El Arte Del Hierro En La Catedral De Palencia
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EL ARTE DEL HIERRO EN LA CATEDRAL DE PALENCIA Por Amelia GALLEGO DE MIGUEL Cuando llevábamos a cabo, por primera vez, una detenida lectura del Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia^ nos sorprendía cada día el elevado número de edificios religiosos y su riquísimo exorno, así como los importantes sucesos que en torno a los mismos se habían ido entretejiendo en estas tierras palentinas en el discurrir de la historia castellano-leonésa, y todo ello nos hacía dudar de si, pese a los importantes estudios publicados, el papel religioso, político, cultural, jurídico y artístico jugado por esta provincia había sido suficientemente valorado en el contexto histórico nacional. Comenzábamos entonces el estudio de una faceta de su Arte, el del hierro forjado, ciertamente desconocida y, como resultado del mismo, estamos a punto de finalizar un estudio monográficoz. Casi como anticipo, como una primicia del mismo, será esta Comunicación a un Congreso que, sin duda, desvelará en toda su importancia tantos y tan ricos aspectos de esta provincia, a la que como a su hermosa catedral, podríamos calificar de desconocida, al menos en la profundidad y con el fundamento en que debiera serlo. No podemos ocultar cuántas veces nos hemos sentido defraudados a través de la elaboración del mencionado estudio, por la desaparición de tantas y tantas obras como deberían haberse conservado; pero, desafortunadamente, es ésta una lamentación que venimos haciendo siempre que abordamos el estudio del Arte de la forja en una de las provincias españolas. La remodelación de las capillas a la que se ha sometido a nuestras catedrales, las reformas drásticas de algunas de nuestras iglesias, la nefasta costumbre de dar al herrero el hierro de la reja vieja, con una finalidad de ahorro o con el pretexto de que aquél es más fácil de trabajar, la humedad, la ' ^ NAVARRO GARCÍA, R.: Catálogo monumental de la provincia de Palencia. Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos. 4 fascículos. Edit. Excma. Diputación Provincial de Palencia. Imprenta Provincial, Palencia, 193a1946. ^ Rejería castellana. Palencia. En preparación. ^^ 161 incuria, el abandono, la ignorancia, la desaprensión de algún anticuario, constituyen un catálogo de motivos para que sólo se conserve en Palencia una pequeña parte de uno de los aspectos más interesantes, ricos y castizos de la historia del Arte español. Pese a ello, esta provincia conserva, bien es verdad que casi milagrosa- mente, piezas que resultan ser capitales en la historia del Arte del Hierro español. Las alguazas románicas que adornan las puertas de las iglesias -bellísima muestra de un arte popular que hay que tratar de conservar- sitúan esta provincia en lugar destacado entre todas las castellanas. Las rejillas que defenderían el paso de las aves a su interior se han perdido en su mayoría, y de las rejas que protegieran los objetos valiosos de sus capillas queda, come pieza excepcional, la que cierra una de las puertas de la antigua Capilla mayor de su catedral. Toda la valoración que de esta pieza se hace en nuestro estudio no es excesiva dada su significación dentro del período Románico de los hierros en España. No son frecuentes las muestras en Castilla de reja gótica. Puede decirse que las bellas rejas catalanas y aragonesas -barrotes verticales rematados en hojas de lirio, tan identificadas con los vanos alargados de las capillas góticas- no tienen correspondencia en Castilla, debido en gran parte a la pervivencia del Románico, igual que sucede en Arquitectura. Cuando finalizan las formas románicas, priva aquí generalmente el utilitarismo, de manera que la reja no tiene otra finalidad que la de ser cierre y guardadora. Pero ello no es suficiente para justificar en nuestra provincia tal vacío. Dada la influencia cultural de las Ordenes religiosas franciscanas y dominicas, de la que son testimonio las iglesias de San Francisco y Santo Domingo, así como la personalidad de los obispos palentinos, no se puede descartar la existencia en aquellos edificios, así como en la misma catedral, de rejas de estructura gótica, que se han perdido en sucesivas reformas y destrucciones. Es lo cierto que al igual que sucede en Burgos hay que llegar a los finales del siglo Xv en Palencia para encontrar piezas que puedan enlazar, por su importancia, con las rejas románicas. Venimos diciendo en nuestros anteriores estudios sobre el tema que la historia de la Rejería viene siendo paralela a la de la Arquitectura, si bien discurre un tanto rezagada de ésta. Si tenemos en çuenta que el Renacimiento en Palencia es tardío y que persisten durante mucho tiempo los modelos góticos, ello explicará la existencia de rejeros rezagados y modelos, formas y técnicas absolutamente goticistas en el primer tercio del siglo Xvl, cuando en el resto de la Península ha estallado ya el Plateresco en los modelos que se realizan en los talleres de Juan Francés y fray Francisco de Salamanca, los que invaden con sus obras iglesias y catedrales desde Santiago de Compostela a Coria, desde Burgos a Sevilla. El Arte en Palencia está inspirado, dentro de la catedral, casi exclusiva- mente por los obispos ^s extraordinario el prestigio de que goza la sede palentina- y, en menor medida, por los dignatarios que compran capillas, que se comprometen a adornar y proteger con bellas rejas. Sus coronamientos son lugar idóneo para colocar sus insignias que pregonarán, ya desde la puerta, su importancia a la vez que su generosidad. 162 Nuestra referencia a aquella ciudad ha anticipado ya la idea de que la rejería palentina está estrechamente vinculada a la burgalesa durante el primer tercio del xvl, siéndolo, a partir de entonces, a la vallisoletana. Es lo cierto que desde finales del Xv y durante el Xv1 existen estrechas relaciones entre los rejeros palentinos y los burgaleses y vallisoletanos, y que estos últimos se avecinan temporalmente en Palencia para ejercer su oficio accediendo a las usuales exigencias de los cabildos que les obligan a hacer el trabajo en la misma ciudad. Para ello se les facilita taller y a veces casa. A cambio, los capitulares se reservan un control que les asegura la perfección de la obra. Los artífices se titulan entonces vecinos de Palencia3 y lo suelen ser de las calles de la Cerrajería Vieja, de Pan y Agua, Carnicerías y San Pedro, en la parroquia de San Antolín, que era el barrio de los herreros y artesanos. Como tales, pagaban alcabalas y otras cargas que les correspondían como habitantes de la ciudad. Normalmente, acabado el trabajo, volvían a su lugar de origen. Otros, si bien los menos, continuaban habitando aquí hasta el final de su vida, circunstancia que dependía de las posibilidades de trabajo que el entorno ofreciera. No siempre se ha tratado de la colonización de la ciudad por art^ces burgaleses y vallisoletanos; a veces ha ocurrido todo lo contrario. En las últimas décadas del xv tenemos noticia de la existencia de un rejero palentino llamado Luis de Paredes, al que nos encontramos en la catedral de Burgos haciendo las rejas de la capilla de la Concepción de Nuestra Señora o del obispo Acuña, trabajo que se realiza en 1485. EI dicho Luis de Paredes y un oficial de Palencia, del que los documentos no facilitan nombre, trasladaron su taller al claustro viejo en un lugar que les facilitó el cabildo burgalés, donde forjaron las referidas rejas. El resultado fue tan favorable y la obra tan hermosa, que a partir de entonces no faltó trabajo en Burgos a los rejeros palentinos, pues consta de su permanencia en aquella catedral aún en 1496'. La reja de la capilla del obispo Acuña es esencialmente gótica. Priva en ella la finalidad de cierre-barrotes cuadrados separados verticalmente por pilares octogonales, frisos de gruesa chapa repujada con castilletes sobrepuestos, continuando la fuerza ascensional del cuerpo de la reja en un coronamiento que encierra ya en germen motivos renacientes ^1 escudo de Aĵuña entre dos grifos- bajo arco conopial triple y delimitado en sus extremos por pilares puntiagudos que traducen al hierro las flechas que Juan de Colonia, probable tracista de esta reja, ha concebido en las agujas exteriores de la catedral. Las semejanzas de esta reja burgalesa con la que cierra la capilla del Sagrario, antigua Capilla mayor de la catedral palentina, son suficientes para una atribución de ésta al taller de Luis de Paredes y al otro maestro palentino que trabaja en Burgos. Los mismos barrotes, espléndidos y bien forjados, dispuestos entre pilares octogonales, las mismas fajas o frisos repujados entre semejantes motivos gotici•tas, acreditan una común procedencia de taller. El ramplón coronamiento integrado por el escudo del Cabildo -tres flores de ^ GARCÍA Ctt^co, E.: Artistas palentinos. Bol. S.E.A.A. Valladolid, t. XI, pág. 197. ^ GALLEGO DE M^cuEt., A.: E! arte de! hierro en la catedral de Burgos. Bol. de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Segundo semestre de 1983, Madrid, págs. 220 y ss. 163 lis- bajo arco triple con remate conopial y a sus lados lises y sencillos arquillos conopiales, con sensación de obra inacabada, acusa la falta de un tracista de la categoría de Juan de Colonia y también su precedencia respecto de la burgalesa, de la cual ésta resultó ser un tanteo. La presencia del escudo del obispo Alonso de Burgos colocado debajo del de San Antolín, y su misma disposición, dan la impresión de haber sido situado con posterioridad a su hechura, debido probablemente a una contribución económica, que se Ilevó a cabo después de 1485 por Alonso de Burgos. Probablemente del mismo taller es la reja que rodea, o más bien que aprisiona como si de una jaula se tratara, el sepulcro de doña Inés de Castro que, con toda seguridad, no pudo satisfacer a su autor.