SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA MONTAÑA INCA Scripta Ethnologica, Núm
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Scripta Ethnologica ISSN: 1669-0990 [email protected] Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Argentina Ceruti, Constanza CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA MONTAÑA INCA Scripta Ethnologica, núm. 25, 2003, pp. 69-82 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Buenos Aires, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14802505 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto SCRIPTA ETHNOLOGICA, Vol. XXV, Bs. As., pp. 69-82 CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA MONTAÑA INCA Constanza Ceruti* Summary: Summary: In this paper, the author explores the cultural appropriation performed by the Incas in the top of the mountain Ilanco, a peak of 5.600 meters, located in Northwest Argentina. Firstly, she characterizes the orographic and toponimic features, and describes the settlement and the architecture of the ceremonial site, which was discovered in one of the tops of the Ilanco. Secondly, she analyses the mountain topography particularities, and the building strategies of the sanctuary, taking into account landscape constraints, which are interpreted in the context of social uses and the symbolism of sacred spaces of the tops. The historical chronicle and the Andean ethnographic data add information to the analysis of pre-Hispanic evidence at the top of Ilaco Mountain, by expanding on the comprehension of the spaces become sacred for ceremonial endings in Inca civilization. Key words: sanctuary, mountain, inca. Introducción objeto de profunda adoración. Hace cinco siglos, los Incas fueron el pri- A lo largo de la Historia, las sociedades mer grupo humano en atreverse a escalar las humanas han levantado sus ojos hacia las cumbres más altas de la cordillera de los montañas, encontrando en ellas un Andes, enfrentando los rigores extremos del significante material de lo Sagrado. Los pi- entorno de alta montaña y trasponiendo la cos y nevados exhiben en su propia natura- barrera psicológica del temor a las colosales leza aspectos que resultan atrayentes o fas- cimas, que hasta entonces habían sido ado- cinantes, contrapuestos a atributos peligro- radas por los pueblos andinos desde pruden- sos o tremendos, que contribuyen a poner de te distancia (Reinhard, 1983). Su hazaña no manifiesto su carácter numinoso (Otto, logró ser repetida sino hasta medio milenio 1998). Las montañas, con su majestad y be- después, con el desarrollo del moderno lleza, fascinan a quienes las observan, lle- montañismo. nando de una particular exaltación a los que Si bien las montañas han sido y siguen las escalan hasta la cima. Al mismo tiempo, siendo universalmente veneradas, el fenó- no pueden dejar de ser temidas por los con- meno incaico de sacralización del paisaje siderables peligros que ofrecen las tormen- montañoso mediante santuarios construidos tas de nieve, los vientos huracanados o las en las cumbres más altas de los Andes es erupciones volcánicas. Su ambivalente cua- único en el mundo. No existen santuarios de lidad las vuelve sagradas, convirtiéndolas en altura en los Himalayas, donde las montañas * Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto de Investigaciones de Alta Montaña - Universidad Católica de Salta (Argentina). [email protected] 70 CONSTANZA CERUTI sagradas son veneradas por circunvalación, situándose a 26° 02 Latitud Sur y a 67° 10 quedando la ascensión ritualmente prohibi- Longitud Oeste, en un paisaje volcánico da (Bernbaum, 1990:7-13). En mesoamérica, rodeado de sierras y nevados de regular los adoratorios de alta montaña correspon- altura, característico de la Puna salada andina. dientes al Período Posclásico se encuentran La cartografía oficial, en la que el macizo emplazados en alturas más modestas, sobre aparece denominado como Cerro Colorado las laderas de los volcanes mexicanos y ex- o Ilanco, le atribuye una altitud máxima de cepcionalmente en las cimas (Montero 5.478 metros sobre el nivel del mar (según García, 2001). carta topográfica a escala 1:250.000 del Los santuarios incaicos en los picos Instituto Geográfico Militar). Sin embargo, andinos de mayor jerarquía, no sólo fueron lecturas de posicionador satelital y de dotados de arquitectura ceremonial sino que altímetro barométrico le asignan una altitud también fueron consagrados como escena- cercana a los 5.600 m. rios de sacrificios humanos y como depósi- La máxima altura no aparece registrada tos de ofrendas suntuarias de estilo imperial en la cartografía, ocupando el sector noreste cuzqueño. La perdurabilidad de las construc- del sistema y quedando separada del resto ciones y la conservación de los materiales del macizo por una extensa y sinuosa orgánicos (incluyendo los cuerpos humanos superficie precumbrera. Conecta la cima momificados por congelamiento) permiten principal con la base de la montaña un filo inscribir al fenómeno de los adoratorios Inca rocoso que desciende directamente hacia el de alta montaña como uno de los más nota- Oeste, dando origen a dos quebradas casi bles ejemplos de apropiación física del es- paralelas. Una de ellas recibe el nombre de pacio numinoso de las cumbres. Quebrada Seca, en tanto que por la otra Desde las sierras centrales peruanas hasta discurren las aguas de deshielo que alimentan la cordillera chilena, los santuarios de altura al Río Ilanco, que desemboca tras breve incaicos coronaron volcanes y nevados, con- recorrido en una laguna vecina. En el centro tribuyendo a la sacralización de la geografía del macizo se yergue una cumbre abrupta de de los Andes. En este trabajo se abordan as- forma cónica, separada de la cumbre pectos orográficos, toponímicos, arqueoló- meridional por un profundo portezuelo. gicos y simbólicos de un santuario de altura La cumbre principal se levanta casi 5.600 descubierto en el Noroeste de Argentina, en m; es de forma cuspidal ahusada y se una montaña comprendida dentro del terri- encuentra parcialmente separada de las torio que antiguamente conformaba la pro- restantes cimas por una extensa área de vincia meridional del imperio Inca, el precumbres onduladas. La cima central, que Collasuyu. es la segunda en altura del macizo, es de forma piramidal, abrupta y con una superficie de tamaño muy reducido. La cumbre Orografía y toponimia de la montaña sudoeste, de aproximadamente 5.480 m, adquiere un perfil amesetado por su El cerro Ilanco pertenece al sistema superficie particularmente llana y extensa. El orográfico de la cordillera occidental, tránsito entre las cumbres no resulta sencillo, CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA (...) 71 debido a los profundos portezuelos y a la semejante, Haqhue, se emplea para empinada pendiente de los filos que están caracterizar a peñas grandes y poco constituidos por acarreo fino y bloques accesibles (Bertonio, 1984 [1612]:359). rocosos sueltos. Predomina en el macizo una Frente al amplio espectro de acepciones y coloración homogénea, de tonalidad significados atribuibles al nombre de esta amarillenta con tintes rojizos. montaña, nos inclinamos porque el topónimo Ilanco haya sido construido sobre la base de los vocablos Illa (= brillante) y Hanko Toponimia (= blanco), en referencia a la apariencia del cerro cuando se presenta ocasionalmente El nombre Ilanco parece ser un topónimo cubierto de nieve. En tanto que el predominio de raíz aymara formado por la unión de dos de las tonalidades rojizas en las laderas de la voces. El término Ila connota inmediatez, montaña cuando carece de cobertura nival, al ser empleado en expresiones tales como daría cuenta del topónimo español, Cerro Ila, vel Ilaqui (= luego, al momento) o Colorado. Ilaquitha (= darse prisa) (Bertonio, 1984 [1612]:172). Más probable resulta, en el contexto de la sacralidad de la montaña Ascensión andina, que el primer vocablo de su topónimo haya sido originalmente Illa, término que Al momento de efectuarse la ascensión al en lengua quechua y en aymara remite a la cerro Ilanco no se conocía ningún tipo de brillantez, tanto en el rayo (= Illapu); como antecedentes acerca de la ocupación ritual en aquello que se atesora o guarda, prehispánica de las cimas. Las referencias de particularmente metales o joyas (= Illa) lugareños que manifestaban haber ascendido (Bertonio, 1984 [1612]:173). en reiteradas oportunidades a la cima En lo que respecta al término Anco, el principal, negaban la existencia de vestigios mismo parece remitir a varios núcleos de de prácticas ceremoniales antiguas, los cuales significado alternativos. Escrito sí habían sido identificados en otras montañas textualmente, Anco se aplicaría a un niño de la región (Sr. Aníbal Vázquez, tierno o uno de pocas fuerzas, en tanto que comunicación personal). en la expresión Anco yahua, serviría por Siguiendo una huella de baja visibilidad el contrario, para caracterizar a algo fuerte que se abre camino por un accidentado (Bertonio, 1984 [1612]:20). Por otra parte, paisaje de ignimbritas volcánicas, se llega en el término Hanko remite a significados vehículo a la base occidental del cerro Ilanco, relacionados con lo blanco y lo fértil, situada en una cota altitudinal cercana a los como en el caso de hankoña (= blancura) 4.400 m. El punto de partida de la ruta o en hanko yapu (= tierra fértil) (Bertonio, moderna de ascensión ha sido señalado con