Bol. San. Veg. Plagas, 16: 247-262, 1990

Tortrix viridana L. (Lepidóptero ) una plaga de las encinas de problemático control

S. SORIA y A. NOTARIO

En el presente trabajo se analiza el ciclo y modo de vida de T. viridanci L. en los encinares españoles, y se recopilan los actuales sistemas de lucha empleados contra este insecto, juzgándolos desde un punto de vista crítico respecto a las posibilidades reales de aplicación de las nuevas teorías de manejo integrado de plagas.

S. SORIA. Sub. Gral. de Sanidad Vegetal. Madrid. A. NOTARIO. E.T.S.I. Montes. Madrid.

Palabras clave: viridana, control integrado.

INTRODUCCIÓN con este título, ya que al analizar global- mente la información de que disponemos Para abordar el estudio de esta plaga, queda la sensación de que podemos solu- como de cualquier otra en general, con cionar, puntualmente, los problemas que miras a poder controlarla causando los la plaga representa, pero no está claro mínimos daños posibles al ecosistema en que estemos en el "buen camino", como que se halla inmersa son necesarios gran al final pasaremos a analizar. cantidad de conocimientos, entre los que consideramos imprescindible conocer, como mínimo los siguientes: EL INSECTO Y SUS DAÑOS — El insecto y sus daños. — Ciclo biológico y etapas sensibles al Tortrix viridana (LINNAEUS, 1758) per- control. tenece, y dá nombre, a la familia de los — Parasitismo. Tortricidae, creada por STEPHENS en 1829, — Tratamientos usados en la actuali- familia que engloba gran cantidad de es- dad. pecies en la región paleártica, muchas de — Estudio económico y umbrales. ellas dañinas tanto a nivel forestal como — Evaluación de poblaciones. agronómico. Conocimientos que, de manera conjun- Esta especie es la plaga más dañina que ta, nos darán las posibilidades de aplica- soportan, de forma endémica, nuestros en- ción de manejo integrado de la plaga, o cinares, no por el daño que causa al arbo- dicho de un modo más sencillo y ya tradi- lado, que suele ser recuperable incluso cional, las posibilidades de actuar bien, dentro del mismo año del ataque si la cli- con las técnicas adecuadas en el momento matología es favorable, sino por la des- preciso. trucción de los brotes anuales, y con ellos Es este intento de "luchar bien" el que de la flor femenina, lo que representa la nos ha movido a presentar esta ponencia, pérdida de la cosecha bellotera, principal riqueza económica que genera el encinar lo que pululan por las ramillas buscando en grandes zonas de nuestra Península. alimento y refugio, y al no encontrarlo, se Esta relación lepidóptero-encina, en dejan caer de las ramas colgadas de pe- nuestro país, queda perfectamente refleja- queños hilos de seda, de modo que el da por VIEDMA G. de (1970) que cita que viento las dispersa en un intento de locali- "Ocupa España por completo, pero su zar encinas (u otras plantas nutricias) en máxima concentración, condicionada por un estado fenológico propicio a su alimen- la mayor abundancia de encinas, corres- tación. Las muertes en este caso son lógi- ponde al cuadrante sudoeste de nuestra camente abundantísimas, y si esta disin- Península". Su distribución a nivel mun- cronía se da en grandes zonas puede aca- dial es muy amplia, ocupando toda Euro- bar con poblaciones muy numerosas. La pa, Norte de Africa, Asia Menor, Trans- vida de una oruga neonata en condiciones caucasia e Irán. de campo no parece superar las 48 horas, si bien, en laboratorio, puede llegar a ser de 6-7 días, en ausencia total de alimento. Ciclo biológico: El segundo caso, con las yemas sin pro- tección de invierno, es el más favorable para la oruga, de modo que al localizar La influencia del clima respecto a su ci- una yema en estas condiciones la oruguita clo biológico es total, por lo que cualquier la perfora, no formando ningún tipo de referencia a fecha ha de ser considerada cámara, sino un "taladro" de poca más conjuntamente con la localidad estudiada, anchura que su cuerpo, de modo que la ya que puede haber incluso meses de dife- cabeza queda hacia el interior y el exte- rencia, como luego observaremos, si bien rior se encuentra semitapado por los pe- en todas las citas conseguidas la especie se queños excrementos. Estos "taladros" son comporta como univoltina, con hiberna- fáciles de localizar por el pequeño agujero ción en fase de huevo. Si partimos de las que se observa en la superficie de la puestas para "recorrer" el ciclo del tortri- yema, y que no puede ser confundido con cido, vemos que a principio de primavera el causado por coleópteros del género Ce- la oruguita, ya formada, roe la parte su- liodes, ya que éstos se encuentran en ye- perior del huevo, dejando una salida ca- mas de invierno (que no son atacadas por racterística, e inmediatamente deambula la Tortrix), dejando además la yema por la ramilla en busca de las yemas que muerta. le servirán de alimento, pudiendo encon- trarse con tres casos: Si las condiciones climáticas son ade- cuadas, la oruga se desarrolla paralela- — Las yemas aún no se han movido, mente a las yemas, de modo que a los po- estando protegidas por la pérula de in- cos días de nacer (4-7 días) muda a segun- vierno. do estadio, encontrándose con las encinas ya con pequeños brotes, pasando de una — Las yemas están iniciando el creci- vida "perforadora" a su fase "libre", si miento y han perdido ya su protección de bien nunca del todo ya que siempre fabri- invierno. ca pequeños refugios según alguna de las — Las yemas han crecido, formando siguientes técnicas, descritas por DÍAZ en los típicos "brotes". 1925. Este efecto puede darse en toda una Si la oruga se encuentra sobre un brote zona (zonas "atrasadas" o "adelantadas"), joven del año, junta las dos hojas interio- en rodales, o incluso, como curiosamente res, haz con haz, con hilos de seda, apli- es frecuente, por pies aislados, dentro de cando sobre ella las hojas exteriores en la masas de encina teóricamente homogé- misma disposición. neas. Si los brotes anuales están ya crecidos, En el primer caso las oruguitas neona- el refugio puede consistir en una sola hoja tas no pueden "atacar" a las yemas, por doblada y perfectamente "cosida" con seda, en sentido longitudinal, o bien enro- cinares fuertemente atacados, que llegan llada del ápice a la inserción, en los dos a ser muy molestos de transitar debido a casos generalmente con el envés hacia el este comportamiento. interior del refugio. DÍAZ, en 1925, adelantándose a estu- Si la encina está cargada de amentos dios recientes, ya supone una sincronía masculinos (encinas con "moco") es fre- entre el nacimiento de la oruga y la brota- cuente localizar los refugios entre éstos, ción de la encina, debido a "una adapta- ya que le son útiles para alimentación, ción al medio", idea en la que insiste en juntando varios en sentido longitudinal, el apartado de medidas a tomar, al citar quedando, por tanto, la cámara paralela a que no es útil "espesar" la copa del enci- ellos. nar y el matorral del suelo para romper la Por último, si la oruga fabrica el refugio sincronía entre la encina y el tortricido, ya entre las hojas de más de un año, (despla- que: "resultaría fácil la adaptación de la zándose a comer a los brotes nuevos) pa- viridana al nuevo medio de vida, retrasan- rece ser que la distribución es más aleato- do su salida del huevo los días necesarios ria, puede estar construido sobre una sola para esperar el brote de la encina". o varias hojas, sin un orden preconcebi- Esta intuición de DÍAZ ha quedado cla- do. ramente demostrada al localizarse "razas" Si las condiciones climáticas, tras la en- de Tortrix viridana (L.) perfectamente trada en las yemas de las oruguitas, son adaptadas a las condiciones fenológicas de adversas, los brotes son destruidos con sus plantas huéspedes, con poblaciones mayor rapidez que la de su desarrollo, te- tanto de árboles tempranos, medios o tar- niendo que emigrar a encinas más "tem- díos para el momento de la eclosión de pranas" o acabar sucumbiendo por falta sus huevos (RUBTSOVA, 1977) como para de alimentación, tras destruir normalmen- la fenología de distintas especies de Quer- te más de una yema. cus (MERLE y MAZET, 1983; MERLE, En el tercer caso las oruguitas neonatas 1983), suponiendo este último autor que se encuentran con los brotes ya en creci- aunque el ajuste no es perfecto, la selec- miento y abiertos, lo que implica una alta ción, año tras año, elimina las poblacio- mortalidad, en este caso no por falta de nes intermedias. En zonas de bosque alimentación, que se encuentra en exceso, mezclado, típicas en nuestros montes, se sino por la falta de refugio para las orugas ha observado igualmente este efecto, de L-l que se adaptan mal a la vida sobre achacándose a diferencias climáticas, sin brotes ya desarrollados. que exista, que conozcamos, ningún estu- DÍAZ, en 1925, en el primer estudio se- dio que aborde el problema en nuestro rio sobre esta plaga que conocemos en país. España (y que no sabemos que desde en- Por otro lado, el daño y la posibilidad tonces se haya superado) da cuenta de de gradaciones dependen de la planta nu- esta situación en Mérida (Badajoz) y cita tricia; así PATOCKA (1973) demuestra que que las encinas "tempranas" fueron al en condiciones similares las larvas de T. principio respetadas, encontrándose en viridana (L) sufren mayores mortalidades los brotes pocas orugas y ya desarrolla- en Quercus pétrea LIEB que en Quercus das, mientras en las ramillas era fácil loca- robur L., condicionando la dinámica de lizar huevos aún no nacidos. Los brotes sus poblaciones. fueron destruidos al final por orugas que La oruga, por tanto, se encuentra en procedían de otras encinas. primavera, desde la brotación, durando Las orugas, en principio sedentarias, es: su desarrollo de 20 a 45 días, según la cli- normal que se descuelguen de sus refu- matología del año, con una media de 30. gios, con hilos que rara vez llegan al sue- La quetotaxia de esta especie en rela- lo, tanto por cambio de brote, como por ción a otras próximas puede ser consulta- cualquier sacudida brusca del árbol que da en PATOCKA (1980), RUPEREZ (1957) y las sustenta, dando la imagen típica de en- especialmente en SWATSCHEK (1958), des- tacando este autor que el segundo ocelo tremos redondeados y color amarillo-li- está más cercano al tercero que al prime- món muy subido. ro. El estigma del segmento segundo es A las 30-40 horas después de fecunda- más grande que el saliente de las cerdas das, las hembras corretean por las rami- terceras; el grupo séptimo cuenta en los llas con extraños movimientos, detenién- segmentos primero y segundo con tres dose en las yemas y rugosidades, efec- cerdas y en séptimo, octavo y noveno con tuando un movimiento de vaivén, ar- dos; en el noveno segmento las cerdas oc- queando el abdomen, recogiendo con los tavas están alejadas entre sí el doble que apéndices del extremo trozitos de corteza en el octavo; en todos los segmentos las que aglutina con una sustancia pegajosa, cerdas cuarta y quinta están ordenadas que deposita a la vez que los huevos (de 1 diagonalmente, ...etc. a 4 cada vez) recubriéndolos con el mate- Realiza la crisalidación en un capullo rial indicado, quedando cada huevo aisla- muy tenue de seda blanca entre las hojas do por la sustancia indicada además de la que formaron su último refugio de ali- protección total. mentación o bien simplemente suspendida Las puestas de 1,3 x 1 mm. aproxima- por el cremaster de alguna hoja, ramilla o damente y normalmente formadas por corteza. La crisálida es negra o castaña dos huevos (con un total de unos 60 por muy oscura, alargada, midiendo de media hembra), son de difícil localización si no 10 mm. por 2 a 2,5 mm. de anchura. se tiene un poco de práctica, ya que se Dura en este estadio unas dos semanas. encuentran "disimuladas" de la manera El adulto es una pequeña mariposa de citada. Las ramillas de puesta rara vez ex- 18 a 23 mm. de envergadura (si bien los ceden de 1 cm. de diámetro, y no suelen ejemplares de cría en laboratorio pueden ser tampoco las del año. ser más pequeños ) no poseyendo dimor- Es normal encontrar puestas superpues- fismo sexual aparente. tas, de la misma o distinta hembra, así Los adultos son crepusculares y noctur- como puestas juntas de distintos años, nos, sitiéndose poco atraídos por las tram- dado que los lugares elegidos (bifurcacio- pas de luz, a las que sin embargo algunas nes, depresiones, yemas abortadas, etc) veces acuden, por lo que no consideramos no son muy abundantes. Las puestas, que que sea un índice válido de evaluar su po- son hibernantes, se oscurecen poco a blación. poco con el desarrollo, tendiendo a tomar Sedentaria, normalmente, vuela cerca tintes rojizos por ser éste el color del em- de las encinas, existiendo citas de pobla- brión. En el momento del nacimiento el ciones claramente migrantes como las ci- color suele ser amarillo rojizo débil. Las tadas por MERLE y PINGUET (1982) en orugas, una vez formadas, se encuentran Francia, SEMEUSKII y SEMENOV (1978) en dentro del huevo dobladas en arco, con la Rusia y WINTER (1984) en Inglaterra rela- extremidad del abdomen tocando la boca cionando éste último autor el fenómeno y con el dorso apoyado en la parte no ad- con el viento. La cópula se realiza al ser herida del huevo. atraído el macho por la hembra a base de Una vez nacidas las orugas, y completa- feromona sexual, sintetizada como Z-II- do ya el ciclo, los huevos quedan con la tetradecanyl acetato (ARN et al, 1979), lo tapa de salida de color blanco-sucio mate que podría ser válido para conteos de po- y el fondo muy brillante, diferenciándose blación, si bien SCHNEIDER (1984) de- sin mucha dificultad las de un año de las muestra que existen cópulas diurnas y cre- de los anteriores. pusculares que se deben a fenómenos vi- La dinámica de población de esta espe- suales, ya que las trampas de feromona cie ha sido estudiada por diversos autores sólo capturan de noche. en sus respectivos países, destacando los Las hembras, según DÍAZ (1925), tie- trabajos de HORSTMANN (1984) en Ale- nen en sus ovarios entre 37 y 72 huevos, mania; WINTER (1984) en el Reino Uni- de forma prismática-alargada, con los ex- do; SEMEUSKII y SEMENOV (1978), Vo- RONT Sov (1977) y ZNAMENSKII (1981) en zonas donde la plaga es endémica. En Rusia, etc. 1969 la situación es parecida a 1966, repi- Modelos matemáticos de la dinámica de tiéndose la desigualdad en los ataques en población en distintas regiones han sido 1970, con gran cantidad de especies aso- propuestos por RUBTSOU (1980, 1983) y ciadas, último año del "Boletín de Plagas RUBTSOV y SHUYTOV (1980). Los ataques Forestales" y no volviéndose a publicar de este tortricido dependen en su intensi- ningún resumen de este tipo, con datos dad de gran cantidad de factores, bióticos sólo de la provincia de Huelva (TOIMIL, y abióticos, citando HORSTMANN (1984) comunicación personal) donde desde 1983 en Franconia defoliaciones que duran 4-5 a 1986 no ha habido prácticamente ata- años, con períodos de latencia de unos 7 ques en zonas típicas de la plaga, siendo años; ANÓNIMO (1973), para Francia, gra- las orugas de este defoliador menos del daciones de 2-3 años separadas por perío- 10% de las orugas presentes en los enci- dos de recesión variables, etc., no cono- nares. ciendo estudios en España sobre este tema, Por último, citar que algunos autores si bien la historia de sus ataques se puede señalan la coincidencia de la disminución seguir sucintamente en los resúmenes de de T. viridana con el aumento de otros las principales plagas forestales españolas, defoliadores de la encina, bien como una publicadas por ROMANYK, en distintos consecuencia (ANÓNIMO, 1973) o como la años, en el Boletín del Servicio de Plagas causa de la disminución (TORRENT, 1959). Forestales. Como ejemplo de la influencia del cli- De acuerdo con este autor, tras un año ma en el ciclo biológico del insecto, da- de poca plaga en 1957 aparecen fuertes mos los cuadros resumidos de éste en va- ataques, sólo controlados en las zonas con rias localidades, según BACHILLER et al. tratamiento químico, en los años 1958-59- (1981) y SORIA (1987). (Cuadro 1). 60-61 y 62, con un incremento casi gene- ral en 1963, destruyéndose toda la cose- cha de bellota y sufriendo fuertes defolia- PARASITISMO ciones las zonas no tratadas, mantenién- dose este estado en 1964. El año 1965 La primera cita de un parástio español baja la densidad de plaga, si bien los ata- sobre T. viridana que conocemos, se debe ques siguen siendo graves y en 1966 el a GARCÍA MERCET (1920), que al estudiar ataque depende de las zonas, al igual que los calcididos parásitos de orugas en Es- en 1967. En 1968 se esperaba un ataque paña, cita Chaléis intermedia NESS en gravísimo, pero las heladas tardías de ésta y otras especies; FEITAUD (1923), cita principio de primavera eliminaron hasta varias especies españolas, obtenidas en el un 80% de la población en muchas de las laboratorio de la Fauna Forestal Españo-

Cuadro 1.—Ciclo de T. viridana L. según las localidades estudiadas LOCALIDAD EFMAMYJXAGSO

HUELVA BADAJOZ

TOLEDO MADRID

SEGOVIA

• = huevo, - = oruga, • = crisálida, -I- = adulto. la, DIAZ (1923) cita Microcentrus thoraci- de población sólo son comprensibles si se cus NESS, por primera vez, y Pimpla ma- suman al parasitismo los efectos de preda- culator, así como a ésta y Eutelus medite- ción, climáticos, de emigración, etc. rraneus como hiperparásitos, GARCÍA SERRAO y CARDOSO (1966) estudian la MARCET (1923) cita las anteriores y mortalidad en pupa por parásitos y otras Phaeogenes stimulator y DÍAZ (1925), in- causas, encontrando mayor mortalidad en siste en tres de ellos, si bien no encuentra los machos que en las hembras (42,33% un solo parásito en puesta ni en orugas de contra 41,25%). Lj criadas en continuidad, y deduce, Estudios de mortalidad, en huevo han como otros muchos autores, que el índice sido realizados por MERLE (1983, 83, 83) de parasitismo es bajo, por lo que no se en cuanto a enfermedades, conocemos puede esperar un control natural contan- sólo el trabajo de LIPA y MADZIARA-BO- do sólo con él, recomendando la protec- RUSIEWICZ (1976). ción (y estudio) de las aves insectívoras La predación por hormigas ha sido es- como más efectivo, si se logra concienciar tudiada por HORSTMANN (1977), INO- a la población. ZEMTSEV (1974) y SMACLYUK (1974); y la THOMPSON (1947) cita 69 parásitos a ni- de pájaros por TICHY (1981) y ROBREDO vel mundial, de los que ocho son citados (en imprenta). para España, no incluyendo Ph. stimula- tor, con lo que serían nueve las especies conocidas; por fin CEBALLOS (1963) dá DAÑOS una nueva lista de 76 especies, de las que cita como españolas 32, sin que tengamos El principal daño que causa 7". viridana nuevas aportaciones para nuestro país en España es de tipo económico, ya que desde esa fecha, excepto Ephialtes carbo- al destruir los brotes anuales impide la narius CHRIST, citado por BACHILLER et formación de la flor femenina, y con ello al. (1981). de la bellota, pues los rebrotes posteriores A nivel mundial SINADSKII et al. (1975), al ataque no suelen florecer, o lo hacen para Moscú, citan Apechthis resinator en muy escasa cuantía, dando la bellota (Thnb), Glypta bipunctoria (THBN), que en las zonas productoras llaman "San Apanteles laevigatus (RATZ), Mesopolo- Juanina" sin duda por su época de apari- bus subfumatus (RATZ) y Pseudoperi- ción. chaeta nigrolineata (WLK) (=major), que La producción media normal de los en- no están en la lista de CEBALLOS; al igual cinares productores de fruto ha sido eva- que sucede con Ischnus inquisitorius luada por aforos realizados por el Servicio (O.F. MULL), citado para Inglaterra por de Plagas, durante los casi treinta años de COLE (1979) y con Dibrachys covus, cita- campañas de tratamientos de encinas, lle- do para Rusia por TSYBULSKII et al. gándose a los siguientes valores: la pro- (1984). ducción media de fruto es de 618 kg./Ha./ De acuerdo con todas estas citas y sin año (TORRENT, 1963). tener en cuenta que algunos de estos A causa de las plagas citadas, la pro- nombres pueden ser sinónimos de una ducción de bellota era periódica y casi misma especie, el parasitismo que conoce- nunca se llegaba a los valores medios, con mos sobre T. viridana L. comprende 83 el agravante de que una cosecha muy especies, de las que 33 son conocidas en mermada ha de considerarse como nula, España. ya que su recogida es antieconómica y no Los datos de parasitismo oscilan según es útil para el ganado de engorde. Se va- los autores consultados del 0% al 70-80%, loró la producción media de un encinar pero normalmente se mantienen bajos (± con plaga en 80 kg./Ha./año de fruto, con 20%) (especialmente en las zonas de me- lo que la pérdida media de producción a jor adaptación de la plaga a los encinares causa de las plagas es superior a 500 kg./ fruteros) por lo que las caídas naturales Ha./año (TORRENT, 1963). Dado que el precio de la bellota ha sido Las mariposas sólo acudían en pequeño los diez últimos años superior a 10 pesetas número a las trampas luminosas y en con- por kilogramo, y que la superficie anual diciones muy especiales. Era imprescindi- atacada es de unas 400.000 Has., las pér- ble agitar las ramas de las encinas para didas que produce este insecto se pueden que se pusieran en vuelo. Actualmente evaluar en 2.000.000.000 ptas. suponiendo sabemos que son insectos crepusculares y que se utilizara con toda la producción y que, por tanto, no se sienten atraídas por despreciando los ataques ligeros y margi- las radiaciones luminosas. nales. Este hecho, unido a la posibilidad de Además de a la encina, ataca a otros migración ya citada, y a la gran cantidad Quercus, tanto de hoja perenne como de trampas que hubieran hecho falta (del caediza y a especies de los géneros Popu- orden de 1 trampa por Ha.) hace in viable lus, Betula, Carpinus, Acer, Fagus, Sam- este tratamiento, y cualquier otro basado bucus, Lonicera, Salix, Vaccinium, Urtica, en estos principios. Corylus, Tilia, Fraxinus, Sorbus, etc., La lucha contra las orugas se orientó en siendo, por tanto, muy polífaga, lo que dos frentes diferentes: la inyección de sus- dificulta, o incluso imposibilita, su teórica tancias tóxicas en el tronco de la encina y erradiación en amplias zonas. la pulverización del follaje con líquidos Los ataques en España se han conside- arsenicales. Estos métodos —hace 55 rado tradicionalmente en relación a la en- años no había otros— no dieron el resul- cina, y dentro de ella a la cosecha bellote- tado esperado. Las inyecciones —¡de cia- ra, pero los daños de defoliación en otras nuro potástico¡— no se translocaban a especies botánicas han preocupado desde través de la savia hasta las hojas y, aun- siempre en Europa, ya que árboles defo- que se traslocaran, la gran cantidad de liados pierden sus crecimientos en un mano de obra necesaria para hacer los margen que oscila entre el 40 y el 100% trabajos y la peligrosidad del producto ha- en los siguientes tres años, dependiendo brían hecho inviable la operación a cierta de la especie atacada y de la intensidad de escala. los ataques (FRATIAN, 1985), lo que es Las pulverizaciones con arseniatos te- inadmisible si la explotación es maderera. nían diversos inconvenientes. El arseniato Por su tipo de follaje, perenne y muy co- de plomo daba un color a las hojas de la riáceo, la encina resiste bien a esta plaga, encina que, según el autor, actuaba como que normalmente sólo perjudica al brote repelente para las orugas y no lo ingerían. nuevo, sin que la oruga sea capaz de con- El de sosa tenía efectos fitotóxicos en las sumir las hojas de más de un año de vida. hojas tiernas y el de cal no mostraba toxi- cidad para las orugas. Además, todos es- tos productos eran sumamente tóxicos TRATAMIENTOS para las personas y animales y su persis- La lucha química contra T. viridana ha tencia en el ambiente muy prolongada. sido el pionero de los tratamientos fores- Estos factores descalificarían hoy a dichos tales en España, por la gran importancia productos, aunque su eficacia fuera total. socio-económica del encinar, iniciándose Bastantes años más tarde, al fundarse en la década de 1920 por VELEZ DE ME- el Servicio Especial de Plagas Forestales, DRANO y D. ÁNGEL RIESGO (VELEZ DE se realizaron nuevamente experiencias MEDRANO, 1929) en Córdoba con dos sis- para poner a punto una técnica que per- temas experimentales, uno contra adultos mitiera el tratamiento eficaz y económico a base de trampas de luz y la otra contra de la lagarta. En esta época ya existían los orugas, a base de tratamientos químicos. insecticidas organoclorados de síntesis, en Resumiremos el relato de ROBLEDO y especial el D.D.T. que a su bajo precio SANCHEZ (1983), donde se cuentan exten- unía una alta eficacia, y gran campo de samente este y otros ensayos sobre la re- acción, sin que se conocieran, aún, sus ac- ferida plaga. ciones nocivas sobre los ecosistemas. J. A. TORRENT dirigió estos estudios en flejar una resistencia cruzada positiva en 1952 y 1953 poniendo a punto un nuevo orugas de quinto estadio. Se desecharon método de aplicación mediante formación por esta razón. de nube por espolvoreo, que unía a su efi- En cuanto al Malation 4%, ambas estir- cacia y bajo costo la novedad de ser una pes respondieron óptimamente con un técnica de vanguardia, con una contami- 96% y un 97% de mortalidad respectiva- nación mínima al aplicarse menos de 1 kg. mente, en orugas resistentes y no resisten- de ingrediente activo por Ha. tes de quinto estadio. La formulación La aviación, cara en aquellos momen- DDT 6% + Malation 1,6% nos propor- tos, se reservaba para zonas abruptas de cionó unos resultados aceptables en am- caza o montes espesos y poco accesibles a bas estirpes. Aunque ligeramente más ba- la maquinaria de tierra. jos en la estirpe resistente, no tanto como El éxito de este tipo de tratamientos, y cabía esperar de una formulación en la su alta rentabilidad hizo que muchos pro- que la mayor parte de la materia activa pietarios repitieran año tras año, a veces era DDT. Esto parece indicar un cierto con dosis insuficientes o mal realizados, efecto sinérgico. por lo que en la segunda mitad de la dé- En esa misma primavera en 1969 se cada de los sesenta comenzaron a apare- realizaron experiencias de laboratorio cer resistencias de la lagarta al DDT (RO- complementarias mediante la misma téc- BREDO, 1969). Se trató de paliar esta si- nica utilizada en la experiencia anterior tuación utilizando la formulación DDT (ROBREDO, 1969b). De entre ellas se selec- 8% + Lindano 0,5% pero los resultados cionaron cuatro formulaciones en polvo a no fueron muy satisfactorios, debido a base de malation, que habían dado bue- que se manifestaron resistencias al Linda- nos porcentajes de mortalidad, incluyén- no que, a fin de cuentas, también era un dose el DDT 10% como tratamiento es- organoclorado, aunque perteneciente al tándar. Estas formulaciones se ensayaron grupo de los ciclodienos. en el campo para elegir el producto más La determinación de estas resistencias idóneo para sustituir el DDT 10%. se efectuó mediante ensayos realizados en Estos trabajos se realizaron en la pri- paralelo sobre una estirpe sensible de mavera de 1970 (APARISI y CADAHIA, Tortrix viridana procedente de una zona 1970). En ellos se evidenció la eficacia de que nunca había sido tratada, San Pablo todas las formulaciones empleadas que re- de los Montes, en Toledo, y sobre otra sultaron altamente significativas respecto estirpe manifiestamente resistente proce- a testigos, pero no significativas entre tra- dente de la Dehesilla de Oropesa, tam- tamientos, a excepción del DDT 10%. bién en Toledo (ROBREDO, 1971). que sólo dio el 60% de mortalidad. Se ensayaron diversas formulaciones Las formulaciones que dieron mayores por espolvoreo y entre ellas las que pro- tasas de mortalidad fueron Malation 3% + porcionaron mejores resultados fueron: Carbaril 2% y DDT 6% + Malation 2%. Por su menor costo, la elección recayó en — Malation 4%. esta última formulación que se utilizó du- — DDT 6% + Malation 1,6%. rante toda la década de los setenta para los tratamientos por espolvoreo. con mortalidades máximas y diferencias La primera disposición restrictiva del no significativas entre sí, pero significati- DDT apareció en España en 1971 (O.M. vas al compararlas con el resto de los tra- 22-3-71). Posteriormente la Orden Minis- tamientos, mediante el test de Duncan al terial de 4-12-1975 prohibe las formulacio- 5% de nivel de significación. nes para espolvoreo y pulverización de los Algunas formulaciones de organofosfo- insecticidas organoclorados, entre ellos el rados como Triclorfon 5% y Fentión 3%, DDT, quedando autorizado solamente el así como el Carbaril 7,5%; dieron unas Servicio de Defensa contra Plagas e Ins- respuestas diferenciales que parecían re- pección Fitopatológica para utilizar estos insecticidas en aquellos casos en que re- efectividad aceptable, con las considera- sultara imprescindible su empleo. No obs- ciones sobre ellos realizadas en otros tante, la formulación DDT 6% + Mala- apartados de este trabajo. tion 2% continuó aplicándose temporal- Tortrix viridana es el lepidóptero fores- mente bajo la supervisión directa de los tal sobre el que se ha realizado mayor nú- Servicios competentes de la Administra- mero de ensayos de productos y técnicas ción. diferentes, no sólo por su importancia Inmediatamente después de la apari- económica, sino porque la baja rentabili- ción de esta normativa comenzaron a es- dad del encinar ha obligado a encontrar tudiarse nuevas técnicas de tratamientos sistemas muy efectivos y de relativamente masivos que permitieran sustituir el DDT bajo coste. por otros productos menos persistentes. La evolución de esta lucha queda per- Se hicieron diversos estudios preliminares fectamente reflejada por ROBREDO y SAN- y, en la primavera de 1975, se realizaron CHEZ (1983) de los que tomamos el cua- los ensayos definitivos que sirvieron de dro siguiente de hectáreas tratadas desde base para poner a punto la actual técnica 1953 (Cuadro 2). de aplicación ULV, a Volúmenes Ultra A partir de 1983 el Estado Central cede Bajos, por medios aéreos, que tan buenos la competencia de los Tratamientos, tanto resultados viene dando en los tratamien- forestales como agrícolas a las Comunida- tos del encinar contra Tortrix viridana y des Autónomas, no existiendo recopila- demás lepidópteros asociados. ción de datos en esta y otras plagas, pero En 1982 SORIA y TOIMIL (1983) realizan se puede asegurar de acuerdo a las sub- ensayos de campo contra Erannis defolia- venciones concedidas por el Estado, que ria CLERCK, en Toledo, con los siguien- la cifra de Has. ha crecido astronómica- tes resultados: mente, pasando en los últimos años de 200.000 Has. En las parcelas de campo, en Toledo, De las técnicas y productos ensayados T. viridana (L.) representaba (en media) en estos años (ROBREDO y SANCHEZ, en 8,20% de las orugas existentes. 1983) sólo dos se usan a gran escala en es- En las parcelas tratadas con decametri- tos momentos (COBOS y SORIA, 1981), de na 5 g. M.A./Ha. en el muestreo previo las que pasamos a dar una pequeña rese- se contabilizaron 41 y en el muestreo pos- ña: terior al tratamiento 3 orugas, lo que re- presenta una mortalidad del 93,2%. El porcentaje de orugas de T. viridana (L.) 1) Espolvoreo: antes del tratamiento era del 12,89% y después fue del 18,75%. Ha sido la técnica más empleada en las En la parcela tratada con Decametrina últimas dos décadas en el tratamiento de a 2,5 g. M.A./Ha. en el muestreo previo las plagas forestales y especialmente en el se localizaron 14 orugas, y en posterior al encinar (TORRENT, 1959). tratamiento ninguna, siendo la mortali- Las dosis suficientes para el tratamiento dad, por tanto, del 100%; antes del trata- de encinares, son 10 kg./Ha. en aplicacio- miento las orugas de este lepidóptero su- nes terrestres, y 14 Kg./Ha. en caso de ponían el 2,23% del total. aplicaciones aéreas (ROBREDO, 1976), si En la parcela tratada con polvo (Carba- bien éstas han sido sustituidas por pulveri- ril 1% + Malation 3%) en el muestreo zaciones, como veremos después. previo se localizaron 32 orugas, y en el El polvo insecticida utilizado en el enci- posterior 3, siendo, por tanto, la mortali- nar era el DDT 6% + Malation 2% (RO- dad del 9.1,4%; la propación antes del tra- BREDO, 1976) , pero desde la prohibición tamiento era del 8,14% y después del del primero de ellos, se ha sustituido por 6,25%. Malation 3% + Carbaril 1% también con Todos estos tratamientos poseen una efectividades aceptables. Cuadro 2.—Evolución en la lucha contra T. virídana L.

2) Pulverizaciones: encinar es el Malation 96% ULV, a la do- sis de 1 l./Ha. si bien en los dos últimos Actualmente se realizan en España las años, se ha empezado a utilizar piretrinas, pulverizaciones por medios aéreos contra en especial decametrina a 2,5 g. M.A./ las plagas forestales, y concretamente Ha. y alfacipermetrina, a 5 g. M.A./Ha. contra las del encinar, usando la técnica De acuerdo con los datos de archivo de de ULV o Ultra Bajo Volumen de insecti- la Subdirección General de Sanidad Ve- cida, mediante la cual se aplican dosis me- getal, el tratamiento, bien realizado, si es nores o iguales a 5 litros por hectárea de en grandes áreas puede mantener su efec- producto insecticida en forma líquida, tividad hasta 3 años, dato igualmente gracias a la producción de un espectro de aportado por ROMANYK (1958); COBOS y gotas muy pequeñas y homogéneo, por SORIA (1981) y ROBREDO y SANCHEZ medio de modernos atomizadores rotato- (1983). rios tipo "Micronair" consiguiendo una La problemática de la encina frutera ha mayor penetrabilidad y eficacia. sido estudiada poco en otros países ya que Él producto utilizado actualmente en el no posee la dimensión económica que tie- ne en España, pero sus daños de defolia- rentable a partir die una cantidad insignifi- ción en especies de hoja caediza, en espe- cante de terreno (algomás de 2 Has. en cial del género Quercus, ha preocupado el caso más desfavorable) sin contemplar en toda su área de distribución, destacan- que estos tratamientos oficiales suelen es- do la utilización de formulaciones de B. tar acogidos a una subvención estatal del thuringiensis, bien en solitario, bien con orden del 50% del coste del tratamiento, adición de dosis subletales de otros pro- lo que hace que sea mucho más rentable ductos (SORIA, 1987). para el explotador. El peligro de aparición de resistencias ante este tipo de dosis sub-letales, no per- miten extrapolar sin más estos resultados, EVALUACIÓN DE POBLACIONES que podrían provocar daños graves, sobre todo si estas resistencias aparecen cruza- Conocido el ciclo, biológico y la identifi- das a otros productos de gran utilización. cación de cada estadio de la plaga, la épo- ca y etapa sensible, los sistemas de lucha efectivos, las mortalidades esperables de ESTUDIO ECONÓMICO DE LOS cada uno de ellos,1el valor de los mismos, TRATAMIENTOS. UMBRALES la rentabilidad y los umbrales, sólo queda la evaluación de poblaciones, para poder COBOS y SORIA (1981) abordan el estu- planificar las campañas con tiempo, de dio económico de los tratamientos utiliza- modo que se rentabilicen al máximo los dos en la actualidad contra Tortrix virida- futuros tratamientos y se minimicen, den- na, diferenciando cuatro casos: tro de lo posibles los efectos no deseados — Tratamiento aéreo por U.L.V. de cada intervención. — Tratamiento terrestre, con Super Los estudios de evaluación de poblacio- F.L. y rendimiento de 125 Has./dia. nes tradicionalmerfte aplicados en España — Tratamiento terrestre, con Super (APARISI y CADAHJA, 1970; ROBREDO, va- F.L. y rendimiento de 75 Has./día. rios años y SORIA, ¡1987, etc.) son de gran — Tratamiento terrestre con F.L. utilidad para evaluación de mortalidad en (prácticamente no utilizado en la actuali- ensayos de eficacia, o para conocer la si- dad). tuación puntual de una finca o zona en un En este estudio llegan a tres fórmulas momento de ataque, pero dado que todos numéricas que dependen en total de 22 ellos se basan en la contabilización de factores, con las que se puede calcular, en orugas, bien por vareo de las copas, bien cualquier momento, el coste esperado dé por embolsamiento de ramillas, y que el un tratamiento, ya que estos parámetros ciclo completo de < esta fase dura aproxi- son conocidos en todos los casos. madamente un mes, del que los primeros Comparando estos costes con el doble 7 días no son útiles por estar dentro de las de los beneficios esperados (umbral eco- yemas, no se pueden utilizar para conoci- nómico del tratamiento) demuestran que miento de zonas de ataque como prepara- los costes representan el 14,84, 10,69, ción de las campañas, salvo en contadas 12,03 y 18,65% respectivamente de la in- excepciones, ya que la complicada in- versión, en el caso de venta directa de la fraestructura que el tratamiento conlleva bellota en el árbol (en las condiciones más (contratación de maquinaria, adquisición desfavorables) y del 11,87, 8,55, 9,62 y del producto, obreros, etc.) no suele dar 14,29% en el caso de explotación directa tiempo para realizar esta prospección. de montanera de cerdo (en iguales condi- En el desaparecido Servicio de Plagas ciones) lo que demuestra la rentabilidad, Forestales, en las décadas de 1950-1970, en todos los casos, de cualquiera de los se intentó crear un índice de peligrosidad tratamientos. Tortrix a base del número de puestas por Según los resultados aportados por los una cierta longitud de ramilla, que permi- autores, el tratamiento resulta claramente tiera evaluar la futura población (y por tanto los futuros daños) sin que se lograra mente inatacable, no solo por su escasa concretar el índice en cuestión. mortalidad, como en todos los lepidópte- En Extremadura, por parte de los Ser- ros, sino porque es aislada y repartida por vicios de Protección de los Vegetales, se todo el árbol en refugios difícilmente lo- estudia en estos momentos un índice de calizables. ataque mínimo basado en este mismo sis- La puesta, aislada y muy mimetizada tema que, de concretarse, sería de gran con las ramillas, es también prácticamente utilidad para realizar o no los tratamien- indestructible. tos, si bien indudablemente no puede ser La única fase pues en que el insecto exacto, ya que la formación o no de plaga está más o menos atacable es la oruga, está fuertemente influenciada por factores desde segundo estadio, en que sale de las que se le escapan (coincidencia de fenolo- yemas, hasta 5.° estadio, en que rápida- gía encina-Tortrix; predación y parasitis- mente crisálida, por lo que el tiempo de mo, climatología adversa, migraciones de actuación se restringe a poco más de 15 orugas de otras plantas nutricias, etc.). días. Los daños sufridos en la anterior cam- La actuación, de acuerdo al ciclo estu- paña, y por tanto el "deseo de tratar" por diado, solo es necesaria si la conjunción parte de los propietarios ha sido casi de la fenología 7orfrá-encina es perfecta, siempre el desencadenante de la interven- ya que si alguna se adelanta o atrasa la ción, solo frustada por haber "poca" pla- mortalidad total es alta, y puede evitar la ga, haberse pasado la época de tratamien- intervención. to (existencia de gran número de crisáli- Pero si el tiempo real de tratamiento es das) o, especialmente, falta de tiempo o claro, y está perfectamente definido, no de dotación económica. pasa lo mismo con la posibilidad de apli- La afluencia de personal técnico al car el "control integrado" en la mayoría tema "plagas forestales" que puede repre- de los casos, por una serie de característi- sentar la estructuración del Estado en Co- cas de esta plaga, que dificultan enorme- munidades Autónomas, puede colaborar mente este tipo de actuación. a aportar la solución a este tema, por Todos los productos usados con ante- ahora no abordado. rioridad (DDT, DDT + Lindano, Feni- trotion, etc.) y los utilizados en la actuali- dad (Malation + Carbaril en polvo y Ma- lation U.L.V.) son productos de amplio EL CONTROL INTEGRADO EN espectro, poco o nada selectivos, por lo TIEMPO REAL que usados en un ecosistema tan rico como es el encinar, sin duda tienen gran- El problema de Tortrix viridana para des repercusiones sobre la fauna útil o no aplicar el concepto de manejo de plagas o dañina, que deben ser minimizados para control integrado en tiempo real, es a la evitar unos desequilibrios de difícil eva- vez uno de los más necesarios y más difí- luación. Este planteamiento teórico no ha ciles de abordar con que cuenta la ento- sido posible llevarlo a la práctica por una mología forestal española. serie de problemas que citamos a conti- El momento de tratamiento parece cla- nuación: ro, ya que hay que olvidar, en principio, la fase de mariposa, pues es muy reparti- da en el tiempo, móvil, y en ocasiones mi- grante, lo que podría hacer fracasar cual- Medios físicos y mecánicos: quier intervención, por bien ejecutada que hubiera sido, sobre todo ante la im- La dispersión por todo el árbol en todas posibilidad de usar feromonas, que luego las fases del insecto, y su gran polifagia se tratará. parecen impedir la utilización de estos La fase de crisálida, inmóvil, es igual- medios, de pequeño impacto ecológico. Medios legales: con gran fuerza en el encinar, ya que son muy poco tóxicos para mamíferos y aves, Las medidas legales no son de utilidad, y de rápida degradación, sin embargo su ya que el encinar pertenece en gran medi- poca selectividad respecto a insectos en da a propietarios particulares y los trata- un árbol como la encina, de la que ya mientos buscan un fin económico (pro- BREMH en 1880 decía que "como es sabi- ducción de bellota) por lo que no se pue- do nutre más orugas de mariposas que de "obligar" a actuar en zonas extensas y ninguna otra planta" no parecen repre- compactas, ya que siempre hay propieda- sentar la solución ideal. SORIA (1987) re- des que no están en explotación, o no copila más de 450 especies de lepidópte- contemplan esos gastos en sus planes ros sobre Quercus, la mayoría de ellas so- anuales, etc. Si bien esta circunstancia re- bre encinas, por lo que no parece exage- presenta una ventaja desde el punto de rado suponer que, entre todos los insectos vista del impacto ecotoxicológico puntual que dependen de la encina, se pueda pa- de cada tratamiento, al dejar islas-reser- sar de 1.000 especies. vas en las zonas, es a la vez negativo ya Todas las pruebas realizadas hasta la que la reinfección es rápida lo que obliga actualidad con este tipo de productos han a realizar tratamientos repetidos (casi alcanzado eficaces altísimas (cerca del anuales) en las zonas de producción, con 100%) contra T. viridana y otros lepidóp- la problemática que este modo de acción teros defoliadores, pero su influencia en acarrea. el medio está en evaluación en este mo- mento por los Servicios de Protección de Lucha autocida: los Vegetales de Córdoba, y los servicios centrales de Sanidad Vegetal por lo que La lucha autocida y la esterilización de parece al menos prematuro al recomendar machos no ha sido ensayada con este tor- este tipo de actuación en campañas masi- tricido que sepamos, pero la facilidad de vas a nivel autonómico o nacional. cópula que demuestra en cautividad hace Los productos inhibidores del desarro- sospechar que la "promiscuidad" es total, llo se han mostrado eficaces tanto en pla- dificultando, si es así, estos procedimien- gas de los robles como en defoliadores tos. potentes del encinar (OBAMA, SORIA y TOME, 1988), pero no parecen útiles para el caso que nos ocupa, ya que al ser pro- Lucha biológica: ductos que actúan por ingestión no prote- gen los nuevos brotes de la encina a partir El parasitismo normalmente es bajo del momento del tratamiento, por lo que (del orden del 20%) y actúa en su mayo- éste ha de retrasarse hasta que la superfi- ría cuando el daño está hecho; entre los cie foliar nueva sea grande, con lo que el predadores destacan los pájaros insectívo- daño se realiza en su casi totalidad. ros y las hormigas, pero tienen poco senti- do la colocación de nidales para los pri- La alta persistencia de estos productos meros, por la gran cantidad de refugios (SORIA, ABOS y MARTIN, 1986) en un ár- naturales que el encinar les brinda, y los bol de hoja perenne es también otro fac- transplantes de hormigueros de las espe- tor a tener en cuenta antes de plantear cies más agresivas fracasó en su día por una operación de gran envergadura. no adaptarse a este medio las colonias Los insecticidas a base de Bacillus thu- (BACHILLER et al, 1981). ringiensis BERL, tienen la misma dificul- tad que los inhibidores del desarrolo res- pecto a su momento de aplicación, lo que Productos sustitutivos: puede explicar diferencias de eficacia de prácticamente nulas, como en Extremadu- Los productos del grupo de los piretroi- ra hace 3 años (ARIAS, comunicación per- des o piretrinas de síntesis han entrado sonal) hasta casi el 100% de Córdoba (CABEZUELO, en imprenta) de acuerdo fluyen factores visuales que anulan la po- posiblemente al mayor adelanto o retraso sible efectividad de estos tratamientos. de la plaga respecto al tamaño de la bro- tación en el momento de la intervención. CONCLUSION Estas dificultades causadas por el com- Feromonas: portamiento del insecto, son las que nos han animado a presentar esta ponencia, Por último, las feromonas, tan útiles que no es más que una "petición de ayu- para otros casos por su total especificidad, da" a los expertos en entomología aplica- tienen un gran valor para conocer la exis- da, para ver si entre todos podemos salir tencia o no del insecto, evaluar aproxima- de este punto muerto en que nos encon- damente la población y conocer sus cur- tramos, tras tantos y tan profundos estu- vas de vuelo, pero no son útiles para el dios, que no parecen por ahora ofrecer- control, ni por el método de captura masi- nos el "buen camino" del que antes habla- va de machos ni por el de confusión, ya mos para una correcta solución del pro- que en la cópula se ha demostrado que in- blema.

ABSTRACT

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Key words: Tortrix viridana, pest control.

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