Capítulo 3 Comunidades De Indígenas Y De Campesinos Hablan De Paz
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Capítulo 3 Comunidades de indígenas y de campesinos hablan de paz 3.1 Experiencia de la Comunidad Indígena Kankuamo Lugar: Municipio Atánquez, Cesar Los Kankuamo son uno de los cuatro pueblos indígenas que han compartido espacio territorial en la Sierra Nevada de Santa Marta con los pueblos indígenas Koguis, Wiwas y Arhuacos. Los Kankuamo son descendientes de la familia de los Tairona, (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003) para el siglo XVI estos se ubicaban en los territorios que hoy corresponden al Departamento de la Guajira, Cesar y Magdalena. Para la década de 1690 aparecen las primeras menciones de Atánquez, bajo el nombre de San Isidro de la Sierra, población que estaba bajo la soberanía de la provincia de Santa Marta y encargada al sacerdote y maestro de doctrina, Don Francisco Baquero, cura propio del pueblo de Santo Tomas de Villa Nueva. (Morales Thomas, 2007) Se conoce un documento de 1691 en el cual se describe la visita realizada por el padre Agustino a la población de San Isidro de los Atánquez, en el marco de realizar la misión encomendada por el obispo de Santa Marta, la cual era destruir santuarios Arhuacos de los cuales ha tenido noticia. En apartes de dicha expedición se registró lo siguiente. El grupo encuentra al “cacique” del pueblo un “noble” llamado Zereume Guaimazo, una persona de unos 70 años “con unas argollas de oro atravesadas en las narices, un bonete de plumas de diversos colores la barba muy larga y el vestido a usanza. (Morales Thomas, 2010, pág. 37) Unos años después, las misiones tomarían otro rumbo, pues entre los objetivos principales eran adoctrinar en la fe católica a todos aquellos indios que adoraran al demonio a través de sacrificios como llevar labradas piedras a - 63 - lugares desconocidos o ayunar quince días, sin otro mantenimiento que unos pocos granos de maíz. De estas misiones se encargarían los Capuchinos, como lo veremos más adelante. En relación con el territorio Kankuamo, este se delimitaba ancestralmente de la siguiente manera: El territorio Kankuamo delimitaba por aquí en esta parte baja en un pozo que dicen el pozo sabana del toro en el río Badillo, con dirección lineal al sur allá al río Guatapurí al pozo de los ceibotes y corriendo por arriba por todo el río y hay otro arroyuelo más pequeño que llaman el templao, entonces se sale de la boca del río templao y cogía el cerro el burro, después de la bunkuin a salí a San Sebastián y montaba la Sierra Nevada y de la Sierra Nevada salía filo a filo por toda la cordillera de la Sierra Nevada y entonces bajaba allá a una laguna a donde era el nacimiento del río Badillo, llaman la laguna de curiba, en el punto de pagamento llamado Chinkuamake, cerca de Makutama”. Rafael Andrés Carrillo. Atánquez Julio 15 de 1947. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 52) La marcación del territorio Kankuamo está señalado por la línea negra la cual hace referencia al territorio que ocuparon algunos kankuamos de ese tiempo. Según las referencias orales y escritas, los Kankuamo llegarían primero a Villa Rueda, ubicada en los límites entre el Cesar y la Guajira, pero abandonarían este lugar debido a la cercanía de los españoles; los lugares cercanos a la Sierra Nevada de Santa Marta fueron escenario en la época del contacto español de un marcado proceso de desintegración étnica. Esta ruptura trajo consigo que familias indígenas habitantes de la Sierra buscaran espacios lejanos en donde fuera posible resistir al proceso de civilización. Sin embargo, durante el desarrollo del siglo XVIII, ya en Atánquez se encontraban indígenas que vivían de manera permanente. Para 1775, el cura Joseph Pacheco pudo constatar que el pueblo de Atánquez era habitado de manera temporal y los naturales de él se encontraban viviendo en sus fincas de labor. Este sacerdote se precia en sus escritos de haber logrado atraer a muchos indígenas a la vida civil. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 38) - 64 - Los Kankuamo, al llegar a este lugar, levantarían las primeras casas,18 en compañía de los mamos quienes darían aprobación al nuevo territorio. Paralelo a este proceso, los españoles se instalarían en Atánquez y en un intento por legitimar su cultura (imponiéndose sobre la indígena), construirían una iglesia19 en colaboración y negociación con los mamos, fundarían el pueblo. Para 1873, el primer prefecto, Vicente Mestre, visita el pueblo. Atánquez no es un asentamiento muy grande. Solo cuenta con 86 casas, todas de bahareque y techo de paja, habitado en su mayoría por indios de “nación arhuaca” y unos pocos civilizados. La mayoría de la población está dedicada a la agricultura en pequeña escala y a la elaboración de productos de fique. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 52) Según la tradición oral, los mamos kankuamos al observar el decaimiento y posterior fractura de su cultura, le entregarían el conocimiento y la sabiduría Kankuama a los mamos Koguis, para que ellos lo cuidaran y se la devolvieran a los Kankuamo cuando estuvieran preparados. (Talco Arias, 2000) Es un tiempo en donde se empieza a adorar a una cruz y el pagamento se convierte en un mito, del que solo hablan los mayores. A pesar de la aparente “facilidad” que tuvieron los españoles en su proceso de colonización del pueblo Kankuamo algunos de ellos se desplazarían a otros territorios con el fin de encontrar nuevas tierras para cultivar y vivir, así entonces, se levantarían dos pueblos cercanos de Atánquez, en donde descendientes de los Kankuamo intentaban reivindicar su cultura, estos pueblos serían Chemesquemena y Guatapurí. El primero fue fundado por el mamo Cheme, para finales del siglo XIX. Chemesquemena fue fundada por el mamo Cheme, el primero que entra a esta región cuando todavía esto era monte, el ésta enterrado aquí… en el patio de Mela esta una piedra grande que tiene el sol pintado, ese es un puesto también, ahí está el sol, está la luna. Amiro Arias. Chemesquemena, 18 Las casas eran de bahareque, se utilizaba palo, barro, bejuco y hoja de maguey, ésta la pasaban por la candela y luego la torcían y con eso amarraban y además tejían, los Kankuamo participaban en la construcción de las casas, una por una hasta levantarlas todas, el dueño de la casa daba comida y bebida. Nicolás Cáceres, Atánquez diciembre de 1999. (Arias, 2001, pág. 108) 19 El levantamiento de la iglesia estuvo a cargo de otra gente, esclavos negros traídos por los españoles que, con ladrillos de adobe, como panelas de barro, levantaron el campanario. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 48) - 65 - septiembre 25 de 1994. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 57) Sobre la estructura interna de ésta comunidad, según investigaciones realizadas por Henning Bischof 1982-1983, ante la inexistencia de esclavos la parte baja de la sociedad la vendría a ocupar el pueblo llano, al parecer se dieron algunas formas de servicio personal y de especialización profesional (artesanos- mercaderes). Los representantes de la clase alta fueron los que se relacionaban con los españoles, en términos comerciales y bélicos. Los “capitanes” formaban el estrato medio, cumpliendo funciones tanto en lo civil como en lo militar. Los caciques tenían la responsabilidad política, sin embargo, esta se iría perdiendo en tanto que adquirió predominio la autoridad religiosa. Con las reformas borbónicas del siglo XVIII, la administración colonial pondría en marcha una estrategia hacia la consolidación del proyecto colonizador, en las partes más altas del macizo montañoso, a través de la conformación de los llamados “pueblos de indios” con los censos y la tributación indígena; con la conversión de indígenas al catolicismo y con la introducción de cambios en la producción, se generarían un largo proceso de integración, el cual estaba mediatizado por la configuración de asentamientos mestizos, en los lugares ubicados en las partes bajas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Así, Atánquez, se instalaría lentamente en un complejo proceso de aculturación. Para el siglo XVIII, los Kankuamo se caracterizaban por ser una comunidad agrícola con jefatura a cargo de la figura paterna; adoradores de varios dioses, 20 a los cuales se les rendía tributo a través del pagamento, creyentes en distintos 20 Pagamento: práctica cultural que corresponde a los sitios sagrados en donde se realiza un pago a los ancestros, a través de piedras, maíz, algodón y otros productos, con el fin de recibir permiso para realizar distintas actividades (matrimonios, siembra de cosechas, construcción de casas etc.)- - 66 - mitos, bailadores de Kansamaria,21 Karabantuya y practicantes de la cacería.22 Desde la tradición oral, recogida por las investigaciones ya mencionadas, se puede establecer que el desplazamiento y posterior fundación de Chemesquemena y Guatapurí, se debió en parte a la llegada y posterior establecimiento de un sacerdote en Atánquez. Además, con la llegada de los Capuchinos se decantaba una nueva cosmovisión desde el sentido religioso, político, cultural. Un año más tarde, ya los sacerdotes capuchinos habían fundado una escuela de misión en Atánquez. En un decreto de 1889 el gobierno nacional había autorizado a los padres misioneros a abrir las escuelas que creyesen necesarias para la civilización de los territorios en los cuales tenían jurisdicción. (Pumarejo Hinojosa & Morales Thomas, 2003, pág. 56) Un aspecto importante que marcaría el rumbo colonizador que se ejercía sobre la población de Atánquez, fue la creación del Territorio Nacional de Nevada y Motilones, pues este intensificó la presencia institucional y misionera en las comunidades de la Sierra Nevada. Así entonces, a la región de Atánquez arribaron, en pocos años, distintos colonos procedentes de las tierras bajas y cercanas a Valledupar y misioneros cuya presencia marcaría una inflexión en la dinámica del pueblo. Los inmigrantes comenzarían a controlar poco a poco el comercio.