Toledo Y Sus Calles (Notas Para Un Callejero Toledano)
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TOLEDO Y SUS CALLES (NOTAS PARA UN CALLEJERO TOLEDANO) Por JULIO PORRES MARTlN-CLETO --Vicepresidente del 1. P. 1. E. T. -- " ... sus calles y entradas y salidas son ásperas porque está, corno dicho es, fundadl1 sobre una sierra de cinco collados ... » LUIS HURTADO DR TOLEDO: Memorial i1 Felipe II (1576). 1 ESTUDIOS ANTERIORES SOBRE EL TEMA Por decreto de 9 de marzo de 1940 se declaró a Toledo Monumento Nacional en su integridad. Este reconocimiento oficial del conjunto artístico que la ciudad representa, tras la larga serie de disposiciones que colocaban, individualmente, bajo la protección estatal a sus más destacados edificios, vino a reconocer el valor de todo el casco urbano y la armonía que guardan entre sí sus diversos elementos, formando en su con junto, viario-monumental, ese elemento tan vago y difícil de definir que es el carácter o el ambiente toledano. Si de los ya muy numerosos edificios que en España han sido declarados Monumentos Nacionales existe, como es lógi• co suponer, una descripción documental detallada; si de los existentes en cada provincia, aunque no se hayan marcha mado oficialmente como valiosos, se fueron redactando Catá- 1 La pequeña historia, no siempre edificante, de estos Catálogos puede verse en J. A. GAYA NL'~o: La Arquitectura española en sus monumentos desaparecidos (Madrid, 1961), pág. 27, nota. (1) 74 TOLEDO Y SUS CALLES logos monumentales a prinCIpIOS de siglo', era natural que considerando a toda nuestra ciudad como un monumento se elaborase su correspondiente Catálogo oficial. Es ésta desde luego una obra larga y comprometida, pero cada día más nece saria y urgente; tanto por representar el estudio detenido de t o d o s los elementos arquitectónicos, conjuntos artísticos, agrupaciones especiales o estructuras urbanas dignas de ser respetadas y protegidas oficialmente, como para servir de guía imprescindible de las autorizaciones que el Municipio y la Dirección de Bellas Artes puedan otorgar para modificarlos, y asimismo para redactar lo que podríamos llamar el "catálo go-anti-monumental", o sea la lista, de lo que debe eliminarse, muy numerosa también. En cuanto al volumen que representa esta tarea, si tene mos en cuenta que el benemérito toleda)1o conde de Cedillo fue capaz de escribir, él solo y pese a los difíciles desplaza mientos en su época, el de toda la provincia, no puede califi carse de i m p o s i b I e ni mucho menos, sobre t o d o si se encomienda a un grupo de expertos en los diversos aspectos a valorar. En relación con este tema, creemos que no debería omi tirse en el Catálogo en proyecto el estudio de las vías urbanas de la ciudad. Este estudio, por comprender en apariencia un conjunto de espacios vacíos, de huecos urbanos entre los diversos edificios, parece quizá inmaterial en exceso, pues, evidentemente habrá que dejar en segundo plano al redactarle, las descripciones de las casas que desde ellas tienen su acceso. Pero las calles, plazuelas y cuestas de Toledo tienen también la importancia y la personalidad suficiente para figurar entre los objetos a estudiar, pues son el complemento indispensable de los moradores de aquellos edificios monumentales; y su historia, el origen de su nombre, la evolución y las causas de su trazado y su misión en el tránsito urbano no pueden olvi darse si se desea recopilar todas las riquezas artísticas que atesora Toledo. Aficionados desde hace largo tiempo a este asunto, hemos podido observar la escasez de estudios precedentes sobre él. El primer callejero toledano de que tenemos noticia se publi có como apéndice a la Historia de Toledo de 1862', conteniendo (2) J. PORRES MARTlN-CLETO 75 362 nombres de vías urbanas, más los de algunas barriadas. El mismo autor de tal callejero formó parte de la Comisión municipal que, en cumplimiento de la orden de 24 de febrero de 1860, redactó el Nomenclátor oficial 3 aún vigente, aunque de él se haga escaso caso, incluso por el mismo Municipio al rotular de nuevo las calles y plazas. A principios de siglo, el académico toledano don Juan Moraleda y Esteban dió a conocer en una conferencia algunas noticias sobre las calles en general, pavimento, numeración, etc., añadiendo su opinión sobre el origen del nombre de cinco de ellas '. Son también precedentes de obligada consulta los varios artículos escritos por el profesor Téllez González, con origina les y muy valiosos criterios como es norma habitual en él 5 Y que desde luego aceptamos y utilizaremos en varios puntos de este trabajo. También el miembro de I,a misma Academia, Dr. Jiménez de Gregario, trató brevemente este tema, creemos que en el mismo periódico '. Son asimismo muy curiosas las 2 A. MARTIN GAMERO: Historia de la ciudad de Toledo, sus claros varones y sus monumentos (Toledo, 1862), pág. 1101 Y ss. El plano de 1858 que luego citaremos, de COELLO e HUON incluye también una relación de nombres de calles. 3 Aprobado por el Ayuntamiento en sesión de 22 de enero de 1864 y publicado para conocimiento público en febrero de 1864, en la Im prenta de Fando. Son raros hoy los ejemplares de esta edición; utili zamos el que gentilmente nos ha cedido nuestro buen amigo don Mariano de Goytia, a quien expresamos nuestro agradecimiento. 4 J. MORALEDA y ESTEBAN: Las calles de Toledo, publicada en el Boletín numo 2 de la «Sociedad Arqueológica Toledana» de 26 de marzo de 1900. En diversos Boletines de la R. A. B. A. Y C. H. de Toledo aparecieron estudios sueltos de este autor sobre algunas calles toledanas, los que en su lugar citaremos. Son también interesantes los datos sobre este tema que maneja la obra de AMADOR DE J~OS RIOS, R., desgraciadamente incompleta, Monu mentos Arquitectónicos de Espaíia: Toledo (Madrid, 1905). Publicado el tomo J y parte del JI. 5 Publicados en el diario El Alcázar en el mes de marzo de 1962. Especial interés tienen los que aparecieron en los días 2 y 9 de dicho mes. 6 Sobre Zocodover se publicó al menos un artículo de este autor, recogido luego en la selección titulada Toledo y sus constantes (To ledo, 1961), pág. 69 Y ss. (3) 76 TOLEDO Y SUS CALLES noticias publicadas en diversos números de la revista semanal Toledo, editada hasta hace pocos años, debidas a don Emilio Abe! de la Cruz 7, Y son también muy estimables los callejeros editados por don Luis Moreno Nieto, con lo que se cierra el catálogo de estudios históricos impresos sobre nuestras calles que han llegado a nuestro conocimiento. Bajo el punto de vista estrictamente topográfico los prece dentes sc remontan al curiosísimo y hasta la fecha no repro ducido íntegramente, Plano de Toledo trazado en el cuadro de El Greco que conserva el Museo de su nombre. Una media na copia del mismo insertó el Viaje de España, de don Antonio Ponz; en apariencia muy similar al original --cuya existencia, por cierto, no se menciona en el libro- y en algunos puntos útil para el estudio de aquél, ya desgraciadamente muy des vaído por la intensa luz a que se le somete constantemente; pero esta copia prescinde de detalles valiosos y otros los re· produce en forma imperfecta, por lo que creemos de gran in terés la edición del original que prepara el Instituto de Estu dios Toledanos, sobre la propia obra de! cretense, de exactitud sorprenden te para su época. Es quizá de mavor interés que el anterior el, hasta hoy inédito, plano en perspectiva caballera que conserva nuestra Biblioteca Provincial. Procede seguramente de la colección Lorenzana y es un dibujo a plumilla de la ciudad, con adornos a la acuarela sin valor artístico. Trazado sobre folios unidos de papel, entelados por su reverso, se indica que está "delinea do por Joseph de Arroyo Palomeque, maestro de obras y veci no de esta ciudad de Toledo". Carece de fecha; creemos que debe situarse hacia 1700, teniendo en cuenta que se refiere al Alcázar como "Palacio de la Reyna" (doña Mariana de Neo burg, sin duda, quien vivió en él hasta 1706) Y es en todo caso anterior a 1721, pues reproduce la torre exterior del puente de Alcántara, sustituída en dicho año por el actual -y anties tético- arco barroco. Con gran fidelidad, a juzgar por los detalles que han llega do a nuestros días. reproduce no sólo el trazado viario con exactitud, al extremo de dibujar los pretiles que preservaban 7 Firmados estos artículos bajo el seudónimo de MARINO DEL RIO. (4) Í. PORRES MARTIN-CLETO 77 entonces y subsisten hoy los desniveles entre calles, como los de San Cipriano, plaza de Juan de Mariana, San Sebastián, San Lorenzo, etc.; los pozos públicos de Pozo Amargo, San Salvador, Barrionuevo; todo el recinto exterior amurallado y sus puertas, haciendo a veces verdaderas filigranas para re coger las más modestas callejuelas. Es también una fuente única para conocer la localización de construcciones ya des aparecidas y su aspecto, al menos aproximado, comp las puer tas de Adabaquín, del Hierro y del Tránsito; las manzanas eliminadas en este paseo, y entre él y el de San Cristóbal; las parroquias de San Martín y de San Isidoro, los conventos de San Agustín Calzado, Carmen Calzado, San Bartolomé e in cluso el tristemente famoso "brasero de la Vega", junto a las ruÍnas del Circo que igualmente se indican 8. En 1858 se publica el primer plano efectivamente topográ fico de nuestra ciudad, obra conjunta de Francisco Coello y Maximiliano Hijón'. Es de gran interés por su fidelidad técni ca, a la vez que recoge numerosas denominaciones tradicio nales -algunas impresas en un plano por última vez: Isla de Antolínez, Fuente de las Ciciones, etc.- Se observa en él el trazado primitivo del cobertizo de las Bernardas, hoy cerrado y sustituído por el tramo final del callejón de San José; las plantas de San Isidoro, San Torcuato y las Jerónimas de la Reina; el Corral de Comedias de Jorge Manuel Theotocópuli, antecesor del Teatro de Rojas; la plaza de armas del Puente de Alcántara; calles del Mármol, Santa Ana y alrededores, incluso la parte conventual demolida poco después, de San Juan de los Reyes, etc.