RESUCITÓ XX Edición En Español
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CENTRO NEOCATECUMENAL DIOCESANO - C/ BLASCO DE GARAY 8, 28015 MADRID 2014 INTRODUCCIÓN En el CAMINO NEOCATECUMENAL, vemos aparecer hoy un servicio humilde y esencial cual es el del: CANTOR. Él, en este itinerario de educación de la fe, tiene la misión de ayudar a crear la comunidad litúrgica o, mejor, de recrearla; de convertir tantas veces una pluralidad en una unidad de culto: "A una sola voz, con un sólo corazón y con una sola alma". Culto espiritual que se expresa en la acción litúrgica de la comunidad: fuente constante, en nuestro caminar histórico, de lo más profundamente inocente: el sentimiento de nuestra maldad iluminado por lo inefable del amor de ÁLGUIEN que nos ama así, que nos ama aunque hayamos sido sus enemigos; fuente de la conversión, fuente de la FE. KIKO NOTA: El Libro de Cantos está editado en diversos colores para diferenciar los cantos más apropiados a cada momento del Camino. Los salmistas deben elegir los cantos según la etapa en la que se encuentra su comunidad, y esperar a que sus catequistas les transmitan los cantos en las convivencias y pasos que tendrán a lo largo del Camino; de esta forma, y a través de moniciones y catequesis apropiadas, comprender mejor el sentido de cada canto. 1º.- Blancos: correspondientes a la etapa del Precatecumenado. 2º.- Amarillos: cantos para las distintas celebraciones litúrgicas; en particular la Eucarística. El canto del Credo y el Padre nuestro según corresponda a la etapa del Camino. 3º.- Azules: correspondientes a la etapa del Catecumenado. 4º.- Verdes: correspondientes a la etapa de la Elección. 3 “EL NEOCATECUMENADO” No es un grupo espontáneo, ni una asociación; no es un movimiento de espiritualidad, ni un grupo selecto dentro de la parroquia. Es un camino vivido en régimen de pequeñas comunidades formado por personas de edad, condición social, mentalidad y cultura diferentes, que dentro de la actual estructura de la parroquia y en comunión con el Obispo, reviven en plenitud su bautismo. Nace del anuncio de la BUENA NOTICIA, que es CRISTO vencedor en nosotros de la muerte y del pecado; anuncio llevado, de acuerdo con el párroco, por un equipo de catequistas de otra comunidad, que va más adelante en el Camino. Después del anuncio, que se hace durante dos meses de catequesis, la comunidad inicia su camino neocatecumenal, en el que se revive el bautismo en diferentes etapas, semejante al de la iglesia primitiva. La vida de la comunidad, durante todo el camino, se basa en la escucha de la PALABRA, en la LITURGIA y en la CARIDAD FRATERNA. Así, estas pequeñas comunidades abren en la parroquia un camino de conversión, para todos aquellos que quieran pasar de una fe infantil a una fe adulta. A la luz del Concilio Ecuménico Vaticano II, el neocatecumenado aparece como un camino concreto para edificar la Iglesia en pequeñas comunidades, para que sean, en el mundo, el CUERPO VISIBLE DE CRISTO RESUCITADO. No se impone, siente el deber de no destruir nada, de respetar todo, presentando el fruto de una Iglesia que se renueva a sí misma y que dice a sus mayores que han sido fecundos, porque de ellos ha nacido. Es una respuesta concreta a la necesidad de evangelización hoy en la parroquia y en la diócesis. Lleva adelante esta misión, viviendo el camino neocatecumenal en la total obediencia a la comunidad madre, para dar en el interior de la parroquia los signos de la fe: el AMOR en la dimensión de la Cruz y la perfecta UNIDAD (Jn 13,35;17,21). En la medida que la comunidad da estos signos, llama a los hombres a conversión. Y sucede así que la comunidad que surge se hace ella misma anunciadora de la BUENA NUEVA y de ella nacen nuevas comunidades. N. B.: DOCUMENTO redactado por los párrocos y responsables de las primeras parroquias de Roma, reunidas en convivencia en el año 1972. 4 EL PAPA A LAS COMUNIDADES NEOCATECUMENALES Alocución de Su Santidad el Papa Pablo VI "Después del Bautismo" en la Audiencia del día 12 de enero de 1977 Hemos transcrito sólo la parte final de la grabación original. El discurso entero ha sido publicado en "L’Osservatore Romano" del 13-01-1977. ... La palabra “catecumenado” hace referencia al Bautismo. El Catecumenado era el período de preparación al bautismo. Ahora, no tiene ya, por lo menos difusiva y didácticamente, este desarrollo. Entonces estos dicen: “Bien, lo haremos después del Bautismo”. No ha sido suficiente la gracia santificante. Es más: la gracia santificante no ha hecho más que encender un fuego, que debe ser después luz, que se propaga durante la vida. San Agustín hace una referencia a esto: “¿No podemos anticipar? Hagamos después el Catecumenado”, es decir, la instrucción, la educación, la madurez, todo el arte educativo de la Iglesia, después del Bautismo. El Sacramento de la regeneración cristiana, el cual debe volver a ser, lo que era en la conciencia y en la costumbre de las primeras generaciones del cristianismo. La praxis, la práctica ¿no es verdad?, que es norma de la Iglesia, introdujo la santa costumbre de dar el Bautismo a los recién nacidos. ¿Qué instrucción tienen? He aquí que es necesario el padrino que suple, yo diría habla en nombre del bautizado. Pero el bautizado no saca ningún provecho de esta atestación, que el padrino da al sacerdote, dejando que el rito bautismal concentrase litúrgicamente —en efecto la liturgia todavía conserva vestigios de esta iniciación preparatoria— la preparación que, en los primeros tiempos, cuando la sociedad era profundamente pagana, precedía al Bautismo y que se llamaba “catecumenado”. Más tarde la Iglesia concentró este período. ¿Por qué? Porque las familias eran todas católicas, eran todas buenas, todas cristianas; la sociedad, en el fondo, estaba orientada cristianamente: aprenderán, decía, a lo largo del camino. Pero ahora que la sociedad ya no es uniforme, homogénea, sino que es pluralista, es más, está toda ella llena de contradicciones y de obstáculos al Evangelio en sí mismo, en el ambiente social de hoy, es necesario que este método sea integrado por una instrucción, por una iniciación posterior, como decía, al estilo de vida propio del cristiano que debe ser hecha después del Bautismo. Este es el secreto de vuestra fórmula. Es decir: dar una asistencia religiosa, conferir una preparación práctica a la fidelidad cristiana y realizar una inserción efectiva en la comunidad de los creyentes, que es la Iglesia, después de que uno ya ha entrado, efectiva y sobrenaturalmente, en la Iglesia. Ha sido como una semilla, que no ha tenido todavía el bien de desarrollarse. 5 He aquí, pues, el renacer de la palabra “catecumenado”, que, ciertamente, no quiere invalidar ni disminuir, la importancia de la disciplina bautismal vigente, sino que quiere aplicar con un método de evangelización gradual e intensivo, que recuerda y renueva, en cierto modo, el catecumenado de otros tiempos. El que ha sido bautizado necesita comprender, pensar de nuevo, apreciar y decir amén a la inestimable riqueza del Sacramento recibido. Y Nos sentimos la alegría de ver, que esta necesidad es comprendida hoy por las estructuras eclesiásticas institucionales, las parroquias y las diócesis especialmente, y después todas las otras familias religiosas. En este campo estructural, como he dicho, son fundamentales las parroquias. Se proyecta así una catequesis posterior a la que el Bautismo no tuvo: “La pastoral de los adultos”, que, como hoy se dice, viene delineando y crea nuevos métodos y nuevos programas. Además nuevos ministerios —¡cuánta necesidad de quien asista!: He aquí los catequistas; he aquí las mismas religiosas; he aquí las familias, que se convierten, también ellas, en maestras de esta Evangelización posterior al Bautismo—. “La pastoral de los adultos”, como hoy se dice, viene delineando y crea nuevos métodos y nuevos programas y además nuevos misterios subsidiarios, que sostienen la exigente ayuda hoy al sacerdote y al diácono en la enseñanza y en la participación de la liturgia; formas nuevas de caridad, de cultura y de solidaridad social hacen crecer la vitalidad de las comunidades cristianas, y hacen, frente al mundo, la defensa, la apología y la atracción. Tanta gente se polariza hacia estas comunidades neocatecumenales, porque ven que en ellas hay una sinceridad, una verdad, hay algo vivo y auténtico, es Cristo, que vive en el mundo. Que esto suceda con nuestra bendición apostólica. 6 NOTA A LA VIGÉSIMA EDICIÓN Queridos hermanos, Ponemos en vuestras manos una nueva edición revisada del libro de cantos del Camino Neocatecumenal, que completa el proceso de revisión y ajuste que llevamos haciendo los últimos años. Como en las anteriores ediciones, hemos incorporado todos los cantos que Kiko ha compuesto y enseñado en las convivencias de inicio de curso de los últimos años; hemos realizado mejoras en algunos cantos, ajustado e incorporado estrofas inéditas recuperadas de grabaciones archivadas en el Centro Neocatecumenal, y que con el paso del tiempo, se habían perdido; hemos corregido las erratas y mejorado la estructura de los textos en algunos cartones para facilitar la lectura del canto. Salvo alguna excepción, la distribución que ya realizamos en la edición anterior —que comprendemos haya podido causar alguna dificultad— queda completada con esta edición; serán vuestros catequistas quienes os podrán ayudar, con algunos criterios prácticos, a utilizar los cantos de acuerdo a la altura de Camino que está vuestra comunidad. Asimismo, queremos agradecer a los hermanos que han utilizado la Secretaría del Centro para comunicar los inevitables errores; de esta forma ayudan a mejorar las ediciones. Insistir en que la secretaría está a vuestra disposición, por el medio que consideréis más adecuado, para comunicar cualquier incidencia o sugerencia que contribuya a mejorar este instrumento al servicio de la comunidad.