EL CÁNCER Y LA RESILIENCIA EN EL ARTE Juandiego Serrano Durán LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019
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EL CÁNCER Y LA RESILIENCIA EN EL ARTE Juandiego Serrano Durán LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019 CANCER AND RESILIENCE IN ART RESUMEN: ABSTRACT: Una introspección espirituosa en el disco con el que Mastodon fue A spiritual introspection on Mastodon’s concept long play that was galardonado con ‘La mejor interpretación de metal’ en la 60ª entrega awarded at the 60th Annual Grammy Awards for ‘Best Metal Performan- de los premios Grammy. Propuesta narrativa de escucha a tiempo ce’. Real-time listening experience proposal as a narrative exploration real, en la búsqueda de las metáforas y analogías con que la música of metaphors and analogies for popular music that can be related with popular puede relacionarse a la literatura, a través, en este caso, de la literature, in this case through the artistic representation of the disease. representación artística de la enfermedad. Key words: Cancer, Popular music, Mastodon, Resilience, Narrative Palabras clave: Cáncer, Música popular, Mastodon, Resiliencia, Escu- listening. cha narrativa. AUTOR Juandiego Serrano Durán Historiador Universidad Industrial de Santander. Docente del programa de Literatura Virtual Recibido: 15 de septiembre 2018 Universidad Autónoma de Bucaramanga Aprobado: 20 de mayo 2019 Correo: [email protected] 62 LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019 LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019 Cáncer. Una enfermedad impredecible, un oráculo Para quien entienda de la enfermedad y no sucumba fórmico naciendo sin tiempo ni motivos al interior de al temor o a la insensibilidad de la rutina científco- la vida, atumultuando los miedos de una humanidad médica, el cáncer es, ante todo, un sisma espiritual ante cuya imagen se erige la ignorancia más insonda- de incontable valor. Quien lo conoce entiende que ble, y la más llana de las certezas, a la vez. Enfermar la sonrisa es una posibilidad, mientras se desata, de cáncer, no saber por qué, luchar, morir. Cáncer. A en los orifcios del escepticismo, una comunica- su espejo, la resultante médica de la enfermedad ya ción sórdida con el templo oscuro, con el lugar más no parece un término justo para designar su legado inexplorado por falta de experiencia. Quien sabe del en la vida del hombre. La muerte en su inimaginable cáncer sabe algo más que de cuidados clínicos o del presencia, ya no flosófca, ya no trascendente, ya no sistema celular: sabe de la vida, en los resquicios de una inmersión literaria… ya el manifesto de la expli- lo antónimo a su pulsión. citud, el reto y la huella de una bestia tan inerte como la arena: inasible, seca, contundente. Es que para escenifcar al cáncer se necesita de algo más que una galería de monstruos y alegorías litera- Como seres humanos nos cuesta más que cifras rias. Se necesita de un espíritu particular. Si los sen- atender a los miedos arrojados por tan frondoso tidos pudieran ver, oír, palpar o probar del cáncer, su monstruo de la historia clínica. Un monstruo que efecto no tendría que ser menos que espeluznante, deformaba a los hombres en los papiros egipcios, una inmersión sin retorno. y que Hipócrates osó comparar con la deformidad física de los cangrejos, al nombrar los carcinos, EL MASTODONTE y que la humanidad ha aprendido a distinguir en sus distintos oma; como falla celular, lo único que Así lo han afrontado los cuatro integrantes de Mas- ha podido atisbar es el lugar donde se desnuda la todon, combo de rock progresivo y lodoso formado falencia irrestricta del sistema celular, del cromoso- en el año 2000 en Atlanta, estado de Georgia, en los ma. Ingentes tumores a los que nuestra costumbre Estados Unidos. Una afronta a la popularidad de su de espiritualizar lo indeterminado no ha dudado música, quizás, al escenifcar distopías, avernos y du- en llamar malignos. Y si un tercio de los hombres plicidades de mundo –todas comunes como temas muere por efectos del cáncer, otro tercio lo padece en los géneros de la música estridente–, pero con y el restante lo sufre. Ese restante ayuda a virilizar la certeza de representar un teatro real, doloroso y el enigma de un monstruo. Monstruo es, y lo será cercano que quien escucha no puede evitar con tan hasta que complejos sistemas de selección, reem- solo ponerse un par de audífonos. Un teatro peligroso, plazo, duplicación y oxigenación de las células de capaz de ahuyentar escuchas por tratarse del cáncer. la ciencia algún día puedan combatir a este amo de los vahídos con algo más que cocteles químicos, “Desafortunadamente, el cáncer tarde o temprano concibiendo la vida humana a la imagen de un robot, aparece en nuestras vidas”, dice Brann Dailor, bate- capaz de solucionarse en sus partes, en las micro- rista, cuando explica las motivaciones artísticas de celulares. Pero monstruo es, incomprensible; uno al su séptimo álbum de estudio –octavo en su propia que no se le ve, como sí a la elefantiasis, la cefalea o cuenta–: Emperor of Sand, el Emperador de Arena, la necrosis, acaso en la carencia de vida en un rostro lanzado vía Reprise Records el 31 de marzo de 2017. mórbido o avejentado. Y prosigue: “¿A dónde se van las tragedias de la 63 El cáncer y la resiliencia en el arte vida? Hay que ponerlas en alguna parte, y nosotros prenta, la artesanía rústica sobre madera y el color las ponemos en un lugar, y se llama Mastodon. Es un digital. Para empotrar al emperador del cáncer, han agradable contenedor. Así es que pusimos la muerte elegido un trazo fno de textura digital que demarca de mi hermana, la del hermano de Brent, el sufrimien- a un fósil guerrero en el desierto. to del cáncer de la esposa de Troy y la muerte de la mamá de Bill”, refriéndose al impacto de la muerte La complejidad de su música no sólo reside en su en sus integrantes y en el refejo en sus discos, con- cualidad interpretativa. Tres de los cuatro integran- fuyente especialmente en este período de sus vidas. tes hacen las voces primarias, y en la interrelación “Nosotros estamos sanos, y hay que sacarle crédito. entre una percusión desacompasada y jazzera con el Allí está la música, tomamos ventaja de eso. Lo hace- ensamble de guitarras cabalgantes del metal, junto mos lo más agradable posible, pero es también una a otras punteadas con aires entre country y épico, memoria a nuestros seres queridos”, completa. surge la masa volitiva, el escape cosifcado de su imaginación. Representantes novomilenarios de una música que es vigorosa por sus partes, pero disgregada, impo- Así pueden ser auténticos, pues en su amplifcación pular y débil por la fuerza de su todo (el número de son capaces de dar lírica a su afción: a las bestias reproducciones por año de una canción de pop o alegóricas, siendo amantes de un género literario reguetón de moda triplica a los mejores álbumes de como el cuento, en el que la fantasía reside frondosa rock juntos), Mastodon es y ha sido una agrupación y tradicionalmente a la par de un mundo físico que, de una ambición categórica, capaz de rasgar sus como la geografía, habla por sí sólo. A los ojos del propios límites y llegar a generar afciones, inclusive, rock, Mastodon es un híbrido que tiene nombre. en los auditorios acostumbrados a la placidez sono- ra de la música erudita. ¿Por qué? Por una cuestión PLAY A LA CRIATURA de tema, grafía, complejidad y autenticidad reunida. Cabe preguntarse: ¿puede ser el rock algo serio? Tema, porque sus álbumes de estudio y sus compo- Como personas, los integrantes de Mastodon son siciones no nacen por la metáfora indeterminada del ridículos. Se comportan con la sorna de los más rocío de la musa, sino de energúmenas búsquedas inoportunos comediantes, paseándose por el ante- conceptuales. Tras ocuparse del fuego, del agua – cuerpo los rituales y comportamientos con que el una revivencia de Moby Dick de Hermann Melville–, arte mismo se hace para tornarse serio. Pero son la tierra, el aire –una odisea espacial inspirada en la serios de verdad, y no por impostura: saben que lo fgura de Rasputín–, el hombre en su ambigüedad y importante está en el ser, diáfano en el trasfondo de de las criaturas de pesadilla –habitantes de leyenda su arte. Una importancia que ha dejado, en la viven- que se salen de su hábitat mitológico de Halloween–, cia del cáncer, una huella cruda y visceral, muy real. han decidido ingresar al terreno de la muerte, en su más sombrosa estampa para los que vivimos. “Una versión de La Parca en el desierto”, ha dicho Dailor a la revista Rolling Stone; en cuyo artículo, el Gráfcamente pulcros, en su arte discográfco se ha columnista Steve Appleford se ha referido al disco expresado la sutileza de la ilustración, los marcos y como “muscular, metafísico, expansivo e intenso”, viñetas de la tradición editorial centenaria de la im- retratando las marcas musicales variopintas de la 64 LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019 LA TERCERA ORILLA #22, Julio 2019 banda: riff directos y metálicos, espasmos de cuerdas Stones”. Abrigadora y etérea, la maldición del sultán en el bajo, solos dulces y salvajes, precisión en tonos redondea la idea, y es bipolar, tentativa en un sonido altos y caídas, patrones rápidos y acentos percusivos de campanas. Todo indica que el nacimiento de un en triángulo, pasajes acústicos en remolino, voces ser se ha dado, pero nadie celebra. Es el juego de la compartidas entre el gruñido y el canto y ecos retros- historia humana, y la vida se hace en singular. Los pectivos del picking de pollo de la música country. coros celebran el natalicio, pero el ritmo lo cunde de un aciago escepticismo.