Apariciones De La Santísima Virgen En Peñablanca Sigue Viva, En Chile Y En El Extranjero, Lo Cual Dado El Tiempo Transcurrido Tiene Una Enor- Me Importancia
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APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN EN PEÑABLANCA Mi Testimonio Padre Miguel Contardo Egaña Santiago de Chile 1998 1 2 APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN EN PEÑABLANCA Mi Testimonio Padre Miguel Contardo Egaña Santiago de Chile 1998 3 Es propiedad Derechos Reservados IMPRIMATUR, NIHIL, OBSTAT. La legislación eclesiástica sobre censura de libros vigente bajo Su Santidad el Papa Juan Pablo II desde el 19 de Marzo de 1975, AAS. Vol. 67, pág. 281, nos reconoce la libertad de publicar estas páginas. Me someto humildemente a la obediencia a Nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana Padre MIGUEL CONTARDO EGAÑA Primera Edición: Julio 1998 Segunda Edición: Diciembre 1998 Impreso en Chile por Arancibia Hnos. y Cía Ltda. PRINTED IN CHILE 4 NUESTRA SEÑORA DE PEÑABLANCA “Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios” “Yo soy la Dama Blanca de la Paz” Foto milagrosa de Nuestra Señora de Peñablanca, obtenida en Agosto de 1984, y definiciones dadas por la propia Virgen Santísima de Ella misma en las apariciones de Peñablanca. 5 6 A mis hermanos sacerdotes, a los peñablanquinos de corazón y especial- mente al Representante de Cristo en la tierra, a Su Santidad el Papa Juan Pablo II, dedico estos escritos 7 8 1. PRÓLOGO La primera aparición de la Santísima Virgen en Peñablan- ca tuvo lugar el 12 de Junio de 1983, y Su última aparición fue el 12 de Junio de 1988. Por lo tanto, ya han transcurrido 10 años entre esa fecha y la de la publicación de este libro. Esta perspectiva me permite ahora no tan solo expresar mi testimonio como testigo presencial de las situaciones vividas en ese entonces, sino que además poder hacer notar con gran énfasis que la devoción de la gente a las apariciones de la Santísima Virgen en Peñablanca sigue viva, en Chile y en el extranjero, lo cual dado el tiempo transcurrido tiene una enor- me importancia. Al respecto, se debe recordar que las propias autoridades eclesiásticas de esa época sometieron la autenti- cidad de estas apariciones al juicio del tiempo, señalando públicamente que si eran obra de Dios nada ni nadie podría impedir que la devoción de la gente a ellas perdurara en el tiempo. Dos han sido los motivos especiales para publicar este escrito. El primero y principal es el expreso deseo y suave manda- to de Nuestra Señora que nos pidió en varias ocasiones que diéramos testimonio de nuestras vivencias en Peñablanca, y 9 de esta manera dar a conocer las maravillas que el Señor nos envía por medio de nuestra Santa Madre. El segundo motivo es para colaborar con los futuros inves- tigadores, enviados por la Santa Sede para indagar con la seriedad, acuciosidad, respeto y amor los sucesos acontecidos en este rincón de Chile. Habría también un tercer motivo, más íntimo, de gratitud personal a la Madre de Dios y Madre nuestra, por las tantas mercedes y regalos dados a todos nosotros que asistimos y fuimos testigos oculares de las gracias derramadas por Dios en este país y en el mundo entero. Me es muy difícil el abrir mis sentimientos, mi alma, por el natural y reservado temperamento mío, pero como un de- ber de conciencia debo hacerlo, ya que al ser el testimonio en este caso presentado por un Sacerdote del Señor, puede ayu- dar a esclarecer mejor esta futura e importante investigación. Constituirá un complemento de las narraciones que existen sobre estas manifestaciones sobrenaturales, realizadas por el Arquitecto don Alvaro Barros, el Ingeniero don Alejandro Cifuentes, el Doctor don Alan Rojas y la señora María Luisa Paredes de Jojot, testigos también oculares y escogidos por la Virgen para esta empresa. Dada la existencia de estos libros, que contienen en exten- so una descripción de las apariciones y, particularmente, in- cluyen la transcripción de los mensajes dados por la Santísi- ma Virgen en ellas, no requiero explicitarlos mayormente aquí. Por esta razón, sólo incluyo aquellos mensajes que me han parecido de especial relevancia para el objetivo de este testimonio. 10 Entrego con mucho cariño estas vivencias dedicadas a mi Madre Santísima, la Dama Blanca de la Paz y a su Divino Hijo Jesús, nuestro Hermano Mayor. No quisiera que nadie se llamara a engaño sobre lo que relato en este testimonio, en el sentido que podría buscarse en él un cierto grado de resentimiento por las situaciones vivi- das. Nada está más lejos de la realidad que eso, ya que gra- cias a Dios no guardo ni el más mínimo rencor por nadie y, por el contrario, en el fondo de mi corazón agradezco a todos los que de una u otra forma participaron en estos aconteci- mientos, puesto que me permitieron probar mi fe y atestiguar ante el Señor y la Virgen mi devoción a Ellos. Sin perjuicio de lo anterior, en el capítulo siguiente «Intro- ducción», expongo con la mayor franqueza posible mi posi- ción frente a las críticas que se hicieron sobre la autenticidad de las apariciones de la Santísima Virgen en Peñablanca. A su vez, en el capítulo subsiguiente «Aclaraciones», me refiero expresamente a cuál es a mi juicio la verdad sobre ciertas imputaciones que se hicieron a las apariciones, espe- cialmente a si la Iglesia prohibió asistir al santuario de Peña- blanca como muchos sacerdotes han afirmado a sus feligre- ses. Todo sea para la Mayor Gloria de Dios y Glorificación de Nuestra Señora. Padre MIGUEL CONTARDO EGAÑA 12 de Junio de 1998 11 12 2. INTRODUCCIÓN Sentimientos contrapuestos experimentará el lector de este escrito, al igual que los que fuimos testigos de estos sucesos, al constatar por una parte la maravilla de la existencia de las apariciones de la Santísima Virgen en nuestro país, y por otra, observar la incredulidad y tenaz oposición de algunas autori- dades eclesiásticas y de una parte del clero a siquiera inves- tigar con seriedad y en profundidad estas apariciones. Resulta increíble que sin argumentos consistentes y que más bien rayan en lo absurdo, se desconocieron los innume- rables sucesos sobrenaturales que ocurrieron en Peñablanca, y que están refrendados por fotos, videos, grabaciones, y el testimonio de miles y miles de testigos, entre los cuales tie- nen especial relevancia los que se vieron beneficiados con conversiones. Habría que subentender que todos estos sucesos fueron considerados como falsos, sin que hasta hoy día se haya dado ninguna explicación de cómo pudieron ocurrir en forma na- tural; simplemente se descalificaron sin dar explicaciones con alguna lógica. A su vez, también habría que suponer que los testimonios de decenas de miles de personas eran producto de su imaginación o fueron engañados con efectos técnicos, con lo cual implícitamente se está dudando de la capacidad de raciocinio de toda esa gente. ¿Podrá alguien en su sano juicio 13 siquiera pensar que era factible engañar a esas personas, da- das las condiciones en que se presentaban los fenómenos so- brenaturales?. Y por último, si todo lo anterior no bastara, ¿por qué desconocieron o soslayaron la existencia de una infinidad de conversiones, o es que ellas no significaban na- da?. En todo caso, no es la primera vez que se necesita de muchos años para que se acepte oficialmente la existencia de un hecho sobrenatural como éste. Se criticó también la veracidad de los sucesos que allí ocurrieron por algunas personas que sufrieron daños, por ejemplo en su visión, con motivo de contemplar lo que suce- día con el sol. A mi juicio, es claro que ellos deberían atri- buirse a las tal vez poco precisas instrucciones de los que dirigían en esas ocasiones a la muchedumbre de varias dece- nas de miles de personas, con todas las dificultades de comu- nicación que ello conllevaba. Pero, sobretodo se produjeron por la imprudencia y porfía de la gente que insistía en hacer las cosas en momentos que ya no eran los precisados por la Santísima Virgen. En el caso particular de Peñablanca, lamentablemente ayu- dó a crear un sentimiento de escepticismo en la gente la ac- titud que tuvo el vidente tiempo después que las apariciones terminaron. Al respecto, desgraciadamente no se tuvo en cuenta que ésta era una prueba más de fe, y que el vidente actuó confor- me al libre albedrío que todos tenemos. No tiene sentido pen- sar que una persona por haber sido vidente tiene trazado su futuro, y que tiene necesariamente que comportarse de una determinada manera. Por cierto que también puede escoger su 14 propio camino, aún cuando éste parezca ser totalmente erra- do, sin que por ello resulte más o menos confiable su actua- ción anterior como vidente. No deben perderse las proporciones, desfigurando lo real- mente importante por algo completamente secundario como es el comportamiento del vidente con posterioridad a su par- ticipación como tal. Pienso que mayor mérito tienen aún los que a pesar de esta terrible prueba de fe han seguido creyendo en las apariciones. Han pasado 10 años desde la última aparición de la San- tísima Virgen en Peñablanca, y la llama de la fe sigue pren- dida en su Santuario, al cual continúan acudiendo muchos fieles, tanto chilenos como extranjeros. Es emocionante con- templar a esa gente que, no obstante todas las pruebas de fe a que han estado sometidas las apariciones de Peñablanca, siguen creyendo en ellas, y permanentemente se están produ- ciendo conversiones e infinidad de confesiones de personas que habían estado por muchos años apartadas de la religión. Pienso que esta realidad debe hacer meditar profundamente a aquellos sacerdotes que pensaron que lo sucedido en Peña- blanca no iba a perdurar en el tiempo, e incluso señalaron en esos años para reafirmar su incredulidad, que como estos fe- nómenos sobrenaturales que se atribuían a la Virgen según ellos eran falsos, entonces por no ser obra de Dios no iban a poder resistir el paso del tiempo.