El Linaje De Pedro De Heredia En Cartagena De Indias
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I@[r'r(brn{o lVuwoefu{o Estudlos anrLerican lstas en h"ovnenrye a CarrnenGóvnez 'lNresrn MnrínSru,uo ErvÁs SnNonnOuveno GurposoNo (coonus.) {+ lit lÍj EL LINAJE DE PEDRO DE HEREDIA EN CARTAGENA DE INDIAS María Salud Elvás Iniesta Universidad de Sevilla ste artículo no es sólo un homenaje a la persona que durante tantos años Efue mi maestra y amiga, es también la muestra de los avances de una investigación conjunta que la Dra. Carmen Gómez Pérez y yo iniciamos hace ya algún tiempo y que por varios meses nos mantuvo trabajando en común en los repositorios documentales del Archivo General de Indias de Sevilla y en la consulta de amplia bibliografía. Nuestro objetivo, entre otros, era armar el árbol genealógico de Pedro de Heredia, conquistador y fundador de Car- tagena de Indias en 1533. Nunca se nos presentó la oportunidad de mostrar los resultados de nuestra investigación y parece que éste es el momento más adecuado para ello. EL FUNDADOR DE CARTAGENA DE INDIAS Hablar de Pedro de Heredia es hablar de Cartagena de Indias en sus primeros años de vida como ciudad del imperio español. Tras una incansable búsqueda, todos los datos encontrados tienen un denominador común: la gran personalidad de este hombre, que supo salir airoso de todas las críticas, denuncias, pleitos y hasta de tres juicios de residencia. Su espíritu y su fuerte carácter le convencieron además de la importancia de crear una importante red de parentescos, lo cual le llevó a fomentar las alianzas matrimoniales de sus familiares con personas de elevado prestigio en la ciudad, como se verá más adelante, con el fi n de aumentar el prestigio y poder de su familia. Como ocurre con la mayor parte de los conquistadores, salvo excepcio- nes mínimas, casos de Hernán Cortés o Francisco Pizarro, los datos sobre los primeros años de la vida de Heredia y la trayectoria previa a su llegada a Cartagena son más bien escasos. Siguiendo a Enrique Marco Dorta, parece ser que Heredia nació en Madrid a fi nales del siglo XV o principios del XVI. Sus padres fueron Pedro de Heredia e Inés Fernández y, al parecer, sólo tuvo dos hermanos, Alonso y Constanza, de los que hablaremos en su momento1. 1. Carmen Gómez Pérez, Pedro de Heredia y Cartagena de Indias. Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos (CSIC), 1984, p.305. 90 MARÍA SALUD ELVÁS INIESTA Por el testimonio de varias de las innumerables demandas a las que tuvo que enfrentarse, se sabe que Pedro de Heredia se casó en Madrid en 1516 con una rica viuda, llamada Constanza Franca, mayor que él y poseedora de una gran fortuna, que Heredia aprovechó en su propio benefi cio para poder fi nanciar su traslado a América, sin importarle abandonar a su esposa, como tantos otros hicieron, y que la agraviada le denunciara en varias ocasiones en un pleito que duró casi dos décadas y que posiblemente nunca se resolvió2. De esta única unión legítima de Heredia nacieron una hija fallecida prematu- ramente y un hijo, Antonio, fi el seguidor de su padre durante toda su vida. El primer destino del periplo americano de Pedro de Heredia fue la isla de Santo Domingo, en la que aparece en 1522 como armador y señor de la nao “Santa María de la Luz”, comprometido directamente en el comercio realizado entre Sevilla y las islas. Existen abundantes contratos, cartas de po- der y diversas escrituras que corroboran estas actividades mercantiles. En to- das ellas, Heredia constaba indistintamente como vecino de Madrid, estante en Sevilla, estante en Puerto Rico o vecino de Santo Domingo. El ofi cio más declarado era el de mercader o comerciante. Los contratos estaban fi rmados fundamentalmente con mercaderes asentados en Sevilla, Santo Domingo y Puerto Rico y con vecinos particulares de la ciudad andaluza y de las islas3. Entre las mercancías hay varias referencias a esclavos negros procedentes de Guinea. En 1530, por ejemplo, Pedro de Heredia otorgó una carta de poder al licenciado Juan de Vadillo, oidor de la Audiencia de Santo Domingo, para solicitar en su nombre a Juan de la Ribera, maestre de la carabela “San Anto- nio”, la entrega de varios esclavos negros que el otorgante enviaba a la isla4. 2. Además, Doña Constanza tenía dos hijos de su primer marido, una de las cuales, Inés Franco, entabló un pleito con su hermanastro Antonio de Heredia por los bienes del Adelantado, en pago por las deudas que no había satisfecho a su madre. Archivo General de Indias, Justicia, 1090, R.1, N.2, Justicia, 1099, N.2 y Justicia 1104. Demandas presentada por Doña Constanza Franca, Madrid, 1540, 1548 y 1559. 3. Archivo de Protocolos de Sevilla. Libro del año 1524, Ofi cio V, Libro II, Escribanía de Fran- cisco Castellanos, folio 623. Libro del año 1525, Ofi cio V, Libro I, Escribanía de Francisco de Caste- llanos, folios 71, 200, 201, 205, 213, 215, 216, 245 y 294. Ofi cio XV, Escribanía de Bernal Gon- zález de Baldecillo, folios, 236 y 874. Libro del año 1529, Ofi cio V, Libro V, escribanía de Francisco de Castellanos, folios 266 y 493. Libro del año 1530, Ofi cio V, Libro III, Escribanía de Francisco de Castellanos, folio 294. 4. Archivo de Protocolos de Sevilla. Libro del año 1530, Ofi cio V, Libro III, Escribanía de Fran- cisco de Castellanos, folio 294. Es importante tener en cuenta la relación sumamente estrecha que mantenían en estos años los hermanos Vadillo y Pedro de Heredia. De hecho, Juan de Vadillo fue uno de los valedores más importantes de Heredia en la Corte cuando este último estaba negociando la Capitulación para la conquista de Cartagena y, casi con seguridad, uno de los inversores más des- tacados de la empresa de Heredia. Paradójicamente, Juan de Vadillo fue el primer Juez de Residencia de Pedro de Heredia, y su comportamiento a lo largo del juicio no fue precisamente un ejemplo de amistad y buenas relaciones. EL LINAJE DE PEDRO DE HEREDIA EN CARTAGENA DE INDIAS 91 Por otra parte, a lo largo también de la década de 1520, Heredia fue dueño de un trapiche de azúcar en Azúa, en la isla Española, asociado con Damián de Peralta, uno de los integrantes del grupo inicial que lo acompaña- ría en 1533 a la conquista de Cartagena5. Según la documentación existente, esta instalación fue mantenida con una nomina elevada de trabajadores cua- lifi cados, suponemos que blancos emigrados, ejerciendo ofi cios de carpinte- ros, herreros, cortadores de leña, cultivadores y otras tareas específi camente relacionadas con el azúcar, del mismo modo que hubo un número aún por determinar de esclavos negros. Como tantos otros negocios iniciales en las islas, este no fue rentable, pues incluso llegó a ser defi citario. No obstante, Pedro de Heredia mantuvo activo el trapiche de Azúa durante muchos años. En su segundo Juicio de Residencia, el gobernador presentó en 1549 ante Miguel Díaz de Armendáriz, juez de la citada Residencia, una lista de las deudas que hasta el momento tenia contraídas en Madrid, Santo Domingo y Cartagena, entre las que destacaba una partida de más de 1.000 pesos, que debía pagarse a Gómez Hernández, vecino de La Española por el arreglo del ingenio, después de que lo hubiera consumido un incendio. Además, según el citado documento, el gobernador era propietario en 1549 de una casa en la isla6. Tampoco produjeron grandes benefi cios sus tierras de cultivo. En rea- lidad, es muy probable que este tipo de actividades ocuparan un lugar muy secundario en las prioridades de Pedro de Heredia en estos años iniciales. Como buen hombre de su tiempo, el comercio, la incipiente trata de negros y, sobre todo, el rescate de indios, oro y piedras preciosas con las islas y costas vecinas, constituyeron su quehacer diario7. La isla fue la plataforma perfecta para la organización y gestión de las futuras empresas de Pedro de Heredia. Sus múltiples negocios le aseguraron una posición económica medianamente aceptable; sus continuos desplazamientos por las costas vecinas le proporcio- naron un buen conocimiento de toda la zona y, sobre todo, su vecindad en la isla le facilitó los amigos y apoyos necesarios8. 5. Justo del Río Moreno, Los inicios de la agricultura europea en el Nuevo Mundo, 1492-1540. Sevi- lla: Asaja-Sevilla, Caja Rural de Sevilla, Caja Rural de Huelva, 1991. 6. AGI, Justicia 1099. Autos entre partes de Santa Fe, 1549. Juan Friede, Documentos inéditos para la Historia de Colombia (10 tomos). Bogotá: Academia Colombiana de la Historia, 1955–1960, T. X, p. 10. Algunos autores (del Río Moreno, op. cit., p. 327) han defi nido este documento como el testamento de Pedro de Heredia. Sin duda se trata de un error pues el gobernador Heredia murió sin testar. Gómez Pérez, op. cit., p. 310. 7. En 1522 y 1525, los hermanos Pedro y Alonso de Heredia fi guran en la nomina de armadores de expediciones de rescate a Tierra Firme, y Costas de Santa Marta y Cartagena. Enrique Otte, Las perlas del Caribe: Nueva Cádiz de Cubagua. Caracas: Fundación John Boulton, 1977, p. 452 y 456. 8. En Santo Domingo, además de parte de la familia Heredia, se encontraban en esos años, como vecinos, estantes o residentes, un buen grupo de los que en su momento serian los hombres clave de la conquista de Cartagena: Pedro de Cifuentes, prestamista principal; Rodrigo Durán, socio de Heredia y primer contador de Cartagena; Juan de Villoria, casado con una de las hijas de Alonso de 92 MARÍA SALUD ELVÁS INIESTA Desde 1528 a fi nales de 1529, Pedro de Heredia fue Teniente de Go- bernador en Santa Marta, por nombramiento de Pedro de Vadillo, entonces gobernador.