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RETOS Cuaderno DE ESTA ÉPOCA. 23

Tomo 1 Noviembre de 2015 Director: Roberto Veiga González Subdirector: Lenier González Mederos

Consejo de Dirección:

Aurelio Alonso/ sociólogo y Premio Nacional de Ciencias Sociales Julio César Guanche/ jurista, politólogo y ensayista Mayra Espina/ socióloga e investigadora Pavel Vidal/ economista e investigador Víctor Fowler/ poeta y ensayista Ailynn Torres/ socióloga e investigadora Pedro Monreal/ economista e investigador

Diseño: LEG RETOS DE ESTA ÉPOCA.

Tomo 1

EDITORIALES (Página 5) INTRODUCCIÓN. EN DIÁLOGO. EDITORIALES (Página 7) CONSTRUYAMOS LA ESPERAZA. Tomo 1 (Página 9) INSTITUCIONALICEMOS EL DEBATE.

(Página 11) ROMPAMOS EL AISLAMIENTO. Índice (Página 13) CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS.

(Página 15) SEGUIMOS ESPERANDO EN EL AMOR.

(Página 16) NO POSTERGUEMOS LA ESPERANZA.

(Página 18) EL DESAFÍO DEL MOMENTO PRESENTE.

(Página 20) RELACIONES SOBERANAS EN LOS UMBRALES DE UNA NUEVA ERA.

(Página 22) ASUMIR EL PRESENTE PARA EDIFICAR EL FU- TURO.

(Página 24) HORA DE DEFINICIONES.

(Página 26) LA NACIÓN Y LA EMIGRACIÓN: LA URGENCIA DE UN DIÁLOGO.

(Página 28) LA IGLESIA CATÓLICA EN CUBA: PUENTE PARA EL DIÁLOGO Y EL ENCUENTRO.

(Página 30) TESTIGOS DE LA ESPERANZA Y PROMOTORES DE PAZ.

(Página 32) EL DESAFÍO DE ACOMPAÑAR LOS CAMBIOS.

(Página 34) LA URGENCIA DE UN NUEVO PACTO SOCIAL.

(Página 36) NO NOS CANSAREMOS DE ABOGAR POR LOS CAMBIOS NECESARIOS.

(Página 38) EL RETO DE SER AUDACES.

(Página 40) RECTIFICAR EL RUMBO.

(Página 42) VIRGEN MAMBISA: ¡QUÉ SEAMOS HERMANOS!.

(Página 44) EL COMPROMISO CON LA VERDAD.

(Página 47) TRABAJAR POR CUBA: DERECHO DE TODOS. Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

(Página 49) CUBA: LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL Y EL DES- TINO DE LA NACIÓN .

(Página 51) PEQUEÑOS PILARES QUE PODRÍAN ADELAN- TAR EL PAÍS ANHELADO.

(Página 54) SENDEROS QUE SE BIFURCAN.

(Página 56) CUBA, AL CENTRO DE LAS DOS AMÉRICAS.

EN DIÁLOGO 3-2011 (Página 58) EL LUGAR DE LA CIUDADANÍA PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y REPÚBLICA EN CUBA. Autor: Julio César Guanche.

(Página 69) DEBATE POSTERIOR A LA CONFERENCIA DE JC GUANCHE.

EN DIÁLOGO 4-2011 (Página 84) DIALOGAR, DIALOGAR.

(Página 97) DIÁLOGO ESTABLECIDO POR ALGUNOS DE LOS PARTICIPANTES EN EL ENCUENTRO, UNA VEZ CON- CLUIDA LA CONFERENCIA.

EN DIÁLOGO 1-2012 (Página 104) LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Y LA DEMOCRACIA. Autor: Antonio Maria Baggio.

(Página 114) DEBATE POSTERIOR A CONFERENCIA DE BA- GGIO.

EN DIÁLOGO 2-2012 (Página 121) ECUBA Y SU DIÁSPORA: ACTITUDES Y POLÍ- TICAS QUE DEBE ADOPTAR LA DIÁSPORA PARA REINTE- GRARSE A CUBA. Autor: Carlos Saladrigas.

(Página 125) DIÁLOGO TRAS LA CONFERENCIA DE CAR- LOS SALADRIGAS. El equipo coordinador de Cuba Posible ofrece, en esta compila- INTRODUCCIÓN. ción, los 25 editoriales publicados por sus gestores durante la década que dirigieron la revista Espacio Laical. En los inicios de esta publicación, en el año 2005, no se concibió la redacción de editoriales. Sin embargo, pasado un tiempo, dada las dinámicas del país y el rol que iba desempeñando la revista, el Consejo de Redacción, con la debida autorización de las autoridades eclesiás- ticas, decidió incorporar, a partir del número III del año 2007, la circulación de editoriales. Los entonces coordinadores de la revista procuraron, a través de estos escritos, acompañar el actual proceso de reformas lide- rado por el presidente Raúl Castro. En cada entrega, oteando los signos de los tiempos, el editorial procuró alertar sobre las esperanzas y los peligros en torno a determinados actos, hechos y reclamos sustanciales, que a juicio de sus hacedores debían ser considerados para garantizar el éxito ante los múltiples y gran- des desafíos de este momento histórico. No obstante, tal como se inició la redacción de editoriales, fue truncada esta posibilidad a partir del número IV del año 2013, al quedar prohibida ante el reclamo de sectores dentro de las estructuras eclesiales que se enfrentaban, de manera tenaz y cáustica, a los postulados de dichos textos. La mayoría de estos lamentaban la “legitimidad” que, según ellos, ofrecía una revista de la Iglesia a realidades, personas y posicionamientos no cató- licas (en el sentido más conservador del término), por ejemplo: a dinámicas positivas del país, a personas y grupos socialistas, marxistas, liberales, anarquistas y librepensadores en general. En este Cuaderno quedan compilados dicho editoriales, por el orden en que fueron publicados. De esta manera colocamos en manos de nuestros lectores la posibilidad de estudiarlos en su conjunto y encontrar las ideas, las alertas y los anhelos de cada instante, que a su vez atraviesan la totalidad del periodo. Queda aquí, además, un testimonio que podría continuar aportando a los retos del presente y que quizás también podría mostrar en el futuro, a los interesados, uno de los modestos pero comprometi- dos aportes de esta época. Igualmente, en su momento, el actual equipo de coordinación de Cuba Posible colocó la revista Espacio Laical en función del diálogo entre cubanos y, en el empeño, fundó un espacio físico de debate. En el mismo, reunieron sistemáticamente, a puertas abiertas, todos los cubanos y extranjeros que decidieron hacerlo, para dialogar sobre temas propuestos por los coordinadores. El estudio de nuestra historia muestra un gran pecado nacional que estamos llamados a corregir para asegurar así un presente mejor y un futuro de progreso y equilibrio. La lucha entre todos los proyectos de país, donde cada uno posee la intención de pre- dominar y excluir a los demás, ha marcado las relaciones sociales en la Isla desde el siglo XIX. En tal sentido, el gran cambio que

5 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) demanda la nación reclama que todos los proyectos puedan convivir y construir juntos el país. Esto exige que toda la diversidad de cubanos esté dispuesta a encontrarse, comprenderse y obtener con- sensos. Sin embargo, esto sólo resultará posible desde la humildad y el diálogo, y para contribuir a la promoción de estas virtudes se coordinaron numerosos debates públicos. En este Cuaderno queremos dejar constancia de la mayoría de las conferencias y paneles, y de los correspondientes debates, que se desarrollaron durante sesiones de este foro que denominamos En Diálogo. Con esto, dejamos aquí un testimonio del esfuerzo, de la inteligencia y la buena voluntad, de un conjunto amplio y plural de cubanos que pusieron y ponen su esfuerzo en la consolidación de una Cuba cada vez mejor, por medio del diálogo.

6 Cuba, como cualquier otro país del orbe, tiene circunstancias lo- CONSTRUYAMOS cales por mejorar, incluso –es necesario reconocer- algunas difi- LA ESPERAZA. cultades se encuentran acumuladas y la población espera desde hace mucho tiempo los ajustes debidos. Claro que afrontar estos retos no será tarea fácil, pues las soluciones efectivas siempre EDITORIALES requieren estudio y sabiduría, paciencia y gradualidad. Igualmente, es imprescindible reconocer que la debida respuesta a estos desafíos no depende solamente de la buena voluntad de quienes se ocupan de las gestiones de gobierno, sino que exige además la participación de todos. Únicamente desde una gestión comunitaria será posible hacer un diagnostico acertado de nues- tras necesidades, definir las soluciones debidas y continuar, con éxito, el camino siempre ascendente hacia una sociedad cada vez más libre y justa, reconciliada y solidaria. Es posible afirmar que la actual dinámica sociológica de nues- tro país está demandando una inflexión hacia formas superio- res de organización social y para ello se está validando, con cre- ces, la necesidad de una gestión comunitaria y auténticamente participativa. Los intelectuales cubanos (entendiendo como intelectual sólo a quienes apropiándose de la cultura y del entorno universal y lo- cal, brindan una imagen de la nación y le proponen un sentido al patriotismo), sobre todo de los ámbitos de las letras y las artes, se han constituido en los iniciadores de lo que pudiera llegar a ser un proceso de reflexión nacional. Ojala se incorporen a dicho coloquio, con la misma intensidad que los escritores y artistas, los profesionales de la economía, del derecho, y de otras disciplinas, con vocación de intelectual. El rol de los intelectuales, en cualquier camino de reflexión social, siempre será de suma importancia, pues ellos están capacitados para ayudar al resto de la población en la formulación de todo diagnostico y proyecto. Sin embargo, es ineludible resaltar, únicamente con la partici- pación de todos los sectores sociales será posible alcanzar una comprensión verdaderamente abarcadora de las necesidades y demandas, así como el consenso necesario para tamaña empresa. La población en general pudiera estarse incorporando a dicha incipiente reflexión compartida por medio del análisis del dis- curso del general Raúl Castro el pasado 26 de julio. Hasta donde tenemos entendido, en el marco de dicho análisis, en centros la- borales de todo el país, la ciudadanía está comenzando a expresar calamidades que padece, así como algunos de sus anhelos. También percibimos que muchos sienten desconfianza para ex- presar sus opiniones, aunque sean las mismas autoridades quie- nes los están convocando a ofrecer sus criterios con la suficiente

7 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) libertad. Sabemos que hay razones para dicha desconfianza. Esta realidad exige que el gobierno legitime e institucionalice cada vez más esta importante metodología de gobierno del pueblo, im- prescindible en este momento de nuestra historia. No obstante, se hace indispensable precisar, todo esto podrá ser el inicio de un proceso de reflexión compartida, donde los cubanos podamos hermanarnos un poco más y hallar un camino ascendente hacia el equilibrio espiritual y material de la nación, sólo si lo asumimos con inteligencia y bondad. Es necesario comprender que tal proceso, ansiado por muchos, demanda amar a Cuba y a cada cu- bano, opinar con libertad y hacerlo con respeto, discernir con rigor y madurez, ser humilde y crear un clima de confianza, mirar al pasado sólo para sacar experiencia y concentrar los esfuerzos en construir juntos el futuro, así como tener la voluntad y la paciencia necesarias para implementar los proyectos con la debida prudencia y gradualidad. Quizás la generalidad de los cubanos, gobernantes y gobernados, afines y desafectos del gobierno, residentes en la Isla y en el extranjero, ya estemos maduros para vivir ese momento de encuentro y síntesis que desde hace dos siglos puja en nuestra historia.

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8 El país está viviendo un saludable proceso de debate sobre la INSTITUCIONALICEMOS realidad nacional, solicitado por las autoridades, que puede lle- EL DEBATE. gar –al menos eso espera la población- a redefinir la vida social, cultural, económica y política de la nación. Al parecer, todos an- helan, tanto el pueblo como el Estado, un consenso para avanzar EDITORIALES hacia una sociedad mejor, sin renunciar a lo bueno que podamos haber alcanzado. Parece que dichas asambleas de análisis marchan bien. Quienes las dirigen, por lo general, estimulan el diálogo abierto y las per- sonas suelen opinar con mucha franqueza sobre todo el abanico de cuestiones que afecta la vida de cada cubano. El propio gene- ral Raúl Castro ha pedido a la población la mayor sinceridad al participar en tales reuniones. Uno de los aspectos importantes que tal vez resulte favorecido de este proceso es precisamente la necesidad del diálogo sincero. Ra- zón por la cual sería necesario enfatizar en la posibilidad de que siempre sea viable opinar con libertad y ser escuchado –tanto a solicitud del gobierno como por iniciativa ciudadana. La reflexión honesta y positiva debe constituir el estilo del que- hacer ciudadano, y por tanto político, del cubano. Esto, como es lógico, demandaría la institucionalización del debate. Para este desafío sería forzoso garantizar la posibilidad de una interacción constante entre la ciudadanía y el gobierno, que en buena me- dida podría realizarse por medio del acomodo de las entidades sociales y políticas que ya existen. En Cuba hay un conjunto de organizaciones sociales (por ejem- plo: la Federación de Estudiantes Universitarios, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Central de Trabajadores de Cuba, entre otras) que pudiera orientarse mucho más hacia la labor de canalizar las iniciativas y demandas de sus miembros ante el resto de la sociedad y ante el Estado. Por otro lado, los mecanismos de participación que ofrece el en- tramado de instancias del llamado Poder Popular, aunque faltos de una modernización, pueden ser utilizados por la ciudadanía para tramitar muchas de las opiniones, proyectos y quejas, que posean un carácter eminentemente político. Ello, no cabe dudas, exigiría un replanteamiento de las faculta- des del Poder Popular en cuanto a la representación directa de los intereses del electorado. En tal sentido, sería inevitable estu- diar el papel del delegado de la circunscripción, con el objetivo de que deje de ser un mero tramitador de demandas intrascen- dentes y con escasas posibilidades de respuesta. Igualmente, se hace imprescindible establecer la existencia de un vínculo entre el electorado y sus representantes ante las instancias provincial y nacional, con el objetivo de que la ciudadanía pueda hacerse escuchar por medio de ellos.

9 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Es ineludible incorporar a la actual reflexión nacional el asunto de la institucionalización del de- bate que, por supuesto, desbordaría los temas aquí mencionados. El proceso mismo, es preciso reiterar, ha demostrado la necesidad de añadir dicha materia. Pero además, ha expuesto también la madurez del pueblo y del gobierno para encausar un nuevo estilo de dirección del Estado, ba- sado en la escucha constante de la opinión de cada ciudadano y en la subordinación al criterio del conjunto de la sociedad cubana.

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10 Qué Cuba se abra con sus magnificas posibilidades al mundo y ROMPAMOS que el mundo se abra a Cuba fue una de las frases de Juan Pablo EL AISLAMIENTO. II, durante su visita a la Isla en enero de 1998 (de la cual este año se conmemora el X aniversario), que más impactó a todos, pues constituía un desafío tanto para las autoridades cubanas como EDITORIALES para el resto del planeta. Cuba ha sido un país, en alguna medida, aislado, tanto por el re- chazo que han podido sentir gobiernos de otros países en relación con el sistema político que impera en el Archipiélago, como por la distancia que tal modelo particular tiende a tomar del entramado internacional, cada vez más globalizado e influido por su “enemi- go acérrimo”: el Estado norteamericano. Sin embargo, aislados será imposible lograr un desarrollo huma- no aceptable, y esto lo sabía el Papa. Por ello, pidió que se desen- cadenara un proceso de acercamiento entre Cuba y el resto del mundo, capaz de pasar por encima de las diferencias ideológicas y crear un clima de confianza y respeto, con el propósito de po- tenciar la debida interacción en todos los ámbitos de la vida: so- cial, cultural, económico, jurídico, político, entre otros. La convivencia internacional, en un clima carente de prejuicios y marcado por la confianza, brindaría a Cuba las condiciones ex- ternas necesarias para ajustar su modelo socio-político, con el objetivo de satisfacer cada vez más el universo de necesidades humanas inalienables. Es innegable, la propuesta del Papa motivó a muchos (gobiernos, entidades internacionales, religiosos, académicos y personalida- des de la cultura…) que a partir de ese momento se sumaron a quienes ya se acercaban a la realidad de la Isla, con la intención de ayudar. Esto, estaba convencido Juan Pablo II, siempre redun- daría en un beneficio para todos los cubanos. Y ello es verificable. Mucho ha favorecido al país el intercambio académico y cultural con el mundo. Mucho ha representado, incluso como superviven- cia humana, la inversión extranjera y el intercambio comercial. Sin embargo, no es posible asegurar que dicho proceso de en- cuentro y solidaridad entre Cuba y el mundo se haya efectuado en la medida necesaria. Algunos sectores importantes y decisivos en el orbe, desde posiciones muy ideológicas y cerradas, sobre todo de la Unión Europea, y especialmente del Gobierno de Es- tados Unidos, han condicionado tal apertura a un conjunto de transformaciones ideológicas que Cuba debe concretar previa- mente. Esto, por supuesto, provoca susceptibilidad y parálisis, y por tanto debe cambiar. No es que sea ilícito pedir al Estado cubano que ajuste sus con- ceptos y estructuras para que el pueblo pueda acceder a condicio- nes más humanas de vida. Incluso, algunas de dichas propuestas pueden constituir un ideal justo para muchas personas y pueblos. No obstante, no es desde ningún poder extranjero donde deben ser promovidas, ni serían -en ningún caso- el inicio de cualquier 11 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) proceso de ajuste conceptual y estructural, sino más bien parte de su culminación. Y ello será posi- ble, en buena medida, si existe un ambiente de tranquilidad y colaboración con el resto del planeta, pero sobre todo con sus sectores más fuertes. Como es lógico, dicha tranquilidad y colaboración también depende de la voluntad política de las autoridades del país para relacionarse de manera afable y armónica con cada una de las naciones del mundo. Así como de su capacidad para ensanchar cada vez más la disposición de integrarse a la generalidad de los mecanismos internacionales –pues aunque en muchos puedan abundar aspectos negativos, de seguro también los hay positivos que ayudarán al país a lograr un mayor desarrollo espiritual y material. Igualmente depende de la voluntad y capacidad del Gobierno de la Isla para otorgar al pueblo la posibilidad, cada vez más amplia y efectiva, de determinar qué cambios son necesarios y cuál debe ser el ritmo para efectuarlos. Con el objetivo de procurar que las normas y estructuras fomenten la soberanía ciudadana y la reconciliación entre los nacionales divididos, así como la satisfacción del universo de necesidades humanas y la integración de cada cubano al tejido internacional. Y esto quizá sea el mayor desafío del Estado para lograr una nación feliz, integrada a lo mejor del mundo, como pidió hace ya diez años Juan Pablo II.

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12 Es conocido por todos que nuestro país se encuentra en un mo- CON TODOS Y PARA mento singular que demanda un replanteo universal de los ám- EL BIEN DE TODOS. bitos económico, cultural, jurídico y político, por solo mencionar algunos ejemplos. También se percibe que existe la conciencia suficiente acerca de la necesidad de emprender tales ajustes o EDITORIALES cambios –como se les prefiera llamar. Dichas transformaciones exigen estudio, una reflexión comparti- da y el consenso necesario, así como crear las condiciones impres- cindibles para realizarlas. Todo esto, por supuesto, requiere de un tiempo que no se puede violentar. Sin embargo, el estado ac- tual de la vida cotidiana de la población, atiborrada de carencias y agobios, genera una premura difícil de satisfacer, pero capaz de forjar un animo de frustración que podrá atentar en contra del consenso y de la comunión necesarios para emprender con éxitos la inflexión que exige nuestra realidad sociológica, en un momen- to tan decisivo de la historia de Cuba, donde está en juego hasta el futuro mismo de la nación. La situación, es evidente, reclama ser enmendada. Para ello, es ineludible, será necesario –y hasta donde sea posible- implicar más a la ciudadanía en ese proceso de ajustes, de cambios, de transformaciones. Esto demanda, a su vez, que la sociedad pueda conocer con exac- titud los fundamentos, los fines y la metodología del programa que según parece ha ido esbozando el nuevo presidente de la Re- pública. Para implicarse de manera efectiva es necesario compar- tir el proyecto, así como poder calcular la seguridad de que será realizado, y para ello es imprescindible comenzar por conocerlo de una manera suficiente. Quizá esto último sea un desafío para el nuevo jefe de Estado, quien para ir desplegando su proyecto tal vez deba sortear numerosísimos escollos, tanto internos como externos. Otro aspecto decisivo para que la sociedad pueda implicarse de manera debida en el proceso de cambios, será por medio de una participación activa y cierta en el diseño del proyecto de gobier- no, así como en la ejecución y control de mismo. Y para esto, es necesario reconocerlo, se hace ineludible acelerar el ajuste de nuestra institucionalidad con el objetivo de que pueda responder a esta necesidad imperiosa. No cabe dudas, la solución de nuestros problemas reclama que todos los cubanos, sin excepción, se puedan incorporar de mane- ra mancomunada, aunque –es bueno precisar- cada cual desde su identidad personal, en la edificación de la Casa Cuba. Y para esto, es evidente, será necesario desatar las potencialidades de la sub- jetividad de cada cubano, pero también apuntalar los fundamen- tos de la fraternidad entre todos los nacionales. Ambos desafíos constituyen un binomio inseparable y necesario para lograr que mientras se ensanche la libertad de cada ciudadano igualmente crezca de manera pujante y equilibrada toda la sociedad cubana.

13 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

A esto último, al cultivo sano de este binomio, puede contribuir mucho la Iglesia Católica, sin per- juicio de todo lo que también puedan aportar otras iglesias, instituciones, organizaciones y cubanos en general. La Iglesia es maestra en humanidad, y experta en promover la responsabilidad perso- nal y la comunión entre los seres humanos. Pero para hacerlo aquí en Cuba, ahora, necesita de muchos más espacios que le faciliten ayudar y dignificar a los pobres, a los enfermos y a los presos, así como inculturar su mensaje de amor y confianza, responsabilidad y comunión, por medio de su participación a través de los medios de comunicación social, la educación y la cultura. Recientemente, Felipe Pérez Roque, ministro de relaciones exteriores, ha reiterado públicamente la necesidad de continuar trabajando con el objetivo de crear las condiciones para que la Iglesia pueda ejercer, con toda amplitud y garantías, el papel y la responsabilidad que le corresponde. Igualmente, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Su Santidad Benedicto XVI, du- rante su visita a la Isla, ha insistido en el anhelo que sistemáticamente han expresado los obispos cubanos, de poder acceder a estos ámbitos con el objetivo de contribuir a una Cuba cada vez mejor. Quiera Dios que muy pronto la Iglesia Católica cubana pueda contar con todos los espacios nece- sarios para cumplir con su espinosa responsabilidad en este momento decisivo de la historia de nuestra nación.

No. 2-2008

14 El Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba SEGUIMOS ESPERANDO (PCC) realizado el pasado mes de mayo anunció la celebración EN EL AMOR. de su próximo Congreso para fines del año 2009. Durante una intervención en el evento, el presidente Raúl Castro destacó al- gunos de los desafíos a los que deben enfrentarse, por ejemplo: EDITORIALES la necesidad de afianzar el papel del Partido como vanguardia organizada de la nación, para asegurar la continuidad de la Re- volución cuando ya no estén sus dirigentes históricos. Esto último constituye un reto para los que hilan la política del PCC. Dada la actual realidad internacional y local, asegurar que la Revolución trascienda a sus gestores, que han hecho lo posible y lo imposible por sostenerla, significa refundarla. Y ello implica precisar sus principios, así como redefinir todo el quehacer so- cial, espiritual, jurídico, económico y político de la nación. Eso, por supuesto, no es sólo competencia del Partido, sino de toda la nación. Por ello, la celebración del Congreso debe intere- sar a todos los cubanos –sientan o no afinidad por dicha organi- zación política. Y los organizadores del suceso han de involucrar de manera real a toda la población en los preparativos y en la realización del mismo. Si de tal proceso resulta el consenso de mantener la “singulari- dad” de un partido político único (que siempre representa sólo a una parte) ubicado por encima del Estado y del gobierno (que siempre han de procurar representar al todo), estaríamos forza- dos a replantearnos los fundamentos ideológicos de esa asocia- ción política, con el fin de procurar unos basamentos que facili- ten al menos la integración de sectores más amplios y diversos de la sociedad cubana. Igualmente sería necesario modificar la relación del PCC con el Estado y el gobierno, para evitar que el primero sustituya a estos últimos. Otro aspecto que parece importante rediseñar es el vín- culo entre dicho Partido y las organizaciones sociales. Estas últimas quizás deban cierto respeto al Partido, pues han de funcionar dentro de un sistema donde el mismo está situado por encima del Estado y de la sociedad, pero es imprescindible velar para que ellas alcancen toda la autonomía necesaria que deman- da la representación genuina de los intereses de la sociedad y de la ciudadanía. Es evidente, la democracia dentro de la Revolución, en corres- pondencia con todo el universo de ámbitos de la vida, es un as- pecto medular que debe plantearse el próximo Congreso del PCC si pretende fortalecer a las fuerzas que se hacen llamar revolu- cionarias, así como satisfacer las expectativas y necesidades del pueblo, para todos juntos refundar el sistema e intentar que el “mito” sobreviva. No. 3-2008

15 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Las dificultades productivas y económicas de nuestro país se han NO POSTERGUEMOS ahondado con el paso de los huracanes Gustav e Ike, que han LA ESPERANZA. dañado una inmensa porción de la infraestructura de la Isla, en especial el fondo habitacional y la agricultura. Un primer estima- do indica que los daños han provocado afectaciones que suman EDITORIALES los 5000 millones de dólares. Las autoridades, como es lógico, han sentido alarma y enfren- tan con tenacidad esta situación. Para ello intentan desplegar el mayor esfuerzo posible en la gestión de revertir los daños. En el empeño aceptan toda ayuda que proceda del extranjero, excepto de la administración estadounidense. En tal despliegue, han decidido tomar medidas internas para evitar que se disparen los precios de los alimentos hasta niveles mucho más elevados que los acostumbrados. Igualmente, procu- ran impedir que se especule con los productos y materiales im- prescindibles para contribuir al abastecimiento alimentario de la población y a la necesaria reparación de inmuebles. Estas han sido las razones expuestas. Es necesario reconocer que, a nuestro juicio, son justas y que podrían ser las medidas tomadas por cualquier gobierno responsable ante una crisis de esta magnitud. Sin embargo, al aplicarlas se han sobrepasado los supuestos límites de tal proyecto, pues –según la voz popular, porque nada de esto se ventila a través de los medios de comuni- cación- se pretende detener también la labor de los intermedia- rios entre los productores agropecuarios y el mercado, así como la venta particular de cualquier alimento, en algunos casos me- ros cucuruchos de maní, aunque no tengan nada que ver con los productos a controlar por el Estado para sortear la crisis. A partir de estas prohibiciones se ha generado un clima social de disgusto y tensión, pues ellas contribuyen a desabastecer el mer- cado, empobreciéndose aún más la canasta básica de la familia cubana, y a privar a muchos de un ingreso monetario que en no pocos casos es esencial para la subsistencia y para estimular la producción. Los que procuran encontrar una razón justa a dichas proscripcio- nes argumentan sobre el origen ilegal, muy directo en unos casos y mucho más indirecto en otros –pero casi siempre presente-, de productos que se venden o que son utilizados para elaborarlos. Esto es cierto, y debe preocuparnos a todos. No obstante, esta lógica nos coloca en una difícil coyuntura. Los alimentos, y otras necesidades, que en Cuba se pueden satisfacer por medio de las asignaciones oficiales responden sólo a un por ciento reducido de las demandas de cualquier persona. En tal sentido, si se cortan o limitan todas las vías paralelas –pero que han llegado a ser imprescindibles para subsistir- los ciudadanos podrían sentirse como desamparados.

16 ¿Qué hacer ante este conflicto? Reconocer que cualquier gobierno, ante una crisis, puede y debe tomar medidas de control sobre aspectos esenciales, y apoyarlo en eso. Pero también, en nuestro caso particular, solicitarle que encauce todos los “cambios estructurales y de conceptos” ineludi- bles para que en Cuba lo lícito, o sea, todo aquello que necesita y anhela la generalidad de la pobla- ción, sea realmente legal, y de esa manera podamos ascender a una sociedad más próspera, sólida y equilibrada. No hay por qué dilatar este desafío, pues en ello va el bienestar general, y existe consenso al res- pecto. Esos cambios han sido aclamados tanto por la población, en las asambleas de análisis del discurso del general Raúl Castro el 26 de julio de 2007, como por el mismo presidente, aunque desde hace algún tiempo y sobre todo con ocasión de los huracanes, muchos sienten que constituye un anhelo postergado.

No. 4-2008

17 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

En los editoriales publicados por nuestra revista hemos intenta- EL DESAFÍO DEL do expresar, de manera humilde y sintética, aspectos importan- MOMENTO PRESENTE. tes del acontecer y del sentir de la sociedad cubana. Esa ha sido la línea decidida por el Consejo Editorial. Y esto es lógico, pues como laicos estamos en la obligación de contribuir, con nuestros EDITORIALES criterios y análisis, a que mejore la cosa pública. Por ello, los edi- toriales han insistido en que la actual dinámica sociológica de nuestro país demanda una inflexión hacia formas superiores de organización social. Para lograrlo, precisamos en una ocasión que Cuba necesita de una convivencia internacional signada por un clima carente de prejuicios y marcada por la confianza. Sobre ello señalábamos que dicho proceso de encuentro y solidaridad entre Cuba y el mundo no se estaba logrando en la medida necesaria, pues algu- nos sectores importantes y decisivos en el orbe, desde posiciones muy ideológicas y cerradas, han condicionado tal apertura a un conjunto de transformaciones que Cuba debe concretar previa- mente. Gracias a Dios esto ha cambiado de manera sustancial; la Isla ha consolidado su inclusión en el seno de la región latinoa- mericana, la Unión Europea restablece sus vínculos con nuestro país, y el nuevo presidente de Estados Unidos ha expresado su voluntad de dialogar con el gobierno cubano. En su momento también saludamos el proceso de reflexión na- cional que iniciaron los intelectuales cubanos y que continuó con el análisis, en los centros laborales, del discurso del general Raúl Castro el 26 de julio de 2007. Al respecto, indicamos que en nues- tra opinión la población esperaba que dicho proceso desembo- cara en una redefinición de la vida social, cultural, económica y política de la nación –lo cual, al parecer de muchos, es un anhelo postergado-. Igualmente señalamos que para lograrlo era imprescindible asu- mir un espíritu y una metodología capaz de encaminarnos hacia el encuentro y el diálogo. Afirmamos que ello demanda amar a Cuba y a cada cubano, opinar con libertad y hacerlo con respeto, discernir con rigor y madurez, ser humilde y crear un clima de confianza, mirar al pasado sólo para sacar experiencia y concen- trar los esfuerzos en construir juntos el futuro, así como tener la voluntad y la paciencia necesarias para implementar los proyec- tos con la debida prudencia y gradualidad. Quizás estas cualida- des no se han extendido en la medida necesaria, pero muchos de quienes las poseen –en cada uno de los lados del espectro político e ideológico- están ejerciéndolas de manera activa; solo les res- ta mayores espacios de expresión y encuentro para poder lograr una influencia positiva y decisiva sobre el resto de la nación. Ello exigiría, como hemos indicado, ampliar la posibilidad para que todas las opiniones (que se expresen con respeto) puedan ser escuchadas y consideradas, así como otorgar al pueblo la posibili- dad, cada vez más amplia y efectiva, de determinar qué cambios son necesarios y cuál debe ser el ritmo para efectuarlos. Esto

18 último, por supuesto, reclama la institucionalización del debate. Para este desafío sería forzoso – repetimos- garantizar la posibilidad de una interacción constante entre la ciudadanía y el gobierno, así como encauzar un nuevo estilo de dirección del Estado, basado en la atención constante al cri- terio de cada ciudadano y en la subordinación a la voluntad del conjunto de la sociedad. Asimismo indicamos que ese objetivo demanda, a su vez, la existencia de un pueblo informado con exactitud acerca de los fundamentos, los fines y la metodología del programa del nuevo presidente de la República. Han mejorado sustancialmente las relaciones entre Cuba y el resto del mundo –en gran medida gracias a una política internacional inteligente por parte del gobierno cubano, pero también gra- cias a la buena voluntad de los otros Estados-. Y existe un número suficiente de cubanos –en cada uno de los lados del espectro político e ideológico- con las cualidades necesarias para potenciar un clima nacional encaminado hacia el encuentro, el diálogo y el consenso. Sin embargo, no se avanza de manera decidida (a la altura y en la magnitud que demanda el momento presente) en la bús- queda y articulación de los espacios requeridos para institucionalizar el iniciado -pero contenido- proceso de reflexión nacional, ni en la posibilidad de una interacción mayor y constante entre la ciudadanía y el gobierno, ni en el conocimiento debido acerca del programa del nuevo presidente. Esto, como es de suponer, no ayuda a proyectar un futuro mejor y a concretar un presente viable, capaz de animar a los cubanos y estimularlos a establecer un mayor compromiso con la construc- ción de la Casa Cuba. Cuando nuestra publicación habla de la Casa Cuba divisa dos horizontes. El primero, Cuba como una sola y gran familia, donde sus miembros tienen diferencias, pero reconocen y aceptan un lazo que los une: el amor a lo propio que surge de una historia compartida. El segundo, Cuba como una casa, un hogar donde todos encuentran acogida y comprensión; un espacio donde todos sienten la tranquilidad de que sus sueños y realizaciones, sus alegrías y triste- zas, son verdaderamente compartidos. Para lograrlo, también hemos pedido que se amplíen los espacios de la Iglesia Católica en la Isla, pues ella tiene una responsabilidad especial en la promoción de un clima humano que favorezca la construcción de esa Casa Cuba. Pero para hacerlo, necesita que le faciliten ayudar y dignificar a los pobres, a los enfermos y a los presos, así como inculturar su mensaje de amor y confianza, responsabilidad y comunión. En eso se ha avanzado progresivamente, aunque no en relación con el acceso de la Iglesia a instrumentos medulares para esa misión, como pueden ser: los medios de comunicación, la educación y la cultura. Hoy Cuba goza de un contexto internacional muy favorable, que le ha abierto las puertas y está dispuesto a ayudarla a salir de su crisis (económica, social y política), sin pretender desestabili- zar el gobierno, todo lo contrario. Igualmente disfruta de un conjunto suficiente de cubanos que desde sus diversas posiciones políticas e ideológicas están dispuestos a consolidar en la nación el imaginario de una sociedad que intenta ascender desde el encuentro y el diálogo, excluyendo el enfrentamiento y la subversión. Y además posee un pueblo que en su mayoría parece anhelar, no la destrucción del Estado, sino la renovación del mismo, en virtud de poder labrar un presente y un futuro que les posibilite vivir felices en Cuba. ¿Qué espera entonces el gobierno cubano para responder a los desafíos de cambios internos que le impone el momento presente?

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La mayoría de los cubanos comprenden la necesidad -para mu- RELACIONES SOBERA- chos la urgencia- de lograr la normalización en las relaciones NAS EN LOS UMBRALES entre Cuba y Estados Unidos. Para nadie es un secreto que a DE UNA NUEVA ERA. nuestro país le será muy difícil alcanzar el debido progreso y equilibrio social sin el beneficio de un vínculo adecuado entre las dos naciones. EDITORIALES Norteamérica, el país más poderoso del mundo, es por naturale- za nuestro más cercano e intenso socio comercial, capaz de ofre- cernos el mercado necesario, la inversión requerida y el crédi- to suficiente, por sólo mencionar algunas ventajas económicas. También puede beneficiarnos mucho por medio del intercambio humano, cultural y científico entre los dos pueblos. Igualmente habrá de contribuir de forma considerable a nuestro engrandeci- miento el vigor que puede alcanzar la relación entre la Isla y su emigración en Estados Unidos, si se lograra un arreglo político y diplomático entre los dos Estados. La normalidad en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, entre nuestro país y el resto del mundo, siempre aportará gran- demente al desarrollo de una vida normal dentro de la Isla. Mien- tras más armónicas sean las relaciones internacionales, más nor- mal será la vida de cada ciudadano cubano. Mientras mayor sea la estabilidad en las relaciones con el mundo, más capacidad ten- drá nuestra ciudadanía para proyectar y conseguir una sociedad mejor. Con respecto a lo anterior ha crecido el consenso, tanto en Cuba como en los estados federales norteamericanos y en el resto del mundo. Y para lograr esa normalidad existe el contexto ideal. El actual gobierno de la Isla, encabezado por el general Raúl Castro, está abierto al entendimiento con su vecino del norte; el presidente Barack Obama posee el suficiente pragmatismo y la necesaria lucidez para intentar deshacerse de una herencia de la Guerra Fría, con la cual no tiene identidad alguna; y el resto de los actores internacionales más importantes están decididos a contribuir a que dicho ajuste se efectúe de manera exitosa. Sin embargo, existe un aspecto decisivo acerca del cual no hay aún el debido consenso. Por una parte, algunos desean que el arreglo por parte de Estados Unidos sea un hecho rápido y defi- nitivo, sin comprender que sólo será el resultado de un proceso de acercamiento, diálogo y consenso. Por otra parte, muchos an- helan que dicho proceso esté mediado por una negociación acerca del orden interno del Estado y de la sociedad en Cuba. Al respecto, es posible admitir que Estados Unidos puede mos- trar simpatía para con el deseo de cambios en la sociedad cubana, lo cual nadie puede negar que son necesarios y urgentes). No obs- tante, no debe hacer de esos cambios una condición para norma- lizar las relaciones entre los dos países. Únicamente serán lícitas, por ambas partes, las condiciones que se encaminen a promover una relación fructífera desde el respeto a la soberanía de las dos

20 naciones. Y esto último invalida cualquier empeño de negociación acerca del orden interno del Es- tado y de la sociedad en Cuba, como requisito para el restablecimiento de relaciones. El cambio interno dentro de la Isla debe ser considerado como un asunto que compete exclusiva- mente a los cubanos. A cada país le corresponde hacer normal sus relaciones con Cuba y a cada cubano le incumbe hacer normal las relaciones internas. Mientras más normal sean las relaciones con el mundo, en especial con Estados Unidos, más capacidad tendrá el cubano de mejorar la vida interna del país, pero esto último ha de ser una responsabilidad únicamente nuestra. Sólo así se lograría una óptima relación entre la Isla y sus hermanos del mundo, y el cambio en Cuba sería auténtico, soberano. Sólo así podría Estados Unidos contribuir lícitamente a que nuestro país labre un futuro de prosperidad y equilibrio”.

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21 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Es posible apreciar, sin mucho estudio, que en general los cuba- ASUMIR EL PRESENTE nos anhelan una vida mejor. Aspiran a una existencia fundada PARA EDIFICAR en la prosperidad económica, en la posibilidad de un desempe- EL FUTURO. ño profesional que ofrezca mayor realización y bienestar, en una ciudad o localidad donde prevalezca la conducta civilizada, en la existencia de mayores garantías para el logro de las aspiraciones EDITORIALES individuales, que pueden ser materiales, espirituales, intelectua- les…, en una mayor facilidad para crear y recrear nuestra cultu- ra de manera mancomunada, así como en unos espacios mucho más amplios para renovar continuamente el diseño político de la nación, por solo citar algunos ejemplos. En fin, los cubanos ansían que los proyectos familiares y personales puedan tener tantas posibilidades de concreción como los proyectos colectivos que se diseñan desde el gobierno. El espacio para la realización de lo subjetivo personal es un elemento esencial en la estabilidad social. Esto nos exige dar un salto y replantear la manera de relacionar- nos para construir el hogar común, la Casa Cuba. En tal sentido, tendríamos que asumir varios desafíos, entre los cuales se en- cuentran los siguientes: que todos, sin excepción, pero de manera muy especial las autoridades, estemos dispuestos a escuchar las demandas y los deseos de cada cubano; que seamos capaces de ex- presar nuestras inquietudes con la mayor honestidad, pero desde la responsabilidad y la bondad; y que comprendamos la necesi- dad de avanzar a partir de consensos, para lo cual sería necesario que todos aprendamos a exigir y a ceder. Lo anterior demanda, a su vez, desterrar actitudes y mecanismos que pertenecen al pasado y que han demostrado más de una vez, y en más de un lugar, su ineficacia, así como el peligro que pueden llegar a entrañar para la concordia y desarrollo de los pueblos. No contribuirá al logro del salto necesario, al debido replantea- miento de la manera de relacionarnos para construir la nación cubana, aferrarnos a conductas parcializadas o dogmáticas, que llevan consigo criterios que excluyen las opiniones de los otros. Estas formas de comportamiento, gracias a Dios, cada vez están más ausentes del imaginario social cubano. Nuestra sociedad es muy distinta de la que existía en las décadas del 70, del 80 e incluso del 90. Esto hace, por supuesto, que quienes asumen tal proceder se alejen del sentir popular y hasta pueden ser rechaza- dos por la sociedad. Y eso es un peligro. Cualquier fractura en la armonía que debe existir entre los fundamentos del imaginario de distintos sectores sociales puede dar al traste con la convi- vencia y con el desarrollo. Con esto no cuestionamos la falta de unanimidad en los restantes criterios, que evidentemente es con- veniente y existe en Cuba y ha sido deseada incluso por las más altas autoridades. Cualquier cubano, se incline hacia un lado u otro del espectro po- lítico, puede ser presa de prejuicios y por tanto ocasionar daños al quehacer comunitario. Sin embargo, estas conductas suelen

22 ser más nocivas cuando son encarnadas por líderes de opinión, intelectuales, activos desafectos del gobierno, o el gobierno mismo -entre otras figuras importantes del acontecer colectivo. Muy difícil se convierte el asunto si dichas actitudes son asumidas desde los poderes públicos. En este último caso las consecuencias pueden ser muy preocupantes, pues suelen generar una especie de parálisis del desarrollo nacional, con sus lógicos resultados, como pueden ser: rechazo, empobrecimiento (tanto material como espiritual e intelectual…), doble moral, degradación de algunos –o de muchos-, y deseos intensos de marcharse del país. Si estos efectos llegan a convertir la mencionada parálisis en una crisis aguda, esto podría incluir un debilitamiento antropológico, capaz de poner en peligro la posibilidad misma de recuperación. Es de esperar que ningún nacional, piense como piense, desee esto para Cuba. Por tanto, se hace obligatorio que todos examínenos nuestras conciencias y rectifiquemos cualquier conducta que podría dañar el progreso de la Isla y la comunión entre todos los cubanos, así como la libertad de cada ciudadano. Esto es una demanda del momento presente, que sólo podremos asumir desde una apertura –honesta, bondadosa y fraterna- entre todos los cubanos; lo cual no se logrará sin el debido concurso del gobierno. Asumimos dichas actitudes o el país no saldrá del estado actual en que se encuentra.

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23 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

En la sociedad cubana se han ido acumulando graves problemas, HORA DE no poca incertidumbre y, por ende, también muchas demandas, DEFINICIONES. lo cual reclama un quehacer mancomunado de reflexión profun- da y de diálogo sereno, capaz de generar un consenso encamina- do a cincelar nuestro modelo social-cultural-económico-político- EDITORIALES jurídico, con el objetivo de solucionar las dificultades y conseguir una vida más prospera y equilibrada. Esta realidad determinó que fuera tan bien recibida la oferta del actual presidente Raúl Castro cuando convocó al debate colectivo, a la expresión libre de toda la diversidad de criterios, con el propósito de cambiar con- ceptos y estructuras, para de esta manera perfeccionar el sistema socialista cubano. Muchos se entusiasmaron ante tal anuncio que emanó de la más alta autoridad del Estado y del Gobierno, y comenzaron a culti- var la esperanza, una virtud imprescindible para el equilibrado desempeño de las personas y de los pueblos. No pocos empeza- ron a expresar sus criterios con cierta libertad y a concebir pro- puestas encaminadas a redefinir diferentes aspectos de la vida nacional. En tal sentido, es de enorme valor el aporte de mu- chos profesionales en relación con el diagnóstico de la realidad en aquellos ámbitos de sus respectivas competencias, así como las sugerencias que señalan para lograr cambiar la cosa pública. Esto, por supuesto, es muy saludable y será el único camino para salvar la nación, para salvar incluso –en mucho o en algo- el pro- pio proceso revolucionario. Sin embargo, no pocos han comen- zado a sentirse defraudados porque perciben que sus criterios y propuestas no están siendo tomados en cuenta. Es lógico que esto ocurra, pues casi nada –o muy poco- ha cambiado en el país, al menos en el sentido que la generalidad anhela. No obstante, tal vez pueda ser muy pronto para afirmar categóricamente que los criterios y las propuestas de los ciudadanos no son ni serán estimados debidamente. Es imprescindible tener en cuenta que para hacerlo los organismos del Estado y del Gobierno tienen que enfrentar muchos obstáculos, por ejemplo: la complejidad de cambiar las cosas, el asedio de quienes actúan en su contra, la no estabilidad suficiente en las relaciones del país con Estados Uni- dos, las graves consecuencias de los tres huracanes que azotaron a la Isla durante el pasado año y la crisis económica mundial, así como la escasez de instrumentos y de la experiencia requerida para mantener una interacción activa entre las opiniones ciuda- danas y las gestiones de los poderes públicos. Sin embargo, es preocupante la tensión que se viene dando entre los sectores capacitados que han comenzado a encarnar este pro- ceso de análisis, debate y propuestas de cambios, convocado por el general Raúl Castro, y aquellos otros sectores que no desean cambios e incluso en muchos momentos parecen aspirar a un modelo esencialmente inmovilista con sabor estaliniano. Es posible encontrar expresiones de los primeros sectores en mu- chos vecinos de cualquier barrio, en los compañeros de trabajo de

24 muchos centros laborales, en los análisis de numerosos investigadores y hasta en artículos de la prensa oficial cubana, por sólo citar algunos ejemplos. Los segundos sectores, que no desean cam- bios y en algunos casos ansían el establecimiento del arcaico estilo estalinista, no suelen expresarse en los barrios, en la colas, en las barberías, en investigaciones o en artículos, pero sí a través de los cargos de dirección que ocupan –al parecer con cierto respaldo-, por medio de los cuales contienen, acallan y aún amenazan a los primeros. Estos han vuelto a dar vida al anciano Pavón, ahora encar- nado en algún que otro funcionario político, sindical, estatal o administrativo, y hasta por ciertas autoridades universitarias y académicas. Y lo peor, esto ocurre después del amplio y casi público proceso de debate que ha deslegitimado dichas actitudes, conocido como la “guerrita de los e-mail” y el posterior análisis político e intelectual que ésta desató, así como de los memorables discursos pronunciados en el congreso de la UNEAC. Es necesario aceptar que esto resulta normal, que es lógica la existencia de la tensión entre las di- ferentes visiones de una misma realidad. No obstante, es peligroso que algunos, ante determinada contención, debiliten su integridad y no den vida al proceso al cual ha convocado el Presidente de la República, dejando así de defender la estabilidad de la sociedad cubana y el futuro de la nación. Pero más grave aún es que los organismos del Estado y del Gobierno, que deben estar cohesionados con el Jefe del Estado, no precisen una metodología y unas reglas de juego que, garantizando la libertad de opinión de quienes rechazan la posibilidad de cambios, les imposibilite a éstos contener a tantos que aspiran imperiosamente, so pena de dañar sus vidas por la frustración y la desespe- ranza, a una transformación sustancial de la realidad cubana.

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25 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Del 27 al 29 de enero de este año se celebró en La Habana una LA NACIÓN Y LA EMI- nueva reunión de las autoridades del país con cubanos residentes GRACIÓN: LA URGEN- en el extranjero; o sea, una nueva sesión de los encuentros llama- CIA DE UN DIÁLOGO. dos La Nación y la Emigración. Al inaugurarla, el ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quiso dejar clara la voluntad de avanzar hacia la plena EDITORIALES normalización de los vínculos entre la Isla y los nacionales resi- dentes en el exterior. Esta viene a ser una necesidad urgente, porque es muy elevada la cifra de cubanos que residen en el extranjero y porque cada día aumenta vertiginosamente el número de los que marchan a otros países en busca de intentar conseguir sus anhelos, en algunos ca- sos los más elementales anhelos. Lograr esa completa y estable relación constituye una necesidad urgentísima. En primer lugar, porque instalarse en otro país no es una razón suficiente para que un cubano sea privado del disfrute de sus derechos ciudadanos, en su patria. En segundo lugar, porque la nación -ya de por sí empo- brecida, lo cual se ahonda con la enorme sangría que representa dicha emigración- no puede darse el lujo de obstaculizar el aporte que esos compatriotas pueden darle a la vida social del país. Creemos que las autoridades cubanas tienen clara conciencia de esta situación y que aspiran a encontrar las mejores vías para so- lucionarla. Sin embargo, los dos últimos encuentros de este pro- yecto han perdido el exiguo brillo de los anteriores. Estos han co- locado el diferendo entre los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba como aspecto principal y casi único de la agenda, con lo cual se ha reducido aun más la particularidad de los cubanos residen- tes en el extranjero que participan en esas reuniones. Esta última reunión, según refieren todos los informes noticiosos, que por lo general se hacen eco de los temas centrales y de los as- pectos que lograron mayor relevancia, se trató fundamentalmen- te de una crítica a la política del gobierno norteamericano hacia Cuba. Por desdicha, los referidos informes no hicieron ninguna mención a los temas relacionados con el logro de un vínculo esta- ble entre los emigrados y la Isla. El discurso del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesa- da, pronunciado en el evento el día 29, estuvo dedicado totalmente a tratar el asunto del conflicto entre ambos países. Estas cuestiones, como el bloqueo norteamericano, y la condena -cuestionada por muchos- a cinco cubanos presos en Estados Uni- dos, claro que pueden, y hasta deben, estar en la agenda de estos encuentros; pero no han ser el eje central y determinante de los mismos, pues la necesidad de lograr el mejor vínculo entre la Isla y la emigración exige del análisis de muchísimos aspectos que no están relacionados de manera forzosa con el diferendo entre am- bos Estados. No es posible, ni conveniente para el país, subordinar el arreglo entre cubanos a la conciliación con el gobierno de Estados Unidos.

26 Es cierto que dicho arreglo político podría contribuir a facilitar el acomodo entre nacionales. Pero la realidad nos dice que esperar a por ello sólo contribuiría a nuestro empobrecimiento nacional. Se hace necesario invertir las variables, o sea, trabajar para arreglarnos entre nosotros, para que enton- ces el Gobierno de Estados Unidos se sienta estimulado, o cuasi obligado, a dar pasos en dirección a un arreglo, y ello a su vez contribuya a facilitar nuestro camino de encuentro nacional. El proceso de encuentros conocido como La Nación y la Emigración necesita desplegar un diálogo más amplio y profundo. Dicho diálogo, para que sea más profundo, debe enfatizar en los asuntos que atañen al deseado vínculo de los emigrados con su patria, entre los cuales se encuentran las cuestio- nes relacionadas con sus derechos y con las posibilidades de poder aportar al país en los ámbitos de la familia, la cultura, la economía, el patrimonio personal y hasta la política. Para que sea más amplio, y por tanto mucho más auténtico y efectivo, no debe limitarse a las autoridades del país y a un grupo de emigrados cómodos para tratar el asunto de la mala política de la Administración norteamericana para con Cuba. Se hace necesario ampliar este diálogo a toda la sociedad de la Isla y a muchísimos sectores de la emigración que tal vez incluyan ciertas críticas al Gobierno cubano; pero no partidarios de promo- ver la subversión ni el aniquilamiento de nadie, sino más bien anhelan un acomodo en el que todos resulten ganadores. De esta manera el diálogo dejaría de ser un asunto de minorías y, por ende, tendría más posibilidades de alcanzar éxitos concretos y rápidos, aunque quizá –es necesario reco- nocerlo- esta apertura complejice más la cuestión. Pero de eso debe tratarse, de asumir el asunto en toda su complejidad para resolverlo de una vez y por todas, sin que por ello atropellemos el camino y abdiquemos de la debida gradualidad. Claro está que si de resolver el problema se trata, ello nos remitiría a otro tema que no es materia de este editorial, pero que debemos mencionar: la necesaria búsqueda entre todos de un camino para limitar dicha sangría nacional, procurando cincelar un modelo económico, social y político que le fa- cilite a cada cubano encontrar en su patria las posibilidades para realizar sus anhelos y no tener que marcharse al extranjero, lo cual siempre representa un desgarramiento tanto para el que se marcha como para la familia y la nación que se quedan, cada vez más, solas y empobrecidas.

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27 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Ha sido muy publicitada, especialmente en el extranjero, la re- LA IGLESIA ciente mediación del cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo CATÓLICA EN CUBA: de La Habana, con el objetivo de lograr un acuerdo que facilite PUENTE PARA EL una relación normal entre el Gobierno cubano y las Damas de DIÁLOGO Y EL Blanco –conjunto de señoras que suelen expresarse públicamen- te a favor de la liberación de sus familiares presos por razones ENCUENTRO. políticas-. Muchos analistas se refieren al triunfo del Cardenal cubano y al EDITORIALES triunfo de las Damas de Blanco, pues el Gobierno accedió a que podrían marchar por la Quinta Avenida sin pedir permiso a las autoridades, hacerlo junto a otros familiares e incluso extender el espacio de sus marchas. Y sólo pidió a cambio que se retira- ran de dicha manifestación las conocidas como Damas de Apoyo, pues estas no son familiares de los presos y por tanto desvirtúan el auténtico sentido de tales manifestaciones públicas. Por otro lado, algunos han planteado que el mencionado triunfo es sólo parcial, porque no se relaciona directamente con una so- lución a la causa real de la existencia de las Damas de Blanco: la liberación de sus familiares presos por razones políticas. Y tienen razón, pero sólo a medias, pues la aprobación del accionar de este grupo puede constituir una aceptación por parte de las autorida- des de la necesidad de introducir en la agenda de gobierno una gestión encaminada a resolver esa sensible situación. De ahí la importancia de consolidar el acuerdo entre el Gobierno y las Da- mas de Blanco, con la mediación de la Iglesia Católica. Tampoco han faltado quienes aseguren que no existe tal triunfo porque el Gobierno desea eliminar del escenario a las llamadas Damas de Apoyo, lo cual redundaría en una reducción del gru- po de personas a manifestarse. Es cierto. Es más, el Gobierno puede, incluso, estar previendo que no lleguen a convertirse en un grupo más amplio y con una agenda mucho más política. No obstante, nadie puede negar que esto sea una preocupación real para las autoridades y que a cambio ofrecen licencias sustancia- les. Esto último, hay que reconocerlo, es un acto inteligente que muestra una posible voluntad de encontrar una manera nueva y armónica de relacionarse con quienes se le oponen. Por ello afirmamos que este suceso inédito es también un triunfo –muy importante- del Gobierno cubano. En todo proceso de negociación cada parte tiene que estar dis- puesta a reclamar y a conceder, para que ambas puedan resultar beneficiadas. De lo contrario no resultaría un pacto legítimo, ela- borado por medios verdaderamente políticos -en el mejor sentido del término-, que procure acercarse al bien de todos. Hemos reconocido que el resultado de esta mediación ha sido un triunfo para el cardenal Jaime Ortega (o sea, para la Iglesia Ca- tólica en Cuba), para las Damas de Blanco y para el Gobierno cubano. Sin embargo, sabemos que la mejor manera de asimilar este resultado –hasta ahora- positivo, no es de forma triunfalista,

28 sino que ha de hacerse con humildad necesaria para interiorizar que la disposición al encuentro y al diálogo, a la comprensión y al consenso, es el mejor servicio que podemos ofrecer en virtud del bienestar general de la nación. Conseguir este bienestar, es necesario expresarlo, pasa hoy por: lograr un acuerdo definitivo para el tratamiento a las Damas de Blanco, resolver el sensible problema de los presos por motivos políticos, encontrar el mejor modo para que cada cubano pueda expresar sus opiniones y procu- rar siempre el consenso entre todos, replantear la cultura antropológica del cubano, refundar las estructuras económicas, y lograr las mejores relaciones con todo el mundo –también con Estados Unidos-. Si esto fuera fácil, no hubiera problemas. Pero resulta que habrá de procurarse en medio de la apatía de muchos y de las pasiones discordantes de sectores importantes, que resultan claves para conseguir todo lo anterior. Y es aquí donde debe desplegar su desempeño la Iglesia Católica en Cuba. Ella debe facilitar los ánimos para que quienes estén enfrentados decidan entenderse, al menos mínimamente, y así lograr la armonía imprescindible para prefigurar un futuro que pueda alentar con esperanza a todos cubanos. Dicha labor reclama de la Iglesia una mezcla de altura y de humildad, y una disposición enorme para desgastarse en el servicio de amigar a los cubanos y de promover su creatividad. Esto, con el objetivo de edificar la Casa Cuba, esa bella metáfora que pretende exaltar el ansia de integrarse a lo mejor del mundo, pero desde una identidad cubana cada vez más sólida, así como de brindar unos marcos bien amplios para que se realice toda la diversidad nacional, pero desde una metodología de la fraternidad. Esto, por supuesto, será muy difícil de alcanzar si constituye una labor única del cardenal Ortega, arzobispo de La Habana, o de todo el Episcopado cubano. Se hace imprescindible que la haga suya toda la Iglesia. En ello, los laicos tenemos un gran desafío, desde el punto de vista positivo: por- que somos la parte de la Iglesia más integrada a los quehaceres del mundo, pero también desde el punto de vista negativo: porque somos además la parte más vulnerable a conservar pasiones y a parcializarse con posiciones políticas particulares. Nada de esto nos ayudaría en tal empeño sana- dor, y mucho menos si es que pretendemos hacerlo como Iglesia y desde la Iglesia. Sepan nuestro Arzobispo, y toda la Iglesia Católica en Cuba, que el equipo de Espacio Laical está humildemente a su servicio también para esta misión, tan evangélica y tan patriótica.

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29 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Bajo este título, que implica una definición y una convocatoria, TESTIGOS ocurrieron las cuatro sesiones de la X Semana Social Católica, or- DE LA ESPERANZA Y ganizada por la Comisión de Justicia y Paz. Del 16 al 19 de junio PROMOTORES DE PAZ. de 2010, en la habanera Casa Sacerdotal San Juan María Vian- ney, en las actuales circunstancias del país, el evento confirmó el sentido de la palabra Iglesia, en tanto asamblea y Pueblo de EDITORIALES Dios. Lo demuestra haber propiciado un acercamiento extraordi- nario entre destacados intelectuales cubanos que residen fuera y dentro de nuestro país, la reunión de varios obispos cubanos, religiosos y laicos católicos de diferentes diócesis y generaciones, además de promover otra aproximación del mundo académico, cultural y artístico con el ámbito de la fe cristiana en un encuen- tro sereno de pensamiento desde la variedad de criterios, en oca- siones divergentes. Inspirada en la Encíclica Caritas in Veritate, del Santo Padre Benedicto XVI, la Semana Social desarrolló dos pilares que constituyen verdaderas exigencias del presente y del futuro de Cuba: el diálogo y la reconciliación. Con rigor analítico e investigativo, exposiciones claras y pun- tuales, y sincero compromiso, los cuatro paneles dedicados a los temas “diálogo entre cubanos”, “los espacios públicos de la Igle- sia”, “economía y sociedad” y “reconciliación” desplegaron no solo la alta competencia de los panelistas, también estimularon la participación del auditorio que intercambió y debatió con en- tusiasmo tanto preguntas como respuestas. La agudeza y amplitud de las ponencias pueden articularse desde la conferencia inaugural “La laicidad del Estado: algunas consi- deraciones”, dictada, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Jerónimo, por monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, de la Santa Sede, hasta las intervenciones del padre Jorge Cela, provincial de la Compañía de Jesús, quien el segundo día presentó la más reciente Carta Encíclica del actual Romano Pontífice y el último integró, en fun- ción del trabajo pastoral, la generalidad de las ideas presentadas. A la vez, el carácter religioso-cultural del evento cohesionó su cuerpo científico. Más que actividades aisladas, la realización del concierto, un homenaje por los 75 años de relaciones diplomáti- cas entre el Estado cubano y la Santa Sede, con fragmentos de la “Misa cubana”, dirigida por su compositor, el maestro José María Vitier; la experiencia del Acto Mariano previo al inicio de la parte académica; el gesto público de develar una tarja a la entrada an- tigua del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en recuerdo de la visita a Cuba del amado Papa Juan Pablo II, después de una Misa Solemne en la SMI Catedral de La Habana; una recep- ción en la Nunciatura Apostólica, a propósito de los 75 años de relaciones con el Vaticano; y la exposición pictórica “Alegorías de la Virgen”, del joven artista José Adrián Vitier, con la cual se clausuró la Semana Social, tejieron una auténtica revelación de cubanía, diálogo respetuoso, arte empapado de fe y del amor con que abrazamos la nación a la cual pertenecemos.

30 Cada sesión fue corroborando la lógica de acompañamiento y comunión que estrechó lazos huma- nos e intelectuales entre las personas y los ambientes que representaban. Constituyó una ganancia de primer orden el solo hecho de que, en su mayoría, los paneles se compusieron con interlocutores del ámbito eclesial, la sociedad cubana y la emigración favoreciendo una dinámica de escucha y reconocimiento mutuo en torno a asuntos perentorios del país. Las exposiciones encauzaron los debates posteriores, pero el diálogo que continuó en los recesos tal vez se prolongue en lo adelante, incluso fuera de los predios de la Iglesia. Por eso, junto a los planteamientos específicos, quizá la contribución principal fue dar un pequeño pero significativo impulso a la cultura del debate en Cuba. Sin embargo, continúa pendiente el anhelo de alcanzar un diálogo fraterno que incluya los diferentes sectores cubanos, preocupados por el bien de la Patria, dirigido a la reconciliación, el enfrentamiento de las enormes dificultades del presente y abra las puertas a la realización, con libertad y democracia, del mejor de todos los destinos nacionales. Durante la plenaria con la que terminaron los trabajos de la X Semana Social Católica, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien asistió a varias jornadas, retomando el nervio de la asamblea, abordó una interrogante que flotaba en el aire: qué sucedería después de estas sesiones que impulsaban a encarnar en la historia lo que se había pensado y vivido. A la demanda, nunca formulada directamente pero perceptible, respondió el Arzobispo Ortega que la propia reunión estaba haciendo historia. Comparó la situación con aquella, 12 años atrás, al concluir el viaje del siervo de Dios Juan Pablo II, en la cual emergieron inquietudes sobre las repercusiones o conse- cuencias del acontecimiento. Dichas preocupaciones tienen un espacio porque tendemos a buscar respuestas inmediatas en los programas de acción o en un conjunto de actividades, y ninguno de estos fueron objetivos de la Semana Social, sino ser un punto de inflexión y de pensamiento manco- munado. Al respecto, las consideraciones del Cardenal cubano fueron que lo más importante ocu- rre por la gracia del Espíritu Santo, y muchas veces los efectos solo son percibidos en el transcurso o en el colofón de los procesos. Es por ello que, en esta ocasión, nuestra revista cede su espacio para poner en sus manos el modesto resultado de aquel empeño.

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31 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Desde hace tiempo muchos cubanos hemos explicitado pública- EL DESAFÍO mente la necesidad de implementar cambios en el modelo social, DE ACOMPAÑAR económico, jurídico y político de Cuba. El principal fundamento LOS CAMBIOS. aludido ha sido la urgente necesidad que tiene nuestro pueblo de poder vivir en condiciones de normalidad. Esto último aún no resulta factible y tal vez tengamos que esperar un poco para EDITORIALES conseguirlo. Sin embargo, es posible afirmar que han ido cambiando algunos aspectos de la vida nacional, aunque ello ocurre con lentitud y con obstáculos, desde una aparente falta de perspectiva sistémi- ca, sin una explicación clara y profunda del universo de transfor- maciones al cual aspira el Gobierno, con una débil presencia de la temática de los cambios en los medios de comunicación, y sin la suficiente participación activa y efectiva de la ciudadanía y de los expertos en las ciencias sociales, lo cual no quiere decir que de alguna manera éstos no sean tomados en cuenta, al menos de forma parcial. Hoy es posible expresar opiniones con mucha más facilidad que unos años atrás, aunque –claro- sin la seguridad de ser escucha- do y con el peligro de que algún funcionario retrógrado pueda, con su cuota de poder, tomar alguna represalia. Se están vacian- do las cárceles de presos por motivos políticos. El Estado procura lograr con la Iglesia Católica una relación cada vez más normal y beneficiosa para el bien de la nación. Se implementa una nove- dosa reforma económica. Y todo esto con el propósito expreso de comenzar a desestatizar la sociedad cubana. Es evidente que esto resulta saludable, aunque posiblemente no sea suficiente. No obstante, se hace imprescindible comprender que los proce- sos exigen cierta gradualidad y que únicamente podrán acelerar- se si todos contribuimos de manera positiva. Existe cierta alarma justificada ante la reforma económica anun- ciada por el Gobierno y que el país necesita imperiosamente. Es cierto que la propuesta presentada hasta ahora puede contener errores y debilidades, pero ciertamente se encamina a iniciar –y en este sentido se podría esperar que sea perfilada cada vez más- ese sendero dolorosísimo, desde hace años postergado por el paternalismo y la estatización extrema, que hemos de reco- rrer para cincelar en Cuba un modelo económico que garantice el desarrollo y la prosperidad del país. También es real que tales reformas pueden implicar un costo social bastante grande, pero la gravedad del estado económico reclama no detenerse, aunque sí tratar de atenuar el dolor de aquellos que puedan quedar en un mayor desamparo y una mayor pobreza. No obstante debemos preguntarnos: ¿cómo atenuar el dolor an- tes mencionado sin los recursos de una economía próspera, que aún está por lograrse?, ¿cómo erigir una economía próspera sin recursos, pues nos encontramos en la pobreza? Sin contar con la ayuda de inversiones extranjeras y de créditos concedidos por otros países e instituciones financieras internacionales esto será

32 difícil. En tal sentido, habrá que pedir a todas las naciones y entidades crediticias, que se abran a la posibilidad de ayudar a nuestro país, a nuestro pueblo. También habrá que solicitar al gobierno cubano que se abra cada vez más a la búsqueda de todo tipo de ayuda internacional con el objetivo de facilitar tales reformas. Sin embargo, la mayor contribución -para alcanzar la salud de nuestra vida económica, pero tam- bién de nuestras vidas personales y familiares, así como de la sociedad civil cubana y del Estado nacional- depende de nosotros mismos. Para ello será preciso consensuar las transformaciones necesarias a partir del criterio de todos en torno a un proyecto universal que sea presentado por el Gobierno; interacción que debe darse con entera libertad y responsabilidad, por medio de cuanta organización, institución y medios de comunicación hay en la Isla. Quizá no existan las condiciones para desplegar totalmente lo antes propuesto, pero sí para ir esbozando dicha dinámica. A partir de discursos, declaraciones y actitudes advertimos a la alta dirección del país preocupada por los urgentes cambios que reclama el estado de la vida nacional. Pero igualmente apreciamos que ello ocurre en medio de un marasmo de opiniones, intereses y costumbres que –desde todas las partes- puede frenar su desarrollo. La mejor manera de ayudar a que los cambios sean posibles ha de ser por medio de una actitud positiva encaminada a presentar propuestas capaces de crear confianza política, así como a ensanchar y profundizar los proyectos oficiales; para lo cual será necesario desechar esa actitud habitual en muchos que se fundamenta en la mera crítica estéril.

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33 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Desde hace tiempo se han venido desdibujando los elementos que LA URGENCIA DE UN han integrado el pacto social que hubo en Cuba durante el último NUEVO PACTO SOCIAL. medio siglo. Esta realidad no ha implicado aún una perdida de la gobernabilidad en el país. Tampoco ha conseguido que impor- tantes sectores pierdan afinidad con el imaginario –sobre todo EDITORIALES el original- que hizo posible la Revolución cubana. Sin embargo, dicho proceso de fractura sí ha dañado cuotas de legitimidad que poseía el proyecto oficial, ha perjudicado el consenso mínimo a partir del cual debe desarrollarse todo el universo de relaciones en el país, y ha generado un clima sostenido de crisis. Esto, por supuesto, ha atentado contra el esfuerzo mancomunado que de- mandan el equilibrio y el progreso nacional. El país contaba con un contrato social que emanaba de ciertos consensos en relación con la posibilidad de una educación gene- ral y gratuita, de un tipo de acceso a la cultura, del disfrute de un sistema de salud también general y gratuito, del derecho al trabajo, de determinadas cuotas de seguridad social, de una fé- rrea defensa de la soberanía nacional y de la esperanza de poder democratizar, cada vez más, los modelos político y económico. Como es lógico, nunca dejó de existir una pluralidad de opiniones críticas acerca de cómo debían marchar estas realidades. Incluso, un sector nacional ha aborrecido de plano todas esas políticas. No obstante, la inmensa mayoría sentía seguridad y compromiso con el desempeño de estas realidades. De ese universo de acuerdos, que imbricaba a la ciudadanía con el gobierno, hoy quedan en pie únicamente los consensos acerca de la defensa de la soberanía, así como del acceso a la educación y a la salud; no sin grandes insatisfacciones por el deterioro de estos dos servicios y por la existencia en el país de una diversidad amplia de opiniones acerca de cómo reestructurarlos. Sobre las otras cuestiones, es tan grande el abismo entre los diversos crite- rios, que al respecto se hace difícil hablar de consensos. Son múltiples las visiones que existen en la ciudadanía acerca de todas estas realidades: sobre cómo enrumbar el desempeño espiritual y cultural de la nación, sobre cómo refundar nuestra democracia social, económica y política. Y es muy grande la dis- tancia que existe entre muchos aspectos de estos imaginarios, así como entre ellos y los de una buena cantidad de funcionarios que van formulando, con sus actitudes, la política oficial. Cuba ha vivido en los últimos tiempos un proceso creciente de di- versificación de las identidades sociales. La distancia entre la in- mensa mayoría de la juventud del país y los contenidos del pasado pacto social cubano ha comenzado a ahondarse progresivamente. Un número nada despreciable de ciudadanos, que gozan de una buena educación y cultura, se ha dedicado a formular nuevos imaginarios. De este quehacer han emanado “diversas Cubas”, que hoy son constatables en la sociedad insular. Esta amalgama de proyectos, al parecer, sería fácil de consensuar porque tiene en común el anhelo de una libertad responsable, el disfrute de

34 todos los derechos –tanto individuales como sociales-, la defensa de la soberanía, el despliegue de la iniciativa económica y el diseño de un modelo político capaz de incrementar sistemáticamente las cuotas de participación y protagonismo ciudadano. Es plural el criterio acerca de cómo poder materializar estas realidades, pero los evidentes puntos de contacto entre ellos podrían facilitar el diálogo y el consenso. Según sus propias declaraciones, el presidente Raúl Castro tiene conciencia de este gran desafío y pretende contribuir, hasta donde le sea posible, a la articulación de un camino de conciliación na- cional. Como es de suponer, intenta hacerlo desde sus criterios y perspectivas, que necesariamente no coinciden con los de la totalidad de los ciudadanos. Sin embargo, el gobierno logrará avanzar hasta donde le exige su responsabilidad histórica si consigue incluir y articular a la mayoría de los criterios presentes en la sociedad cubana. Parece que el Presidente no tiene prejuicio en hacerlo, pues en reiteradas ocasiones ha convocado a respetar, escuchar y tener en cuenta las opiniones de todos. Y para avanzar en ese camino, que inevitablemente será un proceso largo y complejo, invitó a toda la ciudadanía a debatir acerca de un nuevo proyecto económico para Cuba. No obstante, la marcha de este proceso de diálogo sobre temas económicos indica la existencia de actitudes que, en cualquier circunstancia, pueden hacer fracasar dicho camino. Entre estos indica- dores se encuentran sectores que actualmente no son afines al gobierno y manifiestan una incapa- cidad enorme para reconocerle su legitimidad y dialogar con el mismo; la apatía y la desconfianza de amplios segmentos de la población acerca de la posibilidad de ser realmente tenidos en cuenta; unos medios de comunicación incapaces de explicarle al pueblo la propuesta de la alta dirección del país, así como reflejar de manera real y con amplitud los criterios de la ciudadanía; y un funciona- riado oficial que, en muchos casos, recela de todo cambio y, por tanto, rechaza cualquier opinión novedosa, incluso propuestas del Proyecto de Lineamientos para el VI Congreso del PCC, e intenta asfixiar el debate. Resulta imprescindible y patriótico comprender que los cubanos debemos participar en un diálogo sobre diversos temas que nos atañen a todos. Solo así nos abriremos al bienestar que podemos ofre- cernos mutuamente. Resulta estratégico brindar confianza política y contribuir, críticamente, a la construcción de un nuevo pacto social que articule la diversidad de criterios presentes en nuestra nación. Pero, además, debemos comprender que ante la crisis actual, tenemos poco tiempo para lograrlo, so pena de adentrarnos en un escenario muy difícil. Vivimos el tiempo preciso para, por encima de las diferencias existentes, contribuir mancomunadamente a la búsqueda de una Cuba donde quepamos, definitivamente, todos.

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35 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

El recién concluido VI Congreso del Partido Comunista de Cuba NO NOS CANSAREMOS (PCC) se celebró ante la expectativa que emana de una necesidad DE ABOGAR POR LOS imperiosa de conseguir prosperidad y bienestar para la pobla- CAMBIOS NECESARIOS. ción, así como de la urgencia de promover los cambios imprescin- dibles para facilitar que esto ocurra. La sociedad de la Isla padece de un exceso de carencias vitales EDITORIALES que ya no soporta mucha espera, y la necesidad de cambios para solucionar esta riesgosa situación está en la conciencia de la ma- yoría de los cubanos. Esto último se expresa de manera continua y hasta con cierta desesperación. Ha sido, incluso, enunciado en el principio del nuevo concepto de Revolución declarado por el expresidente en el año 2001, cuando aseguró que era forzoso “cambiar todo lo que deba ser cambiado”; y lo ha re- iterado con ahínco el presidente Raúl Castro, quien cuenta para ese anhelo con el respaldo de una buena parte del segmento re- volucionario de la población. En medio de este desafío se reunieron los delegados del magno evento partidista, y ahora sectores significativos de la población -sobre todo los más inquietos, los que se empeñan en esperar acciones renovadoras por parte de la clase política y estarían dis- puestos a apoyarla en este empeño- aguardan por los resultados del encuentro. Una vez concluida la reunión, muchas han sido las opiniones que pretenden evaluarla. Unos consideran que el Congreso no ha sido capaz de proyectar el inicio de un positivo camino de ajus- tes, lo cual disgusta a una parte de los que así opinan y alegra a otra pequeña porción que considera que no tenemos necesidad de cambiar nada. Hay quienes sostienen que se intentó el comienzo de una política de cambios necesarios, pero que tal proyección carece de la necesaria perspectiva, de la suficiente audacia y de la imprescindible cohesión en las filas de la Revolución, y por ende no se alcanzará el debido resultado. Y no faltan quienes aceptan que la cita partidista no consiguió toda la profundidad necesaria en los temas tratados y no atendió otras materias importantísi- mas de la vida nacional, pero puede ser un buen comienzo. El informe central, presentado al inicio del evento por el gene- ral Raúl Castro, es evaluado de positivo por la inmensa mayoría, aunque muchos tengan diversas opiniones acerca del Congreso en general. Resulta alentador que los delegados hayan reconoci- do la necesidad de poner el progreso económico como la meta su- prema del país, y que para lograrlo hayan decidido descentralizar la economía estatal, crear un sector privado y aceptar con mayor amplitud los mecanismos del mercado. Asimismo, resulta interesante la propuesta de continuar refor- mando nuestra actual Constitución -proceso iniciado en 1992 e inmediatamente truncado por diversas circunstancias-, no sólo en cuestiones económicas, sino también políticas; y el nuevo Pri- mer Secretario del PCC para comenzar lanzó dos propuestas:

36 que nadie pueda ostentar cargos estatales y gubernativos por más de dos períodos de cinco años y que no sea necesario ser militante de dicho partido para desempeñar esas tareas. Igualmente se hace necesario reconocer la importancia del empeño en conseguir el acceso de las nuevas genera- ciones a los cargos políticos, y la convocatoria a una Conferencia del PCC para discernir acerca del desempeño de esta organización política su relación con la sociedad, el Estado y el gobierno. Acerca de estas dos últimas cuestiones existen ciertas suspicacias. Algunos, con pesimismo tal vez no del todo infundado, dudan de que se pueda lograr, en el tiempo debido, el ascenso de las nuevas generaciones a la dirección del país, cuando ahora no fue ni siquie- ra posible rejuvenecer, al menos parcialmente, el nuevo Buró Político. También dudan acerca de que la Conferencia del PCC consiga una relación horizontal con la sociedad, el Estado y el gobierno, y por tanto, no invasiva sobre estos ámbitos, mientras no haya voluntad para discernir en relación con el artículo 5 de la Constitución de la República, el cual refrenda que el PCC (organización que agrupa sólo a una pequeña parte de la población) dirige y orienta al Estado y a la sociedad. Quizás concurren razones para estos recelos, pero también es posible sostener ambos anhelos, aunque no de manera ideal y como algunos desearíamos que fuese, pero sí en beneficio –si bien incompleto- de la vitalidad social. Por otro lado, resulta importante que el nuevo Primer Secretario del PCC y Presidente de la Re- pública, pretenda gobernar desde una dinámica deliberativa, en el seno de los órganos políticos y de poder, y en esta gestión -se hace evidente para quienes siguen las opiniones de los sectores nacionales y el desempeño del Primer Mandatario- tener en cuenta los criterios de la ciudadanía. Esto podrá ser decisivo para ahondar y perfilar los temas tratados en el Congreso y los anunciados para la Conferencia, así como para incorporar otras cuestiones trascendentales que hoy “parecen” relegadas en la agenda oficial. Ello dependerá, en gran medida, de que nosotros, los ciudadanos, participemos activamente, con la expresión de nuestros criterios, en todos los espacios que existen y en aquellos nuevos que podamos construir. Quedan pendientes muchos temas. Entre ellos se encuentran: la metodología para descentralizar la economía estatal, las garantías para el nuevo sector privado (que en nuestra opinión debe ser robusto y extenderse al ámbito productivo, si bien siempre deberá sentir la exigencia de tributar al bien común), la manera de ayudar a quienes pueden quedar al margen en ese aspirado reordena- miento económico, la participación social y política más efectiva de la población, el mayor acceso a la información, la relación de la Isla con su emigración, la mejoría de los sistemas de enseñanza y de salud pública, el fortalecimiento de toda la institucionalidad, y el aumento sostenido del equili- brio entre las ramas del poder público. No resulta posible ni deseable un cambio súbito y traumático de todo el modelo cubano. Lo urgen- te y necesario es una renovación gradual, pero sustantiva, para generar un desarrollo sostenible y mayores libertades. Entendemos que debe hacerse con orden, dadas nuestras circunstancias históricas y políticas, más sin demoras irresponsables. Esperamos que el Congreso haya iniciado ese proceso. Hay transformaciones que no admiten más dilación. Nos corresponde a los cubanos, que soñamos con una patria independiente y soberana, desarrollada, con derechos individuales y garantías sociales para todos, comprender la mejor forma de promoverlas y trabajar de manera de- cidida para facilitarlas. No nos cansaremos de abogar, madura y responsablemente, por los cambios necesarios.

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37 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Desde hace mucho tiempo Cuba demanda una reforma profunda, EL RETO DE de estructuras y de conceptos. Mucho se ha dialogado acerca de SER AUDACES. los fines y de la profundidad de ese necesario cambio del modelo social-económico-político-jurídico. Han expresado sus criterios muchísimos especialistas y ciudadanos, y se ha revelado desde EDITORIALES el inicio del debate una especie de encrucijada entre la gradua- lidad que demanda dicho ajuste, dadas nuestras circunstancias históricas, políticas y económicas, y la urgencia de cambios re- clamada por la precariedad que agobia la vida del pueblo cubano en general. Es posible asegurar que con la clausura del VI Congreso del Par- tido Comunista de Cuba (PCC) comenzó un momento nuevo de cambios. Sin embargo, es cada día más amplio el número de cu- banos que siente frustración y escepticismo ante la posibilidad de reformas profundas. Y esta inconformidad debe alertarnos acer- ca de la pertinencia de las nuevas políticas y de la metodología para formular y aprobar las mismas. Muchos advierten que los fundamentos para el cambio, aproba- dos por VI Congreso del PCC, adolecen de contradicciones, lími- tes, temores y alguna dosis de falta de claridad. No pocos alegan, además, que los ajustes aprobados no tienen la magnitud nece- saria para normalizar la vida del cubano, y que ni siquiera se avanza de manera suficiente en la concreción de aquellos que pu- dieran ofrecer algún beneficio directo a la población. Se progresa con mayor celeridad -señala el cubano promedio- en las medidas que despojan al Estado de responsabilidades que había asumido incorrectamente para con la ciudadanía, pero no se prospera de forma equivalente en la liberación de las fuerzas productivas, lo cual, de llevarse a la práctica, podría permitir que el ciudadano se vaya capacitando para relevar al Estado en la tarea de garantizar muchas de sus necesidades vitales. A este desaliento contribuyen algunas personas que se declaran revolucionarias y consideran el actual proceso de actualización como un acto de reafirmación de viejos mecanismos políticos e ideológicos, aunque con un poco más de apertura para solo es- cuchar los criterios de aquellos dispuestos a apoyar, así como el permiso para constituir únicamente pequeñísimas y muy limita- das entidades económicas, que poco podrán aportar al verdadero desarrollo del país y de las personas implicadas. Esta realidad es preocupante, pues no responde a los anhelos del pueblo, ni al espíritu que –en consonancia con estos anhelos- muchas veces parece insuflar la más alta dirección del país. Resulta evidente que hemos padecido de carencias para hacer más armónico y acelerado el proceso actual, y así reducir al máximo la dicotomía –que señalamos al final del primer párra- fo- entre la gradualidad necesaria y la urgencia de la ciudadanía. Deseamos, al menos, señalar una de esas posibles lagunas. El proceso de diálogo con la población –que fue amplio y en el cual pudo participar todo el que deseó hacerlo- ha sido únicamente

38 vertical, o sea, entre cada ciudadano y las entidades de poder, sin diálogos intensos y procesos de concertación entre los miembros de los grupos que participaron, así como entre todos esos grupos. Por esta razón, dicho proceso sirvió para contribuir a la claridad de las élites políticas y al consenso entre las mismas –lo cual resulta positivo-, pero no para gestar un gran consenso nacional, capaz de presentar la totalidad de los anhelos que late en las entrañas de la Isla y, por ende, implicar activamente a la generalidad de la ciudadanía. Para lograr lo anterior necesitamos replantearnos también el quehacer político y buscar la mejor manera para que los ciudadanos participen de forma efectiva y comunitaria en el diseño de la na- ción. Esto implica perfilar nuevos espacios y garantías para que todos puedan expresar cualquier criterio y los mismos sean debatidos en muy diversos foros (grupales, municipales, nacionales; y con la ayuda –incluso- de los medios de comunicación). También requiere de la concreción de re- novados mecanismos para que los consensos alcanzados en dichos debates sean los proyectos que ejecuten las autoridades del país. A principios del próximo año 2012 se celebrará la anunciada Conferencia del PCC, encargada de analizar temas como este. Abogamos para que la misma asuma dicho debate y, para hacerlo, con- voque nuevamente al criterio de la ciudadanía, ahora por medio de metodologías de participación más audaces. Solo así será posible responder a las aspiraciones del pueblo y conseguir el éxito del proceso de cambios inaugurado por el actual presidente de la República.

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39 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Desde hace años la sociedad cubana demanda grandes cambios RECTIFICAR EL RUMBO. que puedan hacer más prospera y equilibrada la vida nacional. En ese sentido, el país ha esperado mucho de las autoridades, con bastante generosidad. No obstante -aunque se han logrado EDITORIALES cambios importantes, como la entrega de tierra y el estableci- miento del cuentapropismo, así como las recientes reformas re- lacionadas con el traspaso de propiedad de los automóviles y las viviendas-, el pueblo siente que no ocurre algo grande, capaz de renovar la vida y desterrar la desesperanza. En Cuba hacen falta importantes cambios económicos, sociales, políticos, espirituales y hasta simbólicos. Estas reformas, como es lógico, tendrán que ser ordenadas y esto exige de cierta gra- dualidad. Sin embargo, no podemos darnos el lujo de confundir tal gradualidad con falta de claridad y de celeridad. Las transfor- maciones deberán ser ordenadas, sin prisa pero sin pausa, o sea, paso a paso y sin perderse el orden, pero con el mayor apremio y hacia la mayor integralidad posible. Sería penoso que las actua- les generaciones de cubanos tuvieran que sufrir el dolor de ver sus aspiraciones truncadas por la falta de oportunidades para acceder a una vida plena. Reiteramos, se han hecho reformas, y suponemos que se efectua- rán otras, pero hasta ahora falta la más importante: la refunda- ción de la ciudadanía. Se hace imprescindible que todos los cuba- nos puedan –y quieran- participar en la promoción de propuestas de cambios nacionales, en el debate sobre los mismos, en la apro- bación de los que resulten consensuados y en la ejecución de las políticas que pretendan concretarlos. De esta manera, el cambio se estructuraría sobre la base de la renovación de nuestro pacto social y ambas realidades (tanto el pacto social como el cambio en todos los ámbitos) se fundamentarían en el desempeño de la ciudadanía, en la soberanía popular. Haciendo ejercicio de dicha ciudadanía, deseamos exponer que ciertos ajustes no deben esperar. Entre ellos se encuentran la ins- titucionalización de las cooperativas de todo tipo, así como la pe- queña y la mediana empresa, con lo que esto implica en materia de mercado, de infraestructura y de finanzas; y la autorización para el desempeño autónomo de las profesiones. Estas medidas serían muy efectivas para acelerar la creatividad y el crecimiento de la producción y de los servicios. Sin embargo, con esto no bas- taría. Haría falta también promover el desempeño de la sociedad civil y para ello se hace necesario conseguir la autonomía de las organizaciones sociales, así como la apertura definitiva de nues- tros medios masivos de comunicación a la diversidad de criterios de la nación. Requerimos de una reestructuración de los meca- nismos del poder popular, para que cada una de las instituciones del poder público posea la autoridad que le corresponda y radi- que en el pueblo, de forma cada vez más efectiva, la soberanía del país; así como la renovación del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el replanteamiento de su relación con la sociedad, el Es- tado y el gobierno.

40 Muchísimos cubanos han esperado, con demostrada paciencia y cierta confianza, que sean anun- ciadas mediadas como estas y que se convoque a institucionalizar la participación ciudadana y el diálogo social. No obstante, han ido pasando los momentos simbólicos que hubieran podido desatar –con la intensidad requerida- un proceso de esta índole, sin que ocurra lo esperado. Han quedado atrás fechas que históricamente sirvieron para convocar al pueblo a reorientar el camino nacional, como por ejemplo las celebraciones por el 26 de julio y VI Congreso del PCC, que aprobó impor- tantes pero limitadas propuestas de cambios. Ahora se organiza la Primera Conferencia Nacional del PCC, que deberá celebrarse el próximo mes de enero. Grandes han sido las expectativas de un sector significativo de la sociedad en relación con este evento, pero la publicación del Documento Base, que pretende orientar las discusiones preparatorias del encuentro y las de la conferencia misma, han dejado preocupados a muchos que poseían alguna esperanza de renovación. En dicho Documento Base faltan innumerables temas que el pueblo esperaba que aparecieran en la agenda de la Conferencia. Por otro lado, presenta a un PCC apegado a dogmas fracasados en otras experiencias, y aferrado a una relación muy vertical con la sociedad. En Cuba, cualquier re- forma que aspire a trascender tiene que pasar por la innovación política, y esta última no ocurrirá si no comienza por el PCC, organización llamada a liderar los cambios que hemos de realizar. Sin una fuerza política que despliegue el quehacer de construir consensos a partir del país real, no hay reforma que pueda tener éxito, aunque la misma sea una convicción de las más altas autoridades del gobierno. Instamos a que la Primera Conferencia Nacional del PCC, último momento de la llamada genera- ción histórica para aportar cambios sustanciales y convocar al pueblo a realizarlos, no pierda esta oportunidad. Sería inconveniente contener la esperanza en los grandes cambios y dejar pasar el tiempo para que otros, más adelante, sean quienes los lleven a cabo.

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Muy pronto arribará a nuestra patria el Santo Padre Benedicto VIRGEN MAMBISA: XVI. El Papa nos visita en el contexto del Año Jubilar, procla- ¡QUÉ SEAMOS mado por los obispos cubanos para celebrar los cuatro siglos del HERMANOS! hallazgo, en aguas de la bahía de Nipe, de la imagen bendita de la Virgen de la Caridad del Cobre, Reina y Patrona de Cuba. Es por ello que el Santo Padre vendrá a nuestra patria como Peregrino EDITORIALES de la Caridad. Las celebraciones por los 400 años de esta presencia de María de la Caridad constituyen un hecho trascendente para Iglesia en la Isla y para la inmensa mayoría del pueblo cubano. La Virgen de la Caridad del Cobre es un referente espiritual para nuestra sociedad, y bajo su manto han encontrado cobijo muchos, más allá de fronteras geográficas y políticas. Ella, Madre de Jesucris- to Nuestro Señor, nos invita a vivir una espiritualidad, a digni- ficarnos, a reconciliarnos con quienes somos, con los otros y a entregarnos por el bien de todos. Fue posible constatar esta capa- cidad de convocatoria en las multitudes que, con libertad, espon- taneidad y muchísimo entusiasmo, acompañaron su imagen en el recorrido que acaba de realizar por pueblos, barrios, campos y ciudades de nuestro país. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que aquellos que veneran a la Madre de todos los cu- banos se encuentren con Jesucristo, crezcan en su espiritualidad y en su dignidad, intenten reconciliarse con quienes han estado enfrentados y se entreguen al quehacer de procurar el bienestar de todos, sin excepciones. A confirmar a nuestra Iglesia en esta misión, que es propia de su naturaleza institucional, viene el Santo Padre Benedicto XVI a Cuba. Él nos ratificará en ese rumbo y mostrará su apoyo perso- nal, así como el de la Santa Sede y el de toda la Iglesia que pere- grina en el mundo. También nos ayudará a perfilar nuestro sen- dero de renovación nacional y a procurar abrir nuevas puertas para conseguir su consecución. Sin embargo, es bueno precisar que el resultado final dependerá de la capacidad que tengamos todos los cubanos de crecernos a la altura de este gran desafío. Para ello será imprescindible enrumbarnos hacia la construcción de una sociedad cada vez más justa, más equilibrada y más pros- pera, en los ámbitos de la familia, de la comunidad, del centro laboral y de todo el tejido social. Todo esto, en nuestra realidad, implica un quehacer político de todas las partes del espectro na- cional, marcado por una intensa altura de espíritu. Pues serán difíciles de alcanzar la debida armonía social y el necesario desa- rrollo económico, sin un nuevo consenso político de toda nuestra diversidad. Para lograrlo, como hemos repetido en otras ocasio- nes, hace falta tomar el camino patriótico del encuentro, del diá- logo y de la re-conciliación entre todos los cubanos. Tal meta en el momento presente puede parecer un umbral inal- canzable. Los actores mejor instalados en los mecanismos políti- cos –tanto en la oficialidad como en la oposición interna y en los grupos de nuestra diáspora que más sobresalen- muchas veces

42 dan la impresión de no aceptar esta metodología. Para corroborar esa preocupación bastaría con analizar la recién concluida Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC). En tal evento dicha organización partidista aprobó cambios importantes, pero no alcanzó a dar el salto necesario y suficiente para enrumbar a la nación por el camino del cambio que anteriormente sus propios dirigentes habían anunciado. Los resultados de la Conferencia del PCC han provocado frustración en amplios sectores nacio- nales. Son muchísimos los que consideran que la actual disposición de cambios por parte de las autoridades no conducirá a la salida de la crisis que vive el país. Otros, un poco más entusiastas, consideran que podrían diseñarse nuevas transformaciones, de cierta importancia, como la pasada modificación de la Ley de la Vivienda, pero que el gobierno no está a la altura del gran cambio que reclama la nación. Pueden existir personas con el criterio de que a pesar de la pequeña trascen- dencia de este importante evento del partido único, que legalmente dirige y controla a la sociedad y al Estado, las autoridades lograrán, poco a poco, el cambio necesario. Sin embargo, es nuestro deber cívico decirlo con franqueza, hemos encontrado poquísimos compatriotas que opinen de esta manera, y que hayan logrado fortalecer la esperanza con este evento partidista. Ante esa realidad, los católicos no podemos dejar de sentirnos interpelados, pues los desafíos que nos imponen el presente y el futuro de nuestro país son realmente muy grandes. La Iglesia, que es Madre y Maestra de misericordia, tiene la obligación de asumirlos, pues debe promover la ar- monía y el progreso de nuestra nación. Pero además, porque ante la falta de suficientes actores e instituciones capaces de iluminar y apoyar a toda la pluralidad de la nación, muchos esperan grandes cosas de la Iglesia, y le piden ayudar a los cubanos para que puedan aceptarse unos a otros y entenderse en aras de buscar juntos el bien de la patria, de todos y con todos. También le piden, incluso muchas personas sin una fe religiosa, que promueva intensamente la espiritualidad de todo el pueblo cubano, no sólo de los fieles que asisten a los templos, para de esta manera procurar el ascenso continuo hacia una sociedad auténticamente libre, justa y fraterna. Cuba es un país plural, donde la mayoría de sus ciudadanos, al margen de sus diferencias políticas, económicas, sociales y religiosas, abogan por una patria independiente, democrática, desarrollada, con justicia social y sin interferencias externas en nuestros asuntos soberanos. En tanto no se des- pliegue un quehacer político efectivo que busque construir consensos entre cubanos con posturas diversas, no lograremos el ascenso y el equilibrio que reclama, con urgencia, nuestro presente. Hacemos votos, además, para que los diferentes actores internacionales, particularmente el go- bierno de Estados Unidos y las hermanas repúblicas del hemisferio, contribuyan a los procesos de cambio en Cuba a través del levantamiento de sanciones calificadas por el papa Juan Pablo II como “inmorales, ilegales y contraproducentes”. Llamamos a nuestros compatriotas en la diáspora a visitar la Isla con motivo del Año Jubilar, particularmente durante los días de la visita papal. Pedi- mos a Dios para que la visita del Santo Padre Benedicto XVI consolide las sendas transitadas por nuestra Iglesia para la consecución de estos profundos anhelos nacionales y contribuya, además, a abrir nuevos horizontes de esperanza para el pueblo cubano. ¡Que María Santísima de la Caridad del Cobre, Reina y Patrona de Cuba, acompañe a nuestro pue- blo y a su Iglesia en el camino ineludible de la renovación nacional!

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43 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Desde hace más de 30 años la Iglesia Católica en Cuba ha veni- EL COMPROMISO CON do cincelando una propuesta de diálogo entre todos los cubanos, LA VERDAD. como metodología imprescindible para avanzar hacia una mayor concordia nacional. En estas tres décadas la Iglesia ha pensado esta propuesta desde las condiciones cambiantes del país. Así lo EDITORIALES atestiguan la celebración de la Reflexión Eclesial Cubana, la rea- lización del Encuentro Nacional Eclesial Cubano, la Carta Pasto- ral El amor todo lo espera, los cientos de pronunciamientos de los Obispos cubanos, la labor desplegada por el laicado desde varias publicaciones eclesiales, el magisterio de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en nuestra Patria, las muchas iniciativas de discernimiento compartido que han abarcado a toda la geografía nacional, y el reciente diálogo de la jerarquía de la Iglesia con el Gobierno cubano. Es posible afirmar que en los escenarios cuba- nos no ha existido otro actor social que se haya comprometido de forma tan radical en la construcción de una alternativa global de cambios positivos para Cuba. Una personalidad clave en este camino, siempre crispado y zigza- gueante, ha sido el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Ha- bana. Teniendo claro que se trata de un camino largo, y haciendo gala de la paciencia y la moderación que le son habituales, el Cardenal se ha consagrado a la construcción de una hoja de ruta que prefigura un camino de cambio gradual, pacífico, inclusivo, sin traumas para el país. Él ha sido el artífice de la reconstruc- ción de las estructuras pastorales y de los mecanismos de diálogo social y político en la Arquidiócesis de La Habana. Las revistas y estructuras pastorales le han permitido al Arzobispo desplegar una agenda de diálogo amplia, en constante interacción con mu- chos ciudadanos, intelectuales, académicos, grupos de la socie- dad civil, otras denominaciones religiosas, miembros del Gobier- no cubano y del cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, la Santa Sede, gobiernos de otros países, la Iglesia que peregrina en Cuba y en otras partes del mundo, así como con actores socia- les y políticos cubanos situados en el exilio de Miami y en otras regiones del mundo. Todo ello lo ha llevado a conseguir una po- sición de liderazgo que ha desbordado lo estrictamente pastoral para convertirse en una propuesta de transformación ordenada y gradual del orden nacional. Esta gestión del cardenal Ortega nunca ha representado una aceptación acrítica de lo mal hecho por las partes del espectro nacional. Unas veces en público y otras en privado, ha cuestio- nado el quehacer político opositor dentro y fuera de Cuba, que suele caracterizarse por criticar, condenar e intentar aniquilar, sin proyectos claros y universales para el destino de la nación. Desde su amor indiscutible a Cuba libre y soberana, la Iglesia no puede comulgar con proyectos monitoreados y acoplados, en muchos casos, a agendas dictadas desde fuera de la Isla y sin un distanciamiento crítico claro sobre las medidas de bloqueo contra nuestra Patria. Por otra parte, desde principios asentados en la Doctrina Social de la Iglesia, el cardenal Ortega fue la única voz que, desde la 44 Iglesia, condenó, sin ambages, el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa y de otros oficiales de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, el hundimiento del remolcador 13 de Marzo, los ata- ques del comandante Fidel Castro contra monseñor Pedro Meurice y los llamados actos de repudio, entre otros ejemplos. Además, ha tenido un protagonismo destacado en la preparación de todos los documentos episcopales emitidos sobre la realidad del país, y en especial en la preparación de la Carta Pastoral El Amor todo lo Espera (acciones que hoy muchos quieren escamotearle). Asimis- mo, ha intercedido anónimamente por la liberación de miles de presos políticos y comunes que no forman parte de esta última oleada conocida públicamente. Es necesario reconocer que nuestra realidad es compleja, y que lecturas simplistas y unilaterales de la misma dificultan la aceptación y realización de esa senda de entendimiento nacional. No obs- tante, el Cardenal y muchos otros cubanos, dentro y fuera de la Iglesia, siempre han vislumbrado que la solución definitiva para Cuba pasará por una metodología política signada por el encuentro, el diálogo y el consenso. Pero esto no es aceptado por muchos que, cargados de odio, de prejuicios y en algunos casos hasta de escasísima inteligencia política, prefieren derrocar al actual Gobierno y conseguir un triunfo que nuevamente excluya a los adversarios. Este tipo de victoria, por supues- to, podría conducirnos hacia un cambio político y económico, pero no hacia el necesario equilibrio nacional de inspiración martiana, en tanto muchas veces sus promotores parecen empecinados en excluir a todos aquellos que de alguna manera apoyan o han apoyado a la dirigencia de la Re- volución. Dicha pretensión podría cincelar nuevos mecanismos electorales, que tal vez satisfagan a ciertos sectores políticos, pero serían reglas deficitarias de un verdadero contenido democrático y reconciliador. De lo que se trata no es solo de cambiar políticas o incluso instituciones, sino de lograr una solución armónica capaz de enaltecer la cultura cívica cubana. En tal sentido, ciertas facciones han urdido una estrategia que tiene el propósito de eliminar al Cardenal y deshacerse de la línea política que éste ha promovido. Para lograrlo se ha concertado un frente que se propone atacar al Arzobispo de La Habana y a los proyectos que desde la Iglesia intentan darle cuerpo a esta línea pastoral, que posee implicaciones políticas y sociales. No se trata solo de ataques personales contra el Cardenal. La actual maniobra, que se viene gestando desde hace unos meses, resulta una guerra contra toda una línea evangélica que aspira a cambios posi- tivos y serenos, graduales e incluyentes, ordenados y pacíficos, que logren articular un renovado modelo sociopolítico para Cuba. En medio de este panorama nacional, y desde hace ocho años, el equipo gestor de la revista Espacio Laical ha venido trabajando para impulsar el encuentro, el diálogo y el consenso entre cubanos con posiciones políticas disímiles. Aspiramos a que se profundicen las reformas económicas y sociales en curso y, además, abogamos por una reforma del Estado nacional que permita a la ciudadanía consensuar un proyecto inclusivo de país donde tengan cabida todos los cubanos. Para lograr este objetivo hemos brindado nuestras páginas y nuestros espacios de diálogo a cubanos de la Isla y de la Diáspora, de la izquierda, del centro y de la derecha del espectro político nacional. En tal sen- tido, seguiremos aunando esfuerzos con actores y proyectos de la nación para discernir, cincelar y proponer reformas políticas, institucionales, económicas, jurídicas y sociales, entre otras, capaces de conseguir un verdadero bienestar general. Algunos han estado ausentes, pues no han sido capaces de asumir un quehacer y un discurso bien fundamentado, sereno, propositivo e inclusivo. Quienes no consigan la madurez suficiente para alcanzar estos atributos, se autoexcluyen de aportar al objetivo principal de nuestro proyecto. No estamos ni estaremos dispuestos a renunciar al respeto y la transparencia, el diálogo y el consenso. Esa metodología de la virtud y la piedad, que se asienta en el mensaje del Evangelio, es el único camino que sacará al país de la crisis actual. Existen otras metodologías políticas con una preferencia por lo contencioso y divisivo, implemen- tadas durante décadas tanto desde el gobierno como desde la oposición, las que han demostrado ampliamente su incapacidad estructural para transformar el país. Igualmente tomamos distancia

45 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) de los mesianismos políticos, oficiales y opositores, que pretenden autoproclamarse únicos porta- voces de la sociedad civil y la vida política nacional. Gracias a Dios Cuba es hoy más plural y poli- céntrica que nunca. Esto último reclama de todos una perspectiva de mayor apertura, humildad, inteligencia y universalidad. Por otra parte, también se hace necesario señalar que nada favorece más al descrédito que pueda tener ante algunos esta propuesta de diálogo y comunión entre todos los cubanos que la rémora del Gobierno, particularmente de algunos de los funcionarios de la burocracia estatal-partidista, en implementar cambios necesarios de mentalidad y para el bienestar de la nación toda, y que son de amplio consenso nacional. Las reformas económica y social son insuficientes y no marchan al ritmo debido. Además, algunas autoridades han expresado públicamente que no consideran la posibilidad de gestionar transformaciones políticas encaminadas a canalizar la pluralidad existente en la nación. Por esta razón, tampoco han apoyado la institucionalización debida de los mecanismos necesarios para realizar ese diálogo nacional que reclama nuestra angustiosa crisis. En tal sentido, no han faltado altos dirigentes de la burocracia político-partidista dispuestos a obstaculizar las iniciativas ciudadanas que buscan procurar este encuentro. Podríamos citar un ejemplo cercano, vinculado a la campaña de obstáculos desatada por el aparato ideológico del Partido Comunista contra espacios del Arzobispado de La Habana, con el objetivo de bloquear la participación en los mismos de mu- chos académicos e intelectuales cubanos; espacios que, por otro lado, algunos opositores políticos irresponsablemente tildan de “progubernamentales” y “afines al oficialismo”. Esta realidad expresa una disyuntiva nacional entre un sendero de cambios signado por la mode- ración martiana, la serenidad y la inclusión desprejuiciada, para beneficio de la nación o la impo- sición de minorías rapaces, presentes en casi todas las partes del espectro político cubano, las que pretenden perpetuar los conflictos y reeditar las hostilidades históricas en su deseo de controlar el poder. Esta última posibilidad de seguro enrumbaría a la nación hacia otra polarización atroz, que haría más difícil conseguir la justicia y la libertad desde una adecuada democracia: el sueño que pretendemos construir desde que el padre Félix Varela inició la tarea de fundar una patria virtuosa hace casi 200 años. Llamamos a todas las fuerzas patrióticas de la nación, que aspiran a una Cuba serena y conciliada, justa y soberana, democrática e inclusiva, próspera y equilibrada, a aunar esfuerzos en pos de la consecución de una metodología que haga posible estas aspiraciones.

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46 La dinámica social cubana, de manera particular en La Haba- TRABAJAR POR CUBA: na, ha ido generando nuevas maneras de asociacionismo civil. DERECHO DE TODOS. Muchos intelectuales y proyectos, en unos casos vinculados de alguna forma a instituciones oficiales y en otros casos con to- tal independencia, han tejido una novedosa red de actores y de EDITORIALES perspectivas capaz de convertirse en el embrión de una renovada sociedad civil que podría marcar, las primeras décadas de nuestro siglo XXI. Es cierto que estos proyectos -hasta el día de hoy- no disfrutan del acceso debido a los medios que pueden relacionarlos inten- samente con el pueblo y con los mecanismos que deciden la vida del país. No obstante, se trata de iniciativas en las cuales es po- sible vislumbrar determinada potencialidad. A su vez, se aprecia la relación que tienen con los nuevos imaginarios de la nación cubana. Estas características podrían colocarlos en el epicentro del quehacer nacional, sobre todo cuando se asuma la gestión de renovación, de actualización, que tanto necesita el país. Sin embargo, parece que estos intelectuales y grupos preocupan a algunos que, lejos de promover esta nueva realidad, intentan deslegitimarla, porque la consideran rara y peligrosa. Hasta aho- ra parte del asociacionismo en la Isla ha sido determinado desde las más altas instancias políticas del país y funciona como correa de transmisión entre el Partido Comunista de Cuba y el pueblo. Los nuevos proyectos a los que nos referimos se conciben con otra naturaleza: no son hostiles al Estado, pero se consideran autónomos, como foros donde pueden converger actores de dife- rentes sectores sociales y de diversos intereses. En tal sentido, se piensan como grupos de activistas sociales que se estructuran de abajo hacia arriba y desean relacionarse de manera horizontal con la sociedad y el Estado. En realidad esto puede entrar en disonancia con el papel asig- nado a las organizaciones sociales en el país. Sin embargo, estos nuevos proyectos, con una renovada naturaleza institucional, constituyen un suceso positivo que puede modernizar y activar la esfera pública cubana. El desafío político de las autoridades no está en obstaculizar el desarrollo de estas iniciativas, sino en cincelar el marco jurídico, civil y político de la esfera pública para que estos intelectuales y grupos puedan crecer, así como proyec- tar una nueva manera de relación entre el Estado y las asociacio- nes civiles, de forma que se logre más la autonomía de las perso- nas y de los grupos, y resulte ensanchada la soberanía ciudadana. En medio de la tensión que provoca la emergencia de estos gru- pos y siguiendo la decisión de obstruir su avance, algunos hacen uso de la difamación en el empeño por deslegitimarlos y mante- ner el viejo status quo de las instituciones civiles. En tal esfuerzo, estas personas llegan a acusar a los protagonistas de estos pro- yectos –sin presentar pruebas, sino meras acrobacias ridículas- de tener vínculos con sectores de poder y/o de inteligencia en el extranjero, y de manera especial en Estados Unidos.

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Conocemos bien a muchos de esos intelectuales y proyectos, y por tanto podemos afirmar que desde su labor son buenos cubanos y sólo desean el bien de Cuba, de cada cubano, incluso de aque- llos que piensan diferente a ellos, como pueden ser esas mismas personas que ahora los acusan. Igualmente nos atrevemos a afirmar que estos no tienen ningún vínculo con sectores de poder en Estados Unidos ni relación alguna con los mecanismos de la ley Helms-Burton, porque se han cuidado mucho de no hacerlo. Se hace necesario precisar que Cuba no es solo su Estado, sino también su sociedad. Por tanto, cualquier cercanía con sectores de poder en el extranjero, en especial radicados en Estados Unidos, no sería delito siempre y cuando los fines de la misma sean procurar el bien de nuestra nación, el respeto de su soberanía, y lograr una sociedad y un Estado que enrumben al país por caminos de integración y solidaridad, progreso y equilibrio. Como hemos afirmado siempre, las relaciones con sectores de poder en el extranjero jamás deben encaminarse a procurar cualquier desestabilización interna para hacer colapsar las instituciones establecidas, pues todo lo que traiga el caos a la patria cubana lo consideramos ilegítimo. Cuba vive un momento de crisis porque no ha asumido plenamente el reto de reestructurarse, de refundarse, para adaptar el Estado y toda la esfuerza pública a las nuevas demandas de la nación, a la nueva sociabilidad que puja por nacer. La reforma del Estado nacional resulta una pieza clave de cara al futuro, pues de ello depende que podamos procesar, equilibradamente y en paz, los anhelos y las aspiraciones legítimos de toda la pluralidad presente en la nación. Llamamos a abdicar de las diatribas sin fundamento, de la descalificación y del descrédito contra los proyectos emergentes y sus líderes. Solo el respeto, el diálogo y la audacia de reconocer el de- recho del “otro” a trabajar por la patria cubana, serán capaces de encaminar el país hacia el sueño martiano de una Cuba “con todos y para el bien de todos”.

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48 Actualmente en nuestro país transcurre un proceso de ratifica- CUBA: ción o de renovación de personas que ocupan cargos en las es- LA ELECCIÓN tructuras de las asambleas del Poder Popular y de aquellos que PRESIDENCIAL Y EL representan la más alta autoridad ejecutiva-administrativa en DESTINO DE cada instancia. Este proceso tiene dos momentos. El primero se realizó en octubre y estuvo relacionado con la designación de los LA NACIÓN. delegados a las asambleas municipales y del responsable del go- bierno en esos territorios. El segundo se concretará en febrero del año próximo y estará relacionado con el nombramiento de los EDITORIALES delegados de las asambleas provinciales y la máxima autoridad gubernamental en esa instancia, así como de los diputados de la Asamblea Nacional, del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, sus vicepresidentes, y el Consejo de Estado. En algu- nos casos (como por ejemplo: en la designación de los delegados a las asambleas municipales y provinciales y de los diputados) par- ticipan de alguna manera los ciudadanos. En otros casos (como por ejemplo: en la designación de los jefes del gobierno en los mu- nicipios y provincias, así como el jefe del Estado y del Gobierno, sus vicepresidentes, y el Consejo de Estado) el pueblo no posee ningún nivel de participación. A este proceso se le llama en Cuba elecciones generales. Sobre la necesidad de reformar las estructuras, las dinámicas y el funcionamiento del Poder Popular, así como del desafío de conse- guir un nuevo modelo electoral que garantice un mayor ejercicio de la soberanía popular, mucho se ha escrito en nuestras páginas. Recientemente hemos compilado una selección de trabajos, ya publicados en esta revista, que se relacionan con los retos de la institucionalidad cubana. El libro se titula: Por un consenso para la democracia. En los magnos eventos del Partido Comunista de Cuba (PCC), órgano rector del Estado y de la sociedad en la Isla, el Primer Se- cretario del Comité Central de esta organización dispuso que los dirigentes no pudieran ocupar cargos en la alta dirección política, la estatal y la gubernamental, por más de dos periodos de man- datos. Esto aún no constituye un precepto constitucional, pero dada nuestra práctica social debe resultar un imperativo político que ya ha de comenzar a cumplirse. En tal sentido, el próximo mes de febrero el general Raúl Castro comenzará su último pe- ríodo al frente de los destinos de la nación. Al culminar dicho mandato el país se enfrentará a un momento medular, en el que se combinarán la profundas y múltiples posi- bilidades que siempre puede abrir el cambio de un jefe de Esta- do, y la capacidad y los mecanismos que hayamos conseguido los cubanos para que tal novedad pueda resultar favorable a todos. En ese momento el PCC no contará ya con líderes históricos de la Revolución que podrían tener, para algunos sectores sociales, cierta legitimidad de origen, en tanto derrocaron al general Ful- gencio Batista y erigieron un nuevo orden socio-político. Igual- mente parece que no contará con nuevas figuras políticas que

49 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) posean la suficiente proyección nacional y estén en sintonía con los diversos sectores e imaginarios de la sociedad. Asimismo, se enfrentará a un escenario nacional que cada día demanda, con mayor urgencia, otras formas para elegir al jefe del Estado y del Gobierno, así como nuevas dinámicas de relación con el mismo. Si se desea la legitimidad necesaria de quien releve al actual Presidente, así como garantizarle las posibilidades para desempeñar un buen gobierno, será necesario comenzar por definir el procedi- miento a través del cual será electo. Y esto habrá que empezarlo a cincelar desde ahora, para que el resultado sea producto de un proceso maduro en el que haya participado la generalidad de los cubanos. Un presunto nuevo modelo para elegir al primer mandatario puede comenzar por facilitar que este sea electo por el pueblo, a través del voto libre, secreto y directo. Igualmente puede asegurar que este resulte escogido entre varias propuestas. También ha de ser posible que los aspirantes puedan presentar sus programas de gobierno. Además, deberá aceptarse que entre los elegibles se hallen personas que no militen en el PCC y hasta que posean una visión político-ideológica diferente. Lo anterior es indispensable para asegurar la estabilidad futura de la nación. Sin embargo, reco- nocemos que resulta un desafío inmenso. Con un modelo como el esbozado, el PCC podría temer una pérdida del control del país que le impediría ejercer su quehacer político de la manera en que lo han concebido los ideólogos que determinan su dinámica, al estilo de los viejos partidos de corte soviético. No obstante, la realidad lo obligará a modernizarse so pena de dañar aún más al país, aniquilarse como fuerza política y perderlo todo por la quimera de querer poseer la totalidad. Si el PCC no encamina sus pasos hacia una visión actualizada de la realidad cubana, de sus an- gustias y anhelos, y no redefine el sistema socio-político-económico, correrá el riesgo de fracasar y colocar al país en una situación límite. Su gran desafío histórico es jugar ese papel: modernizarse y estar en sintonía con las demandas de la diversidad nacional. Y uno de los retos mayores se en- cuentra en asumir, desde una nueva perspectiva, los mecanismos de renovación del presidente de la República, una vez concluido el próximo periodo de gobierno del actual mandatario. ¿Estará dispuesto el PCC a asumir el reto de modernizarse? ¿Podrá institucionalizarse toda la diversidad política de la nación? ¿Tendrá el PCC la capacidad de facilitar un proceso de diálogo na- cional que permita hacer realidad todo lo anterior? ¿Estarán dispuestas las fuerzas socio-políticas no oficiales, en la Isla y en la Diáspora, a participar y acompañar un proceso de este tipo? ¿Seremos capaces los cubanos, de diversas tendencias políticas e ideológicas, de llegar a consensos sobre la base de ideales nacionalistas y patrióticos? Este camino es un desafío para el presidente Raúl Cas- tro y, sobre todo, para la persona que lo sustituya en la más alta magistratura del país.

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50 Cuba vive un proceso pausado y controvertido de reformas, que PEQUEÑOS PILARES se diseña celosamente por las más altas autoridades del país. Los QUE PODRÍAN nuevos rumbos parecen constituir una media que, de alguna ma- ADELANTAR EL PAÍS nera, pueden ser aceptados por las preferencias más fuertes que ANHELADO. comparten oficialmente la representación de las filas revolucio- narias. No obstante, en dicha gestión también se valoran los cri- terios populares y, cada vez más, las opiniones y sugerencias de EDITORIALES académicos cubanos. Los analistas más competentes, de la Isla y del extranjero, coin- ciden en que el proceso es lento y no existe públicamente trans- parencia acerca de sus fines e integralidad. Sin embargo, igual- mente concuerdan en que la mayoría de las innovaciones parecen irreversibles y pueden constituir bases sólidas para encaminar- nos hacia cambios más profundos e integrales. Es cierto que muchos cubanos no perciben de esta manera el proceso de actualización del modelo cubano; ya sea porque son ciudadanos simples que actualmente continúan padeciendo del agobio de una vida precaria y asfixiante, o porque resultan ciu- dadanos con criterios elaborados que no son suficientemente te- nidos en cuenta al delinear las reformas. Resolver este último desafío -o sea, tener en cuenta y hacer que participen los criterios patrióticos de otros sectores nacionales que a la cúpula del poder puedan parecerles lejanos a los intere- ses de la Revolución- resulta un gran desafío para el equilibrio de la nación y para la legitimidad misma del actual proceso de cambio. No obstante, es imprescindible reconocer que para con- seguirlo, quienes consideramos necesario un quehacer público nacional mucho más diverso e integral, aún hemos de trabajar intensamente. Sin embargo, se hace inevitable aceptar que últimamente se han dado pasos más rápidos y profundos. Estos, según expresan mu- chas personas, afines y críticos del gobierno, resultan medidas que carecen de la universalidad que reclama el país, pero consti- tuyen reformas capaces de crear condiciones para mejorar la vida de sectores de cubanos y podrían facilitar cambios futuros que sean más amplios y de un calado mayor. El país demanda de una reestructuración económica que haga posible el bienestar de la población. Para ello resulta obligatoria la descentralización de la gestión económica del Estado, así como la creación de un empresariado estatal cubano. En esto se viene trabajando, aunque la realidad desde la cual partimos y la fal- ta de experiencia de quienes organizan dicho proceso hacen que este carezca de la suficiente velocidad y efectividad. Asimismo, la mencionada reforma de la economía requiere de una amplia inversión de capital extranjero, incluyendo el de cubanos que residen fuera del país. No obstante, todavía carecemos de una política y de una legislación que promuevan ordenadamente este imperativo. El gobierno pretende escoger estrictamente a

51 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) las inversiones extranjeras, con el propósito de proteger el ejercicio de la soberanía por parte del Estado de posibles influencias desmedidas y de controles foráneos. Esto resulta legítimo y hasta loable. Sin embargo, nuestra realidad económica muestra que son imprescindibles las inversiones extranjeras y que ningún país puede darse el lujo de poseer una política de selección desmedida, sino más bien estimular y ampliar las posibilidades para atraer inversiones. Esto siempre será posible sin dañar la soberanía nacional; sólo hacen falta madurez política, estrategias adecuadas y leyes eficaces. Se habla de una futura nueva ley de inversiones. Esperamos que esta sea más rea- lista y facilite en mayor medida nuestro crecimiento económico. La posibilidad de que invierta nuestra emigración puede ser decidida en un futuro próximo, aun- que tal vez –por el momento- no de forma universal. Es cierto que el actual Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, en una reunión reciente con emigrados cubanos, en New York, canceló este desafío. No obstante, la dinámica nacional de sectores significativos de la Isla y de la diáspora, así como del gobierno, quizás logren hacer posible tantear esta posibilidad. Es cierto que la desproporción entre el estatus económico de los cubanos que residen en la Isla y el de muchos de sus compatriotas instalados en el extranjero, constituye un peligro ético y político que podría generar un gran desequilibrio interno. Sin embargo, estos últimos tienen derecho a participar en el quehacer de la Isla y esta posibilidad constituye una exigencia de nuestra realidad económica. Nuevamente hará falta mucha madurez política, adecuadas estrategias y leyes eficaces; en este caso para atenuar las posibles injusticias que emanarían de dicho desequilibrio. El crecimiento económico demanda, igualmente, el surgimiento en la Isla de un empresariado no estatal. Ya se ha legalizado la micro y la pequeña empresas para ciertas actividades económicas. Esto ha resultado muy positivo, aun cuando están por ampliarse las garantías para que sea posible un mayor éxito de su desempeño económico, así como una adecuada legislación laboral que proteja a los empleados de esta nueva realidad. Sería loable continuar perfilando la institucionalización de la micro y la pequeña empresas, así como abrir las posibilidades para establecer la mediana empresa y constituir asociaciones mercantiles. No obstante, hemos de señalar que en este aspecto recientemente se ha dado uno de los saltos importantes que señalamos. Ahora resulta posible orga- nizar cooperativas para gestionar un número amplio de labores que generan riquezas y servicios. Muchos señalan debilidades de la legislación y reclaman la necesidad de concebir las cooperativas con mayor autonomía y hacer más ágiles los mecanismos de constitución. Sin embargo, esta me- dida constituye un paso de avance que podría ampliar las condiciones económicas y la confianza política para hacer posible la concreción de los reclamos a favor de una mayor liberalización de las cooperativas y la implementación de la empresa no estatal. La reforma de la Ley migratoria y las decisiones políticas que posteriormente se han tomado a partir de la misma, constituyen otro de los saltos importantes que se han realizado últimamente. Las nuevas normas migratorias amplían las posibilidades de los cubanos que viven en la Isla y de los que residen en la diáspora. Ciertamente subyace en su espíritu una filosofía de control hiper- trofiada, pero resulta una liberalización importante que se ha ido ampliando sistemáticamente por medio de las políticas del gobierno que intentan interpretar y ejecutar dicha legislación. En tal sentido, las autoridades han sorprendido a muchos al no ejercer la facultad de denegar el pasaporte a sus opositores políticos, sino más bien todo lo contrario. Esto constituye un signo de madurez que beneficia a estas personas, a la normalidad de la vida del país y al gobierno mismo. Sin embargo, se hace necesario rechazar el hostigamiento al que está siendo sometida la bloguera- opositora cubana Yoani Sánchez, durante su estancia en Brasil que ha resultado posible gracias a la liberalización de las regulaciones migratorias. Grupos organizados y, según suponen muchos, en coordinación con alguna instancia de poder en Cuba, la confrontan insistentemente, no a través del razonamiento y del empleo de argumentos, sino mediante la ofensa y el boicot. Actos de esta índole atentan contra la dignidad de la persona agredida, contra la civilidad de la cultura política cubana y contra la credibilidad de la Revolución misma, a la cual esos grupos pretenden defender. 52 Por otra parte, ha constituido un salto substancial la autorización para ampliar la recepción en Cuba del canal latinoamericano llamado Telesur. Esto indica la preocupación por satisfacer las demandas de la población que procuran una información mucho más analítica e integral. Tienen legitimidad quienes aún están insatisfechos porque no es pleno al acceso a dicho canal, porque a través del mismo –aunque es sumamente serio y analítico- no tenemos vía abierta a todos los pun- tos de vista, y porque carecemos de un análisis similar sobre la realidad interna del país. Todo esto resulta verdad. Sin embargo, esta nueva decisión pudiera constituir una de las bases significativas para crear las condiciones que favorezcan este salto de nuestros medios de comunicación y hasta el fortalecimiento e institucionalización de la pluralidad de criterios en la sociedad cubana. Las últimas medidas del gobierno cubano, aunque deficitarias, muestran mayor agilidad política y la capacidad de crear modestos pilares que, sin disminuir sustancialmente su influencia polí- tica, podrían sostener importantes cambios progresivos. Resultará satisfactorio que el gobierno cubano diversifique la constitución de estos cimientos y facilite la pronta edificación de peldaños superiores.

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Algunas personas, tanto cubanas como extranjeras, insisten en SENDEROS pedirle a importantes centros de poder en el mundo que deses- QUE SE BIFURCAN. tabilicen al gobierno cubano, tomen medidas que puedan dañar fundamentalmente al pueblo de la Isla, y contribuyan a imponer en el país un modelo socio-económico-político que ha demostrado EDITORIALES tener luces, pero también grandes sombras, sin discernir y con- sensuar seriamente la manera de atenuar estas últimas. Cuba tiene muchísimo que cambiar, pero los protagonistas de esos cambios no pueden ser los centros de poder de ciertos paí- ses fuertes e influyentes. Cuba tiene muchísimo que cambiar, pero todo indica que la generalidad de los cubanos no desea un cambio al estilo del ocurrido en muchísimos países de Europa del Este. La inmensa mayoría de los cubanos no pretende que el país se enrumbe hacia el destino de esa parte del mundo, ni que nuestros cambios sean por medio de una metodología similar a la aplicada allí. Ciertamente merece gratitud que personas e instituciones de otros países se preocupen por la crisis que padecemos, hagan las críticas que consideren pertinentes y brinden consejos acerca de cómo deberíamos conducir la nación para conseguir un mayor desarrollo social, económico y político. Sin embargo, la mayoría de los patriotas cubanos, que abundan en buena parte de nuestra actual diversidad política, anhelan que lo hagan actuando como amigos que nos acompañan y no como jueces que nos condenan, ni como conspiradores que estén dispuesto a llevarnos hacia des- tinos inciertos, que no emanen de la voluntad expresa del pueblo. Esto último puede parecer una utopía, porque siempre han exis- tido, y existirán, los intereses ideológicos, políticos y económicos; y tal vez jamás se renuncie a tratar de imponerlos, por la fuerza o subrepticiamente. No obstante, está comprobado igualmente que han existido y existen personas e instituciones que –sin re- nunciar a sus preferencias ideológicas, políticas y económicas- son transparentes y procuran que sus criterios e intereses parti- cipen por medio de un entendimiento y un acuerdo que ofrezca estabilidad a todos. Por otro lado, para que esto sea posible se hace imperiosa una evolución política que sea capaz de ampliar el proceso de aper- tura entre cubanos con pensamientos patrióticos disímiles. Es necesario que juntos, y con una intensa participación del pueblo, podamos cincelar el presente modelo social, con el propósito de adecuarlo a las demandas vigentes de la nación, sea un producto real de la voluntad general y se evite así que otros –en algún mo- mento, aprovechando determinadas circunstancias- logren impo- ner un nuevo modelo que responda a intereses parciales y hasta puedan pretender secuestrar al país. Para ello resulta obligatorio que la política oficial continúe evi- tando rigideces. Realmente pueden existir fundamentos que jus- tifiquen ciertas inflexibilidades, pero a esta altura de la historia

54 una hipertrofia de las rigideces puede precipitar al país hacia el abismo. Se hace ineludible que el Estado, el gobierno y el Partido Comunista, se dejen interpelar por los criterios y proyectos, nue- vos y patrióticos, que abundan dentro y fuera de sus filas, estén dispuestos a darles protagonismo, promuevan una síntesis de todas esas ideas, y faciliten el rediseño de nuestra República.

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Acaba de obtenerse en Cuba el primer acuerdo de las conver- CUBA, AL CENTRO DE saciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Ar- LAS DOS AMÉRICAS. madas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esto representa un avance significativo para la concordia en ese país, así como un triunfo político y diplomático de los gobiernos que acompañan y EDITORIALES facilitan dicho proceso, entre los cuales se encuentra el cubano. Este conflicto armado resulta un exponente tardío de la guerra violenta sostenida en décadas pasadas entre sectores importan- tes de derecha y de izquierda en Latinoamérica. En tal conflagra- ción la administración estadounidense respaldó intensamente los nombrados regímenes de seguridad nacional, y el gobierno cuba- no apoyó igualmente los movimientos insurgentes. No obstante, con el transcurso del tiempo fracciones significativas de ambas tendencias comprendieron que la solución estaba en el diálogo, en el pacto y en la inclusión de los insurrectos en el desempeño social de sus respectivos países. También a ese proceso ha contri- buido Cuba de manera efectiva, desde sus inicios. Las autoridades cubanas se han implicado en este proceso de paz quizás por las mismas razones que antes apoyaron a los movi- mientos insurgentes. Cuba, desde su nacimiento como nación, anhela la independencia y la justicia, la paz y el progreso, de los países de la región. Razones políticas, culturales y emocionales han colocado, siempre, a muchísimos cubanos a favor del bienes- tar de Nuestra América –como la llamara José Martí. Sin embargo, resulta necesario reconocer que la paz y la justicia, el progreso y la integración de Latinoamérica representan, ade- más, un gran beneficio para Cuba. La participación de nuestra Isla en la CELAC y en la mayoría de sus proyectos de integra- ción, coloca al país en un bloque bastante sólido, que en poco tiempo puede vigorizarse mucho más. Ello puede ofrecer a la sociedad cubana nuevos paradigmas, nue- vas prácticas civiles y políticas, nuevos mecanismos económicos, nuevas alianzas y garantías para la salvaguarda de la sobera- nía del país. Esto último resulta importante para muchos ante la vulnerabilidad que pudieran provocar las múltiples e intensas relaciones que hemos de procurar con el resto del mundo. Entendamos aquí soberanía como la independencia política de la Isla, así como la posibilidad de que cada cubano pueda disfru- tar en Cuba de todos los derechos necesarios para gestionar la felicidad del país. En esto último tenemos el desafío de avanzar, con mesura pero sin vacilaciones y lentitudes, con el propósito de ensanchar, lo más plenamente posible, el desempeño ciudadano. Mientas mayor sea la sabiduría y la celeridad de la Isla para per- filar su modelo social, así como para participar de manera posi- tiva, e interesante para todos, en los mecanismos de integración de Latinoamérica, mayor será el apoyo de la región y el beneficio que reciba de la misma. En tal sentido, la influencia del gobierno cubano ante sus antiguos aliados puede instituirse en un elemen- 56 to provechoso para la paz, la integración y el desarrollo de la región. Ello constituye uno de los pilares significativos que ya aporta el país a este importante proceso. Por supuesto que no debemos conformarnos con esto; ni con el aporte de los médicos, maestros y otros especialistas cubanos que trabajan en esta parte del mundo. Hemos de crecer mucho económica y políticamente para llegar a ser un baluarte necesario en el quehacer de los ámbitos decisivos de esta nueva realidad. Dicho proceso hará cristalizar condiciones que podrán asegurar una mayor protección a la sobera- nía de la República en sus relaciones con Estados Unidos. El bienestar del país exige de amplias y agudas relaciones con el vecino del Norte, aun cuando estas siempre serán asimétricas y ello pueda generar riesgos desmesurados. La salvaguarda de la soberanía no debe obligarnos a restringir el beneficio que puede aportar a los cubanos una relación lo más normal posible con Estados Unidos. Todo lo contrario, tenemos el reto de crecernos políticamente para lograr este vínculo y sortear los peligros que ello implique. Por otra parte, tampoco hemos de esperar por una consolidación mayor de la CELAC y de nuestro desempeño en la misma para avanzar en las relaciones con Estados Unidos. Son procesos que han de darse intensamente y de manera simultánea. Solo entonces darán sus mejores frutos. Para lo- grarlo, necesitamos únicamente de mucha sabiduría política por parte de los actores cubanos. Por supuesto que para conseguir la normalización de las relaciones entre los dos países, también se hace imprescindible la disposición de los sectores de poder en Estados Unidos. Mucho se ha avan- zado en los últimos años en este sentido, pero todavía no se alcanza la conciencia política necesa- ria. Es posible encontrar una expresión mayúscula de este déficit en el reciente empeño de seguir incluyendo a Cuba en la lista de países que promueven el terrorismo, lo cual intenta justificar una política hostil hacia nuestro país. Cuba se encuentra en el centro de las dos Américas y está destinada a gravitar hacia ambas, ofrecerle a estas su contribución y beneficiarse de las mismas, así como a contribuir a una mejor relación entre ellas. Esta mirada podría constituirse en uno de los pilares decisivos de nuestras po- líticas interna y externa. Ojalá podamos avanzar resueltamente por estos senderos. Sin embargo, quizás hemos de hacerlo partiendo de dos certezas: que para lograrlo debemos integrarnos de for- ma plena en la CELAC y procurar su consolidación, así como cincelar nuestro modelo social con el propósito de que siempre facilite formas nuevas y mejores para promover el desarrollo económico, el crecimiento humano y el más profundo ejercicio de la ciudadanía.

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I. El 18 de enero de 1821 el padre Félix Varela inauguró la cáte- EL LUGAR DE LA CIU- dra de Constitución en el Seminario San Carlos. Apenas trans- DADANÍA PARTICIPA- curridos tres meses, debió interrumpir su ejercicio al ser electo CIÓN POLÍTICA Y RE- diputado a Cortes y partir hacia Madrid. En el discurso inicial de PÚBLICA EN CUBA.* la cátedra, la primera de su tipo de América latina, afirmó: Yo llamaría a esta cátedra, la cátedra de la libertad, de los dere- chos del hombre, de las garantías nacionales, de la regeneración Autor: de la ilustre España, la fuente de las virtudes cívicas, la base del Julio César gran edificio de nuestra felicidad, la que por primera vez ha con- ciliado entre nosotros las leyes con la Filosofía, que es decir, las Guanche. ha hecho leyes (…) (Varela 2001, 4). La palabra libertad repica siempre a rebato. Muchos jóvenes de La Habana se aglomeraron en las puertas y ventanas del aula EN DIÁLOGO donde el también joven profesor de 32 años impartía sus clases. Ellos, y los 193 alumnos matriculados formalmente, por primera 3-2011 vez en Cuba escucharon argumentar sobre el origen de la sobe- ranía, sus diferentes formas de expresión en el pacto social, sobre la división y el equilibrio de los poderes, la naturaleza del gobier- no representativo, los diversos sistemas de elecciones, la inicia- tiva y sanción de las leyes, la diferencia entre el veto absoluto y temporal, y los efectos de ambos, la verdadera naturaleza de la libertad nacional e individual, los límites de cada una de ellas, la distinción entre derechos y garantías y entre derechos políticos y civiles, y sobre la armonía entre la fuerza física protectora de la ley y la fuerza moral. Es posible imaginar el desempeño de ese curso leyendo el bre- ve volumen Observaciones sobre la Constitución política de la monarquía española, la última obra publicada por Varela en La Habana. Sus ejes son la soberanía y la libertad. A pesar del esca- so tiempo que mantuvo la cátedra, su prédica caló en profundi- dad. Ambos contenidos serían decisivos para la conformación del ideario republicano cubano, bandera bajo la cual se desarrollaron todas las guerras independentistas del siglo xix, con sus cuatro constituciones republicanas, y cuyo legado se proyectó de diver- sas maneras hacia el siglo XX nacional. Varela hablaba de la libertad en tanto el derecho, como la había definido antes Montesquieu, de hacer lo que las leyes permiten. En esta definición “se expresa lo que no puede hacer el ciuda- dano, pero no lo que no pueden mandar las leyes; y si éstas, por el influjo de los gobernantes, llegan a multiplicarse y atacar los derechos de los ciudadanos, queda destruida la libertad nacional e individual […]”. (Varela 2001: 16) La cita relaciona los derechos del Estado hacia la ciudadanía con los de esta frente al Estado. Trataré de complejizar este doble vínculo como “el lugar de la ciudadanía”. La manera de conser- var y ampliar ese lugar se reconoce por los derechos y sus garan- tías, pero también por un tipo de comportamiento político hacia la República, que podemos llamar “virtud”, y puede también re-

58 conocerse bajo el rótulo de “participación” en la elaboración colectiva del orden social. Entonces hablaré de la relación entre ciudadanía, participación política y República, desde las claves segui- das por Varela: el fundamento de la libertad y la condición de posibilidad de la soberanía. II. Las palabras se emplean tanto como existan situaciones que deban ser nombradas por ellas: su uso se multiplica si aumentan los hechos que designan. El término “ciudadanía” se pronunciaba con prodigalidad y conmoción en Francia en 1789, cuando denunciaba tanto el despotismo como la jerarquía existente dentro del orden llamado “civil”. Ese sucedido sugiere que la cobertura que posea la palabra ciudadano, la capacidad de emplearla dónde y cuándo, es un indicador del espacio que tiene la política, como práctica colectiva, para configurar el orden social. La historia política cubana tiene una relación compleja con el vocablo. Muchos tendrán presente el largo período en que ha sido utilizado casi exclusivamente por la policía para interpelar a una persona en la calle al requerir su carnet de identidad. Apresuradamente, se puede encontrar algunas causas de ello en la socialización política que el país ha vivido bajo la imaginación de un tipo de marxismo. Buena parte del socialismo marxista impugnó el concepto de “ciudadano” sin proveer más alternativa que la noción de “proletariado”. Si la autoemancipación del proletariado habría de producir la del resto de la sociedad, sonaba aca- so redundante la libertad del ciudadano, a lo que se sumaba probablemente que la palabra tenía un tufillo “burgués”. Podría alegarse, con cierta razón, que no existe en el cuerpo del socialismo marxista un término que cumpla el papel que juega el de ciudadano en la trama del pensamiento democrático liberal. Si este concepto articula la noción de democracia, y en torno a su órbita gira la armazón demoliberal, es probable que no baste el concepto de “proletariado” para hacer descansar el peso constituyente de la libertad. En rigor, se trata de conceptos que pertenecen a objetos de análisis diferentes. El “ciudadano” es una institución política; en cambio, el “proletariado” es un sujeto histórico. El primero alude a la democracia, el segundo a la revolución. En Cuba el término ciudadano no ha sido usado siempre con preferencia. En la Convención Constituyente de 1940, los delegados se llamaban unos a otros “compañero señor”.2 Esta ecuación revelaba el intento de conciliación entre el contenido igualita- rio aportado por la Revolución popular que derrocó a Gerardo Machado (1930-1933) y la canaliza- ción reformista burguesa del curso posrevolucionario (1936-1940). La imagen del “compañero señor” intentaba resolver la tensión existente entre la democracia como creación de la política “por el pueblo” -el programa de la redistribución horizontal de poder entre ciudadanos trabajadores-, contenida en el término “compañero”, y su regulación por la jerarquía, el poder vertical, expresada en el término “señor” -que expresa el uso particular de poder político por parte del ciudadano propietario, que controla los términos de la creación, funcionamiento y reproducción de dicho poder. Al triunfo revolucionario de 1959, el término “compañero” -etimológicamente “el que comparte el pan”- expresaba la reconquista de la democracia como ideal producido por el pueblo, como la posi- bilidad del acceso a la política de las clases sociales que habían estado preteridas o marginadas de ella. El hecho defendía en la práctica la universalización de la ciudadanía, aunque en su desarrollo el ejercicio de derechos y deberes se asoció primordialmente al concepto de “revolucionarios” más que al de “ciudadanos”. El desgaste que a partir de los años 1990 experimenta el término “compa- ñero” -que se manifestó entonces en las discusiones sobre la reaparición del término “señor”, dis- puta que hoy tiene menos intensidad-, parece expresar obstáculos para reelaborar, con consenso, la promesa del orden político igualitario en que consiste la democracia. Como no me interesa casi nada la originalidad, diré que esa promesa puede relanzarse sobre la base del concepto de ciudadanía. La tensión expresada por el “compañero señor” encuentra salida en la “ciudadanización” de la política: la posibilidad de vivir libres y de convivir igualmente libres.

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III. Con frecuencia, se entiende por ciudada- zado a re-independizarse a partir de los años nía al menos dos enunciados: un status legal y 60 del pasado siglo- ofrece una visión diferente un ideal político igualitario. En el liberalismo, sobre el igualitarismo. El punto de partida es la ciudadanía ocupa el primer sentido: es un esencial: el igualitarismo es la condición de la estatus de pertenencia a una comunidad polí- democracia en tanto régimen universal, donde tica, un conjunto de derechos y deberes. Para universal significa que debe alcanzar por igual el republicanismo se trata de un comportamien- a todo y a todos. El republicanismo define a la to político al tiempo que un ideal igualitario. ciudadanía como un conjunto de derechos, pero La evolución liberal del concepto tiene etapas, subraya que es sobre todo una práctica política nombradas desde 1949 por un ensayo clásico de -espera un tipo de comportamiento propiamen- T. H. Marshall. El texto afirmó por primera vez te “ciudadano” o “cívico”-, la traduce como “ac- que la ciudadanía social era la culminación del tividad deseable”, vinculada a la participación tránsito histórico de la ciudadanía moderna. La en la creación y sostén de las reglas que ordenan ciudadanía social sería la última etapa de un de- la comunidad política y “modelan la formación venir marcado por dos olas previas: la ciudada- del carácter, el ethos, la identidad del ciudada- nía “civil”, elaborada en el xviii, que estableció no” (Miras 2011). los derechos de la libertad individual (acceso a Llegado aquí, debo advertir que la palabra “Re- la justicia, propiedad) y la ciudadanía “política”, pública”, según aparece en el título de este tex- propia del XIX, que abarcaría el derecho a par- to, alude a la específica recuperación del repu- ticipar en el ejercicio del poder político, direc- blicanismo democrático. Este es, por tanto, el tamente o a través de elecciones. La ciudada- referente desde el cual pensaré la ciudadanía en nía social, nacida en el siglo XX, podría hacer las páginas siguientes. renovar las relaciones sociales en el sentido de hacerlas más igualitarias (Marshall 1998). IV. El tema, ha sido dicho, es el lugar de la ciu- dadanía en la República. Me valdré de tres an- El liberalismo tiene un contenido igualitario en tiguos derechos, reconocidos en la tradición po- cuanto teoriza que no debe privilegiarse, esta- lítica republicana clásica, para explicar el con- talmente, una concepción del bien sobre otras. tenido que entiendo debe poseer la ciudadanía: Ubicado en este punto, defiende la neutralidad isonomía, isegoría e isomoiría.3 del Estado para presentarlo como instrumento técnico de composición de intereses “ciudada- La isonomía hacía referencia a la igualdad de nos” diversos. Dicha neutralidad se funda sobre todos los ciudadanos atenienses ante la ley. La el mito de la ciudadanía abstracta: una igualdad isegoría señalaba el derecho de estos a partici- política que se afirma al tiempo que oculta la par de las reuniones de la asamblea, a hablar existencia material de radicales desigualdades y votar en condiciones de igualdad sobre mate- sociales, económicas y culturales que condicio- rias políticas. La isomoiría remitía a la división nan por entero el ejercicio de la ciudadanía. Al igual de la tierra, y fue el derecho que radicalizó propio tiempo, el liberalismo renuncia al iguali- la democracia ateniense cuando pugnó por ga- tarismo cuando opone los derechos a la política rantizar las condiciones en que los ciudadanos (Gargarella 2005). Como entiende que la fuente pobres pudieran participar políticamente. de la opresión proviene del imperium -la autori- Estos tres derechos han sobrevivido hasta nues- dad del Estado- enarbola los derechos del indi- tros días en formas como estas: la isonomía en viduo frente a las esferas estatal y pública, para tanto igualdad formal ante la ley; la isegoría en que la decisión colectiva quede incapacitada de cuanto libertad de expresión y participación en atacar derechos individuales. Lo que sucede es referendos, y la isomoiría como deber de pres- que, con ello, rehúsa la democracia en tanto po- tación pública de servicios sociales en el marco sibilidad de elaboración colectiva del orden. de un Estado de bienestar. Por la descripción, es constatable la reducción radical de sus conteni- En contraste, el republicanismo -una antigua dos en la política global. corriente política que en los últimos dos siglos había estado cubierta por la historia del libera- Para abreviar evitaré indagar en la vigencia lismo, como si fuesen lo mismo, y que ha comen- actual de la isonomía. Solo diré que reconocer

60 formalmente la igualdad ante la ley, en ausencia de los otros derechos mencionados, ha servido para reproducir las fuentes de la opresión, la desigualdad y la exclusión social, para secuestrar la democracia, utilizándola como un bien oligopolizado por grandes intereses capitalistas, y para pre- tender que, en esas condiciones, los ciudadanos son iguales ante la ley solo porque esta lo invoque. Explicaré los derechos de isegoría y de isomoiría para afirmar que, en conjunto con la igualdad ante la ley, sostienen la base de la ciudadanía republicana y le otorgan su lugar indelegable: la libertad y la soberanía. A su vez, los pondré en relación con el diseño y la práctica institucionales vigentes en el país. V. La isegoría supone igualdad política para la expresión de la opinión y para la participación en la toma de decisiones. Se opone a que esta quede monopolizada, como un bien privado, por un grupo social particular que impida el acceso a ella de otros grupos sociales y controle en exclusiva las condiciones de su funcionamiento. La igualdad política equivale a un horizonte democrático de permanente redistribución de poder. Esta se obtiene con mecanismos de participación directa y de control sobre la actividad de los representantes, hasta poder conformar el orden social de manera general y, en específico, hasta conformar la voluntad estatal. La participación en la formación de la voluntad estatal debe discurrir por un cauce socioinstitucio- nal de derechos políticos. Estos pueden ser de carácter individual o colectivo. Los primeros remiten a los derechos electorales, para elegir y ser electo. Los segundos, los colectivos, se refieren a los derechos de organización y asociación política. Los derechos políticos de participación de carácter individual, reconocidos en la Constitución cubana como formas de ejercicio directo de poder, son la participación en elecciones periódicas y referendos (art.131) y la iniciativa legislativa popular (art. 88). Los de carácter colectivo se recogen en el artículo 54, que reconoce derechos de reunión, manifestación y asociación, ejercibles dentro del marco establecido por la Constitución y dentro del orden político definido como socialista. El análisis casuístico del ejercicio de estas formas de participación directa en la práctica política existente sugiere algunos dilemas. Desde 1976 hasta 2010 la participación electoral cubana ha oscilado entre 95,2 por ciento y 95,9 por ciento. Esas altas cifras se han leído como muestra de “respaldo a nuestro sistema político” (Granma 2010). A pesar de sus fortalezas -expresar unidad nacional, representar un marco políti- co para la defensa del proceso revolucionario, generar el aparato estatal desde la base- el sistema electoral deja en pie conflictos en la plataforma institucional de la participación ciudadana: los pro- gramas de gobierno local, provincial y nacional no resultan definidos a través del proceso electoral; no se contabiliza un tipo de preferencia ciudadana de voto -pues se desestiman como no válidos los anulados y en blanco- y no se estimula, por ejemplo, el voto de los ciudadanos que viven en el exterior con permiso de residencia legal otorgado por el Estado cubano. Por otra parte, la facultad conferida en exclusiva a la Asamblea Nacional del Poder Popular de convocar referendos sobre materias distintas a la reforma constitucional -los llamados referendos ejecutivos y legislativos- no ha sido ejercida, pues el celebrado se hizo como parte del proceso de aprobación de la Constitución. En este punto debo introducir una aclaración: el plebiscito y el referendo son instrumentos distin- tos a las elecciones para la integración del Estado -con estas se define a las personas que tomarán decisiones y el plebiscito/referendo se pronuncia sobre decisiones en sí mismas-, como también son distintos de la consulta popular, mecanismo muy empleado en la práctica política cubana. La consulta popular es un tipo de participación consultiva indirecta en la que los representantes toman las decisiones finales sobre las materias sometidas a deliberación. Esta permite expresar y favorecer intereses universalizables mediante la participación en el foro público, que los decisores deban tomar en cuenta. Sin embargo, cumple con el arquetipo de la agregación de demandas. Las opiniones vertidas en un ámbito son trasladadas a otro de superior jerarquía, donde integran un mapa general que es interpretado y traducido en “medidas”, que se comunican luego a la ciuda-

61 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) danía. Aún cuando los ciudadanos disponen de blemas con el registro de nuevas asociaciones iguales posibilidades de agregar demandas, este y parece ser una aspiración poder ampliar el tipo de participación consultiva indirecta estruc- margen de sus atribuciones, en la búsqueda de tura una relación de poder asimétrico entre la mayor autonomía funcional y desenvolvimiento ciudadanía y las instancias máximas de decisión, presupuestario. en la cual la base aporta opiniones y propuestas y el nivel superior se reserva su espacio, tiempo, Si la isegoría supone la igualdad política es pre- perfil de la decisión, ejecución, control y evalua- ciso confrontar también el tema, antes somera- ción. Por ello, su empleo debería acompañarse mente aludido, de la neutralidad del Estado, su de referendos y plebiscitos -estos establecen una (pretendido) no compromiso con una concepción decisión ciudadana obligatoria para los poderes particular del bien, tópico que guarda estrecha públicos- en aras de redistribuir poder. relación con este otro: la legitimidad de impul- sar un “perfeccionismo moral” por parte del Es- La iniciativa legislativa califica como mecanis- tado a través de instrumentos gubernamentales mo directo de poder desde la ciudadanía si es como la escuela o la prensa. promovida por las Organizaciones Sociales y de Masas (OSM) y/o por los propios ciudadanos La reforma constitucional cubana de 1992 eli- (art.88). La iniciativa legislativa promovida por minó el carácter clasista y confesional del Es- la dirección nacional de una OSM se emplea con tado. Consagró el Estado laico, comprometido regularidad, mientras que la propuesta por ciu- con la no discriminación por motivos religiosos. dadanos no se ha ejercido. Al mismo tiempo, conservó la apelación al mar- xismo [-leninismo] como contenido de la política Puede apreciarse que dos de los tres instrumen- educativa y cultural del Estado (art. 39) y el de- tos de participación directa en el Estado reco- ber de cada ciudadano de “observar las normas nocidos por la Constitución -la participación de la convivencia socialista” (art. 64). Al mismo en referendos y en la iniciativa legislativa po- tiempo, el Estado es “dirigido y orientado” por pular- no se emplean en la práctica. Por tanto, el Partido Comunista de Cuba (PCC). La pre- la representación política resulta el mecanismo sencia de ambos enunciados permite calificar institucional realmente existente para la parti- la existencia en el texto constitucional de una cipación en la toma de decisiones en órganos es- doctrina de Estado. Lo antes dicho remite al tatales, en contradicción con los objetivos decla- carácter “neutral”, “institucional”, “no ideoló- rados por el modelo, que busca compatibilizar gico”, del Estado. Con ello se defiende que no las formas de la democracia directa con las de es su función “legislar la moralidad” o “cultivar la democracia representativa, problema sobre el la virtud”. Propugnar el perfeccionismo -la elec- cual volveré. ción de una cierta identidad (cultural, nacional, política) esencializada-, como programa oficial, En lo que respecta al diseño y la práctica de los limita el compromiso universal que ha de seguir derechos políticos colectivos, es destacable que el Estado. desde la década de los 90 el número de las aso- ciaciones existentes en Cuba con fines sociales, El liberalismo, he dicho, se protege teóricamen- cívicos, profesionales, etc, se ha multiplicado. te del enfoque antiigualitario que supone el per- Con ello se han diversificado los cauces de agre- feccionismo. Afirma que no es dable escoger al gación de demandas de grupos hacia el conjunto Estado una concepción del bien, pues ninguna del sistema político y se han extendido los cana- es ontológicamente superior. Verdaderamente, les de representación ante el Estado de intere- la tesis esconde más de lo que dice. La cuestión ses específicos de grupos y sectores. Ese tejido no es “si el Estado debe tener o no “ideología”“, asociativo está integrado por las OSM, organi- sino qué es preciso hacer para combatir la usur- zaciones o asociaciones científicas o técnicas, pación y la monopolización del poder público por culturales y artísticas, deportivas, de amistad y la ideología del poder realmente existente. En el solidaridad y cualesquiera otras que funcionan mundo regido por el liberalismo, esta ideología según lo establecido por la Ley de Asociaciones. es la de un capitalismo mercantil brutalmente En la práctica, se han presentado diversos pro- excluyente y fervientemente antidemocrático.

62 Para el republicanismo democrático, por el contrario, solo cuando se logra universalizar en el conjunto de la comunidad la garantía de la protección y conservación a lo largo del tiempo de un ámbito de existencia social autónoma que legítimamente corresponda a cada individuo, es que puede hablarse de neutralidad y de tolerancia en un sentido robusto de tales términos (Casassas 2005: 239-240). De este modo se legitima la intervención del Estado para impedir que categorías de ciudadanos queden desposeídas de la política, por haber sido excluidas económica y socialmente de la vida civil. El Estado interviene para garantizar las condiciones de ejercicio de la isegoría. El tema de la doctrina oficial -una especie de “perfeccionismo”- traslada el problema del terreno de la tolerancia hacia el del pluralismo. Su existencia determina la expresión privilegiada de una voluntad política única -que puede ser diversa en su interior, pero siempre es la estatal- sobre el favorecimiento de manifestaciones de las distintas voluntades políticas presentes en la dinámica de lo social. El problema radica en que entender la voluntad estatal como centro que controla y sinte- tiza el conjunto de las voluntades políticas tiende a concebir la soberanía popular de modo unitario. Sin embargo, la ciudadanía republicana se basa en la interdependencia, no en la existencia de un denominador común para las voluntades ciudadanas, esto es, no defiende la presencia de un centro hacia el cual todas estas deban gravitar. Con ello, el problema se sitúa en el campo del pluralismo. El privilegio político y legal del que goce una doctrina oficial no potencia la participación directa de la ciudadanía en defensa de sus propias y diferenciadas voluntades políticas, reduce la comprensión sobre la democracia a la toma estatal de decisiones en beneficio popular y recorta el ámbito de la democracia como cauce socioinstitucio- nal donde se forma el ethos ciudadano. La reforma de 1992, al sustituir el deber estatal de actuar a favor de obreros y campesinos -como se regulaba en 1976- por el deber de hacerlo a favor de ciudadanos trabajadores consagra un criterio institucional de la política estatal -contra un criterio estrechamente ideológico de la misma- que abre paso a la expresión formal de un mayor plura- lismo como base para el acceso a las decisiones públicas, y no solo como diferencias de opinión. Desde el punto de vista sustancial, su promoción dependerá de las políticas que se habiliten para desarrollarlo.4 VI. La isomoiría se valió de diversos recursos. Su sentido radicaba en sostener una dimensión más igualitaria de la ciudadanía. Recurrió, por ejemplo, al llamado misthón: los honorarios que la democracia radical tras Ephialtes -461 a.d.J.- pagaba a los cargos públicos, a fin de que -pobres en su inmensa mayoría- tuviesen una base material suficiente para participar como libres en la vida política (Doménech 2004). De ahí proviene, según este autor, la idea jacobina y jeffersoniana de una democracia de pequeños propietarios. La posición es común en el republicanismo cubano. Raúl Roa García consideraba imprescindible la distribución igualitaria de la propiedad para impedir el monopolio de la decisión en manos de un grupo particular. Martí le había acercado los argumentos. El “suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro común que a todos […] iguala y enriquece, por lo que, para la dicha de la persona y la calma pública, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás” (Martí 1991: 170). Con este fin, Roa retomó hacia 1938 el sentido del proyecto de ley presentado por Manuel Sanguily al Senado de la República -que no fue ni siquiera discutido- que prohibía la enajenación de la tierra y de los bienes raíces. La violación de tales principios condujo, en opinión de Roa, a la “farsa pseu- dodemocrática y de realidad colonial, en que Cuba ha sido patrimonio sangriento de una minoría victoriosa y factoría azucarera, presidio de cañas amargas”. (Roa 1938, 23) Mientras los liberales entienden que el enemigo de la libertad es la interferencia, los republicanos la oponen a la esclavitud y a la dominación. El republicanismo democrático conecta la propiedad y la libertad con la ausencia de dependencia y con el autogobierno. Proclama la ausencia de domi- nación como la clave de la convivencia entre seres libres y recíprocamente iguales. Es libre el que no tiene que “pedir permiso a nadie para poder vivir”. La democracia republicana debe asegurar

63 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) la soberanía del ciudadano en cuanto individuo sobre el marxismo: “Un ser no se considera a sí independiente tanto del poder estatal como de mismo independiente si no es su propio amo, y los poderes privados: ha de impedir las relacio- es su propio amo cuando debe su existencia a sí nes de dependencia que impiden a la ciudadanía mismo” (Marx 1977: 138). De esta manera, afir- ser sujeto autónomo de la construcción colecti- maba que el asalariado necesita pedir permiso va del orden. Los ciudadanos deben poseer sus a diario a otro para poder subsistir. De hecho, condiciones de vida y trabajo: deben poder par- el autor de El capital consideró siempre el régi- ticipar de la configuración de tales condiciones men asalariado como trabajo semiesclavo. Rom- y mantener control sobre ellas. La intención es per el monopolio político del ciudadano propie- liberar a la ciudadanía de la base de la exclu- tario -que pone la democracia a su servicio- en sión, crear su condición de posibilidad, asegurar favor del ciudadano trabajador es la clave de las condiciones para sostener el lugar del ciuda- la resolución democrática de la vida política: dano. Este es el papel que puede desempeñar un la socialización de la propiedad es la condición renovado derecho de isomoiría en nuestros días: de la socialización de la libertad, pues la pro- asegurar la igualdad política y la soberanía. piedad configura la base socioinstitucional de la El socialismo está contra la propiedad privada libertad. en tanto significa desposesión de los medios de La isomoiría ha estado presente de diversos mo- producción por parte de quienes trabajan, y por dos en la política cubana posterior a 1959. Por la explotación que supone como trabajo ajeno no la preocupación que ha suscitado en los últimos pagado. La democracia está a favor del reparto tiempos, menciono a la tan vilipendiada “libreta equitativo de la propiedad que asegure la base de abastecimientos” como uno de sus recursos. material de la independencia personal: un míni- Se trata de una especie de “renta básica”, que se mo propio de subsistencia garantizado para no debería reformular en tanto técnica empleada depender de nadie. La relación entre socialis- para asegurar el cumplimiento del principio que mo y democracia se encuentra entonces en este le subyace, pero nunca abolirla. Quien la consi- punto: el socialismo no es más socialista por dera sinónimo exclusivo de “pobreza” descuida tener menos propietarios, sino por tener más propietarios, por poner a cada ciudadano en po- un hecho fundamental: significa un suelo míni- sesión de las condiciones de producir su vida. mo de existencia social garantizada, como con- En efecto, el marxismo revolucionario considera dición de la inclusión social desde la cual solo este tema bajo el título de “socialización de la es posible producir política, otorgada a las per- propiedad”. sonas en cuanto personas, con independencia de su condición de ciudadano y de sus opciones La dependencia significa esclavitud. Martí de- personales. cía: “Esclavo es todo aquél que trabaja para otro que tiene dominio sobre él (Martí 1991: 391). La reforma de 1992 encaró el tema de la am- Varela afirmaba: “solo es verdaderamente libre pliación de las formas de propiedad: extendió la el que no puede ser esclavo, y esta prerrogativa propiedad sobre medios “no fundamentales” de solo conviene al virtuoso. Gózala Elpidio, pues producción y habilitó a la inversión extranjera, el cielo te la ha dado para consuelo de los buenos pero no avanzó con mayor profundidad en su y gloria de la patria” (Varela 1996: 66). Repá- democratización: no autorizó nuevas formas de rese bien en el alcance de la expresión: “el que propiedad personal, privada, cooperativa, comu- no puede ser esclavo”. Esclavo es el que debe nitaria, social, colectiva, pública y de combina- subsistir pidiendo cotidianamente permiso, el ciones entre ellas, lo que compromete la exis- que no cuenta con algún tipo de propiedad que tencia de un régimen expandido de propietarios le permita estructurar una base material pro- no capitalistas, que puedan disponer con inde- pia para la reproducción independiente de su pendencia de la base material de reproducción existencia. de su existencia. De esto último hace parte la insuficiencia de alternativas propuestas tanto Ese es el republicanismo de Marx, sistemáti- al régimen del trabajo asalariado como hacia la camente obviado por las lecturas simplificadas planificación centralizada no democrática. Por

64 ello, el ordenamiento cubano resulta omiso, hasta el momento, respecto a las garantías sociales de autotutela, que se ocupan, sobre todo, de la participación popular en el ámbito socio-económico (Pisarello 2009): la autogestión, la cogestión, las cooperativas, las cajas de ahorro, las empresas comunitarias, las comunas y otras formas asociativas guiadas por los valores de mutua cooperación y solidaridad, encaminadas a crear un marco de independencia personal a través de la socialización republicana de la propiedad, o lo que es lo mismo, la extensión del derecho de isomoiría. VII. ¿Qué valor imprime la participación sobre la ciudadanía en la República? Si la ciudadanía es el autogobierno colectivo, la participación resulta la condición de la autonomía personal y no solo un medio para proteger intereses individuales. Así, formula un concepto sobre el bien común que debe ser definido por el mayor número de ciudadanos. Varela afirmaba: “El hombre no manda a otro hombre, la ley los manda a todos” (Varela 2001: 17). La libertad está con la ley o contra la ley, pero no fuera de la ley. Fuera de la ley solo reside la arbitrariedad. La libertad, como en Rousseau, descansa sobre la obediencia a la ley que uno ha hecho para sí mismo, lo que puede alcanzarse a través de la participación. Esta resulta la justificación republicana sobre la democracia. La prioridad de la política demorepublicana no es lo que el liberalismo formula como “dejar en paz”, que “cada cual quede a su aire” - cuando existe, siguiendo con la metáfora, una repartición ya establecida del aire en el mundo vigente-, sino ampliar la participación en la toma de decisiones quiere decir, “socializar el consumo de aire”, para que cada cual efectivamente pueda “estar a su aire”. En este horizonte, la participación política es la actividad que condiciona la posibilidad de existencia social y modela el carácter individual de los ciudadanos. Después de la institucionalización de 1976, y de la creación del sistema de órganos del Poder Popu- lar -la estructura estatal cubana-, se ha afirmado que la democracia allí codificada ha sido construi- da “entre Rousseau y Montesquieu” (Suárez 2004: VII). Se busca con esto combinar participación popular directa (propia de la “democracia participativa” o de la “democracia directa”) con repre- sentación política (propia de la “democracia representativa”).

El discurso institucional cubano otorga, dentro de su concepción sobre la democracia, el valor fun- damental a la participación. Considera a la representación como un valor secundario: allí donde no alcanza la participación entra en juego el recurso “inevitable” -ergo: “no deseable en sí mismo”- de la representación. La tesis supone que la virtud y la eficacia de la implementación práctica de este modelo normativo estará en proporción con la participación del mayor número de ciudadanos en los cauces que habilita: debe resultar, por ello, máximamente inclusivo. El diseño institucional cubano queda comprometido con este valor de máxima inclusión. Así lo regula la Constitución: “Todos los ciudadanos, con capacidad legal para ello, tienen derecho a intervenir en la dirección del Estado, bien directamente o por intermedio de sus representantes elegidos para integrar los órganos del Poder Popular” […] (art.131, subrayado propio).

Un repaso al sistema electoral permite extraer al menos tres conclusiones que complejizan la cues- tión. El diseño del proceso de nominación de candidatos de modo directo en las asambleas de base -para delegados municipales- ofrece posibilidad de acceso universal a intervenir en la dirección del Estado. Esta potencialidad se emplea con baja intensidad, debido a la presencia de principios y mecanismos que no dinamizan la participación. Las propuestas de candidatos a las asambleas provinciales y a la asamblea nacional las realizan las Comisiones de Candidatura. Este mecanismo concede posibilidad de acceso institucional al aparato estatal a amplios grupos poblacionales, pero no acceso universal, en tanto no multiplica la presencia en el Estado de corrientes de opinión dis- tintas a las estatales/gubernamentales, que puedan expresarse, según lo consideren, como discre- pancia sobre decisiones políticas puntuales y formulación de alternativas específicas en el marco de la legalidad existente.

Luego, el proceso electoral no parece ser el más eficiente para favorecer el cumplimiento de la normativa constitucional comprometida con el valor de la máxima inclusión. Como derivación, no

65 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) estimula el acceso a la estructura estatal del pluralismo realmente existente, inscrito en el orden legal.5 El valor de máxima inclusión debe ser defendido y relanzado. La participación permite en- cajar la concepción de la ciudadanía y de la democracia en una comprensión republicana sobre la política propiamente dicha. Si la política es la creación y deliberación sobre el ethos, sobre el carác- ter y la identidad política de los sujetos, esta solo puede crearse y recrearse a través de la partici- pación. Si la democracia busca superar la cultura existente, crear nuevos espacios en lo instituido, e incluso fundar una nueva cultura de convivencia social, es necesario comprenderla siempre como una pedagogía: es imprescindible que la inmensa mayoría de la sociedad se eduque a través de la participación en la toma de decisiones, afirmando los valores de la autonomía y el autogobierno. VIII. ¿Cuál es, al final, el lugar de la ciudadanía? El lugar de la ciudadanía es el espacio de la libertad. El espacio de la libertad es la política democrática. La política democrática es la condi- ción de posibilidad de la autonomía personal tanto como de la creación colectiva del orden. La ciudadanía es, en definitiva, la oportunidad de determinar por sí mismo el sentido de la vida y de contar con los medios necesarios para desarrollarlo en libertad e igualdad recíprocas, quiere decir, fraternalmente. Varela encontraba el método de su curso en la razón, y su auxilio en el entusiasmo patriótico de la juventud que lo escuchaba. Yo, modestamente, espero ahora que podamos sostener el mismo método, debatir sobre razones, y contar con el mismo auxilio: el patriotismo presumible de los aquí presentes.

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67 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Notas al pie:

1 * Esta conferencia utiliza contenidos desarrollados en una investigación realizada por el autor en el marco del Pro- grama de investigación CLACSO-ASDI 2009-2011, titulada “Estado, participación y representación políticas en Cuba. Diseño institucional y práctica política tras la reforma constitucional de 1992”, hoy en proceso de edición por CLACSO.

2 He analizado el sentido de esta frase en (Guanche 2010)

3 Los utilizaré según lo hace Philip Resnick .

4 Hacia esta dirección avanza el énfasis hecho en el Informe central presentado al VI Congreso del PCC (abril de 2011) por Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y primer secretario del PCC, cuando declaró que es “erróneo” el “concepto de que para ocupar un cargo de dirección se [exija], como requisito tácito, militar en el Partido o la Juventud Comunista”. (Granma 2011)

5 El problema del acceso universal al Estado tiene amplias proyecciones. No se limita al tema de la oposición financiada por Estados Unidos —el más aludido cuando se estudia este tópico. Como el diseño institucional inhabilita, legal y legí- timamente, a quien a través de esa vía pretenda acceder al sistema institucional, el problema que aquí señalo es otro, el que alcanza a la representación de todo el espectro político cubano que acepta, aún críticamente, el orden legal estableci- do. De hecho, el debate entre sectores revolucionarios, llamados de modo permanente a consulta por la dirección política del país, se considera como una fortaleza del sistema político y siempre ha contado con diversas y encontradas posiciones. Sin embargo, ellas no encuentran adecuada representación en la deliberación de los órganos asamblearios ni se canalizan en la proposición de alternativas concretas a ser consideradas en la toma de decisiones estatales.

68 María del Pilar Díaz. Quisiera tocar tres aspectos, para darles DEBATE POSTERIOR paso a los demás. Primero, hago referencia a algo incluido en la A LA CONFERENCIA Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789: la DE JC GUANCHE. ley es la expresión de la voluntad general. ¿Cómo entender la generalidad? ¿Quién decide cuál es la generalidad? Nuestros queridos y amados jacobinos escribieron: la ley es la expresión de la voluntad general si el ciudadano tiene derecho a rebelarse. EN DIÁLOGO Sólo así la ley es la expresión de la voluntad general. ¿Cómo inau- gurar un espacio de ciudadanía inspirado en el bien común en el 3-2011 que el ciudadano tenga el derecho que los jacobinos le reconocían a rebelarse? Dmitri Prieto. Camarada-ciudadano Guanche, me gusta este análisis que tú haces basándote en los principios de la democra- cia ateniense. Me preocupa más la cuestión de la isegoría, porque tú la explicas a partir de una relación entre determinados sis- temas de participación popular, más comunitaria, participación más directa… La Constitución tiene un artículo, el 5, donde se le entrega la posición de vanguardia al Partido Comunista y, ade- más, no se explica en qué consiste esa posición de vanguardia. Esto está muy poco legislado hasta dónde yo sé, como jurista. En Cuba, como lo he dicho otras veces, el principio que prevalece no es la participación, sino la cooptación, en el seno de una cor- poración que está de algún modo investida de una representación corporativa. El Partido, que no es sólo el Partido. También está todo lo que son las estructuras de cuadros, las estructuras de dirección. Sabemos que en Cuba el trabajador simple no tiene el mismo tratamiento jurídico que un dirigente. Sabemos que por la Ley de Procedimiento Penal hace falta una autorización espe- cial para procesar al cuadro que ocupa altos cargos. Eso modifica grandemente esa idea que tú nos ofreces del Estado a partir de la participación en la legislación. Pienso que hay que partir del realismo constitucional, de no ver la Constitución como ficción, sino como realidad, que es la suma de los factores de poder. Félix Sautié. Primero, me sentí muy contento con tu exposi- ción. Quisiera plantear un problema particular. Pienso que uno de los problemas que tenemos nosotros es que hemos creado una República de héroes epónimos y entre esa República y el ciuda- dano común hay una brecha incluso conceptual, porque no todo el mundo puede ser héroe. Es una República donde el ciudadano es objeto y no sujeto, siempre a la espera de una orientación. Cuando uno va a un lugar, siempre dicen: no, eso viene de arriba, un arriba abstracto. Pienso que el problema que tenemos noso- tros es poder transitar de esta República, no solo tentativamente, legalmente, sino de práctica concreta, que el ciudadano se sienta en una República de ciudadanos sujetos, donde quepamos todos. Eso lo pedía ya Espacio Laical y en mis artículos lo he tomado como una consigna. Para nadie es secreto que yo soy partidario de un socialismo participativo y democrático. Para mí el concepto es de trabajador social, no de trabajador asalariado, que siempre

69 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) depende de un jefe. Yo he planteado apostar por proceso, proceso que tiene sentido únicamente los cambios, aunque sean pocos, insuficientes y en su evolución en el tiempo. Ahora, para el su- no sean los que hacen falta, para crear una si- jeto común esto es perceptible no en los casos nergia y que entonces surjan más cambios. Eso diversos de igualdad ante la ley, igualdad esta es práctico. Lo otro es apostar por el derrumbe, que sólo se activa en un momento determinado. que no creo que a nadie le beneficie. Yo pienso No vivimos diariamente pensando en nuestra que el problema conceptual, político que está igualdad ante la ley. Sin embargo, lo que sí vivi- planteado, después de oír tu conferencia, es pre- mos diariamente pensando es en las normas de cisamente, cómo vamos a lograr ese tránsito. convivencia social. Pedro Campos. Agradezco a Espacio Laical No sabemos prácticamente qué cosa es eso de la y al Centro Cultural Félix Varela, esta oportu- convivencia socialista. Y lo otro, que se ha hecho nidad que nos ha dado para intercambiar ideas. imposible de responder, es el discurso sobre la Y felicitar, por supuesto, la conferencia magis- alienación socialista. Y aquí deberíamos tener tral que nos ofreció Guanche. Esta es una fra- alguna idea de lo que es entonces, en su reverso, se que se usa mucho en la Universidad. Le pido la realización socialista. Tenemos una serie de a Guanche, por favor, si él pudiera aclarar un elementos que tienen que ver con esa conviven- poco la confusión que ha existido sobre qué cosa cia, que yo te recomiendo que desarrolles esa es socialismo, qué cosa es el marxismo, y cuál es parte, al menos lo que tiene que ver con la so- la línea del socialismo marxista. ciedad, un poco, en relación con la participación. Víctor Fowler. Guanche, ¿en qué momen- La participación política, o sea, la participación to exacto hablaste de normas de convivencia en la elaboración de la ley, y en la forma en la socialista? que la ley que nos afecta se retrata exactamen- te en la convivencia, en la convivencia que es- Julio César Guanche. Citando un artículo tamos tratando de exigir en el socialismo como textual de la Constitución que regula, como de- nivel básico del sentido común en el socialismo. ber, comportarse según las normas de la convi- vencia socialista. Julio César Guanche. El derecho de resisten- Víctor Fowler. La obligación de comportarse cia es fundamental en el republicanismo demo- según las normas de convivencia socialista no crático. Es esencial, por ejemplo, en Robespie- pertenece al campo de la igualdad de derechos, rre. Es lo que permite una lectura democráti- no pertenece tampoco al campo de lo que ten- ca del rol de Robespierre, aun cuando tiene la ga que ver con propiedad, de participación en imagen que tiene. Hay una relectura sobre él, la propiedad. O sea, pertenece a algo que podría desde hace ya tiempo, que lo presenta como de- llamarse vida cotidiana bajo el socialismo y yo mocrático por estas dos cuestiones. Una, por ha- creo que este es un aspecto fundamental de eso ber asegurado la necesidad del derecho a la exis- que llamamos la participación. tencia, o “subsistencia”, como él le llamó. Este derecho a la existencia modifica todo un patrón Si una debilidad grande tiene el socialismo, o de de desarrollo capitalista, en cuanto reconoce un las tantas debilidades que tiene, una es la poca derecho de asistencia social asegurado material- insistencia que hace en su carácter de fracaso. mente. El capitalismo, como sistema, no puede Fracaso inicial, estoy hablando, en el sentido asegurar la universalización de ese principio. de que se hace una formulación que lo concibe Lo que le sigue a esto es por lo menos una vía como un conjunto, de inicio. Esta formulación no capitalista de desarrollo. El segundo valor de es un fracaso con respecto a la tentativa final, lo Robespierre que configura este compromiso de- cual significa, en términos de discurso político: mocrático es el derecho de resistencia. estamos haciendo esto ahora, porque esto es lo posible. Con respecto a lo que queremos lograr, Este es un derecho complejo. En la historia del es un fracaso. O sea, hemos fracasado. Y lo que liberalismo, se ha visto muy limitado. Se ha con- vamos a hacer es, paulatinamente, irnos ale- sagrado casi exclusivamente como derecho de jando del fracaso. Esto último implica otra pre- huelga económica, y se han rechazado muchos gunta, o sea, que es la condición progresiva del de sus alcances. 70 Lo que yo he visto como más contemporáneo, así lo reconoce hoy Ecuador, por ejemplo, y esa es la línea por la que voy, es una recuperación de la resistencia como derecho a resistir al derecho, que no es solo al derecho en términos jurídicos formales, sino como potestad de resistir, oponerse, contestar, responder las decisiones estatales. Esto supone también la capacidad de distinguir en- tre legalidad y legitimidad. La legalidad vendría establecida por el orden legal y una concepción positivista y normativista; yo diría que toda la legitimidad está en la ley, pero una comprensión crítica y republicana diría que hay una separación, una distinción, entre legalidad y legitimidad. Al menos desde Robespierre, pero incluso desde antes, el derecho de resistencia es una de las fuentes principales de comunicación entre el orden constituido y la democracia. Esa resistencia no supone necesariamente una proyección antisistémica, sino una continua posibilidad de contestación a de- cisiones políticas, entendiendo por esto que el principal decisor es la ciudadanía y a ella le corres- ponde la facultad de disputar las decisiones públicas. Desde este punto de vista, se establece una serie de derechos de resistencia. En las últimas Cons- tituciones de América Latina, por ejemplo en Bolivia y Ecuador, son reconocidos con gran alcance. La reforma constitucional cubana de 1992 incorporó el derecho de resistencia (art.3), pero sin el alcance que tiene en aquellas. Las elecciones generan el aparato estatal, en tanto el representante estatal, en las distintas asam- bleas, siempre es electo. Por supuesto, Dimitri Prieto, más allá del enfoque meramente legal, está el sociológico, según aprecias cómo funciona ese Estado, y hablas de práctica corporativa. Resulta un problema político y jurídico consagrar constitucionalmente el papel dirigente de un único partido. ¿Por qué? Porque es problemático fijar la supremacía de un organismo político “par- ticularista” -el Partido- sobre la de un organismo político “universalista” -el Estado. La solución a esta contradicción se coloca en el campo político. Su funcionamiento plenamente de- mocrático sería la justificación de su condición de dirigente del Estado. En esa lógica, el monopar- tidismo no significaría ausencia de pluralismo político, sino reforzamiento de la democratización del único partido legal. Los derechos de participación en el Estado son derechos universales que pertenecen a toda la ciu- dadanía, sin excepción, por el principio constitucional de igualdad. Políticamente, la solución es la mayor democraticidad en el funcionamiento de ese partido, al interior de su funcionamiento y en sus relaciones con la ciudadanía. Existen principios cuya introducción contribuiría a ampliar en calidad y cantidad la legitimidad del aparato estatal que es generado por las elecciones y del papel dirigente del Partido sobre el Estado: la incompatibilidad de funciones, la rotación en los cargos y su no reelegibilidad más allá de un lapso definido legalmente, la elegibilidad de todos los cargos públicos que no sean solo los repre- sentativos, sino los cargos de dirección estatales que desempeñan funciones públicas, y la estricta separación de funciones partidistas y estatales, así como la estricta separación entre funciones estatales entre sí. Lo que dice Sautié lo comparto plenamente. El tema del trabajo asalariado es el campo del trabajo semiesclavo, sino esclavo, en Marx. Él lo abordó como el problema de la emancipación del trabajo, tema clásico del marxismo y de cualquier versión democrática republicana. Creo que es necesaria una lectura republicana del marxismo, en contraste con otras lecturas del marxismo que han descuidado esa herencia. El marxismo es el heredero de la tradición de los ja- cobinos que mencionaba María del Pilar Díaz, sobre todo de la herencia de 1793. Esa tradición se puede reconocer en 1848 y en 1871. Se puede reconocer en todas las grandes revoluciones del siglo xix que tuvieron siempre un componente fraternal, cuando por fraternidad se entendía el acceso a la política de todas las clases excluidas de ella y no sólo como hermandad entre los hombres.

71 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Marx reconoce y hereda esa tradición republi- labras, autonomía, explotación, enajenación, cana y fraternal de los jacobinos. Esta lectura emancipación humana, defendía esos valores ha venido creciendo teóricamente en las últimas que acabo de mencionar. décadas y se opone por completo a la lectura so- viética del marxismo y también se aleja de otras Después de 20 años de la caída de la Unión So- corrientes marxistas que no son la soviética. viética y de haber desaparecido formalmente el Ahora, en cualquier versión del marxismo revo- marxismo soviético, todavía existe entre noso- lucionario está presente lo que Marx llamaba la tros una suerte de marxismo, que no se recono- emancipación del trabajo y la emancipación del ce como soviético, no podría serlo con la Unión ciudadano en la sociedad civil, lo que él llamaba Soviética desaparecida, pero es una versión de “emancipación humana”. cierto modo actualizada de los mismos conteni- dos de aquel. Por apatía, por ignorancia, por in- Aquí aparece una precisión republicana mar- terés, por falta de cultura, por muchas razones, xista: para muchos -en particular para el libe- no reconoce ese origen. Me parece que todavía ralismo- la sociedad civil es presentada como el estamos mirando mucho la historia política del puro reservorio de la libertad, por ser la fuente siglo XX y del siglo XIX y a muchos de los auto- de contestación a la esfera pública, pero en ese res de la tradición marxista, con los mismos ojos reservorio se crean y se reproducen también las del marxismo soviético, aun cuando diferimos relaciones de dominación. Esa sociedad civil, de él, aun cuando lo denunciemos frontalmente. que está atravesada por todas las asimetrías y Está tan adentro, por la enseñanza “marxista” por todas las desigualdades, se presenta como que se nos ha dado, que todavía pensamos he- un conjunto único e indistintamente “ciuda- chos, figuras e ideas con esa clave. Un ejemplo dano”, sin dejar ver las desigualdades que la clásico puede ser la revolución húngara del 56. constituyen. Totalmente desconocida en Cuba siendo la gran revolución antiburocrática del siglo XX, preci- El problema es que las fuentes de las domina- samente por estar dominada todavía por el velo ciones pertenecen también al orden privado -y que sobre ella extendió el marxismo soviético. no solo al público como quiere hacer ver el li- beralismo-, y encuentran asiento en lo que se Y así sucede también con figuras concretas, in- entiende normalmente por sociedad civil, con- cluso con las del tamaño de Trotsky y de Rosa trariamente a la manera de Gramsci. Estas do- Luxemburgo. minaciones del ámbito civil se relacionan con el Decía Víctor Fowler que la norma de conviven- ámbito político y es cuando se conectan el poder cia socialista no pertenecía tanto a la igualdad económico con el poder político para usurpar la sino a la vida cotidiana. Yo creo que pertenece democracia y controlar las condiciones de pro- a ambos campos y por eso lo mencionaba en el ducción de la economía y la política. terreno de la isegoría. Cuando se reconoce una Así yo creo que es posible leer el marxismo cu- norma específica como un deber de comporta- bano. Es lo que estoy haciendo por ejemplo con miento ciudadano se está estableciendo como Roa, con su pensamiento de los años cuarenta obligatorio un tipo de comportamiento, basado y cincuenta y con el marxismo que se llamó a sí en un tipo específico de cultura. En este caso se mismo “socialista por la libre”, por ser crítico declara como socialista pero no es muy discutido de la URSS y “pensar con cabeza propia”. Para socialmente qué se entiende por tal. Yo creo que mí significa recoger la historia de ese republica- si nos ponemos a discutir aquí qué cosa es la nismo marxista cubano y proyectarla hacia hoy. “moral socialista” va a ser una larga discusión que podría tener algunos acuerdos y muchísi- Para decirlo rápido, y aquí sigo a un autor ar- mos desacuerdos. Todos hemos tenido la expe- gentino, creo que el socialismo tendría que ser riencia de estar en un casamiento y escuchar una conjunción de tres grandes valores: auto- cómo el Código de Familia impone la obligación gobierno, comunidad e igualdad. Todo eso tiene a los cónyuges de comportarse según la “moral que ver con el marxismo revolucionario, con el socialista”. He tenido la curiosidad de mirar el marxismo de Carlos Marx. Que, con otras pa- rostro de las personas asistentes, y es bastante

72 singular la cara que ponen. Lo que quiero señalar con esto es la necesidad de actualizar qué se entiende por tal, en diálogo con las moralidades que hoy existen en la sociedad cubana. Al mismo tiempo, si una moral se entiende como obligatoria, y pasa como moral pública, se trataría de un ideal “perfeccionista”, lo que complejiza en la práctica el desarrollo del concepto de igualdad, que defiende el principio de autonomía y autodeterminación. Ahora, esto es un problema distinto al que tú enfocas, que comparto. Es el tema de la convivencia socialista, el discurso sobre la realización socialista y su reverso: la alienación socialista. La aliena- ción tiene una larga tradición y está en el centro del marxismo, como dije antes, y también tiene una raíz en la tradición política clásica. Entonces se utilizaba la expresión alieni iuris para referir a un sujeto dominado por otro, dependiente de otro, que no era sui iuris, o sea un sujeto determinado por sí mismo. Del alieni iuris, el sujeto definido por otro, por las condiciones de vida que otro le impone, nace el empleo moderno del término alienación, y el par heteronomía versus autonomía, conceptos fundamentales para lo que estamos hablando en cuanto a entender la política como la capacidad de autodeterminación ciudadana y autogobierno colectivo. ¿Qué es lo que hay que entender hoy como convivencia socialista? La política no se encarga de la felicidad, sino de la libertad. Como se encarga de la libertad, permitiría incluso a alguien elegir no ser feliz. Porque el problema no es imponer este específico concepto de felicidad, o de infelicidad, sino de otra cosa que es primaria, que es garantizar la libertad a partir de crear las condiciones en que podamos desarrollar nuestra existencia de acuerdo con un plan de vida libremente elegido. No es tanto proponer un modelo específico de realización sino algo mucho más vital, que es buscar garantizar las condiciones en las cuales podamos formular autónomamente nuestros proyectos de vida. Por eso decía que la libertad es la política y que resulta la capacidad de definir el sentido de la vida. Ovidio D’Angelo. Comienzo recordando el artículo 5 de la Constitución y la cuestión de la sobe- ranía popular. Esto, desde mi punto de vista, plantea una contradicción muy fuerte. Por una parte la Constitución plantea que la soberanía radica en el pueblo, pero por otra está diciendo que el Partido es quien decide, quien realmente dirige y orienta. Imagino que estas y otras cosas tendrán que ser estudiadas en la conferencia del Partido, si vamos a ser coherentes. Hay otra paradoja que está relacionada con esta, pero que tiene su ámbito propio de autonomía, digamos, y tú te referiste a ella: el proceso eleccionario. Supuestamente el Poder Popular se genera a partir de bases populares, pero dicho proceso está marcado por mucha distorsión. Sabemos que en la elección en la circunscripción se plantea la posibilidad -declaradamente abierta y libre- de elegir a los delegados que nos van a representar. No obstante, en ese proceso habría que aclarar muchos elementos. Primero, se plantea que estos delegados deben elegirse por sus virtudes, méri- tos y capacidad; que han de ser buenamente revolucionarios. También existe una comisión de can- didatura que se ocupa de esto. Me quería referir a esto. El papel de los mecanismos, que no están legalizados, pero de alguna manera imponen la dirección de una práctica, muchas veces imponen a los delegados. A veces nadie desea ser delegado, porque hay fenómenos de la subjetividad social, pues la función de este no es efectiva. En estos casos, las comisiones de candidatura, lideradas por el Partido, tratan de lograr de alguna manera que alguien intente ser candidato. Muchos delegados lo son porque no les queda más remedio. Berta Álvarez. Guanche, me ha agradado mucho que trataras los temas de la sociedad civil y de la legitimidad de la ley. En una lectura reciente, no recuerdo ahora cuál, me llegó muy fuerte el problema de qué cosa es la legitimidad de la ley. La legitimidad de la ley no es el contenido propia- mente de la ley, sino la capacidad de ponerla en función. Estamos llenos de leyes, pero entonces preguntamos, quiénes las conocen, quiénes la ponen en práctica, quiénes la cumplen, quiénes la or- ganizan, cómo se crean los mecanismos de cumplimiento de control de esa ley, y cómo están creados los elementos intermedios. Todo esto es muy importante, porque está influyendo en nuestra vida

73 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) cotidiana, en nuestro presente, en nuestro futu- Sin embargo nosotros, a pesar de que contem- ro, en la relación con nuestros hijos, en nuestros plamos, o decimos que contemplamos los secto- problemas familiares y económicos, etcétera. res de producción, la base del proceso radica en el territorio. Y eso, en mi opinión, es un peligro Hablo como historiadora, no como jurista. de los nacionalismos, el ubicar los problemas en Yo estoy de acuerdo con lo que tú has dicho acer- las organizaciones territoriales. ca de la sociedad civil, un tema muy importante. Otra cosa que quiero decir, y que todos sabemos, Si no recuerdo mal, el movimiento de Chiapas tenemos un poder ideologizado. Y quiero decir dijo: me levanto en nombre de la sociedad civil algo que es raro y que casi ningún historiador en México. de Cuba ha percibido: el fenómeno del poder es- Trabajo sobre todo los años 1940, y los amigos tatal ideologizado no es un fenómeno del 59 en de Espacio Laical lo saben bien, y cuando ana- adelante, es un fenómeno del 30 en adelante. Se lizo las diferencias entre la Constitución del 40 puede demostrar, analizando los años 30 (con la Segunda Guerra Mundial, con el problema del y la realidad nuestra de hoy comprendo que hay panamericanismo…), cómo la ideologización del una diferencia entre la verticalidad establecida poder estatal se va comiendo todo eso que tú nos por la Constitución del 40 y la actual. ¿Dónde has narrado. Sin embargo, desde 1959 lo hemos se rompe la verticalidad de la Constitución del sobrevalorado. Razones ha habido para dicha 40 que es diferente a la verticalidad de nosotros sobrevaloración, pero es evidente que siempre hoy día? Esa ruptura se produce en los engra- daña al hombre. Yo creo que el criterio que hay najes de la sociedad que yo llamaría civil, o de sobre la ciudadanía nuestra es que es una ciu- la ciudadanía. ¿Por qué se interrumpe? En lo dadanía política, pero no una ciudadanía civil. que quisiéramos entender como un socialismo Todos nuestros intelectuales, y tú has trabajado democrático, el socialismo siempre va a implicar en eso, hablan de que en Cuba no hay ciudada- más democracia y no le tenemos ningún temor a nos. Incluso Mañach llega a decir que en Cuba la palabra democracia. hay patria y hay Estado, pero no hay nación. Y Esa sociedad de los 40 tenía agrupaciones políti- todos ellos dicen: aquí lo que falta es el ciudada- cas, partidos, y el ciudadano elegía no solamen- no. Este es un problema que hemos heredado, te una biografía de pretérito, sino elegía un pro- pero que no hemos resuelto. Creo que estamos yecto de futuro, y aunque casi nunca se cumplía aún distantes de resolverlo, como un problema lo prometido, se podía denunciar el hecho. Eso tremendo a resolver: el problema de crear ciu- falta en nuestro proceso eleccionario. Otra cosa dadanos, de ser ciudadanos, de vivir en paz. importante. La elegibilidad nuestra se basa en María del Carmen Barcia. Siento que mi in- el territorio, por ahí se sigue dependiendo del tervención también va a ser un poco anacrónica. problema de la sociedad civil, que hay que ana- Las personas que me conocen saben que trabajo lizar, por la falta de autonomía que tienen los la historia desde el punto de vista social, pero órganos nuestros en la sociedad civil. bueno... Tú empezaste hablando de Varela. Es Por ejemplo, en la década del 40, con toda la cierto que esta Cátedra de Constitución fue muy importante, también es cierto que no duró casi verticalidad que tiene ese Estado, existían los nada. Pero no volvimos a tener absolutamente sindicatos, y distintas organizaciones, y la ver- nada donde se pudiera pensar en una relación ticalidad tiene que tener en cuenta que los de- ciudadana hasta después de la independencia, y legados de la constituyente decían que eran in- no precisamente por la independencia, sino por telectuales, obreros, campesinos. En primer lu- la aplicación de la Constitución de 1876, 100 gar decían los gremios, los sectores, a los cuales años antes de la que está ahora vigente. A mí pertenecían, que eran profesionales, que eran me parece que para llegar a la democracia pri- representantes de los intelectuales… Y yo siem- mero hay que formar el demos, formar al pue- pre digo que hubo proyectos constitucionales blo, formar una conciencia de lo que un pueblo muy buenos, anteriores al 40, que ponen acento es, de lo que un pueblo tiene que exigir. en los sectores profesionales, en la forma en que se participa en la producción de los bienes de la Lo que quiero decir es que los historiadores so- sociedad. ciales tenemos que estudiar mucho la legalidad, 74 porque para hacer historia social uno siempre va a la legalidad de una época, estudia las constitu- ciones y los reglamentos, porque esto nos dice lo que no se podía hacer, y entonces nos dice cuáles eran las contravenciones de la época. Te quería decir que es imposible estudiar la etapa de la Revolución cubana por la legalidad, porque no nos dice nada. O sea, un historiador social pudiera tomar la ley y no se da cuenta por ahí qué cosa es lo que está ocurriendo dentro de la sociedad. Tal vez porque está muy idealizada, o porque está en un plano muy conceptual, pero no se puede. Y ocurre que en nuestra legislación puede haber cosas que sean muy buenas desde el punto de vista de la teoría, pero en la práctica no fun- cionan. Creo que un concepto como Poder Popular en un pueblo que sepa cuáles son sus derechos sería lo sumo para el socialismo, y los delegados de este Poder Popular también serían lo sumo para este socialismo, siempre que pudieran hacer algo con este poder, no sólo entregarnos la biografía de lo buenos que son, sino para que puedan ayudar a su comunidad, que puedan determinar con respecto a esto y no sólo manejarlo a nivel de concepto. Aquí se manejan conceptos que a veces me hacen reír. Ciudadanía civil. Toda ciudadanía tiene que ser civil. El término ciudadano y el término civil vienen de la misma raíz etimológica. Toda ciudadanía tiene que ser social. Todas las categorías sociales tienen que ser relacionales o no hay categorías sociales. Lo que sí es importante, a pesar de todo lo que dijo Berta Álvarez de la categoría de ciudadano y que nunca había funcionado bien en Cuba, es que casi siempre fue bien usada y sí funcionó, lo que en un momento determinado, como muchas otras cosas, la dieron por una categoría burguesa y la eliminamos. Y nadie quería hablar aquí de un ciudadano, realmente se hablaba de un compañero. Así hablábamos nosotros en la década de los 60, de un compañero. No queríamos usar la palabra camarada, no nos sonaba bien, porque todos éramos compañeros dentro de un proceso con el cual nos sentíamos muy comprometidos. Ya después eso se dejó. Ahora ya no es compañero, ahora es abuela, tía… Debiera haber un estudio lingüístico de los problemas que existen en nuestro país. Debe ser terrible para un locutor hablar por la televisión y no poder decir: los ciudadanos nos acompañaron, sino el personal. Personal es un grupo de personas. Eso no dice nada, es un poco como rebaño, porque un poco le quitan la conciencia que puede ser política. Hay problemas también que están vinculados al lenguaje, y el término ciudadano nada más que se usa desde el punto de vista de la prevención ciudadana. O sea, si me van a poner una multa soy una ciudadana, pero si estoy en mi centro de trabajo soy personal, o soy factor, pero no soy ciudadana. Con ello me quitan el poder de decisión. Como ciudadana podría decidir, como factor creo que no, como personal creo que tampoco. Y todas estas cosas se desvían desde el lenguaje. Recuerden uste- des que los grandes políticos han sido grandes lingüistas. Y a mí me parece que estas cuestiones de la lengua tienen importancia porque en Cuba no tenemos una empleada, tenemos una señora que cuida a los niños, o le cuida los niños a la compañera. Entonces tenemos una gran distorsión del lenguaje, porque desechamos palabras que han mostrado tener significación peyorativa por haber sido consideradas como términos burgueses y tienen que volver a ocupar su lugar. Otra cosa que quería señalar. La Constitución de la restauración española, que fue la que se puso en vigor aquí en Cuba, primero provisional y después permanentemente, permitió la Ley de Aso- ciaciones. La Ley de Asociaciones fue muy importante. Si uno estudia y analiza la Ley de Asociacio- nes encuentra una riqueza extraordinaria de matices. Por ejemplo, las leyes de asociaciones en el año 1880 tenían un carácter, pero en 1902, cuando se instaura la República, crecen en un sentido extraordinario las asociaciones de padres y maestros (que ahora deberían tener muchísimo interés, porque todos los padres sabemos los problemas que tenemos con los maestros), y también las de ve- cinos, por los problemas que había en los barrios. Recuerden que la asociabilidad nos está dando el problema de una época, pero la asociabilidad en la actualidad no nos está dando el problema de la época. Y ahí es donde yo decía que, a diferencia de lo que puedo hacer cuando estudio otra época histórica, no lo puedo hacer en esta. 75 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Antonio Rodiles. Yo voy a ser breve. Solo que- crear derechos y generar vivencias, como decía ría agregar, retomando algo que dijo la profesora Fowler. También me preocupa que el derecho de Barcia, ella dijo algo de la teoría y la práctica. Y resistencia siga siendo dependiente y parasita- es que a mí siempre me llama mucho la atención rio de toda la maquinaria jurídica. cuando hablamos de socialismo en cualquiera de También me preocupa mucho este concepto de las variantes que se plantea, y son muy intere- vaciamiento de la ciudadanía, cómo el Estado santes las discusiones teóricas, pero me parece cubano está introduciendo la cuestión de ciu- que también en un punto hay que aterrizarlo. Y dadanía, donde la misma significa ser pagador yo creo que el socialismo hasta ahora, en todas de impuestos. Se está convirtiendo en un com- las sociedades donde se ha dado, ha tenido mu- ponente fundamental para distinguir a aquella cho apogeo, incluso muchas veces se hace refe- persona que es correcta de la otra. Y esto debe rencia a los países nórdicos como países donde ser la piedra de toque, justamente ese vacia- el sistema socialista funciona, pero yo creo que miento que está ocurriendo de la ciudadanía, no se debe olvidar los que ha planteado el siste- porque además nos está bloqueando la capaci- ma socialdemócrata. También cuando se habla dad de generar solidaridad, de generar sociabi- de trabajo asalariado, como se maneja en una lidad, de generar ese rico mundo subjetivo que sociedad, porque la parte social va asociada a quisiéramos y que formó parte del pasado. Y en una economía, y algunos funcionan y otros no este mismo punto se puede entender la opción funcionan, depende del país. de resistencia popular. Para sintetizar, me pre- Son puntos que acá, en Cuba, no sé por qué está ocupan mucho todas estas cuestiones y cómo se pasando últimamente, que cuando se está dis- pueden considerar desde esa visión de marxis- cutiendo sobre cómo vamos a mirar el futuro, mo republicano. cómo queremos hacer las cosas, principalmente Hiram Hernández. El término “patriótico” se está hablando todo el tiempo de un revisio- es fundamental para el republicanismo porque nismo del socialismo, y no necesariamente ha de este define el punto de encuentro entre legali- ser así. Y cuando hablaba algo de esto de aterri- dad y legitimidad. El patriotismo pasa por nues- zar y voy a la calle, a mucha gente no le interesa tra real posibilidad de participar en la produc- hablar de socialismo, la gente te habla en otros ción de la ley y los derechos que nos organizan y términos. Pero a mí me parece que sería inte- bajo los cuales vivimos. resante no solo empezar a debatir, sobre todo empezar a pensar en las diferentes visiones que Se ha mencionado la idea de “resistir al dere- van a convivir. Porque hay múltiples variantes cho”, pero cuando se habla de ciudadano lo pri- por las que puede desembocar este movimiento mero es “tener derecho a tener derechos”. Solo en nuestra sociedad. para mencionar un ejemplo, si un cubano se di- rige a una oficina porque desea tener una cuen- Mario Castillo. En primer lugar, es un gusto ta de Internet y allí se encuentra con una dis- estar aquí, me parece muy pertinente y útil toda posición que dice que para solicitar ese servicio, esta discusión que hemos tenido. Guanche, a mí como primera condición, debe ser ciudadano de me preocupa en esta línea de pensamiento tuya otro país; entonces la idea de ciudadano cubano lo que has llamado marxismo republicano. Me más que una puerta a los derechos se percibe preocupa hasta qué punto ese marxismo repu- como un obstáculo. Aparece como un inconve- blicano se distancia o no de la leyenda negra que niente que hay que rebasar, por ejemplo, obte- fabricó el liberalismo sobre la Edad Media, sobre niendo la ciudadanía española, africana o ecua- la historia anterior al socialismo, o la historia toriana. Aquí comienza la “enfermedad de las anterior a la hegemonía nacionalista. Me pre- palabras”, un concepto que define la posibilidad ocupa porque en ese combate también se com- misma de la virtud patriótica, se convierte en su bate contra el derecho consuetudinario y otros contrario o incluso en una ofensa cuando se uti- elementos importantes. Entonces se invisibiliza liza en contraposición al término “compañero”. todo el mundo de origen feudal, como dice un sociólogo que se estableció en Nicaragua. Ese Para situar el lugar del ciudadano es importan- mundo está constantemente invisibilizado y te la conformación de un ágora donde podamos llega priorizado y retorcido en su capacidad de deliberar sobre nuestras leyes y en la que se re- 76 fuerce tanto la idea de Martí de decir lo que se piensa y hablar sin hipocresía como la isegoría que es hacer más fuerte la opinión del más débil. La pregunta que le hago a Guanche es: ¿cómo entender la neutralidad ideológica del Estado? La existencia de una doctrina de Estado es un extremo, pero los conceptos de igualdad, participación, defender al más débil y definir al ciudadano por el disfrute de todos los derechos no son concepcio- nes neutrales. Con respecto a la socialización de la propiedad, que se define en la conferencia como la extensión de un régimen de propietarios, entiendo que se refiere a la idea de Marx de desaparición del pro- letariado mismo. Eso me parece utópico o muy lejano si nos situamos en la realidad global en que vivimos. Quizás, lo que urge es socializar el poder para que podamos construir consensos sobre múltiples formas de propiedad posibles (social, privada, estatal, cooperativa). Se trata de que po- damos decidir sobre qué variantes de propiedad deben existir y aplicarlas de acuerdo a las necesi- dades de la ciudadanía. Dimas Castellanos. En primer lugar, mi felicitación a Julio César Guanche por todos los concep- tos que ha traído a esta conferencia, gracias a Espacio Laical por estos espacios que se van intensi- ficando, que permiten el intercambio de ideas y sobre todo, gracias a todas las intervenciones que he oído aquí, porque uno sale de aquí enriquecido, reflexionando. Lo que quiero plantear es lo siguiente. Por lo que he escuchado, tenemos muchas ideas de lo que es el ciudadano y de su importancia, pero también me queda muy claro que nosotros no somos ciuda- danos. Y toda la realidad cubana, incluyendo los proyectos actuales que se están haciendo, depen- den de este ciudadano. Y por muy priorizado o aprobado que estén, están condenados al fracaso, porque falta lo elemental: el ciudadano. Si estamos de acuerdo en que el ciudadano es el elemento esencial en cualquier sociedad contemporánea, para la participación política, económica, cultural y para el desarrollo social e integral, y no lo tenemos, entonces estamos ante un gran problema, porque una de las manifestaciones (aunque sea una redundancia) cívicas del ciudadano es la par- ticipación en la sociedad civil. Estamos prácticamente en un punto cero. Yo decía en el pasillo hace rato que estamos en el mismo punto de hace 190 años, quizás un poquito atrás, porque la sociedad civil se inició en Cuba después de la Guerra de los 10 años. Con el Pacto del Zanjón, a cambio del cual se aprobaban algunos puntos de derechos y libertades, surgió la sociedad civil cubana, en plena colonia. Y ahí surgieron el primer sindicato cubano, la primera prensa obrera, los primeros partidos políticos, y esa sociedad civil estuvo transitando hasta que desapareció totalmente y se creó una sociedad civil corporativa que sustituyó esas funciones, y que además comenzó a depender de los intereses de un partido único y no ya de la ciudadanía. Mi pregunta concreta es, que hago a todo el plenario: en este punto en que estamos ¿qué podemos lograr de todo el pueblo cubano, de todos nosotros? Y le pregunto a Guanche si él tiene en sus re- flexiones, en sus pensamientos, alguna idea de cómo transitar de este punto en que estamos al pun- to de convertir a los cubanos en ciudadanos para poder provocar los cambios que el país necesita. -Víctor Fowler. Una pequeña historia. En la novela El tren blindado 1468, hay un momento don- de va a pasar el tren blindado 1468 que trae armas a los rusos blancos, y está un grupo de bolche- viques que deben impedir que el tren pase, pero no tienen dinamita y no pueden volar la línea. Y el jefe de la tropa dice: necesitamos que un comunista se acueste en esa línea y detenga el tren que viene. Y un tipo sale, y se acuesta. Pero cuando el tren se acerca y él va oyendo cómo van temblando los raíles, se para llorando y dice: ¡hermanos, no puedo! Entonces sale un cosaco, se tira en la línea y el tren le pasa por arriba. Cuando el maquinista ve que ha matado a un hombre para, y entonces los bolcheviques asaltan el tren blindado 1468. Es real que la revolución socialista es un tipo de proceso que no produce ciudadanos, produce re- volucionarios. El ideal de la revolución socialista, cuando se habla de la desmovilización política, el

77 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) ideal de una asamblea del Poder Popular, es que es la convivencia socialista. Estamos secuestra- cuando hay un cargo, haya uno que haga como dos por la política y, al obedecer a la política, no el cosaco y diga: ¡hermanos, ninguno de ustedes pensamos en la convivencia. Y la convivencia es tiene cualidades para dirigir esto, así que tengo la cultura. Desde eso que hablaban aquí, las pa- que ser yo! Y que eso suceda de verdad. No que labras de la comunicación cotidiana, y el signifi- sea un farsante que se va a poner ahí para robar- cado que tienen. ¿Por qué le dicen a una perso- se las tres boberías que hay en el almacén. Eso na personal? Bueno, los que imponen pueden se relaciona con la idea del partido de Gramsci. decir el ciudadano, porque tampoco le puedes Había otro modelo de partido, no corporativo, decir a la misma vez revolucionario: ¡oye, tú, el de Gramsci. La idea gramsciana era que el revolucionario, ven acá! No, la sociedad funcio- partido desaparecía, pero al revés. No desapa- na sobre la base de que ya son revolucionarios. recía porque los militantes entreguen el carné, Ni siquiera hay cómo llamar a la persona de un sino todo lo contrario. Todo el mundo quería ser mundo nuevo, porque es un mundo nuevo. del partido, y cuando todos eran del partido, ya no existía partido. Esa es la ilusión socialista. De esta manera, el socialismo es, antes que otra Por eso es tan importante tener aquí en cuenta cosa, un hecho cultural (y aquí es la clave, la los signos de intencionalidad, y por eso es que tragedia, lo más difícil, lo más complejo) que co- yo repito: la cultura, la cultura… Ese momen- mienza por enunciar que parte de un estado de to donde el partido desaparece por extensión es fracaso. Ese es el corazón de la manera con la exactamente cuando se ha hecho más fuerte la que el Che miraba el socialismo. Tú partes de opinión del partido, o sea, es el partido hecho un punto en el cual no existen los hombres para para que sea más fuerte la opinión del partido. el socialismo. Socialismo es una intencionalidad que va a trabajar sobre la base de la construc- La revolución tampoco conocía la idea del mar- ción, de alejarnos de su fracaso, pero va a te- xismo clásico de lo que hoy le llamamos sociedad ner que estar continuamente luchando dentro civil; bueno, la conocía, pero no en el sentido que de sí mismo contra todas las fuerzas que van a hoy se utiliza en estas discusiones postmarxis- tas. O sea, hay una utilización marxista-clásica intentar que el socialismo no sea. La tragedia de de la sociedad civil y una utilización postmarxis- este sistema es que, a diferencia del anterior, las ta de la sociedad civil. En esta última la socie- fuerzas internas existen para que no sea. Está dad civil se convertía en un mecanismo de des- luchando contra las mentes de las personas mis- montaje del Estado. Estas son las ideas clásicas mas, contra las estructuras de la vida cotidiana; de la sociedad civil en el marxismo. La sociedad está luchando contra los centenares de años de civil es algo que es parejo al Estado y que está en rutina de la vida humana, contra todo lo que continua interacción con él. está acumulado como saber popular, todo lo que existe que te dice que los hombres no pueden La novela de ciencia-ficción nos ha enseñado ser iguales. Está luchando contra los miles de una cosa interesante. La novela de ciencia-fic- años de humanidad que te dicen que los hom- ción ha explorado muchísimos puntos en los bres eran desiguales. Entonces, desde el inicio, cuales no existe lo político. Yo soy un enamora- su existencia es prácticamente una casualidad y do total de esa maravilla de novela que se lla- ma La mano izquierda de la oscuridad, que es todo lo que ocurre en su desarrollo es el intento la más extraordinaria popularización que se ha de que eso que fue casual se convierta en regu- hecho del liberalismo como doctrina. Un mundo lar mediante la transformación cultural, en una futuro, hay una serie de civilizaciones unidas en transformación de las mentes. un imperio. Después de haber vivido milenios Los instrumentos con los que tenemos que ana- de guerra han llegado a la conclusión de que lo lizar son otros, y en la particularidad cubana, que vale la pena es comerciar. Entonces la fun- con una Cuba con su exilio, ¿qué podemos hacer ción del imperio es garantizar el comercio. El para que el concepto de los revolucionarios se resto son las normas de convivencia. amplíe hasta el punto de que puedan dialogar, Y este agujero que tenemos en el socialismo es negociar, incluir…? Bueno, no habría que ha- un agujero grave, porque no sabemos qué cosa blar de revolución, sino de nación.

78 Julio César Guanche. Bueno, esto podría ser infinito. Por supuesto, intentaré ser breve. Coinci- do con muchas cosas, por lo cual, no me referiré a ellas. La ciudadanía radica en el pueblo, decía Varela, decía Rousseau, decían los grandes clásicos re- publicanos. La Constitución cubana lo reconoce así, pero hay varios momentos en ella en que la soberanía va de la ciudadanía al Estado. Uno de ellos es, por ejemplo, cuando la Asamblea Nacional es la única que puede invocar un referendo, y no lo puede invocar un número determinado de ciu- dadanos, como sucede en las constituciones de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Me parece que habría que rastrear todo el contenido normativo del país y colocar la soberanía primariamente en la ciudadanía como motor impulsor de cualquier decisión política, y después en sus representantes. La diferencia entre la letra y la práctica que se mencionaba, que es también un modo de llamar la desviación entre norma y práctica ha sido tratada de varios modos. Juan Valdés Paz se ha referido mucho a esto. Una de las respuestas a esa desviación es avanzar en una concepción garantista del derecho. La presencia de garantías es lo que hace virtualmente eficaz una Constitución. El monto de las garantías, la profundidad de su funcionamiento, la cobertura que alcancen es lo que puede garantizar el acortamiento de la desviación entre la práctica y lo estipulado en la norma. Toda des- viación entre norma y práctica es un espacio de ilegitimidad que tiene que ser recortado, bien con la actualización del derecho, bien con su derogación. Me he referido en otro lugar a un problema que aquí se mencionó: el tipo de información que reci- bimos en las elecciones para votar por un candidato. Se toman en cuenta básicamente dos dimen- siones: la dimensión del trabajo (la persona es un gran trabajador) y la dimensión de la inserción política (está vinculado a las organizaciones de masas, al Partido o no, es dirigente o no). Eso deja fuera muchas dimensiones que configuran nuestra conciencia y nuestras opciones, que resultan en diferencias surgidas de las condiciones de género, color de la piel, edad, nivel de ingresos, orienta- ción sexual, preferencias y hábitos culturales, lugar de nacimiento, etc. Esas diferencias también contribuyen a modelar lo que somos, y esto no se explicita en la información que recibimos de las personas que elegimos. Todos estamos atravesados por algunas de esas dimensiones, pero lo que recibimos es información sobre solo dos ámbitos. Este hecho está en la base de limitaciones sobre el perfil que es dable elegir entre los representantes. Existen mediaciones no recogidas en ley, que funcionan en la práctica. Otras están recogidas expre- samente en la ley. La Comisión de Candidatura está perfectamente recogida en ley; o sea, puede ser afirmativa o crítica la posición hacia ella, pero es un mecanismo por completo legal. La reforma constitucional de 1992 prohibió formalmente al Partido intervenir en las elecciones, no le permite nominar candidatos. Como partido único no puede nominar candidatos porque sería un partido electoral. Sin embargo, las proposiciones de candidatos la hacen comisiones de candida- turas que son designadas por las direcciones de las organizaciones sociales y de masas, que están subordinadas al Partido. Una manera de explicitar la transparencia del proceso sería ampliar la independencia, hasta llegar a la autonomía, de las organizaciones sociales y de masas y subordinar estas solo a las decisiones y al control de sus bases, de su membresía. Hay una manera específicamente jurídica de tratar el problema de la legalidad y la legitimidad de la ley. La legalidad refiere a que la ley haya sido aprobada por el proceso regular que se tiene para crear una ley. Ahora, la legitimidad estaría vinculada a cómo esa ley, que es vigente porque está aprobada, tiene que ver con los contenidos constitucionales. La Constitución en este caso se en- tiende como una norma que plasma los deberes y derechos de la convivencia colectiva y la distribu- ción de poderes entre Estado, sociedad y ciudadanía. Se entiende como una suerte de pacto social, metáfora que ha sido discutida últimamente. La norma que case con la Constitución es legítima, si no casa, o sea, si contradice la Constitución, es ilegítima, aunque esté vigente. De ahí la dife-

79 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) rencia entre legalidad y legitimidad. Eso supone Se trataría de complementar el principio de la participación, también desde la ciudadanía, representación y no de oponer uno a otro. Eso para controlar, derogar y modificar el derecho. busca eliminar o evitar los problemas que tie- ne el uso exclusivo de este nivel territorial que Lo que querría destacar de la utilidad del con- es, para decirlo rápidamente, poco eficaz para cepto de sociedad civil para una perspectiva de- dar cuenta de las necesidades de una ciudadanía mocrática -no liberal- es que debería referirse ecológica, por ejemplo. Cuando las necesidades también con él al movimiento de lo social. O sea, ecológicas tienen una escala que es local, que es cómo se mueve lo social, cómo se ve que lo social regional y que es también global, sus demandas adquiere cada vez nuevo poder, amplía su poder no pueden traducirse solo al ámbito de lo local. y afirma sus atribuciones. Esa ampliación del Así no pueden conseguir impacto, por ejemplo, movimiento de lo social me parece que es funda- sobre la agenda nacional. mental para lo que estamos hablando. Sobre el criterio territorial de representación Comento solo un punto de lo que se hablaba so- pesa también la cuestión de las demandas polí- bre elegir un proyecto que tenga que ver con el ticas de identidad -por razones de género, color, futuro y no solo con la biografía, con el historial ocupación, nivel de ingresos, orientación sexual, de una persona. etc-, porque lo normal sería que estas defendie- ran intereses de escala y perfil diferentes a los El sistema institucional cubano prohíbe hacer que pueden ventilarse en el ámbito exclusiva- campaña electoral, lo considera como demago- mente territorializado de lo local. Como sabe- gia. Esto es una virtud, pero también trae pro- mos, usualmente se pronuncian allí preferente- blemas. Campaña electoral significaría: estos mente temas “administrativos” de la localidad, son los planes que tengo para mi localidad, para como, por ejemplo, problemas con la calidad de mi municipio… Me parece que ahí opera una los servicios. Aquellos otros -provenientes de confusión que es asociar directamente “pro- demandas de identidad- encuentran difícilmen- puesta electoral” con “demagogia”. La dema- te lugar. gogia viene de la falta de control sobre lo que se ha prometido, de la “libertad” del represen- Para mí resulta imprescindible debatir el tema tante para hacer política sin control social. Son de la autonomía municipal. Por ahí es por donde temas diferentes. Se puede hacer una propuesta creo que habría que avanzar para el tema de la electoral y siempre que esté controlada no tie- descentralización, y dentro de esto adelantar en ne por qué aparecer la demagogia. El tema fun- una comprensión distinta que permita producir damental aquí es el del control social sobre el política nacional también desde lo local. O sea, representante. que la política no se trate solo del nivel superior del Estado decidiendo para la nación, sino tam- El tema de la descentralización económica y de bién que lo que pase en lo local impacte en la la descentralización en general, alcanza tam- agenda política nacional. Cuando se articula de bién al análisis del territorio como la única base esa forma, me parece que hay un espacio habili- de representación institucional. Las personas tado para hacer colectivamente política. pertenecen a cualquier sector y son maestros, son deportistas, son carpinteros, son ingenie- El tema de la ideologización es complejo. Ber- ros, pero siempre son electos por un municipio, ta Álvarez comentaba que el Estado cubano se por una circunscripción. Existen criterios que ideologizó a partir de los años 30. El principio se toman en cuenta para buscar representativi- de tolerancia es el principio clásico liberal para dad, pero la única base reconocida en el sistema dar cuenta de la llamada neutralidad. Hay mu- electoral es el territorio. cha discusión sobre este principio. Yo prefiero el concepto de fraternidad al de tolerancia, pero De los años 90 para acá hay varias propuestas no puedo comentar eso ahora. Me parece que de complementar ese criterio territorial con otro la discusión que está en el fondo es muy útil, tipo de representación de intereses, que puede porque refiere tanto a principios como a meca- ser, según una opinión, representación laboral, nismos puestos en función de alcanzar mayor ser una representación por sectores laborales. legitimidad en el uso del Estado.

80 Se podría recuperar hoy de aquel curso de Derecho Constitucional de Varela una discusión sobre qué significa la Constitución. Una Constitución es también una regla de distribución de poder: cuáles son los derechos que me corresponden como ciudadano, cuáles son los derechos del poder estatal, cuáles son los derechos frente al poder estatal. Para no entrar en una larga discusión sobre el tema de los “padres de la patria”, de los “fundadores de la nación”, recuerdo que en Cuba el republicanismo democrático se opuso por definición a la esclavitud. Ese es el republicanismo que nos dejó Martí, un republicanismo social y democrático, que fusiona la independencia nacional con el antiesclavismo. Recuerdo a Julio Antonio Mella, que formuló una lectura marxista de la tradición independentista cubana, tenida por “liberal”. Mella fusiona ese legado de independencia nacional con el de libera- ción social. Es por eso que el periódico que Mella fundó en el exilio se llamaba Cuba libre… para los trabajadores. O sea, era Cuba libre, como en el ideal independentista del siglo XIX, pero actua- lizado por la liberación social, para los trabajadores. No se trata del republicanismo oligárquico que fue el que funcionó en América Latina después de la independencia, sino un republicanismo que tenía que producir, al mismo tiempo, liberación social. La existencia de la ciudadanía civil, política y social, en concreto, alude a los contenidos específicos de la ciudadanía, cosa que no es menor, porque precisamente la última ola capitalista ha combati- do con entusiasmo los derechos sociales. Con ello, regresa al mito original de la ciudadanía como igualdad política, según el cual todos somos iguales porque la ley nos hace iguales por obra y gracia de la ley. Consagrar derechos de ciudadanía social viene a cuestionar ese mito largamente invocado. Sobre el “socialismo” de los países nórdicos… Siempre pienso en eso a la hora de ubicar el socia- lismo que defiendo. Cuando se habla de que el socialismo es igualdad de oportunidades, se podría parecer mucho al concepto de socialdemocracia que manejan algunos de estos países. A mí me parece que el socialismo por el que luchaba Carlos Marx no era un proyecto solo para combatir la pobreza, sino para combatir la enajenación y la explotación. El marxismo es un pensamiento y una política sobre la libertad. Si la relación de explotación se mantiene, pero los pobres son menos pobres, el marxismo pervive: su tema es la emancipación humana, y no solo la mayor o menor po- breza acumulada. ¿Qué es repartir equitativamente? Existe una gran discusión contemporánea sobre la justicia. Se discute incluso si hay un concepto de justicia dentro del marxismo. Distintos marxismos han dis- cutido mucho qué concepto de justicia defender y creo que es algo que deberíamos nosotros debatir. Porque nos hemos acostumbrado a pasar teóricamente con facilidad de muchas cosas y hablamos de justicia como si fuera un único concepto, unívoco, que significa siempre lo mismo. Hay muchas posiciones de justicia que discuten entre sí y una de las cuales me parece que tiene más posibilida- des que otras. Algo parecido a esto se encuentra en lo referente a las alternativas del trabajo asalariado. Cuando no se visualizan alternativas parece que lo único posible es el trabajo asalariado, pero las alterna- tivas no son otras que las del trabajo libre y asociado que defendió siempre Carlos Marx y existe una gran cantidad de experiencias en el mundo entero, que se sitúan en el campo de la economía política popular. Toda la elaboración sobre la economía política popular es, me parece, construcción de alternativas al trabajo asalariado. Recuerdo una clave del marxismo: ningún poder es legítimo solo porque lo refrende así la ley. El tema de la hegemonía en Marx, y sobre todo en Gramsci, era la trama de la lucha política por la hegemonía social. El problema es que una posición que cuenta con el derecho de imponerse sobre otras debe legitimarse permanentemente ante el conjunto social a través de la construcción de hegemonía.

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Para la lectura republicana del marxismo es dominación y el Estado como instrumento, que central lo que Gramsci entendía como el núcleo hace lo mejor posible para la clase que represen- de la política socialista: la autoorganización. ta. Si los dos conviven en el marxismo, se gene- Cuando él escribía sobre los soviets de Turín, ra un problema, porque si es un instrumento en entendía que la autoorganización era el conteni- manos del proletariado para construir el socia- do mismo de la política socialista. Ese marxismo lismo, entonces no es necesariamente un instru- entiende la historia de la democracia como un mento de dominación y por tanto no debe extin- movimiento. La democracia no es el robespie- guirse. Por eso creo que el tema de la extinción rrismo, el ala más radical de la Montaña, sino del Estado es un tema mal entendido, porque todo el movimiento jacobino organizado en aso- no se trata de extinguir el Estado, sino de aca- ciaciones y clubes que constituía en sí mismo el bar con el contenido de dominación clasista que movimiento democrático. La democracia no es supone el Estado, que es una cuestión diferente. solo un régimen político, hay democracia donde el movimiento democrático ejerce el poder. Yo Entonces, es posible pensar que el marxismo entiende la neutralidad por otro lugar. En el creo que eso conlleva el reconocimiento de las sentido republicano: asegurando la universali- formas de economía política popular, de las ela- zación de las condiciones de acceso a la política, boraciones populares de la cultura y se opone por querer evitar que esta esté dominada por por definición a la democracia liberal, que se ha intereses de clase. Esa neutralidad se vincula entendido básicamente como un dispositivo de entonces al horizonte marxista de la superación negociación entre élites políticas. de las clases sociales. Solo en este escenario es A mí me interesa mucho volver al pasado como que cabe hablar, en rigor, de “neutralidad” del “tradicionalismo”. Existen, como decía Walter Estado. Benjamin, tradiciones interrumpidas por cursos Para una imaginación muy extendida, la propie- políticos que las imposibilitaron. Eso no signifi- dad siempre es propiedad capitalista o es pro- ca que no puedan ser recuperadas, y no significa piedad socialista, entendida como estatal. Pero que están solo en el pasado. Alumbrar ese pasa- estas no son las únicas formas de propiedad. Lo do es también una forma de no ser conservador, que estoy defendiendo como democratización sino de pensar de otra manera el futuro. de la propiedad es la instauración de un régi- Hacer más fuerte la voz del más débil no creo men expandido, universal, de propietarios no que sea contradictorio con la idea manejada so- capitalistas. bre la isegoría, en cuanto lo que busca es afir- El tema del proletariado, así como el de la ciuda- mar la igualdad material en la expresión y la danía civil y política, ha sido muy criticado des- participación. Hay una diferencia entre la liber- de el los estudios de género y los estudios sobre tad de opinión, para la cual todos somos “libres” “raza”, porque dan cuenta de una única expe- de opinar, pero la isegoría tiene que ver con la riencia: la de trabajadores, casi siempre blan- creación de posibilidades reales, materiales, de cos y casi siempre hombres. Dar cuenta de esta expresión de las voces de la ciudadanía. Y si eso historia que deja fuera tantas diferencias me supone igualdad, supone siempre fortalecer al parece que nos ayuda también a entender hoy que está excluido, marginado, o al más débil. qué cosa es el proletariado, cuántas cosas que- dan fuera del proletariado y nos recuerda que ¿Cómo entender la neutralidad? Para mí esa el marxismo era una propuesta universal, no idea era exclusivamente liberal. Para mí estaba solo para el proletariado sino para el conjunto impugnada por completo por Marx, pues el Es- social. De ahí que en ese pensamiento la eman- tado resulta siempre un instrumento de domi- cipación del proletariado fuese la emancipación nación de clases, y no hay forma de que sea un de la sociedad. mecanismo de composición de intereses de cla- se. Pero me entero de que existen varias pers- La socialización de la propiedad, en el marxismo pectivas posibles dentro del marxismo, en Lenin de Carlos Marx, creo que supone la socialización y en Engels, donde conviven conceptos distin- del poder, y viceversa. Es la única forma de lle- tos sobre el Estado. El Estado como función de var una a la otra.

82 Víctor Fowler decía una frase extraída de la novela, que la revolución no produce ciudadanos, sino revolucionarios. Entonces dejo aquí una idea acaso provocadora, aunque sea antigua. A lo mejor la “transición” no se debería dar al socialismo, sino del socialismo hacia la democracia. En ese sentido, el opuesto del capitalismo sería la democracia, y el socialismo sería la vía de alcanzar la democracia. ¿Cómo ejercer de ciudadanos? Para mí se trata de utilizar la política para construir poder, afirmar poder, ampliar poder, para, así, liberar las formas de la convivencia.

83 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Conferencia impartida por el doctor Alfredo Guevara, el pasado DIALOGAR, DIALOGAR. 29 de octubre, en el Centro Cultural Padre Félix Varela, en un encuentro auspiciado por la revista Espacio Laical.

EN DIÁLOGO Retomando temas inicialmente abordados en el Aula Bartolomé 4-2011 de las Casas en el Convento de San Juan de Letrán y más tarde en el Aula Manuel Sanguily en la Facultad de Filosofía e Historia de nuestra Universidad de La Habana en la que me tocó más que cerrar reabrir encuentro entre creyentes y no-creyentes, término en que me siento más cómodo a diferencia del entonces utiliza- do. El del ateísmo. Es que no puedo olvidar las reflexiones del Obispo de Milán o las de Umberto Eco publicadas como En qué creen los que no creen. Y esto de detenerse en “el creer” resulta un reto más excitante que hacerlo en la negatividad de “ateo”. Afortunadamente y es lo que retengo de los encuentros en las dos Aulas, las del Convento y la Facultad, que quedó en suspenso o “en el aire suspendida” y como exigiendo nueva y más extendida reflexión otra pregunta ¿si es tanto lo que nos une qué será lo que nos separa? En aquella ocasión con la pregunta me daba la respuesta e inci- taba a quienes presentes a encontrarla en su alma y acaso en su práctica si conservaban equilibrio, serenidad y objetividad poten- cial para hacerlo. El Aula estaba repleta de estudiantes y profe- sores, unos y otros muy jóvenes y por eso seguramente frescos, abiertos, buscadores todavía no marcados por verdades eternas o doctrinas de tan perfecta estructura que ahorran “el pensar”, ese noble ejercicio a que nos incitaba el Padre Félix Varela. Estudiando sus textos y tratando de situarme en la época y en este espacio que fue el Seminario y queriendo saber de los libros de que disponía en su biblioteca personal encontré una especie de inventario posiblemente sumario que alcanzó a hacer Monseñor Martínez Dalmau, Arzobispo de Cienfuegos. No encuentro ahora aquel fascículo pero me atrevo a asegurar que era tan amplia y moderna, actual, su formación que, anclada en tanto talento y sensibilidad, no podían sino intuir y buscar fundamentos racio- nales probables a cuanta incógnita quedase abierta en el trata- miento de la realidad, en la inmediatez de las ciencias naturales y del experimento y en la ilímite inmensidad del Universo. La Miscelánea Filosófica nos revela su carácter antidogmático, des- entrañador del escolasticismo que paraliza el desarrollo de las ideas; visión de apertura que trasmitía a sus alumnos y, hoy, a nosotros. Y que no suponía impugnación de doctrina sino de for- mas cristalizadas y deformantes al paralizar el curso de la vida. Entiendo que no estaría de más recordar que nos adentramos a veces en campos en que la terminología deviene imprecisa y sujeta a interpretaciones cuando se trate de situar en la historia, en la Filosofía, en la Teología, por separado, entrelazadas, a veces una misma.

84 Por Siglos y por Siglos encontramos a unos y otros empeñados en explicarse el Orden del Uni- verso y, cuando menos en la Filosofía, de descubrir aquel indicio, y probarlo, de la presencia en el Todo-Uno de un Supremo Ordenador infinitamente diviso, diverso en infinito y en cada partícula presente. Especulaciones y sistemas, cálculos, observaciones e investigaciones, la Matemática en ayuda, la Física esperando, la tecnología sofisticando instrumentos de apoyo y hoy, filósofos y cien- tíficos, inmersos en la nanología mientras más desarrollada más imprecisa. Por todos los caminos llegamos a la abstracción total, a la Matemática cuando más no se puede. Y cuando descubre el límite es que ya se descubre en lo ilímite inmersa. Decenas de filósofos, decenas para ajustarme a los que importan, y no me atreveré a decir seguro de mí, decenas de teólogos; sistemas cerrados, inquietudes, interrogantes abrumadoras, ortodoxias que se quiebran y herejías quemadas reivindi- cadas y convertidas en Campos de Flores. Siempre por allá y por acá y por doquier una Idea inmóvil petrificada y que se sobrevive a veces medio siglo. Pero pueden ser muchos y a veces al milenio llegar. Solo el tiempo, ese cruel personaje que todo lo tritura y a veces magnifica; solo el tiempo es arbitro porque en su curso la Memoria, selectiva y filtrante va escribiendo la Historia. Me ha tocado saber y observar y vivir y no estoy solo, formo parte de las generaciones fundadoras, que en camino de la Revolución Martiana inspiradora hemos querido construir un valladar al Imperio y puentes de rasgos socialistas y encontrado que moldes y rutinas programados han lasti- mado el sueño que soñamos. No ha logrado sin embargo el dogma, el cuerpo teórico que petrificado quiso dominarnos, impedir que el Programa inicial fuese cumplido y desbordado. Ya desde muy temprano niños y adolescentes, jóvenes, marcharon al campo y la montaña decididos a protagoni- zar la otra gesta liberadora alfabetizando al pueblo todo, campesinos, marginados de las ciudades, pescadores; a cuantos nunca importaron. Cuba territorio libre del analfabetismo abría con el cami- no de la instrucción generalizada la potencialización de un más alto nivel y para mí, hoy y ahora, con más de un millón de universitarios, aquel instante que José Martí señalaba como condición primera de la libertad real “ser cultos para ser libres”. El instante en que ciudadano partícipe, posible decididor reflexionante, dueño de cada paso, de verdadera autonomía, puede darse en esta sociedad que se renueva. Y ciudadano es ser protagonista. La Sociedad que sueño, en la que quiero participar de veras, no importa si tan pequeño que apenas perceptible, participar no como observador desde Academias reales o invisibles sino como Prota- gonista; esa que sueño será aquella en la que ya no será necesario rediscutir redefinir términos que ayer sirvieron a aceptar o excluir apasionadamente el Dogma o su Escolástica o el Manual que todo para comodidad resume alejando el pensar porque parece-parecía que su ejercicio resultaba siempre reto. La ortodoxia de ayer se torna hereje y de aquella herejía nace ortodoxia, un nacer y un nacer, búsqueda que no cesa. Y en este clima espiritual, cambio de perspectiva y con la obra inicial, el núcleo duro de la Revolu- ción bien cimentado, emerge esa otra visión del ciudadano que alcanza a serlo no por dación, por derecho, ese que lleva implícita la obligación moral de fundar y fundar, la de encontrar, si posible, solución a todo lo inconcluso y la de abrir caminos y puentes y, entre ellos, algunos invisibles. Será entonces, va pasando, que la imaginación reencuentra su lugar y despliegue para que siempre des- de el saber, siempre desde el rigor intelectual y ético, si falta la eticidad falta el derecho, puedan, de- ban abrirse muy diversas puertas; siempre el ojo avizor y lúcido y por un tiempo bayoneta a mano. Esta frase de alerta queda aquí situada en esta introducción, resumen de ciertas convicciones, porque conviene saber que la mano fraterna y extendida debe ser respetada. No se trata de dejarse arrastrar a posiciones en que reconciliar resulte en verdad entrega. Y tampoco se trata de cultivar el miedo al primer paso. Ese que ya se ha dado y se va dando y que acaso pudiera acelerarse. Los caminos están y otros habrá que inventarlos. La audacia y la prudencia no son incompatibles si es que nos remitimos a su esencialidad. De lucidez política se trata y de ella que, combinada en la imaginación, potencia la inteligencia creativa. ¿Alcanzaremos realmente la desburocratización del Estado diseñada y programada y la reapari- ción en la Sociedad productores-reproductores de la vida material e igualmente de la espiritual, 85 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) del pensamiento autónomo en su enriquecedora sonrisa nueva porque devuelta a sus orígenes; y diversidad? porque a sus orígenes devuelta, revolución mar- tiana y entonces socialista, alcance dos maneras ¿Será que no anda lejos tiempo en que estu- entrelazadas de afirmarse? diosos, pensadores y sabios potenciales y claro cuantos influyen en la vida social, redescubran Apenas esbozada. La idea me fascina porque va que Carlos Marx situó y analizó las formas de siendo realidad y es esperanza. Saber que lo po- producción pre-capitalistas, no-capitalistas, las sible ya es posible, resultante de un paso muy que el capitalismo liquidó para extender feti- largo y necesario y que está dado. No intentaré chando la mercancía y reproduciendo la escla- esbozar, reseñar los hitos de ese tiempo y menos vitud, la enajenación del productor, total o par- abordar la imposible tarea de sintetizarlos. Re- cialmente robotizado? petiré tan sólo que lo posible ya es posible. Nadie como Charles Chaplin en su filme Tiem- ¿Será entonces llegado el día, tengo la convicción pos Modernos ha logrado sintetizar en imáge- que va llegando, en que la diversidad se haga nes, en una secuencia cinematográfica inolvida- principio, que encarne en la vida real, escuela ble lo que Marx y Engels expresan en sintéticos misma de la libertad y de su encanto, ese saber- y expresivos párrafos del Manifiesto Comunista. se todos Uno en relación fraterna, y sin embar- Me he permitido afirmar sin descanso y repetiré go cada uno? Llegará creo con la raíz anclada ahora que cualesquiera fueran los instrumentos en la conciencia de otro principio que la hará científicos, de análisis, históricos, fundamenta- posible, sin el que la diversidad no puede des- dos en la realidad, en la prueba, la inspiración plegarse en todo el esplendor de su belleza. Ese primera de Carlos Marx es ética, ética primero, principio en el que tendremos que afirmarnos ética siempre. La compartió con sus colabora- como hermanos humanos es el de la tolerancia. dores y la inculcó en sus discípulos. Ética de la Tolerar será intentar comprender; comprender, libertad. Marx y toda su obra y ante todo El Ca- en este territorio, es saber entrar y aprender a pital parte de una obligación moral; denunciar mirar-mirarnos desde la piel del otro. Me deten- y romper a partir de la praxis revolucionaria la go y pregunto y mejor me pregunto, ¿estaré sin alienación del hombre que resulta de la apropia- saberlo hablando del amor, inspiración de vida, ción-robo de su potencialidad material y, de este de la humanización del hombre, de su esenciali- modo, de esa potencialidad otra, la del desplie- dad espiritual profunda? Y me sorprendo. gue espiritual de la persona, y de las personas en fraterno plural. Retorno al Aula Bartolomé de las Casas del Con- vento de San Juan de Letrán y al Aula Manuel En mi conciencia, no pido a nadie que confirme Sanguily de nuestra Universidad y vuelvo a pre- o que comparta y pese que salte milenios, siento guntarme, esta vez con Fina (García Marruz) la cercanía moral del Evangelio. Y estoy conven- con la que, cuando conversamos, este tema, re- cido de que la sintieron los primeros socialistas torna y retorna, ¿si es tanto lo que nos une que que llamamos utópicos. es lo que nos separa? Seguro estoy pero prefiero siempre preguntar- Ella es poeta y sabe del alma, viaja por esos me. ¿Será llegado el tiempo en que toda esa ur- mundos serenos o inquietantes, inundada de dimbre, ese tejido de organizaciones sociales e imágenes, y cuando retorna y traduce o perfi- instituciones profesionales y especializadas y la, descubre en cada trazo una presencia que las que, con todo su valor restituido, forman y irrumpe en el lenguaje transformando sus có- estructuran el Poder Popular en tanto brazo del digos para decir otro, el otro mensaje. Sospecho andar revolucionario, logren con posibilidades y que ella sabe. No logro de otro modo concebir eficiencia reales, aplicar e inventar soluciones si “al poeta”, ese viajero que, en privilegio, se sirve posibles en clima de fraternal comprensión, diá- logo y tolerancia en marco de principios? de una forma de alcanzar el misterio que, para mí, resulta “la gracia”. ¿Será que la Belleza es ¿Será tiempo llegado de este modo en que la de- un destello, una revelación, para algunos de mocracia socialista encuentre para su rostro esa Dios he querido decir? 86 No sé quien soy del todo y es que saber es privilegio de quien lo ejerce en la otra orilla. Esta es aque- lla en la que quedamos sin respuesta y casi sin pregunta. Unos creen saber, tal vez saben, ustedes, soy solo por mi parte interrogantes. He recorrido un largo trecho construyéndome un alma; ha sido goce moral y estético y hasta prácti- co. Diseñar es soñar pero en el modelaje son muchas las desgarraduras. “No hay amor a la vida sin desesperación por la vida” escribió Albert Camus. Ese amor que me transita o mejor me atraviesa e impulsa hacia la vida también me hace sangrar. Soy algo, o muy, aunque no exageradamente car- tesiano, racionalista, y el racionalismo permite no pocas certezas pero en general deja el alma entre interrogaciones que laceran y que, como el dolor a veces por sorpresa ilumina. Al referirme a Fina reseñé con perogrullesco desenfado “ella es poeta”. No son solo los místicos, es- critores, poetas a veces, los únicos que han logrado parece, apresar el Universo todo en un instante ese Uno-Todo que, en su igualmente infinita, ilímite diversidad todo penetra. ¿Será tan solo ese Misterio Misterio impenetrable? ¿Será Dios, el nuestro u otro? ¿Será verdad que lo han logrado los que sentirlo en su persona dicen? ¿Será un sueño? ¿Será el metzcal que alguna vez lo fue segura- mente, sé de quienes lo intentaron y no solo de algún surrealista? Aun si no lo hubiese sido nunca, si el Milagro Misterio quedara inalcanzado, un logro es innegable, siempre la Belleza, la presencia de formas que deslumbran, de la Iluminación, a la Iluminación se hace referencia obligada. Es Iluminación que ciega han dicho tantos. Y más tarde en Rimbaud la encontraremos y entre los poemas que Iluminaciones reúne, Genio. Era 1950, la inmediata post-guerra, nos rodeaban Sartre desde Les Temps Modernes y desde Es- prit, Mounier y siempre el pensamiento existencial bordeando desde Husserl-Heidegger. Radical- ateo, exaltante pero afirmándose en el tiempo y la aniquilación, el hueco, el no-ser en el existencia- lismo sartreano y esperanzador en un existencialismo de raíz católica del que diré para sintetizar e involuntariamente reductor, un existencialismo que no renuncia a la trascendencia. Mounier por eso prefería referirse a “los existencialismos”. Y para su reflexión “la persona se gana perdiéndo- se; se posee dándose”. Ser persona sin dejar de ser individuo. Esa concepción de la persona quedó en mí para siempre. En la época me sentía más cerca de Gabriel Marcel que de Sartre, y más de Marx que de Marcel. Éramos aquellos jóvenes de ese París convulso nada confusos sin embargo, y de eso estoy seguro, abiertos enriqueciéndonos a todo pulmón. Y en mi caso, libertario y socialista, buscaba respuestas, confirmaciones, resquicios para cuanto en la otra Iglesia no encontraba; per- dón por así decirlo sin licencia, porque me refiero al Partido. En ese ámbito bastaban para el alma unas cuantas verdades absolutas y “a otra cosa”; no hay que perder el tiempo. Se ha pagado muy cara esa filosofía de la cerradura; no hay modo de decir no pienses, no sufras, no te inquietes. El existencialismo nos rodeaba e invadía nuestras vidas pero al mismo tiempo el Frente Popular, la potencia real del PC francés y su hábil inmersión en todos los sectores nos ataba. En la época era Vice-Presidente de la Unión Internacional de Estudiantes por América Latina y representando a la FEU cubana pero por determinadas razones de visado atendía las organizaciones estudiantiles francesas e italianas y a la Asociación de Estudiantes Anti-Colonialistas de París. Y claro buscaba apoyo en los residentes cubanos de la Sorbonne, Moreno Fraginals, Victoria González, Gustavo Davidson, Piñera Llera (este último ya existencialista católico). Conocía a Victoria González desde el Instituto de La Habana, cuando decidimos participar en la Campaña de Armas para los Guerri- lleros Españoles y nuestra amistad continuó su curso mientras estudiábamos filosofía en nuestra Universidad. Seguíamos el camino hacia el socialismo seguros pero conservando áreas de la intimi- dad; la prudencia intelectual obligaba; y también la política. Nunca calculé sin embargo que esas reservas compartidas, dudas y más dudas, me llevaría a vivir experiencia tan desconcertadora. Un privilegio. Estábamos como cualquier noche conversando en un café de la Plaza de Saint Michel, tal vez el lugar menos propicio para una revelación que desbordaba toda la realidad descrita, la atmósfera espiritual intelectual que tocó a aquellos jóvenes cubanos (y a los otros) en ese París de los años 49, 50 y 51. No importa el como, el tiempo; me tocó escuchar algo que no podía com-

87 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) prender entonces “he sido tocada por la Gracia” de un encadenamiento jamás violentado, no hay y “entraré a una Orden Religiosa”. Reaccioné que lamentarlo. Es el momento más fructífero. como autómata, debemos buscar un psiquia- ¿Será porque al sembrar nuevas interrogantes tra cuanto antes. Debo haber parecido tan es- obliga a profundización y rigor de investigación, túpido como ignorante y también seguramente a reiniciar y recorrer desde la reflexión nuevos perdonado. senderos? ¿Será porque irrumpen otras verda- des o un instante irrepetible de locura poética? Leyendo a Gabriel Marcel encontré la descrip- ción de ese encuentro que no sé si llamar místi- Desde la Antigüedad encontraremos siempre en co en que un ser alcanza a sentir la Gracia, pre- pensadores sobre todo en los filósofos, la bús- sencia de Dios. Marcel escuchaba absorto una queda para definición de respuesta a las inte- Sinfonía, creo que a Mahler y perdido, lejos de rrogaciones primeras: el ser, el existir, el otro, el sí o muy dentro, se dio en él la experiencia de la entorno, la naturaleza, el universo, lo finito, lo Gracia la que un día casi que por azar me tocó infinito, la diversidad. De un modo u otro eran vivir de modo muy cercano. igualmente físicos, igualmente matemáticos. Y no pocos buscaban por esos caminos explicarse Leyendo, releyéndole, más cultivado y más sere- la creación y descubrir, o justificar, acercarse de no el lector, supe, esta vez aceptar esa doble tes- este modo a Dios y cuando religiosos, probar su timonial experiencia como parte de la compleji- existencia. Y así fue, continuó siendo y no pocas dad inmensa del ser. Y descubrir para la música veces dándose en la Edad Media y más tarde en- otras virtudes. trelazadamente entre la Alta Edad Media y el Einstein amaba la música y parece buscaba en Renacimiento. Los filósofos que la precedieron ella o en ella encontraba el encanto de un des- y cubrieron aquellos años eran físico-matemá- canso inspirador. También interpretaba. Es la ticos, astrónomos y filósofos por eso mismo. En música la más libre, la más abstracta de las ar- los Siglos que nos preceden esta presencia con- tes y la más cercana, creo, a la física y la mate- tinuada del pensamiento filosófico hermanado mática. Tal vez este impulso hacia formas que a la investigación científica, encuentra excep- nos adentran en la abstracción provoquen como cional ejemplo en Descartes en quien se da el se observa en el testimonio oral o literario de renacer renovado afirmativo de la prueba y el los místicos ese instante de la Iluminación que culto a la Razón y del poder casi omnipresente llamaré poético y que lo es también, o ante todo, del racionalismo. El matemático Descartes, no encuentro de la Belleza toda esplendor (frase tendríamos que obviarlo, se entregó al empeño que puede parecer picúa, redundante, etcéte- de probar la existencia de Dios. ra, etcétera, pero en la que insistiré); Belleza No seguiré citando aunque pudiera ir de apoyo toda llenante, llenando el infinito, acaso en la en apoyo. Doy un salto sirviéndome de una fra- urdimbre secreta, en el misterio de sonidos que se de Condorcet “Según crecen las luces el es- inundan el aire en secuencia y permanecen y píritu humano parece igualmente acrecentarse se disuelven, se revelan claves a quien se estre- y los límites alejarse” resumo así cuanto costó ga en plenitud, claves de la intuición. Cuando no pocos años y algunas veces libertades y vi- Heisënberg busca solución en principios de la fí- das. No cita apenas el Padre Varela nombres de sica cuántica a realidades y experiencias en que referencia pero encontraré un día el opúsculo podía constatarse imposibilidad y solo y acaso que he perdido con la reseña de los títulos de la constatación estadística, Einstein se reserva. Biblioteca que le pertenecía y aunque esa lista No impugna, espera. Es que para Einstein, para no fuese exhaustiva, algo indicará sobre sus lec- su búsqueda intelectual, el camino que marca la turas. Era la justeza de la irrupción de la razón intuición, que la desencadena, parte de su con- y de la búsqueda por vía de la experimentación vicción de que la armonía del Universo es real y, para la eventual comprobación de la hipótesis. por tanto, punto de partida. Y todos sabemos porque todos hemos leído los El matemático inglés Whitehead afirmaba que textos y en ellos los argumentos de Monseñor cuando verdades matemáticas indubitables, Carlos Manuel de Céspedes que prueban su probadas, descubren un día la excepción, rotura amor y devoción por la Iglesia. No se trataba,

88 sabemos de contradicciones sino de acercarse a la modernidad, a la época, a los descubrimientos útiles a la patria cubana. El primero en pensarla. En realidad bastaría detenerse en sus escritos doctrinarios de carácter polémico del período estadounidense para apreciar esa ortodoxia a la que antes hago referencia. Pero es que quería llegar a “las luces”, y de ahí la cita de Condorcet. Las “luces” otra vez ilumi- nantes y a como aquellas ideas recorrieron América y prepararon desde este Seminario a nuestra floración de pensadores patriotas. Varela y Luz y Caballero sus maestros. Claro que el Padre Bar- tolomé de las Casas, el primer anti-colonialista europeo, lúcido y combatiente en medio de la bar- barie, pensador-filósofo renacentista hizo llegar a nuestra isla por vez primera desde la conquista la palabra libertad, y tal vez llegó también en algún barco con algún viajero un día un ejemplar de El Quijote, y con él, subyacente, el espíritu erasmiano y ahora de otro modo el de libre-arbitrio y la polémica que le acompañaba. Pero era ya el Siglo XIX y eran los reflejos para América de las ideas e ideales defendidos por la Revolución Francesa, los que llegaban de forma nítida y armando a nues- tro pueblo intelectual, espiritualmente para su liberación. Alejo Carpentier escribió y publicó para el lector de nuestras generaciones latinoamericanas El Siglo de las Luces. Quien de las nuevas generaciones alcance a leerla se apasionará por el valor estético-literario de la obra carpenteriana, también por su estructura dramatúrgica y comprenderá mejor cómo y por qué la libertad es nues- tro signo. Entenderán mejor por qué no fue lograda plenamente, por qué las ideas enraizaron en lo más profundo, por qué tendrán que realizarse inevitablemente, por qué siempre retornan frescas y entusiasmantes y definen la contemporaneidad. El 33 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, rendirá homenaje conjunto a Alejo Carpentier y a Humberto Solás con la presentación de la versión completa de El Siglo de las Luces, solo exhibida en nuestro país y América Latina en su reducción empobrecida por esa sinrazón que obliga, el tiempo en pantalla. Se trata de una de las obras más importantes de Humberto Solás, realizada para el Bicentenario de la Revolución Francesa. Será ocasión para homenajear igualmen- te a su más estrecho colaborador en la adaptación y la edición, Nelson Rodríguez. El Siglo de las Luces, los pensadores, filósofos que le antecedieron y los que acompañaron la Revo- lución francesa y sus principios, iluminaron el pensar y promovieron las ideas e ideales más avan- zados de la época en toda América Latina y en Cuba, y llevaron a revitalizarlos en la realidad criolla frente a la opresión colonial y la esclavitud de los trabajadores. Eran ellos, los esclavos africanos de origen o nacidos en la patria, los verdaderos creadores de riqueza y desarrollo, fuera como fuese que se alcanzara. Esto explica que cuando la conciencia patriótica independentista cubana alcanzó su madurez y Carlos Manuel de Céspedes proclamó la Independencia y el levantamiento armado para lograrla las Campanas llamaron también a la Abolición de la Esclavitud. La Revolución Cuba- na, ésta, la nuestra, nació así revolución nacional y social al mismo tiempo. Como la había soñado el Padre Varela que no concebía posible Cuba sin la igualdad de todos los cubanos, comprendidos los hasta entonces expoliados mediante la esclavitud. Hace unos días precisamente en ocasión del Aniversario de La Demajagua, el 10 de Octubre, el Dr. Torres Cuevas disertó sobre esa fecha y significado. En esa ocasión describió como en el mayor se- creto se prepararon condiciones y fueron reclutados combatientes para la insurrección. Las Logias Masónicas jugaron entonces papel decisivo, agrupaban a hombres de ideas avanzadas, las más libe- rales, en el sentido original de la expresión. Protegidos por el secreto juramental se organizó el que sería primer esfuerzo generalizado para la acción independentista y modernizante de nuestra so- ciedad hasta entonces escindida. La ruptura de esa escisión dio doble valor revolucionario a aque- llos combatientes y a sus ideales. La formación intelectual, el nivel de información para la época, la complejidad y elevación espiritual alcanzada, esa inspiración moral que impulsaba al combate, a la acción y al sacrificio, permite decir y debo subrayarlo que las jefaturas en aquella insurrección, región por región y globalmente, constituían ejemplo para la historia de una dirección que se sabía protagonista pensante de los destinos de la patria. Y el ejemplo que parecía eficaz por definición

89 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) no lo fue pese a todo. La complejidad del primer práctica, la que se impone y barre el error y la esfuerzo generalizado dio lugar a las fracturas tiniebla obnubilante. Es la revolución que sabe conocidas y en las que no me detendré ahora. revolucionarse. Y que puede hacerlo apoyada Diré tan sólo que la historia, que es memoria en cuanto ya fundado, en la Sociedad y en la y lección dejó evidencia del valor irremplazable conciencia. de la unidad, a veces tan difícil de lograr. José Martí fue su artífice. Poeta-filósofo y segura- Algún día, sueño, las Facultades de Filosofía mente por poeta y por filósofo supo conjugar serán de Filosofía y de este modo rendirán el el ideal con la práctica organizativa y unificar mejor y más productivo y legítimo homenaje tratando ante todo de localizar y comprender la a Carlos Marx que antes de escribir sus obras diferencia si legítima o irreductible para inme- estudió a fondo e investigó sin fatiga cuanto le diatamente llamar a situar cuanto separaba en había precedido en la filosofía y su historia, en plano subalterno y, en primer plano, situar la la economía, en la realidad que le era contempo- unidad revolucionaria independentista. Enton- ránea y en lo que la hizo posible. En particular ces, como ahora, cuanto une a los cubanos es cuanto referido a las formas de producción y el bastión real de salvación de la patria. papel del hombre. Quien estudie con sus obras fundamentales la correspondencia y artículos, Diría y no soy quién para afirmarlo en casa de verdaderos ensayos, podrá comprender que no quienes dominan cuanto concierne al quehacer hay Marx, ni marxismo, ni modo de estudiar fi- eclesiástico, que la Iglesia seguramente pre- losofía marxista sin seguir los pasos de Marx y ocupada por el racionalismo tan en expansión sus métodos de estudio e investigación, situán- y casi omnipresente, quizá, quizá por ello, fijo dose y situándolo en el marco de todo el saber con toda claridad un día, y en Concilio, que “El acumulado, del que le precedió y del que se sir- trabajo de la Razón precede al acto de la Fe y vió para que sabiéndose él por entonces tan solo prepara al hombre para ésta con la ayuda de la Marx hoy podamos proclamarnos marxistas. Revelación y de la Gracia”. No hay que remitirse a Carlos Marx para des- No será entonces diferencia entre Fe y Razón lo cubrir método tan eficaz y seguro, rigor inte- que pudiera separar a un verdadero y verdadero lectual tan gratificante. El rigor intelectual es tendría que ser, verdadero socialista, de un ver- asunción ética. En nuestro Siglo XIX Mendive, dadero cristiano, cristiano verdadero. Y porque Saco y Félix Varela que cito como ejemplos entre estoy entre ustedes precisaré católico, cristianos los que no fueron pocos. Solo así puede explicar- en la Iglesia Católica que es intelectualmente se que se fuese fundando la patria, quiero decir también casa de la que me apropio. Es que no la Nación. Y que si fuese tanta (y lo era) la ur- se puede estudiar Filosofía, con mayúscula, sin gencia, cuando moría el Padre Varela nacía José detenerse muy en serio en el largo proceso en Martí, en 1853. Él había pensado Cuba, José que la civilización antigua o clásica se fue cris- Martí la hizo posible. Es que como ha probado tianizando, la patrística toda y San Agustín, la Fina (García Marruz) el amor era en José Martí, relación estrecha entre filosofía y teología y la energía revolucionaria. Lo será siempre. separación formal no-real como creo y funda- menta genialmente Alexander Koyre y prueban El Siglo XX confirma en no pocas ocasiones que en su obra a más de los místicos, tal vez hasta el saber, la vocación enciclopédica, el rigor in- José Martí y seguramente Miguel de Unamuno telectual que organiza y fundamenta y el cami- y mi cercana con dolor María Zambrano, con do- no que se recorre en términos de autenticidad lor porque en la época en que fui su alumno no ética, inspira obras y acciones que afirman la supe apreciar en hondura sus lecciones. identidad cubana. Es un rasgo de nuestra inte- lectualidad de las artes y letras que se dobla en Como sabéis soy revolucionario socialista mar- la ciencia tanto en la investigación como en la xista ortodoxo, hereje ayer y ortodoxo según práctica. En el campo que nos corresponde ci- dicho pese a que en nada he cambiado. Ha cam- taré a Alejo Carpentier y Lezama Lima, Elías biado la perspectiva para decirlo de algún modo. Entralgo y Fernando Ortiz y Roig de Leuchsen- Es otra vez la luz, la lucidez intelectual, ética y ring, Raúl Roa, Wifredo Lam y Carlos Enríquez

90 o Harold Gramatges y Lydia Cabrera y Cintio Vitier y José Luciano Franco o Moreno Fraginals. Como apreciáis no agoto la relación posible; son solo algunos a título de ejemplos preclaros de entre los que nos acompañan en este entrelazado de dos Siglos que se funden para la historia en uno, la segunda mitad del XX y los años que apenas inician el XXI. Y no cito a los espontáneos, fenómeno tan común en la música; a los que afloran en esta atmósfera de lo maravilloso extraordinario, en este deslumbre de la patria que es y que siendo será para desconcertándonos, desarmar toda defen- sa interior como sucede en el amor. Es que la patria exige entrega y, a cambio, da Belleza tanta, tan deslumbrante, que en temblor de enamorados la adoramos. Esa veneración, especial sentimiento repetido, no importa ya buscarle explicaciones, deviene invisible puente de espiritual unión aún en lo disímil. Pero quiero aprovechar este instante para recordar al primer socialista cubano, al santiaguero Paul Lafargue. Pablo Lafargue, hijo de cafetalero y francesa trimestiza como debía de ser para cargarnos de símbolos ya que descendía de franceses, de africanos y de indígena. Total que nació acompañado de una cierta trinidad caribeña. Cuando adolescente sus padres llevaron a nuestro Pablo-Paul a Burdeos para que continuara estudios y, como predestinado, terminó envuelto en luchas estudiantiles parisinas mientras cursaba estudios de Medicina; expulsado temporalmente debió marchar a Londres para terminar la carrera. Por entonces medio social-anarquista con algo de prudhoniano, se acercó a Marx que como era de esperar terminó conquistándole, a él y a Lon- guet, su compañero de exilio y de estudios. Uno y otro entraron a formar parte de la familia Marx casados con dos de sus hijas, Paul Lafargue con Laura. Este santiaguero que me fascina, sobre el que trabajo e investigo y acerca de quien espero publicar dos libros y uno cuanto antes, resultó tan brillante socialista y eficaz revolucionario que llevó más de una vez las ideas y proposiciones de Marx a las reuniones de la I Internacional, participó en la Comuna de París y en la de Burdeos y perseguido tras escapar a España fundó con Pablo Iglesias y otros el Partido Socialista Obrero Español miembro entonces de la I Internacional. Tocó a Vladimir Ilich Lenin despedir el duelo de Pablo y Laura, ella también activa combatiente socialista. Dijo Lenin de nuestro santiaguero maravilloso y de Laura: “Ya en el período de preparación de la revolución rusa, los obreros conscientes y todos los socialde- mócratas de Rusia, aprendieron a estimar profundamente a Lafargue como a uno de los propagan- distas más aptos y profundos del marxismo” “En el espíritu de los obreros socialdemócratas rusos, dos épocas se juntaban en la persona de La- fargue, la época en que la juventud revolucionaria de Francia marchaba con los obreros franceses, en nombre de las ideas republicanas, al asalto del Imperio, y la época en que el proletariado francés, dirigido por los marxistas, sostenían la lucha de clases consecuente, contra todo el orden burgués, preparándose para la lucha final contra la burguesía y por el socialismo”. La vida de Paul Lafargue es un poema y en su Derecho a la pereza, el más conocido de sus ensayos sitúa un fragmento que como acaso podréis apreciar anda impregnado de ese santiaguerismo que transita la isla de Maisí a San Antonio. Es la vida misma de Paul Lafargue, que quiero también Pablo, la que me permite retornar a poesía, es tan fascinante su aventura desplegada toda para proponer al hombre conquistar combatiendo ese tiempo libre que le permitirá desalienado cultivar la inteligencia y elevar y refinar la sensibilidad, y gozar, goce criollísimo. El del trópico ardiente, que a Marx preocupó en un primer encuentro. Esa expresión irrumpe en la teoría marxista con un toque que, para mí aligera y poetiza. En los días de La Comuna, en esa atmósfera, Arthur Rimbaud escribió Las Iluminaciones. No creo que hayan coincidido y no existe referente alguno pero recibieron impresiones cercanas. Y si en los poemas de Rimbaud se aprecia rebeldía y rebeldía, rupturas que buscan otros mundos y rechazo del espíritu e insensibilidad burgueses y si para el poeta el exilio voluntario en Londres entre ex— comuneros y entre ellos su amigo Paul Verlaine, no significa hasta donde se sabe militancia espe- 91 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) cial, no hay duda de que refugiado en los sueños ca, el talento y profesionalismo es decir dominio repugnaba la restauración archi-reaccionaria del código lingüístico y de su utilización, hacen impuesta por Thiers. Los años que siguen, el fi- del cine documental en cualquier soporte testi- nal de Rimbaud dicen mucho de esto. monio de excepción. No revive pero no da paso a la muerte, la hace retroceder quien sabe cuan- En su poema Genio, Rimbaud, nos devuelve un to. En nuestros días hemos tenido que reencon- acento que diré inesperadamente bíblico en la trar aristas, significantes nuevos y matices de estructura y muy de retorno en las imágenes a variado alcance para el concepto “virtual”. Los ese espíritu. Citaré unos pocos versos “Él …ha nuevos medios le han regenerado como versión hecho la casa abierta al invierno espumoso y al técnico-científica otra inmortalidad que incluye rumor del estío…”. Él, Él, Él “repite” Él es el retornos continuados según se complican los amor, medida perfecta y reinventaba, razón ma- recursos-soportes-trasmisores. ravillosa e imprevista y la eternidad… “Y des- pués” ¡Oh fecundidad del espíritu y fecundidad En esa inmortalidad otra se confunden lo valio- del Universo! (me sirvo de las traducciones de so y lo banal y hasta lo pútrido sin posibilidad de Cintio Vitier). evitarlo hasta ahora. “Paradiso” e Infierno. Sólo que cuando Dante recorre el Purgatorio se hace No he podido investigar en París y el tiempo es- acompañar por Virgilio, la cultura clásica paga- capa y aprisiona, se va sin tregua y con él nos na de la más alta distinción y juntos van descu- vamos. Y es por eso porque hay apuro que no briendo y describiendo. Hoy solo el hombre ins- he podido saber si entre las fotografías de La truido y culto, ilustrado, con un Virgilio dentro Comuna y de los comuneros acaso pueda en- de sí mismo puede servirse limpiamente de esa contrarse alguna de Paul Lafargue. Si así fuese, cloaca plena de tesoros intelectuales y morales. si alguna existiera aun y pudiera encontrarse apreciaríamos que los cubanos parecemos Ilu- Pero vuelvo a ese otro valor testimonial históri- minados porque si por primera vez la fotografía co que la obra ante de introducirse en tan con- reseñó un acontecimiento de la magnitud de La tradictorios Medios tiene y conservará en toda Comuna y de su lugar en la Historia, y es lo cier- circunstancia. to, con un cubano (claro que cubano-francés), el primer socialista cubano, protagonista siempre, No lo propongo, solo provoco, incito a reflexión, la primera ocasión en que el cine reseñó un he- a repensar quien somos ¿será necesario acaso cho histórico trascendental fue la derrota y des- habilitar en la Academia de Historia lugar para trucción de la flota española frente a Santiago aquellos que han hecho perdurar “la imagen” de Cuba en nuestra Guerra Nacional de Inde- excepcional de nuestra Revolución y de sus hé- pendencia y el asalto al Monte de San Juan, en roes y de sus mártires y cuando posible de sus las entonces afueras de la ciudad, por la infante- hazañas y de sus vidas ejemplares? El lenguaje ría norteamericana. Con aquellas imágenes y al- cinematográfico en el instante o más tarde lo gunas que hoy se sabe fueron truqueadas nació hace posible. Solo citaré un nombre porque in- el primer Noticiero Cinematográfico. novador y potenciador fue de ese lenguaje, ins- trumento inmortalizador de esa manera, diré, En alguna escala la fotografía pero definitiva- de lo visible. El de Santiago Álvarez que bien mente el cine y hoy en escalada los medios de merece en símbolo “el Sillón” primero a histo- tecnología digital y otros soportes que lo com- riador de nuevo tipo. pletan pero siempre presente la obra cinema- tográfica e inevitable su lenguaje, resulta que Mis amigos franceses me informan que han lle- nuestro arte, el mío, ha devenido sin cálculo gado los técnicos y equipos que dedicarán los inicial el otro historiador. Historiador de muy próximos meses a rescatar, restaurando cuando especiales cualidades, calidades y posibles re- sea necesario, los números de esa pequeña en- cursos. Esta vez para poder mirar la realidad en ciclopedia o historia por la imagen que resulta su imagen, imagen que perdura, que puede du- ser la Colección del Noticiero ICAIC Latinoa- plicarse y desde el montaje encontrar referentes mericano que logró perfil propio, desenfadado, que explican y hasta sugieren futuros. La inteli- audaz, directo, fascinante y eficaz, desde la ima- gencia, la honestidad ese componente de la éti- ginación y el tesón y arte de Santiago Álvarez.

92 El cine es un milagro. No importa quien filmara si queda en un archivo el testimonio y es así y no habría que dudar de la íntima sensibilidad del camarógrafo, ejemplos que me sé y que no son pocos. Lo importante es que no se perdió del todo la imagen terrible del Moncada. La de aquellos sobre- vivientes masacrados, asesinados bajo la orden criminal del exterminio. Fue filmada. No se perdió la imagen del Granma fondeado en Tuxpan y camarógrafos audaces lograron filmar la guerrilla en movimiento y gracias a aquellos cineastas quedan testimonios de incalculable valor histórico. El triunfo encontró muchas cámaras en acción y la entrada de Fidel a La Habana, aquel estallido de alegría incontenible quedará en la historia en su plenitud real, el hecho, como la apertura de una nueva época, la de la marea revolucionaria, transformadora en América Latina. El hecho en sí pero también la imagen fotográfica y cinematográfica. Mi madre me contaba una y otra vez, orgullosa, la escena guardada en su retina, en su alma, de la entrada del Ejército mambí en La Habana y del General Máximo Gómez que la encabezaba, a caballo, por la Calzada de Jesús del Monte, la de gracia perdida, o casi, pero eternizada por Eliseo Diego. Los niños, los adolescentes, la juventud de aquellos años, los que siguieron al 59 admiraron y soñaron ser como los guerrilleros, como los clandestinos, como sus héroes liberadores y aque- llos cumpliendo el Programa del Moncada desencadenaron la Campaña de Alfabetización. Niños, adolescentes y jóvenes mochila al hombro invadieron el llano y la montaña, los más inaccesibles parajes y generalizaron el alfabeto y la lectura. Las ciudades y campos encontraron en el saber un abrazo fraterno y campesinos y citadinos marcharon en una dirección. La generación de que soy parte fue protagonista y las nuevas generaciones entrelazadas pasaron a serlo también. Debieron nuestros milicianos luchar contra bandas armadas y el pueblo todo resistir peligros acechantes, bombas, sabotajes y la invasión frustrada de Playa Girón, la primera derrota del Imperialismo en América Latina. No hubo persona alguna que no se sintiese partici- pante más cerca o más lejos, andaba en juego la soberanía. Girón, nos hizo a todos protagonistas. No es que idealice o encubra el sueño frustrado de la Zafra de los Diez Millones. No pido a nadie que acompañe la convicción que tengo. Fue aquel un gesto desesperado, él, Fidel, dijo que idealista. Eso de idealista-materialista o de realismo-idealismo exige detenerse en reflexiones. Creo firme- mente que fue, ante todo, ética y políticamente un empeño titánico de Fidel empeñado en evitar y romper ataduras, conexiones que llamaré, a mi sola responsabilidad, peligrosas. Razón de más para que entonces crecieran en mi persona sentimientos de profundo respeto. Una derrota sí, una generalizada frustración y sin embargo todos protagonistas de una gesta, hito terrible, porque no logrado, de nuestra historia. No fue Angola la batalla primera que la Revolución cubana libró en África para consolidar la in- dependencia o apoyar la lucha por la libertad y la descolonización. Pero en Angola participaron cientos de miles de cubanos, ya sin raza, cubanos; Angola fue salvada y el Apartheid derrotado en su raíz. ¿Qué familia cubana no se sintió concernida, un hijo, un hermano, un amigo, un vecino? ¿Quién no es capaz hoy, pasados los años, de sentir el orgullo justo de haber contribuido a esta pri- mera liberación africana (¡tanto falta!) y a la definitiva del Apartheid? África del Sur es hoy una de las llamadas potencias emergentes y hasta se habla de que con China, India y Brasil pudiera salvar Europa de la ruina económica. Cuando Mandela dice ¡hermanos! aquel momento, años de combate y sacrificios revive en los protagonistas directos el orgullo de serlo. Y en los demás emoción. Elián fue secuestrado. No intentaré ni en síntesis recordar circunstancias, anécdotas y per- manentes movilizaciones que hicieron vibrar a nuestro pueblo y lograron quebrar resistencias que parecían inconmovibles. Salvar y rescatar a Elián fue tarea del pueblo todo. Y todos fuimos protagonistas. Hoy decenas y decenas de miles de médicos(as) y enfermeras, profesionales y técnicos de la sa- lud; docentes que apoyan la lucha contra el analfabetismo, unos y otros extienden la solidaridad científica-educativa por el continente y las islas y en otra escala más allá de los océanos, en otros

93 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) continentes. Es una realidad, una presencia de go, diálogo verdadero y que, por verdadero, no protagonistas que no se divulga en mi criterio, importe si un día fuese amargo. Como en el café como se debiera. Encontré en una ocasión en habrá acaso para entonces que doblar la cucha- nuestra prensa y en primera página cifras im- rilla de azúcar que por bien cubana llevara en- presionantes de a quienes nuestros médicos tonces marca a cultivar, tolerancia. habían devuelto la vista. Miles y miles de niños salvados de la muerte. Y así en continuidad ci- Será siempre el patriotismo, la pasión por la fras y más cifras pero siempre alrededor de re- independencia y derecho a espiritualmente en- sultados, sin adjetivos, sin frases de valoración riquecernos mutuamente, entre nosotros, sin o comparación alguna: resultados, resultados y interferencia alguna, quien dará valor al gesto. más resultados. Si la divulgación se hiciese con Este encuentro en el Centro Félix Varela parte más profesionalidad, incluyendo con las cifras de una conversación en que expresé criterios re- valoraciones, seguramente la operación mila- feridos a vuestra revista Espacio Laical. En ella gro sería apreciada como lo que es, una hazaña vengo encontrando artículos a veces ensayísti- de nuestro pueblo y prueba real de su espíritu cos, entrevistas o montaje de entrevistas basa- fraterno. Y sin abandono de ese énfasis en las das en ellas, encuestas con la participación de cifras. jóvenes, etcétera, etcétera, y puede el lector des- Siempre ando buscando ese valor simbólico-poé- cubrir talentos y tendencias y hasta intenciones tico que supone tan real y total inmersión que y preguntarse si es igual o distinto el límite o permita considerar virtual protagonista a todo también preguntarse ¿qué límite? ¿Y después? aquel que resulte verdaderamente concernido. ¿Y por qué ilimite? He querido relacionar el hecho real e histórico Es lo que trato de incorporar, en tanto que co- ya, a veces, con el símbolo, la poesía intrínseca nocimiento, a partir de los análisis, críticas, in- en éste, o ese valor poético que resulta de to- satisfacciones, esperanzas y proposiciones o del car, ser o hundirse en la esencia y entonces ese esbozo de eventual solución. Coincidentes o no elan que todo lo transita y que nos vuelve ese con mis ideas o interpretaciones suponen en protagonista que ahora anhelo y busco porque principio diálogo enriquecedor, por ahora “vir- estamos en el equivalente a medio siglo, y ahora tual” y cada vez virtual de otra manera, pudiera ancianos, queriendo ver esa Sociedad distinta y ser en casos, táctil. más compleja que siempre hemos soñado. Claro que ha sido siempre la Iglesia Católica Aquel llamado de Fidel un 17 de noviembre no cubana centro de pensamiento y criterio como parecía tener respuesta y al fin, en circunstan- parte de la Sociedad y que con la inspiración de cia aun más difícil comenzó a tenerla y la tiene sus principios ha fijado posiciones en situacio- en este proyecto de transformaciones radicales nes precisas. Su influencia en parte de la pobla- que ha iniciado Raúl con su equipo y más y más ción, siempre a respetar y tomar en cuenta es compañeros a veces de primer plano y otros un hecho. Sería absurdo entonces fundamentar especialistas calificados reunidos en grupo de este fragmento de mis reflexiones en el ejemplo trabajo. de Espacio Laical como presencia de diversidad. Es que descubro entre sus autores la participa- Se ha abierto una época que he querido otra vez ción de jóvenes, muy jóvenes de mente abierta, llamar de lo posible. Es la época en que la diver- cultura y estilete a veces punzante. Solo el ta- sidad se recobra conceptualmente y para la vida lento puede ser motor real o devenir, si enrareci- real en la Sociedad real y en marco definido por do, destructora mandarria. Y recuerdo entonces el saber y la ética y la elevación de la persona a mis años juveniles y a polémicos compañeros rango que es el suyo. Diversidad no teatraliza- universitarios, Andrés Valdespino, inteligen- ble, no espectáculo; en lo esencial auténtico y te, abierto, dialogante y al archi-reaccionario profundo. Esa diversidad de cosmovisiones en y falagistoide José Ignacio Rasco. No les olvido las que la diferencia puede ser evidente, inne- porque eran honrados (no sé si viven). Eran ex- gable o en nada o casi nada excluyente, puede y presión viva de sus ideas y merecían respeto. Y debe continuar, ahondar y complejizar el diálo- merecían respeto porque en dos extremos eran

94 representantes coherentes de una concepción de la Sociedad y de la Vida. No lo eran en equivalen- cia del anexionismo, aún actuante; o de politiqueros sin ideas y sin ética, en lo uno lo otro. Como entonces, soy alguien que respeta y hasta es entusiasmado por ese otro que se prueba probándote y obliga a que afines el pensar, consolides la convicción y prepares mejor la defensa del ideal, el que fuera. Ya he afirmado que el que me llena el alma, es el Socialismo aún no realizado, no visto, no tocado, el que es nuestra tarea (la mía) y que sé, eso sí, que persigue y va logrando aunque sea lentamente, la desalienación del hombre, un bienestar posible, su elevación espiritual, instruido, educado a veces, propicio a alcanzar un refinamiento de la sensibilidad y la cultura y en consecuen- cia a trascenderse, a ser verdaderamente. Nadie podrá negar, negarme, que al parecer por bordes distintos recorremos el mismo camino. Y esa impresión me maravilla. Tengo una tarea y una angustia. Acordamos los Lineamientos previamente discutidos en casi re- feréndum y por este camino modificados. La Conferencia del Partido, del Partido de que soy parte, mi Iglesia, más parecida a la vuestra en su estructura de lo que pueden ustedes calcular, parece que, como en los Concilios deberá adoptar acuerdos que permitan dar mejor ritmo a todo el Plan que, económico en su primera fase, nos da algo nuevo y mejor en el documento que sirve de base a la Conferencia. En él va delineándose la imagen (virtual) de la Sociedad que resultaría de su aplica- ción. Comencé este párrafo afirmando “Tengo una tarea”; se que no puedo mucho pero soy y quie- ro subrayarlo protagonista y no-observador, ¡ciudadano! Y que, por poco que pueda dar, “ese poco” será siempre para la Revolución Socialista, para revolucionarla y para revolucionar la Sociedad. ¡Que bien nos vendría una Liturgia embellecedora como las vuestras! ¡Un incienso envolvente que llegase al alma y movilizase cuerpos hacia la acción inteligente! ¡Un inmenso fraternal abrazo que fuese como juramento! !Y que se cumpliese! No sé cual será, va a ser la fórmula pero la Belleza, la Iluminación, la Poesía, tienen que encontrar lugar en nuestra Iglesia, nuestra digo porque insisto la mía, la Socialista. Si a mi alcance estuviese me haría rodear de los Servando Cabrera Moreno y los Raúl Martínez de esta época, e igualmente de los Alejo Carpentier y los Lezama y Raúl Roa y de los Gutierrez Alea, Titón, y de los Humberto Solás; quiero decir de los creadores del texto y la imagen, de los fascina- dores y con ellos inventaría una inmensa Catedral imaginaria y entonces llamaría a Leo Brouwer que está aquí y con él, a Silvio y Omara y en esa inmensa inmensa Catedral, inmensa siempre por- que sería la patria, llamaría a iniciar otra Campaña de Alfabetización de la Conciencia en la que todos todos, con todos y para todos, martianos hasta la médula, nos comprometiéramos juramen- tados sin necesidad de juramentos, a salvar la patria fortaleciéndola desde la unidad y la acción renovadora. Cada quien en, desde su Iglesia, estas, las que he mencionado, también las otras, pero no observadores desde un margen u otro, protagonistas. De eso se trata, de protagonizar “la nueva hazaña” Esa que para mí, pretencioso en profeta, tendrá que generar en lo más hondo, esencial del alma, la solidaridad fraterna, fijar la mirada en el otro, dar sitio a la bondad y a la justicia, que entrelazados pudieran ser Amor y siempre La Belleza, que resume como Iluminación Iluminante. Les hago un guiño que develo mezclando tantas cosas, la trinidad neoplatónica, de Plotino y de la Academia Florentina y Ficino, con los Lineamientos de Raúl, las proposiciones que contiene el texto en circulación para la Conferencia del Partido, la de mi Iglesia, menos Renacentista de lo que quisiera fuera y además en medio del Trópico, en medio de una tormenta que amenaza y un anti- ciclón que dicen nos protege; es un ajiaco… Recuerdo ahora una observación de Lezama que invitaba a mirar la Catedral desde un ángulo en que parece construida con o desde las olas, así de ondulada y marítima, parece que en homenaje a la Caridad del Cobre. Un blanquito, un negrito y un indito, unidos se salvaron. Siempre un símbolo en un pequeño destartalado bote, todo unido, mestizado nos define. Espiritual mestizaje que del espíritu, no de las pieles que no importan.

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Y es por eso que, para terminar, me serviré distorsionándole de una frase del mensaje de Fernando Martínez a nuestra joven intelectualidad. No debiéramos aceptar dos Cubas en la cultura. Es que la cultura es la nación, la identidad, la patria. Y entonces, ese recurso repetido de Silvio, Ojalá. No sé, me pregunto si en el Concilio-Conferencia de mi Iglesia-Partido se encontrará ocasión de que entre sus Conclusiones aparezca fórmula que haga apreciar que es posible un Socialismo ju- venil, desenfadado y bello, el único que puede lograr la eficacia que solo se da en el saber aplicado a partir de la Persona, Persona realizándose. No en los supuestos cuadros a menudo, no siempre, seleccionados sin esta cualidad. Cada vez me convenzo más de que vale la pena recuperar, estudiar, exaltar a Paul Lafargue discípulo temprano-cercano de Marx y cultor de vida plena e introductor del trópico nuestro en menos templadas aguas. La liberación desalienante para cultivar lo espiri- tual y reservar, alguillo, para gozar. No habría modo de refundar el Socialismo sin desterrar la fealdad, la miseria y la ignorancia enemigas imperialistas, que se empeñan en invadirnos y que andan infiltradas. E insisto, habrá que desterrar la fealdad con la miseria cuando esté presente y definitivamente la ignorancia que resiste; son rasgos incompatibles con el Socialismo. El Socialismo tendrá que ser definitivamente Neo-Renacentista cultor de la Belleza. Es el Socialismo en que creo, el que quiero. Y como debo terminar en el estilo de las películas simplemente digo FIN.

96 Orestes Rodríguez. Hace unos años estuve en Pinar del Río, DIÁLOGO ESTABLECIDO en Viñales, por invitación de la revista Vitral, y le dije a una eco- POR ALGUNOS DE LOS nomista católica de mi interés intelectual sobre la democracia la- PARTICIPANTES EN EL boral, que la entiendo como el poder de los trabajadores para de- ENCUENTRO, UNA VEZ cidir cómo organizan su proceso productivo de bienes y servicios y también la capacidad de ser propietario de los resultados de su CONCLUIDA trabajo. En aquel momento le dije que, para el caso de Cuba, era LA CONFERENCIA. mucho más fácil la democracia laboral porque la propiedad de nadie es más fácil pasarla a propiedad del colectivo laboral que la propiedad privada. Y ella me dijo que pensaba que era al revés. No le pregunté qué significaba lo que ella entendía por al revés. EN DIÁLOGO Lo que yo entendí que ella quería decir era que a la democracia 4-2011 laboral era más fácil ir desde la propiedad privada. A mí me pa- reció un poco ineficaz perder 50 años de un proceso, pero con el tiempo lo que yo creía que era propiedad de nadie sí es propiedad de burócratas y tienen el poder de decidir sobre todo eso que ya dije. Entonces ahora tengo la duda y pregunto si usted cree que expropiar a burócratas es más difícil que expropiar a propietarios capitalistas. Alfredo Guevara. Sólo quiero decir esto: yo no soy obrerista. Creo que no hemos hecho el socialismo. Soñamos, una parte de nosotros (quiero decir la iglesia del lado de acá), con construir ba- ses hacia el socialismo. Los vietnamitas son muy prudentes. Di- cen: estamos en camino hacia el socialismo, nunca dicen que son socialistas. Nosotros, en Cuba, hemos logrado algunas cosas, y no hemos logrado otras. No voy a repetir lo que está dicho ahí, pero derrotamos el poder omnímodo de una burguesía muy compleja. Cuando hablamos de la burguesía la condenamos, pero habría que matizar algunas cosas, porque en algunos fragmentos de esa burguesía nuestra había algunos sentimientos nacionalistas, en el mejor sentido. Es decir, de resistencia al imperio, etc. Inclu- so de participación en la Revolución, aunque no está reconocido aún. Pero globalmente era simplemente una subsidiaria, ya en la época de la lucha insurreccional, del imperio norteamericano neocolonizándonos. Ese es mi criterio, respeto cualquier otro. Nosotros la derrotamos. Pasaron muchas cosas, no me voy a re- ferir a las de la Iglesia, que me gustaría más tarde. Sacamos de aquí al imperio. Hay que recordar aquel discurso extraordinaria- mente largo y emocionador que fue el de las nacionalizaciones de Fidel, que lo tenemos recogido incluso cinematográficamente. Derrotamos al ejército. Nosotros no somos Venezuela ni Ecuador. No por otras muchas diferencias, pero aquí no está la burguesía neocolonial dominando, no están los bancos, el imperio fue derro- tado, etc. Vivimos cercados, desde luego. Pero es otra la circuns- tancia de Cuba. Aquí, como he dicho dos o tres veces, lo posible es posible. La resistencia a la nueva posibilidad viene -tú lo dijiste, pero no creo que del todo justo- de la burocracia. Pero la burocra- cia no es el gobierno, no es ni siquiera el Estado. La burocracia es un estado de la sociedad, se ha generado. Hay que derrotarla, hay que desterrarla, no son las mecanógrafas ni los archiveros. Son

97 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) los jefes, son los niveles intermedios, pero con y en el futuro de la nación cubana. Ese tema poder. Son los que no quieren perder un Lada es las identidades desde una perspectiva de la destartalado, 20 litros de gasolina, y antes, pues racialidad. ya eso desapareció, una semana en la playa. Esa es la burocracia, la que es capaz de resistir y la Alfredo Guevara. ¿Cómo dijiste, las identidades? que hay que derrotar. No hay que arrebatarle el poder al Estado, esa burocracia no es la dueña Gisela Arandia. Las identidades, lo que yo del Estado. Estoy seguro, lo transmito aquí, que llamo las identidades. Después voy a aclararte la dirección revolucionaria será capaz de deste- al final. Ese espacio donde están la población rrar a esa burocracia que tú llamas dueña de blanca, la población negra, la población china, las tierras o de donde estén los trabajadores. No la población campesina, donde está eso que tú hay que arrebatarles a ellos ninguna propiedad. mencionas como la diversidad, pero que yo quie- Hay que realfabetizar la conciencia (no creo que ro visualizarlo desde una manera más concreta. ellos vayan a ser realfabetizados), de toda la po- blación para poder derrotarlos. Dije no soy obre- Alfredo Guevara. Perdona un segundo. No es rista. No, no soy partidario de nada de lo que a eso a lo que le llamo la diversidad. tú dices. Soy partidario de partir de la realidad. Gisela Arandia. Bueno, con todo respeto… Esta realidad no es la soviética ni la de nadie. Es una nueva realidad que nos va a dar lecciones. Alfredo Guevara. Y con mucho respeto tam- En el caso del campo ya empezó. Ahí ya se está bién, pero yo no le llamo a eso la diversidad. revolucionando la propiedad, la participación Gisela Arandia. Pero sí se le llama en la actua- de los campesinos, que son trabajadores, etc. lidad, en la cultura y en las Ciencias Sociales, Y lo único que me entusiasma, es que aprecio, se incluye ese tema en la diversidad, incluso la sin tener la información máxima, pero teniendo Conferencia del Partido lo ha incluido en la di- bastante información porque tengo gente muy versidad. Por eso lo menciono. Quisiera que en cercana en el campo, que cuando surge una di- ese diálogo a que tú nos invitas a fortalecer bus- ficultad, cuando empieza una resistencia de los cando la belleza, buscando la libertad. Ayer tu- campesinos, una opinión… se rectifica. Más rá- vimos también una oportunidad extraordinaria pido que lento se rectifica. Se amplían las cosas, en Cuba de clausurar el evento de Fanon, uno etc. Y lo creo así, es lo que siento, es una acti- de los grandes líderes que también estaría en tud que me entusiasma. Hay que ir cambiándo- este sueño, en esa búsqueda, en ese diálogo por lo todo, poco a poco, o rápidamente. Yo prefiero fortalecer la libertad, por fortalecer la unidad rápido… Pero contra las experiencias reales, no revolucionaria, porque haya más amor, porque contra ninguna teoría, ni contra ninguna ideo- la cultura de resistencia sea más integral en esa logía. Las ideologías, en el orden económico y realfabetización de la conciencia social a la que político, son letra muerta casi siempre. Hay que tú nos convocas. Considero que debe tener un tantear e ir construyendo las soluciones a partir mayor protagonismo la realidad de las desigual- de la realidad. dades desde la racialidad que hoy en día existen en Cuba y que quizás por un mito que ese tema Gisela Arandia, Instituto Cubano de In- puede dividir la nación, por un mito formado vestigación Cultural Juan Marinello. Mu- incluso desde conceptos muy viejos, por los mi- chas gracias, Alfredo, por permitirnos en esta tos, como ha habido el mito de la homofobia, el mañana compartir una parte muy importante mito del machismo…, desde ese mito ayudarnos de la vida cubana. Y no puedo evitar esta maña- a romper ese mito para que esta nación pueda na también sentir una emoción muy profunda. cada vez ser más inclusiva y más participativa. Tengo un sueño, Alfredo, un sueño en el que Muchas gracias, Alfredo. están Martí, Maceo, Nicolás Guillén, y ese sue- ño es que la intelectualidad cubana iluminada, Luis Rondón, activista y estudiante de Co- lúcida, protagonista de la historia, se acerque municación Social. La pregunta que traigo es, en un momento dado a compartir conmigo, con como joven socialista, ¿cómo podemos nosotros, un gran grupo de personas como yo, un tema los jóvenes, hacernos hoy más protagonistas en que para mí es decisivo, aquí y ahora, en la vida la construcción del socialismo neorrenacentista 98 que usted citó y salir de estancamiento que, a mi criterio, a veces percibo en este período de transi- ción por el que estamos pasando desde 1959? El período de transición al socialismo, ese sueño que usted citó en su reflexión. Esteban Morales, Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Muchas gracias, Al- fredo, usted como siempre, sus conferencias son realmente algo halagador a la mente y al senti- miento. Usted dijo algo que me parece extraordinariamente importante que yo quisiera que usted lo ampliara. Evidentemente se le ha declarado la guerra en Cuba a una serie de dificultades y problemas que nosotros tenemos, contra el burocratismo, contra los problemas que tienen que ver con la corrupción, contra los problemas que tienen que ver con una cosa que dijo Raúl Castro en una ocasión, que a mí me impactó: dijo que estaba ya bueno de creer que podemos vivir sin traba- jar. Recientemente el compañero Raúl Castro dijo algo que también me impactó: nuestro enemigo principal no es ni el imperialismo ni sus acólitos internos. Y me removió, porque yo estaba el día que el compañero Fidel Castro hizo el discurso en noviembre del 2005 en la Universidad de La Ha- bana, y me parece que eso es una gran batalla, que no es solo contra los tontos de capirote que es- tamos acá abajo, sino que eso es una gran batalla general. Esa batalla de cambiar la mentalidad… Yo quisiera que usted enfocara eso un poco más, si es que yo lo veo de manera incorrecta, o lo veo realmente como una gran batalla que tenemos que librar y que no está solamente acá abajo, sino que está también en los más altos niveles del país. Gracias. Alfredo Guevara. Ojalá me lleguen preguntas, las próximas tres, que sean de militantes de Espa- cio Laical o de la vida de la Iglesia, porque estas cosas también las hemos discutido en la UNEAC, etc, y no sé, no quiere decir que estén resueltas. Se pueden seguir discutiendo aquí, en la calle, en el malecón y en la puerta de mi casa, pero ojalá que pueda dialogar con… bien. No pido a nadie que comparta mis ideas. Yo lucho por ellas en mis libros, en mis escritos, etc, como tú lo haces, y lo haces muy bien. No soporto la idea de una comunidad blanca y una comunidad negra. Me parece, sí, tú dices se usa como pretexto. No. Yo lo digo como convicción. Creo que todos somos mestizos. No quiere decir que considere resueltos los problemas, pero creo que todos somos mestizos espiritualmente. Y a mí no me importan los colores. Cada quien tiene su color… Creo que tenemos que llegar a la indiferencia, como sueño, ante eso. Hemos hablado aquí de colores, pero también de sexo. A mí me importa un bledo todo eso. La ética de la persona, su comportamiento en la sociedad, su comportamiento en la vida, y sobre todo, su comportamiento ante sí mismo. Ojalá que lleguemos a que en la sociedad no haya las diferencias que es verdad que hay y hay que resol- ver. Ahí suscribo las cosas que dice la Conferencia, y puede que no suscriba algunas cosas que diga la Conferencia, no vayas a creer que porque lo diga la Conferencia y yo soy militante del Partido tengo que estar obligatoriamente de acuerdo… No, yo tengo ideas y las he defendido siempre y he pagado el precio de defenderlas y no me importa. Creo que eso es lo que es ser ciudadano y lo que yo quisiera que fuera todo el mundo. Que esté dispuesto a pagar el precio de cualquier cosa. Bueno. Podía hacerte una cita de Pascal, para envolver a los demás, pero no lo voy a hacer. Léanse las Provinciales y verán, en la carta 18, lo que él dice de cuando hay que jugársela. No se puede estar atado por intereses. Los burócratas están atados por intereses. Dicen sí, sí, sí, sí… o simulan decir sí, pero es para defender sus intereses. Puedes tener la seguridad, me conoces bien, ya desde la uni- versidad, eso te lo puede ratificar monseñor Carlos Manuel de Céspedes, fundé, con Fidel Castro y con Benavides, el Comité de Lucha contra la Discriminación Racial. Pero recibí mi primera gran lección en ese terreno, porque yo, jovenzuelo, de cierto medio social, propuse ideas de educación… y Enrique Benavides, mi hermano, ya desaparecido, me dijo esta frase: tú puedes esperar, yo no. Y esa lección la tengo clavada en el alma. Yo sé que no se puede esperar con la misma comodidad, hay que acelerar las medidas concretas. Y es de lo que sí soy partidario. Para que ese sueño de que todos… Yo lo resumo de este modo: todos los blancos son negros y todos los negros son blancos. To- dos somos mestizos espiritualmente. Y se han mestizado tantas otras cosas, amiga mía, que estoy seguro que estamos en el camino.

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¿Cómo participa más un joven socialista? ¡Oye, nocer más adelante… He sentido el estilete hon- jugándosela! Hay que estar dispuesto a jugárse- rado. Por eso a José Ignacio Rasco, que fue mi la para que esto avance. Voy a decir una cosa. compañero de estudios en Filosofía, y a Andrés Sé que una de las ideas que trato de expresar Valdespino, me atreví a mencionarlos, porque aquí no me ha importado dejarla en un campo cuando hay ideas el diálogo puede ser amarguí- subtextual. La alfabetización tuvo un encanto simo, pero por primera vez (no por primera vez, (primer ejemplo) y todo hasta Elián ha tenido lo aclaré ahí, la Iglesia siempre ha fijado sus po- mucho encanto. ¿Dónde está el encanto de los siciones) pero en una publicación, por primera Lineamientos? ¿Dónde está el encanto de la vez yo siento que no me tengo que quedar con el Conferencia? Yo no veo el encanto por ningu- Granma, que leo una opinión por aquí, una opi- na parte. Es decir, son ideas estupendas, pero nión por allá, y con unas me fajaría y con otras después de tantos desencantos… Por eso decía, no, también las del Granma, a lo mejor me faja- habría que inventar una catedral y una liturgia ría con una del Granma. Esa riqueza es lo que tremenda que movilizara las conciencias y a mí vale la pena. me gusta más decir las almas. Y yo no siento eso por ninguna parte. Esto se lo he expresado Creo que tú (señalando a Esteban Morales) has vivido experiencias recientes, que por suerte a quien debo expresárselo, primero que decirlo son lecciones también, no completas, pero son aquí. Creo que hay que hacer algo. Las propo- lecciones… siciones económicas son de vida o muerte. Lo sabemos técnicamente, porque es ruina finan- Siento que tenemos que hacer algo más, e in- ciera… Es muy difícil que porque haya cuatro directamente, te fui dando respuestas. Creo restaurantes nuevos y 17 ventanas anunciando que la cúpula tiene (por supuesto que todavía pan con chorizo, que eso movilice la conciencia, estamos en las decisiones por vía cúpula) que y que digamos: esto está cambiando. No. Hay desencadenar algo más, que movilice. Dije ahí algo más. Tiene que pasar algo más. He tenido a mi manera, no tan claramente, que había que mis ideas y las he propuesto. No las puedo decir hacer una nueva alfabetización de la conciencia. aquí porque no han echado a andar, pero sólo Creo que hay que convencer al ciudadano de que para el terreno en el que puedo yo de verdad es ciudadano. Ha habido tanta pasividad, tanta opinar sabiendo, he propuesto cosas para las transmisión… La crítica que he hecho, no es la universidades. He recorrido las universidades primera vez que lo hago, ni he escogido esta tri- en los últimos tiempos dando conferencias y buna para hacerlo, lo he dicho en todas partes, dando discusiones y tengo la convicción de que siempre, también en cartas a Fidel y a Raúl en (esto fue mi política en el Instituto Cubano del determinados momentos: ¡basta de correas de Arte y la Industria Cinematográficos, ICAIC, en transmisión, Dios mío! Es que una organización los primeros años), a los muchachos que consi- política o una organización social no puede ser deran en la universidad más difíciles son la can- una selva de correas de transmisión. Tiene que tera revolucionaria por excelencia. Porque los ser algo más vivo. Por eso hablo constantemen- dóciles difícilmente puedan ser revolucionarios te en las conferencias que he dado, y también lo de verdad. En la discusión he encontrado gen- mencioné ahora, de algún modo, de que al triun- te maravillosa. Yo creo que hay gente, especial- fo de la Revolución, en los años que siguieron mente periodistas extranjeros, que me dicen: ¿y hicimos una urdimbre de organizaciones y de el relevo? A mí qué me importa que yo no sepa estructuras de transmisión, pero las verdade- los nombres, están ahí. ras… poder popular en distintos niveles. Llego hasta algo que a algunos no les gustará… hasta La generación mía, que es la de los dirigentes los Comités de Defensa. Todo lo que tenemos lo actuales (yo sí que no soy dirigente, ni soy nada: tendríamos que utilizar para que pudiéramos… una voz nada más), va a desaparecer en muy Yo iría puerta a puerta diciendo: oiga, usted es poco tiempo y esos chiquitos y chiquitas que ciudadano. Porque es que la gente no actúa ya están ahí se las traen. Ahí está el relevo y es- como ciudadanos. Están dadas todas las condi- tán los revolucionarios. Puede que en Espacio ciones para que usted actúe ya como ciudadano, Laical alguno de los que yo he sentido algunos no siga diciendo: total, si no va a pasar nada. No pinchazos, en alguno que otro, que quisiera co- sé cómo hacerlo, amigo. No lo digo aquí, pero si 100 fuera miembro de la Conferencia, mi proposición sería: hay que hacer una comisión interdiscipli- naria, pero interpolítica, inter-todo, y ver cómo podemos echar a andar esto más allá de las medidas prácticas y de las leyes y los decretos. A Alarcón un día en broma, se lo dije en realidad a Miguelito, su asesor, pero delante de él, para que lo oyera. Oye, aquí todo se resuelve muy fácil. En vez de tantas leyes y decretos que haya que quitar y sustituir, hacemos uno solo: todo lo prohibido queda legalizado, y la sociedad empieza a funcionar. Oscar Espinosa Chepe, economista. En primer lugar, quiero felicitar a Espacio Laical por este espacio de debate, de poder disfrutar de esta conferencia que ha dado el doctor Guevara, donde ha dicho cosas muy interesantes. Por supuesto, no estoy obligado a estar de acuerdo con todo, pero sí considero que ha sido una conferencia muy ilustrativa, muy abierta, muy democrática y lo felicito, independientemente de las lógicas discrepancias que puedan existir. Hay una cosa que me ha lla- mado la atención, que él ha recalcado y que yo estoy totalmente de acuerdo. Es el llamado que él hace a la alfabetización de la conciencia. Y tengo una duda que quisiera me aclarara el doctor Guevara. ¿Cómo él ve que se pueda hacer esto en Cuba cuando hay tantas limitaciones en la información que se le da a la población? Cómo, con la prensa que tenemos, que él mismo en ocasiones ha criticado fuertemente, podemos iniciar ese proceso de cambio en la conciencia. Cómo podemos hacer ese cambio en la conciencia con los problemas de ocultamiento de la información que tenemos en el país. Los capítulos fundamentales de las estadísticas del año 2010, a esta altura, no se han puesto a conocimiento de los ciudadanos. Cómo un ciudadano puede discutir sobre problemas económicos del país si las cuentas nacionales definitivas no se conocen, si los elementos del comercio exterior cubano, a pocas semanas de terminarse el 2011 no se conocen. Pienso que hay que hacer un esfuerzo por hacer más democrática nuestra prensa, porque nuestra población tenga más acceso a la información, porque se produzcan más estos debates entre todos los cubanos. Pienso que estamos en un momento muy delicado de nuestro país. Mejor que nadie el presidente Raúl Castro lo ha señalado cuando ha dicho que estamos al borde del precipicio. Y es necesario que todos tengamos conciencia de esto, debatamos de una forma civilizada, como ha convocado la revista Espacio Laical, sin ofensas, sin exclusiones, sin prejuicios absurdos, porque la diversidad ideológica existe en nuestro país. Hay muchas opiniones distintas, muchas críticas en la calle. Hay que salir a la calle y oír a los ciudadanos el nivel de críticas que se hacen hacia la burocracia, que se ha engendrado en este sistema, porque no podemos separar el sistema de la situación de la bu- rocracia en Cuba. Concluyendo, le pido cuál es su opinión sobre la prensa, cómo debe ser una prensa que informe, que promulgue y que promueva el debate, que los ciudadanos pierdan el miedo a hablar, porque se dice que los ciudadanos no hablan, porque los ciudadanos tienen miedo a hablar en este país. Esa es la realidad. Podemos ocultarlo y podemos meter la cabeza dentro de la arena, pero esa es una realidad que vivimos diariamente. Perdón si me he extendido un poco. Muchas gracias otra vez por su conferencia. Gustavo Andújar, Centro Cultural Félix Varela y Signis Cuba. Es precisamente desde la experiencia que tengo de intercambiar con el ICAIC y con el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano durante muchos años, desde una identidad católica siempre clara, acogida cor- dialmente en ese entorno del mundo profesional del cine en Cuba, y conocedor también del aprecio que tiene Alfredo por la contribución de los católicos en muchos campos de la vida y la cultura del país, quería preguntarle, en ese sueño de Cuba que tiene Alfredo Guevara, ¿qué papel esperaría de

101 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) esa intelectualidad católica, de ese pensamiento ta de Gustavo: ¿qué espera usted de la Iglesia católico que se va haciendo presente en publica- Católica en Cuba? La otra pregunta va en otra ciones por ejemplo, como Espacio Laical o Pala- línea: ¿cómo pensar un diálogo donde también bra Nueva? participen los cubanos que no quieren el socia- lismo para Cuba? Esos cubanos que no quieren Mario Velázquez, Congregación Herma- el socialismo, ¿en qué lugar quedan? nitos de Jesús. Mi pregunta está relacionada, primero que todo, cuando yo estudiaba en la Alfredo Guevara. Sobre la información como Universidad, en los primeros años, que estudia- recurso movilizador. Yo siento que nuestra pren- ba Introducción a la Filosofía, siempre nos da- sa, menos el noticiero principal de televisión, en ban una determinación de qué era la Filosofía. general Granma y Juventud Rebelde, que son Al dejar la Universidad por entrar a la vida reli- los que sigo más de cerca, se han ido abriendo giosa empecé a estudiar en un instituto de Cien- y que eso es interesante y nos será útil. Pero cias Teológicas, donde recibíamos la asignatura como los tiempos apremian, tú me dijiste qué se de Introducción a la Filosofía. La primera pre- haría. Yo le recordaría a Raúl que es General y gunta que me pusieron en un cuestionario fue: le diría (yo no soy quién para esto, esto es pura ¿qué es para mí la Filosofía? Yo respondí con lo ciencia ficción): acuérdate que eres General y que había estudiado en la Universidad sobre el da una orden militar. Se acabó el secretismo, tema y recibí un cero. El profesor nos mandó a por lo menos, aunque sea un oasis momentáneo la calle a preguntar a la población qué significa- para favorecer esta movilización que hace falta. ba para ellos la Filosofía. Respondí un cuestio- Y después, si quieren, que vayan al ritmo que nario sobre qué era para cada uno la Filosofía. quieran, que a ese ritmo no aprenderán nunca Si no venía del socialismo, del comunismo, así. a manejar la información. Pero ahora hace falta Cuando empiezo a estudiar en el Instituto de una orden militar, para que todo pase en un mi- Ciencias Teológicas, para mí era algo diferente, nuto. No podemos perder tiempo. porque dicen los filósofos que para ellos la Fi- Voy a decir algo, y le pido mil perdones al Carde- losofía es la búsqueda de la verdad. Y lo veo así nal amigo, en fin, a ustedes tres (refiriéndose al hoy cuando hago una disertación, si continúo en cardenal Jaime Ortega, a monseñor Carlos Ma- mis estudios, qué es la búsqueda de la verdad. nuel de Céspedes y al padre Yosvany Carvajal). Mi pregunta va relacionada con lo que usted de- Sé que la Iglesia no es un partido y que no quie- cía. Cuando en nuestras verdaderas aulas se co- re ser un partido ni parecérsele: ¡qué bueno! mience a dar la Filosofía, cuándo se pueden unir Pero la Iglesia es el pensamiento organizado, es para dar una sola filosofía, lo que podemos estar un centro de elaboración intelectual que tiene estudiando. Aquí hay muchos jóvenes que qui- naturalmente un ángulo político, intelectual y zás estudian Filosofía también, y si nos pone- de participación en la vida cubana, porque está mos a hablar tenemos criterios muy diferentes el patriotismo de por medio, que he invocado va- de qué es la Filosofía. Soy cubano, tengo 25 años rias veces, y creo que ella es un partenaire ma- y ahorita, de la forma que tengo que ver, voy a ravilloso para sembrar esa diversidad, que ansío tener que hacer mi propia filosofía también. y creo necesaria para el desarrollo del país. Es Lenier González, revista Espacio Laical. decir, aprecio mucho el papel de los intelectua- Alfredo, quiero agradecerle muchísimo que esté les católicos, en la historia de la Filosofía, en el con nosotros aquí, es un honor y un gusto tre- curso de la formación de mi propia cultura. Creo mendo. Yo tengo dos preguntas. La primera va que un estudiante de Filosofía, que he sido, no por el camino de la de Gustavo Andújar. Gobier- puede (cosa que no pasa con las otras religiones, no e Iglesia viven una nueva relación en Cuba, que respeto además), estudiar Filosofía sin es- una relación que estuvo marcada por un enfren- tudiar a los filósofos católicos, incluso, alguien tamiento muy fuerte, a muerte, en los primeros con quien estoy fascinado muy tardíamente, años de la Revolución. Gracias a personas in- aunque había visto muchas películas basadas en teligentes, buenos cubanos, esa relación ha ido sus novelas, en estos momentos, es con François transitando por caminos de cordura, de enten- Mauriac… Se encuentra uno en un novelista y dimiento, de acercamiento. Yo reitero la pregun- periodista tantas ideas que lo enriquecen, tan-

102 tas reflexiones interesantes, ¡qué bueno!… Creo que es el núcleo de pensamiento, en la historia de mi formación, que no soy nadie, pero soy el que estoy hablando aquí, y ahora en contacto con ustedes. Siempre he estado en contacto con vuestra jerarquía, pero con los jóvenes… ¿El joven que habló era Lenier? Tremendo personaje. Algún día quisiera que nos viéramos personalmente, porque es uno de los que califico de estilete, que me han dolido algunas veces… pero vale la pena. Vale la pena dialogar con quien tenga ideas. Creo que, primero, tenemos la sartén por el mango, no hay que olvidarse de eso, o nos lo creemos, cualquiera sabe, pero creo que primero tenemos que avanzar un poco en esta tarea de cambiar este… En la conferencia que di en la Universidad Central de Las Villas, que fue antes de los Li- neamientos y todo esto, yo planteé lo siguiente: si se logra desburocratizar la sociedad, si el Estado vuelve a tener las funciones que debe tener de carácter regulador y también de expresión de la di- rección en la política, cambia la sociedad toda. Si no se avanza en esa línea, es la dirección política prisionera y dudo mucho que pueda llegar hasta el punto que está planteado. Por supuesto que hay que escuchar a todos; ahora, dirigir no. Es decir, hay que mantener la sartén por el mango hasta que podamos, y después la sociedad se encargará, porque revivirá la sociedad civil de un modo más complejo. No es que no exista, existe la sociedad civil, pero alcanzará el nivel de complejidad con que yo sueño y quisiera ver a pesar de estar en los 85 años. Creo que tenemos que apurarnos, no para que yo lo vea, sino para que el pueblo sea más feliz, en fin… Pero el diálogo con la intelectualidad que tiene… Uno de los compañeros que intervino dijo “la diversidad de opiniones”, pero, un momento. Las opiniones primarias no son las que tenemos que tomar en cuenta como urgencia, pero las concepciones de la sociedad, hasta dónde se llega y cómo se llega, ahí el diálogo, con un pensamiento organizado, que tiene fuentes profundas, como es la intelectualidad católica, a mí me parece que ese, que ya está abierto, debe seguir y enriquecerse.

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El tema propuesto por el título es muy amplio y obliga a hacer LA DOCTRINA SOCIAL elecciones. Más que intentar una síntesis de todo el pensamiento DE LA IGLESIA Y LA social cristiano sobre la democracia, síntesis que resultaría cier- DEMOCRACIA tamente insatisfactoria, quisiera tratar, dentro del vasto tema de . la democracia, un argumento particular: el de la relación entre la sociedad y la política. Autor: Esta elección me parece oportuna por dos motivos. En primer lugar, lo “social” –en su distinción de lo “político” como era in- Antonio Maria terpretado en la antigüedad– es un punto central de la doctrina cristiana que, precisamente en consideración de la definición de Baggio. lo social y de su profundización, ofrece una contribución origi- nal, basada en la Revelación. El Dios revelado por Jesucristo, de hecho, es Dios Amor, Dios Trinidad de Personas; es la Trinidad EN DIÁLOGO misma, para los cristianos, el modelo originario de las relacio- nes. Es el modelo de la sociabilidad, o sea de todas las formas 1-2012 relacionales comunitarias en las cuales sujetos que tienen una dignidad par expresan, al mismo tiempo, la personal originalidad de cada uno, la diferencia que lo distingue del otro. El “modelo trinitario” difiere profundamente, en su lógica, de los modelos relacionales conocidos por las sociedades antiguas, cuya estruc- tura es esencialmente vertical. En la “comunidad trinitaria”, en cambio, la dimensión “vertical” –que interpreta y expresa la autoridad en la figura de Dios Padre– se integra perfectamente con la dimensión “horizontal” de las Tres Personas divinas, cada una de las cuales es Dios. Y cada una está unida a la otra por relaciones de amor y de donación, que reflejan la originalidad del Padre, del Hijo, del Espíritu y, al mismo tiempo, su paridad en cuanto Personas divinas. El cristianismo, a medida que logra interiorizar esta concepción de la realidad de Dios y hacerse plasmar por ella, elabora, en el curso de la historia, una visión política profundamente distinta de la de los regímenes absolutistas de la antigüedad basados en la verticalidad del poder; una visión en la cual lo social, como lugar específico de las relaciones de libertad, es central. El segundo motivo de la elección está ligado al momento históri- co actual, a la realidad del quinto año de la crisis económica que ha golpeado a muchos países del mundo. La crisis ha manifestado la debilidad, los límites de muchas clases dirigentes políticas al afrontar una crisis que no es hija solo de la especulación finan- ciera, sino también de la complejidad alcanzada por la sociedad contemporánea: constatamos hoy la crisis del “Príncipe”, o sea, de la guía política, en muchas de sus formas tradicionales. ¿Qué camino deben tomar entonces las democracias? Contemporáneamente, existen ejemplos de clase política que pa- rece lograr gobernar bien los procesos: es el caso del modelo chi- no. Pero quisiera ponerlos en guardia ante una fácil valoración positiva de tal modelo, que tiene costos humanos altísimos. El actual desarrollo económico chino se está desenvolviendo en el total descuido por los derechos humanos de los individuos y de

104 las comunidades; la diferencia entre los nuevos ricos y los pobres, que está definiendo verdaderas y particulares nuevas clases sociales, es altísima; sobre todo, la clase dirigente política china se encuentra en la imposibilidad de justificar teóricamente lo que está ocurriendo: el empleo de la economía de mercado y el impulso al enriquecimiento individual son exactamente lo contrario de lo que por más de 50 años los dirigentes políticos han dicho. Subrayo la peligrosidad de tal situación: no habrá un pensamiento fuerte y compartido de construir la idea de un país, no habrá ya fuerza alguna de unión ideológica que dé un fundamento a la colaboración social: ¿qué medios quedarán, entonces, a la clase dirigente, dentro de pocos años, para justificar su propio rol de poder, después que la visión política de tipo comunista no tenga ya ninguna base real en la sociedad? Quizás, que- dará solo la fuerza. ¿China está preparando quizás, para su futuro, un baño de sangre? Mejor sería que, quien pueda, buscara otros caminos.

El rey y el profeta Si abrimos el Compendio de la doctrina social cristiana1 en el capítulo VIII, dedicado a la “comu- nidad política”, observamos que está ante todo ilustrado un dato bíblico, relativo a la historia de Israel, cuya enseñanza será, sucesivamente, incorporada en la doctrina social cristiana. El pueblo hebreo había vivido durante la época de los Jueces sin una monarquía constituida. La sociedad israelita seguía la ley de Moisés y se formaba sobre la base de ella; el Señor enviaba como regalo a su pueblo hombres sabios –los jueces– que sabían orientarlo y que no creaban dinastías; se subra- yaba así la idea de que el Señor gobernaba directamente a su pueblo, suscitando y donando a sus enviados según la necesidad. La sociedad israelita se había pues estructurado y formado en ausencia de una monarquía, hasta que, en cierto punto, decide pedirla al último de los jueces, Samuel, como cuenta el primero de los libros de la Biblia que lleva su nombre (1 Sam 8,5; 10,18-19). El Señor concede la monarquía a Israel y escoge como rey a Saúl (1 Sam 10,1-2). El rey pasa a ser depositario de la promesa hecha por el Señor a Israel y tiene la tarea de gobernar con justicia. Esta institución de la monarquía contiene importantes enseñanzas. Ante todo, el poder político sobreviene después que el pueblo está ya constituido como tal, después que tiene ya una identidad, un ideal, una misión en la historia: el poder político no sustituye a la sociedad ya existente que el Señor mismo había construido y que había hecho nacer del Pacto establecido con Abraham y conti- nuamente renovado, sino que se pone a su servicio. Es pues un poder limitado que tiene naturaleza instrumental. Pero el Señor, después de la institución de la monarquía, continúa enviando sus dones, en particu- lar en la forma de los profetas, cuya tarea es mantener viva la promesa, reclamando continuamen- te al poder político el fundamento que lo justifica; los profetas son, por su naturaleza, críticos del poder: lo denuncian y lo critican cuando se desentiende de sus tareas. El don de Dios, por consi- guiente, es también, desde el punto de vista político, doble: de una parte establece el poder político, creando, así, la institución política; de la otra, envía a los profetas, que son (profeta significa, en la etimología griega, “que habla en lugar de”) los que hablan con sus palabras, es decir son sagrados como es sagrado el rey, y constituyen la crítica y la oposición: el don del Señor es, conjuntamente, la realeza y la profecía, o sea, el poder y su límite: ambos de origen divino. En esta perspectiva, el poder que no tolera oposición no puede jamás ser considerado como un poder justo (incluso aunque fuera ejercido por hombres bien intencionados). Es así delineada una visión del poder que es completo solo a través de la definición de su límite y de su oposición: una concepción que constituye un don fundamental que la cultura hebrea confiere al pensamiento humano.

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Está clara la enorme distancia entre esta con- tos positivos de las dinámicas históricas que lle- cepción hebrea y la precedente, coetánea y su- varán a la sociedad europea fuera del Medioevo. cesiva de los antiguos imperios surgidos en la La moral cristiana reconoce la legitimidad de los misma área geopolítica definida como “Cercano nuevos oficios, en el contexto de una economía Oriente”: los antiguos imperios (Asiria, Egip- en crecimiento; como también reconoce la nue- to, Hatti...) elaboran –incluso en formas diver- va cultura política vinculada al naciente huma- sas– la concepción del poder imperial absoluto, nismo; incluso a través de la recuperación de la rígidamente vertical enemigo de cualquier otro concepción política de Aristóteles y del derecho poder externo. En esta visión imperial emerge romano se llega a afirmar ya en el siglo XIII con la profunda necesidad de unidad que invade Tomás de Aquino y otros, el contrario exacto de el espíritu antiguo: una unidad que el hombre la ierocracia, o sea, la soberanía popular2. antiguo no logra pensar junto a la distinción, sino solo con exclusión de cualquier forma de diversidad; así, el absolutismo antiguo no acep- La novedad cristiana ta la pluralidad, ni en su interior –donde todo opositor, por consecuencia, es un traidor, un sa- Ya hemos hecho referencia al principio de la es- crílego– ni en su exterior, donde todo enemigo es pecificidad del anuncio cristiano: Dios es Amor, un enemigo de Dios y de la humanidad. es Amor porque es Trinidad, o sea comunidad divina de Personas amantes. Este anuncio no Estas dos tipologías antiguas, la tendencialmen- resulta fruto de especulación, sino que es la in- te pluralista hebrea y la absolutista de los impe- teligencia de la realidad que Jesús ha abierto a rios, no pertenecen solo al pasado, sino que son través de su existencia: ya que él es el Verbo en- dos tipologías del poder, dos visiones de la polí- carnado, es decir, la palabra de Dios, que no es tica, que encontramos hoy, porque constituyen dicha más por los profetas “en lugar de Dios”, posibilidades constantes, permanentes, del pen- sino que es pronunciada por Dios mismo en Su samiento y del actuar político. Está claro que la encarnación. Los hechos, los acontecimientos de cultura cristiana se pone en continuidad, desde la vida de Jesús, son la comunicación que Dios este punto de vista, con la hebrea, elaborándola hace de sí mismo. A partir de la Encarnación la después de manera propia. historia humana no es más solo la fea copia, la No sin dificultad las estructuras políticas ver- imitación superficial e inconsistente de la ver- ticales han continuado viviendo largo tiempo, dadera vida (la vida de Dios). Con la Encarna- tanto en la realidad histórica como en las men- ción la historia se convierte en el teatro de la misma vida divina definitivamente unida a la talidades, incluso bien avanzada la época cris- humana. Esta visión cristiana introduce en las tiana. Pensamos que, incluso mil años después culturas humanas la idea de la consistencia y de de Cristo, la visión prevaleciente –y oficial– del la importancia de la historia, de las elecciones y poder elaborada en el seno de la Iglesia Católica de las acciones de los hombres. es la “ierocracia”, una visión rígidamente ver- tical y basada sobre la antigua concepción de lo Con Cristo, cambia incluso la concepción an- sacro; por tanto, una visión mucho más cercana tigua de la soberanía. Dios ha ejercido Su po- al absolutismo de los antiguos imperios que a tencia, explica Pablo en la Carta a los Efesios, la “horizontalidad” de las relaciones creada por “cuando lo resucitó de los muertos y lo hizo Jesús, que dijo: “no os llamo más siervos... si no sentar a su diestra en los cielos, por encima de os he llamado amigos” (Jn 15,15). Sin embar- cualquier principado y autoridad, de cualquier go, contemporáneamente, incluso en el interior potencia y dominación”. Este poder es conferido de la sociedad cristiana estaban desarrollándose por Dios a Cristo, al Resucitado, a Aquel que ha experiencias de iniciativa económica y de auto- vivido enteramente la aventura humana: “no organización política del todo nuevas, sobre más ya solamente –explica Sergej N. Bulgakov– base horizontal: se desarrollaban experiencias como al Hijo Unigénito, que eternamente en la en las cuales se forma la idea de los “social”; Santísima Trinidad posee el Reino, el Poder y ellas permitirán a la cultura cristiana dar im- la Gloria, sino como al Dios-Hombre que se ha portantes pasos adelante y reconocer los aspec- irrevocablemente humillado y ha asumido la

106 condición de esclavo”3; es un poder que Jesús se ha ganado a través de la cruz. Jesús había sido aclamado como Rey ya antes de la pasión, pero el ministerio real de Cristo es ejercitado después de la concesión del poder, o sea, después de la resurrección. Esto hace comprender cuán íntimamente está ligado a la historia. Ahora, ¿en qué modo Cristo ejerce la realeza, el poder soberano que ha recibido? Sobre la cruz, él ha alcanzado la condición del último de los hombres: el traidor, el prisionero, el condenado, el rechazado, el calumniado, el abandonado. Jesús sobre la cruz es plenamente hombre, se identifica hasta el fondo con la humanidad en su debilidad y en su lejanía de Dios. Por esto, cuando se re- abandona en las manos de Dios, cuando resurge, cuando recibe la realeza sobre el mundo, es la humanidad la que vive con Él todo esto: son los hombres que se convierten en hijos de Dios y her- manos entre sí, que reciben la soberanía sobre la “nueva creación” que brota de la Cruz. ¿En qué consiste la nueva realeza de los hombres y cómo debe ser ejercida? Los hombres renacen en Cristo, de la Cruz, como hermanos y, por esto, libres e iguales. Es de la Cruz que surge la visión del hom- bre que comenzará la gestación, a través de los siglos, de lo que se convertirá en el gran proyecto de la modernidad y el horizonte valorativo de la democracia: “libertad, igualdad, fraternidad”. No tenemos la posibilidad, aquí, de recorrer, ni siquiera en síntesis, el gran camino de estas ideas a lo largo de veinte siglos4. Demos ahora un salto que nos traiga directamente a nuestros días.

La elección doctrinal de la democracia El siglo XX fue teatro de una experimentación política sin precedentes. En el transcurso de cien años se han impuesto de vez en vez regímenes que van desde el más completo totalitarismo a las formas más clásicas de democracia. Los cristianos tienen en su fe recursos que les permiten encon- trar una parte positiva a interpretar en cada tipo de régimen: a veces lo han hecho con una activa laboriosidad en la construcción de un nuevo panorama político, siendo incluso los protagonistas; en otros casos su rol ha sido de oposición, llevando la resistencia hasta el martirio; cuando en cambio estuvo impedida la vía meramente política, se dedicaron a las actividades sociales y construyeron las premisas para la acción política sucesiva; el empeño de los cristianos, en suma, ha tenido en cada situación razones más fuertes respecto al desempeño. Desde el punto de vista de la doctrina social, un régimen no es igual al otro: precisamente las ex- periencias del siglo XX han hecho madurar la conciencia de que la forma democrática de Estado y de gobierno es preferible a las otras. En otras palabras, para los cristianos la democracia no es simplemente uno de los posibles regímenes entre los cuales es lícito elegir, sino que constituye un camino obligado: se puede elegir solo entre diversas formas de democracia. “Democracia” es, sin embargo, un término que ha conocido muchas interpretaciones y es nece- sario aclarar cuál es el significado que le viene dado por la doctrina social cristiana. Por esto, es útil remontarse al momento histórico en el cual sobreviene un momento crucial en las relaciones entre el magisterio social de la Iglesia y la democracia. Fue durante el pontificado de Pío XII, el cual, electo precisamente en el año del estallido de la Segunda Guerra Mundial, vio por entero las tragedias terribles generadas por los regímenes totalitarios entonces vigentes. Pío XII desarrolló una reflexión, a lo largo de los años de la guerra, que culminó con el Radiomensaje de Navidad de 1944. En él, el Pontífice expresaba claramente la elección de la Iglesia por la democracia, le daba un fundamento en la fe y en la tradición católica, explicaba lo que el cristianismo debía entender por verdadera democracia. Pío XII parte de la constatación de que los pueblos implicados en la guerra se han “despertado de un largo entorpecimiento” y han tomado en las confrontaciones del Estado y de los gobiernos una actitud “nueva, interrogativa, crítica, desconfiada”, en la persuasión de que, si los pueblos hubie- sen podido intervenir en la actividad de los poderes públicos y corregirla, no se habría llegado a la

107 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) guerra. Para prevenirla en el futuro “es necesa- es incapaz de interpretar auténticamente estos rio crear en el propio pueblo especiales garan- ideales y provoca la degeneración de la demo- tías”. Este despertar de los pueblos se expresa cracia. Libertad es de hecho para Pío XII, “de- en la “tendencia democrática”. ber moral de la persona”, y se une al respeto por la libertad ajena. E igualdad es el derecho de El Papa no quiere ocuparse de la organización y cada uno, ante el Estado, “de vivir honradamen- de la estructura exterior de la democracia, que te la propia vida personal”: en este marco, las puede asumir varias formas, sino de las normas desigualdades derivadas no de la injusticia, sino generales según las cuales debe ser regulada, de la naturaleza, son expresiones de libertad, y para que el hombre sea “sujeto, fundamento y no contrastan con “el espíritu de comunidad y fin” de la vida social. Dos derechos de los ciuda- de fraternidad”. danos se imponen ante todo: el de expresar su propio parecer sobre los deberes y los sacrificios La democracia puede degenerar por consiguien- impuestos por el Estado, y el de ser escuchado te en el arbitrio de la masa, si la libertad –”de- antes de tener la obligación de obedecer. ber moral de la persona”–, se transforma en la pretensión de dar desahogo a los apetitos y a En estas afirmaciones de Pío XII se advierte la los impulsos en detrimento de los otros; y si la experiencia de quien ha visto a los regímenes igualdad “degenera en una nivelación mecáni- dictatoriales de los 20 años precedentes negar ca, en una uniformidad monocroma”. Cuando la tales derechos; la forma de gobierno democráti- masa prevalece sobre el pueblo, según Pío XII, ca, que en cambio los respeta, aparece por tanto sobreviven dos tipos de personas: de una parte, a muchos “como un postulado natural impuesto los ilusos de esta apariencia de democracia, los por la propia razón”. El Papa ve la democracia que siguen creyendo porque están ideologizados como un proceso, como un ordenamiento sus- y manipulados, especialmente en los Estados ceptible de continuas mejoras, porque el ciuda- dano debe ser puesto “siempre en condición de donde existe un monopolio educativo; de la otra, tener la propia opinión personal, y de expresar- sobreviven los oportunistas que tienen éxito en la y hacerla valer en una manera conforme al asegurarse una posición de privilegio. bien común”. Si damos un salto de sesenta años, y llegamos al La democracia, en suma, se puede realizar solo presente, podemos tranquilamente afirmar que si existe un pueblo compuesto de ciudadanos tenemos delante de los ojos un buen muestrario conscientes y activos, y tiene la tarea, a su vez, de las degeneraciones de la democracia en mu- de favorecer el crecimiento de este conocimien- chos regímenes de diverso tipo. Lo que los cris- to. El enemigo capital de la democracia es de tianos deben hacer, siguiendo el razonamiento hecho, según el Papa, la “masa” o “multitud de Pío XII, es evitar alinearse tanto con los ilu- amorfa”. “El pueblo vive y se mueve por vida sos como con los oportunistas, y trabajar para propia; la masa es de por sí inerte, y no pue- hacer crecer el pueblo y disminuir la masa. de ser movida sino desde afuera. El pueblo vive de la plenitud de la vida de los hombres que lo componen, cada uno de los cuales –en su propio El principio de subsidiariedad y el modelo lugar y en su propio modo– es una persona cons- fascista ciente de sus propias responsabilidades y de sus propias convicciones”. Un elemento de gran importancia para com- prender bien la interpretación cristiana de la En la raíz de la democracia está pues, según Pío democracia es el principio de subsidiarie- XII, la persona; solo un conjunto de personas –y dad. Ello viene expresado formalmente por Pío de las comunidades que ellas forman– da vida XI en la encíclica Quadragesimo anno, de 1931. a un pueblo capaz de construir una verdadera Según este principio, “como no es lícito quitar a democracia, cuyo ideal está hecho de libertad y los individuos lo que los individuos pueden cum- de igualdad. Pero libertad e igualdad se vuelven plir por su propia iniciativa y con sus propios verdaderas solo si el sujeto que las vive es la medios para pedirlo a la comunidad, así es con- persona, o, colectivamente, el pueblo. La masa trario a la justicia, representa un grave daño y

108 turba profundamente el recto orden social, que se remita a una sociedad mayor y de grado más ele- vado lo que las sociedades menores y de grado inferior son por sí mismas capaces de cumplir; cual- quier actividad social, de hecho, debe por su propia naturaleza ayudar a los miembros del cuerpo social, nunca en cambio destruirlos y absorberlos”. Como consecuencia, continúa la encíclica, “es necesario que la suprema autoridad del Estado deje a las agrupaciones sociales de grado inferior el cuidado de los asuntos de menor importancia, de los cuales estaría más que nunca apartada; con esto podrá con mayor libertad, con más fuerza y eficacia, asegurar el ejercicio de las funciones que solo a ella corresponden, porque solo ella puede cumplirlas: funciones de dirección, de vigilancia, de estímulo, de represión, según las circunstancias y las necesidades”. En esencia, el principio de subsidiariedad defendía la autonomía de lo social y de las libres iniciati- vas en las confrontaciones de la intromisión de las instituciones públicas: la institución mayor (el Estado) debe intervenir en auxilio de las instituciones menores o de la libre iniciativa solo cuando el problema es superior a las fuerzas o a las tareas de estas últimas, pero no puede sustituirlas o servirse de ellas para fines extraños a su naturaleza. Es pues un principio de defensa de las diver- sas comunidades (familias, compañías, asociaciones libres, etc.) del Estado. La encíclica, sin embargo, no se detenía aquí, sino que proponía, como ejemplo posible de apli- cación del principio de subsidiariedad, el cooperativismo. El pensamiento corporativista, que se había ido difundiendo incluso en el ámbito católico a través de la estructuración de la sociedad en corporaciones, quería superar el aislamiento del trabajador simple para insertarlo en una comuni- dad de trabajo que tuviera además también la tarea de sacarlo de su condición de debilidad en los enfrentamientos con el empresario. La organización corporativa comprendía también ir más allá del individualismo empresarial porque establecía un control sobre la actividad económica a fin de orientarla al bienestar nacional: en una “Cámara de las Corporaciones” todos los intereses econó- micos habrían encontrado representación y conciliación. El corporativismo era visto en aquel tiem- po entre las dos guerras mundiales como un posible remedio a las degeneraciones de la democracia parlamentaria, considerada incapaz de enfrentarse a los nuevos problemas. Al mismo tiempo, la intención era también sustraer a la clase obrera del influjo creciente del marxismo. El principio de subsidiariedad no debe necesariamente encontrar aplicación solo a través del corpo- rativismo: esta era solo una de las posibles aplicaciones, que la encíclica sugería sin darle un valor doctrinal. Más bien Pío XI nos ponía en guardia contra un posible riesgo: el de la instrumentaliza- ción del corporativismo por parte del Estado. Y la historia le ha dado la razón a sus peores temores. En aquel período se establecieron instituciones corporativas en varios países europeos: la Italia de Mussolini, el Austria de Dollfuss, el Portugal de Salazar. En los tres casos el corporativismo ha sido asociado a regímenes autoritarios o dictatoriales que han efectuado una instrumentalización política del nuevo ordenamiento: el corporativismo fue de hecho construido como instrumento del poder estatal, con el objetivo preciso de quitar a las realidades sociales todo impulso autónomo y arrancar las raíces de cualquier posible forma de oposición, “para realizar –según escribió con esti- lo francés el católico antifascista Francesco Luigi Ferrari– el control efectivo del Estado-Gobierno sobre las relaciones entre las diversas clases sociales. Como sucede siempre en los regímenes de policía, los grandes problemas políticos y económicos son así reducidos a problemas puramente ad- ministrativos”. Los sistemas fascistas creaban después sus propias organizaciones para controlar a los obreros, a los jóvenes, a las mujeres, o sea, para ligar y controlar todas las categorías sociales y la comunidad: el modelo fascista prevé precisamente construir la sociedad desde arriba, dándole la forma adecuada para mantener su subordinación al poder político: es lo contrario del principio de subsidiariedad. El corporativismo quería ser la superación de la democracia, un sistema mejor que ella. Los regí- menes autoritarios han destruido efectivamente la democracia, sin instaurar el verdadero corpo- rativismo. Y a esto se ha llegado a través de la violación de las reglas democráticas, a través de la aceptación, por parte de la mayoría, de un jefe (sea una sola persona o un partido) que decide por todos, sirviéndose de un aparato que enjaula la sociedad. 109 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

A estas duras experiencias –y también a la comprensión de los errores cometidos incluso por cató- licos sobre este punto– debemos la decidida elección en favor de la democracia hecha por el sucesor de Pío XI, Pío XII, en su Radiomensaje de Navidad de 1944.

La subsidiariedad como reguladora de las relaciones sociales a) Subsidiariedad vertical El principio de subsidiariedad expuesto en la Quadragesimo anno, dadas las condiciones histó- ricas de entonces, estaba pensado principalmente en sentido negativo (o sea, en forma de defen- sa) y vertical. Ello, sin embargo, traía consigo un corolario que constituye el aspecto “positivo”, o sea, no de prohibición sino de obligación: a saber, la obligación por el Estado y, en general, por las comunidades superiores, de intervenir en auxilio de las inferiores, en caso de necesidad. En este sentido, el principio de subsidiariedad prescribe la obligación de una intervención de ayuda en la dificultad, con efectos a posteriori; la ayuda debe ser, precisamente, subsidiaria y no substitutiva, o sea, debe poner a la comunidad inferior en condición de funcionar bien y cumplir su propio fin. La naturaleza de tal intervención podría ser definida como solidaridad vertical o descendente. Este tipo de subsidiariedad presupone un Estado de derecho, con una clara división de los poderes.

b) Subsidiariedad horizontal La subsidiariedad horizontal se desarrolla, como principio consciente teórico, en la fase reciente de la construcción de la Unión Europea (el principio así entendido es introducido en el Tratado de Maastricht del 7 de febrero de 1992)5. Se parte de la idea de que el Estado debe crear las condiciones para que los sujetos sociales (personas, familias, compañías, escuelas, asociaciones, etc.) puedan actuar según su naturaleza. El Estado interviene, por ejemplo, para establecer y para hacer respetar reglas justas y compartidas, para crear las necesarias infraestructuras (ca- lles, energía eléctrica, etc.): el Estado, el sujeto detentador del poder, no crea ni constituye el fin de los otros sujetos, pero les sirve. Es así favorecida la plena expresión de las diversas capacida- des de las personas y de los sujetos sociales, en el marco de una libertad regulada y responsable. En este sentido, la intervención subsidiaria no es considerada como extraordinaria y a ejercer- se solamente en caso de emergencia; más bien la subsidiariedad aparece como un componente fisiológico de la acción de la comunidad superior, que debe continuamente crear las condiciones para que las comunidades inferiores y las personas puedan realizar las propias tareas natu- rales: la acción subsidiaria del Estado puede considerarse como de “prevención”, más que de “reparación”: acontece antes y durante, no después. La subsidiariedad horizontal, por consi- guiente, ayuda a diferenciar las competencias en la sociedad sobre la base de la identidad y de la naturaleza de cada comunidad y de cada persona. Diferenciando y regulando las competencias, estimula el desarrollo de una solidaridad horizontal, que se ejerce sobre todo a través del ordi- nario desenvolvimiento de las tareas de cada uno de los sujetos sociales: es la fisiología de una sociedad libre y bien ordenada.

c) Subsidiariedad fraterna Se podría llamar “subsidiariedad fraterna” a la ulterior maduración de la subsidiariedad que se está haciendo visible en estos años nuestros. Este tercer nivel necesita de un “extra”, o sea, el desarrollo de una cultura de la donación, que se convierta en reciprocidad del dar. Se ayuda porque así se quiere, porque solo en la donación 110 recíproca se expresan todas las potencialidades de los propios recursos. Este tipo de subsidia- riedad comporta una solidaridad horizontal, fraterna, un verdadero y consciente vínculo de fra- ternidad; ello no se desprende solo a causa de la dificultad y de la crisis, más bien, pues incluso la comunidad o la persona que estuviera en dificultad puede dar y mostrar así vivir no solo un déficit, sino también una perfección, una abundancia. Quien no tiene dinero, por ejemplo, pue- de tener tiempo o conocimientos que sean útiles a otros. Por consiguiente, la subsidiariedad, llegada a su plena madurez, revela su verdadera naturaleza y superan el concepto de “subsidio” entendido como una “ayuda eventual”. La subsidiariedad fraterna presupone la donación, necesita que haya una capacidad de darse; entendiendo con esto incluso el darse a sí mismos como expresión del bien que está dentro de cada uno, dentro de una comunidad, el perseguir una intención relacional que pertenece a la propia naturaleza. No puede haber donación que no apunte a la reciprocidad. Y también la reciprocidad requiere ser bien entendida: la reciprocidad material, visible, no es siempre posible; a veces la respuesta a un don material puede ser un don espiritual. Además, en la donación auténtica de sí no puede haber perfecta simetría con el otro, en cuanto somos distintos. Esto es típico de la fraternidad, que comporta la dignidad par de los diversos. Se introduce, de tal modo, una idea de igualdad fraterna que no se limita ya a expresar –según una perspectiva tradicional e insuficiente– la igualdad solo en base a lo que es idéntico, sino también la igualdad como el derecho reconoci- do de cada uno de seguir la propia originalidad; es una igualdad que convive y se nutre de la diversidad. Paradójicamente, en este tercer aspecto de la subsidiariedad pueden las “comunidades inferio- res” ayudar a las superiores. Es el caso, por solo poner un ejemplo, de la contribución que las familias dan a la sociedad a través de la educación de los hijos, la comunicación de la fe, de la esperanza, de la actitud constructiva del ciudadano honesto. Desde esta perspectiva, viven la subsidiariedad fraterna todas las comunidades, las asociaciones, pequeñas y grandes, que lle- van a cabo acciones de generosidad social e, incluso, de perfección personal, porque dan vida a experiencias de excelencia del bien, el cual, directa o indirectamente, se comunica a la sociedad. Esta mirada tiende a romper las visiones rígidas de la sociedad, las estructuraciones perjudi- ciales, las clasificaciones y las sectorializaciones que las ideologías del pasado nos entregan, y favorece en cambio una visión dinámica y horizontal que valoriza la dignidad par de las dife- rencias y de los estilos de vida, valoriza comunidades que interactúan para ayudarse unas a otras a conseguir sus objetivos y en la diversidad de cada una de las comunidades existirá la reciprocidad fraterna y asimétrica. La doctrina social contemporánea ofrece importantes ejemplos de la aplicación de tal visión, entre ellos las nuevas experiencias de economía civil6: una perspectiva en la cual la intro- ducción de la idea de fraternidad cambia la dinámica tradicional entre las empresas privadas –que se vuelven responsables y atentas al bien común y no solo a su eficiencia–, el Estado y las asociaciones de solidaridad social. Otro ejemplo es la misma idea de bien común como se ha ido desarrollando y hoy hace pa- tente que ningún Estado, por sí solo, está en condiciones de cumplir este objetivo esencial de la sociedad. El bien común se cumple solo si todos los sujetos sociales (económicos, políticos, etc.) realizan ellos mismos el bien. Parece evidente que los aspectos segundo y tercero de la subsidiariedad (horizontal y fraterna) comportan no solo una fuerte maduración de la sociedad, sino también un cambio del Estado y de las instituciones. No en balde la horizontalidad se maduró en el curso de un gran experi- mento de transformación institucional, como la construcción de la Unión Europea. Y entre los muchos temas interesantes vinculados a esta maduración subrayaría la que me parece la más urgente necesidad política: recuperar la auténtica idea de pueblo. No la de pueblo en sentido

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“populista”, al estilo de Napoleón III, que busca establecer un vínculo directo entre los que detentan el poder y las masas, desmontando todos los mecanismos de representación que la de- mocracia ha construido7; y ni siquiera el pueblo del modelo fascista, estructurado desde arriba y, por esto, sofocado. Al contrario, recuperemos el pueblo de la diversidad de los sujetos y de las necesidades que lo componen, el pueblo de las personas, el pueblo vivo y plural porque es co- munidad de comunidades libres: es el pueblo del Radiomensaje de Navidad de 1944 de Pío XII, el pueblo de la elección cristiana de la democracia personalista, es lo social en toda su riqueza.

112 Notas al pie:

1 Publicado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, Librería Editora Vaticana, Ciudad del Vaticano 2005. Disponible en lengua española en el sitio www.vatican.va

2 Tomás de Aquino, Summa Theologiae, Ia IIae, q. 90, a.3, Alba-Roma 1962, p. 941; Giovanni di Parigi, Tractatus de potestate regia et papali, 11; texto crítico en J. Leclerq, Jean de Paris et l’ecclésiologie du XIII siècle, Paris 1942, pp. 173- 260); Bartolo da Sassoferrato, In primam (et secumdam) Novi partem, II, D. XLVIII, I, 7.

3 S. N. Bulgakov, El Cordero de Dios. El misterio del Verbo encarnado, Roma 1990, p. 488.

4 Remito, para esto, a la entrevista de R. Veiga González, “En el horizonte de la fraternidad”, en Espacio Laical, 2/2010, pp. 46-49.

5 Remito al estudio de R. Quadrio Curzio, Subsidiariedad y desarrollo. Paradigmas para Europa y para Italia, Milán, 2002.

6 El texto fundamental sobre tal argumento es: Bruni L., Zamagni S., Economía civil. Eficiencia, equidad, felicidad pública, Il Mulino, Bolonia, 2004.

7 Cf. Charles S. Maier, “Vínculos ficticios... de la riqueza y del derecho: teoría y práctica de la representación de los inte- reses”, en S. Berger, La organización de los intereses en la Europa Occidental, Il Mulino, Bolonia, 1983, p.71.

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Dmitri Prieto Samsónov: Gracias, profesor Baggio. Como DEBATE POSTERIOR siempre, muy interesante. Me parece que afortunadamente es- A CONFERENCIA tamos llegando, como se puede decir, a puerto. La impresión mía DE BAGGIO. no es con lo político, o sea, yo soy defensor de lo político, pero con esa parte de lo político que se llama el Estado. Mi postura es de mucho escepticismo y me parece que esta nueva movida, que también usted es un protagonista de los estudios de la fraterni- EN DIÁLOGO dad, está conduciendo al final a lo que pudiera llamarse el Estado apetecible de lo social como lo prioritario dentro de una sociedad. 1-2012 Ahora, me permitiría discrepar un poco sobre el tema del fas- cismo. Yo pienso que el fascismo no destruyó lo social, creo que más bien lo cooptó en función del Estado. Y me parece que eso también es típico del totalitarismo en general. De algún modo, como cristiano, a mí me resulta absolutamente aceptable la ma- yor parte de lo que usted dijo y yo no soy católico romano, yo soy ortodoxo. Y me parece que incluso esto se ajuste un poco más a la ortodoxia que al magisterio católico romano, con el perdón de la inmensa mayoría de los aquí presentes. También me parece que al final la ciencia política tradicional está descubriendo el acervo de lo que históricamente se ha llamado anarquismo, pensando en personas como Kropotkin y otras, que descubrieron el potencial de estas instituciones sociales y de la autoorganización social y entonces ahora estamos hablando de esto, inclusive en relación con la Iglesia. Volviendo al tema del fascismo. Me parece que, en gran medida, lo que intentó hacer el fascismo en los años 30 fue cooptar… En España, por ejemplo, la falange planteaba que el municipio, el sindicato y la familia eran la base de la sociedad española. En Italia, el Estado corporativo, la corporación como el intermedio… Pero resulta que el totalitarismo tenía dos facetas. Está el totali- tarismo mal llamado de izquierda, es decir, el comunismo totali- tario, estalinista, y el de la derecha. A la izquierda siempre le fue difícil entender eso, porque la izquierda decía “qué tiene que ver una cosa con la otra, si en un caso es producto de una revolución y en el otro producto de una contrarrevolución”. El fascismo de- fiende a la burguesía de una amenaza del proletariado y lo otro es producto de un Estado proletario. Por eso siempre fue difícil para nosotros, los de la izquierda, digerir eso. Estas teorías de Hannah Arendt y de otros autores sobre el fascismo dejarán de ser desacreditadas. Es muy difícil en la izquierda, actualmente, defender la idea de que hay algo parecido entre el fascismo y el estalinismo. Ahora voy al punto principal. ¿Qué sucede cuando en un Estado que antes era socialista, surge una clase burguesa y hay que defender ahora los intereses de esa clase? ¿Se trata acaso de la necesidad de un régimen neoliberal? No. Y estoy pensando en China. China para mí brinda el ejemplo de cómo un Estado de tipo totalitario de izquierda se convierte en un Estado de tipo totalitario, pero de derecha. O sea, lo que hay más parecido al fascismo actualmente es China. Eso me da el pie para empezar a hablar de macroecumenismo, un poco diferente del que usual- mente hablamos nosotros. Normalmente el macroecumenismo 114 es lo que la doctrina católica oficial llama el diálogo entre religiones. Pensamos entonces: ¡qué bue- no!, hay un budista por aquí, nosotros somos cristianos, hay musulmanes, podemos conversar… Pero desde el punto de vista de la globalización, cuando China, con todas estas dificultades que usted dice muy acertadamente, está a punto de convertirse en la potencia central del mundo globa- lizado, nosotros, con todo nuestro cristianismo, con toda nuestra democracia, con todo el amor que tenemos en nuestros principios, nos queda el lugar de la periferia, de un orden mundial que va a ser mucho menos democrático, porque ahora, para ser globalizado basta con hablar inglés, pero en un mundo globalizado donde la capa capitalista dirigente hablará chino, quien hable inglés estará en la segunda categoría. O sea, pienso que debemos, a partir de lo que usted plantea y de las contribuciones de todos, lo que se pueda aportar en términos de fraternidad, hay que pensar, primero, en un posicionamiento más realista de qué cosa es la cultura occidental ahora, y dos, en cómo este discurso lo podemos ampliar a otras formas de hablar que no entienden mucho de cristianismo, pero que por ejemplo se basan en la ética de Confucio, que me parece que esa es la teoría que está debajo, que es una teoría muy rígida, muy vertical. Un amigo anarquista una vez me dijo: si los chinos vienen a imponer su vo- luntad económica en el mundo con su confucionismo, entonces nosotros vamos a empezar a hablar del taute chino y de las ideas estas alternativas que hay dentro de la cultura china que son muy defensoras de la horizontalidad. Muchas gracias. Profesor Baggio: Aunque no hay preguntas, sí puedo decir algo. Justamente usted ha hablado del fascismo como cooptador de lo social en función del Estado. De hecho, el movimiento del fascismo fue doble. Antes destruyó las organizaciones sociales autónomas, después organizó lo social desde arriba, llamando “corporativismo” a esta organización social desde arriba, construida, provocada, hecha por el Estado. En la encíclica Quadragesimo anno, de 1931, aún se habla de corporativismo, pero en un sentido completamente diferente del sentido fascista; la encíclica propone el principio de subsidiaridad para defender la sociedad de la acción del Estado. Este principio podría ser expli- cado en una fórmula corporativa y la encíclica propuso el corporativismo, no como doctrina, sino como un ejemplo bueno –entre las muchas fórmulas posibles para realizar la subsidiaridad en la sociedad-, porque tenía la urgencia de superar lo que parecía como un parlamentarismo inconclu- yente. El fascismo ha aplicado el corporativismo invirtiendo su lógica, pero creando la apariencia -típica de la ideología– como si fuera la sociedad que se organiza. El fascismo, durante varios años, ha recibido un consenso muy fuerte. Si entre los años 1925 y 1940 hubiéramos hecho las elecciones en Italia, es probable que el fascismo hubiera ganado la mayoría de los consensos. Para nosotros, desde el punto de vista de un análisis politológico, es importante detectar, conocer un modelo. Este modelo de un poder que desune la organización autónoma y crea una organización social desde arriba y funcional al Estado es el modelo fascista. Desde el punto de vista de la ciencia política, no- sotros tenemos que clasificar las cosas. Ahora, cualquiera sea la denominación en la aplicación de este modelo, si él va a sustituir lo social por un poder político, es el modelo fascista. Podría ser que una sociedad no es fascista, pudiera ser –en su sustancia- democrática, pero nosotros encontramos algunos aspectos del fascismo. Cuando el Estado empieza a ser determinante en la organización, ¡cuidado! Nosotros en Europa tenemos problemas similares. La Ley Electoral Italiana actual es contraria a los derechos civiles y políticos, porque el pueblo no puede elegir a la persona de su representante. El listado es bloqueado. Se puede solamente elegir el partido, la coalición, y esto es necesario, es un mínimo de la democracia, pero no resulta suficiente. Es una limitación muy fuerte de la democra- cia. En cuanto ciudadano, es mi derecho elegir entre uno de los diferentes partidos, pero tengo que elegir también a la persona dentro del partido, y no solo eso: tengo que ver la posibilidad de pre- sentar mi candidato antes de que se forme el listado electoral. Esta es una participación verdadera. Los partidos están en crisis, porque a menudo no logran hacer lo que los máximos teóricos de las ciencias políticas dicen: su tarea es contribuir a la formación de una idea política y mediar entre

115 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) la política que se hace en la sociedad y la deci- adecuada. Creo que el enfoque sobre China tie- sión política institucional. El partido organiza ne que partir de la inmensidad del país, de una las ideas políticas de la sociedad. Claro que los cultura milenaria; de un montón de elementos, partidos, actualmente, en varios países, ya no de una historia que pasa por el Gran Salto Ade- logran hacer esto. En Europa, y en particular lante, de la Revolución Cultural Proletaria. Es en Italia, los partidos, basados en la Constitu- decir, pasa por elementos de un socialismo que ción, son organizaciones libres de la sociedad sí fue totalitario y que, además, prácticamente civil, son privadas. Tienen una tarea pública, acabó con China. En el liderazgo chino, que es pero son instituciones privadas. Cuando los colectivo, podemos hablar de una clase política, partidos empezaron a tomar espacio en el Esta- que de alguna forma ha construido algo donde do, a ocupar las instituciones, fue la muerte del primero ha eliminado gran parte de las hambru- verdadero sentido de los partidos y empezó su nas y de las cosas terribles que pasaron en Chi- degeneración. Porque ya no son una expresión na durante el Gran Salto Adelante, durante la de libertad. Ahora hay muchos fascistas en el Gran Revolución Cultural Proletaria. Segundo, mundo. No se les puede decir, porque ellos no ha creado una inmensa clase media, que puede entienden que son fascistas. Y no es justo lla- jugar un papel estabilizador y, efectivamente, marles fascistas porque no es su intención… creo que hay grandes diferencias sociales, pero Pero, es necesario mirar la realidad de las cosas no es un fenómeno único en China, obviamen- y mirar cara a cara entre nosotros, que estamos te. En Estados Unidos hay un movimiento del dialogando: si lo que hemos hecho no funciona, 1 por ciento contra el 99 por ciento. Yo diría, necesitamos decir: ¡no funciona! No se trata de incluso, que algunas políticas chinas como la abandonar los ideales, si son verdaderos, sino de política china para enfrentar la crisis no fueron buscar otro camino. Lo cual es difícil. políticas de fortalecer las posiciones o de hacer pagar a los sectores de más bajos ingresos las Yo recuerdo, cuando estaba en Berlín en 1989, consecuencias de la crisis, más bien hicieron que el muro cayó. Una tarde, en casa de amigos, todo lo contrario. encontré un viejo profesor alemán, comunista, idealista total, generoso, que lloraba continua- Creo que si vamos a comparar a China y vamos mente. Estaba casado con una china, porque a utilizarla como un modelo comparativo, puedo había una internacionalidad de los revolucio- compararla con la democracia India, que fran- narios… Es decir, una familia completamente camente tiene muchos más problemas que la entregada a una causa. ¿Por qué lloraba él? Él China, aunque aparentemente no sea así. Sobre lloraba y no dejaba de repetir: ¿por qué el pue- todo si vemos una película de Bollywood, pode- blo no nos quiere? Si nosotros somos el Partido, mos creernos el cuento de que aquello es la oc- nosotros hemos dado todo al pueblo, ¿por qué tava maravilla del mundo, pero no lo es. Los ni- acabó la Alemania Democrática? El viejo profe- veles de pobreza, los niveles de desigualdad que sor no entendía. ¿Qué se le puede decir? Él era hay en la India son espectaculares, sumados al un hombre que, por su construcción ideológica, remanente de la ideología de las castas. Es de- no era capaz ya de ver la realidad. Su ideolo- cir, si vamos a poner las cosas en una posición gía lo había llevado completamente afuera de la comparativa más amplia, China no sale tan mal. realidad de su pueblo. Hablaba de algo que ya Sí creo que la efectividad de la política económi- no estaba, de una vida que no existía. Cayó el ca China habla de un liderazgo político que ha muro, y todo desapareció. Y él decía: ¿por qué? tenido éxito de alguna forma. Se ha planteado Yo amo a este pueblo, ¿por qué el pueblo no me tareas y propósitos que ha logrado, a un costo, ama y escapa? pero habría que analizar si es posible hacerlo sin costo. Hago este comentario para poner cier- Carlos Alzugaray, profesor de la Univer- ta distancia en aras… Bueno, tenemos distintas sidad de La Habana: Primero voy a tomar visiones. cierta distancia de Dmitri y del profesor Baggio en cuanto al tema de China. No creo que vaya a Lo segundo es un comentario sobre Europa. No haber un baño de sangre en China. No creo tam- hay duda de que el proyecto de creación de la poco que la frase que utilizó Dmitri sea la más Unión Europea es uno de los grandes proyectos

116 políticos contemporáneos, pero un proyecto que anda muy mal, en una situación política compleja. El caso de Italia, el caso de Grecia, el caso de España… Hay países con cierta estabilidad, pero paí- ses sin ninguna estabilidad y con un fracaso de un modelo de sociedad, el modelo social europeo, que parece estar en un momento de fracaso. Pienso que en el pasado las clases políticas europeas demostraron capacidad para salir de los baches y no hay por qué pensar que no lo puedan hacer nuevamente; pero el problema es bien serio. Quiero terminar con una pregunta interpretativa. No sé si el profesor Baggio ha seguido el pro- ceso político en Estados Unidos. Llama la atención que hoy en día, por el Partido Republicano, al menos dos de los candidatos son católicos. Y son católicos de derecha. ¿Cómo interpretar eso? ¿Cómo un profesor como usted, que sigue la política desde una perspectiva católica, ve a un Rick Santorum, quien es apoyado por el sector más de derecha del fundamentalismo cristiano de ese país; sin embargo, católicos? Si pudiera comentar algo del proceso político de Estados Unidos desde esa perspectiva. Profesor Baggio: Interesante la cuestión de Estados Unidos. Me parece que el hecho de que los candidatos republicanos sean católicos, en esta situación, no es importante. Sería importante si es- tos candidatos asumieran el pensamiento social católico, por entero, como punto de referencia para orientar sus proyectos políticos, pero me parece que esta referencia es en algún caso solo parcial, en otros casos instrumental. Los candidatos se declaran católicos, generalmente, en relación con temas de bioética, como el rechazo del aborto. Pero hay otros puntos fundamentales, en materia social, los cuales son puntos de doctrina, y que conciernen al valor del trabajo, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz, y el candidato que se declara católico tiene que dar cuenta de todo esto. Es decir que todos los candidatos tienen que ser juzgados por sus proyectos y no por la pertenencia religiosa que declaran. Estados Unidos es una realidad muy compleja en la cual la religión es muy importante y tiene dife- rentes aspectos. Uno de ellos es que Estados Unidos no es sólo Nueva York. Hay un Estados Unidos muy simple, muy profundo, donde la cercanía, la ayuda recíproca, es un valor. Hay un cinturón, que es un cinturón central (the Bible belt) muy importante. Pero la religión es difundida en profun- didad más allá del Bible belt; Obama también es un creyente. Creció en actividades de asistencia, de caridad. En este sentido, también Obama es expresión de lo social que se vuelve político. Otro aspecto es la relación con el neoconservadurismo. En Estados Unidos los conservadores ahora ganan una inversión que han hecho desde los años 50 (del siglo pasado) cuando crearon los think tanks o los lugares de pensamiento que lo han hecho, sean los protestantes o los católicos, en ám- bitos republicanos. Y han creado un pensamiento de neoconservadurismo que –también en los pensadores católicos- no coincide con la doctrina católica. Debo subrayar esta cuestión. Pensadores católicos del American Enterprise Institute y otros, como Novak, Sirico, Weigel, Neuhaus (pensa- dores definidos como neoconservaduristas) etc., han escrito sobre la Doctrina Social de la Iglesia y han actuado tan bien y con tantas posibilidades materiales que han convencido a muchos que este es el verdadero catolicismo social. Cuando se declaró la guerra a Iraq, al interior del catolicismo se debatió mucho, porque Novak y los otros llegaban a Roma, con todos sus amigos, para dar conferencias y ponencias justificando la presidencia de Bush, de una forma completamente acrítica. Yo pienso que un creyente siempre tiene que guardar una dimensión crítica frente al poder, aún cuando comparta las líneas generales de conducción de un determinado gobierno. Ellos no lo hicieron. La otra cuestión es que habían elaborado una teoría de la guerra justa, que es una doctrina tradicional en el pensamiento social de la Iglesia, pero en una versión completamente transformada para justificar a Bush. Otro aspecto más es la situación paradójica creada por el fundamentalismo. El elemento determi- nante del fundamentalismo es la idea de que una ley religiosa se puede imponer a todos en forma de ley civil. Pero cuando una idea religiosa se vuelve en poder político es muy fácil que se pier- 117 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) da la verdadera dimensión religiosa. Entonces Pero no hay garantías de que dentro de 10 ó 20 yo digo ¡cuidado!, porque esta apropiación del años existirá una clase dirigente adecuada para nombre religioso tiene que ser chequeada con los problemas del porvenir. Porque la actual fue la realidad de lo que hacen. Por ejemplo, tene- producida por un país que tenía su equilibrio en mos muchos musulmanes que dicen que, en el el régimen comunista. Ahora la sociedad está nombre de Dios, se matan a sí mismos y a todos cambiando. Hay la creación de una inmensa cla- los otros que están alrededor; yo tengo dudas se media que no tiene ninguna relación con la que esto sea el Islam. Porque los que conocen el idea comunista. ¿Esta clase productiva aceptará Islam saben que es una religión del corazón. Al una clase dirigente cooptada por un organismo comienzo tenía varias escuelas interpretativas, que no pertenece a la sociedad? Es verdad que tenía libertad de pensamiento. Después se ha China tiene una cultura milenaria a la cual pue- cerrado, cada año más, y ahora tenemos Esta- de hacer referencia, pero esta cultura milena- dos que se dicen representantes de una religión; ria no es una cultura comunista, es una cultura en realidad, han elaborado una ideología religio- religiosa. De hecho encuentro muchas personas sa que ya no es más Islam y se sirven de ella que se acogen al confucionismo. sin respeto para la religión. Nosotros tenemos Yo no espero que haya un baño de sangre, es la que distinguir continuamente los dos elemen- hipótesis peor, pero real. ¿Cuál será la cultura tos. Tenemos que detectar el fundamentalismo, de la China de mañana? Este es el problema. y reconocerlo aun cuando no es religioso y el lu- Porque el comunismo ya no se trasmite en la gar de la religión es tomado por una ideología. sociedad. Los chinos no creen ya en el comu- Cada forma de fundamentalismo es igualmente nismo. Porque si asumen la empresa libre no peligrosa para la democracia. pueden tener una visión comunista de las cosas. Y podría ser peligrosa para todo el mundo. Si También se habla de que el desarrollo en China el fundamentalismo hace carrera es un proble- existe sólo en algunas regiones. Todas las demás ma, porque no es dialogante. Se propondrá otra están pagando el desarrollo, porque el desarro- vez un Estados Unidos que ya tiene una línea llo es actuado por decisiones (construcción de diques, desviación de ríos…) que devastan el de guerra prevista, porque antes de las Torres medio ambiente y cambian profunda y violen- Gemelas algunas publicaciones ya contenían tamente la vida de los campesinos. Es una si- toda la estrategia que Bush propuso después del tuación dramática. Yo espero, como todos, que atentado. Es decir, ya estaba todo previsto. Ya la clase dirigente en China pueda absorber todo existía la lista de los Estados contra los cuales esto. Pero no es una garantía. los norteamericanos necesitaban –según esta perspectiva- hacer la guerra: Afganistán, Iraq, Para mí, el problema principal es la cultura. Si Libia… al final estará China. Algunos amigos en China el comunismo, como ideal social, ya no chinos que tengo me dicen: nosotros pensamos existe en la vida cotidiana, ¿qué pensarán los exactamente igual, que al final, el problema será chinos dentro de 15-20 años? ¿Tendrán un par- entre nosotros y Estados Unidos. La cuestión es tido muy fuerte que continúe presentándose a sí trabajar para que no se llegue a un enfrenta- mismo como un Príncipe que guíe la sociedad? miento final entre China y Estados Unidos. Por el momento, yo no logro ver un pensamien- to nuevo que interprete el camino del modelo Una consideración más sobre China. Lo que me chino de una manera que pueda proponerse a preocupa en China es la falta de referencia cul- la gente, fuera del pragmatismo neocapitalista tural. Ahora hay una clase dirigente verdadera, que se va difundiendo. La ideología oficial fra- que piensa 30 años hacia el futuro. Por ejemplo. casa en proporción al desarrollo industrial; pero Esta revolución industrial es un daño ecológico no surge otro pensamiento. Esta es la fotografía muy grande, pero los dirigentes ya están pen- de China. Esta es la situación más peligrosa. Yo sando cómo recuperarse. Esta destrucción es espero el bien, espero que se desarrolle otra cosa aceptada como una necesidad (necesidad que yo en China, otra cultura. Los chinos –a nivel de no comparto), pero ya hay quien piensa en cómo relación personal- son muy abiertos y dispues- revertirlo. tos a escuchar a todos. Esto podría ser una po-

118 sibilidad para el porvenir. Para mí la tarea es ayudar a un país a encontrarse a sí mismo. Pero es necesario desarrollar pensamientos sociales y políticos nuevos, que unan la idea de la igualdad, de estar de parte de los pobres y emanciparlos, de los débiles y la libertad. No se puede renunciar a ninguna de estas cosas. En la Doctrina Social de la Iglesia estas cosas van unidas. En el pasado lo hemos hecho. Por ejem- plo, la economía social de mercado fue la idea con la cual Europa surgió de las ruinas. Necesitamos hoy un pensamiento político para dar una nueva interpretación a esto. Es un discurso de apertura y esperanza. Ponernos juntos para entender qué hacer. Juzgar no sirve. Hace falta empezar a hacer algo nuevo. Oscar Espinosa Chepe, economista: En primer lugar, volver a felicitar a Espacio Laical por esta oportunidad de debate democrático y de intercambio, y también felicitar al profesor por su conferencia. Seré concreto. Quisiera conocer el criterio de la posibilidad que ya se ha dado en al- gunos países, está el caso de Chile, donde las fuerzas socialistas democráticas y el cristianismo se unieron y, si no pudieron resolver todos los problemas, esa coalición de fuerzas hizo que Chile avan- zara extraordinariamente. Y lo hemos visto, quizá no con el mismo éxito, porque las situaciones son distintas y estamos viviendo momentos muy dramáticos, que esas mismas fuerzas en Italia, en el partido democrático, también en determinados sectores de la democracia cristiana y en fuerzas que venían fundamentalmente del antiguo Partido Comunista Italiano. Digo esto porque no soy un experto en la Doctrina Social de la Iglesia, pero sí he leído algo, y veo muchas ideas, muchos puntos de contacto en las concepciones del socialismo, y recalco, el socialismo democrático. No puede haber otro socialismo, realmente. Lo otro ha sido estafa política para engañar y para trucar, pero el verdadero socialismo tiene que ser democrático. Veo en las dos doctrinas que pueden tener diferencias, por supuesto, un objetivo central que es el ser humano y el beneficio de la sociedad. Con ópticas que puedan variar, pero que en definitiva confluyen en ese mismo objetivo. Para mí en Cuba, siempre, bajo cualquier concepto, el socialismo va a existir, en el sentido del espíritu del cubano, de solidaridad, de concepción, de ayuda al desvalido, una idea que está muy dentro del cubano, aunque lamentablemente pienso que se ha torcido por algunas personas. Pero va a existir. Siempre va a ser una concepción que está además en nuestra Constitución de 1940, en nuestros legados de defensa… ¿Cómo usted ve la posibilidad de coalición entre estas dos fuerzas políticas que yo las veo aliadas estratégicas en la lucha por la prosperidad de los pueblos? Profesor Baggio: Estas son dos ideas más que dos fuerzas políticas. El cristianismo es, ante todo, el anuncio de una verdad sobre el ser humano; es una verdad que se piensa a sí misma como una verdad completa, en cuanto Palabra de Dios; pero, al mismo tiempo, es una verdad abierta, porque haber recibido esta verdad desde Dios y en la fe, no significa que el cristiano ya sabe cómo expresar- la políticamente en la historia; para esto, el cristiano tiene que buscar, junto a los otros hombres, los medios para realizar la verdad y la justicia en la historia. Estos medios son las ideas, las cultu- ras políticas, los proyectos. El problema es elegir los medios adecuados para actuar en bien de los seres humanos. Hay una cosa que el cristiano nunca puede olvidar: que no es posible identificar la verdad recibida por la Revelación de Dios con una idea que se realiza en la historia, y que puede ser solo el medio para lograr el fin. Por esto, hay cristianos en partidos socialistas como en partidos liberales, en los democráticos como en los republicanos, en los conservadores como en los progresistas. La elección depende de la situación, del momento histórico, de las culturas diferentes que los cristianos, en un mismo país, pueden tener. Esta pluralidad, por el cristianismo y por la Iglesia, es una riqueza, son las varias posibilidades de la verdad, que son confiadas a diferentes hombres, porque las concilian. Esta es la democracia en su sentido doctrinal. Claro que la elección tiene que ser entre posibilidades buenas, y no entre bien y mal.

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Yo pienso que la idea socialista es una idea grande. Y es grande porque es la interpretación de una actitud humana a la comunión. No es solo el socialismo el que interpreta esta capacidad humana. Es como una persona que dice que todavía es fascista. ¿Qué determinó tu elección por el fascismo? El amor por la patria. ¿Porque los otros que no son fascistas no aman la patria? ¡Atención! Yo no soy socialista. ¿Eso significa que no quiero la justicia? Este ya no es el momento de presentar definiciones previas. Yo creo profundamente que usted bus- ca la justicia, la verdad, y para su historia interpretar esto es socialismo. Esto hay que respetarlo hasta el final. Pero hay socialismo y socialismo. Cuando principié a estudiar la idea de la fraternidad, hace 12 años, empecé a viajar por Europa y a proponer a los colegas en las universidades estudiar esta idea. ¡Y no fue fácil! La Europa del Este fue el lugar más difícil. En Praga, en una sala histórica llena de gente, empecé a hablar de frater- nidad y una persona se levantó y me dijo: Por favor, cuando usted habla de fraternidad veo que para usted es algo bueno. Para nosotros no. Tiene que explicar su interpretación de la fraternidad, porque en 1968, cuando nosotros estábamos en la construcción de un socialismo humano, nos in- vadieron las tropas del Pacto de Varsovia con sus tanques. Esta intervención era llamada la acción fraterna de las repúblicas hermanas. Ahora, ¿de qué fraternidad estamos hablando? Ahora, hay socialismo y socialismo, y hay catolicismo y catolicismo. No nos bloqueemos frente a los nombres, a las denominaciones. Vamos a ver el contenido del hom- bre. Está claro que aquí en Cuba hay gente que quiere el bien del país y que piensa de manera di- ferente. Eso es evidente. Si nos quedamos aquí, unos tienen el poder y los otros no, otros que aman a Cuba de igual manera. Ese es el problema verdadero. Está claro que hay una inercia. Porque si entiendo que hay algo en mi pensamiento que no cami- na es difícil decir: sí, la mitad de lo que he pensado hasta hoy no funciona. No es fácil. Hace falta ayuda para entender que en las situaciones de crisis no hay vencedores y vencidos, porque si no se resuelve el problema todo el mundo pierde. Tener el poder sobre un conjunto de ruinas es algo que no puedo desearle a nadie… Para mí estar aquí, invitado por Espacio Laical, es un honor, y espero que con mis palabras no haya ofendido a nadie, porque no es mi intención, aunque es fácil hacerlo. Tampoco es mi intención crear obstáculos. Los juicios no son para mal, para decir: mi juicio sobre ti es malo, para eliminarte. No, es la búsqueda del error, empezando por mí. Creo que como hace Espacio Laical, que crea la posibilidad de hablar, es el camino justo. Espero que todos puedan participar y que no se produzca un condicionamiento, porque el porvenir de los pueblos pasa por la libertad de hablarse. De lo con- trario no se puede ser hermanos, ni ciudadanos. Vale aquí, pero también en Italia. Con la situación que hay en Italia, está claro que no vengo aquí para enseñar a nadie. Toda la ciencia política de los profesores no ha logrado evitarle a Italia sus dificultades. Gracias por la atención con la que han honrado mis palabras.

120 Conferencia impartida en el Centro Cultural Padre Félix CUBA Y SU DIÁSPORA: Varela, de la Arquidiócesis de La Habana, el 30 de marzo ACTITUDES Y POLÍTI- de 2012. El debate realizado una vez concluida la presen- CAS QUE DEBE ADOP- tación será publicado posteriormente cuando se termine TAR LA DIÁSPORA de transcribir. PARA REINTEGRARSE Raras veces las personas escogen la emigración como una elec- A CUBA. ción puramente personal. Las emigraciones se producen cuando las personas no se sienten capaces de permanecer en su país por existir un clima político hostil y excluyente, o por vivir bajo una Autor: economía improductiva que no genera las plazas de trabajo ne- cesarias para sostener a sus familias. Excepto en los países más Carlos pobres y de poca educación, son los gobiernos y sus políticas las causas de la necesidad de emigrar. Saladrigas. Obviamente es preferible para un país no sufrir la emigración de sus ciudadanos, pero ya dado el caso, muchos países han apren- dido a incorporar a los inmigrantes de una forma positiva, pro- EN DIÁLOGO ductiva e incluyente. Hay numerosos ejemplos de diásporas que están desempeñando, o han desempeñado, un papel muy cons- 2-2012 tructivo en sus países, como es el caso de la diáspora china, la india, la alemana, y la mexicana. Cuba no es el único país de América que ha sufrido una emigra- ción desangrante. México, República Dominicana, Haití, Puerto Rico y la mayoría de los países centroamericanos han sufrido o sufren emigraciones aun mayores que la cubana, pero la relación y los tormentos de Cuba con sus diásporas abarcan más de dos siglos. Las posibles contribuciones de los emigrantes no se limitan a las remesas, aunque estas sean importantes, sino que adquieren mayor importancia mientras más se reintegren a su país de ori- gen. Este valor agregado ocurre no solo en lo económico, sino en lo político, lo cultural y lo social. Este potencial de la diáspora va más allá de lo económico y está marcado, en nuestra historia, por las enormes contribuciones que desde la diáspora hicieron el padre Félix Varela y José Martí. Este acercamiento de la diáspora a la nación esta enormemente obstaculizado. Allá por políticas restrictivas, que aunque fueron liberalizadas por el presidente Obama, enfrentan un futuro in- cierto ante el proceso electoral norteamericano. Acá se encuen- tran las dificultades que resultan de políticas migratorias que no han sido actualizadas y que someten a los cubanos de la diáspora a la humillación de pedir permiso para regresar al propio país de origen. Es menester reclamar a ambos gobiernos la normaliza- ción de este movimiento migratorio. Aunque en el transcurso de su historia Cuba ha sufrido varias emigraciones masivas, la ocurrida durante el periodo revolu- cionario ha sido particularmente numerosa en relación con su población y muy significativa para el país por su característica política, contestataria ante el proceso revolucionario, y por las décadas de aislamiento entre la nación y su diáspora, por lo que nos autodenominamos “exilio”.

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Esta parte de la diáspora que se concentró prin- ayudarlos. Mi generación no se pudo dar el lujo cipalmente en el sur de la Florida esta padecien- de ser “pepillo”. Esa época nos la saltamos. Tu- do una gran transformación, fundamentalmen- vimos que pasar con premura de niños a adul- te marcada por su época de arribo. Para usar tos. Nuestras vidas, aunque con un futuro pro- la clasificación del profesor Damián Fernández, metedor, tampoco fueron fáciles. podemos conceptualizar a los que llegaron en El exilio histórico son todos aquellos viejitos que, los años 60 como caracterizados por la pasión, como mi padre, murieron añorando regresar a los llegados a partir de los 90, que hoy consti- Cuba. También son exilio histórico aquellos que tuyen la mayoría, como movidos por el afecto, vieron su juventud marchitarse encarcelados y los mas jóvenes de la generación original o por disentir de un proceso revolucionario que se sus descendientes como motivados por la ra- estaba consolidando. Ese exilio histórico nunca zón. Este esquema explica con mucho acierto la ha olvidado a Cuba, y ha demostrado en múlti- transformación de Miami de obstáculo a activo ples ocasiones su generosidad con Cuba. Como transitorio. todos los cubanos, en ambas orillas, nuestra Sin embargo, sería injusto ignorar al exilio his- historia esta marcada por una multiplicidad de tórico como irrelevante o irredento en un proce- errores respecto a la Patria y a nuestros her- so de reunificación y de reconciliación. El exilio manos, pero hemos también demostrado una histórico incluye a los cubanos que llegamos a capacidad de reflexión y de recapacitar ante el Estados Unidos en la década de los 60. Hoy es futuro. fácil ver el éxito económico y político legado por Pero no hemos de confundir al exilio histórico el exilio histórico, pero algunos olvidan el costo con el exilio histérico. El histórico es noble y ge- para alcanzarlo. neroso, el histérico es incoherente e irresponsa- Aunque llegamos a Estados Unidos en un mo- ble. El exilio histérico se cree poseedor de una mento de enormes oportunidades económicas, verdad absoluta, se autodenomina la “sagrada ese exilio fue un proceso duro, triste, difícil y de intransigencia”, como si la intransigencia fue- grandes sacrificios. Aparte del dolor de la expa- ra una virtud, y se niega a cambiar, como si 53 triación, hombres y mujeres, principalmente de años no fueran suficientes para demostrarnos la clase media cubana, llegaron a comprender, ampliamente la necesidad de cambio. muchos por primera vez, lo que era la pobreza. Si para aquellos de ustedes que viven en Cuba Muchos, como mi padre, en la cima de sus vidas, esta descripción de los exilios histórico e histé- tuvieron que troncharlas y empezar de nuevo. rico les parece algo familiar, es porque los cu- Mi padre lavó platos, mi madre recogió tomates, banos de aquí y los de allá somos las dos caras y todo con el singular propósito de darles a sus de una misma moneda, por lo que aquí también hijos educación, libertad y un porvenir. hay históricos que invirtieron sus vidas y sus Los que éramos más jóvenes observamos con sueños en aquel proceso revolucionario que en tristeza la nobleza de nuestros padres y el sa- una época cautivó la imaginación del mundo y crificio total y absoluto hecho por nosotros. Fui- de casi todo un pueblo. Los históricos de acá, mos, de una manera singular, la ofrenda en sus que estoy seguro también aman a Cuba con todo altares, pero no pudimos quedarnos al margen su corazón, poseen, los de buena voluntad, la de verlos sacrificarse de esa manera, y aun sien- misma capacidad de reflexión y de recapacitar do muy jóvenes, nos lanzamos a trabajar para ante errores cometidos.

Pero esa otra cara de la moneda también tiene histéricos, por lo que cabe revisar quienes son los que componen este sector. Son histéricos: • Los “iluminados” que en pleno ejercicio de la arrogancia se creen poseedores de la verdad abso- luta, y los hay aquí y allá. • Los intolerantes que no permiten que otras voces se escuchen, y los hay aquí y allá. • Los antropófagos que vorazmente se comen a otros cubanos, con ataques personales, insultos y calumnias, y también los hay aquí como allá. • Los que prefieren la violencia a la paz, y los hay aquí y allá.

122 • Los inmovilistas que tan plantados están en sus posturas que, como si estuviesen parados sobre cemento húmedo, no se han dado cuenta que el cemento se ha endurecido bajo sus pies, y serán relegados a ser observadores, no partícipes de la historia. • Los que restan y dividen, aquí y allá. • Y por último, los histéricos son aquellos que en las palabras de Martí, destruyen en vez de cons- truir, y también los hay aquí como allá. Una gran parte de esa diáspora que llamamos exilio ha llegado a la conclusión de que no es ético ni sostenible mantener políticas o posturas de aislamiento, enajenación y sanciones económicas que dañen a nuestro pueblo, y mucho menos hacerlo a través de la injerencia de un país extranjero, ya que el fin no justifica los medios. Los gobiernos pasan, los pueblos perduran, y no es ni aceptable ni propicio causarle daño a nuestro pueblo por el fin de lograr un cambio de gobierno. Promover y ayudar en Cuba a nuestros hermanos necesitados y al desarrollo de una sociedad civil diversa y profunda, será quizás la mayor contribución que le pudiera hacer la diáspora a la Cuba del futuro, ya que las sociedades civiles, que incluyen un sector privado en la economía, requieren de apertura, recursos, contactos y cooperación. No en balde Su Santidad Benedicto VXI repitió las palabras de su predecesor al pedir que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba. Los problemas de Cuba son grandes, pero son nuestros problemas, y debemos y tenemos que resol- verlos entre nosotros los cubanos. No será fácil, pero no tenemos otra opción. Benedicto nos lo dijo claramente y con énfasis: no hay otro camino que no sea la reconciliación, el respeto, la inclusión, el dialogo, el amor y la paz. Durante la misa en Santiago de Cuba el pasado lunes, monseñor Dionisio García le presento Cuba al Papa como un país pobre. Respetuosamente, yo difiero, porque veo a Cuba como un país rico en capital humano, tanto dentro como fuera, y en el mundo contemporáneo el patrimonio humano es más importante que el financiero. Sin embargo, para realizar el potencial de ese capital humano, tanto aquí como en la diáspora, requerimos de cambios, y cambios grandes, que le corresponden a todas las partes, tanto a la diás- pora, como al gobierno y a la propia oposición. Durante su visita, Su Santidad recalco la realidad de que el modelo cubano se encuentra obsoleto y desgastado, pero también está obsoleto y desgastado el modelo de confrontación y aislamiento por parte de la diáspora. La Revolución no se puede sostener por la coerción, ni se va a derribar por la confrontación. Bene- dicto nos instó a todos los cubanos a buscar un modelo nuevo para Cuba, que sea incluyente, donde todos los cubanos encuentren su participación en libertad y humanismo. Los cubanos están sedien- tos de una visión de futuro, y soñar el futuro nos puede unir, mientras que el pasado nos divide. La tarea no es fácil, así nos lo recordó el Santo Padre, y nos advirtió además que el camino va a estar fraguado de retos y peligros. Para lograrlo llamo a todos los cubanos, los de aquí, los de allá y los del gobierno, al respeto, la transparencia, la humildad y el amor fraternal, para que en pleno ejercicio de nuestros derechos, dados por Dios, encontremos la paciencia y la tenacidad de perseve- rar en transformar a Cuba a través del diálogo y la paz. Nunca olvidaré las palabras que me dijo mi gran amigo Dagoberto Valdés, a quien respeto y admiro profundamente: “Carlos, las transformaciones son como un rompecabezas de muchas piezas. No importa por donde se empiece a armar, lo que importa es que todas las piezas estén sobre la mesa”. La diáspora no va a ser uno de los que arma el rompecabezas, eso le corresponde a los que viven aquí, pero si somos piezas importantes que Cuba necesita. Nuestra responsabilidad es contribuir con nuestras piezas al rompecabezas, y no podemos esperar a que este terminado porque nunca lo estará sin nosotros. Tenemos que dar un paso adelante y poner nuestras piezas sobre la mesa, sin preocuparnos mucho de cuán adelantado esté el rompecabezas. Nuestras actitudes deben ser las de propiciar que se arme el rompecabezas. Si hoy solo se han armado 50 piezas de mil, bienvenido sea, solo faltarían 950 por armar. Ignorar o desechar la porción ya armada, alejarse, o retener piezas fuera de la mesa, no son opciones éticas ni constructivas, como no lo es tampoco cruzarse de brazos y esperar. Comencemos, pues, a poner nuestras piezas sobre la mesa. Afortunadamente para nosotros, Su Santidad nos ofreció a la Iglesia para ayudarnos en esta tarea. 123 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Mi generación, que es de las más jóvenes de los exiliados de los años sesenta, esta llegando a una edad donde ya podemos vislumbrar el final de nuestros caminos. En esta época de nuestras vidas es el momento de enfatizar lo importante y desechar todo lo superfluo e irrelevante. Cuando el más pequeño de nuestros hijos sufrió un coma diabético a los 13 años, su personalidad cambio. Antes lo llamábamos Fosforito, por que de cualquier cosa explotaba. Después de aquel episodio su carácter pasó a ser apacible y tranquilo. Un día su hermana le pregunto cómo es que había cambiado su forma de ser tan radicalmente, a lo que él le respondió que después de haber estado tan cerca de la muerte se dio cuenta de que no valía la pena perder tiempo estando enojado. ¡Que lección nos dio aquel niño de 13 años, y que lección para todos los cubanos! No vale la pena perder tiempo estando enojados, enajenados entre hermanos. Tenemos todo un futuro que construir para legar a nuestros hijos y nietos. Se nos acaba el tiempo. Derrumbemos los muros que hemos construidos en ambas orillas, tendamos los puentes que hagan falta, y démonos a la tarea de edificar una Cuba nueva, una Cuba libre, soberana, incluyente, prós- pera, diversa, rica, justa, equitativa y generosa con los sectores mas débiles de nuestra sociedad. Esa es la Cuba con la que soñamos, hagámosla entre todos los cubanos una realidad.

124 Oscar Espinosa Chepe, economista. En primer lugar agra- DIÁLOGO TRAS decer como siempre a Espacio Laical por esta oportunidad, que LA CONFERENCIA DE me parece especial. En segundo lugar, tengo la oportunidad de CARLOS SALADRIGAS. agradecer personal y públicamente a Carlos Saladrigas el traba- jo que viene realizando desde hace años por la unidad nacional, por la reconciliación de todos los cubanos, por una Cuba sin ex- clusiones, donde nadie tenga que ser perseguido por sus ideas. EN DIÁLOGO Este es un trabajo que le ha ganado muchas dificultades. Ha sido calumniado en muchas ocasiones y ha mantenido una valentía 2-2012 enorme en sostener sus posiciones y defender ese bello objetivo de que los cubanos nos hermanemos y pongamos por encima de todo esa condición de cubanía. Mi pregunta es la siguiente. Con su experiencia como hombre de negocios de muchos años, ¿cuál o cuáles serían las condiciones que pudieran ayudar a que el exi- lio, o los hombres de negocios del exilio, puedan colaborar en la reconstrucción nacional, tal como sucede en otros países? Todos sabemos que en China y Taiwán, a pesar de las diferencias ideo- lógicas, que incluso tienen un basamento mucho más profundo que las que tenemos nosotros los cubanos, hay una extensa coo- peración. Quisiera saber sus criterios, con su experiencia, sobre cuáles serían los elementos que darían garantías y que pudieran ayudar, promover esta cooperación, incluso tomando en consi- deración las propias palabras que pronunciara recientemente el presidente Raúl Castro en la despedida de Benedicto XVI, cuan- do se pronunció favorablemente sobre la cooperación entre los cubanos que queremos a Cuba, y que queremos una Cuba donde no se tienen que perder necesariamente las diferencias ideológi- cas, sino donde pueda existir un diálogo civilizado, responsable, entre todos los cubanos. Carlos Alzugaray, profesor de la Universidad de La Ha- bana. Ante todo me felicito de esta actividad, me felicito que Espacio Laical la haya convocado, me felicito de que Carlos Sala- drigas esté aquí y que podamos conversar con él, y me felicito de que todos estemos aquí. Quiero hacerle una pregunta. En mi per- cepción, uno de los problemas del conflicto que tiene que ver… Bueno, debo decir que yo considero a la nación toda. La diáspora forma parte de la nación. Ese es mi criterio. Digo esto porque el año pasado mi hija mayor se convirtió en ciudadana norteame- ricana, y un norteamericano amigo mío me dijo: ahora tienes al enemigo en la familia. Yo no lo veo así, pero no se puede obviar un factor importante y es la política del gobierno norteamericano hacia Cuba. Esta política, a todas luces, está totalmente desfasada, es una rémora de la guerra fría. Es una política que ni siquiera la comparten los aliados más estrechos de Estados Unidos, como Canadá, España, por no decir el resto del mundo, y no la comparte evidentemente el Vaticano. Esa política en algún momento utilizó al exilio, como usted lo llama, como arma -ahí tendría alguna discrepancia, pero no es

125 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) el momento de hablar de discrepancias-, como eso me ha permitido tener muchas visiones en instrumento de su política de derrocamiento este contexto. En su opinión, qué papel está lla- del gobierno cubano. Yo pude haber sido de esa mado a jugar la cultura cubana, como algo de la gente, de hecho aquí hay compañeros míos del esencia… Varela, toda nuestra historia, Martí… Colegio de Belén como Emilio, mi compañera, No de forma esquemática, sino visto dialéctica- mi noviecita de aquellos años, lo puedo decir, mente, en toda su complejidad. Sin embargo, María Luisa Gastón, que nuestra foto está en en ese espacio de la cultura yo recibí una per- Facebook, bailando en una fiesta de 15. Me trae cepción y es las identidades, es decir, quiénes recuerdos muy agradables aquella etapa, pero somos los cubanos. Sentí un exilio básicamen- también me trae recuerdos muy difíciles porque te blanco, con un rechazo a los no blancos, que la gente se fue, y algunos que pudimos habernos se había expresado en diferentes momentos, en ido nos quedamos. Y sufrimos, no dejamos de el éxodo del Mariel… Pero por otra parte, ha- sufrir. Este país pasó por años muy duros, muy bría que reconocer que esa no fue una diferen- difíciles. Este país estuvo a punto de ser aniqui- cia nueva, que es una diferencia histórica, que lado en 1962. Y todos estuvimos dispuestos a tiene que ver con el proyecto martiano de “con morirnos por defender nuestra soberanía. Así lo todos y para el bien de todos”. Es decir, en al- veíamos, teníamos todo el derecho de hacerlo. Y gún momento hemos sido todos o no hemos sido hoy, cuando vemos ese fenómeno, nos pregunta- todos. Desde esta línea, usted hablaba en algún mos qué puede hacer la diáspora, como usted ha momento de multiplicidad de errores. En estos dicho, para cambiar esa política. La diáspora en errores están los históricos y también los actua- una época fue instrumento de esa política; hoy les. Sin embargo, a mí me gustaría que desde es copartícipe de esa política. Al menos los his- esta perspectiva de la cultura como esencia de la téricos, como usted los ha llamado. Yo diría que nación, qué oportunidades usted ve para forta- en esa agenda la diáspora tiene que insertarse. lecer este diálogo porque la cultura tiene un pa- A partir de esos principios que usted ha dicho, pel decisivo en el diálogo. Es decir, si no hay una la diáspora debería insertarse en la búsqueda de profundidad en nuestras esencias culturales, un un cambio en la política de Estados Unidos que sentido de inclusión, una nueva visión, un no reconozca que lo que pasó en Cuba, que puede sentirnos que somos otra cosa, no lo que hemos tener muchas explicaciones, es legítimo, donde sido. No mirar al pasado, como usted decía, sino el pueblo fue actor determinante de ese proceso mirar al futuro. Estos temas, sin embargo, han y que no se puede seguir castigando a este pue- sido manipulados en muchos momentos desde blo por haber decidido… porque en mi opinión, posiciones muy erráticas, que no contribuyen a el castigo es por eso, no es por otra razón. Creo esto que yo siento que usted quiere proponernos que lo primero es quitar a Cuba de la lista de en este momento; entonces me gustaría que us- Estados terroristas. Quisiera oír su opinión de ted pudiera profundizar. Muchas gracias. qué puede hacer la diáspora y cómo puede orga- nizarse para que realmente todos los puntos de Carlos Saladrigas. Magníficas observaciones vista que hay hoy en día en ese exilio se hagan y preguntas. Hay tres áreas muy importantes sentir en el sistema político norteamericano de que se han presentado. La primera, presenta- manera tal que hallemos un proceso de norma- da por Oscar Espinosa, donde se habla de qué lización de las relaciones entre Cuba y Estados se puede hacer en el campo económico. Natu- Unidos como debe ser el proceso de normaliza- ralmente, hay que notar que, en este momento, ción entre la nación que vive aquí y la nación tanto las leyes de allá como las de acá permiten que está en la diáspora. Muchas gracias. o favorecen ese tipo de involucración económica. O sea, que yo creo que anticipamos cambios que Gisela Arandia, Instituto Cubano de In- empiecen a facilitar ese proceso. Pero el hecho vestigación Cultural Juan Marinello. Bue- de que no exista esa posibilidad en este momen- nas tardes. Muchas gracias por su presencia to tampoco nos dice que nos debemos quedar entre nosotros. Quisiera moverme hacia otro con los brazos cruzados. Creo que es muy pro- enfoque de este diálogo. He tenido el privilegio bable y muy posible que veamos, en los próxi- de tener una beca y vivir cinco meses en Miami, mos años, una Cuba que está cambiando a una en la Universidad Internacional de la Florida, y velocidad mayor a la que Estados Unidos va a 126 poder reaccionar. Estados Unidos, a través de su política y sus leyes, que han sido encapsuladas en legislación, yo creo que su capacidad de actuar, de reaccionar de una forma más rápida y más flexi- ble a los cambios que inevitablemente creo que se irán presentando en Cuba, se verá congelada. Ese es el fenómeno que van a dictar los próximos años en esta relación entre Cuba y su diáspora. Pero no tenemos que quedarnos con los brazos cruzados. Creo que tenemos mucho que contribuir en talento empresarial y desempeñar ese talento, arrojar todo ese conocimiento en Cuba, ayudando aquí a aquellos que quieren empezar una vida como emprendedores, los que quieren emprender sus nuevas empresas y sus nuevos negocios, y como algunos de ustedes saben venimos trabajando sobre ese tema desde hace mucho tiempo: en qué forma podemos, de una forma directa, concisa y efectiva, ayudar a los pequeños empresarios a que tengan éxito, a disminuir la tasa de fracasos, que invariablemente afectan a las pequeñas empresas cuando comienzan, y ayudar a levantar una clase emprendedora dentro de Cuba, que es la forma más efectiva de democratizar las economías. Como tuve la oportunidad de hablar aquí cuando estuve hace un mes y tanto, creo que una econo- mía que tenga una clase amplia de emprendedores, es una economía mucho más diversa, mucho más justa, porque no hay nada más efectivo para evitar la concentración del poder económico, sino potenciar la dispersión del poder económico a través de una base grande de pequeños empresarios y de pequeñas empresas. Me parece que es la forma más directa en este momento, con las limita- ciones que existen en ambos lados, la forman con la que mejor podemos ayudar. El segundo tema, que trajo el profesor Alzugaray, me parece que es un tema muy complicado. Si miramos la historia del exilio, en los primeros años fue una política norteamericana que usó al exilio y después se convirtió en una política del exilio que se ha convertido en algo cómodo y con- veniente para los intereses partidistas de Estados Unidos. Yo les digo, con toda la sinceridad, hay muy pocas personas que no piensen en un momento de privacidad, de serenidad, que es una políti- ca no solo inefectiva, sino absurda y hasta contraproducente. Sin embargo, ha caído en un esquema partidista total y absoluto donde casi se hace imposible separarla de ese esquema. Viendo lo que está sucediendo en estos momentos en el ámbito electoral y en la política norteamericana yo no puedo sentirme optimista de que en los próximos años veremos una descongelación de las relacio- nes entre los dos países, sino al contrario, es muy posible que exista un refuerzo de las políticas más radicales, de que haya un mayor aislamiento, etc, y lo que más temo es que impongan de nuevo res- tricciones onerosas como las que se impusieron durante la administración del presidente Bush, que limitaban dramáticamente la posibilidad de los cubanoamericanos no solo de venir a Cuba, sino de ayudar a sus familiares y amigos en Cuba. En ese sentido no soy optimista. Sin embargo, creo que nada puede tener más impacto a la larga en la política norteamericana que la apertura de Cuba. Si Cuba verdaderamente se abre al mundo, como diríamos en el vernáculo común y corriente, va a poner a los americanos a correr. Y eso es lo que creo que tendrá un impacto extraordinario en la política norteamericana hacia Cuba. Y Cuba necesita abrirse al mundo, cambiar su modelo eco- nómico, Cuba necesita inversión extranjera, Cuba necesita un sistema actualizado de economía. Estamos viviendo en un momento económicamente incierto, estamos viviendo en unas economías que requieren de altas tecnologías, algo en lo cual estamos atrasadísimos acá. O sea, estamos em- pezando esta carrera con una gran desventaja, pero estoy tan convencido de la enormidad de este capital humano que me siento confiado y seguro de que en muy poco tiempo lograremos el objetivo de revitalizar la economía cubana. Hace varios años una persona me dijo que describiera brevemente el modelo cubano. Le dije: es muy sencillo. Es un modelo que ha demostrado una gran capacidad en administrar la pobreza, pero ha sido un fracaso en crear riquezas. Mientras que otros sistemas han sido muy exitosos en crear riquezas, pero pésimos en resolver los problemas de la distribución de la riqueza y en resolver los problemas de la pobreza. Me parece, siempre gran optimista, que entre esas dos la más difícil es la administración de la pobreza, y lo más fácil es la creación de la riqueza, por lo que Cuba tiene una gran capacidad de irse muy por encima de otros países del entorno nuestro y lograr un modelo económico que, como añoraba Su Santidad, sea un modelo justo, un modelo equitativo y un mode-

127 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) lo que demuestre los valores de nuestra cultu- pasa por la participación democrática de todos ra, los valores de nuestra sociedad y los valores los cubanos en todas las decisiones importantes cristianos dentro de un esquema social justo y que los afecten. Fue por eso que en un artículo equitativo para la nación. señalé: que la participación en gran escala de los capitales emigrados en nuestra economía, debe- La tercera pregunta respecto a la cultura, y creo ría ser el resultado de una discusión y una deci- que la cultura es el gran deshielo que puede fa- sión colectivas, de todos los cubanos. Se trata de cilitar muchísimo todos estos cambios, también un problema complejo. dificultados, como hemos visto muchas veces, dificultados por las políticas de los histéricos y Segundo concepto. El trabajo asalariado, sea por las mismas leyes que nos impiden muchos para el capital privado o del Estado, implica la de estos intercambios culturales, artísticos… explotación de unos seres humanos por otros. Sin embargo, es algo que facilita enormemente Mientras exista explotación, habrá injusticia los cambios, es algo en lo que puede haber un social. El ser humano que se ve obligado a ven- gran reencuentro, es algo en lo que podemos en- der su fuerza de trabajo para sobrevivir depen- contrar una gran comunidad, aunque hay que de del empleador. La persona que depende de recalcar que tantos años de aislamiento han otra para vivir no es, no puede ser nunca, libre. impuesto su precio en el entendimiento de la El trabajador asalariado es el esclavo moderno. cultura. Parte de este proceso tiene que ser vol- Libre será el hombre que disponga de medios ver a conocernos y a entendernos los unos a los propios que le garanticen la reproducción de su otros y volver a confiar los unos en los otros. Y existencia. estos procesos no son fáciles, pero son posibles. Tercer concepto. Una sociedad verdaderamente Reinaldo Escobar, periodista indepen- justa y libre, como la que aquí mencionan, pasa diente. Es cierto que todos tenemos que cam- por el predominio de una nueva forma de pro- biar. Tiene que cambiar el exilio, tiene que ducción, diferente del trabajo asalariado, donde cambiar la oposición interna (civil) y también las personas se asocien libremente para produ- tiene que cambiar el gobierno. Pero me pregun- cir y participar de la dirección, la gestión y la re- to, ¿quién tiene más espacio para cambiar? Ya partición de las utilidades en cualquier negocio. el exilio ha cambiado bastante, debe cambiar más. A la oposición interna, ¿qué le queda por Pregunta: Las personas que usted representa, cambiar? Ya la oposición interna renunció a la dueñas de capitales en la diáspora, ¿estarían violencia hace muchos años, ¿acaso tiene que dispuestas a compartir sus capitales y sus ga- renunciar a asociarse y a expresarse, que es lo nancias con los trabajadores en empresas de único que tiene y es lo único por lo que lucha? tipo cooperativas, donde el capital invertido, no El exilio, ¿a qué otra cosa va a renunciar? ¿A el propio de las cooperativas, recibe sólo un cin- tener solidaridad con las personas que dentro de co o un 10 por ciento de las utilidades, a modo Cuba están haciendo algo por cambiar las cosas de interés, y no el 25 por ciento y más al que sin permiso? Sin embargo, creo que al gobierno están acostumbrados? Muchas gracias. es al que le toca el gran cambio. Ese cambio es, Félix Guerra, periodista y escritor. Hace de una vez y por todas, despenalizar la discre- tres o cuatro años atrás publiqué un artículo pancia política. Porque cuando el gobierno cu- que se llamaba El Congreso de la nación. Es de- bano despenalice la discrepancia política, ya ni cir, que solicitaba un congreso de la nación don- la oposición ni el exilio tendrán más nada que de todas las voces de la misma se reunieran y cambiar. Muchas gracias. con el acumulado de la historia, más todos los Pedro Campos, del boletín SPD (Socialis- cubanos dondequiera que estuviesen. Eso era a mo Participativo y Democrático). Por escri- nombre de la diversidad. Esto que ocurre ahora to, para ser breve. Gracias Espacio Laical por no es más que otro llamado a la diversidad, a la esta posibilidad de intercambio desde posiciones concurrencia, a una plataforma mínima y ele- diversas. Tres conceptos y una pregunta. Para mental para poder trabajar juntos. Frente a la los partidarios del socialismo participativo y de- invitación que usted hace, que de alguna mane- mocrático la solución de los problemas de Cuba ra se sitúa en el terreno de la emigración y del

128 exilio, qué puedo decir, mirándolo desde un ángulo, que es el del ofendido. Es decir, los que se han ido de Cuba, han perdido sus propiedades, pues han tenido que irse en medio de una situación bien dramática, conocemos todos la historia… Bueno, que eso ocurra desde aquel campo, que usted en este caso personaliza, a mí me parece que no se puede responder de otra manera que con una pro- puesta semejante. Es decir, si el exilio, a pesar de todo quiere invertir en Cuba para el progreso y el futuro de Cuba, ¿qué podemos decir los que hemos estado aquí siempre? Creo que no se puede decir otra cosa que ¡Sí! De todas maneras, cuando esa meditación termina, uno se da cuenta de lo com- plicado que es. Tenía que ser complicado, no podía ser de otra manera. Nada es sencillo, y menos esto que será en muchos aspectos la reunificación de algo que estuvo más de 50 años sufriendo una ruptura difícil, trágicas por momentos. Además de eso, se inserta otro problema desde mi punto de vista. Hay personas en Cuba que mantienen sus ideales socialistas, entre ellos estaría yo. Por supuesto, los mantenemos porque no han sido los que se han aplicado en la realidad, porque no son los que están vigentes. Y los mantenemos porque creo que no ha sido probado que el marxismo es un fracaso. Han fracasado los sistemas, los modelos y los gobernantes que han llevado estas ideas a la práctica. El descalabro enorme del campo socialista lo ilustra, y lo ilustra también todo lo que está ocurriendo en Cuba y la necesidad imperiosa que tenemos de cambios. Pero creemos que esa idea por la que se luchó durante 50 años y mucho antes también, tiene que tener su oportunidad. Es decir, no puede ser solo un cambio en lo económico para rescatar o para crear una riqueza que no han podido crear bajo los preceptos en que se ha vivido estos últimos 50 años. Que el exilio acepte eso y que nosotros entonces aceptemos al exilio con toda su gama de ideas, implica cambios políticos. Hacen falta reformas políticas a profundidad si no es imposible, porque por ejemplo, hoy tenemos un solo partido. Yo no militaría en ese partido. Tal vez no milite en ningún partido. Pero yo necesito otro partido para militar, si voy a militar, para luchar por esas ideas que incluyen el socialismo, como estoy diciendo. Esto es una problemática bien compleja y quisiera saber su punto de vista, cómo usted ve esto y si lo ha visto, es decir, si al proponerse toda esta empresa que es tan compleja, ha previsto esta situación. Carlos Saladrigas. Voy a responder primero las observaciones y las preguntas de Reinaldo. Rei- naldo, gusto en conocerte y gracias por haber venido. Obviamente el que más responsabilidad tiene de cambiar es el que mayor capacidad tiene de cambiar. Y obviamente, los gobiernos tienen enorme capacidad de cambiar. Así que creo que queda claro que la responsabilidad de los cambios va con la capacidad de cambiar. Sin embargo, vivo en Miami, ustedes viven aquí. Yo conozco aquel entorno muy bien, no conozco este tan bien como ustedes, que lo viven. Te digo que al exilio cubano todavía le queda mucho por cambiar. Ha cambiado, y está cambiando, pero todavía falta. Estamos en una jornada. Tampoco se puede pretender que las cosas… Cambiar no es fácil. Si cambiar fuera fácil, nosotros personalmente lo hubiéramos adoptado. Recuerdo en mi vida empresarial, cuando uno opera en un ambiente competitivo, el cambio se hace tan esencial como lo que dijo Darwin hacia las especies. O sea, el que no cambia, perece. Por lo tanto, siempre le decía a mi personal, en las reuniones que teníamos, que aquí o se era agente de cambio o se convertía uno en víctima del cambio. Porque el cambio es más grande que nosotros, el cambio es más poderoso que cada uno de nosotros. Y tenemos que ver el cambio como algo bueno, no como algo malo. Como algo positivo, no como algo negativo. Y en ese sentido todos tenemos que cambiar. Pero en mi opinión, el cambio más importante que hace falta es el cambio de cada uno de nosotros dentro de nuestros corazones. Y yo todavía veo rencor, veo odio, veo intolerancia, veo políticas y posturas donde no se aceptan criterios de otro, veo una voluntad de personas que se creen que son absolutamente poseedoras de la verdad. El otro día el padre Conrado tuvo que salir en mi defensa en Miami, porque me atacaron brutalmente cuando yo estaba hablando sobre la justicia social de la Iglesia y me acusaron de que lo que yo quiero hacer con el proyecto de ayudar a los empresa- rios cubanos acá es cobrarles un interés del 300 por ciento. ¡Una calumnia! Por supuesto que no

129 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) hay nada ni que se le acerque a eso, pero, estas sabiduría y tiene una conciencia muy fuerte de son las cosas que todavía tenemos. Somos muy la responsabilidad de infundirle a los mercados rápidos para criticar. Como escribí en un artí- los valores. culo que no sé si se publicó en Miami o no. Por criticar empezamos a criticar la visita del Papa Lo que no podemos aceptar es una economía de antes de que sucediera. O sea, que tenemos que mercado sin valores. Tenemos que crear una cambiar nuestros corazones, tenemos que abrir- economía que se fundamente en los mercados, pero que tenga los valores que quiera nuestra nos internamente para entonces poder abrirnos sociedad, y para poder darle al modelo econó- a otros. Y creo que ese es un proceso… Creo que mico los valores que quiera nuestra sociedad el hecho de que estemos aquí, de que se estén tenemos que poder consensuarlos de una forma escuchando esas cosas es un paso bueno, salu- abierta y libre. dable y en verdad felicito a los organizadores de este proceso y del proyecto de Espacio Laical. Eso me parece que es esencial en el modelo eco- Hace falta mucho más que esto, pero tenemos nómico. Hay modelos socialistas que han tenido que cambiar en nuestros corazones. Todavía un gran éxito. Y los hemos visto en el norte de queda mucho por cambiar aquí por parte del go- Europa. O sea, no necesariamente hay que bus- bierno, por parte del gobierno americano y por car los extremos de estos modelos, sino la con- parte de cada uno nosotros dentro de nuestro fluencia de aquellos modelos que han demostra- corazón. do su capacidad de funcionar en función de los objetivos sociales y de los objetivos políticos y La segunda pregunta, respecto al socialismo… personales que quiera la nación cubana. Y ese El modelo cubano que hará falta en el futuro es el reto. Trabajar con lo que existe. Utilizar tiene que gestarse en libertad de criterios y de la información que tenemos con amplitud de lo opinión. No puede dictarse. Por eso es que hace que ha funcionado y de lo que no ha funcionado, falta que todos los cubanos participemos en este y no pretender lo absurdo. Tenemos que descar- proceso, a ver cómo se llega al modelo que mejor tar la ideología. Yo sufro en Estados Unidos, en se presta a Cuba en el futuro. este momento, viendo el proceso político, que Creo que todos somos suficientemente maduros se ha convertido en un proceso político extre- para entender que no existe un modelo perfec- madamente ideológico. Y cuando hay ideología, to. Todos tienen grandes defectos, todos tienen apenas cabe espacio para la razón. Tenemos que problemas y no hay ninguno perfecto; al menos, descartar la ideología y buscar la razón y la evi- yo no lo he visto. Como empresario tiendo a ser dencia que abunda y existe para encontrar los pragmático y como pragmático tiendo a ver la modelos adecuados para Cuba. Eso sí, tenemos evidencia que tenemos delante de qué ha fun- que adaptar ese modelo a nuestras necesidades cionado y que no ha funcionado. Y el socialis- y a nuestros valores. mo, yo le llamaría el socialismo estatizado, no Por último, el exilio sí acepta las condiciones ha funcionado en ninguna parte del mundo. Por que le imponga el pueblo cubano en un sentido lo tanto, me queda la interrogante de por qué económico. Nosotros nos adaptamos al entorno perseguirlo si no ha funcionado. Sin embargo, el en el que vivimos. En mi empresa, siempre fui capitalismo, a pesar de sus defectos, ha funcio- justo con mis empleados. Difiero en que una nado. Ha creado riquezas, ha reducido pobreza, persona asalariada es un esclavo. Creo que una ha demostrado la capacidad de crear riquezas persona asalariada, a quien se le pague un sala- y de crear progreso. Tiene enormes defectos y rio justo no es un esclavo. Una persona asala- creo que la Iglesia está muy consciente del daño riada a quien se le pague un salario injusto sí es antropológico que le puede hacer un capitalismo un esclavo. Yo creo que es más libre una socie- deshumanizado al ser humano. Y lo vemos en dad rica que una pobre. Y creo que la creación muchos lugares. Eso es algo que tenemos que de riquezas no sólo es necesaria para satisfacer evitar. Por eso es que la riqueza que tiene la nuestras necesidades, sino también es necesa- Iglesia en su Doctrina Social, aunque no seamos ria para traer libertad y prosperidad a una so- católicos, es algo que merece ser estudiado, que ciedad y a una nación. Haití tiene democracia merece ser visto porque tiene muchos años de pero, ¿tiene libertad? Existe esa libertad en una

130 pobreza abismal. Estas son las cosas que tenemos que atender y las tenemos que buscar y tenemos que buscar producción. Lo primero que tenemos que enfocarnos es en crear riquezas, porque si no creamos riquezas no hay nada que hacer. Los grandes logros de la Revolución en la educación y en la Salud, sin riquezas se desbaratan por falta de inversión. Entonces, tenemos que crear riquezas. Y después el pueblo cubano, en ejercicio de su libertad, decidir en qué forma se distribuyen esas riquezas. Esa es la esencia del reto que tenemos delante, y tenemos que enfrentarlo. Nada como los mercados para crear riquezas aunque tenemos que entender que no todos los problemas sociales tienen solución en los mercados. Y para mí eso sería muy importante. Habey Hechavarría Prado, teatrólogo. Carlos, le agradezco su discurso de fraternidad y su discurso de reconciliación. Es un verdadero gusto oírlo hablar desde ese discurso, de la riqueza y de las necesidades y el futuro de Cuba. En ese mismo sentido quisiera pedirle unas palabritas, aunque sea, para la juventud. Es decir, para la juventud que está aquí, para la juventud que son mis hijas, para la juventud que podrá leer en las páginas de Espacio Laical estas palabras. Evidentemente, debajo de todo este proceso que usted ha explicado de manera tan precisa y que luego se ha ahon- dado en la ronda de preguntas hay un fenómeno de fondo que es el tiempo. A veces se mueven las montañas antes de que cambie un corazón. Aunque sabemos que el cambio profundo viene de adentro, de la esencia del ser humano. Entonces el tiempo pasa, y ese tiempo pone en bandeja de plata las discusiones y los problemas que aquí tenemos en manos de personas que no van a tener las heridas, y a veces no tienen ni las cicatrices… En algunos casos se les enseña el odio, se les en- seña el miedo y se aprenden el odio y el miedo. Pero son odios y miedos absurdos, porque no vienen de raíces que están verdaderamente vinculadas a la experiencia. Disculpen que me extienda un poco, pero quiero explicarle bien que quisiera unas palabras para esa juventud, sobre todo viendo a la juventud cubana en el exilio, y específicamente a la juventud cubanoamericana, que tendrá que jugar un papel en ese proceso, sobre todo porque es un proceso que no vemos que se vaya a realizar en lo inmediato. Y si bien conocemos los que vivimos acá la realidad de esa juventud aquí, desco- nocemos, en un amplísimo sentido, qué pasa con esa juventud cubanoamericana que posiblemente sea la que pueda poner el punto final a este proceso ya verdaderamente agónico. Gracias. Camilo Conde. Buenas tardes. Quisiera hacerle dos preguntas. La primera ya la ha respondido de cierta manera, que es cuál es su posición con respecto al bloqueo o embargo norteamericano contra Cuba, pero la segunda me parece ineludible por el lugar donde nos encontramos, y es: ¿cuál es su opinión sobre el trabajo de la Iglesia Católica en Cuba? Walfrido López, informático. Buenas tardes, Carlos. Gracias por estar con nosotros. Primero me da gusto tenerlo. Había tenido antes la revista de la entrevista. Y felicitar a Espacio Laical por este espacio tan abierto, tan inclusivo, las puertas abiertas. Ver aquí a blog independiente, los mucha- chos de Habanatimes, mis amigos, mis clientes. Activistas civiles, que están allá atrás, el cuerpo diplomático, la Iglesia… Espectacular ver esto aquí. Coincido con usted en muchas cosas, pero a veces no coincido. Lo siento. Coincido, por ejemplo, que el país… No coincido, por ejemplo… Ahora mismo el país está muy pobre. Es decir, la tierra… el país está pobre, pero la tierra es rica. Es un país tocado por la gracia de Dios. Tiras cinco frijoles y cuando regresas la próxima semana tienes 20 libras de frijoles. Yo coincido con el tema del recurso humano. El recurso humano, y es lo que vamos, es lo rico de este país. Ahora mismo es lo rico. No me da pena decir que soy un hombre pobre, pero soy un hombre rico porque yo tengo una inteligencia hoy, y sé en lo que voy, y tengo un plan, para cuando ustedes lleguen. A lo que vamos es lo siguiente. Yo, por ejemplo, sé lo que usted está hablando, porque tengo lo que no sabe nadie. Yo trabajo en una oficina y tengo Internet. Usted participó la semana pasada en una reunión. Fue una reunión bien interesante, cuando veo todos lo que partici- paron. En la reunión estaba, por ejemplo, Marco Rubio, participó el director de Good Idea, habían dos paneles, uno era de la pregunta de cómo puede el gobierno ayudar a una Internet y en el otro panel estaba usted, en el que promovía una Internet sin censura para los cubanos, una información

131 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) sin censura para los cubanos. Usted estaba en des, para aquel que quiera trabajar, que quiera esa reunión. ¡Sorpresa! ¿No es verdad? Viene la emprender, que sea ingenioso, las oportunida- pregunta. Estamos hablando del tema de inte- des para desarrollarse, me parece que van a ser rrelación en los cubanos y yo estoy apostando, y extraordinarias. Pero eso es una opinión. No tendremos que apostar por eso, con el tema de tengo una bolita de cristal para poder predecir. Internet. Internet es algo maravilloso, y tema Pero si fuera joven en este momento, esa sería de las redes sociales… y creo que el tema de mi opción, ese sería mi criterio. Internet ayudaría mucho a interconectarnos a todos nosotros. En esa reunión se habló de un El trabajo de la Iglesia, el que lo conoce a fondo, tema que comienza a ser un tema un poco com- ve que es extraordinario, bajo condiciones muy plicado que es el tema de la solución que pudie- adversas. La Iglesia en este país ha pasado por ra tener para nosotros los cubanos el acceso a fases muy difíciles, y aquí hay quien lo conoce Internet. Evidentemente nosotros estamos ne- mucho mejor que yo, pero por fases donde ha gados a Internet. El gobierno nos tiene negada sido perseguida y después, por muchos años, la Internet. A pesar de que yo trabajo en una donde ha sido marginada. Ahora la Iglesia ha oficina yo sé que legalmente hay un ojo puesto encontrado un espacio, y eso es bueno. Y la Igle- en Internet. Como alguna vez se puso un ojo en sia está aprovechando ese espacio, no para bien el video, en la antena parabólica, un ojo en todo, de la Iglesia, sino para bien de los fieles y para ahora todos los ojos están encima de Internet. bien de la sociedad cubana. Ese es un espacio Mi pregunta… Tengo cinco días sin Internet. A creciente. Cuando se trata de un sistema don- mí me hubiera gustado asistir a una misa, yo de existe un poder totalitario, mientras más se fui a misa, pero me hubiera gustado asistir a refuerza la Iglesia, más se debilita el poder tota- una misa con Internet en el teléfono. Yo tengo litario, porque está compartiendo el espacio de un teléfono con Wi-Fi, pero no había Internet. una sociedad. Y yo creo que eso es algo bueno. Hubiera sido maravilloso estar en Internet. Mi La labor de la Iglesia en el ámbito de su obra pregunta es la siguiente: ¿cuál sería la solución social es extraordinaria, cómo se alivian nece- de Internet, usted que participó en esa reunión? sidades en muchísimos sectores de nuestra po- ¿Wi-Fi para cada uno de nosotros? Creo que eso blación, y comparto con la Iglesia su gran amor ayudaría mucho al tema de la interrelación y la por el pueblo cubano. La Iglesia tiene un amor transparencia con el tema del gobierno. Gracias. maternal por este pueblo. Los que dicen allá que la Iglesia ha abandonado al pueblo están total- Carlos Saladrigas. ¿Mensaje a la juventud? mente equivocados. La Iglesia tiene un amor Yo creo que tanto Su Santidad Juan Pablo II profundo y un amor maternal por su pueblo y la como Benedicto XVI enfatizaron el tema de no Iglesia está cerca de ese pueblo, se preocupa por tener miedo. No hay nada que a mí me duela este pueblo, y vela por este pueblo. La Iglesia más que ver a la juventud en nuestro país que nunca ha abandonado ni nunca abandonará al solo ven un futuro yéndose de Cuba. Eso me pueblo cubano. Y eso se demuestra en su preo- duele, me lastima y quisiera que fuera diferen- cupación por estos procesos de cambios, que no te. Pero también me apena ver a la juventud de son fáciles, y como yo dije en mi charla, están allá, y algunos también acá, donde no tienen ni fraguados de peligros y amenazas. Y tenemos una onza de idealismo. Si uno no tiene cierto que caminar… Hay un solo camino, nos lo re- idealismo cuando es joven, ¿qué te va a quedar cordó el Santo Padre, y es el camino de la recon- cuando tengas 63 años? Entonces, eso me duele, ciliación y de la paz, y el Santo Padre nos lo ofre- y no me gusta y siento que no es algo propicio ció en esta visita, nos puso la Iglesia a nuestra para el futuro, ni de allá ni de acá. Por otra par- disposición para facilitar estos procesos, que se te, no me atrevo a decirlo, porque no soy nadie sabe serán difíciles para el pueblo cubano. ¿Qué para ofrecerle consejo a alguien respecto de qué más puede hacer la Iglesia? ¿Qué más podemos hacer con su vida, pero sí te puedo decir que si esperar de la Iglesia? Yo creo que la Iglesia está yo tuviera hoy en Cuba 23 años, 25 años, yo no con el pueblo cubano y está aquí, a nuestra dis- me iba. Porque creo que Cuba, en cinco años, posición, para facilitar estos procesos. La Igle- será algo total y absolutamente diferente de lo sia compuesta por seres humanos, como todos que conocemos hoy, y creo que las oportunida- nosotros, por supuesto que cometemos errores, 132 pero la Iglesia tiene una misión, yo soy creyente, y yo creo que es una misión fundamental la de llevar el Evangelio… El mensaje del Evangelio ya de por sí es un mensaje liberador y esperanzador y es lo que quiere la Iglesia, que se escuche ese mensaje en todos los rincones de Cuba y poder tener el espacio para llevar cabo su misión pastoral y su misión magisterial dentro del pueblo cubano. Por último, respecto al Internet, yo fui el primer asombrado por mi participación en ese programa sobre Internet, porque se llevó a cabo en una organización bastante excluyente, bastante radical en el espectro político, y yo era el más moderado de los que se encontraban allí. Pero me dio la opor- tunidad… Lo más fácil hubiera sido no ir, pero pensé y concluí que con mi presencia por lo menos tenía la oportunidad de que se escuchara mi voz en ese momento, y lo hice. Y lo que yo pensé, dije, dos cosas fundamentales: la Internet, una Internet fluida, disponible, de alta velocidad hoy día es esencial para el desarrollo económico de un país. Cuba no puede desarrollar su economía sin tener una Internet amplia, fluida de velocidad y con capacidad. Los obstáculos, los hay. Las regulaciones, las sanciones de Estados Unidos, precisamente sobre los ámbitos de telefonía e Internet son las más severas del mundo. Son más severas que las sanciones que se le imponen a Corea del Norte, que se le imponen a Siria y a Irán. Por eso nosotros hemos recomendado a las administraciones americanas, incluyendo esta Administración, que se levanten totalmente. Si no se puede levantar el embargo en su totalidad, que al menos se levanten estas restricciones contraproducentes y ab- surdas, que pueden limitar el acceso de los cubanos al Internet y no es que… Porque Cuba puede comprarle todos estos aparatos que hacen falta a otros países del mundo, pero gran parte de estas tecnologías modernas, como son las redes sociales, todas son de compañías americanas, que están explícitamente prohibidas de desarrollar esas opciones dentro de Cuba. Entonces, mi conclusión es que para que exista la tecnología, tiene que haber un modelo económico que la apoye. Las tecnolo- gías no surgen gratis, requieren inversión, requieren capacidad y eso requiere un modelo económi- co que lo justifique. Lo vemos claramente con el éxito que ha tenido la telefonía celular en Cuba. Hace apenas cinco años habría aquí unos 20 ó 30 mil teléfonos. Ahora tengo entendido que se está llegando a cerca de los dos millones. Todavía es muy por debajo de la penetración de teléfonos mó- viles en otras partes del mundo, pero no deja de ser un crecimiento extraordinario en un período corto de tiempo. ¿Por qué? Porque a la telefonía móvil se le encontró un modelo económico que la justificara, y sin esos modelos económicos que justifiquen las tecnologías no se puede esperar, por arte de magia, que se desarrollen las tecnologías. Pero, recalco otra vez, la recuperación económica de Cuba no se podrá llevar a cabo en el mundo y las condiciones de hoy, sin un acceso libre, amplio y sólido, y una infraestructura de Internet que le permita al país utilizarla en su bienestar y en su desarrollo económico. Félix Sautié, periodista. No me preocupa que me publiquen, yo de todas maneras lo que publico todas las semanas sale. Primero quiero decir que de mis siete hijos vivos, porque tengo uno muerto, cinco están afuera, y que de mis nueve nietos, seis están afuera, y de esos seis, tres son españo- les. O sea, la diáspora la tengo… Una vez escribí un artículo que decía que era mucha diáspora para un solo abuelo. Quiero ir para atrás, porque quizás estamos adelantándonos. Yo soy también SPD (Socialismo Participativo y Democrático), pero no quiero discutir de eso. Quiero ir más atrás, porque creo que no podemos correr en algunas cosas. Pienso que hay un problema central, que lo tenemos todos, que es el rencor, que es el odio y que es la amenaza constante, de unos y otros, de la revancha y de la represión. Inclusive escribí un artículo que decía que quien más poder tiene es quien más amplio puede ser. O sea, respondo también otra cuestión aquí. Pienso que el principal problema que nosotros tenemos que plantearnos, antes de desarrollar el diálogo y el reencuentro, es la sanación espiritual de la nación cubana y de los cubanos. Porque, precisamente ahora, en medio de la visita del Papa, que hace unas semanas que estamos algunos escribiendo y discutiendo eso, hay quien ha puesto la carreta delante de los bueyes, y todavía hoy hay quien está diciendo que el Papa es racista y no leyó lo que el Papa dijo en El Cobre sobre los descendientes cubanos que vienen de África y de Haití y lo están acusando, porque el problema siempre nosotros lo queremos poner afuera y frente al otro.

133 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015)

Entonces pienso, y es lo que quisiera que usted no, eso no está analizado todavía, así que se per- me dijera su opinión, que el primer paso que no- dió el negocio. ¿Tenemos libertad económica? sotros tenemos que hacer es derrotar el rencor Como Pixar dice, si usted crea, venga, plantee y el odio de una parte y de la otra. Yo soy perio- su creación, que nosotros vamos a admirarla y dista, de la prensa extranjera, tengo la suerte a evaluarla. ¿Tenemos esa libertad económica? de tener Internet, y todas las mañanas cuando ¿Podemos nosotros desarrollarnos económica- abro mi correo, encuentro una lista de correos mente sin que venga alguien después y nos diga: de gentes que, desde afuera, me están diciendo no, se abrió una ley del maceta y usted tiene que qué es lo que yo tengo que hacer y por qué yo entregar todos sus bienes? Y usted tiene que te- no lo condeno. Hay uno que tiene un esquema y ner un negocio hasta un punto, hasta un pel- escribe a varias personas dentro de la Isla, y me daño, de ahí no se puede pasar en su economía. tiene incluido. El otro día me dijo qué iba a hacer Muchas gracias. yo al gobierno y a la Iglesia Católica. ¡Ni me con- funda con el gobierno, ni me confunda con los José Raúl Viera, jubilado. Quisiera agrade- jerarcas de la Iglesia Católica! Yo soy un simple cerle al señor Saladrigas por compartir, por el periodista, usted por qué me va a decir qué es lo pensamiento que tiene y por compartirlo con nosotros hoy, y a Espacio Laical, que ha permi- que tengo que hacer. Y constantemente hay un tido esta reunión, y al ambiente que reina en esfuerzo de división, constante, de una parte y el país, que también lo permite. Las compara- de la otra, constante. Si nosotros no resolvemos ciones entre lo que haya sucedido entre la diás- ese problema, todo lo demás fracasará. pora vietnamita, la de China, Taiwán, Vietnam, Dachel Arias, trabajador del Centro Cul- no son siempre aplicables al caso de Cuba; es tural Padre Félix Varela. Buenas tardes. decir, nosotros, cualquier cosa, cualquier inter- Leí algo sobre Pixar, la empresa de los dibujos vención, cualquier participación de la diáspora animados, donde la política de ellos es: Dios es cubana en la economía de la Isla no va a seguir creador. El hombre, a su imagen y semejanza los mismos patrones, casi seguro, aunque ten- también crea. Y la creación también lleva una drá que tomar en cuenta esas experiencias. evolución. Llevándolo a un plano económico, Partiendo de esa base de su optimismo, de don- que es lo que nos interesa, una economía cuba- de posiblemente usted ve a Cuba dentro de cin- na. Concuerdo con usted cuando dice que hay co años, que yo lo comparto, y de sus palabras mucho potencial humano; sí es verdad. Cuba acerca de cómo puede participar el día que se tiene muchísimo potencial humano. Ahora, en modifiquen las leyes, el día que se cambien las el aspecto económico: ¿cómo vamos a desarro- cápsulas, que el exilio logre que esas cápsulas llar nuestra economía si se nos ha dicho que no cambien del lado norteamericano, ¿usted ve solo nos podemos enriquecer, si ese negocio mínimo, la participación del capital y de la capacidad del o medio, donde va a tener participación el cuba- know how de los empresarios de la diáspora con no, no lo enriquece? Siempre he sabido que un el sector no estatal que crece en la economía cu- negocio es aquel donde se invierte uno y se gana bana o también con el sector estatal? dos. Si voy a invertir para perder mi inversión, ¿a qué le voy a llamar negocio? Entonces usted Carlos Saladrigas. El primer tema, lo de la pide que los jóvenes cubanos de 25 nos quede- sanación espiritual, yo lo comparto absoluta- mos, que vamos a tener un futuro próspero, no mente. Tenemos que derrotar el rencor. Hay un sé si será así en cuanto a la economía. También cuento que circulaba por Miami hace muchos tenemos entendido que todo negocio cubano años de un pescador que pescaba cangrejos y tiene que ser una cafetería o una venta de por- tenía dos cubos, y cada vez que cogía un can- tal. Si ese va a ser nuestro futuro económico, grejo lo ponía en un cubo o lo ponía en el otro. yo me iría. El desarrollo y la evolución cubana, Pero un cubo lo tapaba y el otro no. Entonces, al en cuanto a los negocios, son diversos. Conoz- llegar al muelle, un curioso que andaba por allí co muchísima gente interesada en negocios que le dice: ven acá, por qué este cubo tú lo tapas, no están recogidos por el plano gubernamental. y este otro no. Mira, muy sencillo, le respondió Que si alguien le dijera a nuestro gobierno: yo el pescador. En el cubo tapado tengo que poner voy a abrir un negocio en esta línea, te dijeran: los cangrejos americanos, porque si no los tapo 134 todos se me salen. El curioso le dice: bueno, y el otro, ¿por qué no lo tapas? Y el pescador le dice: Ah, porque ahí pongo los cubanos. Cada vez que uno trata de salirse, el otro lo jala pa’bajo. Oye, no cambio a nuestra idiosincrasia por nada. Nuestra vida social radica siempre alrededor de los cubanos. No hay nada más lindo que nuestro pueblo. No hay nada más noble que nuestro pueblo. No hay nada más hermoso que nuestro pueblo, pero tenemos que reconocerlo. Que si tenemos muchísimas virtudes, también tenemos uno que otro defecto. Y uno de esos defectos es que a veces somos arrogantes, a veces somos rencorosos, a veces somos criticones, a veces si la idea no es mía, no sirve. Entonces, ahí es donde tenemos que ir aprendiendo a trabajar. Pero es una sanación inter- na, individual, tenemos que depurarnos de esos sentimientos negativos que nos llevan, a veces, y muchas veces, hasta ser crueles los unos con los otros. Y eso sucede allá y aquí. Y eso es algo sobre lo que hay que trabajar, y es algo nuestro que tenemos que luchar, que tenemos que mejorar. Respecto a la inversión en pequeños negocios, estoy muy de acuerdo que lo que se ha hecho hasta ahora es, como dirían en inglés, el topecito del iceberg, todavía queda mucho por reformar y mucho por cambiar. De que las reformas hasta ahora sean suficientes, por supuesto que no. De que yo quisiera que se reformara con una mayor rapidez, por supuesto que sí. Pero como dije en la ana- logía del rompecabezas, si se han armado esas 50 piezas, y faltan 950, lo correcto no es descartar las 50 armadas, porque entonces el rompecabezas siempre va a quedar incompleto, sino sencilla- mente dejar las 50 que ya están armadas sobre la mesa y trabajar en armar las restantes 950. Ese tiene que ser el énfasis. Y lo vamos a ver que está pasando. Como dije, dentro de un año habrá un espacio mucho más amplio para estos pequeños negocios. Me sorprendería enormemente, y no es que no pueda pasar, que no se adelante más o que se dé marcha atrás. Eso pasó una vez y causó en el pueblo cubano mucho escepticismo, mucho negativismo, pero yo creo que ya hoy día, en las circunstancias del mundo en que se encuentra Cuba, con la fragilidad de Venezuela, como un socio comercial importante con Cuba, yo creo que esa no es una opción permitida. Yo creo que a Cuba no le queda más opción que diversificar su economía y abrir su economía ante un mundo moderno, y empezar a trabajar. Así que yo veo que esas limitaciones se van… Hoy día yo conozco personas que tienen pequeños negocios y están ganando mucha plata, mucha plata aún bajo estándares americanos. O sea, que hay algunos más exitosos que otros. ¡Por supuesto! Eso siempre lo habrá. De hecho, la tasa de éxito de cualquier pequeña empresa en el mundo, y en Estados Unidos, es menos de un 20 por ciento. Es por eso que nosotros estamos tan interesados, porque sí existen metodologías para aumentar esa tasa de éxito y es por eso que estamos tan interesados en poder ayudar a los pequeños empresa- rios aquí, a que sean más exitosos, porque cada vez que fracasa una pequeña empresa es un costo económico grande para el país y es extremadamente doloroso para aquella persona que invirtió sus recursos en el comienzo de esa empresa. Entonces, es importante hacer todo lo posible por aumentar el éxito. Y de que hay regulaciones tontas y absurdas y prohibiciones por gusto, sobran. Hasta en los teléfonos celulares. Este es el único país del mundo donde una persona nada más que puede tener uno. ¿En qué se beneficia una sociedad con prohibirle a una persona que tenga dos, o que tenga tres, si los quiere pagar? Son cosas que son incomprensibles, pero es nuestra realidad, existe. Pero eso, decididamente, yo creo que está en un gran proceso de cambio. Por último quiero hablar de la velocidad de los cambios. Me parece que es muy importante la ve- locidad de los cambios. No es fácil, no es nada fácil transitar de una economía estatizada a una economía abierta, porque en el proceso habrá grandes perdedores. Obviamente, habrá grandes ga- nadores también. Y generalmente los grandes perdedores son los más pobres, y los más delicados y los más vulnerables elementos de una sociedad. Y creo que tenemos una responsabilidad colectiva y eso es algo que a la Iglesia le preocupa enormemente, que hagamos este proceso de transición económica teniendo como objetivo minimizar lo más posible el daño colateral que se le puede hacer a estos sectores más débiles de nuestra sociedad. Por eso es que la velocidad del cambio es impor- tante. El problema es que nadie es suficientemente sabio para saber cuál es la velocidad óptima. Hay riesgos y grandes problemas si se va demasiado lento, puede haber grandes problemas si se 135 Retos de esta época. TOMO 1 CUBA POSIBLE (No. 23-2015) va demasiado rápido. De hecho, creo que las teorías de shock que se pensaron óptimamente tras la caída del orbe soviético están siendo cuestionadas de nuevo, y siendo repensadas como algo quizás no tan óptimo en una forma de cambiar un modelo económico. Pero hay poco conocimiento y nadie tiene la sabiduría para saber ajustar esa velocidad correcta, y por supuesto, dentro de esa ambiva- lencia yo favorezco la velocidad por la demora. Creo que una mayor velocidad es propicia. Se habló también de los sectores estatales. Creo que uno de los grandes errores que está cometiendo Cuba en este momento es tratar de liberalizar lo que yo llamaría pedacito a pedacito. O sea, es liberalizar un poquito de todos los sectores económicos. Eso no funciona. Es preferible liberalizar por sector. Escojan los sectores que el Estado quiere mantener, al menos por un tiempo, pero liberalicen com- pletamente aquellos sectores que se van a liberalizar. Eso es mucho más productivo y mucho más eficiente que tratar de liberar pedacito a pedacito, toda la economía, de forma horizontal, en vez de hacerlo de forma vertical. No soy economista, así que a lo mejor estoy hablando basura. Que los economistas me digan, pero me parece que esa es la forma más eficaz de hacerlo. También creo que es importante recalcar el hecho de que para lograr disminuir el daño a los sectores más débiles de la sociedad, el Estado cubano tiene que adoptar unas políticas fiscales o mecanismos fiscales que aún no existen, para poder gravar la creación de la riqueza. Y aún falta mucho por desarrollar en esos sistemas de gravámenes y de poder desarrollar esas políticas tan importantes en un sistema económico abierto. Quedan muchas cosas por hacer, y yo sé que es difícil tener paciencia cuando se lleva 53 años de espera, y quién soy yo para pedir paciencia cuando vivo en una economía y en una sociedad distin- tas. Pero obviamente algo de paciencia hay que tener en el proceso de cómo se desarrollan estas transformaciones porque no son fáciles.

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El equipo coordinador de Cuba Posible ofrece, en esta compilación, los 25 editoriales publicados por sus gestores durante la década que dirigieron la revista Espacio Laical. Igualmente presenta los 10 debates correspondientes al espacio de esta publicación dedicado al encuentro y al intercambio, nombrado En Diálogo.

(...) De esta manera colocamos en manos de nuestros lectores la posibilidad de estudiar en su conjunto y encontrar las ideas, las alertas y los anhelos de cada instante, que a su vez atraviesan la totalidad del periodo. Queda aquí, además, un testimonio que podría continuar aportando a los retos del presente y que quizás también podría mostrar en el futuro, a los interesados, uno de los modestos pero comprometidos aportes de esta época. (...)

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