Guía de Artes Musicales para 3°Hc y 3° Tp, semana del 16 de marzo,2020 Unidad 1: La música del mundo actual y cambio en los estilos Clase 2 y 3: La Nueva , historia, características y representantes

Hola queridos estudiantes de 3º medio, espero que se encuentren bien, les pido por favor enviar a mi correo electrónico [email protected] sus trabajos de la semana pasada, y el de esta actividad. Además cualquier pregunta que tengan, me hacen saber. Plazo hasta el viernes 10 de abril de este año 2020. Muchas gracias, maestra Ruth Quezada.

I.- Lea los siguientes artículos de la Nueva Trova y luego seleccione un representante de ella y prepare un trabajo biográfico, incluyendo una canción. (extensión del trabajo, mínimo 2 hojas)

Nueva Trova Cubana

El movimiento Nueva Trova Cubana, surgido hacia fines del año 1967 y comienzos de 1968, fue uno de los más importantes dentro de la Nueva Canción Latinoamericana, en términos de difusión, calidad musical e influencia continental. Teniendo como referente principal a la figura de Carlos Puebla, verdadero cronista musical del proceso de la revolución cubana, cantautores jóvenes fueron desarrollando una carrera musical donde el contenido social y la sofisticación interpretativa tuvieron un papel importante. Sus cantantes, entre ellos, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vicente Feliú, Leo Brauer y Noel Nicola, desarrollaron una labor musical que se transformaría en una de las más importantes de Latinoamérica. En este contexto, adquiere singular importancia la realización del Primer Encuentro de la Canción de Protesta, de carácter continental, que se desarrolló en La Habana el año 1967. Otro hito importante fue el año 1969, cuando se fundó el grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de artes, Investigación y Ciencia, ICAIC, el cual contaba con el respaldo y auspicio del gobierno revolucionario encabezado por el comandante Fidel Castro. Fue por ende la Nueva Trova, un paradigma de la canción latinoamericana comprometida con el proceso revolucionario que pretendía vivir gran parte del continente, en esa época.

En el año 1972 se organizó un encuentro de jóvenes trovadores, que en ese momento se hacían llamar Trova Joven, donde definitivamente se consagró la Nueva Trova Cubana. La relación con la Nueva Canción fue estrecha. En septiembre de 1972 Milanés, Nicola y Rodríguez estuvieron en Santiago de Chile por más de dos semanas, ocasión en que realizaron actuaciones en el Estadio Chile y, principalmente, en la Peña de los Parra, local donde compartieron experiencia con los principales músicos del movimiento chileno. Este vínculo, artístico y sentimental, se prolongaría en el tiempo hasta nuestros días.

La nueva trova cubana es una de las facetas más interesantes de la música cubana. En su contexto creativo surgieron unos y se desarrollaron otros de los géneros de la cancionística más desarrollada. Principalmente la guitarra y también otros cordófonos son el ámbito instrumental en que la voz, el canto, la poesía, encuentran sustentos y entornos tímbricos y armónicos. Es un fenómeno estético nacido en la segunda mitad de la década del 60 en Cuba, es la continuación de movimientos trovadorescos anteriores como la llamada trova tradicional y el feeling. En este movimiento trovadoresco es más usual un modo de hacer más intimista y al mismo tiempo una preocupación por la comunicación estrecha con el público. Historia

La trova cubana surge como creación autoral en la segunda mitad del siglo XIX y se adentra de manera profunda en el siglo XX. Desde sus inicios fue expresión de confluencias de las músicas que sonaban en los cantos populares anónimos, con expresiones de la música profesional que tuvieron su origen en el teatro musical, incluyendo el operístico. Resaltan nombres entre otros muchos como los de José Sánchez, Sindo Garay, Alberto Villalón, Rosendo Ruiz Suárez, Patricio Ballagas, Manuel Corona, creadores de , canciones, guarachas, habaneras conformadoras de la bien llamada trova tradicional. Con ella se fijó en la cultura popular de Cuba la imagen nunca ausente del cantautor bohemio, cronista reflexivo de asuntos humanos y del amor en todos sus matices.

En el siglo XX se desatan con mayor fuerza el sincretismo y paralelamente la proyección creativa autóctona trovadoresca, no sólo con sus valores con el son, expresados en primer lugar en la obra de Miguel Matamoros y su emblemático trío. Dúos como los de María Teresa Vera y Rafael Zequeira, el también famoso de Los Compadres con Lorenzo Hierrezuelo (Compay Primo) y Francisco Repilado (), sextetos, septetos, conjuntos, bandas cubanas y otros formatos. Más adelante otros cantautores establecerían un nuevo estilo basado en una poética coloquial e intimista y en soluciones armónicas cercanas al blues y el impresionismo. Esta corriente, gran enriquecedora del y llamada feeling, ha tenido voces de la talla de César Portillo de la Luz, Marta Valdés, José Antonio Méndez y Frank Domínguez, entre otros grandes exponentes. Este estilo dio paso a las primeras canciones de Pablo Milanés, quien dotado de una bella y bien conducida voz, reverdece en sus obras la potencialidad lírica de la cancionística cubana. Paralelamente, Silvio Rodríguez irrumpe directamente en la nueva estilística trovadoresca, incorporando nuevos signos y mensajes, tenidos hasta entonces como propios del discurso prosístico.

Ambos son iniciadores y a la vez consagradores de lo que posteriormente se denominó La Nueva Trova. Esta generación cuenta con numerosos e interesantes cultores, entre los que se destacan Noel Nicola, Sara González, Pedro Luis Ferrer, Vicente Feliú, Augusto Blanca, Martín Rojas, Amaury Pérez, Eduardo Ramos, Carlos Varela, Lázaro García, entre otros, quienes prodigan variantes clásicas y recursos novedosos en concepción e interpretación. En los años posteriores puede hablarse de las últimas hornadas de trovadores, que en la capital han sido identificados como la novísima trova, los topos y otras denominaciones.

De la Trova han sido tributarios músicos cubanos de disímiles generaciones, tan diversos en expresión como Benny Moré, Bola de Nieve, Frank Fernández, Juan Formell, Pepe Ordás y Leo Brouwer.

El cambio total de la tabla de valores en la sociedad cubana a partir de 1959 hizo que la nueva jornada de trovadores surgiera con una gran fuerza expresiva y que a ella se sumaran compositores de las más variadas formas en cuanto a composición y modos de hacer, es por ello que la nueva canción cubana, también llamada así, como forma de enmarcarla en un movimiento que también se desarrolla en todo el mundo hispano, donde se muestra en todo momento una preocupación marcada por textos de factura más elaborada y un acercamiento notable a la más alta poesía contemporánea. Es en esta etapa donde más obras poéticas son musicalizadas y más relación existe entre trovadores y poetas.