. Para Eduardo Vicente (2002), es- tas grabadoras tenían que contentarse con lo mercados más populares, una vez que no conseguían representar más al catálogo extranjero, en poder de las grandes empresas. Vale recordar que el nacimiento de la Chantecler fue similar a lo que pasó con la Continental en relación a la Columbia. Segundo Baccarin (2013), la Chantecler S.A fue creada por el grupo Cássio Muniz S.A., representante comercial de los discos de la RCA Victor en Brasil, exactamente después de perder su representación, en 1958. Delante de esto, el grupo crea un departamento musical des- tinado a la producción discográfica. Para Vicente (2010), la historia de esta grabadora:

7) Expresión corriente en el lenguaje de la época, segundo Baccarin (2015). ajuda a evidenciar o frequentemente esquecido papel das grabadoras na- cionais dentro do cenário da produção fonográfica do país, especialmente no que se refere à música regional e aos gêneros musicais ligados às po- pulações de menor poder aquisitivo – tradicionalmente menosprezados no âmbito das grabadoras internacionais instaladas no país 82010, p.77).

Es posible considerar que su aparición en el mercado coincida con el período de diversas mudanzas en el orden estructural de la industria fonográfica nacional. Conforme explica Renato Ortiz (2006), a mediados de la década de 1960 e inicio de la década de 1970, en el ámbito de la industria fonográfica, se inicia la consolidación del mercado de bienes culturales. Este autor explica que antes de este período, en la década de 1940 y 1950, surgen actividades ligadas a la cultura popular de Brasil,

todavía no hay una sociedad de consumo consolidada, condición para Corazón Latinoamérica musical de México pensar en una cultura de masas. Zan corrobora esta opinión afirmando 33 que:

a partir do final dos anos 60, verifica-se uma grande expansão dos meios de comunicação de massa e da indústria cultural no Brasil. Essa expansão atin- giu diversos ramos da indústria cultural como a produção editorial, as redes de televisão, a indústria fonográfica, cujas empresas passam a reorganizar seus processos de produção com base em novos padrões empresariais, in- corporam novas tecnologias e adotam estratégias eficazes de marketing (2008, p.4).

El surgimiento de la Chantecler se sintoniza, por lo tanto, con lo Apartado I. Prolegómenos y argumentos que ocurría en la industria fonográfica al inicio de la década de 1960. Algunas multinacionales se van a interesar en explorar el mercado na- cional, percibiendo la expansión del sector y consecuentemente su seg- mentación. Perceptibles también en un número mayor de empresas, seguido por la formación de conglomerados internacionales, reorgani- zando y controlando los medios de comunicación.

Um outro aspecto da presença do mercado é o da reorganização do setor fonográfico (...). Em seu contexto teremos, a partir dos anos 60, não apenas a chegada de novas e importantes gravadoras internacionais ao país (Philips, em 1960; Warner, em 1976; Ariola, em 1979) como o surgimento de grava- doras enquanto braços fonográficos de emissoras de TV, sendo o exemplo más importante o da Som Livre, criada pela Rede Globo em 1971. Esse fenô- meno se associa a um extraordinário crescimento do mercado fonográfico, que elevará a produção de suportes musicais no país de 5.5 milhões de uni- dades, em 1966, para 52.6 milhões, em 1979, conforme dados da ABPD (As- sociação Brasileira dos Produtores de Discos). (VICENTE, 2010, p.8)

Volviendo un poco en el tiempo, para tener una noción del número de grabadoras hasta la década de 1940, conviene observar que ape- nas tres disputaban el mercado: Odeón, RCA Victor y Columbia. Poste- riormente, surgiría la Continental (1943), la Sinter (1945), y, en seguida, la RGE (1947), la Copacabana (1948), la Todamérica (1950), la Musidisc (1953), la Mocambo (1954), la Califórnia (1959) etc. Dentro de esas gra- badoras, las que más grabarán música sertaneja hasta la década de 1970, según Baccarin (2014), fueron la Continental y la Chantecler, y en orden decreciente RCA Victor, Copacabana, Califórnia, Columbia, Tod- américa, Philips y Odeón. En esta lista, aún cabe citar el pequeño sello

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Orion, que también grababa música sertaneja. 34 La Chantecler, como se dijo anteriormente, trabajaba con varios es- tilos musicales, cuando el mercado de la música sertaneja era bastante rentable para la empresa. Baccarin, en entrevista a Vicente (2010), afirma que la Chantecler

(...) acabou sendo uma gravadora do Rio Grande do Sul, uma gravadora do Norte-Nordeste, uma gravadora do Brasil central, e uma gravadora de I.2 . Segmento sertanejo São Paulo e um pouco , no Rio de Janeiro ela entrava pouco, apesar de ter alguns artistas que fizeram sucesso no Rio de Janeiro. Então, pra mudar essa linha aí era muito complicado, então nós continuamos na- vegando nesse mesmo mar. (BACCARIN, 2007 citado por VICENTE, 2010, p.11)

Saliendo de los estudios de grabación de la ciudad de São Paulo, la música sertaneja se diseminaba a través de disco y radio, tornando el repertorio de las duplas del interior de São Paulo común a diversas re- giones del país. Y, por otro lado, atrayendo músicos de esas mismas re- giones para grabar en São Paulo. “Coração de Luto”8, uno de los gran- des sucesos lanzados por el sello Sertanejo, en 1960, es de autoría del compositor gaucho, Teixeirinha. Esa música es considerada por Baccarin (2015) uno de los mayores sucesos sertanejos del período, por la impre- sionante cantidad de discos vendidos. El maestro Itapuã (2013), cuando empezó su carrera, utilizaba aún el nombre artístico de Zorinho, salió de Maringá (norte de Paraná) des- pués de la invitación de Palmeira para grabar en el sello Sertanejo. A fi-

8) Grabada en el sello Sertanejo (PTJ), 1960. Figura: De izquierda para derecha (Jairo de Almeida, Palmeira y Poly) Corazón Latinoamérica musical de México Fuente: Revista Long Playing n.21 (1959, p.104) 35 nes de la década de 1940, también era común que algunas duplas re- corrieran esta región, junto a los circos, con vistas a ampliar el mercado sertanejo vendiendo discos y realizando shows. Dicho de otra forma, los caminos que ligaban São Paulo al norte de Paraná representaban una ruta para que las duplas caipiras difundieran la música sertaneja a otras regiones, y también una zona de confluencia entre músicos paraguayos que tenían como destino a Brasil.

La Chantecler9 Tomando en cuenta el período en que están siendo lanzados los pri- Apartado I. Prolegómenos y argumentos meros boleros y rancheras, cabria tejer algunas consideraciones sobre la Chantecler, subrayando sus años iniciales. A partir de ella es posible desprender aspectos del período que fue denominado “la gran aper- tura”, según Baccarin (2016), refiriéndose a las variadas vertientes mu- sicales que confluirán en el interior del segmento sertanejo. Es seguro decir que una de los personajes más importantes de este segmento fue Diogo Mulero. Como primer director artístico, Diogo Mulero (o Palmeira) fue quien dio a la Chantecler la dirección musical, por que le correspondió a él for- mar el elenco y así, definir los pasos iniciales de la grabadora a medida que iba contratando músicos. Antes de actuar en esta empresa, ejer-

9) Es necesario subrayar que la recurrente citación a la grabadora Chantecler se debe al acceso privilegiado a Baccarin, cuyas informaciones prestadas a mí y otros investiga- dores han permitido conocer más profundamente el segmento sertanejo, dada su ex- tensa actividad profesional en el sector. ció la misma función en la RCA Victor. Todavía, acumularía experiencias desde la década anterior como uno de los principales músicos sertane- jos de la década de 1940. En dupla, se destacan las formaciones con Pi- raci, después con Luizinho, y finalmente con Biá. A pesar de la inclinación al sertanejo, influenciada por Palmeira, la Chantecler no excluyó el sector envuelto en la “música popular”, tan poco a la música clásica. Para citar dos cantores contratados por Pal- meira, la sambista Leila Silva y Wilson Miranda, que seguía una línea más cercana a los artistas de la “”. Como era necesario formar un cast amplio para acompañar el desarrollo del mercado, la música clá- sica también fue contemplada por la Chantecler, tanto que la ópera “O Guarani”, del compositor brasileño Carlos Gomes sería lanzada cuando la grabadora completaba un año. 10

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Según Paulo Augusto Toledo (2014) , el trabajo de Diogo Mu- 36 lero no se restringía a formar solamente un elenco para la Chantecler, sino también dedicarse a la parte administrativa que lo auxiliaría. Teddy Vieira, con el cual trabajara en la RCA Victor, fue otro músico que siguió trabajando con Palmeira. Pero la cuestión giraba en torno al elenco, por que la Chantecler necesitaba de duplas caipiras. Intentando traducir ese momento, durante la entrevista Toledo (2013) resumió las palabras del presidente del grupo Cássio Muniz: “Palmeira, nós temos dinheiro, você I.2 . Segmento sertanejo veja duplas sertanejas famosas que vão vender, o que te interessar nós vamos procurar trazer para a Chantecler” (2013). La perspectiva comer- cial de Palmeira fue otra: su negocio seria investir en nuevos talentos, gesto que adoptaría tanto para el segmento sertanejo, cuanto para el popular. Adoptando esta postura, todos los nuevos artistas tenían que pa- sar por su aprobación. Antes de firmar el contrato, sobretodo cuando la dupla era nueva. Toledo era uno de los que realizaba el primer filtro de los músicos que le enviaban las grabaciones. En seguida, si era seleccio- nado el audio, convidaba al músico para hacer una grabación simple en un cassette, en el propio escritorio de la grabadora, que después seria llevada para que Palmeira aprobara o no. Para formar el elenco de la Chantecler, hubo entonces inversión en artistas en el comienzo de la carrera, lanzándolos en 78 rpm. Más barato que el LP, el disco en 78 rpm dispensaba al consumidor sertanejo, en ge- neral de bajos recursos, de la necesidad de comprar nuevos equipos de reproducción. En una entrevista a Vicente,

10) Paulo Augusto Toledo fue amigo personal de Diogo Mulero, desde los tiempos en que actuaba como radialista en Ouro Fino – MG. Fue contratado por Palmeira para ejercer funciones de asistente (o secretario particular) en la Chantecler. Baccarin aponta que um aspecto importante na estratégia da empresa para atuar em mercados marginais e de menor poder aquisitivo foi continuar distribuindo muitos de seus artistas através de discos de 78 rpm num mo- mento em que o LP já estava em vias de se tornar dominante no mercado. Com isso, assegurava sua presença junto a um público que tinha dificulda- des para substituir seus antigos aparelhos reprodutores de discos. (...) Palmeira gravava uma média de quarenta discos de 78rpm por mês con- tra apenas 5 a 6 LPs. Esse número bastante expressivo de gravações tinha como objetivo formar catálogo para a gravadora – uma dificuldade adicio- nal enfrentada pelas empresas nacionais que, diante da instalação de em- presas estrangeiras no país, tinham poucas oportunidades de distribuir ca- tálogos importados e precisavam, por isso, assegurar rapidamente a posse

de um grande número de títulos que garantisse sustentação às suas ven- Corazón Latinoamérica musical de México das. (VICENTE, 2010, p.10) 37

Y, de esta forma, Palmeira apuesta en diversos artistas promisores que llegaban a la grabadora, o en aquellos que ya habían subido algún escalón, pero que aún no eran reconocidos en el mercado fonográfico. La dupla Tião Carreiro y Pardinho, que también dejó la RCA Victor para firmar contrato con esta nueva grabadora, por ejemplo, aún no poseían ningún LP, tenían solamente algunos 78 rpm grabados. Otras duplas como Zezinho y Zorinho, Tibagi y Miltinho, Pedro Bento y Zé da Estrada, Luiz Bordon, Teixeirinha, que estaban empezando la carrera, también fir- marían contrato con el sello Sertanejo, en la Chantecler. Apartado I. Prolegómenos y argumentos

Palmeira y el Sello Sertanejo Una de las principales realizaciones de Palmeira, en el ámbito de la Chan- tecler, fue la creación del sello Sertanejo, que buscaba atender al seg- mento homónimo. Después de salir da RCA Victor habría abandonado la idea, pero en acuerdo con los propietarios de esta grabadora, Pal- meira recibió la señal de que podría llevar el proyecto de crear el sello. El pago por los discos vendidos, Palmeira lo recibiría en royalties. Dicho de otra forma, el sello Sertanejo funcionaba en el interior de la Chante- cler, con los cuidados de Palmeira y de los socios Jairo de Almeida Ro- drigues y Teddy Vieira. Según Baccarin (2014), la idea de lanzar un sello propio nació des- pués del éxito de Palmeira y Biá, con “Boneca Cobiçada” (Biá e Bolinha)11, considerado un hecho que marcaría la mitad de la década de 1950. Ofi-

11) RCA Victor (1956). Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Figura: “Pagode em Brasília” 38 Fuente: Sertanejo (1960)

cialmente, “Boneca Cobiçada” fue lanzada en diciembre de 1956, al- canzando gran éxito, que se mantendría durante el año siguiente. De acuerdo con los cambios operados en el ámbito de la música sertaneja después del lanzamiento de “Boneca Cobiçada”, este bolero podría re- presentar meramente un estilo musical siendo incorporado por una du- I.2 . Segmento sertanejo pla caipira. Pero su efecto en el segmento fue bastante más amplio que eso. Este hecho habría motivado a la dupla Palmeira y Biá a invertir en la innovación, pero lo que se vio después del éxito de este bolero fueron nuevas experiencias con ritmos extraños al universo sertanejo. De cierta forma, estos gestos daban continuidad a lo que ya venía siendo reali- zado con los ritmos paraguayos en la década anterior. Es interesante observar que “Boneca Cobiçada”, según Baccarin (2016), fue concebida inicialmente por Bolinha como una guarania, pero por sugestión de Biá, fue grabada como bolero. Es decir, dos de las principales tendencias de la época. Siendo así, en 1957, lanzarían el bolero mambo “Tua sombra”, com- posición de Palmeira, y, en seguida, los foxs “Abc do sertão”, de Palmeira y Biá, y “Beijei... gostei...” (Jair Gonçalves). En 1958, en el mismo disco, lanzarían otro bolero, “Se ela voltasse”, de Biá e Bolinha, además del samba-canción “Flor do Lodo” (Biá e Goiá). En este mismo año, graba- rían aún el “Baião da Serra Grande”, de Fred Willams y Palmeira, y otro bolero, “A feiticeira”, compuesto por Leonel da Cruz y Palmeira. Al final, sintetizan esas incursiones sobre aquellos géneros con un LP de diez pulgadas titulado “Boneca Cobiçada” (1958). México Corazón Latinoamérica musical de México Figura: “Boneca Cobiçada” 39 Fuente: RCA Victor (1956)

A pesar de que este LP era un montaje con las músicas citadas an- teriormente, la producción de este disco por Palmeira y Biá contrasta ra- dicalmente con cualquier otro trabajo lanzado hasta entonces, así como los que vinieron después. “Boneca Cobiçada” representaría así una ex- periencia radical en la década de 1950, período que Baccarin (2016) sintetiza como “a grande abertura”. Con este bolero, afirma Allan de Oliveira, “(...) o gênero tornou-se extremamente comum, sendo central no trabalho de duplas como Palmeira e Biá, Irmãs Galvão, Duo Glacial, Nenete e Dorinho, Pedro Bento e Zé da Estrada, dentre outras” (2009, p.300). Apartado I. Prolegómenos y argumentos La apertura musical proporcionada por influencias musicales varias, expone diferentes visiones e intereses de las grabadoras del segmento sertanejo. Una frase, que resume bien el contexto musical del segmento sertanejo en este período, fue proferida por Palmeira más o menos en el año de 1960, se acuerda Baccarin (2016):

Certo dia o Palmeira entrou na minha sala, ainda na Av. Rio Branco, e disse estas palabras: “Braz, a partir de agora no fale más en música caipira e sim música sertaneja, pois no podemos considerar música caipira a guarânia, a rancheira, o bolero, o tango, o fox balada etc.” Pode-se dizer que isso se confirmou a partir do grande sucesso de Boneca Cobiçada, me parece, en 1956 (Baccarin, 2016).

Pese a la apertura y la pluralidad de los ritmos grabados por las du- plas, el término “música caipira” parecía poco convincente para designar la diversidad musical del segmento. Al contrario de “caipira”, restrictivo y limitante, sertanejo sería – así entendido por Palmeira –, suficientemente amplio para abarcar la música caipira y todas las tendencias que surgie- ron a partir de sus inter-relaciones con la música latinoamericana. Inclu- sive el término “sertanejo”, prontamente pasaría a adjetivar las duplas en detrimento del caipira. En otras palabras, Palmeira se refería a las mudanzas para las cuales su dirección artística fue determinante, principalmente por incentivar y promover la apertura del segmento sertanejo, lo que ya hacía desde la época en que actuaba en dupla en la década de 1940. Pero la postura de Palmeira no era en lo mas mínimo disonante, al contrario, se sumaba a la visión de otras grabadoras que también lanzaron música del reper- torio sertanejo mezcladas con el cancionero latinoamericano.

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Delante del éxito del sello Sertanejo, las grabadoras competidoras 40 crearon también “etiquetas” específicas para aquel determinado tipo de estilo musical: la Continental creó el sello Caboclo; la Copacabana, el sello Sabiá; la RCA Victor, el sello RCA Camden. Quedaba así segmen- tado el producto vendido por determinado sello, aunque eso no ayu- dase mucho en la venta del producto, según Baccarin (2014). Guiándose por su visión, lo que vende es el artista y no la marca de la empresa.

I.2 . Segmento sertanejo El campo de la música sertaneja En la década de 1950, una dupla podría mantenerse fiel a las tradiciones representadas por las músicas de vertiente caipira, o intentar introducir ritmos paraguayos en su repertorio. Con la música mexicana en eviden- cia, representada por varios géneros, se abría otra opción estética, que se sumaba a los tangos. Oliveira, discute esta cuestión en torno de las aperturas del segmento sertanejo a partir de la noción de campo. Para este autor,

o campo da música sertaneja, até então, estava cindindo en duas posições: un valorizando as raízes caipiras da música sertaneja e que usava a expres- são “música caipira” para denotar a su prática e diferenciá-la da otra po- sição, constituída por una música sertaneja aberta às influências externas e que utilizava a expressão “música sertaneja” para se denotar. (OLIVEIRA, 2009, p. 314).

Frente a estas dos posiciones del campo, hubo canciones cuestio- nando las mudanzas que operaban en la estética de la música serta- neja. Vieira y Vieirinha serían una de las duplas que manifestaría su des- contento con los rumbos del segmento y con las resonancias de nuevas ideas y comportamientos, que circulaban en la época con la moda “Vio- leiro cabeludo” (Roque José de Almeida y M. Alice)12.

Os violeiros que no sabe Agora tem que sabê Que o estilo do pagode É o mismo cateretê

Aprendi cantar pagode Desde o tempo de criança O pagode no sertão É o recorte que nóis dança

Pra dizer bem a verdade Corazón Latinoamérica musical de México Tem dia que eu fico triste 41 É de ver certos playboy13 No radio cantando triste

Eu falo bem declarado Eu gosto de falar poco A dança do rock-in-roll Parece dança de louco

Nóis canta moda de viola Cantar tango eu no quero Aonde que ya se viu Apartado I. Prolegómenos y argumentos Caipira cantá bolero

É un ditado mucho cierto Que o feijão cria de tudo A ciudad ya tá cheia De violeiro cabeludo

Dos programa sertanejo Nosso radio é una escola Já tem italiano e turco Cantando moda de viola

12) LP Garça Branca (1966). 13) Todos los subrayados son míos. Tem violeiro da voz grossa Igual ronco de trovão O besouro también ronca Mas no apaga o lampião

“Violeiro Cabeludo”14 representó una clara señal acerca de la preocupación de esta dupla con las tradiciones de la música caipira de- lante de la apertura sistemática de la música sertaneja al mercado fono- gráfico. Sin duda, una de las consecuencias de ese proceso de apertura que se intensificó en la década de 1950, fue el alejamiento de la “tradi- ción” de la música caipira por parte las duplas y la consecuente aproxi- mación de otras vertientes como el tango , el bolero y posteriormente con el rock y la balada.

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro A pesar de haber surgido en la década de 1960, el ritmo pagode 42 mencionado en la primera estrofa representaba - junto con el cateretê - un tipo de música que mantuvo las “raíces” de la música caipira, aunque fuese una innovación en aquel momento. Aún cuando no se habían re- ferido directamente a la ranchera, las innovaciones advenidas con la mú- sica mexicana, basadas en el estilo de los grupos de mariachis, causaron igualmente reacciones adversas. A su vez, el corrido “Rancho Alegre” (Felipe Bermejo )15, que puede I.2 . Segmento sertanejo haber sido la primera versión de un corrido grabado por una dupla, ilus- tra sutilmente algunas cuestiones relacionadas al campo de la música sertaneja y que se van a reflejar en las opciones estéticas de los com- positores y duplas. “Rancho Alegre” fue grabado por la dupla Xandica y Xandoca, con la participación del cantor Marino Gouveia, en 1943. Es una versión de Ariovaldo Pires, también conocido como Capitão Fur- tado, uno de los compositores que se dedicó a crear versiones en portu- gués del cancionero latinoamericano. Desde primer contacto con esta obra, se nota la estilización del len- guaje de la dupla, aproximándola a la variante lingüística del portugués caipira. En la transcripción de la letra que sigue, se percibe que hay una idealización del mundo rural como un lugar donde se encuentra la fe- licidad y sinceridad. De acuerdo a lo expuesto anteriormente, en esta década predominaban los ritmos ligados a la matriz cultural caipira, y al personaje (caipira), cultura exaltada en esta composición.

14) Para Mello y Novaes, “A moda do cabelo cumprido e da barba desarrumada surge no final dos anos 60, como símbolo de afirmação e de protesto de uma nova geração “avançada”, mas depois vai sumindo. Alguns homens passam a usar bolsa nos meados dos 60”. (1998, p. 571) 15) Rancho Alegre (1941) es el mismo del título de la primera comedia ranchera estre- nada por Miguel Aceves Mejía. Lá na roça, Rancho Alegre É que tem felicidade Pois aqui entre os caipira16 É que há sinceridade

Vivo alegre no meu rancho No sertão do meu Brasil Escondido entre as montanhas E onde o céu tem cor de anil

(Refrão) Rancho Alegre é meu ninho O meu ninho perfumado de jasmim

Onde guardo con carinho Corazón Latinoamérica musical de México Meu benzinho que é tudo para mim 43

No meu rancho tenho tudo Boa água e sor también e una terra fresca e boa Onde tudo nasce bem

Cuando acabo minha lida Na varanda eu vou sentar Tendo ao lado o meu benzinho E no céu lindo luar Apartado I. Prolegómenos y argumentos

(Refrão)

Só me falta é una coisa Que bem loguinho chegará Como estou casada a poco Vocês pode adivinhar

Há de ser, estou bem cierto Um bonito rapagão Que será también caipira Bom no laço e no violão

(Refrão)

16) Los subrayados son míos. Este mismo corrido sería regrabado por Nenete e Dorinho, en 195817, todavía, con algunas alteraciones en los versos de la primera y de la penúltima estrofa. Se trata de la substitución de la palabra “caipira” por “esta gente” (Pois aqui entre esta gente), y después por “roceiro” (Que será también roceiro). Las substracciones del término “caipira” de una versión a otra, permite entrever algunas cuestiones en el interior de este segmento, que remiten a la visión estigmatizada sobre el mundo ru- ral y por consiguiente, de la cultura caipira. Es preciso comprender que en la década de 1950, el término caipira (que adjetivaba la viola), no so- naba de acuerdo con el ideal de modernidad que se instauraba en el país, fuera de tono del ritmo creciente de industrialización y urbaniza- ción18, que afectaba también el sector fonográfico19. Se suma a esa substracción del término, el hecho de que la dupla

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro ya no pronuncia caricaturalmente palabras como “sor” (“sol”), otra marca 44 estereotipada del lenguaje caipira. Y aún sobre el primer verso, como es característico en esta variante lingüística, la concordancia nominal -“os caipira” - no es presentada de acuerdo con la norma culta de la lengua. Ciertamente el acento de Nenete y Dorinho denota trazos lingüísticos regionalizados del interior paulista, pero no se percibe la necesidad de valorizar tal acento forzosamente. En la supuesta visión de las duplas caipiras, el ritmo del bolero des- I.2 . Segmento sertanejo virtuaba la estética musical de la cultura caipira. Para estas duplas, la mú- sica caipira debería mantenerse a partir de la música de viola, conforme a los ritmos citados anteriormente: moda de viola, cururu y cateretê. Con el bolero y el fox, por ejemplo, la viola sale de la escena, como ya venía aconteciendo con el uso del acordeón para tocar el tango. Pero la cues- tión central de ese episodio es bastante más compleja y va al encuentro de aquello sobre lo cual se llamó la atención al inicio de este texto: la po- rosidad del segmento sertanejo.

17) “Rancho Alegre” fue grabado, primeramente, en el lado A del disco 78 rpm, por la RCA Victor. El lado B de esto disco sería ocupado por otro corrido, “Mexicanita” (Ana- cleto Rosas Jr y Nenete). Posteriormente, “Rancho Alegre” sería grabado en el año si- guiente, no LP Nenete y Dorinho, volume 1 (1959). 18) Segundo Mello e Novaes, “entre 1945 e 1964, vivemos os momentos decisivos do pro- cesso de industrialização, com a instalação de setores tecnologicamente mais avança- dos, que exigiam investimentos de grande porte; as migrações internas e a urbani- zação ganham um ritmo acelerado (1998, p.560-561). 19) La dupla Milionário y José Rico, por ejemplo, al adherir a las innovaciones estéticas in- troducidas por la música mexicana ya en el inicio da década de la 1970, se asumen como una dupla sertaneja, por las mismas razones expresas que pesaban sobre el ter- mino caipira. Señales del apertura Para entender esta permeabilidad del segmento sertanejo con la mú- sica mexicana, es necesario retornar a los primeros años de grabación, porque otras tendencias musicales estaban diseminándose largamente, proporcionando a este segmento una faceta intercultural con los ritmos latinoamericanos. A decir verdad, el proceso de mezclar la música ser- taneja con los géneros latinos, se iniciará un poco antes de los primeros corridos de la década de 1940. Según Higa (2010), a mediados de la dé- cada de 1930 fueron grabadas las primeras músicas paraguayas:

O primero disco 78 rpm com músicas paraguayas gravado no Brasil (Co- lumbia 8.147) foi lançado entre fevereiro de 1935 e fevereiro de 1936 e continha em um dos lados a guarânia “Al Paraguay” (matriz 3146) de Agus-

tin Cáceres e Santiago Parissi e do outro lado a polca (paraguaya) “La can- Corazón Latinoamérica musical de México ción del arriero” (matriz 3147) de Agustin Cáceres, D.G.Serrato e Torres. O 45 intérprete de ambos os lados é Agustin Cáceres e o disco foi relançado – provavelmente – em agosto de 1939 (Columbia 55.108), o que indica seu considerável sucesso comercial (2010, p. 120).

Pero los primeros músicos sertanejos en grabar una guarania fue- ron Nhá Zefa e Nhô Pai, “Morena Murtinhense”20, composición de este último, lanzada por la Odeón en 1941. Posteriormente, la novedades rítmicas introducidas por la guarania seguirán proliferando entre los ar- tistas sertanejos. Palmeira sería uno de los que vendrían a adherir a es- tas novedades. Observándose su discografía, es posible percibir que su posición artística es bastante eclética en relación a la estética sertaneja, Apartado I. Prolegómenos y argumentos además de haber sido uno de los precursores de lo que vino a ser lla- mado moda campeira, un ritmo surgido en la década de 1940. Baccarin (2016) afirma que la moda campeira sería fruto de las ten- tativas “frustradas” de Palmeira por incorporar el ritmo de la polca para- guaya, versión de la historia oída por Él a través de Nhô Pai. Refiriéndose a esta cuestión rítmica entre los músicos brasileños, el maestro para- guayo Oscar Nelson C. Safuan García, uno de los principales arreglado- res del segmento, aborda esta cuestión de los ritmos paraguayos de la siguiente manera:

A polca levaria más tempo para penetrar, pela dificuldade que tinham os músicos e cantores en assimilar o ritmo pela sua velocidade e, principal-

20) “Morena Murtiense” hece referencia a una persona de Porto Murtinho, ciudad locali- zada en el extremo oeste brasileño, Estado del Mato Grosso do Sul, fronteriza con Pa- raguay. mente, por ser em compasso de 6/8, sendo bem interpretado só pelos artis- tas paraguayos. Daí gerar tal inconveniente, a polca foi então o motivo ins- pirador direto para posterior aparição do rasqueado, ritmo este exatamente igual, situando-se entre a guarânia – lenta – e a polca – rápida -; eliminando a parte melódica, un dos elementos que dificultava muito a interpretação da última. (2004, p. 14)

Algunos factores habrían contribuido al éxito musical del país ve- cino en Brasil, aunque la mediación de la industria fonográfica fuese una instancia más o menos común, tanto a Paraguay como a México. Ha- biendo sido grabadas en espacios de tiempo muy próximos, es posible vislumbrar algunas cuestiones que justifican la primacía de la música pa- raguaya en Brasil. El trabajo de Higa (2010) analiza varios aspectos his-

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro tóricos de la guarania, aunque no fue su preocupación problematizar las 46 diferentes formas de diseminación de esas dos vertientes incorporadas por los músicos sertanejos. Sin duda, el factor geográfico fue uno de los motivos del privilegio de inserción de la música paraguaya en Brasil por sobre la mexicana. A decir verdad, antes de ser grabada en disco y diseminada por la radio, la música paraguaya ya era parte “físicamente” del mundo cotidiano de las poblaciones fronterizas al oeste de Brasil. En el Estado de Mato Grosso y I.2 . Segmento sertanejo Mato Grosso del Sur, según Higa (2010), la presencia de inmigrantes pa- raguayos fue importante, desde el punto de vista económico y cultural, para la ocupación de la región, sobretodo, por compartir muchos aspec- tos culturales en común. En la única parte de su texto en la que hace un paralelo con la música mexicana, este autor entiende que:

é preciso notar que essa conexão não se deu de forma uniforme para todos os gêneros, pois se os boleros e corridos mexicanos, bem como o tango argentino estavam presentes nas produções cinematográficas, as polcas e guarânias do Paraguay contavam apenas con a presença física – e, claro, através da fonografia – dos músicos que percorriam o país no circuito de cir- cos, emissoras de radio, boates e zonas de prostituição. Talvez seja ese un dos motivos que levou músicos paulistas como Capitão Furtado (Ariovaldo Pires), Nhô Pai, Mário Zan e Raul Torres a empreenderem diversas viagens ao país vizinho para ouvir in loco o repertorio que tanto os intrigavam e ao cual não tinham acesso com a misma facilidade dos otros gêneros latinos (2010, p.43-44)

Los músicos brasileños citados por Higa (2010) - Capitão Furtado (Ariovaldo Pires), Nhô Pai, Mário Zan e Raul Torres - serían algunos de los que establecerán contacto directo con la música paraguaya por me- dio del circo. Ulhôa (2004) también había observado el tránsito de ar- tistas sertanejos en largas jornadas con los circos itinerantes. Paulo To- ledo (2013), afirma que en cierta ocasión a fines de la década de 1950, fue a Paraguay, junto con Palmeira y el arpista Luiz Bordon, con el fin de contactar músicos locales, en busca de repertorio para el mercado ser- tanejo. Hay que destacar también que diversos músicos paraguayos fue- ron progresivamente incorporados al segmento sertanejo, trasladán- dose a la capital de la industria sertaneja. En este lugar tenían la fun- ción estratégica de tocar los ritmos de su país, una vez que los músicos brasileños, en principio, no lo hacían bien. Además de la importancia del maestro Oscar Safuan para la historia del segmento, cabe citar aún

los arpistas Papi Galán y Luis Bordon, cuyo LP Harpa en Hi-Fi, de 1959 Corazón Latinoamérica musical de México del sello Sertanejo, fue el primero íntegramente grabado con ese instru- 47 mento lanzado en Brasil. En la lista de discos sertanejos de la Chantecler, divulgada por la Revista Long Playing, los más vendidos durante el ano 1959, aparecen el “Baião do Suco-Suco”21, grabado por Palmeira y Biá y el bolero “Só Deus”, también por la misma dupla. Es interesante notar que dos gua- ranias aparecen demarcando la presencia y el éxito de la música pa- raguaya: “Quero beijar-te as mãos”, grabada por las Irmãs Galvão, e “Oração de amor”, por José Lopez. Todavía, vale reparar que la revista hace una nota destacada al arpista Luiz Bordon,

Luiz Bordon durante o ano findo, foi un verdadeiro fenômeno no campo do Apartado I. Prolegómenos y argumentos disco, foi o artista que mis vendeu, conseguiu suplantar todas as paradas de sucessos, não em parada mas em venda de discos, portanto é justo que façamos um destaque especial do seu nome, realmente, foi ele quem mis vendeu disco na Chantecler, cujo repertório damos abaixo (1960, p.109).

Otro disco suyo, el LP A harpa e a cristandade (1964), es parte de la memoria musical brasileña. Compuesto por versiones instrumentales de cantigas de natal, este disco fue desde su lanzamiento, y hasta el día de hoy, tocado en los fines de año en tiendas por departamento. Ade- más de la elevadísima cantidad de discos vendidos, este disco funcionó como una trilla sonora de la propaganda de productos variados, cuyos alto-parlantes quedaban posicionados en la entrada de las tiendas.

21) En verdad, “Baião do Suco-Suco” es una versión de Sertãozinho de “El suco-suco”, del cantor y compositor boliviano Tarateño Rojas (Rigoberto Rojas Suárez), que ganaría gran número de grabaciones alrededor del mundo. Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro 48 Figura: Lado A - Você (canción ranchera) Fuente: RCA Victor - Nenete y Dorinho (1957)

Paralelamente a los ritmos de bolero y guarania, que representa- ban la presencia de la música del extranjero y del segmento sertanejo, es necesario retomar una cuestión importante sobre su primera fase para comprender las ideas inscritas en el sello Sertanejo creado por Pal- I.2 . Segmento sertanejo meira. Como frisó Ulhôa (2004), en la medida que los ritmos eran incor- porados por las duplas, ellos seguían coexistiendo con la música tra- dicional, que tenía la viola caipira y los ritmos de matriz cultural caipira como su mayor representante. Mirando esta cuestión más de cerca, en un disco de 78 rpm, el lado A podría traer una pista de moda de viola, mientras el lado B, podría contener una guarania. Cuando entraron las rancheras en el mercado fonográfico, las posibilidades de combinación aumentaron. El disco po- dría ser combinado tanto con un cateretê como con un tango. En este último caso, es interesante percibir que el disco vendría íntegramente dedicado a los ritmos extranjeros, lo que no significaba que el próximo lanzamiento repetiría la misma fórmula. Como una dupla podría lanzar hasta tres discos de 78 rpm en un año, las combinaciones rítmicas segui- rían alternándose.

Medio a Medio En el caso de los LPs, que contenían obviamente un número mayor de músicas por lado, es posible notar la misma estrategia de equilibrar el repertorio a fin de atender a las demandas de los consumidores. Nótese que el mercado sertanejo, en la medida que se ampliaba, también iba México Corazón Latinoamérica musical de México 49 Figura: Lado B Caminho da Amargura (tango) Fuente: RCA Victor - Nenete y Dorinho (1957) diversificándose para incluir a los descendientes de la población de in- migrantes rurales que nacieron en medios urbanos. De todas manera, gran parte de las duplas seguían con el repertorio en torno a los ritmos caipiras, ya que habían consumidores que les garantizaban la venta de sus discos y la audiencia de los programas radiofónicos. Tião Carrero y Pardinho fueron una dupla que surgió en la década de 1950 y se consagraron como “auténticos” tocadores de la música de viola, a partir del ritmo del pagode sertanejo. Este ritmo, que se conso- lida en la década de 196022, se torna un caso aparte dentro de este mul- Apartado I. Prolegómenos y argumentos tifacético contexto musical, elevando la viola caipira a otro nivel. Pun- teos llorosos y perezosos, que marcaban las toadas y modas de viola, comienzan a ganar contornos melódicos más agitados y vigorosos a tra- vés del pagode. Con el repique del pagode se acuña un tipo de combi- nación poli-rítmica peculiar entre la guitarra y la viola, pero también se nota otro nuevo elemento musical, sutilmente implícito en la guitarra – un ritmo derivado de la rumba. En fin, la valorización de ese instrumento por medio del pagode se contrapone simbólicamente a la “línea evolutiva” de la música sertaneja, cada vez más atrayente para las duplas dispuestas a embeberse de la música extranjera. Todavía, al observar los primeros discos (en 78 rpm), se nota cierta ambigüedad en el repertorio de la dupla, que puede vi- sualizarse mejor en el primer LP Rei do Gado (1961). Lanzado por el se-

22) Entre los guitarroneros, “Pagode em Brasília” (Teddy Vieira y Lourival dos Santos), lan- zada en 1960, por el sello Sertanejo, marca el surgimiento del ritmo del pagode. llo Sertanejo de la Chantecler. En Rei do Gado prevalece una miscelánea de géneros, siendo una parte envuelta por la música sertaneja y la otra mezclándose con la música latino-americana.

Pista Composición Ritmo Lanzamiento en 78 rpm 1 Alma de Boêmio tango 1960 2 Borboleta de Asfalto canção rancheira 1960 3 Punhal da Falsidade tango 1960 4 Amigo Sincero canção rancheira - 5 Teus Beijos tango - 6 Despedida balada 1961 7 Tormento tango 1960 8 Nove e Nove pagode 1961 Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro 50 9 Rei do Gado moda de viola 1958 10 Urutú Cruzeiro lundú 1957 11 Minas Gerais pagode 1961 12 Carteiro cateretê 1961 13 Pagode en Brasília pagode 1960 14 Maria Ciumenta rancheira - I.2 . Segmento sertanejo En verdad, este LP es una remontaje del que ya había sido lan- zado en 78 rpm, excepto por tres músicas que eran grabaciones inédi- tas. De un total de 14 pistas, conforme a la designación de la cubierta se encuentran: 4 tangos, 3 rancheras23, 1 balada; 1 cateretê, 1 lundú, 1 moda-de-viola, 3 pagodes. Nótese que además de la música mexicana, marcada por rancheras, aún constan en el repertorio cuatro tangos, que sería otro género presente en el segmento sertanejo, asociado al timbre del acordeón, siempre matizando los arreglos. Para hacer justicia a la diversidad del repertorio, así como mostrar cuanto el segmento estaba diluido por tantos ritmos distintos, la imagen de la cubierta de ese LP muestra a Tião Carreiro e Pardinho vistiendo una indumentaria bastante más próxima a un vaqueiro del sur que propia- mente a un personaje rural del interior paulista. Siendo así, a pesar de que la dupla se presenta como representante de la cultura caipira, el re- pertorio muestra claramente que el mercado fonográfico ya no se con- centraba en la región centro-sur, de acuerdo a lo que puntualizó Bacca- rin anteriormente. Vale precisar que, a pesar del eclético repertorio, es la pista nueve,

23) “Maria ciumenta” – lanzada por la dupla Hermanos Souza y Caçula en 1957, pero, consta solamente la autoría de Bolinha. la moda de viola “Rei do gado” (Teddy vieira), la que da nombre al disco, y no una ranchera o cualquiera de los pagodes. En este primer LP, lo que se ve es una tentativa de equilibrar el repertorio medio a medio, tendencia que se manifestará en los discos de otras duplas, pero sola- mente mientras el gusto por la música de vertiente caipira represente una parte del mercado que valga la pena ser reconocida. Tião Carreiro y Pardinho se inclinarán por la música de viola después del reconoci- miento del ritmo del pagode, pero no todas duplas que empezaron to- cando cururu seguirán la misma dirección.

Los amantes de la ranchera El mejor ejemplo de lo que estaba aconteciendo en el mercado delante de la “gran apertura” fue lo que pasó con la dupla Pedro Bento y Zé da

Estrada. El primer LP de esa dupla fue grabado en el año 1957 por la Corazón Latinoamérica musical de México Continental, y está compuesto por una folia de reis24, “Santos Reis” (Pe- 51 dro Bento y Paulo Victor), y por el tango “Teu Romance” (Zé da Estrada, Pedro Bento y Braz Hernandes). A juzgar por los ritmos, el contraste es- tético entre las dos pistas no deja dudas en cuanto a los polos que ocu- paban cada lado del disco, estampando musicalmente lo que estaba su- cediendo en el interior del segmento. Dos anos después, la fórmula más o menos se repetía. La dupla lanza a través de la misma grabadora el segundo disco con las músicas “Taça de Dor” (Benedito Seviero y Nízio) y “Seresteiro da Lua” (Zé da Es- trada, Pedro Bento y Cafezinho). Como ya era de esperar, la producción del disco precisaba tomar cuidado de incluir ritmos diferentes, evitando que el disco pudiese sonar monótono. Para entender mejor la cuestión, Apartado I. Prolegómenos y argumentos la declaración de Zé da Estrada, muestra el comentario del técnico del son Alberto Calçada:

Um dia, o Calçada falou para o Pedro Bento que o ritmo da música “Seres- teiro da Lua” era valseado e “Taça da dor”, también, e que no ficava bem duas músicas com o mesmo estilo, no mesmo disco. Pedro Concordou e pediu para colocar “Taça da Dor” como canção ranchera e, assim, nasceram as músicas Rancheiras. (ZÉ DA ESTRADA, 2013, p. 56)

Interesante de observar que la casi desapercibida redundancia rít- mica del disco fue uno de los factores que culminó con la elección de la canción ranchera por Pedro Bento. Aunque las palabras de Zé da Es-

24) Se supone que quieren decir que el ritmo “folia de reis” está inspirado en el grupo de folia de reis, cuya música tiene connotación religiosa y con algunas particularidades en la manera de arreglar las voces. trada sobre el gesto de su compañero transparentan que la elección del ritmo se dio espontáneamente, casi aleatoriamente, la semejanza rítmica entre el valseado y la canción ranchera ya había sido percibida por estos músicos (y por los directores artísticos de las grabadoras). Para Baccarin (2015), el éxito de este género en el segmento se debe exactamente a esa semejanza del ritmo. Segundo su opinión, la di- ferencia entre ambos estaría en el timbre de las trompetas de los maria- chis, mientras que el valseado sertanejo mantenía como base el acom- pañamiento clásico con viola y guitarra. En otras palabras, sacando las trompetas del arreglo, una ranchera se torna un valseado, aunque se sepa que un género no se caracteriza solamente por el ritmo. En este momento en que está aumentando el número de grabacio- nes de los ritmos mexicanos, es necesario subrayar que un año antes de

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro la referida ranchera “Taça da dor”, la dupla Sulino y Marroeiro, que en- 52 carnaba el perfil y el repertorio de una dupla caipira, también se lanzaba a la música mexicana con otra ranchera “Sete Léguas” (Graciela Olmos – versión de Sulino) y el corrido “Trem de Goiás (Palmeira e Biá). Aunque ya hubiesen grabado el corrido “Destino sofredor” (Sulino y Zé Fortuna) en la RCA Victor, en 1957, el hecho es que en el elenco montado por Palmeira en la Chantecler, esta dupla dejaría de grabar estrictamente los géneros de la cultura caipira. Así, “Cuatro Caminos”25 I.2 . Segmento sertanejo (José Alfredo Jiménez), suceso de Miguel Aceves Mejía, cantautor que ya despuntaba como ícono de las comedias rancheras en todo el país, se sumaría “Sete Leguas”, dos rancheras grabadas por Sulino y Marroeiro. Tal vez por este motivo, el suceso de “Quatro Caminhos”, con Sulino e Marroeiro, haya sido recordada por Baccarin (2016) como una de las rancheras importantes para levantar el género en este final de década. En todo caso, no se puede dejar de percibir que uno de los autores de la ranchera “Pecado Sublime”, Zé Fortuna, ya era compañero de Sulino en el corrido “Destino Sofredor”. Dicho de otra forma, son tres composi- tores que se dedicaron a componer música mexicana. Retornando a Zé da Estrada, su entrevista a Romildo Sant’Anna (2000) se torna una voz que contribuye para tener mayor comprensión del contexto polifónico de la década de 1950, frente a la atracción ejer- cida por la música mexicana sobre las duplas caipiras:

Em 1958, foi na época que nóis tivemo que disputá vendage de disco. Ti- vemo que partir pra outros ritmos. A gravadora queria que nóis gravasse bolero, ranchera, guarânia, maxixe, tango, corrido... Aonde estava o su-

25) “Quatro Caminhos” (José Alfredo Jiménez – versión de Sulino y Fernandes), fue lan- zada por el sello Sertanejo en mayo de 1959. cesso tremendo Miguel Aceves Mejía, que era o intérprete más fabuloso daquela época. Todo mundo imitava para tentá fazê sucesso. De modos que nóis, por ordem da gravadora, partimo copiando o estilo, disputano vendage de disco com as música ranchera (ZÉ DA ESTRADA citado por SANT’ANNA, 2000, p.358).

Al parecer, por imposición de la grabadora, Pedro Bento y Zé da Estrada, al comienzo de su carrera, necesitaron adecuarse a los géneros mexicanos que estaban en boga en aquel final de la década de 1950. Y, en rigor, serán varias duplas amantes de las rancheras: Tibagi y Miltinho, Belmonte y Amaraí, Mensagem y Mexicano, Caçula y Marinheiro, Irmãs Souza, etc., cada cual “optaría” a su manera por los caminos abiertos a través de la ranchera.

Después del primer LP “Pedro Bento y Zé da Estrada e suas ranchei- Corazón Latinoamérica musical de México ras” (1960), adoptarían al año siguiente el slogan de “Os amantes da ran- 53 chera”, que fue estampado en la cubierta del LP homónimo. La adopción de la música mexicana como paradigma para sus carreras, sería bastante duradera, al punto de romper prácticamente con el repertorio anterior vuelto a la música de viola. Fue incluso con ese slogan, como la dupla se proyectó y hasta hoy es identificada en medio sertanejo. Además de elegir algunas rancheras para sus discos, Pedro Bento y Zé da Estrada adoptaron el traje de mariachis para las cubiertas de sus LPs y también para los shows. En palabras de Zé da Estrada, las peculiarida- des del momento en que van a construir sus personajes mexicanizados:

Como as canções rancheiras e os boleros estavam fazendo muito sucesso, Apartado I. Prolegómenos y argumentos Pedro Bento entendeu que, para interpretação desses ritmos, havia a neces- sidade de una indumentária que fosse diferente daquela que, geralmente, era utilizada pelos cantadores sertanejos, isto é, no pegava bem cantar bo- lero, tango o canção rancheira usando um chapéu de palha, por exemplo. Na época, o cantor mexicano, Miguel Aceves Mejía esteve no Brasil e o Pedro Bento gostou demais da indumentária que ele usava em seu shows. Daí, ele resolveu adotar aquela roupa nos shows do conjunto. Para tanto, comprou um LP de Miguel, que possuía na capa, fotos do artista, vestindo a roupa e levou até um alfaiate que confeccionou três conjuntos da roupa desejada. Entretanto, ficaram faltando os chapéus, que foram confeccionados pelo Pe- dro e o Celinho. Quando de um show na cidade de Brotas, compraram doze chapéus de palha e, a partir deles, fizeram três chapéus mexicanos. Assim, aqueles doze chapéus foram recortados, remontados, forrados com veludo e transformados nos primeiros chapéus mexicanos “made in Brasil”. O traje caiu no gosto dos fãs e, a partir daí, o sucesso só aumentou. (2013, p. 68) Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro 54

Figura: De izquierda a derecha (Celinho, Ramón Pérez, (?), Pedro Bento e Zé da Estrada) Fuente: www.pedrobentoezedaestrada.com.br A partir de esta detallada descripción de como produjeron los pri- I.2 . Segmento sertanejo meros trajes de mariachi, se nota nuevamente la citación de aquel que alcanzó mayor prestigio en el medio sertanejo con la ranchera -- Miguel Aceves Mejía. Sobre este cantautor, se puede decir que, desde la dé- cada de 1940 su imagen fue alcanzando proyección internacional, a causa de las decenas de películas rancheras que realizó con el papel de charro cantor, exhibidas también en Brasil. Al final, su voz formaba parte inclusive de quermeses en ciuda- des muy pequeñas del interior. “Cielito lindo” (Quirino Mendoza e Cor- tés), fue una de las rancheras comúnmente dedicadas entre los (as) solteros(ras) que buscaban algún(a) pretendiente. Y entre este público cautivado por Aceves Mejía, también figuran gran parte de las duplas sertanejas, cuyo repertorio de rancheras buscaba acompañar de cerca a través de sus propias grabaciones. Además de la popularidad conquistada por la proyección de su imagen en las pantallas de los cines, sus falsetes crearían una distinción entre los cantores. Cantar en registros agudos no representaba una no- vedad en la música sertaneja, puesto que muchas duplas contaban más como tenores que barítonos, por ejemplo Tonico y Tinoco. Pero hacer uso del falsete siguiendo el estilo de Mejía, que abusaba de este re- curso, fue una innovación introducida por algunos cantores. Miltinho Ro- México Corazón Latinoamérica musical de México 55

Figura: Miguel Aceves Mejía, Pedro Bento, Sulino, Osvaldi Audi (Radio 9 de julho) Fuente: www.pedrobentoezedaestrada.com.br drigues fue uno de los que se esmeraba en emular su técnica vocal, uno de los pocos que conseguía imitarlo. La grabación de “La Malagueña” (Elpídio Ramirez y Pedro Galindo)26 es un claro reflejo de cómo su téc- nica y su estilo influenció a los músicos de las referidas duplas. A su vez, el reconocimiento de determinado cantor implica consi- derar que su éxito puede ser compartido por los compositores, puesto que son suyas las canciones. José Alfredo Jiménez y Cuco Sánchez, es- Apartado I. Prolegómenos y argumentos pecialmente el primero, fueron dos de los compositores cuyas ranche- ras fueron grabadas en el Brasil. Sería difícil precisar en qué medida sus composiciones influenciaron a los compositores brasileños que incor- poraron sus rancheras. Si la música paraguaya alcanzó primacía antes de la música mexi- cana, dado el intenso tránsito de músicos de un país a otro, el guiño hacia la música mexicana ocurriría siguiendo la producción cinema- tográfica de su país. Eso acontece cuando las Películas Mexicanas S.A (Pelmex)27 empezaron a distribuirse sistemáticamente por toda América Latina. Según Tonico Amâncio (2014), la Pelmex fue creada por el go- bierno mexicano para atender la demanda interna de los productores

26) LP Tibagi e Miltinho, Volume 5, Chantecler (1962). 27) Para Enrique Sánchez Oliveira, “la poderosa Pelmex, destinada a la distribución inter- nacional, llega a ser una de las principales distribuidoras de América Latina, compi- tiendo con las majors estadunidenses” (2003, p.190). nacionales, cuya producción había aumentado exponencialmente. Esta distribuidora instalaría su filial en Brasil en 1947, y como en los demás países, distribuiría las películas enviadas por la matriz.

Seu circuito vai se dispersar pelas principais praças cinematográficas do país, mantendo no Rio de Janeiro una sala especializada, famosa por sua arquitetura singular, o cine Azteca, no Catete, que existiu entre 1961 e 1973. Somente na crise mexicana dos anos 1990 o México fecha a distribuidora (2014, p.1).

Para Baccarin (2015), la distribución de los filmes producidos por la Pelmex fueron determinantes para que la ranchera influenciase todo el segmento sertanejo, y fuese incorporada al repertorio de diversas du-

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro plas. En la función de director artístico, para mantenerse sintonizado con 56 los lanzamientos fonográficos de la Pelmex, Baccarin mantenía contacto directo con sus asistentes – Teddy Vieira e Paulo Queiroz – que realiza- ban consultas discográficas, sobretodo de la RCA Victor, la cual lanzaba los discos de Aceves Mejía. Su estrategia era encontrar canciones que pudiesen ser aprovechadas por alguna dupla. Además de eso, acom- pañaba el desempeño de los principales cantores del medio a partir de la radio y también actualizándose en los suplementos de la revista Long I.2 . Segmento sertanejo Playing. Otra estrategia de Baccarin para mantenerse atento, pero fuera de su expediente de trabajo, era mezclar entretenimiento con pesquisa mu- sical: semanalmente, a lo largo de la década de 1960, recorría los cines paulistas detrás de las películas distribuidas por la Pelmex. Dentro de las empresas que exhibían películas regularmente, él destacó el cine Broad- way. Así, enterado acerca de la producción mediática mexicana, Bacca- rin (2015) encontraba formas de dialogar con las duplas que llegaban con uno u otro proyecto discográfico para ser evaluado. Según sus pala- bras, después del primer filtro realizado por los otros funcionarios, nor- malmente su procedimiento sería participar, y sugerir -si era necesario- alteraciones en el repertorio, hasta llegar a la selección definitiva de lo que sería grabado. Aún cuando no es posible profundizar en el asunto, la distribución de las comedias rancheras por la Pelmex aumentaron la circulación de la música mexicana, sobretodo de las rancheras, lo que en parte expli- caría el éxito de Aceves Mejía entre las duplas sertanejas. Algunos as- pectos del proceso corroboran esta interpretación, pues la apropiación sistemática de la música mexicana en el segmento sertanejo no ocurre instantáneamente. Vale notar que en la década de 1940, los corridos pasaron prácti- camente desapercibidos por las duplas caipiras y los compositores, sin despertar de inmediato el interés por expandir el campo musical del universo rural. Además de esto, la presencia de los géneros de matriz caipiras eran predominantes en el mercado sertanejo. Tal vez por esto se constata un reducido número de corridos, así como de artistas que se dedicaron a grabarlo. La pequeña lista de los que gravaron corridos está formada por los siguientes nombres: Luiz Alvarez, Marino Gouveia, Xandica y Xan- doca, Alvarenga y Ranchinho y las Hermanas Castro. Algunas particula- ridades envuelven estos registros iniciales, empezando por los dos pri- meros nombres citados. Luiz Alvarez fue un cantor español que lanzó en Brasil, en 1941, dos corridos: “Caray con el amor” y “El vacilón”, en coau-

toría con Ariovaldo Pires. Conocido como Capitão Furtado, Ariovaldo Corazón Latinoamérica musical de México Pires sería también el creador de la versión de otro corrido grabado en 57 esta década – “Rancho Alegre” (1943), de Felipe Bermejo, grabado por la dupla Xandica e Xandoca, con la participación de otro cantor fuera del metiê sertanejo, Marino Gouveia. A partir de esta abreviada muestra de corridos de la década de 1940, cabe destacar “Beijinho doce”, del compositor Nhô Pai, grabada en la Continental, en 1945, por las Irmãs Castro, dupla que ya había re- gistrado otros dos en el año anterior. Sería necesario realizar un análisis en profundidad sobre la manera como los géneros mexicanos fueron apropiados por los músicos sertanejos. En líneas generales, se percibe que hay una preocupación en caracterizar el género con arreglos simi- lares a la versión original, lo que no siempre quiere decir que hay una Apartado I. Prolegómenos y argumentos preocupación en imprimir todas las características del género. “Beijinho doce”, a grandes rasgos, podría ser un vals o valseado, pero se presenta en el sello del disco como corrido. En cuanto a las rancheras, éstas solamente van a aparecer en la dé- cada siguiente, elevando el número de registros de la música mexicana, pero, cuantitativamente su producción debe ser relativizada delante de las dimensiones del segmento sertanejo. Difícil precisar el momento exacto en que hubo un aumento en el número de rancheras (y corridos) grabados. Aún cuando se puede tener una estimación del número de 78 rpm que fueron lanzados, sería imprescindible saber sobre la repercu- sión de estas músicas entre las duplas. En un momento dado, la insurgencia de la ranchera con capaci- dad de ejercer fuerte atracción sobre los músicos, produce un realinea- miento de sus preferencias musicales que serían grabadas desde en- tonces. Pedro Bento e Zé da Estrada, junto con otras duplas ya citadas, serían responsables por la diseminación de la ranchera en el segmento sertanejo. En la década de 1970, con la dupla Millonario y José Rico, “Es- trada da Vida”, representaría otro fase de la ranchera en Brasil.

Consideraciones finales Aunque hayan entrado en la música sertaneja más o menos en la misma época, la música paraguaya, tuvo primacía respecto a la música mexi- cana en Brasil. A lo largo de la década de 1940 su influencia fue bastante sentida por medio de la guarania, pero también a causa de la influencia de la moda campeira y del rasqueado. El éxito de Cascatinha y Inhana con la guarania “Índia”, en 1952, marca este ciclo hasta el lanzamiento de “Boneca Cobiçada” en 1956, bolero que representó el deseo de Pal- meira de ampliar la apertura del segmento sertanejo.

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Es importante señalar que si “Boneca Cobiçada” hubiese sido gra- 58 bada como guarania, seguramente no tendría la misma repercusión que en ritmo de bolero, cuyo éxito discográfico abrió el mercado para suce- sivas experiencias con otros ritmos. En el ámbito de la tradición de los géneros de matriz caipira, el lanzamiento del pagode de viola acom- paña esta línea que valoriza la innovación del segmento, incorporando géneros externos a la música sertaneja. En el caso del pagode, el ele- mento rítmico es el que fue potencializado. A lo que se suma la guita- I.2 . Segmento sertanejo rra trayendo un ritmo derivado de la rumba, segundo el maestro Itapuã (2013), bastante sintomático de este período. Impresiona que las interrelaciones culturales de la música latinoa- mericana con el segmento sertanejo atraviese décadas y que en relación a su interface mexicana aún permanezca poco estudiada. Se sabe que la ranchera, y después el corrido, desempeñaron un papel crucial en este proceso, así como la sonoridad de los mariachis se tornó la princi- pal referencia de los arreglos. En otras palabras, sobretodo la trompeta se proyectó como instrumento solista, ocupando la misma posición del harpa paraguaya, en caso de las guaranias, o del acordeón en el tango argentino. Pero tratándose de canciones, es necesario incorporar la temática impresa en los textos que compone los boleros, rancheras, corridos y huapangos. Siendo así, la influencia de Miguel Aceves Mejía, entre otros cantores, tal vez sea la parte más fácil de percibir entre las duplas serta- nejas. Pero la apertura estético-musical, implica también considerar que las diversas versiones en portugués de temas de José Alfredo Jiménez, por ejemplo, pueden haber influenciado directamente las composicio- nes de autores brasileños. Lo mismo se puede decir en relación a las co- medias rancheras y la música sertaneja. Referencias 2. ALONSO, Gustavo. Cowboys do Asfalto: Música sertaneja e modernização brasileira. 2011. Tese (Doutorado en História) - Universidade Federal Fluminense, Niterói, 2011. 3. AMANCIO, Tunico. Águia, serpente, cactus: Pelmex e os nacionalismos no cinema. Disponível em 4. ARIAS, Luis Omar Montoya. La norteña en Latinoamérica o el transnacionalismo musical cosmopolita en las periferias. (Doutorado en Música), Mérida, Yucantán, México. 2014 5. BRITO, Diogo de Souza. Negociações de un sedutor: trajetória e obra do compositor Goiá no meio artístico sertanejo. Uberlândia: Edufu, 2010.

6. CANCLINI, Néstor Garcia. Culturas Híbridas: estratégias para entrar Corazón Latinoamérica musical de México e sair da modernidad. São Paulo: Edusp, 1998. 59 7. CANDIDO, Antônio. Os parceiros do rio bonito. São Paulo: Editora 34, 2003. 8. DIAS, Saulo S. A. O processo de escolarização da viola: novos violeiros (in)ventano moda e identidades. São Paulo: Humanitas/ Fapesp, 2012. 9. GARCIA, Oscar N. Safuan. A verdadeira historia da música sertaneja. Ed. do autor, 2004. 10. GONZÁLEZ, Juan Pablo & ROLLE, Claudio. História social da música popular no Chile: de 1890 a 1950. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile e Casa de las Américas, 2005. 11. HIGA, Evandro Rodrigues. Polca Paraguaia, Guarânia e Chamamé Apartado I. Prolegómenos y argumentos - Estudos sobre tres géneros musicais en Campo Grande - MS. 01. Ed. Campo Grande, MS: Editora UFMS, 2010. 12. ______. Para hacer chorar as pedras: o género musical guarânia no Brasil, décadas 1940/50. 634p. Tese (Doutorado em Música) – Universidade Estadual Paulista, Instituto de Artes. São Paulo, 2013. 13. IDART, Departamento de Informação e Documentação Artísticas. Disco en São Paulo, Damiano COZZELLA (Org.), São Paulo, Secretaria Municipal de Cultura/ Centro de Pesquisa de Arte Brasileira, 1980 14. JACBY, Herbert. Revista Long Playing , n.22, ano IV, São Paulo: Editora H Jacby, 1960, p.109. 15. ______. Revista Long Playing , n.21, ano IV, São Paulo: Editora H. Jacby, 1959, p.104. 16. ______. Revista Long Playing , n.17, ano III, São Paulo: Editora H. Jacby, 1959, p.88. 17. KOSHIBA, Camila Gonçalves. Música en 78 rotações: “discos a todos os preços” na São Paulo dos anos 30. Dissertação (Mestrado en História), Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas da Universidade de São Paulo, São Paulo, 2006. 18. LEME, Joel Antunes (Pedro Bento). Histórias e sucesso de Pedro Bento e Zé da Estrada. São Paulo: Editora Nova Consciência, 2013. 19. MAIA, Guilherme e RAVAZZANO, Lucas. O cinema musical na América Latina: una cartografia. Revista significação. Dossiê: Estudos sobre o cinema latino-americano. 2015, v.42, n.44, p. 212 – 231. 20. MELLO, João Manuel Cardoso e NOVAES, Fernando Antônio. Capitalismo tardio e sociabilidade moderna. In: Lilia Moritz. História da vida Privada no Brasil: contrastes na intimidade contemporânea.

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro São Paulo: Companhia das Letras, 1998, (vol. 4). 60 21. OLIVEIRA, Allan de Paula. Miguilim fue pra ciudad ser cantor: una antropologia da música sertaneja. Tese (Doutorado en Antropologia Social). Universidade Federal de Santa Catarina. Florianópolis, 2009. 22. OLIVEIRA, Enrique Sánchez. Aproximación histórica al cineasta Francisco Elías Riquelme (1890 – 1977). Sevilla: Universidad de Sevilla, 2003. I.2 . Segmento sertanejo 23. ORTIZ, Renato. A moderna tradición brasileira. São Paulo: Editora Brasiliense, 2006. 24. SANT’ANNA, Romildo. A moda é viola: ensaio do cantar caipira. Marília: Ed. Unimar, 2000. 25. SANTOS, Alcino; BARBALHO, Gracio; SEVERIANO, Jairo AZEVEDO, M. A. Discografia Brasileira 78rpm (1902- 1964). 5 vol. Rio de Janeiro: FUNARTE, 1982. Disponible en Fundação . Acesso en dez 2011. 26. ULHÔA, Martha Tupinambá de. Música Sertaneja en Uberlândia na Década de 1990. In Revista Artcultura, Uberlândia, nº 9, jul-dez, 2004. 27. VICENTE, Eduardo. Música e Disco no Brasil: A trajetória da industria fonográfica nas décadas de 80 e 90. 335 p. Tese (Doutorado em Comunicação) – Escola de Comunicação e Artes, Universidade de São Paulo, São Paulo, novembro de 2002. 28. ______. Chantecler: una grabadora popular paulista. In: Revistausp, n.87, p.74-85, São Paulo, 2010. 29. VILELA, Ivan. Cantando a própria história. São Paulo: Edusp, 2013. 30. ZAN, José Roberto. Do fundo do quintal à vanguarda: contribuição para una História Social da Música. 248 p. Tese (Doutorado em sociologia), Instituto de Artes – Universidade Estadual de Campinas, Campinas, 1997. 31. _____. (Des)territorialização e novos hibridismos na música sertaneja. Instituto de Artes da Universidade Estadual de Campinas, 2004. Disponible en: . Acceso en: 1 mai. 2008.

Sites consultados 1. http://www.recantocaipira.com.br> Acceso en: mar. 2015. 2. http://www.memoriamusical.com.br> Acceso en: mar. 2016 3. http://www.violanatela.wordpress.com> Acceso en: jun. 2015. 4. http://bases.fundaj.gov.br/disco.html> Acceso en: jan. de 2016 5. http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_82/docs/El_cine_

mexicano_de_la_edad_de_oro.pdf> Acceso en: abr. de 2016. Corazón Latinoamérica musical de México 6. http://bases.fundaj.gov.br/cgi-bin/isis3g-b.pl> Acceso en: abr. de 61 2016 7. http://www.revistas.usp.br/significacao/article/ view/103432/106905> Acceso en mar de 2016.

Entrevistas 1. BACCARIN, Braz Biaggio. Entrevista concedida a Saulo Sandro Alves Dias. São Paulo, 2 de may. 2013; 22 set. 2014; 02 de may. 2015; abr. de 2016. 2. FERRAREZI, Ozório (maestro Itapuã). Entrevista concedida a Saulo Sandro Alves Dias. Santa Carmen – MT. 27 a 29 set 2013. 3. MARTINEZ, Evêncio Hana. Entrevista concedida a Saulo Sandro Apartado I. Prolegómenos y argumentos Alves Dias. Atibaia, 15 nov. 2015.

Discografía 1. ALMEIDA, Roque José de & ALICE, M. Violeiro Cabeludo. Intépretes: Vieira e Vieirinha. Garça Branca. São Paulo: Chantecler, 1966. 1 LP 2. ALVAREZ, Luiz & PIRES, Ariovaldo. Caray con el amor. Intérprete: Luiz Alvarez. São Paulo: Victor, 1941. 78 rpm 3. ______. El vacilón. Intérprete: Luiz Alvarez. São Paulo: Victor, 1941. 78 rpm 4. BENTO, Pedro & VICTOR, Paulo. Santos Reis. Intérpretes: Pedro Bento e Zé da Estrada. São Paulo: Continental, 1957. 78 rpm 5. ______. & ESTRADA, Zé da. Pedro Bento e Zé da Estrada e suas rancheiras. São Paulo: Chantecler, 1966. 1 LP 6. BERMEJO, Felipe. Rancho Alegre (versión de Ariovaldo Pires). Intérpretes: Xandica e Xandoca y Marino Gouveira. São Paulo: Columbia, 1943. 78 rpm 7. ______. Rancho Alegre (versión de Ariovaldo Pires). Intérpretes: Nenete y Dorinho. São Paulo: RCA Victor, 1958. 78 rpm 8. ______. Rancho Alegre (versión de Ariovaldo Pires). Intérpretes: Nenete e Dorinho. Nenete e Dorinho, volume 1. São Paulo: RCA Victor, 1959. 1 LP 9. BIÁ & BOLINHA. Boneca Cobiçada. Intérpretes: Palmeira y Biá. São Paulo: RCA Victor 1956. 78 rpm 10. BORDON, Luis. LP A harpa e a cristandade. São Paulo: Chantecler, 1964. 1 LP 11. ______. Harpa en Hi-Fi. São Paulo: Chantecler, 1959. 1 LP 12. CARREIRO, Tião & PARDINHO. Rei do Gado. São Paulo: Sertanejo /

Saulo Sandro Alves Días Saulo Sandro Chantecler, 1961. 1 LP 62 13. ESTRADA, Zé da & BENTO, Pedro & HERNANDES, Braz. Teu Romance. Intépretes: Pedro Bento e Zé da Estrada. São Paulo: Continental, 1957. 78 rpm 14. ______. & CAFEZINHO. Seresteiro da Lua. Intépretes: Pedro Bento e Zé da Estrada. São Paulo: Continental, 1959. 78 rpm 15. FORTUNA, Zé & PITANGUEIRA. Pecado Sublime. Intérpretes: Zé Fortuna e Pitangueira. Recife: Mocambo, 1957, 78 rpm. I.2 . Segmento sertanejo 16. JIMÉNEZ, José Alfredo. Quatro Caminhos (versión de Sulino y Fernandes). Intérpretes: Sulino e Marroeiro. São Paulo: Sertanejo, 1959. 78 rpm 17. OLMOS, Graciela. Sete Léguas. Intérpretes: Sulino y Marroeiro. São Paulo: Sertanejo/Chantecler, 1958. 78 rpm 18. NENETE & DORINHO. Nenete e Dorinho, volume 1. São Paulo: RCA Victor, 1959. 1 LP 19. ______& ORLANDO, Guilherme. Caminho da Amargura. Intérpretes: Nenete e Dorinho. São Paulo: Chantecler, 1957. 78 rpm 20. ______& PALMEIRA. Você. Intérpretes: Nenete e Dorinho (1957). São Paulo: RCA Victor, 1957. 78 rpm 21. PAI, Nhô. Beijinho doce. Intérpretes: Irmãs Castro. São Paulo: Continental, 1945. 78 rpm 22. PALMEIRA & BIÁ. Trem de Goiás. Intérpretes: Sulino e Marroeiro. São Paulo: Sertanejo, 1959. rpm 23. ______. Boneca Cobiçada. Intérpretes: Palmeira y Biá. São Paulo: RCA Victor, 1958. 1 LP 24. RAMIREZ , Elpídio & GALINDO, Pedro. La Malagueña. Intérpretes: Tibagi y Miltinho Rodrigues. Tibagi e Miltinho, volume 5. São Paulo: Chantecler, 1962. 1 LP 25. SEVIERO, Benedito & NÍZIO. Taça de Dor. Intérpretes: Pedro Bento e Zé da Estrada. São Paulo: Continental, 1959. 78 rpm 26. SULINO & ZÉ FORTUNA. Destino Sofredor. Interpretes: Sulino e Marroeiro. São Paulo: RCA Victor, 1957. 78 rpm 27. TEIXEIRINHA. Coração de Luto. Interprete: Teixeirinha. São Paulo: Sertanejo, 1960. 78 rpm 28. VIEIRA, Teddy & SANTOS, Lourival dos. Pagode em Brasília. Intérpretes: Tião Carreiro Y Pardinho. São Paulo: Sertanejo, 1960. 78 rpm. 29. VIEIRA, Teddy & PALMEIRA. Você. Intérpretes: Nenete e Dorinho. São Paulo: RCA Victor, 1957. 78 rpm. México Corazón Latinoamérica musical de México 63 Apartado I. Prolegómenos y argumentos I.3 Os “Amantes da Rancheira” Um estudo sobre o nomadismo da canção mexicana norteña para a sertaneja.1

Heloísa de A. Duarte Valente Aparecido Donizeti Rodrigues

Saudade no sertão... No dia 5 de junho de 2017, a imprensa publicava nota de falecimento do cantor sertanejo Waldomiro de Oliveira, o Zé da Estrada, aos 88 anos,

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de após dias internado em um hospital, em São José do Rio Preto. O veló- 64 rio, em Riolândia, interior de São Paulo, terra natal do músico recebeu uma legião de fãs e amigos do gênero musical sertanejo. Cantores mais jovens que foram prestar a última homenagem ao artista manifestaram- se de diversas formas: Tiago, que forma a dupla com Hugo, sertanejos da nova geração, expressou seu “carinho e admiração pela marca que deixou no meio musical sertanejo”. Para ele, Pedro Bento e Zé da Estrada construíram uma história na música sertaneja. Tiago conheceu o artista “ouvindo e assistindo a dupla, influenciado pelo gosto do meu pai, que também foi um fã incondicional da dupla”2. I.3 . Os “Amantes da Rancheira” Assim se desfazia, pela morte, uma longeva dupla de artistas filia- dos à música sertaneja. Com gravações, shows, participações no circo e no cinema, a dupla se consagrou ao incorporar elementos da canción ranchera mexicana em seu repertório – logo alcunhados de Os Amantes da Rancheira. Uma parceria profissional ininterrupta, que se estende por mais de 55 anos e que se acaba devido ao falecimento, é fato que vem se tornando pouco comum. Em se tratando de artistas, mais que um pacto entre as partes, tal longevidade da atividade está relacionada à existência de um público de ouvin- tes, que se identificam com o gênero ao qual músicos se afiliam, as condições de recepção e consumo; ao ideário de uma época e, inevitavelmente, as con- dições tecnológicas da mediatização do som: “a história da mediação tecno- lógica do som é também a história da modificação dos hábitos de prá- tica, produção e audição musical ocorrida ao longo do século XX”, afirma o musicólogo Juan Pablo González (2000, p.11). Através da escuta das

1) Os autores agradecem às importantes informações prestadas por Saulo Alves. 2) Maiores detalhes em Morre Zé da Estrada, dupla de Pedro Bento. G1, São José do Rio Preto. Disponível em:: https://g1.globo.com/sao-paulo/sao-jose-do-rio-preto-aracatuba/ musica/noticia/morre-ze-da-estrada-dupla-de-pedro-bento.ghtml. canções, particularmente a “canção das mídias” (VALENTE, 2003)3 é pos- sível conhecer a história, a cultura de um determinado grupo social, pe- los seus elementos (também musicais), mesmo aqueles mais discretos. Tais canções, não raro, são de natureza “nômade”4 e se fixam como me- mória através de um processo de territorialização (PELINSKI, 1995)5. Nesse sentido, há de se frisar o papel relevante papel das mídias na promoção de mudanças na vida social e, consequentemente, nos hábi- tos de escuta. O rádio em ondas curtas, o disco e o cinema foram essen- ciais para a consolidação dos gêneros musicais, nas primeiras décadas do século XX. Graças a eles, gêneros musicais e obras se fixaram, agre- gando elementos estéticos, que acabaram por se incorporar à paisagem sonora e aos padrões de gosto. Anos mais tarde, verifica-se a conquista da alta-fidelidade acústica, a popularização dos aparelhos de som nos

lares e em locais públicos. A relação deste ambiente com a consolidação Corazón Latinoamérica musical de México de alguns gêneros musicais não será fortuita, de maneira alguma... 65 Este texto pretende analisar o processo de movência6 (ZUMTHOR, 1997) e territorialização (PELINSKI, 1995) da canção rancheira mexi- cana na paisagem sonora brasileira assimilada como versão nômade da canção sertaneja brasileira. Nesse processo, o protagonismo da dupla Pedro Bento e Zé da Estrada, é inquestionável, tendo deixado marcas permanentes. É o que pretendemos demonstrar, nas páginas que se- guem.

Perambulando... Nota rápida: sobre caipira, “de raiz” e sertanejo Ao pesquisar sobre uma duplas sertanejas que trouxeram para o Brasil a cultura musical mexicana, entendemos ser necessário esclarecer as dife- Apartado I. Prolegómenos y argumentos renças fundamentais entre os qualificativos “caipira” e “sertanejo”. Por se

3) Por canção das mídias entenda-se a “canção inserida numa gama de variedades que tem, como traço comum, o fato de ter nascido no âmbito das mídias ou, caso seja anterior ao advento do disco, sua versão gravada tenha-se tornado modelar; ainda, a canção que, oriunda de outro contexto, tenha-se adaptado aos padrões concebidos para o disco (duração, pouca variação de intensidade e andamento, instrumentação etc.) (VALENTE, 2003). 4) Nomadismo, de acordo com Zumthor, é o mecanismo que permite ao signo poético ir-se transformando, intrinsecamente, de maneira a manter-se como memória (1997), conservando-se, dessa maneira, na paisagem sonora (VALENTE, 2003). 5) De acordo com Pelinski, este processo se dá quando, tendo fixado raízes em determinado espaço-tempo, a obra transpõe-se para outras culturas, de acordo com as feições locais. 6) De acordo com Zumthor (2014), trata-se da propriedade que os textos poéticos de natureza oral possuem, permitindo-os a se ressignificarem, transmutando-se em novas versões nômades. dirigirem a um público com muitas características em comum, não raro são interpretados como sinônimos. Antes de prosseguir, cabe fazer uma rápida distinção entre algu- mas palavras de acepções múltiplas e que, por essa razão, podem impli- car em contradições referentes as acepções dos adjetivos “caipira”, “de raiz” e “sertanejo”. Tomamos como base o estudo da socióloga Elizete Santos (2005) sobre discursos sobre autenticidades no panorama da música caipira e sertaneja, a socióloga se baseia nos textos de João Luís Ferrete (1985), Rosa Nepomuceno (1999) e Romildo Sant’Anna (2000) para apresentar as acepções particulares de cada termo e sua pertinên- cia ao tema em questão. Para Romildo Sant’Anna a música “de raiz” “remonta a tempos ime- moriais e a-históricos e se revela através da criatividade e espontanei-

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de dade do caipira”. Dessa forma, é expressão cultural de “longa procedên- 66 cia”, herdeira da literatura popular da Europa Medieval (SANTOS, 2005, p.22). “Nesta perspectiva, o modo de cantar e narrar os fatos cotidianos tal como visto nas regiões rurais do Centro-Oeste, Sul e Sudeste brasilei- ros têm uma origem histórica com os trovadores medievais” (SANTOS, 2005, p.29). Em meados do século XX, tal herança estaria se perdendo, pois, ao abdicar das “raízes”, “(...) deixa-se também de valorizar o que é ‘verda- deira’ ou ‘genuinamente’ nacional, originado quando da chegada dos portugueses ao Brasil e sua mestiçagem com negros e índios”, afirma I.3 . Os “Amantes da Rancheira” Sant’Anna. Ao mencionar isso, o autor faz referência, sobretudo, à apro- priação, por parte das duplas sertanejas modernas, dos ritmos e da ins- trumentação com influência docountry estadunidense, alheio à natu- reza da música caipira: “rural, bucólico, romântico, rude e místico”, como a define a jornalista Rosa Nepomuceno (apud SANTOS, 2005, p. 25). É esse o universo sobre o qual se assenta a cultura caipira com “os pés no presente e os olhos no passado” (SANT’ANNA apud SANTOS, 2005, p.29). O caipirismo é, pois, um modo de vida que caracteriza uma popu- lação que habita áreas rurais do Sudeste, Sul e Centro-Oeste do Brasil e que compartilha os elementos “nativos” e antigos, que se fazem presen- tes nas festividades e ritos, tal é o caso dos cânticos das Folias de Reis, das Festas do Divino e das festas de São Gonçalo (SANT’ANNA, apud SANTOS, 2005, p. 32-33). O deslocamento dos partícipes de tais práti- cas musicais implicaria, pois, em sua descaracterização. A música denominada caipira perderia o seu vigor, afirma o jorna- lista José Hamilton Ribeiro, autor de importante obra sobre o tema: “O desaparecimento do universo da música caipira tem a ver, também e principalmente, com a transformação das circunstâncias que fizeram seu apogeu, de 1920 a 1970. O Brasil daquele período era essencialmente agrícola” (RIBEIRO, 2006, p. 247). Com a migração da população rural para as cidades grandes – consequência da implantação das máquinas na lavoura – os consumidores do gênero passariam a ouvir a variante, a música “sertaneja”. O rádio seria um importante meio de difusão dessa música, uma vez que constituirá a maneira segundo a qual o camponês - não raro, desenraizado - recordará de sua vida deixada para trás. É, pois, o tempo em que ganha força a música “sertaneja”. E como se configura esse gênero? Inicialmente, há de se frisar uma distinção de natureza geográfica: como mencionamos, a música caipira é aquela praticada nas regiões Sul, Sudeste e Centro-Oeste, enquanto que a música sertaneja é a prati-

cada no Nordeste brasileiro. Sobre isso, adverte Elizete Santos, tomando Corazón Latinoamérica musical de México as palavras do pesquisador João Luiz Ferrete (1985): 67

A substituição da nomenclatura música sertaneja por nordestina para iden- tificar a produção musical do Nordeste é considerada por ele um erro e motivo de confusão entre pesquisadores. Além das diferenças geográfi- cas, características atribuídas à formação cultural da região também mar- cariam os dois gêneros, assim como a distinção entre os instrumentos principais atribuídos a cada um deles: a viola caipira e a viola sertaneja (SANTOS, 2005, p. 34-35)

A música sertaneja surge, nesta nova acepção, num outro contexto: diretamente ligada à vida urbana, será uma “‘imitação’ da vida rural nas Apartado I. Prolegómenos y argumentos grandes cidades cujo objetivo seria satisfazer as necessidades de lazer e diversão de um novo público: trabalhadores rurais, seus filhos e netos migrantes” (SANTOS, 2005, p. 32). Isto porque o homem rural, quando não convertido assalariado temporário, em “boia-fria”7, adota novas ro- tinas na vida cotidiana. Exposto isto, cabe indagar quais as estratégias adotadas pela in- dústria fonográfica para atender a essa clientela. Santos aponta diversas duplas sertanejas que vieram a atender à demanda. Para além do caipira desenraizado, havia também a tendência a estender a produção artística aos modelos concebidos para as paradas de sucesso. Produtores em- penhavam-se, assim, em criar variantes dos gêneros em voga. O momento coincidia com “rastro” deixado pelo rock da Jovem Guarda, cujo epígono era Roberto Carlos. Assim sendo, a música caipira

7) Nome dado ao trabalhador rural que carregava sua refeição para consumir fria no intervalo para almoço. deveria adotar o protocolo da canção de sucesso baseada no rock. Se- gundo Gustavo Alonso, Léo Canhoto e Robertinho seriam os pioneiros, na modalidade: “De forma inédita, guitarras, baixo e bateria eram incor- porados à música rural. Inovador no gênero, Léo Canhoto e Robertinho8 foi a primeira dupla a fundir, explícita e conscientemente, o rock da jo- vem Guarda e a música sertaneja” (ALONSO 2015, p. 47). O primeiro disco da dupla data de 1969. Daí por diante, o mercado discográfico es- taria muito bem servido em títulos dessa natureza. Derivações como sertanejo-pop, ou sertanejo romântico represen- tado por duplas como Leandro e Leonardo, Zezé di Camargo e Luciano e João Paulo e Daniel - intérpretes agraciados pela indústria fonográfica - são apontados por Nepomuceno como baluartes da descaracterização total do gênero caipira. Para a pesquisadora “(...) estas duplas teriam

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de dado ao gênero requintes total de alienação” (SANTOS, 2005, p. 38-39). 68 Não será por acaso que estes novos intérpretes assimilariam o modelo dos shows urbanos:

a moda de viola teria tudo a acompanhá-la, menos viola, e os gêneros tí- picos cederiam lugar a ‘mexicanizações’ ou ‘paraguaísmos’ gradativos, em clara demonstração de adaptação cultural ao que era comercial. Chegou- se a introduzir guitarras elétricas no acompanhamento, com justificativas de ‘modernização’ ou ‘adaptação à nova realidade’ (FERRETE, apud SAN- TOS, 2005, p.33). I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

As baladas e rancheiras ganhariam fôlego a partir da década de 1980, em uma roupagem pop - o que geraria, segundo Nepomuceno, num “abismo intransponível entre os dois mundos – o da música tra- dicional e o da sertaneja moderna”. Esse repúdio foi o motivo princi- pal pelo qual qualificativos pouco elogiosos surgissem, comosertanojos (NEPOMUCENO, apud SANTOS, 2005, p.198). Sob o aspecto da composição, pode-se afirmar que ao contrário da moda caipira - centrada no universo rural- a canção sertaneja tem cunho profano, narrando aspectos individuais da vida comezinha, no meio urbano. A viola, acompanhamento constante, perde sua importân- cia, sendo até substituída por instrumentos elétricos. Há a presença das

8) A despeito de sua pesquisa cuidadosa, Santos não cita a dupla Léo Canhoto e Robertinho. O pioneirismo da dupla é opinião endossada pelos irmãos Chitãozinho e Xororó. Para eles, Léo Canhoto e Robertinho foram os pioneiros da inovação do gênero sertanejo, ao substituir a viola pela guitarra, vestimentas da jovem guarda e cabelos longos. Que assim seguiram os rastros da dupla moderna, deixando os cabelos longos também. Assim a transformação do gênero musical sertanejo aconteceu (JORNAL SERTANEJO, 2014). guitarras elétricas, dos teclados sintetizadores, bateria, as backing vo- cals; canhões de luz iluminam o imenso e alto palco; toda uma para- fernália de equipamentos de som comuns nos mega-shows dos ídolos pop se fará necessária. A indumentária dos intérpretes vai se apropriar de adereços do caubói texano, como o cinto largo de enorme fivela e o chapéu com a aba virada (DUPRAT, 2005, p. 236). Acrescenta o autor:

Mas o que é produzido pela indústria da TV e dos shows, em articulação estreita dom a do rádio e dos discos – sempre a mesma rede, desde o iní- cio: rádio, TV, disco, show e imprensa escrita, com caitiagem e distribuição de honorários – resulta de uma leitura, ainda que grosseira e pretensiosa, por parte dos agentes de produção e distribuição, do que seja o ‘gosto po- pular’, ou seja, do consumidor (DUPRAT, 2005). México Corazón Latinoamérica musical de México Postas estas observações de ordem conceitual, cabe-nos voltar à 69 análise do repertório de Pedro Bento e Zé da Estrada e o processo de nomadismo da canção mexicana. Antes, porém, cabem algumas notas sobre a carreira da dupla.

Caminhando na estrada…. A formação da dupla se dá em meados de 1960, quando Joel Antunes Leme, o Pedro Bento (Porto Feliz, 8/7/1934), que então usava o pseu- dônimo Matinho, recém-separado do seu parceiro Matão, conhece Wal- domiro de Oliveira, o Zé da Estrada (Botucatu, 22/9/1929- Rio Preto, 5/6/2017) e o convida para formar uma dupla sertaneja. Tudo caminhava para os primeiros passos de uma longa estrada de sucesso, desde que Apartado I. Prolegómenos y argumentos os dois se conheceram no programa Manhas na roça, na Rádio Cruzeiro do Sul, de São Paulo (BARROSO, 2015) 9. A dupla seria assim “batizada” por Paiozinho, apresentador do programa da Rádio Cultura. Nos primei- ros tempos (1954-1955) eram acompanhados pelo sanfoneiro Coquei- rinho, sendo assíduos frequentadores do Programa, afirma a jornalista Sandra Peripato10 (s/d).

9) Pedro Bento e Zé da Estrada apresentaram-se inúmeras vezes no Viola, minha viola. Não constando a data exata dos programas, citamos a data de publicação no canal Youtube, da TV Cultura, de São Paulo: 15 de maio de 2009: https://www.youtube.com/watch?v=bvo78PU7p9E; 3 de julho de 2010. https://www.youtube.com/watch?v=I0wIbOeW2AI; 15 de novembro de 2010. https://www.youtube.com/watch?v=GjnDYYr2kA; 4 de outubro de 2011. https://www. youtube.com/watch?v=LbfD_3Vy5Ac; 14 de março de 2013. https://www.youtube. com/watch?v=wIG-Hda9g14; 5 de setembro de 2013. https://www.youtube.com/ watch?v=2DbB84Ll4WA 10) Não foi possível verificar as fontes mencionadas por . No entanto, Em seu blog Recanto Caipira, Peripato afirma que a dupla serta- neja criou e adotou a vertente mexicana em 1954. Entretanto, o primeiro disco, em 78 rpm, foi lançado somente em 1957. Complementa Gustavo Alonso (2015) que a partir de 1960 a dupla incorpora definitivamente a vertente mexicana. Como isso se deu? Para responder à questão, posto que as referên- cias audiovisuais ainda sejam pouco numerosas, recorremos a depoi- mentos registrados em documentos audiovisuais, como o prestigiado programa Viola, minha viola, apresentado por Inezita Barroso, na TV Cul- tura de São Paulo, por mais de 35 anos consecutivos. Na edição do dia 4 de abril de 2012, (a) dupla Pedro Bento e Zé da Estrada é anunciada pela apresentadora que, de pronto, os convida a contar sua história:

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de – ‘Antes de vocês cantarem vão matar uma curiosidade da gente. Eu queria 70 que vocês contassem como era o tempo do circo com toda essa influên- cia mexicana’. – ‘Olha, era maravilhoso, porque era um choque na plateia. Todo mundo mandava viola, violão e sanfona, alguns levavam um baixista, eram quatro pessoas. Nós chegamos e fomos metidos, pomos (sic) pistão (trompete), pusemos harpa também. Aí foi a roupa. A roupa acabou de enfeitar a feiura dos cabras aqui, né?’, brinca Zé da Estrada, enquanto a plateia ri. – ‘Ficou tudo bacana! O povo aceitou...’, acrescenta Pedro Bento. –‘E às vezes a gente enroscava o chapéu mexicano na cerca...’. A plateia ri I.3 . Os “Amantes da Rancheira” novamente. Zé da Estrada aproveita para dizer que na terceira Festa do Peão de Barretos, foram vestidos de mexicanos. Lá estava o Mariachi Var- gas: Misturamos com ele (sic), e depois daquele sucesso tremendo, fica- mos 18 anos exclusivos na Festa de Peão de Barretos’, afirma o cantor.

No programa do dia 14 de outubro de 2015, Zé da Estrada con- vida Inezita a conhecer o México. Sorrindo, a apresentadora se diz que “muito velha; não dá mais...”. Zé da Estrada lhe oferece uma canção: - “Vamos oferecer pra você com todo carinho, só pra honrar o traje. Su- cesso mexicano”, completa Zé da Estrada, que anuncia o título. Trajados de calça e colete marrom, camisa branca e chapéu branco

tal informação é parcialmente encontrada em Nepomuceno (1999). A autora cita o programa Manhãs na Roça, na rádio Cruzeiro do Sul, mas nada encontramos, especificamente, sobre Pedro Bento e Zé da Estrada, ou ainda sobre Paiozinho. De outra parte, o Dicionário Cravo Albim atesta que os artistas se conheceram num programa de na Rádio Cultura apresentado por Chico Carretel. Já o blog Recanto Caipira (PERIPATO, s/d), fala em Paiozinho ter batizado a dupla, mas, foi no programa Amanhecer da Minha Terra. Não sendo possível uma resposta definitiva, tomamos, por referência Inezita Barroso, pela sua credibilidade no tema. com a barra da aba bordada em marrom, Pedro Bento, com um sarape em sete cores: rosa, amarelo, verde claro, verde escuro, cinza, preto e branco. México Corazón Latinoamérica musical de México 71

Figura 1: Cantando no Viola, minha viola Fonte: Viola, minha viola, 04/04/2012

Passam a tocar um pot-pourri com alguns clássicos de sua carreira11. São oito músicos no palco, trajados de vestimenta mexicana norteña: ca- lça preta, camisa branca, colete bordado, chapéu preto com bordado na aba larga... uma mistura norteña, tapatía e paraguaia, ao apresentar Para- guaia, polca paraguaia, justamente... Entram em cena três bailarinas e dois bailarinos. As moças de ves- Apartado I. Prolegómenos y argumentos tido vermelho e babado branco, os rapazes com lenço no pescoço – traje típico tapatío: um, com lenço lilás; outro, de lenço preto, ambos vestindo calça preta e camisa branca. O conjunto composto por oito mú- sicos: dois trompetes, um acordeão, três violões, zabumba e maracas. Não participam desse número, permanecendo sentados, Pedro Bento e Zé da Estrada homenageiam a apresentadora Inezita Barroso, com um pot-pourri que incluiu, no repertório: Viva a Alegria (Maestro Araguary), El Jarabe Tapatío (D.P.), La Paloma (Sebastian Yradier/ J.G Es- quivel), Ay Jalisco no te Rajes (Ernesto M. Cartazar/ M. Esperon), El Ran- cho Grande (Silvano Ramos/ Maurice Valdair), La Adelita (M. Arriaga/ Jorge Eduardo Marguia). Essa é a versão apresentada pelos músicos sobre o surgimento da ideia; como foi implantada e mantida ao longo da sua carreira. Cabe

11) em: https://www.youtube.com/watch?v=MKLfboyeS2E .Acesso em 18 jul.2017. Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de 72 I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

Figuras 2 e 3: Viva a alegría e Jarabe tapatío, com Pedro Bento e Zé da Estrada Fonte: Viola, minha viola, 04/04/2012

agora indagar: Se a influência “mexicana” se territorializou no Brasil, de que maneira chegou ao país? Pedro Bento e Zé da Estrada se diferenciaram das demais duplas sertanejas tradicionais – que ainda se autodenominavam “duplas caipi- ras”. Alcunhados de “Os Amantes da Rancheira”, justamente por incorpo- rarem elementos da canção norteña, no cenário do gênero musical ser- tanejo no Brasil; não apenas pelo repertório, mas também pelo modelo performático de matriz mexicana. Sua carreira longeva conta com uma produção discográfica considerável12.

12) O Dicionário Cravo Albin registra 16 discos de 78 rpm, 104 long-plays e 15 CDs; primeira gravação 1959; último CD gravado em 2011. O blog Recanto Caipira menciona 16 discos 78 rpm, 122 long-plays e 24 CDs; primeira gravação em 1957; último CD lançado em 2012. Apesar da credibilidade do Dicionário Cravo Albim, Para entender o projeto estético e midiático da dupla sertaneja Pe- dro Bento e Zé da Estrada é necessário investigar, inicialmente, como se deu a criação da vertente norteña no âmbito do gênero sertanejo. Tal projeto envolve não apenas arranjos ou temas assemelhados, mas tam- bém apropriações de vários elementos, como vestimentas e adereços que a dupla adota para apresentações.

O mexicano norteño, em versão brasileira Para compreender melhor como se deu o processo de apropriação da música norteña, por Pedro Bento e Zé da Estrada, faz-se necessário com- preender dois conceitos estabelecidos pelo erudito Paul Zumthor: “mo- vência” e “nomadismo”. Em poucas palavras, poderíamos sintetizar os dois conceitos como correlatos: se movência remete à habilidade que

um signo comporta de transformar-se continuamente, graças aos seus Corazón Latinoamérica musical de México elementos constitutivos; nomadismo diz respeito à própria circulação 73 que o signo realiza, no tempo e no espaço; nos eixos sincrônico e dia- crônico. Esse processo se dá através de apropriações das maneiras as mais variadas. É o que ocorre com a apropriação dos mariachis norteños que che- garam ao Brasil, no modelo estético e performático de Pedro Bento e Zé da Estrada. Nesse processo, muitas variáveis entram em jogo: as possí- veis associações semânticas feitas tanto pelo compositor, letrista, intér- prete ou ouvinte\expectador. Estas ocorrem tendo em conta a formação intelectual destas pessoas, suas experiências de vida, memórias afetivas (etc.). E, não sendo bastante, cada uma dessas variáveis pode submeter- se a outras instâncias, como o grau de estereotipia. Apartado I. Prolegómenos y argumentos O que queremos sublinhar é que o nomadismo do signo musical se faz através de uma espécie de processo tradutório, servindo-se dos elementos de que a gramática particular dispõe. No caso da música nor- teña, um imaginário de um México exótico e primitivo, rural e rancheiro, de valentões machistas, ao mesmo tempo altamente emotivos e senti- mentais. (Há de se verificar o quanto tal imaginário foi concebido pelo cinema mexicano e estadunidense). Tais traços não raro serão evocados nas capas dos discos e cartazes de espetáculos. Para compreender mel- hor como tal construção é feita, vale examinar os exemplos que seguem. A adoção das vestimentas, ritmos e instrumentos adotados nos gê- neros de origem mexicana não surgiu por um acaso. Segundo o his- toriador Gustavo Alonso, os artistas tomaram como modelo performá- tico Miguel Aceves Mejía (1915-2006), que chegou ao Brasil na década

percebemos que se encontra desatualizado e incompleto: Amor Proibido, aqui analisado, não consta do repertório. Figura 4: Os amantes da rancheira (Caboclo,1961)

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de Fonte:https://www.youtube.com/watch?v=ovKOmpXMBNs 74 I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

Figura 5: Os amantes da rancheira ( Magazine,1971) Fonte: https://lista.mercadolivre.com.br/lp-pedro-bento-e-ze-da-estrada- amantes-da-rancheira

de 1950, pela via cinematográfica13. Aceves Mejía integrava um grupo de artistas latino-americanos de forte presença e carisma no Brasil, tais como Cantinflas, María Felix, María Antonieta Pons e Libertad Lamar- que; mais particularmente, pertenceu a uma geração de cantores-atores mexicanos filiados à culturaranchera , que incluiu os galãs Pedro Infante e Jorge Negrete, ambos mortos prematuramente, no auge do sucesso. Sua tentativa de enveredar pelos românticos boleros foi em vão, tendo- se fixado no âmbito das comédias rancheiras, com números demariachi,

13) Frise-se a importância dos estúdios Churubusco Azteca, cujos filmes eram distribuídos pela Pel-Mex, de forte presença no Brasil. que se notabilizou. No mercado fonográfico, seus pares mais famosos são José Alfredo Jiménez e Vicente Fernández. Excursionou pelo conti- nente, logo conquistando o público brasileiro; assim, implantando um novo gosto estético, caracterizado pelo falsete, sustentando notas agu- das e longas, além das interjeições, igualmente em registro agudo. A influência do cantor mexicano se faz perceber no disco lançado em 1961:

a dupla Pedro Bento e Zé da Estrada lançou o LP Amantes da Rancheira, em 1961, no qual abraçou a incorporação do som estrangeiro. Na capa do álbum os dois aparecem em trajes mexicanos, marca da dupla desde 1960, quando se vestiram de mariachis pela primeira vez. Para melhor se adequar ao novo gênero, entre 1963 e 1971 foram acompanhados pelo

trompete de Ramón Pérez. Instrumento sempre presente na versão origi- Corazón Latinoamérica musical de México nal (ALONSO, 2015, p. 37-38). 75

Como menciona o autor, a dupla Pedro Bento e Zé da Estrada trouxe para o Brasil caboclo o gênero estrangeiro, incorporando ins- trumentos como trompetes e acordeão – algo que não era comumente usado como acompanhamento do canto das duplas sertanejas tradicio- nais da época - como Tonico e Tinoco - habituadas ao emprego somente de viola e violão. O caminhar para uma carreira bem sucedida estava traçado. O fato de a dupla incorporar o gênero estrangeiro resultou em algo diferen- ciado – e o que os conduziu ao sucesso, no meio dos artistas filiados ao gênero sertanejo, implicando em repercussões posteriores. É de se rei- Apartado I. Prolegómenos y argumentos terar que tal fato entrou em confronto com o cenário sertanejo, uma vez que, até então, as duplas sertanejas eram formadas, prioritariamente, com acompanhamento de viola e violão, a despeito da presença do acordeão, desde a década de 1940 Dentre os de maior sucesso, desta- camos Mágoa de Boiadeiro, Seresteiro da Lua e Três Palavras.

Uma breve pausa para alguns conceitos A comunicação de um artista com seu público pode se dar de várias ma- neiras. No caso de uma comunicação musical esta se dá, em grande me- dida, pela performance. Mais que um vocábulo comum, trata-se de um conceito elaborado pelo erudito Paul Zumthor (1997). Não se trata ape- nas do que ocorre no momento da enunciação da mensagem, mas tam- bém a atitude do receptor, levando em conta as condições de transmis- são da mensagem. Outro aspecto a se analisar diz respeito à natureza da comunicação estabelecida. Aponta Vicente Romano, ecologista da comunicação e in- terlocutor de Pross, que os meios de comunicação humana subdividem- se em três classes: a mídia primária (1), na qual o processo de comuni- cação se dá através do próprio corpo do emissor; já a mídia secundária (2) demanda um aparelho para a decodificação da mensagem pelo re- ceptor. Uma terceira modalidade de comunicação se dá pela mídia ter- ciária (3). Nesta, tanto o emissor quanto o receptor necessitam de apare- lhos para que a comunicação se processe (ROMANO, 1984, p. 101-103). Dessa forma, Pedro Bento e Zé da Estrada adotam meios de se co- municar: pela mídia primária – o corpo – incorporam elementos linguís- ticos, como interjeições características; vestem os trajes típicos, o que se observa não apenas em cena, mas também nas capas dos discos. Frise- se que, no romper da década de 1960, tal iniciativa era impensável, nos

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de padrões da época; era algo que rompia com um hábito conservador e 76 cristalizado, entre os tradicionais cantores sertanejos. Um estudo da mídia secundária – aqui representada pela arte da capa dos discos – revelará dados relevantes sobre a evolução estética da dupla, a partir das maneiras como são retratados. Para fins deste estudo selecionamos, como material iconográfico, as capas e contracapas dos discos Pedro Bento e Zé da Estrada (1960); Amor Proibido (1965) e Pe- dro Bento e Zé da Estrada – 55 anos de sucesso (2012), uma vez que re- presentam momentos em que os gêneros musicais comuns aos grupos mexicanos de mariachis se fazem fortemente presentes: é no primeiro I.3 . Os “Amantes da Rancheira” disco14 que a dupla decide introduzir instrumentos como o trompete e também gêneros como a rancheira e o bolero. A escuta dos documentos audiovisuais (discos, filmes) se enqua- dra na mídia terciária, que assim é denominada por exigir um aparato, tanto da parte do emissor da mensagem quanto do receptor. Um disco é uma transcrição de informação acústica fixada que para ser decodifi- cada é necessário um aparelho. Todo o trabalho de análise da obra se faz, inevitavelmente, por esta via. Entretanto, devido à delimitação deste trabalho, tal não será priorizada. Postas estes conceitos, retornemos à análise do projeto artístico das capas de discos.

O imaginário mexicano nas capas dos long-plays Acreditamos que as imagens das capas e contracapas dos discos trazem importantes informações sobre a dupla sertaneja que incorporou à mú-

14) A dupla ter gravou o primeiro disco, Seresteiros da lua, em 1957, sem a caracterização pela qual ficariam conhecidos. Por essa razão, tomaremos como referência os discos lançados posteriormente. sica sertaneja alguns gêneros da música mexicana15. E, para entender a intenção da produção das imagens, faz-se necessário ouvir o repertório: uma análise criteriosa sobre a mexicanização da canção sertaneja plei- teia, evidentemente, a escuta atenta de todos os elementos que com- põem as obras. Não havendo partituras e tampouco documentos audio- visuais, faz-se necessário distinguir os instrumentos musicais e a maneira de compor os arranjos pela escuta atenta dos discos. O projeto gráfico das capas de disco constituem-se importante forma de comunicação, pela mídia secundária. Ao estampar fotogra- fias e ilustrações, constrói-se uma semântica muito particular e que ja- mais será desinteressada; mais que isso, é poderoso meio para a cons- trução da imagem acerca dos artistas. Ao mencionar o termo imagem, referimo-nos não apenas àquela que é apreendida pelo órgão da visão

e não se fixa apenas em elementos externos. Vale atentar para as pala- Corazón Latinoamérica musical de México vras de Norval Baitello Jr., especialista no estudo da cultura midiática: 77

Ao contrário do que postural a palavra em seu senso comum, uma imagem não se esgota apenas no sentido da visão: há imagens olfativas, auditivas, táteis, gustativas e proprioceptivas. (...). As imagens que se incubam den- tro do homem, em suas vísceras, sua pele, seus músculos ou seu cérebro, quando emergem, criam ambientes de sociabilidades – parcerias, comple- mentariedades, cumplicidades – e de cultura – crenças, imaginários, co- munhões – que, por usa vez, alimentam e estimulam a geração e incubação de mais imagens. A este processo chamamos de imaginação: a geração de imagens a partir de sentimentos, sensações, percepções, e seu oposto, a geração de sentimentos e sensações a partir de imagens, ou ainda a Apartado I. Prolegómenos y argumentos criação de imagens a partir de imagens, imagens sobre imagens, que por sua vez, com sua capacidade de captura, evocam sempre emoções, novas ou revistadas, explosivas ou silentes (BAITELLO JR, 2014, p.22).

As capas de disco, desde que deixaram de ser meros invólucros, adotaram a função de portadores de imagens acerca dos músicos: a arte da capa pode descrever desde a ação performática e até apontar para elementos de comunicação menos direta. É o que observaremos nos três exemplos que seguem: o primeiro deles refere-se ao primeiro disco gravado pela dupla; o segundo remete para um “desvio” na pos-

15) É verdade que os músicos enveredaram por outras plagas, ao absorver elementos de outras práticas musicais dos países sul-americanos, em particular, os fronteiriços com a região centro oeste, como do Brasil, como Paraguai e Argentina. No entanto, a ressonâncias da cultura mexicana se dão em maior quantidade, razão pela qual permitimo-nos restringir-nos a elas. tura estética; o terceiro é a consagração da trajetória. Passemos a alguns exemplos selecionados da discografia de Pedro Bento e Zé da Estrada:

Saudades no sertão A capa do disco gravado no ano de 1960 (Chantecler, LP), três anos após a gravação do primeiro, os cantores não estão vestidos com trajes típi- cos mexicanos; ainda assim, verificamos que, numa época em que uma considerável parte das duplas sertanejas se vestia de camisa xadrez, ca- lça em azul marinho ou preto, Pedro Bento e Zé da Estrada já apostavam numa colorida calça verde-folha e camisa preta com detalhes de bolas brancas. Muito provavelmente, tal iniciativa atendia a um desejo de se alinhar à nova moda – musical e de vestuário: a dupla aderiu o sapato Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de 78 I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

Figura 6: Saudade no sertão (1960)- capa

sem meias, conforme a moda da Jovem Guarda, dos anos 1960. Sobre o tampo do viola, aparece o título de uma das músicas: A saudade no ser- tão que, curiosamente, não consta do repertório do disco. Outra curio- sidade se encontra no fato de que, contrariando a regra - as duplas ser- tanejas se deixavam fotografar empunhando a viola e o violão, como se estivessem prontos a tocar o instrumento – Pedro Bento e Zé da Estrada apenas se apoiam em duas violas. Ao analisar o long-play, lançado pela Chantecler (1975, nova reimpressão)16, verificamos que se conservam o repertório, capa e con-

16) Número de registro 2-11-405-106 México Corazón Latinoamérica musical de México 79

Figura 7: Saudade no sertão (1960) - contracapa tracapa do disco, incluindo o título da mesma Saudade no sertão. Tal fato sugere que a ação tenha sido propositada, com o objetivo de conservar a proximidade com a “moda do sertão”, ao mesmo tempo em que a du- pla percorria por trilhos inovadores, naquele gênero musical17. O disco contém as seguintes peças:

Saudade no sertão Descrição do repertório, segundo a contracapa: Apartado I. Prolegómenos y argumentos

Face A

FAIXA 1 - SAUDADE EU TENHO Autor: Antenógenes Silva/De Moraes Ritmo18: Rancheira Instrumentos: Violões, sanfona e flauta

FAIXA 2 - PARANÁ DO NORTE Autor: Palmeira Ritmo: Rasqueado

17) Ao conferir o repertório, nota-se que a primeira faixa tem, por título: Saudades eu tenho, de autoria de Antenógenes Silva/de Moraes, nada tendo a ver com o título que recebe o álbum – o que leva a entender que seja um erro de produção. 18) Entenda-se “gênero”, em todas as faixas. Instrumentos: Violões e Sanfona

FAIXA 3 - ASSIM COMO O RIO Autor: Almirante Ritmo: Fox Instrumentos: Violões, órgão e flauta transversal,backing vocal

FAIXA 4 - TRÊS BOIADEIROS Autor: Anacleto Rosas Jr. Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, trompetes, harmonia de sanfona e baixo quase im- perceptível

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de FAIXA 5 - SARITA 80 Autor: Santos Coelho /B. Toledo Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões e sanfona e flauta

FAIXA 6 - MEU RANCHINHO Autor: Nhô Celestino Ritmo: Toada Instrumentos: Violões, clarinete, flauta e acordeão I.3 . Os “Amantes da Rancheira” Face B

FAIXA 1 - ADEUS MÃEZINHA Autor: Antenógenes Silva/De Moraes Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, flauta, trompetes e baixo quase imperceptível

FAIXA 2 - BEIJO DA MORTE Autor: José Fortuna/Oswando Aude Ritmo: Xote Instrumentos: Violões, flautas e acordeão

FAIXA 3 - CAIPIRINHA Autor: Luiz Baptista Junior/Ariowaldo Pires Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, violino, acordeão e órgão

FAIXA 4 - PIRACICABA Autor: Newton Mello Ritmo: Toada Instrumentos: Violões, acordeão e flauta

FAIXA 5 - PARAGUAITA Autor: Cunha Junior/Nhô Nardo Ritmo: Valsa ligeira Instrumentos: Violões, acordeão e clarinete

FAIXA 6 - CAI SERENO, CAI Autor: Mariano/Joanico Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, trompetes e acordeão México Corazón Latinoamérica musical de México Observe-se que dentre os gêneros presentes, encontram-se um 81 fox, um xote, um rasqueado, duas toadas e uma valsa; todas as demais aparecem classificadas como “rancheiras”. Uma primeira impressão su- gere que a quantidade de gêneros deveria atender às demandas de um repertório de origens diversas, incluindo os regionais (nordestino, para- guaio), os populares urbanos, advindos de uma cultura midiática (fox) e mesmo de origem antiga, transitando entre o erudito e o popularesco (valsa). A instrumentação pretende se adaptar ao habitual. Ainda que esse figurino tenha se instituído oficialmente a partir de 1963 – percebe-se uma preocupação dos artistas em estabelecer uma marca19. Almejavam implantar uma linguagem “modernizada”, ace- nando a um nicho midiático de algum prestígio e audiência, tentavam Apartado I. Prolegómenos y argumentos romper com o sertanejo, mais voltado à origem caipira; consequente- mente, alcançariam um bom potencial de vendas. A criatividade do artista é dirigida à produção de um produto ven- dável, buscando caminhos para o sucesso comercial que, por sua vez, sempre caminha em paralelo à indústria cultural. Os produtores abarcam as novidades no mercado. O traje, sendo um dos componentes princi- pais da comunicação pela mídia primária e, consequentemente, um dos elementos que imprimem a marca, será cuidadosamente tratado na pro- dução do projeto discográfico.

19) Podemos observar que a dupla cria uma marca, segundo demonstra a pesquisa realizada por Letícia M. Rocha. Esclarece a autora que ao adotarem os trajes charros mexicanos, Pedro Bento e Zé da Estrada, criam uma marca: “Para alcançar o sucesso dentro do gênero sertanejo, o artista deve primeiramente preocupar com a sua imagem, essa é a primeira marca que o público irá perceber, independente de outros aspectos como estilo (sic) de música e até mesmo afinação” (ROCHA, 2015, p. 14). O amor é proibido... mas vender o disco, não! A inovação de um gênero musical está intrinsecamente ligada ao me- canismo da industrialização. A arte para sonhar, é a mesma que leva ao consumismo. Quando um artista cria algo, a indústria se faz presente com todas as armas do poder de marketing. De acordo, ainda, com Ca- lanca, o que observa em alguns discos destes cantores no álbum gra- vado em 1965 (Amor proibido) o chamariz se concentrou na capa do disco. Neste caso, o teor não descritivo, com o retrato de uma jovem, ex- pressando um sentimento de maneira ambígua. Dado que o universo das canções sertanejas é farto de temas relativos a disjunções amoro- sas, como separação de casal, brigas, traições, este conteúdo, possivel- mente encontrável quando da escuta das canções, poderia funcionar

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de como apelo ao consumo. Pedro Bento e Zé da Estrada se apoiaram na 82 letra “picante” para promover o álbum. Sem sombra de dúvida, a ima- gem da capa foi o chamariz. Na busca de atrair os fãs, a apelação criativa da capa do disco é uma ponte acesso para a travessia do mercado para a cultura midiática. I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

Figura 8: Amor proibido (Continental, 1965)- capa Fonte: https://www.discogs.com/

O long-play gravado no ano de 196520, sob o título Amor Proi- bido, tem, na capa, o retrato de uma jovem mulher, tomada em primeiro plano; sob um olhar enigmático, não dirigido ao observador, tal imagem

20) Chantecler, nº de registro 111.405.590. se desdobra em várias interpretações, quando emoldurada pelo título, logo abaixo e em tipos gráficos grandes e em cor amarela. O nome da dupla escrito com fonte em voga, na época. Na contracapa, pode-se ler a listagem das obras, enfileiradas na vertical, sem maiores informações sobre a gravação, afora dados do selo da gravadora e número de registro. México Corazón Latinoamérica musical de México 83

Figura 9: Amor proibido (Continental,1965)- contracapa Apartado I. Prolegómenos y argumentos

Amor proibido: descrição do repertório, segundo a contracapa:

Face A

FAIXA 1 – MEU ERRO Autor: Luiz de Castro/Pedro Bento Ritmo21: Bolero

FAIXA 2 – AMOR PROIBIDO Autor: Luiz de Castro/Pedro Bento Ritmo: Rumba Instrumentos: Violões, trompetes e triângulo

21) Entenda-se “gênero”, em todas as faixas. FAIXA 3 – LADRÃO DE AMOR Autor: Antônio de Lima/ Nhô Nico Ritmo: Huapango

FAIXA 4 – PERAMBULANDO Autor: Bolinha/ Zé Mineirinho Ritmo: Bolero

FAIXA 5 – CONQUISTANDO A TI Autor: José A. Jimenez/ Adap.: Waldomiro de Oliveira

FAIXA 6 – AVENTUREIRA Autor: Pedro Bento/ Doradense

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de Ritmo: Bolero 84 Face b

FAIXA 1 – JAMAIS TEREI ILUSÃO Autor: Las Mañanitas/ Adaptação: Luiz de Castro

FAIXA 2 – UM NOVO AMANHÃ Autor: Luiz de Castro/ João Borges Ritmo: Bolero I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

FAIXA 3 – DEIXE PRA MIM A CULPA Autor: José A. Espinosa/ Versão: Nilza Miranda Ritmo: Rancheira

FAIXA 4 – TU SEMPRE TU Autor: Luiz de Castro/ Sebastião Aurelio Ritmo: Bolero

FAIXA 5 – CASA VASIA22 Autor: Luiz de Castro/ Pedro Bento Ritmo: Bolero

FAIXA 6 – ATENDA Autor: Chuvisco/ Sérgio de Morais/ O. Rodrigues Ritmo: Bolero

22) Conforme grafia original. Não são informadas os gêneros aos quais pertencem as faixas 5) A e 1)B. Uma consulta aos gêneros musicais presentes, verifica-se uma quase totalidade de boleros. Tal ocorrência não surpreende23, à medida que o bolero foi historicamente vinculado ao gênero canção sobre letra em que a temática gira em torno de conflitos amorosos proferidos em tom melodramático, não raro beirando a pieguice São temas preferen- ciais as desilusões motivadas pela perda (por traição), por ciúme; a se- paração (geralmente litigiosa), ou pela distância. No caso dos boleros caipiras/sertanejos, as narrativas beiram o paroxismo, mas expresso de maneira ingênua. Desse modo, ao ler a contracapa, sugerem-se algu- mas chaves de leitura para a fotografia da capa.

55 anos de sucesso No último álbum da dupla sertaneja Pedro Bento e Zé da Estrada (Arena 24

do Som, 2012) , trabalho realizado no mesmo ano em que gravaram o Corazón Latinoamérica musical de México DVD, contém o registro de 55 anos de carreira. É o 25º disco em formato 85 digital (CD). Os sertanejos celebram a efeméride em trajes charros mexi- canos: vestidos de calça preta, camisa branca, e casaca preta com detal- hes bordados; cada um porta um sarape sobre o ombro esquerdo, em listas coloridas, em tons abóbora, verde, branco e preto. Os dois usam chapéus pretos, porém, com bordados diferentes. A fotografia, tomada em plano americano, a dupla tem o microfone na mão, como se estivesse interpretando uma canção. É bem provável que a foto tenha obtida no mesmo dia da gravação do DVD, pelo fato de estarem ambos vestidos com a mesma roupa da capa do DVD, e no mesmo ambiente e na mesma casa de shows. Ao observar a capa e contracapa deste último CD da dupla, per- Apartado I. Prolegómenos y argumentos cebe-se que a performance deve ter sido a razão principal de um su- cesso ininterrupto, por mais de cinco décadas. O título do disco 55 anos de sucesso remete, invariavelmente, a uma celebração da carreira, reu- nindo os maiores sucessos ao longo de toda a jornada. Ao analisar a contracapa do CD, observamos as faixas musicais localiza- das na parte esquerda. Na região central, uma espécie de vegetal, não iden- tificável (a imagem está intencionalmente desfocada) sugere um ramalhete de pimenta malagueta. Tendo em conta a simbologia em torno da pimenta, no cerne da cultura mexicana (energia, prosperidade, persuasão, amparo, sensualidade e sexualidade) tal correspondência não será gratuita...

23) Optar pelo retrato de uma jovem talvez possa se considerar como uma forma de se dirigir a um público consumidor mais amplo, para além dos migrantes do campo. E o bolero servia bem a esse propósito: Antes, as letras traziam o amor pelo roçado, agora o “Amor proibido”. 24) Número de registro: 7 8919 16 218237 Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de 86

Figura 10: 55 anos de sucesso (Arena do Som, 2012)

55 anos de sucessos: descrição do repertório

Face A I.3 . Os “Amantes da Rancheira”

FAIXA 1 – SERENATA DO AMOR 2:33 Autor: Marciano/ Darci Rossi/ Sargento Castro Ritmo25: Rancheira Instrumentos: Violões, Trompetes, violinos, teclado, chocalho, bateria e baixo

FAIXA 2 – CAMINHO DE MINHA VIDA 2:56 Autor: José Alfredo Jimenez Sandoval - versão: José Fortuna Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria e baixo.

FAIXA 3 – FLOR DA LAMA 3:18 Autor: Paiozinho? Benedito Seviero Ritmo: Rasqueado

25) Entenda-se “gênero”, em todas as faixas. Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, acordeão e baixo.

FAIXA 4 – RECORDAÇÃO 3:06 Autor: Goiá/ Nenete Ritmo: Toada Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, acordeão e baixo

FAIXA 5 – COXONILHO (COXINILHO) 4:33 Autor: José Fortuna Ritmo: Fox Instrumentos: Violões, viola, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bate-

ria, acordeão, flauta tranversal e baixo Corazón Latinoamérica musical de México 87 FAIXA 6 – MÁGUA DE BOIADEIRO – Part. Especial: Alexandre Garcia da Silva (Berranteiro) 3:41 Autor: Nono Basílio/ Índio Vago Ritmo: Toada Instrumentos: Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, cho- calho, bateria, acordeão e baixo

FAIXA 7 – HERÓI SEM MEDALHA 3:43 Autor: Sulino/ versão: José Fortuna Ritmo: Moda de viola Instrumentos: Viola Apartado I. Prolegómenos y argumentos

Face B

FAIXA 8 – SETE PALAVRAS 4:20 Autor: Luizinho Rosa Ritmo: Toada Instrumentos: Violões e viola

FAIXA 9 – CORRIDO MEXICANO 1 (Pouti–Pourri de Músicas Mexicanas): VIVA A ALEGRIA – EL JARABE TAPATIO LA PALOMA 2:43 Autor: Maestro Araguary Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria e baixo FAIXA 10 – CORRIDO MEXICANO 2 (Pouti–Pourri de Músicas Mexicanas): AY JALISCO NO TE RAJES EL RANCHO GRANDE – LA ADELITA 3:11 Autor: Ernesto M. Cartazar/ M. Esperon Ritmo: Corrido Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria e baixo

FAIXA 11 – DAMA DE VERMELHO 2:43 Autor: Ado Benatti Jeca Mineiro Ritmo: Bolero Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, acordeão e baixo

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de FAIXA 12 – BONECA COBIÇADA 3:30 88 Autor: Bia/ Bolinha Ritmo: Bolero Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, acordeão e baixo

FAIXA 13 – GALOPEIRA (GALOPERA) 3:17 Autor: Maurício Cardozo Ocampo/ versão Pedro Bento Ritmo: Polca Paraguaia Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, I.3 . Os “Amantes da Rancheira” acordeão e baixo

FAIXA 14 – POUT-POURRI: ESTÁ CHEGANDO A HORA - GUADALAJARA 2:26 Autor: Henricão/ Rubens Campos Ritmo: Rancheira Instrumentos: Violões, teclado, trompetes, violinos, chocalho, bateria, acordeão e baixo

Novamente, o disco reúne gêneros latino-americanos em voga na época, não deixando de lado o fox-trot. A presença do sintetizador (te- clado) se apresenta como opção estética mas, antes de tudo, orçamen- tária. Já a bateria funciona como elemento de “modernização”

Está chegando a hora... (Considerações finais) Aponta Gustavo Alonso que outras duplas seguiram os rastros de Pe- dro Bento e Zé da Estrada, introduzindo a cultura mexicana no gênero musical sertanejo. Afirma o autor: “As canções dePedro Bento e Zé da Estrada, Belmonte e Amaraí, Milionário e José Rico e Trio Parada Dura parecem apontar uma influência que não passa pela Europa ou pelos Estados Unidos” (ALONSO, 2015, p. 69). Tal pensamento é compartil- hado por Edvan Antunes: “Além de Pedro Bento e Zé da Estrada, que beberam dessa fonte musical mexicana com muita qualidade (sic), o es- tilo influenciou também as duplasTibagi e Miltinho, Belmonte e Amaraí e, nos anos 1970, teve eco nas vozes de Milionário e José Rico” (ANTU- NES, 2012, p. 44). É fato que a morte de Zé da Estrada põe um ponto final na trajetó- ria dos artistas. Ainda que seja formada uma nova parceria com Pedro Bento (o que é pouco esperado, devido à sua idade), caso tal fato venha a ocorrer, espera-se que seja para reproduzir o mais fielmente possível a parte de Zé da Estrada.

Cabe, então, indagar: qual terá sido o legado da Dupla na memó- Corazón Latinoamérica musical de México ria cultural e musical brasileira? Em que medida a música mexicana terá 89 sido assimilada, a partir do seu trabalho? Para poder responder ade- quadamente às questões, seria necessário ouvir todo o repertório regis- trado, elaborando uma análise musicológica, pontuada com uma pes- quisa de recepção. De todo modo, é possível chegar-se a algumas conclusões provisó- rias. Primeiramente, trata-se de uma apropriação de um estilo mexicano norteño que se estabeleceu como canção midiática internacionalmente ainda que muitas peças de repertório estejam entre os standards do gê- nero. Além de se tratar de uma versão nômade (cf. ZUMTHOR, 1997), territorializada (cf. PELINSKI), há de se levar em conta que o repertório mexicano sempre foi uma constante, sem jamais ter sido uma exclusi- Apartado I. Prolegómenos y argumentos vidade: outros gêneros latino-americanos de sucesso, além do fox-trot sempre estiveram presentes. Em outros termos, ocorre um certo ecle- tismo, muito provavelmente visando atender aos anseios estéticos de seu público e, é claro, dentro das limitações das suas possibilidades téc- nicas, em termos performáticos. Esta pesquisa teve como objetivo mostrar como a dupla criou, no cenário musical sertanejo, essa vertente de origem estrangeira, a partir da adoção de tais traços particulares para entender como se dão pro- cessos de ancoragem e nomadismo na cultura, a partir de canções mi- diáticas. Para que as canções se mantenham como memória é neces- sário que estas sejam insistentemente reforçadas nas diversas formas de comunicação midiática, especialmente a primária (o corpo): a ves- timenta mexicana charra, a ser usada nos diversos lugares em que sua prática performática ocorre: no circo, nas festas de peão, na televisão... Tal performance pede, ainda, a incorporação de elementos verbais – en- tonações, interjeições, sobretudo – que não fazem parte da cultura bra- sileira. Certamente, o jogo de cena, a maneira de se comunicar com a plateia exerce papel importante na assimilação e aceitação de tais ele- mentos. Sob o aspecto musical, percebe-se uma tentativa de selecionar uma instrumentação que possa gerar arranjos que se assemelhem ao original norteño. No entanto, é importante observar que, sendo versões nômades, variantes ocorrem, inevitavelmente. Ao ouvir o primeiro disco (1960) em que, oficialmente, Pedro Bento e Zé da Estrada tomavam a iniciativa de inserir nas gravações timbres como o do trompete, a apro- priação paródica se faz antes com o reforço na apresentação das ima- gens da capa e contracapa: a fotografia dos artistas, em trajes típicos inscreve-se no papel, como mídia secundária. No que diz respeito aos

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de elementos musicais, a similaridade não é tão fiel, se comparada à coreo- 90 grafia dos números dançados e do guarda-roupa. Um aparente “desvio” na rota se encontra no disco de 1965, quando os produtores optam por um retrato de uma jovem mulher, omitindo as reiteradas referências ao corpo dos intérpretes, imagem habitual nos outros discos. Opta-se por uma subjetividade, ao investir na captura ins- tantânea da expressão de sentimentos “enigmáticos” da “personagem” da capa, em detrimento de um retrato fotográfico dos intérpretes em cena. Toda a arte da capa aponta para isso: na tomada da câmera, nas fontes gráficas, na cor, no penteado. O biótipo escolhido para tal tam- I.3 . Os “Amantes da Rancheira” pouco será casual. O último disco compacto, o 25º da carreira da Dupla (2012), re- toma o procedimento usual: retratar os artistas em trajes típicos. Mas, desta vez, trata-se de uma celebração de uma carreira longeva. A ideia é de reiterar, com imagens visuais e também com as peças de repertó- rio mais conhecidas uma retrospectiva dos momentos de maior sucesso cuja lembrança aflora rapidamente na memória do receptor. Para fazer jus ao aposto – Os Amantes da Rancheira –, fazem-se presentes várias obras no gênero: dentre as 38 músicas presentes no álbum, 10 são ran- cheiras. Enfim, haveria outros subtemas a serem abordados, como as res- sonâncias que a estética trazida pelos artistas latino-americanos, sobre- tudo do México, nas décadas de 1940 -1950 podem ter deixado, na cul- tura brasileira, tanto no que tange aos aspectos musicais, propriamente ditos; tanto no que diz respeito ao imaginário social, nesse nicho espe- cífico de práticas e estéticas musicais: o sertanejo e o caipira. Esta será uma das próximas etapas desta pesquisa. Referências 1. Jornal Sertanejo. Disponível em: http://jornalsertanejo.vitrinevirtual. net/. Consulta: 28 out. 2017. 2. MARCONDES, M. A. (org.) 3. Dicionário de música brasileira: erudita, folclórica e popular. São Paulo: Art Editora, 1977. 4. Pedro Bento e Zé da Estrada. In: Dicionário Cravo Albim da música popular brasileira. Disponível em http://dicionariompb.com.br/ pedro-bento-e-ze-da-estrada. Acesso em 12 out. 2017 5. ALONSO, Gustavo. Cowboys do Asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro; São Paulo: Civilização Brasileira, 2015. 6. ANTUNES, Edvan. De Caipira a Universitário: a História do Sucesso

da Música Sertaneja. São Paulo: Matrix , 2012. Corazón Latinoamérica musical de México 7. BAITELLO JR. N. “Imagem e emoção: movimentos exteriores 91 e interiores”. In: BAITELLO JR., N.; WULF, C. (orgs.): Emoção e imaginação: Os sentidos das imagens em movimento. São Paulo: Estação das Letras e Cores, 2014 8. FERRETE, João Luís. Capitão Furtado: viola caipira ou sertaneja?. Rio de Janeiro: Funarte, 1985. 9. GONZÁLEZ, Juan P. El canto mediatizado: breve historia de la llegada del cantante a nuestra casa. In: Revista musical chilena. Santiago, v. 54, nº 194, 2000. Disponível em: http://www.scielo.cl/ scielo. Acesso em 22 set.2017. 10. MACERANI, Pedro H.. “A História da Turma Caipira” (1929-1935). Livreto. Tietê: Instituto de Produção Cultural Cornélio Pires. Apartado I. Prolegómenos y argumentos Disponível em: http://www.corneliopires.com.br/box-turma- caipira/. Acesso em 22 out.2017 11. DUPRAT, Régis. “Música popular, consume e modernidade: uma rapsódia sociomusical”. In. Martins, Neide M.; In: Bellotto, Manoel L. (orgs.) Turbulência cultural em cenários de transição: o século XIX ibero-americano. São Paulo: Edusp, 2005. 12. NEDER, Álvaro. Enquanto este novo trem atravessa o Litoral Central. Rio de Janeiro: Mauad, 2014. 13. NEPOMUCENO, Rosa. Música caipira: da roça ao rodeio. São Paulo: Editora 34, 1999. 14. PELINSKI, Ramón. (org.). Tango nomade - essais sur le tango transculturel. Montreal: Tryptique, 1995. 15. PERIPATO, Sandra. “Pedro Bento e Zé da Estrada- ‘os amantes da rancheira’” In: Recanto Caipira. Disponível em: http://www. recantocaipira.com.br/duplas/pedro_bento_ze_da_estrada/pedro_ bento_ze_da_estrada.html Acesso em 12 mar. 2017. 16. RIBEIRO, José H. Música Caipira. São Paulo: Editora Globo, 2006. 17. RIBEIRO, José H. Música caipira: as 270 maiores modas de todos os tempos. Santos: Realejo, 2015. 18. ROMANO, Vicente. Introducción al periodismo: información y conciencia Barcelona: Teide, 1984.. 19. ROCHA, Letícia Monteiro. “A marca do universo da música sertaneja” Intercom: Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação: Anais do XVII Congresso de Ciências da Comunicação na Região Centro-Oeste. 2015. Universidade Católica Dom Bosco – Campo Grande (MS). Acesso em 14 mar.2017. 20. Morre Zé da Estrada, dupla de Pedro Bento. Disponível em: https://

Heloísa de A. Duarte Valente, Aparecido Donizeti Rodrigues Aparecido Valente, Duarte A. Heloísa de g1.globo.com/sao-paulo/sao-jose-do-rio-preto-aracatuba/musica/ 92 noticia/morre-ze-da-estrada-dupla-de-pedro-bento.ghtml. Acesso em 22/ago/2017. 21. SANT’ANNA, Romildo. A moda é viola: ensaio do cantar caipira. São Paulo; Marília: Editora Arte e Ciência; Editora UNIMAR, 2000. 22. SANTOS, Elizete I. Música caipira e música sertaneja classificações e discursos sobre autenticidades na perspectiva de críticos e artistas. Dissertação: Sociologia. Rio de Janeiro: Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), 2005. 23. SILVA, Expedito L. Forró no asfalto: mercado e identidade I.3 . Os “Amantes da Rancheira” sociocultural. São Paulo: Annablume; FAPESP, 2003. 24. VALENTE, Heloísa (org.). Música e mídia: novas abordagens sobre a canção. São Paulo: Via Lettera; FAPESP, 2007. 25. ____ As vozes da canção na mídia. São Paulo: Via Lettera/FAPESP, 2003. 26. ____“The blurred soft beat of smoldering hearts: the nomadic bolero”. In GROSCH, Nils (org.). Lied and populäre Kultur/ Song and popular culture. Jarubuch des Deutschen Volksliedarchivs Freiburg, 2008. 27. ZUMTHOR, Paul. Introdução à poesia oral. São Paulo: Educ; Hucitec. 1997. 28. ____Performance, Recepção, Leitura. São Paulo: Cosac Naify, 2014. 29. 30. Outras fontes 31. Amantes da Rancheira: Disponível em: https://lista.mercadolivre. com.br/lp-pedro-bento-e-ze-da-estrada-amantes-da-rancheira. Acesso em 31 out. 2017. 32. Amor proibido (Continental, 1965). Disponível em: https://www. discogs.com. Acesso em 31 out. 2017. Documentos audiovisuais 1. “Pout-pourri mexicano, por Pedro Bento e Zé da Estrada”. In: Viola, minha viola (TV Cultura), publicado em 4 abr.2012. Disponível em: https://www.youtube.com/watch?v=MKLfboyeS2E .Acesso em 18 jul.2017. 2. Viola, minha viola. TV Cultura, de São Paulo. Apresentação: Inezita Barroso. Disponível em: tvcultura.com.br/programas/viola. Acesso em 22 set.2017. 3. ____ 15 de maio de 2009: https://www.youtube.com/ watch?v=bvo78PU7p9E. Acesso em 22 set.2017. 4. ____ 3 de julho de 2010. https://www.youtube.com/ watch?v=I0wIbOeW2AI. Acesso em 22 set.2017. 5. ____ 15 de novembro de 2010. https://www.youtube.com/

watch?v=GjnDYYr2kA. Acesso em 22 set.2017. Corazón Latinoamérica musical de México 6. ____ 4 de outubro de 2011. https://www.youtube.com/ 93 watch?v=LbfD_3Vy5Ac. Acesso em 22 set.2017. 7. ____ 14 de março de 2013. https://www.youtube.com/ watch?v=wIG-Hda9g14. Acesso em 22 set.2017. 8. ____ 5 de setembro de 2013. https://www.youtube.com/ watch?v=2DbB84Ll4WA. Acesso em 22 set.2017. Apartado I. Prolegómenos y argumentos I.4. El imperio visual de la música de la música norteña mexicana

Marco Aurelio Díaz Güemez ESAY-Yucatán, México

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco Resumen 94 La producción visual a partir de la segunda mitad del siglo XX está domi- nada por las clases subalternas. La música popular, distribuida y promo- vida por la industria musical, siempre viene acompañada por una pro- puesta visual que al divulgarse se convierte en una suerte de imperio visual, frente a la cual, los viejos modelos de producción visual y social sucumben. Es el caso de la música norteña mexicana, que desde la dé- cada de 1960 ha ejercido un poder transformador en la visualidad del ranchero mexicano, desde Baja California hasta Yucatán, que la ha he- cho parte de su identidad. Para tal caso, en este trabajo analizamos pri- mero cómo la masa conformó su visualidad durante la segunda mitad del siglo XX, generando su propio “imperio visual” en contraposición al de “república visual”, de origen burgués. En segundo lugar, cómo fue la “aparición” de la música norteña en la cultura y la sociedad mexicana pasada las grandes creaciones del nacionalismo cultural revolucionario, que fueron originadas por un sistema de artistas y organismos partici- pantes en el régimen. Por último, cómo la imagen “épica” de la música norteña logró convertirse en un imperio visual por cuanto logró homo- I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana geneizar el mercado de la música popular y, en consecuencia, homolo- gar también la identidad ranchera mexicana de nuestros días.

1. Masa y visualidad en el siglo XX La música norteña mexicana, en tanto una música popular del siglo pa- sado, pertenece al fenómeno de la masificación ocurrida desde finales del siglo XIX, que en apariencia es un evento urbano, pero que sin em- bargo también afectó al campo. La masificación de la sociedad implica en que el ciudadano es prácticamente arrancado de sus terruños para participar en el proyecto de la modernidad. Liberado de ello, se con- vierte en una masa anónima en cada estado nación que reclama una po- lítica para sí misma. Para satisfacer tales reclamos, el poder político y el económico se encargaron de fundamentar en la política las tradiciones que estas masas poseían para integrarlos en la conformación de un ré- gimen. Para ello, ocurrió en el plano cultural un hecho definitivo: su in- dustrialización, ya sea de la imagen, ya sea de la música, ya sea de la tradición, que desembocará en dos nuevas maneras de construir la vi- sualidad, distinta al Antiguo Régimen: como república y después como imperio.

1.1. La industrialización de la imagen El siglo XX fue el siglo de la rebelión las masas, a decir del filósofo es- pañol José Ortega y Gasset.1 Esto fue una consecuencia inmediata de

la revolución industrial que propició el crecimiento urbano de las ciu- Corazón Latinoamérica musical de México dades que fueron tomadas como centros de producción. El fenómeno 95 se replicó en el resto del mundo conforme esta revolución fue llegando, observándose hasta el día de hoy, especialmente en el sureste asiático y África central. Este fenómeno no provocó totalmente la desaparición de la pobla- ción rural, pero si la aparición de corrientes y movimientos políticos que pretendieron, y siguen como tal, auparse a través de esta nueva y nu- merosa población de las ciudades. El fascismo, el populismo, incluso la socialdemocracia, se sitúan entre estos movimientos que se cimentaron sobre las amplias bases demográficas de las ciudades europeas y ame- ricanas de principios del siglo XX. La masificación de la sociedad consiste pues en la preponderación Apartado I. Prolegómenos y argumentos de la masa urbana desarraigada de la tierra y puesta en el circuito indus- trial del capitalismo. La contradicción que genera su situación convierte a la polis en un nuevo escenario donde se dirimen ya no los intereses particulares de antaño, sino los intereses de quienes controlan dichas masas. Aparece pues lo que Walter Benjamin llamó el esteticismo de la vida política: o en otras palabras, el político atado a la masa, y no a la clase como en el siglo XIX.2

1) “Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida pública euro- pea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existen- cia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su nombre. Se llama la rebelión de las masas” (Ortega y Gasset, 1955: “El he- cho de las aglomeraciones”). 2) Benjamin, 1989. Idea expuesta en el Epílogo, pp. 55-57. A partir de este momento, pasando la Primera Guerra Mundial, la masa se convierte en un nuevo valor estético que pasa a protagonizar el mecanismo de fabricación de los nuevos valores culturales. En un prin- cipio, como señala el propio Benjamin, esta tarea estará delegada por el político profesional a los profesionales del arte y la cultura. Pero pasada la Segunda Guerra Mundial, los resortes y las ligas de unión entre políti- cos y artistas se desvanecen para dar paso a la “libertad” completa de la masa para elegir su consumo cultural. Otra consecuencia de la Revolución Industrial fue también la masi- ficación del arte, es decir su plena reproductibilidad, en el contexto de la ley de la oferta y la demanda, a través de los distintos procesos me- cánicos, industriales, y digitales hoy en día. Lo que en otros tiempos era difícil, por ejemplo tener una copia de La Última Cena de Leonardo Da

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco Vinci (fresco pintado en una iglesia por cierto), ahora mediante procesos 96 fotográficos y de impresión es posible contar con una copia del tamaño que se desee y del material que se antoje. La única consideración de todo esto es, irremediablemente, la desaparición del aura en el arte, un problema detectado justamente por Benjamin. El aura, dice, es, la experiencia de la irrepetibilidad y singularidad de una obra de arte; con la reproductibilidad y la masi- ficación esto pasa a segundo plano, favoreciendo en cambio el valor exhibitivo de la obra de arte.3 Pero esto no es algo que preocupe a las masas urbanas que en su deseo de imitar, igualar o alcanzar el gusto del burgués, está dispuesto a adquirir la copia para sentirse satisfecho al respecto. En otras palabras, la industrialización de la producción artística re- presenta otro interés del sistema económico por educar a la masa y con- vertirlo en un consumidor perenne de objetos fabricados que imitan o reproducen, sin el aura, la experiencia de exhibición de un objeto ar- tístico único, producido en otro tiempo y lugar. Esta experiencia formó parte también del esfuerzo político de homogeneizar a la masa en el es- I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana pacio político y urbano. La estética de la masa con respecto a este arte reproducido y meca- nizado es, por lo tanto, la del consumo: su adquisición, su goce y, al final, su desecho. Por lo tanto, al no haber ya los factores de antes que per- mitan sellar cada objeto en un ritual que le proporcione o lo retorne al aura, la masa encontrará en la pura sensación, tanto en el cuerpo como en la sensiblería, la oportunidad de atarse a este objeto artificialmente producido.

3) Benjamin, 1989:24-25. Para Benjamin, el invento de la fotografía desata con toda su furia mecánica el espejismo del arte mecánicamente reproducido. La punti- lla sería, a su modo de ver en el contexto de los años de la década de 1930 cuando escribió su famoso artículo, la invención del cine: primero como máquina para registrar la imagen en movimiento, y luego como industria de la reproductibilidad al aparecer la industria cinematográfica como tal. 4 Benjamin, fallecido en 1939, no alcanzó a ver la aparición de la in- dustria de la televisión y de la prensa gráfica en masa luego de la Se- gunda Guerra Mundial. Es decir, no atisbó a que el espectro del arte reproducido iba a conducir a la propagación de la imagen y en conse- cuencia a la transformación de la sociedad, que de tener alto valor por la alfabetización, pasó a ser una que tuvo por alfabeto la conversación,

el intercambio y la impresión sobre las imágenes reproducidas por los Corazón Latinoamérica musical de México distintos medio mecánicos (y digitales hoy en día). 97 La masificación de la imagen, montada sobre las tecnologías que permitían su reproducción infinita, iban a permitir al político profesio- nal a terminar de conformar su régimen corporativista de masas en uno de plena comunicación visual. La imagen repetida y transmitida, contro- lada, iba a dar la oportunidad de controlar la aparición misma de la au- toridad y al mismo tiempo tomar el control de la experiencia estética de la masa, fincada únicamente en el valor exhibitivo. La industrialización de la imagen es pues, un proceso que arranca desde la Revolución Industrial y alcanza, al terminar la Segunda Guerra Mundial, su máximo punto, permitiendo el control político de las ma- sas que la consumen. La imagen masificada es la representación de un Apartado I. Prolegómenos y argumentos diseño de sistema de control político, por cuanto permite cultivar un nuevo régimen corporativista, así como de control cultural, pues propor- ciona el espacio de homogeneización necesario para facilitar la identifi- cación entre la masa y el poder.

1.2. La industrialización de la música A una sociedad industrializada y masificada corresponde pues una mú- sica masificada producida industrialmente. Los inventos extraordinarios del acordeón y del saxofón en el siglo XIX podrían ahora interpretarse ahora como los primeros signos de la aparición de una música masificada en Occidente. Es decir, la primera parte de la música que sufre las conse- cuencias de la industrialización es la producción de los instrumentos de ejecución, que comienzan ahora a verse como “herramientas de trabajo”.

4) Ibíd., 1989: 19 y 26. El siguiente paso es la industrialización del sonido grabado. Los in- ventores norteamericanos y europeos que se lanzaron a la invención del sonido grabado siempre tuvieron en cuenta su ulterior reproductibili- dad, sea a través de cilindros, tarjetas y en último caso el disco surcado, para facilitar la expansión del aparato de reproducción en tanto mer- cancía. El otro paso sería la electrificación de los instrumentos musica- les y de la propia voz humana. Esto fue un paso importante ya que daría la oportunidad de amplificar y elevar el volumen de los instrumentistas así como darle participación a voces que en otros tiempos no hubieran triunfado en un teatro. El micrófono permitiría a las voces y cantos popu- lares alcanzar un volumen impensable en otros tiempos. Por primera vez, la sociedad masificada tuvo la oportunidad de es- cuchar música no solo en los teatros y las plazas públicas, sino también

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco en el corazón mismo de su hogar, a través del disco y de la radio. Más 98 aún, también podría escuchar, por primera vez, tecnificada, la voz de los músicos populares y no solo de los profesionales relacionados con el mundo de la ópera, la opereta y la zarzuela. Esta música masificada, así consumida por las dichas masas que exigían entretenimiento y esparci- miento, dio lugar al acercamiento a la voz popular, una vez se agotaron las posibilidades de explotación de la música culta y cortesana hacia principios del siglo XX. La masa transterrada de las ciudades pronto hizo provecho del mo- vimiento del romanticismo inventado por artistas e intelectuales en el si- glo XIX, al reclamar su derecho a la nostalgia. Esto quedó claro cuando comenzaron a popularizarse en las ciudades, a nivel de calle, las músi- cas de origen campesino en combinación con los ritmos militares y de salón vieneses. El concepto de pueblo, tan caro para el movimiento ro- manticista, afloró con más fuerza entonces a consecuencia de este des- plazamiento de los ritmos, cantos y bailes campesinos hacia dentro de las fronteras urbanas. El político profesional especializado en el movimiento y control de I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana masas encontró en esto la oportunidad de definir una “identidad” al res- pecto. La apropiación folklórica no es más que la masa en función de año- ranza descubierta por el poder político para construir en el espacio ur- bano una identidad controlada. Pero pasados los años de la década de 1920, cuando la industria musical basada en la venta de discos se afianzó, este consumo se disparó y pasó a convertirse también, más allá del rumbo político, en un fenómeno comercial que permitió a los músicos profesio- nales alcanzar un éxito y reconocimiento que antes les estaba vedado. El fundamento político de esta “nueva” música folklórica fue lo que permitió entonces su posterior éxito comercial, y no al revés. Con ello, queda claro de nuevo la importancia de las palabras de Benjamin con respecto al aura del arte. En este caso, podríamos decir que lo verdade- ramente aurático de la música de origen campesino o no urbano era es- cucharlo y cantarlo en su contexto netamente campestre, en tiempos de viña, cosecha o herraje. Pero el transterramiento de la población hacia las ciudades hizo posible el nacimiento de esta “apropiación folklórica” desde lo político. El nuevo ciudadano de la urbe, aún necesitado de re- membrar los ritmos de sus padres y abuelos campesinos, le dio a la po- lítica la oportunidad de fundamentar ese gusto para la conformación de un régimen social que favorecía la continuidad de la vida en ciudad y no preveía la vuelta al campo. Durante la primera mitad del siglo XX fueron las revistas, los pe- riódicos y sobre todo el cine los que comenzaron a diseñar la imagen

de la música popular que la masa consumía. En la medida que el po- Corazón Latinoamérica musical de México der político fue fundamentando estas expresiones para su uso identi- 99 tario y de control, esa imagen se fue canonizando hasta alcanzar ras- gos de ley y definitividad. La música popular de este tiempo pasó así, mediante la invención de su imagen, de un pasado y origen romanti- cista a un presente político de masas, donde lo colectivo primó sobre lo individual. Sin embargo, este proceso se fue fincando en la medida que las masas de origen campesino fueron abandonando su propia imagen campesina. Este abandono fue interpretado por el poder po- lítico y la prensa como signo de una pérdida, de modo que todo el mecanismo de fabricación de valores culturales puso manos a la obra para fabricar justamente la imagen de la música popular, que repre- sentaba ahora un valor político incalculable para la conformación de Apartado I. Prolegómenos y argumentos la identidad colectiva. Es decir, la nueva imagen de la música popular fue parte del pro- ceso de industrialización de la música como tal. Ya habíamos dicho que este proceso primero fue capaz de sacarle provecho a lo que ahora lla- mamos música clásica. Pero frente al fenómeno de masificación de las ciudades a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la irrupción de la música popular, en su mayor parte de origen campesino, le dio a esta industria, centrada en un principio en la producción en serie de instru- mentos, la posibilidad de convertirse en agente de ventas de la repro- ductibilidad de esta música. Por ello, se acercó a la imagen fabricada por el poder político para sacar la mayor renta posible a través de la pu- blicidad gráfica y cinematográfica. El éxito comercial de esta música a través de la radio a partir de los años de la década de 1930 se dio en la medida que las ondas perseguían o iban detrás de una imagen que ya estaba fabricada. 1.3. Entre reino, república e imperio La producción de la imagen o imágenes que constituyen una visua- lidad ha pasado por tres etapas desde el fin del Antiguo Régimen. En primer lugar el modelo de “reino”, luego el de “república” y final- mente el de “imperio”, en el que se inscribiría el caso de la música nor- teña mexicana. Hasta ahora hemos estado relatando la aparición de la música popular en el contexto del crecimiento de las ciudades en el marco de la expansión del capitalismo y de la aparición de la sociedad de masas y consumo. Todo habría de cambiar al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Un modelo de reino visual descansa en una producción elegida, aurática y religiosa. Esta visualidad está construida en un sistema que tiene un orden religioso y aristocrático. La imagen del mundo es discu-

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco tida por elegidos en el ámbito monástico; su concreción es llevada a 100 cabo por iniciativa del caballero, del príncipe, del rey, que considera es- pecial cuidar su imagen por cuanto tiene un valor épico bendecido por los dioses; finalmente, la producción está en manos de gremios y arte- sanos conformados en la tradición, la fidelidad y aun en la secrecía por cuanto la imagen que realizan tiene los valores antes dichos. En el reino visual cada producción es única, particular y distintiva; incluso la imitación genera su propia personalidad que lo aparta del mo- delo original. Sin embargo, la producción es morosa en el tiempo. Una catedral requería hasta siglos para ser concluida. Una pintura de la Vir- gen consumía años en su discusión y realización. Y cuando la produc- ción estaba más o menos sistematizada, también requería hasta de me- ses para la realización de un simple vestido. Pero al mismo tiempo, la imagen estaba cuidada tanto en su manufactura como en su idea misma, por lo que la experiencia del aura era completa porque la población estaba relacionada con la imagen no solo por su valor exhibitivo sino también por el valor social de su modo de producción, que no estaba fundamentado en obtener copias sino originales que fuesen capaz de I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana representar toda la cosmovisión de la sociedad. Como hemos adelantado, ha sido la Revolución Industrial la que dio paso a la creación de una “república visual”. La democracia, tanto en su versión norteamericana como en su versión francesa, dio paso a la constitución de gobiernos republicanos, incluso a pesar de mantener fi- guras nobiliarias como en ciertos países europeos. Es decir, asistimos a la conformación de un nuevo régimen democrático “desde arriba”, en la cual elementos supuestamente elegidos por el pueblo, en pleno trance elitista, construyen el régimen desde su perspectiva de clase. Esto im- plica también que la imagen que habrá de circular en su respectivo régi- men visual será aquella que sancione, elija o discrimine en perjuicio de otros, hasta hacerlos invisibles. El concepto de esteticismo de la vida política de Benjamin, que ya hemos citado, explica la última parte de este proceso que dio inicio cru- zando el umbral del año 1800. La primera república visual como tal fue la de Napoleón, que de la mano del neoclasicismo hizo de la pintura, la escultura y la arquitectura los medios ideales para representar y cons- truir la imagen que se deseaba para el régimen al mismo tiempo que se imponía como visualidad para homogeneizar, en ese momento, un po- der político que sólo tenía como justificación su origen revolucionario y ya no divino. El nacionalismo, de origen alemán como concepto de discusión, fue otro puntal importante para la construcción de una república visual a par-

tir del siglo XIX. De nueva cuenta, fue una tarea que realizó un grupo de Corazón Latinoamérica musical de México elegidos, burgueses, que con la ayuda de la literatura, primordialmente, 101 fueron construyendo una imagen de la nación que decían defender y a la que decían pertenecer como pueblo. El nacionalismo visual tuvo impor- tancia durante la primera mitad del siglo siguiente por cuanto el poder político pudo hacer una correspondencia entre el pueblo y la nación so- bre las masas que ahora poblaban las ciudades. Por lo tanto, la república visual sería el modelo de las clases cultas y revolucionarias que aspiraban a tener el control político con el objetivo de obtener para la sociedad completa una homogeneización tanto cultural como política. Terminada la Segunda Guerra Mundial, los valores que encumbra- ron los regímenes republicanos y colectivistas llegaron a su definición fi- nal. A continuación, como se notó claramente en Europa occidental, Ja- Apartado I. Prolegómenos y argumentos pón y Estados Unidos, el poder político dejó de comprometerse, aliarse o controlar el mecanismo de fabricación de valores culturales. En su lu- gar, se posicionó la industria del entretenimiento, que por no tener le- gitimidad política ni religiosa, se limitó a traducir, buscar y vender la cul- tura popular que ahora se producía en las ciudades y en menor medida en el mundo rural. Es decir, por primera vez la masa era capaz de producir su pro- pia cultura, su propia visualidad, defenderla, auparla, compartirla y hasta venderla a través de la maquinaria que implicaba la industria del entre- tenimiento. Cada ritmo, cada movimiento y cada propuesta implicaba una imagen propia, auto gestionada, que salía al mercado a buscar su lugar. A partir de entonces, dado que comienza una competencia en- tre ritmos y movimientos musicales por el mercado popular, será noto- ria la dirección hacia la hegemonía de uno solo de ellos sobre los otros, creando un monopolio en el sector. Es decir, la música popular vendida comercialmente tarde o temprano se homogeneizará. Es decir, un solo generó imperará sobre los otros, convirtiendo su música, su imagen y su visualidad en un imperio. Cada música popular que “triunfa” al final con- sigue también su propio imperio visual:

El monopolio es el tránsito del capitalismo a un régimen superior (…) Si fuera necesario dar una definición lo más breve posible del imperialismo, debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo (…) El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha ter- minado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalis-

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco tas más importantes. (Lenin, 1975: 112-113). 102 El imperio visual de una música popular se construye en la masa que la venía escuchando junto con las otras que finalmente perecieron en la conquista de tal mercado. En el Reino Unido y Estados Unidos, por ejemplo, la música pop se impuso a finales del siglo pasado, disolviendo finalmente la diferencia que llegó a haber en el mercado entre rock, ba- lada y pop. En el caso de la música norteña esta alcanzó el monopolio tras lograr incluir y disolver a sus más fuerte competidores, la balada grupera y la cumbia, y unificar en su fase imperialista la música de bajo sexto y acordeón con la música de bandas de viento del Pacífico hacién- dola aparecer, mediante su imperio visual, como una sola. En suma, se podría asentar que el gusto de la masa, tras ser defi- nida y controlada por la república visual, se homogeniza por sí sola hasta el punto de convertir su gusto unificado, en el plano cultural, en el único. Por lo tanto, su imperio visual se impone irremediablemente.

2. La aparición de la música norteña mexicana I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana La música norteña fue una auténtica “aparición” en el contexto histórico que siguió a 1946, cuando la Revolución Mexicana se institucionalizó y sus figuras militares, políticas y culturales concluyeron sus etapas crea- tivas y de influencia. Es decir, la norteña, una música netamente popu- lar, llegó al resto del país, a través de los distintos medios masivos de comunicación, en el preciso momento que el gobierno nacional dejó de ser un productor e inductor en la fabricación de nuevos valores cul- turales. Asimismo, vino a representar la condición del nuevo campesino formado y moldeado por el proyecto revolucionario, colectivizado y mi- grante, que buscó sacar provecho económico del ejido hasta donde le fue posible, acercándose y cambiando a nuevas actividades agropecua- rias cada vez más industrializadas.

2.1. La visualidad republicana de la Revolución Mexicana Visualmente, la música norteña apareció en la década de 1960 a nivel nacional a través del cine y la televisión. Su “irrupción” se dio pues en medio de los últimos toques de la “república visual” construida por la Revolución Mexicana y sus elementos más ilustrados y vanguardistas justo desde 1910, cuando Francisco I. Madero convocó a la revolución contra el régimen porfirista. El elemento visual más representativo de la propuesta del nacionalismo cultural de la Revolución sin lugar a dudas fue el muralismo mexicano. Iniciado en 1910 por el pintor Gerardo Mu- rillo (Dr. Átlatl) y llevado a una escala oficial, en una dimensión que no

se veía desde el arte colonial, por José Vasconcelos como primer Secre- Corazón Latinoamérica musical de México tario de Educación al comenzar la década de 1920. A partir de aquí se 103 desarrolló la carrera de los tres muralistas más conocidos: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.5 Este movimiento, que se extendería a otras disciplinas artísticas visuales, se conocería como Escuela Mexicana de Pintura. Este arte tuvo, sobre todo en Rivera, un perfil abiertamente indigenista y agrarista. Este nacionalismo cultural se extendió a prácticamente todas las disciplinas artísticas como la música clásica, el teatro y la danza, y no se diga la literatura, que tuvo un punto de vista crítico sobre el acontecer revolucionario, como las dos obras de Juan Rulfo, “El llano en llamas” y “Pedro Páramo”, publicados en 1951 y 1953 respectivamente. El punto álgido de la construcción de esta república visual, desde sus elementos Apartado I. Prolegómenos y argumentos más cultos y propositivos, sería quizá el ensayo “El laberinto de la sole- dad” de Octavio Paz, de 1950. En suma, el nacionalismo cultural mexi- cano de la primera mitad del siglo XX construyó y determinó la identi- dad no sólo de la masa urbana y campesina sino también la identidad del nuevo estado mexicano surgido de la Revolución Un aparato masivo importante del nacionalismo cultural mexicano para la conformación de su propia república visual fue el cine. A decir de Emilio El Indio Fernández, el cine mexicano como tal nació en la dé- cada de 1920 en Los Ángeles, California, en pleno Hollywood, cuando se toparon y coincidieron ahí tanto trabajadores mexicanos del cine nor- teamericano como políticos e intelectuales exiliados tras los sucesos de la infidencia delahuertista, y atisbaron que el cine podría convertirse en

5) Rodríguez Prampolini, 2012. una herramienta de construcción de la identidad.6 Tras el agregado de sonido al cine en 1929, actores, actrices, directores y técnicos regresa- ron a la Ciudad de México donde comenzaron a gestar la aparición de lo que luego sería conocido como “Cine Mexicano de la Época de Oro”. Fue entonces que el cine nacional tomó partido por la identidad del charro mexicano, en esencia imagen del campesino del centro-occi- dente del país, en especial la zona comprendida entre Jalisco y el Bajío. Cabe destacar que el gobierno de Lázaro Cárdenas había apoyado pre- viamente, con leyes respectivas, la “protección” a la imagen del charro.7 Así, en 1936 se estrenó con un éxito comercial sin precedentes la pelí- cula “Allá en el rancho grande”, que marcó el nacionalismo cultural mexi- cano y el destino de la industria del cine nacional. La consagración del charro en este medio le dio a México una ima-

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco gen que tuvo un impacto internacional mucho mayor que el propio mo- 104 vimiento muralista. En la misma época de “Allá en el rancho grande”, el escultor colombiano Rómulo Rozo realizó una escultura de un campe- sino de sombrero de ala ancha en actitud reflexiva y meditativa, le llamó de hecho “El pensamiento”; pues bien, algún comerciante norteameri- cano, a partir de unas caricaturas hechas en la prensa sobre la escultura, encontró interesante mezclar la escultura con otra de un cactus, lo que generó una visión norteamericana sobre el mexicano que sigue hasta la fecha.8 El ejemplo muestra bien de qué manera la consagración del charro en la visualidad del nacionalismo cultural prácticamente vino a identificar a México dentro y fuera del país, llegando incluso a simboli- zar a todo campesino mexicano, a pesar de que históricamente nunca había sido así. Pero si a través del cine mexicano, con el apoyo y aprobación del gobierno federal, el charro fue consagrado como la imagen del ran- chero mexicano, en varios estados de la república también se plantea- ron estrategias propias de una república visual para contribuir al nacio- nalismo cultural y, en menor medida, al orgullo y diferenciación regional. I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana En el norte del país destacó de sobremanera el estado de Tamaulipas, sobre todo en la gestión del gobernador Emilio Portes Gil, que apoyó la consagración de elementos folklóricos tanto en música, baile y vesti- menta, y que más tarde se reconocerían como “norteños”.9 En el sureste

6) Relatado por el propio Indio Fernández en 1978 en el programa televisivo de entrevis- tas “A fondo”, conducido por Joaquín Soler Serrano, de Radiotelevisión Española. 7) Revisar Pérez Montfort, 2000. 8) INBA. (1966). Exposición-Homenaje a Rómulo Rozo (catálogo). 9) Revisar Ramos Aguirre, 2013. del país, destacaron los estados de Yucatán y Oaxaca. En el primero, du- rante el gobierno socialista posrevolucionario en la década de 1920, se tuvo como proyecto revolucionario “la redención del indio maya” que dio por resultado, en primer lugar, la invención de la imagen prehispá- nica de los mayas, para luego ponderar las tradiciones en vestido, baile y música de los llamados “mestizos”, que no era otra cosa que los indíge- nas y mestizos que trabajaban en las haciendas ganaderas y henequene- ras. En la tumba del gobernador Felipe Carrillo Puerto en el Cementerio General de Mérida, ejecutado por la infidencia delahuertista en 1924, se puede observar la representación de los “mestizos” en tanto sujetos de redención del proyecto socialista local.10 En Oaxaca, la paulatina confor- mación de la tradición de la Guelaguetza, tuvo un arranque importante en la década de 1930, cuando comenzó a realizarse en la forma en que

hoy se conoce: una pasarela de la imagen y tradiciones de cada región Corazón Latinoamérica musical de México del estado.11 105 Estas y otras propuestas muestran hasta qué punto la consagración del charro en la Ciudad de México no significó el desplazamiento de otras tradiciones regionales que también merecieron estar dentro del nacionalismo cultural. Pero en todos los casos, su diseño y consagración partió de elementos “distinguidos” de los grupos que llevaron a cabo el proyecto de la Revolución tanto en la capital como en los estados, bus- cando con ello un control político de la identidad y de las masas recién corporativizadas.

2.2. De campesino a vaquero La aparición de la música norteña en todo México también se dio en un Apartado I. Prolegómenos y argumentos contexto particular que afectó a todo el campo mexicano, desde Baja California hasta el entonces territorio de Quintana Roo, en un período de tiempo que va desde el mismo 1910 hasta la década de 1970 por lo menos: la reforma agraria. Así como la Revolución Mexicana logró crear su propia “república visual” con su proyecto de nacionalismo cultural, de igual modo logró crear una imagen del campesino antes de 1910, la de un peón asalariado que debía sufrir los embates del patrón y la semi-es- clavitud de la tienda de raya, que en realidad no hubo necesidad de exa- gerar, porque muchas veces fue así, pero que sí le fue necesario cons- truir tal arquetipo para recalcar el valor y la trascendencia de la reforma agraria.12

10) Díaz Güemez, 2016. 11) Lizama Quijano, 2006. 12) En este sentido fue importante el libro “México Bárbaro” del periodista norteameri- En efecto, el reparto de tierras fue el efecto más saludado de la Revolución Mexicana dentro y fuera del país. Pero su realización requi- rió tiempo y sacrificios por parte los gobiernos revolucionarios para ha- cer realidad este proyecto revolucionario contenido en la Constitución de 1917. Para defender tal reparto, se concibió o recuperó la idea de ejido, es decir una propiedad comunal, donde los problemas y cuitas se resolverían a través de asambleas. Cuando en la administración del Presidente Lázaro Cárdenas se lograron los más grandes repartos agra- rios, especialmente el de La Laguna y de Yucatán, la idea e imagen del campesino mexicano comenzó a cambiar: dejó de ser repentinamente el peón de hacienda para irse convirtiendo en ejidatario. El propio Cár- denas, al reformular el Partido Nacional Revolucionario en Partido de la Revolución Mexicana, creó la Confederación Nacional Campesina para

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco agrupar a los nuevos ejidatarios como un sector político-laboral del régi- 106 men, junto con los obreros y las organizaciones populares. El ejido trans- formó así al campo y al campesino y lo convirtió en imagen de la revolu- ción organizada e institucionalizada. Sin embargo, como queda descrito entre líneas en el cuento “Nos han dado la tierra” del libro “El llano en llamas” de Juan Rulfo, no siem- pre fue felicidad la entrega de tierras y hubo muchas veces desazón por parte del campesino mexicano, especialmente en el sureste, por ver su nueva propiedad el ejido como una especia de condena. En la narración de Rulfo, un grupo de campesinos recorre a pie el ejido que el gobierno recién les ha entregado; con cierta resignación, aceptan la entrega pero encuentran que les ha tocado la parte mala y no la tierra buena que ellos esperaban; en cierto momento, se acuerdan cuando el delegado les dijo que no había manera de cambiar aquel terreno que les tocó como ejido y en todo caso, les recalcó, “es al latifundio al que tienen que ata- car, no al Gobierno que les da la tierra”. 13 En efecto, salvo en el norte del país, donde aparecieron regiones prósperas en actividades agropecuarias, el ejido fue visualizado como I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana un problema, sobre todo cuando la explosión demográfica empujó a buena parte de la población rural a desplazarse a las ciudades, en espe- cial la Ciudad de México, a partir de la década de 1960. Esto quiere de- cir que la imagen del campesino ejidatario entró en crisis. No es este el lugar para analizar esta problematización, pero es un hecho que, a pesar del continuo apoyo y hasta subsidio al campo organizado en ejido, no

cano J.K. Turner, publicado en 1911 en los Estados Unidos, en el que se revelaban tra- tos inhumanos a trabajadores agrarios tanto en Yucatán como en Oaxaca. 13) Rulfo, 1970:83. se detuvo nunca el proceso migratorio antes mencionado. Además, por si fuera poco, las ciudades mismas, en su crecimiento, continuamente amenazaron la existencia del ejido toda vez que fue necesitando am- plias extensiones de tierra para poder dar cabida a su incremento demo- gráfico. En suma, el campesino ejidatario comenzó a ser estigmatizado como agente productivo, quedándole prácticamente la única función de ser base electoral del partido del gobierno. Es decir, en las últimas déca- das del siglo pasado, el campesino ejidatario tuvo un conflicto identita- rio en razón de su papel como agente revolucionario que lo obligaba a comprometerse con la tierra repartida. Por ello, el campesino ejidatario pronto buscó alternativas a la pro- ducción de autoconsumo a la que parecía destinada la propiedad eji- dal. La ganadería, en especial la bovina, ha sido una actividad que se

fue insertando con éxito en el marco del ejido. En un inicio desarrollada Corazón Latinoamérica musical de México por pequeños propietarios, la necesidad de mayores extensiones para 107 el pastoreo obligó a estos a negociar con los ejidos y los ejidatarios para ampliarse. Apareció así la figura del ejidatario ganadero, como también se fue propalando la idea e imagen del ganadero como el sujeto exitoso en el nuevo campo mexicano posrevolucionario. En tales condiciones, la figura del vaquero comenzó a tener mayor prestigio que la del campe- sino mismo. Cito el caso del municipio de Tizimín, Yucatán,14 cuya aso- ciación ganadera local fue fundada hace 62 años. En aquel entonces, y hasta hace unos 15 años, los ganaderos eran pequeños propietarios, mestizos o descendientes de libaneses, que pagaban renta por tierras de pastoreo a los ejidatarios. Sin embargo, gradualmente, los ejidata- rios, dedicados durante mucho tiempo a la siembra de maíz, se fueron Apartado I. Prolegómenos y argumentos desplazando a la ganadería hasta convertirse en mayoría dentro de la asociación. Hoy en día, el cuadro directivo de la asociación ganadera es el mismo que hace 20 años controlaba el comité municipal de la Confe- deración Nacional Campesina.15 Mi parentela en ese mismo municipio eran ejidatarios hace 30 años, y desde aquel entonces, a pesar de es- tar dedicados más a la siembra de maíz, frijol y legumbres, procuraban igualar la imagen que manejaban los ganaderos, sobre todo porque va- rios de ellos laboraban como vaqueros para ellos por temporadas. Uno de ellos logró convertirse en ejidatario ganadero y prácticamente se la- bró una imagen de vaquero-ganadero, con camionetas incluidas, de la noche a la mañana.

14) Ciudad natal del autor de este trabajo. 15) Presidido por el Sr. Pedro Tec Tun (de apellidos mayas). La AGL de Tizimín fue fundada en 1954. Su primera feria ganadera se llevó a cabo tres años después, en 1957. Como veremos más adelante, esto es un fenómeno nacional que en el sureste está liderado por el éxito de la ganadería bovina, y en el norte está conducido por el ascenso económico de los traficantes de drogas, casi todos ellos de origen rural. De modo que en todo el país, la imagen del campesino posrevolucionario, erigido como un feliz y ab- negado ejidatario, entró en crisis a partir de la década de 1970, en la medida que otras actividades relacionadas con la tierra pero alejadas de la siembra de productos tradicionales se fueron imponiendo, confor- mando e imponiendo en el nuevo campesino una imagen más de va- quero que de sembrador.

2.3. Una nueva música y su imagen La música norteña mexicana apareció visualmente al resto del país en

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco la década de 1960. En el cine ocurrió con las películas “Calibre 44”, de 108 1960, donde Piporro aparece cantando acompañado por los Broncos de Reynosa, y “Pueblito”, de 1961, donde Fernando Soler aparece ensi- mismado, escuchando a Los Alegres de Terán. Luego, a través de este cine que iba dejando atrás su época de oro, la televisión que comenzaba a dominar el espectro visual del entretenimiento, y la industrial editorial gráfica, lo norteño circuló con notable fuerza por todo el país acompa- ñando el éxito comercial que fue obteniendo la música norteña mexi- cana como tal, especialmente a través de la radio. La música norteña es un fenómeno posrevolucionario. Su origen territorial es el noreste mexicano, y el sur de Texas, teniendo como “ca- pital” la ciudad de Monterrey. Es, en esencia, una música campirana. A decir de Olvera Gudiño y Montoya Arias, la música norteña la podemos identificar como aquella que se sirve instrumentalmente del acordeón y del bajo-sexto, pero también como aquella que se derivó de un pro- ceso de migración que tuvo como zona protagónica el territorio del no- reste mexicano y su interacción con el fenómeno migratorio correspon- diente en el sur del estado norteamericano de Texas.16 Por lo tanto, el I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana camino para la aparición de esta música netamente popular, tendría como punto de arranque el año de 1848, cuando tras la guerra entre México y Estados Unidos, este se quedó con la mitad del territorio norte del primero, creándose así una región de frontera con intercambios mi- gratorios y culturales particulares. La Revolución Mexicana, que se ori- ginó precisamente en el norte, acentuó en esta zona la resistencia cul- tural frente a la influencia anglosajona. De modo que este fenómeno migratorio que se dio, a partir de los años 1920, entre el Bajío y el sur

16) Olvera Gudiño, 2013:33; Montoya Arias, 2014. de Texas, dio pie a la transformación de una herencia cultural que venía permeada por la relación entre ambos países, que originó una música de migrantes y colonos comprometidos con la tierra en lo económico, y con la añoranza en lo cultural. La música norteña le vino a dar continuidad a la cultura campirana mexicana que se venía desarrollando desde tiempo de los insurgentes a principios del siglo XIX. En este sentido es la música sucesora de la música de mariachi, pero sin el andamiaje oficial que la república pos- revolucionaria le había dado a esta y que hizo que el cine de la Época de Oro lo convirtiera prácticamente en seña y gesto de la nacionalidad. La música norteña representa así un nuevo mundo campirano posrevo- lucionario en el noreste mexicano, donde la figura base es el campesino migrante, bracero aquí y allá, que ya no vive en un régimen de autosu-

ficiencia o en un sistema de peonaje, sino que se relaciona con un de- Corazón Latinoamérica musical de México sarrollo ya industrial de las actividades agropecuarias, especialmente al 109 otro lado de la frontera. Por otro lado, esta cultura campirana entró en contacto directo con culturas campiranas de Europa del Este en el sur de Texas. Esto determinó la apropiación casi inmediata que se hizo del acordeón. Previo a la Revolución, la música popular mexicana conocía y reconocía diversos ritmos de esa parte de Europa, pero llegaba me- diado a través de las influencias francesas.17 Ahora, en la frontera, el con- tacto era directo; de campesino a campesino, podríamos decir. Así, la música norteña mexicana es la nueva música del campesino mexicano transterrado, que mantiene la continuidad de la cultura campirana na- cional, en especial, el corrido, que pasaba al noreste mexicano para co- nocer una nueva etapa. Esta continuidad ranchera fue posible en la me- Apartado I. Prolegómenos y argumentos dida que la nueva música norteña no estuvo sujeta a una política cultural nacional. Es decir, apareció como una música liberada del poder polí- tico nacional, que se construyó desde abajo sacando provecho de las modestas políticas culturales de los estados en que nació de uno y otro lado de la frontera, del mismo modo que supo sacar provecho de las otras músicas culturales con las que tuvo contacto. En la década de 1960, cuando apareció la música norteña frente a los ojos de todo México, la industria de la música estaba dominada por los ritmos caribeños y los músicos del sureste, en tanto la música de ma- riachi se convertía en un canon nacionalista. Aquellas músicas represen- taban sobre todo al capitalino, el habitante de la Ciudad de México, por lo que su éxito venía a ser imagen de la urbanidad, incluso de lo que po- dría llamarse “buen gusto”. El cabaret, tal como se ve repetidamente en

17) En Ramos Aguirre, 2013, se puede rastrear la llegada de los ritmos de Europa del Este a través de la influencia francesa que llegaba hasta los salones de baile. el cine de la época, es el ágora de esta música. En tal sentido, la norteña y el rock and roll fueron las apariciones que asombraron la industria mu- sical en estos años. Por ello, una vez desplazados los ritmos caribeños y del sureste, la imagen de la norteña pasaría a “competir” el espacio de la música popular contra los herederos del rock and roll mexicano que inventaron, desde la Ciudad de México, y desde los espacios de Televisa a partir de los años 70, la música pop nacional. Entonces, sí se quería ser un artista pop exitoso, era menester emigrar o trabajar en la capital del país; esto afectó incluso la aparición del rock en español mexicano, ya que también debieron realizar su carrera en esta ciudad.18 En cambio, la música norteña nunca necesitó referenciarse en la Ciudad de México para desarrollarse y ser exitosa en el marco de la industria musical y de conciertos. Todo lo contrario, reafirmó su condición de música popular

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco de frontera. 110 De este modo, la música norteña mexicana, además de haberse visto liberada de la política del nacionalismo cultural, también logró mantenerse al margen de la nueva industria cultural surgida en la Ciu- dad de México desde que el gobierno federal dejó de convertirse en un mecanismo creador de valores culturales, sobre todo a partir de 1946, cuando el gobierno del Presidente Miguel Alemán Valdés decretó la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes, cuya orientación fue re- conocer y apoyar al artista independiente.19 Por ello, la música norteña estuvo llamada desde entonces a convertirse en un referente de la iden- tificación nacional en la medida en que se mostró como una música libre de las políticas y los poderes del centro y reafirmar su origen mexicano en los bordes de la frontera noreste.

3. El imperio visual de la música norteña mexicana Liberada la creación popular de la tutela y la dirección de los estamentos directores de la política y la intelectualidad del nacionalismo revolucio- nario, la industria del entretenimiento se dio a la tarea de fabricar o ha- I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana llar nuevos valores culturales. Es decir, se dejó a las fuerzas del mercado y al gusto de la masa posrevolucionaria el proceso de creación cultural.

18) Revisar Llano Macedo, 2016. En esta obra autobiográfica, el productor de Televisa Luis de Llano Macedo hace el recuento puntal de cómo desarrolló dentro de esa empresa toda una “fábrica” de estrellas pop. 19) Se creó como Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura para llevar a cabo “el cul- tivo, fomento, estímulo, creación e investigación de las bellas artes en las ramas de la música, las artes plásticas, las artes dramáticas y la danza, las bellas letras en todos sus géneros y la arquitectura”, según el decreto de creación publicado el 31 de diciembre de 1946 en el Diario Oficial de la Federación. Esto, tarde o temprano, condujo a la hegemonía de un solo movimiento, el de la música norteña, que logró con su imperio visual, basado en la épica, homologar la identidad ranchera, desplazando y desapareciendo prácticamente otros movimientos musicales populares. Esta hegemonía visual prácticamente a transformar la identidad del ranchero mexicano hasta darle una unidad que nunca alcanzó el propio nacionalismo cultu- ral de la Revolución Mexicana.

3.1. La nueva épica En la década de 1970 la explosión demográfica de México alcanzó sus mayores cotas en el ratio de crecimiento. Esto significa que la pobla- ción campesina aumentó y sus movimientos migratorios comenzaron a poblar las ciudades mexicanas justo a partir de este momento a un

ritmo inusitado. Asimismo, en el campo, especialmente en el sureste, co- Corazón Latinoamérica musical de México menzó también la búsqueda de alternativas agropecuarias al autocon- 111 sumo, que generó una nueva clase de campesinos “exitosos”. A partir de entonces, la interacción entre la ciudad y el campo se dio mediante la relación entre campesinos emigrados y campesinos asentados. Fue esta masa la que aupó la música norteña hasta hacerla propia. La música norteña mexicana ofreció a esta masa algo que no pro- porcionaba ya la imagen del charro y el mariachi, mucho menos la in- dustria cultural y del entretenimiento asentada en la Ciudad de México. Aquello fue la épica. La norteña dio voz a la migración campesina, en pri- mer lugar, pero también dio una imagen al exitoso campesino que se quedó y logró labrarse un lugar en el comercio agropecuario. Escuchar música norteña y seguir su imagen a través de la vestimenta fue el signo Apartado I. Prolegómenos y argumentos que vino a ocupar el mismo que antes daba el vestirse de charro y haber estado en la bola o formar parte del gobierno corporativista. En la misma década de 1970, la actividad del narcotráfico desarro- llada por campesinos norteños también encontró en esta música un es- pacio de expresión para su particular éxito como “emprendedores”. Los corridos pasaron entonces de hablar, al ritmo de mariachi, de los héroes revolucionarios o de los guerrilleros comunitarios, a ser imagen y voz mediante el ritmo de la música norteña de los hechos crudos que co- menzaron a caracterizar aquella labor. A partir del éxito comercial que tuvieron Los Tigres del Norte en la década de 1970, la música norteña escaló la industria de la música po- pular compitiendo con otros ritmos. En primer lugar, compartió espa- cio con la cumbia, ritmo colombiano cuya transformación a la mexicana ocurrió en Guadalajara a finales de los años 1950, de la mano de Mike Laure. No era un ritmo desconocido en el cine y la televisión de la época, pero es a partir de los 1970 que toma un gran impulso con el éxito de grupos del sureste, especialmente de estados del Golfo de México,20 y otro contingente venido precisamente del Norte, especialmente de Ta- maulipas y Nuevo León. La cumbia de estos estilos fue muy aceptada entre la masa urbana y fueron protagonistas de grandes bailables en es- pacios abiertos. Otro “competidor” de la norteña en el espacio de la música co- mercializada entre la masa urbana y campesina fue la llamada grupera, cuyos orígenes también se ubican en la década de 1970: básicamente conjuntos de origen popular conformados como los grupos de rock nor- teamericano pero interpretando boleros y baladas. Casi todos los gru- peros aceptaban sus raíces campesinas y nunca excluyeron de sus dis- cos la interpretación tanto de música ranchera como de cumbia, pero su

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco línea de trabajo fue orientándose cada vez más hasta el género román- 112 tico, alcanzado su preeminencia durante los últimos 15 años del siglo pasado. De igual modo, su público era mayoritariamente el mismo que venía escuchando norteña. Entre 1970 y 2000, la música norteña mexicana, la tocada con acor- deón y bajo-sexto, conoció de igual manera un éxito comercial inusi- tado. Al mismo tiempo, fue permeable a la influencia tanto de la cumbia como de la balada grupera. Pero a diferencia de estos dos ritmos, que se fueron desvaneciendo en la radio hasta prácticamente desaparecer después del cambio de siglo, la música norteña mexicana, por su ima- gen de épica, logró sobrevivir a este primer éxito comercial al recoger casi naturalmente, no solo la influencia de sus “competidores”, sino tam- bién de otros ritmos regionales norteños que siguieron la estela dejada por la norteña. La música norteña se expandió y se transformó cuando llegó a todo el país el éxito comercial de la música de las bandas de viento de la costa del Pacífico justo al inicio de la década de 1990. Al igual que la cumbia y la grupera, la música norteña de acordeón y bajo sexto no ge- I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana neró una siguiente camada de exponentes con el mismo éxito comercial que los que habían tenido antes desde su aparición. Sin embargo, sí fue capaz de crear una imagen potente, basado en la épica como ya se ha visto, que logró representar a todo el norte del país e incluso el sur de los Estados Unidos. Por ello, las bandas de viento de Sinaloa tomaron el testigo y lograron, pasado el año 2000, dominar casi por completo el espectro de la música norteña. En este sentido, cabría decir que de- finir ahora la música norteña solo por los instrumentos queda limitado,

20) Jorge Rivero, tecladista de cumbia oriundo de Tizimín, grabó su primer disco en Vera- cruz. en todo caso, ahora toca definirla en razón de la visualidad que había creado desde la posrevolución. Asimismo, la imagen de la norteña había traspasado ya la frontera del canon musical con el que había surgido en los años 1960. Ahora en la década de 1990, era posible mirar a un grupo como Bronco, que con imagen plenamente norteña hacía lo mismo cumbias que baladas gru- peras y hasta rancheras. O el grupo Límite, de Monterrey como Bronco, que tenía una propuesta norteña cercana al pop. Comenzado el nuevo siglo, la norteña iba generando más versiones de sí misma, más allá de las fronteras mexicanas, no sólo en el sur de Estados Unidos, sino incluso en ciudades tan lejanas al norte como Chicago. También generó otras versiones en Sudamérica, desde tempranas épocas como los años 1970, especialmente en países como Colombia y Chile.

Todo esta expansión de la música norteña y la apropiación com- Corazón Latinoamérica musical de México pleta del mercado e industria de la música popular en México no pudo 113 ser de otra manera en tanto esta música fue capaz de recuperar la ima- gen y la épica del ranchero que parecía iba a perderse en la canoniza- ción del charro a mediados del siglo XX. El movimiento migratorio en el noreste mexicano permitió que la cultura campesina, al menos la que se había desarrollado en el centro del país, tuviera continuidad y pasara del mariachi y el charro al acordeón, el bajo-sexto y el vaquero.

3.2. Un caso de impacto y transformación Para observar el efecto de lo que aquí hemos llamado imperio visual de la música norteña, revisaremos el caso de Tizimín, cabecera del munici- pio del mismo nombre del oriente del Estado de Yucatán, en el sureste Apartado I. Prolegómenos y argumentos mexicano. Es un caso peculiar en términos migratorios porque durante el siglo XX jamás conoció movimiento migratorio hacia los Estados Uni- dos, solo hacia la Riviera Maya. En realidad, fue un caso de crecimiento urbano considerable en el Estado al pasar de 3,000 habitantes a 50,000 durante la segunda mitad del siglo pasado.21 Tizimín aparece en la época colonial como un pueblo de indios que participaba en el sistema de compulsión laboral, que caracterizó la eco- nomía yucateca de esa época, produciendo y elaborando mantas de al- godón.22 También heredó de la época prehispánica un sitio de culto que fue transformado en un sitio de adoración de los Tres Reyes Magos en tanto santos. Ubicado a 150 km de Mérida y de 50 km de Valladolid, Ti- zimín figuraba como parte de la frontera con la histórica región de La

21) De acuerdo a datos del INEGI consultados en 2015. 22) Solís Robleda, 2003. Montaña, que escapó al poder y sirvió de refugio para indios rebeldes o descontentos con el sistema colonial.23 En la época independiente, Tizi- mín fue un importante bastión militar por lo que comenzaron a llegar a vivir ahí tanto mestizos como criollos. En 1839, Santiago Imán, jefe de la plaza, inició una rebelión de corte federalista que se distinguió por su- mar por primera vez a los indios.24 A partir de entonces, la inclusión con- tinua de indios en los conflictos criollos dio origen en 1847 a la Guerra de Castas, que luego de 1853, los mayas rebeldes la continuaron en La Montaña hasta principios de siglo XX. Esta guerra condujo a un poblamiento de blancos y mestizos ori- ginarios de Valladolid, la zona más castigada, en la zona de Tizimín. Ale- jada de la prosperidad de la zona henequenera, que giraba en torno a la zona de Mérida, la llegada del ferrocarril en 1913 la metió de lleno en

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco la dinámica económica del estado dictada desde la capital. A partir de 114 entonces comenzó a ser considera el granero del Estado por producir una buena parte del maíz que se consumía. Sin embargo, la “prosperi- dad” llegará a Tizimín a partir de la década de 1940, cuando se estable- ció la ganadería. Ernesto Novelo Torres y José González Beytia, gobernadores en aquella década, crearon Fomento de Yucatán, una oficina de promoción económica destinado a buscar alternativas al monocultivo del hene- quén, del cual dependía casi el 80% de la economía local, y que se pro- ducía a través del Gran Ejido Henequenero, creado tras la reforma agra- ria de 1937 de Lázaro Cárdenas.25 Esta oficina determinó que la zona del nororiente del Estado era ideal para el desarrollo de la ganadería bovina, puesto que había gran número de pequeños propietarios, ade- más de la factibilidad del suelo. La apuesta fue acertada, sobre todo con el apoyo de empresarios meridanos, en especial del empresario de ori- gen libanés Cabalán Macari. En 1957, a dos cuadras de la plaza principal de Tizimín, se realizó la I Feria Ganadera por iniciativa de la Asociación Ganadera Local del municipio. A principios de la década de 1960, esta I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana feria de corte anual se trasladó a las instalaciones de la Asociación, al norte del poblado, confirmado con ello su éxito. Entonces apareció una dicotomía: la feria ganadera se celebraba al mismo tiempo que la fiesta de los Santos Reyes Magos, organizada durante las dos primeras sema- nas de enero. Esto dio lugar a la aparición de dos ferias: una religiosa, celebrado en el centro del poblado, organizado por mestizos compro-

23) Bracamonte y Sosa, 2001. 24) Rugeley, 1996. 25) Díaz Güemez, 2016. metidos con la tradición yucateca; y otra económica, la ganadera, orga- nizado por los ganaderos en sus propias instalaciones. La solución que se impuso, quizá a mediados de los años 1960, fue la realización de la feria ganadera durante el día, y la feria religiosa durante la noche. De tal modo, en las dos primeras semanas de enero, Tizimín “estaba de feria” todo el día, habiendo juegos mecánicos, tianguis, bailes y conciertos en ambos emplazamientos. Fue en este ámbito de fiesta que comenzó a llegar el imperio visual de la música norteña en los años 1970. Los ganaderos, sus trabajadores y sus familias comenzaron a adoptar la imagen que venía acompañada de esta música que era posible escuchar en la estación de radio local, la XEUP La Rancherita. Los ganaderos más exitosos adoptaron la charrería como deporte de exhibición, abriendo para ello varios lienzos; aún así,

el vestirse de charro quedaba como acto ceremonial. En cambio, ves- Corazón Latinoamérica musical de México tirse de norteño se volvió cotidiano. Mientras, los organizadores de la 115 fiesta religiosa, varios de ellos ejidatarios, comenzaron a acercarse al ne- gocio de la ganadería a través de la renta de sus tierras para pastoreo de los hatos bovinos propiedad de los ganaderos. La figura e imagen de norteño también se impuso en las salidas a la feria religiosa por la noche. A principios de la década de 1990, cuando la música norteña pasaba del éxito comercial de los grupos de acordeón y bajo sexto a las bandas de viento, en Tizimín, en días de fiesta, la ves- timenta norteña, tanto en hombres como mujeres, era la que prevalecía tanto en la feria ganadera, en horas diurnas, como en la feria religiosa, en horas nocturnas. De esta manera, una agrociudad exitosa del oriente yucateco lo- Apartado I. Prolegómenos y argumentos gró configurarse una identidad con respecto al resto del estado, com- prometido más con la tradición yucateca del “mestizo”, al apropiarse del imperio visual que trajo la música norteña. Esto se expandió a práctica- mente todos los municipios del noreste yucateco que también se suma- ron o cambiaron a la actividad ganadera, con sus respectivas asociacio- nes locales ganaderas, que permitió la creación de una unión ganadera regional.26

3.3. La nueva identidad ranchera La música norteña mexicana logró convertirse en un imperio visual por cuanto la imagen que ofrecía era de una épica campirana que justa- mente reclamaba una masa social migrante y campesina, así como toda

26) La Unión Ganadera Regional del Oriente de Yucatán, UGROY, fundada en 1972 con 700 socios de 8 municipios. Hoy en día cuenta con más de 4,500 socios de 23 asocia- ciones ganaderas locales asentadas en 17 municipios. una población relacionada con la transformación de las actividades agropecuarias en el país. En este sentido, lo importante de ese imperio visual no es la vestimenta, las actitudes, la arquitectura, las camionetas, las botas, etc., sino el deseo de toda esta masa que la está consumiendo de acceder a una imagen de éxito personal y comunitario que tiene un fundamento en el duro trabajo de la tierra, desde los ganaderos ejidales hasta los sembradores y productores de drogas no sintéticas. Es un imperio porque, libre del control político nacional y del con- trol de la industria cultural de la Ciudad de México, logró imponerse so- bre otros ritmos de la industria de la música popular que le competían en gusto, en especial la cumbia y la balada grupera, hasta volverse he- gemónico. A continuación, logró subir a su cuesta, otros géneros nor- teños, como las bandas de viento del Pacífico, para continuar y asentar

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco su “dominio” como tal. Hoy en día, en todo México, la música norteña, 116 llamada hoy “música de banda”, domina el espectro de la música popu- lar no producida o creada en la Ciudad de México. Es decir, finalmente alcanzó la cota de monopolio. Es a este dominio pues que le llamamos imperio; por lo tanto, su imperio visual también ha alcanzado esa pers- pectiva monopólica. Como ya dijimos, lo visual de lo norteño no se limita a la vestimenta, alcanza un amplio rango que prácticamente hoy determina la vida de las personas que lo asumen y de su comunidad inmediata. Hoy en día, to- dos los poblados en el país que tiene relación con una actividad agro- pecuaria asumen lo norteño como parte de su identidad colectiva coti- diana. Por ello, es necesario recalcar que la conformación de lo norteño como cultura y su posterior expansión por todo el país a través de la mú- sica es también un logro del nacionalismo revolucionario pero a nivel popular. Cuando la cerveza Carta Blanca comenzó a usar la figura del norteño en sus anuncios en la década de 1950, en el noreste del país, en realidad estaba siguiendo esa huella, no la estaba construyendo, o I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana deconstruyendo, como sí sucedió con la imagen del charro, por ser de alto interés para el nacionalismo revolucionario. Lo mismo pasó en la década de 1970 y 1980 cuando comenzó a ser más frecuente la presen- cia de esta imagen tanto en el cine producido desde la Ciudad de Mé- xico como en el cine independiente llamado video-home. La imagen de lo norteño es, en consecuencia, fruto también de la resistencia cultu- ral en tanto una música de origen fronterizo. Lo fácil hubiera sido imitar completamente los bailes de los polacos y de los alemanes, cantando incluso en alemán o en alguna lengua eslava, pero no fue así. Los cam- pesinos mexicanos que migraron y se movieron en esta zona noreste de la frontera norte mexicana venían ya predispuestos por el trabajo cul- tural de la Revolución Mexicana. Asimismo, también se toparon al otro lado, que la identidad social norteamericana se había unificado y homo- logado, de costa a costa, al término de la Primera Guerra Mundial, a fa- vor de una identidad caucásica y protestante, en detrimento de otras mi- norías culturales que ahí existían previamente, incluido los mexicanos, o que llegaron luego de las grandes migraciones de europeos. Así que hoy en día podemos hablar de una nueva identidad unifi- cada del ranchero mexicano. En el canal Bandamax, propiedad de Te- levisa Networks,27 existe un programa semanal llamado Bridón, cuyo conductor es Antonio Aldeco. El programa visita las cabalgatas que ga- naderos y aficionados a la caballería realizan en sus respectivos pueblos en tiempos de feria. La lista de los pueblos visitados es larga y prácti-

camente cubre todo el territorio nacional. La tónica de cada programa Corazón Latinoamérica musical de México es el mismo: el conductor participa a caballo en la cabalgata conver- 117 sando con organizadores, autoridades y reinas de feria, y destacando los atractivos de la comunidad. En cada cabalgata, salvo algunos vesti- dos de charro o con alguna vestimenta folklórica de su región, todos es- tán vestidos de acuerdo al “código” norteño; de hecho, los últimos mi- nutos del programa muestran la participación, en el marco de la feria o el evento mismo de la cabalgata, la participación de grupos y bandas de música norteña. Por ello, no sorprende que los rancheros de pueblos de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Querétaro, Yucatán, Durango, Veracruz, Nayarit y del estado que fuere, todos asumen la identidad ranchera como algo derivado de la música norteña que han escuchado en las últimas déca- Apartado I. Prolegómenos y argumentos das. De ahí, que este programa de Bridón muestre una uniformidad en la identidad ranchera nacional, fuere a donde fuere. Ser norteño, pues, hoy es la nueva identidad ranchera mexicana; vestirse hoy de charro o de traje típico indígena o mestizo es solamente ritual. La música nor- teña, que comenzó como la épica de una masa migrante en el noreste del país hace ya casi 100 años, logró llevar a través de la radio y el disco su imagen épica hasta convertirla prácticamente en la única, por cuanto logró establecerse como un imperio visual.

Conclusiones Un imperio visual es el modo de producción de la visualidad que ocu- rre en las sociedades posmodernas, donde el fin de los grandes relatos permite a la industria del entretenimiento asumir el control del meca-

27) Sección de Grupo Televisa que agrupa sus canales de televisión de paga. nismo de creación de nuevos valores culturales, ofreciendo aquello que la masa reclama como suyo, hasta que ésta consigue imponer uno solo de los movimientos subalternos que ella misma generó. En tal sentido, hay un imperio visual por cada masa social que exista. En México, la masa campesina, migrante y ejidataria, que se con- formó a partir de la reforma agraria de la Revolución Mexicana, se iden- tificó plenamente con la música popular del noreste del país por cuanto encontró que daba continuidad a la cultura ranchera mexicana y porque conservaba el ideal y la imagen de épica que la Revolución Mexicana le había impreso a la figura del campesino. La música de bajo sexto y acor- deón, cuyo éxito comercial se dio fuera de la Ciudad de México, trajo consigo pues una nueva visualidad ranchera que pronto fue adoptada en todo el país, en tanto el charro, canon del nacionalismo cultural revo-

Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco lucionario, y las figuras folklóricas campiranas aupadas por los gobier- 118 nos locales, se convirtieron en un asunto meramente ritual. El imperio visual de la música norteña no consiste en sí en que tanto hombres como mujeres se vistan de mezclilla, camisa, botas y sombrero, sino en ser la visualidad de una música que fue homogeneizada por la misma masa social que comenzó escuchándola junto con otros ritmos musicales, pero que a final de cuentas la hizo imperar sobre las otras, en la medida que la música norteña reafirmó su identidad ranchera, lo- grando así, la homogeneización visual del ranchero mexicano desde el norte hasta el sur. Hoy en día, la música norteña está dominada en el ámbito comer- cial por el sonido de las bandas de viento del Pacífico. Esto demues- tra que aquella música originaria de bajo sexto y acordeón, al conver- tirse en imperio, logró absorber ritmos hermanados gracias al contenido épico que el imperio visual de la música norteña logró construirse. Es probable que como tal continúe vigente una generación más.

Referencias I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana 1. Benjamin, Walter. (1989). “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, en Discursos interrumpidos I, Filosofía del arte y de la historia. Buenos Aires: Taurus. 2. Bracamonte y Sosa, Pedro. (2001). La conquista inconclusa de Yucatán: los mayas de las montañas, 1560-1680. México: CIESAS- UQROO. 3. Brea, José Luis. (2006). “Estética, Historia del Arte, Estudios Visuales”, en ev estudios visuales, revista del CENDEAC, núm. #3 enero de 2006. 4. Brea, José Luis. (2005). Estudios visuales. La epistemología de la visualidad en la era de la globalización. Madrid: Akal. 5. Díaz Güemez, Marco Aurelio. (2016). El arte monumental del socialismo yucateco. Mérida: UADY/Prohispen/CEPSA. 6. INBA. (1966). Exposición-Homenaje a Rómulo Rozo (catálogo). 7. Lenin, Vladimir Ilich. (1975). El imperialismo, fase superior del capitalismo. México: Grijalbo. 8. Lizama Quijano, Jesús. (2006). La Guelaguetza en Oaxaca. Fiesta, relaciones interétnicas y procesos de construcción simbólica en el contexto urbano. México: CIESAS. 9. Llano Macedo, Luis de. (2016). Expedientes Pop. México: Planeta. 10. Montoya Arias, Luis Omar. (2014). La Música Norteña Mexicana como región económica. De Monterrey a Matamoros, y de San Antonio a Medellín… La música norteña mexicana en

Latinoamérica. Texto publicado en el blog personal del autor: Corazón Latinoamérica musical de México 11. http://luisomarmontoyarias.blogspot.mx/search?q=noreste 119 12. Montoya Arias, Luis Omar (coordinador). (2013). ¡Arriba el Norte! Música de acordeón y bajo sexto. Tomo II Transnacionalización de la música norteña mexicana. México: INAH. 13. Olvera Gudiño, José Juan. (2013). “La radio en la construcción social de la música norteña mexicana”. En Montoya Arias, Luis Omar (coordinador), ¡Arriba el Norte! Música de acordeón y bajo sexto, Tomo II Transnacionalización de la música norteña mexicana. México: INAH, pp. 32-57. 14. Ortega y Gasset, José. (1955). La rebelión de las masas. Madrid: Espasa-Calpe. 15. Paz, Octavio. (1950). El laberinto de la soledad. México: Fondo de Apartado I. Prolegómenos y argumentos Cultura Económica. 16. Pérez Montfort, Ricardo. (2000). Avatares del nacionalismo cultural. Cinco ensayos. México: CIDHEM, CIESAS. 17. Ramos Aguirre, Francisco. (2013). De punta y talón, la música norteña en Tamaulipas. Ciudad Victoria: Glera editorial 18. Rodríguez Prampolini, Ida (coordinadora). (2012). Muralismo mexicano, 1920-1940. Crónicas. México: Fondo de Cultura Económica 19. Rocker, Rudolf. (1936). Nacionalismo y cultura. Biblioteca Antorcha, versión digital, disponible en https://es.theanarchistlibrary.org/ library/rudolf-rocker-nacionalismo-y-cultura 20. Rugeley, Terry. (1996). Yucatán’s Maya peasantry and the origins of the Caste War. Austin: University of Texas Press. 21. Rulfo, Juan. (1970). El llano en llamas. Edición revisada por el autor. México: Fondo de Cultura Económica. 22. Rulfo, Juan. (2013). Pedro Páramo. México: Editorial RM / Fundación Juan Rulfo. 23. Schenk, Hans George Arthur Viktor. (1983). El espíritu de los románticos europeos: ensayo sobre historia de la cultura. México: Fondo de Cultura Económica. 24. Solís Robleda, Gabriela. (2003). Bajo El Signo de La Compulsión : El Trabajo Forzoso Indígena En El Sistema Colonial Yucateco, 1540 - 1730. México: Miguel Ángel Porrúa Marco Aurelio Díaz Güemez Aurelio Marco 120 I.4 . El imperio visual de la música norteña mexicana Apartado II México Corazón Latinoamérica musical de México Miradas desde Brasil 121 II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina

Allan de Paula Oliveira1 Universidade Estadual do Paraná Allan de Paula Oliveira Allan de Paula 122 Este texto tem como objetivo apresentar uma reflexão sobre as relações entre a música popular produzida no Brasil e a música popular pro- duzida na América Latina. Estabelecido dessa forma, esse objetivo tem inúmeras dificuldades conceituais. O primeiro é a expressão “música po- pular” apresentada aqui no singular, como se fosse uma entidade única. O que será tratado como “música popular brasileira” e “música latino- americana” constituem conjuntos extremamente heterogêneos de gê- neros e estilos musicais, com historicidades e dinâmicas próprias e es- pecíficas. Desta forma, a expressão “música popular” aparece aqui num sentido meramente descritivo e não conceitual e engloba esta gama he- terogênea de músicas, as quais têm em comum um aspecto importante: trata-se de uma música ligada ao entretenimento e que, ao longo do século XX, foi apropriada por formas modernas e industriais de produ- ção e difusão (fonografia). Este aspecto comum foi enfatizado por Vega

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina (1997: 78) quando definiu, nos anos 60, a música popular como “me- somúsica”: “La mesomúsica es el conjunto de creaciones funcionalmente consagradas al esparcimiento (melodías con o sin texto), a la danza de salón, a los espectáculos, a las ceremonias, actos, clases, juegos, etcétera, adoptadas o aceptadas por los oyentes de las naciones culturalmente modernas”. E, propositadamente, me interessa aqui observar a música popular na sua dimensão de produto de uma rede industrial de produ- ção e difusão, um dos seus aspectos centrais (Middleton 1990). Ao con- trário de teorias apocalíticas sobre os efeitos da indústria cultural sobre a música, minha abordagem aqui é refletir sobre o papel de “mediação” operado pela música popular na construção de relações entre o Brasil e

1) Professor do curso de Música Popular da Universidade Estadual do Paraná (UNESPAR). a América Latina. E nesta mediação, os meios têm um papel fundamen- tal (Martín-Barbero 2013). A abordagem da música popular neste texto será em torno de seus gêneros musicais, entendidos como conjuntos discursivos dotados de uma estabilidade em termos de estrutura, estilo e temática. Essa defi- nição tem como base a proposta de Bahktin (2003) para o estudo de gê- neros do discurso e ela permite um trânsito entre as duas formas pelas quais a música de um modo geral é estudada: ou a partir de sua com- pleta dissolução no contexto social - uma abordagem no qual a música é desprovida de sons - ou a partir de sua análise enquanto linguagem es- pecífica - uma abordagem na qual a música é desprovida de sociedade. O estudo dos gêneros musicais, desta forma, exige uma atenção tanto aos sons envolvidos na produção musical quanto nas suas inserções so-

ciais (Fabri 1981)2. O fato de um gênero ter uma estabilidade significa Corazón Latinoamérica musical de México que ele é reconhecido enquanto tal por uma comunidade de ouvintes. 123 No entanto, isto não significa uma audição homogênea por parte desta comunidade. Ou seja, o gênero está sempre sendo redefinido na prá- tica de sua audição - daí os debates infinitos que surgem em torno de definições sobre o que é samba, o que é tango, o que é bolero, o que é cumbia, dentre outros. O fato de que neste textos os gêneros serão apresentados enquanto unidades de análise e descrição não significa que, para cada um deles, debates em torno de seus limites não sejam reconhecidos.

Isto posto, este texto será uma verdadeira discoteca de gêneros Apartado II. Miradas desde Brasil musicais, relacionados tanto ao Brasil quanto à América Latina: samba, tango, bolero, canção de protesto, música sertaneja, guarânia, corri- dos, rancheiras, chamamés, dentre outros. Para cada um deles, há ques- tões específicas e literatura especializada que somente são sugeridas, quando muito, aqui. Não é minha intenção neste texto aprofundar a aná- lise com relação a este ou aquele gênero, mas sim apresentar um co- mentário mais geral sobre as mediações produzidas por gêneros musi- cais nas relações entre a música popular no Brasil e na América Latina. Alonso (2016: 12), em um texto sobre estas mediações através da mú- sica sertaneja, lembra o senso comum difundido no Brasil de que “esta- mos de costas para a América Latina”. Este texto, de forma inicial, tenta apenas sugerir que a música popular no Brasil foi, em certo sentido, uma exceção a este quadro de alheamento. Há muita música latinoamericana na história da música popular no Brasil e o objetivo desse texto é apre- sentar um quadro inicial desta relação musical. Exatamente por não se

2) Para uma análise das questões epistemológicas relativas a uma abordagem dos gêne- ros musicais, cf. o capítulo 1 de Brackett (2016). centrar a um gênero específico, a forma deste texto é ensaística, mais preocupada em sugerir temas de estudos do que afirmar conclusões finais3. A forma “ensaio” deve ser lida como reconhecimento, por parte do autor, de que para cada um dos gêneros citados há vários pontos a serem aprofundados. O segundo conceito que deve problematizado na forma como o objetivo do texto foi proposto é o de “América Latina”. Gestado em um contexto colonialista - pensadores franceses da década de 1860, quando da intervenção francesa no México - o termo foi apropriado por discur- sos nacionalistas da porção espanhola do continente (Bethell 2009). His- toricamente, a inclusão do Brasil dentro deste conceito sempre foi um problema tanto para intelectuais brasileiros quanto para intelectuais la- tinoamericanos. O senso comum de que “estamos de costas para o con-

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula tinente” tem a ver com esta dificuldade de correlação entre os discursos 124 de construção nacional no Brasil e na América Latina4. Some-se a isto o fato de que ao longo do século XIX as fronteiras do Brasil com a América Latina se mantiveram, em certa medida, fechadas: a porção ao sul do Mato Grosso, correspondente à fronteira com Bolívia, Paraguai, Argen- tina e Uruguai foi marcada pela Guerra do Paraguai (1864-1870), o que fez com que essa área sempre fosse vista por uma certa desconfiança, seja do ponto de vista militar, seja do ponto de vista comercial. O Mer- cosul, projeto de integração comercial entre os países do Cone Sul, tem alterado esta configuração, mas ainda persiste na fronteira estas repre- sentações do século XIX (Albuquerque 2009). Por usa vez, a porção fron- teiriça ao norte de Mato Grosso, circundante da Amazônia, e que corres- ponde à fronteira com Bolívia, Perú, Colômbia, Venezuela e as Guianas somente na década de 1970 começou a receber a atenção do Estado, sendo que o discurso militarista de “defesa das fronteiras” ainda hoje é

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina extremamente presente. De certa forma, esta fronteira amazônica, em termos de reconhecimento de seus fluxos humanos e culturais, ainda está em formação. A orientação para o exterior da sociedade brasileira se deu, nesse sentido, de forma reconhecida pelo Oceano Atlântico e pelas conexões culturais valorizadas pelos segmentos sociais hegemônicos no país: Eu- ropa no século XIX, Estados Unidos a partir do fim da Segunda Guerra Mundial. O “estar de costas para o continente” não significa que os flu-

3) Todas as canções citadas neste texto são de fácil audicão em plataformas como o you- tube ou o Spotify. 4) Bethell (2009) mostra que o “estar de costas” é mútuo. Muitas formulações sobre América Latina propostas por intelectuais cubanos, colombianos, argentino, mexica- nos, também têm dificuldade de incluir o Brasil. xos não existam. Como afirmei acima, muita música latinoamericana en- trou no Brasil, seja pelas vias valorizadas - a América Latina apresentada pelo cinema norteamericano, por exemplo - seja por fluxos diretos pelo interior do Brasil. A questão central é o valor simbólico dado a estes flu- xos, o que se relaciona com a posição social dos seus agentes. Por exem- plo: há uma diferença de valor simbólico significativo entre os boleros gravados por artistas da MPB nos anos 70 - pensemos em cantando “Folhetim”, de , em 1978, ou ainda Elis Regina cantando “Dois pra lá, dois pra cá”, em 1974 - e os boleros gravados por artistas como Tibagi e Miltinho ou Waldick Soriano na década de 1970. Em suma, há diferentes “Américas Latinas” a partir da música e estas di- ferenças têm a ver com o valor dado aos fluxos relacionados a elas. Este texto é uma tentativa de refletir sobre este valor dado a estes fluxos. México Corazón Latinoamérica musical de México 1. 125 Em 1970, João Gilberto - nome central na história da Bossa Nova - lançou um LP que continha “Farolito” (Agustín Lara), “Besame Mucho” (Con- suelo Velazquez) e “Eclipse” (Ernesto Lecuona). Fruto da estadia de João Gilberto no México, onde residiu entre 1969 e 1971, estas gravações apresentavam estes três clássicos do bolero em versões bossa nova, marcadas por um determinado padrão de arranjo e de interpretação vocal. As versões de João Gilberto seguem um caráter de economia de recursos estéticos, uma das marcas da Bossa Nova enquanto projeto de renovação da música brasileira. Tome-se, como exemplo, a gravação de Apartado II. Miradas desde Brasil “Besame mucho”, bolero gravado pela primeira vez em 1941 pelo canto mexicano Emilio Tuero. Em relação a ela, a gravação de João Gilberto centra-se numa interpretação vocal extremamente contida, com acom- panhamento do violão evitando referências rítmicas ao bolero ou a qual- quer caráter sincopado. De certa forma, este trabalho de contenção rít- mica coaduna com uma das características da Bossa Nova, à medida que este estilo emerge, entre 1958 e 1960, como uma forma de inter- pretação rítmica mais contida do samba (Behague 1973). João Gilberto, na sua gravação, faz com o bolero o que ele já havia feito anteriormente com o samba. Pode-se fazer um exercício de imaginação e se perguntar “como João Gilberto conheceu Besame Mucho?”. Não tenho informações so- bre o lançamento, no Brasil, da gravação de Emílio Tuero. Severiano e Mello (1997) apontam 1944 como o ano de sucesso da canção no Bra- sil, porém não citam o intérprete. De toda forma, em 1943 aparece uma versão em português, “Beija-me Muito”, gravada pelo popularíssimo, à época, cantor Francisco Alves5. É bem possível que João Gilberto, nas- cido no interior da Bahia em 1933, tenha ouvido “Besame Mucho” pela primeira vez através desta gravação de Francisco Alves, cuja interpre- tação segue um padrão mais típico do cancioneiro romântico na pri- meira metade do século XX, marcado, sobretudo por uma interpretação vocal de cunho operístico, com uso intenso de trêmulos e rubatos. Com- pare-se as versões de Francisco Alves e João Gilberto e imediatamente percebe-se muito das propostas estéticas da Bossa Nova no tocante à interpretação vocal e ao arranjo. Ironicamente - e a gravação de João Gilberto certamente jogava com esta ironia - a emergência e a cristalização da Bossa Nova enquanto estilo de interpretação do samba esteve ligada a uma “negação do bo- lero”, que passou a ser ouvido por alguns setores específicos e influentes

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula da sociedade brasileira, a partir do final da década de 1950, como sím- 126 bolo de mau-gosto estético. A oposição ao bolero por parte da geração de jovens que desenvolveram a Bossa Nova no Rio de Janeiro se justifica pela onipresença daquele gênero no Brasil desde a segunda metade da década de 1930, com o fortalecimento do mercado de discos no país e a expansão da radiofonia. Com a instalação, no Brasil, de escritórios de companhias fonográficas estrangeiras - como Victor, Odeon, Columbia - e a popularização do rádio, canções estrangeiras, de diferentes proce- dências, se tornaram difundidas no país no começo dos anos 1930. Vinci de Moraes (2001), num estudo sobre a música popular na cidade de São Paulo na década de 1930 mostra como os programas de rádio eram extremamente cosmopolitas: canções brasileiras eram transmitidas jun- tamente com músicas argentinas, norteamericanas, mexicanas, portu- guesas, francesas. Dessa forma, o florescimento do bolero no México, a partir da segunda metade dos anos 1920 (Party 2014), foi imediata-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina mente sentido no Brasil, onde compositores como Guty Cárdenas e Au- gustín Lara tinham suas canções difundidas. Entre 1930 e 1960, o bolero ocupou um espaço gigantesco na música popular consumida no Brasil, tendo influência direta, por exemplo, em transformações na estética do samba. A Bossa Nova, entre outros aspectos, se apresentou como uma tentativa de escapar a esta influência do bolero6.

5) Não é impossível que a versão em português, lançada pela gravadora Odeon, tenha surgido antes do lançamento, no Brasil, da versão em espanhol. Pode ser que o su- cesso de “Besame Mucho” no México tenha levado a Odeon a produzir uma versão em português para o mercado brasileiro. 6) De tal forma que um jornalista reconhecidamente fã de Bossa Nova, como Ruy Castro (2012), declare o espanto que a gravação de boleros por parte de João Gilberto cau- sou no seu público. 2. As narrativas sobre a história da música popular no Brasil não raro atri- buem ao bolero o papel de agente num processo de “hipérbole” da te- mática romântica na música brasileira. Esta primazia do bolero, todavia, precisa ser matizadoa em um jogo de rupturas e continuidades. É fato que há uma captura da música popular no Brasil pela temática do amor romântico, de tal forma que muito da produção musical no país entre 1930 e 1960 seja descrita pela alcunha, pejorativa, de “música de dor- de-cotovelo” e é fato também que este aspecto se intensificou após o fim da Segunda Guerra Mundial, muito por influência do bolero. O gê- nero musical mais significativo neste processo seria o samba-canção, uma variante do samba caracterizada por um andamento lento e a cen- tralidade da temática amorosa. Alguns autores (Tinhorão 2013; Seve-

riano e Mello 1997) apontam para um “aboleramento” do samba-canção Corazón Latinoamérica musical de México e uma audição cronológica dos grandes intérpretes desta variante do 127 samba - tais como Aracy de Almeida, Orlando Silva, Francisco Alves, Nel- son Gonçalves - mostra como o bolero foi sendo incorporado cada vez mais ao samba, oferecendo padrões de interpretação vocal, arranjos ins- trumentais e temáticas líricas. No campo do arranjo, um bom exemplo é dado pela gravação de “Beija-me Muito”, versão brasileira de “Besame Mucho”, pelo Trio Ira- kitan, em 1963. A gravação é marcada por um arranjo tipicamente de bolero onde se enfatiza a presença de instrumentos como bongôs. O mesmo padrão instrumental aparece no clássico “Boneca Cobiçada”, Apartado II. Miradas desde Brasil feita pela dupla sertaneja Palmeira e Biá, em 1956. É interessante obser- var como este mesmo padrão instrumental aparece em duas gravações produzidas em lugares sociais diferentes. O Trio Irakitan atuava no Rio de Janeiro, no circuito da Rádio Nacional, apresentando , bole- ros, baiões e vários gêneros que faziam sucesso no Rio de Janeiro da época. Por sua vez, Palmeira e Biá atuavam no circuito da música serta- neja, nesta época já centralizada no universo do rádio de São Paulo. Se “Beija-me muito” na versão do Trio Irakitan aponta para um hibridismo entre o bolero e o samba-canção, “Boneça Cobiçada” o faz com relação à música sertaneja. Ambas canções são apenas dois exemplos de cente- nas de gravações produzidas a partir do final da Segunda Guerra Mun- dial e nas quais o arranjo tem na presença de bongôs, tumbadoras e trompetes seu elemento central. O bolero influenciou também as representações do feminino e do amor expressas nas letras das canções. Há diversos trabalhos sobre este tema na música brasileira (Borges 1982; Paoli 2004) e há um senso co- mum de que a entrada massiva dos boleros no Brasil tenha centralizado uma representação do feminino em torno da ideia da infidelidade ou de um caráter trágico do amor impossível, em detrimento de represen- tações do feminino centrados em ideais de pureza, castidade e mater- nidade. No entanto, a própria temáticas das letras oferecem um bom ponto de fuga para matizarmos o peso do bolero na música brasileira. Antes dessa chegada massiva do bolero, já havia um “campo romântico” configurado na música popular no Brasil, expressa tanto por gêneros musicais mais antigos e considerados pilares da música popu- lar brasileira, quanto pela relação com gêneros musicais estrangeiros. No primeiro caso, é útil lembrar toda a tradição das modinhas no cancio- neiro popular no Brasil, presentes desde, pelo menos, a primeira metade do século XIX. Tais modinhas tinham na centralidade da temática român- tica um dos seus elementos típicos. E tal temática era expressa de um

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula modo que, no século XIX, jogava com a relação entre público e privado. 128 Tinhorão (2004), em um estudo sobre o sucesso de um músico brasileiro na côrte portuguesa, revelou como as “modinhas brasileiras” eram ouvi- dos como mais atrevidas na expressão do amor do que as equivalentes portuguesas. O próprio romantismo do samba-canção, que se cristaliza enquanto gênero na década de 1920, ligado ao trabalho de músicos como Aracy Cortes e Sinhô, está ligado a esta tradicão das modinhas. O bolero, nesse sentido, serviu muito bem a um campo musical, centrado na ideia de expressão do amor romântico, que já estava constituído. Campo este que também na década de 1920 sofreria a influência de um modismo mundial, o tango, gênero musical responsável pela primeira onda, no século XX, de influência latinoamericana na música popular de todo o mundo (Pelinski 2012) e com grande entrada na indústria do disco e no cinema norteamericano da época (Roberts 1999)7. Ou seja, a ênfase do bolero na expressão romântica não constituia necessaria-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina mente uma ruptura no universo musical, mas a transformação e a inten- sificação de um campo já configurado. Valente (2012: 27), em um estudo sobre o tango no Brasil (seja aquele produzido na Argentina e reprodu- zido no Brasil quanto aquele produzido por brasileiros), mostra como desde 1926, pelo menos, tangos de sucesso em Buenos Aires eram lan- çados no Brasil. Além disso, desde essa época tornou-se comum ver- sões brasileiras para tangos argentinos, o que marcou o repertório de grandes intérpretes da música brasileira entre 1930 e 1960: Francisco Alves, Vicente Celestino, Dalva de Oliveira, Cauby Peixoto, Nelson Gon- çalves, dentre outros. Talvez o melhor “mito” sobre esta relação entre o

7) Anteriormente à onda do tango, é preciso lembrar da importância na segunda me- tade do século XIX da habanera e seus impactos na música popular tanto nas Améri- cas quanto na Europa. Cf. Gomez (2014). tango e a música brasileira seja a gravação, por Carmem Miranda, de “O Samba e o Tango”, em fevereiro de 1937. “O samba e o tango” foi defi- nido como um “samba-tango” e a gravação revela o porquê do neolo- gismo: trata-se de uma canção em duas partes, um samba justaposto a um tango. E se tomamos a letra (do compositor Armando Regis) como uma metanarrativa das relações dos brasileiros com o tango, esta repre- sentação do gênero portenho como um canal privilegiado de expressão amorosa fica evidente:

Chegou a hora, chegou chegou Meu corpo treme e ginga qual pandeiro A hora é boa e o samba começou E faz convite ao tango pra parceiro. México Corazón Latinoamérica musical de México Hombre yo no sé porque te quiero 129 Yo te tengo amor sincero diz a muchacha do Prata Pero no Brasil é diferente yo te quiero simplesmente Teu amor me desacata.

Habla castellano num fandango Argentino canta tango ora lento, ora ligeiro Pois eu canto e danço sempre que possa Um sambinha cheio de bossa

Eu sou do Rio de Janeiro. Apartado II. Miradas desde Brasil

A justaposição de gêneros musicais foi apenas uma das formas de relação entre a música brasileira e gêneros latinoamericanos. Em outros casos, ocorreu uma interprenetração entre diferentes gêneros, com ele- mentos de um e de outro combinados em diferentes níveis (arranjo, or- questração, interpretação). A gravação de Francisco Alves para a versão brasileira de “Besame Mucho” (“Beija-me muito”) é um ótimo exemplo disto. Trata-se da versão de um bolero com uma orquestração e arranjo marcadamente relacionados ao tango8. Este jogo com diferentes gê- neros musicais foi a forma mais intensa nas hibridações entre o tango, o bolero e a música brasileira, marcadamente o samba e o samba-canção, entre 1930 e 1960. Da mesma forma que “Beijame muito”, gravações de boleros feitas nas décadas de 40 e 50 comumente misturam, nos arran- jos, instrumentações de boleros com andamentos e rítmicas de samba- canção ou de tango. Isto aponta para um índice interessante para uma

8) Em certa medida, a primeira gravação de “Besame Mucho”, com Emilo Tuero, também flerta, no seu arranjo, com o tango. reflexão sobre a forma como os músicos brasileiros ouviam de forma combinada o tango, o bolero e o samba-canção, todos escutados em torno do amor, como se este fosse uma clave. Em torno da temática romântica, podia-se jogar com estes gêneros, transitar entre eles.

3. A entrada do tango e do bolero na música popular consumida no Brasil chama a atenção para o caráter internacional da indústria fonográfica já no momento de sua consolidação, entre 1900 e 1930. Desde 1913, com- panhias estrangeiras atuavam no Brasil - Odeon (1913), RCA-Victor, Brus- nwick e Columbia (1929) - e faziam circular seus catálogos entre diferen- tes países. O desenvolvimento da radiofonia no Brasil, a partir de 1922, e sua abertura para os gêneros populares (por volta de 1928) e o uni-

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula verso da publicidade (a partir de 1932) deram um impulso gigantesco 130 para a música popular no Brasil9. Mais do que isso, constituiu, junto com a própria indústria fonográfica, um espaço de trocas e hibridismos mu- sicais intensos. A partir de 1932, por exemplo, tornou-se extremamente comum temporadas de artistas brasileiros, tais como Carmem Miranda, Francisco Alves, Mário Reis, em Buenos Aires e Montevidéo. Tais tempo- radas eram financiadas por suas gravadoras e esse trânsito de músicos foi constante até finais da década de 1950. Em suma, muito da relação dos músicos brasileiros com gêneros latinoamericanos advinha de seu contato direto com estes gêneros, seja em turnês por Argentina e Uru- guai, seja pela audicão de discos e programas de rádio. E esse trânsito, ainda pouquíssimo estudado peloa historiografia, não abarcava somente a Argentina e o Uruguai: há relatos de músicos ligados ao rádio de São Paulo - sobre os quais tratarei adiante - tocando no Paraguai (Ferrete 1985). Da mesma forma, o México aparece como

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina um espaço importante na trajetória de diversos artistas, sobretudo a par- tir da década de 1950. Artistas como Trio Irakitan ou os Índios Tabajara atuaram no México por um tempo. Em suma, há um contato direto dos músicos com a música latinoamericana a partir de suas turnês e tempo- radas e esse é um aspecto central para o estudo da forma como o tango e o bolero entraram no Brasil10.

9) De tal forma que se criou um mito do período entre 1929 e 1945 como a “Época de Ouro” da música brasileira. Cf. Severiano e Mello (1997: 85-89). 10) O movimento inverso, de músicos latinoamericanos atuando no Brasil, também me- rece estudos. Dois índices podem servir de exemplos: Castro (2015) em seu relato jor- nalístico sobre a história do samba-canção, entre 1930 e 1960, comenta da presença constante de músicos argentinos, mexicanos, venezuelanos e uruguaios atuando na noite carioca. Da mesma forma, vale lembrar que na famosa apresentação de Caetano O outro canal que geraria a produção de hibridismos musicais foi o cinema. No entanto, com relação à fonografia, o rádio e o trânsito direto dos músicos, os efeitos do cinema nesse sentido teriam uma diferença de um decênio, aproximadamente. Apesar do cinema estar presente nas maiores cidades do Brasil desde a segunda metade da década de 1920, sua relação com a música se tornaria mais profunda somente a partir da popularidade do cinema sonoro, a partir da década de 1930. E no caso dos gêneros musicais latinoamericanos, seria a partir de 1945 que o ci- nema seria fundamental na popularidade da música, sobretudo com re- lação à música produzida no México. Oroz (1999) em um estudo intitu- lado “Melodrama”, mostra a força da cinematografia mexicana a partir de 1945 e sua penetração em toda a América Latina. A partir do fim da guerra e durante toda a década de 1950, grandes nomes do cinema

mexicano, tais como Pedro Infante, Antonio Negrete, Miguel Aceves Me- Corazón Latinoamérica musical de México jia, Dolores Del Río ou Maria Félix se tornaram extremamente conheci- 131 dos no Brasil e foram centrais tanto para a afirmação da popularidade do bolero quanto para a divulgacão de gêneros musicais que seriam muito consumidos pelas classes sociais de menor poder aquisitivo, tais como a rancheira e os corridos. De toda forma, este é um ponto - o peso do cinema na difusão da música - que ainda merece maiores estudos.

4. Tanto o bolero quanto o tango, entre 1930 e 1960, foram ouvidos como produtos da modernidade. Tal audição combinava com seu caráter de Apartado II. Miradas desde Brasil gêneros musicais popularizados com o advento de meios modernos de produção e difusão musical, tais como a fonografia, o rádio e o cinema. A literatura sobre a história destes três meios é gigantesca, assim como o seu impacto sobre as formas de produção e audição musical11. O que eu gostaria de enfatizar aqui é a forma como estes meios e seus produtos foram percebidos em diferentes momentos. Neste ponto, Ber- man (1987) foi preciso ao apontar o caráter dialético pelo qual a mo- dernidade foi percebida no contexto de sua própria cristalização, com- binando visões otimistas e trágicas - lembremos o “sabor” ao mesmo tempo exclamatório (a superação de tradições arcaicas) e derrisório (seu próprio esgotamento) com relação ao capitalismo de um texto como “O Manifesto Comunista”, de Marx. Isto posto, é interessante observar como produtos que em um primeiro momento são signos do moderno

Veloso no III Festival da TV Record, em 1967, onde cantou “Alegria, Alegria”, ele foi acompanhado por uma banda argentina de rock, os Beat Boys. 11) Uma boa introdução a esta literatura, como indicações bibliográficas ricas e atualiza- das aparece em Blanning (2012). têm seu significado transformado à medida que se inserem em práticas recorrentes. No caso da música popular, no Brasil, o lugar do moderno se si- tua durante muito tempo no Rio de Janeiro. Capital da colônia a partir de 1763, do império entre 1822 e 1889 e da república até 1960, o Rio se configura como a porta de entrada, no Brasil, dos signos da moder- nidade12. É ali que se configura o centro de uma produção industrial e moderna de música popular e, em virtude do peso da chancela estatal nas definições dos ideais de “nação”, é no Rio de Janeiro que se travam os debates mais intensos sobre as definições de uma tópica como “cul- tura brasileira”. Desta forma, quando se pensa nos signos do moderno em música popular no Brasil, tais signos são definidos a partir de um “ponto de vista” carioca.

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula Ao gravar “Beijame muito” e muitas outras versões de boleros me- 132 xicanos e tangos portenhos, Francisco Alves aparecia como “cantor mo- derno”. O mesmo se pode dizer de Carmem Miranda interpretando os tangos “Si no me queres más” e “Muchachito de mi amor”, respec- tivamente lados A e B de um 78 rpm lançado pela cantora em agosto de 193013. Na década de 1930, o interesse de um intérprete em soar “moderno” passava pelo seu jogo com a música internacional, sua ca- pacidade de transitar por diferentes gêneros. É interessante observar como o repertório de grandes intérpretes da música popular da década de 1930, no Brasil, tais como Francisco Alves e Orlando Silva, passava por inúmeros gêneros, tanto aqueles considerados brasileiros - samba, samba-canção, marcha, embolada, toada, frevo - quanto os considera- dos estrangeiros - bolero, rumba, tango, foxtrot, valsa. É esse caráter musicalmente eclético que sugiro ser signo de uma modernidade que combinava com a instalação, no Brasil, de uma indústria cultural ligada à

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina fonografia, ao rádio e ao cinema. No entanto, e já apontando para o caráter dialético citado acima, al- guns desses signos modernos começarão, com o tempo, a ter seu valor transformado. Os mecanismos dessa transformação escapam aos limites desse texto, mas eles estão relacionados com as lutas simbólicas pelos quais Bourdieu (2005) definiu a dinâmica interna dos diferentes campos sociais e suas interpenetrações. Desta forma, elementos no interior de um campo - no caso, o campo musical - tem seu valor simbólico alterado

12) Claro que esta posição deve ser matizada em função do peso das regionalidades na sociedade brasileira desde a segunda metade do século XIX. Neste sentido, cidades como Recife, Salvador, Porto Alegre e, em menor medida, São Paulo, também eram lo- cais importantes no advento de práticas consideradas “modernas”. 13) Para a discografia completa de Carmem Miranda, cf. Castro (2005). à medida que novos agentes e, portanto, novas práticas são incorpora- das a este campo. No caso em questão, isso significa que os sons escu- tados como signos do moderno em 1930 não o eram mais em 1950. Foi exatamente isto que ocorreu com o valor do tango e o bolero no qua- dro da música popular brasileira na década de 1950. Se para muitos ou- vintes de rádio, um aparelho tecnológico ainda visto como novidade em 1941, “Beijame Muito” cantada por Francisco Alves soava como um pro- duto moderno, para muitos ouvintes de 1956 a gravação de um tango como “Vermelho 27”, por Nelson Gonçalves, soava como algo arcaico e fora de moda. O desenvolvimento, a partir de 1958, da Bossa Nova, re- meteu este repertório influenciado pelo bolero e pelo tango a um lugar de menor valor simbólico no quadro da música popular. Esta transformação no valor de determinados gêneros estava li-

gada também à mudança no próprio consumo de música popular no Corazón Latinoamérica musical de México Brasil. Se no começo da década de 1930, tanto a fonografia quanto o 133 rádio e o cinema estavam inseridos num quadro de consumo de cama- das urbanas de maior poder aquisitivo, ao longo daquela década e du- rante os anos 1940, estes meios se popularizaram de tal forma que gru- pos difernciados de consumo passaram a ser tornar mais definidos. Em suma, houve um processo de distinção através de consumo (Bourdieu 2008) e neste processo alguns produtos musicais foram remetidos a um lugar de “sofisticados” enquanto outros a um lugar de “antiquados”. O mais importante aqui é apontar que entre 1930 e 1960, o consumo de música popular no Brasil se expandiu e passou a se relacionar - seja ex- Apartado II. Miradas desde Brasil pressando, seja produzindo - com as dinâmicas de diferenciação entre classes sociais (Ortiz 2001).

5. A partir deste ponto, a narrativa deve se bifurcar. Por um lado, trata-se de observar o valor dos gêneros latino-americanos no contexto de pro- dução da música popular brasileira considerada mais moderna a par- tir de 1960 e o valor destes mesmos gêneros no contexto de produção musical de classes sociais vistas como desprovidas de capital simbólico capaz de inserí-las neste lugar de modernidade. Neste sentido, não se- ria descabido afirmar que a percepção musical da América Latina, a par- tir de 1960, sofre um aprofundamento dos efeitos das diferenças entre classes sociais no Braso;. Há uma América Latina representada na mú- sica produzida pela e para a população de maior capital cultural no Bra- sil e há uma América Latina representada musicalmente pelas e para as classes populares. Entre estas duas “Américas Latinas” há diferenças de significados importantes. O que estou aqui tratando como “a música popular brasileira con- siderada mais moderna” refere-se à consagração da Bossa Nova como um estilo moderno de interpretação musical e seu estabelecimento como uma espécie de eixo em torno do qual se constitui um idioma mu- sical capaz de atender debates sobre modernidade e representação na- cional a partir da música, muito intensos no Brasil entre 1945 e 196414. Esse idioma musical seria cristalizado ao longo da década de 1960 e se- ria representado pela sigla MPB - Música Popular Brasileira. A MPB foi constituída em torno de debates ideológicos intensos e está ligada a diversos fatores sociais e culturais importantes: o desenvolvimento de uma fatia de mercado associada à juventude, interesses mercadológi- cos por parte de gravadoras, um novo papel da televisão no consumo musical brasileiro (a partir de 1965), a polarização política a partir da

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula instalação de um regime militar no país em 1964, dentre outros (Napo- 134 litano 1998). No entanto, gostaria de sugerir aqui que é possível escu- tar a MPB como um idioma musical gestado a partir do momento que a Bossa Nova começou a englobar outras manifestações musicais brasi- leiras, ouvidas pelo signo da tradicionalidade. Um bom exemplo disso foi dado pelo lendário show Opinião, espetáculo musical que estreou no Rio de Janeiro em dezembro de 1964 e era produzido por setores culturais da esquerda. Musicalmente, o show reunia três artistas de pro- cedência diversa: Nara Leão, cantora que havia surgido publicamente como um dos principais nomes jovens da Bossa Nova; e dois nomes co- nhecidos no Rio de Janeiro desde os anos 1950 - Zé Kéti, compositor e cantor ligado ao circuito do samba mais tradicional e João do Vale, com- positor e cantor oriundo do Maranhão e relacionado ao baião, gênero musical popularíssimo no Rio de Janeiro e ouvido como representacão musical do Nordeste15. Minha sugestão é que o show Opinião repre-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina senta a Bossa Nova criando canais de relação com o samba do morro e a música do interior do Brasil, ambos ouvidos como signos de uma tra- dição. É importante observar que aqui há uma metonímia significativa: o Nordeste engloba toda a ideia de “interior do Brasil”. Isto está relacio- nado a representações mais antigas, desde o século XIX, do espaço ge- ográfico no Brasil advindas da posição do Rio de Janeiro como capital do país. Do ponto de vista do Rio de Janeiro, durante muito tempo, “in-

14) Refiro-me aos debates em torno do “nacional-popular”, centrais para a compreensão dos valores atribuídos aos diferentes gêneros musicais no quadro da música popular brasileira entre 1930 e 1960. Sobre estes debates há uma grande literatura. Para uma revisão crítica desta literatura, cf. Napolitano (2014). 15) Para uma história do baião, cf. Rodrigues e Marcelo (2012). Para o peso do baião na re- presentação do Nordeste, cf. Oliveira (2004a). terior” era representado pelo Nordeste (Oliveira 2004a). Fatos como o peso de oligarquias agrárias oriundas do Nordeste na política brasileira, a grande seca de 1877 (cujas fotografias de crianças esquálidas choca- ram a sociedade carioca), a Guerra de Canudos, a imigração para o Rio de Janeiro de grandes contigentes populacionais advindos de estados do Nordeste a partir da década de 1930, a emergência do baião e da fi- gura de , todos estes fatos reforçaram este lugar central do “Nordeste” como centro da representação do “rural” no ponto de vista carioca. Musicalmente, é a partir desta confluência entre Bossa Nova, samba tradicional (o que incluia o samba-canção) e a música do Nordeste (re- presentação do rural) que se configura o que será chamado de MPB. Os compositores ligados a essa sigla, que emergem na década de 60 -

Geraldo Vandré, , Chico Buarque, por exemplo - trabalhavam, Corazón Latinoamérica musical de México em grande medida, em torno desta confluência musical, jogando com 135 estes elementos. A emergência do Tropicalismo, a partir de 1967, signi- ficou uma abertura da MPB ao sons do pop-rock internacional, diluindo uma oposição entre MPB e rock bastante significativa à época. A partir do Tropicalismo, a MPB foi capaz de absorver musicalmente diversos gêneros e estéticas musicais, sem perder seu reconhecimento perante o público, ou ainda, sem que sua estabilide enquanto gênero fosse posta em questão16. Assim, a relação da música popular brasileira com a mú- sica latinoamericana, entre 1960 e 1980, teve, entre outras dimensões, um espaço de mediação produzido pela MPB - ouvida como um projeto Apartado II. Miradas desde Brasil moderno de música popular. E isto teve uma série de efeitos na forma como gêneros musicais latinoamericanos foram valorizados. A mediação da música latinoamericana pela MPB pode ser obser-

16) Esta mediação do rock pela MPB (via Tropicalismo), em certa medida ajuda a com- preender, por exemplo, o fato do cenário do rock, no Brasil, ter se mantido comercial- mente secundário até a década de 1980. Até então, o rock aparecia completamente integrado no trabalho de diversos artistas englobados pela sigla MPB: Caetano Ve- loso, , , Alceu Valença, Fagner, , dentre outros. Mesmo artistas que se definiam como roqueiros flertavam, em maior ou menor grau, com a MPB, como Os Mutantes, , e . Bandas de rock que optavam por não se aproximar da MPB, como, por exemplo, Joelho de Porco ou Casa das Máquinas, acabavam tendo sua atuação bastante restrita em termos co- merciais. Somente na década de 1980, a partir de novos arranjos sociais, é que uma cena rock de grande visibilidade pública e sem, necessariamente, a mediação da MPB (embora ela tenha ocorrido) emerge no Brasil. Sobre isto, cf. Dapieve (1997). Fato diferente ocorreu na Argentina, onde propostas de modernização do tango tornaram o gênero mais fechado em termos de público. O resultado é que a emergên- cia do público jovem na Argentina teve no rock seu canal de expressão (enquanto no Brasil a MPB cumpriu este papel). Por isso, a cena rock na Argentina se desenvolveu de forma muito mais profunda desde a década de 60. Sobre isto, cf. Vila (1989). vada a partir de três tendências. A primeira é um uso paródico, com in- tuito de provocar o humor, de gêneros ouvidos como “esteticamente ex- cessivos”. São tomados como ações de humor o estilo de interpretação vocal dos boleros das décadas de 40 e 50 ou os arranjos de tangos e rumbas, com orquestras tocando em alto volume. Esta inversão de valor - o que era valorizado como moderno nas décadas de 40 e 50 passa a ser motivo de riso nos anos 60 - está ligada à transformação estética pro- vocada pela Bossa Nova, com sua valorização de uma estética mais mi- nimalista. Embora a MPB tenha retomado alguns padrões considerados “anti-Bossa Nova” - como, por exemplo, o estilo de interpretação vocal de cantores como Elis Regina, , Geraldo Vandré, dentre outros - muitos elementos da estética do tango, do bolero e da rumba passaram a ser evitados, a não ser para a produção de efeitos de humor

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula ou paródia. 136 Esse significado do humor atribuído à música latinoamericana apa- rece, por exemplo, em gravações, feitas entre 1967 e 1970, dos artistas ligados ao Tropicalismo. É o caso do mambo “Três Caravelas”, do disco- -manifesto “Tropicália”, de 1968, e o tango “Cambalache”, gravado por em seu LP homônimo de 196917. Nos dois casos tratam- -se de gravações que procuram trabalhar com sonoridades e gêneros negados pela Bossa Nova e pela MPB à época. Os tropicalistas e Ca- etano Veloso, nestas gravações, têm a clara intenção de retormar sons que eram extremamente populares nos anos 40 e 50, ou seja, a intenção de soar antiquados. O efeito aqui é de crítica através do uso de elemen- tos ouvidos negativamente, procedimento bastante utilizado na estética tropicalista (Favaretto 1995). Esta referência humorística à América La- tina aparece de forma exemplar na gravação “El Justiceiro”, canção do grupo Os Mutantes, gravada em 1970. A gravação usa um ritmo de cha-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina -cha-cha, mas com instrumentação acústica remetendo à música do in- terior do México, além de uma letra que, propositadamente, brinca com o “portunhol” (“socuerro”, “chocolate quiente”). Uma segunda tendência relativa à mediação da música da América Latina pela MPB pode ser observada na retomada do bolero, como gê- nero de expressão romântica por vários intérpretes e compositores na década de 1970. Um bom exemplo aqui é a presença, já citada acima,

17) “Tres Caravelas” é uma composição de (João de Barro), grande nome do carnaval carioca, lançada em 1957 pela cantora Emilinha Borba. A gravação origi- nal era definida no disco como “samba-mambo”. “Cambalache”, por sua vez, é umas das grandes composições do argentino Enrique Discépolo. Sua gravação original, de 1935, na interpretação de Francisco Canaro y su Orquesta Tipica, chegou ao Brasil no ano seguinte. de boleros em LP’s de cantoras influentes da MPB como Elis Regina (“Dois pra lá, dois pra cá”, de 1974) e Gal Costa (“Folhetim”, de 1978) e compositores como João Bosco (“Latin Lover”, de 1976) e Chico Buar- que (“O Meu Amor”, de 1978). Ao mesmo tempo, outros gêneros tam- bém foram retomados: caso do tango, como na gravação de “El dia que me quieras”, por Maria Bethânia em 1971; ou da rumba, na gravação de “Rumbando”, por João Bosco em 197618. Em outros casos, há uma in- terpretação de boleros ou tangos em um “estilo MPB”, sem os arranjos característicos dos gêneros latinos: este é o caso da gravação feita em 1973 por Caetano Veloso de “Tu me acostumbraste”, bolero de Frank Domínguez (Cuba) e popularizado no Brasil no final da década de 50 na voz de Lucho Gatica, ou ainda, de “Dos Cruces”, bolero do cubano Car- melo Larrea (1954), gravado em 1972 por Milton Nascimento. O ponto a

ser ressaltado aqui é que todas estas gravações não têm a intenção hu- Corazón Latinoamérica musical de México morística presente no final da década de 60. Ou seja, a MPB da década 137 de 1970 retoma as ligações anteriores da música brasileira com gêneros como o bolero e o tango, com uma diferença importante: entre 1930 e 1960 eram extremamente comuns versões brasileiras de canções argen- tinas e mexicanas, enquanto na década de 1970 este tipo de prática se torna mais rara - pelo menos neste universo da MPB, onde as canções são compostas como gêneros latinos19. Esta segunda tendência da mediação feita pela MPB atravessou as décadas de 70 e 80 e teve em 1994 uma espécie de “consagração” com o lançamento, por Caetano Veloso, do albúm “Fina Estampa”, onde o Apartado II. Miradas desde Brasil artista baiano interpreta obras do cancioneiro latinoamericano, oriun- das sobretudo da Argentina, Cuba e México. Uma audição de “Fina Es- tampa” aponta claramente o que estou tratando aqui como “mediação” feita pela MPB: há uma combinação de elementos latinos com padrões estéticos relativos à própria história da música brasileira - no caso, por exemplo, a interpretação vocal de Caetano Veloso, totalmente influen- ciada pela Bossa Nova. É interessante observar que Caetano Veloso, à época do lançamento do álbum, lembrou que a gravação de “Fina Estampa” significava um acerto de sua infância com a sua infância: as

18) Há também casos de gravações de gêneros “estranhos” ao universo da MPB. É o caso da gravação, em 1975, de Caetano Veloso para “La Flor de la Canela”, valsa peruana de Chabuca Granda. Ou ainda, Gal Costa que, em 1973, gravou “Índia”, guarânia po- pularíssima no Brasil desde 1952, mas presente no cotidiano musical de outro pú- blico. A este ponto, retornarei adiante. 19) Esta comparação deve ser lida com cuidado. Vale lembrar que compositores da dé- cada de 50 como Adelino Moreira ou Lupicínio Rodrigues já compunham canções como boleros ou tangos. canções do álbum eram algumas das que ele ouvia no rádio no interior da Bahia no final de 1940 e começos de 1950 (Veloso 2002). Uma terceira tendência da mediação vai apontar para uma outra América Latina que não aquela da Argentina resumida à Buenos Aires ou ao México. Trata-se da apropriação, pela MPB, de canções ligadas ao folklore argentino, chileno, boliviano e peruano, ou seja, ligadas à mú- sica andina20. Esta mediação teve motivações diferentes daquela des- crita acima. Se boleros e tangos foram apropriados tendo como código a expressão romântica, retomando com novos elementos representações anteriores da música latinoamericana, a música andina será incorporada a partir de um código político dado pela ideia de resistência aos proces- sos políticos autoritários que marcaram os países do Cone Sul durante a década de 1970. Neste sentido, a música andina é incorporada a uma

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula vertente da MPB extremamente importante desde a constituição da si- 138 gla: a canção de protesto21 É no interior deste campo de significados que se pode ouvir as gravações brasileiras de canções de Violeta Parra e Atahualpa Yupanqui, com muito sucesso entre os jovens universitários brasileiros: Milton Nascimento gravou “Volver a los 17” em 1976 (em dueto com ) e “Casamiento de Negros”, em 1978; por sua vez, Elis Regina gravou, em 1976, “Gracias a La Vida” e “Los Herma- nos”. Ao mesmo tempo surgiram grupos musicais formados por músicos brasileiros, chilenos, argentinos e uruguaios, tocando um repertório de folklore e música andina em festivais de música universitária no Brasil: é caso de grupos como Tarancón e Raíces de América. Esta mediação política foi responsável também por outro contato musical: o da MPB com a Nueva Trova Cubana, representada aqui por músicos como Pablo Milanés e Sílvio Rodriguez. Neste caso, tratou-se de uma mediação ligada ao contato direto entre músicos, como a viagem

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina de Chico Buarque a Cuba em 1978, onde tomou conhecimento da pro- dução da Nueva Trova. Em 1978, Chico Buarque e Pablo Milanes parti- cipam da gravação, por Milton Nascimento, de “Canción por La Unidad Latinoamericana” e Chico Buarque ainda gravaria, em 1981, uma cancão no estilo da Nueva Trova, “Tanto Amar” e, em 1984, uma versão em por- tuguês de “Iolanda” (Pablo Milanes). Esta mediação política, portanto,

20) A ideia de “música andina”, construção discursiva complexa, envolve um debate sobre a história e as relações entre os diferentes países da América do Sul. A amplidão deste debate, já estudado por uma vasta literatura, escapa aos limites deste texto. Como ponto de partida, cf. Rios (2008). 21) Para uma análise do contexto de surgimento da “canção de protesto”, cf. Stroud (2000). Para o uso da música popular pela esquerda brasileira na segunda metade da década de 1960, cf. Ridenti (2010: 71-113). aproxima Cuba e os países andinos: para muito dos jovens universitários brasileiros, esta era o significado da expressão “América Latina”. Dois pontos merecem atenção nestas mediações providas pela MPB com relação à música latinoamericana. O primeiro é o fato da he- gemonia cultural exercida pela MPB no consumo de música popular no Brasil. Morelli (2009) mostra como a MPB não constituia o nicho de mercado mais lucrativo para as gravadoras, mas ocupava o espaço sim- bólico de música de maior prestígio cultural no país. Comercialmente, durante toda a década de 1970, era grande a importação de música pop-rock anglo saxã e, quando se tratava de “música internacional” esta era a referência22. Isto significa que, ao contrário do cosmopolitismo da radiofonia nas décadas de 30 e 40, a produção musical latinoamericana tinha pouca entrada no Brasil das décadas de 60 e 70, com exceção -

e assim mesmo ligada a um público restrito - de artistas relacionados Corazón Latinoamérica musical de México ao folklore e à música andina. Ao mesmo tempo, gêneros popularíssi- 139 mos em seus países, como o cuarteto, a chicha, a cumbia, o vallenato - para citar somente casos da América do Sul - ficaram completamente desconhecidos pelo público brasileiro. O segundo ponto, e mais impor- tante, é que esta mediação pela MPB estava relacionada a um público específico, formado pela classe média urbana de grandes cidades, com acesso a bens de consumo (principalmente TV) e ao sistema universitá- rio. No entanto, havia um outro público, não afetado pela MPB, público este que, de certa forma, era a maioria da população brasileira. Este pú- blico não consumia Chico Buarque, Caetano Veloso ou Elis Regina e as Apartado II. Miradas desde Brasil músicas de sua preferência não tocavam na TV Globo - a principal - sora de TV no Brasil e cuja emergência, a partir de 1968, é contemporâ- nea com a hegemonia da MPB. Desta forma, a América Latina, para este público, aparecia sob a forma de outros sons, de outras mediações e, de certa forma, de outros países e regiões do continente.

6. Ao mesmo tempo em que a fonografia e o rádio, entre 1930 e 1960, constituiram espaços de produção de híbridos entre o tango, o bolero e o universo da música popular no Rio de Janeiro, representado pelo samba, outros híbridos foram produzidos a partir do circuito de música popular de outras regiões do Brasil, ou ainda, a partir de gêneros mu- sicais produzidos e consumidos pelas classes populares de grandes ci- dades, como Rio de Janeiro e São Paulo. Estas mediações e hibridações tradicionalmente são pouco comentadas em narrativas sobre a história

22) Sobre este mercado de música pop internacional no Brasil, cf. Barcinski (2014). da música popular no Brasil, justamente porque sua produção e circu- lação ocorreu a partir de posições sociais não-hegemônicas. Por isso, tratarei destes processos como “mediações não-hegemônicas”. Dois gê- neros musicais, que abarcam uma diversidade de estilos e vertentes, são extremamente importantes neste sentido: a música sertaneja e a música brega. Esta última tem em sua nomenclatura um termo, “brega”, que re- vela bem o sentido das relações entre as mediações citadas acima e as que serão descritas a seguir. Há um certo consenso na literatura de que o que é chamado de “música sertaneja” corresponde à inserção da música caipira - termo que denota um conjunto heterogêneo de práticas musicais do interior do Centro-Sul do Brasil - no universo da fonografia23. Este processo de in- serção da música caipira na fonografia e no rádio, tem em 1929 sua data

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula de início e, ao longo das década de 30 e 40, esta “música caipira em 140 meios modernos” constituiu um mercado musical vigoroso, sobretudo em estados como São Paulo, Minas Gerais, Goiás, Mato Grosso, Paraná, Santa Catarina e, em menor medida, o Rio Grande do Sul. Neste pro- cesso, a música caipira começou a sofrer transformações advindas de mudanças em alguns de seus elementos musicais - a inserção de no- vos instrumentos, por exemplo - e de elementos líricos e performáticos como, por exemplo, uma maior ênfase no humor24. Tais mudanças le- varam ao uso mais corrente, a partir da década de 1950, da expressão “música sertaneja” para denotar esta música caipira, cristalizando a partir daí uma oposição entre “música caipira tradicional” e “música sertaneja moderna”. Esta oposição se alimentou de um debate de cunho ideoló- gico e estético em torno dos processos de modernização da sociedade brasileira (Alonso 2012). Trata-se de uma atualização local de debates sociológicos que foram comuns com relação a diversos gêneros de mú- 25

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina sica popular em diferentes partes do mundo . Tais debates têm no con- ceito de “autenticidade” seu eixo central (Moore 2002). Entre as transfor- mações da música caipira que levaram à cristalização do rótulo “música sertaneja” foi a hibridação entre a música caipira e músicas latinoame-

23) Para a história da música sertaneja, cf. Alonso (2015), autor que fundamenta vários dados sobre música sertaneja apresentados aqui. Cf. também os textos de Tinhorão (2013: 211-224) e Nepomuceno (2000). 24) Tradicionalmente, a música caipira tem no dueto de vozes (em terças) acompanhado por violão e viola caipira (dez cordas) sua formação mais valorizada. Sobre isto, cf. Oli- veira (2004b). As letras, de um modo geral, estão ligadas tanto à descrição de temas rurais quanto à temática amorosa, e têm um caráter bastante tradicional. 25) Cf., por exemplo, os debates similares relativos ao country (Peterson 1997) e à cajun music (Tysserand 1998) estadunidenses. ricanas, notadamente na forma de gêneros advindos do Paraguai e do México, um dos fatores determinantes. A relação da música caipira com o Paraguai está ligada, sobretudo, ao trânsito - ainda pouco estudado - cultural e demográfico na fronteira entre os dois países26. Há relatos de que a partir de 1936, artistas liga- dos à música caipira realizaram turnês pelo Paraguai, ao mesmo tempo em que começaram a produzir canções usando ritmos relacionados ao Paraguai, tais como a guarânia e a polca paraguaia (Ferrete 1985). Além disso, começaram a aparecer versões brasileiras de canções paraguaias de sucesso. Este processo, que ocupou a década de 1940, teve seu apo- geu com o sucesso da gravação, em 1952, da guarânia “Índia” pela du- pla Cascatinha e Inhana, dupla que fez fama durante toda a década de 1950 com versões brasileiras de sucessos paraguaios e significou a con-

solidação de um campo musical que se tornaria um dos eixos da pro- Corazón Latinoamérica musical de México dução sertaneja durante aproximadamente 30 anos (1950-1980). E não 141 foi somente a guarânia que a música sertaneja se apropriou da música paraguaia: gêneros como a galopa ou a polca paraguaia também foram utilizadas pelos músicos sertanejos. É o caso de “Galopeira”, canção que recebeu uma versão brasileira em 1967 e teve inúmeras gravações por artistas sertanejos, se tornando um clássico do gênero27. Além das ver- sões com letras em português, estas canções tem no trabalho rítmico um elemento central no processo de hibridação, além do uso de ins- trumentos extremamente significativos na música do Paraguai, como a harpa28. Na gravação de “Galopeira” pela dupla Pedro Bento e Zé da Es- Apartado II. Miradas desde Brasil trada é uma harpa que abre a gravação. Este processo foi vivido de tal forma que elementos relativos ao Paraguai eram transmutados em “novidades”, definidas por novos ter- mos. É o caso do clássico da música sertaneja “Saudade da Minha Terra”, um rasqueado gravado em 1967 pela dupla Belmonte e Amaraí e que aparecia definida no seu lançamento como “moda campeira” - termo brasileiro para o “rasqueado”. “Saudade da Minha Terra” é um verda- deiro hino da música sertaneja no Brasil, sendo uma canção extrema- mente popular no interior de São Paulo, Paraná, Mato Grosso e Goiás e, no discurso de muitas pessoas do interior, esta é uma música tradicio-

26) Para um estudo sobre o trânsito demográfico na fronteira entre os dois países, cf. Al- buquerque (2009). 27) Ouvir, como exemplo, a gravação da dupla sertaneja Pedro Bento e Zé da Estrada, de 1972. 28) Para um estudo dos elementos musicais envolvidos na hibridação entre música serta- neja e músicas do Paraguai, cf. Higa (2010). Para um estudo sobre a guarânia, Luzko (2004). Sobre o papel da harpa na representação do Paraguai, cf. Cólman (2007). nal. Em suma, seus elementos estrangeiros não são escutados enquanto tais e, neste caso, a música opera como um elemento de trânsito para uma fronteira que, sob certos aspectos, é pouco percebida pelos brasi- leiros29. No entanto, este Paraguai da música sertaneja aparece relacionado a outros elementos de outras procedências. Quando escutamos a polca “Pé de Cedro”, gravada em 1963 pela dupla Tibagi e Miltinho, o ritmo é de polca mas o arranjo traz um par de trompetes que aponta para um outro processo de hibridação que estava ocorrendo de forma con- comitante com a música sertaneja: desta vez com gêneros mexicanos, tais como o bolero, a rancheira e o corrido (Alonso 2016). A entrada do bolero na música sertaneja seguiu, de certa forma, o mesmo processo da música brasileira como um todo (já descrito acima), sendo intenso

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula durante toda a década de 50. Através do bolero houve uma ênfase na 142 temática romântica, bem como a introdução de instrumentos como bongôs e trompetes, além de padrões de acompanhamento rítmico. A canção, citada acima, “Boneca Cobiçada”, gravada pela dupla Palmeira e Biá em 1956, é considerada um marco do “bolero sertanejo”. Durante toda a década de 50 e 60, inúmeras duplas sertanejas fizeram do bolero um eixo de seus trabalhos musicais. O México, todavia, seria denotado de forma mais intensa pelo uso que a música sertaneja fez de rancheiras e corridos. Duas duplas pas- saram a ser referências centrais neste processo: Pedro Bento e Zé da Estrada, Milionário e José Rico. A primeira dupla começou a gravar em 1959, com um repertório, em grande medida, formado por canções no tradicional estilo caipira. Por volta de 1961, no entanto, começam a apre- sentar rancheiras e se especializam no gênero durante toda a década, lançando discos como “Os Amantes da Rancheira” (1961) e vários ou-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina tros onde apresentavam rancheiras (e boleros) de autoria própria ou ver- sões de canções de José Alfredo Giménez, Cuco Sanches, dentre outros compositores mexicanos. Pedro Bento e Zé da Estrada não se limitaram ao aspecto sonoro e se apropriaram também de elementos performáti- cos: por volta de 1965 começaram a se apresentar vestidos de mariachis e a usar interpretações vocais características das rancheiras mexicanas, como os “ai, ai, ai” ou “ui, ui, ui”30. Pedro Bento e Zé da Estrada não foi a primeira dupla sertaneja a gravar rancheiras, mas sem dúvida foi a que vinculou seu trabalho de forma mais intensa a este gênero mexicano.

29) Albuquerque (2009) revela como, sob certos aspectos, a fronteira entre Brasil e Pa- raguai não é vivida enquanto tal por muitos brasileiros e paraguaios, como se não ti- vesse fronteira. 30) Ouvir, como exemplo, a gravação da rancheira “Bebendo e Chorando”, de 1961. Esse contato com a rancheira estava relacionada com o sucesso, no Brasil, do cinema mexicano durante toda a década de 1950. Várias duplas sertaneja, por exemplo, citam o ator e cantor Miguel Aceves Me- jía como sua grande influência na relação com a rancheira (Nepomu- ceno 2000). O cinema mexicano, no Brasil, rapidamente tornou-se muito popular entre segmentos sociais urbanos mais pobres, formados em grande medida por trabalhadores que haviam migrado de zonas rurais para as grandes cidades. Esta população de migrantes era o público da música sertaneja (Reily 1992). Estudar tanto a música sertaneja deste pe- ríodo quanto a entrada do cinema mexicano no país significa ter acesso a duas das principais fontes de lazer de trabalhadores do meio urbano no Centro-Sul do Brasil. Da mesma forma, é através do cinema que o público brasileiro toma contato com os corridos, que serão centrais nos

trabalhos de uma das principais duplas sertanejas da década de 1970: Corazón Latinoamérica musical de México Milionário e José Rico. Gravações como “O Tropeiro” (1979) e “Viva a 143 vida” (1988) são exemplos de canções onde o corrido mexicano é adap- tado para o cancioneiro sertanejo e tal adaptação era fruto da influência do cinema. Esta importância do cinema mexicano na música popular no Brasil constitui uma importante lacuna da historiografia da música bra- sileira. Paraguai e México, nesse sentido, ofereceram padrões musicais que foram hegemônicos na música sertaneja entre 1950 e 1980. As prin- cipais duplas deste período transitavam, em seus trabalhos, entre guarâ- nias e polcas paraguaias, rancheiras e boleros e gêneros caipiras tradi- Apartado II. Miradas desde Brasil cionais - é o caso, por exemplo, da discografia de Milionário e José Rico, entre 1970 e 1980. O caso deles é paradigmático e aparece de forma si- milar na discografia de Chitãozinho e Xororó, Trio Parada Dura, Tibagi e Miltinho, dentre outros artistas. Em todos eles, o hibridismo comentado em “Pé de Cedro” é constante: ritmo paraguaio com a presença de trom- petes ou vocalizações rancheiras, ou ainda, ritmo mexicano feito com rasqueados no violão e harpas no arranjo. Este quadro só se alterou a partir da segunda metade da década de 1980, quando a música serta- neja passou por novas transformações e, sobretudo, passou a ser consu- mida por um público de outra ordem. No entanto, entre 1950 e 1980, o que predominava na música sertaneja era esta mistura do Paraguai com o México. E é importante observar que o código que operava estas mis- turas e apropriações era a ruralidade: o fato de que tanto a música ser- taneja quanto as rancheiras e os corridos, além dos gêneros paraguaios, problematizavam a relação campo-cidade. Do ponto de vista das classes médias urbanas, este repertório ser- tanejo era ouvido sob o signo de um mau gosto estético e, nas histórias da música brasileira, não raro ele é excluído ou remetido a um espaço menor (Tinhorão 2013). A partir da década de 1960, uma palavra pas- sou a ser usada pelas classes médias urbanas para definir este repertó- rio e outros de caráter popular: “brega”. Esta expressão, até a década de 1990, era derrogativa: era usado pelas elites culturais para indicar um repertório considerado de baixo valor estético e ligado a classes po- pulares urbanas. Nesse sentido, “brega” era um termo acusativo usado para excluir e criar separações estéticas. Araújo (1988) revela como o uso deste termo estava relacionado a conflitos entre classes sociais no Brasil e, de fato, a expressão “música brega” era usada para se referir à música de trabalhadores como empregadas domésticas e motoristas de caminhão. Apesar da música sertaneja ser acusada de ser “brega”, o termo era mais empregado para denotar outros artistas e outras músi-

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula cas, diferentes da música sertaneja. 144 O estudo de Araújo (2010) para este repertório mostra como musi- calmente o campo da “música brega” nas décadas de 60 e 70 se cons- titui sem referência à ideia de “interior do Brasil”, presente na música sertaneja - mesmo que esta fosse produzida no meio urbano. O artistas considerados “bregas” operavam num mercado de referências urbanas e extremamente popular em termos de público. E este é um ponto cen- tral na compreensão do brega: sua cristalização estava ligada ao con- sumo popular de música que ocorria desde a década de 1940 e que, desde então, sofria um processo de diferenciação de público. Desta forma, vários cantores valorizados nos anos 50, após a Bossa Nova são remetidos ao lugar do brega. É desse campo desvalorizado que sur- girão os intérpretes considerados expoentes da música brega nos anos 60 e 70: Agnaldo Timóteo, Waldick Soriano, Wando, dentre outros. E a relação da música brega das décadas de 1960, 1970 e 1980

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina com os gêneros latinoamericanos teve no bolero o seu eixo central. Apesar deste gênero também aparecer na MPB da década de 70, sua presença nos trabalhos de vários artistas bregas era uma das razões da desvalorização destes artistas. Aqui fica evidente a diferença de valor atribuído à música de diferentes faixas de público: enquanto para uns o bolero aparecia como um elemento a mais na produção de uma música valorizada esteticamente, para outros era sinal de pobreza estética. O que interessa aqui é o fato de que tanto a música sertaneja quanto a mú- sica brega, entre as décadas de 60 e 80, terem estabelecido mediações com a música latinoamericana a partir de gêneros e países não valoriza- dos em outras mediações: o Paraguai e o México - este último com re- presentações de sua ruralidade. 7. Muitas outras mediações produzidas a partir de posições não-hegemô- nicas da cultura brasileira poderiam ser citadas. Há, por exemplo, a re- lação da música do Rio Grande do Sul - música gauchesca - com o cha- mamé produzido no norte da Argentina e Paraguai (Ferraro 2013). O chamamé constitui um gênero importante dentro da música gauchesca e também da música sertaneja produzida no Mato Grosso (Higa 2010) e está relacionado a trânsitos intensos na região de fronteira, entre Bra- sil, Argentina e Paraguai, bem como a movimentos migratórios internos a estes países (Marcon 2013). Uma canção como “Mercedita”, o famoso chamamé do argentino Ramón Sexto Ríos, circula entre os estados do sul do Brasil (além do Mato Grosso), o chamado “litoral” da Argentina (províncias de Entre-Ríos, Corrientes e Missiones) e Paraguai, fazendo

parte do cotidiano musical de toda esta área31. Corazón Latinoamérica musical de México Uma outra mediação importante, ainda pouco estudada, diz res- 145 peito a entrada de gêneros caribenhos no Brasil, tais como o zouk e a bachata. No primeiro caso, há o exemplo do lambada, dança extrema- mente popular no Brasil a partir da segunda metade da década de 80. A popularidade da lambada se vinculou ao sucesso, mundial, de “Cho- rando se foi”, canção gravada em 1989 pelo grupo Kaoma, formado por franceses e brasileiros. A trajetória desta canção exemplifica a cadeia de instâncias envolvidas nestes processos de mediação e hibridação. “Cho- rando se foi” é uma versão zouk de “Llorando se fue”, do grupo boliviano

Los Kjarkas, gravada originalmente em 1981. Este fato, quando do su- Apartado II. Miradas desde Brasil cesso da canção no Brasil, foi completamente desconhecido do público e aponta para trânsitos musicais que ainda merecem estudos: da Bolí- via a canção foi apropriada pelo circuito do zouk caribenho o qual tinha ligações, desde a década de 70, com o circuito de música dançante na Europa e nos EUA (Guibault 1993). A lambada explode no Brasil sob o signo de “música tropical”, tendo uma enorme popularidade nas regiões Norte e Nordeste do Brasil e chamando a atenção para estes trânsitos entre a música brasileira e a música caribenha. O mesmo pode ser dito com relação à bachata, desde a década de 90 incorporada aos trabalhos de vários músicos considerados “bregas”, como Fagner e Sidney Magal. Fagner, que surge no cenário musical brasileiro no começo da década de 1970, com um trabalho inserido no contexto da MPB - seu primeiro álbum, de 1973, apresentava elementos de músicas tradicionais do Nor- deste misturadas com elementos do rock psicodélico dos anos 60 - in-

31) No Brasil, por exemplo, pode-se escutar tanto versões argentinas de “Mercedita” (in- clusive a mais famosa delas, feita por Ramona Galarza, em 1967), quanto inúmeras ver- sões, com letras em português, feitas por artistas brasileiros. vestiria, a partir da década de 80, na expressão romântica, dialogando com sonoridades consideradas “bregas”. Em 1991, Fagner gravou uma versão, com gigantesco sucesso, em português de “Burbujas de Amor”, bachata que havia sido gravada um ano antes pelo dominicano Juan Luís Guerra. Da mesma forma, atualmente, um cantor de música serta- neja como Michel Teló tem se aproximado da bachata dominicana, enfa- tizando o caráter de “cantor romântico” como estratégia de inserção no mercado norteamericano32. Em suma, nos últimos 20 anos, canais de mediação entre a bachata e a música popular brasileira têm sido estabe- lecidos a partir, conforme apontado acima, de posições não-hegemôni- cas nos discursos sobre cultura brasileira. É importante observar aqui que tanto o zouk quanto a bachata re- presentam práticas musicais que estão no limite do que se poderia cha-

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula mar de “música latinoamericana”. Como afirma Bethell (2009), a ideia de 146 América Latina e sua construção envolve uma série de representações e debates sobre o continente americano. A inclusão, por exemplo, de países caribenhos nesta construção discursiva é matéria de inúmeros debates, haja vista que vários países do Caribe, como Haiti e a Jamaica, por exemplo, são de colonização francesa e inglesa. No entanto, muito da entrada destes gêneros caribenhos no Brasil está englobada nos mesmo processos de apropriação de gêneros musicais ouvidos como latinos. A compreensão dos significados atribuídos, por exemplo, a uma gravação como “Borbulhas de Amor”, por Fagner, passa pela considera- ção de toda a história de apropriação do bolero pela música brasileira. Na verdade, mais do que um referente geográfico, o que importa aqui é o código de apropriação destes repertórios: o amor. Em torno da ideia de “música romântica”, uma representação da América Latina foi sendo construída em torno de boleros, bachatas e tangos. Por sua vez, repre-

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina sentações da “ruralidade” ou da relação entre “rural e urbano” coloca- ram no mesmo conjunto gêneros tão díspares como a música sertaneja, a rancheira, o corrido, o chamamé, a guarânia e a polca paraguaia. Este texto procurou simplesmente apresentar um ponto de partida para o estudo de inúmeras mediações feitas entre a música popular no Brasil e a música popular da América Latina. Três grandes exemplos des- tas mediações foram citados aqui, mas inúmeras outras foram deixadas de fora33. Algumas, como aquela produzida pela MPB, têm um lugar

32) Vide, por exemplo, a colaboração de Teló e Prince Royce em torno da canção “”, em 2014. 33) Uma, em particular, merece citação: trata-se dos trânsitos musicais entre o Brasil e pa- íses como o Perú e a Colômbia, através da Amazônia. A importância desta fronteira está relacionada à própria importância da Amazônia no contexto contemporâneo da destacado nas narrativas sobre história da música popular no Brasil. Ou- tras, como as influências mexicanas e paraguaias na música sertaneja, só recentemente têm sido matéria de estudos e valorização por parte de historiadores e músicos34. É verdade que o Brasil, historicamente, deu as costas para o continente latinoamericano e que a própria inclusão do Brasil na ideia de América Latina é extremamente problemática. No en- tanto, se as portas estiveram ao longo do século XX relativamente fecha- das, as janelas estiveram abertas e muita música produzida na América Latina entrou, sem que, muitas vezes, os brasileiros tivessem consciên- cia disso.

Referências 1. ALBUQUERQUE, José Lindomar. “A dinâmica das fronteiras:

deslocamento e circulação dos ‘brasiguaios’ entre os limites Corazón Latinoamérica musical de México nacionais” In: Horizontes Antropológicos, ano 15, n. 31, Porto 147 Alegre, 2009, p. 137-166. 2. ALONSO, Gustavo. “Jeca Tatu e Jeca Total: a construção da oposição entre música caipira e música sertaneja na academia paulista (1954-1977) In: Contemporânea, v.2, n.2, 2012, p. 439-463. 3. ALONSO, Gustavo. Cowboys do Asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. 4. ALONSO, Gustavo. “Influência Mexicana en la música brasileña” In: ARIAS, Luis Omar y LUNA, Gabriel (eds.). Historia Social de las

Músicas Populares Latinoamericanas: una visión desde el Mexico. Apartado II. Miradas desde Brasil Guanajuato: DR, 2016. p. 9-48. 5. ARAÚJO, Paulo César. Não sou cachorro não: musica popular cafona e ditadura militar. Rio de Janeiro: Record, 2010. 6. ARAÚJO, Samuel. “Brega: Music and Conflict in Urban Brazil” In: Latin American Music Review, v. 9, n. 1, 1988, p. 50-89. 7. BAHKTIN, Mikail. “Gêneros do discurso” In: Estética da criação

geopolítica brasileira e mundial. Como ponto de partida (e convite) cito a versão de Mulher Rendeira - clássico do baião brasileiro, de 1952 - feita pelo grupo peruano Ju- aneco y su Combo, importante grupo de chicha (apropriação peruana da cumbia). De que forma, por que meios, “Mulher Rendeira” chegou ao repertório de um grupo de chicha da Amazônia peruana ainda é uma história para se contar. 34) Enquanto escrevo estas linhas, um CD recém-lançado (2016) do grupo Yrupa Purahei, trio formado por uma brasileira (flauta), um argentino (piano) e uma paraguaia (voz), está aqui sobre a minha mesa. O CD, intitulado “Canções da Margem do Rio”, trabalha exatamente sobre esta confluência musical entre Brasil, Argentina e Paraguai. verbal. São Paulo: Martins Fontes, 2003. p. 261-306. 8. BARCINSKI, André. Pavões Misteriosos: 1974-1983 - a explosão da música pop no Brasil. 9. BEHAGUE, Gerard. “Bossa e Bossas: recent changes in Brazilian popular music” In: Ethnomusicology 17(2), 1973, p. 209-233. 10. BERMAN, Marshall. Tudo que é sólido desmancha no ar: a aventura da modernidade. São Paulo: Companhia das Letras, 1987. 11. BLANNING, Tim. O Triunfo da Música: a ascensão dos compositores, músicos e sua arte. São Paulo: Companhia das Letras, 2012. 12. BORGES, Beatriz. Samba Canção: fratura e paixão. Rio de Janeiro: CODECRI, 1982. 13. BOURDIEU, Pierre. “O Mercado dos Bens Simbólicos” In: A

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula Economia das Trocas Simbólicas. São Paulo : Perspectiva, 2005. 148 14. BOURDIEU, Pierre. A Distinção. São Paulo: EDUSP, 2008. 15. BRACKETT, David. Categorizing Sound: genre and twentieth- century popular music. Oakland: University of California Press, 2016. 16. CASTRO, Ruy. Carmen: uma biografia. São Paulo: Companhia das Letras, 2005. 17. CASTRO, Ruy. Chega de Saudade: História e Histórias da Bossa Nova. São Paulo: Companhia das Letras, 2012. 18. CASTRO, Ruy. A Noite do Meu Bem: a história e as histórias do samba-canção. São Paulo: Companhia das Letras, 2015. 19. COLMÁN, Alfredo. “El arpa diatónica paraguaya en la búsqueda del tekorã: representaciones de paraguayad”. Latin America Music Review, v. 28, n. 1, 2007, p. 125- 149 20. DAPIEVE, Arthur. BRock: o rock brasileiro dos anos 80. São Paulo:

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina Editora 34, 1997. 21. FABRI, Franco. “A Theory of Musical Genres: two applications” In: TAGG, Philipp and HORN, David (eds.). Popular Music Perspectives. Goterborg: IASPM, 1981. p. 52-81. 22. FAVARETTO, Celso. Tropicalia: Alegoria, Alegria. Cotia: Ateliê Editorial, 1995. 23. FERRARO, Hector. Transformações Culturais no Gauchismo através da Música. Dissertação de mestrado. Antropologia Social. Universidade Federal de Santa Catarina. Florianópolis, 2013. 24. FERRETE, José Luiz. Capitão Furtado: viola caipira ou sertaneja? Rio de Janeiro: FUNARTE, 1985. 25. GOMEZ, Ailer Pérez. “Habanera” In: HORN, David et alli (ed.). Bloomsbury Enciclopedia of Popular Music of the World. Vol IX: Genres - Caribbean and Latin American. London: Bloomsbury, 2014. p. 352-354. 26. GUERREIRO, Goli. A Trama dos Tambores: a música afro-pop de Salvador. São Paulo: Editora 34, 2000. 27. GUIBAULT, Jocelyn. Zouk: world music in the West Indies. Chicago: The Chicago University Press, 1993. 28. HIGA, Evandro. Polca paraguaia, guarânia e chamamé: estudos sobre três gêneros musicais em Campo Grande-MS. Campo Grande: Editora da UFMS, 2010. 29. LUZKO, Daniel. “Paraguay” In: SHEPERD, John; HORN, David and LAING, Dave (ed.). Continuum Encyclopedia of Popular Music of the World. V. III: Caribbean and Latin America. London: Continuum, 2004. p. 323-326.

30. MARCON, Fernanda. Los Viajes del Río: migração, festa e alteridade Corazón Latinoamérica musical de México entre chamameceiros e chamameceiras das províncias de Buenos 149 Aires, Entre-Ríos, Corrientes. Tese de doutorado. Antropologia Social. Universidade Federal de Santa Catarina. Florianópolis, 2013. 31. MARTÍN-BARBERO, Jesús. Dos Meios às Mediações: comunicação, cultura e hegemonia. Rio de Janeiro: Editora da UFRJ, 2013. 32. MIDDLETON, Richard. Stydying Popular Music. Milton Keynes: Open University Press, 1990. 33. MOORE, Allan. “Authenticity as authentication” In: Popular Music, v. 21, n. 2, 2002, p. 209-223.

34. MORELLI, Rita. A Indústria Fonográfica: um estudo antropológico. Apartado II. Miradas desde Brasil Campinas: Editora da UNICAMP, 2009. 35. NAPOLITANO, Marcos. “A invenção da Música Popular Brasileira: um campo de reflexão para a história social” In: Latin American Music Review, v. 19, n. 1, 1998, p. 92-105. 36. NAPOLITANO, Marcos. “Arte e Política no Brasil: história e historiografia” In: EGG, André; FREITAS, Artur e KAMINSKI, Rosane (orgs.). Arte e Politica no Brasil: modernidades. São Paulo: Perspectiva, 2014. p. XV-XLVI. 37. NEPOMUCENO, Rosa. Música Caipira: da roça ao rodeio. São Paulo: Editora 34, 2000. 38. OLIVEIRA, Francisco de. “Nordeste: a invenção pela música” In: CAVALCANTE, Berenice; STARLING, Heloísa e EISENBERG, José (orgs.). Decantando a República: inventário histórico e político da canção popular moderna brasileira. Vol. 3: não mora mais em mim. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 2004a. p. 123-138. 39. OLIVEIRA, Allan de Paula. O Tronco da Roseira: uma antropologia da viola caipira. Dissertação de mestrado. Antropologia Social. Universidade Federal de Santa Catarina. Florianópolis, 2004b. 40. OROZ, Silvia. Melodrama: o cinema de lágrimas da América Latina. Rio de Janeiro: FUNARTE, 1999. 41. ORTIZ, Renato. A Moderna Tradição Brasileira: Cultura Brasileira e Indústria Cultural. São Paulo: Brasiliense, 2001. 42. PAOLI, Marica Célia. “Os amores citadinos e a ordenação do mundo pária: as mulheres, as canções e seus poetas” In: CAVALCANTE, Berenice; STARLING, Heloísa e EISENBERG, José (orgs.). Decantando a República: inventário histórico e político da canção popular moderna brasileira. Vol. 3: A cidade não mora mais em mim. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 2004. p. 67-92. 43. PARTY, Daniel. “Bolero” In: HORN, David et alli (ed.). Bloomsbury Enciclopedia of Popular Music of the World. Vol IX: Genres -

Allan de Paula Oliveira Allan de Paula Caribbean and Latin American. London: Bloomsbury, 2014. p. 62- 150 67. 44. PELINSKI, Ramón. “Tango Nômade. Uma metáfora da globalização” In: VALENTE, Heloísa (org.). ¿Donde estás, corazón? O Tango no Brasil, o tango do Brasil. São Paulo: Via Lettera, 2012. p. 13-77. 45. PETERSON, Richard. Creating Country Music: fabricating authenticity. Chicago: The University of Chicago Press, 1997. 46. REILY, Suzel. “Musica Sertaneja and Migrant Identity: the stylistic development of a Brazilian Genre” In: Popular Music, v. 11, n. 3, 1992, p. 337-358. 47. RIDENTI, Marcelo. O Fantasma da Revolução Brasileira. São Paulo: Editora UNESP, 2010. 48. RIOS, Fernando. “Andean Music, the Left and the Pan-Latin Americanism: the early history” In: Latin American Music Review, v.

II.1. Relações musicais entre o Brasil e a América Latina 29, n. 2, 2008, p. 145-181. 49. ROBERTS, John Storm. The Latin Tinge: the impact of Latin American Music on the United States. New York: Oxford University Press, 1999. 50. RODRIGUES, Rosualdo e MARCELO, Carlos. O Fole Roncou: uma história do forró. Rio de Janeiro: Zahar, 2012. 51. SEVERIANO, Jairo e MELLO, Zuza Homem de. A Canção no Tempo: 85 anos de música brasileira. Vol 1: 1901-1957. São Paulo: Editora 34, 1997. 52. STROUD, Sean. “‘Música é para o povo cantar’: culture, politics and Brazilian songs festivals - 1965-1972” In: Latin American Music Review, v. 21, n.2, 2000, p. 87-117. 53. TINHORÃO, José Ramos. Domingos Caldas Barbosa: o poeta da viola, da modinha e do lundu (1740-1800). São Paulo: Editora 34, 2004. 54. TINHORÃO, José Ramos. Pequena História da Música Popular: segundo seus gêneros. São Paulo: Editora 34, 2013. 55. TYSSERAND, Michel. The Kyngdom of Zydeco. New York: Arcade Publishing, 1998. 56. VALENTE, Heloísa. “O Dia em que me queiras: o tango no Brasil, o tango do Brasil” In: VALENTE, Heloísa (org.). ¿Donde estás, corazón? O Tango no Brasil, o tango do Brasil. São Paulo: Via Lettera, 2012. p. 77-130. 57. VEGA, Carlo. “Mesomusica: un ensayo sobre la musica de todos” In: Revista Musical Chilena, v. 51, n. 188, 1997, p. 75-96. 58. VELOSO, Caetano. Verdade Tropical. São Paulo: Companhia das

Letras, 2002. Corazón Latinoamérica musical de México 59. VILA, Pablo. “Argentina’s Rock Nacional: the struggle for meaning” 151 In: Latin American Music Review, 10 (1), 1989, p. 1-28. 60. VINCI DE MORAES, José Geraldo. Metrópole em Sinfonia: história, cultura e música na São Paulo dos anos 30. São Paulo: Estação Liberdade, 2001. Apartado II. Miradas desde Brasil II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural

Danilo Cymrot1 Centro de Pesquisa e Formação do Sesc em São Paulo

Danilo Cymrot Introdução 152 Pedro Vargas nasceu em San Miguel Allende, Guanajuato, México, em 1906. Abandonou a carreira de medicina para dedicar-se ao estudo do bel canto e iniciou sua carreira artística em 1928 no Teatro Esperanza Iris, formando parte do elenco da ópera Cavalleria rusticana de Mascagni. Neste mesmo ano viajou pela primeira vez aos EUA como solista da Or- questra Típica de Lerdo de Tejada e gravou em Chicago seu primeiro disco com uma canção titulada Primer amor, de Lerdo de Tejada. Em 1930 venceu o concurso Ann Harding por sua interpretação do vals de Carlos Espinosa de los Monteros. Em 1936 realizou sua primeira viagem artística para a América do Sul. Seu sucesso por diversos países da Amé- rica lhe valeu o título de “Tenor Continental”. Segundo Yolanda Moreno Rivas, durante mais de cinquenta anos, “Pedro Vargas provavelmente foi o cantor mais popular e cotizado no México”. Sua afinada voz de tenor era ouvida em todos os meios de di- fusão. Foi artista fundador da estação de rádio XEW em 1930, da te- levisão em 1950, com o programa Estudio de Pedro Vargas, e apare- II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural ceu em mais de quarenta filmes. Pedro Vargas lançou e fez conhecida uma infinidade de canções dos autores da época de ouro da canção mexicana: Gonzalo Curiel, Agustín Lara, Maria Grever, Mario Talavera, Esparza Oteo, Tata Nacho, etc.2 O objetivo deste artigo é analisar a cobertura dos jornais Folha da Manhã, Folha da Noite, Folha de S. Paulo, O Estado de S. Paulo e Jornal

1) Doutor em Criminologia pela Faculdade de Direito da Universidade de São Paulo, pesquisador do Centro de Pesquisa e Formação do Sesc em São Paulo, músico e com- positor. 2) RIVAS, Yolanda Moreno. História da música popular mexicana. Oceano. 2008. 3 ed. p. 96. do Brasil sobre a presença do cantor Pedro Vargas no Brasil e sua relação com a política brasileira. Cabe registrar, no entanto, que o mecanismo de busca dos jornais citados para rastrear as notícias em que Pedro Var- gas foi citado não é totalmente confiável. Há casos, por exemplo, em que um nome borrado não é registrado. O caso de homônimos, por ou- tro lado, foi facilmente solucionado tendo em vista o contexto da notícia. A escolha por Pedro Vargas se deu por sua importância no México, por ser o cantor mexicano com o maior número de ocorrências na pes- quisa dentre todos os outros pesquisados que atuaram entre os anos de 1930 e 1970 e por seu auge ter ocorrido nos anos 40, justamente o pe- ríodo da Era Vargas e da política de boa-vizinhança patrocinada pelos EUA, que teve no cinema mexicano um dos seus principais veículos.3

3) No livro A canção A canção no tempo: 85 anos de músicas brasileiras (vol. 1: 1901- Corazón Latinoamérica musical de México 1957), Jairo Severiano e Zuza Homem de Mello compilaram as músicas que mais fi- 153 zeram sucesso no Brasil ano a ano, de 1901 a 1957, nacionais e estrangeiras, sejam as que fizeram ao serem lançadas, “não importando sua qualidade ou permanên- cia”, sejam as que não obtiveram sucesso imediato, mas que, “em razão de sua quali- dade, acabaram por merecer a consagração popular”. Foram listadas quarenta e duas canções que integravam o repertório de Pedro Vargas, dentre quatrocentas canções estrangeiras no total, ainda que não necessariamente tivessem sido gravadas por ele no ano em fizeram sucesso no Brasil e que tivessem sido gravadas também por outros intérpretes. Os autores constataram o fato frequente de músicas internacionais, prin- cipalmente latino-americanas, que se popularizaram no Brasil vários anos depois de seu surgimento nos países de origem. Só em 1940 foram listadas cinco músicas do

repertório de Pedro Vargas, o mesmo número do ano de 1949. Em 1939 e 1945 fo- Apartado II. Miradas desde Brasil ram listadas, em cada ano, quatro canções. Fizeram sucesso em 1939 Farolito (Agustin Lara), Marimba (Agustin Lara), Nostalgias (Enrique Cadicamo e Juan Carlos Cobian) e Ti-pi-tin (Maria Grever). Em 1940 foram Adios Mariquita Linda (Marcos P. Jimenez), Alla en El Rancho Grande (Silvano R. Ramos), Desesperadamente (Gabriel Ruiz), Para vigo me voy (Say si si) (Ernesto Lecuona) e Vereda Tropical (Gonzalo Curiel). Em 1945 fo- ram Granada (Agustin Lara) , Nosotros (Pedro Junco Júnior), Perfidia (Alberto Domin- guez) e Santa (Agustin Lara). Em 1949 foram Frio en el alma (Miguel Angel Vallada- res), Luna lunera (Tony Fergo), Maria Bonita (Agustin Lara), Palabras de mujer (Agustin Lara) e Pecadora (Agustin Lara). As outras canções listadas, nos outros anos do pe- ríodo, foram Estrellita, Cielito lindo (Tema popular mexicano), La cumparsita (Gerardo Matos Rodriguez, Pacual Contursi e Enrique P. Maroni), El manicero (The peanut ven- dor) (Moises Simon), Aquellos ojos verdes (Nilo Menendez e Adolfo Utrera), El dia que me quieras (Carlos Gardel e Alfredo Le Pera), Flor de Lys (Agustin Lara), Quierame mu- cho (Yours) (Gonzalo Roig), Adios (Enrique Madriguera), Maria Elena (Lorenzo Barce- lata), Solamente una vez (Agustin Lara), Besame mucho (Consuelo Velasquez), Frenesi (Alberto Dominguez), Malagueña (Elpídio Ramirez e Pedro Galindo), La ultima noche (Bobby Collazo), Negra consentida (Joaquim Pardave) , Quizás, quizás, quizás (Don Fa- bián), Três palabras (Osvaldo Farrés), Ay de mi (Osvaldo Farrés), Pecado (Carlos Bahr, Enrique Francini e Armando Pontier), Vaya com Dios (Larry Russel, Inez James e Buddy Pepper), Contigo en la distancia (César Portillo de la Luz), História de un amor (Car- los Almaran), Lisboa antiga (A. do Vale, J. Galhardo e Raul ) (SEVERIANO, Jairo; HOMEM DE MELLO, Zuza. A canção no tempo: 85 anos de músicas brasileiras (vol. 1: 1901-1957). São Paulo: Ed. 34, 1997). Um embaixador gentil Entre 1930 e 1936, o Embaixador do México no Brasil foi o escritor e in- telectual Alfonso Reyes. Em sua casa, no bairro das Laranjeiras, Rio de Janeiro, recebia aos domingos artistas e intelectuais brasileiros como Manuel Bandeira, Cecília Meireles, Raquel de Queiroz, Gilberto Freyre, Jorge de Lima, entre outros. Quando deixou o Rio de Janeiro, foi ho- menageado por Manuel Bandeira em versos do Rondó dos cavalinhos: “Os cavalinhos correndo/e nós, cavalões, comendo.../ Alfonso Reyes partindo,/e tanta gente ficando...”.4 No dia 15 de maio de 1936, o então Embaixador Alfonso Reyes, ao microfone do programa A Hora do Brasil, do Departamento Nacio- nal de Propaganda, discursou para todo o país antes de um recital de Pedro Vargas, já então considerado “o grande tenor mexicano que vem

Danilo Cymrot de atuar com incomparável êxito no ´broadcasting` carioca”, “o cantor 154 máximo” do México, cujas canções alcançaram um “sucesso magnífico”. No discurso do Embaixador, fica claro o papel de Pedro Vargas como di- plomata cultural de seu país no Brasil:

Ouvem-me os brasileiros, e consta-me também que alguns mexicanos me ouvem ao menos em Monterrei- minha terra natal- de onde têm chegado cartas que dão testemunho do interesse com que lá se recebe a “Hora ofi- cial” do Brasil.Aos brasileiros quero manifestar a gratidão com que o Mé- xico recebe a hospitalidade que hoje se concede à sua música, nas pes- soas do tenor Pedro Vargas e do pianista Pepe Agueros. –Aos mexicanos quero assegurar que Vargas e Agueros têm merecido aplausos ao difundir – como eles o sabem fazer- as expressões mais populares e melhores do nosso temperamento musical (coisa que bem interpretada, se confunde com o nosso próprio temperamento nacional) criando nesta República irmã um ambiente de franca simpatia e de profunda comunhão. México é país musical, e não é paradoxo assegurar que algum dia se poderá in- II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural terpretar sua história através de suas toadas populares e de suas canções artísticas. Quando a razão clarifica e depura semelhantes interpretações, avança a intuição pelos seus caminhos obscuros: e a nossa música chega às almas brasileiras como uma doce persuasão, penetrando nelas com a naturalidade de uma mão que se enlaça com uma mão amiga. Não é esta a ocasião de perder-se em longas explicações: cada segundo que ocupo no microfone, é roubado por mim ao deleite dos que ouvem, os quais es- peram canções e não discursos. Minha modesta função reduz-se a levan- tar a cortina. Contudo desejo que fique antes bem clara uma ideia, que me

4) NAÇÕES perdidamente enamoradas, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 jun. 1991. p. 9. acompanha ao longo da minha experiência. Por múltiplas razões e com- plexas circunstâncias históricas, necessita o México mais que muitos ou- tros povos ser bem conhecido além de suas fronteiras, para retificar incom- preensões que descuidadamente têm aparecido em torno de suas lutas exemplares e de seus esforços para descobrir o legítimo sentido de seu ser. – Cada mexicano que cruza a fronteira leva sobre si uma responsa- bilidade de verdadeiro embaixador, e é bom que saiba que os seus atos como indivíduos serão computados fatalmente em conta de sua nação. Pois Vargas e Agueros souberam arcar garbosamente com esta tarefa. E onde recebeis, amigos brasileiros, estes emissários da sensibilidade mexi- cana, são supérfluos os representantes oficiais. Eu devo calar-me: eles la- vam a voz cantante.- Agradecido (grifos meus).5 México Corazón Latinoamérica musical de México 155 Apartado II. Miradas desde Brasil

O embaixador do México, tendo ao lado o tenor Vargas e o Dr. Lourival Fontes (Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 mai. 1936).

Alfonso Reyes não foi, porém, o único que viu em Pedro Vargas a fi- gura de um embaixador informal do México, que fazia uso de uma “doce persuasão”. O escritor Gastão Penalva, em junho de 1941, assim se refe- riu a Pedro Vargas e outros cantores e compositores mexicanos que fa- ziam sucesso no Brasil da época:

A música, no México, é o azulejo das embaixadas radiosas. Vem até nós aos nossos dias frios e mecânicos, em fragmentos de luz dourada, pela voz

5) O RECITAL de Pedro Vargas para o Brasil, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 mai. 1936. dos Tirado, dos Guizar, dos Pedro Vargas, levando aos ouvidos do mundo as notas expressivas do gênio musical de um Agustín ou uma Tereza Lara. Falhem as outras embaixadas, essa ao menos se implanta com gentileza e altaneria, exibe às bambiarras dos cassinos a alma de um povo e a glória de uma pátria (grifo nosso).6

Em matéria de 1991 sobre os cinquenta anos de bolero no Brasil, Elvira Rios e Pedro Vargas são descritos como “os principais embaixado- res dessa maneira pungente de cantar”. Segundo a matéria, Pedro Var- gas teria vindo só ao Brasil vinte e sete vezes.7 Já matéria da Folha de S. Paulo de 1990 afirma que o cantor teria morado três anos no Brasil e gra- vado pelo selo Victor.8 Por sua vez, matéria de 1966 do Jornal do Brasil afirma que o cantor, que na época se confessou “grande amigo do Bra-

Danilo Cymrot sil”, teria vindo ao país por várias vezes, principalmente durante 1936 e 156 1945, “época em que na condição de contratado exclusivo do Cassino da Urca vinha aqui anualmente”.9 Se Pedro Vargas foi nomeado embaixador do México pelo Embai- xador oficial Alfonso Reyes, por outro lado, em 25 de agosto de 1937 o cantor já era considerado pela imprensa um “ardoroso propagandista” do Rio de Janeiro no exterior:

Dentro de poucos dias, o Rio de Janeiro hospedará, mais uma vez, o con- sagrado tenor mexicano Pedro Vargas, cujas temporadas em nosso paiz se tem constituído verdadeiros acontecimentos. O admirável intérprete de “Flor de Lys” dará desta vez vários recitais para a sociedade carioca. E ac- tuará, como tem feito sempre, em uma das principais estações radiodiffu- soras da “Cidade Maravilhosa”, da qual elle tem sido, lá fora, um ardoroso propagandista.10

6) PENALVA, Gastão. Azulejos mexicanos, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 18 jun. 1941. p.

II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural 5. 7) DOIS pra lá, dois pra cá, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 07 jul. 1991. 8) COLECIONADOR tem raridades em acervo com 64 mil discos, Folha de S. Paulo, São Paulo, 19 dez. 1990. p. J-6. 9) RIDDLE acha bossa nova importante, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 28 out. 1966. P. 15. 10) PEDRO Vargas novamente no Rio de Janeiro, Folha da Manhã, São Paulo, 25 ago. 1937. p. 11. Essas notícias desmentem a afirmação de Edwin Pitre-Vásquez de que o impacto da apresentação de Pedro Vargas no Cassino da Urca no início de 1941 pode ser considerado o ponta-pé inicial da história do bolero no Brasil, que “logo seria na- cionalizado por Edu da Gaita com a composição ´Uma gata em Sevilha`” (PITRE-VÁS- QUEZ, Edwin. O bolero no Brasil: metáforas sociais interculturais. p. 2). Já Jairo Seve- riano conta que Pedro Vargas foi um dos responsáveis, desde o final dos anos 1930, Em 21 de abril de 1936, realizou-se no Instituto Nacional de Mú- sica a festa em homenagem ao Clube Tenentes do Diabo, sociedade carnavalesca, com as presenças de Pedro Vargas, Bando da Lua, Ce- sar Ladeira, Custódio Mesquita, Dircinha Batista, Linda Batista, Dalva de Oliveira e muitos outros.11 Em 16 de janeiro de 1941, foi noticiado que Custódio Mesquita planejava uma viagem ao México, levando em sua companhia Silvio Caldas e que, assim, seria “condignamente retribuída a visita de Pedro Vargas ao Brasil”, uma das tantas outras que o tenor me- xicano fez .12 Em 24 de outubro de 1936, a diretoria do clube de futebol Madu- reira, para “dar grande impulso” a ele, negociava com Pedro Vargas, que se exibia numa das estações de rádio do Rio de Janeiro, uma excursão ao México, Estados Unidos, Cuba, Panamá e outros países da costa do

Pacífico.13 Já em março de 1956, vinte anos depois, quando da reali- Corazón Latinoamérica musical de México zação da segunda edição do Campeonato Pan-Americano de Futebol, 157 na Cidade do México, em que Brasil venceu e se tornou bicampeão, Pe- dro Vargas, descrito pela imprensa como “grande amigo de todos os brasileiros que chegam a esta capital”, ofereceu uma recepção à dele- gação de futebol do Brasil em sua residência, com “muita música” e fei- joada “tipicamente brasileira”.14 A delegação brasileira foi recebida por Pedro Vargas, mas não pelo prefeito da Cidade do México, conforme era previsto. Neste caso, se concretizou literalmente a sentença de Gastão Penalva redigida em

1941: “Falhem as outras embaixadas, essa [a música mexicana] ao me- Apartado II. Miradas desde Brasil nos se implanta com gentileza e altaneria”. O prefeito se recusou a receber a delegação brasileira, tendo em vista a ausência do embaixador Thompson Flores, que devido aos seus múltiplos afazeres não pode acompanhar a delegação. Os brasileiros foram recepcionados pelo secretário particular do prefeito, sendo nesta oportunidade entregue uma mensagem destinada a ele. Segundo a imprensa da época, “o fato causou espécie por parte da chefia da em-

pela intensificação do sucesso do bolero no Brasil com suas temporadas anuais no Rio de Janeiro (Apud MERHY, Silvio Augusto. Do abajur lilás ao band-aid no calcanhar: o bolero de Dalva de Oliveira a Elis Regina. p. 193). 11) FESTA em homenagem ao Clube Tenentes do Diabo, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 21 abr. 1936. p. 13. 12) RADIO, Folha da Noite, São Paulo, 16 jan. 1941. p. 4. 13) NOTAS DESPORTIVAS, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 24 out. 1936. 14) VIBRARAM os jogadores brasileiros após a vitória sobre os chilenos, Folha da Manhã, São Paulo, 03 mar. 1956. p. 7. baixada, sabendo-se que no Brasil todo este protocolo é dispensado quando se trata de recepcionar delegações estrangeiras, que nos hon- ram com a visita”.15 Em junho de 1936, antes, portanto, de estrear o seu primeiro filme, Pedro Vargas lançou o 78 RPM Victor 34.060, em que gravou, em dueto com Olga Praguer Coelho, o lamento Canto de expatriação (Humberto Porto), acompanhados de Conjunto Typico, e a cantiga folclórica bra- sileira Boi boi boi (adaptação de Georgina Erismann), acompanhados pelos violões de Pereira Filho e Luiz Bittencourt.16 Há registros da veicu- lação da gravação de Pedro Vargas e Olga Praguer Coelho de Canto de expatriação no programa de rádio do Departamento de Propaganda do Brasil nos dias 21 de maio de 1936, 13 de março de 1937 e 02 de abril de 1937. No dia 13 de março de 1937 também foi veiculada a grava-

Danilo Cymrot ção de Boi, boi, boi. No dia 03 de setembro de 1938, a apresentação de 158 Olga Praguer Coelho e Pedro Vargas no Theatro Sant´Anna, cantando solos e duetos, foi irradiada pela Rádio Tupy de S. Paulo, no festival co- memorativo de seu primeiro aniversário.17 As adaptações de cantigas tradicionais caracterizariam a carreira de Olga Praguer Coelho. A cantora foi indicada pelo governo Vargas, no mesmo ano de 1936, como Embaixatriz do Brasil no Congresso Interna- cional de Folclore realizado em Berlim, na Alemanha nazista, no mesmo ano das Olimpíadas e às vésperas da Segunda Guerra Mundial. Assim como Pedro Vargas, Olga teve formação erudita e uma vitoriosa carreira internacional, mesmo cantando canções folclóricas, ou até mesmo por causa disso.18 Em outubro de 1937, foi noticiado que Pedro Vargas gravaria no México o fox Tudo cabe num beijo, de Carolina Cardoso de Menezes, com letra de Oswaldo Santiago.19 Em novembro do mesmo ano, no- ticiou-se que o cantor mexicano havia prometido gravar, em seu país, II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural 15) CAMPEONATO Pan-Americano de Foot-ball, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 03 mar. 1956. p. 10. 16) DISCOS Victor Brasileiros, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 14 jun. 1936. p. 19. 17) O Estado de S. Paulo, São Paulo, 03 set. 1938. p. 8. 18) http://www.cantorasdobrasil.com.br/cantoras/olga_preguer_coelho.htm. Acesso em 03 mar. 2016. Segundo Ignácio de Loyola Brandão, tanto Olga Praguer Coelho, “ra- inha da canção brasileira”, quanto Pedro Vargas, “o rei do bolero”, com um “público ex- cepcional”, foram garotos-propaganda do Leite de Rosas, “uma das mais sólidas ins- tituições de beleza no Brasil” dos anos 30 aos 50 (BRANDÃO, Ignácio de Loyola. Um visionário da propaganda, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 02 jan. 2004. p. 30). 19) CAROLINA Cardoso de Menezes, óra na “Organização Record”, é um grande sucesso do momento, Folha da Manhã, São Paulo, 14 out. 1937. p. 4609812. a canção Mira-me como outra vez, da “festejada compositora paulista” Lina Pesce.20 João Alberto Lins de Barros teve três canções gravadas pelo cantor mexicano, com versos de Olegario Martino.21 Não foi possível localizar a discografia completa de Pedro Vargas, mas nos dois volumes da série de CDs Revivendo dedicados a ele cons- tam cinco canções brasileiras: Canta Maria (/R. Lopéz Mén- dez), Brasil (Benedito Lacerda/Aldo Cabral), Carinhoso (João de Barro/ ), Boa noite, amor (José Maria de Abreu/Francisco Mattoso) e Aquarela do Brasil (Ary Barroso).22 A valsa Boa noite, amor oi gravada por Pedro Vargas em 1938 e es- colhida por ele como prefixo de seu programa. Francisco Alves a gra- vou em 1950 e também a utilizou como prefixo sem importar-se com a concorrência.23 Matéria de 1961 do Jornal do Brasil informa, porém, que

Boa noite, amor foi gravada por Francisco Alves em 1935 e que Pedro Corazón Latinoamérica musical de México Vargas fez uma versão para Me voy, amor.24 Já matéria de 1963 sobre o 159 compositor Buci Moreira afirma que suas músicas foram gravadas por Francisco Alves, , Mário Reis, , Pedro Var- gas, entre outros.25 Em 20 de dezembro de 1939 foi noticiado que Pedro Vargas can- taria no palco do Cinema São Luis, no Rio de Janeiro, as últimas “crea- ções cariocas, que ele tanto gosta de interpretar”.26 Em 21 de fevereiro de 1940 é noticiado, por sua vez, que Pedro Celestino, astro da opereta, iria brilhar na revista cantando Agora somos felizes, o “lindo número de Agostinho Lara que Pedro Vargas popularizou entre nós”.27 Curiosa- Apartado II. Miradas desde Brasil mente, o nome do compositor mexicano Agustín Lara foi abrasileirado. O fato de Pedro Vargas fazer parte do Rotary Club, uma entidade

20) NOTICIAS do radio, Folha da Manhã, São Paulo, 04 nov. 1937. p. 4622923. 21) 28/01/55, p. 2, Cultor da música. 22) http://revivendomusicas.com.br/produto_detalhe.asp?id=5642; http://revivendomu- sicas.com.br/produto_detalhe.asp?id=5643. Acesso em 05 mar. 2016. 23) SOUSA, Tárik de. Chico Viola das mil canções, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 23 ago. 1998. p. 7. 24) J. MARIA de Abreu prefere ouvir seus “jingles” a pagar para ouvir os seus sambas, Jor- nal do Brasil, Rio de Janeiro, 06 jul. 1961. p. 3. 25) COMPOSITOR Buci Moreira não pode casar porque direito autoral é pouco, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 13 jul. 1963. p. 10. 26) PEDRO Vargas cantará as ultimas creações “brasileiras” no palco do Cinema São Luis!, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 20 dez. 1939. 27) PEDRO Celestino, astro da opereta, vai brilhar na revista!, Jornal do Brasil, 21 fev. 1940. p. 11. assistencial internacional, parece ter contribuído para que tivesse uma atuação política e um papel de aproximação entre rotarianos mexica- nos e brasileiros, muitos deles ocupantes de posições de poder, tanto no setor público quanto no setor privado. Por outro lado, fazer parte do Rotary Club pode ter contribuído para que canais midiáticos e políticos fossem abertos para ele. Em 22 de maio de 1936, foi noticiado que, em uma apresentação na Radiodifusora Petropolis junto ao pianista Pepe Agueros, Pedro Vargas teve a sua condição de rotariano relembrada pelo diretor da rádio Carlos Viana, também rotariano, em uma saudação de agradecimento.28 Em 24 de setembro de 1937, Pedro Vargas “fez presente” de uma bandeira do México na reunião almoço semanal do Rotary Clube do Rio de Janeiro, sendo “muito aplaudido por esse gesto de cortesia 29

Danilo Cymrot internacional”. Em 23 de dezembro de 1938, compareceu à reunião do 160 Rotary Clube de São Paulo, no salão de festas do Hotel Terminus, repre- sentando a entidade congênere do México, onde preenchia a classifi- cação de Bellas-Artes-Canto. O cantor foi homenageado e saudado, em retribuição às “gentilezas de que foram alvos os rotarianos sul-america- nos, por parte dos companheiros mexicanos, quando da Convenção In- ternacional realizada na capital daquelle país centro-americano”. Pedro Vargas integrava diversas das comissões daquele certame.30 Em 23 de dezembro de 1938 Pedro Vargas compareceu à reunião semanal do Rotary Club de S. Paulo e foi alvo de “carinhosas palavras” do sr. Armando de Arruda Pereira. O presidente Herminio Gomes Mo- reira elogiou os resultados obtidos pela “Jornada contra o Desperdício”, com a qual colaboraram Pedro Vargas e vários rotarianos de São Paulo.31 Não se pode esquecer ainda o importante papel político que o rádio exerceu na Era Vargas em um país de dimensões continentais e alto grau de analfabetismo, para integrar a população, ajudar a construir uma identidade nacional(ista) e educá-la, tanto em termos de higiene II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural quanto em termos ideológicos, divulgando valores como o trabalhismo e o pan-americanismo. Além de ter suas gravações irradiadas nos pro- gramas de rádio do Departamento de Propaganda do Brasil, há regis- tros no Jornal do Brasil de que Pedro Vargas teve, em 1939 e 1940, gra- vações irradiadas em programas de rádio da Diretoria de Educação de

28) NOTAS sociais, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 22 mai. 1936. 29) ROTARY Clube do Rio de Janeiro, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 28 set. 1937. 30) SESSÃO-ALMOÇO do Rotary Clube de São Paulo, Folha da Manhã, São Paulo, 24 dez. 1938. p. 10. 31) ROTARY Club de S. Paulo, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 24 dez. 1938. p. 7. Adultos e Difusão Cultural-Secção de Museus e Radio-Difusão e do De- partamento de Difusão Cultural-Secção de Museus e Radio-Difusão da Prefeitura do Rio de Janeiro, em conjunto com PRA-2, do Ministério da Educação e Saúde.32 O Departamento de Propaganda e Difusão Cultu- ral, órgão controlador do Ministério da Justiça fundado em 1934, serviu de base para organizar o sucessor muito mais centralizador, o Departa- mento de Imprensa e Propaganda-DIP, fundado em 1939, como instru- mento basilar do Estado Novo.33

O sucesso do cinema mexicano e a Política de Boa Vizinhança Uma das hipóteses para a incorporação da música mexicana no Brasil é a de que teria se dado via os filmes da Época de Ouro do cinema mexi- cano. Como forma de afastar países latino-americanos da área de in-

fluência dos países do Eixo, os EUA teriam incentivado o intercâmbio Corazón Latinoamérica musical de México cultural entre os países americanos, favorecido carreiras internacionais 161 de vários artistas latinos, como Carmem Miranda, e financiado o cinema mexicano, numa política de boa vizinhança que tinha como objetivo tra- zer os países latino-americanos para a área de influência dos EUA, ainda que os filmes também tenham exercido o papel de afirmar signos de nacionalismo e identidade mexicana, como a figura docharro e do ma- riachi. Só em 1938 o México produziu 57 filmes. Em 1950 a produção anual alcançou um recorde, 122 filmes, o que tornava o México um dos cinco maiores produtores do mundo. Nos Estados Unidos, ainda nos Apartado II. Miradas desde Brasil anos 50, o México chegou a superar França e Itália nas bilheterias.34 A Pelmex, estatal mexicana que foi a principal responsável pela distribui-

32) Noche de ronda e Amor de mis amores em 23 de março de 1939; Nunca, nunca, nunca e Chiquita em 30 de março e 01 de junho de 1939; Dime que si e Ti-pi-tin em 08 de junho e 17 de dezembro de 1939; Novillero e Granada em 04 de janeiro de 1940; Nunca, nunca, nunca em 02 de fevereiro de 1940; Noche de ronda, Amor de mis amo- res, Ti-pi-tin e Dime que si em 18 de fevereiro de 1940; Novillero e Flores negras em 28 de fevereiro de 1940; Nunca, nunca, nunca em 05 de março de 1940; Chiquita de Moran e Nunca, nunca, nunca em 19 de março de 1940; 23 de abril de 1940 (canções não informadas); Noche de ronda, Amor de mis amores, Ti-pi-tin e Dime que si em 11 de maio de 1940; Brasil, de Benedito Lacerda e Aldo Cabral, Ventanita colonial, Noche de ronda, Amor de mis amores, Cielo tropical, Fidelidad e Bien sabes tu em 25 de maio de 1940; Chiquita e Nunca, nunca, nunca em 16 de julho de 1940 e Muñeca de cristal e Flores negras em 22 de outubro e 13 de novembro de 1940. 33) BARROS, Orlando de. A Guerra dos Artistas: o meio artístico brasileiro e a II Guerra Mundial. Revista do Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro, ano 162, n. 412. Rio de Janeiro, 2001. p. 134. 34) COUTINHO, Eduardo. Uma Hollywood latina em busca de mercados, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 1974. ção dos filmes mexicanos no Brasil foi fundada apenas em 1945, mas antes disso os filmes mexicanos já chegavam ao Brasil. Além disso, a po- lítica de boa vizinhança envolveu a inserção de elementos latinos, como versões pausterizadas de boleros, no cinema dos próprios EUA.35 Pedro Vargas já era um cantor célebre no Brasil antes mesmo de ter sido lançado o seu primeiro filme,Los chicos de la prensa, em 1937. Apenas em 09 de janeiro de 1940 consta o primeiro registro da estreia de um filme de Pedro Vargas em São Paulo. Trata-se do terceiro filme de sua filmografia,Canto a mi tierra (1940), produção da Hispania Filmes di- rigido por Virgilio Calderón e traduzido para México canta. Entretanto, foi noticiado como “o primeiro filme de Pedro Vargas”.36 Em 23 de fevereiro de 1940, em matéria sobre o lançamento do filmeO capitão aventureiro, com o cantor mexicano José Mojica, é infor-

Danilo Cymrot mado que a Distribuição Cinédia entrara em entendimentos com a Cine- 162 matografica Internacional da Cidade do México , “um studio com o apa- relhamento o mais moderno e a vantagem da vizinhança de Hollywood”, de modo que, por intercâmbio, os brasileiros teriam agora os trabalhos com José Mojica, Pedro Vargas e outras grandes figuras artísticas mexi- canas.37 Em março de 1940, é comemorado o lançamento do filmeMé - xico Canta no Cine Olaria, no Rio de Janeiro, com distribuição da Ci- nédia, em que Pedro Vargas canta oito canções e teria sua imagem em movimento finalmente apresentada a “todos os brasileiros”. Ao cantor mexicano é dado o título de “cantor nacional”, “cantor brasileiro”:

Pedro Vargas recebeu, entre nós, a maior das consagrações. De tal maneira se tornou querido, de tal forma se apegou a nós e às nossas coisas, que lhe deram o título de “cantor nacional”, de cantor brasileiro! E, como tal, Pedro Vargas prestou a sua homenagem ao nosso samba, gravando discos com a

35) Sobre a política de boa vizinhança e a difusão do cinema mexicano na América Latina,

II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural cf. CASTRO, Francisco Peredo. Cine y propaganda para Latinoamérica: México y Esta- dos Unidos en la encrucijada de los años cuarenta. México: CCyDEL-CISAN, 2004. 36) México canta ficou em cartaz durante cinco dias no “luxuoso” Cine Roxy, localizado na Avenida Celso Garcia 143. Neste filme Pedro Vargas interpreta a personagem princi- pal e canta oito “novas e embevecedoras canções”. O prestígio que Pedro Vargas já adquirira fica explícito quando o jornal o qualifica na matéria como “o excelso cantor que todo São Paulo aplaude e admira” (THEATROS e cinemas, Folha da Manhã, São Paulo, 09 jan. 1940. p. 15; THEATROS e cinemas, Folha da Manhã, São Paulo, 10 jan. 1940. p. 13; THEATROS e cinemas, Folha da Manhã, São Paulo, 11 jan. 1940, p. 15). Mé- xico canta entrou em cartaz no Cine Opera em novembro de 1939; nas salas do Cine Roxy, LUX, São Pedro, São Caetano, América, Olympia, Recreio, Colon, Colyseu, Santo Antonio, nos meses de janeiro e fevereiro de 1940. Em maio do mesmo ano o filme ainda foi exibido no Rialto Marconi. 37) Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 23 fev. 1940. p. 11. sua voz inigualável. E toda a gente conhece-o, toda a gente conhece ainda mais a sua voz! Mas nem todos o conhecem pessoalmente e de sua figura, apenas o que tem aparecido em fotografias. Pois bem. Pedro Vargas quer se apresentar a todos os brasileiros: quer que todos os desta terra con- heçam o mexicano que soube tornar-se credor de nossa amizade.38

Em alguns dos filmes estrelados por Pedro Vargas que entraram em cartaz em São Paulo há canções brasileiras e a participação de músicos brasileiros. Em junho de 1951 estreou em São Paulo Desforra (Revancha) (1948)39,produção musical mexicana distribuída pela Columbia Pictures, com Pedro Vargas, a rumbera cubana Ninón Sevilla, Agustin Lara, Toña La Negra e David Silva. No tabuleiro da baiana, de , foi in- cluída na trilha sonora do filme.Perdida (1950), distribuído pela Pelmex,

com Pedro Vargas, Agustin Lara e o conjunto brasileiro Anjos do Inferno Corazón Latinoamérica musical de México no elenco, esteve em cartaz no Rio de Janeiro em janeiro de 195240 e em 163 abril do mesmo ano, em São Paulo, no Cine Broadway e circuito. Em maio de 1952, Pobre coração (1950), distribuído pela Pelmex, com músicas de Perez Prado e participação dos Anjos do Inferno, esteve em cartaz em São Paulo.41 O filme trazia as cançõesPobre corazon, Sola- mente una vez, Viviré para ti, Nós, os carecas, Que rico el mambo, entre outras, canções de diferentes gêneros latino-americanos, da marchinha ao bolero.42 Em julho de 1952 estreou em São Paulo43 Vende caro teu amor (1950), cujo tema principal, Aventurera, era cantado por Pedro Var- gas. Foi neste filme que Ninón Sevilla popularizou na América Latina a Apartado II. Miradas desde Brasil marchinha Chiquita Bacana, lançada por Emilinha Borba no carnaval de 1949.44 Em junho de 1953 foi anunciado que seria exibido no Cine Broa- dway e circuito, em São Paulo, o filmeMundo, demônio e carne (Sensua-

38) PEDRO Vargas pela primeira vez no cinema, em México Canta, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 21 mar. 1940. p. 11. O filme também entrou em cartaz no Cine Glória. 39) Nas salas Bandeirantes, Alhambra, Piratininga, Nacional, Sta. Cecilia, Odeon Sala Ver- melha, Cruzeiro, Majestic, Climax, Savoy, Paramount, Brasil e Lux. Exibido em abril de 1952 no Cine Azteca e Império, no Rio de Janeiro. 40) No Cine Azteca, Ipanema, América e Coliseu. 41) Nas salas Broadway, Alhambra, Majestic, Piratininga, Savoy, Esmeralda, Paramont e Lux. 42) ATUALIDADES e comentários, Folha da Manhã, São Paulo, 25 mai. 1952. p. 12. 43) No Cine Colonial, Cruzeiro, Rex, Savoy, Santa Cecília e Universo. 44) AUGUSTO, Sérgio. Lágrimas vão rolar na mostra “Melodrama”, Folha de S. Paulo, São Paulo, 22 jul. 1992. p. 4-3. lidad, 1951), distribuído pela Pelmex, com participação de Pedro Vargas, da cantora Toña La Negra e dos Anjos do Inferno.45 Em agosto de 1953, o filme foi eleito pelo público para ocupar o cartaz do circuito Azteca e outros cinemas, no Rio de Janeiro.46 Em 29 de maio de 1957 era exibido no Cine Bandeirantes e no Cine Alhambra, em São Paulo, o filmeMúsica Noturna, musical mexicano distribuído pela Pelmex, com Tito Guizar, Pedro Vargas e Amalia Aguilar. A música brasileira mais uma vez se aproximava da música mexicana: entre as músicas cantadas no filme, estavaDora , de Dorival Caymmi. Em julho de 1957 estreou no Rio de Janeiro Bodas de ouro (1956), filme distribuído pela Pelmex, com Pedro Vargas, em que Libertad Lamarque canta Mulher rendeira, de Zé do Norte, em português.47 Além dos oito filmes acima citados, foram registrados na pesquisa

Danilo Cymrot mais catorze filmes de Pedro Vargas que entraram em cartaz em São 164 Paulo e no Rio de Janeiro. É provável, porém, que mais filmes dele te- nham entrado em cartaz, uma vez que a busca foi feita pelo nome de Pedro Vargas e não pelos títulos das películas. Os quinze filmes registra- dos foram: Laranja da China (1940)48, Candida milionária (1941)49, Sou puro mexicano (1942)50, Mulheres em minha vida (1950)51, A mulher que eu amei (1950)52, Você já foi à Havana? (1951)53, O pecado de ser po-

45) Folha da Manhã, São Paulo, 30 jun 1953. p. 6. O filme foi exibido em março de 1954 no Cine-Star (Folha da Noite, São Paulo, 11 mar. 1954. p. 2). 46) Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 15 ago. 1953. p. 8. O filme entraria em cartaz em 7 de setembro nos cinemas Azteca, Vitoria, Roxy, Avenida, Tijuca, Ideal, Madureira e outros (Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 3 set. 1953, p. 9). 47) Em setembro de 1957 o filme voltou em cartaz no Cine Alvorada, Catumbi, Sta Cecilia, Rio Branco, Penha, Ramos e Oriente, no Rio de Janeiro. 48) Informações sobre esse filme nas páginas seguintes. 49) De 10 a 15 de outubro de 1944, o quinto da filmografia de Pedro Vargas esteve em

II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural cartaz no Cine Broadway e, de 10 a 12 de junho de 1947, no Cine Oberdan. 50) Esteve em cartaz nos dias 1º, 03 e 04 de janeiro de 1948, no Cine Rialto. 51) Entrou em cartaz em junho de 1952 no Cine Broadway e circuito. O filme, um drama musical produzido pela Calderon, é uma narrativa da vida do famoso compositor mexicano de boleros Agustin Lara, que também participa das filmagens. 52) Em outubro de 1952 esteve em cartaz no Cine Broadway e circuito. O drama, uma pro- dução da Filmex, era inspirado numa das muitas canções compostas por Agustin Lara, que participava do filme, assim como Toña La Negra, uma importante cantora de bo- lero mexicana. 53) Em maio de 1953, entrou em cartaz nas salas Monark, Phenix, Radar, Ritz (da Avenida São João e da Rua da Consolação), Plaza, Gloria, Hollywood, Tropical, Sammarone, Clipper e Marconi. No mês seguinte, esteve em cartaz nas salas Joá, Catumbi e Eldo- rado. Em julho de 1953 esteve em cartaz nas salas Iris, Soberano, Fátima e Vera. Em se- bre (1950)54, Burlada (1951)55, A noite é nossa (1952)56, Rostos olvida- dos (1952)57, A marquesa do bairro (1951)58, Teatro do crime (1957)59, A virtude nua (1957)60 e Três homens decididos (Tres angelitos negros) (1960).61 As oportunidades comerciais advindas da identidade cultural entre Brasil e México foram lembradas na ocasião da visita do Presidente Me- xicano Miguel de la Madrid ao Rio de Janeiro, em 1984. Recebido pelo então governador Leonel Brizola na pérgula da Base Aérea, conversou com ele durante dez minutos sobre cultura popular e a identidade cultu- ral entre Brasil e México. Na mesma página da notícia, no Jornal do Bra- sil, um anúncio da Ajinomoto saudava a vinda do presidente mexicano e desejava que sua visita realçasse “ainda mais a natural amizade que une os povos brasileiro e mexicano”. Já um anúncio da fabricante de apare-

lhos de som Gradiente, endereçado a Miguel de la Madrid, lembrava Corazón Latinoamérica musical de México que desde os tempos de Elvira Rios, Pedro Vargas e Agustin Lara, “nós 165 cantamos as relações do México com o Brasil”:

tembro do mesmo ano, ainda podia ser visto nas salas Ideal e, em janeiro de 1954, na sala Savoy. Você já foi a Havana, portanto, ficou vários meses em cartaz e transitou por várias salas de cinema de São Paulo. A direção era de Bayon Herrera, a produção da EFA e a apresentação da São Miguel Filmes do Brasil. 54) Estreou em dezembro de 1953 no Cine Broadway e circuito, em São Paulo, e em abril de 1954, no Rio de Janeiro, nos cinemas Azteca, Presidente, Coliseu, Nacional, Meyer

e Baronesa. Apartado II. Miradas desde Brasil 55) Distribuído pela Pelmex, estreou em junho de 1954 no Rio de Janeiro, “num grande circuito de cinemas” (Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 25 jun. 1954. p. 9). 56) Distribuído pela Pelmex e com Toña La Negra no elenco, estreou em junho de 1955 no Cine Alvorada, Copacabana e outros, no Rio de Janeiro. 57) Foi anunciado em junho de 1955, no Rio de Janeiro, e exibido no Cine Opera e cir- cuito, em São Paulo, em julho de 1955. 58) Foi anunciado em setembro de 1956, em São Paulo, e em novembro de 1956, no Rio de Janeiro. Foi estrelado por Libertad Lamarque, distribuído pela Pelmex e esteve em cartaz no Cine Opera e circuito, em São Paulo. 59) Com Pedro Vargas, Agustin Lara e Lucho Gatica no elenco e distribuída pela Pelmex, estreou em maio de 1958, em São Paulo, no Cine Monaco e circuito, e em junho de 1958 no Rio de Janeiro. 60) Com Pedro Vargas e Agustin Lara no elenco e distribuição da Pelmex, era exibido em junho de 1958 no Cine Rivoli, no Rio de Janeiro e em julho de 1958, no Cine Monaco e circuito, em São Paulo. 61) Distribuído pela Pelmex e com Pedro Vargas e Miguel Aceves Mejia no elenco, estreou em março de 1964 nas salas São José, Pirajá, Tijuca, Fluminense, Coliseu e Piedade, no Rio de Janeiro. Em outubro de 1964, estava em cartaz no Cine Monaco e circuito, em São Paulo. Na década de 40 o Brasil acordou ao som do bolero. Os pares românticos, de rosto colado, dançaram o novo ritmo em todos os bailes do país. Nos- sos músicos, com o famoso jeitinho brasileiro, foram logo fazendo suas ver- sões, enquanto os cantores punham na voz o calor interpretativo de Carlos Ramirez, Ortiz Tirado e tantos outros. O bolero veio para ficar. Abrasilei- rou-se, tirou carteira mod. 19, proliferou e diversificou-se em criações na- cionais. Desde então o México é uma constante em nossa cultura. E estas relações ficaram cada vez mais estreitas e se multiplicaram da cultura aos tratados comerciais. Como o bolero veio, a música brasileira foi. É sucesso em todo o México. E também os equipamentos Gradiente que lá fabrica- mos. São sucesso. São nosso orgulho. Esperamos que a visita de Vossa Ex- celência intensifique cada vez mais este intercâmbio e possibilite a criação de novos laços entre as culturas de nossos países.62 Danilo Cymrot 166 A Aquarela mexicana do Brasil Em janeiro de 1940 estreou em São Paulo e no Rio de Janeiro, o filme Laranja da China (1940), o quarto filme de Pedro Vargas, uma comédia carnavalesca da Sonofilms, realizado por Wallace Downey e distribuído pela Distribuidora Nacional S/A. O filme obteve uma crítica bastante ne- gativa na edição do Jornal do Brasil de 16 de janeiro de 1940. Laranja da China é descrito na Folha da Manhã como um filme que “mistura num ´cocktail` de sambas e canções bem novecentos-e-quarenta a voz aca- riciante de Dyrcinha Baptista, Irmãs Pagãs e Marilu à de Francisco Al- ves, Arnaldo Amaral e Pedro Vargas e à sedução morena de Carmen Miranda e Virginia Lane, Barbosa Junior”. O filme ainda conta com a par- ticipação de Manezinho Araújo, Nilton Paz, Alvarenga & Ranchinho, Be- nedito Lacerda e seu Conjunto Regional, Lauro Borges, , Cesar Ladeira, da Orquestra de Fon-Fon e “dos artistas todos do Casino da Urca”.63 Foi neste filme que Pedro Vargas cantouAquarela do Brasil, uma II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural samba-exaltação lançado no dia 28 de julho de 1939, no Teatro Munici- pal do Rio, em um teatro de revista, e gravado pela primeira vez no dia 18 de agosto daquele ano por Francisco Alves. O tom nacionalista da música dialogava bem com o Estado Novo varguista, o que não impe- diu que se tornasse uma das músicas brasileiras mais tocadas em todo o mundo. A primeira gravação internacional se deu justamente por Pedro Vargas, para o filme. Três anos mais tarde, em 1943, a música entrou no

62) DAVID, Luis Carlos. De la Madrid receita acordo contra crise, Jornal do Brasil, Rio de ja- neiro, 1º abr. 1984. p. 20. 63) THEATROS e cinemas, Folha da Manhã, São Paulo, 11 jan. 1940. p. 15; ALÔ, alô, Carna- val!, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 09 fev. 1970. p. 6. hit parade americano, com o título de Brazil, letra de S. K. Russell, na voz de Bing Crosby, ironicamente, como uma música originalmente com- posta em espanhol. Crosby voltaria a gravá-la nos anos 50 para uma “volta ao mundo musical” que fez com a cantora Rosemary Clooney, quase na mesma época em que Frank Sinatra também a gravou.64 A forma como a estreia de Agustin Lara na Radio Tupi foi noticiada no dia 15 de abril de 1941 evidencia a popularidade da música mexi- cana de então no Brasil e de como a diplomacia mexicana incentivou a aproximação dos cantores mexicanos com artistas brasileiros como Ary Barroso, bem como Silvio Caldas, o seresteiro que anos depois viria a fa- zer shows com Pedro Vargas:

Estreiou na semana próxima passada ao microfone da Rádio Tupi, o con-

hecido compositor mexicano Agustin Lara, apresentando, ao piano, com Corazón Latinoamérica musical de México solos vocais de Ana Maria Gonzalez, o seu vasto e valioso repertório. De 167 uns tempos a esta parte a música popular mexicana, com as “tournées” de vários intérpretes de valor ao nosso país, tem alcançado popularidade invulgar nas plateias cariocas. Assim é que, na voz de Pedro Vargas, Tito Guizar, Elvira Rios, Manoelita Arriolo e outros, o público vem conhecendo e aplaudindo as joias musicais do México, passando a incluir no número de seus admiradores os nomes mais em evidência da música romântica e apaixonada do México lírico e ardente. Agustin Lara, Curiel, Maria Te- resa, Lecuona, Hernandez e outros compositores já conquistaram lugar de

destaque na preferência dos “fans” brasileiros. Por essa razão, a estreia de Apartado II. Miradas desde Brasil Agustin Lara, talvez o mais inspirado compositor americano, assumiu ca- ráter de verdadeiro acontecimento radiofônico, atraindo aos “studios” da Tupi grande assistência. Na sua apresentação, Lara foi saudado por Ary Ba- rroso, nome de cartaz na música popular brasileira e homenageado por Sylvio Caldas, que interpretou a popular composição de Agustin “Flor de Lys”, tão conhecida dos rádios-ouvintes do Brasil. O embaixador do Mé-

64) AUGUSTO, Sérgio. Cores da “Aquarela do Brasil” ainda brilham meio século depois, Folha de S. Paulo, São Paulo, 11 abr. 1989. p. E-8. A Sonofilmes, que lançouLaranja da China, junto com sua concorrente Cinédia, produzia musicais carnavalescos com gran- des ídolos do rádio. Com a guerra e a consequente escassez de filme virgem no mer- cado internacional, a produção de musicais carnavalescos declinou. Duas comédias musicadas, entretanto, exploraram o conflito mundial e a política de boa vizinhança dos EUA com a América Latina: Samba em Berlim e Berlim na Batucada (O BRASIL diz “Alô, Alô, Carnaval”, Folha de S. Paulo, São Paulo, 10 fev. 1986. p. 21). Ironicamente, Ary Barroso, que chegou a compor sambas-canções como Risque, quando então verea- dor carioca pela UDN, chegou a defender em programas de rádio a criação de um im- posto para a entrada de música estrangeira no Brasil, para defender a “boa” tradição musical brasileira (ALONSO, Gustavo. Cowboys do asfalto: música sertaneja e moder- nização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. p. 34). xico leu, também, ao microfone da PRG-3, uma saudação em que ressalta o valor e a influência do intercâmbio artístico, fator preponderante de con- graçamento dos povos e melhor compreensão de suas almas, traduzidas sempre na sua música popular.65

Em uma exposição sobre Ary Barroso realizada no Museu da Ima- gem e do Som do Rio de Janeiro em novembro de 1966, podia ser en- contrado um diploma oferecido por artistas mexicanos, que tinha a assi- natura de Pedro Vargas.66 Matéria de 1974 indicava, por sua vez, que já existiam então mais de cinquenta gravações de Aquarela do Brasil, entre nacionais e estrangeiras. A gravação de Pedro Vargas é citada na maté- ria.67 No entanto, em texto de Jairo Severiano e Zuza Homem de Mello sobre a carreira internacional de Aquarela do Brasil, que cita por quais 68

Danilo Cymrot cantores já foi gravada, o nome de Pedro Vargas não é citado. 168 Em crônica de novembro de 1997, Carlos Heitor Cony tampouco cita a gravação de Pedro Vargas, apesar de mencionar que a canção es- tivera até então em mais de cinquenta produções americanas como mú- sica incidental ou como número especial e que ganhou o mundo como nenhuma outra música, nem mesmo Garota de Ipanema. Uma persona- gem inspirada no próprio Ary Barroso chegou a ser interpretada no ci- nema pelo cantor mexicano Tito Guizar em Brazil (1944), produção da Republic Pictures cujo score musical fora feito por Ary. O samba Rio de Janeiro- Isto é o meu Brasil chegou a ser indicado para o Oscar daquele ano. Cony relata que quando os soldados norte-americanos desembar- caram na Itália e libertaram as cidades das tropas alemãs, levaram dois sucessos para a Europa: In the Mood e Brazil. O filmeSotto il Sole di Roma, de Renato Castellani, mostraria isso. Cony rechaça, porém, a versão de que Aquarela do Brasil fora en- comendada pelo Departamento de Imprensa e Propaganda da ditadura Vargas. Ary, ao contrário de artistas e intelectuais como Villa Lobos, Vi- II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural nícius de Moraes e Carlos Drummond de Andrade, nunca participou nem foi beneficiário de nenhum dos governos Vargas. Antes de compor Aquarela do Brasil, “já era de longe o compositor mais popular do Bra- sil, citado sempre ao lado do mexicano Agostin (sic) Lara e do cubano

65) A ESTRÉIA de Agustin Lara, Folha da Noite, São Paulo, 15 abr. 1941. p. 4. 66) EXPOSIÇÃO do mês de Ari é aberta com netos alegres por reverem o que era seu, Jor- nal do Brasil, Rio de Janeiro, 08 nov. 1966. p. 18. 67) HÁ 10 anos morria Ary Barroso, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 09 fev. 1974. p. 8. 68) SEVERIANO, Jairo; HOMEM DE MELLO, Zuza. A canção no tempo: 85 anos de músicas brasileiras (vol. 1: 1901-1957). São Paulo: Ed. 34, 1997. p. 178. Ernesto Lecuona”. Quando entrou na política, foi eleito vereador no Rio pela UDN, o principal partido de oposição ao Estado Novo. Foi home- nageado com a Ordem Nacional do Mérito apenas no governo que se seguiu ao suicídio de Vargas e que era notoriamente contra Vargas.69

Os jogos com o poder nos cassinos O Cassino da Urca, um dos principais palcos de Pedro Vargas no Brasil dos anos 40, tinha uma relação íntima e promíscua com a família de Ge- túlio Vargas, o que pode ser um dos fatores a mais que ajudam a expli- car a proximidade do cantor mexicano com o presidente brasileiro. O músico Abel Ferreira, que chegou a acompanhar Pedro Vargas no Cas- sino da Urca, relatou em agosto de 1977 que Bing Crosby foi convidado por Joaquim Rolla, o dono do cassino, para fazer uma temporada lá de-

pois de Rolla escutá-lo cantando para Darcy Vargas, a primeira-dama, Corazón Latinoamérica musical de México em uma festa, sem cobrar nada.70 169 Segundo Carlos Lacerda, opositor ferrenho de Getúlio,

O jogo, no governo do Getúlio, converteu-se numa instituição nacional. Houve quem falasse a sério em instituir o ministério do Turismo no Bra- sil e entregar ao Joaquim Rolla, que era o concessionário do Cassino da Urca e do Cassino Quitandinha e que era considerado um “monstro” como empresário, um sujeito cujo banco era a roleta. Era facílimo ser empre- sário- com um “double zero” ele ganhava qualquer coisa. O Cassino, por

exemplo, foi feito com o dinheiro dos institutos de previdência social, que Apartado II. Miradas desde Brasil emprestaram dinheiro a ele para isso, a Caixa Econômica e tudo o mais. Houve um momento em que o Olympio Guilherme foi dirigir de novo a empresa de publicidade do Rolla, chamada Ada, que era do irmão do Ro- lla, o Mário Rolla. A Ada fazia propaganda não do jogo mas fazia propa- ganda dos shows.Então a gente fazia anúncios do Cassino de Icaraí, não do Cassino mas do Hotel de Icaraí como hotel para lua-de-mel. Fazia anún- cios enormes dos shows do Pedro Vargas, Marlene Dietrich, Ilona Massey. Fui trabalhar na Ada como “copy writer” redator de anúncios. (...) O Cas- sino da Urca era o ponto de encontro do Bejo Vargas. Um dia, um advo- gado chamado Wiliam Monteiro de Barros, - até hoje está aí- brigou com o Bejo Vargas dentro do Cassino, por causa de uma namorada ou qualquer coisa; quando saiu na rua, os capangas do Bejo quase o mataram. Arrasa- ram o rapaz, massacraram. Então o império do Bejo Vargas era o Cassino

69) CONY, Carlos Heitor. Duas ou três coisas sobre a “Aquarela do Brasil”, Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 28 nov. 1997. p. 4. 70) ALENCAR, Miriam. Meio século de um sopro de virtuose, Jornal do Brasil, Rio de Ja- neiro, 20 ago. 1977. p. 5. da Urca, eu tinha que ir lá por obrigação profissional, filmar artistas, o -Or son Welles...Então eu aprendi com o Rolla umas coisas.O Rolla tinha ho- rror quando ia um grande artista para lá, sujeitos populares como o Pedro Vargas, porque o povo começava a pedir bis e quanto mais pedia, menos a roleta rodava. Ele dizia. É proibido dar bis. O que ele queria é que os su- jeitos fossem jogar. Outra coisa que ele dizia: “a dona Darcy (Darcy Vargas, esposa do Getúlio) é muito minha amiga por causa da Cidade das Meni- nas; eu sempre dou a renda das estreias dos shows da Urca à Cidade das Meninas. Eu tenho uma carta dela me chamando de benemérito, mas eu não tenho coragem de explicar a ela qual é a manobra, mas a manobra é muito simples. Como eu ofereço à Cidade das Meninas e a dona Darcy é a “patronesse” da coisa, vai ao Cassino da Urca quem nunca iria de outra ma- neira. Então vai todo o corpo diplomático, vão os ministros e nos intervalos

Danilo Cymrot todo mundo vai jogar. Bem, eu ganho mais numa noite de estreia dando o 170 dinheiro à Cidade das Meninas do que numa noite sem estreia não dando dinheiro à Cidade das Meninas.” Em suma, foi uma escola de malandra- gem. Esse homem chegou a ser falado para ministro do Turismo tanto ele era personagem importante na época. Uma vez, o brigadeiro Eduardo Go- mes, interpelado como candidato, declarou sumariamente que fecharia o jogo. Já o Dutra, interpelado da mesma maneira pelos repórteres, trancou- se, disse que não tinha opinião formada, que não tinha nada contra, que era um assunto fora da cogitação dele. Tomou posse e fechou o jogo. Gan- hou a eleição primeiro, os bicheiros todos votaram nele, o Rolla fez a cam- panha dele, etc.71

Outro famoso udenista, Roberto Campos, em artigo de 1993, re- lembra que na sua juventude a grande atração do Cassino da Urca eram os shows de Jean Sablon ou Pedro Vargas e que as famílias de classe média faziam de vez em quando “apostas envergonhadas”, pois queriam mesmo “bons cantores e garotas calipígias, de pernas bonitas”.72 II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural Cassinos, rádio e política se interligavam demasiadamente nos anos 30 e 40 no Brasil. Em reportagem de 21 de setembro de 1975 so- bre a história do rádio, foi lembrado que as atrações internacionais fo- ram sempre muito usadas para promover o rádio, que a Rádio Cultura foi das primeiras a se preocupar com elas e trouxe Jean Sablon, Elvira

71) LACERDA, Carlos. Lacerda, o último depoimento, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 29 mai. 1977. p. 14. 72) CAMPOS, Roberto. O nacionalismo carcerário. O Estado de S. Paulo, São Paulo, 12 set. 1993. p. 2. Rios, Pedro Vargas, entre outros.73 Em 16 de maio de 1985, Corte-Real, relembrando a “fase áurea” do rádio brasileiro, afirmou que “no começo da década de 40, quando trabalhava na Sociedade Rádio Cultura, dos ir- mãos Dirceu e Olavo Fontoura, os programas de auditório eram funções luxuosas, com equipamento sofisticado, os locutores de roupa de gala e muitas atrações de primeira.” A Rádio Cultura tinha um convênio com o Cassino da Urca, do Rio de Janeiro, para trazer a São Paulo astros da can- ção internacional como Jean Sablon, Pedro Vargas e Virginia Luque.74 Mas a Rádio Cultura não era a única a ter uma parceria com o Cas- sino da Urca. A Rádio Tupi de São Paulo, inaugurada em 1937, tornou- -se a rádio mais potente da América Latina de então. O que dava prestí- gio a uma estação, no nascimento do rádio no Brasil, eram os shows de grandes artistas, transmitidos ao vivo, diretamente dos estúdios. Para fa-

zer frente aos elevados custos de trazer grandes artistas, Assis Chateau- Corazón Latinoamérica musical de México briand sugeriu a Joaquim Rolla e a Alberto Bianchi, dono dos cassinos 171 Atlântico e do Guarujá, que as duas rádios Tupi, do Rio e de São Paulo, dividissem com cada um dos cassinos o custo do cachê de todo artista estrangeiro que viesse ao Brasil para que ele cantasse tanto nas casas de espetáculo quanto nas rádios. Só assim foi possível à Tupi apresentar Agustín Lara e Pedro Vargas, entre outros.75 Rolla também propôs uma parceria à Rádio Mayrink Veiga. Cesar Ladeira tornou-se diretor artístico da Urca. Por sua orientação, os gran- des nomes internacionais finalmente começaram a chegar no Cassino da Urca, como os mexicanos José Mojica, Pedro Vargas, Libertad Lamar- Apartado II. Miradas desde Brasil que (sic), Alfonso Ortiz Tirado, e o espanhol Gregorio Barrios. Rolla con- trolava ou tinha participação em hotéis-cassinos de Niterói, Petrópolis, Poços de Caldas, Belo Horizonte, Araxá, Santos e Guarujá. Seus contra- tados se apresentavam também nessas filiais.76 Conta-se que Pedro Var- gas perdia seu cachê diário de nove mil cruzeiros “no pano verde”. Suas apresentações acabavam, assim, custando zero.77

73) NO ar, a história do rádio, Folha de S. Paulo, São Paulo, 21 set. 1975. p. 18. 74) YAMAMOTO, Nelson Pujol. Corte-Real é homenageado por 50 anos de microfone, Folha de S. Paulo, São Paulo, 16 mai 1985. p. 39. 75) MORAIS, Fernando. Chatô: o rei do Brasil, a vida de . São Paulo: Companhia das Letras, 1994. p. 365. 76) Todas as noites, por volta das dez ou onze horas, antes de começar o espetáculo na Urca, os artistas saíam do cassino e tomavam uma lancha que os levava para se apre- sentar no Cassino Icaraí, também de Rolla, em Niterói. Uma hora e meia depois, a lan- cha atracava de volta e devolvia a caravana à Urca (CASTRO, Ruy. Carmen: uma biogra- fia. São Paulo: Companhia das Letras, 2005. p. 152-154). 77) UMA história conhecida, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 05 mar. 2002. p. 69. Kátia Metzker lembra que dois dos mais tradicionais hotéis de Mi- nas Gerais - o Hotel Palace, de Poços de Caldas, e o Grande Hotel, de Araxá - construídos nas décadas de 30 e 40, época áurea do jogo no país, e “responsáveis pela movimentação de altas cifras e grandes lu- cros”, receberam em sua época de ouro presidentes como Getúlio Var- gas e Juscelino Kubitschek, e artistas famosos como Libertad Lamarque e Pedro Vargas.78 São Lourenço era a cidade preferida para o descanso do ditador Getúlio e seus cassinos atraíam shows de Pedro Vargas, “o rei do bolero”. Havia até linha aérea desta cidade para o Rio de Janeiro, da Real Aerovias.79 Em Petrópolis também ocorriam as festas beneficentes patrocina- das por Alzira Vargas do Amaral Peixoto, filha do presidente Getúlio Var- gas e esposa do Interventor Federal no Estado do Rio de Janeiro, com

Danilo Cymrot participação de Pedro Vargas. Em dezembro de 1940, Pedro Vargas e 172 Beatriz Costa apresentaram-se no baile do Tennis Clube de Petrópo- lis, um lugar considerado elegante e suntuoso. A festa marcava o início da temporada de verão, era vista como “de grande beleza e distinção”, “cheio de esplendores” e foi patrocinada por Alzira Vargas, tendo por fi- nalidade beneficiar o Asilo Cristo Redentor de Niterói e outras institui- ções de previdência social do Rio de Janeiro.80 Em fevereiro de 1941 Pedro Vargas foi escalado pelo Departa- mento de Imprensa e Propaganda para cantar no jantar dançante pro- movido por Alzira Vargas em Petrópolis no salão de festas da Exposição Permanente de Produtos do Estado do Rio, em benefício do Abrigo Re- dentor. As outras atrações, consideradas as figuras de maior destaque de então em nosso broadcasting, foram Dircinha Batista, Grande Otelo, Ranchinho e Alvarenga, Miss Baby, Candido Botelho, recém-chegado dos Estados Unidos, e Carlos Machado e sua orquestra.81 Percebe-se, assim, por sua participação nesses dois bailes, como Pedro Vargas já es- tava próximo ao círculo mais íntimo do poder no Brasil. Foi no Cassino II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural Quitandinha, em Petrópolis, por sua vez, onde Pedro Vargas se apresen- tava, que os “países da América” assinaram a declaração de guerra ao Eixo Berlim-Roma-Tóquio.82

78) METZKER, Kátia. Minas planeja a privatização de dois hotéis, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 27 mar. 1990. p. 38. 79) GUIMARÃES, Manoel Marcos. “Eu quero a Magnesiana de volta”, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 26 mai. 2002. 80) NOTAS Sociais, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 27 dez. 1940, p. 9. 81) TELEGRAMAS do interior, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 11 fev. 1941. p. 15. 82) MENDES, Antonio José. A resistência de um sonho, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 03 Uma só família Vargas Em fevereiro de 1941 foi noticiado que o então ministro da Justiça con- cedeu autorização de permanência definitiva no território nacional ao cantor francês Jean Sablon, a Pedro Vargas e sua esposa.83 No dia 24 daquele mês, apenas dez meses antes dos ataques de Pearl Harbor, foi realizado o baile de gala do carnaval no Theatro Municipal do Rio de Ja- neiro, com a presença de “elementos da sociedade, diplomatas e nume- rosos turistas”. Nos camarotes de honra estavam o prefeito do Distrito Federal, Henrique Dodsworth e senhora; o embaixador norte-ameri- cano, Jefferson Caffery; James Farley, amigo e enviado especial do pre- sidente Roosevelt; o embaixador do Japão e muitas outras personali- dades. O segundo lugar do concurso de fantasias masculinas foi para “faustosa indumentária mexicana” do cantor Pedro Vargas, que já havia 84

ganhado o concurso de 1938 com o mesmo traje. Corazón Latinoamérica musical de México Em 31 de agosto de 1942, oito meses após os EUA e dois meses 173 após o México, finalmente o Brasil declara guerra ao Eixo. A Argentina, que declarou guerra ao Eixo apenas em março de 1945, em 1942 rei- vindicava uma discutível neutralidade e disputava com o Brasil a hege- monia política e militar na América do Sul. No entanto, a política de boa vizinhança, capitaneada pelos EUA, ficou patente em uma matéria de 03 de setembro de 1942, que noticiava um festival em Buenos Aires, promovido por artistas argentinos em benefício das famílias das vítimas dos torpedeamentos nas costas brasileiras, com a participação de Pedro

Vargas, para demonstrar simpatia ao povo brasileiro, em solidariedade Apartado II. Miradas desde Brasil à atitude do “país amigo” em face do Eixo e em “protesto contra a agres- são totalitária”.85 Peregrino Junior, presidente da Associação dos Artistas Brasileiros, recebeu de Buenos Aires o seguinte cabograma:

Ao Sr. Peregrino Junior, presidente da Associação dos Artistas Brasileiros, pedimos transmitir aos artistas com quem compartimos sempre as horas

ago. 1986. 83) PERMANÊNCIA de estrangeiros no paiz, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 07 fev. 1941. p. 2. 84) ESTIVERAM animados os festejos do carnaval carioca, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 27 fev. 1941. p. 2; http://memorialdafama.com/biografiasEI/EvandroLima.html. 85) Outros artistas que participaram do festival foram Fernando Ochoa, Angelino Pagano, Mercedes Simoni, Assucena Maizani, Pedro Quartucci e algumas famosas orquestras, entre as quais uma brasileira, dirigida pelo maestro Braga (Festival artístico em Bue- nos Aires em benefício das famílias das vítimas dos torpedeamentos, Folha da Manhã, São Paulo, 03 set. 1942. p. 2). de regozijo, do Brasil, nossa palavra cordial de solidariedade e alento e nossa amizade, nesta hora de provação. Fazemos votos pelo triunfo do Bra- sil e para que a paz reine brevemente no País irmão. (As.) Ernestina Azlor, Adolfo Bellocq, Luis Borrero, Fernan Felix de Amador, Arturo Gerardo Gus- tavino, Gaston Jerry, Raul Mazza, Vladimiro Malgarejo Lamos, Adolfo Mon- teiro, Juan Carlos, Oliva Navarro.

O presidente da Associação respondeu nos seguintes termos:

Ernestina Azlor- Buenos Aires- Argentina- Associação dos Artistas Brasilei- ros, muito grata palavras amigas solidariedade e simpatia, cavia (ilegível) artistas argentinos nesta hora histórica do Continente, em que todos os po- vos da América elevam o espírito em defesa da liberdade e da civilização, 86

Danilo Cymrot suas saudações comovidas e fraternais- Peregrino Junior, presidente. 174 Já Pedro Vargas enviou o seguinte telegrama ao presidente Getú- lio Vargas: “Buenos Aires- Neste instante de transcendental importância nacional estou às suas ordens, incondicionalmente, a serviço do Brasil.- Pedro Vargas”.87 De fato, no dia 13 de dezembro de 1942 foi noticiado que a estreia de Pedro Vargas no Cassino da Urca se daria no dia 16 da- quele mês em benefício da Cruz Vermelha Brasileira.88 Antonio Nassara, após o afundamento dos navios mercantes brasileiros pelos alemães em 1942, compôs com Erastótenes Frazão a marcha Sabemos lutar, com os seguintes versos: Na guerra, na guerra/ Se eu tiver que combater/ Minha terra, juro que hei de defender. Segundo Nassara, Francisco Alves, que gravou a marcha, foi então ao Cassino da Urca para combinar sua parti- cipação em um show. Depois de perguntar a Joaquim Rolla quanto Pe- dro Vargas recebia para cantar no cassino, Francisco Alves não só aca- bou sendo convidado, como impôs que só cantaria se ganhasse tanto ou mais que o cantor mexicano.89 II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural Em 06 de janeiro de 1943 há enfim o registro de que, na tarde do dia anterior, Pedro Vargas havia sido recebido pelo presidente Getú- lio Vargas no Palácio do Catete. O cantor mexicano entregou ao presi-

86) SOLIDÁRIOS os artistas argentinos com seus colegas brasileiros, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 05 set. 1942. p. 7. 87) PEDRO Vargas põe-se à disposição do Brasil, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 05 set. 1942. p. 7. 88) A ESTREIA de Pedro Vargas na Urca em benefício da Cruz Vermelha, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 13 dez. 1942. p. 8.

89) ANTONIO Nassara, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 20 nov. 1974. p. 8. dente um relógio de ouro, confeccionado no México, com “expressiva dedicatória”.90 Além de Pedro Vargas, foram recebidos pelo presidente em audiência naquele dia João Neves da Fontoura e jornalistas brasilei- ros que visitaram a Inglaterra.91 México Corazón Latinoamérica musical de México 175 Apartado II. Miradas desde Brasil Fonte: Jornal do Brasil, 06 jan. 1943. p. 6

Em 14 de fevereiro de 1943 foi anunciado que o Clube de Regatas do Flamengo, em colaboração com o Instituto Brasil-México, promove- ria naquela noite uma festa em homenagem ao “país irmão” México, na pessoa do seu embaixador no Brasil, José Maria D´Ávila. Estavam previs- tas apresentações do Trio Paraguaio, Gloria Thomaz, Malu Atl, Ligia Me- nezes, Pina Monaco, do violonista Garoto e do quadro regional do Norte A “Dansa do Cuco”, orientado por José Lins do Rego, com bailados a cargo de alunas de Maria Olenewa. Pedro Vargas estaria presente.92 A ideologia pan-americana, propagandeada pela Política de Boa Vizinhança dos Estados Unidos, também chegou às rádios. Em 14 de abril de 1944, em comemoração ao Dia Pan-Americano, houve uma pro-

90) NO Catete o tenor Pedro Vargas, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 06 jan. 1943. p. 6. 91) OUTRAS notícias, Folha da Manhã, São Paulo, 06 jan. 1943, p. 5. 92) UMA homenagem ao México, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 14 fev. 1943. p. 5. gramação especial de rádio, irradiada em português diretamente de Nova York para o Brasil, com Bing Crosby, Pedro Vargas, Ginny Simms, James Melton, Helen Traubel, Don Vorhees e sua orquestra, que inter- pretou “Congada”, de Francisco Mignone, e “Você já foi à Bahia”, compo- sição de Dorival Caymmi presente na trilha sonora da então recém-lan- çada fitaOs três cavalheiros, produção de Walt Disney panamericanista que reúne as personagens Zé Carioca, o estadunidense Pato Donald e o galo mexicano Panchito. A nota na imprensa dizia que, embora não estivesse ainda certo, era possível que no programa fosse incluída uma saudação de Nelson Rockefeller, Coordenador de Assuntos Interameri- canos do Departamento de Estado dos Estados Unidos e um dos princi- pais ideólogos do pan-americanismo.93 A aliança de Brasil e México, por outro lado, não ficava apenas no

Danilo Cymrot terreno do soft power, mas também do hard power. Em 20 de outubro 176 de 1944 chegou ao Rio de Janeiro, viajando em avião da Força Aérea Mexicana, a Missão Militar do México, chamado pela imprensa de “país amigo”, chefiada pelo General de Divisão Miguel Henrique Guzman, de- pois de visitar os Estados de São Paulo e “Rio Grande”. A comitiva foi re- cepcionada no aeroporto Santos Dummont por altas autoridades civis e militares, entre elas o embaixador José Maria d´Avila e o prefeito Henri- que Dodsworth. A Missão Militar do México foi recebida no Palácio do Catete em audiência pelo presidente Getúlio Vargas, que se fazia acompanhar por autoridades civis e militares. Na presença do embaixador José Maria D´Avila, a Missão Militar visitou o Ministério da Aeronáutica, acompa- nhada dos oficiais brasileiros postos à disposição, Coronel Nelson Re- belo de Queiroz e Major Oromar Osorio, do adido militar à Embaixada do México, coronel Alberto Violante Perez, de outros membros da repre- sentação diplomática, e do tenor Pedro Vargas. O primeiro-ministro da Aeronáutica, Salgado Filho, disse então II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural para o General Guzman que tudo o que a Missão Militar quisesse ver da aviação militar seria mostrado, acentuando que “os mexicanos são sem- pre bem-vindos ao nosso país”. Estava previsto que a Missão visitaria a base aérea do Campo dos Afonsos no Dia do Aviador, assistiria às sole-

93) DIA Pan-americano, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 14 abr. 1944. p. 6. Já em de- zembro de 1947, matéria de O Estado de S. Paulo tratou do aparente poder da ra- diodifusão do México, que, juntamente com a Argentina, foi apontado como líder do “sem-fio” na América Latina. Entre as estações de rádio mexicanas citadas, estava jus- tamente a Radio Panamericana (XEQ), cujo programa comemorativo de nove anos de existência contaria com a participação de Josephine Baker e Pedro Vargas, entre ou- tros (NOTÍCIAS do México e dos Estados Unidos, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 19 dez. 1947. p. 6). nidades que ali se realizariam, como o início da Semana da Asa, e parti- ciparia do almoço que o titular da Aeronáutica ofereceria ao Presidente da Republica.94 Em 30 de outubro de 1944 foi noticiada a cerimônia, no Palácio Ita- maraty, da entrega pelo Ministro interino das Relações Exteriores das in- sígnias e diplomas da “Ordem Nacional do Cruzeiro do Sul”, com que foram condecorados os membros da Missão Militar Mexicana, pelo Pre- sidente da República, em reconhecimento aos “relevantes serviços pres- tados à aproximação dos exércitos do Brasil e do México”. Na mesma ocasião foi noticiada a entrega pelo Chanceler Leão Veloso das insíg- nias de Cavaleiro do Cruzeiro do Sul ao cantor Pedro Vargas, em que foi agraciado pelo Presidente da República, “tendo em conta a propaganda que vem fazendo da música brasileira no México e em todos os países 95

americanos”. Corazón Latinoamérica musical de México Pedro Vargas declarou em 1966 que ficou tão satisfeito com a dis- 177 tinção do Presidente que, em sua homenagem, deu ao seu filho mais moço, nascido em 1946, o nome de Alejandro Getúlio Vargas.96 Já em 1973 o cantor declarou que a arte fez com que travasse amizade com vá- rios Presidentes americanos: “Em 1942, em plena guerra, Roosevelt me chamou para cantar na Casa Branca. Getúlio Vargas foi meu compadre: batizou meu filho Alejandro”.97 A relação de amizade, ou pelo menos de proximidade, entre Pedro e Getúlio Vargas fica evidente também nas de- clarações do cantor dadas na seguinte entrevista: Apartado II. Miradas desde Brasil O presidente Getulio Vargas foi um grande amigo meu e a primeira neta que tive, filha de Pedro, meu filho mais velho, eu coloquei o nome de Al- cira porque assim se chamava a filha mais velha de Getulio Vargas. Ele me dizia que os Vargas éramos uma só família. Me dizia: “Eu tenho um irmão que se chama Pedro também e é igual a você, nada mais que uns se fo- ram ao norte e outros ao sul; eu sou do sul e você é do norte, mas somos da mesma família”. Fui condecorado por ele com a Cruz do Sul (tradução minha).98

94) O RIO hospeda, desde ontem, a Missão Militar Mexicana, Jornal do Brasil, Rio de Ja- neiro, 21 out. 1944. p. 6. 95) MISSÃO Militar Mexicana, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 29 out. 1944. p. 9. 96) RIDDLE acha bossa nova importante, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 28 out. 1966. p. 15. 97) GENTE, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 15 ago. 1973. 98) PONIATOWSKA, Elena. Habla Pedro Vargas, La Jornada. Disponível em: http://www. jornada.unam.mx/2007/04/08/index.php?section=opinion&article=a04a1cul. Acesso Curiosamente, em 26 de janeiro de 1992 Moema Dutra Vergara, de Petrópolis (RJ), enviou uma carta ao Jornal do Brasil solicitando que fosse corrigida a afirmação, publicada na Coluna do Castello de 10 de janeiro, de que “um tal Pedro Vargas, “secretário”, seria o redator da maioria dos discursos e textos do presidente Getúlio Vargas”:

Como filha de Luiz Vergara, que de 1935 a 1945 foi secretário da presidên- cia, chefe da Casa Civil, autor e redator notório dos discursos e textos utili- zados pelo presidente Vargas, sinto-me na obrigação moral de pedir a pu- blicação deste esclarecimento para que a verdade histórica e a memória de meu pai, homem de vasta cultura, inteligência e lealdade ao presidente Getúlio Vargas, seja resgatada como merece.Curiosamente, o nome Pedro Vargas recordará a todos da geração hoje com mais de 60 anos um popu-

Danilo Cymrot lar e famoso cantor mexicano de canções e boleros que muito sucesso fa- 178 zia neste país nos anos 30 e 40.99

Em 10 de novembro de 1944, o Brasil foi homenageado no audi- tório da Feira Internacional do Livro na Cidade do México por artistas mexicanos que já haviam estado no Brasil, como as irmãs Agulla, Chelo Flores, Chucho Martinez Gil, Trio Calaveras, Luis Roldan, Pepe Agueros, Herberto Alcalá e Almando Dominguez. O compositor Mario Talavera, embora não tivesse visitado ainda o Brasil, era nele “bastante conhe- cido”, segundo a imprensa, e também participou do espetáculo, que foi assistido por cerca de oito mil pessoas e irradiado em onda larga, atra- vés de várias estações em toda a República Mexicana, e, em onda curta, para o exterior. Conforme descrito pela imprensa, a condecoração con- cedida por Getúlio a Pedro Vargas foi lembrada na homenagem:

Iniciando o sarau, o Sr. Licurgo Costa falou fazendo um vibrante elogio às relações espirituais entre os dois países. Em seguida, Pepe Agueros, o II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural grande pianista mexicano proferiu magnifica oração em nome dos artis- tas seus compatriotas, agradecendo a distinção conferida pelo Presidente Getulio Vargas ao tenor Pedro Vargas, concedendo-lhe a condecoração de Oficial da Ordem do Cruzeiro. Sobre o mesmo assunto orou ainda o compositor Mario Talavera. Alem de números de canto e musica, houve leitura de algumas paginas de Stefan Zweig sobre o Brasil e as belezas do Rio de Janeiro. Encerrando a festa, Dom Armando de Maria Campos, - nente escritor mexicano, em frases notáveis, focalizou a atuação que sob

em 5 mar. 2016. 99) CARTAS, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 26 jan. 1992. p. 10. o Governo Getulio Vargas vem tendo o Brasil, ao lado das Nações Unidas. Estiveram presentes a esta homenagem ao Brasil escritores, jornalistas, ar- tistas mexicanos, todo o pessoal do nosso Escritorio Comercial [Escritório de Propaganda e Expansão Comercial do Brasil, subordinado ao Depar- tamento de Industria e Comercio do Ministerio do Trabalho] e ainda dois brasileiros em transito pelo Mexico, o jornalista e escritor Humberto Bas- tos, diretor do “Observador Economico e Financeiro”, do Rio, e o engen- heiro John Cotrim, da mesma Capital.100

Em 09 de janeiro de 1945, foi noticiado que Pedro Vargas espon- taneamente se exibiria naquele dia na “Cantina do Combatente”, pela primeira vez, para os soldados brasileiros que a frequentavam.101 A Can- tina dos Combatentes, localizada próxima à Praça Mauá e à Rádio Nacio-

nal, no Rio de Janeiro, era um espaço onde artistas do palco e do rádio Corazón Latinoamérica musical de México faziam apresentações voluntárias, muitas vezes transmitidas pelo rádio, 179 aos soldados brasileiros do Exército, Marinha e Aeronáutica, como con- tribuição do esforço de guerra. O show inaugural se deu em 26 de ja- neiro de 1943. De acordo com Orlando de Barros, a versão brasileira da Cantina, ao contrário do modelo original norte-americano, estava “fortemente oficializada”, sob a coordenação da Legião Brasileira de Assistência, cuja presidente de honra era primeira-dama Darcy Vargas. Apesar de boa parte do serviço ser voluntária, contava com recursos e funcionários pú- blicos à disposição. Se por um lado recebia o apoio da mídia contro- Apartado II. Miradas desde Brasil lada pelo governo, por outro lado era vigiada pelo Departamento de Imprensa e Propaganda, que censurava os shows. A Cantina era dirigida desde sua fundação por Rosinha Mendonça Lima, esposa do influente general Mendonça Lima, ministro da Viação e Obras Públicas, e funcio- nava todos os dias, exceto as segundas-feiras., de 16h00 a 20h30. Além de shows musicais, havia sessões de cinema, lanches, bailes, revistas e jornais, cursos para promover a reintegração do soldado no meio civil e jogos, como snooker, ping-pong e dama. A Cantina era vi- sitada frequentemente por “destacadas figuras dos nossos meios go- vernamentais, sociais e diplomáticos”, pois isso era visto como “de bom tom”.102 Por sua vez, as Rádios Nacional, Tupi, Tamoio, Guanabara e ou-

100) HOMENAGEM de artistas mexicanos ao Brasil, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 06 dez. 1944. p. 14. 101) O BRASIL na guerra, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 09 jan. 1945. p. 8. 102) BARROS, Orlando de. A guerra dos artistas: dois episódios da história brasileira du- rante a Segunda Guerra Mundial. Rio de Janeiro: E-papers, 2010. p. 110-112. tras procuravam colaborar com a Cantina dos Combatentes, estabele- cendo uma espécie de competição, divulgando seus artistas para o pú- blico e ainda travando boas relações com o governo.103 A Cantina dos Combatentes fornecia entretenimento como alívio das tensões, mas também servia para manter os soldados ocupados em suas horas de folga, exercia uma ação disciplinadora e era uma opor- tunidade para mobilizar o voluntariado, que ganhava reconhecimento social e espaço na mídia. A maioria dos artistas que se exibiam era de menor projeção profissional, em começo de carreira e acabaram es- quecidos, mas alguns conseguiram se consagrar, como Grande Otelo e Jorge Goulart. Embora houvesse Cantinas em outras cidades, como Recife, nenhuma era tão prestigiada e divulgada quanto a do Rio de Ja- neiro.

Danilo Cymrot Em 1943, por iniciativa dos Diários Associados do Rio de Janeiro e 180 São Paulo, organizaram-se excursões artísticas para as cantinas do Norte e Nordeste, frequentados por soldados brasileiros e norte-americanos, chamadas de “Shows da Vitória”, com artistas do Cassino da Urca.104 Já em excursão de artistas gaúchos da Rádio Farroupilha para as cantinas do Nordeste, a cantora Olga Maria cantou “Obrigado, América”. Para Or- lando de Barros, “não se podiam esquecer as canções mexicanas, ar- gentinas e norte-americanas, como alusão ao pan-americanismo”.105 Da mesma forma, o discurso de Pedro Calmon, presidente da Aca- demia Brasileira de Letras e delegado do Brasil, na plenária da Con- ferência de Chapultepec, a Conferência Interamericana do México rea- lizada na Cidade do México em fevereiro de 1945, às vésperas do fim da Segunda Guerra Mundial, se alinhou claramente à ideologia pan- americana em voga então. Segundo o jornalista correspondente, Cal- mon recebeu a maior ovação recebida até então por um orador nessa Conferência ao declarar que as tropas brasileiras ora empenhadas em combates nos Apeninos representavam o verdadeiro pan-america- II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural nismo: “Os bravos soldados brasileiros que hoje se batem nos pínca- ros dos Apeninos escrevem com seu heroísmo a página mais brilhante deste progressivo interamericanismo. No fogo das batalhas se amolda seu perfil definitivo”. Quando fez referência à Força Expedicionária Brasileira, um “ele- mento popular” que se encontrava na galeria, gritou: “Viva o Brasil!”. Cal-

103) Ibid. p. 116. 104) BARROS, Orlando de. A guerra dos artistas: dois episódios da história brasileira du- rante a Segunda Guerra Mundial. Rio de Janeiro: E-papers, 2010. p. 122 et seq. 105) Ibid. p. 133. mon, então, expressou seu agradecimento por ouvir uma voz do México e todos os delegados se puseram em pé “em homenagem ao grande País sul-americano e ao seu orador”. Calmon também foi muito aplau- dido quando afirmou que as Nações americanas em suas reuniões e conferências de Ministros de Relações Exteriores observaram o princí- pio de Bolívar com seu idealismo de unidade; de José Bonifácio, que foi o primeiro a abraçar a doutrina de Monroe; de San Martin, de O´Higgins, de Sucre, de Artigas e de Marti, que era em razão desse espírito que es- tavam reunidos no monte de Chapultepec, onde era possível ouvir a voz de Cuauhtemoc, Hidalgo, Morelos e Benito Juarez, quatro ícones da his- tória política mexicana.106

O amigo dos presidentes

Uma das razões pelas quais muitos artistas simpatizavam com o go- Corazón Latinoamérica musical de México verno Vargas, mesmo no período ditatorial do Estado Novo, é porque 181 Getúlio já havia construído desde muito tempo uma relação de aliança com eles. Os artistas se viram socialmente e profissionalmente benefi- ciados por Vargas ainda antes de ele chegar ao Palácio do Catete em 1930. Quando deputado, Vargas foi um frequentador constante do tea- tro e amigo de muita gente do ambiente artístico. Por essa razão, em de- zembro de 1925, no primeiro Congresso Artístico Teatral, os autores de peças teatrais J. Ribeiro e Aarão Reis solicitaram que a Sociedade Bra- sileira de Autores Teatrais-SBAT, criada em 1917, encaminhasse suges- tões a Vargas a fim de elaborar um projeto de lei que regulamentava os Apartado II. Miradas desde Brasil direitos autorais. Com essa lei de 1928, Getúlio tornou-se uma figura mí- tica no meio teatral, assumindo a posição de um “doador” de direitos do trabalho aos artistas, ainda antes da criação de leis trabalhistas para ou- tros profissionais. A modernização, codificação e profissionalização do negócio da di- versão eram condizentes com o projeto nacional varguista. A SBAT, por sua vez, exercia o papel de sindicato em defesa dos interesses dos artis- tas e esteve sempre fiel a Vargas, visto como um apoiador da categoria. Diante das ações favoráveis de Getúlio em prol dos direitos do pessoal do espetáculo, a SBAT aderiu inclusive ao Estado Novo, enviando em dezembro de 1937 a Getúlio uma mensagem apoiando o golpe e a pro- mulgação da nova constituição autoritária. Getúlio respondeu em tele- grama, agradecendo as congratulações da diretoria.107

106) LANDER, William. Destaca-se na Conferência de Chapultepec a Delegação Brasileira, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 25 fev. 1945. p. 8. 107) BARROS, Orlando de. A Guerra dos Artistas: o meio artístico brasileiro e a II Guerra Mundial. Revista do Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro, ano 162, n. 412. Rio de Em 14 de janeiro de 1945 uma nota na imprensa comemorou que a SBAT havia firmado um contrato de reciprocidade com o Sindicato Me- xicano de Autores, Compositores e Editores de Música, entidade de de- fesa e percepção dos direitos autorais de todos os autores e composito- res mexicanos, no mundo. Com o contrato, a SBAT protegeria os direitos autorais dos “nossos irmãos continentais” no Brasil e o Sindicato Mexi- cano protegeria os direitos dos compositores brasileiros “naquela nação amiga”. A grande aceitação da música mexicana no Brasil daqueles tem- pos foi atribuída às visitas constantes de “conhecidos intérpretes desse repertório”, tais como: Pedro Vargas, Chucho Martinez Gill, Adelina Gar- cia, Elvira Rios e Agustin Lara, entre outros.108 Mesmo após o fim da guerra e a deposição de Getúlio, Pedro Var- gas continuou com uma relação muito próxima com o Brasil e, aparen-

Danilo Cymrot temente, com sua elite política. Em 1945, o General Enrico Gaspar Du- 182 tra foi eleito presidente do Brasil com apoio de Getúlio. Dutra havia sido contrário ao alinhamento do Brasil aos aliados na guerra, havia ajudado a depor Getúlio em 1945 e proibido por decreto, em 1946, em todo ter- ritório nacional, todos os cassinos, um dos principais locais de apresen- tações de Pedro Vargas no Brasil, contrariando sua promessa de campa- nha de não fechá-los.109 No entanto, em 30 de novembro de 1948 foi anunciado que Pedro Vargas participaria naquela noite do show do baile organizado nos jar- dins do Palácio Guanabara pela Organização das Voluntárias, cuja renda reverter-se-ia em benefício dos asilos e hospitais pobres do Rio de Ja- neiro. Estava prevista a presença de quase duas mil pessoas no baile, incluindo “as mais altas autoridades do País e todos os membros do Corpo Diplomático”. A festa foi patrocinada pelo Presidente Dutra, pelo General Angelo Mendes de Morais, Prefeito do Distrito Federal, sendo “patronesses” duzentas senhoras da alta sociedade carioca.110 Deve-se questionar até que ponto a proibição dos cassinos no Bra- II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural sil em 1946 não acabou com um importante circuito da indústria cultural que promovia encontros culturais cosmopolitas tão férteis. Nos primei- ros tempos das boates cariocas surgidas com a proibição dos cassinos,

Janeiro, 2001. p. 136 et seq. 108) TEATROS, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 14 jan. 1945. p. 4. 109) Sobre o fechamento dos cassinos no Brasil e seu impacto, cf. CASTRO, Ruy. A noite do meu bem: a história e as histórias do samba-canção. São Paulo: Companhia das Letras, 2015. p. 17 et seq. 110) UMA noite de festa nos jardins do Guanabara, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 30 nov. 1948. p. 8. seus proprietários ainda não acreditavam que um artista brasileiro, que podia ser ouvido de graça pela rádio, fosse atração suficiente para tirar as multidões de casa. Trouxeram, assim, várias atrações internacionais, incluindo “mexicanos do terceiro time” e que “também não atraíam as grandes massas”.111 Além disso, uma boate era um ambiente internacio- nal, em que os clientes estrangeiros deveriam se sentir em casa, e fre- quentadas por diplomatas. Acreditava-se, assim, a música também de- veria ser internacional e incluir, entre outros gêneros, boleros. O rodízio de cantores internacionais nas boates, entretanto, era insustentável fi- nanceiramente e cantores nacionais começaram a tomar seus lugares.112 Se os cassinos brasileiros trouxeram astros internacionais, como Pe- dro Vargas, e contribuíram para o intercâmbio cultural, a proibição dos cassinos também fez com que artistas brasileiros construíssem uma car-

reira no exterior. É o caso do conjunto Anjos do Inferno, que já havia Corazón Latinoamérica musical de México dividido shows e filmes com Pedro Vargas. Os Anjos do Inferno foi o 183 conjunto que substituiu em 1939 o conjunto Bando da Lua, que acom- panhava Carmen Miranda nos Estados Unidos, e lançou “mais sambas de sucesso do que qualquer outro”, tornando-se “o conjunto vocal mais querido do Brasil”. Em abril de 1946, com a proibição dos cassinos no Brasil, “o mais importante mercado de trabalho dos músicos brasilei- ros”, os integrantes dos Anjos do Inferno foram “exilados em seu próprio país” e partiram para o exterior, fazendo, inclusive, sucesso no México.113 Em matéria de agosto de 1949 sobre o cantor mexicano Tito Gui- zar, é dito que o México “parece ser um país de cantores”, que “muitos Apartado II. Miradas desde Brasil têm passado por aqui, em excursões mais ou menos bem sucedidas”,

111) CASTRO, Ruy. A noite do meu bem: a história e as histórias do samba-canção. São Paulo: Companhia das Letras, 2015. p. 40-41. 112) Ibid. p. 48-50. 113) O Conjunto Anjos do Inferno excursionou em 1946 pela Argentina e México, onde fi- caram por quatro anos trabalhando em clubes noturnos e shows. Lá atuaram em onze filmes, comoPecadora , Perdida, Senhora tentação e Aventura. Em 1947 estrearam no night club El Pateo, na Cidade do México, considerado o maior da América Latina. Em 1948, alguns membros do grupo foram aos EUA para substituir integrantes do Bando da Lua. Com a nova formação apresentaram-se em Los Angeles, ao lado de Carmen Miranda. Durante dois anos, no México, mantiveram no ar um programa de rádio cha- mado Coisas e aspectos do Brasil. Em 1951, depois de excursionarem pela Argen- tina e Chile, voltaram ao Brasil e gravaram os boleros Perdida, de Chucho Navarro e Contigo, de Cláudio Estrada. Outros boleros gravados pelo Conjunto foram Escuchame, de Castanheira, em 1953, e Contigo pecar, de Mário de Paoli e Nelson Correia, em 1954 (Disponível em: http://www.dicionariompb.com.br/anjos-do-inferno/dados-artisticos. Acesso em: 20 fev 2016). Sobre a excursão de Carmen Miranda com os Anjos do In- ferno nos Estados Unidos, cf. CASTRO, Ruy. Carmen: uma biografia. São Paulo: Com- panhia das Letras, 2005.p. 456-458. Cf. também Id. A noite do meu bem: a história e as histórias do samba-canção. São Paulo: Companhia das Letras, 2015. p. 82-86. que “hoje nem sabemos mais se [o famoso Pedro Vargas/ é mexicano ou brasileiro” e que “no Brasil também há um célebre família Vargas que já produziu pelo menos um grande artista...”114. Se Getúlio é chamado de “grande artista”, Pedro Vargas por pouco não entra por acaso na política institucional brasileira. Em matéria de 1974 consta que nas eleições de 1950, em que Getúlio Vargas triunfou nas urnas, o outro Vargas, Pedro, chegou a receber votos, “sem ser brasileiro e sequer candidato”.115 Em outubro de 1955, Pedro Vargas foi condecorado pelo governo cubano com a Ordem Nacional do Mérito “Carlos Manuel Cespedes”. A condecoração, no grau de cavalheiro, a mais alta outorgada por Cuba, foi entregue pelo Chanceler interino Gonzalo Quell.116 O presidente cubano então era o ditador Fulgencio Batista, que já havia sido presi- dente da Ilha de 1940 a 1944, durante a Segunda Guerra Mundial e o

Danilo Cymrot auge da carreira da Pedro Vargas, que se apresentava com frequência 184 nos cassinos cubanos. Deve-se considerar que a Revolução Cubana foi prejudiciallaraà carreira de Pedro Vargas, o que pode ter atraído talvez sua antipatia ao regime comunista. Em outubro de 1966, Pedro Vargas foi o representante do México no júri da parte internacional do I Festival Internacional da Canção Po- pular, realizado no Maracanãzinho e promovido pela Secretaria de Tu- rismo da Guanabara. No Festival, o México foi representado por A Pele, interpretada por Roberto Cantoral, autor de boleros de sucesso no Bra- sil como El Reloj e La Barca. O júri se reuniu no Copacabana Palace.117 Pedro Vargas veio acompanhado de sua mulher, Maria Tereza Cam- pos. O cantor havia confirmado a sua vinda para o Festival pessoal- mente, ao transitar pelo Aeroporto do Galeão com destino à República do Panamá, onde recebeu no dia 19 de agosto de 1966, do governo de Marco Aurelio Robles Méndez, a condecoração Nuñez Balboa, corres- pondente à Ordem do Cruzeiro do Sul, por “relevantes serviços pres- tados à sociedade panamenha”. Na ocasião, Pedro Vargas declarou no II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural Galeão:

Considero-me um dos maiores divulgadores do cancioneiro brasileiro, principalmente de Ari Barroso, Dorival Caimi (sic) e Joubert de Carvalho,

114) RADIO, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 21 ago. 1949. p. 8. 115) CARTAZES, Folha de S. Paulo, São Paulo, 22 jul. 1974. p. 6. 116) Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 19 out. 1955. 117) JÚRI de festival de canções, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 18 out. 1966. p. 11; FES- TIVAL da Canção tem sequência hoje, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 28 out. 1966. p. 10; EUA no Festival da Canção, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 27 set. 1966. p. 10. cujas músicas foram interpretadas por mim no mundo inteiro. (...) Sou apre- ciador das músicas românticas e muitas de minhas composições tornaram- se sucessos internacionais, como Noche de ronda, Maria Bonita, Solamente una vez e Perfídia. Os meus trabalhos mais populares, ultimamente, são Amarei toda la vida e Casinha pequenina, música brasileira que gravei há poucos dias em Buenos Aires e já está a caminho do Rio.118

Em 25 de outubro de 1966, foi noticiado que a cantora Maysa atuou na TV de Montevidéu e em Punta del Este, no Uruguai, e que no México, apresentou-se num programa de televisão ao lado de Pedro Vargas.119 Em 12 de outubro de 1966 foi noticiado que a Secretaria de Turismo do Estado da Guanabara promoveria um ensaio na quadra da Escola de Samba Mangueira no dia 26 daquele mês, às 20 horas, em homenagem

aos artistas participantes do I Festival Internacional da Canção Popular, Corazón Latinoamérica musical de México dentre os quais Pedro Vargas, conforme entendimentos mantidos entre 185 o Ministro João Paulo do Rio Branco, e o Presidente da agremiação, Ju- venal Lopes.120 Os Festivais da Canção de meados da década de 60 foram funda- mentais para institucionalizar a sigla MPB, que se contrapunha às guitar- ras elétricas e letras consideradas alienadas da Jovem Guarda. Um dos gêneros mais presentes nesses Festivais eram as chamadas canções de protesto, de forte temática social, que refletiam o espírito revolucionário que seduzia grande parte da intelectualidade latino-americana em tem- pos de Guerra Fria e ditaduras militares no continente. Apartado II. Miradas desde Brasil Em 27 de outubro de 1966, com o braço direito engessado, em consequência de uma queda no saguão de um hotel em Caracas, Pedro Vargas disse em entrevista coletiva que estava muito satisfeito com sua condição de jurado, “pois apesar da responsabilidade da escolha, esta não é tão perigosa como a posição do compositor, que deve ficar ex- tremamente nervoso com a escolha que vamos fazer”. Segundo Pedro Vargas, as músicas de protesto só tinham começado a aparecer naquele momento no México, mas sem grande interesse do povo, “pois os me- xicanos não se servem muito das músicas para protestarem contra as in- justiças sociais, preferindo os temas românticos”.121

118) PEDRO Vargas e maestro de “Dr. Jivago” virão ao Rio para o Festival da Canção, Jor- nal do Brasil, Rio de Janeiro, 19 ago. 1966. p. 5. 119) Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 25 out. 1966. p. 15. 120) ARTISTAS vão ver ensaio da Mangueira, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 12 out. 1966. p. 5. 121) RIDDLE acha bossa nova importante, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 28 out. 1966. p. 15. Pedro Vargas via numa canção “a mensagem direta à sensibili- dade, a expressão que aproxima as pessoas”. Por isto destacava “a sim- plicidade, na melodia e na letra, como qualidade principal de uma can- ção que possa ter um sucesso universal. E o sucesso, segundo ele, é o povo”.122 A fala de Pedro Vargas, no entanto, deve ser relativizada, tendo em vista a grande quantidade de canções de protesto mexicanas e que o cantor era conhecido por cantar boleros, com letras tipicamente ro- mânticas. Não se deve ignorar que é depois da convivência com o muralista mexicano e comunista Diego Rivera em Paris, no final da década de 20, que Cândido Portinari, ao voltar ao Brasil, faz uma exposição com for- tes tintas sociais, preocupado com o homem do campo, o trabalhador. Além disso, Danilo Cymrot 186 a Revolução mexicana de 1910 provou os sonhos de muito revolucionário e intelectual brasileiro, extasiados com o ímpeto avassalador das massas e as façanhas guerreiras de Pancho Villa e Emiliano Zapata, e mais tarde com a figura carismática de don Lázaro Cárdenas, o presidente que em 19 de março de 1939 ousou expulsar os gringos exploradores e nacionalizar a indústria petroleira.123

Apesar de Pedro Vargas ter mantido excelentes relações com Ge- túlio Vargas, os artistas estrangeiros que participaram do Festival Inter- nacional da Canção, acompanhados dos respectivos embaixadores e conduzidos pelo Secretário de Turismo do Estado, João Paulo do Rio Branco, visitaram em 28 de outubro de 1966 o ditador Castelo Branco, presidente de honra do Festival e adversário histórico do varguismo, no Palácio das Laranjeiras, e “com ele mantiveram cordial e demorada pa- lestra”. Pedro Vargas teve uma conversa ainda mais demorada com o di- tador, que reconheceu a importância do Festival para estimular a cultura II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural nacional e para enriquecê-la em contato com a cultura de outros países, conforme se lê em notícia divulgada na época:

O chefe do governo conversou mais tempo com Pedro Vargas e Jean Sa- blon, dos quais disse ser um antigo admirador, desde os tempos do Cas- sino da Urca. Também, em Paris, ouviu Jean Sablon cantar. Os dois elo- giaram junto ao presidente da Republica a boa organização do Festival e

122) SENSIBILIDADE elege a melhor, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 30 out. 1966. 123) NAÇÕES perdidamente enamoradas, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 jun. 1991. p. 9. fizeram referência ao êxito alcançado pelo certame, inclusive pela opor- tunidade de haver reunido, no Rio, artistas de grande expressão em todo o mundo. O marechal Castelo Branco observou que o Festival abre exce- lente perspectivas para o nosso País, que se enriquece, por sua alta expres- são cultural, em tomar contato com as delegações de vários países partici- pantes. Disse o chefe do governo ser o Festival um grande estímulo à arte brasileira da canção, pois, ela aqui é cultivada com entusiasmo e tem raízes no espírito e na tradição do povo brasileiro.124

Castelo Branco foi aplaudido pelos artistas estrangeiros e embaixa- dores presentes na audiência no salão principal do Palácio das Laranjei- ras. Antes de cumprimentá-los um a um, à medida que eram apresenta- dos pelo Secretário de Turismo da Guanabara, Castelo Branco fez uma

breve saudação a todos, afirmando que o fato de se encontrarem no Corazón Latinoamérica musical de México Brasil “é um estímulo ao País, que recebe altas expressões culturais de 187 diversas nações”. Castelo Branco ouviu dos artistas estrangeiros inúme- ras referências elogiosas à Banda, de Chico Buarque, vencedor do II Fes- tival de Música Popular Brasileira, realizado naquele ano pela TV Record. Chico Buarque era presidente do júri da parte internacional do I Festival Internacional da Canção e artista fortemente associado, a partir dos anos seguintes, à resistência à ditadura civil-militar. Pedro Vargas, que conviveu com Dorival Caymmi nos anos 40 em suas vindas ao Brasil e participou do filme musical mexicanoMúsica Nor- turna, em que a canção Dora, de Caymmi, é cantada, declarou que sabia Apartado II. Miradas desde Brasil que a vencedora da parte nacional do I Festival Internacional da Canção, Saveiros, era “do filho do Dorival”, mas que não a conhecia ainda: “Deve ser, por isto, uma música bastante inspirada. A banda eu ouvi ontem à noite, na casa de um amigo. Os brasileiros estão duplamente de para- béns: pela música e pelo Festival, de que serei um dos julgadores, e que já considero um dos mais importantes do mundo inteiro”. Após a audiência com Castelo Branco, os estrangeiros foram ao Parque Gráfico da Manchete, em Parada de Lucas, onde foram home- nageados com um almoço. Foi noticiado ainda que, convidados pela diretoria da Escola de Samba , as delegações es- trangeiras presentes ao Festival assistiriam naquela noite a um show de samba “autêntico”, com passistas e ritmistas, na quadra do América, na Rua Teodoro da Silva.125

124) CASTELO recebe os artistas da canção, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 29 out. 1966. p. 8. 125) SILVA, Teodoro da. Castelo recebeu as delegações, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 29 out. 1966. p. 11. Foto acima, Chico Buarque, á esquerda, encontra-se do lado de Pedro Vargas. Fonte: Jornal do Brasil, 30 out. 1966

Dez anos após o I Festival Internacional da Canção Popular, em de- zembro de 1976, Dori Caymmi, compositor de Saveiros, a vencedora da parte nacional do Festival, revelou que sua música não foi vencedora da

Danilo Cymrot parte internacional por razões diplomáticas: 188 Quando Saveiros ganhou, as coisas ficaram muito mal paradas. O Ministro das Relações Exteriores, parece, achou que repercutiria mal o Brasil ven- cer logo no primeiro ano e houve uma pressão sobre o júri, para que este fizesse nova votação. O Chico, que presidia o corpo de jurados, protestou. Mas houve nova apuração e Saveiros ganhou de novo. Acabaram, no en- tanto, anunciando a vitória da música alemã e deixando Saveiros em se- gundo lugar. A história me foi contada por três amigos de meu pai que fa- ziam parte do júri: Jean Sablon, Amália Rodrigues e Pedro Vargas.126

O interesse de Castelo Branco pelo México, por outro lado, não se restringia à voz de Pedro Vargas. Segundo Wladir Dupont, o Brasil “sempre teve, com o México, a uma distância discreta, um curioso flerte político”. Castelo Branco teria enviado ao México seu ministro Roberto Campos para estudar “o peculiar e eficaz sistema de controle oficial à imprensa”. Dupont relata que II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural

Campos foi, estudou, voltou mas felizmente o assunto não deu em nada. Como acontece com outras instituições mexicanas, esta, o controle da im- prensa, só funciona bem lá. Aquele que aspirava ser “o maior partido do Ocidente”, a extinta Arena, também teve seus delírios de grandeza ao pen- sarem seus dirigentes que poderiam montar aqui o mesmo esquema que tem o PRI no controle político do país há mais de 70 anos.127

126) CABALLERO, Mara. No tempo dos festivais quando ainda se protestava, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 31 dez. 1976. p. 5. 127) DUPONT, Wladir. Nações perdidamente enamoradas, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 jun. 1991. p. 9. Em outubro de 1978, junto com o grupo brasileiro Zimbo Trio, o chileno Lucho Gatica e a argentina Libertad Lamarque, Pedro Vargas, chamado pela imprensa de “relíquia artística do continente”, foi conde- corado com a comenda Francisco de Miranda pelo presidente venezue- lano Carlos Andrés Perez no I Encontro Latino-Americano de Artistas Po- pulares. O presidente venezuelano declarou que o Encontro era “um ato de integração unitária da América Latina” e que, por intermédio dele, pretendia realizar o que, às vezes, não conseguia por meio da política: “unir mais e mais os nossos povos”.128 Já em 1979, no final de uma apresentação no Chile, Pedro Vargas disse ao público: “Viva Chile, viva Pinochet e viva o governador que me deu de presente este poncho”. Quando perguntado sobre a autentici- dade da declaração, o cantor respondeu: “eu sou admirador de todos

os governos e de todas as crenças”. Ao ser lembrado que o México havia Corazón Latinoamérica musical de México rompido relações diplomáticas com o governo militar de Pinochet, Pe- 189 dro Vargas respondeu: “eu sou amigo de todos os povos. Como artista não tenho horizontes nem fronteiras”. Presidente da Comissão de Honra e Justiça da Asociación Nacional de Actores-ANDA, que determinava a entrega de prêmios, recompen- sas e troféus para os artistas da entidade, Pedro Vargas afirmou também que era “apolítico até como sindicalista” e que tinha que “fazer juízos para castigar, mas é um papel que me custa, que é difícil”. Na época, os integrantes da Comissão estudavam a possibilidade quase certa de ou- torgar a Pedro Vargas a medalha María Teresa Montoya por méritos no Apartado II. Miradas desde Brasil estrangeiro, distinção concedida a poucos artistas da ANDA. Na casa de Pedro Vargas havia um quarto com uma parede cheia de retratos de presidentes, vivos e mortos, com dedicatórias a ele. So- bre Plutarco Elías Calles, presidente do México entre 1924 e 1928, di- zia: “O presidente Calles me dizia Perico. Era muito meu amigo, cantava a ele quando ele me pedia, também fui muito amigo dos obregonis- tas”, os apoiadores de Álvaro Obregón, presidente do México de 1920 a 1924. Pedro Vargas dizia ter preferido ser conhecido como a “voz fami- liar do continente” a “tenor continental”. Declarou admirar Israel como país, Roosevelt como presidente, mas que todos os governantes cabiam em seu coração. Entre os retratos na parede do quarto, havia o do ditador espanhol Francisco Franco, o do presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz (1964- 1970), o de Lázaro Cárdenas, presidente mexicano entre 1934 e 1940, conhecido por ter nacionalizado o petróleo mexicano e realizado uma

128) COMENDA para o Zimbo, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 14 out. 1978. p. 14; EN- CONTRO de artistas populares, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 10 out. 1978. p. 16. reforma agrária, e o de alguns presidentes de países da América Latina portando traje militar, além do retrato de Getúlio Vargas, “el consentido del actor”. Questionado por que dedicava tanto espaço aos políticos e não tinha retratos de seu público e de auditórios cheios o aplaudindo, res- pondeu: “cada coisa em seu lugar”. Pedro Vargas também guardava me- dalhas, placas, troféus, fitas, chaves de cidades, estatuetas que ganhou de presente e testemunhavam seus contatos com os chefes de Estado. Mais uma vez declarou que, em sua opinião, o povo mexicano não deve- ria escutar canções de protesto “porque falam de política, e sim canções de amor e de compreensão como as de José Alfredo Jiménez, Manza- nero, Lara, Juan Gabriel” (tradução minha).129 Em sua parede, ainda havia retratos de Marcos Pérez Jiménez, pre-

Danilo Cymrot sidente venezuelano de 1952 a 1958; do cubano Fulgencio Batista, que 190 o havia condecorado; de Paul Magloire, presidente do Haiti de 1950 a 1956; e de Juan Velasco Alvarado, presidente peruano de 1968 a 1975. Questionado sobre estar rodeado de ditadores, respondeu:

Ouça, não sei nada de política. Estes grandes personagens foram muito fi- nos comigo, sempre me demonstraram afeto, admiração, me receberam no palácio presidencial, ofereceram jantares e banquetes para mim, tive- ram sempre todo tipo de atenção. De maneira que eu não tenho por que julgá-los politicamente. Tenho ademais muitas condecorações dos países irmãos do sul, mas muitas, a de Núñez Balboa, do Panamá; a de Carlos Ma- nuel de Céspedes, de Cuba, e a Cruz Azul, do Brasil (tradução minha).130

Assumindo o papel de diplomata cultural, ainda que informal- mente, era natural que Pedro Vargas fosse recebido por presidentes, in- clusive de distintos matizes ideológicos. Atuou na Casa Branca para os presidentes Franklin Roosevelt, John Kennedy e Richard Nixon. Yolanda II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural Moreno Rivas reconheceu que Pedro Vargas teve “uma amizade muito destacada com Getúlio Vargas“.131 Pedro Vargas gostava de dizer que entre as grandes emoções de sua carreira estava o fato de ter cantado duas vezes na Casa Branca, para os presidentes Franklin Roosevelt e Ha-

129) LÓPEZ, Pilar. “Viva Pinochet”, grito Pedro Vargas em Chile, Proceso, 31 mar. 1979. Dis- ponível em: http://www.proceso.com.mx/125776/viva-pinochet-grito-pedro-vargas- en-chile. Acesso em 15 ago 2016. 130) PONIATOWSKA, Elena, op. cit. 131) RIVAS, Yolanda Moreno. História da música popular mexicana. Oceano. 2008. 3 ed. p. 96. Matéria de 1977 afirmava que Pedro Vargas já havia cantado na Casa Branca e para Getúlio Vargas (ACONTECE, Folha de S. Paulo, São Paulo, 01 set. 1977. p. 42). rry Truman. Na Espanha, recebeu do rei João Carlos a Comenda de Isa- bel a Católica. Em 1978, auge da ditadura militar argentina e ano da Copa do Mundo da Argentina, Pedro Vargas homenageou o povo do país com sua composição Porteñita. Numa entrevista daquele ano, disse que, no dia em que estreou essa música no rádio, em Buenos Aires, a emissora foi invadida e ele carregado nos ombros pelas ruas da cidade. Decla- rou, na época: “hoje, Porteñita é como um hino para os argentinos, esse povo maravilhoso”.132 Em janeiro do mesmo ano, Pedro Vargas lamentou em entrevista a ausência do presidente mexicano José López Portillo no show comemorativo de seus cinquenta anos de carreira, no Palácio de Belas Artes, na Cidade do México. O presidente, convidado especial, não compareceu porque estava recebendo em um banquete o vice-pre- 133

sidente estadunidense Walter Mondale. Corazón Latinoamérica musical de México 191 Conclusão A carreira de Pedro Vargas teve seu auge em um momento muito particu- lar da geopolítica mundial: a Segunda Guerra Mundial. A ideologia pan- americana, atendendo aos interesses dos Estados Unidos de manter em sua esfera de influência os países da América Latina, repelindo a influên- cia de países do Eixo e até a de aliados europeus, como a Inglaterra, aca- bou favorecendo a difusão da música e do cinema mexicanos no Brasil. Pedro Vargas exibiu não só o talento de cantor, mas também o de se beneficiar politicamente deste quadro, tornando-se o “Tenor Conti- Apartado II. Miradas desde Brasil nental” e jogando, seja no pano verde dos cassinos, seja nos palácios presidenciais, com os interesses dos governos em se aproximar de artis- tas para incorporá-los a seus projetos político-ideológicos. Convivendo com a elite política e econômica brasileira nos cassinos, teatros, boates e festas beneficentes, onde música e poder estavam muito próximos, Pedro Vargas, ainda por cima um rotariano, possivelmente abriu canais que ajudaram a catapultar a sua carreira no Brasil. O convívio com diplo- matas, por sua vez, quiçá o treinou para assumir conscientemente o pa- pel de embaixador informal do México no Brasil e vice-versa.

132) OBITUÁRIO, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 31 out. 1989. p. 14. Em 1952, durante o governo de Juan Domingo Perón, Pedro Vargas estava radicado na Argentina (O Es- tado de S. Paulo, São Paulo, 13 set. 1952. p. 6). 133) CINQUENTA anos de carreira de Pedro Vargas, O Estado de S. Paulo, São Paulo, 24 jan. 1978. p. 14.

Seu convívio amistoso com ditadores e presidentes de diferentes vertentes ideológicas, somado às suas próprias declarações em entre- vistas, nos leva a crer que Pedro Vargas preocupava-se em manter sem- pre boas relações com o poder, elogiando presidentes publicamente, proclamando-se amigo de todos os povos e desincentivando o público a escutar canções de protesto. A presença de Pedro Vargas no Brasil, fortemente documentada pela imprensa da época, é, portanto, um caso interessante para se ana- lisar fatores que extrapolam a biografia de um só indivíduo. As questões que esta presença e principalmente a cobertura da imprensa levantam- as identidades nacionais, a indústria cultural, os diálogos musicais, o pa- pel político do cinema, os julgamentos estéticos em relação à música la- tina, a diplomacia cultural- não se esgotam neste artigo, que se oferece

Danilo Cymrot para abrir um vasto leque de possibilidades de pesquisa a serem apro- 192 fundadas. II.2. A doce persuasão: Pedro Vargas e a diplomacia cultural II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil

Gustavo Alonso1 Universidade Federal de Pernambuco México Corazón Latinoamérica musical de México A finales del 2012, una canción brasileña sonó en todo el mundo: “Ai se 193 eu te pego”, cantada por Michel Teló. Su estribillo relata el amor fortuito de una noche: “Nossa! Nossa!/ Assim você me mata/ / Delicia, delicia/ Assim você me mata/ Ai se eu te pego/ ai, ai se eu te pego!”. En mayo del 2013, el vídeo de “Ai se eu te pego” se convirtió en el noveno más visitado en la historia de You Tube, con más de 500 millo- nes de visualizaciones.2 Era el más grande éxito internacional de la mú- sica brasileña desde “Garota de Ipanema”, de Tom Jobim y Vinícius de Moraes, lanzada en la primera mitad de la década de 1960.

El éxito mundial de Michel Teló, representa a un género musical Apartado II. Miradas desde Brasil poco conocido fuera de Brasil. Canciones como “Ai se eu te pego” son música sertaneja. La música sertaneja ha sido influenciada por géneros de origen mexicano, espacialmente la ranchera, el huapango y el bo- lero. Aunque el bolero es cubano, fue a través de intérpretes mexicanos como Miguel Aceves Mejía, Agustín Lara y Los Panchos, que su influen- cia marcó a la sertaneja brasileña. Es el bolero, el género mexicano que más ha influenciado a la mú- sica brasileña. No solo a la música Sertaneja, sino a el samba de 1950

1) Doctor en Historia por la Universidad Federal Fluminense (UFF – Brasil). Post Doctor por el convenio UFF-UBA (Universidad Federal Fluminense-Universidad de Buenos Ai- res). Autor del libro “Simonal: el que no tiene swing se muere con la boca llena de hor- miga” (“Simonal: quem não tem swing morre com a boca cheia de formiga”), lanzado en 2011; y del libro “Cawboys del asfalto: música sertaneja y modernización brasileña” (“Cawboys do asfalto: música sertaneja e modernização brasileira”), Rio de Janeiro, Ci- vilização Brasileira (por salir). 2) “Google lança mapa de vídeos mais visualizados no YouTube”, Veja on line, 07/05/2013: http://veja.abril.com.br/noticia/vida-digital/google-lanca-mapa-de-videos-mais-vi- sualizados-no-youtube. (samba-canción). La entrada del bolero en la música brasileña resultó fundamental en la carrera de Lupicínio Rodrigues, Nelson Gonçalves, Jamelão, Elizeth Cardoso, Ângela Maria, Dolores Duran y Antônio Ma- ria, intérpretes de samba-canción en la década de 1950.3Ary Barroso, compositor de “Aquarela do Brasil”, grabó melodías apegado a la es- tética del samba-canción-bolero (sugiero escuchar “Risque”: “Risque o meu nome do seu caderno/ Pois não suporto o inferno/ Do nosso amor fracassado…”). Altamar Dutra, Nelson Ned y el Trío Irakitan, fueron intér- pretes brasileños de boleros mexicanos, en las décadas de 1960 y 1970. Además del bolero, la canción ranchera, el huapango y la estética- mariachi penetraron a las músicas brasileñas. La influencia de José Al- fredo Jiménez y Miguel Aceves Mejía, es evidente. La música sertaneja pertenece a la región centro-sur de Brasil. Las

Gustavo Alonso regiones conocidas como sertanejas o caipiras, son áreas colonizadas 194 por gente del interior del estado de San Pablo, desde la época colonial. Se trata de una región cultural que suma el interior de San Pablo, Minas Gerais, Goiás, Mato Grosso do Sul y norte de Paraná. La música sertaneja brasileña ha sido influida por México (ranchera, bolero, huapango y corrido), Argentina (chamamé) y Paraguay (gua- raña). Argentina y Paraguay son países limítrofes con Brasil, rasgo que explica su injerencia cultural. La influencia mexicana en Brasil essui ge- neris si ponderamos la distancia geográfica entre los dos países latinoa- mericanos. Esta historia no se cuenta en Brasil. “Cowboys del asfalto: música sertaneja y modernización brasileña”, tesis doctoral de un servidor, es la

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil primera investigación que se ocupa de la música sertaneja. La Acade- mia brasileña ignora las influencias latinoamericanas. Músicas brasileñas como la sertaneja, son resultado de influencias extranjeras. La intelectua- lidad brasileña se concentró en el samba, el carnaval, la Música Popular Brasileña (MPB) y la Bossa Nova. La Academia guarda silencio sobre la injerencia cultural latinoamericanas en Brasil. Sí, los brasileños escuchan y consumen músicas mexicanas. Los artistas sertanejos comenzaron grabando clásicos del reper- torio latinoamericano. Luego compusieron e incorporaron influencias mexicanas, argentinas y paraguayas. Las tradiciones extranjeras se fun- dieron entre sí, generando un interesante hibridismo cultural. De 1950 a 1990, la música sertaneja fue un producto regional. Hasta 1990, la música sertaneja no era popular entre las clases refinadas de las grandes urbes. La influencia latinoamericana en las músicas bra-

3) Souza, Tárik de. Tem mais samba: das raízes à eletrônica. São Paulo, Editora 34, 2003, pp. 69-72. sileñas es abordada como una manifestación de subalternidad estética. Hasta finales de la década de 1980, la música sertaneja no estaba masi- ficada en Río de Janeiro, ni en los estados del norte y nordeste de Brasil. “Brasil le dio la espalda a América Latina”. La nación amazónica se identifica poco con los países vecinos. La lingüística y el pasado colonial aleja a Brasil de la América hispánica. Los productos culturales de Amé- rica Latina pasan por Europa y Estados Unidos, antes de llegar a Brasil. Pensemos en Shakira, Maná, Trini López y Buena Vista Social Club. Todos llegaron a Brasil, gracias al aval del primer mundo. Brasil se alejó e ig- noró a Latinoamérica.4

Fuerza latinoamericana Hasta 1960, los géneros latinoamericanos han influenciado una parte

considerable de la música brasileña. El bolero, el corrido y la ranchera, Corazón Latinoamérica musical de México creaciones mexicanas, son populares a nivel global. El bolero fue expor- 195 tado desde México a toda América Latina. Alan Oliveira explica:

A influência do bolero estava relacionada a um fenômeno maior, à política da “boa vizinhança” levada a cabo pelos EUA, a partir de 1942, na sua po- lítica externa para a América Latina. (...) A construção da figura do Zé Ca- rioca, por Walt Disney, [foi] feita neste contexto. Ela envolveu também, por parte dos americanos, uma inserção de elementos latinos no cinema, com a produção de diversos filmes de alguma forma referentes à América La-

tina: seja na ambientação, seja nos personagens, seja na música.5 Apartado II. Miradas desde Brasil

Entre 1940 y 1950, el bolero ganó poder y presencia entre el re- pertorio de famosos cantantes estadounidenses (Frank Sinatra, Nat King Cole, Bing Crosby, Dean Martin y Dick Haymes). En Brasil fueron muy po- pulares Los Panchos (mexicanos) y Lucho Gatica (chileno). Con el advenimiento de la bossa nova (1958) y la MPB (1965),6 las

4) En Brasil , el término “americanización “ se refiere a la incorporación de modelos cul- turales los Estados Unidos los. Aunque existe el término “estadunidense” , no se lo uti- liza en la vida diaria. 5) Oliveira, 2009, p. 299. 6) El concepto de Música Popular Brasileña (MPB) ha surgido inicialmente en 1965. La MPB era resultado de una serie de luchas y batallas de la intelectualidad nacional en la búsqueda de la definición musical y legitimación del pueblo en su “esencia”. Herede- ros de la Bossa Nova, los artistas de la MPB han buscado vehicular canciones que jun- tasen el formalismo técnico del género inventado por Tom Jobim Y João Gilberto con géneros musicales populares en especial el samba. EL campo de la MPB (conjunto de periodistas, músicos, investigadores y parte del público, en especial el universitario) se ha esmerado en buscar géneros que fuesen retratos fieles del pueblo brasileño, y con músicas brasileñas se alejaron de las influencias latinoamericanas. Las influencias extranjeras (México y Paraguay, principalmente) fueron defi- nidas como “freges”, “cafonas” o “bregas”.7 Las carreras artísticas de Al- temar Dutra, Nelson Ned, Waldick Soriano, Carmen Silva y Agnaldo Ti- móteo, proyectos influidos por México en las décadas de 1960 y 1970, son considerados menores por las élites brasileñas.8 Fueron boleristas que no se beneficiaron de la crítica musical brasileña. A partir de 1960, la crítica musical brasileña se adhirió al patrón estético “samba-bossa nova-MPB”. Los bossa-novistas critican la presencia del bolero en la música bra- sileña. Consideran su período de influencia como el peor de la música brasileña. En la década de 1950, la música popular brasileña estuvo bo- lerizada a la mexicana.9 Los bossa-novistas criticaron la exagerada pre-

Gustavo Alonso sencia del bolero mexicano en la música brasileña. La bossa nova repre- 196 senta a las clases medias urbanas brasileñas y está contra el bolero, la ranchera y el corrido mexicano.10 El entró en la música brasileña gracias a la bossa nova. El jazz y la bossa nova, encarnan la modernidad brasileña. Las músicas mexica-

su poética y estética. En principio, la MPB no aceptaba la guitarra eléctrica por con- siderarla un instrumento “imperialista”. Así como valoraban las letras cuyo tema fuera el pueblo y su lucha contra la explotación del grande capital. A partir del movimiento Tropicalista (1967-1968) dentro de la MPB, se ha incorporado algunos valores extran- jeros, en especial el rock. Se ha aceptado una más grande libertad al compositor. De la MPB han salido artistas reconocidos hasta hoy, como Chico Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Milton Nascimento, Elis Regina entre otros. Como ha afirmado el historia- dor Marco Napolitano, “o conceito de MPB, em suas variáveis ideológicas e estéticas, é inseparável de uma cultura política marcada pelo chamado ‘nacional-popular’ de es- II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil querda”. Napolitano, Marcos. MPB: Totem-tabu da vida musical brasileira. In: Anos 70: trajetórias. Iluminuras. Itau Cultural. São Paulo. 2005, pp. 125-129. 7) El termo para criticarse un género musical en Brasil como ordinario, relés, insignifi- cante, recurriendo a instancias distintivas de clase y gusto han variado a lo largo del tiempo. En los años 1950-1960 se usaba la palabra “frege”. En los años 1970, “cafona”. En los años de 1980 la palabra más usada era “brega”. La palabra “chinfrim” también era usada en los años 1990. Un estudio más sistemático de estos termos y su aplicabi- lidad en cada contexto se hace cada vez más necesario. 8) Araújo, Paulo Cesar de. Eu não sou cachorro, não. Rio de Janeiro: Record. 2004. 9) Mello, Zuza Homem de. Eis aqui os bossa nova. São Paulo: Martins Fontes, 2008. Me- llo, Zuza Homem de. João Gilberto. Col. Folha Explica. Publifolha. SP. 2001; Motta, Nel- son. Noites Tropicais. Rio de Janeiro: Objetiva, 2000; Castro, Ruy. Chega de saudade: a história e as histórias da Bossa nova. Cia das Letras. São Paulo. 1990 10) En sus relatos de memoria los bossa-novistas son unánimes en afirmar que la música popular andaba demasiadamente bolarizada en la década de 1950. De todas formas, parece quedar claro que el canto urbano brasileño, en especial aquellos cuyo punto de inflexión es la Bossa Nova, pasa necesariamente por la negación del bolero en cuanto género constitutivo de la música brasileña. nas representan la ruralidad brasileña.11 Mientras el jazz fue incorporado como una influencia extranjera le- gítima, el bolero mexicano fue despreciado por la crítica brasileña.12 Los intelectuales brasileños no valorizaron al bolero mexicano, ni a la guaraña paraguaya ni al chamamé argentino. El bolero mexicano es ig- norado en la construcción musical brasileña:

Os preconceitos em torno da década de 1950 devem ser pensados como resultado de uma ‘escuta ideológica’. (...) Escuta filtrada acima de tudo por valores ideológicos e culturais, sancionada até por cronistas e historiado- res de ofício, que consagra uma forma de pensar a tradição ora catalisada pela tradição inventada do samba, pautada na década de 1930, ora fil- trada pelos paradigmas da MPB ‘culta e despojada’, produzida a partir da 13

década de 1960. Corazón Latinoamérica musical de México 197 La MPB heredó de la bossa nova, la crítica hacia el bolero.14 La he- rencia latinoamericana es sinónimo de atraso frente a un Brasil moderni- zado e industrializado.15

11) Hubo también los críticos a esa importación estética de la Bossa Nova. El periodista José Ramos Tinhorão ha sido uno de los críticos principales de la entrada de la música americana en el samba. Para Tinhorão el samba se hubiera desvirtuado a través de la Bossa Nova, un “modismo de la clase media”. Esta mirada radical hacia el samba que defendía José Ramos Tinhorão ha sido ignorada por la crítica de manera creciente.

12) No ha sido sin intensas discusiones que el jazz ha logrado adentrar el escenario cul- Apartado II. Miradas desde Brasil tural nacional. Después de muchas batallas internas el género estadunidense ha sido finalmente incorporado al imaginario de la Bossa. LaRevista de Música Popular de Lucio Rangel, por ejemplo, en los años 1950 poseía una columna sobre el género es- tadounidense, lo que ha ayudado a acomodar al nuevo sonido a los oídos brasileños. Por otro lado, el historiador José Ramos Tinhorão ha sido uno de los más fuertes opo- sitores de la entrada de dicho género en la música brasileña. Para una discusión de la tradición en la MPB, ver: Napolitano, Op. cit... 2007. Para un análisis de la obra de Tin- horão, ver: Lamarão, Luisa. As muitas historias da MPB: as ideias de José Ramos Tin- horão. Dissertação de mestrado. Depto. de História. UFF. 2008. 13) Napolitano, Op. cit.., 2007, p. 65. La música de los años 1940 y 1950 ha sido sistemá- ticamente ignorada por la grande parte de los escritores de la música popular brasi- leña. Eso viene cambiando hace unos años pero el descompás todavía es muy visible. 14) Después del adviento del movimiento tropicalista de Caetano Veloso y Gilberto Gil (1967-1968) se ha hecho aceptable incorporar el rock y las guitarras eléctricas a la música brasileña. pero los géneros latinoamericanos seguían en su gran parte y casi siempre en contra a la voluntad de los tropicalistas más radicales, afuera del patrón de “buen gusto” de grande parte de la intelectualidad nacional y del público universita- rio y de clase media alta. 15) Ese es uno de los motivos para que gran parte de los críticos contextualicen de ma- nera simplificada el adviento de la Bossa Nova a los años del surto desarrollista que ha ocurrido en el gobierno del presidente Juscelino Kubitschek (1955-1960). Así es como la música sertaneja brasileña, con clara influencia mexi- cana, es vista como creación menor por las élites culturales del país ama- zónico. Cafona o brega, significa estar fuera de moda. Las músicas brasi- leñas cercanas a géneros latinoamericanos significan atraso. Esto explica que hasta 2011, ningún académico brasileño desarrolló una tesis sobre el asunto. En el 2012, el éxito de Michel Teló asaltó a la intelectualidad brasi- leña y se posicionó a nivel mundial. Un género subestimado tuvo éxito global. En 1960, cuando la bossa nova se exportó, los brasileños estaban orgullosos por ser un producto refinado. El éxito de la música sertaneja en 2012, disgustó a los tradicionales críticos (adoradores de la samba y la bossa nova).

Gustavo Alonso Sertão importado 198 En el pasado preindustrial cultural brasileño hasta el inicio del siglo XX la música rural servía como canto de trabajo. También era tocada en los festejos populares y las celebraciones religiosas rurales por el interior de Brasil. Se utilizaban diversos términos para caracterizar la música del interior. Música rural, música sertaneja, música del interior o música cai- pira: todos estos eran términos intercambiables y buscaban retratar un tipo de música producido en el interior de Brasil.16 La música rural ha tardado en ser incorporada por la industria cul- tural, en especial por la industria fonográfica. La música rural brasileña solamente ha sido brasileña solamente ha sido grabada doce años des- pués del primer samba haber sido lanzado en disco. (el famoso “Por el

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil teléfono”, samba de , grabado en 1917). Ha sido el paulista Cor- nélio Pires, periodista y folclorista quién ya había escrito diversos libros sobre el universo del interior de su estado él que ha producido, lanzado y divulgado el primer disco de la música rural en 1929. El éxito regional de la obra ha hecho con que Cornélio Pires lanzara otros inúmeros dis- cos más, en los cuáles las tradicionales dúos sertanejas contaban una canción o contaban un “causo”, una anécdota cómica del interior. Los dúos de cantantes son una marca de la música sertaneja, En ge- neral, la primera voz suele ser la más aguda: es la que se escucha mejor

16) Hasta los años 1930 el sertão brasileño no estaba dividido en diversos géneros musi- cales. Había en el Brasil de aquel entonces una determinada polarización entre cantos urbanos y rurales, lo que garantía una determinada estabilidad y unicidad cognitiva a todos los géneros del interior. Ha sido solamente a partir de la construcción cultural de Río de Janeiro como la matriz cultural del Brasil moderno que el interior ha empe- zado a ser dividido estéticamente. Para el surgimiento de la especificidad de los diver- sos sertões musicales brasileños y en especial de la matriz caipira-sertaneja-paulista, ver: OLIVEIRA, 2009. e a través de la cual se identifica determinadas dúos. La segunda voz, muchas veces cantadas por un hermano, es la que hace los unísonos y las terceras. Hasta los años 1950 las dúos casi siempre se presentaban con una guitarra y una viola, también conocida como viola caipira. Se trata de un instrumento de 10 cuerdas, un poco más chico que una gui- tarra normal, típico de las regiones de colonización indígena y jesuítica del interior de Brasil, la misma de origen paulista. Hasta los años 1950 no había problemas en referirse a la música del interior como música caipira, música sertaneja o música rural: era todo lo mismo. A partir de la entrada de los géneros importados en la música del interior en los años 1950, todo ha cambiado. Unos pasaron a identificarse como “caipiras”, rechazaban a la importación y defendían las “raíces” de la música rural brasileña. Otros, a su vez, se autoproclama-

ron “sertanejos” y buscaran la mezcla con los sonidos que venían desde Corazón Latinoamérica musical de México afuera. 199

Invasión extranjera Aunque fuera un fenómeno anterior, ha sido a partir de la década de 1950 que el proceso de importación estética ha acelerado mucho con la popularización de los compactos y, más tarde, de los LPs. Como men- ciona el historiados Marcos Napolitano:

nos anos 1930 o rádio era voltado para os segmentos médios da popu-

lação urbana, sobretudo dos grandes centros e tinha propostas ambicio- Apartado II. Miradas desde Brasil sas de ‘levar cultura’ e informação às massas (...). Nos anos 1950, o rádio buscava uma comunicação mais fácil com o ouvinte, tornando-se mais sen- sacionalista. (...) Este ‘triunfo’ tinha sua melhor expressão nos programas de auditório, frequentemente gravados ao vivo, com plateia numerosa, que chegava a comportar 600 pessoas.17

A través de la popularización de la radio hubo también el au- mento de la “importación” de los géneros musicales como el jazz esta- dunidense y géneros caribeños como el mambo, la conga y el bolero. Y, como dicho, también la guarania paraguaya, el rasqueado mejicano y el chámame argentino cruzaran las fronteras. Un marco de la entrada de la música extranjera fue el éxito popular de la guarania “Índia”, un clásico de los paraguayos José Asunción Flores y Ortiz Guerrero cuya versión para el portugués ha sido hecha por José Fortuna. “Índia” ha sido grabada por Cascatinha & Inhana en 1952: “Ín-

17) Napolitano, Op. Cit., 2007, p. 58-59. dia, seus cabelos nos ombros caídos,/ Negros como a noite que não tem luar/ Seus lábios de rosa para mim sorrindo/ E a doce meiguice desse seu olhar...” Ha sido a partir de la grabación de esta guarania que la mú- sica caipira/sertaneja ha empezado a ser un problema para los pensa- dores del nacional-popular.18 Parte de los músicos rurales y de la inte- lectualidad folclorista ha rechazado la propuesta de incorporación del género “extranjero” y ha pasado a diferenciarse de estos sertanejos au- toproclamándose “caipiras”. Aquellos que defendían la música rural “au- téntica” les decían a los que incorporaban el sonido de extranjeros de “alienados”, vendidos a los valores extranjeros.19 Empezaba una fisura en el campo brasileño: de una lado, los caipiras folcloristas, quienes su- puestamente defendían la especificidad nacional rural; del otro los ser- tanejos, quienes aceptaron la importación estética.20

Gustavo Alonso A pesar de las críticas, el compacto de “Índia” cantado por Casca- 200 tinha & Inhana ha vendido alrededor de 500 mil copias.21 En una época en que la radio todavía era el principal vehículo de la música (y no el LP que sería lanzado más tarde en aquél mismo año), la venta de 500 mil copias de un compacto es considerada espantosa, en especial si se lleva

18) A pesar de ya haber sido grabada diversas veces por varios artistas como Amado Smendel, Antônio Cardoso, Rielinho, entre otros, ha sido con Cascatinha & Inhana que la canción se ha convertido en un marco de la cuestión de la importación de géneros extranjeros en Brasil. 19) Curiosamente, la guaraña que en Brasil ha sido vista por la crítica como “alienación de la clase obrera”, en su país de origen ha tenido otra lectura. El género musical guaraña ha sido creado en 1925 por José Asunción Flores (el mismo compositor de “Índia”). Envuelto políticamente con el Partido Comunista Paraguayo, José Asunción Flores ha II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil creado a la guaraña a partir de la fundición de ritmos tradicionales del país con el in- tuito de mejor expresar a la “alma paraguaya”. En el mismo período que el samba em- pezaba a ser gradualmente asimilado a la identidad brasileña el proyecto de Asunción Flores de crear una música nacional para Paraguay se empezaba a forjar. Su ambición ha sido exitosa. En 24 de julio de 1944 la canción “Índia”, hecha en 1928 (en princi- pio con letra de Rigoberto Fotao Meza y después con la famosa de Manuel Ortiz Gue- rrero) ha sido decretada “canción nacional” por el gobierno paraguayo. A pesar del éxito del género las complicaciones políticas no han permitido que los homenajes tu- viesen continuación. En 1949 el comunista Asunción Flores ha rechazado la condeco- ración “Orden Nacional al Mérito” como manera de protesta al asesinato de un joven por las fuerzas de gobierno. Ha sido considerado traidor de la patria y con instalación de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1954, se ha convertido en exilado hasta su muerte en 1972 en Buenos Aires. Solamente en 1991, después que se ha terminado la dictadura paraguaya, sus rastros han sido trasladados de vuelta a Paraguay. 20) Gran parte de los músicos caipiras e de los intelectuales folcloristas defendían la línea de argumentación de Mario de Andrade, intelectual paulista que en los años 1920 y 1930 defendía que la esencia de la música brasileña estaría en el campo y no en la ciu- dad. 21) Nepomuceno, Op. cit.,p. 317. en cuenta Brasil poseía en la época alrededor de 50 millones de habi- tantes. O sea, 1% de la población tenía el disco de Cascadinha & Inhana con “Índia”.22 El compacto de “Índia” ha traído al lado B otra guarania que ha sido un éxito instantaneo: “Meu primeiro amor/ Foi como uma flor/ Que de- sabrochou e logo morreu/ Nesta solidão, sem ter alegria/ O que me ali- via são meus tristes... ais.../ São prantos de dor/ Que dos olhos caem/ É porque bem sei/ Quem eu tanto amei/ Não verei jamais...”. La canción “Meu primeiro amor” era una versión de José Fortuna y Pinheirinho Jr. de la canción original del paraguayo Hermínio Giménez. Poco después han aparecido otras guaranias que se han vuelto clá- sicos del repertorio sertanejo brasileño: “Asunción”, “La paloma”, “Re- cuerdos de Ipacaraí”, entre otras, todas en versiones en portugués. Las

guaranias se han vuelto muy populares, y su principal característica eran Corazón Latinoamérica musical de México los compasos ternarios y la utilización de la harpía paraguaya, un instru- 201 mento que marcaría mucho a las dúos sertanejas de los años siguientes. Parecida a la harpía clásica pero un poco más chica, la harpía paraguaya era tocada en solos y acompañamientos, casi siempre ligeros y ágiles. Aunque salga del objeto de este artículo es interesante apuntar que Cascatinha & Inhana (foto) eran una dúo negra que no se adecuaba a la representación de sambistas, tan asociados a la raza negra en Bra- sil, un tema raras veces abordado por los investigadores academicos. El éxito de Cascatinha & Inhana apunta a que hubo en Brasil algunas gene- raciones de artistas negros que no se identificaban con el género creado Apartado II. Miradas desde Brasil en Río de Janeiro.23 Además de la guarania, el bolero ha entrado con fuerza en la mú- sica sertaneja. Uno de los primeros éxitos de esta ola de bolero en la mú-

22) Este número sería superado apenas en el auge de la moda sertaneja entre 1989 y 1994, cuando la media de ventas de los principales dúos ha sido de 1,5 millones de cada disco anual. En aquel entonces Brasil tenía 164 millones de habitantes. 23) Otro ejemplo ha sido la cantora Carmen Silva, popular intérprete de los años 1970, quién ha tenido que luchar contra aquellos que exigían que grabara un samba. Su gé- nero favorito era otro, el bolero. Caso semejante era el del cantor Wilson Simonal que, aunque también cantaba samba, diversas veces ha demostrado no estar cómodo con la híper valorización del género por la vía de la tradición respetuosa a los “padres fun- dadores” y se ha indignado contra el resguardo que la MPB asumía en los años 1960. Sus críticas tenían el foco en el hecho de que la MPB y el samba se habían congelado, perdiendo popularidad y conformándose en ser la banda sonora de la clase media universitaria, que era en general poco abierta a las innovaciones y al diálogo con la cultura de masas. Araújo, Paulo Cesar de. Eu não sou cachorro, não: música popular cafona e ditadura militar. Rio de Janeiro: Record, 2003. pp. 319-320. Ver também: “O preto-que-ri” IN: Alonso, Gustavo. Simonal: Quem não tem swing morre com a boca cheia de formiga. Rio de Janeiro: Record, 2011. sica sertaneja en Brasil ha sido la canción “Boneca Cobiçada” (Bolinha/ Biá), en 1957, por el dúo Palmeira & Biá: “Boneca cobiçada/ Das noites de sereno/ Seu corpo não tem dono/ Seus lábios tem veneno”. Desde entonces, se ha desarrollado toda una generación de boleristas. La incorporación del bolero mejicano ha abierto puertas para otro género de aquel país, la ranchera. En 1959 el Dúo Glacial ha grabado un compacto con la ranchera “Orgulho” el valse “O amor e a Rosa”. En los programas de la radio la viñeta que los anunciaba decía: “Apesar do nome frio, a voz é quente...” Después vinieron dos discos más 78 RPM: en 1960, el rasqueado “Si Quieres” y la ranchera “Desde que el día ama- nece”. Y en 1961 el tango “Reconciliación” y la canción ranchera “Traição”. Entusiasmado con el éxito del bolerista mejicano Miguel Aceves Mejía, Pedro Bento & Zé da Estrada han lanzado el LP “Los amantes da

Gustavo Alonso rancheira” en 1961, en el cuál abrazaban la incorporación del sonido ex- 202 tranjero. En la portada del este LP Pedro Bento & Zé Estrada han apare- cido en trajes de mariachis mejicanos, una marca del dúo. Para mejor se adecuar al nuevo género entre 1963 y 1971 han sido acompañado por el trompetista Ramón Pérez, con el instrumento siempre presente en la versión original. Pedro Bento ha justificado la incorporación da ranchera.

Em 1958 (...) Fazia sucesso tremendo o Miguel Aceves Mejía, que era o in- térprete mais fabuloso daquela época. Todo mundo imitava para tentar fazer sucesso. (...) Foi quando nós colocamos pistão, harpa, baixo de pau, importamos o guitarrão, e sempre malhamos no estilo mexicano. É uma música que se assemelha muito com os nosso gosto de brasileiro. O pri-

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil meiro música em 78 rotações foi Seresteiro da lua, era uma rancheira bra- sileira, não era versão mexicana, era inédita nossa.24

También influenciados por las raíces mejicanas, Nenete & Dorinho han lanzado en 1958 la música Mexicanita: “Nós vamos cantando/ va- mos galopando/ Em Guadalajara iremos pousar...”. La entrada de los géneros extranjeros ha causado disgusto en los guardianes de la tradición. En paralelo a este largo proceso de incor- poración del sonido extranjero en los años 1950, un movimiento folclo- rista ha comenzado a estructurarse de manera a combatir la música “im- portada” y masificada que tomaba tanto el campo como la ciudad. A lo largo de la década de 1950 han empezado a surgir los primeros investi- gadores profesionales de la música brasileña. Vendo a sí mismos como los guardianes de la “auténtica” tradición popular, los investigadores fol-

24) Sant´Anna, Romildo. A moda é viola: ensaio do cantar caipira. São Paulo: Arte & Ciên- cia; Marília, SP: Ed. UNIMAR. 2000, p. 358-9. cloristas buscaban “salvar” a la “buena” música popular. La música serta- neja pasaba a ser vista como una deturpación de las “auténticas” oríge- nes del campo brasileño. Entre los críticos de la importación musical estaban el investigador Almirante y el compositor Ary Barroso, este un fuerte defensor de la mú- sica nacional. Ambos militaban por la “buena” tradición musical brasi- leña en programas de la radio a lo largo de los años 1950. Choqueados con la invasión extranjera y la popularización del consumo de masa, Al- mirante y Ary Barroso buscaban dar sobrevida a un legado que enten- dían como “folclore urbano”.25 Se trataba de militar por la pureza de un pasado de glorias. En esta espartería, ambos defendían en programas en la radio la idea de Ary Barroso, que en este entonces era concejal ca- rioca por la UDN (Unión Demócrata Nacional), de criar un impuesto para 26

la entrada de la música extranjera en Brasil. Corazón Latinoamérica musical de México Frente a esta popularidad de estética extranjera en Brasil, las fron- 203 teras se parecían fundir, asustando a los más conservadores. El éxito ge- neró problemas para los investigadores, periodistas e historiadores que buscaban diferenciar artistas de tradición “caipira pura” y lo sertanejos “corrompidos” por la industria cultural. Esta postura ha encontrado ecos en la academia brasileña. El profesor Romildo Sant’Anna, doctor por la USP y profesor de Literatura Comparada en la UNESP de São José do Rio Preto, explicita dicha diferenciación en el libro “A moda é viola”, re- negando valor a la música sertaneja: Apartado II. Miradas desde Brasil A transformação ocorrida foi tão drástica (...) que acabou por gerar uma nova categoria de música popular, híbrida da Jovem Guarda e de cer- tos gêneros da música popular internacional, como mariachis, corridos

25) Diversos programas de Almirante en la radio a lo largo de la década de 1950 tenían esta característica pedagógica explícita. Entre ellos No tempo de (1951), Academia de ritmos (1952), Recordações de Noel Rosa (1953), Corrija nosso erro (1953), A nova historia do Rio pela Música (1955) e Recolhendo o folclore (1955). 26) Frente a la crítica a la importación de géneros musicales, dichos investigadores e pe- riodistas comprometidos han fundado una “tradición” musical digna. Para el historia- dor Marco Napolitano el movimiento folclorista anunciaba importantes construccio- nes que serían instrumentalizadas por la sigla MPB en la década siguiente, entre ellas la defensa y la tradición, la “búsqueda del pueblo brasileño” y la crítica al mercado: “A febre folclorista que tomava conta de diversos segmentos intelectuais potencializou a antiga preocupação de separar a música popular de “raiz” da música “popularesca” das rádios, feita sob encomenda para atender ao gosto fácil dos ouvintes. Na visão desses críticos, a nova audiência radiofônica consumia mais a vida dos seus ídolos do que a música que eles interpretavam. Aos olhos das elites intelectualizadas e dos na- cionalistas, o método folclórico fornecia um olhar para legitimar a cultura popular sem os riscos de confundir-se coma cultura de massa ou nivelar-se à cultura erudita”. Napo- litano, Op. Cit., 2007, p. 62. (usando instrumentos como os violões, violinos, baixo, trompetes, pis- tons e ‘tololocho’ – instrumento de cordas parecido com o violino, porém grande e agudo) – e boleros veiculados pelos filmes mexicanos da Pelmex, de início, e ao country norte-americano, hoje em dia, com simulações de Moda Caipira.27

En los años 1970 el enorme éxito de estos cantores ha asustado a los conservadores estéticos. La idea de preservar a la música brasi- leña y “auténtica” era la contraparte estética del proyecto nacional-po- pular que animaba gran parte de la intelectualidad brasileña. Frente al éxito cada vez más grande de lo que consideraban “moda extranjera”, lo defensores del purismo en la música rural defendían que existían di- ferencias irreconciliables en la música rural. Dicha división, a cada día

Gustavo Alonso más hegemónica, no era exclusiva solamente de un u otro crítico: ha 204 sido resultado de una espartería de políticos, periodistas, escritores ar- tistas, cantores, compositores. O sea, de casi todo el campo de la música popular rural. En disputa estaba lo que los folcloristas criticaban como mexicanización y paraguayzación de la música brasileña. Pero no todos han optado por la reacción pura y simple. Algunos intentaron combatir a la importación sonora a través de una especie de “antropofagización”.

Resistencias El primer intento “antropofágico” de lidiar con el sonido extranjero ha sido cuando Nono Basílio y Mario Zan han creado en 1958 un género al cual llamaron tupiana, inspirados en las guaranias paraguayas. La antro-

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil pofagia, concepto que ha sido inicialmente elaborado por Oswald de Andrade en los años 1920, defendía la incorporación de matices extran- jeras para que se produzca algo original y nacional a partir de la diges- tión de influencias de diversas orígenes. Diversos movimientos estéticos brasileños iban a destacarse en esta vertiente, como el tropicalismo de los años 1960 y el mangue beat pernambucano de los años 1990. Aun- que tal vez de manera inconsciente, ha sido en esta línea que dichos mú- sicos rurales han decidido actuar. El nombre del pretendido género –tupiana- explicitaba la intención de el dúo: claramente se trataba de abrasilerar a la guarania. El objeto era defender a la música nacional de las influencias externas a través de la incorporación de los ritmos latinoamericanos, manteniendo una ma- yor participación de la música de los indígenas tupi guaranís, en com-

27) Sant´Anna, Op. Cit.,p. 360. pasos temarios, marcado por el tambor.28 Según el propio criador Mario Zan, el género que buscaba abrasilerar al sonido extranjero no ha tenido éxito: “Não pegou, não teve divulgação. Naquele tempo não existia mí- dia, hoje qualquer bobagem que você fala tem repercussão”.29 Sem su- cesso na nacionalização do gênero, os boleros e guarânias continuaram a tomar conta das rádios.30 Dicho proceso de mexicanización o paraguayzación de la música sertaneja ha llegado a su auge en la década de 1970. Y estos no eran los únicos géneros extranjeros a entrar en la música sertaneja. En los años de 1970 el rock también ha empezado su penetración. El dúo Leo Can- hoto & Robertinho, pionera en la incorporación de las guitarras eléctri- cas, del bajo y de la batería bajo la influencia del rock de Los Beatles y de la Jovem Guarda de Roberto Carlos, han conquistado una considerable

popularidad en el medio sertanejo. En la música sertaneja de los años Corazón Latinoamérica musical de México de 1970 han entrado e se han mezclado las estéticas locales y la de paí- 205 ses bastante distintos, como EUA, Paraguay y México.

Paraguay millonario / México rico Por lo menos hasta la década de 1970 la distinción entre música serta- neja y música caipira no quedaba totalmente clara. As veces incluso los investigadores, historiadores, artistas y periodistas intercambiaban los términos.31 Pero con el gran éxito popular de Milionário & José Rico y

28) Nepomuceno, Op. cit.,2007, p. 162. Apartado II. Miradas desde Brasil 29) Testimonio de Mario Zan para el libro Nepomuceno, Op. cit., p. 162. Para el folclorista José Hamilton Ribeiro el problema ha sido que Zan no habría conseguido romper la “máquina do jaba” (favorecimiento) en la música brasileña. Ribeiro, Op. cit., p. 248. 30) No todos miraran con buenos ojos a esta propuesta “tropicalista avant la lettre” de na- cionalizar el sonido extranjero. EL investigador J. L. Ferrete ha rechazado tal experien- cia: “A música caipira ou rural parece ter nascido para a imutabilidade dos próprios meios. (...) É evidente que a estagnação emurchece, mas o quadro piora mais quando se acrescentam cores de bolor. (...) Aqui, houve gente de boa vontade e muitos aven- tureiros que notaram o declínio, os primeiros buscando soluções terapêuticas urgen- tes, e os outros tratando simplesmente de salvar alguma coisa para proveito próprio. (...) As irmãs Castro ingressaram a contragosto nesse campo e descobriram um meio de conciliar seu constrangimento com algo igualmente próximo de seus ideais artísti- cos e dos ideais do rural. Empolgadas por sucessos mexicanos e paraguaios, uns e ou- tros voltados para as coisas do campo, começaram a introduzir na música caipira bra- sileira a música caipira dos outros. (...) Parece ter sido daí em diante que o tradicional caipira começou a perder o velho sentido”. Ferrete, Op. cit., p. 121-122. 31) En un reportaje acerca de la música de Tonico y Tinoco el crítico Tárik de Souza ha de- finido en 1970 la música del dúo como “sertaneja”, “caipira” y “regionalista”. En repor- taje sobre el “sonido del campo” el articulista llama a la música nordestina que hoy se conoce como forró y baião de “sertaneja”, y la música del interior de las regiones Su- deste y Sul de “caipira”. Los términos todavía tenían poca precisión sobre todo para Leo Canhoto & Robertinho en los años 1970, la diferencia quedaba cada más claras a los ojos del gran público. Leo Canhoto & Robertinho han incorporado el rock y los lentos post Beatles en la música rural. A su vez, Milionário & José Rico eran la continuación de la tradición que se había iniciado con Pedro Bento & Zé da Estrada y Belmonte & Amaraí en los años 1950 y 1960. La diferencia en relación a las otras dos que mejicanizaban el so- nido brasileño estaba en lo visual: Milionário & José Rico se vestían con ropas de estética entre el hippie de los años 1970 y los hacenderos ri- cos, con collares exagerados, gafas de sol y anillos y joyas escandalosas [como se puede ver en el LP de 1977, Os gargantas de ouro do Brasil, foto]. En distintas canciones José Rico, la primera voz y a la vez el com- positor del dúo, decía palabras en español, llantos y gritos que simula-

Gustavo Alonso ban un mariachi mejicano. 206 José Alves dos Satos ha nacido en São José do Belmonte, en Per- nambuco, en 1946. Él ha crecido en la ciudad de Terra Rica, en el estado de Paraná y ha adoptado a su nombre artístico José Rico cuándo toda- vía era joven. Él ha llegado sin trabajo a San Pablo en 1970 y ha vivido con su mujer y la hija chiquita en una villa a las orillas del sucio río Tietê. Romeu Januário de Mattos ha nacido en Monte Santo de Minas, un pueblo en la frontera de Minas Gerais con San Pablo, en 1940. Migrante, ha ido para la capital paulista dónde ha trabajado como camarero, alba- ñil y pintor de paredes. Ha conocido a José Rico en los años 1960 en el Largo Paissandu, una región de bajo meretricio de la capital paulista. El lugar era un punto de músicos y actores de la época. Romeu esperaba

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil a su compañero con quién hacía pequeños trabajos en el dúo Branco & Negrito, pero su compañero no llegaba, Ha sido cuándo Romeu lo ha visto a José Rico con su guitarra en las manos y empezaron a hablar. La conexión con su nuevo amigo se ha dado por los gustos en co- mún. Ambos eran fanáticos de Caçula & Marinheiro, y la primera música que ensayaron fue “Cantinho do céu”: “Sei que na vida perdi a minha fe- licidade/ Ficou somente amargura/ Paixão, tristeza e saudade”. La elec- ción de Caçulinha & Marinheiro como referencias no fue al acaso. Desde 1962 esta era una de las dúos que grababan inspiradas en la tradición mejicana y paraguaya. En el disco que incluía “Cantinho do Céu”, Caçula

los críticos del Sudeste, pocos abiertos a este tipo de música y que apuntaban más hacia las diferencias regionales que de estilo. “O novo som que vem do campo”, Veja, 29/04/1970, p. 25. Algunos reproducen hasta hoy esta “confusión”. Ayrton Mungnaini Jr., autor de la “Enciclopedia das músicas sertanejas”, publicada en 2001, mezcla mú- sicas del Nordeste con caipiras y “breganejos” sin conseguir precisar el tema de su li- bro. Mugnaini Jr., Op. cit.. & Marinheiro cantaran también versiones en portugués de canciones como “Portero suba y diga” y “El reloj”, clásicos del repertorio de los me- jicanos Miguel Aceves Mejía y del chileno Lucho Gatica.32 El dúo ha pasado a cantar en la noche de la periferia paulistas sin mucho éxito. Pobres migrantes en la gran ciudad, José Rico y Milionário pasaron a pintar paredes de edificios en construcción. Pero no han de- jado el sueño de convertirse en cantantes profesionales. En 1973 han lanzado el LP “De longe também se ama” [foto]. Se trataba de un disco romántico, con onda de ranchera, guaranias, harpías paraguayas, pisto- nes y los “uiuiuis” de la tradicional música mejicana. En el Brasil de Milio- nário & José Rico, México se cruzaba con Paraguay. A diferencia de Leo Canhoto & Robertinho, Milionário & José Rico no hacían el género cowboy y sus canciones versaban casi que exclusiva-

mente sobre el amor, teniendo siempre como bases a los ritmos “impor- Corazón Latinoamérica musical de México tados”. A pesar de que cantaban géneros latinos, ellos también sufrían la 207 influencia de los brasileños. El “rey” Roberto Carlos también ha dejado sus marcas en la trayectoria de el dúo: “Roberto Carlos é um ídolo nosso também. Nada que aconteça vai mudar esse fato. Nem mesmo que este- jamos vendendo mais discos que ele. Como nós, ele veio de baixo. Con- quistou, como nós, o sucesso através de muito trabalho e talento”, ha di- cho José Rico en el auge de su éxito. 33 Además del “rei” Roberto Carlos José Rico ha manifestado las demás influencias de sus composiciones: “Tenho como inspiradores da minha obra Nelson Ned, Miguel Aceves

Mejía, Miltinho e Nelson Gonçalves. Fazemos uma dosagem de influên- Apartado II. Miradas desde Brasil cias, mas a maior parte delas é do mariachi mexicano”.34 El LP De Longe também se ama, de 1973, ha tenido éxito solamente regional. El éxito sólo iba a venir en 1975 cuando el LP Ilusão Perdida [foto] ha vendido aproximadamente 200 mil copias.35 A partir de en- tonces sería una serie de éxitos entre las décadas de 1970 y 1980: “De longe também se ama”, “Ilusão perdida”, “Dê amor para quem te ama”,

32) Milionário & José Rico han declarado en un programa en la televisión en el canal Ban- deirantes en 2000 (sin fecha definida) que “Cantinho do céu” ha sido la primera can- ción que han cantado: http://www.youtube.com/watch?v=7p86fP8VzY8&feature=rela ted 33) “Milionário & José Rico: O cinema e a cidade descobrem a música sertaneja”. O Globo, Segundo Caderno, 25/03/1981, p. 29. 34) “Os reis sertanejos”. Veja, 24/09/1986. 35) Nepomeceno, Op. Cit., p. 183. Según Tárik de Souza el número logrado ha sido más grande, se habeno acercado a las 500 mil cópias: “A grande noite da viola: sertane- jos desembarcam no Maracanãzinho (Jornal do Brasil, 12/06/1981)”. Souza, Tárik de. O som nosso de cada dia. Porto Alegre: LP&M. 1983, p. 115. “Sonho de um caminhoneiro”, “Velho candeeiro”, “Estrada da vida”, “Vá pro inferno com o seu amor”, “Tribunal do amor”, “Vontade dividida” en- tre muchos otros. El apoyo decisivo para la divulgación del dúo ha sido de parte del radialista Zé Bettio, que en los años 1970 trabajaba en la Radio Record paulista, una de las más importantes radios del género. Nombre funda- mental por detrás de la escena de la música sertaneja, Zé Bettio era el intermediario ideal para aquellos que apostaban en la modernización de la música sertaneja.36 Con el apoyo de su hijo José Homero Bettio, quién había empezado a ser empresario y productor de diversas dúos sertanejas, Zé Bettio padre se ha convertido en uno de los hombres más importantes de la rádio brasileña en el ramo de la música sertaneja al in- corporar la modernidad que surgía en este escenário cultural. Para los

Gustavo Alonso sertanejos, ser moderno era también dialogar con la cultura latinoame- 208 ricana. La grabadora Continental/Chantecler, que hacía años ya venía es- pecializandose en el mercado de la música rural, había contratado a Mi- lionário & José Rico, aumentando la importación de sonidos “extranje- ros” a la música sertaneja. El dúo se ha convertido en la más famosa representante de la fusión de géneros paraguayos y mejixanos en la mú- sica brasileña de los años 1970. La música sertaneja, que se profesiona- lizaba cada vez más, impulsaba un gran negócio a su alrededor. Discos, bebidas, modas, recitales, circus, instrumentos: un gran mercado se mo- vía alrededor de los cantantes rurales modernos. La fama de Milionário & José Rico era tanta que a princípios de la

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil década de 1980 su éxito ha atingido de manera breve a la capital ca- rioca. Hacía poco tiempo que la película “Estrada de la vida”, dirigida por Nelson Pereira dos Santos. Nelson era un famoso cineasta, padre funda- dor del movimiento del Cinema Nuevo de los años 1950 y 1960, director de clásicos como “Rio 40 graus”, “Amuleto de Ogum” y “Vidas Secas”37. En 1980 el director había quedado tocado con la historia de Milionário & José Rico y ha aceptado hacer una película con los propios músicos como autores, retratando su sufrida historia y sus influencias musicales.

36) “A moda da terra”, Veja, 07/06/1978. 37) El Cinema Novo ha sido un movimiento cinematográfico brasileño iniciado por Nel- son Pereira dos Santos en los años 1950 que, influenciado por el neorrealismo italiano y por la “nouvelle vague” francesa, ha buscado que las raíces el pueblo brasileño fue- sen mostradas por el cine nacional. La actuación de Nelson ha encontrado eco en di- rectores como Cacá Diegues, , Joaquim Pedro de Andrade, Leon Hir- szman, , Paulo César Saraceni entre otros, que han dado seguimiento al movimiento en las décadas siguientes. El hecho de que Nelson Pereira haya hecho esta película ha generado muchas críticas al cineasta. A la época, Nelson se ha justificado:

Um ano junto a eles, filmando e convivendo, e posso afirmar que se tratam, Milionário & José Rico, de um fenômeno não apenas musical, e sim, de um fenômeno social. São dois “Macunaímas”, com equipamento ideológico e fisiológico próprios e pertinentes à sua vida e missão. E não são nada alie- nados: se lhe chamam caipiras, respondem que caipira é o papel de quem chama; o que eles são “é uma dupla sertaneja”. Aprendemos com eles, eu e minha equipe, a nos despirmos daquele preconceito do homem da cidade grande, ao se deparar com as coisas ditas “do interior”.

Pero no todos pensaban así. Después de un recital en Río de Ja-

neiro, el diario carioca O Globo ha reconocido la fama de Milionário & Corazón Latinoamérica musical de México José Rico en un reportaje titulada “La música sertaneja quiere vencer 209 en Río”. El reportaje decía que si la misma media de venta de Milioná- rio & José Rico fuese alcanzada por astros como Gonzaguinha, Rita Lee, Milton Nascimento o Caetano Veloso, seguramente ellos serían tapa de las principales revistas semanales del país y tema constante en los dia- rios.38 Eso era algo que no les pasaba a las dúos sertanejas porque para la grande parte de los periodistas de las capitales la música sertaneja era un género menor. Su público consumidor era en gran parte compuesto por personas que los grandes medios no solían valorar mucho.

De manera general, el público sertanejo era de la misma clase so- Apartado II. Miradas desde Brasil cial de la cual los artistas eran oriundos, o sea, de clases inferiores de la sociedad. De origen agraria, eran campesinos pobres. En las ciudades, eran proletarios de las periferias de las capitales, que se levantaban tem- prano todos los días para trabajar en el centro de ciudades como San Pa- blo, que se urbanizaban de manera acelerada y generaban bolsones mi- serables a su alrededor. La memoria afectiva de una gran cantidad de los ciudadanos del interior y de las periferias brasileñas está íntimamente conectada a las canciones de amor de Milionário & José Rico, así como a otros artistas sertanejos. Ese era el público que iba a verlos en sus re- citales, como ha definido José Rico en una entrevista al diarioO Globo:

O Globo: Quem é esse público, que ouve e compra música sertaneja? José Rico: Gente simples, como nós dois. Essa gente também compra disco, não é o mendigo que muito estudioso pensa. Nem sempre ele vive como sertanejo. A maioria desse povo está na cidade grande, para onde

38) “A música sertaneja quer vencer no Rio” O Globo, 20/04/1981, p. 19. fugiu em busca de trabalho. Mas, por mais que fiquem na cidade grande; que envelheçam ali, criem filhos e netos, serão sempre sertanejos - jamais esquecerão o cheiro da terra, o passo do cavalo, o tempo da colheita. Essa gente tem saudade. Não aquela saudade negativa, pra baixo, como a im- pressão de nada ter vivido. Não! Se trata de saudade gostosa, de pessoas que tiveram que cumprir a sua sina e venceram, mesmo com o preço de não terem voltado às origens. É para esta gente que Milionário & José Rico estão aí, cantando e tocando do jeito que gostam. Graças a Deus eles compram o nosso disco. Que é música sertaneja, do homem do campo, da terra - que não quer, porque não precisa, de verdades fundamentais que não a terra e a importância do amor.39

La diferencia entre el éxito de Milionário & José Rico en los años

Gustavo Alonso 1970 y, por ejemplo, el dúo Leandro & Leonardo en los años 1990, o Mi- 210 chel Teló en los años 2000, ha sido que en las décadas más recientes el éxito de estos artistas ha ultrapasado las barreras de clase regionales. Parte de las clases superiores y de las grandes capitales ha pasado a adoptar a la música sertaneja en la virada de los años 1980/90, haciendo con que este género salga del gueto regional y de clase, lo que práctica- mente no ha ocurrido en los años 1970. Aun siendo un fenómeno menor que el sertanejo de las generacio- nes siguientes no se puede despreciar el éxito de Milionário & José Rico. Ellos han moldado la afectividad de millares de brasileños. Y ayudaron a incorporar la influencia paraguaya y mejicana en la canción sertaneja, antropofagizando el legado extranjero.

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil Y ninguna de las canciones de el dúo ha tocado tanto al público sertanejo como la ranchera “Estrada da vida”, de 1977, que les significó el sobrenombre de “Las gargantas de oro de Brasil”:

Nesta longa estrada da vida, vou correndo não posso parar. Na esperança de ser campeão, alcançando o primeiro lugar.

Mas o tempo secou minha estrada e o cansaço me dominou, minhas vistas se escureceram e o final da corrida chegou.

39) “Milionário & José Rico: O cinema e a cidade descobrem a música sertaneja”. O Globo, Segundo Caderno, 25/03/1981, p. 29. Este é o exemplo da vida, pra quem não quer compreender: Nós devemos ser o que somos, ter aquilo que bem merecer

Una típica ranchera, “Estrada da vida” tiene compas temario y so- los de violeta, violines y trompetas, inspirada en la estética ranchera me- jicana. La canción, que ya había sido grabada en 1970, no había tenido éxito algún. En 1977 ella fue regrabada y ha dado nombre al LP de aquel año, contando con el apoyo de la grabadora. Se ha convertido en el más grande éxito de Milionário & José Rico. El apogeo del dúo también ha generado el aumento de la crítica. Junto a Leo Canhoto & Robertinho, Milionário & José Rico se han con-

vertido en el símbolo del Brasil de la periferia que, aunque mayoritario Corazón Latinoamérica musical de México numéricamente, no tenía espacio el respaldo de las élites intelectualiza- 211 das. Al lado del Trio Parada Dura, que en aquel entonces empezaba la carrera y también eran adeptos a las importaciones estéticas, Milionário & José Rico han sido acusados de ser repetitivos y por la “destrucción” del género caipira. En 1985 el diario Estado do Paraná ha señalado que el sonido del dúo no traía innovaciones:

Difícil passar um mês em que não surjam novas duplas (eventualmente trios) rurais, ampliando a já ampla discografia rural - cujo levantamento é um desa-

fio para os pesquisadores. Há duplas consagradas, entre as de maior popu- Apartado II. Miradas desde Brasil laridade, como Milionário & José Rico, que (...) estão hoje entre as de maior prestígio, com agendas carregadas de shows e fazendo seus discos vende- rem milhares de cópias. Chegam agora ao 15º volume e, a exemplo do que acontece, na música urbana, com um Roberto Carlos, eles também não mu- dam o estilo, (...) [nem] o repertório. A dupla repete o esquema de romance- separação-paixão, eventualmente com alguma pitada de ação.40

Blanco de la crítica intelectualizada, Milionário & José Rico han sido acusados por Tárik de Souza, periodista musical del Jornal do Brasil, de seren meros productos de la indústria cultural: “Esses atrevidos e resis- tentes sertanejos, em alguns casos [foram] forjados nos laboratórios das gravadoras, através de uma mistura de mariachis mexicanos e harpistas paraguaios. (...) É o caso da dupla Milionário &e José Rico”.41

40) Tonico & Tinoco: As glórias da dupla caipira e as músicas do homem rural. Texto de Aramis Millarch, Estado do Paraná, 24/11/1985, p. 36. 41) Tárik de Souza:Sertanejos desembarcam no Maracanãzinho, Jornal do Brasil, 12/06/1981, Caderno B, p. 1. La incorporación de sonidos extranjeros en espacial los mejicanos, molestaba de verdad a los críticos. José Luis Ferrete, autor de un libro acerca de la música caipira, también ha atacado lo que él consideraba “importación” de género:

Milionário & José Rico levam a estratégia de misturar sons paraguaios e mexicanos a requintes de alienação total do gênero (...). O Trio Parada Dura seguiria nas mesmas águas com mais sucesso ainda, e até onde irá a influência darancheira e do mariachi ninguém sabe. Certo nos parece, em todo caso, que a velha e obstinada música caipira brasileira se submeteu a um make-up generalizado, mudando até mesmo de sotaque. As novas gerações de seus apreciadores preferiram-na sem o esgarçado chapéu de palha, trocando-o por um mais vistoso de feltro, e a falta de dentes na boca

Gustavo Alonso foi substituída por um rosto de grandes bigodes ou barbas hirsutas. Até 212 óculos escuros tornaram os cantores mais sofisticados.42

La influencia de Milionário & José Rico ha legitimado la continua- ción de la fusión de ritmos paraguayos y mejicanos. El éxito de artistas como Durval & Davi, João Mineiro & Marciano y sobretodo, del Trio Pa- rada Dura, artistas estos que con frecuencia mezclaban los géneros lati- nos a la tradición rural, también ha sido posible por la apertura que pro- porcionaron Milionário & José Rico. El Trio Parada Dura, constituido por Creone, Barrerito & Manga- binha y que ha empezado su carrera en meados de los años 1970, tam- bién ha sido muy influenciado por los sonidos importados. A tal punto

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil que uno de sus miembros ha cambiado su nombre para de adecuar a la estética importada. En principio el nombre artístico de Élcio Neves Borges era Barreirinho. Por la influencia de las rancheras y los boleros mejicanos, le ha parecido mejor dar una “españolada” a su nombre, y así ha pasado a presentarse como Barrerito.43 Los éxitos en la línea de la guarania y de la ranchera han sido rápidos. En 1975 “Castelo de Amor” ha sido el primer éxito del trío: “Num lugar longe, bem longe, lá no alto da colina,/ Onde vejo a imensidão e as belezas que fascina,/ Ali eu quero morar juntinho com minha flor/ Ali quero construir nosso cas- telo de amor”. Desde este entonces ha sido un éxito trás otro: “Mineiro Não Perde Trem” (1976), “Casa Da Avenida” (1977), “Homem De Pedra” (1978), “Fuscão preto” (1981).En 1981 la guarania “Último Adeus” daba

42) Ferrete, Op. Cit., p. 123. 43) Entrevista de Barrerito al Programa do Ratinho, sin fecha precisa: 1991/1992: http:// www.youtube.com/watch?v=fNu6ZoGWU-c seguimiento a las influencias extranjeras en la música sertaneja: “Não me precisa mais virar-me o rosto/ Nem tratar-me com desprezo assim/ Sei que em seu coração tem outro/ Não existe mais lugar pra mim...”. En “Telefone mudo” (1983) el destaque también era el estribillo: “Eu quero que risque meu nome da sua agenda/ Esqueça o meu telefone não me ligues mais/ Por que já estou cansado de ser o remédio/ Para curar o seu tédio/ quando seus amores não te satisfazem...” Era exactamente esta postura de incorporación extranjera que cho- queaba a los críticos. En obra del 2006 el periodista José Hamilton Ri- beiro ha reproducido la crítica a la mexicanización: “A contaminação que mais incomoda (...) é a que vem da América do Norte. E não se está aqui falando dos Estados Unidos, mas sim do México. Pedro Bento & Zé da Estrada, Milionário & José Rico, Leo Canhoto & Robertinho [sic] foram

alguns dos que adotaram o estilo mariachi, com sombreiros, trejeitos e Corazón Latinoamérica musical de México gritinhos próprios da tradição mexicana. (...) A mexicanização pegou (...) 213 fundo, comeu por dentro [la música caipira]”.44 José Rico no se quedaba callado y contestaba a las críticas: “Acom- panhamos a evolução. Quem grava música folclórica hoje não vende. Tonico & Tinoco empacaram na toada e não são capazes de tocar um bolero. Nós tocamos de tudo e nos tornamos campeões”.45 A pesar de las críticas de José Rico a Tonico & Tinoco no se puede decir que estos hayan pasado inmunes a la influencia de los sonidos ex- tranjeros. En la mitad de la década de 1970, Tonico & Tinoco han gra- bado canciones usando a harpías paraguayas en el arreglo. Ellos han Apartado II. Miradas desde Brasil sido, entonces, patrullados por los críticos que estaban en desacuerdo de la “importación” estética. El historiador musical y crítico José Ramos Tinhorão, en aquel entonces columnista de Jornal do Brasil, ha demos- trado su disgusto con la incorporación del instrumento al LP “Tonico & Tinoco 31 anos”:

É de lamentar que a [gravadora] Continental (...) não tenha emprestado maior cuidado à produção desse disco (...). Apesar da boa ideia de fazer a capa e contracapa à base da montagem de velhas fotos da dupla, o re- pertorio foi mal escolhido (há duas musicas com o nome do comerciante de discos Roberto Stanganelli, o que cheira a esperteza), e - o que é um desastre - o bom trabalho do violão e da viola de Tonico & Tinoco é intei- ramente destruído pela presença de (pasmem!) uma harpa paraguaia. (...) Quando mais não seja, o disco ajudará a maioria [do público] a não ficar

44) Ribeiro, Op. Cit., p. 246. 45) “Os reis sertanejos”. Veja, 24/09/1986. na condição humilhante de só conhecer country music dos falsos caipiras norte-americanos.46

Conscientes de la incorporación del sonido extranjero, Milionário & José Rico militaban por esta práctica. en sus discos ellos decían algunas pa- labras en español. imitando a los ídolos mejicanos del bolero y sobretodo de la música ranchera, como José Alfredo Jiménez y Miguel Aceves Mejía. No deja de ser curioso que en la música sertaneja las críticas a la incorporación del sonido extranjero sean direccionadas a países como México y Paraguay, que de hecho nunca han sido vistos como contribu- yentes de la música brasileña. Las canciones de Pedro Bento & Zé da Es- trada, Belmonte e Amaraí y, finalmente, Milionário & José Rico y el Trio Parada Dura parecen apuntar hacia una influencia que no pasa por Eu-

Gustavo Alonso ropa o por los Estados Unidos, sino que por países latinoamericanos ge- 214 neralmente asociados a la pobreza. México y Paraguay eran países en condiciones económicas muy si- milares a Brasil, quizás peor. Si los problemas económicos los ponía en un grado crítico de desarrollo poco capaz de influenciar la economía mundial, culturalmente México y Paraguay tenían un peso importante, frecuentemente subvalorado. La exportación de ritmos y géneros musi- cales los ponía en un patamar de formadores de un patrón cultural con- tinental. Este mismo rol exportador de cultura es también cumplido por el mismo Brasil. El samba y la bossa nova han sido exportados mundo afuera, sirviendo de matriz para otros estilos y fusiones y siendo conoci- dos y reconocidos en los más diversos lugares del planeta. De la misma

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil manera la existencia de público artistas adeptos al bolero, a las guara- nias y a las rancheras en Brasil indica el grande éxito en la exportación de los géneros musicales de México y Paraguay, capaces de influenciar el país del samba, del carnaval y de la bossa nova. El hecho de Paraguay y México no serien vistos como influentes en la cultura brasileña parece apuntar el poco apego que parte de la so- ciedad brasileña siente en relación a los países económicamente “poco desarrollados”. La depreciación de ritmos latinos en la influencia de la música nacional denota la asociación que se hace con frecuencia en- tre “deficiencia económica” y “deficiencia cultural”. En general hay entre las camadas medias y altas de Brasil una cierta vergüenza de determi- nados ritmos y géneros latinos. El bolero, la guarania, el rasqueado, el chámame y la ranchera son frecuentemente vistos como “bregas” “ca- fonas” o estéticamente “inferiores”. De manera que dichos géneros son

46) Jornal do Brasil, Caderno B, p. 2 , 08/02/1974. casi siempre excluidos de la noción hegemónica de “buen gusto” culti- vada por las élites culturales urbanas de Brasil. Los escritores nacionales, los intelectuales, los historiadores y los periodistas prefieren ver al rock, al jazz y a las matrices afroamericanas influenciando a la música brasi- leña. Arrebatados por sus preferencias personales nunca han percibido la fuerza de matrices paraguayas y mejicanas en toda la música y, en es- pecial, en la música sertaneja. El éxito creciente de la música sertaneja todavía iba a traer más “disgustos” para aquellos que poco afinidad tenían con el género. En la época de la nacionalización de la música sertaneja a partir de fines de los años de 1980, el sonido mejicano y paraguayo finalmente habían lle- gado a los oídos más “refinados” del sudeste y sus capitales. Ha sido la primera vez que la música sertaneja ha sido escuchada en Río de Janeiro

y en el Norte/Nordeste del país, por ejemplo. Corazón Latinoamérica musical de México En aquella época todavía había alguna influencia de los géneros 215 paraguayos y mejicanos en la música sertaneja. La creciente naciona- lización de la música sertaneja ha empezado con el más grande éxito de la carrera del dúo Chitãozinho & Xororó la canción “Fio de cabelo” (1982), una típica guarania: “Quando a gente ama/ Qualquer coisa serve para relembrar/ Um vestido velho da mulher amada/ Tem muito valor/ Aquele restinho do perfume dela que ficou no frasco/ Sobre a pentea- deira/ Mostrando que o quarto/ Já foi o cenário de um grande amor”. Los compositores de la canción eran Darci Rossi y Marciano, este último del conocido dúo Mineiro & Marciano. Apartado II. Miradas desde Brasil Integrantes de la nueva onda moderna de los años 1970, João Mi- neiro & Marciano solamente han arrancado a partir de la década d como e 1980 cuando han tenido vários éxitos “Se eu não puder te esquecer”, “A bailarina”, “Seu amor ainda é tudo” y “Ainda ontem chorei de sau- dade”, entre otras. Así como Chitãozinho e Xororó, ellos eran de la ge- neración que ha comenzado en los años 1970 y se sentían muy atraídos por Leo Canhoto & Robertinho y Milionário & José Rico. Marciano es- cribía sobre todo los corridos, las guaranias y rancheras. El compositor también imitaba los gritos “mejicanos” presentes en las canciones de sus ídolos: “Eu adorava música mexicana, achava divertido ouvir um ma- riachi cantando, dando aqueles gritos no meio das músicas, e eu fazia isso quando cantava as minhas”.47 El éxito vino cuándo Marciano ha encontrado a un letrista que le dio espacio a los dramas “mejicanos” de sus melodías, como ha dicho años más tarde:

47) “Entrevista: Marciano”, por André Piunti, 22/09/2010, http://universosertanejo.blog. uol.com.br/arch2010-09-19_2010-09-25.html Eu comecei a fazer composição boa mesmo, de verdade, quando eu con- heci o Darci Rossi, já em 80. Foi com ele que eu compus “Fio de cabelo”. Eu achava que precisava ser mais incisivo, ter letras mais pesadas, pra me diferenciar do que tava acontecendo. Então a gente pegava histórias de vi- das, de relacionamentos, de qualquer tipo, e partia pro lado triste. Foi pro- posital por achar que faltava isso, e acabou dando certo. Nossa principal composição foi “Fio de cabelo”.48

Juntos, Marciano y Darci Rossi han hecho una serie de canciones desde aquel entonces, convirtiéndose en un dúo exigido y grabado por diversos otros dúos. Pero al principio han tenido dificultades en grabar hasta el que sería su más grande éxito. El propio compositor no tenía mucha fe en la composición pues a todos les parecía demasiado dramá-

Gustavo Alonso tica. De forma que su propio dúo ha perdido la oportunidad de grabar 216 aquel que ha sido junto a “Entre tapas e beijos” de Leandro & Leonardo, la música sertaneja de más grande éxito de la década de 1980.49 Al grabar la canción Chitãozinho & Xororó han hecho pequeños cambios en la melodía. “Fio de Cabelo” ha sido grabada con arranjos de Evêncio Raña Martinez, un maestro de origen española que trabajaba con varios dúos adeptos de las guaranias y las rancheras. En la portada del LP “Fio de cabelo” ha ganado la acuña de guarania. Las influencias latinas siguieron adelante y eran comunes también entre los grandes nombres del sertanejo de la década de 1990. En el pri- mer LP del dúo Zezé Di Camrago & Luciano lanzado en 1991 los herma- nos de Goiás grabaran la canción “Eu te amo” (Roberto Carlos). Se tra-

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil taba de la regrabación de “And I love her” de Los Beatles en la forma de bolero. En el mismo disco había también la guarania “Águas Pasadas”, cantada junto a la cantante Fafá de Belém. A pesar de que los lentos hayan superado a las canciones de in- fluencia latina en los años 1990, los boleros, las guaranias y los rasquea- dos no desaparecieron. Un bolero grabado en 1994 por el dúo Zezé Di Camargo & Luciano ha tenido mucho éxito. Se trataba de la canción “Você vai ver” de Carlos Colla y Elias Muniz:

Você pode provar Milhões de beijos Mas sei que você vai lembrar de mim Pois sempre que um outro te tocar

48) Ídem. 49) Ídem. Na hora você pode se entregar Mas não vai me esquecer Nem mesmo assim...

Eu vou ficar Guardado no seu coração Na noite fria solidão Saudade vai chamar meu nome

El letrista Carlos Colla ha sido entrevistado para mi tesis de docto- rado acerca de su trayectoria en la música sertaneja. En la entrevista le he preguntado acerca la recurrente y exagerada temática romántica de su obra. Como respuesta Colla, que es el compositor más grabado por 50

Roberto Carlos después del propio, ha teorizado acerca de la acepta- Corazón Latinoamérica musical de México ción del lenguaje romántico en Brasil. Su mirada es de cómo una tradi- 217 ción en la música popular brasileña que nos acercaría a la música latina:

O brasileiro é mexicano, né? Mas a gente dificilmente reconhece isso. A ci- dade não é mexicana, mas a alma brasileira é mexicana. Quando eu canto as músicas de corno o pessoal ama. Por que ninguém é sofisticado na hora do amor. Se você namorar uma mulher sofisticada vai enjoar. (...) Ela não é autêntica... A alta sociedade é sofrida e castrada porque convivem entre si não por grandes amores, mas por grandes interesses. (...) Esta polidez

afasta as pessoas. Gente que pensa com a própria cabeça não é sofisti- Apartado II. Miradas desde Brasil cada, ela é autêntica, e gosta de música mais autêntica. (...) Atingir um co- ração sofisticado é impossível, pois o sofisticado só pensa nele mesmo e no medo que ele tem das pessoas.

Entretanto, no todos aceptaban los aderezos mejicanos melodra- máticos en la identidad brasileña. El periodista Nelson Motta ha sido uno de los que le ha molestado la influencia extranjera delsertão en los años 1990. Entonces, él ha escribido una larga columna en el diario O Globo en la cuál ha sido duro:

[La música sertaneja es el] ambiente musical jeca-romântico (...) vigente, depressivo, dedicado a histórias dor-de-corno e a romances mal resolvi- dos em meladas guarânias e baladas sorumbáticas, destilando melancolia e sentimentalismo pra baixo, pra dentro, para trás. Como se a essas alturas de sua história de glórias a música brasileira precisasse sofrer influências

50) Araújo, Paulo Cesar. Roberto Carlos em detalhes. São Paulo: Planeta, 2007. da música paraguaia e mexicana. É como se aprendêssemos a jogar fute- bol com os norte-americanos.51

Nelson Motta es uno de los críticos más importantes de la música brasileña.52 Como se nota, para Motta no habría nada que aprender con América Latina en cuestión de estética. Ahí está un ejemplo de crí- tico musical que contribuye exactamente para lo que tanto se critica en Brasil, o sea, la idea de que “le damos la espalda para América Latina”. Quién siempre estuvo de frente, mirando, admirando y dialogando con la América Latina ha sido la música sertaneja. La trayectoria de mo- dernización de la música sertaneja cuenta otra historia acerca de las in- corporaciones estéticas que no la celebrada por las élites culturales. La escrita musical brasileña casi siempre ha aceptado al jazz estadunidense

Gustavo Alonso como integrado a la Bossa Nova y el rock al tropicalismo y los han visto 218 como símbolo de la “buena importación” musical. Ambos géneros, el rock y el jazz, son de origen estadounidense. Ambos son vistos como una contribución de la música negra de aquel país. México y Paraguay son países de mayoría indígenas y en el caso de guarania, el género apunta exactamente a esta cuestión. Es exactamente por eso que la mú- sica sertaneja apunta a otra antropafagización cultural, otra jerarquía de valores que no la hegemónicamente aceptada como legítima por las éli- tes culturales, sobre todo en los años 1970. Así, la trayectoria de la música sertaneja trasparece otra historia, otras raíces, otras matrices, otras influencias, otras fusiones así como otros resultados. Los sertanejos modernos de la década de 1970 se II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil 51) “A vingadora dos ‘anos de lama’” Columna de Nelson Motta, O Globo, Segundo Ca- derno, 13/11/1992, p. 6. Lo curioso es que en los años 1990 no había tantas influen- cias de los géneros paraguayos y mejicanos pero sin del rock, pop, lento y country es- tadunidenses. De todas formas es intrigante que Nelson Motta se ponga contrario la importación estética. Justo é, quién siempre ha alabado la bossa nova y la influencia del jazz en los años 1950, ha adorado el rock en los años 1960 y a la incorporación tro- picalista, ha adoptado la disco music en los años 1970 y ha compuesto junto a sus as- tros del Rock nacional de los años 1980. 52) El compositor influenciado por la Bossa Nova ha participado de la MPB desde su ini- cio en 1965 y ha sido apoyador del movimiento del tropicalismo (1967). Ha sido Motta quién ha nombrado el movimiento por la primera vez en su columna del diario. El pe- riodista y agitador cultural ha visto con buenos ojos el reciclaje de la propuesta “antro- pofágica” de los baianos tropicalistas Caetano Veloso y Gilberto Gil que incorporaban el rock y a las guitarras eléctricas a la música brasileña. Una vez incorporado el ideal de la antropofagia, Nelson Motta ha participado del rock brasileño de los años 1980 cuándo ha producido recitales de artistas de aquella generación y ha compuesto can- ciones con el roquero Lulu Santos. Pero habían límites para su antropofagia. Motta no veía ningún valor en la “antropofagia” que los sertanejos hacían en relación a las can- ciones latinoamericanas. aproximaron de importaciones tanto de los Estados Unidos (rock) como de México (ranchera y bolero) y de Paraguay (guarania). Sin distinción de orígenes, han mezclado todo en un calderón y han puesto en pie de igualdad géneros importados de países ricos y pobres. Este texto podría parar aquí. Ya estaría comprobado para los lec- tores que la música sertaneja ha sido influenciada por la música para- guaya y la mejicana. Pero en los años 1990 una nueva generación de ar- tistas sertanejos ha conseguido algo improbable. Antes de “Ai se eu te pego” ser un éxito mundial, la música sertaneja ha conseguido exportar algunos de sus éxitos en los años 1990.53 Los sertanejos han logrado ha- cerse escuchar en los países desde adonde han venido sus influencias.

Éxito internacional

Artistas como Leandro & Leonardo, importante dúo de los años 90, han Corazón Latinoamérica musical de México logrado que el éxito “Paz na Cama” haya sido grabado en más de 20 paí- 219 ses. Hay en Brasil al menos 26 regrabaciones además de 3 en . hay también dos versiones en español: “Paz en la cama” (con 16 regra- baciones) y “Paz en este amor” (con 50 regrabaciones). El éxito de la can- ción ha garantizado una vida estable al compositor Edson Mello, quién ha dicho en una entrevista: “Eu continuo compondo e minhas músicas são gravadas, o sucesso é que não tem vindo. Hoje eu me preocupo mais em cuidar de ‘Paz na cama’... Essa música é uma vaca leiteira. Toda vez que eu mando uma música para uma dupla eles pedem e regravam

‘Paz na cama’. Conseguir sucesso é mais difícil que acertar na loteria. Eu Apartado II. Miradas desde Brasil ganho mais dinheiro com ‘Paz na cama’ hoje do que na época”.54 Según el compositor, en 2010 él ha pagado en los EUA alrededor de 9 mil dóla- res de impuesto, lo que permite tener una idea de la suerte grande que es tener una canción tocada mundialmente. Para la grande industria estadunidense y mejicana la canción se es- cuchaba con condimentos del interior de México. Se completaba así un ciclo de la música sertaneja, que se ha convertido de importadora de va- lores paraguayos y mejicanos entre las décadas de 1950 a 1970 a expor- tadora de reformulación de este género en la década de 1990. La primera versión bastante conocida de “Paz en este amor” ha sido la de la cantora mejicana Ana Gabriel, lanzada en 1997 en el disco Con

53) No ha sido sólo “Ai se eu te pego” que ha logrado repercusión internacional. Cancio- nes como “Eu quero tchu, eu quero tcha”, de João Lucas & Marcelo, y “Chora me liga”, de João Bosco & Vinícius también han sido tocadas afuera del país. Durante el período en que he vivido en Buenos Aires para mi post doctorado en la UBA he escuchado por las calles dichas canciones tocadas sea en su versión original o en ritmo de cumbia. 54) Entrevista con Edson Mello, Maricá, 15/09/2010. un mismo corazón. La versión de Ana Gabriel ha sido grabada en el es- tilo ranchera. La cantora se vinculaba a la tradición norteño de dicho país, romántica, melodramático y regional.55 Gabrada con mariachis, to- loloches, cipolinos y guitarras, la lectura de Ana Gabriel ha sido al sesgo de la tradición mejicana. Respaldado por el público mejicano, el CD Con un mismo corazón ha estado por 35 semanas en el listado de la Billboard y alcanzando el primer lugar con el álbum “regional mejicano”.56 El éxito de “Paz en este amor” no ha parado ahí. Diez años después, en 2007, la versión ha sido regrabada por el cantor Fidel Rueda. El éxito de la canción ha garantizado que ella se mantuviera 43 semanas en el listado de Billboard y haya alcanzado el cuarto lugar en la lista de cancio- nes regionales mejicanas más tocadas.57 En 2008 la música ha concu- rrido al premio de American Society of Composers, Authors and Publis- 58

Gustavo Alonso hers (ASCAP) como canción “regional” mejicana. La versión de Fidel 220 Rueda es una traducción de la canción de “Paz na cama” grabada con tu- bas, acordeón, trompa, caja y sousafone. La composición de Edson Mello ha logrado concretizar algo raro en la música brasileña: se apropiarse de un género “importado”, reha- cerlo y enviarlo de vuelta a sus países de origen, conquistando así éxito y legitimidad local. Antes de la música sertaneja la bossa nova también había logrado hazaña al importar el jazz y hacer una relectura que ha complacido hasta a los oídos estadunidenses. Para más allá de la exportación de versiones en español, los pro- pios artistas sertanejos han construido carrera en el exterior. Chitãozinho & Xororó han grabado como José y Durval para el marcado latino. Lean-

II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil dro & Leonardo y Zezé Di Camargo & Luciano también han hecho versio- nes y han grabado discos en español. El éxito puntual del sertanejo de los años 1990 no permite com- prender en su totalidad el éxito de “Ai se eu te pego”. Pero permite ver parcialmente como Brasil se está posicionando en el mundo frente dos nuevos hibridismos globales. Incorporando y adaptando géneros exte-

55) CD Con um mismo corazón, , 1997. A capa veiculada na foto é do CD La reina canta a México, BMG, 2006, editado nos EUA. 56) Ver: http://www.billboard.com/charts/latin-albums#/album/ana-gabriel/con-un- mismo-corazon/266448 57) Ver: http://www.billboard.com/charts/regional-mexican-songs#/song/fidel-rueda/paz- en-este-amor/8656593 58) El CD de Fidel Rueda ha sido lanzado en marzo de 2007. Aunque no haya ganado el premio de “mejor canción regional mejicana” el hecho de que la versión “Paz en este amor” de Fidel Rueda haya sido indicada demuestra que ella no ha sido escuchada como canción sertaneja por los mejicanos mas sí como “regional”. riores los sertanejos llevan adelante, aunque al margen y más allá de lo que les gustarían los intelectuales de la academia brasileña, el proyecto de antropofagización e incorporación de valores extranjeros para la ges- tación de valores autóctonos, tan comunes en esta sociedad.

Fuentes consultadas 1. Veja on line, 07/05/2013: http://veja.abril.com.br/noticia/vida- digital/google-lanca-mapa-de-videos-mais-visualizados-no- youtube. 2. Souza, Tárik de. Tem mais samba: das raízes à eletrônica. São Paulo, Editora 34, 2003. 3. Napolitano, Marcos. MPB: Totem-tabu da vida musical brasileira. In: Anos 70: trajetórias. Iluminuras. Itau Cultural. São Paulo. 2005, pp.

125-129. Corazón Latinoamérica musical de México 4. Araújo, Paulo Cesar de. Eu não sou cachorro, não. Rio de Janeiro: 221 Record. 2004. 5. Mello, Zuza Homem de. Eis aqui os bossa nova. São Paulo: Martins Fontes, 2008. 6. Lamarão, Luisa. As muitas historias da MPB: as ideias de José Ramos Tinhorão. Dissertação de mestrado. Depto. de História. UFF. 2008. 7. Araújo, Paulo Cesar de. Eu não sou cachorro, não: música popular cafona e ditadura militar. Rio de Janeiro: Record, 2003. pp. 319-320.

8. Sant´Anna, Romildo. A moda é viola: ensaio do cantar caipira. São Apartado II. Miradas desde Brasil Paulo: Arte & Ciência; Marília, SP: Ed. UNIMAR. 2000, p. 358-9. 9. “A música sertaneja quer vencer no Rio” O Globo, 20/04/1981, p. 19. 10. “Milionário & José Rico: O cinema e a cidade descobrem a música sertaneja”. O Globo, Segundo Caderno, 25/03/1981, p. 29. 11. Tonico & Tinoco: As glórias da dupla caipira e as músicas do homem rural. Texto de Aramis Millarch, Estado do Paraná, 24/11/1985, p. 36. 12. Tárik de Souza:Sertanejos desembarcam no Maracanãzinho, Jornal do Brasil, 12/06/1981, Caderno B, p. 1. 13. Entrevista de Barrerito al Programa do Ratinho, sin fecha precisa: 1991/1992: http://www.youtube.com/watch?v=fNu6ZoGWU-c 14. “Os reis sertanejos”. Veja, 24/09/1986. 15. Jornal do Brasil, Caderno B, p. 2, 08/02/1974. 16. “Entrevista: Marciano”, por André Piunti, 22/09/2010, http:// universosertanejo.blog.uol.com.br/arch2010-09-19_2010-09-25. html 17. Araújo, Paulo Cesar. Roberto Carlos em detalhes. São Paulo: Planeta, 2007. 18. Entrevista con Edson Mello, Maricá, 15/09/2010. 19. CD Con um mismo corazón, Sony Music, 1997. A capa veiculada na foto é do CD La reina canta a México, BMG, 2006, editado nos EUA. 20. http://www.billboard.com/charts/latin-albums#/album/ana-gabriel/ con-un-mismo-corazon/266448 21. http://www.billboard.com/charts/regional-mexican-songs#/song/ fidel-rueda/paz-en-este-amor/8656593 Gustavo Alonso 222 II.3. Músicas populares mexicanas en Brasil II.4. O “inimigo” que vem do México? Presença e representações do bolero no Brasil da década de 1950

Adelcio Camilo Machado Universidade Federal de São Carlos – UFSCar

Lendo revistas e ouvindo músicas Corazón Latinoamérica musical de México Revista do Rádio, edição semanal datada de 22 de agosto de 1950. Na 223 capa, impressa em cores, encontra-se estampado o rosto da cantora brasileira Araci de Almeida. Ao se abrir a revista, o verso da capa traz um anúncio da Camisaria Progresso, em tons azulados. A publicidade destaca os produtos vendidos pela empresa, enfatizando aqueles que poderiam proteger os clientes do clima do inverno: “NÃO SINTA FRIO! Compre cobertores, sweaters, cardigans, manteaux e muitos outros aga- salhos, por preços reduzidíssimos”. Na página seguinte, já em tons de cinza, há uma coluna estreita, si- tuada à esquerda, que traz informações gerais sobre a publicação, tais Apartado II. Miradas desde Brasil como o nome de seu editor, dados gerais da edição, referências sobre a editora, custos da assinatura e relação de distribuidores. Logo abaixo, foi redigido um breve comentário sobre a cantora que figurava na capa do periódico: “Araci de Almeida é a legítima expressão do samba. Venceu no rádio pela sua personalidade. Sua maneira de cantar a nossa música popular é inigualável”. Por fim, completando essa página, há uma coluna que ocupa cerca de dois terços da página, intitulada “Rádio em Revista”, que traz pequenas notas sobre acontecimentos do cenário radiofônico brasileiro, assinada pelo editor da revista, Anselmo Domingos. Logo na primeira nota, lê-se:

Gregório Barrios já tomou por hábito homenagear os cronistas de rádio quando vem ao Rio. Desta, como da outra vez, o almoço foi no “Night and Day”, decorrendo sob a melhor cordialidade, selada ao fim com alguns nú- meros que Gregório cantou na intimidade para seus convivas. Nossa sorte é que Gregório Barrios é inegavelmente um grande cantor. Do contrário, ficaríamos numa sinuca: pegar o almoço e não poder elogiar o artista. No caso porém, a satisfação é dupla, o que vem a ser um duplo consolo, por- que se almoça muito bem e convive-se com um cantor de verdade.1

A observação da capa, de seu verso e da primeira página dessa edição da Revista do Rádio pode fornecer alguns indícios sobre o cená- rio da música popular brasileira na passagem da década de 1940 para a de 1950. Em uma primeira dimensão, evidencia-se o aspecto merca- dológico da música popular. A seção colorida da revista, composta pela capa e seu verso, expressa a integração de três setores: o radiofônico, representado por Araci de Almeida; o de vestuário, com a Camisaria Progresso; e o editorial, com a própria Revista do Rádio. A relação mer- cadológica, tendo como ponto de partida a esfera musical, fica esta- belecida: o rosto da intérprete aparece como um chamariz para que a

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo compra da revista; esta, por sua vez, estimula a compra de roupas para 224 o inverno. Convém lembrar que a exploração do potencial mercadológico de cantores e cantoras não se dava somente no setor editorial. Ao menos desde o decreto assinado pelo o presidente Getúlio Vargas em 1932, que autorizou as emissoras a veicular publicidade para formar suas re- ceitas, a esfera da radiofonia se configura como um empreendimento comercial. Durante os anos 1940 e 1950, seu funcionamento consistia basicamente em contratar cantores e cantoras, instrumentistas, arranja- dores, compositores e compositoras, radioatores e radioatrizes, locuto- res e locutoras, produtores etc., visando atrair a audiência do público. Os

II.4. O “inimigo” que vem do México? níveis de audiência das emissoras, por sua vez, configuravam-se como um fator importantíssimo para se negociar a venda do espaço publici- tário junto às empresas interessadas em anunciar seus produtos ou ser- viços através das ondas radiofônicas2. Porém, quando se nota a existência de uma publicação dedicada especialmente a cobrir assuntos do cenário radiofônico, nota-se que o rádio também alimentava o mercado editorial. Com o crescimento do setor radiofônico dos anos 1940 e 1950, a música popular e os profissio- nais ligados ao rádio foram progressivamente ampliando sua inserção no setor editorial. Primeiramente isso se dava, em continuidade com o que já se fazia em períodos anteriores, através de colunas específicas dentro de jornais ou revistas de assuntos gerais, como o Jornal do Bra- sil ou o Última hora. Complementarmente, o cenário radiofônico pas- sou a ser tratado com mais detalhes em publicações mais voltadas para

1) Anselmo Domingos. “Rádio em revista”. Revista do Rádio 50 (Agosto 22, 1950): 3. 2) Maria Elvira Bonavita Federico. História da comunicação (Petrópolis: Vozes, 1982). o mundo das artes e do entretenimento, como a revista Carioca. Por úl- timo, durante as décadas de 1940 e 1950, surgiram revistas dedicadas exclusivamente ao rádio e à música popular, dentre as quais se desta- cam a Revista do Rádio3 e a Revista da Música Popular4. Outro aspecto sugerido pelas páginas iniciais da edição de 22 de agosto de 1950 da Revista do Rádio é um certo cosmopolitismo do mer- cado fonográfico. O comentário sobre a cantora estampada na capa, Araci de Almeida, destaca seu vínculo com o samba, que já se confi- gurava naquele período como um dos emblemas representativos da identidade nacional brasileira – possivelmente daí venha o adjetivo “le- gítima” para caracterizar a intérprete5. Por sua vez, a breve nota de An- selmo Domingos colocava em destaque o cantor Gregório Barrios, nas- cido na Espanha e radicado na Argentina, especializado no repertório

de boleros. A nota informava ainda que Barrios estava se apresentando Corazón Latinoamérica musical de México no Rio de Janeiro e que havia oferecido um almoço aos cronistas do rá- 225 dio num estabelecimento batizado de “Night and Day”, que é também o título de uma canção de autoria do compositor estadunidense Cole Porter. Em outras palavras, o periódico aponta para a existência de um mercado fonográfico em que circulavam o repertório nacional, aqui re- presentado por Araci de Almeida e pelo samba, e o internacional, sim- bolizado por Gregório Barrios e por “Night and Day”.

3) A Revista do Rádio teve seu primeiro exemplar lançado em fevereiro de 1948 e tinha Apartado II. Miradas desde Brasil Anselmo Domingos como editor e Borelli Filho como chefe de redação. A princípio, sua periodicidade era mensal, mas se tornou semanal a partir de sua edição de nú- mero 25, publicada em 4 de março de 1950. Em linhas gerais, o foco da revista era vol- tado para a vida privada dos artistas do mundo do rádio, apresentando informações sobre sua trajetória, seu cotidiano, as tensões e polêmicas de sua vida pessoal ou artís- tica. Além disso, a Revista do Rádio trazia muitas fotos dos artistas, impressas em tons de cinza no corpo do periódico e coloridas nas capas. Para mais informações sobre esse periódico, ver: Rodrigo Faour. Revista do Rádio: cultura, fuxicos e moral nos anos dourados. (Rio de Janeiro: Relume Dumará / Prefeitura da Cidade do Rio de Janeiro, 2002). 4) A Revista da Música Popular foi um periódico que circulou de setembro de 1954 a set- embro de 1956, produzindo um total de quatorze edições, lançadas em geral com pe- riodicidade mensal, mas com algumas chegando às bancas a cada dois ou três meses. Seus editores eram os jornalistas Lúcio Rangel e Pérsio de Moraes, que tinham o prin- cipal intuito de trazer discussões e reflexões sobre o repertório da música popular. As quatorze edições desse periódico foram reunidas e publicadas pela Funarte. Ver: Co- leção Revista da Música Popular (Rio de Janeiro: Funarte / Bem-Te-Vi Produções Literá- rias, 2006). 5) Existe uma vasta bibliografia que discute as relações entre o samba e a identidade na- cional. Dentre elas, convém destacar: Marcos Napolitano. “Aquarela do Brasil”. In: Ar- thur Nestrovski (org.). Lendo música: 10 ensaios sobre 10 canções (São Paulo: Publi- folha, 2007). Título Composição Interpretação Classificação Baião no Braz Luiz Gonzaga / Isaurinha Garcia Baião Zabumba Bob Nelson 4 Ases e 1 Coringa Baião Malandro em Paris Denis Brean / Blota Jr. Linda Batista Samba Subúrbio Roberto Faissal Roberto Paiva Samba Aquarela mineira Ary Barroso Francisco Alves Samba Separação Roberto Martins / Ari Monteiro Gilberto Milfont Samba Bacharel no samba Rubens Soares / René Bittencourt Risadinha Samba 13 de ouro / Marino Pinto Anjos do Inferno Samba La mucura Antonio Fuentes / Haroldo Barbosa Dircinha Batista Mambo Indecisão Ailce Chaves / Paulo Marques Ciro Monteiro Samba Tabela 1: indicações de disco, por Abelardo Barbosa Fonte: Barbosa, Abelardo Chacrinha. “Chacrinha musical”. Revista do Rádio, no. 50 (1950).

Ainda nessa mesma edição da revista, encontram-se outros indí- cios da presença do repertório internacional no mercado fonográfico

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo brasileiro e no imaginário dos ouvintes. Exemplo disso é a seção “Mú- 226 sica americana”, assinada por Donald Columbo, que ocupa uma página inteira do periódico. Nela havia curiosidades sobre Frank Sinatra, Perri Como, Doris Day e Freddy Martin; além disso, havia duas perguntas para o leitor, indagando respectivamente qual era o instrumento tocado por Charlie Parker e quem era o autor da canção “Night and Day”; por fim, a seção trazia ainda a letra da canção “Laura”, referenciada como “um dos sucessos de Dick Haymes”6. A existência de uma coluna como essa aponta para um tipo de ouvinte – e de leitor – que deseja estar infor- mado sobre os artistas estadunidenses. Algumas páginas à frente, chega-se à coluna “Chacrinha musical”,

II.4. O “inimigo” que vem do México? assinada pelo radialista Abelardo Chacrinha Barbosa, a qual se dedi- cava especificamente a comentar e trazer informações sobre o mercado de discos7. No canto superior direito dessa seção, sob o título de “Re- comendamos para a sua discoteca”, o colunista apresenta dez músicas como sugestão para seus leitores. Nela, em meio duas indicações clas- sificadas comobaião e outras sete rotuladas como samba, aparece o mambo “La mucura”, composto por Antonio Fuentes e que ganhou ver- são em português de Haroldo Barbosa e interpretação de Dircinha Ba- tista (ver Tabela 1). Além disso, a coluna em questão trazia ainda os dez discos mais vendidos durante a semana. De acordo com informações apresentadas pelo próprio periódico, essa listagem era elaborada a partir de dois cri- térios: informações disponibilizadas pelas gravadoras e casas de discos

6) Donald Columbo. “Música americana”. Revista do Rádio, 50 (Agosto 22, 1950): 11. 7) Abelardo Chacrinha Barbosa. “Chacrinha musical”. Revista do Rádio, 50 (Agosto 22, 1950): 35. Título Composição Interpretação Classificação Tudo acabado J. Piedade / Osvaldo Martins Dalva de Oliveira Samba

Você não me beija Peterpan / Ari Monteiro Carlos Galhardo Samba A dança da moda Luiz Gonzaga / Zé Dantas Luiz Gonzaga Baião Caminho certo Herivelto Martins / David Nasser Trio de Ouro Samba

Mulheres de Cícero Nunes / Nóbrega de Nelson Samba ninguém Macedo Gonçalves

Maria Rosa A. Nássara Francisco Alves Samba Ciganos do Brasil Carlos Brandão Muraro Choro Bico doce Haroldo Barbosa Emilinha Borba Guaracha

Separação Roberto Martins / Ari Monteiro Gilberto Mifont Samba Corazón Latinoamérica musical de México 227 Que será Marino Pinto / Mário Rossi Dalva de Oliveira Bolero

Tabela 2: discos mais vendidos na semana de 22 de agosto de 1950 Fonte: Barbosa, Abelardo Chacrinha. “Chacrinha musical”. Revista do Rádio, no. 50 (1950). do Rio de Janeiro, que informavam quais foram os seus discos mais ven- didos, e os pedidos dos ouvintes no programa “Cassino do Chacrinha”. Na listagem dessa edição, nota-se novamente um predomínio de seg- mentos fonográficos de procedência nacional, como o samba, com seis ocorrências, seguido pelo baião e pelo choro, ambos com uma ocorrên- Apartado II. Miradas desde Brasil cia. Porém, o repertório internacional também aparecia com a guaracha “Bico doce”, interpretada por Emilinha Borba, e com o bolero “Que será”, gravado por Dalva de Oliveira (ver Tabela 2). Esses indícios apontam para uma convivência aparentemente har- moniosa entre o repertório nacional e o estrangeiro. Os elogios do edi- tor da Revista do Rádio ao cantor Gregório Barrios indicam ainda certos setores da sociedade brasileira realmente apreciavam e valorizavam in- térpretes da música internacional. Porém, para outros agentes do pe- ríodo, a presença do repertório estrangeiro no país não era avaliada de forma tão positiva...

Tensões entre repertório nacional e internacional Ao se observar a crítica musical da década de 1950, nota-se que uma par- cela significativa dos críticos estabeleceu umaantítese entre a música na- cional e a estrangeira. Havia uma sensação relativamente compartilhada de que a música popular havia se descaracterizado em relação àquela da década de 1930. Nessa análise, o principal motivo dessa deturpação era a invasão do repertório estrangeiro, que não só dividia o mercado com a música brasileira, mas também modificava suas características. A predominância da música estrangeira sobre a brasileira foi apon- tada, com teor de amargura, por Marques Rabelo na coluna “Lira Popu- lar” do número 1 da revista Paratodos, lançada em junho de 1956:

Consultem-se, por exemplo, as listas das gravações mais vendidas nos bal- cões das lojas de discos e verifica-se amargamente que a produção nacio- nal rasteja nos últimos lugares e que os legítimos valores não têm vez. Que são as rumbas, os boleros, os tangos, os mambos, os maus foxes que do- minam o público comprador.8

O cantor e compositor Dorival Caymmi também pautou essas

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo questões em uma coluna que assinava no jornal Flan. No início de uma 228 matéria publicada em abril de 1953, Caymmi relembrava com nostalgia os anos de 1938 a 1940, dizendo que “bom era aquele tempo”. Depois, em tom irônico, o cancionista redige uma conversa fictícia que supos- tamente aconteceria com um jovem compositor, que se mostra devo- tado a diversos segmentos do repertório internacional, como rumbas, boleros, beguine, guarânias e guarachas, mas não ao samba. A ironia se torna mais evidente diante do título da matéria: “...E o samba?...”

O compositor novo é uma figura que está sempre em todas as estações de rádio, todos os teatros de revista e peruando as “boites”.

II.4. O “inimigo” que vem do México? Converse com ele. - Como é que vai a música? - Vai bem. Estou com várias músicas gravadas. Tenho um samba-rumba com a Emilinha, um bolero com o Nelson, um beguine com Lúcio Alves, uma guarânia com Nora Ney, algumas guarachas com o Ruy Rei, fora umas versões.9

Além da vendagem de discos estrangeiros e da adoção desse re- pertório por músicos brasileiros, as preocupações dos críticos se volta- vam também às transformações que se operavam na música brasileira diante da marcante presença da produção internacional. Isso é apon- tado na primeira edição da Revista da Música Popular, que trazia o anún- cio do futuro lançamento de uma Antologia da Música Brasileira em LP

8) Saraiva, Joana Martins. A invenção do sambajazz: discursos sobre a cena musical de Copacabana no final dos anos de 1950 e início dos anos 1960. Dissertação (mestrado). (Rio de Janeiro, 2007), 49. 9) Dorival Caymmi. “...E o samba?...”. Flan, 2 (Abril 15-25, 1953): caderno 2, p. 4. organizada pelo musicólogo Mozart Araujo e pelos críticos Lúcio Rangel e José Sanz. Esse texto evidenciava a sensação de que a música popular brasileira estava sendo “ameaçada” pelas “modas” estrangeiras, devida- mente identificadas como sendo o bolero, a rumba e a música popular estadunidense, especialmente o be-bop.

Breve, o pesquisador terá imensa dificuldade em destacar exatamente o que é música brasileira. Nos centros urbanos, principalmente, essa dificul- dade já se faz sentir. No Rio de Janeiro, por exemplo, rara é a música de compositor popular ou de sambista, atualmente, que não está eivada de modismos e estilos pertencentes ao bolero, à rumba, à música popular americana e principalmente sob a influência estética do atonalismo10, atra- vés do “be-bop”11. México Corazón Latinoamérica musical de México Outro colaborador da revista que argumentava nessa mesma linha 229 de raciocínio era o jornalista Cruz Cordeiro. Em seu texto “Folcmúsica e Música Popular Brasileira”, publicado na sétima edição da Revista da Mú- sica Popular, de maio e junho de 1955, o autor afirmava que o samba ha- via entrado “em decadência, atualmente sendo mais bolero, blue, tango, qualquer outra coisa, menos samba brasileiro”12. Como se vê nesse dis- curso, o samba aparecia intimamente associado à ideia de brasilidade, o que se evidencia na expressão “samba brasileiro”, mas estava se desca- racterizando pelas “modas” estrangeiras.

O poeta, diplomata e compositor também não Apartado II. Miradas desde Brasil deixou de se posicionar sobre a música internacional. Em uma crônica publicada em 24 de maio de 1953, o poeta já sinalizava para a presença do repertório estrangeiro no país, mas a entendia como algo que não

10) É certo que o be-bop não pode, em termos técnicos, ser caracterizado como atonal. Como se sabe, o atonalismo é uma das tendências da música de concerto europeia do início do século XX que buscava alternativas ao sistema tonal, majoritariamente percebido como “desgastado” ou “enfraquecido” pelas práticas dos músicos do Ro- mantismo, que inseriram um alto cromatismo e modulações até então pouco conven- cionais em suas composições. Ao atonalismo em específico costumam ser associados os compositores da chamada “segunda escola de Viena”, a saber, Arnold Schoenberg (1874-1951), Anton Webern (1883-1945) e Alban Berg (1885-1935). Desse modo, a palavra “atonalismo” é aqui empregada apenas como um adjetivo pejorativo, para desqualificar o be-bop. Embora esse estilo do jazz seja caracterizado, dentre outros aspectos, por uma considerável expansão das harmonias, apoiando-se nas extensões dos acordes, não há uma recusa ao sistema tonal tal qual ocorre na produção dita ato- nal. 11) Coleção Revista da Música Popular (Rio de Janeiro: Funarte / Bem-Te-Vi Produções Li- terárias, 2006), 49. 12) Ibid., 344, 376. traria grandes consequências: “Enfim, não há de ser nada. É bop de um lado, tango de outro, Frank Sinatra no meio e a música popular brasi- leira vai levando”13. Porém, alguns meses depois, em 16 de agosto do mesmo ano, Moraes já se preocupava com uma “estrangeirização hoje reinante”14 na música popular brasileira. Sua crítica se dirigia particular- mente àqueles que incorporavam elementos do bolero, do tango e do fado em seus sambas, os quais foram chamados por ele, com uma pitada de ironia, de samboleristas, santanguistas e sanfadistas. Tais músicos, em sua opinião, eram responsáveis pela “descaracterização crescente desse grande patrimônio do Rio e do Brasil, desse ritmo que viajou continen- tes e se instalou em quase todas as capitais do mundo e cuja vitalidade carioca é preciso defender custe o que custar”15. Até mesmo a Revista do Rádio, que costumava se voltar mais para

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo a vida privada dos músicos e menos para debates em torno do reper- 230 tório, não deixou de exaltar iniciativas que valorizavam a música brasi- leira, trazendo ainda uma crítica à estrangeirização. Isso pode ser obser- vado, por exemplo, em uma matéria que divulgava o programa “Galeria Musical Sanbra”, produzido e apresentado por Paulo Roberto, que vi- sava mostrar ao público “o quanto é rico e majestoso o nosso cancio- neiro popular”16. De acordo com o texto publicado, esse programa sur- gia num momento oportuno, pois vivia-se um período “em que mais a música brasileira precisa de estímulos” pelo fato de que “as versões de tangos, boleros, foxes e outros ritmos estrangeiros infestam o nosso mercado”17. Na matéria argumentava-se ainda que, ao invés de privile-

II.4. O “inimigo” que vem do México? giar o repertório internacional, seria importante que outros programas de rádio, seguindo o exemplo de Paulo Roberto, orientassem os ouvin- tes a “selecionar o que há de bom e de grandemente aproveitável em sambas, marchas e baiões”18. No conjunto desse repertório internacional, o bolero foi aquele segmento fonográfico que recebeu mais críticas. Na sequência, serão elencadas as canções que foram classificadas como bolero e que apare- cem nas paradas de sucesso elaboradas pela Revista do Rádio.

13) Vinicius de Moraes. Samba falado: crônicas musicais. (Rio de Janeiro: Beco do Azou- gue, 2008), 41. 14) Ibid., 53. 15) Ibid., 53-54. 16) Paulo Roberto. “Lutando pela música brasileira”. Revista do Rádio, 404 (Junho 8, 1957): 55. 17) Ibid., 54. 18) Ibid., 54. Presença do bolero no Brasil dos anos de 1950 Até a década de 1950, os institutos de pesquisa de opinião pública ainda não haviam se dedicado a mapear as preferências musicais dos ouvintes brasileiros. As pesquisas ligadas ao cenário radiofônico busca- vam, em geral, coletar dados referentes à audiência das emissoras de rádio, servindo principalmente para orientar os investimentos publicitá- rios19. Nesse contexto, alguns periódicos buscaram formas de sondas as preferências musicais de seus leitores e dos ouvintes de maneira geral. Esse foi o caso, dentre outras, da Revista do Rádio. A partir de sua edição número 15, de maio de 1949, o periódico passou a apresentar uma lis- tagem contendo as músicas mais vendidas. A partir desse número até o de março de 1950, tem-se a impressão de que essa pesquisa era feita mediante informações obtidas junto às gravadoras. Desse modo, as lis-

tagens informavam as duas ou três músicas mais vendidas de cada gra- Corazón Latinoamérica musical de México vadora. A partir de abril de 1950, a pesquisa passou a ser feita mediante 231 consulta às lojas de disco. Com base nesses dados20, será discutido de que maneira o bolero aparecia entre as canções mais vendidas durante a década de 1950. Nessas listagens da Revista do Rádio, os intérpretes e as canções ligados ao bolero apareceram num total de 276 vezes. Classificando-as de acordo com a nacionalidade de seus intérpretes, nota-se uma pre- dominância de cantores e cantoras brasileiros, cujos nomes apareceram 188 vezes, em relação aos estrangeiros, com 88 inserções. O repertório de boleros gravados por brasileiros era formado tanto por canções ori- Apartado II. Miradas desde Brasil ginais, de autoria de compositores nacionais, quanto por versões em português de canções internacionais. Para usar a expressão da musicó- loga Heloísa Valente21, que se apoiou no conceito do medievalista Paul Zumthor, verifica-se nesse contexto onomadismo do bolero, uma vez

19) Esse tipo de pesquisa foi feito pelo Instituto Brasileiro de Opinião Pública e Estatística (IBOPE), fundado em 1942 na cidade de São Paulo. Parte de seu acervo está disponí- vel para consulta no Arquivo Edgar Leuenroth da UNICAMP e pode ser acessado pelo endereço eletrônico: http://www.ael.ifch.unicamp.br/site_ael/ 20) Durante meu doutorado, fiz um levantamento das canções apontadas pelaRevista do Rádio como as mais vendidas. Como se tratava de uma revista que, logo em seu se- gundo ano de circulação, produzia números semanais, optei por coletar os dados de apenas uma edição de cada mês. A relação completa desses dados pode ser confe- rida nos anexos da tese. Cf.: Adelcio Camilo Machado. O “lado B” da linha evolutiva: Nelson Gonçalves e a “má” música popular brasileira. Tese (Doutorado em Música), (Campinas: Instituto de Artes, Unicamp, 2016). 21) Heloísa de Araújo Duarte Valente. “The blurred soft beat of smouldering hearts: the nomadic bolero”. Lied und populäre Kultur, 53, 2008, http://www.jstor.org/sta- ble/20685602 que esse repertório transcende as fronteiras nacionais e é apropriado por músicos brasileiros. O intérprete nacional que mais vezes foi citado nessas pesquisas foi Anísio Silva, com 16 aparições. Convém destacar que esse posto de cantor brasileiro com maior número de boleros nas paradas de sucesso foi conquistado em apenas três anos, já que a primeira menção a Aní- sio Silva se deu em setembro de 1957 com a canção “Sonhando con- tigo”, de sua própria autoria em parceria com Fausto Guimarães. A se julgar pelas listagens da Revista do Rádio, em seu repertório os boleros eram predominantes, embora também se dedicasse a outros segmen- tos do mercado fonográfico, em geral ligados à música proveniente dos países da América espanhola, como são os casos do beguine “Tudo foi ilusão” (Laert Santos / Arcilino Tavares), do tango “Não digo o nome”

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo (Jair Amorim) e da guarânia “Quero beijar-te as mãos” (Arsênio de Car- 232 valho / Lourival Faissal). O bolero “Sonhando contigo” manteve-se nas paradas de sucesso por três meses consecutivos, de setembro a novembro de 1957. Sua le- tra aborda a tristeza do eu-lírico ao chegar ao final de mais um dia e es- tar sem o seu amado. Chama a atenção o fato de que, embora seu in- térprete seja masculino, o eu-lírico da canção é feminino. Pode ser que o uso do feminino tenha sido decorrente de uma necessidade de rima, como se vê nos versos “Mais uma hora que passo / De tristeza na vida / Mais uma vez, eu abraço / A ilusão de estar perdida” (caso se optasse pelo eu-lírico masculino, “vida” não mais rimaria com “perdido”). Po-

II.4. O “inimigo” que vem do México? rém, pode-se pensar também que, caso os compositores tivessem op- tado por um eu-lírico masculino, poderiam ter buscado outras soluções poéticas para os versos em questão. Nesse sentido, importa notar que, nesse caso, o sofrimento pela ausência do companheiro está inscrito na canção em seu como algo pertencente ao universo feminino. Nesse sentido, a voz de Anísio Silva contribui para o caráter dessa canção, uma vez que se trata de um intérprete que canta em registro agudo e com pouca intensidade. Do ponto de vista técnico, a maneira de cantar de Anísio Silva dialoga com as novas tecnologias de gra- vação sonora que se consolidavam na época, reunidas sob a sigla Hi-Fi, abreviação do inglês High-Fidelity (alta fidelidade). Do ponto de vista simbólico, esse canto mais suave pode consistir numa expressão da suposta “fragilidade” que se costuma atribuir ao gênero feminino. O arranjo da canção também se mantém nessa esfera da suavidade. No acompanhamento, destaca-se a marcação rítmica das maracas e dos bongôs, que remetem ao bolero. A função harmônica fica a cargo de um violão e de um contrabaixo acústico. Completa a instrumentação um naipe de sopros, composto por trompetes, trombones e saxofo- nes, que executa a introdução, interlúdio e faz intervenções ao longo da parte cantada. Na sequência, aparece a intérprete Emilinha Borba, com 16 inser- ções nas listagens da Revista do Rádio cantando boleros. A cantora teve um papel de destaque no cenário radiofônico dos anos 1950, dada a sua grande popularidade e sua relação com o concurso anual que premiava a “Rainha do Rádio”. Aqui, convém fornecer algumas explicações. Esse concurso foi sistematizado pela Associação Brasileira de Rádio (ABR) a partir de 1948 com o intuito de levantar fundos para a construção do Hospital dos Radialistas para uma Caixa de Aposentadoria e Pensões. Para isso, concebeu a ideia de organizar os concursos para eleger a Ra- inha do Rádio, vendendo o direito ao voto. Desse modo, para votar em

seus “ídolos”, os ouvintes poderiam comprar o cupom e manifestar sua Corazón Latinoamérica musical de México preferência por uma cantora. (HUPFER, 2009, p. 41). 233 Porém, o concurso não envolvia somente o público, mas também as gravadoras, emissoras e arrecadadoras, uma vez que a vitória no cer- tame significava “triunfo, prêmio, reconhecimento público, estrelato” (LENHARO, 1995, p. 70). Nesse sentido, como os votos eram comprados e o principal interesse da Associação era justamente angariar fundos, a decisão raramente ficava, de fato, nas mãos dos ouvintes, pois sofria in- terferência de setores economicamente fortes. O concurso de 1949 tor- nou-se emblemático nesse sentido. Nesse ano, a favorita ao título era a intérprete Emilinha Borba, graças à sua intensa atividade no rádio e no Apartado II. Miradas desde Brasil disco, bem como sua grande popularidade junto aos ouvintes. Porém, a cantora paulistana Marlene, que ainda estava no início de sua carreira, foi escolhida pela Antarctica para promover seu novo produto, o Gua- raná Caçula. Com isso, a empresa investiu na formação de fã-clubes da cantora, estimulando a votação do público. Além disso, compraram uma quantidade expressiva de votos, que fez com que Marlene superasse Emilinha Borba, que era a cantora de maior popularidade na época e que, durante praticamente todo o concurso, esteve na liderança22. Tais mecanismos comerciais continuaram interferindo nas eleições para “Ra- inha do Rádio”, de modo que, a despeito de sua popularidade, Emilinha Borba só recebeu essa coroa no ano de 1953. A popularidade da cantora pode ser constatada nas paradas de su- cesso da Revista do Rádio, uma vez que seu nome é uma presença reco- rrente. Suas aparições nas pesquisas se dão de forma mais concentrada entre os anos de 1949 a 1952. Depois disso, a cantora volta a ser citada

22) Maria Luisa Rinaldi Hupfer. As rainhas do rádio: símbolos da nascente indústria cultural brasileira. (São Paulo: Senac Editoras, 2009), 42-44. no ano de 1955 e, depois, em 1959. Ao contrário de Anísio Silva, o bo- lero não era predominante no repertório de Emilinha Borba, que era mais diversificado e abrigava muitos segmentos fonográficos de prove- niência nacional, como a marcha “Chiquita bacana” (João de Barro / Al- berto Ribeiro), um de seus grandes sucessos, o samba “Tem marujo no samba” (João de Barro) e o baião “Paraíba” (Luiz Gonzaga / Humberto Teixeira). Porém, apesar dessa diversidade, o bolero ocupou um espaço ex- pressivo em sua fonografia e favoreceu sua popularidade. Isso se nota, de modo mais evidente, com o bolero “Dez anos”, que se manteve por cinco meses consecutivos nas paradas de sucesso da revista (de julho a novembro de 1951). A canção consiste numa versão de Lourival Faissal para o bolero “Diez años” composto pelo porto-riquenho Rafael Hernan-

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo dez. O texto da canção parece sugerir um reencontro entre um homem 234 e uma mulher que outrora estiveram enamorados e que não se viam há dez anos. Porém, o momento se reverte de um traço melancólico, uma vez que o que predomina não é a alegria do encontro, mas o lamento pelos dez anos de distanciamento. Mesmo a lembrança do relaciona- mento anterior aparece, para esse eu-lírico feminino, como motivo de tristeza: “Foi tão grande a pena / Que sentiu a minha alma / Ao recordar que tu / Foste meu primeiro amor”. Na gravação de “Dez anos”, assim como na canção de Anísio Silva, destaca-se a marcação contínua das maracas e as intervenções dos bon- gôs. Completam a instrumentação um piano, que por vezes executa ar-

II.4. O “inimigo” que vem do México? pejos que aparecem com certo destaque; um naipe de cordas fricciona- das, ora tocadas com arco, ora em pizzicato; um contrabaixo acústico; e trompetes, responsáveis pela linha melódica na introdução e no interlú- dio, bem como por intervenções melódicas na parte cantada. Como se trata de uma gravação de 1951, a qualidade do áudio não é a mesma em relação a “Sonhando contigo”. Além disso (e, em partes, por causa disso), a voz de Emilinha Borba se apresenta com timbre mais estridente e com maior variação de intensidade. Completam as listagens da Revista do Rádio diversos outros 28 intérpretes que se dedicaram ao bolero, conforme se pode observar na Tabela 3. Um aspecto que chama a atenção é a presença de gra- vações instrumentais entre os boleros mais vendidos. O grande desta- que, nesse sentido, fica com o violonista Antonio Rago e seu bolero “Ja- mais te esquecerei”, que permaneceu por oito meses consecutivos nas paradas de sucesso, de junho de 1949 a janeiro de 1950, com o detalhe de que, dos meses de junho a novembro de 1949, foi o fonograma na- cional mais vendido pela gravadora Continental. Tamanha repercussão faz com que Rago tenha alcançado o mesmo número da cantora Ângela Maria – que chegou a ser coroada Rainha do Rádio no ano de 1954 com a votação mais expressiva de todas as edições do concurso – no que se refere a boleros citados nas paradas de sucesso da Revista do Rádio. Convém ponderar que o nome de Ângela Maria aparece outras diversas vezes nas paradas de sucesso, associados a outros segmentos do mer- cado fonográfico, como sambas, sambas-canções, tangos e toadas. Po- rém, mesmo relativizando esse dado, a quantidade de citações do bo- lero de Rago nas paradas de sucesso mostra-se muito expressiva. Além do violonista, boleros em formações instrumentais apareceram nas pa- radas de sucesso, de modo mais pontual, com Ruy Rey e sua gravação de “Ay de mi” e com a interpretação de Sílvio Mazzuca para “Sax cantá- bile”, cada uma delas com uma única aparição.

Em relação aos intérpretes estrangeiros, aquele que mais vezes Corazón Latinoamérica musical de México apareceu nas paradas de sucesso foi o já citado Gregório Barrios. No 235 total, o cantor apareceu 19 vezes nas listagens, o que o leva a superar quantitativamente até mesmo Anísio Silva, intérprete brasileiro mais ci- tado no período de 1949 a 1959. A presença de Barrios nas paradas de sucesso se concentrou, sobretudo, nos anos de 1949 e 1950. De- pois disso, o nome do intérprete ficou ausente das listas e só retornou em dezembro de 1956, mantendo-se até julho do ano seguinte. Den- tre suas canções mais citadas, encontra-se “Una mujer” (Carlos Olivari / Paul Misraki / Sixto Rondal Rias). Seu texto defende a ideia de que uma mulher não se define enquanto tal se não se deixa apaixonar. Em ge- Apartado II. Miradas desde Brasil ral, Barrios a interpreta em um registro mais grave, deixando para reali- zar apenas no verso final da canção uma passagem para o agudo. Seu acompanhamento é realizado à base do naipe de cordas friccionadas, o que lhe confere uma pequena densidade rítmica. Em grande medida, a marcação rítmica fica sob responsabilidade do contrabaixo acústico, to- cado em pizzicato. (Ver Tabela 3) Para além da primazia do intérprete espanhol, chama a atenção a presença de intérpretes mexicanos, totalizando 42 citações, apenas con- siderando-se os exclusivamente mexicanos. Nesse grupo, encontram-se os cantores Chucho Martinez, com 18 citações (uma a menos do que Gregório Barrios), Bienvenido Granda e Pedro Vargas, ambos com 7, Fernando Fernandez, com 4, além de Alvira Rios e Tito Guizar, cada um com 3. Se a esse grupo forem somadas as 9 citações ao Trio Los Pan- chos, conjunto vocal originalmente formado pelos mexicanos Alfredo Gil e Chucho Navarro e pelo porto-riquenho Hernando Avilés, o número total de gravações de boleros mexicanos nas paradas de sucesso da Re- vista do Rádio salta para 51. (Ver Tabela 4) Intérpretes Fonogramas Citações Anísio Silva Sonhando contigo (3) 16 Abismo (3) Interesseira (3) Tu somente tu (3) Onde estás agora? (3) Devolva-me (1) Emilinha Borba Bico doce (2) 13 Dez anos (5) Canção de Dalila (2) Em nome de Deus (4) Ângela Maria Recusa (3) 8 Intenção (3) Ontem e hoje (2) Antonio Rago Jamais te esquecerei (8) 8 Dircinha Batista Quando o tempo passar (3) 5 Senhora (2) Dalva de Oliveira Que será? (4) 4 Fernando Barreto Covarde (4) 4 Heleninha Costa Afinal (4) 4 Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo 236 Portinho Beijo nos olhos (4) 4 Carlos Galhardo Boneca cobiçada (3) 3 Ellen de Lima Vício (2) 3 Mente (1) Francisco Carlos Timidez (1) 3 Porque brilham os teus olhos (2) Orlando Dias Por uma noite ainda (2) 3 Se eu pudesse (1) Alcides Gerardi Para que recordar (2) 2 Carlinhos Beijo nos olhos (2) 2 Gilberto Milfont Senhora (2) 2 Palmeira e Biá Boneca cobiçada (2) 2 Zezé Gonzaga Canção de Dalila (2) 2 Agostinho dos Santos Doce mãezinha (1) 1

II.4. O “inimigo” que vem do México? Bolinha e Sidoca A boneca chorou (1) 1 Carlos Augusto Abandono cruel (1) 1 Dóris Monteiro Nunca te direi (1) 1 Gilda de Barros Covarde (1) 1 Jorge Goulart Angústia (1) 1 José Lopes Sonhando contigo (1) 1 Neuza Maria Nunca, jamais (1) 1 Onilda Figueiredo Nunca, jamais (1) 1 Pascoal Melito Esmagando rosas (1) 1 Ruy Rey Ai de mi (1) 1 Sílvio Mazzuca Sax cantábile (1) 1 Tabela 3: intérpretes e fonogramas brasileiros ligados ao bolero nas paradas de sucesso da Revista do Rádio Dentre os cantores mexicanos, aquele que se destaca nessas lis- tagens é Chucho Martinez, cujo nome aparece de forma intensiva nas pesquisas dos anos de 1949 e de 1950. Seu bolero mais recorrente nas listagens foi “Sé muy bien que vendrás”23, de autoria Antonio Nuñes. A

23) Como se nota na Tabela 4, a canção interpretada por Martinez que mais vezes apa- receu nas listagens foi “Maria bonita” (Agustín Lara). Porém, essa canção não se apre- senta como um bolero, mas como uma valsa. Intérpretes Fonogramas Citações Gregório Barrios Una mujer (3) 19 Maria bonita (2) Luna lunera (3) Venganza (1) Final (1) Somos (1) Frio en el alma (3) Nunca jamais (1) Que murmurem (3) Angústia (1) Chucho Martinez Maria bonita (7) 18 Sé muy bien que vendrás (6) Pecado (2) Sin ti (1) Ay de mi (2) Corazón Latinoamérica musical de México Lucho Gatica Sinceridad (8) 12 237 Contigo en la distância (1) História de un amor (3) Trio Los Panchos Nunca, jamais (2) 9 Esperame en el cielo (1) Sabrá Dios (1) Siete notas de amor (5) Bienvenido Soñando contigo (3) 7 Granda Perfume de gardênia (3) Angústia (1) Apartado II. Miradas desde Brasil Pedro Vargas Maria bonita (1) 7 Pecadora (4) Un poquito de tu amor (1) Angelitos negros (1) Carlos Ramirez Granada (1) 6 Para que recordar (2) Um pouco mais de teu amor (1) I had to kiss you (1) Meu amor brasileiro (1) Fernando Hipócrita (4) 4 Fernandez Elvira Rios Pecadora (3) 3 Tito Guizar Sin ti (3) 3 Tabela 4: intérpretes e fonogramas estrangeiros ligados ao bolero nas paradas de sucesso da Revista do Rádio letra da canção atesta a confiança do eu-lírico masculino no retorno de sua amada a ele, o que acontecerá assim que ela perceber que ninguém pode amá-la tanto quanto ele. Seu arranjo se inicia com uma introdução com naipes de sopros e de cordas friccionadas, sem marcação rítmica. Junto com a entrada do canto de Martinez, iniciam-se as maracas, defi- nindo a marcação que remete ao bolero. Completam a instrumentação o contrabaixo acústico e o piano. Convém salientar ainda a presença marcante do cantor chileno Lu- cho Gatica, que apareceu 12 vezes nas listagens da Revista do Rádio. A canção interpretada por Gatica mais recorrente nas paradas de sucesso foi “Sinceridad”, de Rafael Gaston Perez, com 8 aparições, que se deram entre os meses de novembro de 1954 e agosto de 1955. Dessa forma, “Sinceridad” configura-se como o bolero que mais vezes foi citado, em- patando com o bolero instrumental “Jamais te esquecerei” do violonista brasileiro Antonio Rago. Seu texto consiste numa declaração de amor do eu-lírico masculino a uma mulher com a qual já teve uma aventura

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo amorosa e pela qual se apaixonou. A canção foi gravada em andamento 238 bastante lento. Na mixagem, predomina o acompanhamento dos vio- lões. Ao fundo, ouvem-se os bongôs realizando a marcação do bolero. Mapeada um pouco a presença do bolero no mercado fonográfico brasileiro, seja por gravações nacionais seja por internacionais, serão observadas de que maneira a crítica musical acolheu esse repertório.

Representações sobre o bolero no Brasil Essa ampla presença do bolero no mercado fonográfico brasileiro des- pertou reações de parte da crítica musical. Vinicius de Moraes não deixou de condenar esse segmento fonográfico. Em texto publicado na

II.4. O “inimigo” que vem do México? edição de 9 de agosto de 1953, o cronista afirmava, com certa ironia, que o Brasil estava se tornando um grande produtor de boleros. Com- plementarmente, Moraes elencava, com linguagem metafórica, algumas das características desse repertório, enfatizando seu caráter melancó- lico, o emprego de cordas na orquestração, bem como a recorrência de temas lírico-amorosos e eróticos nas letras das canções.

Se é verdade que o Brasil está com tendência a perder sua velha posição de primeiro país produtor de café do mundo, em compensação está ca- minhando rápido para conquistar a dianteira como país produtor de bo- leros. A bolerização, como diria Machado de Assis, é geral. Abre-se o rádio e lá vem o nostálgico ritmo-de-bacia (bacia pélvica, bem entendido...) que para mim, que já tenho andado muito por essas Américas, não me é estranho: lembro-me de tê-lo ouvido muito no México, por exemplo, de onde não sei se é oriundo, mas onde tem privilégios certos de nacionalidade. Não haja dúvidas, os ritmos ouvidos são do melhor bolero: tristezas mil nos bares do Brasil; grandes d.d.c. no mais puro estilo Kostelanetz24, com centenas de violinos mofinos comendo soltosAu clair de lune; tara muito; um certo ar de maconha oculto por eclipse – enfim, a narrativa constante do lado mórbido desses grandes e constantes entreveros que há entre ho- mem e mulher. E os músicos brasileiros vão “metendo los pechos”, porque, evidentemente, o negócio deve estar rendendo.25

Um primeiro aspecto a ser destacado refere-se à nacionalidade mexicana que Moraes atribui ao bolero. Embora este não tenha certeza se é de lá a sua origem, algo lhe faz crer que o bolero é mexicano. Possivel- mente isso se deve, ainda que em partes, à marcante presença de intér- pretes mexicanos de bolero no mercado fonográfico brasileiro, conforme já se destacou ao analisar as paradas de sucesso da Revista do Rádio.

Convém salientar ainda o caráter comercial que Moraes atribui ao Corazón Latinoamérica musical de México bolero. Em sua avaliação, compositores e intérpretes brasileiros esta- 239 riam produzindo boleros porque vislumbravam possibilidades de êxito mercadológico. Analisada em conjunto com outras críticas aqui apre- sentadas, vê-se que o bolero comercial se opunha ao que seria uma mú- sica autêntica. Em uma linha semelhante, a colunista Lourdes Caldas também te- ceu comentários depreciativos ao bolero em seu texto “Musicaterapia”, publicado na nona edição da RMP, lançada em setembro de 1955. Utili- zando-se de uma terminologia comum às discussões sanitaristas, a au- tora convidava seu leitor a abandonar os boleros e buscar nos morros Apartado II. Miradas desde Brasil uma música autêntica: “Subamos aos morros e busquemos música au- têntica, sadia, viva e deixemos esses boleros macilentos e anêmicos com que os maus intérpretes e maus brasileiros nos querem enfraquecer”26. A despeito dessa condenação dos boleros por parte da crítica es- pecializada, especialmente daqueles ligados à RMP, havia outros críticos que eram elogiosos ao “dois pra lá, dois pra cá”. Em um texto publicado na primeira edição da Revista do Rádio, o cronista José Mauro atestava sua preferência por um bolero “bem cantado” em detrimento de uma peça sinfônica “mal tocada”. Com isso, o autor tanto desvalorizava os in- térpretes brasileiros da música de concerto quanto valorizava os intér- pretes da música popular e seu repertório.

24) André Kostelanetz (1901-1980) foi um conhecido arranjador e regente de música po- pular para orquestra. 25) Vinicius de Moraes. Samba falado: crônicas musicais. (Rio de Janeiro: Beco do Azou- gue, 2008), 51. 26) Coleção Revista da Música Popular (Rio de Janeiro: Funarte / Bem-Te-Vi Produções Li- terárias, 2006), 477, grifo no original. Que é melhor: um bolero bem cantado por Francisco Alves ou “O Apren- diz de Feiticeiro”, de Paul Dukas, executado por uma orquestra que não lhe dá a devida interpretação, nem em justeza, virtuosidade, nem em perfeita afinação? O bolero, é claro.27

Os periódicos também veiculavam elogios a cantores de bolero, nacionais ou internacionais. O Trio Los Panchos, por exemplo, grupo ma- joritariamente ligado ao bolero, foi exaltado por Fernando Lobo – que, convém reforçar, viria a colaborar com a Revista da Música Popular – em sua coluna “Depois da Meia Noite”, redigida para o jornal A noite de 30 de maio de 1952.

Los Panchos já estrearam na “boite” “Night-And-Day”. Sem dúvida, esse é

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo um dos mais harmoniosos trios mexicanos que temos visto. São eles astros 240 da CBS de Nova Iorque e sua presença me dá de volta a minha Nova Ior- que, que meus olhos há muito não veem.28

Algo no mínimo curioso aparece na crítica de Fernando Lobo: um grupo mexicano especializado em bolero que o faz lembrar de... Nova Iorque. Porém, não se trata de um non-sense: na verdade, embora oriun- dos não só do México, mas também de Porto Rico, os membros do Trio Los Panchos se encontraram em Nova Iorque e lá formaram o grupo. Desse modo, sua música era produzida e fruída em solo estadunidense. Dessa forma, não é de se estranhar que um trio mexicano e porto-ri-

II.4. O “inimigo” que vem do México? quenho carregasse consigo um imaginário ligado aos Estados Unidos, o qual, conforme se verá no próximo item, estava relacionado a certos ideais de modernidade e sofisticação. Por fim, havia também exemplos no mercado fonográfico nos quais o samba e o bolero apareciam em um mesmo disco de 78 rotações. Esse foi o caso do disco lançado pelo cantor Roberto Luna pela Musidisc-Jú- nior que recebeu uma crítica de Claribalte Passos para a revista Carioca de 13 de fevereiro 1954. Pelo que descreve o crítico, sabe-se que uma das faixas do disco era o samba “João Ninguém”, composto por Noel Rosa. Por sua vez, o outro lado do disco trazia o bolero “Contigo”, de au- toria de Cláudio Estrado e Júlio Nagib. Durante toda a crítica, Passos é elogioso, destacando as “qualidades técnicas e artísticas [do disco], de- fendidas brilhantemente pelo cantor Roberto Luna e pela orquestra que

27) José Mauro. “Boa música...”. Revista do Rádio, 1, (Fevereiro, 1948): 38. 28) Fernando Lobo. “Depois da meia-noite.” A noite, 14107 (Maio 30, 1952): 10. o acompanha nas duas faces”29. Contudo, cabe destacar que o crítico ex- pressa preferência pela interpretação de Luna no bolero, que descreve em detalhes e a toma como um signo de classe artística e de bom gosto.

Ambas as páginas, quer o samba, ou o bolero, possuem atributos meló- dicos dos mais expressivos. Todavia, gostamos, sobretudo, da primorosa interpretação de “Contigo”. Roberto impõe, inegavelmente, sua classe ar- tística, revelando bom gosto e recursos vocais os mais promissores. Sua dicção é escorreita, articulando com perfeição e nitidez, irrepreensíveis, palavras e frases. Os arranjos, de Léo Peracchi, são dignos de encômios. Sonoridade agradável. Cotação: Ótimo.30

Por mais que Claribalte Passos não esteja declarando sua preferên-

cia por todos os boleros, essa preferência por um bolero em relação a um Corazón Latinoamérica musical de México samba de autoria de Noel Rosa é bastante emblemática no contexto da crí- 241 tica musical dos anos 1950. Isso porque, naquele período, diversos agen- tes se empenharam em construir a imagem de Noel Rosa como um dos pilares da tradição do samba. Possivelmente uma das ações mais concre- tas nesse sentido foi realizada pelo radialista Almirante, que em 1951 pro- duziu e apresentou o programa No tempo de Noel Rosa, transmitido pela Rádio Tupi, buscando divulgar a obra do sambista de Vila Isabel. Assim, preferir a interpretação de um bolero a um samba significava, portanto, ir na contramão de uma leitura sobre a música popular, que buscava se colo- car como consensual, amplamente orientada pela ideia de tradição. Apartado II. Miradas desde Brasil

Comentários finais Ao final dessa exposição, nota-se que o bolero era o objeto de um em- bate simbólico entre os críticos musicais do período. Para alguns, como Vinicius de Moraes, a presença do bolero era um sintoma da mercanti- lização do cenário musical, pois, em sua opinião, os músicos brasileiros estavam se apropriando desse repertório porque “o negócio deve es- tar rendendo”31. Contudo, para outros agentes, havia artistas de nível técnico respeitável que se vinculavam ao repertório de boleros. Em ou- tras palavras, para tais críticos, menos orientados pelas noções de brasi- lidade e autenticidade, a incorporação do bolero não era algo necessa- riamente depreciativo.

29) Claribalte Passos. “Disc Jockey Carioca”. Carioca, 958 (Fevereiro 13, 1954): 34. 30) Ibid., 34. 31) Vinicius de Moraes. Samba falado: crônicas musicais. (Rio de Janeiro: Beco do Azou- gue, 2008), 51. O que importa reter desse debate é que, ao avançar alguns anos, nota-se um predomínio da carga simbólica negativa atribuída ao bolero. Para muitos memorialistas da música popular brasileira, o predomínio do bolero nos anos 1950 foi responsável por fazer dessa década uma espécie de “idade das trevas”, que supostamente desprestigiou e “des- caracterizou” o repertório “autenticamente” brasileiro32. Isso mostra que, a despeito dos embates simbólicos que marcaram a década de 1950, em que valorização e desvalorização do bolero competiam lado a lado, consolidou-se uma linha de interpretação da história da música popu- lar brasileira que considera o bolero unicamente em seu viés negativo. É aí que o bolero se configura como um “inimigo”. E que vem do México.

Referências

Adelcio Camilo Machado Adelcio Camilo 1. Barbosa, Abelardo Chacrinha. “Chacrinha musical”. Revista do 242 Rádio, 50 (Agosto 22, 1950): 35. 2. Caymmi, Dorival. “...E o samba?...”. Flan, 2 (Abril 15-25, 1953): caderno 2, p. 4. 3. Coleção Revista da Música Popular. Rio de Janeiro: Funarte / Bem- Te-Vi Produções Literárias, 2006. 4. Columbo, Donald. “Música americana”. Revista do Rádio, 50 (Agosto 22, 1950): 11. 5. Domingos, Anselmo. “Rádio em revista”. Revista do Rádio 50 (Agosto 22, 1950): 3. 6. Federico, Maria Elvira Bonavita. História da comunicação. Petrópolis:

II.4. O “inimigo” que vem do México? Vozes, 1982. 7. Faour, Rodrigo. Revista do Rádio: cultura, fuxicos e moral nos anos dourados. Rio de Janeiro: Relume Dumará / Prefeitura da Cidade do Rio de Janeiro, 2002. 8. Hupfer, Maria Luisa Rinaldi. As rainhas do rádio: símbolos da nascente indústria cultural brasileira. São Paulo: Senac Editoras, 2009. 9. Lobo, Fernando. “Depois da meia-noite.” A noite, 14107 (Maio 30, 1952): 10. 10. Machado, Adelcio Camilo. O “lado B” da linha evolutiva: Nelson Gonçalves e a “má” música popular brasileira. Tese (Doutorado em Música). Campinas: Instituto de Artes, Unicamp, 2016.

32) Dentre esses memorialistas, poderiam ser citados os nomes de Jairo Severiano, Zuza Homem de Mello e Ricardo Cravo Albin. Seria muito conveniente fazer aqui uma dis- cussão do pensamento desses autores, mas isso escaparia as possibilidades deste tra- balho. Porém, elas foram discutidas em minha tese de doutorado, a qual indico para maiores detalhamentos (Adelcio Camilo Machado, op. cit., 2016). 11. Mauro, José. “Boa música...”. Revista do Rádio, 1, (Fevereiro, 1948): 38. 12. Moraes, Vinicius de. Samba falado: crônicas musicais. Rio de Janeiro: Beco do Azougue, 2008. 13. Napolitano, Marcos. “Aquarela do Brasil”. In: Nestrovski, Arthur (org.). Lendo música: 10 ensaios sobre 10 canções. São Paulo: Publifolha, 2007. 14. Passos, Claribalte. “Disc Jockey Carioca”. Carioca, 958 (Fevereiro 13, 1954): 34. 15. Roberto, Paulo. “Lutando pela música brasileira”. Revista do Rádio, 404 (Junho 8, 1957): 55. 16. Saraiva, Joana Martins. A invenção do sambajazz: discursos sobre a cena musical de Copacabana no final dos anos de 1950 e início dos anos 1960. Dissertação (mestrado). Rio de Janeiro: 2007.

17. Valente, Heloísa de Araújo Duarte. “The blurred soft beat of Corazón Latinoamérica musical de México smouldering hearts: the nomadic bolero”. Lied und populäre Kultur, 243 53, 2008, http://www.jstor.org/stable/20685602 Apartado II. Miradas desde Brasil II.5. México sertanejo-brasileño

Gustavo Alonso1 Universidade Federal de Pernambuco Gustavo Alonso 244 Em 2010 o cantor Michel Teló lançou o CD/DVD “”. Uma canção alcançou sucesso mundial, quase eclipsando o disco. Foi “Ai se eu te pego”, composição de Antonio Diggs e Sharon Accioly, que transformou Teló num cantor de repercussão internacional, algo nunca atingido pela música sertaneja, gênero ao qual Michel é identificado no Brasil.2 A história de “Ai se eu te pego” diz muito sobre como a di- versidade vem sendo gestada na nova música pop massiva do século XXI. A música sertaneja englobou em sua trajetória de criação e divul- gação vários gêneros, contribuindo para formatar uma nova realidade II.5. México sertanejo-brasileño musical. “Ai se eu te pego” surgiu inicialmente apenas como um refrão. Foi composto pela animadora Sharon Acioly, que por volta de agosto de 2008 fazia exibições no clube Axé Moi, localizado na praia de Tapera- puã, em Porto Seguro, Bahia. Era um refrão para divertir o grande pú- blico de férias, no momento em que Accioly se apresentava com dança- rinos sarados no palco. Antonio Dyggs, músico e empresário de Feira de Santana, Bahia, ouviu o refrão e, com a permissão de Accioly, transfor- mouo numa música inteira. Dyggs era dono da casa de show Kabanas, em Feira de Santana, e empresário dos Meninos de Seu Zeh, uma banda

1) Doutor em História pela Universidade Federal Fluminense (UFF) e professor do de- partamento de Comunicação da Universidade Federal de Pernambuco (UFPE), Cam- pus Acadêmico do Agreste (CAA). Autor dos livros “Cowboys do asfalto: música serta- neja e modernização brasileira” (Civilização Brasileira, 2015) e “Simonal: quem na tem swing morre com a boca cheia de formiga” (Record, 2011). 2) Também chamado de sertanejo universitário, Michel faz parte de uma geração que co- meçou por volta de 2005 suplantando a geração surgida nos anos 80/90, então res- ponsável pela nacionalização do gênero. de forró. Foi para eles que Dyggs compôs a canção, mas teve dificul- dade de convencê-los a tocar a música, como se recorda: “Eu, como em- presário da banda, cheguei pros Meninos do Seu Zeh e falei que tinha um negócio massa. Metade da banda disse: ‘Rapaz, esse negócio de ‘se eu te pego/ te pego’ no forró não rola, não dá certo!’ Então no final do show eles me chamaram e eu fiz o número. Eu já tinha tomado uns gorós para ficar corajoso, subi ao palco e cantei fazendo a coreografia! Acabou que eles gravaram a música!”3 Em 2009 os Meninos do Seu Zeh fizeram sucesso local com “Ai se eu te pego”. A versão original começava fazendo referência à boate de propriedade de Antonio Dyggs em Feira de Santana: “Sábado, no Kaba- nas/ A galera começou dançar...”. Era um forró lento, quase um xote, com zabumba, violão, sanfona, triângulo e bateria.

Em 2010 a banda Cangaia de Jegue, vinda de Salvador, fez um Corazón Latinoamérica musical de México show no Kabanas, ouviu a música e a gravou. Para Antonio Dyggs a 245 canção teve seu caminho próprio: “Eu costumo dizer que ‘Ai se eu te pego’ já nasceu com a estrela porque todos os artistas que passaram por ela tiveram um sucesso bem legal. Os Meninos do Seu Zeh regional- mente, ali em Feira de Santana, o Cangaia de Jegue em nível estadual.”4 A versão do Cangaia começava assim: “Sábado, no forró...”. Foi gravada como um xote lento, conduzido por violão e acordeão e com solos de metais. No início de 2011 a banda de forró eletrônico Garota Safada gra- vou a música, fazendo sucesso no Nordeste. Essa versão é típica do fo- Apartado II. Miradas desde Brasil rró moderno, chamado pelos críticos preconceituosamente de “forró de plástico”, com andamento acelerado, baixo bastante demarcado e me- tais solando. Grupos locais continuaram regravando a canção no Nor- deste. “Ai se eu te pego” já tinha sido gravada pelos grupos Arreio de Ouro, Estakazero, Forró Sacode e Saia Rodada.5 A versão de Teló seria apenas mais uma. Seria... No dia 25 de junho de 2011, Michel Teló fazia show em Cruz das Almas, interior da Bahia, não muito longe de Feira de Santana, quando ouviu a música. A versão que Teló escutou não foi nem do Cangaia de Jegue nem do Garota Safada, foi realmente de uma

3) “Entrevista ‘Ai se eu te pego’ — Parte I — TV Cangaia”, postada em 15/11/2011: . 4) Entrevista com o compositor da música “Ai se eu te pego”: Antonio Dyggs, Bocão NewsTV, publicada em 11/01/2012: 5) Texto fornecido pelo próprio Antonio Dyggs em seu canal do YouTube: . banda menor, que fazia o show de abertura, antes de ele entrar. Al- guém da produção de Teló entrou no camarim cantando e fazendo a coreografia. Ele se interessou. Em Cruz das Almas todos conheciam a canção, pois o vocalista dos Meninos de Seu Zeh era de Cruz das Almas. Teló gravou-a em começo de julho. A gravação de Teló surpreen- deu todas as expectativas. Superou os dois hits anteriores do cantor, “Fu- gidinha” e “Ei, psiu, beijo me liga”. Segundo ele, a canção foi surpreen- dente desde as primeiras exibições, antes mesmo da gravação oficial: “A gente resolveu tocar num show em Palmas, Tocantins, num trio elétrico. Foi uma coisa assim absurda! Ninguém conhecia a música. A gente to- cou e as pessoas ficaram loucas! Queriam que a gente tocasse de novo, cantavam a música. Tivemos que cantar no show três vezes uma música 6

Gustavo Alonso inédita! Eu nunca vi isso!” 246 A gravação de Teló acelerou o xote do Cangaia de Jegue e aumen- tou a participação do acordeão e da bateria. O violão de cordas de aço conduzia a canção junto com o baixo. O solo era feito pela sanfona. “Ai se eu te pego” tornouse um forró mais acelerado. E a canção que nasceu funk virou xote e forró, foi gravada por um sertanejo que a transformou num hit mundial.

* * * É comum a crítica se referir, especialmente aos gêneros musicais mas- II.5. México sertanejo-brasileño sivos como pobres em diversidade de proposta estética. A música ser- taneja, que sempre teve dificuldade de ser analisada seriamente pela crítica jornalística e pela academia, padece de vereditos quase sempre deletérios.7 Durante o auge do sucesso de “Ai se eu te pego”, a revista Veja cha- mou Michel Teló de breganejo”.8 O termo era exatamente o mesmo que a revista usou durante anos para caracterizar os sertanejos da geração anterior. Na mesma linha foi a escritora, roteirista e apresentadora Fer- nanda Young. Ao ser perguntada quem era o artista mais brega do Bra- sil, ela cravou: “Luan Santana. E Michel Teló. Eu realmente acho que o

6) André Piunti entrevista Michel Teló, blog Universo Sertanejo, Publicado em 10/12/2012: . 7) Para uma densa análise de como a crítica sempre viu na música sertaneja certa “po- breza” estética e como a academia praticamente não abordou em profundidade este gênero, ver ALONSO, 2015. 8) Em referência ao hit mundial “Ai se eu te pego”, a revista chamou o sucesso de brega- nejo. Veja se espantava que o vídeo havia então passado dos 90 milhões de acessos no YouTube e tinha imitadores até na Rússia. Veja, coluna“Panorama”, 04/01/2012, p. 38. Brasil está vivendo um dos piores momentos definitivamente a respeito da cafonice.”9 Críticos culturais respeitados como Zuza Homem de Mello, autor de livros sobre a MPB, bateu de frente com os sertanejos,especialmente Zezé Di Camargo: “Eu já disse uma vez, e teve gente que não gostou — mas te- nho certeza que a maioria concorda: um compasso do João Gilberto vale muito mais do que toda a obra do Zezé Di Camargo. E é o que eu penso”, profetizou Zuza em 2011 diante do sucesso de “Ai se eu te pego”.10 O tradicional crítico musical Tárik de Souza tentava entender o fe- nômeno com base em índices econômicos e criticava Zezé Di Camargo e a geração universitária numa mesma leva: “As mudanças sociológi- cas introduzidas no campo pelo agronegócio, seus utilitários de cabine dupla e rodeios luxuosos — que fez brotar até uma corrente de chama-

dos ‘sertanejos universitários’ — parecem condenar os caipiras [...] à total Corazón Latinoamérica musical de México obsolescência.”11 247 O crítico Lauro Lisboa Garcia, do jornal O Estado de S. Paulo, tam- pouco via diferenças entre as gerações: “Universitário ou não, esse tipo de música é muito brega, ultracomercial. Não vejo diferença entre o ‘breganejo’ de Leonardo, Daniel e Zezé Di Camargo & Luciano e esses novos. É o mesmo padrão de letras pobres, arranjos repetitivos, vozes estridentes e gemidos que doem no ouvido.”12 Muitos criticavam o ser- tanejo universitário pois viam no gênero uma suposta pasteurização da música brasileira. Foi o caso do compositor e cantor paraibano Chico

César. No início do sertanejo universitário, em 2005, ele lançou a música Apartado II. Miradas desde Brasil “Odeio rodeio”, uma parceria com Rita Lee: “Odeio rodeio e sinto um certo nojo/ Quando um sertanejo começa a tocar/ Eu sei que é precon- ceito, mas ninguém é perfeito/ Me deixem desabafar.” Essa canção tam- bém foi cantada a plenos pulmões pelo grupo paulistano Teatro Mágico em shows na segunda metade dos anos 2000.13 O tradicional crítico José Ramos Tinhorão já escreveu que a po- breza estética da música sertaneja deve-se ao fato de “as gravadoras

9) Programa 2 chopes com Fernanda Young, publicado em 17/05/2012: . 10) “Não faltam talentos no País, faltam ouvidos que saibam ouvir música.” Por Darlan Alvarenga, originalmente publicado no site IG. Acessado no site do próprio Zuza Homem de Mello: . 11) Revista Cult, n. 151, 15/10/10. 12) “Sertanejo sem vergonha”, Veja Sao Paulo, 20/10/2008, p. 3442, p. 41. 13) Show no Teatro Paulo Machado, São Caetano do Sul, 20/09/2009: . multinacionais tentarem impor seus gêneros universais a todos o povo brasileiro, com caráter de monopólio musical”.14 Os primeiros críticos acadêmicos da música sertaneja escreveram sobre o tema na década de 1970. José de Souza Martins e Waldenyr Cal- das, trabalhando com conceitos e métodos da Escola de Frankfurt, es- pecialmente Theodor Adorno, tiraram conclusões duras acerca da baixa diversidade e pobreza estética da música sertaneja. Martins viu na seara sertaneja a “dissimulação” da linguagem dos dominados, contaminados pela visão dominante da temida indústria cultural (MATINS, 1975). Caldas chegou a proferir que a música sertaneja seria o “barbitúrico” que dopa- ria o proletariado consumidor de música sertaneja (CALDAS, 1977). Para João Marcos Além, pesquisador da USP, a música sertaneja se associou a indústria cultural em definitivo apenas a partir dos anos 80.

Gustavo Alonso Mas o veredito é basicamente o mesmo. Para o sociólogo, “com a mo- 248 dernização rural e a indústria cultural consolidadas e conectadas, a rea- lidade tornou-se [...] a emergência da configuração country no Brasil”, o que acarretaria em mais padronização e, logo, pobreza de variações es- téticas.15 Mais recentemente o violeiro Ivan Vilela, professor da Faculdade de Música da Universidade de São Paulo, sustentou discurso parecido: “Tudo é uma escolha das gravadoras, quem decide são elas. Os pro- dutores percebem as tendências, então os ritmos surgem praticamente de laboratórios. Luan Santana é um menino de dezenove anos que faz II.5. México sertanejo-brasileño cerca de trezentos shows por ano e fatura milhões. Para mim, está muito mais próximo de Justin Bieber do que de um sertanejo”, afirmou o pro- fessor. “São músicas passageiras, daqui a algum tempo ninguém mais vai se lembrar de Michel Teló”, disse Vilela categoricamente (ALEM, 1996, p. 62).

* * * Não é incomum que parte da crítica, academia e formadores de opi- nião constituam seu suposto conhecimento sobre a música sertaneja ba- seados unicamente nas músicas que tocam nas mídias. É um paradoxo pouco explorado, já que eles baseiam seu julgamento unicamente na- quelas mídias que tanto criticam. Seja como for, ignoram o processo de surgimento da canção. Interessar-se por saber como canções surgem e se reconfiguram deveria ser parte do processo de trabalho do crítico musical e do pesquisador acadêmico.

14) TINHORÃO, 2006, p. 208, apud: FAUSTINO, 2014, p. 28. 15) O curioso é que grande parte dos críticos que acusam o gênero de ser pobre em variedade parecem não ter sequer ouvido o disco inteiro de Michel Teló. Se o fizessem, talvez se espantassem com a diversidade presente no disco. O disco de Teló que lançou “Ai se eu te pego” tinha exatamente a proposta de fundir diversos ritmos brasileiros. Ao descrever as músi- cas do disco em entrevista, Teló enfatizava as misturas e dizia que “Fu- gidinha” era sertanejo com pagode16, “Ai se eu te pego” era forró, “Eu te amo e open bar” era dance com sanfona e “Humilde residência” era sambarock com sanfona.160 Teló ainda regravou neste disco dois clás- sicos da música sertaneja, “Telefone mudo” e “Boate azul”. Ambos suces- sos de duplas dos anos 80 e inúmeras vezes regravadas por outros artis- tas, tais canções são rasqueados. Influenciado pela guarânia paraguaia,

o rasqueado foi parcialmente a nacionalização e hibridização deste gê- Corazón Latinoamérica musical de México nero feito por artistas brasileiros.17 Teló regravou as canções numa le- 249 vada bem próxima do original. Longe de ser prática incomum, misturar gêneros se tornou corrente no atual sertanejo. O próprio Antonio Dyggs, compositor de “Ai se eu te pego”, não conhecia muito bem o mundo sertanejo até alcançar o su- cesso mundial: “Eu não tinha muito contato com o sertanejo, mas de uns três anos pra cá o sertanejo tem crescido bastante. Me perguntaram o que eu achava de o sertanejo estar crescendo e o axé estar diminuindo... Pois é, mas, mesmo com o sertanejo crescendo, a Bahia está presente! As duas músicas mais tocadas agora são da Bahia: ‘Ai se eu te pego’ e ‘Balada boa’, Apartado II. Miradas desde Brasil que é de um compositor de Feira de Santana, o Cassio Sampaio.”18 Como diz Dyggs, a canção “Balada boa”, sucesso na voz de Gusttavo Lima, também foi composta por um baiano: “Gata, me liga, mais tarde tem balada/ Quero curtir com você na madrugada/ Dançar, pular, que hoje vai rolar/ Tchê tchererê tchê tchê...”. A canção também fez sucesso internacional, embora menor do que a canção de Teló. De fato a Bahia continuava em evidência, e o sertanejo se mostrava disposto a dialogar com os nordestinos, especialmente com a tradição do forró.

16) Aliás, “Fugidinha” é uma composição de dois pagodeiros, Thiaguinho, então do Exal- tasamba, e Rodriguinho, exvocalista do grupo de pagode Os Travessos. 17) A definição e distinção entre guarânia e rasqueado é polêmica. Em parte pode ser uma discussão estéril se se quiser uma definição fechada, visto que o que se busca aqui é constatar a hibridização. Para uma discussão sobre as possíveis distinções e di- ficuldades de definição, ver: HIGA, 2006. 18) Entrevista com o compositor da música “Ai se eu te pego”: Antonio Dyggs, Bocão NewsTV, publicada em 11/01/2012: . Outro compositor nordestino que travou contatos com o sertanejo foi Dorgival Dantas. O sanfoneiro potiguar tinha muitas canções grava- das por artistas e bandas basicamente do Nordeste, como Calcinha Preta, Aviões do Forró, Flávio José, Waldonys, Rastapé, Frank Aguiar. O maior sucesso de Dorgival era a canção “Você não vale nada”, que foi trilha da novela Caminho das Indias na versão da banda de forró ele- trônico Calcinha Preta. Pois foi com esse hit maker do Nordeste que os sertanejos dialogaram. Em 2007 Jorge e Mateus gravaram “Pode cho- rar” e no ano seguinte César Menotti e Fabiano gravaram “Tarde de- mais”. Em 2008 Jorge & Mateus gravaram “Amor covarde”, que teve grande repercussão: “Quando a gente fica junto, tem briga/ Quando a gente se separa, saudade/ Quando marca um encontro, discute/ Des- conheço um amor tão covarde.” Em 2012 Michel Teló lançou “Bara

Gustavo Alonso bará bere berê”, também composição do sanfoneiro do Estado do Rio 250 Grande do Norte. Outro importante diálogo realizado pelo sertanejo universitário foi a fusão com o arrocha, gênero musical que nasceu no Recôncavo Baiano no início dos anos 2000. Normalmente são usados um teclado arranja- dor, um saxofone e uma guitarra. Podese dizer que o arrocha é a ele- trificação e digitalização da tradição brega. Às vezes tocase acordeão. Dizse que um dos precursores é o cantor Pablo, cuja carreira faz muito sucesso no Nordeste.19As letras tendem a ser uma reinvenção da música brega, da seresta, do estilo romântico. Às vezes também são comuns le- II.5. México sertanejo-brasileño tras mais picantes.20 Com essa influência, a partir de 2011 uma série de canções ser- tanejas começaram a flertar declaradamente com o arrocha. Entre elas estão “Camaro amarelo”, de Munhoz & Mariano, “Gatinha assanhada”, de Gusttavo Lima, “Fiorino”, de Gabriel Gava, “Tchu tcha tcha (Eu quero tchu, eu quero tcha)”, de João Lucas e Marcelo, “Vem ni mim, Dodge ram”, de Israel Novaes, “Eu sou seu, meu bem”, de Cristiano Araújo, “Vou dar o nó em você”, de Thaeme & Thiago, “Só vou beber mais hoje (vou parar)”, de Humberto & Ronaldo, “Levemente alterado”, de Michel Teló, “Se namorar fosse bom”, de Bruninho & Davi, entre várias outras.

19) Além de Pablo, destacam-se no arrocha: Nara Costa, Silvano Salles, Márcio Moreno, Asas Livres, Grupo Arrocha, Tayrone Cigano, Beto Botho, Nira Guerreira, Latitude 10, Bonde do Maluco, Trio da Huanna. 20) O arrocha chegou aos ouvidos do Sul e Sudeste em 2010 em grande parte graças à in- ternet. Nesse ano a canção “Minha mulher não deixa não”, um arrocha de composição de Reginaldo Alves da Silva, o Reginho, e a banda Surpresa, estourou no YouTube, e teve mais d 7 milhões de visualizações. “Cantor de ‘Minha mulher não deixa não’ vira ídolo em três meses”, Folha de S.Paulo, Folha Ilustrada, 16/02/2011. O arrocha é herdeiro do brega, gênero que por décadas teve su- cesso enorme, mas subterrâneo, sem o aval das grandes mídias do Su- deste. Os sertanejos universitários levaram adiante a mistura com o brega, prática que a geração anterior inaugurou nos anos 1980. Mas, diferentemente da geração anterior, a atual parece ter menos problema em assumir o diálogo com o brega. O megassucesso “Balada boa”, lançado em 2011, de Gusttavo Lima, já anunciava na introdução: “Eu já lavei o meu carro, regulei o som/ Já tá tudo preparado, vem que o brega é bom.” Outra mistura insólita que ocorreu apenas ocasionalmente na mú- sica sertaneja atual é a fusão com o reggaeton. Gênero originário da América Central, o reggaeton faz sucesso em toda a América Latina. No Brasil, entrou através de “Sogrão caprichou”, de Luan Santana, e de

“Amor de madrugada”, de Marcos & Belutti. Corazón Latinoamérica musical de México Mais comum foi a mistura do sertanejo universitário com o funk, ge- 251 rando aquilo que alguns chamam de funknejo. A principal canção desse estilo é definitivamente “Tchu tcha tcha (Eu quero tchu, eu quero tcha)”, de 2012. Nessa canção, gravada por João Lucas & Marcelo, o batidão carioca é reverenciado em meio a violões e sanfona. Em 2013 o funkeiro Mr. Catra fez um show no rodeio de Barretos, a maior de todas as festas sertanejas do Brasil. O antropólogo Hermano Vianna percebeu essa fusão de ritmos no Brasil do século XXI: “O novo sertanejo, posuniversitário, é um culto à

‘balada’. Na base há uma mistura furiosa de ritmos, dos baianos aos gaú- Apartado II. Miradas desde Brasil chos, passando pelo tamborzão. Tudo está próximo. [...] Há uma rede que ‘linka’ todas as novas músicas populares brasileiras. Sucessos gan- ham versões em todos os ritmos. Nasce como forró, vira tecnobrega, arrocha, vanerão, sertanejo.”21 De certa forma, as mudanças promovidas pelo sertanejo universitá- rio ilustram as diversas influências estéticas da atual geração. Luan San- tana se diz fã de carteirinha de Roberto Carlos.22 Victor e Leo dizem ouvir Alceu Valença, Neil Young, Zé Ramalho, Eric Clapton, John Lee Hooker, Almir Sater, Renato Teixeira, Sérgio Reis, Dire Straits, Guns N’ Roses, Scor- pions, Steve Ray Vaughan, Shania Twain. Também Metallica, Bon Jovi, Skid Row, Legião Urbana, Skank, Garth Brooks. E explicam: “[Não temos] preconceitos. Cada tipo de música tem um porquê.”23 Sorocaba, da du-

21) “Batidão sertanejo”, O Globo, Segundo Caderno, 09/06/2012, p. 1. 22) Entrevista Luan Santana a Marília Gabriela, De frente com Gabi, SBT, 22/ 08/2010. 23) Programa Estrelas, TV Globo, 28/11/2009. “Victor & Leo, a nova cara das velhas du- plas”, O Globo, Segundo Caderno, 24/10/2008, p. 5. Entrevista Victor & Leo a Marília pla com Fernando, começou a compor por causa da influência de Chi- tãozinho & Xororó, Leandro & Leonardo, João Paulo & Daniel e do coun- try americano. Artistas como Garth Brooks, Willie Nelson, Allan Jackson também fazem parte de suas influências.24 Michel Teló tem como ídolo supremo Roberto Carlos.25 E se diz in- fluenciado pela trindade dos anos 1990, Chitãozinho & Xororó, Leandro & Leonardo e Zezé Di Camargo & Luciano, bem como pela moderni- dade internacional dos anos 2000. Maroon 5 e Coldplay são seus prefe- ridos. Teló cita também a dupla argentina Rudi & Nini Flores, especialista em chamamés, como parte de sua bagagem cultural.26 Paula Fernandes cita Tião Carreiro, Bee Gees e Simon & Garfunkel como influências. E ainda Milton Nascimento, Renato Teixeira, Almir Sater e Shania Twain.27 E ia além: “Na época de bar eu cantava de tudo. Desde Evanescence a 28

Gustavo Alonso Mettalica, Alanis Morissette e Iron Maiden”, confessou a mineira. 252 * * * As fusões na música sertaneja não são novidade. Na verdade, este é um dos gêneros mais híbridos no cenário musical massivo brasileiro. A própria ideia de música sertaneja criou sua especificidade nos anos 50, quando, a partir do sucesso enorme de duas guarânias, “Índia” e “Meu primeiro amor”, passou a constituir-se como campo diferenciado. Na- quela época houve resistentes a aceitação da importação estética. For- mou-se gradualmente dois significado distintos no campo da luta sim- II.5. México sertanejo-brasileño bólica do mundo musical rural brasileiro. Uns se identificaram com o romantismo folclorista e a preservação das raízes musicais do interior: estes se autonomearam “caipiras”. Polarizando e se opondo a tal com- portamento estético, os sertanejos seguiram avante o processo de mo- dernização musical e incorporação de valores globais. Nos anos 50 houve o auge da influência do bolero na música bra- sileira e a música sertaneja bebeu nesta fonte. Houve também a entrada de outros gêneros mexicanos, como o huapango, corridos e especial- mente a rancheira.

Gabriela, De frente com Gabi, SBT, 23/09/2012. 24) Entrevista Fernando & Sorocaba a Marília Gabriela, De frente com Gabi,SBT, 27/11/2011. 25) Michel Teló no Programa do Ratinho, SBT, vídeo postado em 17/02/2011: . 26) Entrevista Michel Teló a Marília Gabriela, De frente com Gabi, SBT, 24/06/2012. 27) Programa Tudo e possível, TV Record, 19/08/2012. 28) Programa Legendários, TV Record, 08/12/2012. Nos anos 60/70 aconteceu a “invasão” do rock na música sertaneja, e instrumentos como guitarra, baixo, bateria e teclado entraram de vez na seara da música rural, sempre com muita resistência por parte dos caipiras. Canções muito conhecidas do público sertanejo foram influencia- das por gêneros estrangeiros e foram gravadas tendo seus ritmos ex- pressamente nomeados nas contracapas dos discos. A famosíssima “Estrada da vida”, sucesso de Milionário & José Rico em 1977 é uma ran- cheira. “Vá pro inferno com o seu amor”, regravado por Chitãozinho & Xororó é uma polca paraguaia (original de 1976, regravada em 2007). O clássico “Saudade da minha terra”, gravada em 1967 por Belmonte & Amaraí, é uma moda campeira. O Trio Parada Dura chegou a gravar uma música chamada “Meu bolerão” em 1979. Em 1983 gravaram o xote “Pa-

nela velha”. Versáteis, Milionário & José Rico gravaram um huapango in- Corazón Latinoamérica musical de México titulado “Do mundo nada se leva” em 1979. 253 Até meados dos anos 1980, os discos de música sertaneja estam- pavam na contracapa, além dos nomes das canções e seus composito- res, o tipo de música gravada. Era normal que as canções dos discos de Milionário & José Rico, Leo Canhoto & Robertinho e Trio Parada Dura viessem demarcadas como rancheira, rasqueado, polca, bolero, balanço, corrido e guarânia, entre outros subgêneros. Essa denominação tam- bém vinha escrita no selo dos discos, fossem compactos ou LPs. Essa prática era comum em toda a música popular até a década de 1960. Na música rural essa prática permaneceu porque o termo “sertanejo” ainda Apartado II. Miradas desde Brasil não havia se hegemonizado por completo. Isso só aconteceu a partir de um grande sucesso que mudou a história do gênero, radicalizando as críticas, formatando novas duplas e catalisando a consolidação do termo. Esse sucesso foi a música “Fio de cabelo”, gravada por Chitão- zinho e Xororó em 1982: “Quando a gente ama/ E não vive junto da mul- her amada/ Uma coisa à toa é um bom motivo pra gente chorar/ Apa- gamse as luzes ao chegar a hora de ir para a cama/ A gente começa a esperar por quem ama/ Na impressão que ela venha se deitar...” Havia uma rede de artistas e público afinado a proposta da hi- bridização sertaneja. Integrantes da nova onda moderna dos anos 70, João Mineiro & Marciano deslancharam a partir da década de 80, quando tiveram vários sucessos como “Amor e amizade (Dia sim, dia não)”, “A bailarina”, “Seu amor ainda é tudo” e “Ainda ontem chorei de saudade”, dentre outras. Assim como Chitãozinho & Xororó, eram da geração que iniciou nos anos 70 e sentiram-se muito atraídos por Leo Canhoto & Robertinho e Milionário & José Rico. Marciano compunha sobretudo corridos, guarânias e rancheiras. O compositor imitava até os gritos “mexicanos” presentes nas canções de seus ídolos: “Eu ado- rava música mexicana, achava divertido ouvir um mariachi cantando, dando aqueles gritos no meio das músicas, e eu fazia isso quando can- tava as minhas”.29 O disco que continha a guarânia “Fio de cabelo”, intitulado “Somos apaixonados” (1982), foi o primeiro LP sertanejo a vender 1 milhão de cópias. O gênero começava a deixar de ser regional e passava, gradual- mente a ser conhecido em todo o Brasil, fenômeno que se concretizará a partir de 1989. Foi a partir do enorme sucesso de “Fio de cabelo”, con- solidouse o campo musical da música sertaneja. Diante da gradativa for- matação do campo artístico, tornouse irrelevante a definição precisa do ritmo das músicas. As canções eram guarânias, boleros, polcas ou bala- das? Pouco importava. Ao longo da década de 1980 as duplas deixaram

Gustavo Alonso de estampar nas contracapas e selos dos discos o gênero de música 254 gravada. Todas se tornaram músicas sertanejas, um grande guardachuva musical sob o qual cabiam diversos gêneros. A partir da virada dos anos 80 para os anos 90 houve uma hege- monia das baladas. Canções como “É o amor”, de Zezé Di Camargo & Luciano (1991), “Pense em mim” (1990), de Leandro & Leonardo e “Evi- dências” (1990), de Chitãozinho & Xororó, são baladas. Mas os gêneros incomuns continuavam ali nos discos. Chamamés foram gravados por Leandro & Leonardo (“Semi-luz”, em 1989), e por Zezé Di Camargo & Luciano (“Águas passadas”, em II.5. México sertanejo-brasileño 1991; “Leva Minha timidez”, em 1992; “Vida, viola e violeiro”, em 1998). Os chamamés, de influência argentina, não foram esquecidos pela ge- ração do sertanejo atual. “Pra ter o seu amor” foi gravado por Jorge & Mateus. “Semi-luz” e “Mudar pra quê” fora gravadas por João Bosco & Vinícius (2014), “Marca evidente” foi regravada por Israel & Rodolfo e Jorge & Mateus (2015). Boleros tampouco foram esquecidos. Matogrosso e Mathias gra- varam “De igual para igual”. Trio Parada Dura gravou “Me mata de uma vez”. Zezé Di Camargo & Luciano gravaram a famosíssima “Você vai ver” (1994) e novata Marilia Mendonça gravou “Infiel” (2015).

* * * Podemos analisar determinados gêneros musicais por sua recepção ou por sua produção. Aqui estamos focando na dificuldades de se pensar um gênero dentro de seus marcos de produção não por que se subes- tima a recepção, mas por intencionar discutir a pertinência da afirmação

29) “Entrevista: Marciano”, por André Piunti, 22/09/2010, http://universosertanejo.blog. uol.com.br/arch2010-09-19_2010-09-25.html. de que um gênero está inscrito em sua própria dimensão plástica e ma- terial.30 Com frequência o discurso da falta de diversidade é elencado como forma de depreciar determinados gêneros massivos. Diante do exposto a partir do caso da música sertaneja, percebe-se como os dis- cursos sobre a música são performativos de distinções sociais que aju- dam a constituir os gêneros. As frequentes simplificações acabam por retratar um objeto menor. Diante da realidade múltipla tão às claras, cabe refletir o papel que os discursos limitadores acabam performando no contexto social. Em parte este tipo de discurso serve para tornar inteligível os sig- nificantes mínimos de um gênero musical. Trata-se de esboçar caracte- rísticas estáveis que tornam os vereditos possíveis. O problema surge

quando temos um objeto que, desde seu início, surgiu a partir da fusões Corazón Latinoamérica musical de México de ritmos e gêneros e que, apesar de ser bastante delimitado no plano 255 dos discursos, mostra-se bastante volúvel em seus parâmetros estéticos. Segundo Jeder Janotti, um gênero musical é definido “por elemen- tos textuais, sociológicos e ideológicos”. Segundo o pesquisador o gê- nero “é uma espiral que vai dos aspectos ligados ao campo da produção às estratégias de leitura inscritas nos produtos midiáticos” (JANOTTI, 2006, p. 6). Seguindo os parâmetro lastreados por Tati, Janotti pensa num determinado conjunto de regras capazes de definir um gênero:

“É comum alguém dizer que ouviu um samba de Tom Jobim, um rock Apartado II. Miradas desde Brasil dos Titãs ou mais uma canção romântica de Roberto Carlos. Todas essas designações de gênero denotam a compreensão global de uma gramá- tica. Significa que o ouvinte conseguiu integrar inúmeras unidades sono- ras numa seqüência com outras do mesmo paradigma. Sambas, boleros, rocks, marchas são ordenações rítmicas gerais que servem de ponto de partida para uma investigação mais detalhada da composição popular” (TATIT, 1997:101).

Assim, voltando a Janotti, “os gêneros musicais envolvem então: regras econômicas (direcionamento e apropriações culturais), regras se- mióticas (estratégias de produção de sentido inscritas nos produtos mu- sicais) e regras técnicas e formais (que envolvem a produção e a rece- pção musical em sentido estrito)” (JANOTTI, 2006, p. 7). Em seu artigo sobre as identidades dos gêneros musicais Jeder Ja- notti tem razão ao dizer: “Muitas vezes as próprias denominações, por

30) Para estudos no plano da percepção e consumo dos gêneros musicais, ver: Hebdige (1979), Herschmann (2000) e Straw (1991). exemplo, música caipira de raiz ou música sertaneja, carregam traços que envolvem imaginários espaciais presentes nas performances das canções. No caso da música caipira, há uma valorização de certa quie- tude, de um mundo desarticulado das novas tecnologias e das ‘moderni- dades’, já a nomenclatura música sertaneja remete, hoje, ao agrobusiness, aos rodeios, ao ‘mundo pop’ dos grandes produtores de grãos. Mas, do mesmo modo que a idéia dança pressupõe corpo e cenário, ela também está diretamente relacionada da noção de ritmo. A repetição, tão impor- tante para análise da música, é fundamental para a produção de sentido e para a configuração midiática das canções populares massivas.” (p. 10). A questão é que música caipira e música sertaneja tem relação tensa entre si não apenas por seus aspectos internos, que variam muito ao longo do tempo. Nem sempre suas fronteiras foram as mesmas ao

Gustavo Alonso longo do tempo. E a música sertaneja se formou historicamente las- 256 treada na ideia de aceitação das inovações externas ao próprio gênero, o que problematiza a ideia de “repetição” como fundamental o reconhe- cimento da música massiva. Talvez o mais pertinente sejam os discursos. Estes sim muito repe- titivos e que demoram muito a mudar, pois parecem ter uma dinâmica própria. Seja como for, pensar a condição de um gênero deve pressupor considerar as diferentes genealogias e a historicidade constituinte tam- bém a partir da oposição a outros gêneros e discursos. Nesse aspecto o discurso jornalístico e acadêmico jogou e joga um papel fundamental II.5. México sertanejo-brasileño para ajudar a demarcar a especificidade da música sertaneja, simplifi- cando a variedade estética num mesmo bloco unívoco, delimitado seja pela suposta “pobreza estética”, seja como fruto da “indústria cultural”. É aí que a estabilidade age mais, não tanto nos próprios objetos. Ao me- nos em relação aos gêneros massivos. Como diz Simon Frith, parte considerável do prazer que temos no consumo musical gira em torno ao tempo que gastamos comentando canções, compositores e intérpretes. Como sintetizou Frith, “para enten- der o que está em jogo nas discussões sobre valor musical, nós devemos começar com os discursos que dão aos termos de valor seus sentidos. Disputas musicais não são sobre a música ‘em si’ mas sobre como loca- lizá-la, sobre o que é a música e como ela deve ser avaliada. Afinal, nós só podemos ouvir a música como valiosa quando nós sabemos o que ouvir e como ouvi-la” (FRITH, 1996, p. 26, tradução: JANOTTI, 2006)31 O caso da genealogia da música sertaneja ilustra, em sua busca pelo “outro”, ou seja, pela variedade, uma potencialidade interessante

31) Texto no livro Estudos Culturais, p. 138. para o pesquisador. O desejo de inovação não é apenas uma lógica re- produtiva mercadológica, mas parte do ethos constituinte de seus inte- grantes e potencialmente problematizador da lógica mecanicista do ca- pital desde antes das crise fonográfica dos anos 2000. De forma que não é possivel reduzir a realidade sertaneja aos determinismos puramente estruturais. Trata-se de um gênero que precisa ao mesmo tempo ser analisado enquanto aspectos plásticos e materiais, mas também atra- vés de sua dinâmica relação com outros gêneros e seus meios, seja com aqueles os quais a música sertaneja “antropofagizou”, seja com aqueles com os quais teve ranhuras.

Músicas citadas 1. “A bailarina” (Marciano /Darci Rossi/Sargento Oliveira), João

Mineiro & Marciano, LP Esta noite como lembrança, Copacabana, Corazón Latinoamérica musical de México 1980. 257 2. “Águas passadas” (Paulo Debétio / Paulinho Resende), Zezé Di Camargo & Luciano (part. Fafá de Belém), LP Zezé Di Camargo & Luciano, Copacabana, 1991. 3. “Ai se eu te pego” (Antônio Dyggs / Sharon Acioly), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011. 4. “Ainda ontem chorei de saudade” (Moacyr Franco), João Mineiro & Marciano, LP João Mineiro & Marciano, Copacabana, 1988. 5. “Amor de madrugada” (Marcos Léo / Belutti / Dudu Borges / Amauri

Pereira), Marcos e Belutti, CD Cores, Som Livre, 2012. Apartado II. Miradas desde Brasil 6. “Amor e amizade (dia sim, dia não)” (Darci Rossi / Marciano), João Mineiro & Marciano, LP Amor e amizade (dia sim, dia não), Copacabana, 1984. 7. “Balada boa” (Cassio Sampaio), Gusttavo Lima, CD/DVD Gusttavo Lima e você, Som Livre, 2011. 8. “Boate azul” (Benedito Saviero / Aparecido Tomás de Oliveira), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011. 9. “Camaro amarelo” (Marco Aurélio / Thiago Machado / Márcia Araújo / Bruno Caliman), Munhoz & Mariano, CD/DVD Ao vivo em Campo Grande vol. II, Som Livre, 2012. 10. “De igual pra igual” (Roberta Miranda), Matogrosso & Mathias, LP Mulher — vol. 09, Chantecler, 1985. 11. “Do mundo nada se leva” (Belmonte / Jorge Paulo), Milionário & José Rico, LP Realidade - vol.8, Chantecler, 1979. 12. “Ei, psiu, beijo me liga” (Teófilo Teló / Diego Damasceno / Daniel Damasceno), Michel Teló, CD Balada, 2011. 13. “Estrada da vida” (José Rico), Milionário & José Rico, LP Estrada da vida. Sertanejo/Chantecler, 1977. 14. “Eu te amo e open bar” (Teófilo Teló / Dudu Borges), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011. 15. “Fiorino” (Bruno Caliman), Gabriel Gava, CD Ao vivo em Goiânia, Som Livre, 2013. 16. “Fugidinha” (Thiaguinho / Rodriguinho), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011. 17. “Gatinha assanhada” (Gabriel Valim / Alex Ferrari), Gusttavo Lima, CD/DVD Ao vivo em São Paulo, Som Livre, 2012 18. “Humilde residência” (Tiago Marcelo / Malcolm Lima / Luiz Henrique/ Fernando), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011. 19. “Índia” (José Asunción Flores / Manuel Ortiz Guerrero / Versão José Fortuna). Cascatinha & Inhana, Cp. 78 RPM, Toda América, 1952.

Gustavo Alonso 20. “Infiel” (Marilia Mendonça), Marília Mendonça, CDMarilia 258 Mendonça ao vivo, Som Livre, 2015. 21. “Leva Minha timidez” (Zezé di Camargo/José Ricardo Corrêa), Zezé Di Camargo & Luciano, LP Zezé Di Camargo & Luciano, Copacabana, 1992. 22. “Levemente alterado” (André Silva), Michel Teló (part. Bruninho & Davi, CD/DVD Sunset, Som Livre, 2013. 23. “Me mata de uma vez” (Ronaldo Adriano/Neno/Nilza Carvalho), Trio Parada Dura, LP Astro rei, Copacabana, 1987. 24. “Meu Bolerão” (Correto / Creone), Trio Parada Dura, LP Beco sem II.5. México sertanejo-brasileño saída, Copacabana, 1979. 25. “Meu primeiro amor” (Herminio Gimenez — vs. de José Fortuna e Pinheirinho Jr). Cascatinha & Inhana, Cp. 78 RPM, Toda América, 1952. 26. “Mudar pra quê”, João Bosco & Vinicius, CD Indescritível, Universal, 2014 27. “Odeio rodeio” (Chico Cesar/Rita Lee), Chico Cesar, CD Compacto e Simples, 2005. 28. “Panela velha” (Moraezinho/Auri Silvestre), Trio Parada Dura, LP Alto astral, Copacabana, 1983. 29. “Pode chorar” (Dorgival Dantas), Jorge & Mateus, CD Ao vivo em Goiânia, Universal Music, 2007. 30. “Pra ter o seu amor” (Jorge/Dudu Borges), Jorge & Mateus, CD Aí já era, Universal, 2010. 31. “Saudade de minha terra” (Belmonte / Goiá), Belmonte e Amaraí, LP Saudade de minha terra, Continental, 1967. 32. “Semi-luz” (Luiz Berto, Carlos Randall), João Bosco & Vinícius, CD Curtição, Universal Music, 2009. 33. “Semi-luz” (Luiz Berto, Carlos Randall), Leandro & Leonardo, LP Leandro & Leonardo, Continental, 1989. 34. “Seu amor ainda é tudo” (Moacyr Franco), João Mineiro & Marciano, LP João Mineiro & Marciano, Copacabana, 1986. 35. “Sogrão caprichou” (Luan Santana / Bruno Caliman / Cristiano Savatti / Márcia Araújo), Luan Santana, CD Te esperando, Som Livre, 2013. 36. “Tarde demais” (Dorgival Dantas), César Menotti & Fabiano, CD/ DVD A voz do coração ao vivo, Universal Music, 2008. 37. “Tchu tcha tcha (Eu quero tchu, eu quero tcha)” (Shylton Fernandes), João Lucas & Marcelo, CD João Lucas e Marcelo, Som Livre, 2012. 38. “Telefone mudo” (Franco / Peão Carreiro), Michel Teló, CD Na balada, Som Livre, 2011.

39. “Vá pro inferno com o seu amor” (Meirinho), Milionário & José Rico, Corazón Latinoamérica musical de México LP Milionário & José Rico — vol. 3, Sertanejo/Chantecler, 1976. 259 40. “Vá pro inferno com seu amor” (Meirinho), Chitãozinho & Xororó, CD Grandes clássicos sertanejos — Acústico, SkyBlue Music, 2007. 41. “Vem ni mim Dodge Ram” (Israel Novaes), Israel Novaes, CD Israel Novaes, Som Livre, 2013. 42. “Vida, Viola e Violeiro” (Nildomar Dantas/Ivan Medeiros), Zezé Di Camargo & Luciano, LP Zezé Di Camargo & Luciano, Sony Music, 1998. 43. “Você vai ver” (Elias Muniz / Carlos Colla), Zezé Di Camargo &

Luciano, LP Zezé Di Camargo & Luciano, Sony Music, 1994. Apartado II. Miradas desde Brasil 44. “Vou dar o nó em você” (Thiago Servo), Thaeme & Thiago, CD Ao vivo em Londrina, Som Livre, 2012. 45. “Marca evidente” (?), Israel & Rodolfo, CD Imprevisível, Som Livre, 2015. 46. “Só vou beber mais hoje (vou parar)” (?),Humberto & Ronaldo, 2012. 47. “Se namorar fosse bom” (?),Bruninho & Davi, CD, Independente, 2012.

Bibliografia 1. ALEM, João Marcos. O caipira e o country: a nova ruralidade brasileira. Tese de doutorado em Sociologia, USP, 1996. 2. ALONSO, Gustavo. Cowboys do asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. 3. ______. Bob Dylans do sertão: tropicália, MPB e música sertaneja. REDD – Revista Espaço de Diálogo e Desconexão, v. 3, p. 222-235, 2011. 4. ______. Jeca Tatu e Jeca Total: a construção da oposição entre música caipira e música sertaneja na academia paulista (1954- 1977). Contemporânea – Revista de Sociologia da UFSCar, v. 2, p. 439-463, 2012. 5. ______. O sertão na televisão: música sertaneja e Rede Globo. Revista Contemporânea, v. 1, p. 222-235, 2011. 6. ______. O sertão vai à faculdade: o sertanejo universitário e o Brasil dos anos 2000. Revista Perspectiva Histórica, p. 1-16, julho 2012. 7. ______. Os caipiras chiques: a relação da música rural e a MPB nos anos 80. Tempo da Ciência (Unioeste), v. 20, p. 15-30, 2013. 8. ______. Cowboys do asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. 9. ______. Oposição no sertão: a construção da distinção entre música

Gustavo Alonso caipira e música sertaneja. Outros Tempos, v. 10, p. 122, 2013. 260 10. CALDAS, W. Acorde na aurora: música sertaneja e indústria cultural. São Paulo:Companhia Editora Nacional, 1977. 11. FAUSTINO, Jean Carlo. O êxodo cantado: a formação do caipira para a modernidade. Tese apresentada ao depto. de Sociologia da UFSCAR, São Carlos, 2014 12. FRITH, Simon. Performing Rites: on the value of popular music. Cambridge/Massachusett: Havard University Press, 1996. 13. HEBDIGE, Dick. Subculture: the meaning of style. New York: Routledge, 1979. II.5. México sertanejo-brasileño 14. HERSCHMANN, Micael. O Funk e o Hip Hop invadem a cena. Rio de Janeiro: UFRJ, 2000. 15. HIGA, Evandro Rodrigues. A assimilação dos gêneros polca paraguaia, guarânia e chamamé no Brasil e suas transformações estruturais. In: VII Congresso Latinoamericano da Associação Internacional para Estudo da Música Popular - IASPM, 2006, Havana - Cuba. VII Congresso Latinoamericano da IASPM - LA, 2006. 16. JANOTTI JUNIOR, J. S.. Mídia e Música Popular Massiva: dos gêneros musicais aos cenários urbanos inscritos nas canções. In: Ângela Prysthon. (Org.). Imagens da Cidade: espaços urbanos na comunicação e cultura contemporâneas. 1ed.Porto Alegre: Sulina, 2006, v. , p. 131-147. 17. MARTINS, J. C. “Música sertaneja: a dissimulação na linguagem dos humilhados.” In Capitalismo e tradicionalismo. São Paulo: Pioneira, 1975. p. 103161. 18. STRAW, Will. Systems of Articulation, Logics of Change: communities and scenes in popular music. Cultural Studies. London: Routledge, v. 5, n. 3, p. 361-375, oct. 1991. 19. TATIT, Luiz. Musicando a Semiótica. São Paulo: Annablume, 1997. 20. TINHORÃO, José Ramos. Cultura popular: temas e questões. 2.ed. São Paulo: Editora 34, 2006. México Corazón Latinoamérica musical de México 261 Apartado II. Miradas desde Brasil II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: Sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira

Danilo Cymrot1 Centro de Pesquisa e Formação do Sesc em São Paulo

Danilo Cymrot Introdução 262 Em um texto de novembro de 2006 noticiando a morte do cantor mexi- cano Miguel Aceves Mejía, o crítico de cinema Luiz Carlos Merten conta que, quando começou a ver filmes na Porto Alegre dos anos 50, via-se de tudo- filmes mexicanos, comédias italianas, inglesas, filmes “natura- listas” (de sexo) franceses e suecos -, pois, apesar de Hollywood já ser a cinematografia hegemônica, “havia espaço para a diversidade no mer- cado”. Entre esses filmes, os de Miguel Aceves Mejía, que estrelou mais de cinquenta. Sua marca registrada era o falsete, exibido no clássico Cu- currucucu Paloma. Merten especula que “o público jovem nem deve sa- ber de quem se trata”, mas Caetano Veloso, que cantou a música citada em Fale com Ela, de Almodóvar, sabe.2 Merten teve que dizer na época para o seu editor quem era Miguel Aceves Mejía, mas surpreendeu-se, quase dois anos depois, em agosto de 2008, com o fato de que havia sessenta comentários de leitores na sua matéria sobre a morte do cantor mexicano.3 O jornalista se disse im- pressionado como até aquele momento aquela matéria era comentada,

1) Doutor em Criminologia pela Faculdade de Direito da Universidade de São Paulo - USP. Pesquisador do Centro de Pesquisa e Formação do Sesc em São Paulo. 2) MERTEN, Luiz Carlos. E a Paloma ficou triste.O Estado de S. Paulo, São Paulo, 07 nov. 2006. Muitos desses filmes mexicanos eram distribuídos pela estatal mexicanaPel - mex. A difusão do cinema mexicano no Brasil foi impulsionada, em grande parte, pe- los Estados Unidos em sua Política de Boa Vizinhança, que tinha como objetivo trazer os países latino-americanos para a sua esfera de influência durante a Segunda Gue-

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira rra Mundial. Para mais informações, recomenda-se CASTRO, Francisco Peredo. Cine y propaganda para Latinoamérica. 2 ed. México, UNAM, 2011. 3) MERTEN, Luiz Carlos. Enguiçou, de novo. O Estado de S. Paulo, São Paulo, 11 ago 2008. por escrito ou pessoalmente.4 Já em julho de 2009, respondendo a um leitor que chamou Miguel Aceves Mejía de “ridículo”, Merten disse que ele havia comprado uma briga, pois o cantor mexicano tinha “um fã- clube danado” em seu blog, o post sobre sua morte foi “o maior sucesso e até hoje tem gente que pinga alguns comentários sobre o ´mariachi`.5 Este episódio é um dos sinais de como Miguel Aceves Mejía ad- quiriu popularidade no Brasil, a partir da década de 50, junto a outras figuras do cinema mexicano como Cantinflas, Maria Felix, Maria Anto- nieta Pons e a argentina Libertad Lamarque. Segundo matéria de O Es- tado de S. Paulo, Aceves Mejía, ao contrário dos outros atores-cantores Pedro Infante e Jorge Negrete, não encarnava o modelo do galã. Seus filmes eram comédias rancheiras nas quais interpretava invariavelmente um mariachi. Mejía, que usou durante mais de cinquenta anos o charro,

traje típico mexicano, orgulhava-se de haver popularizado o mariachi Corazón Latinoamérica musical de México sinfônico em toda a América Latina. Dizia que a canção rancheira “era a 263 que melhor expressava a alma mexicana”.6 O objetivo deste artigo é analisar como símbolos da identidade mexicana, o traje de charro (mariachi) e a canção rancheira, mobilizados pelo cinema mexicano para reforçar o nacionalismo mexicano, foram in- corporados por cantores caipiras brasileiros a partir da década de 50, e os fatores históricos, culturais e sociais que contribuíram para esta incor- poração e sua recepção pelo público. Além disso, será discutida a visão que alguns dos cantores brasileiros pioneiros na incorporação da can-

ção rancheira têm sobre o sertanejo dito de raiz. Para tanto, foi analisada Apartado II. Miradas desde Brasil a cobertura dos jornais O Estado de S. Paulo, Folha da Manhã, Folha da Noite, Folha de S. Paulo e Jornal do Brasil sobre Mejía; foram realizadas entrevistas com cantores sertanejos da geração dos anos 60 e 70; e foi consultado o acervo discográfico do siteRecanto Caipira.

A canção rancheira A rancheira mexicana, apesar de ter se tornado um dos símbolos da

4) MERTEN, Luiz Carlos. Olé! O Estado de S. Paulo, São Paulo, 18 ago 2008. 5) MERTEN, Luiz Carlos. Espero continuar... O Estado de S. Paulo, São Paulo, 02 jul. 2009. A palavra mariachi é uma corruptela mexicana do termo inglês mariage, casamento. Teve sua origem no grupo de músicos que tocava nos casamentos mexicanos do começo do século XX. Aos poucos, o grupo, antes identificado apenas com o casa- mento, ganhou nome e personalidade própria (KNAPP, Érica. A noite mexicana do An- hembi. Folha de S. Paulo, Ilustrada, p.2, 21 mar 1977). 6) Mejía cantou Roga por Nosotros de joelhos, em Buenos Aires, num tributo a Eva Perón, o que lhe valeu “a amizade eterna” de Juan Domingo Perón (MORRE o rei dos maria- chis no cinema, Miguel Aceves Mejia. O Estado de S. Paulo, São Paulo, 08 nov. 2006. p. 46). Sobre a relação do cantor Pedro Vargas com presidentes, cf. identidade mexicana e ter sido acusada de ter contaminado a música caipira brasileira, também tem uma origem híbrida. No fim do século XVIII, a ópera e o bel canto começaram a ganhar popularidade no Mé- xico. Em 1827 foi revogada uma lei espanhola de 1799 que proibia ópe- ras no México em qualquer outro idioma que não fosse o espanhol. Isso incentivou a contratação de companhias de ópera italianas para se apre- sentarem no México e fez com que muitos mexicanos entrassem em contato com gostos e estilos europeus contemporâneos. Outra importação musical que teve grande impacto no México a partir do começo do século XIX, desta vez na esfera da cultura popular, foi a valsa. Ela chegou a ser denunciada pela Igreja como uma importa- ção corrupta, obscena e perniciosa da “degenerada” França. A valsa se espalhou rapidamente pelo México e se tornou o modelo musical mais 7

Danilo Cymrot comum para a composição de canções. As grandes feiras agrícolas da 264 região do Bajío (províncias de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguasca- lientes e Michoacán), por sua vez, tornaram-se veículos para a difusão das canções sentimentais e românticas para regiões da república mexi- cana que raramente tinham influência de fontes externas. Assim, a can- ção tornou-se crescentemente popular entre a população rural e uma forma mais simples, rústica, adaptada ao gosto rural, cada vez mais afas- tada da fonte original italiana, designada posteriormente de canção ran- cheira, começou a surgir. Durante a administração de Porfirio Díaz (1876-1910), o México vol- tou seus olhos para os padrões culturais, econômicos e sociais dos Es- tados Unidos e da Europa. Nesse período, a canção romântica e senti- mental cantada no estilo bel canto pelas classes médias e altas urbanas, muitas com títulos em francês, pareciam mais europeias do que mexica- nas, embora muitas fossem compostas por mexicanos. No começo do século XX, o desenvolvimento dos meios de transporte e comunicação aproximaram as áreas urbanas e rurais. Por sua vez, o fervor nacionalista que teve o seu auge na Revolução Mexicana de 1910 mudou a autoi- magem da nação, aumentando o orgulho de ser mexicano. A decisão do líder de orquestra Miguel Lerdo de Tejada de vestir seus músicos de charro em 1901, para se diferenciar de quem tocava música europeia, foi uma manifestação deste novo nacionalismo, embora a canção popu- lar tocada por essa orquestra continuasse “domesticada pela inspiração italianizante”.

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 7) GRADANTE, William. “El Hijo del Pueblo”: José Alfredo Jiménez and the Mexican “Canción Ranchera”. Latin American Music Review, vol. 3, nº 1. University of Texas Press, 1982. Disponível em: . Acesso em: 14 jul. 2015. p. 37- 38. A Revolução Mexicana de 1910 foi acompanhada pela glorificação cultural do homem comum e sua herança musical tradicional, despre- zada durante o Porfiriato. Cantores profissionais começaram a popula- rizar nos teatros da Cidade do México canções que eram previamente cantadas somente por trabalhadores das fazendas. Cantadas entre os atos de apresentações dramáticas, essas canções logo ficaram conheci- das como canções rancheiras.8 De acordo com Nishi, são justamente os trompetes, cujo timbre é tomado como denotativo do México, que diferenciam as rancheiras dos ritmos paraguaios, também ternários. Outros elementos que caracteri- zam a rancheira e outros gêneros reconhecidos como vindos do México são recursos vocais como os gritos “ui, ui, ui, ui”, típicos dos mariachis, e efeitos de performance, como duplas que cantam vestidas de mariachis.

No entanto, em algumas versões brasileiras de músicas mexicanas, os Corazón Latinoamérica musical de México trompetes característicos da rancheira são substituídos pelo acordeom 265 da música sertaneja, o que já constitui um hibridismo.9

Dos filhos de Miguel As importações musicais ao longo da primeira metade do século XX, como o jazz americano, a zarzuela espanhola, o tango argentino, o mambo e o chachacha cubano, o rock americano e inglês foram apon- tadas por William Gradante como ameaças perenes à sobrevivência da canção rancheira como música popular vital no México.10 Enquanto fol- cloristas brasileiros queixavam-se da incorporação da rancheira pela Apartado II. Miradas desde Brasil música caipira, a cantora mexicana de rancheiras Amalia Mendoza queixava-se: “Nossa canção rancheira é apreciada mais no estrangeiro. (...) Os mexicanos não apreciam suficientemente nosso folclore, nos in- teressa mais impulsionar os artistas de outras nações e apoiar movimen- tos musicais externos. Não valorizamos o que é nosso”.11 Para Allan de Paula, a mistura da música sertaneja com gêneros mu- sicais estrangeiros- principalmente o bolero, a rancheira, a guarânia, o rasqueado e a polca- iniciou-se na segunda metade dos anos 1930, in- tensificou-se na década de 1940 e “tornou-se extremamente visível a

8) GRADANTE, William. op. cit. p. 42-44. Sobre a invenção da tradição popular e do fol- clore por movimentos nacionalistas, cf. BURKE, Peter. Cultura popular na Idade Mo- derna: Europa 1500-1800. São Paulo: Companhia das Letras, 2010. 9) Apud OLIVEIRA, Allan de Paula. Miguilim foi pra cidade ser cantor: uma antropologia da música sertaneja. Tese de Doutorado em Antropologia Social. UFSC. 2009. p. 70 10) GRADANTE, William, op .cit. p. 43-44. 11) Apud Ibid. p. 37. partir de 1950”, a ponto de considerar a música sertaneja historicamente “um dos gêneros da música brasileira mais relacionado com elementos estrangeiros”.12 Capitão Furtado, em 1941, em parceira com Luiz Alvarez, espanhol que vivia no Brasil, compôs dois corridos mexicanos, Caray com el amor e El vacilón, gravados por Alvarez. Tangos, chamamés, rasqueados e de- zenas de versões de músicas paraguaias, espanholas, mexicanas e ar- gentinas entrariam na sua obra.13 Já Cascatinha e Inhana, que estoura- ram com a guarânia paraguaia Índia em 1952, também cantavam em circos modas de viola e tangos brejeiros, canções rancheiras e xotes. Rosa Nepomuceno descreve a música sertaneja do final dos anos 1950 como uma “confusão de mariachis, sanfonas e violas”.14 Conforme aponta Gustavo Alonso, embora fosse um fenômeno

Danilo Cymrot que já ocorria antes, a partir da década de 1950 a mistura da música ru- 266 ral com gêneros estrangeiros, especialmente mexicanos e paraguaios, se acelerou muito, com a popularização do compacto simples, do com- pacto duplo e, mais tarde, dos LPs, bem como do rádio. A incorpora- ção do bolero mexicano teria aberto portas para a rancheira. Em 1959, o Duo Glacial gravou um compacto com a rancheira Orgulho e a valsa O amor e a rosa. Em 1960 gravou o rasqueado Si queres e a rancheira Desde que o dia amanhece. Em 1961, o tango Reconciliação e a ran- cheira Traição.15 Allan de Paula aponta, por sua vez, que os charro films “popula- rizaram por todo o mundo a figura dosmariachis, com sua vestimenta característica e sua formação instrumental com violões, violinos e trom- petes, além de toda uma geração de cantores mexicanos, tais como Pe- dro Infante e Miguel Aceves Mejía”.16 Os gêneros paraguaios e mexica-

12) OLIVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 296-297. 13) NEPOMUCENO, Rosa. Música caipira: da roça ao rodeio. São Paulo: Editora 34, 1999. p. 132. 14) Ibid. p. 147-148. 15) ALONSO, Gustavo. Cowboys do asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. p. 35-37. 16) OLIVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 301. Tárik de Souza, por sua vez, atribui ao cowboy campineiro Bob Nelson a origem do “condimento importado para o segmento serta- nejo”. Posteriormente, “sobreviriam as descabeladas guarânias, os boleros e os sopros de mariachi de duplas como Pedro Bento e Zé da Estrada, Cascatinha e Inhana, Biá e Bolinha, Lourenço e Lourival, Milionário e Zé Rico, Duduca e Dalvan, muitos deles mo- II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira delados no sotaque mexicano de Miguel Aceves Mejia”. Souza reconheceu nas duplas sertanejas dos anos 1990, Chitãozinho e Xororó, Leandro e Leonardo e Zezé Di Ca- margo e Luciano, o “alinhamento vocal em terças, modulado pelo vibrato herdado dos mariachis” (SOUZA, Tárik de. Força sertaneja. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 28 jun nos foram apropriados pela música sertaneja também através da prática comum das versões. Em muitos casos, havia apenas a adaptação de can- ções paraguaias e mexicanas para versões brasileiras, onde, muitas ve- zes, mantinha-se o arranjo e mudava-se o idioma da letra – com tentati- vas frequentes de traduções literais, na medida do possível.17 Wladir Dupont, em artigo de 1991 sobre a influência da cultura me- xicana sobre a brasileira, também atribui à popularidade do cinema me- xicano das décadas de 1940 e 1950 o começo da presença mexicana no “inconsciente brasileiro”. Os filmes do gênero “cine de cabareteiras” trouxeram consigo o bolero, “a expressão musical mexicana maior”, e ídolos como Jorge Negrete, Pedro Infante, Toña la Negra, don Pedro Var- gas, Miguel Aceves Mejía, Trio Los Panchos. Por outro lado, Dupont assi- nala também o importante papel das turnês de Mejía e do programa do

radialista Zé Bettio para a interiorização da rancheira mexicana no Brasil: Corazón Latinoamérica musical de México 267 Além do bolero, forte também na música popular brasileira é a influência de outro gênero musical tipicamente mexicano, “la ranchera”, ou a nossa música sertaneja ou caipira. Há muito tempo, pelo menos há uns 30 anos, boa parte dessas canções no Brasil são versões de composições mexica- nas, letra e música, com arranjos à base do mariachi, o conjunto musical tí- pico mexicano. No interior de São Paulo existem até conjuntos cujos inte- grantes se vestem como mariachis para tocar suas músicas. Quando vinha ao Brasil nos anos 60, o cantor Miguel Aceves Mejía, um dos reis da ran-

chera no México, se apresentava só no interior de São Paulo, onde estava- Apartado II. Miradas desde Brasil e está até hoje- seu grande público. É por essa razão que o veterano radia- lista paulista Zé Bétio, um apaixonado pelas coisas do México, toca, em seu programa diário na Rádio Capital, muita música mexicana, pois sabe que seus ouvintes estão espalhados pelo interior do Estado.18

Em 1976, Zé Bettio apresentava dois programas diários na Rádio Record- das 05h00 às 07h30 e das 16h30 às 19h00-recordistas de audi- ência e responsáveis pela parcela maior do faturamento daquela emis- sora. Segundo Walter Silva, Zé Bettio, com uma grande capacidade de

1998. p. 4). A influência da música mexicana sobre duplas da geração dos anos 1980 e 1990 será objeto de outro artigo. 17) É o caso de Gorrioncillo del Pecho Amarillo, rancheira mexicana dos anos 1940 de muito sucesso, popularizada no Brasil por Miguel Aceves Mejía, cuja versão em por- tuguês Passarinho do Peito Amarelo foi gravada por várias duplas, incluindo Tibagi e Miltinho e Milionário e José Rico (OLVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 302). 18) DUPONT, Wladir. Nações perdidamente enamoradas. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 16 jun 1991. p. 9. se comunicar, era “o maior fenômeno da comunicação de massa” do Brasil de então, atingia as classes mais humildes e chegava a ter alguma penetração nas classes A e B. Tocava em seu programa “as músicas mais chegadas ao grande público”, como modas sertanejas, boleros de Wal- dick Soriano, canções rancheiras de Miguel Aceves Mejía e guarânias paraguaias.19 Era o programa mais caro do rádio brasileiro e chegava a receber dos fãs uma média de cinco mil cartas por semana, inclusive do exte- rior, principalmente de Portugal. Na época, desejando veicular uma pro- paganda, uma grande fábrica de caminhões fez uma pesquisa entre os 465 mil caminhoneiros existentes então no Brasil, para concluir que 68% deles ouviam Zé Bettio religiosamente, mais um indício de que a mú- sica que tocava era levada para o interior de São Paulo e que, portanto,

Danilo Cymrot o radialista exerceu importante papel de mediador entre a cultura me- 268 xicana e a cultura caipira. A seleção musical do programa ficava a cargo de seu filho Betinho. Além dos boleristas Altemar Dutra, Lindomar Cas- tilho e Waldick Soriano, o programa chegava a tocar “meia-hora de Mi- guel Aceves Mejia, dedicada aos motoristas de táxi de todo o Brasil”.20 A influência de Miguel Aceves Mejía sobre cantores caipiras brasi- leiros foi reconhecida não só por alguns deles em entrevistas concedi- das a mim, mas também por pesquisadores e pela imprensa.21 Em julho de 1958, Mejía é chamado pela Folha da Noite de “conhecido cantor mexicano”, “um dos maiores ´cartazes` atuais do seu país” e “um dos maiores cantores característicos do México de todos os tempos”.22 Em

19) SILVA, Walter. O fenômeno Zé Bettio. Folha de S. Paulo, Primeiro Caderno, p. 22, São Paulo, 24 mai 1976. 20) MONTANDON, Marco Antonio. Nhô Béttio, o supercaipira. Folha de S. Paulo, Primeiro Caderno, p. 22, São Paulo, 30 mai 1976. Zé Bettio e seu filho José Homero foram os responsáveis pela carreira de Milionário & José Rico, Trio Parada Dura, João Mineiro & Marciano e Chitãozinho & Xororó, entre outros. Em 1984 Zé Bettio trocou a Rádio Re- cord pela Rádio Capital. Na década de 80 apresentava cerca de seis horas e meia de programação todos os dias, começando às 05h00. Seguindo os conselhos do filho, demonstrava pouco apego à louvação da tradição: “Procuro sempre me atualizar. Não é que não goste das coisas antigas, mas essas eu toco na vitrola da minha casa” (ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 203-204). Zé Bettio também era músico e já em seu se- gundo compacto, em 1958, pela Chantecler, gravou a rancheira Martim Pescador, de Francisco Pracânico e Emílio Magaldi. No ano seguinte, gravou a rancheira Andradas, de Teddy Vieira (PERIPATO, Sandra Peripato. Diponível em: . Acesso em: 15 jan. 2017).

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 21) Sobre a influência de Miguel Aceves Mejía sobre as duplas sertanejas brasileiras, cf. ANTUNES, Edvan. De caipira a universitário: a história do sucesso da música sertaneja. São Paulo: Matrix, 2013. p. 44-45. 22) FOLHA do disco, Folha da Noite, caderno único, São Paulo, 10 jul. 1958. p.27. fevereiro de 1963, aparece na Folha de S. Paulo em um anúncio do filme Quem ama vive cantando como “o cantor do momento”.23 Em janeiro de 1964, no anúncio do filmeOs cinco falcões negros, Mejía é chamado de “o astro da canção latino-americana”.24 Em outubro do mesmo ano, no anúncio do filmeTrês homens decididos, é chamado, junto com Pedro Vargas, de “o maior astro da canção”.25 Em agosto de 1967, Antonio Aguilar é considerado pela Folha de S. Paulo “o segundo mais popular cantor mexicano depois de Miguel Aceves Mejía”.26 Em agosto de 1972, é noticiado o lançamento do disco Mexico-Mariachi oro y plata, que reunia “canções rurais no estilo de Miguel Aceves Mejia”.27 Já em outubro de 1974, em matéria sobre o grupo Chaski, que pesquisava música latino-americana pré-colombiana, percebe-se como Miguel Ace- ves Mejía ao mesmo tempo era bastante popular ao ponto de ser imi-

tado em programas de calouros, mas seu sucesso contraditoriamente Corazón Latinoamérica musical de México não era interpretado como sinal do interesse dos latino-americanos “pe- 269 las coisas suas”:

Há 14 anos, eu espero pela hora certa- afirma Guillermo. Antes, dos rit- mos latino-americanos só eram conhecidos a guarânia paraguaia, o tango argentino e o bolero mexicano. Qualquer outro tipo de manifestação fol- clórico era recebido com indiferença e, de vez em quando, Miguel Ace- ves Mejía era imitado em algum programa de calouros. De uns tempos para cá, no entanto, comecei a perceber um certo interesse dos próprios

latino-americanos pelas coisas suas. Afinal, não existe um lugar que ofe- Apartado II. Miradas desde Brasil reça mais beleza natural para um estudante de bolso vazio que a Bolívia. Dessa forma, passou a existir um intercâmbio cada vez maior entre os po- vos do continente. Afinal, quem é que não quer saber da vida passada de seu vizinho?28

Em junho de 1975 foi noticiado que Mejía se apresentara com enorme sucesso no Festival Mexicano do prestigiado Madison Square

23) Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 11 fev. 1963. p.12. 24) Folha de S. Paulo, Folha Feminina, São Paulo, 05 jan. 1964. p.10. 25) Folha de S. Paulo, São Paulo, 05 out. 1964. 26) Folha de S. Paulo, 2º caderno, São Paulo, 07 ago. 1967. p. 2. 27) DISCOS-roteiro e guia prático. Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 15 ago. 1972. p. 3. 28) SOM ecológico, remédio contra a poluição. Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 10 out. 1974. p. 6. Garden, em Nova York.29 No entanto, enquanto cantava em palcos pres- tigiados no México e Estados Unidos, Mejía era atacado pela imprensa brasileira da década de 70. Em agosto de 1977, quando Mejía esteve em São Paulo para se apresentar no Palácio das Convenções do Anhembi para um “público de luxo”, Tárik de Souza deu a dimensão da carreira in- ternacional do cantor mexicano, apontou Pedro Bento e Zé da Estrada e Tibagi e Miltinho como duplas sertanejas fortemente influenciadas pelo cantor mexicano, mas expressou uma visão bastante negativa dele:

Num polo quase oposto- para uma plateia bem diferente- latinidad sig- nificou (e ainda é, como cantam Os Saltimbancos) Miguel Aceves Mejia. Igualmente baseado no México, como [Lucho] Gatica, mas porque nasceu lá, Mejia foi muito exportado via comportados programas de TV, tipo Perry

Danilo Cymrot Como. Acompanha-o inseparavelmente a orquestra-família de 10 músicos 270 Los Hermanos Zavalas, que há 18 anos como ele excursiona pelo mundo (mais de 80 temporadas na Noruega, Suécia, Alemanha, Bélgica, Holanda, Itália, Israel, América Latina etc, etc). Estiveram este ano em São Paulo, onde apresentaram no Palácio das Convenções do Anhembi, sua Noite Mexicana, agora lançada em disco, gravado em estúdio para a RCA. A im- portância de Mejia, porém, não é dada por esse bissexto público de luxo que o contempla como a uma espécie em extinção. Ainda em 70, numa de suas periódicas vindas ao Brasil, o mexicano foi recepcionado com um humilde apelo da dupla sertaneja Tibagi e Miltinho: “O senhor não pode- ria gravar novidades para serem vertidas ao português? Há grande carên- cia de canções sertanejas no mercado”. Segundo a mesma reverente du- pla, Mejia, com seu indelével estilo mariachi, era o responsável pela união do movimento sertanejo do país, o traço de ligação, o esperanto capaz de explicar o sucesso constante da dupla Pedro Bento e Zé da Estrada, por exemplo. (...) Em seu LP, Aceves Mejia vai pouco além dos clássicos mexica- nos (Cu cu rru cu cu Paloma, La Malaguena, Vaya com Dios). Há uma ou ou- tra canção de sabor folclórico, porque o cantor de vasto chapelão, poncho e imutáveis trinados casados aos lamentosos pistons mariachi não perdoa arestas criativas. Reduz tudo a uma linear pasta sonora, pronta a ser devo- rada, seja pela classe média urbana ou pelos caipiras.30

29) Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 03 jun. 1975. p. 7. 30) SOUZA, Tárik de. Canção latina entre a fama e a fome. Jornal do Brasil, caderno B, Rio de Janeiro, 18 ago 1977. p. 2. Em março daquele ano, Tárik de Souza já havia lem- II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira brado que “Mejia influenciou a maior parte de nossas duplas sertanejas de fronteira” e o chamou de “um dos pais dos múltiplos Pedro Bento e Zés da Estrada que locuple- tam nossos circos de interior” (SOUZA, Tárik de. Música popular. Jornal do Brasil, ca- derno B, Rio de Janeiro, 27 mar 1977. p. 9). O espetáculo Noite Mexicana integrou uma turnê que estava pre- vista para durar catorze noites, em um circuito por cinco cidades brasi- leiras, patrocinada pela Jeans Store e Levis. As apresentações em São Paulo, que ocorreriam no Palácio das Convenções do Anhembi, com a colaboração do Departamento de Teatros da Prefeitura Municipal de São Paulo, supostamente apenas nos dias 19 e 20 de março, foi pror- rogada, “devido ao grande sucesso”, para 27 e 28 de março de 1977, havendo duas apresentações por dia, a Cr$30,00 e Cr$80,00, e para os dias 02 e 03 de abril, no Ginásio do Ibirapuera, com a colaboração da Secretaria de Esportes e Turismo do Estado de São Paulo, a “preços po- pulares” (Cr$20,00- Cr$50,00 – Cr$70,00). O espetáculo era produzido por Manoel Poladian, empresário especializado em trazer astros interna- cionais para o Brasil, e mais duas empresas, que pretendiam repetir o su-

cesso de sua montagem anterior, Uma noite em Buenos Aires. Corazón Latinoamérica musical de México Aquela era quarta vez que Miguel Aceves Mejía vinha ao Brasil, 271 onde, segundo a imprensa da época, vendia tantos discos que “nem sabia dizer quantos”, mas era a primeira vez que cantava em São Paulo, onde estivera outra vez a passeio. Em 1970 fez uma excursão de mais de um mês pelo país, cantando “até no Mato Grosso”. Em 1972 foi pre- miado por com o troféu Disco de Ouro. De 1958, quando iniciou sua vida artística, até 1977, já havia participado de sessenta e quatro filmes e, apesar do sucesso no Brasil, definia sua música como a “expressão autêntica do sentimento do povo mexicano”.

Na noite de estreia do Brasil da Noite Mexicana, Miguel Aceves Me- Apartado II. Miradas desde Brasil jía foi recebido com “calorosos aplausos misturados com gritos e asso- vios”. As duas apresentações de sábado, dia da estreia, tiveram os 3.600 lugares do Palácio das Convenções do Anhembi lotados. O público ti- nha em média 40 anos de idade, o que significa que tinha idade para ter visto os filmes mexicanos das décadas de 50 e 60. Mejía cantou ran- cheiras, definidas pela imprensa como “música dos camponeses”, o que o aproximaria da música caipira. Adelita, canção da Revolução Mexicana consagrada internacionalmente pelo estadunidense Nat King Cole, foi tocada pelos Mariachis de Silvestre Vargas e “acompanhada por palmas e assovios do entusiasmado público”, em plena ditadura civil-militar. Ao interpretar uma música mencionando uma mulher traidora, Me- jía provocou risos na plateia ao fazer com os dedos a forma da letra V, por cima da cabeça. Conforme será visto adiante, as canções de corno são outro ponto em comum entre as rancheiras mexicanas e a música sertaneja brasileira. Mejía cantou canções de compositores como Ar- mando Manzanero, Agustín Lara e José Alfredo Jiménez, compositor descoberto por Mejía em um restaurante na Cidade do México quando José Alfredo trabalhava como garçom. Trata-se, inclusive, do compositor mexicano com mais obras gravadas pelas duplas sertanejas brasileiras, conforme se pode ver nas listas de canções mexicanas incluídas nas no- tas de rodapé das páginas seguintes.31

Sombrero de palha: Pedro Bento e Zé da Estrada A dupla Pedro Bento e Zé da Estrada nasceu em 1956, mesmo ano da criação do Festival de Barretos. Os shows no Festival começaram em 1960, por isso Zé da Estrada diz que a dupla foi a primeira a cantar lá. O diretor artístico da festa era Wilson de Palma da Rocha que, além de ser compadre de Pedro Bento, mandou vir do México o tradicional grupo Mariachi Vargas, que acompanhado de bailarinas vestidas com trajes tí- picos mexicanos, abriu o show para Pedro Bento e Zé da Estrada. A du-

Danilo Cymrot pla, por sua vez, se apresentou com a banda formada por dois pistões, 272 contrabaixo, sanfona, harpa e dois violões, todos os músicos com vesti- menta mexicana. Entraram cantando Serenata Asteca, Cama de Pedra e Sete Léguas para homenagear o Mariachi Vargas.32 De acordo com Gustavo Alonso, até a década de 80, os discos de música sertaneja estampavam em seus selos e na contracapa, além dos nomes das canções e seus compositores, o tipo de música gravada: ran- cheira, rasqueado, polca, bolero, balanço, corrido, guarânia, entre ou- tros. Essa prática era comum em toda a música popular até a década de 1960, mas permaneceu na música rural porque o campo da música

31) Los Hermanos Zavalas era um conjunto formado por dez ecléticos irmãos- canto- res, dançarinos e músicos, dirigidos por José Antonio Zavalas. Conhecidos interna- cionalmente, os Zavalas realizaram mais de oitenta temporadas na Alemanha, Itália, Espanha. Noruega, Suécia, Bélgica, Holanda, Israel, Açores, Venezuela, Haiti, Japão, Cuba e Estados Unidos. Realizaram os arranjos de vários filmes produzidos em 1965 nos Estados Unidos. O grupo parecia ser a síntese da ideologia panamericanista. De- clarou na época: “o mexicano gosta de música, futebol e gente do Brasil. (...) Tudo que é brasileiro os mexicanos gostam, temos um carinho muito especial pelas pessoas e coisas daqui”. Pouco tempo antes, quando fez a trilha sonora para o filmeO menino e a estrela, José Antônio Zavala usou a música A montanha, de Roberto Carlos. Tocaram na Noite Mexicana Tico-tico no fubá em versão mexicana, agradando ao público pau- lista, e um “repertório tipo exportação”, incluindo canções espanholas e um sapateado “no melhor estilo Fred Astaire”, numa “mis-em-céne própria dos nostálgicos filmes da Metro dos anos 50”. Na saída do espetáculo, uma mulher comentava que lamentou o fato dos Zavala, ao contrário de Miguel Aceves Mejía, não terem se apresentado com roupas típicas de seu país: “Roupas folclóricas também são elementos de informação” (MARIACHIS, para brasileiro ver. Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 19 mar 1977. p. 1; KNAPP, Érica. A noite mexicana do Anhembi. Folha de S. Paulo, Ilustrada, 21 mar

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 1977. p. 2). Cf. anúncios do espetáculo em Folha de S. Paulo, São Paulo em 08 a 19, 22 a 26, 29 e 30 mar 1977. 32) LEME, Joel Antunes. Histórias e sucesso de Pedro Bento e Zé da Estrada. 1ª ed. São Paulo: Editora Nova Consciência, 2013. p. 72. sertaneja ainda não havia se consolidado e o termo sertanejo ainda não havia se hegemonizado por completo, o que só veio acontecer com o sucesso de Fio de cabelo, gravada por Chitãozinho e Xororó em 1982. A partir daí, tornou-se irrelevante a definição precisa do ritmo das músicas e sertanejo passou a ser um grande guarda-chuva musical sob o qual to- dos eles eram abrigados.33 Em entrevista a mim concedida, Pedro Bento declarou a razão pela qual reivindica o pioneirismo de ter gravado rancheira com Zé da Estrada:

Nós fomos os primeiros a gravar [música sertaneja com influência mexi- cana]. Tanto assim que quando eu gravei o Seresteiro da Lua, que é uma música minha, é um valseado, era 78 rotações (...), duas músicas. Um lado eu gravei o Seresteiro da Lua, música minha. Nós tava gravando, aí apare-

ceu no estúdio um compositor, dois compositor: Benedito Seviero e um ra- Corazón Latinoamérica musical de México paz com o nome de Nízio, uma letra com o nome de Taça da Dor, já música 273 mais boêmia, estilo de valsa. Aí gravamos. No outro dia o diretor da grava- dora ligou pra mim, falou “Pedro Bento, tem uma gravação sua aqui, duas música, as duas música num ritmo só. Fica feio.” Falei “por que?” “Dois val- seado num disco”. Eu falei “então põe Seresteiro da Lua, valseado. Taça da Dor, canção rancheira. Ainda ele falou pra mim: “Mas o que é canção ran- cheira?”. “Não, não sei, põe aí canção rancheira”. Aí foi a primeira música de rancheira que nós gravamos. Que foi gravada também aqui no Brasil.34

Pedro Bento declarou que já conhecia a música rancheira por meio Apartado II. Miradas desde Brasil de Pedro Vargas, mais conhecido como intérprete de boleros, e que as- sistiu somente a dois filmes mexicanos, em São Paulo, “na época de 62”: os westerns Cavalo Branco, com Joselito e o cantor Antonio Aguilar no elenco, e Os Pistoleiros do Oeste, um western italiano com Rita Pavone,

33) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 199, 246. 34) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. O compacto 78 rotações ao qual Pedro Bento faz referência é o Continental – 06/1959 – nº 17.684, de 1959. A informação foi retirada do site Recanto Caipira. No entanto, o mesmo site diz que tal compacto foi gravado em 1957, informação reproduzida por Rosa Nepomuceno (NEPOMUCENO, Rosa, op. cit. p. 145). Em sua autobiografia, Pe- dro Bento diz que foi Calçada, o técnico de som, que falou que não ficava bem duas músicas com o mesmo estilo, no mesmo disco (LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 56). Se- gundo Pedro Bento, quando gravou Taça da Dor, ele não sabia o que era falsete, mas, um dia, ensaiando com Zé da Estrada, sem querer, subiu sua voz acima da que ele fa- zia e Zé teria dito: “Isso é um falsete” (Ibid. p. 72). Allan de Paula considera que Pedro Bento e Zé da Estrada tornaram-se os símbolos da entrada dos gêneros mexicanos na música sertaneja, apesar de não deterem a exclusividade desta influência mexicana, pois rancheiras e corridos tornaram-se comuns no repertório de centenas de duplas entre as décadas de 50 e 70 (OLIVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 301-302). um indício de que a nacionalidade dos cantores e dos filmes latinos não era ou pelo menos não é distinguida com tanta clareza pelo cantor en- trevistado. O primeiro disco no qual Pedro Bento e Zé da Estrada aparecem vestidos com trajes típicos mexicanos é de 1960: Pedro Bento e Zé da Estrada e suas rancheiras. Pedro Bento, no entanto, aponta Miguel Ace- ves Mejía, que ouvia por disco e no rádio e viu cantar em Ribeirão Preto em 1963, como sua maior influência, inclusive para se vestir demariachi :

aí comecei, começou a aparecer o disco dele [Miguel Aceves Mejía] aqui no Brasil, eu comecei a seguir, ouvindo aqui os discos. Por exemplo, Sete Léguas. Então gravei. Antes de pegar estilo de música mexicana já tinha gravado Cama de Pedra, Sete Léguas, Serenata Huasteca, já gravava. Aí

Danilo Cymrot com a vinda dele para cá, aí eu falei “vou conhecer esse cantor”. (...) Aí eu li- 274 gava muito pra aquele cantor Miguel, Miguel Aceves Mejia, do México, né? Das músicas dele foi da onde eu baseei pra entrar com mariachi. (...) Em 63 esse cantor mexicano Miguel veio fazer uma turnê, excursão aqui (...) Então ele fez Barretos, Ribeirão Preto e Prudente. E eu fui a Ribeirão Preto para assistir o show dele. Aí eu vi aquelas roupas bonitas, né, aquele cha- péu, fiquei encantado com aquilo lá, né? Dali, no outro dia eu comprei um (...) LP dele (...) A roupa, vim pra aqui, aqui na Vila Prudente mesmo, tem um alfaiate, mandei fazer o corte da roupa. Alfaiate falou “só que eu não sei esses enfeites, esse bordado eu não sei fazer”. Eu disse “(...) eu me viro”. Comecei a fazer essa roupa.35

A ideia de se vestir de mariachi teria partido do próprio Pedro Bento, não da gravadora, e foi bem aceita pelo público. Em sua autobio- grafia, Pedro Bento relata que um alfaiate confeccionou três conjuntos da roupa desejada. Entretanto, ficaram faltando os chapéus, que foram confeccionados pelo próprio Pedro Bento e por Celinho, o sanfoneiro que acompanhava a dupla. Quando de um show na cidade de Brotas, compraram doze chapéus de palha e, a partir deles, fizeram três cha- péus mexicanos. Assim, aqueles doze chapéus foram recortados, re- montados, forrados com veludo e transformados nos primeiros chapéus mexicanos “made in Brasil”. O traje teria caído no gosto dos fãs e, a partir daí, o sucesso só teria aumentado.36 Em entrevista concedida a mim, no entanto, Pedro Bento contou que o público exigiu autênticos sombreros, rejeitando a versão híbrida: II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira

35) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. 36) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 68. O povo aceitou. Porque esse negócio de roupa mexicana é o seguinte, não sei se você vai entender: a dupla sertaneja- sertanejo, que eu digo, geral- o Brasil não tem uma indumentária. Sabe, uma indumentária no Brasil não existe. Então eu via Alvarenga e Ranchinho, Tonico e Tinoco mesmo (...), a apresentação deles em circos era um chapeuzinho de palha, que nem o Mazaroppi, (...) uma calça rasgada no joelho, pintava o dente de preto, lencinho no pescoço, que nem Jeca Tatu. Essa era a roupa deles. Agora, aí quando nós entramos, cantava, como eu vou cantar um bolero com uma roupa dessa, né? Então não tinha jeito. Aí foi onde eu comecei a mudar um pouquinho o estilo de roupa. (...) Esse negócio da roupa do mariachi mexicano eu fui pra fazer um teste, pra ver o que que o povo achava. Fa- lei pro Zé: “Zé, vamos entrar assim desse jeito só pra ver o que acontece”. E entramos. Chapeuzinho de palha, de palha mesmo, forrado com veludo

e desenhado, nós mesmos desenhamos, chapéu de palha desses que usa Corazón Latinoamérica musical de México no interior pra trabalhar na roça, né? Aí cantamos uma, duas vezes com ele 275 no circo, aí o povo começou a perguntar: “Cadê o chapeuzão?” Aí eu falei: “Ih Zé, agora nós vamos ter que se virar”. Aí deu sorte que veio um cantor mexicano com nome Pepe Ávila [maestro e compositor argentino radicado no Brasil], um mariachi aqui, dar show em Pinheiros, brigaram aí, a banda dele, e ficou com todas as roupas. Ele era dono, né? Aí vendeu pra nós. Aí nós compramos. (...) Nós fomos na gravadora, perguntei a algum diretor se eles tinham um meio de mandar vir roupa mexicana pra nós. Aí ele falou: “Não, tem um conjunto mexicano aí, Pepe Ávila, tá vendendo as roupas”.

Foi aí que nós entramos em contato com o Pepe.37 Apartado II. Miradas desde Brasil

Pedro Bento relata em sua autobiografia que havia gente que vi- nha aos shows “só para ver os chapéus coloridos” e que, por causa da roupa, “a maior novidade da época”, “até hoje o povo pensa que eles são do México”.38 A dupla chegou a tentar parar de usar as roupas de

37) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Uma das fontes de trajes de mariachis usada pela dupla era José Veneno, um companheiro mineiro de Pedro Bento que era toureiro de um circo e foi trabalhar como construtor de casas pré-fabricadas nos Estados Unidos, em uma cidade na fronteira com o Mé- xico. Na sua casa sempre havia um conjunto de mariachis tocando. José Veneno falava com Pedro Bento quase todos os dias e enviava para ele roupas e chapéus mexicanos (LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 195). Pedro Bento relatou em entrevista concedida a mim que vai quase todo ano pro México para comprar novos sombreros, pois eles pre- cisam ser trocados de vez em quando. 38) Pedro Bento conta o seguinte causo em sua autobiografia: em um show no Circo Áu- rea em Lajes, Santa Catarina, a dupla conheceu um criador de cavalos de raça que di- zia ser de Jalisco e a contratou para cantar em sua estância. Na hora do show o cria- dor de cavalos e sua mulher, também mexicana, notaram que o conjunto cantava só em português e pediram para cantar La Malagueña ou Adelita. Como a dupla não can- mariachi, por causa do trabalho que dava carregar doze conjuntos, com doze sombreros, mas não conseguiu, por pressão do público e do mer- cado, uma vez que o traje mexicano era fundamental para a identidade da dupla:

Não, que o contratante vinha, falava “quero o show Pedro Bento e Zé da Estrada com roupa de mariachi. Chapeuzão.” (...) Foi... nós fomos em Ba- rretos, faz uns vinte anos, tentamos tirar. Fomos em Barretos sem o chapéu mexicano, sabe? De country. Anunciando a queima do alho. Pedro Bento, Zé da Estrada, Celinho (...). Entramos, o povo disse “não é eles não”. Não acreditaram que era nós. Por causa da roupa.39

Além de Miguel Aceves Mejía, Pedro Bento não se lembra de ter

Danilo Cymrot assistido a um show de outro cantor latino no Brasil. Chegou a conhe- 276 cer pessoalmente Mejía em São Paulo, quando ele estava fazendo turnê e se hospedou em um hotel na Rua Conselheiro Nébias, nos Campos Elísios, onde Pedro Bento o visitou. Encontraram-se também na Rádio Nove de Julho. Estas foram as únicas ocasiões em que esteve com Me- jía. Quando este voltou ao Brasil para fazer mais shows, Pedro Bento não compareceu. O nome Os amantes da rancheira, pelo qual Pedro Bento e Zé da Estrada ficaram conhecidos, teria sido dado por um locutor de rádio, Nassim Filho, que passou a anunciar dessa forma o programa da dupla, na Rádio Tupi, pois já haviam gravado muitas rancheiras. A alcunha apa- rece pela primeira vez no disco de 1961, Os amantes da rancheira. A dupla já fez shows fora do Brasil, em países como Argentina, Pa- raguai, Uruguai, Estados Unidos e México. O público nesses shows é ba- sicamente de brasileiros. O show no México ocorreu na época da Copa do Mundo de 1970. Pedro Bento já foi ao Encontro Internacional de Ma- riachis, em Guadalajara, mas nunca se apresentou lá. O país estrangeiro onde mais cantou é o Paraguai, em virtude da proximidade geográfica. Os discos da dupla, porém, chegavam muito pouco ao mercado latino, segundo Pedro Bento, pela falta de divulgação da gravadora e pela bar- reira do idioma. Pedro Bento e Zé da Estrada não gravaram em espanhol. Em com- pensação, Pedro Bento fez e gravou com Zé da Estrada muitas versões em português de músicas mexicanas. Pedro Bento respondeu na entre- II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira tava nada em espanhol, começou a cantar a conhecida versão em português de Cie- lito lindo, Está chegando a hora (LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 67, 70). 39) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. vista a mim concedida que fala muito pouco espanhol e que, mais do que versões, fez adaptações das músicas mexicanas. A letra, mais do que reproduzir a mensagem da letra original, reproduzia a sonoridade. Diz manter até hoje contato com artistas e compositores de outros paí- ses. Sua editora, a Vitale, “entra em entendimento” com as editoras me- xicanas para a dupla poder gravar as músicas.40 De acordo com o acervo do site Recanto Caipira, Pedro Bento e Zé da Estrada gravaram cinquenta e seis canções estrangeiras ao longo da carreira, sendo quarenta e duas mexicanas.41 Os arranjos das músicas eram feitos por Ramon Perez, argentino de Rosario que tocava trompete, a marca da canção rancheira. Conheceram-no como chefe da bandinha

40) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015.

41) Gritam-me as pedras do campo (Cuco Sanches - Versão: Carlos Americo Rego) em Corazón Latinoamérica musical de México 1960, 1970 e 1983, Prisão de pedra (Cuco Sanches - Versão: Nelson Gomes) em 1965 277 e 1971, Conquistando a ti (José A. Jimenez - Versão: Valdomiro de Oliveira) em 1965, 1968 e 1996, Jamais terei ilusão (Folclore - Versão: Luiz de Castro) em 1965, 1970 e 1983, Deixe pra mim a culpa (José Angel Espinosa - Versão: Nilza Miranda) em 1965, Amanheci em teus braços (José A. Jimenes - Versão: Pepe Ávila) em 1966, 1971, 1982 e 2007, Serenata asteca (José A. Jimenez) em 1968 e 1979, Ella (José A. Jimenez - Ver- são: Juracy Rago) em 1968, Ficar ou partir (José A. Jimenez - Versão: Ricardo Reis) em 1968 e 1970, Aos quatro ventos (José A. Jimenez - Versão: Juracy Rago) em 1968, Triste destino (Tomaz Mendes - Versão: Serafin Costa Almeida) em 1968,Vinte anos (Felipe Valdez Leal - Versão: Juraci Rago) em 1968, 1970, 1971, 1978, 2007 e 2012, Tu só tu (Felipe Valdez Leal - Versão: Mário Mendes) em 1968 e 1979, Falhaste coração

(Cuco Sanches - Versão: Luiz Carlos Gouveia) em 1968, A cama de pedra (Cuco San- Apartado II. Miradas desde Brasil ches - Versão: Ramon Cariz ou Pedro Bento) em 1968, 1970, 1975, 1978 e 1984, A lua é testemunha (Samuel M. Lozano - Versão: Goiá e Inhana) em 1968, 1970, 1971, 1978, 2007 e 2012, Sete léguas (Graciela Olmos - Versão: Sulino) em 1968, 1970, 1971 e 1978, Alma vazia (José Maria Chema Davila - Versão: Luiz de Castro) em 1968 e 1971, Minha derrota (Roberto López Galli - Versão: Sebastião F. da Silva) em 1968, Amigo amigo (Ruben Montes Gil - Versão: Celinho) em 1968 e 1970, Para que me serve esta vida (Chucho Monge - Versão: Miguel Glacial) em 1968 e 1970, Passei chorando (Cuco Sanches - Versão: Pedro Bento) em 1969, Velhos amigos (José A. Jimenez - Versão: Ado Benatti) em 1970, Amarga novidade (José A. Jimenez - Versão: José A. Neto e C. Albano) em 1970, Quatro caminhos (José A. Jimenez - Versão: Sulino e Fernandes) em 1970, Penas de minh’alma (Felipe Valdez Leal - Versão: Teddy Vieira e Nelson Gomes) em 1970, 1996 e 2007, Na longa espera (Mario Molina Montes - Versão: Nelson Go- mes) em 1970, Menos que nada (Chucho Martínez Gil - Versão: Clovis Mello) em 1971, Quatro copas (José A. Jimenez - Versão: Sulino) em 1975, Cavalo branco (José A. Jime- nez - Versão: José Fortuna) em 1975, Mal pagadora (Felipe Valdez Leal - Versão: Pedro Bento) em 1975, Que bonito é o amor (Luiz Perez Meza - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1977 e 1978, Caminho de minha vida (José A. Jimenez - Versão: José Fortuna) em 2007 e 2012, Por um amor (Gilberto Parra Paz- Versão: Wanderley Pereira) em 2010, Viva a alegria (Maestro Araguary) em 2012, El jarabe tapatio (Folclore) em 2012, Ay Ja- lisco no te rajes (Ernesto M. Cortazar e M. Esperon) em 2012, El rancho grande (Silvano R. Ramos e Maurice Vandair) em 2012, La adelita (Mauricio Arriaga e Jorge Eduardo Murguia) em 2012, Está chegando a hora (Folclore- Versão: Henricão e Rubens Cam- pos) em 2012, Guadalajara (Pepe Guizar) em 2012. Fonte: site Recanto Capira Danilo Cymrot 278 de um circo no interior de São Paulo no qual a dupla se apresentou. Por um lado, era comum os circos terem bandas de sopro ao estilo militar. Por outro, era comum duplas caipiras se apresentarem nesses espaços. Pedro Bento já estava com a ideia de colocar trompete na banda porque as canções rancheiras estavam agradando ao público, cada vez mais, e o contratou. A parceria durou até a morte de Ramon Perez.42

Saudades da minha terra (mexicana): Belmonte e Amaraí Belmonte e Amaraí, dupla famosa pelo sucesso Saudade de minha terra, de 1967, um rasqueado, gênero paraguaio, ironicamente identificado com o sertanejo de raiz, gravaram ao longo da carreira vinte e quatro canções estrangeiras, sendo quinze mexicanas.43 Em entrevista conce-

42) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Cf. tb LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 63. 43) Tão somente uma vez (Agustin Lara- Versão: Waldomiro Bariani Ortêncio) em 1967 e 1975, Tu e as nuvens (José A. Jimenez - Versão: Belmonte e E. Corrêa) em 1968 e 1972, Quando o destino (José Alfredo Gimenez - Versão: Arlindo Pinto) em 1968 e 1975, A andorinha (Narciso Serradell Sevilla - Versão: Biá e João Borges) em 1968 e 1972, Es- cadas da prisão (Cuco Sanchez - Versão: Nelson Gomes e Edmilson Corrêa) em 1968, Te amarei toda vida (Cuco Sanches - Versão: Miltinho) em 1968, 1972 e 1975, Ave sem ninho (Ignácio Jaime - Versão: Carlos Rego e Edmilson Corrêa) em 1968, Grito aberto (Nico Jimenez - Versão: Belmonte e J. Santana) em 1968, Lágrimas da alma (Bony Villa- señor - Versão: J. K. Filho) em 1968, 1972 e 1975, Uma noite não (Irene Pintor - Versão: João Borges) em 1969, O tropeiro (Jesus Ramos – Versão: Capitão Furtado) em 1969, Adeus, Mariquita linda (Marcos A Gimenez - Versão: Francisco Ávila) em 1972, Por ser II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira vagabundo (Ernesto Juarez Frias - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1972, Para morrer juntinhos (José A. Jimenez - Versão: Amaraí) em 1972, Cavalo branco (José A Jime- nez - Versão: José Fortuna) em 1972. Belmonte e Miltinho Rodrigues gravaram ainda a mexicana Me equivoquei contigo (José A. Jimenes - Versão: W. S. Dantas) em 1971. Fonte: site Recanto Capira México Corazón Latinoamérica musical de México 279 dida a mim em 27 de fevereiro de 2016, Amaraí apontou suas principais influências musicais:

Bom, primeiro foi a influência da música- vamos dizer-latino-americana, música mexicana, enfim, os cantores de bolero, inclusive teve um que mar- cou demais na minha vida, que é Miguel Aceves Mejía, que é cantor mexi- cano, e Los Panchos, um trio famoso que existia na época também. Era -como diz?- era a música do momento, né? Os boleros, canção rancheira,

aquelas coisas todas, né?44 Apartado II. Miradas desde Brasil

Amaraí disse que esses cantores fizeram muito sucesso no Brasil por volta de 1963 e 1964 e que tocavam inclusive nas rádios do interior de Goiás, onde morava. Citou filmes supostamente de Miguel Aceves Me- jía que viu no cinema, como Sete léguas e Cavalo branco (filmes com Luis Aguilar e Antonio Aguilar, respectivamente), além de outros artistas que também faziam filmes, como Trio Los Panchos e o próprio Antonio Aguilar. Amaraí nunca foi ao México nem fez shows fora do Brasil. Não con- seguiu ver o show de Miguel Aceves Mejía em São Paulo porque es- tava viajando na época, fazendo show em circo com o parceiro Amo- roso. Nunca gravou em espanhol, apesar de cantar e “falar muito bem” o idioma, inclusive com dois músicos paraguaios que o acompanham. Os discos de Belmonte e Amaraí chegaram a ser lançados no mercado la- tino, inclusive no México. A dupla estava ensaiando para fazer um show naquele país quando Belmonte morreu, em 1972.

44) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. Segundo Amaraí, a dupla gravou versões de músicas hispano-ame- ricanas em virtude da influência de Miguel Aceves Mejía e de outros cantores latinos e devido ao fato de que, no começo dos anos 60, para sobreviver, tinha que cantar de mesa em mesa em churrascarias, onde se exigia cantar “de tudo”, principalmente música latino-americana, para atender aos pedidos dos clientes.45

Os maiores versionistas: Tibagi e Miltinho Segundo Rosa Nepomuceno, Tibagi e Miltinho começaram o namoro da música sertaneja com a chamada “música jovem”. O goiano Hilton Rodri- gues dos Santos, o Miltinho, começara a cantar nas rádios de Brasília um repertório romântico, com músicas em castelhano, “naquela estrada de Miguel Aceves Mejía”, e encontrou Tibagi em São Paulo.46 Ao longo de

Danilo Cymrot sua carreira, seja solo, seja acompanhado dos parceiros Tibagi ou Thi- 280 vagy, Miltinho Rodrigues gravou setenta e quatro canções estrangeiras, sendo quarenta e oito mexicanas47. Já Tibagi e Amaraí gravaram quatro

45) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. 46) Palmeira, diretor artístico da gravadora Chantecler, especializada em música sertaneja, arregimentou uma orquestra, com guitarras, para o primeiro disco da dupla, de 1960, decidido a embarcar na modernização do som sertanejo. Para Brás Baccarin, que su- cedeu Palmeira na gravadora, “Tibagi e Miltinho tinham estilo próprio e criaram uma escola, da qual saíram Belmonte e Amaraí, Léo Canhoto e Robertinho, e até mesmo Chitãozinho e Xororó” (Apud NEPOMUCENO, Rosa, op. cit. p. 168). 47) Aos quatro ventos (Tomás Mendes - Versão: Juracy Rago) em 1961, Teu Casamento (Adolfo Dominguez Salas - Versão: Sebastião F. da Silva) em 1961, 1962, 1966, Por que me despreza (José A. Jimenez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1962, 1964, 1966, 1972 e 1983, Amor se diz cantando (Rubén Fuentes e Rafael Cardenas - Versão: Nasci- mento Filho e Sebastião F. da Silva) em 1962, 1966, 1972 e 1983, Cristo de ouro (Hati Cajamarca - Versão: Sebastião F. da Silva) em 1962, 1966 , 1982 e 1984, O relógio (Ro- berto Cantoral - Versão: Neli B. Pinto) em 1962, 1966, 1972 e 1983, Cucurrucucu Pa- loma (Tomaz Mendez) em 1962 e 1965, Malagueña (Elpídio Ramirez e Pedro Galindo) em 1962, 1966, 1972, 1975 e 1983, Tua ausência (José A. Jimenes - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1963 e 1966, Orgulhosa e bonita (Cosuelo Velasquez - Versão: Mil- tinho Rodrigues) em 1963, 1965 e 1966, Tu solo tu (Valdez Leal) em 1963 e 1966, Vel- hos amigos (José A. Jimenez - Versão: Ado Benatti) em 1964 e 1984, Teu castigo (José A. Jimenes - Versão: Waldomiro Bariani Ortêncio) em 1964 e 1984, Dinheiro maldito (José A. Jimenez - Versão: Nelson Gomes) em 1965 e 1976, Mereço um trago (Alvaro Carrillo - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1965, A andorinha (Narciso Serradell - Ver- são: Biá e João Borges) em 1965, Meu mundo caiu (Luiz Perez Mesa - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1965, El pastor (Los Cuates Castilla) em 1965 e 1993, Te amarei por toda minha vida (Cuco Sanches - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1965, Fallaste cora- zón (Cuco Sanchez) em 1965 e 1966, Coração ferido (Bonifácio Colazzo Rodriguez - II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira Versão: José Fortuna) em 1965 e 1984, Mal de amores (Rubén Fuentes e Alberto Cer- vantes) em 1965, O ginete (José A. Jimenez e C. A. Regos) em 1966, Pobre do pobre (Adolfo Salas - Versão: Rogério Gaus) em 1966 e 1972, Passarinho/Canarinho do peito amarelo (Tomás Mendez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1966, 1973, 1976, 1981 e canções estrangeiras, sendo uma mexicana: A terceira caída (Ezequiel Mejia - Versão: Amaraí). Com o parceiro Niltinho, Tibagi gravou nove canções estrangeiras, sendo seis mexicanas.48 Miltinho relatou em entrevista concedida a mim por ele e sua filha Hevelyn que, assim como Amaraí, suas principais influências musicais foram Miguel Aceves Mejía e Trio Los Panchos. Sofreu grande influência também do pai, andaluz que veio ao Brasil ainda pequeno e tinha mui- tos discos de música mexicana. Ouvia música mexicana no rádio e viu vários filmes de Miguel Aceves Mejía no Cine Campinas, em Campinas de Goiás, município que foi transformado em bairro de Goiânia e onde Miltinho viveu até os dezesseis anos, aproximadamente. Miltinho rela- tou que a equipe da gravadora assistia a esses filmes mexicanos para pesquisar músicas para o repertório dos discos dos cantores brasileiros.

Produtor e amigo de Milionário e José Rico, reconheceu que a du- Corazón Latinoamérica musical de México pla Pedro Bento e Zé da Estrada tinha um estilo próximo ao seu. Nunca 281 foi ao México, mas já fez shows no Paraguai e Uruguai, países de fácil acesso de carro, e já teve um disco lançado na Argentina. Disse que chegou a receber uma proposta para fazer um intercâmbio musical no México, mas ficou no Brasil porque tinha shows para fazer no Mato Grosso. Teria escolhido compor rancheiras porque o gênero “dava mais

1995, Quando tudo terminar (José A. Jimenez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1969, Por que amas, coração? (Cuco Sanches - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1969, Cru- cifixo de pedra (H. Cantoral - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1969 e 1975, Pouco a Apartado II. Miradas desde Brasil pouco vou me entregando por ti (José A. Jimenez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1969, Alma de aço (José A. Jimenez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1969, Eu levo luto por ti (Rafael Cardenas e Miguel Prado - Versão: Katia Maria) em 1969, Reconci- liação (José A. Jimenez – Versão: Miltinho Rodrigues) em 1970, Quatro caminhos (José A. Jimenez - Versão: Sulino e Fernandes) em 1972 e 1973, Um cara que não fazia nada na vida (Jesus Ramos - Versão: Capitão Furtado) em 1973, Ela (Felipe Valdez Leal - Ver- são: Carlos Cézar) em 1973, Perfídia (Alberto Dominguez - Versão: Lamartine Babo) em 1974, 1980, 1982, 1989 e 1996, Minha terra querida (Felipe Bermejo - Versão: M. Rodrigues e A. Barbiero) em 1975, La barca (Roberto Cantoral) em 1975, Ruega por nosotros (Ruben Fuentes e Alberto Cervantes) em 1975, Teu casamento (Heitor Salles - Versão: Sebastião F. da Silva) em 1976, O que será que aconteceu com nosso amor (Máximo Ramó Ortiz – Versão: Miltinho Rodrigues, Brasão e Guilherme Posadas) em 1976, Desde que o dia amanhece (Pepe Guizar - Versão: Miltinho Rodrigues e F. Neto) em 1978, Eu (José A. Jimenez - Versão: Juracy Rago) em 1978, A canária (Manuel Her- nandez Ramos - Versão: Ramon Cariz) em 1978, Pombinha branca (José A. Jimenez – Versão: Miltinho Rodrigues) em 1981, La Bamba (Tradicional) em 1989 e 1996, Sola- mente una vez (Augustin Lara) em 1993. 48) Arrependimento (José A. Jimenez Versão: Ricardo Reis) em 1967, Meu mundo caiu (Luiz Perez Mesa - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1968, Merece um trago (Alvaro Ca- rrillo - Versão: Sulino) em 1968, Não quero ver-te casada (José A. Jiménez - Versão: Dino Franco) em 1969, Deixe sair a lua (José A. Jimenez - Versão: José Fortuna) em 1969, Adelita (Folcore – Versão: Roberto Stanganelli e Rodolfo Vila) em 1975 e 1980. Fonte: site Recanto Capira Danilo Cymrot 282

Fonte: Hevelyn Rodrigues dinheiro”. Disse nunca ter visto um show do ídolo Miguel Aceves Mejía, mas esteve com ele na gravadora RCA/Victor, encontro registrado na fo- tografia abaixo.49 Foi neste encontro que provavelmente Miltinho deu a declaração registrada por Tárik de Souza:

Ainda em 70, numa de suas periódicas vindas ao Brasil, o mexicano foi re- cepcionado com um humilde apelo da dupla sertaneja Tibagi e Miltinho: “O senhor não poderia gravar novidades para serem vertidas ao portu- guês? Há grande carência de canções sertanejas no mercado”.50 II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira

49) Entrevista concedida por telefone em 21 de março de 2016. 50) SOUZA, Tárik de. Canção latina entre a fama e a fome. Jornal do Brasil, caderno B, p. 2, Miltinho aprendeu a falar bem espanhol com o pai, gravou em es- panhol e fez várias versões de músicas hispano-americanas para por- tuguês. Enquanto as versões das músicas com letras em inglês tinham pouca semelhança com as letras originais, as versões das músicas com letra em espanhol tinham o sentido bem próximo do original. Segundo sua filha, foi percursor em trazer oraiz para o romântico e criou o estilo de a segunda voz da dupla só entrar no refrão, pois brincava que o par- ceiro Tibagi não alcançava as notas.51

Conquistadores do Brasil: Caçula e Marinheiro, Nenete e Dorinho e Mensageiro e Mexicano Caçula e Marinheiro gravaram vinte e uma canções estrangeiras, sendo dez mexicanas.52 Nenete e Dorinho gravaram seu primeiro compacto

em 1955. Em 1958 lançaram Mexicanita, de Anacleto Rosas Jr.: “Nós va- Corazón Latinoamérica musical de México mos cantando/Vamos galopando/Em Guadalajara iremos pousar...”. Se- 283 gundo Gustavo Alonso, “a ponte aérea sertaneja colocava o México no mapa da música brasileira”.53 Dorinho gravou com seus parceiros Ne- nete, Biá, Maracá e Nardelli vinte e cinco canções estrangeiras, sendo treze mexicanas.54

Rio de Janeiro, 18 ago 1977.

51) Entrevista concedida por telefone em 21 de março de 2016. Apartado II. Miradas desde Brasil 52) El reloj (Roberto Cantoral) em 1962 e 1968, Ficar ou partir (José A. Jimenez - Versão: Ricardo Reis) em 1962 e 1968, Deixe pra mim a culpa (José Ángel Espinosa - Versão: Nilza Miranda) em 1962 e 1968, Aquece-me esta noite (Roberto Cantoral - Versão: Má- rio Rossi) em 1963 e 1979, A lua é testemunha (S. Lozano - Versão: Inhana e Goiá) em 1963, 1968 e 1979, A andorinha (Narciso Serradell Sevilla - Versão: Biá e João Borges) em 1968, Orgulhosa e bonita (Consuelo Velasquez - Versão: Miltinho) em 1969, Adeus Mariquita linda (Marcos A. Gimenez - Versão: Francisco Ávila) em 1971 e 1977, Adelita (Mauricio Arriaga e Jorge Eduardo Murguia - Versão: Roberto Stanganelli e Rodolfo Vila) em 1972, 1976 e 1980, Terra sem lei (José A. Jimenez - Versão: A. Reis) em 1972. 53) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 38. 54) Vinte anos (Felipe Valdez Leal - Versão: Juraci Rago) em 1957, 1959 e 1965, Penas de minh’alma (Felipe Valdes Leal - Versão: Teddy Vieira e Nelson Gomes) em 1959 e 1965, Velhos amigos (José A. Jimenez – Versão: Ado Benatti) em 1959, João Guerreiro (Mar- cel Rey - Versão: Alceu Carlos Lour) em 1961, Desprezado eu vou (Juan Navarrete Cu- riel - Versão: Nascimento Filho) em 1961, Arrependimento (José A. Jimenez – Versão: Ricardo Reis) em 1963, Antonio e Maria (Felipe Valdez Leal – Versão: Nenete) em 1967, Quando viver comigo (José A. Jimenez - Versão: Sebastião Malvez) em 1969 e 1970, Não me ameaces (José A. Jimenez - Versão: Nenete) em 1969, Parece que foi ontem (Armando Manzanero - Versão: Nenete) em 1969, Reconciliação (Acrelo Carrillo - Ver- são: Puby) em 1969 e 1971, Por toda vida (José A. Jimenez - Versão: Altemar Dutra) em 1970, Adelita (Folclore – Versão: Nenete e José Fortuna) em 1974. Fonte: site Recanto Capira Danilo Cymrot 284 Mensageiro e Mexicano, fazendo jus ao nome, gravaram doze can- ções estrangeiras, sendo nove mexicanas.55 A razão da adoção do nome Mexicano, apesar de a dupla cantar rancheiras, é outra. Na época havia um trio chamado Mensageiros do Brasil. O sanfoneiro da futura dupla Mensageiro e Mexicano chamava-se Minguinho, razão pela qual resol- veram batizar o trio como Trio dos Três M. Como o integrante Hélio Gra- nado era de origem espanhola, foi chamado de Mexicano. No entanto, por ser “o mais falante da dupla”, passou a ser chamado de Mensageiro e o parceiro que nada tinha de espanhol passou a ser o Mexicano, nas- cendo assim o trio Mensageiro, Mexicano e Minguinho. Em 1966, já sem o sanfoneiro Minguinho, a dupla gravou seu primeiro compacto duplo intitulado Mensageiro e Mexicano – Os Conquistadores do Brasil, pelo selo Mexicano, de propriedade de Baltazar da Silva e Zé da Estrada.56 Segundo Pedro Bento, o selo Mexicano na realidade foi uma grava- dora que gravou apenas dois discos e faliu.57 Já segundo Amaraí, Men- sageiro e Mexicano “é só o nome”:

55) Querida minha (Folclore – Versão: Benedito Seviero) em 1968 e 1977, Que seria o mundo sem guitarra (Tomás Méndez - Versão: Álvaro Ligiera e Daniel Ribeiro) em 1968 e 1977, Perfídia (Alberto Dominguez - Versão: Lamartine Babo) em 1968 e 1977, Din- heiro maldito (José A. Jimenez- Versão: Nelson Gomes) em 1968, O bom pastor (Los Cuates Castillas – Versão: Ramoncito Gomes) em 1968 e 1979, Lágrimas da alma (Bony Villaseñor- Versão: J. K. Filho) em 1969, Não voltarei (Manuel Esperon - Versão: Men- sageiro e Mexicano) em 1969 e 1979, Mal agradecida (José A. Jimenez - Versão: Mexi- cano) em 1969 e 1979, Faz um ano (Felipe Valdez Leal - Versão: Nhô Pai) em 1980. II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 56) PERIPATO, Sandra. Disponível em: . Acesso em: 15 jan. 2017. 57) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Fonte: site Recanto Capira México Corazón Latinoamérica musical de México 285 Porque a turma pensa, por causa do nome, deve ser mexicano, o nome mexicano, eles acham que tinha que cantar a música em caste- lhano, espanhol, porque chama mexicano, e não era nada disso, era mais o nome, né. Eles cantavam as rancheiras também igual a gente, canta os boleros, músicas boas, a dupla cheguei a gostar muito da du- pla e até hoje ainda gosto, como tem também o Pedro Bento e Zé da Es- trada, que são também são influentes da música mexicana, divulgadores da música mexicana, que veste a caráter até hoje, né.58

Apartado II. Miradas desde Brasil Negócio mexicano da China: Milionário e José Rico Gustavo Alonso considera Milionário e José Rico “a continuação da tra- dição iniciada por Pedro Bento & Zé da Estrada e Belmonte & Amaraí nos anos 1950 e 1960”. Mexicanizavam o som brasileiro adotando o fal- sete, o vibrato e os gritos de “ui ui ui” no vocal, a harpa paraguaia, trom- petes e violões mexicanos (e eventualmente guitarras). Ao invés do traje de mariachi, porém, vestiam-se com roupas de estética entre o hippie dos anos 1970 e o fazendeiro abastado, com correntes exageradas, ócu- los escuros, anéis e joias espalhafatosos. Ambos eram fãs de Caçula e Marinheiro, uma das duplas que, desde 1962, gravavam inspiradas na tradição mexicana e paraguaia. A primeira música ensaiada por Milionário e José Rico foi Cantinho do céu, do disco de Caçula e Marinheiro que continha versões em português de boleros como Portero suba y diga e El reloj, clássicos do repertório de Miguel Aceves Mejía e do chileno Lucho Gatica, respectivamente. Além

58) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. de Roberto Carlos, José Rico manifestou as outras influências de suas composições: “Tenho como inspiradores da minha obra Nelson Ned, Miguel Aceves Mejía, Miltinho e Nelson Gonçalves. Fazemos uma dosa- gem de influências, mas a maior parte delas é domariachi mexicano”.59 Já Milionário, em entrevista concedida a mim, declarou que suas maiores influências foram sua mãe, as duplas Torres e Florêncio e Tonico e Tinoco, o trio Luizinho, Limeira e Zezinha, “sertanejo bem raiz”. Disse que não ouvia artistas internacionais porque morava em um sítio e que depois de mudar para São Paulo ouvia os Beatles. Apesar de ter decla- rado que não ouvia artistas hispano-americanos, em outro momento da entrevista disse que tocava bastante música mexicana no rádio e atri- buiu a influência da música mexicana sobre Milionário e José Rico a Mi- guel Aceves Mejía, que “foi um incentivador do Milionário e José Rico”.

Danilo Cymrot Por outro lado, nunca viu um show de Miguel Aceves Mejía. Disse que o 286 estilo da dupla também “tem muito a ver com as músicas paraguaias” e citou a cantora Perla como uma cantora que “somou muito na nossa mú- sica sertaneja”. Reconhece nas duplas Belmonte e Amaraí, Chitãozinho e Xororó, Zezé Di Camargo e Luciano e Chico Rey e Paraná o estilo de Mi- lionário e José Rico.60 Pedro Bento declarou em entrevista concedida a mim que ele e Zé da Estrada fizeram muitas vezes shows junto com Milionário e José Rico em uma mesma caravana, já na década de 60, quando Milionário e José Rico ainda estavam começando.61 José Raimundo, por sua vez, composi- tor e empresário de Milionário e José Rico de 1977 a 2010, declarou em entrevista concedida a mim que ouvia no rádio na década de 60 canto- res mexicanos como Miguel Aceves Mejía e Trio Los Panchos, mas não assistia a filmes mexicanos no cinema, pois “morava no mato”, nem viu shows de artistas mexicanos no Brasil. Em suas parcerias musicais com José Rico, José Raimundo fazia as letras e José Rico, a melodia. Foi José Rico que teria pedido para introdu- zir sopros na banda. José Raimundo atribui a influência da música latina sobre José Rico ao rádio, a duplas como Pedro Bento e Zé da Estrada,

59) Apud ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 62-64. José Rico teve como inspiração para can- tar, além da própria mãe, as duplas Tião Carreiro e Pardinho, Pedro Bento e Zé da Es- trada, Liu e Léo, Zico e Zeca e, especialmente, Tibagi e Miltinho. Foi dessa dupla que José Rico tirou a afinação de canto oitavado, adotado por ele daí para sempre. Veio também de José Rico a influência latina da dupla, especialmente paraguaia e mexi- cana (SOUSA JUNIOR, Walter de. Moda inviolada: uma história da música caipira. São II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira Paulo: Quiron, 2005. p. 173) 60) Entrevista concedida por telefone em 23 de janeiro de 2016. 61) Entrevista concedida na casa de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Belmonte e Amaraí, Tibagi e Miltinho e também ao fato de José Rico ter sido casado com uma paraguaia. Segundo José Raimundo, Milionário e José Rico não chegaram a fazer shows em países hispano-americanos nem gravaram em espanhol porque não falavam o idioma.62 Milionário declarou em entrevista concedida a mim que a dupla nunca foi para o México ou Paraguai, mas apenas na divisa, em Ponta Porã, no Mato Grosso do Sul. A dupla nunca gravou em espanhol, se- gundo ele, porque “não tinha o êxito de cantar em espanhol”. No en- tanto, a dupla fez shows em países cujo idioma tampouco era dominado pelos cantores. Além de seis apresentações na China, Milionário e José Rico fizeram três apresentações em Nova Jersey, nos Estados Unidos, onde a grande maioria do público era de brasileiros, e um show no Hos- pital do Câncer de Cascais, Portugal, em 2014.63

Milionário e José Rico gravaram ao longo de sua carreira dez can- Corazón Latinoamérica musical de México ções estrangeiras, sendo cinco mexicanas.64 De duzentas e seis canções 287 gravadas nos discos volume 3 a 8, 10 a 18 e 20 e 21, gravaram cinquenta e sete rancheiras, vinte e três boleros, onze huapangos e cinco corridos. Não há informações no encarte sobre os gêneros gravados nos volumes 1, 2, 9 e 19. Em 1975, Milionário e José Rico alcançaram com a rancheira Estrada da vida a maior marca de vendas de um LP de música sertaneja até então: 200 mil LPs, o que equivaleria, na virada do século XX para o século XXI, a dois milhões de cópias.65 A canção posteriormente deu nome ao filme de

Nelson Pereira dos Santos de 1980 sobre a carreira da dupla. O filme foi Apartado II. Miradas desde Brasil um sucesso na China, o que rendeu um convite do governo chinês para que a dupla se apresentasse naquele país. A turnê chinesa também foi um estrondoso sucesso, explicado por José Rico nos seguintes termos:

O povo chinês é meio sertanejo, assim como o do Brasil de muitos anos atrás. São humildes, vivem do trabalho na roça, só têm um boi, um arado, trabalham de dia e de noite. Acho que por isso se identificaram com a

62) Entrevista concedida no escritório de José Raimundo em 22 de agosto de 2015. An- tes de trabalhar com Milionário e José Rico, José Raimundo foi empresário, de 1970 a 1973, de outro grande fã de Miguel Aceves Mejía: o bolerista Lindomar Castilho. 63) Entrevista concedida por telefone em 23 de janeiro de 2016. 64) O tropeiro (Jesus Ramos- Versão: Capitão Furtado) em 1979, 1988 e 2009, Vinte anos (Graciela Olmos - Versão: Juracy Rago) em 1984, Orgulhosa e bonita (Consuelo Velas- quez - Versão: Miltinho Rodrigues) em 1984, Tu e as nuvens (José A. Jiménez - Versão: Belmonte) em 1994, Canarinho do peito amarelo (Tomas Mendes - Versão: Miltinho Rodrigues) em 2003. 65) NEPOMUCENO, Rosa, op. cit. p. 183. gente. No filme, o Nelson mostra a nossa vida na roça, antes de virar can- tor, uma vida sofrida.66

José Rico compôs uma canção em homenagem ao povo chinês e seus governantes, lançada no disco Levando a vida, de 1987, um ano após a viagem à China. Trata-se de Mensagem de amor, uma rancheira, a música camponesa mexicana, gravada com instrumentos emulando uma típica música chinesa. O resultado “é uma salada antropofágica de música sertaneja/rancheira/chinesa”.67

De Barreirinho a Barrerito: Trio Parada Dura A formação mais célebre do Trio Parada Dura contava com Mangabinha, Creone e Barrerito. Para Walter de Sousa Junior, Danilo Cymrot 288 “a potente voz de Barrerito, entremeada de constantes vibratos, o que co- rroborava com o estilo da rancheira mexicana, imprimiu-se no público da música ´sertaneja` como a fórmula perfeita de cantar o estilo. Tanto que as duplas seguintes levariam adiante esse formato, cantando temas delibera- damente românticos”.68

A influência da música latina sobre Barrerito não se deu apenas na escolha do repertório musical, repleto de guarânias e rancheiras. Ini- cialmente, Élcio Neves Borges adotou o nome artístico de Barreirinho, quando fazia dupla com o irmão. A adoção do nome Barrerito foi para dar uma “espanholada” no nome e se adequar à estética importada.69 Deve-se relativizar, no entanto, a frase de Walter de Sousa Junior de que “a estética mariachi alcançou seu ápice” com o Trio Parada Dura. Afinal, o trio não gravou músicas mexicanas e Barrerito só apareceu vestido de mariachi nas capas de LPs gravados antes de ingressar no trio, quando formava dupla com Creone e Criolo.

66) Apud Ibid. p. 208. O empresário José Raimundo deu a mim a mesma explicação para esse sucesso: “Mas o nosso estilo aqui foi fazer sucesso na China pra você ter uma ideia! (...) Subi no palco e vi aquela chinesaiada lá vibrando com Milionário e Zé Rico. Um chinês levantou com o violão lá, isso foi em 86, (...), eu falei: ´olha, o que é a mú- sica! Como é que veio fazer sucesso aqui?` Mas foi o filme. Você entendeu? Mas então, mas porque é a música falando do amor, da paixão, da roça, da lavoura. Mas aquele menino que tá lá na roça e quer vir pra cidade fazer sucesso, pra gravar, pra ser dou- tor, pra isso, tudo aquilo. Então eles sentiram na pele aquela vontade deles o cara fez” (Entrevista concedida em 22 de agosto de 2015).

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 67) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 85. 68) SOUSA JUNIOR, Walter de, op. cit. p. 173. 69) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 68. Fonte: site Recanto Capira México Corazón Latinoamérica musical de México 289 O Miguel Aceves Mejía do Brasil: Ramoncito Gomes Nenhum artista brasileiro incorporou tão fortemente a estética do ma- riachi mexicano, seja em termos de repertório, traje ou nome artístico, quanto Ramoncito Gomes. Nascido Júlio Cândido Gomes no Mato Grosso do Sul, desde criança foi um apaixonado pela música hispano- americana. Aprendeu a cantar em espanhol, devido ao contato cons- tante com os povos da fronteira. Com o nome artístico de Ramón Cariz, passou pelas gravadoras California, Copacabana e RCA Victor. Em 1962 foi contratado pela Continental e, sob sugestão do diretor Palmeira, al- Apartado II. Miradas desde Brasil terou seu nome artístico para Ramoncito Gomes. Gravou muitas rancheiras, corridos e huapangos mexicanos em es- panhol. Como a divulgação de sua vida era mínima, ficou mais conhe- cido pelo público como “uma espécie de Miguel Aceves Mejía” e muitos achavam que era mexicano, não brasileiro.70 Esta confusão atingiu até Milionário, que gravou junto de José Rico a canção Nasci para te amar, de Ramoncito, e declarou em entrevista concedida a mim que Ramon- cito era um artista mexicano que morava no Brasil e “somou muito na nossa música sertaneja”.71 Ramoncito Gomes gravou dezenas de canções mexicanas. Como não foram encontrados dados completos sobre sua discografia, a lista dessas canções não está disponibilizada aqui. Os títulos de alguns de seus discos, no entanto, são bem emblemáticos: México sempre México,

70) Disponível em: . Acesso em: 15 jan. 2016. 71) Entrevista concedida por telefone em 23 de janeiro de 2016. Fonte: site Recanto Capira Danilo Cymrot 290 Viva México, Rancheiras Mexicanas, Canções Mexicanas, México canta na voz de Ramoncito Gomes, Sabor a México, entre outros. Segundo Amaraí, Ramoncito Gomes “foi um grande cantor”, con- siderado “o Miguel Aceves Mejía do Brasil”. Foi “um desbravador” e te- ria ajudado muito a difundir a música mexicana no Brasil. Já para Pedro Bento, Ramoncito Gomes “gostava do estilo de rancheira, do México tam- bém”. É como se fosse “um cantor mexicano daqui”. Cantava “o mesmo repertório do Miguel”, “em castelhano, na linguagem do México”.72

El Capiro: planta rasteira ontem, raiz hoje A incorporação da rancheira pela música sertaneja encontrou resistên- cia daqueles que acreditavam que modernizadores da música caipira como Pedro Bento e Zé da Estrada, Belmonte e Amaraí, Tibagi e Mil- tinho, Nenete e Dorinho, Milionário e Zé Rico e Trio Parada Dura estavam contaminando e corrompendo uma música pura, rural, folclórica, tradi- cional, popular, nacional, autêntica e de raiz com modismos estrangeiros impostos pela indústria cultural.73

72) Pedro Bento e Zé da Estrada gravaram músicas de Ramoncito Gomes ou cuja ver- são em português foi feita por ele, como La calandra e A cama de pedra, mas fizeram muito poucos shows junto com ele, pois, segundo Pedro Bento, o estilo de Ramoncito era diferente do deles e ele “era um canto só, vendia pouco o show dele” (Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015). 73) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 38. Marcus Pereira dizia que seu projeto de vida era “res- II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira gatar” a esquecida cultura nacional, valorizá-la e combater a “imposição da música es- trangeira de má qualidade”. Nesse projeto a música rural era mais uma linha de frente da luta contra o que ele considerava “estrangeirismos”. A música sertaneja era o prin- cipal inimigo (Ibid. p. 142). Em nome do “purismo” do campo e contra o “comercia- Rachel Regis, por sua vez, acusava Miguel Aceves Mejía de “pros- tituir” o folclore mexicano ainda antes de seu show no Palácio das Con- venções do Anhembi em 1977 acontecer:

Agora, só resta esperar que eles prostituam nosso samba em El Salvador: a mesma equipe que conseguiu tornar o tango portenho em alegorias para inglês ver (bem aqui, no Anhembi) promete trazer “folclore” mexicano com “riquíssima montagem, guarda-roupa fabuloso e um elenco importante”. Um negócio que dá certo (talvez por isso é a mais antiga profissão do mundo) Noite Mexicana- como se chamará a produção-vem prometendo apenas dois dias (19 e 20 de março) no Anhembi. Depois, como a tradição indica, eles ficarão mais e mais, “a pedidos”. (...) Esquece Manoel Poladian, o produtor, que o folclore latino-americano nasceu substantivamente atra-

vés de brutais lutas pela sobrevivência: os adjetivos são dispensáveis, para Corazón Latinoamérica musical de México anunciá-lo. Mas, para prostituir esse produto cultural, a Euterpe- que o pro- 291 move-colocou paetês nos sombreiros e encheu de variações o simplório (e por isso mesmo atraente e valioso) corrido mexicano.74

Curiosamente, o mais velho dos Hermanos Zavalas, que participa- ram do show no Anhembi, havia passado, antes de São Paulo, por Bue- nos Aires e Montevidéu, onde, como membro da Sociedade Mexicana de Compositores, pretendia acionar seus colegas dessas três cidades para tentar um maior intercâmbio de artistas e compositores e para “re- bater a invasão saxônica e tentar furar o bloqueio”. Os Zavalas nunca ha- Apartado II. Miradas desde Brasil viam gravado justamente “por não concordar com as imposições dos donos do mercado”.75 Em matéria de maio de 1981 da Folha de S. Paulo, que elogiava Al- mir Sater e Renato Teixeira por utilizarem a música caipira “nas fontes mais puras”, mas “sem purismos” e sem “forçar a barra”, é dito que ar- tistas da música sertaneja como Milionário e José Rico, apesar de não trafegarem “pela avenida Paulista” e não tocarem nas rádios Cidade ou Antena Um, conseguiam rivalizar com Roberto Carlos em vendagem de disco. Almir Sater e Renato Teixeira teriam harmonias elaboradas e ricas.

lismo” musical, Rolando Boldrin recusava em seu programa instrumentos eletrônicos e as influências estrangeiras Ibid( . p. 185). Boldrin dizia: “Modernizar não é você pegar uma música americana e chupar os arranjos, pegar a mexicana e botar letra em por- tuguês. A gente tem que modernizar o que é da gente” (Apud NEPOMUCENO, Rosa, op. cit. p. 23). 74) REGIS, Rachel. México, a nova vítima deste folclore, Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 25 fev. 1977. p. 4. 75) MARIACHIS, para brasileiro ver. Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 19 mar 1977. p. 1. Ainda que passassem pelas rancheiras, isto ocorreria “depois dum tra- balho de reelaboração, onde convivem outras informações”. Já os ser- tanejos como Milionário e José Rico são retratados de forma diferente:

Bem, há deformações no gênero. Há grupos que lembram os uivos emi- tidos pelo triste Miguel Aceves Mejía; outros são mariachis; alguns se as- semelham com John Wayne, embora não saibam a diferença entre um bornal e um capo. São deformações que afetam não apenas o visual mas também o lado artístico do trabalho. Assim há incidências de guarânias, boleros e marchinhas afins. A renovação é pouca, atende, mais do que na MPB da cidade, a uma jogada da indústria fonográfica, onde as duplas sur- gem como uma resposta ao mercado, cantando coisas que o público quer ouvir naquele momento. É a moda, gente.76 Danilo Cymrot 292 Miguel de Almeida, por sua vez, acusava em dezembro de 1981, o filmeEstrada da Vida de ser alienador, apesar de ter agradado ao go- verno comunista chinês:

Só que a estética da beleza da forma como existe na Globo e no cinema brasileiro – naqueles filmes e autores citados acima- não serve pra nen- hum esclarecimento. Serve apenas para melhor esconder o Brasil. Qual o avanço, a revelação que uma fita como “Bye Bye Brasil” traz à discus- são? Ou melhor: o que adianta um filme como “Estrada da Vida”, de Nél- son Pereira dos Santos, onde o conteúdo parece fornecido pela indústria do disco, não pelos artistas, vítimas do mercado fonográfico? O filme pa- rece mais interessado em estar análogo às fitas de country-music ameri- canas do que preocupado numa revelação. A não ser que esses diretores tenham perdido o sentido da arte, tudo se explica melhor. Todos sabem que Milionário e Zé Rico não são considerados artistas sertanejos, mas um produto forjado pela indústria do disco. Cantam, e todos ouviram, bole- ros, rasqueados, além de imitações de intérpretes mexicanos, como Mi- guel Aceves Mejía. Ou melhor: o filme de cara sai dum pressuposto errado, que é uma utilização duma estética dos poderosos, não dos artistas. Claro que o produto bruto servirá somente como anestésico, além de contribuir para uma falsa imagem, a manutenção idiota duma sensibilidade tosca, pobre.77

76) A., M. de. Sertanejos no galope do progresso, Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo,

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 24 mai 1981. p.11. 77) ALMEIDA, Miguel de. Beleza e populismo, Folha de S. Paulo, Ilustrada, São Paulo, 10 dez 1981. p. 2. Cf. mais críticas negativas a Milionário e José Rico e à “mexicanização” da música sertaneja em ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 67, 448. A geração dos anos 1960 e 1970, que foi acusada de contaminar a música caipira de raiz, com o passar do tempo passou a ser vista pelas gerações posteriores como raiz, tradicionais.78 Porém, enquanto fãs de Inezita Barroso usam o termo raiz para expressar a ideia de pureza, fãs de Milionário e José Rico usam o termo para expressar a ideia de tempo, de ancestralidade, mesmo que a música seja influenciada por gêneros estrangeiros.79 O segundo critério parece fazer mais sentido, uma vez que o ideal de pureza representa mais um discurso do que uma reali- dade, haja vista que até a moda de viola é um gênero híbrido. Por ou- tro lado, se os sertanejos são os modernizadores que incorporaram gê- neros musicais estrangeiros à música caipira, falar em sertanejo de raiz, portanto, seria uma contradição. Ironicamente, apesar de terem incorporado um gênero estrangeiro à

música caipira, em 2008 Pedro Bento e Zé da Estrada foram indicados para Corazón Latinoamérica musical de México concorrer à premiação de Melhor Álbum de Música Tradicional Regional 293 ou de Raízes Brasileiras na 9ª Entrega Anual do Latin GRAMMY com o CD 50 Anos de Mariachis & Grandes Sucessos Sertanejos. A dupla não venceu o prêmio.80 Não surpreende, assim, a declaração de Zezé Di Camargo de que a dupla Pedro Bento e Zé da Estrada seja sertanejo tradicional:

O veículo de comunicação que a gente tinha em casa era o rádio, o ra- dinho de pilha. Eu ficava escutando aqueles programas do Linha Sertaneja Classe A, das rádios AM de São Paulo. Na época, os grandes sucessos eram

Pedro Bento & Zé da Estrada, Tião Carreiro & Pardinho, Léo Canhoto & Ro- Apartado II. Miradas desde Brasil bertinho. Eu fui acompanhando toda a evolução musical do sertanejo, mas gosto mesmo do tradicional.81

Da mesma forma, a cantora Paula Fernandes equipara a moda de viola e a rancheira ao dizer: “O meu pai sempre gostou de moda de

78) Para os sertanejos universitários dos anos 2010, por exemplo, “´modão` significa não apenas as canções caipiras de João Pacífico ou Tonico & Tinoco, da primeira metade do século XX, mas também as canções de ´sertanejo raiz` dos anos 1970 a 1990. Tudo era alinhado como parte de uma mesma tradição” (ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 428- 429). 79) OLIVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 305. Ao mesmo tempo em que o público do ser- tanejo dos anos 1970 não preenche os critérios apresentados pela posição tradicio- nalista, ele ficou em uma situação de difícil mapeamento dentro do campo, pois não faz parte da posição moderna surgida nos 1990, relacionada com elementos como o country music, o axé music e o pagode (Ibid. p. 321). 80) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 204-205. 81) Apud TELÓ, Michel; PIUNTI, André. Bem sertanejo: a história da música que conquis- tou o Brasil. São Paulo: Planeta, 2015. p. 130. viola, aquela rancheira mesmo”.82 Já Ralf, da dupla Chrystian e Ralf, sur- gida nos anos 1980, contrapõe a novidade do rock à suposta tradição do Trio Parada Dura:

Eu ouvia muito rock também, tenho tudo do Pantera, do Megadeth. Se você ouvir Viajando pelo Brasil, vai perceber essa influência. Cantamos uma música do Trio Parada Dura, “Telefone mudo”, que começa com um rock que a gente criou. Até hoje eu ainda acho que se você não tiver nen- huma novidade, é melhor ficar em casa. Foi isso que a gente procurou fa- zer, uma coisa nova.83

Por outro lado, os que eram acusados de serem contaminadores da música de raiz passaram a ser acusadores. Em 1986, José Rico assumia

Danilo Cymrot suas ambições mercadológicas e declarava: “Acompanhamos a evolu- 294 ção. Quem grava música folclórica hoje não vende. Tonico & Tinoco em- pacaram na toada e não são capazes de tocar um bolero. Nós tocamos de tudo e nos tornamos campeões”.84 Já em 2013 seu parceiro Milioná- rio declarava: “Eu acho que os universitários entraram no sertanejo, mas não sabem o que é música sertaneja. Eles vivem na sombra de muito ar- tista aí. Então você vai perguntar pra eles o que é uma cerca de arame, o que é um carro de boi, um arado, eles não sabem nada disso”.85 A defesa das raízes parece ser mobilizada muitas vezes como de- fesa de território, quando o artista sente-se ameaçado por novos artistas, das novas gerações, pela perda de público e de espaço na mídia. Outras vezes, como sinal de prestígio e legitimidade. Nesse sentido, um serta- nejo universitário pode até cantar música pop, mas reivindica sua legiti- midade de cantor sertanejo ao provar que conhece e também sabe can- tar a música raiz. Muito ilustrativo também é o caso de Dino Franco. Em 1979, lançou o LP Dino Franco e seu mariachi, em que gravou seis can- ções mexicanas86 e posou na foto de capa vestido de mariachi.

82) Apud Ibid. p. 68. 83) Apud Ibid. p. 211. 84) Apud ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 67. 85) Apud Ibid. p. 371. Leo, da dupla de sertanejo universitário Victor e Leo, é outro que re- laciona o sertanejo raiz a elementos do campo e coloca no mesmo barco Tonico e Ti- noco, o ex-jovem-guardista Sérgio Reis e Milionário e José Rico: “O sertanejo é a bola da vez. Tem cara que nunca soube o que é sertanejo, nunca pisou na terra, nunca ou-

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira viu um Tonico & Tinoco, não sabe uma música do Sérgio Reis ou do Milionário & José Rico e diz que é sertanejo porque o termo está em alta” (Apud Ibid. p. 424). 86) O Jinete (José A. Jimenez - Versão: Carlos Américo Rêgo), A vida não vale nada (José A. Jimenez - Versão: Dino Franco), Cruz do esquecimento (Juan Zaizar - Versão: Dino México Corazón Latinoamérica musical de México 295 Fonte: site Recanto Capira

Em 1985, apenas seis anos depois, o mesmo Dino Franco gravaria ao lado do parceiro Mouraí a canção Nossa raiz, uma moda de viola em que critica a mexicanização da música caipira. Se a letra pode ser acu- sada de hipocrisia, por outro lado pode também ser um recado para que os cantores não gravem apenas rancheiras, ou seja, para que gra- vem rancheiras mas não esqueçam das tradicionais modas de viola: Apartado II. Miradas desde Brasil Nossa raiz (Dino Franco e Mouraí)

Maior parte das duplas do rádio esqueceram da nossa raiz Só se lembra de gravar rancheira e estilo de outro país É um tal de bolero corrido, chamamé e polca canção Onde estão a nossa violeirada, As modas cantadas de viola e violão. No passado tivemos violeiros que cantaram sem nenhum defeito Até hoje eu sinto saudade e conservo meu grande respeito Dava gosto assistir uma dupla quando o povo aplaudia de pé Hoje em dia se vê repentista que são bons artistas mas duplas não é. Esta arte de cantar de viola e a vida do nosso sertão Vem do tempo do Brasil colonial vem marcada pela tradição

Franco), O rei (José A. Jimenez - Versão: Mourão Filho), Adorado tormento (Rubén Fuentes e Alberto Cervantes - Versão: Tupy), Velhos amigos (José A. Jimenez - Versão: Ado Benatti). Com Mouraí, gravou ainda uma canção francesa em 1988. É um caboclo dançando um catira uma era feliz que passou A viola tem alma e sente Os filhos ausente que o tempo levou. Lá por volta dos anos cinquenta foi o auge de bons violeiros Raul Torres, Florêncio e Rielle que no rádio foram pioneiros Logo veio Tonico e Tinoco elevando nosso potencial Depois Zé Carreiro e Carreirinho Palmeira e Luizinho de nome nacional. As duplas de hoje em dia já querem ir mais além Esquecendo que o Brasil, é um violeiro também.

Pedro Bento relata que no começo da carreira, sua dupla sofreu muito com o preconceito de alguns radialistas, como um que quebrava

Danilo Cymrot seus discos e “deveria ouvir música americana o tempo todo só para 296 querer aparecer, porque ele não entendia nada do que se cantava”. Conta que em uma visita que Zé da Estrada fez a uma emissora para di- vulgar seu disco novo, teria sido recebido por um rapaz que trajava uma camiseta toda escrita em inglês. Zé teria perguntado se ele sabia o que estava escrito em sua camiseta e ele teria respondido que “só usava por- que era moda e todos os mocinhos e mocinhas do Brasil usavam e que o sonho de todos era o de ser americanos”. Quando o rapaz perguntou se Pedro Bento e Zé da Estrada era uma dupla americana, Zé da Estrada teria quebrado o disco na sua cabeça.87 Ainda que a história pareça mais um causo, nos indica que Pedro Bento, que sofreu forte influência da cultura mexicana, parece lamen- tar a influência da cultura estadunidense na “juventude” brasileira. O fato de Pedro Bento aceitar a incorporação da música mexicana, mas ter restrições à incorporação da música estadunidense pode ser en- carado como um contraponto a outro discurso, atribuído por Gus- tavo Alonso às elites culturais do Brasil, que aceitam o jazz integrado ao samba na bossa nova e o rock ao tropicalismo, mas veem como de mau gosto a incorporação do bolero, da rancheira e da guarâ- nia, o que supostamente indicaria uma associação entre a deficiên- cia econômica do México e Paraguai e deficiência cultural, além de preconceito pelo fato de México e Paraguai serem países majoritaria- mente indígenas.88

87) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 189-190.

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 88) De acordo com Alonso, “a música sertaneja assinala outra antropofagização cultural, outra hierarquia de valores que não a hegemonicamente aceita como legítima pelas elites culturais, sobretudo aquelas dos anos 1970 e 1980” (ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 69-70). Esta hipótese, no entanto, pode ser questionada pelo indício de que as elites culturais, principalmente de esquerda, valorizam artistas as- sociados ao folclore latino-americano de resistência, com um forte com- ponente indígena, artistas cubanos e de países africanos economica- mente deficientes. O que parece incomodar mais a essa elite intelectual é a música que é encarada como um pastiche ingênuo de gêneros mu- sicais vistos como autênticos e, principalmente, o romantismo exacer- bado, visto como alienador e vulgar. Isso não explica, porém, por que al- guns artistas são vistos como românticos e outros, que também cantam canções melodramáticas, não, conforme se verá adiante. Em sua autobiografia, Pedro Bento louva a tradição e idealiza o pas- sado: “Quando a dupla Pedro Bento e Zé da Estrada começou tudo era mais simples e bonito. A viola era a razão da cantoria e as duplas canta- 89

vam só com viola e violão”. Pedro Bento faz um apelo Corazón Latinoamérica musical de México 297 para esses novos violeiros que, de fato, cultuam a verdadeira música ser- taneja, pedindo-lhes que não se deixem esmorecer frente às dificulda- des, procurando manter a música raiz sempre em evidência, produzindo e interpretando músicas de qualidade, dignas daqueles que a criaram e a mantiveram até hoje.90

Aconselhando os artistas novos, Pedro Bento diz que “eles têm que começar cantando música raiz”.91 Segundo o cantor, os artistas do passado “cantavam com prazer. Não cantavam por dinheiro, não exis- Apartado II. Miradas desde Brasil tia ganância e egoísmo por parte dos artistas, era um povo inocente e puro”.92 Pedro Bento, no entanto, declara que, apesar de não ter sido uma imposição da gravadora, a adoção dos trajes típicos mexicanos res- pondeu consideravelmente a uma demanda do público e do mercado. Pedro Bento e Zé da Estrada pareciam saber jogar com a variedade de públicos e com a indústria cultural. Lançando discos tanto com o re- pertório de rancheiras quanto de modas de viola, legitimavam-se ao mesmo tempo como defensores da modernização e da tradição, além de agradar dois públicos distintos, sem contar o fato de que parte do público poderia gostar de ambos os repertórios, enxergar ambos como de raiz ou, ao contrário de jornalistas, artistas e acadêmicos, simples- mente não ver tanto sentido nessas diferenciações:

89) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 196. 90) Ibid. p. 158. 91) Ibid. p. 166. 92) Ibid. p. 192. Pedro Bento e Zé da Estrada, também, mudaram. O primeiro Lp que gra- varam, em 1960, já foi com “playback”. Tinha trompete, violino e guitarrom; era tipo Mariachi. Entretanto, nunca deixaram de gravar músicas raiz. Eram lançados três LPs por ano, às vezes, quatro; sendo um de viola e outro mais moderno. Muitos fãs da dupla gostavam de vê-la cantar músicas de raiz; outros já preferiam ouvir as rancheiras.93

Pedro Bento declarou que fazia sozinho a seleção de repertório dos discos da dupla, gravando as músicas que o agradassem, sem in- terferência da gravadora. Se ela interferisse, “ele não gravava”, o que vai de encontro ao discurso de que a incorporação da música mexicana pelos cantores sertanejos era uma imposição da indústria cultural. Por outro lado, Pedro Bento respondeu que a dupla não gravou em espan-

Danilo Cymrot hol, para o mercado latino, porque “a gravadora não aceitou”, porque 298 “não estava no estilo deles”. Se fosse para cantar em espanhol, a grava- dora preferia “o original”. Além disso, a gravadora disse “que ia acabar o aceito da dupla raiz”. 94 Pedro Bento diz que na época em que só se cantava música raiz,

Pedro Bento e Zé da Estrada tinham o repertório apropriado para o povão, mas, sempre tiveram condições de cantar qualquer estilo de música. Po- rém, a moda de viola era a preferida da dupla, porque na época, quem era violeiro, tinha que ser violeiro mesmo, pois, o ouvinte que gostava de viola não queria outro estilo.

Pedro Bento explicita qual é seu critério para considerar que uma música é sertaneja. A letra parece ser mais decisiva do que o gênero mu- sical. Assim, a identidade da canção rancheira poderia se conciliar com a identidade da música sertaneja:

93) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 91. O compositor Rick, da geração dos anos 1990, é outro que, ainda que admita a adesão ao romantismo por motivos mercadológicos, equipara os modernizadores Belmonte e Amaraí e Tonico Tinoco e encara o raiz e o romântico como partes de uma coisa só: Comecei a ouvir música sertaneja ainda ga- roto. (...) A gente ouvia Tonico & Tinoco, Gino & Geno, Belmonte & Amaraí, Liu & Léu, toda essa turma das antigas. Eu nasci na roça, literalmente. (...) Eu tenho a raiz na alma, o caipira tá no meu sangue. Muito do que escrevo, só estou contando minha realidade de caipira. Comecei a fazer música romântica por necessidade de entrar no mercado, pra tocar em rádio. (...) Eu nunca tiro um dia pra escrever raiz e outro dia pra escrever romântico, tudo faz parte de uma coisa só. As músicas pintam naturalmente, eu não

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira escolho momento, horário. Sou um compositor e transformo as inspirações, as ideias, em música. Tem horas que vem um caso de amor, outras vezes uma história do campo, essas coisas... (Apud TELÓ, Michel; PIUNTI, André, op. cit. p. 55). 94) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Hoje, os cantores populares tornaram-se românticos sertanejos universitá- rios; duplas sertanejas que de sertanejas não têm nada. Como é que uma pessoa canta uma coisa que nem sabe o que é? Esses cantores não sabem nem o que é um gibão, uma canga, nem mesmo sabem o que é um arado. (...) A música que não fale de terra, rios, passarinhos, matas e, ainda, da lua e seresteiro, não é sertaneja. (...) Portanto, a música sertaneja só é sertaneja quando fala de coisas do sertão.95

Em outra passagem, no entanto, Pedro Bento apresenta uma ima- gem positiva da modernidade:

O que é engraçado é que os violeiros quando cantam, falam do sítio aonde nasceram, do monjolo, da biquinha, do canto dos pássaros, do rio

para pescar lambari, mas não falam que têm saudade da enxada que ca- Corazón Latinoamérica musical de México lejou sua mão, do dia em que passou fome porque, às vezes, não tinha 299 nada para comer. Esse negócio de franguinho na panela não existia e a linguiça e, até mesmo, o torresmo era coisa para o patrão ou o dono da fazenda. Pergunta para eles se querem voltar a morar no sítio, para tra- balhar duro na enxada e levar picada de mosquito, isso é tudo um sonho. Hoje, os violeiros moram na cidade e têm carro; pode ser velho, mas têm, têm televisão, têm telefone celular. Antigamente para falar com alguém, ao telefone, perdiam-se horas, esperando a ligação e enfrentavam-se fi- las enormes, hoje se fala com qualquer pessoa de qualquer lugar, rapi-

damente.96 Apartado II. Miradas desde Brasil

Em entrevista concedida a mim, Pedro Bento disse que Milionário e José Rico, Belmonte e Amaraí e Tibagi e Miltinho foram duplas que se- guiram o mesmo estilo de Pedro Bento e Zé da Estrada. No entanto, não reconheceu nenhuma outra nova dupla sertaneja que siga a música ran- cheira. Uma dupla como João Mineiro e Marciano, que gravou guarâ- nias, rasqueados e boleros românticos, não é considerada sertaneja por Pedro Bento. Perguntado sobre o que considera sertanejo raiz, respon- deu: “É o que eu canto. Fala de boiadeiro, fala de campo, fala de chão, fala de terra, de passarinho”. Perguntado se as rancheiras que canta tam- bém são sertanejo raiz, Pedro Bento deu uma resposta curiosa, em que o termo raiz quase ganha literalidade, aludindo à canção El capiro, do repertório de Miguel Aceves Mejía:

95) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 149-150. 96) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 77. São. Raiz do México. (...) Porque o palavreado deles é diferente. Eu gravei uma música que foi sucesso com nós, foi sucesso com eles também, com o nome de El Capiro. Eu fui saber o que é El Capiro depois que eu gravei. O amor e a rosa. El Capiro é uma... um tipo de uma grama, uma planta ras- teira, sabe? Chama-se El Capiro. Toda planta rasteira, El Capiro.97

A identificação da rancheira como música deraiz mexicana foi fun- damental para que Pedro Bento se interessasse em cantar o gênero, além do timbre do trompete e da identificação da figura do camponês mexicano com a do caipira brasileiro:

[Cantei rancheira pela primeira vez] por causa do estilo de mariachi, de pis- ton. Os toques deles eram diferentes do nosso. Aqui usava muito o acor-

Danilo Cymrot deom e eu gostava do (...) do trompete, mariachi. Que o mariachi deles lá é 300 como se fosse uma banda nossa aqui. (...) E eu gostei do estilo da cantoria deles sabendo já que o que eles cantavam lá é raiz nossa aqui. O tropeiro lá, o tropeiro nosso aqui, lá é um tropeiro igual, mesmo sentido.98

Para Pedro Bento, até Inezita Barroso, defensora da tradição cai- pira, teria aceitado a rancheira, “porque o povo aceitou”. Ela “não gostava muito” do traje de mariachi, achava que “deturpava um bo- cadinho a imagem do artista”, mas Pedro Bento teria explicado para ela que “o artista brasileiro não tem indumentária”, a não ser “do tipo Mazzaropi, Jeca Tatu”. A relação de Inezita com Pedro Bento e Zé da Estrada teria sido boa “até o final”, assim como com Milionário e José Rico. Ironicamente, Inezita, segundo Pedro Bento, não tinha uma boa relação justamente com outro defensor da tradição caipira: Rolando Boldrim.99 Em entrevista a mim concedida, Amaraí apontou como grande ins- piração, entre as duplas sertanejas da época, Tibagi e Miltinho. Já Pedro Bento e Zé da Estrada e Nenete e Dorinho foram citados como duplas que tinham “mais ou menos o estilo já partindo pro sertanejo romântico e também o histórico”. Perguntado sobre o que considera música de raiz e se considera Belmonte e Amaraí uma dupla de raiz, respondeu que considera sua música “romântico histórico” e considera a rancheira e o bolero “música regional brasileira”:

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 97) Entrevista concedida na casa de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. 98) Entrevista concedida na casa de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. 99) Entrevista concedida na casa de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. Então, nós... nós, porque a gente gravava sertanejo regional, música regio- nal, música sertaneja regional, né? Não é praticamente um raiz, né? Por- que música raiz é uma Saudade da minha terra, né? E música romântica, um bolero, já uma canção rancheira, uma música que fale de amor, daí por diante. Agora, a turma chama de música caipira. Música caipira nós não... música caipira Belmonte Amaraí, nós não gravou. Nunca gravou moda de viola, né? Belmonte partiu para o andar de cima e a gente já tem uma ideia de gravar, né, um CD com só moda de viola. Então é essa a moda caipira. Agora, quem canta bolero, canta canção rancheira, aí são músicas regio- nais brasileiras, né? A turma às vezes confunde, a moçada de hoje acha que o estilo nosso é música caipira. Não é. Música caipira é aquele estilo mesmo da viola, da moda de viola, né? Agora o nosso já é partindo pro romântico histórico, né? Por aí.100 México Corazón Latinoamérica musical de México Amaraí conta que eles entraram “com um estilo moderno na época” 301 e que para o público consumidor era chique e moderno quem cantava em castelhano e quem fazia versões de músicas estrangeiras para o por- tuguês. No entanto, relatou que havia “conservistas”, “falso moralistas” que tinham vergonha de assumir que gostavam de música sertaneja, e que a dupla ainda sofria outro tipo de crítica:

Surgiu até um tipo de papo assim, que nós chegamos pra estragar a mú- sica caipira deles, né, porque era só que não existia uma harpa numa gra-

vação, não existia um trompete, né, não existia um violino, então pra eles Apartado II. Miradas desde Brasil era um absurdo aquilo, né? Entendeu, né? Era um absurdo, aí fomos criti- cados porque acharam que nós estava estragando a música sertaneja. No entanto hoje a gente é chamado de cantor caipira (risos).101

Amaraí parece jogar bem, no entanto, com a identidade raiz e a identidade moderna ao relatar que tinha uma ótima relação com Inezita Barroso e que era muito convidado para cantar em seu programa por- que canta “de tudo”:

Tinha [uma boa relação com Inezita], nossa senhora, graças a Deus! Com todos eles, né. (...) A gente cantava e canta até hoje, né, aliás, de tudo, en- tão tem música pra..., cada programa tem um tipo de música então... e como nós gravamos música raiz, Saudade de minha terra, Gente de minha terra, essas coisas todas, então a gente tinha e tem música raiz pra cantar

100) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. 101) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. no programa dela, e a gente era muito convidado, a gente era muito que- rido na época por ela E nós também, né. Foi uma perda irreparável, por- que agora tá difícil de aparecer outro para o sertanejo raiz se divulgar, né. Mas tudo bem...102

Já Milionário, em entrevista concedida a mim, relaciona o sertanejo raiz não à temática nem a um gênero, mas ao arranjo. O sertanejo raiz se caracterizaria pelas duas vozes, violões e acordeom. Já o sertanejo mo- derno incorporaria instrumentos como guitarra, baixo e trompetes. Se Pedro Bento e Zé da Estrada são reconhecidos por Milionário como pio- neiros do sertanejo moderno, Nenete, Dorinho e Nardelli, que gravavam rancheiras, são considerados sertanejo raiz pelo parceiro de José Rico:

Danilo Cymrot A música sertaneja na época era a música raiz. Era o Tonico e Tinoco, vários 302 trios, Nenete, Dorinho e Nardelli. Então eles tocavam a música mais ser- taneja. Então o Milionário e José Rico, nós queríamos fazer um estilo mo- derno, um estilo que..., por exemplo, quando nós gravamos uma música que se chama Solidão, nós pusemos guitarra na música, pusemos bateria, que é uma coisa que não tinha no sertanejo na época. Então nós fomos até criticados na época, “pô, música sertaneja com bateria, com guitarra, essas coisas?” Então nós queríamos mudar, fazer um sertanejo moderno. (...) O sertanejo raiz, que todo mundo diz, (...) eu digo a música sertaneja, a an- tiga, por exemplo, Tonico e Tinoco, Torres e Florêncio, Nenete, Dorinho e Nardelli, essas duplas, eles tinham, o recurso deles era, no máximo, fazer um trio. Na época eram dois violões, uma sanfona, um acordeom, né? En- tão era o estilo que eles tinham pra oferecer no sertanejo. Então eu acho que era um sertanejo nato esse que se diz hoje raiz. Então eu acho que era um sertanejo...eles tinham o máximo de oferecer eram mais as duas vozes, dois violões e um acordeom (...). Aí já veio surgindo Pedro Bento e Zé da Estrada, já veio surgindo um estilo mexicano, já pôs sopro, pôs dois pistões, então um acordeom e dois pistões...Então fizeram um estilo com- pletamente mexicano. Aí foi a dupla que ofereceu mais um estilo sertanejo moderno, eu acho que começou com Pedro Bento e Zé da Estrada.103

Se por um lado Milionário diz que a gravadora achava que Milionário e José Rico estavam dando um passo à frente no estilo e os apoiava, ele re- lata que os radialistas, outros atores da indústria cultural, tiveram um papel ambíguo: ao falarem mal da dupla, contribuíram para a sua divulgação: II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira

102) Entrevista concedida por telefone em 27 de fevereiro de 2016. 103) Entrevista concedida por telefone em 23 de janeiro de 2016. Os programadores de rádio, eles tocavam a nossa música e falavam o que eles queriam falar da música. Mas pra nós era bom porque eles estavam... você vê aquele ditado “Fale mal, mas fale de mim”. Então eles falavam no rádio que Milionário e José Rico...e ficavam só falando de Milionário e José Rico, que Milionário e José Rico é isso, que Milionário e José Rico é aquilo, e tocavam a música, o povo gostava. Então isso aí foi uma grande coisa pra Milionário e José Rico.104

Tequila e cachaça Apesar de Pedro Bento e Zé da Estrada terem adotado o traje de maria- chi também por razões comerciais e de Miltinho Rodrigues ter declarado que escolheu compor rancheiras porque o gênero “dava mais dinheiro”, a atuação da indústria cultural não explica, pelo menos definitivamente

não sozinha, a recepção de determinados artistas e da rancheira pelo Corazón Latinoamérica musical de México público. Do contrário, tudo o que a indústria vendesse seria sucesso, o 303 que não ocorre. Por outro lado, os artistas citados poderiam ter escolhido cantar outros gêneros musicais que também fossem lucrativos. É preciso, portanto, investigar a hipótese de que certos gêneros musicais fazem sucesso porque o público se identifica com eles e por- que havia condições culturais preexistentes para essa identificação. Conforme visto anteriormente, o migrante chinês pode se identificar com a história de migrantes brasileiros, assim como o camponês brasi- leiro pode se identificar com a rancheira, a música camponesa mexicana.

Compositores e cantores sertanejos, no entanto, apontam o romantismo Apartado II. Miradas desde Brasil exacerbado como o fator que uniria o povo brasileiro e mexicano. A natureza extremamente heterogênea da canção mexicana como gênero dificulta fazer generalizações sobre estruturas musicais carac- terísticas. Entretanto, haveria uma forma especificamente mexicana de canto que seria típica das rancheiras: um grande sentimentalismo, uma fala arrastada no fim da frase, além do “choro” em falsete.105 Segundo Carlos Colla, que compôs, depois de uma bebedeira, a letra de Você vai ver, bolero gravado com imenso sucesso por Zezé Di Camargo e Luciano,

O brasileiro é mexicano, né? Mas a gente dificilmente reconhece isso. A ci- dade não é mexicana, mas a alma brasileira é mexicana. Quando eu canto as músicas de corno o pessoal ama. Porque ninguém é sofisticado na hora do amor. Se você namorar uma mulher sofisticada vai enjoar. [...] Ela não

104) Entrevista concedida por telefone em 23 de janeiro de 2016. 105) GRADANTE, William. “El Hijo del Pueblo”: José Alfredo Jiménez and the Mexican “Canción Ranchera”. Latin American Music Review, vol. 3, nº 1. University of Texas Press, 1982. Disponível em: . Acesso em: 14 jul. 2015. p. 53. é autêntica... A alta sociedade é sofrida e castrada porque convive entre si não por grandes amores, mas por grandes interesses. [...] Esta polidez afasta as pessoas. Gente que pensa com a própria cabeça não é sofisti- cada, ela é autêntica, e gosta de música mais autêntica. [...] Atingir um co- ração sofisticado é impossível, pois o sofisticado só pensa nele mesmo e no medo que ele tem das pessoas.106

O cantor Leonardo corrobora a fala de Carlos Colla:

Até hoje é assim. Tem um bando de gente que curte música sertaneja em casa, no carro. Mas quando alguém pergunta: “O que você curte?”, a res- posta é sempre igual: “MPB”. Não tenho nada contra MPB, sou fã também. Na verdade, é esse povo metido que fala que música sertaneja é coisa de 107

Danilo Cymrot chifrudo. Esse povo elitizado é o que mais toma chifre no Brasil. 304 Mariana Lioto aponta a recorrência em letras de canções sertanejas da associação entre a bebida e um remédio capaz de resolver a desilu- são amorosa do homem ou de ajudar a esquecer a dor. Já o hábito de frequentar bares é associado a uma terapia.108 Roberta Miranda atribui a relacionamentos mal sucedidos sua inspiração para compor: “Relacio- namentos são sempre as inspirações para compor. As inspirações para cem por cento das minhas músicas foram vividas, vieram dos amores, das paixões que eu tive. Eu não fui muito feliz no amor. Dá para perce- ber isso pelas minhas canções”.109 Da mesma forma, Rick, da geração de cantores e compositores sertanejos dos anos 1990, defende as canções de dor de cotovelo e boteco:

As pessoas tratam o tema do amor como querem. Podem chamar a mú- sica disso ou daquilo, música brega, dor de cotovelo... A verdade é que não existe forma de escrever sobre amor sem falar do amor que não deu certo. Nem todo amor dá certo. Aliás, o que mais existe é o amor que não dá certo. E se você for falar disso, como não vai falar da tristeza, da angús- tia, da paixão? Como você não vai falar do cara que vai pro boteco e toma umas pensando na mulher? Eu escrevo a realidade do povo. O brasileiro é

106) Apud ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 235. 107) Apud TELÓ, Michel; PIUNTI, André, op. cit. p. 177-178.

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira 108) LIOTO, Mariana. Felicidade engarrafada: bebidas alcóolicas em músicas sertane- jas. Dissertação de Mestrado em Letras. Universidade Estadual do Oeste do Paraná- UNIOESTE. Cascavel, 2012. p. 91-92. 109) Apud TELÓ, Michel; PIUNTI, André, op. cit. p. 89. um povo que sofre pra caramba, um povo apaixonado além do limite. En- tão, não tem como você falar somente do amor que deu certo.110

A bebedeira e as desilusões amorosas são elementos apontados como muito comuns também na obra de José Alfredo Jiménez, compo- sitor mexicano bastante gravado por Miguel Aceves Mejía e pelos pró- prios sertanejos. Se Carlos Colla diz que “ninguém é sofisticado na hora do amor”, a cantora mexicana Amalia Mendoza, explicando o sucesso das canções de José Alfredo Jiménez, sustenta que O importante é que se viva o que se está cantando para que os que escutam recebam a mensagem e se identifiquem com ela. A canção rancheira expressa o sentimento do povo e chega ao povo. Daí sua po- pularidade. (...) Quem não sofreu desilusão amorosa? Quem não sentiu

paixão por sua pátria? Por isso o povo se apropria das canções, as torna Corazón Latinoamérica musical de México suas (tradução minha).111 305 William Gradante destaca na obra de José Alfredo Jiménez quatro estágios básicos do amor como princípio organizativo central da vida que, em grande medida, podem ser encontrados também na obra dos cantores sertanejos:

O primeiro estágio é o da corte, em que o macho corteja a mulher, conven- cido de que seu destino é amá-la eternamente. Isso é comunicado a ela, frequentemente no contexto de uma serenata. O segundo estágio inclui a

alegria de ver o amor correspondido, enquanto o terceiro estágio começa Apartado II. Miradas desde Brasil com o destino desintegrando a relação por meio da introdução do con- flito, seja na forma da aparição de um rival ou de pressões sociais de vários tipos. Durante este estágio, o homem compara o processo de se apaixo- nar com o risco de um jogo de cartas ou briga de galo, onde se aposta o orgulho e riquezas materiais. O quarto estágio é o do fim do amor, em que o macho procura conforto na bebida. Durante esse estágio boêmio, o macho amaldiçoa seu destino, lamenta a natureza diabólica da mulher e pede para os mariachis da cantina tocarem a “sua” canção por compaixão. Neste ponto o macho promete nunca mais amar e consequentemente não repetir o erro de se expor aos perigos do amor ou, por outro lado, torna- se preenchido pela inspiração dos mariachis e da garrafa e começa a fa- zer uma serenata à amante ingrata ou a um novo alvo para suas intenções amorosas (tradução minha).112

110) Apud Ibid. p. 55. 111) Apud GRADANTE, William, op. cit. p. 50. 112) GRADANTE, William. Mexican popular musica at mid-century: the role of José Alfredo De acordo com Gustavo Alonso, a ideia de que os caipiras aborda- riam “temas da terra” e os sertanejos, apenas melodramas ingênuos, é parcialmente falsa. Essa polarização serviria mais para demarcar distin- ções, uma vez que “artistas de ambos os lados da fronteira estética gra- varam os dois tipos de música”. Apesar de existirem músicas em que o amor é bem-sucedido, quase sempre a música sertaneja canta a distân- cia e a não concretização amorosa. Segundo a ideologia dos opositores da música sertaneja, a indús- tria cultural se aproveitaria do discurso amoroso e melodramático para “alienar” as massas, “controlar” os trabalhadores do campo e migran- tes desgarrados de suas raízes, anestesiá-los das questões sociais. Já os artistas da música caipira são vistos como resistentes ao mercado massivo. Porém, para Alonso, o amor romântico “exagerado” seria um

Danilo Cymrot “catalisador da identidade do proletariado das grandes periferias em 306 sintonia com os camponeses migrantes”, uma estética das classes po- pulares rejeitada por estratos das classes altas letradas e pela intelec- tualidade para demarcar sua distinção. A indústria cultural não criou essa distinção. Apenas a catalisou, reforçando as diferenças que já existiam.113 Allan de Paula assinala, assim, que o bolero não estabeleceu as re- lações amorosas como tema central na música sertaneja, uma vez que já estavam presentes como tema de canções na música brasileira desde o século XIX. No entanto, reforçou essa presença temática, no que seria um exemplo de apropriação de elementos estrangeiros a partir de pa- drões culturais nativos.114

Jiménez and the canción ranchera. Studies in Latin American Popular Culture 2:99-114, 1983. p. 108. 113) ALONSO, Gustavo, op. cit. p. 144 et seq. “O romantismo melodramático não foi, ob- viamente, inventado pelos sertanejos. O que eles fizeram foi radicalizar essa proposta afiando uma identidade de classe afirmativa associada ao excesso. A sintonia que os músicos sertanejos têm com seu público é fruto dessa ligação poética com os dese- jos e gostos dessa plateia popular” (Ibid. p. 462). Milionário e José Rico, normalmente cantores de amores desgraçados, fizeram crítica social na cançãoInversão de valores, gravada em 1973, e louvaram a vida rural que não existe mais em Velho candeeiro, gravada em 1975 (Ibid. p. 165 e 171). Da mesma forma, William Gradante aponta que, embora o tema central da poesia de José Alfredo Jiménez seja frequentemente o amor por uma mulher, um local ou um modo de vida, sua música não é sentimen- tal. Ele teria escrito sobre as coisas que afetavam o dia a dia existencial do homem co- mum no México (GRADANTE, William. “El Hijo del Pueblo”: José Alfredo Jiménez and

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira the Mexican “Canción Ranchera”. Latin American Music Review, vol. 3, nº 1. University of Texas Press, 1982. Disponível em: . Acesso em: 14 jul. 2015. p. 54). 114) OLIVEIRA, Allan de Paula, op. cit. p. 300-301. Em sua autobiografia, Pedro Bento diz que, para que sua dupla pu- desse despontar, ele foi “mudando o repertório” e o “jeito de cantar”. Assim, enquanto as duplas que já eram sucesso gravavam músicas com histórias de caboclo, Pedro Bento e Zé da Estrada cantavam músicas ro- mânticas como Seresteiro da Lua e muitas canções rancheiras.115 Tam- bém em entrevista concedida a mim, Pedro Bento registrou a mudança temática da música sertaneja, o que o deixaria fora do campo do que ele próprio entende por música sertaneja:

Mas a história do Seresteiro da Lua foi mudando também o estilo de can- tar, né? Porque antes de Boneca Cobiçada, Seresteiro da Lua, as dupla an- tiga só cantavam música de tragédia, né? Chico Mineiro... tragédia, música mais triste... o cantar deles era triste, dos antigo, autores, o próprio Tonico

e Tinoco. Então... aí foi mudando, né? O estilo de cantar... Mudando o estilo Corazón Latinoamérica musical de México de escrever também. Os compositores pararam também de inspiração de 307 roças, começaram a falar de boemia, né? Que a boemia também entrou! Entrou de gaiato, aproveitando a força do sertanejo, né?116

Para José Raimundo, compositor e empresário de Milionário e José Rico, sertanejo raiz “é a origem da música sertaneja mesmo, né? Tonico e Tinoco, Tião Carreiro, é isso aí”. Porém, confere um papel central ao ro- mantismo na música sertaneja. Questionado se Milionário e José Rico, Pedro Bento e Zé da Estrada e Trio Parada Dura são sertanejo raiz, res- pondeu em entrevista concedida a mim: Apartado II. Miradas desde Brasil

Não. Vem na mesma linha do sertanejo, mas que já fugiu um pouco, né? Aí já veio mais (...), mais mexicano, mais América Latina, você entendeu? Jun- tou esse povo, já diversificou bem. (...) O que a música sertaneja mais vive? É a paixão! A paixão, o desamor, o amor, o sonho, não é? Então esse é o sucesso (...), tanto atinge o homem como atingiu a mulher. Então eu falo: a paixão universal. É esse que... e a música raiz (...) cantava muito era aque- las músicas, (...) O presidente e o lavrador, (...), o Tião Carreiro, Pagode em Brasília... E essas músicas que realmente fez sucesso.117

Segundo Rosa Nepomuceno, “a linha sertanejo-mariachi” teria che- gado ao apogeu nos anos 1970, com Milionário e José Rico. A autora atribui a influência dosmariachis ao “oportunismo, afinidades sentimen-

115) LEME, Joel Antunes, op. cit. p. 81-82. 116) Entrevista concedida no apartamento de Pedro Bento em 24 de agosto de 2015. 117) Entrevista concedida no escritório de José Raimundo em 22 de agosto de 2015. tais ou à inevitável influência das novidades internacionais trazidas pelo rádio e pelos artistas que viajavam”:

Entraram pela vereda tropical de Miguel Aceves Mejía, figura extravagante que fascinava o mundo sertanejo, à época, com seu chapelão enfeitado, o vozeirão e a emoção desbragada. (...) As novas duplas não queriam mais imitar apenas Tonico e Tinoco. Mejía, e ainda Pedro Vargas e Tito Martinez, com suas rancheiras e o som vibrante dos sopros mariachis, ofereciam no- vos elementos que poderiam ser incorporados à sua música. Se o pistom era um instrumento com o qual o artista sertanejo não tinha qualquer in- timidade, ele se identificava com o estilo emocional e com os temas do repertório. Aquele chororô todo dos mexicanos ornava com suas dores e mágoas. “Não é preciso dizer que os oportunistas logo vislumbraram na

Danilo Cymrot afinação vocal e nos acompanhamentos de Mejía extraordinária brecha 308 para introduzir a fórmula no que já se chamava sertanejo”, escreveu Ferrete em Capitão Furtado: Viola Caipira ou Sertaneja?118

Conclusão A difusão da rancheira mexicana no Brasil se deu em grande parte por meio do cinema mexicano, que gozava de muita popularidade nos anos 1950 e 1960 por razões geopolíticas que fogem ao escopo deste ar- tigo abordar. Porém, com exceção de Miltinho Rodrigues, os cantores sertanejos entrevistados não demonstraram ter assistido a muitos filmes desta cinematografia, até por viverem em áreas rurais. Notícias de jornal da época indicam que o cantor Miguel Aceves Mejía e, indiretamente, o radialista Zé Bettio tiveram um papel central na incorporação da ran- cheira na música caipira, na medida em que o primeiro fez turnês pelo interior do Brasil e o segundo, fã da música mexicana, costumava tocar suas músicas em seu programa de rádio, que gozava de grande audiên- cia, inclusive de caminhoneiros, que podem, por sinal, ter exercido um papel de mediadores ao ajudar a levar a música de Mejía aos rincões do Brasil. A atuação de arranjadores estrangeiros que trabalharam com du- plas sertanejas, como os maestros Oscar Safuán e Evêncio Rana Marti- nez, também merece ser objeto de pesquisa. Cantores sertanejos da geração dos anos 1960 e 1970 deixaram bem explícita em entrevistas concedidas a mim a influência que Miguel Aceves Mejía teve sobre suas carreiras. Se Pedro Bento admitiu que con- tratantes e o público exigiam a vestimenta mexicana que acabou confe-

II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira rindo à dupla Pedro Bento e Zé da Estrada sua identidade única, um item

118) NEPOMUCENO, Rosa, op. cit. p. 145-147. valoroso em um mercado que contava com diversas duplas, Miltinho Ro- drigues admitiu que gravava rancheiras “porque dava mais dinheiro” e Amaraí declarou que cantava o repertório hispano-americano porque isso era exigido dele como cantor de churrascaria, no início de sua car- reira, para atender aos pedidos dos clientes. Porém, para além da atuação da indústria cultural, percebe-se que alguns desses cantores já tinham relações com a cultura hispano-ameri- cana, o que pode ter facilitado essa incorporação. José Rico foi casado com uma paraguaia, Miltinho Rodrigues é filho de espanhol, Mensa- geiro também tinha origem espanhola e Ramoncito Gomes era de um estado próximo da fronteira com o Paraguai. Por sua vez, a recepção do público à rancheira mexicana pode ter sido facilitada pela identificação do camponês com a música camponesa mexicana e, principalmente,

com a temática amorosa que já estava presente na canção brasileira. A Corazón Latinoamérica musical de México internacionalização das duplas analisadas, porém, encontrou barreiras, 309 na medida em que, com exceção de Ramoncito Gomes, não gravaram em espanhol. Apenas Pedro Bento relatou já ter feito show no México. A internacionalização da música sertaneja se deu nas gerações posterio- res e será objeto de outro artigo. A incorporação da rancheira à música caipira encontrou resistência por parte de artistas e jornalistas que a consideraram um modismo es- trangeiro imposto pela indústria cultural, o que teria contaminado uma música supostamente de raiz, pura, folclórica. No entanto, os cantores que foram acusados de corromper o sertanejo raiz nas décadas de 1960 Apartado II. Miradas desde Brasil e 1970, hoje em dia são considerados cantores de raiz pelas gerações posteriores e defendem uma posição bastante ambígua, ora reprodu- zindo o discurso folclorista e de idealização do passado e do campo, re- conhecendo-se como cantores de raiz, ora assumindo-se como moder- nizadores, ora conciliando as duas posições.

Referências 1. ALONSO, Gustavo. Cowboys do asfalto: música sertaneja e modernização brasileira. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2015. 2. ANTUNES, Edvan. De caipira a universitário: a história do sucesso da música sertaneja. São Paulo: Matrix, 2013. 3. BURKE, Peter. Cultura popular na Idade Moderna: Europa 1500- 1800. São Paulo: Companhia das Letras, 2010. 4. CASTRO, Francisco Peredo. Cine y propaganda para Latinoamérica. 2 ed. México, UNAM, 2011. 5. GRADANTE, William. “El Hijo del Pueblo”: José Alfredo Jiménez and the Mexican “Canción Ranchera”. Latin American Music Review, vol. 3, nº 1. University of Texas Press, 1982. Disponível em: . Acesso em: 14 jul. 2015. 6. _____. Mexican popular musica at mid-century: the role of José Alfredo Jiménez and the canción ranchera. Studies in Latin American Popular Culture 2:99-114, 1983. 7. LEME, Joel Antunes (Pedro Bento). Histórias e sucesso de Pedro Bento e Zé da Estrada. 1ª ed. São Paulo: Editora Nova Consciência, 2013. 8. LIOTO, Mariana. Felicidade engarrafada: bebidas alcóolicas em músicas sertanejas. Dissertação de Mestrado em Letras. Universidade Estadual do Oeste do Paraná- UNIOESTE. Cascavel, 2012. 9. NEPOMUCENO, Rosa. Música caipira: da roça ao rodeio. São Paulo:

Danilo Cymrot Editora 34, 1999. 310 10. OLIVEIRA, Allan de Paula. Miguilim foi pra cidade ser cantor: uma antropologia da música sertaneja. Tese de Doutorado em Antropologia Social. UFSC. 2009. 11. SOUSA JUNIOR, Walter de. Moda inviolada: uma história da música caipira. São Paulo: Quiron, 2005. 12. TELÓ, Michel; PIUNTI, André. Bem sertanejo: a história da música que conquistou o Brasil. São Paulo: Planeta, 2015. II.6. Disseram que eu voltei mexicanizado: sertanejo raiz e a incorporação da canção rancheira II.7. Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero

Heloísa de A. Duarte Valente Juliana Marília Coli Universidad Paulista-Brasil México Corazón Latinoamérica musical de México Solamente uma vez? Nomadismo, movência, territorialização e o 311 bolero brasileiro “A história da mediação tecnológica do som é também a história da modificação dos hábitos de prática, produção e audição musical oco- rrida ao longo do século XX”, afirma o musicólogo Juan Pablo González (2000, p.11). As canções e, em especial, a canção das mídias, constituem uma das maneiras mais eficientes de (re)conhecer a história, a cultura de um determinado grupo social, através de seus elementos musicais: não apenas pelos traços formais que a caracterizam, de maneira inconfundí- vel (performance, estrutura musical, tomada de som etc., fixados no do- Apartado II. Miradas desde Brasil cumento fonográfico), mas também pelas informações de ordem emo- tiva a elas arraigadas. Entendendo-se que cultura é memória que, por sua vez, a memória articula mecanismos de conservação e esquecimento (Zumthor 1997b). O estudo do bolero permite observar as oscilações nos processos so- cioculturais a partir de seus elementos próprios musicais (morfológicos) e performáticos. Partimos, assim, do estudo do bolero, no Brasil. Após uma brevíssima introdução, tomamos o exemplo do cantor Pedro Vargas para analisar como a sua personalidade vocal contribuiu para implantar e fomentar elementos de imaginário, através da sua performance me- diatizada tecnicamente. O bolero nasceu em Cuba – é o que apontam os estudiosos. De lá migrou, ainda na década de 1920, para Vera Cruz, atingindo todo o país pelas ondas do rádio (Araújo 1999; Évora 2001; Pedelty 1999). Como signo de natureza viajante, assimilaria características dos locais onde se estabeleceu. Assim, cria sua forma nômade1 (Zumthor 1997a; Pelinski 1995), sempre realimentada da música estranha; do outro, às vezes em suas particularidades ínfimas, discretas. Para além da apropriação e as- similação, o nomadismo implica, pois, em a troca de informações musi- cais, ao criar versões novas. Nesse sentido, há de se frisar o relevante papel das mídias, no sé- culo XX, não apenas nas formas de circulação dos signos musicais e na sua recepção estética, (na criação de um novo modo de vida, em que o entretenimento se assenta nos meios audiovisuais), mas também na consolidação de gêneros musicais. No caso particular do Brasil, foi o filmeSanta 2, segundo o pesqui- sador Jairo Severiano (2003), a porta de entrada para aquilo que ele de- nomina processo de mexicanização da cultura local. Em outras palavras,

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de este gênero musical, trouxe consigo um conjunto de outros elementos 312 estéticos e culturais que se incorporaram à vida cotidiana e à paisagem sonora do país. Há de se frisar, ainda, que o estabelecimento do bolero coincide com a conquista da alta-fidelidade acústica, a expansão da in- dústria cinematográfica, além da popularização dos aparelhos de som nos lares e em locais públicos (González, 2000; Valente, 2003). O bolero brasileiro é uma variante3 do mexicano, transplantado por meio de um processo de territorialização4 (Pelinski 1995). Inicialmente assimilado pelos compositores brasileiros em forma paródica, como can- ción romántica mexicana; assumiu, ainda, a variante ranchera, próxima à tradição folclórica, tendo seu apogeu nas décadas de 1940 e 1950. Seu largo sucesso, nas décadas de 1940-50 lançou novos nomes e fomentou a carreira de vários intérpretes brasileiros: Dalva de Oliveira (Vicentina de Paula Oliveira) Miltinho ( de Almeida), Alte- mar Dutra, Trio Irakitan, Anísio Silva, a ponto de estes se projetarem nos países de língua espanhola (Évora 2001: 329). Posteriormente, desen- volveu as versões “caipiras” (rancheiras) criados por artistas como o Duo Guarujá5.

1) Nomadismo, de acordo com Zumthor (1997a), é o mecanismo que permite ao signo poético ir-se transformando, intrinsecamente, de maneira a manter-se como memória,

II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero conservando-se, dessa maneira, na paisagem sonora (Valente 2003). 2) México, Juan de la Cruz Alarcón (1943), sobre a novela homônima de Frederico Gam- boa. 3) Preferimos a denominação “nômade”, comentada adiante. 4) De acordo com Pelinski (1995), este processo se dá quando, tendo fixado raízes em determinado espaço-tempo, a obra transpõe-se para outras culturas, de acordo com as feições locais. 5) Um levantamento preliminar da Discografia 78 rpm pela palavra-chave bolero revela, Como enfatiza o etnomusicólogo Samuel Araújo, não obstante o caráter melodramático, o bolero deu origem, paradoxalmente, a no- vas experimentações musicais que surgem nos bares, boates e clubes noturnos da década de 1950 e, pouco tempo depois, desaguaria no movimento da Bossa Nova: com isso, o bolero, assim como outros gê- neros calcados no sentimentalismo e na nostalgia, ganharia prestígio, por parte da crítica, uma vez que junto com a “nova batida” e as apro- priações harmônicas do be-bop e de Debussy, encabeçados por Tom Jobim, somar-se-ia a participação de letristas renomados, como Vinicius de Moraes. As canções sentimentais, até então eram recebidas como demonstrações patológicas do mau-gosto musical, rotuladas, pejorati- vamente, de dor-de-cotovelo (1960), cafona (1970) ou brega6 (meados da década de 1980 em diante) ganhariam novo status (Araújo 2000).

Mais tarde, o furacão Maysa (Araújo 2000) incrementaria a sua ima- Corazón Latinoamérica musical de México gem com boleros de autoria própria, obtendo grande popularidade. 313 Elis Regina revisitaria o incontornável Armando Manzanero (Me deixas louca/ Me vuelves loco). A partir da década de 1990, o bolero reaparece na paisagem sonora com grande impacto. De certo modo, coincide com o revival suscitado pelo fulminante sucesso de Luis Miguel. No mundo de idioma castelhano, os discos e shows do cantor constituirão um novo marco na revitalização do gênero7. De outra parte, verifica-se a presença do gênero por parte de artis- tas internacionais, via de regra orientados por outras estéticas ou gêne- ros – tal é o caso de Maísa8. É de se indagar, então: em que medida Luis Apartado II. Miradas desde Brasil Miguel renovou o bolero? Terá sido justamente por tê-lo dado uma ver- são pop, seguindo uma estética comercial do fim de século? Ou, o es- trondoso sucesso do cantor haveria criado um terreno fértil para o revi-

dentre os cantores que gravaram discos no Brasil, em ordem mais ou seguintes artis- tas: Roberto Luna, Ester de Abreu, Maysa, Agostinho dos Santos, Anísio Silva, Ellen de Lima Tristão da Silva, Alfonso Ortiz Tirado, Galvéz Morales, Gregório Barrios, Francisco Alves, Trio Irakitan, Nelson Gonçalves, Cauby Peixoto, Antonio Rago e Seu Conjunto, Fernando Borel, Solon Sales, Lana Bittencourt, Roberto Bozzan, Juanita Castillo, Or- lando Dias, Waldick Soriano, Hebe Camargo, Odete Amaral, Vicente Celestino, Hele- ninha Costa, Os Cariocas, Carlos Galhardo, Duo Guarujá, Wilson Roberto, Gilberto Mil- font. 6) Esta gíria tem o seu correspondente castelhano “cursi”. 7) Esta afirmação foi repetidamente proferida por participantes do III Congresso MIC – Música e Cultura do Caribe (2009)- “El bolero en la cultura caribeña y su proyección universal” Santiago de los Caballeros (República Dominicana), do qual participei, em abril de 2009. 8) Drama Box (Naïve, 2005). Além de fados e tangos, a cantora interpreta vários boleros de Armando Manzanero, dentro do idioleto fadista e da música de câmara. val mundial? Não seria coincidência o número substantivo de discos que surgem por essa época, por intérpretes de cepa diversa, como Tânia Al- ves, Nana Caymmi, João Bosco, Leny Andrade. Esta situação merece ser examinada com mais cautela: haveria, possivelmente, outros indícios de que os traços (musicais e temáticos) definidores do gênero tenham se guardado em uma forma latente; tal- vez, ainda, estes traços tenham-se migrado para outros gêneros (as bala- das românticas, talvez) para depois retomarem o antigo gênero tão caro ao ouvinte comum das décadas de 1940-50.

¡Te extraño! No estar contigo, por Diós …que me hace daño. (Memória e imaginário, pelo bolero) O bolero oferece muitas variantes, como já sinalizamos. Tomando como

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de referência a canción romântica, vale observar alguns elementos que o 314 caracterizam musicalmente. De imediato, esclarecemos que partimos da premissa de que os conteúdos de ordem emotiva são facilmente cana- lizados pela música. Posto que a linguagem “não quer dizer nada, além dela mesma”, ou seja: a sua própria organização formal, justamente essa condição a torna apta a veicular qualquer tipo de informação. No caso da canção, a presença da letra, geralmente de conteúdo linguístico, re- mete a uma função comunicativa, mais ou menos direta, porque a língua tem semântica precisa. Somado aos traços particulares da música (ritmo, cadências, modulações, timbres etc.) e, sobretudo, à performance do executante, a canção já não quer “dizer alguma coisa”; ela “diz tudo”... e com razoável eloquência (voltaremos a este tema). Como canção popular urbana, a música recolhe retratos do coti- diano comezinho das classes sociais menos endinheiradas e os coloca na boca de intérpretes de qualidades particulares e distintas. Em se tra- tando do bolero, a assimilação é direta: o arco melódico, com extensas frases em legato, é periodicamente marcado pelos bongôs, maracas e claves, combinados à marcação rítmica do violão. Normalmente, a parte harmônica é desenvolvida pelo violão e o violão requinto9, instrumentos da orquestra sinfônica, com ênfase nas cordas: é frequente o emprego de piano, podendo incluir sessões de metais, madeiras e harpa. O anda- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero mento é moderado e não costuma sofrer oscilações. Esta combinação de timbres que faz um amálgama de instrumen- tos de orquestra e folclóricos salienta um cantar que profere letras nem sempre tão sofisticadas quanto alguns arranjos. Com efeito, há inúmeros

9) Cordófono da família do violão, de tamanho menor e de som mais agudo, uma quarta acima. No bolero é tocado frequentemente como o bandolim, com a corda pinçada com palheta. exemplos de peças que apresentam sequência de frases simplórias e ri- mas pobres, em que se declaram, não raro em tom piegas, as amargu- ras da desilusão amorosa, a dor da separação; o desejo de reencontro, de atender às ânsias carnais, apaziguá-las... A alusão a fenômenos me- teorológicos e aos marcadores naturais do tempo revela-se corriqueira: “esta tarde vi llover”, “cuando la luz del sol se esté apagando”, “noche de luna”... A lista é quase inesgotável. Provavelmente, é nesse mundo que se encontra o imaginário do ouvinte radiofônico que desenvolve, pela presença da voz, uma ação cê- nica em que um corpo invisível se materializa na tatilidade sonora. Para o estudioso da canção das mídias10 (Valente, 2003), esse aspecto é mais que de extrema relevância: é primordial. Temos chegado a este ponto, sinalizamos que o conceito de perfor-

mance (Zumthor, 1997) apresenta-se como um ponto nodal, uma vez que Corazón Latinoamérica musical de México diz respeito não somente à execução da obra (ao vivo ou mediatizada 315 tecnicamente), mas também à recepção dos ouvintes/espectadores e às respectivas formas de transmissão da mensagem. Vale lembrar que, de acordo com Zumthor, a função do espectador (receptor) é sempre ativa. Desse modo, aspectos como as características da sala (tamanho, iluminação, textura etc.) são capazes de modificar sensivelmente as qualidades particulares da performance. Se considerarmos as variáveis apresentadas pela tecnologia do som, os desdobramentos da perfor- mance se multiplicam. Destacamos a tatilidade que a estereofonia e a alta-fidelidade sonora trouxeram, fazendo das caixas acústicas um simu- Apartado II. Miradas desde Brasil lador da presença física do intérprete, em tempo real (Mac Luhan 1988; Zumthor 1997; Schafer 2001; Valente 2003).

Abrázame así... (A performance da voz cantada, na cultura midiática) As mídias sonoras datam de pouco mais de cem anos. Nesta breve exis- tência, trouxe importantes mudanças não apenas no que tange à vida cotidiana, quanto às próprias maneiras de escutar, compor e pensar a música. Aliás, neste universo sonoro dominado pela mediatização téc- nica, a música ocupa um lugar privilegiado; e, dentre as músicas, a canção. Na verdade, o advento das mídias deu origem a um filão musi-

10) Por canção das mídias entendemos a “canção inserida numa gama de variedades que tem, como traço comum, o fato de ter nascido no âmbito das mídias ou, caso seja an- terior ao advento do disco, sua versão gravada tenha-se tornado modelar; ainda, a canção que, oriunda de outro contexto, tenha-se adaptado aos padrões concebidos para o disco (duração, pouca variação de intensidade e andamento, instrumentação etc.)” (Valente, 2003). cal, de extrema força capaz de determinar comportamentos e gostos: a canção das mídias, que passa a figurar como uma música dentre as mú- sicas; uma linguagem específica no âmbito da linguagem musical como um todo (Valente, 2003). Ao contrário da música de concerto, onde o que está em jogo é o talento do intérprete, capaz de atender às imposições do compositor e sua estética de referência, a canção das mídias prioriza o papel do in- térprete (no caso, o cantor) como personalidade – ou, quem sabe, per- sonagem?- que se expressa linguisticamente através de um temário (o seu repertório), controlado por vários parâmetros, tais como a maneira de pronunciar as palavras e de dizer o texto. Aí se destacam, de maneira mais acentuada que na música erudita, valores como a impostação vo- cal, o conjunto de gestos, a indumentária, o penteado, maquiagem, bem

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de como elementos externos ao corpo do intérprete, tais como o cenário, 316 grupo instrumental e arranjo. Todos estes elementos são componentes da performance, que o erudito Paul Zumthor, a ação que envolve, ao mesmo tempo, o papel do emissor e do receptor da mensagem, não desprezando as suas con- dições de transmissão. Contudo, é de se lembrar que elementos externos ao signo musical se encontram embrenhados no processo, de maneira in- delével: os aspectos visuais do corpo do intérprete e sua situação perfor- mática também adquirem um sentido muito próprio na performance: as capas e encartes dos discos, as maneiras de enquadramento da imagem do corpo do artista (estática, pela fotografia; cinética, no audiovisual). A imagem do intérprete é também composta pela imprensa, (jornais, re- vistas populares ou especializadas), fã-clubes, claques de auditório, entre outros. Enfim, todos estes elementos relacionados (e outros mais, não ci- tados aqui) compõem a performance do músico e a sua personalidade.

No me pidas imposible... (Voz e a construção de uma persona vocal midiática) No limiar do século XX, o advento da invenção do sistema de repro- dução sonora e audiovisual, trouxe consequências diretas para atividade musical e, especialmente, para a atividade do cantor. Em primeiro lugar, II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero a principal mudança nesse contexto foi trazida pela indústria discográ- fica através da gravação das “grandes vozes”, possibilitando a criação de um novo parâmetro auditivo, não apenas como uma nova forma de sen- sibilidade, mas também de novas possibilidades estéticas. Essas grandes vozes significaram os primeiros modelos registra- dos, “congelados” do virtuosismo operístico, antes restrito aos teatros e salas de concerto, tornando-se parâmetro irrenunciável para o juízo do público, e frequentemente da crítica. Neste contexto, foi necessário uma modificação na execução do trabalho musical, antes baseado na rela- ção entre uma execução espontânea, sobretudo, a prática musical/vocal consolidada, sobre a transmissão de um saber musical transmitido com base na tradição oral e cuja performance ao vivo frequentemente apre- sentava resultados muito eficazes, no tocante à transmissão das emo- ções. Contudo, verifica-se certo grau de imprecisão técnica. Dentre as várias consequências imediatas da mediatização técnica da música, destacamos a produção discográfica, responsável por um importante repertório lírico tornando, assim, a relação entre o público e o cantor muito mais realista, não obstante a precariedade dos resultados tecnológicos, neste estágio inicial. Há de se lembrar que, antes da pos- sibilidade de registrar uma voz, as avaliações de um cantor ou de uma

interpretação estavam sujeitas aos resquícios da memória e das des- Corazón Latinoamérica musical de México crições não raro fantasiosas dos críticos dos séculos passados (Durante, 317 1987, p. 407). Outra consequência da gravação é ter-se transformado também uma alternativa bastante lucrativa para alguns cantores que se tornaram best-sellers da indústria fonográfica, através da obtenção de direitos do autor e de intérprete – como foi o caso de Caruso, que gan- hou mais de 400.000 libras esterlinas –, e se tornaram também conheci- dos em locais antes inimagináveis (Rosselli, 1993, p. 289). O caso de Caruso nos instiga por dois aspectos: o primeiro dele por se tratar de um caso emblemático de voz perfeitamente adaptada aos limites técnicos do desenvolvimento da indústria da gravação acús- Apartado II. Miradas desde Brasil tica necessitada de vozes com volume, riqueza harmônica e capacidade de sustentar as notas. Subitamente sua voz demonstrou-se “fonogênica” dadas as suas características de uniformidade seja nos registros graves, bem como nos agudos (Dalmonte, 2001; González, 2000; Chion, 1994). Neste momento do desenvolvimento da indústria da gravação, somente vozes com domínio técnico e muita potência seriam capazes de apre- sentar tais características. Sob outro aspecto, Caruso representa a congruência de dois mo- mentos importantes no contexto de uma nova divisão internacional do trabalho e da produção da indústria do entretenimento no ramo da mú- sica erudita e da afirmação de umstar system sustentado pelo marketing e por um modelo empresarial dominado pelos italianos11 (Coli, 2016): o apogeu da ópera verista e o advento do disco.

11) Este modelo italiano de produção e gestão da ópera no Brasil, resultou na transmissão de um saber musical e da criação de um gosto pelo repertório lírico. Neste contexto, o rádio teve um decisivo papel social na difusão e democratização de um gosto musical mais “palatável” para os ouvintes, cuja grande maioria eram de imigrantes italianos. Assim, a criação das tecnologias audiovisuais deu origem, em es- pecial, à indústria fonográfica. Esta foi, por longa data, sustentada pela programação radiofônica ao vivo, por razões técnicas, mas também de uma constituição social do gosto pela voz impostada, sustentou-se por meio de vozes com grande domínio técnico, tornando-se um ambiente privilegiado para o desenvolvimento desta nova indústria, tornando-se de “massa”, mas também “séria”, legitimando-se socialmente frente ao ambiente social burguês (González, 2000). Neste sentido, podemos afirmar que os estúdios, por meio dos pro- gramas de auditório, bem como do disco, representaram um processo de institucionalização de uma estética vocal na produção e difusão musical eru- dita, desvinculando a carreira de muitos cantores de ópera da exclusividade das apresentações ao vivo, no teatro e conferindo ainda a essa carreira tão 12

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de instável e sujeita a altos e baixos, uma realidade profissional tangível. 318 A utilização de microfones como meio para projetar e amplificar a voz, produziu importantes transformações na forma de cantar e, por conseguinte, criou outros modelos de escuta. A sábia utilização do mi- crofone permite ao cantor distribuir ao seu público uma rica gama de inflexões vocais, compreendendo naperformance vocal sussurros e sus- piros quase imperceptíveis. A voz passa a ser centrada no timbre, comu- nicando um senso de sinceridade e de íntima participação do ouvinte na mensagem transmitida pelo cantor. Assim, vozes líricas, como as do tenor Pedro Vargas, são emblemá- ticas na comunicação deste sentimento de íntima relação com o ouvinte. A partir de sua exitosa e estável carreira, fornece um exemplo consis- tente para o que pretendemos demonstrar.

Inolvidable... (Pedro Vargas: os atributos de uma voz) A partir do século XX, a expressão vocal passou a ser compreendida como um fenômeno mais amplo da comunicação humana, transfor- mando-se em objeto de interesse multidisciplinar. Dentre estes campos, a psicofonética (Fonágy, 1983), tem em muito contribuído para a am- pliação do campo de estudos sobre a voz, ao considerar em suas análi- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero ses as expressões vocais advindas de outros contextos culturais, basea- das no reconhecimento da necessária integração entre a emissão vocal a energia corporal e emocional.

12) O caráter profissional torna-se público e notório, talvez pela primeira vez, através do reconhecimento da figura do “cantor de rádio”. Esta passa a ser considerada uma pro- fissão, significando para muitos uma real possibilidade de ganhar a vida com a voz, fora dos teatros. Como resultante, o conjunto de conhecimentos refletidos e pensa- dos em torno da voz evidenciam uma síntese de informação de ordem sensível, intelectual e emotiva, que se inscrevem no corpo e na histó- ria de vida seus intérpretes. Neste sentido, a performance vocal pode ser entendida como a realização de uma materialidade que emana do corpo, mas enunciada como a memória de um contexto subjetivo e ob- jetivo, e portanto situacional, pressupondo o conhecimento daquilo que se transmite (Zumthor, 2007). Neste ponto, faz-se necessário destacar os conceitos de persona e personagens vocais, elaborados por V. Bouchard (2010). Destaca o au- tor que a partir de registros fonográficos, a voz adquire plausibilidade metodológica porque a personagem vocal é audível e não visível (Bou- chard, 2010); adapta-se, assim, à estreita relação histórica dos processos

de produção e difusão vocal no rádio e na indústria fonográfica, espe- Corazón Latinoamérica musical de México cialmente entre as décadas de 1940 e 1950. 319 Os principais atributos que conferem algo de essencial à persona vocal13 de um cantor podem ser observados na voz do mexicano Pedro Vargas. Um tenor com grande consciência técnica e que soube adaptar a sua persona vocal, essencialmente lírica, à constituição de uma per- sonagem vocal adaptado ao repertório popular da música mexicana e, em particular, em suas variações da denominada canção romântica. Por se tratar de um caso particularíssimo, dedicaremos nossa abordagem a desvendar alguns dos atributos técnicos na construção da personali- dade vocal do tenor Pedro Vargas na canção. Apartado II. Miradas desde Brasil Antes de prosseguir, vale mencionar alguns dados biográficos. Pe- dro Cruz Mata, tenor e ator conhecido como Pedro Vargas, nasceu em 29 de abril de 1906 em San Miguel Allende, Guanajuato, filho de José Cruz Vargas e Rita Mata, sendo o segundo de doze irmãos. Pedro Vargas começa a cantar no coro da paróquia de São Miguel Arcanjo aos sete anos de idade, recebendo do maestro do coro, suas primeiras lições de canto. Desde então, passa ser reconhecido pela be- leza de sua voz, especialmente a partir da interpretação da Ave Maria de

13) O conceito de persona vocal foi fundado pela musicologia anglo-saxônica e direcio- nada para a análise da construção vocal do intérprete de ópera (Abbate, 1991), da música de câmera - lied (Cone, 1972) e, posteriormente, da música popular (Bou- chard, 2010). A persona vocal, está ligada às características vocais subjetivas e intrínse- cas do cantor, como seus atributos fisiológicos que resultam em um timbre. Ao passar por um filtro estético, através dos processos criativos de leituras da intertextualidade do texto, pela ação tríplice música/partitura/intérprete, resulta em uma ação vocal e gestual consciente de um modelo de canto e de voz. Deste processo poderá nascer diversos personagens vocais, porque “chez l’être, il n’y a qu’une seule persona et de multiplex personnages puisque la persona est le por du masque et les personnages sont les masques” (Bouchard, 2010:48). Schubert, que o chamou a atenção dos fiéis, que passaram a frequentar a missa somente para escutá-lo. Aos catorze, chega à Cidade do México, continua a cantar nos coros de diversas Igrejas e já matriculado no colé- gio francês La Salle, toma aulas de piano e solfejo. José Pierson14, ao ouvi-lo, ofereceu-lhe alojamento e aulas de téc- nica vocal. Na casa do maestro, teve contato com Jorge Negrete, Alfonso Ortiz Tirado e Juan Arvízu. Em 1926 foi recomendado por José Mojica ao maestro Alejandro Cuevas, com quem se aperfeiçoou, também às ex- pensas deste, na arte da cena, preparando-se, assim, para uma carreira exitosa no mundo operístico.

Caminemos (“El tenor de América”)

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de Em 12 de janeiro de 1928, por recomendação do maestro José Pierson, 320 participou da ópera “Cavalleria Rusticana” no teatro Esperanza Iris e, em seguida, recebeu um convite para uma turnê com a Orquestra Típica de Miguel Lerdo de Tejada nos Estados Unidos, como cantor de música po- pular, o qual aceitou. A partir dai, passa a cantar repertório de canções populares urbanas e música ligeira, contrariando o mestre Cuevas. Tal atitude resultaria num rompimento nas relações pessoais, sem volta. Dado o apreciado timbre de sua voz, passou facilmente da ópera ao canto popular, chegando assim ao cume de sua carreira como can- tor. Sua trajetória é marcada como uma figura exemplar da cultura mi- diática: além de ter realizado gravações, participado de programas de rádio e televisão, também foi alguém que viajou muito, transitando vá- rias vezes pelos países da América Latina. Para além das investidas do mercado fonográfico, este trânsito constante contribuiria para a fixação do intérprete em sua presença física: seu corpo em comunicação direta com os seus fãs. Tal qualidade de comunicação é caracterizada pelo eru- dito Paul Zumthor como performance ao vivo, o que garante, de acordo com o autor, uma tatilidade, o calor da presença15. Sua participação no rádio iniciou-se em 1928, na NBC e em 1930, na XEV. Na televisão, debutou em 1951, na CBS de Nova Iorque, acom- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero

14) José Eduardo Pierson (Sonora, 1861-Cidade de México, 1957), foi cantor, declamador e professor mexicano de canto, destacando-se por descobrir grandes talentos. Ensi- nou no Conservatório Nacional de Música no México e fundou no México uma pres- tigiosa companhia de ópera, a Academia Mexicana de Canto ( informações extraídas do site: (www.es.m.wikpedia.org/José_Pierson ) - acesso em 15 de janeiro de 2017). 15) Não sendo possível entrar em detalhes a respeito da teoria zumthoriana, destacamos apenas que não há demérito ou depreciação a respeito da performance mediatizada tecnicamente. Trata-se de categorias diferenciadas (Zumthor, 1997; 2007). panhado pela orquestra de Percy Faith. Em 20 de março de 1964, des- taca-se um importante concerto no Carnegie Hall, de Nova Iorque. As primeiras gravações de Vargas datam de 1930, para a Brunswick (México). Em 1932, assina contrato com a RCA Victor que durará mais de 50 anos, resultando num repertório de mais de 3000 canções. Até se tornar solista independente atuou, entre 1930-36, como intérprete oficial de Agustín Lara, de quem permaneceu como um dos maiores e mais exitosos intérpretes, ao lado de inúmeros compositores hispano- americanos. Sobre as turnês, a primeira se deu em 1933, para Cuba. Em 1938, obteve grande êxito em Porto Rico. O feito repetir-se-ia na República Dominicana (1952; 1954). A alcunha Tenor das Américas dispensa, pois, maiores explicações. E, posteriormente, na Argentina gravou pela RCA

duas canções de sua autoria: Porteñita mía e Me fui, acompanhado pelo Corazón Latinoamérica musical de México pianista José Agüeros e o violinista Elvino Vardaro. 321 No cinema em 1936, cantando Flores negras de Sergio Karlo. Ao todo, participou de 70 filmes, incluindoEl caballo de mi general de Walt Disney. Tornou-se figura popular no público de seu país, mas também em Cuba, Argentina, Colômbia, Peru, Venezuela, participando em eventos de caráter oficial, envolvendo chefes de estado. A participação em tais eventos propiciou a atribuição de condecorações, como a Ordem Isa- bel, a Católica, a Ordem de Malta, dentre outras. No Brasil, apresentou- se muitas vezes nos principais programas de auditório das rádios bra- Apartado II. Miradas desde Brasil sileiras, entre as quais a Rádio Gazeta de São Paulo16. Foi um nome de destaque no apogeu do Cassino da Urca e também na boate Night and day, de Carlos Machado17. Em 1936, gravou no Rio de Janeiro, com Olga Praguer Coelho um disco na RCA Victor e, em 1940, participou do filme Laranja da China18, cantando “Aquarela do Brasil” e, no ano de 1977, gravou no Canecão um LP ao vivo com Sylvio Caldas.(Cardoso Jr., s/d).

16) Transcrição da fala de Biaggio Baccarin In 7a Jornada MusiMid. A Época de Ouro do Rádio (1950-1960): paisagens sonoras midiáticas e formas de sensibilidade estética, Universidade Paulista, São Paulo 21 de novembro, 2016. 17) A Night and day ficou conhecida pelas turnês de celebridades internacionais. Além de Vargas, também se apresentaram Gregorio Barrios e Augustín Lara, nesse mesmo do- mínio de repertório. 18) Sonofilmes. Direção, argumento e roteiro: Ruy Costa. Produção: Wallace Downey e Al- berto Byington Júnior. (Perdigão, 2003). Discografia parcial19 Ano de lançamento/Título/Gravadora:

1949 Felices Pascuas /NOTA 19/ RCA Victor/ (Estados Unidos) 1951 El Tenor Continental/ RCA /Victor Mexicana 1951 Pedro Vargas Canta Canciones de Agustín Lara/ RCA Victor/ Mexicana 1952 Pedro Vargas Canta Canciones Americanas /NOTA 2/ RCA Victor Mexicana 1953 Pedro Vargas Canta /NOTA 3 /10 RCA Victor/ (Estados Unidos) Pedro Vargas Sings /NOTA 4/ RCA Victor /(Estados Unidos) 1957 Viva Vargas RCA /Victor (Estados Unidos) 1957 Vargas Sings Songs by Matamoros /NOTA 5/ RCA Victor /(Esta-

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de dos Unidos) 322 1958 Canta Música Ranchera/NOTA 6/ RCA Victor Mexicana 1958 Felices Pascuas /RCA Victor/ (Estados Unidos) 1964 Canciones que estrené/ RCA Victor Mexicana 1967 Boleros rancheros con Pedro Vargas/11 RCA Victor Mexicana 1970 Así es mi tierra NOTA 7 RCA (México) 1973 Somos Novios NOTA 8 RCA (México) 1975 El Rey RCA (México) 1976 Ahora RCA (México) 1978 50 Aniversario 1928-1978 NOTA 9 RCA (México) 1980 Pedro Vargas Canta a la Guadalupana NOTA 10 RCA (México) 1983 Vida...Pedro Vargas y las canciones de Armando Manzanero RCA (México) 1985 Gracias à la vida RCA (México) 1985 Grande, grande, grande Don Pedro Vargas RCA Ariola Internacional (México)

A persona vocal de Pedro Vargas na canção romântica midiatizada Gostaríamos aqui de realizar uma breve análise sobre a personagem vocal de Pedro Vargas na canção popular, a fim de pontuar alguns as- pectos entre a sua vocalidade lírica (modelo de voz impostada), e a sua II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero adaptação para o canto do repertório popular. Tomamos como ponto de partida do bolero Espérame en el cielo, canção que revela elemen- tos de uma dramaticidade romântica (Fubbini, 2005) dos quais, tanto o bolero quanto a ópera são tributários (Tovar, 2007). Em seguida, preten- demos levantar alguns aspectos relacionados à construção de um gosto

19) Dados retirados de https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Vargas, acesso em 03 de de- zembro de 2016. pelas vozes impostadas, na performance da música popular. De antemão, ressaltamos que a voz amplificada não é exata- mente igual à voz natural e “cada mínima mudança na emissão vocal, produzindo uma variação na pressão acústica, causa uma análoga va- riação nas correntes que transmitem ao autofalante altura, duração, in- tensidade e timbre do som, em termos elétricos” (Dalmonte, 2001:290), permitindo a um cantor, sem um grande trabalho vocal iniciar sua ca- rreira, sem que para isso tenha a necessidade de um alto grau de ren- dimento no que se refere a expansão pulmonar, pressão e fluxo de ar, trabalho com os músculos intercostais e faciais, com a dicção, etc. (Gon- zález, 2000). Desde a década de 1930, os tenores mexicanos que popularizaram o bolero na América Latina e também no Brasil, tiveram que enfrentar os

microfones (González, 2000). Corazón Latinoamérica musical de México Cabe aqui destacar que em termos profissionais, os estúdios de rá- 323 dio e de gravação propiciaram a oportunidade de desenvolvimento e ascensão na sua carreira de muitos cantores, com ou sem preparo téc- nico, como foi o caso de Pedro Vargas e de muitos outros cantores líri- cos, a exemplo da soprano brasileira Niza de Castro Tank que iniciou a sua carreira como cantora de ópera na Rádio Gazeta de São Paulo.20 Niza representou um modelo de formação e de inserção dos músicos eru- ditos no mercado musical, além do importante papel na formação prá- tico-pedagógica dos músicos eruditos. Soma-se que a possibilidade de trânsito nas principais instituições musicais da época, como os teatros. Apartado II. Miradas desde Brasil Toda esta feliz conjuntura proporcionou aos cantores a segurança de um espaço para um crescimento vocal, artístico e profissional. (Coli, 2013). A interpretação da ópera lírica, bem como da canção, supõem a potencialização da palavra pela música, o que se realiza no jogo de afe- tos e conflitos expressos pelas letras, poemas e libretos de árias, duetos e concertinos ou de uma ação dramática expressa pelo texto da canção (Dahlhaus, 2005), reclamando por parte de cantor/intérprete uma es- pécie de hermenêutica dos processos criativos para elaboração de um

20) Niza ainda permanece, para muitos cantores líricos brasileiros, um verdadeiro mo- delo de voz artística, lapidada na mais perfeita técnica do Bel Canto italiano. Citada por Vasco Mariz em livro História da Música no Brasil, Niza encontra-se no ranking dos principais intérpretes-cantores brasileiros de todos os tempos, ao lado da já consa- grada Bidú Sayão, por exemplo. A despeito disso, sua carreira difere do cânone dos profissionais do canto lírico, pois além de ter iniciado sua carreira artística em uma emissora de rádio, nunca estudou canto na Itália e jamais quis sair do Brasil e, mesmo assim, consolidou importante carreira como cantora de ópera nosgrandes teatros bra- sileiros e europeus (Coli, 2013:89 In Valente & Coli, 2013). personagem, que contempla a intertextualidade (Kristeva, 1979) de lei- turas analíticas entre o texto original do escritor, da análise e intenção do libretista e a estética musical do compositor. De modo especial, a voz mediatizada da canção pressupõe uma leitura técnica menos exigente, de caráter mais “relaxado” e sentimen- tal (González, 2000), reclamando uma maior sensibilidade pela quali- dade vocal, conferida pelo timbre pela competência performática do cantor. Mais do que a extensão vocal, elasticidade e robustez, qualida- des desde a antiguidade apreciadas na arte do canto, é a partir da dé- cada de 1930, que alguns “estilos vocais”21 com mínimas variantes, de um gênero, passam a ser mais apreciados. Normalmente o “timbre é um ‘significante’ agregado à audição, antes que qualquer conteúdo semân- tico seja formulado ou compreendido” (Dalmonte, 2001:294). No timbre

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de residem os substratos mais profundos da corporeidade vocal revelando- 324 se como uma verdadeira força conotativa de sedução ao ouvinte (Cas- tarède, 1998). O caso da canção sentimental, sem sobressaltos, denominada “me- lódica” ou “romântica”, tal é o caso do bolero e demais gêneros românti- cos, parece retratar de forma exemplar a estreita relação entre o gênero e a voz. A utilização do recurso da voz de emissão regular e quase falada, rica de inflexões, interjeições e do uso do falsete, cúmplices de um pro- cesso criativo na produção de uma “atmosfera romântica”. A voz de Pedro Vargas parece representar de maneira emblemática o exemplo de uma perfeita e bem sucedida relação entre uma voz bem treinada, lírica aplicada a um repertório popular que utilizou um timbre agradável a um absoluto domínio do falsete. Aproximando-se de uma emissão mais natural, ao garantir um legato e fraseggio provenientes da arte lírica, Vargas diferencia-se de outros intérpretes, no cenário musical da década de 1950. É o que podemos observar na canção Espérame en el cielo, se estabelecermos uma comparação entre Vargas e Lucho Ga- tica - outro intérprete muito conhecido da canção - que utiliza de ma- neira evidente a alternância de recursos do falsete e de “aspereza” vocal em frases como Si es que te vas primero, conferindo ao seu conteúdo performático maior dramaticidade intertextual. II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero Tais atributos biográficos perfeita adaptação de uma voz de tenor lírico, robusta, poderosa, brilhante, sem grande extensão nos agudos, cantava o repertório de tenor popular em regiões mais agudas do que o

21) Por estilo vocal entende-se “uma forma particularmente engenhosa de reunir num único segmento vocal duas mensagens fundamentalmente diferentes, que represen- tam duas fases de evolução semióticas separadas por centenas de milhares de anos” (Fonágy, 1984 apud Castarède, 1988:75). normal, tendo como triunfo a sua capacidade em transmitir e comunicar emoções profundas, sem perder a presença cênica, mantinha uma sere- nidade típica de um recitalista.22 Sem dúvida, a persona vocal de Pedro Vargas, por suas caracterís- ticas tímbricas unidas à técnicas de sua voz operística, mediatizada pelo microfone, tornaram-na especialmente uma referência para o canto ro- mântico, expressando de maneira modelar uma feliz adaptação de uma voz educada pelo bel canto operístico, apta para ser projetada à me- diatização pelo microfone. Esta mídia cria um canal direto e intimista de comunicabilidade da expressão vocal das emoções. Os vários recursos oferecidos pelo microfone e que se tornam inaudíveis no canto proje- tado, como sussurros expressões em sotto voce permitem formas de ex- pressividade que interferem diretamente na semântica. Os estados de

espírito apresentados pela performance do cantor suscitam estados de Corazón Latinoamérica musical de México espírito. 325 No canto mediatizado tecnicamente, o cantor parece conseguir “ter em suas mãos, podendo sussurrar-lhe a canção como se estivesse cantando somente para ele” (González, 2000: 32). Comenta Fonágy que o sussurro terno e o jogo glotal na canção de amor “evocam os subter- râneos pré-genitais – oral e narcisista – do amor. A voz acariciadora co- meça por garantir ao outro que não existem quaisquer intenções agres- sivas, depois embala-o, encanta-o, mediante uma espécie de hipnose materna, para depois o conduzir para as profundezas de uma união to- tal” (1983:119). Apartado II. Miradas desde Brasil Este fenômeno contribui para a criação de um clima intimista e indi- vidualista; ideal para o espaço doméstico da canção romântica mediati- zada do século XX, especialmente da voz sedutora do homem que deve ser “ligeiramente rouca, grave e mesmo baixa” (Castarède, 1998:237). Assim, a criação de uma personalidade vocal romântica e intimista como a presente na voz de Pedro Vargas, sem prescindir dos elementos técnicos e de domínio cênico, ambos advindos da uma persona vocal do teatro lírico que, possuíam atributos em comuns: tais como a exaltação dos sentimentos e a glorificação do ego.

Espérame en el cielo Para exemplificar como essapersona vocal se compõe, tomamos o exemplo do bolero Espérame en el cielo, do porto-riquenho Francisco (“Paquito”) López Vidal, gravado em Cuba, em 1957. A voz de Pedro Var- gas, de modo especial, na canção Espérame en el cielo nos apresenta

22) BuenaMusica acesso ao site: http://www.buenamusica.com/pedro-vargas/biografia. Consultado em 06 de janeiro de 2017. todos os elementos de uma persona vocal, ao mesmo tempo sedutora e proxêmica que, segundo Edward T. Hall, em A dimensão oculta (2005), designa o mundo sensório em que estamos envolvidos e que moldam nossa forma de senti-lo através da arquitetura e do espaço em que vive- mos. A proxemia é compreendida como o estudo da distância entre os seres humanos, sendo possível percebê-la como linguagem que não é dita, mas percebida através de uma distância física (Bouchard, 2010), e nos parece ser um elemento importante a ser considerado na análise da performance vocal. A percepção do resultado desta distância física, é reveladora de uma linguagem dos sentidos, no caso da voz midiatizada, além do resul- tado de uma intensidade acústica e do timbre, de um formante23. É este conjunto de elementos objetivos e subjetivos, que nos revelam as inten-

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de ções de um cantor. 326 A voz midiática propicia também uma comunicação “sussurrada” que implica em um dado grau de proximidade, pois o seu conteúdo introspectivo revela uma abertura amorosa para o outro por meio da transparente intenção do personagem vocal, digno de uma relação ín- tima (Bouchard, 2010). A personalidade vocal de Vargas e sua gestuali- dade dramática revela-se através de uma postura corporal contida, des- provida de trajes e de artifícios, que se limita a uma certa “imobilidade”, encarnando a visão romântica da singularidade humana que se narra e nos transmite a expressão mais secreta da sua vida interior24 (Castarède, 1998). A despeito das disjunções amorosas que a letra das canções sus- tenta, Vargas mantém-se ereto, gesticulando pouco. Isso não se dá em virtude da competência técnica para o canto que, como já afirmamos, permite um controle do fluxo respiratório. Igualmente, sua escola de canto evita as “caretas” e outros gestos faciais que causem maior estra- nhamento ao receptor. Mas também há outro componente importante nessa presença cê- nica: o traje. Percebe-se, em várias obras cinematográficas em que Var-

23) O formante é representado pelas frequências naturais de ressonância do trato vo- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero cal, especificamente na posição articulatória da vogal falada. As vogais são identifica- das pelos seus formantes. Os formantes determinam a qualidade das vogais e contri- buem muito para o timbre pessoal do cantor e são responsáveis pelo timbre pessoal, ou seja, pela qualidade e brilho da voz (Behlau, 2001). 24) Segundo Castarède, tal romantismo do qual também o lied é tributário, caracteriza-se pelo “fluir do tempo da vida e das paixões que a magia da voz transmite, exprimindo- o numa totalidade fechada e recolhida, totalidade que é revertida em obra de arte por sua beleza: a música vive-se em nós, através dela, escutamo-nos a nós próprios” (Cas- tarède, 1998: 194). gas participou, o uso do traje norteño mas, na maioria dos casos, predo- mina o terno ou mesmo o smoking completo. Este tipo de indumentária que caracteriza situações formais mantém o corpo longilíneo e alinhado, ao mesmo tempo em que controla e inviabiliza movimentos amplos. México Corazón Latinoamérica musical de México 327

Figura 1: Así es mi tierra: o cantor em traje norteño Fonte: Redmp3.su 25 Apartado II. Miradas desde Brasil

Figura 2: Pedro Vargas e Jorge Negrete Fonte: Youtube 26

25) Redmp3.su. Disponível em: http://redmp3.su/16269606/pedro-vargas-la-huella-de- mis-besos.html. Consultado em 13 de janeiro de 2017. 26) Fotograma de Amor com amor se paga,. Do filme: : “Hay un niño en su futuro” (1952). As inegáveis capacidades vocais de Pedro Vargas, unidas a um es- tudo técnico, ajudaram-no a transpor o universo operístico para o da canção romântica. E esta comunicação sussurrada, o “dizer a canção”, que contém em si os ingredientes básicos da construção da intimidade e da sedução, fizeram com que, ao baixar o volume da voz, seu timbre fosse mais ressaltado e a sua dicção se tornasse mais nítida. Entendida como filtro para a formação da personalidade do can- tor, a voz passa a ser objeto de uma análise diferenciada, enquanto re- alidade objetiva de uma retórica subjetiva, em alguns estudos que uti- lizam o conceito de vocal persona que foi fundado pela musicologia anglo-saxônica (Bouchard, 2010) e direcionada para a análise da cons- trução vocal do intérprete na ópera (Abbate, 1991), na música de câ- mera - lied (Cone, 1972) e posteriormente, na música popular (Bou-

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de chard, 2010). 328 Seria a perfeita realização entre a união da personalidade vocal de Vargas e a sua ação dramática na canção romântica, um legado técnico da ópera e do belcanto? Se pensarmos que entre a ópera e um bolero existe um conteúdo essencial em comum: a narrativa apaixonada e a exaltação do amor desmensurado, que transborda na dor, e é purgado em uma forma transcendente de amor? E ainda, seriam estes elementos os responsáveis pela atração do ouvinte a uma determinada voz? Em alguma medida, as especificidades dapersona vocal dos canto- res populares da denominada época “áurea” do rádio (1930-50) são tri- butárias de um modelo vocal romântico do belcanto italiano, constituído sob a insígnia do mundo operístico do final do século XIX. Gostaríamos de ressaltar que, a nossa reflexão sobre os aspectos subjetivos da voz de Pedro Vargas, está ancorada em terminologias utili- zadas por autores como: Marie France Castarède (1998; 2002) e Vincent Bouchard (2010), que privilegiam em suas análises uma perspectiva me- tapsicológica da voz, porquanto a voz possa ser introduzida no corpus analítico da psicanálise. Nosso intento, a partir de tal perspectiva, é o de alargar neste caso, o campo analítico usualmente utilizado seja pela área da comunicação, bem como pelos estudos da voz. A intimidade gerada pela voz que, transmitida pelo filtro do micro- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero fone, cria uma proximidade afetiva e uma empatia entre o cantor e o pú- blico e se estabelece na relação mais direta que acontece na intimidade também do ambiente físico que, de certa forma, remete ao ambiente do lar, porque reproduz as condições da paisagem sonora do ambiente doméstico.

Disponível em: https://i.ytimg.com/vi/K839BvVjxQc/hqdefault.jpg.Consultado em 13 janeiro 2017. Na voz de Vargas, podemos perceber a constante utilização do falsetto,27 tornando-se campo privilegiado da personalização do am- biente musical, onde esta subjetivação do tempo na canção romântica revela-se como a história do desejo e das suas vicissitudes, da espera e da saudade e onde, para o cantor, a ordenação do tempo passa neces- sariamente por tomar consciência das emoções da vida psicológica e vencer os seus aspectos passivos em um tempo musical. Na canção Espérame en el cielo, Vargas exprime ao máximo, atra- vés de sua voz, a sua personalidade vocal desejosa de conseguir realizar uma harmonia e felicidade de um amor que, como afirma a letra, trans- cende até mesmo a condição terrena, expressa especialmente na utili- zação de recursos como o falsetto que reforça a intimidade amorosa e a serenidade etérea sem sobressaltos, inspirando uma confiança amo-

rosa, é o que se escuta quando profere os versos: Por eso yo te pido Corazón Latinoamérica musical de México por favor/Me esperes en el cielo/Y ahí entre nubes de algodón/Haremos 329 nuestro nido. Vargas utiliza ainda da messa di voce ou filato como um recurso téc- nico expressivo do belcanto que implica na passagem do forte/piano ou vice-versa, ao final de algumas palavras-chave das estrofes tais como: pri- mero, corazón, cielo, alternando-o com a utilização de um ligeiro porta- mento no início das frases. Neste caso, fica bem claro como a técnicabe - lcantística é explorada como recurso expressivo na caracterização de um personagem vocal sedutor, capaz de fascinar o ouvinte (Bouchard, 2010).28

Outro aspecto a ser ressaltado no conjunto da construção da per- Apartado II. Miradas desde Brasil sonagem vocal de Vargas, neste bolero, reside na criação de uma at- mosfera de intimidade que remete diretamente à paixão amorosa (Cas- tarède, 2002) – outra construção cultural- vale dizer- que, desta vez, tem um fundamento menos empírico: a canção de natureza amorosa é privi- legiadamente explorada à noite, quando a necessidade de silêncio para o descanso se faz imperativo. Ao explorar os sons discretos, ressalta-se o

27) Segundo o Dicionário Le Garzantine Musica, a voz de falsetto “é pobre de harmônicos, tem timbre diáfano e velado, e se presta, especialmente nos homens, a efeitos ora do- ces e extáticos, ora caricaturais. Na ópera, os cantores, em particular os tenores, usa- ram de modo sistemático o falsetto para emitir notas agudas durante todo o período do Bel Canto, antes da definitiva afirmação da impostação “de peito”, fundada na utili- zação das cavidades de ressonância do tórax. Hoje é usado, para além de finalidades expressivas, na execução da música antiga por cantores especializados (contrateno- res). É frequentemente empregado na música popular (por exemplo em certos cantos sardos e no Jodel tirolês) e também em culturas musicais não-ocidentais” (Le Garzan- tine Musica, 2000, p. 293 – tradução nossa). 28) Evidentemente, essa composição é uma construção cultural, desenvolvida ao longo dos anos e responde a uma espécie de codificação estabelecida – às vezes, até, de maneira meio casual. espaço interior, salientado pela orquestração. Esta compõe um segundo texto, que coloca a voz em primeiro plano; o acompanhamento não per- mite que os instrumentos se sobreponham a ela. Para tanto, os arranja- dores se esmeraram em utilizar instrumentos de corda, de modo a criar contornos delicados, nos fraseados29. Este espaço intimista foi ampliado pela tecnologia hi-fi que, bus- cando um “som realista” e recuperando a sensação de ter instrumentos e a voz do cantor “bem na sala junto a você”, permitiu a união entre o auditivo e o tátil (MacLuhan, 1974). A conquista da alta-fidelidade impõe uma nova forma de sensibilidade e, por conseguinte, uma nova condição de escuta: “Pode-se dizer que a alta-fidelidade não é uma busca de efeitos abstratos, em que o som se separa dos demais sentidos”. E, com a chegada da tele- visão, “o fonógrafo responde ao desafio tátil da TV” (1974:316).

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de Sem dúvida, ao narrar a possibilidade de um amor eterno que ul- 330 trapassa os limites terrenos, a colocação da “messa di voce” e do falsetto, torna a voz do locutor etérea e velada, ajudando a descrever uma paisa- gem sonora30 transcendente a esferas humanas. A persona vocal de Vargas, já descrita como sóbria e equilibrada, deixa-se transparecer neste contexto da canção, de forma elegante e contida, elementos que também são próprios de uma racionalidade burguesa. A paixão expressa pela voz, nesta canção é canalizada e su- blimada como que numa tentativa de transformar a pulsão primitiva (Fo- nágy, 1983) nela contida em algo “elevado” (Castarède, 2002).

Espérame en el cielo...Cuéntame tus penas de amor! (Sobre performance e nomadismo) Zumthor destaca que uma tradição poética pode ser considerada como um continuum em que os elementos novos são fixados sobre vestí- gios de textos que os precederam. Tal tradição poética orienta as con- venções que regem a sensibilidade poética e permitem a fruição dos

29) m comunicação pessoal, por e-mail com Sami Douek, engenheiro de áudio, solicita- mos informação sobre as características técnicas da gravação. Ele nos informou que o fonograma “tem toda a identidade e estilo americano dos meados dos anos 1950- o II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero que os estúdios da RCA sabiam trabalhar com competência. Estas gravações eram fei- tas com esmero ressaltando todas as nuances da voz, cordas e com ritmo salientado pelo contrabaixo. O áudio em questão certamente é resultado de transcrição de fita magnética, mono, excelentes microfones para voz. O gravador usado na época era geralmente um AMPEX meia polegada (largura da fita) e pré-amplificação a válvulas”. Data: 06 de janeiro de 2017, 13h38. 30) Ao mencionar a expressão “paisagem sonora”, referimo-nos ao conceito estabele- cido pelo compositor R. Murray Schafer, que designa todo e qualquer meio-ambiente acústico, não importando sua natureza. textos. Uma comunidade adere, por intermédio da memória, às formas de pensamento, de sensibilidade, de ação e de discurso, graças aos va- lores sobre os quais ela se assenta. Dito de outra maneira, cultura é infor- mação, codificação, transmissão e memória. Somente o que é traduzido num sistema de signos pode se tornar patrimônio da memória; a comu- nidade, de sua parte, expulsa os elementos indesejáveis: o processo de memória engloba não apenas a permanência, mas também o esqueci- mento (Zumthor, 1997b). O processo de transcodificação e mutação dos signos é possível graças à movência, a propriedade inerente aos textos orais que lhes per- mite converterem-se em novas formas poéticas. A movência é um pro- cesso que se desenrola no interior do signo e se deve a uma menor rigi- dez dos signos de natureza oral, em relação ao domínio da escrita, pois 31

suas fórmulas são mais flexíveis . Na sequência de reconfigurações pe- Corazón Latinoamérica musical de México los quais a obra passa, estabelece-se um elo entre passado e futuro. En- 331 tão, a performance de uma obra poética “encontra sua plenitude de sen- tido na relação estabelece entre aquelas que a precederam e às que lhe sucederão” (Zumthor, 1983: 253). São as variantes que operam a movência: constituídas em dois ti- pos principais, o primeiro deles refere-se aos traços pessoais (idade, for- mação, sexo) e também às convenções sociais, que impõem um estilo ou tom particular. As variantes do segundo tipo nascem das modifica- ções qualitativas e das circunstâncias, de uma vontade de não repetir; ou ainda, o desejo de modular a resposta segundo a reação da audiên- Apartado II. Miradas desde Brasil cia. O tempo transcorrido desempenha um papel, potencializando os resultados (Zumthor, 1983: 255-256). A importância da voz do cantor na performance: “ a voz dá forma a tudo que a voz diz; mais, ainda, quando ela canta, poder-se-ia dizer que ela reproduz, na própria vocalidade, na sua espessura física, nos rit- mos de seu canto, o fato narrado. Ela a expande no seu próprio espaço- -tempo vocal. De sorte que a força do discurso, o talento do cantor fun- dam, definitivamente, a realidade do que é dito” (Zumthor, 1992:89). Estes aspectos teóricos apontados por Zumthor permitem-nos uma abordagem mais precisa das várias performances da canção Espérame en el cielo. Composta em 1954, em Nova Iorque, pelo porto-riquenho

31) Essa teoria pode ser aplicada, de modo eficaz, ao estudo da canção midiática, uma vez que, em grande medida, ela pertence ao domínio da oralidade. No entanto, é ne- cessário frisar que a gravação sonora pode ser considerada como uma modalidade de escritura e, desse modo, as implicações resultam de maneiras diferenciadas, de- pendendo da situação. Entretanto, devido a sua extensão, limitamo-nos tão somente a chamar a atenção para este tema. Francisco (“Paquito”) López Vidal, obteve rápido sucesso, tendo sido gravada logo em seguida, em vários países, por intérpretes de filiação estética diversa. O aficionado Pepe William registra estas gravações deEspérame en el cielo: a primeira delas, por Joe Valle. Dentre as mais conhecidas, fi- guram: Carlos Pizarro, Pedro Vargas, Lucho Gatica, Trío Los Panchos, Los Tecolines , Virginia López,, Trío Vegabajeño, Alberto Granado, Antonio Machín , Celia Cruz , Los Guacamayos, Paquito López-Vidal, Roberto Tor- res com oTrío Borinquen32 Já o sítio Discog registra títulos dos discos, in- térpretes, gravadoras e datas. Alguns dos intérpretes mencionados são: Trio Los Panchos (1962; 1970). Albert Hammond (1976), Tapani Kansa (1977), Mina (1981). A partir do final da década de 1990, surgem novos lançamentos ou reedições digitais: Pérez Prado, Agnes Jaoui. Lucho Ga-

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de tica, pelo qual a canção é mais conhecida, gravou-a várias vezes: a pri- 332 meira pela Odeon, em 1956 e uma das últimas, em 199333. Uma busca pelo canal Youtube revela, ainda, gravações por Célia Cruz e orquestra de René Hernández (1964). A letra, bastante singela é composta de três estrofes:

Espérame en el cielo, corazón Si es que te vas primero Espérame que pronto yo me iré Ahí donde tú estés.

Espérame en el cielo corazón Si es que te vas primero Espérame en el cielo corazón Para empezar de nuevo.

Nuestro amor es tan grande, y tan grande Que nunca termina Y esta vida es tan corta y no basta Para nuestro idilio. II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero Por eso, yo te pido por favor Me esperes en el cielo

32) Publicado em Yahoo, Tenerife, 09h48 horas, 28 agosto 2009. Disponível em https:// es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090827171545AAGyfsh. Consultado em 12 janeiro 2017. 33) Paquito López Vidal. In: Discogs. Disponível em: https://www.discogs.com/ artist/1270570-Paquito-L%C3%B3pez-Vidal. Consulta: 13 janeiro 2017. Y ahí entre nubes de algodón Haremos nuestro nido.

Roberto Rufino e Hugo Duval gravaram a canção, convertida em tango34, seguindo o idioleto particular do gênero – que inclui, em com- paração com o bolero, muitos contrastes: a presença do tempo rubato, que rompe com a métrica; as oscilações na dinâmica, com notas acen- tuadas; valores mais longos, seguidos de outros curtos (a colcheia com duplo ponto de aumento, seguida de uma fusa); os modos de ataque contrastam gestos em staccato, sforzatto, legato; a instrumentação é pela orquestra típica: bandoneóns, piano, cordas. No caso de Rufino, a voz oscila entre o sotto voce, o falsetto e a voz de peito. Em países não-hispânicos, recebeu letra adaptada. No Brasil,

recebeu o título Espera-me no céu, meu grande amor. Cauby Peixoto, Corazón Latinoamérica musical de México já no auge da fama, gravou o bolero pela RCA Victor, em 1958, no LP 333 Música e romance. A informação da capa sugere que A. Peixoto seja o trompetista Araken Peixoto, irmão do cantor tenha sido responsável pelo arranjo35.

Espera-me no céu, meu coração Se é que tu vais primeiro Espera-me que logo eu irei Contigo ficar Apartado II. Miradas desde Brasil Espera-me no céu, meu coração, Se é que tu vais primeiro Espera-me que logo eu irei Começar de novo

Nosso amor é tão grande, tão grande Que nunca termina E a vida, é tão curta, tão curta, Para nosso idílio

34) Acompanhados, respectivamente, pelas Orquestras de Enrique Francini (RCA-Victor 1A-1247) e Rodolfo Biagi (Columbia). In: Todotango. Disponível em: http://www.to- dotango.com/musica/tema/3873/Esperame-en-el-cielo/. Consultado em 12 janeiro 2017. 35) Informações obtidas na capa e contracapa do disco em Mercado Livre. Disponível em: https://www.google.com.br/search?q=cauby+peixoto+m%C3%BAsica+e+roma nce+1958&espv=2&biw=1094&bih=487&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa= X&ved=0ahUKEwiioIjDgL3RAhUDlZAKHb2ZDagQ_AUIBigB#imgrc=LCBYe0OoQex3 HM%3A. Consulta: 13 jan 2017 Por isso eu te peço uma vez mais Espera-me, no céu, com teu carinho E entre nuvens brancas, de algodão Faremos nosso ninho.

Uma outra versão, escrita por Vidal Nely B. Pinto (1951), foi gravada pelo Duo Guarujá (Manilce Lallis –‘Nilsen Ribeiro’ e Armando Castro), pela Continental, também em 195836.

Espera-me no céu, meu grande amor Não chores eu te sigo A vida não resiste tanta dor Em breve partirei. Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de 334 Espera-me no céu, meu grande amor Recorda que és minha A ti jamais eu deixarei Na amplidão sozinha

Nosso amor é tão grande, tão grande Que nunca termina E esta vida, é tão curta, tão curta, Para nosso idílio

Por isso eu te imploro coração Reserva um cantinho Entre nuvens brancas, de algodão Faremos nosso ninho.

Espera-me no céu Com teu carinho

Composta segundo a maneira rancheira, esta versão apresenta in- terlúdio instrumental com violão, à maneira de requinto mexicano, há II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero um contracanto pelo acordeão, com portamentos que imitam o canto da dupla que canta quase sempre em terças paralelas. As tumbadoras marcam as semicolcheias, como no bolero tradicional.

36) Recanto caipira. Disponível em: http://www.recantocaipira.com.br/duplas/duo_gua- ruja/duo_guaruja.html.Consultado em 13 janeiro 2017. No pidas imposible... (Pouquíssimas palavras sobre as palavras) Não sendo objetivo deste texto analisar as letras, reservamos apenas umas linhas para tocar num aspecto que se refere à semântica do texto em função da música – ou vice-versa. Luiz Tatit, linguista e estudioso da canção popular, afirma que as canções marcadas pela temática romântica são marcadas por um prolongamento na duração das vo- gais, na ampliação da tessitura e dos saltos intervalares, o que conduz a uma desaceleração do tempo, “(...) desvelando com nitidez e desta- que cada contorno melódico (...)(.?) É quando o cancionista não quer a ação, mas a paixão. Quer trazer o ouvinte para o estado em que se encontra” (Tatit, 1996:10). Este prolongamento das durações, segundo Tatit, é que permite ao enunciador37 ter a possibilidade de usufruir da

condição passional. O processo de persuasão por passionalização as- Corazón Latinoamérica musical de México sim se caracteriza: 335

A tensão de emissão mais aguda e prolongada das notas convida o ou- vinte para uma inação. Sugere, antes, uma vivência introspectiva de seu es- tado. Daqui nasce a paixão que, em geral, já vem relatada na narrativa do texto (Tatit, 1996:23).

Tatit estabelece três modelos de persuasão: figurativa, passional ou decantatória. Sob o aspecto musical, pode-se dizer, de maneira su- cinta que a persuasão passional faz uso de um arco melódico mais am- Apartado II. Miradas desde Brasil plo, com a tendência de sincretizar os trechos em que se manifesta a maior tensão emotiva com a região aguda, modulações, dissonâncias, enquanto que na figurativa ocorre uma espécie e assimilação da lingua- gem verbal para a linha melódica; a persuasão decantatória compõe uma fórmula rítmico-melódica que, faz referência ao tema abordado no conteúdo da canção; há uma reiteração de padrões38. Composta na forma seccionada A-A’-B-A, em modo menor, Espé- rame en el cielo atende perfeitamente a essa classificação, uma vez que se pode localizar esses elementos: tempo mais lento, suspensão no final

37) Note-se que o enunciador não é necessariamente o intérprete da canção, mas a ins- tância simbólica que a profere. 38) Tatit alerta, ainda, que a simultaneidade desses três processos podem ocorrer, numa mesma canção: “O projeto geral de dicção do cancionista consiste num revezamento das dominâncias desses dois processos (passionalização e tematização), mais a figu- rativização, no campo sonoro de uma mesma canção” (TATIT, 2002, p.24). Posto isto, destacamos que o bolero se concentra, sob essa perspectiva, no âmbito da persuasão passional, já que, como toda canção voltada às relações amorosas, se fixa nas con- junções e disjunções; conflitos. da frase; longo arco melódico, especialmente na seção B, onde ocorre a modulação e se atinge a altura mais aguda. Nesta gravação, por Pedro Vargas, a instrumentação inclui basi- camente instrumentos de corda com arco, piano, harpa e celesta. Da instrumentação típica do bolero, mantêm-se a seção de percussão. O arranjador -Adolfo Guzman, ou René Touzet39 - soube trabalhar com no- tável competência não apenas com texturas sonoras que dão destaque à voz e à continuidade da linha melódica, mas também soube explorar aspectos simbólicos da cultura – tópicas, segundo alguns musicólogos: o que é celestial tem de ser representado com harpa, celesta (o próprio nome já faz referência). Ademais, some-se que a pronúncia de Vargas é clara, percebendo-se uma proximidade ao microfone sem, contudo, provocar interferências. Mais uma vez reiteramos que a tatilidade ofe-

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de recida pela qualidade técnica sugere uma proximidade ao ouvido. E, 336 o que se escuta “ao pé do ouvido” normalmente está associado a algo que atinge diretamente as emoções. E, como já frisamos, no início, as emoções veiculadas pela música, podem ter caráter duradouro. Assim é que, para o ouvinte de Pedro Vargas, escutar Espérame en el cielo sig- nifica, para além de um gosto pessoal pela obra, uma possibilidade de rememoração de uma época de sua vida, em suas alegrias e dissabores. Para o estudioso da canção midiática, a performance de Vargas in- forma as maneiras de o artista estar em cena, sua gestualidade, formas de comunicação com o público, a qualidade acústica do disco ou da transmissão radiofônica e, sobretudo, sua emissão vocal. Quando o rock invadiu a paisagem sonora mundial, em finais da década de 1950, o compasso quaternário fazia apelo ao tempo acele- rado, marcado, em oposição à lentidão dos (melo)dramas do samba- -canção e do bolero. Mesmo combalidos, o bolero e a bolerolatria re- cobraram forças, permanecendo no programa de shows e recitais. Os boleros antológicos de Armando Manzanero e Augustín Lara continuam como veículo privilegiado para os encontros amorosos. Em outra direção, a despeito de o bolero permanecer como o ícone daquilo que se perdeu no tempo pelos seus excessos, em grande medida, converteu-se em clássico. II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero No que diz respeito aos intérpretes (cantores, sobretudo), incluir boleros no repertório parece condição indispensável para ingressar no repertório dito “romântico”, de temas amorosos. A performance memo- rável de um bolero tornou-se pièce de résistence, desafio semelhante a “enfrentar” uma aria di bravura, para o cantor lírico. Isto porque, para

39) Até a finalização deste texto, infelizmente não foi possível descobrir qual dos dois foi o autor. além do domínio da técnica e da musicalidade, é necessária uma com- petência comunicativa: as maneiras de estabelecer as relações eu-você (yo-tú/ usted) pela teatralidade do intérprete conferem a autoridade do vocalizador. (Essa é uma das razões que sustentam o sucesso de canto- res “sem voz”, ou seja, de pouca potência, de timbre menos apurado). O duplo domínio –técnico e performático – característico de Pedro Vargas, fez deste cantor um modelo a ser seguido, sobretudo, pelos recitalistas.

Es la historia de un amor, como no hay otro igual…. Este texto dá continuidade a uma longa pesquisa, iniciada há mais de dez anos, que surgiu da indagação: Por que certas canções insistem em não morrer? Como fazem para manterem-se vivas na cultura? Uma das formas se dá pelos processos de ressignificação, devido à capacidade

de movência dos signos. No caso do bolero, percebemos que se fixou, Corazón Latinoamérica musical de México no Brasil, através da versão mexicana e que, através dele, o Brasil se 337 “mexicanizou”. Uma análise preliminar da Discografia 78 rpm pela pala- vra-chave bolero revela uma lista considerável de intérpretes e obras40. O mundo cantado e frequentado pelo bolero, como já sinaliza- mos, situa-se frequentemente entre o transbordamento de palavras de amor às contendas nos lupanares. Um estágio seguinte desta pesquisa pleiteia um estudo das letras: antes que o conteúdo nelas expresso, as maneiras como o texto é dito pelo cantor, nas circunstâncias da perfor- mance, conforme recomenda Zumthor. O exemplo que analisamos, Es- pérame en el cielo sinaliza com clareza contrastes entre as diferentes Apartado II. Miradas desde Brasil versões encontradas; ao mesmo tempo, revela ruídos comunicacionais no interior de uma mesma obra, tal é o caso da versão de Pedro Vargas. É, pois, a qualidade vocal dos intérpretes em que consiste uma das preocupações centrais do nosso estudo: conhecer melhor os modelos de canto; a personalidade vocal e, em decorrência disso, as represen- tações imaginárias da música midiática no imaginário; representações que podem ser duradouras, a despeito da natureza efêmera e volátil, que caracteriza a cultura midiática do terceiro milênio. Nesse contexto, em que os ídolos têm vida efêmera, surge a questão: será possível a

40) Essa relação, contudo, ainda é muito incompleta, uma vez que não inclui os discos em formato long-playing (LP), tampouco as gravações realizadas no exterior, mas aqui presentes nos programas radiofônicos, no cinema e, tempos depois, na televisão. A di- ficuldade na obtenção de todo esse acervo faz com que o trabalho seja moroso. Uma continuidade do trabalho pede, ainda, a busca de fontes de outra natureza, além da musical e discográfica para o entendimento das relações entre música e seu público, seus intérpretes e autores. Um estudo do processo de “mexicanização” no Brasil, a partir da música, deve levar em conta a análise criteriosa de elementos como esses. existência de novos ícones, tal como Pedro Vargas e tantos cantores la- tino-americanos que marcaram as décadas de 1940-50? É bem verdade que estas páginas se dedicaram a um tipo particu- lar de intérprete que praticamente não mais existe. Situamo-nos num tempo em que a alta fidelidade acústica estava em marcha, assim que o disco em microssulcos chegava ao mercado. A conquista do som hi-fi faria com que, aos poucos, discos e não os concertos fossem as referên- cias do melhor som, tanto na música popular, quanto na música clássica, como assinala Simon Frith (1988:20). A atividade profissional do cantor passaria por várias situações: se, de um lado, a tecnologia veio facilitar a captação do som e, quando ne- cessário, possibilitou fazer ajustes, de outro, as exigências no tocante ao padrão de qualidade somente aumentaram. A performance passou a

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de ser mais parametrizada, em vários aspectos e os intérpretes precisariam 338 segui-los. No caso da canção popular que se estabeleceu, entre as décadas de 1930 e 1960, os músicos (e, em particular, os cantores) tiveram de do- minar as técnicas de gravação em estúdio; sobretudo, o uso do micro- fone. Como demonstramos, Pedro Vargas encontra-se entre os artistas de formação operística que aprendeu, pela prática, como lidar com ele. São raríssimas as testemunhas auditivas que ainda possam infor- mar como foram essas experiências sensíveis. Os ouvintes que já nas- ceram sob a égide da alta-fidelidade, já encontraram um repertório di- versificado de paisagens sonoras e sonoridades específicas, cabendo a eles aprenderem a classificá-los, de acordo com parâmetros percepti- vos. No entanto, tentar reviver a experiência do que foi novidade há 70 anos hoje, não é possível. Num tempo em que as mídias se transformam, se multiplicam e desaparecem numa velocidade vertiginosa, as contribuições do pensa- mento zumthoriano propiciarão a criação de referências de análise que nos permitirão compreender, lucidamente, porque certas canções e cer- tas vozes – assim como tantos outros signos - dentre os quais se inclui a performance dos cantores – mantêm-se presente. Entrementes, os textos culturais da memória, em seus fluxos de lembrança e esquecimento, flu- II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero tuam, trazendo-nos, de tempos em tempos, o que já parecia esquecido...

Referências41 1. ARAÚJO, Samuel 1999. “The politics of passion: the impact of bolero on Brazilian musical expressions”. Em: Yearbook for

41) As traduções dos textos em língua estrangeira foram feitas pelas autoras e se desti- nam unicamente a este texto. traditional music, Vol.31, p. 42-56,. ICTM: New York: Department of Music of Columbia university; ICTM (International Council for Traditional Music). 2. BEHLAU, Mara, MADAZIO, Glaucya, FEIJO, Deborah, PONTES, Paulo. Avaliação de Voz. In: BEHLAU, Mara. Voz o livro do especialista. V. 1. Rio de Janeiro: Revinter, 2001. 3. BOUCHARD, V. Le personnage vocal. Une exploration pluridisciplinaire du chant dans la musique populaire. Università de Montreal, Departament de musicology, 2010. 4. CARDOSO Jr. A. Pedro Vargas. In: Pedro Vargas. Disco: CD LBACD33. Revivendo Músicas, s/d. 5. CASTARÈDE, M. F. Os sortilégios da voz cantada. Lisboa: Caminho da Música, 1998.

6. ______. Les vocalizes de la passion. Psychanalyse de l’opéra. Corazón Latinoamérica musical de México Paris: Armand Colin, 2002. 339 7. COLI, J M. « As vozes profissionais do cantor : a carreira de Niza de Castro Tabk na Rádio Gazeta de São Paulo » In Valente, H. D. & Coli, J.M. (orgs) Entre gritos e sussurros. Os sortilégios da voz cantada. São Paulo : Letra e Voz, 2013. 8. ______« O negócio da arte : as influências da gestão e organização italiana na ópera lírica em São Paulo » In 9. Revista OPUS, volume 22, número 2, dezembro 2016, pp. 173-192. 10. Cone, E. T. The composer’s voice. Berkeley: University of California

Press, 1972. Apartado II. Miradas desde Brasil 11. Dalmonte, R. “Voci”, in Enciclopedia della Musica. Turim: Einaudi, 2001. 12. Dicionário Garzanti di Musica. Le Garzantine Musica. Torino: Garzanti Editore, 2001. 13. Durante, S. “Il cantante”, in Bianconi, L. e Pestelli, G., Storia della opera italiana, parte II, no 4, Il sistema produttivo e le sue competenze. Turim: EDT, Musica, 1987. 14. ÉVORA, Tony. El libro Del bolero. Madri: Alianza Editorial, 2001. 15. FONÁGY, I. La vive voix: Essais de psycho-phonétique. Paris: Payot, 1983. 16. FRITH, Simon. “Towards an Aesthetic of Popular Music”, Music and Society. The Politics of Composition, Performance and Reception. In: LEPPERT, Richard; MCCLARY, Susan. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 133-202, 1987. 17. FUBBINI, E. Il pensiero musicale del Romantismo. Torino, EDT, 2005. 18. GONZÁLEZ R., Juan Pablo.Musicología popular en América Latina: síntesis de sus logros, problemas y desafíos. Rev. music. chil. [online]. 2001, vol.55, n.195, pp.38-64. ISSN 0716 2790. http:// dx.doi.org/10.4067/S0716-27902001019500003. 19. ____ “El canto mediatizado:breve historia del cantante a nuestra casa”. In: Revista Musical Chilena¸nº 194, pp. 26-40. Santiago: Universidade do Chile/ Faculdade de Artes, 2000. 20. MACLUHAN, M. Os meios de comunicação como extensões do homem. São Paulo: Cultrix, 1974. 21. PEDELTY, Mark. “The Bolero: the birth, life, and decline of Mexican modernity”. In: Latin American Music Review, vol. 20, nº 1, 1999. 22. PELINSKI, Ramón. (org.) 1995. Tango nomade - essais sur le tango transculturel. Montreal: Tryptique, 1995. 23. PERDIGÃO, Paulo No ar: PRK30 ! O mais famoso programa de humor da Era do Rádio (contém 2 CD).Rio de Janeiro: Casa da

Heloísa de A. Duarte Valente, Juliana Marília Coli Valente, Duarte A. Heloísa de Palavra, 2003. 340 24. ROSSELLI, J. Il cantante d’opera. Storia di una professione (1600- 1990). Bologna: Società Editrice il Mulino., 1993. 25. SANTOS, Alcino, Severiano, Jairo; Azevedo, M. A. de (Nirez), et Barbalho, Gracio (orgs.). Discografia Brasileira 78rpm Rio de Janeiro: Funarte, 1982. 26. SCHAFER, R. M.: A afinação do mundo. São Paulo: Edunesp, 2003. 27. VALENTE, H.; COLI, J. M. (orgs.) Entre gritos e sussurros: os sortilégios da voz cantada. São Paulo: Editora Letra & Voz, 2013. 28. THORNTON, Sarah. “Strategies for Reconstructing the Popular Past”. In: Popular Music, IX/1, pp. 87-95, 1990. 29. TATIT, Luiz. A canção: eficácia e encanto. São Paulo: Ed. Atual, 1986. 30. ______O cancionista: composição de canções no Brasil. São Paulo: Edusp, 1996. 31. ______Análise semiótica através das letras. São Paulo:Ateliê editorial, 2001. 32. TOVAR, E. T. “Musica e Idendidade Latino-Americana: el caso del bolero”. In XXVI Congreso de la Asociacion Latinoamericana de Sociologia. Asociacion Latinoamericana de Sociologia, Guadalajara, 2007. 33. ZUMTHOR, P. Introdução à poesia oral. São Paulo: Hucitec; Educ, II.7. . Memória, nomadismo e a construção da personalidade vocal no bolero 1997. 34. ____Tradição e esquecimento. São Paulo: Hucitec, 1997b. 35. ___ Escritura e nomadismo. São Paulo, Ateliê, 2005. 36. ____ Performance, recepção, leitura. São Paulo: Cosac-Naify, 2007. Apartado III México Corazón Latinoamérica musical de México Miradas desde el Pacífico Sur 341 III.1. Perú canta

Rolando Álvarez Universidad de Guanajuato Rolando Álvarez Rolando 342 Arte, diversidad y mestizaje cultural La música, la danza y la poesía, nos dice José María Arguedas, eran ele- mentos fundamentales de la cultura incaica que se van a fundir con los elementos ibéricos que el conquistador —el de la cruz y el de la espada— imponen sobre la originaria civilización andina. Poesía, música y danza, III.1. Perú canta añade el Amauta, tenían calidad telúrica en tanto que eran voz de la tie- rra y del paisaje, al mismo tiempo que eran voz del hombre.1 El canto, después de la conquista, se convirtió en vehículo para ex- presar la profunda tristeza de los conquistados y sus problemáticas so- ciales mayores. Pero todo ello fue tejiéndose, anudándose en un nuevo kipus cultural, uniéndose a la cultura española, hasta llegar a producir, siglos después, una obra tan significativa como es en el Perú la zarzuela El cóndor pasa (1913) (música de Daniel Alomía Robles con libreto de Julio de la Paz). Obra que toma el tema de la explotación del indio en las minas y que podría anticipar un poco la novela de César Vallejo El tungsteno (1931). De esta fusión entre el canto indio y el canto hispano, Arguedas es- cribe:

Comenzando por los pueblos más pequeños, y por lo mismo más indios, en que un grupo minúsculo de conquistadores vivían sumergidos en una multitud india y en un paisaje y un cielo indios, hasta los barrios de las ca- pitales, Cuzco, Huamanga, Cajamarca…, donde el pueblo cantaba su de- solación y su esclavitud en yarawis, y donde a pesar de los castigos, el pue- blo salía a bailar en sus grandes fiestas nativas, desafiando las amenazas o

1) Arguedas, José María, “La aurora de la canción popular mestiza la victoria de lo indio”, Revista Yachaywasi, No. 14, año III, Lima, junio 1942, pp. 18-19. rodeando las andas de los santos católicos, a los cuales, así como domeña- ron el alma de los conquistadores, también las indianizaron, comenzando por los pueblos más pequeños y por los barrios de las capitales, ba- rrios donde hicieron su residencia los soldados rasos de la conquista, el canto indio fue infiltrándose en el alma de los españoles. A medida que el paisaje hería más hondo la sensibilidad de los invasores, indefensos ante la inmensa belleza del Ande, el canto indio, oído a lo lejos, iba siendo, cada vez más, la expresión de la propia inquietud que invadía sus espíritus ante el paisaje en que había fijado su nueva y definitiva residencia (Arguedas, 2004:142).

Este hermoso y sagaz texto de Arguedas nos ofrece el escena- rio completo de lo que podemos llamar la imbibición cultural entre el

mundo indígena con el mundo hispánico, acentuado en la construcción Corazón Latinoamérica musical de México simbólica de las repúblicas nacidas de las revoluciones de independen- 343 cia en las primeras décadas del siglo XIX. El arte en el Perú, como en todos los países latinoamericanos, se ocupó en gran medida de esta circunstancia de mestizaje y heterogeneidad en que se debaten las na- cionalidades hispanoamericanas. Perú es un entramado de series culturales que devienen de ma- nera simultánea en procesos de heterogeneidad y de transculturación. En primer lugar tenemos las grandes etnias: indios, blancos (mistis) y la negritud afroperuana. Luego los espacios de asentamiento que en el Perú constituyen una triada de ámbitos perfectamente delimitados en- tre sí, no sólo en lo geográfico sino también en lo cultural, y son: la costa,

la sierra y la selva. Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur El mestizaje en el Perú tiene su momento fundacional en el encuen- tro entre Atahualpa y Pizarro, en Cajamarca el 16 de noviembre de 1532, día en que se quiebra el incanato por la conquista provocando un pro- ceso de interrupción en el devenir del universo indígena. Dos series culturales se confrontan, una, la incaica representada por la oralidad, la otra, la hispana, representada por la escritura. No voy a reproducir aquí el encuentro de los dos mundos personificados por el Inca y por el con- quistador, respectivamente, sólo recordemos que Atahualpa, indignado ante el breviario que le entrega el cura Valverde quien le dice que en éste se encuentra la palabra de Dios, al no escucharlo hablar lo arroja al piso y con ello inicia una larga historia de infamias y esclavitud para el pueblo indio del Ande. Un mestizaje que surge marcado por el sufri- miento, la violencia y el odio. Pero en ese momento de confrontación, podemos, sin embargo, imaginar a la soldadesca invasora cantando, en los momentos de reposo, las canciones de vela o las canciones de au- sencia, tan marcadamente medievales y emblemáticas de una sensibili- dad que, siendo europea, algo tenía en común con el espíritu del yarawi andino. Los accidentes distancian al indio y al español, pero su esencia de humanos, irremediablemente, los hermana. La inquietud por la otredad, india o hispana, se ha visto manifiesta en diversas obras artísticas que podemos calificar como icónicas de la identidad peruana. Voy a referirme, en este sentido, a dos textos pictóri- cos: Los funerales de Atahualpa de Luis Montero y Las tres razas de Fran- cisco Laso, como ejemplos de que la preocupación identitaria y el senti- miento de lo nacional, son una constante en el arte peruano. Los funerales de Atahualpa (1867), de Luis Montero (1826-1869), es el cuadro de mayor formato con tema histórico de la América del Sur de aquel momento, en la obra podemos observar la técnica florentina

Rolando Álvarez Rolando de manera muy clara, allí se representa a las mujeres de Atahualpa dolo- 344 ridamente suplicantes —más cercanas a mujeres bíblicas que a mujeres incaicas—, también están el cura Valverde y Francisco Pizarro, contempla- tivos, con un fondo de soldados y frailes (conquistadores de la espada y la cruz), al centro de la escena el cadáver de Atahualpa, y todos en un recinto pretendidamente inca. En el cuadro resalta, casi podemos decir III.1. Perú canta que irrumpe en la imagen, el rostro de Atahualpa, debido a su tipifica- ción étnica: india. Este detalle del cuadro nos sitúa en el horizonte vio- lentamente heterogéneo de la historia peruana. Montero inserta, así, una clave fundamental para entender el mestizaje como el desgarramiento del mundo indígena. Y el rictus de Atahualpa, en ese modelo cobrizo de rostro que toma el pintor del cadáver de su colega Palemón Tinaje- ros (dibujante extraordinario de Arequipa, muerto en Italia) recuerda el mito de Inkarri. El otro trabajo plástico al que he de referir es Las tres razas (1858), de Francisco Laso (1823-1869), en esta obra tenemos a los tres elemen- tos étnicos dominantes en el Perú: indio, negro y blanco. La obra repre- senta a tres niños, uno de cada raza, jugando cordialmente en una sala a los naipes. Tres razas en una armonía que dista mucho de la realidad pero que anuncia el postulado de José María Arguedas del Perú de to- das las sangres. En ambas obras de la pintura decimonónica peruana, encontramos presente la problemática de la pluralidad y simultaneidad, implicada por la presencia de series culturales diversas como formantes del universo social del país. También en la literatura estará esta problemática, novelas como Matalaché (1928) de Enrique López Albujar (1872-1966) donde se muestra el universo de la burguesía enfrentada a los esclavos negros, el conflicto entre mistis e indios se ve representado en una novela emble- mática del neoindigenismo peruano: El mundo es ancho y ajeno (1941) de Ciro Alegría (1909-1967). Pero tanto en la plástica como en las no- velas que se han mencionado está latente el Perú total, urgiendo una nueva sociedad armónica en su diversidad.

La canción criolla En este horizonte histórico cultural del Perú, se genera una línea esti- lística de canciones a las que se conoce como “canción criolla”. El sen- tido del término criollo debemos de puntualizarlo, pues adquiere un va- lor semántico peculiar en el contexto en que se aplica a este género de música, enmarcada sobre todo en el ámbito limeño. Voy a acudir a Se- bastián Salazar Bondy para este fin, ya que en su obraLima la horrible define de manera insuperable el término. Vale la pena que citemos un

fragmento del texto de Salazar Bondy, tanto por su valor literario como, Corazón Latinoamérica musical de México particularmente, por su claridad conceptual. Nos dice: 345

La palabra criollo designa muchas cosas. La peripecia del vocablo ha sido larga: originalmente fue el apelativo otorgado a los hijos de los esclavos africanos nacidos en América (Inca Garcilaso de la vega); durante los años de la emancipación tuvo una acepción subversiva —se llamaba así a los descendientes de españoles que alentaban sentimientos de nacionali- dad—; en ciertas circunstancias equivale a mestizo de acá (Martín Adán). Su significado actual es, sin embargo, limeño —o. por extensión, costeño— de cualquier cuna. Que vive, piensa y actúa de acuerdo a un conjunto dado de tradiciones y costumbres nacionales, pero a condición, como lo sostiene

François Bourrieaud, de que no sean indígenas. Criollo resulta así sinó- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur nimo de costumbrista (…) El criollismo vendría a ser, pues, el nacionalismo limeño, o sea, un sucedáneo del verdadero nacionalismo, ya que para él el Perú es Lima y Lima el Jirón de la Unión (Salazar, 1964: 20).

De inmediato, con el texto de Salazar Bondy, nos viene a la memo- ria el trabajo de Pancho Fierro (1809-1879), pintor mulato, hijo de sacer- dote criollo y esclava negra, que en acuarelas pinto los tipos y costum- bres de los últimos años de la Colonia. Criollo es, así, un concepto que abarca un horizonte amplio de la realidad de esta zona del Perú: la cocina, el arte, los ritos, etc. Añade Sa- lazar Bondy, en el texto que hemos citado, que “criolla es la santidad de Rosa de Lima, la procesión del Señor de los Milagros y las fiestas prosti- bularias” (21). Como podemos ver a la heterogeneidad provocada por indios y españoles se ha sumado la negritud de los esclavos y posteriormente otras migraciones tanto europeas como asiáticas. La canción criolla va a ser una de las expresiones de transculturación provocadas por esta circunstancia. Jotas, valses, polkas y mazurcas; se ven transformadas en lo que hoy son géneros como los valses y polcas peruanas, también la emblemática marinera en todas sus versiones: norteña, arequipeña o serrana; el canto de jarana o marinera limeña, y también otros modos como el festejo, el alcatraz y el tondero. En esta tradición surgen artistas de gran valía y renombre que ac- tuaron en grupo o como solistas. Entre los grupos hay dos que deben ser destacados de manera especial: Los embajadores criollos (1949) y los troveros criollos (1952). Cantantes como: Rómulo Varillas, Alejan- dro Cortez, Rafael Matallana, Humberto Pajovés, Panchito Jiménez, Eva Ayllón y Lucha Reyes; entre otros. Guitarristas: Lucho Garland, Carlos

Rolando Álvarez Rolando Hayre, Pepe Torres, Álvaro Lagos, Félix Casaverde y Oscar Avilés; entre 346 muchos más. Tocadores de Cajón: Ronaldo Campos, Leonardo Parodi, Pepe Villalobos, Eusebio Sirio, Rafael Santa Cruz y Arturo Cavero; son al- gunos de la nómina extensa que agrupa este instrumento. Composito- res: Manuel Raygada, Lorenzo H. Sotomayor, Augusto Portugal, Chabuca Granda y Augusto Armando Polo Campos; son de los más destacados. III.1. Perú canta Podemos decir que hay una verdadera constelación de talento y arte en el género de la canción criolla. Voy a referirme al compositor Au- gusto Armando Polo Campos y al cantante, también tocador de cajón, Arturo Cavero Velásquez, conocido como el “Zambo” Cavero. Y de Polo Campos tomaré dos canciones de carácter nacional: Y se llama Perù y Contigo Perú. Augusto Armando Polo Campos, nacido en la ciudad de Puquio, el 22 de febrero de 1932, pero llevado por sus padres a radicar en Lima al año siguiente, habitó en el distrito del Rímac. Este distrito corresponde a lo que en la Colonia se conoció como “Barrio de indios de San Lázaro”, también se le denominaba “Bajo el puente” o “Nueva Triana”, “Puerto Ar- turo” y “Porto Guinea”. Una de las más representativas zonas de la Lima virreinal, cruzada por el río Rimac. Su talento para construir versos y sobre todo su facilidad para las rimas se manifestó desde temprana edad en el futuro compositor, habi- lidad que se va a enriquecer en el seno de su familia que recibe la fre- cuente visita de personajes de la bohemia (cantantes y artistas diversos), allí seguramente escucha las jaranas y asimila los ritmos de la música criolla. Su autodidactismo es sorprendente si atendemos a la calidad de sus canciones y a que no aprendió a tocar ningún instrumento. Augusto Armando Polo Campos llegó a ser capitán de la policía, en el cuerpo de investigación y vigilancia, retirándose de esta actividad en 1964. Su producción musical y poética es numerosa y de sostenida cali- dad. De sus textos se ha dicho que son polémicos ya que algunos abor- dan temáticas que pueden tener connotación política o hablar de temas considerados tabú, como es el vals Paquete de té, un vals que habla de homosexuales, cuyos últimos versos son estos que resuelven una histo- ria que no dista mucho de tener un sentido similar al de los cuentos de Julio Ramón Ribeyro:

Ella no protesta ni me dice nada / noto en su suspiro, que está enamorada. / No cabe la duda, soy irresistible / por algo me dicen, que soy un terrible. / Prendieron las luces, triste decepción / porque me di cuenta, que era un mari… / …nero que vas a la mar / no lo lleves contigo a pasear. /Traen mala suerte y te puede pesar / y hasta el agua dulce se puede salar.

Corazón Latinoamérica musical de México Cantar este vals constituyó un gran atrevimiento y sólo una agrupa- 347 ción del prestigio de Los troveros criollos osaba tenerlo entre su reper- torio. Del costumbrismo en las canciones de Polo Campos nos habla su composición Si Lima pudiera hablar. Canción que antropomorfiza a la ciudad y la presenta como una bailarina de jarana cuyo pañuelo es el cielo, mientras elementos urbanos se van convirtiendo en dos instru- mentos sustantivos de la canción criolla: la guitarra y el cajón, que se unen al elemento nacional: la bandera. La letra es un bello poema es- crito en octosílabos, alternando cuartetas y quintillas. En la primera cuar- teta y la primera quintilla se plantea lo que hemos expuesto: Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur Si Lima pudiera hablar Le pediría a su cielo Que se convierta en pañuelo Para ponerse a bailar. Las rejas como guitarras Las puertas como cajón Bailaría una jarana Con su bandera peruana La ventana y el balcón

Otra de las canciones que revelan este costumbrismo y en donde se canta a la mujer limeña y paralelamente al baile, la música y la ciudad; es la canción titulada precisamente Limeña, allí Polo Campos construye una imagen que ahora puede resultar profundamente nostálgica: Limeña que tienes alma / de tradición, / repican las castañuelas / de tu ta- cón. / Pasito a paso / vas caminando, / por la vereda / que va entonando, / como si fuera un bordón / compases de marinera / con su cajón. / Bo- quita de caramelo / cutis de seda, / Magnolia que se ha escapado / de la alameda. / En tu sonrisa / hay un pañuelo / que enamorado / llega hasta el cielo / perfumado de jazmín, / para bailar marinera / por San Martín.

Vemos en esta canción fundirse el caminar de la mujer con el ritmo y el sonido de la marinera, en el escenario de lugares que son parte del corazón de la zona del Rímac, centro neurálgico del cercado limeño y que a la vez son símbolos históricos de la Ciudad.de los Reyes. La carrera del compositor está ligada a sus intérpretes, esto no sólo es privativo de la canción peruana sino que hay muchos otros casos en

Rolando Álvarez Rolando el continente que lo demuestran. Como ejemplo podemos referirnos a 348 México, donde tenemos la canción de Pedro de Urdimalas y Manuel Es- perón: Amorcito corazón. Cantada por Pedro Infante en la historia de la música popular mexicana quedaron, canción y cantor, como una amal- gama indivisible e insustituible. Cualquier otra interpretación siempre resulta ser imitación. III.1. Perú canta Tres son las agrupaciones o asociaciones musicales que dieron máxima fama a las canciones de Polo Campos: Los Troveros Criollos, Los Morochucos y el dueto formado por Arturo “Zambo” Cavero y Oscar Avi- lés. El “Zambo” Cavero, al igual que Polo Campos, no sólo ha sido un gran cantante y tocador de cajón sino que se ha convertido en símbolo de esta peruanidad criolla. Cavero nació en el cercado de Lima, en el conocido callejón de Bandera Blanca, actualmente la cuadra 11 de la avenida Abancay. Hijo de una mujer nacida en San Luis de Cañete, epi- centro de la cultura afroperuana, fue de ella de quien aprendió los val- ses peruanos. Graduado como maestro de educación primaria en el Instituto Na- cional pedagógico a los 21 años, se licenció en educación por la Univer- sidad Federico Villarreal, cursó la especialidad en Administración de la Educación en la Universidad de Lima y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos realizó estudios especializados en retardo mental y pro- blemas del aprendizaje. Su tesis de magister versó sobre El folklor y la educación, se hizo acreedor a la Orden de las Palmas Magisteriales, que otorga el Estado Peruano, a través del Ministerio de Educación, a quie- nes realizan una labor extraordinaria en el ejercicio de la pedagogía o por un aporte relevante en el campo de la educación, la ciencia, la cul- tura y la tecnología. A los 16 años, como tocador de cajón, trabajó al lado de Juan Criado, el futbolista cantor. Al dejar el cajón se convirtió en el gran can- tante de música criolla, haciendo de las canciones de Polo campos, Y se llama Perú y Contigo Perú, dos de sus más grandes éxitos. Estas inter- pretaciones lo han hecho inmortal en la historia de la música latinoame- ricana. Recibió en 1987, junto con Augusto Polo Campos, Oscar Avilés, Jesús Vázquez y Luis Abanto Morales, el reconocimiento de las Naciones Unidas por su contribución a la música de las “Américas”. En 2009 murió en el Hospital Rebagliati a causa de septicemia. Fue velado en el Museo de la Nación y el día de su sepelio, el 11 de octubre, ha sido declarado día de luto nacional.

Dos canciones nacionalistas

Y se llama Perú y Contigo Perú, se escribieron por encargo del gobierno Corazón Latinoamérica musical de México militar del presidente Juan Francisco Velasco Alvarado. Son temas que 349 expresan un sentimiento nacionalista basado en valores específicos: el trabajo, Dios, la libertad, los símbolos nacionales, la unidad de los pe- ruanos. La primera de ellas, Y se llama Perú, contiene un sentido telúrico y de heroísmo, hay un tono épico, desde el cual la patria es la esencia misma del sujeto. Y esto desde una voluntad divina que ordena la rea- lidad bajo el valor del trabajo, lo que implica una moral nacionalista de esfuerzo para el progreso y construcción del futuro desde un deber ser que tiene su esencia, precisamente, en la voluntad de Dios, que ha ele- gido como tierra prometida al Perú. Todo ello sin excluir los elementos

fundacionales arquetípicos: inca y sol, operándose un sincretismo que Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur se repite a lo largo de todos los países latinoamericanos entre el cristia- nismo y el “paganismo” indio. Inicia la canción con estos versos:

Cosechando mis mares / Sembrando mis tierras / quiero más a mi patria. / Mi nación que luchando / rompió las cadenas / de la esclavitud. / Es la tie- rra del inca que el sol ilumina / porque Dios lo manda. / Es que Dios a la gloria / le cambió de nombre / Y le puso Perú.

Luego nos presenta el paisaje con sus ofrendas de riqueza que pa- ternalmente ofrece al sustento de sus hijos, los peruanos. Notemos que en el paisaje que “pinta” Polo Campos, en esta canción, sólo incluye dos regiones: sierra y costa, perfectamente integradas en la unidad nacio- nal, utopía de todas las naciones que conforman Latinoamérica. Conti- núa la letra: Atesoran tus playas / las riquezas pesqueras / de mi mar soberano. / Y en la tierra bravía / la nieve perpetua / es bandera de paz. / La montaña en sus venas / guardaba el petróleo / de nuestro mañana / Y la tierra serrana / nos da a manos llenas / el acero y el pan.

Desde esta imagen telúrica y mítica, nos lleva la canción a la esen- cia de la patria que está simbolizada en su nombre. Síntesis de su histo- ria, donde el hombre se imbibe con el nombre para ser uno mismo con la patria. Cuatro son los valores que sustentan, en este canto, la nacio- nalidad peruana, simbolizados por as cuatro letras de “Perú: el espíritu patriótico; el ser ejemplar que podemos decir es el ser que responde al compromiso histórico y evidencia una moral nacionalista; la lucha per- manente por la libertad simbolizada en las armas y la unidad de todas

Rolando Álvarez Rolando las sangres que conforman el universo humano del país y que se funden 350 en la peruanidad. Versos indudablemente románticos y utópicos:

Y se llama Perú / con P de patria, / la E del ejemplo, / la R de rifle, / la U de la unión. / Yo me llamo Perú / pues mi raza peruana /con la sangre y el alma / pintó los colores / de mi pabellón. III.1. Perú canta

Y como síntesis histórica de la unión entre el paisaje como em- blema del espíritu y la sangre como el devenir mismo de los hombres en la historia nacional se erige el pabellón, el máximo símbolo de la patria, que no puede dejar de recordarnos el sueño de San Martín en el puerto de Pisco, cuando vio en el cielo una parvada de aves de colores rojo y blanco e imaginó la bandera para del Perú. La otra canción nacionalista de Augusto Polo Campos, Contigo Perú, es considerada como el segundo himno nacional. Contigo Perú se mantiene en el mismo sentido nacionalista utópico de Y se llama Perú, aunque en ésta si encontramos representadas las tres regiones. Hay más que una patria una matria. Late la convicción de que el Perú está construido desde sus hombres y que la fuerza total es la unión de todos los peruanos sin distinción de ninguna especie, pues sobre las diferencias excluyentes está, o deberá estar, la esencia de la peruanidad que cada uno de ellos ha de tener. Hay una relación vital y moral entre el hombre y la patria, casi como un proceso de gestación, que además está bajo la gracia de Dios. Por tanto la relación que se ha establecido es simbiótica: la salvación histórica de la patria es la salva- ción histórica de sus hombres. Lo expone Polo Campos en sus versos con gran claridad y contundencia: Cuando despiertan mis ojos y veo / que sigo viviendo contigo, Perú, / emo- cionado doy gracias al cielo / por darme la vida contigo, Perú. / Eres muy grande y lo seguirás siendo, / pues todos estamos contigo, Perú. / Sobre mi pecho llevo tus colores / y están mis amores contigo, Perú. / Somos tus hijos y nos uniremos / y así triunfaremos contigo, Perú.

Concluye la canción afirmando la utopía de la unidad de todas las sangres con sentido triunfalista de futuro, para con la muerte poder lle- gar, en un sentido bíblico, a unirse telúricamente con la patria:

Unida la Costa, unida la Sierra, / unida la Selva contigo Perú. / Unido el tra- bajo, unido el deporte, / unidos el Norte, el Centro y el Sur. / A triunfar, pe- ruanos, que somos hermanos / que se haga victoria nuestra gratitud. / Te

daré la vida y cuando yo muera, / me uniré en la tierra contigo, Perú. Corazón Latinoamérica musical de México 351 Estas dos canciones nacionalistas de Augusto Polo Campos, inter- pretadas por Arturo Cavero, se han convertido en documentos vivos de un sentimiento profundo de peruanidad que obedece a la ideología de las independencias y que sostiene, ante todo, que la nación es el país y éste la unidad, en el mestizaje, de todos los que en ella han nacido. Ro- mánticas y utópicas, insisto, sí, pero logran enardecer eso que llamamos peruanidad y que no puede ser definido conceptualmente, sino que es vivencia profunda y pura. Sentimiento que la globalización y las impo- siciones culturales extranjeras, la hibridación y la transculturación, o las grandes problemáticas internas del Perú, no han podido anular.

La canción criolla deviene, más allá de su sentido estético, en signo Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur nacional y se plasma en una urbe, Lima, que a diferencia de lo anterior, sí parece agonizar: “el Perú es Lima, y Lima es el Jirón de la Unión”.

Bibliografía 1. Arguedas, José María, ¡Kachkaniraqmi! ¡Sigo siendo! Textos esenciales, comp. Carmen María Pinilla, Lima, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2004. 2. Bonnet, Eric, François Soulages y Juliana Zevallos, editores, Memoria territorial y patrimonial Artes & Fronteras, Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2014. 3. Cotler, Julio, Clases, estado y Nación en el Perú, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2009. 4. Huamán, Carlos, Atukunapa Pachan estación de los zorros, Lima, Ediciones Altazor / UNAM, 2006. 5. Llorens Amico, José, Música popular en Lima, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1983. 6. Lloréns Amico, José y Rodrigo Chocano Paredes: Celajes, florestas y secretos: una historia del vals popular limeño. Lima: Instituto Nacional de Cultura, 2011. 7. Pease G., Franklin, Breve historia contemporánea del Perú, México, Fondo de Cultura Económica, Colección Popular # 517, 2003. 8. Salazar Bondy, Sebastián, Lima la horrible, México, ediciones Era, Col. Letras Latinoamericanas, 1964. Rolando Álvarez Rolando 352 III.1. Perú canta III.2. La ranchera mexicana en Chile

Patricia Díaz Inostroza1 Universidad de Santiago de Chile México Corazón Latinoamérica musical de México El presente ensayo es una aproximación teórica al fenómeno de la mú- 353 sica popular mexicana en Chile cuya apropiación popular viene ejercién- dose desde hace más de ochenta años, aspecto relevante si se consi- dera que el uso de un determinado estilo en la música popular en tanto funcionalidad cotidiana tiene una curva natural de desarrollo y declive de no más de diez años puesto que una de sus características es su di- námica y permanente evolución. Al traspasar dicha temporalidad podría considerarse como la consolidación de un género musical –de hecho la música ranchera lo es– o bien la constitución de una expresión musi- cal de características folklóricas, en el caso chileno. Sin embargo, resulta aún audaz acercarse a tal aseveración por lo cual abordaremos el pro-

blema solo como reflexión desde diferentes miradas multidisciplinarias, Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur que se traducen en las siguientes hipótesis:

1. La música ranchera chilena es una reapropiación de un género po- pular y folklórico desde lo mexicano por asimilación de característi- cas identitarias de clase, pero por sobre todo por reconocimiento del inconsciente colectivo a una tradición de expresión común colonial. 2. La relación de los chilenos con la música del país del norte, en tanto

1) Dra. en Estudios Americanos, mención Pensamiento y Cultura (U. de Santiago de Chile, USACH) Master en Gestión Cultural y diplomada en Cooperación Cultural Ibe- roamericana (U. de Barcelona, España). Licenciada en Comunicación Social (U. ARCIS) y Profesora de Educación Musical (UMCE). Realizó estudios de Interpretación Supe- rior en Guitarra Clásica en la Escuela Moderna de Música y de Musicología en la U. de Chile. Su línea de investigación está orientada hacia las manifestaciones musicales po- pulares, con énfasis en los cantares de resistencia, como también en materias de ac- ción sociocultural y políticas públicas en cultura. consumo, responde a muchas más variables que las consecuen- cias del boom del cine mexicano, tesis que comúnmente se explica como razón única del fenómeno. 3. El romance o romancero castellano sigue siendo la raíz que pervive insistentemente en la cultura popular de Chile y con la cual, en el caso de lo ranchero, se vincula con México. 4. La potencialidad que reviste el uso de tal música en la vida coti- diana de ciertos sectores sociales en Chile, obedece a la similitud de corrientes musicales migratorias desde las diásporas coloniza- doras tanto en Chile como México e incluso las zonas costeras de Colombia. El instrumento que une y fusiona las identidades mu- sicales mencionadas, además de la guitarra, es por excelencia el acordeón, utilizando determinados ritmos europeos simplificados,

Patricia Díaz Inostroza Patricia en especial el vals y la forma canción. 354 5. El romanticismo literario del siglo XIX continúa presente en la can- ción popular con contenidos sociales y amorosos tanto en Chile como en México.

Música Ranchera La ranchera2, de uso en Chile, es un género musical popular y folklórico (derivado del corrido ) originado en la zona norte de México que se inter- naliza fuertemente en las zonas rurales chilenas campesinas y semi urba- nas luego del boom del cine mexicano en los años 30 y la aparición de la radiofonía. Sin embargo, la identificación chilena con esta música no III.2. La ranchera mexicana en Chile obedece solo a esa razón. El indicar como causa única el boom de la in- dustria cultural mexicana e internacional del cine magnifica su importan- cia ignorando o invisibilizando las corrientes subterráneas que vehiculan signos estéticos y representaciones simbólicas emanadas de experien- cias socioculturales mestizas que significan al pueblo latinoamericano. En Chile se le llama música ranchera sin distinguirse necesaria- mente la forma ranchera propiamente tal y el corrido. Como también se le indica como equivalente a “música mexicana” a todo lo anterior su- mando el mariachi, que es un género exclusivamente mexicano y que los chilenos hacen uso por imitación. No así las formas ranchera y co- rrido, que si bien toma los nombres desde la experiencia mexicana es- tos tienen antecedentes folklóricos de raíz propios, de ahí – según la pre- sente tesis - la permanencia y vigencia del género en Chile.

Corrido

2) Mendoza, Vicente T. “El romance español y el corrido mexicano”. 1939. Pág. 154 El corrido es una forma narrativa musical emanada del género litera- rio del romance. (Vicente T. Mendoza: 1939) aspecto éste relevante en la poesía popular chilena que en las versiones cantadas se ejercen en Chile con diferentes tipos de ritmo, por lo general en la forma tonada con todas sus variaciones. El romance atraviesa prácticamente toda la América hispana, perviviendo más fuertemente en unos países más que en otros. México y Chile comparten esa situación. El romance español es también llamado en Andalucía romance–corrido o corridas. De allí el nombre que adquiere en México, pero la introducción de la forma por los conquistadores se da en ambos países paralelamente sólo que cada pueblo en su uso cotidiano le va incorporando sus propios elementos, constituyendo especies poético musicales distintas que caracterizan e identifican determinada región. El musicólogo y poeta mexicano Vi-

cente T. Mendoza advierte que en Chile, se da en forma extraordinaria: Corazón Latinoamérica musical de México “Este género (…) cuyo desarrollo fue brillante sobre todo en la Repú- 355 blica de Chile, donde se constituyó toda una literatura, floreció en Ve- racruz donde todavía tiene una vitalidad enorme, pero de la misma ma- nera se usó en Michoacán”. El corrido, al igual que lo fue la Lira popular3 chilena, se emplea popularmente para comunicar y compartir historias épicas, dramáticas, anecdóticas. pasionales, heroicas y festivas, constituyendo una especie de crónica literaria muy sensible con alta carga emocional y que concita el interés de públicos masivos cuyos rasgos socioculturales son simila- res. En México dicha funcionalidad de contenidos no ha variado traspa- sándose al género musical del corrido con diversas temáticas y variantes

juglarescas. En Chile, en cambio, se deja de lado la crónica política y/o Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur social (traspasándose a los payadores y trovadores) dejando la forma corrido para historias de amor, desamor, picardía y divertimento. El co- rrido en tanto, es simple, vivaz y dinámico, de ahí que en Chile se baila y tiene ritmo de 2/4. La ranchera4, en cambio, es una canción (especie poética cantada de contenido amoroso5) concebida en México a principios del siglo XIX

3) Poesía y relato, que utilizaba la métrica de la décima, escrita sin melodía que tuvo vi- gencia como “literatura de cordel” entre 1860 y 1920. 4) Cabe señalar que en la zona más austral de Chile: Aysén y Magallanes, existe también la ranchera patagona, denominándosela así por tratarse de canciones que se dan en un contexto de rancho (hacienda). Es decir, toma el nombre por las mismas razones que en México, pero tratándose de formas populares y folklóricas distintas. Aunque igualmente con acompañamiento de guitarra y acordeón. Su origen y dispersión geo- gráfica es otra teniendo relación con Argentina y el pueblo gaucho y chilote. 5) Concepto de canción desde el manual “El Arte de trovar” del período de la aparición constituyéndose hoy como una forma de balada latinoamericana, ya que generalmente se le denomina así a toda canción interpretada de estilo “mexicano”, o sea, con características musicales propias del maria- chi, sea esta un bolero, un huapango o una canción moderna romántica. Pero la ranchera propiamente tal es aquella cuya forma característica , fundamentalmente en Chile, es la de ritmo ¾ , que evidencia su raíz en el vals campesino centrino e incluso chilote (archipiélago austral) y cuya in- terpretación va acompañada con guitarra y acordeón. En México es con bajo sexto, acordeón y violín y su interpretación es más virtuosa instru- mentalmente. En Chile, esta forma privilegia el desamor con altas con- notaciones machistas y los sucesos dramáticos de historias de vida. Ambas formas, corrido y ranchera, corresponden a las juglarías contemporáneas de ambos países en que el género denota aquel sen-

Patricia Díaz Inostroza Patricia tido articulador al constituirse como corriente popular subterránea y ma- 356 nifestación folklórica, sobre todo en Chile donde su uso y funcionalidad no obedece a patrones impuestos por la industria del disco, sino que se ejerce desde la propia identidad y significación de vida, memoria y tra- dición. En México, al constituirse, posteriormente, como género musical de connotaciones nacionalistas sus exponentes son respaldados por la industria cultural mexicana y potenciados comercialmente por las trans- nacionales del disco traspasando las fronteras e irguiéndose como pro- ducto de exportación. En Chile, su existencia es rechazada por las elites y negada por los medios de comunicación que ejercen el poder desde lo político, es de- III.2. La ranchera mexicana en Chile cir, los grandes conglomerados económicos que ostentan la hegemonía de los medios. Incluso, los mismos estudiosos del folklore - y folkloris- tas en general - excluyen y omiten su fuerte presencia y las dimensiones de su práctica. Aún así, la música norteña o ranchera (ranchera, corrido y hoy fuertemente la cumbia ranchera) es un género vivo cuya funcionali- dad social se ejerce a pesar de todo, perviviendo ancestrales ejercicios juglarescos que denotan una realidad social abismante: una subalteri- dad manifestada desde lo musical donde sus propios protagonistas (in- térpretes y escuchas o emisores y receptores) no atisban las claves que significan su realidad. A la vez, el ejercicio subterráneo de la ranchera denota en Chile un marcado clasismo, pues los grupos socioeconómi- cos altos y medios –y los aspiracionales– consideran que se trata de “gus- tos ordinarios”.

del género trovadoresco y que se mantiene a grandes rasgos hasta hoy. Para profundi- zar leer “El canto nuevo chileno. Un legado musical” Patricia Díaz Inostroza. Santiago: Ed. Universidad Bolivariana. 2007. Y Los trovadores I , Martín de Riquert. Barcelona: Ed. Ariel 1983. Mira...,la música mexicana en Chile, esta catalogado en el género de mú- sica ordinaria, solo es escuchado por ciertos sectores , los mas incultos de la población, generalmente campesinos pobres y gente que viven en los suburbios, pero al igual que la cumbia yo asocio esa música, a desorden, mal gusto para escuchar música, escaso refinamiento, inmundicia, esas músicas me dan asco porque son músicas bananeras.6

La ranchera chilena y sus profundas relaciones mexicanas México y Chile, aunque distantes geográficamente, coinciden en varios aspectos, entre los que destacamos:

• Su dramática historia en tanto territorios de fuerte presencia indí-

gena que fueron subyugados con brutal violencia por la conquista Corazón Latinoamérica musical de México española. Pero que a la vez sus pueblos originarios no fueron de- 357 vastados totalmente manteniéndose viva la impronta y presen- cia de sus etnias mapuche, en el caso chileno y maya (entre varias otras) en México, constituyendo una cultura mestiza en la cual se advierten una pluralidad de vínculos con lo hispánico. • Una religiosidad popular que implica sincretismo con lo católico y ritual indígena, en donde el énfasis se da en su devoción mariana, aspecto fuertemente enraizado en la vida cotidiana de ambos paí- ses hasta el día de hoy. La Virgen de Guadalupe y la Virgen del Car- men, respectivamente, son íconos paganos/religiosos que ambos pueblos han configurado desde sus propios imaginarios, más allá

de lo establecido por la institución católica apostólica romana. Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur • Un fuerte colonialismo que se traduce en la vigencia de comporta- mientos socioculturales vinculados con el feudalismo y la hacienda. • La situación periférica en que se encuentran en tanto países hoy llamados “emergentes” y que siguen persistentemente en la bús- queda de lo moderno intentando reconciliar su cultura popular an- cestral con las mentalidades contemporáneas occidentales. • La excesiva folklorización que se dio en los años de mayor apogeo del “coleccionismo artesanal” , décadas 30/40, y que busca, desde la melancolía de una sociedad burguesa, el sello identitario que pudiese configurar una nación moderna. • La aparición del arquetipo mexicano - que se constituye y se instala en la figura delranchero charro - en virtud de la construcción de un nacionalismo criollo, coincide con la figura delhuaso chileno de si-

6) Comentario extraído de Internet luego de reportaje de un cibernauta mexicano sobre la ranchera en Chile. milares características. • La impronta patriarcal fuertemente establecida desde los ranchos y haciendas, en México; y en Chile, desde las haciendas o fundos y que se instala en el comportamiento masculino hacia la mujer con- figurando un machismo exacerbado que se ejerce hasta el día de hoy.

Desplazamiento de narrativas y sentires El modo de traspaso de objetos inmateriales o artefactos estéticos sen- sibles es diverso y complejo, constituyendo un proceso largo de difícil visualización para un investigador, aunque éste se esmere con el rigor epistemológico que exigen sus posteriores interpretaciones y conclu- siones. Sin embargo, los vestigios de las experiencias culturales históri-

Patricia Díaz Inostroza Patricia cas de una comunidad aparecen o se revelan en manifestaciones comu- 358 nitarias cotidianas que se encuentran presentes y vivas generalmente más cercanas de lo se pudiera sospechar. Es el caso del romance espa- ñol del “ Piojo y la pulga”. De esta arcaica pieza infantil que opera como cuento, fábula y canción se pueden extraer algunas reflexiones que nos posibilitan vislumbrar un nexo o un eslabón entre España y la América hispana, y entre esta y los países que la componen, como es el caso de Chile y México. “El casamiento del piojo y la pulga” se encuentra vigente en Venezuela , Colombia, Perú, Argentina, República Dominicana, Gua- temala, México y Chile, y en cada uno de ellos con diferentes versiones. La siguiente es española y la presenta Vicente T, Mendoza7: III.2. La ranchera mexicana en Chile

Casamiento de la Pulga y el Piojo (1882)

La purga y el’ piojo se quieren casá; por farta de trigo no han hecho ya. Arrun-run, que del arma ‘rrun-run. Salió una jormiga de su jormigá: –Hágase la boda; yo daré un coslá. –Contentos estamos: ya trigo tenemos. Pobres de nosotros, que carne queremo-, y respondió un zorro desde lo arto –Hágase la boda; yo daré un becerro. –Contentos estamos: ya carne tenemos. Pobres de nosotros, que bino queremos-o Respondió un mosquito desd ‘una tinaja:

7) Francisco Rodríguez Marin. Cantos Populares Españoles T. 1, pág. 74. Ejm. 179. Sevilla, 1882· Citado por Vicente T. Mendoza –Hágase la boda: yo daré una carga. –Contentos estamos; ya bino tenemos. Pobres de nosotros, madrina queremos-, Salió una sigüeiia, pescuezo e gayina: –Hágase la boda; yo soy la madrina. Contentos estamos; madrina tenemos. Pobres de nosotros, padrino queremos-. Responde un ratón, corteza e tocino; –Hágase la boda; yo seré el padrino. –Contentos estamos: padrino tenemos. Pobres de nosotros, que cama queremos.- Responde ‘1 herizo, tendiendo sus lanas: –Hágase la boda; yo pongo la cama.

Estando la boda con gran regocijo, Corazón Latinoamérica musical de México Bino un gato negro, se yebó er padrino. 359 Biendo la sigüeña (1’ pleito mar parao, pegó un bolello y se fué ar tejao. Biéndose ‘r piojo en tar soledá, agarró su purga y se fué a’costá.

Existe otra versión como canto oral de tradición de oficio de Cas- tilla y León, cuyo acompañamiento es solo con las manos percutiendo los cueros asidos al cuerpo para el trabajo del herrero. Esta recopilación del dúo español Mayalde8 es de tradición más antigua que la anterior dando cuenta que dicho romance fue traspasado a América también en

diferentes versiones de acuerdo al lugar de origen del inmigrante espa- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur ñol. Y a la vez cada pueblo la apropió incorporándole o articulando sus propios ritmos locales e interviniendo los textos recreando la fábula con otros animales y cometidos. La mención de este romance respecto a la ranchera obedece a que es posible que este romance o lírica popular en especial, haya estado presente en Chile antes que la versión mexicana que ingresa al país en la década del cincuenta a través de Pedro Infante9. Existen recopilaciones de versiones chilenas de “El casamiento del piojo y la pulga” en tonada, guaracha y corrido, formas musicales populares de diferentes lugares y tiempo y que no necesariamente se asocia a la música ranchera. Un ejemplo de ello es la versión del reconocido can- tor campesino René Inostroza que interpreta exclusivamente repertorio

8) “Mayalde” es un destacado conjunto folklórico familiar cuya misión es recuperar los romances y los cantares populares antiguos a través de la etnografía, la musicología y la enseñanza. 9) Pedro Infante graba “El piojo y la pulga” en 1952. campesino chileno y cuya versión del Piojo y la Pulga la recibió como guaracha; también se recogió una versión en vals de un cultor de Nin- hue, provincia de Ñuble, don Diómedes Valenzuela. La versión mexicana de Pedro Infante la graban Los Hermanos Bustos en su primer L.P.10, dúo histórico que re inserta exitosamente la música ranchera en los escuchas chilenos, en 1965, a través de la incorporación de algunos corridos en su repertorio habitual que consistía solo en tonadas pícaras, y cuecas. A ellos se les asigna la entrada de la música del norte al país, como se- gundo momento de auge del género ranchero y que – desde nuestra tesis – volvería a encontrarse con la emoción que implican los ritmos tra- dicionales, la memoria sensible y la identificación con relatos de vida e imaginarios comunes.

Patricia Díaz Inostroza Patricia La ranchera norteña chilena 360 …muy buena la música ranchera me recuerda a mi padre, él tenía todas las canciones de los rancheros del sur, él tenía un tocadiscos y todos los días sábado después del trabajo la escuchaba , yo era niña, él ya no está con nosotros, siempre q (sic) la escucho me trae recuerdos de el y de el sur de fresia (sic) mi pue- blo donde nací.11

En la década de los 30 del siglo XX, cuando la industria cultural emerge tras la aparición de las discográficas comerciales norteamerica- nas los materiales sensibles que habitaban en lo cotidiano popular son III.2. La ranchera mexicana en Chile re instalados por artistas y conjuntos musicales profesionales que se in- sertan rápidamente en la vida comunitaria porque ya los ritmos tanto musicales como literarios se encuentran instalados socialmente con mu- cha anterioridad a través de la tradición folklórica. Es allí donde viene deviene o posibilita lo que la industria traducirá como “producto de éxito” pues aquello se develará en ventas masivas. Igualmente, con el paso del tiempo se irá construyendo un nuevo cancionero que pasará a ser nuevamente funcional con valor de uso y así sucesivamente. En el caso que tratamos, la forma corrido se inserta con facilidad pues sus contenidos rítmicos y armónicos ya se encuentran en la memoria popu- lar como forma de expresión musical y pasa a ser un canto efectivo que significa. Es lo que sucede en Chile con la llegada o entrada de las ran- cheras mexicanas al país.

10) “Puro estilo norteño” Hermanos Bustos. Sello Asfona. Santiago, 1968. 11) Extraído de un comentario a un disco de “ Los rancheros del Sur” subido a Youtube. Cronología La cronología de esta forma de canción como expresión musical chi- lena de uso masivo (aunque subterráneo) se podría configurar de la si- guiente manera:

• Romances y poesía popular (de la colonia a principios del siglo XIX) • Romances, valses, tonadas, corridos y cuecas (del XIX al siglo XX) • Fusión con la canción mexicana importada desde el cine y la radio. (1930- 1950): –– Apropiación del estilo norteño mexicano superponiéndolo a las tradiciones musicales tradicionales como el vals campesino del valle central. –– Inclusión de la canción mexicana romántica ranchera que gusta

al público chileno de todos los grupos sociales rurales y urbanos Corazón Latinoamérica musical de México a través de excelsos cantantes como Vicente Fernández, Anto- 361 nio Aguilar, Jorge Negrete, Lola Bertrán, Miguel Aceves Mejías y José Alfredo Jiménez.12 • Fenómeno de masas y extraordinaria sobre exposición mediática que significa la visita de Jorge Negrete a Chile (1946). • Figura de Guadalupe del Carmen (1931-1987) cantante chilena de provincia (Chanco, región del Bíobío) cuya voz excepcional y reper- torio mexicano la convierten en un ícono artístico nacional (1950- 55). • Declive del género en tanto canción mexicana romántica ranchera como moda en la ciudad, perviviendo solo en las zonas rurales

junto a la tonada, el vals y la cueca, pero sin el énfasis de estas úl- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur timas.(1955-1965). (Paralelamente está en auge el Neofolklore y la Nueva Ola chilena). • Resurgimiento del género ranchero a través de Los Hermanos Bus- tos que incorporan repertorio mexicano por la alta aceptación del corrido y la ranchera por sobre la tonada y la cueca (1965). (Mo- mento contemporáneo que coincide con la aparición del movi- miento Nueva Canción Chilena). • Difusión masiva, localizada segmentariamente, a través de los se- llos discográficos ASFONA y EMI Odeón. (1968/1996).

12) Cabe señalar que no nos referimos a la canción romántica propiamente tal, como la de Yucatán o de artistas del DF como Agustín Lara, Pedro Vargas y Javier Solís, cuya re- cepción, consumo y ejercicio, desde la perspectiva del presente artículo, corresponde a otro género, el que asociamos a la trova ( y no a la juglaría como consideramos a la música ranchera chilena) cuyas características están vinculadas a la composición de obras más sofisticadas. Y donde Chile ha aportado con excelentes intérpretes como Sonia& Myriam, Sonia, la única, Antonio Prieto y Lucho Gatica (entre otros). • Aparición de grupos seguidores de la nueva ranchera: Los Reales del Valle (1968) Y Los Manantiales (1970). • Surgimiento de programas radiales para zonas rurales quienes junto a acciones de servicio público basan su programación en la música mexicana. Luego, aparición profusa de emisoras rurales de- dicadas exclusivamente al género ranchero. • Fenómeno discográfico con Los llaneros de la Frontera (1986). Ven- den un millón 600 mil discos. Con la producción “De padre desco- nocido” (1993) venden sobre 150 mil discos, constituyendo un re- cord que supera ampliamente la consideración de disco de platino en Chile. • Aparición de producciones discográficas alternativas: Start Sound y Sello Tekila Records: Zona ranchera, El rancho musical. Hoy, Uni-

Patricia Díaz Inostroza Patricia verso Producciones. 362 • Incorporación de jóvenes bandas y surgimiento del estilo cumbia ranchera: Los Charros de Lumaco. (2005)

Contenidos líricos • Vestigios de romances antiguos medievales13 • Contenido amoroso (desamor, soledad, pasión, machismo) • Versiones chilenas de canciones de autores mexicanos. • Episodios de historias de vida y crónicas dramáticas locales • Amor filial (a la madre y al padre) • Temas de campo /rancho: Caballos y costumbres huasas. III.2. La ranchera mexicana en Chile

Organología y conformación Se acompañan de guitarra y acordeón. Luego, de acuerdo a la amplitud de repertorio incorporan bajo eléctrico, guitarra eléctrica y batería. Tipo de voz: dúo masculino, a dos voces por tercera. La primera voz es aguda. Se trata de un canto sencillo, sin estudios, carente de vibrato y de sonido nasal. Por momentos desafinados sin dar importancia a ello. Posteriormente, a la conformación dueto se suman dos músicos por la necesidad de incorporar bajo y batería, transformándose en cuarteto, pero estos integrantes músicos no cantan, respetando así el canto de dúo. Hay grupos que agregan percusión, estos son los que desarrollan las formas llamadas “tropicales”, que denominan cumbia ranchera chi- lena o cumbión, requiriendo para ello aumentar aún más el número de integrantes. También incorporan ciertos sonidos del sound pero mante- niendo el ritmo ranchero, aunque cambiando a 6/8. De esta forma co-

13) Corresponden a las tonadas, valses y corridos folklóricos que ya están desaparecidos del repertorio actual. mienzan a utilizar un repertorio más amplio, como en México, cuando estos suman el huapango o el son huasteco, y el bolero, entre otros. Su repertorio lo conforman los ritmos de ranchera, corrido y cumbión. Para las primeras agrupaciones, fundamentalmente los dúos, era imprescin- dible la tonada y la cueca, por sobre todo. Actualmente ambas formas han desaparecido del repertorio ranchero. Últimamente han surgido dúos y cuartetos de mujeres , quienes usan traje masculino, pero sigue siendo una excepción, al igual que gru- pos mixtos.

Característica principal El uso del acordeón. Este instrumento es por excelencia el que le da el estilo y el que une todo el repertorio. Por eso es que creemos que se

“hermana” también con el vallenato sintiéndose la impronta colombiana Corazón Latinoamérica musical de México acercándose a la cumbia y sus variantes. Otra de sus características es 363 el uso obligado de una vestimenta que revela su relación con México: Sombrero y chaqueta texanas, y pañuelo al cuello. Con el tiempo dicho traje se va sofisticando pero sin perder el estilo original. Usan la bota huasa chilena o la mexicana con flecos, cambian la chaqueta por un cha- leco de cuero y reemplazan el pañuelo por una cinta en el cuello de la camisa.Y los que desarrollan la cumbia ranchera reemplazan la chaqueta corta huasa o mexicana por un conjunto de ambo de color con orna- mentaciones. Se mantiene el sombrero texano y las botas.

Dispersión geográfica

Zonas rurales campesinas y ciudades de provincia: Desde la región Me- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur tropolitana hasta la isla de Chiloé, por el sur. También se observa en zo- nas mineras, en el norte de Chile, pero más escasamente. Su existencia se debe principalmente a migraciones de sureños que van a trabajar en la minería.

Lugares de exhibición Fiestas campesinas, matrimonios, festivales.

Tipos de públicos No tiene público objetivo etario definido. Los escuchas son desde ado- lescentes a personas de edad avanzada. Los escuchas y usuarios son ha- bitantes de pueblos sureños rurales y ciudades pequeñas de estratos sociales medios y bajos, fundamentalmente campesinos. No obstante, quienes emigran a ciudades más grandes llevan consigo este gusto mu- sical que no abandonan. Hoy se ha extendido su uso con la incorpora- ción de la cumbia ranchera abarcando un público más amplio. A la vez este nuevo ritmo ha ido desplazando el sonido originario acústico como también la forma ranchera propiamente tal, prefiriendo mayormente lo tropical y últimamente incorporando la balada.

Los artistas rancheros chilenos (canon)

a. Los históricos:

• 1ra etapa: Los huastecos del sur (1938). Trío Los Queretanos (1938) Los Hermanos Campos (1948)

Patricia Díaz Inostroza Patricia Guadalupe del Carmen (1950) 364 • 2da etapa: Los Hermanos Bustos (1965)

b. Los continuadores que consolidan el género:

Los Manantiales (1970) Los Rancheros del Sur (1973 Los Luceros del valle (1974) Los Reales del Valle (1975) III.2. La ranchera mexicana en Chile Los Llaneros de la Frontera (1985)

c. Los actuales (que destacan con grabaciones profesionales y/o pre- sencia en festivales):

Los Amigos del Loica Los rancheros de Río Grande Rancheros Dorados Los coyotes del sur Los aguilillos del norte Fusión norteña Gavilán solitario El canario solitario Latidos del norte Los tigres de La Frontera Los aguaciles de Villa Los ruiseñores de La Frontera Los rancheros de Rapel Los tejanos de Villa Los pumas Los reales de Los Lagos Los rayos del Norte Los halcones reales Los príncipes del norte Los conquistadores Los pumas del Valle Los Villanos del sur El charro de Ñuble Los Bustos Junior Los rancheros de Plata

Los rancheros de Limarí Corazón Latinoamérica musical de México Los rancheros de Melipilla 365 Los rancheros del Llano Los mensajeros del Sur

d. Los contemporáneos :

Los Charros de Lumaco (2005) Los Kuatreros del Sur (2006)

Sin embargo, estos últimos están siendo superados o avasalla- dos por intereses comerciales que les obliga a alejarse de las formas

más tradicionales en tanto contenidos que interpretan historias de vida Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur reemplazándolos por meros ritmos bailables vacíos de pensamiento o crónica ya sean de tipo amoroso o social. Es así como los rancheros his- tóricos siguen vigentes ya que mantienen el repertorio que significa a la gente, es decir, la interpretación de sus sentires.

Sentido de un canto popular subterráneo Los acontecimientos que marcan la vida de las personas quedan graba- dos en sus memorias a través de imágenes de lo vivido que regresan a sus mentes cada cierto tiempo. Cuando dicha experiencia es más pro- funda, en algunos queda fijada como un sello a fuego en su ser, lo que repercutirá en su forma de conectarse con el mundo per se. La vida hu- mana transcurrida no puede negarse. Lo que ha ocurrido en cada per- sona no puede desaparecer, sucedió nada más. Y la restitución de ese tiempo que pudo haber sido otro suceso es imposible. La memoria, está allí , almacenando hechos y situaciones como un espacio de conserva- ción. Sin embargo, existe una posibilidad de olvidar, de borrar lo do- loroso y dejar sólo lo sustentable para el habitar manso , posible y de- seable. Ahí operan ciertos mecanismos sicológicos para hacer creer a la mente que ello no ocurrió y seguir existiendo como si nada hubiese pasado. Pero el cuerpo biológico está bien estructurado y en algún mo- mento aparecerá el suceso oculto, el que la memoria engañada camu- fló. Y producto de ello sin duda, otro acontecimiento saldrá a la luz y tal como el mar cada cierto tiempo deposita en las arenas blancas o ne- gras de sus orillas un objeto que alguien abandonó en sus aguas, en cualquier parte del mundo, pensando en que iba a ser destruido o tra- gado en lo más profundo del océano, igual, la memoria con más reali- dad dejará emerger esos acontecimientos negados con toda su fuerza y frialdad. Las historias personales son sucesos acontecidos almacena-

Patricia Díaz Inostroza Patricia dos en la memoria dejando huellas para volver a vivirse desde la mente 366 transformados en recuerdos y que salen a reinventarse y recrearse cada vez que misteriosamente el pensamiento considere develar. Pero existe una posibilidad de contención para enfrentar esta condición humana. Y ha existido desde que el hombre se piensa y se representa a sí mismo. Una de esas herramientas sensibles es la música y para el pueblo son los cantares que ejercen como expresiones que posibilitan el apareci- miento de lo doloroso sin perturbación. Es la purificación de la causa de la tragedia humana: la catarsis, como la denominan los griegos. Es una especie de acto de sanación. Es una liberación de aquella experiencia fuerte, tormentosa y hasta de horror y que tiene la virtud, además de po- III.2. La ranchera mexicana en Chile der compartirse con otros a través de la acción de escucha y también del bailar. Al hacer posible que la conciencia interactúe con otras de igual dimensión o símil experiencia se tiene la convicción que los epi- sodios personales pasan a ser colectivos y se tiene así la oportunidad de la reconciliación con uno mismo, pues, al ser devuelto comunitaria- mente a lo temporal presente se obtiene redención de lo sufrido y con ello la oportunidad del restablecimiento de lo vivido con lo por vivir. Es por tanto, que la cultura popular, es decir, las expresiones artísticas veni- das de los imaginarios estéticos populares, sin la intervención de lo con- vencionalmente establecido por las concepciones de la academia o de la construcción estética epocal, constituye una poderosa herramienta de arraigo identitario donde el alma perdida en el sufrimiento se armoniza con la participación del otro en una comunión de seres que dialogan. La identidad es un yo compartido pues la experiencia del vivir desde el ori- gen de la raíz, de la tierra experimentada como un igual en relación con otro igual, es humanizadora. El libro “ El río es charco. Cancionero del migrante ”, de Gustavo Ló- pez Castro , de 1995, expone la existencia de aquel cancionero contribu- yendo con ello a resaltar y dar cuenta de las historias de los migrantes, sus sentimientos, afectos y problemáticas las que se encuentran trágica- mente vigentes y cuya contingencia se delata en continuas apariciones en la prensa y en los informes de Derechos Humanos y organizaciones internacionales humanitarias. El autor recurre a fuentes fonográficas y textos sobre el tema, como también a recopilaciones de obras. También indica la hipótesis que la perdurabilidad de la música norteña se debe a su capacidad de adaptación a los cambios sociales, especialmente a los gustos del público y la adopción de utilizar los ritmos populares y folkló- ricos como la cumbia, la ranchera y el corrido. Por lo mismo, se sustenta el éxito de los corridos “empistolados” de los últimos 20 años cuya espe- cie “narcocorrido” que alude las historias de los narcotraficantes mexi-

canos. Pero el tema central del libro son los migrantes como cancionero. Corazón Latinoamérica musical de México “El cancionero de la migración representa uno de los medios por los 367 cuales se comunica la experiencia y se socializa la ideología de la migra- ción: los mitos acerca de los viajes, las relaciones con los “gringos” , la aceptación de valores, los trucos para pasar la línea, la vida “al otro lado” la nostalgia, los cuentos de migra y coyotes; la vida de la frontera, etc.” 14 En el caso de las experiencias chilenas las historias aluden a las relacio- nes de amor tormentosas y desdichadas, a las consecuencias de la ce- lopatía, la infidelidad, el abandono, la traición y la indiferencia del amor no correspondido. También a las tragedias como la privación de libertad por un crimen cometido o no, la pobreza insoslayable, la pérdida de un ser amado, el abandono, la soledad y la discriminación. Todos esos sen-

timientos profundos emanados de experiencias humanas individuales Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur son contenidos por la canción ranchera la que actúa como obra sensi- ble receptora y generadora de emociones. A la vez el escucha reconoce el estilo y desde ya se predispone a participar del juego estético popu- lar esperando que sus expectativas musicales y literales se cumplan. Es decir, la experiencia de goce está asegurada al producirse la presencia de una estructura que se repite ya sea de sí misma (forma) o del género (tradición).

Soy el más desquiciado del mundo y la culpa la tiene este vicio me dejó la mujer que tenía ahora pierdo también a mi hijo.

14) LÓPEZ CASTRO, Gustavo Río Bravo es charco. Cancionero del migrante.. Pag. 12 Ed. Colegio de Michoacán, México. 1995 El jamás supo lo que era un padre porque yo andaba siempre tomando El pidiendo en la calle limosna para que yo siguiera tomando.

–– De “Dos monedas”, Ramón Ayala. Mexicano. Intérprete chileno: Los llaneros de la Frontera

Nuestros pechos ha sido desgarrados Y estas llagas no cerrarán jamás Con la naturaleza no se juega Y los rangos de los hombres en la tierra Ante Dios no valen nada. Patricia Díaz Inostroza Patricia 368 –– De “A los héroes de Antuco” (2005)15, Autor e intérprete: Los Lla- neros de la Frontera. Chilenos

Las historias de vida compartidas pasan a ser un motivo de encuen- tro solidario en el dolor y también en las alegrías, pero más aún en la tris- teza y el desconsuelo. Y esas experiencias se transmiten a través de los relatos que vienen a constituir la expresión de la catarsis. Eso es en gran medida el sentido de los artefactos sensibles, y las rancheras - sean estas norteñas o sureñas - , sin duda corresponden a esos bienes sensibles. La presencia de la lírica breve popular con o sin intervención de la industria III.2. La ranchera mexicana en Chile cultural denota la sensibilidad de un sector de la sociedad que resiste in- conscientemente a la dominación y la subordinación del poder cultural.

… en este país los pobres somos más. Jamás los ricos van a superar a los pobres, y los pobres son los que compran la música popular y escuchan la música ranchera.16

15) Composición a propósito de la tragedia de los 41 jóvenes soldados cons- criptos que perdieron la vida congelados cerca del volcán Antuco, región del BíoBío, por negligencia de un coronel de ejército. 16) Los Llaneros de la frontera, en entrevista al señalar que la televisión no los considera aunque sean los que más discos venden en Chile y hayan apare- cido más de una vez en la revista Bilboard. Fuente: Emol.com - http://www. emol.com/noticias/magazine/2005/09/23/270273/los-llaneros-de-la-fronte- ralos-pobres-somos-mas-2392005.html –– Los Llaneros de la Frontera, PDI/2014

Bibliografía 1. ANDERSON, Benedict. Comunidades imaginadas: Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México: Fondo de cultura económica, 1993. 2. BHABHA, Homi K. (compilador). Nación y narración, entre la ilusión de una identidad y las diferencias culturales. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2010. 3. BOURDIEU, Pierre. El sentido social del gusto. Elementos para una sociología de la cultura. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2010. 4. DE RIQUER, Martín. Los trovadores. Historia literaria y textos. Tomo I. Barcelona: Editorial Ariel S.A.1983.

5. DÍAZ-INOSTROZA, Patricia. El canto nuevo chileno, un legado Corazón Latinoamérica musical de México musical. Santiago: Editorial Universidad Bolivariana, 2007. 369 6. EMBAJADA de México, Dibam. Catalogo exposición “Jorge Negrete en Chile”. Santiago. 2004. 7. FRITH Simón. Música e identidad. En Hall , STUART y DU GAY Paul. Cuestiones de identidad cultural. Buenos Aires: Ed amorrurtu, 2003. 8. HALL, Stuart : “Notas sobre la deconstrucción de ‘lo popular’”. En: Samuel, Ralph (ed.) Historia popular y teoría socialista. Barcelona: Crítica. 1984 9. GONZALEZ, J.Pablo, ROLLE, Claudio.Historia Social de la música popular en Chile. 1890-1950. Santiago:Ediciones Universidad Católica de Chile. 2004.

10. LENZ, Rodolfo. Sobre la poesía popular impresa en Santiago de Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur Chile. Santiago: Anales de la Universidad de Chile, 1919. 11. LIRA Enrique, La Canción Romántica: Libro-cancionero. Santiago: Editorial Granizo,Ltda, 1984. 12. MARTINEZ Deniche, Roger. La magia de la canción yucateca. 90 años de historia 1890-1980. México D.F: . Publicaciones Conaculta, 2014. 13. MEYER, Leonard. La emoción y el significado en la música. Barcelona: Ed. Alianza, 2005. 14. MENDOZA Vicente: El Corrido de la Revolución Mexicana. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera Edición 1956. Primera Reedición México.1990. 15. _____El romance español y el corrido mexicano México: Fondo de cultura económica. 1939 16. _____El corrido mexicano. México: Fondo de cultura económica. 1954. 17. MENENDEZ, P. Marcelino. Antología de poetas líricos castellanos. La poesía en la Edad Media. T.1 /Edición preparada por Enrique Sánchez 18. MENENDEZ P. Ramón. Romancero hispánico. Madrid: Espasa- Calpe, 1953. 19. TODOROV Tzvetan. Los géneros del discurso. Buenos Aires: Waldhuter Editores, 2012. 20. VICUÑA Cifuentes, Julio. Romances Populares y Vulgares. Santiago: Biblioteca de Escritores de Chile, 1912. Patricia Díaz Inostroza Patricia 370 III.2. La ranchera mexicana en Chile III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile

Luis Omar Montoya Arias Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1 México Corazón Latinoamérica musical de México El 28 de abril del 2011, Perú, Colombia, Chile y México, materializaron 371 la Alianza del Pacífico, misma que tiene por objetivo integrar comercial- mente a los cuatro socios latinoamericanos. De los miembros enlistados, Chile parece ser el líder económico de la región. Su condición de , fue adquirida al finalizar la dictadura pinochetista. Con el gobierno de la concertación, la nación trasandina pasó a formar parte de una comu- nidad internacional selecta. En esta encrucijada, el Estado chileno co- menzó a vender un estereotipo de blancura, exaltó sus raíces alemanas y negó su herencia mapuche. Con estos antecedentes, resulta impensa- ble que las músicas mexicanas tengan alguna importancia histórica para los chilenos. La realidad es muy diferente a lo que podemos imaginar.

Nibaldo Valenzuela Fernández, coleccionista chileno de músicas Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur mexicanas, recuerda que el golpe militar empezó a las 8 a.m. del 11 de septiembre de 1973. Él iba a trabajar y de pronto comenzó a ver milita- res por todos lados, aviones sobrevolando Santiago. Desde las 6 a.m. las radios informaron que La Moneda estaba rodeada. Al llegar a la fábrica donde laboraba, Valenzuela Fernández encontró la entrada bloqueada por militares y carabineros. Como a las 10 a.m. se avisó por la radio: “nos hemos dado cuenta que hay un golpe militar, el gobierno de Salvador Allende será derrocado por las fuerzas militares” (Valenzuela, 2013). Los aviones por aire y los tanques por tierra. “En la Alameda se había em- pezado a construir la línea 1 del metro, había un manso hoyo. No era la misma tecnología que ahora, en ese entonces hicieron el hoyo y des- pués pusieron bloques de cemento. Mirabas al otro día y dentro de esa fosa estaba cualquier gallo muerto, familias completas y todas las tira- ban adentro de esa cuestión. Hubo poblaciones enteras que desapare- cieron en el sur” (ídem). Reprimen a las músicas mexicanas El 29 de junio de 1973, ocurrió el primer intentó de derrocamiento con- tra el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende. Al acontecimiento se le conoce como “Tanquetazo” o “Tancazo”. La su- blevación fue sofocada por el General Carlos Prats. Una semana des- pués de acontecido el Tanquetazo, el dueto chileno de música norteña mexicana, bautizado como Los Texanos de América, y su disquera Sol de América, pusieron a circular el corrido: Gesta Heroica.1 El Animalito con Los Luceros del Valle (1975) y La Pirilacha con Nilda Moya (1978), tam- bién fueron censurados por la dictadura pinochetista. El corrido no fue el único género prohibido por gobierno de Au- gusto Pinochet Ugarte. La cumbia El Animalito, también fue vetada. El corrido Gesta heroica fue censurado por cuestiones políticas, mientras

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis que la represión hacia El Animalito y La Pirilacha, obedeció a temas mo- 372 rales. “La composición del Animalito fue la primera en su especie; el go- bierno militar la censuró porque en esos tiempos la Iglesia Católica tenía mucho poder. Otra canción prohibida fue El chinito constructor con Los Luceros del Valle” (Valenzuela, 2012).

Chilenos al grito de guerra Fernando Bustos, acordeonista de Los Hermanos Bustos, primer dueto chileno de música norteña mexicana, fundado en 1965, narró su expe- riencia:

Nos quedamos con todo listo para ir a México. Don Pinocho no dejó salir a nadie. El golpe afectó a los músicos porque teníamos permiso de trabajar hasta las seis de la tarde. Mi hermano Ismael iba a sacar los permisos mu- III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile nicipales y siempre ponían obstáculos. Los Hermanos Bustos fuimos acu- sados de traición por cantar música mexicana. Los milicos nos dijeron que éramos traidores por cantar música de un país que había roto relaciones con Chile. Les dijimos que eso no tenía nada que ver con la cultura. Nos encargábamos de llevar alegría a la gente. Nos daban los permisos, pero al actuar, siempre había patrullas vigilándonos. En la dictadura sufrimos per- secución. La gente entraba al concierto y se iba. Los milicos creían que an- dábamos metiendo política y nada que ver. Nunca relacionamos el canto

1) El corrido dice textualmente: Un 29 de junio sin que nadie lo creyera / un regimiento blindado formaba una balacera / los tanques que dirigía un jefe insubordinado / dis- paraban a matar a civiles y soldados / A derrocar el gobierno salieron una mañana / pero las tropas leales les quitaron esas ganas / dos horas de balacera y momentos de tensión / pidiendo los insurgentes a La Moneda su rendición / A la mierda el enemigo, nadie nos puede vencer. con la política. En esos años no se podía hacer nada. Se dijo que Los Her- manos Bustos fueron amigos de Pinocho. Es mentira. Nunca fuimos com- parsas de la dictadura. Íbamos a ir a México por medio del sello Asfona, en 1973. El viaje estaba programado para el 28 de septiembre y el golpe se dio el 11. Ese maldito suceso nos cambió la vida. La dictadura terminó la bohemia, no había trabajos por las noches. Las disqueras dejaron de ven- der. Si no nos exiliamos en México, fue porque mi hermano Ismael no quiso (Bustos, 2012).

A raíz del golpe militar, el coleccionista de música mexicana, Ni- baldo Valenzuela Fernández, estuvo a punto de exiliarse en México. Va- lenzuela pasaba mucho tiempo con un compañero de trabajo; acor- daron irse de Chile y establecerse en México. Fueron a hablar con un

sacerdote católico. A principios de la década de 1970, era común que Corazón Latinoamérica musical de México los lácteos se repartieran en triciclos. La Iglesia Católica vio en la distri- 373 bución matutina de leche, un medio para exiliar a los chilenos. “Te fingías vendedor de leche, conseguías un triciclo, pasabas frente a la Embajada de México, tocabas la puerta y entrabas. Una vez dentro, carabineros no podía hacer nada” (Valenzuela, 2013). Valenzuela se quedó en Chile y su amigo se exilió en México. “El golpe fue en septiembre y el gallo se fue en noviembre. La Embajada de México siempre apoyó al pueblo chi- leno. Cuando la dictadura, México se comportó como el hermano ma- yor, por eso los chilenos lo amamos tanto”. (Ídem). El 16 de noviembre de 2012, entrevisté a Oscar Inzunza Soto (Ran- cagua, Chile). Los Luceros del Valle, uno de los duetos chilenos de mú-

sica norteña mexicana, más influyentes, están integrados por Rafael Al- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur caino Leyva y Oscar Inzunza. La primera grabación del dueto tuvo lugar en 1974. En 1975, El Animalito, su máximo referente, fue prohibido por la esposa de Pinochet, bajo el argumento de “atentar contra la moral y buenas costumbres” (Inzunza, 2012). Los Luceros del Valle fueron galar- donados por Sol de América, gracias al éxito del Animalito.

El disco La dictadura afectó a las músicas mexicanas en Chile. Modificó sus cir- cuitos de movilidad. Llevó al cierre de disqueras trasnacionales estable- cidas en Santiago. Con el golpe militar dejaron de llegar discos de músi- cas mexicanas a Chile. “Los que podías conseguir, ingresaron antes de la dictadura” (Valenzuela, 2012). Nibaldo Valenzuela Fernández, coleccio- nista de músicas mexicanas, recuerda que, en 1975, adquirió un LP de Los Tremendos Gavilanes. Éste fue traído de California, en un lote ingre- sado a Chile, en 1972. “Las disqueras vendieron lo que les quedaba y se fueron de Chile. En 1980, los discos de músicas mexicanas estaban ago- tados” (Valenzuela, 2013). Para 1973, año en que comenzó la dictadura pinochetista, el gusto por las músicas estaba en todo Chile. Existía un mercado consumidor que fue aprovechado por empresarios chilenos, en la consolidación de su industria discográfica. Si bien, sellos como Asfona y Sol de América, nacieron en 1963 y 1972, respectivamente, fue en la dictadura que al- canzaron sus niveles más altos de productividad. Asfona tenía a Los Her- manos Bustos, dueto pionero de la música norteña mexicana hecha por chilenos; Sol de América presumía la exclusividad de Los Luceros del Valle, originarios de Rancagua (a dos horas de Santiago). Los Hermanos Bustos se nutrieron de Los Broncos de Reynosa y Los Alegres de Terán. Los Luceros del Valle son los padres de la cumbia ranchera.

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis Sol de América se ubicó sobre la Gran Avenida. Gracias a esta em- 374 presa, la música mexicana que entró antes del golpe, fue regrabada en casete. Nibaldo Valenzuela recuerda haber comprado casetes de Anto- nio Aguilar y Mercedes Castro, editados por Sol de América, en la dé- cada de 1970. Hubo radios como Sargento Candelaria que pusieron a la venta su acervo de músicas mexicanas. En el consumo de músicas mexicanas, chilenos como Nibaldo Va- lenzuela, aprovecharon circuitos migratorios que el entorno laboral les brindó:

Es que tenía amigos del trabajo que me regalaban música. Trabajaba en una empresa farmacéutica, entonces venían muchos químicos de fuera; iban y volvían y ahí yo les encargaba música mexicana. Incluso le encargué a un guatemalteco que me trajo música de Las Palomas y del Dueto América. III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile Era un químico fanático de la música norteña de México, tenía cualquier música. También tenía un amigo que fue a la Argentina y me trajo discos de música mexicana, en Buenos Aires me compró discos de Antonio Agui- lar. Mi hermana también me mandó discos desde México porque se casó con un español. Mi hermana vive actualmente en Suiza. Ella venía cada dos años a Chile. Me acuerdo que en 1964, aparecían personas en revistas que deseaban entrar en contacto con personas de otros países, entonces le es- cribí y me salió una niña hija del presidente municipal de Valle Hermoso, Ta- maulipas. Conversamos por cartas. Ella me mandó un disco de Las Herma- nas Padilla y otro de Las Jilguerillas que traía dos canciones por cada lado: Ojitos encantadores, boquita coloradita, Ojitos aceitunados, Llorar y llorar. Los dejé en Curicó. Mi hermano que no tenía música, sacaba los discos a sus fiestas y no los regresaba. Los discos que mandó la mexicana de Tamau- lipas, se perdieron en Curicó por culpa de mi hermano (Ídem). Nibaldo Valenzuela Fernández se apoyó en su hermana exiliada en Europa. A través de ella, disfrutó de Alma Norteña, Las Palomas, Las Jil- guerillas y Mercedes Castro. En sus viajes por México y España, la her- mana de Valenzuela compró discos que luego envío a Chile. “Con la dic- tadura llegaron pocos discos mexicanos, todos de contrabando. Nunca pude hacerme de ninguno porque eran carísimos, te costaban 12 veces más que antes del golpe militar” (Ídem). La dictadura no sólo trajo el florecimiento de la industria discográ- fica chilena, especializada en las músicas mexicanas, también motivó el surgimiento de duetos norteños como Los Luceros y Los Reales del Va- lle. La gente quería escuchar músicas mexicanas. “Si alguien tenía acor- deón y guitarra, comenzaba a cantar, y la gente, ávida de momentos fe- lices, lo tiraba para arriba”. (Valenzuela, 2012).

Desde lo económico, festivales que se organizan en Chile (enero Corazón Latinoamérica musical de México y febrero), explican el auge y masificación de los duetos rancheros chi- 375 lenos, a partir de la década de 1970. Los eventos tienen que ver con el campo, por eso algunos se llaman Festival del Choclo y la Sandía. “En enero y febrero está el furor de las cosechas. Es verano, hay dinero para contratar a los duetos norteños”. (Valenzuela, 2013)

Contra la dictadura El locutor Hugo Olivares Carbajal, especialista en músicas mexicanas, nació el 4 de junio de 1962, en Ovalle, norte de Chile. Migró a Santiago en 1967, junto a sus padres. Actualmente, produce y conduce dos pro- gramas de músicas mexicanas: Despertar Ranchero y Los Capos de Mé-

xico. El primero es transmitido de lunes a viernes, por las mañanas, en Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur Calipso FM, perteneciente al grupo Radio Colo Colo. Despertar Ran- chero inició en el 2000, como una idea original del acordeonista nor- teño, Juan Contreras, fundador de Los Rancheros de Río Grande. “Juan me enseñó el valor de la música mexicana. Me dijo que pusiera música 100% mexicana, yo no tenía nada entonces, así que él traía todo, por eso lo quiero”. (Olivares, 2013). El nombre de Los Capos de México se debe a que “en Chile un capo es el mejor, el bueno, el número uno. La gente sabe que va a es- cuchar lo mejor de la música mexicana” (Ídem). Olivares Carvajal apro- vechó la música del grupo norteño homónimo para “armar las cortinas”. Los Capos de México fue transmitido por primera vez, el 1 de mayo del 2004, en Radio Estación Cuatro de Santiago de Chile. El espacio radio- fónico sigue ampliando sus áreas de influencia. Las grandes radios de Chile no han tocado músicas mexicanas por- que “las ven como herencia de Pinochet”. (Ídem). Cuando el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, el locutor chileno, Hugo Olivares Carva- jal, tenía 11 años de edad.

Durante el golpe militar hubo artistas que no quisieron venir a Chile. Con Pinochet surgió Radio Colo Colo, se hizo harta música ranchera, lo que pasa es que la música mexicana de esos años habla de amor, de regiones geográficas, no de problemas sociales, por eso Pinochet la dejó. Eso no significa que Pinochet adoctrinara al pueblo chileno con la música mexi- cana. La ranchera estaba en Chile mucho antes que Pinocho tomara el po- der, así que es mentira que la dictadura promoviera la ignorancia del pue- blo chileno con la difusión de la ranchera. Durante el gobierno militar la música mexicana se veía como algo inocente, inofensivo, pero eso no sig- nifica que directamente el gobierno militar haya promovido a la música

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis mexicana. Eso sí, recuerdo que durante la dictadura de Pinocho un locutor 376 de Santiago puso al aire temas de Amparo Ochoa y Oscar Chávez. El va- liente locutor fue asesinado por la dictadura. Durante la dictadura, la radio que más destacó en la difusión de la música mexicana fue Radio Colo Colo. Ésta nació el 12 de octubre de 1974. Era música popular todo el día, ha sido la madre de todas las radios actuales. Claro que antes de Radio Colo Colo hubo otras frecuencias que difundieron la música mexicana como Ra- dio Serrano de Melipilla, una de las más importantes difusoras de música mexicana durante la década de 1960. Hoy Radio Colo Colo está en manos de Omar Garate, quien me dio la oportunidad de trabajar en Calipso FM. En Radio Colo Colo se promocionó harta música norteña de México, re- cuerdo al dueto Carlos y José con Amores fingidos. En 1975, Radio Colo Colo tenía programas de música mexicana, uno por la mañana y otro por la noche. A pesar de todo, durante la época de Pinocho, hubo música ran- III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile chera; salieron Los Luceros del Valle, Los Amigos de Loica, Los Llaneros de la Frontera, Los Reales del Valle y Eliseo Guevara; Los Hermanos Bustos, Guadalupe del Carme, Fernando Trujillo y Roberto Aguilar. (Ídem).

A favor de la dictadura Hasta este punto, los entrevistados se han manifestado contra la dicta- dura de Augusto Pinochet Ugarte, sin embargo, no todos los actores que dan forma y vida a las músicas mexicanas en Chile, son de izquierda. Sergio Zúñiga Cortés, fundador y director del Mariachi Calicanto de San- tiago, heredero del dueto de música norteña Sergio y Polita, se declaró partidario de Augusto Pinochet Ugarte. Zúñiga Cortés, así como su pa- dre, Sergio Zúñiga Soto, y su esposa, Ingrid Guzmán, fueron militares. Zúñiga Soto se desempeñó como asistente del dictador. Zúñiga padre fue una de las manos derechas de Augusto Pinochet Ugarte. De acuerdo con Ingrid Guzmán, esposa y manager de Sergio Zúñiga Cortés, la vida de sus suegros estuvo en peligro (1980), cuando un capitán descubrió que tenían un dueto de música mexicana. Para los militares, estaba prohibido realizar actividades artísticas. “El militar está hecho para obedecer”. (Guzmán, 2013). Sergio Zúñiga Soto e Hipólita Cortés iniciaron su carrera artística en Radio Yungay, en 1974, con el nombre de Sergio y Polita. En 1979, gra- baron su primer casete con el apoyo de la disquera Surko, en plena dic- tadura militar. La recopilación se llamó: Corridos y rancheras. Durante seis años, Sergio y Polita cultivaron, clandestinamente, la música norteña mexicana, hasta que fueron descubiertos y confrontados. Les perdona- ron la vida por la cercanía de Zúñiga Soto con Pinochet. “Se les dijo que lo dejaran ahí, que Pinochet no se enteraría y que no mencionaran el

tema. Iban a morir por cantar música mexicana”. (Ídem). Corazón Latinoamérica musical de México El gusto de los chilenos por las músicas mexicanas no tiene que ver 377 con ser de izquierda o derecha. Tampoco está asociado con el gobierno de Salvador Allende, ni con el de Augusto Pinochet Ugarte. “El fenómeno se remonta a principios del siglo XX” (Zúñiga, 2013). La dictadura militar incentivó a las músicas mexicanas y también las prohibió. Augusto Pino- chet Ugarte alentó a las músicas que llegaron de México, en tanto sirvie- ran para reforzar el estereotipo del huaso ligado al campo, los caballos y la cueca. No es casualidad, que uno de los grupos consentidos de la dictadura fueran Los Huasos Quincheros. La imagen del charro mexicano ayudó en el reforzamiento del estereotipo del huaso, indudablemente. Géneros musicales y películas mexicanas sin contenido político, sir-

vieron de distractores (el abordaje de la revolución mexicana fue censu- Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur rado) (Ídem). Las músicas mexicanas ayudaron a reforzar el poder de la dictadura con la gente del campo, sitio donde está enraizado el amor por México. “En el rancho chileno, cantan El caballo blanco y La yegua colorada, e ignoraran Si vas para Chile”. (Ídem).

Música derechista Los chilenos que no vivieron la dictadura, adjetivan como derechistas y conservadoras, a las músicas mexicanas. El que la dictadura pinochetista haya promovido géneros como la canción ranchera, no significa que to- das las músicas mexicanas sean apolíticas. Se prohibieron corrientes e intérpretes que pusieran en riesgo la estabilidad social de Chile. Las mú- sicas mexicanas se clasificaron:

Chabela Vargas, Oscar Chávez y Amparo Ochoa, estuvieron prohibidos. Música mexicana que llegó a Chile por Valparaíso, fue requisada. Artis- tas como Los Huasos Quincheros se beneficiaron. En el Festival de Mú- sica Mexicana Guadalupe del Carmen, celebrado en febrero de cada año, en Chanco, sur de Chile, estuvieron Los Huasos Quincheros. ¿Qué hacen Los Huasos Quincheros en un festival de música mexicana? La gente que gusta de la música mexicana, se reconoce, en un 70%, de derecha (pino- chetista). La gente que gusta de la música mexicana, es decir los del sur, vivió una realidad diferente a la que experimentaron los de Santiago. Por ejemplo, tú tenías animales y los vendías a Santiago, en el gobierno de Allende se trató que todo lo que se produjese en la zona, se comiera en la misma región. Esto generó que Osorno, pueblo ganadero del sur de Chile, no pudieran sacar sus animales para llevarlos a Santiago. En Santiago no había animales para comer. Rancagua es un pueblo agricultor. Había luga- res que tenían puro maíz y otros solamente carne. Como campesino, fue

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis malo. Para el agricultor y ganadero fue pésimo. Por eso la gente del sur ve 378 negativamente al gobierno de Salvador Allende y con buenos ojos al de Augusto Pinochet Ugarte. La gente del sur de Chile, es la que se divertía con las películas mexicanas. Las películas se arraigaron por la similitud del caballo, la misma forma de ser. La gente del campo pidió que se derrocara el gobierno de Salvador Allende. El país se dividió. Por eso cuando Pino- chet estereotipó la cueca, impulsó a Los Huasos Quincheros. La gente del sur apoyó a Pinochet, porque en menos de una semana pudo vender sus animales y productos del campo, a otras regiones. Aunque los campesinos chilenos son de derecha, el asunto de la música mexicana es circunstancial. La música mexicana no se hizo para que Pinochet la usara; él capitalizó la situación. La gente del sur es derechista (Ídem).

El Rey III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile Bernardo Subercaseaux menciona en su libro sobre la historia del libro en Chile que, desde 1880, con los excedentes salitreros, el Estado chi- leno promovió la zarzuela y la cueca en espacios públicos de Santiago. (Subercaseaux, 2010, 98). La cueca también fue difundida mediante la literatura. En 1885, por ejemplo, se escribió El huaso en Santiago de Mateo Martínez Quevedo, relato costumbrista que puso en el centro al huaso y a la cueca, su música. “Es una obra musicalizada que narra las peripecias de un huaso que visita a sus familiares en Santiago. La obra concluye con una zamacueca que se baila en el escenario” (Ibid, 102). Pi- nochet retomó elementos de la cultura popular chilena como el huaso y la cueca, en la conformación de su proyecto cultural. Buscaba identificar su gobierno con las mayorías (campesinos). Aunque la cueca fue decretada “música nacional de Chile”, Pino- chet exigía mariachis. Éstos debían estar en los aeropuertos, para des- pedirlo y recibirlo. “El himno de Augusto Pinochet Ugarte fue El Rey, de José Alfredo Jiménez Sandoval. Hoy está prohibido cantar este corrido, es una ofensa para simpatizantes de Salvador Allende” (Zúñiga, 2013). “En fiestas de Pinochet sonaba México lindo y querido, Paloma querida y Cielito lindo. México es el país más presente en Chile”. (Ídem). Para el locutor de Radio Colo Colo, Hugo Olivares Carvajal, “México le heredó a Chile, una música, incluso, un idioma, si pensamos en Can- tinflas y El Chavo del 8. No miento si digo que millones de chilenos nos sentimos orgullosos de México, porque también es nuestra patria” (Oli- vares, 2013) México “es una mezcla de sentimientos. Nos evoca momen- tos felices, como cuando estaban mis padres” (Ídem).

Conclusiones

La presencia de las músicas mexicanas en Chile, se enmarca en un in- Corazón Latinoamérica musical de México tercambio comercial y cultural que data, por lo menos, del siglo XIX. La 379 existencia de mexicanos en Chile ha sido un fenómeno constante y sos- tenido, desde finales del siglo XIX. Porfirio Díaz, por ejemplo, envió un grupo de músicos a la nación trasandina. La injerencia del Estado mexi- cano en Chile, ha sido contundente. Desde el siglo XIX, México han re- mitido contingentes de músicos y artistas (David Alfaro Siqueiros, entre ellos). México ha contribuido en las reconstrucciones de Chile, conse- cuencia de los terremotos que la nación andina ha padecido. A pesar de que las relaciones políticas y comerciales entre México y Chile se quebraron a raíz de la dictadura, las músicas mexicanas siguie- ron llegando a la nación trasandina, gracias a la intervención de chilenos

exiliados en México, de chilenas radicadas en España, del contrabando y Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur la tenacidad que mexicanas como Imelda Zapata, mostraron. Durante la dictadura militar, hubo mexicanos que, viviendo en Chile, promovieron y difundieron la cultura mexicana, en general. La dictadura militar de Augusto Pinochet Ugarte, distanció al pue- blo chileno, desgarró su sociedad, mutiló sus lazos comunitarios, volvió antagónicos a los huasos y a los intelectuales. Las músicas mexicanas cargan el estigma de ser derechistas, conservadoras y comparsas de la dictadura militar. Las músicas mexicanas son tratadas con desconfianza por los sectores letrados de Chile; ven en ellas a huasos, es decir, a pino- chetistas iletrados (lúmpenes irracionales). A la par de este fenómeno, los intérpretes más valorados, en tér- minos artísticos, por las élites intelectuales chilenas (Violeta Para, Víctor Jara, Quilapayún y Mauricio Redolés Bustos), han interpretado y gra- bado músicas mexicanas. Las músicas mexicanas en Chile, son anterio- res a los gobiernos de Allende y Pinochet. Están más allá de derechas e izquierdas; tampoco son privativas de los huasos (pobres iletrados). Conocí gente humilde que ama a las músicas mexicanas, pero también tuve encuentros con personas de mundo que respetan y entienden la importancia de México para la nación chilena. Las élites chilenas, que son quienes escriben la historia de la na- ción trasandina, se han empeñado en olvidar un pasado, estrechamente ligado a México. Niegan la actualidad de prácticas musicales como la norteña y el mariachi, arguyen que “las músicas mexicanas son del sur”, donde habitan huasos (gente sin educación ni cultura). Los chilenos son Europa en América, por eso, los santiaguinos se distancian de lo campe- sino. A decir verdad, en Santiago radican coleccionistas y locutores; se encuentran importantes difusoras de músicas mexicanas (como Radio Colo Colo) y cineastas como Christian Maldonado. En su documental,

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis Norteños del Sur, Maldonado da cuenta de la presencia de las músicas 380 mexicanas en la capital chilena. La realidad que viven las músicas mexi- canas en Chile, es diferente a lo reproducido por los medios oficiales. En los círculos universitarios se volvió leyenda el origen sureño de las músicas mexicanas. Al repetirlo, una y otra vez, se distancian de la dictadura pinochetista, la cual asocian con las músicas mexicanas. Para cientos de chilenos universitarios, las músicas mexicanas fueron aliadas del gobierno militar, en el adoctrinamiento de masas, junto a la televi- sión, la que se convirtió “en una industria de producción y reproduc- ción de mensajes homogeneizadores para el consumo masivo” (Suber- caseaux, 2010, 201). Griselda Núñez, por ejemplo, es una poetisa que ingresó a la escena literaria, luego de aparecer en sábado Gigante, pro- grama conducido por Mario Kreutzberger (Don Francisco), judío-ale- mán, difusor de lo mexicano (Ídem). III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile Luego del trabajo de campo realizado en Chile, me percaté que el amor por las músicas mexicanas rebasa los estratos sociales. Antes de llegar a Chile, iba con la idea de un país lleno de gente con rasgos euro- peos, ajena a las músicas mexicanas. Pensaba que la conexión que expli- caría una posible afición de los chilenos por la música norteña estaba en el sur de Chile, por concentrar esta región, una importante migración de alemanes y polacos. Imaginé que al ser la música norteña resultado del mestizaje entre el acordeón de origen europeo y el bajo sexto de fabri- cación mexicana, las migraciones centro-europeas a Chile, podrían ayu- dar a dilucidar las respuestas que permitieran explicar el porqué de la existencia de grupos de música norteña como Sentimiento Norteño de Marco Mañán y Corazón Norteño de Ricardo Rojas. Estaba lejos de ima- ginar la realidad compleja, profunda y enraizada, que representan las músicas mexicanas en Chile. Una vez en Santiago, fue muy sencillo comenzar a ubicar mis fuen- tes. A los tres días de establecido en la capital de Chile, ya había entre- vistados a Mario Obando, fabricante de bajo sextos, nacido en Valdivia (sur de Chile), pero radicado en Santiago. Me encontré un sábado por la mañana con el laudero, quien me llevó por algunas picadas o cantinas de Santiago (El Hoyo y La Piojera), sitios donde las músicas mexicanas están presentes. Son lugares pensados para el turismo. En La Piojera, lu- gar que visité 10 ocasiones, están Los Soles del Norte, dueto de música norteña formado por talentos chilenos. El dueto tiene más de 40 años di- vulgando la música norteña mexicana, en La Piojera de Santiago. En los inicios de la década de 1990, Chile pasó a formar parte de una comunidad internacional selecta. El Fondo Monetario Internacional le asignó la tarea de asumirse como uno de los países latinoamericanos

en vías de desarrollo (Larraín, 20001, 258). Las etiquetas semánticas que Corazón Latinoamérica musical de México adjetivaron a Chile como jaguar, puma y líder, forman parte de una es- 381 trategia de exaltación que busca fabricar un nacionalismo económico, a partir de la idea: “somos triunfadores” (Ibid, 164). Con el triunfo del NO y la elección del primer gobierno de la con- certación en 1989, se inició una nueva época para Chile. Es natural y entendible que luego de las vejaciones sufridas por la dictadura, los chilenos quisieran alejarse de todo lo que oliera a Pinochet. Lamentable- mente, las músicas mexicanas forman parte de ese patrimonio inmate- rial heredado por la dictadura pinochetista. El proceso de alianza entre la dictadura de Pinochet y las músicas mexicanas, tendría que estudiarse con mayor profundidad en trabajos futuros. La dictadura de Augusto Pi-

nochet Ugarte es una herida abierta, y también una oportunidad para Apartado III. Miradas desde el Pacífico Sur que la nación chilena aclare dudas y responda preguntas sobre su pa- sado inmediato.

Fuentes consultadas 1. Bustos, Fernando [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. 2. Guzmán, Ingrid [entrevista], 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. 3. Inzunza, Oscar [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. 4. Larraín, Jorge (2001), Identidad chilena, LOM, Santiago. 5. Méndez, Fernando [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. 6. Olivares, Hugo [entrevista], 2012 y 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. 7. Silva, Bárbara (2008), Chile. Identidad y nación entre dos siglos, Santiago, LOM, Santiago. 8. Subercaseaux, Bernardo (2010), Historia del libro en Chile, Santiago, LOM, Santiago. 9. Urrutia Onell, Luis (2012), Colo Colo 1973, Ediciones B, Santiago. 10. Valenzuela, Nibaldo [entrevista], 2012 y 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis mexicana. 382 11. Zúñiga Cortés, Sergio [entrevista], 2013, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. III.3. La ranchera y el corrido mexicano en Chile Apartado IV México Corazón Latinoamérica musical de México Orígenes y construcciones 383 identitarias IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez1

Juan Frajoza Centro de Estudios Históricos de la Caxcana Juan Frajoza 384 Desde que fue grabado por las Hermanas Segovia y más tarde por el Dueto América, el Corrido de los Pérez pasó de ser una composición lí- rico-musical de corte narrativo-histórico de ámbito netamente regional a convertirse en un referente indiscutible de la música mexicana. Se ha do- cumentado ampliamente su presencia en la música norteña2 y entre las bandas de viento del Bajío guanajuatense.3 Asimismo ha trastumbado fronteras y es interpretado generalmente entre los migrantes residentes en Estados Unidos de Norteamérica.4 Su popularización nacional a través de la goma de laca y el acetato, y últimamente por medios digitales, ha generado, sin embargo, un fenó- meno adverso: varias poblaciones del país, por lo común del apellido de los difuntos y de acontecimientos coetáneos, han tratado de apro- IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez piarse para sí la historia que subyace, sin siquiera conocerla. Montoya

1) Mi agradecimiento a Ricardo Rodríguez por haber puesto a mi disposición parte de sus estudios genealógicos sobre las familias alteñas, mismos que coadyuvaron a des- velar las relaciones existentes entre los personajes explícitos e implícitos de la obra popular aquí analizada. Igual reconocimiento merece José de Jesús Ortega Martín, quien suministró documentos, referencias y apoyo moral para concluir la presente di- sertación. Asimismo a René Saldaña, que consiguió de forma expedita documentos fundamentales. Sergio Gutiérrez, hacedor del mapa, nos ayudó a entender las cerca- nías y desplazamientos de nuestros personajes. 2) Luis Omar Montoya Arias y Gabriel Medrano de Luna. La música norteña mexicana. Guanajuato, Universidad de Guanajuato, 2016, p. 105. 3) Luis Omar Montoya Arias. Trompeta en mano, soltando el llanto y en compañía del diablo… Estudio histórico-cultural de las bandas de viento en el Bajío guanajuatense (1960-1990). Guanajuato, México, Ediciones La Rana, 2011, p. 109. 4) Martha I. Chew Sánchez. Los corridos en la memoria del migrante. México, Editorial Eón, 2008, p. 187. Arias ha encontrado que en el Bajío los pobladores creen que las carre- ras tan desgraciadas ocurrieron “en los límites geográficos entre Pén- jamo, Guanajuato y Numarán, Michoacán. Hay otras versiones que afir- man que los sucesos que narra el corrido tuvieron lugar en La Ciénega, en Aguascalientes”. De igual manera, este autor recoge el testimonio de un familiar directo de Mónico de Luna, quien asevera “que la carrera se hizo cerca de La Ciénega, perteneciente a San Miguel el Alto, Jalisco, y no en Michoacán”.5 Inclusive los incautos pobladores de Nochistlan de Mejía (Zacatecas), después de haber sido grabado, exhibido y comercia- lizado el largometraje Tierra de sangre o El Corrido de los Pérez, de vez en vez apuestan grandes cantidades a quien demuestre que los hechos no pasaron en su jurisdicción. No falta el entendido que, llevándoles cer- tificaciones de las actas de defunción, los pase a perjudicar.6 México Corazón Latinoamérica musical de México Ficha técnica de Tierra de sangre7 385 Tierra de sangre o El Corrido de los Pérez México, 1992, 35 mm Sinopsis: Una historia verídica que sucedió en el año de 1911. Basada en la matanza que sucedió en dos familias y de la cual naciera un corrido fa- moso: El Corrido de los Pérez. Una carrera de caballos en el pueblo de No- chistlán, Zacatecas, dos familias, los Pérez van contra los Orozco. Al perder la carrera, la familia Orozco abre fuego contra la familia Pérez, 4 muertos todos cara arriba, al morir forman una cruz. Al paso del tiempo siguen las rivalidades, los Orozco contra los Pérez. Sin impedir esto que sigan ha- ciendo apuestas en las carreras de caballos. La historia está a punto de re- petirse una vez más, una carrera pactada la hacen en el mismo día y mes del año de 1911 y en esta carrera se apuestan de todo. Dirección: Hernando Name Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias Producción: Carlos Moreno Castillejo y José Luis Orduña Guión: Carlos Valdemar Fotografía: Henner Hoffman

5) Montoya Arias, op. cit., p. 108. 6) El esperpento audiovisual en que actuó Mario Aldama ha calado tan hondo en la apre- ciación regional, que inclusive honorables estudiosos de los Altos de Jalisco han mez- clado partes del guión de Carlos Valdemar a la historial oral recogida directamente de testigos y descendientes de los protagonistas (Vid. Mariano González-Leal. Retoños de España en la Nueva Galicia, Tomo VI, Volumen 2. Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, 2011, p. 615). 7) La ficha, corregida por estar gramáticamente incorrecta, ha sido extraída de la página oficial del Instituto Mexicano de Cinematografía: http://www.imcine.gob.mx/cine- mexicano/pelicula1218. Edición: Carlos Savage Música: Ricardo Carrión Reparto: Mario Almada, Fernando Almada, David Reynoso, Bernabé Me- léndez el Gatillero, Carmen del Valle

Ante la latente desinformación y la desregionalización de la histo- ria del Corrido de los Pérez, J. Jesús Gutiérrez Pulido, cronista de Mexti- cacán, con el advenimiento del nuevo siglo comenzó a investigar para repatrimonializarla. Pizcando aquí y allá testimonios orales, en 2001 pu- blicó un breve artículo en que a través del testigo presencial don Juan Muñoz, se refieren pormenores del acontecimiento que dio pie a la com- posición del corrido. Esta paciente búsqueda lo llevó a presentar, una década más tarde, un documental durante la conmemoración del cen-

Juan Frajoza tenario de la muerte de los hermanos Isidro y Mariano Pérez, así como la 386 de su primo hermano Jesús Muñoz Pérez. Por nuestra parte, para repatrimonializar asertiva y definitivamente la trágica historia de los Pérez, en las siguientes páginas ahondaremos con toda justificación documental en los ignorados detalles que atañen al afamado corrido. La búsqueda ha sido paciente, pues durante seis años se han recogido en distintos archivos históricos los elementos ne- cesarios para aportar datos sobre las familias implicadas en el hecho de sangre, así como para desmitificar.

Los Pérez: una familia de medieros El 30 de mayo de 1870, en la parroquia de San Juan de los Lagos, con- trajo matrimonio eclesiástico Longinos Pérez,8 hijo legítimo de Francisco IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez Pérez y Cruz Muñoz, originario y vecino de El Papalote, soltero, de 20 años de edad; con Jesús Herrera, de la jurisdicción parroquial de San Miguel el Alto en El Sauz de los Ramírez, célibe, de 18 años de edad, hija legítima de Ignacio Herrera y Ma. Nabor Márquez. Fungieron como pa- drinos Alejandro Herrera y Pilar Pérez; como testigos Marcelino Reynoso y Manuel González.9 La pareja procreó los siguientes hijos, nacidos en El Papalote y bau- tizados en San Juan de los Lagos: Ascensión, ca. 1871;10 Lucio, el 27 de

8) Longinos Pérez fue bautizado, el 17 de marzo de 1850, en la parroquia de San Juan de los Lagos. Había nacido dos días antes en El Papalote (Archivo de la Basílica Cate- dral de San Juan de los Lagos (en adelante, ABCSJL), Libro de bautismos 1848-1850, fs. 270r-v). 9) ABCSJL, Libro de matrimonios 1867-1874, f. 112v. 10) Archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz de Cañadas de Obregón (en ade- lante, APNSLCO), Libro número 3 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia junio de 1875;11 Mariano, el 29 de julio de 1877;12 y José Isidro, el 18 de mayo de 1879.13 Gabino fue alumbrado asimismo en El Papalote, pero fue bautizado en la capilla de San Julián, de la jurisdicción de San Anto- nio de los Adobes, el 26 de febrero de 1881.14 Finalmente, los gemelos Rito y Emilio nacieron en El Tecomate, recibiendo las aguas bautismales en la parroquia de San Miguel el Alto, el 26 de mayo de 1887.15 México Corazón Latinoamérica musical de México 387

Imagen 01: Mapa explicativo

Pero, ¿cómo es que la familia, que habitaba normalmente en las con- fluencias de los municipios de San Juan de los Lagos, San Miguel el Alto y Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias San Antonio de los Adobes, pasó a residir a la comprensión de la comisa- ría política y judicial de la congregación de Cañadas, en aquel entonces perteneciente al municipio de Jalostotitlán? Para ello, tenemos que ha- blar de otro personaje central de la historia, pariente lejano de los Pérez.

a 2 de mayo de 1893 y termina el 25 de noviembre de 1900, f. 183r. 11) ABCSJL, Libro de bautismos 1875-1876, f. 70r. 12) ABCSJL, Libro de bautismos 1877-1878, f. 50v. 13) ABCSJL, Libro de bautismos 1878-1879, f. 172r. 14) ABCSJL, Libro de bautismos 1880-1881, fs. 101r-v. 15) Archivo de la Parroquia de San Miguel el Alto (en adelante, APSMA), Libro número 20 de actas de bautismos. Comienza a 17 de junio de 1884 y termina a 28 de septiembre de 1887, p. 717. El 23 de mayo de 1870, en la parroquia de San Juan de los Lagos, contrajo matrimonio Cesáreo Márquez, originario y vecino de El Ocote, soltero, de 23 años de edad, hijo legítimo de Timoteo Márquez y Trini- dad Muñoz; con Paula Muñoz, originaria y vecina de El Carrizo, célibe, de 22 años de edad, hija legítima de Filomeno Muñoz y Sebastiana Már- quez. en la partida se especifica que la joven había residido anterior- mente, durante cuatro meses, en Belén (Aguascalientes).16 Criaron los siguientes hijos, nacidos en El Ocote y bautizados en San Juan de los Lagos: José Isaac, el 5 de junio de 1872;17 Juana, el 10 de mayo de 1874;18 J. Concepción, el 16 de julio de 1876;19 José Antonio, el 5 de septiembre de 1878;20 y Antonia, el 14 de mayo de 1882.21 Su hijo José Fe- liciano, alumbrado en La Campanita, fue bautizado en la congregación de Cañadas, ayuda de parroquia de Jalostotitlán, el 11 de junio de 1884.22

Juan Frajoza Don Cesáreo por lo menos desde 1880 tenía una residencia semi- 388 fija en La Campanita y sus alrededores: el 24 de julio de dicho año, fue nombrado depositario de los bienes que le fueron embargados a Ber- nardo Ramírez, sitos en San Juan de los Cedros, por deuda de 23 pesos 5 reales y 1 cuartilla que tenía con el comerciante Ángel Jiménez, por ropa que le había fiado.23 Además, sabemos que tenía nexos familiares con los Gómez y los Padilla del área.24 Es decir, la posterior residencia fija de la familia Márquez Muñoz no fue fortuita; poseía en propiedad terre- nos de labranza. Instalado definitivamente en la jurisdicción de Cañadas, don Cesáreo comenzó a tener cierta representatividad social. De hecho, en 1887 fue nombrado comisario de policía del cuartel de El Húmedo.25 En 1892 nuevamente cumplió con este cargo concejil.26

IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez 16) ABCSJL, Libro de matrimonios 1867-1874, fs. 109v-110r. 17) ABCSJL, Libro bautismos 1871-1873, f. 136r. 18) ABCSJL, Libro de bautismos 1873-1874, f. 91r. 19) ABCSJL, Libro de bautismos 1876-1877, f. 55v. 20) ABCSJL, Libro de bautismos 1878-1879, f. 65v. 21) ABCSJL, Libro de bautismos 1881-1882, f. 151r. 22) APNSLCO, Bautismos de Cañadas. Comienza en ocho de julio de mil ochocientos se- tenta y siete y termina el veintinueve de octubre de mil ochocientos ochenta y cinco, f. 171v. 23) Archivo del Juzgado Menor de Cañadas de Obregón (en adelante, AJMCO), Libro de juicios verbales a cargo del comisario judicial C. Balbino Gómez. Año de 1880, f. 20v. 24) AJMCO, Libro de declaraciones verbales. Año de 1883, fs. 2r-3v; AJMCO, Libro de jui- cios verbales. Año de 1883, fs. 8r-9r. 25) AJMCO, Borrador de comunicaciones de la autoridad política y fechas en que se remi- ten. Año de 1887, f. 9v. 26) AJMCO, Borrador de comunicaciones de la autoridad política. Año de 1892, f. 4r. Para entender los vínculos existentes entre los Pérez y don Cesá- reo Márquez es fundamental la información levantada por el presbítero Juan de Dios L. Rivera, cura interino de San Miguel el Alto, a pedimento de Lucio, quien pretendía contraer estado matrimonial. Así, en octubre de 1898, aquél declaró ser “originario del Papelote, feligresía de S. Ju- lián [sic], donde vivió diez años, vivió en el Guaje tres años, en el Rincón de Chávez tres y hace tres años vive en el rancho de La Campanita, feli- gresía de Jalos”.27 De lo anterior se desprende que don Longinos y su fa- milia no poseían tierras en propiedad. Así, tuvieron que estar movilizán- dose por distintas fincas rústicas buscando el sustento como medieros, hasta que encontraron asiento en La Campanita y sus alrededores bajo el abrigo protector de don Cesáreo, su pariente rico, en 1895. El dicho de Lucio se comprueba porque en el Estado que manifiesta el número

de habitantes que hay en la vicaría de Cañadas y su comprensión, con Corazón Latinoamérica musical de México expresión del sexo y edad, levantado durante el mes de agosto de 1894, 389 no aparece ninguno de los miembros de la familia.28 La mediería era un contrato usualmente verbal, bajo el cual el pro- pietario de un terreno y un labrador se dividían en partes iguales el pro- ducto y las utilidades de una empresa agrícola. El concedente propor- cionaba, además de la tierra de labor, la semilla, los aperos de labranza y los bueyes; el mediero cooperaba con su trabajo y, usualmente, el de su familia. Si el labrador tenía casa propia y el terreno medierado se en- contraba cercano a ésta, no había préstamo de habitación; si la labor se encontraba lejos de la residencia del mediero, el concedente incluía en el contrato el préstamo de morada. Sin embargo, pese a la aparente bondad de la mediería, había constantes querellas entre los contratan- tes. Los juicios civiles iniciados por los concedentes en contra de sus me- dieros, se circunscribían sobre todo a las razones siguientes: a) el apro- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias piamiento ilegal de la tierra o de la casa habitación; b) la muerte de los semovientes por descuido o maltrato; y c) el fraude: el labrador tomaba para sí la semilla, no sembrándola; o se apropiaba de más de lo que le correspondía de la cosecha. En cambio, los tramitados por los medie- ros, se ajustan a las siguientes causas: a) se había pagado la semilla u otra cosa necesaria para llevar a buen efecto la cosecha y el propieta- rio trataba de apoderarse de la mitad de los productos sin haber cum- plido fielmente el contrato; b) se trataban de cobrar réditos descarados por el préstamo de dinero o cobrar renta por la casa habitación, no ha-

27) APSMA, Libro número 9 de matrimonios 1895-1902, p. 142r. 28) Vid. Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara (en adelante, AHAG), Sec- ción Gobierno, Serie Parroquias, Jalostotitlán, Caja 6, Relativo a la vicaría de Cañadas, de Jalos, pidiéndose se erija en curato. Año de 1895. biéndose estipulado de tal manera en el contrato; y c) el propietario se cobraba de mano propia deudas de algún miembro de la familia, afec- tando a los demás. Habiendo contraído matrimonio, Lucio se quedó residiendo un corto período en La Estanzuela, trabajando como mediero de don Pris- ciliano Jiménez;29 pero finalmente regresó a la comprensión de Caña- das, donde fue registrada su hija Juana, el 3 de abril de 1900, nacida en El Serman.30 Por si quedaran dudas sobre la relación existente entre los Márquez y los Pérez, poseemos otro dato vinculante. Ascensión Pérez, quien dijo ser labrador y vecino de La Campanita, contrajo enlace civil en Cañadas, el 18 de febrero de 1897, con Isabel Gutiérrez, célibe, de 16 años de edad, vecina de El Serman, hija legítima de Librado Gutiérrez y Aurelia Lozano. Los testigos del enlace fueron Lucio Pérez (su hermano),

Juan Frajoza Antonio Martínez e Isaac Márquez, hijo de don Cesáreo, todos vecinos 390 de La Campanita.31 Pedro, hijo de Ascensión nacido en Las Trojes, fue bautizado en la ayuda de parroquia de Cañadas, el 2 de julio de 1899. Sus padrinos fueron don Longinos Pérez y doña Jesús Herrera.32 La presencia de Mariano Pérez en el área de Cañadas también la podemos documentar, pues el 2 de junio de 1897 consiguió del comisa- rio político una licencia para realizar una diversión, siendo el coste de la misma 1 peso.33 Por otra parte, al tener un altercado con José Macías en el mesón de don Domingo Gómez, el 4 de abril de 1901, se menciona que era vecino de La Campanita.34

Los Oropeza: una familia pequeña propietaria El matrimonio formado por don Encarnación (Ascensión, Asunción o IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez Concepción) Oropeza y doña Juana Nepomucena Jáuregui, engrandó la siguiente prole, nacida en El Gavilán y bautizada en la ayuda de parro- quia de la congregación de Cañadas: Sotero, el 24 de abril de 1881;35

29) Archivo Histórico de San Miguel el Alto (en adelante, AHSMA), caja 158, expediente 36, f. 110r. 30) Archivo del Juzgado del Registro Civil de Cañadas de Obregón (en adelante, AJRCCO), Libro de actas de nacimientos de 1900, f. 16v. 31) AJRCCO, Libro de actas de matrimonios de 1897, fs. 11r-v. 32) APNSLCO, Libro número 3 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia a 2 de mayo de 1893 y termina el 25 de noviembre de 1900, f. 183r. 33) AJMCO, Libro de multas de la autoridad política. Año de 1897, f. 1v. 34) AJMCO, Minutas. Año de 1901, fs. 2v-3r; AJMCO, Averiguación criminal contra José Macías y Apolonio Gómez. Año de 1903, fs. 13r-v. 35) APNSLCO, Libro 1º. Bautismos de Cañadas. Comienza en ocho de julio de mil ocho- José Doroteo, el 11 de febrero de 1883;36 José Faustino, el 19 de febrero de 1885;37 Juan, ca. 1887;38 María Paula, el 30 de enero de 1889;39 Gor- gonio, ca. 1891;40 Genoveva, el 6 de enero de 1893;41 José Guadalupe, ca. 1895;42 Camilo, el 24 de julio de 1897;43 María Trinidad, ca. 1898; Magdalena, ca. 1898; Víctor, el 18 de junio de 1899;44 Maximino, en ju- nio de 1901;45 y Francisco, ca. 1909.46 Esta extensa familia poseía en propiedad tierras en el rancho de su origen y residencia.47 Esto es determinante para considerar que, psicoló- gicamente, sus miembros se pensaban superiores a los simples jornale- ros o medieros que habitaban en los alrededores. Al contar con terrenos de labranza propios, no tenían que compartir con otros las ganancias derivadas de la cosecha y, en consecuencia, su capitalización era más expedita. Otro dato que debemos tener muy en cuenta es la situación

geográfica de El Gavilán. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la cri- Corazón Latinoamérica musical de México minalidad y el bandolerismo fueron la nota diaria en los núcleos pobla- 391 cionales localizados en la barranca del río Verde. Ciertamente sus pobla- dores eran en extremo violentos. De hecho, poseemos datos concretos que constaban que cuando las autoridades solicitaban la captura de al- guno de los Oropeza, invariablemente se comisionaba a una partida de la gendarmería porque sabían responder con las armas.48 Por ejemplo,

cientos setenta y siete y termina el veintinueve de octubre de mil ochocientos ochenta y cinco, f. 92r. 36) Ibíd., f. 135v. 37) Ibíd., f. 190r. 38) El Informador. Guadalajara, 20 de noviembre de 1921. 39) APNSLCO, Libro número 2 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia a pri-

mero de noviembre de 1885 y termina el 28 abril de 1893, f. 81r. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 40) El Informador. Guadalajara, 20 de noviembre de 1921. 41) APNSLCO, Libro número 2 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia a pri- mero de noviembre de 1885 y termina el 28 abril de 1893, f. 187v. 42) El Informador. Guadalajara, 20 de noviembre de 1921. 43) APNSLCO, Libro número 3 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia a 2 de mayo de 1893 y termina el 25 de noviembre de 1900, f. 128v. 44) Ibíd., f. 181v. 45) AJRCCO, Libro de actas de nacimientos de 1901, f. 28v. 46) AJMCO, Criminal contra Alfonso Iñiguez por el delito de lesiones cometidas en agravio de Feliciano Jiménez. Año de 1941, f. 2v. 47) AJMCO, Cuenta pública. Año de 1904, f. 31v. 48) AJMCO, Criminal contra Luis Vallejo. Año de 1908, fs. 1r-16r. el 5 de abril de 1901, el comisario político de Cañadas remitió al judicial de la misma congregación el siguiente oficio:

En cumplimiento del auto [de] 1º del actual, que se sirvió trascribir a esta Comisaría, pasó el Sargento con el destacamento de gendarmes al cuartel del Gabián en persecución de Chon Oropeza, al que no encontrándose, regresó hoy a esta el referido destacamento. =Lo que participo a U. para su conocimiento y en respuesta a su nota oficial del día 3 del actual, mani- festándole estar con vigilancia para ver de qué manera se consigue la cap- tura de Oropeza.49

El conflicto En vísperas del movimiento maderista, la carestía y el robo de maíz, cuyo

Juan Frajoza cultivo había descendido estrepitosamente en todo el estado, se gene- 392 ralizó en la comarca.50 Tan intensa se presentó la escasez que el gober- nador Miguel Ahumada temió que hubiera motines por el rumbo de Cu- quío, por lo cual sugirió que la semilla se introdujera de Estados Unidos para satisfacer la demanda.51 Sin embargo, sus sospechas no se cum- plieron, ya sea por la expulsión poblacional o porque se idearon varias apresuradas soluciones para paliar el hambre. Por una parte, los jorna- leros abrieron terrenos accidentados o montuosos al cultivo.52 Por otra, los rancheros de Cuquío e Ixtlahuacán del Río aceleraron la tala de áreas boscosas para producir carbón, que puesto a domicilio en Guadalajara era comprado en 3.5 pesos.53 La carestía puso al borde de la desesperación a los diferentes estra- tos sociales, uno a uno. Por supuesto, los primeros en amarrarse las tri- IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez pas fueron las familias e individuos de pequeña o casi nula percepción económica, entre ellos las viudas, los ancianos solteros, los lisiados. Les siguieron los jornaleros, los medieros. Poco después los pequeños pro- pietarios, cuyas cosechas se habían malogrado o habían sido raquíticas temporada tras temporada; en este mismo punto fueron afectados los artesanos. Luego los comerciantes en pequeño, que venían endeudán- dose lentamente para salvar el negocio. En el caso de los hacendados,

49) AJMCO, Minutas. Año de 1901, f. 3r. 50) Mario Aldana Rendón. Del reyismo al nuevo orden constitucional, 1910-1917. Guada- lajara, Gobierno del Estado de Jalisco-Universidad de Guadalajara, 1987, pp. 57 y 61. 51) Shulamit Goldsmit. “Jalisco”, en Contento y descontento en Jalisco, Michoacán y More- los. México, Universidad Iberoamericana, 1991, p. 23. 52) Aldana Rendón, op. cit., pp. 55 y 57. 53) Luis Sandoval Godoy. Rumbos. Guadalajara, Editorial Ágata, 2000, pp. 79-82. aunque durante el conflicto armado perderían mucho de su poder eco- nómico, en esta precisa etapa habían podido mantenerse en su posición aunque con serios problemas, puesto que la mayoría también contro- laba el poder político regional. La estrepitosa elevación del precio del maíz, sin embargo, no sólo se debió a la disminución de las cosechas, sino a la especulación de aquéllos que lo producían para su venta. Los hacendados y rancheros productores, de antemano sabiendo que las cosechas de maíz, trigo y frijol habían disminuido en toda la entidad, se reservaron los granos para obtener mejores rendimientos económicos cuando se redujeran las reservas habidas en trojes y diezmos. El fenómeno migratorio desencadenado por la baja producción agrícola, la especulación en el precio del maíz, los bajos jornales y la

falta de empleo, es verificada por diversos documentos, los censos po- Corazón Latinoamérica musical de México blacionales de 1900 y 1910 entre los más importantes. La municipalidad 393 de Teocaltiche, cabecera del undécimo cantón de Jalisco, pasó de tener 21,389 habitantes en 1900 a sólo 16,664 en 1910, es decir, perdió casi una cuarta parte de su población. su decadencia y despoblamiento ini- ció desde que fue instalado el ferrocarril central, pues la forma tradicio- nal de transportar mercancías hacia el norte del país mediante trenes de carros de mulas se vio afectada indiscutiblemente y los empresarios no pudieron competir con el nuevo medio de transporte, por ser más ba- rato y rápido. De esta suerte, descoyuntado el sistema de transporte tra- dicional e inmersa en la decadencia la industria local, las sucesivas pér- didas de cosechas a finales del siglo XIX y principios del XX provocaron la ruina municipal, haciendo emigrar a gran parte de la población a la costa jalisciense y al territorio de Nayarit, donde había maíz en abundan- cia.54 Paso de Sotos sólo incrementó su población masculina en 20 indi- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias viduos y femenina en 375 entre uno y otro censo; lo que significa que la mayor parte de los desplazados eran los varones. El crecimiento pobla- cional de Cuquío, cabecera de departamento, fue menor que la de Mex- ticacán e Ixtlahuacán del Río, municipios de menor categoría política y densidad demográfica.55 Aunque el fenómeno migratorio a Estados Unidos de Norteamé- rica ya era evidente desde principios del siglo XX, la carestía de maíz que sensiblemente redujo la adquisición de otros productos y los exiguos

54) Manuel J. Aguirre. Ensayo histórico de Teocaltiche. México, Editorial B. Costa Amic, 1971, pp. 12, 230 y 273-274. 55) Tercer censo de población de los Estados Unidos Mexicanos, verificado el 27 de octu- bre de 1910, Tomo I. México, Oficina Impresora de la Secretaría de Hacienda, 1918, pp. 178-179, 188-189 y 430-431. salarios o rendimientos económicos derivados de las cosechas fueron motivos suficientes para que un gran número de jornaleros, medieros y pequeños propietarios salieran en búsqueda de mejores oportunidades en el vecino país del norte, aunque el gobierno mexicano advertía que las compañías enganchadoras estaban incumpliendo los contratos la- borales y que los trabajadores en tierra extranjera “se hunden en la más degradante miseria y son tratados con la mayor ignominia; pudiendo la- borar en los mismos campos de su país, disfrutando de buenos salarios en desempeño de moderadas tareas y debidamente considerados”.56 José María Lozano, diputado oriundo de San Miguel el Alto, en septiem- bre de 1912 ante la XXVI legislatura de la cámara de diputados federal, aseveró que “en esa región a la que me vengo refiriendo [el 7º distrito electoral, compuesto por las municipalidades de Teocaltiche, Jalostotit-

Juan Frajoza lán, San Miguel el Alto, Mexticacán y Paso de Sotos] –y lo pueden verifi- 394 car todos mis coterráneos– carece de agricultura de riego; sólo tiene de temporal. De manera que los campesinos de aquellos lares hacen lo que se llama la <>. Se van en diciembre, que es cuando concluyen las labores del campo en aquella región a los Estados Unidos, en busca de trabajo, y regresan en la época en que se reanudan las labores, en los meses de mayo y junio”.57 Dentro de este contexto de desestabilización de la producción agrícola estatal e incremento del precio del maíz en la región, algunos miembros de las familias Oropeza y Pérez migraron temporalmente a Estados Unidos. Las fechas y lugares específicos a los que hayan lle- gado, nos son netamente desconocidos. Mas sí poseemos evidencia de que los segundos incrementaron su nivel socioeconómico al trabajar en IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez aquel país. Isidro, por ejemplo, adquirió un predio rústico ubicado en Malanoche que, a mediados de 1913, fue enajenado por su viuda en 600 pesos.58 Es decir, pasaron de simples medieros a ser pequeños pro- pietarios del área de Cañadas. A principios de 1911, habiendo decidido regresar al terruño, uno de los Pérez pidió a Sotero Oropeza trajera y entregara a sus familiares establecidos en Malanoche un baúl que contenía una carabina calibre 38-40, algunas prendas de vestir y, según el testimonio de José Márquez

56) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 10 de marzo de 1906. 57) Diego Arenas Guzmán. Historia de la Cámara de Diputados de la XXVI Legislatura fe- deral, Vol. I. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1961, pp. 198-199. 58) AJMCO, Verbal de más de cien pesos, promovido por J. Cruz Martín, como apoderado de doña Librada Martín, en contra de don Gregorio Enríquez. Año de 1913, fs. 1r-3v. (bisnieto de Cesáreo), una cantidad indeterminada de dinero.59 Sin em- bargo, Sotero aprovechándose de la inseguridad que privaba en la re- gión por estar en un punto álgido la revolución maderista, lo defraudó arguyendo que había sido robado por una partida en la última etapa de su largo transitar, es decir, entre Tepatitlán de Morelos y El Gavilán.60 Habiendo sido notificados del robo ficticio, los familiares escribie- ron una carta al remitente de los objetos, quedando éste en entera con- formidad de que había sido asaltado Sotero en el camino. Pero ocurrió que al breve tiempo regresó también de Estados Unidos y al verse con Oropeza descubrió que traía la carabina. Al momento se hicieron de pa- labras, pero el altercado no pasó de ahí. En cambio, para recuperar sus bienes de una manera legal, Pérez interpuso demanda civil en el juz- gado menor de Yahualica, cuyo alcalde determinó por sentencia le fue-

ran devueltos íntegramente. Ante la vergüenza pública y los mordaces Corazón Latinoamérica musical de México rumores, aquella amistad habida entre familias desde hacía pocos años 395 se trocó en áspero distanciamiento.61 Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

Imagen 0262

59) J. Jesús Gutiérrez Pulido. Centenario de un corrido (documental). Guadalajara, Produc- ciones Quetzal, 2011, testimonio de José Márquez. 60) Ibíd., testimonio de Genaro Ruvalcaba García. 61) J. Jesús Gutiérrez Pulido. “El Corrido de los Pérez. Una tragedia que se recuerda en Ca- ñadas”, en Callejones, número 4. Mexticacán, 2001, p. 13. Gutiérrez Pulido, doc., cit., testimonio de José Márquez. 62) Cortesía de J. Jesús Gutiérrez Pulido. Por el mismo tiempo en que se tramitaba la demanda civil, los Már- quez y los Pérez formalizaron una carrera parejera para calar sus cabal- gaduras, fijando para efectuarla el día jueves 20 de abril de 1911 en el carril de los Troncones del rancho de Cerro Viejo. Este tipo de parejas se pactaban con antelación para que los animales que habrían de co- rrer la carrera principal, y en la cual por supuesto se colocaban las mayo- res apuestas, fueran cuidados y ejercitados debidamente. En este punto, los testimonios no coinciden debidamente. Don Juan Muñoz aseveraba que quienes acordaron la diversión ecuestre fueron don Longinos y don Cesáreo, durante la función de la Virgen de la Luz, en Cañadas, es de- cir, a principios de febrero.63 Por otra parte, José Márquez menciona que fue su tío don Antonio y uno de los hijos de don Longinos.64 Hayan sido unos u otros, lo cierto es que la noticia corrió por toda la comarca como

Juan Frajoza reguero de pólvora. 396 Varios familiares de los Pérez que residían en las confluencias de San Miguel el Alto y San Juan de los Lagos se trasladaron a caballo hasta la jurisdicción de Cañadas para gustar de las carreras, entre ellos José de Jesús Muñoz Pérez, hijo legítimo de Pedro Muñoz y Petra Pérez, hermana de don Longinos.65 De igual manera, otras muchas personas recorrieron grandes distancias para encontrarse en el lugar ya sea vendiendo distin- tos productos, apostando a las patas de los caballos o simplemente para ser partícipes de la reunión. Por ejemplo, don Juan Ramírez se trasladó desde Los Trigos (Yahualica) con el sólo objeto de vender cañas.66 Entre esa multitud se encontraba un vecino de La Ciénega (San Mi- guel el Alto).67 Aunque sus familiares han tratado de salvarlo del vilipen- dio popular afirmando que “los versos [del corrido] que aluden a don IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez

63) Gutiérrez Pulido, art. cit., p. 13. 64) Gutiérrez Pulido, doc., cit., testimonio de José Márquez. 65) Fue bautizado, el 22 de enero de 1888, en la parroquia de San Juan de los Lagos, asentándose en la partida que había nacido en Caballerías siete días antes. Sus abue- los paternos fueron Trinidad Muñoz y Paula Márquez; maternos, Francisco Pérez y Cruz Muñoz (ABCSJL, Libro de bautismos 1887-1888, f. 171v). 66) José Luis Ramírez, Apozol de Gutiérrez (Yahualica de González Gallo), 29 de enero de 2017. 67) La presencia de este individuo en la jurisdicción de Jalostotitlán, está documentada con anterioridad. Por ejemplo, el 2 de septiembre de 1909, el juez de Primera Instan- cia de dicha cabecera política remitió el siguiente oficio al alcalde constitucional de San Miguel el Alto: “Atentamente suplico a Ud. se sirva mandar citar para que el día trece del corriente a las diez de la mañana, comparezcan todos ante este juzgado para practicar diligencias en materia penal, a los señores Teodoro, Miguel, Exiquio, Pablo y Pedro Jiménez, Isaac Orozco, Mónico de Luna y Evaristo Martín, vecinos todos del ran- cho de La Ciénega de ese Municipio” (AHSMA, caja 48, expediente 57, f. 194r). Mónico [de Luna] fueron cambiados a propósito por la mamá de David y Carolina [González], integrantes del Dueto América”68 y que “de esta manera se vengó del desprecio sexual que le infligió”,69 lo cierto es que este individuo tuvo una participación activa y decisiva en los hechos de sangre ocurridos ese día.70 Don Juan Muñoz, que a la postre tan sólo era un niño, lo tenía presente en su memoria: “A don Mónico de Luna lo re- cuerdo muy bien, llevaba su sombrero ancho y pinto, de esos que fabri- can en Yahualica, traía el barbiquejo puesto, y muy hablador como siem- pre; a los primeros fogonazos fue el que corrió primero”.71 Sabedor del desaguisado existente entre las familias, y sin preveer ni siquiera lo que su irresponsabilidad desencadenaría, “actuó llevando y trayendo habla- das, calando el ánimo de ambos apellidos”.72 México Corazón Latinoamérica musical de México 68) Montoya Arias, op. cit., p. 108. 397 69) Ibíd., p. 109. 70) El 15 de octubre de 1855, en la parroquia de San Miguel el Alto, contrajeron matrimo- nio eclesiástico luego de haberse obtenido de la Sagrada Mitra de Guadalajara dis- pensa de un parentesco de consanguinidad en cuarto grado igual Zeferino de Luna y Refugio Jiménez. El primero declaró ser soltero, de 25 años de edad, originario y ve- cino de La Ciénega, hijo legítimo de Francisco de Luna y María San José González. La segunda era doncella, de 18 años de edad, originaria y vecina del propio rancho, hija legítima de Francisco Jiménez y Rafaela Sánchez. El connubio procreó los siguientes hijos, nacidos en La Ciénega y bautizados en la parroquia de San Miguel el Alto: Brau- lia, el 15 de junio de 1856; Nicanor, el 14 de enero de 1858; Julián, el 21 de junio de 1863; Secundina, el 4 de julio de 1869; Valente, el 24 de mayo de 1872; Aurelio, el 15 de noviembre de 1784; y Mónico, ca. 1877, quien casó eclesiásticamente, el 11 de agosto de 1899, en la parroquia de San Miguel el Alto con María Refugio González, hija legítima de Amado González y Albina Jiménez, luego de haberse obtenido dis- pensa de la Sagrada Mitra por impedimento de consanguinidad en cuarto grado igual

en línea transversal (APSMA, Libro 3º [de matrimonios]. Comienza el 1º de mayo de Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 1852, termina el 3 de mayo de 1865, f. 71r; APSMA, Actas de bautismo de la parroquia de San Miguel el Alto, Jal. Libro Nº 7. Comienza el 10 de febrero de 1855, termina el 2 de octubre de 1857, f. 98r; APSMA, Libro 9º de bautismos que da principio el día nueve de noviembre del año de mil ochocientos cincuenta y siete, a cargo del Sor. Cura pro- pio de esta parroquia de San Miguel el Alto, Don Miguel María Mijares, f. 11v; APSMA, Actas de bautismos de la parroquia de San Miguel el Alto, Jal. Comienza el 3 de abril de 1862, termina el 31 de agosto de 1863. Faltando del 1º de septiembre de 1863 al 13 de abril de 1864, fs. 121v-122r; APSMA, Libro 13 de bautismos, comienza el 21 de ju- lio de 1868, a cargo del señor cura propio de la parroquia de San Miguel el Alto, pres- bítero D. Miguel María Mijares, f. 86v; APSMA, Libro 14 de bautismos, que comienza el día 25 de abril de 1870 a cargo del señor cura propio de esta parroquia, presbítero D. Miguel María Mijares, f. 149r; APSMA, Libro 14 [sic] de bautismos, que comienza el día veinte y unode noviembre del año de 1872, a cargo del señor cura interino D. Silvestre Beltrán, p. 381; APSMA, Matrimonios 1895-1902, fs. 170v-171r). 71) Gutiérrez Pulido, art. cit., p. 14. 72) Ibíd., p. 13. Juan Frajoza 398 Imagen 0373

Para las dos de la tarde ya se habían corrido tres o cuatro parejas secundarias. En este punto es fundamental el testimonio completo de Genaro Ruvalcaba García, vecino del rancho de Los Yugos, pero origi- nario de La Peña Colorada, punto contiguo a El Gavilán. Su declaración toma aún más relieve porque inclusive no omite la participación de su propio padre en los hechos:

Mi papá nació el 16 de noviembre de 1894. Se llamaba José Gertrudis Ru- valcaba Jáuregui. Mi papá me platicaba que él fue a las carreras, porque IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez era familiar de estos señores de El Gavilán. Eran hijos, los señores Oropeza, hijos de una prima hermana. Mas la señora, mi tía Chela que le nombramos nosotros, era madrina de bautismo de mi padre y padrino el señor don Juan, don Juan Oropeza. Regresó más o menos en ese tiempo, porque decía que había durado un poco cercas a dos años en Estados Unidos. Él ya había venido, ya había ido a Estados Unidos. Es un hombre hecho y derecho, y no creo que me haya platicado, me haya dicho una cosa por otra. Era un hombre serio y un hom- bre que no exageraba las cosas. No, señor. Están, si gustan de sacar las actas de defunción [de los Pérez], están en Cañadas de Obregón, para que se quiten dudas. Mas ha habido apuestas [en Estados Unidos] de unos muchachos de aquí, de este rancho, con muchachos de allá del lado de Nochistlán, apuestas de con dólares:

73) AHSMA, Libro de salvoconductos de la guerra cristera, 1928-1929, f. 140v. ellos a que es de allá, fueron allá las carreras; y el muchacho de aquí –se llama Arnulfo– que fue aquí. Y le habló a su papá, sacaron las actas de de- función, y pos con eso. Mire, mi papá me decía que el causante de ese problema fue uno de sus sobrinos, Sotero Oropeza. Uno de los Oropeza. Estaba junto con los Pérez en Estados Unidos. Hay personas de Cañadas que dicen que estuvieron trabajando haciendo el Golden Gate[, en San Francisco (California)]; pero no, mi papá nunca me dijo de eso. Lo que sí: que estuvieron juntos y se llegó el tiempo de que Sotero se venía a su tierra, aquí a El Gavilán; y uno de ellos confió en Sotero y mandó un baúl. Yo ahorita le voy a demostrar cómo eran los baúles de antes. Ahí tengo el de mi papá. Éste mandó un baúl, y en el baúl venía una carabina calibre 38-40 y otras cosas más. Al- guien dice que una 45, pero de eso no me decía mi papá. Nada más de la

carabina 38-40 y ropa, y no sé si también algún dinero. De luego [a] Sotero Corazón Latinoamérica musical de México se le vino el pensamiento de quedarse con las cosas, no entregarlas, y se 399 dio por robado, como era en plena Revolución. Fue el 11. Usté sabe que la Revolución comenzó en el 10. Entonces él se dio por robado que de Tepa, que de Tepatitlán a El Gavilán le había salido no sé qué gobierno y que lo había robado. De los Pérez los familiares le escribieron. En ese tiempo eran puras cartas. Le escribieron al señor Pérez y le dicen lo que había sucedido, y pues ellos estaban completamente convencidos de que así había sido. Pero se viene ese señor que mandó las cosas y el primer vez que se encuentra con So- tero, Sotero traía su carabina. Entonces le dice: “Oye, Sotero, ¿cómo están las cosas de que a ti te robaron y ahí traes mi carabina, y la carabina venía adentro del baúl? ¡No la friegues!, ¿cómo?”. Y se hicieron de palabras. Se disgustaron, pero no llegó a más. Entonces para eso se hizo la carrera. Porque las carreras a veces se hacen Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias con… reemplazadas, ¿verdad? Con un plazo. “Para tal tiempo te juego, y de este modo y de este otro”. Y se hace la carrera. Pues éstos ya sabían de la carrera mentada, que iba a ser el día 20 de abril, y se fueron. Pero dicen que ya iban con todo acuerdo de que si provocaban, matarlos. Bueno, re- sulta de que decía mi papá que por aquello de las dos de la tarde estaban todos los Oropeza, mi papá, mi tío Isabel Ruvalcaba, mi tío Praxedis. Que mi tío Isabel estaba casado con una hermana de los Oropeza[, es decir, con María Paula], y a la vez familiar también por lo Jáuregui, familiar de los Oropeza. Entonces, estando ahí en bolita, llegan dos de los Pérez. Pero para eso ese señor Mónico de Luna, que dice [el corrido] que la mecha prendió, anduvo dando lata. “Cuídense –a los señores Oropeza–, cuídense de los Pérez por- que andan diciendo esto y esto otro los Pérez”. Y luego iba y decía a los Pérez: “Orita estuve con los Oropeza y dijeron esto y esto otro”. Entonces estuvo calentando la cabeza a los dos partidos. Bueno, pues ya cuando lle- garon los dos señores Pérez a la bolita donde estaban los Oropeza, le dice uno de ellos –el pique lo traían con Sotero, que había sido el causante–, le dice uno de ellos –más no sé, nunca me dijo mi papá el nombre de ellos, de quién él–, le dice: “Sotero, aquí traigo esta yegua colorada para jugár- tela a tu caballo”. Entonces dijo: “No, yo no traigo caballos para jugar”. “Dé- jalo, caballos bayos –según eso el caballo que llevaba Sotero era un caba- llo bayo–, caballos bayos hasta en la tarde corren”. Entonces como toda esta gente pos fueron mucho muy adelantados, sin escuela pero muy adelantados en su pensamiento, entonces mi tío Faus- tino, que estaba casado con una hermana de mi padre, dijo: “¡Ah!, esto no me gustó, esto no me gusta nada”. Dijo: “Piensan de repente en la tarde

Juan Frajoza echarnos un… pegarnos en la carrera”. Dijo: “Orita, en esta carrera que se 400 está poniendo, que quiere salir, vámonosle acomodando. A mí déjenme al chaparrito”. Ese chaparrito, que dicen que es el más entrón, era el Mariano. Así me decía mi papá. “Yo me le acomodo a ése; y al tiro que oigan, us- tedes acomódense a todos los demás. Al tiro que oigan disparan ustedes también”. Y de ese modo se comenzó la bronca ésa, de ese modo fueron las muertes.74

Se sobreentiende que la carrera principal no fue realizada. Así, ni más ni menos, la agresión se perpetró con alevosía y ventaja convencidos los Oro- peza de que era factible que los Pérez atentaran contra sus vidas, lo cual fue detonado por la suspicacia, la envidia y el chismógrafo encendido por Mónico de Luna.75 Comenzada la balacera, aquello se tornó desconcierto IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez general: “hasta los burros corrieron”.76 Este estadio de confusión lo denota la comunicación número 130 que Guillermo Plasencia, titular del juzgado de Primera Instancia de Jalostotitlán, dirigió al alcalde único constitucional de Cañadas, Adauto González. “El oficio de Ud. número 27 de 21 de los corrientes, me deja impuesto de que ese día inició Ud. un proceso con- tra quien resulte responsable de la muerte de Jesús Muñoz y Mariano Pé-

74) Gutiérrez Pulido, doc. cit., testimonio de Genaro Ruvalcaba García. 75) Mea culpa: antes de la realización del estudio genealógico habíamos escrito que tam- bién participó en la balacera Víctor Oropeza, lo cual es ciertamente improbable por- que sólo contaba con 11 años de edad (Juan Frajoza. “J. Jesús López Lomelí (1888- 1977). Radiografía del repertorio de una música de los Altos de Jalisco”, en El mariachi: regiones e identidades de Luis Ku (coordinador). Guadalajara, El Colegio de Jalisco- Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2015, p. 144). 76) José Luis Ramírez, Apozol de Gutiérrez (Yahualica de González Gallo), 29 de enero de 2017. rez, así como de las heridas de Isidro de este último apellido”.77 A saber, cuando se consignó el hecho criminal ante la autoridad judicial local, el denunciante no sabía en realidad quién o quiénes habían participado en la escabechina. México Corazón Latinoamérica musical de México 401

Imagevn 0478

Como se asienta en la anterior comunicación, Jesús Muñoz y Ma- riano Pérez fallecieron el propio 20 de abril en el carril de los Troncones, algunas horas después de sucedida la trifulca, encargándose de hacer la presentación de los cadáveres ante la autoridad política de Cañadas Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias don Cesáreo Márquez:

En Cañadas a las 10 diez de la mañana del día 21 veintiuno de abril de 1911 mil novecientos once, ante la autoridad política que subscribe com- pareció el C. Cesáreo Márquez, viudo, mayor de edad y vecino del rancho de Malanoche de este municipio y dijo: que ayer como a las 7 siete de la noche y en el punto nombrado Cerro Viejo falleció de heridas por arma de fuego Mariano Pérez, de 27 veintisiete años de edad, soltero, labrador y ve- cino del rancho de Malanoche de esta comprensión, hijo legítimo de Lon-

77) AJMCO, Oficio de 25 de abril de 1911. Guillermo Plascencia, juez de primera instancia de Jalostotitlán, al alcalde único constitucional de Cañadas. 78) Cortesía de J. Jesús Gutiérrez Pulido. gino Pérez y de Ma. Jesús Herrera. Su cadáver se inhumará en el cemente- rio de este lugar en fosa de 1ª segunda clase. =Fueron testigos Florencio Reyes y Teodosio Alcalá, casados, mayores de edad, labradores y vecinos del rancho Las Lagunitas de esta misma comprensión. =Se leyó la presente acta y conformes que fueron firmó el que supo. =Firmado. Agapito Gómez. Cesáreo Márquez.79

Cerro Viejo se localizaba a una larga distancia de la vicaría, por lo que el presbítero Romualdo Espinosa no pudo trasladarse para que los agonizantes proclamaran sus pecados y recibieran la extremaunción. En cambio, Isidro Pérez, que falleció en Cañadas al día siguiente, sí pudo confesarse:80

Juan Frajoza En Cañadas a las 3 de la tarde del día 22 veintidós de abril de 1911 mil no- 402 vecientos once, ante la autoridad política que subscribe, compareció el C. Máximo Villalobos, casado, mayor de edad, labrador y de esta vecindad y dijo: que ayer como a las 6 seis de la tarde en este lugar y sin asistencia médica falleció de una herida de arma de fuego Isidro Pérez, de 32 treinta y dos años de edad, casado con Librada Martínez, a quien deja libre, e hijo legítimo de Longinos Pérez y de María Jesús Herrera. Su cadáver se inhu- mará en fosa de 2ª segunda clase. Fueron testigos Paulín Iñiguez y Juan Ji- ménez, casados, mayores de edad, labradores y de esta vecindad. Se leyó la presente y conformes que fueron no supieron firmar. =Firmado. =Aga- pito Gómez.81

Para concluir, sin que podámoslo verificar por ahora, José Márquez IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez menciona que “por poco y matan a Gabino[…], que cayó al azotar su ca- ballo en tierra y quedó atorado por el animal herido; hasta él llegó un Oropeza decidido a matarlo, sólo que lo encontró, aunque caído, con su arma desenfundada y listo para defenderse resguardado en su bes- tia herida”.82 Las fuerzas cristeras que tomaron Cañadas el 19 de marzo de 1927, asaltaron la subreceptoría de Rentas y metieron fuego al archivo muni- cipal, perdiéndose no sólo gran parte de la documentación político-ad- ministrativa allí resguardada sino muchos de los expedientes civiles y

79) AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1911, fs. 11r-v. 80) APNSLCO, Libro número 7 de entierros de la parroquia, fs. 159v-160r. 81) AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1911, f. 12r. 82) Gutiérrez Pulido, art. cit., p. 15. judiciales pertenecientes al juzgado menor.83 Todavía, de hecho, son vi- sibles en varios legajos las quemaduras producidas en aquella histórica fecha. A través de los minutarios conservados y algunos oficios sueltos, podemos concluir que por lo menos deberían existir en el Archivo del Juzgado Menor de Cañadas de Obregón los siguientes procesos judi- ciales en que son señalados hechos de sangre en que estuvieron impli- cados los hermanos Oropeza, iniciados en la fecha aludida: contra quien resulte responsable por los homicidios de Jesús Muñoz e Isidro y Ma- riano Pérez, el 21 de abril de 1911;84 contra Camilo Oropeza por el ho- micidio de Tranquilino de Anda, el 22 de marzo de 1919;85 contra Doro- teo Oropeza, responsable de la muerte de J. Reyes Hernández, el 21 de junio de 1919;86 contra Doroteo, Sotero y Camilo Oropeza por la muerte de Timoteo Muñoz, el 18 de septiembre de 1919;87 contra Doroteo Oro-

peza, responsable del homicidio de Reyes Guzmán, el 10 de diciembre Corazón Latinoamérica musical de México de 1919;88 y una averiguación promovida mediante consigna, con mo- 403 tivo de la muerte de Camilo Oropeza al írsele a capturar por el comisario de policía del 14º cuartel, el 7 de noviembre de 1921.89 La sistemática inexistencia de los procesos judiciales en contra de los hermanos Oropeza, corrobora que no se perdieron durante el incen- dio de 1927, sino que fueron extraídos subrepticiamente para limpiar su historial criminal. En este sentido, quien se encargó de realizar la razia fue J. Guadalupe Oropeza, quien ostentó el cargo de juez menor de Vi- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

83) Archivo Histórico Municipal de Cañadas de Obregón (en adelante, AHMCO), Secreta- ría 1960, Oficio de 27 de julio de 1960. Baudelio Jiménez Gómez, presidente munici- pal de Villa Obregón, al profesor Samuel Aguilar Ramos. 84) AJMCO, Oficio de 25 de abril de 1911. Guillermo Plascencia, juez de primera instancia de Jalostotitlán, al alcalde único constitucional de Cañadas. 85) AJMCO, Libro de minutas. Años de 1918-1923, f. RSv. 86) Ibíd., f. 2r. 87) Ibíd., f. 8r. 88) Ibíd., f. 10r. 89) AJMCO, Libro de asuntos civiles, criminales, mercantiles y federales, con expresión de entradas y salidas y numeración de orden, dando principio en enero de 1920, que se ventilan en el juzgado menor de este lugar. Se incluye también el libro de sentencias, que comienza en la página veintiséis, f. 7v. lla Obregón en 1934,90 1936,91 193992 y 1941.93 La recuperación del expediente practicado en 1911 con motivo del asesinato de los Pérez daría detalles más concretos sobre los anteceden- tes, los acontecimientos y nuevas oportunidades de análisis. Debieron girarse exhortos de captura o solicitud de declaración de testigos; és- tos habrían de contener información fundamental. Sin embargo, hasta el momento la búsqueda de estos documentos ha sido infructífera.

El compositor del corrido Del análisis de la vida y obra de varios poetas94 o compositores de ver- sos de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX de los Altos de Jalisco, se desprende que, en el caso de los corridos o mañanas, no se interesaban por aquello que les era desconocido, lejano. En este sen-

Juan Frajoza tido, invariablemente o fueron testigos del acontecimiento o tuvieron 404 fuentes orales de primera mano de aquello que divulgaban. En el caso de los individuos que además de poetas eran músicos, la obra se reali- zaba expeditamente porque lo que dejaba mayores rendimientos eco- nómicos era la narración de un hecho vigente. Dependía del gusto de la audiencia que la composición tuviera una popularidad efímera o fuera adquirida por otros músicos e incluida en el repertorio secular común. En consecuencia, el auténtico compositor del Corrido de los Pérez debe cumplir al menos con uno de aquellos extremos anteriormente indica- dos. En el ámbito regional, la obra ha sido adjudicada a Pioquinto Moya (1894-1973),95 músico originario de Acatic, quien tuvo una gran relevancia IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez 90) AJMCO, Información testimonial solicitada por el señor Lorenzo Reynoso. Año de 1934, fs. 1r-4r. 91) AJMCO, Diligencias precautorias promovidas por el señor Cornelio Pérez, solicitando secuestro provisional en bienes de la propiedad de Martín Torres. Año de 1936, fs. 1r- 2v. 92) AHMCO, Presidencia 1926-1941, Oficio de 5 de julio de 1939. El juez menor de Villa Obregón, J. Guadalupe Oropeza, al presidente municipal. 93) AJMCO, Criminal contra Alfonso Iñiguez por el delito de lesiones cometidas en agravio de Feliciano Jiménez. Año de 1941, fs. 1r-4r. 94) Hasta mediados del siglo XX, poeta era el término común para designar al individuo que hacía versos en los Altos de Jalisco. En la actualidad, se utiliza invariablemente compositor. (Archivo Municipal e Histórico de Tepatitlán de Morelos (en adelante, AMHTM), C25-Exp41-F3, f. 19r; Leopoldo Pérez Esquivias, Apozol de Gutiérrez (Yahua- lica de González Gallo), 29 de enero de 2017). 95) José Javier López López. “Evolución de la música de los Altos de Jalisco”, en Memorias del coloquio El mariachi y la música tradicional de México. De la tradición a la innova- ción de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadalajara, Secretaría de Cultura del durante los aciagos años de la Cristiada (1927-1929) porque se dedicó con ahínco a componer corridos en que se narran las hazañas del ejército y los gobiernistas en el área de Tepatitlán de Morelos. En sus aventuras, Moya era acompañado por sus hijos menores de edad Marcelino y Pachita, el primero tocando el violín y el segundo la mandolina.96 La capacidad compositiva de Pioquinto era enorme: sus versos los escribía en el momento mismo en que pasaban los acontecimientos, aprovechando la oportunidad de ganar dinero re- lativamente fácil. Así lo revela su hija Pachita: “Cuando escribió el Co- rrido de Quirino Navarro [(1927)] sonaba la balacera, y Pioquinto ya tenía escrita la canción. Todo ese día y esa noche nos la pasamos cantándolo una y otra vez. Llegando a la casa nos poníamos a escribir copias y no nos dábamos abasto en cantar y escribir”.97 Caso similar ocurrió con el Corrido de Apolonio Medina, compuesto en el propio año: México Corazón Latinoamérica musical de México Una mañana nos levantó muy temprano, como a las seis de la madrugada: 405 Ándele mi’jos, vamos a ver un horcado que hay en la Alameda[, en Tepa- titlán]. Y nos fuimos luego luego a dontaba Apolonio Medina colgado en un ocal y dando vueltas de un lado pal otro con tamaña lengua de fuera. Juntó mi papá unos papeles de envoltura que andaban por ai rodando, y antes de llegar al Pozo Prieto ya había escrito la música del corrido, porque eso sí, sabía nota y desde muy chiquitos nos enseñó a leerla. –Tengan, muchachos, apréndansela pa’ que en cuanto lléguemos al portal podamos cantarla. Del Pozo Prieto a la Presidencia ya había escrito la letra, y nosotros ya nos habíamos aprendido la música. –A ver, Pioquinto, qué nos trais ora… –Pos el corrido de Apolonio Medina nomás… –Pero si apenas está todavía horcado en la Alameda… Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias –Pos ya ves, nomás daca un quinto y lo cantamos.98

Sin embargo de su capacidad compositiva, no poseemos ningún dato que vincule a Moya con la carrera realizada en Cerro Viejo, los Oro- peza, los Pérez o cualquier otra persona que hubiera tenido un conoci- miento fiable sobre los acontecimientos. En consecuencia, toca a sus

Gobierno del Estado de Jalisco-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Vive Gua- dalajara, 2010, p. 50. 96) Ana Rosa González Pérez, Acatic, 30 de noviembre de 2013. 97) Francisco Gallegos Franco. Los cristeros de mi tierra. Tepatitlán de Morelos, Consejo de Cronistas de Tepatitlán, 2009, p. 16. 98) Ibíd., pp. 24-25. defensores relacionarlo o retractarse de su posicionamiento, que consi- deramos netamente desacertado. El compositor y guitarrero J. Jesús López Lomelí (1888-1977) sí se encontraba el 20 de abril de 1911 en el carril de los Troncones, supuesto que desde tiempo atrás se desempeñaba como profesor rural a sueldo en El Gavilán, contratado por los propios Oropeza. Antonio López Gó- mez (1938-2013), afirmaba que su progenitor había escrito, cantado y difundido un corrido alusivo a los hechos. Pero hay que recalcar que es- taba completamente convencido de que el que venimos analizando no era el de don J. Jesús.99 La composición de este importante músico tra- dicional de la barranca del río Verde debió de haber sido favorable a los intereses y actitudes de los Oropeza, porque vivió entre ellos hasta fina- les de 1921 en que fueron asesinados por la acordada de Cañadas tres

Juan Frajoza miembros de la familia y decidió marcharse por una temporada a Texas. 406 De hecho, se conservan dos corridos suyos en que aquéllos son enalte- cidos: las Mañanas de Julián Limón (1916) y el Corrido del catorce de oc- tubre (1921).100 De acuerdo a los testimonios orales recogidos por Gutiérrez Pu- lido, el verdadero y único compositor del Corrido de los Pérez es Dioni- sio Muñoz de Luna. Don Juan Muñoz, testigo de la carrera en que fue- ron asesinados los Pérez, afirmaba que “el corrido [fue] hecho por don Nichito de Luna, conocido como El Patatiesa, por su pierna tullida que arrastraba al caminar”.101 Doña Cruz Landín, nieta de Juana Enríquez, se- gunda esposa del individuo aludido, menciona: “Sí, él lo compuso, él. Lo cantó y luego lo apuntó todo. Lo tendrían. Sabe qué le harían al papel. Lo tirarían cuando se murió, sabe. Se lo hubieran dado a mi mamá, ¿ver- IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez dad, tú? Ya le digo”.102 Lo mismo expresa doña Virginia Lomelí, sobrina política de Francisco Oropeza, quien había contraído matrimonio con doña María Lomelí:

G. P. –– Estábamos platicando hace ratito de un señor que vivía en [el barrio de] Tonalá, [, aquí en Cañadas,] y que traía leña [a vender]. V. L. ––¡Tío Nicho Patatiesa!

99) Antonio López Gómez, El Santuario (Mexticacán), 2 de marzo de 2013. 100) Ambos, interpretados por Antonio López Gómez, se encuentran en: El canto cuami- lero de Mexticacán (2012), vol. I Corridos. Yahualica de González Gallo, Centro de Es- tudios Históricos de la Caxcana, 2012, 8. Mañanas de Julián Limón y 10. Corrido del ca- torce de octubre. 101) Gutiérrez Pulido, art. cit., p. 14. 102) Gutiérrez Pulido, doc. cit., testimonio de Crucita Landín. G. P. ––Tío Nicho Patatiesa. ¿Dizque le gustaba mucho componer versos? V. L. ––El compuso el de los Pérez.103

Un testigo, un familiar de los Oropeza, una nieta política y una larga tradición oral existente en Cañadas lo asevera; pero, ¿quién fue este hombre?, ¿cómo se vincula a la tragedia? Después de varios años de trabajo de archivo podemos ofrecer respuestas. Dionisio Muñoz de Luna (a) Nicho Patatiesa, nació en El Saucillo, el 10 de octubre de 1862, siendo hijo natural o ilegitimo de Jesús Muñoz y de la viuda María de Luna. Fue bautizado nueve días más tarde por el cura Miguel de Mijares, en la iglesia parroquia de San Miguel el Alto. De acuerdo al acta, sus abuelos paternos fueron José Trinidad Muñoz y Ma- ría Isabel Reynoso; y maternos, Prudencio de Luna y Nicolasa Muñoz.104

En San Miguel el Alto, el 9 de abril de 1885, casó civilmente con Corazón Latinoamérica musical de México Francisca Martín, hija legítima de Tomás Martín y Juana Hermosillo, no 407 india, célibe, de 20 años de edad, oriunda de San Juan de los Lagos105 y vecina de San Juan de Dios. En el acto, Dionisio declaró ser no indio, sol- tero, de 25 años de edad, jornalero, oriundo y vecino del propio rancho, hijo legítimo de Jesús Muñoz, finado, y de María de Luna, que vivía. Los testigos del enlace fueron los comerciantes Juan Macías y Homobono Castillo, por el interesado; y por la joven, los jornaleros Ángel Romo y To- ribio Enríquez. Ninguno de los relacionados supo estampar su firma.106 El propio día, los recién enlazados se presentaron ante el cura en- cargado José Anastasio Guzmán, exponiendo su consentimiento para el matrimonio eclesiástico que pretendían contraer, mismo que fue otor- gado y secundado por la madre del pretenso y los padres de la pre- tensa. De la declaración jurada de Dionisio y Francisca, así como de los testigos Toribio Enríquez y Juan Macías, se desprende que aquéllos no Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias tenían ningún parentesco de consaguinidad, afinidad espiritual o legal, ni habían hecho voto simple o solemne de castidad o religión, ni tenían esponsales con otra persona.107

103) Ibíd., testimonio de Virginia Lomelí. 104) APSMA, Libro de actas de bautismos de hijos ilegítimos, 1845-1957, f. 52r. 105) Realmente fue bautizada el 13 de octubre de 1862, es decir, tenía la misma edad que el contrayente. Sus abuelos paternos eran Francisco Martín y María Antonia de Anda; y maternos José Antonio Hermosillo y Clara Ramírez (ABCSJL, Libro de bautismos 1861- 1863, f. 93r). 106) Archivo del Juzgado del Registro Civil de San Miguel el Alto (en adelante, AJRCSMA), Libro de actas de matrimonios de 1885, f. 18r. 107) APSMA, Libro 25 de informaciones matrimoniales 1883-1885, fs. 276v-278r. Habiéndose publicado el matrimonio inter misarum solemnia en tres días festivos, que lo fueron 12, 19 y 26 de abril, no habiendo resul- tado impedimento alguno, fueron casados y velados el 6 de mayo por el presbítero Luis Ruiz, siendo padrinos Nicolás López y María Aceves, y testigos presenciales Calixto y Primitivo Casillas.108 La información contenida en los documentos emanados de los en- laces civil y eclesiástico destaca dos importantes puntos. En primer lu- gar, que Dionisio Muñoz se avergonzaba de su estado de ilegitimidad, supuesto que declara ser hijo legítimo, mientras que el asiento de su bautismo se encuentra en el libro de hijos ilegítimos de la parroquia de San Miguel el Alto. En nuestra pesquisa no encontramos que su padre haya contraído nupcias con doña María después de haber mantenido la amistad ilícita de que resultó grávida. De hecho, en el asiento de defun-

Juan Frajoza ción y entierro de su madre, se menciona ser viuda de Luis Cruz: 408 En el Camposanto de San Miguel el Alto, a cuatro de junio de mil ocho- cientos ochenta y ocho, yo el Presbítero Martiniano Chávez, Cura propio de esta parroquia, di sepultura Eca., habiendo dado un peso cincuenta cen- tavos para la fábrica, al cadáver de María de Luna, Adulta de sesenta años de edad; falleció de pulmonía el día tres como a las siete de la noche en la Estanzuela; recibió los Sacramentos de Penitencia, Extremaunción y Euca- ristía; hija legítima de Prudencio de Luna y Nicolasa Muñoz; viuda de Luis Cruz. Y para que conste firmé. Martiniano Chávez [Rúbrica]109

Por otra parte, que en sus 25 años de vida no había residido fuera IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez de la jurisdicción. Al parecer, únicamente había habitado en El Saucillo y San Juan de Dios, ranchos muy cercanos entre sí; tanto, que declaró ser oriundo del segundo mientras que en el asiento de su bautismo se men- ciona ser del primero. Para 1892 ya había cambiado su residencia a La Sarteneja. Esto se constata porque el 10 de abril, al ser lesionado con arma blanca por Se- vero Ramírez en El Pedregoso, depone ante el alcalde segundo constitu- cional de San Miguel el Alto, Camilo Casillas, ser casado, jornalero y ve- cino del punto antedicho. He aquí su declaración circunstanciada:

108) APSMA, Libro 7º de matrimonios, que comienza el día 7 de mayo de 1880, a cargo del señor cura D. Francisco J. Correa Díaz 1880-1888, fs. 199r-v. 109) APSMA, Libro Nº 12 de defunciones a cargo del Sr. presbítero D. Martiniano Chávez, cura propio de esta parroquia. Da principio el día 27 de marzo de 1887 y terminael 24 de julio de 1890, f. 76r. que Severo Ramírez, del rancho del Pedregoso, le infirió la lesión que pre- senta, ayer, en el punto que le llaman del Salto del mismo rancho, como a las once de la mañana, con un cuchillo; que no sabe el motivo, pues al en- contrarse viniendo el exponente arreando unos bueyes le dijo aquél, al en- contrarse, “aquí te quería agarrar” y le tiró una cuchillada, tiempo en que el exponente metió la mano y recibió la cuchillada; ésta iba dirigida a la ca- beza; nadie los acompañaba, pues venía solo el exponente lo mismo que Severo; nadie presenció esto, [porque] el punto donde pasó está siempre solo; que ningunos antecedentes había entre ellos; que renuncia la acción civil, sin constituirse parte. Severo Ramírez, luego que le infirió la herida, se desvió del camino, atra- vesando el cerro y no sabe su paradero; representa tener unos veinticinco años, estatura regular, cuerpo grueso, fornido, color rosado, pelo güero,

frente chica, pareja, nariz romba, ojos verdes, barba poca; sin señas parti- Corazón Latinoamérica musical de México culares; bracea al andar. 409 Que pasado el hecho, y después que pudo llegar al rancho, dio cuenta al comisario de lo ocurrido; que ninguna arma portaba el exponente. Leído que le fue se ratificó y no sabe firmar.110

La lesión que presentaba estaba situada en la mano izquierda, era cortante, diagonal, de siete centímetros de longitud, con rotura de los tendones de los dedos índice, anular y medio. De acuerdo a los facul- tativos que estuvieron al tanto de su curación, la herida sanó en veinte días, “quedando nada más que cierta rigidez de los tendones extensores de los dedos índice y medio; que recobrará sus movimientos normales con el tiempo”.111 Cinco años más tarde, en 1897, lo encontramos morando en La Es- tanzuela, donde trabajaba para doña Maximiana Jiménez. Además de Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias dedicarse a las actividades agrícolas inherentes a su trabajo cotidiano, hacía el pelo y la barba para incrementar sus ingresos. Asimismo, entre su estancia en La Sarteneja y La Estanzuela, aprendió a leer y escribir, probablemente con un profesor rural a sueldo. De hecho, su firma es de buena calidad. Lo anterior se desprende de una declaración judicial que dio el 22 de junio ante el alcalde primero constitucional de San Miguel el Alto, Ladislao Jiménez, por haber sido testigo de una lesión acciden- tal por arma de fuego:

110) AHSMA, caja 155, expediente 23, fs. 114r-v. 111) Ibíd., fs. 119r-v. que el día veinte del corriente, al meterse el sol, estando yo en una casa de una señora que es mi patrona, y que la casa estaba sola pues dicha señora [Maximiana Jiménez] no se encuentra, y a esto llegaron Ricardo García y el heridor, que como hasta ese día lo conocí que me dijeron se llama Cres- cenciano Márquez; y a esto me dijo Ricardo, me dijo que si le hacía el pelo y la barba, a lo que le contesté que sí, pero que ahí no tenía mi herramienta, que si quería que fuera a mi casa y pidiera a mi esposa las tijeras, una na- vaja y una corteza de jabón; fue y volvió trayendo todo, menos el jabón; y luego ya le dije que se consiguiera jabón, que no sé dónde lo consiguió; y ya en junto de una cerca le hice el pelo y la barba; y acabándolo me dijo “pues ahora hágale el pelo y la barba a Crescenciano”, a lo que dije que sí; y ya dicho señor me dijo que media barba, y lo hice así; al acabarle de ha- cer lo que llevo dicho, estaba al frente donde está una cerca y arriba de ella

Juan Frajoza se encontraba Mauricio que no sé su apellido, y ya le dijo a Crescenciano 410 “hombre, por qué no te quitas esas barbas tan grandes y tan feas; quítate- las, para qué te dejas eso”, riéndose; a lo que contestó el referido Crescen- ciano “voy, a que te doy un balazo”; y ya el referido Crescenciano hizo el extremo de sacar su pistola a quien sabe qué, a lo pronto, y la le dijo Mau- ricio [Enríquez] “no, estate, pues eran tan loco que eres capaz de hacerlo”; luego ya vi que de la falda de la camisa sacó la pistola, ya entonces ya se le dejó ver; y yo no sé cómo, si tal vez se le atoró el gatillo con la camisa y la chaqueta que usaba, yo estaba limpiando mis tijeras enfrente de ellos, él y Ricardo se encontraban a un lado y como he referido luego salió el tiro y ya Ricardo dijo “a mí, hombre, mira a mí me pegaron el tiro”; Crescenciano a esto dijo “válgame, qué sucedió; pues yo iba a tirar el tiro al viento”; y ya hizo el duelo con él, se estuvo allí un rato y luego se fue; Mauricio ya siem- IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez pre se quedó a un lado de la cerca y siguió allí viendo el acontecimiento; que esto nomás yo lo presencié y Mauricio, que él vive ahora en el rancho de Las Golondrinas, del municipio de Jalostotitlán, según dicen, yo no me afirmo; y también allí estaba Florencio [Díaz], pero nos sé si lo presenció o no o parte de ello. Con lo que terminó la presente, ratificó lo expuesto leído que le fue y firmó. Añadió que el mismo declarante, Dionisio Muñoz, ya estando herido Ri- cardo García, él le dijo a Francisco Rodríguez, quien llegó después del acontecimiento, y le dijo que fuera avisarle a Epitacio García que su hijo se encontraba herido, que viniera, y que el comisario no lo vio y ni se en- contraba allí. Con lo que terminó este acto, ratificándolo y firmó.112

112) AHSMA, caja 157, expediente 33, fs. 129v-130v. Imagen 05

Dionisio Muñoz de Luna era amante de juegos prohibidos, tan co- múnmente realizados furtivamente en las rancherías de la región, por lo cual en más de una ocasión fue multado gubernativamente.113 Inclu-

sive hasta en problemas judiciales se vio mezclado a causa de la jugada. Corazón Latinoamérica musical de México A finales de enero o principios de febrero de 1899, el menor de edad 411 Trinidad Loza, hijo de doña Maximiana Jiménez, rifó con baraja y con entradas en granos de a peso un puerco amarillo manchado. La rifa se verificó en casa de Cruz Martín, compadre y cuñado de Dionisio. En la apuesta participaron Mónico Muñoz, Francisco López, Marín Placencia y los tres anteriormente aludidos. También se encontraba presente Dona- ciano Zermeño, pero “estaba allí por la plática y sin jugar, porque es cosa que no me gusta”. Después de realizadas las suertes del caso, el defini- tivo ganador fue Muñoz de Luna, con la condición de que le estaría pa- gando a Loza el maíz consumido por el puerco hasta que arreglara éste con su madre la entrega. Como pasó el tiempo y no le era dado el ani- mal, Dionisio envió a su cuñado a con doña Maximiana, quien se negó rotundamente a darlo, sabedora de que su hijo lo había rifado en juego prohibido por la ley. Así la cuestión, el indiscutible ganador de la suerte Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias reconvino amablemente a Trinidad, mismo que le dijo que fuera a reco- ger el puerco, que ya estaba a su entera disposición. Por segunda vez tío Nicho envió a su cuñado a casa de doña Maximiana, pero éste cogió el puerco sin avisar: “me metí al corralito, lo saqué y me lo llevé arreándolo, no viéndome nadie de la casa y ni la misma señora, porque todavía aún no se levantaba; el lechón me lo llevé hasta San Juan de Dios a la casa de mi compadre Dionisio Muñoz y se lo entregué, no pagándome nada por mis agencias y viaje por ser mi cuñado y compadre”. Siendo notoria la falta del puerco, Maximiana comunicó lo sucedido a su hermano Teo- doro Jiménez, residente en La Ciénega, quien se presentó el 5 de abril ante el presidente municipal de San Miguel el Alto quejándose tanto de

113) AHSMA, caja 46, expediente 49, f. 95r. Muñoz como de Martín. El presidente giró comunicación al alcalde se- gundo constitucional suplente, mismo que formó auto cabeza de pro- ceso y mandó aprehender a los acusados. Aunque Muñoz de Luna salió bien librado del proceso judicial, su cuñado tuvo que pasar mes y medio en las bartolinas de la cárcel antes de ser exonerado del cargo.114 En un padrón levantado el 5 de enero de 1904 por orden supe- rior del presidente del ayuntamiento de San Miguel el Alto, cuya finali- dad era conocer el número de propietarios de fincas rústicas, así como el de los trabajadores de quienes se responsabilizaban como hombres de bien que hasta la fecha no tenían antecedentes criminales, se asienta que residía en La Estanzuela, contaba con 40 años de edad y estaba ca- sado.115 Lamentablemente cerca de dos décadas le perdemos enteramente

Juan Frajoza la pista. Es hasta el 30 de abril de 1922, en que ingresó a Estados Unidos 412 por la aduana de Hidalgo, que volvemos a tener datos sobre su persona. De acuerdo a su pase, se dirigía a la pequeña ciudad de Donna (Texas), siendo su oficio el de labrador.116 La estancia fuera de la región alteña fue breve, pues de acuerdo a su propia declaración, en 1923 pasó a re- sidir a la jurisdicción de Cañadas.117 Es decir, entre 1905 y 1922 había vivido únicamente en La Estanzuela y puntos aledaños. Al poco tiempo de mudarse a la nueva jurisdicción, el 31 de julio de 1923, falleció su es- posa Francisca Martín en el rancho de El Cerrito, sin asistencia médica, de “mal de sangre”. Fue sepultada en el cementerio municipal de Caña- das al siguiente día.118 Al hombre se le atravesó rápidamente la suplente. El 30 de marzo de 1924 realizó presentación formal para contraer segundas nupcias IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez con Juana Enríquez, viuda de Cirilo Ávila (fallecido de diarrea el 18 de julio de 1920 en El Serman),119 hija legítima de Juan Enríquez y María Ventura Rojas, originaria de La Estanzuela.120 De esta suerte, pasaron a convertirse en sus hijastros y familia los menores Juan, María de Jesús y Pedro Ávila Enríquez. Durante la Cristiada, ante la inseguridad latente en Cañadas, con su

114) AHSMA, caja 158, expediente 36, fs. 98r-115r. 115) AHSMA, caja 18, expediente 1, f. 35r. 116) Información proporcionada por José de Jesús Ortega Martín. 117) Archivo Histórico Agrario de Jalisco (en adelante, AHAJ), expediente 2515, f. 35r. 118) AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1923, f. 25v. 119) AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1920, f. 31r. 120) AJRCCO, Libro de actas de matrimonios de 1924, f. 19v. flamante parentela pasó a morar nuevamente a la jurisdicción de San Mi- guel el Alto. De hecho, el 1º de julio de 1928 el gobierno político y mili- tar de dicha población le otorgó un salvoconducto, habiendo sido fiado por José M. Moreno, propietario de predios rústicos. En el documento se asienta que habitaba en Guadalajarita.121 México Corazón Latinoamérica musical de México 413

Imagen 06

Calmadas las aguas subversivas, acompañado de su segunda es- posa e hijastros, regresó a la jurisdicción de Villa Obregón.122 Primero se instaló en el rancho de El Bajío y más tarde pasó a la cabecera municipal. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias De acuerdo con un censo agrario levantado en 1947, se dedicaba a las actividades de la labranza y a vender leña. Poseía en propiedad una hec- tárea de tierra de temporal, cinco burros y nueve gallinas. Era vecino del barrio de Tonalá y vivía únicamente con doña Juanita.123 Entre sus activi- dades también se encontraba la de gallero ocasional.124

121) AHSMA, Libro de salvoconductos de la guerra cristera, 1928-1929, f. 79r. 122) Por decreto número 3577 del congreso de Jalisco, publicado el 2 de marzo de 1929 en el diario oficial del estado, el municipio de Cañadas cambió su nombre por el de Villa Obregón, en memoria del caudillo constitucionalista asesinado meses antes en el restaurante La Bombilla de la Ciudad de México. 123) AHAJ, expediente 2515, f. 35r. 124) Gutiérrez Pulido, doc. cit., testimonio de Crucita Landín. Tío Nicho Patatiesa falleció el 8 de febrero de 1951:

En Villa Obregón, Jal., a 9 de febrero de 1951, a las 15 horas, ante mí Maxi- mino Gómez G., oficial del Registro Civil de este lugar, compareció el C. Juan Ávila, casado, agricultor, de 37 años, originario y vecino de este lugar, y dijo: que ayer a las 12 horas, falleció en este lugar, y sin asistencia mé- dica de Senalidad el Señor Dionisio Muñoz de Luna, de 98 años de edad, originario[sic] y vecino de este lugar, y dejó viuda a Juana Enríquez y se se- pultará en el Cementerio Municipal. Testigos: Antonio y Anastacio Gómez, ambos casados, mayores de edad y vecinos de este lugar. Se le dio lectura y conformes no firman por no saber. M. Gómez G. [Rúbrica]125

Juan Frajoza Para vincular indefectiblemente a Muñoz de Luna con los Pérez, hay 414 que regresar un poco y hablar de Cruz Martín, su cuñado, quien casó eclesiásticamente con Abundia de la Torre, el 21 de agosto de 1877, en la parroquia de San Miguel el Alto. En tan memorable ocasión, el pre- tenso declaró ser soltero, de 21 años de edad, originario y vecino de La Estanzuela, hijo legítimo de Tomás Martín y Juana Hermosillo; la pre- tensa, por su parte, aseguró ser célibe, de 18 años de edad, originario y vecina del mismo rancho, hija legítima de Felipe de Jesús de la Torre y Francisca Márquez.126 La pareja Martín de la Torre tuvo los siguientes sucesores, nacidos en San Juan de Dios y La Estanzuela y bautizados en la parroquia de San Miguel el Alto: María Merced, el 27 de septiembre de 1878;127 María Félix o Felícitas, el 22 de mayo de 1881;128 María Maxi- mina, el 3 de junio de 1883;129 Cenobio, el 1º de noviembre de 1885;130 IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez

125) AJRCCO, Libro de Actas de Defunción de 1951, f. 4v. 126) APSMA, Libro 6º de matrimonios que comienza el día 30 de mayo de 1877, a cargo del señor cura propio D. Francisco J. Correa Díaz, p. 10v. 127) APSMA, Libro número 17 de bautismos. Comienza a 7 de septiembre de 1878, termina a 5 de junio de 1880, f. 8v. 128) APSMA, Libro número 18 de actas de bautismos. Comienza a 1º de julio de 1881 y ter- mina a 28 de diciembre de 1881, p. 201. 129) APSMA, Libro número 19 de actas de bautismos. Comienza a 18 de julio de 1882 y ter- mina a 13 de junio de 1884, pp. 229-230. 130) APSMA, Libro número 20 de actas de bautismos. Comienza a 17 de junio de 1884 y ter- mina a 28 de septiembre de 1887, p. 317. Francisco, el 7 de junio de 1889;131 y Librada, en febrero de 1893.132 Cor- nelio, alumbrado en El Serman, fue bautizado en la ayuda de parroquia de Cañadas, el 20 de septiembre de 1896.133 Para nuestra vinculación son fundamentales María Félix y Librada. Obtenida dispensa de la Sagrada Mitra de Guadalajara de dos impedi- mentos de consanguinidad (uno en tercero con cuarto y otro en cuarto grado igual en línea transversal), la primera contrajo matrimonio eclesiás- tico en la parroquia de San Miguel el Alto, el 29 de octubre de 1898, con Lucio Pérez. En el acta correspondiente, se asienta que la pretensa ha- bía vivido 15 meses en La Campanita hacía un año, es decir, entre 1896 y 1897.134 El nacimiento de Cornelio en El Serman corrobora que durante esa temporada toda la familia Martín de la Torre estuvo residiendo y tra- bajando en el área de Cañadas, invitados por Cesáreo Márquez.

Poco después de la cuestión del puerco rifado, y habiendo falle- Corazón Latinoamérica musical de México cido doña Abundia de la Torre, Cruz Martín y los demás miembros de la 415 familia hicieron su hatillo de trebejos y se marchados definitivamente a La Campanita. De hecho, en el padrón de 5 de enero de 1904 no apa- rece ya residiendo en La Estanzuela.135 Así la cuestión, el 24 de noviem- bre de 1908, contrajeron matrimonio civil en casa de doña María Reyes González, sita en Cañadas, Isidro Pérez y Librada Martínez [sic].136 Como la muchacha sólo contaba con 15 años de edad, el sereno padre otorgó su más pleno consentimiento para que se efectuara el enlace.137 En consecuencia, si bien no podemos afirmar que Dionisio Muñoz de Luna fue testigo del asesinato de Jesús Muñoz, Isidro y Mariano Pérez

131) APSMA, Libro número 22 de actas de bautismos. Comienza a 3 de abril de 1889 y ter- mina a 30 de diciembre de 1890, fs. 22r-v.

132) AJRCSMA, Libro de actas de nacimientos de 1893, f. 16r. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 133) APNSLCO, Libro número 3 de bautismos de la vicaría de Cañadas, que principia a 2 de mayo de 1893 y termina el 25 de noviembre de 1900, f. 105v. 134) APSMA, Libro número 9 de matrimonios 1895-1902, p. 142r. 135) AHSMA, caja 18, expediente 1, f. 35r. 136) A Cruz Martín, además de en este documento, también le es colocado erróneamente el apellido Martínez en una demanda civil verbal interpuesta por Lucio Pérez en con- tra de Julián Jiménez, por propiedad de una burra mojina. Al contestar la cláusula ter- cera de un interrogatorio subscrito por el primero, el 29 de agosto de 1908 depuso don Nabor Jáuregui, vecino de El Montecillo: “Que como vecino del Señor Pérez, le consta; y la adquirió [la burra] de su suegro Don Cruz Martínez por regalo que hizo a un chiquillo hijo del Señor Pérez; por más señas, que el que habla fue el que vendió la burra grande con la que hoy se reclama” (AJMCO, Verbal. Lucio Pérez y Julián Jimé- nez. Año de 1908, f. 2v). 137) AJRCCO, Libro de actas de matrimonios de 1908, fs. 56r-57r y 71r. aquel jueves 20 de abril de 1911 porque ningún testimonio oral lo ga- rantiza y, además, el expediente judicial actualmente se encuentra des- aparecido, aseguramos que contó con todas las necesarias fuentes ora- les de primer orden para componer el Corrido de los Pérez, supuesto que sus sobrinas María Félix y Librada habían enlazado con Lucio e Isi- dro. De igual manera, en la entrevista que Gutiérrez Pulido realizó a doña Virginia Lomelí sale a relucir una estrofa del Corrido de Eloísa Macías,138 compuesto por tío Nicho Patatiesa, en la cual se identifican análogas fór- mulas compositivas que las utilizadas en la obra aquí analizada:

Norberto lloraba mucho, sus lágrimas se bebía:

Juan Frajoza –Miren lo que pagó m’ija, 416 lo que su hermano debía.139

No obstante todo lo anteriormente expuesto, oficialmente el com- positor del Corrido de los Pérez es David González, integrante del Dueto América, ha poco fallecido. Evidentemente nos encontramos ante un ca- tegórico plagio, con todas sus letras. De esta fraudulenta operación han quedado evidencias fundamentales, que pasamos a exponer. La obra aquí analizada se grabó y comercializó en discos de 78 rpm por vez primera por Falcon Record Co., empresa discográfica localizada en Mission (Texas), dirigida para el consumo de los mexicoamericanos y migrantes mexicanos. Las cantantes encargadas de interpretarlo fueron las Hermanas Segovia (Aurelia y Lucita), quienes fueron acompañadas IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez por el conjunto norteño de Pedro Ayala:

138) La señorita Eloísa, hija de Norberto Macías, fue muerta a balazos en Villa Obregón por su novio Elías Jiménez, quien luego se suicidó, el 8 de diciembre de 1931 (AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1931, fs. 25v-26r). La estrofa alude, asimismo, un he- cho de sangre ocurrido anteriormente: el asesinato que Vicente Macías cometió en la persona del presbítero Juan Soltero Jiménez, cura propio de la población, el 13 de abril de 1930 (Ma. Esther Gómez Loza. Cañadas de Obregón, Jalisco, a través del tiempo. Guadalajara, H. Ayuntamiento de Cañadas de Obregón, 2009, pp. 119-148). Desde la perspectiva de Muñoz de Luna, los profundos lamentos de don Norberto se debían a la ferviente creencia de que Dios había castigado a la familia, por la pavorosa muerte de un eclesiástico a manos de su hijo. 139) Gutiérrez Pulido, doc. cit., testimonio de Virginia Lomelí. Imagen 07

En mil novecientos once, les voy a explicar muy bien: mataron a dos hermanos y a un primo hermano también. México Corazón Latinoamérica musical de México El jueves veinte de abril 417 como a las tres de la tarde, murió don Mariano Pérez en las manos de un cobarde.

El don Mónico de Luna fue quien la mecha prendió, y a los primeros balazos fue el primero que corrió.

Gabino Pérez decía, muy macizo en sus razones: –Yo también muero en la raya, no soy cría de correlones. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

Isidro Pérez le dijo: –Déjala ya por la paz, pues así nos convendría. Sea por Dios, no digo más.

Gabino Pérez decía: –Nos pegaron a la mala. Si hubieran hablao al derecho, otro gallo les cantara.

Isidro cayó pa’l sur, pa’l norte cayó Jesús, Mariano para el oriente como pintando una cruz.

Vuelva, vuela palomita, vuela paloma querida, dile al padre de los Pérez que aquí terminó su vida.140

Por su parte, el Dueto América (Carolina y David González) grabó el mismo corrido para Columbia Records, acompañado por el mariachi de Gilberto Parra, siendo distribuido en discos de 78 rpm para el público nacional. La única diferencia existente entre una y otra versión, es que en ésta se agrega la estrofa que alude a las carreras de caballos llevadas a

Juan Frajoza efecto en Cerro Viejo: 418 Carreras tan desgraciadas, ésas carreras del Cerro; perdieron vida y caballos, y perdieron su dinero.141

Mientras que la música norteña mexicana a mediados del siglo XX apenas comenzaba a formar un sólido y amplio mercado en la fron- tera, el mariachi moderno tenía dos décadas de haberse convertido, a través de la política cultural del Estado, en el símbolo musical de Mé- xico. En consecuencia, las ventas de discos del Corrido de los Pérez en la versión de Dueto América fueron fenomenales para la época por ha- IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez berse grabado con mariachi, pero fundamentalmente porque la obra ya era popular en varias regiones del país, incluidas los Altos de Jalisco y Aguascalientes,142 a través del proceso migratorio. Ante esta rentable situación, David González se reservó para sí los derechos de la obra. Si bien consideramos una grave falta ética el haber registrado una compo- sición de dominio popular, el caso es que existe una demoledora pro- babilidad de que hubiera sabido quién era el verdadero autor y simple- mente lo haya pasado por alto. Así, su tacha sería incalificable.

140) Hermanas Segovia (Aurelia y Lucita), con el conjunto de Pedro Ayala. El Corrido de los Pérez. Mission, Texas, Falcon Record Co., C.N. A4111, Matrix: F-18108. 141) Dueto América, con el mariachi de Gilberto Parra. Corrido de los Pérez. México, Co- lumbia Records. México, C.N. 2982-C, Matrix: Mex-2966-1. 142) Adalberto Gutiérrez Sánchez. “La tambora en la región de Cuquío y pueblos aleda- ños”, en Estudios Históricos, número 49. Guadalajara, Centro de Estudios Históricos Fray Antonio Tello, 1992, p. 726. Ahora bien, ¿cómo tuvo David González acceso al Corrido de los Pérez que grabó junto a su hermana Carolina, si es notorio que no fue copiado de la versión grabada por las Hermanas Segovia por carecer ésta de una estrofa? Terminantemente la respuesta es: por tradición oral familiar. El 18 de septiembre de 1883, en la parroquia de San Miguel el Alto, contrajeron matrimonio eclesiástico Inocencio González y Casimira de Luna. El primero era soltero, de 24 años de edad, originario y vecino de La Mesa del Fresno,143 hijo legítimo de Pascual González y Antonia Mar- tín. La novia, en cambio, era doncella, de 20 años de edad, originaria y vecina del mismo punto, hija legítima de Crisólogo de Luna y Faustina Aceves. Los padrinos del enlace fueron Eustaquio de Luna y Juana Gon- zález; testigos, Calixto Casillas y Severo González.144 Entre otros hijos, la

pareja procreó los siguientes, nacidos en La Mesita del Fresno y bautiza- Corazón Latinoamérica musical de México dos en la parroquia de San Miguel el Alto: María Altagracia, el 25 de ju- 419 lio de 1885;145 Francisca, el 28 de agosto de 1886;146 y Librado, el 29 de junio de 1888.147 En la misma ranchería habitaba el matrimonio formado por Sotero y Josefa Martín.148 Entre otros retoños, criaron a Miguel, bautizado el 1º de noviembre de 1895 en la parroquia de San Miguel el Alto;149 y a María Soledad, nacida en la propia villa el 16 de mayo de 1900.150 Por razones que nos son desconocidas, a principios de 1919 ambas familias mudaron su residencia a la ciudad de Aguascalientes. Los Gon- zález de Luna tenían su casa habitación en la calle de Arteaga número 30; los Martín Martín –erróneamente Martínez Martínez– en la cuarta de

143) Esta comunidad rural, en la documentación consultada, también aparece como La Mesita del Fresno o simplemente como El Fresno. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 144) APSMA, Libro 4º de matrimonios que comienza el día 7 de mayo de 1880, a cargo del señor cura D. Francisco J. Correa Díaz, f. 122r-v. 145) APSMA, Libro número 20 de actas de bautismos. Comienza a 17 de junio de 1884 y ter- mina a 28 de septiembre de 1887, pp. 254-255. 146) Ibíd., p. 518. 147) APSMA, Libro número 21 de actas de bautismos. Comienza a 29 de noviembre de 1887 y termina a 1º de abril de 1889. Faltando de septiembre a noviembre de 1887, f. 111r. 148) Los padres de Sotero fueron Policarpo Martín y Toribia Sánchez; los de Josefa, Manuel Martín y Petra Padilla. 149) APSMA, Libro número 23 de actas de bautismos. Comienza a 13 de noviembre de 1893 y termina a 25 de diciembre de 1895. Faltando de enero de 1891 a 12 de noviem- bre de 1893, f. 268r. 150) AJRCSMA, Libro de actas de nacimientos de 1900, fs. 51r-v. Guadalupe número 30.151 Así la cuestión, el 28 de noviembre de dicho año, en la parroquia del Sagrario, habiendo sido dispensados del impe- dimento de consanguinidad de tercer grado, fueron casados eclesiásti- camente por el presbítero Felipe Morones los pretensos Librado Gon- zález y María Soledad Martínez. Fueron padrinos del enlace Leobardo y Ma. Cruz Muñoz.152 David, séptimo hijo legítimo de Librado González y Soledad Martí- nez, nació en la ciudad de Aguascalientes el 29 de diciembre de 1934.153 En este sentido, tal como afirma la parentela, fue su madre la persona que le enseñó o “regaló” el Corrido de los Pérez (¿No habíamos quedado en que él era el compositor?). Recapitulemos: doña Chole residió en La Mesita del Fresno hasta principios de 1919; esta ranchería es vecina a la de La Estanzuela, donde habitó Dionisio Muñoz de Luna hasta 1922, año en que migró a Estados

Juan Frajoza Unidos. Por lo tanto, es dable que haya sabido quién era el verdadero autor, e 420 inclusive también su hijo. La misma argumentación se aplicaría en caso de que cambiaran de opinión y arguyeran que se lo enseñó o “regaló” su padre. Por una tradición oral persistente en Cañadas de Obregón, se sabe que Muñoz de Luna obligado por las circunstancias al ser amenazado de muerte por los hermanos Oropeza, tuvo que amputar el corrido de su autoría, es decir, omitir en el canto muchas de sus estrofas. Pero antes de que esto ocurriera, ya se había difundido por la región tal como fue compuesto. Hasta hace poco sólo conocíamos la siguiente estrofa de aquellas excluidas deliberadamente:

Jesús Muñoz, inocente, nomás a pasear se vino; IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez lo tumbaron de un balazo de la yegua de Gabino.154

Empero, durante una audición efectuada el 28 de julio de 2016 en el kiosco de la plaza de armas de Villa Hidalgo, con gran sorpresa nues- tra el mariachi antiguo de Acatic al cantar la obra que analizamos agregó a su interpretación las siguientes:

151) Archivo del Juzgado Primero del Registro Civil de Aguascalientes (en adelante, AJ- PRCA), Libro de actas de matrimonios de 1919, fs. 795r-v. 152) Archivo de la Parroquia del Sagrario de Aguascalientes (en adelante, APSA), Libro de matrimonios número 59, 1919-1924, fs. 5v-6r. 153) AJPRCA, Libro de actas de nacimientos de 1935, f. 25v. 154) J. Jesús Gutiérrez Pulido, Mexticacán, 15 de agosto de 2012. Isidro Pérez murió con una dicha inmensa de poderse confesar, porque Dios le dio licencia.

Decía Valente de Luna: –Esta tragedia es de horror. Mientras Dios me preste vida, no vuelvo a ser corredor.

Se podrían atribuir estas estrofas al corrido compuesto por J. Je- sús López Lomelí, quien se desempeñaba a la postre como profesor ru- ral a sueldo en El Gavilán; sin embargo, su intencionalidad es a favor de

los difuntos y no de los matadores. Entonces, podemos excluir esta pro- Corazón Latinoamérica musical de México babilidad. Es sumamente notorio que el individuo que las compuso o 421 fue testigo o tuvo fuentes orales de primera mano, ya que dos de ellas contienen datos comprobables. En la primera se menciona que “Jesús Muñoz, inocente, / nomás a pasear se vino”, esto es, que no estaba im- plicado en el problema suscitado entre sus primos hermanos y los Oro- peza; además, que su residencia no era en el área de Cañadas, sino que se encontraba circunstancialmente en el lugar de los hechos, supuesto que habitaba en Caballerías, comprensión de San Juan de los Lagos, tal como se expresa en su acta de defunción.155 En la segunda se manifiesta que Isidro Pérez murió gozoso al haber tenido oportunidad de poder proclamar sus pecados, lo cual asimismo es verdadero. De los tres caí- dos aquel 20 de abril de 1911, sólo él pudo confesarse con el presbítero Romualdo Espinosa, vicario de la ayuda de parroquia de Cañadas, pues falleció al día siguiente.156 De la tercera no poseemos dato alguno verifi- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias cable hasta el momento. Aunque es verosímil que Valente de Luna, her- mano legítimo de Mónico del propio apellido, se encontrara en las ca- rreras de Cerro Viejo como corredor de caballos o dinero.

155) AJRCCO, Libro de actas de defunciones de 1911, fs. 11v-12r. 156) APNSLCO, Libro número 7 de entierros de la parroquia, f. 160r. Juan Frajoza 422

Imagen 08157

Epílogo No debería avergonzar a ninguno de los contemporáneos familiares de los implicados en la tragedia de Cerro Viejo lo que a cada uno corres- pondió en su momento. De abrirse su verdad familiar, sin eludir moti- vaciones o culpabilidades, ampliaríamos sobremanera nuestro cono- cimiento sobre el hecho en sí, pero también profundizaríamos en el IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez estudio de la criminalidad y la violencia regional desde las perspecti- vas antropológica y sociológica. Sin pasión ni gloria, esperamos fervien- temente que afloren los testimonios y, en caso de aún existir, sea de- vuelvo el expediente judicial que fue practicado en 1911 con motivo de la muerte de Jesús Muñoz e Isidro y Mariano Pérez. Registrado de buena o mala fe, lo cierto es que los sucesores de David González deberían devolver el Corrido de los Pérez a sus legíti- mos propietarios, para que ellos reciban los beneficios morales y eco- nómicos que les corresponden por derecho como descendientes de Dionisio Muñoz de Luna. Casos como este, asimismo, deberían incitar la aprobación de una ley nacional para que aquellas obras que han sido arrancadas tanto a una tradición musical en específico como a sus legí-

157) AHSMA, Libro de salvoconductos de la guerra cristera, 1928-1929, f. 140v. timos dueños, habiendo una demostración categórica del quebranta- miento, sean restituidas. De detractarse la presente disertación y defenderse la autoría de David González, sus ardientes filiales habrán de responder convincente- mente las siguientes preguntas: 1) Ya que es imposible que se haya en- contrado en las carreras de Cerro Viejo, ¿cuáles fueron sus fuentes orales de primera mano que le hayan llevado a componer el Corrido de los Pé- rez? 2) ¿Cómo es posible que el corrido fuera del dominio público antes de que lo compusiera? 3) ¿Por qué fue grabado en Texas por las Herma- nas Segovia antes de que lo hiciera el Dueto América? 4) ¿Por qué exis- ten al menos tres estrofas que corresponden al corrido, pero no fueron grabadas por el Dueto América?

Bibliografía Corazón Latinoamérica musical de México 423 Archivos 1. Archivo de la Basílica Catedral de San Juan de los Lagos (ABCSJL) 2. Archivo del Juzgado Menor de Cañadas de Obregón (AJMCO) 3. Archivo del Juzgado Primero del Registro Civil de Aguascalientes (AJPRCA) 4. Archivo del Juzgado del Registro Civil de Cañadas de Obregón (AJRCCO) 5. Archivo del Juzgado del Registro Civil de San Miguel el Alto (AJRCSMA) 6. Archivo Histórico Agrario de Jalisco (AHAJ) 7. Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara (AHAG) 8. Archivo Histórico Municipal de Cañadas de Obregón (AHMCO) 9. Archivo Histórico de San Miguel el Alto (AHSMA) Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 10. Archivo Municipal e Histórico de Tepatitlán de Morelos (AMHTM) 11. Archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz de Cañadas de Obregón (APNSLCO) 12. Archivo de la Parroquia del Sagrario de Aguascalientes (APSA) 13. Archivo de la Parroquia de San Miguel el Alto (APSMA)

Entrevistas 1. Ana Rosa González Pérez, Acatic, 30 de noviembre de 2013 2. Antonio López Gómez, El Santuario, 2 de marzo de 2013 3. J. Jesús Gutiérrez Pulido, Mexticacán, 15 de agosto de 2012 4. José Luis Ramírez, Apozol de Gutiérrez, 29 de enero de 2017 5. Leopoldo Pérez Esquivias, Apozol de Gutiérrez, 29 de enero de 2017 Fonografía 1. Dueto América, con el mariachi de Gilberto Parra. Corrido de los Pérez. México, Columbia Records. México, C.N. 2982-C, Matrix: Mex-2966-1. 2. El canto cuamilero de Mexticacán (2012), vol. I Corridos. Yahualica de González Gallo, Centro de Estudios Históricos de la Caxcana, 2012. 3. Hermanas Segovia (Aurelia y Lucita), con el conjunto de Pedro Ayala. El Corrido de los Pérez. Mission, Texas, Falcon Record Co., C.N. A4111, Matrix: F-18108.

Fuentes secundarias 4. Aguirre, Manuel J. Ensayo histórico de Teocaltiche. México, Editorial

Juan Frajoza B. Costa Amic, 1971. 424 5. Aldana Rendón, Mario. Del reyismo al nuevo orden constitucional, 1910-1917. 6. Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco-Universidad de Guadalajara, 1987. 7. Arenas Guzmán, Diego. Historia de la Cámara de Diputados de la XXVI Legislatura federal, Vol. I. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1961. 8. Chew Sánchez, Martha I. Los corridos en la memoria del migrante. México, Editorial Eón, 2008. 9. Frajoza, Juan. “J. Jesús López Lomelí (1888-1977). Radiografía del repertorio de una música de los Altos de Jalisco”, en El mariachi: regiones e identidades de Luis Ku (coordinador). Guadalajara, El IV.1. Crítica histórica al Corrido de los Pérez Colegio de Jalisco-Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2015. 10. Gallegos Franco, Francisco. Los cristeros de mi tierra. Tepatitlán de Morelos, Consejo de Cronistas de Tepatitlán, 2009. 11. Goldsmit, Shulamit. “Jalisco”, en Contento y descontento en Jalisco, Michoacán y 12. Morelos. México, Universidad Iberoamericana, 1991. 13. Góme∫z Loza, Ma. Esther. Cañadas de Obregón, Jalisco, a través del tiempo. Guadalajara, H. Ayuntamiento de Cañadas de Obregón, 2009. 14. González-Leal, Mariano. Retoños de España en la Nueva Galicia, Tomo VI, Volumen 2. Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, 2011. 15. Gutiérrez Pulido, J. Jesús. Centenario de un corrido (documental). Guadalajara, Producciones Quetzal, 2011. 16. _____. “El Corrido de los Pérez. Una tragedia que se recuerda en Cañadas”, en Callejones, número 4. Mexticacán, 2001. 17. Gutiérrez Sánchez, Adalberto. “La tambora en la región de Cuquío y pueblos aledaños”, en Estudios Históricos, número 49. Guadalajara, Centro de Estudios Históricos Fray Antonio Tello, 1992. 18. López López, José Javier. “Evolución de la música de los Altos de Jalisco”, en Memorias del coloquio El mariachi y la música tradicional de México. De la traición a la innovación de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadalajara, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Vive Guadalajara, 2010. 19. Montoya Arias, Luis Omar. Trompeta en mano, soltando el llanto y en compañía del diablo… Estudio histórico-cultural de las bandas

de viento en el Bajío guanajuatense (1960-1990). Guanajuato, Corazón Latinoamérica musical de México Ediciones La Rana, 2011. 425 20. _____ y Medrano de Luna, Gabriel. La música norteña mexicana. Guanajuato, Universidad de Guanajuato, 2016. 21. Sandoval Godoy, Luis. Rumbos. Guadalajara, Editorial Ágata, 2000. 22. Tercer censo de población de los Estados Unidos Mexicanos, verificado el 27 de octubre de 1910, Tomo I. México, Oficina Impresora de la Secretaría de Hacienda, 1918.

Hemerografía 1. El Informador 2. Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921)

Juan Frajoza Centro de Estudios Históricos de la Caxcana

Por los que aquí están presentes, los que me están escuchando, convidan a sus familias al mitote y al fandango, al vino y a la borrachera,

Juan Frajoza pero a la doctrina cuándo. 426 Corrido de Josefina la Condenada Pioquinto Moya

Para los fines de este corto pero substancioso estudio, se consultaron y extractaron 1899 expedientes del Archivo Municipal e Histórico de Te- patitlán de Morelos (1821-1853), 730 del Archivo del Juzgado Menor de Mexticacán (1870-1921) y 439 del Archivo del Juzgado Menor de Caña- das de Obregón (1831-1921). Es decir, en total 3068 expedientes de to- dos los grosores y contenidos. De esta minuciosa y fructífera búsqueda concluimos, quizá tarde, que los datos incidentales que nos coadyuvan a distinguir y analizar los satélites que giraron alrededor del binomio di- versiones-músicas durante el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX se encuentran en mayor medida en las causas criminales y no en los jui- cios civiles o en la documentación emanada de las autoridades políticas. Pese a que realizamos una búsqueda en la documentación eclesiástica resguardada en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, finalmente prescindimos de ella porque como la Iglesia no fue la encar- gada directa de multar, procesar o condenar a los contraventores y cri- minales durante nuestro período de estudio, el dato incidental es mu- IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) cho más infrecuente. Sin embargo, para un estudio sobre las músicas y las diversiones en nuestra región durante el Virreinato sería de suma im- portancia su búsqueda, ya que la vigilancia de la Iglesia sobre los espar- cimientos populares fue más constante, a través del Tribunal del Santo Oficio.1

1) Vid. Alejandro Martínez de la Rosa. “Las mujeres bravas del fandango. Tentaciones del infierno”, enRelaciones , 133. Zamora, El Colegio de Michoacán, 2013, pp. 117-139; Al- Nuestro interés por estas cuestiones surgió luego de haber con- vivido en el rancho de El Santuario (Mexticacán) con don Antonio Ló- pez Gómez (1938-2013). Él nos proporcionó el indicio de que posible- mente en los archivos judiciales se podría encontrar buena información para comprender qué significó el binomio diversiones-músicas no sólo para la rancherada, sino para las autoridades del Estado y de la Igle- sia, esta última oculta en las ordenanzas a través de la moral. En las mu- chas conversaciones que tuvimos, aparecían y desaparecían estupradas, matados, matadores, revolucionarios, músicos violentos y violentados, canciones subidas de tono y corridos matonescos. Gracias a su pacien- cia conocimos a Wenceslao Jáuregui el Calero (1847-1882), un bandido que aún persiste en la memoria de los ancianos de la barranca del río Verde; más tarde, al transcribir expedientes, lo encontraríamos descrito

con las más variadas plumas de autoridades políticas y judiciales: asal- Corazón Latinoamérica musical de México tando ranchos, robando muchachas, secuestrando semovientes y, final- 427 mente, muriendo aplicándosele la ley fuga en El Jagüey, extramuros de Guadalajara, junto a su inseparable amigo de correrías, el Escoplo. Por supuesto, con anterioridad muchos historiadores de la música y las diversiones han recurrido al documento histórico judicial y al pe- riódico para apoyar sus argumentos y para describir lo más fiel y por- menorizadamente posible cómo se efectuaban los esparcimientos del pueblo llano en distintas regiones del país, cómo se instrumentaban los conjuntos musicales populares –llámesele mariachis, tamboras o norte- ños– y quiénes eran los individuos que se dedicaban al oficio de alegrar o entristecer la ocasión.2 Sin embargo, hasta donde nuestro leal saber y entender llega, no conocemos en el caso mexicano investigación al- guna que haya recurrido a archivos completos de una misma región. La búsqueda, catalogación, transcripción y análisis de las fuentes crimina- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias les –y no sólo la citación de uno o dos ejemplos ocasionales–, nos abrió un campo inmenso y complejo que no se extingue con estos párrafos al vuelo. Es de necesidad que otros estudiosos pacientemente agoten ar- chivos, para descubrir si en otras latitudes se localizan los mismos patro-

fonso Reynoso Rábago. “Algunas creencias de los indios de San Gaspar en un manus- crito del siglo XVII”, en Memoria Escrita de mi Tierra, Año I, Nº 1. Jalostotitlán, 2012. 2) Vid. Jesús Jáuregui. El mariachi. Símbolo musical de México. México, Instituto Nacio- nal de Antropología e Historia-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Editorial Taurus, 2008, pp. 11-394; Álvaro Ochoa Serrano. Manual del mariachi. Guadalajara, Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2013, pp. 9-77; J. Arturo Chamorro Esca- lante. Mariachi antiguo, jarabe y son. Símbolos compartidos y tradición musical en las identidades jaliscienses. Guadalajara, El Colegio de Jalisco, 2000, pp. 11-154; Álvaro Ochoa Serrano. Mitote, fandango y mariacheros. Guadalajara, El Colegio de Jalisco- Universidad de Guadalajara, 2005, pp. 15-148. nes conductuales y si las autoridades del Estado, consecuentes con la moral dominante de la Iglesia, prohibieron o vigilaron algunos aspectos del binomio diversiones-músicas como lo hicieron en las municipalida- des que integran los Altos de Jalisco durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX para reprimir el delito. Esto, además de profundi- zar en lo antropológico y en lo sociológico, nos mostrará el complejo sis- tema de relaciones de nuestro binomio. Dos años de extenuante labor por fin dan sus frutos: reunidos los expedientes que contienen alguna información incidental sobre las di- versiones y las músicas populares, revelan una historia si bien no oculta, por lo menos olvidada: la del crimen y su relación con la alegría, la de la vida festiva y la muerte trágica coexistiendo en una turbulencia de actos delictivos e inmorales. Ha poco tiempo en el coloquio internacional El

Juan Frajoza mariachi: aprendizajes y relaciones, llevado a efecto el 5 y 6 de septiem- 428 bre de 2013 en las instalaciones de El Colegio de Jalisco, ofrecimos un primer bosquejo próximo a publicarse en las memorias concernientes. Además de explicar cómo se conformaban durante el siglo XIX y princi- pios del XX los conjuntos de música popular en nuestra región, cuáles eran las diversiones en que más participaban y cuáles eran las caracte- rísticas formativas de los músicos, en él planteamos que el binomio se había vigilado o prohibido por las autoridades políticas y judiciales por- que se presumía que había una relación inflexible entre música, diver- siones, actos delictivos e inmorales. Las siguientes páginas ahondarán en estos menesteres. Pero, ¿por qué recurrir a los documentos judiciales para historiar la música popular y las diversiones? Exactamente por la misma razón por la que las autoridades políticas y judiciales las vigilaron o prohibieron. En los fandangos, gallos y papaquis, entre otras diversiones, se lesionaba, reñía y mataba. Éstas eran amenizadas por los músicos. Por lo tanto, al- gunas veces tenían que pasar a declarar como testigos ante el juez; otras veces son referenciados. Reos y deponentes de vez en vez expresan qué instrumento manoseaban, qué sucedía en las diversiones. Si bien los es- cribientes no describen detalladamente cómo se llevaban a efecto –ni tenían por que hacerlo, pues la intención del proceso judicial era la de IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) encontrar las pruebas suficientes para procesar y condenar a los causan- tes del delito y no la de puntualizar las diversiones o enumerar los ins- trumentos que eran tocados por los músicos–, sí nos aportan datos inci- dentales que nos van desvelando la cuestión, nos ayudan a comprender lo que se oculta en las ordenanzas municipales, es decir, por qué se vigi- laron o prohibieron ciertas manifestaciones gozosas del pueblo. Un cír- culo vicioso, sí; pero abierto a las posibilidades investigativas. Pese a que la región de los Altos de Jalisco desde la época de oro del cine mexicano ha sido representada como el modelo de la vida cam- pirana nacional y es mostrada artificiosa y ensalzada, no se hallan estu- dios fundamentados sobre su cultura popular. Remedos la enlutan y de- pravan. Claro, existen datos diseminados en los libros publicados por cronistas, musicólogos e historiadores, pero éstos no han sido sistema- tizados, examinados y confrontados. Por otra parte, ha sido sintomático para nuestra región que publicaciones y monografías se centren en la Cristiada, el Virreinato y en trabajos de corte genealógico, tratándose de encontrar el linaje de un conde, un virrey o una familia de pompa y al- curnia. Esto ha causado que se excluyan, por inadvertencia o prejuicio, temas tan importantes como lo son las músicas populares y las diversio- nes. México Corazón Latinoamérica musical de México Albur de crimen 429 Cuquío era un lugar pequeño, pero plagado de tahúres, fulleros, galleros y gente que se vivía ahorrando su dinerito todo el año para irlo a tirar a las patas de un animal o a los palos de una baraja señalada. Tenía tal fama ese pueblo para el despilfarro, que aparte del sitio oficial dedicado a las “par- tidas”, se jugaba brisca, conquián, siete y medio y paco, no sólo en aquel lugar, sino en cualquier cantina, tienda o botica y hasta en las bancas de la plaza de armas. Y si alguno resultaba muerto, que siempre los había, era en riñas causadas por el juego, ya que del alcohol se hacía poco consumo.3

Toda diversión pública reglamentariamente realizada en la región requería de la licencia por escrito de la autoridad política o judicial res- pectiva, según el caso. Funciones de circo, teatro o maromas, coloquios o pastorelas, corridas de toros, carreras de caballos, herraderos, fandan- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias gos, peleas de gallos y otras expansiones similares, estaban restringidas por las ordenanzas propias de cada municipalidad, las cuales funciona- ban en concordancia con las leyes emanadas del Estado y la moral do- minante provenida de la Iglesia. Más allá del mero ingreso periódico de recursos pecuniarios a los fondos de propios por la concesión de licen- cias para diversiones, las autoridades coincidían en un aspecto básico: debían vigilarse los esparcimientos cotidianos del pueblo, pues éste era propenso a cometer todo tipo de delitos, faltas de respeto y a la moral y otras conductas punibles. No es raro que en más de una ocasión las autoridades, alegando la defensa de la moral y el orden público, me- diante decretos o bandos, prohibieran irrestrictamente ciertas diversio-

3) Juan Rulfo. “El gallo de oro”, en Toda la obra. España, Ediciones Unesco, 1996, p. 342. nes, condenando con multas gubernativas pecuniarias, de reclusión u obras públicas a los contraventores. El impuesto que pagaban los interesados para obtener una licen- cia para llevar a efecto alguna diversión era variable. De hecho, en la se- gunda mitad del siglo XIX ni en las propias jurisdicciones tenían un valor fijo. Al parecer, el importe dependía exclusivamente de la benignidad de la autoridad en turno o de la calidad de la diversión. Las licencias para efectuar bailes en 1881 en la comisaría política y judicial de Caña- das eran obtenidas por 1 peso. En cambio, una que se concedió el 16 de enero a Jesús Torres para poner una diversión de acróbatas costó sólo 3 reales; sin embargo, el 25 de julio a Catarino Gómez se le cobraron 2 pesos por dos funciones de este tipo.4 En 1885, en la propia congrega- ción, se concedieron veinte licencias: dieciséis fueron para bailes –una

Juan Frajoza costó 25 centavos, once 50 centavos, dos 75 centavos y dos 1 peso– y 430 cuatro para funciones de circo, cobrada cada una a 50 centavos.5 En 1891 fueron otorgadas dieciocho: once para bailes –dos tuvieron costo de 4 pesos, dos 6 reales, una 7 reales y seis 1 peso–, dos para carreras de caballos a 50 centavos y 1 peso, respectivamente; tres para peleas de gallos en 4 reales cada una, otra para una diversión de títeres en 1 peso y otra para la función de una imagen religiosa en 4 reales.6 En 1892 fue- ron otorgadas quince: once para bailes –una no especifica cantidad, tres en 25 centavos, dos en 4 reales, una en 6 reales, otra en 7 reales y tres en 1 peso–, dos para peleas de gallos en 50 centavos cada una y dos para carreras de caballos, una en 75 centavos y otra en 25.7 Finalmente, en 1897 fueron otorgadas veinte licencias sin especificarse la clase de di- versión, cuyos impuestos oscilaron entre los 25 centavos y 1 peso.8 Por otra parte, las licencias para diversiones en que la especulación económica era mayor, como las corridas de toros y las peleas de gallos efectuadas en pueblos de importancia, se obtenían mediante remate al mejor postor. Así, por ejemplo, el 31 de agosto de 1848 se presentó Ig- nacio Navarro ante el director político de Tepatitlán expresando que an-

4) Archivo del Juzgado Menor de Cañadas de Obregón (en adelante, AJMCO), Libro en que constan los ingresos al fondo municipal por licencias para diversiones públicas.

IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) Año de 1881, f. 1r. 5) AJMCO, Libro en que se asientan las licencias para diversión públicas. Año de 1885, fs. 1r-2r. 6) AJMCO, Libro en que se asientan las licencias que se conceden para diversiones pú- blicas. Año de 1891, fs. 1r-2r. 7) AJMCO, Libro en que se asientan las licencias que se conceden para diversiones pú- blicas. Año de 1892, fs. 1r-2r. 8) AJMCO, Libro de multas de la autoridad política. Año de 1897, fs. 1r-2v. teriormente se le había concedido licencia para corridas de toros y jue- gos públicos en las festividades de San Andrés y Natividad, ofreciendo por la licencia de las dos diversiones 100 pesos. De esta suerte, se pre- gonó por tres veces el remate y el 18 de septiembre se presentó Agustín Rabia ofreciendo 125. Sin embargo, enterado Navarro de la nueva pos- tura, elevó significativamente el monto a 175 pesos, obteniendo en con- secuencia la licencia. Esta elevación de la postura nos da a entender que las ganancias del empresario eran buenas ya que, además del monto del remate, se le exigían otras condiciones, según el contrato elaborado:

1ª. Que las diversiones i corridas de toros durarán dies días, inclusos los domingos i divididas en dos temporadas, la primera comensará el veinte i nueve de Nbre. i concluirá el primero de Dbre. i la segunda comensará el veinte i

tres de Dbre. i concluirá el veinte i nueve del mismo. Corazón Latinoamérica musical de México 2ª. Que la plasa de toros ha de quedar firme, bien construida i a ratificación 431 del juez privativo, deviéndose matar un toro diario, a excepción de los bier- nes, i que los toreros no han de dedicar viva a persona alguna, siendo mul- tados no solamente, sino aun el empresario; que también pondrá un palio decente para el privativo i autoridades. 3ª. Que los toreros han de ser instruidos en el arte, i no se admitirá entren a torear individuos que no lo sean. 4ª. Que por cada toro que resulte malo, tendrá el juez privativo que impo- nerle la multa que a bien tenga, lo mismo que por otras faltas en que incu- rra en el desempeño de la plasa. 5ª. Que el auxilio ha de ser compuesto de once hombres, inclusos dos ca- bos i un sarjento, costeados por el contratista. 6ª. Que el cobro de los domingos intermedios ha de ser por el fondo mu- nicipal, como es de costumbre, i solo cobrará el contratista las mesas de Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias enchiladas i de diversión. 7ª. Que concluidas las funciones será de cuenta del contratista tapar las oquedades de las plasas i entregarlas limpias. Cuyas condiciones aceptó el contratista, i firmó conmigo i los de asistencia por falta de escribano; doy fe. 9

Las diversiones más irrestrictamente prohibidas fueron las de jue- gos de azar, dominantemente los naipes. Por ello no es raro que algunos individuos para no ser multados gubernativamente llegaran a declarar como lo hizo el 6 de junio de 1848 el labrador Gorgonio Aceves, vecino de Tepatitlán: “que lo que estuvieron haciendo fue [estar] jugando po-

9) Archivo Municipal e Histórico de Tepatitlán de Morelos (en adelante, AMHTM), C30- Exp35-F5, fs. 8v-9r. rrazo siendo compañeros el exponente y Sebastián de la Torre y don Candelario y su mujer, tanteándose con granos de maíz y no jugando de interés”.10 Sin embargo, en casos excepcionales como las funciones re- ligiosas de los pueblos o la feria de San Juan de los Lagos, usualmente eran permitidos por las autoridades para atraer más concurrencia y, por consecuencia, derrama económica a las localidades:

Además de peregrinos y comerciantes las condiciones de la feria y el es- pacio privilegiado de San Juan en la red de caminos atraía a numerosos viajeros y a personajes dedicados o interesados en actividades que no te- nía que ver directamente con fe o negocios, sino más bien con activida- des lúdicas como por ejemplo las diversiones como el teatro, los toros o los gallos, además la feria era famosa porque se permitía el juego y había

Juan Frajoza muchas mesas de apuestas en las principales calles de la población. Esta- 432 ban también los que veían en la feria una buena oportunidad para ejercer actividades ilegales o moralmente no aceptadas como el contrabando, la prostitución y el robo.11

Addendum primum12 No siempre las autoridades eclesiásticas estaban de acuerdo con las civiles respecto a que los juegos de azar fueran permitidos durante las funciones o fiestas patronales de los pueblos para engrosar los fondos de las tesore- rías municipales. Entre otros se puede citar el siguiente ejemplo. El presbí- tero Manuel González, cura propietario de Mexticacán, el 19 de agosto de 1912 manifestó al vicario capitular de la Sagrada Mitra de Guadalajara que:

En el púlpito de mi parroquia he reprobado, apoyado en las disposi- ciones de la Iglesia y civiles, y aun en particular, las partidas o juegos de naipes. Se acerca la fiesta anual del Santo Patrón; y con el pago de la exclusiva, y lo que es de lamentarse más en el mismo local de la es- cuela de niños, comenzará, a la vez que con mi solemne novenario,

10) AMHTM, C32-Exp10-F3, f. 12v.

IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) 11) Daniel Díaz Arias. “Producción e intercambio de música popular en la feria de San Juan de los Lagos durante el siglo XIX”, en Memorias del coloquio. El mariachi, patri- monio cultural de la humanidad de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadala- jara, El Colegio de Jalisco-Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco-Consejo Nacio- nal para la Cultura y las Artes, 2013, p. 306. 12) Los addenda se plantean con respecto a la publicación original realizada por el H. Ayuntamiento de Tepatitlán de Morelos, en 2014. [Como hemos dicho, en la docu- mentación eclesiástica el dato incidental es menos frecuente. Sin embargo, luego de haberse realizado la edición príncipe, hemos localizado algunos que nutren este estu- dio.] esta inmoral diversión. Llamé a la autoridad y le hice ver las desgracias que se esperan. No admitió, diciéndome que está con necesidades que remediar. Yo le regalo la dicha exclusiva, y nada consigo. ¿Puedo elevar mi queja a la jefatura, máxime que el [jefe] político es mi so- brino? ¿Lo hago?13

Fuera de las fechas excepcionales, era deber de los comisarios de cuartel y las rondas municipales perseguir los juegos de azar, que es- taban sumamente generalizados entre el gusto de la rancherada re- gional. En Mexticacán, por ejemplo, el reglamento de policía de 1878 contemplaba en su artículo 14 que “Por ningún motivo consentirán [los comisarios] el juego de naipes, quedando autorizados para aprehen- der al dueño de la casa, á los talladores, espectadores y recojerles[sic]

el monte, poniéndolos á disposición de la autoridad política para que Corazón Latinoamérica musical de México les aplique las penas que señalan las leyes vigentes”.14 Pero si en la nor- 433 matividad municipal estaba explícitamente asentada su persecución, la realidad difería completamente: sin excepción en todas las diversiones de las rancherías, con anuencia o la vista gorda de los comisarios, era común observar montecitos de baraja, jugadores de rayuela, pítima o volados. Cuando no era dentro de las diversiones, ricos propietarios y pobres de solemnidad, hombres y mujeres, comúnmente a puerta ce- rrada o en parajes solitarios, apostaban desde míseras prendas hasta pesos fuertes. Los alcaldes constitucionales, jueces de paz o comisarios judiciales podían multar a toda aquella persona que fuera sorprendida en cualquiera diversión prohibida de naipes: al mirón, al tahúr extraordi- nario, al consuetudinario, al encubridor y al llamón, es decir, al individuo encargado de avisar a los jugadores que había travesura. Las penas im- puestas, hemos dicho, eran gubernativas. Mediante los casos conocidos Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias hemos llegado a constatar que poco más del 90% de los contravento- res descubiertos pagaban la multa pecuniaria, que oscilaba entre los 4 reales y los 10 pesos; el resto aceptaba o la reclusión o la pena de obras públicas.15

13) Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara (en adelante, AHAG), Sección Gobierno, Serie Parroquias, Mexticacán, Caja 4, Oficio de 19 de agosto de 1912. El cura Manuel González al vicario capitular de la Sagrada Mitra. 14) Reglamento que el Ayuntamiento de Mesticacán, ha expedido fijándoles sus atribucio- nes á sus Comisarios de policía. Guadalajara, Tip. de Dionisio Valderrama, 1878, p. 5. 15) AMHTM, C20-Exp2-F3, f. 5r; AMHTM, C21-Exp12-F3, f. 3r; AMHTM, C34-Exp14-F3, fs. 1r-3v; AJMCO, Libro de correcciones pertenecientes a este año. Alcalde C. George González. Año de 1852, fs. 1r-12v; AJMCO, Correcciones gubernativas por el comisa- rio municipal C. Francisco Lomelí. Año de 1861, fs. 1r-5r; AJMCO, Libro de correccio- Addendum secundum En el artículo 59 del Reglamento para la policía de la ciudad de Teocaltiche, publicado el 18 de diciembre de 1896 por el jefe político del cantón, Mar- garito González Rubio, se asienta lo siguiente:

Es obligatorio para la policía, por interesarse la moral y buen ejemplo, y evitar las riñas que ocasionan multitud de desgracias, cuidar de que ninguno se distraiga en las calles ó plazas con juegos de barajas, ra- yuela, pítima y otros conocidos con nombres vulgares. Los que se en- cuentren en tales juegos serán conducidos inmediatamente a la Je- fatura y sufrirán una multa de veinticinco centavos á un peso, ó en su defecto cuatro días de reclusión o trabajos.16

Juan Frajoza A principios del siglo XX, las colindantes municipalidades zacatecanas de 434 Toyahua, San Pedro Apulco y Nochistlán de Mejía también explicitaron sus propias prohibiciones respecto al juego. En el Reglamento de policía para la municipalidad de Toyahua, aprobado el 21 de octubre de 1901 por la asamblea municipal, se menciona en el Capítulo 1º, Artículo 1º, Inciso 9º que la policía local tenía por objeto “Re- primir la mendicidad, la vagancia, los juegos prohibidos y todo acto que ofenda la moral, decencia y buenas costumbres”. En el Capítulo 3º, Artí- culo 12º, Inciso 2º se dice que era deber y atribución de los comisarios de cuartel y sus auxiliares “Perseguir los juegos prohibidos y aprehender á los que concurran á ellos”. Asimismo, de acuerdo al Inciso 9º del antedicho ar- tículo, también era de su autoridad “Impedir el juego de rayuela y otros semejantes”.17 En el Reglamento de Policía, para el municipio de San Pedro Apulco, apro- bado por el ayuntamiento local el 20 de marzo de 1901, en su Capítulo 1º, Artículo 1º, Inciso X se explicita que uno de los objetos de la policía era “La represión de la mendicidad, de la vagancia, de juegos prohibidos y en general de todo acto contrario al orden público, á la moral y á las bue-

nes gubernativas. Año de 1861, fs. 1r-6v; Archivo del Juzgado Menor de Mexticacán (en adelante, AJMM), Correcciones. Año de 1879, fs. 1r-2v; AJMCO, Libro de correccio-

IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) nes gubernativas. Año de 1882, fs. 1r-6r; AJMCO, Libro de correcciones gubernativas. Año de 1883, fs. 1r-7v; AJMCO, Correcciones gubernativas impuestas por la autoridad judicial. Años de 1883 y 1884, f. 1r; AJMCO, Libro de correcciones gubernativas. Año de 1884, fs. 1r-6r; AJMCO, Libro de correcciones gubernativas. Año de 1885, fs. 1r-6r; AJMM, Multas. Año de 1885, fs. 2r; AJMM, Diligencias practicadas contra J. Leonides González. Año de 1894, f. 3r. 16) Archivo Histórico de Jalisco (en adelante, AHJ), G-1-901-2036. 17) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 12 y 15 de febrero de 1902. nas costumbres”. En concordancia con su Capítulo 2º, Artículo 12º, Inciso V los comisarios de cuartel y sus ayudantes estaban destinados a “Perseguir los juegos prohibidos y aprehender á los que concurran á ellos”. De igual forma, según el Inciso VIII del antedicho artículo, a “Cuidar de que los due- ños ó encargados de talleres no admitan hijos de familia que no hayan ter- minado su instrucción, mi permitan juegos de azar”. Así como “Impedir el juego de pelota, y rayuela en las calles” (Inciso XIII).18 En el Reglamento de policía para el municipio de Nochistlán, Partido del mismo nombre, remitido para su aprobación el 14 de marzo de 1902 al go- bierno del estado, se asienta en el Capítulo II, Artículo 8º que era atribución de los comisarios y auxiliares urbanos y rurales “Perseguir los juegos prohi- bidos y aprehender á los que concurran á ellos” (Inciso V), “Cuidar de que en los billares, cantinas, etc., no se admitan menores de edad ni se permi-

tan juegos prohibidos por la ley” (Inciso VIII), e “Impedir el juego de pelota, Corazón Latinoamérica musical de México palmo y otros, en las calles ó lugares públicos” (Inciso XIV). Por otra parte, 435 en el Capítulo III, Artículo 1º, Inciso VIII se consigna que era atribución del cabo y la policía “Perseguir los juegos prohibidos aprehendido a los tahú- res y objetos que constituyen el juego, poniendo unos y otros á disposición de la autoridad política para los efectos á que hubiere lugar”.19

El juego, por supuesto, era mucho más perseguido en los pueblos o ciudades de importancia, es decir, donde se encontraban las autorida- des que imponían las penas gubernativas y podían asimismo acusar de encubridores de tahúres a los comisarios que no cumplieran fielmente con su deber. En cambio, en los pueblos de poca importancia o en las rancherías, los comisarios preferían dejar las cosas por la paz o sólo re- convenir verbalmente a los jugadores, para no malquistarse con el ve- cindario. Si bien cuando eran amonestados la mayor parte de los juga- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias dores levantaban el campo y “abandonaban” el juego, no faltaron las resistencias a la autoridad y los motines. Así lo hizo ver claramente el 14 de junio de 1837 Juan de Torres, quien aseguró a Teodoro Covarrubias, alcalde único suplente de Cañadas, que habiendo sido comisario polí- tico del pueblo de Temacapulín le constaba de evidencia que durante los días festivos concurrían Nepomuceno y Magdaleno Gómez, vecinos del rancho de El Salitre, y ponían juegos de naipes en los tendejones y que él como autoridad

18) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 19 de febrero de 1902. 19) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 16, 19 y 26 de abril de 1902. ha ocurrido á impedirles tal diversión pero que jamás se han antepuesto: a su más leve insignación[sic] han levantado su carpeta; y que sabe que en el año de treinta y cuatro antepuso D. Nepomuceno Gómez con armas al co- misario D. Refugio de Jáuregui, según dicho Comisario le ha comunicado, pues aunque al deponente le pidió auxilio en el acto del motín que había formado D. Nepomuceno en consorcio de otros varios cuando el que ha- bla ocurrió ya había cesado toda cuestión.20

Como hemos dicho, había dos tipos de tahúres. Los extraordinarios generalmente eran hijos de familia que podían ser salvados de las distin- tas consecuencias sociales y judiciales del juego mediante la implicación moralizadora de las penas gubernativas o las reconvenciones familiares: el 21 de febrero de 1836 José María Orozco declaró que “ha estado va- 21

Juan Frajoza rias [veces preso] á pedimento de su padre, por juego prohibido”. Los 436 consuetudinarios eran individuo con trabajo fijo o semifijo u ociosos, cu- yas edades oscilaban entre los 20 y los 70 años. Éstos últimos, sin em- bargo, se dividían en dos subtipos: los “de pie” y los “misioneros” o “de profesión”. Los primeros, quienes tenían trabajo fijo o semifijo, jugaban en su lugar de residencia y sitios adyacentes, entre sus convecinos; los segundos eran ociosos, es decir, su único trabajo, a más de “delinquir”, era jugar a los naipes, de rancho en rancho, de feria en feria, y su movili- dad dependía tanto de sus necesidades económicas como de sus trans- gresiones cometidos. Por ejemplo, al cuestionársele en 1844 a Nabor Mejía, vecino de Cañadas, sobre la residencia de un individuo llamado Albino Jiménez, declaró que:

no sabe en qué parte de Guadalajara ni en cuál casa [viva], motivo á que no subsiste en pie en ninguna parte por ser tahúr misionero; que únicamente sabe que su mujer se llama Carmen Rodríguez y que vive en Guadalajara enfrente de la plaza de Venegas, cuadra al sur, y que ésta vende muchas semillas como son de frijol, lentejas, arroz y demás.22

Pero, ¿por qué la diversión de juegos de azar fue tan prohibida y perseguida en la región, cuáles sus implicaciones? La prohibición está IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) en función de la falta moral inherente o la criminalidad implícita al azar. El juego azaroso estaba dominado por el fraude; en particular en los nai- pes, la marcación de cartas y la duplicidad de ellas establecían el “azar”.

20) AMHTM, C16-Exp5-F3, f. 15v. 21) AMHTM, C15-Exp7-F3, f. 5r. 22) AMHTM, C26-Exp10-F3, f. 11r. Frases como “en ese tiempo hallaron a uno de los tahúres 3 cartas en el sombrero”,23 “la ganaron mal con baraja hecha y cartas de más”24 o “el referido demandado cohechó al compañero del que habla para perder el juego”,25 son frecuentes en los juicios verbales en que los demanda- dos se negaban a entregar a los actores lo ganado. Es decir, el alegato fundamental del demandado oscilaba, para no entregar las prendas o los pesos, en lo fraudulento del azar. Cabe señalar que son pocos los casos documentados en que un tahúr extraordinario o consuetudinario demandaba el pago, esto simplemente porque siendo una falta guber- nativa se arriesgaban a que la autoridad correspondiente no les diera la razón y, además, les multara por haber cometido la falta: “fallé guber- nativamente que el demandado haga entrega del caballo que se le re- clama, quedando á disposición del presente señor Juez el castigo que 26

merezcan por ser de juego prohibido” (1841); “determiné gubernati- Corazón Latinoamérica musical de México vamente que, en virtud de no haber probado suficientemente el que de- 437 manda, no á lugar a ella, y que en consecuencia de haberse mezclado el demandado en cosas de juego con hijo de familia, está en mi arbitrio usar de mis facultades” (1844);27 “estando en mis facultades exigirles á la multa por el juego prohibido, firmé con los que supieron” (1849);28 “fa- llé gubernativamente no haber lugar á la presente demanda, por razón de ser la deuda que se reclama emanada de juego prohibido” (1852).29 Sin embargo, casos hubo en que el actuar de algunas autoridades judi- ciales era completamente contraria a la normatividad reglamentaria: el 20 de marzo de 1839 demandó Guadalupe González a Gerardo Limón ante don Nepomuceno Navarro, juez segundo de Tepatitlán, sobre que le satisficiera 8 pesos 1 real, valor de un caballo que no le quería entre- gar habiéndoselo ganado en el juego de cartas, “Y [habiendo] oído las excepciones de ambos, determiné que pague [Limón] la cantidad que Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias se le reclama”.30 La diversión de naipes tenía por primera consecuencia el empobre- cimiento de los jugadores, ya fuera por el mero azar o por el azar con-

23) AMHTM, C8II-Exp7-F3, f. 2r. 24) AMHTM, C21-Exp4-F3, f. 1v. 25) AMHTM, C35-Exp3-F3, f. 46v. 26) AMHTM, C22-Exp7-F3, f. 30v. 27) AMHTM, C26-Exp49-F3, f. 1v. 28) AMHTM, C30II-Exp5-F3, f. 42v. 29) AMHTM, C35-Exp3-F3, f. 47r. 30) AMHTM, C18-Exp1-F3, f. 8r. ducido, es decir, por los medios fraudulentos utilizados por los tahúres para llevarse el gane. La pérdida de capitales pecuniarios, semillas, ins- trumentos de labranza y otras prendas elementales tanto para la manu- tención como para las actividades de generación económica, llevaban cotidianamente a cometer otro tipo de conductas censurables no sólo al jugador de destino arrevesado sino a los miembros de su familia. Las mujeres jóvenes al arruinarse por culpa de sus padres, hermanos o tuto- res, eran más proclives a cometer vicios inmorales como el alcoholismo, la prostitución y el amasiato. Jugadores venidos a menos o sus familia- res asimismo eran propensos a cometer no sólo conductas socialmente inmorales, sino a ejecutar delitos de robo simple o con asalto para cu- brir las deudas que habían adquirido o para equilibrar sus privaciones. En este sentido, no es extraordinario que Sixto Hernández, labrador de

Juan Frajoza Rincón de Velázquez (Tepatitlán), en 1839 reconviniera al jornalero Juan 438 Fuentes, vecino del rancho de Palo Dulce (Acatic), para que “no andu- viera jugando con sus peones ni ganándoles el maíz”,31 porque, como hemos dicho, la pérdida de dineros o semillas no sólo implicaba la ten- dencia de malmatar de hambre a la familia sino a que se cometieran otras conductas inmorales o criminales. Patricio Gómez Pico de Oro –apelativo que denota su verbosidad–, vecino que fue de Cañadas y Mexticacán, es un muy bien ejemplo del jugador consuetudinario que devenía en criminal. El ludópata no sólo cometió robos para cubrir sus deudas, sino para jugarlo esperanzado en ganar algunos pesos. El 28 de febrero de 1893 Martín Aguirre lo acusó ante Bernabé Rodríguez, autoridad política de Mexticacán, de que siendo su mandadero fue a pedir a su nombre a Victoriano Cordero pri- mero 4 pesos en centavos de cobre dizque para la raya de sus peones y después dos piezas de manta de primera. En esta ocasión, Pico de Oro fue condenado por robo con abuso de confianza a 60 días de arresto mayor y a pagar una multa de 2.24 pesos, e inhabilitación de toda clase de honores, cargos y empleos públicos por el término de seis meses, pese a que Jesús J. Jáuregui lo defendió alegando que:

supuesto que Patricio Gómez fue tan ignorante que ni siquiera se imaginó IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) la ilicitud del delito que cometía, supuesto que después de pedir las man- tas materia de la averiguación en que resulta acusado, devolvió al señor Cordero $4.00 cuatro pesos que antes a nombre de su patrón le había pe- dido y permaneció en la casa de su mismo patrón varios días sin duda con la esperanza de adquirir recursos para hacer el pago o devolución de las

31) AMHTM, C19II-Exp7-F3, f. 30v. mantas sin que se llegaran a apercibir de su procedimiento, y si la suerte en el juego de naipes en que arriesgó el dinero le fue adversa tuvo que mani- festar su vergüenza y error saliéndose del servicio de su patrón; y dirigién- dole a éste una carta que aunque en lenguaje rudo, manifiesta su arrepen- timiento, demostrando con esto que no está avezado al crimen, ni abriga en su corazón intenciones criminales, supuesto que en la casa del señor Aguirre hay mucho que robar, y con la confianza que este señor deposi- taba en él podría haberse tomado algo.32

La carrera delictiva de Gómez no terminó aquí. En agosto de 1894 se le instruyó nueva causa por robo y juego prohibido teniendo por cómplices a Sóstenes Lomelí y a Alberto Jiménez; también fue acusada la señora Nicolasa Jáuregui por indicios de prestamista. A Pico de Oro se 33

le impuso la pena de 80 días de arresto mayor. El 8 de diciembre de Corazón Latinoamérica musical de México 1902 fue nuevamente puesto en la cárcel de Mexticacán, acusado por el 439 traficante Policarpo Ruvalcaba, vecino de Yahualica, de que teniendo en depósito en el mesón del Buen Viaje, propiedad de Longinos González, un poco de vino mezcal para su venta, llegó Gómez y dispuso con en- gaño de 13 botijas valoradas en 22.57 pesos diciendo que 10 las había mandado pedir doña Luz Lomelí y 3 don Miguel G. Mendoza. Añadió Ruvalcaba que se dio cuenta de la estafa al ir a cobrar a estas personas, las que le contestaron que ellos nada habían pedido, por lo cual supuso que Pico de Oro lo extrajo y vendió a otros individuos. Éste, por su parte, declaró llanamente ser cierto había dispuesto del vino y que “él lo ven- dió a Ladislao Ruvalcaba y a Ezequiel Jáuregui, y dispuso del dinero a la confianza de arreglarlo después con Policarpo, lo que no hizo porque se retiró de este lugar [yéndose a Cañadas]”. Además también salió a re- lucir que había sido indiciado en 1891 por el delito de robo con abuso Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias de confianza, siendo absuelto del cargo. En esta ocasiónPico de Oro fue sentenciado a purgar 60 días de arresto mayor y a pagar una multa de 5.68 pesos.34 Se tiene también conocimiento que en 1906 fue pro- cesado en Mexticacán, ahora por el delito de evasión de un reo.35 Por último, el 19 de febrero de 1907 fue de nuevo a la cárcel, ahora en Ca-

32) AJMM, Criminal contra Patricio Gómez (a) Pico de Oro, por delito de robo. Año de 1893, f. 16r. 33) AJMM, Libro de minutas. Año de 1894, f. 20r. 34) AJMM, Criminal contra Patricio Gómez (a) Pico de Oro, por delito de estafa. Año de 1902, fs. 1r-18r. 35) AJMM, Comunicaciones oficiales recibidas en este juzgado durante el año de 1906, f. 37r. ñadas, por los delitos de resistencia, lesiones y ultrajes a la policía. Un día antes, cosa del mediodía, estando el gendarme Alejandro Jáuregui haciendo la limpieza de la plaza pública, llegó Gómez completamente ebrio y le mentó la madre. Jáuregui, viendo su deplorable estado, no le hizo aprecio; pero al rato volvió y de nuevo lo comenzó a injuriar y Jáure- gui lo quiso conducir a la cárcel, “pero por evitar más escándalo lo dejó hasta rendir el parte a su superior”. Sin embargo, estando Pico de Oro en el billar, por tercera vez lo injurió y luego se le echó encima a las guan- tadas, infiriéndole una lesión en forma circular situada en el vértice de la nariz, tirando al lado derecho, “como de tres centímetros de diámetro, interesando únicamente la piel, hecha al parecer con instrumento con- tundente y por su naturaleza leve”.36 El jugador asimismo perdía representatividad y credibilidad so-

Juan Frajoza cial cuando se le descubría consuetudinario, no importando necesaria- 440 mente que se le hubiera procesado judicialmente por algún delito. Si bien no todos delinquían para cubrir sus deudas o para equilibrar sus pérdidas, el juego los marcaba de por vida ante las autoridades y conve- cinos como individuos degradados moral y socialmente. De hecho, los jugadores sufrieron una especie de ostracismo: tenían menos transac- ciones con la gente moralmente recta, porque generalmente se les veía como a individuos proclives a defraudar su palabra de hombría. La de- finición que nos proporciona Yáñez dilucida lo que subyace: “Tener pa- labra, dar la palabra, ser hombre de palabra, son modos de afirmar en Jalisco el grado superior de fe que la persona confiere; grado supremo de dignidad, al mismo tiempo, frente al cual poco valen otros títulos tes- timonios, actuaciones o compromisos”.37 En otra parte apunta el propio autor que “el sacrosanto, inviolable régimen de la palabra dada[…] con- fiere característico sentido de dignidad personal”.38 Con esto se quiere decir que el jugador consuetudinario, por los acompasados problemas económicos en los que se veía inmiscuido, era indigno socialmente, era hombre falto de palabra. Ante la palabra rota, el seguimiento de juicios era la instancia legal que encontraba el acreedor de recta moral para recuperar sus dineros. Lorenzo J. Jáuregui, apoderado de Jesús E. Jáu- regui, el 27 de septiembre de 1910 interpuso juicio civil en contra de IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) Juliana Núñez y su hijo José María Iñiguez reclamándoles 125 pesos e

36) AJMCO, Criminal en contra de Patricio Gómez por el delito de resistencia a una agente de la policía. Año de 1907, fs. 1r-3r. 37) Agustín Yáñez. Discursos por Jalisco. México, Editorial Porrúa, 1958, p. 8. 38) Agustín Yáñez. “Portón y patio de ingreso a viejas haciendas”, en Haciendas de Luis Sandoval Godoy. Guadalajara, Taller Editorial La Casa del Mago, 2008, p. 10. intereses legales, así como también el aseguramiento conveniente para el pago de un pagaré por vencer que a su poderdante le habían exten- dido por la cantidad de 168 pesos, asegurando que había temor de que Iñiguez vendiera los pocos bienes que poseía “porque ha perdido mu- cho en el juego y además debe a varias personas”. Así, al día siguiente, se ordenó el embargo de un predio rústico denominado La Colación que tenía una superficie agraria de 13 ó 14 hectáreas y de una casita si- tuada en la calle de Donato Guerra, en Mexticacán, la cual se componía de dos piezas, corral y pozo de lazo. Aunque Iñiguez pudo recuperar sus bienes, tuvieron que pasar seis meses para que pudiera cubrir las deu- das.39 Además de las inherentes amenazas e injurias,40 la manifestación de los delitos de lesiones, riña y homicidio intencional a consecuencia

de la diversión de los juegos de azar, seguramente era muy variada; pero Corazón Latinoamérica musical de México para la región sólo hemos encontrado dos tipos: por inconformidad y 441 por impertinencia. El desarrollo del delito, por supuesto, estaría condi- cionado por factores netamente circunstanciales. Sin embargo, pese a que varias ordenanzas expresan que su prohibición era convenida para evitarse riñas que ocasionaban multitud de desgracias, contrario a lo pensado, los tres delitos antedichos eran poco frecuentes, o ¿sólo se manifestaban a las autoridades políticas o judiciales cuando el caso era inevitable, para evadir las penas gubernativas? De la extensa documen- tación consultada, sólo hemos podido recoger cinco expedientes. La inconformidad se manifestaba en pleno juego. El 19 de abril de 1839, cosa de las siete de la mañana, se le dio noticia a Juan Nepomu- ceno Bolaños, juez primero de paz de Arandas, que a inmediaciones del rancho de El Saucito se había encontrado entre unas peñas un hombre muerto a estocadas; en consecuencia, para el castigo del delincuente Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias y sus cómplices, formó auto cabeza de proceso y ordenó fuera reco- gido el cadáver para ser reconocido. A las cinco de la tarde del propio día, trasladado el cuerpo a Arandas, los ancianos Gil Rodríguez y Pablo Rojas, quienes la hacían de cirujanos en la congregación, depusieron bajo juramento que visto y reconocido el muerto le habían encontrado dos heridas: una de siete pulgadas de profundidad arriba de la tetilla iz- quierda que le traspasó el corazón de necesidad mortal; la otra de poca gravedad en el lomillo del brazo derecho, “todo lo cual dijeron saben

39) AJMM, Diligencias de embargo precautorio promovidas por el C. Lorenzo J. Jáuregui en bienes del C. José María Iñiguez. Año de 1910, fs. 1r-9r. 40) AJMCO, Libro de demandas verbales giradas por el señor Alcalde suplente en el año de 1850, fs. 17r-v; AJMM, Criminal contra Rafael Lomelí y Francisco Vázquez, por delito de lesiones. Año de 1891, fs. 1r-27r. por la ciencia y experiencia que tienen en ello”. Acto seguido, siendo presente el labrador Juan Antonio Arriaga, vecino del rancho de San Ra- fael, declararía:

Que estando debajo de un capulín cerca del rancho del Saucito á las diez de la noche anterior mirando jugar naipe á Jorge Alderete e Ignacio Oli- vares mano á mano, se equivocaron éstos por un albur y le dijo Alderete á Olivares eres un indio ca… y se levantó sobre él y se juntaron, de que re- sultó la muerte de dicho Alderete; que infiere sería con puñal porque no vio la arma con motivo de haberse apagado la vela, ser en el campo y estar la noche muy obscura; que el delincuente inmediatamente se fugó sin que nadie lo siguiera, porque nadie creyó tal desgracia, y que á esto estaban presentes [los labradores] Florentino Ramírez, Prudencio García, José Ma- 41

Juan Frajoza ría García y [el gañán] Julio Ávila. 442 Por otra parte, la mañana del 4 de marzo de 1903 en el billar de Ca- ñadas, estando jugando al paco los jornaleros Antonio Cuevas e Hipó- lito García y el labrador Luis Gómez,

Antonio les ganó dos juegos seguidos y no pagándolos García de cómo los ganó Cuevas, éste llamándolo al orden le hizo la observación que si seguían jugando que cada quien ganaría según el dinero que tuvieran á la vista; y no dándose por entendido García tomó sus cartas continuando, ganó el juego de unos cinco ó seis centavos, pero como nada tenía en di- nero á la vista se le dijo por Cuevas que nada se le debía supuesta la ad- vertencia que se le hizo, por lo cual ofendiéndose Hipólito se le echó á las bofetadas á Antonio Cuevas hasta tomarlo mal de un brazo, aventándolo á la calle; cayó Cuevas en el empedrado y se levantó herido de la cara.42

La impertinencia, accidental o no, se manifestaba dentro y fuera del juego. En el pueblo de Jesús María el 17 de febrero de 1845, terminada una diversión de títeres, varios de los concurrentes, entre ellos Miguel Escoto, se fueron a jugar al comercio de don Antonio Rizo y IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) sería después de media noche cuando estaban jugando albures Estanis- lao Medina y Miguel Escoto; que a este último por buscar [un] tlaco que se le cayó, apagó la vela, motivo porque se enojó Medina y entraron en razo- nes y se salió para afuera éste y Escoto se dirigió a la puerta a donde volvió

41) AMHTM, C18-Exp29-F3, f. 2r. 42) AJMCO, Criminal contra Hipólito García por el delito de lesiones. Año de 1903, fs. 3r-v. Medina y le tiró dos puntadas con un sable, la primera no le llegó pero sí la segunda; que luego cayó para dentro Escoto, mas herido, y Medina se fue no sabe para dónde.43

El 16 de mayo de 1870 dio parte el curandero Nicolás Pérez a Luis S. Jáuregui, presidente municipal de Mexticacán, que se encontraba he- rido el labrador Cruz Torres y que, siendo él un buen ciudadano, creyó de su deber dar parte de ello. Ocurrió que un día antes Torres andaba borracho en la plaza de la Unión instando a varios de los circunstantes para que le echaran monte para juego y alguien, ante su insistencia, lo hirió con instrumento cortante en el hombro izquierdo; además también presentaba “un pequeño golpe en el ojo izquierdo”.44 Por otra parte, el 23 de agosto de 1912 en el billar de Cañadas,

atendido por el casinero Francisco Guerrero, jugaban paco José Macías Corazón Latinoamérica musical de México y José Soto Mate. Estando en ello, se le arrimó José María Soto a Macías 443 para verlo jugar, y como llevándose con éste le dijo que se quitara, pero chanceándose Soto con Macías “porque demasiado se llevan”, éste se- ría por retirarlo le tiró a aquél con una cuchilla zapatera hiriéndolo en el brazo izquierdo; luego uno y otro ya enojados trataron de tomar los ta- cos del billar para darse de palos, pero logró Guerrero aquietarlos.45 Los tahúres en general eran asociados –tal como lo anunciaba Pe- dro de Rueda, juez único de paz de Cañadas en 1844– con los ladrones, los bandidos, los vagos, los ociosos y los malentretenidos, es decir, con la “polilla perjuiciosa” de la sociedad que debía ir a parar a la tumba, a la cárcel o al ejercicio militar para bien de la región.46 Por supuesto, la aso- ciación no era gratuita: a varios bandidos aprehendidos o matados se les llegaba a encontrar entre “sus” pertenencias el mazo de cartas.47 En abril de 1851, al declarar ante Pedro Macías, alcalde primero constitucio- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias nal de San Miguel el Alto, los comerciantes Simón Anaya y Basilio Rente- ría y el labrador Jesús Loza sobre la conducta del otrora tristemente cé- lebre Pascual Tostado, a quien la fama pública acusaba reiteradamente de bandido, coincidirían en afirmar que “no se le ha conocido otro ofi-

43) AMHTM, C26-Exp16-F3, f. 9v. 44) AJMM, Acta en averiguación de quien haya herido a Cruz Torres. Año de 1870, fs. 1r- 5v. 45) AJMCO, Criminal por delito de lesiones contra José Macías. Año de 1912, fs. 1r-12v. 46) AMHTM, C26-Exp10-F3, f. 1r. 47) AMHTM, C15-Exp37-F3, f. 1v. cio á más el de tahúr de profesión”.48 Por consecuencia, a Tostado se le acusaban necesariamente todos los conceptos vertidos por De Rueda. Por otra parte, una buena cantidad de las causas instruidas por el delito de robo con asalto consultadas mencionan la diversión de jue- gos de naipes. Además, era común que los tahúres-ladrones apostaran las prendas robadas o se escudaran en la diversión para que no fueran duramente penados. Es decir, mientras que unos individuos se veían en- vueltos en procesos judiciales por haber adquirido prendas robadas en el juego, otros encubriéndose en él trataban de eludir la justicia: “le dijo al deponente [Tranquilino Herrera] que había tenido suerte en el juego y había ganado aquellas prendas; que no quería lo viese su padre y por tanto le hiciera favor de llevárselas al rancho [de Santa María (Tepatitlán)] y alzárselas mientras él podía ir y el declarante accedió; que ayer en la

Juan Frajoza noche le dijeron que [José Bonifacio] Villa estaba preso por unos trapos 444 y que desde luego reflexionó que pudieran ser los que le había dado a guardar; que en el momento fue a darle aviso de lo ocurrido al comisa- rio y el resultado fue venir ambos a dar cuenta al presente señor juez” (Villa fue condenado a un año de obras públicas en 1840);49 “Pregun- tado por tres cerdos flacos que por su conducto fueron llevados a Ca- ñadas y de dónde los adquirió, contestó: que él mismo los llevó; y que los adquirió del Juego, que se los ganó a un natural de este pueblo [de Temacapulín], pero que no lo conoce” (fragmento de la inquisitiva de Barbarito Jiménez, quien fue condenado a dos meses de obras públicas en 1853);50 “que Antonio López estuvo en su casa desde el veintitrés de julio pasado a las ocho de la noche hasta las diez de la misma jugando con Alejo Lozano, Alejo Mercado, Marcela Quirarte, Julián Mora y de allí se fueron en casa de Brígida Ruiz, en donde estuvieron dos días y de allá a la casa del mismo Antonio, en donde estuvieron jugando hasta el día veintisiete” (declaración de 17 de agosto de 1881 de Severiano Jáure- gui, vecino de Nochistlán, en defensa de Antonio López, quien fue acu- sado de haber participado en el asalto al rancho de San Felipe; el reo fue declarado inocente);51 “que la frazada [robada] se la empeñó San- tos Plascencia en el juego, en el pueblo de Toyahua, en seis reales y des- pués se la empeñó el acusado a Luis Jáuregui en dos pesos y este señor IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) la vendió a Santos Martínez” (fragmento de la inquisitiva de Julián Barba,

48) AMHTM, C33-Exp32-F3, fs. 27r-29r. 49) AMHTM, C17-Exp27-F3, f. 8v. 50) AMHTM, C37-Exp23-F3, f. 5r. 51) AJMM, Criminal contra Antonio López y cómplices, por el delito de robo. Año de 1881, fs. 15v-16r. 1918; fue liberado al no presentarse sus acusadores).52 La música no podía faltar en la diversión del juego. Como hemos mencionado anteriormente, en los fandangos y otras diversiones los ju- gadores se entretenían escuchando las piezas de su gusto y placer. De hecho, la música era un signo cuasi-inequívoco de que en tal casa o tal paraje había juego dispuesto: el 30 de octubre de 1850 Teodoro Mar- tín, vecino de Tepatitlán, declararía ante el licenciado José María García, juez de primera instancia de la misma villa:

que luego oyeron una canción [tocada en una guitarra] en una casa algo retirada, y dijo Luciano “vamos allá, que han de estar jugando”, y habiendo llegado mandó tocar, y se puso á bailar, y luego que acabó se fueron para la tienda de D. Francisco Sánchez, y Luciano compró vino, y por último se

dirigieron todos á la casa de unas conocidas de éste, y luego que llegaron Corazón Latinoamérica musical de México comenzó á platicar y á cosa de las tres de la mañana se fue el declarante 445 para su casa á dormir, dejando á Luciano y á los demás compañeros en la misma casa.53

Bailando con la más fea zapatero.– Y si usted baila en mi boda estará el fandango bueno; luego que bueno está el cuento, entre el juez y entre estos hasta bailo de contento.54

Según la documentación judicial consultada, los instrumentos más tañidos por la rancherada regional para hermosear las diversiones con Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias acompañamiento mono-instrumental, fueron la guitarra, la guitarrita, la vihuela, la sétima y el violín. Pero esto no significa necesariamente que no se hayan tañido otros de cuerda como la mandolina, el bajo de ar- monía o el bandolón, que fue el instrumento nacional por antonoma- sia durante el siglo XIX. La guitarra en particular fue de suma importan- cia. Cancioneros y vecinos gustadores de la música la utilizaron más que cualquier otro instrumento, presentándose de continuo entre sus perte-

52) AJMM, Segunda criminal contra Julián Barba, por el delito de robo. Año de 1918, fs. 2v-3r. 53) AMHTM, C34-Exp24-F3, f. 12v. 54) “Entremés del zapatero”, en Los coloquios de don Sabino de Ezequiel Hernández Lugo (compilador). Guadalajara, Centro Universitario de los Lagos, 2004, p. 54. nencias: levantada en agosto de 1850, la lista de bienes mortuorios de Enrique Trujillo, vecino que fue del rancho de El Tigre (Tepatitlán), men- ciona una.55 El repertorio secular regional estaba sumamente generalizado y éste consistía en romances, canciones, justicias, jarabes-sones y maña- nas o corridos, entre los cuales destacaron por su popularidad los de Wenceslao Jáuregui el Calero, Tomás Limón, Demetrio de Jáuregui, Lu- cas Gutiérrez el Gallo de Santa Clara, entre otros.

Addendum tertium Nuevos descubrimientos confirman que, durante el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, también era ampliamente utilizada el arpa para ade- rezar las diversiones públicas, ya fuera tocada por solistas o en conjuntos

Juan Frajoza de organología compleja. Asimismo, desde los albores del siglo XX, se po- 446 pularizaron ampliamente la armónica y el acordeón por toda la región, sus- tituyendo al instrumento melódico tradicional: el violín. Hasta poco antes de la rebelión cristera el repertorio tradicional estaba constituido por poco más de treinta géneros. Los seculares eran los si- guientes: canciones, chotises, contradanzas, corridos (igualmente: ma- ñanas o mañanitas), cuadrillas, dianas, gaitas, jarabes, jotas, justicias, ha- baneras, malagueñas, marchas, mazurcas, papaquis, pasodobles, polkas, recitaciones, romances, sones, valonas, valses y zambas. Los religiosos eran estos otros: alabanzas, aleluyas, caminatas, despedimentos, glorias, gozos, himnos, minuetes, misterios, ofrecimientos, parabienes, salutaciones, sal- ves y valsecitos tristes.

Las diversiones con acompañamiento bi-instrumental eran adere- zados preferentemente con las notas de los instrumentos antedichos, o uno de éstos y algún otro generalizado como el cántaro, el redoblante o la tambora. Por otra parte, las de acompañamiento multi-instrumental estaba amenizadas por conjuntos de tres a cuatro músicos. En el área que comprende los municipios de Ixtlahuacán del Río, Cuquío y Acatic los conjuntos dominantes estaban integrados por tres músicos y eran nominados con el término tambora, como la del violinero Tarasio Martí- IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) nez. En 1922 José M. Peña publicó en El Informador una nota intitulada De verbena en la que luego de describir algunas particularidades de las fiestas patronales del pueblo de Atemajac, en las goteras de Guadala- jara, se centra en don Tarasio y su conjunto:

55) AMHTM, C32-Exp16-F3, f. 1r. Dejé de observar al novillero, para fijarse detenidamente en los filarmóni- cos del “mariachi”. Llámase Tarasio Martínez –sin que él tenga la culpa de llevar ese nombre– el director del conjunto musical, que lo mismo atacaba unos aires andaluces más o menos legítimos, que El Venadito. Tarasio do- mina el violín y –según lo que él mismo me dijo en aquella ocasión– no hay quién le gane en Ixtlahuacán del Río, para organizar “gallos”. De los primeros años del director Tarasio, no hay necesidad de hablar, pues no estimo necesario que para consignar en esta croniquilla volan- dera los conocimientos musicales del referido sujeto, tenga forzosamente que remontarme a su infancia o diga si sus padres nadaron en la opulencia o fueron sencillamente unos desgraciados. Esto no quiere decir que Tarasio sea un golfo, porque desde la escribanía de un juzgado de paz, hasta la conducción de un arado por los paternos

lares, pasando por el grado de sargento en las filas revolucionarias ha sa- Corazón Latinoamérica musical de México bido de todo. Ahora es el músico más competente de Ixtlahuacán del Río, 447 donde goza de más prestigio que el Gobernador Tejada en el Estado de Veracruz. Bástenos con saber eso. –¿Tiene usted bastante tiempo de haber llegado a Atemajac? –le pregunté, en tanto que ordenaba al cantinero el suministro de una módica “parada”. –No, jefe. Llegué hace apenas cuatro días. Me dijeron que esto se ponía bueno, y como hay que buscar los fierros donde se pueda, pues aquí me tiene usted tocando. –El repertorio de ustedes ha de ser vasto, ¿no es verdad? –¿Cómo dice usted, jefe? –Digo que ustedes han de saber tocar muchas piezas. –Pos… sí. Como allá en mi pueblo tocamos en los bailes… –¿Y cuál es la pieza que a usted más le gusta, Tarasio? El interpelado vaciló, en la verdadera acepción de la palabra. Después de Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias rascarse la cabeza, operación no muy difícil para un director de “mariachi”, respondió: –“El Estandarte de línia”. –¿y qué es eso? –Una polka muy bonita, jefe. Habíamos llegado a este punto en nuestra conversación, cuando el propie- tario del establecimiento, gordo como pocos y explotador como muchos, requirió los servicios de aquella reducida sinfónica de Ixtlahuacán del Río. –Voy a tocarle el “Estandarte de línia”, jefe –me dijo Tarasio. Y sin ese latoso y obligado período de la afinación, el “mariachi” se arrancó valerosamente con una polka que no por vieja dejó de ser interesante. El novillero y sus admiradores habían cogido ya una papalina de órdago, y como el ambiente no era muy propicio para una persona que llevaba cha- leco y bajos doblados en el pantalón, hice mutis por la derecha. Verdaderamente encantado de la fiesta, regresé a Guadalajara. Cuando me disponía a tomar el tren eléctrico con dirección a esta ciudad, llegaron a mis oídos los últimos compases de “El Estandarte de línia”, la pieza con que me habían obsequiado Tarasio y sus subalternos. Después he sabido que la animación creció de punto, agotándose la exis- tencia de tequila. Ni la lluvia torrencial consiguió hacer desaparecer el en- tusiasmo. Apoteosis nacional de la fiesta: seis muertos y tres heridos. Nada, en comparación de otros años.56

Las tamboras que amenizaban las diversiones con acompaña- miento multi-instrumental en Yahualica, Nochistlán, Mexticacán, Tema- capulín, Teocaltiche y otros puntos cercanos estaban integradas común-

Juan Frajoza mente por cuatro músicos. Por ejemplo, en un baile celebrado el 24 de 448 octubre de 1900 en El Zapote (Mexticacán), los músicos que “tocaban violines y tambora” fueron Pedro García, Agapito, Guerrero, Exiquio Gar- cía y José Morales, todos vecinos del rancho de Arroyuelos.57 Los bailes o fandangos efectuados por celebraciones matrimonia- les eran sumamente concurridos: amigos, familiares y todo aquel indivi- duo que gustara invitarse hacían una gran multitud. En los expedientes que tratan sobre fandangos por matrimonios, todos los testigos coinci- den en afirmar que había mucha gente en el baile. Éstos, que casi siem- pre correspondían a las diversiones con acompañamiento multi-instru- mental, se realizaban en los patios o corrales de las casas, al aire libre. Más que las diversiones con acompañamiento mono-instrumental o bi- instrumental, los fandangos por casorio eran realizados a la vista de los comisarios de cuartel y sus auxiliares, ya que había mayor probabilidad de que se cometieran delitos de toda índole, pues la fiesta no sólo im- plicaba la presencia de la música, el canto y el baile, sino también el de la multitud, las armas, los montecitos de baraja y el consumo de bebidas embriagantes. Usualmente luego de que los rancheros contraían matrimonio en las primeras horas del día en las cabeceras parroquiales, se iban mon- tados a caballo hasta la ranchería de su vecindad. Allí, en la entrada, no- IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) vios, padrinos, padres y convidados, eran recibidos por la música que, en jolgorio bien armado, los conducía hasta la casa donde se celebraría el baile, interpretándose algunas piezas de corte picaresco exclusivas

56) El Informador. Guadalajara, 27 de agosto de 1922. 57) AJMM, Criminal contra Epitacio López, Doroteo Jáuregui (a) El Gato y cómplices, por delito de homicidio y robo. Año de 1900, f. 3r. para la ocasión. En las estribaciones del río Verde era comúnmente in- terpretada la canción de La ardilla:

En una boda que se hizo cuando se casó la ardilla, hicieron su compromiso con el gato de la villa.

Los testigos eran tres: un coyote colorado, un gato muy atufado con un gatito montés.

El juez era un zorrillo, Corazón Latinoamérica musical de México juntó toda su cordada 449 pa’ darles hasta en la madre a los de la boda mentada.

Los músicos fueron tres que tocaron en la boda: dos ratones en violines y un sapo en una tambora.

De gusto que se casó la ardilla con el ardillo, se agarraron a balazos dos mayates con un grillo. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias La gente de compromiso, toda se sentó en la mesa. Estaba un gato atufado amarrado de cabeza.

El padrino y la madrina, eran de Guadalajara. Estaba un perro pelón tocando en una guitarra.58

58) CD El canto cuamilero de Mexticacán (2012). Canciones y corridos. Yahualica de Gon- zález Gallo, Centro de Estudios Históricos de la Caxcana, 2012, 6. La ardilla. Se bailaba en una tabla colocada sobre un agujero o unas piedras. Si de la primera manera, dentro de la horadación se colocaban cántaros con agua para que tuviera mejor resonancia el zapateado. Pero también se bailaba sobre las mesas, las hojas de las puertas viejas y en el suelo raso. El baile valseado no fue común durante el siglo XIX, antes bien era visto como un acto pecaminoso e inmoral que hombres y mujeres baila- ran abrazados, arrejuntando sus cuerpos excitables. Probablemente esta manera de bailar fue más frecuente en las mancebías y entre la llamada gente vulgar y prostituida, propensa a tales liviandades. Pero ya para principios del siglo XX hay fuertes indicios de que hubo un cambio en el gusto y la moral regional en lo referente al baile, por lo menos en las rancherías y pueblos de poca monta. Por ejemplo, en una diversión de canciones con sétima que se efectuó el 2 de febrero de 1914 en el pue-

Juan Frajoza blo de Acasico, durante dicha convivencia fue lesionado Juan B. Mejía, 450 quien aseguró haber sido atacado por Tiburcio Quezada con un sable, cosa de las tres de la mañana del día siguiente, y “no hubo más motivo para recibir los golpes más de únicamente estar valsando a esa hora con una señora que no conoce; mas reventándose una cuerda del instru- mento que pulsaba un señor que no conoce, permaneciendo en paseo con la señora, le indicó Tiburcio Quezada se sentara y por que no aten- dió a lo de Quezada, por eso lo golpeó”.59 Pero en los pueblos ultraconservadores como Yahualica el baile era visto como la cosa más pecaminosa: “El baile no ha sido nunca costum- bre que agrade a las familias, no los hay en forma. Personas venidas de fuera bailan de improviso en paseos campestres, rarísima vez, con dis- gusto de los vecinos viejos”.60 Además de zapatear en la tabla, durante el fandango se bailaba El caballo:

El bailador enrolla una cobija, como si fuera taco, haciendo en un extremo la cabeza, y con las barbas y cordones de la misma simula las crines y la cola del caballo. Se monta el bailador sobre la figura de éste, sostenién- dolo con ambas manos, una por delante y otra por detrás, y enseguida empieza el jinete a ejecutar los variados movimientos del animal; paso, IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) mondongo, trote, galope, etc., causando con ello a veces regocijo, a veces hilaridad entre los concurrentes.

59) AJMM, Criminal por riña entre Tiburcio Quezada y Juan B. Mejía. Año de 1914, f. 2v. 60) Agustín Yáñez. Yahualica. Etopeya. México, Ediciones Cámara de Diputados, 1946, p. 110. Otra de las piezas cadenciosos era La botella, en que, colocán- dose damajuanas en el suelo, el ágil hombre tejía su baile sin tirarlas, fingiendo que se encontraba en el más deplorable estado de ebriedad. Cuando bailaba se cantaban, entre otras, las siguientes coplas:

Ándele, compadre, baile la botella, que si me la quiebra, me la vuelve llena. Ándele, compadre, saque a su comadre, que si no la saca, yo le acabo el baile.

Bebamos, bebamos Corazón Latinoamérica musical de México este buen licor, 451 que es bebida buena Para el amor, para el amor. Para el amor, para el amor.61

En relación a la tabla se cometieron lesiones y homicidios inten- cionales. En un primer caso ocurrido el 19 de enero de 1839 en un fan- dango celebrado en casa de Antonio Iñiguez, sita en el rancho de El Pinto (Tepatitlán), fue muerto don Nepomuceno Iñiguez, comisario del rancho de La Presa, porque con malas palabras y ofensas quiso que unos individuos desocuparan una tabla para que su esposa bailara una con- tradanza: “compadre, el tal que se arrimare le mete Usted esa espada hasta donde la acabó el herrero que mañana he de hacer más colleras para llevar al Pueblo, que lentejas dan por medio”.62 En un segundo, en Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias un fandango realizado el 27 de abril del propio año en el rancho de El Cabrito (Arandas) con motivo de haberse casado una huérfana que se crió en la casa de Norberto Morales, fue muerto el labrador Andrés So- lís. Cosa de las nueve de la noche el comisario de policía del rancho dio la orden de que terminara la diversión, para evitar los probables alter-

61) Higinio Vázquez Santa Anna. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo II. México, Edito- rial Botas, 1953, pp. 297-299. El autor menciona que son El meco y Las pacholas bai- les, pero realmente la primera es una danza que se interpreta en las fiestas patronales y en los fines de cosecha, y la segunda una danza bufa de papaqui. Una muestra mu- sical de sones de danza alteños en: CD Música campesina de los Altos de Jalisco. Mé- xico, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2002, 4. Sones de danzas de apa- ches. 62) AMHTM, C18-Exp8-F3, fs. 22v-23r. cados derivados del consumo de las bebidas embriagantes; pero algu- nos concurrentes secuestraron una tabla del patio, convencieron con di- neros al músico y se fueron para la orilla del rancho, donde continuaron bebiendo, bailando y cantando. El jolgorio se prolongó hasta la media- noche en que don Andrés le dijo a su hijo que andaba bailando sobre la tabla “quítate que se están burlando de ti” y a ese tiempo se le echaron encima a los cintarazos algunos de los concurrentes, de lo que resultó lesionado con “una herida hecha con machete, de cuatro pulgadas de longitud, situada desde la ceja derecha hasta un poco arriba de la cien izquierda, cuya herida llegó a los sesos, y es de necesidad mortal”.63 Si bien sólo es un indicio aislado, este último expediente parece indicar que el baile, saber zapatear, era un signo inequívoco de gallardía. El que no supiera zapatear era un individuo risible. Si el baile sobre la tabla

Juan Frajoza se considera como un instrumento implícito, desentonar la consonancia 452 era faltar a la gallardía. El canto y el baile también cumplían otras funciones sui generis. Además que para alegrar la tristeza del encierro, en la cárcel eran eje- cutados por los reos en pie de fuga para ocultar los ruidos procedidos de las excavaciones. Organizados en pequeños grupos, cantaban y bai- laban unos mientras otros se dedicaban a horadar el suelo y las paredes o limar los barrotes hasta conseguir la libertad, utilizando fierros, estacas o limas introducidas subrepticiamente a la prisión: “el declarante estaba acostado en la misma galera porque se hallaba un poco malo, no siendo extraño que el que habla no hubiere visto cuando harían la excavación porque muchos presos andaban brincando y bailando en medio de la galera, seguramente para que no vieran otros que pudieran dar aviso” (declaración del reo Rafael García, 1845);64 “que por casualidad estaba anoche a espaldas de la cárcel y habiendo oído un cántico en la esquina de la misma espalda de la cárcel se acercó a oírlo, en cuya operación es- taba cuando observó un empujón en una de las ventanas de la escuela y considerando que aquello no sería otra cosa que fuga de presos, se precipitó a dicha ventana” (declaración de Pedro Gutiérrez, alcaide de la cárcel de Tepatitlán, 1848);65 “que por donde la hicieron [la fuga] se formó una rueda de presos, quienes platicaban y cantaban quizá para IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) que no se oyera la excavación” (declaración del reo Julián Rodríguez, 1852);66 “que entre Luciano Flores, Zacarías Alvarado, Julián Rodríguez

63) AMHTM, C18-Exp31-F3, f. 2r. 64) AMHTM, C27-Exp29-F3, f. 7v. 65) AMHTM, C32-Exp10-F3, fs. 44v-45r. 66) AMHTM, C32-Exp43-F3, fs. 99v-100r. La declaración también está reproducida en: y Mónico Rocha y también Plácido Cerrillo y Jesús Muñoz aserraban un barrote del golpe luego que los encerraban, y aun Cerrillo y Muñoz can- taban y hacían ruido para que no se oyera” (declaración del reo Víctor Gómez, 1852).67 No sólo la falta de boda causaba indignaciones, disgustos, juicios civiles y hasta asesinatos –el 24 de noviembre de 1924 Everardo Sánchez asesinó a Jesús Martín, telegrafista de Cuquío, al regresar de Estados Unidos y enterarse de que el occiso estaba por casarse con otra mujer y no con su hermana, con quien había sostenido relaciones amorosas–,68 sino que también la falta de fandango era causa de que se iniciaran pro- cesos por diversos delitos. La noche del 9 de abril de 1902, por ejemplo, Pedro Contreras, comisario de El Santuario, condujo a la villa de Mexti- cacán bien presos a los jóvenes Nicolás Gómez y Timoteo Jiménez por-

que después de oír que discutían “vio que este último estaba manchado Corazón Latinoamérica musical de México de sangre y herido de la cara, por lo cual les intimó que se dieran pre- 453 sos para conducirlos a este lugar”. Aunque los reos en sus declaraciones preparatorias argumentaron que todo había sido un terrible accidente, finalmente Gómez confesó, al ser careado con el comisario, que Jimé- nez enfrente de su casa “quemó un manojo de zacate diciendo que era mi figura y que me quemaba porque no había hecho baile [por haberme casado con Francisca Sandoval], y me ofendí con eso, le tiré con una bo- tella y le ocasioné las heridas”.69 La falta de fandango para celebrar a los matrimoniados, por otra parte, no siempre era por la carencia económica o la usura. La muerte de un familiar adulto días antes de que se efectuara el casorio era una justa razón para que no se realizara el baile ni se escucharan las músicas.70 Sin embargo, la costumbre sí permitía la interpretación de canciones re- ligiosas a capella. El 16 de noviembre de 1899 se presentaron Timoteo Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

AMHTM, C34-Exp24-F3, f. 55v y AMHTM, C35-Exp19-F3, f. 24r. 67) AMHTM, C35-Exp33-F3, f. 3v. 68) El Informador. Guadalajara, 25 de noviembre de 1924. 69) AJMM, Criminal contra Nicolás Gómez y Timoteo Jiménez, por riña y lesiones. Año de 1902, fs. 1r-18r. 70) La costumbre sí permitía que se efectuaran los fandangos de haber muerto días antes algún párvulo, puesto que siendo inocente por fallecer en estado de pureza por ha- ber sido bautizado y no haber pecado en la vida, se presumía entre los sectores socia- les populares –los que terminantemente son llamados vulgares e inmorales por las or- denanzas– que nadie debía entristecerse al ver al ser querido abandonar este valle de lágrimas en tal estado de gracia (Jesús Jáuregui. “La plegaria musical del mariachi. Ve- lada de minuetes en la catedral de Guadalajara (1994). Con 8 adenda”, en Expresiones musicales del Occidente de México de Daniel Gutiérrez Rojas (coordinador). Morelia, Morevallado Editores, 2011, pp. 39-40). Arámbulo, Victoriano Torres y Tomás Iñiguez, vecinos de Ipalco Arriba (Mexticacán), en el rancho de Ipalco Enmedio pues habían sido avisa- dos que habría baile con motivo de haber contraído matrimonio Paulo Mejía y María Natividad Sepúlveda. Al llegar a la casa de Alejo Mejía, pa- dre del desposado, y hechos los saludos de necesidad, éste informó a Iñiguez que no habría baile “pues no lo hay porque estoy de luto; pero si gustan, pasen”. Los de Ipalco Arriba no quisieron y al ir a montar sus cabalgaduras se les interpuso la señora Hilaria Rodríguez “y les dijo: ‘Se- ñores, ¿ustedes son del río arriba?’. Tomás le respondió: ‘Sí, señora’; y ella les replicó: ‘Pues váyanse de aquí sino quieren que les suceda un mal’”. En ese preciso momento pasó por allí el jornalero Lorenzo Mejía y declaró que escuchó lo anterior enfrente de la casa de Alejo, “donde estaban cantando con motivo de un casamiento” Minutos más tarde, se

Juan Frajoza enfrentaron a balazos Juan Mejía, hijo de doña Hilaria, y Tomás Iñiguez; 454 al parecer porque el primero tenía antiguas rivalidades con Felipe Mejía, hermano bastardo de Iñiguez.71

Addendum quartum Durante la Cuaresma también eran suspendidas la diversiones efectuadas con motivo de los matrimonios. De hecho cualesquiera, porque eran días de guardar. Por ejemplo, el 26 de abril de 1822 declaró Sebastián Hurtado ante el alcalde de primera elección de San Miguel el Alto, José Trinidad Ascencio:

que venía herido por mano violenta de uno de tres individuos que le asaltaron la noche del día anterior en el rancho de La Sarteneja, vi- niendo de una concurrencia de boda de un vecino, en la que no había diversión de fandango, y se regresaba a la casa de una hermana suya doña María de la Luz Hurtado, en consorcio de sus hijas de ésta, entre las cuales venía una niña; y a poca distancia de su tránsito le exaltaron como ha dicho tres individuos, que según su conocimiento y cierta ciencia lo fueron D. Trinidad Muñoz y su medio hermano D. Manuel, y otro individuo que aunque lo conoce de vista ignora su nombre, quie- nes, como ha relacionado, lo exaltaron con el fin según entiende de IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) extraerse a la niña de que hace mención, a que uno de éstos, que lo es D. Trinidad Muñoz había pedido con el fin de matrimonio a la re- ferida niña; cuyo acto verificaron los tres socios nombrados contra el deponente y D. Hermión Moreno, sin más razón ni reconvención que tratando de herirles, como en efecto de esta lid lo salió el deponente

71) AJMM, Criminal contra Timoteo Arámburo y socios por conatos de homicidio. Año de 1899, fs. 1r-11r. con la que manifiesta en el brazo izquierdo; expresando aquéllos, con otras palabras, “salga de ahí doña Eduviges”.72

No la música en sí como extraordinariamente sucedió en otros lugares,73 pero sí ciertas letras de canciones y corridos desarrollarían escenas de tumulto, amenazas, violencia y criminalidad. En estos casos, la alusión directa en el corrido a los criminales o en la canciones a al- guno de los circunstantes a la diversión, eran las causas que subyacían. Tenemos conocimiento, por ejemplo, de que la versión original del Co- rrido de los Pérez (1911) tuvo que ser recortada por Dionisio Muñoz de Luna Patatiesa, el compositor, pues fue amenazado de muerte por los hermanos Oropeza y obligado por las circunstancias a omitir las estro- fas en que se les descubría como los asesinos de los Pérez. De los versos

omitidos, sólo han llegado a nosotros los siguientes: Corazón Latinoamérica musical de México 455 Jesús Muñoz, inocente, nomás a pasear se vino; lo tumbaron de un balazo de la yegua de Gabino.74

Allá por 1820 se desencadenó un tremendo motín donde salieron heridas hasta las gallinas “en un fandango en el rancho de Barreras [(Ca- ñadas de Obregón)] y casa de Francisco López,[…] por unos versos que se cantaron”.75 Escenas como ésta seguramente fueron frecuentes a lo largo y ancho de la región, pero la documentación por incidental no lo

72) Archivo Histórico de San Miguel el Alto (en adelante, AHSMA), caja 151, expediente 1, fs. 32r-v. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 73) Por ejemplo, el 30 de octubre de 1856 las autoridades de Tepic publicaron el si- guiente bando: “Advirtiendo el Gobierno político que cuantas veces se toca la marcha titulada la <> se persiven graves disgustos por una parte con- siderable del público, y preludios de desorden, en el deceo de ecitarlo, y en uzo de la facultad que le conceden las leyes para tomar las medidas condusentes á la conser- vación de la tranquilidad pública, ha venido en prohivir por ahora dicha marcha, y su- plico á las personas (que) de este sensato vecindario que tengan gusto por esa pieza de música (que), que prescindan de él por unos pocos días, y se unan á sus esfuersos para restablecer en esta ciudad el sosiego deque en otras ocaciones ha disfrutado”. Esta prohibición hizo que algunos escribieran cosas como ésta: “¿Qué notas serán las subversivas en una marcha? Será bueno resolver esta duda para que los compositores se abstuviesen de usarlas mientras se promulga la constitución, entre cuyas libertades no hemos visto consignada la de la música” (El Pobre Diablo. Fresnillo, 15 de noviem- bre de 1856). 74) J. Jesús Gutiérrez Pulido, Mexticacán, 15 de agosto de 2012. 75) AMHTM, C16-Exp5-F3, f. 41r. consigna. Además, casos hubo en que llegaron a ser puestos en la cárcel algunos individuos por distribuir papelillos alarmantes: el 20 de enero de 1843 fue detenido Hermenegildo López en Lagos de Moreno, quien andaba vendiendo copias a mano de alabanzas, canciones y décimas. Este individuo había comprado los versos en la feria de San Juan de los Lagos y se había puesto a copiarlos y distribuirlos para sacar algunos reales para la manutención de su familia. Si bien por las canciones subi- das de tono y las alabanzas no fue muy inquirido, el proceso se centró en una décima que criticaba al gobierno de Su Alteza Serenísima Anto- nio López de Santa Anna y su decisión de cobrar más contribuciones:

hoy se alla escaso el dinero el conseguirlo no es dable

Juan Frajoza ninguna lucha nos bale 456 ni aun al mas deligenciero el pays esta perdiguero y ahora con esta pincion se aumenta mas la aflicion de todos los ciudadanos apretándonos las manos para dar contribucion.76

Los atavismos de la hombría, en cuanto a la representación social del hombre de honor y del valiente, también influirían en las escenas de violencia y crimen. Nuestro casos muestran que más allá de defenderse la tocada del gusto de uno de los pendencieros, el asunto real estribaba en la defensa del honor mancillado porque otro quería mandar sobre lo “propio”. La cárcel, la muerte, las multas gubernativas o los apercibi- mientos eran un menoscabo mucho menor que perder la hombría: ésta tenía que defenderse a toda costa. La hombría, tantas veces enaltecida por los corridos matonescos dedicados a los bandidos regionales, tenía por punto más fiel la valentía: dejar a otro que decidiera sobre la música cuando uno la pagaba o la estaba gustando, era razón suficiente para volverse un criminal exhortado por las autoridades judiciales: IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921)

En la Villa de Tepactitlán á dies y ocho de Abril de mil ochocientos veinte y siete: Ante mí el C. José María López de Heredia, Alcalde de Segunda No- minación, y hombres buenos CC. Francisco Betancur, y Pantaleón Leal; el C. Alexandro Gómez instruyó demanda contra el de su clase José Gómez,

76) Díaz Arias, art. cit., pp. 313-314. que la noche del día de ayer estando el demandante en la plaza de Gallos mandó á los Músicos el C. Joaquín Sánches tocasen una tocada que le lla- man Perico, y al mismo tiempo otro Ciudadano que le dicen Zacatecano mandó tocasen una Justicia; á esto el que habla recombino al Zacatecano por qué quería mandar en Aquella música, y á este tiempo su demandado se les asercó y con imperio les mandó se aquietaran, á lo que respondió el que habla que ninguna autoridad tenía en aquel lugar por lo que ambos hecharon mano á las Espadas, y estando en esta acción un hijo del deman- dado le dio al que habla por detrás un sintarazo por cuya causa se subcitó un motín que casualmente se contubo por la interbención del C. Antonio Días, Alcalde 1º; a lo que respondió el demandado que estando en dicha plaza de Gallos como uno de muchos concurrentes á las tapadas, observó que su demandante altercaba con rasones con el Zacatecano y aun su de-

mandante le tiró una bofetada á dicho Zacatecano, á este tiempo el que Corazón Latinoamérica musical de México habla con la embestidura de Comisario de Policía, como en efecto lo es, se 457 les aproximó y les mandó aquietarse, á esto respondió el demandante que en aquel lugar no tenía autoridad, que era un entremetido y desnudando la Espada también el que responde desnudó la suya y con ella se quitó dos golpes que su demandante le tiró, y á este tiempo un hijo sullo le dio un sintaraso á su demandante, y posteriormente se tiraron entre ambos algu- nos golpes, y por fin el Alcalde 1º medió y desbarató la bola; y oídos los alegatos de ambos y la exposición de cuatro Ciudadanos que se hayaron precentes en el motín fue de dictamen el primero de los hombres buenos que se castigue al demandado con arresto, y el segundo que en vista de que ambos son vecinos principales de esta Villa, y de que esto fue un aca- loramiento, solo bayan apercibidos para que en lo subsecibo vivan Amisto- samente, y yo el presente Alcalde hadiriéndome al dictamen del segundo mandé se llebe á efecto lo que para su constancia firmaron conmigo los Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias que supieron.77

Casos similares, aunque con consecuencias trágicas, tuvieron lugar en Cañadas y Mexticacán. En aquélla congregación, el 16 de enero de 1881, se desarrolló alegremente una diversión de acróbatas puesta por el señor Jesús Torres, a quien se le cobraron 3 reales por la licencia. Éste, para amenizar el espectáculo, contrató a los jornaleros-músicos Martín Delgadillo, Isidro Lujano, Pedro López y Fermín Razón. Durante el espar- cimiento, al que concurrió medio pueblo, tuvieron un altercado Marga- rito Gómez, joven vecino del rancho de Catachimé, y el gendarme del estado Joaquín García, oriundo de San Juan de los Lagos, del que re-

77) AMHTM, C8II-Exp9-F9, f. 25v-26r. sultó muerto el primero. Según depuso López ante Onofre Gallo, el co- misario judicial suplente,

la causa de la riña entre don Joaquín García y el finado Margarito Gómez fue por capricho de una tocada de música que ambos querían se atendiera á la que pedían; que García le tiró un golpe con una pistola á Margarito y éste se salió para fuera de la reunión de gente en el mismo patio, García lo siguió y á poco el que habla oyó un tiro y supo fue el que causó la muerte al occiso.78

El 8 de septiembre de 1904 el joven talabartero Tiburcio González fue herido en la plaza de Mexticacán. Se encontraba platicando con el panadero Francisco Avelar la Payasa en una vinata que éste había puesto

Juan Frajoza con motivo de la función de la conmemoración de la Independencia. Allí 458 estaban tocando los músicos Eulogio Iñiguez, Pilar Álvarez y Nieves Gó- mez, y cosa de las once o doce de la noche “llegó á donde ellos estaban tocando Julián Jacobo, quien les pidió un jarabe diciéndoles que que- ría bailar, cuando llega Tiburcio González y pidió a los mismos músicos que tocaran La chirriona; que los músicos viendo esa contradicción en las piezas, optaron por tocar pieza diferente”;79 esto dio margen para que González y Jacobo comenzaran a disgustarse, y cuando el talabar- tero continuó su plática con el vinatero, Jacobo aprovechó el momento y le asestó tres puñaladas de necesidad mortales. De los fandangos y otras diversiones eran robadas, con o sin su consentimiento, las jóvenes que luego tendrían que casarse irremedia- blemente con sus novios. Pero si esta práctica era común y consentida por la moral regional, las diversiones también daban pie para que se cometieran otro tipo de delitos sexuales o conductas punibles como el concubinato,80 el incesto,81 los embarazos fuera del matrimonio o el sonsacar a la mujer ajena para ver si había alguna oportunidad de ha- cerle la maldad,82 lo que causaría multitud de delitos y desgracias. Las relaciones sexuales, consentidas o no, se efectuaban en el campo a ori- llas del rancho donde se gozaba la diversión, entre el garruñal, detrás IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) 78) AJMCO, Causa instruida contra Joaquín García, por el delito de homicidio. año de 1881, f. 3r. 79) AJMM, Criminal contra Julián Jacobo por lesiones que causaron homicidio. Año de 1904, fs. 3v-4r. 80) AMHTM, C22-Exp9-F3, f. 9v. 81) AMHTM, C26-Exp9-F3, fs. 1r-11v. 82) AMHTM, C16-Exp23-F3, f. 17v. de las cercas; si no consentidas, apagados los gritos de la mujer con la mano opresora sobre la boca. Sólo un momento de descuido hacía falta para que los estupros y las violaciones violentas se llevaran a cabo: el 18 de febrero de 1850 Andrea González, vecina del rancho de El Carni- cero, declararía que fue quebrantada a sus tiernos 14 años por Antonio Neve y Teodoro e Ignacio Salinas, integrantes de la música de viento de Tepatitlán:

que aller á cosa de las nueve de la mañana salió de la Capilla de Guada- lupe en compañía de Isidra Gutiérrez, y como ambas están sirviendo en casa de D. Miguel Franco, y la familia de éste se hallava en dicha Hacienda de paseo por una función que se hiso á la imagen de Guadalupe, su ama les dijo tanto á la que habla como á Isidra que se fueran yendo para la casa

del rancho de sus amos mientras éstos salían. Que á poco andar las alcan- Corazón Latinoamérica musical de México saron tres de los músicos de esta Villa que havían ido á tocar á dicha fun- 459 ción, siendo uno de ellos Antonio Neve, y los otros dos que no conoce de nombre, y sí de vista, y el primero se echó á fuerzas á la que habla en la si- lla y adelantándose un poco con los dos que ha dicho, de los demás que componen toda la música; la apeó de á caballo y forzadamente uzó de ella á pesar de la resistencia que hizo, pues no tuvo á quién pedir aucilio; y que á continuación los otros dos que se adelantaron con Antonio Neve tam- bién uzaron de ella, retirándose, y á poco llegó su hermano Sevastián que iba para la Capilla y le preguntó que qué hacía allí, a lo que le contestó que aquellos músicos la habían arrastrado, y sin aguardar otra razón se retiró, y ahora después le ha dicho á su hermano el cómo uzaron de ella.83

El ataque fue tan violento que las parteras Cenobia Muñoz y Ma- nuela Salcedo, luego de reconocerla con paciencia, declararon que “le Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias han encontrado absolutamente desflorada, representando la ‘parte’ como si acabara de parir”. El desenfreno implícito en las diversiones públicas, especialmente en los fandangos, derivaría comúnmente en lo que se nominaría como la “bola”. Ésta no era otra cosa que el zafarrancho general del que salían heridos leves y graves o muertos –muchos sin tener vela en el entierro– por manos anónimas que tiraban balazos o cintarazos a todo lo que se moviera, lo cual es visible en las propias portadillas de los expedientes analizados –Criminal contra quien resulte responsable, Criminal contra quien haya herido–: “que no puede dar razón si lo hirió ó no Juan López solamente ó los demás, porque se formó una bola grande” (declaración

83) AMHTM, C31-Exp33-F3, fs. 2r-3r. de Gregorio Aldrete, 1844);84 “en la bola que se hizo me dieron una cu- chillada que no supe quién, y como me desmayé no supe lo demás que sucedería pues cuando me levanté ya todos se habían ido” (declaración de Rafael González, 1852);85 “se encontró con José García que venía he- rido y aún venía ardiéndole la ropa, lo abrazó, le apagó la ropa, le pre- guntó quién lo había herido, pero éste le dijo que no sabía, que de la bola había recibido el tiro” (declaración de Gil Yáñez, 1889);86 “que el domingo último en la noche estando en el pueblo de Toyahua en una función, luego que se quemaron los fuegos comenzó á llover, por lo que él caminaba por la plaza con fin de ir á refugiarse á alguna casa y como había mucha gente, entre la multitud vio brillar una arma y recibió la he- rida que se le ha examinado sin saber quién se la ocasionó pues estaba formado un pleito [ó bola]” (declaración de Julio Sepúlveda, 1899).87

Juan Frajoza Además de las múltiples causas anteriormente expuestas, los de- 460 litos de lesiones u homicidios intencionales en las diversiones públi- cas tenían otras causas: por insubordinación militar,88 por antiguas desavenencias,89 por simple borrachera,90 por inobediencia al señor hacendado,91 porque algún individuo había pasado frecuentemente por la casa de otro levantando sospechas92 y hasta por error: “que el motivo ó pleito tuvo principio por que Domingo García le daba a José en clase de juego con la frazada, los demás creyían[sic] que era pleito y se formó la bola”.93 La presencia de armas de fuego durante las diversiones públicas, además de los consabidos delitos de lesiones y homicidios intenciona- les, involucró por necesidad la aparición de los accidentales. Entre la lesión y el homicidio accidental sólo mediaría la contingencia, el lugar donde pegara la bala. Estos delitos, por su naturaleza, podían presen-

84) AMHTM, C27II-Exp15-F3, f. 30v. 85) AMHTM, C36-Exp34-F3, f. 6v. 86) AJMM, Criminal contra quien haya causado unas lesiones a José García. Año de 1889, f. 3v. 87) AJMM, Criminal contra quien haya herido a Julio Sepúlveda. Año de 1899, f. 3r.

IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) 88) AMHTM, C3-Exp57-F6, fs. 1r-v. 89) AMHTM, C32-Exp41-F3, f. 1r-6r. 90) AMHTM, C35-Exp22-F3, fs. 1r-2r. 91) AMHTM, C11-Exp1-F5, fs. 38v-39r. 92) AJMM, Criminal contra Miguel y Alejo Jáuregui, por lesiones. Año de 1891, fs. 1r-8r. 93) AJMM, Criminal contra quien haya causado unas lesiones a José García. Año de 1889, f. 5r. tarse en cualquier diversión. Todo parece indicar que estos delitos fue- ron más recurrentes luego de la introducción de armas modernas a la región, es decir, las de percutor. Por otra parte, las armas referidas inva- riablemente en esta clase de delitos son los revólveres, no los rifles: “una pistola antigua reformada á parque de metal que mide treinta centíme- tros de longitud”, “una pistola de seis tiros con cuatro cartuchos metáli- cos”. Si bien en nuestros nueve casos conocidos –El Santuario (Mextica- cán, 1891),94 Los Charcos (Mexticacán, 1897),95 Tepetiltic (Mexticacán, 1900),96 El Tortuguero (Cañadas, 1901),97 San Nicolás (Mexticacán, 1905),98 La Paleta (Cañadas, 1908),99 San José-Las Amarillas (Mextica- cán, 1911),100 Los Charcos (Mexticacán, 1911)101 y Los Ruices (Yahualica, 1923)–102 las declaraciones de lesionados y testigos coinciden en la con- tingencia del hecho, en el mundo de la probabilidad podría ocurrir que

el heridor pudiera hacer pasar lo intencional por accidental pues en el Corazón Latinoamérica musical de México caso de ser aprehendidos las penas carcelarias impuestas eran suma- 461 mente soportables. El 24 de enero de 1898 Antonio Mendoza, alcalde único constitucional de Mexticacán, condenó a 10 días de prisión a Pas- cual Gómez por haber lesionado a Luis Covarrubias en una diversión de baile con motivo del matrimonio entre Ruperto Núñez y Eleuteria Me- jía, celebrada el 18 de noviembre de 1897 en el rancho de Los Charcos, pues “al acabar de bailar un jarabe sacó una pistola que portaba y tiró un balazo al viento” sin más intención que manifestar gusto y al bajarla se le fue otro hiriéndolo en una pierna. Por otra parte, en febrero de 1924, Mónico Gómez sólo fue condenado a sufrir 7 meses de arresto en la Pe- nitenciaría del Estado por el homicidio accidental de Ignacio Cruz, que cometió el 27 de marzo de 1923 en Los Ruices en una fiesta que “se de- sarrolló en medio de una desbordante alegría, alternando con el maria- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

94) AJMM, Criminal contra quien haya herido a Zeferino Gómez y Praxedis Mejía. Año de 1891, fs. 1r-6v. 95) AJMM, Criminal contra Pascual Gómez, por delito de lesiones. Año de 1897, fs. 1r-28r. 96) AJMM, Criminal contra Basilio y Anastacio López, por lesiones. Año de 1900, fs. 1r-7. 97) AJMCO, Criminal contra Matías Anaya por lesiones. Año de 1901, fs. 1r-6r. 98) AJMM, Criminal contra Vicente Ponce, por el delito de lesiones. Año de 1905, fs. 1r-11r. 99) AJMCO, Criminal instruida contra el que aparezca responsable de la lesión sufrida por Juan Gómez. Año de 1908, fs. 1r-10r. 100) AJMM, Criminal contra quien haya herido a Petra González. Año de 1911, fs. 1r-3v. 101) AJMM, Criminal contra Emeterio Torres, por el delito de lesiones. Año de 1911, fs. 1r- 3v. 102)El Informador. Guadalajara, 7 de febrero de 1924. chi que la amenizaba, algunos tañedores de guitarra en la cual se acom- pañaban típicas canciones”. Los otros heridores huyeron de la escena y nunca se les volvió a molestar. Existen tres patrones claramente definidos para los delitos de lesio- nes y homicidios accidentales: 1º. Un individuo regocijado por la diver- sión, el baile y la música, ebrio o no, tiraba al viento algunos balazos y, al bajar el arma, se le iba un tiro hiriendo a uno de los concurrentes; 2º. En la apretura de la multitud alguien tocaba el percutor de una pistola y ésta se disparaba; y 3º. La pistola estaba descompuesta y se accionaba sola. Las diversiones además cumplían otras funciones criminales: ser- vían a los bandidos y ladrones para organizarse y para encubrirse. Apre- hendidos por los comisarios de cuartel, jueces de acordada o retenes

Juan Frajoza militares, los delincuentes aseguraban a las autoridades judiciales que 462 era imposible haber ocurrido a los asaltos de arrieros, viandantes o ca- sas-habitación por haber estado gozando del fandango: el 13 de mayo de 1835 fueron asaltados en el rancho de Catachimé los arrieros de No- chistlán Ignacio García y Santiago Rodríguez, así como sus cargadores y atajadores, quienes regresaban de Peribán (Michoacán). Los reos San- tiago Díaz, Sebastián Navarro y Rito López negaron el cargo de robo con asalto, manifestando que la noche de los acontecimientos se encontra- ban en un fandanguito que se realizó en las afueras de la casa de José María Lomelí, en Cañadas, y que luego de haber disfrutado de la diver- sión se habían ido a dormir a sus respectivos domicilios. Sin embargo, al ser aprehendido otro de los cómplices, el albañil Antonio Valadez, éste confesó llanamente que no era cierto habían estado toda la noche en el fandanguito, sino que allí se reunieron y luego Gutiérrez les dijo habrían de ir a asaltar a los arrieros, como así lo verificaron.103 Ladrones que hur- taban una coyunda para mantener a su hambrienta familia hasta cuadri- lleros de camino real, al ser aprehendido negaban los cargos tratando de eludir la justicia y más tarde se descubriría, a través de las declaracio- nes de testigos o confesiones llanas, que mentían.104 IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) 103) AJMCO, Testimonio de la causa de Santiago Díaz, Sebastián Navarro, Rito López y so- cios, por robo. Año de 1835, fs. 1r-19v. 104) AMHTM, C19II-Exp18-F2, fs. 1r-18v; AMHTM, C27II-Exp29-F3, f.1r-5v; AMHTM, C30II- Exp8-F3, f. 7r y 9v-10; AJMM, Acta formada contra Francisco Lozano y León Alvarado, por delito de robo abigeo. Año de 1871, fs. 5r-15r; AJMM, Acta formada contra Nor- berto Ladín, por indicios de robo. Año de 1871, fs. 1r-4v; AJMM, Criminal contra Fran- cisco Ruvalcaba, por delito de allanamiento de morada. Año de 1891, fs. 3v-4r; AJMM, Criminal contra Isidro y Reyes Martínez, por evasión de un reo. Año de 1897, fs. 1r- 23r;AJMM, Criminal contra Pomposo Gómez, por delito de robo. Año de 1902, fs. 3r-v. Retirada

Si piensas irte con otro, tu voluntad es muy libre; nomás conmigo no cuentes, busca otro de tu calibre.105

El hombre y la mujer de buenas costumbres, según se infiere del implí- cito discurso de las ordenanzas, debían convivir en diversiones moral y socialmente rectas proporcionadas por la Iglesia y el Estado: juegos pú- blicos benignos como la lotería, músicas de los más selectos autores sin tinturas picarescas subidas de tono y alejadas de la exaltación de las valentonadas de los criminales. Para combatir la inmoralidad de las le-

tras de las canciones populares y la fogosidad criminal de los cantares Corazón Latinoamérica musical de México de bandidos, la Iglesia a través de las cofradías apoyó la creación de las 463 bandas de viento. Tenemos conocimiento que por lo menos desde 1849 en Tepatitlán había una y que “el director de la música de viento sirve el destino de organista [de la parroquia]”; su sueldo era pagado por la cofradía del Divinísimo Señor Sacramentado.106 En Arandas, desde fi- nes de noviembre de 1856 el organista Gregorio Ramírez “comenzó con los primeros coros y grupos de alientos”.107 El binomio diversiones-mú- sicas populares representaban lo bajo, lo pernicioso, lo criminal, y, por lo tanto, debía ser extirpado como un cáncer o por lo menos contro- larse en lo posible para bien de la patria y el alma. En cambio, las ma- nifestaciones de la élite representaban lo moral y socialmente correcto, las buenas costumbres, lo civilizado. En este sentido, el combate de lo popular-vulgar estimulaba no sólo la modernización de las conciencias, sino un futuro más prometedor y pacífico. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

Addendum quintum El 13 de marzo de 1848, al entregar bajo estricto inventario el maestro don José María Melchor al cura de Jalostotitlán, bachiller Juan Onofre Ramírez de Olivas, los instrumentos y archivo de la banda de música sostenida por los fondos parroquiales, se consignan los siguientes datos. El instrumental consistía en: una oficleida, con una sola muy [¿?]; un es- trombol con remuda en buen estado de servicio, dos trompas marinas con

105) CD Mariachi antiguo de los Altos de Jalisco. Guadalajara, Gobierno del Estado de Ja- lisco, 1998, 11. Petrita. 106) AMHTM, C30II-Exp5-F3, fs. 22v-23r. 107) César Hernández Ramírez. 150 años de la banda de música. S.p.i, p. 9. 11 tonos cada una, dos bugles completos, cuatro clarinetes en estado de servicio, un requinto, un flautín, una tambora y un redoblante. Los integrantes de la banda eran: José María Melchor, preceptor; Fran- cisco González, requinto; Felipe Neri González, primer clarinete; Ramón Flores, segundo clarinete; Magdaleno Hernández, segundo clarinete; Se- vero Gutiérrez, tercer clarinete; Vicente Lomelín, flautín; Estanislao Becerra, primer bugle; Pelagio Gutiérrez, segundo bugle; Eusebio Gutiérrez, primer trompa; Antonio Lupercio, segunda trompa; Rosario Rentería, estrombol; Cayetano de la Cruz, oficleida; Margarito Hernánez, tambora; José María Navarro, redoblante; y Jesús Bata, tambora. Se contaban con los siguientes “papeles”: la obertura de la ópera Robert le Diable (1831), de Giacomo Meyerbeer (1791-1864); la obertura de la comedia Le verre d’eau (1840), de Eugène Scribe (1791-1861); el Dúo de

Juan Frajoza Maumé; una obertura del alemán Joseph Küffner (1776-1856); la ópera El 464 barbero de Sevilla (1816), de Gioachino Rossini (1792-1868); la segunda caballería de Las bodas de Fígaro (1786), de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); la caballería de Guillermo Tell (1829), de Rossini; el aria de la ópera L’equivoco stravagante (1811), de Rossini; la ópera El engaño feliz (1812), de Rossini; el vals El turco en Italia (1814), de Rossini; los juegos de cuadrillas de El lucero y El meco; los valses de La Lupita, La copa de oro, El préstamo forzoso, Jobin y El protector; La pequeña serenata nocturna (1787), de Mozart; una marcha de La iniciativa; un alegro; la caballería y el dúo de la ópera Belisario (1836), de Gaetano Donizetti (1797-1848); Dulce amor y Guardia nacional; una misa compuesta por don José María Romero; Cara de los sacerdotes y Las tres horas del Viernes Santo.108

Sin embargo, el pueblo se defendió y no dejó llevar al matadero de las cabras pasivamente sus prácticas y sus formas de socializar. Con- tinuaron reproduciendo sus costumbres y luchando por mantenerlas: el 12 de diciembre de 1868, luego de prohibir bajo penas gubernativas Alfonso Azco, el director político de Atotonilco el Alto, los paseos noc- turnos con música llamados vulgarmente gallos, un grupo sacó uno y lo caminó por la misma calle donde vivía el director, mientras sus com- ponentes gritaron a voz raspada que la licencia para realizar aquello la IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) traían en los resortes de sus revólveres.109 Otras prácticas como los velorios de párvulos, que por lo menos desde 1827 fueron prohibidos por inmorales, continuaron realizándose

108) AHAG, Sección Gobierno, Serie Parroquias, Jalostotitlán, Caja 3, Inventario de los ins- trumentos y archivo de papeles que entrega el maestro D. José María Melchor al señor cura Br. D. Juan Onofre Ramírez de Olivas. Año de 1848, fs. 1r-2r. 109)El Boletín Judicial. Guadalajara, 17 de julio de 1869. a pesar de las multas gubernativas. En Teocaltiche, aún en la primera dé- cada del siglo XX, el velorio de párvulos se desarrollaba según el rito funerario tradicional. Cuando moría el párvulo, exclusivamente entre las familias del pueblo llano, no se guardaba luto alguno, antes bien la defunción era motivo para ponerse de fiesta. El párvulo era vestido de santo, y cuando lo era de San José, se le ponía vara y manto. En la mi- tad de una pieza cubierta por muselina, para tenderlo era colocada la mesa de la cocina, poniéndose por debajo, para recoger el “cáncer” que emanaba del cadáver, un platito con cebolla. Los familiares y vecinos esquilmaban sus patios, para cubrirlo de flores y se viera más galante y presentable el difuntito. Flores de innegable simbolismo eran las im- prescindibles: nomeolvides, siemprevivas e hinojos. Los padres y padri- nos, dentro de sus posibilidades económicas, compraban comida como

si aquello fuera boda y, a fin de cuentas, aquello derivaba en una buena Corazón Latinoamérica musical de México borrachera y un gran jolgorio, con todo y baile. No se rezaba ni el rosario, 465 porque el difunto automáticamente había ganado el cielo. Ya para irse el panteón el cortejo, a la mesita se le colocaban unos arcos de vara ador- nados con papel de china, un hombre con un yagual cargaba la mesa por el centro, agarrando las patas para tenerla equilibrada. A la comitiva “la acompaña[ba] alguna murga o música de viento” y por delante iban unos muchachos con tizones encendidos tirando cohetes, para ayudar a que se abriera la Gloria. Llegando a la sepultura, se amortajaba el ange- lito, colocándose en su caja; luego se bajaba a la fosa, aventándole cada uno de los concurrentes un puño de tierra. Para concluir, se colocaba la cruz, las coronas y los ramos de flores sobre la tumba.110 Allá en la tierra hundida de las barrancas del río Verde, se les can- taba el siguiente parabién: Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias Ya llegó la hora y el dichoso día que esta alma se fue a ver a María. Como palomita al cielo voló, luego San Pedro las puertas le abrió. Tu cuerpo está yerto, velándote están, de Dios en el cielo el pago tendrán. Y luego que entró vido a San Miguel pesando las almas que salgan al fiel. Y luego que este ángel con María se vio, para sus padrinos campo le pidió. –En el cielo tienen su campo escogido,

110) Manuel J. Aguirre. Teocaltiche en mi recuerdo. Romances, leyendas, recuerdos y tradi- ciones de mi tierra. México, Editorial B. Costa Amic, 1958, pp. 115-118. de ángeles rodiado, de flores cubrido. –En el cielo están de ángeles los coros haciendo oración, pidiendo por todos. Dichosos padrinos que te bautizaron, que al pie de la pila el Credo rezaron. –Dichosos padrinos –dice San José–, que te bautizaron y te dieron la fe. –Dichosos padrinos –dice San Miguel–, con faja y rosario cumplen su deber. Y les dice el padre: –Quedan entendidos que a falta de padres tienen sus padrinos. –Les digo a mis padres no me estén llorando, que allá en el cielo gracias estoy dando.

Juan Frajoza –Les digo a mis padres no lloren por mí. 466 ¡Qué dicha tan grande la que hoy recibí! –No me estén llorando, les estoy diciendo, que en el alto cielo los estoy pidiendo. Dichosos padrinos que te bautizaron, con corona y palma al cielo te enviaron. –Adiós, mis padrinos, adiós mis hermanos, adiós padre y madre que alegres quedaron.111

Prohibir, vigilar y reprimir el binomio diversiones-músicas popu- lares era, desde la óptica de las autoridades políticas y judiciales, re- presentantes del Estado y la élite, a su vez obstaculizar y disminuir la inmoralidad y criminalidad imperante en la región durante el siglo XIX y principios del XX. Las ordenanzas prohibitivas o vigilativas ocultaban la función, a través de penas gubernativas pecuniarias, de reclusión u obras públicas, de proteger de la espiral descendente a los individuos que eran proclives al delito. Si ladrones, tahúres, ociosos, asesinos, cua- drilleros de camino real y vagos estaban tan íntimamente ligados a los fandangueros, una forma de combatirlos, además de perseguirlos, apre- sarlos o eliminarlos, era estrechar y vigilar los espacios populares de convivencia donde, excitados por las bebidas embriagantes, se reunían IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) no a divertirse en sano esparcimiento sino a hacer presentes sus instin- tos más bajos, siempre perjudiciales para la paz y el orden público. Soca- var los ámbitos de la diversión popular era, por consecuencia, quebran- tar los espacios de la inmoralidad y la criminalidad.

111) Juan Frajoza. “Ritos funerarios en los Altos de Jalisco”, en Desarrollo Cultural, Ed. 404. Tepatitlán de Morelos, 2012, p. 26. Fuentes consultadas 1. Archivos 2. Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara (AHAG) 3. Archivo Histórico de Jalisco (AHJ) 4. Archivo Histórico de San Miguel el Alto (AHSMA) 5. Archivo del Juzgado Menor de Cañadas de Obregón (AJMCO) 6. Archivo del Juzgado Menor de Mexticacán (AJMM) 7. Archivo Municipal e Histórico de Tepatitlán de Morelos (AMHTM)

Periódicos 1. El Boletín Judicial 2. El Informador 3. El Pobre Diablo

4. Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas Corazón Latinoamérica musical de México 467 Fuentes secundarias 1. Aguirre, Manuel J. Teocaltiche en mi recuerdo. Romances, leyendas, recuerdos y tradiciones de mi tierra. México, Editorial B. Costa Amic, 1958. 2. Chamorro Escalante, J. Arturo. Mariachi antiguo, jarabe y son. Símbolos compartidos y tradición musical en las identidades jaliscienses. Guadalajara, El Colegio de Jalisco, 2000. 3. Díaz Arias, Daniel. “Producción e intercambio de música popular en la feria de San Juan de los Lagos durante el siglo XIX”, en Memorias del coloquio. El mariachi, patrimonio cultural de la humanidad de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadalajara, El Colegio de Jalisco-Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2013. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 4. “Entremés del zapatero”, en Los coloquios de don Sabino de Ezequiel Hernández Lugo (compilador). Guadalajara, Centro Universitario de los Lagos, 2004. 5. Frajoza Juan. “Ritos funerarios en los Altos de Jalisco”, en Desarrollo Cultural, Ed. 404. Tepatitlán de Morelos, 2012. 6. Hernández Ramírez, César. 150 años de la banda de música. S.p.i. 7. Jáuregui, Jesús. El mariachi. Símbolo musical de México. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Editorial Taurus, 2008. 8. _____. “La plegaria musical del mariachi. Velada de minuetes en la catedral de Guadalajara (1994). Con 8 adenda”, en Expresiones musicales del Occidente de México de Daniel Gutiérrez Rojas (coordinador). Morelia, Morevallado Editores, 2011. 9. Martínez de la Rosa, Alejandro. “Las mujeres bravas del fandango. Tentaciones del infierno”, enRelaciones , 133. Zamora, El Colegio de Michoacán, 2013. 10. Ochoa Serrano, Álvaro. Manual del mariachi. Guadalajara, Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2013. 11. _____. Mitote, fandango y mariacheros. Guadalajara, El Colegio de Jalisco-Universidad de Guadalajara, 2005. 12. Reglamento que el Ayuntamiento de Mesticacán, ha expedido fijándoles sus atribuciones á sus Comisarios de policía. Guadalajara, Tip. de Dionisio Valderrama, 1878. 13. Reynoso Rábago, Alfonso. “Algunas creencias de los indios de San Gaspar en un manuscrito del siglo XVII”, en Memoria Escrita de mi Tierra, Año I, Nº 1. Jalostotitlán, 2012.

Juan Frajoza 14. Rulfo, Juan. “El gallo de oro”, en Toda la obra. España, Ediciones 468 Unesco, 1996. 15. Vázquez Santa Anna, Higinio. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo II. México, Editorial Botas, 1953. 16. Yáñez, Agustín. Discursos por Jalisco. México, Editorial Porrúa, 1958. 17. _____. “Portón y patio de ingreso a viejas haciendas”, en Haciendas de Luis Sandoval Godoy. Guadalajara, Taller Editorial La Casa del Mago, 2008. 18. _____. Yahualica. Etopeya. México, Ediciones Cámara de Diputados, 1946. 19. Entrevistas 20. J. Jesús Gutiérrez Pulido, Mexticacán, 15 de agosto de 2012. 21. Discografía 22. El canto cuamilero de Mexticacán (2012). Canciones y corridos. Yahualica de González Gallo, Centro de Estudios Históricos de la Caxcana, 2012. 23. Mariachi antiguo de los Altos de Jalisco. Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, 1998. 24. Música campesina de los Altos de Jalisco. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2002. IV.2. Tahúres, fandangueros y criminales en los Altos de Jalisco (1821-1921) IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920)1

Juan Frajoza Centro de Estudios Históricos de la Caxcana México Corazón Latinoamérica musical de México Invocando las últimas noticias que a nosotros ha acercado la murmura- 469 ción tras bambalinas, entre los novísimos estudiosos de la música nor- teña mexicana mucho se ha discutido sobre la pertinencia de incluir o excluir del análisis las fuentes archivísticas y hemerográficas. En este pre- ciso instante una enconada trifulca de tendejón hace temblar las cuerdas más sensibles de la academia: los detractores del expediente y el perió- dico afirman asidos a un rancio prejuicio que estas fuentes poca substan- cia contienen para comprender el génesis, desarrollo y condiciones bajo los cuales la norteña en el transcurso del siglo XX se cristalizó en la mú- sica popular identitaria no sólo del Norte del país en general, sino en la representativa de la Revolución, los migrantes y el sector obrero nacional. La otra facción, por supuesto, disiente de esta perspectiva. Lo obvio y ganancial de esta contradicción de expectativas e inte- reses es que por fin, luego de haberse mantenido durante décadas en Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias manos de antojos localistas, la música norteña ha despertado el interés de los investigadores. Esto, en consecuencia, no sólo ampliará nuestro conocimiento sobre esta tradición musical popular, sino de los múltiples satélites que giran en rededor suyo. En nuestro caso, según lo ha demostrado pormenorizadamente Je- sús Jáuregui en su ineludible estudio sistemático sobre el mariachi, veni- mos a manifestar que la historia de la música norteña es incomprensible sin el análisis de fuentes categóricas como lo son la nota periodística y la documentación emanada de autoridades políticas, eclesiásticas y judi- ciales, pues a través de ellas no sólo es posible refutar las endebles ase-

1) El presente texto originalmente fue presentado como ponencia en el Primer Coloquio Internacional de la Música Norteña, realizado en mayo de 2014 en Tacámbaro (Mi- choacán) y organizado por el doctor Luis Omar Montoya Arias. veraciones localistas, sino traer a escena una serie de inaugurales cues- tionamientos: ¿cuáles fueron, durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, las rutas comerciales acostumbradas para intro- ducir el acordeón y el bajo sexto al Noroeste y Noreste?, ¿de dónde pro- cedían?, ¿quiénes los comercializaban?, ¿cuál era su costo al público?; por otra parte, antes de la popularización de estos instrumentos, ¿cuá- les otros eran los predominantes?, ¿por qué en las tierras norteñas tuvo mayor aceptación el acordeón?, ¿cuáles fueron las músicas y bailes des- plazados a raíz de la popularización de la polka, la redova, el vals, la mar- zurca y el chotis?, ¿cuáles subsistieron? Contestar estos preliminares cuestionamientos no sólo dilucidará las condiciones reales –culturales, políticas, económicas, sociales– en que surgió la música norteña mexicana, sino que a su vez irá formando

Juan Frajoza marcos analíticos temporales y nuevas interrogantes derivadas, no por 470 ello menos significativas. Por nuestra actual carencia de datos suficientes y concluyentes para contestar las preguntas inaugurales en su conjunto, nos volcaremos en algunas de las relativas al acordeón, para dar al traste con la cardinal inconsistencia en la que devienen los localistas al tratar de explicar el origen y desarrollo de la música norteña: en lugar de pen- sarla como un complejo proceso que involucró distintos contactos cultu- rales, sociales y económicos, para cerrar o eludir el embarazo convocan a esta tradición musical como de cuasi generación espontánea. Valga la siguiente cita para englobar muchas otras similares:

Es alrededor de a mediados de los treinta de este siglo [XX] cuando se em- pieza a desarrollar lo que se ha clasificado como Música Norteña, la cual se caracteriza por el maravilloso sonido del Acordeón. Durante esos años se estableció en el sur del estado de Texas, EUA, una colonia de alemanes que trajeron consigo dicho instrumento. Su influencia se dejó sentir en Ta- maulipas, Sonora, Baja California y Nuevo León. En este último, la música IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) de acordeón fue adoptada de inmediato en el municipio de los Herreras, tardando un poco más en adentrarse en el gusto de todo público, ya que en primer término fue música destinada solo de cantinas. Se reconoce como primer acordeonista nuevoleonés a Narciso Martínez, mejor conocido como el Huracán del Valle, quien precisamente en el va- lle de Texas aprendió a tocar este instrumento. En su camino de emigrante conoció al saxofonista Beto Villa y uniendo sus soledades en tierras no pro- pias, grabaron una polka a la cual dieron el nombre de Monterrey.2

2) Silvia Elena Gutiérrez Islas. Corridos y canciones de Nuevo León. Monterrey, Universi- dad Autónoma de Nuevo León, 1996, p. 15. Un instrumento novedoso y difícil El acordeón, instrumento mecánico símbolo de la industrialización occi- dental, fue introducido al país desde finales de la primera mitad del si- glo XIX por las casas comerciales deseosas de ofrecer a la élite los más finos productos y los novedosos y complicados artilugios europeos, lle- gando los embargues a los dos puertos más importantes de la costa at- lántica: Veracruz y Tampico. Si al primero, los acordeones eran distribui- dos en la Ciudad de México y Guadalajara; si al segundo, en Monterrey, Saltillo, Durango y San Luis Potosí. De Francia, a la par del acordeón, eran importados vinos tintos y blancos, quesos, champagne, coñac, armóni- cos, entre otras exclusivas mercancías. Tenemos conocimiento que el 10 de diciembre de 1843 arribó a Veracruz un cargamento en la barca Duvi- vier, conducido desde Le Havre; en la noticia se consignan tres cajas de 3

acordeones para los hermanos Adoue. El 23 de julio de 1845 entró al Corazón Latinoamérica musical de México propio puerto la barca Junne Nelly, que había salido de Le Havre, con- 471 signándose una caja de acordeones para Charles Larousse.4 Por otra parte, en Tampico fondeó el 16 de octubre de 1848 el buque Elisa, que había salido de Bordeaux, señalándose en la noticia del cargamento al señor Pablo Sastre y Mazas una caja de acordeones.5 A mediados de octubre del siguiente año, el propio Sastre y Mazas recibió del buque Hippolite Adolphe, salido de Bordeaux, un cargamento de finas mer- cancías, entre ellas un órgano y un acordeón.6 Asimismo, en enero de 1850 ancló en la costa tamaulipeca el buque Sedi-Ally, a cargo del capi- tán Despujols, entregándose a los señores Dickinson y García acordeo- nes y otros efectos.7 Circunstancialmente también el acordeón fue introducido al país durante la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848). El histo- riador Justin H. Smith (1857-1930) consigna en su tendenciosa obra que, Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias en 1847, “One soldier used to sit cross-legged in the square of Monte- rey, and play his rickety accordion for the benefit of the populace [Un sol- dado solía sentarse con las piernas cruzadas en la plaza de Monterrey, y tocaba su raquítico acordeón para beneficio de la población]”.8 cabe

3) El Siglo Diez y Nueve. México, 26 de enero de 1844. 4) El Siglo Diez y Nueve. México, 21 de agosto de 1845. 5) El Siglo Diez y Nueve. México, 17 de diciembre de 1848. 6) El Siglo Diez y Nueve. México, 14 de diciembre de 1849. 7) El Siglo Diez y Nueve. México, 16 de marzo de 1850. 8) Justin H. Smith. The War with Mexico, Vol. II. New York, The MacMillan Company, 1919, p. 213. mencionar que Alexander M. Mitchell, gobernador y comandante de las tropas americanas en Monterrey, el 6 de abril de 1847 prohibió la venta de licores embriagantes, toda clase de juegos y “los bailes públicos lla- mados ‘fandangos’”.9 Dos años más tarde, desde el puerto de Mazat- lán, sin especificarse su procedencia, fueron enviados a Guaymas algu- nos acordeones que guió G. Boston a un tal Ortiz.10 En la famosa feria de San Juan de los Lagos, centro medular del comercio interior del país durante el siglo XIX, a la que asistían “desde tratantes de ganado tamaulipecos hasta vendedores de lujosos artí- culos franceses, pasando por los libreros de la Ciudad de México, los productores de textiles poblanos [y] los importadores de ferretería estadounidense”,11 también era posible adquirir el novedoso instru- mento musical.

Juan Frajoza Tres años más tarde, en 1855, los dueños de la Mercería y Librería 472 del Gran Lavalle, sita en la calle del Coliseo Viejo número 25 de la Ciu- dad de México, deseosos de ofrecer un testimonio de gratitud a los nu- merosos compradores que tenían a bien honrarlos con su confianza, re- solvieron que a cada persona desde el 6 de febrero que comprara en la casa comercial por valor de cinco pesos de una vez en uno o varios ob- jetos, se le regalaría un billete para participar en una tómbola que ten- dría lugar el 30 de abril del propio año. diez fueron los objetos ofrecidos en la rifa, entre ellos “un acordeón de doce voces dobles”, valorizado en doce pesos.12 En pleno período de intervención francesa, para mofarse del capi- tán invasor Billot –quien se introduciría a Durango y Chihuahua con las fuerzas militares a su mando–, en La Chinaca, periódico de la Ciudad de México, se publicaron unos versos sardónicos en que también es men- cionado el instrumento:

Venir tenderos IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) Vendiendo aroz [sic],

9) Archivo Histórico de Monterrey (en adelante, AHM), Fondo Monterrey en el Gobierno Interino, Sección Guerra México-Estados Unidos- Serie Decretos y Reglamentos, Co- lección 6 Guerra México-EEUU, Volumen 1-Expediente 8, f. 8r. 10) El Monitor Republicano. México, 7 de febrero de 1849. 11) Daniel Díaz Arias. “Producción e intercambio de música popular en la feria de San Juan de los Lagos durante el siglo XIX”, en Memorias del coloquio. El mariachi, patri- monio cultural de la humanidad de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadala- jara, El Colegio de Jalisco-Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco-Consejo Nacio- nal para la Cultura y las Artes, 2013, p. 306. 12) El Universal. México, 23 de abril de 1855. O á la cocina De Marmiton, O panadero Roto el calzón, O bien un mono O un acordion; Y luego gentes, Gentes de pró, Diciendo al pueblo Bruto y ladrón: ¿Quién lo tolera Mr. Billot?13

Años más tarde, el 4 de noviembre de 1868, la Imprenta Litera- Corazón Latinoamérica musical de México ria a cargo de M. Guzmán, localizada en la ciudad de Mérida, comuni- 473 caba a los lectores de La Razón del Pueblo que se encontraba a la venta un “Acordión de muy poco uso y que se halla por consiguiente en muy buen estado; sus voces son muy buenas, tiene dos órdenes de lengüe- tas y ocho registros, con inclusión del Trémolo”.14 Al año siguiente el dueño de la Mercería de la Bella Unión, situada en la esquina de las ca- lles de la Pala y Refugio de la Ciudad de México, habiendo regresado a París anunció en la prensa capitalina a sus favorecedores y público en general que estaba enviando novedosos efectos por todos los vapores que desde Francia arribaran a México, ofreciendo a los consumidores, a los precios más bajos del mercado, “gran surtido de acordiones”.15 Los datos que hasta el momento nos hemos allegado indican que a partir de la década de 1870 las introducciones de acordeones a México a través de los puertos de Tampico y Veracruz fueron más numerosas y Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias los precios más accesibles al público en general. Este fenómeno comer- cial no debemos pensarlo desde una perspectiva del mejoramiento de los métodos de fabricación y la consecuente disminución de costos de producción, sino desde el de la cada vez más frecuente introducción directa desde Alemania, donde se localizaban las principales fábricas, predominantemente en Hamburgo según nuestros indicadores. Clara- mente dos cuestiones incidieron para que los comerciantes franceses paulatinamente perdieran la preponderancia en la introducción del ins- trumento: la restauración de la república y el establecimiento de sucur-

13) La Chinaca. México, 11 de agosto de 1862. 14) La Razón del Pueblo. Mérida, 4 de noviembre de 1868. 15) El Siglo Diez y Nueve. México, 19 de diciembre de 1869. sales de casas comerciales con fuertes nexos con Alemania, las cuales lo mandaban pedir directamente de las fábricas, reduciéndose los in- termediarios.16 Esto, en consecuencia, disminuyó el costo al público, y mediante una constante propaganda, su popularización. Desde esta dé- cada el acordeón ya no se presentará como una mercancía elitista, sino como un instrumento melodioso de fácil manipulación, ligero, moderno. Cabría aquí preguntarse por qué su popularización fue más común en el Noroeste y Noreste, substituyendo a los instrumentos melódicos tradi- cionales como el violín, y no por ejemplo en la zona nuclear del mariachi, aunque sí se tiene conocimiento de su utilización en el actual estado de Nayarit a finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. La Gran Mercería del Gallo, propiedad de Max A. Phillipp y Com- pañía, fue la negociación que más introducciones de acordeones hizo

Juan Frajoza a México desde Alemania en estos años. Ésta tenía sucursales en las 474 principales ciudades del país, además de en Londres, París, Viena, Ham- burgo, Praga y New York. El grueso de las mercancías eran transporta- dos en las embarcaciones de la West India and Pacific Steamship Com- pany (Limited), que hacían viajes directos entre Liverpool y Veracruz con escala en New Orleans y Tampico.17 Además del acordeón, en las su- cursales establecidas en suelo nacional y en las múltiples mercerías que surtía, se podía encontrar al por mayor y al menudeo desde la dinamita de Nobel hasta métodos de solfeo, por varios autores; métodos para to- dos los instrumentos, piezas de música instrumentadas para orquesta y para banda militar, un surtido de toda clase de instrumentos y acceso- rios como violines ordinarios, entrefinos y finos, clarinetes octavinos, fla- geolets, cornetines, saxores, barítonos, bajos, figles, bombos, platillos, serafinas para iglesia, cajas de música para salón, cajitas de música para niños, organillos de ocho piezas, guitarras, redoblantes, papel de mú- sica para orquesta y para partitura, cuerdas armónicas superiores para todos los instrumentos, cañas, boquillas y todo lo que en cuestiones mu- IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) sicales se pudiera imaginar el hombre occidental.

16) El Correo de Comercio. México, 8 de noviembre de 1871; La Iberia. México, 19 de no- viembre de 1871; La Razón del Pueblo. Mérida, 22 de septiembre de 1873; El Siglo Diez y Nueve. México, 24 de noviembre de 1877; La Colonia Española. México, 15 de octubre de 1878; El Siglo Diez y Nueve. México, 19 de julio de 1879; El Siglo Diez y Nueve. México, 24 de septiembre de 1879; El Siglo Diez y Nueve. México, 31 de julio de 1880; El Siglo Diez y Nueve. México, 16 de junio de 1881. 17) El Correo de San Luis. San Luis Potosí, 7 de diciembre de 1884. México Corazón Latinoamérica musical de México 475

Otras negociaciones importantes que también mandaban pedir multitud de instrumentos musicales, así como música impresa a distintas latitudes de Europa, eran las siguientes: la de los Sucesores de H. Nagel, la de Adolfo Schultze, la de Bilanesu, Casson y Compañía, la de P. Borne- sue y la Casa Wagner y Levien.18 Aunque en mucho menor medida, tam- bién desde San Francisco (California, EUA) era transportado por barco un reducido número de acordeones para cubrir la demanda que se te- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias nía de este instrumento en Mazatlán, Culiacán Rosales y sus alrededores. Cabe mencionar que en 1885 fueron detenidas varias mercancías en el puerto de Altata, al descubrirse en la aduana que los documentos que las amparaban no estaban del todo conformes, “faltaban puntos y co- mas”. Los indignados redactores de El Campagnone, periódico de Ma- zatlán, un año más tarde refirieron que:

18) El Siglo Diez y Nueve. México, 6 de agosto de 1881; El Municipio Libre. México, 6 de octubre de 1881; El Siglo Diez y Nueve. México, 20 de diciembre de 1883; El Siglo Diez y Nueve. México, 29 de diciembre de 1884; El Siglo Diez y Nueve. México, 16 de abril de 1885; El Siglo Diez y Nueve. México, 15 de mayo de 1885; La Patria. México, 20 de junio de 1886. La casa remitente emprendió un largo y costoso pleito, ganó, como en jus- ticia correspondía y recibió ahora sus efectos de orden del actual admi- nistrador de la Aduana, que es persona más sensata que lo que muchos creen. Resulta ahora, que las cucarachas, las ratas y varios bípedos se han permi- tido comer las etiquetas, regar los cartuchos metálicos para pistola, y tocar el acordeón. Así lo indica el estado en que el dueño vencedor recibió su cargamento averiguado y es un gusto grande el gastar su dinero en plei- tos, en sufrir grandes perjuicios y recibir después los efectos detenidos con averías rateras, extracciones de consideración y sin reclamar á nadie.19

Para abrirse mercado entre los sectores populares, las casas co- merciales además de realizar una constante propaganda en los periódi-

Juan Frajoza cos de las importantes ciudades, recurrieron a otros métodos. Los acor- 476 deones venían acompañados de manuales prácticos para que cualquier comprador pudiera internarse en los pormenores de la polka, la redova, el vals, el chotis y la mazurka, para poderlos interpretar con facilidad. Es decir, la popularización del acordeón se dio a la par de su repertorio im- plícito. Por otra parte, los anuncios insertos en la prensa refieren que a través de los varilleros –comerciantes ambulantes que iban de pueblo en pueblo ofreciendo mercancías de toda índole– se podían encargar, eliminándose en consecuencia los gastos que pudiera sufrir el compra- dor al trasladarse hasta la ciudad para adquirirlo, de contado o a plazos fijos. De esta suerte, en todo el país se estructuró rápidamente toda una red de vendedores de acordeones. En 1884-1885 la popularización del acordeón se vio reforzada no- tablemente a través del Tratado de Reciprocidad entre México y Esta- dos Unidos. Este acuerdo bilateral contempló que además de los de labranza y los científicos, otros productos americanos admisibles en te- rritorio mexicano libres de derechos aduanales eran los “Acordiones y IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) armónicos”.20 No poseemos hasta el momento datos concretos sobre la introducción del acordeón desde la frontera norte; sin embargo, a tra- vés del análisis de los fondos históricos aduanales podremos desvelar, a partir de las cantidades introducidas y la frecuencia de introducción, cómo influyó el sur de Estados Unidos en la consolidación de la música norteña mexicana. Sabemos que los intercambios culturales, sociales y económicos entre estos países a través de la frontera fueron múltiples,

19) El Nacional. México, 24 de febrero de 1886. 20) El Fronterizo. Tucson, 6 de abril de 1883; El Monitor Republicano. México, 8 de marzo de 1883; El Diario del Hogar. México, 27 de marzo de 1884. pero falta determinar hasta qué real punto la cultura popular de los co- lonos alemanes, polacos e italianos influyó en la popularización y con- solidación del repertorio de procedencia europea, puesto que hasta la fecha se presenta únicamente como un hermoso, elaborado y repetitivo sofisma. México Corazón Latinoamérica musical de México 477 Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

En el crepúsculo del Porfiriato, cuando ya se había consolidado el comercio y uso del acordeón en el Noroeste y Noreste del país por los precios accesibles y cómodos, la propaganda y la inclusión de manuales prácticos, llegaría a nuestro país el acordeón cuya utilización sería em- blemática en el movimiento revolucionario: el Hohner. Al igual que ya lo venían utilizado con anterioridad otras marcas, las casas comerciales anunciaban al público en general y especialmente a los varilleros que se internaban de pueblo en pueblo que “Son superiores y se venden más fácilmente que cualquier otra marca. Pídanse catálogos de los acordeo- nes Hohner, son tan buenos como los órganos [armónicas]”.21 Hohner promovió todo tipo de acordones manufacturados en sus fábricas en Alemania, desde los más corrientes y asequibles para cualquier músico popular hasta los más elegantes para los bailes de salón, es decir, “Mo- delos desde $5.00 hasta $64.00” y con “Magníficas condiciones para re- vendedores” como los varilleros.22 Juan Frajoza 478 IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920)

21) El Imparcial. México, 17 de septiembre de 1909. 22) El Imparcial. México, 15 de diciembre de 1910. Para 1910 en cualquier mercería o tienda con conexión con casas comerciales que trajeran instrumentos musicales de Europa o Estados Unidos era común encontrar acordeones de todo tipo. Cabe mencio- nar, por ejemplo, que de la tienda de don Urbano Puentes, localizada en Zacatecas, al promoverle juicio mercantil el licenciado Genaro Bo- rrego a nombre de José C. Nafarrete, entre otras mercancías se embar- garon “Dos acordiones nº 5 de tres émbolos, teclado de concha”, valuados en 16 pesos.23 En un nuevo embargo promovido por Valentín Elcoro y Com- pañía (sucesores), de San Luis Potosí, se inventariaron 7 docenas de “mú- sicas de boca” de diferentes clases y seis acordeones chicos, corrientes, valuados en 24 pesos.24

Los dedos en los botones

Como anteriormente hemos referido, la popularización del acordeón en Corazón Latinoamérica musical de México México comenzó en la década de 1870. Muy marcadamente desde la si- 479 guiente comenzaremos a localizar a miembros de los sectores minori- tarios de distintas regiones del país tocando el instrumento que hoy es alma del típico conjunto de música norteña mexicana. En julio de 1882 El Monitor Republicano, periódico publicado en la Ciudad de México, reprodujo un incidente divulgado por El Faro de Tampico que se cir- cunscribió en los siguientes términos:

El juéves [13 de julio] á las nueve de la noche, se hallaban dos negros de los de Tamos tocando un acordeón, cuando llegó un policía y les preguntó con permiso de quién andaban divirtiéndose en la calle; los interrogados contestaron que no sabían que necesitasen licencia para tal cosa; pero que no seguirían cantando ni tocando si era, el hacerlo, una infracción al bando de policía. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias En seguida nuestro auxiliar pidió á los negros el recibo que comprobara que el acordeón era suyo; los interesados dijeron que no lo tenían, pero que lo había comprado en “La Fama”; de nada sirvieron las razones, el acordeón les fué quitado á sus dueños y llevado al cuartel de la Policía Mu- nicipal.25

Cinco años más tarde, en 1887, un catrincillo de la ciudad de Mé-

23) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 30 de abril de 1910. 24) Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 25 de junio de 1910. 25) El Monitor Republicano. México, 16 de julio de 1882. Este incidente también está con- signado en: La Patria. México, 23 de julio de 1882. xico después de haber viajado en tren al puerto de Veracruz, remitió a El Nacional un artículo en que pormenorizadamente describió el viaje, la falta de alimento suficiente en las estaciones para los hambrientos y numerosos pasajeros y la maravillosa estancia que en el puerto tuvieron todos, donde un vapor alemán echó el ancla y recibió a todos los visitan- tes, “que recorrían con libertad todos sus departamentos y que eran ob- sequiados por la tripulación con una música compuesta de un acordión, una sartén tocada como tambor, un par de fierros tocados como triángu- los y el asta de una escoba y un baile; baile y música que complacieron mucho á los pasajeros”.26 El siglo Diez y Nueve nos da cuenta al año siguiente que al haberse fugado de la cárcel de Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) los extranje- ros Fleury y O’Farril, luego de haberse proveído de tortillas y agua en

Juan Frajoza una casucha situada a orillas de las vías del ferrocarril, dieron “alcance a 480 un varillero que iba tocando un acordeón, e incorporándose a éste, pro- siguieron su viaje hasta cerca de Samalayuca, llegando allí a la salida de la aurora”.27 Por estas mismas fechas en Tucson (Arizona) se anunciaba que en la Barbería de la Industria, sita en la calle de Meyer, propiedad de Susano Alcántara y Compañía, además de cortarse el pelo, hacer la barba en distintos estilos y reformarse sombreros de todas clases deján- dolos como nuevos, “También existe una modesta Orquesta compuesta de guitarra, contrabajo, violín o acordión, dispuesta á tocar donde se so- licite a $1.50 hora, al contado”.28 Para el caso de Nuevo León, además de la fotografía publicada por Alanís Tamez en que aparece un adolescente posando ante la cá- mara con un rudimentario acordeón de ocho botones para la mano derecha,29 Cavazos Garza nos informa que “En cuanto al uso el acor- deón, don Cleofás Peña y doña Porfiria Garza, su esposa, tíos de mi pa- dre, residentes en Los Lermas, en Guadalupe, ejecutaban polkas, choti- ses y redovas en ese instrumento, en la década de 1880”.30 IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) Por otra parte, el 2 de enero de 1890 se suscitó un acontecimiento en Villa Unión, población situada en las cercanías de Mazatlán, que des-

26) El Nacional. México, 8 de enero de 1887. 27) El Siglo Diez y Nueve. México, 31 de marzo de 1888. Este incidente también está con- signado en: El Monitor Republicano. México, 14 de abril de 1888. 28) El Fronterizo. Tucson, 14 de marzo de 1889. 29) Juan Alanís Tamez. Un barrio lleno de música. Historia musical de Santiago. Nuevo León, Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1998, p. 32. 30) Israel Cavazos Garza. “Carta prólogo”, en Polka. Raíces de una tradición musical de Radko Tichavsky. Monterrey, Amigos de República Checa, 2005, p. 8. encadenó el más acendrado enojo de los periódicos liberales y de los amantes del juarismo en el estado:

La noche del día 2 del presente se reunieron en la casa de Francisco Osuna, agente del Timbre, el director político de la Villa, Ignacio Sánchez; el tele- grafista, Maclovio Gómez; el preceptor municipal, Francisco González; el colector de rentas, Ignacio Enciso, y algunas otras personas de tan poco nobles sentimientos como sobra de ingratitud, para los que con sus esfuer- zos les dieron patria y libertad. Poco a poco fuese congregando el pueblo, atraído por las discordantes notas de acordiones y otros instrumentos de la categoría. Al buggy del ingeniero Gómez Peña se uncieron dos jumentos (la burla llegó hasta ese grado). En dicho buggy se colocó de pie un muchacho ves-

tido de lacre y lo más ridículamente posible, llevando en la diestra un sable Corazón Latinoamérica musical de México y en la siniestra un largo palo en cuyo extremo superior se ostentaba en un 481 cuadro el retrato de D. Benito Juárez, facilitado por el agente del timbre, Francisco Osuna. A las 9 de la noche partió la procesión, á la que concurrieron los alumnos de la Escuela municipal, obligados á lo que parece, por su profesores, e ig- norantes, como la mayor parte de los concurrentes de lo que se trataba. Di- chos alumnos y algunos hombres del pueblo, llevaban hachones de ocote para alumbrar el retrato del héroe. Al son de los acordiones, de los triángu- los y de los pitos, recorrió la procesión las calles de la Villa, gritando: “Viva Pelotas”. Hizo alto la columna en el portal de Salomé Pardo, que había sido previamente adornado con arcos y farolillos de papel de colores y ocupó la tribuna el colector de rentas Ignacio Enciso, que pronunció un discurso, en el cual por manera harto soez se insultó al Gran Juárez, ¡cuyo retrato se puso al frente del orador de esquina para que recibiera todos los insultos! Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias ¡Necios manifestantes, que creyeron manchar con su inmunda baba a un héroe! El discurso terminó con estas o parecidas palabras: “Queda comisionado mi compadre (Maclovio Gómez) para destruir ese borrón (señalando el re- trato de Juárez)”. Inmediatamente el cuadro fue bañado con petróleo y… la infamia se con- sumó. Mientras ardía el retrato de Juárez, convertido en judas, los acordiones y los pitos tocaban nuestro Himno Nacional, se lanzaban cohetes al aire, tro- naban las cámaras, corrían ardiendo las tortuguillas y otros juguetes piro- técnicos y gozaban en su obra los… ingratos.31

31) El Siglo Diez y Nueve. México, 21 de enero de 1890. Este incidente también está con- signado en: El Nacional. México, 24 de enero de 1890. El maridaje entre el acordeón y los instrumentos de cuerda popu- lares también ocurrió durante este etapa, puesto que el primero no fue sino un sucedáneo del violín, principalmente. Es decir, desapareció el violín pero no la instrumentación tradicional de los conjuntos. Esto lo hace un tanto notorio el caso de Tucson en que Alcántara ofrece una pe- queña orquesta compuesta de guitarra, contrabajo, violín o acordeón; pero también poseemos otros casos, lo cual nos hace preguntarnos si realmente la música norteña mexicana nació bajo la unión del acordeón y el bajo sexto, o si este último a su vez substituyó a la guitarra en el transcurso de las primeras décadas del siglo XX. He aquí otro caso en que acordeón y guitarra aparecen juntos, interpretándose música po- pular: el 23 de abril de 1896 la corbeta mexicana Zaragoza zarpó del puerto de Guaymas para recorrer el mundo y mostrar el valor y destreza

Juan Frajoza de los 153 marineros mexicanos que la tripulaban. En ella iba como mé- 482 dico oficial de la expedición Carlos Glass, quien se encargaría de realizar algunos apuntes. El facultativo refiere que durante el viaje:

Los marineros reunidos en grupos sobre la jarcia, el combés y el castillo; sobre las bordas, provistos de acordeones y guitarras, echando bocanadas de humo de sus pipas, entonaban canciones sentimentales, de su país, na- cidas entre bosques de palmeras y frondas de helechos, y llevando en sus notas plañideras la dulce melancolía de las comarcas tropicales.32

Por otra parte, en el Archivo Histórico de Monterrey se localiza un expediente que contiene 40 permisos para realizar rifas, las cuales se efectuaron en distintos puntos de la ciudad en los años de 1899 y 1900. Además de sortearse siete mandolinas en distintas fechas, en él parece que el 10 de enero de 1900 José Benavides rifó un acordeón ameri- cano, ganándolo el señor José C. Cantú.33 Aunque en una primera vista podríamos suponer que el acordeón y la mandolina se llegaron a tocar IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) juntos como en la música popular italiana, esto es improbable. Sabemos que en la primera década del siglo XX se formaron buena cantidad de estudiantinas en Monterrey y sus alrededores, es decir, las mandolinas sorteadas iban destinadas para el uso en estas agrupaciones musica- les.34

32) El Mundo Ilustrado. México, 15 de agosto de 1897. 33) AHM, Fondo Monterrey Contemporáneo, Sección Ayuntamiento, Serie Disposiciones Generales, Colección 4: Civil, Volumen 424, Expediente 10. 34) Alanís Tamez, op. cit., p. 37. Otro documento gráfico que nos ayuda a comprender y acertar que la música norteña mexicana no nació específicamente en una ciu- dad o región del Noroeste o Noreste bajo la influencia directa de los co- lonos alemanes o polacos del estado de Texas, sino que surge a través de un fascinante y complejo proceso económico, social y cultural, es una fotografía tomada hacia 1920 en Huazamota (Durango) en que se apre- cia a Florencio Estrada, con guitarra, y a su hermano gemelo Frumencio con acordeón, acompañados de tres amigos.35 México Corazón Latinoamérica musical de México 483 Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias Avitia Hernández además nos señala que durante la segunda gue- rra cristera (1934-1936), que asoló el medio rural del Occidente del país, Florencio Estrada tocaba el acordeón en las sierras duranguen- ses cuando lo embargaba la tristeza. El instrumento finalmente le fue arrancado por una creciente cuando decidió dejar la sierra y la lucha armada: “En un refugio nocturno, los viajeros son sorprendidos por la creciente del río Huazamota que se lleve las últimas pertenencias de los Estrada, incluyendo el acordeón de Florencio, la miseria de los cristeros es terrible”.36

35) Antonio Avitia Hernández. El caudillo sagrado. Historia de las rebeliones cristeras en el estado de Durango. México, s.e., 2006, p. 87. 36) Ibíd., pp. 391 y 398-399. Sin embargo, como anteriormente hemos mencionado, los soni- dos del acordeón no sólo se manifestaron en el Noroeste y Noreste du- rante su popularización, sino en otras regiones culturales como la nu- clear del mariachi, por ejemplo. De esta suerte, el abogado zacatecano Enrique Barrios de los ríos en su obra Paisajes de Occidente refiere que hacia 1892 en Santiago Ixcuintla (Nayarit), “En aquella plaza [de Morelos, vulgo dicto de Las Sandías], agrupado á las mesas de juego y de licores, en derredor de los mariaches, entre músicos de acordeón y cantarinas, pasa el pueblo la noche, entregado á la báquica expansión de su re- gocijo patriótico, hasta saludar el alba sonriente del día del aniversario, con la beodez más loca y delirante”.37 Por otra parte, en la propia obra de Jáuregui se nos comunica que cuando entró Francisco I. Madero a Tepic, “ahí tocaba un mariachillo que dirigía un acordeonero. Era un ma- 38

Juan Frajoza riachillo de dos: un acordeón y una guitarra”. Asimismo también Mata 484 Torres refiere, a través de una fotografía tomada en Ahuacatlán en 1920, la presencia de un mariachi compuesto de guitarra grande y acordeón.39 El periódico El Imparcial de la ciudad de México asimismo refiere que la noche del 15 de septiembre de 1905 que “Quince minutos después [de conmemorarse el grito de Independencia en Palacio Nacional], los víto- res y populares ‘gallos’, al son de vihuelas, organillos, acordeones, trom- petas y tambores, se desparraman por la ciudad, cantando y gritando”.40 En el caso de los Altos de Jalisco, sabemos que el 18 de agosto de 1915, día en que fue asesinado Ursulo González (a) el Millón, joven revo- lucionario que se había levantado cinco años antes en armas apoyando el movimiento revolucionario que Francisco I. Madero había promovido expidiendo el Plan de San Luis, Alejandro Covarrubias (a) Jando le es- taba interpretando en una cantina de Mexticacán el Corrido de la Cárcel de Cananea acompañado de un acordeón Hohner de teclas y botones. “Como llevaba insignias y andaba de carrancista, sus asesinos tuvieron que vestirse de mujeres para acercarse a él y poder matarlo”.41 IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920)

37) Jesús Jáuregui. El mariachi. Símbolo musical de México. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Editorial Taurus, 2008, p. 45. 38) Ibíd., p. 254. 39) Ramón Mata Torres. El mariachi. Guadalajara, Edición de Autor, 1993, Ilustración 8; Ra- món Mata Torres. “El mariachi multinaciente”, en Estudios Jaliscienses, número 9. Za- popan, El Colegio de Jalisco, 1992, pp. 33-34. 40) El Imparcial. México, 16 de septiembre de 1905. 41) Benjamín Rodríguez González, Mexticacán, 14 de noviembre de 2013. Por otra parte, el 18 de marzo de 1917, fue lesionado con arma de fuego Andrónico Jiménez en un comercio del parián Mijares de la villa de San Miguel el Alto. Pedro Tostado declaró ante el alcalde correspon- diente lo siguiente:

que hoy como a las diez de la mañana, estando en mi tienda mis primos Andrónico y Julián Jiménez y Víctor Anaya y Merced Márquez, estando to- dos parados platicando y Andrónico estaba sentado en un cajón enfrente de una de las puertas de la tienda tocando un acordeón, y a poco rato llegó Felipe Campos y le habló a Julián Jiménez y se pararon los dos en un marco de la puerta y el otro en el otro marco; y como Felipe le debía un peso a Julián, empezaron a tratar del asunto y entonces Julián le dijo a Fe- lipe que si quería jugar otros cincuenta pesos a que justamente le debía el

peso que le reclamaba y a esto contestó Felipe “juegan los cincuenta pe- Corazón Latinoamérica musical de México sos”; y entonces le dijo Julián “amárralos” y a esto contestó Felipe “no los 485 traigo”; y luego le dijo Julián “pues si no los traes, da una garantía”; y tal vez esto le cayó mal a Felipe porque luego le echó la viga a Julián y empe- zaron a ofenderse en voz baja y sin más Felipe [saca] la pistola y le dispara a Julián, pero éste que ve el movimiento pegó el brinco para dentro y no le pasó nada; pero ese mismo tiro que disparó Felipe a Julián se lo pegó en la cabeza a mi primo Andrónico y cayó en el acto sin articular una sola palabra; y esto pasó sin darse cuenta Andrónico de nada, porque era un poco falto de oído y luego que estaba tocando el acordeón muy quitado de la pena y como éstos estaban averiguando muy quedito debido a que estaba parado en el portal fuera de la tienda don Zeferino Campos, padre del referido Felipe, tal vez con objeto que no los oyera.42

Finalmente, en un breve y bello libro de memorias de juventud, la Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias señora Guadalupe G. de Mantecón, rememora que poco antes de co- menzar el movimiento cristero, su padre tocaba durante las noches el acordeón, en el rancho de La Media Anega (Jalostotitlán):

A veces, por la noche, aunque el cansancio era obvio en él y en mis her- manos, se rezaba el rosario, se estudiaba el catecismo, y con frecuencia tocaba el acordeón para acompañar cantos religiosos. Tenía de vez en cuando sus solaces; cuando algún amigo nos visitaba, reía y hasta contaba chistes, mientras jugaban con una baraja resobada y vieja. Eso sí: el juego seguía al rosario y, por supuesto, sin apostar ni “un quinto”.43

42) Archivo Histórico de San Miguel el Alto (en adelante, AHSMA), Caja 165-Expediente 67, fs. 119v-120r. 43) Guadalupe G. de Mantecón. …de la querencia. México, Editorial Libros de México, Palabras finales A través de nuestro breve análisis de las fuentes hemerográficas y docu- mentales que a nuestra mano estuvieron, hemos podido distinguir que la introducción del acordeón en el país tuvo dos grandes etapas. Entre 1840 y 1870 podemos considerar plenamente que la introducción es- tuvo destinada para la elite del país y que tanto su sonido como su re- pertorio implícito se mantuvo con más ahínco dentro de los bailes de salón de “la buena sociedad”. La segunda etapa, la de popularización, comenzó a partir de la década de 1870 por las razones anteriormente expuestas, y a partir de esta época el acordeón y su repertorio implícito fue mucho más frecuente en los bailes populares y entre los sectores obrero y campesino del Noroeste y Noreste. Aquí cabe preguntarnos cuánto influyeron negros y mestizos en la consolidación de la música

Juan Frajoza norteña mexicana y si ésta encontró distintas manifestaciones en cada 486 una de estas macrorregiones. Desde nuestro punto de vista, los oríge- nes de la norteña deben rastrearse con especialidad desde el Porfiriato. Investigaciones más profundas en los archivos aduanales de la frontera con Estados Unidos y de los puertos marítimos de Veracruz, Tampico y Mazatlán nos ayudarán a distinguir con mayor precisión cuántos acor- deones aproximadamente se introdujeron anualmente al país, quiénes eran los mayores introductores y a dónde iban destinados para su co- mercialización; aunque a grandes rasgos ya lo hemos registrado. Por otra parte, para saber exactamente cuándo se dio el maridaje entre el acordeón y el bajo sexto es necesario se emprenda una profunda in- vestigación en los archivos judiciales, puesto que como en las diversio- nes populares se delinquía y éstas estaban aderezadas por los músicos, es lógico que los expedientes nos aporten datos incidentales que nos coadyuven a desvelar la cuestión.

Fuentes consultadas IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920)

1. Archivos 2. Archivo Histórico de Monterrey (AHM) 3. Archivo Histórico de San Miguel el Alto (AHSMA)

Entrevistas 1. Benjamín Rodríguez González, Mexticacán, 14 de noviembre de 2013

1981, pp. 27-28. Fuentes secundarias 1. Alanís Tamez, Juan. Un barrio lleno de música. Historia musical de Santiago, Nuevo León. Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1998. 2. Avitia Hernández, Antonio. El caudillo sagrado. Historia de las rebeliones cristeras en el estado de Durango. México, s.e., 2006. 3. Cavazos Garza, Israel. “Carta prólogo”, en Polka. Raíces de una tradición musical de Radko Tichavsky. Monterrey, Amigos de la República Checa, 2005. 4. Díaz Arias, Daniel. “Producción e intercambio de música popular en la feria de San Juan de los Lagos durante el siglo XIX”, en Memorias del coloquio. El mariachi, patrimonio cultural de la humanidad de Arturo Camacho Becerra (coordinador). Guadalajara, El Colegio

de Jalisco-Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco-Consejo Corazón Latinoamérica musical de México Nacional para la Cultura y las Artes, 2013. 487 5. G. de Mantecón, Guadalupe. …de la querencia. México, Editorial Libros de México, 1981. 6. Gutiérrez Islas, Silvia Elena. Corridos y canciones de Nuevo León. Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1996. 7. Jáuregui, Jesús. El mariachi. Símbolo musical de México. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Editorial Taurus, 2008. 8. Mata Torres, Ramón. El mariachi. Guadalajara, Edición de Autor, 1993. 9. _____. “El mariachi multinaciente”, en Estudios Jaliscienses, número 9. Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1992. 10. Smith, Justin H. The War with Mexico, Vol. II. New York, The MacMillan Company, 1919. Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

Hemerografía 1. El Correo de Comercio 2. El Correo de San Luis 3. El Diario del Hogar 4. El Fronterizo 5. El Imparcial 6. El Monitor Republicano 7. El Mundo Ilustrado 8. El Municipio Libre 9. El Nacional 10. El Siglo Diez y Nueve 11. El Universal 12. La Chinaca 13. La Colonia Española 14. La Iberia 15. La Patria 16. La Razón del Pueblo 17. Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas Juan Frajoza 488 IV.3. Sobre la diáspora del acordeón en México (1840-1920) IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Bajo Quinto en Paracho, Michoacán

Víctor Hernández Vaca Universidad de Guanajuato

…y si te prende el alma cuando suena el acordeón. La cumbia colombiana revuelta con rap cantando un bugui-bugui en mi guitarra de Paracho, Michoacán. (Con Sangre del Norte, El Gran Silencio)1 México Corazón Latinoamérica musical de México El pueblo de Paracho, quizá como ningún otro de México2, desde an- 489 taño es caracterizado por la hechura de instrumentos musicales de cuerda. Los signos identitarios, relacionados con las guitarras (en plu- ral), abundan en el ambiente; basta llegar al pueblo para ver en una de las entradas, a borde de carretera, una gigantesca guitarra sexta he- cha de cobre. En plena plaza principal, frente a la iglesia de San Pedro, se aprecia un monumento también de cobre que reproduce uno de los mitos acerca del origen en el pueblo del oficio de la construcción de instrumentos musicales de cuerda: la imagen representa a Vasco de Quiroga ofreciéndole a un indio un instrumento musical de cuerda, al tiempo que con la otra mano lo palmea en el hombro en actitud con- descendiente, transfiriendo y recibiendo la tradición violera de un con- tinente para otro. A un costado de la plaza, frente a la torre de la igle- sia antigua, hay otro monumento hecho de cemento que representa un Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias guitarrero. Por donde se arribe al pueblo hay guitarras y guitarreros. Si se llega por el rumbo de Uruapan, frente al seguro social (IMSS), se observará un primer taller especializado en guitarrones y vihuelas. Si viene por e ca- mino de Cherán, a un costado del “crucero”, encontrará la tienda taller del sr. Juan Lemus, “La Casa del Mariachi”, especialista, junto con sus hi- jos y hermanos, en construir las variantes regionales de arpas, guitarras de golpe, vihuelas, para las diferentes representaciones del mariachi del occidente mexicano.

1) El Gran Silencio, Libres y Locos (Cd), México, Emi Music, 1998. 2) En otras partes del mundo existen pueblos similares a Paracho; por ejemplo Aiquile, Bolivia Al caminar por la avenida principal 20 de Noviembre, que atraviesa el pueblo, “de la guitarra al panteón”, se puede encontrar todo tipo de expendios de guitarras: desde los talleres de maestros artesanos gui- tarreros, hasta las tiendas de artesanías e instrumentos musicales (de revendedores y expendedores de instrumentos y accesorios made in China).3 Cerca del centro se encuentra el “andador artesanal Lázaro Cár- denas”, ahí se venden guitarras y artesanías, frente al andador se ubica “la Casa Cardiel”, en su rotulo, entre otros instrumentos de cuerda, se anuncia la venta de bajos sextos. En el lugar que la gente llama “la curva”, una de las tiendas taller en su rotulo anuncia: Acha, siente la emoción, bajo quinto (y todo tipo de instrumentos de cuerda). Constructor: Robert Acha G. A escasos cinco metros encontramos otro rótulo que dice: D´ Leos. Bajos. En Paracho, sencillamente, las guitarras caminan.

Víctor Víctor Hernández Vaca Hoy se tiene la certeza que Paracho no es el único centro produc- 490 tor de instrumentos musicales de cuerda en México, desde antaño en las distintas regiones musicales hay otros centros especialistas de lau- deros.4 La distinción de éste con las otras comunidades radica en el número de guitarreros y la gran variedad de tipos de instrumentos que ahí se elaboran, lo que ha conllevado a la diversificación y especializa- ción del oficio. El patrimonio cultural local no se ciñe a la construcción de la guitarra sexta, la guitarra española; por el contrario, una carac- terística de la tradición radica en la multiplicidad instrumental que re- basa el centenar de instrumentos musicales de cuerda.5 En esa diver- sidad de instrumentos made in Paracho se encuentra el bajo sexto y, ahora, el bajo quinto, instrumentos musicales de cuerda característicos de uno de los tipos de música del noroeste de México: la “música nor- teña”.

3) El embate de la guitarra China contra la guitarra mexicana de Paracho, es un discurso construido a dos voces, desde el Estado y los empresarios de la guitarra (industriales) oriundos de Paracho. Hay que distinguir dos tipos de sujetos paracheños relacionados con la Guitarra; por un lado, los artesanos guitarreros que no producen en serie, mu- chos de los cuales firman sus producciones; por el otro, los empresarios de la indus- tria de la guitarra made in Paracho, los cuales además de producir y comerciar instru- IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán mentos locales, comercian instrumentos y accesorios made in china y made in Taiwan. El papel de los empresarios industriales en el desarrollo de la guitarrería michoacana, no ha merecido la debida atención académica. 4) Véase: Víctor Hernández Vaca, De madera cuerpo y cuerdas. Las tradiciones violeras españolas transferidas a tres espacios mesoamericanos: Paracho, Michoacán, Texqui- tote, San Luis, Potosí y San Juan Chamula, Chiapas, tesis para obtener el grado de doc- torado en Ciencias Humanas con especialidad en estudios de las tradiciones, El Cole- gio de Michoacán, Zamora, 2012. 5) Ramón Ángeles Zalpa, La laudería: origen, actualidad y perspectiva, Tesis para obtener el grado de maestro en Pedagogía, Morelia IMCED, 2004. Inédita En la meseta p´urépecha la existencia de especialistas constructo- res de bajo sexto, bajo quinto y ahora bajo cuarto, instrumentos musi- cales que no son propios de la región p´urhépecha, no es una novedad en la tradición, si consideramos que por ejemplo, David Hernández es especialista en construir guitarras Hawaianas,6 y el Mtro. Abel García Ló- pez, hace unos años realizó por encargo para la exposición “Leonardo Da Vinci y la música, una réplica de una viola da braccio basada en un plano facsímil del artista renacentista, con la particularidad de tener la caja de resonancia en forma de cráneo de caballo, hecho en material de plata. El asunto significativo de estos préstamos culturales interregiona- les, es conocer los procesos mediante los cuales un instrumento musical, característico de una región, logra integrarse en el repertorio instrumen- tal de otra región, hasta propiciar la construcción de identidades, como

la de bajosextero, en el complejo mosaico identitario de “los guitarreros Corazón Latinoamérica musical de México de Paracho”. Cada instrumento se articula con diferentes dimensiones y 491 experiencias. En el pueblo la construcción de una diversidad de instrumentos musicales de distintos orígenes y tradiciones es asunto cotidiano. La so- ciedad paracheña, desde antaño, ha sido caracterizada como una co- munidad de: músicos, guitarreros, viajeros y comerciantes.7 En este sentido, la presencia del bajo sexto y los bajosexteros en Paracho es un hecho que tiene que ver con las dinámicas propias de la tradición guita- rrera local acorde con las circunstancias sociales. La tradición guitarrera siempre ha estado en movimiento, no es casualidad la emergencia gui- tarrera de Paracho a nivel nacional. Desde siempre la gente del pueblo ha tenido rutas comerciales para salir a vender sus productos en otras regiones, entre los que destacan las guitarras. Mediante los viajes de co- mercio a pie, acompañados de los uakaleros, en lomo de bestia, en ca- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias rretera, en facebook, páginas web, los paracheños han construido rela- ciones interculturales, a través de la guitarrería, con otras regiones del país y el mundo. En uno de estos viajes comentan que la guitarra sexta, la guita- rra española, llegó a Paracho de la mano de un comerciante guitarrero quien regresaba de la ciudad de México o de la ciudad de Querétaro,

6) Facebook: David Hernández (guitarras Víctor ) 7) Víctor Hernández Vaca, “Música para distintos desempeños, la tradición musical de Pa- racho, Michoacán, en: Álvaro Ochoa Serrano, Michoacán: Música y Músicos, Gobierno del Estado de Michoacán. Véase como describe a Paracho: Carl Lumholtz, El México desconocido, cinco años de exploración entre las tribus de la sierra madre occidental; en la Tierra Caliente de Tepic y Jalisco, y entre los Tarascos de Michoacán, traducción al castellano de Balbino Dávalos, 2º tomo, México, Editora Nacional, 1970. allá por la década de 1930-1940.8 Existen otras historias de cómo llega- ron otros instrumentos, por ejemplo, la guitarra tuá que, según cuentan, un guitarrero de Paracho cambió a un músico en la fiesta de la cande- laria en San Lucas, Michoacán. Del bajo sexto, la memoria colectiva no tiene precisión sobre la manera cómo el bajo sexto llegó para quedarse en Paracho, tampoco hay instrumentos antiguos que permitan indagar cierta procedencia. En esta comunicación se quiere aproximar a la etno- historia de la experiencia de ser bajosextero en la meseta p´urhépecha, así como al propio artefacto sonoro llamado bajo sexto de Paracho.

Con sangre del norte: el bajo sexto y el bajo quinto en y de Paracho Un estudio próximo deberá revelar los elementos significativos e identi- tarios que tiene el bajo sexto de Paracho y lo presenta como diferente de

Víctor Víctor Hernández Vaca los bajos construidos en ciudades del norte del país como Monterrey o 492 Tamaulipas y en países latinoamericanos como Chile. La etnohistoria del bajo sexto y quinto de Paracho, se encuentra en ciernes, lo mismo que el estudio profundo de las variantes mexicanas, de frontera, del bajo sexto y bajo quinto. Realizar el estudio de la etnolaudería del bajo quinto Mix- teco, el bajo sexto del bajío y la “orquesta típica”, el bajo quinto de Mo- relos, del bajo sexto y bajo quinto del norte y el bajo sexto y bajo quinto de la meseta p´urhépecha, es también un trabajo pendiente. Aquí pre- sentaré algunas reflexiones acerca del tipo de bajos sextos y bajos quin- tos actualmente construidos en los talleres del pueblo. Definir en términos culturales el artefacto sonoro llamadoel bajo sexto, quinto o cuarto, no es asunto sencillo. La única generalización que se puede hacer sobre los bajos es en el hecho de que no existe un mo- delo único, homogéneo, universal; por el contrario, son varias particu- laridades relacionadas con la experiencia del constructor, el tipo y ca- lidad de los materiales y las singularidades estéticas correspondientes a individuos, familias, regiones, representadas en: puentes, diseños de plantillas, palma, boca, ornamentación atiborrada, estructura interna de la tapa, terminado de bernices y pulido, etc., las que le ofrecen rasgos

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán identitarios a cada instrumento. Incluso, se puede sugerir que hay va- rias escuelas regionales pertenecientes a la tradición, o tradiciones, de constructores de bajo sexto y quinto, dispersas entre el norte de México y la Meseta p´urhépecha. Es claro que con el bajo sexto suceden proce- sos similares a otros instrumentos musicales, como las guitarras, violines, etc., donde los nombres y apellidos de los especialistas van adquiriendo prestigio social e identidad entre la comunidad de adeptos a la cultura

8) Víctor Hernández Vaca, ¡Que Suenen pero que duren! Historia de la laudería en la Cuenca del Tepalcatepec, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2008. musical norteña. Entre los intérpretes de bajo sexto y quinto, el apellido Macías cobra sentido análogo al apelativo de Stradivarius en la comuni- dad de violinistas. De tal suerte, en Paracho destacan los siguientes ape- llidos (algunos son marcas) de bajosexteros: Acha, Cardiel, Barriga, Ca- cari, Santa Fe Mendoza y Córdoba, éste último en las historias locales se relaciona con los inicios del bajo sexto en Paracho. Cada apellido tiene una experiencia diferente relacionada con el espacio llamado “el norte” y diversas expectativas sobre la construcción del bajo sexto. Para cada especialista bajosextero es bien conocida la producción de los otros bajo de apellidos de familias radicadas en el norte como: Macías y Pasaye (Q.E.P.D), éste último finado era originario de la meseta p´urhépecha, del pueblo de Pomacuarán, del municipio de Paracho, sus tíos y él aprendieron el oficio guitarrero en el pueblo guita-

rrero michoacano. Corazón Latinoamérica musical de México Sin considerar nada de la dimensión cultural e histórica, en térmi- 493 nos de la sistemática clasificatoria de Curt Sachs y Erich Hornbostel, la correspondencia del bajo sexto o bajo quinto, es en los siguientes tér- minos:

3.221. Cordófono compuesto de mástil (de seis o cinco órdenes dobles) La clasificación del instrumento es muy útil cuando el investigador se enfrenta con el reto de ordenar su colección particular o una colección pública de instrumentos musicales. No obstante, el sistema es poco útil para ofrecer respuestas a interrogantes como las aquí planteadas, del tipo: por qué un instrumento musical característico de la música del no- roeste de México se construye en la meseta p´urhépecha, en el pueblo de Paracho? O, para entender el instrumento en términos de identidad Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias y relaciones interculturales, entre el norte, el bajío mexicano y la meseta p´urhépecha. Hay diferentes bajos y éstos se modifican en la medida que transcurre el tiempo y el instrumento se transforma en la medida de las circunstancias sociales que son variables. Como se ha mencionado, del bajo sexto en general y del bajo sexto construido en Paracho, en particular, no se ha dicho gran cosa. La si- guiente cita, muy usada para hablar del principio del instrumento, es de lo poco que existe y corresponde al Cancionero del Migrante, contiene varios enunciados importantes para la reflexión acerca de los posibles orígenes del instrumento; Gustavo López, refiere:

Para esta variante de guitarra de doble encordado se conocen pocas refe- rencias. En la misma obra Manuel Peña señala que unos de sus informan- tes le indicó que había aprendido a fabricar y tocar el bajo sexto en Gua- najuato, de donde se había mudado a San Antonio Texas en la década de los treinta. Sin embargo, es poco probable que su origen lo tenga en el Bajío mexicano, a menos que sea una variante del laúd o algún otro instru- mento colonial mandado fabricar en algunos de los talleres de guitarras, vihuelas y violines de Michoacán o Guanajuato. El etnomusicólogo Arturo Chamorro, en una comunicación personal, me ha dicho que él supone a su vez que el bajo sexto deriva de la familia de la quinta huapanguera de Ta- maulipas. Como quiera que sea es un tema nada explorado por los exper- tos organólogos hasta ahora.9

La cita anterior presenta espacios diferentes para argumentar, en contra o a favor, la procedencia del instrumento: Guanajuato (el Bajío)

Víctor Víctor Hernández Vaca Tamaulipas (la Huasteca) y Michoacán (quizá la meseta p´urépecha). Para 494 ninguna de las tres suposiciones se ofrecen argumentos concretos y ló- gicos. Encontrar el origen del bajo sexto no es tarea sencilla, se tiene que hacer la etnolaudería10 del instrumento y comparar, además de los bajos mixtecos, los bajos del bajío (correspondientes a la orquesta tí- pica) los bajos norteños y los p´urhépecha, con otros instrumentos mu- sicales de cuerda con los que pudiera tener relación, quizá con las séti- mas de Paracho y de otras regiones donde también se utilizaba, como el bajío mexicano. Lo anterior puede realizarse al comparar elementos materiales del instrumento; por ejemplo, la estructura interna de la “tapa armónica”. No estoy de acuerdo en afirmar acerca del bajo “que sea una variante del laúd” (instrumento medieval que por acá ni se construyó), posiblemente tampoco provenga de un instrumento colonial, en todo caso podría derivar de algún instrumento pos independentista, lo cual habrá de argumentarse y demostrarse en otro texto. (01) Observando los bajos sextos y bajo quintos se podría sugerir que el bajo sexto es un instrumento que corresponde con el tiempo del ahora de la tradición guitarrera de Paracho, representado en la guitarra española sexta; es decir, un tiempo posterior a la década de 194011. No

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán obstante, el bajo sexto con posibilidad tiene otra correspondencia an- terior que se ha diluido de la memoria de los constructores y que habrá

9) Gustavo López Casto, El Río Bravo es Charco, cancionero del migrante, Zamora, Mé- xico, El Colegio de Michoacán, 1995, p. 14. 10) Etnolaudería: quiere ser una ruta teórico metodológica que presta atención al instru- mento musical desde la perspectiva de su construcción (contextos de producción); es decir, el propósito es acercarse a la construcción del artefacto sonoro (instrumento musical) en la cultura y como cultura. 11) Víctor Hernández Vaca, De madera cuerpo y cuerdas. Ibídem. México Corazón Latinoamérica musical de México 495

01 Estructura interior de la tapa acústica de guitarra sexta y tapa de bajo sexto. Taller: José Córdoba, Paracho, Michoacán Fotografía: Víctor Hernández. de continuarse indagando. El bajo sexto, al igual que otros instrumentos tradicionales, en menos de medio siglo sufrió transformaciones visibles en lo tocante a medidas, plantillas, materiales, diseños, ornamentación.12 Estos cambios son consecuencia de la experiencia de los constructores de bajo sexto, y también pasa lo mismo que entre los guitarreros y gui- tarritas clásicos, donde varias de las transformaciones y mejoras a la gui- tarra son realizadas a sugerencia del interprete, como lo indica uno de los comentarios: “sí esas son ideas de los músicos, esas ideas las sacan ellos”13. El bajo sexto, al ser un artefacto sonoro parte de una tradición, Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias construida desde diversas regiones, necesariamente entra en un pro- ceso de dialogo con sus circunstancias sociales contemporáneas, lo que conlleva a producir transformaciones materiales y re-significaciones re- lacionadas con los nuevos contextos de utilización; lo anterior garantiza su permanencia y presencia en la actual música norteña y otras músicas con influencia de la cultura norteña.14

12) Víctor Hernández Vaca, “Son huasteco, son de costumbre. Etnolaudería del son a lo humano y a lo divino en Texquitote, San Luis, Potosí”, en: Revista de Literaturas Popula- res, núm. 1 y 2, Año X, Universidad Nacional Autónoma de México, enero-diciembre de 2010. 13) Entrevista con el bajosextero, Roberto Acha Gerónimo, realizada en Paracho, Mi- choacán, abril del año. 2014. 14) Por ejemplo, en el Rock mexicano y las bandas: San Pascualito Rey y a band of the bit- ches. Víctor Víctor Hernández Vaca 496

Se pueden identificar y marcar cuatro periodos del bajo en Para- cho: 1.- El bajo sexto clásico, quizá con influencias de la guitarra sép- tima mexicana; 2.- el bajo sexto influenciado por la guitarra eléctrica. 3.- El bajo quinto en Paracho (década de los 80s) y 3.- el bajo sexto rela- cionado con contextos contemporáneos de narcotráfico, donde los ins- trumentos presentan transformaciones e influencia material del arma- mento usado por las bandas ─no de músicos─ de narcos del país y en menor medida de la guitarra eléctrica.

El bajo sexto clásico Cuando se les pregunta a los hacedores de bajos de Paracho sobre la

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán existencia de una temporalidad del instrumento musical, se identifican dos temporalidades: el antes y el ahora en la construcción del bajo; to- dos parecen estar de acuerdo con el sistema de transformaciones en la construcción del bajo. Lo que don José Córdoba expuso en el siguiente comentario: “si hay mucha diferencia ya, por ejemplo el tamaño se fue reduciendo y se fue achicando el aro”. Así, una tipificación del bajo sexto “original”, en los propios térmi- nos de los especialistas bajosexteros, es de la siguiente manera: “es un instrumento grande; sin resaque (de curva ni de hombro) y sin el au- mento característico entre la palma y cejilla; relacionado con la pun- tuación para el entrastado, dicen que nada más venía hasta el onceavo o doceavo trasto15 (ver imagen). El señor José Córdoba Quintero, co- mentó: “no tenía este resaque y nada más daba hasta aquí el 12 y nada más se trabaja así los 12”.16 Al parecer la cantidad de trastos osciló en- tre un rango del diez al trasto catorce. El puente era de “bozal o tirón”, es decir, sin cejilla; esa es una característica de instrumentos musicales antiguos. La tapa era ancha y las costillas también con altura de 14 cm., “en medida de 14 pulgadas”. El cordón es abotonado; no fileteado (re- sacado) El mismo bajosextero confirma el dato: “el de antes no iba resa- cado, por encima como la vihuela”; es decir, se hacía pegando madera por madera. Con el auge del bajo quinto la construcción de este tipo de bajo sexto ha venido en detrimento. México Corazón Latinoamérica musical de México El bajo sexto con motivos adquiridos de la guitarra eléctrica 497 Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

15) Idem. 16) Entrevista con el bajosextero José Córdoba, realizada en Paracho, Michoacán, abril del año 2014. Los bajosexteros tienen claro este proceso de transformación y adecuación de la tradición, donde el bajo sexto en un proceso de prés- tamo cultural, va cobrando similitudes materiales con la estética de las guitarras eléctricas, transformándose notoriamente en medidas, planti- llas, la tapa, el ancho de las costillas o aros, las puntuaciones para el en- trastado de once o doce trastos aumentó a dieciocho o diecinueve, la figura de la palma, los colores del terminado y la ornamentación atibo- rrada en concha de abulón y nácar. El bajo sexto, dentro del sistema de transformaciones de la tradi- ción, ha modificado varios de sus rasgos definibles, en aras de “moderni- zarlo” y popularizarlo, acorde a los gustos y expectativas de los músicos, compositores e intérpretes norteños. La práctica de la guitarra eléctrica desde la década de los 70s cobró un auge desmedido en los Estados

Víctor Víctor Hernández Vaca Unidos de Norte América y en latino américa. La guitarra eléctrica se 498 infiltró en la cultura musical de comunidades y pueblos, en la meseta p´urhépecha arribó en la década setentera y rockera de la mano de gui- tarreros migrantes en la Ciudad de México, quienes viajaban por el país de feria en feria vendiendo e intercambiando sus guitarras. No es raro que el bajo sexto adquiriera influencia directa de la guitarra eléctrica y que los músicos buscaran diseños de bajos apegados a los nuevos modelos vistos en los medios de comunicación. Lo anterior repercutió materialmente en el instrumento, que entró en un proceso de transfor- mación principalmente en las medidas, número de cuerdas y la orna- mentación. Este bajo sexto es más pequeño, las costillas o aros son más angos- tas. Son bajos de curva de pico (no curva de hombro), cuyo resaque es buscando la imitación de los modelos de la guitarras eléctricas. Tiene re- sacado uno o los dos hombros (lóbulos mayores) de la tapa acústica. To- dos tienen la palma (cabeza) extendida por el espacio del diapasón. Ma- yor ornamentación en palma, diapasón, y tapa acústica. Es demasiado común que el nombre del grupo o el apellido del músico vaya grabado en la palma y el diapasón en material de concha de abulón o nácar. El

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán ejemplo más claro de transformaciones en el bajo puede verse en el apéndice de este trabajo donde se presenta un bajo sexto de cuatro pi- cos, ornamentado en concha de abulón con bastantes motivos.

El bajo quinto en Paracho: tiempo coyuntural de la tradición La interpretación y la construcción del bajo sexto, como en otros instru- mentos musicales, invariablemente se enmarca con procesos de sustitu- ción17; de unas dos décadas para acá el uso del bajo sexto ha venido en declive y el bajo quinto ha llegado para despuntar en los “conjuntos nor- teños”; tal como lo expone el testimonio siguiente:

Es reciente, yo empecé a hacer ya un poquito más frecuente ya como en 1987, 1988 más o menos, pero se hacía como un 20 %, de todo lo que fa- bricábamos un 20% apenas y en la actualidad (2014) hacemos, yo en lo personal hago el 1% de bajo sextos nada más ya todos son bajo quintos y a lo mejor hablamos del 1%, el 98% de bajo quintos y el 1% de bajo cuar- tos, lo que pasa es que la música ha revolucionado, antes era el bajo clá- sico, el bajo sexto que se tocaba pues con el acordeón y el contrabajo, de hecho don Silviano en algún tiempo también estuvo fabricando la tarola.18

El bajo quinto, y en menor medida el bajo cuarto, han venido a Corazón Latinoamérica musical de México sustituir al bajo sexto en los llamados “conjuntos norteños”. Los datos 499 proporcionados por don Roberto son representativos de la realidad; en Paracho, en los talleres tiendas, principalmente se construyen y ofertan bajos quintos y sólo por encargo se hacen sextos. Hay que ver también que la mayoría de intérpretes de bajo privilegian el uso del bajo quinto. Este bajo quinto guarda influencia de la estética material de la guitarra eléctrica. (04)

El bajo sexto con motivos adquiridos del narcotráfico Cuando hablamos de los bajos en forma de “rifle”, uno de los hacedores de bajos comenta al respecto: “Ése es de los más nuevos: ¡de los más locos!” Los bajos quintos de los últimos años utilizados por grupos mu- sicales como Los de la A, quienes interpretan temas cuyos títulos garan- tizan éxito rotundo, como “puro caballero templario”, se comienzan a ca- Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias racterizar por la adquisición de motivos procedentes del narcotráfico, principalmente del tipo de armamento. El sr. Roberto Acha, comenta sobre este tipo de bajo:

“le hice un bajo sexto y un bajo quinto, tipo rifle con una pastilla, ese tiene una pastilla creo que de aquí de las económicas pero el primero que le hi-

17) Víctor Hernández Vaca, Del taller al baile. Procesos de pérdida y sustitución en la etno- laudería para el fandango michoacano en la cuenca del Balsas. Escuela Superior de Es- tudios Superiores, UNAM campus Morelia, 2015. En el trabajo señalado se ejemplifica el proceso de pérdida y sustitución, con el caso del Conjunto de tamborita y la guita- rra tuá o panzona de la tierra caliente del Balsas. 18) Entrevista con el bajosextero, Robert Acha Gerónimo, realizada en Paracho, Mi- choacán, abril del año 2014. Víctor Víctor Hernández Vaca 500

Imagen 04

cimos uno fue a Don José Castro con una pastilla Filman, pero si tiene mu- cho tiempo, pero hemos hecho como unos quince tipo rifle “R15” y de los nuevos es este señor Gerardo Ortiz (del grupo Ántrax) él usa el bajo clásico pero sus colores son muy especiales, que son esos los camuflajeados que usa él y esos ya son muy diferentes, aunque todos lo que traen son de uti- lería los rifles que traen.19 (imagen: bajo quinto Pasaye).

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán No sólo cambia el modelo del bajo sexto, las adecuaciones en el bajo están relacionadas con el sistema de transformaciones de la mú- sica norteña, donde grupos contemporáneos inspirados en la realidad mexicana, principalmente la relacionada con el narcotráfico, están trans- formando la estética material de los instrumentos, los ensambles instru- mentales, la vestimenta y los temas y textos de los repertorios.

19) Idem. Los constructores de bajo sexto y bajo quinto de Paracho

“La guitarra es toda una historia porque de una o de otra manera a todos nos hace conocer gente y viajar…” (Roberto Acha, G. Bajosextero)

En la tradición de Paracho, al igual que en otros oficios, los apellidos y ahora las marcas van construyendo prestigio social. Hay una relación entre el trabajo, el instrumento y el prestigio como valor. En el pueblo, entre la diversidad de instrumentos y especializaciones, cuando se pre- gunta por algún constructor de bajos, la comunidad identifica a Leo-

nel Barriga, (Bajos D´Leos) Roberto Acha, Abelino Cacari, Mario Cardiel Corazón Latinoamérica musical de México y don José Córdoba, este último apellido relacionado con los inicios 501 del instrumento en el pueblo. Hay quien trabaja solo y con una produc- ción menor, como don José Córdoba, quien la mayor parte de su vida guitarrera ha trabajado para “patrones” o por “maquila”, sin jamás ha- ber construido redes personales con el norte ni los conjuntos norteños. De hecho, don José primero aprendió a construir guitarra sexta, tiempo después por encargo de uno de sus patrones, Don Anselmo Zalpa, (Don Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

Taller de don José Córdoba (muestra bajo con resaque de curva) Paracho, Michoacán. Foto: Archivo Víctor Hernández Vaca. Chemo), que le mandaba hacer diversos instrumentos, observando una fotografía proporcionada por su patrón, construyó su primer bajo sexto, de eso ya hace casi medio siglo. Existen otras experiencias diferentes, como la del sr. Roberto Acha Gerónimo, originario de Charapan, quien desde la década de 1970 se ha dedicado a la construcción de instrumentos musicales de cuerda, pri- mero de guitarras y posteriormente de Bajo sextos y bajo quintos. Él aprendió el oficio guitarrero de su suegro Silviano Herrera quien desde los años 60 del siglo XX, ya viajaba entre muchos otros lugares para Rey- nosa Tamaulipas a comerciar guitarras y, principalmente, bajos sextos; eran los tiempos de bonanza “porque la plaza de la frontera era muy im- portante, que ahora ya no lo es, pero en aquel tiempo se rogaban se pe- leaban por un cliente que llevara bajo sexto y esa fue la razón por la que 20

Víctor Víctor Hernández Vaca empezamos a hacer sextos, porque no había quintos”. 502 El sr. Roberto Acha, a diferencia de otros constructores, desde hace décadas ha construido redes sociales con los músicos y comerciantes del norte y adeptos a la cultura musical norteña, tal como lo evidencia su taller donde expone gran variedad de póster autografiados por los conjuntos norteños que han experimentado la emoción de interpretar un bajo sexto o quinto de la marca: Acha (siente la emoción). De los grupos que él destaca y que además legitiman la efectividad de los ins- trumentos, recuerda: “a los Originales de San Juan tengo aproximada- mente unos 15 años de conocerlos y les vendí ya varios instrumentos, le hice un bajo muy especial para un video que estaban haciendo, uno de los últimos videos que se llama lágrimas de tequila21 saca un bajo azul verde con letras de oro adiamantado que dice Chuy Chávez en la palma”.22 Igualmente recuerda haber trabajado con “Ramón Ayala, Los Rieleros del Norte, Exterminador, el grupo Ántrax y otros”. En el taller tiene otros póster autografiados por artistas de la música norteña pres- tigiosos como Los Cadetes de Linares, Eliseo Robles, Ilusión Norteña. Como pocos en el pueblo, el taller-tienda de bajos Acha, se caracte- riza por tener las paredes llenas de láminas autografiadas, debidamente

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán enmarcados, de viejos y nuevos conjuntos norteños que han pisado la tienda para experimentar la emoción de interpretar uno de los modelos de bajos Acha.

20) Entrevista con el bajosextero, Robert Acha Gerónimo, realizada en Paracho, Mi- choacán, abril del año 2014. 21) En la siguiente dirección poder verse el bajo especial: http://www.youtube.com/ watch?v=80TcW1BJSVo 22) Entrevista con el bajosextero, Robert Acha Gerónimo, realizada en Paracho, Mi- choacán, abril del año 2014. De los músicos norteños y su relación comercial, don Roberto guarda su propia representación: “tengo dos conceptos de ellos, de to- dos los músicos de la clase o la calidad que sean, todos son muy amiga- bles y nadie nos ha robado y les hemos fiado y nos han mandado dinero sin conocernos algunas personas”.23

La tradición en movimiento: la presencia del norte en el sur Ahora los bajosexteros de Paracho opinan que Reynosa ya no es “buena plaza” para la venta de bajos; actualmente, el sur de México, principal- mente el estado de Chiapas, se comienza a configurar como una “buena plaza” para el comercio de bajo quintos. Lo anterior es un indicio signi- ficativo para entender la tradición y los prestamos culturales entre re- giones y culturas musicales diferentes. El dato pude corroborarlo el pa-

sado mes de julio del año 2014 cuando regresé a San Juan Chamula, Corazón Latinoamérica musical de México Chiapas, donde mi amigo Valeriano, músico guitarrista fundador de una 503 banda de rock tsotsil llamada Yibel J´metik Banamil24, me pidió una ma- quinaria para un bajo quinto que posteriormente me mostró en su casa: es un bajo quinto made in Paracho construido con madera de palo es- crito y cedro canadiense, los cuales se ofertan en las casas musicales de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Mi amigo quería cambiarle los cla- vijeros mecánicos (la maquinaría) por otros de mejor calidad, debido a que ahora se encuentra formando su conjunto norteño en el sur chia- paneco de Chamula, donde la música norteña tiene gran aceptación, como lo demuestran los “bailes” de las fiestas patronales donde se han presentado, por mencionar a los más destacados y populares: Ramón Ayala, Los Tigres del Norte, Los Broncos de Reynosa, Exterminador y varios otros conjuntos norteños. Parece ser que ahora “lo norteño” se posiciona en el sur, incluso mucho más allá de las fronteras mexicanas, Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias en países tan distantes como Guatemala, Chile, Colombia.25 Falta inda- gar sobre la “norteña” en las comunidades con lenguajes originarios de nuestro territorio.

Las últimas notas La historia del bajo sexto, quinto y cuarto, es un pendiente de la histo- riografía musical mexicana. En el tomo I del Cd, ¡arriba el norte!,26 de re-

23) Idem. 24) https://www.facebook.com/pages/Yibel-Jmetik-Banamil/114537585248494?fref=ts 25) Véase: Luis Omar Arias Montoya (coord.) ¡Arriba el norte! Música de acordeón y bajo sexto, México, 2 tomos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013. 26) En el tomo I, Gestación de la música norteña, se incluye un apartado llamado “etno- ciente edición por el INAH, se propone una interpretación acerca del origen del instrumento, afirmando que éste es una producción particu- lar del bajío mexicano, lo cual estaría por corroborarse con argumentos efectivos derivados del estudio y la comparación de otras fuentes, como los distintos tipos de bajos usados en varias regiones musicales de Mé- xico; es decir, falta realizar una etnoaludería sólida de las distintas varian- tes de bajos mexicanos, donde se considere la migración, el préstamo cultural y la identidad. Las otras interpretaciones acerca del origen del bajo sexto, no tienen investigación que argumente. La relación entre la guitarra quinta huapanguera tamaulipeca y el bajo sexto parece repre- sentarse de manera material en lo tocante al diseño del puente: de “cola Víctor Víctor Hernández Vaca 504

de sirena”; no obstante, no todos los bajos tienen ese diseño, ni todas las quintas huapangueras ese puente. En el centro laudero huasteco de Texquitote, SLP., usan más de seis diseños de puentes para la quinta hua- 27

IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán panguera. Además, en la parte norte del estado de Tamaulipas exis- tieron -quizá continúan los hijos e hija- constructores de bajo sextos; un gran ejemplo es don Nemesio García (Q.E.P.D), quien tuvo su taller en el ahora “famoso” San Fernando, Tamaulipas; hasta hace unos años trabajó

laudería”, donde se presenta un escrito llamado “el bajo sexto es del Bajío mexicano”, donde se expone el argumento citado haciendo una relación entre lo escrito por Rubén M. Campos y Carl Lumholtz. 27) Víctor Hernández Vaca, La mata de los instrumentos musicales Huastecos: Texquitote, San Luis Potosí. junto con sus hijas e hijos, se infiere por las fotos, utilizando muy buenas herramientas y una técnica refinada que hace suponer que no se trata de una tradición reciente, la cual es desconocida y poco investigada. Las relaciones entre los instrumentos musicales de la huasteca del sur de Ta- maulipas (la quinta) con los construidos en la parte norte de Tamaulipas (el bajo) no ha sido estudiadas y, sin duda, arrojaría información valiosa para reconstruir e interpretar las relaciones y sentidos del instrumento llamado el bajo sexto.

Nemesio García. Fabricante de bajosextos

San Fernando Tamaulipas. Mostrando un bajo sexto de “curva de hombro”, “abotonado”.

Foto: Archivo del historiador Francisco Ramos. Ciudad Victoria Tamauli- Corazón Latinoamérica musical de México pas. 505

El bajo sexto se transformó en bajo quinto y bajo cuarto, simultánea- mente se modificó en lo tocante a medidas, materiales, diseños orna- mentales; el “puente de bozal” pasó a ser un “puente con cejilla”. De ser un instrumento grande, con costillas anchas, el instrumento se “achicó” persiguiendo la estética material de la guitarra eléctrica. Registrar de forma diacrónica estas modificaciones en los diversos instrumentos lla- mados bajos, podría también revelar aspectos significativos acerca del bajo, o los bajos, y su relación con otros instrumentos análogos, lo cual podría ofrecer información socio histórica para entender la vida social del bajo sexto. Aquí es un comienzo.

Apendice 1. Bajo quinto de cuatro picos. Marca: Acha.28 Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias

28) Foto tomada de la página web: http://achamusicales.com/ el día 10 de julio de 2014. Características: Madera: Palo escrito Tapa: Pino canadiense Aros y fondo: Palo escrito Brazo: Caoba Palma: Cedro rojo Diapasón: Granadillo Alma: Acero y granadillo Boca: Concha de Abulón Maquinaria: Importación Cuerdas: Alpacar Línea: Línea 1 Estilo: Cuatro curvas de pico

Víctor Víctor Hernández Vaca Tamaño: Grande 506 Altura: 9.5 cm Adorno: Adornos y micas de concha de Abulón Peso: 2.3 kg Medidas: 39x105 cm29

Tarjetas de presentación de Bajosexteros de Paracho Michoacan IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán

29) Datos tomados de la página web: http://achamusicales.com/ el día 10 de julio de 2014. México Corazón Latinoamérica musical de México 507

Taller-tienda del bajosextero Roberto Acha G. Las palmas o cabezas de los bajos sextos y quintos descansan en póster de varios grupos que han visitado el taller y son representativos de la música norteña, como: Ramón Ayala, Eliseo Robles, Los Cadetes de Linares, Los Rieleros del Norte. Los Originales de San Juan, entre otros. Foto: Víctor Hernández Vaca. 2014.

Bibliografía 1. Ángeles Zalpa, Ramón, La laudería: origen, actualidad y perspectiva, Tesis para obtener el grado de maestro en Pedagogía, Morelia IMCED, 2004. Inédita Apartado IV. Orígenes y construcciones identitarias 2. Víctor Hernández Vaca, ¡Que Suenen pero que duren! Historia de la laudería en la Cuenca del Tepalcatepec, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2008. 3. …………………….. De madera cuerpo y cuerdas. Las tradiciones violeras españolas transferidas a tres espacios mesoamericanos: Paracho, Michoacán, Texquitote, San Luis, Potosí y San Juan Chamula, Chiapas, tesis para obtener el grado de doctorado en Ciencias Humanas con especialidad en estudios de las tradiciones, El Colegio de Michoacán, Zamora, 2012. 4. …………………….. “Son huasteco, son de costumbre. Etnolaudería del son a lo humano y a lo divino en Texquitote, San Luis, Potosí”, en: Revista de Literaturas Populares,núm. 1 y 2, Año X, Universidad Nacional Autónoma de México, enero-diciembre de 2010 5. ……………………. “Música para distintos desempeños, la tradición musical de Paracho, Michoacán, en: Álvaro Ochoa Serrano, Michoacán: Música y Músicos, Gobierno del Estado de Michoacán. 6. López Casto, Gustavo, El Río Bravo es Charco, cancionero del migrante, Zamora, México, El Colegio de Michoacán, 1995 7. Lumholtz, Carl, El México desconocido, cinco años de exploración entre las tribus de la sierra madre occidental; en la Tierra Caliente de Tepic y Jalisco, y entre los Tarascos de Michoacán, traducción al castellano de Balbino Dávalos, 2º tomo, México, Editora Nacional, 1970.

Entrevistas. Constructores de bajo quinto, sexto y cuarto 1. Roberto Acha Gerónimo, realizada en Paracho, Michoacán, abril del año. 2014.

Víctor Víctor Hernández Vaca 2. José Córdoba, realizada en Paracho, Michoacán, abril del año 2014. 508 Discografía 1. El Gran Silencio, Libres y Locos (Cd), México, Emi Music, 1998 2. Luis Omar Arias Montoya (coord.) ¡Arriba el norte! Música de acordeón y bajo sexto, México, 2 tomos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013.

Páginas web 1. http://achamusicales.com/ IV.4. Constructores de Bajo Sexto y Quinto en Paracho, Michoacán Apartado V México Corazón Latinoamérica musical de México Repensar los géneros 509 V.1. El estudio del corrido en los albores del siglo XXI

Guillermo E. Hernández Universidad de California en Los Ángeles Guillermo E. Hernández Guillermo E. 510 Esta no es la historia del corrido que se debería escribir a principios del siglo XXI. Si estas fueran otras circunstancias hoy dispondríamos de una vasta documentación en torno a este importante género a partir del si- glo XIX, o quizás aún desde antes. Nuestro repertorio de corridos llega- ría a decenas, quizás cientos de miles de letras recogidas a través de los años por compositores e intérpretes, investigadores, familiares o aficio- nados. Estos textos estarían en archivos o guardados celosamente por coleccionistas además de haberse publicado en hojas sueltas, revistas, cancioneros y libros. Dispondríamos también de la música del corrido, anotada por escrito a lo largo del siglo XIX, pero con interpretaciones en grabaciones fonográficas recolectadas en vivo desde principios del siglo XX. Quizás hoy día estos materiales se estarían transfiriendo a una inmensa base de datos digital para su preservación, estudio y disemina- ción.

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI En estas circunstancias imaginarias también contaríamos con amplia información en torno a los compositores e intérpretes del corrido de di- versas regiones, tanto profesionales como aficionados. Sabríamos quié- nes iniciaron el género, los más prolíficos y aquellos de mayor populari- dad. Asimismo, tendríamos testimonios de sus historias personales, sus repertorios y la inclinación poética o musical que les llevó a convertirse en autores de corridos. Conoceríamos sus técnicas de composición, si pri- mero imaginaban los acordes musicales y después los textos o bien pro- cedían a la inversa. Tendríamos relatos de los contextos que inspiraron las letras y la música y las opiniones y reacciones de sus primeros públicos así como cúando, por quiénes y cómo se difundieron sus corridos. En este mundo ideal habría documentación de los personajes mencionados en los corridos, sus historias personales y los hechos que los llevaron a actuar como lo hicieron, tanto su representación en los co- rridos como en la vida cotidiana. Diversos aspectos de la vida de estos personajes estarían a nuestra disposición en la documentación histórica de archivos regionales y nacionales, donde habría copias de actas de nacimiento y defunción, tanto parroquiales como civiles, así como en los expedientes de los procedimientos jurídicos de archivos judiciales, y en vastas colecciones hemerográficas y fotográficas. Contaríamos con un legado generacional de investigaciones y estudios que permitirían una perspectiva en torno a la cultura popular de las diversas regiones donde el corrido se ha venido cantando desde hace ya casi dos siglos. Las recopilaciones de los textos y la música de corridos serían parte va- liosa de nuestro conocimiento de la historia regional tanto en la organi- zación social, la lengua utilizada, las costumbres, los valores que rigen

y han regido la conducta de sus habitantes, además de su psicología y Corazón Latinoamérica musical de México otras características económicas, sociales y artísticas. A su vez, este cono- 511 cimiento nos permitiría tener una mejor comprensión del corrido como un género que plasma momentos fundamentales en la historia regional. Sin embargo, las condiciones para escribir tal historia del corrido no existen en la actualidad. Nuestra realidad es distinta. Las colecciones, ar- chivos y publicaciones regionales, cuando existen, frecuentemente son de difícil acceso y, las más de las veces, carecen de organización y de índices. Los empleados de los archivos generalmente laboran heroica- mente con escaso apoyo institucional y sin preparación profesional, re-

cursos, equipo y recintos que les permitan una apropiada conservación Apartado V. Repensar los géneros de los materiales y el fácil acceso a la documentación a su cargo. Como resultado de esta grave situación el investigador del corrido general- mente se enfrenta a condiciones inhóspitas y ha de seguir sus pesqui- sas con verdadero empeño— aunque una ciega obstinación siempre es preferible—para lograr rescatar algunos datos del olvido. Los hallazgos son raros y las búsquedas infructuosas son la regla, más que la norma. Sin embargo, llega a suceder que se localice a algún individuo, familia o documento que, sorpresivamente, permita el descubrimiento de una rica mina de información. A base de estos logros se han venido armando una serie de líneas de investigación del corrido que nos permiten vis- lumbrar la trayectoria de este valioso y versátil género popular que lo mismo atañe a las ciencias sociales que a las humanidades o a las artes. Por algún tiempo los escasos especialistas del corrido han mane- jado una serie de preguntas fundamentales que siguen vigentes y que no deben soslayarse en el estudio del corrido: ¿Cuándo, dónde, y cómo surge el género? ¿Desciende acaso del romance español, procede de la epopeya prehispánica o es una creación mestiza que se desarrolla en alguna región en particular? ¿Qué género o géneros le anteceden o le sirven de contexto? ¿Qué relación tiene con otros géneros como la dé- cima, la valona, la canción narrativa o la canción lírica? ¿Cuáles son sus rasgos más distintivos? ¿Cuál es su definición más apropiada? ¿Quiénes han sido sus autores? ¿Cuándo, en dónde y por quién fueron creados los corridos más importantes en la historia del género? ¿Cuáles son es- tos corridos importantes y por qué lo son? La lista de interrogantes es interminable y propicia a abrir nuevas áreas de reflexión, debate e inves- tigación. Todas estas preguntas están interrelacionadas en tal forma que, por ejemplo, si carecemos de una definición del corrido no podremos esta- blecer un corpus representativo de diversas regiones, épocas y temas, lo cual, a su vez, nos impedirá distinguir las características básicas del gé-

Guillermo E. Hernández Guillermo E. nero y, en tal caso, careceremos del suficiente conocimiento necesario 512 para trazar la posible evolución del corrido, sus etapas más distintivas e importantes, sus rasgos fundamentales, así como su relevancia histórica y su valor artístico, lo cual nos lleva a la paradoja de no poder definir las características fundamentales del género y cómo podríamos reconocer un corrido al escucharlo. Es decir, se trata del dilema de la serpiente que se muerde la cola. Sin embargo, a pesar de lo formidable e inescapable de tal empresa, la situación no es para evadirla pues, como ocurre en todo campo de la cultura, lo importante no estriba en las respuestas que se puedan derivar de tal pesquisa sino que, al cuestionar e intentar res- ponder a preguntas fundamentales, se llega invariablemente al plantea- miento de nueves fuentes de estudio e investigación que a su vez permi- ten una mayor comprensión del fenómeno, que en este caso representa el testimonio cultural de un pueblo que, por varias generaciones, se ha dado a la tarea de crear y apreciar esa valiosa tradición artística que de-

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI nominamos el corrido.

Panorama del corrido Primeros esfuerzos de investigación Entre los estudios del corrido que hoy podríamos llamar clásicos, so- bresale una etapa inicial de estudio que ocurre aproximadamente en- tre los años de 1925 y 1965, y que consisten en una serie de recolec- ciones e investigaciones que aún son vigentes para los estudiosos. En 1925 Higinio Vásquez Santa Ana publica Canciones, cantares y corridos mexicanos, antología de textos principalmente del bajío mexicano, que incluye algunos corridos con los nombres de varios de sus autores, va- rios de ellos del siglo diecinueve. Sin embargo, es hasta 1937, cuando se publica el primer intento por definir el corrido formalmente y señalar sus características más prominentes. Armand Duvalier define el género como: ¨poema épico-lírico de aproximadamente veinte a treinta cuarte- tas octosilábicas que se rigen por seis básicas fórmulas primarias y ocho fórmulas secundarias¨. Las seis fórmulas propuestas por Duvalier son:

1. Llamada inicial del compositor/intérprete al público 2. Lugar, tiempo, y nombre del protagonista 3. Antecedentes al argumento del protagonista 4. Mensaje 5. Despedida del protagonista 6. Despedida del compositor/intérprete

No todas la fórmulas primarias aparecen necesariamente en cada

corrido, Duvalier considera que tres de ellas son indispensables: (2) Lu- Corazón Latinoamérica musical de México gar, tiempo, y nombre del protagonista, (4) Mensaje y (5) Despedida del 513 protagonista o bien (6) Despedida del compositor-interprete. Asimismo el corrido deberá estar constituido por estrofas de cuatro o seis versos. Algunos años después, en 1939, Vicente T. Mendoza publica su monumental Romance y corrido, obra que continuará en sucesivos ar- tículos y libros, iniciando una importante corriente de investigación. En 1953 Aurelio Espinoza publica su Romancero nuevomexicano, el cual incluye algunos corridos compuestos en los Estados Unidos. En 1957, Merle E. Simmons termina sus estudios del doctorado y más tarde pu-

blicó una revisión de tesis bajo el título de The Mexican Corrido as a Apartado V. Repensar los géneros Source for Interpretive Study of Modern Mexico, 1870-1950, obra que aparece bajo los auspicios de la universidad de Indiana en Blooming- ton, Indiana. Un año más tarde, en 1958, Américo Paredes publica una versión revisada de su tesis doctoral, With the pistol in his Hand: A bor- der corrido and its Heroe, importante obra que ha continuado editán- dose bajo la editorial de la universidad de Texas, en Austin, Texas. Por su parte, en 1973, Celedonio Serrano Martínez publica El corrido no deriva del romance español tésis prehispánica del origen del corrido. Además deberá mencionarse que la bibliografía del corrido incluye numerosos artículos de estudiosos que en sólo una ocasión o esporádicamente han escrito sobre el tema.

El primer desacuerdo: Paredes y Simmons Un patente desacuerdo en cuanto a los orígenes, la evolución y las ca- racterísticas fundamentales del corrido surge en 1963 entre Merle E. Simmons y Américo Paredes. Simmons, catedrático investigador de la Universidad de Indiana, había propuesto en su artículo “The Ancestry of México’s Corridos” rastrear los orígenes del corrido en los inicios mis- mos de la colonia ya que, opinaba, la presencia del corrido se hace pa- tente desde entonces a lo largo del continente americano. Para apoyar esta hipótesis, antigua y continental, Simmons aduce una serie de ejem- plos que sentarían las bases de una tradición corridística Tal propuesta es rebatida firmemente por Américo Paredes quien en “The Ancestry of Mexico’s Corridos: A Matter of Definitions” pone en tela de juicio la exis- tencia de tales ejemplos como la raíz del corrido ya que, afirma: “algu- nos ejemplos no constituyen en sí una tradición”. Para Paredes la existen- cia de una tradición del corrido solamente se justificaría al ser éste “un corpus íntegro de corridos que, debido al impacto que ejerce en la con- ciencia del pueblo que lo cultiva, debe su predominio al conformar la manera de vivir o reflejar la idiosincrasia de ese pueblo¨. A su vez Pare-

Guillermo E. Hernández Guillermo E. des propone que es en la región fronteriza del sur de Texas y noreste de 514 México donde, de acuerdo a su experiencia personal y, más tarde, ba- sado en sus investigaciones, a partir de la segunda mitad del siglo XIX existen indicios de una continua y sólida tradición de corridos. La hipó- tesis de Paredes, reciente y regional, ha sido objeto de amplia disemina- ción, especialmente en los círculos académicos de los Estados Unidos. No son éstas las dos únicas propuestas sobre los orígenes y evo- lución del corrido que se han manejado. Vicente T. Mendoza, parcial- mente de acuerdo con Paredes, y como éste también adhiriéndose a una perspectiva reciente y regional, destaca que no existen ejemplos que puedan llamarse propiamente corridos anteriores a la segunda mi- tad del siglo XIX. En cuanto a la antigüedad y difusión geográfica del co- rrido, Mendoza opina que el género probablemente surge en el centro de México durante la segunda mitad del siglo XIX. Finalmente, otra hi- pótesis sobre esta temática es la de Celedonio Serrano Martínez quien

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI en su libro El corrido mexicano no deriva del romance español sostiene una tesis antigua y oriunda de acuerdo a la cual las raíces del género de- ben buscarse en los cantos narrativos pre-hispánicos.

La tradición del corrido en Zacatecas Las hipótesis sobre los orígenes del corrido deberán ser reexaminadas a la luz de recientes colecciones y estudios y, en particular, de la colec- ción reunida por Cuauhtémoc Esparza Sánchez en los años cincuenta del siglo veinte en el estado de Zacatecas y publicada en 1976 bajo el tí- tulo de El corrido zacatecano. La meticulosa investigación histórica y el trabajo de campo de Esparza Sánchez satisface los requisitos que recla- maba Paredes pues demuestra la existencia en el estado de Zacatecas de una “tradición viva del corrido” que se inicia a principio del siglo die- cinueve y continúa durante la revolución mexicana, con ejemplos de la primera mitad del siglo veinte. Esparza Sánchez no intentaba compro- bar la existencia de un extenso corpus del corrido en Zacatecas. Su in- terés era apoyar su tesis del corrido como documento histórico, hipóte- sis que anteponía polémicamente ante su maestro Vicente T. Mendoza. Sin embargo, el estado de Zacatecas, posee, efectivamente, un extenso repertorio de corridos, los cuales forman una continua tradición desde principios del siglo diecinueve hasta la actualidad.

La colección Frontera de discos fonográficos Un importante repertorio es la colección de discos fonográficos comer- ciales que constituye, indudablemente, la más extensa colección de mú- sica popular mexicana. La colección Strachwitz-Frontera incluye nume-

rosas interpretaciones sonoras de corridos que nos permiten recrear la Corazón Latinoamérica musical de México trayectoria del género en México y los Estados Unidos. Uno de los títu- 515 los en esta colección es nada menos que “El corrido de Gregorio Cor- tez”, grabado en 1928 cuando Paredes cumplía diez años de edad y es- cuchaba las historias del héroe tejano de labios de las personas mayores en su círculo familiar. Muchos de los músicos que grabaron en estos dis- cos fonográficos comerciales interpretaban repertorios tradicionales del siglo diecinueve.

La tradición argentina

La importante colección de Olga Fernández Latour, Cantares históricos Apartado V. Repensar los géneros de la tradición argentina fue publicada en 1960. Si bien esta colección argentina de baladas históricas tradicionales incluye décimas y composi- ciones de características distintas al corrido contemporáneo, Fernández Latour rescata ejemplos similares en forma y contenido a lo que Paredes exigiría en el corrido tradicional. Al aportar nueva evidencia, Fernández Latour corrobora a la deducción de Merle E. Simmons validando la posi- ble existencia de una tradición de épica popular en el cono sur del con- tinente americano, particularmente en Argentina y Chile. Coincidiendo con el corrido, algunos de estos ejemplos incluyen estrofas de ocho sí- labas en rimas abcb y reflejan hechos narrativos heróicos. La represen- tación del gaucho o huacho, vaquero de las pampas, se da en compo- siciones llamadas corridos, cielitos, y videlas. Estos poemas heróicos, al igual que los corridos de Zacatecas, se apegan al requisito que Paredes antepone a los corridos en cuanto a que constituyen una ¨tradición viva¨. Es de interés que algunas de estas composiciones argentinas datan de finales del siglo dieciocho, por lo cual se podría suponer que el corrido tuvo una temprana existencia en el continente americano. Orígenes La evidencia a nuestra disposición indica que es primordialmente en el romance español donde se han de buscar los orígenes del corrido. Las similitudes entre el romance y el corrido incluyen: (1) el nombre del gé- nero; (2) la lengua española y sus recursos estilísticos; (3) la temática y las convenciones poéticas y narrativas; (4) las alusiones al entorno so- cial (5) los acompañamientos musicales. Sin embargo, esta tesis penin- sular no debería interpretarse como una simple continuidad de la tradi- ción hispánica. Si bien existen abundantes ejemplos de la supervivencia del romance en las Américas y de romances que se transforman en co- rridos, también ocurre que el grueso del repertorio de corridos lo consti- tuyen creaciones regionales de inspiración local. Pareciera como si la tra- dición del corrido hubiera tomado los materiales básicos del romance y

Guillermo E. Hernández Guillermo E. los utilizara en la creación de una tradición basada en hechos inmedia- 516 tos y con creadores y públicos vernáculos cuyas experiencias y preocu- paciones eran ajenos al romancero. Tal suposición no es inconcebible pues el romancero en sí sufre una transformación similar en España al crear un romancero moderno en el que se narran las aventuras de gua- pos y valentones en contraste con los contextos nobles o cortesanos del romancero viejo. Un cuadro comparativo de los repertorios del romance y del co- rrido, bastaría para corroborar la indudable existencia de un nexo fami- liar, no muy distante, entre los dos géneros. Por ejemplo, a pesar de la marcada distancia histórica, la confrontación entre dos rivales, - como los casos de Fernán González (1550) y el rey, por una parte, y Valente Quintero y Martín Elenes (1923), por la otra—revelan una serie de ex- traordinarios paralelos. En este caso, tanto el rey como Elenes reprochan a sus subordinados la violación de códigos masculinos y jerárquicos y,

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI al confrontar la rebelión de sus inferiores, esta representación del cho- que entre dos entidades políticas y sociales sintetiza un desafío que de- fine el carácter de los contendientes. Las semejanzas narrativas, lingüísti- cas, poéticas y retóricas se deben, indudablemente, a la cercana relación que une a ambos géneros y que, dadas similares condiciones históricas y culturales, reproducirán similares creaciones poéticas:

«Fernan González y el rey» Allí hablara el buen rey, su gesto muy demudado: -Buen conde Fernán González, mucho, sois desmesurado; El conde le respondiera, como aquel que era osado: -Eso que decís, buen rey, véolo mal aliñado. (Alcina Franch v. I p. 92)

«Valente Quintero» Salió el Mayor para afuera, bastante muy irritado: -Valente, tú no eres hombre, no eres más que ocasionado.-

-Yo no soy ocasionado,

yo soy hombre de valor, Corazón Latinoamérica musical de México nos daremos de balazos, 517 si usted gusta, mi Mayor.- (Mendoza, p. 198)

Tampoco es fortuito encontrar semejanzas entre un episodio del romance del siglo XVI, los «Los siete infantes de Lara» y una escena de «Lucio Vásquez» corrido del siglo XX. Ambos casos reflejan una similar preocupación entre el amor y protección filial—en este caso personifi- cado por la figura materna y el hogar—ante los peligros que acechan a

los hijos varones en el mundo externo. La advertencia de la madre repre- Apartado V. Repensar los géneros senta una importante señal de peligro y, al menospreciarla y actuar en desobediencia, el hijo se expone a una retribución o castigo fatal:

«Los siete infantes de lara» Por Dios os ruego, mis hijos, no salgáis de las posadas, porque en semejantes fiestas se urden buenas lanzadas. (Alcina Franch v. I, p. 118)

«Lucio vazquez» Su madre se lo decía -Cuídate de una traición, no vayas hijo de mi alma me lo dice el corazón. (Ortiz G., p. 32) A lo largo de diferentes contextos históricos, el corrido logra man- tener una serie de rasgos. Esta estabilidad genérica es evidente en tex- tos distantes entre sí. Una somera comparación entre, “Mañanitas de Hidalgo” (1811), de la colección reunida por Cuauhtémoc Esparza Sán- chez, y algunos corridos de la revolución mexicana (1910-1920), es de- cir, con composiciones hechas cien años más tarde lo hace patente. La primera narrativa representa al caudillo de la independencia mexicana, Miguel Hidalgo y Costilla, en su entrada a Guadalupe, Zacatecas, el año de 1811:

“Mañanitas de hidalgo” A las seis, a Guadalupe, por la casa de Cifuentes,

Guillermo E. Hernández Guillermo E. llegaron el cura Hidalgo 518 con su tropa de insurgentes. (Esparza Sánchez)

“Asalto a la hacienda de san juan” El día dieciséis de junio con regocijo y afán entraron los gutierristas a la Hacienda de San Juan. (María y Campos)

En ambos casos se trata de cuartetas, octosilábicas, con rima ABCB y que forman parte de una narrativa local, enmarcando las hazañas de un protagonista representado en términos heróicos, sin dejar de ser cir- cunstancias reales. El narrador se dirige a un público conocedor del con-

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI texto aludido, y a quien, por lo tanto, no es necesario informarle sobre la identidad de los personajes mencionados ni de la importancia dramá- tica o histórica de los acontecimientos sucedidos. Ambas estrofas repre- sentan a los protagonistas (Hidalgo y sus tropas/gutierristas) en primer plano, arribando decisivamente a la escena donde ocurrirán los hechos. Asimismo, “Las mañanitas a Hidalgo” coinciden con otro corrido de la época de la revolución mexicana, “La punitiva”. Este corrido conme- mora las hazañas de Francisco Villa al escapar la persecución del Gene- ral Pershing a quienes respectivamente se les representa heroicamente y superando a un enemigo ridículo y falto de valor:

“Mañanitas de hidalgo” ¿Qué harán esos gachupines, mercaderes y mineros, con Hidalgo y con Iriarte que son hombres justicieros? (Esparza Sánchez)

“La punitiva” ¿Qué pensaban los americanos, que combatir era un baile de carquis? Con la cara llena de vergüenza se regresaron de nuevo a su país. (Paredes)

Ambas estrofas emplean el recurso épico de representar despec-

tivamente al enemigo (en el caso de los enemigos de Hidalgo “gachu- Corazón Latinoamérica musical de México pines, mercaderes y mineros/americanos”), en contraste con las figuras 519 favorecidas por el narrador y su público: (mexicanos y gente del pue- blo), quienes despliegan virtudes de justicia y valentía. Otra convención del corrido consiste en la representación gráfica de aquellos escenarios donde ocurren hechos de importancia narrativa. En el corrido revolu- cionario conocido como “Derrota de Villa en Celaya”, al igual que en las “Mañanitas a Hidalgo”, se agudiza el suspenso al describir de manera sintética y vívida los preparativos para la batalla:

“Mañanitas de hidalgo” Apartado V. Repensar los géneros Hay fogatas en la plaza y en los cerros guarniciones, Hidalgo está con Zaldúa y hay jefes en los mesones. (Esparza Sánchez)

“Derrota de villa en celaya” Villa tenía mucha gente regada por dondequiera, y en San Luis Potosí estaba la brigada de Natera. (Hernández)

Una historia del corrido Cada día es menos aconsejable la práctica común de investigar o estu- diar algún aspecto del corrido desconociendo lo que ya se ha aportado en investigaciones anteriores. Dentro de este espíritu, propongo discutir “una historia del corrido”. He resistido llamar esta propuesta “la historia del corrido” pues, haciendo eco a John McDowell, creo firmemente que nuestros conceptos en torno a algunas cuestiones fundamentales en el corrido—definición, características, orígenes, evolución y significado -ar tístico e histórico—están íntimamente ligados a los repertorios que discu- timos. Por lo tanto, a medida que nuestro corpus del género se amplía, podemos aspirar a una mayor profundidad y precisión en nuestras pers- pectivas. Es a base de la evidencia a nuestra disposición, finalmente, que debe guiar nuestras discusiones y con estas consideraciones en mente, propongo discutir, sobre la base de la representación temática y el dis- curso narrativo, las características formales, así como las bases para la composición y la diseminación que actúan como un complejo juego de factores uniendo a la tradición del corrido. Guillermo E. Hernández Guillermo E. 520 Representación temática Son cuatro las áreas o modos de representación temática de mayor re- lieve en los textos del corrido: (1) Los personajes aludidos, (2) Los valores expresados, (3) El tiempo y el lugar indicado y (4) El lenguaje utilizado. Estas áreas o modos, no se encuentran aislados sino que, simultánea- mente, se apoyan entre sí. En estas áreas o modos de representación se conjuga la visión del mundo que es propia del corrido y que, produ- ciendo un fuerte impacto sobre las creencias y prácticas de los públicos del género, modelan o conforman el carácter y la idiosincrasia del pue- blo que lo cultiva. A su vez, cada una de estas áreas o modos incluye una diversidad de elementos. Bajo el primer modo se representan a los personajes, quienes pue- den incluir protagonistas, aliados, enemigos, testigos, miembros de una comunidad, públicos y narradores (compositores e intérpretes). Un se-

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI gundo modo está constituido por valores o atributos y estos se divi- den en valores y atributos positivos e incluyen bondad, verdad, valor, virtud, amor, lealtad, fuerza, carisma, amabilidad, generosidad, orgullo, humildad, agradecimiento, rectitud, cuidado y capacidad. Los valores negativos incluyen maldad, engaño, cobardía, corrupción, odio, fraude, debilidad, torpeza, crueldad, egoísmo, vergüenza, arrogancia, desagra- decimiento, injusticia, maltrato e ineptitud. El tercer modo lo representa el tiempo y lugar (ya sea en la narración misma o durante la interpreta- ción del corrido) y comprende los tiempos o lugares ya sea públicos, privados, oficiales, ordinarios, geográficos, históricos o imaginarios. El cuarto modo representado es el del lenguaje, y éste puede ser poético, formal, informal (coloquial, dialectal) conciso, directo o indirecto, y arti- culado como monólogo o diálogo. Personaje El corrido posee ciertas características que permiten identificarlo como gé- nero así como determinar sus significados. Entre estas características qui- zás la primordial es que en la representación de seres humanos se reflejen las experiencias y expectativas de aquellos públicos adeptos a escuchar el corrido. Es decir, se trata de personajes, cuya representación es creíble en una realidad cotidiana y que, además, hayan participado en acciones que ejerzan un profundo impacto en poblaciones reconocibles. Esto es parti- cularmente reconocible en el caso de los protagonistas, quienes general- mente representan un modelo de conducta bajo circunstancias extraordi- narias. Por ejemplo, Francisco I. Madero (1873–1913), líder de la revolución mexicana y considerado como un mártir asesinado por los enemigos del pueblo, es descrito en un corrido popular de la siguiente manera: México Corazón Latinoamérica musical de México Ah qué Madero tan hombre, 521 le conozco sus acciones: derecho se fue a la cárcel a echar fuera las prisiones. ¡Virgen Santa de Guadalupe lo llene de bendiciones! («Nuevo corrido de Madero,» en Hernández 1985a, p. 39-41)

El protagonista, Madero, es un hombre conocido (“le conozco”), por

valiente (“tan hombre”), justo y decidido pues libera prisioneros (“dere- Apartado V. Repensar los géneros cho se fue a la cárcel/ a echar fuera las prisiones”) y, por lo tanto mere- cedor de bendiciones por parte de la figura religiosa mexicana de ma- yor popularidad e importancia (“¡Virgen Santa de Guadalupe/ lo llene de bendiciones!”) La representación de los personajes del corrido se hace de manera comparativa pues su conducta y actuación en la narrativa es interdepen- diente y permite definir sus respectivos papeles ya sea como aliados, enemigos, testigos, miembros de la comunidad, o narradores. Por ejem- plo, en la estrofa inicial al corrido conmemorando las hazañas del tejano Gregorio Cortez, se alude a un buen número de personajes y de sus res- pectivas identidades:

En el condado del Carmen miren lo que ha sucedido: murió el Sheriffe Mayor, quedando Román herido. («Gregorio Cortez,» en Strachwitz 1994, p. 25-33) En primer lugar hablan el narrador—originalmente el compositor y, más tarde, la voz es adoptada en la interpretación—quienes al decir (“mi- ren”) se dirigen a un público compuesto por aliados, testigos, y miem- bros de la población local. Para el público conocedor basta mencionar al “Sheriffe Mayor” para identificarlo como enemigo, dada su afiliación con las autoridades y su muerte señala la gravedad de la situación que se ha desatado. Finalmente, el narrador alude a Román quien como hermano del protagonista es un aliado y cuyas heridas intensifican el aprieto en el que se encuentra el héroe Gregorio Cortez. La derrota del protagonista (“Ya agarraron a Cortez”) representa un evento trágico y heroico a la vez pues, al igual que otras figuras del co- rrido, Cortez muestra una presencia moral (“por la buena sí me llevan”) a pesar del desamparo en que se encuentra (“ya terminó la cuestión”).

Guillermo E. Hernández Guillermo E. El sufrimiento de sus seres queridos (“la pobre de su familia”) acentúa la 522 dimensión humana de su trance:

Cuando llegan los sheriffes Gregorio se presentó: por la buena sí me llevan porque de otro modo, no.- Ya agarraron a Cortez, ya terminó la cuestión, la pobre de su familia la lleva en el corazón. («Gregorio Cortez,» en Strachwitz 1994, p. 25-33)

Al mencionar a personajes enemigos sus cualidades negativas pueden describirse en términos humorísticos. Esta estrategia retórica es

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI utilizada frecuentemente por el narrador quien se vale de ironía o sar- casmo para atacar la conducta de sus adversarios. Huir en una batalla y sentir miedo son señales de cobardía en una lucha:

Los de Yurécuaro andaban, al golpetear la carrera, que parecían golondrinos por entre la zacatera. Los de Yurécuaro andaban que no hallaban ni qué hacer, llorando como chiquitos cuando ya querían correr. («Corrido de Yurécuaro y Tanhuato,» en Hernández 1985a, p. 25-28) Los personajes representados pueden incluir a los narradores mis- mos, ya sea compositores o intérpretes, como es evidente en el corrido de “Jesús Leal” donde la voz narrativa despide al protagonista Leal (“yo me despido de ti”).

Adiós Jesusito Leal, yo me despido de ti, estos versos te compuso una joven de Tepic (Jesús Leal,» en Hernández 1985a, p. 28-32)

Es digno de mencionarse que, después de identificarse ella misma (“una joven de Tepic”), las palabras de la creadora serán repetidas por

los subsecuentes intérpretes-narradores del corrido. En este cambio de Corazón Latinoamérica musical de México la voz narrativa, del compositor al intérprete, suelen ocurrir modificacio- 523 nes al relato. En “Jesús Leal”, por ejemplo, este cambio acentúa el cono- cimiento que el intérprete da al acto de creación. (“estos versos te com- puso/una joven de Tepic”), demostrando, como MacDowell ha anotado acertadamente, la capacidad reflexiva del género. Es frecuente encontrar variación en la voz narrativa del corrido. Por ejemplo, en “Kiansis” el narrador menciona la presencia de un personaje (“La mujer de Alberto Flores”) y procede a recrear el diálogo entre la ma- dre de un vaquero (“—¿Qué razón me da de mi hijo?”) y el caporal que

ha supervisado las labores del hijo (“—Señora, yo le diría/pero se pone Apartado V. Repensar los géneros a llorar”). Después de este intercambio, la voz del intérprete retorna a la narración, dirigiéndose primero al público (“Ya no tengo que cantarles”) y dar finalmente término al relato (“aquí termina”):

La mujer de Alberto Flores le pregunta al caporal: -Déme razón de mi hijo que no lo he visto llegar- -Señora, yo le diría, pero se pone a llorar, lo mató un toro frontino en las trancas de un corral.- Ya con ésta me despido por el amor de mi querida. Ya les canté a mis amigos los versos de la corrida. («Kiansis,» en Paredes 1976, p. 54) Si bien los protagonistas del corrido son predominantemente fi- guras masculinas, con características de la cultura mexicana regional, el género no es adverso a la representación de gran diversidad de identi- dades, siempre y cuando éstas concuerden con las normas del género. Esta flexibilidad en la representación de los personajes explica en gran parte el éxito de “Contrabando y traición”, corrido de la década de 1970, a pesar de la aparente anomalía, al representar a una mujer como prota- gonista, ésta exhibe las características heroicas que acostumbran repre- sentar los varones:

Sonaron siete balazos, Camelia a Emilio mataba; la policía sólo halló

Guillermo E. Hernández Guillermo E. una pistola tirada, 524 del dinero y de Camelia nunca más se supo nada. («Contrabando y traición,» en Vélez 1982, p. 68)

En efecto, después de vengarse de la traición de su amante Emilio, Camelia escapa con el dinero y nunca es aprehendida. Las heroínas an- teriores a este corrido generalmente representaban modelos negativos por lo cual eran censuradas al violar los códigos de conducta estableci- dos. Este corrido, por lo tanto, representa un parteaguas en la historia del género ya que además de exaltar la valentía y sentido de justicia de una mujer, Camelia, desaprueba la actitud cobarde e indigna de su pa- reja, Emilio, justificando su muerte.

Una hembra, si quiere a un hombre

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI por él puede dar la vida, pero hay que tener cuidado si esa hembra se siente herida; la traición y el contrabando son cosas incompartidas. («Contrabando y traición,» en VéIez 1982, p. 68)

Esta adaptabilidad representativa del género explica en buena me- dida su formidable capacidad de incorporar a la tradición gran diversi- dad de ocupaciones, características regionales, afiliaciones políticas e identidades sociales. De hecho, esta versatilidad permite a los corridos incluso representar protagonistas no humanos, tal como sucede con los caballos, siempre que su tratamiento se apegue a sus cánones de he- roicidad. En el corrido “El potro lobo gateado”, por ejemplo, el caballo juega un papel al nivel del protagonista ranchero.

Montó el charro en su caballo: -Esa carrera les gano. Mi caballo es muy violento: se va venir como rayo, le va ganar a la yegua. ¡Prepárenle otro caballo! A las primeras pasturas el caballo no se vía, se cubrió de polvadera. ¡Qué caballo tan violento!

Nomás alas le faltaban Corazón Latinoamérica musical de México para volar por el viento. 525 («El potro lobo gateado,» en Hernández 1985a, p. 26-27)

Valores y cualidades En su representación, los personajes del corrido se adhieren a un có- digo de ética bajo el cual se juzgaban sus acciones en términos ya sea positivos o negativos. Esto es, y como MacDowell (1981) lo señala, el co- rrido es proposicional. Se trata de un género basado en narrativas ejem- plares donde las situaciones conflictivas representadas se resuelven en

la derrota o el triunfo de uno de los contrincantes. Si bien los personajes Apartado V. Repensar los géneros suelen representar un valor o atributo determinado, su conducta tam- bién puede exhibir o combinar valores o atributos. Sin embargo, dada la naturaleza heroica de esta tradición, la valentía es una de las caracte- rísticas evidentes en los protagonistas. Por ejemplo, en el corrido de “Ar- nulfo”, el narrador describe las acciones de los adversarios en términos estéticos (“que bonitos son los hombres”), y justicieros (“defendiendo su derecho”) pero es su gran valor ante el desafío (“que se matan pecho a pecho”) lo que les da una dimensión heroica:

¡Que bonitos son los hombres que se matan pecho a pecho, cada uno con su pistola, defendiendo su derecho! («Arnulfo,» en Ortiz 1992, p. 28-29)

Los personajes enemigos son objeto de menosprecio por lo cual su representación es necesariamente negativa y sus valores y atributos contrastan con las virtudes de sus heróicos adversarios. Tal es el trato que recibe Victoriano Huerta, responsable del golpe de estado en con- tra de la digna figura del presidente revolucionario Francisco I. Madero. En la “Batalla de Zacatecas”, se caracteriza a Huerta como un ser vil (“bo- rracho”), deforme (“patas chuecas”) además de mostrar su debilidad al perder una batalla (“Zacatecas”) tras sufrir una aplastante derrota por su valeroso oponente (“Pancho Villa”):

Ahora sí, borracho Huerta, harás las patas más chuecas al saber que Pancho Villa ha tomado Zacatecas. («La toma de Zacatecas,» en Hernández 1985a, p. 68-69) Guillermo E. Hernández Guillermo E. 526 Como se ha mencionado anteriormente, esta representación negativa puede asumir un cariz satírico tal como ocurre en la representación que en su corrido da el General Inez Chávez García a un aspirante a partidario:

Decía Rafael Espinoza: -Señor, lo acompañaré. Y don Inez le decía: -¿Para qué lo quiero a usté? («Corrido de Inez Chávez García,» en Hernández 1985a, p. 112-115)

El público conocedor de los hechos seguramente advertirá el re- chazo humillante que recibe Rafael Espinoza por parte de Chávez, quien rehúsa aceptarlo como miembro de sus fuerzas. Los espectadores lo- cales—que conocían a Rafael Espinoza y las razones de tal desdén—de-

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI bieron de haber disfrutado la escena al comprender su significado. Esta práctica es común entre los narradores, quienes frecuentemente agre- gan al texto detalles que revelan el contexto del relato y que aclaran el papel y la reputación de los personajes representados. Dentro de los parámetros tradicionales del género, prácticamente cualquier causa o figura se acopla a la narrativa del corrido. Por ejem- plo, los partidarios y admiradores de Francisco Villa le dedican un ciclo de corridos representándolo como un protagonista heróico y sus opo- nentes, por otra parte, lo describen negativamente, ridiculizándolo. En las estrofas a continuación, le imputan arrogancia (“No te las eches”) y lo califican de inepto guerrero recordándole su derrota en Celaya (“las más hechas se van”) y mencionan su nombre real (Arango). A los partidarios de Villa se les representan como inofensivos soldados que reconocen sus lastimosas condiciones (“Ya no semos tan temidos”) quienes dan lás- tima (“pobrecita gente”) pues luchan con falsas expectativas de victoria (“se les afiguraba”) confundiendo destreza militar con el vicio (“que to- maban a Celaya como tomar aguardiente”):

No te las eches Arango ni te las vayas a echar, ni las cuentes tan seguras que las más hechas se van. Decían los pobres villistas: -Ya no semos tan temidos, por dondequiera rodamos, parecemos armadillos.

Ya se les afiguraba Corazón Latinoamérica musical de México a esa pobrecita gente 527 que tomaban a Celaya como tomar aguardiente. («Derrota de Villa en Celaya,» en Hernández 1985a, p. 79-82)

Tiempo y localidad Estos dos conceptos, tiempo y localidad, se refieren respectivamente a la cronología y la geografía en los que transcurren los eventos de las na- rrativas del corrido. Generalmente ambos conceptos reflejan las magni-

tudes acostumbradas en la vida diaria: “En la ciudad de Linares/serían Apartado V. Repensar los géneros más o menos/cinco de la tarde” (“Subteniente de Linares” en Ortiz 1992, p. 71-72). Frecuentemente las escenas ofrecen algún punto de referen- cia: “kilómetro once setenta/carretera nacional” (“Arturo Garza Treviño” en Ortiz 1992, p. 68-69). Para quienes tienen amplia experiencia escu- chando corridos algunas breves alusiones son suficientes para recrear una escena. Por ejemplo, en el corrido “San Pedro de los Ruedas”, la des- cripción de la fiesta anual (“cada año”) es apenas esbozada y, sin em- bargo, basta para sugerir la algarabía, movimiento y color producidos por un gran número de gente:

Había juego de pelota, también peleas de gallos; la gente llegó en camiones otros a pie y a caballo pa› celebrar una fiesta que se festeja cada año. («San Pedro de los Rueda, en Ortiz 1992, p. 91) Las localidades mencionadas en el corrido generalmente incluyen plazas, calles, salones de baile, bares, o campos de batalla. También se mencionan espacios naturales como son caminos, sierras o montes, mi- nas, y campos agrícolas. Menos comunes son los sitios oficiales como iglesias, instalaciones militares u oficinas. Ocasionalmente ocurren even- tos en ciertos recintos privados, como es la casa o, aún sin mencionar el lugar, se presenta algún monólogo o diálogo. Las referencias cronológi- cas son comunes. Generalmente, cualquier mención al tiempo se limita ya sea a la hora, el día o el año cuando el evento ocurre. Al igual que ocurre en otras áreas o modos, los corridos muestran flexibilidad en la ubicación de los hechos. En efecto, tiempo y espacio son elementos im- portantes en la representación del corrido, en tanto la geografía y la cro- nología imprimen un sentido de realismo que imprime credibilidad his-

Guillermo E. Hernández Guillermo E. tórica al relato y realza las acciones de los personajes: 528 En mil novecientos quince, Jueves Santo en la mañana, salió Villa de Torreón a combatir a Celaya. («La toma de Celaya,» en Hernández 1985a, p. 69-70)

Lenguaje Un aspecto lingüístico importante en los corridos es la fidelidad a los patrones dialectales y el apego al habla tradicional. El vocabulario del corrido es distintivamente regional y se apega a las tradiciones rura- les mexicanas. Particularmente en los corridos antiguos, es frecuente que los hablantes empleen palabras tales como ‘vía’ por ‘veía’, ‘ora’ por ‘ahora’, ‘suidad’ por ‘ciudad’, ‘usté’ por ‘usted’, y ‘ahí’ y ‘haiga’ por ‘haya’.

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI La pronunciación y modulación de los intérpretes reproduce las tonali- dades dialectales locales por lo cual los públicos del corrido reconocen en el relato los valores culturales que prevalecen en sus entornos socia- les. Esta información lingüística y cultural es importante. Por ejemplo, en el corrido de “Manuel Lozada”, el público se percata tanto del habla usada en esta comunidad trilingüe del norte de México (huichol, cora y español), además de la práctica local asociada con la tambora:

Llegaron a los portales gritando en huichol y cora: que les dieran aguardiente y tocaran la tambora. («Corrido de Manuel Lozada,» en Esparza Sánchez 1976, p. 25-28) Por lo tanto, el público deberá poseer conocimiento de los hábitos lingüísticos locales si ha de comprender y apreciar los matices culturales de la narrativa. En “Filadelfo Robles”, por ejemplo, corrido de la “Costa Chica”—región afro-mestiza del estado de Guerrero— se alude tanto a costumbres de origen africano (“sombra pesada”) como al vocabulario regional local (“broza”):

Ese Filadelfo Robles tenía la sombra pesada; él andando con su broza ni los perros le ladraban. («Filadelfo Robles,» en Aguirre Beltrán 1985, p. 176)

Esta práctica regional también se manifiesta ante la presencia del Corazón Latinoamérica musical de México inglés entre los hablantes de español a lo largo de la frontera de México 529 con los Estados Unidos. En “El Contrabando del paso”, los juzgados, el andén de una estación y un carro de ferrocarril sufren de préstamos lin- güísticos: ‘corte’ por ‘court’, ‘dipo’ por ‘depot’, y ‘coche’ por ‘coach’:

Nos sacaron de la corte a las ocho de la noche, nos llevaron para el dipo, nos montaron en un coche.

(«El Contrabando del Paso,» in Strachwitz 1994, p. 100-104) Apartado V. Repensar los géneros

Si bien el corrido refleja una percepción cotidiana del mundo, su lenguaje está sujeto a ritmos poéticos. Esta forma literaria, general- mente de cuartetas octosílabas en que la rima coincide en los versos pa- res, coincide con la copla:

A-ño-de-mil-no-ve-cien-tos, A 8 Muy-pre-sen-te-ten-go-yo, B 8 Que en-un-ba-rrio-de-Sal-ti-llo, C 8 Ro-si-ta-Al-ví-rez-mu-río B 8 («Rosita Alvírez,» in Ortiz 1992, p. 29-30)

Sin embargo algunos corridos tienen seis o siete sílabas; aunque con menos frecuencia:

A-gus-tín-ba-ja-ba, A 6 ba-ja-ba y-su-bí-a, B 6 él-per-dío-la-vi-da C 6 por-Ma-rí-a-Gar-cí-a B 6 («Agustín Jaime,» in Ortiz 1992, p. 31)

Los esquemas rítmicos pueden mostrar cierta variación. Algunos compositores utilizan rimas que coinciden tanto en los versos pares, como en los impares, pero aún en estas variaciones a la norma hay una tendencia a observar los patrones tradicionales. Por ejemplo, en “Pisto- leros famosos”, se agregan dos versos a la cuarteta, aunque la primera (A) y la tercera (A) riman, con el sexto verso (B) siguiendo la rima acos- tumbrada al coincidir el segundo verso (B) con el cuarto (B) verso:

Por-las-már-ge-nes-del-Rí-o, A 8

Guillermo E. Hernández Guillermo E. De-Rey-no-sa has-ta-La-re-do, B 8 530 se a-ca-ba-ron-los-ban-di-dos, A 8 se a-ca-ba-rondos-pa-ter-os; B 8 y a-si- sees-tán-a-ca-ban-do C 8 a-to-dos-los-pis-to-le-ros B 8

Si bien los ejemplos arriba mencionados mantienen regularidad métrica, la irregularidad es frecuente. Las variaciones más comunes se encuentran en los corridos antiguos cuya difusión oral posibilita la crea- ción de variantes. En comparación, los corridos contemporáneos, que se transmiten generalmente por medios electrónicos así como con méto- dos modernos de producción y comunicación, tienden a mantener una única versión narrativa textual así como una métrica regular. Dentro de esta tendencia poética de los corridos modernos debe mencionarse la influencia a las convenciones lingüísticas: en los corridos con menos fre-

V.1. El estudio del corrido en los albores siglo XXI cuencia aparecen giros regionales adoptando el español standard di- fundido por los medios comerciales de comunicación: radio, cine, y te- levisión. Es decir, que en esta transformación el corrido ha dejado un mundo oral o tradicional por el de la cultura popular. V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en la música culta

Diana Brenscheidt Genannt Jost Universidad de Sonora México Corazón Latinoamérica musical de México La musicología, ante todo en sus perspectiva histórica, teórica y estética, 531 se ha enfocado por mucho tiempo en las obras musicales, entendiéndo- las como ejemplo del avances de estilos y técnicas de composición (Dahl- haus 2003). La figura individual del intérprete ha sido retomada desde hace poco tiempo en la investigación, sobre todo por las repercusiones que en ella han tenido los estudios del performance, particularmente a partir de la década de los noventa. Ello ha abierto la posibilidad de reco- nocer la música, no sólo como un texto sino como una situación social en la que participan varios agentes (véase Small 1998; Madrid 2009, Cook

2013). Sin embargo, dentro de la musicología, primordialmente cuando Apartado V. Repensar los géneros ésta se enfoca en temas de música clásica occidental, encontramos por un lado una clara separación entre la investigación teórica e histórica acerca de la música (la cual se preocupa primordialmente por el compositor y su obra) y, por el otro la práctica musical misma (enseñada tradicionalmente en los conservatorios y cultivada en el mundo musical fuera de las univer- sidades). Dentro del aula, en las clases de historia y teoría de la música, se sigue incluyendo al intérprete sólo tangencialmente, en forma de graba- ciones, muchas veces anónimas, para acompañar el análisis de una parti- tura escrita (Barolsky et al. 2012, 78). Como destaca correctamente David Wright, parecieran existir “dos tipos de historias que tratan acerca de la misma cultura musical, una enfocada en los compositores y otra en torno a los intérpretes y sus audiencias” (Wright 2012, 173).1 Aunque –o quizá debido a que– no son suficientes las fuentes acerca de la Edad Antigua y la música clásica en Occidente, estamos convenci- dos de que la composición, en algún momento del pasado, como aún en

1) Esta, como las subsecuentes traducciones del inglés al español son realizadas por mi persona. la actualidad, ha tenido y sigue teniendo sus raíces en la misma práctica musical. Así como las primeras notaciones medievales europeas, las neu- mas, tenían su inicio en una práctica litúrgica-musical desarrollada a par- tir de los acentos gramaticales (Hoppin 2000, 71ff), suponemos, como su- guiere Roger Scruton, que se debe “percibir la composición como nacida de la anotación de música” (Scruton 2009, 439); es decir, se basa en una práctica musical viva y social en que concurrieron varios agentes, entre ellos instrumentalistas, cantantes y oyentes. Sin embargo, y como ha sido constatado posteriormente, durante mucho tiempo en la cultura occiden- tal, la escritura (o notación musical) ha sido privilegiada, de tal manera que nos encontramos ahora en una situación paradójica, en la que “tendemos a perder de vista el hecho de que los signos escritos deben su vida a la cosa que se describe”; en nuestro caso, la música interpretada.

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt Los mismos intérpretes, en un concierto de música clásica occiden- 532 tal, parecen ser invisibles o, como lo describe Scruton, “desaparecen de- trás de su traje ritual”, siendo comúnmente ropa formal de color negro. Al menos en un concierto de música instrumental, por ejemplo en una sinfo- nía, considerada como la forma musical ejemplar de un estilo absoluto o abstracto, misma que no hace ninguna referencia a una idea extramusical, encontramos la tendencia de que “la audiencia se siente inmóvil y expec- tante, envuelta en un silencio atemorizador y enfocada no sólo en quien ejecuta, sino en la música que hace uso de ellos” (Scruton 2009, 439-440). En el contexto de las diversas culturas musicales en América La- tina, hemos decidido dar un enfoque al presente trabajo, considerando lo que Aurelio Tello propone como intérprete, inserto en el contexto de una separación de la cultura musical oral con otra que denomina “cultu- ral musical escrita”. Ésta última es anotada en partituras y, en el caso de obras compuestas en las varias regiones latinoamericanas, se encuentra “emparentada con la tradición musical europea manifiesta desde la lle- gada de los misioneros evangelizadores del siglo XVI […] hasta la vincu- lación con las modernas tendencias de composición contemporáneas” (Tello 2013, 200). No obstante, la influencia traída por los canones de la V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta cultura musical escrita europea obviamente no se restringe a una trans- ferencia de técnicas y estilos composicionales, sino que se extiende al mercado global de la música clásica occidental prsente en múltiples di- recciones, con lo que atestiguamos que dichos canones se mantienen vigentes en muchas partes del mundo, incluyendo la región latinoameri- cana, llevando consigo distintas ideas estéticas así como reglas sociales de interpretación musical europea.2

2) Encontramos en ese sentido, en muchos intérpretes latinoamericanos, un perfil doble como intérpretes de los respetivos cánones de música europea, que se extienden a su Basándonos entonces primeramente en la figura del intérprete, tal como es percibida por la historia de la música occidental y su respetiva fundamentación, nos preguntamos ¿cómo se explica que el intérprete, a pesar de ser éste la entidad más comprometida en el proceso de ejecu- ción, aparentemente desaparece en un concierto sinfónico o instrumen- tal? Revisando comentarios de historiadores, teóricos y compositores en torno al lugar del intérprete musical, buscamos elaborar una explicación empleando ejemplos que contraponen esa perspectiva en que su fun- ción y percepción se encuentran desvalorizadas. En una segunda parte se revisa en la presente contribución las hue- llas que los estudios del performance han dejado en la investigación musical, específicamente en lo referente a la figura del intérprete, pro- poniendo a partir de lo anterior, un acercamiento que reconozca en el in-

térprete su rol activo en el fenómeno de la ejecucuón músical, abriendo Corazón Latinoamérica musical de México la puerta a un entendimiento de la música como un proceso social y cul- 533 tural en el cual participan distintos agentes. En la parte final, aplicaremos las perspectivas presentados previa- mente, emplenado para ello un ejemplo, siendo éste el caso del flautista mexicano Horacio Franco. Se pretende de este modo rescatar comenta- rios que nos ayuden a entender su perspectiva como intérprete frente a la obra musical, así como ante el público mexicano e internacional.

¿Esclavitud de la práctica o agente activo?: El rol del intérprete y la

música culta occidental Apartado V. Repensar los géneros Revisando fuentes de la historia de la música occidental, encontramos va- rias pistas que nos indican el origen de la invisibilidad adjudicada al intér- prete, así como del lugar secundario que se le adjudica. Ya desde la An- tigüedad Clásica en Grecia, la práctica musical habría tenido muy poco reconocimiento entre filósofos. Según Platón, el arte, y específicamente la música, era considerada como un “objeto de placer sensible”, con lo que le otorgaba un valor negativo. De acuerdo con esa perspectiva, Só- crates, en diálogo con Calicles dice despreciar el acto de tocar la flauta: “¿No te parece, Calicles, que es algo así, que persigue solamente nuestro placer y no tiene en cuenta ninguna otra cosa?” (Fubini 2002, 63). Lo que los pensadores antiguos apreciaron en el contexto de la música fue, en este sentido, la supuesta relación entre la armonía musical y el orden del universo, justificado con la presunción de que ambos se basaban en nú- meros. La armonía musical, los intervalos y relaciones rítmicas, se enten- dían como un reflejo de “la armonía universal de las esferas y de los as-

instrumento como al repertorio de obras latinoamericanas. tros” (Fubini 2002, 53), una música abstracta que no requiere intérprete y, como se dieron cuenta también los pensadores antiguos, ni se escucha. Esa concepción platónica de música como un ideal abstracto del cual la notación y la interpretación podrían ser solamente un reflejo imperfecto, tuvo fuertes repercusiones, las cuales se manifestaron todavía en la Edad Media, por ejemplo en el pensamiento de San Agustín (Hentschel 2002, IX), y sobreviven hasta la actualidad (Cook 2013, 8ff). También Boecio, quien se considera protagonista del cambio que conduce de la Antigüedad a la Edad Media, mantuvo una actitud de desprecio a la figura del intérprete, defendiendo en correspondencia la “superioridad de la razón frente al oído y de la teoría frente a la práctica” (Otaola González 2000, 46), ideas que han sido influyentes y fueron tam- bién citadas posteriormente por varios autores, alcanzando incluso el

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt Renacimiento. Su sistematización del ámbito de la música en tres partes 534 se basa también en antiguas ideas: la música mundana (equivalente a la música de las esferas), la música humana (el reflejo de la música mun- dana en el cuerpo y en el alma) y la música de los instrumentos. Esta úl- tima, que se refiere a la práctica musical de su tiempo, es claramente la menos valorizada. Exlama Boecio: “¡Cuánto más elevada es la ciencia de la música por cuanto atañe al conocimiento teórico, si se la compara con la actuación práctica!” Llega por ello a la conclusión que el verda- dero músico es “el que ha adquirido la ciencia del canto asimilada racio- nalmente, sin experimentar la esclavitud de la práctica” (Fubini 2002, 95, 96); una declaración que a partir de esta época, y por largo tiempo, for- mará programa en lo que respecta a la relación entre práctica musical e investigación teórica. El pensamiento musical renacentista, inspirado fuertemente por la recuperación del la norma clásica y el Humanismo, retoma las ideas mú- sico-teóricas básicas antiguas, donde San Agustín y Boecio ocuparon un lugar predominante. Por consiguiente, autores y teóricos renacentis- tas como el español Juan Bermudo, artífice de laDeclaración de los ins- trumentos musicales (1555), conserva la sistematización boeciana entre V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta música mundana, música humana y música instrumental, siendo ésta la última, de acuerdo con Boecio, “la música sonora, real y concreta, pro- ducida por instrumentos o por la voz humana”. Según Bermudo, el ver- dadero músico sigue siendo el teórico, no el intérprete: “Aquel es dicho musico [sic], que tiene saber para specular las proporciones musicales, los modos, y generos [sic] de musica [sic]. El que depriende a tañer sin arte, no puede ser dicho músico pues no tiene la ciencia musical: la qual no esta en la facilidad de los dedos, ni en la voz entonada: sino en el ánima.” (Otaola González 2000, 80, 84) Sin embargo, y en contraposición a la desvalorización del intér- prete, nace, con el creciente perfeccionamiento de los instrumentos en el Renacimiento, la figura del intérprete-especialista, siendo en varios casos un agente más universal o completo: el músico que compone, eje- cuta y a veces, también teoriza sobre la música. Gioseffo Zarlino, orga- nista, compositor y teórico musical, representa uno de los ejemplos más conocidos. Une la teoría de la música con la práctica como nos indica su declaración: “la música tomada en su perfección última reúne estas dos partes [musica theorica y musica pratica] tan estrechamente unidas que no se puede separar una de otra” (Atlas 2009, 635). La estrecha relación del compositor con el ejecutante o intérprete sigue siendo de importancia también en el Barroco; uno de los perso- najes más famosos es probablemente Johann Sebastian Bach. Como in-

dica Bruce Haynes, “llegar a ser un compositor no era nada especial, Corazón Latinoamérica musical de México solo una parte del proceso de producir música” (Haynes 2007, 4). De tal 535 manera se sigue desarrollando el virtuosismo instrumental, en paralelo con el perfeccionamiento de los instrumentos, incluyendo además el re- querimiento exigido al intérprete de improvisar o componer de manera espontánea. Como las fuentes corroboran respecto a épocas anteriores, el Barroco representa un punto culminante para el intérprete-especia- lista, no solamente en relación con ciertos requerimientos de su técnica instrumental sino respecto a sus habilidades para improvisar (o compo- ner de instante), dentro de ciertas reglas musicales. En este sentido, Hay-

nes afirma también que “antes del surgimiento del Romanticismo, im- Apartado V. Repensar los géneros provisación y composición eran actividades comunes para cada músico” (Haynes 2007, 4). En ese orden de ideas, el intérprete no solamente ne- cesitaba las habilidades técnicas sino que también debía participar de manera activa en el proceso de creación musical. Además, muchas com- posiciones por ese entonces fueron escritas para intérpretes distintos en situaciones sociales específicas. De tal manera, la música fue hecha para una persona específica; es decir, teniendo en mente un ejecutante con habilidades (y debilidades) particulares, aspectos que terminarán influenciando el proceso de composición. Ese procedimiento seguía siendo común también en el período Clásico; como se comprueba, en- tre otros, en los casos de Mozart y Haydn (Dunsby 2001, 371; Goehr 2007, 196). La importancia del ejecutante se refleja también en el ámbito de la interpretación en tanto que se vincula también con los afectos o senti- mientos. Ya desde el Renacimiento tardío, época en la cual se ubica tam- bién la obra de Monteverdi, se encuentran referencias a intérpretes y ensambles musicales, los cuales reflejan la preocupación de los compo- sitores con su interpretación singular. Cuando por ejemplo Monteverdi publicó su segundo libro de madrigales, ya había viajado a la ciudad de Ferrara, donde oyó un nuevo estilo de canto asociado con un conjunto de intérpre- tes profesionales femeninas, el Concerto delle donne (Concierto de las mujeres). El teórico Vincenzo Giustiniani describió el canto de ese con- junto de la siguiente manera:

Aquellas damas rivalizaban entre sí […] en el trazado de pasajes exquisitos […]. Moderaban sus voces, sonoras o suaves, pesadas o ligeras, según las exigencias de la pieza que cantaran; ora lentamente, tomando aliento a ve- ces con una delicada aspiración, ora cantando largos pasajes legato o stac- cato, ora giros, ora saltos, ora con largos trinos, ora con breves, o de nuevo con dulces pasajes continuos suavemente cantados y de los que uno a ve-

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt ces oía inesperadamente la respuesta del eco. Acompañaban la música y 536 el sentimiento con expresiones faciales, miradas y gestos apropiados […]. Y las palabras las pronunciaban con tal claridad, que uno podía oír hasta la última sílaba de cada palabra.” (citado en Forney y Machlis 2011, 117)

Comentarios como este reflejan el importante rol del intérprete que por entonces predominaba, ya sea en la formación de nuevos etilos musicales o en su poder sobre el éxito o fracaso de transmitir – hasta de manera corporal - ideas musicales a un público. No es de esta manera extraño que los tratados barrocos sobre la doctrina de los afectos, por ejemplo Das neu-eröffnete Orchester (La orquesta recientemente inau- gurada, 1713) de Johann Mattheson, se dedicaban ante todo a los ins- trumentalistas o cantantes, siendo ellos el medio existente entre el com- positor y el oyente. El poder del intérprete en el proceso composicional-interpretativo es confirmado también a mediados del siglo XVIII por Johann Sebas- tian Bach – al tiempo que ello ratifica también la autoridad de la obra. Al ser cuestionado acerca de lo que él consideraba que era una buena interpretación musical, respondió que ésta consistía en “[l]a habilidad a V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta través del canto o del acto de ejecutar, de hacer consciente al oido del verdadero contenido y afecto de una composición”. Hablando del in- térprete y de la composición a la que daba vida, añadía que “cualquier parte puede ser alterada tan radicalmente, modificando su interpreta- ción, que apenas será reconocible” (Dunsby 2001, 346). Aunque sabemos que durante el período Clásico, el compositor- intérprete todavía era reconocido por su habilidad de “componer” (o improvisar) de manera espontánea durante una situación de concierto (Goehr 2007, 189), esa espontaneidad, así como la estrecha relación en- tre composición e interpretación, cambiará durante en el Romanticis- mo.3 El incremento en la edición de partituras musicales, junto con el crecimiento de conciertos públicos presentados por orquestas cada vez más grandes en el siglo XVIII (Downs 1998, 28), nos dan la idea de que la obra musical misma se independiza en relación con su autor – el com- positor-intérprete-, dándole más libertad al ejecutante (presentando la obra en ausencia del compositor), pero también restringiéndolo por ser dependiente de la partitura escrita (sin tener la comunicación musical directa con quien compone). Ese será también el momento en que dará inicio la exitosa trayectoria de la figura del director de orquesta, cuya po- sición, con el paso de los años, llegará a ser tan mitificada como la del propio compositor, llegándose incluso a confundir el uno con el otro. Como explica Lydia Goehr de manera puntual, en el cambio del

siglo que lleva del XVIII al XIX, la figura del compositor, como también Corazón Latinoamérica musical de México el concepto mismo de obra musical, alcanzará un nuevo significado, lo 537 cual influirá de manera directa en el rol de los intérpretes. Ese cambio dependerá mucho de la liberación del compositor de sus limitaciones sociales, es decir, un creciente número de compositores-músicos ya no trabajarán directamente para la Iglesia o la aristocracia sino que se ga- narán la vida como artistas independientes. La concepción romántica de la música como un lenguaje privilegiado, el arte más elevado entre todos (Fubini 2002, 259-¿), abrió también la puerta a la descripción del artista (y ante todo del compositor), como genio, y su obra fue vista en

consecuencia como producto de una inspiración genial (Shiner 2004). Apartado V. Repensar los géneros En el contexto del espiritualismo romántico, los compositores fueron no raramente admirados como ingenios superlativos; específicamente Lud- wig van Beethoven, quien fue reconocido como el “arquetipo del com- positor romántico” (Goehr 2007, 247).4 La mistificación y creciente va- lorización de la figura del compositor en el Romanticismo tuvo su efecto también en los intérpretes. Compositor e intérprete se entendían ahora más bien como dos figuras completamente distintas, así como lo fueron antes el teórico y el músico-intérprete (práctico). El compositor, el genio individual, el verdadero artista, tuvo todo el poder sobre la obra musi- cal en sus manos, siendo ahora una obra escrita, fija, casi sagrada, que ya había logrado alcanzar su forma ideal. El instrumentalista o cantante,

3) Excepciones son, por ejemplo, el compositor e intérprete Franz Liszt así como Clara Schumann. Véase Woodring Goertzen, Valerie. 2004. “Preparando el escenario: los preludios de Clara Schumann”. En En el transcurso de la interpretación. Estudios sobre el mundo de la improvisación musical, editado por Bruno Nettl y Melinda Russell, 227- 248. Madrid: Akal. 4) Acerca del culto a Beethoven véase también Goehr 2007, 208. en comparación, necesitaba todas las habilidades técnicas para poder realizar la mejor interpretación de esa obra magistral, traduciendo fiel- mente las intenciones del compositor; es decir, sin introducir ningún cambio estético o musical de su parte. Esas concepciones, formadas a partir de 1800, han sido el fundamento de la discusión acerca de la ‘autenticidad’ de una interpretación musical; autenticidad referente a la idea de que una interpretación debe que ser lo más fiel posible a las in- tenciones originales de su compositor (autor), como también al contexto histórico-musical de su época.5 Además, las concepciones románticas del compositor visto como genio y de su obra entendida como obra de arte autónoma (sin necesidad de recurrir a ningún tema o ninguna fun- ción extra-musical para poder valer por sí misma), ha permeado en las salas de concierto modernos. Como describe Goehr, las interpretacio-

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt nes musicales “tuvieron que ser separadas completamente de toda ac- 538 tividad extra-musical. Fue con esas ideas en mente que las salas de con- cierto empezaron de ser construidas como monumentos e instituciones dedicadas a la interpretación de obras musicales”. Eso exigía también cierto comportamiento por parte del nuevo público: “Como a los intér- pretes y directores de orquesta, se requirió también al público estar lite- ralmente y metafóricamente silencioso, con el fin de que la verdad o be- lleza misma de la obra pudiera ser escuchada” (Goehr 2007, 236). Con el enfoque en la obra musical como símbolo de belleza y verdad, pre- sentada en una situación de concierto restringido en muchos sentidos (silencio, luz, vestuario, etc.), el intérprete parece en efecto ser el esclavo que Boecio describió en el siglo VI. Siguiendo con este desarrollo histórico es importante preguntar qué ha pasado con el intérprete durante el siglo XX, ante todo tras la aparición de nuevos estilos de composición. Existen varias formas de responder a esta pregunta. Un ejemplo ilustrativo puede ser el comen- tario emitido por el compositor austriaco Arnold Schönberg, inventor de la dodecafonía, y por consiguiente del serialismo musical, corriente in- fluyente a partir de la década de los veinte del siglo pasado. Schönberg V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta parece haber dicho en cierto momento, “que el intérprete era ‘total- mente innecesario a excepción de que su interpretación hace la música entendible para un público tan desafortunado que no era lo suficiente- mente capaz de leerla en la versión impresa” (Cook 2013, 8). Aunque existen fuentes que confirman que el mismo Schönberg, con el paso de los años cambio su opinión despectiva en torno a los intérpretes (Feist

5) En torno a la autenticidad en la interpretación musical, véase, por ejemplo, Kivy, Peter. 1995. Authenticities. Philosophical reflections on musical performance. Ithaca: Cornell University Press. 2011, 157), sus comentarios representan un ejemplo de la supuesta ‘au- toridad de la partitura’, que ha sido fundamento de mucha composición, interpretación e investigación musical en el siglo XX. Por otra parte, la técnica compositora del serialismo integral, aplicando los principios de la serie a todos los parámetros musicales, ha sido criticada por restrin- gir la creatividad del compositor (Fubini 2002, 431), quien pierde a tal grado el control de la obra, que ésta se desarrolla (hasta cierto punto) sin él y tiene su realización más perfecta en la partitura escrita. La partitura, de nuevo, tiene que ser descifrada por el intérprete. Dice Bernard D. Sherman: “a mediados del siglo XX la notación del compositor está con- trolando la ejecución del instrumentalista en un grado nunca igualado en otras artes performativas (como el teatro y la danza)” (Sherman 1998, s.p.). Eso muestra al mismo tiempo el papel que exige la música con-

temporánea, o más generalmente la interpretación contemporánea de Corazón Latinoamérica musical de México música culta occidental por parte del intérprete. Como resume Edward 539 T. Cone al momento de explicar la función del pianista en la interpreta- ción: “El intérprete, con el fin de producir más que una respuesta idio- sincrática, debe remitir a una combinación de análisis técnico sonoro y conocimiento musicológico relevante” (Cone 1995, 242). Referente a la música contemporánea serialista, la cual desafía al intérprete con su no- tación precisa, esos requerimientos han dificultado la interpretación mu- sical (véase Royo Abenia 2006; Heaton 2012), resultando también en la formación de ensambles distintos, a veces por parte de los mismos com-

positores, para la interpretación de música contemporánea. Apartado V. Repensar los géneros La idea articulada por Schönberg, de que el intérprete sería inne- cesario, al menos para el conocedor de música, tropieza a mediados del siglo XX con otras concepciones de la función de la composición, co- nocidas bajo el término de indeterminación. Compositores como John Cage y después Karlheinz Stockhausen –en un primer momento repre- sentante del serialismo integral–, introdujeron elementos de azar en las composiciones, lo que resultó en una forma musical abierta, dando al intérprete más libertad dentro del proceso de interpretación –aunque bajo restricciones prescritas por el mismo compositor-. El instrumenta- lista o cantante pudo así, por ejemplo, escoger libremente entre diferen- tes opciones para seguir la interpretación o interpretar la obra a partir de unas indicaciones escritas en forma de texto.6 Como afirma Velia Nieto,

6) Según Velia Nieto, el primer compositor que introduce el concepto de indetermina- ción o del azar en la composición en el siglo XX fue el compositor estadounidense Henry Cowell, seguido por su alumno John Cage. A partir de la decada de los 50, varios compositores, ante todo estadounidenses, han compuesto música usando el concepto de indeterminación. Más tarde están seguidos por compositores europeos ahora el compositor “comparte algunas funciones del proceso creativo con el intérprete”, resultando en un nuevo papel del mismo. Resume Nieto: “A estar llamado por el compositor a seleccionar y a decidir […] el intérprete rebasa la función tradicional de ser solo la mano que eje- cuta y deviene un nuevo artesano. Su función: moldear y cerrar, a cada versión, un universo musical más extenso y menos definido previamente que el de antes.” (Nieto 2008, 193) Sin embargo, como nos revela la cita de Nieto, la figura dominante sigue siendo el compositor, el creador de la obra musical y el verdadero artista, mientras que el intérprete se per- cibe como el nuevo artesano, destacando entonces por sus habilidades técnicas musicales, no por su genio creativo. Ante este trasfondo de menosprecio acerca del rol del intérprete en la música culta occidental, nos preguntamos, ¿cómo perciben y quizá

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt confrontan o aceptan los intérpretes mismos esa situación? Como he- 540 rramienta teórico y metodológica, introducimos entonces, antes de pre- sentar y analizar un ejemplo específico de un intérprete latinoamericano, primero las propuestas introducidas desde finales del siglo XX por los estudios del performance a la música, propuestas que abren la puerta a un mejor reconocimiento del intérprete en la historia de la música culta occidental.

Los estudios del performance y el intérprete Frente al rígido esquema propuesto por pensadores y compositores de la música occidental, así como por una gran parte de musicólogos hasta nuestros días, se encuentra desde los años noventa del siglo XX, una in- fluencia fuerte por parte de los estudios del performance. Ésta se ha ma- nifestado en tendencias de recepción e investigación reconociendo una y otra vez el poder del intérprete, el cual a veces ya ha destacado, como hemos puesto de manifiesto en el recorrido que hemos hecho por la his- toria de la música occidental. Como rama teórica, los estudios del perfor- mance fraguaron por primera vez a mediados del siglo XX en la filosofía del lenguaje y la Lingüística, específicamente con la obra de Ervin Goff- V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta mann y J.L. Austin. Este último, en su libro Cómo hacer cosas con palabras (1962), usa el concepto de los ‘enunciados performativos’ para nombrar oraciones que se refieren a “la utilización del lenguaje para hacer algo, más que decir algo: como un acto de inauguración, la emisión de un vere- dicto o la realización de una promesa” (Sánchez-Prieto, 2013, 2). El signo lingüístico está ubicado así en su vida social, en su contexto, haciendo

como Iannis Xenakis, Luciano Berio, Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen así como por compositores latinoamericanos, por ejemplo el mexicano Julio Estrada (véase Nieto 2008, 193ff). del acto de hablar una manera de actuar más que de solamente informar. Esas ideas de la filosofía del lenguaje se asociaron poco después con el teatro y la Antropología, como se muestra respectivamente en el trabajo de Richard Schechner y Victor Turner, tendiendo a una aplicación más ri- gurosa a la vida pública, entendida bajo el término de ‘performance so- cial’. Es exactamente esa relación entre los enunciados o actos performati- vos, y su significado dentro de la vida social de una cultura, lo que puede ser de uso para el análisis de la interpretación musical, las presentaciones escénicas y sus contextos performativos (véase Brenscheidt 2015). En el ámbito de la investigación musicológica específicamente, autores como Nikolas Cook, Christopher Small, Alejandro Madrid, Philipp Auslander (y otros más) retomaron esas ideas con la finalidad de destacar una nueva concepción de la obra musical como un proceso social y cultural en el

cual participan los varios actores presentes, desde el compositor y el in- Corazón Latinoamérica musical de México térprete hasta el público y el crítico o musicólogo. Como destaca Nikolas 541 Cook, deconstruyendo la oposición común entre lo musical y lo extra-mu- sical, así como lo musical y lo social, “la música misma es una dimensión intrínseca de la sociedad” y en ese contexto específicamente el perfor- mance musical es “una actividad social paradigmática, y sus efectos y sig- nificado descienden en gran parte de esa dimensión social” (Cook 2013, 249). ¿Pero cómo influye esa tendencia referente al rol del intérprete en específico? ¿Y cómo podemos aplicar las propuestas de los estudios del performance al análisis del rol del intérprete?

El punto de partida para una nueva perspectiva desde los estudios Apartado V. Repensar los géneros del performance, que sea inclusiva en cuanto a la función del intérprete, se encuentra como hemos mencionado anteriormente, en la apertura acerca de lo que se entiende como música. La historia de la música mo- derna, influida por el culto romántico al genio artístico y a la originalidad de la obra, define tradicionalmente la música a partir de sus obras escri- tas7, plasmadas dentro de una partitura y siguiendo una lógica interna musical. En ese sentido, Carl Dahlhaus entiende la historia de la música como una “historia original de la obra de arte autónoma, individual, irre- petible, basada en sí misma y existente por sí misma” la cual encuentra su equivalente en la “historia de la composición o de las técnicas musica- les” (Dahlhaus 2003, 20). Si la historia de la música, misma que parte de una concepción originada en el Romanticismo alemán, brinda recono- cimiento a ciertos actores, –y ello solamente de manera restringida–, re- toma al compositor como origen o punto de “creación de obras” (poesis) (Dahlhaus 2003, 13).

7) Lo que Taruskin denomina “la tradición literaria de la música occidental” (Taruskin 2005, XXIII). La definición de música y del enfoque de la historia de la música ex- presada por Dahlhaus, prevalece por mucho tiempo dentro de la inves- tigación musicológica, llegando a ser criticada de manera fundamental. Richard Taruskin, por ejemplo, crítico decidido de la obra de Dahlhaus, se contrapone a la definición de música como arte autónomo, haciendo referencia al concepto de “art world” (o mundo artístico), del sociologo del arte Howard Becker. Éste último entiende el mundo artístico como “el ensamble de los agentes y relaciones sociales necesarios para pro- ducir una obra de arte” (Taruskin 2005, XXVIII). Esa propuesta tiene obi- vamente su impacto en la definición de lo que es una obra de arte o de quién participa en su creación: “toda obra artística, como toda actividad humana, involucra la actividad en conjunto de un número de personas muchas veces grande, por medio de cuya cooperación la obra de arte

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt que veamos o escuchamos llega eventualmente a ser y continua” (Bec- 542 ker citado en Taruskin 2005, XXIX). Esa perspectiva socio-cultural de la música, afirmada por Taruskin en base a Becker, ha sido formulada an- teriormente por musicólogos interesados en o influidos por, los estu- dios del performance. Específicamente, los estudios del performance han sido responsables de introducir cambios de perspectiva dentro de la musicología; ello con el fin, no solamente de otorgar reconocimiento a los varios participantes activos de un proceso musical (intérprete, com- positor, público, oyente, etc.), sino en el sentido de ubicar cada proceso musical dentro de una cultura específica, relacionada con distintas re- glas sociales y universos ideológicos. Lo anterior ha posibilitado, por una parte, el crecimiento de la investigación en el ámbito de la histo- ría de la interpretación musical, lo que ha resultado en un mejor cono- cimiento de la historicidad de una obra musical y su interpretación.8 Por otra parte, enfocándonos ahora más en la dimensión de la performati- vidad (atendiendo a su definición por la filosofía del lenguaje y la An- tropología Social), los estudios del performance han hecho posible una variedad de estudios que investigan procesos musicales en sus distin- tas situaciones socioculturales; es decir, que centran su atención a la va- V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta riedad de actores (ante todo, aunque no reduciéndolos exclusivamente a intérpretes, compositores y oyentes), los cuales participan conjunta- mente en dichos procesos. Alejando Madrid rechaza en ese sentido el enfoque en la historia de música como historia de las obras musicales autónomas, con el fin de reemplazarla por una perspectiva de la música como acción social. Explica:

8) Un ejemplo es el debate sobre la interpretación histórica adecuada de música antigua (medieval hasta barroca) (véase Haynes 2007). lo que define a los estudios de performance en la música […es] su interés en una cuestión simple y básica: qué es lo que la música hace en lugar de qué es la música. En otras palabras, una perspectiva desde los estudios de performance a la música se interesaría en lo que la música es sólo en tanto le ayudara a responder qué es lo que hace, mas nunca como el objetivo fi- nal de la investigación. En pocas palabras, […] la quintaesencia de los estu- dios de performance en la música es cuestionarse qué pasa cuando la mú- sica sucede. (Madrid 2009, s.p.)

La musicología, desde la perspectiva de los estudios del perfor- mance, define entonces la música en referencia a los procesos socia- les y culturales dentro de los cuales la música encuentra realización. Ese planteamiento abre la puerta para dar reconocimiento a los distintos ac-

tores que participan en esa acción social: desde el compositor hasta el Corazón Latinoamérica musical de México intérprete, pero también el publico así como el crítico o el musicólogo, 543 todos aquellos que reflexionan respecto a la música. Como lo describe Nikolas Cook:

“composers provide a highly worked out, and often hermeneutically sug- gestive, framework; performers add the specific sonorous content that con- ditions listeners’ experiences, even to the extent of eliciting their emotional responses. What in the world of listeners – and also of critics and musicolo- gists, who after all are listeners too – we call musical works are the product

of this process of collaboration between composers and performers, and Apartado V. Repensar los géneros indeed critics and musicologists.” (Cook 2013, 236)

Cook destaca con lo anterior el aspecto social, la negociación entre los varios agentes del proceso o de la experiencia que deno- minamos música, dando un enfoque especial a la interpretación de música, medio por el cual la obra musical entra –como destaca Cook en referencia a Robert Martin (Martin 1993)–, al mundo de los oyentes del cual los críticos, teóricos y musicólogos también forman parte. Esa experiencia del oyente, Cook la ubica en la actividad de los intérpre- tes, los cuales “negocian los detalles finos de su performance”, deta- lles que “son apliamente responsables de la calidad y el carácter ex- presivo de la música, tal como lo experimentan las audiencias” (Cook 2013, 235). Un reconocimiento específico del intérprete se encuentra tam- bién en los trabajos de Philip Auslander. En su artículo entitulado “Mu- sical Personae”, Auslander hace una observación importante referente al concepto de performance o de la interpretación musical, la cual en tendencia se entiende todavía como la interpretación de una obra. Con la finalidad de destacar la actividad de los actores y su presencia cor- poral en el proceso musical, Auslander relaciona el performance mu- sical, no necesariamente con la obra (el texto) sino con la persona del intérprete (o posiblemente del compositor); es decir, con una identi- dad en lugar de hacerlo con un texto (Auslander 2006, 101). De este modo, Auslander da enfasis especial al músico o al intérprete (o po- siblemente al compositor), entendiéndolo como agente social, el cual presenta cierta identidad en un ambito social, en este caso el mundo musical. Inspirado por las ciencias del teatro, Auslander utiliza el con- cepto de persona para referirse a “una identidad como ejecutor que está construida a través del acto del performance, o más típicamente a través de sucesivos actos de performance” (Cook 2013, 325). Auslan-

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt der aplica ese concepto no solamente a una estrella de pop o de rock, 544 sino también al músico clásico, haciéndolo extensivo hasta “los relativa- mente anónimos miembros de una orquesta sinfónica”, siendo “la os- curidad de los músicos, en este caso, una característica definitoria de la persona que ellos representan performativamente en esos dominios discursivos” (Auslander 2006, 102). El recorrido efectuado con autores tales como Taruskin, Madrid, Cook y Auslander, todos ellos representantes de una perspectiva in- fluida por los nuevos debates acerca de los estudios culturales y espe- cíficamente los estudios del performance en la música, ayuda por lo tanto, no solamente de definir la música como un proceso social que incluye varios actores, sino además, nos puede servir como un lente teórico que permite otorgar reconocimiento específico al intérprete y ubicarlo como agente activo en el mundo musical, visto aquí pre- dominantemente respecto a la música culta occidental. Eso se verá a continuación, haciendo referencia a un caso que muestra un intérprete específico, proveniente de la cultura musical mexicana, el cual tiene presencia en el ámbito internacional de la música culta (occidental). Frente a la tendencia dominante de despreciar al intérprete, documen- V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta tada predominantemente en la tradición musical occidental y su pen- samiento, difundida todavía recientemente a nivel internacional, así como filtrada por el lente teórico de los estudios del performance en la música, nos preguntamos: ¿Cómo perciben los interpretes mismos su rol respecto a la interpretación de música culta (occidental)? ¿Qué posibilidades ve un intérprete de influir en el proceso musical? ¿Cómo lo percibe en este caso particular un intérprete latinoamericano, espe- cialmente mexicano, activo en el ámbito de esa tradición y cultural mu- sical? Un intérprete mexicano: el flautista Horacio Franco Calificado como “uno de los mejores flautistas de pico del mundo” por el rotativo nacional El Universal, en nota del 20 de marzo de 2014, el músico mexicano Horacio Franco (1963-) es egresado del Conservatorio Nacional de Música así como del Sweelinck Conservatorium de Amster- dam. Hoy en día cuenta con una trayectoria como intérprete en México y a nivel internacional que sobrepasa los 35 años de duración. Como flau- tista de música barroca, Franco se ha especializado particularmente en la obra de Bach, siendo un caso significativo en varios sentidos: por sus habilidades y reconocimiento como instrumentista, así como por ser un ejecutante poco convencional, tal como lo describe el periódico El País, en nota publicada en 2013 (Corona 2013). En su libro intitulado Visio- nes Sonoras, Roberto García Bonilla presenta diversas entrevistas, mis-

mas que realiza a diferentes intérpretes, compositores y hasta críticos, Corazón Latinoamérica musical de México incluyendo a investigadores y directores de orquesta. Una de ella la de- 545 dica a Horacio Franco, misma en que realiza preguntas acerca de inter- pretación escénica y sobre su concepción del rol del intérprete frente a la obra musical y su concepto sobre el compositor. A primera vista, Horacio Franco confirma obviamente la importan- cia de la obra como texto, un texto escrito por el compositor a la cual el intérprete se tiene que subordinar. Aunque brinda atención al público como receptor de la interpretación, Franco expresa de manera decidida el concepto de la obra musical como arte autónomo y como producto

originado por un compositor cuyo mensaje original se tiene que traducir Apartado V. Repensar los géneros fielmente al público. Al respecto señala:

“El público para mi es lo más importante, porque uno está transmitiendo el mensaje del compositor; el intérprete sólo es el portavoz que cuando tiene clara la idea que el autor quiere transmitir, no está mintiendo, pero para poder vomitar esta idea, se necesita mucha madurez y una gran experien- cia. […] Interpretar, en realidad, es reinterpretar fielmente la idea del com- positor y expresarla en sonidos.” (García Bonilla 2001, 316)

El comentario de Franco deja entrever simultáneamente, un rol di- ferenciado en ese proceso de transmisión del que da cuenta: su expe- riencia como músico, la cual se basa en sus habilidades técnico-musica- les, así como también, indicando por la idea de madurez, su experiencia técnico-mental, algo que es exigido por la obra misma. Confirma que es la fieldad a la partitura lo que conlleva crucial importancia – aunque ello, bajo ciertas condiciones, no puede ser comprobado tan facilmente por el oyente: “en la música contemporánea […], como nadie conoce la obra, no hay es- quemas formales armónico-melódicos reconocibles que puedan denotar si el instrumentista toca bien o mal. […] Pero debo aclarar, es la música, y no los intérpretes, la que tiene la última palabra. Cuando en una interpre- tación la idea no es comprendida, cualquiera que sea su época, la música simplemente se esfuma. Peor aún es cuando el intérprete se basa, más que en la idea musical, en lo que dicen otros intérpretes o en lo que dicen los tratadistas o los libros sobre las maneras de tocar.” (García Bonilla 2001, 317)

Según Horacio Franco, el poder de la transmisión queda entonces en el intérprete; sin embargo, el intérprete se debe basar únicamente en la idea original del compositor, sin dejarse confundir por otros ‘espe-

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt cialistas’; la comunicación va en ese sentido directamente de la obra del 546 compositor al intérprete y desde ahí al público. Aunque Franco reconoce y acepta la autoridad de la obra como creación original y autónoma, fijada textualmente por el compositor en la partitura, es en el ámbito de la música contemporánea, como ya he- mos mencionado, en dónde él rompe con esa autoridad. Cuando el en- trevistador le pregunta sobre la cercanía que tiene con obras contempo- ráneas, a diferencia de su compromiso con la música barroca, el flautista explica: “La música contemporánea la disfruto más de acuerdo con mi estado de ánimo; con esta música reacciono de una manera más amplia que con la música barroca, pues ésta no permite salirse de ciertos pa- trones. En cambio en la música contemporánea se puede fantasear li- bremente sin dejar de respetar lo que el compositor exige, y eso es muy estimulante.” (García Bonilla 320) Es la idea de “fantasear” la que atrae aquí al intérprete, indicando cierto grado de participación y libertad por su parte. Esa misma idea es retomada por Bonilla directamente en la en- trevista, para preguntarle al flautista sobre los límites que ello conlleva como intérprete. Ante lo cual contesta Franco:

V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta “Depende de la obra y de la idea del compositor; cuando se trata de una gran idea como Bach, cualquier intérprete – desde Leonhardt hasta el es- tudiante del cuaderno de Ana Magdalena Bach – tiene que arrodillarse y pedir perdón por tocar su música, que es muy intelectual y sabia. Por otra parte, hay obras contemporáneas que dan margen, no para fantasear ne- cesariamente, pero sí para modificar ciertas cosas luego de hablar con el compositor. Hay obras que se prestan maravillosamente, como Ícaro de Ana Lara; hay otras que no lo permiten, como la obra de Juan Fernando Durán, El resplandor de lo vacío, también escrita para mí. Cada obra se debe ver individualmente porque cada una es un universo; en ocasiones son muy ricos, y a veces no están idiomáticamente bien hechos, aunque como idea estén bien. También sucede que hay partituras muy bien es- critas para la flauta, pero que no funcionan en lo absoluto como música.” (García Bonilla 2001, 320)

Es en este comentario donde el intérprete expresa la ambigüedad de su rol frente a la obra y el compositor. En tanto que se trata de las “obras importantes que han perdurado en la cultura musical del pre- sente” (Dahlhaus 2003, 11), las obras de compositores-genios del pa- sado, ampliamente reconocidos como parte del canon de la música oc- cidental, inspiran en Franco una toma de posición más bien pasiva, que le permite aceptar la genialidad y originalidad del compositor y su obra,

captados ambos en la partitura, lo cual exige de su persona una repre- Corazón Latinoamérica musical de México sentación exacta del contenido. En contraste, en lo referente a la música 547 contemporánea, específicamente ante las obras compuestas para su persona, el intérprete toma aparentemente una rol activo, participando de manera directa en el proceso de composición, hasta proponer cam- bios y tomando incluso la libertad de criticar el trabajo y las habilidades de los compositores. Franco, en el comentario anteriormente descrito, indica además el límite al concepto de obra como texto, cuando señala que ciertas partituras, aunque formalmente bien hechas, al final no ‘fun- cionan’ como música cuando son ejecutadas (frente a un público).

Su posible influencia en la obra musical, que incluye de hecho la in- Apartado V. Repensar los géneros terpretación de piezas clásicas, se revela sobremanera cuando es entre- vistado acerca de la teatralidad de sus presentaciones:

“Yo creo que la música debe tener vida propia; no se puede tocar la mú- sica – ya sea del siglo XVI, XVIII o XX – dentro de una cápsula de absoluta antisepsia y de puritarismo que llegue a desvincular la obra que estás in- terpretando. Entre los principios interpretativos fundamentales, hay que identificarse con las ideas del compositor. Una vez que se tiene un control técnico de la obra, el intérprete – como artista – tiene la obligación de invo- lucrarse espiritualmente con la obra que está tocando, traducir fielmente, pero sin perder su individualidad. […] No se puede tocar una obra con- temporánea muy expresionista como lo hace en la orquesta sinfónica el último violín; así no se va a convencer a nadie. Aunque es necesario poner límites, un músico no es un robot. Yo no busco más teatralidad que la tea- tralidad que la música pueda ofrecer en la misma interpretación.” (García Bonilla 2001, 322-323) Como refleja dicho comentario, aunque de forma cuidadosa, Franco sugiere que como intérprete que está muy consciente de su función en el escenario; de la necesidad de convencer e impresio- nar al público, aunque se dice preocupado al mismo tiempo de jus- tificarlo con la idea misma de la obra. Interrogado posteriormente, acerca de si entiende sus interpretaciones como representaciones a la manera de un actor, el flautista no confirma ni rechaza directamente dicha suposición, en tanto que prefiere citar al director de teatro Lud- wik Margules, para retomar la comparación con un actor, afirmando: “Pues también el músico tiene la obligación de compenetrarse con la obra que está representando y desea en el momento.” (García Bonilla 2001, 323) Horacio Franco, siendo uno de los músicos mexicanos más famosos

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt en el país (como lo es también internacionalmente), se le conoce por ser 548 un intérprete destacado y único dentro del mundo de la música culta oc- cidental y latinoamericana. La preocupación con su imagen pública o, en términos de Auslander, su persona musical, se refleja también en la pre- sentación que realiza en su página de internet:

“Con su inusual imagen de estrella pop ha captado público joven y de to- das las clases sociales del país. Desea cambiar la forma de percibir la mú- sica y los conciertos clásicos haciéndolos más atractivos para todo el pú- blico, en especial a los jóvenes, ofreciendo su arte a todos los sectores de la sociedad, tocando en foros donde a gente de ‘de a pie’ lo pueda escu- char, lo que lo ha convertido en uno de los artistas de música clásica más versátiles de su tiempo.”9

Lo anterior se ve confirmado también por el periodista Nicolás Al- varado, quien afirma: “Horacio es alguien que tiene una concepción muy teatral de la puesta en escena, y muy teatral de la ropa, pero por otra parte también lo apareja un poco al mundo del rock y del pop. Es decir, a veces uno ve, ahora se dice: este no parece un músico de música culta, V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta parece un rock star o parece un pop star. Eso sin duda llama muchísimo la atención.” (“Historias Engarzadas: Horacio Franco” 2015) Con la intención aparente de llegar a un público más amplio, com- puesto por todas las clases sociales y edades, Horacio Franco rompe en- tonces con ciertos codigos de la música culta occidental, entre otras co- sas con la vestimenta. Construye su persona musical en el transcurso de los varios performances que realiza. Critica claramente la tradición del

9) Véase: www.horaciofranco.com vestuario de la música culta occidental –el uso de ropa formal en negro para hombres– por no ser lo suficientemente actual. En una entrevista con Mónica Garza para Azteca Trece afirma:

“la cuestión de la música clásica como tal, como una disciplina, se formó a partir de dar conciertos en el siglo XIX. Es ridículo y es realmente casi ana- crónico que los músicos que se dedican a dar ese tipo de música en salas de concierto, y que ya no tanto en salas de concierto sino se van a las pla- zas públicas, se van a otros lugares, se sigan vistiendo como en el siglo XIX. Es más bien sentirte identificado con un tipo de ropa que te queda, nada más.” (“Historias engarzadas: Horacio Franco” 2015)

La preocupación por su imagen, por su persona musical, se re-

fleja también en el la cooperación con el diseñador de vestuario Vincent Corazón Latinoamérica musical de México Agostinos. Además, durante la entrevista televisiva, Arturo Plancarte, de 549 la compañía Marketing Cultural, el cual también apoya a Franco en la selección de vestimenta, confirma que ésta se escoje también adecuán- dola al espacio en el cual se presenta, un aspecto confirmado dentro de la transmisión, con fotografías del flautista en varios escenarios (“Histo- rias engarzadas: Horacio Franco” 2015). Eso significaría que las decisio- nes de vestimenta no se toman en referencia a la obra musical en sí o su época, sino en congruencia con el lugar del concierto. Como indican todos esos comentarios, Horacio Franco no sola-

mente tiene control de su imagen visual en la escena y en los medios Apartado V. Repensar los géneros de comunicación sino además no tiene interés de “desaparecer detrás de su traje negro formal”. Fuera de los colores y estampados llamativos de sus camisas, es su cuerpo entrenado o “cuerpo escultor”, como lo denomina Mónica Garza (“Historias engarzadas: Horacio Franco” 2015), junto con el uso de blusas y pantalones ajustados, y descubriendo la parte superior del cuerpo, mismo que está decorado con tatuajes, lo que subraya su libertad y conciencia corporal. Horacio Franco es enton- ces un intérprete con una presencia física muy acentuada en el esce- nario, misma que para un espectador tradicional pudiera significar dis- traerse o hasta colisionar en sentido estético, con el carácter sacral de la obra musical que presenta.10 La contrucción de su persona musical empieza entonces, como lo describe Cook en referencia al pianista Michelangeli, mucho antes de que él comience a tocar su primera nota (Cook 2013, 326); en ese sen-

10) Su presentación con imágenes semidesnudos en la revista gay Boys and Toys de Tito Vasconcelos, subraya esa presencia corporal así como su rol como activista gay (véase Espinoza 2008, s.p.). tido, la persona musical de Franco es una construcción consciente e in- fluida por muchos aspectos que yacen fuera de la obra musical autó- noma.

Conclusión: el rol del intérprete en la música culta desde una perspectiva internacional Actualmente, en una situación de concierto de música culta (occidental), se sigue cultivando comúnmente, no sólo la preferencia por un canon de obras musicales clásicas y románticas, sino también–y eso no sola- mente en la cultura occidental sino también en varias partes del mundo–, se reproducen las mismas prácticas sociales y costumbres de interpreta- ción y recepción surgidas a partir de esas épocas. Debido a que el mer- cado global de música clásica occidental se ha expandido en múltiples

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt direcciones, llevando sus estándares de interpretación a todas partes 550 del mundo (véase, por ejemplo, Yang 2014),11 las mismas prácticas de in- terpretación, provenientes del Romanticismo europeo, se han difundido a un ámbito más internacional, llegando incluso también a América La- tina. No obstante su actualidad, la ejecución musical del intérprete con- serva reglas del comportamiento social surgido en Europa durante el XIX y presupone que predomina el hecho, de que el intérprete continua siendo, aunque haga un trabajo ciertamente activo, una figura más bien pasiva en el proceso composicional-musical del mundo de la música en nuestros días. Un ejemplo de lo anterior es la crítica del guitarrista inglés Derek Bailey, fallecido en 2005, relativa al entrenamiento común de ins- trumentalistas en los conservatorios:

“Una razón por la cual el entrenamiento instrumental estándar produce no-improvizadores (y no precisamente produce violinistas, pianistas y vio- loncelistas, etc.; sino específicamente no-improvizadores, músicos que se muestran incapaces de emprender una improvisación), es que no sola- mente se enseña como tocar un instrumento, se enseña que la creación de la música es una actividad separada de tocar ese instrumento. Aprender

V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta cómo crear música implica una carrera totalmente separada de tocar un instrumento.” (Haynes 2007, 3)

11) Referente a la diseminación de la música clásica occidental en el mundo, específi- camente en el continente asiático, el cual por mucho tiempo ha venido cultivando sus propias tradiciones musicales y performativas, véase Yayoi Uno Everett y Frederick Lau. 2004. Locating East Asia in Western Art Music. Middletown: Wesleyan University Press; y Sheila Melvin y Jindong Cai. 2004. Rhapsody in Red. How Western Classical Music Became Chinese. New York: Algora. Interpretar en ese sentido, significaría realizar una actividad diri- gida a la reproducción de notas, dinámicas e ideas musicales lo más fie- les posible a las intenciones del compositor –un trabajo que exigiera del intérprete conocimiento técnico, histórico, estético y hasta cultural. Sin embargo, nos preguntamos ¿no es a caso la gran fama y popu- laridad de intérpretes internacionales (tanto del pasado como de nues- tros días), producto de que a veces debieron romper con las reglas no escritas del vestuario, del estilo performativo o del movimiento corpo- ral establecidos en la tradición clásica de la música occidental? ¿No es ello un argumento válido en contra de la invisibilidad del ejeuctante, im- puesta en parte por el rigor disciplinario de la musicología y del pensa- miento estético musical? El ejemplo del flautista mexicano Horacio Franco nos pone a re-

flexionar en torno al supuesto rol pasivo y a la invisibilidad del intérprete Corazón Latinoamérica musical de México ante la obra musical escrita, y nos indica la compleja ambigüedad de 551 su función.12 ¿Podemos decir entonces con justicia que la interpretación musical es ante todo una actividad de reproducción de notas? ¿O casos como el de Horacio Franco, y demás ejecutantes con reconocimiento mundial, nos indican que el intérprete tiene ya dentro del universo musi- cal un lugar reconocido y que la musicología no lo había percibido sino hasta hace muy poco? Otras opiniones, como por ejemplo la del violon- celista mexicano Carlos Prieto, subraya obviamente el innegable rol del intérprete – y la discrepancia entre la fieldad al compositor y a la obra,

entendida como texto fijo, y la propia toma de decisiones referente a di- Apartado V. Repensar los géneros cho texto. A eso se refiere Prieto cuando define al intérprete señalando que “es el eslabón entre la obra y el público que la va a escuchar sin ol- vidar que la obra es del compositor. Yo nunca exagero el papel del intér- prete, pero cuando la obra sale del compositor, adquiere un momentum propio y cada vez que la toca voy introduciendo cosas nuevas de mi pro- pia carga emocional al interpretarla.” (García Bonilla 2001, 312)

12) Otros posibles ejemplos del ámbito de la música culta occidental del siglo pasado se encuentran en el famoso pianista Glenn Gould, cuya posición corporal frente al piano, así como su manera de murmurar partes de las melodías cuestionaba la tradición per- formativa de la música clásica occidental y al mismo tiempo constituía parte integral de su fama. Otro ejemplo reciente en el ámbito de la música contemporánea lo repre- senta la soprano canadiense Barbara Hannigan, cuyo vestuario y ‘performance’ en el escenario de las salas de concierto rompe con lo prescrito por la formalidad acostum- brada y hasta pone en duda la separación entre cantante y director de orquesta, cul- tivada desde principios del siglo XIX por la misma tradición musical. Véase, por ejem- plo, Hannigan con el London Symphony Orchestra, bajo la dirección de Sir Simon Rattle, interpretando El gran macabro del compositor György Ligeti (15 de enero de 2015) presentado por MezzoliveHD. Acceso 19 de diciembre de 2016. https://www. youtube.com/watch?v=vmCmrZfybPQ. Otra pregunta, volviendo nuevamente al caso de Horacio Franco, nos lleva al tema del contexto cultural de su interpretación. Franco mismo destaca finalmente su decisión consciente de regresar a México, después de realizar sus estudios musicales en Europa, debido a que por entonces había una ausencia de estudios formales en flauta dulce en México (“Historias engarzadas: Horacio Franco” 2015). Carlos Prieto menciona también diferencias culturales entre América Latina y Europa, en lo referente a la interpretación musical, aunque descalifica la situa- ción en latinoamérica cuando afirma: “En el nivel interpretativo creo que todavía hay un gran camino para recorrer porque, con algunas excepcio- nes, el nivel de la educación musical en México y en América Latina no es comparable con el que existe en Estados Unidos, Japón o Europa. Por eso mucho de los mejores intérpretes de Latinoamérica se tienen que

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt formar en Estados Unidos o en Europa, y algunas veces se quedan ahí.” 552 (García Bonilla 2001, 312) Sin embargo, nos podemos preguntar tam- bién ¿qué posibilidades se abren para un intérprete de música culta en otras partes del mundo, fuera de Europa? ¿Son la presentación y recep- ción de los intérpretes, así como las reglas y costumbres sociales alrede- dor de los conciertos de verdad las mismas internacionalmente? ¿O hay quizá diferencia en la aceptación del intérprete como agente activo de un proceso musical, en las varias culturas musicales globales, referentes a la interpretación de la música clásica occidental? El trabajo de Lydia Goehr, al cuestionar el carácter escencial de la obra musical y mostrar el aspecto normativo de su prática en conciertos, así como también todos los trabajos musicológicos inspirados por los estudios de la cultura y del performance, han abierto la puerta para reco- nocer que “en tiempos o lugares diferentes, o en relación con diferentes géneros, la música, en mayor o menor grado, puede concordar con el concepto regulativo” (Cook 2013, 22). Es decir, la presión del intérprete de seguir ciertas reglas de comportamiento en el escenario, indicados por la tradición culta occidental, quizá no aplica de la misma manera en todas las culturas musicales y en referencia a todas las obras musicales V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta o, posiblemente, es influida por otros aspectos sociales y culturales así como otros discursos ideológicos que predominan.13 Sara Gross Ceba- llos, preocupada por la pedagogía musical, destaca en consecuencia, cómo cada concierto musical refleja o confirma distintas ideologías, de las cuales los futuros intérpretes no son conscientes: “Para los estudian-

13) Un ejemplo interesante puede ser el uso de ropa tradicional mexicana por los instrumen- talistas de la Orquesta Sinfónica de Xalapa durante todo el mes de septiembre, tanto en la interpretación de música mexicana como también de música clásica occidental. tes, el considerar el poder que tiene una ejecución sobre la compren- sión del significado, tanto musical como cultural por parte del oyente es un reto que los confronta. Escuchan generalmente por estilo, técnica e interpretación musical, sin darse cuenta de las ideologías que probable- mente han influido cada decisión sobre el performance.” (Barolsky et al. 2012, 84). Cómo lo describió (y lamentó profundamentre) Eugene Ormandy, director de orquesta de mediados del siglo pasado, en referencia a la brecha existente entre la musicología, el compositor y el gusto de la au- diencia por intérpretes individuales: “Para el público, la música siempre ha dependido del intérprete. Nunca demasiado en el trasfondo, su posi- ción actual en el ámbito de la organización de conciertos está enfatizada de tal manera que oculta al compositor mismo. Sin embargo, ¿quién lo

ordena? ¿Qué, aparte del instinto innato y el buen gusto podría impo- Corazón Latinoamérica musical de México nerle límites sobre aquello que como interprete no debe traspasar? […] 553 pues, ¿de qué otra manera se puede, después de la muerte del compo- sitor, traducir los deseos del compositor en sonidos?” (Ormandy 1942, 8) El intérprete, entonces, como lo afirma finalmente Roger Scruton, “inevitablemente deja su huella en lo que escuchamos” (Scruton 2009, 440) y – quiero añadir – en lo que vemos, y quizá tiene un poder mucho más grande en el mundo musical, algo que la musicología ha podido re- cientemente dejar al descubierto, siendo ello presente tanto en Europa como en América Latina. Apartado V. Repensar los géneros Bibliografía 1. Atlas, Allan W. 2009. La música del Renacimiento. Madrid: Akal. 2. Auslander, Philip. 2006. “Musical Personae”. The Drama Review 50 (1): 100-119. 3. Barolsky, Daniel, Sara Gross Ceballos, Rebecca Plack y Steven M. Whiting. 2012. “Roundtable: Performance as a Master Narrative in Music History”, Journal of Music History Pedagogy 3 (1): 77-102. 4. Brenscheidt genannt Jost, Diana. 2015. “La presencia del intérprete, los estudios del performance y la interpretación musical”. En Una visión interdisciplinaria del arte, editado por Cynthia Lizette Hurtado Espinosa, Rebeca Isadora Lozano Castro, Leonel De Gunther Delgado y Urbano Rolando Mazariegos Maldonado, 7-16. Hermosillo: Universidad de Sonora. DOI: 10.13140/ RG.2.1.3534.6961 5. Cone, Edward T. 2005. “The pianist as critic”. En The practice of performance. Studies in musical interpretation, editado por John Rink, 241-253. Cambridge: Cambridge University Press. 6. Cook, Nicholas. 2013. Beyond the score. Music as performance. Oxford: Oxford University Press. 7. Corona, Sonia. 2013. “El flautista que fue más allá de la partitura”.El Pais, 12 de Abril. Acceso 19 de diciembre de 2016. http://cultura. elpais.com/cultura/2013/04/13/actualidad/1365820597_645942. html 8. Dahlhaus, Carl. 2003. Fundamentos de la Historia de la Música. Traducido por Nélida Machain. Barcelona: Gedisa. 9. Downs, Philip G. 1998. La música clásica. La era de Haydn, Mozart y Beethoven. Madrid: Akal. Dunsby, Jonathan. 2001. “Performance”. En The New Grove Dictionary of Music and Musicians, vol. 19, editado por Stanley Sadie, 346-349. Oxford: Oxford University Press.

Diana Brenscheidt Genannt Jost Genannt Diana Brenscheidt 10. Espinosa, Pablo. 2008. “Hago música como una celebración de la 554 vida, dice Horacio Franco”. 11. La Jornada, 2 de Abril. Acceso 19 de diciembre de 2016. http:// www.jornada.unam.mx/2008/04/02/index.php?section=cultura&art icle=a03n1cul. 12. Feist, Sabine. 2011. Schönberg’s New World. The American Years. New York: Oxford University Press. 13. Fubini, Enrico. 2002. La estética musical desde la antigüedad hasta el siglo XX. Madrid: Alianza. 14. Forney, Kristine y Joseph Machlis. 2011. Disfrutar de la música. Madrid: Akal. 15. García Bonilla, Roberto. 2001. Visiones Sonoras: entrevistas con compositores, solistas y directores. México: Siglo XXI. 16. Goehr, Lydia. 2007. The imaginary museum of musical works. An essay in the philosophy of music. New York: Oxford University Press. 17. Haynes, Bruce. 2007. The end of early music. A period performer’s history of music. Oxford: Oxford University Press. 18. Heaton, Roger. 2012. “Contemporary performance practice and tradition”. Music Performance Research 5: 96-104. V.2. Horacio Franco y la ambigüedad del intérprete en música culta 19. Hentschel, Frank. 2002. “Augustinus und die Musik”. En Aurelius Agustinus. De música. Bücher I und VI. Vom ästhetischen Urteil zur metaphysischen Erkenntnis. Traducción y comentarios por Frank Hentschel, Hamburgo: Felix Meiner. 20. Hoppin, Richard H. 2000. La música medieval. Madrid: Akal. “Historias engarzadas: Horacio Franco”. 13 de noviembre de 2015. Azteca trece. Acceso 19 de diciembre de 2016. http://www. aztecatrece.com/HistoriasEngarzadas/videos/capitulos/historias- engarzadas--horacio-franco/291827. 21. Ormandy, Eugene. 1942. The History of Music in Performance. The art of musical interpretation from the Renaissance to our day. New York: Norton. 22. Royo Abenia, Alberto. 2006. “El análisis como herramienta en la interpretación de la música atonal para guitarra”, LEEME (Lista Electrónica Europea de Música en la Educación) 17: 1-22. 23. Madrid, Alejandro L. 2009. “¿Por qué música y estudios de performance?¿Por qué ahora?: una introducción al dossier”. Revista Transcultural de Música 13: sin paginación. 24. Martin, Robert 1993. “Musical Works in the World of Performers and Listeners”. En The Interpretation of Music: Philosophical Essays, editado por Michael Krausz, 119-127. Oxford: Oxford University Press

25. Nieto, Velia. 2008. “La forma abierta en la música del siglo XX”. Corazón Latinoamérica musical de México Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas 92: 191-203. 555 26. Otaola González, Paloma. 2000. Tradición y modernidad en los escritos musicales de Juan Bermudo. Kassel: Edition Reichenberger. 27. Scruton, Roger. 2009. The aesthetics of music. Oxford: Oxford University Press. 28. Sherman, Bernard D. 1998. “Authenticity in Musical Performance”. En The Encyclopedia of Aesthetics, vol. 1., editado por Michael J. Kelly. New York: Oxford University Press. Recuperado en: http:// www.bsherman.net/encyclopedia.html (última consulta: 19 de

diciembre de 2016). Apartado V. Repensar los géneros 29. Shiner, Larry. 2004. La invención del arte: una historial cultural. Barcelona: Paidós. 30. Small, Christopher. 1998. Musicking. The Meaning of Performing and Listening. Middletown, Connecticut: Wesleyan University Press. 31. Taruskin, Richard. 2005. The Oxford History of Western Music vol.1: Music from the Earliest Notations to the Sixteenth Century. Oxford: Oxford University Press. 32. Tello, Aurelio. 2013. “Introducción.” En La música en los siglos XIX y XX. Segunda Parte: Siglo XX, editado por Ricardo Miranda y Aurelio Tello, 197-210. México: Conaculta. 33. Wright, David. 2012. “Music and Musical Performance: historie in disjunction?” En The Cambridge History of Musical Performance, editado por Colin Lawson y Robin Stowell, 169-206. Cambridge: Cambridge University Press. 34. Yang, Mina. 2014. Planet Beethoven. Classical music at the turn of the millennium. Middletown: Wesleyan University Press.

Apartado VI México Corazón Latinoamérica musical de México Consideraciones y proposiciones 557 VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia

Lorena Jiménez Quiñones Universidad Iberoamericana-León

Las excusas no figuran en el arte, pues en el arte no cuentan las intenciones: el artista tiene que escuchar en todo momento a

Lorena Jiménez Quiñones Lorena su instinto, por lo que el arte es lo más real que existe, 558 la escuela más austera de la vida y el verdadero Juicio Final. Marcel Proust

El deseo del hombre por comprender la naturaleza, causalidad y con- figuración del mundo físico y social ha construido un cuerpo sustancial de conocimiento en torno a diversos fenómenos. Al momento de reali- zar una revisión histórica de los avances científico-tecnológicos que po- sibilitan nuestra comprensión del comportamiento de la materia y de las leyes que guían el universo, concluimos que hemos recorrido un largo camino desde la simple y curiosa contemplación de las estrellas. Sin em- bargo, parece que el camino de las ciencias sociales y las humanidades ha sido mucho más atropellado. Para comprobar hipótesis en torno a la ineficacia de diversas polí- ticas públicas, la permanencia de esquemas de inequidad, así como la falta de cooperación a nivel internacional para reducir la pobreza y hacer frente al cambio climático, no requerimos de aparatos costosos y sofis- ticados como el Gran Colisionador de Hadrones, basta con salir a las ca- lles y prestar atención a la realidad innegable que nos rodea. El relativo fracaso de la cooperación internacional se evidenció en la falta de cumplimiento de los Objetivos del Milenio por parte de los Estados miembro de Naciones Unidas, lo cual puso de manifiesto que, como sociedad internacional, hemos sido incapaces de lograr una es- tructura política, social y económica que parta de un esquema de inclu- La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y sión y equidad. Los objetivos, lejos de representar una realidad cercana, parecen cada vez más una utopía irrealizable. Además, no solo hemos priorizado un modelo económico que ha demostrado década tras dé- cada que produce un amplio grado de inequidad -tal como denuncia Thomas Picketty en su obra El Capitalismo en el Siglo XXI1- sino que también hemos colapsado el precario equilibrio ecológico del cual de- pende la vida en nuestro planeta. En este sentido, podríamos argumen- tar que las Relaciones Internacionales tienen una demanda apremiante por contestar preguntas a respuestas cada vez más complejas y urgen- tes. Sin embargo, en el ámbito de la política exterior continúa reinando el silencio y la incertidumbre; esto aunado a un resurgimiento de tácti- cas políticas que no distan mucho de aquellas que caracterizaron al fas- cismo de los años treinta del siglo pasado. Antes de entrar en un análisis detallado sobre la relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI y la importancia del intercam- bio cultural como mecanismo para promover la cooperación internacio-

nal, quisiera hacer una breve genealogía del desarrollo de la disciplina Corazón Latinoamérica musical de México para que el lector pueda comprender la naturaleza de la génesis de la 559 misma. De igual manera, considero que es importante enfatizar que la distinción de las Relaciones Internacionales con respecto a la Ciencia Política o a la Historia, no es reconocida en todos los campos académi- cos, particularmente en el estadounidense2. En este sentido, las Rela- ciones Internacionales han tenido que justificar una y otra vez que existe un campo de estudio legítimo y autónomo del estudio del poder y de la sistematización del estudio del pasado.

El objeto de estudio de las Relaciones Internacionales La delimitación de un objeto de estudio es una condición necesaria para el desarrollo epistémico y práctico de cualquier disciplina. No podemos

desarrollar un cuerpo de conocimiento si no partimos de una identifi- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones cación ontológica concreta. En términos simples, no podemos estudiar aquello que no reconocemos como una realidad diferenciada que debe ser abordada bajo un estudio sistematizado. En el caso particular de las Relaciones Internacionales, el reto radica en reconocer que existe un ámbito de procesos, interacciones y relaciones dialécticas entre entida-

1) El Capitalismo en el Siglo XXI es un estudio sistematizado de las consecuencias que ha tenido el capitalismo neoliberal en el incremento en la desigualdad de ingresos y riquezas. De igual manera, la concentración de la riqueza ha generado un déficit de- mocrático amplio que se evidencia en la preminencia de instituciones económicas in- ternacionales (Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) sobre actores polí- ticos, minando la soberanía de los estados. 2) Los programas de estudio en Estados Unidos consideran a las Relaciones Internacio- nales como un campo especializado de las Ciencias Políticas. Esto se debe principal- mente a que la academia estadounidense no reconoce un objeto de estudio autó- nomo de las Relaciones Internacionales. des y actores que van más allá de la lógica del Estado. David Sarquís es- tablece de manera precisa y atinada que “en el proceso de construcción social, el influjo de interacción que se establece originalmente entre en- tidades políticamente autónomas, crea un nuevo ámbito; una dimensión cualitativamente diferenciada de la realidad social y una nueva dinámica de acción entre los seres humanos.”3 Al establecer que la interacción entre diversos actores a nivel inter- nacional genera una dimensión diferenciada, podemos argumentar que existe un sistema autónomo con una estructura, funciones, comporta- miento y evolución propios, que nombramos el sistema internacional4. La delimitación de las Relaciones Internacionales como la disciplina encargada del estudio del sistema internacional, nos permite identificar la causalidad y efectos de las variaciones históricas de la política interna-

Lorena Jiménez Quiñones Lorena cional. Mientras que a principios del Siglo XX la política global se estruc- 560 turaba bajo una lógica imperialista–la cual implicaba una serie de pre- misas que potencializan el conflicto internacional- en los años cincuenta más bien se construía bajo un orden y estructura bipolar, el cual predefi- nía la interpretación ideológica de diversos sucesos, incluyendo el desa- rrollo armamentista. Por lo tanto, argumento que el análisis del sistema internacional varía de acuerdo al contexto espacio-temporal en el cual se inscriben diversos fenómenos. Por lo tanto, podríamos concebir al campo de la política internacional como un espacio en el cual diversos jugadores mueven fichas de un ajedrez simbólico, donde construyen y reconstruyen un espacio de comunicación y acción del ámbito social, económico y político, a nivel internacional. Debido a que las variables que modifican al sistema internacional parten de naturalezas diversas, la comprensión del objeto de estudio implica necesariamente un abordaje interdisciplinario. Es bastante común encontrar alusiones a autores clásicos y con- temporáneos de diversas disciplinas en los textos principales de Rela- ciones Internacionales5. Por lo tanto, considero que la complejidad del

3) David J. Sarquís, Relaciones Internacionales: una perspectiva sistémica, (México: Tec- nológico de Monterrey y Porrúa, 2005), 14. 4) Ibidem 5) Los textos fundacionales de las Relaciones Internacionales retoman las premisas de la filosofía política y económica, dentro de las que destacan alusiones a la obra de Hob-

La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y bes, Maquiavelo, Tucídides, Kant y Adam Smith, por mencionar algunos. En los textos contemporáneos generalmente encontramos híbridos entre el campo de la sociolo- gía, la psicología y la economía; destacando la sociología interpretativa de Max We- ber, la teoría de la acción comunicativa de Habermas, y la teoría de la estructuración de Anthony Giddens. estudio del campo internacional radica en poner a dialogar ámbitos de conocimiento, es decir, generar métodos y teorías eclécticas. Sin embargo, la disciplina ha frenado la utilidad y fertilidad de sus argumentos debido a que se ha estancado en debates infructíferos so- bre la caracterización de la política internacional y, en ocasiones, ha prio- rizado el estudio de las relaciones entre actores bajo una lógica mera- mente estatista, la cual predomina en los enfoques prevalecientes de las Relaciones Internacionales: el neorrealismo y el neoliberalismo ins- titucional.

Cooperación internacional: neorrealismo y neoliberalismo La caracterización del sistema internacional como un sistema anárquico, es decir, un sistema que carece de un gobierno global (central) que

coaccione a los Estados -característica del neorrealismo- es bastante Corazón Latinoamérica musical de México atractiva. Las categorías de análisis en torno a la distribución de capa- 561 cidades de los estados son útiles para explicar fenómenos referentes a la proclividad al conflicto del sistema internacional; sin embargo, su uso indiscriminado como herramientas de estudio puede derivar en análi- sis tautológicos. Esto fue particularmente evidente cuando la academia fue incapaz de prever el colapso, relativamente pacífico, de la Unión So- viética. Debido a que el neorrealismo no contempla variables de corte in- terpretativo y tampoco la importancia de la interdependencia econó- mica, no fue capaz de brindar una explicación atinada al fin de un con- flicto que en apariencia terminaría con un enfrentamiento nuclear. Desde un enfoque neorrealista, el ámbito de la cooperación inter-

nacional está sujeta a una lógica de ganancias relativas, ya que la inte- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones racción entre los estados está inscrita en un juego de suma cero, en el que la ganancia de un país es necesariamente la pérdida de otro6. Por lo tanto, la cooperación se ve reducida a un sistema de alianzas militares que pretenden equilibrar la distribución de las capacidades del sistema. Por otro lado, la contraparte de la teoría realista, el neoliberalismo institucional, caracteriza al sistema internacional como un sistema anár- quico en el cual los actores tratan de alcanzar metas bajo un esquema racional partiendo de un análisis del costo/beneficio de las transaccio- nes que pretenden realizar. Mientras que el realismo se concentra en las ganancias relativas, el liberalismo se concentra en las ganancias abso- lutas, es decir, en mecanismos que logran la maximización de recursos

6) Thomas Legler, Arturo Santa Cruz, Laura Zamudio. Introducción a las Relaciones Inter- nacionales: América Latima y la Política Global. (México: Oxford University Press, 2013), 15. para alcanzar un objetivo. El espíritu liberal pretende condensar la mul- tiplicidad de metas de diversos grupos sociales al poner a la sociedad como el telón de fondo en el que se entreteje el ámbito de la política internacional. Quizás uno de los aspectos más interesantes que la perspectiva li- beral ha brindado a las Relaciones Internacionales es la caracterización del sistema internacional bajo un esquema de interdependencia com- pleja. Debido a que el intercambio de bienes y servicios entre países ha aumentado drásticamente gracias a las diversas olas de liberalización del comercio y al actual sistema de comunicación, el neoliberalismo ins- titucional estipula que el esquema tradicional de la guerra y el conflicto son altamente costosos para los Estados, por lo que prioriza el campo de la cooperación internacional. En este sentido, el institucionalismo 7

Lorena Jiménez Quiñones Lorena neoliberal estipula que existen mecanismos de poder suave a partir 562 de los cuales un Estado puede persuadir a otro para actuar de acuerdo a sus intereses. Por lo tanto, el ámbito de la cooperación no es necesa- riamente un campo políticamente neutro, por el contrario, los Estados cooperan para aumentar sus beneficios, ser eficientes y reducir costos. Sería ingenuo rechazar la postura liberal sobre la importancia de las fuerzas económicas que estructuran y definen el sistema internacio- nal. La colonización del ámbito económico en el ámbito político es evi- dente; basta con reconocer la importancia del mercado financiero y su capacidad para poner en entre dicho la seguridad colectivia de diversos actores y Estados, como fue el caso de la crisis del 2008. Sin embargo, el liberalismo deja de lado aspectos interpretativos en los cuales predo- mina la incontinencia en el sistema internacional. Sí, la economía está en todos lados, las premisas neoliberales están inscritas en el bodily hexis contemporáneo, pero las variables económicas no pueden dar cuenta de la importancia de la creatividad humana, reduciendo nuestra huma- nidad a un mero mecanismo de información del mercado, como lo plan- tea el neoliberalismo8. Resulta obvio reconocer que el mundo cambia, los problemas a los que se enfrentó la generación de los baby boomers, quienes pedían

7) El término de poder suave fue acuñado por el Joseph Nye, profesor de Harvard y asis- tente de la Secretaría de Defensa en el gobierno de Bill Clinton. Es uno de los concep- tos emblemáticos de las Relaciones Internacionales, el cual refiere a “la habilidad de moldear las preferencias de otros actores” (Nye, 2004, 5).

La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y 8) El sistema económico neoliberal plantea que el mercado es un mecanismo para co- nocer las preferencias y gustos de las sociedades, por lo cual es el mecanismo idóneo para recabar información sobre la misma. El esquema neoliberal plantea que la falla de la centralización de la economía redica en una falsa arrogancia sobre los deseos de consumo de la sociedad. a gritos la reducción del papel del Estado en el ámbito privado, distan bastante de aquellos de la denominada generación de los millenials, jó- venes que se enfrentan a problemas de coyuntura internacional tales como el cambio climático, la falta de reconocimiento a las minorías y la lucha por el matrimonio igualitario. Al contrastar la primera plana de un diario de los setentas con una del año pasado (2016), podemos identificar un fenómeno paradójico: los problemas mutan y al mismo tiempo se mantienen. Entonces, preguntarnos por qué el camino de la cooperación in- ternacional ha resultado ser tan atropellado, no es en absoluto ocioso o teóricamente irrelevante; por el contrario, quizás la simplicidad de la pregunta nos lleve a recorrer laberintos imbricados donde, eventual- mente, encontraremos pequeños vistazos de luz que nos ayuden a com-

prender por qué continúan existiendo amplias contradicciones en los Corazón Latinoamérica musical de México esquemas de cooperación actuales. 563

El “giro ideacional” en las Relaciones Internacionales Considero que uno de los aportes más novedosos y fructíferos que han emergido en el campo de las Relaciones internacionales, y que preci- samente podría posibilitar la construcción de un camino favorable para comprender las variables que limitan o fomentan el ámbito de la coo- peración internacional, es el constructivismo. Como todo enfoque teó- rico metodológico tiene puntos ciegos y puede caer en un alto grado de abstracción que, en ocasiones, resulta ininteligible y en apariencia irre- levante para la construcción de políticas públicas trasnacionales e inclu- sivas. Sin embargo, su importancia subyace en el énfasis que pone en el

ámbito de la cultura y de la identidad para comprender el carácter del Apartado VI. Consideraciones y proposiciones sistema internacional contemporáneo. Para Finnemore y Sikkink “el en- foque constructivista se concentra en el rol de las ideas, las normas, el conocimiento y la cultura, enfatizando el papel de la colectividad o “in- tersubjetividad” de ideas y entendimientos tácitos de la vida social”9. El enfoque constructivista retoma fundamentos y premisas clave de la sociología interpretativa y de la filosofía política para establecer que existen un sin fin de acuerdos interpretativos predeterminados que guían la conducta de los actores en el sistema internacional. En particu- lar, retoma el método hermenéutico planteado por Max Weber para es- tablecer que “son precisamente las normas, en tanto estructura social, las que en buena medida posibilitan y hacen inteligible el significado

9) Martha Finnemore y Katherine Sikkink. “Taking stock: The Constructivist Research Pro- gram in International Relations and Comparative Politics,” Annual Review of Political Science 4 (2001): 391-416. de la acción. Más aún, las normas tienen efectos constitutivos sobre los actores (sobre su identidad e intereses) y, de manera recursiva, sobre la estructura misma.”10 Al reconocer la dualidad de las normas internacionales, el construc- tivismo logra una síntesis adecuada del binomio agencia-estructura, que caracteriza a los aportes teórico-metodológicos contemporáneos de la sociología, la antropología, la historia, entre otros. El lenguaje normativo permite generar un vínculo entre discurso y práctica que está ausente en los enfoques tradicionales de las Relacio- nes Internacionales. Es precisamente en esta correlación que el ámbito de la cultura adquiere relevancia debido a que representa un campo de síntesis de los elementos intersubjetivos que caracterizan al sistema in- ternacional como uno más proclive al conflicto o a la cooperación. Si-

Lorena Jiménez Quiñones Lorena guiendo esta línea, Alexander Wendt establece que las amenazas a la 564 seguridad internacional no son dadas a priori, sino más bien dependen de la manera en la que son interpretadas11. De esta manera, el enfo- que logra explicar de forma adecuada los grandes cambios de para- digma en materia política, social o económica, al identificarlos como un impasse del proceso de repetición y legitimación del referente interpre- tativo de una estructura social (norma internacional). Retomar la variable “cultura” ha resultado bastante incómodo para un campo de estudio que hace solo algunos años se caracterizaba por la construcción de análisis prospectivos a partir de modelos matemáti- cos basados en la teoría de juegos. Aún así, la variable ha logrado una bienvenida favorable precisamante porque logra poner de manifiesto que varios líderes de estado y medios de comunicación juegan con alu- siones a esquemas culturales que identifican como amenazas a la segu- ridad internacional. En diversas ocasiones, la simplicidad con la se retoma el factor “cul- tura” lejos de promover la cooperación internacional, se convierte en un semillero de pantallas con las cuales se justifican invasiones y se solidi- fican prejuicios12.

10) Arturo Santa Cruz. El Constructivismo y las Relaciones Internacionales. (México: Centro de Investigacion y Docencia Económicas, 2009), 16. 11) Alexander Wendt. “La Anarquía es lo que los estados hacen de ella. La construcción social de la política del poder”. Revista Académica de Relaciones Internacionales. GERI-UAM. (marzo, 2005) 1-47. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y 12) A lo largo de la administración de George W. Bush, la Secretaría de Defensa y el jefe de Estado, utilizaron un discurso retórico y generalizador del mundo árabe para justi- ficar la invasión a Iraq. Acuñaron frases comoaxis of evil y rogue states que construye- ron un prejuicio infundado en torno a la cultura árabe y a la religión musulmana. Sin embargo, no todo ha sido negativo, el reconocimiento de la di- ferenciación de las conciencias colectivas inscritas en el sistema interna- cional, ha logrado que diversos grupos y minorías puedan construir pla- taformas en las cuales demandan una representación política adecuada. El sistema internacional se convierte de esta manera en un espacio en donde varios micro cosmos interpretativos impulsan luchas localiza- das que traspasan las fronteras. Para que una demanda acceda el ám- bito internacional, los grupos sociales utilizan plataformas de organiza- ción que han sido denominadas por las teóricas constructivistas, Martha Finnemore y Katherine Sikkink, como Redes Trasnacionales de Defensa (TAN por sus siglas en inglés). Las TAN “incluyen a aquellos actores relevantes que trabajan al- guna cuestión en el ámbito internacional, que están unidos por valores

compartidos, un discurso común e intercambios densos de información Corazón Latinoamérica musical de México y servicios.”13 565 A través de diversas estretegias, dentro de las cuales destacan las políticas simbólicas y políticas de información14, las TAN son capaces de movilizar recursos humanos y materiales para lograr modificaciones en el aparato normativo del sistema internacional. Resulta interesante destacar que varias de las estrategias que han utlizado las TAN están ampliamente vinculadas con el arte. Ejemplo de lo anterior es el papel que han tenido diversos documentales para de- nunciar el deterioro del medio ambiente y la extinción de diversas es- pecies15. Por lo tanto, existe un vínculo profundo entre el proceso de difu- sión normativa y las manifestaciones artisticas, especificamente en la Apartado VI. Consideraciones y proposiciones

13) Margaret E. Keck y Katherine Sikkinnk. Activists Beyond Borders: Advocacy Networks in International Politics (Nueva York: Cornell University Press, 1998). 14) Estas estrategias hacen referencia a la importancia del intercambio de información entre diversos actores que trabajan una problemática a nivel internacional. El inter- cambio de información, así como el reconocimiento de la legitimidad de la misma, impulsa el grado de resonancia de las demandas del activismo trasnacional a nivel in- ternacional. Paralelamente, construyen símbolos alrededor de la problemática para generar adeptos a la causa. Ejemplo de esto es la difusión de imágenes en torno a un conflicto o problemática internacional, o bien, la denuncia por parte de los medios de comunicación de esquemas de inequidad e injusticia, a partir de la difusión inmediata de imágenes, videos y estadísticas. 15) La importancia del documental An Inconvenient Truth, dirigido por Davis Guggen- heim, el cual pone en manifiesto las implicaciones sociales y económicas del calen- tamiento global, ha funcionada como plataforma de difusión de diversos activistas y como mecanismo para promover la educación ambiental. Esto se debe principal- mente a que el documental presenta datos estadísticos de manera visualmente agra- dable para diversas audiencias. fase de emergencia normativa16, la cual estipula que diversos actores en el sistema internacional movilizan recursos simbólicos para promover la adopción de nuevos aparatos normativos que mejoren la situación de grupos sociales que no son representados de manera adecuada por sus propios gobiernos. Al no existir una respuesta adecuada por parte del aparato guber- namental de algún estado, las movilizaciones sociales reconocen poten- ciales mecanismos de apoyo en el ámbito internacional, trasnacionali- zando sus demandas. La trasnacionalización de movimientos sociales siembra mecanismos para la cooperación internacional al generar redes de apoyo que utilizan plataformas visuales para difundir las demandas de grupos localizados; una imagen habla más que mil palabras. La creatividad de las redes de defensa logra despertar la concien-

Lorena Jiménez Quiñones Lorena cia internacional en torno a problemáticas sociales, económicas y políti- 566 cas, que de otra manera morirían arrumbadas en el olvido, jamás pene- trando nuestra conciencia. De esta manera, las manifestaciones artísticas se convierten en un campo de acción política y social que no debería de estar relegada al ámbito accesorio del activismo trasnacional.

La importancia del arte en las Relaciones Internacionales Los mecanismos y plataformas para eficientar la resonancia de nuevas iniciativas normativas se han amplificado de manera sorpresiva bajo el actual esquema de las tecnologías de la información. No es poco común encontrar imágenes en las redes sociales que aluden al reconocimiento del sufrimiento humano en diversos lugares del mundo. Sin embargo, al reflexionar sobre los mecanismos de protesta que han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad, sin duda, el arte es la expresión política más radical con la que contamos. Los graffities de Bansky; los párrados deEl Señor Presidente de Mi- guel Ángel de Asturias; los trazos de los murales de Diego Rivera y Si- queiros, y la melancolìa de los Nocturnos de Chopin, logran capturar un elemento ininteligible de la experiencia humana, logrando conmover masas y generando canales para la empatía. El arte nos da un acceso di- recto al sentir cultural de los submundos interpretativos del sistema in- ternacional. De esta manera, el análisis de las manifestaciones artísticas

16) Finnemore y Sikkink proponen un modelo denominado “Ciclo de vida de la norma”, para dar cuenta de los diversos actores y variables que juegan un papel importante

La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y en la construcción de una norma a nivel internacional. El modelo estipula tres etapas: emergencia, difusión e interiorización. La primera etapa correlaciona el papel activo de la sociedad civil y de las Redes Trasnacionales de Defensa para presionar a la co- munidad internacional para reconocer una problemática y proceder a establecer me- canismos que logren mitigar los efectos de la misma. le brinda a las Relaciones Internacionales campos en los cuales puede reflexionar sobre la construcción de espacios sociales; la importancia de la construcción de la memoria histórica ; la relevancia de los museos como cuerpos que albergan el espíritu y el trauma del mito nacional; los objetos sagrados de la ideología política del Estado; así como los acier- tos y desaciertos del devinir histórico de los pueblos. Considero que debido a que las manifestaciones artísiticas nos per- miten acceder a la psyche colectiva de los estados-nación, la estructura- ción y estudio de la política exterior y de las relaciones multilaterales de diversos actores del sistema internacional, debe nutrirse de un conoci- miento profundo de las narrativas culturales tejidas en el ámbito artístico. En diversas ocasiones, logramos comprender la cosmovisión de una región cuando nos sumergimos en su creación literiaria, en su mú-

sica, en sus grandes pintores, escultores y dramaturgos. Es posible com- Corazón Latinoamérica musical de México prender elementos del impacto de las dictaduras militares en América 567 Latina al leer diversas obras del Boom Latinoamericano; de igual ma- nera, podemos identificar el esquema aspiracional del narcotráfico en los narcocorridos y la narco cultura, así como sentir la desesperanza del periodo entre guerras a través de las vanguardias. Por lo tanto, el arte re- presenta una síntesis histórica del devenir de los pueblos, de la conso- lidación del Estado-nación y de las narrativas que rodean a la construc- ción histórica de la geopolítica contemporánea. Siguiendo esta línea, Dino Korca, presidente del Instituto para la Cultura de la Unión Europea, menciona que “nos encontramos en un mo- mento crucial, en la refinación de la globalización; de París a Nueva York, y a lo largo del mundo, la gente está ansiosa y demanda ideas innovado-

ras, así como las contribuciones que el arte y la cultura pueden brindar al Apartado VI. Consideraciones y proposiciones desarrollo económico, a la educación, al fortalecimiento de la democra- cia y de la sociedad civil. El arte abre nuestra imaginación, desarrolla una mente crítica y nos ayuda a comprender y aceptar nuestras diferencias. Aunque el impacto del arte y la cultura no puede ser cuantificado de ma- nera simple, la falta del intercambio artístico, deja un vacío irreparable”17. Bajo el actual esquema de globalización, la producción artística ha adquirido valores mutables, etéreos y, en ocasiones, pareciera que ca- rece de un amplio grado de significación. Existen múltiples críticas a las manifestaciones artísticas contemporáneas como un campo que se ha

17) European Union National Institutes for Culture, “The Role of Arts and Culture in Inter- national Relations and Diplomacy: AU & US Perspectives” EUNIC, http://www.eunic- online.eu/?q=content/role-arts-and-culture-international-relations-and-diplomacy-eu- us-perspectives vaciado de contenido, al privilegiar la abstracción y el elitismo caracte- rístico del ambiente artísitico. Sin embargo, considero que quizás el arte es el último recurso que tenemos para resguardar los sucesos interco- nectados que dan vida a una multiplicidad de historias en las que pode- mos encontrar cierta poesía en el caos imperante del sistema internacio- nal contemporáneo. Quizás una exhibicición artísrtica errante no regrese a los 43 estu- diantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, pero la exposición Huellas de la Memoria ha logrado sensibilizar a un sin número de esu- diantes de nuestro país frente a un caso que solo puede ser decrito como la materialización de la represión del Estado mexicano. Seguramente, la exposición en la Galería Apexart de Nueva York no logre aliviar la angus- tia de aquellas familias que se preguntan si su padre, hijo o esposo, logró

Lorena Jiménez Quiñones Lorena cruzar la frontera con Estados Unidos a salvo. No, seguramente no. 568 Las variables del sistema internacional seguirán mutando, habrá preguntas sin respuestas y un gran porcentaje de la población seguirá durmiento con hambre; pero el arte lo visibiliza, lo nombra y lo denun- cia. Es por esto, que las Relaciones Internacionales deben expandir su mirada crítica y retomar elementos no tradicionales para la comprensión de diferentes mecanismos que podrían expandir el ámbito de la coope- ración internacional.

Conclusiones Los horizontes culturales de las diversas regiones que forman parte del sistema internacional han traspasado las fronteras gracias a la globali- zación y al fenómeno migratorio. La cultura viaja con nosotros y genera paisajes de abundantes intertextualidades e idiosincrasias. Entonces, cabe preguntarnos: ¿qué le tendrá que decir el ámbito de la expresión artística a las Relaciones Internacionales? Y ¿Cuál es la disposición de la disciplina para escuchar? En el breve recuento del desarrollo epistemológico predominante de la disciplina enfatizo que usualmente se retoman variables políticas o económicas para comprender los mecanismos a través de los cuales se ejerce poder en el sistema internacional. De esta manera, el campo de la política internacional adquiere una caracterización homogénea que se materializa en los temas de agenda de los estados más importantes del sistema, destacando la de Estados Unidos, Alemania y China. Si bien los enfoques tradicionales de las Relaciones Internacionales La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y nos sirven para generar análisis en torno a las amenazas clásicas a la paz internacional, no son suficientemente creativas para capturar el espectro micro social del campo internacional. Los pequeños detalles que rodean a la construcción de una narra- tiva histórica –sus personajes y paisajes- no están inscritos de manera evidente en las variables macro estructurales del sistema internacional y sin embargo, podríamos argumentar que la política internacional se teje precisamente ahí: en la experiencia humana de una época; en las mo- das que aparecen y desaparecen; en las canciones que se tocaron en la radio durante meses. Entonces, el proyecto de vincular de manera adecuada el ámbito del intercambio cultural con el de las Relaciones Internacionales, no es en absoluto forzado o rebuscado; por el contrario, está implícito en los estudios sobre diplomacia y cooperación para el desarrollo. Lo que falta, es más bien recuperar los específicos del proceso: las historias de la gente, de sus municipios, pueblos, vecindades, etc., y correlacionarlos

con la estructuración de redes de interpretación trasnacionales y con el Corazón Latinoamérica musical de México proceso de subjetivación de la cultura. 569 Concluyo citando a Hannah Arendt18 para comprender la función del arte en la vida humana:

Debido a su permanencia, las obras de arte son las que mayor valor tienen de todas las cosas tangibles; su durabilidad es casi incorrupta a los efectos corrosivos de los procesos naturales, debido a que no están sujetas al uso de las criaturas vivientes. Por lo tanto, su durabilidad es de un orden supe- rior a aquél en el que las cosas son ante todo necesidades y adquieren así su existencia; el arte puede adquirir permanencia a lo largo de las épocas. En ningún otro lugar aparece la durabilidad del mundo de las cosas con tal pureza y claridad, en ningún lugar esta cosa-mundo se revela a sí misma

tan espectacularmente como el mundo no mortal de los seres mortales. Es Apartado VI. Consideraciones y proposiciones como si la estabilidad terrena se volviera transparente en la permanencia del arte, para que la premonición de la inmortalidad, no la inmortalidad del alma o de la vida, sino de algo inmortal logrado por manos mortales, se vuelve tangible para brillar y ser visto, para sonar y ser escuchado, para hablar y ser leído.

Referencias 1. Arendt, Hannah. 2005. La Condición Humana. España: Paidós Ibérica. 2. EUNIC. Ver European Union National Institutes for Culture. The 3. Role of Arts and Culture in International Relations and Diplomacy: EU & US Perspectives. http://www.eunic-online.eu/?q=content/

18) Hannah Arendt, La Condición Humana, (España: Paidós Ibérica, 2005). role-arts-and-culture-international-relations-and-diplomacy-eu-us- perspectives (consultada el 20 de marzo de 2017). 4. Finnemore, Martha y Sikkink, Katherine. 1998. International Norm Dynamics and Political Change. International Organization. 52 (otoño): 887- 917. 5. Finnemore, Martha y Sikkink, Katherine. 2001. Taking Stock: The Constructivist Research Program in Internacional Relations and Comparative Politics. Annual Review of Political Science 4: 391 – 416. 6. Keck, Margaret y Sikkink, Katherine. Activists Beyond Borders: Advocacy Networks in International Politics. Nueva York: Cornell University Press. 7. Legler, Thomas, Santa Cruz, Arturo y Zamudio, Laura. 2013.

Lorena Jiménez Quiñones Lorena Introducción a las Relaciones Internacionales: América Latina y la 570 Política Global. México: Oxford University Press. 8. Nye, Joseph. 1990. Soft Power. Foreign Policy. 80 (otoño): 153-171. 9. Picketty, Thomas. 2014. El Capitalismo en el Siglo XXI. México: Fondo de Cultura Económica. 10. Santa Cruz, Arturo. 2009. El Constructivismo y las Relaciones Internacionales. México: Centro de Investigación y Docencia Económicas. 11. Sarquís, David. 2005. Relaciones Internacionales: una perspectiva sistémica. México: Tecnológico de Monterrey y Porrúa, 2005. 12. Wendt, Alexander. 2005. La anarquía es lo que los estados hacen de ella: la construcción social de la política global. Revista Académica de Relaciones Internacionales. GERI – UAM. (marzo): 1-47. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y conciencia VI.1. La relevancia de las Relaciones Internacionales en el Siglo XXI: cultura, arte y VI.2. Diplomacia y cultura mexicana

Luis Omar Montoya Arias Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1 México Corazón Latinoamérica musical de México Resumen 571 Sabida es la relevancia cultural de México en el mundo. La mexicana, es una cultura universal. La explicación al expansionismo cultural mexicano está en su diplomacia. La popularidad de la cultura mexicana no puede ser interpretada sin atender el proyecto diplomático emprendido en el siglo XIX, y continuado en el XX, como lo detallaremos en las siguientes páginas. El expansionismo cultural mexicano, es, ante todo, un proyecto diplomático pos independentista.

Palabras clave Diplomacia, México, Tratados, Música, Cultura

Summary Apartado VI. Consideraciones y proposiciones It is known the cultural relevance of Mexico in the world. The Mexican is a universal culture. The explanation for Mexican cultural expansionism lies in its diplomacy. The popularity of Mexican culture can not be inter- preted without attention to the diplomatic project undertaken in the ni- neteenth century, and continued in the twentieth, as we will detail in the following pages. Mexican cultural expansionism is, above all, a post-in- dependence diplomatic project.

Keywords Diplomacy, Mexico, Treaties, Music, Culture

Introducción Conocemos la afición de Hugo Chávez por la música ranchera. En sep- tiembre del 2012, Vicente Fernández fue condecorado con la Orden de los Libertadores de Venezuela, hecho que demuestra la trascendencia existencial que México detenta en Latinoamérica. En marzo del 2013, durante los servicios funerarios en honor al mismo Chávez, Pablo Mon- tero –cantante mexicano de rancheras- despidió al militar venezolano entonando El Rey de José Alfredo Jiménez Sandoval. Estamos al tanto de la influencia que la Revolución mexicana generó en los movimientos obreros-sindicales de Colombia, y también de la presencia de la lucha libre mexicana en Bolivia. El nacionalismo mexicano sigue vigente y ex- pandiéndose por el mundo. La injerencia cultural de México en Sudáfrica, se hizo sentir con fuerza, a partir de 1967, año en que Pedro Rodríguez –piloto mexicano de Fórmula 1- ganó el Gran Premio de Sudáfrica. En Uruguay el cariño también es grande. Charrúas y mexicanos están unidos por la dictadura

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis militar (1973-1985) y por el terremoto de 1985. Es una historia de re- 572 ciprocidad. Cuando los uruguayos padecieron la dictadura, México se convirtió en su hogar; luego, en 1985, mientras el país azteca sufría los estragos del terremoto, decenas de familias uruguayas adoptaron a niños huérfanos mexicanos. No olvidemos que Amado Nervo, poeta mexicano nacido el 27 de agosto de 1870 en Tepic, Nayarit, murió en Montevideo, Uruguay, en 1919. En Alemania, el gusto por Lila Downs, Panteón Rococó, El Gran Si- lencio y Los de Abajo, es notorio. La música norteña mexicana (acor- deón y bajo sexto) no es bien recibida en el país germano por estar asociada con la música folclórica alemana -tachada de conservadora y VI.2. Diplomacia y cultura mexicana nacionalista-. Recordemos que acordeones y armónicas fueron los ins- trumentos favoritos de los nazis durante sus horas de ocio. A pesar de todo, la folclórica es el mercado musical más importante de Alemania. Esto nos recuerda que la ausencia de un fenómeno también es un pro- blema de investigación social. Podemos estudiar el auge de la música norteña mexicana en Holanda y su inexistencia en Alemania. Como lo he demostrado en otros escritos, las músicas populares mexicanas es- tán asociadas, en países como Chile y Argentina, con la derecha, con el conservadurismo y con las dictaduras militares. Para miles de personas, las músicas populares mexicanas son promotoras de machismo, alcoho- lismo, violencia sexual y narcotráfico. El presente artículo de investigación, tiene que ver con la historia diplomática mexicana, con el expansionismo cultural azteca y con su peso en el sistema internacional. Hablamos de la diplomacia mexicana y su relación con la identidad. Es un breve recorrido por la política exte- rior de México. Es un texto que invita al estudio de los estereotipos, tan en boga en las ciencias sociales actuales. Hasta antes de Vicente Fox Quezada, quien asumió el poder en el año 2000, México era reconocido, mundialmente, por su política exte- rior apegada al respeto de las soberanías y a la proyección global de la identidad mexicana. Hablando de diplomacia, las bases de México como nación de avanzada, están en 1930 con la Doctrina Estrada o Doc- trina Mexicana.1 Este liderazgo diplomático inició su declive con Vicente Fox y mostró una crisis absoluta con Enrique Peña Nieto. Los gobiernos mexicanos del 2000, en adelante, han ignorado la tradición diplomática mexicana y pisoteado la historia. Tanto Fox como Peña Nieto, están, ni duda cabe, en los primeros lugares de los presidentes mexicanos más analfabetos de la historia. Personajes con nula formación académica.

Brasil

El primer antecedente diplomático entre México y Brasil, tuvo lugar en Corazón Latinoamérica musical de México 1822, gracias a la iniciativa de Antonio Goncalves da Crus, representante 573 del reino de Brasil en Washington. En junio de 1831, México nombró a Juan de Dios Cañedo ministro plenipotenciario en el Imperio de Brasil. El objetivo era incentivar la creación de una Asamblea General Ameri- cana, liderada por México y Brasil. El 25 de mayo del mismo año, Bra- sil nombró a Joao Baptista de Queirós representante ante el gobierno de México. Brasil anhelaba la firma de un tratado comercial que le per- mitiera exportar café a México. Los intentos no fructificaron porque Ca- ñedo enfermó en Lima –sede de la delegación mexicana en Sudamérica- y Queirós fue cesado por el gobierno brasileño. Siendo presidente de México, Antonio López de Santa Anna (1834), Duarte da Ponte Riveiro – representante del Imperio del Brasil- presentó credenciales en la nación

azteca (Huerta, 1994, p.18). Apartado VI. Consideraciones y proposiciones Brasil fue declarado República el 15 de noviembre de 1889. Mé- xico, ya con Porfirio Díaz al frente del ejecutivo, reconoció a Brasil y nom- bró, el 13 de junio de 1890, a Juan Sánchez Azcona como ministro ple- nipotenciario en Argentina y Brasil. Aunque hubo intenciones de firmar una tratado comercial con Brasil, éste no se concretó porque “el Brasil produce y exporta café, caco, hule y maderas; artículos que también Mé- xico regala al mundo” (Huerta, p.26). En octubre de 1901 aconteció la Segunda Conferencia Panameri- cana en la Ciudad de México. Luego, el 24 de julio de 1906, se celebró la Tercera Conferencia Panamericana en Río de Janeiro, con una nutrida

1) El 14 de febrero de 1967, México promovió la creación, firma y ejecución del Tra- tado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido como Tratado Tlatelolco. Prueba del liderazgo diplomático de la nación mexicana du- rante el siglo XX. presencia mexicana (Huerta, p.28). En 1915 Venustiano Carranza eligió a Isidro Fabela como ministro en Brasil. Fue en enero de 1922 cuando las representaciones diplomáticas de México y Brasil, se convirtieron en embajadas. Álvaro Torre Díaz fue el primer embajador mexicano en Bra- sil y Raúl Regis de Oliveira el primer embajador brasileño en México. “La creación de las embajadas sirvió como preámbulo para la participación de México en la celebración de las fiestas del Centenario de la Indepen- dencia del Brasil, en 1922” (Huerta, p.33). Siendo Álvaro Obregón presidente de México, José Vasconcelos emprendió un viaje de cuatro meses por Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Estados Unidos. Durante las semanas que Vasconcelos permaneció en el país amazónico, visitó Río de Janeiro, Minas, Santos, Bello Horizonte y Juiz de Fore (Cárdenas, 1982, p.92). El 16 de septiembre de 1922, tuvo

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis lugar una ceremonia en la que Vasconcelos, líder de la delegación mexi- 574 cana, entregó al gobierno brasileño, una réplica en bronce de la estatua de Cuauhtémoc. José Vasconcelos narró lo sucedido:

En vísperas de embarcarme para Río de Janeiro, Brasil, Pansi me informó que estaba vaciada una réplica de la estatua de Cuauhtémoc del Paseo de la Reforma y que ese sería el obsequio de México al Centenario de la her- mana República de Brasil. No tuve, pues, elección en la materia, ni opuse consideraciones que por otra parte habrían resultado inútiles. Me chocó, desde el principio, que el vaciado que estaba en camino del Brasil lo hu- biese hecho la casa neoyorquina de Tiffany, la misma que grabó las me- VI.2. Diplomacia y cultura mexicana dallas conmemorativas, cinco de oro macizo, distribuidas por Pansi como sigue: una para el Presidente de México, otra para el Presidente de Brasil, otra para el Embajador de Brasil en México, una más para Pansi y otra para mí. De la misma medalla en bronce se me dieron varias docenas que re- partí en Río de Janeiro entre diplomáticos y delegados. Mi propia meda- lla de oro la vendí en Buenos Aires, Argentina, en un apuro (Vasconcelos, 1979, p.102).

La delegación mexicana estaba integrada por José Vasconcelos (Embajador Especial y Secretario de Educación Pública de México), Al- fonso de Rosenzweig Díaz (consejero), Julio Torri (primer secretario), Pa- blo Campos (segundo secretario), Roberto Montenegro (agregado civil), Manuel Pérez Treviño (agregado militar y Jefe del Estado Mayor), dos capitanes del Estado Mayor Presidencial, Francisco González (agregado militar de la embajada permanente), el Subdirector de la Escuela Na- val de Veracruz, oficialidad y marinería del cañonero Bravo, el Coman- dante del cañonero Bravo, 160 plazas del Colegio Militar, el Subdirector del Colegio Militar de México, grupo de aviadores con sus aparatos, el Coahuila -barco de la Marina Mercante-, la Orquesta Típica Torre Blanca (35 plazas), la Banda del Estado Mayor General (75 plazas), Carlos Pelli- cer (poeta), Pedro Henríquez Ureña (intelectual), Montenegro (pintor), bailarinas vestidas de tehuanas, chinas poblanas y la cantante de ópera, Fanny Anitúa (Huerta, p.34). Fanny Anitúa radicaba en Jalisco (nació en Durango), estado de México al que Vasconcelos profesó un amor incondicional. Así se ex- presó el oaxaqueño de esta provincia del Occidente mexicano:

Es Jalisco la más bien lograda provincia de México. La raza es allá más pura que en Puebla. El tipo es alto y gallardo de origen andaluz; las mujeres de ojos negros, cintura flexible y tez fina clara llena de suavidad, seducen por

la finura de los rasgos y el andar suelto, garboso. Las mujeres bailadoras Corazón Latinoamérica musical de México del país son de Jalisco, también los mejores charros y las buenas naranjas. 575 Numerosa población de raza blanca prosperó desde los días de la Colo- nia, en tanto que el Bajío se ha dejado penetrar sangre indígena. En nues- tra costa oriental tenemos regiones densamente hispánicas (Campeche y Veracruz), pero el clima ha destruido el vigor de la raza y los indios, los ne- gros, se han mezclado a la savia de Europa. Puebla es tipo del mestizaje; de ingenio sutil, pero disimulado y débil. Oaxaca fue una colonia de cas- tellanos paulatinamente absorbida, desplazada por los indios que habitan las serranías circundantes. Oaxaca fue y ya no es. Pero Jalisco y la costa de Occidente, representan una reserva de hispanidad que se ha hecho autóc- tona. No recuerdan su origen pero les sale espontáneo en los cantares y en el ritmo de las danzas, en la gentileza y la bondad del trato. Y entre toda

esa región de olvidada castellanidad, Guadalajara es la reina. Su cielo de Apartado VI. Consideraciones y proposiciones un azul pálido, despejado, descubre una planicie ondulada un poco ama- rillenta, manchada a trechos con arboledas escasas, circundada de remo- tas cordilleras, poblada de aldeas. Hacia el sur el terreno se parte en una barranca que es asombro de la geología y diversión del viajero. Se solaza el ánimo contemplando en descenso, desde una meseta de mil metros so- bre el mar, nivel a que se asienta Guadalajara, hasta el arroyo de la que- brada profunda ornada de follajes y plantas de todos los climas. Abundan en la comarca las huertas que producen frutos de tierra templada, peras, duraznos y fresas. De Tepic y su zona tórrida llevan al mercado de Guada- lajara unas pitahayas que son algo de lo mejor que hay en el mundo. Y en los portales de la ciudad, las aguas frescas de fresa prensada y de naran- jas y de horchata son famosas. Y los helados son de arrayán y de almendra. En la plaza principal de Guadalajara los naranjos recuerdan cada vez que se cubren de azahares, que es andaluza la raza, que la creó. De Guadala- jara extrajimos el talento para las labores femeniles, la cocina, el dibujo, el canto, la danza y lo llevamos a las escuelas de la capital. Jalisco brinda la semilla de cultura que hace falta en el resto del país. Todas las clases uni- das por el sueño de un México que empiece a realizar la promesa tanto tiempo demorado. En Guadalajara también se crean coros folklóricos de centenares de niños. Campanas, cohetes y bandas militares de resonantes latones avivan el júbilo de la población. Su vocalización perfecta permite entender cada verso, cada palabra del cantar. Su boca no hace gesto de tesitura de esos que afean a las cantantes que produce Nueva York, y el timbre remueve las fibras profundas del sentimiento mexicano (Vasconce- los, 1979, p.160).

Los conceptos vertidos por Vasconcelos eran compartidos por la

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis élite intelectual-diplomática mexicana de la época. El hecho explicaría, 576 al menos parcialmente, porqué durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, el Bajío-Occidente y sus creaciones culturales, se consolidaron como lo “típico mexicano”. Pensemos en el mariachi (invención de Occi- dente) y en el charro (invención del Bajío) como símbolos del naciona- lismo mexicano revolucionario. Es de notar que durante la época abordada por el presente artí- culo, los diplomáticos mexicanos eran intelectuales y escritores. José Vasconcelos y Alfonso Reyes fueron, quizás, los más destacados. Vas- concelos es símbolo de la UNAM y Reyes de la UANL. Había un proyecto de nación sustentado en la educación y en sus intelectuales. El viaje de VI.2. Diplomacia y cultura mexicana creaciones culturales mexicanas como el mariachi, la ranchera, la historia prehispánica y el modelo educativo de Vasconcelos, tuvo éxito porque fue un proyecto ideado y liderado por el Estado. Con motivo del Centenario de la Independencia brasileña, la dele- gación mexicana participó en el Congreso Internacional de Historia de América y en el Congreso Internacional de Americanistas. A raíz de éstos se acordó escribir la historia nacional de los países que integran Latino- américa. Epitacio da Silva Pessoa, presidente de Brasil, y Álvaro Obre- gón, presidente de México, formalizaron el inicio de una nueva etapa en la historia de las relaciones diplomáticas México-Brasil (Huerta, 1994, p.35). La música sertaneja en Brasil y la bossa nova en México, son mues- tras fehacientes de los intercambios culturales que existen entre ambas naciones.

Tratados internacionales del siglo XIX En 1822 Simón Bolívar invitó a los gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires a formar una confederación. Convocó al nombramiento de plenipotenciarios para una reunión en Panamá. La Asamblea de Panamá tuvo lugar el 22 de junio de 1826. Por México asistió, José Domínguez, Regente del Tribunal de Justicia del Estado de Guanajuato. Chile, Brasil y Buenos Aires, no participaron de la reunión (Vázquez, 2010, p.86). “El 15 de julio de 1826, Centro América, Colombia, Perú y México, celebra- ron un Tratado de Unión, Liga y Confederación perpetua con objeto de sostener en común la soberanía e independencia contra toda domina- ción extranjera” (Vázquez, p.87). Antes, el 3 de octubre de 1823, Lucas Alamán y Miguel Santa María firmaron el Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre Mé- xico y Colombia (Vázquez, p.80). Éste es el primer tratado internacional que México formalizó, una vez lograda su independencia. Fue Lucas Ala- mán, personaje clave en la concreción de tratados durante el siglo XIX.

Promovió la materialización de tratados de amistad y comercio con na- Corazón Latinoamérica musical de México ciones latinoamericanas “porque somos familia, porque los americanos 577 debemos mantenernos unidos para defender nuestra independencia y libertad, y porque debemos fomentar el comercio y los mutuos intere- ses” (Vázquez, p.88). “Alamán tenía el deseo de promover la educación y el progreso entre México, Centro América y Sudamérica” (Vázquez, 93). Soñó con “enganchar marinos chilenos en la marina mercante y de gue- rra mexicana” (Vázquez, p. 94). Lucas Alamán es un personaje que debe ser reinterpretado por la historia. Artículos a destacar del tratado México-Colombia:

1. La República de Colombia y la Nación Mexicana, se unen, ligan y confederan desde ahora para siempre en paz y guerra, para sos-

tener con su influjo y fuerzas marítimas y terrestres, en cuanto per- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones mitan las circunstancias, su independencia de la nación española y de cualquier otra dominación extranjera y asegurar después de re- conocida aquella, su mutua prosperidad, la mejor armonía y buena correspondencia, así entre los pueblos, súbditos y ciudadanos de ambos Estados, como con las demás potencias con quienes deben entrar en relación. 2. La República de Colombia y la Nación Mexicana se prometen por tanto y contraen espontáneamente, un pacto perpetuo de alianza íntima y amistad firme y constante para su defensa común, obligán- dose a socorrerse mutuamente y a rechazar en común todo ataque o invasión que pueda amenazar la seguridad de su independencia y libertad, su bien recíproco y general y su tranquilidad interior, de ambos gobiernos legítimamente establecidos. 3. A fin de concurrir a los objetos indicados en el artículo anterior, las partes contratantes se comprometen a auxiliarse recíprocamente con el número de fuerzas terrestres que se acuerden por conve- nios particulares, según lo exijan las circunstancias y mientras dure la necesidad. 4. La marina nacional de ambas partes, cualquiera que sea, estará dis- puesta al cumplimiento. 5. En los casos repentinos de mutuo auxilio, ambas partes podrán obrar hostilmente con sus fuerzas disponibles en los territorios de la dependencia de una u otra, siempre que las circunstancias del momento no den lugar a ponerse de acuerdo ambos gobiernos. Pero la parte que así obrase deberá cumplir y hacer cumplir los estatutos, ordenanzas y leyes del Estado respectivo en cuanto lo permitan las mismas circunstancias y hacer respetar y obedecer su

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis gobierno. Los gastos que se hubiesen impedido en estas operacio- 578 nes, se liquidarán por convenios separados y se abonarán un año después de la conclusión de la presente guerra. 6. Ambas partes contratantes se obligan a prestar cuantos auxilios es- tén a su alcance a los bajeles de guerra y mercantes que llegaren a los puertos de su pertenencia, por causa de avería o cualquier otro motivo, y como tal podrán carenarse, repararse, hacer víveres, ar- marse, aumentar su armamento y sus tripulaciones, hasta el estado de poder continuar sus viajes o cruceros a expensas del Estado o particulares a quienes corresponda. 7. A fin de cortar los abusos escandalosos que puedan causar en alta VI.2. Diplomacia y cultura mexicana mar los corsarios armados por cuenta de los particulares, en per- juicio del comercio nacional y el de los neutrales, convienen am- bas partes en hacer extensiva la jurisdicción de sus juzgados o cor- tes marítimas a los corsarios que navegan bajo el pabellón de una y otra, y sus presas indistintamente, siempre que no puedan nave- gar fácilmente hasta los puertos de su procedencia o que haya in- dicio de haber cometido excesos contra el comercio de las nacio- nes neutrales, con quienes ambos Estados desean cultivar la mejor armonía y buena inteligencia. 8. Ambas partes garantizan mutuamente la integridad de sus territo- rios en el mismo pie en que se hallaban antes de la presente gue- rra, reconociendo igualmente por partes integrantes de una y otra nación todas las provincias que aunque gobernadas anteriormente por autoridad del todo independiente de la de los antiguos virrei- natos de México y Nueva Granada, se haya convenido o se convi- nieran de un modo legítimo en formar un solo cuerpo de nación. 9. La demarcación especificada de todas y cada una de las partes que componen la integridad expresada en el artículo precedente, se hará por expresa declaración y mutuo reconocimiento de ambas partes, luego que el próximo Congreso constituyente mexicano, haya decretado La Constitución de la Nación. 10. Ambas partes se obligan a interponer sus buenos oficios con los gobiernos de los demás Estados de América antes española, para entrar en este pacto de unión, liga y confederación. 11. Siendo el Istmo de Panamá una parte integrante de Colombia y el punto más adecuado para aquella augusta reunión, esta Repú- blica se compromete a prestar a los plenipotenciarios que com- pongan la asamblea de los estados americanos, todos los auxilios que demanda la hospitalidad entre pueblos hermanos y el carácter sagrado e inviolable de sus personas.

12. Para asegurar y perpetuar del mejor modo posible, la buena amis- Corazón Latinoamérica musical de México tad y correspondencia entre la Nación Colombiana y Mexicana, 579 cooperando mutuamente al fomento de su agricultura, comercio y marina, los súbditos ciudadanos de ambas partes tendrán libre en- trada y salida en sus puertos y territorios disfrutando las produccio- nes y buques de una y otra nación. 13. Las producciones territoriales de uno y otro país introducidas por sus puertos en buques, gozarán de la rebaja de un dos y medio por ciento sobre los derechos de importación que deben adeudar por las leyes vigentes en dichos puertos o debieron adeudar en lo su- cesivo las producciones extranjeras de igual clase, importada en los mismos buques nacionales. 14. Las producciones o artefactos extranjeros importados en buques

mexicanos o colombianos, gozarán de la misma rebaja que en cada Apartado VI. Consideraciones y proposiciones país esté acordado. 15. Las producciones indígenas de cada nación, importadas en bu- ques nacionales y procedentes de sus puertos, gozarán de un cinco por ciento de rebaja sobre los derechos que las mismas debieron adeudar, con arreglo a las leyes generales. 16. Hecho en la Ciudad de México, a 3 de octubre de 1823. Firmado por Miguel Santa María (Colombia) y Lucas Alamán (México) (Váz- quez, p. 2013).

En 1829 hubo un proyecto para que México entrara en relación es- trecha con Haití. Era una estrategia de protección contra la agresión es- pañola que se avecinaba. Vicente Rocafuerte, Ministro en Gran Bretaña, pensaba que la mejor forma de contrarrestar la embestida española era sumando fuerzas con Colombia y Haití (Vázquez, p.84). La intención era montar un ejército de 60 000 hombres: México aportaría 32 750, Colom- bia 15 250, Centro América 6 750 y Perú 5 250 (Vázquez, p. 88). El 26 de enero de 1831, el vicepresidente de México, Anastasio Bustamante, nombró a Miguel Ramos Arizpe plenipotenciario para ne- gociar un tratado de amistad y comercio con Chile. El 7 de marzo de 1831 quedó listo el tratado. Un mes después fue autorizado (Vázquez, p. 89). El Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre los Estados Unidos Mexicanos y la República de Chile, fue firmado por Miguel Ra- mos Arizpe y Joaquín Campino, en representación de México y Chile, respectivamente. “El gobierno de los Estados Unidos Mexicanos por una parte, y el de la República de Chile por la otra, deseando confinar y es- trechar los sentimientos de fraternidad que entre ambas Repúblicas han existido siempre, por la identidad de su origen, idioma, costumbres e in-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis tereses; establecen reglas seguras para la conservación y el fomento de 580 sus relaciones comerciales” (AHMT, 1831). Artículos a destacar:

1. Las partes contratantes declaran que los mexicanos y los chilenos, desde su entrada al territorio de la una o la otra República, gozarán de la consideración, derechos y garantías, que por las leyes de uno y otro país gozaron en ellas, los que han obtenido carta de natura- leza, con tan solo acreditar al país a que pertenecen, están en po- sesión y goce de naturalizados, nativos o ciudadanos de él. Podrán obtener carta de ciudadanía. 2. Los naturales de ambas Repúblicas gozarán de la una y de la otra, VI.2. Diplomacia y cultura mexicana en las que actualmente se permite, o en adelante se permitiere en- trar a los súbditos y ciudadanos de la nación más favorecida. Po- drán permanecer y residir en cualquier lugar de las mencionadas Repúblicas, y ocuparse libre y seguramente en la industria, profe- sión, giro u oficio que más les convenga, arreglándose a las leyes de cada país para sus naturales respectivos. 3. Podrán disponer de su propiedad, de cualquiera clase o denomina- ción que sea, por testamento, donación o contrato, y suceder igual- mente por testamento, abintestato. 4. Los naturales de ambas Repúblicas que navegan en buques, casi mercantes, como de guerra o paquetes, se prestarán mutuamente, en altamar y en sus costas, todo género de auxilio, en virtud de la amistad que existe entre ambos países, y podrán dirigirse, arribar, anclar, y permanecer en todos los puertos de uno y de otro territo- rio, expresamente habilitados para el comercio por sus respectivos gobiernos, y hacer víveres y reponerse de toda avería, hasta po- nerse en estado de continuar sus viajes. 5. Los desertores de los buques de guerra, mercantes o paquetes, se- rán aprehendidos y devueltos inmediatamente por las autoridades de los lugares en que se encontrasen, bien entendido que a la en- trega debe proceder la reclamación del comandante o capitán del buque respectivo. Podrán ser deportados en prisiones públicas, hasta que se verifique la entrega en forma, pero este depósito no podrá pasar del término de ocho días. 6. No se pagarán otros ni más altos derechos en los puertos mexica- nos por la importancia o exportación de cualquier mercancía en buques chilenos, sino los que se paguen, o en adelante se paga- ron en los mismos puertos de México por los buques de la nación más favorecida. Ni en los puertos de Chile se pagarán otras, ni más altos derechos por la importación o exportación de cualquier mer-

cancía en buques mexicanos, sino los mismos que en dichos puer- Corazón Latinoamérica musical de México tos de Chile paguen, o en adelante pagarán los buques de la na- 581 ción más favorecida. 7. Las partes contratadas se comprometen solemnemente a que las negociaciones que pueden entablarse entre la corte de Madrid y cualquiera de ellas con el objeto de asegurar la independencia y la paz, incluyan y comprendan los intereses a este respecto, tanto de México, como de Chile. Y se comprometen también a influir con las otras Repúblicas de América, antes sujetas a la dominación espa- ñola, para que en su caso, obren de la misma manera. 8. El tratado estará vigente del 7 de marzo de 1831, al 7 de marzo de 1841.

En términos inmejorables, las relaciones con Perú, existen desde Apartado VI. Consideraciones y proposiciones 1822 (Vázquez, 93). “Ecuador se encontraba en circunstancias favorables al ocupar la presidencia Vicente Rocafuerte en 1836, quien dirigió una sentida carta en la que afirmaba que, como era mexicano de corazón, deseaba establecer relaciones íntimas con México. El tratado firmado con Ecuador habló de la unidad hispanoamericana y de la celebración de la Gran Asamblea General Americana. El documento fue firmado el 21 de junio de 1838 y se ratificó en 1840 por ambos congresos” (Váz- quez, p.98).

Estereotipos Los tratados firmados con Colombia en 1823 y con Chile en 1831, brin- daron certeza jurídica a los intercambios militares y comerciales aconte- cidos entre México y América Latina, durante la primera mitad del siglo XIX. Además de armas, circularon personas, tradiciones, canciones, le- yendas, cuentos, albures e instrumentos musicales. Los tratados inter- nacionales demuestran que el flujo cultural de lo mexicano hacia dife- rentes partes de mundo, tuvo lugar desde el siglo XIX. La diplomacia es fundamental para explicar la vigencia global cultural mexicana actual. La construcción del Estado-Nación mexicano tiene su origen en el siglo XIX. La firma de tratados internacionales forma parte de este pro- ceso histórico. El intercambio cultural que ha incentivado la diplomacia desde el siglo XIX, nos lleva a un fenómeno social de trascendencia: los estereotipos. Éstos también son mercancía y cada vez que se firma un tratado comercial, migran junto a las carnes, las computadoras, las te- las y las frutas. Si pensamos en América Latina, nos haremos conscientes que todas sus naciones exportan estereotipos: Brasil y el samba, México y el mariachi, Argentina y el tango, Chile y la cueca, Colombia y el valle-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis nato, Puerto Rico y la salsa, Guatemala y la marimba. Estas referencias 582 son construcciones-representaciones de imaginarios que en la historia llamamos: estereotipos. El campo de estudio cuenta con académicos de importancia. Para el caso mexicano, William Beezley es el investigador más importante so- bre los estereotipos en el siglo XIX. Ricardo Pérez Montfort es el más relevante para el siglo XX. Con el apoyo de sus investigaciones, cons- truiremos los párrafos siguientes. Los estereotipos que México exportó durante el siglo XIX, son ajenos a los comercializados en el siglo XX por el cine. En pleno siglo XXI, los mexicanos somos definidos a partir de es- tereotipos que exaltan debilidades. VI.2. Diplomacia y cultura mexicana De acuerdo con Beezley, lo mexicano durante el siglo XIX, tenía que ver con valores comunitarios, mercancías, escritores, artesanos y acto- res (Beezley, 2008, p.13). Fueron los consejeros de Napoleón III quienes acuñaron el concepto de América Latina. En su proyecto expansionista identificaron a México como la “piedra angular de América” (Beezley, p.17). En 1862 ordenaron su invasión. Desde el siglo XIX, México era considerado el corazón de Latinoamérica. La influencia cultural mexicana en América Latina tiene sus raíces en el siglo XIX, según William Beezley. Para construir la identidad mexicana del siglo XIX, se imprimieron almanaques, imágenes religiosas y letras de corridos que Simón Blan- quel vendía en las ferias de San Juan de los Lagos, el Bajío y Saltillo (Beezley, p.41). Se apeló a la pintura con artistas como José María Ve- lasco. La identidad mexicana también tuvo que ver con la definición de fronteras políticas y físicas, problema atendido y resuelto por el régimen de Porfirio Díaz (1876-1911), gracias a sus compañías de topógrafos mi- litares (Beezley, p.41). Lo religioso no podía faltar: “el día de San Hipó- lito, 19 de agosto, permanecía en el calendario como la celebración de la conquista de Tenochtitlan, y los colores del banderín de la ciudad des- plegado en ese día, fueron adoptados también como los de la bandera nacional. Al honrar a San Hipólito paseando su estandarte de la catedral al ayuntamiento, se ponían énfasis en la continuidad de la estrecha re- lación entre la Iglesia y el Estado” (Beezley, p.76). Beezley ahonda en el proceso histórico-nacional del siglo XIX:

Una imagen masculina más positiva era la del Valiente, que hacía alarde de su origen regional y de su fuerza, como el Valiente de Guanajuato. Po- sada produjo al Valiente del Bajío. Se destacaba su carácter rural, la activi- dad varonil y los roles masculino. El valiente retaba con pullas y balandro- nadas. Sus fanfarronadas indicaban un origen de clase baja, marcando la diferencia respecto al valiente español, el hidalgo. El Valiente del Bajío ha-

cía alarde de poder dominar a los jugadores de billar de las grandes ciu- Corazón Latinoamérica musical de México dades porque usaba su machete a manera de taco. Juraba con palabrotas 583 que podía beber más que cualquiera, mientras trincaba a grandes sorbos un litro de tequila y doce tarros de cerveza. Advertía que, cuando venía al pueblo a una boda, podía raptar a la novia y se jactaba de tener ojos de águila y la fuerza para someter toros. Las imágenes de la lotería y las hojas sueltas con estereotipos groseros y corridos, servían para enseñar normas de buen comportamiento y actividades socialmente aceptables. Corridos y poemas aparecían en las hojas sueltas como décimas, estrofas de diez versos que a menudo se usaban en poemas religiosos. A finales del siglo XIX, para muchos pueblerinos, el ferrocarril representaba una amenaza, pues significaba la pérdida de la tierra, al tiempo que la locomotora era el símbolo más poderoso de la modernización. El corrido, los dibujos y las ca-

laveras repetían ese temor, mientras que los juegos de lotería mostraban Apartado VI. Consideraciones y proposiciones al ferrocarril como positivo. Los titiriteros competían con otras formas de entretenimiento. Las ferias religiosas podían incluir ascensiones en globo, organilleros, acordeonistas, exhibiciones de monos y osos, rifas de alimen- tos preparados o de accesorios domésticos, dispositivos ópticos que mos- traban escenas de importación histórica y países remotos, y espectáculos de carnaval como La Compañía de Reptiles Ponzoñosos; también circos, compañías de teatro y ópera. Desfilaban intérpretes musicales, pelas de gallos, carruseles, pastorelas, acróbatas, magos, animales salvajes y cientí- ficos. Sucedía en la Ciudad de México, Dolores Hidalgo, San Luis Potosí y Colima (Beezley, p.67).

Durante el siglo XIX, la identidad mexicana estuvo ligada a los tí- teres. La compañía más importante nació en Huamantla, Tlaxcala con Antonio Rosete (italiano) y María de la Luz Aranda (mexicana). En 1850 formaron la Compañía Rosete Aranda. Trabajaron en Palacio Nacional para Antonio López de Santa Ana, Benito Juárez y Porfirio íazD (Beezley, p.141). Otra importante compañía de títeres fue la creada por el Gra- cioso Enano Flores de Irapuato, Guanajuato, fundada en 1881. La Carpa de Oro de Don Heleno tenía una ruta que comenzaba en Sombrerete, Zacatecas y culminaba en Irapuato, Guanajuato, México. Esta compañía viajaba con una orquesta típica y ofrecía números como Lucas Pérez de Guanajuato, La pelea de galos, La corrida de toros, El circo y El pastelero (Beezley, p. 182). En el siglo XIX, lo mexicano tenía que ver con las corridas de to- ros, con las peleas de gallos, con la guitarra y con los títeres (Beezley, p.133). Los títeres copiaron, por ejemplo, la vestimenta usada por las or- questas típicas porfirianas, antecedente -en imagen e instrumentación-

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis del mariachi nacionalista con trompeta de la primera mitad del siglo XX. 584 Fue gracias a los carnavales porfirianos que el vestido de tehuana oaxa- queño se erigió como tradicional mexicano durante el siglo XIX (Beezley, p.146). Del siglo XIX proviene la fama de Celaya, Guanajuato como pro- ductor nacional de pastas dulces. En la misma centuria se enmarca la popularidad del apodo “chato”, tan vigente en nuestros días (Beezley, p.158). Los mexicanos de entonces se hablaban de vale, cuate, cama- rada, compinche y aparcero (Beezley, p.148). Sí, el famoso “parcero” co- lombiano del siglo XXI, tiene raíces coloniales en la América española y su uso fue generalizado en México, durante el siglo XIX. Propongo en- tender el nacionalismo mexicano como un proceso socio histórico in- VI.2. Diplomacia y cultura mexicana acabado -y en permanente construcción- iniciado en el siglo XIX. Ricardo Pérez Montfort señala que la Canción Mexicana se inaugura en 1901 con Perjura de Miguel Lerdo de Tejada, nacido en Morelia, Mi- choacán. La Canción Mexicana tiene sus orígenes en el siglo XIX, asumió una función política durante el Porfiriato y su cuna fue el Bajío (Pérez, 2003, p. 105). En 1913 -en pleno régimen de Victoriano Huerta-, Manuel M. Ponce editó A la orilla de un palmar y El abandonado, dos creaciones del Bajío mexicano. “Manuel M. Ponce fue punta de lanza del naciona- lismo musical mexicano del siglo XX” (Pérez, p. 109). Rubén M. Campos concuerda con Pérez Montfort: “los núcleos musicales productores de buen gusto son el Bajío, el sur de Oaxaca y Yucatán” (Campos, 1930, p.149). “Pueblos pequeños de Guanajuato, lin- dantes con comunidades de Jalisco y Michoacán, son las fuentes donde brotaron las melodías mexicanas” (Campos, 1930, p.171).Durante el Maximato (1928-1934) el nacionalismo mexicano comenzó a definir sus estereotipos; ahí inició el empoderamiento del Bajío, el charro, la china poblana, el mariachi y el jarabe tapatío (Pérez, p. 121). Una década an- tes, se compuso en el Bajío, Viva México, canción que gozó de populari- dad internacional:

Las palanquetas son de Pachuca las longanizas son de Toluca pa buenas fresas está Irapuato y para pípilas es Guanajuato (Pérez, p. 129).

Conclusiones Queda claro que muchos estereotipos asociados con la mexicanidad del siglo XX, en realidad tienen su origen en el siglo XIX. La firma de tratados comerciales responde a marcos sociales donde los procesos culturales son inherentes. Al estudiar los tratados internacionales es fundamental

considerar la suma de factores históricos en el momento de su firma. Corazón Latinoamérica musical de México Los tratados involucran las preocupaciones políticas, económicas y cul- 585 turales de la época en que fueron redactados, firmados y ejecutados. Es interesante que los dos primeros tratados internacionales que México firmó, tuvieran lugar con Colombia (1823) y Chile (1831). Chile y Colom- bia están llenos de festivales de música mexicana, gozan de la presencia de editoriales mexicanas como el Fondo de Cultura Económica e incluso tienen centros culturales como el Gabriel García Márquez en Bogotá y el Frida Kahlo en Santiago. ¿Casualidad? No lo creo. Chile y Colombia son los hijos mayores de México. Las dos naciones se han esmerado tanto en incorporar lo mexicano como parte de su cotidianeidad que estar en sus pueblos y festividades es como caminar por sus homólogas mexicanas. Latinoamérica es una extensión cultural de México y los tratados interna-

cionales firmados en el siglo XIX, son fundamentales para comprender Apartado VI. Consideraciones y proposiciones este fenómeno expansionista en pleno siglo XXI. Latinoamérica sin Mé- xico es, honestamente, inconcebible e incomprensible.

Fuentes consultadas 1. Archivo Municipal de Tepatitlán de Morelos, Jalisco. (1831). C4/ Exp.3-f2: 1 de octubre. 2. Beezley, William. (2008). La identidad nacional mexicana. Ciudad de México, México: El Colegio de la Frontera Norte. 3. Campos, Rubén. (1930). El folklore musical de las ciudades. Ciudad de México, México: SEP. 4. Cárdenas Noriega, Joaquín. (1982). José Vasconcelos. Guía y profeta. Ciudad de México, México: PAC. 5. Huerta Serrano, Guadalupe. (1994). Relaciones diplomáticas México-Brasil (1822-1959). Ciudad de México, México: Archivo Histórico Diplomático Mexicano. 6. Pérez Montfort, Ricardo (2003). Estampas de nacionalismo popular mexicano. Ciudad de México, México: CIESAS. 7. Vázquez, Josefina. (2010). México y el mundo, Tomo II. Ciudad de México, México: El Colegio de México. 8. Vasconcelos, José. (1979). El desastre. Ciudad de México, México: JUS. 9. Quintanilla, Lourdes. (2003). El nacionalismo de Lucas Alamán. Guanajuato: Ediciones la rana 10. Lajous Vargas, Roberta. (2013). Las relaciones Exteriores de México (1821-200). Ciudad de México. El colegio de México. 11. Hernández Chávez, Alicia. (2015). La política internacional. Ciudad de México, Colegio de México. Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis 586 VI.2. Diplomacia y cultura mexicana VI.3. Estética de la violencia mexicana

Pedro Pacheco López El Colegio de la Frontera Norte México Corazón Latinoamérica musical de México En este texto quiero describir las particularidades de dos concier- 587 tos de música norteña mexicana, uno en Los Ángeles, California y el otro en Tijuana, Baja California. El objetivo es reflexionar cómo in- fluye la frontera norte en la experiencia estética, particularmente, en la forma diferenciada de percibir los narcocorridos en cada uno de los eventos. Hablar de percepción nos pone en el campo semántico de la esté- tica, cuya etimología original, aistesis, significa literalmentesensación , percepción sensible1, por lo que se puede considerar como el estudio de la condición de estesis, entendida como la sensibilidad o condición de abertura o permeabilidad del sujeto, al contexto en el que está in- merso2. La estética, desde éste punto de vista, aunque sí incluye lo bello

y lo artístico, también puede ser una experiencia de lo feo, trágico, gro- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones tesco, cómico, monstruoso, gracioso. Lo artístico por su parte, no se re- duce ni se agota en lo estético, sino en un conjunto de valores devela- dos en la obra, religiosos, morales, nacionales, sociales, es decir en arte es relacional y se construye de elementos extraestéticos3. Lo que propongo explicar es que la influencia de la frontera en la forma de percibir el corrido está dada porque el proceso de estesis se inserta en un conjunto de relaciones sociales diferenciadas, que impri- men diferentes significados extraestéticos. Que cabe destacar, tampoco son tan distintos, porque a ambos lado se constituye como una música

1) Sánchez, Adolfo. Invitación a la Estética. México D.F. Grijalbo, 2002, p. 27. 2) Mandoki, Katya. Estética cotidiana y juegos de la cultura: Prosaíca I. México, Conaculta, Siglo XXI, 2006, p. 15 3) Sánchez, ibid, p. 54. maldita, molesta para ciertas personas, indeseables o detestable, ficcio- nalizadas como música popular o arte menor. El concepto de frontera puede considerarse como esa línea imagi- naria que trazamos sobre la orografía, que en resumen, representa los límites de un estado nación y de otro.

“En ella confluyen varios tiempos y espacios, sus coordenadas se sitúan a niveles geopolíticos e históricos diferentes, por lo que puede conside- rarse como un espacio diatópico; pero también tiene puntos de adyacen- cia, confluencias de horizontes en puntos determinados de la historia, por lo que también son espacios sintópicos”4.

La frontera sur de Estados Unidos, delimitada bajo una forma ex-

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro pansionista de rellenado de espacios vacíos, es el límite entre dos Nacio- 588 nes con fuerzas asimétricas en el que confluyen espacios como Tijuana- San Diego con desarrollos históricos particulares. Las fronteras no son espacios neutros, sino que podemos conce- birlos con

“una doble función: como clasificadoras y como filtros de valor, esto quiere decir que los intercambios entre fronteras son desiguales y primero fun- cionan como clasificación de identidades nacionales, étnicas, o clase, y segundo, como filtro y transformación de las posiciones y relaciones económicas”5. VI.3. Estética de la violencia mexicana En ese sentido, no me refiero tanto a que el corrido sufra transfor- maciones cruzando la frontera, sino que se trasforman los marcos de sig- nificación extraestéticos que circundan la percepción. Mientras que en Los Ángeles articula sin duda, referentes de autoadscripción a la mexi- canidad, en Tijuana la articulación va más orientada a referentes sobre la violencia urbana y en particular simpatía por el Cartel Arellano Félix. La articulación entra la estética y la frontera viene dada en el sen- tido de que el corrido es una forma de percibir el mundo investido de un carácter étnico-nacional de lo mexicano, que claro, no reluce estando en México, puesto que la percepción del mundo que implica el corrido,

4) Zuñiga, Victor. “Elementos teóricos sobre la noción de frontera. (Reflexiones en torno a la tesis de Michel Foucher) en : Frontera Norte, Vol. 5 No. 9, México, El Colef, 1993, pp. 143,144 5) Kearney, Michael. “La doble misión de las fronteras como clasificadores y como fil- tros de valor” en: Migración, fronteras e identidades étnicas trasnacionales, Velasco (coord.) México, El Colef Porrúa, 2008, p. 90 no es fenómeno general, por el contrario, es un tipo de identidad cultu- ral cuyo núcleo de sentido está dado por el saber percibir la música al que me gusta llamar melómano: individuos o grupos aislados que tie- nen una disposición cognitiva de detonar procesos de identificación a partir de tener un gusto musical exacerbado. El concierto, la fiesta, el ritual, es un campo de observación idó- neo puesto que pone en juego dispositivos cognitivos que den- sifican la percepción, en primer lugar porque implica una rup- tura con la percepción ordinaria. “Los desbordamientos y los excesos de todas clases, la solemnidad de los ritos, la severidad previa de las restricciones, contribuyen igualmente a hacer del ambiente de la fiesta un mundo de excepción”6

“En realidad, con frecuencia se considera la fiesta como el reino mismo Corazón Latinoamérica musical de México de lo sagrado. Un día consagrado a lo divino, dedicado al reposo, al rego- 589 cijo…Es la época de la transmisión de los mitos y de los ritos, en que los espíritus se aparecen a los novicios y los inician… En la vida ordinaria, lo sagrado se manifiesta casi exclusivamente por medio de prohibiciones. Se define como loreservado , lo separado; se le pone fuera del uso común, protegido por prohibiciones destinadas a evitar todo ataque contra el or- den del mundo… pero el período sagrado de la vida social es precisa- mente aquél en que las reglas se suspenden7”.

Siendo más específicos, un ritual musical puede considerarse muy importante en la articulación de los procesos de estesis con los constitu- tivos de la identidad cultural, pues: Apartado VI. Consideraciones y proposiciones “es un mecanismo particular de cada cultura, que desencadena estados de trance y extásis colectivos…mediante el desarrollo de patrones acústicos que evocan a menudos fuentes arquetípicas o míticas…acervos de repre- sentaciones simbólicas provenientes de los tiempos más antiguos… o la realización simbólica de los mitos”8

Partiendo de estas consideraciones, me inclino a pensar que las di- ferencias en la forma de percibir el narcocorrido pueden verse ampli- ficadas en el evento festivo, las representaciones al pasado, así como

6) Caillois, Roger. El hombre y lo sagrdo. México, FCE, 1984, p. 112. 7) Ibid, pp. 112, 113. 8) Olmos, Miguel. “Musica, trance y curacion, el caso del Noroestede Mexico” en: Las vias del Noroeste III, en prensa. Bonfiglioli (coord.). México. 2002, pp. 1-4. las figuras míticas pueden tener variaciones, y aquí describiré respues- tas dancísticas diferenciadas a la hora de escuchar narcocorridos en dos eventos de música norteña. La fiesta no debe olvidarse, tiene una función de renovación, de renacimiento, constituye una abertura en el tiempo, es un regreso al caos, que asume la función de regenerar el mundo real9. Intentado el establecimiento de un punto articulador entre obser- var diferencias estéticas en la forma de percibir el narcocorrido en la frontera a través de la descripción de dos bailes de música norteña no queda más que hacer el intento de corroborar la hipótesis.

Panorama mínimo del narcocorrido, porque si hay diferencias, es porque hay algo en común que los hace ser lo mismo y no otra cosa

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro diferente 590 El corrido suele definirse como género lírico, más que género musical, donde se narran historias de la cotidianidad de los pueblos, de persona- jes políticos o bandoleros que tocan intensamente la sensibilidad social. Es una expresión popular mexicana, producto del mestizaje cultural, con influencias de las figuras trágicas o heroicas de la jácara y el romance es- pañol, que confluyen con elementos del nacionalismo mexicano y par- ticularmente la región norteña10 El corrido del narco propiamente, cuya aparición data de la década de 193011, es una expresión de la cultura po- pular que se ha encargado de enunciar cotidianidades del proceso polí- tico de prohibicionismo de drogas, y aunque durante las décadas de los

VI.3. Estética de la violencia mexicana cuarentas, cincuentas y sesentas, tiene una producción fluctuante con líricas que oscilan entre el desprecio y la admiración, es durante la dé- cada de 1970, que el corrido del narcotráfico toma una presencia social relevante, justo en la génesis de la militarización permanente y la enun- ciación del narco como un problema de seguridad internacional. Aparecen éxitos comerciales como contrabando y traición de 1972, pero se perfila una ruptura con las formas tradicionales del co- rrido: el contenido histórico se diluye y se agregan ciertas dosis de ro-

9) Caillois, ibid, p. 115. 10) Olmos, Miguel. “El corrido de narcotráfico y la música popularesca en el noroeste de México” en: Actas del IV Congreso de la Asociación Internacional para el Estudios de la Música Popular, México, Asociación Internacional para el Estudios de la Música Popu- lar, 2002.

11) Ramírez, J. “En torno al primer narcocorrido : Arqueología del cancionero de las dro- gas.” en: A Contracorriente, Raleigh, North Carolina State University, vol. 7, núm. 3, 2010, pp. 82–99. manticismo. Valenzuela12 y Olmos13 identifican en ésta década de 1970 la disyunción del corrido tradicional hacia la música popularesca es de- cir, “aquellas manifestaciones que han dejado de regirse por la iniciativa de la tradición oral y que son generadas de alguna manera por la proli- feración imaginaria como parte integra del fenómeno mediático”14. Para la década de los ochentas se hablaba directamente de las acciones del narco, con claves, nombres y situaciones, que no aparecían en los cana- les de comunicación hegemónicos, los cuales empezaron a considerar al corrido un recurso apologético del tráfico de drogas y de su violencia,

“se desvanece por completo en los corridos de narcotraficantes el socio- grama del valiente para dar lugar a la tematización directa del contrabando de narcóticos… narran crudamente muertes, masacres y desgracias, aun-

que en algunas ocasiones asumen también el tono y la modalidad de los Corazón Latinoamérica musical de México “homenajes” post-mortem”15. 591

En éste panorama “la centralidad de los narcocorridos se ha con- vertido en el eje disuasivo de los gobiernos para aparentar energía y contundencia contra el narcotráfico, aun cuando tal medida no ha te- nido repercusión significativa”16. En 1987 el entonces Gobernador de Sinaloa Francisco Labastida, lanza la primera medida de censura contra el narcocorrido, prohibiendo su transmisión en el espectro radiofónico y televiso del estado, legislación que se ha replicado en Baja California, Chihuahua, Coahuila, Michoacán, y posteriormente a nivel federal17. La permanencia y éxito de difusión de éste género lírico musical evidencia un proceso de volición por mantener, tocar y retocar las can-

ciones que se observa en los apadrinamientos entre grupos, herencias Apartado VI. Consideraciones y proposiciones de nombres, en la transmisión y reinvención de sonidos, en las peticio- nes del público, e incluso en las estadísticas comerciales. Entre las ex-

12) Valenzuela, J. Jefe de jefes. Corrido y narcocultura en México, Tijuana, El Colef, 2014, p. 46 13) Olmos, ibid. 14) Ibid. 15) Heau y Giménez. “La representación social de la violencia en la trova popular mexi- cana” en: Revista Mexicana de Sociología, año 66, núm. 4, pp. 627-659. UNAM, Mé- xico, 2004, p. 651. 16) Valenzuela, José. Impecable y diamantina. P.S. Demcoracia adulterada y proyecto na- cional. COLEF, 2009, p. 363. 17) Astorga, Miguel. “Corrido y censura” en: Region y sociedad, Vol XVII, No. 35. COLSON. México, 2005. presiones más recientes del narcocorrido, el Movimiento Alterado ha lla- mado la atención de medios y academia por su peculiar indolencia lírica, la cual hace su aparición en el periodo del 2006-2012, en esta trama, Sa- yak Valencia nos ofrece el concepto de sujetos endriagos como aquellos que hacen de la violencia extrema una forma de vida, de socialización y de cultura18. Podríamos decir que las representaciones del llamado mo- vimiento alterado se insertan dentro del capitalismo gore:

“Un paisaje económico, sociopolítico, simbólico y cultural…referido al de- rramamiento de sangre explícito e injustificado, al altísimo porcentaje de vísceras y desmembramientos, frecuentemente mezclados con la especta- cularización de la muerte19”

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro Sin embargo, el movimiento alterado es sólo un cuerpo de artistas 592 vinculado a Sinaloa y el Sur de Estados Unidos, en contraste, en la ciu- dad de Tijuana actualmente existen varias agrupaciones musicales que se caracterizan por la producción de corridos que se expresan simpatía y fidelidad al Cártel de Tijuana o Cártel de los Arellano Félix (CAF), en ge- neral, éstas bandas desdeñan el movimiento alterado primero por una objeción nacional de producir su música del otro lado, y segundo, por- que hay una construcción imaginaria muy fuerte sobre la disputa entre el CAF y el Cártel de Sinaloa (CDS), el Movimiento Alterado por su parte, construye un imaginario sobre lo sinaloense, por lo que los cantantes, músicos y melómanos de Tijuana construyen figuras discursivas de alte-

VI.3. Estética de la violencia mexicana ridad en un proceso relacional. Una de las riquezas del corrido, es la plasticidad con la que se mol- dea a las estructuras musicales de la amplia gama de géneros norteños, así, es virtualmente imposible asistir a un concierto donde se toque co- rrido exclusivamente, incluso los más férreos exponentes dan lugar o dan el gusto a los asistentes, de interpretar baladas románticas o de desamor, canciones festivas o solemnes, y ritmos para bailar y cantar, estilos sierre- ños, con tambora y tuba, cumbias o chotis. En este espectro, los eventos de corridos en vivo suelen ser una gran fiesta para embriagarse, bailar, cantar y buscar romances fugaces. La prioridad en uno y otro ámbito está muchas veces influenciado por el lugar concreto en el que se realice el concierto, pues lo mismo se puede tocar en un bar, en un antro pequeño, en un restaurante, que en una sala de conciertos, un teatro o un estadio.

18) Valencia, Sayak. “Capitalismo gore: juventud, subjetividad capitalística y precariedad económica. En: Tropeles juveniles. Culturas e identidades transfronterizas. COLEF, Mé- xico, 2014, p. 440. 19) Ibid, pp. 421, 422 Estética y prestigio Si bien ya caractericé el ritual musical como fenómeno de excepción vin- culado a la renovación del cosmos, la noción debe ser enunciada con cuidado dado que el planteamiento está orientado a describir procesos de sociedades tradicionales con cosmogonías milenarias en los que el conjunto total de la sociedad se involucra en la fiesta. Esto sin embargo, no exime que la fiesta constituya un proceso de renovación espiritual o de estructuras simbólicas, de hecho, si es que renueva algo, renovaría el cosmos musical del corrido. Lo que pasa es que el narcocorrido, siendo una invención cultural con menos de un siglo, nacida en un contexto de modernidad tiene referencias de menor aliento, pero no por ello me- nos significativas, para los amantes del corrido, el conocimiento y la rea- lidad musical constituye un mundo de representaciones con estructuras

de significación, percepción y jerarquización que son la cristalización de Corazón Latinoamérica musical de México una forma particular de percepción de la realidad. 593 En ese sentido, la estética se vincula al prestigio en el sentido de que dicha percepción de la realidad, cristalizada en el saber percibir el corrido, se constituye como proceso de identificación de lo mexicano por un lado y de lo criminal por el otro. La identidad se entiende como un sistema de clasificación social en el que imputamos características semantizadas de pertenencia, adscrip- ción y proscripción, en procesos intersubjetivos siempre relacionales en los que se construyen otredades, en el reconocimiento de las diferencias culturales con otros, y al mismo tiempo, alteridades, como la dimensión dialéctica de la identidad en la cual nos definimos a través del otro. Son conjuntos de rasgos ideológicos y etnocentricos en lo que el otro se pre-

senta como incomprensible, sin sentido y hasta detestable, es por eso Apartado VI. Consideraciones y proposiciones que la alteridad es una fuente de conflicto identitario. En ese sentido, la fiesta podría considerarse renovación de la iden- tidad cultural, pero si nos ceñimos al carácter relacional de la identidad, podríamos hacer una derivación a considerar los conciertos como siste- mas ritualoides, en el sentido turneriano, de procedimientos para tran- sitar de un estatus social a otro, todo rito de paso tiene tres fases: 1:se- paración, del sujeto de su estatus actual en la estructura, 2: communitas, que es un espacio liminal en el que el sujeto no tiene ningún estatus, y 3: la integración, que es cuando el sujeto se reinserta en la estructura con un estatus social nuevo20.De igual forma, aunque el rito de paso se apre- hende con mayor claridad en sociedades tradicionales, también es posi- ble encontrarlo en las sociedades modernas, aunque se presenta como

20) Turner, Victor. El proceso ritual. Estructura y antiestructura. Taurus, España, 1988, p. 101. un proceso liminoide, el cual tiene forma o características de liminalidad, pero que sin embargo, nunca logra trascender como un cambio de esta- tus, salvo en casos excepcionales.

Estética del horror La fiesta, paralelamente que renueva la identidad cultural, reafirma una conjunto de relaciones sociales de prestigio y asimetría, por lo que el conjunto de fiestas cotidianas puede considerarse comoritualoide , con- cepto extensión de lo liminoide, aludiendo a que aunque es cierto que el corrido y la música norteña se generan dentro de las lógicas mercan- tiles y aparentan un estado de no trascendencia social, una observación densa nos revela que los músicos y melómanos crean y recrean estructu- ras de prestigio de larga duración, y siendo la música, el elemento cen-

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro tral de esta manifestación identitaria, los conciertos en vivo suelen ser 594 escenarios privilegiados para la dramatización de los cambios de esta- tus. Un ejemplo para esclarecer ésta idea pueden ser los linajes musi- cales. En Tijuana, la memoria corridística nos remite sin variar a Los In- comparables de Tijuana, un conjunto norteño que tiene tocando desde finales de la década de 1970, hasta la fecha tienen, 26 producciones, y al menos, en su página de itunes se pueden descargar 375 canciones. Los incomparables son un conjunto norteño, bajo sexto y acordeón, que se viene cantando grandes corridos sobre traficantes como Caro Quin- tero Soy, El Señor, Negocio Cuajado, y cientos más los posiciona como

VI.3. Estética de la violencia mexicana una banda mítica tanto en la escena local tijuanense, regional en la costa oeste estadounidense, pero también estás posicionados en el gusto na- cional en todo E.U. y México. La continuidad de ésta saga musical se encuentra en los Tucanes de Tijuana quienes en su página oficial dicen que:

“sin ser músicos aun todavía, solo con la ilusión de aprender ese gran arte que ya traían en la sangre por herencia de sus abuelos, papas. Sus tíos, Los Incoparables de Tijuana, les regalaron sus primeros instrumentos, Así fue como iniciaron un 13 de Abril de 1987 en el Bar Razza’s Club en Ti- juana, B.C. México, bautizados como Los Tucanes de Tijuana por un Primo de ellos”21

Los Tucanes con más de 13 millones de discos vendidos en el mundo es la banda norteña más exitosa de la historia, y con casi un mi-

21) http://www.lostucanesdetijuana.com/ llar de canciones viene a dar una de las bases más sólidas del patrimo- nio musical tijuanense. Además, en lo referente al corrido tijuanense, está la banda Explo- sión norteña, contemporáneos de los Tucanes, pero quienes se mantu- vieron con un perfil mucho más bajo debido a sus corridos con alto nivel de compromiso, los cuales llegaron a su consecuencia al ser el vocalista y compositor Beto Cervantes, arrestado 7 años por vínculos con el narco, quien es una figura mítica que fue atacado a balazos la semana antes de que cayera el último de los hermanos Arellano, el Tigrillo. La Explosión norteña constituye una música con un simbolismo críptico, más esoté- rico, más local. Composiciones como el cholo ocho, la perra parida, o el tigrillo, son clásicas para entender el gusto tijuanense del corrido y éstos y otros corridos permanecieron casi dos décadas sin respaldo material

fonográfico, siendo solicitadas en las marisquerías, restaurantes, antros Corazón Latinoamérica musical de México y bares de toda la ciudad en las que se presentaran conjuntos norteños 595 en vivo. Por si quedaba la duda del acomodo de Explosión Norteña den- tro de la dinastía tijuanense, comento que recientemente incorporó un joven bajista de nombre Joel Gonzalez, nada más y nada menos que hijo del acordeonista de Incomparables de Tijuana y sobrino del acor- deonista de Tucanes de Tijuana. Es claro que hay saltos cronológicos exagerados, pero hay que imaginar todos los rituales, en sentido pragmático, que tuvieron que pa- sar construyendose en lo cotidiano, hasta que se presentan hechos co- yunturales que trascienden hondo en las estructuras de prestigio. Justo hace un par de meses, Explosión Norteña firmó contrato con la produc- tora discográficaDel Records, con sedes en Bell Gardens California y

Culiacán Sinaloa, hecho que provocó reacciones diversas entre sus fa- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones náticos. Otro ejemplo, más ligado a la dimensión de la violencia, tiene que ver con disputas territoriales que se manifiestan en un primer grado dis- cursivo, en las letras y un segundo grado, en la violencia física perpetrada durante los eventos en vivo o directamente contra músicos específicos. En éste sentido, dependiendo de los apadrinamientos y las filiaciones, las agrupaciones musicales, reciben diferentes posiciones dentro de la estructura de jerarquías. En este caso no sobre mencionar que existe una larga lista de músicos que han sido objeto de agresiones mortales. Ciertamente, la nueva fase del corrido, los autorizdos, enfermos, chacalosos, pesados, alterados, blindados, etcétera, han llamado la aten- ción por su puesta en escena, su dramatización de la violencia y su mor- daz hiperviolencia, sin embargo como se ha advertido, éste tipo de lí- rica se circunscribe a un marco musical más amplio y se desplaza entre subgéneros norteños con genialidad. Las posiciones al interior de la es- cena norteña son heterogéneas en una gama que va de la aceptación y gusto al rechazo y menosprecio. Claro que en general, el fervor musical tiene en el ritual su expresión más rica y contundente, sin embargo, para considerarse como un elemento central del discurso identitario ame- rita que su presencia en la vida social alcance un nivel de cotidianidad. Un concierto, un verso o un sonido pueden enganchar al neófito, y por medio de su implicación en rituales liminoides ir forjando preceptos de identidad y pertenencia, al mismo tiempo, se inserta en una economía de prestigio que gira alrededor del conocimiento musical. La voluntad por un gusto en particular y su articulación con procesos de identifica- ción alteridad se desempeñan a través de los años.

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro Estética y frontera 596 Finalmente, las décadas han demostrado que a pesar de las censuras y la proscripción, las expresiones de lo mexicano en EU y de lo criminal en México, han encontrado en el corrido un ariete de batalla simbólica en la articulación de procesos de identificación cultural. Como he referido, yo considero la disposición cognitiva de articular sistemas de caracteri- zación semánticos de pertenencia, otredad y alteridad, en base al gusto exacerbado al corrido es una forma de identidad cultural específica que se articula de forma compleja a la construcción de la frontera entre Mé- xico y EU y particularmente como forma de representación de un con- texto de violencia provocado por el prohibicionismo de drogas. VI.3. Estética de la violencia mexicana “Por ello, para comprender la estética más allá del restringido ámbito de lo bello y el arte, propongo como estrategia cognitiva la proyección meta- fórica del término de prendamiento –derivado de la experiencia corporal del crío al prendarse del pezón de la madre– como origen y modelo de la condición de estesis. Lo que hace posible el prendamiento es esa afinidad morfológica íntima entre el sujeto y el objeto. Tal acoplamiento en forma y sustancia permite la adherencia. Justamente, como veremos posterior- mente, tal adherencia es también el mecanismo que permitiría la integra- ción del individuo en el seno de la heterogeneidad social”22

Lo estético no es por tanto algo accesorio

“El prendamiento es un acto por el que extraemos vigor para vivir, como la semilla que se prenda a la tierra generando raíces para absorber sus

22) Mandokky, ibid, pp. 68-69. nutrientes. Sin prendamiento no hay supervivencia posible al no haber arraigo en la realidad. No sólo desde que nacemos, sino desde que des- pertamos cada mañana buscamos oportunidades de prendamiento: escu- char el canto de los pájaros al amanecer, sentir la frescura de una ducha, oler el perfume del jabón, palpar la ropa limpia, saborear un café... así va- mos prendándonos a pequeños placeres cotidianos para ir tejiendo nues- tra existencia”23

En ese sentido, el narcocorrido, es un modo específico de apro- piación de la realidad en el que se cristaliza un prendamiento acústico especializado, que se vincula a otros modos de apropiación del mundo en un contexto histórico, social, y cultural determinado por el prohibi- cionismo de drogas para configurar identidades culturales, éstas iden-

tidades se ven centrifugadas por los límites estado nacionales, siendo Corazón Latinoamérica musical de México valorizadas, jerarquizadas y situadas en diferentes posiciones dentro del 597 sistema de producción. Sobre éste aspecto, y para delinear una última pista de los componentes extra estéticos de la percepción del corrido, en México, en varios estados, Baja California es uno de ellos, el narcoco- rrido está censurado del espacio público, en EU no ocurre esto, al con- trario, en California la marihuana medicinal es legal, cabe decir que lo medicinal es prácticamente un eufemismo. Por lo dicho, visualizo que el límite identitario se intersecta con la frontera política, y con una de las más desiguales del mundo. En México, las escenas regionales conllevan diferentes implicaciones, diferentes es- tilos musicales, desiguales recursos materiales, y determinadas filiacio- nes criminales, en Tijuana por ejemplo existe desde hace unos 20 años

toda una línea de artistas cuya lírica está consagrada al Cártel de Tijuana, Apartado VI. Consideraciones y proposiciones canciones que no se producen en ninguna otra ciudad, los conciertos re- fieren constantemente a ésta línea de congruencia y lealtad. En Los Ángeles en cambio, el grueso de la oferta tiene una clara in- clinación hacia lo sinaloense, pues en el imaginario colectivo Sinaloa es signo de buena música norteña, la interpelación con el público está más relacionado con lo mexicano, así, la construcción de identidades subor- dinadas está, en un lado relacionado con la transgresión de leyes y en el otro con una impronta étnico-nacional. Sin más que agregar, quisera dar parte al análisis etnográfico de los bailes de música norteña a los que asistí, tratando de identificar diferen- tes formas de percibir el narcocorrido por la concurrencia.

23) Ibid, p. 72. Los Ángeles y Tijuana

Lugar: Culiacán de Noche, Long Beach California, Tocando los Nuevos Rebeldes Ir a Culiacán de Noche a escuchar a Los nuevos Rebeldes es de lo más sencillo, teniendo un mínimo de conocimiento pude asistir a ese con- cierto para tener un primer acercamiento, Los Nuevos Rebeldes nacie- ron en Culiacán Sinaloa durante 1997, han aparecido en las listas Bill- board Latino y han sido nominados y ganado múltiples premios. Me enteré de éste concierto gracias a un letrero espectacular que está cruzando la garita de San Isidro, que cada 15 días cambia la car- telera de los próximos eventos, exclusivamente de Culiacán de Noche. Tiene una capacidad aproximada de 4000 personas. La entrada,

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro dependiendo del artista fluctúa entre la entrada gratis hasta los 30 dó- 598 lares por persona. Ésta ocasión costó $20, algo elevado para los pará- metros. Con el boleto tienes acceso a entrar a varios salones donde no existe escenario, sólo se escucha música grabada, los que están en di- chos salones menores no pueden acceder al escenarios principal. Yo llegué a las 10 de la noche. Me acomodé en la fila y esperé unos 40 minutos hasta llegar a la taquilla, el lugar ya estaba a medias de su ca- pacidad y la gente seguía entrando en decenas por minuto, en una pro- porción que a simple vista parece predominante las mujeres sobre los hombres. Todas las mesas reservadas, los asistentes iban tomando po- sición para disfrutar el concierto. La música grabada ya tenía las 2 pistas

VI.3. Estética de la violencia mexicana principales llenas de bailadores, en las bocinas, suena el amplio espec- tro que compone la música norteña, como baladas románticas, banda y tambora, corridos o cumbias norteñas, algo de duranguense y sierreño. La gente se queda en uno u otro salón por que predomina la oferta de ciertos gustos en cada uno. La dinámica de Culiacán de Noche consiste en que el concierto se realiza primero en el salón pequeño y después se repite y aumenta la dosis en el salón principsl. Los asistentes muestran tres tendencias principales. A unos les gusta llegar y acomodarse en el salón pequeño, empezar a bailar con la música grabada, esperar para disfrutar y bailar con las bandas en vivo, y posteriormente quedarse en el mismo salón a seguir bailando con música grabada. A otros les gusta llegar al salón principal, bailar con la música grabada y esperar el cierre de las ban- das en vivo. También están aquellos que les gusta repetir el show, escu- charlo en el escenario pequeño y luego seguirlo al principal. De cual- quier forma las personas caminan por todo el lugar y bailan de aquí para allá, o bien, prefieren reservar una mesa alrededor de la pista para dis- frutar la música, cantar y tomar tranquilamente, pararse a bailar algunas canciones y volverse a sentar. En efecto, al menos entre los lugares que he tenido ocasión de co- nocer, Culiacán de Noche es un excelente lugar para bailar. El escenario principal es un espacio cerrado de tres frentes y dos niveles. El centro de actividad es la pista de baile que tiene capacidad para más de 1500 bai- ladores. Circundando la pista están las mesas reservadas con una capa- cidad para unos 2500 asistentes. Barras de bebidas en los flancos y un equipo de meseros se encargan de que no le falte licor a quién lo desee. El concierto empezó al cuarto para las 11. Hubo un minuto de ex- pectación, fuera luces, los Nuevos Rebeldes tomaron su posición y sin mediar palabra se prenden las luces y empiezan a tocar el corrido del Tipo Tren, la gente se alborota, muchos se abalanzan hacia el frente por-

que aunque apretujados, ven muy de cerca al grupo, éstas personas al Corazón Latinoamérica musical de México frente prefieren escuchar, ver y muchos de ellos grabar con celulares 599 que bailar, conforme se aleja del escenario, la densidad de las perso- nas disminuye y es donde se ven a las parejas y grupos de amigo bai- lando, o aunque parados, sin estar amontonados. En las mesas, la gente levanta botellas, brinda, canta y, hasta algunos pocos, un discreto pase- sito de cocaína o una fumada de cannabis en pipa, asegurándose bien, de no ser vistos por las docenas de guardias de seguridad que andan en el lugar. La música empezó recio con el Tipo Tren, una canción festiva que empieza:

“Como un tipo tren llegó arremangando, empezó de abajo pero va es-

calando, el tipo se ve qué es de cuidado, resguarda la plaza todo contro- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones lado. Hay donde lo ven, cuenta con respaldo, devoto el plebón a la santa muerte”.

Los Nuevos Rebeldes con su acordeón, bajo sexto, bajo eléctrico, batería y a 2 voces, ponen a moverse a todos los asistentes, la canción continúa:

“Le gusta el desmadre, le gusta el avión de sus vitaminas, le ponen alerta buenas medicinas, una que otra vez se alumbra la vida, lo que está de moda, eso sí lo anima, no cualquier cabrón, que sólo domina”.

La canción no refiere a nadie en particular, sino que expresa ciertos arquetipos de posibilidad en el narcotráfico. Se siguieron con algo más lento, una balada que dice así: “A cada rato miro tu retrato, a cada rato estoy pensando en ti, mi vida se ha llenado de ilusiones, palpitan de emociones, aquí dentro de mí”.

Los sinaloenses, si bien, muchas veces encasillados dentro del mo- vimiento alterado, se catalogan a sí mismos simplemente como música norteña, herederos de la tradicional y famosa banda Rebeldes del Norte, con 13 producciones discográficas, elmovimiento alterado es una eti- queta reduccionista, sin embargo, es cierto que son famosos por sus co- rridos sobre tráfico y sobre traficantes. Este contraste entre canciones, fuente de la riqueza del grupo, ge- nera infinitas respuestas del público. Por ejemplo, ya transcurrida una media hora, aumentando el calor por los cuerpos en movimiento, dando los primeros golpes las sustancias ingeridas y, completamente abarro-

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro tado el salón, se repitió el contrapunto entre corrido y romántica, con la 600 interpretación primero de El Instructor Antrax seguida de Al mirarte lloré. La situación se podría describir de la siguiente manera. Después de un par de complacencias, continúan con su setlist y to- can un corrido serio y comprometedor, qué, en una de sus primeras es- trofas versa:

“Todos le dicen el Traka, el Instructor Antrax, cinco punto siete. Resaltan mil calaveras, sobre su playera Ed Hardy, es la que rifa. Trae la camisa bien puesta, y la del MZ, es la que no se quita. Vestido como una sombra, do- mina la zona, aunque es peligroso”. VI.3. Estética de la violencia mexicana En éste punto del concierto, con el ánimo más caldeado, noté como aumentaba el aspaviento de los asistentes, aquí se nota más desorden entre la gente que está en las mesas o parados junto a las paredes, can- tan agitando los puños, cerrando los ojos, agarrándose la camisa, pal- meándose el pecho, echan la cadera ligeramente hacia adelante mien- tras levantan un brazo. El baile cesa un poco y las parejas voltean hacia el escenario abrazados uno enfrente del otro y coreando el corrido, que en otra parte dice:

“Le encomiendan los encargos, más arriesgados, para el equipo, porque es serio en el trabajo, y estamos entrados, le dicen al cinco. Hay alumnos a su mando, siguen adiestrando, también la plebada, nuevas células se es- parcen, y en Culiacán nacen, los nuevos Antrax. Jefe de fusileros, se ganó el respeto, y su propia cuadrilla. Compañeros de batalla, en las buenas y malas, le entramos al tope. Lo sabe el Comandante Antrax, el Sargento Phoenix, el Tony y el Roke”. Sin embargo, lo que describo no es algo generalizado, incluso la mayoría de la gente sigue, bien en su mismo lugar, parado frente al es- cenario tomando fotos, grabando y cantando; otras tantas parejas y grupos de amigos siguen bailando en medio de la pista; algunos más siguen sentados o parados junto a las paredes, sólo disfrutando del con- cierto, incluso se alcanza a notar que algunas personas desagradan del corrido y se sientan a descansar. Yo trato de apuntar mi mirada hacia donde parece haber mayor apasionamiento en el canto o el baile, in- cluso, siendo más específico me enfocaba en el momento de interpre- tación de corridos. Bajo ésta línea de observación, la descripción se vuelve mucho más asequible, ya que a pesar de la variación y heterogeneidad que implica la música norteña, se percibe que existen asistentes que tienen mayor

afecto hacia el corrido. Corazón Latinoamérica musical de México El corrido del Instructor termina, y la gente se tranquiliza un poco, 601 el grupo manda algunos saludos, anuncia nuevo material discográfico para finales de año, y continúa con la fiesta con una balada. Al primer acorde, un grito de estruendo, deja ver que sigue uno de sus grandes éxitos, una desoladora canción de desamor que inicia di- ciendo:

“Te ven llorando y me maldicen, qué yo no tengo corazón, qué no merezco que me perdones, qué el culpable de todo he sido yo”.

Al empezar la canción, se nota que son bastantes los que se salen de la pista durante el corrido, ya que regresan a la pista durante la can-

ción. Aquí se baila lento, y salen a relucir las cámaras y celulares para gra- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones bar. Aquellas personas efusivas durante el corrido, calman sus bríos y re- toman su lugar, se sientan, se recargan, las parejas que se detuvieron en la pista retoman el baile, y disfrutan del repertorio. Éste tipo de contrastes musicales se presenta a lo largo del con- cierto, acompañados de tandas de varios corridos y varias otras cancio- nes. En general, el concierto sigue en esa misma tónica, claramente in- fluida por el escenario de Culiacán de Noche que está destinado para el entretenimiento y particularmente para bailar. Los corridos tijuanenses, como veremos más adelante se nutren de éstos discursos para construir diversas figuras de alteridad con el co- rrido sinaloense. Sin embargo, todo transcurrió tranquilamente, la velada se exten- dió hasta casi las tres de la mañana, y el ambiente en general era de ale- gría y festividad, los corridos sinaloenses siguieron sonando, lo mismo que cumbias norteñas y baladas, Culiacán de Noche, con su vocación como salón de baile impele a los asistentes a tener una actitud de alga- rabía.

Lugar: Bar Pancho Villa, Tijuana, Baja California. Tocando los Errantes de Sonora El Bar Pancho Villa es un escenario pequeño que tiene años dando lugar a conciertos de música norteña, y en particular a grupos que cantan co- rridos. Son conciertos más íntimos que tienen al conjunto a nivel de piso, se presta más a disfrutar de la música sentado, bebiendo y comiendo, aunque también hay un pequeño espacio para bailar. Tiene una capa- cidad para unos 300 asistentes y ésta ocasión estaba al tope porque se estaba reinaugurando después de unos meses de remodelación; había

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro modelos en la entrada que te regalaban una cerveza de media al llegar, 602 música grabada a todo volumen, aparatos de humo, juegos de luces led y más. Los grupos de ésta noche están bien posicionados en el gusto lo- cal, sus canciones abundan en referencias a la ciudad de Tijuana, y en lo que respecta al narcocorrido, se mueven en un ámbito de referencia al Cártel Arellano Félix (CAF). Abrieron los Errantes de Sonora, una agrupación originaria de Puerto Peñasco, pero que reside y ha realizado la mayor parte de su ca- rrera en Tijuana. Su primera producción discográfica, homónima, salió en 2004, pero llevan tocando poco menos de dos décadas. Son cuatro

VI.3. Estética de la violencia mexicana integrantes, batería, bajo sexto, bajo eléctrico y voz, acordeón y voz; su marca es una tendencia al estilo sierreño. Ataviados con pantalón y traje rojo con el nombre de cada uno bor- dado en el brazo, detalles en amarillo y negro, camiseta negra, saludan y empiezan el concierto con uno de sus temas más difundidos, La Alerta. Inicia con un veloz requinto de bajo sexto:

“Me mandaron, una alerta y me dieron una orden, reclutar a los mucha- chos, va a haber trabajo en la noche, saquen toditos los cuernos y abastez- can cargadores, el trabajo va a ser fácil. Tenemos mucha experiencia, los muchachos son audaces, para atrapar a la presa, con el dedo en gatillo ti- radores de primera. La cangurera en el pecho, y en el carro armas largas, y en la mente bien grabada, la victima que no paga, o que se pasó de vergas con la gente de Tijuana”

Con ésta última frase, el público se engancha, gritan, vitorean, agitan sus puños, golpean la mesa, brindan, se abrazan, y se levantan a bailar. En éste concierto en particular, había mayor número de hombres que de mujeres, por ejemplo en Culiacán de Noche no se ven mesas con sólo hombres, aquí sí, por el tamaño es una observación mucho más fácil, precisamente mucho del mayor barullo venía de dos mesas en par- ticular en las que había una mayoría de hombres, cantaban a todo pul- món. Claro que también hay mesas con sólo mujeres, y como en cual- quier bar o centro nocturno existe una dimensión de socialización, como en cualquier concierto, existe una asistencia heterogénea. La segunda canción también fue un favorito del público, Nos cayó el gobierno, con claras referencias a la ciudad y al CAF:

“La fiesta se celebraba, allá en la colonia Hidalgo. Un día 16 de junio, la alerta estaba sonando, cuando se venían los guachos, tírense todos al

suelo, decían los oficiales. Preguntan por el cártel y también quién es el Teo” Corazón Latinoamérica musical de México 603 Aquí, una de las mesas que mencioné, abucheó, algunos dieron pulgar abajo, aventaron vasos, aunque entre risas, no se les veía enoja- dos. La canción continuó:

“Mientras que a unos registraban, a otros pateaban en el suelo, el Teo les gritaba ya déjense de mamadas, soy el dueño de la casa, ya dejen a la ple- bada, mejor patéenme a mí, guachos hijos de la chingada. No lograron ha- cer nada, de lo que tenían planeado, acá se la pelan, con la gente Arellano, gente que está al cien, hay que seguir pachangueando”.

Y una vez más, la gente se emocionó con ésta frase.

Reparé en el aparente disgusto de la mesa porque como he ido en- Apartado VI. Consideraciones y proposiciones tendiendo, en el momento actual, el corrido tijuanense construye figu- ras de alteridad con lo sinaloense, en particular con el Cártel de Sinaloa (CDS). La canción es una composición anterior al 2008, pues en el 2008, el Teo (referido en la canción), traicionó y abandonó el CAF para aliarse al CDS. Y en el imaginario del corrido tijuanense esto cala hondo hasta la fecha, pues atribuyen la escala de violencia a ésta traición. La fiesta continuaba, los errantes abrían el micrófono a las peticio- nes, una chica se acercó y pidió Paz en este amor, de Fidel Rueda, una canción que narra una reconciliación romántica, que puso a las parejas a bailar cachete con cachete,

“Diles que volví porque te quiero, que volví porque te amo, porque extraño tu calor” Continuaron con Corazón de oropel, del finado Sergio Vega, una canción de amor doliente y ruptura, que aunque bailable, no faltan los dolidos que la corean a toda voz. Los Errantes, mandaron un saludo a la gente de Sinaloa, en res- puesta, se escuchó un grito ruidoso y alegre.

“Traigo la escuela de un gran hombre, por respeto no digo el nombre. Soy sinaloense hecho y derecho, mi trabajo lo hago bien hecho. Soy pieza clave en mi familia, que diosito me la bendiga”

Un éxito del grupo Hijos del Barron, que no es corrido, ni hace alu- sión directa a algún personaje o acontecimiento, pero como vemos, es una exaltación a lo sinaloense y dice: Pedro Pacheco López Pacheco Pedro 604 “Asi es mi vida de tranquila, trato de al máximo vivirla, siempre al pendiente del trabajo, y pal beisbol nunca me rajo. Pero primero es lo primero, son mis hijos cuanto los quiero. Ahí cerquita de Culiacán, donde seguido me verán, en la tumba de mi compadre, que se encuentra con mi Dios padre”

Los asistentes continuaban disfrutando el concierto, la gerencia del bar estaba regalando cervezas de medias por tomarse una foto en una instalación que hacía alusión a la reinauguración, también estaban rega- lando ceviches y nachos en la compra de cubetas en oferta. Bailar, platicar, romancear, pistear y loquear son algunas de las acti-

VI.3. Estética de la violencia mexicana vidades predominantes en la salida a un bar, éste en particular, está ubi- cado en la conocida Plaza Fiesta, en la conjunción de Paseo de los He- roes y Blvd. Independencia. Es un conjunto de bares y restaurantes que se ha ido convirtiendo en referente de la vida nocturna en Tijuana, junto al Pancho Villa, hay bares de cerveza artesanal, comida gourmet, antros de música electrónica y rock. Tiene espacios comunes como una fuente, escalinatas y pasillos. Algo que suelen hacer los asistentes a los múlti- ples bares y restaurantes es comprar una cerveza y salir a la fuente al aire fresco, ahí se tolera, aunque con discreción, el consumo de drogas ilega- les, para luego regresar a los bares de su preferencia. Pero regresando con los Errantes, y prestando nuevamente aten- ción a las mesas mencionadas anteriormente. Una mesa tenía 14 per- sonas sentadas, la otra eran 11. Eran dos grupos de amigos distintos. La mesa de los 14 era la qué más estaba al pendiente de la música, la de los 11 cantaban indiscriminadamente, se notaban más festivos, sacaban a bailar muchachas de otras mesas, mientras los 14 se notaban más efu- sivos con las canciones de Tijuana, y hacían estos pequeños ademanes cuando había referencia al CDS, no precisamente a lo sinaloense, sino repito, a lo relacionado al cártel. Empecé a prestarles atención desde un comienzo, pero fue en ésta tanda de canciones sinaloenses que lo noté más claramente. Después de Sinaloense hecho y derecho, se siguieron con el co- rrido de Javier de los Llanos, ése sí, clara alusión al cierto mafioso sina- loense, Javier Torres o el J-T, uno de los más allegados conocidos del Mayo Zambada, líder del CDS. El J-T ha sido figura de narcocorridos desde hace más de diez años, éste en particular es de los más recientes, interpretado por Calibre 50, evoca la añoranza que siente el capo es- tando lejos de su tierra, en su tercera estrofa dice:

“Como extraño el rancho y el olor a hierbas, dormir en el campo bajo las

estrellas. Los días donde caminaba entre las veredas, con mis armas largas, Corazón Latinoamérica musical de México peinando la sierra, levantando polvo, cuidando mi tierra” y remata al final: 605 “Tengo canas y no las tengo por viejo, traigo ganas de chambear y no de- recho, que no se les haga extraño, se los juro este es mi año, que si vuelvo, vuelvo por el mando, se los dice Javiercito, Javier Torres de los llanos”

Antes de terminar la canción, uno de los varones de la mesa de 14, se levanta y se le acerca al acordeonista segunda voz, le grita algo al oído, el músico asiente y le levanta un pulgar, el tipo se regresa a la mesa. Al terminar, el acordeón le grita algo al bajo y primera voz, le afirma y el acordeón dice, -claro que sí, un pedido que nos acaban de hacer por acá de mi compa. Y señala a la mesa y todos en la mesa responden,

levantan sus bebidas, gritan o saludan. Un tema del Halcón de la Sierra, Apartado VI. Consideraciones y proposiciones año 2009, pero muy bien apropiado por los Errantes, Aguas Internacio- nales:

“Aguas internacionales, de este caso son testigos, por la ley americana fueron todos detenidos, y nadie podía creer que aprendieran, al Tigrillo. Y también lo acompañaba don Arturo Villareal, astuto y conocido por su forma de operar su gente está descontenta, la guerra va a comenzar.”

Ésta canción es un favorito entre el público tijuanense, todo el bar coreaba la canción, y los de la mesa estaban cantando particularmente entusiasmados. Como mencioné anteriormente, el corrido de Tijuana tiene una particular tendencia a representar la pugna CAF-CDS bajo la figura de la traición: “Aprendieron gallos finos y otros quedan en el mando, dicen que los trai- cionaron eso ya está más que visto, los que planearon la fiesta claro que tendrán su castigo, de eso no quede duda, muy pronto les darán piso, los plebes andan 10-10, listos para matar. Si ya podaron la piocha, más fron- dosa, se pondrá”

Siguieron con los Lacoste, una canción acelerada que habla de la ciudad:

“En Tijuana se pasean, dicen por allá en Otay, y cuando están de fiesta se pone chingón el party, con cheve, vino y plebitas la música que no falte”

Está canción habla acerca de cierto grupo de narcojuniors: Pedro Pacheco López Pacheco Pedro 606 “El nieto , Lalo y el Tury, el Trote y el Omar, Roman, Quique y el Jhovani, siempre al tiro han de estar en un 20 se hace el party, y al 100 nada ha de faltar. Les apodan los lacoste yo no sé porque será, son alegres con las mo- rras y les encanta pistear, dicen por ahí que son muy bravos, yo no quiero averiguar”.

Éstas canciones le gustan mucho a todos los asistentes, con sus am- plias referencias a lugares de la ciudad y a personajes conocidos, hacen tierra en los oídos de los asistentes, difícilmente se encontrará un asis- tente que exprese abiertamente un disgusto primero hacia Tijuana y me-

VI.3. Estética de la violencia mexicana nos contra el CAF, pues puede ser riesgoso. Los Errantes tocaron otras tres canciones norteñas, estuvieron en escena alrededor de una hora. Se despidieron y el público les aplau- dió fuertemente, algunas personas se acercaron a tomarse una foto con ellos, otros aprovecharon para salir un momento, echar una tostada, y simplemente esperar a la siguiente banda, la Revolución Norteña. Los Revolción Norteña también son un grupo consolidado en el gusto local, además de estarse reinaugurando el Pancho Villa, los de La Revo estaban presentando nuevo disco, titulado 664 es mi plaza. La marca de la Revolución Norteña es la solemnidad y seriedad de sus le- tras, además que son precursores del revival del narcocorrido en Tijuana. Empezaron con la primera canción del nuevo disco:

“Se escuchan varios pitidios, muchos carros se detienen, en aquella casa humilde donde vivía aquel plebe, los vecinos murmuraban, ¿qué será por lo que vienen? En menos de cuatro meses se le empezó a ver billetes” Es la canción del narcomenudista, que relata la nueva modalidad de venta de drogas en las ciudades:

“Él ya no vendía en su casa, a domicilio nomás, quince plebes en las ca- lles listos con su celular, dirección y cantidad” Pero la canción tiene un final fatal: “Un día en la madrugada le avisaron los vecinos, que un convoy an- daba cerca, ya fue tarde prevenirlo. La gente llora su muerte, los motivos no se saben, tal vez alguien sabía que llegaría a ser muy grande y por eso mando matarle”

Los Revolución Norteña me parece que tienen una fuerte sensibili- dad para relatar los acontecimiento actuales, tienen canciones que des- tacan eventos de hace 6 u 8 años, pero en éste disco en particular vie-

nen relatando acontecimientos del año corriente 2015, mismo que ha Corazón Latinoamérica musical de México mostrado un repunte en la violencia y asesinatos relacionados a la gue- 607 rra de cárteles. Su segunda canción narra el pesar de la muerte acontecida en marzo, de uno de los últimos cabecillas conocidos en la Zona Norte, his- tóricamente, el lugar de mayor influencia del CAF:

“La selva está de luto, viste negro la Tia Juana, nos dieron un golpe bajo en la zona comentaban, nos mataron al gordito y al perrón de la sonaja. Ya una vez la había librado, esta vez no la conté me quedó muy mal mi arma, mis instintos no fallaron, se me encasquilló la escuadra. Sé que extrañaré las calles donde forje mi vida, me enfrenté a muchos peligros la zona más conflictiva, siempre protegí mi plaza y jamás cambié de línea” Apartado VI. Consideraciones y proposiciones Terminando ésta estrofa, varios de los asistentes, y muy particular- mente los tipos de la mesa gritaban el conocido ¡ay ay ay!, y en general gritos muy prolongados que sonaban desafiantes o altaneros. Ésta re- presentación de no cambiar de línea es una de las mayormente difun- dida entre los amantes del corrido tijuanense, hace referencia a mante- ner simpatía por Tijuana, o más precisamente por Cártel Arellano Félix, es una representación muy relevante que hace vibrar al círculo del co- rrido en la ciudad y qué está íntimamente ligada al imaginario de la trai- ción que abunda en el discurso musical. El corrido continuó, con la pe- sadumbre que creo que manejan muy bien:

“Aunque ya jamás yo vuelva, aquí dejare mis brazos, son mis plebes del es- pejo de esos que les hablo, cuando vean mi sustituto creerán que he resu- citado, para algunos fui muy cruel para muchos lo contrario, habrá quien sienta mi muerte, otros van a festejarlo, que retumbe por la Tía la muerte del Brazos Largos”.

En éste punto del concierto creció el furor, los 14 de la mesa agi- taban cervezas para efervecerla y salpicar, el cantante y bajo sexto les apunta y pregunta -¿cuál quieren? El mismo tipo que pidió Aguas Inter- nacionales se acercó a pedir un clásico de la banda, sobre un personaje famosísimo en el ámbito del narcotráfico de Tijuana, elCholo ocho:

“Dicen que soy muy violento, y qué me gusta matar, qué yo fui el que creo el estilo de matar y encobijar. Si en verdad me conocieran más miedo les iba a dar”.

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro El corrido del Cholo ocho, aunque anterior a la generalización de 608 no cambiar de línea, es claro antecedente, pues dibuja otros elementos de lealtad al CAF

“Doy todo por el cártel, eso siempre se los digo, ya mucho me la he rifado, más de diez años activo, ésta plaza es un tesoro, ni un segundo la descuido”

Después le sigue una estrofa más agresiva:

“Si el infierno tiene al diablo, el cártel me tiene a mí, aquí siembro yo el te- rror y digo quien va a morir, cuando yo doy una orden no se debe discutir.

VI.3. Estética de la violencia mexicana Agrandar más el poder siempre ha sido mi objetivo, la violencia es necesa- ria para abrirse los caminos”.

Me percaté de algo muy peculiar, la reacción ante estas estrofas fue ambigua, mientras pareciese que la gente se prende con éstas formas discursivas, a los de la mesa, parecen emocionarle muchísimo más las representaciones de la lealtad o del apego a Tijuana, como lo hicieron al final de la canción:

“Son muchos los intereses que tengo que proteger, y no le puedo fallar, tengo un pacto con el cártel, soy el Cholo hay va un saludo a 6-1 y Javier.”

La banda siguió tocando en un ambiente similar durante toda la noche, los corridos no dejaron de sonar, pero también se dio lugar a pe- ticiones de baladas o cumbias norteñas. El clima de la noche fue agra- dable, la gente se notaba contenta de ver al grupo pues parece que no habían tocado en todo el año en un evento de ese tipo, intimo, en el que tocaran largo y tendido. El marco de la reinauguración del Pancho Villa le dio un toque extra de festividad, los precios y la botana contribuyeron a que la gente pudiera embriagarse con comodidad. La tocada terminó a eso de las 3 de la mañana, pero la música gra- bada seguía sonando a todo volumen. Las bandas se retiraron del lugar, yo me quedé un rato más, pero no hubo gran actividad, el bar se vació considerablemente, algunos grupos de amigos, incluidos los 14, pero no los 11, se quedaron a seguir tomando y platicando.

Conclusiones El corrido norteño, mantiene elementos de significación profunda que forman parte de los repertorios simbólicos mediante los cuales se pue- den construir complejos marcos de identificación. Quizá lo más intere-

sante resulta en su resistencia cultural ya que después de casi tres dé- Corazón Latinoamérica musical de México cadas de su primer intento de censura está viendo un reavivamiento, a 609 pesar de conllevar ciertas manifestaciones de menosprecio y proscrip- ción por parte de la hegemonía cultural, es precisamente ésta dimen- sión maldita la que parece darle mayor vida, el corrido en Tijuana se juega como una forma de vivir la realidad de la guerra contra el narco- tráfico, y en el 2015 ha habido un repunte importante en refriegas por narcomenudeo; mientras que en los Ángeles ha funcionado como ele- mento reivindicador de la mexicanidad, en medio de fuertes debates so- bre la inmigración en Estados Unidos. El corrido norteño, como forma de cristalización de una determi- nada forma de relacionarse con el mundo, implica una disposición cog- nitiva muy particular de prendamiento musical que articula procesos

complejos de identificación cultural en un contexto fronterizo marcado Apartado VI. Consideraciones y proposiciones por el racismo y la violencia delictiva. El prendamiento, como condición de estesis, y proceso de percep- ción, está siempre sujeto a las condiciones extraestéticas, es por eso que se puede plantear que existen diferencias marcadas en cuanto a los mar- cos de percepción musical entre dos fronteras nacionales asimétricas. Lo quise demostrar, mediante el ejemplo empírico, es que el concierto, como espacio densificado de la percepción, ayuda a acceder al sentido y significado de las formas de la percepción.

Bibliografía 1. Caillois, Roger. El hombre y lo sagrdo. México, FCE, 1984. 2. Heau y Giménez. “La representación social de la violencia en la trova popular mexicana” en: Revista Mexicana de Sociología, año 66, núm. 4, pp. 627-659. UNAM, México, 2004. 3. Kearney, Michael. “La doble misión de las fronteras como clasificadores y como filtros de valor” en:Migración, fronteras e identidades étnicas trasnacionales, Velasco (coord.) México, El Colef Porrúa, 2008. 4. Mandoki, Katya. Estética cotidiana y juegos de la cultura: Prosaíca I. México, Conaculta, Siglo XXI, 2006, p. 5. Olmos, Miguel. “Musica, trance y curacion, el caso del Noroestede Mexico” en: Las vías del Noroeste III, en prensa. Bonfiglioli (coord.). México. 2002, pp. 1-4. 6. ------“El corrido de narcotráfico y la música popularesca en el noroeste de México” en: Actas del IV Congreso de la Asociación Internacional para el Estudios de la Música Popular, México, Asociación Internacional para el Estudios de la Música Popular,

Pedro Pacheco López Pacheco Pedro 2002. 610 7. Ramírez, J. “En torno al primer narcocorrido : Arqueología del cancionero de las drogas.” en: A Contracorriente, Raleigh, North Carolina State University, vol. 7, núm. 3, 2010, pp. 82–99. 8. Turner, Victor. El proceso ritual. Estructura y antiestructura. Taurus, España, 1988. 9. 10. Valencia, Sayak. “Capitalismo gore: juventud, subjetividad capitalística y precariedad económica. En: Tropeles juveniles. Culturas e identidades transfronterizas. COLEF, México, 2014. 11. Valenzuela, José. Impecable y diamantina. P.S. Demcoracia

VI.3. Estética de la violencia mexicana adulterada y proyecto nacional. COLEF, 2009. 12. ------Jefe de jefes. Corrido y narcocultura en México, Tijuana, El Colef, 2014, 13. Sánchez, Adolfo. Invitación a la Estética. México D.F. Grijalbo, 2002. 14. Zuñiga, Victor. “Elementos teóricos sobre la noción de frontera. (Reflexiones en torno a la tesis de Michel Foucher) en : Frontera Norte, Vol. 5 No. 9, México, El Colef, 1993. Apartado VII México Corazón Latinoamérica musical de México Testimonios y leyendas 611 VII.1. Juan Charrasqueado1

Guillermo E. Hernández Universidad de California en Los Angeles Guillermo E. Hernández Guillermo E. 612 En 1942, Víctor Cordero compuso “Juan Charrasqueado”. El corrido se grabó en 1945, por la compañía Columbia, ganando popularidad pri- mero en los Estados Unidos y, a partir de 1947, lo difundió ampliamente el cantante y actor Jorge Negrete. Este mismo año, se filmó la cinta ci- nematográfica Juan Charrasqueado con Pedro Armendáriz y Miroslava Stern en los papeles estelares. “Juan Charrasqueado” es seguramente el primer éxito comercial del género entre grandes públicos rurales y ur-

VII.1. Juan Charrasqueado banos a nivel internacional. Cordero vaciló, antes de su muerte ocurrida el 7 de diciembre de 1983, al explicar cómo surgió la idea de componer este corrido. Una versión es que en un atardecer, observó que las nubes proyectaban la figura de un jinete montado a caballo y la imagen le ins- piró para componer “Juan Charrasqueado”. Su biógrafa relata una anéc- dota de mayor elaboración:

Juan Charrasqueado nació en la ciudad de México una noche de 1942, en que Víctor escuchó la voz de un papelero que anunciaba en la Extra un atentado contra el gobierno. La impresión de tragedia de la voz del pre- gonero en el silencio de la noche le dio la inspiración. Volviendo por el ca- llejón de la privada hacia su casa, vio un hombre a caballo. Era Juan Silveti (Torero de gran reconocimiento). Y no es que él sea Juan Charrasqueado para Víctor Cordero, sino que la situación emotiva le hizo crear a Juan Cha- rrasqueado. Ese hombre a caballo tenía que llamarse Juan. Silveti tenía una herida en la cara, por eso el nombre de Charrasqueado.

1) Hernández, Guillermo. “Juan Charrasqueado”. Aztlán. 33.2 (Fall 2008):207- 213. Lo titubeante de estas versiones hace pensar que el autor evade dar una versión fidedigna. Hay razones para dudar de la sinceridad de Cordero ya que, por ejemplo, el compositor menciona a su biógrafa el haber participado en la Revolución Mexicana. De haberlo hecho conta- ría con menos de seis años de edad ya que Cordero nació en 1914 y los principales eventos militares ocurrieron en la década de 1910 a 1920. Al ser de tan corta edad habría amplia razón para comentarlo y, sin em- bargo, los comentarios de Cordero son demasiados vagos al respecto como para tomarlos en serio. El dato que verdaderamente despierta desconfianza es su testimonio de que es el autor de “La toma de Zacate- cas”. Este corrido gira en torno a la batalla librada en la liberación de la ciudad de Zacatecas por las tropas federales en junio de 1914, algunos meses anteriores al nacimiento del Cordero.

Sabemos que las primeras grabaciones comerciales, en discos de Corazón Latinoamérica musical de México 78 RPM., de “La toma de Zacatecas” las hicieron Bernardo San Román y 613 Luis Vera para la compañía Okeh (16325) en San Antonio, Texas, el 5 de marzo de 1928 y Luis Hernández y Leonardo Sifuentes en El Paso, Texas, el 16 de abril de 1928 para la Compañía Victor bajo la etiqueta número 81653 (ocupa los dos lados del disco fonográfico). Estos datos son im- portantes pues permiten valorar tanto la imagen que Cordero proyectó ante otros como compositor y, en particular, determinar su papel dentro de la tradición del corrido. Aunque queda la duda de cuál fue la fuente de inspiración en la composición de “Juan Charrasqueado”, es innega- ble que se trata de una narrativa producto de la imaginación de su autor y por lo tanto carente de base histórica alguna en contraste a los corri- Apartado VII. Testimonios y leyendas dos tradicionales surgidos de hechos específicos que inspiran a los com- positores tradicionales a crear estos cantos narrativos musicalizados. Los hechos históricos que rodean la composición de un corrido tra- dicional permiten documentar e interpretar el significado de acuerdo a las diversas condiciones que dan vida a la composición. En el caso de un corrido como “Juan Charrasqueado”, en que se alude a hechos extratex- tuales inexistentes, su interpretación puede ser elusiva o problemática. En efecto, la figura de Juan Charrasqueado da pie a una serie de pre- guntas sin respuesta: ¿Quiénes lo asesinan? ¿Por qué lo asesinan? Más serio aún es el hecho de que la narrativa contiene datos impropios en la tradición del corrido. Por ejemplo: ¿Por qué se llama a esta una “triste historia”, proponiéndola como un suceso trágico, siendo que Juan es un “burlador” que se consideraba “de las mujeres consentido”? Cabal- mente la muerte de Juan sería un justo castigo o ajuste de cuentas por parte de algún pariente, marido, novio o amante agraviado. En tal caso el héroe del corrido es quien restituye su honor y, de ninguna manera, el causante de la deshonra. Hay otras cualidades atribuidas a Juan que se oponen a que su figura se represente en términos heroicos, se trata de un “borracho, mujeriego y jugador”, además de ser un “enamorado” que seduce o rapta a las “mujeres más bonitas” de la comarca en donde se halla la hacienda “La Flor”. Contraviniendo otros aspectos fundamentales del corrido tradicio- nal, la voz cantante se jacta de que éste es “un corrido muy mentado”, en patente discrepancia con la humildad poética acostumbrada al ini- cio de estas narrativas en las cuales se pide “permiso” o disculpas por la falta de talento artístico. Cordero soslaya algunos otros tópicos tradicio- nales, ya sea el manifestar la emoción que embarga al autor al narrar la historia “con cariño verdadero” (“Valente Quintero”) o establecer fecha y el lugar de los acontecimientos, comprobando la naturaleza testimonial

Guillermo E. Hernández Guillermo E. del relato (“La toma de Zacatecas”). Por otra parte, es de notar que en la 614 muerte del “Charrasqueado” imita a las condiciones de desventaja que permiten la derrota del héroe: atacado cobardemente por un gran nú- mero de enemigos quienes “se le echaron de a montón”, cirumstancias a las cuales Juan responde en forma valiente y desafíante declarando ser “buen gallo”. Sin embargo, una vez más de manera contradictoria, en la confrontación con sus enemigos afirma una debilidad de carácter den- tro de los cánones del corrido: “estoy borracho”, cualidad indecorosa en

VII.1. Juan Charrasqueado un héroe de la épica popular. La narrativa de “Juan Charrasqueado” no permite profundizar en las motivaciones de sus enemigos ni identificar a la mujer que, al lado de su hijo y en humilde choza: “llora y reza por su Juan”. Sin embargo, en otras composiciones de Cordero se repiten o bien se amplían esta cualidades de “Juan Charrasqueado”, características que nos permiten establecer posibles respuestas a los enigmas que se encuentran en el corrido. Por ejemplo, el protagonista imaginario en “Gabino Barrera” es un bebedor a quien el licor torna en necio: “Gabino Barrera no entendía razones/ andando en la borrachera”. A pesar de esta anomalía, Gabino manifiesta una conciencia social: “Con una botella de caña en la mano, gritaba ¡Viva Zapata!” y la referencia a su ideología lo coloca a la altura del héroe revolucionario: “Gabino Barrera siguiendo a Zapata/quería re- partir la tierra” ya que “su causa era noble pelear por los pobres/y repar- tirles la tierra”. Es decir, una vez más, el héroe de Cordero es una extraña mezcla de las cualidades que habitualmente se asignan a personajes ad- versarios en el corrido tradicional. En otro popular corrido de Cordero, “El ojo de vidrio”, su protago- nista, Porfirio, es un temible salteador de caminos que, al estilo de Juan Charrasqueado, al entrar a los pueblos “a las mujeres buscaba/mirando por todos lados”. En el tratamiento de los tres protagonistas: Juan Cha- rrasqueado, Gabino Barrera y Porfirio “El ojo de vidrio”, el compositor hace especial jactancia de sus amoríos, combinado, una vez más, valores de distintos personajes. El caso de Gabino Barrera es ilustrativo de esta tendencia por parte de Cordero al convertir las proezas del héroe de la épica popular en un batallador en el campo del amor, en este caso con funestas consecuencias:

Gabino Barrera dejaba mujeres con hijos por dondequiera por eso en los pueblos donde se paseaba se la tenían sentenciada. ………………………..

Gabino murió como mueren Corazón Latinoamérica musical de México los hombres que son bragados 615 por una morena perdió como pierden los gallos en los tapados.

Lo que ha sucedido aquí es la inserción del personaje amoroso del mundo romántico en el de un género heroico, transformación que ya ha- bía ocurrido en la canción ranchera. En este tipo de canción prevalece la imagen del amante decepcionado y desde una perspectiva mundana niega la sinceridad en el amor ya sea huyendo del mundo, dirigiendo su pasión amorosa a otras mujeres o entregándose a la bebida. Desde esta posición retórica, se construye la representación de una masculini- Apartado VII. Testimonios y leyendas dad invulnerable en la que proclama numerosas conquistas amorosas o bien su victoria sobre rivales en el amor. Es necesario tener en cuenta de que se trata de imaginarias trincheras poéticas, producto de la modernidad mexicana y, de ninguna manera, resultado de las ob- servaciones científicas de campo ya sean de naturaleza histórica, antro- pológica o social. Esta aclaración es fundamental para la interpretación de la cultura mexicana ya que, con demasiada frecuencia, se confunden las elaboraciones artísticas con supuestas realidades que configuran la cultura nacional en su ámbito histórico. Víctor Cordero es a la vez emisor y receptor de tal confusión. En su caso, tal desvío conceptual lo conduce a incrustar, incongruentemente, cualidades propias de la canción ran- chera en un género distinto basado en modalidades heroicas y trágicas. En la creación de “Juan Charrasqueado” se reproducen rasgos de una canción ranchera clásica en su género, conocida con el título de “El abandonado”, y que a pesar de un origen tradicional anterior a sus pri- meras grabaciones en los años veinte del siglo XX hasta, ha logrado po- pularidad y vigencia hasta hoy día.2 En esta canción el protagonista la- menta su frustrada relación amorosa, alegando su marginalidad: “Tres vicios tengo y los tengo muy arraigados:/De ser borracho, jugador y enamorado”. La popularidad de esta canción no pudo pasar desaperci- bida para Cordero quien, obviamente, asignó las cualidades de “borra- cho, parrandero y jugador”—además de su inclinación a ser un “ranchero enamorado”—al corrido “Juan Charrasqueado” sin advertir la discrepan- cia en atribuir tales características a un personaje presuntamente he- roico. Para alguien con una formación urbana (Coyoacán, México, D.F.) tal adaptación resultaba natural dada la divulgación que la canción ran- chera alcanzó en los centros de cultura popular mexicana durante la pri- mera mitad del siglo veinte. Víctor Cordero se suma a esta corriente con- virtiéndose en uno de sus más prolíficos impulsores comerciales.

Guillermo E. Hernández Guillermo E. Otra de las fuentes de Cordero en la elaboración de “Juan Charras- 616 queado” es la comedia ranchera cinematográfica mexicana impulsada a partir de 1936 por la cinta Allá en el rancho grande. “Juan Charras- queado” comparte una serie de convencionalismos en los que el prota- gonista: (1) es un enamorado, (2) abusa de mujeres inocentes, (3) sufre las consecuencias de sus delitos amorosos y (4) sus aventuras ocurren en sitios rurales y ante paisajes campiranos. Si bien estas característi- cas aparecen en forma relativamente moderada antes de 1942, fecha en

VII.1. Juan Charrasqueado que Cordero compone “Juan Charrasqueado”, en las siguientes décadas una serie de actores estrellas, Jorge Negrete y Pedro Infante entre otros, continuarán la representación de personajes mujeriegos, borrachos y parranderos en comedias con diversas tramas y que imitan hasta el ex- ceso el modelo original. Esta exaltación a la figura del llamado “macho mexicano” en el cine, al igual que en la música ranchera, surgen desde centros de difusión urbanos en donde las decisiones en torno al conte- nido y las perspectivas de los materiales están a cargo de profesionales sin experiencia en medios rurales y rancheros donde se difunde la cul- tura tradicional y, por lo tanto, a la vez que reflejan desconocimiento de la diversidad cultura mexicana, se convierten en agentes que la recha- zan, desfigurándola, en favor de formas ajenas a la tradición. El corrido continuará apegándose a normas tradicionales por mayor tiempo dado que sus creadores, intérpretes y públicos actuarán al margen de la so-

2) Probablemente las primeras grabaciones de “El abandonado” (que no he escuchado) fueron hechas, respectivamente: en Nueva York el 1ro de junio de 1920 para la marca Víctor (72716) por Alfonso Marrón y en Diciembre de 1926 para Columbia (2636-X). He escuchado la de Bernardo San Román, hecha el 10 de junio de 1929 para Okeh (16349) y la de Ábrego y Picazo realizada para Columbia (C951) que es de principios de la década de 1920. ciedad mayoritaria. El caso de Víctor Cordero y el corrido “Juan Charras- queado” constituye un claro ejemplo de este temprano desfase cultural que marca la transformación de una cultura tradicional hacia una mo- derna impulsada por intereses económicos e industriales de consumo masivo.

***

En 1998—dieciséis años después de la muerte de su autor—se publica la novela que Víctor Cordero dejara inédita por muchos años: Juan Cha- rrasqueado: Su historia y sus hazañas. En efecto, ya en 1971, María Con- cepción, la autora de la biografía Víctor Cordero: poeta y cantor del pue- blo, la menciona como inédita y hacia el final de la novela se denuncian

los abusos cometidos por el ejército en contra de estudiantes, en clara Corazón Latinoamérica musical de México referencia a eventos ocurridos en la capital de México en 1968. Estos 617 datos permiten deducir que la novela se terminaría a fines de la década de los sesenta. Ahora bien, ¿Qué inspiraría a Cordero a incursionar en la novelística basándose en el corrido que le había conducido a la fama internacional? Indudablemente que la popularidad de “Juan Charras- queado” sería un aliciente comercial en las postrimerías de la vida del autor. En esta novela Cordero intenta dar una visión detallada de la vida de “Juan Charrasqueado”, justificando su conducta y explicando el in- completo argumento del corrido. Antes de resumir los lineamientos ge- nerales de la trama novelística, es necesario señalar que se trata de una Apartado VII. Testimonios y leyendas novela fallida en muchos respectos. En primer lugar, el punto de vista y las posiciones ideológicas del narrador sufren inexplicables y frecuentes alteraciones. Por ejemplo, la representación del pueblo oscila entre una descripción idealizada de virtudes heroicas pobladas de bellas imáge- nes para, repentinamente, denunciarlo como bochornoso espectáculo de seres inútiles inmersos en la pobreza, la suciedad y la desolación. La figura de Juan es de un líder nato, surgido del pueblo, a la vez que un caudillo indispensable quien evita al pueblo caer bajo la explotación de capitalistas, políticos y militares corruptos. A través de la narrativa se in- tercalan largos discursos en una colérica voz narrativa que denuncia—sin identificar—a una serie de enemigos de la sociedad. Ante este paisaje social surge la figura triunfante e impecable de “Juan Charrasqueado” único personaje capaz de departir lo mismo con el humilde jornalero del campo, las clases medias pudientes y los personajes con intereses internacionales. Las discrepancias llevan al autor a situar en una remota región rural de México a estudiantes que asisten a una escuela de edu- cación normal y a una de medicina. Desgraciadamente, la incongruencia en la presentación de estas escenas convierte a la novela en un ejercicio absurdo que, por ser involuntario, le impide ser genial. La pasión de Juan por las mujeres y la bebida lo llevan a múltiples aventuras amorosas y a enfrentarse a enemigos poderosos que se opo- nen a su forma de vivir y buscan su derrota. Una mujer en especial lo cautiva por el resto de su vida, la hija Don Ángel, Flor del Campo, quien le corresponde con un amor profundo mas la pareja está condenada a separarse por sus respectivas condiciones sociales. En un altercado con el padre de Flor éste ataca a Juan con un látigo y le produce la cicatriz en el rostro. Juan guiado por el amor a Flor resiste la tentación de ma- tar a Don Angel y lleva la marca de su martirio amoroso de por vida. Flor es conducida a España donde muere en un convento. Juan se casa con

Guillermo E. Hernández Guillermo E. una mujer de su clase con quien vive feliz y en condiciones de humilde 618 campesino, a la vez que periódicamente se ausenta de este hogar para correr aventuras amorosas, de negocios, políticas y legales. Estas esce- nas se intercalan con una serie de episodios en los que Juan se convierte en el líder del pueblo mexicano pobre y oprimido al que defiende en su lucha por sobrevivir las trampas y abusos de falsos políticos en coalición con ricos explotadores nacionales y extranjeros a quienes apoya el ejer- cito y quienes desvirtúan el noble ejemplo de los héroes de la historia

VII.1. Juan Charrasqueado patria: Hidalgo, Juárez, Madero, Villa y Zapata. Como líder incorruptible, las negociaciones políticas de Juan le permiten obtener grandes éxitos en diversas áreas de la vida mexicana — economía, educación, salud, justicia— lo cual le atrae la enemistad de ne- fastos intereses que buscan la riqueza en perjuicio del bien general. En un par de ocasiones su liderazgo lo lleva a estar a punto de provocar una segunda revolución mexicana, mas el humilde y honrado Juan prefiere retirarse a la vida privada ya que es su ambición no ascender a los fal- sos círculos del poder. Después de derrotar numerosos intentos en con- tra del pueblo encabezados por individuos deshonestos y mezquinos, el pueblo postula a Juan para gobernador del estado de Guanajuato. Los políticos locales, sin embargo, mandan asesinarlo para impedir su ascenso ya que se convertiría en una seria amenaza a sus malignos in- tereses. VII.2. ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido?

Guillermo E. Hernández Universidad de California en Los Ángeles México Corazón Latinoamérica musical de México ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido? ¿Era su verdadero nombre Rosita 619 Alvírez? ¿Dónde y cuándo vivió? Muchos son los rumores en torno a es- tas preguntas y pocas las pruebas para contestarlas. Hace algunos años en vano me lancé a buscar a Rosita Alvírez durante varios días en Salti- llo, Coahuila, lugar donde se supone que murió. Consulté los libros de la Oficina del Registro Civil―donde, por cierto, no aparece nadie con el apellido Alvírez o Alvidres entre los años de 1880 a 1920―, interrogué a residentes en una casa de ancianos, entrevisté a varios estudiosos co- nocedores de la historia local así como a miembros de antiguas familias saltillenses. No encontré rastro de ella. Pareciera que o bien Rosita Alví- rez no existió jamás o su paso por la memoria colectiva y la documen- Apartado VII. Testimonios y leyendas tación oficial se hubiera esfumado. ¿Será que el corrido ha llegado bas- tante alterado en cuanto al nombre de la protagonista y el lugar donde ocurrieron los hechos? La existencia de Hipólito, el asesino, tampoco está corroborada aunque hay datos que indican su posible participación en la Revolución Mexicana. De acuerdo a estas noticias, durante la firma del Tratado de Guadalupe, el 23 de Marzo de 1913, un individuo estaba a punto de fir- mar el documento cuando Venustiano Carranza, Primer Jefe de la Re- volución Constitucionalista, lo detuvo, impidiéndole escribir su nom- bre en el tratado, recordándole: “aún te faltan nueve meses para pagar la deuda que tienes contraída con la sociedad”. Según esta anécdota el hombre aquel era Hipólito Valdez y había asesinado a Rosita Alvírez. Cuando él murió en 1915, en Icamole, Nuevo León, luchando contra las tropas de Francisco Villa, sus compañeros le cantaron los versos del co- rrido al pie de su tumba: Hipólito llegó al baile, a Rosa se dirigió, como era la más bonita Rosita lo desairó. Echó mano a su cintura y su pistola sacó y en medio de tanta gente nomás tres tiros le dio.

Hipólito Valdez tendría entonces treinta y tres años y si estaba por cumplir la condena por el asesinato de Rosita, los hechos debieron ha- ber sucedido aproximadamente a principios del siglo XX. La letra del co- rrido apoyaría una creación reciente ya que alude a esta fecha: “Año de

Guillermo E. Hernández Guillermo E. 1900/muy presente tengo yo¨. Estos datos, sin embargo, podrían ser en- 620 gañosos y tratarse de una broma urdida por sus compañeros y amigos haciendo mofa del nombre de Hipólito. Es interesante, por otra parte, que en esta referencia de 1913 se haga mención de que alguien ya can- taba el corrido pues nos permite situarlo antes de una fecha en parti- cular. Sin duda alguna, el misterio de Rosita Alvírez se resolverá tarde o temprano y entonces nos acercaremos a las complejidades que rodean esta notoria tragedia. Por el relato en el corrido, sabemos que un día, desobedeciendo a su madre, Rosita asiste a un baile donde se encuentra Hipólito. El jo- ven la invita a bailar y Rosita, contraviniendo las costumbres de la época, lo rechaza afirmándole que de ninguna manera bailará con él y que le

VII.2. ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido? tiene sin cuidado lo que se diga de ella. Paulatinamente, las acciones de Rosita van descubriendo su carácter: desobedece a su madre y se mar- cha caprichosamente pues es una apasionada del baile. Pagada de sí misma por ser ¨la más bonita¨ desacata la opinión de los demás. Estas cualidades contrastan de manera negativa con las virtudes que se espe- ran en una joven casadera de buena educación, la cual deberá preciarse de ser obediente, hacendosa, modesta, sociable, sencilla y simpática. Por su parte, Hipólito se encuentra en un aprieto. Una joven está obligada a aceptar la propuesta de bailar a menos que haya plena justifi- cación para ignorarlas. Inicialmente Hipólito trata de evitar el problema, y entre reclamo y súplica, apela a su sentido de etiqueta social: ¨Rosita, no me desaires, /la gente lo va a notar¨. La opinión de los asistentes a aquel desaire pone en entredicho su identidad personal y social. El re- chazo de Rosita seguramente lo hará blanco de burlas y menosprecios. A pesar de ello, Rosita ignora esta llamada a la cordura y profiere pa- labras ofensivas que, desde el punto de vista de Hipólito, buscan lasti- marlo: ¨pues que digan lo que digan/contigo no he de bailar¨ Cegado ante el desprecio y, sintiéndose acorralado, su desesperación lo lleva la única solución que se le viene a la mente, sacar la pistola y dispararle, matándola. La respuesta de Hipólito es absurda pues no guarda propor- ción con la imprudencia de Rosita y su papel desde ese momento es del delincuente que deberá ser castigado por su delito. Un síntoma de que el corrido tradicional empieza a sufrir un anqui- losamiento es la presencia de interpretaciones humorísticas o paródi- cas; y fue el intérprete Eulalio (Lalo) González El Piporro quien marcó la pauta hacia el rechazo de importantes aspectos en el contenido del co- rrido tradicional. El profundo conocimiento de la tradición de este artista le permite ridiculizar aspectos del corrido sin afectar la supervivencia del género. Es decir, los profundos cambios ocurridos en la vida mexicana a

partir de la revolución de 1910-1920 impedían que las nuevas genera- Corazón Latinoamérica musical de México ciones se identificaran con conflictos que reflejaban costumbres y valo- 621 res sociales ya caducos. Es así como El Piporro señala, por medio de la deformación caricaturesca, una problemática cultural que habla dejado de tener vigencia. Un buen ejemplo del tratamiento paródico que El Pi- porro da al corrido es evidente en la representación del corrido de Ro- sita Alvírez. Por medio de intercalaciones cómicas este artista logra des- virtuar el mensaje del corridista. En la interpretación de El Piporro habrá que distinguir: 1) la voz del intérprete que canta el corrido, y 2) la voz del comentarista que se burla del mensaje. Hay que señalar, además, que la primera voz proyecta una presencia autorizada ya que tanto en su cali- dad, modulación y entonación rivalizaría con cualquier buen intérprete Apartado VII. Testimonios y leyendas de corridos; y si bien la segunda voz actúa de manera irrespetuosa, sus comentarios surgen de una tradición humorística popular. Estas condi- ciones permiten al público identificar la reinterpretación cómica del co- rrido como una interpretación con la cual puede lograr una identifica- ción plena. El Piporro inicia el corrido aludiendo a la leyenda que sitúa la exis- tencia de Rosita Alvírez en algún lugar de Coahuila, en año incierto:

No se sabe si fue en Ramos Arizpe, Allende o Múzquiz, pero fue por allí por . . . Año de 1900 muy presente tengo yo, en un barrio de Saltillo Rosita Alvírez murió, Rosita Alvírez murió. Después de cada estrofa el cómico intercala un breve comentario que destaca algún aspecto importante del corrido. En el caso de los pa- dres de la protagonista del corrido, Rosita, la pareja representada es una patente deformación de la respetabilidad y son objeto de burla: la es- posa se ocupa de menesteres banales, y el marido es un perezoso. Las dos figuras contrastan con la recia personalidad de Rosita, cuya desobe- diencia presagia el fin trágico que le espera:

La mama de Rosita, mujer de antes, se ocupaba en remendar el calcetín y el calzón del viejo que salió muy lumbre pa´ la ropa. No sabía hacer más gracia más que estar sentado. Le decían ¨El minero¨: tenía plata en las sie- nes, oro en la boca y plomo en las patas. Su mama se lo decía:

Guillermo E. Hernández Guillermo E. –Rosa, esta noche no sales. . . 622 –Mamá, no tengo la culpa que a mí me gusten los bailes, que a mí me gusten los bailes.

La siguiente digresión, la más breve de todas, presenta la figura de Hipólito en sus labores como agricultor. A esta figura se agrega la de Marcos, personaje imaginado por el artista, que no aparece en el co- rrido, y cuyo papel es el del mal amigo. Esta creación provee un contexto (y un testigo) que da credibilidad al corrido: justifica la conducta de Hi- pólito quien al ser rechazado por Rosita sufre el oprobio público y la burla de su amigo. El desafió que Marcos lanza a Hipólito mantiene una

VII.2. ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido? tensión irónica: la cólera de Hipólito contrasta con su reacción al cam- biar de color, varias veces, en las siguientes estrofas:

Estaba en la labor, regando, cuando llega Marcos, amigo del alma, a son- sacarlo... Hipólito fue a la fiesta y a Rosa se dirigió, como era la más bonita Rosita lo desaigró, Rosita lo desaigró. Se puso colorado, colorado, como un tomate, de pura vergüenza. –A las muchachas les gusta que les rueguen. Sácala otra vez -dijo Marcos. Rosita, no me desaires, la gente lo va a notar. –Pos que digan lo que quieran. contigo no he de bailar, contigo no he de bailar. De colorado como un tomate, se puso morado, como un higo, de puro coraje. –Contente ―Dijo Marcos― te conozco. –Pues si me conoces, hazte a un lado, porque si no a ti también te agujero. Echó mano a la cintura y una pistola sacó, y a la pobre de Rosita nomás tres tiros le dio, nomás tres tiros le dio.

La muerte de Rosita es totalmente irreverente pues la descripción pasa de lo pintoresco ―la escena de un grupo rodeando el cadáver, in-

tentando resucitarla― al campo de lo absurdamente grotesco: confun- Corazón Latinoamérica musical de México diendo la necesidad de oxígeno para resucitarla se le describe como 623 a un neumático al que se llena de aire. El epílogo cómico mencionado que “murió muy repuesta” raya en el caos total:

Cayó privada aquella mujer. -Háganse a un lado por favor, no se arremolinen. –Échenle aire. –Cállese hombre, por favor gentes, a un lado. Entiendan. –Échenle aire. –Cállese, hombre. Una súplica: atrás por favor, atrás, hombre.

–Échenle aire. Apartado VII. Testimonios y leyendas –Cállese hombre. ¿Pa’ qué decía que le echaran aire?:Vino el mecánico de la esquina y le puso treinta libras, murió muy repuesta. Rosita ya está en el cielo dándole cuenta al creador. Hipólito está en la cárcel dando su declaración.

La última estrofa narra la suerte de Hipólito por el crimen cometido. Sin embargo, al ser internado en la cárcel se le presenta en términos exa- geradamente rutinarios que desdicen de la seriedad de su crimen. Una vez más, el cómico utiliza escenas en que la caricatura rige la narración: en el acento regional del carcelero (hicites), la simpleza de Hipólito ante lo cometido (lo absurdo de firmar con una u otra mano) y en pedir que le lleven cigarros a la cárcel: –¿Pos qué hicites, Hipólito?- –¡La maté!,¡ la maté! –Pos fírmale ahí. –Ahí está firmado. –Con la otra mano. –Soy zurdo. –¿Algún encargo? -¡Me traen cigarros, raza! . . .dando su declaración.

Estas intercalaciones tienen por objeto desvirtuar el propósito ori- ginal del corrido que consiste en fundamentar normas de conducta en- tre padres e hijos -de obediencia-, entre hombres y mujeres solteros -de

Guillermo E. Hernández Guillermo E. respeto-, así como de paz y tranquilidad en la comunidad. En efecto, al 624 deformar, burlándose del mensaje de Rosita Alvírez, Piporro establece un ejemplo negativo para los jóvenes, quienes reconocerán la burla que se hace de la conducta que consiste en obedecer ciegamente a los pa- dres, tratar con extrema formalidad a los pretendientes, y respetar pater- nalmente a las damas. Las escenas correspondientes de madre e hija y de Rosita e Hipólito se llevan a cabo de manera y con un lenguaje reco- nocible para el público del corrido. La estrategia es fundamentalmente paródica, pues si bien el co- rrido no es alterado al cantarse, su lectura ha sufrido una profunda trans- formación pues se ha convertido en un vehículo para mofarse de las costumbres de antaño. Estos valores y costumbres en que los hijos ob-

VII.2. ¿Existió la Rosita Alvírez del corrido? servan total obediencia a sus padres, las damas no desdeñan una invi- tación a bailar y los caballeros se ofenden si su invitación es rechazada públicamente, ya había perdido toda vigencia cuando El Piporro graba su célebre interpretación de Rosita Alvírez. El artista supo intuir tal situa- ción y ganar la simpatía de un gran público que incluía tanto a los cono- cedores de la tradición corridística como a quienes eran extraños a ella. En los años cincuenta y en manos de El Piporro el corrido no sufre ni de- cadencia ni olvido, solamente una reinterpretación humorística que mar- caba el fin de una época. VII.3. Julián Garza Arredondo

Luis Omar Montoya Arias Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1 México Corazón Latinoamérica musical de México El 14 de febrero del 2012, entrevisté a Julián Garza Arredondo, gracias 625 a la ayuda desinteresada de Luis Fernando Elizalde, uno de los compo- sitores norteños más prolíficos de la actualidad. El encuentro se efec- túo en la casa que Garza tenía en Guadalupe, Nuevo León, en las fal- das de un cerro. Justo ahí, me contó, fue donde compuso Era cabrón el viejo, en 1998. Hoy es una zona residencial, pero entonces no ha- bía colonias. Un día miró bajar de las laderas a un anciano, quien sir- vió de inspiración para recrear la historia de un sembrador de mari- huana: El viejo Paulino. Una de las razones del éxito del corrido, está en el potente cierre que Julián Garza le brindó a su composición: Ha- brá muchas despedidas/pero como ésta ninguna/1, 2, 3, 4, 5/5, 4, 3, 2, Apartado VII. Testimonios y leyendas 1/Siempre fue cabrón Paulino/desde que estuvo en la cuna. Esta última estrofa demuestra la capacidad creativa de Julián Garza Arredondo, ju- glar del México contemporáneo. Julián Garza tuvo la inquietud de componer temas desde pequeño. Sus primeros corridos los escribió a manera de juego, concentrándose en relatos incidentales de su vida como peleas entre vecinos. Fue Juan Antonio Treviño, amigo de siempre, quien le sugirió que compusiera corridos de manera profesional, argumentando que tenía “chispa y ta- lento”. La inquietud de Treviño era que Julián Garza comercializará sus creaciones. La historia la conocemos: Julián Garza Arredondo triunfó en el mundo del corrido, aportando, incluso, al discurso cinematográfico. Luego de sus inicios como compositor, Julián Garza difundió en 1973, un primer disco con su hermano Luis, grabado en Mc Allen, Texas, al que llamaron Pistoleros famosos. Gracias a Juan Antonio Treviño, Luis y Ju- lián pudieron comprar su primer equipo de sonido. Los hermanos Garza nutrieron a la música norteña mexicana durante 30 años. Sus primeros años transcurrieron en la Hacienda El Porvenir, en Los Ramones, Nuevo León. Con cinco años cumplidos, Julián Garza, en com- pañía de sus padres y hermanos, se avecindó en Monterrey. Nunca ol- vidó que El 24 de junio, fue el primer corrido que escuchó. Con 12 años de edad, en 1947, se estableció en Reynosa, Tamaulipas. En la frontera tamaulipeca gustaba de cantar los corridos de moda, junto a su her- mano Luis, quien rasgueaba una guitarra. Luis y Julián grabaron cuando el segundo había cumplido 40 años de edad y el primero tenía 36 pri- maveras. Son más de 100 discos los que respaldan la trayectoria del dueto neoleonés, predominando el acompañamiento norteño, sin igno- rar al mariachi nacionalista y a los tríos. Es compositor de más de 200 temas, en donde imperan los co- rridos, aunque también presume de éxitos rancheros como Que no se

Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis apague la lumbre, grabado por Los Invasores de Nuevo León en la dé- 626 cada de 1980. Pistoleros famosos, Las tres tumbas, Nomás las mujeres quedan, Jesús para de palo y Luis Aguirre, se erigen como los prime- ros corridos creados por Julián Garza Arredondo. Para lograr su propó- sito, la grabadora y los casetes que Juan Antonio Treviño regaló a Julián Garza Arredondo fueron trascendentales. El propio Treviño recomendó a Garza que llevará esas primeras composiciones a Lupe Prado, miem- bro de Los Hermanos Prado, quienes vivían en la colonia Guerra y tenían una oficina por Colón, en Monterrey, Nuevo León. Lupe Prado despreció

VII.3. Julián Garza Arredondo el trabajo de Garza. Para animarlo, Juan Antonio Treviño le dijo a Julián Garza: “el error fue haber visitado a uno más pendejo que tú”. Durante ocho meses repartió casetes, nadie lo consideraba. Fue entonces que un primo hermano de Julián Garza le recomendó visitar a Carlos y José, dueto norteño originario de la Hacienda El Porvenir. Un domingo por la mañana llegó a la casa que José Tierranegra poseía en la Carranza, salió la esposa y anunció la presencia del compositor. Carlos y José grabaron el corrido de Luis Aguirre “porque se escuchaban voces originales”. En esa época, Julián y Luis Garza Arredondo eran choferes. Luego vendría el éxito total cuando Ignacio López Tarso grabó Las tres tumbas, Rocío Durcal La leyenda Chito Cano y Eugenia León hizo lo pro- pio con La venganza de María. Julián Garza Arredondo incorporó ideas contenidas en la prensa para desarrollar sus tragedias. Primero creaba la letra y luego la música de cada corrido. Su fanatismo por los corridos, llevó a Julián Garza a participar como compositor, adaptador, guionista y actor, en películas mexicanas de bajo presupuesto. Las tres tumbas fue su primera cutícula (Jalisco 1979), la segunda llevó por nombre Pistoleros famosos, grabada en Monte- rrey (1980). Luego desgranó la mazorca: Tierra de rencores, El criminal (1982), La venganza de María (1983), Agapito Treviño (1985), Nomás las mujeres quedan (1985), La leyenda del manco (1987), Perro de cadena (2001) y Era cabrón el viejo (2001). Entre películas de 35 milímetros y vi- deo home, Julián Garza sumó más de 40 proyectos cinematográficos. El nacido en 1935, cursó hasta segundo año de primaria y fue el responsable de hacer visible a Javier Ríos, acordeonista y miembro-fun- dador de Los Invasores de Nuevo León. A los meses de haber grabado en Mc Allen, Texas su primer disco, Luis y Julián fueron invitados por un sello de Monterrey para crear una segunda producción. En esta coyun- tura incorporaron a Javier Ríos como su acordeonista, quien trabajaba en las cantinas de Monterrey, Guadalupe y San Nicolás, acompañando a su padre. Con 15 años de edad, Javier Ríos se sumó al equipo de trabajo de Luis y Julián, con quienes permaneció ocho años. Javier Ríos dejó a

Julián y Luis Garza Arredondo, para formar a Los Invasores de Nuevo Corazón Latinoamérica musical de México León, junto a Lalo Mora. 627 De acuerdo con Julián Garza, la música norteña mexicana empezó a masificarse en 1953, cuando Los Alegres de Terán grabaron Carta ju- gada. El éxito fue tal que “hasta los perros la cantaban”. En Guadalupe, Nuevo León, existía mucho grupo conformado por violín, bajo sexto y tololoche, “no era común ver grupos con acordeón”. Con Carta jugada, Los Alegres de Terán se volvieron famosos. El acordeón con el que Eu- genio Ábrego y Tomás Ortiz grabaron esta melodía, estuvo en las ma- nos de Julián Garza, una ocasión que éste visitó a Eugenio Ábrego en Mc Allen. “Era un instrumento negro de dos hileras”, rememoró el entre- vistado. Apartado VII. Testimonios y leyendas Julián Garza mencionó que cuando empezaron a grabar estaba ge- neralizado el uso de guayaberas entre los conjuntos y duetos norteños mexicanos “porque resultaba práctico en la lucha contra el calor”. La mú- sica norteña mexicana, la grupera, la música texana y el Mex-Tex, son estilos que se alimentan de un mismo abrevadero cultural. El acordeón Gabbanelli de tecnología italiana, se puso de moda en 1975 gracias a la proyección que le dio Ramón Ayala; en la década de 1980 Javier Ríos de Los Invasores de Nuevo León contribuyó en su expansión. Los Cadetes de Linares nunca grabaron una cumbia porque Ho- mero Guerrero de la Cerda defendió una visión purista que tuvo sobre la música norteña mexicana. El huapango y la redowa (redova con V se re- fiere al instrumento), ambos géneros dancísticos-bailables, están asocia- dos a las identidades de Tamaulipas y Nuevo León, respectivamente. El huapango es caliente y la redowa valseada. Existe un huapango que se llama Los Coconitos (grabado en 1928, su nombre original es Coconito), composición de Guty Cárdenas y Lorenzo Barcelata que hoy forma parte del acervo cultural norteño. Mató a su mejor amigo, es un corrido com- puesto por Julián Garza Arredondo y Luis Fernando Elizalde, oriundo de Michoacán. Incursionó en la política, abanderado por el Partido del Trabajo (PT) e invitado por Chis Chas. El eslogan de su campaña fue: “Chingue a su madre el que no vote por mí”. Murió en julio del 2013. Es inmortal gra- cias a sus corridos que hoy forman parte de la memoria colectiva.

Fuentes consultadas 1. Garza, Julián [entrevista], 2012, por Luis Omar Montoya Arias [trabajo de campo], Memoria, Migración y Nacionalismo. La construcción histórica de la música norteña mexicana. Luis Omar Montoya Arias Omar Montoya Luis 628 VII.3. Julián Garza Arredondo

MÉXICO Corazón Musical de Latinoamérica

Libro diagramado en Mérida, Yucatán, México, 2018.