INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

POLICÍA NACIONAL CIVIL

COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Guatemala, diciembre de 2017

Una publicación de la Comisión Nacional para la Reforma Policial -CNRP-

Comisionada Presidencial para la Reforma Policial: Adela Camacho de Torrebiarte

Investigación y redacción: Edgar Ruano Najarro

Coordinación general: Oficial Segundo de Policía Gunnar Cardona Méndez

Apoyo logístico y de investigación: Paula Lorena Godoy Muñoz, Miguel Alfredo Álvarez Arévalo

Diseño de portada y diagramación: Monterroso y González

Comisión Nacional para la Reforma Policial 10 calle 13-92, zona 1, ciudad de Guatemala. Prohibida la reproducción total o parcial sin la debida autorización.

Con el apoyo financiero de la Fundación Hanns Seidel

Impreso en Grafser

Fotografías: Edgar Ruano Najarro. Historia de la Policía Nacional, 1981. Departamento de Comunicación Social de la Policía Nacional Civil.

Guatemala, diciembre de 2017

PRESENTACIÓN

El libro que el personal de la Policía Nacional Civil, así como cualquier ciudadano guatemalteco, tiene en sus manos no es un libro cualquiera porque no solamente se puede aprender de su contenido, no únicamente informa, sino que también es un ins- trumento para que todo miembro de la institución policial adquiera conciencia que su trabajo actual, su servicio a la población guatemalteca, es el resultado de un largo camino recorrido.

A lo largo del texto podrán asomarse a los primeros tiempos y experimentar las dificultades que tuvieron los primeros hombres y mujeres que tomaron la ruta del servicio policial. Saber cómo fue que creció la institución, qué acontecimientos fue- ron jalonando su historia y cómo fueron determi- nando sus cambios es algo que habrá de hacer que los policías comprendan mejor el papel que desem- peña la institución en la vida de la nación. También por medio de este escrito el ciudadano guatemalteco puede explicarse mejor a la policía y con ello inicie un giro que le lleve a colaborar efectivamente con los agentes que patrullan cotidianamente la ciudades, los pueblos y caminos del país.

En tal sentido, este libro tiene el propósito de contribuir a cohesionar mental y emocionalmente a los policías para que todos juntos, como una mano empuñada, lleven adelante y cumplan la misión que la sociedad guatemalteca les ha encomendado. La Comisión Nacional para la Reforma Po- licial, que ha acompañado los últimos procesos de cambio dentro de la Policía Nacional Civil, tiene una gran satisfacción de entregarlo en esta ocasión y tie- ne la convicción de que es un aporte en el proceso de cambio de la Policía Nacional Civil, pero que tiene una gran importancia para la institución.

La Comisión Nacional para la Reforma Poli- cial agradece profundamente la colaboración que to- dos los miembros de la Policía Nacional Civil le han prestado para llevar a cabo su trabajo de acompaña- miento. Con este libro estamos devolviendo algo de lo que hemos recibido.

Licenciada Adela Camacho de Torrebiarte

Comisionada Presidencial para la Reforma Policial Este libro está dedicado a todos los miembros de la Policía Nacional Civil que han caído en el cumplimiento de su deber, que no es otra cosa que haber ofrendado su vida para que los hombres y mujeres de este país puedan vivir en paz, con tranquilidad, en el pleno goce de sus derechos.

ÍNDICE

Introducción 13

I. Antecedentes históricos 17

II. Fundación y desarrollo 33 de la policía durante el régimen liberal 1871-1944.

III. El cambio de Policía Nacional 59 a Guardia Civil bajo el régimen revolucionario 1944-1954.

IV. Regreso a la Policía Nacional: 73 largo recorrido de la doctrina de seguridad nacional, el conflicto armado, hasta la firma de la paz.

V. La Policía Nacional Civil 95

Referencias 117

Anexo documental 1 123

Anexo documental 2 149

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA INTRODUCCIÓN

En la trayectoria de la policía de Guatemala han habido dos hitos importantes para comprender su histo- ria: el 12 de septiembre de 1881, cuando fue creada la Poli- cía de Seguridad, Salubridad y Ornato y el 4 de febrero de 1997, cuando el Congreso de la República emitió el Decreto 11-97, Ley de la Policía Nacional Civil, con lo cual se creó formalmente la nueva policía. En el primer caso, se fundó una institución que duró 116 años, que desde su creación se fue desarrollando, creciendo, adquiriendo experiencia y ganándose un espacio en la sociedad guatemalteca.

Fue un largo período que atravesó la conforma- ción de tres tipos de Estado: el Estado liberal fundado en 1871 y finalizado en 1944, el Estado revolucionario que se abrió paso a partir del 20 de octubre de 1944 y tocó fin diez años exactos después, en 1954, y finalmente el Es- tado autoritario que comenzó en 1954 y llegó a su final en 1996. Con respecto a la Policía Nacional Civil le ha co- rrespondido actuar en el marco del Estado Democrático, cuyo verdadero principio fue la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996.

En tal sentido, es clave comprender la naturaleza de los tipos de Estado señalados porque siendo la policía una entidad del Estado, su doctrina, manifestada clara- mente o implicada en sus acciones, el objeto de su acti- vidad, su misión, su misma estructura y equipamientos, obedecen necesariamente a las determinaciones del Es- tado al que corresponde. En otras palabras, la policía es un cuerpo estatal que se rige por el ordenamiento jurídico que tiene el Estado en determinados períodos de la histo- ria y evoluciona paralelamente a la evolución del Estado, ya sea en procesos paulatinos y pacíficos o con sobresaltos violentos, revoluciones o golpes de Estado.

Así, por ejemplo, el hecho de que la moderna po- licía de Guatemala haya nacido como una obra del régi-

13 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL men del general , creador del Estado Liberal, le imprimió a su naturaleza el carácter de ese Es- tado, cuya preocupación central fue convertir al país en un emporio agrícola exportador de todo tipo de productos agrícolas al mercado internacional y por tanto había que crear fincas y contratar u ocupar trabajadores en sus labo- res. Así concebían los liberales de su tiempo el progreso del país. No pocas acciones de la policía durante el perío- do liberal estaban destinadas a mantener el orden rural que habría de proporcionar trabajadores a la agricultura de exportación. La policía cumplió entonces dos funcio- nes, combatir el delito y la protección de los ciudadanos y el control de la fuerza de trabajo rural. Ese es precisa- mente el punto de partida metodológico de este trabajo, comprender la historia de la policía en los diferentes tipos de Estado porque al final de cuentas las instituciones no actúan en solitario, como entidades animadas, sino son la obra de sus dirigentes y miembros. Pero, para compren- der el Estado en un determinado momento histórico, es necesario examinar, aunque sea muy someramente el proceso social y político de donde este ha surgido.

Presente texto está dividido en cinco capítulos, comenzando con los necesarios antecedentes históricos, porque la policía que nació en 1881 no llegó de la nada. Hubo muchos intentos anteriores para crear un cuerpo de policía, de los cuales apenas en el trabajo se han toma- do los más importantes, sin adentrarse demasiado en las profundidades de la historia nacional.

El segundo capítulo está dedicado precisamente a relatar la evolución de la historia policial durante el pe- riodo liberal. Le sigue el capítulo tercero destinado a los problemas de la construcción de la policía durante el ré- gimen revolucionario, que visto con atención, no promo- vió el cambio que se hubiera esperado en las estructuras y visiones de la policía guatemalteca.

El cuarto capítulo comprende el período más di- fícil y turbulento de la historia policial, dado que fue el lapso en el que se desarrolló la guerra civil habida en Gua-

14 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA temala por más de tres décadas. Escribir sobre este pe- ríodo es caminar sobre una ruta llena de espinas, ya que los hechos están aún muy frescos, razón por la que este capítulo apenas ofrece algunas ideas de ese pasado.

El quinto capítulo se refiere a la Policía Nacional Civil. El rompimiento con el pasado con la creación de la PNC es radical y contundente, tal vez no lo esperado al cien por ciento, pero bien puede afirmarse que nació otra policía. Es la institución que vive ahora y que impacta diariamente con su acción buena parte de la marcha del proceso nacional.

No son muchos los estudios sobre la historia de la policía, pueden contarse con los dedos de una mano, pero con toda seguridad se puede afirmar que sin ellos, este trabajo no hubiera sido posible porque roturaron un campo virgen, abrieron brechas y líneas de investigación. Cada uno de esos trabajos han sido consultados y citados, muchos de ellos en extenso, pero en todos los casos han sido citados debidamente.

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I Antecedentes históricos

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Sección de bicicletas de la Policía Nacional 1935

• Unidad de “polibici” de la Policía Nacional Civil realizando patrullaje en la zona 1 de Guatemala. 2016.

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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Antes de la creación de un cuerpo policial for- mal, que pudiera denominarse con propiedad Policía de Guatemala, en la historia nacional se crearon diversos contingentes que funcionaron con el propósito de velar por el orden público, proteger a los habitantes de hechos criminales, así como prestar algunos servicios públicos para la ciudad. Fuera de intentos más remotos durante el período colonial, el antecedente más directo en este sen- tido lo constituyen las medidas tomadas por las autori- dades frente a la nueva situación creada con el proceso del traslado de la ciudad de Guatemala sita en el valle de Panchoy, en el departamento de Sacatepéquez, al paraje ocupado por un antiguo caserío denominado Ermita en el valle bautizado con el mismo nombre, a una seis leguas de la vieja capital.

La devastación material y en vidas humanas que causaron los terremotos bautizados como de Santa Marta, acaecidos en julio de 1773, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, conocida y denominada a esas alturas como Guatemala, convenció al presidente y capitán general, Martín de Mayorga, que había que trasladar la capital del Reino de Guatemala a un lugar seguro, pues la constan- te actividad sísmica en Panchoy lo hizo creer que era la región el problema y con cambiarse de lugar podría aca- barse con tragedias como la habida ese año. El traslado al sitio escogido no fue un proceso fácil ni exento de grandes dificultades, comenzando con la resistencia generalizada de los habitantes de Guatemala de abandonar sus sola- res, casas y bienes inmuebles para reubicarse en el nue- vo asiento de la capital colonial, con los enormes gastos personales que implicaba la traslación y las erogaciones de grandes sumas de dinero para dotar a la nueva ciudad de la infraestructura necesaria, como abastecimiento de

21 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL agua, caminos de acceso y construcciones para la sede de las autoridades locales.1

Sin embargo, la voluntad de hierro y el autorita- rismo del presidente Mayorga vencieron toda resistencia, todo argumento contra el traslado por razonable que pa- reciera. A los dos meses del sismo el Presidente se mudó personalmente al asentamiento de la Ermita y ordenó que todos los habitantes lo siguieran, en especial las altas au- toridades del cabildo. Todavía más, el presidente Mayorga dispuso que ninguno de los miembros del concejo pu- diera abandonar la nueva ciudad sin su consentimiento. Todo vecino podía hacerlo en cualquier momento, pero las autoridades del cabildo no estaban autorizadas a a salir de la ciudad . Así, Basilio Tomá, alguacil mayor; Miguel de Coronado, receptor de cámara de penas; Felipe de Manri- que de Guzmán; Manuel de Batres, alférez real; Juan Fer- mín de Aycinena, depositario general; Ventura de Nájera y Nicolás Obregón tenían a la nueva capital como prisión. Su deber era dirigir los trabajos y en general llevar a cabo cuanta planeación y decisión fueran necesarias.2

En esas condiciones, la nueva ciudad fue funda- da formalmente el dos de enero de 1776 con el nombre de Nueva Guatemala de la Asunción, en solemne sesión (en un rancho de paja) del cabildo de la ciudad integrado por los personajes mencionados arriba.3 En dicha sesión, entre muchas disposiciones, se ordenó la creación de un cuerpo de policía4 llamado Cuerpo de Vigilantes5 con el objeto de vigilar las casas en construcción y los bienes de las personas, como enseres y animales domésticos, que estaban en solares no bien delimitados. Se le agregó a este cuerpo una función que prefigura lo que vendría a lo lar- go de un período muy extenso en la historia de la policía

1 La oposición al traslado de la ciudad por los vecinos de Guatemala, encabezados por personalidades principales de la sociedad en términos económicos, ha sido estudiada por muchos autores, pero aquí se han utilizado las obras de Pérez, 1970 y Batres, 1922. 2 Pérez, 1970. 3 Pérez, 1970. 4 Contreras y Sinay, 2004: 17. 5 Policía Nacional, 1981: 13.

22 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA guatemalteca, que era rebasar sus funciones puramente policiales y servir, entre otras cosas, para el control de la fuerza de trabajo.

Así, en esa primera oportunidad se le asignó la tarea de procurar que “los indígenas trajeran víveres y ar- tículos de primera necesidad” y que llegaran trabajadores a ejercer sus oficios.6 Con el tiempo, este cuerpo de vigi- lantes fue tomando forma y llegó a ser conocido popular- mente como los “acialeros” porque se les dotó de un acial (cuerda o látigo) en el caso de que necesitaran hacer uso de alguna fuerza. También se les dio la función de perse- guir a los borrachos y en general la vigilancia en las taber- nas y ventas de bebidas alcohólicas porque se consideraba que dichos lugares eran la fuente de muchos disturbios y conductas escandalosas.7

La necesidad de un cuerpo de vigilantes de esa naturaleza era un asunto prioritario en la nueva capital, pues desde mucho antes en la vida colonial existía una problemática social que con el paso del tiempo iba ad- quiriendo caracteres cada vez más graves. Se trataba de una conducta altamente violenta que prevalecía en un sector muy definido de la sociedad colonial, la cual deri- vaba también en una tasa muy alta de hechos delictuosos y graves de orden criminal. Desde mucho más de un siglo antes de la fundación de la ciudad, a este sector social se le denominaba la plebe, que aludía a una masa constituida por mestizos, mulatos, zambos, negros libres en una gran cantidad de combinaciones raciales, culturales y socia- les, que se englobaban también bajo la denominación de pardos. En esta plebe había artesanos, artistas, tenderos, aprendices, oficiales mecánicos (operarios de talleres), sirvientes, peones, etcétera, todos cuales tenían por de- nominador común ser extremadamente pobres.8

Ya en 1667, un contingente de la plebe perpetró un motín de ciertas proporciones que alarmó grande-

6 Contreras y Sinay, 2004: 17. 7 Contreras y Sinay, 2004: 17. 8 Martínez, 1970: 287-300.

23 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL mente a la sociedad de la ciudad de Santiago, lo cual hizo que en el ayuntamiento se discutiera la necesidad de or- ganizar una guardia para contener y sofocar tumultos de esa naturaleza9 y hasta se llegó a designar las veintiuna horas como toque de queda. Pasaría mucho tiempo para que las manifestaciones de violencia social tuvieran algún alivio, aunque nunca desaparecieron completamente y esa en situación arribó la nueva centuria, el siglo XIX.

La vida en la nueva ciudad se fue consolidando y con el tiempo fue tomando la forma de una ciudad nueva, moderna, en crecimiento. Luego, se produjo la crisis que dio lugar a la independencia y la consiguiente creación de la república federal en 1821, un corto período (1822- 1823) en que la federación se anexó al imperio mexicano de Agustín Iturbide y vuelta a la independencia absoluta. Las cosas no habían mejorado con respecto a la violencia social. En 1821, por ejemplo, el Ayuntamiento de la ciudad vio que era necesario que a la pequeña fuerza policial, he- redera de aquel cuerpo de vigilantes, se le agregaran fuer- zas militares para cuidar el orden público.10 Las palabras del alcalde primero de la ciudad son muy ilustrativas al respecto:

La guerra más ominosa y una peste asoladora no disminuyeran nuestra población como la cuchi- lla homicida de la plebe. Un mil treinta y siete heridos entraron al hospital el año pasado, fuera de treinta y tres matados en el acto y de treinta y siete que murieron de resultas de heridas (…) En los dos últimos días festivos perdió el vecindario cuatro hombres y quedaron heridos catorce. El mal es pues sin tamaño y demanda providencias activas, medidas eficaces.11

Pocos años después, en julio de 1826, se estableció con mayor diligencia un contingente de policía que pres-

9 Martínez, 1970: 287-300. 10 AVANCSO, 2013: 10-11. 11 Citado por AVANCSO, 2011: 10-11.

24 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA taba lo que se denominó servicio de serenos, bajo control administrativo y económico del Ayuntamiento el cual en un decreto de julio de 1826 se le asignan sus funciones, las cuales quedaron establecidas en las primeras ordenanzas de policía12 que rezaban en su parte medular: “Celar el buen orden y el cumplimiento de las leyes, reglamentos y bandos de buen gobierno y policía en los paseos, plazas, calles, mercados, tabernas y casas públicas de juegos y di- versión; y prevenir por todos los medios posibles la per- petración de los delitos contra los particulares y contra el orden público.”13 En consonancia con lo anterior, ese mismo mes se estableció una Policía de Seguridad, pero con atribuciones agregadas como la limpieza y ornato de la ciudad, aunque siempre de vigilancia.14

A partir de entonces, a cada poco tiempo se emi- tían disposiciones y decretos que establecían nuevas for- mas de organización de algún cuerpo policial y se agre- gaban o cambiaban sus funciones, que sería muy largo reseñar, pero que su conjunto ilustran la inestabilidad de una fuerza civil policial que se encargara profesional- mente de vigilar el orden público y la protección de las personas. En cualquier caso, una de las cosas que se des- prenden de estas disposiciones sobre la seguridad, es el hecho de que ésta, o bien los cuerpos policiales, siempre quedaban a cargo de las municipalidades.

La república federal se vio envuelta en una vorá- gine política en la cual los cinco estados centroamerica- nos que la integraban se involucraron en fuertes disputas que a menudo derivaron en enfrentamientos armados y fue en el Estado de Guatemala en donde mayormente se llevaron a cabos disputas violentas. En términos generales lo que se estaba dilucidando es el carácter del Estado y consecuentemente, la naturaleza de la nueva nación, que se querían construir, tema que había quedado abierto con la declaración de la independencia desde 1821.

12 Contreras y Sinay, 2004: 17 y AVANCSO, 2013: 14. 13 Contreras y Sinay, 2004: 17 y AVANCSO, 2013: 14. 14 AVANCSO, 2013: 16.

25 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Fue un período que duró entre los años treinta desde el gobierno en el Estado de Guatemala del doctor Mariano Gálvez (1830-1838), hasta más o menos 1848, cuando se culminaba el proceso de disolución de la fede- ración y tomaban forma las repúblicas independientes de Centroamérica, tal como se han conocido desde entonces. Guatemala declaró su salida de la federación y la creación de una República de Guatemala en marzo de 1847 y des- de entonces la facción política que dominó el escenario nacional fue el llamado partido conservador, cuyo líder más importante fue . Las disposiciones en materia de seguridad y policía continuaron proliferando sin llegar a establecerse formalmente un cuerpo de policía estable en el largo plazo.

No obstante, vale la pena mencionar un episodio sucedido en agosto de 1841. El día 8 de ese mes, en horas de la noche, en la oscuridad de la calle, cuando caminaba por el centro de la ciudad, el presidente Rafael Carrera fue objeto de una puñalada que le asestó un hombre llama- do José María Andrade, alias Marimbero,’ padre de una muchacha que al parecer tenía amores con el presidente Carrera.15 El presidente, pese a la gravedad de la herida no murió, pero una secuela del hecho fue que inmediata- mente se aprobó un proyecto de alumbrado público para la ciudad y la creación de un cuerpo de serenos

Cuya distribución de los individuos que lo com- ponen será en las calles principales del alumbra- do desde el anochecer, hasta después de ama- necido, por lo que los comandantes de patrulla dirijan su vigilancia y celo desde los puntos que este concluya hasta los arrabales, observando con los espresados serenos la mayor armonía, y evi- tando cualquiera equivocación en los puntos que ocupen.16

Posteriormente, se emitieron algunas disposicio-

15 Contreras y Sinay, 2004: 22. 16 Polo, 1996, citado por Contreras y Sinay, 2004: 22.

26 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA nes legales y medidas sobre un cuerpo de policía, como el caso de 1855 cuando se organizó, según una prevención de ese año, un turno diurno de vigilancia que completaría el servicio nocturno de los serenos. A este turno, integra- do por treinta hombres armados con una pistola, a quie- nes se llamó comisarios, se le asignó la tarea de “cuidar el orden público y evitar cualquier riña o falta (que se come- tiera) en la ciudad”.17

Más allá de las disposiciones legales, el rastro de las actividades cotidianas de estos contingentes policiales se pierde durante el largo período conservador que llegó a su fin a mediados de 1871. No obstante, el ilustre inte- lectual guatemalteco, Ramón A. Salazar, que vivió en la segunda mitad del siglo XIX, dejó algunas estampas de la vida de la ciudad de Guatemala durante el régimen de los treinta años, como se le conoce al período conservador, y entre muchos aspectos de la vida social, cultural y coti- diana de la ciudad menciona algunos hechos que ofrecen una idea acerca de los temas de seguridad.18

La ciudad de Guatemala, dice este autor, contaba con cinco barrios: el de La Candelaria, barrio de chicha- rroneros, cuya actividad económica principal era la ma- tanza de ganado porcino; el de San Sebastián, barrio de los batanecos, porque antiguamente existían en su área una cantidad muy grande de telares, los cuales fueron desapareciendo desde la independencia cuando se decla- ró la libertad de comercio, lo cual dio lugar a que ingre- saran las telas inglesas, más baratas y de mejor calidad; el del Calvario, barrio de los cholojeros o peruleros, en- tre cuyos habitantes se reclutaban los matadores del ras- tro mayor y, así como multitud de carniceros, quienes se paseaban por el barrio con los cuchillos afilados al cin- to, con las ropas manchadas de sangre fresca del ganado. El de Santo Domingo, barrio tranquilo en donde vivían los artesanos acomodados y en general familias de cierta solvencia económica; el del Sagrario, barrio del centro en

17 López, 1990: 3. 18 Salazar, 1957: 93-104.

27 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL donde habitaban las familias más pudientes de la ciudad. En los suburbios, añade Salazar, “sus habitantes vivían entre ellos en un estado de guerra perpetua, sin atreverse a pasar la línea fronteriza de la barriada vecina, a no ser que fueran bastante esforzados y no temiesen las cuchi- lladas de sus contrarios.”19

También Salazar hace una descripción de algu- nos de los criminales más conocidos de esos años co- menzando con el más famoso de todos, José María Rogel, alias Bambita, joven de 29 años, originario de Amatitlán, que comenzó su trayectoria criminal a la edad de 15 años. Por casi tres lustros, Bambita cometió gran cantidad de asaltos, violaciones y asesinatos, algunos homicidios de los cuales fueron cometidos en personas que ni siquiera conocía, pues los encontraba en la calle, como el caso del asesinato de un campesino que vestía de blanco y lo apu- ñaló solamente para ver cómo las ropas blancas se teñían de rojo con la sangre de la víctima. Fue capturado y fusi- lado en 1845.20 Otros criminales que alcanzaron cierta ce- lebridad fueron Félix Roldán, alias Carota, de la vecindad del “Ojo de agua”; Carlos Machungo, alias El Cabezón, te- rror del barrio del Calvario; Monreal Sotero Carrera; José María Flores, alias El Lechero, etcétera.21

Con respecto a algún cuerpo de vigilancia, Sala- zar hace mención a los serenos y a los asoleados, como se les decía a los últimos por las largas horas que pasaban a la intemperie, bajo el sol. No hay ninguna otra men- ción en la literatura de la época. Sin embargo, es notorio que cuando el autor se refiere a los criminales que son aprehendidos y llevados a la cárcel, incluso cuando son pasados por las armas como castigo por sus crímenes, lo que menciona son los cuarteles militares y las tropas de soldados que se hacen cargo de la ejecución de los conde- nados. Por tanto, es posible concluir que la vigilancia de la ciudad seguía a cargo de los serenos y los asoleados en

19 Salazar, 1957: 93-104. 20 Salazar, 1957: 93-104. 21 Salazar, 1957: 99.

28 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA asuntos de orden mínimo, pero la fuerza que se encargaba de la lucha contra la criminalidad considerada grave, así como el resguardo de los prisioneros era el ejército.

El general Rafael Carrera, que había sido declara- do presidente vitalicio y dotado de poderes omnímodos desde 1854, con atribuciones y calidades como ser inmu- ne, inamovible e irresponsable por sus actos, iniciar por sí solo las leyes, nombrar e instituir jueces y magistrados, que la justicia se administrase no a nombre de la repú- blica, sino a su nombre, etcétera, falleció el 13 de abril de 1865. Le sucedió en la presidencia, por decreto de la Cá- mara de Representantes (cuerpo corporativo que hacía la veces de Congreso de diputados), el mariscal Vicente Cer- na, quien ocupaba el cargo de Corregidor22 de Chiquimu- la. Cerna asumió la presidencia en mayo de 1854 y no pasó mucho tiempo para que se manifestaran ciertos síntomas de una crisis política de profundidad.

En su primer manifiesto como presidente ex- presó su voluntad de que todo el orden político anterior, heredado de Carrera, continuara sin ningún cambio. Ello significaba que la iglesia católica seguiría detentando la altísima cuota de poder con la que gozaba desde la instau- ración del régimen conservador, hecho que causó decep- ción entre algunos sectores de la población, en especial del bando liberal, que sin estar organizado, mantenía una discreta presencia en el escenario político. A esto se agre- gaba la prolongación de la crisis económica general a la que entró el país como consecuencia de diversos factores, en especial la caída del principal producto de exportación que era la grana, colorante obtenido del cultivo de un in- secto llamado cochinilla.23 También se habían presentado numerosos problemas por una crisis derivada de proble- mas en el sistema de aprovisionamiento de los granos.24

En general, puede decirse que la segunda mitad

22 El cargo de Corregidor era el que años después fue conocido como Jefe Político y que actualmente se denomina gobernador departamental. 23 Solís, 1979: 915-922. 24 Pompejano, 1997: 121-156.

29 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL de la década de 1860 estuvo marcada por muchas tensio- nes sociales y políticas originadas por la crisis económica y por diversos temas, como la cuestión de la tierra, en la que las comunidades indígenas veían amenazadas sus tie- rras por numerosas medidas, en particular la disputa que le hacían los terratenientes que promovían el nuevo cul- tivo café. En algunos puntos del territorio nacional hubo enfrentamientos entre la población indígena contra sec- tores ladinos a propósito de la tierra.25

El general Vicente Cerna cumplió su primer pe- ríodo presidencial (cuatro años) en 1869, razón por la que se convocó a elecciones presidenciales. Fueron candidatos el propio presidente Cerna y el mariscal Víctor Zavala, mi- litar que gozaba de cierta simpatía popular y que era visto con buenos ojos por los liberales. Efectuados los comicios, el resultado oficial fue favorable para el presidente Cerna, lo cual fue interpretado por los grupos que apoyaban a Zavala, como un engaño a la población y se produjeron algunos tumultos frente a la residencia del general Cerna.

Por todo lo anterior, puede decirse que las con- diciones para un estallido político y social estaban dadas y solamente faltaban personas que llevaran adelante algo que podría llamarse rebelión abierta contra el régimen. Uno de ellos fue el mariscal Serapio Cruz, quien se alzó en armas en 1869 y después de muchas batallas ganadas unas y perdidas otras, fue finalmente derrotado en enero de 1870 en los alrededores el municipio de Palencia y eje- cutado en el acto.

Uno de los primeros acompañantes de Serapio Cruz en su invasión al territorio nacional fue el joven fin- quero y abogado Justo Rufino Barios, quien a poco más de un año de la muerte del mariscal Cruz, habría de alcanzar el triunfo, tan largamente anhelado por los liberales. La toma del poder por los liberales en junio de 1871 significó un cambio radical en la sociedad, el Estado y las relaciones políticas y económicas imperantes en el país. Entre los mu-

25 Pompejano, 1997: 198-199.

30 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA chos cambios y a la vez creaciones de la nueva instituciona- lidad se encuentra la fundación de la policía de Guatemala, que en este caso se mantendrá a lo largo del siguiente siglo XX como un cuerpo estable destinado al cuidado del orden público y de combate a la criminalidad, aunque depen- diendo del tipo de régimen político, así se le fueron asig- nando roles que rebasaron su funciones principales.

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II Fundación y desarrollo de la policía durante el régimen liberal 1871-1944.

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Sección Motorizada de la Policía Nacional, 1980

• Grupo de Reacción Inmediata Lobos “GRIL” participando en el desfile del 20 aniversario de la Policía Nacional Civil. 2017.

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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA II. FUNDACIÓN Y DESARROLLO DE LA POLICÍA DURANTE EL RÉGIMEN LIBERAL 1871-1944.

Después de varias semanas a partir de su in- greso al territorio nacional, un contingente rebelde ar- mado, encabezado por sus jefes, Miguel García Grana- dos y Justo Rufino Barrios, que iba engrosando sus filas a medida que recorría diversas zonas del altiplano oc- cidental guatemalteco, se enfrentó la mañana del 29 de junio de 1871, en una batalla decisiva, a las tropas del gobierno con el propio presidente Cerna al mando de su ejército, en la localidad de San Lucas, departamento Sacatepéquez. La victoria fue para el bando liberal y ante el descalabro sufrido por las tropas leales el presi- dente Cerna, éste y numerosos acompañantes huyeron hacia el oriente del país para alcanzar la frontera con El Salvador, mientras que la tropa huyó en desbandada o se rindió.26

La victoria liberal fue tan completa, que el lí- der Miguel García Granados se dispuso a dar descan- so a sus tropas y preparar su ingreso triunfal a la ciu- dad de Guatemala al día siguiente, es decir, el 30 de junio de 1871, fecha que por casi un siglo fue la gran fiesta cívico nacional después de la de independencia. Fue así como hizo su entrada a la capital el ejército “libertador” con su jefe, quien en las inmediaciones del antiguo Guarda Viejo dejó su caballo y se subió a un lujoso coche que le tenía preparado el cabildo de la ciudad. Atrás del coche seguía en su corcel el segundo jefe liberal, el recién nombrado por García Granados

26 Santacruz, 1979: 73-86

37 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL como teniente general, Justo Rufino Barrios, encabezando una tropa muy disciplinada.27

A los quince días de haber tomado el poder, el nuevo gobierno dividió militarmente la república en cua- tro comandancias generales denominadas del Centro, del Sur, de Occidente y de Oriente28 y fue nombrado coman- dante de la de Occidente el general Justo Rufino Barrios, quien era llamado por el presidente García Granados a sofocar alguna rebelión, especialmente los alzamientos armados que cíclicamente se registraban en el oriente del país. Pasados casi dos años, era notorio que el presidente no tenía el espíritu que los hombres de la revolución aspi- raban y por lo tanto no se llevaban a cabo las anunciadas medidas de orden económico y las que se promulgaban tardaban mucho en llegar a sus destinatarios para que fueran objeto de al menos de un análisis.

Por ello, con fecha 11 de febrero de 1873 se “en- carga” el gobierno de la república al teniente general Justo Rufino Barrios y se le delega amplias facultades.29 Luego se verificaron elecciones presidenciales y el general Ba- rrios salió vencedor y fue reconocido oficialmente como Presidente de la República para el primer período pre- sidencial. Y este nuevo presidente, tan pronto tomó po- sesión le imprimió tal ritmo a su gobierno, que en poco tiempo comenzó a cambiar la fisonomía socioeconómica y política del país.

Dado que el movimiento liberal se había gesta- do contra la hegemonía económica y política de la clase criolla latifundista tradicional y contra ciertas fracciones de los comerciantes, así como contra la Iglesia Católica, a la sazón el principal terrateniente del país y cuya ideo- logía dominaba en el terreno político,30 las medidas en el orden económico fueron dirigidas contra estos sectores. La medida más profunda y espectacular fue una verda-

27 Santacruz, 1979: 73-86 28 Decreto N° 7 de fecha 14 de julio de 1871. 29 Decreto N° 84 de fecha 8 de mayo de 1872. 30 Castellanos, 1975.

38 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA dera reforma agraria que tuvo tres direcciones: a) la ex- propiación de la iglesia católica que como se sabe, era el principal terrateniente b) La expropiación del campesi- nado indígena vía la destrucción de la propiedad comu- nal y b) un vasto reparto agrario que duró nada menos que cerca de medio siglo, por medio del cual se creó una clase terrateniente distinta a la clase de los criollos lati- fundistas tradicionales, pero a la postre terminó en fu- sionarse con ella y constituirse en una sola. Finalmente, hay que decir que esta reforma agraria, con las particu- laridades que adquirió, tuvo como origen la necesidad de generalizar y modernizar el cultivo y explotación del café, proceso productivo que se convirtió en el motor del desarrollo económico del país.

La política económica liberal se extendió a todos aquellos aspectos considerados necesarios para el desarro- llo económico. Según Harrick (1974), esta política consistía en generar un desarrollo económico en gran escala, que tuviera como centro la agricultura. Esta política tuvo cua- tro direcciones –según dicho autor-: a) la cuestión agraria, b) la cuestión monetaria, la banca y el crédito, c) comu- nicaciones y transporte, d) otros programas de ayuda gu- bernativa, tal como los impuestos, política fiscal, etc. En cuanto a la moneda, se logró unificar la misma estable- ciendo el peso como la unidad monetaria de la república.31

Con respecto a la institucionalidad estatal, se destaca el hecho de que el proceso liberal fue dirigido a realizar una amplia reforma administrativa estatal, cuyo objetivo era centralizar la gestión del Estado, crear los aparatos estatales necesarios para que, por primera vez en la historia de la joven república, el Estado interviniera directamente en el curso que habría de tomar el proce- so productivo del país. De modo que con el movimiento liberal y su gestión en el poder, se pone en marcha y se lleva a la práctica un proceso que puede definirse como el acto constitutivo más importante del Estado moderno en Guatemala.

31 Decreto N° 37 de fecha 3 de diciembre de 1871 y Harrick, 1974.

39 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Entre los aspectos más sobresalientes de la re- forma administrativa del Estado se puede mencionar la creación del ministerio de Fomento con el objetivo de promover el comercio, agricultura y ganadería; artes e in- dustrias.32 Se establece el Consejo de Estado con quince miembros designados por el presidente de la república.33 Le sigue la creación de la Escuela Politécnica o academia militar con el propósito de formar a los oficiales que lle- garán a ser mandos del ejército nacional;34 Se establecen cinco secretarías (ministerios) de Estado que son Guerra, Hacienda, Fomento; Relaciones Exteriores e Instrucción Pública; Gobernación, Justicia y Asuntos Eclesiásticos.35 Finalmente, entre muchas otras reformas al Estado se cul- mina con la promulgación de la Constitución Política del 11 de diciembre de 1879.

Como parte de todo este proceso de reforma o creación a la vez de la institucionalidad estatal fue creada la policía de Guatemala. El primer antecedente se produjo el 7 de diciembre de 1872, bajo el presidente García Gra- nados con una disposición que creó un cuerpo policial denominado Guardia Civil bajo el argumento de que:

“(…) los cuerpos de policía existentes no llenan el objeto de vigilar por la salubridad, seguridad y ornato de esta capital, tanto por ser corto el nú- mero de individuos que se componía, así como la inadecuación de su organización, ya que estos no pueden cumplir con el servicio constante que se les exige y que, reuniendo la fuerza de policía en un solo Cuerpo, bajo la inspección de un solo jefe, obteniendo el orden y los demás beneficios de una policía organizada.(…)”36

32 Decreto N° 14 de fecha 24 de agosto de 1871. 33 Decreto N° 84, de fecha 16 de enero de 1873. 34 Decreto N° 86, de fecha 4 de febrero de 1873. 35 Acuerdo (que modernamente se llamaría Acuerdo Gubernativo) de fecha 9 de julio de 1874. 36 Este párrafo y los siguientes aspectos de la Guardia Civil son citados literalmente por López, 1990; Contreras y Sinay, 2004; Policía Nacional; Policía Nacional, 1981 y por Álvarez, Toledo y Ruiz, 2017.

40 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

De este considerando se desprende que los cuer- pos de serenos y asoleados ya no funcionaban como se esperaba o bien que era necesario modernizar la vigilan- cia en la ciudad a tono con el proceso llevado a cabo en esos días en los ámbitos económico y político. Además, se le quita las funciones de seguridad, de los turnos diurno y nocturno, a la municipalidad de la ciudad y se pasa la nueva policía a formar parte del ministerio de goberna- ción, con lo cual las municipalidades pierden la atribu- ción de mantener el orden público y combate a la crimi- nalidad.37 Llama la atención, también, que el reglamento de la Guardia Civil fue emitido hasta abril de 1877.

En abril de 1879, siete años después de la creación de la Guardia Civil, ya bajo el gobierno de Justo Rufino Ba- rrios, al parecer las cosas no mejoraban en términos de la seguridad y el orden que se debía mantener en la ciudad porque el gobernante llegó a la conclusión que la inefi- ciente era la policía urbana, urgida de una “purga de ma- los elementos”.38 Una descripción de los agentes de aque- llos días que hace Paul Burgess, biógrafo de Justo Rufino Barrios, no puede ser más reveladora de cómo estaban las cosas en la policía. Dice Burgess39 que los agentes eran reclutados a la fuerza, que eran descalzos y harapientos, que muchos de ellos apenas hablaban el español, que la única señal que tenían de que eran policías era el batón y que muchos hasta pagarían porque se les dejara abando- nar el servicio.

Por tanto, con el objeto introducir las mejoras necesarias en dicho cuerpo policial, el gobierno nombró con carácter de Inspector General a Cayetano Rascón. Sus funciones dependerían en lo administrativo de la secre- taría de gobernación y en cuanto a funcionamiento, a la de Guerra”. Su misión era introducir “orden en la Guardia Civil, y sus resultados comenzaron a notarse por la po- blación, ya que los celadores amanecieron elegantes de

37 López, 1990: 6. 38 Santacruz, 1996: 381-385, citado por Contreras y Sinay, 2004: 37. 39 Burgess, 1972: 308.

41 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL camisa y pantalón azul con vivos blancos y sombrero de fieltro con cinta blanca armados de revólver al cinto y es- pada ceñida y un fusil por las noches.40

Pero aun así, en agosto de 1881 se rumoraba que el gobierno tenía en mente la creación de una nueva po- licía para tenerla lista en las celebraciones de 15 de sep- tiembre y que incluso se esperaba de Estados Unidos al- gunos objetos que serían parte del equipamiento.41 Según se dijo en el Diario Centroamérica, los nuevos policías devengarían un buen salario con el fin de que los nuevos elementos sean personas de “buena condición.” Además, el diario informa que un instructor que se ha hecho venir de Nueva York ya está en esa tarea con los nuevos poli- cías.42 y el 20 de agosto de 1881, el general Barrios emitió un acuerdo por medio del cual nombró al señor Roderico Toledo como director general de policía y dos días des- pués, la secretaría (ministerio) de Gobernación envió una circular a los jefes políticos departamentales en la que les informa y ordena que:

Habiéndose acordado la creación de un cuerpo policial para esta ciudad, bajo un plan moderno, espero que Ud. se servirá sin pérdida de tiem- po, alistar el número de individuos que pueda, siempre que reúnan las condiciones siguientes: ser guatemalteco, poseídos de dar una fianza de buena conducta por persona abonada, talla alta o mediana, saber leer y escribir, deben ser cal- zados, no haber sido procesados criminalmente, no deben tener el vicio de la bebida, ser fuertes y sanos sin ningún defecto físico: no deben ser menores de 20 años ni mayores de 40. Gozarán de cuarenta pesos al mes y tendrán vestido todo el año, desde sombrero hasta calzado. Si no tie- nen familia, vivirán en una de las secciones de la policía. La manutención corre a cuenta de ellos.

40 Santacruz, 1996: 381-385, citado por Contreras y Sinay, 2004: 37. 41 Diario de Centroamérica, 25 de agosto de 1881, Pág. 1. 42 Diario de Centroamérica, 25 de agosto de 1881, Pág. 1.

42 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

La duración del empleo, será el de su buen des- empeño. Estarán exceptuados del servicio militar y cargos concejiles. Deben trasladarse aquí en el acto, costeándose su viaje. Usted telegrafiará tan luego como reúna algunos y los irá remitiendo conforme tenga alistados a los primeros cinco.43

La realidad es que se nombró a don José H. Pratt, subdirector técnico del Cuerpo Policial, quien era un sar- gento de la policía de Nueva York y al llegar a Guatemala se ocupó inmediatamente de organizar un nuevo cuerpo de policía para la ciudad que debería de estar listo para el 15 de septiembre. El Diario de Centroamérica informa que en la casa del “señor Bolaños” se reúnen todas las no- ches las personas que han causado alta en la nueva policía con el objeto de aprender el manejo de las armas y el es- tudio de las obligaciones que a cada agente corresponde. Añade que a la fecha se habían inscrito unos ciento cua- renta y cinco individuos.44

Por fin, con fecha 12 de septiembre, el presidente Barrios estableció por medio de un acuerdo la Policía de Seguridad, Salubridad y Ornato de la ciudad de Guatema- la y el día 15 de 1881, en ocasión de las celebraciones de la independencia, fue inaugurado oficialmente el inicio de las operaciones del cuerpo policial con el señor Roderico Toledo como su primer director general. En dicho acuer- do se contiene lo que sería el primer reglamento de la ins- titución, que a juzgar por lo detallado de su contenido y lo extenso de su articulado (95 artículos), se colige que venía siendo preparado con mucha anticipación.

En el reglamento se describe la organización y je- rarquías que habrán de tener la institución en la forma que sigue: Tendrá un director, un subdirector, secretario, tesorero, dos cirujanos, cuatro oficiales comandantes de sección, doce sargentos, dieciséis inspectores, ocho guar- dianes, ciento cincuenta agentes, diez agentes montados

43 Policía Nacional, 1981: 27. 44 Diario de Centroamérica, 5 de septiembre de 1881, Pág. 1.

43 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL y empleados subalternos. En el acuerdo, no hay ninguna frase que manifieste expresamente algo como la misión de la nueva institución, pero en los artículos dedicados a las atribuciones de un agente de policía se puede ver qué es lo que perseguía el gobierno con esta nueva policía.

Por ejemplo, se establece que los agentes deben aprehender a los delincuentes in fraganti, impedir la portación de armas, salvo para los oficiales del ejército, aprehender ebrios escandalosos, cuidar que estancos o fondas expendedoras de licor no abran antes de las seis horas y que cierre a las veinte horas, reprimir cualquier abuso en los precios del comercio, impedir que en las aceras circulen bestias, impedir que en la vía pública se deposite basura, madera, ripio o animales muertos, ve- lar porque los vecinos mantengan limpio el frente de su casa, evitar que carpinteros o tenderos quemen su basu- ra en la calle, recoger cualquier bestia que esté extravia- da, etcétera.

En el reglamento también se establece que la po- licía se dividirá en cuatro secciones, cada una de éstas en dos escuadras y cada escuadra en dos pelotones. Portarán el uniforme del cuerpo que será: levita y pantalón de paño azul oscuro con vivos blancos y botón plateado, con las armas de la república; gorra del mismo paño con el ala en la parte superior de la copa y visera; al lado izquierdo del pecho la placa que contiene el número del policía; zapa- tos de becerro, guantes de hilo blanco, cuellos y puños de celuloide. Llevarán por armas, revólver y palo colgado en el cinturón, abrazadera de latón y silbato. Además por- tarán reloj de bolsillo y tendrán su cartera conteniendo el mapa de la ciudad, un ejemplar de la instrucción del policía y otro de sus obligaciones.45

Desde el punto de vista de lo que modernamente se llamaría doctrina, en el reglamento indicado se desta- ca cierto espíritu de servicio y de prevención, ya que se contemplaba que los agentes prestaran auxilio a otras au-

45 Contreras y Sinay, 2004: 39.

44 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA toridades y a los vecinos tanto en la vía pública, como en el interior de las viviendas. Doctrinariamente llegó a con- siderarse que la eficacia de la policía se demostraba con la ausencia del delito y si hubiera algún desorden o crimen muy notorio, bien podría señalarse que en última instan- cia había sucedido por la negligencia del agente que tenía bajo su resguardo el área en el que había sido cometido el delito. Era también obligatorio que el agente conociera a los habitantes de su demarcación, pues esto facilitaría las relaciones policía comunidad y haría notoria la presencia de individuos desconocidos.46

Extrañamente, el reglamento fue publicado tam- bién en la Memoria de la Secretaría de Guerra como parte de sus labores.47 En este punto es bueno destacar que des- de su nacimiento, la policía de estuvo vinculada de una u otra manera al Ejército de Guatemala. Siempre se mantu- vo cierta ambigüedad acerca del ámbito de la competen- cia policial, o civil o militar. Esto se nota claramente en el caso de esta nueva policía porque se establece que admi- nistrativamente pertenece a la secretaría de gobernación, pero en su funcionamiento, lo que significaría moderna- mente como “operativamente”, estaría bajo la secretaría de guerra. Lo mismo sucede con el fuero militar, el cual se aplica también para los miembros de la institución po- licial y por lo tanto quedan sujetos a las disposiciones del código militar.

Todavía más, en 1885 la policía pasa a depender completamente de la secretaría de gobernación, luego regresa a la secretaría de guerra y en septiembre de ese mismo año pasa a depender del jefe político departamen- tal. Bajo el gobierno del general Manuel Lisandro Bari- llas,48 en mayo de 1886 regresa a la secretaría de guerra

46 Policía Nacional, 1981: 30. 47 Contreras y Sinay, 2004: 38. 48 Ante la muerte del general Justo Rufino Barrios, acaecida en el campo de batalla el dos de abril, el general Manuel Lisandro Barillas tomó posesión el seis de abril de 1885 como “encargado” de la presidencia hasta marzo de 1886 por medio de un decreto de asamblea constituyente. Posteriormente, ganó un proceso electoral y tomó posesión de la presidencia el 15 de marzo de 1886 y entregó la misma en marzo de 1892.

45 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL y finalmente unos días después, en el decreto legislativo 159, pasa definitivamente a la secretaría o ministerio de gobernación y justicia hecho que se concreta en agosto de ese año.49

Los considerandos del decreto 159 son sumamen- te interesantes y por ello vale la pena citarlos en exten- so. A partir del segundo considerando se dice: “Que esta institución no puede confundirse con el Ejército cuya misión es la defensa externa del país y la conservación y restablecimiento de la paz pública. Que la experiencia ha demostrado la necesidad de reglamentar la Policía de una manera tal que, sin peligro de las libertades públicas, se conserve en sus agentes la obediencia debida a las autori- dades civiles: por tanto, decreta: la Policía es una institu- ción puramente civil…”50 Con todo, la organización, dis- ciplina y comportamiento jerárquico del personal policial estuvieron marcados desde el principio por el carácter militar y ello lógicamente condicionó los hábitos, formas disciplinarias y cultura organizacional de la institución recientemente creada.

La institución se fue desarrollando paulatina- mente y logró mantenerse por poco más de un siglo hasta que otro proceso político, a fínales del siglo XX, reformuló sus postulados doctrinarios y organizativos y fue creada otra institución policial. Mientras tanto, conviene ahora recorrer esa trayectoria iniciada en 1881.

Mención aparte merece la inclusión en este estudio la creación de otro cuerpo policial en 1894, bajo el gobierno del general José María Reina Barrios. Se trata de la Guardia de Hacienda, cuyo cometido era el de perseguir el contra- bando y especialmente la fabricación clandestina de todo tipo de licores. Más adelante se volverá sobre este tema.

Con respecto a la policía propiamente dicha, el período que va de 1881 hasta la mediados de la segunda

49 AHPN, 2010: 27. 50 Decreto Legislativo N° 159, de fecha 31 de mayo de 1886.

46 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Patrullas de la Policía Nacional 1978

• Vehículos radiopatrullas de la Policía Nacional Civil. 2017

47 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL década del siglo veinte, un poco más de cuarenta años, puede considerarse el lapso en que la policía se consolidó como institución y comenzó a adquirir el perfil de una policía moderna. Más de cuarenta años puede parecer mucho tiempo para una consolidación de esa naturaleza, pero hay que tomar en cuenta que el Estado guatemalteco experimentó una verdadera paralización al menos la mi- tad de ese tiempo.

El impulso que tomó en los primero años, que co- rrió a la par del ritmo en el que el Estado y la economía eran construidos bajo la ideología liberal en los gobiernos de Justo Rufino Barrios y por lo menos dos de sus suceso- res, Manuel Lisandro Barillas y José María Reina Barrios, se fue apagando y se detuvo con el gobierno de . Este gobernante convirtió al país en un coto cerrado en el que la vida, la sociedad y la economía giraron alrededor de él mismo y las élites que gobernaron a su amparo.

Ni la policía, ni el Ejército, ni los sistemas educa- tivo y de salud nacionales, ni la infraestructura vial, ni la cultura, ni la economía mostraron la más mínima fuerza para su desarrollo. Fue un clima en el que los guatemal- tecos solamente vivían pendientes de los humores del gobernante. Fueron veintidós años de gobierno, de 1898 a 1920. Eso sí, el régimen estrada cabrerista mantuvo su fidelidad a la necesidad que el Estado liberal mantenía en primera instancia. Crear fincas vía la repartición de tierra en grandes proporciones y mantener un rígido sistema de control de la fuerza de trabajo agrícola para las mismas.

Durante sus veintidós años de gobierno, el Estado regaló o vendió a precios muy bajos grandes extensiones de tierra y se puede decir que probablemente este reparto agrario fue una de las claves que determinaron que su go- bierno se prolongara tanto tiempo. La policía en un con- texto como ese fue utilizada para el control de la fuerza de trabajo, pero también para el control social y político ge- neral. Incluso en los actos electorales de reelección, tanto soldados como agentes policiales eran enviados a votar

48 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA vestidos de civil “por el mismo señor” como declaraban todos los votantes.

Pese a todo, al inmovilismo de la época, en lo que respecta a la policía, en un período presidencial tan largo, algo hubo de suceder. Un autor, David López,51 ofrece al- gunos datos que indican cierta actividad:

El 17 de junio de 1909, se aprobó el Reglamento para la policía de El Progreso. El 18 de julio de 1910, se estableció el cuerpo de policía en Puerto Barrios, que constó de un Comandante y cuatro agentes. La administración de la aduana del Puerto cubría los ciento sesenta pesos mensuales que devengaban el Comandante y los ciento cincuenta pesos de cada agente. Un año más tarde el 9 de noviembre de 1911, queda establecido un Cuerpo de Policía en el Puerto de San José, al mando de un Direc- tor -quien percibía trescientos pesos mensuales-, queda un Sargento –doscientos pesos mensuales-, a cuyo cargo están nueve agentes -cuyo sueldo es de cien pesos al mes. El 15 de abril de 1915, co- menzó a prestar sus servicios el cuerpo policial de Jalapa, con el siguiente personal: un Comandante -ciento cincuenta pesos mensuales-, dos inspecto- res -cien pesos cada uno- y diez agentes ochenta pesos al mes. El 15 de julio de ese mismo año se dispone que la Policía Urbana de Mazatenango, pase a depender directamente de la Municipalidad del lugar. La policía rural continúa dependiendo de la jefatura política. Cinco años más tarde -1920- , la Tesorería Nacional cubre cuatro mil quinientos pesos que se destinaron a la instalación de teléfo- nos particulares en las diferentes secciones de la policía urbana de esta ciudad.52

La larga dictadura de Estrada Cabrera terminó en 1920 por medio de una insurrección general habida entre

51 López, 2009: 17. 52 López, 2009: 17.

49 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL el 8 y 14 de abril en la ciudad de Guatemala durante los cuales se libraron violentos combates callejeros entre los grupos sociales y políticos, que se habían levantado con- tra el presidente, y los sectores leales al mandatario. Los acontecimientos culminaron con la rendición y captura del dictador, pocas horas antes de que los insurrectos se lanzaran al asalto final contra la residencia presidencial en donde Estrada Cabrera se había hecho fuerte y resistía tenazmente los embates revolucionarios.

El gobierno lo asumió provisionalmente el dipu- tado , uno de los hombres más acaudalados del país. Poco después, Herrera fue electo presidente en un acto electoral e inició un gobierno que intentaba dis- tanciarse lo mayormente posible del recuerdo de la dic- tadura. En tal sentido, la policía, que había sido utilizada para reprimir cualquier disidencia por mínima que fuera, también experimentó cierto giro.

En primer lugar, fueron designados dos personas civiles para el cargo de Director de la Policía, lo cual no podía ser más alejado de sus antecesores estrada cabre- ristas todos altos y duros oficiales del Ejército. No obstan- te, ambos civiles ocuparon el cargo por pocos meses y de ahí les siguieron otros oficiales militares hasta que el 5 de diciembre de 1921 el general José María Orellana, joven militar protegido de Manuel Estrada Cabrera, encabezó un golpe de Estado que derrocó a Herrera y se hizo de la presidencia. Este inmediatamente nombró director de la policía al coronel Daniel Hernández, quien mantuvo el cargo por ocho largos años hasta 1929.

Fue con el coronel Hernández que la institución policial tomó un nuevo impulso en conformarse como una policía moderna. Para empezar, se comenzó a dar instrucción más sistemática a los integrantes de la institu- ción, así como a los aspirantes. Una memoria de la policía de los años 1922-1923 dice que se recibe todos los días en el campo de Corona instrucción militar y defensiva.53 En

53 Policía Nacional Civil, 2017.

50 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

1925 se fundó la Escuela Preparatoria de Policía, con ca- pacidad para cincuenta aspirantes, que otorgó becas para una preparación de seis meses, en materias como Derecho Constitucional, Código Penal y Código de Procedimien- tos Penales; redacción de partes, formularios y primeras diligencias; moral y urbanidad; temas criminológicos y ordenanzas de la Policía. También por primera vez se in- cluyó el curso denominado Policía Científica, centrado en la investigación técnica. Este cambio es muy importante, pues es un antecedente de cómo desde entonces se buscó ya una relación de calidad entre la formación, la capacita- ción y el desempeño policial.54

Por otra parte, los estudiantes se sometían a una evaluación académica para verificar el nivel de aprendi- zaje de los aspirantes a policías, lo cual garantizaba cier- ta calidad de los egresados. En 1926 se emitió el Decreto Gubernativo 913, concerniente a la disciplina interna para normar y controlar a los integrantes del cuerpo policial, lo que aseguró sentar las bases de disciplina en la institu- ción. En 1927 quedó marcado en “La Memoria de Policía” como el año de la primera modernización y de la incor- poración de cursos de especialización, en el ámbito legal y técnico de investigación criminal.55

En 1925 el general José María Orellana, presiden- te de la República, emite, el Acuerdo de fecha primero de enero, que ordena que a la policía se le denomine en toda la República “Policía Nacional”, tal como se puede leer en el corto Acuerdo Gubernativo: “El Presidente de la República, ACUERDA: Que la Policía Urbana se denomine desde esta fecha, en toda la República, Policía Nacional. Comuníquese. ORELLANA. El Secretario de Estado en el Despacho de Go- bernación y Justicia, H. Abraham Cabrera.”

El general José María Orellana sufrió una súbita muerte en ejercicio del cargo en 1925. Tras un acto elec- toral asumió la presidencia el general Lázaro Chacón,

54 Policía Nacional Civil, 2017. 55 Policía Nacional Civil, 2017.

51 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL quien también sufrió una grave y mortal dolencia cuando era presidente. Entonces, en febrero de 1931, luego de un proceso electoral precipitado y hecho a su medida como único candidato presidencial, asumió la presidencia el ge- neral Castañeda.

En términos generales, la orientación que se le dio a la policía bajo el gobierno de Ubico fue de carácter militar, lo cual se hizo patente con una nueva ordenanza que señalaba que para el “mantenimiento de la disciplina y subordinación, la Policía queda sujeta al régimen mili- tar.” 56 Esta orientación militar de la Policía guatemalteca no es de extrañar durante el régimen ubiquista, pues este gobernante militarizó al Estado Guatemalteco e impuso una férrea dictadura durante sus catorce años de gobier- no, característica que se hizo notoria particularmente en el sistema educativo nacional.

Por ejemplo, en el año 1932 se semi militarizó la enseñanza en los niveles de primaria y de segunda ense- ñanza habiéndose dado una gran importancia a los desfi- les y marchas en orden cerrado, así como a los ejercicios físicos. Para el efecto se establecieron concursos entre las escuelas con medallas de bronce, plata y oro para las mejores “formaciones y movimientos, marcialidad de los alumnos, ejecución del saludo al Señor Presidente de la República”, etcétera.57

En 1939 se estableció la militarización completa de toda la segunda enseñanza, incluyendo las escuelas normales. Fueron nombrados oficiales militares de alta graduación como directores de los establecimientos y un cuerpo de oficiales asumió la tarea del mantenimiento de la disciplina. Los alumnos fueron reducidos en número a lo que en el lenguaje militar es una compañía y fueron di- vididos en los grados de soldados, cabos y sargentos.58 La educación policial tomó otro rumbo a partir de entonces,

56 AVANCSO, 2013. 57 González, 1970: 359-364. 58 González, 1970: 359-364.

52 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA pues se consideró que los contenidos educativos anterio- res perseguían formar policías “ilustrados”, pero lo que realmente se necesitaba era que el agente supiera cómo actuar ante un hecho delictivo, pues los “sabios” serían pésimos guardianes del orden.59

Pese a los intentos de darle un mayor perfil profe- sional a la Policía, las necesidades políticas de la dictadura ubiquista, que se centraban en el control y represión de los opositores políticos y de control de la población cam- pesina, especialmente la indígena, para que trabajara en las fincas y en los caminos del país, hizo que la policía se convirtiera en un cuerpo casi exclusivamente represivo.

Tan lejos llegó el control policial y militar de la población durante este gobierno, que en octubre de 1935 fue emitido el decreto 1745, firmado por el propio presi- dente Ubico que creó un juzgado de instrucción adscrito a la Dirección General de la Policía Nacional, el cual se encargaría de instruir las primeras diligencias en causas criminales. El juez de instrucción tenía la misma catego- ría que los jueces de paz. Pero lo más sorprendente de este decreto es que establecía que en los departamentos del in- terior de la República, los comisarios de la Policía Nacio- nal tendrían las atribuciones del juez de instrucción.

Por otra parte, si se toma un documento como el Presupuesto General de Ingresos y Egresos para el Año Fiscal del 1° de julio de 1939 al 30 de junio de 1940,60 re- sulta sorprendente la cantidad de agentes, oficiales, jefes y trabajadores administrativos que trabajaban en la institu- ción. En efecto, un recuento hecho en dicho instrumento arroja la cantidad de 810 personas que integraban la Poli- cía Nacional en ese año, lo cual a todas luce es muy poco. Así de pequeña era la Policía nacional bajo el gobierno del general Ubico Castañeda.

El despliegue de la policía, según ese documento,

59 AVANCSO, 2013, citado por Policía Nacional Civil, 2017. 60 Asamblea Legislativa, 1939.

53 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL es departamental siendo el departamento de Guatemala el que lógicamente tiene más personal, con 724 personas. Le siguen Quetzaltenango con 93 y Zacapa con 30 policías y luego el resto de departamentos. La estructura era así en cada departamento: un comisario, uno o dos inspectores y el resto de agentes, que no llegaban a los veinte en la mayoría de los casos.

En dicho presupuesto aparecen tres policías más, llamadas Policía Rural, con 13 integrantes, Policía Monta- da y Policía Ambulante. En los dos últimos casos sus inte- grantes eran militares, al mando de un teniente, con dos sargentos y el resto soldados, todos los cuales no pasaban de los 16 elementos. Había Policía Ambulante en Jutiapa (12 elementos), en un puerto de San Marcos llamado Aca- pulco (16 elementos y en Zacapa (14 elementos). La Policía Montada estaba en Ayutla (16 elementos), Santa Rosa (16 elementos) en Chiquimula (16 elementos) y en Escuintla (11 elementos) y la Policía Rural que actuaba en Amatitlán.

Formaban parte del presupuesto, y por tanto per- tenecían a la Policía, la Penitenciaría Central y la Prisión de Mujeres. Pero más sorprendente también era el hecho de que estaba a cargo de la policía el Departamento Na- cional de Trabajo con personal policial. En realidad, no era extraño porque era conocida la aversión que sentía el presidente por cualquier cosa que recordara trabaja- dores, sindicatos, obreros, etcétera. Basta recordar que en septiembre de 1941, el presidente Ubico emitió un de- creto que decía “Artículo único: en toda disposición le- gal vigente en que se hubiera usado el término “obrero” u “obreros” deberá entenderse substituido por la voz gené- rica “empleado” o “empleados”.61

Además de la misión natural de la policía, que era la persecución del delito y la protección de las personas, la policía, conjuntamente con el ejército llevaba a cabo una actividad cotidiana que era la esfera en donde ver-

61 Decreto N° 2588, de fecha 23 de septiembre de 1941.

54 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA daderamente se sentía el peso de la dictadura en el área rural con los procedimientos que se usaban para contro- lar la fuerza de trabajo para las fincas. Gran parte del tra- bajo agrícola en las fincas, especialmente el destinado a los cultivos de exportación (con excepción del banano), se realizaba bajo formas de compulsión forzada de trabajo, prácticas heredadas de los períodos colonial, por un lado, y liberal decimonónico, por el otro.

Así, a la altura de 1944 estas formas subsistían, primero, con la Ley Contra la Vagancia, promulgada el 10 de mayo de 1934, mediante la cual se declaraba vagos a los individuos, entre 14 y 60 años de edad, que estaban comprendidos en diez categorías, entre las que destaca la novena, que estipulaba que eran vagos:

Los jornaleros que no tengan comprometidos sus servicios en las fincas, ni cultiven, con su traba- jo personal, por lo menos tres manzanas de café, caña o tabaco, en cualquier zona; tres manzanas de maíz, con dos cosechas anuales, en zona cáli- da; cuatro manzanas de maíz en zona fría; o cua- tro manzanas de trigo, patatas, hortalizas u otros productos, en cualquier zona.62

Las penas a las que se enfrentaban los “vagos”, o los campesinos que así eran calificados, eran de 30 días de pri- sión simple, con un mes más si existían circunstancias “agra- vantes”, o bien otro mes más por cada “reincidencia”. Dicha pena se podía “conmutar” si hubiera una persona (entiénda- se finquero) que se comprometiera a dar trabajo al reo. Poco más de un año después, en septiembre de 1935, fue promul- gado el Reglamento de la Ley Contra la Vagancia, el cual en- dureció las penas y sanciones a los “vagos” y estableció una libreta en la cual debería constar el nombre del jornalero, su número de cédula, el nombre del propietario de la finca o ju- risdicción a que perteneciera el jornalero y el número de días o jornales trabajados. Estos últimos datos lo anotaría cada 15 días el propietario o administrador de la finca.

62 Decreto N° 1996, de fecha 10 de mayo de 1934.

55 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Es importante señalar también, que exactamente en la misma fecha en que fue emitida la Ley Contra la Va- gancia, fue promulgado también el Decreto N° 1995, me- diante el cual fueron prohibidos los pagos anticipados en dinero a los colonos y jornaleros de las fincas como una forma de engancharlos o “habilitarlos” para el trabajo en las fincas. Con esta medida se pretendía abolir una vieja práctica de sujeción de la fuerza de trabajo por parte de los finqueros y sus habilitadores y así en cierta medida se liberaba a la fuerza de trabajo. Pero, con la emisión inme- diata de la Ley Contra la Vagancia, la compulsión forzada al trabajo quedó de todas maneras vigente.

En segundo lugar, estaba el llamado “servicio de vialidad”, establecido en 1933 por el decreto No 1474, por medio del cual se obligaba a todos los individuos “aptos” a trabajar dos semanas al año en los caminos públicos du- rante el período comprendido entre junio y julio de cada año, pudiendo ser exceptuados de dicho trabajo quienes pagaran un quetzal por cada una de las dos semanas, con lo cual se les extendía el “boleto de vialidad”.63

Pese a que el servicio de vialidad tenía aplicación universal, los verdaderamente afectados eran los traba- jadores rurales indígenas, ya que los habitantes de los núcleos urbanos en términos generales podían pagar la cantidad necesaria para la conmuta del servicio de viali- dad o de trabajo para obtener el “boleto” que los liberaba del trabajo. Además, lo que realmente interesaba al Esta- do era que fueran los llamados “jornaleros”, es decir, los campesinos, quienes no pudieran pagar las multas para conmutar su pena y de esa manera obligarlos a trabajar en los caminos y carreteras que se estaban construyendo por parte del mismo Estado.

63 Decreto No. 1474, de fecha 31/10/33. Posteriormente, el 19 de diciembre del mis- mo año fue promulgado el reglamento de dicho decreto, en el cual se estipula que “Están sujetos al servicio de vialidad, todos los varones de diez y ocho a sesenta años de edad, que residan en la República; y aun los que pasaren de esa edad si poseyeran más de cien quetzales de capital”. Asimismo, se señala que “Todos los individuos afectos al servicio, están obligados a portar el boleto de vialidad, o la constancia de la conmuta o excepción, para exhibirlos a las autoridades u oficinas públicas en el momento que los soliciten.” Méndez: 1936.

56 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Así, por ejemplo, un informe oficial de 1933 dice que durante ese año se construyeron 238.4 kilómetros de carreteras y caminos y se repararon otros 1,189.3 kilóme- tros. Dichos trabajos fueron cubiertos, agrega el informe, con 171 mil jornales pagados y con 729 mil jornales des- contados por vialidad, es decir, por jornales gratuitos rea- lizados por jornaleros que no pagaron la conmuta respec- tiva para ser liberados del trabajo.64 En otras palabras, la obra de infraestructura vial llevada a cabo por el gobierno del general Jorge Ubico se realizaba en un 81 por ciento con trabajo forzado y gratuito. Este mismo gobierno lleva- ba anualmente un meticuloso censo de los “afectos” con el fin de calcular tanto sus ingresos, como el número de jornaleros que serían llevados a trabajar.

Con este sistema de imponer multas en trabajo y en dinero a quienes, tanto en el área rural como en la ur- bana, eran considerados “afectos” al servicio de vialidad, así como prisión para los “vagos”, el Estado guatemalteco resolvía tres problemas a la vez. Por un lado, contribuía al abastecimiento de la fuerza de trabajo necesaria para las fincas, viejo problema que desde el último tercio del siglo XIX fue resuelto con la creación de nuevas formas de trabajo forzado; por el otro, las multas y “conmutas” se convertían en una fuente de ingresos monetarios para el Estado. En tercer lugar, el Estado se surtía así mismo de fuerza de trabajo gratuita para cumplir con sus planes y proyectos de construcción y mantenimiento de carreteras y caminos, obras que a la vez eran vitales para la actividad agrícola.65

En lo que respecta al mecanismo que se utilizaba para echar andar esta maquinaria, es donde entra la poli-

64 Revista Agrícola de la Secretaría de Agricultura, Vol. XII, N° 3, pp.238, Guatema- la, 24/4/34. 65 En realidad, el servicio de vialidad y las multas o conmutas por el mismo no fueron establecidas con el decreto 1474, pues antes del gobierno del general Ubico el trabajo forzoso en los caminos ya era una vieja práctica. Bajo el mismo gobierno de Ubico, por medio de diversos decretos, se fue estructurando todo el sistema del trabajo forzoso hasta llegar al decreto 1474, que recogió toda la legislación anterior y dio, a la vez, origen a un complicado sistema de control, recaudación de fondos, etc., vinculado todo con el trabajo impago en los caminos y carreteras.

57 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL cía y el ejército. En todos los caminos vecinales y rurales del país, las llamadas escoltas de soldados o de policías diariamente detenían los campesinos para que mostraran su boleto de vialidad o su libreta de trabajo. Si no poseía uno de los dos documentos era suficiente para detenerlo y cobrarle otra multa que solamente un patrón de alguna finca pudiera pagar y así el campesino tenía que trabajar para él en pago de esa deuda.

58 III El cambio de Policía Nacional a Guardia Civil bajo el régimen revolucionario 1944-1954.

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Helicóptero de la Policía Nacional

• Helicóptero de la Policía Nacional Civil realizando patrullaje aéreo en la ciudad de Guatemala. 2016.

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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA III. EL CAMBIO DE POLICÍA NACIONAL A GUARDIA CIVIL BAJO EL RÉGIMEN REVOLUCIONARIO 1944-1954.

La crisis que derrumbó al gobierno del ge- neral Ubico, y con él al Estado liberal en su conjunto, tuvo dos momentos, primero las movilizaciones po- pulares en la última semana de junio de 1944 y luego la insurrección cívico militar del 20 de octubre del mismo año. Y es que durante la primera mitad de la década de 1940, el gobierno del general Jorge Ubico entró en una crisis política de la que ya no podría sa- lir. Fue el efecto de un conjunto de variables, entre las que se contaban la influencia de la segunda guerra mundial, en la que las potencias aliadas Estados Uni- dos, Inglaterra y la Unión Soviética libraban el con- flicto básicamente contra Alemania y Japón en nom- bre de las ideas de la democracia y la libertad. Países como Guatemala habían sido presionados para decla- rarle la guerra a Alemania y con ello la propaganda aliada, portadora de las ideas indicadas, penetró en el ambiente cultural, político y social cerrado que la dictadura había impuesto en el país.

El gobierno ubiquista había durado ya cerca de diez años y a mediados del año 1941 se preparaba la repetición del ritual acostumbrado para reelegir en la presidencia al general Ubico. De los cuatro puntos cardinales del país llovían memoriales y telegramas de personalidades, autoridades, de los “pueblos”, en fin de todas las “fuerzas vivas”, dirigidos al Partido Liberal Progresista para que hiciera todo lo posible para que el general Ubico continuara en el poder por otro período más en “bien de la patria”. Sin embargo, en esta ocasión se gestaba una oposición y resistencia

63 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

subterráneas que estaban echando raíces en dos sec- tores: los estudiantes universitarios y en el magisterio nacional,66 aunque de todas maneras se llevó a cabo la reelección.

Después de unos tres años de tanteos y tensio- nes con el presidente Ubico, en los que los estudiantes hicieron renacer sus antiguas asociaciones estudian- tiles, ambos sectores, estudiantes y maestros, pasaron a la acción. La noche del 20 de junio la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) aprobó un listado de demandas, tales como la autonomía universitaria, la creación de la Facultad de Humanidades y muchas otras, tanto universitarias como magisteriales, pues una asamblea de la AEU anterior decretó que todos los maestros se tomarían como miembros de la AEU. Seguidamente, se aprobó un documento de peticio- nes dirigido al presidente Ubico en el que se daba un plazo para responder en 24 horas. La respuesta del presidente fue suspender las garantías constitucio- nales,67 lo cual provocó que un numeroso grupo de profesionales le enviara al presidente un manifiesto conocido con el de “los 311” por el número de firman- tes, pidiéndole que restableciera las garantías.

Las manifestaciones por el centro de la ciudad no se hicieron esperar, en tanto que los enfrentamien- tos callejeros con fuerzas de la policía y del ejército fueron adquiriendo caracteres más graves conforme iban pasando los días. Finalmente y para sorpresa ge- neral, el presidente Ubico Castañeda renunció la noche del 30 de junio para amanecer el uno de julio. No obs- tante, dejó la presidencia en manos de un triunvirato de generales del ejército, de los cuales uno de ellos, Fe- derico Ponce Vaides, por medio de diversos artificios

66 El relato de la crisis de junio de 1944 en la que estuvieron involucrados los estudiantes y maestros puede verse en Galich, 1949 y Zea, 1988 de donde se ha tomado la información. 67 En aquella época, ante cualquier crisis política, los presidentes de Guatema- la acostumbraban a utilizar ese recurso de “suspensión de las garantías cons- titucionales”, que se refería a dejar en suspenso los artículos constitucionales que se referían a los derechos individuales.

64 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA legales y de hecho, se deshizo de los otros dos y se afianzó en la presidencia. Convocó a elecciones para celebrarse en diciembre de ese año.

Sin embargo, pronto dio señales inequívocas de que no tenía intenciones de respetar el proceso electoral, y más bien que se encaminaba a imponerse por la fuerza. Los nuevos grupos políticos y sociales pasaron al terreno de la conspiración, en el cual finalmente se decidió la cri- sis política abierta desde junio anterior. La madrugada del 20 de octubre estalló una insurrección cívico militar que derribó al gobierno de Ponce Vaides.

Los combates se sucedieron toda la mañana del 20, pero en horas de la tarde, cuando ya se habían rendido los principales cuarteles militares que sostenían a Ponce, solamente en solitario mantenía la lucha en defensa del gobierno el director de la Policía Nacional, general Moisés Evaristo Orozco, al mando de sus fuerzas policiales.68

Finalmente, fue convencido de que ya no tenía sentido la defensa del gobierno, pues el general Ponce Vai- des estaba a punto de despegar en un avión hacia México, en tanto que los cuarteles militares se habían rendido a los insurrectos, todo lo cual hizo que el general Orozco se rindiera y partiera para el exilio. Al rendirse el director general, los agentes y oficiales de policía se desbandaron y cambiaron sus ropas para no ser reconocidos por la mu- chedumbre y se largaron a sus casas. Esto dejó a la ciudad sin ningún policía. Inmediatamente, aparecieron decenas de niños estudiantes de primaria, quienes se pusieron al frente en los cruceros de la ciudad con mayor tráfico de vehículos y organizaron muy bien el servicio de orienta- ción del tráfico vehicular.

El poder lo tomó a otro triunvirato, esta vez com- puesto por un civil, Jorge Toriello Garrido, y dos militares, el capitán Jacobo Arbenz y el mayor , quienes integraron la Junta Revolucionaria de Gobierno.

68 Osorio, 1958.

65 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

La ausencia de la policía no podía mantenerse por mucho tiempo, de modo que se organizó un rápido reclutamiento y la entidad encargada de realizarlo fue la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), lo cual fue así por el prestigio que dicha asociación había obte- nido en los sucesos que dieron por tierra el gobierno de Ubico en junio y luego en la insurrección del 20 de oc- tubre. Al mismo tiempo, surgieron opiniones expresadas en la prensa sobre cuál debería ser carácter de una nueva policía. Por ejemplo, hubo una propuesta que señalaba que debería crearse una “Guardia Cívica Domiciliada” al estilo de Suiza, según la cual los agentes policiales eran ciudadanos comunes que se dedicaban a sus propias ac- tividades y se convertían en solados cuando la situación lo ameritara.69 De igual manera, se proponía la creación de una “policía científica”, que no era otra cosa que un cuerpo policial altamente capacitado que se dedicara al cometido de perseguir el delito sin inmiscuirse en asun- tos políticos.70

En realidad, lo que subyacía en todas estas pro- puestas era la necesidad de distanciarse o bien enterrar para siempre el modelo policial que había imperado, par- ticularmente bajo el gobierno del general Ubico Castañe- da, el cual como, se ha visto, tenía un carácter eminente- mente represivo y de control social y político. Abundan en esos días las quejas en la prensa de que en el nuevo cuerpo policial se estaban infiltrando antiguos policías que habían sido notorios en sus actividades represivas en el régimen anterior.

Al parecer, la Junta Revolucionaria de Gobierno, o no comprendió a cabalidad la importancia del tema de la policía, o sus ideas y preocupaciones estaban en otros aspectos de la situación nacional de esos días, pues al final de cuentas únicamente le cambió nombre a la institución por el de Guardia Civil. Así, a mediados de noviembre de ese año se hizo la convocatoria con la AEU para ingresar

69 El Libertador, 28 de octubre de 1944, Pág. 3. 70 El Libertador, 31 de octubre de 1944, Pág. 3.

66 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA a la Guardia Civil con los requisitos de 18 a 40 años de edad, no tener antecedentes penales; aprobar un examen médico, un mínimo de 1.70 metros de estatura y, especial- mente, no haber estado de alta en la Policía Nacional antes de octubre de 1944.71 Pero en donde estuvo el núcleo del problema fue que en el acuerdo de creación de la Guardia Civil se dice que:

“(…) Mientras se emite su ordenanza se rija por las disposiciones de los Decretos Gubernativos 2445 y 901 éste último en la parte vigente y con las reformas que le introdujo el Decreto Legislati- vo 1460, así como los demás reglamentos y leyes que han venido regulando el funcionamiento de la expresada policía. 2°. En todas las leyes en que aparezcan las palabras “Policía Nacional” deberán sustituirse con las de Guardia Civil”.72

El decreto 2445, de fecha 3 de octubre de 1940, fue emitido por el gobierno del general Jorge Ubico en un momento en el que se endurecen las prácticas de gobier- no de dicho régimen, pues estaba en la víspera de iniciar un nuevo proceso electoral que lo reelegiría por un nuevo período de seis años, con lo que su mandato culminaría a finales de los años cuarenta. Por otra parte, la JRG tam- bién continuó con la vieja práctica de nombrar a un ofi- cial del ejército como director general de la policía, que en este caso lo sería de la Guardia Civil. Así, apenas al día siguiente de la insurrección, es decir, el 21 de octubre fue nombrado jefe de la policía el joven capitán Manuel de Je- sús Arana hijo.73

En total durante los diez años de régimen revo- lucionario, hubo ocho directores de la Guardia Civil, ha- biendo sido civil solamente uno. Se trató del joven estu- diante universitario Mario Méndez Montenegro, quien ocupó dicho cargo solamente tres meses, de agosto a no-

71 AVANCSO, 2013. 72 Tomado de Carrera, 2011: 25. 73 Carrera, 2011: 35.

67 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL viembre de 1945. El resto de directores fueron oficiales del ejército en su mayoría tenientes coroneles o coroneles. La explicación de esto puede deberse a que los oficiales del ejército adquirieron cierto prestigio por su participación en el alzamiento del 20 de octubre de 1944 hecho que los colocó en primer plano, pues la insurrección fue identi- ficada como un hecho de armas de los “oficiales revolu- cionarios”, de los “oficiales jóvenes”, del “Ejército de la revolución” junto con algunos sectores civiles como los estudiantes y los maestros.

Queda también la explicación de la determina- ción histórica, ya que a lo largo de la historia policial de Guatemala, desde 1881, la abrumadora mayoría de direc- tores de la institución fueron oficiales del ejército. Y es que desde fecha muy antigua, en Guatemala se desarro- lló la creencia que si se trata de temas de seguridad, los militares son los que están capacitados para ello, sin dis- tinguir si el tipo de seguridad que presta un policía es en realidad distinta o no a la que practica un soldado.

Una autora contemporánea, María Eugenia Ca- rrera Chávez,74 explora la relación de la Guardia Civil bajo el régimen revolucionario con el Ejército de Guatemala, en especial sin hubo una situación de subordinación de la primera a las fuerzas armadas. Una de sus conclusiones señala que la idea de la subordinación de la institución policial ante el ejército se viene gestando en el imagina- rio social de los guatemaltecos por espacio de casi ciento cincuenta años y que para el momento de la instituciona- lización de la Guardia Civil era un factor que operaba en su funcionamiento.

Durante mucho tiempo en la historia de la policía guatemalteca se han sucedido suficientes episodios que han dado cuenta de la existencia de una rivalidad muy fuerte entre los miembros de las dos instituciones y no pareciera que hubiera una subordinación. Más bien, las cosas apun-

74 Carrera, 2011: 60.

68 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA tan a que a la policía se le han inculcado hábitos y formas de conducta de origen militar, tanto en su estructura, jerarquía de mandos, como especialmente en su instrucción.

Probablemente, lo que realmente haya existido por un buen tiempo haya sido una “subordinación ideo- lógica” de la policía al ejército, que podría explicarse por dos factores: primero, el hecho de que la mayoría abru- madora de jefes de la policía hayan sido altos oficiales del ejército hizo que dirigieran la institución con marcado carácter militar. Y más que eso, estos jefes policiales, en su calidad de oficiales del ejército, obedecían órdenes del alto mando militar y su gestión al frente de la institución policial formaba parte de los planes estratégicos de las fuerzas armadas.75 Esto fue reforzado en la medida que los gobiernos guatemaltecos a lo largo de la historia na- cional han sido mayoritariamente dirigidos por presiden- tes militares.

En segundo lugar, se encuentra el aspecto educa- tivo, que fue durante mucho tiempo el factor trasmisor más importante de lo que podría ser una manera mili- tar de concebir el trabajo policial, en la disciplina y en los contenidos de enseñanza. En otro orden, la policía ha sido peor tratada por los gobiernos centrales con respecto al trato que se la ha brindado al Ejército, especialmente en el tema presupuestario. Por supuesto, todos estos fenóme- nos han sido más acusados en aquellos períodos de la his- toria nacional en el que ya sea militares en lo individual, o la misma institución castrense como tal, han ocupado el poder político.

La estructura y los procedimientos policiales, así como la preparación dada a los nuevos agentes no cam- biaron esencialmente en el período revolucionario de las prácticas policiales y la enseñanza de la policía bajo el ré- gimen interior. En la educación se continuó con los temas referidos al derecho y las disciplinas humanísticas. Aun-

75 Las relaciones entre ejército y policía en las décadas de 1970 y 1980 son explora- das también por AHPN, 211: 171-173.)

69 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL que se eliminó la práctica del acuartelamiento, los proce- dimientos de origen militar continuaron.76

Con la toma de posesión del presidente Arévalo en marzo de 1945 y la puesta en vigencia de la nueva Consti- tución Política terminó un largo período de hegemonía li- beral, que se expresaba en la Constitución de 1879, la cual con numerosas modificaciones, especialmente en aque- llos puntos que tocaban la reelección del presidente de la República, había perdurado hasta los días de octubre de 1944, cuando fue derogada por la Junta Revolucionaria.

La derrota liberal a manos de los revolucionarios de octubre fue tan contundente, que nunca más en Guate- mala el partido liberal levantó cabeza, pues en la sociedad guatemalteca por mucho tiempo el liberalismo quedó aso- ciado con las dictaduras más extremas, especialmente con las de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) y la del propio Jorge Ubico Castañeda (1931-1944). Asimismo, esta derrota de los liberales fue parte de un ciclo anti oligárquico cen- troamericano en el que fueron derrocados en la década de los años cuarenta los dictadores Jorge Ubico (1931-1944), en Guatemala; Tiburcio Carías Andino (1931-1949), en Hon- duras; Maximiliano Hernández Martínez (1932-1944), en El Salvador, habiendo sobrevivido únicamente la dictadura de Anastasio Somoza García (1932-1958), en Nicaragua.

El gobierno del doctor Juan José Arévalo llevó a cabo un programa reformista en aspectos tales como la legislación laboral y la seguridad social, las cuales se esta- blecieron por primera vez en la historia del país. Se llevó a cabo una reforma bancaria y se inició el sistema cre- diticio con destino a la agricultura y a la industria. En la educación se efectuó una reforma educativa, que fue la más profunda desde la reforma educativa liberal del siglo XIX. En el ámbito político, pese a las constantes amenazas de rompimiento del orden constitucional, el gobierno de Arévalo se caracterizó por la consolidación y funciona- miento de un régimen democrático de partidos.

76 Policía Nacional Civil, 2017.

70 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

El sucesor de Arévalo, el coronel Jacobo Arbenz Guzmán, continuó con la ruta de las reformas, pero en una perspectiva destinada a introducir cambios radicales en el ámbito socioeconómico. Así, al lado de numerosas obras de carácter económico, la piedra angular de la polí- tica económica del gobierno de Arbenz fue la promulga- ción de la ley de reforma agraria y la posterior ejecución del proceso de reparto agrario que implicaba dicha ley.

El período de los diez años de régimen revoluciona- rio fue incrementando, paulatinamente al principio, y con cierta rapidez al final, una tensión social y política que con poco se podía romper el marco jurídico vigente por la vía de toda suerte de conspiraciones en su mayoría gestadas dentro de la filas del mismo ejército. En esa situación, la Guardia Civil se fue deslizando en actividades que la colocaban en la delgada línea entre su misión natural y las tareas de persecu- ción política. Esto se manifestó más notoriamente, como era de esperarse, durante el último año de gobierno del coronel Árbenz cuando la crisis política en que se estaba sumiendo dicho gobierno en 1954 era cada vez más grave.

Después del derrocamiento del presidente Árbenz a finales de junio 1954, proliferaron algunas publicacio- nes en forma de informes sobre la situación nacional en tiempos del gobierno arbencista y en ellos se abunda en acusaciones de múltiples asesinatos políticos supuesta- mente perpetrados por los “comunistas” en general, y por miembros de la Guardia Civil en particular, en especial su director, el teniente coronel Rogelio Cruz Wer, quien fue el último jefe de la Guardia Civil durante el gobierno del coronel Árbenz.77

En general, durante los años de la revolución hubo un largo e intenso debate acerca del papel de la po- licía en el nuevo contexto post dictadura, pero al parecer fue más lo que se discutió que lo que efectivamente se lle- vó a la práctica.78

77 Ver por ejemplo, CEUA, 1955. 78 Policía Nacional Civil, 2017.

71

IV Regreso a la Policía Nacional: largo recorrido de la doctrina de seguridad nacional, el conflicto armado, hasta la firma de la paz.

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Abanderados de la Policía Nacional 1978

• Oficiales de la Policía Nacional Civil participando en actividad académica en la Escuela de Formación de Oficiales de Policía ESFOP. 2016.

75

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA IV. REGRESO A LA POLICÍA NACIONAL: LARGO RECORRIDO DE LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL, EL CONFLICTO ARMADO, HASTA LA FIRMA DE LA PAZ.

A partir de 1954 se fue desarrollando en Guate- mala una concepción de la seguridad del país que corría paralelamente con las visiones políticas imperantes en el mundo de entonces que respondían a las determinacio- nes de la Guerra Fría. Este último concepto puede enten- derse como el enfrentamiento global de carácter político ideológico, económico, tecnológico, social y cultural, y en general de todos los órdenes de la vida, que se libró a partir de la segunda mitad de la década de 1940 entre los dos grandes bloques económicos políticos y militares en los que se dividió el mundo después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, con Estados Unidos y sus alia- dos por un lado, y la Unión Soviética y sus aliados por el otro.79

Estados Unidos encabezaba un bloque que se autodenominaba como el mundo libre y democrático y calificaba al otro bloque como el mundo autoritario, bajo la dictadura del comunismo o un mundo tras la “cortina de hierro.” La Unión Soviética se autollamaba a sí mis- ma y a sus aliados como el mundo o campo socialista y conceptuaba al otro bloque como el mundo capitalista e imperialista.

Se le denominó “fría” a esta guerra porque no hubo ningún enfrentamiento militar directo entre los

79 Todos los conceptos vertidos aquí sobre la Guerra Fría y sus repercusiones de América Latina y Guatemala, en particular, han sido tomados literalmente del do- cumento Política Educativa Policial (2017) de la Policía Nacional Civil.

77 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

dos grandes bloques, ya que en la era nuclear una guerra directa hubiera significado una devastación que podría haber llegado a la extinción humana. Sin embargo, la pugna global existente atravesaba los conflictos políticos y sociales internos en países situados en las más diversas latitudes del planeta y de una u otra manera cada uno de esos conflictos era arrastrado al terreno de la Guerra Fría y aparecía como parte integrante del conflicto ideológico y po- lítico global.80

Tanto Estados Unidos como la Unión Sovié- tica, con los países aliados de cada uno, intervinieron en muchos de esos conflictos locales, por medio de la preparación y entrenamiento de las fuerzas militares en lucha, con donación y venta de equipos y tecno- logía militar o bien, en algunos casos involucrando a sus propias fuerzas militares en las guerras locales. Las guerras de Corea (1950-1953), Viet Nam (1955-1975) y Afganistán (en la década de 1980) fueron los ejemplos más extremos de dicho fenómeno.

En el contexto de la Guerra Fría, en Estados Unidos se fue desarrollando un cuerpo de ideas que dieron lugar a la llamada Doctrina de la Seguridad Na- cional (DSN), que en realidad fue la sistematización de las concepciones sobre la seguridad en el continente americano que se desarrollaban en ese país. Uno de los postulados más importantes de esta doctrina en el nivel continental era que la penetración del llamado comunismo internacional en el hemisferio occidental era una grave amenaza, en primer lugar, a la seguridad nacional en los Estados Unidos, y en segundo término a la seguridad del resto de naciones americanas (léase latinoamericanas), ya que se presuponía que detrás del comunismo estaba la intervención directa de la Unión Soviética con todo su potencial militar y económico.81

80 Sobre el tema de la Guerra Fría en los años de la década de 1950, ver González, 2003: 17-62. 81 Policía Nacional Civil, 2017.

78 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Dado que los países latinoamericanos, aliados de Estados Unidos, no tenían la capacidad de un enfren- tamiento directo generalizado con la Unión Soviética u otras potencias, le dieron a esta doctrina un desarrollo propio emanado de las distintas situaciones nacionales, cuyo rasgo común serían las luchas políticas internas. En la interpretación que se le daba a la Doctrina de la Seguri- dad Nacional, cualquier conflicto local político o social en cualquier país latinoamericano podía ser susceptible de asignársele el carácter de comunista y por ende de ame- naza a la seguridad nacional.

Como consecuencia de lo anterior, a lo largo y ancho del continente latinoamericano fue gravitando sobre las fuerzas políticas, sociales y de seguridad domi- nantes la Doctrina de Seguridad Nacional, la cual en úl- tima instancia postulaba que su naturaleza residía en la defensa del Estado para así proteger el régimen político establecido, cualquiera que fuera. Las fuerzas policiales fueron arrastradas en ese conflicto interno y supeditaron sus acciones a la institución que lideraba desde el Estado este enfrentamiento, esto es, el Ejército. En este contexto político, las instituciones policiales formaban a sus miem- bros, y en especial a sus oficiales, en los patrones ideoló- gicos de la época.82

Esta situación se agravó después del triunfo de la revolución cubana en 1959, ya que en América Latina surgió una ola de movimientos revolucionarios con el fin de hacer la guerra al Estado y construir nuevos regímenes políticos y socioeconómicos, todo lo cual provocó que los diferentes Estados afectados recrudecieran sus políticas al amparo de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Así, las respectivas policías latinoamericanas se vieron involucra- das en las situaciones de guerra interna, lo cual a su vez determinó que las instituciones policiales llevaran a cabo sus tareas en dos direcciones: por un lado, tratando de cumplir con la misión que generalmente se encomienda a los cuerpos policiales, que es perseguir el delito y servir

82 Policía Nacional Civil, 2017.

79 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL de auxiliar al sistema nacional de justicia, y por el otro, convertirse en una fuerza armada de persecución de la oposición política y ser uno más de los cuerpos armados que combatían a los grupos armados de oposición con lo cual las fuerzas policiales se convirtieron en objetivos mi- litares de los grupos insurrectos.

En ese contexto general, la Guardia Civil de Gua- temala se vio involucrada en el giro que tomó el nuevo go- bierno guatemalteco luego de la caída del presidente Jaco- bo Árbenz en junio de 1954. Apenas a los dieciséis días de haber asumido el poder, el coronel emitió el decreto N° 23, de fecha 19 de julio de1954, me- diante el cual se creó el Comité de Defensa Nacional con- tra el Comunismo con el propósito de “emprender una acción eficaz” para conseguir el objetivo de la “extirpa- ción total del comunismo” en Guatemala. En uno de sus artículos, este decreto dice textualmente: “El Comité de Defensa contra el Comunismo tendrá la facultad en toda la República para ordenar a las Guardia Civil, Judicial y de Hacienda, la captura de los elementos sindicados.”

Desde luego, las capturas de personas acusadas de comunistas no se hicieron esperar y en pocos días las instalaciones policiales convertidas en centros de deten- ción quedaron abarrotadas. Una verdadera cacería de reales o supuestos comunistas se dirigió especialmente contra los funcionarios de los regímenes revolucionarios, dirigentes políticos y del movimiento social, contra los maestros, pero especialmente contra los agraristas como se les llamaba a los campesinos beneficiarios de la refor- ma agraria, los cuales fueron encarcelados por miles bajo la acusación de comunistas.

Tan elevada era la cantidad de campesinos dete- nidos, que a pocos días de la instalación del nuevo gobier- no, el recién nombrado ministro de Gobernación, Jorge Adán Serrano, declaró que “los cuerpos de detención de la Guardia Civil se encuentran abarrotados de presos políti- cos, en su mayor parte campesinos agraristas solivianta- dos por las prédicas de líderes comunistas, hoy refugiados

80 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA en embajadas y legaciones.”83 El hacinamiento de los de- tenidos hizo crisis a finales del mes de julio, pues se desa- tó una epidemia de gripe que puso en peligro la salud de dos mil detenidos en el Primer Cuerpo de la Guardia Civil y obligó a la Cruz Roja a asistir a por lo menos 250 de los prisioneros que habían caído enfermos.84

La imposibilidad de mantener a tanto prisionero en las cárceles hizo que las nuevas autoridades policia- les se decidieran por liberarlos, aunque de todas maneras ningún juicio legal de alguna seriedad hubiera podido re- sistir una condena de prisión, pues los supuestos delitos no eran más que vagas acusaciones de ser comunistas. Así, en los primeros días de agosto unas 2 mil 800 per- sonas fueron puestas en libertad en las cárceles de dife- rentes departamentos del interior del país, de las cuales la que tenía más prisioneros comunistas era Escuintla con cerca de 600, todo ello sin contar a los detenidos en la ciudad de Guatemala.85

No obstante, los prisioneros liberados debieron comprometerse por escrito ante las autoridades guberna- tivas a no tener ninguna actividad y participación política, mientras no fuera promulgada una nueva Constitución de la República y a acudir inmediatamente ante cualquier citación de algún tribunal de justicia.86 Fue así como la institución policial fue metida lleno nuevamente a operar en un área que no era de su competencia, como lo era la persecución por motivos políticos.

Al año siguiente, en junio de 1955, el gobierno de Castillo Armas emitió el decreto N° 332, de fecha 28 de junio de 1995, mediante el cual expidió una Ley Or- gánica de la Policía Nacional, en la que, para empezar, se regresó al nombre de Policía Nacional. Además, esta ley orgánica es la que verdaderamente rompe con aquellos

83 El Imparcial, 8 de julio de 1954. 84 Prensa Libre, 22 y 23 de julio de 1954. 85 Prensa Libre, 10 de agosto de 1954, Pág. 2. 86 Prensa Libre, 10 de agosto de 1954, Pág. 2.

81 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL decretos gubernativos 2445 y 901, de la época del gene- ral Jorge Ubico.87

Según esta nueva ley policial, la institución que- dó organizada en 21 dependencias de carácter operativo y administrativo. Menciona además unas nueve policías porque menciona a las policías departamental, de trán- sito, escolar, de sanidad, motorizada, montada y de pre- sidios.88 La escala jerárquica es de tipo militar porque se dice que “Los sargentos, inspectores y subinspectores for- man las clases de la institución, en tanto que la oficialidad tendrá los grados de capitán, teniente y subteniente.89

Por medio del decreto presidencial N° 553, de fe- cha 22 de febrero de 1956, el Comité de Defensa Nacional contra el Comunismo, fue reemplazado por la Dirección General de Seguridad Nacional como dependencia del ministerio de Gobernación, bajo el mando de la Policía Nacional.90 Esta Dirección contó con cuatro Departamen- tos, que fueron: Departamento de Seguridad, que ejercía funciones de investigación, previsión, descubrimiento, persecución y vigilancia contra los delitos de carácter político; Departamento Judicial, que tenía a su cargo la investigación, persecución, descubrimiento y captura de los delincuentes comunes y en general el delito común; Departamento Jurídico y Departamento Administrativo.91 Popularmente, las personas no hacían distinción de esos departamentos y genéricamente se les daba el nombre de Policía Judicial y “judiciales” a sus agentes, quienes no vestían uniforme, sino trajes particulares y corbata.

Las guerrillas aparecieron formalmente a partir de la fundación de la primera organización guerrille- ra, las Fuerzas Armadas Rebelde (FAR), en diciembre de 1962 y ello lógicamente tuvo consecuencias para la Poli- cía Nacional. En un principio muchos de los jóvenes gue-

87 AVANCSO, 2013: 226. 88 AVANCSO, 2013: 227. 89 AVANCSO, 2013: 227. 90 AHPN, 2010: 97. 91 AHPN, 2010: 97.

82 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA rrilleros que buscaban armas a menudo encañonaban a algún agente de la PN con el objeto de apoderarse de su revólver. Pero, en la medida en que el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad del Estado se fue agravando, las instalaciones menores de la PN se convirtieron en obje- tivos militares, así como los atentados contra los agentes se tornaron mortales o bien las patrullas policiales se en- frentaban a los guerrilleros cuando estos eran detectados merodeando en algunas calles o instalaciones guberna- mentales. La Policía Nacional para ese entonces mantenía operaciones de vigilancia, patrullajes y eventualmente algún allanamiento.

Algunos ejemplos ilustran de los atentados y en- frentamientos que sufría la Policía Nacional en esa década. El 13 de noviembre de 1964 fueron hechos varios disparos de mortero sobre las instalaciones de la Guardia de ha- cienda situadas en Los Cipresales, zona 6 de la ciudad.92 Años después, al recrudecerse los enfrentamientos, el 13 de febrero de 1966 fue atacada una radiopatrulla policial habiendo resultado muertos los agentes Cupertino Ca- rranza y Agustín Aguilar López. En mayo de ese año fue atacada otra radio patrulla con el saldo de laa muerte del sargento de policía Lionel Pérez Oliva y heridos el teniente de policía Miguel Ángel Valenzuela y el agente Juan Pérez Ruano.93 El 11 de julio de 1966 fue tomada por la guerrilla la subestación de policía de San Agustín Acasaguastlán, El Progreso. Los agentes fueron capturados y atados de pies y manos.94 En fin, muy largo sería consignar todos los he- chos de esta naturaleza en los que la Policía Nacional se vio involucrada.

La estructura de la policía que se encargaba de realizar capturas, allanamientos y eventualmente enfren- tarse en la ciudad con las guerrillas fue el Departamento Judicial. Por ejemplo, en junio de 1963 agentes del Depar- tamento citado interceptaron un vehículo que venían si-

92 Prensa Libre, 14 de noviembre de 1964., Pág. 2. 93 El Gráfico, 13 de mayo de 1966, Pág. 2. 94 El Imparcial, 11 de julio de 1966, Pág 1 y 2.

83 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL guiendo y conminaron a sus ocupantes a entregarse, pero éstos salieron del auto y abrieron fuego sobre los agentes habido dejado herido a uno de los jefes policiales llama- do Carlos Heriberto Solares Caravantes. Los ocupantes del vehículo perseguido eran miembros de la guerrilla que pocos minutos antes había sido copados en una casa de la zona 8. Estaban al mando del subteniente Luis Augusto Turcios Lima a la sazón uno de los jefes de la entonces incipiente guerrilla.95

Algunos de los jefes más notorios del Departa- mento Judicial como Arnulfo González Ovalle, Napoleón Córdoba López y Alberto Barrios Ramírez (Segundo jefe) sufrieron atentados que por lo menos a los dos primeros les costó la vida. González Ovalle fue asesinado a tiros el 24 de enero de 1962 en una céntrica avenida de la ciudad de Guatemala por un grupo de oficiales del ejército que se habían alzado en armas el 13 de noviembre de 1960, habiendo sido este asesinato la primera acción militar de dicho grupo, que con el tiempo llegó a convertirse en una organización guerrillera.96

La jerarquía establecida para el Departamento Ju- dicial en 1967 era: Primer Jefe (o comandante, equivalente a teniente coronel de policía); Segundo Jefe (subcoman- dante equivalente a mayor de policía); Inspector (equi- valente a capitán de policía); encargado de la Jefatura de Servicios (teniente de policía); encargados de las secciones de homicidios, hurtos y robos, Interpol, migración, loca- lizaciones, tribunales, seguridad del Primer Jefe, armero (subteniente de policía); y detectives.97

La presencia y operaciones de un grupo guerrille- ro en Guatemala despertaron la preocupación de Estados Unidos que ya tenía una larga experiencia en colabora-

95 El Imparcial, 28 de junio de 1963, Pág. 1. 96 Este asesinato fue perpetrado por un grupo de oficiales entre quienes estaban Marco Antonio Yon Sosa, Luis Augusto Turcios Lima, Luis Trejo Esquivel, quienes después fundaron junto con otros grupos las Fuerzas Armadas Rebeldes y el Movi- miento Revolucionario 13 de Noviembre. ODHAG, 1998: 33-34. 97 AHPN, 2010: 99.

84 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA ción con el gobierno desde los días de 1954. La ayuda téc- nica y material a las fuerzas de seguridad, en especial al Ejército de Guatemala, fue generosa parte de Estados Uni- dos, pero esta cooperación también se dirigió a la Policía Nacional, aunque no en los montos como en el caso de las fuerzas armadas. De esa cuenta, la cooperación llegó tam- bién para la Policía Nacional y ello tuvo la importancia de que la institución experimentó un proceso de capaci- tación como no había tenido en muchísimo tiempo. Casi puede decirse que el equipamiento y las capacitaciones a la PN promovidos por Estados Unidos cumplieron el pa- pel de modernización de la policía guatemalteca.

El programa estadounidense para la policía de Guatemala gastó entre 1966 y 1970 2,6 millones de dóla- res. La Policía Nacional fue dotada de vehículos auto pa- trulla con radio y para el efecto se construyó un sistema de radio. Al final, un total de 452 agentes de policía u ofi- ciales fueron becados para recibir capacitación tanto en Estados Unidos como en Guatemala.98 En 1966, la Policía Nacional contaba con unos 3 mil hombres a los que se su- maron 1,500 en 1967 y 2,000 en 1968.99 La guerra no fue un proceso ininterrumpido y los enfrentamientos tuvie- ron alzas y bajas a lo largo de los años.

A partir de 1955 hasta principios de la década de 1970, la Policía Nacional contaba con una estructura resumida de la forma siguiente: Dirección General, Sub Dirección General, Inspectoría General, Secretaría Gene- ral con el Departamento de Control Estadístico y Archivo; Comunicaciones, Departamento de Transporte y Hos- pital; Cuerpo de Detectives (Departamento Judicial con Departamento de Identificación); Guardia de Prevención, Guardia de Migración y Policía Motorizada; Cuerpo; De- partamento de Tránsito con Oficina de Extranjería.100

Merece especial atención la estructura denomi- nada Cuerpo. Este contaba con estaciones dentro de los

98 Sharckman, 1979: 335-338. 99 Sharckman, 1979: 339. 100 AHPN, 2010: 62.

85 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL límites urbanos y subestaciones en las aldeas y suburbios del municipio al cual correspondía. Cada Cuerpo tenía un jefe, subjefe, tercer jefe, oficiales, clases y agentes. Aunque al inicio de operaciones de esta estructura se circunscribía a la capital, a la altura de 1985 se estableció que cada de- partamento de la República debería contar con un Cuerpo Departamental de Policía.101

El Primer Cuerpo se formó en 1933 integrado por cuatro demarcaciones de policía y una de Tránsito. En realidad lo que se hizo fue concentrar demarcaciones en un Cuerpo. Todos los cuerpos contaban, además, con pe- lotones de policías. La sede del Primer Cuerpo fueron las instalaciones de lo que se conocía como Cuartel N° 1 de la Policía Nacional situadas en la 7ª avenida y 14 calle de la zona 1.102 Ya en la década de 1970, el Primer Cuerpo se trasladó a una sede ubicada en la Avenida Bolívar 40-35 de la zona 3 de la ciudad capital. Dentro de los Cuerpos se crearon estructuras no claramente o legalmente respal- dadas, que obedecían a necesidades cotidianas, especial- mente en tiempos de la guerra. Así, en el Primer Cuerpo funcionó un Comando Uno bajo las órdenes del tercer jefe del Cuerpo. Cuando en los años setenta desaparecieron las demarcaciones, en los Cuerpos de policía se crearon las estaciones y subestaciones.103

El Segundo Cuerpo funcionó en una de las insta- laciones más antiguas de la policía guatemalteca, como lo fue un predio expropiado al Convento de la Merced en los años del gobierno del general Justo Rufino Barrios. Con el tiempo la estructura policial con sede en esas instala- ciones fueron llamadas Segundo Cuartel y tomaron for- ma en 1934. Fue denominado Segundo Cuerpo en 1955. Dado que su edificio fue construido específicamente para la policía, se le construyeron diversas instalaciones, como la de presidios, dividida en cuadras. En una de ellas eran recluidos los agentes o policías en general que habían co-

101 AHPN, 2010: 171. 102 AHPN, 2010: 173. 103 AHPN, 2010: 174.

86 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA metido faltas a la disciplina.104 Muchos reos comunes y hasta políticos pasaron sus condenas en dichos presidios, lo cual significaba que estarían en mejores condiciones que en la Penitenciaría Central.

Al lado del Segundo Cuerpo se construyeron ins- talaciones para un hospital, que fue conocido como el “hospitalito” de la Policía Nacional. La primera mención encontrada de ese nosocomio data de 1943. Dentro del Segundo Cuerpo se creó en los años setenta el Comando Dos, que reportaba actividades en la capital y en departa- mentos como Escuintla, Chiquimula y otros.105

El Tercer Cuerpo fue creado en octubre de 1965 situado en el Barrio de San Pedrito, zona 5 de la ciudad. Cubría un área extensa de la ciudad con varias estacio- nes y subestaciones. Llegó a tener 507 agentes y oficiales bajo su jurisdicción. El Cuarto Cuerpo fue constituido en febrero de 1967 en la zona 7 de la capital, pero a partir de septiembre de 1980 se le ubicó en una finca rústica ad- quirida en 1976, situada en la Calzada San Juan 1’67 de la zona 7.106 El Cuarto Cuerpo contaba con once estaciones que abarcaban un amplio territorio que comprendía las zonas 19, 7 y 11 de la ciudad. Algunos estudios lo vinculan directamente en operaciones contra guerrilleras y de per- secución política.107

El Quinto Cuerpo fue creado en a partir de una estructura anterior que se denominaba Batallón de Reac- ción de Operaciones Especiales (BROE), el cual a su vez había sido constituido en 1978. En 1982 el BROE fue sus- tituido por el Quinto Cuerpo, que cumplió funciones de control de disturbios y en él se integraron el Pelotón Mo- delo y un contingente denominado SWAT.108

El Ejército de Guatemala con la Policía Nacional

104 AHPN, 2010: 187. 105 AHPN, 2010: 187. 106 AHPN, 2010: 195-197. 107 CDH, 1969 y AHPN, 2011. 108 AHPN, 2010: 214.

87 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL como apoyo, logró descalabrar al movimiento guerrille- ro de la década de 1960, merced a las ofensivas de fina- les de 1966, en las montañas de nororiente del país y en 1967 y 1968 en las ciudades, especialmente en la ciudad de Guatemala. Los miembros de las guerrillas que no su- cumbieron se dispersaron por los países de la región, lo cual dio lugar a un reflujo del movimiento guerrillero que se extendió hasta la segunda mitad de la década de 1970. Aunque no despareció del todo, la actividad guerrillera fue aparentemente muy reducida.

Sin embargo, en esos mismos años surgió un nuevo actor, el movimiento sindical. Todo empezó con un movimiento laboral de los maestros llevado a cabo entre los meses de abril y agosto de 1973, en el cual en diver- sas fases, los maestros agrupados en el Frente Nacional Magisterial (FNM) efectuaron paros por períodos cortos, negociaciones con los personeros del ministerio de Edu- cación, marchas callejeras hasta llegar al paro total e inde- finido.109 En el curso del movimiento, los maestros fueron apoyados por otros sectores, como los estudiantes univer- sitarios y de educación media y algunas organizaciones sindicales.

Las negociaciones con los representantes del go- bierno del general Manuel Arana Osorio fueron duras y se alternaban con las marchas callejeras en las cuales apareció un contingente policial denominando “pelotón modelo”, que era el encargado de reprimir las marchas a bastonazos, con bombas lacrimógenas y detención de manifestantes.

Este pelotón modelo no parecía contar con algo que lo distinguiera del resto de los policías, pues no ha- bían ningún curso formal y sistemático o especialidad que los capacitara para enfrentar multitudes. El uniforme era el mismo que usaba el resto: camisa celeste, pantalón azul marino. Eso sí, portaban un casco blanco que los ase- mejaba más bien a trabajadores técnicos de la construc-

109 Ruano, 2009: 134-135.

88 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA ción. El equipo era un batón, un revólver calibre 38 y una bolsa en forma de morral de lona en la que supuestamen- te llevaban las bombas lacrimógenas y aunque no todos, muchos contaban con los lanzagranadas para arrojar las bombas. No portaban ningún escudo que los protegiera de las piedras y demás proyectiles que les lanzaban los manifestantes.

Un caso en el que el pelotón modelo y los mani- festantes se enfrentaron duramente sucedió el primero de mayo de 1974. Dos meses antes, en marzo, se habían lleva- do a cabo elecciones presidenciales y la oposición, enca- bezada por el Partido Democracia Cristiana Guatemalteca (PDCG), acusaba al gobierno central de haber perpetrado un fraude electoral para imponer a su candidato. Hubo algunos disturbios callejeros, pero las cosas no pasaron a más hasta llegar al primero de mayo.

Aprovechando el tradicional desfile obrero, las fuerzas de oposición en alianza con los sindicatos convir- tieron el desfile en una masiva demostración de rechazo al resultado electoral, pero el gobierno no autorizó que el desfile ingresara al centro de la ciudad. Tenía que doblar en la 18 calle hacia la explanada del palacio municipal para realizar allí el mitin final. Sin embargo, cuando la columna, estimada en unas quince mil personas, llegó al crucero de la18 calle y 6ª avenida de la zona uno, los obre- ros decidieron tomar rumbo al parque central.

Los esperaba en esa esquina el pelotón modelo y unos cuantos cientos de agentes dispuestos a no dejarlos pasar. La lluvia de proyectiles sobre el pelotón modelo fue tan grande que ni las docenas de bombas lacrimó- genas hicieron retroceder a la multitud, en tanto que las fuerzas policiales tuvieron que replegarse en desbanda- da. Al final los dirigentes de la marcha convencieron a los manifestantes de seguir la ruta establecida hacia el palacio municipal, en especial porque la policía se había reagrupado y las cosas podían llegar a extremos lamen- tables, aunque de todas maneras se reportaron cinco personas muertas y gran cantidad de heridos y deteni-

89 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL dos.110 Fue obvio que en esos días la policía no tenía un entrenamiento especial, ni equipo, para enfrentar esas situaciones.

El contingente policial arribaba al lugar en don- de estaban concentrados los maestros, o manifestantes en general, en unos autobuses pintados de color azul oscuro en los cuales también eran introducidos los manifestan- tes detenidos. Tales vehículos fueron conocidos popular- mente como los “pájaros azules” de manera que, cuando la marcha divisaba a varias cuadras que llegaban los “pá- jaros azules”, llegaba el momento de preparase para el en- frentamiento o la dispersión a toda carrera.

El movimiento fue ganado por los maestros, pues el gobierno se vio obligado a ceder en las demandas ma- gisteriales, pero a partir de ahí poco a poco fueron esta- llando nuevos conflictos laborales en distintas empresas hasta llegar a los años 1976, 1977 y 1978 durante los cuales la cantidad de conflictos laborales y movilizaciones obre- ras fue tal, que bien pueden identificarse esos años como un período de ascenso del movimiento sindical.

Algunos conflictos laborales adquirieron mucha notoriedad, como el caso de la huelga de Coca Cola (mar- zo y mayo de 1976), la fábrica aceites IODESA (junio de 1976), la huelga y marcha de los mineros de San Ildefonso Ixtahuacán (noviembre de 1977), la huelga de trabajado- res del Estado (febrero de 1978), etcétera. Es notorio que durante esos años y aun en el momento de mayor núme- ro de conflictos laborales, aparte de las tareas rutinarias de inteligencia y vigilancia y alguna intervención policial aislada, la Policía Nacional no intervino directamente en su represión. Esto cambió en octubre de 1978.

El 3 de octubre de ese año, los estudiantes univer- sitarios y de educación media, los trabajadores del Estado, pobladores de los principales asentamientos capitalinos, con el apoyo de los sindicatos (sin que éstos pudieran

110 Inforpress Centroamericana, N° 90, 7 de mayo de 1974, Págs. 5-7.

90 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA detener sus labores al cien por ciento), se declararon en una huelga general contra el alza de la tarifa del transpor- te urbano. Los enfrentamientos callejeros en el centro de la ciudad no se hicieron esperar, ya que los estudiantes de los establecimientos educativos de la zona levantaron barricadas, mientras que los trabajadores del Estado se atrincheraron en el edificio central de correos. Las fuer- zas policiales se enfrentaron a estos grupos, pero el lugar en donde los choques fueron más graves fue en el anillo periférico y entradas a las colonias El Milagro, Bethania y Cuatro de Febrero.

De acuerdo con reportes de prensa, las fuerzas de la policía lanzaron unas mil quinientas bombas lacrimógenas sobre la colonia El Milagro. El día 10 del mes se estaciona- ron diez autobuses (los “pájaros azules”) frente al edificio de Correos y después de un intenso bombardeo lacrimógeno, los trabajadores estatales se rindieron y al salir fueron intro- ducidos en los autobuses. El gobierno dio marcha atrás en el aumento de la tarifa del transporte urbano, pero la cauda del enfrentamiento de esos días fue larga y trágica.111

El movimiento laboral de esos años fue amainan- do a partir de 1979 y en a principios de 1980 se registró el último gran movimiento laboral de la época, que fue la huelga general de los trabajadores agrícolas de la costa sur. Y es que en el horizonte rural, especialmente en los al- tiplanos occidentales y noroccidentales del país, resurgía con fuerza el movimiento guerrillero promovido por nue- vas organizaciones guerrilleras que durante buena parte de la década de 1970 habían reconstruido secretamente sus fuerzas y al filo de 1980 estaban por generalizar el en- frentamiento armado en el área rural, especialmente en las zonas de mayor porcentaje de población maya.

Entre 1978 y 1980 se operó en la situación política una transición de la acción de los movimientos sociales a las formas armadas de lucha, que rápidamente se fueron generalizando en el país. Se abrió, entonces, la fase más

111 Ruano, 2009: 189-191.

91 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL dura de la guerra, que en dos o tres años concentró los ma- yores choques, las mayores operaciones militares y la ma- yor tragedia para la población en general y para las fuerzas contendientes. Nuevamente, como sucedió en la década de 1960, la policía guatemalteca se vio arrastrada en esa vorágine de guerra y se repitieron los atentados, ataques y emboscadas contra instalaciones policiales y miembros de la institución en las calles de los pueblos y de la misma ciudad de Guatemala, en los caminos rurales, así como fue importante la acción policial contra las fuerzas insurgen- tes,112 pero esta vez con medios de guerra más potentes y con tropas guerrilleras más numerosas que antes y mejor equipadas.

Finalmente, son necesarias algunas líneas para la Guardia de Hacienda Civil Montada y Guardia Confi- dencial de Hacienda. En 1945, la Guardia de Hacienda era parte del ministerio de Gobernación, pero en 1955 pasa a formar parte del ministerio de hacienda y Crédito Público y en 1966 fue regresada al ministerio de Gobernación.

En términos generales, este cuerpo policial se desempeñó persiguiendo la fabricación clandestina de licores en el área rural, actividad que generalmente lleva- ban a cabo campesinos pobres que poseían un alambique artesanal. También recorría los puntos fronterizos más aislados confiscando contrabando, particularmente llega- do desde México en proporciones “hormiga” es decir artí- culos traídos por una persona por accesos fronterizos no oficiales. Todo esto sucedía desde su creación hasta más o menos los años sesenta del siglo XX. Posteriormente, se concentró en mayor grado en la vigilancia de las fronteras oficiales con los países vecinos, pero a la altura de 1995, la Guardia de Hacienda

“(…) controlaba el movimiento aduanal por vía marítima y aérea, control migratorio, control de flora y fauna, control de fabricación de aguardiente clandestino, robo de vehículos, secuestro de per- 112 El papel de la Policía Nacional en esta etapa de la guerra está descrita muy de- talladamente en AHPN, 2011: 277-365.”

92 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

sonas, despistolización, pagos de impuestos, con- trabando y defraudación fiscal, tráfico, siembra, consumo y distribución de drogas, protección de recursos forestales, tráfico ilícito de madera (…).113

Como puede observarse, la Guardia de Hacienda había concentrado en sus manos muchas tareas que la convertían en una fuerza con cierto poder en el conjun- to de instituciones estatales de seguridad, quizá hasta en mayor grado que la propia Policía Nacional.

Unos años antes, en 1988, sucedieron unos he- chos relacionados con la Guardia de Hacienda que pusie- ron en relieve cierto giro que miembros de dicha institu- ción habían tomado con los recursos de la misma. Desde junio de 1987 hasta marzo de 1988 entre la población ci- tadina guatemalteca cundía el temor, y aveces verdade- ro, terror, con las acciones que llevaba a cabo una “pánel blanca”, como se le decía a un grupo de hombres fuerte- mente armados que se conducían en un vehículo de tales características. Se acusaba a los integrantes de la “pánel blanca” de detener a ciudadanos sin orden judicial, infli- girles todo tipo de malos tratos, incluidas torturas y algu- nas veces asesinatos.

Las cosas llegaron a tal grado, que el propio Di- rector general de la Policía Nacional, Julio Enrique Caba- lleros Seigné dirigió personalmente un operativo que dio como resultado la captura en plena vía pública de la “pa- nel blanca”, vehículo que solamente portaba una placa de circulación. Los ocupantes de la pánel resultaron ser seis miembros de alta en la Guardia de Hacienda. Aun- que dichos guardias prestaron resistencia armada, se rin- dieron a las fuerzas policiales y fueron capturados, pero rápidamente arribó al lugar de los hechos el tercer jefe de la Guardia de Hacienda, Baudilio Hichos, quien según dijo, llevaba órdenes del director de la Guardia de Hacien- da de llevarse la pánel porque estaba siendo utilizada en una investigación. Caballeros Seigné no prestó atención a

113 AHPN, 2010: 267-268.

93 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL esa pretensión de Hichos y se llevó a los ocupantes y el vehículo al Segundo Cuerpo de la Policíal Nacional para dar inicio al procedimiento judicial. Al poco rato varios guardias de hacienda rodearon el edificio con la intención de rescatar a sus compañeros, pero Caballeros pidió re- fuerzos y los guardias de hacienda se retiraron. Pocas ho- ras después, el Director de la Guardia de Hacienda, Oscar Días Urquizú, fue destituido de su cargo por el ministro de Gobernación. Este episodio fue ampliamente divulga- do por la prensa nacional.114

Visto a la distancia, este episodio es altamente significativo y simbólico, pues de alguna manera repre- senta lo viejo que está muriendo y lo nuevo que está por nacer. No debe olvidarse que en 1988 el conflicto armado aun gravita en la escena política nacional, pero al mismo tiempo ya existe un gobierno civil electo democrática- mente. Pronto vendrían las conversaciones de paz y entre ellas el tema de la nueva policía que necesitaba el país.

114 Prensa Libre, 11 de marzo de 1988, Págs. 2 y 3.)

94 V La Policía Nacional Civil

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Agentes y Oficiales de la Policía Nacional Civil brindando seguridad a las personas que participan en la manifestación pacífica frente al Palacio Nacional de Guatemala. 2015. • Oficiales Alumnos de la Escuela de Formación de Oficiales de Policía de la Policía Nacional Civil brindando seguridad a las personas que participan en la manifestación pacífica frente al Palacio Nacional de Guatemala. 2017.

97

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA V. LA POLICÍA NACIONAL CIVIL

En los años noventa del siglo XX y en la prime- ra década del siglo XXI se operó en el continente latino- americano un proceso de democratización, entendido éste como la adopción generalizada de sistemas políticos plurales en los que la construcción del poder político ha descansado básicamente en los actos electorales y en con- secuencia han surgido en la región gobiernos de carác- ter civil, en contraposición a las tres décadas anteriores cuando buena parte de los gobiernos latinoamericanos eran militares surgidos de golpes de Estado.

Esta ola democratizadora trajo también una dis- cusión a fondo del nuevo papel que le correspondía a las fuerzas armadas en el nuevo contexto político y de allí que a lo largo y ancho del continente se haya abierto un proceso llamado de reconversión militar, como fue deno- minada la redefinición del papel y función de los ejérci- tos en sus respetivas sociedades.115 Una segunda causa de esta discusión sobre los ejércitos en América Latina fue también el fin de la Guerra Fría, lo cual ha modificado las alianzas militares continentales, entre las que estaban los ejércitos latinoamericanos, ya que se tornó improbable una guerra generalizada de potencias. Por la misma causa desapareció la “amenaza comunista” y en los países, es- pecialmente los centroamericanos, que se experimentaba un conflicto armado interno, se abrieron procesos de pa- cificación (con la sola excepción de Colombia). Por tanto, el proceso de reconversión militar tuvo diversos efectos, tales como la reducción de los efectivos militares y la adopción de una nueva doctrina militar apara los ejércitos en tiempos de paz.

Menos publicitada y menos intensa fue la discu- sión sobre un proceso similar en las instituciones policia-

115 Aguilera, 1994.

99 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL les. Ello se explica por el hecho de que los Ejércitos ha- bían sido la fuerza decisiva en la política latinoamericana y especialmente porque en general las fuerzas policiales estaban supeditadas al ejército. Aun así, los cambios po- líticos en el continente necesariamente llevaron a la revi- sión de la actuación de las policías, sobre todo porque con la democratización se presentó también el fenómeno del aumento inusitado de la violencia y la criminalidad de orden común.116

Entre las regularidades que se encontraron en América Latina estaba el hecho de que no había una se- paración tajante y clara entre las policías y los ejércitos; que un porcentaje de las denuncias que hacía la pobla- ción contra las policías se referían a la comisión de críme- nes graves; que la población acudía a la policía solamen- te cuando era absolutamente necesario; que las policías respondían más a las necesidades del gobierno que a las de la ciudadanía; que la policía recurría a la fuerza más a menudo que en otras latitudes mundiales y que el apoyo de la población a la policía era sumamente bajo.117

En tales condiciones, en diferentes países latinoa- mericanos se fueron abriendo procesos que se llamaron de reestructuración o reforma policial. Estos procesos constataron la existencia deficiencias graves en la profe- sionalización, la especialización y la mentalidad del ser- vicio público. En la región del Caribe y Centroamérica se llegó a la creación con apoyo internacional de tres policías nuevas, en El Salvador, Haití y Guatemala, y la separación completa de la policía del Ejército en Honduras.118 En Bra- sil, Colombia y la Provincia de Buenos Aires, la reforma de la policía fue más o menos profunda, pero sin perder continuidad con el pasado.

Sin embargo, en países como Guatemala y El Salvador, que estaban inmersos en un conflicto armado interno generalizado, fue necesario que primero se lle-

116 Frühling, 2005. 117 Frühling, 2005. 118 Frühling, 2005.

100 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA varan a cabo procesos tendientes a la pacificación y a la democratización del régimen político para después pasar a la reconversión militar y la reforma policial. En el caso guatemalteco, la democratización y pacificación dio ini- cio con la convocatoria y elección en julio de 1984 de una asamblea constituyente que redactó y aprobó una nueva Constitución Política que entró en vigencia en enero 1985 al mismo tiempo que tomaba posesión de la presidencia el presidente electo en los comicios efectuados unas se- manas antes.

Vinicio Cerezo Arévalo fue el primer presidente civil en muchos años de vida política del país, y con su gestión se dio inicio al proceso pacificador, que siguió dos direcciones, una regional y la otra local. El proceso regio- nal comenzó con las reuniones denominadas de Esquipu- las I y II en mayo de 1986 y en agosto de 1987, respecti- vamente, en las que los mandatarios centroamericanos, especialmente en Esquipulas II, lograron el fin de la gue- rra en Nicaragua y crearon un marco de referencia para lograr arreglos negociados en El Salvador y Guatemala.119 En el caso local guatemalteco, el proceso se fue gestando y desarrollando a lo largo de cuatro gobiernos civiles que fueron los de (1985-1990), Jorge Serrano Elías (1991-1993), Ramiro de León Carpio (1993-1996) y Álvaro Arzú (1996-2000).

La modalidad seguida en Guatemala comenzó con la creación de la Comisión Nacional de Reconcilia- ción -CNR-, la cual auspició lo que se llamó Diálogo Na- cional por medio el cual se lograron reuniones entre la guerrilla y diversos sectores sociales y gubernamentales a lo largo de algún tiempo. El resultado de todo el proceso fue un número bastante amplio de documentos que reco- gieron diversas declaraciones y propuestas de los sectores involucrados en el proceso, pero lo más importante fue la suscripción de una veintena de acuerdos entre el gobierno guatemalteco y la insurgencia armada que en su conjunto dieron la pauta del camino de la pacificación y la temática

119 Jonas, 2000: 89.

101 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL que los dos bandos principales consideraron importante para lograr una paz duradera.120

Entre todos los acuerdos de paz destaca el Acuer- do Sobre el Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, que fue el último de los acuerdos llamados sustantivos que fue firmado el 19 de septiembre de 1996.En opinión de Jonas, su firma significó el verdadero final de la guerra, pues se abrió con el mismo la posibilidad de transformar el Estado en situa- ción de guerra que venía desarrollándose desde la década de 1960.121 En el tema de la seguridad, este acuerdo ofrece un nuevo concepto y nuevos roles de las fuerzas de segu- ridad más importantes del país, es decir, de la policía y del ejército y como consecuencia se establecía un nuevo y más amplio concepto de seguridad integral vinculado al ejercicio de los derechos y obligaciones políticas, econó- micas, sociales y culturales de los ciudadanos.122

Dice el acuerdo que sin la debida estructuración de las fuerzas de seguridad pública no pueden garanti- zarse la protección de la vida y de la seguridad de los ciu- dadanos y el mantenimiento del orden público, así como tampoco la prevención del delito y una pronta y transpa- rente administración de la justicia. De modo que el dise- ño e implementación de un nuevo modelo de las fuerzas de seguridad pública es considerado por el acuerdo como parte fundamental del fortalecimiento del poder civil.123

En esa virtud, se señala que todas las policías existentes en el país, es decir, la Policía Nacional, la Guar- dia de Hacienda y la Policía Militar Ambulante deben es- tructurarse en una sola Policía Nacional Civil, la cual ten- drá a su cargo el orden público y la seguridad interna. En el tema de la creación de la nueva institución policial, la

120 Una de las mejores compilaciones de la documentación emanada del proceso de paz es la publicación de la Universidad Rafael Landívar y la Misión de Verifica- ción de las Naciones Unidas en Guatemala (MINUGUA) denominada Acuerdos de Paz (1997). 121 Jonas, 2000: 89: 161-171. 122 Jonas, 2000: 89: 161-171. 123 Policía Nacional Civil, 2017.

102 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA discusión e implementación habían empezado unos me- ses antes de la firma del Acuerdo citado. En el primer mes del gobierno de Álvaro Arzú (1996) fueron destituidas 118 personas de la Policía Nacional por parte del ministerio de gobernación como una medida para combatir la corrup- ción que, según se señaló, se había enraizado en la Policía Nacional. Esta llamada depuración incluyó a jefes, agentes y trabajadores administrativos y en los meses siguientes se destituyó a otras veinticinco personas.124

Seguidamente, en febrero el gobierno decidió in- tegrar a las tres policías que operaban en Guatemala, es decir, a la Policía Nacional, Policía Militar Ambulante y a la Guardia Hacienda con el objeto de que realizaran ope- raciones conjuntas, bajo control civil. El siguiente paso fue en marzo cuando se ordenó la unificación de la Guardia de Hacienda con la Policía Nacional. Fue en esos días tam- bién que se decidió que la Guardia Civil española llegara a Guatemala con el fin de asesorar la creación de un nuevo cuerpo policial de conformidad con los lineamientos con- tenidos en el Acuerdo Fortalecimiento del Poder Civil. El director general de la Policía de entonces, fue el abogado Ángel Conte Cojulún , que venía ocupando dicho cargo desde el gobierno anterior de Ramiro de León Carpio.

Mientras tanto, los tribunales de justicia orde- naron la reinstalación a la Policía Nacional de cuarenta y cinco de las 118 personas despedidas de la institución po- licial en enero anterior, pero el ministerio de gobernación recurrió dicho fallo y al final logró que no fueran reinsta- ladas. Durante esos meses, las críticas a la unificación de las fuerzas de seguridad ejército y policía para procurar la vigilancia y la protección de las personas ocuparon cierto espacio en las opiniones y debates públicos sobre el tema de seguridad.

Así, por ejemplo, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales -FLACSO- publicó un estudio de varios autores, coordinado por el politólogo Gabriel Aguilera, en

124 Gobierno de Guatemala, 1997: 43.

103 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL que se criticó fuertemente esa medida porque se decía que: “(…) Son conocidos los resultados de esta visión: los aparatos policiacos se vuelven apéndices de los de defen- sa, son militarizados y seguridad y defensa se mezclan en una sola función.” Así se llegó al 19 de septiembre cuando fue firmado el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y en dicho instrumento ya hubo lineamientos más claros sobre la nueva policía.

De inmediato, el gobierno actuó en consonancia con dicho acuerdo y el 29 de noviembre, un mes antes de la firma final de la paz, el ministro de gobernación, Rodol- fo Mendoza, hizo entrega al Congreso de la República del proyecto de ley de la nueva Policía Nacional Civil y pocos días después, el 4 de diciembre se llevó a cabo una reu- nión entre el vicepresidente, Luis Flores, el ministro de gobernación, Rodolfo Mendoza, el jefe del Estado mayor de la Defensa, general Sergio Camargo, los directores de las Policía Nacional y de Hacienda, Ángel Conte y Ceci- lio López, respectivamente y asesores de la Guardia Civil española. El tema a tratar era la reestructuración de la policía con las fuerzas de la PMA y la Guardia de Hacien- da. Trascendió a la prensa que en la Guardia de Hacienda había resistencia a la fusión con la PN porque se creía que habría despidos.125

Con esas discusiones se llegó al 29 de diciembre cuando, que como es sabido, se firmó el último acuerdo llamado Acuerdo de Paz Firme y Duradera y con ello que- dó sellado el final del largo enfrentamiento armado ha- bido en Guatemala por poco más de tres décadas. Venía ahora la creación formal de la nueva policía, tal como lo mandataba el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil. Todavía en enero de 1997 un total de 53 agentes del De- partamento de Investigaciones Criminológicas de la Poli- cía Nacional fueron destituidos en una nueva depuración bajo la acusación de encontrarse involucrados en diversos hechos ilícitos.126

125 Gobierno de Guatemala, 1997:418. 126 Gobierno de Guatemala, 1998: 69.

104 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Luego, el 30 de enero de 1997 se registró un caso que puso en alerta a las autoridades gubernamentales de que la cuestión de la creación de la nueva policía no sería tan fá- cil. Ante el rumor de la inminente fusión de la PMA con la Policía Nacional, un numeroso contingente de miembros de la PMA se atrincheró en las instalaciones de su cuartel general en la zona 6 de la ciudad capital durante cinco días. Entre los agentes de la PMA había corrido el rumor de que el cuerpo militar indicado sería desactivado sin compensa- ción económica ninguna, contrariamente a los supuestos cuantiosos beneficios que recibirían los ex guerrilleros.

Entre las demandas del batallón insubordinado estaban la de recibir una compensación entre 40 a 50 mil quetzales. Varios altos jefes militares se presentaron a dia- logar con los PMA, pero no se llegó a ningún acuerdo y más bien en los días siguientes hubo cruces fuertes de pa- labras. El incidente fue solucionado con un cerco militar, con vehículos blindados incluidos, que el ejército tendió sobre las instalaciones de la PMA. Inclusive hubo el inter- cambio de algunos disparos, pero no hubo ninguna baja, ya que los insubordinados se rindieron rápidamente.

Según el ministro de la Defensa de entonces, gene- ral Julio Balconi Turcios, veintiuno de los insurrectos fue- ron capturados y acusados ante los tribunales de justicia con el cargo de sedición. Un poco más de un mes después, el 14 de marzo, en una ceremonia oficial en la institución militar fue desactivado definitivamente el batallón de la Policía Militar Ambulante, luego de 39 años de historia, pues había sido instituida en abril de 1958 bajo el gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes.

La creación de la Policía Nacional Civil finalmen- te se concretó el 4 de febrero de 1997, cuando el Congreso de la República emitió el Decreto 11-97, Ley de la Policía Nacional Civil, con lo cual se creó formalmente la nueva policía y se dio un plazo de un año para la entrada en operaciones de este cuerpo.127 Luego, el 15 de abril de ese

127 Policía Nacional Civil, 2017.

105 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL año abrió sus puertas la Academia de la Policía Nacio- nal Civil con 1,584 alumnos, quienes habrían de recibir un curso llamado de realimentación y reunificación de una duración de tres meses destinado en su mayoría a agentes y oficiales de policía de alta desde antes de la creación de la Policía Nacional Civil. La importancia de la creación de la Academia de la PNC consistía en que con ésta se pretendía crear o formalizar la carrera po- licial sobre la base de una formación educativa policial sistemática en la que el respeto a los Derechos Humanos a la democracia y obediencia a la ley fueran parte con- sustancial de una cultura de paz.

El primer grupo que ingresó a la Academia es- tuvo integrado por 43 oficiales superiores, 137 oficiales subalternos, 58 inspectores, 72 subinspectores y 670 agentes, todos de alta desde antes de la creación de la PNC. Ingresaron también como primera promoción 65 ex guerrilleros y 422 elementos del antiguo Departa- mento de Operaciones Antinarcótico.128 Finalmente, en- tre abril de 1997 y enero de 1998 recibieron un curso tri- mestral 2,970 efectivos, de los cuales 1882 (63%) estaban de alta desde antes de la creación de la PNC.129

El siguiente punto en el desarrollo de la nueva institución fue la antigua discusión sobre los ámbitos de acción de las fuerzas de seguridad guatemaltecas, el ejército y la policía. En el Acuerdo de Paz Fortalecimien- to del Poder Civil se anota que “La misión del Ejército de Guatemala queda definida como la defensa de la so- beranía del país y de la integridad de su territorio; no tendrá asignadas otras funciones y su participación en otros campos se limitará a tareas de cooperación.” Esto claramente significa que la seguridad interna del país quedaría bajo la acción y vigilancia de la PNC, en tanto que el ejército se limitaría a la defensa externa del país. Sin embargo, este concepto entra en contradicción con el artículo 244 de la Constitución Política el cual señala que

128 Gobierno de Guatemala, 1998: 69. 129 Policía Nacional Civil, 2017.

106 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

• Msc. Nery Abilio Ramos y Ramos, Director General de la Policía Nacional Civil. 2017.

• Director General de la PNC, Director General Adjunto, Subdirector General de Operaciones y Subdirector General de Investigación Criminal. Noviembre 2017

107 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

“El Ejército de Guatemala es una institución destinada a mantener la independencia, la soberanía y el honor de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y seguri- dad interior y exterior.” Por lo tanto, la solución que se propuso fue modificar dicho artículo por medio de una consulta popular, tal como lo establece la ley.

Después de un largo proceso de debates y dis- cusiones sobre las reformas constitucionales que ha- brían de consultarse, el 16 de mayo de 1999 se llevó a cabo la consulta popular que habría de decidir sobre la competencia de las fuerzas de seguridad. Las preguntas, que eran cerca de cincuenta que aprobó el Congreso, se agruparon en la papeleta en cuatro bloques que eran a) Nación y derechos indígenas; b) Organismo legislativo; c) Organismo Ejecutivo y d) Organismo judicial. La ciu- dadanía debía responder a cada bloque con un SI o con un No. La pregunta sobre el ejército y la policía quedó muy encubierta entre ese conjunto de bloques y final- mente el resultado fue adverso. Apenas hubo una par- ticipación del 18.55% de los ciudadanos inscritos en el patrón electoral.130 El triunfo del NO puede explicarse desde muchos ángulos, pero el caso es que la dualidad de las fuerzas de seguridad en el tema de la seguridad interna quedó refrendada por dicha consulta para seguir así indefinidamente.

Desde el punto de vista doctrinario, la Policía Nacional Civil desde su creación ha venido incorporan- do un nuevo concepto de seguridad que se denomina Seguridad Democrática Esta concepción de la seguridad había recorrido un largo camino en su desarrollo desde los años en que los conflictos y las guerras centroameri- canas de finales de la década de 1970 y los años ochenta dieron forma a una grave crisis política en la región cen- troamericana. En los años más duros de estas guerras, especialmente en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, la cuestión a resolver era si la salida a la crisis seguía el camino del mayor enfrentamiento hasta acabar con el

130 Inforpress Centroamericana N° 1320, 21 de mayo de 1999, Pág. 2.

108 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA opositor o si se encontraban alternativas negociadas de solución.131

Hubo iniciativas de pacificación desde países fue- ra del área centroamericana, como el Grupo de Contado- ra, integrado en 1983 por Colombia, México, Panamá y Ve- nezuela, con el fin de promover conjuntamente la paz en Centroamérica. Posteriormente, en mayo de 1986 y el año siguiente se llevaron a cabo las reuniones llamadas Esqui- pulas I y II ya citadas de los presidentes centroamericanos con el propósito de alcanzar acuerdos políticos destinados a promover la paz y la estabilidad regional, hasta llegar al llamado Protocolo de Tegucigalpa, firmado en diciembre de 1991 por los cinco presidentes de Centroamérica más el de Panamá. En esta última reunión se tomó la decisión de crear el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) con los propósitos, entre otros, de:

(…) a) Consolidar la democracia y fortalecer sus instituciones sobre la base de la existencia de Gobiernos electos por sufragio universal, libre y secreto, y del irrestricto respeto a los Derechos Humanos.

b) Concretar un nuevo modelo de seguridad re- gional sustentado en un balance razonable de fuerzas, el fortalecimiento del poder civil, la su- peración de la pobreza extrema, la promoción del desarrollo sostenido, la protección del medio ambiente, la erradicación de la violencia, la co- rrupción, el terrorismo, el narcotráfico y el tráfico de armas.

c) Impulsar un régimen amplio de libertad que asegure el desarrollo pleno y armonioso del indi- viduo y de la sociedad en su conjunto (…)132

131 Salvo indicación expresa, todas las consideraciones, información y conceptos que siguen acerca del concepto de Seguridad Democrática han sido tomadas lite- ralmente de Policía Nacional Civil, 2017. 132 (http://www.sice.oas.org/trade/sica/SG121391.asp)

109 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Como puede observarse, el punto “b” señala la necesidad de crear un nuevo modelo de seguridad en el que se incluyen temas como el del fortalecimiento del po- der civil y los temas del desarrollo económico y social y la protección del medio ambiente. Puede decirse que es a partir de este documento que la nueva concepción de la seguridad en Centroamérica comienza a abrirse campo en la política interna de cada país del área.

Un nuevo hito en el desarrollo de esta concepción se produjo en diciembre de 1995 en la reunión de Presi- dentes de Centroamérica llevada a cabo en San Pedro Sula en la cual se suscribió el conocido documento llamado Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamé- rica. Este documento reviste particular importancia, dado que sienta las bases definitivas de este novedoso concep- to de seguridad al que llama Modelo Centroamericano de Seguridad Democrática, el que en sus principios más ge- nerales define como principios suyos:

El respeto, promoción y tutela de todos los dere- chos humanos, por lo que sus disposiciones ga- rantizan la seguridad de los Estados centroame- ricanos y sus habitantes, mediante la creación de condiciones que les permita su desarrollo perso- nal, familiar y social en paz, libertad y democracia. Se sustenta en el fortalecimiento del poder civil, el pluralismo político, la libertad económica, la su- peración de la pobreza y la pobreza extrema, la promoción del desarrollo sostenible, la protección del consumidor, del medio ambiente y del patri- monio cultural; la erradicación de la violencia, la corrupción, la impunidad, el terrorismo, la nar- coactividad y el tráfico de armas; el establecimien- to de un balance razonable de fuerzas que tome en cuenta la situación interna de cada Estado y las necesidades de cooperación entre todos los países centroamericanos para garantizar su seguridad.

Este tratado eliminó de tajo la Doctrina de la Se- guridad Nacional como marco conceptual en la seguridad

110 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA regional, pues en su artículo 78 señala que “El presente Tratado sustituye todas las normas que en materia de se- guridad o defensa estén contenidas y se enmarquen en la Carta de la Organización de los Estados Centro Ame- ricanos (ODECA), y los acuerdos supletorios que, para su desarrollo, se hubieren adoptado a nivel regional” con lo que se hacía alusión a diversas resoluciones de la OEA y de la antigua ODECA que colocaban la seguridad al servi- cio de posiciones ideológicas como por ejemplo, la lucha contra el comunismo internacional.

Es notorio que el concepto de seguridad democrá- tica va mucho más allá de la tradicional idea de la seguri- dad como salvaguarda del orden interno y del Estado, así como de la persecución del delito. La Seguridad Democrá- tica se convierte en un concepto global en el que se señala que la seguridad de una nación se asienta en el respeto al ordenamiento jurídico vigente, en el respeto y promoción de los derechos humanos, en el bienestar de la población en todos sus órdenes, económico, social y político y en la superación cultural. Se trata de que el Estado se convierta en el promotor del desarrollo integral de la sociedad y que con ello se creen condiciones para que la población goce de un alto grado de bienestar, lo cual a su vez genera confianza en la institucionalidad y de esa cuenta las fuerzas de segu- ridad, entre ellas la policía, puedan desempeñar un papel a la vez preventivo, de investigación criminal e interven- ción, de acuerdo con las necesidades de la población y con la participación de la comunidad.

Después del Tratado Marco de Seguridad Demo- crática en Centroamérica, las ideas conceptuales referidas a la Seguridad Democrática se han desarrollado también en otros documentos, tales como la Ley Marco del Siste- ma Nacional de Seguridad, decreto 18-2008, en la cual se anota que se entiende por seguridad democrática “a la ac- ción del Estado que garantiza el respeto, la promoción y la tutela de la seguridad, al mismo tiempo que el pleno ejercicio de los derechos humanos mediante la creación de condiciones que permitan a la persona su desarrollo personal, familiar y social en paz, libertad y democracia”.

111 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Por tanto, la seguridad democrática se centra en la protec- ción integral de la persona humana y deja por un lado la antigua concepción de la seguridad que exclusivamente se enfocaba en la protección y defensa del Estado.

Como recapitulación se puede concluir que la se- guridad es ahora definida como la condición general de bienestar general a la población, ya que en un ambiente propicio de buen nivel de vida en lo social y económico, democratización del régimen político, respeto a los Dere- chos Humanos y fortalecimiento del Estado de Derecho, los márgenes de riesgos y amenazas y las vulnerabilidades de la población se reducen considerablemente al punto de alcanzar un ambiente de seguridad que camine al lado del desarrollo económico y social. La seguridad democrá- tica se convierte, entonces, en un contexto global que el Estado debe impulsar y fortalecer. Queda atrás aquella preocupación por la defensa del Estado y se promueve la seguridad de la persona, pero en sentido más amplio, más abarcador de las necesidades vitales de la población.

El fin del conflicto armado y el contexto de tran- sición democrática en el que surgió la PNC, dio la pauta para que la policía guatemalteca prácticamente por pri- mera vez en su historia se centrara únicamente en una misión, que es la de proteger la vida, la integridad física, los bienes y los derechos de las personas, dejando atrás aquellas otras tareas que los distintos regímenes del pa- sado le habían agregado como fueron el control social y la persecución a la oposición política. En esas condiciones, la institución se preparó para afrontar los nuevos desafíos que la nueva centuria traía consigo a ciento diecinueve años de aquella fundación de 1881. Sin embargo, contra- riamente a lo que pudiera pensarse para un nuevo clima de paz para el país, la situación de seguridad de la nación tomó un nuevo derrotero en el que la violencia y la cri- minalidad surgieron poderosamente, promovidas por un conjunto de organizaciones criminales y ejecutores, co- lectivos o individuales, de delitos algunos de los cuales no se habían generalizado nunca en la historia del país.

112 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Bandas de secuestradores, de asaltantes de ban- cos, carteles de la droga, las pandillas llamadas maras, las organizaciones de extorsionistas, los robos de vehículos, los asaltos a los conductores de vehículos por individuos a bordo de motocicletas y la infinidad de homicidios, en- tre los cuales se encuentran los femicidios, de crecimiento alarmante, son apenas las manifestaciones de ese inespe- rado y grave problema que se abrió paso desde principios del siglo XXI en la sociedad guatemalteca.

Vale la pena indicar que este fenómeno criminal no ha sido privativo de Guatemala. En términos generales se puede señalar que tiene alcances continentales y que quizá la diferencia haya estribado en los recursos y en los enfo- ques con los que se han contado y abordado en cada país. En cualquier caso, a la recién creada Policía Nacional Civil de Guatemala le tocó acelerar su crecimiento, adaptarse a la nueva situación, capacitarse muchas veces apresurada- mente, en fin trastocar o modificar viejos hábitos, abrir la mente a nuevas visiones y asumir nuevas tecnologías.

A la altura del 2010 el fenómeno criminal estaba en auge en el país y, aunque marginalmente, tocó las puer- tas de la PNC. Una cadena de hechos en los que estuvieron involucrados miembros de la institución, llevó al gobierno central a intervenir por medio de la creación de una estruc- tura, cuyo cometido en realidad rebasaba los temas de la coyuntura de seguridad, sino que iba mucho más allá.

De esa cuenta, por medio del Acuerdo Guberna- tivo 361-2010 fue creada la Comisión Nacional de la Re- forma Policial (CNRP) con el propósito de encaminar sus esfuerzos a la reforma de la policía en diversos aspectos. En general, la Reforma Policial se define como un proyec- to de Estado orientado a la transformación institucional y cultural de la PNC, todo con el objeto de cumplir a caba- lidad con el mandato constitucional de proteger la vida y los bienes de las personas.

Desde entonces, pero particularmente desde 2012, cuando se registró una reestructuración de dicha

113 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Comisión, la misma ha acompañado diversos procesos internos de la PNC que van desde temas sobre los recur- sos humanos, el área tecnológica, investigación criminal, gestión y logística y formación y profesionalización.

En la actualidad, la Policía Nacional Civil cuenta con veintisiete (27) comisarías desplegadas en todo el país y el avance de la presencia en todo el país corre paralela- mente al crecimiento general del país, en particular de sus organismos estatales. No obstante, la PNC no puede crecer anárquicamente, sin capacitar debidamente a sus miem- bros. Por ello en el área educativa, la PNC llevó a cabo algu- nas transformaciones de importancia que dan cuenta que la institución de alguna manera ha apostado por la forma- ción y profesionalización del talento humano policial.

Así, en el 2012 se emitió en Acuerdo Gubernativo 153-2012, con fecha 18 de julio de 2012, que introdujo nu- merosas reformas al Decreto 97-2009, de fecha 1 de abril de 2009, Reglamento de Organización de la Policía Na- cional Civil. Como parte de estas reformas, en el Acuerdo 153-2012 se creó la Subdirección General de Estudios y Doctrina de la PNC con las funciones, entre otras, de “Ser el ente rector de los órganos ejecutores de los programas de educación y sistema integral de enseñanza de la Policía Nacional Civil”; “Coordinar, implementar y ejecutar todas las políticas en materia de educación, capacitación y en- señanza policial”; “Dirigir y coordinar el funcionamiento de los Centros Docentes Policiales existentes o que en el futuro se autoricen.”133

En la misma dirección se crearon para la Subdirec- ción General de Estudios y Doctrina una Secretaría Técnica y una Unidad de Planificación Administrativa y Financiera. Pero lo más importante de este acuerdo gubernativo fue la creación de tres nuevos centros educativos en la PNC, que fueron la Escuela de Formación de Oficiales de Policía (ES- FOP), la Escuela de Estudios Superiores de Policía (EES- POL) y la Escuela de Especialidades de Policía (EEPOL). A

133 Policía nacional Civil, 2017.

114 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA la Academia de la PNC (APNC) se le asignó exclusivamente la formación de los agentes policiales de la escala básica. Con la creación de estos centros educativos se estableció la infraestructura educativa básica para la formación y profe- sionalización de los miembros de la institución policial.134

La demanda de ingreso ha sido tal, que la Acade- mia de la PNC ha abierto subsedes en los departamentos de Huehuetenango, Santa Rosa y Baja Verapaz, de las que han egresado varios miles de nuevos agentes de la PNC. A la fecha, en 45 promociones de la Academia y subsedes, han egresado 43,377 jóvenes guatemaltecos listos para el trabajo policial.

Otra línea que ha adoptado la institución para ha- cer frente a los desafíos de la seguridad del país ha sido la de dar un paso adelante en el tema de la seguridad demo- crática y enmarcarse en un modelo policial comunitario, de modo que la seguridad se consiga en estrecha relación con la comunidad. Para ello, del seno de la PNC surgió el llamado Modelo Policial de Seguridad Integral Comunita- ria (MOPSIC) que se orienta a brindar un servicio policial oportuno y efectivo a las demandas de seguridad de la co- munidad para los lazos de confianza con la misma y así optimizar el servicio policial.

Este ha sido el recorrido que ha seguido la policía en Guatemala. Si se parte de 1881, han sido 136 años de his- toria, tiempo en el que de 150 hombres que fueron capa- citados apresuradamente en aquellos días, en pleno siglo XXI se ha alcanzado un estado de fuerza para noviembre de 2017 de 36, 442 miembros de la institución entre hombres y mujeres. Desde la década de 1970 ingresaron las mujeres a la institución y con ello han fortalecido a las fuerzas poli- ciales y hoy en día constituyen el 15 % de los miembros de la Policía Nacional Civil, índice que va en aumento confor- me pasan los años, lo cual refleja en la policía los procesos que se van desarrollando en la sociedad guatemalteca.

134 Policía Nacional Civil, 2017.

115 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Lo mismo puede decirse de la variada composi- ción étnica y cultural que ahora presenta la institución policial, ya que sus miembros provienen de todas las re- giones del país, lo cual hace que la Policía Nacional Civil esté contribuyendo a la construcción de una Nación nue- va, unida en su diversidad.

Finalmente, los miles y miles de jóvenes, hom- bres y mujeres, que cada año se presentan como aspiran- tes para el ingreso a la institución da cuenta también de que la Policía Nacional Civil ha construido un espacio so- cial y laboral valorado y apreciado en el país.

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122 Anexo documental 1

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA ANEXO DOCUMENTAL 1

Palacio Nacional de Guatemala, Septiembre 12 de 1881

Siendo indispensable dar á la policía de esta ciudad una organización más conforme con las exigencias del ser- vicio público y reglamentar debidamente sus atribuciones y deberes, el Presidente de la República tiene a bien dispo- ner el establecimiento de un nuevo Cuerpo de Policía, bajo las bases del siguiente Reglamento que será de Observancia general. –Rubricado por el jeneral Presidente.- Barrundia.*

Reglamento de la Policía de seguridad, salubridad y ornato de la ciudad de Guatemala

Art. 1º.- La Policía de seguridad, salubridad y orna- to en la Capital de la República, estará a cargo de un Cuerpo organizado de la manera siguiente:

Un Director. Un Subdirector. Un Secretario. Un Tesorero. Dos Cirujanos. Cuatro Oficiales Comandantes de Sección. Doce Sargentos. Diez y seis Inspectores. Ocho Guardianes. Ciento Cincuenta Policías. Diez Id. Montados. Empleados subalternos.

Todos los individuos que forman el Cuerpo de Po- licía, gozan del fuero de guerra y quedan por consiguiente sujetos á las disposiciones del Código militar.

* Se respeta la ortografía original.

125 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Art. 2º.- El Director Jeneral de Policía ejercerá respecto á sus subordinados la misma autoridad que el Código Militar, atribuye á los Comandantes de Batallón.

Art. 3º.- La fuerza de Policía se dividirá en cuatro secciones, cada una de éstas en dos escuadras y cada es- cuadra en dos pelotones.

Art. 4º.- Ningún individuo podrá ingresar en la fuerza de policía, sino reúne las condiciones siguientes:

1. Que sea natural de la República de Guatemala: 2. Que tenga veinte años cumplidos y no pase de cuarenta: 3. Que tenga por lo menos cinco pies siete pulga- das de estatura: 4. Que no haya sido procesado y esté en pleno goce de los derechos de ciudadano: 5. Que disfrute de buena salud y no adolezca de defecto alguno físico: 6. Que afiance su buena conducta y las responsa- bilidades que contrae, por persona abonada á juicio del Director Jeneral.

Art. 5º.- Siempre que diferentes secciones de policía deban obrar de acuerdo, los Oficiales, sargentos é Inspectores. Estarán bajo las órdenes del jefe de mayor graduación, ó siendo iguales, del más antiguo que esté presente.

Art. 6º.- Cuando haya una plaza vacante entre los Oficiales, Sargentos é Inspectores, se llenará con un indi- viduo del grado inmediato inferior.

Art. 7º.- Ningún individuo de la fuerza de policía podrá retirarse del servicio sin permiso del Director, bajo pena de perder el sueldo correspondiente á la quincena que se le adeude; y se tendrá como vacante el puesto si la ausencia sin permiso pasa de dos días.

126 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Equipos

Art. 8º.- El uniforme del Cuerpo será: levita y pantalón de paño azul oscuro: con vivos blancos y botón plateado, con las armas de la República: gorra del mismo paño con el ala en la parte superior de la copa y visera: al lado izquierdo del pecho la placa que contiene el núme- ro del policía: zapatos de becerro, guantes de hilo blanco, cuellos y puños de celuloide. Llevará por armas, revolver y palo colgado en el cinturón ó tahalí, abrazadera de latón y silbato. Además llevará reloj de bolsa y tendrá su cartera conteniendo el mapa de la Ciudad, un ejemplar de la ins- trucción del policía y otro de sus obligaciones.

Art. 9º.- La pérdida del equipo ó de alguna de las piezas que lo componen, deberá esplicarse de una manera satisfactoria ó pagarse el importe del todo ó de la parte perdida. Los individuos que se retiren del servicio entre- garán al Oficial del Cuerpo el uniforme y demás enseres. El Director retendrá los haberes de cualquier individuo de la policía, hasta tanto sean entregados dichos equipos á quien corresponda, y de no verificarlo así, se descontará á dicho individuo el valor de las prendas no devueltas, ocu- rriéndose al fiador en caso necesario. La placa ó escudos que llevarán al lado izquierdo del pecho, se conservarán limpias y brillantes; siendo de cuenta del que las use, pla- tearlas de nuevo cuando se necesite. Los libros de instruc- ciones deben cuidarse, y en caso de deterioro ó pérdida, serán repuestos á espensas del individuo que los hubiere perdido ó inutilizado.

Del Director

Art. 10.- El Director Jeneral de Policia es de nom- bramiento del Gobierno y depende directa é inmediata- mente del Ministerio de la Guerra.

Art. 11.- Son deberes del Director Jeneral:

127 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

1. Hacer que cada uno de sus subalternos cumpla con las obligaciones que le corresponden: 2. Asistir diariamente á su Despacho, desde las 10 de la mañana hasta las 3 de la tarde, y en las demás horas del día ó de la noche, cuando su presencia en él sea indispensable. 3. Visitar los servicios de policía y cuidar del or- den y seguridad de ellas. 4. Velar por la seguridad de los ciudadanos y dar- les la protección y auxilio que necesiten: 5. Cuidar de la conservación del orden público, adoptando todas las disposiciones conducentes á ese fin. 6. Distribuir el servicio de la policía en las cuatro secciones en que ésta se divide: 7. Reglamentar y metodizar el aseo de las calles, plazas, paseos y jardines públicos y atender al ornato de la Ciudad: 8. Admitir al servicio del Cuerpo de policía á los individuos que tengan las condiciones que exije este Reglamento: 9. Nombrar á los sargentos, inspectores y demás subalternos: 10. Revisar los libros y cuentas de la Tesorería y de- más oficinas, providenciando lo que crea más adecuado á la mejor recaudación de las rentas y su inversión. Poner en noticia del Ministerio de la Guerra todos los asuntos de interés que requieran su conocimiento ó demanden su re- solución, dándole parte de cualquier tumulto ó motín que hubiere en la Ciudad. 11. Presentar anualmente al Ministerio de la Gue- rra un informe del estado en que se encuentra el Cuerpo de policía, suministrando todos los datos y observaciones que creyere conveniente para la mejora y disciplina del Cuerpo: 12. Dar parte diario de cuanto ocurra en el servicio de la Policía, al Presidente de la República, Mi- nistro de la Guerra, Ministro de Gobernación, Comandante de armas, Jefe y Sub-jefe político del Departamento:

128 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

13. Hacer que se cumplan todas las leyes y regla- mentos de policía que rijen en la Ciudad.

Del Sub-Director

Art. 12.- el Sub-Director es de nombramiento del Gobierno, á propuesta en terna del Director Jeneral: de- pendiendo inmediatamente de éste; y gozará la dotación que le señala el presupuesto.

Art. 13.- Es deber del Sub-Director cuidar del aseo y buen orden de cada sección de policía, así como también ver que los policías no carezcan de aquello que pudiera hacerles falta: que los libros de cada oficina sean llevados conforme está mandado, y que los oficiales y demás individuos desempeñen las obligaciones que les competen.

Art. 14.- El Sub-Director tendrá presente que su obligación es ver que todos los reglamentos sean fielmen- te cumplidos, dando parte al Director de cualquier infrac- ción que hubiere. También es su obligación ver que todos los indi- viduos del Cuerpo estén bien enterados de los deberes del policía.

Art. 15.- En caso de enfermedad, imposibilidad ó ausencia del Director, ó por cualquiera otra causa, el Sub- Director asumirá el mando de la fuerza y será respetado y obedecido como tal.

Del Secretario

Art. 16.- El Secretario será de nombramiento del Director y estará inmediatamente bajo sus órdenes.

Art. 17.- Sus Obligaciones serán;

129 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

1. Asistir al despacho de las 10 de mañana hasta las 3 de la tarde y durante cualquier hora del día y de la noche en que el Director reclame sus servicios. 2. Llevar toda correspondencia oficial, pública o reservada, dejando copia de la que dirijas tanto para el interior como para el esterior. Tendrá á su cargo el proveer el almacén de todos sus repues- tos, haciendo los pedidos conforme á las necesi- dades y de acuerdo con las indicaciones del Di- rector, con autorización del Gobierno. Formar el cuadro anual que se publicará el 1º de Febrero de cada año, dando á conocer al público todas las operaciones de la policía que sean de interés ge- neral. Vijilar el servicio de Telégrafos y Teléfonos.

Art. 18.- El Secretario llevará además los siguien- tes libros:

1. Un libro rejistro de la fuerza de policía bajo for- ma alfabética en el cual debe constar el nombre de cada uno de los capitanes, sarjentos, inspec- tores, guardianes y demás empleados de las secciones; el nombre de cada uno de los poli- cías, el número de su placa y la sección á que pertenecen. 2. Un libro donde se inscriben por orden alfabé- tico las personas aprehendidas, espresando el nombre, ocupación ú oficio, séxo nacionalidad y estado, el nombre del quejoso ó acusador, y nombre del ajente que hizo la captura. 3. Un libro de inscripción de casas públicas. 4. Otro de cuentas corrientes de las mensajerías del telégrafo de los cantones. 5. Un libro para anotar las entradas y salidas de pasajeros de la Ciudad, que deben enviar dia- riamente á la Dirección General de policía, los dueños de hoteles, mesones y demás casas de hospedaje. 6. Un libro en el que se rejistren por orden alfa- bético las listas que las casas de préstamos de-

130 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

ben dirijir diariamente á la Dirección General de policía, de los objetos empeñados durante las 24 horas antecedentes. 7. Otro libro en que se rejistren los objetos apre- hendidos procedentes de robos ó de cualquier delito.

Art. 19.- El Secretario hará las veces de Ecónomo en el Cuerpo de policía: y al efecto llevará una razón exac- ta de las prendas de equipo y de todos los demás útiles y enseres de la Dirección General y de las cuatro secciones.

Art. 20.- En materias de justicia tanto civil como criminal, autorizará las diligencias y resoluciones que se practiquen ó recaigan, sujetándose á las disposiciones del Código militar, relativas á los Secretarios de actuación.

Del Tesorero

Art. 21.- Corresponde al Gobierno el nombra- miento de Tesorero á propuesta del Director, bajo cuyas órdenes deberá estar inmediatamente.

Art. 22.- Para ser Tesorero se requiere tener 21 años cumplidos, estar en el ejercicio de los derechos de ciudadano, saber Teneduría de Libros y prestar una fianza de $ 2,000 á satisfacción del Director.

Art. 23.- Son obligaciones del Tesorero:

1. Asistir diariamente al despacho de las 10 de mañana á las 3 de la tarde. 2. Hacer recaudar los fondos de policía por medio de los Receptores que estarán bajo su mando, estendiendo recibo impreso á favor del intere- sado. 3. Llevar todas las cuentas por partida doble; pu- blicando el día 1º de cada mes, y firmado por él y con el V.º B.º del Director, un cuadro de los

131 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

ingresos y egresos del anterior, así como de la existencia en caja. 4. Presentar antes de seis horas de pedido por quien corresponda, el balance de sus cuentas en el caso de requerirse; 5. y no poder ausentarse sin permiso del Director.

De los Cirujanos

Art. 24.- Habrá dos Cirujanos de nombramiento del Gobierno á propuesta del Director y gozarán de la do- tación de $ 50 mensuales cada uno.

Art. 25.- Están obligados á acudir prontamente siempre que sean llamados de cualquiera de las secciones de policía, prestando los servicios facultativos que exija el caso, y debiendo emitir los informes periciales que les pi- dan las autoridades con ocasión de sus propios servicios en el Cuerpo de policía.

Art. 26.- Visitarán todos los días á los enfermos é inválidos que estuvieren á su cargo, atendiéndolos y re- cetándoles con el esmero y cuidado que requiere tan im- portante misión.

Art. 27.- Llevarán un rejistro en el que harán constar el tiempo que cada individuo haya estado enfer- mo, la naturaleza de la dolencia, su curso y terminación.

Art. 28.- El día 1º de cada mes, darán parte por escrito al Secretario, de los individuos del Cuerpo que es- tuvieren enfermos ó imposibilitados, con espresion de la causa y demás circunstancias que conduzcan á la buena hijiene de la sección respectiva.

Artículo 29.- darán aviso al mismo Secretario del restablecimiento de los individuos enfermos para que vuelvan al servicio.

132 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Artículo 30.- Visitarán personalmente cada sec- ción de policía comprendida en sus cantones, siempre que lo ordene el Director; y harán cada semana una visita general dando parte al Director de la falta de cumplimien- to á las órdenes respecto a la hijiene de cada sección.

Art. 31.- Será obligación de los Cirujanos de los Cuerpos de policía inspeccionar cuidadosamente las per- sonas que ocupan las casas públicas comprendidas en las localidades respectivas, á lo menos una vez cada semana, dando parte al Director del resultado, y sujiriendo aque- llas medidas que crea convenientes al estado de salud de las personas referidas.

De los Oficiales Comandantes de Sección

Art. 32.- En cada una de las secciones de poli- cía de la Ciudad habrá un Oficial como jefe superior de ella; serán de nombramiento del Ministerio de la Guerra á propuesta del Director. Y gozarán de $ 75 mensuales de sueldo.

Art. 33.- Los Oficiales Comandantes de policía son responsables de la observación del orden público en sus respectivos cantones, á cuyo efecto tienen facultad para co- laborar los individuos de la fuerza a su mando, en aquellos puntos ó lugares de su cantón que crean más convenientes, dándoles las atribuciones que sean necesarias.

Art. 34.- No permitirán la entrada al recinto de su seccion á los particulares que no pertenezcan al servicio, escepto aquellos que tengan algún asunto que ventilar.

Art. 35.- Los Oficiales Comandantes dividirán su fuerza de la manera que se espresa en el artículo respectivo.

Art. 36.- El Oficial dividirá además su sección en servicio diurno y nocturno designando los individuos que deban prestar uno y otro.

133 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Art. 37.- Incluirá en el libro que se lleve en la ofi- cina de su sección, los nombres y residencia de las perso- nas que hayan sido arrestadas, espresando la hora de la captura y la falta por la cual se verificó ésta; el nombre y residencia del quejoso; y el nombre del policía que efec- tuó el arresto.

Art. 38.- Mandará al Director diariamente á las 9 de la mañana una copia de las entradas hechas en el bo- rrador durante las 24 horas precedentes haciendo constar en ellas los nombres de las personas aprehendidas por los policías de su sección.

Art. 39.- Dará parte al Director diariamente á las 9 de la mañana de los individuos de la fuerza a que falten espresando las causas de la ausencia, y de los que hayan pasado lista. Designará por turnos á uno de los Sarjentos para que inspeccione las camas, ropa, vestidos, y equipo de cada uno de los individuos de policía. Esta revista ó inspección se hará diariamente y los Sarjentos darán par- te al Oficial de las faltas que observen.

Art. 40.- Ordenará se pase lista al principio y fin de cada turno inspeccionando á los individuos que deben entrar en fatiga; y el Sarjento ó Inspector respectivo dará cuenta de las faltas que hubiere notado en los espresados individuos.

De los Sarjentos

Art. 41.- En caso de ausencia del Oficial Coman- dante, ya sea por enfermedad ó por licencia obtenida por el Director, las obligaciones del primero recaen sobre el Sarjento que esté presente en la sección, á no ser que el Director ordene otra cosa. El Sarjento durante la ausencia del Oficial Comandante ejercerá toda la autoridad de éste y hará que se obedezca y cumpla lo establecido.

Art. 42.- Darán parte al Oficial Comandante de su

134 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA sección de todas las faltas de disciplina que cometan los subalternos que se hallen bajo su mando. Estarán francos por turno una noche por cada dos de servicio.

De los Inspectores

Art. 43.- Habrá cuatro Inspectores en cada sec- ción para cada escuadra: obedecerán prontamente las órdenes que reciban de sus superiores, procurando dar ejemplo de discreción y sagacidad á los individuos que estén bajo su mando. Se presentarán siempre y en todas partes decentemente vestidos y limpios en su persona y equipos.

Art. 44.- Serán responsables del buen orden y disciplina de los subalternos que estén bajo su mando: de- ben estudiar cuidadosamente y entender con perfección los reglamentos de policía. Anotarán todas las faltas que cometan sus subalternos en el desempeño de sus obliga- ciones, dando parte al Sargento encargado de la sección respectiva como segundo del Oficial Comandante. Ron- darán constantemente los puestos que ocupan las respec- tivas escuadras, á fin de que cumplan con su obligación. Si algún individuo de policía no se encontrare en su puesto, se llamará en cada uno de los estremos de su línea y en el medio de ella.

De los Policías

Art. 45.- Los individuos de la policía deben pres- tar auxilio á cualquiera autoridad y á los vecinos que lo pidan, para precaver algún mal que les amenace, ya sea en la calle ó dentro de sus casas. La ausencia del crimen, será la mejor prueba de la eficacia de la policía y cuando en al- gún puesto ó línea se cometan desórdenes con frecuencia, habrá razón para suponer que hay neglijencia por parte del individuo encargado de aquella línea ó puesto.

135 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Art. 46.- Prestarán asimismo el auxilio necesario para que se cumplan las Leyes y Reglamentos de Policía, y todas las demás providencias que emanen sus Jefes.

Art. 47.- El principal deber de los individuos de la Policía, es cuidar de la conservación del orden público, evitando cualquier abuso, exceso ó riña que se cometan tanto en las calles como en los mesones, tabernas, hoteles, y demás establecimientos públicos, á cuyo efecto los vi- sitarán especialmente cuando haya notable concurrencia de personas, ó se sospeche que algunas de estas se ocupen en entretenimientos prohibidos y que por lo mismo, pue- de cometerse algún desorden.

Art. 48.- Todo individuo de Policía está obligado á conocer á los vecinos de su línea, de tal manera que pueda reconocerlos inmediatamente. Inspeccionará cuidadosa- mente los puntos que le estén encomendados. También se cerciorará al recorrer su línea por la noche, de que todas las puertas y ventanas de los almacenes y casas particula- res estén bien cerradas.

Art. 49.- Dará parte al Jefe inmediato de su res- pectiva sección de todas las personas sospechosas, vijila- rá cuidadosamente las casas de mala fama comprendidas en su línea, dando cuenta al sarjento de las observaciones que hiciere.

Art. 50.- No abandonará su puesto, hasta que sea debidamente relevado, á no ser que el Sarjento, bajo cuyas órdenes esté, mande otra cosa. Pondrá en conocimiento del mismo Sarjento el número de faroles que no hayan sido encendidos á su de- bido tiempo ó que estén sucios ó en mal estado.

Art. 51.- Tendrá obligación de decir su nombre y número respetuosamente á todas las personas que lo re- quieran. No hará uso del palo ó revolver, sino en caso de necesidad. Es prohibido que dos individuos del Cuerpo anden juntos, y que sostengan conversaciones cuando se encuentren en los límites de su línea, á no ser para asun-

136 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA tos del servicio, en cuyo caso lo harán de la manera más breve posible. También es prohibido entrar en conversa- ción con persona alguna á menos que sea sobre asuntos concernientes á su obligación.

Art. 52.- Recorrerá constantemente su línea, siempre que no reciba orden en contrario; no pudien- do permanecer parado en un mismo punto más de cin- co minutos.

Art. 53.- Se tendrá por descuidado y neglijente en el desempeño de sus deberes todo policía que pierda su placa ó escudo ó cualquier otra pieza de su equipo; así como también el poco esmero en el arreglo de sus pren- das: igualmente se considerará como falta de su obliga- ción el no dar parte inmediatamente al Sarjento de su cantón de la pérdida de cualquiera de sus prendas.

Art. 54.- Asistirá á la clase de ejercicio diario que habrá en la seccion respectiva. Saldrá con cinco minutos de anticipación para ocupar su puesto de turno con la de- bida exactitud y por el tiempo que le corresponda.

Art. 55.- Prestará toda atención y auxilio á las Se- ñoras, cualquiera que sea su clase ó condición, haciendo observar que los de á pié en las aceras y por los de vehícu- los ó de á caballo en las calles, el sistema de que cada cual tome siempre la mano derecha.

Art. 56.- Impedirá la portación de armas, sin dis- tinción de personas, esceptuándose los oficiales del Ejér- cito. La persona á quien se le encontráre alguna arma, será conducida acto continuo al Cuerpo de Policía, en donde le será decomisada y se le condenará por quién corresponda á pagar la multa respectiva.

Art. 57.- Son deberes de la Policía:

1. Aprehender á los delincuentes infraganti, á los que infundan sospechas ó se sepa que han co- metido algún delito: á los desertores; a los que

137 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

con cualquier escándalo alteren el órden pú- blico: á los vagos y mal entretenidos, especial- mente cuando frecuenten o permanezcan largo tiempo en las tabernas, casas de juegos ú otros lugares de mal género; a los locos que anden por las calles molestando al público, ó cuando de ellos se tema que puedan causar algún daño, y á los que con pretesto del culto recorran las calles solicitando limosnas. 2. Aprehender á los ebrios escandalosos que se encuentren en las calles ó paseos y á los que es- tén caídos; y retirar á los que sin causar escán- dalo, puedan caminar por sí mismos. 3. Cuidar de que los estancos y fondas de aguar- diente y demás establecimientos de licores no se abran antes de las seis de la mañana, y de que cierren a las ocho de la noche: que en las horas prohibidas no se consientan tomadores en el interior: de que no se admitan en esos estable- cimientos menores de veintiún años y de que no se venda al fiado, ni sobre prendas. 4. Reprimir cualquier abuso que pueda cometer- se en el comercio, mercado y venta de víveres; evitando que los particulares sean defraudados. 5. Evitar que cualquier persona ensucie las pa- redes y puertas de calle, los lugares públicos y las banquetas: impedir que sobre éstas cami- nen bestias o individuos conduciendo bultos: que permanezcan largo tiempo en ellas y en las esquinas personas ociosas, ó grupos que dificulten el tránsito: y que se arrojen piedras, ó se hagan disparos. Impedir que se depositen en las calles, maderas, ripio, basuras y todo otro objeto que estorbe el tránsito, á no ser con pre- vio permiso del Director de la Policía: evitar así mismo que se abran hoyos en los acueductos y atargeas, sin dicha licencia y por más tiempo del que en ella se indique. 7º.- Cuidar de que no se arrojen á las calles animales muertos, ú otros objetos inmundos, obligando á los que infrin- jan esta prohibición á llevarlos á sitio conve-

138 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

niente fuera de la Ciudad: arrestar á los que no lo verifiquen y dar aviso cuando se hallen en las calles, plazas y lugares públicos tales objetos. para que inmediatamente se manden quitar, á costa de los culpables si se descubrieren. 6. Hacer que todo vecino conserve aseada la parte de calle que le corresponda, y limpias las pare- des de su casa: que quite el monte de sus teja- dos y componga las tejas que amenacen caer en daño al público. 7. 9º.- Evitar que los tenderos, carpinteros y otros de semejantes oficios, saquen á la calle sus ba- suras para quemarlas, debiendo hacerlo dentro de sus casas ó conducirlas fuera de la Ciudad. 8. Dar aviso de si en las calles encomendadas á su cuidado, hay aguas estancadas, puentes rotos, acequias desbordadas, acueductos enyerbados, paredes que amenacen ruina, destrucción de empedrados, ó de cualquier otra circunstancia de que deba tener conocimiento el Jefe Político. 9. Evitar que hagan gradas ú otras construcciones que sobresalgan de la línea de las calles, dando parte de las que existen para ordenar su remo- ción. 10. Evitar que con el pretesto de enfermedad, se pongan obstáculos que impidan el libre tránsi- to de la calle, cuyo permiso no podrá conceder ninguna autoridad. 11. 13º.- Cuidar de que no se lleven galopando los caballos de silla, carruajes ó carretas, ni que los carreteros las conduzcan subidos en ellas, ó distante de ellas. 12. No permitir que los carreteros, arreadores de béstias y bueyes, maltraten con crueldad á esos animales. 13. Dirigir á los transeúntes cuando necesiten di- rección de casas ó calles. 14. Recoger y llevar á su respectiva sección cual- quier bestia que se encuentre estraviada en las calles. 15. Saber donde habitan los principales funciona-

139 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

rios públicos y autoridades de la Ciudad. 16. Auxiliar á los Preceptores de establecimientos de enseñanza, á fin de que concurran con pun- tualidad los alumnos á las escuelas, tomando al efecto, los informes necesarios acerca de las fal- tas de asistencia en los de su respectivo cantón, y dando cuenta á quien corresponda. 17. Llevar á la sección respectiva a los niños que se encuentren perdidos. 18. Dar inmediatamente aviso á los dueños de las casas y á sus vecinos, cuando se note algún in- cendio, sujetándose en tales casos á las preven- ciones del réjímen del Cuerpo. 19. Poner en conocimiento de su Sargento ú Ofi- cial, si en algún punto se tienen reuniones que juzguen atentatorias al orden público, quien dará aviso inmediatamente al Director, para que éste dé parte al Ministerio de Guerra. 20. Dar parte así mismo cuando tenga noticia de que en cualquiera casa se fabrica moneda fal- sa, aguardiente clandestino, se introduce con- trabando, ó se oculta algún delincuente que hubiese perpetrado delito público, aun cuando no sea en el cantón de su servicio, para que la autoridad proceda á lo que haya lugar. Levantar y auxiliar á los heridos y á las personas impo- sibilitadas para proseguir su marcha, y recojer los cadáveres que encuentren en las calles y lugares públicos, para conducirlos á la oficina de su Cuerpo; debiendo, cuando haya algún he- rido de suma gravedad, interrogarlo de palabra acerca de quien lo hirió, ante quienes y el moti- vo; relación que deberá ser escuchada á lo me- nos por dos guardias o vecinos, y se consignará en el parte que se dé á la autoridad. 21. Dar parte si la persona há muerto de enferme- dad contajiosa, ó si han transcurrido 24 horas sin conducirlo al Cementerio, para que tanto en el primero, como en el segundo caso, se le man- de dar pronto sepultura.

140 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Art. 58.- Es prohibido á los individuos de policía:

1. Arrestar personas y detenerlas por su propia determinación, fuera de los casos señalados por este Reglamento, y de los que espresen las disposiciones que estén encargados de cumplir. 2. Perturbar las reuniones en que no se altere el orden y molestar de cualquier modo á los veci- nos pacíficos. 3. Hacer uso de las armas en otro caso que no sea el de hallarse obligados para atender á su propia defensa y en el de que sea imposible sin este medio vencer una resistencia obstinada y deliberada á sus mandatos, después de haber empleado inútilmente la prudencia para hacer- se obedecer. 4. Arrastrar á los ebrios que se encuentren inca- paces de caminar por sí mismos; en este caso los conducirán de manera conveniente. 5. Pedir ó recibir gratificación de algún particular; imponer penas de ningún género y bajo cual- quier pretesto, y vejar de obra ó de palabra, de- biendo limitarse únicamente á tomar medidas de seguridad con las personas que aprehendan.

De los Jueces de Paz

Art. 59.- Habrá un Juez de Paz en cada uno de los cuatro Cantones de Policía, teniendo su propio despacho en el mismo edificio destinado á la sección de policía.

Art. 60.- Los cantones se denominarán del No- reste, Noroeste, Sureste y Suroeste, sirviéndoles de líneas divisorias la línea que media entre la 6ª y 7a Avenida y la 10ª Calle, ambas en toda su extensión de Norte á Sur y de Oriente á Poniente.

Art. 61.- Los Jueces de Paz ejercerán las atribucio- nes que les designan las leyes vijentes; debiendo además

141 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL conocer económicamente de las faltas cometidas por los paisanos, y que merezcan más de veinte días de arresto y cincuenta pesos de multa. Gozarán del sueldo de $ 56 cada uno pagaderos por la Tesorería de Policía.

De los Jefes de los Trenes de Aseo

Art. 62.- En cada sección de Policía, habrá u indi- viduo á cuyo cargo está el aseo de las calles de su cantón, gozará de $ 30 mensuales de sueldo, y será de nombra- miento de la Dirección.

Art. 63.- Tendrá á su cargo los carros, útiles y en- seres para el aseo de la Ciudad, y bajo su mando inme- diato se encontrarán los individuos que requiera para ese servicio, y que lo serán los vagos que recoja la policía de las calles de la Ciudad. -Cuando estos no alcancen, harán dicho servicio los que se contraten al efecto.

Art. 64.- Son obligaciones del Jefe de los trenes de aseo, las siguientes:

1. Llevar 5 libros, el 1º de inventario en que cons- ten todos los útiles y enseres que haya recibi- do; el 2º en que asentarán los nombres y di- recciones de los dueños de casas que se hayan inscrito para que se les limpie el frente de las mismas; cuyas suscriciones deberán pagar por mensualidades anticipadas; el 3º en que cons- tará el nombre y jornal de cada uno de los in- dividuos que ocupe, espresando el número de días de trabajo; el 4º en que asiente el nombre y dirección de los dueños de casas, que no ha- biéndose suscrito para la limpieza de los frentes de sus propiedades, se les haya limpiado por no haber cumplido con lo prescrito por la ley, y el 5º finalmente, en que consten las cantidades que recibe en efectivo por dicho servicio, y que entregará a la Tesorería de la policía, la cual le dará el correspondiente recibo.

142 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

2. Cuidar personalmente la cuadrilla de sus tra- bajadores, durante las horas que se designen á este servicio, para que el cantón que le corres- ponde, según demarcación en el plano de la Ciudad, se encuentre siempre limpio. 3. Hacer que se recoja diariamente y con los carros de mula que tendrá á su disposición, la basura que los vecinos tengan reunida en la puerta de la casa; debiendo pagar los interesados por este servicio la cuota respectiva, adelantada. 4. Cuidar de los animales que le corresponden y de su mantención, recojiendo los recibos res- pectivos de lo que gaste en forrajes, para dar cuenta á la Tesorería.

Art. 65.- Los Jefes de los trenes de aseo, tendrán por Jefe inmediato superior á los Sarjentos de sus seccio- nes respectivas.

De las Mensajerias

Art. 66.- En cada Cuerpo de Policía, habrá una ofi- cina central de mensajerías, indicadores telegráficos de Can- tón, Teléfonos de los Cuerpos de Policía y mozos de cordel.

Art. 67.- Cada una de estas oficinas estará á cargo de un empleado, que se denominará Jefe de mensajerías del Cantón tal, gozará de un sueldo de $40 mensuales, y será de nombramiento de la Dirección, de igual modo que todos los empleados subalternos de la misma oficina.

Art. 68.- Para ejercer este empleo se requiere ser mayor de edad, ciudadano en ejercicio de todos sus dere- chos, saber leer y escribir, conocer la Contabilidad y pres- tar su fianza respectiva.

Art. 69.- Cada una de estas oficinas comprende, además del empleado en jefe, dos telegrafistas, con des- pacho de la Superintendencia de Telégrafos, el primero para el servicio de Teléfonos y el segundo para el de in-

143 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL dicadores telegráficos, entre los que se repartirá el traba- jo durante las 24 horas del día y de la noche: gozarán de un sueldo mensual de $50 cada uno, debiendo cumplir en un todo con el reglamento interior de la oficina, Ha- brá además en cada oficina, mensajeros de 8 á 12 años de edad: que gozarán de un sueldo de $10 mensuales; de- biendo cumplir con lo que prescribe concerniente á ellos, el reglamento dicho; y diez mozos de cordel también para cada oficina, quienes para ser matriculados, deberán pre- sentar certificados con tres firmas de Comerciantes abo- nados. Su salario es de $ 20 mensuales y sus servicios los deberán prestar desde las 7 de la mañana, hasta las 6 de la tarde, con escepción de las horas de comer. Tanto éstos como los mensajeros, tendrán su uniforme respectivo.

Art. 70.- Las obligaciones del empleado en Jefe, son:

1. Asistir diariamente á su despacho, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, esceptuan- do las horas de almorzar y comer. 2. Llevar los libros de contabilidad de su oficina que indica el Reglamento interior de la misma. 3. Cumplir y hacer cumplir á sus subordinados lo que previene el mismo reglamento interior. 4. Enterar diariamente en la Tesorería las sumas que reciba durante el día, rindiendo ante la misma, el último de cada mes, sus cuentas res- pectivas para la glosa, y 5. Presentar á la Dirección un estado impreso mensual de sus operaciones.

De las Salas de Detención

Art. 71.- Cada Sección de Policía tendrá dos salas de detención, una para hombres y otra para mugeres, en donde serán colocados los que conduzcan los individuos de policía.

Art. 72.- Las dos salas estarán servidas por dos

144 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA guardianes que prestarán su servicio de día y de noche y se alternarán cada tres horas: gozarán de un sueldo de $ 30 al mes, debiendo reunir las condiciones indispensables de honradez, buena salud y fuerza para servir ese puesto.

Art. 73.- Las obligaciones de los guardianes, son:

1. Mantener en perfecto uso las salas de deten- ción, visitándolas á menudo para ese efecto. 2. Evitar riñas o escándalos en ellas, é impedir que ninguno que los que allí entren, lleve arma alguna. 3. Llevar un libro para asentar el número y nom- bre de los detenidos, fechas de entrada y salida, quién los condujo y por qué motivo; para que así puedan responder inmediatamente á sus jefes, las preguntas que les dirijan, bien sea de palabra ó por escrito.

Art. 74.- Los guardianes serán responsables de toda evasión que se verifique por falta de vijilancia ó de cumplimiento de sus deberes.

Art. 75.- No podrán salir sin permiso de quien corresponda, y menos ausentarse por mas de dos horas, para estar listos en su turno.

Disposiciones Jenerales

Art. 76.- la Policía no podrá distraerse del objeto de su institución y la autoridad que lo dispusiere, será res- ponsable de este abuso.

Art. 77.- Los individuos de la policía deberán siempre conducirse con la mayor prudencia y comedi- miento, como corresponde á individuos de una institución creada para conservar el órden público y para garantizar la propiedad, el respeto de las personas y el cumplimiento de la ley.

145 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Art. 78.- Ningun individuo del Cuerpo, sin orden escrita de autoridad competente, podrá penetrar en las casas particulares, á no ser que en el interior de ellas se suscite pendencia, riña, ú otro escándalo que se perciba fuera, ó en persecución actual de algún delincuente que se refújie dentro, en cuyo caso, y siempre que sea posible, se dará previo aviso al dueño ó á quien la habite, debiendo entrar por la puerta salvo que sea indispensable verificar- lo por otro punto. También podrá entrarse á las casas de los particulares, cuando los que la habitan pidan ó permi- tan el ingreso.

Art. 79.- Cuando en casos urjentes del servicio ocupe la policía, bestias, carros ú otros vehículos de los particulares, lo hará indemnizándolos cual corresponde.

Art. 80.- Tan luego como estén formados los in- dividuos de la fuerza, los Inspectores y Sargentos pasarán revista, á todos y á cada uno de ellos, cuidando que los vestidos y demás equipos estén limpios. Enseguida darán parte al Oficial del resultado de su inspección. Los Inspec- tores de servicio nocturno, serán relevados dos veces al mes, escepto en las noches en que el Sargento de la Escua- dra se encuentre ausente.

Art. 81.- La señal de llamamiento será dos fuertes silbidos del pito; el policía llamado responderá de la mis- ma manera; y si el Oficial inspector necesitare de algún policía, dará un solo silbido. Si algún policía apostado en el lugar que le corresponde necesitare la presencia de otro policía de la vecina línea, lo llamará dando un solo silbi- do, el cual será contestado de igual manera.

Art. 82.- En caso que algún individuo de policía necesitare del auxilio de más de uno, dará tres silbidos seguidos y violentos: los policías que lo oyeren respon- derán dando un solo silbido, y acudirán inmediatamente á dar el auxilio que se les pide. Cuando algún Oficial esté en persecución de alguna persona por la noche, dará de ves en cuando un solo silbido, para indicar á los demás el camino que lleva.

146 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

Art. 83.- Se exijirá con toda rigidez la asistencia puntual, la pronta obediencia á las órdenes y la observan- cia de los reglamentos del Cuerpo. No obstante estar de- marcadas las horas de servicio ordinario, de los Sargentos, Inspectores é individuos de policia, siempre estarán listos á toda hora para obrar cuando las circunstancias lo exijan.

Art. 84.- Ningún individuo de la fuerza podrá fumar ó beber licores fuertes dentro de la sección ó fue- ra de ella, mientras estuviere de facción. Es prohibido entrar á los lugares donde se espendan bebidas espiri- tuosas, escepto en caso de exijirlo así el cumplimiento de sus deberes. Es absolutamente prohibido, y bajo ningún pre- testo se permitirá la introducción de bebidas fuertes en las respectivas secciones, escepto por mandato del Cirujano.

Art. 85.- Todo individuo de policía llevará un libro pequeño, en el cual anotará los nombres de las personas que haya capturado; así como tambien todo informe que tienda á mejorar el servicio. Este libro será presentado al Sargento de guardia tan luego como haya cumplido el turno.

Art. 86.- Los Capitanes, Sargentos é Inspectores, siempre que manden alguna sección de policía para el desempeño de alguna comisión, harán que la fuerza mar- che conforme á la Ordenanza militar.

Art. 87.- Toda persona que sea arrestada, será in- mediatamente conducida á la sección á que pertenece el policía que haya hecho la captura.

Art. 88.- El prohibido á los Sargentos, Inspec- tores o simples policías el uso del paraguas ó bastones durante el desempeño de su obligación, ó mientras estén de uniforme.

Art. 89.- En caso de muerte de algún individuo del Cuerpo, el Oficial dará parte al Director, por escrito, y entregará el equipo del difunto.

147 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Art. 90.- siempre que algún crimen se cometie- re y que el Director pudiere sospechar que fué por negli- jencia de los inspectores ó policías de la línea en que se perpetró aquel, deberán probar que cuando tuvo lugar se hallaban en sus puestos, y en el pleno desempeño de sus funciones. De otra manera, serán castigados por el Direc- tor, según sú falta.

Art. 91.- Los haberes de los individuos de la fuer- za, serán pagados por quincenas vencidas, quedando su- jetos á las deducciones que por vía de multa se les hayan impuesto por faltas cometidas en el servicio.

Art. 92.- Los individuos que componen la fuerza de policía, están obligados á dar á sus Sargentos la direc- ción de sus casas de habitación de una manera clara, á fin de poderlos encontrar con facilidad. Darán también aviso cada vez que cambien de domicilio.

Art. 93.- Todos los individuos que componen la fuerza de policía, están esceptuados del servicio de cargos concejiles y de toda contribución personal, y el tiempo de servicio se conceptuará como servicio activo militar.

Art. 94.- Todos los Oficiales, Inspectores, Sargen- tos, policías y guardianes, tendrán un ejemplar de ins- trucciones, el cual estudiarán detenida y cuidadosamente para familiarizarse con las reglas del servicio y sus respec- tivas atribuciones.

Art. 95.- siempre que un policía encuentre que su fuerza personal es insuficiente para efectuar un arresto, en el cual crea además encontrar resistencia, pedirá au- xilio á las personas presentes, ó á tantas cuantas suponga indispensable para ejecutarlo. El que se negare á prestar este auxilio, se tendrá por culpable y se hará acreedor á un castigo.”

148 Anexo documental 2

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA ANEXO DOCUMENTAL 2

Listado histórico de directores de la Policía Nacional de Guatemala

N° NOMBRE PERÍODO 1. Ciudadano Roderico Toledo Sep.1881-sep.1884 2. Coronel Martin Stevenson Oct.1884-sep.1884 3. Coronel Pedro Ramos Sep.1884-sep.1885 4. Coronel Pedro Izaguirre Sep.1885-sep.1886 5. Coronel Manuel Vásquez Sep.1886-jun.1891 6. Coronel Francisco Gatica Jun.1891-mar.1892 7. Coronel Onofre Bone Mar.1892-oct.1892 8. Coronel Agapito López Oct.1892-ene.1893 9. Coronel Florentín González Ene.1893-feb.1894 10. Coronel Roque Morales Feb.1894-ago.1897 11. Ciudadano Francisco Castillo Ago.1897-feb.1898 12. Ciudadano Manuel Estrada Esquivel Feb.1898-feb.1899 13. Ciudadano Gustavo Joseph Feb.1899-mar.1905 14. Ciudadano Clementino Castillo Mar.1905-jun.1905 15. Ciudadano Alberto Lamb Jun.1905-may.1907 16. Coronel Emilio Ubico May.1907-jul.1910 17. Coronel Tiburcio Carías Molina Ago.1910-oct.1914 18. Coronel Rafael Yaquián Oct.1914-nov.1919 19. General de División Pedro Reyes Reynelas Nov.1919-abr.1920 20. Ciudadano Felipe Morán Gil Abr.1920-jun.1920 21. Ciudadano Juan Letz Jun.1920-ago.1920 22. Coronel Pedro de León Solórzano Ago.1920-dic.1920 23. Ciudadano Miguel Ortíz Narváez Dic. 1920-dic.1921 24. Coronel Daniel Hernández Dic.1921-feb.1929 25. Coronel Herlindo Solórzano Feb.1929-dic.1930 26. Coronel Flavio Pinto Dic.1930-dic.1930 27. Ciudadano Carlos Melgar Dic.1930-ene.1931 28. General de Brigada Roderico Anzueto Ene.1931-feb.1937

151 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

29. General de División David Ordóñez Feb.1937-jun.1944 30. Coronel Isidoro Morales Carranza Jun.1944-jul.1944 31. General de División Miguel Castro Monzón Jul.1944-jul.1944 32. Coronel Moisés Evaristo Orozco Jul.1944-oct.1944 33. Capitán Manuel de Jesús Arana Oct.1944-jun.1945 34. Bachiller Mario Méndez Montenegro Ago.1945-nov.1945 35. Coronel Víctor Sandoval Nov.1945-ago.1950 36. Tte. Coronel Juan José Serra Ago.1950-mar.1951 37. Tte. Coronel Anselmo Getellá Amézquita Mar.1951-ago.1951 38. Coronel Felipe Antonio Girón Ago.1951-may.1952 39. Tte. Coronel Rogelio Cruz Wer May.1952-jun.1954 40. Coronel José Luis Morales Melgar Jun.1954-jun.1954 41. Coronel Rubén González Siguí Jun.1954-jul1954 42. Coronel Miguel Ángel Mendoza Azurdia Jul.1954-ene.1955 43. Coronel Antonio Estrada Sanabria Ene.1955-ene.1956 44. Coronel Carlos Enrique de León Ene.1956-jul.1957 45. Coronel Santiago Muñoz Ardón Oct.1957-oct.1957 46. Coronel José Antonio Piloña Cordero Oct.1957-jul.1958 47. Coronel Marciano Casado Armentía Jul.1958-jul.1959 48. Coronel José Arenas Mérida Jul.1959-sep.1959 49. Coronel Lucas A. Sosa de León Sep.1959-sep.1959 50. Coronel Carlos Humberto Ceballos Sep.1959-oct.1959 51. Coronel Alfredo Castañeda Ordóñez Oct.1959-mar.1960 52. Coronel Francisco Ardón Fernández Mar.1960-jul.1961 53. Coronel Domingo Rosales España Jul.1961-jul.1961 54. Coronel Víctor Rodríguez Tejeda Jul.1961-feb.1963 55. Coronel Otto Spiegeler Feb.1963-feb.1963 56. Coronel Víctor Rodríguez Tejeda Feb.1963-ene.1965 57. Coronel José Víctor Mendizábal Ene.1965-jun.1965 58. Coronel Luis Alberto González Salaverría Jun.1965-jul.1966 59. Coronel Homero García Montenegro Jul.1966-feb.1967 60. Coronel Víctor Manuel Gamboa Gramajo Feb.1967-mar.1967 61. Coronel Francisco Sosa Ávila Mar.1967-mar.1968 62. Coronel Víctor Manuel Gamboa Gramajo Mar.1968-abr.1969 63. Coronel Amadeo Chinchilla Orellana Abr.1969.-feb.1970 64. Mayor Miguel Mauricio Izquierdo Gudiel Feb.1970-jun.1970

152 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA POLICÍA EN GUATEMALA

65. Tte. Coronel Julio Ramiro Marroquín Pérez Jul.1970-ene.1971 66. Coronel Genaro Alvarado Robles Ene.1971-sep.1974 67. Coronel Ricardo Escalante González Sep.1974-nov.1975 68. Coronel Mario Gustavo Cardona Maldonado Nov.1975-jun.1978 69. Coronel German Chupina Barahona* Jul.1978-mar.1982 70. Coronel Hernán Orestes Ponce Nitsch** 1980-1983 71. Coronel Héctor Rafael Bol de la Cruz 1983 72. Comisario General José Félix Álvarez Arévalo 1985 73. Lic. Rubén Zuchini Paiz 1986 74. Coronel Julio Caballeros Seigné 1986 y 1990 75. Coronel Carlos Aníbal Méndez Cabrera 1988 76. Capitán de Navío Romeo Guevara Reyes 1989 77. Coronel Geovany Valerio Cárdenas 1989-1990 78. Coronel Mario Enrique Paiz Bolaños 1991 79. Coronel de Aviación Hernán Enrique Grotewold 1991 80. Lic. Carlos Enrique Samayoa Cifuentes 1991-1992 81. Lic. Mario René Cifuentes Echeverría 1993-1994 82. Lic. Leopoldo Guerra Juárez 1993 83. Lic. Salvador Figueroa 1994-1995 84. Lic. Ángel Antonio Conte Cojulún*** 1995-1997

*Hasta aquí la fuente ha sido Historia de la Policía Nacional, 1981. ** A partir de aquí la fuente es Sinay y Contreras, 2004. *** El licenciado Conte Cojulún era jefe de la Policía nacional en 1997 y cuando en ese año se creó la Policía Nacional Civil, fue nombrado como Director de la misma.

153 COMISIÓN NACIONAL PARA LA REFORMA POLICIAL

Listado histórico de Directores Generales de la Policía Nacional Civil de Guatemala

N° NOMBRE PERÍODO 1. Lic. Ángel Antonio Conte Cojulún (carrera policial) Jul.1997-ene.2000 2. Lic. Baudilio Portillo Merlos Ene.2000-may.2000 3. Lic. Mario René Cifuentes Echeverría May.2000-ago.2000 4. Lic. Rudio Lecsán Mérida Ago.2000-mar.2001 5. Lic. Enio Rudelsy Rivera Cardona (carrera policial) Mar.2001-ene.2002 6. Lic. Luis Arturo Paniagua Galicia Ene.2002-nov.2002 7. Lic. Raúl Arquímedes Manchamé Leiva Nov.2002-jul.2003 8. Sr. Oscar Raúl Segura Sánchez (carrera policial) Jul.2003-ene.2004 9. Lic. Adolfo Dubón Gálvez May.2004-jul.2004 10. Lic. Erwin Johann Sperinsen Jul.2004-ago.2007 11. Lic. Julio Roberto Hernández Chávez (carrera policial) Abr.2007-sep.2007 12. Sr. Isabel Mendoza Agustín (carrera policial) Oct.2007-ago.2008 13. Sra. Marlene Raquel Blanco Lapola (carrera policial) Sep.2008-jun.2009 14. Sr. Porfirio Pérez Paniagua (carrera policial) Jun.2009-ago.2009 15. Sr. Baltazar Gómez Barrios (carrera policial) Ago.2009-mar.2010 16. Sr. Jaime Leonel Otzín Díaz (carrera policial) Jun.2010-ene.2012 17. Lic. Gerzon Wilfredo Oliva Ramos (carrera policial) Ene.2012-jul.2013 18. Lic. Telémaco Pérez García (carrera policial) Jul. 2013-mar.2015 19. Lic. Walter René Vázquez Cerón (carrera policial) Mar.2015-sep.2015 20. Msc. Nery Abilio Ramos Ramos (carrera policial) Sep.2015

Fuente: Comunicación Social de la Policía Nacional Civil

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MISIÓN Proteger la vida, la integridad física, la seguridad de las personas y sus bienes, el libre ejercicio de los derechos y libertades, así como prevenir, investigar y combatir el delito, preservando el orden y la seguridad pública.

VISIÓN Ser una institución altamente calificada con vocación y reconocida excelencia, conformada por personal de sólida formación humana, altas competencias, respeto al ordenamiento jurídico y derechos humanos, con capacidad de generar corresponsabilidad comunitaria para el logro de la convivencia pacífica.