Irak: Reflexiones Sobre Una Guerra
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Irak: Reflexiones sobre una guerra RAFAEL L. BARDAJÍ (ED.) Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos Febrero 2003 Editor: Real Instituto Elcano Coordinador: Pilar Tena Depósito Legal: M. ÍNDICE Pág. INTRODUCCIÓN 5 I.- ORÍGENES DE LA CRISIS 7 1.–La República del miedo 7 Carlota García Encina y Alicia Sorroza Blanco 2.–El giro islamista de Sadam Husein 19 Manuel Martorell 3.–Al-Qaida en Irak 27 Manuel Martorell 4.–El dilema de la oposición kurda 35 Manuel Martorell 5.–Desplazamientos forzados de la población iraquí 45 Rickard Sandell 6.–Irak y la opinión pública 55 Javier Noya 7.–El papel del petróleo en el conflicto iraquí: 69 Las debilidades de la tesis "sangre por petróleo" Paul Isbell 8.–Precios del crudo e Irak: mayor incertidumbre, imposible 89 Alejandro Vigil García 3 Pág. II. NACIONES UNIDAS Y EL DERECHO INTERNACIONAL 97 9.–Naciones Unidas: las obligaciones de Irak 97 Carlota García Encina y Alicia Sorroza Blanco 10.– La crisis de Irak y el futuro de las Naciones Unidas 115 Percival Manglano 11.–Irak bajo el régimen de inspecciones 125 Manuel Coma 12.–Irak, Naciones Unidas y el uso de la fuerza 137 Rafael L. Bardají 13.–¿Es jurídicamente necesaria una nueva resolución 147 para atacar a Irak? Carlos Ruiz Miguel 14.–La paz mundial y las lecciones de la historia 157 Juan Avilés III. ESCENARIOS BÉLICOS 167 15.–Guerra en Irak (I): Los planes de la guerra 167 Rafael L. Bardají 16.–Guerra en Irak (II): Las capacidades militares de Sadam 179 Rafael L. Bardají 17.–Guerra en Irak (III): Las opciones de Sadam 189 Rafael L. Bardají 18.–Guerra en Irak (IV): Los requisitos de la victoria 201 Rafael L. Bardají 19.–Invasión de Irak – Escenarios negros 209 Carlos Alonso Zaldívar 20.–Posibles efectos de un Irak democrático 235 Antonio R. Rubio Plo ANEXO Irak: una radiografía 245 Edición: Carlota García Encina y Alicia Sorroza Blanco 4 INTRODUCCIÓN Pocas cosas hay tan importantes en la vida internacional como la guerra. Doce años después de que la comunidad internacional tuviera que recurrir al uso de la fuerza para restituir la soberanía e independencia de Kuwait, perdida tras la inva- sión iraquí de agosto de 1990, las Naciones Unidas se encuentran, de nuevo, en la tesitura de la sistemática violación y falta de respeto por parte de Sadam Hussein de las obligaciones que se le impusieron en 1991 para garantizar su desarme y des- mantelamiento de los programas de armas de destrucción masiva. Como el mismo Hans Blix, jefe de UNMOVIC -la nueva misión de inspectores de la ONU- consta- tó en su informe ante el Consejo de Seguridad el pasado 27 de enero, "Irak no ha aceptado genuinamente, ni siquiera hoy, las condiciones del desarme que se le exi- gió (en 1991)". El cambio en el panorama estratégico acaecido tras los terribles atentados te- rroristas del 11-S y la percepción de que las ambiciones políticas y militares de Sadam no han desaparecido, junto con la creciente erosión de los mecanismos puestos por Naciones Unidas para su contención, han puesto en primera línea el escenario de una confluencia entre Estados que persiguen un arsenal de armas de destrucción masiva, como Irak, y grupos terroristas y el riesgo que se deriva de es- ta letal confluencia. 5 En el contexto de una creciente desconfianza sobre los planes de Sadam y ante la evidencia de que los mecanismos para su contención (sanciones e inspecciones) eran insuficientes en este momento, las Naciones Unidas dieron a Sadam "una úl- tima oportunidad" para cambiar su actitud y aceptar la verificación de su desarme real a través de la resolución 1441 de noviembre pasado. Se abrió así un período para que regresaran los inspectores y pudieran evaluar que Irak cumplía con sus obligaciones internacionales. El Consejo de Seguridad escuchó los informes de los inspectores, así como al Secretario de Estado norteamericano, Collin Powel, y en la medida en que sus 15 miembros asuman que Sadam sigue sin dar muestras de querer cumplir las resoluciones que le afectan, la posibilidad de recurrir a la fuerza en breve plazo es muy alta. Es más, como el Presidente George W. Bush ha adelan- tado en su discurso sobre el estado de la Unión, si las Naciones Unidas no toman decisiones eficaces para hacer valer sus resoluciones y desarmar a Sadam, Estados Unidos no dudará en asumir esa carga. El despliegue militar en la zona prosigue su curso, ante la eventualidad de un ataque para derrocar a Sadam, mientras que la dinámica diplomática se resiente de las fuertes divisiones sobre qué hacer con Irak entre los aliados. La fricción gene- rada entre los europeos y entre ambas orillas del Atlántico no puede ser más perju- dicial para el resultado que se persigue: desarmar a Sadam y en la medida en que las armas de destrucción masiva son consustanciales con su gobierno, cambiar el régimen iraquí. Como no podía ser de otra manera, desde el Real Instituto Elcano se ha segui- do la crisis con especial atención y se han ido haciendo públicos diversos trabajos concernientes a aspectos varios de este problema, desde sus causas inmediatas a implicaciones en la geoestrategia del petróleo, pasando por escenarios bélicos imaginables. Estos análisis y estudios se han ido recogiendo cronológicamente en nuestra página web (www.realinstitutoelcano.org). Sin embargo, como un comple- mento, se ofrecen ahora impresos y ordenados bajo el prisma de hacer más com- prensible la situación a la que nos enfrentamos, coherentes con el deseo de que los trabajos del Real Instituto Elcano contribuyan a mejorar la madurez del debate pú- blico. 6 I. ORÍGENES DE LA CRISIS 1.–REPÚBLICA DEL MIEDO Tema: Este análisis, basado en documentos de organismos gubernamentales y no gubernamentales, describe los innumerables abusos cometidos por Sadam y su régimen sobre su pueblo así como sus graves consecuencias. Resumen: A pesar de su derrota en la guerra del Golfo, hecho que fue procla- mado como una victoria por Sadam, éste ha continuado desafiando a la sociedad internacional, que repetidamente ha condenado y exigido el fin de las violaciones de derechos humanos. Husein ha continuado con la brutal persecución de minorías y de todos aque- llos que percibe como una posible amenaza a su régimen de terror impuesto a los ciudadanos iraquíes. Este análisis brinda una visión extensa de la grave situación humanitaria que se ha vivido y se vive en Irak desde que Sadam Husein accediera al poder, en 1979. 7 Se llega a la conclusión de la necesidad de que los derechos humanos del pue- blo iraquí pasen a un primer plano y que se incluya como una variable en la actual ecuación de la crisis del Golfo. Análisis: Según Max van der Stoel, Enviado Especial de la Comisión de Dere- chos Humanos de las Naciones Unidas para Irak a principios de los noventa, el ré- gimen de Bagdad es "la dictadura y el régimen totalitario más despiadado que jamás se haya visto en el mundo desde la Segunda Guerra mundial". Durante más de dos décadas, el régimen de Bagdad ha cometido ininterrumpidamente graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, desde detenciones y reclusio- nes arbitrarias hasta la tortura, ejecuciones extrajudiciales y judiciales que carecen de garantías procesales, desapariciones y expulsión de minorías étnicas. Según do- cumentación recogida por Global Security, el complejo entramado de seguridad e inteligencia que rodea al presidente Husein, creado para proteger al régimen de sus enemigos internos y externos, es el principal responsable de que la libertad de pa- labra, la práctica religiosa, la asociación política y la privacidad sean inexistentes. Este aparato de represión está compuesto por varias agencias y cuerpos de seguri- dad como la temida Guardia Republicana, los fedayeen o "mártires de Sadam", o el Servicio General de Seguridad, policía secreta de índole política que tiene como misión principal detectar y castigar cualquier movimiento disidente entre la pobla- ción. Tal vez sea más fácil apartar la mirada de las atrocidades cometidas por el go- bierno iraquí antes que tomarlas en consideración en la actual crisis, pero no se pueden negar ni omitir las numerosas evidencias que apuntan a la responsabilidad directa del gobierno de Sadam en la catastrófica situación humanitaria que ha su- frido y que sufre el pueblo iraquí desde su llegada al poder. Sadam ha combinado la astucia, la falta de escrúpulos, la intimidación y un de- seo de emplear la brutalidad, la tortura y el asesinato en su ascenso al poder. Mos- 8 trando esta firmeza y crueldad como su marca personal, fue ganando una fuerte posición en el Consejo del Mando Revolucionario. Durante años estuvo en el po- der detrás de la débil y aislada figura del presidente, Ahmed Hasán al Baker. En 1979, pudo concretar su ambición de llegar a ser el jefe del Estado. Al-Ba- ker presentó su dimisión el 16 de julio en una renuncia que oficialmente fue por motivos de salud, pero que se produjo por las presiones de su sucesor Sadam Hu- sein. Según la organización INDICT, durante los días posteriores, 450 oficiales, diputados y otros fieles del partido Baas, fueron perseguidos y ejecutados en una purga que consolidó el poder de Husein en Irak. A partir de este momento, Sadam se convirtió en el hombre fuerte de la República y comenzó un proceso de concen- tración de autoridad que dura hasta la actualidad. Irak inició un ambicioso programa de armas químicas a principios de los años setenta que desplegó durante la guerra con Irán. Los ataques químicos documen- tados cometidos por el régimen entre 1981 y 1988 hicieron blanco en iraquíes y kurdos, matando a más de 30.000 de ellos.