Juntos Defendemos Nuestra Madre Tierra. Ejido Tila, Chiapas, México
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES POSGRADO EN DESARROLLO RURAL NIVEL MAESTRÍA MI LAK TYEÑ KOTYAÑ LAK ÑA’ LUM /JUNTOS DEFENDEMOS NUESTRA MADRE TIERRA. EJIDO TILA, CHIAPAS, MÉXICO T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN DESARROLLO RURAL P R E S E N T A JORGE ARMANDO GÓMEZ ALONSO DIRECTOR DE TESIS LUCIANO CONCHEIRO BÓRQUEZ MÉXICO, D.F., SEPTIEMBRE DE 2015 Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, Delegación Coyoacán, C.P. 04960, México D.F. Tel. 5483-7066, 5483-7000 ext. 3221 Agradecimientos A las y los compañeros del Ejido ch’ol de Tila con el profundo cariño y respeto que en nuestro caminar hemos construido. A mi familia que es fuerza, inspiración y refugio. A mis compañeras, compañeros, amigas, amigos, todos maestros y maestras, acompañantes en geografías y calendarios distintos de este compromiso que marca nuestra mirada y paso en la búsqueda por construir un mundo mejor, con justicia, democracia y libertad. 1 ÍNDICE Introducción ……………………………………………………………………………….. 3 Capítulo 1. El Ejido Tila: la recuperación de la tierra y la reconstitución de la comunidad ejidal ch’ol 1.1 La recuperación de la tierra y el largo caminar para legalizarla ………… 26 1.2 El Ejido Tila, la reapropiación de la tierra y territorio del ejido ch’ol ...... 42 Capítulo 2. El pueblo ch’ol y su territorio habitado en el largo aliento 2.1 El pueblo ch’ol de Tila, antecedentes histórico territoriales en torno a la invasión colonial …………………………………………………. 74 2.2 Las fincas en la región ch’ol: el despojo y el dominio del enclave capitalista a finales del XIX ……………………………………….. 99 Capítulo 3. La defensa de la tierra, territorio y autonomía ch’ol del Ejido Tila 3.1 La nueva colonización política y la resistencia del pueblo ch’ol al despojo kaxlan……………………………………………………………. 113 3.2 El triunfo frente al despojo y la organización por defensa de la tierra, territorio, y autonomía ejidal ………………………………………… 141 Bibliografía ………………………………………………………………………………. 190 ANEXO I. Video documental. Ejido Tila-Terra Nostra Films, Mi lak tyeñ kotyañ lak ña’ lum /Juntos defendemos nuestra madre tierra. Ejido Tila, Chiapas……………………………………………. 206 2 Introducción Mi lak tyeñ kotyañ lak ña lum, frase ch’ol cuya traducción es “Juntos defendemos nuestra madre tierra”, es el título que lleva este trabajo porque suele repetirse en voz de los abuelos principales o trensipales, ejidatarios y ejidatarias del pueblo maya ch’ol de Tila, en la Zona Norte de Chiapas, quienes son el pilar de la transmisión, entre otros muchos aspectos, de la relación con la tierra. Así como se los contaron y enseñaron de forma práctica y cotidiana sus madres, padres, abuelos y familiares mayores, ahora ellas y ellos son quienes se encargan de entregar a las siguientes generaciones uno de sus tesoros más preciados en herencia; la tierra y su autoridad sobre ella. Su legado comunal como pueblo ch’ol para seguirla trabajando, defendiendo y luchando frente a los intereses ajenos, los del grupo caciquil kaxlan1, que apoyado por los poderes estatales busca despojársela, fracturar sus territorio y su soberanía comunal asamblearia. Este pueblo ch’ol de Tila habita las tierras del noreste de Chiapas, en una región de pueblos y comunidades mayas de habla ch’ol, donde se abraza la montaña con la selva baja, en la Zona Norte de Chiapas. En la década de 1930 obtuvieron los documentos de las tierras por medio de la reforma agraria, constituyéndose legalmente como ejido, después de haberlas recuperado de la finca porfirista, cuyo crecimiento se realizó a partir de la invasión, el despojo y la esclavitud a la que sometieron a los pueblos ch’oles, para el desarrollo de este enclave del capital, que se encontraba en expansión a finales de XIX e inicios de XX. El pueblo ch’ol ha caminado por un largo proceso en la defensa de su tierra y territorio frente a estos intereses que representan el dominio externo, ejercido a través de los caciques kaxlanes, intermediarios de poder ajeno, agentes del sistema de dominio político y económico, sus beneficiaros locales. Desde mediados del siglo XX se convirtieron en dueños del Ayuntamiento municipal, que han utilizado como su instrumento para despojar 1 Término para designar la otredad ajena, que le ha impuesto al pueblo ch’ol una relación asimétrica, estructurada a lo largo de su historia. Profundizaremos en esto a lo largo de los capítulos. 3 de la tierra y su autoridad al pueblo ch’ol y su Ejido, para establecer su dominio kaxlan. Buscan arrebatarles su espacio central, el corazón de su territorio: el poblado de Tila y sus alrededores. Es una superficie de 130 hectáreas que componen el poblado de Tila y sus alrededores. Esto buscan realizarlo poder medio del cambio de régimen la tierra de esta superficie, de ejidal mancomunada, como ha sido hasta ahora desde que la recuperaron de la Finca porfirista, regida por la Asamblea del pueblo ch’ol; a pública y privada, bajo la figura de Fundo Legal municipal, regida por el Ayuntamiento y Gobierno del Estado. Es la transformación del régimen de la tierra que modificaría la unidad territorial ch’ol, y toda la dinámica social ya que significa el traslado del poder, de la soberanía sobre ésta. El Fundo es la figura legal que demarca y establece el espacio administrativo de un poblado bajo jurisdicción de estas instancias oficiales, otorgándole las facultades para ejercer sus funciones de gobierno, su régimen sobre la tierra. De implantarse, se consumaría el dominio kaxlan, cuya dinámica es ya conocida por el pueblo ch’ol; acaparado en manos de unos pocos, arbitrario, despótico, paramilitar, se tiene amplia memoria de sus prácticas y los agravios cometidos al pueblo ch’ol. Establecerían su soberanía arrebatándosela al ejido, lo que significa imponer sus normas y costumbres, así como el poder de decisión sobre el destino de las tierras, la división y asignación de solares a lotes urbanos. Desde el ayuntamiento kaxlan, se convertirían en los encargados de normar el uso y distribución, así como el cobro de impuestos por la tierra. Además, se apropiarían de los bienes y servicios cuidados y autogestionados bajo el régimen ejidal asambleario: el agua, el panteón, el comercio de las fiestas, comercio en el parque central, asignación de solares. Sería pues, el dominio de la mercantilización, el acaparamiento, la corrupción, el uso arbitrario del poder, la acumulación de riqueza y toma de decisiones en manos de un puñado, los herederos del colonialismo finquero, los intermediarios del poder y el capital. Ha sido una larga historia de resistencia y lucha frente a estos intereses antagónicos kaxlanes por parte del pueblo ch’ol. Intereses que son reconocidos y señalados como 4 símbolo, a la vez agentes de la reproducción de la dinámica de dominación colonial y capitalista, de la opresión y del despojo hacia el pueblo ch’ol. Las fuerzas contrarias y externas frente a las que ha resistido, con las que se reconocen en franca asimetría, en condiciones de opresión, pero que no se rinde y las enfrenta para defender su tierra y territorio. Por su parte, para el pueblo ch’ol de Tila la tierra lum es madre lak ña’, nuestra madre, fuente de vida y posibilidad de existencia como sujeto colectivo, es el núcleo de su cosmogonía y cosmosofía, alteridad material y sagrada con la que guardan un vínculo originario, es el lugar de donde se proviene y el que se tiene por destino. Tierra que al habitarla, comunalizarla, ha sido constituida como territorio propio, espacio apropiado donde se funde la historia e identidad colectiva como pueblo ch’ol, en su largo habitarla y ser habitado por ella. Territorio que es historia, es memoria común, comunal, en la que se reconocen pueblo pobre, oprimido por el sistema; despreciado por ser indígena, explotado por quienes le roban en precio y peso el fruto de su trabajo familiar campesino, despojado además de su fuerza de trabajo, de su voluntad política y sus tierras. Pero que por su parte sabe que cuenta, además de con su dignidad como pueblo, aún con su territorio soberano, la fuerza de la voluntad colectiva de su Asamblea ejidal, principales, autoridades, su larga historia y memoria de su organización, la legitimidad, la razón justa de su lucha y el régimen ejidal de sus tierras constituidas como Ejido Tila. La fuerza colectiva de una identidad, que como la tierra, es compartida por este pueblo ch’ol de Tila, indígena y campesino. Con esta fuerza defienden el corazón del territorio del este ejido ch’ol, el poblado de Tila, centro de la unidad territorial ejidal, espacio habitado, poblado, cuidado, regido, y trabajado de manera mancomunada. Espacio tejido, habitado por el conjunto de barrios de poblado, pero también por las comunidades anexas, miles de familias campesinas ch’oles que componen el ejido como unidad territorial, que son sus dueños. Hasta la actualidad su régimen y gestión es mancomunada, tanto del ejido general, como del poblado en 5 particular, donde las familias ejidatarias ch’oles son mayoritariamente quienes le pueblan. Es pues el espacio central comunal del pueblo ch’ol el que quieren arrebatarles. Como Ejido Tila, el territorio se rige bajo el régimen agrario a partir de haberse constituido como propiedad social bajo su cuidado, régimen y autogestión. En su práctica cotidiana y a lo largo de estas décadas, se constituyó como territorio compartido material y simbólicamente, con un régimen apropiado desde su tradición asamblearia ch’ol, de reuniones comunitarias (Alejos, 2007: 23). El ejido, como institución agraria, fue entonces mecanismo por medio de que el pueblo ch’ol obtuvo la certeza legal sobre sus tierras, después de haberlas recuperado del dominio finquero, ante los enfrentamientos que se llevaron a cabo en Tila y la región ch’ol, como parte de la Revolución.